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    C.G. Jung, S. Freud, D. Chopra,

    C. Naranjo, L. Greene,

    J. Lilly, E. Erikson, R. Dass,A. Lowen, K. Homey y otros

    ¿QUIEN SOY  

     YO?Tipos psicológicos y autorrealización

     Edición a cargo de Robert Frager

    editorial L/airósKNumancia, 117-121 

    08029 Barcelona

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    Título original: WHO AM I?Traducción: Femando Mora y David González RagaDiseño portada: Ana y Agustín Pániker 

    © 1994 by Robert Frager

    © de la edición en castellano:1994 by Editorial Kairós, S.A.

    Primera edición: Febrero 1995Segunda edición: Diciembre 1999Tercera edición: Julio 2005

    ISBN: 84-7245-328-6Dep. Legal: B-28.084/2005

    Fotocomposición: Beluga & Mleka. Córcega, 267. 08008 BarcelonaImpresión y encuadernación: índice. Fluviá, 81-87. 08019 Barcelona

    Todos Jos derechos reservados. N o está perm itida la reproducción total ni parcial de este libro, ni

    la recopilación en un sistema informático, ni la transmisión por medios electrónicos, mecánicos, por fo to copias, por regis tro o por otros métodos, salvo de breves extractos a ef ecto s de re seña, sin

    la autorización previa y por escrito del edito r o el propietario del copyright.

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     A mi esposa Ayhan, cuyo amoroso apoyo ha resultado esencial tanto para este proyecto como para toda mi vida.

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    AGRADECIMIENTOS

    La elaboración de este libro ha sido un largo e intrincado proceso que no hubiera sido posible de no haber contado conel apoyo y el aliento de muchas personas.

    En primer lugar, quisiera agradecer a mi editora de Tarcher,Connie Zweig, su apoyo creativo y su infatigable perseverancia con vistas a mejorar el estilo del libro, en general, y mi

     propio estilo, en particular. Su ayuda ha resultado inestimable para elevar el nivel de mi trabajo.

    También debo expresar mi más profundo agradecimiento aHelen Palmer -la primera persona que me sugirió la idea deeste libro-, cuyo texto original y útiles sugerencias se han re

    velado como una excelente contribución al capítulo sobre eleneagrama. También estoy profundamente agradecido a JimShere, Angeles Arrien y Stuart Heller por su creatividad, capacidad de trabajo y paciencia y por su contribución especial aesta obra escribiendo capítulos originales para ella.

    Asimismo, me hallo en deuda con todos aquellos amigos ycolegas -como Jeremy Taylor, Belinda Brent, Stuart Heller y

    muchos otros- que me han sugerido fuentes bibliográficas, artículos y autores que sintonizan con el contenido de este volumen y que han compartido conmigo su entusiasmo por la tipología. Doy las gracias también a Danielle Light, que me ayudóa realizar un curso sobre tipologías de la personalidad, y a todos aquellos que participaron en él, tanto estudiantes como colaboradores. También estoy en deuda con Linda Loos y Jean

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     Agradecimientos

    Harbin, que me alentaron con sus comentarios y trabajaron denodadamente conmigo en la revisión de diversos capítulos es

     pecialmente difíciles.Por último, estoy profundamente agradecido a los miem

     bros de mi familia porque gracias a ellos he podido dedicar eltiempo necesario -más del que cualquiera de nosotros hubieradeseado- para que este trabajo viera finalmente la luz.

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    INTRODUCCIÓN

     ALGUNAS REFLEXIONES PERSONALES 

    Los sistemas tipológicos me han interesado desde hace muchos años aunque, en realidad, nunca he llegado a comulgar

     plenamente con ninguno de ellos. Yo creo en todos los siste

    mas psicológicos y cada uno de ellos me parece valioso peronunca he sido un «verdadero creyente» de ningún sistema concreto. He estudiado con cierto detenimiento los diferentes sistemas que presento en este libro y también he tratado de clasificarme a mí mismo y a los demás en función de ellos, lo cual,en ciertas ocasiones, me ha proporcionado intuiciones (in- sights)  sorprendentemente reveladoras y útiles, aunque en

    otras, no obstante, el resultado ha sido oscuro y más bien confuso. En cualquier caso, estoy plenamente convencido de quecada uno de estos sistemas puede ser potencialmente beneficioso para algunas personas.

    La mayor parte de quienes escriben sobre las distintas tipologías de la personalidad suelen ser firmes defensores de undeterminado sistema. Espero que el abordaje ecléctico de to

    dos los sistemas tipológicos que presentamos aquí contribuyaa ofrecer una visión equilibrada e imparcial de las principalestipologías existentes.

    Recuerdo que hace ya algunos años visité al renombradoastrólogo Dañe Rudhyar. Rudhyar me miró detenidamente yluego comentó que no cabía la menor duda de que yo tenía

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     Introducción

    muchos rasgos de Cáncer. Entonces pensé: «¡Este hombre seráel decano de la astrología americana pero, en esta ocasión, seha equivocado completamente!»

    Yo contesté que Cáncer no tenía mucho peso en mi cartanatal. Mi sol y mi ascendente están en Géminis y siempre mehabía considerado como una personalidad fuertemente «gemi-niana».

    Rudhyar entonces me preguntó por mi fecha de nacimientoy, cuando le respondí que había nacido el veinte de junio medijo: «Usted ha nacido en la cúspide de Cáncer ya que, en esasfechas, el universo entero gira en tomo a Cáncer. De modoque, en muchos sentidos, se halla mucho más influido porCáncer que por Géminis».

    Este comentario provocó en mí una pequeña crisis de identidad astrológica. Hasta aquel momento había buscado el signode Géminis en la sección astrológica de los periódicos peroahora debía considerar la posibilidad de tener en cuenta unnuevo conjunto de pautas de personalidad.

    Esta anécdota ilustra claramente las ventajas y los inconvenientes de cualquier sistema tipológico. El estudio del propio«tipo humano» suele proporcionar intuiciones (insights) realesy poderosas pero la identificación excesiva con un determinado tipo puede alejamos del posible significado de otras categorías y de sus características.

    Yo creo que todos los distintos tipos de los que nos hablanlos diversos sistemas tipológicos describen aspectos diferentesde cada uno de nosotros. Así pues, aunque ciertos tipos parezcan acomodarse mejor a nosotros que otros, cada uno de ellostiene algo que enseñarnos sobre nosotros mismos. A fin decuentas, nada humano nos es ajeno y podemos reconocer algonuestro en todas y cada una de las personas con quienes nosencontramos.

    Cuando tuvimos las primeras noticias sobre el eneagrama,Charles Tart, un buen amigo y un renombrado psicólogo, meintrodujo en él. Tart había sido clasificado como un «siete» yestaba seguro de que yo también lo era. Aunque Charles y yo

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     Introducción

    teníamos una formación y un estilo de vida relativamente diferentes, la descripción eneagramática del «siete» parecía cuadramos bastante bien a los dos y también ilustraba otras seme

     janzas importantes. El tipo siete es optimista, disfruta de los placeres, goza de la vida, es algo narcisista, suele estar preocupado con planes, fantasías e ideas y se dedica a realizar actividades muy diversas. Después de reconsiderar la descripción del «siete» nos dimos cuenta de los muchos intereses quecompartíamos como, por ejemplo, la mentalidad especulativa,

    la fantasía, nuestra afición juvenil por la ciencia ficción, los juegos y el sentido del humor. La descripción eneagramáticaechó así luz sobre algunas de las pautas fundamentales quecompartíamos sin saberlo anteriormente.

    Desde el momento en que fundé el Institute of Transpersonal Psychology en 1975, casi todos los estudiantes que han pasado por él han recibido una o más clases sobre el eneagrama.

    Una y otra vez he podido ser testigo del uso y del abuso deeste poderoso sistema tipológico.Muchos estudiantes han utilizado el eneagrama para au

    mentar su autoconocimiento y también los hay que han encontrado en él una poderosa herramienta para el trabajo psicotera- péutico. Sin embargo, otros han hecho de él una nueva formade estereotiparse a sí mismos y a los demás. Estos últimos di

    cen cosas tales como «yo tengo una casa desordenada porque soy un “nueve”» o «eres tan crítico porque  eres un “uno”».Pero de este modo, en lugar de ayudarles a comprenderse a símismos y a los demás con más profundidad, la tipología enea-gramática termina convirtiéndose en un proceso de etiquetadoque pone fin a la búsqueda e impide que nuestra comprensiónse profundice. Estos estudiantes confunden los términos y consideran que las descripciones de ciertas pautas de conducta sonla causa de ese comportamiento.

    Ciertamente, una buena descripción tipológica puede señalar el comportamiento más probable para un determinado tipohumano, pero nuestra tipología no determina, en modo alguno,nuestra conducta. Los miembros de un determinado tipo pue

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    den  compartir una configuración constitucional o psicológicasimilar que les haga más proclives a cierto tipo de conducta.Pero por más completa y minuciosa que sea la descripción de

    un determinado tipo, éste nunca será la causa de la conducta.Por decirlo en pocas palabras, un nivel no es más que un nivel,no es ni una causa ni una explicación.

    A pesar de la evidente relevancia del cuerpo en todo lo quehacemos, la psicología ha solido ignorar los tipos corporales ysu correlato psicológico. Hace ya unos años, cuando acababade graduarme en psicología, el sistema tipológico corporal deSheldon despertó mi interés. En la medida en que observaba alos demás y a mí mismo podía ver a los tres tipos corporalesde Sheldon moviéndose a mi alrededor. Los ectomorfos eranflacos intelectuales, los mesomorfos eran atléticos y musculosos y los endomorfos parecían flácidos sacos de patatas. Noobstante, el sistema de Sheldon no parecía funcionar perfectamente porque, una vez que ingresé en la escuela de graduados,todos mis compañeros eran inteligentes y estaban orientadoshacia el intelecto pero no todos eran ectomorfos sino que tam bién había entre ellos muchos intelectuales atléticos y muchoseruditos gordos.

    Al estudiar a Sheldon yo estaba confuso con respecto a mi propio tipo. Cuando era más joven me sentía como un rechon

    cho endomorfo; sin embargo, en la medida en que comencé ahacer deporte y a realizar otro tipo de actividades físicas, micuerpo y mi estilo de vida comenzaron a asemejarse más ymás al tipo mesomorfo atlético. La tipología de Sheldon secentra fundamentalmente en la estructura corporal y suele ignorar los aspectos relacionados con la función; no obstante, estructura y función están estrechamente relacionadas.

    En la medida en que he reflexionado sobre mis propioscambios -desde la época en la que mi actividad física era muylimitada hasta aquellos otros períodos de intenso entrenamiento físico- he llegado a la conclusión de que tanto Sheldoncomo el resto de los teóricos de la tipología tienden a ignorarlos efectos de la experiencia y del entorno. Mientras estudiaba

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     Introducción

    disponía de poco tiempo para el deporte, con lo cual me deslizaba muy fácilmente hacia una existencia sedentaria, ya que la

     presión de los estudios me obligaba a pasar la mayor parte deltiempo sentado detrás de una mesa. No es de extrañar, pues,que en aquella época yo pareciera y me sintiera como un en-domorfo. Sin embargo, durante los años en que estuve practicando aikido en Japón, el entrenamiento en artes marciales seconvirtió en el aspecto más importante de mi vida. El nivel deentrenamiento de aikido en Japón era extraordinariamente

    duro, la mayor parte de mis amigos también estaban comprometidos con el aikido y el ejercicio físico intenso me rodeaba por doquier. Como resultado perdí casi diez kilos inmediatamente y comencé a parecerme y a sentirme como un meso-morfo.

    Después de pasar dos años en Japón dedicado al estudio ya la investigación en psicología y a la práctica diaria del aiki

    do regresé a Harvard. Entonces me sorprendió gratamente darme cuenta de que estaba contemplando el mundo a través delos ojos de un mesomorfo. Nunca antes lo había visto así peroahora paseaba por el campus de Harvard y me daba cuenta claramente de que casi todos los estudiantes estaban tan identificados con su mente que eran prácticamente inconscientes desu cuerpo y apenas prestaban atención al mundo que les rode

    aba. La mayor parte de los estudiantes y de los profesores sehallaban tan absortos en su intelecto que trataban a sus cuerposcomo meros apéndices cuya única utilidad era la de transportar sus cabezas. También me di cuenta de que me relacionabacon las personas de manera diferente y por vez primera medescubrí valorando a los mesomorfos y relacionándome estrechamente con ellos.

    Una vez ahí seguí con el aikido y también continué dedicándome a la actividad intelectual. Pero la práctica del aikidoen los Estados Unidos no es tan intensa y tan estricta a nivel físico como en Japón. Sólo unos pocos de quienes nos habíamosentrenado en artes marciales en Japón siguieron perseverandocon la misma intensidad. Estos son, en mi opinión, los verda-

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    deros mesomorfos, un tipo humano cuya constitución y carác-ter exige ese nivel de actividad física.

    Mientras estuve dando clases seguí manteniéndome plena-

    mente activo pero una vez fundé el Institute of TranspersonalPsychology, el trabajo administrativo absorbió tanto mi tiempoy energía que mi entrenamiento físico se resintió. Entonces medi cuenta de que estaba cayendo nuevamente en las antiguas yconfortables pautas endomórficas. Si mi constitución no hu-

     biera tenido un fuerte componente endomórfico básico quizáshubiera seguido luchando con esa tendencia durante toda mivida. Muchos miembros de mi familia son gruesos endomorfosque han seguido todo tipo de dietas y de regímenes alimenti-cios y en aquel tiempo yo pude, al menos, perder casi diez ki-los. Es posible que, bajo ciertas circunstancias, seamos capaces de trascender nuestra tipología constitucional pero, una vezque ese entorno de apoyo desaparece, recuperamos nuevamen-

    te nuestras viejas pautas.Cada sistema tiene sus propias ventajas y sus propios in-convenientes. Al igual que ocurre con unas buenas gafas, undeterminado sistema tipológico puede ayudarnos a enfocarmás claramente determinados aspectos, pero todo aquello que

     permanece fuera del foco de atención de ese sistema resulta di-fuso, cuando no invisible. Como ocurre con cualquier otra he-

    rramienta, un sistema tipológico puede resultar excelente paradeterminadas tareas y completamente inadecuado para otras.Hoy en día, después de haber estudiado muchos sistemas ti-

     pológicos, creo que para comprender las ventajas y las limita-ciones de cada uno de ellos debemos tener en cuenta los tiposde personalidad propios de los fundadores de cada uno de lossistemas. En este sentido, por ejemplo, es muy probable que

    un teórico cuya orientación fundamental sea básicamente inte-lectual desarrolle una tipología mental. Sheldon, por ejemplo,que tenía una fuerte orientación corporal, desarrolló una tipología física. Cuando conocí el sistema tipológico junguiano mesentí muy impactado por la dimensión intuición/sensación. Uncuestionario tipológico que me pasaron al respecto decía que t

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    estaba armonizado en la dimensión introversión/extraversión yen la de pensamiento/sentimiento pero puntuaba muy alto en laescala de la intuición y casi nada en la de la sensación.

    Esto tenía mucho sentido para mí ya que me proporcionabauna explicación al hecho de que en la escuela me gustaran tanto las teorías abstractas (como la geometría, por ejemplo), ytan poco el álgebra, que exigía prestar atención a los pequeñosdetalles como el cálculo aritmético, por ejemplo. También meexplicaba el motivo por el cual nunca conseguía equilibrar mitalonario de cheques a menos que hiciera un esfuerzo especial.

     No se trataba de que no pudiera prestar atención a los pequeños detalles sino que la mayor parte del tiempo simplementeno lo hacía.

    Jung denominó «función inferior» a la función menos desarrollada. Desde esta perspectiva negativa, la función inferior esla parte más primitiva e inconsciente de nuestro psiquismo. Ennuestro trabajo de crecimiento interno es importante recordarque todos tenemos una parte primitiva, que todos tenemos los

     pies de barro y que hasta la persona más inteligente, por ejem plo, puede tener los sentimientos muy poco desarrollados y elmás sensible de los artistas puede tener grandes dificultades

     para pensar lógicamente. Si llegamos a identificar nuestra función inferior sabremos qué es lo que debemos desarrollar yqué es lo que debemos fortalecer.

    Cuando nos comprometemos a llevar a cabo actividadesque implican a nuestra función inferior tendemos a sobrevalo-ramos y a caer en la inflación. Un pequeño vistazo al mundointerno, por ejemplo -algo muy familiar y cómodo para un introvertido- puede llegar a desequilibrar por completo a un ex-travertido (así, los extravertidos que comienzan a meditar sue

    len sobrevalorar excesivamente la importancia y profundidadde sus recién descubiertas experiencias místicas).En los sueños, la función inferior suele estar representada

     por la imagen oscura de una figura salvaje, bárbara o exótica.En un tipo inclinado hacia el pensamiento, por ejemplo, puedeaparecer como una persona primitiva con sentimientos relati

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    vamente poco desarrollados (que no superan en mucho al nivelde un animal y la intuición puede también funcionar en un nivel igualmente primitivo). Un introvertido intuitivo, por su

     parte, puede disfrutar de su función inferior, la sensación, conla misma intensidad que lo hace un gato desperezándose al sol.

    Jung dijo que el trabajo con nuestra función inferior constituye una de las principales tareas del proceso de individuación,de nuestro crecimiento personal. Si ignoramos nuestra funcióninferior terminaremos frustrados y aburridos de todo; si simplemente la eludimos, funcionaremos en un nivel primitivo o ineficaz. Para desarrollar nuestra función inferior Jung recomendócomprometerse en algún tipo de actividad artística, como la escritura o la pintura por ejemplo. Como intuitivo muy desarrollado, él mismo eligió la escultura, una forma sumamente eficaz de desarrollar su función inferior, la sensación.

    LA TIPOLOGÍA Y LA BÚSQUEDA DEL  A UTOCONOCIMIENTO

    A lo largo de los tiempos el ser humano se ha formuladorepetidas veces la pregunta «¿quién soy yo?» y las tradicionesespirituales de muchas culturas han tratado de responder a ella

    recurriendo a esos mapas del psiquismo que se conocen con elnombre de tipologías. Esos antiguos sistemas tipológicos revelan pautas universales entre los seres humanos y también evidencian las singularidades que nos diferencian.

    Muchas de las grandes mentes de la historia han quedadofascinadas con el motivo y la naturaleza de nuestras diferencias. En el siglo m antes de JC, un discípulo de Aristóteles lla

    mado Teofrasto dijo: «¿Por qué, estando toda Grecia bajo elmismo sol y siendo todos los griegos personas instruidas, tenemos personalidades tan diferentes?»

    Teofrasto definió treinta tipos de personalidad, cada uno delos cuales se organizaba en tomo a un rasgo dominante y central, como la avaricia, por ejemplo. Según Teofrasto, ese rasgo

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    central se manifiesta en todos los aspectos de la vida de una persona. Hoy en día ponemos seriamente en duda la exactitudde cualquier definición de un individuo sobre la base de un

    rasgo tal como la avaricia. Pero quizás el rasgo central predominante sea un síntoma importante de una pauta compleja de

     personalidad más profunda y más compleja.En cierto modo, hoy en día seguimos utilizando el enfoque

    de los rasgos en los distintos sistemas tipológicos. En el casodel eneagrama, cada uno de los nueve tipos eneagramáticos secaracteriza por un rasgo sobresaliente concreto. El «cinco»,

     por ejemplo, ha sido llamado también mezquino, por su tendencia a ahorrar tiempo, energía, información y también dinero. Aunque ello supone una simplificación y un estereotipo, lamanera más sencilla de comprender y utilizar un sistema tipológico consiste en asignar una etiqueta clara y rotunda a cadatipo de personalidad.

    Los cuatro humores hipocráticos

    En el siglo v antes de JC, antes incluso de Teofrasto, Hipócrates, el padre de la medicina moderna, formuló una aproximación científica a la personalidad basada en la teoría griegade los cuatro elementos. La mayor parte de los filósofos grie

    gos creían que todo en la naturaleza está compuesto de cuatroelementos fundamentales: aire, tierra, fuego y agua. En elcuerpo humano, cada elemento está asociado a un humor, ofluido corporal, distinto: sangre, flema, bilis negra y bilis amarilla. Según Hipócrates, la salud, la enfermedad y el tipo de

     personalidad de cada persona dependen del equilibrio relativoentre los distintos humores.

    Hipócrates describió cuatro temperamentos determinados por predominio de cada uno de los cuatro humores. El aire estáligado a la sangre y al temperamento sanguíneo u optimista.La tierra está ligada a la bilis negra (o «atra bilis»), y a la personalidad melancólica o deprimida. El fuego está asociado a la

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     bilis amarilla («cólera» o adrenalina) y al temperamento colérico o volátil fácilmente irritable. El agua, por último, está asociada a la flema blanca (linfa), a los fluidos mucosos y al tem

     peramento flemático, tranquilo o indolente.Durante los últimos dos mil años los médicos, los filósofos,

    los educadores y los psicólogos han utilizado el modelo cuaternario de Hipócrates. Rudolph Steiner, el filósofo y educadoraustríaco fundador de la escuela Waldorf, desarrolló una aplicación moderna y sofisticada de este modelo. Steiner enseñó alos maestros a reconocer estos cuatro temperamentos en susalumnos y proporcionó una guía detallada con respecto a lasdiferentes necesidades educativas y emocionales de cada tipode niño. En el capítulo 15, Roy Wilkinson, un profesor deWaldorf que ha utilizado este sistema en el ámbito escolar durante cerca de treinta años, nos presenta la aproximación stei-neriana a los cuatro temperamentos.

    Los temperamentos ayurvédicos

    La creencia de que todas las cosas de la naturaleza estáncompuestas de ciertos elementos fundamentales es común amuchas civilizaciones. Antes del desarrollo de la química y de

    la física modernas, los primeros científicos y filósofos trataronde ordenar el universo en función de una serie de principiosuniversales fundamentales. Además de los cuatro elementosgriegos, los filósofos hindúes postularon la existencia de unquinto elemento, un elemento todavía más insubstancial y sutil que el aire.

    Los médicos ayurvédicos hindúes desarrollaron tres tipos

    constitucionales corpomentales basados en las distintas combinaciones entre estos elementos. Así, vata  está compuesto deaire y éter, pitia de fuego y agua y kapha de tierra y agua. Eltipo vata es activo, entusiasta y rápido; el tipo pitia es intenso,emprendedor y articulado; y el tipo kapha  es fuerte, seguro ytolerante.

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    El término ayurveda procede de dos raíces, ayus  (vida) yveda  (conocimiento o «ciencia»). Así pues, el ayurveda,  quesignifica algo así como la «ciencia de la vida», tiene cerca de

    cinco mil años de antigüedad. Para cada tipo existe una dieta,un estilo de vida y también remedios naturales especiales destinados a armonizar y equilibrar el sistema. En el capítulo 23el renombrado médico y escritor Deepak Chopra describe la ti

     pología ayurvédica de la personalidad.

    La tipología china de los cinco elementos

    Los filósofos y los médicos chinos trabajaron sobre una teoría diferente compuesta de cinco elementos: tierra, agua, fuego, madera y metal. Desde este punto de vista, cada persona esun microcosmos caracterizado por estos cinco elementos. Eltipo metal es controlado, frío y tranquilo; el tipo fuego es res

     plandeciente e intenso; el tipo madera es asertivo, expansivo ydeterminado; el tipo tierra es paciente, nutriente y relacionante; el tipo agua, por último, concibe, concentra y conserva. Enel capítulo 24, Beinfield y Komgold, dos de los principales

     practicantes norteamericanos de la medicina china, articulanlos cinco elementos de la tipología china en cinco arquetiposde la personalidad: pionero, hechicero, pacifista, alquimista y

    filósofo.

    Las tipologías del autoconocimiento

    Todos los sistemas tipológicos recogidos en este libro hansurgido del deseo de cartografiar la naturaleza humana, de pe

    netrar en los oscuros recovecos del psiquismo. Algunas tipologías proceden de la tradición psicoterapéutica iniciada porFreud y sus sucesores. Las tipologías mentales, relaciónales ycorporales han surgido de la moderna investigación psicológica y sociológica. Otros sistemas son verdaderas psicologías

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     populares aparecidas siglos antes del nacimiento de la moder-na psicología y constituyen enfoques sobre la naturaleza hu-mana que han demostrado su utilidad a lo largo de los siglos.Estas psicologías populares se han desarrollado en multitud deculturas, entre las cuales cabe destacar la griega, la hindú, la

    china y la nativa americana.Cada uno de los distintos sistemas tipológicos de la perso-nalidad que presentamos en este libro nos ofrece una contribu-ción singular al autoconocimiento. Cada uno de ellos se ocupade ciertas relaciones no siempre evidentes entre el cuerpo, lamente y las emociones. Hay quienes, por ejemplo, subrayan laimportancia de las relaciones afectivas mientras que otros ha-cen un especial hincapié en las conclusiones intelectuales. Lamayor parte de nosotros consideramos inconscientemente quelos demás funcionan del mismo modo en que lo hacemos no-sotros y a menudo nos resulta sorprendente que respondan demanera diferente. La tipología, pues, nos enseña que hay im- portantes diferencias sistemáticas entre los individuos.

    Todos queremos comprendemos a nosotros mismos y a losdemás con más claridad. Es por ello por lo que solemos que-damos fascinados ante la promesa de las diversas tradicionestipológicas. Cada sistema nos proporciona una imagen distintaque arroja luz sobre los diferentes tipos de funcionamiento delser humano y nos capacita para percibir a los demás desde una

     perspectiva más adecuada que la que nos proporciona nuestro propio punto de vista.William Sheldon señala que el gran detective de ficción

    Sherlock Holmes es, en muchos sentidos, el paradigma del ectomorfo perfectamente intelectual. Conan Doyle nos presentaa un Holmes delgado e intenso que no se sentía afectado porlas emociones y las pasiones que afligen a la mayor parte de la

    humanidad. El personaje de Holmes parece ser puro intelecto,alguien fríamente racional y lógico, capaz de concentrarse, derealizar un intenso esfuerzo intelectual y de llevar a cabo ex-traordinarios análisis deductivos.

     No obstante, uno de los defectos del retrato que nos ofrece

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    sir Arthur Conan Doyle sobre Holmes tiene que ver con suabuso del tabaco y del opio. Según Doyle, Holmes era capazde fumarse un paquete de fuerte tabaco de pipa en una sola noche. Pero, según Sheldon, fue el mismo carácter endomorfo deConan Doyle, que fumaba de continuo, el que le llevó a concebir a Holmes como un fumador empedernido. Sin embargo,en la vida real esos excesos hubieran tenido efectos devastadores sobre el organismo de un ectomorfo enjuto y sensible. Esteejemplo constituye un excelente recordatorio de que si queremos trabajar adecuadamente con los tipos humanos debemosconocer nuestro propio tipo y sus debilidades.

    Un buen sistema tipológico nos ayuda a descubrir nuestrasfortalezas y nuestras debilidades. Si carecemos de la adecuadacomprensión personal es muy probable que sólo advirtamosnuestra propia fortaleza en los demás y que los juzguemosmuy severamente si reflejan nuestras debilidades. El tipo jun-guiano sensación, por ejemplo, tiende a valorar exclusivamente a quienes demuestren dominar los hechos y los detalles. Losdelgados intuitivos valoran a quienes pueden sintetizar com

     plejas informaciones en una nueva totalidad y tienden simultáneamente a desdeñar a aquellos otros a quienes «los árbolesles impiden ver el bosque». Los tipos sentimiento responden aquienes tienen una fuerte sensación de los valores humanos yde los ideales elevados. Los tipos pensamiento, por su parte,valoran a las personas claras, lógicas e inteligentes y tienden adevaluar a quienes son bondadosos pero no muy brillantes.

    Un sistema tipológico útil también nos ayuda a clarificarnuestra percepción de los demás centrando nuestra atención enlas pautas y los rasgos distintivos propios de ciertos tipos de

     persona. Si soy consciente de la constitución muscular meso-mórfica de un amigo, por ejemplo, podré comprender y antici

     par sus preferencias por la acción antes que la planificación yla reflexión. Yo puedo creer que la acción sin planificación esuna pérdida de tiempo pero comprenderé la predisposición demi amigo mesomorfo a «mover las cosas» más que sentarse a

     pensar en ellas.

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     Introducción

    SINGULARIDAD CONTRA UNIVERSALIDAD

    Mientras estaba escribiendo este libro iba tomando con

    ciencia de diversos puntos ligados a los diferentes tipos de personalidad y a las diferencias existentes entre cada uno de ellos.Me he dado cuenta, por ejemplo, de que la mayor parte dequienes escriben sobre la naturaleza humana tienden a centrarsu atención en las similitudes que nos acercan o en las diferencias que nos separan. Pero lo cierto es que ninguno de estosdos enfoques extremos resulta especialmente útil.

    Creer que todos somos iguales nos lleva a ignorar las evidentes diferencias de edad, sexo o temperamento. Creer quetodos somos únicos supone, por el contrario, darse por vencido en el intento de llegar a articular una teoría general sobre laconducta humana.

    La mayor parte de las teorías psicológicas tienden a ignorar

    las diferencias existentes entre los tipos y a centrarse en los principios universales que rigen el comportamiento humano. No obstante, si realmente existen diferencias fundamentalesentre los seres humanos, la búsqueda de elementos universalesestá condenada a conducimos a generalidades relativamentetriviales o a distorsionar seriamente amplios segmentos de la

     población. La mayor parte de los sistemas tipológicos, por

    ejemplo, han sido elaborados por hombres y tienden, en consecuencia, a describir la conducta masculina y a ignorar las diferencias fundamentales existentes entre la psicología masculina y la psicología femenina. Además, las modernas teoríassobre la personalidad han sido desarrolladas por profesionalesinstruidos, blancos y de clase media, lo cual suele conducir adejar de lado los estilos de comportamiento y de conducta co

    munes a otros grupos culturales, étnicos y socioeconómicos. No obstante, los paladines de casi todos los diferentes sistemasde personalidad sostienen haber desarrollado una psicología deaplicación universal.

    Desde cierto punto de vista todos somos iguales y desde

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     Introducción

    otro, en cambio, todos somos únicos. Todos compartimos lamisma estructura fisiológica fundamental, todos disponemosdel mismo tipo de equipamiento sensorial y todos atravesamos

    los mismos hitos existenciales del nacimiento y de la muerte.Cada uno de nosotros, sin embargo, tiene una historia personal, una constelación familiar y una experiencia vital diferente. Por más útil, pues, que pueda resultar para la comprensióny el trabajo con la gente, todo sistema tipológico fracasarácuando intente dar cuenta de un determinado individuo, ya quecada individuo constituye una combinación única de inconta

     bles y muy variables factores.Entre estos dos enfoques extremos, sin embargo, todos no

    sotros podemos ser clasificados dentro de diferentes grupos otipos humanos. Algunos de esos grupos son evidentes, como laedad, el sexo y la nacionalidad. Los niños comparten tambiénciertas características importantes y lo mismo ocurre con loshombres, las mujeres, los norteamericanos, los japoneses, losintrovertidos, los virgo y los mesomorfos. La psicología delfuturo puede incluir distintas tipologías de personalidad, utilizando cada una de ellas para objetivos diferentes. Podríamos,

     por ejemplo, utilizar un sistema tipológico del estilo de aprendizaje para decidir cómo enseñar matemáticas a un niño, unatipología basada en el temperamento para descubrir cómo mo

    tivar o disciplinar a ese mismo niño y un sistema tipológico re-lacional para ayudarle a establecer relaciones con sus amigos.

    TIPOLOGÍAS Y RELACIONES 

    Además de comprendemos a nosotros mismos, todos noso

    tros queremos conocer a los demás y establecer buenas relaciones con ellos. Una aproximación tipológica adecuada puedeayudamos a desarrollar nuestra tolerancia y nuestro respeto

     por las diferencias individuales. De ese modo podemos llegara apreciar mejor las aptitudes de los demás. Trabajar con cualquiera de los sistemas que presentamos en este libro puede

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    ayudamos a reconocer la existencia de diferencias fundamentales en la forma de experimentar la vida y, por consiguiente,en los diferentes caminos que podemos emprender. No podemos seguir creyendo ingenuamente que la mente de los demás

    funciona igual que la nuestra, que procesen los datos que reciben de la misma forma en que lo hacemos nosotros, que razonen igual que nosotros y que valoren lo que nosotros valoramos.

    Comprender el tipo humano de otra persona es comprendersus puntos fuertes y puntos débiles, lo cual nos ayudará indiscutiblemente a trabajar de manera más eficaz con ellos. En elámbito laboral, por ejemplo, un buen ajuste entre la tarea a realizar y la constitución física de quien debe realizar ese traba

     jo puede aumentar la productividad y la satisfacción, mientrasque un mal ajuste entre esos dos elementos puede, por el contrario, provocar estrés, fatiga y un bajo rendimiento. A veces,esperamos demasiado de personas que no comparten nuestrasaptitudes o nuestros intereses en una determinada área. Las

     preferencias determinadas por nuestro tipo pueden, en ocasio

    nes, carecer de toda importancia mientras que en otras, encambio, pueden resultar cruciales, a menudo cuando menos loesperábamos.

    El tipo sensación, por ejemplo, muestra una predisposiciónespecial para la contabilidad y para actividades similares querequieran prestar atención a los pequeños detalles, una tareaque sin duda puede resultar espantosa para un intuitivo. Una

    investigadora médica intuitiva, por ejemplo, que tenía que pasar muchas horas al día ocupándose de examinar cuidadosamente especímenes bajo un microscopio, terminó fatigada eirritada crónicamente sin que existiera causa física alguna. Latensión necesaria para mantener constantemente activa su función inferior había terminado extenuándola.

    En cierto modo, los tipos de personalidad son como los

    modelos de automóviles. Muchas de las diferencias existentesentre los coches, como el color o la forma, por ejemplo, sonrelativamente superficiales (de hecho, no es infrecuente que

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    detrás de colores y formas completamente diferentes se esconda el mismo motor).

    Hay coches que gastan muy poco y hay otros que desarro

    llan una gran velocidad punta, aunque estas diferencias no tengan mucha importancia para la conducción cotidiana que nosacerca a nuestro puesto de trabajo o nos lleva al supermercado.Hay otras ocasiones, sin embargo, en que estas diferencias síque tienen importancia. Un vehículo con tracción en las cuatroruedas se desplazará mucho más fácilmente sobre una carretera de montaña que podría dañar a un coche de carreras perfectamente puesto a punto. Un coche con un motor potente y unafuerte suspensión puede arrastrar a un pesado remolque, un esfuerzo que podría quemar el motor de un vehículo concebidofundamentalmente para economizar combustible. Cuandocompramos un coche debemos comparar sus prestaciones conel uso que pretendamos darle. Del mismo modo, las teorías ti

     pológicas pueden ayudamos a conocer las aptitudes y las limitaciones de los demás, para qué tipo de tareas han sido «construidas» y los posibles daños que podrían acompañar a un usoindebido.

    Es más sencillo comprender a aquellas personas cuyo tipohumano sea el mismo que el nuestro. También es más proba ble que nos sintamos más comprendidos por ellos porque tien

    den a ver las cosas del mismo modo que nosotros y suelenarribar a conclusiones similares. Los mesomorfos tienden a valorar la actividad; el tipo pensamiento, por su parte, estará másde acuerdo en la importancia de la lógica y de la organizaciónracional; los tipos sensación coincidirán en la importancia de

     prestar atención a los detalles y los tipos «siete» del eneagrama, por último, es muy probable que estén de acuerdo con los

     peligros y el atractivo del poder y de la autoridad.También podemos sentimos fascinados por quienes funcio

    nan de manera diferente confirmando así el viejo dicho de quelos opuestos se atraen. Pero las personas que pertenecen a ti

     pos humanos muy diferentes al nuestro suelen ser difíciles decomprender y de predecir. En la mayor parte de los casos es

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     Introducción

    muy probable que asuman una postura diametralmente opuesta a la nuestra y estas dificultades de comprensión pueden terminar generando una gran tensión. Desafortunadamente, sinembargo, la atracción sin comprensión dificulta a largo plazolas relaciones, como lo demuestra la elevada tasa de divorciosde nuestro país.

    El peor tipo de relación tiene lugar cuando el otro estilo ti pológico es considerado inferior. Alguien, por ejemplo, quefunciona desde el sentimiento y la intuición puede ser considerado como un incompetente por un tipo pensante en lugar deser estimado como alguien que puede aportar nuevas habilidades y una visión alternativa para la toma de decisiones. El marido de una pareja que solicitó asistencia terapéutica, por ejem

     plo , se quejaba de que su esposa era desordenada ydesorganizada y, lo que es peor, ilógica. La mujer, por su parte, aseguraba que su esposo era rígido y supercrítico. Cada unode ellos acusaba al otro de actuar de mala fe porque cada uno

     juzgaba la conducta del otro de acuerdo a los valores de su propio tipo humano. Después de diez horas de terapia con unanalista junguiano tomaron conciencia de las características

     propias del tipo humano del otro y aprendieron a reconocer ya afirmar también sus puntos fuertes. A partir de aquel momento su relación comenzó a mejorar.

    Otra ventaja derivada es que el conocimiento de los tipos puede mejorar nuestra comprensión de las relaciones que sostenemos con la sociedad en la que vivimos. Nuestra sociedadvalora más ciertos tipos que otros. El pensamiento, por ejem

     plo, es más valorado que el sentimiento; estamos en una sociedad extravertida que no suele tener en cuenta las necesidadesde soledad y silencio de los introvertidos y así llegamos incluso a tener que oír hilo musical en los ascensores; la mayor parte de las iglesias y de las escuelas son prisiones para los me-somorfos (que necesitan de un aprendizaje activo y suelentener grandes dificultades para permanecer sentados largotiempo). A lo largo de los siglos, el cristianismo ha tendido afavorecer al ectomorfo ascético e intelectual y ha desdeñado,

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    Á 

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     Introducción

    en cambio, a los endomorfos sensoriales y a los mesomorfosactivos.

    Si la sociedad en la que vivimos no valora nuestra forma de

    funcionar en el mundo, la confianza en nuestras propias aptitudes puede verse disminuida. De hecho, estas aptitudes pueden no llegar a desarrollarse plenamente a consecuencia denuestras propias dudas y también a causa de que la sociedad

     puede proporcionar pocas oportunidades para ejercer nuestros particulares talentos.

    Esto también pudo haber sucedido a pequeña escala en elseno de nuestra familia cuando éramos pequeños. Si nuestros

     padres hubieran valorado y comprendido nuestro tipo, proba blemente sentiríamos que nuestras aptitudes y nuestros intereses realmente merecían la pena. Si, por otra parte, sentimosque nuestros padres no valoraron nuestro carácter y nuestras

     preferencias y querían que fuéramos «más físicos» o «más in

    telectuales», por ejemplo, nuestra propia autoconfianza pudoverse seriamente dañada. Tratar de cambiar el tipo de personalidad de un niño puede ser como tratar de que un zurdo seadiestro, una presión que puede inhibir seriamente el desarrollode cualquier aptitud natural.

    La hija de cierta familia me dijo que sus padres se habíanenojado muchísimo cuando ella había tenido dificultades con

    la aritmética y materias similares en la escuela. Los padres ysu hermano menor eran del tipo sensación y ella era una intuitiva cuya función inferior era la sensación. El padre era ingeniero y el hermano menor terminó siendo contable. Ella nunca

     pudo satisfacer sus pautas de orden y atención a los detalles yfinalmente tuvo que solicitar ayuda terapéutica.

    Otro ejemplo nos lo proporciona una muchacha introverti

    da que era del tipo sentimiento que creció en el seno de una familia de extravertidos. Su familia la ridiculizaba constantemente por su afición a la lectura y le insistían continuamenteen que participara más activamente en los asuntos de la escuela. Cuando fue adulta trató de dedicarse a los negocios y a lasventas pero no tuvo mucho éxito. Fantaseaba con licenciarse

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    en literatura inglesa o en llegar a ser una profesional del servicio a los demás pero no hacía nada al respecto. A causa de sucarácter básico, sus decisiones habían sido invalidadas hacía

    mucho tiempo y desconocía literalmente lo que era bueno paraella.En ambos ejemplos, la comprensión de la tipología las ayu

    dó a reconocer sus propios puntos fuertes y a aceptar las predisposiciones de su propio carácter, lo cual las capacitó para irmás allá del doloroso callejón sin salida psicológico creado ensu infancia al no haber sido reconocido ni apreciado su tipo

     psicológico.

     Introducción

    CATEGORIZAR: UN HABITO HUMANO FUNDAMENTAL

    En multitud de culturas y de épocas, desde la filosofía grie

    ga a la medicina china, pasando por el sistema hindú de lascastas y la moderna psicología occidental, podemos encontrarnos con descripciones de los tipos humanos. Suele creerse quela personalidad varía con la cultura y con la clase social. Hoyen día, sin embargo, tendemos a pensar que hablar de diferencias individuales es «antidemocrático». Pero parecemos haberolvidado que la Constitución no dice que todos seamos iguales

    sino que todos somos iguales ante la ley.  A fin de cuentas,igualdad no es lo mismo que uniformidad. Pero nuestra búsqueda de la igualdad de derechos y de oportunidades puedellevamos a ignorar nuestra singularidad individual. Como consecuencia de esto, la clasificación tipológica goza de mala re

     putación en ciertos círculos y -aunque sea de modo inconsciente- puede ser juzgada como algo políticamente incorrecto.

    Solemos clasificar a las personas en función de una serie deestereotipos, como la edad, el sexo, la inteligencia (inteligente, promedio o estúpido), la raza y la nacionalidad. El término«estereotipo» significa originalmente una plancha de impresión de una pieza que ha sido sacada con un molde. Hoy en

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     Introducción

    día, sin embargo, un «estereotipo» es una idea fija e inmutable,una pauta mental carente de individualidad. Los estereotiposconstituyen uno de los grandes peligros de la tipificación, y

    tienen lugar cuando ignoramos la individualidad y tratamos atodas las personas de una determinada categoría como si hu

     bieran sido estampadas con el mismo molde.Solemos juzgar a los demás en función de estereotipos de

    aspecto (bien parecido, normal o feo) y en función del estado psicológico (normal, neurótico o loco). Una de las principalescategorizaciones que solemos hacer sobre los demás es la de

    distinguir entre aquellos que nos gustan y aquellos que nos desagradan («buen chico» frente a «mal chico» o «amigo enquien se puede confiar» frente a «enemigo desleal»).

    Es difícil no  categorizar ya que nuestras mentes tienden aorganizar la diversidad de la experiencia en unas pocas categorías. Así, a menos que estemos profundamente interesadosen un determinado tema, la mayor parte de nosotros agrupa

    mos diferentes experiencias bajo una sola etiqueta. Gran partede los norteamericanos, por ejemplo, piensan en la nieve conuna sola categoría pero los esquiadores pueden diferenciarlaen nieve primaveral, nieve en polvo y muchas otras variedadesmientras que los esquimales, que están mucho más interesadosen la nieve que los esquiadores, tienen literalmente decenas de

     palabras para referirse a los diferentes tipos de nieve.

    La categorización es una tendencia humana fundamentalaunque, sin embargo, no está exenta de problemas, ya que,cuando creamos una categoría y le adscribimos ciertos rasgos,corremos el riesgo de caer en el estereotipo (que todos los cul-turistas son tontos y que todos los latinos son machos, porejemplo). Pero estos estereotipos, sin embargo, terminan distorsionando nuestra percepción y nuestra comprensión de los

    demás.Moshe Feldenkrais, el brillante observador de la conductahumana y fundador del método que lleva su nombre, insistíaen que toda  generalización es una distorsión. Feldenkrais eraun experto en el movimiento humano que trabajó con un am-

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     Introducción

     plio rango de personas, desde dotados atletas profesionales ymúsicos que querían mejorar sus habilidades hasta paralíticosque se desplazaban en silla de ruedas a consecuencia de alguna enfermedad o accidente grave.

    Feldenkrais odiaba las etiquetas y las generalizaciones e intentaba considerar a cada individuo como un caso único, sin prejuicios ni etiquetas previas. El mismo Feldenkrais dijo quecuando estaba trabajando con alguien trataba incluso de no

     pensar en frases completas porque, a su juicio, la misma estructura del lenguaje interfería con el logro de una comprensión íntima de las cualidades y el funcionamiento singular pro

     pio de aquella persona concreta.En cierta ocasión, Feldenkrais puso el ilustrativo ejemplode dos pacientes que habían sido citados para someterse a unaintervención quirúrgica el mismo día a la misma hora perocuyo historial médico fue intercambiado por error. Así, a quientenía problemas con el hígado se le extirpó la vesícula biliar yse operó del hígado al que tenía problemas con la vesícula.

    Según Feldenkrais, éste es un claro ejemplo del peligro defuncionar en base a etiquetas y categorías y de no darnos cuenta  de lo que realmente tenemos delante de nuestros ojos.Si los cirujanos se hubieran ocupado simplemente de mirar hu

     bieran advertido que los órganos que iban a extirpar se halla ban en buen estado de salud pero, en lugar de eso, confiaronmás en las etiquetas que en los cuerpos reales que tenían frente a sí.

    En otra ocasión, un joven le preguntó si su sistema podríaayudar a las embarazadas en el parto y él puso diversos ejem

     plos dramáticos de partos fáciles y rápidos de varias mujerescon las que había trabajado. Entonces, el joven le preguntócuáles eran las técnicas que resultaban más eficaces para las«embarazadas» y Feldenkrais respondió: «¡No sea estúpido!¡No existe tal cosa como una mujer embarazada!» Luego se

    hizo un largo silencio que reflejaba perfectamente el estuporgeneral ante la exclamación de Feldenkrais. Nadie sabía quédecir.

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     Introducción

    Al cabo de un rato Feldenkrais prosiguió: «Una chica decatorce años que tenga su primer bebé no tiene nada que vercon una mujer de treinta y cinco que esté a punto de dar a luz

    a su cuarto hijo y lo que yo haría con cada una de ellas es, porsupuesto, completamente diferente». Entonces comprendimosuna vez más cuán fácil podemos quedamos atrapados en losniveles y las categorías. Al disponer del término «mujer embarazada» tendemos a igualar a todos los miembros de esa categoría y a ignorar sus diferencias.

    Los sistemas tipológicos que presentamos en este libro nos proporcionan interesantes aclaraciones sobre la naturaleza humana, lo cual puede contribuir a aumentar nuestra comprensiónsobre nosotros mismos y sobre quienes nos rodean. No obstante, si nos olvidamos de que el mapa no es el territorio y prestamos más atención al sistema que a la persona que tratamos dedescribir, nuestra comprensión puede terminar oscureciéndose.

    TIPOS DE TIPOLOGÍAS 

    Las tipologías más sencillas se basan en dicotomías comunes: masculino y femenino, luz y oscuridad, bien y mal. Lamás antigua y compleja de todas ellas es la astrología, con

    doce tipos mayores, cada uno de los cuales puede ser modulado por una gran diversidad de factores. La mayor parte de lossistemas de personalidad, sin embargo, se limitan a cuatro ocinco tipos fundamentales. ¿Quizás ése sea el mayor grado decomplejidad que los seres humanos podemos recordar para ca-tegorizar a los demás? ¿Quién podría utilizar un sistema queexigiera recurrir a veinte o treinta tipos diferentes? Lo cierto es

    que muy pocos podríamos recordar esas distintas y complejascategorías y aplicarlas eficazmente a la comprensión y el tra bajo con los demás. Para la mayor parte de nosotros basta conun sistema de tres o cuatro categorías básicas para ver y res

     ponder a los demás con cierto discernimiento sin que la com plejidad del sistema nos aturda.

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     Introducción 

    Tipologías binarias

    Hay tipologías de la personalidad relativamente simples

    que utilizan dos categorías. La más frecuente de todas las clasificaciones binarias es la que diferencia entre tipos «masculinos» y tipos «femeninos», una diferencia, referida a las definiciones tradicionales de roles de género en las diferentesculturas, que hoy en día consideramos como un simple estereotipo que termina menospreciando a la mujer.

    Los chinos distinguen entre el yin y el yang, que son consi

    derados como los principios femenino y masculino y suelentraducirse como «receptivo» y «expresivo». El yin y el yangsignifican literalmente las laderas umbría y soleada de lasmontañas y, en ese sentido, no pueden ser considerados comoalgo estrictamente separado porque, en la medida en que el solatraviesa el cielo, la ladera soleada por la mañana queda ensombrecida al atardecer. De este modo, los aspectos luminosos

    y sombríos se entremezclan y se alternan, yang se convierte enyin y yin deviene yang.Según la filosofía china, el yang y el yin son también la pri

    mera diferenciación del universo. Al principio sólo existía elTao, una totalidad indiferenciada que constituye la unidad detodas las cosas. De esa totalidad brotaron el yin y el yang queterminaron dando lugar al surgimiento de toda la infinita va

    riedad del mundo.La distinción hindú entre purusha  (el espíritu) y  prakriti (naturaleza), también está relacionada con la distinción entremasculino y femenino. Purusha es el principio masculino, laconciencia pura o el espíritu trascendental. Prakriti, por su parte, es el principio femenino, la procreación, lo que da nacimiento a todas las formas manifiestas en la naturaleza. Este esel fundamento primordial que da lugar al surgimiento de todoel universo. Es interesante advertir que, en la filosofía hindú,el principio masculino es esencialmente pasivo y observadormientras que el principio femenino, por su parte, es activo ycreador.

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     Introducción

    Los seres humanos solemos pensar en términos de pares deopuestos enfrentados. Es por ello que las clasificaciones bipolares han sido tan populares a lo largo de la historia. Algunos

    de estos pares son los siguientes:

    introvertido-extravertido

    En los últimos años, la distinción entre cerebro derecho ycerebro izquierdo se ha convertido en algo muy popular. Hayquienes han intentado clasificar todas las conductas humanas

    según estas dos categorías. En el capítulo 9, Springer yDeutsch nos presentan los últimos descubrimientos realizadosen tomo al tema del distinto funcionamiento interhemisférico.

    En mi opinión, la distinción existente entre pensamiento ysentimiento resulta particularmente útil. El pensamiento y elsentimiento constituyen, junto a la sensación y la intuición,dos de los conceptos fundamentales de la tipología cuaternaria

    de Jung. Mucho antes de Jung, sin embargo, los filósofos y losobservadores de la naturaleza humana habían distinguido yaentre el tipo pensamiento y el tipo sentimiento. Muy ligados aesta diferencia se encuentran los pares objetivo-subjetivo,compasivo-inflexible y cabeza-corazón.

    Hace ya varios años, una de mis alumnas asistió a una con-

    optimista-pesimistaactivo-pasivoordenado-desordenado

     preciso-difuso

    orgulloso-humildecelestial-terrestresagrado-profanoverbal-visuallógico-intuitivo

     pragmático-idealistaobjetivo-subjetivo

    tipo A-tipo B

    día-nochesol-lunacaliente- fríoseco-húmedo

    feliz-tristecabeza-corazóncompasivo-inflexiblenacido una vez-nacido dos vecesdirigido desde dentro-dirigidodesde fueracerebro derecho-cerebro izquierdo

     pensamiento-sentimiento

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     Introducción

    ferencia dada por un renombrado filósofo de la religión. Al díasiguiente de la charla estaba muy preocupada porque le habíadesagradado mucho la clasificación de estados místicos quehabía presentado el conferenciante ya que el filósofo habíaubicado a la gnosis, o conocimiento místico, en el escalón su

     perior del desarrollo místico y al amor en segundo lugar. Al finalizar la conferencia había tratado de hablar de este tema conél pero se sintió abrumada por el aluvión de razones con lascuales el conferenciante justificó haber colocado al conocimiento en primer lugar. Después de escucharla exclamé sin

     pensarlo: ¿pero qué es lo que esperabas de un profesional de lafilosofía? Obviamente, para él el conocimiento es un estadosuperior. Después de todo, ha dedicado toda su vida al desarrollo del intelecto. ¡Un filósofo necesariamente tiene que colocar al conocimiento en la cúspide de la actividad humana!

    En mi opinión, es posible clasificar las distintas tradicionesmísticas del mundo entero en función de la diferencia existente entre el pensamiento y el sentimiento y llegar a la conclusión de que probablemente existan tradiciones de la cabeza ytradiciones del corazón. Desde el momento en que establecíesta distinción la he advertido reiteradas veces. En cualquiercaso, la mayor parte de las tradiciones místicas tienen portavoces de ambos tipos. Los grandes poetas místicos, por ejemplo,son sumamente elocuentes con respecto a la importancia delamor y de la apertura del corazón a Dios. Para ellos, Dios esAmor. Los grandes filósofos del espíritu, por su parte, no de

     jan de insistir en la importancia del conocimiento. Para ellos,Dios es la Verdad.

    Esta distinción entre el pensamiento y el sentimiento se halla también en la raíz de muchos de nuestros problemas políticos. Quienes protestan y acuden a manifestaciones insisten enque nuestro gobierno se mueve según a ideales democráticos yvalores humanos, y suelen expresar argumentos fuertementeemocionales con respecto al sufrimiento humano. Los funcionarios gubernamentales encargados de tomar decisiones políticas, por su parte, operan desde la perspectiva del pensamiento

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     Introducción

    y suelen asumir una valoración y una lógica impersonales basadas en consideraciones tales como los análisis de los factoresde riesgo y las valoraciones de costes y beneficios. Desafortu

    nadamente, sin embargo, la postura de los primeros no es significativa para los segundos, quienes tienden a juzgarlos comoexcéntricos e irracionales. Los primeros, por su parte, acusan alos funcionarios del gobierno de indiferencia, de falta de cuidado y de falta de respeto por los demás. Los liberales contestatarios serían mucho más eficaces si trataran de formular sus argumentos en términos racionales y lógicos que los funcionarios

    del gobierno pudieran escuchar y comprender. El continuo conflicto y la falta de comunicación existente entre estos dos gru

     pos ha sido hasta el momento, en nuestra opinión, una discre pancia basada en diferencias fundamentalmente tipológicas.

    Tipologías ternarias

    Hay muchos sistemas clásicos temarios. Platón distinguíatres funciones primarias en los seres humanos, la razón, el sentimiento y la voluntad (y para referirse a esta última utilizabael término griego thymos,  que significa literalmente brioso,como cuando hablamos de un caballo con brío). Platón decíaque utilizamos nuestra voluntad para obligamos a hacer lo quenuestra razón determina pero nuestro sentimiento evita. La voluntad es un aliado fundamental de la razón, porque la razónno puede vencer sobre el sentimiento sin el concurso de la voluntad. Según la función predominante, esta triple distinción

     produce tres tipos diferentes de personas.George I. Gurdjieff, el maestro esotérico que introdujo por

    vez primera el eneagrama en Occidente, trabajaba sobre estemodelo platónico. El decía que existen tres tipos de personas,la física, la emocional y la intelectual, y también afirmaba quehay tres caminos espirituales fundamentales -diseñados paracada uno de estos tres tipos- el camino del faquir, el caminodel monje y el camino del yogui.

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    El camino del faquir es un camino dirigido a las personasorientadas físicamente, con una voluntad fuerte, y supone unadisciplina física extaordinariamente rigurosa e incluso, en ocasiones, hasta tortuosa. Ciertos faquires, por ejemplo, puedenmantener una determinada postura física durante meses o incluso años y, gracias a este tipo de disciplina física, terminandesarrollando una voluntad de hierro.

    El camino del monje es el camino de la devoción y de la fe,y el trabajo a realizar es, en este caso, fundamentalmente emocional. Es el camino de quienes tienen una naturaleza fuertemente emocional y se basan en el sentimiento. Es muy proba ble que éste sea el más común de los caminos espirituales delas tradiciones religiosas de todo el mundo. De este modo, elmonje aprende a desarrollar un amor intenso y profundo haciaDios que termina impregnando todos sus pensamientos y todassus acciones.

    El camino del yogui, por último, es el camino de la mente

    y está diseñado para las personas que tienden hacia el funcionamiento mental. El yogui aprende a meditar, a controlar lamente y a desarrollar una gran capacidad de concentración. Laexperiencia resultante de los profundos estados de concienciameditativos propios de este camino termina transformando lamente del yogui.

    Gurdjieff no tomaba estos términos en su sentido literal.

    Existen, por ejemplo, escuelas devocionales de yoga cuyos practicantes siguen lo que Gurdjieff denominaba el camino delmonje y hay también monjes zen, entregados fundamentalmente a la meditación, que siguen el camino del yogui.

    Gurdjieff también señalaba que el desarrollo de una sola de estas facetas puede terminar conduciendo a una vía muerta. Unmonje, por ejemplo, que tenga una gran devoción pero que carez

    ca de discernimiento, puede terminar convirtiéndose en un «santoestúpido»; un faquir que haya desarrollado la voluntad pero queadolezca de comprensión no sabrá dónde aplicar la voluntad quetanto ha desarrollado, y un yogui con una mente controlada puede terminar convirtiéndose en una persona débil e indiferente.

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     Introducción

    Gurdjieff también habló de la existencia de un cuarto camino, un camino que trasciende las diferencias individuales. Según él, los caminos tradicionales del faquir, el monje y el yogui implican una renuncia al mundo y una entrega de todo eltiempo y la energía a una práctica intensa e unilateral. El cuarto camino es un camino que permanece en el mundo y que trata de aprovechar todas las experiencias de la vida cotidiana

     para el desarrollo de uno mismo. El trabajo del cuarto caminosupone, pues, un desarrollo equilibrado en las tres funciones,

    cuerpo, corazón y cabeza. En este trabajo resulta fundamentalla presencia de un maestro porque cada estudiante progresa demanera diferente según su temperamento individual. Gurdjieffindicó que la tradición mística sufí es el modelo más desarrollado de una tradición del cuarto camino ya que, desde hacemil años, los sufíes han estado «viviendo en este mundo perosin ser de él».

    También podemos encontrar la misma distinción ternaria enel capítulo 13, en donde William Sheldon nos presenta su ti pología corporal que diferencia entre los endomorfos, los ectomorfos y los mesomorfos. La voluntad y la actividad física sonel núcleo fundamental del mesomorfo. El endomorfo se orienta hacia las emociones y presta atención a los sentimientos ysensaciones agradables y placenteras. El ectomorfo, por últi

    mo, prefiere la vida del intelecto y obra según el pensamientoy la razón.

    En el capítulo 10, Sandra Seagal y David Home presentanun moderno similar al anterior que se basa en los principiosmental, emocional y físico en la dinámica humana y que sehan aplicado en una diversidad de situaciones, desde la esferaindividual hasta los sistemas de adiestramiento en el seno degrandes empresas.

    Los tres temperamentos de los que nos habla la medicinaayurvédica también están relacionados con la tipología deSheldon y con el resto de las tipologías ternarias. El tipo vata (aire-éter) es imaginativo, sensible y rápido, y se correspondeestrechamente con el ectomorfo; el tipo pitta  (fuego-agua) es

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     Introducción

    intenso, fuerte y determinado, muy parecido al mesomorfo; eltipo kapha  (fuego-agua), por último, es sólido, estable y tranquilo, y se parece mucho al endomorfo.

    Karen Homey también utiliza una clasificación temaría. En

    el capítulo 3, Homey distingue tres tendencias humanas fundamentales, dirigirse hacia los demás, alejarse de ellos y oponerse a los demás, y aunque ésta sea una simplificación excesiva,

     bien podríamos decir que es probable que el mesomorfo tienda a oponerse, que el endomorfo tienda a acercarse a los demás y que el ectomorfo tienda a alejarse de ellos.

    Otro sistema tipológico clásico temario nos lo proporciona

    la filosofía hindú, que considera que todas las cosas estáncompuestas de tres gunas o cualidades fundamentales, tamas, rajas y sattva. Tamas  es la inercia, la tendencia básica a permanecer igual, rajas  es la estimulación, el impulso básico aactuar, y sattva  es la pureza o iluminación. Estas tres tendencias se manifiestan en muchas áreas diferentes. Los alimentos«tamásicos», por ejemplo, son tan fuertes que nos dejan llenos,

    somnolientos e incapaces de movemos. Hay alimentos estimulantes y «rajásicos» que nos dejan tan nerviosos y excitadosque difícilmente podemos permanecer sentados y mucho menos permanecer en calma y relajados. Los alimentos «sáttvi-cos», por último, nos dejan una sensación de tranquilidad ycalma. Hay personas que tienen estilos de vida altamente «tamásicos» (es decir, pasivo, tipo saco de patatas), otros son «ra

     jásicos» y siempre parecen estar al límite o en movimiento yotros «sáttvicos», cuyo estilo de vida es calmado o tranquilo.Un aspecto interesante del sistema de los gunas es que en

    tre rajas y tamas existe una relación dialéctica que idealmentese resuelve en sattva.  Esto se opone a la mayor parte de lossistemas tipológicos en los que cada tipo supone un equilibrioentre cualidades positivas y negativas. La filosofía hindú abo

    ga claramente por la superioridad física, psicológica y espiritual de sattva.Los fundadores de la programación neurolingüística (PNL),

    un moderno sistema psicológico, también han desarrollado una

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     Introducción

    tipología ternaria. Ellos consideran el funcionamiento humanosegún los cinco sentidos porque, después de todo, ésos son loscanales a través de los cuales experimentamos el mundo. Sinembargo, según la PNL, los sentidos fundamentales son la vista, el oído y el tacto (en el que también incluyen la cenestesia,que abarca la conciencia de los estímulos tanto internos comoexternos).

    En la mayor parte de las personas predomina naturalmenteuna determinada modalidad sensorial que suele reflejarse en eltipo de lenguaje que utiliza. Un tipo en el que predomine la

    modalidad sensorial, por ejemplo, tenderá a utilizar expresionesdel tipo «demuéstramelo» o «ya veo lo que quieres decir», unoauditivo dirá probablemente «dímelo» o «te escucho» mientrasque una persona más cenestésica puede decir «déjamelo pro

     bar» o «sentir» o «siento que lo que dices es correcto».Estas diferencias en la preferencia de un canal sensorial so

     bre otro pueden suscitar interesantes problemas de relación.

    Veamos el caso, por ejemplo, de un hombre cenestésico y unamujer visual que se sientan juntos. Él, para favorecer la relación, tenderá a acercarse, mientras que ella -y por el mismomotivo- tenderá a alejarse para verle mejor. Ambos buscan lomismo, es decir, establecer un mejor contacto con el otro, perodesafortunadamente la estrategia que emplea cada uno de ellos

     parece tener un efecto opuesto sobre el otro. Este ejemplo

    constituye una ilustrativa demostración de la forma en que lasdiferencias existentes entre los diferentes tipos humanos puede beneficiar o dificultar extraordinariamente nuestras relaciones.

    Tipologías cuaternarias

    Uno de los sistemas cuaternarios más ampliamente utilizados es la tipología hipocrática de los cuatro elementos y de loscuatro temperamentos. La astrología también se ha basadodesde hace siglos en una tipología basada en los cuatro elementos. En su capítulo sobre la astrología de las relaciones

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     Introducción

    (capítulo 19), Liz Greene señala la forma en que los cuatroelementos nos proporcionan una importante dimensión psicológica para comprender la astrología y para comprender tam

     bién las relaciones. Greene relaciona los cuatro elementos conlos tipos de Jung. La tierra está relacionada con la sensación,el agua con el sentimiento, el fuego con la intuición y el airecon el pensamiento.

    El sistema de Jung que habla de pensamiento, sentimiento,sensación e intuición constituye el más conocido de los sistemas cuaternarios. Jung postulaba dos dimensiones para su ti

     pología, el juicio y la percepción. El pensamiento y el sentimiento son formas de establecer juicios y decisiones. Lasensación y la intuición, por su parte, son formas de acumularinformación.

    Hay muchos otros sistemas cuaternarios que utilizan elmismo enfoque identificando dos dimensiones fundamentalescon dos categorías en cada uno de ellos, lo cual puede resumirse en una tabla de 2x2.

     Juicio

    Pensamiento Sentimiento

    Sensación

    Percepción

    Intuición

    El sistema de Jung constituye el fundamento del Indicadorde Tipo de Meyers-Briggs, la medida de personalidad más am

     pliamente utilizada en todo el mundo. El MBPI añade a lascuatro funciones típicas de Jung dos nuevos tipos, la percep

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     Introducción

    ción y el juicio. La percepción significa permanecer abierto yreceptivo a nuevos datos y nuevos desarrollos; el juicio, por su

     parte, se refiere a silenciar la percepción y llegar a una decisión con la información de que se disponga. El modelo de Me-yers-Briggs ha sido utilizado con gran éxito en el mundo em

     presarial y educativo y también en el ámbito de la psicología.El modelo de estilo interpersonal que nos presenta John

    Corbett en el capítulo 11 se basa en el sistema del estilo socialde Wilson, un sistema muy utilizado en el mundo empresarial.Las dos dimensiones fundamentales de este sistema son la dominancia y la sociabilidad. Una persona que puntúe muy altoen la primera dimensión es calificada como «dominante» mientras que quien puntúa muy bajo es llamado «sumiso». El que

     puntúa alto en sociabilidad, por su parte, es llamado «sociable»y el que puntúa bajo «reservado». El líder directivo, tambiénllamado «guía», es dominante y reservado; el líder colaborador,o tipo expresivo, es dominante y sociable: el tipo deliberativotambién conocido como analítico, es reservado y complacientey el consejero o amable es sociable y complaciente.

    El hecho de tomar conciencia del estilo de nuestros empleados puede facilitar la comunicación y ayudamos, de ese modo,a establecer un equipo de trabajo más eficaz.

     Dominancia 

    Complaciente Dominante

    Reservado

    Sociabilidad 

    Sociable

    Deliberativo Directivo

    Consejero Colaborador 

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     Introducción

    Tipologías de cinco elementos

    Las teorías chinas y las tibetanas no hablan de cuatro elementos sino de cinco. El primero de ellos habla de la tierra, delagua, del fuego, del metal y de la madera; el sistema tibetano,

     por su parte, habla de la tierra, del agua, del fuego, del aire ydel éter.

    El entrenamiento y el desarrollo interno pueden permitimosentrar en el dominio del espacio, de la libertad y la flexibilidady facilitar así el acceso inmediato a todos los elementos.

    En el capítulo 12 Blake y Mouton nos presentan una tipología del liderazgo. Este sistema comparte la misma estructura

     bidimensional de muchos sistemas cuaternarios. Las dos dimensiones subyacentes se refieren a la preocupación por losdemás y a la preocupación por la producción. El directivo «deequipo» puntúa alto en ambas dimensiones, el «autoritario» lo

    hace alto en dirección y bajo en el factor humano, el «empo brecido» es bajo en ambas y el «club de campo» demuestra unelevado interés por la gente y bajo en producción. El quintotipo -el directivo «a mitad de camino»- cae exactamente enmedio de ambas dimensiones y es moderado con respecto a lagente y también con respecto a la productividad. Este último

    Producción

    Poco Interés Mucho Interés

    Dirección Dirección

    Mucho Interés

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     Introducción

    tipo se ubica exactamente en medio de la tabla de 2x2. En estemodelo el tipo central no es mejor que ninguno de los otrossino que simplemente representa el trasfondo medio de las di

    mensiones subyacentes que generan los tipos.Quizás el uso de este tipo de mapas en el mundo empresa

    rial pueda ayudar a maximizar tanto los beneficios como la satisfacción de los trabajadores.

    Tipologías senarias

    En este libro también presentamos una tipología senaria, elsistema de la Rueda de las Diosas, que Jennifer y Roger Wo-olger presentan en el capítulo 6. La Rueda de las Diosas estácompuesta de tres pares de diosas griegas: Hera y Perséfone,Atenea y Artemisa y Afrodita y Deméter, que configuran, todas ellas, un arquetipo fundamental, la Gran Madre. Estos tres

     pares representan las dimensiones básicas de independencia, poder y amor, y cada una de ellas tiene un aspecto introvertidoy un aspecto extravertido.

    Atenea y Artemisa son mujeres independientes y poderosas. Atenea es más extravertida, disfruta de la compañía de losdemás y tiene una atareada vida urbana. Artemisa, en cambio,

     prefiere la quietud y soledad del bosque. Hera y Perséfone sonreinas y representan el poder. Hera es la reina de los cielos, esextravertida y está interesada por el mundo externo mientrasque Perséfone, por su parte, es la reina del mundo subterráneoy prefiere el mundo psíquico, el mundo de los espíritus y de laintuición. Deméter representa el amor de una madre por sus hi

     jos mientras que Afrodita, por su parte, es la amante extraver

    tida que ama (sin ser la madre) al adulto más que al niño.

     Independencia Poder  Extravertida Atenea Hera

     Introvertida Artemisa Perséfone

     Amor  Afrodita Deméter 

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     Introducción

    Cada mujer presenta una cierta combinación de energíasdivinas en un determinado momento. Los cambios vitales cultienden a conjurar la presencia de una o más diosas en la mu- Ta

     jer. Es muy probable, por ejemplo, que Afrodita, aparezca en losla luna de miel (¡al menos eso esperamos!) y que Deméter ciéhaga lo propio con ocasión del nacimiento de un hijo. Los tuWoolger han organizado a las seis diosas de la Rueda de las enDiosas en tomo a un centro ocupado por el arquetipo subyacente de la Gran Madre, el símbolo de la unidad trascendente sade todas las diosas. Cuanto más íntimamente en contacto esté kr 

    una mujer con una de las diosas más próxima, se hallará tam- de bién a la Gran Madre del centro, en la que confluyen todas las Qdiosas.

    tr;o

    Tipologías septenarias tP

    Este libro presenta también un ejemplo de una tipologíaseptenaria, los siete chakras de la psicología yogui hindú. Encierto modo, se trata simplemente de una versión más sofisti- 1cada de los sistemas bipolares porque los siete chakras suelendividirse en chakras superiores y chakras inferiores. Los treschakras inferiores -ubicados en la base de la columna, bajo el 'ombligo y a la altura del ombligo- están relacionados con los

    asuntos mundanos. Los tres chakras superiores -localizados en (la garganta, el entrecejo y la coronilla-, por su parte, están re-lacionados con cuestiones espirituales. El cuarto chakra, ubicado en el pecho, constituye el fulcro, el puente que conectalos chakras superiores e inferiores.

    Como dice Ram Dass, el primer chakra está relacionadocon la supervivencia, el segundo con la sexualidad y el tercero

    con el poder. Esto forma parte de la configuración psicológicafundamental de todo ser humano aunque alguien que esté fijado en el segundo chakra, por ejemplo, lo percibirá todo en términos de sexualidad. La teoría freudiana constituye un buenejemplo de una psicología propia del segundo chakra.

    46

    I

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     Introducción

    El cuarto chakra es el chakra del corazón, el punto de articulación entre los chakras inferiores y los chakras superiores.También es el nivel en el que comenzamos a encontramos con

    los arquetipos junguianos y con el inconsciente colectivo. Encierto modo la vida espiritual comienza realmente con la apertura del chakra del corazón y el principio del ascenso de laenergía psíquica hacia los chakras superiores.

    El quinto chakra está ligado a la percepción de los estadossutiles y de los niveles superiores de conciencia. El sexto chakra está relacionado con la percepción de la verdad y con eldesarrollo de la sabiduría. El séptimo chakra, por último, tieneque ver con la unificación entre el individuo y el universo.

    Los estados relacionados con los tres chakras superiorestrascienden las creencias básicas de la psicología tradicionaloccidental. Para comprender estos niveles superiores de la naturaleza humana debemos recurrir a disciplinas tales como la

     psicología transpersonal y la psicología de la conciencia.

    Tipologías de ocho

    Jung siempre subrayó la importancia tipológica de la introversión y de la extraversión, dos dimensiones que, sumadas a

    sus cuatro tipos, hacen un total de ocho tipos fundamentales(como el introvertido-intuitivo-sentimiento y el extravertido- pensamiento-sensación, por ejemplo). Veamos:

     Juicio JuicioPensamiento Sentimiento Pensamiento Sentimiento

    Sensación

    Percepción

    Intuición

    Sensación

    Percepción

    Intuición

    Introvertido Extavertido47

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     Introducción

    El concepto de introvertido y extravertido nos proporcionauna distinción bipolar extraordinariamente útil que tiñe fuertemente las cuatro funciones junguianas. Así, por ejemplo, el

    tipo extravertido-sensación suele tender a prestar fácilmenteatención a los detalles y es probable que sean buenos conta

     bles, mientras que el tipo sensación-introvertido, por su parte,es más perceptivo a lo que ocurre en su interior  y no es pro

     bable que sea tan consciente de lo que ocurre externamente.Una de mis alumnas de psicología era del tipo sensación-

    introvertido y solía decir cosas tales como «no sé lo que pasa

    con tal cliente pero mi estómago parece alegrarse cuando tocamos ciertos temas». En la medida en que comenzó a confiar enesta especie de termómetro psíquico interno terminó convirtiéndose en una terapeuta extraordinariamente eficaz. Su estómago era uno de sus principales guías internos y era muy sensible a los más pequeños cambios de matiz de sus clientesaunque no tuviera conciencia de lo que estaba haciendo.

    Tipologías de nueve

    El sistema de nueve elementos del eneagrama puede serconsiderado como un sistema dividido en tres partes (cadauna de las cuales incluye una serie de subtipos diferentes). A

    fin de cuentas, el eneagrama está basado en un sistema temario de mente, emoción y cuerpo, lo cual no resulta sorprendente, dado que se origina en la enseñanza de Gurdjieff. Tresde los nueve tipos enegramáticos están orientados hacia lamente («cinco», «seis» y «siete»), otros tres están orientadoshacia al cuerpo físico o la voluntad («ocho», «nueve» y«uno») y los tres restantes están orientados hacia el sentimiento («dos», «tres» y «cuatro»). Dentro de cada uno de losgrupos, la tendencia está superdesarrollada en uno de los ti

     pos, infravalorada en otro y un tercero no tiene nada que vercon esa orientación.

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     Introducción

    Tipologías de doce

    La astrología constituye una de las métodos más antiguos

    utilizados por los seres humanos para tratar de explicar las diferencias de personalidad. La mayor parte de las culturas antiguas, entre las cuales destacamos la egipcia, la griega, la hindú, la china y la maya, han desarrollado un tipo u otro desistema astrológico.

    Aparte de los doce signos del zodiaco, un determinado tipoastrológico está modulado por la posición de los planetas, delsol, de la luna y también de las doce casas (es decir, de lasdoce divisiones de la carta astral). Las doce casas se forman aldividir la carta astral circular del individuo en cuatro cuadrantes, cada uno de los cuales, a su vez, se encuentra dividido entres subsecciones de treinta grados. En el capítulo 19, Liz Greene interpreta los cuatro cuadrantes en función de la tipología

     junguiana de pensamiento, sentimiento, sensación e intuición.El zodiaco fue postulado clásicamente por vez primera por

    el gran astrólogo egipcio Ptolomeo, quien proporcionó así el principal fundamento de la astrología occidental. Según estesistema, los signos del zodiaco están relacionados con doceconstelaciones en la medida en que la Tierra pasa por delantede cada una de ellas. Cada uno de los doce signos del zodiaco

    representa así una forma diferente de poder y energía que puede agruparse en tomo a las cuatro estaciones. Así, se habla designos primaverales (Aries, Tauro y Géminis), de signos estivales (Cáncer, Leo y Virgo), de signos otoñales (Libra, Escor

     pio y Sagitario) y de signos invernales (Capricornio, Acuario yPiscis). Los primeros signos de cada grupo estacional (Aries,Cáncer, Libra y Capricornio) son llamados signos cardinales y

    están relacionados con la creación y la generación de poder.Los segundos (Tauro, Leo, Escorpio y Acuario), se denominansignos fijos y tienen que ver con la concentración de poder.Los terceros, por último, de cada estación (Géminis, Virgo,Sagitario y Piscis), son conocidos como signos mutables y tienen que ver con la distribución del poder. En el mencionado

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    capítulo 19 la conocida astróloga y analista junguiana Liz Gre-ene también describe las diferentes relaciones existentes entreestos signos.

    La astrología china también habla de doce tipos. El calendario lunar chino -que data del año 2637 antes de JC- es el

    más antiguo registro cronológico conocido de la historia. Losdoce años del zodiaco chino están relacionados con doce animales. Según dice la leyenda, sólo doce animales se despidieron de Buda antes de que abandonara la tierra y él iba nom

     brando un año tras otro en el mismo orden en el que ibandesfilando: rata, buey, tigre, conejo, dragón, serpiente, caballo,

    camero, mono, gallo, perro y jabalí. En el capítulo 20, Theo-dora Lau afirma que, según la astrología china, el animal quegobierna el año de nuestro nacimiento ejerce una poderosa influencia sobre nuestra vida. Según un antiguo proverbio chino,éste es el animal que se oculta en nuestro corazón.

    La astrología terrestre nativa americana también está basada en un calendario lunar. Sun Bear y Wabun señalan, en el ca

     pítulo 21, que cada una de las cuatro estaciones está asociadacon una de las cuatro direcciones cardinales, la hora del día yun animal. Así, el invierno está ligado al norte, la noche y el

     búfalo blanco; la primavera al Este, la mañana y el águila; elverano al Sur, el mediodía y el coyote y el otoño, por último,al Oeste, la tarde y el oso pardo. Además, cada mes tiene su

     propio animal, planta, mineral y color.

     EL TRABAJO CON LOS SISTEMAS  TIPOLÓGICOS 

    El extraordinario interés que han despertado sistemas talescomo la astrología, el eneagrama y la tipología junguiana refleja nuestra comprensión intuitiva de la existencia de importantes diferencias cualitativas  entre las personas. Es por elloque cualquier teoría que intente tratar a las diferentes personasdel mismo modo está condenada a tener una utilidad práctica

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    limitada. Las diferentes teorías tipológicas asumen que la variabilidad aparentemente azarosa existente en la conducta humana no es tan azarosa como parece sino que se basa en unas

     pocas diferencias básicas en nuestro funcionamiento, lo cualnos proporciona un atisbo de orden en medio del caos, una

     pauta en el seno de un universo aparentemente arbitrario.El hecho de que ningún sistema tipológico concreto hayarecibido una aclamación universal como el enfoque más exacto y útil debe suponer que los sistemas tipológicos más aceptados son útiles para determinadas personas. Tal vez un determinado sistema pueda proporcionar explicaciones interesantes

     para una determinada persona en un momento dado y otro pueda hacerlo para otra -o para esa misma persona- en otromomento. Así pues, más que decantamos por un sistema y porrenunciar a todos los demás, creemos que el enfoque más útiles el de considerar que todas las tipologías son herramientas

     potencialmente útiles y que, como ocurre con cualquier otraherramienta, lo único que debemos saber es cuándo y cómo

    utilizarlas más adecuadamente.Si queremos tomamos en serio la noción de tipología debe

    mos suponer que es muy probable que nuestro tipo humanonos lleve a preferir un cierto sistema tipológico sobre los demás. Así, por ejemplo, es más probable que alguien que se halle fuertemente orientado hacia el pensamiento prefiera un sis

    tema intelectual sofisticado y complejo mientras que alguienque sea muy perceptivo se inclinará hacia otro sistema que incluya una minuciosa descripción de las diferencias existentesentre los diferentes tipos.

    He descubierto que la mejor manera de trabajar consiste enapoyarse parcialmente en todos y cada uno de los sistemas ti

     pológicos. Los distintos tipos que nos presenta un determinadosistema se acomodan mejor a ciertas personas que a otras, enotras palabras, hay personas que parecen ser «escorpios»,«INFP» junguianos o «nueves» eneagramáticos. Algunas veces, un cierto sistema parece acomodarse a un determinado individuo como un anillo al dedo. Sin embargo, aun en tales ca

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    sos, el ajuste es probablemente mejor en ciertos días, o en ciertos años, que en otros. Tengo serias dudas de que unadeterminada descripción individual de un tipo se adecúe perfectamente a una determinada persona, especialmente en el caso de que

    el individuo haya alcanzado un determinado grado de crecimiento personal o de desarrollo interno.Creo que cuanto más nos desarrollamos y cuanto más cons

    cientes somos, menos nos acomodamos a nuestro tipo de origen. Hay que tener en cuenta que la mayor parte de las teoríastipológicas al uso han sido desarrolladas observando a un número considerable de personas y que la