52832798 Los Infiernos

download 52832798 Los Infiernos

of 75

Transcript of 52832798 Los Infiernos

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    1/75

    Los infiernos de

    Khalk'ru

    Abraham Merritt

    All donde se pierden las inexploradas tierras de Alaska, ycruzando las desconocidas montaas de Endicott... existe un valle de

    sorprendente y templado clima, por donde fluye sereno el sagrado rode Nansurs...Separados por un destruido puente, que en los antiguos tiempos

    una las dos orillas del sagrado ro, vivan los descendientes de losAyjur, y de los Rrrylla, un pueblo de pequeos guerreros de pieldorada como el oro. Y la Ley, rezaba, que nadie de un pueblo debade cruzar el ro, y entrar en la regin del otro.

    Los Rrrylla, odiaban a la antigua raza de los Uiguren, gobernadospor Lur, una hechicera, y por Tibur, el Herrero, y a su smbolo delKraken, con el cual se representaba al temido dios Khalk'ru, al que

    hacan sacrificios humanos...Desde antiguo, gigantescas sanguijuelas, guardaban las aguasdel sagrado ro, y el pueblo de los Ayjur, esperaba la llegada de suantiguo Rey Dwayanu pues segn estaba escrito en la Profeca, lregresara para conducirles de nuevo a la Tierra de sus antepasados,devolvindoles su antigua grandeza, y haciendo florecer de nuevo lagloria de los Uiguren...

    Dwayanu, el Redentor, les guiara a travs de la tierra de losPigmoiden, llevndoles a la antigua tierra, y donde ahora slo habadesolacin y muerte, volvera a fecundar la vida.

    Tres aos han pasado, desde que yo, Leif Langdon, y mi amigoJim Eagle, fuimos raptados por extraos hombres de gran estatura ypiel blanca, durante una de nuestras expediciones por las lejanas

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    2/75

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    3/75

    sentimientos de pasados tiempos, cuando cabalgaba por la ciudad enruinas...

    Aqul fue mi primer pensamiento, contemplando la negrafortaleza. Despus mis ojos se fijaron en el arco roto del puente deNansurs. Entre la parte del puente desmembrado, que alcanzaba

    nuestra orilla, y la otra parte que casi tocaba la negra ciudadela,haba una enorme abertura, como si un gigante hubiese dejado caersu potente martillo de guerra, en la mitad del puente...

    Inconscientemente, mis pensamientos volaron hacia Bifrs,donde el Arco Iris, traza un puente entre la tierra y Asgard, sobre elque las Walkyrias, con los espritus de los hroes cados, cabalganjuntos hacia el Walhalla, y mi corazn, se entristeci durante unosmomentos, pensando que no poda existir peor sacrilegio qu alguiense hubiera atrevido a destrozar el Sagrado Puente de Bifrs de estacruel manera.

    Alrededor de la negra fortaleza, se hallaban otras construcciones,bajo la oscura piedra de sus muros. Eran casas levantadas con grisespiedras, y tenan jardines ante sus puertas y parecan estarsembradas sobre una gran superficie, rodeando la ciudadela.

    Campos frtiles, rboles frutales adornados por un manto deflores que presagiaban buena cosecha, se extendan por todas partes.

    Una gran calle, se perda all, en la lejana, hacia las rocas quelimitaban la ciudad, y aunque no estaba seguro, me pareci descubrirentre ellas las fauces de una gruta...

    iKarak! me susurr Evalie.

    Yo apenas la o. Mi mirada y mis pensamientos estaban dirigidoshacia la ciudad. Vagos recuerdos me asaltaban, queriendo despertaren m algo que yo no deseaba reconocer. Luch por borrarlos de mimente y de mi alma, y puse mi brazo sobre los hombros de Evalie.

    Continuamos hacia el puente de Nansurs, y al fin pude ver, porqu Karak haba sido construida all, donde estaba. Desde el otro ladodel ro, dominaba los dos trminos del valle, y cuando el puente anno estaba destruido, tambin lo haca sobre este acceso. De pronto,sent un gran deseo de correr hacia Karak. La paciencia quemostraban los pequeos guerreros de Rrrylla que me rodeaban sin

    atreverse a detenerme, me pona nervioso, mientras susurrabanentre ellos, examinndome con sus dorados ojos.Un sonido de tambores, redoblando, y de clarines que parecan

    contestarles desde la ciudadela, llegaron a nuestros odos. Aceler elpaso. Un inexplicable deseo an me empujaba a correr hacia elpuente.

    Despacio, Leif, despacio! o la voz de Jim que me alertaba.Pero no le escuch y alcanc rpidamente el puente sobre el

    Nansurs. Era de considerable anchura, y no una estrecha raya como am me pareci en la lejana.

    Una barandilla, construida con miembros humanos y patas decaballos, protega ambos lados del puente; avanc unos treinta

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    4/75

    metros hasta llegar a la brecha que divida las dos orillas, y mirhacia abajo. El Nansurs, flua serenamente. Ninguna sierpe estaba ala vista, pero un cuerpo de color rojo y con forma de gigantescogusano, apareci sobre el blanco lquido del ro, acompaado porinnumerables sanguijuelas hambrientas, que hicieron ponerse en

    guardia a los pequeos guerreros Rrrylla.Entre el final del puente y el muro de la negra fortaleza, se

    extenda una ancha plaza en aquellos instantes vaca, y pudereconocer la enorme puerta de bronce que haba en el muro. Sent unextrao hormigueo, y un repentino nudo en mi garganta casi meimpeda respirar.

    Nada de lo que me rodeaba exista en aquellos instantes param. Ni Evalie, ni Jim... Slo aquella puerta de bronce.

    Los clarines sonaron ms altos, pero pude distinguir el crujir delcerrojo de hierro de la puerta al abrirse.

    Un grupo de hombres a caballo aparecieron a travs de lapuerta, guiados por dos jinetes, uno de ellos montado sobre uncaballo negro, mientras que el otro, lo haca sobre un hermoso animalblanco. Atravesaron la plaza, y cuando se hallaron donde comenzabael puente, desmontaron de sus caballos y avanzaron hacia m.

    An tenindoles a casi cincuenta metros de donde meencontraba, separados por la abertura del puente, notaba queestaban examinndome detenidamente. El jinete del caballo negro,era la hechicera. El otro, slo poda ser Tibur, el Herrero, Tibur elrisueo. En aquellos momentos no tena ojos para la hechicera, a

    pesar de su llamativo cabello rojo... Slo vea a Tibur!l, era ms o menos, una cabeza ms bajo que yo, pero sushombros anchos, ysu compacta figura, me descubrieron que por lomenos tendra tanta fuerza como yo, si no ms. Sus cabelloscolgaban hasta tocarle los hombros. Su pelo y su barba eran rojoscomo el fuego. Unas pequeas arrugas, producidas por su casiconstante sonrisa, se marcaban alrededor de sus ojos azul violeta,aunque las marcas que surcaban su rostro alrededor de la boca,cuando rea, no denotaban precisamente un carcter alegre.

    Tibur llevaba un kettenhemd; una coraza que le protega el

    pecho, y de su lado derecho colgaba un martillo de considerabletamao.Tibur, me examinaba de pies a cabeza, con una mirada

    sarcstica. Le odiaba an antes de conocerle.Slo despus de estudiarnos mutuamente, dirig la mirada hacia

    la mujer que le acompaaba. Sus azules ojos me observaban atentosy al mismo tiempo sorprendidos. Tambin ella llevaba unKettenhemd, y sus trenzas rojas, muy largas, colgaban rozndole elpecho. Su guardia permaneca muy cerca de ella, mientras que lossoldados del Herrero se hallaban ms alejados.

    Tibur se inclin sobre su montura.

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    5/75

    Bienvenido, Dwayanu! grit con irona. Quin te hasacado de tu escondrijo? Mi provocacin?

    Oh! Entonces eras t a quien o ayer relinchando como unmulo le respond. Pero veo que eres prudente... Te has colocadoa una buena distancia de mi cuchillo, perro rojo...

    Una risa se elev sobre la tropa que rodeaba a la hechicera, ypude darme cuenta de que estaba formada por mujeres de piel claray pelo rojo, como la misma Lur, y que Tibur estaba acompaado pordos hombres de gran estatura.

    La bella mujer dej de rer y me observ pensativa, mientrasTibur, a quien no le hizo mucha gracia mi comentario sobre suvalenta, endureci el rostro.

    Uno de sus hombres le susurr algo al odo y el Herrero inclin lacabeza. Despus desmont y camin hacia el abismo que se abra enmitad del puente, retndome.

    Te has vuelto blando con el tiempo, Dwayanu? me gritburln. Segn las antiguas costumbres, tenemos que asegurarnoscon las sagradas pruebas, antes de reconocerte como a uno denosotros, Oh, Gran Dwayanu... Presta atencin!

    Y con gran rapidez elev su martillo cogindolo del asta sobre sucabeza, agitndolo hacia m.

    Inesperadamente lo arroj por el aire, y a pesar de su enormetamao, se diriga hacia donde yo me encontraba con la ligereza deuna bala de fusil. Sin embargo, a m me pareca que volaba el arma,muy lentamente. Incluso poda ver la cinta de cuero con la que

    estaba enlazado al brazo de Tibur.En mi cerebro, se abrieron de pronto, diminutas puertas:Aquella era la antigua prueba!...

    Inmvil, segn las antiguas costumbres, esperaba, aunquesegn las reglas establecidas, deberan de haberme dado un escudo.

    El enorme martillo de guerra, avanzaba hacia mi cabeza muydespacio al igual que mi mano, que comenzaba a extenderse a suencuentro lentamente.

    Como en un ancestral movimiento de una ritual danza, mi manodetuvo el martillo, antes de que ste me golpeara.

    Calcul que pesara casi cincuenta kilos, pero lo cog sindificultad. En aquel instante, las salvadoras puertas de mi cerebro seabrieron an ms, iluminando mi conocimiento, advirtindome de queuna trampa haba sido tendida al detener el arma del Herrero. Rpidoextend mi otra mano, y sujet la correa la cual debera devolver elarma a Tibur y tir con fuerza de ella.

    La risa que comenzaba a florecer en el rostro del Herrero, semarchit velozmente. Sus pies se tambalearon yvi que buscaba unapoyo donde sujetarse.

    Detrs de m, los pequeos guerreros Rrrylla gritaron.La hechicera, desenfund su pual y cort rpidamente la correa

    del arma que arrastraba a Tibur hacia el abismo de Nansur.

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    6/75

    Me sent furioso. Aquello iba contra las reglas. Nadie podaintervenir en la antigua prueba.

    Alc el arma sobre mi cabeza y la devolv hacia Tibur el risueo.El martillo silb en el aire. Tibur se arroj hacia un lado, pero no fuelo bastante rpido, y el arma le golpe en el hombro derribndole.

    Lanc una carcajada, no menos sarcstica que las de Tibur. Lahechicera me envi una mirada, sin poder creer lo que estaba viendo.

    El Herrero, se incorpor sobre sus rodillas, y buf lleno de odiocon el rostro contrado por la furia.

    Ellos no me crean Dwayanu!... pens. Bien, entonces tenaque ensearles algo...!

    Tom la bolsa que colgaba de mi cinturn, y abrindola saqu deella el anillo de Khalk'ru. Lo elev hacia el cielo, y una luz verde sereflej en l, mientras pareca aumentar de tamao.

    Soy yo Dwayanu? les grit. Miradme! Soy yo Dwayanu?

    O un grito de mujer, y reconoc su voz. Despus una voz que noera mi voz, llamndome...

    Las diminutas puertas de mi cerebro se cerraron, y los recuerdosque me haban inundado la mente, desaparecieron fugazmente atravs de ellas.

    Por qu chillaba tanto Evalie?Jim me grit:Qu te ha sucedido?...Evalie se hallaba ante m, con las manos extendidas para

    protegerse de aquella cegadora luz que brotaba del anillo, mirndome

    con odio y con furia.Los pequeos Rrrylla, avanzaron hacia m, apartando a Evalie y aJim. Sus jabalinas me apuntaban, mientras siseaban comoserpientes, deformados sus rostros por el odio y sin dejar de mirar alanillo de Khalk'ru elevado sobre mi cabeza.

    Evalie! le grit queriendo correr hacia ella.Pero los pigmeos Rrrylla, alzaron sus armas. Sus flechas

    palpitaban en las cuerdas de sus arcos.No te muevas, Leif! Ya voy! me grit Jim saltando hacia los

    Rrrylla.

    Pero estos no se acobardaron, a pesar de su estatura, y seabalanzaron sobre Jim derribndole al suelo con el peso de suscuerpos.

    Evalie! grit de nuevo.Vi que en su rostro apareca un dolor profundo, y entonces dio

    una orden. Una docena de pequeos guerreros, me lanzaron suslanzas confusamente mientras el resto hua. Sri, estaba entre ellos.

    Quise retroceder para librarme de sus flechas y de sus lanzas,olvidndome de que me acercaba al abismo de Nansur.

    Y mi pie resbal en el vaco. Mis manos se aferraron a la rocanegra del puente para evitar la cada. Pero los Rrrylla, recobrando su

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    7/75

    valor se me acercaron, y comenzaron a pisotear mis dedos con susdiminutos pies.

    No pude resistir mucho tiempo. Y ca sobre el borde del puentehacia el abismo. Abajo las gigantescas sanguijuelas, esperaban.

    LIBRO I

    LUR

    1

    KARAK

    Rpida y profundamente, me hund en las blancas aguas del ro,y aunque dicen que cuando uno se ahoga las escenas de su vida vanpasando hacia atrs rpidamente, como si quisieran alcanzar suorigen antes de que la persona muera, yo no experiment lasensacin de que mis recuerdos estuviesen muriendo en mi cerebro,sino que ste trabajaba mucho ms veloz de lo que sera normal, enaquella fatal situacin.

    Me estaba dando cuenta de que Evalie haba instigado a losguerreros Rrrylla, cuando colgaba de la piedra negra del puente a queme empujaran al abismo. Aquello me llenaba de furia... Por qu nohaba podido esperar y darme la oportunidad de explicarle lo delanillo...? Pero tambin reconoc que los pequeos guerreros no mehubiesen permitido hacerlo..., y que Evalie actuando como lo habahecho me haba protegido de una muerte cierta... Aunque, all, en ellquido lecho del Nansur, tena muy pocas posibilidades de salvarme.

    Mi furia no se calmaba. Haba sido un temerario, al mostrarles elanillo de Khalk'ru. Los Rrrylla, me haban tomado por un servidor delKraken, y actuaron como yo lo hubiese hecho ante un enemigo.

    Nuevamente record el rostro de Evalie. Su mirada dolorida; ytan recientes recuerdos, se mezclaban con las imgenes de la antiguaprueba a la que Tibur el Herrero me haba sometido. La mismasagrada prueba del dios de los Asen y Thor, donde el martillo Mjlnir,regresaba de nuevo a la mano del dios Thor, cuando era lanzado.Pero los Skalden queran mantener el secreto. Tena que existir unhilo de unin entre los Uiuurcn o Ayjir y los Asen. Y tena que

    comentar con Jim este descubrimiento. Pero me di cuenta de que nopodra regresar a su lado...

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    8/75

    Los pequeos Rrrylla estaran acechndome y estaba seguro deque me arrojaran de nuevo a las fauces de los Tlanusi, las enormessanguijuelas, si lograba alcanzar su orilla en la ribera del Nansurs...

    Estos pensamientos me causaban un fro sudor, si aquello fueseposible estando bajo el agua, hundido de pies a cabeza. Pero antes

    me dejara atravesar por sus flechas y por sus lanzas, incluso medejara matar por el martillo de Tibur, antes de que aquellos animalesrepugnantes del ro me chuparan la sangre.

    En aquellos instantes, alcanzaba la superficie del Nansur. Melimpi los ojos, y en aquel mismo instante, vi el rojo lomo de unTlanusi, que se encontraba a una distancia de casi siete metros,volvindose y dirigindose poco despus a mi encuentro. Lanc unamirada desesperada a m alrededor.

    La corriente del ro era fuerte y me arrastraba lejos del puente. Yno slo ro abajo, sino tambin hacia Karak.

    Intent nadar otra vez hacia la bestia roja, quien se acercaba am lentamente, seguro de su presa. Mi intencin era sumergirme bajoella, e intentar alcanzar la orilla cercana.

    Si slo hubiera un Tlanusi en el ro!Alguien me grit llamando mi atencin. Era Sri!Haba saltado al agua para ayudarme, y me sealaba Karak.Posiblemente l quera indicarme que nadase hacia all, mientras

    yo pensaba si Sri se habra unido a mis enemigos.Reconoc con dolor, que haba sido injusto con l. Sri nadaba

    directamente hacia el gran Tlanusi, mientras yo ya le golpeaba con

    fuerza, muy cerca de su enorme boca.No perd ms tiempo contemplando la horrorosa escena, y nadtodo lo rpidamente que me permita el peso de mis botas hacia laorilla. La presencia de Sri en el ro, me libraba del resto desanguijuelas que haban aparecido en busca de sangre, pues l lasmantena nadando en crculo, alejadas de donde yo me encontraba.

    Al fin mis pies tocaron el suelo de piedras de la orilla. El pequeoguerrero de piel dorada, me chillaba algo; pero yo no podaentenderle. El ruido del ro era demasiado alto. Jadeante y respirandofuertemente, me detuve y mir detrs de l. Sri, arrojaba en aquellos

    instantes un objeto de color amarillo con forma de pez volador atravs del agua, y una docena de Tlanusi siguieron el cebo,alejndose del pigmeo.

    Me hallaba bajo la otra mitad del puente.En la orilla de los pequeos guerreros Rrrylla, stos se haban

    aglomerado como pequeas abejas en torno a un imaginario panal, yme observaban musitando comentarios, que llegaban hasta mis odoscomo un lejano y penetrante zumbido.

    Al este lado del Nansur, se elevaban los negros muros de lafortaleza, lisos y desafiantes, seguros de que yo jams podraescalarlos.

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    9/75

    Entre ellos, se encontraba la ancha plaza; la misma plaza por laque Tibur y la Hechicera haban cabalgado, tras salir por la misteriosapuerta de bronce.

    Alrededor de la plaza, haba construcciones de piedra con unasola planta, y florecientes rboles, que deban de protegerlas de los

    ardientes rayos del sol.Detrs de ellas, vi otros edificios ms grandes, que me

    parecieron ms suntuosos, y mejor construidos que los anteriores.De pronto, aparecieron varias docenas de personas que corran

    hacia m, apresuradamente y en silencio.Aquello me inquiet. No hablaban entre ellos. Slo se acercaban

    concentrndose a m alrededor.Hice un movimiento hacia mi pistola, pero me detuve, al

    recordar que no la llevaba desde haca ya varios das. Pero algobrillaba en mi mano...

    El anillo de Khalk'ru! Me haba colocado el anillo en el dedo,cuando los pequeos Rrrylla me atacaron!

    Si el anillo me haba trado hacia aqu...Tambin l meprotegera, defendindome de aquella multitud que me rodeaba...

    Sea como fuere, aquello era todo lo que tena para defenderme.Gir el anillo en mi mano, dndole la vuelta, de tal modo que lapiedra quedase oculta entre mis dedos...

    Aquella gente se acercaba cada vez ms...Una gran parte del gento, estaba compuesto de mujeres de

    pequea estatura, pero tambin haba otras, ms altas que ellas...

    Pero casi todas llevaban la misma ropa Una especie de tnica, queles llegaba hasta las rodillas, y que les dejaba el seno izquierdo aldescubierto. Sin excepcin todas eran pelirrojas, de azules ojos, depiel blanca y suave como la crema, y con un hlito rosa en susmejillas. Las ms altas, eran fuertes y de cuerpos perfectos.Fcilmente hubieran podido ser Wikingerinnen, que acudanimpacientes al encuentro con sus maridos, padres y hermanos,quienes regresaban al hogar de un largo viaje.

    Los nios, me parecieron hermosos ngeles de azules ojos, y loshombres, que no eran muchos, tambin tenan el cabello rojo, y los

    mismos ojos azules. Los ancianos lucan cortas barbas y los msjvenes posean un rostro con rasgos muy poco definidos.Todos ellos, eran unos centmetros ms bajos que las altas

    mujeres. Pero nadie, ni hombres ni mujeres, me llegaban mucho msall de las orejas, y todos iban desarmados.

    A unos pocos metros, ante m, se detuvieron, observndome ensilencio, examinando mi figura, con la mirada posada en mi cabellorubio.

    De pronto, en uno de los crculos de aquella masa de cuerpos, seinici un movimiento: Una docena de mujeres, se abrieron paso entremis admiradores y caminaron haca m. Vestan faldas cortas, yportaban cuchillos en sus cinturones y lanzas en sus manos. Pero en

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    10/75

    contraste con el resto de las dems mujeres, stas llevaban los dossenos cubiertos. Al llegar a mi altura, dirigieron la punta de susarmas hacia mi pecho, hasta casi rozarme.

    La que pareca mandar el grupo, me mir provocativamente, consus metlicos ojos, los cuales convenan ms a un soldado, que a una

    mujer como aquella.El extranjero del cabello dorado! murmur la mujer! Luka

    nos ha sido hoy favorable!La amazona que tena a su lado, le susurr algo en la oreja, que

    yo pude or perfectamente:Tibur nos dara ms por l que Lur!Pero la que daba las rdenes, sacudi la cabeza:Demasiado peligroso. La recompensa de Lur, es ms duradera

    respondi examinndome con aire desenvuelto de pies a cabeza.Sera una pena desaprovecharle... gru despus la amazona.

    No te preocupes. Lur no le desaprovechar.Y la que pareca la jefa de aquellas mujeres guerreras me

    empuj con su lanza sealndome el muro de la fortaleza.Adelante Cabello Dorado! me orden. Es una pena que no

    puedas entenderme... Si no, te dara un buen consejo. No gratis,naturalmente...

    Sonri la mujer, y me empuj de nuevo.Me hubiera gustado contestarla, y acabar con aquella risa

    burlona que iluminaba su rostro... Me recordaba tanto a un sargentoun chico duro a quin conoc durante la guerra.

    Decidido por fin, a acabar con su provocativa sonrisa le grit:Si has de llevarme ante Lur, habrs de hacerlo con la escoltaque corresponde a mi posicin, mujer!

    Ella me mir con la boca abierta. La lanza resbal de su mano.Estaba confusa pues no esperaba que yo dominase su lengua.

    Traerme a Lur ante mi presencia! tron o por Khalk'ru...No termin la frase, si no que di la vuelta al anillo en mi mano y

    lo extend para que todos lo vieran.La multitud que me rodeaba, cay de rodillas al suelo, hundiendo

    la cabeza mientras palidecan.

    En mitad de aquel silencio, pude or el sonido agudo de uncerrojo de hierro al abrirse. Algunas de las piedras del muro,comenzaron a moverse, descubriendo una puerta oculta en lasptreas rocas de la ciudadela. A travs de ella como si mis palabrasles hubiesen conjurado aparecieron cabalgando la mujer hechicera,y Tibur a su lado, y tras ellos el pequeo ejrcito que yo recordabahaber visto sobre el puente del Nansur.

    Tibur y la hechicera, detuvieron sus caballos, mirandosorprendidos a aquellas gentes postradas de rodillas

    El Herrero, se mostraba impaciente y presion con sus espuelaslos ijares del animal, para avanzar entre aquellos cuerpos que casitocaban al suelo con su frente.

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    11/75

    La Hechicera, extendi una mano y le detuvo, mientras lemurmuraba algo en voz baja.

    La mujer que mandaba aquellas amazonas, toc mi pie:Con vuestro permiso seor!... Podemos levantarnos?Inclin la cabeza, y de un salto se incorpor llamando a sus

    guerreras, que me rodearon. Lea el miedo en sus ojos, y latranquilic.

    No os preocupis... No he odo nada de lo que me habisdicho...le susurr.

    Os quedo muy agradecida me respondi. Tenis en Dara unaamiga.

    Oh Luka! gimi una de las guerreras. Nos hervirn enaceite!

    Ya os he dicho que no he odo nada les repet.Favor por favor me dijo Dara. Si luchis contra Tibur...

    tened cuidado con su mano izquierda...La pequea tropa se puso de nuevo en movimiento cabalgando

    lentamente hacia m. Cuando estuvieron cerca, pude ver unatenebrosa sombra que cubra el rostro de Tibur.

    El Herrero, detuvo su montura al lmite de la muchedumbre, ydescarg su furia sobre aquellas pobres gentes:

    Levantaos perros! les chill. Desde cundo Karak sepostra de rodillas ante extraos, antes que ante sus dueos?

    Al orle, se levantaron temerosos, empujndose uno contra otro,cuando la tropa cabalgaba a travs de ellos.

    Los ojos del Herrero centellaban con furia.Su mano jugaba con el potente martillo, y los dos hombresgigantescos que le acompaaban, uno a cada lado, llevabandesenvainados sus cuchillos.

    La Hechicera, me examinaba penetrante, pero con un ciertodesinters. Por lo visto no estaba segura de la actitud que deberatomar hacia m, y esperaba una palabra, un gesto de mi parte, paradecidirse.

    No me gustaba aquella situacin. Si me vea obligado a luchar,no tena muchas esperanzas de xito contra aquellos tres jinetes, sin

    contarla a ella.Presenta, que la Hechicera, no dejara que me matasen; pero siella no intervena pronto... podra ser demasiado tarde para m. Nome alegraba la idea de ser golpeado, y conducido a Karak como unprisionero.

    De repente, comenc a sentir un odio salvaje contra aquellascriaturas, que se atrevan a detenerme, impidindome realizar lo queyo deseaba... y de nuevo despert en m aquella fuerza mstica...aquella arrogancia de ser alguien superior... que dormitaba en mespritu desde que llevaba el anillo de Khalk'ru.

    Si. Aquel poder me haba ayudado, cuando Tibur sobre el puentedel Nansur, agitaba su martillo hacia m.

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    12/75

    Debera dejar que Dwayanu tomase posesin de m... si tenaque enfrentarse a ellos... Era la nica manera...

    Y me abr a Dwayanu!Un profundo hormigueo inund mi cerebro... Y una inmensa ola

    en mi conciencia arrastr con ella a lo que era Leif Langdon. Empuj

    a las guerreras a un lado y camin hacia Tibur. Algo de aquel que sehaba apoderado de mi cuerpo deba reflejarse en mi rostro, pues losojos de la Hechicera cada vez estaban ms llenos de dudas. La manode Tibur jugaba an con su martillo. Su caballo retrocedi, haciaatrs, como si danzase al or ocultos sonidos.

    Mi propia voz que a m me pareci extraa se dej or confuria:

    Dnde est mi caballo? Dnde estn mis armas! Dnde mipendn y mi lanza?... Dnde estaban los tambores y trompetas?...Esta es la bienvenida a Dwayanu de una ciudad de los Ayjir...? Os

    lo har pagar caro!La Hechicera, abri la boca al orme, y me pareci escuchar que

    un sarcasmo claro sala de su voz de oscuro timbre.Detente Tibur! Hablar con Dwayanu... Si es realmente

    Dwayanu... se dirigi despus a m. No podis culparnos dehaberos recibido de este modo... Hace ya tiempo que los mortales nodescansan sus ojos en Dwayanu... y jams os han contemplado enesta tierra... Cmo podamos reconoceros? Cuando os vimos por vezprimera, los perros amarillos os llevaban lejos de nuestro lado... Si noos hemos recibido como Dwayanu... comprended que ninguna ciudad

    de los Ayjir, jams fue visitada por vos de esta manera.Lo que deca era cierto. Pero, la furia que me dominaba crecapor momentos, y alc el anillo de Khalk'ru...

    Quizs no reconozcis a Dwayanu!... Pero esto os debera sermuy familiar!

    S que tenis el anillo... respondi la Bruja sin asustarsepero no sabemos como lo habis conseguido... El Anillo solo nadaprueba...

    Tibur, inclin su cabeza hacia delante:Por qu no nos decs de qu lugar habis venido? dijo.

    Sois quizs una quimera de Sirk?Un murmullo intranquilo subi sobre la muchedumbre. LaHechicera, frunci las cejas.

    En tu cabeza, nunca estar tu fuerza, Tiburpens. Pero lerespond:

    Yo vengo de la tierra de tus antepasados... De la cuna deAyjir... diablo rojo y despus mir a la Hechicera.

    Los metlicos ojos de la mujer se abrieron sorprendidos, y suslabios rojos parecieron murmurar algo que no llegaba a or, mientrasque de la muchedumbre volvi a elevarse un gritero de temor yrespeto.

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    13/75

    Vos ments! bram Tibur. Ya no existe vida en la tierra delos antepasados. En ningn sitio hay vida. Khalk'ru la ha absorbidopor todas partes menos aqu. Vos ments Dwayanu!...

    Mientras as hablaba Tibur, el Herrero, segua acariciando conuna de sus fuertes manos el mango de su omnmodo martillo. De

    pronto una oscura nube se fue esparciendo ante mis ojos como unvelo inmenso teido en sangre a medida que la furia me ibainvadiendo.

    Haca un buen rato que vena observando al caballo de Tibur queestaba a mi lado, porque me pareca grande y noble, como son losRotschimmel (caballo de pelo rojo), tan fuerte como pudiera ser elnegro que me trajo a travs del desierto del Gobi. Fui hacia l, yasindole por las riendas, con un fuerte y brusco gesto le obligu adoblar las rodillas, mientras el jinete desesperado haca una volteretapor encima de la cabeza del caballo cayendo a tierra delante de m,

    pero sostenindose erguido sobre sus dos robustas piernas, y ligerocomo un verdadero gato, salt hacia arriba cuchillo en manodispuesto a hundirlo en mi pecho, mientras que con la siniestra abatisu martillo sobre mi cabeza, pero mi agilidad y mi fuerza lederribaron al suelo con dos golpes tan veloces como efectivos, yantes de que Tibur hubiese podido hacer ningn gesto ms de ataqueo de defensa, ya estaba inmovilizado y con la punta de mi pual ensu garganta. Hice ademn para hundrselo, y degollarle. Pero una vozme hizo vacilar.

    Deteneos Dwayanu! Os lo ruego!...

    Era la voz de la Hechicera, Lur, que me suplicaba quedamente,casi susurrando.Yo re, presionando con la punta del cuchillo sobre la garganta

    del inerme cado hasta hacer brotar por su piel un hilo de sangre quese desliz rpidamente por el palpitante cuello. Entonces grit. SoyDwayanu... O una quimera de Sirk?... Responde Lur...! Tiburjadeaba, y otra vez me re.

    Yo soy Dwayanu!... y me vas acompaar hacia Karak, para allhacer sacrificio por tu audacia y descaro, Tibur...

    Diciendo esto retir el pual de su garganta. S, lo retir y... Por

    todos los dioses!, si hubiera querido podra haber matado a Tibur,pero no lo hice desaprovechando as una verdadera oportunidad.Me dirig a la Hechicera para ordenarle:Qudate a mi lado derecho, que Tibur debe de cabalgar

    delante de nosotros.Entonces emprendimos el camino por las arenas de la playa a

    travs de la abertura del muro de la Ciudadela negra.

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    14/75

    2

    EN LA CIUDADELA NEGRA

    La pesada cerradura de hierro se encaj gruendo detrs denosotros.El pasillo, a travs de los muros era ancho y largo. A ambos

    lados haba algunos hombres armados, pero la mayor parte de laguardia eran mujeres. Ellas se limitaron slo a mirarme. Su discipliname pareca admirable. Silenciosamente me saludaban con los pualesen alto.

    Fuera del pasillo llegamos a un patio grande que estaba rodeadopor la misma piedra negra de la fortaleza, y de la misma piedra,pavimentado. Por lo menos medio millar de guerreras se encontrabanall, muy cerca unas de otras. Todas eran del mismo tipo y aspecto:fuertes, con ojos azules y flamgeros cabellos.

    El patio tendra un kilmetro cuadrado. Frente a la entrada vi aun grupo de jinetes parecidos a aqullos que nos acompaaron, esopor lo menos sospech. Se arremolinaron empujndose para pasar atravs de una puerta, y hacia ellos cabalgamos.

    Despus llegamos ante un gran crculo como de unos treintametros, comprobando que era un hoyo donde burbujeaba aguahirviente, haciendo ascender gran cantidad de vapor. Un geisersupuse. Un ligero olor a azufre me golpe en las fosas nasales. Entorno al hoyo haba pilares y azules maderos transversales como los

    de una parrilla, y en cada uno de stos bamboleaban siniestramenteunas finas cadenas de acero. Este era sin duda un sitio pocoagradable, y no me gustaba en absoluto. Tibur, debi leerlo en mirostro porque me explic con tono irnico:

    Vuestra cazuela.Pues entonces resultar difcil sacar el caldo respond,

    porque lo consider como una broma.Oh!, la carne que cocinamos aqu, no nos la comemos...

    respondi an ms sarcstico, lanzando una carcajada.Cuando me di cuenta de lo que quera decir, se me revolvi el

    estmago. Eran hombres los que fueron colgados en esas cadenassobre la olla del Diablo hasta que su carne se desprendiera yquedaran tan slo los huesos. Pero yo me domin para que no se menotaran las fuertes nuseas que senta. Slo inclin la cabeza confingido desinters, y segu cabalgando. La Bruja no se fijaba ennosotros. Con la cabeza hundida entre los hombros, y profundamenteperdida en sus pensamientos iba unos metros por delante, pero yonot que, de vez en cuando, me lanzaba una mirada. Nos acercamosa una puerta. Ella hizo una seal a la tropa que se encontraba all. Setrataba de una veintena de las guerreras pelirrojas y seis hombres

    armados, que habas desmontado de sus caballos.La Bruja se acerc a m para susurrarme:

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    15/75

    Da la vuelta al anillo para que la piedra quede descubierta.Sin replicar una palabra, as lo hice.Llegamos hasta la puerta. Yo me puse ms cerca de la tropa. Las

    guerreras llevaban un jubn que les dejaba un pecho descubierto, ylos pantalones recogidos en los tobillos. En sus anchos cinturones

    pendan sendos machetes o puales, uno largo y otro ms pequeo ymanejable. Los hombres, igualmente vestidos pero con las camisasms anchas y ligeras tambin llevaban los mismos cuchillos en loscinturones, pero adems lucan un pesado martillo, que penda de unlazo en un extremo.

    Las guerreras, que me haban rodeado despus de mi llegada,eran muy bonitas, pero stas resultaban muchsimo ms atractivas,con rostros muy finos, y por lo visto de una ascendencia ms noble.

    Ellas me examinaron no menos francamente que yo, y meapreciaron igual que las otras guerreras. Sus miradas lanzaban

    destellos de admiracin hacia mi pelo rubio, prendndose all comofascinadas. Sin embargo sus caras tenan signos de una fra crueldad,al igual qu la del Herrero Tibur.

    Yo inclin mi cabeza, desinteresado otra vez. Qu irreflexivohaba sido al entregarme a la merced de esta gente! Pero qu otracosa hubiera podido hacer, excepto escapar hacia Sirk? Adems, yoni saba dnde estaba ese Sirk. No lo alcanzaba con la vista, y slo,no hubiera hecho el intento de ir all. La parte de mi yo, que era LeifLangdon, pens en ello, pero la otra parte, Dwayanu, no lo tena encuenta sino todo lo contrario, el fuego de la temeridad arda en m

    con arrogancia, la que hasta ahora no se preocupaba por miseguridad, y me susurraba que ninguno de los Ayjir tena el derecho,el ms mnimo derecho, a hacerme entrar en dudas, o atajarme enmi camino. Y esta arrogancia insista siempre con ms fuerza yconvencimiento de que me tenan que recibir con toda clase dehonores, estandartes, y algarabas de tambores y clarines. La parteque perteneca a Leif Langdon, contestaba que no poda hacer msque continuar con aqul con quien haba empezado, y deba decompartir el juego, y que no exista otra solucin,

    Por otra parte, los recuerdos antiguos de Dwayanu, despertado

    por la magia del Sacerdote Viejo, preguntaba impaciente por qududaba de m mismo, asegurndome que no era un juego, sinorealidad, y que no me dejase humillar por ms tiempo por estosperros Degenierher.

    Entonces me agit en el caballo, y mir con desprecio y orgullohacia abajo, hacia los rostros que se haban dirigido hacia m. S yomiraba hacia abajo, hacia ellos, con altivez porque yo lessobrepasaba en doce o quince centmetros de estatura al ms alto oalta de entre ellos.

    Lur me toc el brazo. Entre ella y Tibur pas dominndoles conmi estatura a travs de la puerta de la Ciudadela Negra. Sorteandounos largos pasillos llegamos. La luz del da que caa por una delgada

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    16/75

    abertura muy alta, hecha en la piedra pulida brillaba con tonossuaves y ligeros.

    Fuimos alejndonos de las guerreras que saludabansilenciosamente a nuestras espaldas, y pasamos por entre un ddalode pasillos que se cruzaban en nuestro camino. Por fin alcanzamos

    una puerta hermticamente cerrada. Una vez aqu Lur y Tiburordenaron retirarse a sus acompaantes, detrs de nosotros.

    Por primera vez me vea el Kraken. Su imagen cubra toda lapared de la habitacin en la que nosotros habamos entrado. Micorazn palpitaba locamente cuando lo vi. Durante unos instantesapenas pude dominar el impulso de empezar a correr. Slo ms tardeme di cuenta que este Kraken era un mosaico sobre la piedra negra,o a lo mejor que la rejilla amarilla por la cual l acechaba, era elmismo mosaico y que el Kraken negro estaba construidomismamente fuera de la piedra del muro.

    Sus insondables ojos parecieron mirarme con la misma expresinde maldad que los Pygmoyden, en su retrato del smbolo plasmadoen aquella alta roca estaban tan perfectamente representados.

    Algo se mova debajo del Kraken. Una cara me observaba desdedetrs de una capucha negra. Primero pens en el Viejo Sacerdote,pero despus me fui dando cuenta de que este hombre no era tanviejo y que sus ojos brillantes, de un azul claro, y su rostro carecande arrugas, as como de expresin, como si estuviera construido enfro mrmol. Entonces record las palabras de Evalie, y deduje queeste rostro slo poda pertenecer a Yodn, el Sumo Sacerdote.

    Permaneca sentado en un amplio silln igual a un trono, tras unalarga mesa con diversos rollos de pergaminos y papiros, llenos dejeroglficos, al igual que los de los antiguos egipcios, y que tenancomo fundas o depsitos unos tubos cilndricos de metal de colorrojo. A la derecha e izquierda se alzaban dos tronos ms.

    l, elev en el aire la mano blanca y delgada y me salud.Venid hacia m, vos que os hacis llamar Dwayanu.La voz resultaba fra, y con tal ausencia de pasin como el

    mismo rostro, pero sin embargo, era corts. Otra vez me parecimirar al Viejo Sacerdote, como alguien ms bajo de nobleza que l, al

    que no se le puede desobedecer un mandato, y exactamente estesentimiento me mova. El pareci adivinarlo porque un destello inicialde furia se fue extinguiendo de su impertrrito rostro, mientras meobservaba inquisitivamente.

    O decir que vos tenis un cierto anillo.Yo jugaba con mi anillo en la mano hasta ponerlo hacia arriba en

    el dedo para despus extender el brazo hacia el sacerdote. El clavlos ojos en el anillo. La fra rigidez de su rostro se iba diluyendo. Conun gesto, introdujo su mano en el cinturn sacando una cajita y deella un anillo que puso al lado del mo. El suyo no resultaba tangrande y se diferenciaba tambin un poco en su montura. l se fijabaen los dos anillos, y comenz a jadear, haciendo temblar el aire,

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    17/75

    hasta que asi mis manos y las miraba, intentando leer en las lneas.Al fin las dej libres, para retreparse en su silln inquirindome.

    Por qu vens aqu?Debe Dwayanu contestar vuestras preguntas en pie, como un

    modesto mensajero? le repliqu bruscamente. Y decidido pas

    detrs de la mesa tomando asiento en uno de los dos tronos vacosque estaban a su lado, aadiendo seguidamente con perentorioacento. Ordenad traer algo para beber porque siento sed, y hastaque no est apagada no voy a hablar.

    Un intenso rubor cubri su blanca faz. La Bruja no apartaba susojos de m, pero su rostro no manifestaba ahora ningn sarcasmo. Suinters por m en alguna manera haba crecido ostensiblemente. Derepente me di cuenta de que el trono donde me haba sentado era eltrono de Tibur. Lanc una sonora carcajada.

    Ten cuidado Tibur le avis. Esto poda ser un agero.

    El Sumo Sacerdote objet con voz inexpresiva.Si l es verdaderamente Dwayanu, Tibur, entonces ningn

    horror puede ser demasiado grande para l, preocpate de quealguien traiga el vino.

    La mirada conque el Herrero me estudiaba tena algo deinterrogante y por lo visto eso mismo notaba la Bruja. Ella habl contono pausado.

    Yo me ocupar de ello y se acerc a la puerta, abriendo unatrampilla que daba a un armario. Luego de servirnos, Lur se quedesperando. Mientras, el silencio nos domin a todos.

    Muchos pensamientos se agolparon en mi cabeza. Pens que nome haba gustado nada la mirada de inteligencia que Tibur el Herrerohaba cruzado con Yodn, y que Lur, aunque quizs estuviera tentadoen confiar en ella, sera la primera en tomar un sorbo del vino antesque nadie. Tambin pens que no dara muchas explicaciones de laforma en que yo haba llegado al pas de las sombras y pens en JimEagle y en Evalie.

    Cre que mi corazn iba a romperse de anhelo por ella, y mesent increblemente solo y abandonado. Luego not de nuevo elsalvaje desprecio de mi otro yo, notando cmo luchaba contra las

    trabas.La Bruja puso ante m el jarro, y la copa que haba colmado deamarillo vino, ofrecindomela. Yo le sonre.

    Quin escancia el vino bebe primero dije. As era lacostumbre Lur, y yo tengo gran aprecio y respeto por las costumbresantiguas.

    Tibur se morda el labio inferior mesndose pensativo la barba,pero sbitamente y sin titubear alz la copa hasta su boca y la vacide un solo trago. A mi vez levant mi copa ante Tibur, con el deseode provocar al Herrero, y le increp:

    Lo hubieras hecho si t hubieras sido el Mundschenk, ehTibur? y beb.

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    18/75

    Era un buen vino y not su picor en la garganta y en la sangre.Una temeridad sin posibilidad de neutralizar me remova. Me escancims vino y vaci nuevamente la copa de un solo trago.

    Ven aqu Lur! exclam. Sintate con nosotros. Y t Tibur,nete tambin a nuestro lado.

    Lentamente la Bruja tom asiento en el tercer trono, mientrasTibur traa otro asiento tan grande como los nuestros. Tibur meobservaba intensamente, y yo me daba cuenta de que su expresinhaba cambiado. Me miraba con un inters extrao, y pensativo comoslo lo haba hecho hasta ahora la hechicera Lur. El sacerdote, muyplido, me pareci totalmente concentrado en sus pensamientos, y enrealidad los tres parecan un tanto inmersos en sus meditaciones.Tibur, pareci intranquilo cuando me preguntaba:

    Por qu viniste, Dwayanu! dijo fijando sus ojos en m,Y yo repuse.

    Te contesto ahora tu pregunta. Yo he venido hasta Yodn,porque Khalk'ru me llam.

    Es extrao murmur Yodn qu el Sumo Sacerdote deKhalk'ru no supiera nada de eso.

    Las razones del porqu me son ignoradas repusecalmosamente. Preguntad a quien a vos servs.

    l, pareci pensar sobre ello, luego aadi.Dwayanu vivi hace mucho, mucho tiempo... Antes...

    murmuraba...Antes del Sacrileg, cierto tom un largo y profundo sorbo

    para aadir. Pero como vos podis ver, estoy aqu.Que sabis vos del Sacrileg! sus dedos haban aferrado mimueca. Quin sois!... De dnde vens?

    Yo vengo le respond de la tierra de los antepasados...Todava apret mi mueca con muchsima ms fuerza, utilizando

    las mismas palabras que Tibur.De la tierra de los antepasados? All ya no existe vida! En su

    furia Khalk'ru la rompi en pedazos. Slo aqu es donde Khalk'ru da asus servidores toda proteccin y existe an la vida.

    l mismo no crea en lo que estaba diciendo. Eso descubri su

    propia mirada cuando se posaba en la Bruja y el Herrero, y tampocoellos crean en ello.El pas que fue nuestra cuna expliqu ya no es ms que

    mortales despojos. Sus ciudades estn bajo un espeso sudario detierra. Sus lagos permanecen secos y slo la arena se desliza por suscauces, azotada por los vientos . Pero todava hay vida en la Tierra delos Antepasados, y aunque la sangre antigua se haya diluido, la vidalleg hasta hoy. An Khalk'ru es admirado y temido de all de dondeyo vengo. Y en los otros pases la tierra produce, ahora como en elpasado. La vida, en eso, nada ha cambiado.

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    19/75

    Levant otra vez mi cliz y beb largamente. Era un vino buenoque aumentaba mi tenacidad, y bajo su influencia, Dwayanu gan enpoder.. Y quizs eso estaba muy bien.

    Enseadme el sitio de donde vens! me rog el SumoSacerdote, pasndome una tabla de cera y un carbn. Yo, dibuj los

    contornos del Asia del norte y de Alaska, indicando el Desierto delGobi, y enseando el punto casi exacto del Oasis, y tambin el lugardel Pas de las Sombras. Tibur cogi la tabla para estudiarla y elSacerdote rebuscaba entre las escrituras, sacando una y luego otrapara compararla con mi esbozo. Le pareci ser en verdad un mapa,pero en el su mapa el litoral del norte era totalmente distinto. Unalnea se distingua de manera que quizs quera sealar una ruta. Porencima y por debajo de la ruta se distinguan letras y smbolos de unlado a otro. Yo me pregunt si posiblemente no se trataba en esemapa de apuntes sobre el xodo de la Raza Antigua que se escap

    del Desierto del Gobi.Al fin ellos se quedaron mirndose pensativos, y el Sacerdote me

    pareci un poco asustado. Los ojos de Tibur revelaron un poco detemor y de furia a la vez. Slo la Bruja pareca totalmente tranquila.Otra vez callaba el Sacerdote.

    Habis contado cosas bastante extraas murmur por fin.Yhabis venido a nuestro pas de una manera tambin muy extraa.No os importar que nosotros nos aseguremos?

    Yo fij mi vista en el jarro. An estaba medio lleno. Me gustabael vino, sobre todo porque distraa mi preocupacin por Evalie.

    Informaros de todo lo que queris le dije muygenerosamente.Y ellos se retiraron a un rincn de la habitacin.Yo iba escanciando vino una y otra vez, vaciando a menudo mi

    copa, y olvid a Evalie. Empec a sentirme bastante bien. Ya noquera que Jim estuviese conmigo. Vaci una vez ms mi copa, yentonces olvid a Jim. S, me diverta grandiosamente, y si daba mslibertad a Dwayanu, tocara gustosamente los timbales. Empec anotar un fuerte sueo que se apoderaba de m, y me pregunt qudira el Viejo Barr si l pudiera estar aqu conmigo. De pronto me

    sobresalt, porque el Sumo Sacerdote estaba junto a m, y me estabahablando. Me pareci que me haba estado hablando haca muchotiempo, pero no me poda acordar, tanto era lo que me interesabacuanto pudiera haber dicho. Tambin tena la impresin de quealguien tiraba del anillo de mi dedo, pero me vena tan justo en mimano cerrada, que la piedra haba penetrado en mi carneproducindome una herida. Los vapores del vino de repente habandesaparecido. Mir a m alrededor y la Bruja y Tibur se habanesfumado. Habr quedado dormido? Estudi el rostro de Yodninterrogativamente. Se le vea cansado y fatigado, pero tambin vi ensu rostro una gran satisfaccin, y ello no me gust nada en absoluto.

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    20/75

    Los otros se han ido para preparar una recepcin digna de vosexplic el Sumo Sacerdote. Y tambin para ocuparse de vuestrashabitaciones y de la ropa.

    Yo me levant y me acerqu a su lado, preguntndole:Como a Dwayanu?

    Todava no repuso secamente.Pero s como a un huspedde alta categora. Lo otro es demasiado serio para decidirlo ahora, sinms pruebas.

    Y en qu prueba habis pensado Vos?Me contempl largamente antes de responderme,

    preguntndome a su vez.Vuestra oracin puede llamar a Khalk'ru hasta aqu?Casi automticamente sent escalofros. El me mir tan

    escrutadoramente que tem que se hubiera dado cuenta.Refrenad vuestra impaciencia me dijo con una voz tan dulce

    como la miel. Vos no necesitis esperar demasiado tiempo, peroantes de que llegue el momento, apenas si os voy a ver. Pero ahoraquiero rogaros un favor.

    Y qu favor ser? le pregunt.Que no llevis el anillo, porque la gente os lo puede ver,

    excepto cuando lo creis necesario.Lo mismo me rog Lur, pero infinidad de personas ya me han

    visto con el anillo, y todava bastantes ms de ellos deben de saberque lo tengo Yodn se daba cuenta de que yo tena escalofros.

    El anillo es algo sagrado me explic. Yo no sospechaba que

    haba otro anillo adems del mo, hasta que lo habis enseado en elpuente de Nansur, y no es bueno, tratndose de algo tan sagrado. Yome pregunto si el mo ser necesario.

    Pens en que era casualidad, que l se preguntara si era o nonecesario. Yo slo deseaba que l no hubiera sospechado de m en miltimo pensamiento.

    Pero en fin dije. No veo razn alguna de porqu no he dehaceros a vos, Sumo Sacerdote, ese favor.

    Y diciendo esto, me saqu el anillo de mi dedo, metindolo en micinturn.

    Estaba bien seguro de que vos lo entenderais murmurYodn.El sonido de un gong de timbre opaco y solemne se dej or por

    el recinto. Yodn hizo con un gesto hizo presin en un lado de lamesa, y la gran puerta se abri, haciendo entrada en la estancia treshombres jvenes de aspecto normal, que se cubran con un simplesayo.

    Estos son vuestros servidores me explic el Sumo Sacerdote y os van a conducir a vuestros aposentos.

    Yodn inclin la cabeza al decir esto. Entonces sal de la estanciasiguiendo a los tres hombres de Ayjir. Flanqueando la puerta estabanuna docena de guerreras, y la jefa de ellas tena los ojos muy azules.

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    21/75

    Me saludaron y me escoltaron hacindome guardia de honor mientrasyo segua a los jvenes a travs del pasillo, y entonces volv los ojoshacia mi espalda, y pude ver en un momento cmo la Brujapenetraba sigilosamente y de puntillas en la habitacin de los trestronos.

    Mis acompaantes y yo llegamos a otra habitacin, que tenaotro guardia a la puerta, y sta fue abierta para que yo entraraseguido de los tres hombres jvenes.

    La capitana de las mujeres me mir con sus celestes ojosdicindome con palabras concisas.

    Tambin nosotras estamos bajo su mandato, Seor. Y sipodemos hacer algo por Vos no tenis ms que llamarnos, porqueestaremos de guardia aqu mismo, delante de la puerta.

    Diciendo esto me entregaba un pequeo gong de jade, paradespus saludarme militarmente y retirarse, cerrando la puerta

    detrs de s.La habitacin me pareci como si fuese conocida, dndome una

    extraa confianza, y al irla observando me fui dando cuenta que eracasi igual a las que me haban dado en el Oasis, porque poda veraqu las mismas sillas metlicas tan caractersticas. All se encontrabauna cama divn igual, muy baja, y parecidas decoraciones en lasparedes y las mismas alfombras guarneciendo el suelo. Slo que aqutodo estaba en muy buenas condiciones y no corrodo por los dientesdel tiempo, como en el Oasis, aunque naturalmente algunas de lasdecoraciones estaban algo desvadas por la accin del tiempo,

    aunque sin hacerles perder su belleza, ya que no estabanestropeadas. Sin embargo otros utensilios y moblaje tenan el aspectode ser muy nuevos como si los hubieran hecho recientemente, y loscortinajes mostraban las mismas escenas de caza, como los muygastados del Oasis, con las escenas de la vida en el Pas de lasSombras.

    Uno de los tapices tena plasmado el puente de Nansur todavaentero. Otro describa una batalla entre los Ayjir y los Pigmoiden, ymas all poda verse un bosque fantstico, por donde corran unoslobos blancos. Pero algo era diferente, y yo miraba concentrada y

    pensativamente a m alrededor para ver si me daba cuenta exacta delo que era. Y es que en la habitacin del Oasis haban guardado lasarmas de los habitantes antiguos, sus lanzas y puales, cascos yescudos, y en esta habitacin no haba nada de todo esto. Entoncesrecord que yo haba tenido el pual en mi cinturn cuando estuve enla habitacin con el Sumo Sacerdote! Haba desaparecido! Sinpoderlo evitar sent cierta intranquilidad.

    Entonces me di la vuelta mirando a los tres jvenes Ayjir ycomenc a desabrocharme la camisa viniendo ellos apresuradamentepara ayudarme a desvestirme. En ese instante not una terrible eimperiosa sed.

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    22/75

    Traedme agua para beber le dije a uno de los tres jvenes.Pero l hizo caso omiso a mis palabras.

    Traedme agua para beber le repet creyendo que no habaodo mi orden. Pero totalmente insensible opt por tocarle en loshombros con un gesto bastante brusco. Pero el joven sonri y

    mirndome hacia arriba abri la boca ensendomela no tenalengua. Despus se seal en las orejas indicndome que tambinera sordo, y entonces le entend.

    Nuevamente mi intranquilidad se hizo presentedesasosegndome y desconcertndome.

    Es que era acaso habitual que los soberanos de Karak sehicieran servir por sordomudos? O haban mutilado expresamente aestos jvenes para ciertos huspedes exclusivamente, yespecialmente?y me pregunt a m mismo Huspedes oprisioneros?

    Entonces cog el gong y toqu sobre su superficie sonoramente.Casi de inmediato se abri la puerta, y el capitn femenino sepresent saludndome marcialmente.

    Tengo mucha sed expliqu. Traedme agua, por favor.En vez de contestarme, la guerrera se limit a atravesar la

    habitacin corriendo una cortina en el extremo de ella. Detrs de lacortina se vio un pequeo cuarto, y en el suelo surgi un pozo llano,del que comenz a fluir agua muy fra y espumosa. La capitana sacde un nicho en la pared un gran cuenco llenndolo a rebosar paraofrecrmelo.

    Queris alguna cosa ms Seor? me preguntobservndome con sus grandes ojos azules.Yo sacud la cabeza con gesto negativo y ella abandon la

    habitacin inmediatamente.De nuevo segu desnudndome, ayudado por los sordomudos.

    para luego pasar a que me dieran unos masajes con aceite muyligero y perfumado, mientras iban rondando por mi cerebro ms yms pensamientos.

    La mancha dolorosa que luca en la palma de mi mano merecordaba palpablemente de que alguien haba tratado de arrancarme

    el anillo de mi dedo, y tambin tena el convencimiento de que antesde haberme despertado de mi aturdimiento, el Sacerdote me habahablado, mucho y seguido, para sonsacarme; y me quedaba claro deque casi no me restaba nada de mi audacia y temeridad, y qu a ellosles haba resultado muy bien el traerme aqu, porque ahora eramucho ms dbil, porque ahora era mucho ms Leif Langdon queDwayanu.

    Qu me haba dicho el Sacerdote? Qu me haba preguntado?Y yo, qu haba contestado?

    Me apart de las manos de mis masajistas y fui a buscar mispantalones para revisar dentro de mi cinturn. El anillo todavaestaba all! Pero mi bolsa vieja haba desaparecido!

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    23/75

    Toqu nuevamente el gong. El capitn femenino acudiinmediatamente. Yo, estaba completamente desnudo, pero no mefijaba en ella como en una mujer, y s como en un guerrero ms.

    Escucha le dije. Treme un pequeo dije donde puedacaber mi anillo, y luego una cadenilla para colgarlo de mi cuello, fina,

    pero fuerte. Me has entendido bien?Ahora mismo me ocupo de eso Seor me asegur ella.Regres bastante deprisa poniendo sobre la mesa una grabada

    jarra de vino, y despus extrajo de su jubn, un dije de platarepujada, y mostrndomelo me dijo.

    Este es adecuado Seor?.Le di la espalda a la guerrera, y pude comprobar cmo el anillo

    de Khalk'ru encajaba perfectamente dentro del dije.Estupendo! exclam dndome, la vuelta hacia ella. Pero

    no tengo nada para ofrecerte por esto.

    Ella ri levemente.Para m ya es bastante honor el veros seor. Pareca que sus

    palabras eran sinceras, sin aadir ms, me salud y abandon lahabitacin.

    Yo me colgu muy cuidadosamente el dije del cuello. Luego meserv ms vino, apurando de un solo trago el contenido del cuenco,para seguidamente volver a escanciarme nuevamente llenndolohasta el borde. Luego me volv a mis masajistas, que me esperabanpacientemente.

    Empec a sentirme otra vez un poco mejor, y mientras yo beba

    ellos me fueron atendiendo, bandome, cortndome el pelo yrasurndome la barba.Cuanto ms beba, ms y ms me iba sintiendo Dwayanu. Mi

    antipata por Yodn iba creciendo, pero eso no alteraba mi buenhumor.

    El tro de servidores comenzaron ahora a vestirme, ponindomeuna camiseta de seda y enfundando mis largas piernas con el mismomaterial que el jubn bastante largo y de un color amarillo muyfantstico, con hilos metlicos. Luego me abrochaban un cinturndecorado con piedras preciosas calzndome con unas sandalias de

    oro puro muy suave y dctil. Ahora me peinaban los cabellos, que mehaban cortado de forma que rozaba mis orejas.Mientras ellos estuvieron ocupados conmigo todava me tom

    otro jarro de vino sintindome un tanto embriagado, pero no meimportara estar un poco ms bebido, y desde luego iba perdiendo eldeseo de permitir que me agasajaran. Cog el gong nuevamente deencima de la mesa y golpe, esta vez ms suavemente, para llamaral capitn femenino, porque deseaba pedir ms vino y preguntarletambin cundo me iban a traer comida.

    La puerta se abri, pero no entr la guerrera; lo hizo la Bruja

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    24/75

    3

    EL ANCHO MAR FANTASMA

    Lur, parada en el quicio de la puerta, me contemplaba con laboca entreabierta, realmente muy sorprendida al ver mi cambio, acausa de las ropas que me haban dado los Ayjur y por efecto de suscuidados. Era un gran cambio de personaje, el que vea ella ahora,comparado con aquel que haba surgido del ro haca poco tiempo,empapado y desnutrido. Sus ojos brillaron y una oleada de ruborinund sus mejillas. Lur se aproxim a m hasta casi rozarme con sucuerpo.

    Dwayanu... Vens conmigo? me pregunt.

    Yo le sonre contestando.Por qu no, Lur, pero, por qu debera de irme a otro lado?Ella me susurr quedamente, sin apartar sus ojos de los mos.Seas vos Dwayanu o no, pude convencer a Yodn que vos

    estabais bajo mi proteccin, y hasta que l vaya al templo conmigo,vos estaris seguro.

    Y por qu hacis esto por m Lur?Ella no contest, ponindome una mano sobre mi hombro

    contemplndome tranquilamente con sus azules ojos.Aunque mi inteligencia y sentido comn me deca que su inters

    podra ser otro que su pasin repentina por m, su contacto, unido asu mirada, forzaba a correr mi sangre ardientemente por mis venas,y me era casi imposible lograr que mi voz no resultaracompletamente alterada.

    Voy contigo, Lur murmur tutendola.Y ella dirigindose hacia la puerta la abri. A los pocos instantes

    volva con un mantn y un gorro negros. Me puso el manto sobre loshombros cerrando sobre mi cuello el cierre metlico para despusencasquetarme el gorro profundamente de manera que no se me veami dorado cabello. Aparte de mi alta estatura, poda pasar por un

    Ayjir perfectamente.Debemos darnos prisa Dwayanu...Ya estoy preparado, pero espera un segundo...En unas zancadas atraves la habitacin y recogiendo parte de

    mis cosas viejas hice un apretado lo con ellas, diciendo a Lur.Quin sabe si un da no volver a necesitarlas!Ella no replic, limitndose a atravesar la puerta seguida por m.

    Al salir nos encontramos con la capitana guerrera que estaban en elpasillo con mis guardias, y al lado de ellas haba como una mediadocena de las acompaantes de Lur especialmente bellas y jvenes.

    En ese momento repar en que todas ellas llevaban una camisa conpeto, y adems de ir provistas con los dos puales habituales haban

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    25/75

    aadido a su atuendo un martillo, igual que Lur, y era porque por lovisto esperaban tener dificultades.

    Entrgame tu pual le dijo Lur a la oficial femenina. Dseloa l orden ahora Lur, y la joven obedeci.

    Yo lo sopes cuidadosamente, notando que no era todo lo

    pesado que a m me hubiera gustado, pero de todas formas siempreera un arma til. Lo met en mi cinturn, y empezamos a andar por elpasillo adelante. Unos cien metros ms lejos, entramos en un cuartovaco. Observ que Lur suspiraba tranquilizada. Lur, apoy una desus manos sobre el ngulo de una de las paredes, y pude ver cmouna gran seccin del muro se mova al otro lado, y apareca unoscuro pasadizo por donde nos deslizamos, notandoinconscientemente como la abertura se cerraba tras de nosotros,quedando envueltos en una profunda oscuridad. Pero, de repente,unas antorchas brillaron en manos de dos de las jvenes. Las llamas

    flameaban como si fueran de plata, completamente estticas ytranquilas. Las dos guerreras iban delante y despus de un largo ratoalcanzamos el final del pasillo secreto. Apagaron las antorchas, ynuevamente otra pared se desliz hacia el otro lado, dejando pasofranco por una nueva abertura. Yo o susurros y luego de que misojos se acostumbraron a la oscuridad me di cuenta de que nosencontrbamos en lo ms profundo de uno de los muros exteriores dela Ciudadela Negra, y cerca de nosotros una media docena de laschicas de Lur nos esperaban con caballos bien dispuestos.

    Subid seor, y cabalgad a mi lado me rog Lur.

    Obedec, apretando mi envoltorio donde llevaba mis cosas viejassobre el borrn delantero de la silla de montar que portaba un grancaballo gris que me haba sido destinado, y que Lur me indicara.Empezamos nuestro camino en silencio y pude comprobar como eneste pas nunca estaba totalmente oscuro, por una rara luminosidad,porque dominaba una dbil luz verde y entonces quizs brillaba conun poco de mayor intensidad. Me pregunt si habra una luna llenasobre las cumbres que dominaban el valle. Tambin pensaba en sitendramos que cabalgar mucho tiempo.

    Ahora no me senta ebrio, como cuando Lur entr en mi cuarto,

    pero en cierto modo lo estaba an ms y senta mi cabeza ligeracomo la de un lobo, quizs por el sentimiento de ser libre de todapreocupacin, y esto me pareca sencillamente fabuloso. Esperabaque Lur tuviese buen vino all donde me llevaba, y me hubieragustado tener una jarra ahora mismo. Fuimos cabalgandorpidamente al otro lado de la Ciudadela. Las calles eran anchas ybien construidas y en las casas brillaban luces, estando los jardinesbrillantemente iluminados. Se poda or cantar con el ritmo de alegrestambores y sonidos de flautas, y el aspecto de esta Ciudadela nopareca tan triste como la de las gentes de Karak. Por lo menos es loque pens entonces.

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    26/75

    Ahora quedaba la Ciudad detrs de nosotros y cabalgamos sobreuna calle muy lisa, que se vea bordeada de rboles muy tupidos.Bandadas de minsculas lucirnagas pasaban alrededor de nosotros,con sus alas de marfil.

    Durante unos momentos me dej dominar por el recuerdo, y vi

    la casa de Evalie casi delante de m. Pero aquel recuerdo se disip alinstante. Mi caballo gris tena un galope armonioso y alegre, que mehaca sentir una agradable euforia. Entonces empec a cantar unaantigua tonada sobre un enamorado que cabalga a la luz de la lunaen busca de su amada, y la encuentra all donde haban quedadocitados.

    Lur se rea, pero apret su mano sobre mis labios dicindome.No tan alto Dwatan, que el peligro todava no ha pasado!.De vez en cuando me pareca ver otra vez la barra plateada del

    ro, hasta que llegamos a un largo camino donde la senda era tan

    estrecha que tenamos que cabalgar uno detrs de otro, entre rocasllenas de verde musgo. Cuando las dejamos tras de nosotros, elcamino se bifurcaba, y una senda segua recta mientras la otra torcaa la izquierda. Tomando esta ltima, seguimos durante casi cincokilmetros, por lo visto directamente a travs del corazn del bosqueverdadero.

    Los gigantescos y titnicos rboles formaban un alto techo dehojas sobre nosotros, y los ramajes y coronas que ellas formabanbrillaban como flores fantsticas en la tenue luminosidad verde. Elperfume variado y embriagador era fuerte aqu, muy fuerte, y

    palpitaba de forma casi sonora y rtmica por todo el bosque, como sifuera la pulsacin de un corazn borracho de vida.Llegamos al final de la calle y debajo de nosotros se hallaba el

    Ancho Mar de los Fantasmas. Yo nunca poda haber credo que enparte alguna del mundo pudiera existir un sitio de tanta belleza comoeste lago, debajo de la cresta donde Lur tena su hogar. El lagoestaba formado como la punta de una flecha, y los largos de la riberano rebasaran el kilmetro y medio. Tupidas colinas lo rodeaban. Elagua era de un claro esmeralda, y la superficie apareca pulida ytranquila, pero bajo esta superficie se notaba un perpetuo

    movimiento que se traduca en brillantes y tenues crculos de unverde plateado los cuales se perdan rizndose sobre s mismos.Rayas azules, una sobre otra, hacan formas desconcertantes pero aveces totalmente simtricas, tornasolados torbellinos que se perdanfulgurantes. Y aqu y all se vea brillar luces fantsticas, comoracimos de rubes, incorpreos pero visibles. Luces de brujera, lasazucenas brillantes a lo largo y ancho del Mar de los Fantasmas.

    Donde la ribera se una como la punta de una flecha, brotaba ungran salto de agua que caa en un barranco con misterioso crujido,mientras formaba un halo como mil gasas de vestido de novia.Inmensas vaharadas de vapor ascendan mezclndose con la rugienteagua, bailando, y en las riberas del lago suban velos de niebla

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    27/75

    desgajada y silenciosa, tocando tambin la tierra y tornndose de uncolor esmeraldino.

    As vi el Mar de los Fantasmas por primera vez, en la noche delpas de las sombras. Pero tambin durante el da no perda nada desu rutilante belleza. Como un haz de flechas iba derechamente la

    senda hacia el lago. En su final se vea una parcela de verde csped,que como yo sospechaba, en antiguos tiempos debi ser una pequeaisla. Estaba situada a una distancia de casi un tercio de la extensindel lago.

    De entre los rboles surgan las almenas de un pequeo castillo.Dirigimos nuestros caballos hacia, all donde la tierra se una en

    un vrtice, v cuando nos acercamos, vimos que se trataba de unaestrecha lengua de piedra artificial y de tierra que finalizabaabruptamente.

    El muelle de la isla distara unos doce metros. Entonces Lur sac

    una trompa de caza y sopl largamente en ella, cayendo hacianosotros un puente levadizo. Cabalgamos sobre l con la guarnicinde sus guerreras, para ascender por una serpenteante senda,oyndose el crujido que daba el puente al levantarse otra vez. Nosdetuvimos delante del castillo de la Bruja. Yo lo contemplinteresado, no porque lo que me pareciera el castillo, sino porquejams haba visto ese tipo de piedra verde y adems con tantastorrecillas y almenas. En el fondo me pareca familiar. Nosotros lollambamos Herrinnenburg, y era un dulce hogar para las damas dealta sociedad donde ellas descansaban y tambin se entregaban a sus

    pasiones, cuando la guerra terminaba, o se hartaban de losproblemas de estado.Unas mujeres vinieron a nuestro encuentro y nos cogieron los

    caballos. Una puerta de fina madera nos dio paso al castillo, y Luratraves el umbral acercndose a una gran mesa que estaba en elcentro de la estancia. Unas chicas jvenes y hermosas nos sirvieronvino rpidamente.

    El agradable sentimiento de verme libre de toda preocupacinfue en aumento. Me pareca que me haba despertado de un largosueo, muy largo, y todava no me haba recuperado totalmente para

    poder analizarlo con claridad. Pero estaba seguro que no todo habasido un sueo.El Viejo Sacerdote del desierto de aquellos antiguos tiempos en

    el frtil pas de los Ayjir... l, seguramente que no era un sueo. Perola gente con los que he despertado no era Ayjir. Pero aunque estasgentes no eran del pas de los Ayjir, sin embargo s pertenecan a laraza antigua. La pregunta me desconcertaba, entonces. Cmo hellegado hasta aqu? Yo tena que haberme dormido alguna vez msen el templo. Tena que orientarme!, debera de andar con cuidado!

    Luego sent una ola de salvaje temeridad donde cualquierpensamiento me arrastraba como el agua, y una alegra rebosaba enmi alma con un grandioso sentido de libertad como slo lo poda

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    28/75

    sentir aqul que atado por cadenas, las viera romperse, y mientrasvea cmo el tablero de la vida se llenaba con las cosas msdeliciosas, y que ahora poda obtener, a mi capricho, las cosas mspreciosas de la vida.

    Sin embargo justamente despus, me percataba de que yo era

    Leif Langdon y que saba exactamente cmo haba llegado hasta aqu,y que tena que lograr de cualquier manera el volver donde estabanEvalie y Jim.

    Pero estos pensamientos eran tan rpidos como un relmpago, ynos los poda retener.

    Sin embargo era consciente de que me encontraba en la sala delcastillo con ventanas y paredes decoradas. A un lado se vea unacama ancha y baja, y oro y cristal brillaban sobre una mesa, junto acandelabros de plata encendidos.

    Mi jubn haba desaparecido, y en su lugar llevaba ahora una

    bata de seda. Las ventanas estaban abiertas y un aire frescopenetraba en la habitacin. Desde all poda divisar las almenas, yparte del techado que cubra el castillo, y enfrente mismo podadominar una vista completa del Mar de los Fantasmas.

    Me asom a otra ventana. El gran salto de agua, con susfantasmagricos vapores, susurraba a unos quinientos metros dedistancia.

    En ese momento sent cmo una mano rozaba mi cabeza y sedeslizaba por mis hombros, obligndome a dar la vuelta rpidamente.

    La Bruja estaba a mi lado.

    Desde la primera vez que la vi, fui consciente de su belleza, queapreci muy sinceramente, pero ahora me sorprendiextraordinariamente.

    El cabello, tan rojo de Lur, lo llevaba trenzado en forma decorona y brillaba como si de oro se tratara, portando injertadas variaspiedras de zafiro que centelleaban deslumbrantes, aunque sus ojossobrepasaban en intensidad el brillo de las mismas piedras.

    Sus escasas ropas resaltaban an ms las curvas de su perfectocuerpo, dejando al descubierto sus hombros perfectos y uno de sussenos, tan perfecto como excitante. Los rojos labios prometan, y

    hasta un levsimo rasgo de crueldad resultaba an ms atractivo.De pronto un pensamiento atraves mi mente confusamente.Acaso una vez existi una chica morena llamada Ev...E-vall...?Quin era? El nombre se me haba perdido pero sent que no tenaimportancia. De todas maneras aquella chica morena era como unfantasma sin sangre en las venas, comparada a Lur, igual como losvapores del gran salto de agua que poda divisar desde la ventana.

    Lur lea mis pensamientos en mis ojos, y dej deslizar su manodesde mis hombros hasta posarse sobre mi corazn. Ella se inclinhacia m hasta rozarme con su cuerpo. Sus ojos parecan un sueoinsistente. Pregunt:

    Es cierto que sois Dwayanu?

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    29/75

    Ese soy yo, y ninguna otra persona ms.Quin era Dwayanu hace mucho, mucho tiempo?.Yo no te lo puede decir, Lur el t, surga slo. Yo he

    dormido un tiempo increblemente largo, y en el sueo he olvidadomucho, mucho, pero yo soy Dwayanu.

    Entonces, mira y recuerda!.Su mano me roz las sienes parndose en mi cabeza. Con la otra

    me seal hacia el salto de agua. Lentamente fui notando cmo elsusurro que emita se iba tornando en ruido de tromba, o un golpearde cascos, o el paso de muchos hombres marchando, y esos ruidosiban aumentando paulatinamente. El salto de agua se ensanchincreblemente sobre la pared de negras rocas como inmensa cortina,y desde todas partes acudan rpidamente ms fantasmales vaporespara fundirse en l.

    Y de repente iba desapareciendo la visin del gran salto de agua,

    surgiendo en su lugar una enorme ciudad fortificada donde dosejrcitos luchaban encarnizadamente. Se vea a los asaltantes de laciudad, retenidos y contenidos por los defensores, y se escuchaba elestruendo que producan los cascos de los caballos llevados al ataquey asalto de la ciudad. El jefe de los atacantes llevaba un brillantearmamento, pero su cabeza iba descubierta y el pelo largo y rubioflotaba por los aires como una bandera. De pronto volvi el rostro ynot cmo me saltaba el corazn. Era mi propio rostro! Y un gritoatron el espacio. Dwayanu!... Entonces los montados arrollaron conincontenible empuje a los sitiados, rompiendo de golpe toda su

    resistencia, y obligndoles a huir, abandonando en su retiradaescudos y martillos, completamente desorientados.Yo cabalgu como el jefe rubio por la ciudad conquistada. Me

    sentaba en el trono como l, mientras ordenaba con inusitadacrueldad, sin misericordia, la muerte de hombres y mujeres quienesse humillaban delante de l, pidiendo misericordia. Pero l se rea delos gritos y llantos, y con las violencias de los vencedores.

    Yo cabalgaba y me sentaba como l, digo yo. Porque ahora nosenta que estuviera en el castillo, con Lur, sino que era al guerrerorubio, que se haba transformado en mi sosas. Yo vi lo que l vea, y

    o lo que l escuchaba, pensando lo que pensaba. Luch con l,disfrutando de las grandes fiestas y caceras donde llevbamosgrandes perros y halcones por el pas maravilloso, de los Ayjir.

    Todo eso conoc con l, como una sombra invisible al lado deDwayanu. Y le acompa en el Templo cuando serva a sus dioses. Yoentr con l (como persona), al Templo de Khalk'ru, el ms grandede todos los dioses, y l llevaba el anillo que yo tena en mi pecho.Pero cuando l entraba yo me quedaba atrs. La misma resistenciainterna que me ha detenido ante la entrada del Templo del Oasis, menegaba ahora tambin la entrada, y yo escuchaba dos vocessimultneamente. Una me impulsaba a seguir a Dwayanu. La otra mesusurraba que no deba hacerlo.

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    30/75

    Despus, abruptamente, ya no exista el pas de los Ayjir. Vi elsalto de agua delante de m, haciendo danzar sus altos vapores.Pero yo...era Dwayanu! Era absolutamente cierto de que yo eraDwayanu!...Leif Langdon haba terminado de existir!...

    Pero Leif me haba dejado recuerdos, que parecan sueos casi

    olvidados, y cuyo origen no me poda imaginar; pero de todas formassaba con seguridad que si los consideraba como sueos, deban deser sueos realmente. Ellos me descubrieron que el pas de los Ayjirsobre el que yo haba reinado, igualmente haba desaparecido, comoel pas de Phontomayir, el del salto de agua. Entre tanto habatranscurrido siglos, y siglos, y otros imperios haban subido o sedescomponan como el polvo; y este pas era un pas extranjero, conslo un soplo mortecino de la antigua grandeza.

    4

    LOS BESOS DE LUR

    Negros pensamientos y una gran tristeza atenazaban micorazn. Mir a Lur, desde sus piernas largas y clidas, hasta su pelobrillante como la seda. La recorra mi mirada, haciendo difuminar misnegras preocupaciones, y huir mi tristeza. Puse mis manos sobre sus

    hombros, y re. Mi Imperio haba desaparecido. Y qu? Puesconstruira uno nuevo. Vala la pena el que yo viva! Otra vez me re.

    Puse mi mano bajo la barbilla de Lur, y subiendo su rostro haciam, apret mis labios contra los de ella. Ella me rechaz. Sus ojosbrillaban con furia, pero en ellos le dudas.

    T queras que recordara, pues yo he recordado. Por qu hasabierto las puertas del pasado, Bruja, si t no estas dispuesta areconocer que lo has llamado? O sabas menos de Dwayanu de loque creas saber?

    Lur dio un paso hacia atrs, bufando furiosa.

    Yo regalo mis besos, y nadie me los roba! grit.Con un gesto me apoder de ella y la apret fuertemente entremis brazos, poniendo mi boca sobre la suya, para despus dejarlalibre. Rpidamente golpe con el canto de mi mano sobre su muecaderecha arrancndole el pual que esgrima. Re irnicamente, y mepregunt dnde lo haba tenido escondido.

    Lur retrocedi entornando los ojos. Ella no me haba consideradocomo otra persona, ella presuma de lista, y yo era un ladrn, o untonto. Haba pretendido chasquearme, enrollarme en su dedomeique, seducirme. A m!; A Dwayanu, que de mujeres entenda

    tanto como de la guerra!... Pero... Ella era bella, muy bella... Y era

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    31/75

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    32/75

    Se levant extendindome sus brazos. La voz le temblaba.No te he ofrecido poder? Un poder para compartirlo los dos?

    No te parezco bella? No soy deseable acaso?Muy guapa y muy deseable, Lur, pero yo siempre me he

    cuidado de las trampas antes de conquistar una ciudad.

    Sus ojos azules centellearon y rpidamente se dirigi hacia lapuerta pero yo la detuve, cogindole la mano que ella levant parapegarme.

    Qu has prometido al Sumo Sacerdote, Lur? puse la puntade mi pual sobre su garganta. Sus ojos centellearon an msfuriosos. Vi que no tena el menor miedo. Luka, da la vuelta a turueda, que yo no tenga que matar a esta mujer!

    Sus msculos se relajaron. Ri quedamente.Saca tu pual de mi cuello, que voy a decrtelo.La dej libre volviendo hacia mi silln donde tom asiento. Ella

    me contempl por encima de la mesa con una mirada investigadora.T me hubieras matado!S le asegur.Y yo te creo, quien quiera que seas rubio; aqu no hay nadie

    como t.Quin yo sea, Bruja?Ella recogi los hombros con impaciencia.No es necesario seguir engandonos! su voz sonaba

    furiosa. Ya est bien de mentiras! Es mejor para los dos quetermines con eso. Quin quiera que seas, porque Dwayanu no eres!.

    Y digo de nuevo un rbol marchito no puede florecer, y que losmuertos no vuelven...Si yo no soy l, entonces de dnde llegan los recuerdos que

    hace un momento has visto conmigo. Han sido ellos trasladados dem, hacia ti, o viceversa?

    Ella denegaba con la cabeza y nuevamente vi dudas en sus ojos.Me dijo:

    Yo no vi nada. Quera que t vieras algo: pero te escapaste, ycualquier cosa que hayas visto, yo no tena parte en ella. No pudesometerte a mi voluntad. No vi absolutamente nada.

    Pues yo vi la antigua tierra, Lur.Ella me replic con mal humor.No conseguiste llegar ms all de la puerta.Por qu me has mandado al pas de los Ayjir? Qu hubiera

    debido de encontrar para Yodn, Bruja?Khalk'ru me contest ella tranquilamente.Y por qu?Porque entonces hubiera sabido con seguridad si t puedes

    llamarle, como le promet descubrir a Yodn.Y si efectivamente le pudiera llamar?Entonces te hubieran matado, antes de que tuvieras la

    posibilidad de hacerlo.

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    33/75

    Y si no hubiera tenido la posibilidad de hacerlo?Entonces hubieras sido ofrecido en el sacrificio a Khalk'ru.Ah, maldita! jur. La bienvenida que se prepara para

    Dwayanu no es como en los tiempos antiguos cuando visitaba unaciudad, o si lo prefieres con otras palabras la hospitalidad que

    ofrecis a un extranjero es muy desalentadora, y ahora ya estoyseguro de los asesinatos cometidos por Tibur y el Sumo Sacerdote,pero por qu no podra empezar yo contigo?

    Lur, se reclin en su asiento sonriendo. Luego dijo:Primero, porque con eso no conseguiras nada, rubio.Me hizo sea para que me aproximara a una ventana, desde la

    qu se poda ver la lengua de tierra artificial, y la colina sin rboles,pudiendo observar en su cima una compaa de guerreras completa.No haba duda de que Lur tena razn. No podra atravesar vivosemejante guardia. Empec a sentir la furia de siempre. Ella me

    observaba con cierto sarcasmo.Y segundo... murmuraba escchame, rubio yo vert ms

    vino en mi copa y la salud con un gesto. Ella sigui.En este pas selleva una vida agradable, por lo menos para los que gobernamos, yno tengo ningunas ganas de cambiar ese aspecto, excepto en loscasos de Tibur y Yodn. Y hay algo ms, pero de eso podemos hablarms adelante. Yo s que el mundo ha cambiado desde hacemuchsimo tiempo, desde la huida del pas de los Ayjir. Yo s queexiste vida fuera de nuestro protegido hogar, y ninguno de nosotrosdesea abandonar nuestra agradable vida, ni queremos que

    extranjeros penetren aqu ni que nuestro pueblo lo permita. Porquesin duda nuestros vasallos escaparan rpidamente. Aqu lesenseamos que en todo el mundo no existe otra vida. T meentiendes, no rubio? yo asent con la cabeza. La profeca deDwayanu ya es muy antigua, l era el ms grande de los reyes deAyjir. El vivi hace cien, o ms aos antes de que los Ayjir secansaran de Khalk'ru y se opusieran a los sacrificios, y Khalk'ru, comocastigo dejara convertir aquel frtil pas en un desierto. Cuando lasagitaciones crecieron y se desarroll una gran guerra, haba nacido laprofeca. Y era que Dwayanu volvera para dirigir a los Ayjir a su

    nueva grandeza, y a su gloria antigua. Esto no es nada extrao,rubio, porque otros pueblos tenan su Dwayanu o Redentor. Eso le enlas escrituras que tenan consigo nuestros antepasados. Yo no quierocreer en milagros. El nuevo Dwayanu puede venir, pero los muertosno se levantarn de las tumbas otra vez, sin embargo, la gente deaqu conoce la profeca, y van a creerse todo. Y ahora rubio,hablemos de ti. Cuando te vi por vez primera, y te o clamar, diciendoque eras Dwayanu, me hice aconsejar por Yodn y Tibur. Yo primerocre que t habas venido de Sirk, pero pronto me di cuenta que esono poda ser, porque haba otra persona contigo.

    Otra persona? pregunt verdaderamente sorprendido.Ya no te acuerdas de l?

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    34/75

    Yo recuerdo que llevabas un halcn en tu brazo, y estabasrodeada por varias mujeres. Te vi desde el ro.

    Lur me sacudi levemente por los brazos, inquirindome:Pero t no te acuerdas de la gente pequea? Y de la chica

    morena? Evalie, se llama?

    Gente pequea? Una chica morena? Evalie? S...Poco a poco, record. Quizs ellos pertenecan a aquellos sueos

    que yo haba olvidado.Me parece que me acuerdo muy poco de ellos, Lur, pero todo

    es demasiado distante, como para hacerme una situacin clara.La, Bruja me mir. Sus ojos brillaban.No intentes pensar en ellos. T an ests muy dbil, luego

    volveremos a hablar. Pero piensa que ellos son nuestros enemigos,aunque en este momento carece de importancia, pero escucha unacosa. Si t fueras de Sirk, y te llamaras Dwayanu, vendran todos

    nuestros descontentos apresuradamente para ponerse bajo tubandera, porque t seras el jefe que ellos necesitan. Y si t vinierasde fuera, entonces seras un peligro para nosotros, porque probarasque somos unos mentirosos. No slo el pueblo te aclamara, sino quetambin lo haran nuestros guerreros. S creo que ellos lo haran.Entonces, tenemos otra salida que no sea matarte?

    No repuse. Y slo me pregunto por qu no lo habis hechoya cuando habis tenido la oportunidad.

    Porque t has complicado las cosas para nosotros, desde queenseaste el anillo, y muchos lo han visto, y odo que t te llamabas

    Dwayanu...Ah, s, ahora recuerdo... yo he salido del ro!Pero, cmo haba llegado a l? En el puente del Nansur... algo

    haba pasado all... Todo era tan extrao... Y de casi nada me podaacordar... S... la gente pequea... Ellos tenan miedo de m... peroen vano me preocupaba de traer un poco de luz a este misterio. Lavoz de Lur me sac otra vez de mis pensamientos.

    Y as, yo dije a Yodn que no era conveniente matarte, porqueal enterarse el pueblo hubieran habido agitaciones; y entre lasguerreras habra surgido la cuestin de que Dwayanu haba venido, y

    de que nosotros le habamos matado. Por eso le dije a Yodn: Yo meocupar de l porque no confo en Tibur; porque en su estupidez,podra provocar nuestro hundimiento. Hay una manera dedeshacernos de ti, sin peligro, y es que Khalk'ru te tragara, y de esaforma castigarte por mentiroso y fanfarrn.

    Ah! Entonces el Sumo Sacerdote tampoco cree que yo seaDwayanu?

    Todava menos que yo, rubio ri Lur. Y Tibur menos an.Pero quin eres, de dnde vienes, y el cmo y por qu, eso para ellosno es ms que un acertijo y tambin para m. T tienes el aspecto deun Ayjir, pero eso no significa nada. T llevas el antiguo Signo en lasuperficie de tu mano, y has confesado que eres de sangre antigua...

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    35/75

    Pero Tibur lo tiene tambin, y no suea ser un Redentor! T poseesel anillo. Dnde lo has logrado rubio? Porque sabes utilizarlo muypoco. Eso te ha sonsacado Yodn, cuando te dejaba responder en elsueo. Y Yodn dijo que tu cara perdi el color, y hubieras preferidoirte corriendo, cuando tu mirada vea a Khalk'ru en el cuarto. No

    intentes negarlo, rubio. Yo tambin lo notaba. Oh, no! Yodn no teconsidera un rival, pero l no se siente muy seguro porque unasombra de duda le tortura. Slo por eso ests aqu.

    Yo miraba a Lur con admiracin, y alc mi vaso para beber a susalud. Lur dio unas palmaditas y las criadas entraron en el cuarto.

    Limpiad la mesa y traed ms vino! orden. Las chicasobedecieron y entonces cog una jarra llevndomela a los labiosretirndola medio vaca. Le dije:

    Yo puedo llamar al exterminador, Bruja.Ella contuvo la respiracin, y un temblor sacudi su cuerpo

    perfecto. El fuego azul de sus ojos brillaba claro, radiante.Debo probrtelo dije. Y entonces saqu el anillo de mi

    colgante ponindomelo en el dedo alzando las manos en alto para elritual.

    Un soplo de aire fro como el hielo pareci atravesar lahabitacin.

    La Bruja corri hacia m intentando bajarme las manos. Suslabios estaban blancos y grit.

    No, no!, Yo te creo Dwayanu.Lanc una carcajada, mientras el fro se retiraba

    Y ahora, Bruja, qu le vas a contar al Sumo Sacerdote?Lentamente fue tornando el color a su rostro, y asiendo una jarrade vino bebi despacio. Su mano no temblaba. Era una mujeradmirable esta Lur! Murmur:

    Voy a decirle a Yodn que t no tienes poder alguno...Yo gru agresivoY yo voy a llamar al exterminador y voy a matar a Tibur, y a

    Yodn. Qu ms?Ella se me acerc, arrebujndose contra mi pecho y dijo:Destruye Sirk, desaloja a los enanos, y despus t y yo

    reinaremos solos.Cog la jarra y beb nuevamente, exclamando:Voy a llamar a Khalk'ru y voy a matar a Tibur y al Sumo

    Sacerdote, y luego conquistar Sirk, y lo destruir.Ella me miraba a los ojos muy profundamente. Sus brazos se

    enroscaron por mi cuello. Con una mano apag las velas. La verdeoscuridad del mundo de las sombras penetraba a travs de lasventanas. El murmullo de la cascada sonaba como risas suaves.

    Quiero mi recompensa por adelantado le dije. Exactamentecomo hizo Dwayanu hace mucho tiempo. O es que no soy Dwayanu?

    S murmuraba la Bruja. Mientras se iba sacando los zafirosde su pelo y la corona de trenzas que cayeron sobre sus hombros,

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    36/75

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    37/75

    Pero Lur no se alejaba de mi lado, y tampoco venan msmensajeros. Ella haba enviado el recado secreto al Sumo Sacerdotedicindole que l haba tenido razn, y que yo no posea ningnpoder, siendo en cambio algn loco o un ladrn. Por lo menos eso eslo que Lur me haba dicho. Yo no saba si me menta o no, aunque

    tampoco me interesaba demasiado. Estaba demasiado ocupado envivir!

    Pero Lur, ya no me llamaba, rubio, ya slo era Dwayanu paraella. Y adems utilizaba toda clase de artes en el amor, y desde luegono era ninguna principiante.

    En la maana del tercer da, ocurri. Yo me acerqu a la ventanapara observar fascinado cmo las alhajas de vapor, los esclavos delsalto de agua ascendan lentamente por el ter. Pens que Lurtodava dorma. Entonces not cmo se daba la vuelta en la cama y

    se sentaba para mirarme a travs de su pelo rojo. En ese momentopareca en verdad una bruja. Me dijo:

    Un mensajero vino ayer de parte de Yodn. T vas a invocarhoy a Khalk'ru.

    Me sent como electrizado y la sangre se me subi a la cabeza.Siempre me sobrevena este sentimiento cuando tena que llamar alexterminador. Era un sentimiento de poder increble, y de orgullo,pero al mismo tiempo una furia inmensa.

    Ella me contemplabaTienes miedo, Dwayanu?

    Me sent a su lado apartndole el cabello de su rostrorespondindole.Por eso me quisiste ms ardiente anoche? Estabas tan tierna

    por esa causa, Lur? La ternura te va bien Brujita! Pero me sorprendeen ti. Acaso tenas miedo? T me mimas demasiado, Lur!

    Sus ojos brillaban y sus mejillas se coloreaban a causa de misrisas.

    T no crees en mi amor, Dwayanu?No me amas tanto como quieres el poder, Bruja.Ella me observ entornando sus grandes prpados.

    Se habla mucho de ti en Karak me dijo. Y la excitacin delas masas se hace peligrosa. Yodn se arrepiente de no habertematado enseguida, cuando tuvo la oportunidad, aunque quizshubiera empeorado la situacin. Tibur est furioso por no habertematado cuando t saliste del ro, y quiere que este asunto se termineantes de que pase ms tiempo. Yodn ha explicado en pblico que teres un falso profeta. El pueblo est irritado, y hay muchos noblesque insisten en qu por fin te presentemos nosotros. Y las guerreraste seguirn, cuando estn convencidas de que t eres Dwayanu, poreso tienes que presentarte ante Khalk'ru...

    S. Todo eso es cierto, pero me parece que no necesito llamaral exterminador para atraer el poder conmigo.

  • 8/6/2019 52832798 Los Infiernos

    38/75

    Ella sonri.Eso, seguramente no ser por tu vieja inteligencia. T estars

    muy vigilado, y seras nuestro antes de que tuvieras la oportunidadde tener mucha gente a tu alrededor. Y adems, dnde estn laspromesas que me has hecho?

    Yo la abrac y, apretndola contra m, la bes dulcemente.Pues creo, que yo tambin tendra algo que decir si quisieran

    matarme. Slo he hecho una broma, Lur, y yo cumplo mispromesas...

    El estruendo de clarines y tambores ascendi en el espacio,unido a los cascos de caballos. Yo me acerqu a la ventana, y Lursaltando de la cama se puso a mi lado. Un grupo de un centenar oms jinetes vena por la lengua de tierra y se vean ondeargallardetes con los smbolos de Khalk'ru, en las puntas de las lanzas.Pasaban por el puente levadizo y, al frente de la tropa, reconoc a

    Tibur, quien se cubra con un manto amarillo y luca en su pecho elKraken negro.

    Vienen para llevarte hacia el templo, y yo tengo que dejarlescontigo.

    Y por qu no? le dije indiferente. Pero yo no voy al temploantes de haber desayunado mir otra vez hacia Tibur y le dije a Lur: si he de cabalgar al lado de ese Herrero, preferira que tepreocuparas en traerme una armadura.

    T cabalgars a mi lado, pero si quieres armas, elige las queprefieras. Pero durante el camino hacia el templo no tienes nada que

    temer.Pronto cabalgaban frente a la puerta del castillo, y entonces lasirvienta de Lur entr. Un rato despus, ambas abandonaban laestancia.

    Yo me vest sin prisa. Camino del gran saln, pas por la sala dearmas donde haba visto un pual que me gustaba. Tenaprecisamente el peso adecuado para mi mano, y era largo y curvo, deun acero inmejorable. Lo destin para mi mano izquierda, y empec abuscar otro adecuado para la diestra. Entonces me acord de quealguien me haba avisado sobre la mano izquierda de Tibur. Oh, s, la

    guerrera en la plaza, delante de la ciudadela! Me