Mar muerte en (Grecia) el mar Egeo · -14- Mundo jueves 14 de abril del 2016 Falsa alarma. Un...

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-14- MUNDO Jueves 14 de abril del 2016 Falsa alarma. Un vaga- bundo polaco bajo los efec- tos del alcohol y en poder de un “paquete sospechoso” resultó ser la persona que obligó anteayer al cierre temporal del aeropuerto de Schiphol (Ámsterdam). Dinero negro. El Estado Islámico percibe al año US$3.000 millones del tráfico de drogas, armas, obras de arte y contraban- do de petróleo, según la fiscalía de la lucha contra el terrorismo en Italia. Hace historia. La po- pularidad del presidente de México, Enrique Peña Nieto, cayó a 30%, un “mí- nimo histórico” para un gobernante mexicano. Y ADEMÁS UBICACIÓN MACEDONIA BULGARIA SERBIA RUMANÍA ALBANIA Mar Mediterráneo TURQUÍA N GRECIA Isla de Lesbos (Grecia) AP Este fin de semana el papa Francisco llegará a la isla griega de Lesbos, en el mar Egeo, donde cientos de refugiados han perdido la vida tratando de llegar a Europa. CRÓNICA CRISIS DE LOS REFUGIADOS Vida y muerte en el mar Egeo El Comercio acompañó a una ONG que patrulla las aguas del Egeo buscando refugiados. S kala Sikaminea es una playa al norte de la isla griega de Lesbos, apenas a seis millas náuti- cas de la costa turca. El punto más caliente de la frontera externa de la Unión Euro- pea, la franja de mar por la que en un año entraron a Eu- ropa huyendo de las guerras de Medio Oriente más de un millón de personas. A la medianoche tres es- pañoles –Laura, Ángel y Car- los– y un argentino –Nicolás– se embarcan en una lancha rápida de la ONG Proactiva. Son socorristas de playa en varias localidades españo- las, pero en el 2015, ante las muertes en el Egeo, decidie- ron venir como voluntarios y hacer lo que no hicieron varios gobiernos europeos: salvar vidas. En Skala Sikaminea hay 8 miembros de esta ONG. Fue- ron los primeros que ayuda- ron a los refugiados a salir del agua y salvaron a miles de personas. “Para los rescates no había medios en Europa, para cerrar el paso y depor- tarlos, mira, hasta fragatas de la OTAN”, dice Carlos. El Comercio acompañó la madrugada del miérco- les a la patrulla nocturna de Proactiva. El acuerdo euro- peo con Turquía ha frenado las llegadas a esa costa griega –y disparado las que arriban a Italia desde el norte de Áfri- ca– pero en Proactiva creen que en cualquier momento podrían volver los gomones. –Hay alguien en el mar– Bajo una bóveda de estrellas infinitas y con las luces de los pueblos turcos enfrente, Ni- colás, el patrón, dirige la lan- cha. Todos van vestidos con trajes “secos”, especiales pa- ra aguantar de noche en el agua. Al rato el radar marca un punto. Es un carguero tur- co, inmenso frente a nuestro pequeñobotedeapenasocho metros de eslora. Por la zona patrullanfragatasmilitaresde la OTAN, buques británicos, portugueses de la agencia eu- ropea de fronteras (Frontex), guardacostasgriegosyturcos. Carlos cree que pueden llegar refugiados:“Losturcostienen unos focos enormes con los que iluminan su costa, es una forma de decir a los trafican- tes de personas que los tienen controlados. Pero, mira, es- ta noche no los encendieron, hoy pueden llegar”. Tras más de dos horas de travesía, Nicolás decide vol- ver a puerto, pero a pocos minutos de desembarcar, llega una llamada. Desde el faro próximo han detectado algo en aguas turcas cruzan- do hacia la zona griega. El ra- dar no detecta nada. Nicolás gira el bote, pide a la tripula- ción que se agarre y acelera los dos motores de 200 caba- llos. Laura controla el radar y Carlos dirige el foco de proa. Cuenta que algunas veces, en la noche, los refugiados hacen fotografías usando el flash porque saben que el fo- co reflejará el destello de las cámaras o los celulares. Así pasa media hora. Falsa alarma y volvemos a puerto. A pocos cientos de metros de Skala Sikaminea se oye un ruido y se enciende un foco que ilumina toda la lancha. Detrás, a menos de 100 metros, aparece como un fantasma una guarda- costa portuguesa de Frontex que navegaba sin el traspo- nedor encendido y sin luces. Van cuatro militares a bordo. Quiere saber qué vimos. Nada. La señal falsa eran ellos. Frontex navega a veces sin dar señal, explica Carlos, “porque así no puedes verlos, tampoco los traficantes”. Desembarcamos, son las cuatro y media de la madru- gada. Al amanecer los me- dios helenos cuentan que un guardacosta griego rescató a 120 personas en una barca en las mismas aguas, unas horas más tarde. Es la franja de mar por la que en un año entraron a Europa más de un millón de personas. Las protestas concentran a numerosos franceses hastiados. Noche en Pie es la movilización que pone en aprietos a François Hollande. Todo comenzó hace dos semanas, exactamente el 31 de marzo, tras una manifes- tación contra la polémica re- forma laboral que pretende aprobar el Ejecutivo francés. Miles de parisinos prefi- rieron no volver esa noche a sus casas y se instalaron en la Plaza de la República. Así, iniciaron una movilización llamada Nuit Debout (Noche Los manifestantes en Francia no quieren irse a dormir en Pie), que busca expresar su descontento con la políti- ca tradicional. Esa plaza se ha converti- do también en un lugar de homenaje a las víctimas de los atentados terroristas de enero y noviembre del año pasado. También se aboga por causas como la defensa de los migrantes, la ecología, el feminismo y la lucha con- tra la corrupción. –Desalojo y retorno – Hace tres días, la policía desalojó el recinto con el objetivo de “retirar las es- tructuras fijas”, pero los or- ganizadores de la moviliza- ción volvieron por la noche. Françoise, una jubilada que acude todos los días a la plaza, dijo que el desalojo no la desanimó. “Me gusta mu- cho ver un movimiento en plena construcción que da la palabra a todos, sin excep- ción”, le contó a AFP. AP “Esto es increíble, la gente está finalmente tomando en sus manos el debate políti- co”, le dijo Zoe, una estudian- te de literatura antigua de 19 años, a la agencia Reuters. Si bien las protestas ca- llejeras no son una novedad en el epicentro de la Revo- lución Francesa de 1789 y del levantamiento de estu- diantes y trabajadores de mayo de 1968, se dice que la ocupación nocturna de la amplia plaza está dejan- do sin poder dormir al régi- men socialista del presiden- te François Hollande. –Un dolor de cabeza– Se trata de una mezcla de protestas, teatro callejero, fiesta y ritual de iniciación para una nueva generación de activistas. Inspirado en los movi- mientos Ocupy Wall Street de EE.UU. e Indignados de España, Noche en Pie se ha convertido en un dolor de cabeza para Hollande. “Son los votantes del presidente los que están to- mando la calle y diciendo ‘Fuimos engañados. Nunca más’”, aseveró el legislador socialista Malek Boutih al diario “Le Monde”. IDAFE MARTÍN PÉREZ Enviado especial a Lesbos

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-14- Mundo jueves 14 de abril del 2016

Falsa alarma. Un vaga-bundo polaco bajo los efec-tos del alcohol y en poder de un “paquete sospechoso” resultó ser la persona que obligó anteayer al cierre temporal del aeropuerto de Schiphol (Ámsterdam).

Dinero negro. El Estado Islámico percibe al año US$3.000 millones del tráfico de drogas, armas, obras de arte y contraban-do de petróleo, según la fiscalía de la lucha contra el terrorismo en Italia.

Hace historia. La po-pularidad del presidente de México, Enrique Peña Nieto, cayó a 30%, un “mí-nimo histórico” para un gobernante mexicano.

Y ADEMÁS

UBICACIÓN

MACEDONIA

BULGARIA

SERBIARUMANÍA

ALBANIA

MarMediterráneo

TURQUÍA

N

GRECIAGRECIA

Isla de Lesbos(Grecia)

ap

Este fin de semana el papa Francisco llegará a la isla griega de Lesbos, en el mar Egeo, donde cientos de refugiados han perdido la vida tratando de llegar a Europa.

crónica

crisis de los refugiados

Vida y muerte enel mar Egeoel comercio acompañó a una ONG que patrulla las aguas del Egeo buscando refugiados.

s kala Sikaminea es una playa al norte de la isla griega de Lesbos, apenas a seis millas náuti-

cas de la costa turca. El punto más caliente de la frontera externa de la Unión Euro-pea, la franja de mar por la que en un año entraron a Eu-ropa huyendo de las guerras de Medio Oriente más de un millón de personas.

A la medianoche tres es-pañoles –Laura, Ángel y Car-los– y un argentino –Nicolás– se embarcan en una lancha rápida de la ONG Proactiva. Son socorristas de playa en varias localidades españo-las, pero en el 2015, ante las muertes en el Egeo, decidie-ron venir como voluntarios y hacer lo que no hicieron varios gobiernos europeos: salvar vidas.

En Skala Sikaminea hay 8 miembros de esta ONG. Fue-ron los primeros que ayuda-ron a los refugiados a salir del agua y salvaron a miles de personas. “Para los rescates no había medios en Europa, para cerrar el paso y depor-tarlos, mira, hasta fragatas de la OTAN”, dice Carlos.

El Comercio acompañó la madrugada del miérco-les a la patrulla nocturna de Proactiva. El acuerdo euro-peo con Turquía ha frenado las llegadas a esa costa griega –y disparado las que arriban a Italia desde el norte de Áfri-ca– pero en Proactiva creen que en cualquier momento podrían volver los gomones.

–Hay alguien en el mar–Bajo una bóveda de estrellas infinitas y con las luces de los pueblos turcos enfrente, Ni-colás, el patrón, dirige la lan-cha. Todos van vestidos con trajes “secos”, especiales pa-

ra aguantar de noche en el agua. Al rato el radar marca un punto. Es un carguero tur-co, inmenso frente a nuestro pequeño bote de apenas ocho metros de eslora. Por la zona patrullan fragatas militares de la OTAN, buques británicos, portugueses de la agencia eu-ropea de fronteras (Frontex), guardacostas griegos y turcos. Carlos cree que pueden llegar refugiados: “Los turcos tienen unos focos enormes con los que iluminan su costa, es una forma de decir a los trafican-tes de personas que los tienen controlados. Pero, mira, es-ta noche no los encendieron, hoy pueden llegar”.

Tras más de dos horas de travesía, Nicolás decide vol-ver a puerto, pero a pocos minutos de desembarcar, llega una llamada. Desde el faro próximo han detectado algo en aguas turcas cruzan-do hacia la zona griega. El ra-dar no detecta nada. Nicolás gira el bote, pide a la tripula-ción que se agarre y acelera los dos motores de 200 caba-llos. Laura controla el radar y Carlos dirige el foco de proa. Cuenta que algunas veces, en la noche, los refugiados hacen fotografías usando el flash porque saben que el fo-co reflejará el destello de las cámaras o los celulares. Así pasa media hora.

Falsa alarma y volvemos a puerto. A pocos cientos de metros de Skala Sikaminea se oye un ruido y se enciende un foco que ilumina toda la lancha. Detrás, a menos de 100 metros, aparece como un fantasma una guarda-costa portuguesa de Frontex que navegaba sin el traspo-nedor encendido y sin luces. Van cuatro militares a bordo.

Quiere saber qué vimos. Nada. La señal falsa eran ellos. Frontex navega a veces sin dar señal, explica Carlos, “porque así no puedes verlos, tampoco los traficantes”.

Desembarcamos, son las cuatro y media de la madru-gada. Al amanecer los me-dios helenos cuentan que un guardacosta griego rescató a 120 personas en una barca en las mismas aguas, unas horas más tarde.

es la franja de mar por la que en un año entraron a europa más de un millón de personas.

Las protestas concentran a numerosos franceses hastiados.

Noche en Pie es la movilización que pone en aprietos a François Hollande.

Todo comenzó hace dos semanas, exactamente el 31 de marzo, tras una manifes-tación contra la polémica re-forma laboral que pretende aprobar el Ejecutivo francés.

Miles de parisinos prefi-rieron no volver esa noche a sus casas y se instalaron en la Plaza de la República. Así, iniciaron una movilización llamada Nuit Debout (Noche

los manifestantes en francia no quieren irse a dormir

en Pie), que busca expresar su descontento con la políti-ca tradicional.

Esa plaza se ha converti-do también en un lugar de homenaje a las víctimas de los atentados terroristas de enero y noviembre del año pasado. También se aboga por causas como la defensa de los migrantes, la ecología, el feminismo y la lucha con-tra la corrupción.

–Desalojo y retorno –Hace tres días, la policía desalojó el recinto con el objetivo de “retirar las es-tructuras fijas”, pero los or-

ganizadores de la moviliza-ción volvieron por la noche.

Françoise, una jubilada que acude todos los días a la plaza, dijo que el desalojo no la desanimó. “Me gusta mu-cho ver un movimiento en plena construcción que da la palabra a todos, sin excep-ción”, le contó a AFP.

ap

“Esto es increíble, la gente está finalmente tomando en sus manos el debate políti-co”, le dijo Zoe, una estudian-te de literatura antigua de 19 años, a la agencia Reuters.

Si bien las protestas ca-llejeras no son una novedad en el epicentro de la Revo-lución Francesa de 1789 y

del levantamiento de estu-diantes y trabajadores de mayo de 1968, se dice que la ocupación nocturna de la amplia plaza está dejan-do sin poder dormir al régi-men socialista del presiden-te François Hollande.

–Un dolor de cabeza–Se trata de una mezcla de protestas, teatro callejero, fiesta y ritual de iniciación para una nueva generación de activistas.

Inspirado en los movi-mientos Ocupy Wall Street de EE.UU. e Indignados de España, Noche en Pie se ha convertido en un dolor de cabeza para Hollande.

“Son los votantes del presidente los que están to-mando la calle y diciendo ‘Fuimos engañados. Nunca más’”, aseveró el legislador socialista Malek Boutih al diario “Le Monde”.

idafe martín pérezEnviado especial a Lesbos