_madriguera_del_gusano_blanco_-_Bram_Stoker.pdf

108

Transcript of _madriguera_del_gusano_blanco_-_Bram_Stoker.pdf

  • Annotation

    Hay un profundo misterio entre las lneas de esta obra -afirma el bigrafo de Bram Stoker,Harry Ludlam-, y es el misterio del espritu del hombre que la escribi. Consumido por unaenfermedad tenaz, y agradavadas las dificultades financieras que siempre lo haban acosado y queensombrecieron su vejez, Stoker public La madriguera del Gusano Blanco en 1911, a los 64 aos.Sera su ltima novela. El celebrado autor de Drcula morira en 1912, pocos das despus delhundimiento del Titanic.

    El villano de esta peculiar novela inicitica, escrita al parecer bajo el influjo de las drogas, es unagigantesca y primitiva entidad serpentiforme, que vive en un hediondo pozo a mil pies de profundidaden el antiguo emplazamiento de un templo pagano con claras reminiscencias de Machen(yuxtaposicin de supersticiones druidas, britanas, y romanas). Pero esta singular criatura primigenia,que espera pacientemente completar su ancestral tarea destructiva, adopta la forma humana de lasinuosa y bella Lady Arabella, capaz de devorar hombres y fortunas con idntica frialdad. El tema dela mujer demonio se desdobla as en el de la supervivencia del gran gusano prehistrico, unasupervivencia verdaderamente monstruosa porque elimina la nocin de tiempo, haciendo que todo seaposible, que todo se convierta en pesadilla. Lady Arabella es al mismo tiempo la Mujer y el Dragndel Apocalipsis, Eva y la Serpiente, y para que no haya dudas su principal antagonista se llamaapropiadamente Adam. La intrincada y divertida trama (que incluye cuatro o cinco historias bastanteindependientes entre s y apenas desarrolladas), est plagada de smbolos sexuales y de una retorcidaimaginera del ms genuino surrealismo gtico, que no en vano atrajo al desmedido cineasta britnicoKen Russell, cuya despendolada adaptacin cinematogrfica super con creces sus mayores excesos ysus ms gratuitas extravagancias flmicas.

    CAPTULO PRIMEROCAPTULO IICAPTULO IIICAPITULO IVCAPTULO VCAPTULO VICAPTULO VIICAPTULO VIIICAPTULO IXCAPTULO XCAPTULO XICAPTULO XIICAPTULO XIIICAPTULO XIVCAPTULO XVCAPTULO XVICAPTULO XVIICAPTULO XVIIICAPTULO XIXCAPTULO XXCAPTULO XXI

  • CAPTULO XXIICAPTULO XXIIICAPTULO XXIVCAPTULO XXVCAPTULO XXVICAPTULO XXVIICAPTULO XXVIIInotes

  • Bram Stoker

    LA MADRIGUERADEL

    GUSANO BLANCO

    Traduccin: Juan Antonio Molina Foix

    Digitalizacion: Lord Jim. Febrero 2012

    VALDEMAR

    2001

  • Direccin Literaria:

    Rafael Daz SantanderJuan Luis Gonzlez Caballero

    Ensayo:Agustn Izquierdo

    Diseo de la Coleccin:

    Cristina Belmonte Paccini & Valdemar Ilustracin de cubierta:

    Boleslas Biegas: El vampiro glorioso, 1916 Ttulo original:

    The Lair of the White Worm www.valdemar-ed.comPrimera edicin: enero de 2001 de la traduccin: juan antonio molina folx de esta Edicin: Valdemar [enokia s.l.] Cl Gran Va 6928013 MadridISBN: 84-7702-337-9Depsito Legal: M-50.528-2000 printed in spain

  • A mi amiga BERTHA NICOLL,con afectuosa estima

  • CAPTULO PRIMERO

    LA LLEGADA DE ADAM SALTON

    Adam Salton pas casualmente por el Empire Club de Sydney y se encontr con una carta de suto abuelo. Poco menos de un ao antes haba tenido noticias del anciano caballero, Richard Salton,revelndole su parentesco y asegurndole que no haba podido escribirle ms pronto a causa de susenormes dificultades en dar con el paradero de su sobrino nieto. Adam qued muy complacido yrespondi cordialmente; a menudo haba odo a su padre hablar de la rama ms antigua de la familiacon quienes l y los suyos haban perdido el contacto haca mucho tiempo. Haba comenzado unainteresante correspondencia. Adam abri apresuradamente la carta que acababa de llegar, que contenauna amable invitacin para instalarse en Lesser Hill con su to abuelo tanto tiempo como le fueraposible.

    Verdaderamente, escriba Richard Salton, espero que se establezca aqu permanentemente.Usted sabe, mi querido muchacho, que nosotros somos los ltimos descendientes de nuestra estirpe ysera conveniente que usted me sucediera cuando llegue el momento. En este ao de 1860 voy acumplir los ochenta y aun cuando nuestra familia es longeva, mi vida no puede prolongarse ms allde lmites razonables. Estoy dispuesto a quererle y a proporcionarle un hogar junto a m todo lo felizque usted desee. Por lo tanto, venga tan pronto como reciba esta carta y compruebe la bienvenida queespero darle. Por si le facilitase las cosas, le envo una libranza bancaria de doscientas librasesterlinas. Venga pronto y podremos gozar juntos de algunos das felices. Si est a su alcanceconcederme el placer de su visita, enveme lo antes posible una carta dicindome cundo deboesperarlo. Cuando llegue usted a Plymouth o Southampton, o a cualquier puerto a que est destinado,espere a bordo, que me unir a usted lo ms pronto posible

    El anciano seor Salton qued muy complacido con la respuesta de Adam y envi con todapremura un criado a su camarada sir Nathaniel de Salis, informndole de la llegada de su sobrino nietoa Southampton el da doce de junio.

    El seor Salton dio instrucciones de tener preparado la maana siguiente del da memorable uncarruaje, en el que viajara hasta Stafford, donde tomara el tren de las once cuarenta. Esa noche lapasara con su sobrino a bordo, lo cual sera para l una nueva experiencia; o, si el invitado lo prefera,en un hotel. En cualquier caso regresaran al hogar a la maana siguiente. Haba dado rdenes a suadministrador de enviar el carruaje de postas a Southampton, listo para el regreso a casa, y de prepararlos relevos de los caballos para no demorarse en el viaje. Intentaba que su sobrino nieto, que habapasado toda su vida en Australia, contemplara durante el viaje algo de la Inglaterra rural. Tenamuchos potros que l mismo criaba y adiestraba, esperando que fuera para el joven una jornadamemorable. El equipaje se enviara por tren a Stafford, adonde ira a recogerlo uno de sus carruajes.Durante el viaje a Southampton, el seor Salton se preguntaba a menudo si su sobrino nieto estara tanemocionado como l ante la idea de encontrarse por vez primera con un pariente tan cercano. Slo congran esfuerzo lograba controlarse. La perspectiva sin fin de los rales y las agujas en los alrededoresde los muelles de Southampton, inflamaron de nuevo su ansiedad.

    Cuando el tren se detuvo junto al andn de la estacin, el anciano entrelaz sus manos hasta quede pronto se abri violentamente la puerta del carruaje y salt al interior un hombre joven.

    Cmo est usted, to? Le he reconocido por la fotografa que me envi. Quera verle lo antesposible, pero todo es tan extrao para m que no saba qu hacer Sin embargo, aqu estoy. Me alegra

  • conocerlo, seor. He soado con este momento de felicidad durante miles de millas y ahora adviertoque la realidad supera todos mis sueos y mientras hablaban, el anciano y el joven se estrecharoncordialmente las manos.

    El encuentro, que comenz de manera tan auspiciosa, prosigui todava mejor. Adam, dndosecuenta de que el anciano estaba interesado en la novedad del barco, le sugiri pasar la noche a bordo,asegurndole estar dispuesto a partir a cualquier hora y en la direccin que el otro propusiera. Estaafectuosa complacencia en ajustarse a sus planes conmovi profundamente al anciano. Aceptcalurosamente la invitacin, y en seguida se pusieron a conversar, no como parientes lejanos, sino msbien como viejos amigos. El corazn del anciano, vaco de afectos durante tanto tiempo, encontr unnuevo deleite. En cuanto al joven, la acogida que haba recibido al desembarcar en este viejo pasarmonizaba del todo con los sueos habidos en sus vagabundeos en solitario, y le prometa una nuevavida plena de aventuras. Al poco tiempo el anciano acept plenamente la estrecha relacin llamndolepor su nombre de pila. Tras una larga conversacin sobre temas de inters comn, se retiraron ambosal camarote que iban a compartir. Richard Salton coloc afectuosamente sus manos sobre los hombrosdel muchacho; aunque Adam tena veintisiete aos, para su to abuelo era, y seguira sindolo parasiempre, un muchacho.

    Estoy muy contento de haberlo encontrado tal como es, mi querido muchacho, como el jovenque siempre dese tener por hijo en los das en que todava alimentaba semejantes esperanzas. Sinembargo, todo eso pertenece ya al pasado. Pues, gracias a Dios, aqu comienza una nueva vida para losdos. Para usted ser mucho ms larga, pero todava hay tiempo para que una parte la compartamos encomn. Esperaba verle para decirle esto, porque pensaba que sera mejor no ligar su joven vida a lama hasta haberle conocido lo suficiente como para justificar semejante aventura. Ahora puedo, en loque a m respecta, hablar con toda libertad, ya que desde el momento mismo en que mis ojos seposaron en usted le vi como a mi propio hijo, tal como habra sido si la voluntad de Dios hubieraelegido ese camino.

    Por supuesto que lo soy, seor, de todo corazn!Gracias por esto, Adam los ojos del anciano se llenaron de lgrimas y su voz tembl.

    Entonces, despus de un prolongado silencio entre ellos, prosigui diciendo:Cuando me enter de que vendra hice mi testamento. Era normal que garantizara sus intereses

    desde ese momento. Aqu est la escritura; gurdela, Adam. Todo lo que tengo le pertenecer; y si elamor y los buenos deseos, o su recuerdo, pueden hacer la vida ms dulce, la suya ser francamentedichosa. Ahora, mi querido muchacho, recojmonos. Partiremos por la maana temprano y tenemospor delante un largo viaje. Espero que no le importe viajar en coche. He dispuesto el antiguo carruajede cuatro ruedas en el que mi abuelo, y tatarabuelo suyo, se trasladaba a la Corte cuando era reyGuillermo IV. Se encuentra en perfecto estado en aquella poca se construa bien y se hamantenido regularmente en uso. Pero creo haber hecho algo mejor: he enviado el carruaje en el que yomismo viajo. Los caballos los cro yo mismo y tendremos relevos dispuestos a lo largo de toda la ruta.Espero que le gusten los caballos. Han sido siempre una de las mayores aficiones de mi vida.

    Adoro los caballos, seor, y me complace poder decirle que poseo algunos. Al cumplirdieciocho aos mi padre me regal una granja para criar caballos. Me dediqu personalmente a ella yla he sacado adelante. Antes de partir, mi administrador me entreg un memorndum en el que meinformaba de que tenemos ms de un millar de caballos, casi todos en inmejorables condiciones.

    Me alegra mucho, hijo mo. Es otro lazo entre nosotros.Imagine, seor, el inmenso placer que ser para m ver Inglaterra de ese modo. Y con usted!Gracias de nuevo, hijo mo. Por el camino le contar todo lo relativo a su futuro hogar y sus

    alrededores. Como le digo, viajaremos a la antigua usanza. Mi abuelo siempre condujo un tiro concuatro caballos y lo mismo haremos nosotros.

  • Oh, gracias, seor, gracias. Me permitir tomar las riendas de vez en cuando?Siempre que lo desee, Adam. El tiro es suyo. Todos los caballos que utilicemos hoy, sern

    suyos.Es usted excesivamente generoso, to.En absoluto. Es solamente el placer egosta de un viejo. No ocurre todos los das que el

    heredero regrese a la antigua mansin de los antepasados. Y, a propsito... No, haramos mejor enacostarnos. Le contar el resto por la maana.

  • CAPTULO II

    LOS CASWALL DE CASTRA REGIS

    El seor Salton haba sido toda su vida muy madrugador, y necesariamente tena un despertarrpido. Sin embargo, al abrir los ojos a la maana siguiente y aunque el montono traqueteo de lamaquinaria del barco no dejaba excusa para seguir durmiendo se encontr con los ojos de Adam quele miraban desde su litera. Su sobrino nieto le haba cedido el sof, ocupando l la litera inferior. Elanciano, pese a su gran energa y a su habitual actividad, estaba un poco cansado por el largo viaje dela vspera y por la prolongada y animada conversacin que le sigui. Por lo tanto, le alegraba tener elcuerpo quieto y relajado mientras su cerebro trabajaba activamente tratando de retener lo que pudieradel extrao ambiente. Adam, por su lado, debido a la costumbre campesina en la que haba sidoeducado, se despert al alba, y estaba listo para iniciarse en las experiencias del nuevo da tan prontocomo conviniera a su compaero de ms edad. Cuando ambos se dieron cuenta de la disposicin delotro, saltaron simultneamente de la cama y comenzaron a vestirse. El camarero, siguiendoinstrucciones previas, tena ya preparado el desayuno y poco tiempo despus to abuelo y sobrino nietodescendan por la pasarela del barco en busca del carruaje.

    Encontraron al administrador del seor Salton, que les buscaba en el muelle, y este les condujoinmediatamente al lugar en que les esperaba el carruaje. Richard Salton mostr con orgullo a su jovencompaero las diversas comodidades del vehculo. Tiraban de l cuatro buenos caballos, con unpostilln por yunta.

    Mire dijo el anciano con orgullo, tiene todos los lujos necesarios para un viajeconfortable: silencio y aislamiento al mismo tiempo que rapidez. Nada obstaculiza la visin de los queviajan dentro, y nadie, desde fuera, podr or su conversacin. He usado este coche durante un cuartode siglo, y nunca vi otro ms cmodo para viajar. Lo comprobar usted mismo en seguida.Atravesaremos el corazn de Inglaterra, y en el camino le seguir contando lo de la noche anterior.Nuestra ruta pasar por Salisbury, Bath, Bristol, Cheltenham, Worcester, Stafford, y en seguidanuestro hogar.

    Adam permaneci en silencio varios minutos, durante los cuales su mirada recorriincesantemente el horizonte en toda su extensin.

    Este viaje de hoy, seor pregunt, tiene algo que ver con lo que usted quera contarmeanoche?

    Directamente, no, pero indirectamente, todo.No podramos hablar de ello ahora? No veo a nadie que pueda escucharnos, y si algo le

    impide seguir hablando durante el viaje, comunquelo inmediatamente. Le entender.Entonces el anciano Salton comenz a hablar.Comencemos por el principio, Adam. Su conferencia sobre Los romanos en Britania, de la cual

    usted mismo me envi una copia por carta, me hizo pensar mucho, al mismo tiempo que me informde sus gustos. Inmediatamente despus le escrib para invitarle a casa, pues me pareca que si ustedestaba interesado en la investigacin histrica como parece de hecho este era un lugar idneo,adems de cuna de sus propios antepasados. Si pudo aprender tanto sobre los romanos de Britania enun lugar tan lejano como Nueva Gales del Sur, donde no puede haber tradicin de ellos, cunto ms nosera capaz de hacer sobre el terreno mismo. El lugar a donde vamos est en el corazn mismo delantiguo reino de Mercia, donde se encuentran vestigios de las diversas nacionalidades que formaron el

  • conglomerado que se convertira en Britania.Pens ms bien que tendra alguna razn ms personal o algo ms definitivo para mi

    apresuramiento en venir. Despus de todo, la Historia puede esperar, a menos que se est haciendo.Completamente de acuerdo, muchacho. Tena una razn como usted sabiamente adivin.

    Ansiaba que estuviese usted aqu cuando aconteciera una fase muy importante de nuestra historialocal.

    De qu se trata, seor, si puedo preguntrselo?Puede. El principal terrateniente en esta parte nuestra del condado va a regresar a su casa y

    habr un gran recibimiento que usted podr observar cuidadosamente. El hecho es que, desde hacems de un siglo, los diferentes propietarios que se sucedieron vivieron en el extranjero la mayor partedel tiempo.

    Cmo es eso, seor, si puede saberse?La gran mansin y las tierras que se encuentran junto a las nuestras se llaman Castra Regis,

    residencia familiar de los Caswall. El ltimo propietario que vivi aqu fue Edgar Caswall, abuelo delque va a venir ahora y el nico que permaneci en la casa algn tiempo. Su abuelo, que tambin sellamaba Edgar han mantenido la tradicin del mismo nombre para todos los primognitos de lafamilia, se disgust con sus parientes y se fue a vivir al extranjero, no manteniendo ningunarelacin con ellos. El hijo de este Edgar naci, vivi y muri en el extranjero, y su nieto, el ltimoheredero, tambin naci y vivi fuera de Inglaterra hasta cumplir treinta aos, su edad actual.Pertenece a la segunda rama de los ausentes. La gran hacienda de Castra Regis no ha conocido a suspropietarios en cinco generaciones, durante ms de ciento veinte aos. Sin embargo, ha sido bienadministrada y ningn arrendatario ha tenido el menor motivo de queja. Por todo ello, hay unaexpectacin natural por ver al nuevo propietario, y todos esperamos con excitacin el acontecimientode su llegada. Incluso yo, que tengo mis propias tierras, aunque adyacentes y completamente aparte delas de Castra Regis.

    Ahora estamos en un terreno nuevo para usted prosigui el anciano. Aquello es el chapitelde la catedral de Salisbury. Cuando hayamos dejado atrs la ciudad, estaremos prximos al condadoromano, y, como es natural, querr usted emplear a fondo sus ojos. En breve tendremos que ocuparnosde la antigua Mercia. Sin embargo, no debe sentirse decepcionado. Mi viejo amigo sir Nathaniel deSalis, como yo vecino de Castra Regis su propiedad Doom Tower[1] bordea Derbyshire, sobre elPeak[2] viene a pasar conmigo los festejos de bienvenida a Edgar Caswall. Es justo el tipo dehombre que a usted le gustar. Se ha consagrado a la historia y es presidente de la SociedadArqueolgica de Mercia. Sabe ms que nadie sobre esta parte del condado, su historia y sus gentes.Espero que llegue antes que nosotros, y que los tres podamos tener una larga charla despus de cenar.Es, tambin, nuestro gelogo y naturalista local. Por tanto, tenis ambos numerosos intereses encomn. Entre otras cosas, conoce perfectamente bien el Peak, sus cavernas, y todas las antiguasleyendas de los tiempos prehistricos.

    Pasaron la noche en Cheltenham, y a la maana siguiente continuaron su viaje a Stafford. Losojos de Adam estuvieron ocupados todo el tiempo, y hasta que Salton no observ que entraban en laltima etapa de su viaje no se refiri a la visita de sir Nathaniel.

    Al anochecer llegaron a Lesser Hill, hogar del seor Salton, pero estaba demasiado oscuro comopara que pudiera distinguirse cualquier detalle de los alrededores. Adam slo pudo ver que la casaestaba en lo alto de una colina, no tan alta como aquella otra en la que se asentaba el Castillo, en cuyatorre ondeaba un estandarte. Eran tantas las luces que se agitaban en l, manifiestamente a causa delos preparativos de los inminentes festejos, que pareca en llamas. Adam debi diferir su curiosidadpara el da siguiente. Su to abuelo fue recibido por un venerable anciano que lo salud cordialmente.

    Llegu lo antes que pude, como usted deseaba. Me imagino que se trata de su sobrino nieto.

  • Encantado de conocerlo, seor Adam Salton. Soy Nathaniel de Salis, y su to es uno de mis ms viejosamigos.

    Desde el primer momento en que sus miradas se encontraron, Adam sinti que eran ya amigos.Este encuentro fue una muestra ms de bienvenida a sumarse a las que ya haban sonado en sus odos.

    La cordialidad con que sir Nathaniel y Adam entablaron su primer contacto hizo fcil elintercambio de ideas. Sir Nathaniel era un despierto hombre de mundo, que haba viajado muchodedicndose a estudiar en profundidad determinadas materias. Era un conversador brillante, comopoda esperarse de un prspero diplomtico, aun en las situaciones menos favorables. Pero se sinticonmovido, y hasta cierto punto seducido, por la evidente admiracin del joven y su buena disposicinpara escucharle. Por consiguiente, la conversacin, que haba comenzado en los trminos msamistosos posibles, pronto se anim y cobr un inters creciente cuando el anciano habl de losprximos acontecimientos con Richard Salton. Este saba ya que su viejo amigo quera poner alcorriente en este asunto a su sobrino nieto, y por eso, durante su viaje entre el Peak y Lesser Hill,haba ordenado sus ideas con el fin de exponerlas y explicarlas de la manera ms clara posible. AAdam le bast escuchar atentamente para reunir casi toda la informacin deseada. Cuando concluy lacena y los sirvientes se hubieron retirado, dejando a los tres hombres con sus bebidas y cigarros, sirNathaniel comenz a hablar.

    Pienso que su to... A propsito, creo que ser mejor llamarlo a l to y a usted sobrino, enlugar de buscar el trmino exacto para su grado de parentesco... Adems, su to es un amigo tanantiguo y tan querido que, con su permiso, abandonar las formalidades y le llamar Adam, como sifuera mi propio hijo.

    Nada me gustara ms respondi el joven.La respuesta conmovi a los dos ancianos, pero, con la discrecin que caracteriza a los ingleses

    cuando se trata de asuntos emocionales que les ataen personalmente, instintivamente volvieron a laconversacin anterior. Sir Nathaniel tom la iniciativa.

    Entiendo, Adam, que su to le ha puesto al corriente de la historia de la familia Caswall.En parte s, seor; pero tengo entendido que an debo or detalles ms minuciosos de usted, si

    es tan amable.Me encantar contarle todo lo que s. Pues bien, el primer Caswall de nuestra historia es

    Edgar, cabeza de la familia y propietario de las tierras, que tom posesin de ellas justamente el aoen que muri Jorge III. Tena un hijo de unos veinticuatro aos. Hubo una violenta disputa entre losdos. Nadie de su generacin tiene la menor idea del motivo; pero, considerando las caractersticas dela familia, podemos suponer que, aunque grave y violento, en el fondo sera trivial.

    El resultado de la disputa fue que el hijo abandon la casa paterna sin reconciliarse ni decirle asu padre adonde iba. Nunca volvi a la casa. Pocos aos despus muri sin haber intercambiadopalabra ni carta con su padre. En el extranjero contrajo matrimonio y tuvo un hijo a quien, segnparece, jams cont nada de toda esta historia. El abismo que les separaba pareca infranqueable, puescon el tiempo el hijo se cas y tuvo a su vez descendencia. Pero ni las alegras ni las penas lograronvolver a unir a los que se haban separado. En tales condiciones, no era de esperar que se produjerarapprochement[3] alguno, y una indiferencia total, fundada en el mejor de los casos en la ignoranciamutua, reemplaz al afecto familiar e incluso a los intereses en comn. Debemos exclusivamente a ladiligencia de los abogados el haber conocido el nacimiento de este nuevo heredero. El es quien vieneahora a pasar unos meses en la mansin de sus antepasados.

    Desde la separacin, los intereses familiares quedaron reducidos a la herencia de las tierras. Nohabiendo nacido ningn otro nio de las generaciones ms nuevas, todas las esperanzas estn ahoradepositadas en el nieto de este hombre.

    Ahora bien, sera conveniente que tuviera presentes las caractersticas predominantes de esta

  • familia. Se han preservado sin cambios, siendo idnticas en todos ellos: fros, egostas, dominantes,despreocupados por las consecuencias de sus caprichos. No es que hayan perdido la fe aunque eltema no les concierne sino que se toman el cuidado de calcular anticipadamente lo que deben hacerpara lograr sus fines. Si en algn momento cometen un error, algn otro cargar con lasconsecuencias. Tales rasgos se repiten con tanta frecuencia que parecieran formar parte de una polticaestablecida. No es sorprendente, por tanto, que sean cuales fueren los cambios que se produzcan, ellosguarden siempre, segura, la posesin de sus bienes. Son, por naturaleza, absolutamente fros y duros.Ninguno de ellos, por lo menos que se sepa, ha sido jams presa del ms leve sentimiento que leimpulsara a desviarse de su camino o a detener su mano obedeciendo los dictados de su corazn. Losretratos y efigies de ellos muestran, todos, su vinculacin con el tipo romano antiguo. Tienen ojosgrandes y cabello negro, como ala de cuervo, espeso y rizado. Son tipos macizos y fuertes.

    La espesa cabellera negra, que les crece hasta la parte baja de la nuca, da testimonio de suextraordinaria fuerza fsica y resistencia. Pero lo ms notable en los Caswall son sus ojos. Negros,penetrantes, casi insoportables, parecen contener una sobrenatural fuerza de voluntad que no admitecontradiccin. Es un imperativo en parte racial y en parte individual: un poder imbuido de ciertapropiedad misteriosa, que se dira hipntica o mesmrica, capaz de privar de toda capacidad deresistencia a aquellos que sostienen su mirada. Con ojos como esos, implantados en un rostroinconfundiblemente dominador, se necesita ser verdaderamente fuerte para poder resistir la inflexiblevoluntad que los anima.

    Quiz piense, Adam, que todo esto es producto de mi imaginacin, sobre todo porque nunca hevisto a ninguno de ellos. As es; pero mi imaginacin est basada en estudios profundos. He utilizadotodo lo que saba o poda conjeturar con lgica acerca de tan extraa familia. Con tanto misterio no esextrao que corra el rumor de que la familia sufre alguna forma de posesin diablica, y que seextienda la creencia de que ciertos antepasados remotos vendieron sus almas al Diablo.

    Pero pienso que ahora haramos mejor en irnos a dormir. Maana proseguiremos, y quiero quesu mente est clara y sus facultades a punto. Adems, quisiera que me acompaara en mi paseomatutino, durante el cual podremos observar, mientras el asunto se mantenga fresco en nuestrasmentes, la peculiar disposicin de este lugar: no solamente de las tierras de su to abuelo, sino de todala regin que se extiende a su alrededor. Hay varios fenmenos misteriosos de los cuales podemosbuscar y quiz encontrar explicaciones. Cuantos ms elementos conozcamos de partida, ms fcilnos ser comprender lo que veamos con nuestros propios ojos.

  • CAPTULO III

    LA ARBOLEDA DE DIANA

    La curiosidad hizo que, a la maana siguiente, Adam saltara de la cama muy temprano. Perodespus de haberse vestido y bajado las escaleras, comprob que, pese a haber sido tan madrugador,sir Nathaniel lo haba sido ms. El anciano caballero estaba ya listo para la larga caminata y ambospartieron en seguida.

    Sir Nathaniel, sin decir palabra, tom el camino del este que baja de la colina. Despus de haberdescendido y vuelto a ascender, se encontraron en el borde oriental de una escarpada colina, de menosaltura que la del Castillo, pero situada de tal manera que dominaba las dems elevaciones quecoronaban la cordillera. A todo lo largo de esta, las rocas afloraban desnudas y fras formando untosco encastillamiento natural. La forma de la cordillera era un segmento circular con las cimas mselevadas hacia el oeste. En el centro, que era el punto ms alto, se levantaba el Castillo. Entre lasdiversas excrecencias rocosas haba grupos de rboles de tamao y peso variado, entre algunos de loscuales surgan lo que, a la temprana luz maanera, parecan ruinas de antiguas edificaciones. Estas sean lo que fueren estaban hechas de macizas piedras grises, probablemente calizas talladasrudimentariamente, a no ser que adquirieran esta forma por causas naturales. La inclinacin delterreno era tan pronunciada a lo largo de la cordillera, que, aqu y all, los rboles, las rocas y losedificios parecan sobresalir por encima de la lejana llanura, a travs de la cual corran numerososarroyos.

    Sir Nathaniel se detuvo y mir a su alrededor, como si no quisiera perderse nada del majestuosoefecto. El sol, que se eleva en el cielo por el este, haca visibles hasta los ms insignificantes detalles.Con el brazo extendido seal a Adam, como para llamar su atencin sobre la totalidad de laperspectiva. Hecho esto, redujo su marcha, como invitndole a fijarse en los detalles. Adam, que eraun alumno atento y bien dispuesto, sigui estos movimientos con exactitud, procurando no perdersenada.

    Le he trado aqu, Adam, porque parece el lugar ms apropiado para comenzar nuestrasinvestigaciones. En este momento tiene delante de usted la casi totalidad de lo que fue el antiguo reinode Mercia. En efecto, podemos verlo, desde aqu, en su conjunto, con excepcin de la parte ms lejana,

    oculta por las Marcas Galesas [4]

    , y de lo que nos tapa, desde donde estamos, la elevacin del terreno aloeste. En teora, podemos ver la totalidad del lmite oriental del reino que se extenda hacia el surdesde el Humber al Wash. Quiero que tome nota mentalmente de la disposicin del terreno, porquealgn da, tarde o temprano, tendremos que imaginrnoslo, cuando consideremos las viejas tradicionesy supersticiones e intentemos buscarles una explicacin rationale. Cada leyenda, cada supersticinque recojamos, nos ayudar a comprender, y posiblemente elucidar, las otras. Y como todas tienenraz local, nos acercaremos a la verdad o a su ms probable versin conociendo a fondo lascondiciones de este lugar segn vayamos atravesndolo. Este reconocimiento del terreno nos permitirrecurrir a realidades geolgicas ya conocidas. Por ejemplo, los materiales de construccin utilizadosen las distintas pocas pueden aportar datos interesantes a unos ojos bien abiertos. Las mismas alturas,formas y composiciones de estas colinas y mucho ms an, las de la vasta planicie que se extiendeentre nosotros y el mar han servido de tema a interesantes libros.

    Por ejemplo, seor? dijo Adam, aventurando una pregunta.

  • Bien, contemple aquellas colinas que rodean a la principal, sobre la cual se eligi sabiamenteemplazar el Castillo. Mire a las otras. Hay algo ostensible en cada una de ellas, y probablementetambin algo invisible y no verificado, pero cuya realidad se puede imaginar.

    Por ejemplo? prosigui Adam.Tommoslas una por una. Aquella del este, donde hay rboles, la ms baja de todas, fue

    antiguamente el emplazamiento de un templo romano, probablemente edificado sobre las ruinas de untemplo drudico. Su nombre hace alusin a los primeros, y la arboleda de viejos robles sugiere a lossegundos.

    Podra explicrmelo?El antiguo nombre, traducido, significa La arboleda de Diana. Fjese ahora en aquella otra un

    poco ms elevada y contigua a la anterior. La llaman Mercy [5]

    , con toda probabilidad porcorrupcin o familiarizacin local de la palabra Mercia, de indudable resonancia romana. Sabemospor los viejos manuscritos que el lugar se llamaba Vi lula Misericordia. Originariamente era unconvento de monjas, fundado por la reina Bertha, pero destruido por el rey Penda, restaurador delpaganismo tras la muerte de san Agustn. A continuacin llegamos a los dominios de su to, LesserHill. Aunque se encuentran muy prximos al Castillo, no forman parte de su propiedad. Forman unfeudo independiente, y por lo que se sabe, de antigedad parecida a aquel. Siempre ha pertenecido a sufamilia, Adam.

    Entonces slo nos queda el Castillo.En efecto. Pero su historia contiene las historias de las dems colinas, ms an, la historia de la

    primitiva Inglaterra.Sir Nathaniel, viendo la expectante atencin del rostro de Adam, prosigui:La historia del Castillo no tiene comienzo, por lo menos que nosotros sepamos. Los ms

    remotos registros, conjeturas o inferencias simplemente aceptan su existencia. Algunas de estasconjeturas, llammoslas as, parecen indicar que ya exista algn tipo de edificacin cuando llegaronlos romanos. Por lo tanto, debe de haber sido un lugar importante en tiempos de los druidas, si es quesu historia comienza en aquella poca. Naturalmente, los romanos ocuparon el lugar, como hacan contodo aquello que les era, o poda llegar a ser, til. El cambio se advierte o al menos se induce en elnombre que ellos le dieron: Castra. Era el lugar ms elevado y protegido de la regin y naturalmentese convirti en el ms importante de los campamentos. Un estudio de los mapas le demostrar quedebi de haber sido un importante centro estratgico. Protega los puntos de avanzada en el norte, y ala vez aseguraba el dominio de la costa martima. Defenda las terrazas escalonadas del oeste, ms allde las cuales empezaba el salvaje pas de Gales, y el peligro. Proporcionaba un medio de acceso al roSevern, que bordeaba las grandes calzadas romanas creadas entonces, y haca posible la gran vafluvial hacia el corazn de Inglaterra, a travs de aquel y sus afluentes. Juntaba el este y el oeste porlos caminos ms rpidos y ms seguros que se conocan en aquellos tiempos. Y, finalmente, ofreca elmedio para descender sobre Londres y toda la llanura baada por el Tmesis.

    Semejante centro estratgico, ya conocido y organizado, es fcil suponer que se convirtiera enuna posesin deseable para cada nueva ola invasora (anglos, sajones, daneses y normandos) y de estaforma asegurara sus defensas. En los primitivos siglos fue solamente una posicin ventajosa. Perocuando los victoriosos romanos trajeron con ellos sus pesadas y slidas fortificaciones, inexpugnablescon los armamentos de aquella poca, su imponente situacin aislada asegur su adecuadoequipamiento y fortificacin. Con el tiempo, el fortificado campamento de los Csares se convertiraen el castillo del rey local. Como ignoramos todava los nombres de los primeros reyes de Mercia,ningn historiador se ha atrevido a suponer cul de ellos fue el que lo convirti en su fortalezasuprema. Supongo que nunca lo sabremos. Con el correr del tiempo, al irse desarrollando el arte de la

  • guerra, las fortificaciones aumentaron en volumen y eficacia, y aunque nos faltan detalles norecogidos en las crnicas, la historia est escrita en las piedras de sus edificaciones y se deduce de loscambios arquitectnicos. Posteriormente, las conmociones que siguieron a la conquista de losnormandos borraron hasta el ltimo vestigio de las antiguas edificaciones. Hoy debemos aceptar quees uno de los ms antiguos castillos de la Conquista, probablemente no posterior a la poca de EnriqueI. Los romanos y los normandos coincidieron en su capacidad para percibir la importancia prctica deciertos puestos estratgicos. Y, por tanto, estas elevaciones circundantes, ya establecidas y probada suutilidad, fueron conservadas. Y hoy en da nos ensean mucho sobre los acontecimientos que debieronde desarrollarse en el pasado remoto.

    Sabemos bastante sobre estas alturas fortificadas continu sir Nathaniel, pero las cavernastambin tienen su historia. Cmo pasa el tiempo! Tendremos que apresurarnos para volver, porque sino su to va a preguntarse qu ha sido de nosotros.

    Y sir Nathaniel parti a grandes pasos hacia Lesser Hill, seguido por Adam, que pronto se vioobligado a correr, con disimulo, para no distanciarse de l.

  • CAPITULO IV

    LADY ARABELLA MARCH

    No hay prisa dijo el seor Salton al comienzo del desayuno pero tan pronto como estnlistos partiremos. Quiero llevarles, lo primero de todo, a ver una extraordinaria reliquia de Mercia yluego iremos a Liverpool, atravesando lo que la gente llama el gran valle de Cheshire. Sedesilusionar dijo dirigindose a Adam si espera algo prodigioso o heroico. No se creera que esun valle a no ser que se lo hayan dicho previamente y tenga usted plena confianza en el comunicante.Llegaremos al muelle de desembarco a tiempo para salir al encuentro del West African, en el quellegar el seor Caswall. All podremos rendirle honores. Ser ms agradable haberse encontrado conl antes de asistir a la fte en el Castillo.

    El carruaje estaba listo. Era el mismo que haban utilizado el da anterior, aunque tiraban de lotros caballos, igual de magnficos y de laboriosos. Terminado el desayuno, subieron los tres alcarruaje sin perder tiempo. Los postillones haban recibido ya las rdenes, y rpidamente se pusieronen camino a una vivaz marcha. Al cabo de un tiempo, obedeciendo a una seal del seor Salton, elcarruaje se detuvo frente a un gran montn de piedras al costado de la ruta.

    Aqu, Adam, hay algo dijo el anciano que usted, menos que nadie, no debe dejar pasar delargo. Este montn de piedras nos remonta al alba del antiguo reino anglo. Comenz a formarse hacems de mil aos, en la segunda mitad del siglo sptimo, en memoria de un asesinato. Wulfere, rey deMercia, sobrino de Penda, mat en este lugar a sus dos hijos por abrazar el cristianismo. Segn eracostumbre en aquellos tiempos, cada persona que pasaba por el lugar deba arrojar una piedra altmulo conmemorativo. Penda represent la reaccin pagana tras las misiones de san Agustn. SirNathaniel podr contarle a usted todo lo que quiera sobre esto, y, si es su deseo, le pondr en la pistade tan precisos conocimientos.

    Mientras contemplaban el montn de piedras, vieron otro carruaje que se detena junto a ellos. Sunica pasajera los miraba con curiosidad. El carruaje era un viejo y pesado trasto, que luca unsuntuoso blasn. Los tres hombres se descubrieron al dirigirse a ellos la ocupante, una dama.

    Cmo est usted, sir Nathaniel? Y usted, seor Salton? Espero que no hayan tenido ningnaccidente. Miren, en cambio, lo que me ha pasado a m!

    Al hablar les mostr uno de los pesados muelles de su coche, que se haba partidotransversalmente, dejando ver el brillo del metal desgajado. Adam intervino inmediatamente:

    Oh, eso puede arreglarse pronto.Pronto? No hay nadie en los alrededores que pueda arreglar una rotura de ese tipo.Yo puedo.Usted! y mir incrdula al joven y apuesto caballero que hablaba. Usted! Por qu? Es

    un trabajo de obrero.De acuerdo. Pero yo soy un obrero, aunque este no sea el nico trabajo que haga. Soy

    australiano, y como en nuestro pas tenemos que trasladarnos a largas distancias, y preferimos hacerlocon rapidez, estamos acostumbrados a este tipo de trabajo. Me pongo a su servicio, seora.

    No sabra cmo agradecerle su amabilidad, de la cual voy a aprovecharme gozosamente. No seme ocurre qu otra cosa podra hacer, porque deseo salir al encuentro del seor Caswall, de CastraRegis, que llega hoy procedente de frica. Es un regreso importante para nosotros, los de la regin se detuvo a contemplar al otro anciano y rpidamente adivin su identidad. Usted debe de ser el

  • seor Richard Salton de Lesser Hill. Yo soy lady Arabella March de La arboleda de Diana mientras hablaba se volvi ligeramente hacia el seor Salton, que comprendi la indirecta e hizo laspresentaciones de rigor.

    Inmediatamente despus, Adam tom algunas herramientas del carruaje de su to, y comenz enseguida a reparar el muelle daado. Era un experto en la materia, y la raja qued pronto reparada.Adam estaba recogiendo las herramientas empleadas que segn la costumbre de los obreros estabanesparcidas por todas partes cuando advirti varias serpientes negras que haban salido del montnde piedras y lo rodeaban. Preocupado por la situacin, no prestaba atencin a todo lo dems hasta quevio a lady Arabella abrir la puerta del carruaje y descender de l con un movimiento rpido ysilencioso. Estaba ya cerca de las serpientes cuando Adam grit para advertirla. Pero ella no parecanecesitar la advertencia. Las serpientes dieron media vuelta y regresaron sinuosamente al montculocon toda la rapidez de que fueron capaces. Adam ri interiormente y murmur por lo bajo: Nonecesita temerlas. Parecen tener ellas ms miedo de lady Arabella que lo contrario. Sin embargo, sepuso a golpear el suelo con un palo que encontr en el camino, como si estuviera acostumbrado atratar a semejantes sabandijas. En un momento se encontr solo en el montculo con lady Arabella,que no pareca afectada por el incidente. Entonces la mir detenidamente y lo primero que le atrajo laatencin fue su vestido. Era blanco, de una tela muy fina, ajustado a sus formas, revelando en cadamovimiento su sinuosa figura. En la cabeza llevaba una ceida gorra de piel fina de un deslumbrantecolor blanco. Alrededor de su nvea garganta llevaba puesto un gran collar de esmeraldas, cuyaprofusin de colores deslumbraba al sol que brillaba sobre sus cabezas. Su voz era muy especial:profunda y dulce, y tan suave que su nota dominante era como un silbido. Sus manos tambin eranpeculiares: largas, flexibles, blancas, y se movan de una parte a otra de una forma extraa, como unalnguida ondulacin.

    Lady Arabella pareca sentirse muy cmoda, y, despus de dar las gracias a Adam, le comunicque si cualquiera del grupo viajaba a Liverpool ella estara encantada de unrsele.

    Mientras permanezca aqu, seor Salton, considere las tierras de La arboleda de Diana comosi fuesen suyas. Puede usted entrar y salir de ellas como hace en Lesser Hill. Hay algunas vistasmaravillosas y no pocas curiosidades naturales, que de seguro le interesarn si es usted estudioso de lahistoria natural, especialmente la ms remota, cuando la tierra era an joven.

    El entusiasmo con que hablaba y la calidez de sus palabras que contradecan sus modales frosy distantes le infundieron sospechas a Adam. Mientras tanto, su to y sir Nathaniel habanagradecido la invitacin de lady Arabella, de la cual, segn dijeron, no podan valerse. Adam tuvo lasospecha de que, aunque ella asegur sentirlo, en realidad estaba aliviada. Por eso no se sorprendicuando, a solas en el coche con los dos ancianos y de nuevo en camino, sir Nathaniel dijo:

    Tengo la sensacin de que le alegr poder desembarazarse de nosotros. Es evidente que solapuede jugar mejor su juego.

    A qu juego se refiere? pregunt Adam irreflexivamente.Todo el condado lo sabe, muchacho. Caswall es un hombre muy rico. El marido de lady

    Arabella era tambin rico o lo pareca cuando se cas con ella. Pero al suicidarse se descubrique no tena bienes que dejar y que la propiedad estaba hipotecada del todo. Su nica esperanza escasarse nuevamente con algn hombre rico. Supongo que no es preciso que extraiga ningunaconclusin; usted mismo podr hacerlo con la misma facilidad que yo.

    Adam permaneci en silencio casi todo el tiempo que les llev atravesar el mencionado Valle deCheshire. Pens mucho durante el viaje y lleg a varias conclusiones, aunque sus labiospermanecieron inmviles. Una de estas conclusiones era que deba tener cuidado en no demostrar uninters especial por lady Arabella. Su fortuna era tan considerable, que ni siquiera su to la imaginaba,y sin duda se sorprendera al enterarse.

  • El resto del viaje a Liverpool fue montono. Llegados al puerto, subieron a bordo del WestAfrican, que acababa de amarrar en el embarcadero. All encontraron al seor Caswall, a quien su tose present primero, para despus presentarle a sir Nathaniel y a Adam. El recin llegado los recibicon benignidad, y les explic el placer que era para l volver al viejo solar de sus antepasados despusde una ausencia tan larga. Adam qued encantado por la cordialidad de la recepcin, pero no pudoevitar un sentimiento de repugnancia al ver el rostro de aquel hombre. Intentaba con todas sus fuerzassuperarlo, pero la llegada de lady Arabella le distrajo. Todos se alegraron de la distraccin, pues a lostres les haba sobresaltado un rostro tan duro, cruel, egosta y dominante como el de Caswall. Elpensamiento comn fue: Dios proteja a los que caigan bajo el poder de este hombre!

    Despus de un rato, se acerc a Caswall su sirviente africano, cuya visin hizo que los tresmodificaran inmediatamente su primera impresin. Caswall pareca, en efecto, un salvaje, pero era unsalvaje cultivado. En l haba huellas, no importa lo rudimentarias que fueran, de la suavizantecivilizacin de muchos siglos y de algunos de los instintos superiores del hombre. Pero el rostro deUlanga, como le llamaba su amo, era el de un salvaje que nada ni nadie haba cambiado o suavizado, ymostraba todos los sntomas espantosos de un hijo de las selvas y los pantanos, perdido y dominadopor el diablo. Lady Arabella y Ulanga llegaron casi simultneamente, y Adam se sorprendi al notar elefecto que sus respectivas apariencias causaron en el otro. La mujer pareca como si no quisiera, nipudiera, condescender a otorgarle la menor importancia a semejante criatura. Por otro lado, la actituddel sirviente justificaba la altivez de ella. La trataba, no como un esclavo hace con su amo, sino comoun devoto lo hara con su dios. Se arrodill delante de ella con las manos extendidas y la frente entierra. Lady Arabella permaneci inmvil y lo mismo hizo el negro, hasta que ella dirigi la palabra aCaswall. Entonces, el sirviente abandon su actitud de adoracin y permaneci respetuosamente acierta distancia.

    Adam hizo un aparte para hablar con su propio servidor, Davenport, que acababa de llegar con eladministrador de Lesser Hill. Ambos les haban seguido en una tartana tirada por un poni. Mientrashablaba, Adam seal a un atento camarero del barco, y muy pronto los dos hombres conversabananimadamente.

    Creo que debemos irnos dijo el seor Salton a su sobrino. Tengo cosas que hacer enLiverpool y estoy seguro de que el seor Caswall y lady Arabella estarn deseosos de emprender elcamino a Castra Regis.

    Yo tambin tengo algo que hacer, seor replic Adam. Quiero encontrar a Ross, el quevende animales. Me gustara llevarme a casa un animal pequeo si a usted no le importa. Es un animalinsignificante que no causar molestias.

    Por supuesto, muchacho. Qu tipo de animal es el que quiere?Una mangosta.Una mangosta? Y para qu la quiere?Para matar serpientes.Bueno! el anciano record el montculo de piedras. No eran necesarias ms explicaciones.Cuando Ross oy lo que quera Adam, le pregunt:Quiere usted algo especial, o le basta con una mangosta corriente?Bueno, por supuesto que la quiero buena. Pero no veo la necesidad de algo especial. Es para

    uso comn.Le mostrar todas las que tengo para que usted elija. La pregunta se la hice porque dispongo de

    una muy especial que recientemente me ha llegado de Nepal. Tiene su propia historia. Mat a unacobra real que haba invadido los jardines del raj. Pero no creo que en nuestro clima fro hayaserpientes de ese tipo. Con una comn le bastar.

    Cuando Adam regres al coche, llevando con cuidado la caja de la mangosta, sir Nathaniel le

  • dijo:Hola! Qu lleva ah?Una mangosta.Para qu?Para matar serpientes.Sir Nathaniel ri.Escuch la invitacin que le hizo lady Arabella para visitar La arboleda de Diana.Qu tiene que ver una cosa con la otra?Directamente nada, que yo sepa. Pero ya veremos Adam escuchaba y el anciano prosigui.

    Ha odo, por casualidad, el nombre que tena este lugar hace mucho tiempo?No, seor.Lo llamaban... Pero este asunto requiere una larga conversacin. Esperemos a estar solos y con

    mucho tiempo por delante.Muy bien, seor Adam rebosaba de curiosidad, pero pens que era mejor no apresurarse.

    Todo llegara a su debido tiempo. Poco despus, los tres hombres regresaron a casa, dejando al seorCaswall, que pasara la noche en Liverpool.

    Al da siguiente los habitantes de Lesser Hill partieron para Castra Regis, y durante un tiempoAdam dej de pensar en La arboleda de Diana y en los misterios que haba encerrado, o poda anencerrar.

    Haba una multitud de invitados, pero las personalidades tenan reservados lugares especiales.Adam, viendo tantas personas de diferentes condiciones sociales, busc con la mirada a lady Arabella,pero no pudo localizarla. La llegada de Caswall fue anunciada por su anticuado carruaje y los gritos debienvenida que le acompaaban. Entonces, observando con ms cuidado, Adam vio a lady Arabella,vestida como la vio la ltima vez, que estaba sentada junto a Caswall en el carruaje. Cuando ste sedetuvo frente a la gran escalera, el anfitrin salt a tierra y ofreci su mano a la dama.

    Era evidente para todos que ella era la principal invitada de la fiesta. No pas mucho tiempo sinque se ocuparan las sillas ubicadas sobre el estrado, mientras los granjeros y los invitados de menorimportancia ocupaban los rincones no reservados. El orden del da haba sido cuidadosamentepreparado por una comisin. Hubo algunos discursos, por suerte ni demasiados ni largos; acontinuacin Caswall camin entre sus invitados, detenindose a hablar con todos amistosamente y aexpresarles su ms cordial bienvenida. Los otros invitados de honor descendieron del estradosiguiendo su ejemplo, y se pusieron a conversar amablemente entre ellos sin ceremonia alguna.

    Adam Salton, que segua con los ojos el espectculo que se desarrollaba delante de l, tomabanota mentalmente de todo cuanto pareca ofrecer inters. Era joven, varn y extranjero, procedente deun pas lejano. Por eso, su inters se centraba ms en las mujeres que en los hombres, y entre aquellas,las que eran jvenes y atractivas. Haba grupos de hermosas muchachas entre el pblico, y Adam, queera joven y de buen porte, se llev una buena parte de las miradas admirativas de ese sector. Eso nopareci afectarle, y permaneci inmvil hasta que lleg un grupo de tres personas, por su vestimenta ymaneras de la clase campesina. El primero era un robusto anciano; las otras eran dos hermosasmuchachas, una de algo ms de veinte aos, la otra un poco menor. En el mismo instante en que losojos de Adam se encontraron con los de la ms joven, que era la ms prxima a l, una especie dedescarga elctrica recorri su cuerpo. A esta chispa divina, que empieza como reconocimiento ytermina en sumisin, los hombres la llaman Amor.

    Sus dos compaeros advirtieron inmediatamente la fascinacin que la linda muchacha habadespertado en Adam y le hablaron de ella en una forma que l les agradeci profundamente.

    Se ha dado cuenta de ese grupo que acaba de pasar? El viejo es Michael Watford, uno de losgranjeros arrendatarios del seor Caswall. Trabaja en Mercy Farm, uno de los lugares que sir

  • Nathaniel le mostr ayer. Las muchachas son sus nietas, la mayor de las cuales, Lilla, es hija nica delhijo mayor de Watford, que muri cuando ella tena solamente un ao de edad. Su madre muri elmismo da. Es una chica excelente, tan buena como hermosa. La otra es su prima, hija del segundovstago de Watford, el cual se enrol en el ejrcito cuando apenas tena veinte aos y fue enviado a lascolonias. Desde all escriba muy poco, aunque siempre fue un buen hijo. Cada vez se fueronrecibiendo menos cartas hasta que su padre fue informado por el coronel de su regimiento de quehaba sido asesinado por los nativos de Birmania. Por la misma fuente supo que su hijo se habacasado con una birmana, y que dejaba una hija de apenas un ao. Watford hizo venir a la nia y estacreci al lado de Lilla. Lo nico que se supo acerca de su nacimiento fue que se llamaba Mimi. Lasdos nias se adoraban mutuamente, y todava lo hacen hasta el da de hoy. Extraa lo diferentes queson. Lilla es completamente rubia, como corresponde a la vieja estirpe sajona de donde procede; Mimipresenta rasgos tpicos de la raza de su madre. Lilla es dulce como una paloma; por el contrario, losojos negros de Mimi pueden llegar a echar llamas cuando algo la molesta. Pero solamente se la ve ascuando ocurre alguna cosa que pueda perjudicar a Lilla. Entonces sus ojos brillan como los de un avecuando algo amenaza a sus polluelos.

  • CAPTULO V

    EL GUSANO BLANCO

    El seor Salton present a Adam al seor Watford y a sus dos nietas, y luego se march encompaa de sir Nathaniel. Por supuesto, cualquier vecino en la posicin de los Watford conoca todolo referente a Adam, su parentesco, su situacin econmica y sus expectativas. Por eso hubiera sidoextrao que las dos muchachas no hicieran planes con respecto al futuro. En la Inglaterra agrcolasuelen escasear los hombres casaderos de cualquier clase social. Adam era un caso especial, ya que noperteneca a ninguna clase con fuertes barreras de casta. Por eso, cuando empezaron a darse cuenta deque Adam caminaba junto a Mimi Watford, y que pareca estar muy satisfecho con su compaa, todoslos amigos de la muchacha se esforzaron por echar una mano a tan prometedor amoro. Cuando sonel gong para llamar al banquete, Adam y Mimi entraron juntos en la tienda donde su abuelo tenadispuestos asientos. El seor Salton y sir Nathaniel advirtieron que el joven no haba ocupado el lugarque tena reservado en la mesa dispuesta sobre el estrado, pero comprendieron su intencin y nohicieron observacin alguna, o al menos pareci que no notaban su ausencia.

    Lady Arabella estaba sentada, como antes, a la derecha de Edgar Caswall. Sin lugar a dudas erauna mujer llamativa y muy poco comn, y pareca destinada, por su rango y sus cualidades personales,a ser la compaera que el heredero eligiera en su primera aparicin en pblico. Por supuesto, ningunode los miembros de su propia clase que estaban presentes coment nada abiertamente; pero laspalabras no son necesarias cuando puede expresarse tanto mediante inclinaciones de cabeza y sonrisas.Pareca ser cosa aceptada que al final acabara habiendo una seora en Castra Regis, y todos pensabanen lady Arabella como candidata. No faltaban, sin embargo, los que, aun reconociendo su encanto ybelleza, la colocaban en un segundo lugar. El primero, segn ellos, sera para Lilla Watford. Habaentre ellas suficiente divergencia de carcter y de belleza como para justificar comentarios favorables.Lady Arabella representaba el tipo aristocrtico, y Lilla el plebeyo.

    Cuando el crepsculo vespertino comenz a caer, el seor Salton y sir Nathaniel volvieron a casacaminando el coche haba sido devuelto mucho antes dejando que Adam escogiera su hora deregreso. Volvi, sin embargo, mucho antes de lo esperado, y pareca molesto por algo. Ninguno de losdos ancianos hizo comentarios. Encendieron sus cigarrillos, y como se acercaba la hora de la cena,subieron a sus habitaciones para arreglarse. En el intervalo, Adam haba estado evidentementereflexionando. Cuando se uni a los otros en la sala, pareca molesto e impaciente, situacin que suscompaeros constataban en l por primera vez. Pero, con la paciencia o la experiencia que da laedad, dejaron que el tiempo explicara los hechos. No tuvieron que esperar mucho. Despus de sentarsea la mesa y permanecer un tiempo inmvil, Adam estall repentinamente.

    Ese individuo parece pensar que es dueo de toda la Tierra. No puede dejar tranquilo a nadie.Est convencido de que le basta con arrojar su pauelo a una mujer para hacerla suya.

    La manifestacin era en s misma esclarecedora. Solamente un afecto contrariado de algunamanera poda producir semejantes sentimientos en un joven amable y bien educado. Sir Nathaniel,que, como viejo diplomtico que era, tena unas peculiares dotes para adivinar la verdadera esencia delas cosas, pregunt repentinamente, pero con voz indiferente y prosaica:

    Andaba, acaso, detrs de Lilla?S, y el tipo no perdi el tiempo. Tan pronto estuvieron juntos, empez a lisonjearla y a decirle

    lo bella que era. Y antes de dejarla se invit l mismo a tomar maana el t en Mercy Farm. Asno

  • estpido! Debera darse cuenta de que la muchacha no es de su condicin. Nunca vi cosa parecida.Eran como un halcn y una paloma.

    Mientras Adam hablaba, sir Nathaniel se volvi hacia el seor Salton y le dirigi una agudamirada que implicaba comprensin.

    Cuntenos, Adam. Quedan todava unos cuantos minutos para la cena, y todos tendremos mejorapetito cuando hayamos sacado alguna conclusin en este asunto.

    No hay nada que contar, seor; eso es lo peor de todo. Debo reconocer que no se dijo ni unasola palabra que se pueda objetar. El estuvo muy educado y todo fue decoroso, como debe ser entre uncaballero y la hija de uno de sus arrendatarios... Sin embargo, no podra decir por qu, pero me hizohervir la sangre.

    De dnde ha sacado eso del halcn y la paloma? dijo sir Nathaniel con voz dulce yreconfortante, exenta de curiosidad exagerada u oposicin, el tono ms apropiado para invitar a laconfidencia.

    Difcilmente puedo explicarlo. Slo puedo decir que l pareca un halcn y ella una paloma, y,ahora que pienso en ello, eso es exactamente lo que pareca; y lo parecan muy naturalmente.

    Vaya, vaya! musit la suave voz de sir Nathaniel.Adam prosigui:Quiz sea su aspecto de antiguo romano lo que me pone as. Pero quisiera protegerla; parece en

    peligro.Si est en peligro, hasta cierto punto, es a causa de todos los jvenes como usted. No pude

    evitar darme cuenta de la manera en que usted mismo la miraba, como si quisiera absorberla.Espero que ustedes, jovencitos, sepan mantener fras sus cabezas intervino el seor Salton

    . Sabe, Adam, que no sera oportuna una disputa entre ustedes, especialmente siendo tan reciente lavuelta al hogar de l y la llegada de usted aqu. Debemos pensar en los sentimientos y en la felicidadde nuestros vecinos. No le parece?

    As lo espero, seor. Le aseguro que, sin importar lo que pueda suceder, o inclusoamenazarnos, obedecer a sus deseos en esto como en todo lo dems.

    Silencio! murmur sir Nathaniel, que oy acercarse a los sirvientes por el pasillo trayendola cena.

    Despus de cenar, mientras coman nueces y beban vino, sir Nathaniel retom el tema de lasleyendas locales.

    Ser, probablemente, un tema de conversacin menos peligroso que el de hace un rato.De acuerdo, seor dijo Adam cordialmente. Creo que ahora puede usted contar conmigo

    para cualquier tema que sea. Podra, incluso, discutir sobre el seor Caswall. De hecho, maana me loencontrar. Como ya he dicho, l ir a Mercy Farm a las tres de la tarde, y yo tengo cita para las dos.

    Observo dijo el seor Salton que no ha perdido el tiempo.Los dos ancianos se miraron entre s, una vez ms, con resolucin. Luego, temiendo que el humor

    del joven cambiara por la demora, sir Nathaniel empez de nuevo.No me propongo contarle todas las leyendas de Mercia, ni siquiera una seleccin de ellas. Creo

    que ser mejor, dados nuestros propsitos, considerar algunos hechos, constatados o no, sobre estavecindad. Empezaremos con La arboleda de Diana. El lugar tiene races en diferentes perodos de lahistoria local, y cada uno de estos ha producido su propia cosecha de leyendas. Los druidas y losromanos estn demasiado lejos de nosotros para suministrarnos detalles. Pero me parece que lossajones y los anglos estn lo suficientemente cerca para aportar material de leyendas folklricas. Unade las primeras cosas que verificamos fue que este lugar tena otro nombre distinto a La arboleda deDiana, evidentemente de origen romano, o griego aceptado como romano. El nombre ms antiguo esms fecundo que el romano en sugerencias aventureras y novelescas. En el idioma de Mercia

  • significaba La madriguera del Gusano Blanco. Y aqu es necesaria una explicacin previa:En los orgenes de la lengua inglesa, la palabra gusano (worm) tena un significado muy

    diferente del actual. Era adaptacin del trmino anglosajn wyrm, que significaba dragn o serpiente;o quiz venga del gtico waurms, que designa a la serpiente, o del islands ormur o del germanowurm. Inferimos de todo esto que originalmente expresaba una idea de poder y tamao, no como ahoraque se ha convertido en el diminutivo de ambos significados. Aqu es donde pueden ayudarnos lasviejas leyendas. Tenemos, por ejemplo, la bien conocida leyenda del Pozo del Gusano, originariadel castillo de Lambton[6], o la del repugnante gusano de Spindleston Hengh, cerca de Bamborough.En ambas leyendas, el gusano era un monstruo de gran tamao y poder, un verdadero dragn oserpiente que habitaba en vastos pantanos y cinagas, con espacio ilimitado para desarrollarse. Unaojeada al mapa geolgico de esta regin nos muestra que, sea cual fuere la verdad con respecto a laexistencia histrica de estos monstruos en los tiempos ms remotos, sus pantanos eran los nicoslugares capaces de albergarlos. Originalmente existan en Inglaterra vastas llanuras, abundantementeregadas por cursos de agua lentos y profundos, y plagadas de cavernas de profundidad abismal, dondepoda encontrar refugio cualquier monstruo antediluviano, sean cuales fueren su especie ydimensiones. En estos lugares que estamos viendo a travs de nuestras ventanas hay hoyos de ms de

    cien pies [7]

    de profundidad. Quin podra decir cundo concluy la era de los monstruos queflorecieron en el lgamo? Debe de haber lugares y condiciones ambientales que hicieron posible queestas especies alcanzaran mayor longevidad, tamao y fuerza. Tales cinagas debieron de hundirse entiempos prehistricos. Ms an, hoy en da la mayora de las personas considera imposible laexistencia de tales criaturas descomunales incluso en nuestros das se han encontrado huellas, cuandono a los mismos animales, que nos hacen pensar en bestias de dimensiones extraordinarias, verdaderossupervivientes de las eras prehistricas, preservados en sus madrigueras por alguna circunstanciaespecial. Recuerdo que una vez conoc en la India a un hombre que tena fama de ser un gran shikaree[8], el cual me cont que la mayor frustracin que sinti en su vida fue no haber podido matar a unagigantesca serpiente que se encontr una vez en los montes Terai, al norte del pas. Fue en el curso deuna cacera de tigres; cuando su elefante atravesaba un nullah [9], se puso repentinamente a daralaridos. El cazador mir hacia abajo desde su howdah [10] y vio que el elefante haba pisado el cuerpode una serpiente que se arrastraba entre la maleza. Por lo que pude ver-me dijo, deba de tenerochenta o cien pies de longitud, la mitad hacia cada lado de la senda, y era tan gruesa como el torso deun hombre. Supongo que usted sabe que en todas las caceras de tigres, los participantes secomprometen a no disparar sobre otros animales, a menos que corran peligro sus vidas. Hubierapodido matar fcilmente a aquel monstruo, pero saba que no deba hacerlo. De modo que, con granpesar, la dej ir.

    Imagnese un monstruo semejante en esta regin y en seguida podr hacerse una idea de losgusanos de las leyendas, que posiblemente frecuenten las grandes marismas que se extienden en lasdesembocaduras de muchos ros europeos.

    No tengo la menor duda, seor, de que es posible que tales monstruos, como usted dice,todava existan en una poca tan tarda con respecto a la generalmente aceptada para su supervivenciarespondi Adam. Tambin creo que, si tales seres existen, este sera el lugar idneo para ellos. Heintentado recordar todas las cosas que usted me ha sealado acerca de la configuracin particular deesta regin. Pero me parece que, en alguna parte del razonamiento, hay una laguna. No existendificultades mecnicas?

    En qu sentido?Pues ver usted: nuestro monstruo prehistrico debe de haber sido una bestia de gran peso y las

    distancias que deba recorrer seran largas y por caminos difciles. Las cavernas subterrneas encima

  • de las cuales estamos ahora sentados tienen una profundidad de varios centenares de pies. Dejando delado otras medidas, cmo es posible que hubiera cavidades por las que el monstruo poda ascender ala superficie y descender sin que nadie las haya visto todava? Por supuesto que estn las leyendas.Pero, no es necesaria en una investigacin cientfica una prueba ms evidente?

    Mi querido Adam, lleva usted razn en todo lo que dice, y si queremos iniciar estainvestigacin lo mejor que podemos hacer es seguir su razonamiento. Pero, mi querido muchacho,debe recordar usted que todo esto debi de ocurrir hace miles de aos. Tambin debe recordar que nosfalta el tipo de testimonios que podra ayudarnos, y que los susodichos lugares eran zonas desiertas einhabitadas. En la vasta desolacin de semejantes lugares, acomodndose a las condiciones necesarias,debe de haberse producido tal profusin de inusitados fenmenos naturales que a hombres comonosotros nos asombraran. La madriguera de un monstruo de tal especie permanecera intacta durantecientos o miles de aos; estas criaturas deben de haberse escondido en lugares completamenteinaccesibles al hombre. Hundidas en las cinagas a centenares de pies de profundidad, encontraranacomodo y estaran protegidas del exterior por los enormes pantanos, que ahora ya no existen, onicamente en muy pocos sitios. Pero lejos est de m pensar que en pocas ms primitivas tales cosasno hayan podido suceder. Las condiciones correspondan a otra era geolgica, el principio del procesoevolutivo de la vida, cuando las fuerzas naturales se desataron y la lucha por la supervivencia era tansalvaje que slo los animales de formas gigantescas tenan probabilidades de subsistir. Que esa pocaexisti lo sabemos hoy por la geologa. Pero nunca podremos exigir el hallazgo del tipo de pruebasque demanda nuestra poca. Slo podemos imaginar o suponer a partir de tales o cuales condicionesnaturales, o de tales o cuales circunstancias ambientales ya superadas.

  • CAPTULO VI

    EL HALCN Y LA PALOMA

    A la maana siguiente, estando sir Nathaniel y el seor Salton sentados para tomar el desayuno,Adam entr precipitadamente en la habitacin.

    Algo nuevo? pregunt su to mecnicamente.Cuatro.Cuatro qu? pregunt ahora sir Nathaniel.Serpientes dijo Adam mientras se serva una racin de rones asados.Cuatro serpientes? No entiendo nada.La mangosta dijo Adam, y agreg a modo de explicacin: Estuve fuera con la mangosta

    hasta las tres de la maana.

    Cuatro serpientes en una noche! Ignoraba que hubiese tantas en el Brow [11]

    nombre localdel acantilado occidental. Espero que nuestra conversacin de anoche no haya sido la causa.

    Lo fue, seor. Aunque no directamente.Dios mo! No esperara usted encontrar una serpiente como el gusano de Lambton! Adems,

    jpara que una mangosta pudiera atacar a semejante monstruo, si es que existen, tendra que ser msgrande que un almiar.

    Estas eran serpientes comunes, grandes como un bastn.Bien, es bueno saber que, grandes o pequeas, nos hemos librado de ellas. No cabe duda que la

    mangosta es buena; podr limpiar la regin de semejantes alimaas dijo el seor Salton.Adam continu desayunando tranquilamente. Cazar serpientes por la maana no era para l una

    experiencia nueva. Cuando termin su desayuno, abandon la habitacin y se dirigi al estudio que suto le haba preparado. Sir Nathaniel y el seor Salton comprendieron que quera estar solo, y evitaronhacerle preguntas o referirse a la visita que iba a hacer esa tarde. No volvieron a verlo hasta mediahora antes de la cena, cuando entr tranquilamente en la sala de fumar, donde el seor Salton y sirNathaniel estaban sentados, convenientemente vestidos para la noche.

    Supongo que ser intil esperar. Haramos mejor en abordar el asunto de una vez por todas observ Adam.

    Su to, creyendo facilitar las cosas al muchacho, dijo:Qu asunto?Al escuchar la pregunta, hubo en su cara una seal de cautela. Comenz tartamudeando un poco,

    pero su voz volvi a recuperar su habitual seguridad conforme hablaba.Mi visita a Mercy Farm.El seor Salton esperaba con impaciencia. El viejo diplomtico simplemente sonrea.Me imagino que ustedes dos se dieron cuenta ayer de que yo estaba muy interesado por los

    Watford la afirmacin no encontr rplica o defensa. Los dos ancianos se limitaron a sonrercondescendientemente. Adam continu:

    Tena la intencin de contrselo todo a ustedes dos. A usted, to, porque es el pariente mscercano que tengo, y sobre todo por su excelente acogida y sus atenciones conmigo, que no podrasuperarlas aunque fuese mi propio padre.

    El seor Salton no dijo nada. Simplemente le tendi la mano, y Adam la tom, apretndola

  • durante algunos segundos.Y a usted, seor, porque me ha mostrado un afecto que ni aun en mis ms descabellados sueos

    hubiera credo tener derecho a esperar se detuvo un instante, profundamente conmovido.Sir Nathaniel respondi suavemente, posando su mano sobre el hombro del joven.Tiene usted razn, muchacho; toda la razn. Es la forma ms adecuada de enfocar todo esto. Y

    puedo asegurarle que nosotros, ya ancianos y sin hijos propios, sentimos que nuestros corazones seinflaman cuando omos palabras como esas.

    Entonces Adam apresur su discurso, como si quisiera llegar cuanto antes al punto crucial.El seor Watford no estaba en casa, pero s Lilla y Mimi, las cuales me recibieron con extrema

    amabilidad. Sienten ambas un gran aprecio por mi to. Me alegro de ello, de cualquier modo, porquelas dos me gustan mucho. Estbamos tomando el t cuando apareci el seor Caswall, seguido por elnegro. Lilla les abri la puerta. La ventana de la sala de estar de la granja era bastante grande, y esinevitable ver, a travs de ella, a cualquiera que se acerque a la casa. El seor Caswall dijo que sehaba aventurado a llamar porque deseaba conocer a todos sus granjeros, de una manera menos formaly ms personal de lo que le haba sido posible el da anterior. Las dos jvenes lo recibieronamablemente; son unas chicas muy dulces, seor, algn da alguien ser muy feliz con cualquiera delas dos.

    Y ese hombre podra ser usted, Adam dijo el seor Salton cordialmente.Una sombra de tristeza cubri los ojos del joven, y el fuego que en ellos haba visto su to

    desapareci. Igualmente, el timbre de su voz cambi, dejando traslucir una profunda nostalgia.Eso colmara toda mi vida. Pero me temo que esa felicidad no ser para m, a no ser despus de

    mucho dolor, perjuicio y afliccin.Todava hace escasamente dos das que las conoce! grit sir Nathaniel efusivamente.El joven volvi hacia l sus ojos, inundados de tristeza.Ayer, incluso hace unas horas, esa observacin me habra dado nuevas esperanzas y

    entusiasmo, pero desde entonces me he enterado de demasiadas cosas.El anciano, experto en el corazn humano, no se atrevi a discutirle.Es demasiado pronto para abandonar, muchacho.No soy de la clase de hombres que abandonan la lucha replic el joven seriamente. Pero,

    despus de todo, lo ms sabio es reconocer la verdad. Y cuando un hombre, aunque sea joven, siente loque yo al ver por vez primera los ojos de Mimi, y desde ayer vengo sintindolo, el corazn se lesobresalta. No tiene necesidad de que le digan nada. Ya sabe.

    Se hizo un gran silencio en la habitacin, durante el cual el crepsculo comenz a envolverlosimperceptiblemente. Fue Adam quien rompi de nuevo el silencio.

    Sabe usted, to, si en nuestra familia tenemos algn tipo de segunda visin?No, que yo sepa. Por qu?Porque respondi Adam lentamente tengo una conviccin que parece responder a todos

    los sntomas de una segunda visin.A qu se refiere? pregunt el anciano, muy perturbado.Pues, a lo de siempre. Lo que en las islas Hbridas y en otros lugares donde la Visin es un

    culto, una creencia, se conoce por el Juicio Final, el tribunal que no admite apelacin. He odohablar a menudo de la segunda visin porque en Australia hay muchos escoceses. Pero esta tarde, enun instante, he aprendido ms sobre su verdadero significado que en toda mi vida anterior: he vistoante m una pared grantica e inescalable, tan alta y tan sombra que ni siquiera la mirada de Diospodra atravesarla. Bien, si el Juicio Final ha de venir, que venga. Eso es todo.

    La voz de sir Nathaniel irrumpi afable, dulce y grave.No es posible luchar contra eso? Suele poder hacerse con la mayora de las cosas.

  • Con la mayora de las cosas s, pero no con el Juicio Final. Har todo lo que est al alcancede un ser humano. Habr, deber haber, una lucha. Cundo, dnde y cmo, lo ignoro, pero habr lucha.Despus de todo, qu puede hacer un hombre en semejante situacin!

    Adam, somos tres Salton mir a su viejo amigo mientras hablaba, y los ojos de estecentellearon.

    S, somos tres dijo, y su voz reson.De nuevo se produjo una pausa, y a continuacin sir Nathaniel se esforz por volver a un terreno

    menos emocional y ms neutro.Cuntenos el resto del encuentro. Recuerde que todos nos hemos comprometido en el asunto.

    Es un combate l'outrance [12]

    , y no podemos permitirnos malgastar o desperdiciar ningunaoportunidad.

    No desaprovecharemos ni perderemos nada que pueda sernos til. Luchamos para ganar, y elpremio es la vida. Quiz de una vida; ya veremos y Adam sigui hablando con el mismo tono devoz que haba empleado para relatar la llegada de Edgar Caswall a la granja.

    Cuando lleg el seor Caswall, el negro que le segua se mantuvo a corta distancia. Eso mehizo pensar que esperaba su llamada e intentaba mantenerse visible o al alcance del odo. Mimi cogiotra taza, hizo nuevamente t, y lo tomamos juntos.

    Qu tiene eso de extraordinario? No era amistosa la visita? pregunt sir Nathaniel con vozreposada.

    Totalmente amistosa. No percib nada fuera de lo comn, excepto y al decir esto su voz seendureci ligeramente que Caswall miraba fijamente a Lilla, de una manera absolutamenteintolerable para cualquier hombre que pueda sentir algn tipo de afecto por ella.

    De qu manera la miraba? pregunt sir Nathaniel.No haba nada ofensivo en la mirada en s, pero era imposible no notar algo raro.Usted lo not. Ni la seorita Watford, que fue la vctima, ni el seor Caswall, que fue el

    ofensor, nos sirven como testigos. Alguien ms se dio cuenta?Mimi. Su rostro flame de clera al ver la mirada.Qu tipo de mirada fue? Excesivamente ardiente? Admirativa? Era la mirada de un

    enamorado o la de alguien deseoso de estarlo? Comprende lo que le digo?S, seor, comprendo perfectamente. No percib nada de eso. Quiz debido a que me haba

    propuesto conservar la sangre fra, porque as lo promet.Si no era la mirada de un enamorado, cul fue la amenaza? Dnde est la ofensa?Adam sonri benignamente al anciano.No fue la mirada de un enamorado. Incluso si lo hubiera sido, era lo esperado. Sera el ltimo

    hombre sobre la Tierra en ponerle objeciones, dado que yo mismo soy culpable en ese aspecto. Porotra parte, no solamente me han enseado a luchar con lealtad, sino que creo ser un hombre justo pornaturaleza. Sera tan tolerante y liberal con un rival como quisiera que l lo fuera conmigo. No, lamirada de que hablo no era de esa clase. Y no le faltaba al debido respeto. He de reconocerlo de buengrado. Ha estudiado usted los ojos de un perro?

    Parado?No, cuando sigue su instinto. O, mejor todava prosigui Adam, los ojos de un ave de

    rapia cuando sigue la pista. No cuando cae sobre su presa, sino cuando la est contemplando desdelejos.

    No dijo sir Nathaniel, nunca hice nada parecido. Por qu? Puedo preguntrselo?As era la mirada. De ninguna manera una mirada amorosa o algo por el estilo. Era, y eso fue

    lo que me impresion, ms peligrosa, por no decir letal, que cualquier amenaza concreta.

  • Nuevamente se hizo un silencio, que sir Nathaniel rompi al levantarse.Creo que lo mejor ser que cada uno reflexione por su cuenta sobre todo esto. Despus

    podremos volver a conversar sobre el asunto.

  • CAPTULO VII

    ULANGA

    El seor Salton tena una cita en Liverpool a las seis de la tarde. Cuando hubo partido, sirNathaniel tom a Adam por el brazo.

    Me permite acompaarle un rato hasta su estudio? Quiero hablar con usted en privado sin quesu to se entere, ni siquiera del tema de la conversacin. No le importa, verdad? No es curiosidadociosa. No, no. Se trata del asunto en que estamos comprometidos.

    Es necesario dejar a mi to en la ignorancia de lo que hablemos? Podra ofenderse.No es necesario, pero s aconsejable. Se lo pido precisamente por su bien. Mi amigo es

    bastante mayor y esto podra preocuparlo excesivamente, o incluso alarmarlo. Le prometo que nohabr nada en nuestro silencio que pueda causarle inquietud o resentimiento.

    Adelante, seor dijo Adam simplemente.Su to es ya un anciano. Lo s porque crecimos juntos. Ha llevado una vida tranquila y un tanto

    retirada, por lo cual el ms insignificante de los acontecimientos que ahora estn sucediendo podraperturbarlo por su novedad. De hecho, cualquier novedad es difcilmente soportable para los viejos.Ya tienen sus propias preocupaciones y ansiedades, y ninguna de estas cosas son buenas para las vidastranquilas que deberan llevar. Su to es un hombre robusto, de naturaleza risuea y apacible. Consalud y las condiciones favorables, no hay razn para que no viva cien aos. Por eso, usted y yo, que loamamos, aunque de manera diferente, tenemos la obligacin de protegerlo de toda influencia quepueda perturbarlo. Creo que estar de acuerdo conmigo en que cualquier esfuerzo conducente a ese finse dar por bien empleado. De acuerdo, muchacho. Leo la respuesta en sus ojos; no necesitamos decirnada ms. Y ahora y aqu su voz cambi de tono dgame todo lo ocurrido en la entrevista. Nosenfrentamos con hechos extraos, quiz ms extraos de lo que por el momento podemos suponer. Sinduda, con el tiempo, algo de lo que ahora permanece oculto detrs de un velo se nos mostrar a lasclaras. Mientras tanto, lo nico que podemos hacer es trabajar pacientemente, con intrepidez yaltruismo, hacia una meta que nos parece justa. Estbamos en el momento en que Lilla abri la puertaal seor Caswall y al negro. Tambin dijo que Mimi se mostr molesta por la forma en que el seorCaswall miraba a su prima.

    Ciertamente, aunque molesta es una palabra demasiado leve para expresar su objecin.Puede usted recordar la escena, describir los ojos de Caswall y la forma en que Lilla miraba, y

    lo que dijo o hizo Mimi? Y el comportamiento de Ulanga, el sirviente africano de Caswall?Har lo posible, seor. Caswall mir fijamente a Lilla todo el tiempo; sus ojos estaban

    inmviles, pero no en trance. Su frente estaba arrugada, como cuando se quiere ver a travs o dentrode algo. Su rostro, que nunca se mostr apacible ni en sus mejores ocasiones, pareca casi diablicomientras se concentraba en los ojos de Lilla. Todo esto aterroriz tanto a la pobre muchacha que sepuso a temblar, y poco despus se la vea tan plida que pens que iba a desmayarse. Sin embargo,logr resistir y trat de sostener la mirada, aunque dbilmente. Entonces Mimi se acerc a ella y lecogi la mano. El gesto la fortaleci y, sin dejar de clavar sus ojos en l, recuper el color y parecams ella misma.

    l tambin la miraba fijamente?Ms que nunca. Cuanto ms se debilitaba Lilla, ms fuerte se haca l, como si se alimentara

    de la energa de ella. Repentinamente, Lilla dio media vuelta, elev sus brazos en alto y cay al suelo

  • desvanecida. No pude ver lo que sucedi en ese preciso momento porque Mimi estaba agachada juntoa ella y me la ocultaba. Entonces, algo se interpuso entre nosotros como una sombra. Era el negro, quepareca ms que nunca un maligno diablo. Normalmente no soy un hombre paciente, y la visin de esefeo diablo fue suficiente para que mi sangre se pusiera a hervir. Cuando vio la congestin de mi rostro,pareci darse cuenta del peligro, un peligro inmediato, y se desliz fuera de la habitacin, tansilenciosamente como si hubiera sido barrido por un soplo de viento. Sin embargo, algo aprend: elnegro es un enemigo, como jams nadie lo ha tenido antes.

    Eso hace que seamos tres contra dos! especul sir Nathaniel.Entonces Caswall se escabull, como lo haba hecho el negro. En cuanto l se fue, Lilla se

    recuper inmediatamente.Y ahora dgame dijo sir Nathaniel, ansioso por recuperar la calma: ha conseguido

    descubrir algo acerca de ese negro? Me gustara estar al corriente de todo lo concerniente a l. Temoque tendremos, o podemos tener, serios problemas por su causa.

    S, seor, s bastantes cosas sobre l. No se trata, por supuesto, de informacin oficial, pero alprincipio debemos guiarnos por los rumores. Usted conoce a mi secretario particular Davenport, mihombre de confianza en los negocios y mi facttum habitual. Puedo contar con su lealtad y devociny, a cambio, tiene toda mi confianza. Le ped que permaneciera a bordo del West African y querecogiera entre los tripulantes del barco toda la informacin que pudiera sobre el seor Caswall.Naturalmente, le impresion el salvaje. Interrog a uno de los camareros del barco, que haba hechomuchas travesas al frica del Sur. Conoca a Ulanga, y lo haba observado de cerca. Es un hombreque se lleva bien con los negros, y estos suelen abrirle sus corazones. Parece ser que Ulanga era unpersonaje importante en su pas de origen. Posea las dos cosas que los hombres de su color msrespetan: poda aterrorizar a los dems, y era prdigo con el dinero. No s de dnde sacaba el dinero,pero eso no nos importa ahora. Todos los de su raza estaban siempre dispuestos a proclamar sugrandeza. Una grandeza malfica, por supuesto; pero eso a nadie le importa. En pocas palabras, esta essu historia: Originariamente era un cazador de brujas, la ocupacin ms baja que existe entre lossalvajes aborgenes. Posteriormente ascendi y se convirti en obi-man [13], lo que le permitienriquecerse mediante el chantaje. Por ltimo, alcanz el ms alto honor al servicio del infierno. Seconvirti en usuario del vud, que parece ser una prctica de extrema vileza y crueldad. Me hancontado algunas de sus abyectas hazaas, que son simplemente repugnantes, lo que me hace desearuna oportunidad de ayudarle a volver al infierno. Puede parecer que basta con verlo para darse cuentade la magnitud de su vileza. Pero sera una vana esperanza. Los monstruos de su tipo pertenecen a ungrado de barbarie ms antiguo y rudimentario. En este sentido, se puede decir que es un tipo listo;aunque no por ello sea menos peligroso o detestable. La tripulacin del barco me ha dicho tambinque es un coleccionista. Algunos de ellos han visto sus colecciones. Vaya colecciones! Todo lo quesimboliza la potencia del mal, bajo la forma de ave, bestia o pez. Picos que pueden romper y desgarrary lacerar: todas las aves representadas son depredadoras. Incluso los peces son de variedades nacidaspara destruir, herir y torturar. La coleccin, puedo asegurarle, constituye una abyecta prueba de lamalignidad humana. El mal que se refleja en las facciones de este ser bastara para asustar al msfuerte de los hombres. No es de extraar que al verlo Lilla sufriera un desvanecimiento.

    No pudiendo hacer nada ms por el momento, ambos hombres se separaron.Adam se levant muy temprano por la maana y fue a dar un largo paseo por el Brow. Al pasar

    frente a La arboleda de Diana, mir en la direccin de la corta avenida de rboles, donde habadejado las serpientes que la mangosta haba matado la maana precedente. All estaban en fila,derechas y rgidas, como si hubieran sido colocadas por alguna mano. La piel de los animales parecahmeda y viscosa, y estaban cubiertas de hormigas y otros insectos. Eran tan repugnantes que, tras laprimera ojeada, Adam prosigui su camino.

  • Un poco despus, mientras sus pasos lo llevaban con toda naturalidad hacia la entrada de MercyFarm, vio pasar al negro, movindose con rapidez para ocultarse en la sombra de los rboles. En unode sus brazos, rgidamente extendido, llevaba las serpientes muertas, que parecan toallas suciascolgando de un riel. No pareci percatarse de la presencia de Adam. No se vea a nadie en MercyFarm, con excepcin de algunos obreros en el corral. As es que, despus de esperar en vano con laesperanza de ver a Mimi, Adam comenz un moroso regreso a su casa.

    Una vez ms, alguien lo alcanz y pas de largo en su camino. Esta vez era lady Arabella, quecaminaba precipitadamente y pareca tan encolerizada que no lo reconoci ni siquiera cuando l hizoel gesto de saludarla.

    Cuando Adam regres a Lesser Hill, se dirigi a los establos donde haba guardado la caja con lamangosta. La cogi pensando en concluir el exterminio que haba comenzado la maana anterior en elMontculo de Piedra. Descubri que las serpientes se dejaban apresar an con mayor facilidad que enla vspera. En la primera media hora murieron por lo menos seis. Como no aparecan ms, dio porconcluido su trabajo por aquella maana y regres a casa. En ese tiempo, la mangosta se habaacostumbrado a l y estaba dispuesta a dejarse manejar libremente por Adam. Este la recogi delsuelo, se la puso sobre el hombro, y de esa manera retom el camino. Luego, vio a una mujer queavanzaba hacia l y reconoci en ella a lady Arabella.

    Hasta ese momento la mangosta haba estado tranquila como un gatito faldero; pero cuando seacercaron a la mujer, Adam se horroriz al notar que la mangosta se enfureca salvajemente, se leerizaban los pelos del lomo, y, saltando de su hombro, corra hacia lady Arabella. Pareca tan exaltaday lista a atacar, que Adam grit advirtindola del peligro.

    Cuidado! Cuidado! El animal est enfurecido y tiene intencin de atacarla.Lady Arabella pareca ms altiva que nunca y sigui su camino sin inmutarse. La mangosta salt

    sobre ella y la atac. Adam se precipit enarbolando su bastn, nica arma que posea. Pero en elinstante en que se acercaba a la mujer, esta sac un revlver y dispar contra el animal, partindole endos la espina dorsal. No satisfecha con eso, sigui disparando, un tiro detrs de otro, hasta vaciar elcargador. La frialdad o la arrogancia haban desaparecido ahora de su expresin. Su rostro se habadesfigurado en una terrible mueca de odio, y pareca ms furiosa y determinada a matar que el propioanimal cuando se lanz al ataque. Adam, sin saber qu hacer, la salud quitndose el sombrero, y seapresur a volver a Lesser Hill.

  • CAPTULO VIII

    SUPERVIVENCIAS

    Durante el almuerzo, sir Nathaniel not que Adam estaba preocupado por algo, pero no dijo nada.La leccin del silencio se recuerda mejor en la edad madura que en la juventud. Cuando llegaronambos al estudio, donde sir Nathaniel lo haba seguido, Adam empez a contarle a su compaero losucedido esa maana. Segn avanzaba la narracin, sir Nathaniel adquira un aspecto cada vez mssombro, y cuando Adam hubo terminado permaneci en silencio durante varios minutos, antes dehablar.

    Lo que usted me cuenta es muy grave. Todava no tengo una opinin formada, pero a primeravista me parece que todo esto es peor de lo que yo esperaba.

    Por qu, seor? dijo Adam. Cree usted que la muerte de una mangosta, no importa porquin, es una cosa tan seria?

    Su compaero fum tranquilamente durante algunos minutos antes de volver a hablar.Cuando haya tenido tiempo de reflexionar, quiz cambie de opinin, pero mientras tanto, me

    parece que detrs de todo esto hay algo temible, algo que podra afectar a nuestras vidas, que podrallegar a significar la muerte de alguno de nosotros.

    Adam se incorpor rpidamente.Dgame, seor, en qu est pensando, si no tiene objecin en hacerlo, por supuesto, o si no cree

    que es mejor guardar silencio.No tengo ninguna objecin, Adam. De hecho, si la tuviera, tendra que superarla. Me temo que

    ya no puede haber entre nosotros pensamientos reservados.Verdaderamente, seor, sus palabras son muy serias, peor que serias!Adam, me temo que ha llegado el momento en que, al menos entre nosotros, debemos

    hablarnos con franqueza. No le parece que hay algo tremendamente misterioso en todo esto?Lo he pensado, seor, todo el tiempo. La nica dificultad es saber lo que pensar y por dnde

    empezar.Comencemos por lo que usted acaba de contarme. Tomemos primero el comportamiento de la

    mangosta. Era tranquila, incluso amigable y afectuosa con usted. Solamente atacaba a las serpientes,que, despus de todo, es su misin en la vida.

    Exactamente!Entonces, debemos encontrar la razn por la que atac a lady Arabella.Es posible que una mangosta tenga solamente el instinto de atacar, sin que la naturaleza la

    haya provisto de la sutileza de razonamiento necesaria para discernir a quin ataca?Sin duda, podra ser as. Pero, con todo, no cree que deberamos averiguar lo que la impuls a

    atacar? Si, durante siglos, este animal es conocido por atacar solamente a una especie de animales, nonos vemos obligados a aceptar que si ha atacado a otro animal que no forma parte de aquella especieser porque ha encontrado en l alguna caracterstica en comn con su ancestral enemigo?

    Es un buen razonamiento, seor sigui Adam, pero muy peligroso. De seguirlo, nosllevara a creer que lady Arabella es una serpiente.

    Debemos asegurarnos, antes de llegar a semejante conclusin, de no haber pasado por altoningn punto importante que nos podra ayudar a resolver el enigma que nos preocupa.

    Por ejemplo?

  • Pues bien, supongamos que los instintos operen sobre una base fsica, por ejemplo, el olfato. Sihubiera en la persona atacada algo de reciente yuxtaposicin que portara el olor, seguramente esto nosproporcionara la causa que nos falta.

    Ciertamente! dijo Adam con conviccin.Segn lo que usted acaba de decirme, el negro vena justamente de La arboleda de Diana,

    llevando consigo las serpientes muertas que la mangosta haba matado la maana previa. Serposible que el olor se haya extendido de esa manera?

    Es muy posible, y probable. No se me haba ocurrido pensarlo. Habr alguna forma deaveriguar el tiempo aproximado que persiste un olor? En este caso, como ve, se trata de un olornatural, que puede provenir de un lugar donde ha estado activo durante miles de aos. Entonces yo mepregunto, puede el olor de una especie transportar consigo alguna forma o cualidad de otra especie,sea esta buena o mala? Se lo pregunto porque un antiguo nombre de la mansin en que vive la damaque fue atacada por la mangosta era La madriguera del Gusano Blanco. Si algo de todo esto fueraposible, nuestras dificultades se multiplicaran indefinidamente. Cambiaran de naturaleza. Podramosenfrentarnos con complicaciones morales, y, antes de darnos cuenta, encontrarnos en el centro mismode la lucha entre el Bien y el Mal.

    Sir Nathaniel sonri gravemente.Con respecto a su primera pregunta, por lo que yo s, no hay un tiempo fijo para que dure un

    olor. Pero no creo que debamos suponer que un olor pueda conservarse durante miles de aos. En loconcerniente al cambio moral que suele acompaar a todo cambio fsico, lo nico que puedo decir esque no he encontrado prueba alguna de tales hechos. Al mismo tiempo, debemos recordar que buenoy malo son trminos tan amplios que debemos considetarlos en el esquema total de la creacin, contodo lo que es implcito a ellos y a sus mutuas acciones y reacciones. Hablando en trminos generales,dira que dentro del esquema de la Causa Primera cualquier cosa es posible. Mientras permanezcanocultas para nosotros las fuerzas inherentes o las tendencias de cualquier cosa, debemos suponer algntipo de misterio.

    Hay otro asunto sobre el que me gustara conocer su opinin. Suponga que existen ciertasfuerzas permanentes, pertenecientes al pasado, a las que podramos llamar supervivencias. Podranestas pertenecer tanto al bien como al mal? Por ejemplo, si el olor de un monstruo primitivo puedeconservarse en una med