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Nº37 Marzo de 2008 2 Pesos La Comuna Revista teórica y política del Partido Revolucionario de los Trabajadores NACIONALIZAR, NACIONALIZAR, CENTRALIZAR Y PLANIFICAR CENTRALIZAR Y PLANIFICAR EL PROYECTO EL PROYECTO REVOLUCIONARIO REVOLUCIONARIO

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Nº37 � Marzo de 20082 Pesos

La ComunaRevista teórica y política delPartido Revolucionario de los Trabajadores�

NACIONALIZAR, NACIONALIZAR, CENTRALIZAR Y PLANIFICAR CENTRALIZAR Y PLANIFICAR EL PROYECTOEL PROYECTOREVOLUCIONARIOREVOLUCIONARIO

EDITORIALl número 37 de La Comuna continúa introduciendo un debate que con-sideramos impresindible seguir dando en la clase obrera y las vanguardiasrevolucionarias: avanzar rápidamente en insertar todo el proyecto

revolucionario en el proletariado y el pueblo, para que esa política en-cuentre los cauces para su desarrollo.El segundo artículo desgrna el tema de la "globalización" mostrando que la

misma no es otra cosa que imperialismo y que con ella se pretende ocultar elverdadero carácter de la dominación burguesa con la conquista de nuevos mer-cados y anexiones. Se adueñan de los Estados para ponerlos al servicio de laganancia. No es inocente la utilización del término "globalización", ya que dala idea de que "todo" tiende a igualarse, pero por el contrario, no todo seiguala, hay diferencias fundamentales que tienden a acentuarse.En tercer lugar, publicamos una nueva nota que aborda el tema del partidorevolucionario, desarrollándose las tareas de la vanguardia, planteando qué es"hacer" la revolución todos los días, impulsando con la acción política lasfuerzas y las herramientas políticas organizativas en la clase y en el pueblo,para construir organización desde las bases materiales revolucionarias. Por último reproducimos el artículo TRES FUENTES Y TRES PARTES INTE-GRANTES DEL MARXISMO, un texto perteneciente a los clásicos, que con-sideramos de vital importancia en este momento de la lucha de clases en nues-tro país.

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La ComunaRevista teórica y política delPartido Revolucionario

de los Trabajadoresweb: www.prt-argentina.4t.com

e-mail: [email protected]

a lucha reivindicativa sigue su mar-cha vigorosa, sobre todo en cuantoal salario y las condiciones de tra-bajo. Otros temas como la educa-

ción, la salud, la seguridad, son parte del esta-do deliberativo de nuestro pueblo.

En estos marcos que se generalizan en formaconstante, los revolucionarios vamos trabajandoen insertar las ideas revolucionarias en todo elmovimiento.

No es una tarea fácil, ya que la burguesíamonopolista tiene un poder de dominación so-bre las instituciones del Estado, desde el cual e-manan las políticas de explotación y opresión alas masas populares.

Pero tampoco es fácil para la burguesía,puesto que existe un grado de conciencia en elproletariado y en el pueblo que rechaza todo loque le viene de arriba, a todo lo institucional delsistema. En una encuesta tramposa editada porel diario La Nación del día 25-02-08, se planteaque al 74% de los jóvenes, no le interesa lapolítica,"olvidándose" de analizar que la políti-ca a que se hace referencia, es la que practicanlos partidos del sistema y todas sus degrada-ciones visibles, en los estamentos del Estadoburgués y de los gobiernos de turno.

Estado deliberativo es un estado de políti-ca permanente del cual todos los argentinoshacemos "uso y abuso", en el mejor sentido dela política.

Pero tenemos que avanzar más rápidamenteen insertar todo el proyecto revolucionario en elproletariado y el pueblo, no es suficiente el des-contento, el estado deliberativo, las luchas, si enellas no se encuentra el germen de la revolución;si en todo ese movimiento, que por años vieneen un sostenido avance, la política revoluciona-ria no encuentra los cauces para su desarrollo.

El proyecto de nuestro partido está caminando

por donde tiene que caminar y consolidarse, peroaún viene por detrás del movimiento de masas.

Estamos en la lucha, nuestros compañeros sevienen ganando la confianza en esos enfrenta-mientos, pero la vanguardia del pueblo está enla búsqueda de una salida política y nos cuestaasimilarlo.

Sin embargo, la revolución está caminando,se va extendiendo y se va experimentando, peroahora tendremos que superar esas vallas queestán entorpeciendo el camino, nos referimosconcretamente a la nacionalización, centra-lización y la planificación de la ejecución delas políticas revolucionarias.

Este desafío que se nos presenta tiene que serenmarcado, tambien desde el país que quere-mos, de cómo queremos construir la sociedadsocialista, para qué a la hora de tomado el poder,hayamos transitado un camino de experienciasque tengan mucho que ver con el futuro.

Los revolucionarios, la vanguardia de nuestraclase, la vanguardia de nuestro pueblo, nuestroscuadros y militantes tenemos que trabajar en lanacionalización de los planes revolucionarios,para entender con más claridad las luchas con-cretas, las cotidianas, las que aparecen en mo-mentos inesperados.

NACIONALIZAR EL PROYECTO

Entramos en una etapa diferente de la luchade clases en nuestro país, existe ya un impor-tante sector de nuestro pueblo que está a laavanzada de los reclamos, son varias decenas demiles de trabajadores que vienen haciendo unfogueo cotidiano de la lucha y de la organi-zación, son trabajadores que no se casan connadie, más que con sus compañeros de trabajo,al lado de la máquina, de lo cotidiano que losrodean en otras áreas laborales.

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NACIONALIZAR, CENTRALIZAR Y PLANIFICAR EL PROYECTOREVOLUCIONARIO

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Estas luchas que se sostienen en eltiempo, en si mismas son políticas y re-

volucionarias, de hecho se oponen a lo institui-do, pero no es suficiente este grado de concien-cia y organización para llevar a todo este mo-vimiento a una liberación del yugo capitalista.Se hace necesario ir dando pasos efectivos paranacionalizar, ya no solo la lucha, sino y sobretodo el proyecto revolucionario para la tomadel poder y construir el socialismo.

La idea de nacionalizar adquiere en estosmomentos pasos concretos, para poder avanzara nuevas etapas de proceso revolucionario.

Entendemos que la existencia de una van-guardia del pueblo que viene haciendo camino,que intuye de la existencia de propuestas de sa-lida, tienen que advertir que ese proyecto políti-co y revolucionario está caminando en todo elpaís y es tarea del Partido, que se precie de re-volucionario, presentar sus ideas , fundamental-mente allí, en esos hombres que la lucha los vaponiendo al frente de las responsabilidades.

La existencia del proyecto nacional en manosde la vanguardia, eleva la calidad del enfren-tamiento, le da sustento, le da un sentido al re-clamo cotidiano, a la conquista en este sistema.Cuando la vanguardia que está en todos los sec-tores de la sociedad, comienza a sentirse fuerte,comienza a sentirse parte de algo más grande,el espíritu de lucha adquiere una visión muchomás amplia.

Es tarea de los revolucionarios, es tarea denuestro partido, pero también es tarea de la van-guardia, incluso aquella que no tiene partido,vertebrar desde el enfrentamiento concreto, elproyecto de revolución, de cambio de sistema.La nacionalización implica organización, impli-ca que la vanguardia no sólo sepa de qué setrata, sino que se involucre en los pasos concre-tos de esos objetivos.

CENTRALIZACIÓN DEL PROYECTO

Nacionalizar implicará avanzar en una cen-tralización política de los golpes al gran capitalfinanciero, tendremos que trabajar decidida-mente para explicar del porqué un golpe en lonacional implica potenciar la lucha local.

Se requiere un nivel de conciencia más altopara asimilar que la lucha que existe en "milugar" favorece la revolución, a la vez que todalucha política revolucionaria nacional potencia"mis fuerzas" locales.

Este es un paso que hay que dar, con muchaaudacia, tenemos que dar a conocer los planes ala vanguardia. Los revolucionarios, nuestro par-tido, tenemos que hacer punta, destrabar las ba-rreras impuestas por el poder burgués, que en loideológico ha querido confundir con la inviabi-lidad de la revolución. Son tareas imposter-gables hablar claro de lo que queremos, de loque estamos haciendo, ¿que fin tiene nuestralucha?, ¿que es el socialismo?, ¿que implica lalucha por el poder?, ¿que organizaciones esta-mos entretejiendo entre las masas?. Son todosdesafíos políticos que solo podrán resolversecon una centralización política de las accionesrevolucionarias.

Nuestra revolución es socia inseparable de lamasificación de las acciones, del conocimiento,debate e involucramiento de la mayor cantidadde pueblo, el proyecto no puede ser para pocosy de pocos, si queremos ser consecuentes deltipo de revolución socialista que pretendemos.A nuestro entender la centralización políticaimplica concentrar el golpe, dar a conocer alpueblo las políticas cotidianas, tácticas y estra-tégicas que se correspondan a cada momento.

SOBRE LA PLANIFICACIÓNDEL PROYECTO

Es en esa corriente de pensamiento, que lacentralización política implica más y mejor cali-dad de planificación, tendremos que pasar de ungrado de planificación artesanal a un grado deplanificación más científica, la misma deberá yacontemplar no sólo la lucha por el poder, sinoampliar la visión hacia una etapa en donde deentrada empezaremos a construir la sociedadsocialista. En esta etapa la experiencia de laplanificación de la lucha política por el poder,deberá sobrentender la mayor cantidad de com-pañeros comprometidos con los planes nacio-nales y locales, tendremos que explicar no sóloel hecho en sí de la planificación, sino ademástener la paciencia del mundo por convencer deesa necesidad, tenemos que explicar paciente-mente porqué las nuevas camadas de revolu-cionarios, las vanguardias que están aparecien-do por todos lados, tienen que elevar sus aspira-ciones a ser parte de planes nacionales, de ela-borarlos. Es aquí en donde nuestro partido tieneque estar un paso delante de la vanguardia, tieneque diferenciarse para poder volver a explicar, amasificar y elevarse nuevamente.

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Todos los conceptos de planificación socia-lista, fueron abordados por la burguesía paradeformar los verdaderos debates que se fuerondando a lo largo de la historia, desde el mismomomento que las revueltas de los pueblos fueronenarbolando las banderas rojas del socialismo.No es motivo de este artículo adentrarnos eneste debate, pero sí entendemos que el sistemacapitalista ha desplegado la mayor y más escan-dalosa anarquía de la sociedad humana, que toda

su capacidad de planificación y adminis-tración está ligada a la ganancia imperial-ista, en donde el hombre, la sociedad no impor-tan si se bate en la peor de las injusticias azo-tadas y asoladas por las guerras, la discrimi-nación, las plagas, el irresponsable uso de losrecursos hu-manos y materiales.

No quieren, no saben, no pueden planificaruna sociedad para el ser humano, el capitalis-mo en decenas y decenas de décadas no pudocambiar esa historia, la ha empeorado.

La lucha por el poder, la lucha por una so-ciedad socialista, al poner en escena al hombre,como único depositario del progreso social, estáen condiciones de planificar, de elevar la calidadde lo que hay que hacer antes y después de la to-ma del poder, a sabiendas que no cabe una solaposibilidad que se de un solo paso atrás de éstedesastre humanitario que es el capitalismo.

Los revolucionarios tenemos que avanzar enésta concepción a diario, dejar atrás las épocasde prueba, de la sola acumulación, tenemos quedar el paso inicial dando a conocer nacional-mente lo que estamos dispuestos a hacer.

Y avanzar en las responsabilidades políticasque nos tocan vivir.��

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"GLOBALIZACIÓN",IMPERIALISMO

E INTERNACIONALISMO PROLETARIO

l término "globalización" se ha ex-tendido en los últimos años hastaalcanzar una presencia cotidiana ennuestro vocabulario.

Cuando hablamos del "desarrollo" de la cie-ncia inmediatamente asociamos el mismo a la"globalización". Las computadoras, teléfonos celulares y

televisores de plasma que se venden en Es-tados Unidos, son los mismos que encon-tramos en las vidrieras de los comercios deBuenos Aires, Rosario o Córdoba. Ya no tenemos que esperar veinte años pa-

ra ver circular por las avenidas o rutas del paísa los últimos modelos de automóviles salidosde las automotrices yanquis, europeas o ja-ponesas. Varios de ellos se fabrican aquí mis-mo o se importan desde Brasil o México. Las mercaderías que encontramos en las

vidrieras de los negocios en nuestro país son

las mismas que se encuentran simultánea-mente en los locales de negocios de Japón,India, España o Chile, y esto, inmediatamenterefiere a la "globalización".La "globalización" nos muestra sus "triun-

fos" a la hora de unificar los horarios de trans-misión de un evento deportivo como un cam-peonato mundial de fútbol o la realización deuna olimpíada, haciendo posible que cientosde millones de personas de los puntos másdistantes del mundo puedan verlos en elmismo momento.Así los sponsors pueden también llegar a la

misma cantidad de gente con un solo cartelestratégicamente puesto en el interior delestadio.Los partidos de fútbol ya no se juegan

teniendo en cuenta la condición de los equiposque se enfrentan, de sus jugadores y de losespectadores que van a presenciar el juego a

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la cancha. Por el contrario, se arreglanconforme a las prioridades de los ne-

gocios y los millones de dólares que los aus-piciantes y otros empresarios pretenden ga-nar en la ocasión.Las modelos que exhiben sus vestidos en

la pasarela de un desfile de modas en Ar-gen-tina bien podrían hacerlo en cualquier otropaís del mundo ya que gracias a la "globa-lización", las telas, las confecciones y los cor-tes se han estandarizado. Lo mismo ha ocu-rrido con el concepto de "belleza", la degra-dación humana y el negocio de la prostitución.Con la indisimulada pretensión de conquis-

tar la mente y la voluntad de las poblacionesel mensaje de los "noticieros informativos" semundializa y riega con el mismo veneno ideo-lógico y político, a la vez, a cientos de millo-nes de televisores que se encienden en loscinco continentes.El sentido de la "globalización" no ha sido

otro que la expansión e igualación de la ofer-ta de mercaderías y las posibilidades de ne-gocios para la burguesía mundial a costa demúltiples calamidades para los pueblos.Es que la "globalización" no es otra cosa

que imperialismo. El término "globalización"pretende ocultar el verdadero carácter delimperialismo consistente en la conquista denuevos mercados y anexiones, primero de lospaíses centralizados respecto de los paísesllamados subdesarrollados o emergentes alos cuales han incorporado a un solo merca-do mundial y, actualmente, desde los mono-polios mundiales hacia los estados de loscuales se adueñan para ponerlos al serviciode la ganancia.No es inocente el término "globalización",

ya que el mismo da la idea de que "todo"tiende a igualarse.Sin embargo no todo se iguala, hay difer-

encias fundamentales que tienden a acen-tuarse con la "globalización". Pues, a la par de la igualación de la oferta

de mercaderías, la unificación de los merca-dos, y la expansión sin frontera de los nego-cios, se han profundizado las diferencias en-tre ricos y pobres, se extendió la contamina-ción de las tierras, las aguas y el subsuelo dela totalidad del mundo, multiplicando el sufri-miento de los desposeídos a costa del despil-farro y el goce inmediato de los cada vez másreducidos núcleos de la oligarquía financieramundial.Mientras en diversos puntos de los países

centrales explotan a diario burbujas finan-

cieras regando su onda expansiva a los con-fines más pobres y explotados del mundo, lossalarios de los trabajadores se achican alcompás del crecimiento de las gananciasmonopolistas. Las vidas de los productores(es decir, obreros y trabajadores) se vuelvenmás estrechas y sin horizonte dentro de lasreglas de juego impuestas.El término imperialismo, define crudamente

todos los aspectos de la llamada "globa-lización", y señala a fuego la disputa entre lasdos clases sociales antagónicas en las que sedivide en forma cada vez más tajantemente lasociedad capitalista: burguesía y proletariado.Imperialismo es el dominio del capital finan-

ciero mundial, la anexión de poblaciones y te-rritorios en procura de masas de mano deobra barata y fuentes de materias primas parala producción y obtención de negocios conalta rentabilidad para las corporacionesmonopolistas mundiales. Es la eliminación defronteras sólo para introducir mercaderías ypoder venderlas sin costosos aranceles quereducirían las ganancias. El dominio de po-blaciones enteras y la sujeción de genera-ciones actuales y futuras a la dictadura delcapital mundial. El imperialismo conlleva la igualación para

abajo en salarios, condiciones de vida de lasmasas trabajadoras, mayor distancia en lasposibilidades educativas, de salud y viviendaen cantidad creciente de la población mun-dial, tecnología para el consumo suntuario ycarencia de tecnología para la resolución deproblemas de vida de millones de seres hu-manos que sucumben en la miseria, el ham-bre y mortalidad.Así como, en determinados momentos,

masas humanas empobrecidas se desplazana través de los distintos países centrales co-mo mano de obra barata para realizar tareasque nadie efectúa en ellos, ocurre en otrosmomentos, que son desplazadas sin contem-plación cuando "sobran" y ya no son desea-bles. Entonces se cierran fronteras, se levan-tan muros de miles de kilómetros de largo yvarios metros de alto, se hunde a fuego decañón embarcaciones que transportan cien-tos de familias desarrapadas y hambrientas.Así también, se invaden países ricos en deter-minadas materias primas para ponerlas adisposición del capital mundial y se incen-tivan conflictos armados para la venta ydesarrollo de los negocios armamentistaso se riegan mares de droga con el solo fin deobtener ganancias inmediatas y enormes.

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El imperialismo no es otra cosa que ca-pitalismo en su fase más concentrada ycentralizada.Pero estamos viviendo el tiempo de los

pueblos y una creciente ola mundial de augede masas ha puesto una valla humana defirme respuesta antimperialista que las pobla-ciones han plantado y que es mucho mayorque los muros que la oligarquía financierapueda construir.También en los países centrales se multi-

plican los movimientos de masa en contra detodas las arbitrariedades de la oligarquíafinanciera mundial, estampando blanco sobrenegro que no hay ninguna voluntad de partedel poder de la burguesía mundial de solu-cionar ninguno de los problemas que aquejana las poblaciones laboriosas.

Las contradicciones se profundizan ylos pueblos se paran firmes frente al atro-pello mostrando una decisión a la luchaque presenta una tendencia creciente. Su aspecto repulsivo aleja al imperialismo

de la posibilidad de engaño a las masas ex-plotadas y empobrecidas que no sólo no venya posibilidad alguna de prolongar sus vidasen los marcos de este sistema sino que, día adía, comprenden con más claridad que nohay ninguna posibilidad de salida, o futurodentro de este sistema.Al tiempo que crecen en forma geométrica

los negocios de la oligarquía financiera, lacorta vida de cien años de historia del impe-rialismo disminuye cada vez más su posibili-dad de subsistencia, se acelera su decaden-cia y se aproxima históricamente su muerte.Su verdugo, el proletariado, crece, se de-

sarrolla, se foguea, y se planta como amena-za mayor en la medida en que se agranda ladesigualdad, se socializa sin fronteras la pro-ducción de bienes, y se agiganta la brechaque lo separa de la burguesía con quien seenfrenta antagónicamente.Cada negocio que se gana es, a la vez,

contradictoriamente, acortamiento de la vidaen el poder para la burguesía; es mayor incre-dulidad, por parte de los trabajadores y pobla-ciones mundiales, en la organización capita-lista de la sociedad.El enfrentamiento de las clases es "mun-

dial en su esencia y nacional por su forma".De allí que nuestra actividad revolucionariadeba pararse en una concepción internacio-nalista. Eso quiere decir que la victoria denuestro proceso revolucionario no sólo ser-virá para nuestro pueblo sino que tendrá

repercusión favorable para el proletaria-do y los pueblos del mundo entero.Arrancarle este pedazo de territorio, la Re-

pública Argentina, al dominio de la oligarquíafinanciera mundial será como clavarle unaespada envenenada al imperialismo.Así como debemos ver que un triunfo en un

frente fabril repercute en el estado de ánimo,la acumulación de fuerzas y la construcciónde herramientas organizativas en todo el país,un triunfo revolucionario de la clase obrera y elpueblo argentino contra los monopolios ennuestro territorio, acelerará las posibilidadesde la revolución socialista mundial y acer-cará pasos hacia la sociedad comunista.

El imperialismo ha multiplicado las ganan-cias de la burguesía monopolista y ha profun-dizado los sufrimientos de las masas oprimi-das, pero, a la vez, ha extendido la proleta-rización y socialización en la producción, y haahondado la crisis de dominación políticamundial de la clase poseedora de los mediosde producción generalizando el cuestiona-miento de la dominación burguesa y de suorden político.

Un golpe dado por la clase obrera argenti-na en un frente fabril determinado es un golpeque se da a la oligarquía financiera interna-cional. Es por eso que nuestra política es interna-

cionalista. No sólo debemos estar pendientesde la lucha de clases mundial, sino que nues-tra estrategia debe contemplar a nuestro pro-ceso revolucionario como parte de la revolu-ción mundial por la liberación total del hombre.En la medida en que el proyecto revolu-

cionario vaya identificándose con la fuerza

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política proletaria capaz de dirigirlo y, con-secuentemente, vaya corporizándose en

un movimiento popular de peso, deberemosavanzar en el estrechamiento de lazos con lasexperiencias proletarias que se están realizan-do en la región y en el resto del mundo.El imperialismo no sólo ha unificado en los

negocios a la burguesía convirtiéndola en unasola oligarquía financiera mundial, sino que haunificado a todo el proletariado en un solointerés común con las amplias mayoríaspopulares que expresan la aspiración comúnde librarse de las cadenas de la dominaciónmonopolista.Pero a la vez, por su carácter competitivo y

voraz, la unidad de la oligarquía financiera queexpresa contra los intereses del proletariado yde los pueblos del mundo, se ve roída en suinterior y es inevitable su desmembramiento y

la profundización de sus contradicciones en lamedida en que avance el proceso, pues paraun burgués no hay mejor competidor que elcompetidor muerto.En consecuencia, desde el punto de vista de

nuestras tareas, el avance de la revolución ennuestro país produce un efecto positivo paranuestras fuerzas en dos planos: por un lado enla acumulación de fuerzas a nivel del enfren-tamiento con la burguesía, y por el otro, enque cada paso que damos, no sólo los hace-mos retroceder sino que los hacemos enfren-tarse más en su propio seno.La unidad de los explotados y oprimidos en

un solo movimiento revolucionario contra laburguesía monopolista, no es sólo una tareade alcance nacional sino que tiene también unsentido mundial estratégico de solidaridadinternacional.��

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EL PARTIDO Y LAVANGUARDIA

n un "largo y dificultoso", pero inex-orable camino, la vanguardia obre-ra ha venido desarrollando expe-riencias en la lucha reivindicativa.

En él, ha habido conquistas y derrotas, perotodas independiente de su magnitud, hansido la cantera que le han permitido,masificarse al ritmo de la compresiónde la explotación e injusticia a que sonsometidos los trabajadores, la impunidad rei-nante en las fábricas, verdaderos enclavesautoritarios del capitalismo. Y este modelose extiende a toda la sociedad.

Esto se ha puesto blanco sobre negro enlas últimas experiencias del proletariadodonde para poder sostener las reivindica-ciones, las mismas, han empezado a to-mar rasgos políticos que intrínsicamen-te llevan el germen revolucionario, por-que ponen en el centro de su accionar la dig-nidad, además porque rompen con la histo-ria de sufrimientos, amarguras y sin futuroque produce la lucha cotidiana por el salario.

En su enfrentamiento, las vanguardias,

buscan el proyecto político donde acumularfuerza y darle una proyección y salida a losgenerosos esfuerzos de la lucha diaria.

Es este el nuevo escenario construido porla clase obrera para afrontar el reto de la dis-puta por el salario y las condiciones de tra-bajo del presente año y así avanzar en sucamino, no sin dificultades. Allí ansía la revo-lución.

Frente a esta nueva situación, la burgue-sía balbucea, y antes de lo que tenían pre-visto, en el medio de grandes contradiccio-nes, ha tenido que pasar a otro escalón desu lucha contra sus necesarios enemigos declase: los trabajadores.

Para ello ha tenido que actualizar y reor-denar la santa alianza -burguesía, sindicato,gobierno- sacándose la careta, dejando delado los formalismos institucionales -dondecada uno asumía sus responsabilidades ensu área como socio garante-; pasando a unplan conjunto y articulado, dirigido a liqui-dar cualquier intento de organizaciónpolítico-reivindicativo que este fuera

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de su control para escarmentar de estamanera a la clase y garantizar la conti-nuidad de sus planes basados exclusiva-mente en los salarios chinos.

ATAJOS

La concepción leninista de la revoluciónse basa en la búsqueda permanente de ata-jos que acerquen, al proletariado y el pue-blo, lo más rápidamente a la toma delpoder. Esto quiere decir que cualquier es-fuerzo, cualquier sufrimiento, si es que loshay, en ese camino, será menor a los cúmu-lo de calamidades que nos propone en laactualidad y en el futuro, el capitalismo.

En la actuales circunstancias que atra-viesa la clase, -creciente disponibilidad aavanzar en la búsqueda de un proyectopolítico liberador- estos atajos hoy por hoyestán en poner el proyecto revolu-cionario, la cuestión del poder, y la en-carnación del mismo -el Partido- ge-nerosamente a disponibilidad de lasnuevas vanguardias que están en lalucha pero que no disponen de una visiónnacional de su correlación de fuerzas. Poneruna táctica que unifique y golpee como unsolo hombre a lo largo y ancho de todo elterritorio nacional, de un plan que englobelos esfuerzos de todos hacia la salida rev-olucionaria.

El primer acto del enfrentamiento de cla-ses en la época de la revolución proletaria,es la propaganda revolucionaria en los cen-tros de producción, los parques industriales,y las fábricas, independientemente del esta-do de ánimo, disponibilidad de los traba-jadores del lugar y la penetración social delos cuadros en el mismo.

Es aquí donde la iniciativa del hombreconsciente se agiganta. El militante del Par-tido y todo aquel que se precie de revolu-cionario, debe redoblar los esfuerzos, y re-currir a la creatividad propia y de las masas,para garantizar esta urgente tarea. Elpapel de los hombres decididos estrascendental para lograr que la claseobrera ocupe su lugar en la lucha po-lítica y así desequilibrar la balanza afavor de todo el pueblo, para que cuentecon un proyecto liberador clasista que sea

soporte y futuro para la solución de susreivindicaciones.

Los hombres del partido debemos di-mensionar correctamente la extensión ymagnitud de las vanguardias obreras y delpropio Partido a nivel nacional, como asítambién la alta capacidad de fuego políti-co de la clase cuando se moviliza masiva-mente. Esto le permitirá estar un paso ade-lante en el aspecto sujetivo y su voluntad, yllegar más allá de lo formal a la vanguardia,que es llegar al espíritu de la clase.

La tarea del revolucionario es "hacer" larevolución todos los días, ganarse el co-razón de la vanguardia para la revolucióncon su acción política, impulsar las fuerzasy las herramientas políticas organizativasen la clase y el pueblo, construyendo orga-nización desde las bases materiales revolu-cionarias. El hombre del partido es el Partido,

es la expresión nacional de la clase obrera,es la expresión política organizativa máselevada a que ha llegado la misma, porende poner todo ese poder condensado,toda esa experiencia (que no le pertenece)en manos de la vanguardia, es la únicamanera de acercarse a las puertas de lasrevolución.

Sin la planificación y puesta en prácticade esta tarea, el hombre organizado nacio-nalmente y el mismo Partido no tiene razónde existencia. Sin este acto de enfren-tamiento clasista, sin la presencia del Par-tido, sin el planteo de la revolución y elsocialismo, la vanguardia quedaría a expen-sas de esquemas políticos-organizativos hu-manitarios y corporativos y que en últimainstancia terminaran en la conciliación declases y una frustración para la clase y elpueblo.��

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a doctrina de Marx suscita en todo elmundo civilizado la mayor hostilidady el odio de toda la ciencia burguesa(tanto la oficial como la liberal), que

ve en el marxismo algo así como una "sectaperniciosa". Y no puede esperarse otra actitud,pues en una sociedad que tiene como base lalucha de clases no puede existir una cienciasocial "imparcial". De uno u otro modo, toda laciencia oficial y liberal defiende la esclavitudasalariada, mientras que el marxismo ha de-clarado una guerra implacable a esa es-clavitud. Esperar que la ciencia sea imparcialen una sociedad de esclavitud asalariada,sería la misma absurda ingenuidad que espe-rar imparcialidad por parte de los fabricantesen lo que se refiere al problema de si debenaumentarse los salarios de los obreros dismi-nuyendo los beneficios del capital. Pero hay más. La historia de la filosofía y la

historia de la ciencia social muestran con diá-fana claridad que en el marxismo nada hayque se parezca al "sectarismo", en el sentidode que sea una doctrina fanática, petrificada,surgida al margen de la vía principal que haseguido el desarrollo de la civilización mundial.Por el contrario, lo genial en Marx es, precisa-mente, que dio respuesta a los problemas queel pensamiento de avanzada de la humanidadhabía planteado ya. Su doctrina surgió como lacontinuación directa e inmediata de las doctri-nas de los más grandes representantes de lafilosofía, la economía política y el socialismo.

La doctrina de Marx es omnipotente por-que es verdadera. Es completa y armónica, ybrinda a los hombres una concepción integraldel mundo, intransigente con toda supersti-ción, con toda reacción y con toda defensa dela opresión burguesa. El marxismo es el here-dero legítimo de lo mejor que la humanidadcreó en el siglo XIX: la filosofía alemana, la eco-nomía política inglesa y el socialismo francés. Nos detendremos brevemente en estas tres

fuentes del marxismo, que constituyen, a lavez, sus partes integrantes.

I

La filosofía del marxismo es el materialis-mo. A lo largo de toda la historia moderna deEuropa, y en especial en Francia a fines delsiglo XVIII, donde se desarrolló la batalla deci-siva contra toda la escoria medieval, contra elfeudalismo en las instituciones y en las ideas,el materialismo se mostró como la única filo-sofía consecuente, fiel a todo lo que enseñanlas ciencias naturales, hostil a la superstición,a la mojigata hipocresía, etc. Por eso, los ene-migos de la democracia empeñaron todos susesfuerzos para tratar de "refutar", minar,difamar el materialismo y salieron en defensade las diversas formas del idealismo filosófico,que se reduce siempre, de una u otra forma, ala defensa o al apoyo de la religión.

Marx y Engels defendieron del modo másenérgico el materialismo filosófico y explicaronreiteradas veces el profundo error que signifi-caba toda desviación de esa base. En lasobras de Engels, Ludwig Feuerbach y Anti-Dühring, que -al igual que el ManifiestoComunista- son los libros de cabecera de todoobrero con conciencia de clase, es dondeaparecen expuestas con mayor claridad ydetalle sus opiniones.

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Pero Marx no se detuvo en el materialismodel siglo XVIII, sino que desarrolló la filosofíallevándola a un nivel superior. La enriqueciócon los logros de la filosofía clásica alemana,en especial con el sistema de Hegel, el que, asu vez, había conducido al materialismo deFeuerbach. El principal de estos logros es ladialéctica, es decir, la doctrina del desarrolloen su forma más completa, profunda y libre deunilateralidad, la doctrina acerca de lo relativodel conocimiento humano, que nos da un re-flejo de la materia en perpetuo desarrollo. Losnovísimos descubrimientos de las cienciasnaturales -el radio, los electrones, la trasfor-mación de los elementos- son una admirableconfirmación del materialismo dialéctico deMarx, quiéranlo o no las doctrinas de los filó-sofos burgueses, y sus "nuevos" retornos alviejo y decadente idealismo.

Marx profundizó y desarrolló totalmente elmaterialismo filosófico, e hizo extensivo elconocimiento de la naturaleza al conoci-miento de la sociedad humana. El materia-lismo histórico de Marx es una enorme con-quista del pensamiento científico. Al caos y laarbitrariedad que imperan hasta entonces enlos puntos de vista sobre historia y política,sucedió una teoría científica asombrosamentecompleta y armónica, que muestra cómo, envirtud del desarrollo de las fuerzas producti-vas, de un sistema de vida social surge otromás elevado; cómo del feudalismo, por ejem-plo, nace el capitalismo. Así como el conocimiento del hombre refle-

ja la naturaleza (es decir, la materia en desa-rrollo), que existe independientemente de él,así el conocimiento social del hombre (esdecir, las diversas concepciones y doctrinasfilosóficas, religiosas, políticas, etc.), refleja elrégimen económico de la sociedad. Las insti-tuciones políticas son la superestructura quese alza sobre la base económica. Así vemos,por ejemplo, que las diversas formas políticasde los Estados europeos modernos sirvenpara reforzar la dominación de la burguesíasobre el proletariado.

La filosofía de Marx es un materialismofilosófico acabado, que ha proporcionado a lahumanidad, y sobre todo a la clase obrera, lapoderosa arma del saber.

II

Después de haber comprendido que el régi-men económico es la base sobre la cual seerige la superestructura política, Marx seentregó sobre todo al estudio atento de ese

sistema económico. La obra principal deMarx, El Capital, está consagrada al estu-dio del régimen económico de la sociedad mo-derna, es decir, la capitalista. La economía política clásica anterior a Marx

surgió en Inglaterra, el país capitalista más de-sarrollado. Adam Smith y David Ricardo, ensus investigaciones del régimen económico,sentaron las bases de la teoría del valor por eltrabajo Marx prosiguió su obra; demostró es-trictamente esa teoría y la desarrolló conse-cuentemente; mostró que el valor de toda mer-cancía está determinado por la cantidad detiempo de trabajo socialmente necesario in-vertido en su producción. Allí donde los economistas burgueses veían

relaciones entre objetos (cambio de una mer-cancía por otra), Marx descubrió relacionesentre personas. El cambio de mercancíasexpresa el vínculo establecido a través delmercado entre los productores aislados. Eldinero, al unir indisolublemente en un todoúnico la vida económica íntegra de los pro-ductores aislados, significa que este vínculose hace cada vez más estrecho. El capital sig-nifica un desarrollo ulterior de este vínculo: lafuerza de trabajo del hombre se trasforma enmercancía. El obrero asalariado vende sufuerza de trabajo al propietario de la tierra, delas fábricas, de los instrumentos de trabajo. Elobrero emplea una parte de la jornada de tra-bajo en cubrir el costo de su sustento y el desu familia (salario); durante la otra parte dela jornada trabaja gratis, creando para el ca-pitalista la plusvalía, fuente de las ganancias,fuente de la riqueza de la clase capitalista.

La teoría de la plusvalía es la piedra an-gular de la teoría económica de Marx. El capital, creado por el trabajo del obrero,

oprime al obrero, arruina a los pequeños pro-pietarios y crea un ejército de desocupados.En la industria, el triunfo de la gran producciónse advierte en seguida, pero también en laagricultura se observa ese mismo fenómeno,donde la superioridad de la gran agriculturacapitalista es acrecentada, aumenta el empleode maquinaria, y la economía campesina, a-trapada por el capital monetario, languidece yse arruina bajo el peso de su técnica atrasada.En la agricultura la decadencia de la pequeñaproducción asume otras formas, pero es unhecho indiscutible. Al azotar la pequeña producción, el capital

lleva al aumento de la productividad del traba-jo y a la creación de una situación de mono-polio para los consorcios de los grandes capi-

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talistas. La misma producción va adquiriendocada vez más un carácter social -cientos demiles y millones de obreros ligados entre sí enun organismo económico sistemático-, mien-tras que un puñado de capitalistas seapropia del producto de este trabajocolectivo. Se intensifican la anarquía de laproducción, las crisis, la carrera desesperadaen busca de mercados, y se vuelve más inse-gura la vida de las masas de la población.

Al aumentar la dependencia de losobreros hacia el capital, el sistema capita-lista crea la gran fuerza del trabajo conjunto.

Marx sigue el desarrollo del capitalismodesde los primeros gérmenes de la econo-mía mercantil, desde el simple trueque,hasta sus formas más elevadas, hasta lagran producción.

Y la experiencia de todos los países ca-pitalistas, viejos y nuevos, demuestra clara-mente, año tras año, a un número cada vezmayor de obreros, la veracidad de esta doc-trina de Marx.

El capitalismo ha triunfado en el mundoentero, pero este triunfo no es más que el pre-ludio del triunfo del trabajo sobre el capital.

III

Cuando fue derrocado el feudalismo ysurgió en el mundo la "libre" sociedad capi-talista, en seguida se puso de manifiestoque esa libertad representaba un nuevo sis-tema de opresión y explotación del pueblotrabajador. Como reflejo de esa opresión ycomo protesta contra ella, aparecieroninmediatamente diversas doctrinas socialis-tas. Sin embargo, el socialismo primitivo eraun socialismo utópico. Criticaba la sociedadcapitalista, la condenaba, la maldecía, so-ñaba con su destrucción, imaginaba un ré-gimen superior, y se esforzaba por hacerque los ricos se convencieran de la inmora-lidad de la explotación.Pero el socialismo utópico no podía indicar

una solución real. No podía explicar la ver-dadera naturaleza de la esclavitud asalariadabajo el capitalismo, no podía descubrir las le-yes del desarrollo capitalista, ni señalar quéfuerza social está en condiciones de conver-tirse en creadora de una nueva sociedad.Entretanto, las tormentosas revoluciones

que en toda Europa, y especialmente enFrancia, acompañaron la caída del feudalis-

mo, de la servidumbre, revelaban en formacada vez más palpable que la base de tododesarrollo y su fuerza motriz era la lucha declases.Ni una sola victoria de la libertad política

sobre la clase feudal se logró sin una deses-perada resistencia. Ni un solo país capita-lista se formó sobre una base más o menoslibre o democrática, sin una lucha amuerte entre las diversas clases de lasociedad capitalista.El genio de Marx consiste en haber sido

el primero en deducir de ello la conclusiónque enseña la historia del mundo y enaplicar consecuentemente esas lecciones.La conclusión a que llegó es la doctrina dela lucha de clases.Los hombres han sido siempre, en políti-

ca, víctimas necias del engaño ajeno y pro-pio, y lo seguirán siendo mientras no apren-dan a descubrir detrás de todas las frases,declaraciones y promesas morales, reli-giosas, políticas y sociales, los intereses deuna u otra clase.

Los que abogan por reformas y mejorasse verán siempre burlados por los defen-sores de lo viejo mientras no comprendanque toda institución vieja, por bárbara ypodrida que parezca, se sostiene por lafuerza de determinadas clases dominantes.

Y para vencer la resistencia de esasclases, sólo hay un medio: encontrar en lamisma sociedad que nos rodea, las fuerzasque pueden -y, por su situación social,deben- constituir la fuerza capaz de ba-rrer lo viejo y crear lo nuevo, y educar yorganizar a esas fuerzas para la lucha.

Sólo el materialismo filosófico de Marxseñaló al proletariado la salida de la escla-vitud espiritual en que se han consumidohasta hoy todas las clases oprimidas.

Sólo la teoría económica de Marx explicóla situación real del proletariado en el régi-men general del capitalismo.En el mundo entero, desde Norteamérica

hasta el Japón y desde Suecia hasta el Áfri-ca del Sur, se multiplican organizaciones in-dependientes del proletariado.Éste se instruye y educa al librar su lucha

de clase, se despoja de los prejuicios de lasociedad burguesa, está adquiriendo unacohesión cada vez mayor y aprendiendo amedir el alcance de sus éxitos, templa susfuerzas y crece irresistiblemente.��