Manuel F. Lorenzo, "Teoría Ambital e Historia de la Filosofía", El Basilisco nº 13, 1992.

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  • 8/11/2019 Manuel F. Lorenzo, "Teora Ambital e Historia de la Filosofa", El Basilisco n 13, 1992.

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  • 8/11/2019 Manuel F. Lorenzo, "Teora Ambital e Historia de la Filosofa", El Basilisco n 13, 1992.

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    conocimiento modelo

    de rigor

    y

    de

    verdad

    por

    antonomasia

    es

    el

    conocimiento

    cientfico,

    que,

    adems,

    se ha

    extendido

    hasta

    rotuar

    prcticamente (tcnicamente)

    todos

    los mbitos

    de

    la

    realidad. Hasta

    el

    punto

    de

    que

    es imposible

    dar

    un

    paso,

    cuando

    tratamos

    de conocer algo sin su colaboracin,

    ya

    sea

    ofrecindonos

    su

    ayuda, sus

    mtodos, o sus resultados

    debidamente contrastados-validados

    por

    la

    propia

    comunidad

    cientfica, etc.

    En

    tal

    sentido,

    adems, tenemos

    la

    ventura

    de

    contar

    en

    la filosofa espaola

    actual

    con el trabajo ciclopeo

    de elaboracin de una teora

    materialista

    de

    las

    ciencias

    que

    ha

    empezado

    a

    ser

    publicada

    recientemente bajo el ttulo

    gen-

    rico

    de

    Teora

    del Cieme

    Categorial

    (Pentalfa,

    Oviedo

    1992).

    Por ello,

    los

    anlisis

    que

    desarrollamos

    aqu

    presuponen

    dicha

    teora

    y

    se nutren de algunos de

    sus

    brillantes

    resultados,

    aun-

    que

    slo de aquellos

    que

    modestamente

    creemos

    haber

    podido

    entender

    o

    nos han sido

    tiles

    para

    nuestros

    propsitos.

    Tal

    teora

    se

    caracteriza

    por

    ejercitar

    el

    punto

    de

    vista

    gnoseolgico,

    como alternativo

    a

    otros

    enfoques

    posibles

    (lgico-

    formal,

    psicolgico,

    sociolgico,

    informtico, epistemolgico,

    histrico). Peo dicho enfoque

    se

    circunscribe abrumadoramente

    al

    anlisis del conocimiento

    cientfico, o mejor an

    de

    las

    cien-

    cias mismas

    como

    estructuras

    objetivas,

    anlisis

    importantsi-

    mo

    sin

    duda,

    y

    previo

    tambin

    para

    abordar el tema

    que

    a

    nosotros nos

    interesa

    ms directamente,

    el anlisis de la

    propia

    filosofa. Por ello

    la taea

    que

    nos

    proponemos

    aqu

    es com-

    plementaria

    con la

    anterior,

    -aunque

    no

    necesariamente ar-

    mnica en

    toda

    lnea-,

    y

    la

    presupone.

    No

    se

    trata de elabo-

    rar

    una teora

    de

    la

    ciencia, sino una teora del

    saber estricta-

    mente

    filosfico.

    Dicha teora sera, en

    rigor,

    una Meta-filosofa,

    si consideramos

    que

    ia

    Filosofa es un saber

    que

    a su

    vez

    podra

    ser analizado

    por

    otro

    saber

    y

    as sucesivamente ad

    infinitum.

    Pero

    si

    consideramos

    que

    la

    Filosofa

    es el

    lugar

    donde

    el

    saber

    alcanza su ltima

    orilla,

    su ltima

    fundamenta-

    cin,

    -ms

    all

    de la

    cual

    se

    abre el

    mar

    tenebroso de la

    Metafsica

    o

    de

    la

    mstica-,

    entonces

    dicha tarea

    no

    sera

    propiamente

    meta-filosfica,

    sino filosfica ella

    misma, en tanto

    que

    la

    filosofa sera un saber

    lmite

    que

    inciuye

    internamente

    el

    trmite

    de

    su

    propia

    fundamentacin, como

    saber asimismo

    del

    propio

    lmite, en el sentido

    que

    seala

    por

    ejemplo

    Euge-

    nio Trias

    {Los

    lmites del mundo,

    Ariel, Bacelona 1985).

    En

    un

    sentido

    similar,

    e1 ltimo Schelling,

    en su poca

    de

    Berln,

    consideraba

    que

    la

    Filosofa era, a

    la

    vez, Fiiosofa

    positiva

    y

    Filosofa negativa

    (Ver

    mi libro,

    La

    llimq orilla,

    Pentalfa,

    Oviedo 1989, cap.

    III).

    Pues como

    saber

    positivo

    o

    sustantivo

    que

    ia Filosofa

    es,

    aunque su

    positividad

    no sea

    del

    mismo rango

    qu

    la

    positividad

    cientfica,

    incluye

    un tr-

    mite

    necesario

    de

    autojustificacin, un trmite

    crtico,

    adjetivo

    si

    se

    quiere, pero

    insosiayable. Dicho

    trmite

    es

    el

    que quisi-

    ramos abordar

    aqu, aunque sea

    esquemticamente.

    Para

    empezar, entenderemos la Filosofa como

    un

    sabe

    de

    otros saberes.

    Como

    una

    forma

    de

    conciencia, de

    saber,

    que

    se

    alirnenta

    de otras

    fomas

    de conciencia a

    ias

    que

    toma

    como materiales.

    Como

    una forma de conciencia

    ya

    no inten-

    cional

    -como

    pensaban

    Husserl

    y

    Scheler-, sino

    como

    una

    Conciencia

    implantada, como

    afima

    Gustavo

    Bueno, o

    como

    una conciencia encarnada, corporeizada,

    como

    deca Meleau-

    Ponty. Ahora bien,

    desde

    una

    perspectiva

    estrictamente

    gno-

    seolgica,

    y para

    que

    sta se

    constituya

    debidamente,

    es

    preci-

    so

    determinar

    no

    slo la estructura

    fomal

    de dicho

    saber

    (su

    Lgica),

    sino

    tambin

    la

    estructura material conformada por

    ella

    (su

    Esttica, su

    ).

    En el artculo

    anteriorment

    citado

    ofrecamos una

    primera

    exploracin

    de

    dichas estructuras materiales, estticas, topogr-

    ficas, definidas

    como

    Ambitos

    en

    los

    que

    se

    enraizan las

    lormas

    del

    saber filosfico,

    a

    Ia

    vez

    que presentamos

    una tipificacin

    bsica

    en cuatro

    mbitos distintos: religioso,

    poltict.r,

    cultural,

    csmico. Una

    tarea

    previa

    que,

    sin

    embargo,

    nos

    da

    pie

    para

    tatar de

    construir a

    partir

    de ella una teora

    gnoseolgico-

    material

    o

    esttica de la

    Filosofa

    misma, una'Ieora

    que

    llama-

    remos Teora

    Ambital.

    Pues desde

    un punto

    de vista materialis-

    ta,

    la

    gnoseologa

    debe

    girar

    en

    torno

    a

    la

    materia misma

    del

    saber,

    lo

    que

    no

    excluye

    la consideracin

    de su forma,

    por

    supuesto. Pero

    sta,

    ahora,

    se

    entiende como inseparable

    de

    la materia,

    consistiendo

    la

    forma

    en

    una

    materia

    especial, sim-

    bolizada,

    que

    sirve

    para

    unificar una materia

    mltiple.

    Por tanto, lo

    que

    nos

    es

    dado

    previamente

    es

    la

    materia,

    los

    propios

    Ambitos

    que

    han

    sido

    producidos

    por

    un

    suje-

    to-corporeo,

    por

    url Cuerpo

    -y

    no

    por

    un Yo como

    crea

    Fichte-,

    por

    un

    individuo

    o conjunto

    de

    individuos

    dolaclos

    de

    un

    cuerpo

    vivo

    que

    opera

    quirrgicamente

    sobre oto

    medio

    asimismo

    material,

    suministrnclonos unos saberes, unos

    cono-

    cimientos

    que

    se elevan desde

    los

    tecnolgicos-culturales

    hasta

    los

    cientficos-categoriales

    que,

    a su

    vez,

    ger\etan

    las Ideas

    fllo-

    sficas

    que

    los

    agrupan.

    Estas Ideas resultantes

    son

    mirltiples

    y

    muy

    variadas

    a

    1o

    largo

    de la tradicin

    histrico-filosfica.

    Pero

    la

    tarea dei

    saber

    filoslico

    consiste

    precisamente

    en agru-

    parlas

    sistemticamente en

    una forma

    jerrquica,

    de

    lal

    mane-

    ra

    que

    se

    eligen

    algunas de entre ellas como

    las fundamentales,

    a

    partir

    de

    las cuales

    se analiza el resto,

    etc.

    Toda

    filosofa

    que

    ha

    alcanzado

    gran

    influencia

    ha

    tenido

    que

    eiegir alguna

    o

    algunas

    Ideas,

    que

    no

    suelen

    pasar

    del

    nmero de los

    dedos

    de una mano, cmo las Ideas

    trascenden-

    tales

    o

    las

    que

    ms interesaon

    al

    filsofo en cuestin.

    E,n

    el artculo

    anteriormente

    citado

    elegimos,

    -no

    sabemos si

    para

    bien

    o

    para

    mal,

    pues esto

    1o

    decidir

    el

    propio

    desarrollo

    de esta

    Teora

    y

    en

    tal

    desarrollo

    es

    fcil equivocarse-,

    cuatro

    Ambitos

    (poltico,

    religioso, cultural

    y

    csrnico), cada

    uno

    de

    ios cuales

    rotura

    un

    espacio

    presidido por

    na ldea

    (Estado,

    Dios,

    Cultura, Cosmos);

    y

    estabiecimos

    una estructura,

    especie

    de

    > de

    la

    Razn filosfica,

    que

    envuelve

    o

    pone

    en conexin,

    y

    a Ia vez

    separa, unas

    Ideas con

    otras.

    Es claro

    que

    tales Ideas,

    segn

    lo dicho, son las

    formas

    lirnites

    en

    que

    se organiza ei saber filosfico, una

    especie

    de

    lo

    que

    Ortega

    llamaba

    Creencias

    o

    Foucault . Pero

    dichas

    formas

    presuponen

    a

    su

    vez

    un ser

    material,

    asimismo

    lnite,

    a

    partir

    del cual han

    sido

    producidas.

    Dicho ser, desde

    una

    perspectiva

    ontolgica es la Materia Trascendental,

    tal

    cono

    sostiene

    Custavo

    Bueno

    en sus

    Ensayrss

    materialistos. Pero

    den-

    tro

    de una

    perspectiva gnoseolgica

    el

    no

    puede

    ser otro

    que

    el sujeto corporeo,

    homo

    faber,

    el hombre

    de

    carne

    y

    hueso,

    que

    acta

    y

    padece.

    Por

    tanto, como todo

    sistema de

    ldeas

    debe

    a

    su vez

    tener un fundamento

    que

    las

    amarre,

    una

    fuente

    que galanticc

    asimismo su

    identidad

    de

    origen,

    este

    fundamento

    es

    para

    no-

    sotros

    (ordo

    cognoscendi)

    el

    sujeto-corporeo. Como bien

    vea

    Fichte, no basta

    con

    descubrir

    en filosofa

    muchas

    verdades

    si

    despus

    no

    tenemos

    un hilo conductor

    que

    nos

    evite

    perder-

    nos entre ellas:

  • 8/11/2019 Manuel F. Lorenzo, "Teora Ambital e Historia de la Filosofa", El Basilisco n 13, 1992.

    3/7

    pero

    no

    sera

    un

    edificio

    coherente,

    sino

    un

    agregado

    de

    cma-

    ras,

    de

    ninguna

    de las

    cuales

    podramos

    pasar

    a

    otra;

    sera

    una

    casa

    en

    la

    que

    siempre

    nos

    extraviaramos

    y

    nunca

    nos

    aclimataramos.

    No habra

    luz en ella,

    y

    en medio

    de todas

    nuestras

    riquezas

    permaneceramos

    pobres,

    puesto

    que

    jams

    podramos

    calcular

    las

    mismas,

    jams

    contemplarlas

    como

    un

    todo,

    jams

    saber

    lo

    que propiamente

    poseeramos;

    nunca

    po-

    clramos

    emplear

    una

    parte

    de

    las mismas

    para

    el mejoramien-

    to

    del resto,

    ya que

    ninguna

    parte

    se

    relacionara

    con

    el

    resto>

    (Sobre et concepto de la

    Docfrta

    de

    lq

    Ciencia,

    Unam'

    Mjico

    1963,

    p.

    26).

    Tal

    hilo conductor

    unificado

    fue

    para

    Fichte

    la

    Idea

    de

    Yo,

    pero

    como

    traduccin

    liloslica

    no

    ya

    del

    homo

    sapiens,

    tal

    como ocurra

    en Descartes,

    sino

    del

    homo

    faber,

    pues

    la

    eserrcia

    clel

    Yo

    es

    la accin

    (Talhandlung),

    a

    pesar

    de

    1o cual

    su

    filosola

    tom

    un aire

    idealista,

    intelectualista,

    fantasmal

    y,

    en

    gran

    parte,

    oscuro.

    Desde

    una

    perspectiva materialista,

    como

    la

    que

    intentamos

    mantener

    aqu,

    la ldea-gua

    debera

    ser

    por

    el contrario,

    la

    Idea

    de Cuerpo,

    de sujeto-corporeo,

    Idea

    que

    tiene

    ya

    toda

    una

    prehistoria

    en

    la filosofa

    contem-

    pornea

    que

    arranca

    no

    ya

    del corporeismo

    de un

    Hobbes

    o

    del, as

    llamado,

    , sino

    de la misma

    ctica

    e

    inversin

    de

    la

    Idea

    dei

    Yo

    de Fichte que lleva

    a

    cabo

    Schopenhauer,

    o

    de la Idea

    del

    cartesiano

    criticada

    por

    Husserl

    y

    ms

    recientemente

    por

    Merleau-Ponty.

    Sobre

    esto

    nos remitimos

    a

    nuestro libro,

    aun

    indito,

    Del

    Yo al

    Cuerpo.

    No

    podemos

    detenernos

    ahora

    tampoco

    en el anlisis

    de

    lo

    que

    significa

    la Idea

    de Cuerpo,

    actuaiizada

    en

    esa

    especie

    de

    que

    domina

    actualmente.

    Nos

    basta

    con

    sealar

    que

    la

    Idea-gua

    que

    vamos

    a utilizar

    en

    nuestros

    anli-

    sis

    histrico-filosficos

    es

    su

    complementaria,

    la Idea

    de Am-

    bito. As el

    Ambito

    de una

    Filosofa

    ser

    >,

    (G.

    Bueno,

    La Metafisica

    Preso-

    crtica,

    Pentalfa,

    Oviedo

    1974,

    p.

    17).

    Ambitus

    tambin

    signi-

    fica,

    como

    seala

    Bueno,

    inters,

    deseo,

    ambicin.

    Y este

    es

    precisamente

    el sentido

    que

    le

    da un

    alcance

    de Idea

    Trascen-

    dental,

    en tanto,

    como

    ya

    reconoca

    Espinosa,

    la

    Ambicin

    acompaa

    siempre

    necesariamente

    a

    las

    otras

    pasiones:

    >,

    (El

    amor,

    las

    muieres

    y

    la

    muerte,

    Eciaf,

    Madrid

    1963,

    p.

    198).

    Aadiramos

    que

    los

    lmites

    a

    la

    ambicin

    los

    debe

    marcar

    la conservacin

    y

    el respeto

    al

    Cuerpo

    (sea

    este

    el

    corpus

    philosophicus, o

    el

    propio

    cuerpo

    profesoral frente al

    que

    Schopenhauer

    no contuvo

    su,

    por

    otra

    parte

    justificado,

    resentimiento).

    La

    Idea de Ambito

    que

    manejamos

    aqu,

    es

    una

    Idea nor-

    malmente

    inconsciente,

    pero que

    puede

    devenir

    consciente.

    Es

    por

    ello una

    estructura trascendental

    que

    se

    podra

    caracterizar

    no tanto en trminos

    ontolgicos

    o

    1gico-formales,

    ni

    siquiera

    en

    trminos cientfico-categoriales

    (Umwelt,

    milieu),

    cuanto

    en

    trrninos

    esttico-filosficos.

    Pues requiere

    un

    tipo

    especial

    de

    intuicin,

    la intuicin

    esttica

    (y

    no

    ya

    la

    intuicin

    intelectuai

    de

    que

    hablaban

    Kant

    y

    Fichte),

    para

    ser

    captada.

    En este

    sentido

    recordamos

    las

    palabras

    de Schelling:

    ,

    (Sitema

    del ldealismo

    trascendental,

    Pennsuia,

    Barcelona

    1987,

    p.

    156).

    Como

    realidades

    estticas,

    los

    Ambitos

    de

    la Filosola

    pue-

    den

    ser

    estructurados

    y

    compuestos

    para

    ser

    expuestos siguien-

    do

    principios

    no

    ya

    igicos u ontolgicos,

    sino

    estticos'

    Nos

    acogemos

    aqu

    a

    lo

    que

    en

    tai sentido

    Eugenio

    Tias

    caracteri-

    z

    como

    el

    Principio

    de Variacin,

    como fundamenfo

    de

    un

    mtodo

    de exposicin

    que

    se ha

    revelado

    muy lecuudo

    en

    su

    reciente

    produccin filosfica (ver

    E.

    Trias, Filosofa

    del

    futuro,

    Ariel,

    Barcelona

    1983).

    No obstante

    ello, nos

    parece

    que

    tal

    Principio

    debe ser

    contextualizado,

    como

    haemos

    ms

    adelante,

    dentro

    de

    una

    teora

    dialctica

    de

    las estructuras

    filo-

    sficas,

    una

    teora

    dialctica

    de la esencia,

    que

    nos

    permite

    determinar

    en ellas

    un ncleo

    o

    centro

    de ia

    Variacin

    que

    la

    inicia

    y,

    a la

    vez, encierra

    en los

    imites de

    un

    curso

    o

    recorrido

    filosfico.

    Sin

    tales

    lmites el

    Principio

    de

    Variacin

    degenerara

    en

    un

    Principio

    catico

    y

    arbitrario.

    Aplicando

    entonces

    este enfoque

    gnoseolgico-esttico,

    fi-

    gurativo

    si

    se

    quiere,

    al saber

    filosfico,

    resulta

    que

    el

    campo

    de la

    Filosofa,

    definido

    topogrficamente,

    est

    integrado

    por

    cuatro

    mbitos

    (religioso, politico,

    culturai

    y

    csmico),

    por

    el conjunto

    de

    todos

    ellos

    (el

    espacio

    ambital)

    y

    por

    el

    espacio

    no-ambitai

    o

    yermo,

    en

    el

    que

    la

    Filosofa

    no

    puede

    ya

    enrai-

    zar

    y

    se

    anuncia su

    muerte.

    Adems

    debemos

    indicar

    de

    entre

    los cuatro

    mbitos

    uno

    que

    juegue

    un

    papel

    nuclear

    en

    Ia

    clula

    filosfica,

    a

    partir

    del

    cual toma

    cuerpo

    alimentado

    y

    dirigido

    por

    el desarrollo

    variacional,

    hasta

    que

    en el

    curso

    de tal desarollo

    se

    produzca

    eventualmente,

    la

    destruccin

    del

    propio

    ncleo,

    el final

    de

    la sinfona,

    y

    por

    tanto

    la muerte

    de

    la

    planta

    filosfica.

    Pero

    antes de

    proceder

    as,

    debemos

    aclaar

    que

    ms

    que

    hablar

    de Filosofa

    en

    generai,

    hablaremos

    de las

    semejanzas

    y

    diferencias

    entre

    la Filosofa

    moderna

    y

    la

    antigua,

    pues

    la

    Filosofa

    antigua,

    por

    ejemplo,

    todava

    se entiende

    ella

    mis-

    ma

    no

    como

    un

    saber,

    sino

    como

    una

    aspiracin

    al

    conoci-

    miento,

    y

    ese

    amor-aspiracin

    se

    considerar

    desde

    1a Filosofa

    moderna como

    una

    especie

    de ignorancia.

    No se

    puede

    equipa-

    rar

    el

    conocimiento

    filosfico

    antiguo

    con

    el moderno

    por

    la

    sencilla

    razn

    de

    que

    la mayor

    parte

    del saber

    lilosfico

    anti-

    guo

    (la

    filosofa

    de

    la

    Naturaleza

    sobre

    todo),

    no

    era

    propia-

    mente

    un

    saber,

    sino mitologa,

    fbula,

    falso

    saber

    en

    definiti-

    va.

    Ni

    siquiera

    la

    Filosofa

    Poltica

    de los

    antiguos

    ha resistido

    el

    paso

    del

    tiempo,

    a

    pesar

    de

    que

    muchas

    de sus

    teoras

    fueron

    recuperadaas

    e

    integradas

    en la modernidad

    (ver

    Gusta-

    vo

    Bueno,

    Primer ensayo

    sobre

    las

    categorias de

    las ,

    Logroo 1991,

    p.

    355,

    s.s.).

    La

    Filosofa

    antigua constituye

    por

    si

    misma, sin

    embar-

    t6

    EL

    BASILISCO

  • 8/11/2019 Manuel F. Lorenzo, "Teora Ambital e Historia de la Filosofa", El Basilisco n 13, 1992.

    4/7

    go,

    un

    macrociclo

    que

    cubre

    desde

    su nacimiento

    griego

    hasta

    su ocaso

    y

    deasaparicin

    literal en el mundo

    romano. La

    Filo-

    sofa

    moderna creemos

    que

    tambin

    debera constituir

    una

    variacin-recreacin de un macrociclo

    semejante,

    pero

    que

    an

    no

    habra concluido.

    Eilo

    nos

    lleva, entonces,

    a tratar,

    en

    primer

    lugar,

    de hacer una lectura

    de

    la Teora

    de los

    Cuatro

    Ambitos

    que

    se

    repiten histricamente,

    aunque

    variando, en

    relacin con dichos

    macrociclos

    o

    ciclos de

    radio

    mximo

    que

    se

    encuentran

    en

    la

    Historia de

    la

    Filosofa.

    Tales

    macro-ciclos

    lo son en relacin

    con los microciclos

    histrico-filosficos.

    Como

    ejemplo

    de anlisis

    de

    uno de

    estos

    microciclos

    observables

    en una

    perspectiva ,

    -es

    decir,

    en una

    exposicin en

    la

    que

    comparecen

    filsolos o

    sucesiones

    de

    ellos-,

    valga el

    que

    ofrecimos

    en

    el

    artculo

    antes

    citado,

    sobre el

    Idealismo

    alemn,

    y

    sobre

    el

    que

    volve-

    remos ms

    adelante.

    Dicho anlisis

    debera ser

    aplicado tam-

    bin a otros

    microciclos

    tales

    como

    el

    Racionalismo,

    el

    Empi-

    rismo, el

    Positivismo, la Fenomenologa,

    etc.

    Ello excede

    aho-

    ra

    mismo

    de nuestras

    posibilidades

    y

    debe ser

    tomado

    nada

    ms

    que

    como

    un

    programa

    que

    merecera

    ser ensayado.

    Por

    nuestra

    parte

    lo hemos

    puesto

    a

    prueba

    en

    habituales cursos

    y

    seminarios docentes

    y

    esperamos

    poder

    ir

    publicando

    estos

    resultados,

    si

    tenemos

    tiempo

    y

    ocasin

    para

    ello.

    Tal

    proyecto

    es

    ciertamente

    ambicioso,

    pues

    abarca

    inclu-

    so hasta

    la

    Fiiosofa

    medieval,

    al

    menos a

    partir

    del

    siglo

    xu. Adems

    dichos

    lmites

    temporales

    necesitan

    asimismo,

    ser

    justificados.

    Con esa

    intencin entenderemos

    la

    Historia de

    la Filosofa

    moderna como una

    Historia de

    la

    Fiiosofia euro-

    pea,

    en

    contraposicin

    a

    la

    Historia

    de

    la

    Filosola

    greco-

    romana

    o antigua.

    Nos

    parecen

    mejor estas denominaciones

    que

    las

    ms ideolgicas

    y

    posicionales

    de

    y

    .

    Pues

    estas, traducidas

    en trminos

    histrico-positivos, son

    la

    greco-romana y

    la

    europea.

    Ortega

    mismo

    utilizaba

    esta

    contraposicin

    para

    distinguir

    el

    modo

    de

    vida mediterrneo

    (que

    inclua

    el

    Norte

    de

    Africa:

    Cartago,

    Alejandra),

    del modo

    de

    vida

    europeo, en

    el

    que

    Africa

    quedaba

    fuea o

    al

    margen

    de

    la

    Civilizacin.

    Por ello,

    segn

    Ortega,

    no se

    deban

    identi-

    ficar, aunque

    haya muchas correspondencias,

    a

    los

    pueblos

    del Sur

    de

    Europa con

    la civilizacin

    greco-romana

    y

    medite-

    rrnea. Pues ello

    olvidara

    la

    traslacin

    del eje

    civilizatorio

    hacia

    el

    Noroeste

    que

    se

    produce,

    histricamente

    hablando,

    con las invasiones

    brbaras

    y

    musulmanas.

    De ah

    que

    los nicos

    macro-cicios

    histricamente

    obser-

    vables, en una

    perspectiva

    ),

    que

    muchas

    veces

    se

    olvida, aunque

    1o

    atestige un

    texto de

    Aecio

    en

    el

    que

    se

    nos dice

    que

    el Agua.

    para

    Tales, era divina.

    La

    primera

    de

    las

    diferentes

    especies

    o

    escuelas

    en

    que

    toma

    cuerpo

    esta Metafsica

    despus

    de ser

    generada

    por

    los

    Mile-

    sios

    es

    la Escuela

    Pitagrica, en la cual

    se

    desarrolla

    ya

    clara-

    mente

    una

    metafsica

    de

    implantacin

    poltica

    al cistalizar

    el

    ncleo

    racionalista teolgico

    en

    un

    mbito individualista

    y

    dc-

    mocrtico

    que

    abre

    paso

    a

    la

    Isonoma. La segunda

    especie

    metafsica

    que

    sigue a esta es ms difcii de acuar

    bajo el

    nombre

    de

    un

    grupo

    o

    escuela. No

    obstante

    suele ser

    caractcri-

    zada

    por

    la

    aparicin

    de

    la

    dialctiea, cuya

    ligura emblenitica

    fue

    Herciito.

    La

    filosofa de

    ste

    gira en torno

    a la

    Idea

    de

    Logos,

    por

    lo

    que

    puede

    ser

    delinida

    como

    de

    implantacin

    cultural.

    La

    tercera

    y

    ltima

    especie

    metafsica

    se

    lornrara

    en torno a otro

    grupo

    de

    nombes

    como

    Parmnides,

    Enipedo-

    cles, Anaxagoras, en

    los

    que

    destaca

    la concepcin de

    la reali-

    dad como un

    Ser

    redondo, una Esfera sujeta

    a

    ciclos

    de

    vicla

    y

    muerte, o como una realidad

    homeomrica.

    Asimismo hay

    que

    incluir aqu al atomismo

    clsico

    de

    Leucpo

    y

    Derncrito.

    Son lilosofas de

    implantacin

    csmica

    que

    se

    abren

    paso

    a

    partir

    de la oposicin egtre

    Herclito

    y

    Parmnides.

    En este

    ltimo

    perodo

    se

    destruye con el aieismo, a

    causa

    del

    cual

    Anaxagoras

    fue expulsado

    de Atenas, el ncleo

    religioso

    mito-

    lgico

    del

    que

    naci

    la metafsica

    presocrtica.

    Como

    esulta-

    do

    suyo

    queda

    el ideal de la vida contemplativa,

    aunque

    desli-

    gado

    ya

    de

    la

    religin.

    EL BASILISCO

    t'|

  • 8/11/2019 Manuel F. Lorenzo, "Teora Ambital e Historia de la Filosofa", El Basilisco n 13, 1992.

    5/7

    Este

    ideal

    que

    aicanza

    su

    expresin

    filosfica

    en

    el Nous

    cle

    Anaxagoras,

    aunque

    permaneciendo

    por

    ello

    estril,

    al

    con-

    lluir con

    el

    racionalismo

    social

    que

    madura

    en

    Atenas

    definiti-

    vamcnte

    con

    Pericles,

    empezar

    a dar

    pruebas

    de su

    fecundi-

    clari.

    Scrates,

    a

    quien

    le

    interesan

    no

    tanto

    las

    piedras

    y

    los

    rboles

    como,

    los

    hombres

    en la

    ciudad'

    ser

    el

    primero

    que

    se

    iije en esta

    inconsecuencia

    de

    Anaxagoras.

    Utilizar

    el

    Nous

    para

    explicar

    los

    fenmenos

    de

    la

    polis. La experiencia

    poltica

    en sentido

    amplio

    es

    a

    partir

    de ahora el

    verdadero horizonte

    cle

    la

    Filosofa,

    constituye

    un

    nuevo

    ncleo

    a

    partir

    del

    cual

    debe ser

    reformado

    enrgicamente

    el

    pensamiento

    griego' A

    partir

    de

    este

    mbito

    poltico nuclear,

    ahora

    filosfico

    y

    no

    nletafsico,

    se

    generan las

    tres

    especies

    que

    habitualmente

    se

    clistinguen

    como

    encarnando

    tres

    perodos histricos

    diferen-

    ciacioJ:

    el

    cosmopolitismo

    helenstico

    (implantacin

    csmica),

    el

    culturalismo

    romano

    que

    inaugura

    Cicern

    (implantacin

    cultural)

    y

    por

    ltimo,

    el

    fideismo

    cristiano

    de

    los

    Padres

    de

    la Iglesia

    (implantacin

    religiosa).

    En esta

    ltima

    fase

    se

    des-

    truye,

    precisamente,

    el ncleo

    lilosfico

    -poltico

    antiguo,

    lal

    como

    se

    pone

    de

    manifiesto

    con

    la

    misma

    destruccin

    de

    Roma

    como centro

    poltico

    (410-476),

    y

    con

    el cierre

    de

    ias

    escuelas

    lilosficas

    en

    Atenas

    por

    Justiniano

    (529).

    Con

    ello

    creemos

    haber

    expuesto

    lo

    esencial

    de

    la

    Filoso-

    la

    antigua,

    definiendo

    su

    nircieo

    (interseccin

    de

    la

    vida

    con-

    templativa

    del

    Nous

    con

    la

    vida

    poltica), su

    curso

    histrico

    y

    su

    iinal.

    Dejamos

    de

    lado

    la

    encarnacin

    corporativa

    de

    iicho

    ncleo

    en las figuras

    sucesivas

    del

    comopolita

    helensti-

    co,

    clel

    animador

    cultural

    romano

    y

    del

    sacerdote

    cristiano'

    Despus

    la

    Filosofa

    desapareci

    de

    la

    escena

    histrica,

    cual

    Guacliana,

    para

    refugiarse

    en

    las

    cortes

    rabes,

    en

    las

    que

    permaneci,

    como

    en

    conserva,

    sustentada

    por

    los

    comentaris-

    tas,

    hasta

    que

    volvi

    a

    emerger

    en

    la

    Europa

    cristiana'

    sobre

    todo

    a

    travs

    rie la

    Escuela

    de

    Traductores

    de

    Toledo

    (s'

    xtt)'

    Es

    precisamente

    en

    torno

    a esa

    poca

    cuando

    se

    puede

    clecir

    que

    surge

    un

    pensamiento

    rico

    y

    riguroso precursor in-

    rnecliato

    de la

    modernidad

    con

    Abelardo

    y

    dems'

    Realmente,

    lo

    que

    se

    engenclra

    en

    ese

    momento

    es,

    a

    nuestro

    juicio,

    -y

    por

    analoga

    con

    el mundo

    griego,

    en

    el

    cual

    tambien

    se

    habla

    ,l*

    unu

    faie

    medieval

    (siglos

    xn

    al

    vn)

    en

    la

    que

    se

    forjaron

    las

    -,

    es

    mas

    bien

    la Metafsica

    euro-

    pea,

    o,

    como

    tambin

    se

    1a suele

    llamar,

    la Ontoteologa'

    El

    ncieo

    de

    esta

    Metafsica

    europea,

    tambin

    llamada

    Metafsica

    moderna,

    se

    forma

    por

    la

    confluencia

    de

    los

    dogmas

    de

    la

    'fcologa

    con

    las

    .uhillus

    bien

    afiladas

    de

    la

    Lgica

    y

    del

    Algebra

    que

    aportaron

    los

    rabes'

    No

    es

    casual,

    por

    ello,

    que

    el

    *aconteciminto

    que

    abre

    en

    este

    sentido

    dicho

    mbito

    metafsico-religioso

    sea

    la famosa

    controversia

    sobre

    los Uni-

    versales,

    y

    qu.

    todo

    ello

    culmine

    en

    la

    sntesis

    tomista

    de

    Fe

    y

    Razn.

    A

    diferencia de

    lo

    que ocurre en

    el

    mundo anti-

    guo

    aqu

    no

    es

    Ia Mitologa

    ni

    la

    naciente

    Geometra

    de los

    irilesios,

    sino

    la

    Teologa

    como

    equivalente

    mitolgico

    de

    una

    religin

    monoteista

    y

    los

    comienzos

    de

    la Lgica

    moderna

    y

    del

    Algebra.

    La

    complejidad

    de

    este

    ncleo

    metafsico

    viene

    .*pr.ridu

    por

    la

    Escolstica

    medieval,

    ejemplo

    eminente

    de

    un

    p.nt *i nto

    de

    implantacin

    religiosa

    de

    la Filosofa'

    Dicho

    ncleo

    escolstico-religioso

    se

    desarrolla

    posterior-

    menteenuncursohistricogeneradordelasdiversasespecies

    de

    la

    Metafsica

    moderna,

    las

    cuales

    se

    pueden

    agrupar

    en

    tres

    momentos

    marcados

    respectivamente

    por

    las

    cumbres

    del

    Racionalismo

    (implantacin

    poltica), del

    Idealismo

    alemn

    (im-

    plantacin cultuial)

    y

    de

    la

    Fenomenologia

    que

    pregona

    la

    ,

    a Schelling

    tambin

    ,

    a Kant

    ,

    etc'

    Es

    este,

    por

    otra

    parte,

    un

    procedimiento habitual

    entre

    los

    historiadores

    que

    hacen

    los

    manuales

    de

    Historia

    de la Filoso-

    fa.

    La

    aplicacin

    de

    este

    esquema

    tridico

    a

    veces,

    otras

    tetr-

    dico,

    1o

    que

    denota

    faita

    de

    fundamentacin

    en

    1o

    que

    se

    dice,

    se

    repite

    tambin

    en otros

    casos:

    as

    ocurre

    con

    las

    series

    Descartes-Malebranche-Espinosa-Leibniz,Locke-Berkeley-Hume-

    Reid,

    Montesquieu-Voltaire-Diderot-Rousseau,

    Husserl-Scheler-

    Hartmann-Heidegger,

    etc'

    Por

    ello

    el

    anlisis

    dei

    Idealismo

    alemn

    en

    forma

    de triada

    no

    es ms

    que

    la

    aplicacin

    en

    parte

    de

    un

    esquema

    general

    con

    las

    variaciones

    pertinentes'

    Pero,

    a

    veces,

    el esquema

    parece forzado

    ante

    la

    presencia

    de

    un

    que incluso

    puede hacer sombra

    a

    EL

    BASILISCO

    l8

  • 8/11/2019 Manuel F. Lorenzo, "Teora Ambital e Historia de la Filosofa", El Basilisco n 13, 1992.

    6/7

    la triada

    que

    Ie sigue. Es el caso

    de

    Kant

    respecto a Fichte-

    Schelling-Hegel.

    La

    sombra

    del

    gigante

    Kant

    sobre

    los

    enanos

    ,

    dirn

    algunos.

    Por ello

    en

    el

    artculo

    citado

    al

    principio

    sentimos

    la

    necesidad

    de

    excavar

    la

    tierra

    que

    sepultaba

    y

    tena

    en

    un olvido

    relativo a

    otros

    filsofos

    que

    contribuyeron

    notablemente

    a

    la

    construccin

    del

    Idealismo

    alemn,

    como

    Jacobi,

    los romnticos

    (Hlderlin,

    Novalis,

    etc.),

    para

    tener

    una

    Idea

    ms

    compleja

    y,

    si as se admite,

    una

    clave

    que

    explicase

    el alto

    vuelo

    de

    la

    famosa

    triada.

    Con

    ello

    se incorporaba

    a

    Kant en

    un

    plano

    dilerente

    y previo

    al

    ocupado

    por

    Fichte, Schelling

    y

    Hegel,

    ms

    en

    relacin

    con

    Jacobi

    que

    con los

    romnticos

    espinosistas.

    Podemos

    aho-

    ra tratar

    de aclarar

    ms aun esta

    situacin diferente

    de Kant

    con

    respecto

    a

    sus sucesores

    idealistas en

    trminos

    de

    la

    teora

    dialctica

    de

    las

    esencias

    combinatorias

    o variacionales,

    como

    una

    diferencia

    entre el

    ncleo

    del

    Idealismo alemn

    sustancia-

    do en

    la famosa

    oposicin

    kantiana entre

    la cosa

    en si

    y

    Ia

    conciencia,

    producto

    del no menos

    famoso

  • 8/11/2019 Manuel F. Lorenzo, "Teora Ambital e Historia de la Filosofa", El Basilisco n 13, 1992.

    7/7

    Pero

    volviendo

    a

    nuestro

    tema

    podemos

    observar

    que

    ade-

    ms

    de los

    Macrociclos

    que

    nos

    daban

    la

    estructura

    general

    de

    ia filosofa

    greco-romana

    y

    de

    la

    europea'

    y

    de

    los Microci-

    clos

    que

    nos

    presentan la

    estructura

    operatoria

    de

    los ciclos

    de

    grandes individualidades

    filosficas,

    hay

    tambin

    unos

    en-

    foques

    intermedios

    muy

    habituales

    entre

    los historiadores,

    en

    los

    que

    comparecen

    corrientes

    filoslicas

    pero

    agrupadas

    asi-

    mismo

    en

    grupos cuyo

    radio

    de

    extensin

    abarca

    entre

    un

    siglo como

    mnimo

    hasta quizs tres

    como mximo.

    A

    diferen-

    cia cle

    los

    Macrociclos

    que

    se

    mueven

    entre

    los 5

    6

    siglos

    y

    el milenio,

    y

    de

    los Microciclos

    cuya

    duracin

    va desde

    el

    medio sigio

    (aproximadamente

    tres

    generaciones)

    al

    siglo

    como

    mucho.

    Me

    refiero

    a corrientes

    tales

    como

    la filosofa

    Renacentista,

    el

    Racionalismo,

    el

    Empirismo

    ingles,

    la

    Ilustra-

    cin,

    el

    Positivismo,

    la Fenomenologa,

    el

    Existencialismo,

    etc'

    1'ales

    figuras

    filosficas

    deben

    ser

    estructuradas

    y

    ordenadas

    segn

    su

    desarrollo

    histrico.

    De

    tal

    manera

    que

    si

    vamos

    aplicando

    la

    estructura

    ambital

    diseada

    a

    cada

    uno

    de los

    cuatro

    grandes

    perodos histricos

    de

    la

    Metafsica

    moderna,

    tenclramos

    una situacin

    que

    a

    pesar

    de

    ser extremadamente

    compleja

    no

    deja

    de resultar

    por

    ello sumamente

    clara

    en

    su

    estructura

    de

    fondo.

    Aqu,

    desde

    luego,

    no

    podemos

    esbozarla

    en tocla

    la

    extensin

    y

    profundidad que

    se

    merece.

    Nos limita-

    remos

    por

    ello

    a constatarla

    reducindonos

    al anlisis

    de

    algn

    mbito

    como

    muestra.

    Extraido,

    por

    supuesto'

    de

    la

    Metafsi-

    ca

    moderna,

    pues

    esta

    olrece

    mayor

    riqueza

    y

    seguridad

    de

    informacin

    que

    la

    Antigua

    en el

    caso

    de las

    relaciones

    entre

    las

    corrientes

    filosficas,

    as como

    en

    el

    anlisis

    de ciclos

    de

    grandes filsofos.

    Tales

    estructuras

    intermedias

    entre

    las Macrocclicas

    y

    las

    Microcclicas

    tienen

    tambin

    la forma

    habitual

    de

    triadas'

    Por

    ejemplo,

    cuando

    se

    analiza

    ei

    bloque

    Renacimien-

    to-Racionalismo-Empirismo,

    o

    el bloque

    Ilustracin-

    Idealismo-Positivismo,

    etc. La

    misma

    consideracin

    que

    hici-

    mos cuando

    hablamos

    de

    los

    Microciclos

    tipo

    Scrates-Platn-

    Aristteles,

    debe

    hacerse

    para

    estos

    ciclos

    de

    movimientos

    filosficos.

    As,

    si analizamos

    el

    caso

    de lo

    que

    llamamos

    el mbito

    de

    la modernidad

    cultural,

    que

    suele

    hacerse

    co-

    rresponder

    con

    los siglos

    xvtlt-xIx,

    tendremos

    la serie

    de

    la

    Iluslracin

    francesa,

    el

    Idealismo

    alemn

    y

    el

    Positivismo'

    Dicho

    mbito

    suele

    ser

    contemplado

    como

    un

    movimiento

    que

    describe

    una

    trayectoria

    de aurora

    ilustrada,

    medioda

    iiealista

    y

    ocaso

    positivista cle

    la

    filosofa.

    Este

    tipo

    de

    expli-

    caciones

    son

    tpicas

    y

    comunes.

    Pero

    no

    por

    ello

    deben

    ser

    despreciadas,

    pues

    los

    tpicos

    encierran

    muchas

    veces algn

    tipo

    de

    verdad.

    Si

    aplicamos

    a

    dicha

    serie

    el

    supuesto

    de

    que

    configura

    un

    ciclo

    deberemos

    preguntar en

    primer lugar

    por

    su

    ncleo,

    el

    curso de

    dicho

    nircleo

    y

    su eventual destruccin,

    etc.

    Pues

    bien

    el

    ncleo

    de

    este

    movimiento

    a

    nuestro

    juicio,

    y

    aventu-

    rando

    opiniones

    provisionales,

    estara

    en

    la llamada

    llustracin

    inglesa,

    representada

    ms

    por

    Newton

    y

    Boyle

    que

    por

    Locke

    o

    Hume.

    Pues

    estos

    dos

    ltimos

    filsofos

    estn

    todava

    inmer-

    sos

    en el

    mbito

    de

    implantacin

    poltica

    anterior.

    No

    han

    podido asimilar,

    en

    el caso

    de

    Hume

    por

    ejemplo,

    1o

    que

    supondr

    para

    la

    teora

    del

    conocimiento

    ei

    que

    Newton

    haya

    priesto

    a

    la ciencia

    moderna

    en

    el

    seguro

    camino.

    Es

    precisa-

    mente

    la

    fisica

    de

    Newton

    lo

    que

    despierta

    la admiracin

    de

    un

    Voltaire,

    o

    la

    atencin

    absorvente

    de

    un

    Kant'

    Dicha

    lius-

    tracin

    alimentar

    la

    fe en

    los

    progresos de

    la ciencia

    para

    reclimir

    a

    la Humanidad.

    Un

    arma

    tan

    poderosa

    que

    se

    siente

    que

    a ella

    deben

    subordinarse

    la

    poltica,

    sacrificndose

    si es

    preciso hasta

    ia

    propia

    democracia

    parlamentaria,

    tal,

    como

    trasluce

    el

    gusto

    de

    estos

    Ilustrados

    por

    el Despotismo

    o

    de

    los

    Idealistas

    por

    las

    revoluciones

    violentas.

    Este

    ncleo

    de

    la

    Ilustracin

    inglesa

    se

    podra

    definir

    por

    la

    aplicacin

    de

    la

    nueva

    racionaiidad

    cientfica

    a la

    realidad

    poitica y

    social.

    La

    primera

    especie

    surgida

    de

    este

    ncleo

    es

    la Ilustracin

    Francesa,

    en

    la

    que

    dicho

    movimiento

    se

    conviete

    por

    primera

    vez

    por

    obra

    de

    en

    una

    palanca

    impresio-

    nante

    de transformacin

    sociai

    que

    culmina

    en

    la Revolucin

    francesa

    (una

    revolucin

    muy

    distinta,

    por

    ello,

    de

    ia

    inglesa)

    y

    en

    sus sucesivas

    Repblicas

    que

    van

    cumpliendo

    el

    programa

    ilustrado.

    La filosofa

    asume

    entonces

    el ideal

    cientfico

    de

    la

    Enciclopedia, desde

    Diderot hasta

    Spencer,

    pasando

    por

    He-

    gel.

    La Ilustracin

    francesa se

    extiende

    a otros

    pases

    como

    Prusia,

    Espaa,

    Italia,

    Rusia,

    etc. Pero

    donde

    engendra

    una

    transformacin

    nueva es

    en Alemania

    de

    la

    mano

    de

    Kant,

    el cual

    partiendo

    de

    dicho

    movimiento

    y

    criticndolo

    en

    parte

    alumbra al

    Idealismo

    alemn.

    En dicho

    movimiento,

    Fichte

    y

    Hegel

    proclamarn

    que

    la

    salvacin

    de

    Aiemania

    est

    en

    la

    cultura

    cientfica

    (Wissenschaft). En una

    Razn

    cientfica

    todava

    muy

    metafisica

    y poco

    positiva.

    Con

    el surgimiento

    de

    nuevas ciencias

    adems

    de

    ia

    fsica-matemtica

    de

    Newton'

    como

    la Termodinmica,

    la

    Qumica,

    etc',

    la Idea

    de

    Razn

    cientfica exigir

    un

    orden

    interno,

    una

    clasificacin

    de las

    ciencias.

    Esta

    ser

    la

    tarea del positivismo

    a partir

    de

    Comte.

    Muchas

    disciplinas

    culturales

    dejarn

    de ser

    cientficas

    y

    ade-

    ms aparecer

    la

    degeneracin

    del

    especialismo

    que

    en

    el

    lmite

    engendrar

    el

    monstruo

    del

    que

    deca

    Ortega,

    de la

    posibilidad

    del cientfico

    inculto,

    sin

    ilustracin

    aunque

    con

    mucho

    prestigio

    y poder

    social.

    Con

    ello

    el

    ncleo

    ilustrado

    es

    destruido

    internamente

    cerrndose

    as

    dicho

    ciclo.

    El ciclo

    siguiente

    de

    corrientes

    fiiosficas

    (Vitalismo,

    Fenome-

    nologa,

    Existencialismo,

    etc.),

    ser

    incubado

    en el

    Romanti-

    cismo

    como

    primer

    movimiento

    cultural

    que

    hace

    una

    crtica

    frontal

    a la

    Ilustracin.

    Pero

    este

    ciclo

    ya

    pertenece

    a otro

    mbito

    filosfico

    general,

    al mbito

    de la

    implantacin

    csmi-

    ca, naturalista,

    vitalista

    y

    antimecanicista

    de

    la

    Filosofa.

    Deberamos

    hacer

    1o mismo

    con

    los movimientos filosfi-

    cos

    que

    se

    dan

    en el mbito

    religioso

    medieval,

    en

    el

    mbito

    poltico

    moderno

    y

    en

    el

    mbito

    csmico

    contemporneo.

    Peto,

    atenindonos

    al cacter

    programtico de

    este

    escrito,

    desisti-

    mos

    de hacerlo

    pues

    consideramos

    tambin

    que

    este

    tipo

    de

    explicaciones,

    si

    se

    eiteran

    o

    repiten

    mucho

    sin

    pasar

    a

    la

    aplicacin

    y

    ai

    anlisis

    pormenorizado

    -el

    cual

    exigira

    el

    for-

    mato

    de

    un libro-,

    pareceran

    forzadas

    y

    producto de

    una

    combinatoria

    superficial

    o

    arbitraria.

    No

    obstante

    queremos

    recordar

    que

    la

    aplicacin

    a

    estas

    materias

    de

    un

    Principio

    de

    Variacin,

    tal

    como

    1o

    ha

    formu-

    lado Eugenio

    Trias,

    permite

    recrear

    o

    reproducir

    de

    forma

    cuasi-artstica

    un

    tipo

    de

    conocimientos

    que

    normalmente,

    hasta

    la fecha,

    se

    presentan

    en

    las

    Historias

    de la

    Filosofa

    al uso

    como un

    amasijo

    catico

    e indigerible

    de

    datos,

    de

    fiiosofas,

    de corrientes

    y

    de

    filsofos

    en

    las

    que

    se

    mezcla

    todo,

    lo

    esencial

    con lo

    marginal,

    etc.

    Tal

    reexposicin

    mo-

    dulante

    o

    del

    gnero

    combinatorio,

    no es

    desde

    luego

    inocen-

    te,

    pues presupone una

    estructura

    filosfica

    que

    a su

    vez

    surge

    de

    una

    concepcin

    de la

    Filosofa,

    ella

    misma

    resultado

    de

    todo un

    largo

    desarrollo

    histrico-filosfico

    que

    la

    prepa-

    ra, etc. Si

    algn tipo

    de

    inocencia

    se

    quiere

    reivindicar

    aqu

    sera

    aquella

    inocencia

    que

    todava

    permite al

    compositor-

    lilosfico

    encontrar

    nuevas

    estructuras

    a travs

    de

    las

    cuales

    el

    torrente

    filosfico

    halle

    unos

    cauces

    por

    los

    que

    pueda

    fluir

    de

    forma

    que

    resulte una

    armonia

    sinfnica

    de sonidos

    nunca

    escuchada

    antes.

    EL

    BASILISCO

    20