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Nº 79 Febrero de 2015 Precio de Tapa: $ 10.- La Comuna Revista teórica y política del PRT Partido Revolucionario de los Trabajadores (Pág. 3) (Pág. 8) (Pág. 11) TRIBULACIONES DE LA CUOTA DE GANANCIA EN LA ERA DEL IMPERIALISMO GLOBAL LAS METODOLOGÍAS PARA LA ORGANIZACIÓN REVOLUCIONARIA DE LAS GRANDES MASAS LA LEY DEL VALOR Y NUESTRA REVOLUCIÓN ATAQUE A LA PAZ MUNDIAL (Pág. 15) 1 1 1 9 9 9 6 6 6 5 5 5 - - - 2 2 2 0 0 0 1 1 1 5 5 5 5 5 5 0 0 0 A A A Ñ Ñ Ñ O O O S S S

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Nº 79 � Febrero de 2015Precio de Tapa: $ 10.-

La ComunaRevista teórica y política del PRTPartido Revolucionario de los Trabajadores�

(Pág. 3)

(Pág. 8)

(Pág. 11)

TRIBULACIONES DE LA CUOTA DE GANANCIAEN LA ERA DEL IMPERIALISMO GLOBAL

LAS METODOLOGÍAS PARA LA ORGANIZACIÓNREVOLUCIONARIA DE LAS GRANDES MASAS

LA LEY DEL VALOR Y NUESTRA REVOLUCIÓN

ATAQUE A LA PAZ MUNDIAL (Pág. 15)

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EEddiittoorriiaall

La ComunaRevista teórica y política delPRTPartido Revolucionariode los Trabajadores

Publicación bimensual. Año XIV°www.prtarg.com.ar

2015 se cumple el 50º Aniversario de su fundación(el 25 de mayo de 1965); y además -en ese mismomes- estaremos publicando el Nº1000 de El Com-batiente, nuestro periódico.

Dos acontecimientos para el movimiento revolu-cionario, en un 2015 que presenta un alzamiento yun incremento de la ya tenaz lucha de nuestropueblo. Y por otro lado, tiene a la burguesía embre-tada en sus disputas, llevándolas al plano electoral,mostrando más aún todas sus miserias y profun-dizando su crisis política.

El avance de la clase obrera y el pueblo aparecenotablemente favorecido, apretando a los monopo-lios y sus gobiernos con más lucha, en busca de laresolución de nuestros reclamos.

Nuestro objetivo es poner al proyecto revolu-cionario en el seno de la clase obrera y el pueblo.En tal sentido, propagandizaremos y promovere-mos durante todo el 2015 nuestro 50º aniversario yla edición 1000 de El Combatiente. Todos los mate-riales partidarios contendrán esta consigna, acom-pañado esta campaña con las más diversasactividades; haciendo eje en la trayectoria históricade nuestro partido y en el proyecto que tenemoshoy, que es el mismo desde nuestra fundación: larevolución socialista.

Sirva entonces, la publicación de esta nueva Co-muna como un paso más en ese camino que hemosemprendido. Somos parte de esa inquebrantablebatalla que hemos dado (y damos) frente a aquellosque pretendieron (y pretenden) silenciar la voz de laRevolución en nuestro país.

Mal que le pese a nuestro enemigo de clase (laburguesía), en el PRT está viva la lucha de nuestraclase obrera y de nuestro pueblo, de ayer y dehoy; hombres y mujeres que nos rebelamos frente acada injusticia de este sistema indigno e inhumano;y que hoy seguimos peleando, cada día con másfuerza, por la Revolución en nuestro país.��

n manos de nuestros lec-tores se encuentra el núme-ro 79 de nuestra revista

teórica y política, La Comuna. La mis-ma, es la primera de un año muy es-pecial para el PRT, ya que en este

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a fase imperialista actual

Desde hace años, venimos describiendoen nuestros documentos el nuevo ciclo de univer-salización que está transitando el capitalismo y de-finiendo, en consecuencia, la nueva configuraciónque va adoptando en su fase imperialista global.

Durante las tres últimas décadas, sobre todo apartir de la caída del muro de Berlín que aceleró elproceso, los capitales transnacionales han anexadomercados que hasta ese momento le eran negadosy han incorporado millones de proletarios a la pro-ducción mundial de plusvalía.

Ese proceso no sólo que no actuó como rela-jante de las tensiones generadas por la competen-cia, sino que, por el contrario la enardeciómultiplicando sus efectos y alcances, favoreciendola centralización en menor cantidad de manos, a la

vez que hacía desaparecer rápidamente cualquiertipo de fronteras que se alzaban hasta ese entonces.

Como resultado de ese proceso, la configura-ción actual del imperialismo es la aparición de unmercado único mundial en medio de las rémorasde los mercados nacionales que van sucumbiendoinexorablemente ante la fuerza imbatible de la con-centración del capital.

Siendo el ser social el que determina la concien-cia y, por ende, las conductas sociales de los sereshumanos, la modificación de la producción y conella del trabajo y la organización social para produ-cir, trajo consecuenciales cambios radicales en lospueblos del mundo.

La incorporación de cientos y miles de millonesde seres humanos a la producción capitalista comoproducto de una masiva expropiación de medios ytierras generó, para esas poblaciones proletarizadas,

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nuevas pautas de distribución dela riqueza, intercambio de pro-

ductos y consumo. Habiéndose mo-dificado esa conducta básica humana,la misma opera en un cambio ideoló-gico que si bien no es automático,pues coexiste con las conductas ante-riores en muchos caso milenarias,está forzado por la velocidad extraor-dinaria que el capitalismo superdesa-rrollado le impone a la sociedad.

Como consecuencia, van cayendoaceleradamente costumbres, creen-cias religiosas, conductas morales ydemás componentes de la ideología.Las antiguas han colisionado violen-tamente con la base material de la ca-pitalización y la consecuente prole-tarización de masas enormes de lapoblación mundial que ella ha im-puesto, agudizando todo tipo de con-flictos, al tiempo que contradicto-riamente, se homologa en forma ace-leradísima la única forma de vida ca-pitalista que tiende a borrar todo tipode diferencia anterior.

Sin embargo, el proceso de estedesarrollo capitalista mundial, operaen los marcos de la decadencia y cri-sis estructural del capitalismo y contodos los territorios del mundo ya re-partido entre los capitales monopo-listas mundiales. En consecuencia,de lo que se trata ahora es de barajary dar de nuevo que, en los términosde la competencia interimperialista,significa la eliminación de los com-petidores y sus áreas de influencia te-rrenas y humanas.

Todo lo cual no significa desarro-llo para la humanidad sino someti-miento a las condiciones másrigurosas de explotación, miseria,hambruna generalizada, eliminaciónde seres humanos “sobrantes” y decomunidades rebeldes que no se so-meten a los designios de la proletari-zación masiva.

Aunque el capitalismo, desde susorígenes ha llevado con su fuerzaanexionista esta impronta, en esta

4 fase imperialista que vivimos, el proceso lleva una aceleraciónvarias veces mayor con las consecuencias nefastas que de esavelocidad se derivan.

El papel del mercado único mundial

Los mercados nacionales que fueron constituyendo el mer-cado mundial ven revertido el sentido de sus génesis. Ya no esla fuerza y la impronta de los mercados nacionales los quevan anudando y configurando los mercados regionales ymundial. Ahora es el mercado mundial el que configura consu impronta a los mercados nacionales, regionales y zonales.Esto significa que las particularidades nacionales de dichos mer-cados se esfuman aceleradamente bajo el imperio del capital mo-nopolista transnacional. Con ello se va creando también unaforma de organización de la producción mundial única, unaforma de intercambio, de distribución y de consumo uniformes.

Pero este proceso es contradictorio por el desarrollo des-igual del capitalismo en los distintos países. Lo cual tensa todaslas cuerdas haciendo más insoportable para los pueblos el pa-saje hacia el desarrollo capitalista que no es lo mismo que eldesarrollo humano. Los países “exóticos“, las costumbres“raras“ y las creencias “extravagantes“ que, ante los ojos deltradicional concepto burgués occidental y cristiano, se alzabancomo lejanos fuera de las fronteras de los países centrales deEuropa y norteamérica van diluyendo sus distancias y diferen-cias ante la presencia masiva y abrumadora de los productosconcebidos por ese capital mundial confeccionados a imageny semejanza del mismo.

No sin contradicciones se impone una sola forma de pro-ducción y con ella los costos que se miden en horas de trabajosocialmente necesario para producir. Pero esto conlleva tam-bién el agudizamiento de las tensiones de clase y entre paísesprovocando el lógico incremento de las luchas entre las clasesy las diferencias entre los distintos monopolios que se disputanla apropiación de las nuevas fuentes de materias primas, ma-yores territorios para operar, y la anexión de todo lo erigido yplantado en los mismos.

A tal punto que la guerra y la devastación se hacen impres-cindibles para el capitalismo a fin de provocar destrucciones ma-sivas de fuerzas productivas entre las cuales el ser humano estáen primera línea. El mundo entero asiste a esta nueva ola gue-rrerista a la que nos lleva el imperialismo cada vez más violento.

La tendencia decreciente de la cuota de ganancia

En este marco, uno de los problemas centrales que trae apa-rejado este proceso es la inevitable caída de la cuota de ganan-cia, ley descubierta por Carlos Marx1 y contra la cual todointento de los burgueses por amenguarla se torna inútil.

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Recordemos ante todo que la tasa de ganancia es el producto de la siguiente fórmula: P/Cc + Cv.2En donde P = Plusvalía, Cc es el capital constante (materias primas, edificios, maquinaria, energía, in-

sumos y todo los bienes materiales que se utilizan para la producción), y Cv. es la parte del capital que elburgués destina al pago de salarios.

De lo cual surge claramente que para sostener, aumentar o no dejar decaer la tasa de ganancia, el nu-merador P de la mencionada fórmula debe crecer más que la suma del denominador Cc + Cv

Entre las más conocidos causas que frenan la tendencia decreciente de la cuota de ganancia estudiadaspor el propio Marx podemos citar, siguiendo el orden que utilizara él mismo:

1- Aumento del grado de explotación del trabajo.2- Reducción del salario por debajo de su valor.3- Abaratamiento de los elementos que conforman el capital constante.4- Mantenimiento o acrecentamiento de la superpoblación relativa.5- El comercio exterior.6- Aumento del capital acciones.

La conformación de la cuota de ganancia ha sido históricamente un problema del plano nacional, endonde los elementos que componen la fórmula descrita más arriba surgen de las estadísticas de la produc-ción en un determinado país: Producto Bruto Interno, acumulación de capital en bienes de producción ensu territorio, cantidad de proletarios ocupados, cantidad de proletarios “sobrantes” o desocupados, masa sa-larial (cantidad de salarios pagados), masa de plusvalía (cantidad de trabajo no pagado o ganancia), inten-sidad de la explotación (relación entre el trabajo necesario -salario- y el trabajo excedente -plusvalía-).

Pero el proceso intensivo de exportación de capitales operado en todo el mundo, sobre todo a partir dela década de los 80 del siglo pasado, no sólo ha derribado fronteras para todos los efectos que describimosal principio de este artículo si no que también está configurando una tasa de ganancia mundial que cons-tituye un salvavidas de plomo a las diferentes y diversas tasas de ganancia nacionales.

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La constitución, primero, de mercados re-gionales o zonales tales como la Eurozona, o

los distintos mercados en América (el TLC entreCanadá, Estados Unidos y México), los distintosmercados regionales de América del Sur (Merco-sur, y otros), los mercados regionales africanos olos asiáticos, fueron intentos de normalizar unaserie de elementos del capital que, dado el desarro-llo desigual, se fue frustrando ante la imposibilidadde lograr una coherente igualdad en las relacionesentre precios, costos de producción, salarios, etc.

No obstante, en forma contradictoria y signadapor la violencia creciente mencionada, por un ladohay una tendencia a que ello vaya ocurriendo a me-dida que se va extendiendo el dominio sin fronterasdel capital imperialista pero, por el otro, choca conlas desigualdades en el desarrollo, provocando sis-mos y crisis sobre crisis destruyendo cantidad defuerzas productivas y acelerando los procesos decentralización capitalista poniendo mayor masa decapitales a disposición de menorcantidad de manos. A este procesode mecanismos netamente econó-micos se le suma la agudización delas luchas de clases que se mani-fiesta en lo extenso de la geografíamundial aumentando el estado decrisis mundial, con pueblos suble-vados dispuestos a vender cara sufuerza de trabajo.

Como ejemplo de lo que deci-mos, recordemos al respecto el fa-moso salario chino de US$ 200 hoydevenido en US$ 600 u US$ 800según las distintas ocupaciones, locual obligó a grandes capitales abuscar otros rumbos tales comoVietnam, Laos, Camboya, Malasiae Indonesia. Pero así como el lla-mado salario chino de 200 dólaresles duró en el tiempo poco menos de tres décadas,es previsible que los del sudeste asiático tengan undestino similar y no duren el tiempo infinito quepretende el imperialismo.

La conquista de la llamada África Subsaharianaes el supuesto camino del oro recientemente encon-trado por los capitales imperialistas para resolverla famosa fórmula de la tasa de ganancia. El obje-tivo es aumentar la masa salarial en una proporciónsuperior al aumento de la suma del Capital Cons-

tante más el Capital Variable con la proletarizaciónde masas importantes de seres humanos con sala-rios y condiciones laborales por debajo de las ac-tuales, virtualmente esclavas, de Asia.

Sin embargo, ese objetivo se ve perjudicado porla indomable rebeldía de poblaciones que no se so-meten al trabajo compulsivo propio de la explota-ción capitalista, dado lo cual, a caballo de lasdiferencias tribales y religiosas, el imperialismoazuza y fomenta los enfrentamientos y matanzasindiscriminadas y masivas3 dejando territorios li-bres de seres humanos para instalar allí sus mediosde producción con el fin de que los mismos seanpuestos en funcionamiento por los sobrevivientesescarmentados y poblaciones extranjeras que cons-tituyen superpoblación relativa en sus países de ori-gen lanzadas a la búsqueda desesperada de mediosde vida que les permitan seguir subsistiendo, aun-que sea bajo las peores condiciones de superexplo-tación que el capital les tiene reservadas.

Pero, como dijimos, lo que en su momento apa-rece como la panacea contra la tendencia decre-ciente de la cuota de ganancia, en el marco de laconformación de una cuota de ganancia mundial,actúa como elemento que aumenta la tendencia de-creciente mundial de la misma.

Pues el mercado exterior fue un tradicional re-curso para contrarrestar la tendencia decreciente dela cuota de ganancia cuando la misma estaba es-trictamente configurada en el plano nacional y el

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La guerra y la devastaciónse hacen imprescindibles

para el capitalismo,a fin de provocar

destrucciones masivasde fuerzas productivas,entre las cuales el ser

humano está enprimera línea

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mercado mundial se estaba tejiendo sin haberseconvertido todavía en un mercado único y “globa-lizado” para utilizar la expresión corriente. Este re-curso le permitía a los países más avanzados vendersus mercancías por encima de su valor, aunque másbaratas que los países competidores obteniendo asíuna ganancia adicional relativa. Hoy, sin embargo,muchos de los productos que antes se producían enesos países se fabrican en los países más atrasados,sobre todo, los de consumo individual.

La exportación de capitales desde los paísescentrales primero y luego generalizada por todos lospaíses de la órbita capitalista a cargo de las diferen-tes empresas transnacionales que poblaron con susfábricas e instalaciones de maquinarias y medios deproducción e infraestructura los distintos países lla-mados periféricos, coadyuvaron a dicho proceso,acrecentando el denominador de la fórmula de latasa de ganancia en desmedro del numerador. Y enpoco tiempo, la masa de plusvalía que al principio resultaba ventajosa respecto de su relación con el capitalvariable y el constante, se fue reduciendo proporcionalmente aunque fuera creciendo en valores absolutos,redundando en una disminución de la tasa de ganancia4.

Enormes obras de infraestructura para la producción de energía que, a la vez, contribuyen a la produc-ción industrial, tales como las represas, centrales atómicas, centros de extracción de gas y petróleo comoel fracking y otras inversiones de capital a gran escala que antes eran privativas de los países centrales, pue-blan, desde hace décadas, y se acelera actualmente su existencia, en los países periféricos, lo cual acrecientala existencia del capital muerto (es decir del capital materializado en bienes) que constituye el capitalconstante, aumentando el denominador de la fórmula de la tasa de ganancia contribuyendo a su caída.

Son múltiples las causas y cada vez se imbrican más en una telaraña imposible de desatar que contri-buyen al descenso creciente de la cuota de ganancia. Con esto no pretendemos cerrar el tema ni muchomenos, pero dejamos planteada las progresivas consecuencias generadas por la concentración (centraliza-ción y acumulación) de capitales que en la era del imperialismo se aceleran en forma geométrica.

A simple modo de enunciado, agregaríamos el peso que conlleva en la tendencia decreciente de lacuota de ganancia, la superabundancia de capitales que no encuentran colocación y que hacen disminuirlos dividendos del valor del capital acciones5.

En suma, tal como lo analizó y definió científicamente Carlos Marx, los factores que ayudan a disminuirel efecto decreciente de la cuota de ganancia, actúan, a la larga, como factores que profundizan su tendenciadecreciente6. Lo cual, agregaríamos por lo dicho, se ve acelerado en esta fase del proceso imperialista global.�

1 El Capital - Tomo III - Sección Tercera - Capítulo XIII2 El Capital - Tomo III - Capítulo IX3 La matanza de más de 2.000 pobladores de Nigeria llevada a cabo por la organización Boko Harames un ejemplo de lo que decimos4 El Capital - Tomo III - Capítulo XIV - Causas que contrarrestan la ley5 El Capital - Tomo III - Capítulo XIV - Causas que contrarrestan la ley6 El Capital - Tomo III - Capítulo XIV - Causas que contrarrestan la ley

NOTAS

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a consolidación de la burgue-sía como clase dominante y,por ende, el triunfo del capi-talismo sobre el feudalismo,

no fue una obra de un día ni de unaño. La burguesía naciente protago-nizó levantamientos sucesivos a tra-vés de la historia contra el ordenfeudal, y fueron muchos y fallidos losintentos de la clase naciente por im-ponerse sobre el régimen imperante.

Desde el siglo XV en adelante loscambios que produce el descubri-miento de nuevas tierras y dominiostrajeron aparejado un fortalecimientode la burguesía que, con ingentes ca-pitales en sus manos, comenzó una

etapa de expansión económica y polí-tica que terminaría sepultando defini-tivamente el feudalismo.

Este dato histórico es muy bienescondido por la burguesía; en sutransmisión de la historia como unaserie fotográfica, la clase dominanteenseña que las cosas siempre fueronasí como las conocemos y, por lotanto, siempre seguirán siendo de lamisma manera. La burguesía se pre-

senta como si siem-pre hubiese exis-tido y como si suexistencia fuera e-terna, en el intentopor convencer a lospueblos que todofue y seguirá sien-do siempre igual.

Con esta mismaconcepción, la bur-guesía hace teoríassobre la imposibili-dad de las revolu-ciones sociales.

Así como Thiers (jefe burgués queahogó en sangre la sublevación de laComuna de Paris) afirmaba “ahora seha acabado con el socialismo”, con lacaída de la Unión Soviética aparecie-ron las teorías del fin de la Historia

como si la lucha de clases dependierade un decreto o una ley dictada apro-bada por un parlamento. Nueva-mente, la burguesía educa que sudominación es infinita y que los in-tentos por derrocarla empiezan y ter-minan cuando ella lo dispone.

Muy por el contario, para el prole-tariado revolucionario la historia de lalucha de clases y las revoluciones(triunfantes o fallidas) son considera-das como parte de la historia de laHumanidad en su lucha por justicia ydignidad humana.

Nos sentimos parte de esa expe-riencia universal para nuestra laborrevolucionaria actual. De cada una in-tentamos realizar una síntesis histó-rica, no para decir qué estuvo bien oqué estuvo mal, sino porque, comoparte de ese movimiento revoluciona-rio, afrontamos los desafíos que hoyse nos presentan con todo el bagajeacumulado por la experiencia de lospueblos del mundo.

Desde esta perspectiva, queremosabordar un aspecto de la lucha revolu-cionaria: el de las metodologías. Nonos referimos a las metodologías delucha; nos referimos a las metodolo-gías para la organización revoluciona-ria de las grandes masas que deben

ser las protagonistas genuinas denuestra revolución.

Partimos que una revolución so-cial, en el actual grado de desarrollode las fuerzas productivas a nivelplanetario; con el conocimiento y elmanejo de la técnica y la ciencia al-canzado por el proletariado; el gradode socialización productiva que im-plica un alto grado de socializaciónpolítica, cultural e informativa es labase material que determina que lalucha por el poder y la construccióndel socialismo se encare desde unprincipio con una concepción, teóricay práctica, que ponga a las masas mo-vilizadas como el centro de gravedadpara la concreción de los cambios re-volucionarios.

Afirmamos que el triunfo de la re-volución y la etapa posterior de laconstrucción de la nueva sociedaddepende de llevar a la práctica estapremisa; nuestra concepción de Es-

tado, afincada en la concepción mar-xista de que el mismo nace para ir ex-tinguiéndose con la concreción delcomunismo, debe tener como guíapara la acción revolucionaria la parti-cipación plena y efectiva de la claseobrera y el pueblo en la construcciónde las herramientas y las formas delucha que el proceso deba ir adop-tando.

El partido revolucionario entendidocomo la organización dirigente delproceso, sólo podrá hacer efectiva esapremisa si se asienta y respeta a ra-jatabla la acción y la organizaciónrevolucionarias que el movimientode masas desarrolle en cada etapade la lucha.

La etapa actual de la lucha de cla-ses en nuestro país, ya desde hacemás de una década, ha manifestadola aparición de la autoconvocatoriacomo la expresión revolucionaria delas masas obreras y populares.

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Intentan reemplazar la acciónrevolucionaria de masas por

la acción de activistas que semontan sobre las luchas parallevarlas a otro rumbo y que,

más temprano que tarde,terminan siendo despreciados

por el propio movimiento.

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LLLLaaaassss mmmmeeeettttooooddddoooo llllooooggggííííaaaassssppppaaaarrrraaaa llllaaaa oooorrrrggggaaaannnniiii zzzzaaaacccc iiiióóóónnnnrrrreeeevvvvoooo lllluuuucccc iiiioooonnnnaaaarrrr iiiiaaaaddddeeee llllaaaassss ggggrrrraaaannnnddddeeeessss mmmmaaaassssaaaassss

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a consolidación de la burgue-sía como clase dominante y,por ende, el triunfo del capi-talismo sobre el feudalismo,

no fue una obra de un día ni de unaño. La burguesía naciente protago-nizó levantamientos sucesivos a tra-vés de la historia contra el ordenfeudal, y fueron muchos y fallidos losintentos de la clase naciente por im-ponerse sobre el régimen imperante.

Desde el siglo XV en adelante loscambios que produce el descubri-miento de nuevas tierras y dominiostrajeron aparejado un fortalecimientode la burguesía que, con ingentes ca-pitales en sus manos, comenzó una

etapa de expansión económica y polí-tica que terminaría sepultando defini-tivamente el feudalismo.

Este dato histórico es muy bienescondido por la burguesía; en sutransmisión de la historia como unaserie fotográfica, la clase dominanteenseña que las cosas siempre fueronasí como las conocemos y, por lotanto, siempre seguirán siendo de lamisma manera. La burguesía se pre-

senta como si siem-pre hubiese exis-tido y como si suexistencia fuera e-terna, en el intentopor convencer a lospueblos que todofue y seguirá sien-do siempre igual.

Con esta mismaconcepción, la bur-guesía hace teoríassobre la imposibili-dad de las revolu-ciones sociales.

Así como Thiers (jefe burgués queahogó en sangre la sublevación de laComuna de Paris) afirmaba “ahora seha acabado con el socialismo”, con lacaída de la Unión Soviética aparecie-ron las teorías del fin de la Historia

como si la lucha de clases dependierade un decreto o una ley dictada apro-bada por un parlamento. Nueva-mente, la burguesía educa que sudominación es infinita y que los in-tentos por derrocarla empiezan y ter-minan cuando ella lo dispone.

Muy por el contario, para el prole-tariado revolucionario la historia de lalucha de clases y las revoluciones(triunfantes o fallidas) son considera-das como parte de la historia de laHumanidad en su lucha por justicia ydignidad humana.

Nos sentimos parte de esa expe-riencia universal para nuestra laborrevolucionaria actual. De cada una in-tentamos realizar una síntesis histó-rica, no para decir qué estuvo bien oqué estuvo mal, sino porque, comoparte de ese movimiento revoluciona-rio, afrontamos los desafíos que hoyse nos presentan con todo el bagajeacumulado por la experiencia de lospueblos del mundo.

Desde esta perspectiva, queremosabordar un aspecto de la lucha revolu-cionaria: el de las metodologías. Nonos referimos a las metodologías delucha; nos referimos a las metodolo-gías para la organización revoluciona-ria de las grandes masas que deben

ser las protagonistas genuinas denuestra revolución.

Partimos que una revolución so-cial, en el actual grado de desarrollode las fuerzas productivas a nivelplanetario; con el conocimiento y elmanejo de la técnica y la ciencia al-canzado por el proletariado; el gradode socialización productiva que im-plica un alto grado de socializaciónpolítica, cultural e informativa es labase material que determina que lalucha por el poder y la construccióndel socialismo se encare desde unprincipio con una concepción, teóricay práctica, que ponga a las masas mo-vilizadas como el centro de gravedadpara la concreción de los cambios re-volucionarios.

Afirmamos que el triunfo de la re-volución y la etapa posterior de laconstrucción de la nueva sociedaddepende de llevar a la práctica estapremisa; nuestra concepción de Es-

tado, afincada en la concepción mar-xista de que el mismo nace para ir ex-tinguiéndose con la concreción delcomunismo, debe tener como guíapara la acción revolucionaria la parti-cipación plena y efectiva de la claseobrera y el pueblo en la construcciónde las herramientas y las formas delucha que el proceso deba ir adop-tando.

El partido revolucionario entendidocomo la organización dirigente delproceso, sólo podrá hacer efectiva esapremisa si se asienta y respeta a ra-jatabla la acción y la organizaciónrevolucionarias que el movimientode masas desarrolle en cada etapade la lucha.

La etapa actual de la lucha de cla-ses en nuestro país, ya desde hacemás de una década, ha manifestadola aparición de la autoconvocatoriacomo la expresión revolucionaria delas masas obreras y populares.

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Se va consolidando enesa práctica el ejercicio de

formas de democracia directaen las que, no sólo se rompecon lo instituido por la burgue-sía, sino que se comienza a ins-tituir (todavía de forma incon-sciente) una práctica de luchay construcción políticas.

En esa práctica, lo resolutivoy la ejecución de los resuelto serealizan desde la más ampliaparticipación rompiendo con laidea y la práctica de la repre-sentación burguesa. Allí radicalo esencialmente revoluciona-rio de esta acción de masas.

La acción del Partido y de lasfuerzas revolucionarias no pasapor cooptar ni menos por reem-plazar estas organizaciones.

Una metodología revolucio-naria debe adoptar esta expe-riencia para impulsarla, promo-verla, sintetizarla y hacer con-ciente al movimiento que esaexperiencia es, precisamente,la que debemos fortalecer parala lucha revolucionaria, impul-sando las ideas revolucionariasa fin de lograr una clara direc-ción política que las conduzcaa la conquista del poder.

Las metodologías revolucio-narias disputan con las meto-dologías reformistas en el te-rreno concreto cuando estas úl-timas desde una concepciónque subestima la obra creadorade la masas (rasgo distintivodel reformismo), en vez de alen-tarlas las pisotean desnaturali-zando su accionar, y terminanpor reemplazar lo que el mo-vimiento de masas debe de-sarrollar.

Por eso decíamos más arribaque desde un principio se debematerializar la metodología re-volucionaria si queremos llevarla revolución a buen puerto; lamentira reformista adorna condiscursos revolucionarios la ac-

10 ción que sabotea la participación plena del pueblo en las de-cisiones, presentes y futuras.

Cuando asistimos a luchas, marchas, reclamos en las quesobresale la actuación de aparatos partidarios electoralistas yoportunistas de toda laya, de militantes que nada tienen quever con la experiencia concreta, donde los principales prota-gonistas de un conflicto brillan por su ausencia, se están re-produciendo las prácticas y concepciones burguesas dehacer política.

Se intenta reemplazar la acción revolucionaria de masas porla acción de activistas con otros intereses que se montansobre dichas luchas para llevarlas a otro rumbo y que, mástemprano que tarde, terminan siendo despreciados por el pro-pio movimiento.

Esta práctica, que muchas veces termina embretando ahonestas voluntades luchadoras, termina tirando por laborda décadas de experiencia acumulada. El resultado de lasmismas es la derrota de la lucha y el atraso de las condicionespara la revolución.

Una metodología revolucionaria implica entonces tenerclaro que la acción revolucionaria nace de la propia base dela sociedad; que no se trata de elucubrar metodologías o for-mas de organización entre cuatro paredes sino de saber reco-nocer dicha práctica, respetarla y promoverla para lograrhacer efectiva la dirección política revolucionaria que guíe eseproceso hacia la lucha irreconciliable contra el enemigo declase. Lo que está rompiendo, de hecho, con la dominacióndebe ser alentado a que rompa definitivamente desde la ac-ción misma de esas masas movilizadas.��

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l avanzar el proceso revolucionario ydadas las condiciones objetivas ya ma-duras y las condiciones subjetivas ne-

cesarias que implican un gran protagonismo dela clase obrera y el pueblo a través de sus orga-nizaciones políticas de base para lograr la tomadel poder, la revolución a la que aspiramos, esdecir la revolución socialista, una vez destituidala burguesía por el pueblo armado comienza eldesarrollo de un nuevo sistema social. Del viejo sistema capitalista se heredan rela-

ciones de producción, sujetas a la producciónmercantil, relaciones que tienen que ver con elviejo modo de producción, base de la apropiaciónprivada del trabajo social, o sea con la superex-plotación de la clase obrera y la falta de condicio-nes de vida digna para millones de personas. El marco de esas nuevas relaciones que co-

menzarán al tiempo que serán abolidas las an-teriores a consecuencia de la acción y la obra demillones contendrán todo el ímpetu de lonuevo, de la creatividad revolucionaria de laclase obrera y el pueblo expresándose colecti-vamente a través de sus instituciones asamble-

arias fabriles y locales que asumirán la direcciónde la producción social. No sólo implican lucha contra las viejas relacio-

nes sino la creación y desarrollo de relaciones devida y trabajo despojadas de carácter enajenante,alienante e inhumano que emanan de las condi-ciones materiales de la producción capitalista, des-arrollando plenamente las potencias sociales. Si sobre la base de relaciones de producción

capitalistas, la producción social es apropiada in-dividualmente por un grupo de magnates due-ños de los medios de producción en detrimentode sus verdaderos productores, la revolución so-cialista no hace más que poner en armonía laproducción socializada con sus productores di-rectos, sus verdaderos y reales creadores, des-pojando los medios de producción social a sususufructuarios privados. El socialismo no antagoniza las relaciones de

producción con el desarrollo de fuerzas produc-tivas como el capitalismo, sino que sobre la basedel despertar de fuerzas productivas, de su am-plio desenvolvimiento social en función de lasnecesidades sociales por obra y gracia suya ter-

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mina por resquebrajartodo el marco de las rela-

ciones políticas, jurídicas, ide-ológicas y su andamiaje demercantilización de relacioneshumanas y el contenido quelas han sustentado, la ley devalor que implican las relacio-nes de producción capitalistas.Lo que hoy es resultado de laacción del capital y de la com-petencia entre los obreros,ma ñana, al abolir la relaciónentre el trabajo y el capital,será lo grado por efecto de unacuerdo basado en la relaciónentre la suma de las fuerzasproductivas y la suma de lasnecesidades existentes. CarlosMarx, (Miseria de la Filosofía).Abolida las relaciones entre elcapital y el trabajo la ley delvalor pierde su razón de ser.

En el capitalismo la conju-gación entre el modo de pro-ducción con las formas deintercambio, la competencia, laoferta y la demanda, el mer-cado, la anarquía y su secuelade miserias realizan la ley delvalor. El sistema capitalista es

el sistema de producción ba-sado en la producción de mer-cancías. La realización de lamercancía presupone la reali-zación de la ganancia, por endela ganancia es la motivacióndel capital. La realización de laley del valor patentiza la explo-tación del trabajo ajeno, laapropiación del trabajo social yla sociedad de clases antagóni-cas, donde el intercambio ma-terial y espiritual de la riquezaproducida socialmente empo-brece a sus productores y enri-quece a sus no productores.“La ley del valor supone la so-ciedad de la gran producciónindustrial y de la libre compe-tencia para su completo des-arrollo, es decir, la sociedadburguesa moderna” (C. MarxIntroducción a la crítica de laeconomía política).

Presupone un tipo de inter-cambio que si bien ha comen-zado a existir históricamentecon la aparición de la sociedaddividida en clases, alcanza suplena expresión en el sistemacapitalista. De allí que la revo-lución socialista implica la des-

trucción de las relaciones deproducción que viabilizan la leydel valor, es decir el derechoburgués y todo el cuadro deleyes y jurisprudencia que re-glamentan la apropiación pri-vada de la producción social, laexplotación del trabajo ajeno,por relaciones que establezcanun vínculo directo entre la pro-ducción social, con la apropia-ción social de la riqueza creadapor los trabajadores. Sin la in-termediación del mercado. Para la realización de La ley

del valor toda la produccióndebe ser mercancía y toda mer-cancía tiene una dualidad. La deser valor de uso y la de ser valorde cambio. El valor de uso im-plica su utilidad material parasatisfacer su consumo, “Los va-lores de uso son inmediata-mente medios de existencia. …Estos medios de existencia sonproducto de la vida social, re-sultado de la fuerza vital gas-tada por el hombre. El trabajomaterializado” (C. Marx. Intro-ducción a la Crítica de la Econo-mía Política).Pero lo que interesa a la

producción capitalista es elvalor de cambio no la satisfac-ción material por su utilidadsino, la satisfacción como mer-cancía como valor de cambio.“El tiempo de trabajo materia-lizado en los valores de uso delas mercancías es no sola-mente la sustancia que hacede ellos valores de cambio, ypor consiguiente de las mer-cancías, sino que asimismo esla medida de su determinadamagnitud de valor. (C. Marx.Op. Citado).

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En el seno de las grandes empresasindustriales, ningún trabajador utiliza másinsumos que los necesarios, ni másherramientas que las adecuadaspara la realización de la parte del trabajoque le corresponde realizar.Todas las células de trabajo coadyuvancon su correspondiente plan productivoa la elaboración del producto final.

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El valor de las mercancías se de-termina por la cantidad de tiempo so-cialmente necesario para suproducción. No puede serlo por eltrabajo individual sino social. Lafuerza de trabajo socialmente nece-saria para la producción se materia-liza en los valores de uso, su rea-lización como mercancías se expresacomo valores de cambio. Desde la posición de clase del ca-

pital monopolista la riqueza social seconstituye por intermedio de la pro-ducción de mercancías y la conse-cuente realización de la ley del valor.Si por el contrario asumimos una po-sición decididamente revolucionariay coherente la riqueza social la cons-tituyen los valores de uso, los mediosde existencia creados por la produc-ción social. Despojados de su carácterde mercancías los productos socialesno cumplen más papel que el de sa-tisfacer la necesidades humanas de lasociedad. En el seno mismo de las grandes

empresas industriales ningún trabaja-dor utiliza más insumos que los nece-sarios, ni más herramientas que lasadecuadas para la realización de laparte del trabajo que le corresponderealizar. Todas las células de trabajocoadyuvan con su correspondienteplan productivo a la elaboración delproducto final. Por último la realiza-ción de un plan general de produc-ción da el marco a la direcciónplanificada del propio proceso pro-ductivo al interior de la fábrica, o quepuede alcanzar el marco de una rama,pero que se transforma en caos en elmercado ya que se ve limitado por lasrelaciones de intercambio impuestaspor el mismo. Pues la producción sa-tisface las necesidades de la gananciay no las necesidades de la sociedad. Como detentadores de los medios

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de producción los monopolios mantienen una relaciónde intercambio con la clase obrera basada en la explota-ción de su fuerza de trabajo y en la ley de valor, pero unavez destituidos de su poder de mando sobre esos mediosde producción y puestos en correspondencia con las basesocializada de esta organización productiva, el carácterenajenante que tienen la relaciones entre el capital y eltrabajo pierden su condición de propiedad privada pa-sando a ser propiedad social y con ello mismo cambia elmodo de producción y por lo tanto las relaciones de pro-ducción basadas en él. Las relaciones de intercambio fundadas en la ley del

valor chocan abiertamente con la transformación ope-rada en el seno de la gran industria. Por lo tanto la pro-ducción socializada se antepone como lo nuevo frente alas relaciones de intercambio privado basados en la leydel valor, carcomiendo como el ácido el sustento jurídicoy político que la oligarquía financiera no deja de sostenerpero que es impotente para frenar. “En general, la formadel inter cambio de los productos corresponde a la formade la produc ción. Modifíquese esta última, y como con-secuencia se modi ficará la primera.” (C. Marx Miseria dela Filosofía). La historia no tiene vuelta atrás, la socialización de la

producción industrial actual que son la base sobre la que

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se desarrollará el socialismo, y el momento de la heroica revolución bolchevique, hay casi unsiglo de distancia. Aquellas condiciones contra las cuales lucharon denodadamente Lenin y sus

compañeros no son las mismas que las actuales, sin embargo la lucha para avanzar al socialismopleno contenía ya en los escritos del gran revolucionario la cuestión de la ley del valor y las relacionesde intercambio contra las que había que ir combatiendo de un modo paulatino y en un proceso dedesarrollo que permitiera superar las trabas que implicaban la coexistencia de varias formacioneseconómicas en el suelo de la Unión Soviética. De aquel capitalismo de Estado que se sustentara desde la NEP hasta el presente, pasando por el

estalinismo, por la restauración del capitalismo en Rusia y la experiencia de la gloriosa revoluciónCubana, la cuestión de la ley del valor en el socialismo tubo enorme peso en las apreciaciones del CHEcuyos aportes al desarrollo del socialismo son importantísimos. No sólo por los debates sino porhacer centro en unas cuestiones que no pocos teóricos y economistas soviéticos en aquellos años co-menzaban a justificar, desde la apreciación de la ley del valor y la restauración capitalista en el senode la URSS que emanaban de sus análisis hasta la formación del capitalismo de estado como, segúnse sostenía, “proceso necesario de toda revolución“, “la acción consciente de la ley del valor, la au-togestión de las empresas, la coexistencia de empresas privadas y estatales y el intercambio entreellas, etc.“. Para sostener una concepción del socialismo más semejante al sostenimiento de la bur-guesía nacional que a la revolución proletaria. En cambio, los aportes del CHE se aproximan más a las condiciones del socialismo imperantes en

la fase de desarrollo monopolista del capital, tal como en el presente, sobre la base de la caracteri-zación del imperialismo hecha por Lenin. Expresando con sus palabras basadas en la experiencia re-volucionaria viva decimos que “Negamos la posibilidad del uso consciente de la ley del valor,basados en la no existencia de un mercado libre que exprese automáticamente la contradicciónentre productores y consumidores; negamos la existencia de la categoría mercancía en la relaciónentre empresas estatales, y consideramos todos los establecimientos como parte de la única granempresa que es el Estado (aunque, en la práctica, no sucede todavía así en nuestro país - Cuba). Laley del valor y el plan son dos términos ligados por una contradicción y su solución; podemos, pues,decir que la planificación centralizada es el modo de ser de la sociedad socialista, su categoría de-finitoria y el punto en que la conciencia del hombre alcanza, por fin, a sintetizar y dirigir la economíahacia su meta, la plena liberación del ser humano en el marco de la sociedad comunista“.(Che Guevara –La Planificación Socialista- revista Cuba Socialista 1964).��

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n la época en donde los monopolios sehan apoderado de los Estados y vanen búsqueda de mayores ganancias,compiten con sus mercancías, van porsalarios humillantes para siete mil mi-

llones de seres humanos, dilapidan la riqueza quebrinda la naturaleza, coloca a la burguesía monopo-lista en la historia de las sociedades humanas comoel emblema guerrerista de todo un período histórico.

La oligarquía financiera es, en su esencia,guerrerista. La base material para que se desarro-lle es el sistema capitalista y sus guerras, funda-mentalmente, son contra la clase obrera y lospueblos.Hablar en este siglo de oligar-

quía financiera y pensar que unsector de ellos pueda enarbolarlas banderas de la paz mundial esuna subestimación a la inteligen-cia y a la experiencia de los pue-blos en el mundo.Este momento se caracteriza

por un inusitado proceso de con-centración y centralización de ca-pitales. La crisis capitalistadesatada en 1997, fundamental-mente fue política y se expresó enlo económico en forma dramática. Las grandes corporaciones fi-

nancieras de las que la gran in-dustria son parte, rescatadas yfavorecidas por los Estados queya son de su propiedad profundizan, a partir de allí,sus vías para intentar frenar la caída de la tasa de-creciente de ganancia. ¿Qué queremos decir conello? Que en la economía capitalista la ganancia,cualquiera fuese, se extrae de la mano de obra, es

decir del trabajador pero, contradictoriamente, lagran masa de dinero que circula en el planeta y enmanos concentradas tienen que ir a parar al capitalconstante es decir a la ciencia y a la técnica apli-cada a mayor cantidad de materias primas, insumosy cada vez más sofisticadas máquinas e infraestruc-tura para producir, no pudiendo, de tal manera, re-solver la contradicción consistente en que si haycada vez más máquinas e infraestructura que re-ducen proporcionalmente el trabajo del hombre,hay menos plusvalía para extraer en relación alcapital acumulado, contradicción insalvable enel capitalismo.

La oligarquía financiera necesita, como agua enel desierto, de guerras que puedan destruir fuerzasproductivas, máquinas, mercancías y, sobre todo,poblaciones enteras del planeta. En esta situa-ción, la guerra es el mejor negocio para esta oligar-

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quía, es la guerra imperialistacontra los pueblos y es unadecisión política realizarla. A modo de ejemplo la in-

dustria guerrerista en elmundo es un factor de nego-cios y, a la vez, de constantequema de fuerzas producti-vas.

Pero si es así ¿qué es loque frena esa guerra ya de-clarada contra los pueblosdel mundo?La primera guerra mundial

de 1914 y la segunda de1939 tuvieron un ingredientefundamental, hubo una basesocial sobre la cual la bur-guesía alentó con argumen-tos populistas y nacionalistas

para llevar adelante nuevos repartos del mundo. Para los procesos de concentración económica que se pro-ducían se necesitaban nuevas superestructuras políticas que permitiesen ese desarrollo capitalista.Las crisis de superproducción pudieron superarse momentáneamente destruyendo masivas fuerzas

productivas, fundamentalmente seres humanos, decenas de millones sacrificados en pos de un “capitalismomoderno” “del sueño americano”.Hoy frente a esa dramática decisión de llevar adelante esas guerras mundiales, no importa la forma que

adopten, existe una inmensa mayoría de la Humanidad que se opone con sus luchas, movilizaciones y guerrasantiimperialistas a los dictámenes de la oligarquía financiera. Las luchas de los pueblos, son guerras de clase por la Paz Mundial, son guerras de clase que se expre-

san en cada enfrentamiento armado o no armado contra lo más concentrado del sistema capitalista.La oligarquía no puede llevar adelante su decisión política de Guerra Mundial porque sabe que la clase

obrera y los pueblos del mundo no lo permiten cuando expresan su repudio masivo y movilizado contratodo tipo de injusticias habidas en el sistema capitalista. No existe hoy una base social capaz de apoyar lasguerras imperialistas, aunque sus provocaciones en muchos casos puedan confundir a importantes sectoresde las sociedades humanas en el planeta.

Las banderas de la paz mundial y contra esas guerras imperialistas, cuya esencia es contra lospueblos del mundo, son banderas de las grandes mayorías que no pueden ni deben estar en manosde esa oligarquía y de los gobiernos con funcionarios a sus servicios que se visten con ropajes pa-cifistas pero firman leyes y decretos condenándonos a guerras para ganar mercados.

Nos quieren llevar a la idea de guerras culturales, de guerras geográficas, de guerras religiosas, de gue-rras de todo tipo... Pero los revolucionarios tenemos que asimilar lo que la experiencia ha indicado, que laúnica guerra que nos han declarado es una guerra imperialista y es a esa guerra que, por todos los mediosa los alcances de la clase obrera y los pueblos, deberemos responder con la consigna de Paz Mundial.

Los revolucionarios sostenemos que la oligarquía financiera encubre la verdadera guerra de clasesque, a medida que la misma se va agudizando en todos los planos y a favor de las grandes mayoríasdel planeta, sus intentos por sostenerse en la dominación los lleva a más ferocidad. Esa ferocidadse frena y se combate con la plena lucha y movilización por los más supremos intereses de la hu-manidad. ��

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