Manual de Oraciones LC

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MANUAL DE ORACIONES

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MANUALDE

ORACIONES

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Para uso de los religiosos y noviciosde la Legión de Cristo.

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ÍNDICE

I. Al levantarse

II. Ofrecimiento de obras

III. Meditación

IV. Después de la oración

V. Oraciones del sacerdote antes de la celebración eucarística

VI. Celebración eucarística

VII. Acción de gracias después de la comunión

VIII. Examen de conciencia de mediodía

IX. Saludo a la Santísima Virgen

X. Himnos

XI. Visita eucarística

XII. Rosario

XIII. Oraciones para iniciar o terminar algunos actos

XIV. Visita sabatina

XV. Invocaciones a Jesucristo

XVI. Sacramento de la reconciliación

XVII. Hora eucarística

XVIII. Oraciones de la noche

XIX. Despedida de la Santísima Virgen

XX. Al acostarse

Apéndice

Oraciones para el sacerdote

Antes de escuchar las confesiones

Después de haber escuchado las confesiones

Antes de rezar la liturgia de las horas

Otras oraciones

Magníficat

Letanías de la humildad

Oración a Jesucristo

Oración al Espíritu Santo

Oración a la Santísima Virgen

Oración a san Miguel arcángel

Oración de ofrecimiento

Letanías a Cristo, Sacerdote y Víctima

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I. Al levantarseLa invocación a Jesucristo, nuestro Rey, y la petición de ayuda dan la orientación que debe tener el nuevo día: todo por el Reino de Cristo.

Desde el momento de despertarse, únanse a Jesucristo; cultiven el recogimiento interior y exterior, recordando los puntos de la meditación, para prepararse mejor a su encuentro con el Señor en la meditación y en la celebración eucarística.

El «Te Deum» es un himno de alabanza, de acción de gracias y de confianza en el auxilio de Dios nuestro Señor. Procuren que sus sentimientos íntimos respondan a las palabras que recitan con los labios (PN nn. 118-120).

V¡Cristo, Rey nuestro!

R¡Venga tu Reino!

ANTÍFONA. Bendita sea la santa Trinidad e indivisible unidad; proclamamos que ha tenido misericordia de nosotros.

HIMNO DE ACCIÓN DE GRACIASA ti, oh Dios, te alabamos,a ti, Señor, te reconocemos.A ti, eterno Padre,te venera toda la creación.Los ángeles todos, los cielosy todas las potestades te honran.Los querubines y serafineste cantan sin cesar:Santo, Santo, Santo es el Señor,Dios del universo.Los cielos y la tierraestán llenos de la majestad de tu gloria.A ti te ensalzael glorioso coro de los apóstoles,la multitud admirable de los profetas,el blanco ejército de los mártires.A ti la Iglesia santa,extendida por toda la tierra,te proclama:Padre de inmensa majestad,Hijo único y verdadero, digno de adoración,Espíritu Santo, Defensor.Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.Tú eres el Hijo único del Padre.Tú, para liberar al hombre,aceptaste la condición humanasin desdeñar el seno de la Virgen.Tú, rotas las cadenas de la muerte,abriste a los creyentes el reino del cielo.

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Tú te sientas a la derecha de Diosen la gloria del Padre.Creemos que un díahas de venir como juez.Te rogamos, pues,que vengas en ayuda de tus siervos,a quienes redimiste con tu preciosa sangre.Haz que en la gloria eternanos asociemos a tus santos.Salva a tu pueblo, Señor,y bendice tu heredad.Sé su pastory ensálzalo eternamente.Día tras día te bendecimosy alabamos tu nombre para siempre,por eternidad de eternidades.Dígnate, Señor, en este díaguardarnos del pecado.Ten piedad de nosotros, Señor,ten piedad de nosotros.Que tu misericordia, Señor,venga sobre nosotros,como lo esperamos de ti.En ti, Señor, confié,no me veré defraudado para siempre.

- Señor, oye mi oración.

- Y llegue a ti mi clamor.

Oremos:Señor, Dios omnipotente, que nos has concedido llegar al inicio de un nuevo día, ayúdanos con tu gracia para que en este día no caigamos en ningún pecado, sino que todos nuestros pensamientos, palabras y obras vayan dirigidos a realizar tu voluntad. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

- ¡Cristo, Rey nuestro!

- ¡Venga tu Reino!

- Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia (Madre dolorosa),

- ruega por nosotros.

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II. Ofrecimiento de obrasRecen las oraciones penetrando su sentido con amor y uniéndose a todos los legionarios que ofrecen al Señor su jornada con las mismas oraciones. Es conveniente que, en algunas ocasiones, esas oraciones sean objeto específico de su meditación, para que profundicen mejor en su contenido y saquen mayor provecho al recitarlas. Eviten, especialmente, convertirlas en fórmulas rutinarias y convencionales (PN n. 124).

Sólo los novicios las rezan en voz alta.

VEn el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

V¡Oh sagrado convivio,

Ren que Cristo es nuestra comida, se celebra el memorial de su pasión, el alma se llena de gracia y se nos da la prenda de la gloria futura!

VLes diste pan del cielo,

Rque contiene en sí todo deleite.

VOremos:

Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión; te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

RAmén.

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDADCreo en ti, Dios mío, porque eres la verdad misma. Espero en ti, porque eres la misericordia infinita y eres fiel a tus promesas. Te amo sobre todas las cosas porque eres infinitamente amable y porque a ti sólo debo amarte con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas mis fuerzas. Gracias te doy, Dios mío, porque después de haber velado mi sueño como lo hiciera la madre más amorosa, me has concedido un nuevo día para servirte y santificarme en la Legión.

ORACIÓN AL PADREPadre santo, que has querido crearme y adoptarme como hijo para que te ame e invoque con la más filial confianza: te bendigo por el amor que me has tenido al elegirme en Cristo, antes de la creación del mundo, para ser santo e inmaculado en tu presencia.

Tú conoces mi miseria y sabes cuánto necesito de tu gracia para cumplir tu santísima voluntad. Concédemela, pues, Padre amantísimo, en la medida de mis necesidades.

Acrecienta en mí el celo ardiente que me mueva sin descanso a hacer que todos los hombres participen de la vida eterna que se tiene conociéndote y amándote a ti, solo Dios verdadero, y al que enviaste, Jesucristo.

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Concédeme, Padre santo, la fortaleza necesaria para evitar todo pecado e imperfección, y no me dejes caer en las asechanzas y tentaciones que en este día me tienda el espíritu del mal.

ORACIÓN A JESUCRISTOJesús mío, te renuevo mi consagración ofreciéndome a ti en este nuevo día, para que dispongas de mi alma, de mi cuerpo, de mis fuerzas, de mi inteligencia y de mi voluntad como te agrade.

Soy tuyo sin reserva alguna. Hazme fiel a tu amistad.

Concédeme vivir en este día con la ilusión de glorificar al Padre cumpliendo con fidelidad y constancia su voluntad.

Dame, te lo ruego, un corazón estable que no se separe de ti por ninguna disipación; un corazón casto y generoso que no se contamine con ninguna afición indigna; un corazón desinteresado que se consuma sólo por tu amor y por los intereses de tu Reino; un corazón conquistador como el tuyo.

Haz, Jesús mío, que todos los que estamos consagrados a ti en la Legión y en el Regnum Christi, te amemos cada día más y seamos más fieles y esforzados apóstoles de tu Reino.

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTOOh Espíritu Santo, dulce huésped y consolador de mi alma: ilumina mi entendimiento para conocer la voluntad divina sobre mí; inflama mi corazón para amarla con pasión y da fuerza a mi voluntad para cumplirla con la perfección que tú me pides. Final-mente te pido, oh Espíritu de amor, que me concedas las gracias necesarias para corresponder fielmente a tus santas inspiraciones.

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGENMadre mía, vengo ante ti en este nuevo día a bendecirte por las cosas grandes que ha hecho en ti Dios todopoderoso, a agradecerte las gracias que me has alcanzado, a consagrarte todos mis pensamientos, palabras y obras, y a pedirte tu bendición para mí y cada uno de mis hermanos.

Intercede ante Dios por los legionarios y por los miembros del Regnum Christi que, esparcidos por el mundo, nos esforzamos por vivir la fe, la esperanza y la caridad de las que tú nos das tan admirable y alto ejemplo.

Concédeme imitar la vida de oración, de obediencia, de pureza, de sacrificio y de sencillez que compartiste con tu Hijo, nuestro Hermano y Señor.

Ayúdame a formar un corazón manso y humilde como el de tu Hijo Jesucristo, y alcánzame la gracia de recibirle en el sacramento de su amor con el fervor con que tú lo hacías en los años de tu soledad.

Dile a Jesús, oh Madre, cuánto le quiero amar, cuáles son mis deseos de santificación y de apostolado. Dile con qué fervor y constancia quiero servirle en la Legión y en el Regnum Christi que han de ser un instrumento fiel para la extensión de su Reino entre los hombres.

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EXAMEN DE PREVISIÓNEl examen de previsión es un momento de reflexión, al inicio del día, para presentar a la mente, a la voluntad y al corazón, de una manera sintética, las principales obligaciones espirituales, formativas y apostólicas que deben afrontar en el nuevo día.

Procuren recordar brevemente los puntos fundamentales de su programa de reforma de vida y de su examen particular.

Recuerden las deficiencias y logros descubiertos en el examen de conciencia de la noche anterior y renueven el propósito formulado.

Revisen sus disposiciones interiores y sus estados de ánimo para aprovechar los positivos y rectificar los negativos.

Revisen también sus principales compromisos o actividades del día (PN nn. 125-129).

SALUDO A LA SANTÍSIMA VIRGENEl saludo a la Santísima Virgen, de acuerdo con la tradición de la Iglesia, se reza tres veces al día: durante el ofrecimiento de obras, antes de comer, y después del rosario, si se reza por la tarde, o hacia las seis de la tarde.

ÁNGELUS DÓMINI

VEl ángel del Señor anunció a María.

RY concibió del Espíritu Santo.

VDios te salve, María, llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

RSanta María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

VHe aquí la esclava del Señor.

RHágase en mí según tu palabra.

VDios te salve, María...

VY el Verbo se hizo carne.

RY habitó entre nosotros.

VDios te salve, María...

VRuega por nosotros, santa Madre de Dios,

Rpara que seamos dignos de las promesas de Cristo.

VOremos:

Te pedimos, Señor, infundas tu gracia en nuestras mentes, para que los que hemos conocido por el mensaje del ángel el misterio de la encarnación de tu Hijo, seamos conducidos a la gloria de la resurrección, por los méritos de su cruz y pasión. Por el mismo Cristo nuestro Señor.

RAmén.

VGloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

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RComo era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Tres veces)

REGÍNA CÆLI (Tiempo pascual)VAlégrate, Reina del cielo, aleluya.

RPorque aquel a quien mereciste llevar en tu seno, aleluya.

VHa resucitado como lo predijo, aleluya.

RIntercede por nosotros ante Dios, aleluya.

VGózate y alégrate, María virgen, aleluya.

RPorque en verdad el Señor ha resucitado, aleluya.

VOremos:

Oh Dios, que has llenado de alegría el mundo con la resurrección de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, concédenos, por intercesión de su Madre la Virgen María, el llegar a poseer la dicha de la vida inmortal. Por Cristo nuestro Señor.

RAmén.

VGloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

RComo era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Tres veces)

ORACIÓN AL ÁNGEL DE LA GUARDA

VÁngel del Señor,

Rque eres mi custodio: puesto que la providencia soberana me encomendó a ti, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname en este día. Amén.

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III. MeditaciónLa oración es un diálogo personal e íntimo con Dios que ilumina y robustece en el alma y en el corazón la decisión de identificarse con la razón de ser de la propia vida: la voluntad santísima de Dios. Es una renovación desde Dios que debe abarcar los criterios, los afectos, las motivaciones y las decisiones personales. Debe hacerse al inicio del día para que marque la orientación espiritual y apostólica de la jornada.

Al iniciar la oración, actúen su fe en la existencia del Espíritu Santo. Recuerden que él es el «dulce Huésped del alma» y que sin él nada sólido ni estable se puede conseguir en la obra de la santificación personal. Canten con estos sentimientos de fe, de amor y de súplica el «Veni Creátor», identificando su mente y su corazón con lo que las palabras expresan (PN nn. 130-131).

Veni Creátor Spíritus

Actos preparatorios

VENI CREÁTOR SPÍRITUSVEmítte Spíritum tuum, et creabúntur.

REt renovábis fáciem terræ.

VOrémus:

Deus, qui corda fidélium Sancti Spíritus illustratióne docuísti: † da nobis in eódem Spíritu recta sápere, * et de eius semper consolatióne gaudére. Per Christum Dóminum nostrum.

RAmen.

VENI CREÁTOR SPÍRITUS (español)Ven, Espíritu Creador;visita las almas de tus fieles,y llena de la divina gracialos corazones que tú mismo creaste.Tú eres nuestro Consolador,don del Dios Altísimo,fuente viva, fuego, caridad,y espiritual unción.Tú derramas sobre nosotros los siete dones;tú, el dedo de la diestra de Dios;tú, el Prometido del Padre;tú, quien pones en nuestros labioslos tesoros de tu palabra.Enciende con tu luz nuestros sentidos;infunde tu amor en nuestros corazones;y, con tu perpetuo auxilio,fortalece nuestra frágil carne.Aleja de nosotros al enemigo,danos pronto la paz,sé tú mismo nuestro guía,y puestos bajo tu dirección,evitaremos lo nocivo.

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Por ti conozcamos al Padre,y también al Hijo;y en ti, Espíritu de entrambos,creamos en todo tiempo. Amén.

VEnvía tu Espíritu Creador.

RY renueva la faz de la tierra.

VOremos:

Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Cristo nuestro Señor.

RAmén.

ACTOS PREPARATORIOSOfrezcan de corazón la oración al Padre, en unión con Jesucristo, por la extensión de su Reino.

Procuren actuar la presencia de Dios al inicio de la oración. Para ello, es conveniente detenerse un momento ante el reclinatorio y preguntarse qué es lo que se va a hacer, con quién se va a dialogar, etc.

Recogido y actuado el espíritu, hagan los actos preparatorios:actos de fe, de esperanza y de caridad, de acción de gracias, de humildad substancial, reconociendo lo que se es delante de Dios: una creatura necesitada de redención.

Pongan su oración bajo el cuidado maternal de la Santísima Virgen María.

Presenten confiadamente a Dios la gracia que desean alcanzar como fruto de la oración (PN nn. 133-137).

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IV. Después de la oraciónHagan con exigencia el examen de la oración revisando la preparación y el desarrollo de la misma, las gracias recibidas, los elementos que les han favorecido o estorbado y la respuesta personal ante las exigencias de Dios.

Anoten brevemente las luces recibidas en la oración y den gracias a Dios por ellas.

Pidan perdón por las distracciones y negligencias tenidas y encomienden a aquellos legionarios que no hayan sido fieles a la oración, para que Dios nuestro Señor les conceda de otra manera las gracias desaprovechadas.

No se desalienten por las deficiencias y dificultades encontradas; más bien examinen sus causas y, después de pedir perdón a Dios, propónganse superarlas, permaneciendo serenos, animados y determinados a realizar los propósitos hechos (PN nn. 150-153).

Examen de la oración

Peticiones a Jesucristo

PETICIONES A JESUCRISTOEstas peticiones las rezan también los novicios al inicio del examen de la oración vespertina.

Reino del Corazón de Jesucristo,establécete en mi corazón.Humildad del Corazón de Jesucristo,modela mi corazón.Alegría del Corazón de Jesucristo,dilata mi corazón.Amor del Corazón de Jesucristo,inflama mi corazón.Luz del Corazón de Jesucristo,ilumina mi corazón.Ciencia del Corazón de Jesucristo,instruye mi corazón.Silencio del Corazón de Jesucristo,habla a mi corazón.Voluntad del Corazón de Jesucristo,gobierna mi corazón.Paciencia del Corazón de Jesucristo,soporta mi corazón.Celo del Corazón de Jesucristo,abrasa mi corazón.Obediencia del Corazón de Jesucristo,somete mi corazón.Constancia del Corazón de Jesucristo,haz fiel mi corazón.Fortaleza del Corazón de Jesucristo,sostén mi vocación.

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EXAMEN DE LA ORACIÓN- Ver si hay algo en mí que no esté de acuerdo con la voluntad de Dios.

- Detestar lo que me aparte de ella.

- Actuar el deseo de seguirla en todo momento y sólo por amor a Jesucristo y por la salvación de las almas.

-¿He preparado con cuidado los puntos de la noche (tema, fruto, desarrollo, propósitos...)?

- ¿He recordado al acostarme los puntos de la meditación del día siguiente?

- Al despertarme, ¿he desechado todo pensamiento extraño para disponerme a la meditación?

- ¿He dado vida a la oración preparatoria?

- ¿Me he detenido en el punto en que he hallado más devoción, sin querer pasar adelante mientras en él encontraba materia de reflexión, coloquio y afectos?

- ¿He empleado bien todo el tiempo de oración?

- ¿Me he entregado sin reservas a la meditación luchando contra la indolencia, las distracciones, el sueño, la sequedad...?

- ¿He hecho con fervor los coloquios?

- ¿Me ha ido mal en la meditación? ¿Cuáles han sido las causas?

- ¿He conservado la postura de humildad, confianza y docilidad delante de Dios?

- ¿Cuál es mi propósito de la oración para el día de hoy?

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V. Oraciones del sacerdote antes de la celebración eucarísticaLos sacerdotes, partícipes de manera especial del sacerdocio de Cristo, celebren devota y reverentemente el sacrificio de la Eucaristía, como corresponde a tan gran misterio, de manera que el testimonio de su fe lleve a todos los presentes a una mayor participación. Prepárense a la oblación del sacrificio eucarístico con oraciones fervorosas y al terminar den gracias a Dios por tan gran beneficio (CLC n. 347, § 1).

Pueden ayudarse de las siguientes oraciones.

Oración de san Ambrosio

Oración de santo Tomás de Aquino

Oración a la Santísima Virgen

Fórmula de la intención de la Misa

Oración antes de la celebración eucarística

Al revestirse con los ornamentos sagrados

ORACIÓN DE SAN AMBROSIOSeñor mío Jesucristo, me acerco a tu altar lleno de temor por mis pecados, pero también lleno de confianza, porque estoy seguro de tu misericordia.

Tengo conciencia de que mis pecados son muchos y de que no he sabido dominar mi corazón y mi lengua. Por eso, Señor de bondad y de poder, abrumado por mis faltas me acerco a ti, fuente de misericordia y de perdón; vengo a refugiarme en ti, que has dado la vida por salvarme, antes de que llegues como juez a pedirme cuentas.

Señor, no me da vergüenza descubrirte a ti mis llagas. Me dan miedo mis pecados, cuyo número y magnitud sólo tú conoces; pero confío en tu infinita misericordia. Señor mío Jesucristo, Rey eterno, Dios y hombre verdadero; mírame con amor, pues quisiste hacerte hombre para morir por nosotros. Escúchame, pues espero en ti. Ten compasión de mis pecados y miserias, tú que eres fuente inagotable de amor.

Te adoro, Señor, porque diste tu vida en la cruz y te ofreciste en ella como Redentor por todos los hombres y por mí. Adoro, Señor, la sangre preciosa que brotó de tus heridas y ha purificado el mundo de sus pecados. Mira, Señor, a este pobre pecador, creado y redimido por ti.

Me arrepiento de mis pecados y propongo corregir sus consecuencias. Purifícame de todas mis maldades para que pueda celebrar dignamente este santo sacrificio.

Que tu Cuerpo y tu Sangre me ayuden, Señor, a obtener de ti el perdón de mis pecados y la satisfacción de mis culpas; me libren de mis malos pensamientos, renueven en mí los sentimientos santos, me impulsen a cumplir tu voluntad y me protejan en todo peligro de alma y cuerpo. Amén.

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ORACIÓN DE SANTO TOMÁS DE AQUINODios eterno y todopoderoso, me acerco al sacramento de tu Hijo unigénito, nuestro Señor Jesucristo, como se acerca el enfermo al médico, el pecador a la fuente de misericordia, el ciego al resplandor de la luz eterna y el pobre e indigente al Dios del cielo y de la tierra.

Muéstrame, Señor, tu bondad infinita y cura mis debilidades; borra las manchas de mis pecados, ilumina mi ceguera, enriquece mi indigencia y viste mi desnudez, a fin de que pueda yo recibir en el Pan de los ángeles al Rey de reyes y Señor de señores con toda la reverencia, el arrepentimiento y el amor, la pureza, la fe y el deseo que son necesarios para la salvación de mi alma.

Haz, Señor, que no sólo reciba yo el sacramento del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, sino también la fuerza que otorga el sacramento; y que, con tal amor reciba el Cuerpo que tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, recibió de la Virgen María, que quede yo incorporado a su Cuerpo Místico y pueda ser contado como uno de sus miembros.

Concédeme, Padre lleno de amor, llegar a contemplar, al término de esta vida, cara a cara y para siempre, a tu Hijo Jesucristo, a quien voy a recibir hoy oculto en este sacramento.

Por el mismo Cristo nuestro Señor, que vive y reina por los siglos. Amén.

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGENSantísima Virgen María, madre del amor y de la misericordia, que acompañaste a tu Hijo amado cuando dio la vida por nosotros en la cruz: vengo a suplicarte con sinceridad y devoción que acompañes a todos los sacerdotes que van a celebrar hoy la santa misa en toda la Iglesia y también a mí, pecador indigno.

Ayúdanos con tu maternal intercesión a ofrecer dignamente al Padre, por medio del Espíritu Santo, el sacrificio redentor de tu Hijo Jesucristo. Amén.

FÓRMULA DE LA INTENCIÓN DE LA MISAMi propósito es celebrar esta misa y hacer presente el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo según el rito de la Santa Iglesia Romana, para alabanza de Dios todopoderoso y de la Iglesia triunfante; para bien mío y de toda la Iglesia que peregrina en la tierra; por todos los que me han pedido que ruegue por ellos, en general y en particular, y por la santidad y salvación de

todo el pueblo de Dios.

Que el Señor omnipotente y misericordioso nos conceda un arrepentimiento verdadero y una verdadera enmienda de vida; que nos dé su alegría y su paz, la gracia y el consuelo del Espíritu Santo y la perseverancia en el bien. Amén.

ORACIÓN ANTES DE LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA¡Líbranos, Señor!

Líbranos, Señor, de nuestros pecados para que, purificado nuestro espíritu, podamos entrar en el Santo de los Santos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

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AL REVESTIRSE CON LOS ORNAMENTOS SAGRADOSAL LAVARSE LAS MANOS

Concede a mis manos, Señor, la virtud de limpiar toda mancha, para que pueda servirte en pureza de mente y de cuerpo.AL COLOCARSE EL AMITO

Impón en mi cabeza, Señor, el casco de la salvación, para rechazar los asaltos del diablo.AL PONERSE EL ALBA

Purifícame, Señor, y limpia mi corazón, para que, purificado con la sangre del Cordero, pueda disfrutar de los goces eternos.AL PONERSE EL CÍNGULO

Cíñeme, Señor, con el cinturón de la pureza y extingue en mis entrañas el fuego de la concupiscencia, para que permanezca en mí la virtud de la continencia y de la castidad.AL PONERSE LA ESTOLA

Devuélveme, Señor, la túnica de la inmortalidad, que perdí por el pecado de los primeros padres: y, aunque me acerco a tus sagrados misterios indignamente, haz que merezca, no obstante, el gozo eterno.AL PONERSE LA CASULLA

Señor, que dijiste: «Mi yugo es suave y mi carga ligera »; haz que lo lleve de tal manera que alcance tu gracia. Amén.

VI. Celebración eucarísticaEsfuércense por acercarse a la celebración eucarística con la conciencia de que es el momento central del día, la cumbre a la que debe tender toda actividad y la fuente de donde mana la fuerza santificadora y apostólica para el hombre del Reino.

Para participar mejor en la celebración eucarística, procuren seguirla sirviéndose del misal.

Actúen su fe considerándose deudores dando gracias, pobres pidiendo gracias, pecadores satisfaciendo con Cristo, creaturas redimidas adorando y apóstoles rogando con Cristo por la salvación de las almas (PN nn. 154-156).

VII. Acción de gracias después de la comuniónPresenten a Cristo su indigencia para que él les conceda las gracias necesarias en el camino hacia él: fidelidad, amor personal y apasionado a Cristo, entrega a la misión, adhesión a la voluntad de Dios, celo por la salvación de las almas, amor a la cruz y al sacrificio, programa espiritual, perseverancia final.

Si las fórmulas del manual de oraciones les sirven para dar gracias al Señor por los beneficios recibidos y para meditar en el misterio y en las lecciones de la Eucaristía, úsenlas y proc uren penetrar en su sentido profundo (PN n. 162).

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Después de un tiempo de silencio adecuado se rezan en comunidad las oraciones por el Papa, por el Director General y, en los días establecidos, también la oración por la fidelidad de los legionarios y miembros del Regnum Christi.

SALMODIA DE ACCIÓN DE GRACIAS

ANTÍFONA. En medio de las llamas, los tres jóvenes, unánimes, cantaban: «Bendito sea el Señor». Aleluya.

CÁNTICO DE LOS TRES JÓVENES Dn 3, 57-88.56

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,ensalzadlo con himnos por los siglos.Ángeles del Señor, bendecid al Señor;cielos, bendecid al Señor.Aguas del espacio, bendecid al Señor;ejércitos del Señor, bendecid al Señor.Sol y luna, bendecid al Señor;astros del cielo, bendecid al Señor.Lluvia y rocío, bendecid al Señor;vientos todos, bendecid al Señor.Fuego y calor, bendecid al Señor;fríos y heladas, bendecid al Señor.Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;témpanos y hielos, bendecid al Señor.Escarchas y nieves, bendecid al Señor;noche y día, bendecid al Señor.Luz y tinieblas, bendecid al Señor;rayos y nubes, bendecid al Señor.Bendiga la tierra al Señor;ensálcelo con himnos por los siglos.Montes y cumbres, bendecid al Señor;cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.Manantiales, bendecid al Señor;mares y ríos, bendecid al Señor.Cetáceos y peces, bendecid al Señor;aves del cielo, bendecid al Señor.Fieras y ganados, bendecid al Señor;ensalzadlo con himnos por los siglos.Hijos de los hombres, bendecid al Señor;bendiga Israel al Señor.Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;siervos del Señor, bendecid al Señor.Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor;ensalzadlo con himnos por los siglos.Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo;ensalcémoslo con himnos por los siglos.Bendito el Señor en la bóveda del cielo;alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

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ALABAD AL SEÑOR Salmo 150

Alabad al Señor en su templo,alabadlo en su fuerte firmamento.Alabadlo por sus obras magníficas,alabadlo por su inmensa grandeza.Alabadlo tocando trompetas,alabadlo con arpas y cítaras.Alabadlo con tambores y danzas,alabadlo con trompas y flautas.Alabadlo con platillos sonoros,alabadlo con platillos vibrantes.Todo ser que alienta alabe al Señor.Gloria al Padre...ANTÍFONA. En medio de las llamas, los tres jóvenes, nánimes, cantaban: «Bendito sea el Señor». Aleluya.

ORACIÓN

Señor, que mitigaste la violencia del fuego que abrasaba a los tres jóvenes, concede a tus siervos el vernos libres de todo pecado. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN A JESÚS CRUCIFICADO

Mírame, oh mi amado y buen Jesús, postrado a los pies de tu divina presencia. Te ruego y suplico con grande fervor de mi alma, te dignes grabar en mi corazón sentimientos vivísimos de fe, esperanza y caridad, arrepentimiento sincero de mis pecados y propósito firme de nunca más ofenderte. Mientras yo, con todo el amor y dolor de que soy capaz, considero y medito tus cinco llagas, teniendo en cuenta aquello que dijo de ti, oh mi Dios, el santo profeta David: «Han taladrado mis manos y mis pies, y se pueden contar todos mis huesos».

ALMA DE CRISTO

Alma de Cristo, santifícame.Cuerpo de Cristo, sálvame.Sangre de Cristo, embriágame.Agua del costado de Cristo, lávame.Pasión de Cristo, confórtame.Oh buen Jesús, óyeme.Dentro de tus llagas, escóndeme.No permitas que me separe de ti.Del enemigo malo, defiéndeme.En la hora de mi muerte, llámame.Y mándame ir a ti, para que con tus santos te alabe y tebendiga por los siglos de los siglos. Amén.

ORACIÓN AL PADRE

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Gracias te doy, Señor, Padre todopoderoso, por todos tus beneficios y señaladamente porque has querido admitirme a la participación del sacratísimo Cuerpo de tu divino Hijo.

Te suplico, oh Padre clementísimo, que esta sagrada comunión no sea para mí lazo ni ocasión de castigo, sino intercesión saludable para el perdón; sea armadura de mi fe, escudo de mi buena voluntad, muerte de todos mis vicios, exterminio de todos mis carnales apetitos y aumento de caridad, paciencia, verdadera humildad y de todas las virtudes; sea perfecto sosiego de mi cuerpo y

de mi espíritu, firme defensa contra todos mis enemigos visibles e invisibles, perpetua unión contigo solo, mi verdadero Dios y Señor, y sello feliz de mi dichosa muerte.

Y te ruego que tengas por bien llevarme a mí, pecador, a aquel convite inefable, donde tú, con tu Hijo y el Espíritu Santo, eres para tus santos luz verdadera, satisfacción cumplida, gozo perdurable, dicha completa y felicidad perfecta. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN DEL PAPA CLEMENTE XI

Creo en ti, Señor, pero ayúdame a creer con firmeza; espero en ti, pero ayúdame a esperar sin desconfianza; te amo, Señor, pero ayúdame a demostrarte que te quiero; estoy arrepentido, pero ayúdame a no volver a ofenderte.

Te adoro, Señor, porque eres mi creador y te anhelo porque eres mi fin; te alabo, porque no te cansas de hacerme el bien y me refugio en ti, porque eres mi protector.

Que tu sabiduría, Señor, me dirija y tu justicia me reprima; que tu misericordia me consuele y tu poder me defienda.

Te ofrezco, Señor, mis pensamientos, ayúdame a pensar en ti; te ofrezco mis palabras, ayúdame a hablar de ti; te ofrezco mis obras, ayúdame a cumplir tu voluntad; te ofrezco mis penas, ayúdame a sufrir por ti.

Todo aquello que quieres tú, Señor, lo quiero yo, precisamente porque lo quieres tú, como tú lo quieras y durante todo el tiempo que lo quieras.

Te pido, Señor, que ilumines mi entendimiento, que fortalezcas mi voluntad, que purifiques mi corazón y santifiques mi espíritu.

Hazme llorar, Señor, mis pecados, rechazar las tentaciones, vencer mis inclinaciones al mal y cultivar las virtudes.

Dame tu gracia, Señor, para amarte y olvidarme de mí, para buscar el bien de mi prójimo sin tenerle miedo al mundo.

Dame tu gracia para ser obediente con mis superiores, comprensivo con mis inferiores, solícito con mis amigos y generoso con mis enemigos.

Ayúdame, Señor, a superar con austeridad el placer, con generosidad la avaricia, con amabilidad la ira, con fervor la tibieza.

Que sepa yo tener prudencia, Señor, al aconsejar, valor en los peligros, paciencia en las dificultades, sencillez en los éxitos.

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Concédeme, Señor, atención al orar, sobriedad al comer, responsabilidad en mi trabajo y firmeza en mis propósitos.

Ayúdame a conservar la pureza de alma, a ser modesto en mis actitudes, ejemplar en mi trato con el prójimo y verdaderamente cristiano en mi conducta.

Concédeme tu ayuda para dominar mis instintos, para fomentar en mí tu vida de gracia, para cumplir tus mandamientos y obtener mi salvación.

Enséñame, Señor, a comprender la pequeñez de lo terreno, la grandeza de lo divino, la brevedad de esta vida y la eternidad futura.

Concédeme, Señor, una buena preparación para la muerte y un santo temor al juicio, para librarme del infierno y obtener tu gloria.

Por Cristo nuestro Señor. Amén.

OFRECIMIENTO

Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y poseer. Tú me lo diste; a ti, Señor, lo torno.

Todo es tuyo. Dispón de mí según tu voluntad. Dame tu amor y gracia, que esto me basta.

ORACIÓN A CRISTO REY

Oh Cristo Jesús, te reconozco por Rey universal. Todo cuanto existe ha sido creado por ti. Ejerce sobre mí todos tus derechos. Renuevo mis promesas del bautismo renunciando a Satanás, a sus seducciones y a sus obras, y prometo vivir como buen legionario. Muy en particular me comprometo a hacer triunfar, según mis medios, los derechos de Dios y de tu Iglesia.

Jesucristo, te ofrezco mis pobres acciones para obtener que todos los corazones reconozcan y vivan tu mensaje de paz, de justicia y de amor.

PETICIONES A JESUCRISTO

Reino del Corazón de Jesucristo,establécete en mi corazón.Humildad del Corazón de Jesucristo,modela mi corazón.Alegría del Corazón de Jesucristo,dilata mi corazón.Amor del Corazón de Jesucristo,inflama mi corazón.Luz del Corazón de Jesucristo,ilumina mi corazón.Ciencia del Corazón de Jesucristo,instruye mi corazón.Silencio del Corazón de Jesucristo,habla a mi corazón.Voluntad del Corazón de Jesucristo,

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gobierna mi corazón.Paciencia del Corazón de Jesucristo,soporta mi corazón.Celo del Corazón de Jesucristo,abrasa mi corazón.Obediencia del Corazón de Jesucristo,somete mi corazón.Constancia del Corazón de Jesucristo,haz fiel mi corazón.Fortaleza del Corazón de Jesucristo,sostén mi vocación.

SALMO DE AMOR A LA EUCARISTÍA

Te amo, Señor, por tu Eucaristía,por el gran don de ti mismo.Cuando no tenías nada más que ofrecernos dejaste tu cuerpo para amarnos hasta el fin,con una prueba de amor abrumadora,que hace temblar nuestro corazónde amor, de gratitud y de respeto.Nos dejaste tu último recuerdo palpitante y caliente,a través de los siglos,para que recordáramos aquella nocheen que prometiste quedarte en los altareshasta el fin de los tiempos,insensible al dolor de la soledaden tantos sagrarios.Sin más gozo que ser el eterno adoradorinmolado sobre el blanco mantel;sin más consuelo que saberque eras el compañero de tus elegidos,que harías más breve su dolordesde tu puesto vigilante, amoroso.Porque conociste la soledad que iban a sentirlos que siguieran tus consejoscontrarios a las normas del mundo,bajaste a nuestras vidaspara hacer perfumada, fecunda nuestra soledad.Desde entonces, Señor,tu carne engendra vírgenesy tu sangre mártires.Gracias por querer prolongar tu Evangeliodesde el fondo del tabernáculo;ese Evangelio íntimoque enseñas a las almascuando te descubren su intimidad.¡Qué pobres serían nuestras vidas sin tu compañía!Nuestro Padre, nuestro Hermano,quieto rincón junto al que descansamosal final del vértigo de la jornada.

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ORACIÓN POR EL PAPA

Oh Jesús, Rey y Señor de la Iglesia: renuevo en tu presencia mi adhesión incondicional a tu Vicario en la tierra, el Papa. En él tú has querido mostrarnos el camino seguro y cierto que debemos seguir en medio de la desorientación, la inquietud y el desasosiego. Creo firmemente que, por medio de él, tú nos gobiernas, enseñas y santificas, y bajo su cayado formamos la verdadera Iglesia: una, santa, católica y apostólica.

Concédeme la gracia de amar, vivir y propagar como hijo fiel sus enseñanzas. Cuida su vida, ilumina su inteligencia, fortalece su espíritu, defiéndelo de las calumnias y de la maldad. Aplaca los vientos erosivos de la infidelidad y la desobediencia, y concédenos que, en torno a él, tu Iglesia se conserve unida, firme en el creer y en el obrar, y sea así el instrumento de tu redención. Así sea.

ORACIÓN POR EL DIRECTOR GENERAL

Jesucristo, Rey supremo de la Legión y del Regnum Christi, dígnate infundir en el corazón de nuestro Director General todas aquellas virtudes propias de tu divino Corazón, principalmente la prudencia, la fortaleza y la caridad; y llénalo de tu luz para que pueda regirlos y gobernarlos de la manera que más convenga para la salvación de las almas y el triunfo de tu Reino. Así sea.

ORACIÓN POR LA FIDELIDAD DE LOS LEGIONARIOS Y MIEMBROS DEL REGNUM CHRISTI

Jesucristo: la misión que nos has confiado de llevar adelante la Legión y el Regnum Christi y de hacerlos crecer sanos y vigorosos para el bien de los hombres y de tu Reino, se nos presenta totalmente gratuita, imprevista, misteriosa y desproporcionada a nuestras posibilidades.

Y puesto que la Legión y el Movimiento tendrán vigor y florecerán mientras permanezca y aliente en nuestras vidas y costumbres el espíritu de nuestro fundador, te rogamos que nos hagas ver la urgencia de conocer, asimilar y transmitir la doctrina, el espíritu, la metodología apostólica, las genuinas tradiciones, la disciplina y el estilo de vida de la Legión y del Regnum Christi, tal y como nos han sido manifestados por nuestro padre fundador, pues a nosotros corresponde esta tarea.

Te pedimos, Señor, que nos concedas una total adhesión al carisma que inspiraste a nuestro padre fundador, como ha sido aprobado, reconocido y garantizado por la Iglesia.

Tú has querido hacernos partícipes de tu plan de salvación y está en nuestras manos el irlo realizando paso a paso para bien de la Iglesia y de la humanidad, o el hacerlo fracasar de modo lamentable. Por ello, te pedimos lo que tú mismo nos pides: fe, mucha fe en tu obra, amor a ella, confianza en su misión, docilidad, colaboración leal, humildad, responsabilidad y fidelidad. Así sea.

ORACIÓN POR LOS BIENHECHORES

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Jesucristo, dígnate mover los corazones de los que puedan ayudar a nuestra Legión para que, haciéndonos el bien, ayuden a tu Iglesia. Escucha, Señor, las plegarias que te dirigimos por nuestros bienhechores; socórrelos en sus necesidades espirituales y temporales y dales al fin de la vida la eterna bienaventuranza. Así sea.

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VIII. Examen de conciencia de mediodíaLa evaluación o examen es un medio eficacísimo para que el hombre pueda constatar, en aquellas áreas que más le interesen, los progresos o deficiencias obtenidos según su comportamiento. La práctica de examinarnos con rigor y sinceridad da como resultado un hombre coherente y maduro, en marcha ascendente hacia la superación y perfección. Un hombre de examen es un hombre que difícilmente se presentará en quiebra total y a quien difícilmente abatirán las tentaciones, las pruebas y contrariedades propias de la vida.

El examen de conciencia debe ser ante todo un encuentro consigo mismo y con Dios en un clima de oración y de diálogo con Jesucristo. El tema de este diálogo es la voluntad de Dios sobre la propia vida y el modo concreto como se está realizando. Su finalidad es mantener viva y operante la orientación fundamental de la propia vida.

Inícienlo con decisión y responsabilidad, actuándose en la presencia de Dios y dedicándole el tiempo asignado. Puesto que examinarse supone siempre el vencimiento de la vanidad y del amor propio, es necesario trabajar en el examen de conciencia con energía, exigencia y constancia.

Si les ayuda y lo aprueba su director espiritual, hagan el examen de conciencia por escrito, pero sin olvidar que no se trata de un balance de faltas, sino principalmente de una revisión de los compromisos con Dios y de una oración.

Comiencen el examen invocando el auxilio del Espíritu Santo para poder examinar la conciencia a la luz de Dios y agradeciéndole de corazón las luces y gracias que precedentemente les ha otorgado.

Pasen después a analizar los aspectos positivos y negativos de su fidelidad a Dios, confrontándolos con el ejemplo de Jesucristo y lo que el Espíritu Santo les pide.

Presten especial atención a la materia de su examen particular. No se contenten con analizar sólo los hechos; analicen también las actitudes interiores de donde brotan los pensamientos, los deseos, las acciones y las omisiones.

Practiquen la humildad y el espíritu de compunción, reconociendo con absoluta sinceridad los fallos y deficiencias y agradeciendo a Dios nuestro Señor los progresos que hayan encontrado. Al final pidan humildemente perdón por los fallos que han tenido, propongan con firmeza rectificar aquellos puntos en que se han apartado de la voluntad de Dios e invoquen el auxilio del Señor para reemprender el camino sin desalientos, serenos y confiados en su gracia (PN nn. 176-182).

ORACIÓN PREPARATORIA

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

- Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor.

- Envía tu Espíritu Creador.

- Y renueva la faz de la tierra.

Oremos:

Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

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FORMULARIOS PARA EL EXAMEN DE CONCIENCIA

Los dos primeros formularios que se ponen a continuación son una guía para que cada uno, de acuerdo con sus necesidades y el consejo del director espiritual, prepare un esquema personal para sus exámenes de conciencia.

I

A. Puntos de examen particular

- Revisión de los puntos principales de mi programa de vida legionaria.

- Aspectos de mi examen particular.

B. Puntos de examen general

1. Disposiciones generales

- La postura de mi voluntad frente a la voluntad de Dios.

- La postura de mi voluntad frente al pecado, las faltas deliberadas o semideliberadas, las imperfecciones.

2. Relaciones con Dios

- ¿He procurado someterme en todo a la voluntad de Dios sobre mí?

- ¿Estoy formando el hábito de una dependencia absoluta de su voluntad santísima a través del ejercicio de una obediencia motivada, pronta, alegre y, si es preciso, heroica?

- ¿He cultivado mi vida interior con el afán de mantenerme unido a Dios y cumplir amorosamente su voluntad?

- Mi vida de oración, mi participación activa y fervorosa en la celebración eucarística, mi unión con

Jesucristo en la comunión, mis visitas a la Eucaristía, el ofrecimiento de mis obras a lo largo de la

mañana (tarde), ¿expresan mi preferencia por Dios y por sus intereses?

- ¿He vivido mis votos de castidad, pobreza y obediencia y los votos privados, como un homenaje consciente y libre al amor de mi Señor Jesucristo, y con la delicadeza que ese amor se merece?

- ¿He procurado un amor filial, tierno y personal a mi Madre, la Virgen Santísima? ¿La he invocado confiadamente? Mi devoción a ella, ¿se traduce en la imitación de sus virtudes?

- ¿Agradezco a Dios los dones que me ha dado?

- ¿Expreso mi agradecimiento y mi aprecio por el don de mi vocación religiosa y sacerdotal en la Legión, esforzándome de un modo concreto por crecer cada día en el conocimiento, a la luz de Dios, de la espiritualidad y de la mística apostólica de la Legión?

3. Relaciones con los demás

- ¿He mantenido la dependencia sobrenatural, interna y externa, de mis superiores, como me piden mis Constituciones?

- ¿He obedecido con prontitud, por amor a Jesucristo, poniendo al servicio de la obediencia los dones que el Señor me ha dado?

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- ¿He evitado aquello que molesta de algún modo a los demás?

- ¿He vivido la caridad en pensamientos, palabras y obras con las características de la universalidad y la delicadeza que las Constituciones me piden hacia superiores y súbditos, propios y extraños?

- Mis relaciones con los demás, ¿van marcadas por el sentido apostólico?

- ¿He aprovechado las ocasiones que se me han presentado para acercar a las personas al Regnum

Christi o al ECYD?

4. Relaciones conmigo mismo

- Siguiendo el ejemplo de Jesucristo, ¿me he abnegado en mis tendencias al egoísmo, a la vanidad, a la comodidad?

- ¿He sido responsable y exigente en la realización de mis obligaciones habituales?

- ¿He trabajado con orden y programación?

- ¿He aprovechado bien el tiempo?

- ¿Vivo los diversos aspectos de la disciplina religiosa (puntualidad, silencio...) con la delicadeza y la exigencia de quien obedece a Dios?

- ¿Hay en mi vida diaria una actitud de madurez y de sinceridad en la vivencia de mi vocación legionaria?

5. En todo mi trabajo de formación y apostolado, ¿me mueve el amor a Jesucristo, el deseo de seguirle por los caminos que él quiere y de parecerme más a él?

II

- ¿Sigo queriendo con la misma intensidad y con el mismo entusiasmo toda la santidad que Cristo quiere de mí?

- El cumplimiento de la voluntad de Dios en todos los momentos, ¿sigue siendo la ilusión de mi vida y por ella me animo a hacerlo todo por amor, con perfección y fidelidad?

- ¿Descubro algo en mi conducta que esté en desacuerdo con la voluntad de Dios?

- Mi dependencia de los superiores, ¿es habitual, interna, total, alegre, como una expresión de la donación de mi libertad a Dios nuestro Señor?

- ¿Vivo la abnegación de mí mismo -de mis criterios, afectos, gustos, voluntad- en el cumplimiento de la voluntad de Dios por amor?

- ¿Todo mi trabajo está inspirado en el amor a Jesucristo y en el deseo de imitarle en su oblación y sumisión total a la voluntad del Padre celestial, para la redención de los hombres?

- Animado por la fe y el amor a Dios, ¿he buscado con singular gozo y satisfacción espiritual las tribulaciones y contrariedades, especialmente las que resultan más costosas a la naturaleza, por más agradar y asemejarme a Jesucristo?

- ¿He sido fiel en los detalles de mi vida ordinaria?

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- ¿He guardado celosamente mi corazón para mi único Amor con una ilusión grande de pureza?

- ¿He buscado la estima de los hombres?

- ¿He hablado de mí mismo?

- ¿He servido a todos sin preferencias, con delicadeza, desinteresadamente y sólo por amor a Jesucristo? ¿He evitado a los demás toda molestia y causa de desagrado?

- ¿He hecho algo para que me vieran y estimaran?

- ¿He guardado cuidadosamente mis sentidos internos y externos?

- ¿He hecho voluntariamente actos de vencimiento de mí mismo?

- ¿Concibo mis votos como una exigencia de amor y trato de cumplirlos con delicadeza, alegría y fidelidad?

- ¿He hecho algo concreto por acrecentar mi conocimiento de la espiritualidad y mística de la Legión?

- Mis relaciones con los demás, ¿han estado marcadas por el celo apostólico propio de la metodología de la Legión?

III

Formulario para el tiempo de ejercicios espirituales y para los días de retiro espiritual.

- ¿He trabajado con exigencia y responsabilidad en los actos de este día?

- ¿He combatido valerosamente las tentaciones de aburrimiento, tristeza de alma, pereza, si se me han presentado?

- ¿He evitado con cuidado toda disipación?

- ¿He procurado mantener el clima de silencio, tanto interior como exterior?

- ¿Me he abstenido de reír?

- ¿He guardado compostura en mi andar, en mis miradas, sobre todo en presencia de otros, para no distraerlos?

- ¿He preparado con cuidado los puntos de la noche?

- En la noche, antes de acostarme, ¿he recordado brevemente los puntos de la meditación del día siguiente?

- Por la mañana, al despertarme, ¿he desechado todo pensamiento ajeno para ocuparme del tema de la meditación y para preparar mi espíritu a la misma?

- ¿Me he puesto de pie a uno o dos pasos del reclinatorio, considerando a nuestro Señor Jesucristo presente; y, atento a lo que iba a hacer, le he adorado poniéndome de rodillas?

- ¿Me he detenido en el punto en que he hallado devoción, sin inquietarme por pasar adelante, mientras en él encontraba materia de reflexión y afectos?

- ¿He empleado bien todo el tiempo de la oración? ¿Me he entregado sin reservas a la misma? ¿Me he animado a ello y a hacer con fervor y cordialidad los coloquios?

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- Acabadas las meditaciones, ¿he examinado el fruto? Si me ha ido mal, ¿he buscado las causas? ¿Me he excitado al arrepentimiento? ¿He tomado la resolución de hacerlo mejor y de poner más atención y esfuerzo?

- ¿He anotado breve y simplemente las luces de Dios, comunicadas durante la oración o en otro tiempo?

- ¿He buscado la ayuda del director espiritual para discernir el origen de los diversos movimientos del espíritu?

- ¿Me he confortado con pensamientos conformes con los temas de la meditación? ¿He apartado los demás, aun los piadosos?

- ¿He leído lecturas sólo en relación con los temas de las meditaciones que estoy haciendo?

- ¿He pensado con curiosidad en temas de las meditaciones siguientes?

- ¿He manifestado con mi actitud las dificultades que se me presentaban o que sentía?

- ¿He usado la mortificación requerida por el fervor de los ejercicios espirituales y aprobada por mi director espiritual?

Después del examen de conciencia.

ACTO DE DOLOR

Dios mío, con todo mi corazón me arrepiento de haberte ofendido. Me duelo de haber ultrajado con mi ingratitud tu bondad infinita. Perdóname, Señor, y ten piedad de mí. Vence con tu misericordia mi malicia en pensamientos, palabras, obras y omisiones, y concédeme la gracia de una sincera enmienda. Propongo firmemente nunca más ofenderte. Fortalece, Dios mío, mi débil voluntad y ayúdame con tu gracia a servirte, a amarte y a identificarme más plenamente con tu Hijo Jesucristo. Así sea.

Page 30: Manual de Oraciones LC

IX. Saludo a la Santísima VirgenÚnanse a María por medio de esta plegaria con un corazón filial, recordando sus privilegios y su grandeza, invocando su protección y ayuda, admirando su entrega a la voluntad de Dios y anhelando imitarla en las virtudes que la caracterizan (PN n. 184).

ÁNGELUS DÓMINI

VEl ángel del Señor anunció a María.

RY concibió del Espíritu Santo.

VDios te salve, María, llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

RSanta María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

VHe aquí la esclava del Señor.

RHágase en mí según tu palabra.

VDios te salve, María...

VY el Verbo se hizo carne.

RY habitó entre nosotros.

VDios te salve, María...

VRuega por nosotros, santa Madre de Dios,

Rpara que seamos dignos de las promesas de Cristo.

VOremos:

Te pedimos, Señor, infundas tu gracia en nuestras mentes, para que los que hemos conocido por el mensaje del ángel el misterio de la encarnación de tu Hijo, seamos conducidos a la gloria de la resurrección, por los méritos de su cruz y pasión. Por el mismo Cristo nuestro Señor.

RAmén.

VGloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

RComo era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Tres veces)

REGÍNA CÆLI (Tiempo pascual)

VAlégrate, reina del cielo, aleluya.

RPorque aquel a quien mereciste llevar en tu seno, aleluya.

VHa resucitado como lo predijo, aleluya.

RIntercede por nosotros ante Dios, aleluya.

VGózate y alégrate, María virgen, aleluya.

RPorque en verdad el Señor ha resucitado, aleluya.

VOremos:

Page 31: Manual de Oraciones LC

Oh Dios, que has llenado de alegría el mundo con la resurrección de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, concédenos por intercesión de su Madre la Virgen María, el llegar a poseer la dicha de la vida inmortal. Por Cristo nuestro Señor.

RAmén.

VGloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

RComo era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Tres veces)

ORACIÓN AL ÁNGEL DE LA GUARDA

VÁngel del Señor,

Rque eres mi custodio: puesto que la providencia soberana me encomendó a ti, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname en este día. Amén.

Page 32: Manual de Oraciones LC

X. HimnosAlaben, por medio de los himnos señalados, a Dios, a Cristo, al Espíritu Santo, a María y a san José, cantando sus glorias, recordando sus beneficios e invocando su intercesión y sus gracias.

Esfuércense para que su canto sea siempre una oración fervorosa y actuada. Para ello, presten atención a las palabras de los himnos y procuren meditar e identificarse con las ideas y sentimientos que ellos expresan (PN n. 185-186).

Benedícta sit sancta Trínitas

Veni Sancte Spíritus

Iesu dulcis memória

C litum Ioseph

Adóro devóte

Te sæculórum Príncipem

Salve Regína

Alma Redemptóris Mater

Ave Regína cælórum

Regína cæli

DomingoBENEDÍCTA SIT SANCTA TRÍNITAS

VBenedicámus Patrem et Fílium cum Sancto Spíritu.

RLaudémus eum in sæcula.

VOrémus:

Deus Pater, qui, Verbum veritátis et Spíritum sanctificatiónis mittens in mundum, admirábile mystérium tuum homínibus declarásti: † da nobis, in confessióne veræ fídei, * ætérnæ glóriam Trinitátis agnóscere, et Unitátem adoráre in poténtia maiestátis. Per Christum Dóminum nostrum.

RAmen.

BENEDÍCTA SIT SANCTA TRÍNITAS

Bendita sea la santa Trinidad e indivisible unidad; la proclamamos porque ha tenido misericordia de nosotros.

VBendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo.

REnsalcémoslo por los siglos.

VOremos:

Dios, Padre todopoderoso, que has enviado al mundo la Palabra de la verdad y el Espíritu de la santificación para revelar a los hombres tu admirable misterio;

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concédenos profesar la fe verdadera, conocer la gloria de la eterna Trinidad y adorar su Unidad todopoderosa. Por Cristo nuestro Señor.

RAmén.

Lunes (y domingo de Pentecostés)VENI SANCTE SPÍRITUS

VEmítte Spíritum tuum, et creabúntur.

REt renovábis fáciem terræ.

VOrémus:

Deus, qui corda fidélium Sancti Spíritus illustratió-ne docuísti: † da nobis in eódem Spíritu recta sápere, * et de eius semper consolatióne gaudére. Per Christum Dóminum nostrum.

RAmen.

VENI SANCTE SPÍRITUS

Ven, Espíritu divino,manda tu luz desde el cielo.Padre amoroso del pobre;don, en tus dones espléndido;luz que penetra las almas;fuente del mayor consuelo.Ven, dulce huésped del alma,descanso de nuestro esfuerzo,tregua en el duro trabajo,brisa en las horas de fuego,gozo que enjuga las lágrimasy reconforta en los duelos.Entra hasta el fondo del alma,divina luz, y enriquécenos.Mira el vacío del hombresi tú le faltas por dentro;mira el poder del pecadocuando no envías tu aliento.Riega la tierra en sequía,sana el corazón enfermo,lava las manchas, infundecalor de vida en el hielo,doma el espíritu indómito,guía al que tuerce el sendero.Reparte tus siete donessegún la fe de tus siervos.Por tu bondad y tu graciadale al esfuerzo su mérito;salva al que busca salvarsey danos tu gozo eterno. Amén.

Page 34: Manual de Oraciones LC

VEnvía tu Espíritu Creador.

RY renueva la faz de la tierra.

VOremos:

Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Cristo nuestro Señor.

RAmén.

MartesIESU DULCIS MEMÓRIA

66 Manual de oraciones

VSit nomen Dómini benedíctum.

REx hoc nunc, et usque in sæculum.

VOrémus:

Sanctíssimum Iesu nomen venerántibus, nobis Dómine, concéde propítius: † ut, eius in hac vita dulcédine perfruéntes, * sempitérno gáudio in pátria repleámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.

RAmen.

IESU DULCIS MEMÓRIA

El dulce recuerdo de Jesús,que da los verdaderos goces del corazón:mucho más que la miel y que todo,es dulce su presencia.Nada más suave de cantar,nada más grato de oír,nada tan dulce de pensar,como Jesús, Hijo de Dios.Jesús, esperanza de los penitentes,cuán generoso eres con los que te invocan,cuán bueno con los que te buscan,¿qué serás para los que te hallen?Ni la lengua puede decirlo,ni la letra expresarlo:sólo el que lo ha experimentadopuede creer lo que es amar a Jesús.Sé tú, Jesús, nuestro gozo,que eres nuestro premio futuro:en ti se cifre nuestra gloria,por todos los siglos. Amén.

VSea bendito el nombre del Señor.

RDesde ahora y por siempre.

VOremos:

Page 35: Manual de Oraciones LC

Al venerar el santísimo nombre de Jesús, te rogamos, Señor, que, después de gustar su dulzura en este mundo, recibamos en el cielo los gozos eternos. Por el mismo Cristo nuestro Señor.

RAmén.

Miércoles (y el 19 de marzo)CÆLITUM IOSEPH

VIustus germinábit sicut lílium.

REt florébit in ætérnum ante Dóminum.

VOrémus:

Præsta, quæsumus, omnípotens Deus: † ut hu-mánæ salútis mystéria, cuius primórdia beáti Ioseph fidéli custódiæ commisísti, * Ecclésia tua, ipso intercedénte, iúgiter servet implénda. Per Christum Dóminum nostrum.

RAmen.

CÆLITUM IOSEPH

Oh José, honor del cieloy esperanza cierta de nuestra vida,sostén del mundo, recibe benignolas alabanzas que te cantamos gozosos.A ti, de la estirpe de David, el Creadorte constituyó esposo de la Virgen,y quiso que fueras llamado padre del Verbo,y te concedió ser servidor de la salvación.Tú contemplas gozoso al Redentorque yace en el establo,a aquel al que el coro de los profetascantó como venidero,y junto con su madre eres el primero en adorarle.Alabanza perenne a la Trinidad excelsa,y ella, que te concedió los más altos honores,nos dé a nosotros, por tus méritos,los gozos de la vida dichosa. Amén.

VEl justo germinará como una azucena.

RY florecerá eternamente ante el Señor.

VOremos:

Dios todopoderoso, que confiaste los primeros misterios de la salvación de los hombres a la fiel custodia de san José; haz que, por su intercesión, la Iglesia los conserve fielmente y los lleve a plenitud en su misión salvadora. Por Cristo nuestro Señor.

RAmén.

Page 36: Manual de Oraciones LC

Jueves (y solemnidad del Corpus Christi)ADÓRO DEVÓTE

VPanem de cælo præstitísti eis,

Romne delectaméntum in se habéntem.

VOrémus:

Deus, qui nobis sub Sacraménto mirábili passiónis tuæ memóriam reliquísti: † tríbue, quæsumus, ita nos Córporis et Sánguinis tui sacra mystéria venerári; * ut redemptiónis tuæ fructum in nobis iúgiter sentiámus. Qui vivis et regnas in sæcula sæculórum.

RAmen.

ADÓRO DEVÓTE

Te adoro devotamente, oculta Verdad,que bajo estas formas estás en verdad escondida,a ti se someta todo mi corazónpues, al contemplarte, todo él desfallece.La vista, el gusto y el tacto en ti se engañan:sólo el oído es verdaderamente digno de fe;creo cuanto ha dicho el Hijo de Dios,porque nada hay más verdaderoque la palabra de la Verdad.Señor Jesús, misericordioso pelícano,a mí, inmundo, límpiame con tu sangre,pues una sola gota de ella podría salvaral mundo entero de todo pecado.Oh Jesús, a quien contemplo ahora oculto,¡cuándo se realizará lo que tanto deseo!:que, viéndote con el rostro descubierto,sea dichoso al contemplar tu gloria. Amén.

VLes diste pan del cielo,

Rque contiene en sí todo deleite.

VOremos:

Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

RAmén.

Viernes (y domingo de Cristo Rey)TE SÆCULÓRUM PRÍNCIPEM

Himnos 75

VTua est magnificéntia et poténtia.

RTuum, Dómine, regnum.

Page 37: Manual de Oraciones LC

VOrémus:

Omnípotens sempitérne Deus, qui in dilécto Fílio tuo, universórum rege, ómnia instauráre voluísti: † concede propítius, ut tota creatúra, a servitúte liberáta, * tuæ maiestáti desérviat ac te sine fine colláudet. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.

RAmen.

TE SÆCULÓRUM PRÍNCIPEM

A ti te confesamos Príncipe de los siglos,a ti, Cristo, Rey de los pueblos,a ti, único juez de las mentes y los corazones.A ti, a quien el ejército celesteadora con reverencia y alaba con himnos,nosotros con aclamacioneste confesamos Rey supremo de todos.¡Oh Cristo, príncipe de la paz!,somete las mentes rebeldes,y a los que se han alejado de tu amorreúnelos en un solo redil.Jesús, a ti que diriges todo con amorsea la gloria, junto con el Padrey el Espíritu Vivificador,por los siglos eternos. Amén

VTuya es la grandeza y el poder.

RTuyo, Señor, es el reino.

VOremos:

Dios todopoderoso y eterno, que quisiste fundar todas las cosas en tu Hijo muy amado, Rey del universo; haz que toda la creación, liberada de la esclavitud del pecado, sirva a tu majestad y te glorifique sin fin. Por el mismo Cristo nuestro Señor.

RAmén.

Sábado (y fiestas de primerísima de la Santísima Virgen María)SALVE REGÍNA

Desde la noche del domingo de Pentecostés hasta el mediodía del sábado de la semana XXXIV del tiempo ordinario.

VOra pro nobis Sancta Dei Génetrix,

Rut digni efficiámur promissiónibus Christi.

VOrémus:

Sanctíssimæ venerántibus Vírginis Maríæ memóriam gloriósam: † ipsíus nobis, quæsumus, Dómine, intercessióne concéde, * ut de plenitúdine grátiæ tuæ nos quoque mereámur accípere. Per Christum Dóminum nostrum.

RAmen.

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SALVE REGÍNA

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,vida, dulzura y esperanza nuestra;Dios te salve.A ti llamamos los desterrados hijos de Eva;a ti suspiramos, gimiendo y llorando,en este valle de lágrimas.Ea, pues, Señora, abogada nuestra,vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,y, después de este destierro,muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

VRuega por nosotros, santa Madre de Dios,

Rpara que seamos dignos de las promesas de Cristo.

VOremos:

Concédenos, Señor, por intercesión de la Virgen María, cuya gloriosa memoria celebramos, hacernos dignos de participar, como ella, de la plenitud de tu gracia. Por Cristo nuestro Señor.

RAmén.

ALMA REDEMPTÓRIS MATER

Desde la noche del sábado que precede al primer domingo de Adviento hasta antes de las segundas vísperas

del 2 de febrero. Y los días 1 de enero, 25 de marzo (en este día se canta el oremus propio de Adviento) y 8 de diciembre.

Durante Adviento

VÁngelus Dómini nuntiávit Maríæ.

REt concépit de Spíritu Sancto.

VOrémus:

Deus, qui de beátæ Maríæ Vírginis útero Verbum tuum, ángelo nuntiánte, carnem suscípere voluísti: † præsta supplícibus tuis, ut, qui vere eam Dei Genetrícem crédimus, * eius apud te intercessiónibus adiuvémur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.

RAmen.

A partir de Navidad

VPost partum Virgo invioláta permansísti.

RDei Génetrix intercéde pro nobis.

VOrémus:

Deus, qui salútis ætérnæ, beátæ Maríæ virginitáte fecúnda, humáno géneri præmia præstitísti: † tríbue, quæsumus; ut ipsam pro nobis intercédere sentiámus, * per quam meruímus Fílium tuum auctórem vitæ suscípere. Qui tecum vivit et regnat in sæcula sæculórum.

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RAmen.

ALMA REDEMPTÓRIS MATER

Madre del Redentor, virgen fecunda,puerta del cielo siempre abierta,estrella del mar,ven a librar al pueblo que tropiezay quiere levantarse.Ante la admiración de cielo y tierra,engendraste a tu santo Creador,y permaneces siempre virgen.Recibe el saludo del ángel Gabriel,y ten piedad de nosotros, pecadores.

Durante Adviento

VEl ángel del Señor anunció a María.

RY concibió del Espíritu Santo.

VOremos:

Dios todopoderoso que, según anunciaste por el ángel, has querido que tu Hijo se encarnara en el seno de María, la Virgen, escucha nuestras súplicas y haz que sintamos la protección de María los que la proclamamos verdadera Madre de Dios. Por el mismo Cristo nuestro Señor.

RAmén.

A partir de Navidad

VDespués del parto permaneciste Virgen inviolada.

RMadre de Dios, intercede por nosotros.

VOremos:

Dios todopoderoso, que por la maternidad virginal de María entregaste a los hombres los bienes de la salvación, concédenos experimentar la intercesión maternal de la que nos ha dado a tu Hijo Jesucristo, el autor de la vida. Él, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.

RAmén.

AVE REGÍNA CÆLÓRUM

Desde las segundas vísperas del 2 de febrero hasta la Semana Santa, y los días 15 y 22 de agosto en la noche.

VDignáre me laudáre te, Virgo sacráta.

RDa mihi virtútem contra hostes tuos.

Durante el tiempo ordinario

VOrémus:

Concéde, miséricors Deus, fragilitáti nostræ præsídium: † ut qui sanctæ Dei Genetrícis memóriam ágimus, * intercessiónis eius auxílio a nostris iniqui-tátibus resurgámus. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.

Page 40: Manual de Oraciones LC

RAmen.

Durante la Cuaresma

VOrémus:

Famulórum, quæsumus, Dómine, delíctis ignósce, † ut qui tibi placére de áctibus nostris non valémus, * Genetrícis Fílii tui Dómini nostri intercessióne salvémur. Qui tecum vivit et regnat in sæcula sæculórum.

RAmen.

AVE REGÍNA CÆLÓRUM

Salve, Reina de los cielosy Señora de los ángeles;salve, raíz; salve, puerta,que dio paso a nuestra luz.Alégrate, virgen gloriosa,entre todas la más bella;salve, oh hermosa doncella,ruega a Cristo por nosotros.

VDígnate recibir mi alabanza, oh Virgen sagrada.

RDame valor contra tus enemigos.

Durante el tiempo ordinario

VOremos:

Dios de misericordia, fortalece nuestra débil condición y, al recordar en este día a la Madre de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, vernos libres de todas nuestras culpas. Por el mismo Cristo nuestro Señor.

RAmén.

Durante la Cuaresma

VOremos:

Perdona, Señor, los pecados de tus fieles y, ya que nuestros actos no pueden complacerte, sálvanos por intercesión de la Madre de Jesucristo, tu Hijo nuestro Señor. Que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.

RAmén.

REGÍNA CÆLI

Durante el tiempo pascual

VGaude et lætáre Virgo María, allelúia.

RQuia surréxit Dóminus vere, allelúia.

VOrémus:

Deus, qui per resurrectiónem Fílii tui Dómini nostri Iesu Christi mundum lætificáre dignátus es: †

præsta, quæsumus; ut per eius Genetrícem Vírginem Maríam,* perpétuæ capiámus gáudia vitæ. Per

Page 41: Manual de Oraciones LC

eúndem Christum Dóminum nostrum.

RAmen.

REGÍNA CÆLI

Alégrate, reina del cielo, aleluya.Porque aquel a quien mereciste llevar en tu seno, aleluya.Ha resucitado como lo predijo, aleluya.Intercede por nosotros ante Dios, aleluya.

VGózate y alégrate, María virgen, aleluya.

RPorque en verdad el Señor ha resucitado, aleluya.

VOremos:

Oh Dios, que has llenado de alegría el mundo con la resurrección de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, concédenos por intercesión de su Madre, la Virgen María, el llegar a poseer la dicha de la vida inmortal. Por Cristo nuestro Señor.

RAmén.

Page 42: Manual de Oraciones LC

XI. Visita eucarísticaActúen su espíritu de fe en la presencia real de Jesucristo en el sacramento de la Eucaristía. Ejerciten su esperanza y su caridad teologales. El Maestro está presente y les llama. Las visitas a la Eucaristía ofrecen una ocasión muy propicia para renovar los propósitos de la meditación o examen de conciencia.

Ir al sagrario es ir a dialogar cordialmente con Cristo, hacer un acto de presencia ante el Redentor, poner en sus manos los esfuerzos y la voluntad de entrega, aprender las lecciones que ofrece desde el sacramento. De esos breves contactos con Jesucristo en la Eucaristía deben brotar la gratitud, el aliento en la lucha, la confianza y la alegría de estar con él, el deseo de imitarle en su sumisión a la voluntad del Padre y en su entrega a la salvación de las almas. Las visitas, por ello, no pueden reducirse a un acto rutinario.

El sagrario ha de ser el punto de referencia de la mente y del corazón de todos los legionarios, el lugar donde se encuentran con Cristo y entre sí. De ahí brota como consecuencia práctica la caridad universal y delicada y el espíritu de cuerpo.

Si no les es posible acudir con frecuencia al sagrario, mantengan su unión con Jesucristo por medio de comuniones espirituales (PN nn. 165-169).

COMUNIÓN ESPIRITUAL

Creo, Señor mío, que estás realmente presente en el santísimo sacramento del altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo ardientemente recibirte dentro de mi alma; pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno todo a ti. ¡Oh Señor, no permitas que me separe de ti!

Page 43: Manual de Oraciones LC

XII. RosarioEn la Legión de Cristo se honra a la Santísima Virgen María de una manera particular, mediante el rezo individual o comunitario del rosario, siguiendo la tradición de la Iglesia y las exhortaciones de los Sumos Pontífices.

A fin de evitar la rutina, procuren contemplar con amor, serenidad y reflexión los principales hechos salvíficos de la vida de Cristo, desde la concepción virginal hasta los momentos culminantes de su pasión, muerte y resurrección, viéndolos a través del corazón de aquella que estuvo más cerca de él.

Procuren conjugar en el rezo del rosario la contemplación de los misterios con la actitud filial, la alabanza en el paso de las avemarías, la adoración en los glorias, la admiración e impetración en las letanías, para que todo él rezume confianza y amor a María.

Para incrementar la atención y el fervor, presenten a María aquellas intenciones que lleven más dentro del corazón (PN nn. 188-191).

ROSARIO EN PRIVADO

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.ORACIÓN INICIAL

Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero,Creador y Redentor mío,por ser tú quien eres,y porque te amo sobre todas las cosas,me pesa de todo corazón haberte ofendido.Quiero y propongo firmementeconfesarme a su tiempo.Ofrezco mi vida, obras y trabajosen satisfacción de mis pecados.Y confío en tu bondad y misericordia infinitaque me los perdonarás y me darás la graciapara no volverte a ofender. Amén.Se enuncian los misterios para la contemplación y se formula alguna intención personal.

MISTERIOS DE GOZO (lunes y sábado)

1. La encarnación del Hijo de Dios.

2. La visitación de nuestra Señora a santa Isabel.

3. El nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.

4. La presentación del Señor en el templo.

5. El Niño perdido y hallado en el templo.

MISTERIOS DE LUZ (jueves)

1. El Bautismo del Señor en el Jordán.

2. La autorrevelación de Jesucristo en las Bodas de Caná.

3. El anuncio del Reino de Dios y la llamada a la conversión.

4. La transfiguración del Señor.

Page 44: Manual de Oraciones LC

5. La institución de la Eucaristía.

MISTERIOS DE DOLOR (martes y viernes)

1. La oración de Jesús en el huerto.

2. La flagelación de nuestro Señor Jesucristo.

3. La coronación de espinas.

4. Jesús carga con la cruz.

5. Jesús es crucificado.

MISTERIOS DE GLORIA (miércoles y domingos)

1. La gloriosa resurrección del Señor.

2. La admirable ascensión del Señor a los cielos.

3. La venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles.

4. La asunción de la Santísima Virgen a los cielos.

5. La coronación de nuestra Señora, Madre de la Iglesia.

En cada misterio se reza un padrenuestro, diez avemarías y un gloria. Terminado el quinto misterio se reza un padrenuestro y tres avemarías por las intenciones del Papa. Terminado la oración se reza la salve.

SALVE REGÍNA

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzuray esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos losdesterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo yllorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora,abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,y después de este destierro, muéstranos a Jesús, frutobendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulceVirgen María!

LETANÍAS LAURETANAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

Señor, ten piedad de nosotros.Cristo, ten piedad de nosotros.Señor, ten piedad de nosotros.Cristo, óyenos.Cristo, escúchanos.Dios Padre celestial. Ten piedad de nosotros.Dios Hijo redentor del mundo.Dios Espíritu Santo.Santísima Trinidad, que eres un solo Dios.Santa María. Ruega por nosotros.Santa Madre de Dios.Santa Virgen de las vírgenes.Madre de Cristo.Madre de la Iglesia.Madre de la divina gracia.Madre purísima.Madre castísima.Madre virginal.

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Madre inmaculada.Madre amable.Madre admirable.Madre del buen consejo.Madre del Creador.Madre del Salvador.Madre de la Legión y del Regnum Christi.Virgen prudentísima.Virgen digna de veneración.Virgen digna de alabanza.Virgen poderosa.Virgen clemente.Virgen fiel.Espejo de justicia.Trono de sabiduría.Causa de nuestra alegría.Vaso espiritual.Vaso digno de honor.Vaso insigne de devoción.Rosa mística.Torre de David.Torre de marfil.Casa de oro.Arca de la alianza.Puerta del cielo.Estrella de la mañana.Salud de los enfermos.Refugio de los pecadores.Consuelo de los afligidos.Auxilio de los cristianos.Reina de los ángeles.Reina de los patriarcas.Reina de los profetas.Reina de los apóstoles.Reina de los mártires.Reina de los confesores.Reina de las vírgenes.Reina de todos los santos.Reina concebida sin pecado original.Reina elevada al cielo.Reina del santísimo rosario.Reina de la familiaReina de la paz.Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,perdónanos, Señor.Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,escúchanos, Señor.Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,ten piedad de nosotros.Ruega por nosotros, santa Madre de Dios,para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Page 46: Manual de Oraciones LC

Oremos:

Oh Dios cuyo Hijo Unigénito nos alcanzó el premio de la salvación eterna con su vida, muerte y resurrección; te pedimos nos concedas que al venerar los misterios del rosario de la bienaventurada Virgen María, vivamos sus enseñanzas y alcancemos las promesas que en ellos se contienen. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

Si se reza por la tarde, se termina con el Ángelus o con el Regína cæli (cf. pág. 56 y ss.).

ROSARIO EN COMUNIDAD

VEn el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

VSeñor mío, Jesucristo,

RDios y hombre verdadero, Creador y Redentor mío, por ser tú quien eres, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. Quiero y propongo firmemente

confesarme a su tiempo. Ofrezco mi vida, obras y trabajos en satisfacción de mis pecados.

Y confío que en tu bondad y misericordia infinita me los perdonarás y me darás la gracia

para no volverte a ofender. Amén.

VOfreceremos el rosario por...

Después de cada pasaje bíblico el director lee la intención particular.

MISTERIOS DE GOZO (lunes y sábado)

VLos misterios del rosario que hoy vamos a contemplar son los gozosos.

VPrimer misterio: La encarnación del Hijo de Dios.

Lector: «Entonces María dijo: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1, 38).

VSegundo misterio: La visitación de nuestra Señora a santa Isabel.

Lector: «Y María, entrando en casa de Zacarías, saludó a Isabel» (Lc 1, 40).

VTercer misterio: El nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.

Lector: «Y María dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre» Lc 2, 7).

VCuarto misterio: La presentación del Señor en el templo.

Lector: «María y José llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarlo al Señor» (Lc 2, 22).

VQuinto misterio: El Niño perdido y hallado en el templo.

Lector: «Después de tres días lo encontraron en el templo, sentado en medio de los doctores»

(Lc 2, 46).

MISTERIOS DE LUZ (jueves)

Page 47: Manual de Oraciones LC

VLos misterios del rosario que hoy vamos a contemplar son los luminosos.

VPrimer misterio: El bautismo del Señor en el Jordán.

Lector: «Y vino una voz del cielo que decía. Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto» (Mt 3, 17).

VSegundo misterio: La autorrevelación de Jesucristo en las Bodas de Caná.

Lector: «En Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria y creció la fe de sus

discípulos en él» (Jn 2, 11).

VTercer misterio: El anuncio del Reino de Dios y la llamada a la conversión.

Lector: «Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: “Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios; convertíos y creed en el Evangelio» (Mc 1, 15).

VCuarto misterio: La transfiguración del Señor.

Lector: «Mientras oraba se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz» (Lc 9, 29; Mt 17, 2).

VQuinto misterio: La institución de la Eucaristía.

Lector: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre» (Jn 6, 51).

MISTERIOS DE DOLOR (martes y viernes)

VLos misterios del rosario que hoy vamos a contemplar son los de dolor.

VPrimer misterio: La oración de Jesús en el huerto.

Lector: «Y sumido en agonía, insistía más en su oración» (Lc 22, 44).

VSegundo misterio: La flagelación de nuestro Señor Jesucristo.

Lector: «Entonces Pilato tomó a Jesús y mandó azotarle» (Jn 19, 1).

VTercer misterio: La coronación de espinas.

Lector: «Los soldados trenzaron una corona de espinas y se la pusieron en la cabeza» (Jn 19, 2).

VCuarto misterio: Jesús carga con la cruz.

Lector: «Y Jesús, cargando su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario» (Jn 19, 17).

VQuinto misterio: Jesús es crucificado.

Lector: «Lo crucificaron y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio» (Jn 19, 18).

MISTERIOS DE GLORIA (miércoles y domingos)

VLos misterios del rosario que hoy vamos a contemplar son los gloriosos.

VPrimer misterio: La gloriosa resurrección del Señor.

Lector: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado» (Lc 24, 5-6).

VSegundo misterio: La admirable ascensión del Señor a los cielos.

Page 48: Manual de Oraciones LC

Lector: «Mientras los bendecía se separó de ellos y fue llevado al cielo» (Lc 24, 51).

VTercer misterio: La venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles.

Lector: «Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo» (Hch 2, 3-4).

VCuarto misterio: La asunción de la Santísima Virgen a los cielos.

Lector: «¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor (Lc 1, 45).

VQuinto misterio: La coronación de nuestra Señora, Madre de la Iglesia.

Lector: «Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies y

una corona de doce estrellas sobre su cabeza» (Ap 12, 1).

La oración por el Papa y la salve se reza de pie, y las letanías de rodillas.

VPor las intenciones del Papa: Padre nuestro que están en el cielo....

Salve regína, letanías lauretanas a la Santísima Virgen María (cf. pág. 93 y ss.).

Cuando se va a tener a continuación la bendición eucarística con el rezo de las letanías de todos los santos, se omiten la salve y las letanías lauretanas.

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XIII. Oraciones para iniciar o terminar algunos actosANTE EL SANTÍSIMO SACRAMENTO

AL INICIAR

Esta oración no se recita cuando el acto se inicia con la exposición solemne del Santísimo.

VEn el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

V¡Oh sagrado convivio,

Ren que Cristo es nuestra comida, se celebra el memorial de su pasión, el alma se llena de gracia y se nos da la prenda de la gloria futura!

VLes diste pan del cielo,

Rque contiene en sí todo deleite.

VOremos:

Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión; te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

RAmén.

AL TERMINAR

VTe damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

RAmén.

V¡Cristo, Rey nuestro!

R¡Venga tu Reino!

VVirgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia (Madre dolorosa),

Rruega por nosotros. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

OTROS ACTOS COMUNITARIOS O PERSONALES

Actúense al hacer la oración inicial, para ayudarse a cumplir con amor la voluntad de Dios y ofrecer sus esfuerzos por el Reino.

Hagan el ofrecimiento con actuación y recogimiento, sintonizando el propio querer con el de Dios y purificando la intención (PN nn. 352 y 356).

AL INICIAR

VEn el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

VVen, Espíritu Santo,

Rllena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor.

VEnvía tu Espíritu Creador.

RY renueva la faz de la tierra.

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VOremos:

Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Cristo nuestro Señor.

RAmén.

VDios te salve, María, llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

RSanta María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

VGloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

RComo era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

V¡Cristo, Rey nuestro!

R¡Venga tu Reino!

VVirgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia (Madre dolorosa),

Rruega por nosotros. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

AL TERMINAR

VTe damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

RAmén.

V¡Cristo, Rey nuestro!

R¡Venga tu Reino!

VVirgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia (Madre dolorosa),

Rruega por nosotros. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ANTES Y DESPUÉS DE COMER

Actúense en la bendición de la mesa y en la acción de gracias final. Son momentos breves para elevar la mente y el corazón a Dios nuestro Señor, y para agradecerle sus beneficios (PN n. 405).

AL INICIAR

VEn el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En algunas solemnidades, antes del padrenuestro y de la acción de gracias final, quien bendice la mesa dice el versículo correspondiente:

Octava de Navidad

«El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros».

Solemnidad de la Epifanía

«Hemos visto su estrella en Oriente, y venimos a adorarle».

Jueves Santo

«Cristo se hizo por nosotros obediente hasta la muerte».

Viernes Santo

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«Cristo se hizo por nosotros obediente hasta la muerte, y muerte de cruz».

Sábado Santo

«Los príncipes de los sacerdotes y los fariseos sellaron la piedra del sepulcro y pusieron una guardia».

Octava de Pascua

«Éste es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él», ¡aleluya!

Solemnidad de la Ascensión

«El Señor, después de haber hablado con ellos, se elevó a los cielos y está sentado a la diestra de Dios», ¡aleluya!

Solemnidad de Pentecostés

«El Espíritu Santo se difundió por toda la tierra, y quedaron todos llenos de él», ¡aleluya!

VPadre nuestro,

Rque estás en el cielo, santificado sea tu nombre;venga a nosotros tu Reino;hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.Danos hoy nuestro pan de cada día;perdona nuestras ofensas,como también nosotros perdonamosa los que nos ofenden;no nos dejes caer en la tentación,y líbranos del mal.

VBendícenos, Señor, y † bendice estos alimentos que dados por tu bondad vamos a tomar. Por Cristo nuestro Señor.

RAmén.

AL TERMINAR

VTe damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

RAmén.

VLas almas de los difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz.

RAsí sea.

Todos se santiguan en silencio.

AL TERMINAR EN DÍAS DE PASEO O DE LABORES

Después de comida se lee un pasaje del santo Evangelio y se tienen unos momentos de reflexión para recogerse y renovar la conformación de la propia vida y de los criterios que la rigen con el programa que Jesucristo nos presenta con su palabra y con su ejemplo (cf. PN n. 439).

VTe damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

RAmén.

Page 52: Manual de Oraciones LC

VLas almas de los difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz.

RAsí sea.

Se lee un pasaje del Evangelio.

Después de un momento de reflexión:

VDios te salve, María, llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

RSanta María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

V¡Cristo, Rey nuestro!

R¡Venga tu Reino!

VVirgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia (Madre dolorosa),

Rruega por nosotros. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

CUANDO SE SALE DE CASA

BESANDO LA BIBLIA O EL CRUCIFIJO:

¡Señor, aumenta mi fe!AL SALIR:

VEn el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

VDios te salve, María, llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

RSanta María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

VBajo tu protección

Rnos acogemos, santa Madre de Dios, no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!

VEl auxilio divino permanezca siempre con nosotros.

RAmén.

VA nosotros y a todos los legionarios y miembros del Regnum Christi,

Rnos bendiga la Virgen María.

VÁngel del Señor,

Rque eres mi custodio: puesto que la providencia soberana me encomendó a ti, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname en este día. Amén.

V¡Cristo, Rey nuestro!

R¡Venga tu Reino!

VVirgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia (Madre dolorosa),

Rruega por nosotros. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ANTES DE LEER LAS CONSTITUCIONES

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Jesucristo, Señor nuestro, tú has puesto en mis manos pobres y débiles este tesoro. Te lo ruego: dime palabras de vida y de consolación con la boca y con la lengua de estas Constituciones.

Dame la gracia de escucharte con nuevos oídos interiores y de cantar tu gloria con la vivencia fiel hasta la muerte de cuanto en ellas me ofreces como la expresión de tu voluntad y de tu amor. Amén.

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XIV. Visita sabatinaLa visita sabatina es uno de los momentos que manifiesta la alabanza, el amor y la devoción filial de la Legión a la Santísima Virgen María. En ella los legionarios contemplan el testimonio de la fidelidad de su Madre a la misión recibida de Dios y le confían la perseverancia en la fe y en la vocación.

Mediten en el contenido de las oraciones prescritas para este momento y dialoguen con María en los minutos de silencio, para que este recuerdo de nuestra Madre vivifique la devoción a ella y la decisión de imitarla, sobre todo en la fidelidad a la voluntad de Dios hasta la muerte.

Ofrezcan esta visita por el Santo Padre, por aquellos legionarios que estén más necesitados del auxilio divino y por la propia perseverancia en la fe católica y en la vocación (PN nn. 248-250).

VDios te salve, María, llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

RSanta María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN

Madre mía, vengo ante ti a bendecirte por las cosas grandes que ha hecho en ti Dios todopoderoso, a agradecerte las gracias que me has alcanzado, a consagrarte todos mis pensamientos, palabras y obras, y a pedirte tu bendición para mí y cada uno de mis hermanos.

Intercede ante Dios por los legionarios y por los miembros del Regnum Christi que, esparcidos por el mundo, nos esforzamos por vivir la fe, la esperanza y la caridad de las que tú nos das tan admirable y alto ejemplo.

Concédeme imitar la vida de oración, de obediencia, de pureza, de sacrificio y de sencillez que compartiste con tu Hijo, nuestro Hermano y Señor.

Ayúdame a formar un corazón manso y humilde como el de tu Hijo Jesucristo, y alcánzame la gracia de recibirle en el sacramento de su amor con el fervor con que tú lo hacías en los años de tu soledad.

Dile a Jesús, oh Madre, cuánto le quiero amar, cuáles son mis deseos de santificación y de apostolado. Dile con qué fervor y constancia quiero servirle en la Legión y en el Regnum Christi que han de ser un instrumento fiel para la extensión de su Reino entre los hombres.

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XV. Invocaciones a JesucristoAl recitar las invocaciones a Jesucristo, esfuércense por evitar la rutina y la distracción y oren con fervor para arrancar de la omnipotencia y de la misericordia de Dios las gracias de salvación que tanto necesita la humanidad.

Aprovechen con avidez este medio que permite caldear el celo apostólico en el corazón del legionario (PN nn. 205-206).

Jesucristo, creo en ti. Jesucristo, creo en ti.

Jesucristo, confío en ti. Jesucristo, confío en ti.

Jesucristo, te amo. Jesucristo, te amo.

Jesucristo, ayúdame. Jesucristo, ayúdame.

Jesucristo, dame fuerzas. Jesucristo, dame fuerzas.

Jesucristo, creo que eres el Hijo eterno del Padre.

Jesucristo, creo que eres el salvador de los hombres.

Jesucristo, creo que te encarnaste en el seno de la Virgen María por obra del Espíritu Santo.

Jesucristo, creo que padeciste y moriste en la cruz para redimirnos de nuestros pecados.

Jesucristo, creo que resucitaste al tercer día.

Jesucristo, creo que estás sentado a la derecha de Padre.

Jesucristo, creo que vendrás a juzgar a los vivos y a los muertos.

Jesucristo, creo que eres la piedra angular de la Iglesia.

Jesucristo, creo que te has quedado realmente con nosotros en el sacramento de la Eucaristía.

Jesucristo, creo que eres el Señor de la vida y de la historia.

Jesucristo, creo que eres el camino, la verdad y la vida.

Jesucristo, creo que me has llamado a la Legión de Cristo y al Movimiento Regnum Christi para luchar incansablemente por la instauración de tu Reino entre los hombres.

Jesucristo, creo que contigo todo lo puedo.

Jesucristo, confío en ti porque eres el enviado del Padre.

Jesucristo, confío en ti porque eres fiel a tus promesas.

Jesucristo, confío en ti porque eres el amigo que da la vida por los amigos.

Jesucristo, confío en ti porque tú solo tienes palabras de vida eterna.

Jesucristo, confío en ti porque eres el buen pastor que me llama por mi nombre.

Jesucristo, confío en ti porque eres rico en misericordia.

Jesucristo, confío en ti porque has entregado tu vida por nosotros.

Jesucristo, confío en ti porque eres la vid que me permite llevar fruto.

Page 56: Manual de Oraciones LC

Jesucristo, confío en ti porque me has llamado a ser apóstol de tu Reino.

Jesucristo, confío en ti porque eres la luz que ilumina nuestro peregrinar hacia el Padre.

Jesucristo, confío en ti porque has ido a prepararnos una morada en la casa del Padre.

Jesucristo, te amo porque me has amado tú primero.

Jesucristo, te amo porque me has redimido del pecado.

Jesucristo, te amo porque me has abierto las puertas de tu Reino.

Jesucristo, te amo porque me has hecho hijo de Dios.

Jesucristo, te amo porque me has enriquecido con el Espíritu Santo.

Jesucristo, te amo porque me has entregado a tu Madre al pie de la cruz.

Jesucristo, te amo por el don de la fe católica.

Jesucristo, te amo por el don de mi vocación legionaria.

Jesucristo, te amo por el don del sacerdocio.

Jesucristo, te amo porque te has quedado conmigo en el sagrario.

Jesucristo, te amo porque me has confiado tu palabra para transmitirla a mis hermanos.

Jesucristo, te amo porque me has enviado, como a los apóstoles, a extender tu Reino entre los hombres.

Jesucristo, te amo porque eres mi Dios y mi Señor.

VJesús, manso y humilde de corazón,

Rhaz mi corazón semejante al tuyo.

VOremos:

Oh Padre celestial, al invocar a tu Hijo, centro, criterio y ejemplo de nuestra vida religiosa, sacerdotal y apostólica, te suplicamos nos concedas crecer siempre en la inteligencia interior del misterio de Cristo para vivirlo en su plenitud. Te lo pedimos por el mismo Cristo nuestro Señor.

RAmén.

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XVI. Sacramento de la reconciliaciónLa confesión frecuente, recomendada por la Iglesia, aumenta el justo conocimiento propio, hace crecer la humildad cristiana, ayuda a desarraigar las malas costumbres, aumenta la delicadeza de conciencia, evitando caer en la tibieza o en la indolencia, fortalece la voluntad y conduce el alma a un constante esfuerzo para perfeccionar en sí misma la gracia del bautismo y a una identificación más íntima con Jesucristo.

Asimismo, ayuda a afianzar la experiencia de la propia impotencia en el orden sobrenatural y a confiar plenamente en la gracia de Dios nuestro Señor.

Conscientes de la necesidad permanente de la conversión del corazón para la realización plena de la voluntad de Dios sobre sus vidas, acérquense semanalmente al sacramento de la reconciliación, haciendo de él un encuentro vital y renovador con Cristo y con la Iglesia.

Acérquense al sacramento con un anhelo ardiente de purificarse y renovarse y con un amor filial que genere la contrición del corazón y el propósito de la enmienda, de los que depende gran parte del fruto espiritual del sacramento. El deseo de purificación y renovación debe cultivarse todos los días, de manera especial a través de los exámenes de conciencia, el espíritu de arrepentimiento y el propósito diario de enmienda.

Agradezcan a Dios nuestro Señor el don de su perdón y de su amistad con un propósito de enmienda alentado por el amor y el santo temor de Dios y con una vida de mayor fidelidad a la misión encomendada (PN nn. 217-218, 225, 227).

EXAMEN DE CONCIENCIA

Se puede iniciar con la siguiente oración de petición de ayuda:

Señor y Dios mío, que conoces el corazón de cada hombre, dame la gracia de examinar sinceramente y conocer verdaderamente el mío, de manera que descubra todos mis pecados, a fin de que, confesándome bien, y enmendándome de ellos, merezca tu perdón y gracia en la tierra y la vida eterna en el cielo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

RITO DE LA PENITENCIA

ACOGIDA DEL PENITENTE

El sacerdote y el penitente dicen juntos:

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El sacerdote invita a la confianza en el perdón de Dios.

VDios que ha iluminado nuestros corazones con la luz del Espíritu Santo, te conceda un verdadero conocimiento de tus pecados y de su misericordia.

RAmén.

A continuación se hace la confesión.

ACTO DE CONTRICIÓN

RSeñor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador y Redentor mío, por ser tú quien eres y porque te amo sobre todas las cosas, me arrepiento de todo corazón de todo lo malo que he hecho y de todo lo bueno que he dejado de hacer, porque pecando te he ofendido a ti, que eres el sumo bien y digno de

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ser amado sobre todas las cosas. Ofrezco mi vida, obras y trabajos en satisfacción de mis pecados. Propongo firmemente con la ayuda de tu gracia, hacer penitencia, no volver a pecar y huir de las ocasiones de pecado. Señor, por los méritos de tu pasión y muerte, apiádate de mí, y dame tu gracia para nunca más volverte a ofender. Amén.

ABSOLUCIÓN

VDios, Padre misericordioso, que reconcilió consigo el mundo por la muerte y resurrección de su Hijo, y derramó al Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda, por el ministerio de la Iglesia, el perdón y la paz. Y yo te absuelvo de tus pecados, en el nombre del Padre, y del Hijo, † y del Espíritu Santo.

RAmén.

122 Manual de oraciones

DESPEDIDA

VDa gracias al Señor porque es bueno.

RPorque es eterna su misericordia.

VVete en paz y anuncia a los hombres las maravillas de Dios que te ha salvado.

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XVII. Hora eucarísticaComo homenaje de fe y amor a Jesucristo, presente realmente en la Eucarística, se tiene cada jueves, en el momento marcado por los reglamentos, una hora eucarística con espíritu de agradecimiento, de reparación y de súplica.

Aprovechen esos momentos de diálogo personal y cordial con Cristo, para conocerlo y amarlo más íntimamente, a fin de desagraviarlo por los pecados propios y de los demás hombres, para agradecerle su testimonio de entrega y amor, para ofrecerle la vida en favor de la extensión de su Reino, para pedirle por las necesidades de la Iglesia, de la Legión y del mundo y para hacer un examen sobre la propia imitación y transformación en Jesucristo en pensamientos, voluntad y actuaciones.

La hora eucarística termina con la bendición con el Santísimo, precedida por las invocaciones a Jesucristo y las letanías de los santos, a quienes se pide su intercesión ante Dios por la propia fidelidad (PN nn. 238, 239, 242).

INVOCACIONES A JESUCRISTO

¡Señor, creemos en ti! (tres veces)

¡Señor, esperamos en ti! (tres veces)

¡Señor, te amamos! (tres veces)

¡Señor, te adoramos! (tres veces)

¡Señor, te damos gracias! (tres veces)

¡Jesucristo, creemos que eres el Hijo de Dios vivo! (tres veces)

¡Jesucristo, creemos que eres el Salvador de los hombres! (tres veces)

¡Jesucristo! Santifícanos. (tres veces)

¡María! Ruega por los Legionarios de Cristo. (tres veces)

Señor, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

LETANÍAS DE TODOS LOS SANTOS

Santa María. Ruega por nosotros.

Santa Madre de Dios.

Santa Virgen de las vírgenes.

Santos Miguel, Gabriel y Rafael. Rogad por nosotros.

Santos ángeles.

San Abrahán. Ruega por nosotros.

San Moisés.

San Elías.

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San José.

San Juan Bautista.

Santos patriarcas y profetas.

Santos Pedro y Pablo.

San Andrés.

Santos Juan y Santiago.

Santo Tomás.

San Mateo.

Santos apóstoles.

San Lucas.

San Marcos.

San Bernabé.

Santa María Magdalena.

Santos discípulos del Señor.

San Esteban.

San Ignacio de Antioquía.

San Policarpo.

San Justino.

San Lorenzo.

San Cipriano.

San Bonifacio.

San Estanislao.

Santo Tomás Becket.

Santos Juan Fisher y Tomás Moro.

San Pablo Miki.

Santos Isaac Jogues y Juan de Brebeuf.

San Pedro Chanel.

San Carlos Lwanga.

Santas Perpetua y Felicidad.

Santa Inés.

Santa María Goretti.

Santos mártires.

Santos León y Gregorio.

San Ambrosio.

San Jerónimo.

San Agustín.

Page 61: Manual de Oraciones LC

San Atanasio.

Santos Basilio y Gregorio Nacianceno.

San Juan Crisóstomo.

San Martín.

San Patricio.

Santos Cirilo y Metodio.

San Carlos Borromeo.

San Francisco de Sales.

San Pío X.

San Antonio.

San Benito.

San Bernardo.

Santos Francisco y Domingo.

Santo Tomás de Aquino.

San Ignacio de Loyola.

San Francisco Javier.

San Vicente de Paúl.

San Juan María Vianney.

San Juan Bosco.

Santa Catalina de Siena.

Santa Teresa de Jesús.

Santa Teresa de Lisieux.

Santa Rosa de Lima.

San Luis.

Santa Mónica.

Santa Isabel de Hungría.

Santos y santas de Dios.

Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.

Tú, que viniste a este mundo,

Tú, que fuiste crucificado,

Tú, que moriste por nosotros,

Tú, que yaciste en el sepulcro,

Tú, que resucitaste de entre los muertos,

Tú, que subiste a los cielos,

Tú, que enviaste al Espíritu Santo sobre los apóstoles,

Tú, que estás sentado a la derecha del Padre,

Page 62: Manual de Oraciones LC

Tú, que vendrás a juzgar a los vivos y a los muertos,

PRECES

Perdona nuestros pecados, te rogamos, óyenos.

Concédenos la gracia de la verdadera penitencia, te rogamos, óyenos.

Otórganos y conserva los frutos de la tierra, te rogamos, óyenos.

Por nuestra Santa Madre Iglesia, para que permanezca unánime en la fe y se renueve en la fidelidad a tu Evangelio y a su viva tradición, te rogamos, óyenos.

Por el Santo Padre, el Papa N., para que tú, que lo llamaste al orden episcopal, lo asistas y lo protejas en su servicio pastoral a la Iglesia, te rogamos, óyenos.

Por los obispos, sacerdotes y religiosos, para que sean fieles a la doctrina y a la disciplina de la Iglesia, y vivan adheridos a tu Vicario en la tierra, te rogamos, óyenos.

Por los fieles laicos, para que, conscientes de su compromiso bautismal se esfuercen por instaurar tu Reino en su propio corazón y en su ambiente familiar y profesional, te rogamos, óyenos.

Por los miembros de la Legión de Cristo y del Regnum Christi, para que, siendo fieles al carisma que hemos recibido, seamos dóciles instrumentos en tus manos al servicio de la Iglesia y de los hombres, te rogamos, óyenos.

Por los jóvenes, para que descubran en ti el camino de la felicidad verdadera y sean tus apóstoles incansables, te rogamos, óyenos.

Por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada para que todos los llamados acojan con generosidad tu invitación a trabajar en tu viña, te rogamos, óyenos.

Por la paz del mundo, para que los hombres se reconozcan como hermanos de una misma familia y cesen entre ellos las guerras, las discriminaciones y las injusticias, te rogamos, óyenos.

Por los que te persiguen a ti y a tu Iglesia, para que lleguen al conocimiento y amor de la verdad, te rogamos, óyenos.

Por la unión de los cristianos, para que en la profesión de una misma fe formen una sola iglesia, bajo la guía de tu Vicario, te rogamos, óyenos.

Por todos los hombres, para que iluminados por el Evangelio, acepten tu mensaje y salvación, te rogamos, óyenos.

Cristo, óyenos.

Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.

Cristo, escúchanos.

Oremos:

Dios, refugio y fortaleza nuestra, autor mismo de la caridad, atiende a las constantes súplicas de tu Iglesia, y concédenos alcanzar eficazmente lo que con fe pedimos.

Por Cristo nuestro Señor. Amén.

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A continuación se entona el «Tantum ergo».

Bendición con el Santísimo.

Después de la bendición se rezan las alabanzas de desagravio.

ALABANZAS DE DESAGRAVIO

Bendito sea Dios.

Bendito sea su santo Nombre.

Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.

Bendito sea el nombre de Jesús.

Bendito sea su sacratísimo Corazón.

Bendita sea su preciosísima Sangre.

Bendito sea Jesús en el santísimo Sacramento del altar.

Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.

Bendita sea la gran Madre de Dios, María Santísima.

Bendita sea su santa e inmaculada concepción.

Bendita sea su gloriosa asunción.

Bendito sea el nombre de María virgen y madre.

Bendito sea san José su castísimo esposo.

Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos. Amén.

Mientras se reserva el Santísimo se entona un canto a Jesucristo.

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XVIII. Oraciones de la noche

1. Domingo 2. Lunes 3. Martes 4. Miércoles 5. Jueves 6. Viernes 7. Sábado

Las oraciones al final del día deben estar impregnadas de sentimientos de adoración, acción de gracias, confianza, compunción de corazón, amor y disponibilidad para seguir en todo la voluntad de Dios.

Entréguense a ellas con fe y abnegación, luchando para no dejarse vencer por el cansancio de la jornada o por el sueño.

Preparen cuidadosamente la meditación del día siguiente, centrando la mente y el corazón en los puntos, la composición de lugar, la petición y el fruto que desean alcanzar.

Agradezcan a Jesucristo las bendiciones del día que se recogen en la bendición con el Santísimo (PN nn. 210-213).

Sólo los novicios rezan en voz alta las oraciones de la noche.

El Jueves y Viernes Santos el Credo y la antífona a la Santísima Virgen se rezan en silencio (cf. PN nn. 670 y 674).

El Sábado Santo sólo se tiene el examen de conciencia y la preparación de los puntos de la meditación.

Este manual contiene el rezo de Completas del breviario aprobado por la Conferencia Episcopal Española. Si le ayuda al fervor personal, cada quien puede utilizar las Completas de cualquier breviario debidamente aprobado por la autoridad eclesiástica.

Cuando no hay exposición del Santísimo, antes de la invocación inicial del rezo de Completas, se rezan las oraciones propias del inicio de actos ante el Santísimo.

VEn el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

V¡Oh sagrado convivio,

Ren que Cristo es nuestra comida, se celebra el memorial de su pasión, el alma se llena de gracia y se nos da la prenda de la gloria futura!

VLes diste pan del cielo,

Rque contiene en sí todo deleite.

VOremos:

Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

RAmén.

Page 65: Manual de Oraciones LC

Cuando hay exposición del Santísimo, después del canto eucarístico, se comienzan las oraciones de la noche con la invocación inicial del rezo de Completas.

INVOCACIÓN INICIAL

VDios mío, ven en mi auxilio.

RSeñor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. (En Cuaresma se omite el aleluya).

EXAMEN DE CONCIENCIA

PETICIÓN DE LUZ

VSeñor y Dios mío,

Rque eres todo bondad y misericordia infinita, te doy gracias con todo mi corazón por los innumerables beneficios que me has concedido, muy especialmente por haberme creado, redimido, llamado a la fe católica y al sacerdocio, y por haberme librado de tantos peligros de alma y de cuerpo, y por todos los favores especiales que me has concedido en este día. Dígnate, Señor, iluminar mi entendimiento para que conozca mis culpas y concédeme la gracia de un verdadero dolor y de una sincera enmienda.

Pueden usar los formularios para el examen de conciencia (cf. págs. 48 y ss).

Después del examen de conciencia.

ACTO DE DOLOR

VDios mío,

Rcon todo mi corazón me arrepiento de haberte ofendido. Me duelo de haber ultrajado con mi ingratitud tu bondad infinita. Perdóname, Señor, y ten piedad de mí. Vence con tu misericordia mi malicia en pensamientos, palabras, obras y omisiones y concédeme la gracia de una sincera enmienda. Propongo firmemente nunca más ofenderte. Fortalece, Dios mío, mi débil voluntad y ayúdame con tu gracia a servirte, a amarte y a identificarme más plenamente con tu Hijo Jesucristo. Así sea.

VDios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

RAmén.

A continuación se dice el himno, la salmodia y la lectura breve propios del día.

HIMNO

SALMODIA

LECTURA BREVE

Después se recita el responsorio breve.

RESPONSORIO BREVE

VA tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

RA tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

VTú, el Dios leal, nos librarás.

REncomiendo mi espíritu.

Page 66: Manual de Oraciones LC

VGloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

RA tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

Tiempo pascual

VA tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.

RA tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.

VTú, el Dios leal, nos librarás.

RAleluya, aleluya.

VGloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

RA tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

ANTÍFONA. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya).

Nunc dimíttis Lc 2, 29-32

Cristo, luz de las naciones y gloria de Israel

Ahora, Señor, según tu promesa,

puedes dejar a tu siervo irse en paz.

Porque mis ojos han visto a tu Salvador,

a quien has presentado ante todos los pueblos:

luz para alumbrar a las naciones

y gloria de tu pueblo Israel.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los

siglos de los siglos. Amén.

ANTÍFONA. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya).

ORACIÓN

Se toma la propia del día.

CONCLUSIÓN

VEl Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una muerte santa.

RAmén.

Preparación de los puntos de la meditación. Bendición eucarística, si se expuso el Santísimo. Después de la bendición eucarística, se dice en pie y en voz alta el Credo y se canta la antífona a la Santísima Virgen.

CREDO

Creo en un solo Dios,

Padre todopoderoso,

Creador del cielo y de la tierra,

Page 67: Manual de Oraciones LC

de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo,

Hijo único de Dios,

nacido del Padre antes de todos los siglos:

Dios de Dios,

Luz de Luz,

Dios verdadero de Dios verdadero,

engendrado, no creado,

de la misma naturaleza del Padre,

por quien todo fue hecho;

que por nosotros, los hombres,

y por nuestra salvación

bajó del cielo,En las palabras que siguen hasta se hizo hombre, todos se inclinan.

y por obra del Espíritu Santo

se encarnó de María, la Virgen,

y se hizo hombre;

y por nuestra causa fue crucificado

en tiempos de Poncio Pilato;

padeció y fue sepultado,

y resucitó al tercer día, según las Escrituras,

y subió al cielo,

y está sentado a la derecha del Padre;

y de nuevo vendrá con gloria

para juzgar a vivos y muertos,

y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo,

Señor y dador de vida,

que procede del Padre y del Hijo,

que con el Padre y el Hijo

recibe una misma adoración y gloria,

y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia,

que es una, santa, católica y apostólica.

Confieso que hay un solo bautismo

para el perdón de los pecados.

Espero la resurrección de los muertos

Page 68: Manual de Oraciones LC

y la vida del mundo futuro.

Amén.

ANTÍFONA A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

(Cf. pág. 77 y ss.)

PARTES VARIABLES DE LAS COMPLETAS

DomingoHIMNO

Gracias, porque al fin del día

podemos agradecerte

los méritos de tu muerte

y el pan de la Eucaristía,

la plenitud de alegría

de haber vivido tu alianza,

la fe, el amor, la esperanza

y esta bondad en tu empeño

de convertir nuestro sueño

en una humilde alabanza.

Gloria al Padre, gloria al Hijo,

gloria al Espíritu Santo,

por los siglos de los siglos. Amén.

SALMODIA

ANTÍFONA. Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno.

TIEMPO PASCUAL: ANTÍFONA. Aleluya, aleluya, aleluya.

Salmo 90

A la sombra del Omnipotente

Os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones (Lc 10, 19)

Tú que habitas al amparo del Altísimo,

que vives a la sombra del Omnipotente,

di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío,

Dios mío, confío en ti».

Él te librará de la red del cazador,

de la peste funesta.

Te cubrirá con sus plumas,

bajo sus alas te refugiarás:

su brazo es escudo y armadura.

No temerás el espanto nocturno,

Page 69: Manual de Oraciones LC

ni la flecha que vuela de día,

ni la peste que se desliza en las tinieblas,

ni la epidemia que devasta a mediodía.

Caerán a tu izquierda mil,

diez mil a tu derecha;

a ti no te alcanzará.

Nada más mirar con tus ojos,

verás la paga de los malvados,

porque hiciste del Señor tu refugio,

tomaste al Altísimo por defensa.

No se te acercará la desgracia,

ni la plaga llegará hasta tu tienda,

porque a sus ángeles ha dado órdenes

para que te guarden en tus caminos;

te llevarán en sus palmas,

para que tu pie no tropiece en la piedra;

caminarás sobre áspides y víboras,

pisotearás leones y dragones.

«Se puso junto a mí: lo libraré;

lo protegeré porque conoce mi nombre,

me invocará y lo escucharé.

Con él estaré en la tribulación,

lo defenderé, lo glorificaré,

lo saciaré de largos días

y le haré ver mi salvación».

Gloria al Padre...

ANTÍFONA. Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno.

TIEMPO PASCUAL: ANTÍFONA. Aleluya, aleluya, aleluya.

LECTURA BREVE Ap 22, 4-5

VVerán al Señor cara a cara y llevarán su nombre en la frente. Ya no habrá más noche, ni necesitarán luz de lámpara o de sol, porque el Señor Dios irradiará luz sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.

Se dice el responsorio breve y el cántico evangélico.

ORACIÓN

VOremos: Humildemente te pedimos, Señor, que después de haber celebrado en este día los misterios de la resurrección de tu Hijo, sin temor alguno, descansemos en tu paz y mañana nos levantemos alegres para cantar nuevamente tus alabanzas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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RAmén.

Se reza la conclusión.

LunesHIMNO

De la vida en la arena

me llevas de la mano

al puerto más cercano,

al agua más serena.

El corazón se llena,

Señor, de tu ternura;

y es la noche más pura

y la ruta más bella

porque tú estás en ella,

sea clara u oscura.

La noche misteriosa

acerca a lo escondido;

el sueño es el olvido

donde la paz se posa.

Y esa paz es la rosa

de los vientos. Velero,

inquieto marinero,

ya mi timón preparo

-tú el mar y el cielo clarohacia

el alba que espero.

Gloria al Padre y al Hijo

y al Espíritu Santo. Amén.

SALMODIA

ANTÍFONA. Tú, Señor, eres clemente y rico en misericordia.

TIEMPO PASCUAL: ANTÍFONA. Aleluya, aleluya, aleluya.

Salmo 85

Oración de un pobre ante las adversidades

Bendito sea Dios, que nos alienta en nuestras luchas (2Co 1, 3.4)

Inclina tu oído, Señor, escúchame,

que soy un pobre desamparado;

protege mi vida, que soy un fiel tuyo;

Page 71: Manual de Oraciones LC

salva a tu siervo, que confía en ti.

Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,

que a ti te estoy llamando todo el día;

alegra el alma de tu siervo,

pues levanto mi alma hacia ti;

porque tú, Señor, eres bueno y clemente,

rico en misericordia con los que te invocan.

Señor, escucha mi oración,

atiende a la voz de mi súplica.

En el día del peligro te llamo,

y tú me escuchas.

No tienes igual entre los dioses, Señor,

ni hay obras como las tuyas.

Todos los pueblos vendrán

a postrarse en tu presencia, Señor;

bendecirán tu nombre:

«Grande eres tú, y haces maravillas;

tú eres el único Dios».

Enséñame, Señor, tu camino,

para que siga tu verdad;

mantén mi corazón entero

en el temor de tu nombre.

Te alabaré de todo corazón, Dios mío;

daré gloria a tu nombre por siempre,

por tu gran piedad para conmigo,

porque me salvaste del abismo profundo.

Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí,

una banda de insolentes atenta contra mi vida,

sin tenerte en cuenta a ti.

Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,

lento a la cólera, rico en piedad y leal,

mírame, ten compasión de mí.

Da fuerza a tu siervo,

salva al hijo de tu esclava;

dame una señal propicia,

que la vean mis adversarios y se avergüencen,

Page 72: Manual de Oraciones LC

porque tú, Señor, me ayudas y consuelas.

Gloria al Padre...

ANTÍFONA. Tú, Señor, eres clemente y rico en misericordia.

TIEMPO PASCUAL: ANTÍFONA. Aleluya, aleluya, aleluya.

LECTURA BREVE 1Ts 5, 9-10

VDios nos ha destinado a obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo; él murió por nosotros, para que, despiertos o dormidos, vivamos con él.

Se dice el responsorio breve y el cántico evangélico.

ORACIÓN

VOremos: Concede, Señor, a nuestros cuerpos fatigados el descanso necesario, y haz que la simiente del Reino, que con nuestro trabajo hemos sembrado hoy, crezca y germine para la cosecha de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

RAmén.

Se reza la conclusión.

MartesHIMNO

Tiembla el frío de los astros,

y el silencio de los montes

duerme sin fin. (Sólo el agua

de mi corazón se oye).

Su dulce latir, ¡tan dentro!,

calladamente responde

a la soledad inmensa

de algo que late en la noche.

Somos tuyos, tuyos, tuyos;

somos, Señor, ese insomne

temblor del agua nocturna,

más limpia después que corre.

¡Agua en reposo viviente,

que vuelve a ser pura y joven

con una esperanza! (Sólo

en mi alma sonar se oye).

Gloria al Padre, gloria al Hijo,

gloria al Espíritu Santo,

por los siglos de los siglos. Amén.

Page 73: Manual de Oraciones LC

SALMODIA

ANTÍFONA. No me escondas tu rostro, ya que confío en ti.

TIEMPO PASCUAL: ANTÍFONA. Aleluya, aleluya, aleluya.

Salmo 142, 1-11

Lamentación y súplica ante la angustia

El hombre no se justifica por cumplir la ley, sino por creer en Cristo Jesús (Ga 2, 16)

Señor, escucha mi oración;

tú, que eres fiel, atiende a mi súplica;

tú, que eres justo, escúchame.

No llames a juicio a tu siervo,

pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.

El enemigo me persigue a muerte,

empuja mi vida al sepulcro,

me confina a las tinieblas

como a los muertos ya olvidados.

Mi aliento desfallece,

mi corazón dentro de mí está yerto.

Recuerdo los tiempos antiguos,

medito todas tus acciones,

considero las obras de tus manos

y extiendo mis brazos hacia ti:

tengo sed de ti como tierra reseca.

Escúchame en seguida, Señor,

que me falta el aliento.

No me escondas tu rostro,

igual que a los que bajan a la fosa.

En la mañana hazme escuchar tu gracia,

ya que confío en ti.

Indícame el camino que he de seguir,

pues levanto mi alma a ti.

Líbrame del enemigo, Señor,

que me refugio en ti.

Enséñame a cumplir tu voluntad,

ya que tú eres mi Dios.

Tu espíritu, que es bueno,

me guíe por tierra llana.

Page 74: Manual de Oraciones LC

Por tu nombre, Señor, consérvame vivo;

por tu clemencia, sácame de la angustia.

Gloria al Padre...

ANTÍFONA. No me escondas tu rostro, ya que confío en ti.

TIEMPO PASCUAL: ANTÍFONA. Aleluya, aleluya, aleluya.

LECTURA BREVE 1P 5, 8-9

VSed sobrios, estad alerta, que vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quién devorar; resistidle firmes en la fe.

Se dice el responsorio breve y el cántico evangélico.

ORACIÓN

VOremos: Ilumina, Señor, nuestra noche y concédenos un descanso tranquilo; que mañana nos levantemos en tu nombre y podamos contemplar, con salud y gozo, el clarear del nuevo día. Por Jesucristo, nuestro Señor.

RAmén.

Se reza la conclusión.

MiércolesHIMNO

Tras las cimas más altas,

todas las noches

mi corazón te sueña,

no te conoce.

¿Entre qué manos, dime,

duerme la noche,

la música en la brisa,

mi amor, en dónde?

¿La infancia de mis ojos

y el leve roce

de la sangre en mis venas,

Señor, en dónde?

Lo mismo que las nubes,

y más veloces,

¿las horas de mi infancia,

Señor, en dónde?

Tras las cimas más altas,

todas las noches

mi corazón te sueña,

Page 75: Manual de Oraciones LC

no te conoce.

Gloria al Padre, y al Hijo

y al Espíritu Santo. Amén.

SALMODIA

ANTÍFONA 1. Sé tú, Señor, la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve.

TIEMPO PASCUAL: ANTÍFONA. Aleluya, aleluya, aleluya.

Salmo 30, 2-6

Súplica confiada de un afligido

Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu (Lc 23, 46)

A ti, Señor, me acojo:

no quede yo nunca defraudado;

tú, que eres justo, ponme a salvo,

inclina tu oído hacia mí;

ven aprisa a librarme,

sé la roca de mi refugio,

un baluarte donde me salve,

tú que eres mi roca y mi baluarte;

por tu nombre dirígeme y guíame:

sácame de la red que me han tendido,

porque tú eres mi amparo.

A tus manos encomiendo mi espíritu:

tú, el Dios leal, me librarás.

Gloria al Padre...

ANTÍFONA 1. Sé tú, Señor, la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve.

ANTÍFONA 2. Desde lo hondo a ti grito, Señor. †

Salmo 129

Desde lo hondo a ti grito, Señor

Él salvará a su pueblo de los pecados (Mt 1, 21)

Desde lo hondo a ti grito, Señor;

† Señor, escucha mi voz;

estén tus oídos atentos

a la voz de mi súplica.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor,

¿quién podrá resistir?

Pero de ti procede el perdón,

y así infundes respeto.

Page 76: Manual de Oraciones LC

Mi alma espera en el Señor,

espera en su palabra;

mi alma aguarda al Señor,

más que el centinela la aurora.

Aguarde Israel al Señor,

como el centinela la aurora;

porque del Señor viene la misericordia,

la redención copiosa;

y él redimirá a Israel

de todos sus delitos.

Gloria al Padre...

ANTÍFONA 2. Desde lo hondo a ti grito, Señor.

TIEMPO PASCUAL: ANTÍFONA. Aleluya, aleluya, aleluya.

LECTURA BREVE Ef 4, 26-27

VNo lleguéis a pecar; que la puesta del sol no os sorprenda en vuestro enojo. No dejéis resquicio al diablo.

Se dice el responsorio breve y el cántico evangélico.

ORACIÓN

VOremos: Señor Jesucristo, que eres manso y humilde de corazón y ofreces a los que vienen a ti un yugo llevadero y una carga ligera: dígnate aceptar los deseos y las acciones del día que hemos terminado; que podamos descansar durante la noche para que así, renovado nuestro cuerpo y nuestro espíritu, perseveremos constantes en tu servicio. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

RAmén.

Se reza la conclusión.

JuevesHIMNO

Como el niño que no sabe dormirse

sin cogerse a la mano de su madre,

así mi corazón viene a ponerse

sobre tus manos al caer la tarde.

Como el niño que sabe que alguien vela

su sueño de inocencia y esperanza,

así descansará mi alma segura,

sabiendo que eres tú quien nos aguarda.

Tú endulzarás mi última amargura,

Page 77: Manual de Oraciones LC

tú aliviarás el último cansancio,

tú cuidarás los sueños de la noche,

tú borrarás las huellas de mi llanto.

Tú nos darás mañana nuevamente

la antorcha de la luz y la alegría,

y, por las horas que te traigo muertas,

tú me darás una mañana viva. Amén.

SALMODIA

ANTÍFONA. Mi carne descansa serena.

TIEMPO PASCUAL: ANTÍFONA. Aleluya, aleluya, aleluya.

Salmo 15

El Señor es el lote de mi heredad

Dios resucitó a Jesús rompiendo las ataduras de la muerte (Hch 2, 24)

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;

yo digo al Señor: «Tú eres mi bien».

Los dioses y señores de la tierra

no me satisfacen.

Multiplican las estatuas

de dioses extraños;

no derramaré sus libaciones con mis manos,

ni tomaré sus nombres en mis labios.

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;

mi suerte está en tu mano:

me ha tocado un lote hermoso,

me encanta mi heredad.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,

hasta de noche me instruye internamente.

Tengo siempre presente al Señor,

con él a mi derecha no vacilaré.

Por eso se me alegra el corazón,

se gozan mis entrañas,

y mi carne descansa serena.

Porque no me entregarás a la muerte,

ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Me enseñarás el sendero de la vida,

me saciarás de gozo en tu presencia,

Page 78: Manual de Oraciones LC

de alegría perpetua a tu derecha.

Gloria al Padre...

ANTÍFONA. Mi carne descansa serena.

TIEMPO PASCUAL: ANTÍFONA. Aleluya, aleluya, aleluya.

LECTURA BREVE 1Ts 5, 23

VQue el mismo Dios de la paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.

Se dice el responsorio breve y el cántico evangélico.

ORACIÓN

VOremos: Señor, Dios nuestro, concédenos un descanso tranquilo que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día; así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Jesucristo, nuestro Señor.

RAmén.

Se reza la conclusión.

ViernesHIMNO

Antes de cerrar los ojos,

los labios y el corazón,

al final de la jornada,

¡buenas noches!, Padre Dios.

Gracias por todas las gracias

que nos ha dado tu amor;

si muchas son nuestras deudas,

infinito es tu perdón.

Mañana te serviremos,

en tu presencia, mejor.

A la sombra de tus alas,

Padre nuestro, abríganos.

Quédate junto a nosotros

y danos tu bendición.

Antes de cerrar los ojos,

los labios y el corazón,

al final de la jornada,

¡buenas noches!, Padre Dios.

Gloria al Padre omnipotente,

Page 79: Manual de Oraciones LC

gloria al Hijo Redentor,

gloria al Espíritu Santo:

tres Personas, sólo un Dios. Amén.

SALMODIA

ANTÍFONA. Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia. †

TIEMPO PASCUAL: ANTÍFONA. Aleluya, aleluya, aleluya.

Salmo 87

Oración de un hombre gravemente enfermo

Ésta es vuestra hora: la del poder de las tinieblas (Lc 22, 53)

Señor, Dios mío, de día te pido auxilio,

de noche grito en tu presencia;

† llegue hasta ti mi súplica,

inclina tu oído a mi clamor.

Porque mi alma está colmada de desdichas,

y mi vida está al borde del abismo;

ya me cuentan con los que bajan a la fosa,

soy como un inválido.

Tengo mi cama entre los muertos,

como los caídos que yacen en el sepulcro,

de los cuales ya no guardas memoria,

porque fueron arrancados de tu mano.

Me has colocado en lo hondo de la fosa,

en las tinieblas del fondo;

tu cólera pesa sobre mí,

me echas encima todas tus olas.

Has alejado de mí a mis conocidos,

me has hecho repugnante para ellos:

encerrado, no puedo salir,

y los ojos se me nublan de pesar.

Todo el día te estoy invocando,

tendiendo las manos hacia ti.

¿Harás tú maravillas por los muertos?

¿Se alzarán las sombras para darte gracias?

¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia,

o tu fidelidad en el reino de la muerte?

¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla,

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o tu justicia en el país del olvido?

Pero yo te pido auxilio,

por la mañana irá a tu encuentro mi súplica.

¿Por qué, Señor, me rechazas

y me escondes tu rostro?

Desde niño fui desgraciado y enfermo,

me doblo bajo el peso de tus terrores,

pasó sobre mí tu incendio,

tus espantos me han consumido:

me rodean como las aguas todo el día,

me envuelven todos a una;

alejaste de mí amigos y compañeros:

mi compañía son las tinieblas.

Gloria al Padre...

ANTÍFONA. Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia.

TIEMPO PASCUAL: ANTÍFONA. Aleluya, aleluya, aleluya.

LECTURA BREVE Jr 14, 9

VTú estás en medio de nosotros, Señor; tu nombre ha sido invocado sobre nosotros: no nos abandones, Señor, Dios nuestro.

Se dice el responsorio breve y el cántico evangélico.

ORACIÓN

VOremos: Señor, Dios todopoderoso: ya que con nuestro descanso vamos a imitar a tu Hijo que reposó en el sepulcro, te pedimos que, al levantarnos mañana, le imitemos también resucitando a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.

RAmén.

Se reza la conclusión.

SábadoHIMNO

El sueño, hermano de la muerte,

a su descanso nos convida;

guárdanos tú, Señor, de suerte

que despertemos a la vida.

Tu amor nos guía y nos reprende

y por nosotros se desvela,

del enemigo nos defiende

y, mientras dormimos, nos vela.

Page 81: Manual de Oraciones LC

Te ofrecemos, humildemente,

dolor, trabajo y alegría;

nuestra plegaria balbuciente:

«Gracias, Señor, por este día» .

Recibe, Padre, la alabanza

del corazón que en ti confía

y alimenta nuestra esperanza

de amanecer a tu gran Día.

Gloria a Dios Padre, que nos hizo,

gloria a Dios Hijo Salvador,

gloria al Espíritu divino:

tres Personas y un solo Dios. Amén.

SALMODIA

ANTÍFONA 1. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.

TIEMPO PASCUAL: ANTÍFONA. Aleluya, aleluya, aleluya.

Salmo 4

Acción de gracias

El Señor hizo maravillas al resucitar a Jesucristo de entre los muertos (S. Agustín)

Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío;

tú que en el aprieto me diste anchura,

ten piedad de mí y escucha mi oración.

Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor,

amaréis la falsedad y buscaréis el engaño?

Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor,

y el Señor me escuchará cuando lo invoque.

Temblad y no pequéis,

reflexionad en el silencio de vuestro lecho;

ofreced sacrificios legítimos

y confiad en el Señor.

Hay muchos que dicen:

«¿Quién nos hará ver la dicha,

si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?»

Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría

que si abundara en trigo y en vino.

En paz me acuesto y en seguida me duermo,

porque tú solo, Señor, me haces vivir tranquilo.

Page 82: Manual de Oraciones LC

Gloria al Padre...

ANTÍFONA 1. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.

ANTÍFONA 2. Durante la noche, bendecid al Señor.

Salmo 133

Oración vespertina en el templo

Alabad al Señor, sus siervos todos, los que le teméis, pequeños y grandes (Ap 19, 5)

Y ahora bendecid al Señor,

los siervos del Señor,

los que pasáis la noche

en la casa del Señor.

Levantad las manos hacia el santuario

y bendecid al Señor.

El Señor te bendiga desde Sión,

el que hizo cielo y tierra.

Gloria al Padre...

ANTÍFONA 2. Durante la noche, bendecid al Señor.

TIEMPO PASCUAL: ANTÍFONA Aleluya, aleluya, aleluya.

LECTURA BREVE Dt 6, 4-7

VEscucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.

Se dice el responsorio breve y el cántico evangélico.

ORACIÓN

VOremos: Guárdanos, Señor, durante esta noche y haz que mañana, ya al clarear el nuevo día, la celebración del domingo nos llene con la alegría de la resurrección de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.

RAmén.

Se reza la conclusión.

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XIX. Despedida de la Santísima VirgenTodo hijo bien nacido se despide de su madre antes de retirarse a descansar, cuando está con ella; de la misma manera los legionarios hagan su despedida de María con sentimientos de gratitud, de confianza y de cariño filial. Pongan en sus manos maternales los frutos del día, sus necesidades personales, las necesidades de la Iglesia, de la Legión, de los que luchan a su lado, y el descanso de la noche. No olviden pedirle diariamente que les alcance de Dios la gracia de la fidelidad a su santísima voluntad y la gracia de la perseverancia final para sí y para todos sus hermanos en la Legión (PN n. 214).

Antes de ir a dormir se hace una visita de despedida a la Santísima Virgen. Durante ella puede recitarse la siguiente oración:

CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN

¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me ofrezco todo a ti; y en prueba de mi filial afecto te consagro en esta noche mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, Madre de bondad, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Así sea.

- Por tu inmaculada concepción, oh María,

- purifica mi cuerpo y santifica mi alma. (Tres veces)

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XX. Al acostarseRecen en la celda o habitación el «Miserére» con sentimientos de compunción y de confianza plena en el poder y en la gracia de Dios, nuestro Padre. Recojan el alma en la presencia de Dios, procuren entablar con él un diálogo filial, evitando la disipación interior y sean diligentes al acostarse (PN nn. 215 y 216).

MISERÉRE Salmo 50

Misercordia, Dios mío, por tu bondad,

por tu inmensa compasión borra mi culpa;

lava del todo mi delito,

limpia mi pecado.

Pues yo reconozco mi culpa,

tengo siempre presente mi pecado:

contra ti, contra ti solo pequé,

cometí la maldad que aborreces.

En la sentencia tendrás razón,

en el juicio resultarás inocente.

Mira, en la culpa nací,

pecador me concibió mi madre.

Te gusta un corazón sincero,

y en mi interior me inculcas sabiduría.

Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;

lávame: quedaré más blanco que la nieve.

Hazme oír el gozo y la alegría,

que se alegren los huesos quebrantados.

Aparta de mi pecado tu vista,

borra en mí toda culpa.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,

renuévame por dentro con espíritu firme;

no me arrojes lejos de tu rostro,

no me quites tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación,

afiánzame con espíritu generoso:

enseñaré a los malvados tus caminos,

los pecadores volverán a ti.

Líbrame de la sangre, oh Dios,

Dios, Salvador mío,

Page 85: Manual de Oraciones LC

y cantará mi lengua tu justicia.

Señor, me abrirás los labios,

y mi boca proclamará tu alabanza.

Los sacrificios no te satisfacen:

si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.

Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;

un corazón quebrantado y humillado,

tú no lo desprecias.

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,

reconstruye las murallas de Jerusalén:

entonces aceptarás los sacrificios rituales,

ofrendas y holocaustos,

sobre tu altar se inmolarán novillos.

Oración

Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias

del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos

guarden en paz, y que tu bendición permanezca siempre

con nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor. Así sea.

Jesús, José y María,

os doy el corazón y el alma mía.

Jesús, José y María,

asistidme en mi última agonía.

Jesús, José y María,

recibid, cuando yo muera en paz, el alma mía.

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APÉNDICEOraciones para el sacerdoteOraciones que el sacerdote puede recitar

ANTES DE ESCUCHAR LAS CONFESIONESConcédeme, Señor, la sabiduría que asiste tu trono, para que sepa juzgar a tu pueblo con justicia y a tus pobres con acierto.

Haz que use las llaves del Reino de los cielos de tal manera que no abra a quien deba cerrar ni cierre a quien deba abrir.

Que mi intención sea limpia, mi celo sincero, mi caridad paciente, mi trabajo fecundo.

Que sea bondadoso sin ser complaciente, severo sin ser duro. Que no desprecie al pobre ni me deje adular por el poderoso.

Hazme amable para animar a los pecadores, prudente para interrogarlos, capaz para instruirlos.

Concédeme, te lo ruego, habilidad para apartarles del mal, aplicación para confirmarlos en el bien, destreza para impulsarlos a lo mejor; madurez en las respuestas, rectitud en los consejos, luz en los asuntos oscuros, sagacidad en los complejos, triunfo en los difíciles.

Que no me detenga en coloquios inútiles, ni me contamine con el mal.

Que salve a los demás y no me pierda a mí mismo. Amén.

DESPUÉS DE HABER ESCUCHADO LAS CONFESIONESSeñor Jesucristo, dulce amante y santificador de las almas, te ruego que por la efusión del Espíritu Santo purifiques mi corazón de todo afecto y de todo pensamiento malo.

Dígnate suplir, con tu infinita piedad y misericordia, cuanto he faltado en mi ministerio por negligencia o por ignorancia.

Encomiendo a tu sagrada pasión a todos los fieles que atrajiste al sacramento de la reconciliación, a los que has santificado con tu preciosa sangre, para que los guardes de pecado, los conserves en tu temor y en tu amor, los ayudes a progresar cada día en la virtud y los lleves a la vida eterna.

Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén.

ANTES DE REZAR LA LITURGIA DE LAS HORASAbre, Señor, mis labios para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos, inconvenientes y ajenos; ilumina mi entendimiento e inflama mi amor para rezar el Oficio divino digna, atenta y

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fervorosamente, y ser escuchado ante tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Otras oraciones

Magníficat Lc 1, 46-55Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:

su nombre es santo,

y su misericordia llega a sus fieles

de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos

y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,

acordándose de la misericordia

-como lo había prometido a nuestros padres en

favor de Abraham y su descendencia por siempre.

LETANÍAS DE LA HUMILDAD¡Jesús, manso y humilde de corazón! ¡Escúchame!DEL DESEO DE SER:

estimado ¡Líbrame, Jesús!

amado

proclamado

ensalzado

alabado

preferido

consultado

aprobado

justipreciadoDEL TEMOR DE SER:

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humillado ¡Líbrame, Jesús!

despreciado

despedido

rechazado

calumniado

olvidado

ridiculizado

injuriado

sospechoso

Del disgusto de que no se siga mi opinión ¡Líbrame, Jesús!QUE LOS DEMÁS:

sean más amados que yo. ¡Haz, Jesús, que lo desee!

sean preferidos a mí.

crezcan en la opinión del mundo y yo disminuya.

sean llamados a ocupar cargos y yo relegado al olvido

sean alabados y nadie se preocupe de mí.

sean preferidos a mí en todo.

Oremos:

Oh Jesús, que siendo Dios, te has humillado hasta la muerte de cruz para ser ejemplo perenne que confunda mi orgullo y amor propio; concédeme aprender y practicar tu ejemplo para que, humillándome como corresponde a mi miseria aquí en la tierra, pueda ser ensalzado hasta gozar eternamente de ti en el cielo. Así sea.

A JESUCRISTOJesucristo, alegría y consuelo único de mi alma, tú eres el dueño absoluto de todo mi ser; te pertenezco de una manera especial por la consagración que de mí y de todas mis cosas te tengo hecha. Aparta de mi alma todo lo que pueda causarte alguna pena, descanse en mí tu mirada, y concédeme, por intercesión de María, el amor puro y desinteresado que se tiene haciendo el bien a todos los hombres, realizando así los designios que sobre mí tengas en esta amada Legión.

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTOEspíritu Santo,

inspírame lo que debo pensar,

lo que debo decir,

lo que debo callar,

lo que debo escribir,

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lo que debo hacer,

cómo debo obrar para procurar

el bien de los hombres,

el cumplimiento de mi misión

y el triunfo del Reino de Cristo. Amén.

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGENMaría, mi buena Madre, te doy gracias por la especial protección que me has dispensado en este día. Alcánzame la gracia de ser siempre fiel a mis compromisos. Haz que la pureza y el sacrificio sean mi alimento cotidiano, la humildad y la obediencia mi consuelo, el tabernáculo mi recreación; y tú, Madre querida, la escuela donde aprenda a practicar todas las virtudes. Y como mientras duerma no podré glorificar a mi Jesús, ofrécele tú los latidos de mi corazón como actos fervientes de amor. Aleja de mí cualquier acción o pensamiento que pueda manchar su purísima mirada y envía a mi alma tu tierna y maternal bendición.

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGELSan Miguel arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y las asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú, príncipe de la milicia celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de los hombres.

ORACIÓN DE OFRECIMIENTOSeñor Jesús:

Te entrego mis manos para hacer tu trabajo.

Te entrego mis pies para seguir tu camino.

Te entrego mis ojos para ver como tú ves.

Te entrego mi lengua para hablar tus palabras.

Te entrego mi mente para que tú pienses en mí.

Te entrego mi espíritu para que tú ores en mí.

Sobre todo te entrego mi corazón para que en mí ames a tu Padre y a todos los hombres.

Te entrego todo mi ser para que crezcas tú en mí, para que seas tú, Cristo, quien viva, trabaje y ore en mí.

LETANÍAS A CRISTO, SACERDOTE Y VÍCTIMASe rezan durante el mes previo a la ordenación sacerdotal de los legionarios, en lugar de las invocaciones a Jesucristo que se rezan diariamente.

Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.

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Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial. Ten piedad de nosotros.

Dios, Hijo Redentor del mundo. Ten piedad de nosotros.

Dios, Espíritu Santo. Ten piedad de nosotros.

Jesús, Sacerdote y Víctima, ten piedad de nosotros.

Jesús, Sacerdote eterno según el rito de Melquisedec, ten piedad de nosotros.

Jesús, Sacerdote a quien Dios envió para evangelizar a los pobres, ten piedad de nosotros.

Jesús, Sacerdote que en la última cena instituiste la forma del sacrificio perenne, ten piedad de nosotros.

Jesús, Sacerdote que siempre vives para interceder por nosotros, ten piedad de nosotros.

Jesús, Pontífice a quien el Padre ungió con Espíritu Santo y con poder, ten piedad de nosotros.

Jesús, Pontífice tomado de entre los hombres, ten piedad de nosotros.

Jesús, Pontífice constituido en favor de los hombres, ten piedad de nosotros.

Jesús, Pontífice de nuestra fe, ten piedad de nosotros.

Jesús, Pontífice más glorioso que Moisés, ten piedad de nosotros.

Jesús, Pontífice del santuario verdadero, ten piedad de nosotros.

Jesús, Pontífice de los bienes futuros, ten piedad de nosotros.

Jesús, Pontífice santo, inocente y puro, ten piedad de nosotros.

Jesús, Pontífice fiel y misericordioso, ten piedad de nosotros.

Jesús, Pontífice inflamado por el celo de Dios y de las almas, ten piedad de nosotros.

Jesús, Pontífice perfecto para siempre, ten piedad de nosotros.

Jesús, Pontífice que por tu sangre penetraste en los cielos, ten piedad de nosotros.

Jesús, Pontífice que has iniciado un nuevo camino para nosotros, ten piedad de nosotros.

Jesús, Pontífice que nos has amado y nos has lavado de nuestros pecados con tu sangre, ten piedad de nosotros.

Jesús, Pontífice que te has entregado a ti mismo a Dios como oblación y víctima, ten piedad de nosotros.

Jesús, Víctima de Dios y de los hombres, ten piedad de nosotros.

Jesús, Víctima santa e inmaculada, ten piedad de nosotros.

Jesús, Víctima inmolada, ten piedad de nosotros.

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Jesús, Víctima pacífica, ten piedad de nosotros.

Jesús, Víctima de propiciación y alabanza, ten piedad de nosotros.

Jesús, Víctima de reconciliación y paz, ten piedad de nosotros.

Jesús, Víctima por quien tenemos acceso confiado a Dios, ten piedad de nosotros.

Jesús, Víctima que vives por los siglos de los siglos, ten piedad de nosotros.

Muéstrate propicio. Perdónanos, Jesús.

Muéstrate propicio. Escúchanos, Jesús.

Del paso temerario a las sagradas órdenes, líbranos, Jesús.

Del pecado de sacrilegio, líbranos, Jesús.

Del espíritu de incontinencia, líbranos, Jesús.

De las ganancias deshonestas, líbranos, Jesús.

De toda mancha de simonía, líbranos, Jesús.

De la indigna administración de los bienes de la Iglesia, líbranos, Jesús.

Del amor del mundo y de sus vanidades, líbranos, Jesús.

De la indigna celebración de tus misterios, líbranos, Jesús.

Por tu eterno sacerdocio, líbranos, Jesús.

Por la santa unción, con que Dios Padre te ha constituido sacerdote, líbranos, Jesús.

Por tu espíritu sacerdotal, líbranos, Jesús.

Por aquel ministerio con que glorificaste a tu Padre sobre la tierra, líbranos, Jesús.

Por la cruenta inmolación de ti mismo, hecha una vez para siempre, en la cruz, líbranos, Jesús.

Por aquel mismo sacrificio renovado todos los días en el altar, líbranos, Jesús.

Por aquel divino poder que ejercitas de modo invisible en tus sacerdotes, líbranos, Jesús.

Para que conserves en santidad y fidelidad al orden sacerdotal, te rogamos, óyenos.

Para que otorgues a tu pueblo sacerdotes según tu corazón, te rogamos, óyenos.

Para que los llenes con el espíritu de tu sacerdocio, te rogamos, óyenos.

Para que los labios de los sacerdotes sean fuente de sabiduría, te rogamos, óyenos.

Para que envíes obreros fieles a tu mies, te rogamos, óyenos.

Para que multipliques los dispensadores de tus misterios, te rogamos, óyenos.

Para que les concedas perseverar en el cumplimiento de tu voluntad, te rogamos, óyenos.

Page 92: Manual de Oraciones LC

Para que les concedas mansedumbre en su ministerio, prudencia en la acción y constancia en la oración, te rogamos, óyenos.

Para que promuevas por medio de ellos la devoción al Santísimo Sacramento en todas partes, te rogamos, óyenos.

Para que recibas en tu gozo a los que te han servido bien, te rogamos, óyenos.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo. Perdónanos, Señor.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo. Escúchanos, Señor.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo. Ten piedad de nosotros.

Jesús, Sacerdote. Óyenos.

Jesús, Sacerdote. Escúchanos.

VOremos:

Dios, santificador y protector de tu Iglesia, suscita en ella, por medio de tu Espíritu, dispensadores idóneos y fieles de tus santos misterios, para que, por su ejemplo y ministerio, el pueblo cristiano se encamine bajo tu protección por el sendero de la salvación.

Dios que mandaste segregar a Pablo y Bernabé para la misión para la que los habías llamado mientras los discípulos celebraban el culto del Señor y ayunaban, hazte presente ahora a tu Iglesia en oración, y tú que conoces todos los corazones, muestra a quiénes has elegido para tu servicio. Por Cristo nuestro Señor.

RAmén.

Page 93: Manual de Oraciones LC

Per Regnum Christi ad Gloriam Dei

Se terminó de imprimir

el 15 de septiembre de 2004

Solemnidad de la Virgen de los Dolores