LETRAS INCENDIARIAS; cuentos poemas y otros infiernos.

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LETRAS INCENDIARIAS Cuentos, poemas y otros infiernos VALK

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Libro escrito por González Valk, autor chileno, que repasa en él una serie de textos de tipo poético, prosa, cuentos y relatos. Todo dividido en dos partes llamadas infiernos.

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!!!!!!!!!!!!!!

LETRAS INCENDIARIAS Cuentos, poemas y otros infiernos

!!! !!VALK

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!

Todo el material que aparece en esta publicación es de dominio público y se puede

reproducir sin el permiso del autor. !Se agradece mención de la fuente.

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!!!!!!!!!!!!!!PRIMER INFIERNO. !!

EL PEQUEÑO CABALLERO OSCURO. !!!!!!!!!!!!!!!!Antes de empezar tu propio incendio, consigue los siguientes

materiales: 1 encendedor o una caja de fósforos copihue, 5 litros de

parafina (bencina no, es explosiva), 1 olla, 1 trozo grande de

cartón, 1 cuaderno, 1 lápiz, y 1 político (de preferencia corrupto).

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MANIFIESTO LITERATURA INCENDIARIA. !!QUE ARDAN LAS CALLES. !QUE SE ABRAN LOS FUEGOS ETERNOS !EN LAS UNIVERSIDADES, !LOS COLEGIOS, LAS CASAS MÁS POBRES, !Y DONDE HAYA HAMBRUNA DE CONOCIMIENTO LIBERTARIO. !QUE ARDAN LOS FUEGOS DE LAS PERSONAS !QUE ESTÁN EN BUSQUEDA DE LA VERDAD, !ESA QUE SE ESCAPA ENTRE LAS MANOS !POR CULPA DE OTRAS MANOS !QUE QUIEREN QUE LA VERDAD SE ESCAPE. !NADIE DEBE HUÍR DE LAS LLAMAS !DE ESTA LITERATURA LIBRE, !DE ESTAS LETRAS INCENDIARIAS. !ENCIENDE TU FUEGO INTERNO, !QUE SEA PODEROSO. !ENCIENDE EL FUEGO DE LOS DEMÁS, !QUE SEA COMO UN INFIERNO. !QUE ESTAS LETRAS ARDAN CON FERVOR !EN LAS SIEMPRE VIVAS LLAMAS DE LA LIBERTAD.

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EL INFINITO DE PIE ! Ya llevaba los 8 días de una semana acariciando las tablas

negras de la vieja casucha. Una mediagua oscura, que lloraba

por la mujer de los ojos color mar. Húmeda, tanto que ya tenía

unas ocho ramas con largas hojas de color miel endurecida.

Pobre. Insensiblemente pobre.

Ya llevaba los 8 días de una semana acariciando las tablas

negras de la vieja casucha y parecía no querer detenerse la

pobre mujer, la triste mujer.

Hacían ya 8 pernoctares sin un buenas noches, 8 amaneceres

desnuda sin un buenos días mi vida, buenos días amor de mi

alma, buenos días, qué quieres para desayunar, puedo ir al

gallinero por unos huevos y prepararlos revueltos, como tanto

te gustan, como tanto te gustan y como tanto te deben seguir

gustando. El viejo de las novelas románticas se había ido en

busca de aventuras inseguras, de esas que solo entiende quien

las vive. 8 años llevaba con su vieja, pero con la octava luna

del octavo mes sólo le dijo adiós, acarició las tablas negras

de la vieja casucha y partió. Su lugar estaba en otro lado,

repetía cuándo la vieja preguntaba “¿por qué me dejas ahora?,

mi lugar está contigo”, “el mío no”, “¿qué hago entonces?”,

“vive por tu felicidad”.

Antes de perderse entre las demás mediaguas el hombre

volteó, arrojó un beso para que el aire se encargara de

depositarlo con ternura en labios de la mujer que justo

después, comenzaría a acariciar, durante los 8 días de una

semana las tablas negras de la vieja casucha.

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LOS MARES DE LA VERGÜENZA

! Seguía subiendo. Él sentía que aquello seguía subiendo.

Bajo los pies de El Corrupto había 79 pisos. Sobre los pies

había un hombre sin salida, porque aquello seguía subiendo.

Los 79 pisos del edificio, debajo del 80, estaban llenos de

oficinas, y en ellas cientos de hombrecitos y mujercitas yendo

hacia allá y hacia acá con papeles blancos en las manos, y en

los papeles, muchos números que los llenaban de tinta negra.

Todos los hombrecitos y mujercitas iban siendo consumidos, uno

a uno, desde el primer piso de la torre hacia el último por

esta furiosa presencia de dos sexos, pero que en la situación

que se describe, predominaba lo masculino. Era él, y no ella.

Seguía subiendo. El Corrupto lo sentía. Ahogado en el miedo

escuchaba los gritos desgarradores de sus ratas trabajadoras,

las mismas que le llenaban los bolsillos. Las mismas que él

humillaba a diario.

A pesar de todo, nadie veía la belleza que se ocultaba

detrás de lo que sucedía. Nadie apreciaba el compás que seguían

los pies de las mujercitas que corrían buscando refugio. Nadie

miraba con detención lo hermoso que era ver a los hombrecitos

tratando de ayudarse unos a otros, tomándose de los brazos para

evitar ser arrastrados, convirtiendo esto en el único contacto

físico que pudieron tener durante el décimo de siglo que

llevaban esclavizados tras sus computadores.

Seguía subiendo. Ya estaba a tres pisos de llegar a la

oficina de gerencia. En esos último instantes, El Corrupto

sentía que moriría, y moriría por lo que mueren todas las

personas en circunstancias en las que no hay salida; de

vergüenza. “Por qué no abracé a mi madre cuando aún podía”,

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“por qué perdí a mi mujer a punta de golpes”, “por qué fui un

infeliz con mis hombrecitos y mujercitas cuyos gritos aumentan

y cesan al mismo tiempo por la subida del que es él y no ella”.

Como las personas que se pierden en la montaña o en bosques

infinitos, inmersos en un final inminente, no se muere de

miedo, se muere de vergüenza.

Ya no seguía subiendo. Ya había llegado. El Corrupto dejó

de sentir miedo. El Corrupto dejó de sentir vergüenza. Todos

flotaban en el agua salada que los tenía cada vez más cerca de

las nubes.

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DRAGONES PASAJEROS.

! El niño viejo quería correr. Anhelaba correr. A pesar de

que tenía una pierna más que el común de todos los niños viejos

del mundo, a él le significaba un estorbo, no una ventaja. La

pierna extra estaba hecha con la armadura fundida de un

caballero oscuro. No había carne. No había hueso.

El niño viejo quería construir una casa en el árbol.

Anhelaba construir una casa en el árbol. “Los dragones que

pasen por este hermoso campo verán mi casa y se detendrán para

descansar sus alas y recargar sus fuegos”, decía. “Cuando pueda

escalar a la copa de los árboles con mi pierna de armadura

fundida será lo primero que haré”.

El niño viejo quería ser feliz. Anhelaba con todas sus

fuerzas ser feliz. “No puedo correr, y tampoco puedo construir

mi casa en el árbol. Pero puedo sonreír”, se decía a media voz.

“Puedo alcanzar los frutos de los árboles que no puedo escalar,

y puedo sentir el viento en mi rostro, ese mismo viento que no

puedo sentir por no poder correr”.

El niño viejo no necesitaba correr. No anhelaba una casa en

el árbol. Tenía su sonrisa, y alcanzó su felicidad.

Los dragones volaban en lo alto.

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MANZANAS Y PERROS. ! Saliendo del río estaba el niño de oro, cubierto por las

gotas que bailaban sobre su cuerpo semidesnudo. Ya fuera del

agua comenzó a correr en dirección al resto de los niños de oro

para acompañarlos en una danza que solo ellos podían disfrutar.

No sus padres. Tampoco sus perros.

Todos juntos formaban una ronda en torno a un enorme

manzano que se levantaba firme en medio de un campo, tan verde,

que el cielo se tornaba de azul a verdoso cuando el sol daba de

lleno en el pasto.

- No giren tan fuerte - les decía la madre de uno de los niños

de oro, sentada junto a las demás madres y sus perros, a

unos veinte metros del manzano.

- No los regañes - replicó otra madre - Déjalos que giren, que

jueguen, que sientan el pasto en sus pies y, por qué no, el

golpe de alguna manzana que caerá en sus cabezas.

El niño de oro, que había salido del río para jugar con los

demás, era el más feliz de todos. Su sonrisa se dibujaba como

una constelación de amaneceres ambulantes.

De pronto, desde la parte alta del manzano, una serpiente

negra comenzó a bajar por el tronco del árbol, girando y

girando, y con la mirada puesta sobre el niño nacido del río,

se detuvo. Al él no le importó. La felicidad era toda de aquel

niño dorado. No de sus padres. Tampoco de sus perros.

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EL PEQUEÑO CABALLERO OSCURO. ! El pequeño caballero oscuro, encerrado en su oscuro taller,

creaba sus propias armas oscuras. Era muy adelantado a su

época. En muchos sentidos adelantado a su época. Vestía ropas

blancas, grises y negras. Todas sus prendas eran hechas a

partir de pétalos de rosa a punto de marchitar. Él los recogía,

no los arrancaba. Su cabello anaranjado se tornaba oscuro como

sus armas cuando a su estado de ánimo se le antojaba, y sus

ojos mantenían vivo un huracán de sueños a media luz.

- Todo va a estar bien, tranquilo - le decían los personajes

de las novelas que él mismo escribía - no tengas miedo por

favor, recuerda que no estás solo, nosotros estamos para lo

que necesites.

Cuando sus personajes lo consolaban, su cabello volvía a

tener esos tintes anaranjados tan característico de los

pequeños caballeros oscuros que se adelantan a sus épocas.

Una tarde, cuando terminó de fabricar una de sus armas, sus

personajes se dieron cuenta de que algo le faltaba para poder

salir a enfrentarse al mundo fuera de su oscuro taller: Una

armadura oscura. Se lo hicieron saber, a lo cual respondió solo

asintiendo con la cabeza.

Un personaje se sentó sobre un gran y oscuro libro que

estaba sobre una gran y oscura mesa y le dijo al pequeño

caballero:

- Aún te queda este libro con sus páginas en blanco para que

puedas diseñar tu armadura.

- No necesito diseñarla - respondió - Mi armadura se ha

forjado con el paso de los años por encima de mi cuerpo,

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pegada a mi piel, sin que alguien se pudiera dar cuenta…

incluso tu mi pequeño.

- Pero, no comprendo, ¿Por qué alguien querría hacerte daño

allá afuera? ¿para qué quieres una armadura?.

El pequeño caballero oscuro tenía una respuesta.

- ¿Estás seguro de que todas las páginas de ese libro están en

blanco?

Mientras el pequeño caballero salía de su oscuro taller con

su armadura oscura, sus armas oscuras y algunas de sus obras

novelescas, el pequeño personaje revisaba las páginas del libro

en el que se había sentado. Casi a la mitad, escrito con una

pluma y tinta negra estaba este mensaje:

!“Mi armadura es eterna, y no es para protegerme a mi del resto,

sino, para proteger al resto de mi”.

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SALÓN DE TÉ. ! Todos en el salón veían como la discusión entre las

hermanas se enardecía. Todos en el salón se miraban esperando

que alguien detuviera al par de mujeres que, paradas en el

centro del lugar sobre la alfombra roja y bajo la lampara que

iluminaba la acción, se gritaban en la cara sus pasados y

agitaban sus manos para reforzar sus dichos. La hermana mayor

sostenía sobre su mano izquierda una taza de té, la última de

un antiguo juego de seis tazas. Brillaba más que todas las

joyas presentes sobre los cuerpos de quienes estaban en el

salón.

- Nunca vas a hacer feliz a ningún hombre, eres horrible y

estúpida - Decía la mayor - ¡Mírate! no eres ni la sombra de

lo que yo soy, o de lo que nuestra madre alguna vez fue.

- Si tan solo supieras algo sobre mi - replicó la menor -

Pareces muy segura de que eres tú quien hace feliz a tu

esposo.

- ¿Piensas que no sé que se divierte contigo y que eres su

puta? Felicidades hermanita, quizás entre los presentes te

hagas de nuevos clientes.

La vergüenza invadió a la hermana menor que con los ojos

llenos de lágrimas salió corriendo, dejando atrás las risas

burlescas de su hermana mayor. Todos en el salón estaban

estupefactos con la escena. Todos en el salón se miraban y

veían como la hermana mayor avanzaba hacia un grupo de amigas

para conversar como si nada hubiese pasado. En su caminar

tropezó con uno de los invitados. La taza de té que sostenía en

su mano izquierda ya no estaba en su poder, iba en un descenso

vertical perfecto con dirección al piso. En esa fracción de

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instantes, los presentes tuvieron noción de lo que iba a

ocurrir. En realidad todos lo sabían. Algunos, sobre todo los

hombres, se arrojaron por las ventanas. Las mujeres salieron

corriendo despavoridas con gritos tan agudos que lograban

romper los cristales y los vidrios, ayudando a los hombres a

salir más fácilmente del lugar. Y es que era la última de las

seis tazas de té del antiguo juego. Cada vez que una de las

tazas se había roto en el pasado, un hecho terrible y

sangriento había sucedido inmediatamente después. En el salón

solo quedaba la hermana mayor. Todos habían saltado por las

ventanas. Todos habían corrido a sus casas. La última taza del

juego de té se había roto dejando su contenido esparcido por el

piso, y la hermana menor, la humillada hermana menor había

regresado con un extraño objeto en sus manos. Estaba detrás de

su hermana mayor.

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VIAJE SIN BOLETOS. ! La lluvia no era lluvia. Eran agujas disfrazadas de gotas

que caían sobre la carretera, los árboles, los perros

callejeros, y mi rostro, lo único desnudo de todo mi cuerpo.

Una de esas agujas se clavó olímpicamente en la pupila de mi

ojo derecho. Gracias a Dios, porque no había reaccionado para

darme cuenta del autobús que venía nadando en el camino con sus

luces encendidas.

- ¡Voy a Valdivia! - le grité al auxiliar que se asomó por la

ventanilla de la puerta.

- ¡Vamos! ¿No tiene pasaje cierto? … Bueno no importa, de

todas formas quedan un par de asientos.

Avancé por el crepuscular pasillo, mientras mis ropas

liberaban cascadas de las pequeñas agujas disfrazadas de gotas.

Había un asiento casi al final, asiento 28, lo recuerdo bien.

Sentado, vi de reojo un bolso violeta sobre las piernas de una

chica que dormitaba a mi lado, junto a la ventana, con el

asiento ligeramente reclinado hacia atrás. Me dispuse a hacer

lo mismo. Algunas agujas bajaron desde mi nuca para deslizarse

por mi cuello hacia la espalda. Esa incomodidad hizo que me

moviera bruscamente, y sin querer desperté a mi acompañante.

Sus ojos iluminaban más que esas lucesitas que siempre hay

sobre los asientos y que siempre llaman nuestra atención al

subirnos a un autobús. Eran los ojos más hermosos que en mi

vida había visto. Me miraba asustada. Su rostro decía “¿cuándo

te sentaste junto a mi?”, e inconscientemente respondí:

- Me subí hace unos minutos, el asiento estaba vacío…

- Sí, sí, no te preocupes - respondió, ya con menos impresión.

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Nos acomodamos, cada uno en su asiento, mientras por la

ventana se veían las luces en sentido contrario de los

vehículos que pasaban junto al autobús. Nos dormimos. Ella

antes que yo.

Me despertó un golpe en el hombro izquierdo. Al voltear veo

la cabeza de la chica de al lado, la del bolso violeta, apoyada

en mi hombro. No pude evitar sentir el aroma a niebla matinal

que tenía su cabello.

- ¿Has hablado con los niños? - Me preguntó.

No sabía si me estaba hablando de manera consiente o si

quizás estaba soñando. Su voz era muy clara, parecía estar

despierta.

- ¿Qué niños? - le dije - ¿qué tengo que hablar con ellos?.

- Hay que decirles la verdad, ¿Por qué no lo haces ahora? no

creo que estén durmiendo.

De los asientos que estaban justo delante de nosotros se

levantaron dos niños, 7 y 8 años quizás.

- ¿Qué nos tienes que decir papá?.

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CARTA JUNTO A UN CUERPO. ! Jamás habría pensado que las copas de los árboles brillan

tanto como las estrellas en las noches de verano. De todas

maneras dudo que los hombres cortemos los árboles para ver sus

copas. Como también dudo que alguna vez viajemos a una estrella

para deleitarnos con su brillo.

A pesar de la velocidad del viento puedo sentir en él todos

los aromas del mundo. Huelo un perro feliz jugando con su

humano en algún parque cercano. Huelo un poema recién salido

del horno. Huele a versos de amor. ¡Ah! allá está el perro,

corriendo y saltando detrás un balón. Un lindo labrador.

Estoy tratando de que la máquina de escribir no se mueva

tanto con el viento, pero es difícil al no tener donde

apoyarla. Veo muchas mesas, en el 74, en el 73, el 72, el 60,

pero cuando quiero gritarle a alguien que me arroje una ya voy

en el 59, el 58, y así.

La gente me apunta. Mujeres, niños, jóvenes, viejos,

viejas, hombres, y no tan hombres. Algunos corren, pero la

mayoría está formando un círculo. Que hermoso círculo. Siempre

he pensado que los círculos son una de las formas más perfectas

y misteriosas del universo. Si pudieras ver cómo esas personas

forman uno allá abajo, con tanta rapidez y sincronía

instintiva, sabrías de lo que hablo.

Nunca había visto mi reflejo con el mundo de cabeza y en

tantos cristales en tan pocos segundos. Me sentía como un

halcón peregrino a segundos de alcanzar su presa. Ahí iba yo.

Algunos llaman cobardes a los suicidas, pero yo creo que son

las personas más valientes del mundo. No cualquiera se atreve a

terminar con su propia vida.

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Ya debo dejar de escribir. El asfalto está cerca, mi viaje

termina y no me gustaría no poder despedirme de ti, quien

quiera que seas. Gracias por leer estas últimas palabras, estas

últimas huellas de trascendencia de un loco cansado, un loco

aburrido, un loco hastiado de las carreteras y de las bebidas

cola (espero que no estés bebiendo una mientras lees esto).

Quiero pedirte un favor. Tengo un gato, es muy bello. Se

llama Rómulo. ¿Crees que puedas visitarlo? al salir por la

mañana olvidé dejarle comida y todas las puertas y ventanas

están cerradas, pero dejé una llave escondida bajo un macetero,

al lado de la puerta principal. La dirección de mi ca

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DE AMOR, SEXO Y CHOCOLATE. ! La televisión ya no es lo que era. Recuerdo esos programas

en los que junto a mi familia nos pasábamos tardes enteras

riendo con contenido agradable, sano, limpio de bromistas

burdos y de traseros enormes sosteniendo cuerpos con nada de

cerebros. Ni cerebros ni corazones. Apagué la cajita de las

ilusiones para darme un par de vueltas sobre la cama y

acariciarme en sus sábanas tan blancas como la espuma marina.

¿Qué estará haciendo ella? De seguro a esta hora su ropa la ha

abandonado, como a mi, solo con la piel sobre el cuerpo. Que

hay que atrapar el día, repite siempre, que el principio del

“carpe diem” debería ser el impulso de todos los seres humanos,

no un privilegio solo de quienes abren los ojos para ver la

realidad. Y vaya que si atrapa el día, cada vez que quiere,

cuantas veces quiere, donde quiere, como quiere, pero no con

quien quiere, sino, con quien ama. Ese es uno de los puntos que

más comparto en su forma de pensar; con quien se ama se hace el

amor, pero también se puede tener solo sexo, desenfrenado,

loco, por el solo hecho de obtener y entregar placer. ¿No es

muy amplia la idea de placer? Una vez conocí a una chica que

decía que su máximo placer era el chocolate blanco. Lo repetía

todo el día. En una ocasión me le acerqué y le dije que en

estricto rigor el chocolate blanco no es chocolate, porque este

proviene del cacao, lo que le da su característico color

oscuro. Le hice saber que toda su vida había comido solo grasa

con azúcar, y que eso, a diferencia del chocolate negro, estaba

muy lejos de poder provocarle un orgasmo a alguien. Jamás la

volví a ver.

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Tienes que atrapar el momento, vive tu vida, solo es una y

muy corta, me decía, no tengas miedo de ir en contra de

cualquier norma establecida, porque solo los peces muertos

están obligados a seguir la corriente. Y es que hasta hace un

año lo más lejos que había ido en contra de lo que todos dicen

es lo correcto era cruzar la calle en rojo y no cederle el

asiento a una vieja con cara de “déme el asiento jovencita” en

el metro. Sin embargo aquí estoy, desnuda sobre la cama

hablando de la vida sexual de mi mejor amiga y el chocolate que

no es chocolate. Quizás tampoco la vieja era una vieja. ¿Y si

era hombre?.

! Su rostro es sereno, lleno de sensaciones. Su cuerpo una

obra maestra cubierta de piel dulce, suave como nada en el

mundo. Su cabello brilla y compite con el tacto que genera su

alma. Y ahí viene, tras apagar la luz del baño, tan desnuda

como yo en mi dirección, con su mirada sobre mis hombros, mi

cuello, el contorno de mis pechos, mi cintura, y mis piernas.

Sus ojos recorrieron mi cuerpo como si lo hubiese hecho a

besos. Sus movimientos son una melodía, y sus manos tocándome

ponen las notas perfectas para esta canción que se escribe bajo

una luz tenue y vouyerista.

! A esta hora, en la cajita, hablarán sobre el chocolate

(negro).

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POETA DEL RÍO. ! Por avenida Arturo Prat caminaba el poeta del río con su

amigo Tellier, ebrios de metáforas y cansados de la lluvia que

no es lluvia. Su mirada punzante cubría los cuerpos de cada

mujer hija de Valdivia, ante las reacciones celosas de los

hombres hijos de sus parques. Al llegar a Baquedano 974 es

recibido en los brazos de Magdalena y acariciado por las

manitos de Antonia. El poeta del río está cansado. Se recuesta

en su camilla, conecta el suero, y sueña con con los boleros

que su tocadiscos aun no ha reproducido. Un poema renal

acompaña sus días.

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MEMORIAS DE UN CASTILLO HERIDO.

! El tiempo pasa y me vuelvo viejo. Aun con todos los años

que llevo aquí de pie, no he perdido la memoria. Recuerdo cada

batalla, cada gran guerra, cada rebelión, cada traición y cada

atentado contra la manoseada libertad que se ha efectuado tanto

dentro como fuera de mis muros.

Puedo mencionar los casos más emblemáticos. Hace

setecientos años apareció sobre el horizonte, justo entre las

montañas del norte, un gran y poderoso ejercito, liderado por

un caballero de armadura débil, frágil, casi inútil. Sus

legiones caían como moscas frente a mis resistentes murallas y

la fuerza de mis hombres. Sin embargo, el caballero volvía cada

cierto tiempo para intentar destruirme, y quedarse con mis

dragones. Tres veces lo intentó. Luego de la última vez nunca

más se supo algo de él. El daño para mi no era estructural, fue

la llama que alimenta mi interior, la que representa a todo mi

pueblo, la que se vio extinta, sin embargo, esta se volvió a

encender desde las cenizas, con la ayuda de mi Dragón de

Siberia.

Doscientos años más tarde aparecería una pequeña reina, de

mirada dulce y armadura fina. Ella vino desde el este, tierra

de lagos y volcanes. Sus tropas eran reducidas, sin embargo,

cada ataque de sus catapultas y cada golpe de sus bestias

dañaba de forma irreparable mis paredes milenarias. Fue la

primera vez que me levanté desde las ruinas. Tomé mis pedazos

de roca y volví a erigirme como lo que siempre fui. Mis

banderas flameaban de nuevo, mi gente sonreía, y el futuro

parecía traer buenos augurios. Nos preparábamos para conquistar

nuevas tierras pero ocurrió algo inesperado. Un doloroso golpe

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vino desde el interior. La princesa, hermana del Rey, era

acusada por alta traición y conspiración contra la corona. Fue

ella misma quien se condenó al autoexilio. El daño moral al

interior del reino parecía irreparable, y la confianza era el

tesoro más frágil y preciado que se podía encontrar. Había

incertidumbre y los intentos de rebelión no se hicieron

esperar. Con el tiempo, y el trabajo arduo del rey todo volvió

a su lugar, aunque lo sucedido con la princesa se mantuvo por

décadas como una herida en el corazón de todos. Mi llama

interior dejó de ser cálida.

El último gran ataque lo dio un terrible y poderoso

caballero oscuro. Sus ejércitos cubrían todo el horizonte, y

sus catapultas eran como máquinas de otro mundo. Traía consigo

a los más temibles monstruos sacados de todos los rincones de

la tierra. Su asedio se extendió durante casi tres siglos,

donde solo pude ver como las rocas que formaban mis paredes

caían como si de arena se tratara. Aun así logre resistir y mi

fuego se mantuvo vivo. Su último ataque fue fulminante. El día

se volvió noche por la lluvia de flechas que caían sobre mi, y

sus golpes eran como volcanes explotando junto a mi estructura.

Aun así logré resistir y mi fuego se mantuvo vivo.

! Soy el castillo que se levanta desde sus fragmentos. Soy el

reino que habla de leyendas con rostro de fuego. Soy los muros

que no saben cuanto más se pueda resistir.

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EL HOMBRE. !! En una pequeña isla se abolía la esclavitud, un científico

visionario emprendía un viaje por el camino del inca y una

ciudad al sur del Ecuador y Capricornio era devastada por un

cataclismo de características colosales. A la efemérides del

año 35 del siglo 19 olvidaron agregar un importante

acontecimiento: Las entrañas de la tierra entregaron a un niño

inmortal.

Recuerdo el parto de mi madre como si fuera ayer. Un par de

ángeles me sacaron de mi melancólico vientre e hicieron en mi

frente una señal extraña.

- El destino de este humano es nunca morir. La experiencia

será su mejor arma - dijo uno de los seres alados.

- ¿Y qué hará en el mundo? - preguntó un segundo ángel - ¿cuál

será su misión?.

Mi madre estaba semiconsciente por el duro trabajo de

parto. En la sala únicamente estábamos ella, los dos ángeles,

una vieja enfermera con un ojo de vidrio, y yo. Mientras me

entregaban a los brazos de la anciana mujer, el primer ángel

respondió:

- Eso lo tendrá que descubrir.

- ¿Y cuánto le tomará? - replicó el segundo.

- No lo sé, quizás diez años, o tal vez doscientos.

Es lo más egoísta que he escuchado. Si hubiera podido

hablar en esos primeros minutos que llevaba de nacido, habría

rogado, habría suplicado porque me entreguen una misión en este

mundo. Llevo 179 años de vida, 179 fracciones de milenio y no

tengo idea de cuál ha sido el sentido de todo. He visto tantas

guerras como cabellos de la cabeza he perdido, no he provocado

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ninguna, tampoco las he evitado, y mucho menos he inventado la

cura contra la calvicie. He presenciado todo tipo de hazañas

humanas, para bien y para mal, y de ninguna soy protagonista.

Hoy solo puedo pensar que mi objetivo es uno: Encontrar la

forma de que un tercer ángel ponga su atención en mi. Buscar el

método para que aquel que viste ropas negras de desolación se

apiade, y me saque de esta cárcel que es la vida.

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PANGUIZAYEN

! En las altas cumbres de la cordillera de Los Andes, habita

una ser única en su especie. Los mapuches la conocen como

Panguizayen, que en la lengua mapuzungun alude a las

características felinas y amables de esta magnifica criatura.

Con un pelaje negro azabache, la Panguizayen es capaz de

llevar los blancos tonos de la nieve cordillerana, a la

oscuridad más terrible e implacable que en la faz de la tierra

se haya observado, siempre que la luz de Antu (“sol” para los

mapuches) golpee de lleno en su cuerpo. Sus piernas son una oda

al perfecto erotismo de la naturaleza, haciendo que, a cada

paso que da, nazcan nuevos universos desde sus huellas,

mientras que su sombra se muestra como una constelación de

atardeceres que no atardecen. Su mirada color pardo a veces

muere y a veces vive, a veces adolece y a veces se anima. Su

sangre rojo infierno se derrama desde sus venas que se tornan

abiertas, como las de América Latina, cuando un peñi (hermano)

o una lamngen (hermana) caen víctimas de huincas (hombres

blancos) y sus líderes desalmados. Sus venas lloraron a

Catrileo. Sus venas lloraron a Lemún.

En su cabeza una cicatriz, producto de la mayor batalla que

ha librado en su paso por este mundo mortal, y señal también de

la mayor victoria, porque con vida venció a la muerte, y con

newen (fuerza) siguió adelante, siendo una cría de solo una

fracción de siglos.

Algunas comunidades aseguran que su principal refugio es el

volcán Rukapillán, aunque también aseguran haberla visto desde

las tierras de los espíritus Kawesqar, hasta la mismísima

Tenochtitlán. Se alimenta de historias, de experiencias, de

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sueños, y de caricias. Se acerca a quienes le ofrecen su

afecto, cuida de los suyos como la mayor de las fieras, y

rechaza las mentiras, porque son su principal depredador.

! En las altas cumbres de la cordillera de Los Andes, habita

una ser única en su especie. Los mapuches la conocen como

Panguizayen, esa ser indomable que aprende de los relatos

ancestrales de las machis y de la firmeza de los canelos. Se le

suele ver acompañada por los espíritus de su gente, que hacen

del mundo un lugar multicolor y rebelde, sabio y guerrero,

aportando a la libertad salvaje de esta magnífica criatura

habitante del cosmos, y pobladora del mundo.

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!!!!!!!!!!!!!!SEGUNDO INFIERNO. !!

EL CABALLERO EN LIBERTAD !!!!!!!!!!!!!!!!!Una vez conseguidos los materiales, mezcle la parafina con el

político en la olla. Revuelva hasta obtener algo de consistencia (no

espere mucho, quizás nunca la obtenga). Cuando estén bien mezclados,

deje reposar unos minutos. Tenga a mano su encendedor.

Page 28: LETRAS INCENDIARIAS; cuentos poemas y otros infiernos.

SOMOS

!Soy libros viejos, cine online y mis textos.

Soy naturaleza indómita, animales libres,

ríos vivos y ríos muertos.

Soy un montón de historias

sin fecha de elaboración ni de vencimiento.

A veces soy mochila, cámara y acción.

Soy noches despiertas y días dormidos.

Otras veces soy la búsqueda que no consigo encontrar.

Necesito que me encuentren para poder buscarme

pero si me buscan, venga, que me van a encontrar.

Soy las películas de Tarantino y las de Von Trier.

Soy García Marquez y un cuento nuevo cada día.

Soy un poema ambulante. Soy revolución.

Soy un anti poema, como tu, como él, como ella,

como nosotros, y como todos los demás.

Soy el tercer single de Fuerza Natural.

Soy el camino de ripio que se niega al pavimento.

Soy el manzano risueño que rompe mi ayuno.

Soy la vida de mis viejos y las trincheras en sus manos.

Soy. No soy. Anti soy. Mapu soy.

Page 29: LETRAS INCENDIARIAS; cuentos poemas y otros infiernos.

JUEGO DE NIÑOS.

! Luego de un largo viaje, finalmente lo habían logrado. Tras

un breve descanso, el mayor, sentado sobre Júpiter, dijo al

menor:

- Jamás digas la palabra "nunca", más que para decir "nunca

digas nunca", porque lo único imposible en el mundo, es que

exista algo imposible.

El menor no prestó mucha atención, diciendo:

- ¿Sabías que el universo no es infinito y que está en

constante expansión?

- Claro, por qué crees que me tardé tanto en ir por el vaso de

leche.

- ¿Y el mío? - Está en el sol - respondió el mayor. - Egoísta. Voy a ir por él. Cuida esa supernova de allá, la

quiero poner en un frasco y llevármela a casa. Que no se

escape.

El menor, que estaba a punto de entrar al sol, fue detenido

por la voz de preocupación del mayor.

- ¡Ten cuidado! te puedes quemar. Yo lo haré. - No, tonto, ya lo he hecho antes. - No entres, te vas a quemar y no quiero cargar con la

responsabilidad.

- ¡Te dije que no pasará nada! - replicó con ira el menor. - ¡No entres ahí, es una orden!

Se produjo un silencio sepulcral. Los cometas se detuvieron

para observar la escena. Los agujeros negros pararon sus

faenas. Se corrió la voz por todas las galaxias y anti galaxias

cercanas, mientras que los meteoritos, distraídos por el hecho,

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se estrellaban entre si. Un millón de túneles de gusano dieron

paso a un millón de viajeros de todas las razas, de todos los

rincones y de todos los tiempos que no querían perder la

oportunidad de presenciar lo que allí acontecía. El menor

parecía tener las puertas del infierno en sus ojos. Su

increíble furia provocó un exhorbitante aumento en su

temperatura corporal, de manera tan rápida y a tal nivel, que

incluso el sol, que estaba a su lado, retrocedió tres mil años

luz por temor a quemarse. Con voz pausada y envuelto en lo que

parecía ser una incandescente aurora boreal, sus labios se

manifestaron diciendo:

- Nunca me volverás a ordenar.

La supernova, ya sin guardián, logró escapar.

Page 31: LETRAS INCENDIARIAS; cuentos poemas y otros infiernos.

EL NO REINO DE LOS PERROS.

! Era el no año de los perros. Corrían los gatos, huyendo de

los perros, y corrían los árboles, huyendo de los gatos. Era un

falso equilibrio que costó la vida de millones de caballeros

oscuros, hoy, convertidos en polvo de estrellas, vigilantes del

espacio. El control de la tierra fue cedido en su momento a la

sabiduría de los árboles que, sin embargo, se vieron

sobrepasados por la voracidad y astucia de los perros, ante lo

cual, poco y nada pudieron hacer.

! Una tarde de aquel no año, todo parecía normal y era

posible ver a cada ser cumpliendo su no rol; Los árboles

huyendo de los gatos, y los gatos huyendo de los perros, como

no tenía que ser. Sin embargo, y sin mayor aviso, a eso de las

-6 de la no tarde, la tierra se volvió mar, y el mar se volvió

cielo. El cielo se había convertido en tierra. Las raíces de

los árboles ya no tenían de qué aferrarse, y no podían hacer

más que flotar a la deriva. Los canes, grandes nadadores,

lograban alcanzar con rapidez a los semi ahogados gatos cuyas

filosas garras eran inútiles en medio del océano. Eran

devorados con facilidad por las feroces jaurías, que volvían

roja las aguas con la espesa tinta que brotaba de los cuerpos

heridos.

Uno de los últimos árboles que seguía con vida, flotaba

sobre la superficie marina (No se si es posible afirmar que un

árbol flota "de espaldas" pero este parecía hacerlo) con su

mirada apuntando hacia arriba, observando con nostalgia el

lugar donde solía estar su bosque, ubicado en lo que en ese

instante era el cielo. Esa silenciosa añoranza se vio

Page 32: LETRAS INCENDIARIAS; cuentos poemas y otros infiernos.

interrumpida por el nado de cientos de gatos. Eran como un

tsunami de felinos desesperados por llegar a posarse encima del

pobre árbol, con tal de tener algo firme sobre lo cual

descansar y poder así defenderse de los perros. El árbol,

asustado, pensaba que si los gatos se posaban en él lo iban a

hundir y se iba a ahogar. Fue entonces cuando una especie de

corriente comenzó a mover al árbol. Los gatos ya casi lo

alcanzaban, y la corriente se hacía más fuerte. Finalmente,

cuando los felinos lograron alcanzar su objetivo, todos fueron

arrastrados hasta el borde del mar y cayeron al cielo.

! Los perros, a la deriva en el océano, con la tierra en

cielo y el cielo en el mar, ya no tenían sobre quien reinar.

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EL QUINTO DRAGÓN

! Esta es la historia del último vuelo de Uruk Tupak, el

quinto miembro de la milenaria estirpe de los Tupak, familia de

dragones blancos, los únicos en su tipo y guardianes del

secreto de la llama sagrada.

! Envuelto en pequeños cometas que dibujaban una singular

estela tras su paso, Uruk dirigía su vuelo desde la estepa

mongola hacia lo que hoy conocemos como Tierra del Fuego, al

extremo sur de Chile, el último reducto en el que un dragón se

podría ocultar. Entre sus manos llevaba el trozo de océano que

protegía el mayor secreto de tan formidables seres alados. Uruk

lo portaba, puesto que unas noches atrás una legión de ángeles

había atacado a los miembros de su clan, los Tupak. Como

resultado, muchos dragones murieron atravesados por las

poderosas lanzas negras de los celestiales cazadores de Dios.

Uruk logró tomar la llama sagrada, ponerla en un trozo de

océano, y huir, no sin antes convertir en polvo sangrante e

infértil a unos cuantos lanceros distraídos. Rápidamente

descendieron algunos cometas desde el espacio para acompañar al

quinto dragón en su vuelo y ofrecerle protección, aunque sus

vidas dependieran de ello.

En su idea original, Uruk pretendía hacer un vuelo veloz y

directo hasta Tierra del Fuego, sin embargo, sus ojos

alcanzaron a observar sobre el horizonte a un par de ángeles,

ambos, dispuestos a interrumpir su viaje con lanzas en sus

manos. Los cometas que lo acompañaban se adelantaron y, tras

romper la barrera del sonido, derribaron a ambos seres. Uruk,

por temor a encontrar más obstáculos en su ruta, decidió

Page 34: LETRAS INCENDIARIAS; cuentos poemas y otros infiernos.

desviarse y volar a baja altura oculto entre la vegetación del

Amazonas, sin sus cometas, quienes le perdieron el rumbo.

Esquivando arboles logró llegar hasta la costa del Pacífico.

Sobre el desierto de Atacama decidió tomar altura, ya que era

un blanco fácil en un terreno tan llano y abierto. Apenas

alcanzaba las primeras nubes cuando, de pronto, fue golpeado

con una fuerza imposible, claramente exterior a este y muchos

otros mundos. Cayó estrepitosamente sobre la arena del desierto

generando un cataclismo colosal en todo el cono sur de América.

El cráter provocado por el impacto era tan profundo, que la

única luz posible ahí era el brillo natural de la piel del

lastimado dragón. Muy mal herido, Uruk logró salir a la

superficie. Estaba muy débil para emprender el vuelo, y apenas

se sostenía en pie. Desde el cielo descendió un ser alado. Era

un arcángel, el mismo que acababa de derribarlo, algo muy

extraño, puesto que para ellos está prohibida la caza de

dragones. Portaba una armadura dorada muy brillante, y un yelmo

de características espartanas, además de una gran maza con

forma de martillo, forjado con material de quien sabe qué

rincón del universo. Uruk estaba caído, semiconsciente. El

arcángel, frente a su rostro, lo miró a los ojos, se quitó el

yelmo y lo dejó caer. Tomó su arma con ambas manos y la alzó

sobre su cabeza para terminar con la vida del quinto dragón.

Antes de poder concretar su acto, un cometa lo aplastó contra

el piso a una velocidad abrumadora. Tras esto, un segundo

cometa le cayó encima, y un tercero, un cuarto, un quinto, un

décimo. Ni siquiera el aliento de aquel mercenario de Cristo

pudo escapar.

Tras varios días de caminar por las faldas de la cordillera

de Los Andes, Uruk, aunque muy débil, pudo retomar el vuelo

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para seguir directo hasta Tierra del fuego. Una vez allí, fue

recibido por los espíritus Selk’nam que, entre grandes columnas

de humo, atendieron al quinto miembro del clan Tupak y

resguardaron entre las historias de sus ancestros a la llama

sagrada.

Uruk estaba herido de muerte. Los cometas sobrevolaron un

par de veces la tierra de los Selk’nam para ver el estado del

último de los dragones blancos. Uno de ellos tenía incrustado

un trozo de metal dorado que parecía ser parte de la armadura

del Arcángel responsable de lo que ahí acontecía. Fue ese el

primer cometa en ascender a las alturas, hasta perderse en el

cielo, seguido por todos sus pares. Su misión había terminado,

junto con la vida de Uruk Tupak.

Page 36: LETRAS INCENDIARIAS; cuentos poemas y otros infiernos.

PLAN DE ACCIÓN.

!Un beso no es el contacto de dos personas

por medio de sus labios mortales,

es la fusión de dos universos

que laten en sintonía cósmica.

!// Robar un beso. Besar. //

!Es un manifiesto escrito con la tinta

que las estrellas derramaron

en sus lágrimas de emoción,

de envidia, de amor, locura desatada.

!// Mantener la calma. No gritar. Entregarse al delito. //

!Besar es el único mandamiento

que Dios olvidó incluir en las tablas de la ley.

Tal vez por eso el mundo se llena de ateos

y de amantes blasfemas en algún santo parque.

!// Besar. Ser complice del hecho. Olvidar la calma. //

!En la radio hablarán sobre una pareja

que bajo la lluvia se vuelve protagonista,

y en la constelación de Orion,

celebran la supernova provocada.