Levin, Ira - Las Poseídas de Stepford

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Transcript of Levin, Ira - Las Poseídas de Stepford

Ttulo original: THE STEPFORD WIVES Traduccin de MARA A. OYUELA DE GRANT Portada de VICTOR VIANO Primera edicin: Mayo, 1984 1972, by Ira Levin Emec Editores, S. A. Buenos Aires, 1973 1978, PLAZA & JANS, S. A., Editores Virgen de Guadalupe, 21-33 Esplugues de Llobregat (Barcelona) Printed in Spain Impreso en Espaa ISBN: 84-01-49049-9 Depsito Legal: B. 15.858 -1984 GRFICAS GUADA. S. A. Virgen de Guadalupe, 33 Esplugues de Llobregat (Barcelona)

Hoy la lucha toma una forma diferente: en vez de pretender encerrar al hombre en una prisin, la mujer intenta escapar de otra; ya no procura arrastrarlo al mbito de la inmanencia, sino emerger ella misma a la luz de la trascendencia. Pero la actitud de los varones crea ahora un nuevo conflicto: el hombre se muestra reacio a dejarla escapar.SIMONE DE BEAUVOIR, El Segundo

Sexo

CAPTULO PRIMERO

La delegada del Comit de Recepcin, sesentona sin vuelta, aunque con forzada juventud y vivacidad (pelo zanahoria, labios rojos, vestido amarillo radiante) dedic a Joanna un relumbrn de ojos y dientes, y afirm: Le va a gustar vivir aqu. Es un pueblo encantador, con gente encantadora. No poda haber elegido mejor. El enorme bolso de cuero marrn que llevaba al hombro estaba viejo y raspado. De su interior fue sacando y entregndole paquetes y paquetes de desayuno en polvo y mezclas para sopas; una latita con detergente no txico; una libreta de bonos de descuento, vlidos en veintids negocios de la localidad; dos panes de jabn; un envase de almohadillas desodorantes... Basta, basta! exclam Joanna, de pie en el umbral, con las dos manos llenas. Pare! Detngase! Gracias! La delegada del Comit de Recepcin coloc un tubito de agua de Colonia encima de las otras cosas, y despus hurg en el bolso ( No, de veras! , dijo Joanna) y extrajo unos lentes con montura rosa y una libretita bordada. Yo hago las Notas sobre Nuevos Residentes para la Crnica de Stepford explic, sonriendo y colocndose las gafas. Se zambull en el bolso, emergi con un bolgrafo y apret el tope, que hizo clic bajo el pulgar de ua roja. Joanna le inform de dnde se haban trasladado Walter y ella; cul era la ocupacin de Walter y en qu firma; los nombres y las respectivas edades de Pete y Kim; qu haca ella antes de que nacieran los chicos; a qu colegios haban asistido Walter y ella. Se meneaba impaciente al hablar, molesta de permanecer all, en la puerta de entrada, con las dos manos cargadas, y Pete y Kim fuera del alcance de su odo. Tienen ustedes algunos hobbies o intereses especiales? Estuvo a punto de contestar con un no que le ahorrara tiempo, pero titube: una respuesta explcita publicada en el peridico local, poda servir como un poste caminero para otras mujeres afines a ella, y por lo tanto amigas potenciales. Las que haba conocido en los das anteriores, sus vecinas de las casas ms prximas, aunque bastante agradables y serviciales, parecan completamente absorbidas por sus deberes domsticos. Tal vez cuando las fuera conociendo encontrara que tenan pensamientos e intereses de ms vasto alcance; pero de todos modos resultaba prudente poner esa seal caminera. S, varios dijo, pues. Yo juego al tenis cuando se me presenta la oportunidad, y soy fotgrafa casi profesional. Cmo? dijo la delegada del Comit de Recepcin, tomando nota. Joanna sonri. Significa que una agencia se encarga de comercializar tres de mis fotografas. Adems, me interesa la poltica y el Movimiento Pro Emancipacin de las Mujeres. Por este ltimo me intereso muchsimo. Igual que mi marido.

La delegada del Comit de Recepcin la mir: Tambin l? S. Una cantidad de hombres se interesa por ese movimiento. No entr en la explicacin de los beneficios-para-ambos-sexos; en cambio, ech la cabeza hacia atrs, en direccin al hall de entrada, y tendi el odo: un pblico de canal de Televisin rea en el comedor de diario, y Pete y Kim estaban discutiendo, pero por debajo del nivel de intervencin. Joanna sonri a la delegada. Mi marido tiene inters, adems, por el remo y el ftbol sigui diciendo y colecciona documentos jurdicos norteamericanos de otros tiempos. Era la parte de informacin que le corresponda a Walter. La delegada del Comit de Recepcin termin de escribir, cerr su libreta y apret el tope de su bolgrafo, que hizo clic. Ya est bien, seora Eberhart dijo, sonriendo y quitndose las gafas. S que le va a encantar el pueblo, y deseo darle una sincera y cordial bienvenida a Stepford. Si necesita cualquier informacin sobre tiendas y servicios locales, llmeme sin reparo. El nmero est en la tapa de la libreta de bonos. Gracias, lo har dijo Joanna. Y gracias por todo esto. Prubelos, son excelentes productos dijo la delegada del Comit de Recepcin. Ahora, adis. Se volvi y ech a andar. Joanna la observ mientras bajaba por el senderito curvo y se diriga a su baqueteado Volkswagen rojo. Unos perros llenaron repentinamente las ventanillas: un alboroto negro y castao de spaniels, saltando y ladrando, con las patas apretadas contra los vidrios. Ms all del Volkswagen, una blancura mvil atrajo la mirada de Joanna. Del otro lado de la calle bordeada de rboles jvenes, en una de las ventanas altas de los Claybrook, la blancura se movi de nuevo, dejando un panel para ocupar el inmediato: estaban lavando la ventana. Joanna sonri, por si Donna Claybrook la estuviera mirando. La blancura baj a un panel inferior, y de ah pas al contiguo. Con un bramido sorprendente, el Volkswagen arranc del bordillo; Joanna retrocedi hasta el hall de entrada y cerr la puerta con la cadera. Pete y Kim estaban alzando el tono. Mocosa, cola sucia! Basta! Basta! Basta! Acabad ya! orden Joanna, tirando el doble puado de muestras sobre la mesa de la cocina. Ella me est pateando! grit Pete. Mentira! grit Kim: Cola sucia t! Ahora basta, entendis? dijo Joanna, acercndose a mirar por la abertura. Pete estaba tirado en el suelo, demasiado cerca del televisor y Kim, de pie junto a l, con la cara encendida de furia, se contena para no

patearlo. Los dos seguan en pijama. Ella me pate dos veces dijo Pete. T cambiaste el canal! grit Kim l cambi el canal! Mentira! Yo estaba viendo al Gato Flix. Callaos! orden Joanna. Quiero silencio. Total, perfecto, absoluto silencio! Los dos la miraron: Kim, con los grandes ojos azules de Walter; Pete con los de ella misma, graves y oscuros. Persgalos a muerte! vocifer electricidad! el televisor. Nada de

Punto A, estis demasiado cerca del televisor dijo Joanna. Punto B, lo apagis inmediatamente. Punto C, os vests los dos de una vez. Eso verde que est all fuera, es csped. Y eso amarillo que cae sobre lo verde, es sol. Pete se levant de un salto, manote el tablero de controles y oscureci la pantalla hasta un moribundo puntito de luz. Kim rompi a llorar. Joanna rezong y dio la vuelta para entrar en el comedor de diario. En cuclillas, atrajo a Kim contra su hombro; le rasc la espalda, cubierta por el pijama, le bes los ricitos de seda. Vamos, vamos, no quieres volver a jugar con esa simptica Allison? A lo mejor veis hoy otra ardilla. Pete se acerc a su madre y le levant un mechn de pelo. Ella lo mir: No le cambies ms los canales. Oh, est bien! dijo el chiquillo, enrollando en un dedo el mechn oscuro. Y t no patees, eh? Sigui rascando la espalda de Kim, y trat de alcanzar con sus besos la mejilla escurridiza. Le tocaba lavar los platos a Walter y los dos chicos jugaban tranquilos en el cuarto de Pete, de modo que se dio una rpida ducha fresca, se visti con short, camisa y zapatillas y se cepill el pelo. Mientras se lo ataba, se asom a echar un vistazo a Pete y a Kim: estaban sentados en el suelo, jugando con la estacin espacial de Pete. Se retir en silencio y baj la escalera recin alfombrada. La noche se presentaba bien: la tarea de desempaquetar haba quedado definitivamente concluida; se senta limpia y fresca, y contaba con unos minutos de libertad diez o quince, si la ayudaba la suerte quiz para sentarse fuera con Walter, a contemplar sus rboles y sus dos acres y pico de terreno. Dobl y atraves el hall. La cocina estaba hecha un primor y el lavaplatos funcionaba. Walter, delante del fregadero, se inclinaba para mirar por la ventana hacia la casa de los Van Sant. Tena en la camisa una mancha Rorschach de sudor: un conejo, con las orejas torcidas hacia fuera. Walter se volvi, peg un respingo y le pregunt, sonriendo:

Cunto tiempo hace que ests ah? Acabo de llegar. l se sec las manos en un pao: Parece como si hubieras vuelto a nacer. As me siento. Los chicos estn jugando como dos ngeles, quieres que vayamos fuera? Okay dijo Walter, doblando el pao. Pero slo unos minutos. Voy a ir a conversar con Ted. Desliz el pao sobre un barrote del estante. Por eso estaba mirando. En este momento acaban de comer. Sobre qu quieres conversar con l? Salieron al parque. Iba a contrtelo dijo Walter mientras caminaban. He cambiado de opinin: voy a entrar en esa Asociacin de Hombres. Ella se detuvo y lo mir. Hay demasiadas cosas centradas all, para optar por la abstencin sin ms ni ms prosigui Walter. La politiquera local, las campaas de caridad y todo eso... Cmo puedes incorporarte a una anacrnica, vetusta...? Habl con algunos socios en el tren la interrumpi Walter. Ted, Vic Stavros y algunos ms que ellos me presentaron. Estn de acuerdo en que ese asunto de no se admiten mujeres es arcaico. La tom del brazo y siguieron caminando juntos. Pero el cambio slo puede intentarse desde dentro continu Walter y como yo quiero contribuir a l, me incorporo el sbado a la noche. Ted me va a informar sobre las comisiones y la gente. Le ofreci sus cigarrillos. Fumas o esta noche no? S, fumo dijo Joanna, y tendi la mano para coger un cigarrillo. Se quedaron en el lmite extremo del parque, en la fresca penumbra azul rechinante de grillos, y Walter acerc la llama de su encendedor al cigarrillo de Joanna y despus al suyo. Mira ese cielo dijo. Vale hasta el ltimo penique que nos cuesta. Ella mir un cielo malva, azul, azul oscuro: maravilloso y en seguida baj los ojos a su cigarrillo. Las organizaciones pueden modificarse desde fuera reflexion. Se elevan petitorios, se recogen... Pero es ms fcil desde dentro insisti l. Ya lo vers. Si los hombres con quienes convers son socios tpicos, antes de que te des cuenta tendremos una Asociacin de Todos. Con pquer coeducacional y sexo alrededor de las mesas de billar. Si los hombres con quienes conversaste fueran socios tpicos, tendramos ya una Asociacin de Todos. Oh, bueno, sigue adelante, incorprate. Yo pensar eslganes para una campaa publicitaria. Me sobrar tiempo cuando empiecen las clases.

Walter le rode los hombros con el brazo. Ten un poco de paciencia. Si en seis meses no se consigue la admisin de las mujeres, renuncio y peleamos juntos, hombro con hombro. Sexo s, sexismo no. Stepford perdi el Step1dijo Joanna tendiendo la mano hacia el cenicero de la mesa de jardn. No est mal. Espera a que entre en accin. Acabaron sus cigarrillos y permanecieron del brazo, contemplando la ancha y oscura franja de csped, y los altos rboles negros contra el cielo malva que la festoneaban. Brillaban luces en medio de los troncos; ventanas de las casas de Harvest Lane, la calle siguiente. Robert Ardrey tiene razn: me siento muy territorial coment Joanna. Walter volvi los ojos hacia la casa de los Van Sant, y consult de reojo su reloj. Voy dentro a lavarme dijo a Joanna y la bes en la mejilla. Ella se volvi, le tom del mentn y lo bes en los labios. Yo me quedar fuera unos minutos ms. Si los chicos han empezado la funcin, grita. Okay. Y Walter entr en la casa por la puerta del living. Joanna cruz los brazos y se los friccion: estaba refrescando. Ech la cabeza hacia atrs, con los ojos cerrados, y aspir el olor del csped, de los rboles, del aire puro. Una delicia. Abri los ojos a una sola motita de estrella en la oscuridad azul del cielo, un trilln de kilmetros arriba. Estrella luminosa, estrella brillante... dijo, y no aadi el resto, pero lo pens. Dese... que fueran felices en Stepford. Que Pete y Kim anduvieran bien en la escuela; que Walter y ella encontraran buenos amigos y plenitud. Que a Walter no le resultara demasiado pesado el viaje de ida y vuelta diario aunque la idea de la mudanza haba sido originariamente suya. Que la vida de los cuatro se enriqueciera all, en vez de empobrecerse, como haba temido al dejar la ciudad, esa ciudad malsana, abarrotada y regida por el crimen, pero intensamente viva. Sonido y movimiento la hicieron volverse hacia la casa de los Van Sant. Carol Van Sant, una silueta oscura contra el resplandor enmarcado por la puerta de su cocina, ajustaba la tapa de un cubo de basura. Se inclin hasta el suelo fulgur su cabellera roja y se enderez con algo grande y redondo, una piedra, que coloc sobre la tapa. Hola! grit Joanna. Carol se irgui y se qued parada frente a ella. Una figura alta, zanquilarga y aparentemente desnuda, salvo el contorno purpreo del vestido, a contraluz.1

Step: paso. (N. de la T.)

Quin anda ah? pregunt. Joanna Eberhart. La asust? Si es as, lo lamento. Se aproxim al seto que divida las propiedades. Hola, Joanna salud Carol, con su acento nasal de Nueva Inglaterra. No, no me asust. Hermosa noche, verdad? S convino Joanna. Y lo que la hace todava ms hermosa para m es que he terminado de desempaquetar. Tuvo que hablar en voz alta. Carol no se haba movido del quicio de su puerta, y segua demasiado lejos para mantener cmodamente el dilogo, aunque ella estaba ya en la zona que orillaba el seto doble. Kim pas un rato estupendo con Allison esta tarde dijo. Se llevan divinamente. Kim es una criatura amorosa dijo Carol. Me alegro que Allison tenga una amiguita tan simptica en la casa de al lado. Buenas noches, Joanna y se volvi para entrar. Eh, aguarde un minuto! grit Joanna. Carol se volvi de nuevo: -S? Joanna hubiera querido que el cantero y el seto desaparecieran, para poder avanzar un poco ms; pero qu diablos!, a esa Carol no le habra costado mucho acercarse a su lado del seto. Qu asunto de tan vital urgencia poda reclamarla en esa cocina de iluminacin fluorescente y cacerolas de cobre colgadas por todas partes? Walter va a ir a conversar un rato con Ted dijo en voz alta a la silueta aparentemente desnuda de su vecina. Por qu no viene usted a tomar una taza de caf conmigo? Despus que haya acostado a las chicas? Gracias, me encantara contest Carol. Pero tengo que encerar el piso del comedor de diario. Esta noche? La noche es la nica oportunidad posible hasta que empiecen las clases. Y no puede esperar hasta entonces? Faltan slo tres das. Carol mene la cabeza: No, ya lo he diferido demasiado. Est lleno de marcas de pisadas. Adems, Ted tiene que ir a la Asociacin de Hombres ms tarde. Va todas las noches? Casi todas. Santo Dios! Y usted se queda y hace el trabajo de la casa? Siempre hay una cosa u otra que hacer, usted sabe lo que es esto. Y ahora tengo que acabar con la cocina. Buenas noches. Buenas noches dijo Joanna, y se qued mirndola mientras entraba en su cocina (perfil de un busto exuberante, a contraluz) y

cerraba la puerta. 'Casi instantneamente reapareci en la ventana, abierta sobre el fregadero: ajustaba el grifo del agua, levantaba algo en sus manos y fregaba. Su pelo rojo estaba prolijamente peinado, y brillante; su cara, de nariz fina, tena una expresin pensativa (y qu diablos!, hasta inteligente); sus grandes senos purpreos se bamboleaban al comps del fregado. Joanna volvi a su parque. No, ella no saba lo que era eso, gracias a Dios: no era una fregona compulsiva. Quin poda culpar a Ted si se aprovechaba de semejante gansa del tipo expltame-por-favor? Bueno, ella poda. Walter sali de la casa con una chaqueta liviana. No creo que est ms de una hora... Esta Carol Van Sant es increble dijo Joanna. No puede venir a tomar una taza de caf, porque tiene que encerar el comedor de diario. Ted va cada noche a la Asociacin de Hombres y ella se queda haciendo el trabajo domstico. Cristo, qu barbaridad! dijo Walter, meneando la cabeza. Al lado de ella, mi madre es Kate Millett! l se ech a rer, le dijo Hasta luego, la bes en la mejilla y atraves el parque. Joanna dirigi una ltima mirada a su estrella, ahora ms luminosa. Trabaja t, pens. Y entr en la casa. Los cuatro salieron juntos el sbado por la maana, sujetos con cinturones de seguridad a los asientos de su flamante camioneta. Joanna y Walter llevaban gafas de sol y charlaban sobre tiendas y compras; Pete y Kim ponan a prueba el funcionamiento automtico de las ventanillas, hacindolas bajar y subir, subir y bajar, hasta que Walter les orden que acabaran con eso. Era un da radiante, presagiando el otoo. Fueron al Centro de Stepford (una estructura blanca de tiendas con frentes coloniales, hermosa como una tarjeta postal) a comprar varias cosas de ferretera y de farmacia, con bonos de descuento; de ah tomaron hacia el Sur, por la Ruta Nueve, hasta una gran galera comercial nueva zapatos para Pete y Kim, con descuento (qu plantn!) y un columpio de jardn, sin descuento; se dirigieron hacia el Este, por la carretera de Eastbridge, hasta un parador de McDonald (grandes sandwiches y batidos de chocolate); siguieron un trecho ms en la misma direccin, en busca de antigedades (una mesa octogonal, no documentos); y luego recorrieron Stepford en todas direcciones Norte, Sur, Este y Oeste por las carreteras de Anvil y de Cold Creek, por Hunnicutt, Beavertail, Burgess Ridge, para que Pete y Kim vieran todo lo que Joanna y Walter ya haban visto cuando buscaban casa: su nueva escuela, y las otras, a las que asistiran con el tiempo; un edificio misterioso, que result ser ( quin lo hubiera dicho desde fuera!) una planta incineradora no contaminante, y los terrenos para excursiones, donde estaban construyendo una piscina pblica. Joanna cant Good Morning Starshine, a peticin de Pete, y todos juntos interpretaron MacNamara's Band, encargndose cada uno de imitar un instrumento distinto, en la parte final. Despus de eso, Kim vomit, pero con preaviso suficiente para que Walter pudiera frenar, detenerse, desprenderle el cinturn y

sacarla de la camioneta a tiempo, gracias a Dios. El incidente aplac los bros. Volvieron a atravesar el Centro de Stepford, esta vez a poca velocidad, porque Pete dijo que quiz vomitara l tambin. Walter les seal la estructura blanca de la biblioteca, y la estructura vieja, de dos siglos, del Cottage, que ahora ocupaba la Sociedad Histrica. Kim, mirando hacia arriba a travs de la ventanilla, se despeg de la lengua un chicle muy chupado, para preguntar: Y eso grandote, qu es? sa es la casa de la Asociacin de Hombres dijo Walter. Pete se inclin hasta el lmite de su cinturn de seguridad, sac la cabeza y mir. A donde vas a ir esta noche? En efecto. Y cmo se llega? Hay un camino para automviles algo ms lejos, que conduce a lo alto de la colina. Se haban adelantado hasta un camin, en cuya parte posterior descubierta haba un hombre de pie, vestido de color caqui, con los brazos estirados hacia los costados de la cabina. Tena pelo oscuro, cara larga y enjuta, y usaba gafas. se es Gary Claybrook, no? dijo Joanna. Walter toc la bocina brevemente y agit el brazo a travs de la ventanilla. El vecino de enfrente se dobl para mirarlos, sonri, los salud con la mano y tom la direccin del camin. Joanna le devolvi la sonrisa y el saludo. Hola, Mr. Claybrook! grit Kim. Dnde est Jeremy? grit Pete. No os puede or dijo Joanna. Me gustara saber conducir as un camin! dijo Pete. A m tambin! core Kim. El camin reptaba ahora, rechinante, pujando contra la pendiente brusca que describa una curva hacia la izquierda. Gary Claybrook les sonri, cohibido. El camin estaba lleno a medias con pequeas cajas de cartn. En qu trabaja, tiene una destilera clandestina? pregunt Joanna. No, si gana tanto como dice Ted. Oh... Qu es una destilera clandestina? pregunt Pete. Se encendieron las luces de los frenos, y el camin par, con la seal del viraje a la izquierda, parpadeante. Joanna explic lo que era una destilera clandestina.

Un coche pas como una exhalacin, colina abajo, y el camin enfil hacia el camino vecinal de la izquierda. se es el camino de autos que decas? pregunt Pete. Walter se volvi y asinti con un movimiento de cabeza: se, s. Kim apret el botn para bajar ms su ventanilla, y grit: Adis, Mr. Claybrook! l los salud con la mano mientras se alejaban. Pete solt la hebilla de su cinturn de seguridad, se dej caer de rodillas a un lado del asiento, y mir por el vidrio posterior. Puedo ir yo alguna vez? Hummm, lo siento. No se admiten chicos dijo Walter. Caracoles! Qu pedazo de reja han conseguido! Como la de los Hroes de Hogan! Para que no pasen las mujeres dijo Joanna, mirando hacia delante y llevando una mano a la montura de sus gafas. Walter sonri. De veras? Para eso es? pregunt Pete. Pete se ha soltado el cinturn dijo Kim. Pete... advirti Joanna. Subieron por la carretera de Norwood y tomaron hacia el Oeste por Winter Hill Drive. Por una cuestin de principi, no pensaba ocuparse de ningn trabajo domstico. Y bien saba Dios que tena un montn de cosas que hacer, y que hasta hubiera querido positivamete hacer algunas por ejemplo, armar la estantera del living. Pero esa noche no, no seor! Poda quedar para otro momento. Ella no era Carol van Sant, y tampoco Mary Ann Stavros, a quien acababa de ver pasando la aspiradora junto a una ventana del primer piso, cuando fue al cuarto de Pete a bajar la persiana. No, seor. Que Walter estuviera en la Asociacin de Hombres, santo y bueno. Tena que ir, para incorporarse; y tendra que volver una o dos veces por semana, para verla algn da renovada. Pero ella no iba a hacer el trabajo domstico mientras l estaba all (por lo menos esta primera vez), de igual modo que l no iba a hacerlo cuando ella saliera a cualquier parte... como se propona salir la prxima noche de luna al Centro, para tomar fotografas de esos frentes de tienda coloniales. (Los paneles irregulares de la ferretera deban balancear el reflejo de la luna con un efecto que quiz resultara interesante.) As, en cuanto Pete y Kim se durmieron, baj al stano, donde tom algunas medidas y plane algunos arreglos en el depsito de los trastos que iba a ser su cuarto oscuro; despus volvi a subir, se asegur de que Pete y Kim continuaban dormidos, y se prepar un vodka con agua tnica, que llev al escritorio. Sintoniz en la radio una musiquita de Richard Rodgers, melosa pero agradable; apart cuidadosamente del centro de la mesa los contratos y

dems efectos de Walter, y sac su lupa, su lpiz rojo y las fotografas que se haba apresurado a tomar en la ciudad, antes de partir. Eran casi todas un desperdicio de pelcula, tal como haba sospechado desde que las tom no tenan que apurarla, si la queran sacar buena pero encontr una que la entusiasm realmente: la instantnea de un negro joven y bien vestido, con una cartera diplomtica en la mano, lanzando una mirada de furioso rencor a un taxi vaco que acababa de pasar junto a l. Si la expresin de la cara no se perda en la ampliacin, y si se oscureca el fondo lo suficiente para destacar el taxi borroso, la fotografa poda resultar impresionante, y la agencia Joanna estaba segura de ello se encargara gustosamente de comercializarla. Sobraban mercados para las fotos que dramatizaban las tensiones raciales. Marc un asterisco rojo al margen de la impresin, y sigui buscando otras que fueran buenas, o por lo menos parcialmente aprovechables. Se acord de su vodka con agua tnica y lo bebi. A las once y cuarto estaba cansada, por lo que volvi a colocar sus cosas en el lado de la mesa que le corresponda, y las de Walter donde las haba encontrado; desconect la radio, llev su vaso a la cocina y lo enjuag. Verific las puertas, apag las luces excepto la del hall de entrada y subi la escalera. El elefante de Kim estaba tirado en el suelo. Se agach a recogerlo y lo meti en la camita de su hija, al lado de la almohada; estir la sbana hasta los hombros de Kim y le acarici levemente los rizos. Pete estaba acostado de espaldas, con la boca abierta, exactamente igual que en su inspeccin anterior. Esper hasta ver levantarse su pecho y sali, dejando la puerta entornada. Apag la luz del hall y entr en el cuarto que comparta con Walter. Se desvisti, se trenz el pelo, se dio una ducha, se friccion la cara con crema, se lav los dientes y se meti en la cama. Las doce menos veinte. Apag el velador. Tendida de espaldas, desplaz la pierna y el brazo derechos lateralmente. Echaba de menos la presencia de Walter a su lado, pero la impresin de amplitud en el contacto de las sbanas lisas y frescas, era agradable. Cuntas veces se haba acostado sola, desde que se casaron? No muchas; algunas noches en que l estuvo ausente de la ciudad por asuntos de Marburg-Donlevy; las que ella pas en el hospital cuando nacieron Pete y Kim; el da que hubo un corte general de luz; la ocasin en que ella viaj a su pueblo, para asistir al funeral del to Bert. Unas veinte o veinticinco noches, a lo sumo, en algo ms de diez aos. No era experiencia penosa. Por Dios, si hasta la haca sentirse de nuevo Joanna Ingalls! Se acuerdan de esa muchacha? Se pregunt si Walter estara emborrachndose. Haba bebidas alcohlicas en ese camin que conduca Gary Claybrook (o las cajas eran demasiado chicas para contenerlas?) Pero Walter haba ido en el coche de Vic Stavros, de modo que no haba inconveniente para que se emborrachara. No era muy probable en l, sin embargo: casi nunca le haba ocurrido. Y si el de la mona era Vic Stavros? Pamplinas! No haba motivo para afligirse. La cama se sacuda. Ella estaba acostada en la oscuridad, y la cama se sacuda. Alcanz a percibir una oscuridad ms densa en el hueco de la

puerta que daba al bao, y una dbil claridad en los tiradores de la cmoda mientras la cama segua sacudindose y sacudindola, con un ritmo lento y regular, marcado por los gemidos intermitentes del elstico que acompaaban cada sacudida. Era Walter el que temblaba! Deba haber atrapado una fiebre infecciosa. O sera un ataque de delirium tremens? Gir sobre s misma y se inclin hacia l, apoyada en un solo brazo, y buscndole a tientas la frente con el otro, escrutndolo en la oscuridad. Los ojos de Walter (vacos) la enfocaron y se apartaron instantneamente; todo en l se apart de ella, y el pedazo de sbana, que Joanna acababa de advertir a la altura de su ingle, desapareci de pronto, sustituida por la forma de su cadera. La cama dej de moverse. Habra estado Walter... masturbndose? No saba qu pensar. Cre que tenas un ataque de delirium tremens dijo. O alguna fiebre infecciosa. Walter sigui inmvil. No quise despertarte. Son ms de las dos. dijo al fin. Ella, sentada en la cama, retuvo el aliento. Walter sigui dndole la espalda, callado. Joanna recorri con los ojos la habitacin; reconoci las ventanas y los muebles, borrosos, a la media luz indirecta de la lamparita que quedaba encendida toda la noche en el bao de Pete y Kim. Se sujet la trenza, tirante; se pas la mano por el estmago. Pudiste despertarme. No me habra importado. l no contest. Caray! No tienes que hacer eso... Simplemente, no quise despertarte. Estabas profundamente dormida. Bueno, la prxima vez despirtame. Walter se movi y se tendi de espaldas, sin sbana. Lo conseguiste? pregunt Joanna. No. Pues bien sonri ella. Ahora estoy despierta. Se acost a su lado y se volvi hacia Walter con un brazo extendido. l se volvi hacia ella. Se abrazaron y se besaron. Walter ola a whisky. Digo yo, la consideracin est bien le cuchiche Joanna al odo ; ...pero qu diablos! Esa vez result una de las mejores, al menos para ella. Uuuuh! resopl al volver del cuarto de bao. Todava me siento floja. Walter, que estaba fumando sentado en la cama le sonri. Joanna se meti en la cama, se instal cmodamente bajo el brazo de su marido, le torn la mano y la atrajo hacia su pecho. Qu hicieron? pregunt. Te estuvieron mostrando pelculas pornogrficas o algo as?

No tuve tanta suerte sonri Walter. Le puso su cigarrillo entre los labios, y ella aspir una bocanada. Me sacaron ocho dlares con cincuenta en el pquer, y me dieron una lata sobre las prfidas intenciones del Departamento Zonal respecto a la carretera de Eastbridge. Tem que pescaras una curda. Yo? Un par de copas, y pare de contar. No son grandes bebedores. Y t qu hiciste? Se lo cont y tambin las esperanzas que tena en la foto del negro. Walter le habl de algunos hombres que haba conocido esa noche: el pediatra recomendado por los Van Sant y los Claybrook; el ilustrador de revistas, que era la celebridad nmero uno de Stepford; otros dos abogados, un psiquiatra, el jefe de Polica, el gerente del Supermercado del Centro. El psiquiatra tendra que estar a favor de la admisin de las mujeres observ Joanna. Y lo est. As como el doctor Verry. No sonde a nadie ms. No quise presentarme como un activista furioso desde mi primera visita. Cundo irs de nuevo? pregunt Joanna y, de pronto (quin sabe por qu) tuvo miedo de que le contestara: maana. No lo s dijo Walter. Escucha, no pienso hacer de esto una forma de vida, como lo han hecho Ted y Vic. Presumo que ir aproximadamente dentro de una semana, pero no estoy seguro. En realidad, es un poco lugareo. Joanna sonri, y se apret ms contra l. Haba bajado aproximadamente un tercio de la escalera, tanteando los escalones con las puntas de los pies, y sosteniendo la maldita canasta de la ropa a la altura de la cara, por culpa del maldito pasamanos, cuando, qu casualidad! , empez a sonar el dos veces maldito telfono. No poda dejar all la canasta, porque se caera; y tampoco poda llevarla de nuevo, porque no haba espacio para volverse, con ella a cuestas. Sigui, pues, bajando despacito, tanteando los escalones con las puntas de los pies, y contestando mentalmente: ya va, ya va! al timbre mandn y perentorio. Persever hasta el fin y, cuando lleg a la meta, dej la canasta en el suelo, y se encamin al escritorio con paso airado. Hola! dijo, tal como lo senta, sin el menor barniz de amabilidad. Hola, es usted Joanna Eberhart? la voz era fuerte, alegre, un poco spera: parecida a la de Peggy Clavenger. Pero Peggy Clavenger estaba trabajando en Paris-Match segn las ltimas noticias que tuvo de ella, y ni siquiera deba saber que se haba casado, cunto menos conocer su nueva direccin. S. Quin habla? dijo. No hemos sido presentadas formalmente prosigui la voz que no poda pertenecer a Peggy Clavenger, pero voy a remediarlo en seguida. Bobbie, tengo el gusto de presentarte a Joanna Eberhart. Joanna, tengo el

gusto de presentarte a Bobbie Markowe, con K O W E finales. Bobbie reside en Ajax Country desde hace cinco semanas, y le encantara entablar relacin con una entusiasta aficionada a la fotografa, que tiene un vivo inters por la poltica y por el feminismo. sa eres t, a juzgar por lo que dice la Crnica de Stepford (puedes tomar la palabra crnica en el buen sentido o en el malo, segn tu criterio del periodismo). Han dado una impresin exacta de tu persona? Verdaderamente no te quita el sueo averiguar si las escamas de jabn celestes son mejores que las de las rosadas, o viceversa? Si tuvieras completa libertad de eleccin, optaras instantneamente por no andar con el estropajo en la mano? Hola? Todava ests ah, Joanna? Hola? Hola! S, aqu estoy. Y cmo! Vaya si estoy aqu! La gran siete, vale la pena poner un aviso en los peridicos! Qu gusto da ver una cocina tan revuelta! dijo Bobbie. No llega precisamente a la altura de la ma (te faltan las marquitas de manos grasientas en la superficie de los gabinetes) pero est bien, muy bien. Felicitaciones. Si quieres puedo mostrarte unos cuartos de bao desaseados y deprimentes propuso Joanna. No, gracias, prefiero tomar caf. No te importa que sea del instantneo? Quieres decir que hay otro? Bobbie, una mujer bajita y trastona, llevaba una camiseta celeste con la figura de Snoopy, vaqueros y sandalias. Tena boca grande y dientes inslitamente blancos; ojos azules que no perdan detalle; melena corta, oscura y alborotada; manos pequeas y uas sucias. Tambin tena un marido llamado Dave, que era analista de stocks, y tres hijos, de diez, ocho y seis aos, respectivamente. Y, adems, un viejo perro ovejero y otro de tipo ingls. Representaba menos edad que Joanna, treinta y dos o treinta y tres como mucho. Bebi dos tazas de caf, engull una rosquilla baada en chocolate, y habl largo y tendido sobre las mujeres de Fox Hollow Lane. Empiezo a pensar que hay un concurso nacional del que no me haba enterado dijo, lamindose las puntas de los dedos, embadurnadas de chocolate con un premio de un milln de dlares y... Paul Newman, para la que tenga la casa ms limpia en la prxima Navidad. Se pasan la vida friega que te friega, lustra que te lustra... Por ac ocurre lo mismo. Hasta de noche. Mientras los maridos... Ya s: en la Asociacin de Hombres complet Bobbie. Comentaron el anticuado juego sucio sexista de la asociacin, su injusticia flagrante en un pueblo donde las mujeres no contaban con una sola organizacin propia, ni siquiera una Liga de Mujeres Sufragistas. Creme dijo Bobbie, he registrado el lugar de punta a punta: hay un club de Jardinera y una que otra pequea congregacin religiosa de viejas irlandesas que, por lo dems, no me admitiran: Markowe es una versin promocional de Markowitz... Est la Sociedad Histrica, nada sexista, naturalmente. Me asom y les dije: Hola. Cadveres en posturas de seres vivos.

Dave haba entrado en la Asociacin de Hombres y pensaba, como Walter, que era factible cambiarla desde dentro. Pero Bobbie saba los puntos que calzaban. Vas a ver; tendremos que encadenarnos a esa reja, antes de que hagan algo. Y, a propsito, qu me dices de la reja? Cualquiera pensara que estn refinando opio! Conversaron sobre la posibilidad de reunirse con algunas de sus vecinas, aunque slo fuera para espabilarlas un poco y estimularlas a desempear un papel ms activo en la vida de la comunidad. Pero las mujeres que haban conocido convinieron no parecan predispuestas a aceptar siquiera un paso tan pequeo hacia la liberacin. Conversaron sobre la Organizacin Nacional para las Mujeres, la NOW1, a la que ambas pertenecan, y sobre las actividades de Joanna como fotgrafa. Vlgame Dios, stas son formidables! exclam Bobbie, mirando las cuatro ampliaciones enmarcadas que haba colgado en el escritorio. Son brbaras! Joanna le agradeci. Conque una aficionada entusiasta, eh? Pens que eso quera decir Polaroids de los chicos. Pero estas fotos son fantsticas! Ahora que Kim est en el Jardn de Infancia, voy a ponerme a trabajar en serio dijo Joanna. Acompa a Bobbie hasta su coche. No, maldita sea! estall Bobbie de pronto. Por lo menos tendramos que intentarlo. Hablemos con esas mujeres de su casa. Debe haber algunas un poco mortificadas con la situacin. Y? Qu te parece? No sera grande que pudiramos constituir un grupo acaso hasta una pequea rama de la NOW, y darle a esa Asociacin de Hombres un buen vapuleo? Dave y Walter se engaan a s mismos; la Asociacin no va a cambiar, a menos que la obliguen. Las organizaciones de peces gordos no lo hacen jams. Qu me dices, Joanna? Salimos por ah a buscar adhesiones? Joanna asinti con la cabeza. Podramos. No es posible que todas estn tan conformes como aparentan. Habl con Carol van Sant. Caramba, no, Joanna dijo Carol. No creo que esa clase de cosas pueda interesarme. Pero gracias por la invitacin, de todos modos. Estaba limpiando el tabique plstico en la habitacin de Stacy y Allison, pasando una enorme esponja amarilla por una franja de pliegues de acorden, con firmes movimientos descendentes. Sera slo por un par de horas dijo Joanna. De noche o, si resultara ms conveniente para todas, de da, dentro del horario escolar. Carol, en cuclillas para lavar la parte inferior de la franja, contest: Lo siento, pero en realidad no dispongo de tiempo para esas cosas.1

National Organization for Women.

Joanna la observ un momento. No le molesta que la organizacin central de Stepford, la nica que hace algo efectivo en lo referente a proyectos de bien comn, sea terreno vedado para las mujeres? No cree usted que tal exclusin resulta un poco arcaica? Ar-cai-ca? repiti Carol, escurriendo la esponja dentro de un balde con agua jabonosa. Joanna la mir. Anacrnica, anticuada, como prefiera. Carol exprimi la esponja, fuera y por encima del balde. No, a m no me parece arcaica. Se levant, se empin y alcanz con la esponja el borde superior de la franja inmediata. Ted est ms capacitado que yo para esa clase de cosas dijo, y empez a pasar la esponja por los pliegues, con firmes movimientos descendentes, cuidando que cada golpe empezara exactamente donde haba terminado el anterior. Adems, los hombres necesitan un lugar donde poder distraerse y beber uno o dos tragos. Y las mujeres no? No, no tanto. Carol mene su cabeza pelirroja y prolija, de propaganda de champ, sin desviarla de su operacin de limpieza. Disculpe, Joanna concluy. Simplemente no tengo tiempo para ir a una reunin. Okay. Si cambia de opinin, avseme. Le importa si no la acompao hasta abajo? No, claro que no. Habl a Brbara Chamalian, que viva al otro lado de los Van Sant. Gracias, pero no veo cmo podra arreglrmelas para acudir dijo Brbara. Era una mujer de mandbula cuadrada y pelo oscuro, embutida en un vestido rosa que modelaba una figura excepcional. Lloyd se queda a menudo en la ciudad explic. Y las noches que no se queda, le gusta ir a la Asociacin de Hombres. Me resultara intolerable pagar a una baby sitter, solamente para... Podra hacerse dentro del horario escolar insinu Joanna. No. Ser mejor que no cuente conmigo insisti Brbara, con una sonrisa amplia y atractiva. Como quiera que sea, me alegro de haber tenido la oportunidad de conocerla. No querra entrar a sentarse un rato? Estoy planchando. No, gracias. Quiero hablar con algunas otras mujeres. Habl a Marge McCormick. (Francamente, no creo que eso llegara a interesarme); a Kit Sundersen (Temo no disponer de tiempo. Lo

lamento de veras, Mrs. Eberhart) y a Donna Claybrook (Es una excelente idea, pero yo estoy tan ocupada estos das... En todo caso, le agradezco la invitacin). Se encontr con Mary Ann Stavros en un pasillo del Supermercado del Centro. No, no creo tener tiempo para nada por el estilo. Hay tanto que hacer en la casa! Sabe usted. Pero saldr de vez en cuando, no? Por supuesto. Acaso no he salido ahora? Le hablo de salir a distraerse. Mary Ann sonri y mene la cabeza, balanceando las mechas de su pelo rubio y lacio. No, casi nunca. No siento mucha necesidad de distraccin. Hasta la vista. Se alej, empujando su carrito de provisiones; un poco ms all se detuvo, sac una lata de un estante, la observ, la coloc en el interior del carrito y sigui su camino. Joanna la mir partir y volvi los ojos al carrito de otra mujer, que pasaba a su lado lentamente. Mi Dios!, son prolijas hasta para llenar sus carritos, pens, y examin el suyo: un revoltijo de tarros, cajas y frascos. La atraves el impulso culpable de ordenarlo, pero maldito si lo iba a seguir. No faltaba ms! Por el contrario, arrebat una lata cualquiera de la estantera helado de vainilla y la arroj entre las otras cosas. Ni siquiera necesitaba el maldito producto! Habl con la madre de una compaera de colegio de Kim, en la sala de espera del doctor Verry; con Yvonne Weisgalt, que viva al lado de los Stavros, y con Jill Burke que viva en la casa contigua. Todas declinaron su invitacin. Les faltaba tiempo o inters para reunirse con otras mujeres, a conversar sobre sus experiencias comunes. Bobbie tuvo peor suerte an, considerando que haba hablado con casi el doble de mujeres. Acept una sola le cont a Joanna. Una viuda de ochenta y cinco aos, que me meti en su casa a tirones, me tuvo secuestrada una hora, y me someti a una pulverizacin de saliva a corta distancia. En cualquier momento que estemos dispuestas a cargar contra la Asociacin de Hombres, encontraremos a Eda Mae Hamilton dispuesta de buena gana a secundarnos. Convendra que nos mantuviramos en contacto con ella dijo Joanna. Oh, no, todava no hemos llegado a ese extremo! Perdieron una maana haciendo juntas las visitas, para ensayar la teora (de Bobbie), segn la cual, si hablaban las dos con ciertas ambigedades premeditadas, podan crear la sugestin incitante de una falange de mujeres, con lugar para una ms. No funcion. Crrisstto! explot Bobbie en su automvil, arremetiendo furiosa contra la cuesta de Short Ridge Hill. Aqu est pasando algo que huele mal. Estamos en el Pueblo que el Tiempo Olvid.

Una tarde, Joanna dej a Pete y a Kim al cuidado de la quinceaera Melinda Stavros y tom el tren para la ciudad, donde se encontr con Walter y un matrimonio amigo Shep y Silvia Tackover en un restaurante italiano del barrio de los teatros. Fue agradable ver de nuevo a Shep y Silvia, una pareja optimista, hogarea y dinmica, que haba sobrevivido a varios golpes rudos, entre ellos la muerte de un hijito de cuatro aos, ahogado. Tambin fue agradable estar de nuevo en la ciudad Joanna disfruto a fondo del color y el movimiento del restaurante concurrido. Tanto ella como Walter hablaron entusiastamente de Stepford, alabaron su belleza y su tranquilidad, y ponderaron las ventajas de vivir en una casa y no en un apartamento. Joanna se abstuvo de aludir a la tremenda domesticidad de las mujeres, y a la sensible falta de toda actividad extradomstica. Call, supona que por orgullo; porque le repugnaba atraer la conmiseracin ajena, aun la de Shep y Silvia. Habl en cambio de Bobbie y lo divertida que era, y de las excelentes escuelas de Stepford, sin sobrecarga de alumnos. Walter no sac el tema de la Asociacin de Hombres y ella tampoco. Silvia, que estaba empleada en la Administracin de Vivienda y Desarrollo, habra sufrido un ataque. A pesar de todo, ya en camino del teatro, Silvia le dirigi una penetrante mirada crtica y pregunt: Cuesta adaptarse? En algunos aspectos. Lo logrars dijo Silvia y le sonri alentadoramente. Qu tal anda la fotografa? Debe resultarte formidable all, donde lo abordas todo con ojos nuevos. No he hecho nada hasta ahora. Bobbie y yo hemos andado correteando por todos lados, tratando de promover una modesta actividad feminista. Aquello est un poco estancado, para serte franca. El correteo y la promocin no son cosa tuya. Tu trabajo es la fotografa, o debera serlo. Ya lo s. He conseguido un fontanero que ir uno de estos das a instalar la pila en el cuarto oscuro. Walter parece eufrico. Lo est. En realidad, es una buena vida. La pieza, un hit musical de la temporada anterior, los decepcion. En el tren que los traa de vuelta, la desmenuzaron durante unos minutos; despus, Walter se puso las gafas y sac unos papeles para trabajar, y Joanna hoje el Time y se qued fumando y mirando por la ventanilla la oscuridad y las luces ocasionales que la atravesaban. Silvia tena razn: su trabajo era la fotografa. Al demonio las mujeres de Stepford, excepto Bobbie, naturalmente. Los dos coches estaban en la estacin, por lo que tuvieron que ir separados a casa. Joanna sali delante en la camioneta, y Walter la sigui en el Toyota. El Centro estaba desierto y escenogrfico a la luz de sus tres faroles s, tomara all unas cuantas fotos, antes de que estuviera terminado el cuarto oscuro y ms arriba, haba reflectores encendidos y ventanas iluminadas en la sede de la Asociacin de Hombres, ante la

cual aguardaba un automvil con el motor en marcha, a punto de salir por el camino particular. Encontraron a Melinda Stavros, bostezante pero risuea, y a Pete y Kim en sus camitas, profundamente dormidos. En el comedor de diario haba vasos de leche vacos y platos sucios sobre la mesa de la lmpara; bolas de papel blanco estrujado encima del sof, y en el suelo, delante del sof; y una botella de ginger-ale vaca tirada en el suelo, entre las bolas de papel. Menos mal que no se lo transmiten a sus hijas, pens Joanna. La tercera vez que Walter fue a la Asociacin de Hombres, llam a Joanna alrededor de las nueve, y le avis que iba a volver en seguida a casa con la Comisin de Nuevos Proyectos, para la que haba sido designado la vez anterior. Estaban haciendo algn trabajo de construccin en el edificio (ella alcanzaba a percibir un zumbido de maquinarias al fondo) y no encontraban un lugar tranquilo para sentarse a conversar. Estupendo dijo Joanna. Yo estoy ocupada con los trastos que faltaba sacar del cuarto oscuro, as que ustedes podrn disponer de todo el... No, escucha la interrumpi Walter. Qudate arriba con nosotros y participa en la conversacin. Hay entre ellos un par de exclusivistas fanticos. No les vendr nada mal or a una mujer que hace comentarios inteligentes. Porque estoy seguro que los hars. Gracias. Pero si ellos se oponen? La casa es nuestra. Seguro que lo que buscas no es una sirvienta? Walter se ech a rer. Cielos, no hay forma de engaarla! Est bien, me pescaste. Pero una criada inteligente, de acuerdo? Hars lo que te pido? Creo que puede resultar til. Okay. Dame quince minutos y ser una criada inteligente, y adems bonita. Qu te parece como colaboracin? Fantstica! Increble! Llegaron cinco, y uno de ellos, un hombrecito jovial y carirrojo que aparentaba unos sesenta aos y luca un bigote engomado, de guas rematadas en puntas de palillos, era Ike Mazzard, el ilustrador de revistas. No estoy segura de que me sea usted simptico dijo Joanna estrechando cordialmente su mano. Me arruin la adolescencia con esas muchachas de ensueo que dibuja. Usted deba imitarlas bastante contest l con una risita complacida. Quiere apostar algo? Los cuatro restantes andaban alrededor de los cuarenta. El alto de pelo negro y aire de negligente arrogancia, era Dale Coba, el presidente de la Asociacin. Le sonri, con una mirada desdeosa de sus ojos verdes, y

dijo: Mucho gusto, Joanna. Uno de los exclusivistas fanticos pens ella: las mujeres son para la cama, y punto. Su mano era suave, sin presin. Los otros eran un tal Anselm o Axhelm, Sundersen y Roddenberry. Conoc a su esposa le dijo Joanna a Sundersen, un hombre plido y barrign, que pareca nervioso. Suponiendo que sean ustedes los Sundersen que viven al otro lado del camino. La conoci? S, somos sos. No hay otros Sundersen en Stepford. La invit a una reunin, pero no poda asistir. Es poco sociable... Los ojos de Sundersen miraban a cualquier parte, menos a Joanna, que dijo: Perdone. No escuch bien su nombre. Herb contest sin mirarla. Joanna los introdujo a todos en el living, fue a la cocina a buscar hielo y soda, y los llev a Walter, que aguardaba junto al mueble bar. Inteligente? Bonita? cuchiche, y l le hizo una mueca. Volvi a la cocina y llen unos boles con patatas fritas y cacahuetes. No parti ninguna objecin del crculo de hombres cuando, vaso en mano, dijo: Me permiten?, y se acomod en el extremo del sof que Walter le haba reservado. Ike Mazzard y el tal Anselm (o Axhelm) se pusieron de pie, y los dems amagaron hacerlo, con excepcin de Dale Coba, que sigui sentado, comiendo cacahuetes que se sacaba del puo y mirndola por encima de la mesa de copetn, con sus desdeosos ojos verdes. Discutieron el proyecto de los Juguetes-de-Navidad y el proyecto de Preservacin-del-Paisaje. Roddenberry tartamudeaba un poco; tena una cara simptica nariz de dogo, barba azulea y se llamaba Frank. Y Coba tena un sobrenombre que aparentemente no se justificaba: Diz1. Consideraron la conveniencia probable de que hubiera ese ao en el Centro un festival de luces de Hannukah, simultneamente con el pesebre de Navidad, en atencin al nmero de residentes judos que haba ahora en Stepford. Propusieron ideas para nuevos proyectos. Y en este punto intervino Joanna. Puedo sugerir algo? Por supuesto dijeron Frank Roddenberry y Herb Sundersen. Coba, echado hacia atrs en su asiento, miraba al cielo raso1

Diz puede ser apcope de dizzy, adjetivo que en su acepcin ms usual significa vertiginoso, y se aplica tanto a lo que causa vrtigo como a quien ocasionalmente lo padece. (N. de la T.)

(desdeosamente, sin duda), la nuca apoyada en las manos y las piernas extendidas. Les parece que habra posibilidad de organizar algunas conferencias nocturnas para adultos, o bien algunos debates entre padres y adolescentes? pregunt Joanna. Podra utilizarse el saln de actos de una de las escuelas... Sobre qu tema? pregunt Frank Roddenberry. Cualquiera, de inters general. El asunto de las drogas, por ejemplo, que nos concierne a todos, aunque la Crnica lo meta a escobazos debajo de la alfombra; la invasin de la msica rock..., qu s yo!, cualquier cosa que haga salir a la gente de su encierro y la incite a escuchar lo que dice otra gente, y a dialogar con los dems. Es interesante dijo Claude Anselm, o Axhelm, inclinndose hacia delante, cruzando las piernas y rascndose la sien. Era delgado y rubio, le brillaban los ojos y nunca estaba quieto. Y puede ser que con esto se consiga sacar de su encierro aun a las mujeres prosigui Joanna. Por si no lo saben, este pueblo es una zona de siniestro para las baby sitters. Todos soltaron una carcajada, y ella se sinti satisfecha de s misma y cmoda en su papel. Adelant otros posibles temas de debate, a los que Walter, y despus Herb Sundersen, aadieron unos pocos ms. Se expusieron otras ideas para nuevos proyectos; Joanna particip en la discusin de todos, y los hombres (excepto el maldito Coba) le prestaron sostenida atencin; Ike Mazzard, Frank, Walter, Claude, el mismo Herb, que ahora la miraba de frente, expresaban su asentimiento con cabezazos y de viva voz; o la interrogaban gravemente, y ella se senta muy satisfecha de s misma, claro que s!, respondiendo a sus preguntas con inteligencia y buen sentido. Adelante, Gloria Steinem! Advirti, con sorpresa y azoramiento, que Ike Mazzard la estaba dibujando. Sentado en su silla (junto al perseverante contemplador del cielo raso, Dale Coba), picoteaba con un bolgrafo azul en una libreta, posada sobre su pulcra rodilla a rayas, mirando alternativamente a Joanna y a su obra de picoteo. Ike Mazzard, dibujndola a ella! Los hombres se haban quedado silenciosos. Miraban el interior de sus vasos, revolvan sus cubitos de hielo. Epa! dijo Joanna, menendose desasosegada pero sonriente :Yo no soy una muchacha de Ike Mazzard! Toda muchacha es una muchacha de Ike Mazzard contest el hombrecito; le sonri y sonri a su obra de picoteo. Ella mir a Walter, que le sonri, turbado, y se encogi de hombros. Mir de nuevo a Mazzard y despus, sin volver la cabeza, a los otros hombres. Ellos la miraron y sonrieron nerviosamente. Vaya! Esto es un buen mata-conversacin dijo. Descanse, puede moverse dijo Ike Mazzard. Dio vuelta a la hoja y reanud el picoteo. Habl Frank:

Yo no creo que otro campo de b...bisbol sea tan imprescindible. Joanna oy gritar a Kim: Mami!, pero Walter la detuvo, tocndole el brazo, dej su vaso encima de la mesa, se levant y pidi disculpas a Claude al pasar delante de l. Los hombres volvieron al tema de los nuevos proyectos. Ella desliz una palabra aqu y all, moviendo la cabeza, pero sin perder conciencia en ningn momento de que Mazzard la miraba y picoteaba alternativamente. Trate una de ser Gloria Steinem cuando Ike Mazzard la est dibujando! El hombrecito haca un poco de camelo: ella no era el tipo una-sola-vez-en-la-vida-y-no-hay-que-perder-la-oportunidad, ni siquiera con aquel Palazzo de Pucci. Y por qu estaran tan tensos los hombres? Su conversacin pareca forzada y llena de baches. Herb Sundersen se haba ruborizado positivamente. De pronto se sinti como desnuda, como si Mazzard la estuviera dibujando en poses obscenas. Cruz las piernas; hubiera deseado cruzar los brazos tambin, pero no lo hizo. Por amor de Dios, se trata de un artista camelero, y nada ms. Ests vestida. Lleg Walter, que se inclin hacia ella, y le dijo: Era solamente una pesadilla. Se enderez y, pregunt a los hombres: Alguien quiere otra copa? Diz? Frank? Srvame un trago ms, pero chico dijo Ike Mazzard. El bao queda por all? pregunt Herb, levantndose. Prosigui la conversacin, ya ms suelta y despreocupada. Proyectos nuevos. Proyectos antiguos. Mazzard se guard el bolgrafo en el bolsillo, sonriente. Uf! resopl Joanna, y se ech aire. Coba enderez la cabeza y, siempre con las manos en la nuca, pero ahora con el mentn contra el pecho, mir la libreta apoyada sobre la rodilla de Mazzard, y dijo: Usted no acaba nunca de asombrarme. Puedo ver yo? pregunt Joanna. Por supuesto! contest Mazzard. Se incorpor a medias y le tendi la libreta. Walter tambin mir y Frank se inclin para ver. Croquis de Joanna: pgina tras pgina de croquis, pequeos, precisos y... lisonjeros, como haban sido siempre los dibujos de Ike Mazzard. Caras de frente, de tres cuartos, de perfil; estudios de expresin, que la mostraban sonriente o seria, hablando o frunciendo el ceo. Son preciosos! dijo Walter. Y Frank coment: Estupendo, Ike! Claude y Herb se acercaron por detrs del sof.

Joanna volvi a recorrer todas las pginas. Son... maravillosos dijo. Ojal pudiera decir que son perfectamente fieles... Es que lo son asegur Mazzard. Dios lo bendiga. Le devolvi la libreta. l la apoy sobre la rodilla, volvi algunas hojas y sac su bolgrafo. Escribi algo en una pgina, la arranc y se la ofreci. Era uno de los croquis en que la haba tomado de tres cuartos, seria, y llevaba la conocida firma sin maysculas ike mazzard. Se lo mostr a Walter, que dijo: Gracias, Ike. Es un placer. Joanna le sonri: Gracias. Le perdono por arruinarme la adolescencia. Sonri a los dems. Alguno de ustedes quiere caf? Todos queran, con excepcin de Claude, que quiso t. Fue a la cocina y coloc el croquis sobre los posafuentes, encima del refrigerador. Un retrato de ella dibujado por Ike Mazzard! Quin se lo hubiera dicho en su pueblo, tiempo atrs, cuando andaba por los once o los doce aos, y lea los Journals y los Companions de mami! Qu tontera ponerse tan nerviosa por lo que en realidad haba sido una gentileza de Ike Mazzard! Sonriendo, llen de agua la cafetera, la enchuf, ajust el filtro, ech unas cucharadas de caf y coloc la tapa. Cerr el recipiente plstico del caf y se volvi. Coba estaba reclinado en el hueco de la puerta, con un hombro contra el quicio y cruzado de brazos, observndola. Muy fro a pesar de la tricota de cuello alto, color verde jade (que, por supuesto, haca juego con sus ojos) y el traje de franela gris pizarra. Me gusta observar a las mujeres ocupadas en los pequeos menesteres domsticos le dijo con una sonrisa. Ha venido al pueblo ms adecuado para saciar el gusto. Joanna tir la cuchara al fregadero, y llev el tarro de caf al refrigerador. Coba segua all, observndola. Ella dese que apareciera Walter. Usted no parece particularmente vertiginoso dijo. Por qu lo llaman Diz? En un tiempo trabaj en Disneylandia. Se ech a rer mientras iba al fregadero. No me diga! Es la verdad. Joanna se volvi en redondo y lo mir.

No me cree? No. Por qu? Ella reflexion un instante y lo supo. Por qu no me cree? Dgame. Al infierno con l: quera saberlo, se lo dira. No da la impresin de una persona que disfrute haciendo feliz a la gente. Un impacto mortal, sin duda, para la admisin de las mujeres en la bendita y sacrosanta Asociacin de Hombres. Coba la mir, desdeoso. Qu sabe usted! Sonri, se apart del quicio, dio media vuelta y se fue. No me entusiasma mucho el presidente dijo Joanna, mientras se desvesta. Tampoco a m convino Walter. Es fro como un tmpano. Pero no va a estar en el cargo a perpetuidad. Mejor as, porque de lo contrario las mujeres no conseguirn entrar nunca. Cundo hay elecciones? Inmediatamente despus del primero de ao. En qu trabaja? En la empresa Burnham-Massey, de la ruta Nueve. Lo mismo que Claude. Ah, oye, cmo es el apellido? De Claude? Axhelm. Kim empez a llorar. Arda de fiebre, y ellos estuvieron en pie hasta pasadas las tres, tomndole la temperatura (cuarenta grados y unas lneas, al principio), leyendo un manual de medicina casera, llamando al doctor Verry y dndole baos casi fros y friegas con alcohol. Bobbie encontr una viva. ...Por lo menos en comparacin con las otras posmas grazn su voz desde el telfono. Se llama Charmaine Wimperis, y si la miras un poco de soslayo se convierte en Raquel Welch. Viven en la cuesta de Burgess Ridge, en una ultramoderna de doscientos mil dlares; y ella tiene criada, jardinero y, adems, pon atencin, pista de tenis. En serio? Ya saba yo que esto iba a hacerte salir del stano. Ests invitada a jugar y tambin a almorzar. Pasar a buscarte alrededor de las once y media. Hoy? No puedo! Kim todava no sale. Todava? Podramos aplazarlo hasta el mircoles? O el jueves, para mayor seguridad. El mircoles. Lo consultar con ella y volver a llamarte.

Pim! Pum! Paam! Charmaine era buena jugadora. Caracoles si era buena! Mandaba la pelota zumbando, directa y dura, primero a un lado de la cancha, despus al otro; la tuvo corriendo de lado a lado todo el tiempo, y luego la oblig a correr hasta el fondo de la cancha, con un tiro largo que Joanna apenas alcanz a atajar. Sali corriendo detrs de la pelota, pero Charmaine la baj con un smash que la proyect hacia el ngulo interior izquierdo de la red, y gan el juego y el set por seis a tres; luego de haber ganado el primero por seis a dos. Oh, Dios! Cmo me la dieron! exclam Joanna. Qu papeln! Qu paliza! Uno ms! grit Charmaine, retrocediendo hasta la lnea de saque. Vamos, uno ms! No puedo! Con esto me alcanza para no poder andar maana. Recogi la pelota. Ven, Bobbie, juega t! Bobbie, sentada en el csped con las piernas cruzadas, al otro lado de la verja de tela metlica, ofreca la cara en bandeja sobre una lmpara de sol. No he jugado desde el colegio, juro que es verdad! Un solo juego, entonces grit Charmaine. Un juego ms, Joanna! Est bien, un juego ms! Lo gan Charmaine. Me has dejado muerta, pero fue brbaro. Gracias dijo Joanna cuando salan juntas de la cancha. Lo nico que te falta es volver a practicar un poco dijo Charmaine, pasando cuidadosamente la punta de una toalla por sus mejillas de pmulos altos. Tienes un saque de primera. Mucho me sirvi. Quieres jugar a menudo? Todo lo que he conseguido hasta ahora es un par de muchachitos, los dos con erecciones permanentes. Mndamelos dijo Bobbie, levantndose del suelo. Caminaron por el sendero de lajas en direccin a la casa. Es una pista estupenda coment Joanna, pasndose la toalla por el brazo. sala, pues. Yo sola jugar diariamente con Ginnie Fisher, la conoces?, pero me plant. T no lo hars, verdad? Qu te parece maana? Oh, no puedo! Se sentaron en una terraza, bajo una sombrilla de Cinzano, y la criada, una mujer delgada y canosa que se llamaba Nettie, les llev una jarra de Bloody Mary, un tazn de crema de pepinos y galletitas crocantes. Es maravillosa dijo Charmaine. Una alemana de Virgo; si le ordenara lamer mis zapatos, lo hara. T que eres, Joanna? Una americana de Tauro.

Si le mandas lamer tus zapatos, te escupe en el ojo dijo Bobbie. No creers realmente esas monsergas, no? Por supuesto que s contest Charmaine, sirviendo Bloody Mary. Y t tambin creeras, si te acercaras a estas cosas con espritu abierto. (Joanna la mir de reojo, no era Raquel Welch, pero andaba cerca.) Por eso me dej plantada Ginnie Fisher prosigui Charmaine. Es de Gminis, y sos cambian todo el tiempo. Los Tauro son constantes y uno puede contar con ellos. Lo que significa que tendremos tenis al por mayor. Esta nativa de Tauro tiene una casa y dos chiquillos que atender, sin ninguna alemana de Virgo. Charmaine tena un hijo nico, de nueve aos, llamado Merrill. Su esposo, Ed, era productor de Televisin. Se haban trasladado a Stepford en julio. S, Ed era miembro de la Asociacin de Hombres y, no, a ella no le incomodaba la injusticia sexista. Cualquier cosa que lo retenga fuera de casa por la noche me viene bien declara. l es de Aries y yo de Escorpio. Oh, vamos... dijo Bobbie, y se meti en la boca una galletita cargada con crema de pepinos. Es una combinacin psima explic Charmaine. Ah, si yo hubiera sabido antes lo que s ahora... Psima en qu sentido? pregunt Joanna. Y fue un error. Charmaine se explay sin trabas acerca de las incompatibilidades que existan entre ella y Ed, en mltiples aspectos: social, emocional y sobre todo sexual. Nettie llev langosta a la Newburg con patatas juliana. Pobres caderas mas! gimi Bobbie, sirvindose langosta a cucharadas, mientras Charmaine entraba en pormenores con una franqueza portentosa. Ed era un stiro y un pervertido sexual. Me mand hacer ese vestido de goma en Inglaterra, sabe Dios a qu precio. De goma, se dan una idea? Se lo pones a alguna de tus secretarias, le dije yo. A m no me vas a meter dentro de eso. Cierres relmpagos con candaditos, de arriba abajo. No se puede tener encerrada a una Escorpio. A las Virgo s, en todo momento, porque han nacido para el yugo. Pero las de Escorpio han nacido para andar sueltas. Si Ed hubiera sabido antes lo que t sabes ahora... dijo Joanna. No habra habido la menor diferencia dijo Charmaine. Est loco por m. Es un Aries tpico. Netti llev pastelillos de frambuesa y caf. Bobbie rezong. Charmaine les habl de otros pervertidos sexuales que haba conocido en sus tiempos de modelo profesional: eran varios. Las acompa hasta el auto de Bobbie. Escucha, Joanna le dijo al despedirse, ya s que eres una persona muy ocupada, pero en cualquier momento que tengas una hora libre, vienes directamente. Ni siquiera necesitas llamar. Yo estoy casi siempre en casa.

Gracias, lo har. Y gracias tambin por el da de hoy. Ha sido grandioso. En cualquier momento repiti Charmaine. Se inclin hacia la ventanilla. Otra cosa, querran hacerme un favor las dos? Querran leer Los signos del Zodaco, de Linda Goodman, aunque slo sea por complacerme? Lanlo y vern lo acertada que es. Lo tienen en la farmacia del Centro, en rstica. Lo harn? Por favor...? Se rindieron sonrientes, y prometieron que lo haran. Chau! grit Charmaine, saludndolas con la mano cuando se alejaban. Bueno dijo Bobbie, doblando la curva de la carretera, tal vez no sea el elemento ideal para la N O W, pero al menos no est enamorada de su aspiradora. Es despampanante! Verdad que s? Aun para estas regiones, donde las mujeres pueden tener poco seso, hay que reconocer que les sobra presencia. Caray, qu matrimonio! Qu me dices de ese vestido de goma? Y yo pensaba que el pobre Dave tena ocurrencias espeluznantes! Dave? dijo Joanna, mirndola. Bobbie le enfoc una sonrisa lateral. A m no me vas a arrancar ninguna confesin verdica. Soy Leo, y las Leo hemos nacido para cambiar de tema. Queris ir al cine t y Walter el sbado a la noche? Haban comprado la casa a un matrimonio Pilgrim, que la haba habitado solamente dos meses y se haban trasladado al Canad. Los Pilgrim, a su vez, se la haban comprado a una tal Mrs. McGrath, quien por su parte se la haba comprado al constructor, once aos antes. Mrs. McGrath era, pues, la que haba dejado la mayora de los trastos que haba en el depsito del stano. No era justo, en realidad, llamarlos trastos: haba dos buenas sillas de comedor coloniales, que Walter iba a desarmar y a componer algn da: una edicin completa del Libro del saber, en veinte tomos, que estaba ahora en los anaqueles del cuarto de Pete; adems, cajas y paquetitos de trabajos de ferretera y restos de materiales: cosas que si no eran precisamente hallazgos, podan resultar tiles. Mrs. McGrath haba sido un ama de casa ahorrativa y previsora. Joanna haba pasado ya la mayor parte de lo. que no eran realmente trastos a un rincn del fondo del stano, antes de que el fontanero instalara la pila, y ahora estaba pasando el resto tarros de pintura y envoltorios de tejas de amianto, mientras Walter martillaba una alacena de madera contrachapada, y Pete le alcanzaba los clavos. Kim haba ido con las chicas de los Van Sant y Carol a la biblioteca. Joanna desenroll un envoltorio de papel de diario amarillento, y encontr un pincel de una pulgada, con las cerdas limpias un poco endurecidas, pero todava flexibles. Empezaba a enrollarlo de nuevo en el diario media hoja de la Crnica cuando las palabras CLUB DE MUJERES atrajeron su atencin. EL CLUB DE MUJERES ESCUCHA A UNA ESCRITORA. Volvi el papel y mir. Dios santo!

Pete la mir y Walter, sin interrumpir los martillazos, dijo: Qu ocurre? Sac el pincel del diario, lo dej en el suelo, sostuvo con ambas manos la media hoja desplegada, y empez a leer. Walter dej de martillar, se volvi a mirarla y pregunt: Qu ocurre? Sigui leyendo un momento. Le mir, mir el diario, luego a Walter otra vez. Dijo: Haba... un club de mujeres aqu. Betty Friedan habl para ellas. Y Kitt Sundersen era la presidenta. La mujer de Dale Coba y la de Frank Roddenberry pertenecan a la comisin directiva. Ests bromeando? Joanna baj los ojos al diario y ley: Betty Friedan, autora de La mstica femenina, dirigi la palabra a las socias del Club de Mujeres de Stepford, el jueves por la noche, en casa de Mrs. Herbert Sundersen, presidenta de la institucin. Ms de cincuenta mujeres aplaudieron a Mrs. Friedan cuando se refiri a las injusticias y frustraciones a que est sometida la mujer casada en nuestros tiempos... Alz los ojos. Puedo seguir un rato yo? pidi Pete. Walter le tendi el martillo y pregunt a Joanna: Cundo fue eso? Ella mir el diario: No lo dice. Es la mitad inferior. Hay una foto de la comisin directiva: Mrs. Steven Margolies, Mrs. Dale Coba, la escritora Betty Friedan, Mrs. Herbert Sundersen, Mrs. Frank Roddenberry y Mrs. Duane T. Anderson. Le tendi la media hoja abierta, y l se acerc y tom un lado. Si esto no es el colmo de lo absurdo... coment, observando la fotografa y el artculo. Yo habl con Kit Sundersen, y no me dijo una palabra al respecto. Solamente que no tena tiempo para una reunin. Como todas las dems. Debi ser hace seis o siete aos aventur Walter, palpando los bordes del papel amarillento. O ms. La mstica apareci cuando yo trabajaba todava. Andreas me dio el ejemplar que haba usado para la resea. Te acuerdas? l asinti y se volvi hacia Pete, que estaba martillando la alacena vigorosamente. Eh, cuidado! Vas a dejar marcas. Se volvi de nuevo al diario. Bueno, es bastante tiempo, no? Debe haber fracasado, simplemente. Con cincuenta socias? Ms de cincuenta... que aplaudan a la Friedan, no la silbaban? Bueno, ya no existe, verdad? dijo Walter, soltando el papel. Salvo que hayan tenido la peor encargada de relaciones pblicas del mundo. Le preguntar a Herb lo que pas la prxima vez que lo vea. Se acerc nuevamente a Pete:

Vaya, has hecho un buen trabajo. Joanna mir el diario y mene la cabeza: No lo puedo creer! Quines eran esas cincuenta mujeres? No es posible que todas se hayan mudado a otra parte... Vamos, vamos. T no has hablado con todas las mujeres del pueblo. Pero Bobbie s, o le falt muy poco. Dobl el papel, lo volvi a doblar y lo coloc sobre la caja de su equipo. El pincel estaba en el suelo. Lo recogi. Necesitas un pincel? Walter volvi la cabeza: No pretenders que pinte estas cosas. No, no. Estaba envuelto en el diario. Ah dijo l, y volvi a la alacena. Joanna dej el pincel, se agach y junt unas tejas sueltas. Cmo es posible que no lo mencionara? Era la presidenta... Apenas Bobbie y Dave entraron en el coche, se lo cont. Ests segura de que no es uno de esos peridicos que se imprimen en las galeras de tres al cuarto? dijo Bobbie. Fred Smith se acuesta con Elizabeth Taylor, y cosas por el estilo. Es la enferma Crnica afirm Joanna.La mitad inferior de la primera hoja. Aqu la tienes, si quieres ver. La tendi al asiento de atrs, y ellas la desplegaron en medio de las dos. Walter encendi la luz de arriba. Podras haber ganado una hermosa suma, si me hubieras hecho una apuesta y despus me la hubieras mostrado dijo Dave. No se me ocurri. Ms de cincuenta mujeres! exclam Bobbie. Quines diablos eran? Qu pas con el club? Eso es lo que yo quiero saber dijo Joanna. Y por qu no me lo mencion Kit Sundersen. Maana mismo voy a hablar con ella. Viajaron hasta Eastbridge y se pusieron en la cola para la funcin de las nueve: una pelcula inglesa de categora R. Las parejas de la cola eran bulliciosas y charlatanas: arracimadas en grupitos de cuatro y de seis, rean, miraban hacia el final de la cola, y saludaban con la mano a otras. No pareca haber nadie conocido, excepto un matrimonio de cierta edad, que Bobbie reconoci de la Sociedad Histrica, y el muchacho de los McCormick con su pareja dos chicos de diecisiete, solemnemente tomados de la mano para aparentar dieciocho. La pelcula era brutalmente buena, convinieron los cuatro, y despus que termin volvieron en automvil a casa de Bobbie y Dave, que estaba catica: los chicos no se haban acostado y el perro ovejero brincaba alegremente por todas partes. Cuando Bobbie y Dave consiguieron librarse de la baby sitter, de los chicos y del perro ovejero, se sentaron a tomar caf y torta de nata en el living, arrasado por el torbellino. Ya saba yo que no era la nica irresistible dijo Joanna al ver un

croquis de Bobbie dibujado por Ike Mazzard, metido en el marco del cuadro que colgaba sobre la estufa. Toda muchacha es una muchacha de Ike Mazzard, acaso no lo sabas? dijo Bobbie, hundiendo el croquis en la esquina interior del marco para que estuviera ms seguro, y dejando el cuadro ms torcido de lo que ya estaba. Corcho! Me gustara parecer la mitad de hermosa. Eres hermosa tal como eres dijo Dave a su espalda. No es un amor de muchacho? le dijo Bobbie a Joanna. Se volvi hacia Dave y le bes en la mejilla. Todava es domingo para que te levantes tan temprano. Joanna Eberhart dijo Kit Sundersen, y sonri. Cmo le va? Quiere pasar? S, querida dijo Joanna. Siempre que usted disponga de unos minutos. Claro que s. Entre. Kit, una bonita mujer de pelo negro y hoyuelos en las mejillas, pareca apenas mayor que en la foto poco favorecedora de la Crnica. Alrededor de los treinta y tres, calcul Joanna, al entrar en el hall. El piso vinlico de color marfil reluca, como si acabara de posarse sobre l uno de esos revestimientos plsticos que se anuncian por TV. Del living llegaban sonidos de un partido de bisbol. Herb est dentro, con Gary Claybrook le inform Kit. Quiere saludarlos? Joanna se aproxim al arco del living y asom la cabeza: Herb y Gary, sentados en un sof, miraban atentamente un gran televisor en colores, a travs de la habitacin. Gary tena medio emparedado en la mano y masticaba. Delante de ellos, sobre una mesita baja, haba un plato de sandwiches y dos latas de cerveza. La habitacin era beige, marrn y verde; colonial e inmaculada. Joanna aguard a que un jugador que haba salido corriendo atrapara la pelota, y dijo: Hola! Herb y Gary se volvieron y le sonrieron. Hola, Joanna contestaron los dos; a lo que Gary aadi: Qu tal? y Herb: Tambin est Walter aqu? Muy bien, gracias. No, Walter no est dijo ella. Yo vine a conversar un momento con Kit. Bueno el partido? Herb desvi los ojos y Gary contest: Muy bueno. Kit, que estaba detrs de Joanna y ola al perfume de la madre de Walter, cualquiera que fuese, le dijo: Venga, vamos a la cocina. Que se diviertan dijo Joanna a los dos hombres. Gary, que haba clavado los dientes en un sandwich, le sonri con los ojos, a travs de los cristales. Herb la mir y contest:

Gracias. Eso deseamos. Joanna sigui los pasos pseudorrevestimiento plstico. Gracias, no se moleste. La sigui hasta la cocina, que ola a caf. Estaba impecable, naturalmente, o lo habra estado, de no ser por la secadora abierta, y por la pila de ropa limpia y la canasta para ropa que haba sobre una mesa, encima de la secadora. El ojo redondo de la lavadora se revolva, borrascoso. El piso era un nuevo despliegue de plstico. Est todava sobre la cocina dijo Kit, de modo que no sera ninguna molestia. Bueno, siendo as... Se sent a una mesa redonda verde, mientras Kit sacaba una taza y un plato, de una alacena cuidadosamente arreglada: todas las tazas colgadas de sus ganchos, todos los platos alineados en sus soportes. Ahora todo es paz y silencio dijo Kit, cerrando la alacena y yendo hacia la cocina. Su figura, en el vestido celeste corto, era casi tan despampanante como la de Charmaine. Los chicos fueron a casa de Gary y Donna. Yo estoy haciendo el lavado de Marge McCormick. No s qu compostura tiene hoy que no se puede mover. Oh, pobre! Kit sujet con las puntas de los dedos la tapa de una cafetera, y sirvi el caf. No dudo de que estar como nueva en un par de das. Cmo lo toma, Joanna? Con leche y sin azcar, por favor. Kit se dirigi al refrigerador con la taza y el plato. Si viene a hablarme otra vez de esa reunin, lamento decirle que sigo estando terriblemente ocupada. No se trata de eso dijo Joanna. Observ atentamente a Kit, que en ese momento abra el refrigerador, y prosigui: Quera averiguar lo que ocurri en el Club de Mujeres. El Club de Mujeres? Estaba de pie ante el refrigerador iluminado, de espaldas a Joanna. Oh, hace tantos aos de eso! Se deshizo. Por qu? Kit cerr el refrigerador y abri un cajn adyacente. Varias socias se fueron a vivir a otro lado. Cerr el cajn y se volvi, colocando una cucharilla sobre el plato. Y el resto, simplemente perdi inters. Yo, por lo menos, lo perd.Se dirigi a la mesa, vigilando la taza. No cumpla ninguna finalidad til. Las reuniones resultaron abrumadoramente aburridas al cabo de un tiempo... Dej el plato y la taza sobre la mesa, y los empuj ms cerca de Joanna. Tiene suficiente leche? S, est muy bien. Gracias. Cmo es posible que no me hablara de de Kit sobre el vinlico de

Le gustara tomar una taza de caf?

eso cuando vine la vez pasada? Kit sonri y sus hoyuelos se hicieron ms profundos. Usted no me pregunt nada. De lo contrario, le habra dicho cualquier cosa que deseara saber. No es ningn secreto. Querra un trozo de torta o unas galletitas? No, gracias. Voy a doblar estas cosas. Kit se apart de la mesa. Joanna la observ mientras cerraba la secadora, tomaba una pieza de ropa de la pila, y la sacuda: era una camiseta. Qu pasa con Bill McCormick? No sabe manejar una lavadora? Yo crea que era una de nuestros cerebros aeroespaciales. Tiene que atender a Marge contest Kit, doblando la camiseta. Qu suaves y blancas salen estas cosas! No? Puso la camiseta doblada en la canasta de la ropa, sonriendo. Pareca la actriz de un comercial. Y eso era, pens Joanna de pronto. Ella y las dems, todas las casadas de Stepford, eran eso: actrices de comerciales, complacidas con detergentes y ceras para el piso, con productos de limpieza, champes y desodorantes. Hermosas actrices, abundantes de busto pero escasas de talento, tan exageradas en su papel de amas de casa de un pueblo suburbano, que le quitaban toda realidad y no convencan a nadie. Kit... empez a decir. Kit la mir. Usted deba ser muy joven cuando fue presidenta del club. Significa que es una persona inteligente y, de cierto empuje. Es feliz ahora? Dgame la verdad. Siente que est viviendo una vida plena? Kit la mir y movi la cabeza en seal de asentimiento. S dijo, soy feliz. Siento que estoy viviendo una vida perfectamente plena. Herb tiene un trabajo importante, que no podra desempear tan bien, ni muchos menos, si no fuera por m. Los dos constituimos una unidad: entre los dos estamos criando una familia, haciendo investigaciones de ptica, gobernando un hogar limpio y confortable, y trabajando en una obra de bien social. A travs de la Asociacin de Hombres? S. Las reuniones del Club de Mujeres eran ms aburridas que los quehaceres domsticos? Kit frunci el ceo. No, pero s menos tiles. Por qu no toma su caf? Est mal? No dijo Joanna. Estaba esperando a que se enfriara un poco. Y levant la taza. Ah. Kit sonri, volvi a la pila de ropa y dobl algo. Joanna la observ. Le preguntara quines haban sido las otras socias? No, para qu? Todas deban ser iguales a ella... Se llev la taza a los labios y bebi un sorbo: el caf era fuerte y aromtico, el mejor que haba paladeado en mucho tiempo.

Cmo estn sus chicos? pregunt Kit. Muy bien. Ya iba a preguntarle la marca del caf, pero se contuvo y sigui bebiendo. Quiz los paneles irregulares de la ferretera balancearan el reflejo de la luna con un efecto interesante, pero no haba medio de comprobarlo; no mientras los paneles siguieran ah, y la luna siguiera all. C'est la vie. Vagabunde un rato por el Centro, impregnndose en la sensacin de vaco nocturno a travs de todo el arco de la calle: a un lado, la blanca hilera de tiendas de frente colonial; al otro, la falda de la colina, la biblioteca, el cottage de la Sociedad Histrica. Desperdici cierta cantidad de pelcula en faroles y cestos de papeles con tiempo de clich, pero era slo pelcula comn, de modo que no importaba un cuerno. Un gato baj al trote el senderito de la biblioteca un gato gris plateado, con una negra sombra de luna adherida a las zarpas y cruz la calle hacia la plaza de estacionamiento del supermercado. No, gracias, las fotografas de gatos no nos entusiasman. Arm el trpode sobre el cuadro de csped de la biblioteca, y tom algunas de los frentes coloniales, usando el lente de cincuenta milmetros y haciendo exposiciones de diez, doce y catorce segundos. Un olor raro, a droga, alter el aire, trado por una rfaga que soplaba a su espalda. Casi le record algo de su niez, pero no por completo. Algn jarabe que le haban dado? Algn juguete que haba tenido? Volvi a cargar la cmara a la luz de la luna, cerr el trpode y retrocedi hacia el lado opuesto de la calle, explorando la biblioteca en busca de un ngulo conveniente. Encontr uno y se instal. El blanco entablado de quilla apareca listado de negro a la luz perpendicular de la luna; las ventanas mostraban paredes tapizadas de libros, dbilmente iluminadas desde dentro. Enfoc, extremando las precauciones, y ensay una serie de tomas, la primera de ocho segundos, y cada una de las siguientes un segundo ms larga que la anterior, hasta llegar a dieciocho. Una, por lo menos, captara las paredes interiores tapizadas de libros, sin sobreexponer el entablado. Fue hasta el automvil a buscar su suter, y cuando volvi a la cmara, ech una mirada a su alrededor. El cottage de la Sociedad Histrica? No, la sombra de los rboles lo oscureca demasiado, y de cualquier modo, era insulso. En cambio, ms all, en lo alto de la colina, el edificio de la Asociacin de Hombres presentaba un aspecto sorprendentemente cmico: sobre la casa cuadrada del siglo XIX, simtrica y maciza, se tambaleaba como una sombrillita una reluciente antena de TV. Las cuatro altas ventanas del primer piso estaban abiertas y vividamente iluminadas. En el interior se movan algunas figuras. Joanna sac de la cmara el lente de cincuenta milmetros, y estaba colocando el de treinta y cinco, cuando el resplandor de unos faros irrumpi en la calle y se fue haciendo ms y ms brillante. Se volvi y un faro auxiliar la enfoc. Mientras cerraba los ojos, ajust el lente; despus se los protegi con la mano y mir de soslayo. El automvil se detuvo; el rayo del faro auxiliar se desvi, para extinguirse en una chispa naranja. Joanna parpade varias veces, viendo

todava la irradiacin enceguecedora. Un coche de la Polica. Continuaba detenido en el mismo lugar, a unos diez metros de distancia, del otro lado de la calle. Una voz de hombre hablaba suavemente en su interior; hablaba y segua hablando. Ella aguard. El coche avanz, lleg hasta donde estaba y se detuvo. El joven polica del antipolicial bigote castao, la salud con una sonrisa. ...noches, seora. Lo haba visto a menudo, una vez en la papelera, comprando papel crep de todos los colores en existencia, un rollo de cada color. Hola le contest sonriendo. Estaba solo en el coche; deba haber estado hablando por su radio. Acerca de ella? Lamento haberla enfadado as dijo el polica. Es suyo el auto que est estacionado junto a la estafeta de correos? S, no lo estacion aqu mismo porque estaba... Bien, bien... Quera asegurarme, simplemente. Mir de costado hacia la cmara. Es una bonita cmara sa. De qu marca es? Una Pentax. Pentax, ah. Mir a la cmara y a Joanna. Y puede sacar fotografas de noche? Con tiempo de exposicin. S, claro. Y cuntos segundos lleva, en una noche como sta? Bueno, depende. l quiso saber qu clase de pelcula estaba usando, y en qu. Si era una aficionada o una fotgrafa profesional. Cunto costaba aproximadamente una Pentax, y qu ventajas tena sobre otras cmaras. Ella procur no impacientarse: deba estar contenta de vivir en un pueblo donde un polica poda detenerse un rato a conversar. Bueno acab por decir el hombre, con una sonrisa, supongo que no debo hacerle perder ms tiempo. Buenas noches. Buenas noches contest Joanna, sonriendo. El auto se puso en marcha lentamente. El gato gris atraves a la carrera los rayos de los faros. Joanna se qued mirando el coche un momento; despus se volvi hacia la cmara y asegur el lente. Agachada ante el visor, lo movi hasta conseguir un buen encuadre de la Asociacin de Hombres, y ajust la cabeza del trpode. Enfoc, y obtuvo en el visor una imagen ms ntida de la alta casa cuadrada con su antena tambaleante. Dos ventanas estaban ahora oscuras, otra oscurecida por la persiana bajada, y la ltima tambin. Se incorpor, dirigi una mirada a la casa misma, y luego a las luces traseras, ya lejanas, del coche policial.

S, haba irradiado un mensaje referente a ella, y la haba distrado con sus preguntas mientras el mensaje surta efecto y se bajaban las persianas. Pero, mujer, no seas chiflada! Mir el edificio una vez ms. Seguramente no tendran un aparato de onda corta all. Y qu poda temer el polica que fotografiara? Quin sabe, a lo mejor estaban en plena orga! A lo mejor haban invitado a algunas mujerzuelas de la ciudad! (o, mejor an, de aqu, de Stepford mismo, por qu no?. La ampliacin revela escandaloso secreto. Al parecer, diligentes amas de casa, satisfactoriamente inmviles para una exposicin bastante larga, fueron sorprendidas mientras retozaban en la Asociacin de Hombres, el sbado a la noche, por la fotgrafa Nancy Drew Eberhart, de Fairview Lane... Sonriendo, se agach al visor, mejor el encuadre y el enfoque y fotografi la casa de ventanas oscuras en tres exposiciones, de diez, doce y catorce segundos, respectivamente. Fotografi tambin la estafeta de correos y su mstil desnudo, recortado contra las nubes que iluminaba la luna. Estaba poniendo el trpode en el auto, cuando pas a su lado el coche policial y aminor la marcha. Espero que salgan todas! grit el joven polica. Gracias! le grit ella a su vez. Muy agradable la conversacin! Era una forma de reparar sus suspicacias de origen urbano. Buenas noches! grit el polica. Uno de los socios ms antiguos en la firma de Walter muri de uremia, y se descubri que haba llevado una contabilidad alarmantemente inexacta de los bienes administrados en fideicomiso. Walter tuvo que pasar dos noches y un fin de semana en la ciudad, y en las noches subsiguientes rara vez volvi a casa antes de las once. Pete sufri una cada del mnibus escolar, y a raz de ella perdi dos dientes. Los padres de Joanna, que iban a pasar unas vacaciones en el Caribe, aprovecharon para hacerle una visita de tres das, anunciada en el ltimo momento. (Quedaron encantados con la casa y con Stepford, y la madre de Joanna encontr admirable a Carol van Sant. Tan serena y tan eficiente! No te vendra mal seguir su ejemplo, Joanna.) El lavaplatos se descompuso y tambin la bomba. Lleg el octavo cumpleaos de Pete, ocasin que, naturalmente, requiri regalos, privilegios, una tarta y una fiesta. Kim pesc unas anginas y no pudo salir en tres das. El perodo de Joanna se atras, pero lleg finalmente, gracias a Dios y a la pldora. Se las arregl para intercalar entre todas estas cosas un poco de tenis, y su juego haba mejorado, aunque todava no estaba a la par del de Charmaine. Consigui dejar instaladas tres cuartas partes del cuarto oscuro; ensay unas cuantas ampliaciones de la foto Negro y Taxi; revel e imprimi las que haba tomado en el Centro, y encontr dos que parecan excelentes. Tom instantneas de Pete, Kim y Scott Chamalian, jugando en el columpio del jardn.

Vea a Bobbie casi diariamente; hacan las compras juntas y, de vez en cuando, ella se presentaba con sus dos hijos menores, Adam y Kenny, de vuelta de la escuela. Un da, Joanna, Bobbie y Charmaine se vistieron de punta en blanco y fueron a Eastbridge, para obsequiarse con un lunch de dos ccteles en un restaurante francs. Hacia finales de octubre, Walter ya regresaba a comer, despus de haber dejado convenientemente desenredadas, remendadas y tapadas las malversaciones del socio difunto. En la casa todo funcionaba, todos andaban bien. Tallaron una calabaza enorme para la fiesta de Todos los Santos, a la que Pete asisti, por-la-razn-o-por-la-fuerza, en figura de Batman desdentado, y Kim disfrazada de Heckel o Jeckel (insista en que era las dos). Joanna reparti cincuenta bolsas de bombones, y despus tuvo que ponerse a rgimen de fruta y galletitas. Ya saba para el ao prximo. El primer sbado de noviembre dieron una comida: Bobbie y Dave, Charmaine con Ed, su marido, y de la ciudad, Shep y Silvia Tackower, Don Ferrault uno de los socios de Walter y su esposa, Lucy. La asistenta local que Joanna tom para que ayudara a servir y a lavar la vajilla, estaba contentsima de trabajar en Stepford, para variar un poco. Antes haba aqu tanta vida social! aor. Yo tena una rueda de seoras que se disputaban mis servicios. Y ahora tengo que ir a Norwood, a Eastbridge y a New Sharon. Y eso que aborrezco conducir de noche! Era una mujer regordeta y movediza, de pelo blanco, que se llamaba Mary Migliardi. Todo por culpa de la Asociacin de Hombres aadi, mientras clavaba palillos en un plato de camarones. La vida social se fue por la ventana desde que ellos inauguraron. Los hombres salen y las mujeres se quedan en casita. Si viviera mi viejo, tendra que tumbarme de un garrotazo en la cabeza, antes que lo dejara hacerse socio. Pero es una institucin muy antigua, no? dijo Joanna, mezclando la ensalada a la distancia de un brazo, en atencin a su vestido. Habla en broma? Es nueva. Seis o siete aos, no ms. Antes estaba la Asociacin Cvica, los Elks y la Legin. Sigui pinchando camarones a una velocidad automtica. Pero todas se refundieron en sa, en cuanto empez a funcionar. Menos la Legin, que todava est separada. Seis o siete aos, y nada ms. Esto no ser todo lo que tiene para hors d'oeuvres, verdad? Hay un rollo de queso en el refrigerador. Lleg Walter, elegantsimo con su chaqueta a cuadros, con el cubo para el hielo. Andamos de suerte. Hay una buena pelcula de animales. Pete ni siquiera piensa en bajar. Llev el Sony a su cuarto. Abri el congelador y sac una bolsa de cubitos. Mary acaba de informarme que la Asociacin de Hombres es nueva dijo Joanna. No es nueva dijo Walter, tirando del extremo de la bolsa.

Unos seis o siete aos intervino Mary. A eso en mi pueblo lo llaman viejo. Yo crea que se remontaba a los puritanos dijo Joanna. Qu te dio esa idea? pregunt Walter, volcando los cubitos de hielo en el cubo. Ella revolva la ensalada. No s... La forma en que est establecida. Esa casa tan vieja... Era la propiedad Terhune dijo Mary, cubriendo con una hoja de plstico la fuente erizada de palillos. La compraron tirada. Sali a remate judicial y no hubo otro postor. La comida result un desastre. Lucy Ferrault era alrgica a algo y no paraba de estornudar; Silvia estaba preocupada; Bobbie, con quien Joanna haba contado como estrella de la conversacin, tena laringitis. Charmaine era Miss Vamp: provocativa y gancho en ristre, moldeada en seda blanca hasta el suelo y con una ventana a la altura del ombligo. Dave y Shep fueron provocados y enganchados. Walter (que el diablo se lo llevase!) conversaba de leyes con Don Ferrault, en un rincn. Ed Wimperis corpulento, carnoso, bien trajeado y adobado hablaba de televisin, palmeando el brazo de Joanna y explicando con palabras parsimoniosas por qu los cachets iban a cambiarlo todo. Ya en la mesa, Silvia sacudi sus preocupaciones y arremeti contra las comunidades suburbanas, que se enriquecan a costa de los flojos gravmenes de la industria liviana, y al mismo tiempo se encastillaban en un parcelamiento de dos y de cuatro acres. Ed Wimperis derram su copa de vino. Joanna procur mantener la conversacin en un nivel superficial, y Bobbie acudi valerosamente en su ayuda, intentando una explicacin afnica sobre el origen de su laringitis: haba estado grabando cintas para un amigo de Dave, que se las daba de Henry Higgins, el desgraciado. Pero en este punto Charmaine, que conoca al aludido, y tambin haba hecho grabaciones para l, le interrumpi: Nunca tomes a risa lo que haga un Capricorniano. Producen. Tras lo cual, se intern en un anlisis de signos que dio toda la vuelta de la mesa y reclam la atencin de cada uno. El asado estaba demasiado hecho y Walter pas un mal rato cortndolo en tajadas. El souffl levant, pero no tanto como hubiera debido, tal y como Mary se cuid de hacer notar cuando lo serva. Lucy Ferrault sigui estornudando. Nunca ms dijo Joanna mientras apagaba las luces de fuera. Para m ser bastante pronto dijo Walter en un bostezo. Oye, t, cmo pudiste quedarte parado ah, parrafeando con Don, cuando haba tres mujeres sentadas como postes en el sof? Silvia llam para disculparse, le haban birlado un ascenso que estaba segura de merecer; y Charmaine llam para decir que haban pasado un rato estupendo, y para posponer una cita de tenis, concertada condicionalmente para el martes. A Ed se le ha metido un tema entre ceja y ceja explic. Va a tomarse unos das de descanso; haremos quedarse a Merrill con los DaCostas (no los conoces?, dichosa t!) y los dos nos dedicaremos al

redescubrimiento mutuo. Significa que me va a andar persiguiendo todo el tiempo alrededor de la cama. Y mi perodo no llega hasta la semana prxima, maldito sea! Por qu no dejar que te alcance? sugiri Joanna. Vaya una pregunta! Simplemente, porque no me hace gracia que un tremendo gallo se me eche encima. Nunca me gust y nunca me gustar. Y no es que sea una lesbiana, porque lo prob, y eso tampoco es gran cosa. No, simplemente no me interesa el sexo. No creo que a ninguna mujer le interese, en realidad, ni siquiera a las de Piscis. Te interesa a ti? Bueno, no soy una ninfo, pero me interesa, cmo no. Realmente, o slo porque se supone que debe interesarte? Realmente. Bueno, cada uno es como es. En fin... Dejmoslo para el jueves, de acuerdo? Ese da l tiene una conferencia de la que no puede zafarse, gracias a Dios. Okay. El jueves, si no surge algn inconveniente. No permitas que surja. Est empezando a hacer fro. Usaremos suters. Concurri a una