Los ambiguos de Álvaro Retana

5/13/2018 Los ambiguos de Álvaro Retana - slidepdf.com

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• . . . . . .~ .

TERCERA PARTE

T odavia se oian :grltos. quejas e insultos al f ina l de L a

ebscura cailleja. y a Ia puerta deL pintcresco C a f e de 1a

Encomie~da se agitaban silueras negras, c-omo en un ma-

-cahro "guignol", Haeia ya largo rato que el "auto" es-

peraba, en las sombras, desde que la reyerta estallo, y dOli

-guardias se llevaron, arrastrando, a un tnigico pelele, be-

rracbo, 1) lal vez con el corazon atrevesade per la navaja

de su contrincante, y los elegantes dudaban, atf 'aldos par

d convencional espectaculo de unarifia de barrios bajos,

mdecisos1"01

temor a v~rse complieados en. un asunto a e s -i.agradab'le,

-Esto parece de un film de "apache.s"-exdamo la

. , (lama. banal y posando de audaz-. N o falta mas que vel'

salir de la taberna a la Bertini, desmelenada, y con una\

1uruca de brocailo.I

-No; pues le aseguro a usted-a lirm6 Julio-.-que enestes barrios no es como 'en10il hal lC5 de Paris, endeade



que todo es truco y los guardias esperan sentadcs-

Ii la puerta, ni como en el barrio de Atarazanas, de Bar-

celona, donde todo se va en palabras ... Aqui las discu-

1~,iOnesson de gentes, d:1 brcnce, q!le terminan. siernpre na-

• " vaJa en mano... ,

It -!Oh! j Eo u e ; y inlerestillg____:_exdamoa dama, envol-

' " 4 . viendose en su mania resplandeciente, para bajar del' co-'i ,

'_ chf:-jOh, dea r dea r C ha rlier jEntremos! Yo tengomi."

.~ "bro w ning" en el balsa de mano.; ,

r . . Los, americana. se encogieron de hornbros.: poco seduci-~' .

· , + ,dos ante la idea de un escandalo en un barrio equ[voc~,

•.."... Pero Julio, que tenia poco interes en trasnochar, y que-

• ,.:. par otra parte, veia casi Fallidas.Ias esperanzas de Ama-·

I. :lia~ porque ninguno de sus acompefiantes parecia intere-

... '-"',:1\) h• "'" sarse cpor 5U eHeza, exclamd:

• •

•

-Yo creo que este cafe tiene poco que' VeT .•• Y, ade-

mas, de.spues de la lle.gada de la Folida no debe quedar-

• nadie:.,.. '

E! yanqui del monoculo decidi6, glacial::

_ -La senorita quiere ... No hablcmos m'~ •••

'y bajandc del: "auto" entraron en' 131cafe; 5eguido~'

de julio, silencioso,' un poco humillado par el tono des-

pectivo del extranjero.

'El Cafe de la Encomienda, visto par dentro, no tenia.

GsQlulamente nada de terrorifico, sine-un aspecto honrado;

apacible y provinciano, Sobre los muros, muy sucios, algunos-espejps y gran: profusion de certeles, unos anuncios de anis 0-

• ••

• •· ~• I,. . .~,



- 47-

~idra y otros, de cupletistas y toreros. Una anaqueleria com

botellas de. eolorines .agrios. Un mostrador de cine, en eli

que gOlgoteaba elagtla con ruido monotone. Mesas pin-

tadas de obscure, manchadas de vino y de comidas, yen un

1inc6n un gate blanco Y apacible, !-IUe se, atusaba, cuicfado-

so y nirnio, bajo I a jauls de un loro desplumado, que j:Jor-

rnitaDa, en Ull,a 'pata. I

En e l centro del sa IQD. escasamente iluminado, levan-

tabase un tabladillo de madera, que tel'll<lpor fonda ~a;)'

ca~linas rojas y un espejo, y por una escalerilla, lateral

subian a_Jhipotetico escenario las artistas del cuadro lia-

menco. Uri pianiste 6tico 'aporrsaba ~1 piano <luanda tenia

per conveniente, y media docena cfe mujeres, ataviadas-

con churrigueresca profusion de lenrejuelas, can tab an 0 bei-

laban incongruencias pintorescas. De cuando en euando,

un tocader de guit,aoa, vestido con dn traje de alpaca,

blanco, insfa\abase en medio del tabladillo X {o.Gaba paIa,

qtre zapatease, una mujerona gOIda y fob., enjaezada con.

'un manttm de Manila, descolorido y grasiento, y. el pelo.

endurecido y brill ente por [a bandolina. El reste de lao.

artistas jaleaben con palmas a la baila..dora, y cuando me--

nos se 10 esperaba el Rubuco , etra de eUas rompia a can-

tar pot bulerias peripateticas~

Ay, mama,

Ay. mama,

a. .mi papaite 1e .van a matar:.Despues de haberse acomodado -la eomitiva en un 00-



- 49-

co n ael cafcJ la d am a d e la s pie le ll a zulee, can un 8 ( 1 1 t l l >

aesillJsionaao, se voIvi6 a sus amigos:

-IReto' sj no hay nRdie I Si no hubjesemos ftliatido a t,

lejos aI drama. creerfa qlle habiamos 50iiado. Porque estc

es un sitio tranquilo y honesto ...

-No 1 0 crea ustec:l-'--intevrurnpt6 Julio . een.vuna- 50D-

risa-. No bay que /iarse de las II,parienllias:. sobre toao en

Madrii:l. Todo esto Ies parecerd p o c o . peligroso; perilya han vista la fac ilid ad con que h~ surgido 1a tragedia.

Dos mujeres de las del cuadro Samencu se acercaron a -

la mesa de los elegan!.es . Ih \J :nadI l,5 par Julio, y este 1at.

presentii. a sus nuevas amigos,

-Les presentd a usted es a la Perla y a I I I ,Rizada, In

taejores bailaoras, en sn g~nero. que han pasado par este

leoal.

Las dos eran gitanasJ (Ion lolt ojos sembreadea de oje-

1 ' 1 1 , . $ ",;o]&ceaa, 'y scnreian con afectacio.n. L a Perla eonteria,

djez. y siete afios, y era una morena excesivamente & & g i l .

y precozmenteaviejada por Ja c~se d e existencia que

arrastraba. Era huerfana de padre, tod'rvia honrada, yean

el producto d e su ll'ahajo manteo!a a SQ madre , paraliliea.

y a tres hermaniles pequelios. El destin a hahlala con&nBd~

'e aquel cafe de camareras, frecuentado pOT una concn-

rrencia Jloco escrupulosa, que en eualquier momenta esta-

ba dispuasta a atentar a l pudor d e la I lh ii! cilla . d e pa1~bra.

o de obra. Parecia un estatuil'la de lerracoffa, y receno-

'eie'1ldose insi.gnificante para alternar con el sefiorio, guar-.



-til-

daba un discreto silencio, reereada en Ia contemplaeidn d e :

Ias joyas de 18 dama. E n cnanto a Is Rizada• era ,UJla.

buena moza •.guapetona y vu'lgar, cuya "cabeflera parecia

un monton de virutas, y. a pesar de sus treinta y tarrtosaii~s, conservaba en el rostro un aspecto esEupido d e bestia

noble y Uci!. ~a Perla y 1a Rizada permaneciercn de pie,

a la expectative, guardando compostura, y mientras una ca.

marera de abundante! senos y retadera grupa, mise ~ bua~~

car los Iicores y cervezas encar,gados por los senores', cL

americana mis viejo exclamd, sin perder au aire despec~

tiv o :

-Well ... Perc -este es may abur,i-ido... Yo pensaba,

ver algo mas apasionante.

Julio, en cuyo hermoso rostro dursbs, a pesa'I suyo, lin

gesto mallrumorado, murmur6:

-En todo case no es culpa mia, Y II dije que no vaUlt

1a pena de entrar ... No se, encuentran Jas cosas cuando,

uno las busca,

-Con dinero se debe tener todo ... Y cuando uno paga"

puede exig i.r ...

Julio reprimid, a duras penas, una groseria. Despues d~todo, e:l no perdla nada, porque aquella gente no pareciao

asequible a truces ni a chantages, sabre que ninguno ! d e "

ellos demostraba e 1 menor interes pOI [a hermosura de !ill

cicerone, a quien miraban con cierto aire indefiniblemen!e

Qu:rlon... Perc penso en la oolera de Amelia si Jo echaba

todo a Todar, y 51: oenmve,



~ _ - "-



- 53-

-Puede que ahora llegue gente ..• En estes sitios, euaa-

10 m a s tarde, hay publico m as pinto~ ...

La Perla y [a Rizada, entre tanto, intimidadas per

la presencia de Ia dama de azul, tuyo manto, al entre-

-abnrlle. dejaba 've.r una auntuosa tunica de plata, sobre la

que resbalaban .los hilos de perlas, optaron por retirarse,

?-tQuiere usted que retengamos. a alguna de esas ar-

tistas ?

-No. Si quisiera, ya 10 hubiese ditbo-respondi6~ sin

'- m:irarle, el efebo americano.

Los ojos verdes de Julio fulguraron como un la80 baje

la tormenta; pero volvi6 a dominarse, enoendiendo: lenta-

JIIlente un tigarrillo.

Bebieren en silentio. Y a medida que iban vacidndose

bs borelles de licores, los yanquis fuercn perdiendo 51!

empaque Ilgido. r en losfrios rostres enjutos hxi.ll6una

laleg~ia 6eticia; y brutal,

,Ahora eharlaban en ingles entre ellos, con grandes ri-

~otadas, sin que Julie pudiese comprender el sentido de-,

sus frases. Un momenta la d~a oculto, rubOJOSll, e l res-

tIO eS,tuaIido y pintado tras 50 inmenso abanico de plumas

~egras, Y t:llos continuaron riendo, tratando de convea-

cerla de algo realmente insrilito, Po!' fin, lIM de 105 do~

!11~ j6venes explico a Julio:

-Queremos que alguna de esas mujeres baile Hamen-

t"lo.. Pero desnuda del todo, [clare I

L a . dama volvio a ocultar el rostro entre las plumas scm-



55 -

I)[ia~, y Julio" acostumhrado a no sorprenderse ..:~ nada,

l"e$pondi-6.sin empa~go;

-£50 e s C < U i imposible..; Ninguna de , estas artistas l ie

prestarja a complacer a ustedes, P I . elias las pagan sola-

mente para bailar en el tablado 0 para converser COil los

elientes que tengan a bien invitarlas.

--Cuando uno paga, puede tenerlo tddo--d:ecret6 en

ipgle!!, el efcbo. Pero Julio 'Ie comprendid instintivamente,

y hostil ya, ;espondi6:

--'En Ameri~a . puede ... E f! Espana, n o . . ,

Cal) la terquedad de] borracho, el yanqui repuso :

-La s~;iora tiene ese capricho y hay que cornplacer-

1a... Para eso paga.:.

Se levant6 tambaledndcsey, brutal, Sj! aCllr,co a la Perla,quen se dirjgla al escenario, bien ajena a la hecaternbe que

.se avecinaba. Y con un brusco manotazo de jugiushn de

base-balle, la detuvo en el primer peldafio de la escalera,

'gluiieqdo.:

-Antes de subir, quirate la Topa. Queremos verte bailar

desaudn,

La chiquil] a, encrespada por 1 0 que !labia de' ofensivo

en la inesperada peticidn., y al mismo tiempo amodrentada

per la tJlerza de aquel Herc,ules que la oprimia, prol~st6

can timitlez:

-No,'5enor; j y o q u e v.oy a bailar desnuda!

--:T e daremoa el dinero que pidas.

-Ni par todo el oro dd mundo.



-<57 -

01..""08<10 pOJ e J . .a:lcohel, el norteamericane cogi6 a 1 a

.c:.hiquilla po r la eia tu ra , fragil com o un talfo, y rugici.

U ,j_l! :amenazador:-Desnuda.te y baila. 0 si no te pego ...

Unanimemente las deniit mujeres .pretestaron, atJonan~

4io con sus impreperios e l l cafe, doode no habia quedado

< 9 mas clieatela que lo s accmpafiantee <le Julio.

-I Canilla I IChulo] ~

-I Asquerosel jTli. que vas a pegar!-jPega a le tia zona que b:ae~, que parece una es-

cobal

-10 a tu m a g r . e . ladr6nl

Desdeiiando los Insuhos, que tal V'ez no entendra. el

berracho continuaha -sujetando <l Ia hailarina, arranc;an-

.dola -el traje a tiroDes y riendo estupidalmnte. La mu-

chacha forceje.aba desesperada. COD la cabeffera en des-

orden en torn? al restre livido y bailado en ' iagrimas., De

;pronte: lanzo 1 l D . grito agudo .

-IAyl I'Bestial IQue me has hecbo sangrd

POT uno de sus hombres tOIlia un hllillo de 8angre. : r

1@bailarinca. al verlo, se troncho como si fuese a desma-

yarse; pero lie irgui6 ae nuevo y escupio at rostro del

borrache, furjasa. EI yanqui Ia solto tao bruscatneate, que

la chiquilla ee tamh;a: le6. y fue a caer de espaldM sabre

una mesa. en UD estrepilo de copas rotas y de p l l 1 ; t o & , q!lC

RderrombaroD.

La s Inujeres eerriercn a lev anta rla . B e b!kf~. ~$C~l?,.ftQJ; I ;o



fjf.<'(".~I

,,'



- 59-

rasguiio en un brazo, de dande maneba roja la sangre

'1!oh,reel vestido rosa, hecho jirones, y mientras, ell berra-

cho se limpiaba el rostro blasfemando;

- Te accrderiis de m i. .. I W ho~e! J D(lnned whose 1Sin saber por que, el mismo Lal vez no se d ia cuenta de

lIuarranque sllliito, Julio se levan!6 con un, salto de liera,

-abandonando su mutismo de esclavo indiferente, y se~rroj6 al oueilc del juerguista, que iba de nuevo ~ caer

eobre su victima,

I -,Haga usted el favor de dejar a esa m~jer".

E t otro se soh" de las garras del muchacho COR una

brusca sacudida:

-Me~dese usted en 10 que le importe... Yo l1ago10

que quiero,

-En 5U pals. Aqui, no...

Y no hablaron m a s . Pero todo e t rencor de Julio, todas

las- humillaciones devoradas en silencio, tode el edio bacia

los que It} habian despreciado, tr:atandole como a un ani-

'm~l de lujo a quien se paga, impulsaron lo~ m4sculo~ nue-

vos, poderosos, del muchacho, y bajo su opresi;n empez6

Ii ahogarse el elegante, congestionado, impoteate para es-

caparse de la aslixia.

Perc, como en un brusco recnrso teatral, dos tires im-pidieron que el p1uehacbo continuase oprimiendo Ia gar~

ganta -dill norteemericano. El borraeho irguiase, respirando



. - .



ansiosamente despues de haber sentido fa· muerte muy de'

cercc, y Julio cay6 al suelo mortalmente beride, Las mu-jeres gritaron despavoridas, refuBiilndose en 1 0 5 rincones ..

y solo quecl6 en el centro del cafe, pilida y serena e!lgr i . .

miende su browning, ]a dama de las pieles,

M adrid . enero 1922.

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