Letras 22 de marzo

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Letras SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN SUPLEMENTO DE CULTURA DE CAMBIO DE MICHOACÁN | NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA NUEVA ÉPOCA | COORDINADOR: VÍCTOR RODRÍGUEZ MÉNDEZ | 22DEMARZODE2014| DE CAMBIO [ Letras ] ¿En verdad necesitamos del ajedrez? MANUEL LÓPEZ MICHELONE | PAG. 3 PAG. 3 PAG. 3 PAG. 3 PAG. 3 Contemporáneos: La insoportable soledad y el vacío GASPARAGUILERADÍAZ|PAG.4 PAG.4 PAG.4 PAG.4 PAG.4 Ates. El auténtico postre A LA SAZÓN A LA SAZÓN A LA SAZÓN A LA SAZÓN A LA SAZÓN NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSAS | PAG.5 PAG.5 PAG.5 PAG.5 PAG.5 El regreso de Phillip Marlowe FORMAS BREVES FORMAS BREVES FORMAS BREVES FORMAS BREVES FORMAS BREVES JAIME MARTÍNEZ OCHOA| PAG. 6 PAG. 6 PAG. 6 PAG. 6 PAG. 6 Resnais, moderno hasta la muerte EL TERCER OJO EL TERCER OJO EL TERCER OJO EL TERCER OJO EL TERCER OJO SYLVAIN PROVILLARD| PAG. 7 PAG. 7 PAG. 7 PAG. 7 PAG. 7 Intravesía CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN CREACIÓN EDUARDO SAAVEDRO| PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8 100 años del mito Festejo a Charlot ROBERTO PONCE ROBERTO PONCE ROBERTO PONCE ROBERTO PONCE ROBERTO PONCE | PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 100 años del mito Festejo a Charlot ROBERTO PONCE ROBERTO PONCE ROBERTO PONCE ROBERTO PONCE ROBERTO PONCE | PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2

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D E C A M B I O[Letras]¿En verdadnecesitamosdel ajedrez?MANUEL LÓPEZ MICHELONE | PAG. 3 PAG. 3 PAG. 3 PAG. 3 PAG. 3

Contemporáneos:La insoportablesoledady el vacíoGASPAR AGUILERA DÍAZ | PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4 PAG. 4

Ates. El auténticopostreA LA SAZÓNA LA SAZÓNA LA SAZÓNA LA SAZÓNA LA SAZÓN NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOSROSAS | PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5 PAG. 5

El regreso de PhillipMarloweFORMAS BREVESFORMAS BREVESFORMAS BREVESFORMAS BREVESFORMAS BREVES JAIME MARTÍNEZ OCHOA|PAG. 6PAG. 6PAG. 6PAG. 6PAG. 6

Resnais, modernohasta la muerteEL TERCER OJOEL TERCER OJOEL TERCER OJOEL TERCER OJOEL TERCER OJO SYLVAIN PROVILLARD|PAG. 7PAG. 7PAG. 7PAG. 7PAG. 7

IntravesíaCREACIÓNCREACIÓNCREACIÓNCREACIÓNCREACIÓN EDUARDO SAAVEDRO| PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8 PAG. 8

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100 añosdel mitoFestejo a CharlotROBERTO PONCE ROBERTO PONCE ROBERTO PONCE ROBERTO PONCE ROBERTO PONCE | PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2 PAG. 2

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2 2 2 2 2 | LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN SÁBADO 22 DE MARZO DE 2014

Charlot, el mitoSe cumplen 100 años del personaje de Charles ChaplinPOR ROBERTO PONCEPOR ROBERTO PONCEPOR ROBERTO PONCEPOR ROBERTO PONCEPOR ROBERTO PONCE

ue hace una centuria cuando surgióel sensacional personaje de vagabun-do bautizado como Charlot, creadoen 1914 por el célebre cómico judeo-inglés Charles Spencer Chaplin (Lon-

dres, 16 de abril de 1889-Vevey, 25 de di-ciembre de 1977) para la película Ganán-dose el pan.

Charlot fue presentado durante esa épo-ca del cine mudo en una comedia de la pro-ductora Keystone intitulada Carrerassofocantes, el 7 de febrero de 1914. Sinembargo, Chaplin había diseñado el atuen-do del personaje para otra película produ-cida días antes, aunque estrenada pocodespués de la ya citada Ganándose el pan,el 9 de febrero de 1914: Extraños dilemasde Mabel. Chaplin recordó en My Autobi-ography, escrita en 1967 (Historia de mivida, dos tomos. Instituto Cubano de Ar-tes y Ciencias Cinematográficas, La Haba-na, 1974):

“No tenía idea qué maquillaje ponerme.Me disgustaba mi personaje como repor-tero (en Charlot periodista). Sin embargoen el camino al guardarropa pensé en usarpantalones bombachos, zapatotes, bastóny un sombrero de hongo. Quería que todofuera contradictorio: los pantalones hol-gados, el saco estrecho, el sombrero pe-queño y los zapatos anchos. Estaba inde-ciso entre parecer joven o mayor, perorecordando que (el productor Mark) Se-nnett quería que pareciera una persona demucha más edad, agregué un pequeño bi-gote que, pensé, aumentaría más edad sinocultar mi expresión. No tenía ningunaidea del personaje, pero tan pronto estuvepreparado, el maquillaje y las ropas mehicieron sentir el personaje, comencé aconocerlo y cuando subí al escenarioCharlot ya había nacido por completo.”

En su autobiografía, Chaplin (quien solíaescribir sus propias tonadas para sus cin-tas, como la famosa Candilejas) recorda-ría muchos encuentros con notables ar-tistas, acuñando pensamientos peculiaresc o m o :

“Me gustan los amigos como me gustala música, cuando estoy de humor parael lo .”

La pasión de Chaplin y Stravinski

En el capítulo XXV del segundo tomo, Cha-plin relata una experiencia particular du-rante los años de la filmación de El grandictador (1940), de donde hemos extraídoalgunos fragmentos recordando el ladohumano del inolvidable Charlot:

“Los escritores son personas gratas,pero no muy generosas. Rara vez compar-ten con los demás lo que saben; la mayo-ría de ellos guardan su sabiduría entre lastapas de sus libros. Los sabios pueden seruna compañía excelente, pero su simplepresencia en un convivio nos paraliza men-talmente a los demás. Los pintores sonmolestos, porque la mayoría de ellos pre-tenden hacernos creer que somos filóso-fos, más que pintores.

una película juntos. Yo inventé un argu-mento. Debía ser surrealista, dije; un nightclub decadente, con mesas alrededor de lapista de baile, y en cada mesa grupos y pa-rejas representando los placeres del mun-do: en una mesa la avaricia, en otra la hipo-cresía, en otra la crueldad. En la pista serepresenta La pasión de Jesús, y mientrasse lleva a cabo la crucifixión del Salvador,los grupos de las diferentes mesas la mirancon indiferencia: unos encargan la cena,otros hablan de negocios, y tampoco sepreocupan gran cosa de los demás. Elgentío, los sumos pontífices y los fariseosalzan los puños ante la cruz, gritando:

“‘¡Si eres el hijo de Dios, desciende ysálvate a ti mismo!’.

“En una mesa cercana, un grupo de hom-bres de negocios está hablando con anima-ción de una transacción importante. Unochupa nerviosamente su cigarrillo, miran-do hacia el Salvador y echándole el humo,sin darse cuenta, hacia su dirección. Enotra mesa, un hombre de negocios y sumujer están sentados estudiando el menú.Ella levanta la vista; luego, nerviosamen-te, pone su silla de espaldas adonde se estárepresentando el espectáculo.

“–No puedo comprender por qué vienela gente aquí –dice, molesta—, resulta de-primente.

“–Es una buena distracción –dice elhombre de negocios—. El local estaba enquiebra, hasta que montaron este espec-táculo. Ahora ya no tiene pérdidas.

“–Esto me parece sacrílego –dice sumujer .

“–Hace mucho bien –afirma el hombre—. La gente que no ha estado nunca en unaiglesia viene aquí y aprende la historia delcristianismo.

“A medida que el espectáculo avanza,un borracho, que está bajo la influencia

“Los poetas pertenecen indudablemen-te a una clase superior e incidentalmenteson agradables, tolerantes y excelentescompañeros. Pero creo que en su conjuntolos músicos son más gratos de tratar. Nohay nada tan cálido y conmovedor como lacontemplación de una orquesta sinfónica.Las luces románticas de sus atriles, laafinación y el repentino silencio cuando eldirector hace su entrada, dan una impre-sión de armonía social y colaboración.”

Evocó entonces cuando durante unacena en su casa, los comensales discutíanacerca de la terrible situación del mundoy sobre cómo las guerras provocarían unrenacer espiritual, y el pianista ucranianoVladimir Horowitz (Kiev, 1903-NuevaYork, 1989) se puso de pie, diciendo:

“–Esta conversación me ha despertadoel deseo de tocar piano.

“Naturalmente, nadie puso ningunaobjeción y él interpretó la Sonata número2 de Schumann. Dudo que se haya vuelto aejecutar tan bien. Justamente antes de laguerra cené en su casa con su mujer, queera la hija de Arturo Toscanini (directoritaliano). Serguéi Rachmaninov y (SirJohn) Barbirolli estaban también presen-tes… Alguien sacó el tema de la religión yyo confesé que no era creyente. Rachma-ninov interrumpió enseguida:

“–Pero ¿cómo puede usted tener artesin religión?

“Por un momento me quedé apabullado.“–No creo que estemos hablando de la

misma cosa –repliqué—. Mi concepto dela religión es la creencia en un dogma, y elarte es un sentimiento, más que una creen-cia.

“–También la religión –contestó.“Después de aquello preferí callarme.“Mientras estábamos cenando, Igor

Stravinski sugirió que deberíamos hacer

FNo hay nada tan cálido y conmovedor comola contemplación de una orquesta sinfónica.Las luces románticas de sus atriles, la afinacióny el repentino silencio cuando el director hacesu entrada, dan una impresión de armonía socialy colaboración.

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del alcohol, se encuentra en un plano dife-rente: está sentado solo y empieza a llorar,gritando:

“–¡Mirad! Lo están crucificando… ¡y anadie le importa!

“Se tambalea sobre sus pies y alarga susbrazos, suplicante, hacia la cruz. La mujerde un sacerdote, que está sentada cerca,se queja del maître, y sacan de allí al bo-rracho que sigue llorando y profiriendoreproches:

“–¡Mirad! ¡A nadie le importa! ¡Bonitapandilla de cristianos sois todos vosotros!

“–¿Comprende usted? –le dije a Stra-vinski—. Lo echan porque está echando aperder el espectáculo.

“Expliqué que de representar La Pasiónde Jesús en la pista de baile de un nightclub era para demostrar lo cínico y super-ficial en que se ha convertido el mundo, altiempo que profesa el cristianismo. La caradel maestro adquirió un aspecto muyserio:

“–¡Pero si eso es un sacrilegio…! –ex-clamó. Me quedé bastante asombrado yun tanto confuso.

“–¿Sí? –dije–. No tenía intención de quelo fuera. Creí que era una crítica eficaz dela actitud del mundo hacia el cristianismo.Quizá como he ido contando la historia se-gún se me iba ocurriendo, no me he ex-presado en una forma lo suficientementeclara.”

Charles Chaplin concluyó aquella anéc-dota con el siguiente comentario en His-toria de mi vida (páginas 252-255):

“Y así fue desechado el tema. Pero va-rias semanas después, Stravinski me escri-bió; deseaba saber si seguía yo consideran-do la idea de hacer juntos una película. Sinembargo, mi entusiasmo se había enfriadoy yo ya estaba entusiasmado en hacer otrapelícula por mi propia cuenta…”

El compositor y conductor de orquestaruso Igor Fiodorovich Stravinski fallecióel 6 de abril de 1971 en Nueva York, a laedad de 89 años (ver también: http://shirtof f lame.blogspot .mx/2011/03/pas-sion-play-chaplin-and-stravinsky.html).

¿En verdad necesitamosdel ajedrez?ARTÍCULO :: MANUEL LÓPEZ MICHELONEARTÍCULO :: MANUEL LÓPEZ MICHELONEARTÍCULO :: MANUEL LÓPEZ MICHELONEARTÍCULO :: MANUEL LÓPEZ MICHELONEARTÍCULO :: MANUEL LÓPEZ MICHELONE

ace tiempo salió una nota que decíaque Manuel León Hoyos y Luis IbarraChami dejaban su participación en elajedrez competitivo y dedicarían aho-ra su tiempo a una carrera universita-

ria. Por suerte, ambos decidieron continuarcon el ajedrez, como parte importante en susvidas, pero esto da a una reflexión:

Algunos le echan la culpa al sistema lamen-table de la Federación Mexicana de Ajedrez(Fenamac), que no promueve que surjan nue-vas promesas. No hay entrenador nacional si-quiera. Esa figura —si existe— ya la desapare-ció Raúl Hernández, el presidente de ese orga-nismo. Y ojo, que ser el entrenador nacionalimplicaría cierto nivel el cual —considerandoque ya tenemos media docena de grandes ma-estros— requeriría al menos un nivel similar.

Pero independientemente de esto, noexiste la mínima planeación para que la Fe-namac otorgue becas -vía el CDOM o el COM ola institución que sea la responsable- para quejugadores con talento puedan dedicarse ex-clusivamente al juego ciencia. Si hubiesebecas decorosas, digamos 10 mil pesos pormes, amén de viáticos a ciertos torneos y ac-ceso a jugadores de alto nivel para poder serentrenados, estas promesas podrían de pron-to estar en el ámbito internacional con éxito.

Quienes diesen esas becas bien podríanponer sus condiciones, las cuales deberíanestar adecuadas al nivel de esfuerzo que sehace para dotar de recursos a los jugadoresprometedores. Así, sería ridículo pedirles quellegasen a campeones mundiales, pero qui-zás podría exigírseles que lograsen un ratingdeterminado en un tiempo razonable. Yo en-tiendo que la competencia en ajedrez cadadía es más difícil, pero evidentemente si setrazan metas, si se planea, si se trabaja coninteligencia, se pueden tener resultados.

De hecho, León e Ibarra son la muestra deque la idea original de la Escuela de Alto Ren-dimiento de Yucatán fue una medida que pro-movió el ajedrez en la península y, de Yuca-tán, tenemos una buena cantidad de jugado-res que de alguna manera fueron incitados aparticipar en el ajedrez gracias al Torneo Car-los Torre y a otras competencias locales enesa zona del país. Llevó tiempo, pero es claroque dos de nuestras mejores cartas en el aje-drez internacional son yucatecas y no creoque sea coincidencia.

Así pues, no se trata de que a los jugadoresprometedores se le den recursos y después

H que “le hagan como puedan o quieran”. Nofuncionan así las cosas. Se necesita repito,planeación, trabajo y organización. Eso nose ve en la federación mexicana.

Ahora bien, el hecho de que decidan dedi-car sus esfuerzos ahora a la escuela, en lugardel ajedrez, no es algo que deba ni reprochár-seles o aplaudírseles. En mi opinión el ajedrezmerece todo el tiempo y dedicación del mun-do. Como Botvinnik decía, “tenemos muchosviolinistas profesionales y el ajedrez no esmenos importante que la música” (palabrasmás, palabras menos). El problema con el jue-go ciencia es la percepción que se tiene de él.Mucha gente cree que quienes juegan ajedrezson unos vagos y por ello no se le da el valorque realmente merece nuestro juego.

Lo mismo puede decirse de quienes escri-ben o pintan. ¿A poco necesitamos escrito-res que escriban novelas? Finalmente en unanovela se tratan temas que salen muchas ve-ces de la imaginación de los escritores. ¿Losnecesitamos? O los pintores, ¿de verdad loque plasman en sus obras pictóricas es nece-sario en nuestras sociedades? En ambos ca-sos yo creo que sí. Los novelistas, los pinto-res, los ajedrecistas, los artistas todos sonimportantes en las sociedades.

El ajedrez es algo más que un juego, unarecreación. Es una actividad lúdica sin duda,pero para poderla ejercitar en su máximonivel se tienen que dedicar muchos años eincluso, nacer con un talento especial que eslo que hace destacar a algunos pocos de lamayoría, además de trabajar y estudiar mu-cho, muchísimo tiempo.

Quizás por su gran complejidad el ajedrezes sin duda una actividad que puede obsesio-nar. Y en ese sentido, qué mejor que obse-sionarse por un arte tan fantástico en lugarde caer en las trivialidades del mundo mo-derno, en la superficialidad en la que esta-mos -valga la curiosa expresión- sumergidos.

Como alguna vez escribió Stefan Zweig en Eljugador de ajedrez: “Es un pensamiento queno conduce a ninguna parte, una matemáticaque no establece nada, un arte que no deja trassí obra alguna, una arquitectura sin materia, ya pesar de ello el ajedrez ha demostrado sermás duradero, a su manera, que los libros ocualquier otra clase de monumento. Este jue-go único pertenece a todos los pueblos y a to-das las épocas y nadie puede saber de él, quédivinidad la regaló a la tierra para matar eltedio, aguzar el espíritu y estimular el alma.”

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La insoportable soledady el vacíoRESEÑA RESEÑA RESEÑA RESEÑA RESEÑA :: POR GASPAR AGUILERA DÍAZPOR GASPAR AGUILERA DÍAZPOR GASPAR AGUILERA DÍAZPOR GASPAR AGUILERA DÍAZPOR GASPAR AGUILERA DÍAZ

Vendrá la muerteY tendrá tus ojos…Cesare Pavese

os nueve poetas que formaron parte delcélebre grupo Contemporáneos dan suversión propia y única de la muerte encada uno de sus textos. Esta antología,preparada con dedicación y entusias--

mo por Gisela Barajas, le permite al lectoraproximarse a uno de los temas clásicos de laliteratura universal y que siempre aparece enlas grandes obras de la poesía y la narrativa.

Los poemas seleccionados de Xavier Vi-llaurrutia, José Gorostiza, Jorge Cuesta, Sal-vador Novo, Bernardo Ortiz de Montellano,Carlos Pellicer, Enrique González Rojo, Gil-berto Owen y Jaime Torres Bodet le han ayu-dado a Gisela Barajas de manera personal aremontar la dura cuesta de la ausencia, pero,sobre todo, a hacer una selección minuciosay muy representativa de los textos de estegrupo de escritores e intelectuales cuyas o-bras y actitudes fueron tan polémicas, peroal mismo tiempo trascendentes en la poesíacontemporánea. Poetas que abrevaron en laobra de autores como Novalis, Blake, Rim-baud, Baudelaire e ingleses como D.H. Law-rence y otros poetas románticos alemanes, obien españoles y latinoamericanos comoCernuda, García Lorca, Rafael Alberti, PabloNeruda, y como lo afirmó el propio Paz, “gra-cias a los poetas de Contemporáneos penetraen nuestra poesía el mundo de los sueños, lasmisteriosas correspondencias de Baudelaire,las analogías de Nerval, la inmensa libertadde espíritu de Blake.”

Como bien lo señaló José Joaquín Blancoen Crónica de la poesía mexicana (1982):

La poesía mexicana no ha tenido su siglo deoro, pero sí su década: los años 30 de este siglocon autores como Carlos Pellicer, Xavier Vi-llaurrutia, José Gorostiza, Salvador Novo,Gilberto Owen, por señalar sólo algunos, quepublicaron durante esta década muchas desus mejores obras. Esta etapa dominada por Contemporáneos,asistió también a momentos claves de otrosautores ajenos a este grupo como José Vas-concelos, Alfonso Reyes, Nellie Campobello,Martín Luis Guzmán, Rodolfo Usigli, Juan JoséTablada, Julio Torri y Juan de la Cabada. El movimiento musical con Silvestre Re-vueltas, Carlos Chávez, Manuel M. Ponce; elpictórico con José Clemente Orozco, Diego Ri-vera, David Alfaro Siqueiros y Rufino Tama-yo. En esa década, además, se dieron a cono-cer poetas como Octavio Paz, Efraín Huertay, poco después, Alí Chumacero.

La sensación de vacío, de lejanía y de esa es-pecie de estremecimiento ante este hechoinevitable que es la desaparición física de losseres cercanos nos da muestra, por otra par-te, de la fragilidad del ser humano y de eseterrible desorden que es la muerte.

Se inicia esta antología con uno de los poe-mas más sorprendentes por su misterio e in-tensidad: “Nocturno en que nada se oye”, de

LXavier Villaurrutia (1903-1950).

(…)Y en el juego angustioso de un espejo frente aotrocae mi vozy mi voz que maduray mi voz quemaduray mi bosque maduray mi voz quema duracomo el hielo de vidriocomo el grito de hieloaquí en el caracol de la orejael latido de un mar en el que no sé nadaen el que no sé nadaporque he dejado pies y brazos en la orillasiento caer fuera de mí la red de mis nerviosmas huye todo como el pez que se da cuentahasta siento en el pulso de mis sienesmuda telegrafía a la que nadie respondeporque el sueño y la muerte nada tienen ya quedecirse.

Del poeta tabasqueño José Gorostiza (1901-1973) se incluye un fragmento de su célebre“Muerte sin fin”, donde el poeta logra unaintensa y profunda reflexión filosófica, sobrela muerte:

Lleno de mí, sitiado en mi epidermis

por una cita inasible que me ahoga,mentido acasopor su radiante atmósfera de lucesque oculta mi conciencia derramada,mis alas rotas en esquirlas de aire,mi torpe andar a tientas por el lodo;lleno de mí –ahíto- me descubroen la imagen atónita del agua,que tan sólo es un tumbo inmarcesible,un desplome de ángeles caídosa la delicia intacta de su peso,que nada tienesino la cara en blancohundida a medias, ya, como una risa agónica,en las tenues holandas de la nubey en los funestos cánticos del mar–más resabio de sal o albor de cúmuloque sola prisa de acosada espuma.No obstante –oh paradoja– constreñidapor el rigor del vaso que la aclara,el agua toma forma.

De Jorge Cuesta, originario de Veracruz(1903-1942) su poema más conocido fue“Canto a un Dios mineral”, que manifiesta suactitud y su obsesión por los temas relacio-nados con la ciencia, la muerte, el paso deltiempo, y cierto pesimismo, sobresalió en elgrupo de los Contemporáneos también porsus interesantes ensayos que fueron publica-

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ATES

El auténtico postreA LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSASA LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSASA LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSASA LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSASA LA SAZÓN :: POR NETZAHUALCÓYOTL ÁVALOS ROSAS

a cultura novohispana es dada a la arro-gancia. Desde México hasta Argentinaes costumbre colarse milagritos; andarpresumiendo supremacías a la menorprovocación. Tal osadía se prodiga en

cada pueblo, provincia o ciudad, según sea elcaso o, para el caso es lo mismo. Así encon-tramos, por doquier, el callejón más román-tico, los inventores de la paleta de chicha-rrón, o la cuna internacional de la corunda.Me refiero a una sarta de estupideces que ge-neralmente no sirven para nada, descontandola guía especializada del turista ñoño.

Cuando todos presumen ser especiales,entonces todos dejan de serlo. Y, cuando haynecesidad de etiquetar una tradición segura-mente se escurre por la coladera. Los ates hasido un hábito en Morelia, aunque no sóloaquí: en Oaxaca existe el guayabate de panela;en Guanajuato, hace años se cocina el mem-brillate; con dátiles, se prepara en Baja Cali-fornia Sur. En Durango y Sonora se deleitancon la cajeta. Es exactamente lo mismo. Y,allende nuestras fronteras: Argentina, Co-lombia y Cuba son algunos países donde ha-cen lo propio. El caso es que ahora se decretóal ate moreliano como “marca de origen”. Elanuncio se hizo con bombo y platillo.

En tiempos en que las marcas, denomina-ciones y dimes y diretes están a pedir de boca,nada impide que los japoneses produzcan te-quila con otro nombre ni que el queso “tipomanchego” se elabore más en la Región La-gunera antes que en algún lugar de La Man-cha de cuyo nombre no quiero acordarme,como quién dice -¿qué hace la diferencia?-Todo se produce industrialmente y sin valo-res agregados, bueno, excepto: harinas yazúcar refinadas, aditivos y colorantes artifi-ciales para sustituir productos auténticos. Enfin, ya podemos vanagloriarnos de ser la ciu-dad más productora de ates del “mundo mun-dial”. El prestigio se gana. Nadie cuestiona alos chocolates ni a los chocolateros suizos.

Según me contó la abuela, el ate es origina-rio del medio oriente. Su nombre proviene delCatalán condoyat que derivó en el castellanocondoñate, que de cualquier forma significapasta de membrillo. Este postre se popularizóen una época en que se integraron armonio-samente: judíos, árabes y católicos; lenguas,literatura, tradiciones, alquimia y cocina; fru-tos y frutas. Era la Edad Media. Así que el atenos viene de España, primero de los francis-canos, domésticamente, y luego de las mon-

L jas dominicas que lo vendían para hacerse derecursos para caridad. El refinamiento quealcanzaron en su confección, las hermanas delConvento de Las Rosas en Morelia, lo convir-tió en un manjar de alta demanda entre losNobles de cualquier comarca.

Su autenticidad radica en la concentraciónde sabor, lo que le vale el apodo de carne demembrillo. Al degustarse parece se hubieramagnificado una fruta altamente mineral yvitamínica, pero que al natural resulta de ungusto amargo y áspero. La también llamadacydonia es propicia. Contiene, en mayor can-tidad, el gel que da consistencia al producto.Se llama pectina. Su beneficio es relevante.Limpia el tracto digestivo al absorber y empu-jar toxinas. Ya entrada en gastos, trapea el ex-ceso de colesterol. Finalmente, hace que todosalga bien. El ingrediente complementario esel endulzante. Desafortunadamente, ahora seutiliza azúcar refinada; antaño, eran piloncilloslos que aportaban carbohidratos sin tantobombardeo químico para el consumidor.

Es por eso que la composición auténticadel ate (pectina y otros sacáridos) lo hacenun dulce ideal, porque el postre, estimadoslectores y lectoras, tiene la función de brindarenergía extra al templo humano, justo cuan-do procesa alimentos. De esta forma, el ateno sólo nos mantiene alertas después de co-mer, también hace que fluya suavemente ladigestión mientras proporciona un gusto detextura tersa, permanencia afrutada y evo-caciones orientales.

LA NOTA, LA RECETA, O EL REMEDIOSe hierven los membrillos hasta una texturasuave que permita pasarlos por un cedazo yobtener solo la pulpa. Se incluye la mismacantidad de piloncillo o endulzante alternativoque de pasta de fruta. Se cocina a fuego lento,en un cazo de cobre, sin dejar de batir con unapala de madera. Queda listo cuando la masase uniforma y despega fácilmente de lassuperficies. El contenido (cuidado: esaltamente ardiente) se vuelca en un molde yse deja reposar tres días antes de separar,lateralmente, con ayuda de un cuchillo.Nota: aunque sean de otras frutas, los atesdeben llevar una base de al menos 70% depulpa de membrillo o de su alternativamexicana, el tejocote; en caso contrario, esnecesario incluir ácidos y pectinasindustrializadas para que cuajen. El diabloestá en los detalles.

dos en 1964 por la UNAM :

Fundido me soñé al placer que aflora,pero vive sin mí, pues brilla y pasa:su prisa de quemarse me retrasay me substrae a lo que en mí devora.

Desprendido de mí quien se enamoray en su fuego absorbió la vida escasa,soy el residuo estéril de su brasay me gana la muerte desde ahora.

Lo que me pasa por mí no es igualadoy repuesto después de que aparece;su ausencia sólo soy que permanece.

Oh, muerte, ociosa para lo pasadotu sombra es vasta y la ocasión y el nidodel defecto que soy de lo que he sido.

Cierran esta antología textos de Jaime To-rres Bodet (1903-1974), quien publicó poe-sía, novela, cuento, ensayos, estudios decrítica literaria, discursos y memorias. Enel poema “Continuidad” se entrelazan elsentimiento de la muerte en un contrasteimpresionante, donde la vida es el mejorescudo contra el desapego de la muerte.

No has muerto. Has vuelto a mí. Lo que enla tierra-donde una parte de tu ser reposa-Sepultaron los hombres, no te encierra;Porque yo soy tu verdadera fosa.Dentro de esta inquietud del alma ansiosaque me diste al nacer, sigues en guerracontra la insaciedad del alma ansiosay que desde la cuna nos destierra.Vives en lo que pienso, en lo que digo,y con vida tan honda que no hay centro,hora y lugar en que no estés conmigo;pues te clavó la muerte tan adentrodel corazón filial con que te abrigoQue, mientras más me busco, más te en-cuentro.

El diseño del artista visual Ramón Merinoacompaña este material que será de granutilidad para los estudiosos de la literatu-ra, la filosofía, la tanatología y la culturamexicana.

Esta compilación de Gisela Barajas Ló-pez concluye un ciclo importante y fértilen el quehacer académico y de gestora cul-tural y literaria que se inicia desde hace másde treinta años como profesora del área deliteratura y que seguramente continuaráaportando más materiales como éste.

Xavier Villaurrutia.

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El regreso de Phillip MarlowFORMAS BREVES FORMAS BREVES FORMAS BREVES FORMAS BREVES FORMAS BREVES :: Reseña a La rubia de los ojos negrosLa rubia de los ojos negrosLa rubia de los ojos negrosLa rubia de los ojos negrosLa rubia de los ojos negros, de Benjamin Black, editada por Alfaguara. POR JAIME MARTÍNEZ OCHOA POR JAIME MARTÍNEZ OCHOA POR JAIME MARTÍNEZ OCHOA POR JAIME MARTÍNEZ OCHOA POR JAIME MARTÍNEZ OCHOA [email protected]

Los herederos de Raymond Chandlerdeciden contratar a un escritor paraque escriba una novela en la que rea-parezca el melancólico y sombrío de-tective Philip Marlow, tan dado a ena-

morarse de rubias fatales poco dadas a lasbuenas maneras. La idea no es novedosa: va-rios herederos de escritores lo han hecho, casisiempre por razones más pecuniarias que ar-tísticas. En el caso Chandler hay una diferen-cia: el escritor elegido es un peso pesado delas letras: John Banville, transmutado en Ben-jamín Black.

2El irlandés John Banville se ha labrado un buenprestigio gracias a afortunadas novelas en lasque el estilo es su principal atributo. Las suyasson novelas lentas, con poca trama, donde labelleza de la escritura brilla con fuerza pro-pia, más allá de las incidencias de los persona-jes. Eclipe, El mar, Luz antigua, son obras bri-llantes, surgidas de la pluma de un granestilista, en las que se cuentan tristes historiassobre el arte de enamorarse o el miedo a lalocura y la muerte. Pero a este Banville quetambién ejerce de crítico literario un día elNew York Times le pide que escriba una no-vela policiaca por entregas. Banville acepta elreto. El resultado es El secreto de Christine,escrita bajo el seudónimo de Benjamin Black.A esta novela le siguen otras novelas y ahoraes normal que en un mismo año aparezcanobras tanto de Banville como Black.

3Las razones por las que los herederos de Chan-dler eligieron a Banville parecen evidentes.Banville, transmutado en Black, es un narra-dor eficiente de historias detectivescas, qui-zá uno de los más importantes en la actuali-dad. No es que en sus novelas brille la plumade Banville; por el contrario, Black es ágil,eficiente y trabaja la trama con la misma fide-lidad que el otro trabaja el estilo. ¿Se trata deun simple pasatiempo?, ¿de un desdoble ar-tístico? Banville lo ha dicho: Como Banvillesoy un escritor tortuoso e insatisfecho; conBlack, soy feliz. Y se nota: las novelas de Ban-ville son piezas de orfebrería, lentas, serenas,maduras. Las de Black triunfan por su apegoa las reglas de la novela negra, tan estrictascomo poemas o cifras matemáticas.

4¿Y cuál es el resultado de Black-Banvilletransmutado en Chandler? Es una novela, lla-mada La rubia de ojos negros, en circulaciónen librerías hace unas semanas. De entrada, setrata de algo fantástico, cuyos alcances toda-vía no podemos medir. La rubia no es una no-vela al uso, en la que un seguidor de Chandlerimita el estilo del maestro para contar, casi demanera fiel, una historia que habría escrito elmismo estadounidense. No es, pues, que Blackse haya querido poner en los zapatos de Chan-dler. Es, por el contrario, un Chandler en suplenitud creativa, el mismo que nos deslum-bró con la serie sobre Marlow, que incluye sietenovelas y dos cuentos. Mismos trucos, mismadelicadeza, mismas expresiones. Y Marlow, elgrandioso detective chandleriano, mantieneintactos sus tics y sus manías, esa manera de irpor la vida con pies de plomo, dejandoentrever una ternura salpicada de altas dosis

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de ironía y humor negro.

5Pero la novela no sería nada si se limitara aimitar el estilo de Chandler y los tics de Mar-low. En este caso, se podría haber contratadoa un escritor menos dado al estilo y más afectoa la trama. Pero La Rubia... es un artefactopoderoso y de gran calidad, que mantiene latensión del lector desde el inicio hasta el fin.También aquí encontramos a un rubia bella ymisteriosa que tiene un encargo para el me-lancólico detective; encontramos sospechas,alcohol a raudales, asesinos desalmados,policías antipáticos, familias riquísima y, so-bre todo, una ciudad, Los Ángeles, descritacon todo el amor y odio de que es capaz unode sus habitantes. Encontramos también vie-jos personajes chandlerianos, entre ellos qui-zá uno de los más perfectos, Terry Lennox.

6Sin duda, Banville-Black sale bien librado del

reto. Su Marlow es convincente al grado deparecerse a su antecesor, pero lo suficiente-mente autónomo como para que el ejerciciono sea una vil parodia. Sentimental y triste,tierno y enamorado en otros, furioso y es-céptico. En sus cinco sentidos y alcoholizadoo crudo; apaleado o con sus fuerzas intactas,volvemos a encontrar aquí al Marlow iróni-co, duro con los duros y distante con los iró-nicos y más enamorado que nunca, pero conun amor que sabe fracasado. Aparece tam-bién más humano y frágil, con la soledadmellando sus días de hombre soltero, eterna-mente fascinado por mujeres que sólo le uti-lizarán, y tan afecto a la ley como a la bebida.

7Lo chandlerianos podemos estar de plácemes.La rubia de ojos negros es una gran novela y,sospechamos, el inicio de una saga marlowia-na que auguramos igual de exitosa que la deChandler, en un juego de espejos y dobles quehabría admirado el mismo Borges.

John Banville, transmutado en Benjamín Black.

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SÁBADO 22 DE MARZO DE 2014 LETRAS ~ CAMBIO DE MICHOACAN | 77777

os semanas antes de fallecer, AlainResnais ganó el premio Alfred Bauercon su última obra, Amar, beber ycantar. Este galardón del Festival deBerlín recompensa a una película que

abre nuevas perspectivas en el arte cinema-tográfico o brinda una visión estética nove-dosa y singular. Parece sorprendente otorgartal honor a un director nonagenario, sin em-bargo se entiende perfectamente al observarla modernidad de su filmografía. Así era Res-nais: un explorador del arte, un pionero ina-gotable, siempre buscando formas de reno-var su cine, inspirándose en las demás artes,entre ellas la literatura, el teatro, la música,la pintura e, incluso, las historietas.

Después de Smoking/No Smoking y Asun-tos privados en lugares públicos, su últimolargometraje es la tercera adaptación queResnais hace de una obra de teatro del inglésAlan Ayckbourne, la cual describe la vida deactores que se enteran que uno de sus amigosestá a punto de morir. Amar, beber y cantarse desarrolla en escenarios de cartón dibuja-do, que son a la vez realistas y teatralizados.A Resnais siempre le gustaba deconstruir elmedio cinematográfico, usar y mostrar al es-pectador el lado artificial de este arte. “Megusta, en el cine, aun en un documental, sen-tir que estoy en el cine, que la actuación y losescenarios sean visibles, que no se parezca ala vida. [...] Estoy satisfecho si los espectado-res entienden que no están viendo cinémavérité (cine de realidad), sino que están fren-te a actores maquillados que han aprendidosu texto”. Tal era la visión que tenía el reali-zador del cine desde que empezó a dirigir susprimeros cortometrajes en los años 1940.

En 1961, François Truffaut lo explicabaasí: ”Creo que hay dos tipos de cine: la ramaLumière y la rama Delluc. Lumière inventó elcine para filmar la naturaleza de las acciones.Delluc, que era un novelista, pensó que po-díamos utilizar esta invención para filmarideas, o acciones que tienen un significadodiferente al que es evidente, para finalmenteechar el ojo a las demás artes. La rama Lu-mière: Griffith, Chaplin, Stroheim, Flaherty,Gance, Vigo, Renoir, Rossellini, Godard. Larama Delluc: Epstein, L’Herbier, Feyder,Grémillon, Huston, Astruc, Antonioni, Res-nais. Para los primeros, el cine es un espectá-culo, para los segundos es un lenguaje”.

DEl lenguaje de Alain Resnais, junto a la arti-

ficialidad de su puesta en escena, provee a susactores nuevas formas de trabajo y perspecti-vas actorales anticonformistas. “Lo que siem-pre busco en mis filmes, es un lenguaje de te-atro, un diálogo musical que invita a los acto-res a alejarse de un realismo cotidiano y acer-carse a una actuación desfasada”, explicabael francés, considerado como un excelentedirector de actores. Resnais solía entregar acada uno la biografía de su personaje, espe-rando luego que ellos lo sorprendieran al mo-mento de rodar. Tres de sus actores predilec-tos, con los cuales trabajó durante más de tresdécadas, ganaron un César al interpretar unode sus personajes: André Dussolier, PierreArditi y Sabine Azéma, su esposa en la vidareal. En cuanto a recompensas, el realizadorgalo no se queda atrás. Su vanguardismo lellevó a ganar un Oscar, un BAFTA, un León deOro y otro de Plata en Venecia, un Oso de Pla-ta en Berlín, un Gran Premio del Jurado y unPremio Excepcional en Cannes.

Los primeros cortos de Resnais en los años40 fueron documentales con temas hetero-géneos: el arte de Van Gogh, la guerra civilespañola con Guernica, y Noche y niebla, pri-mer filme de referencia sobre los campos deexterminio nazis. Rodado en 1955, estecortometraje presenta imágenes de archivoen blanco y negro intercaladas con tomas encolor de los vestigios de los campos. El títulohace referencia a la política de exterminaciónde todos los oponentes reales o sospechososdel Tercer Reich, que debían desaparecer enla discreción más absoluta, en la noche y enla niebla. Este es el primer filme que enseñala monstruosidad de las imágenes rodadaspor los propios nazis y pretende así lucharcontra el negacionismo y un posible regreso

Resnais, moderno hasta la muerteEL TERCER OJO EL TERCER OJO EL TERCER OJO EL TERCER OJO EL TERCER OJO :: A lo largo de sus 70 años de carrera cinematográfica, Alain Resnais siempre fue un director curioso y vanguardista. El director francés de Noche y niebla,Hiroshima mi amor y El año pasado en Marienbad murió el primero de marzo a los 91 años. POR SYLVAIN PROVILLARDPOR SYLVAIN PROVILLARDPOR SYLVAIN PROVILLARDPOR SYLVAIN PROVILLARDPOR SYLVAIN PROVILLARD [email protected]

del antisemitismo, el racismo y cualquier for-ma de totalitarismo en Europa.

En muchos de sus aspectos, la muerte hasido uno de los temas predilectos del incan-sable director. El filósofo Gilles Deleuze ha-bía perfectamente entendido la obsesión delcineasta: “Resnais solamente tiene una temá-tica: el hombre que vuelve de los muertos”.La mayoría de sus cintas presentan la refun-dación de un mundo después de una catás-trofe, como en Hiroshima mi amor. Inclusofantasmas se vuelven personajes, como en eldesconocido filme de ciencia-ficción Te amo,te amo. Incluso Muerte al amor asocia la no-ción del amor absoluto con la desaparicióndel ser querido. ¿Cómo vivir con una impac-tante experiencia en la memoria, sino vol-viéndose un fantasma? Para contestar estapregunta, Resnais prefirió, en sus últimasobras, jugar con la muerte y ofrecer filmescon tonos aparentemente más ligeros.

Al lado de Chris Marker y Agnès Varda,Alain Resnais fue una de las figuras importan-tes del Nouveau cinéma, así llamado poranalogía al Nouveau roman, corriente quebuscaba crear una nueva forma de narrar encada novela. Resnais adaptó dos de éstas: Hi-roshima mi amor de Marguerite Duras y El añopasado en Marienbad de Alain Robbe-Grillet.El Nouveau cinéma, movimiento contempo-ráneo a la Nueva Ola y también parisino, rei-vindica la naturaleza artificial y formal del sép-timo arte. Se consideraba como un artesano,un experimentador que prefiere el campo delimaginario al de la realidad. Alain Resnais de-claró: “No trato de imitar la realidad. Si imitoalgo, es el imaginario. Estaría contento si sedijera de mis películas que son documentalessobre el imaginario”. En todo caso, sus obrashan quedado grabadas en el nuestro.

Escena de El año pasado en Marienbad. A la derecha, Hiroshima mi amor.

Gérard Depardieu en Mi tîo de América y Smoking-No smoking. Resnais con su esposa, la actriz SabineAzéma.

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