Las mujeres, ¿dónde estaban?

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María Julia Alcoba Rossano Las mujeres, ¿dónde estaban?

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Mariacutea Julia Alcoba Rossano

Las mujeres iquestdoacutende estaban

Las mujeres  iquestdoacutende estaban

Edicioacuten revisada y ampliada Grupo de Investigacioacuten Accioacuten sobre Desigualdades en el Medio Rural (Grupo IADR) Noviembre 2021 Montevideo Uruguay

1deg edicioacuten 2014 Editorial Primero de Mayo Montevideo Uruguay

ISBN 978-9915-40-711-1

Fotografiacuteas tapa y contratapa Val Rodlez 2021

Maquetacioacuten y disentildeo Natalia Migliaro

Contacto httpsgrupoiadruygrupoiadrgmailcom

A mis padres que me transmitieron su conciencia de clase

y su cotidiana solidaridad

A Joseacute Conrado Ernesto y Felipe mis hijos y compantildeeros en los accidentados caminos que nos tocoacute transitar

A mis nietos Tarek Yoel y Aser quienes llegaron para alegrar mi vejez

Agradezco

A Moacutenica Reca quien fue la primera que pasoacute mis manuscritos a maacutequina y me animoacute a seguir

A Susana Balintildeas que me dio la confianza que me faltaba y me puso frente a la obligacioacuten de relatar estos hechos

A Guillermo Chifflet Colacho Esteves Mariacutea Ineacutes Capucho y Charito Estefanell

mis primeros lectores

A Lorena y Alicia por hacer posible esta nueva versioacuten virtual ampliada de ldquoLas mujeres iquestdoacutende estabanrdquo

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Pasaron ya siete antildeos desde que se publicoacute el libro cuya pregunta inspirariacutea varios de nuestros trabajos las mujeres iquestdoacutende estaban Una pregunta nada sencilla de hacer en un mundo donde las figuras masculinas son las fotografiadas las nombradas las recordadas No podemos negar que el sindicalismo en Uruguay es un mundo de hombres No porque las mujeres no esteacuten Estaacuten Sino porque por mucho tiempo lsquono se las ha vistorsquo iquesto seraacute que no se las ha querido ver Es frente a esta ceguera que irrumpe este libro con una pregunta que interpela la memoria para poder hurgar en ella para encontrar y reconocer a las mujeres en la historia del sindicalismo y hacer justicia asiacute a una genealogiacutea y a una historia sino incompletas

A Mariacutea Julia la contactamos como Grupo IADR en 2018 Teniacuteamos la excusa perfecta para poder ensayar un acercamiento entre las sindicalistas ldquode ayerrdquo y las ldquode hoyrdquo Algo intuiacuteamos sobre la potencia del espacio de intercambio entre tales mujeres con la nada sencilla tarea de elaborar una cartilla sobre desigualdades de geacutenero en el sindicalismo rural La invitamos Accedioacute contenta pero no sin antes dudar queacute tendriacutea ella para aportar Junto a Mariacutea Julia y tambieacuten junto a Neacutelida Chela Fontora las sindicalistas ldquode ayerrdquo y con las compantildeeras de distintos sindicatos rurales en actividad trabajamos en lo que llamamos un ldquogrupo focal interpretativordquo El hecho de que Maria Julia y Chela hayan participado de este trabajo colectivo es un gusto y una nueva muestra (iexclcomo si hicieran falta maacutes) de su compromiso y vocacioacuten de lucha Participaron activamente codo a codo en toda la tarea con escucha y respeto hacia las voces de todas las compantildeeras El libro de Mariacutea Julia es un libro autobiaograacutefico que recoge para compartir memorias de vida luchas dolores y alegriacuteas Es un texto que nos marcoacute el rumbo y cuyo tiacutetulo retomamos en la cartilla que elaboramos juntas Porque la pregunta sobre doacutende estaacuten las mujeres en la historia es una guiacutea es un coacutemo ir iquestDoacutende estaacuten aquellas que no son nombradas iquestDoacutende estaacuten aquellas que no se quieren ver Desconfiar de las historias oficiales animarse a narrar desde otras voces animarse a construir otros relatos

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Para escribir este proacutelogo nos preguntamos por queacute es importante para nosotras y nosotros como Grupo interdisciplinario desde la Universidad de la Repuacuteblica poder re-editar este libro siete antildeos despueacutes La pregunta se responde volviendo a la interrogacioacuten por el espacio aunque esta vez no mediante un iquestdoacutende sino maacutes bien con un iquestcoacutemo Y es que la toacutenica del grupo IADR ha sido la de generar conocimiento socialmente valioso transitando caminos y formas habilitantes de espacios y tiempos de co-construccioacuten de autoformacioacuten y de reflexividad En esa liacutenea dos objetivos perseguidos son hacer lugar y hacer tiempo No soacutelo como colectivo IADR sino tambieacuten y sobre todo en tanto que comunidad amplia a la que pertenecemos nos debemos y pretendemos contribuir recuperar el tiempo y el espacio para entendernos proyectarnos y caminar hacia una sociedad maacutes justa y solidaria

En esta buacutesqueda compartida no hay un camino ni una uacutenica voz hay muchas Y atender con agudeza quieacuten toma la palabra es parte del trabajo y la buacutesqueda Asiacute sumar implica tambieacuten aguzar la escucha salir del centro o hacerse a un lado pero no como mecanismo de desentendimiento sino muy por el contrario como quieacuten acompantildea por y para entender como quien comparte y se vuelve parte Como en cualquier enarmoniacutea la nota depende de la tonalidad o la toacutenica La reedicioacuten de este libro de Mariacutea Julia sus palabras hacen a nuestra toacutenica la del IADR la de Lorena Alicia Julieta Matiacuteas y Joaquiacuten Y aunque tenemos cosas para decir ahora quisimos volver a escuchar Es por ello que no nos quedan dudas sobre la pertinencia de esta reedicioacuten

Grupo Interdisciplinario de Investigacioacuten Accioacuten sobre Desigualdades en el Medio Rural

primavera 2021

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El encuentro con Mariacutea Julia

Llegamos a Mariacutea Julia luego de una conversacioacuten con Walter Marrero ldquoMarreritordquo en setiembre de 2011 Acudimos a eacutel para a hurgar en las memorias las experiencias y las piezas que construyeron el sindicalismo rural uruguayo antes de 1973 y despueacutes de 1985 producto de la abrupta interrupcioacuten por la dictadura civil-militar En aquella conversacioacuten Walter nos insistioacute en maacutes de una oportunidad en contactar a Mariacutea Julia Los argumentos esbozados fueron muchos entre ellos se incluiacutea su apoyo constante a las mujeres de los arrozales durante la huelga de 1957 asiacute como tambieacuten su militancia en el exilio catalaacuten

Luego todo sucedioacute muy raacutepido El 17 de junio de 2012 en el marco de un proyecto estudiantil de la UdelaR organizamos un encuentro entre integrantes del Sindicato Uacutenico de Peones de Tambos (SUPT) incluida la sentida y entrantildeable participacioacuten de Pedro Aldrovandi Alliacute se nos presentoacute Mariacutea Julia una mujer que nos cautivoacute desde un principio Como se puede apreciar en una de las fotografiacuteas del libro portaba un abrigo de color rojo una boina azul y sobre todo una sonrisa ancha

En poco tiempo conseguimos entablar cierta confianza que raacutepidamente se fue convirtiendo en amistad A finales de 2013 nos reveloacute que escribiacutea cuentos Para nuestro asombro nos comentoacute que ya teniacutea un libro escrito pero sin publicar Obviamente nos maravillamos al leer el borrador No dudamos en la necesidad de dar la mayor difusioacuten posible Lo primero fue la publicacioacuten de su cuento ldquoLas mujeres del arrozalrdquo en el perioacutedico La Diaria como forma de celebracioacuten del diacutea del trabajador y la trabajadora rural el 30 de abril de 2014 En los meses siguientes se fue tejiendo una propuesta entre el PIT-CNT y la Universidad de la Repuacuteblica para publicar su libro En octubre de ese mismo antildeo el libro fue presentando puacuteblicamente y el resto de la historia es bastante conocida

Desde ese momento Mariacutea Julia se presentoacute ante un puacuteblico cautivo

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por un contexto de enunciacioacuten para la memoria personal y colectiva de las mujeres muchas veces silenciadas y otras veces relegadas que como menciona Spivak se encuentra en las ldquosombrasrdquo de la historia1 No obstante la tenaz batalla de Mariacutea Julia contra el olvido teniacutea antecedentes muy firmes desde la deacutecada de 1990 De hecho Yamanduacute Gonzaacutelez Sierra hizo alusioacuten a su trabajo narrativo en el libro ldquoLos olvidados de la tierrardquo refiriendo a las ldquoHistorias de vidas de mujeres trabajadorasrdquo que Mariacutea Julia publicoacute en diferentes capiacutetulos en el perioacutedico ldquoNoticiasrdquo de la ciudad de Juan Lacaze en el departamento de Colonia 2

Su libro es una invitacioacuten a navegar en el rescate de las historias las memorias y las experiencias de las mujeres que lucharon y continuacutean hacieacutendolo por una sociedad maacutes justa igualitaria y solidaria Sus relatos permiten reconstruir un derrotero del Uruguay de segunda mitad de siglo XX donde confluyen innumerables sacrificios dolores y alegriacuteas Los escenarios se presentan en ciacuterculos sociales que van siendo cada vez maacutes amplios la familia el barrio la ciudad y a veces en el campo incluso el exilio como tambieacuten el desexilio La pluma de Mariacutea Julia es genuina y resiliente fiel reflejo de su vida Incluso para afrontar los momentos maacutes duros y difiacuteciles Ello se acompantildea con una personalidad afable que la describe en todo momento cuando se trata de celebrar el encuentro

Pero la invitacioacuten de Mariacutea Julia no se acaba solamente en la lectura que propone Tambieacuten se extiende a incentivar a que otras mujeres lo hagan En definitiva su tarea es mucho maacutes amplia que la escritura y se asemeja en mucho a una memorable frase de Rodolfo Walsh a mediados de los 60rsquo cuando planteoacute que ldquonuestras clases dominantes han procurado siempre que

1 Spivak Charkavorty Gayatri (2009) ldquoiquestPueden hablar los subalternosrdquo Barcelona MACBA Paacuteg 43-125

2 Gonzaacutelez Sierra Yamanduacute (1994) Los olvidados de la tierra Vida organizacioacuten y luchas de los sindicatos rurales Montevideo Nordan-comunidad Paacutegina 94

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los trabajadores no tengan historia no tengan doctrina no tengan heacuteroes y maacutertires Cada lucha debe empezar de nuevo separada de luchas anteriores la experiencia colectiva se pierde las lecciones se olvidan La historia parece asiacute como propiedad privada cuyos duentildeos son los duentildeos de todas las otras cosasrdquo 3

Nuestro encuentro con Mariacutea Julia su poesiacutea y su rojo rojo intenso como su vida ha sido pues una profunda y necesaria convocatoria para que en los tiempos actuales de resistir a la desmemoria para reescribir la historia la palabra sea de ella

Agustiacuten Juncal y Matiacuteas Caraacutembula

3 ldquoCordobazordquo Extraiacutedo de ldquoPerioacutedico de la CGT de los Argentinosrdquo Coleccioacuten Completa Nuacutemeros 1 al 55 Mayo de 1968 ndash Febrero de 1970 Disponible en wwwcgtargentinosorg

Mariacutea Julia tomando una foto Actividad con sindicatos de tambo en Isla Mala (2012) Fotografiacutea Soledad Figueredo

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A modo de proacutelogo

Estas historias que Mariacutea Julia recupera para la memoria de nuestro paiacutes tienen la riqueza de su mirada y vivencia de mujer actora en todas ellas Mariacutea Julia recorre la historia de nuestro paiacutes desde los antildeos 50 hasta la oscura deacutecada de los 70 desde sus experiencias de nintildea en el Cerro un barrio de inmigrantes que trajeron sus ideologiacuteas y sus oficios sus culturas y la antildeoranza de su tierra Desde la forma de relacionarse con el mundo a traveacutes de las primitivas radios que sintonizaban los avatares de las segunda guerra mundial hasta la evolucioacuten de la conformacioacuten de los sindicatos textiles y la solidaridad en las luchas de las otras ramas industriales como la carne Mariacutea Julia va relatando la evolucioacuten social econoacutemica y poliacutetica de esas deacutecadas donde ella participoacute tan activamente viviendo desde adentro cada una de las luchas y la construccioacuten de un movimiento obrero organizado en una central uacutenica y autoacutenoma Impactan las edades adolescentes de esos primeros luchadores que enfrentaban patronales primitivas para lograr respeto a su dignidad como personas Mariacutea Julia Alcoba reafirma sus ideas poliacuteticas y en su rol de militante se pone en contacto con otras mujeres trabajadoras zafrales agriacutecolas pescadoras empleadas de las grandes faacutebricas empleadas domeacutesticas Describe sus diferencias y sus problemas que todaviacutea subsisten en muchos casos invisibilizados en las agendas tradicionales Las historias de esas deacutecadas siempre han sido contadas por personajes masculinos quienes difiacutecilmente incorporan la vida cotidiana de los seres humanos que participaron en la construccioacuten de nuestra identidad social y poliacutetica Esta recuperacioacuten de relatos y testimonios de una mujer que atravesoacute esas deacutecadas nos devuelve a quienes nunca son nombradas pero que formaron la malla de una conciencia de dignidad obrera de la que tanto nos enorgullecemos los y las uruguayas

Margarita Percovich

iquestDoacutende estaban ellas Pero primero iquestquieacutenes son ellas Ellas son obreras son militantes sindicales y Mariacutea Julia que lo es ella misma y que ejemplifica con su propia vida nos las describe desde la nintildeez en sus familias familias obreras de barrios obreros hasta su madurez como

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mujeres y madres desde sus primeros choques emocionales con la realidad de la explotacioacuten hasta su madurez de militantes sindicales Y eso es lo que conmueve y entusiasma del texto No es un texto que trata de describir a la mujer en su condicioacuten de viacutectima de una doble explotacioacuten como asalariada y como integrante de una sociedad que la discrimina maacutes allaacute de que tal descripcioacuten fluye naturalmente de su lectura Es maacutes bien la mujer en toda su estatura de luchadora social a la par y junto al hombre y que trata de hacerlo en la vida social y en el hogar y muchas veces debiendo superar incomprensiones y prejuicios a veces incluso de quienes somos sus compantildeeros justo es reconocerlo Haciacutea falta este libro Rescata facetas de la historia sindical del Uruguay y la construccioacuten de la unidad destaca el relevante papel de la mujer en esa historia y tambieacuten nos ayuda a todos nosotros a ser mejores Gracias Mariacutea Julia

Wladimir Turiansky

Este libro es un testimonio de las luchas dolores y alegriacuteas que han hecho la hermosa historia de la solidaridad obrera En sus paacuteginas hay aliento para la accioacuten para un mundo nuevo sin explotados ni explotadores un atrapante y entrantildeable relato de la cotidianeidad

Guillermo Chifflet

No es la mirada conmovida de un artista con sensibilidad salido de las filas de la burguesiacutea es el rescate de la historia por quien se forjoacute como adolescente y mujer en la faacutebrica creciendo en la lucha Es la visioacuten desde adentro de quien no ha perdido ni reniega de su origen de clase Es el rescate ademaacutes de una sensibilidad proletaria

Colacho Esteves

Las mujeres iquestdoacutende estaban nos acerca un poco maacutes a lo profundo de una huelga que significo un antes y un despueacutes en el Movimiento Sindical Uruguayo Nos muestra desde una mirada sincera simple los procesos que recorrieron las compantildeeras procesos que formaron y desarrollaron nuestro Movimiento Sindical

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Este libro recoge el testimonio de muchas compantildeeras que fue pariendo el gremio forjadas en la lucha Nos muestra una eacutepoca de nuestra historia donde reinaba el miedo y el paiacutes era todo promesas y olvidos la miseria asechaba a la clase trabajadora y a las mujeres les sobro iniciativa y creatividad para combatir la injusticia le hicieron frente a frente a la realidad fueron parte vital de esta lucha muchas veces la mayoriacutea desde las sombras La ocupacioacuten de fabricas del 64 al 68 fue un ejemplo de militancia de las mujeres Las mujeres lucharon a pesar del miedo miraron con rabia a la injusticia y le hicieron frente a la desigualdad La Solidaridad la Unidad y la Lucha entre Trabajadores de diferentes sindicatos sostuvieron la huelga y forjaron los cimientos de lo que hoy significa Sindicato en el Uruguay

Secretaria de Geacutenero Equidad y DiversidadPIT-CNT

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La sumaca

Mi padre nacioacute en 1900 en una localidad de Durazno Llegoacute adolescente a Montevideo buscoacute trabajo fue diariero pegatinero de propaganda poliacutetica peoacuten de panaderiacuteahellip Asiacute se revolvioacute al principio Desde que llegoacute vivioacute en el Cerro de Montevideo Desde alliacute descubrioacute el mar esa inmensidad Se enamoroacute del barrio como de una mujer Cuando no teniacutea trabajo se iba con los muchachos del barrio a changuear al puerto alliacute no faltaba trabajo Comiacutea en un comedor popular para trabajadores y gente sin recursos que estaba frente al puerto que todaviacutea existe Volviacutea en el tranviacutea 16 al Cerro Asiacute transcurriacutea el tiempo antes de sus veinte antildeos Trabajaba duro para comprarse un terreno y traer a sus padres y sus dos hermanas Blanca y Adela Vivioacute de agregado en casas particulares o pagando pieza A sus diacuteas de trabajo agregoacute un curso de marinero y luego otro de praacutectico de patroacuten de barco Esto lo entusiasmoacute y lo puso frente al mar a esperar suerte Los cursos eran nocturnos gratuitos los pediacutean las empresas navieras para encontrar personal calificado Aquel Montevideo de 1920 era explosivo Estrenaba siglo poliacutetica cultura inmigracioacuten arte atravesaba todos los sectores de la poblacioacuten Escuchoacute asombrado un mitin donde habloacute Mariacutea Collazo por la huelga de las planchadoras La mujer anarquista fue una de las primeras obreras que se atrevioacute a hablar en puacuteblico en las calles empedradas de la Ciudad Vieja

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Montevideo era una ciudad en movimiento mejor dicho revuelta Conrado encontroacute una ciudad cosmopolita que le aportoacute informacioacuten y conocimiento Tuvo una juventud participativa y vivioacute coherente con ella fue un luchador por los derechos sociales Mi madre nacioacute en un campo de Durazno en 1906 A los doce antildeos cuando murioacute su madre emigroacute con su familia a Montevideo junto a su padre y sus ocho hermanos El abuelo Adriaacuten repartioacute los hijos Las cuatro nintildeas mayores en distintas familias Se quedoacute con los tres varones para trabajar en lo que saliera y la hija mayor para llevar la casa y cuidar a la hermana maacutes chica que teniacutea un antildeo y medio Rosa mi madre era la segunda A ella le tocoacute trabajar desde los trece antildeos en una casa de familia en la calle Grecia y Repuacuteblica Argentina en el Cerro de Montevideo Fue ldquocolocada con cama para toda tareardquo cuidaba tres nintildeos lavaba planchaba ayudaba en la cocina El abuelo encontroacute trabajo en el saladero del Cerro Rosa no teniacutea problema en trabajar lo haciacutea desde muy chiquita Cuentan las hermanas que cuando eso solo teniacutea diez antildeos ldquoTendiacutea todas las camas allaacute en el rancho del campo Cerraba la puerta por dentro para que los hermanos no desordenaran el cuarto nuevamente y saliacutea saltando por la ventanardquo Los jueves y domingos por las tardes las hermanas teniacutean libre y se juntaban todas en la casilla familiar donde se contaban las penurias que no faltaban y las novedades de la vida en la capital con sorpresa y curiosidad La casilla que alquilaba el abuelo en La Paloma un barrio en las afueras de la Villa del Cerro se llenaba de risas las joacutevenes se probaban las ropas usadas que las patronas les regalaban Manuela la hermana mayor las escuchaba con Amelia la hermana pequentildea en los brazos A Manuela le tocoacute llevar la casa con todas las tareas a su cargo Los demaacutes saliacutean a trabajar fuera los varones volviacutean a la noche a cenar y dormir y las muchachas dormiacutean en la casa en que trabajaban

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Mis padres se conocieron en el barrio cuando ella saliacutea a comprar verdura para la casa en que trabajaba Rosa se preparaba para ver al joven y apuesto mozo alto delgado pero musculoso morocho pelo negro y lacio y barba escasa Vestiacutea pantalones de loneta blanca camiseta de manga corta azul y gorra de visera del mismo color al estilo de los changadores del puerto Con Conrado solo intercambiaba miradas siempre y cuando saliera con los nintildeos en las tardes Los nintildeos festejaban y le avisaban cuando lo veiacutean pasar por la calle Su patrona ya conociacutea ese ldquodragoneordquo como se deciacutea antes Los nintildeos luego se volvieron correo de Conrado cuando eacutel se animoacute a escribirle Llegaban los papeles muy doblados a manos de la emocionada Rosa que los desplegaba temblando Los nintildeos la ayudaban leyeacutendole y ayudaacutendola a contestar porque ella no sabiacutea leer ni escribir Todo se volvioacute acontecimiento La joven ya teniacutea maacutes de quince antildeos muy bonitos y un poco tiacutemidos La patrona la queriacutea mucho y resolvioacute mandarla al taller de costura de la escuela nocturna para adultos eso facilitaba algunos encuentros Eacutel la esperaba a la hora de la salida de la escuela Las compantildeeras del curso caminaban junto con ellos hasta la puerta del trabajo de Rosa y alliacute se separaban Conrado se quedaba un ratito maacutes charlando en el zaguaacuten hasta que la patrona la mandaba buscar con el nintildeo maacutes grande porque teniacutea que servir la cena Ellos se contaban de doacutende veniacutean que resultoacute ser un lugar comuacuten Durazno de las familias de las ilusiones y las desilusiones En las dificultades se iban conociendo poco a poco Cuando no se veiacutean era por trabajo o por el curso Ella ya lo sabiacutea pero no dejaba de extrantildear las conversaciones sencillas deseadas por los dos Conrado le contoacute que estaba juntando plata para comprar un terreno y construir una casilla para traer sus padres y hermanas del campo Para eso lo mandaron sus padres a Montevideo Rosa mostraba preocupacioacuten porque en su casa eran muchos de familia y trabajaba como todas para ayudar asiacute les ensentildeoacute su padre Cuando eacutel consiguioacute el terreno y una casilla por fin los trajo se quedaron en el Cerro en la calle Turquiacutea Al fin estaba toda la familia

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reunida Como tantas familias de la eacutepoca formaron parte de la migracioacuten interna que veniacutea a trabajar en la capital floreciente Pasoacute el tiempo Rosa y Conrado se casaron y fueron a vivir con la familia de Conrado Al principio todo iba bien pero ella extrantildeaba Era una vida totalmente distinta con personas que recieacuten conociacutea y el primer viaje del marido al mar le resultoacute muy largo espera y espera Conrado se fue a trabajar a un barco de cabotaje llevando mercaderiacuteas el viaje duroacute de ida y vuelta unos 20 diacuteas Vivioacute esa experiencia con angustia extrantildeaba a las hermanas a la patrona y sobre todo a los nintildeos que cuidaba Lloraba muchas veces esa soledad lo recibioacute llorando La suegra le dijo que no era para tanto con cierta molestia Rosa escuchoacute en silencio no contestoacute ni una palabra Al antildeo nacioacute una nintildea que llamaron Lidia Mi hermana mayor fue alegriacutea y consuelo para Rosa Conrado partioacute para un nuevo viaje con pena de separarse de Rosa y de la pequentildea Sintioacute la emocioacuten de tener su propia pequentildea familia y la tristeza de irse Pero Rosa no estaba dispuesta a quedarse sola otra vez con la familia de eacutel Cuando Conrado llegoacute no se quejoacute ni lloroacute le dijo que en el proacuteximo viaje no se quedariacutea en tierra que iriacutea con eacutel y la nintildea pasara lo que pasara Rosa fue muy valiente Eacutel le contesto que no Le explicoacute que era muy peligroso pero a ella no le importaba Le habloacute de las tormentas que se produciacutean en las aguas revueltas donde se juntan el Riacuteo Uruguay y el Riacuteo de la Plata de los rayos y las centellas en las aguas que son muy impresionantes y de la mala mar encrespada que puede durar tres o cuatros diacuteas Ella se quedoacute en silencio luego soltoacute el llanto y dijo ldquoNo tengo miedo Igual me voy contigo Solo el abuelo Anastasio tu padre extrantildearaacute a la nintildea Las mujeres de tu casa estaacuten muy celosas de miacute y de la nintildea ldquoYo me voy contigo o me voy a casa de Manuela con mis hermanosrdquo repitioacute Rosa En esa eacutepoca era comuacuten navegar con una tripulacioacuten conformada de familiares y ella lo sabiacutea Asiacute lo contoacute mi madre a sus hermanas un jueves diacutea de salida de las ldquocolocacionesrdquo cuando estaban juntas en lo de Manuela Todas se alarmaron

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y la abrazaron pidieacutendole que no se fuera que si se iba dejara a Lidia con Manuela Rosa se negoacute furiosa no dejariacutea a la nintildea Mi madre se agregaba a la tripulacioacuten con el asombro de sus amistades y los familiares que quedaban en tierra preocupados por los peligros que podiacutean correr ella y la nintildea A la vez culpaacutendola por tomar decisiones propias en esa eacutepoca no se acostumbraba Este viaje seraacute muy distinto para Conrado Rosa asomada desde el camarote miraba la salida del puerto de Montevideo El Cerro se veiacutea precioso con aquella luz del faro como saludaacutendoloshellip Sintioacute una gran emocioacuten tal vez miedo Se humedecieron sus ojos La noche era maacutegica La negrura no le dio miedo el cielo era un pizarroacuten dibujado de estrellas titilantes El puerto de Montevideo quedoacute atraacutes un viento suave embolsoacute las velas Con la nintildea en sus brazos vio ese cielo que los envolviacutea Recordoacute el cielo del campo las estrellas pareciacutean estar maacutes cerca Conrado las vigilaba desde el timoacuten disfrutando la alegriacutea de tenerlas tan cerca Los otros tripulantes en la cubierta Angelito Armo vigilando las velas el Nene y Cantero en los palos eran familiares de Conrado primo y sobrino el tiacuteo Benito hermano de Rosa ldquoEsta vez solo tocaremos puertos cercanos Un viaje corto Rio de la Plata principio de Rio Uruguay y un tramo del Riacuteo Paranaacuterdquo Le comentoacute Conrado a la tripulacioacuten ldquoSeraacuten pocos diacuteasrdquo ldquoLa Joven Rositardquo que asiacute se llamaba el velero por pura casualidad era una embarcacioacuten de cuatro velas y dos palos mayores Era una sumaca para transporte de cabotaje de poco calado que surcaba los riacuteos a vela La vieja sumaca de bandera argentina continuaba trabajando Era su uacuteltima etapa y pronto pasariacutea a desguace o a remate Esta vez llevaban una carga liviana una mudanza cajas de ropa muebles paquetes y correspondencia Pero volveriacutea cargado de rolos de madera y de la correspondencia del litoral La costa del lado argentino del Riacuteo Uruguay era muy particular en algunos lados plana junto al rio y en otra maacutes alta formando barrancos La costa era arbolada con raiacuteces al sol bantildeadas por la correntada fuertes raiacuteces que la

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aseguraban a la tierra firme Mucho verde casas en la orilla sobre pilares de gruesos troncos que las sosteniacutean La embarcacioacuten se deslizaba suave arrastrada por un pequentildeo vaporcito remolcando y pitando anunciando su llegada Los que esperaban el flete saludaban con las manos en alto a los que atareados recogiacutean las velas y tiraban el ancla al agua Los traacutemites en el puerto eran lentos Las autoridades del puerto subiacutean a bordo comparaban los documentos de la carga con las existencias hasta dar el visto bueno y permitir el desembarco El diacutea de llegada es de mucho trabajo la tripulacioacuten no baja hasta estar la carga entregada a las autoridades Al llegar a los puertos la tripulacioacuten sonreiacutea festejando la tranquilidad de estar en tierraPara Rosa y Conrado este primer viaje fue tranquilo La nintildea fue mimada por la tripulacioacuten su familia La temperatura buena sin temporales Para Rosa todo era faacutecil Cocinaba para todos y teniacutea un ayudante eso era nuevo La ropa se la lavaba cada uno de aquellos hombres El agua era dulce extraiacuteda con baldes que bajaban en cuerdas enganchada a una roldana al propio riacuteo como si fuera un aljibe horizontal e interminable El agua para beber se herviacutea y se guardaba en tachos limpios La ropa lavada con agua de riacuteo y secada al sol quedaba con aroma asiacute como el largo cabello que Rosa sujetaba en la nuca Se sentiacutea como en casa con el tendal de ropa en las cuerdas como banderas flameando Se cruzaban con otras embarcaciones pequentildeas que mostraban tambieacuten su vida cotidiana tranquilamente Rosa saludaba con alegriacutea mostrando la nintildea levantaacutendola en los brazos los otros le gritaban piropos a la nintildea Mi padre construyoacute para Lidia una hamaca de lona donde dormiacutea la pequentildea que se podiacutea trasladar al camarote o a la cubierta seguacuten donde estuvieran ellos Tambieacuten teniacutean un cajoacuten de madera vaciacuteo en suelo del cual una vieja manta doblada y un almohadoacuten amortiguaban las caiacutedas producidas por el vaiveacuten del movimiento del barco donde la nintildea se podiacutea parar sin peligro Hamacada asiacute muchas veces terminaba dormida al aire libre Estaba morochita del sol

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La nintildea era muy simpaacutetica la llamaban carintildeosamente ldquoNegritardquo La sonrisa de ella dejaba ver dos dientitos muy blancos Rosa lavaba la ropa en una tina de madera cercana hablaacutendole como si la nintildea entendiera y la haciacutea reiacuter El tiacuteo Benito le trajo dos pollitos en una caja de cartoacuten los habiacutea comprado a unas nintildeas de la orilla y este fue el juguete maacutes lindo que teniacutea cuando los animalitos se moviacutean la haciacutean gritar de alegriacutea contagiando la risa a todos los demaacutes Contoacute mi madre cuando estaba sola con nosotras muchos antildeos despueacutes poniendo palabras a sus recuerdos no dichos Nos contoacute a nosotras nintildeas que cuando estaban en Entre Riacuteos parados las noches calurosas y de luna llena en las costas argentinas del Paranaacute los muchachos de la tripulacioacuten se tiraban al agua desde la cubierta las aguas estaban quietas plateadas luminosas tibias como si fuera de diacutea ldquoLidia pequentildea de unos meses teniacutea dificultades para dormir con tanto calor en el camarote y lloraba Conrado bajoacute al riacuteo y me pidioacute permiso para bajar a la nintildea con eacutel a las aguas dudeacute sorprendida luego dije lsquoiquestY si se te escapa de las manos Es de noche peligrosorsquo Entonces eacutel ideoacute bajar una saacutebana a modo sillita donde Lidia estaba atada con seguridad y sus bracitos y piernas sueltasrdquo Todas reiacutemos Lidia sorprendida pregunto ldquoiquestYordquo Mi madre siguioacute ldquoBenito y yo sosteniacuteamos la sabana desde arriba y Conrado con el Nene sosteniacutean a la Negrita en el agua que daba palmadas y patadas salpicando a los dos y dando fuertes carcajadas contagiaacutendonos a todos Esa noche dormiste tranquila y nosotros tambieacutenrdquo Mi madre reiacutea disfrutando otra vez No siempre teniacutea ganas de contar recuerdos Algunas embarcaciones pequentildeas se acercaban a venderles frutas y verduras formando un montoacuten de cajones multicolores en las orillas del Paranaacute Esto era muy comuacuten era un modo de abastecer las orillas otras lanchas llegaban con yerba azuacutecar porotos jaboacuten carne de cordero Rosa viviacutea esa libertad emocionada Le haciacutea mucha gracia la manera de hablar de los correntinos ldquoLa vida era de trabajo dura a lo que se acostumbroacute raacutepidamente Eran todos muy sencillos y serviciales Al fin conociacutea las amistades y la forma de

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vivir de su marido Se sentiacutea agasajada cuando eacutel la presentaba a las amistades y a las autoridades de los lugares que visitaban Tambieacuten se sentiacutea maacutes fuerte al sol y al airerdquo nos contoacute tiacuteo Benito Y agregoacute ldquoCreo que fue la eacutepoca maacutes feliz de ellardquo Escuchaba las conversaciones de trabajo de la tripulacioacuten en silencio Si escuchaba de las dificultades que se presentaban o las tormentas se le escapaba ldquoDios me salve Mariacuteardquo abrazando fuerte a su hijita En los viajes no faltaron nieblas ni truenos ni relaacutempagos ni lluvia ni soles fuertes que achicharraban la cubierta Nada la asustoacute tanto como aquel diacutea que soploacute el pampero Habiacutea sido un diacutea hermoso de primavera Veniacutean regresando hacia Montevideo Navegaban por la desembocadura del Riacuteo Uruguay y el Rio de la Plata cuando de pronto se ocultoacute el sol y aparecieron nubes negras amenazantes las aguas se pusieron de un gris plateado que sorprendiacutea Rosa con la nintildea bajoacute a buscar abrigo porque el viento se puso maacutes friacuteo Abrazada a la pequentildea Lidia en el camarote vapuleado por el movimiento de las olas Conrado gritoacute desde el timoacuten ldquoiexclTodos a cubiertardquo Eacutel coacutemo pudo bajoacute al camarote a buscar a su mujer y a su hija manoteoacute unas saacutebanas las abrazoacute y dijordquo iexclVamos Rosardquo Las subioacute a cubierta y las amarroacute raacutepido envolvieacutendolas en las saacutebanas al palo mayor mientras los otros tripulantes sosteniacutean el timoacuten y bajaban las velas lo maacutes raacutepido que podiacutean para que no se rompieran o las embolsaraacute el viento y los arrastrara a la deriva La oscuridad los envolviacutea el agua se volviacutea de un plateado luminoso la lluvia arreciaba con furia Empapados todos corriacutean haciendo equilibrio de proa a popa Conrado las cubrioacute a ellas con una lona encerada para que no se mojaran y no se enfriaran tanto Volvioacute al timoacuten junto al compantildeero entre los dos lo sujetaron fuerte para mantener el rumbo aprovechando el viento y el oleaje para separarse del ojo de la tormenta El miedo a Rosa se le instaloacute en el pecho las piernas se le queriacutean aflojar pero no las dejoacute La nintildea lloraba y ella rezaba al santo Negrito de pastoreo patroacuten de los desesperados pidieacutendole que amainara el temporal No se le ocurriacutea

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otra cosa le ofrecioacute una novena como lo haciacutea su madre los ojos apretados Con la nintildea en brazos se sentiacutea maacutes segura la inocencia de la nintildea le dio valor para seguir en pie Fue necesario empezar a tirar parte de la carga al riacuteo las olas eran cada vez maacutes altas y amenazantes La nave se hundiacutea peligrosamente y volviacutea La carga flotaba empujada hacia atraacutes por el pampero que soplaba silbando tanto que le parecioacute que volaba y se dejoacute llevar sin soltar a la nintildea las piernas se le durmieron no sentiacutea los pies ni las rodillas No se sabe cuaacutento duroacute aquella angustia el miedo no se puede medir ni en minutos ni horas ni diacuteas Unas manos grandes y fuertes la sostuvieron y una voz conocida le dijo ldquoTranquila pronto pasardquo Las nubes se alejaban raacutepidamente hacia atraacutes como custodiando la carga que flotaba en el mismo sentido La nave surcaba valiente atravesando las olas intentando mantener el rumbo hacia adelante y tratando de salir del medio de la tormenta que corriacutea en una franja ancha demoledora Poco a poco aparecioacute un cielo gris sin nubes calmoacute el viento Silencio Estaba pasando Pero el corazoacuten colectivo de toda la tripulacioacuten latiacutea golpeando el pecho al uniacutesono la alerta continuaba Muchas cosas desaparecieron de la cubierta las olas se llevaron el cajoacuten en que se resguardaba la nintildea la caja con los pollitos la cuerda con la ropa el balde y la cuerda y el mediomundo de la pesca diaria Parte importante de la carga la tiraron por seguridad Rosa no lo contoacute a nadie hasta pasar un tiempo No sabiacutea coacutemo empezar sin asustar a las hermanas No todo fue malo para mis padres A las amistades de Conrado se sumaron nuevas amistades Rosa y la pequentildea abrieron otras puertas En los diacuteas de espera en cada puerto recibieron invitaciones a fiestas donde apareciacutea siempre una acordeoacuten o una guitarra Bailes familiares de carnaval que se llamaban ldquoasaltosrdquo bailes de disfraces en casas de Entre Riacuteos Paysanduacute o Carmelo Amistades que se frecuentaron a lo largo de los antildeos como Diamantina una mujer muy graciosa en su manera de hablar o Valentiacuten el pelirrojo dos argentinos que los visitaron yo los conociacute Recibiacutean carta de otras personas

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Rosa y la nintildea viajaron un antildeo y medio en aquella vieja sumaca Cuando quedoacute embarazada de la segunda hija la pareja decidioacute quedarse en tierra por razones de seguridad Conrado buscoacute trabajo en el puerto volvioacute a trabajar de changador en carga y descarga trabajo duro pero eacutel ya lo conociacutea La sumaca volvioacute a puerto argentino donde pasoacute a remate Muchas aneacutecdotas no nos contaron a nosotras las hijas No se acostumbraba contar y nosotras no preguntaacutebamos tampoco se acostumbraba preguntar Hoy me arrepiento seacute que me perdiacute mucho de la historia personal de mis padres Creo que mi madre fue muy valiente y adelantada a su eacutepoca Las historias de mujeres no se cuentan ni se escriben aunque sean interesantes Las perdemos

Conrado Alcoba Rosa Rossano y familiares (Principios de la deacutecada del 20) Fotografiacutea Archivo personal

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Un cielo rojo anaranjado

En nuestro barrio no pasaban autos Nuestras calles no estaban asfaltadas todaviacutea Eran de tierra en algunas partes de balastro porque el agua de lluvia que bajaba desde la Fortaleza del Cerro bajaba con fuerza y se llevaba lo que se le poniacutea delante Solo habiacutea a los lados de las calles canaletas de desaguumle que se desbordaban Las calles eran nuestras durante las vacaciones de verano Las veredas estaban vestidas de joacutevenes paraiacutesos que los vecinos regaban A su sombra las nintildeas sacaban a la vereda los juguetes que teniacutean Siempre encontrabas alguna que te preguntaba ldquoiquestQuereacutes jugar rdquo Nosotros viviacuteamos en una casilla de madera y techo de zinc como la mayoriacutea de las familias del barrio Nuestra casilla estaba fundada la mitad sobre la roca de la calle Turquiacutea y el resto donde estaba la galeriacutea la cocina y el cuarto de mis padres se sosteniacutea sobre ocho pilares de gruesos troncos de madera como si fueran patas de tres o cuatro metros de alto lo cual formaba una gran terraza hacia la calle Egipto Mi padre aprovechoacute el desnivel de las calles del Cerro para dejar la casa de cara a la bahiacutea de Montevideo y enmarcada entre las calles Viacaba y Barcelona En esa casilla pasaron muchas cosas una infancia feliz alegriacuteas y algunos sustos Aquel diacutea amanecioacute soleado pero cerca del mediodiacutea el cielo se puso gris Soplaba un viento suave y caliente Mi madre cerroacute las ventanas y las puertas nos llamoacute para que entraacuteramos a casa y bajoacute corriendo las escaleras

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de madera del fondo para recoger la ropa de las cuerdas que ya empezaba a agitarse Les pidioacute ayuda a mis hermanas mayores Yo no me daba cuenta por queacute tanta prisa Entraron a la casa cargando la ropa huacutemeda todaviacutea Mi madre nos anuncioacute que se veniacutea un viento muy fuerte cerroacute la puerta raacutepidamente y la aseguroacute Yo me subiacute a mi banquito y mireacute por la ventana de la galeriacutea que teniacutea ocho cristales de colores El cielo se oscurecioacute En el horizonte empezaron a verse los relaacutempagos y se escucharon los truenos En minutos todo cambioacute el agua de la bahiacutea se moviacutea se agitaba se volviacutea gris oscura se estaba picando En un momento todo se volvioacute amenazante Yo apretaba los ojos con cada relaacutempago y me tapaba los oiacutedos con cada trueno Pero no lloviacutea todaviacutea Una escandalosa tormenta eleacutectrica la primera que recuerdo en mi vida Mi madre muy preocupada miraba el techo Corrioacute las cortinas me quitoacute de frente al ventanal y me sentoacute junto a mis hermanas Arrastroacute una pesada silla de madera la inclinoacute sujetando la puerta que daba al mar aseguraacutendola bajo el cerrojo antiguo y herrumbrado De pronto las gotas de agua cayeron sobre el techo de zinc con un ruido como si llovieran monedas Nos miraacutebamos hablaacutebamos fuerte pero no nos escuchaacutebamos pareciacutea que estuvieacuteramos en una caja de resonancia metaacutelica Ella nos manteniacutea a su lado y nos explicaba que era una tormenta de verano y pasariacutea raacutepido que no nos asustaacuteramos Sentiacuteamos cimbrar los tirantes pareciacutea que la casilla teniacutea movimiento propio Temblaba todo como si estuvieacuteramos en la barriga de un gran animal De pronto dejoacute de llover Silencio un largo silencio como si se escuchara No seacute cuaacutento tiempo pasoacute Nos queriacuteamos mover y mi madre nos reteniacutea a su lado Escuchaacutebamos un silbido lejano que se acercaba Mi madre se arrodilloacute y pidioacute silencio nos pidioacute que tambieacuten nos agachaacuteramos ndashiexclAl suelo ndashgritoacutendash iexclAbajo de la mesa ndashy nos empujoacute hacia alliacute Un gran cimbronazo Coacutemo si algo chocara con nuestra casilla ndashiexclViento ndashdijondash iexclUn tornado ndashhablaba para siacute misma

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El lugar se llenoacute de una luz anaranjada Me parecioacute que mi madre rezaba y mis hermanas lloraban Estaacutebamos todaviacutea debajo de la mesa de la cocina Mi madre nos cubriacutea con sus brazos como hacen las gallinas con los pollitos Todo sucedioacute muy raacutepido El aire se colaba por las tablas del piso resoplando como un caballo cansado pero la casilla aguantaba Las cortinas volaban hacia arriba desafiando la gravedad Los cuadros caiacutean y se rompiacutean sus cristales Nosotras estaacutebamos inmoacuteviles El techo crujioacute Escucheacute chillidos como de muchos animales heridos estridentes agudos mis oiacutedos pareciacutea que vibraban aturdieacutendome mi corazoacuten latiacutea muy raacutepido tembleacute y puede soltar el llanto No sabiacutea lo que estaba pasando no miraba a las demaacutes cerraba los ojos y me tapaba los oiacutedos queriacutea salir corriendo No estar Eran los largos clavos del techo que se quejaban gritando como desgarraacutendose cuando la fuerza del viento los separaba de los anchos tirantes que los sosteniacutean Pasaron unos segundos no supe cuaacutentos Me solteacute de las manos que me apretaban y me asomeacute a mirar El techo se deslizaba como un teloacuten de teatro Desapareciacutea poco a poco hacia un costado el lugar se llenoacute de luz de un color rojo anaranjado Las chapas del techo como una pieza uacutenica como una laacutemina de cartulina arrastradas desplazadas cayeron a un costado de la casilla con un ruido ensordecedor Vibraron las tablas de madera del suelo bajo mis pies Todo de movioacute Nos quedamos al aire libre Luego la quietud y el silencio Todo el barrio quedoacute en silencio El silbido del viento se alejaba no podiacuteamos hablar Mi madre no nos dejaba mover nos apretaba contra ella escuchando alerta el silencio El silencio dejoacute paso a alguacuten murmullo lejano de los vecinos que empezaban a hablar entre ellos luego sentimos que la llamaban ldquoiexclRosa iexclRosaiexclQueacute barbaridadrdquo Mi madre no contestaba solo escuchaba atentamente Oiacutemos los pasos de la vecina que se acercaba corriendo por el otro costado de la casilla y luego otros pasos las voces de otros vecinos

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Mireacute a miacute alrededor muebles caiacutedos o fuera de lugar Vidrios y trozos de loza por el suelo ldquoiquestDe queacute taza iquestDe queacute platordquo me preguntaba No los reconociacutea Mi madre contestoacute ldquoEstamos bienrdquo y soltoacute el llanto lo dejoacute salir como un chorro y todas lloramos Cuando se puso de pie nos colgamos de ella Ahora nosotras no la dejaacutebamos mover Pasoacute la lluvia y el viento En el horizonte el atardecer nos dejoacute ver un cielo rojo anaranjado Algunas nubes blancas viajaban como dicieacutendonos que ellas eran inocentes Los perros de casa no ladraron

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La vieja radio de casa

Uuuii uuii uuii Los sonidos intermitentes de la vieja radio de casa Era de madera Delante estaba el parlante cubierto con una tela gruesa de tapiceriacutea de tonos grisaacuteceos que habiacutean sido marrones y el dial como un ojo redondo iluminado a medias porque se habiacutea quemado una de las lamparitas del costado y quedaba como tuerto estaba cubierto por unalaacutemina de mica amarillenta por el tiempo La base era rectangular y teniacutea la cubierta en forma bombeacute como una ldquoUrdquo al reveacutes que le daba un aire especial La parte de atraacutes la espalda descubierta Estaba colocada en un lugar de preferencia en el comedor en una mesa de madera sobre un mantel bordado a mano por mi madre que caiacutea en triaacutengulo Cuando mi padre trajo la radio no sabiacuteamos su edad ni su historia ndashNo es nueva pero tiene un buen parlante ndashnos dijo contento La habiacutea comprado en un remate de la Ciudad Vieja Fue un acontecimiento para nosotras Mi madre nos advirtioacute ndashSoacutelo la comedia de las cinco despueacutes de hacer los deberes Mis hermanas se alegraron porque ya no tendriacutean que ir a casa de la vecina a escuchar la radio A miacute lo que me gustaba maacutes era mirarla por detraacutes La radio teniacutea como el culo al aire Era maacutes interesante por detraacutes No seacute por queacute no me dejaban mirarla ldquoEs peligrosordquo dijo mi padre cuando la trajo Adentro teniacutea mucha tierra y muchos mosquitos muertos Mi madre la limpioacute con su santa paciencia y la lustroacute Quedoacute como nueva

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ndashNo no Cuidado no vayas a tocar nada porque puede explotar ndashdeciacutea mi madre cuando me veiacutea rondando cerca Yo no sabiacutea entonces lo que significaba la palabra explosioacuten y sus palabras no me asustaban pero me retiraba por si acaso Las cosas que veiacutea atraacutes de la radio como en una trastienda eran muy interesantes pareciacutean soldados paraditos se llamaban bombitas habiacutea altos y bajos gordos y flacos Tintineaban pequentildeas lucecitas cuando estaba encendida y cuando emitiacutea esos raros sonidos A veces hablaba en idiomas que yo no entendiacutea y mi papaacute tampoco Uuii uuii Mi padre moviacutea el dial de derecha a izquierda para que hablara Uuii Yo en mi banquito de madera pintado de color naranja me arrimaba maacutes y maacutes a la pared para mirar la trastienda de la radio Mi padre me gritaba ndashiexclQueacutedate quieta chiquilina Me pones nervioso Entonces yo me poniacutea de pie y miraba de maacutes lejos Eacutel de rodillas en el suelo con la oreja pegada al parlante uuii uuii Cuando por fin apareciacutean voces claras que era lo que eacutel buscaba nos pediacutea silencio a todas con su dedo iacutendice y una sonrisa en los labios Los soldados chiquitos y los grandes con voz de sentildeores deciacutean todos los saacutebados la misma frase ndashAquiacute el informativo para el habla espantildeola de la BBC de Londres informa Las tropas aliadas uuii ganan terrenohellip Yo no sabiacutea doacutende ganaban terreno porque no prestaba atencioacuten Mi padre sonreiacutea y deciacutea en voz alta para siacute mismo ndashiexclAhora siacute iexclAhora siacute Mi tiacuteo deciacutea que mi padre era un fanaacutetico que la guerra estaba muy lejos que a nosotros no nos iba a pasar nada En casa mi padre no escuchaba fuacutetbol no le gustaba Deciacutea que el fuacutetbol y la religioacuten eran el opio de los pueblos Papaacute se deciacutea anarco sindicalista Mi madre por las mantildeanas escuchaba tango mientras lavaba ropa en el patio Dejaba las ventanas abiertas de par en par para ventilar la casa Entraba

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el sol la corriente de aire inflaba las cortinas blancas que volaban hacia fuera como llevando la voz inconfundible de mi infancia CarlosGardel Por las tardes mi madre planchaba aquellas montantildeas de ropa Era lavandera de muchos vecinos el farmaceacuteutico el doctor algunos obreros del frigoriacutefico que traiacutean ropa manchada de sangre y de un obrero de la barraca de carboacuten que traiacutea ropa siempre negra como negras estaban su cara y sus manos Por las noches mi padre escuchaba en silencio la radio buscando noticias hasta que mi madre nos llamaba a cenar Luego eacutel se iba al boliche a contar lo que los soldaditos de la radio deciacutean de los paiacuteses lejanos Al otro diacutea los vecinos pasaban por casa a preguntar por las novedades porque entonces no todos teniacutean radio En mi barrio habiacutea muchos extranjeros y papaacute conociacutea algunas palabras sueltas de sus idiomas Cuando pasaban los saludaba con esas pocas palabras que sabiacutea y ellos quedaban contentos de oiacuterlo les haciacutea gracia ndashrdquoEspacsibardquo dontildea Baacuterbara ndashrdquoEspacsibardquo vecino ndashcontestaba la rusa riendo Dontildea Baacuterbara era rusa Manolo era gallego el almacenero era armenio y don Giuseppe el zapatero italiano Don Giuseppe me arreglaba mis sandalias de suela A miacute me gustaba verlo trabajar Se poniacutea muchos clavitos en la boca y los sacaba de a unoMe daba miedo que se los tragara cuando hablaba o se reiacutea Siempre nos deciacutea que se los poniacutea en la boca para no fumar Los nintildeos del barrio pasaacutebamos mucho rato con el zapatero Todos los gringos eran buena gente y trabajadores Compraban su propio terreno haciacutean su propia casilla y todos teniacutean jardiacuten y quinta Ayudaban tambieacuten al paisano que llegaba al Cerro a hacer su primer galpoacuten para que se refugiara con sus pocas pertenencias ndashrdquoBona serardquo don Giuseppe ndashrdquoBona sera bona sera vecinordquo ndashcontestaba el viejo italiano

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Los gringos que frecuentaban mi casa eran sindicalistas y amigos entre siacute Hablaban siempre de lo que pasaba aquiacute y discutiacutean de lo que pasaba allaacute Cuando llegaba una carta los domingos la traiacutean y la leiacutean en voz alta Los vi emocionarse y lagrimear con noticias de muertes y nacimientosHablaban de lejaniacuteas Yo jugaba con mi perro y escuchaba en silencio Tambieacuten teniacutea una amiga gringa que veniacutea a casa con su mamaacute Eran buacutelgaras Las dos hablaban muy atravesado pero igual podiacuteamos jugar La amistad de nuestras madres era un poco silenciosa pero las dos se poniacutean contentas cuando llegaban a casa Ellas no tomaban mate mi madre las recibiacutea con buntildeuelos y una taza de teacute Cuando terminoacute la guerra en Europa el padre les mandoacute los pasajes y ellas regresaron a su tierra Ese diacutea lloramos todos Katia la mamaacute buacutelgara le escribioacute dos cartas a mi madre pero como mamaacute no sabiacutea leer se las leyoacute mi padre Alliacute contaba el reencuentro con su gente Se mostraba muy agradecida por la amistad con mi madre y ella se emocionaba cuando mi padre leiacutea en voz alta Mi madre no le contestoacute pobre madre Laacutestima que no se le ocurrioacute pedirnos a nosotras que le escribieacuteramos porque ella siacute nos mandoacute a la escuela Para mi madre todos los diacuteas de la semana eran iguales siempre encontraba trabajo Los domingos sacaba con el escardillo la gramilla del jardiacuten No hablaba mucho escuchaba la charla de los vecinos y nunca preguntaba Se luciacutea con su jardiacuten siempre lleno de flores Intercambiaba gajos y batatas se sentiacutea contenta de dar y recibir plantas Sabiacutea y preguntaba sobre hierbas medicinales Los gringos tambieacuten sabiacutean mucho de plantas y de podas Los domingos eran distintos para mi padre Tomaba mate en la vereda al sol Entonces veniacutean los vecinos a charlar mi padre hablaba y hablaba mucho y todos hablaban Los soldaditos de la radio traiacutean las noticias de lejos de muy lejos Por eso no se oiacutean bien aunque escuchaacuteramos en silencio

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Mi padre siempre teniacutea algo que contar a los vecinos y le gustaba que vinieran a charlar Trabajaba en el puerto y alliacute se enteraba de muchas cosas y los gringos contaban cosas interesantes que eacutel escuchaba muy atento Todos queriacutean saber queacute pasaba en aquellas tierras Un diacutea hubo un cortocircuito y la radio se rompioacute Por suerte yo estaba en la escuela

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Caramelos

La directora de la escuela nos mandoacute a todos a casa antes de hora Era mediodiacutea Saliacute de la mano de mi hermana En la calle vimos con asombro que la gente saliacutea de sus casas de los comercios de los bares y gritaba algo que yo no entendiacutea Mi hermana me llevaba casi corriendo Comenzaron a sonar las sirenas de los frigoriacuteficos de la faacutebrica textillas bocinas de los oacutemnibus y de los autos Pasaban saludando con las manos afuera Yo teniacutea siete antildeos y mi hermana doce Ella asustada se entre paroacute un momento miroacute para todos lados y se puso a llorar ndashCorre apurate ndashme deciacutea Me sacoacute casi en el aire mis pies volaban Las diez cuadras que nos separaban de casa se me hicieron interminables Pasamos corriendo por la puerta de la panaderiacutea no entramos a buscar las dos flautas que llevaacutebamos cada diacutea a casa y que el gallego apuntaba en una libreta Me acordeacute de la yapa que nos daba el panadero un bizcocho para cada una que todos los diacuteas comiacuteamos antes de llegar Mi hermana no paraba de llorar pero en ninguacuten momento me soltoacute de la mano Cerca de casa vi que mi hermana mayor iba llegando con dos compantildeeras de la faacutebrica Pasaba algo muy grave Las sirenas asustan mucho Vi que mi madre estaba en la vereda conversando con las vecinas Todo pareciacutea trastocado yo no entendiacutea nada y tambieacuten me puse a llorar asustada Mi madre al vernos llegar llorando nos vino a alcanzar Nos abrazoacute

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ndashNo pasa nada malo No lloren hay alegriacutea Terminoacute la guerra mundial Sentildealoacute hacia la esquina y nos dijo ndashVayan al almaceacuten que el armenio estaacute repartiendo caramelos a todos los nintildeos del barrio Tiramos la cartera de la escuela al suelo y salimos corriendo La alegriacutea del armenio era inmensa lloraba y hablaba en su idioma Tiraba caramelos al aire ldquoa la marchantardquo levantaba los puntildeos al cielo Las sirenas como un grito de libertad no callaban y nosotras reiacuteamos a carcajadas con los bolsillos llenos de caramelos Llegamos a casa despeinadas con las montildeas y las tuacutenicas desarregladas Soacutelo sentiacute que ese momento era bueno muy bueno dulce muy dulce

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Biyuacute

Los saacutebados mi madre y yo eacuteramos rehenes de mis hermanas En esa eacutepoca en casa nadie iba al baile si no era con mi madre y conmigo por supuesto siempre y cuando mi padre diera el permiso En el Cerro habiacutea varios clubes donde se bailaba Bahiacutea Cerro Rampla y el Edeacuten que tambieacuten era cine y el Porto Son que frecuentaban los gallegos Aunque pequentildeos traiacutean hasta orquestas de muacutesica tiacutepica Mis dos hermanas mayores se preparaban durante toda la semana Ellas mismas haciacutean su ropa Teniacutean largos cabellos y dos bucles que caiacutean sobre la frente Bailaban todos los ritmos Me gustaba mucho verlas en la pista disfrutaban de la muacutesica sus cuerpos se volviacutean livianos como si perdieran peso sus figuras se iluminaban en el movimiento Para miacute era maravilloso Para nosotras las espectadoras la primera parte era entretenida miraacutebamos los vestidos los zapatos de las muchachas y las distintas formas de bailar Disfrutaacutebamos de un buen rato despueacutes el cansancio y el suentildeo se apoderaban de miacute Me anidaba en la falda de mi madre y mis largas piernas de ocho antildeos colgaban flojas tocando el suelo Los bailes eran el uacutenico acontecimiento social del verano Mi padre fijaba la hora de regreso a las doce de la noche ni maacutes ni menos sin discusioacuten Sabiacuteamos que nos esperaba en la puerta de casa que caminaba de un lado a otro como un centinela y que lo seguiacutea Biyuacute el perro que nos acompantildeoacute en los antildeos de mi infancia Ese perro y mi padre eran muy compinches eacutel le ensentildeoacute a cuidarnos

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Cuando mis hermanas veiacutean aproximarse la hora se acercaban a mi madre y le pediacutean ndashPor favor un ratito maacutes iexclestamos en lo mejor Mi madre dudaba y les contestaba ndashSoacutelo un ratito dos piezas maacutes y nada maacutes Ya saben que si demoramos su padre nos hace pasar verguumlenza Ellas volviacutean a la pista a ese frenesiacute de muacutesica Yo me queriacutea ir Ellas no miraban a mi madre por no ver las sentildeas para marcharnos ese era el momento peligroso Entonces mi madre trataba de ponerme de pie aunque el suentildeo me hiciera perder el equilibrio Ya era tarde De pronto Biyuacute atravesaba la pista de baile entre las piernas de las parejas Algunos trastabillaban los bailarines se deteniacutean a mirarlo y la orquesta bajaba el tono de la muacutesica al sentir el murmullo sin saber que pasaba Nuestro perro iba directo hacia donde estaba sentada mi madre y se echaba debajo de su silla Ella nerviosa y con rabia golpeaba con su pie en el suelo gritando ndashiexclFuera Biyuacute iexclFuera ndashyo me despertaba totalmente El presidente del club con una escoba en la mano intentaba sacar al perro que sin moverse gruntildeiacutea y mostraba los dientes como diciendo de aquiacute no me voy Nosotras sabiacuteamos que saldriacutea de abajo de la silla si todas nos dirigiacuteamos a la puerta de salida Con la cabeza gacha cruzaacutebamos la pista el perro se levantaba y tomaba la delantera Encontraacutebamos a mi padre cerca de la puerta del club Mi madre y mis hermanas protestaban y eacutel se reiacutea ndashiexclYo se los dije les mando la policiacutea Miraba al perro coacutemplice se agachaba y acariciaba a Biyuacute que moviacutea la cola Mi padre teniacutea una sola frase para desencadenar aquella cataacutestrofe Se dirigiacutea al perro y lo invitaba ndashVamos a buscarlas

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El perro ya sabiacutea lo que teniacutea que hacer y coacutemo hacerlo Mis hermanas y mi madre por dos o tres saacutebados cambiaban de club por la verguumlenza que habiacuteamos pasado Biyuacute fue el mejor perro que tuvimos en casa Cuando le hablabas te miraba escuchaba atentamente y luego haciacutea lo que le deciacuteas ndashTrae la pelota lleva el diario trae el palo Mi madre le ensentildeo a acompantildearnos a la escuela Cuando entraacutebamos nos miraba desde la vereda de enfrente y luego se marchaba a casa A la salida eacutel ya habiacutea llegado y nos esperaba al pie de la escalinata de maacutermol Los otros nintildeos lo llamaban por su nombre pero eacutel no se distraiacutea estaba atento a lo que haciacuteamos nosotras Saliacutea adelante nuestro como un guiacutea de excursioacuten y nos esperaba antes de cruzar la calle A su modo trabajaba mucho porque tambieacuten acompantildeaba a las seis de la mantildeana a mis dos hermanas mayores a la faacutebrica textil que quedaba a tres cuadras de casa y a las dos de la tarde las iba a buscar iexclEra tan bueno y tan bonito Peludo negro como el azabache teniacutea amarillas las cejas y las puntas de las cuatro patas que pareciacutean botitas Teniacutea buen humor nunca estuvo atado era libre En esa eacutepoca no habiacutea tejido de alambre ni muros en mi casa soacutelo Biyuacute sabiacutea que la casa estaba rodeada de un cordoacuten imaginario que dividiacutea el adentro del afuera A nadie le permitiacutea cruzarlo sin que eacutel ladrando anunciara su presencia La casa y nosotras estaacutebamos protegidas cuando mi padre trabajaba de noche o llegaba tarde de las reuniones poliacuteticas o sindicales iexclQueacute perroiexclEra parte de la familia De eacutel aprendiacute que los perros se expresan de muchas maneras Cuando ladran lo hacen con distintos sonidos si el que se acerca es conocido o no y tambieacuten expresan su alegriacutea con el movimiento de la cola Sabiacuteamos que llegaba mi madre porque Biyuacute continuaba echado en el suelo atravesado en la puerta de casa moviendo intensamente la cola Pero Biyuacute jerarquizaba a su duentildeo Cuando a lo lejos veiacutea que llegaba mi padre se poniacutea de pie atento y miraba hacia adentro de casa esperando

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que salieacuteramos nosotras Saltaba sollozaba de alegriacutea y asiacute nos invitaba a jugar una carrera hasta alcanzarlo Mi padre se acercaba a nosotras sonriendo pero el perro siempre nos ganaba y luego se poniacutea a correr en ciacuterculo alrededor de eacutel festejando su llegada

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La Faacutebrica

Yo no era buena estudiando era dispersa ldquoViviacutea en la lunardquo leyendo revistas y novelitas del Oeste que canjeaba en el quiosco del barrio El quiosco era parte del mundo que me fabriqueacute en mi adolescencia me permitiacutea viajar irme muy lejos con mis pensamientos Siempre me gustoacute leer Para conseguir comprar alguacuten librito yo vendiacutea diarios y botellas viejas que me daban los vecinos luego podiacutea canjearlo por otros ejemplares Me propuse dejar la escuela en quinto antildeo porque era la maacutes alta de mi clase y con busto Me daba mucha verguumlenza Pareciacutea una mujer al lado de mis compantildeeras flacas y menuditas Ya habiacutea repetido segundo porque en casa ese antildeo habiacutea sucedido algo muy grave el accidente de mi hermana en la faacutebrica Mi madre pasoacute casi un antildeo y medio acompantildeaacutendola en el hospital Durante ese tiempo me sentiacute muy triste e insegura Mis dos hermanas cambiaron sus turnos para poder estar siempre una de ellas en casa Yo pasaba largas horas en casa de una vecina que me ensentildeoacute a hacer buntildeuelos ademaacutes escuchaacutebamos una comedia en la radio Me aburriacutea en la escuela estaba siempre pensando en otra cosa de ventana para afuera Y teniacutea miedo de repetir quinto antildeo Admiraba a mis hermanas porque traiacutean dinero a casa mejor dicho las envidiaba Y sobre todo envidiaba esas horas que estaban en la faacutebrica iexclEsa ausencia Traiacutean siempre temas de conversacioacuten Hasta que un diacutea me animeacute a decirle a mi madre que no queriacutea ir maacutes aa escuela que estaba perdiendo el tiempo que de todas maneras no iriacutea maacutes y

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que teniacutea miedo de quedar repetidora otra vez y queriacutea trabajar No me animeacute a decirle eso del cuerpo que se me estaba poniendo grande Creo que mi madre lo esperaba porque contestoacute ndashMe dijeron que dentro de unos meses van a tomar gente en la faacutebrica Despueacutes de esas vacaciones no volviacute a la escuela De mis hermanas lo que realmente envidiaba era su independencia Hablaban como adultas de igual a igual con otras personas yo queriacutea ser como ellas Veiacutea a la faacutebrica como la oportunidad para conseguir trabajo y traer plata a casa Sabiacutea que otras personas ven al liceo como la salidapero eacuteramos pobres Para mis padres la faacutebrica tambieacuten estaba maacutes cerca Entrar a trabajar alliacute era lo deseado por todas mis vecinas Pasaron unos meses Esperando entrar a la faacutebrica trabajeacute de limpiadora en una casa y en una tienda del barrio A las nintildeas les pagaban poquito Ayudaba en casa con quince pesos por mes Era poco el sueldo pero me poniacutea contenta Un buen diacutea mi hermana me dijo ndashEn la faacutebrica pusieron un cartel toman aprendizas iexclMantildeana anoacutetate Asiacute con trece antildeos recieacuten cumplidos entreacute en la faacutebrica textil Lana Uruguaya en el Cerro mi barrio iexclPucha El despertador ahora tambieacuten sonaba para miacute Bien pronto se me pasoacute el apuro de ser obrera y ganar plata Sobre todo cuando estaacutebamos con el turno cambiado con mi hermana y teniacutea que ir sola a las seis y media de la mantildeana teniacutea miedo como una nintildea ya no me sentiacutea tan grande ni tan independiente En la casi oscuridad las ramas de los inofensivos aacuterboles se me volviacutean sombras fantasmagoacutericas Y iexclqueacute susto escuchar el ruido del silencio Llegaba corriendo a la faacutebrica casi sin aliento pero no por trabajar sino por el miedo que pasaba en esas cinco cuadras que debiacutea recorrer Siacute dejeacute la escuela Cambieacute las aulas por grandes galpones de zinc que hacen que te cambie el estado de aacutenimo seguacuten sea la temperatura calor o friacuteo intenso El ruido de los telares es ensordecedor El calor el vapor el olor a lana

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mojada de la tintoreriacutea y el de aceite de maacutequina completan el insano respirar de cada diacutea te invade los pulmones e impregna tu ropa Se te va a la mierda todo el romanticismo de ser grande y trabajar en la faacutebrica

Entreacute como aprendiza La primera preocupacioacuten de la compantildeera que me ensentildeoacute a trabajar en hilanderiacutea fue ndashiexclCuidado con los dedos Aquiacute siacute que se te agudizan los cinco sentidos La sordera se te cura cuando empezaacutes a distinguir el ruido de la maacutequina que marcha mal no es necesario forzar la garganta aprendeacutes de apuro a hablar por sentildeas dejaacutes de sentir el mal olor tu memoria lo registra todo y pasaacutes a ser una pieza maacutes del aquel gigantesco engranaje sin darte cuenta Los movimientos de los dedos se sincronizan con los tiempos de la maacutequina te sentiacutes un alargue de ella misma

Entrada de turno textiles de faacutebrica SADIL A la izquierda Maria Julia (Fines de la deacutecada de los 50) Fotografiacutea Archivo personal

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Si te distraeacutes los rodillos de la maacutequina te llevan los dedos o las poleas te llevan la pollera o el cabello si lo teneacutes largo ndashiexclAtencioacuten ndashme pediacutean mis compantildeeras La maacutequina te marca su velocidad su tiempo ella es la duentildea de tus ocho horas de trabajo cada diacutea Muchas maacutequinas deciden el destino de las personas que trabajan con ellas La inseguridad laboral o la distraccioacuten pueden cambiar tu vida Yo ya lo sabiacutea Todas lo sabiacuteamos El caso de mi hermana lo vivioacute todo el gremio textil En la faacutebrica del Cerro teniacutea dos hermanas maacutes que trabajaban en tejeduriacutea yo la recieacuten llegada me sentiacutea cuidada pensaba ldquoA miacute nome va a pasarrdquo Chela mi hermana trabajaba en hilanderiacutea en la faacutebrica textil Uruguayana en Capurro Teniacutea dieciocho antildeos y luciacutea un hermoso pelo negro y largo Por razones de seguridad se haciacutea una trenza que envolviacutea en la nuca Un diacutea al agacharse la trenza se soltoacute el rodillo le comioacute la punta del pelo Su mano no pudo alcanzar el botoacuten de apagar la maacutequina Nadie la escuchoacute gritar el ruido ensordecedor de tantas maacutequinas en marcha fue fatal para ella iexclPobrecita La maacutequina siguioacute siguioacute Le arrancoacute todo el cuero cabelludo desde la nuca la piel de todo el craacuteneo una oreja y una ceja De un tiroacuten ella misma pudo romper la piel maacutes delgada de la frente Ese tiroacuten le salvoacute la vida esa fuerza ese instinto de conservacioacuten la ayudoacute Cuando se incorporoacute sus compantildeeras la vieron se desmayaban no atinaban a nada saliacutean corriendo Ese mismo diacutea Chela se salvoacute dos veces porque por fin un compantildeero el mecaacutenico que estaba cerca del lugar fue hacia ella se quitoacute la chaqueta se la tiroacute encima para no verla y corrioacute con ella en brazos hacia la calle en busca de cualquier auto que la llevara a un hospital Empapada en sangre helada y casi sin sentido llegoacute al hospital Maciel La tendieron en un banco a la entrada de Urgencias del Hospital Maciel Contoacute el mecaacutenico que todos corriacutean a verla Dos meacutedicos opinaron

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ndashEstaacute helada ndashNo hay nada que hacer ndashEstaacute muerta Chela los escuchoacute hablar y con un hilito de voz pudo decir ndashPor favor doctor estoy viva estoy viva Esa frase fue como una orden para mover a todo el equipo de la guardia Ella habiacutea decidido no morir todaviacutea Enseguida empezaron a correr meacutedicos enfermeros y camilleros La llevaron al quiroacutefano En el Hospital Maciel estuvo internada un antildeo y medio Muchas operaciones injertos de piel Largos dieciocho meses Yo teniacutea ocho antildeos de edad y no me llevaban a verla al Hospital Esa fue una ausencia muy larga para miacute Chela se recuperoacute Antildeos maacutes tarde se casoacute con su novio de siempre tuvo dos hijos y se jubiloacute por ley madre en la faacutebrica donde se accidentoacute Luego trabajoacute de monitora en un taller de muchachos con problemas de aprendizaje Tiene una pequentildea paga de por vida del Banco de Seguros y una peluca anual si la quiere para cubrir su calvicie total Vive en el Cerro integrada a la vida social del barrio Durante los primeros meses en la faacutebrica yo era toda ojos y oiacutedos De mis compantildeeras escucheacute los primeros cuentos verdes en la media hora de descanso el rato en que comiacuteamos un refuerzo y algunas compartiacutean el mate sentadas en cualquier rincoacuten Las nuevas siempre somos objeto de burla tenemos que pagar el derecho de piso Mis compantildeeras deciacutean cosas que despueacutes supe eran verdaderas mentiras soacutelo para ver mis reacciones Una a una contaban su primera noche de bodas y sus partos con cierta crueldad riendo reviviendo y mintiendo con nerviosismo y ojos llenos de morbosa alegriacutea Y reiacuteanhasta las laacutegrimas Unas ya con nietos eran las que maacutes disfrutaban de sus propios cuentos y de las malas palabras las deciacutean como si estuvieran saboreando dulce de leche Algunas cosas yo ya las sabiacutea pero las teniacutea sueltas

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recuerdos de la escuela porque alliacute tambieacuten se habla de esas cosas Las fui uniendo y me empezoacute a dar miedo eso de la sexualidad Supe entonces el significado o la doble intencioacuten de muchas palabras maacutes consolador tortillera homosexual lamer menopausia prolapso etc Habiacutea cuentos en que tambieacuten interveniacutean animales loros perros gatos cuentos en los que pasaban cosas crueles pero contados con gracia e ironiacutea Arrancaban carcajadas y miradas nerviosas a su alrededor Reiacutean como nintildeas traviesas En poco tiempo recibiacute de golpe un curso acelerado de sexualidad y anticoncepcioacuten que despertaron en miacute el bichito de la curiosidad y empeceacute yo a preguntar Haciendo un gran esfuerzo trateacute de no mostrar mis sorpresas y a los pocos meses yo ya hablaba como ellas me dejaron tranquila y paseacute a ser una fabriquera maacutes popularmente hablando Al principio aquellas mujeres me asustaron un poco no lo voy a negar por su desparpajo Luego de conocerlas supe que teniacutean una capa dura pero eran tiernas y poco a poco empeceacute a contarles mis enamoramientos De ellas recibiacute los primeros carintildeosos consejos Paseacute a tener en mi entorno madres multiplicadas a las que podiacutea hablar de mis dudas sin que me diera temor o ellas se rieran de mi Las maacutes joacutevenes las nuevas teniacuteamos una actitud competitiva en el vestir caminar peinarse el cabello El coqueteo era toda una sabiduriacutea que se imita y se aprende Dentro de la faacutebrica habiacutea otro coacutedigo que no era el de la calle Con miradas y habladuriacuteas se tejiacutea y se destejiacutea la moral de cualquiera de nosotras Los bantildeos y vestuarios de la faacutebrica eran lugares donde se haciacutea sociabilidad y se contaban secretos se probaban y se vendiacutean artiacuteculos de vestir A veces faltaba alguacuten monedero En el bantildeo se podiacutea comprar de todo Habiacutea un mercado interno muy variado se vendiacutean cosmeacuteticos preservativos americanos saacutebanas ropa interior de nylon cosas de Buenos Aires o del Chuy Se pagaba seguacuten el precio

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hasta en tres veces El diacutea de cobro de la quincena se viviacutea con nerviosismo unos pagan y otros cobran tiene que ser raacutepido porque si se ldquoles escapardquo alguien a la hora de la salida al diacutea siguiente resulta muy difiacutecil cobrarlo y queda para la proacutexima quincena Se agudiza la viveza criolla y la rapidez en un mercado no permitido mercado negro de contrabando que reforzaba el bajo salario de las compantildeeras que atendiacutean solas las obligaciones familiares A veces en la hora de descanso se hablaba de noticias poliacuteticas Asiacute que me entereacute de la muerte de Eva Peroacuten y que Argentina estaba convulsionadaCuando llegueacute a casa pregunteacute a mi padre quieacuten era Eva Peroacuten No me habloacute con simpatiacutea de ella soacutelo entendiacute que los sindicatos no tienen que estar con las poliacuteticas de los gobiernos es peligroso que los poliacuteticos disfrazan las cosas Era la opinioacuten de un anarco sindicalista Pero esa explicacioacuten me sirvioacute en la vida

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El Sindicato

En casa yo escucheacute siempre hablar de sindicatos A mis hermanas les oiacutea comentar suspensiones injustas o despidos sin posibilidad de reclamos y malas condiciones de trabajo Mi padre era dirigente de uno de los sindicatos del gremio de trabajadores del puerto Veniacutean por casa trabajadores de los frigoriacuteficos de Regussiy Vulminot como Esteban Kikich el yugoeslavo cuando no estaba paseando por todo Montevideo al ldquoimaginariardquo que le hubiera asignado la policiacutea En Lana Uruguaya donde trabajaacutebamos no habiacutea sindicato Un diacutea llegaron a trabajar a la textil dos compantildeeros que veniacutean de faacutebricas organizadas Mora y Garciacutea Fue entonces que empezamos hablar del tema de la posibilidad de organizarnos ellos sabiacutean que no pagaban el salario correspondiente y las horas extras las pagaban como sencillas Cada diacutea se arrimaban maacutes compantildeeras a las conversaciones a preguntar por el salario y la categoriacutea que les correspondiacutea Ese fue mi primer contacto con la Unioacuten Obrera Textil Corriacutea 1954 Yo caminaba por la calle Fraternidad en el barrio Conciliacioacuten muy atenta a los nuacutemeros que estaban todos salteados Por eso entreacute al Sindicato de cabeza y sin pedir permiso igual que entreacute a la vida Tropeceacute en el cordoacuten de la vereda y seguiacute trastabillando hasta el zaguaacuten donde aterriceacute cuan larga era Y asiacute con esa forma tan particular de presentarme dije desde el suelo cuando pude levantar la cabeza y mirar a los dos joacutevenes que alliacute estaban ndashiquestAquiacute es el Sindicato

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Ellos estaban tan sorprendidos que quedaron paralizados uno con un pincel de engrudo en la mano y el otro con una gran hoja de papel para pegar en la cartelera Me miraban sin moverse no atinaban a nada Todaviacutea desde el suelo insistiacute ndashiquestEs o no es Soltando una carcajada a duacuteo dijeron ndashiquestDesde doacutende cayoacute eacutesta ndashy se miraron ndashDel Cerro ndashdije Me respondieron con maacutes risas ndashiquestQue vengo del Cerro de Lana Uruguaya tan coacutemico es Me tropeceacutesbquo porque veniacutea mirando los nuacutemeros los locos estaacuten todos salteados Reiacutean cada vez maacutes yo tambieacuten Cuando se calmaron me ayudaron a levantarme ndashVengo a buscar el uacuteltimo convenio de parte de Mora y de Garciacutea el de la moto eacutel me dijo que dijera asiacute Los conocen iquestno Porque allaacute nos afanan abierto No respetan el convenio a las aprendizas nos despiden antes de las cien jornadas y a los dos meses nos vuelven a tomar como nuevas y no nos ponen en planilla Los bantildeos son una letrina como estamos a la orilla de la costa de la bahiacutea cuando hay temporal entra por los cantildeos el agua del mar y se inundan y no tenemos otros bantildeos No pagan nocturnidad ni las horas extras como tiempo y medio no tenemos vestuarioshellip Arregleacute que en la proacutexima quincena iriacutean dos compantildeeros a mirar los sobres de sueldo y compararlos con la categoriacutea correspondiente a los distintos trabajos que realizaacutebamos Ese diacutea nos sentamos en el suelo de un baldiacuteo cercano a la faacutebrica y mostraacutebamos los sobres de sueldo Me entereacute que el sobre es como un documento que sirve para reclamar diferencias de dinero en el salario

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El patroacuten

Teniacutea trece antildeos cuando empeceacute a trabajar en Lana Uruguaya de la que era duentildeo Pedro Saacuteenz quien tambieacuten teniacutea parte en FUNSA De este sentildeor los compantildeeros deciacutean que era un hueso duro de roer No respetaba los convenios contrataba menores y a los tres meses los despediacutea Las condiciones sanitarias eran malas teniacuteamos un solo bantildeo que era una letrina de un metro y medio de lado en un patio en el centro de la faacutebrica a la intemperie a veces se inundaba no teniacutea pestillo se cerraba con una maderita Inmundo De a poco empezamos a hablar de la necesidad de formar una comisioacuten sindical en la faacutebrica Hablamos a uno por uno con tiempo hasta que un diacutea se nos ocurrioacute pedir una entrevista con Don Pedro La concedioacute pero en el Centro en una oficina lejos de la faacutebrica Viejo astuto Haciacutea casi un antildeo que estaba trabajando y en ese entonces me pareciacutea muy faacutecil eso de formar un sindicato Cuando llegoacute el momento me ofreciacute a ir Eacuteramos muy pocos Fuimos soacutelo dos mujeres y seis hombres Nos encontramos a la salida Iacutebamos todos muy nerviosos nunca se habiacutea intentado hacer un sindicato alliacute Hablaron Mora y Garciacutea solamente Le dijeron que representaban la Comisioacuten Interna Esto no le gustoacute nada a Don Pedro ndashiexcliquestQueacute queacute iquestSindicato iexcliquestDe queacute sindicato me hablan iquestCoacutemo se llama usted iquestY usted ndashles preguntaba a los gritos Yo sentiacutea miedo pero a la vez me resultaba graciosa la forma en que Don Pedro hablaba pronunciando la ldquozrdquo y malo como un zorrillo Estaba furioso

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ndashYo no conozco ninguna ldquocomisioacuten internardquo Cuando dijo esto Casanaacutes un joven compantildeero anarquista le contestoacute ndashLo que pasa es que usted es un viejo negrero Esto paralizoacute la escena Acto seguido Don Pedro abrioacute un cajoacuten del escritorio y sacoacute un revoacutelver Apuntoacute hacia arriba con el brazo estirado y gritoacute ndashiexclSe me mandan mudar todos de aquiacute iexclYo les voy a dar sindicato Yo estaba detraacutes de todos y fui la primera en salir Nunca habiacutea visto un revoacutelver Muy asustados emprendimos una ldquoretirada estrateacutegicardquo tan raacutepida que ni siquiera usamos el ascensor para llegar a la calle Corrimos escalera abajo oyendo los insultos del viejo Se abriacutean y cerraban puertas de los curiosos que de otras oficinas se asomaban a mirar la huida en estampida Cuando nos detuvimos comentamos la escena a carcajada limpia La inexperiencia el no saber llevar una entrevista precipitoacute las cosas El patroacuten se movioacute como acostumbraba y nosotros entramos en su provocacioacuten como muchachos que eacuteramos Fuimos a la faacutebrica hablamos con los compantildeeros y al diacutea siguiente la ocupamos sin maacutes ni maacutes Habiacutea mucha indignacioacuten preocupacioacuten y bronca nos sentiacuteamos atropellados Llamamos a los compantildeeros de la Unioacuten Obrera Textil Vinieron y esperaron en la puerta de la faacutebrica a que el patroacuten les diera una entrevista Don Pedro no fue a negociar se negoacute a apersonarse Algunos de los empleados de la oficina se plegaron al paro Otros soacutelo miraban por las ventanas A mediodiacutea comenzaron a llegar viandas con comida que traiacutean nuestros familiares y que compartimos Tuvimos tiempo de charlar con compantildeeras con las que soacutelo nos cruzaacutebamos al entrar o al salir y con las del mismo turno porque alliacute si hablabas mucho te suspendiacutean si te encontraban fuera de tu seccioacuten te suspendiacuteanhellip El patroacuten mandoacute desalojar Los compantildeeros del sindicato no queriacutean hacerlo hasta que se labrara un acta en que constara que estaba todo en perfectas

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condiciones para que no nos acusaran de haber roto algo A las cuatro de la tarde se presentoacute un inspector de la ofcina de trabajo A las cinco la Guardia Republicana de a caballo rodeoacute la faacutebrica Llevoacute un buen rato el recorrido de la faacutebrica con el inspector y Eusebio Caetano el delegado de la UOT Cuando salimos muy emocionados algunos pensando que se avecinaban diacuteas muy duros estaba todo el barrio rodeando la faacutebrica los obreros de los frigoriacuteficos los padres o hermanos de las obreras textiles y los vecinos La policiacutea solo hizo acto de presencia Aprendiacute lo que es la solidaridad la falta de experiencia y tambieacuten lo que es estallar cuando no se aguanta maacutes el manoseo patronal Al diacutea siguiente cuando el primer turno llegoacute a la faacutebrica la encontroacute cerrada Lock-out patronal seguacuten nos dijeron en el sindicato que podiacutea durar hasta setenta y dos horas Recibimos los telegramas colacionados si no entraacutebamos a trabajar en veinticuatro horas quedaacutebamos despedidos Al diacutea siguiente hicimos una gran asamblea en la Federacioacuten de la Carne cada uno de nosotros con nuestro telegrama en la mano Nos declaramos en huelga por tiempo indeterminado estaacutebamos jugados se trataba de defender el derecho a la organizacioacuten sindical Esa noche llevaron preso al compantildeero Casanaacutes lo retuvieron varios diacuteas en la comisariacutea Su esposa estaba embarazada de su primer hijo En uno de esos diacuteas tuvo una nintildea la llamaron Libertad La faacutebrica quedoacute silenciosa con una fuerte guardia policial de a caballo en las esquinas ndashiquestY ahora

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Mis quince antildeos

En mi cumpleantildeos de quince no tuve fiesta ni vestido blanco y largo No fue posible Ese diacutea pasoacute desapercibido en casa como un diacutea cualquiera Habiacutea problemas que me llegaban de costado y aunque mi madre me dijera que no era cosa miacutea se volviacutean cosa miacutea aunque yo no quisiera Con la plata de mi quincena anterior me habiacutea comprado para estrenar ese diacutea unos zapatos con un taco pequentildeo de un color amarillo mostaza que estaba de moda El diacutea esperado llegoacute Por la tarde me bantildeeacute me vestiacute con la ropa de salir y me puse los zapatos nuevos Me pareacute en la puerta de casa a esperar Esperar no seacute queacute ni a quieacuten especialmente Mi madre me habiacutea explicado que no habiacutea plata y por lo tanto no tendriacutea fiesta pero yo esperaba que algo sucediera No vino nadie a saludarme En casa no habiacutea teleacutefono iquestCoacutemo decir discretamente ldquomantildeana es mi cumpleantildeos y que vinieran los que se acordaranrdquo No vino nadie ni mis primas Mi uacutenico regalo llegoacute a la semana Mi madre me regaloacute unas caravanas largas de plata con una delicada piedrita celeste Era la primera alhaja que recibiacutea en mi vida No me animaba a poneacutermelas solo las miraba sonriendo ndashiquestViste Tarde pero llega ndashdijo tiraacutendome de la oreja como un recordatorio para toda la vida Como un sentildealamiento iexclespera espera Las useacute mucho tiempo Cuando me corteacute el pelo largo las luciacutea mejor Me miraba en el espejo se moviacutean como peacutendulos y yo me sentiacutea tan elegante tan adulta y coqueta y con permiso Mi madre teniacutea eso te daba permiso sin

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deciacutertelo En casa habiacutea muchas veces silencios de mi madre ese silencio que llenaba todos los rincones Pasaba algo Yo la encontraba triste Por las noches escuchaba los sollozos de mi hermana cuando su novio no veniacutea por algunos diacuteas no lloraba fuerte sino quedamente pero yo sabiacutea que estaba despierta en la oscuridad No sabiacutea que decirle Le habriacutea podido decir muchas cosas por ejemplo que no llorara porque ella habiacutea tenido maacutes suerte que yo que haciacutea cuatro antildeos tuvo su fiesta de quince su vestido largo blanco y muchos regalos que vinieron las primas y tiacuteas En mi adolescencia yo pensaba y pensaba pero no hablaba mucho Sabiacutea que los silencios de mamaacute teniacutean que ver con las ausencias de mi padre Pero a ella nunca se lo diriacutea Lo callaba La falta de plata tambieacuten se volviacutea silencios o respuestas de mal modo Yo pensaba tantas cosas pero no me impidieron la ilusioacuten la magia del cumpleantildeos de hacerme mayor y lucir mis caravanas de piedra celeste Un diacutea una compantildeera de trabajo que tambieacuten era mi amiga me pidioacute prestadas las caravanas para sacarse una foto que regalariacutea a su novio Pasaron los diacuteas y ella me esquivaba Cuando yo le preguntaba me deciacutea ldquoiexclHoy me olvide otras vez de traeacutertelas Mantildeana te las traigordquo y asiacute por muchos diacuteas la misma respuesta Diacuteas despueacutes al mirarla me dio vuelta la cara A la salida de la faacutebrica la seguiacute raacutepidamentela tomeacute de un brazo la gireacute hacia miacute y le pregunte en voz alta para que los que estaban cerca me oyeran por las caravanas Me contestoacute con todo desparpajo que ya me las habiacutea devuelto Me quedeacute sin palabras inmoacutevil La dejeacute partir Ella apresuroacute el paso la mireacute alejarse y no lo podiacutea creer era una compantildeera pero yo la creiacutea mi amiga iquestQueacute le diriacutea a mi madre que ya estaba sospechando que no me las devolveriacutean nunca maacutes No me quedoacute ninguacuten recuerdo de mi cumpleantildeos de quince Ni una foto ni las caravanas ni los zapatos amarillos que tambieacuten desaparecieron

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Con el tiempo se quedaron viejos y el fin de ellos fue que mi perro Biyuacute se los llevoacute de a uno para su casilla y desde alliacute los defendioacute como un trofeo Terminoacute enterraacutendolos como un tesoro en el jardiacuten de mi casa

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Conflicto textil

Trabajeacute durante los dos meses del conflicto en Prensa y Propaganda con otro joven Juan Aacutengel Toledo Aprendiacute a repartir papeles a hablar con megaacutefonos y a trabajar con el planograf algo que me gustaba mucho El planograf nos permitiacutea dar rienda suelta a nuestra imaginacioacuten Era un marco de madera que tensaba una organza del largo de dos hojas de perioacutedico Haciacuteamos un dibujo en negativo en cartulina que oficiaba de matriz y lo pegaacutebamos sobre la organza despueacutes con un lampazo deslizaacutebamos la tinta de lado a lado del marco Dibujaacutebamos una oveja con grandes cuernos y le poniacuteamos el nombre de los rompehuelgas Los pegaacutebamos en las esquinas de sus casas Se asustaban y se enfureciacutean pero dejaban de ir a trabajar durante la huelga Eran parte de las medidas de fuerza que usaacutebamos Meacutetodos primitivos casi infantiles pero efectivos Empezaba la crisis de la deacutecada del 50 El fin de la segunda guerra mundial y de la guerra de Corea permitioacute a Inglaterra y EEUU reanimar su industria Dejaron de importar tejidos para importar tops (lana lavada y peinada sin hilar) con la consiguiente peacuterdida de puestos de trabajo para los obreros textiles uruguayos Fue una huelga muy dura Cincuenta y cuatro diacuteas es mucho tiempo para sostener un hogar sin el salario El gremio saliacutea de un gran desgaste el antildeo anterior habiacutea sido la huelga de la Mundial donde una compantildeera fue baleada en la puerta de la faacutebrica Las patronales podiacutean sostener un lock-out durante varios meses porque

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teniacutean stock suficiente de mercaderiacutea para cumplir con los importadores En la Federacioacuten de la Carne en la calle Grecia instalamos una olla sindical y repartimos comestibles que pediacuteamos en los comercios La campantildea del kilo como la llamamos para los huelguistas y sus familias fue un respiro Cada diacutea se volviacutea maacutes duro sostener la huelga A los treinta diacuteas de comenzado el conflicto entroacute un veinte por ciento de los trabajadores fundamentalmente administrativos encargados y capataces Otros trabajadores salieron a buscar la changa Por otro lado se sumaron a la huelga otras faacutebricas en solidaridad con los obreros de LanaUruguaya del Cerro La patronal seguiacutea tan dura como el primer diacutea no reconociacutea Sindicato ni derechos de organizacioacuten Con Don Pedro no podiacuteamos negociar nada pretendiacutea matarnos de hambre teniacutea cuerda para rato con un gran stock en los galpones Pusimos piquetes en las esquinas de la faacutebrica para que no entraran a trabajar los rompehuelgas Los obreros del Cerro iacutebamos a detener a los que queriacutean entrar en las faacutebricas del Paso Molino y los del Paso veniacutean a detener a los del Cerro Durante esta lucha mataron de un balazo a Antonio Goacutemez Delgado un compantildeero de la Unioacuten Obrera Textil que pretendioacute hablar con un rompehuelgas eacuteste sin mediar palabra le disparoacute en el pecho Antonio teniacutea diecinueve antildeos Eacuteramos todos muy joacutevenes Las mujeres tuvimos una gran participacioacuten en esta lucha Las obreras textiles ganamos la calle Instrumentamos cosas que sabiacutean que les doleriacutean a las carneras Cuando no entraron las palabras nos fuimos a las manos Lo que pasaba en la calle lo cuentan los partes policiales que apareciacutean en la prensa montevideana de entonces cuando la huelga se generalizoacute al resto de las faacutebricas ldquoEn la interseccioacuten de las calles Grecia y Francia a las 530 de hoy un grupo no determinado de personas presumiblemente mujeres le cortaron el

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cabello a dos obreras que se dirigiacutean a trabajar a Lana Uruguaya empresa que se encuentra en conflicto Se averiguardquo Diario El Plata Los obreros del transporte participaron en forma solidaria ldquoUn grupo de personas hicieron bajar del oacutemnibus a tres mujeres que se dirigiacutean a trabajar a una faacutebrica en conflicto una vez abajo les cortaron mechones de pelo y les rasgaron la ropa Esto ocurrioacute con la supuesta colaboracioacuten del guarda y del conductor del oacutemnibus que no se detuvo enla parada que era en la puerta de la faacutebrica sino maacutes adelante Se averiguahellip ldquo ndash Diario El Paiacutes iexclYa no se animan a entrar sigue la huelga iexclViva la huelga A otras les quitamos los zapatos Duele que te dejen descalza en la calle Nosotras luchaacutebamos por todos Como tambieacuten algunos hombres entraban a trabajar empezamos a pegar carteles de ovejas cornudas con sus nombres en la esquina de sus casas En un barrio obrero como el Cerro eso quemaba Tuvimos que pelear en la forma maacutes primitiva maacutes salvaje cuerpo a cuerpo Asiacute empezoacute el sindicato unitario en textiles quebrando al sindicato amarillo conciliado con la patronal Primero fue la Unioacuten Obrera Textil y en 1956 con la integracioacuten de Alpargatas Paylana y la textil de Juan Lacaze constituimos el Congreso Obrero Textil sindicato uacutenico para la industria textil Las mujeres fuimos protagonistas Y pensar que se dice que el sindicato es ldquocosa de hombresrdquo iquestY las mujeres queacute iquestPor queacute no estaacuten en la foto No se sabe mucho de lo que hacen las mujeres en el sindicato Como en la vida cotidiana no aparecemos Aunque seamos las secretarias de actas no nos hacemos figurar Somos la parte silenciosa lo no escrito lo no contado la no historia

Mariacutea Julia frente a la faacutebrica SADIL (Deacutecada de los 50) Fotografiacutea Archivo personal

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La mamaacute de Rosita

A Rosita no la dejaban ir sola al sindicato Su mamaacute la teniacutea que acompantildear para que nadie pudiera hablar mal de ella asiacute que se bancaba todas las asambleas y algunas manifestaciones Pero algunas veces sucediacutean acontecimientos no previstos en los que la madre resultaba tan involucrada como la hija Y aprendioacute a correr como la mejor Aquel diacutea fuimos a repartir volantes a la puerta de Alpargatas La sentildeora nos acompantildeaba siempre caminando dos o tres metros maacutes atraacutes bien vestida de taquitos y collar de perlas pareciacutea que no rompiacutea un plato Eacuteramos unas veinte personas despueacutes llegaron como quince maacutes Caminaacutebamos por las veredas de la faacutebrica gritando consignas La madre nos seguiacutea lentamente De repente sentimos la llegada de la Republicana Aparentemente desde adentro los jefes habiacutean pedido proteccioacuten policial A caballo y sable en mano doblaron la esquina y nos sorprendieron Nos recostamos todos contra la pared Seguimos gritando consignas y tirando volantes Intentaron reprimirnos subiendo con los caballos a la vereda pero como por suerte siempre hay baldosas flojas les hicimos frente con piedras y trozos de baldosas Y iexcliquesta quieacuten veo en la primera liacutenea de fuego A la mamaacute que luchaba como la mejor El ruido de los telares empezoacute a aminorar nos dimos cuenta que estaban parando Desde las ventanas los obreros de Alpargatas gritaban ldquoiexclSalvajes iexclSalvajesrdquo y nos saludaban ldquoiexclAdelante compantildeerasrdquo

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Nosotras cruzamos la calle en grupo para verlos mejor y reiacuter compartiendo el momento Los policiacuteas sorprendidos miraacutendose entre siacute habiacutean quedado en la acera de enfrente custodiando la faacutebrica que habiacutea quedado en silencio Habiacuteamos conseguido nuestro propoacutesito conseguimos su solidaridad y los invitamos para la asamblea general del domingo en el Boston Club de Box Esa tarde madre e hija llegaron al barrio un poco desalintildeadas y despeinadas La madre con una contusioacuten en un brazo y un tobillo dolorido De a poco se fue integrando Conversaba con alguna compantildeera mayor hasta que un diacutea contoacute que cuando volviacutea a su casa de acompantildear a su hija su marido les deciacutea ndashiexclCallejeras iexclLo uacutenico que faltaba ahora iexclSindicato iexclEn mi propia casa

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Negra pobre y retobada

SADIL era una faacutebrica importante con 2000 trabajadores como ILDU La Aurora Alpargatas En ese entonces funcionaban los tres turnos diacutea y noche de 6 a 14 de14 a 22 y de 22 a 6 de la mantildeana No paraba nunca la industria textil Llegoacute a tener veinte mil obreros SADIL era una faacutebrica moderna muy bien equipada teniacutea vestuarios comedor para la media hora de descanso reloj automaacutetico para marcar el horario de entrada y de salida Todo eso era nuevo para miacute estaba contenta de trabajar en una faacutebrica tan grande con un fuerte sindicato Un grupo de mujeres charlaba en el vestuario Recieacuten entraacutebamos ndashDe todo encontreacute en la vintildea del sentildeor ndashNo solo en la faacutebrica Una compantildeera se estaba cambiando lentamente Escuchaba en silencio mientras doblaba y guardaba su ropa en el armario de metal Teniacutea la piel negra unas piernas largas y bien formadas un busto que llenaba la blusa y una sonrisa que dejaba ver unos dientes muy sanos ndashHay de todo en la vintildea del sentildeor ndashdijo interviniendo en la conversacioacuten Contoacute que cuando era maacutes joven y soltera buscoacute trabajo por el diario de empleada domeacutestica con cama Habiacutea siempre una larga lista Su madre deciacutea ndashMira parsquo Pocitos que pagan maacutes Asiacute que eligioacute una casa cualquiera Era una negra muy alta movediza y sonriente La vecina le prestoacute los zapatos llevoacute una pollera de su hermana y la madre le dejoacute unas caravanas de perlita que tenia para salir

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La verdad que fui bien vestida y resignada a quedarme porque en casa ya no podiacuteamos maacutes No teniacuteamos plata para comer Lo que maacutes rabia me daba era la miseria Toqueacute timbre y salioacute una sentildeora como de cuarenta antildeos Le dije a que veniacutea Me mostroacute la casa para explicarme todo lo que teniacutea que limpiar La casa era de lujo toda llena de porcelanas Me mostroacute mi pieza llena de bicicletas de los hijos y una cama a un costado contra un armario ndashEn la mitad ponemos abrigos viejos pero el resto lo podeacutes usar para poner tu ropa ndashasiacute que ldquomi piezardquo era el espacio de mi cama y nada maacutes ndashMi marido y yo no estamos casi nunca Supongo que algo sabraacutes cocinar Tengo seis hijos pero van a la escuela y al liceo El tiempo te da para todo Estaacutes mucho rato sola ya ves Arreglamos el precio Me parecioacute adecuado para lo que se pagaba en ese entonces Teniacuteamos casi todo arreglado hasta que me dijo ndashSupongo que tendraacutes carnet de salud porque si no Yo le contesteacute ndashiquestCuaacutentos son de familia Ella me quedoacute mirando y preguntoacute ndashiquestPor queacute ndashPor favor mueacutestreme el carnet de salud de todos ustedes Por supuesto no me quedeacute Empeceacute a caminar hacia la salida La duentildea de casa se puso colorada pareciacutea que iba a reventar de rabia A modo de despedida dijo antes de cerrar la puerta de un golpe ndashNegra y retobada doacutende se vio Asiacute no vas a conseguir trabajo en ninguacuten lado ndashPero aquiacute estoy en la faacutebrica y sigo retobada ndashrioacute Cerroacute el armario y echoacute la llave al bolsillo Todas reiacuteamos

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Un gremio de mujeres

El gremio textil es un gremio de mujeres pero los dirigentes son en su mayoriacutea hombres ldquoEso siempre fue asiacute pero en el 53 el antildeo pasado la huelga de la Mundial fue por cosas de mujeres ndashme dice Blanca Peraltandash Miraacute todo vino porque una compantildeera que estaba embarazada se sintioacute mal y pidioacute para irse El capataz no le dio permiso La compantildeera una hora maacutes tarde tuvo un aborto espontaacuteneo sola en el bantildeo iexclEso no se podiacutea aguantar La atendimos entre todas ella estaba desmayada Paramos las maacutequinas iexclEso no se podiacutea aguantar No teniacuteamos nada iexclni una enfermeriacutea en la faacutebrica Empezoacute asiacute como un estallido con bronca Ocupamos la faacutebrica paramos y despueacutes hablamos de sindicato Fue una huelga muy difiacutecil El patroacuten mostroacute su fuerza y nosotras tambieacuten Durante ese conflicto pasaron maacutes cosas como cuando estaacutebamos sentadas en la escalinata de la faacutebrica haciendo paro de brazos caiacutedos y la patronal llamoacute a la policiacutea Llegaron y se ubicaron delante de la faacutebrica Nosotras estaacutebamos tranquilas y de repente sentimos un tiro Una compantildeera empezoacute a gritar ldquoiexclSangre iexclTengo sangrerdquo Hubo mucha confusioacuten unas corrieron a socorrer a la compantildeera otras a los portones a gritarles a los milicos ldquoiquestQueacute les pasa iquestEstaacuten locosrdquo ldquoMe dieron un balazo en la piernardquo gritaba nuestra compantildeera A lo lejos escuchaacutebamos los gritos de los vecinos y de nuestros familiares acercaacutendose A la policiacutea no se le movioacute un pelo Dijeron que se les escapoacute un balazo

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sin querer No la socorrieron tuvimos que salir nosotras a buscar un auto Pedimos que se retirara la policiacutea y lo hicieron cuando vieron que estaban llegando compantildeeras de otras faacutebricas y vecinos indignados Y asiacute empezoacute la huelga del 53 de la Mundial como un estallido respondiendo a los golpes de la patronal Estallamos como ustedes los de Lana Uruguayardquo De esa huelga surgioacute como dirigente sindical Blanca Peralta de La Mundial En cada huelga el gremio textil iba pariendo nuevas mujeres forjadas en la lucha que se destacariacutean como dirigentes Recuerdo algunas compantildeeras de aquel entonces Irene Peacuterez Delia Maldonado Delia Rodriguez Ocklahoma Acosta Jorgelina Martiacutenez Pero son las menos Aunque en esta industria la mayoriacutea son obreras hay muy pocas que lleguen a la direccioacuten del gremio quedan a medio camino

Compantildeeras militantes de distintas faacutebricas textiles en un festejo del sindicato en Marontildeas (Finales de la deacutecada del 50) Fotografiacutea Archivo personal

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El robo

Luciacutea teniacutea cuatro hijas la maacutes chica de catorce antildeos y la maacutes grande de veinte Entroacute en la faacutebrica SADIL muy respaldada con una recomendacioacuten de un senador del partido colorado y aunque no se lo preguntaras ella te lo haciacutea saber para que te enteraras de sus padrinos Nos llamaban la atencioacuten las pilchas y los anillos que traiacutea A veces deciacutea que no necesitaba trabajar y nos dejaba caer unos ojos tristes de mujer abandonada por su esposo un deportista venido a menos que ella seguiacutea sosteniendo econoacutemica y aniacutemicamente Siempre que entraban nuevas apareciacutean cosas raras que nos poniacutean en alerta La nueva es objeto de observacioacuten iquestDe doacutende viene iquestCoacutemo vive Generalmente se les ve el plumero enseguida Pero Luciacutea nos vendioacute un tranviacutea y se lo compramos Hablaba muy bien muy culta atenta carintildeosa Deciacutea que nunca habiacutea trabajado en una faacutebrica pero que se teniacutea que acostumbrar Sus hijas tampoco trabajaban no estaban acostumbradas Pareciacutea una rica venida a menos que lo llevaba dignamente La veiacuteamos mirarse las manos que se deterioraban lentamente y pasarse una crema Un diacutea de pago terminada la jornada a la pobre Paulina le desaparecioacute el sobre con todo el dinero de la quincena Se lo quitaron del bolsillo de la tuacutenica mientras estaba trabajando algo inexplicable Ella no sintioacute nada pensamos que lo habiacutea perdido

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ndashiexclMe lo punguearon ndashdijo Paulina en voz altandash iexclEl sobre con la quincena ndashiquestNo se te habraacute caiacutedo Lo buscamos por todos lados La seccioacuten casi dejoacute de trabajar por buscarlo Paulina lloraba amargamente teniacutea dos hijitas pequentildeas y estaba sola para mantenerlas estaba separada de su esposo Las demaacutes resolvimos hacer una colecta para compensarla Luciacutea se portoacute muy bien puso el doble del dinero que poniacutea cada una de nosotras Nos parecioacute un gesto muy solidario A los dos meses un diacutea de lluvia faltoacute un paraguas del vestuario y un pilot de otra compantildeera muy bonito inigualable porque su novio se lo habiacutea traiacutedo de Brasil Todas nos pusimos furiosas soltaacutebamos indirectas estaacutebamos nerviosas desconfiadas ndashYa la vamos a encontrar ndashY no se salva de una paliza Al poco tiempo una compantildeera vio a la hija de Lucia en una parada de oacutemnibus en el Centro luciendo el pilot en cuestioacuten El lunes se armoacute el revuelo Rodeamos a Luciacutea en el vestuario y le pedimos explicaciones Negaba se arrodillaba juraba por las hijas Las viacutectimas de los robos queriacutean pegarle y que confesara Otras proponiacutean que fuera una comisioacuten a la casa a pedir las cosas Llegoacute la hora de entrar a trabajar y estaacutebamos a los tirones Las tres interesadas y la delegada de la seccioacuten no queriacutean entrar queriacutean aclararlo todo La teniacutean como presa no la dejaban entrar a la seccioacuten ni salir del vestuario Los compantildeeros de la faacutebrica se enteraron lo que estaba pasando en el vestuario de mujeres A una de nosotras se le ocurrioacute que deberiacutea ir una sola de las compantildeeras del turno que saliacutea a buscar el pilot y que sirviera de prueba Asiacute fue Las hijas le dieron las prendas que supuestamente su madre mandaba buscar es decir el paraguas y el pilot Ya con la prenda en manos de sus duentildeas era muy difiacutecil justificar nada eran hechos consumados Cinco mujeres estaacutebamos fuera del puesto de trabajo

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peleaacutendonos en el vestuario tomando la justicia en nuestras manos A esa hora hasta el jefe de personal sabiacutea lo que estaba pasando en el vestuario Llamaron a todo el grupo a la oficina de personal El jefe nos dijo que eacutel teniacutea que denunciar el robo a la policiacutea que el mismo es causal de despido y que ademaacutes las dos que fueron viacutectimas del robo estaban en su derecho a denunciarla tambieacuten a la policiacutea ndashNosotras no queremos ni una cosa ni la otra ndashle contestamosndash Solo queremos darle un escarmiento No somos quien para quitarle el pan a nadie y denunciarla a la policiacutea tampoco porque para eso nos bastamos nosotras que una paliza a tiempo no le va mal a nadie ndashParsquo que aprenda ndashdijo Paulina El jefe dijo ndashSiendo asiacute les tengo que hacer el parte a ustedes tambieacuten por estar fuera del lugar de trabajo Si ya estaacute aclarado cada una a su puesto Ella se queda para hablar al respecto Al salir de la oficina le dice una notiexclChorra iexclLadrona Luciacutea contestoacute llorando ndashiexclNo seas mala Tengo una enfermedad soy cleptoacutemana Todas retrocedimos dispuestas a pegarle ndashiexclTe vamos a dar cleptoacutemana iexclLadrona El jefe tuvo que ponerse en medio para que no le pegaacuteramos Asiacute a los empujones salimos de la oficina hacia la seccioacuten de hilanderiacutea Cuando caminaacutebamos hacia la seccioacuten una dice ndashiquestSaben Me dio laacutestima pobre ndashiquestEstaacute enferma ndashNada ndashdice Teresandash Yo leiacute que la cleptomaniacutea es una enfermedad de ricos y a eacutesta soacutelo le quedan las mantildeas Es una chorra y lo peor es una mala compantildeera no piensa en nadie Con razoacuten dio doble para Paulina se quedaba con todo el sueldo de una compantildeera sin importarle nada

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ndashiquestQuieacuten tiene derecho a robarle a otra iquestEh ndashLaacutestima que se nos encarajinoacute con el jefe Porque lo que es eacutesta con la paliza que le dimos no roba maacutes ndashdice Paulina remangaacutendose las mangas de la camisa y con la cara muy roja

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El Boston

La Unioacuten Obrera Textil estaba en el local de una antigua pizzeriacutea en la calle Fraternidad en el barrio Conciliacioacuten Eran dos habitaciones donde se amontonaban carteleras pinceles tarros con engrudo diarios para hacer planograf estandartes usados con textos que se volviacutean obsoletos raacutepidamente Los nuevos aconteceres sindicales se viviacutean de prisa De las paredes colgaban piolas donde se poniacutean a secar los nuevos carteles Algunas pocas sillas bancos largos encimados contra la pared completaban aquel desorden Aquiacute entraacutebamos por primera vez todos los que queriacuteamos enterarnos del sindicato del salario miacutenimo de las categoriacuteas del uacuteltimo convenio y buscar a alguien que fuera a la puerta de la faacutebrica el diacutea de cobro para que nos ayudara a descubrir las diferencias mirando el sobre del sueldo Asiacute empezamos a querer aquel lugar que se llamaba Sindicato En eacutepoca de conflicto siempre habiacutea mucha gente casi funcionaba en la vereda no cabiacuteamos cada diacutea eacuteramos maacutes Corriacutea el antildeo 1954 Alguacuten domingo cuando habiacutea Asamblea General la asamblea grande del gremio se alquilaba otro local Casi siempre se haciacutea en el barrio del puerto en la Ciudad Vieja Calles angostas huacutemedas y oscuras se llenaban de risas y colores al pasar las compantildeeras textiles que por decenas iban llegando desde el Cerro La Teja Marontildeas Desde los bares los parroquianos saliacutean a mirarlas como si fuera un espectaacuteculo dominguero Pareciacutea que esas mujeres iban oxigenando el barrio mujeres obreras de todas las edades que caminaban por las aceras a paso firme El ruido de tantos pies hablaba de luchas que se

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avecinaban El Boston era un viejo club de boxeo que estaba en la calle Piedras y Yacareacute donde a veces nos estremeciacutea el pitar de los barcos de ultramar saludando a Montevideo al llegar o despidieacutendose de ella al irse Oliacutea a viejas cervezas derramadas en el suelo de madera y a tabaco Teniacutea una claraboya con vidrios oscurecidos por el holliacuten que alguna mantildeana dejaba entrar un rayo de sol El ring de madera estaba situado en medio de la sala Los dirigentes del gremio subiacutean a eacutel voleando la pata entre las cuerdas y llevando su propia silla Una mesa del bar que era traiacuteda en alto por alguacuten voluntario completaba el escenario La uacutenica luz eran los cuatro focos que iluminaban al ring los actores eran ahora nuestros dirigentes El aire se iba enrareciendo mientras se llenaban los asientos y se oscureciacutean maacutes los rincones por el humo Con el Boston de bote a bote un tamborileo de dedos y pies nerviosos anunciaba que queriacuteamos escuchar pronto a la Comisioacuten Directiva dando las noticias de la marcha del conflicto Estas fueron mis primeras asambleas y las viviacutea como un espectaacuteculo Auacuten no entendiacutea muchas palabras del argot sindicalero ldquomocioacuten de ordenrdquo ldquovamos a pasar a cuarto intermediordquo pero como nunca tuve problema en preguntar me fui enterando de lo que significaban y me fui apropiando de esa forma tan rara de hablar que despueacutes hice miacutea Completaba el espectaacuteculo la parte oratoria Me llamaba la atencioacuten la admiracioacuten que se teniacutea por Heacutector Rodriacuteguez y por Eusebio Caetano y el respeto con que se escuchaban sus intervenciones Heacutector ademaacutes de sus ocho horas diarias en el telar teniacutea formacioacuten universitaria por lo cual conociacutea los dos lenguajes Hablaba sencillo y muy claro Algunas mujeres muy pocas subiacutean al ring para hablar Sin embargo siempre habiacutea una en la mesa de la asamblea sacando actas Las que se atreviacutean a hablar eran Blanca Peralta o Delia Maldonado Se

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destacaba Irene Peacuterez por un muy buen manejo de la palabra Yo en esa eacutepoca no me daba cuenta auacuten Irene era una militante poliacutetica muy disciplinada era maacutes poliacutetica que sindicalista esa era la diferencia De esos hombres y mujeres aprendiacute mucho en cada asamblea Fueron mis tempranos iacutedolos Idealiceacute mis primeros antildeos sindicales para miacute mi Sindicato era el maacutes combativo y no aceptaba bromas de ninguacuten compantildeero sobre la honestidad de nuestros dirigentes El sindicato era la uacutenica forma de lucha que conociacutea No conociacute otra hasta que llegaron a mis manos algunos libros La madre de Gorki recuerdo que me lo dio Blanca despertoacute en miacute nuevas inquietudes Descubriacute que no bastaba ldquoir parsquo delanterdquo solamente como deciacuteamos en la faacutebrica Yo queriacutea saber queacute era ldquotaacutectica sindicalrdquo y queacute era ldquoestrategia frente a la patronalrdquo Me empeceacute a reunir con algunos anarcos de mi faacutebrica los amigos que me abrieron las puertas de la gran Biblioteca Popular del Cerro allaacute donde se encuentran las calles Repuacuteblica Argentina y Chile

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Despueacutes de la huelga

En los acuerdos entraacutebamos a trabajar todos los despedidos A miacute me tomaron como si fuese nueva cuando habiacutea entrado a Lana Uruguaya teniacutea soacutelo trece antildeos y no estaba permitido por la ley que trabajaran nintildeos menores de catorce antildeos Nosotros transamos pero a los dos meses me suspendieron por falta de trabajo hasta nuevo aviso y no me volvieron a llamar Lo peor es que yo tampoco habiacutea cumplido las cien jornadas de trabajo como nueva la suspensioacuten fue una trampa y caiacute en ella No teniacutea derecho a reclamar mipuesto de trabajo El sindicato recieacuten saliacutea del desgaste de la huelga y me tuve que aguantar en el molde Era muy comuacuten que te tomaran y te suspendieran ldquomomentaacuteneamente por falta de trabajordquo antes de cumplir las cien jornadas de trabajo A las dos o tres semanas te volviacutean a tomar y asiacute hasta por dos antildeos Con esto impediacutean que te convirtieses en un trabajador efectivo y te manteniacutean en una situacioacuten de inseguridad laboral constante Seguiacute militando en el sindicato aunque me costoacute mucho volver a trabajar en la industria quedeacute en ldquola lista negrardquo Haciacutea limpiezas en casas de familia y de tarde me iba al sindicato donde teniacutea mis amigas y compantildeeras Luego empeceacute a trabajar en pequentildeas faacutebricas de tejidos de punto cuando quedaba cesante volviacutea a hacer limpiezas No perdiacute contacto con el gremio Trabajeacute con Delia en la organizacioacuten del Sindicato de Tejido de Punto Era muy difiacutecil eran faacutebricas muy pequentildeas

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teniacuteamos que ir a la puerta de cada faacutebrica y hablar una por una con las obreras Tuve la suerte de acompantildear a Emilio Deconcilis y a Heacutector Rodriacuteguez en las primeras reuniones de la Asamblea Consultiva Pro Central Uacutenica en los locales de la Federacioacuten de la Bebida y de la Federacioacuten de la Carne donde participaban todos los sindicatos Marchaacutebamos hacia la unidad de toda la clase obrera Autoacutenomos y de la Unioacuten General de Trabajadores con recelo pero marchaacutebamos juntos organizando los primeros paros unitarios de toda la clase obrera montevideana Todo el conjunto de los trabajadoresy las mujeres tambieacuten Yo seguiacutea sin trabajo fijo Haciacutea poco habiacutea muerto mi padre Mis hermanas se habiacutean casado quedeacute sola con mi madre y habiacutea deudas en casa Ese tiempo lo viviacute como un desborde de actividad pero mi madre sabiacutea que yo igual traiacutea el salario a casa y eso me permitiacutea cierta independencia ndashSos igual que tu padre ndashdeciacutea por mi militancia No seacute si le agradaba o le disgustaba pero yo sentiacutea su apoyo silencioso En 1957 acepteacute invitaciones de los compantildeeros de la Juventud Socialista que trabajaban por la formacioacuten de los sindicatos agriacutecolas Asiacute conociacute Paysanduacute Artigas y Treinta y Tres En 1958 empeceacute a trabajar fija en SADIL Alliacute trabajeacute diez antildeos de los cuales ocho fui delegada Vinieron las ocupaciones de la faacutebrica en lucha contra la desocupacioacuten La crisis de la deacutecada del 60 empezaba a hacer estragos y la lana se iba del paiacutes sin industrializar La poliacutetica del gobierno fondomonetarista se hizo notar enseguida Nos entregaron atados de pies y manos al mercado norteamericano Esto tuvo durante varios antildeos en lucha al gremio textil entero en el intento infructuoso de defender la industria nacional La ocupacioacuten de faacutebricas del 64 al 68 fue un ejemplo de militancia de las mujeres Horas en la faacutebrica ocupada sin ganar dinero las maacutequinas paradas la faacutebrica friacutea El gremio en pie de lucha Yo me habiacutea casado y ya teniacutea dos hijos

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Las mujeres eacuteramos la mayoriacutea nos turnaacutebamos para ir a casa atender a los hijos y a las tareas del hogar y volviacuteamos a entrar a la faacutebrica a seguir la huelga de brazos caiacutedos Duroacute mucho tiempo Discusiones asambleas y marchas que soacutelo sirvieron para fortalecer al gremio y nada maacutes porque todo se jugaba en la poliacutetica nacional y nosotros no decidiacuteamos estaacutebamos lejos de la poliacutetica Algunas de las faacutebricas inevitablemente cerraron y se fueron los capitales del paiacutes En esa eacutepoca escribiacute mis primeros artiacuteculos en Liberacioacuten una publicacioacuten de dos hojitas que sacaacutebamos en la Agrupacioacuten Textil del departamento sindical del Partido Socialista en Montevideo Vino la desocupacioacuten Estuve largos periacuteodos en el seguro de paro y luego nos ofrecieron el despido que al fin acepteacute en el 70 y me alejeacute de la industria Siempre mantuve la actividad sindical pero me metiacute maacutes en la tarea poliacutetica en el Partido Socialista y en el Frente Amplio que en ese momento se creaba Nunca fui rentada ni en la actividad sindical ni en la poliacutetica tal vez salieron muchos pesos de mi flaco bolsillo para una lucha con la que me sentiacutea totalmente comprometida como todos los militantes sindicales de esos antildeos Viviacutea apasionadamente los acontecimientos en un aprendizajepermanente Todos aprendiacuteamos e iacutebamos modificando nuestra vida personal en la medida en que empezaacutebamos a participar en la vida colectiva Fueron los mejores antildeos de mi juventud

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Jorgelina y Delia en Budapest

La invitacioacuten llegoacute al gremio textil desde Hungriacutea de parte de la Federacioacuten Sindical Mundial Se trataba de una Conferencia de Mujeres Trabajadoras con convocatoria internacional No hablaban de solventar el viaje La direccioacuten de nuestro gremio consideroacute importantes las relaciones internacionales y resolvioacute organizar una rifa para solventarlo El tiempo apremiaba y no se llegaba a completar la cifra total Cercano a la fecha de viajar soacutelo se teniacutea el cincuenta por ciento del dinero Consultadas las dos compantildeeras aceptaron correr el riesgo de viajar soacutelo con pasaje de ida con la salvedad que desde aquiacute seguiriacutean gestionando el tema del retorno Eso de ir a Budapest sin pasaje de retorno era una verdadera locura Mamaacute preparoacute los tallarines como cualquier domingo Vinieron dos hermanos y tres sobrinas Mi vieja estaba muy silenciosa Me daba miedo que en cualquier momento saltara con unahellip No era una despedida era una preocupacioacuten para todos Y mi vieja lo soltoacute ndashEse paiacutes dicen que estaacute atraacutes de la cortina de hierro ndashLas cosas cambiaron mucho No nos va a pasar nada ndashEsa compantildeera que va iquestya la conociacuteas ndashSi es macanuda Delia Maldonado ndashSu familia tambieacuten estaraacute preocupada ndashEs una gran oportunidad ndashdijo mi hermano

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Y mamaacute nos miroacute con una sonrisa iroacutenica ndashLos del sindicato podiacutean haber sacado un preacutestamo ndashdijo mi sobrinandash cuando vieron que el dinero de la rifa no alcanzaba y se terminaba de pagar con otra rifa No se puede creer que las manden solo con el pasaje de ida Ojalaacute que no sea para sacaacuterselas de encima Y se rioacute ndashHablando de preacutestamo iquestalguien me puede prestar una valija El barco sale el martes a las 12 de la mantildeana No sabemos si tenemos camarote ndashdijo la negra Las compantildeeras viajaron en tercera de un buque italiano No les preocupaba Del viaje por mar contaron poco Las dos viajaron como perro en bote un poco asustadas Diacuteas y diacuteas viendo agua y cielo y alguacuten temporal Los relaacutempagos en el mar se ven de principio a fin Cabalgando las olas Y asiacute llegaron a Europa Siguieron viajando en tren hasta llegar a su destino Sin plata y hablando por sentildeas Disfrutando todo lo que veiacutean y escuchaban Sin saberlo estaban viviendo los cambios que pronto llegaron a esos paiacuteses de ldquodetraacutes de la cortina de hierrordquo Se estaban produciendo los cambios que ellas contaron al llegar Contaron de la solidaridad que recibieron de las otras delegadas cuando se enteraron de que no teniacutean pasaje de retorno a Uruguay Siempre la misma pregunta en distintos idiomas ndashiquestCoacutemo pasaje sin retorno El tema se hablaba en los pasillos con ellas mismas Las dos uruguayas resultaron muy interesantes en Hungriacutea tanto para las delegadas como para las inteacuterpretes Al escucharlas en las intervenciones se hicieron populares Les gustaba la personalidad de Jorgelina la sonrisa y la humildad de Delia Aunque no eran comunistas y ademaacutes veniacutean representando a sindicatos autoacutenomos de su paiacutes hablaban de meacutetodos sindicales diferentes Contaron

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que en las calles de Montevideo estaban las obreras y los obreros en pie de lucha por derechos sindicales Corriacutea el antildeo 1956 y se intentaba salvar las fuentes de trabajo buscando formar una Central Uacutenica de trabajadores con hombres y mujeres de todas las tendencias poliacuteticas eso asombraba Lo deciacutean en castellano se repetiacutea en distintas lenguas distintas cabezas se moviacutean afirmativamente Hablaron y escucharon sintieron que estaban en la tarea que habiacutean ido a cumplir con las compantildeeras de otras geografiacuteas Tres meses despueacutes de la conferencia en Budapest en octubre se confirmoacute lo que las dos compantildeeras en julio contaron a su regreso a la comisioacuten directiva del sindicato textil El descontento que pudieron apreciar por relatos de las compantildeeras huacutengaras anticipando que podiacutea pasar cualquier cosa la crisis poliacutetica econoacutemica y de confianza en el poder Los sindicatos estaban preocupados pero el silencio no alcanzaba para ocultarlo En octubre entraron a Budapest los tanques rusos a reprimir una revuelta popular con costos poliacuteticos y de vidas humanas

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Una conferencia nacional

Eacuteramos muchas setenta delegadas de la Capital y treinta del Interior Llegaron obreras textiles desde Paysanduacute y Juan Lacaze Saacutebado y domingo funcionariacuteamos en el Centro Obrero de Alpargatas el local maacutes grande y coacutemodo del gremio Estaba todo preparado para recibir a las compantildeeras y alojar a las que llegaban del Interior Cuando arribaron las dos bantildeaderas se escucharon cantos y salimos todas del local a recibirlas abrazos y besos conocieacutendonos y reconocieacutendonos Ya estaacuten los mates y las bolsas de bizcochos circulando Poco a poco nos vamos sentando para dar comienzo a la jornada Hoy 20 de octubre de1956 el compantildeero Ruben Huguet en nombre del COA da comienzo a la primera Conferencia Nacional de Mujeres Textiles en Montevideo Jorgelina Martiacutenez y Delia Maldonado son invitadas a pasar a la mesa y dar el informe de lo actuado en la Conferencia Mundial de Mujeres Trabajadoras realizada en junio del mismo antildeo en Budapest donde representaron a las obreras de nuestro paiacutes Jorgelina destaca que la situacioacuten y el nivel de vida de las obreras huacutengaras y de sus familias estaacuten relacionados con la fuerza de organizacioacuten sindical y la participacioacuten poliacutetica y social de su comunidad Cuenta muchas aneacutecdotas Delia Maldonado destaca que esta Conferencia con la representacioacuten

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de tantas faacutebricas de todo el paiacutes debe ser el comienzo de una relacioacuten muy estrecha entre nosotras las obreras textiles Hoy maacutes que nunca se requiere nuestra militancia para conseguir nuevas leyes y exigir que se cumplan las actuales ya que la tendencia de las empresas es a burlar los derechos de los trabajadores Y en forma muy documentada se refiere a los logros en Uruguay Nosotras no sentiacuteamos orgullosas de las dos iquestQuieacutenes nos habriacutean representado mejor que ellas Luego se da la palabra a las congresistas Se elige una compantildeera de Paylana y otra de Juan Lacaze para la presidencia Tanto las compantildeeras del Interior como las de Montevideo aportaron a los temas comunes un lenguaje combativo y optimista Blanca Peralta propone que se realice una encuesta en todas las faacutebricas acerca de los problemas que afectan especiacuteficamente a las obreras textiles Dice ademaacutes que a traveacutes de las huelgas se comproboacute que las obreras textiles tenemos una inquebrantable voluntad de lucha que nunca vacilamos ni siquiera cuando tuvimos que enfrentar al gobierno y a la policiacutea y que debemos reforzar la militancia y hacer del sindicato un lugar tambieacuten nuestro Al diacutea siguiente se trabaja afanosamente y se recogen las conclusiones 1) A igual trabajo igual salario 2) Que el ritmo de trabajo no afecte a la salud de las mujeres trabajadoras 3) Realizacioacuten de una encuesta nacional sobre las necesidades de las obreras madres orientada a reivindicar las casas-cunas en los lugares de trabajo 4) La Conferencia reconoce el diacutea 8 de marzo de cada antildeo como Jornada Internacional de la Mujer Trabajadora Acuerda participar activamente en su conmemoracioacuten y explicar los motivos de tal jornada 5) La Conferencia resuelve participar con una delegacioacuten en la proacutexima Conferencia Nacional de Mujeres Trabajadoras de todos los gremios a realizarse en noviembre en Montevideo 6) La Conferencia expresa finalmente la solidaridad con los trabajadores

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de Montevideo y del interior que se encuentran en conflicto especialmente con las compantildeeras de FUNSA que acampan frente al Palacio Legislativo Se propone que las conclusiones de la Conferencia se integren en el orden del diacutea del proacuteximo Congreso Nacional de Obreros Textiles para considerarlas reivindicaciones de la totalidad del gremio Antildeos despueacutes el gremio textil fue el primero en obtener ldquoa igual trabajo igual salariordquo Esos dos diacuteas fueron muy emocionantes para todas iexclJuntarse cien mujeres para hablar de cosas propias inquietudes propuestas Nada de esto impidioacute las ruedas de mates en los descansos las risas la confraternidad las promesas de visitarse Esta actividad consolidoacute maacutes la unidad del gremio textil y agregoacute madurez al movimiento obrero que ya estaba reunieacutendose en la Comisioacuten ProndashCentral Uacutenica de Trabajadores De eso tambieacuten se pudo hablar ese antildeo tan fermental y combativo Hay cosas que no se olvidan la polenta el viento en la camiseta que trajeron Jorgelina y Delia al regresar de Budapest La fuerza que necesitaacutebamos para seguir en la lucha Ahora todas comunicadas agigantadas

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Las friyeras

En la mitad de la deacutecada del cincuenta la crisis muestra su cara maacutes siniestra a los trabajadores del Cerro de Montevideo Despueacutes de enriquecerse en nuestro paiacutes los duentildeos de los frigoriacuteficos extranjeros amenazan con cerrarlos y marcharse del paiacutes La lucha de los trabajadores toma las calles del barrio Entre las obreras de los frigoriacuteficos del Cerro muy pocas participaban en la militancia sindical y mucho menos en la direccioacuten del gremio Esto sucediacutea en todos los casos pero a su manera ellas se incorporaron a la lucha como siempre Las ldquofriyerasrdquo como les deciacutean despectivamente de aspecto recio y firme mujeres de ldquocuchillo en manordquo su herramienta de trabajo teniacutean por dentro un corazoacuten tan grande como sus faldas Eran unas luchadoras y lo demostraron en muchas ocasiones Solidaridad y lealtad para con sus hombres las caracterizaban Digo ldquosus hombresrdquo y no hablo soacutelo de maridos padres e hijos sino tambieacuten de sus compantildeeros del gremio porque a pesar de que en 1956 creyeron que solo ellos eran el Sindicato no permitieacutendoles integrarse a la huelgade hambre a ninguna de ellas cuando la situacioacuten se puso difiacutecil y no se conmoviacutean los poderes puacuteblicos y pasaban los diacuteas sin solucioacuten ellas no dudaron no se sintieron de otra parte A las mujeres les sobroacute iniciativa creatividad combatividad y actuaron solas Marchamos al Parlamento

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Eacuteramos unas cincuenta entre trabajadoras del frigoriacutefico hijas de trabajadores esposas otras como yo solo vecinas del barrio Mi padre era obrero portuario y yo obrera textil pero me sentiacutea parte de la lucha de las friyeras Todos eacuteramos obreros y otros compantildeeros podiacutean morir en esta huelga de hambre Defendiacuteamos intereses de la clase trabajadora Se habiacutean roto las negociaciones ndashiexclA las cuatro ndashiexclSiacute Yo tambieacuten ndashiexclA las cuatro ndashiexclY no falto Son las cuatro de la tarde Con bolsos y nintildeos de la mano empiezan a llegar Piden ser escuchadas por los parlamentarios Se sientan esperan no tienen apuro no volveraacuten sin ser escuchadas Ellas tambieacuten son el Sindicato y saben explicarlo muy bien saben hablar de reivindicaciones porque les son propias ndashMucho comunicado de prensa pero pocas soluciones para la huelgandash dicen a los periodistas Una tarde muy friacutea medio centenar de mujeres del Cerro ocupan la explanada del Palacio Legislativo Seguro no es un lindo espectaacuteculo ese mujereriacuteo en la explanada del Palacio Poco a poco son rodeadas por las ldquoFuerzas del Ordenrdquo ndashCirculen aquiacute no se pueden quedar No responden no es con ellos con quienes quieren hablar no importa la barrera policial Se les sigue ldquoexhortandordquo a irse a sus casas No escuchan se vuelven sordas por un momento Tranquilas Con calma de madres algunas se sientan para darles de mamar a sus hijos Creen que sentadas no les podraacuten pegar Se viene la noche Poco a poco de todos los bolsos sale comida leche para los nintildeos Se trajeron los mates tortas fritas vinieron preparadas para pasar la noche si es necesario

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ndash Aquiacute tiene coma compantildeera paacutesele a aquella Lo tienen claro no se van De alliacute no se mueve nadie Salen los parlamentarios y todas a la vez hablan dialogan explican piden exigen Los uacutenicos que se apersonan son Trias DrsquoElia Alba Roballo Zelmar Michelini Enrique Rodriacuteguez Arismendi Cardozo y Erro Ellos vuelven a entrar al Palacio de las Leyes prometiendo presentar una mocioacuten Por primera vez me di cuenta de lo frio y duro que era el maacutermolhellip Y tan lindo que se veiacutea desde el oacutemnibus cada diacutea Seguimos sentadas en la escalinata esperando esperando Pasan las horas Anochece Hace frio mucho frio De un lado los parlamentarios del otro otras voces ndashCirculen vuelvan a sus casas No les queremos pegar Se lo estaacuten buscando Haacuteganlo por sus hijos No pueden pasar la noche aquiacute Esas voces no las asustan estaacuten firmes en sus pretensiones y muy tranquilas Los nintildeos se duermen Como de la galera de un mago de los bolsos salen frazadas Se agrupan maacutes para abrigarse No se ha movido nadie seguimos sentadas en las escalinatas de maacutermol Personas que no conocemos tratan de hacernos llegar paquetes sin eacutexito Los milicos se estaacuten poniendo nerviosos Se agrupa la gente en la acera de enfrente gritan mensajes pero no los podemos oiacuter Estaacuten muy lejos Por fin se abre otra vez la puerta salen los mismos parlamentarios Anuncian que se consiguioacute una Comisioacuten que mediaraacute en el conflictoUna esperanza nada maacutes una pequentildea alegriacutea Los parlamentarios nos piden que nos vayamos Esta Comisioacuten nos ofrece ciertas garantiacuteas por lo menos para poner fin a la huelga de hambre y para llevar la discusioacuten del cierre de los frigoriacuteficos al Parlamento y a toda la opinioacuten puacuteblica Son las once y media de la noche Con la alegriacutea de lo conseguido con los pies y el culo helados acompantildeadas por algunos parlamentarios abandonamos

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la escalinata de maacutermol que volvioacute a quedarse friacutea y sola Con la bandera uruguaya desplegada para romper el cerco policial llegamos al Cerro a la Federacioacuten de la Carne a casa a tomar un plato de sopa caliente Y yo a las cinco y media de la mantildeana a la faacutebrica textil donde trabajaba Llegaron friyeros del interior del paiacutes En esos diacuteas las mujeres tuvimos que resolver el alojamiento de los compantildeeros del frigoriacutefico Anglo de Fray Bentos que llegaron en una marcha en solidaridad con la huelga A ellas las alojamos en nuestras casas los compantildeeros se quedaron en la Federacioacuten Pudimos conocernos y confraternizar Tambieacuten llegaron delegaciones de Paysanduacute en mi casa alojamossbquo a compantildeeras de alliacute hicimos amistad y me escribiacute con ellas durante algunos antildeos Cuando maacutes tarde estuve en su pueblo las visiteacutesbquo y fue muy lindo el reencuentro y recordar esas luchas callejeras las historias no contadas

Una novia

En esa huelga se perdioacute mucho maacutes que los dos quilos de carne que cada obrero tenia diariamente por convenio y el cierre del frigoriacutefico Swift Perdimos a Rubeacuten Paleo y a Muntildeoz dos compantildeeros de la direccioacuten del gremio que murieron en distintas circunstancias A Muntildeoz no lo conociacutea pero con Rubeacuten eacuteramos amigos teniacuteamos largas conversaciones sobre anarquismo y sindicalismo Es muy doloroso perder a un amigo repentinamente cuando no te lo esperaacutes cuando queda mucho por hablar todaviacutea Ruben era de la directiva de la Federacioacuten de la Carne y junto con otros compantildeeros estaba haciendo la huelga de hambre Un diacutea lo sacaron con un fuerte dolor de cabeza y lo internaron Era meningitis y estaba muy grave A los cuatro diacuteas murioacute Compartiacute el dolor de aquella perdida con su familia sus compantildeeros y su novia Cuando llegueacute al velorio ella se acercoacute y me preguntoacute

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ndashiquestVos sos la Negrita Eacutel me hablo de vos iquestVos tambieacuten lo queriacuteas ndash y se contestoacutendash Eacutel por todos se haciacutea querer No pude contestarle se me anudoacute la garganta solo pude abrazarla fuertemente Ella caminaba y caminaba por toda la sala nerviosa Con todos conversaba preguntaba y preguntaba teniacutea muchos interrogantes y no podiacutea encontrar respuesta a lo que queriacutea saber Cuando se despidioacute sbquo abrazada al cajoacuten dijo despacito ndashHasta pronto amor Teniacutean muchos proyectos juntos Habiacutean comprado los muebles la heladera los platos el primus la caldera Estaban esperando que terminara la huelga para casarse Habiacutean sido novios durante seis antildeos Ruben murioacute el 19 de mayo de 1956 no habiacutea cumplido los 29 antildeos Ella no lo podiacutea superar lo recordaba obsesiva callada permanentemente Una tarde salioacute a comprar una cosa cualquiera y comproacute otra veneno para ratas Para que sus padres que no la dejaban sola no se dieran cuenta se lo comioacute en pequentildeas dosis en los desayunos untando el pancito con manteca diacutea a diacutea Para acortar la distancia Porque cuando le dijo ldquoHasta prontordquo lo dijo de verdad A la semana cuando se sintioacute mal no dijo nada y el meacutedico la tratoacute por gripe ndashSiempre fue muy sana ndashdijeron las hermanas Una semana despueacutes la internaron ya sin fuerzas y confesoacute que no queriacutea vivir maacutes ndashSoacutelo quiacuteteme los dolores doctor yo estoy tranquila yo estoy preparada Se olvidoacute de ella porque no se podiacutea olvidarlo Olvidoacute que habiacutea estudiado contabilidad comercio ingleacutes para defenderse en la vida Olvidoacute que estaba preparada pero no lo estaba para esa peacuterdida Olvidoacute para queacute serviacutea vivir Tuvo una muerte cruel que no mereciacutea Sucedioacute todo muy raacutepido Se fueron los dos sin despedida de solteros

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sin luna de miel Con ella perdimos una vida maacutes en esa huelga Hay que agregarla a la historia no contada donde se mezcla lo puacuteblico y lo privado lo social y lo particular Se llamaba Isabel Ledesma y teniacutea veintitreacutes antildeos murioacute el 19 de julio de 1956 El Cerro empezaba a vivir la agresioacuten cotidiana El hambre y la desocupacioacuten el luto y la tristeza ensombrecieron las luchas sindicales y los rostros de la gente Siento que tengo que contar estas historias de mujeres que son parte de hechos sociales que viviacute en mi juventud Me importa contarlas en su plenitud porque cuando no se cuentan y quedan ocultas se muestra una sola cara de la Luna pero la Luna es un todo la forman luz y sombra Igual igual que la realidad luz y sombras

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Las compantildeeras de FUNSA

La Negra Espronzato me invita a su casa a tomar mate Cuenta que ella nacioacute en Canelones y vino a Montevideo a trabajar como tantas muchachas ndashYo saliacute de entre los terrones a trabajar en lo que fuera o sea de domestica Pero tuve la suerte de que una vecina me avisara que en FUNSA estaban tomando mujeres Yo no sabiacutea nada de faacutebricas pero me dijo que se ganaba muy bien Eso me entusiasmoacute Lo malo me advirtioacute era que te tomaban y antes de las cien jornadas te despediacutean Pero la oportunidad no se podiacutea desaprovechar Se presentoacute en la puerta de la faacutebrica y quedoacute muy impresionada Era muy grande no la podiacutea comparar con ninguacuten galpoacuten que hubiera visto antes En ese momento una sirena anunciaba la salida de un turno Le parecioacute un hormiguero de tamantildeo desproporcionado Todos caminaban de prisa hombres y mujeres vestidos de azul de ldquobrin sanforizadordquo No sabiacutea a quieacuten preguntar ni que hacer se sintioacute muy pequentildea FUNSA era una gran faacutebrica de manufactura de caucho Alliacute se haciacutean botas zapatos de goma neumaacuteticoshellip Se le acercoacute una muchachita flaca larga y mal vestida que habiacutea estado recostada a la pared observando el mismo espectaacuteculo Le preguntoacute casi temblando ndashiquestAquiacute es FUNSA ndashSi La otra estaba en la misma que ella buscando trabajo

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Entre las dos se las ingeniaron para preguntar y encontrar la puerta de entrada Descubrieron el cartel en que una flecha indicaba donde estaba la oficina de personal Alliacute llegaron con una amistad de cinco minutos que les daba mucha seguridad ndashEstoy nerviosa ndashYo maacutes Se acercaron a una empleada y le preguntaron carraspeando ndashiquestAquiacute toman gente Sacaacutendose los lentes la empleada contestoacute con otra pregunta ndashiquestCuaacutentos antildeos tienen Se estaacute apuntando a las mayores de dieciocho iquestTienen cedula de identidad ndashSi ndashdijo la Negra Echoacute mano al bolsillo y puso su documento sobre el mostrador ndashNo contestoacute la otra con poca voz y dando un paso hacia atraacutes ndashEntonces saacutecala y veniacute otro diacutea ndashdijo desinteresada la empleada ndashNo estoy apuntada en el Registro Civil mis padres no estaacuten casados Mejor dicho no estoy reconocida ndash o dijo casi como una confesioacuten La empleada siguioacute escribiendo La joven dio media vuelta dispuesta a irse ndashEspeacuterame un poquito no te vayas ndashle pidioacute la Negra Al poco rato la Negra salioacute como borracha de alegriacutea ndashiexclMe tomaron Afuera la esperaban los ojos huacutemedos de la muchacha ndash Mis padres no me apuntaron cuando naciacute y no seacute coacutemo lo tengo que hacer ndash No te preocupes iquestCoacutemo te llamas ndashLuisa ndashVamos a preguntar Tenemos que ir hoy porque mantildeana empiezo a trabajar Vamos No podeacutes estar sin documentos en Montevideo Luisa no pudo entrar esa semana los traacutemites llevaron varios diacuteas

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ndashHaciacutea un calor terrible ese verano Entreacute en 1947 yo era una muchachita Todo lo nuevo da un poco de miedo el olor tan fuerte a caucho el ruido la gente que te observa y que todaviacutea no conoceacuteshellip La Negra sacoacute un poquito de yerba y acomodoacute la bombilla ndashLas nuevas entran y salen todas juntas se esperan para darse aacutenimo Vos ya sabeacutes ndashesquivoacute la mirada y sonrioacutendash Aunque no lo creas yo era tiacutemida En 1952 la Negra y Luisa seguiacutean siendo amigas Haciacutea cinco antildeos que trabajaban en el mismo turno La Negra trajo a una hermana maacutes chica a trabajar a Montevideo que entroacute en PHUASA una faacutebrica textil y unos meses despueacutes trajo a un hermano que consiguioacute entrar en ANCAP Los padres desde Canelones les mandaban una vez por semana bolsos con frutas verduras y cordero De esos paquetes algo iba para Luisa que teniacutea muchos hermanos Porque la huelga del 52 esa fue brava No se acuerda mucho de coacutemo empezoacute ella en el Sindicato pero recuerda que un diacutea en su turno se empezoacute a hablar de sindicato dentro de la faacutebricaNunca habiacutea oiacutedo nada sobre eso Escuchoacute que habiacutea otros gremios que iban a la huelga ndashEn FUNSA habiacutea un sindicato ldquoamarillordquo Casi todos eran administrativos encargados capataceshellip Los amarillos no queriacutean ir a la huelga Luisa y la Negra callaban escuchaban pero no estaban ajenas a nada porque sabiacutean de las injusticias que se cometiacutean y de las mantildeas del viejo Pedro Saacuteenz Habiacutean visto muchas veces temblar al capataz cuando el patroacuten recorriacutea la fabrica no podiacutean oiacuterlo pero se daban cuenta que lo estaba miliqueando que le pediacutea ldquomaacutes velocidad mas produccioacuten mas controlrdquo El capataz se poniacutea rojo de verguumlenza y la gente se daba cuenta ndashAsiacute es la cosa cuando quereacutes acordar te despiden y anda a reclamarle a Macucho Y al capataz igual que a cualquiera No se acuerda porque todo fue muy raacutepido Los gremios del puerto y el transporte de Montevideo empezaron una huelga por derechos sindicales para

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todos y el gobierno decretoacute Medidas Prontas de Seguridad Las Medidas Prontas de Seguridad decretadas por el gobierno permitiacutean al Poder Ejecutivo enviar al Ejeacutercito a sustituir en sus puestos de trabajo a los funcionarios puacuteblicos en huelga Esa fue brava En la faacutebrica nos deciacutean que nosotros en FUNSA no teniacuteamos nada que ver que arreglariacuteamos directo con el patroacuten iquestY eso queacute importa Si todos los gremios llaman a la huelga porque el Ejeacutercito entroacute a trabajar en el Puerto nosotros tambieacuten Me animeacute y lo dije en la asamblea ndashYo no subo a un oacutemnibus si lo maneja un milicondash dijo Luisandash Dice mi padre que el Ejeacutercito entra mantildeana a los tranviacuteas que no suba En el vestuario las demaacutes callaban ndashDicen que hay que apedrearlos ndashagregoacute Luisandash y yo tengo flor de punteriacutea Todas rieron coacutemplices A la mantildeana siguiente en la calle camiones de milicos por todas partes Vigilaban la ciudad cerraban los locales sindicales y en la puerta dejaban un milico vigilando que no entrara nadie Los sindicalistas pasaban a la clandestinidad se refugiaban en casas de familiares o de otros compantildeeros pero seguiacutean reunieacutendose ANCAP ocupado tambieacuten por el Ejeacutercito La Negra era la mayor de los hermanos la jefa de hogar con veintitreacutes antildeos No se acostaba hasta que llegaran todos por la noche En casa de la Negra se sabiacutea lo que pasaba en tres sindicatos los tres hermanos trabajaban en distintas lugares FUNSA textiles y ANCAP De a poco se iban integrando aunque no supieran mucho de sindicatos A veces comiacutea sola nerviosa esperando que llegaran ndashNo me pasaba la comida Cada vez teniacutea menos para poner a la olla todos los integrantes de la casa en huelga

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ndashMiedo pero maacutes rabiahellip Cuando llegaba Luisa las dos saliacuteamos a la calle a ver queacute pasaba Si cuadraba apedreaacutebamos alguacuten oacutemnibus manejado por carneros En los diarios FUNSA convocaba a los trabajadores diciendo que el que no se presentara al otro diacutea se podiacutea considerar despedido Les enviaban telegramas colacionados ndashAngustia miedo rabia pero carnerear iexclnunca ndashDe a poco las cosas fueron cambiando y ahora nosotras tambieacuten empezamos a cuidar en las esquinas que no entraran a carnerear a la faacutebrica Se puso muy difiacutecil el Ejeacutercito puso camiones en las dos esquinas de FUNSA Entraron los capataces y algunas empleadas Les gritaacutebamosldquocarnerosrdquo y ldquobee beerdquo Algunas veces nos corrieron los milicos y nos tuvimos que esconder en casas que como al descuido dejaban la puerta sin pasador Los vecinos nos apoyaban Teniacuteamos algunos compantildeeros de base presos ndashLe dije a Luisa que estaba con mucha bronca y que ahora teniacutea yo tambieacuten buena punteriacutea con las piedras y nos empezamos a reiacuter como si fuera una travesura Luisa despueacutes que tuvo la ceacutedula de identidad dijo que se sentiacutea persona Se interesaba por los derechos que tienen los trabajadores A la Negra no le gustaba la injusticia Hicieron un piquete solitas ellas dos Sin saber mucho de poliacutetica se empezaron a decir socialistas como el compantildeeroIrmo Bidegaray ndashNo sabiacuteamos doacutende se reuniacutea el Sindicato Preguntando preguntando llegamos a donde se cocinaba era la olla sindical Alliacute conocimos hombres y mujeres de otros sindicatos Nos reuniacuteamos lejos a veces en el Cerro con los de la Federacioacuten de la Carne y escuchaacutebamos Lo que sucediacutea en todo Montevideo era maacutes de lo que imaginaban Ya eran los uacuteltimos diacuteas de la huelga general se negociaban soluciones hasta con el Ministro de Trabajo ndashFueron luchas por salario y mucho maacutes Movimientos callejeros se

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ocupaban las faacutebricas caravanas por la ciudad en camiones mujeres y hombres en camiones recorriendo los barrios hasta el Palacio Legislativo y alliacute llegaban otros gremios Las mujeres tambieacuten subiacuteamos a los camionesnos encontraacutebamos con ustedes las textiles saludaacutebamos con las banderas del Sindicato acampaacutebamos frente al Palaciohellip Y la persecucioacuten tambieacuten compantildeeros presos por varios diacuteas en cada salidahellip ndashUn diacutea ocupamos FUNSA Comunicamos ldquoHuelga de brazos caiacutedosrdquo Don Pedro Saacuteenz que era un deacutespota no queriacutea venir a hablar con los trabajadores Nosotros pusimos la faacutebrica en marcha nuevamente Le dijimos que ahora la faacutebrica era nuestra iexclAy juna Cuando los de la oficina lo llamaron para darles nuestra respuesta y vio que saliacutea humo por las chimeneas llegaron tres autos con los del directorio siacute vinieron a interesarse por lo que pasaba Las cosas las conseguiacuteamos soacutelo asiacute por la fuerza de los trabajadores Cuando terminoacute la huelga y entraron a trabajar en su turno Luisa y la Negra se dieron cuenta de que ellas eran distintas estaban maacutes atentas a los comentarios a lo que pasaba dentro de la faacutebrica ndashNosotras dos eacuteramos las uacutenicas de las nuevas que nos entreveraacutebamos con los del gremio Asiacute supieron que en la faacutebrica se buscaba formar un sindicato autoacutenomo y fueron las dos primeras mujeres que trabajaron en esa primera comisioacuten buscando adherentes Era casi secreta porque alliacute antes solo habiacutea ldquosindicato amarillordquo La Negra y Luisa eran aparadoras buenas trabajadoras cumplidoras eran respetadas ndashNo queriacuteamos ni sindicato rojo ni amarillo queriacuteamos que fuera de los trabajadoresde FUNSA ndashFue asiacute que nos hicimos del Sindicato ndashiquestEn aquella eacutepoca las mujeres tampoco sobresaliacutean en el sindicato ndashNo teniacuteamos intereacutes en sobresalir Eran tiempos distintos algunas de nosotras no sabiacutea leer ni escribir Muchas mujeres de FUNSA eacuteramos del

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interior del paiacutes algunas teniacutean miedo de perder el trabajo pero apoyaban al Sindicato aunque no queriacutean aparecer puacuteblicamente Habiacutea compantildeeras de Artigas Rivera Melo de muy lejos Veniacutean a Montevideo solas con una recomendacioacuten de un club colorado o blanco y sin conocer a nadie En Montevideo se metiacutean a vivir en una fonda y si no llegaban a entregar la carta en la faacutebrica porque les daba miedo se empleaban con cama en una casa de familia y alliacute se hundiacutean trabajando Habiacutea mucho trabajo en esa eacutepoca y tambieacuten mucha lucha sindical en la calle Durante la huelga las mujeres trabajamos mucho vendiacuteamos bonos conseguiacuteamos mucho apoyo en otros gremios pediacuteamos en la feria y en el mercado fruta y verdura llevaacutebamos las finanzas y ayudaacutebamos en la olla sindical No era nada nuevo igual que ustedes Tambieacuten hablaacutebamos en las asambleas pero eacuteramos las menos Esa la huelga grande del 52 es la que maacutes recuerdo La Negra Espronzato me alcanza el mate ndashEran otros tiempos Queda pensativa Se riacutee ndashUna vez entroacute la policiacutea al local del Sindicato Pusieron todo patas arriba pero el dinero del Sindicato lo salvamos porque a una compantildeera que andaba con su tejido de arriba para abajo se le ocurrioacute ovillar lana alrededor del rollo de billetes Y asiacute pasoacute el dinero como una madeja maacutes en el bolso junto a las agujas y al buzo que tejiacutea Los antildeos 50hellip Ahora es diferente Yo hablaba poco en las asambleas era maacutes de hacer no de hablar ni de escribir ndashHablaba cuando me poniacutea furiosa cuando me calentaba No aguanto las injusticias Era cuando hablaba porque no podiacutea con mi genio Nos despedimos con un fuerte abrazo Teniacuteamos muchas cosas en comuacuten el mismo patroacuten la misma rabiahellip

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Las mujeres del Arrozal

Ellas se quedan en el rancho pero luchando Lo deciden asiacute colectivamente Las mujeres las familias de los obreros arroceros tendraacuten participacioacuten en la huelga que se avecina Las mujeres crean un espacio de lucha el rancho su rancho se vuelve trinchera territorio a defender Por ellas y sus hijos los militantes de esos locales sindicales Los hombres los obreros de los arrozales preparan otra tarea Iraacuten a Montevideo a reclamar salarios dignos y el jornal de ocho horas Alliacute en los antildeos cincuenta se trabaja de sol a sol y no se ve plata les pagaban con bonos que soacutelo se pueden gastar en el almaceacuten del patroacuten El rancheriacuteo en el predio del patroacuten era parte de lo convenido era salario El rancho no es un beneficio al patroacuten le asegura la presencia del obrero en el lugar de trabajo Las mujeres quedaraacuten cuidando la retaguardia Son la otra mitad la que defiende y ocupa el puesto de trabajo de los maridos Las mujeres algo inusual en las zonas agriacutecolas se reuacutenen a discutir las acciones aunque todas ldquoacataban la mayoriacuteardquo seguacuten deciacutean Creo que fueron las primeras reuniones dentro del arrozal con mujeres tratando temas sindicales iquestCoacutemo llegueacute a conectarme con ellas iquestPor queacute iquestQueacute sentiacute entonces yo una joven que desconociacutea el campo y sus modos de vida No fui sola me invitaron a recorrer los caminos de los arrozales a acortar las distancias entre

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los trabajadores del campo y los de la ciudad ndashTenemos que llegar antes que se haga la noche ndashiquestQueacute deciacutes no te oigo nada Cuando habiacuteamos alcanzado la cima del repecho apagoacute el motor y dejoacute que la moto se deslizara a su voluntad por el bajo un largo bajo que acababa en el fondo de una cantildeada donde un poco de agua estancada haciacutea un charco en medio del camino de tierra ndashPor la noche es maacutes seguro llegar y que no nos vean los patrones o los capataces Como las familias viven dentro del arrozal tenemos que llegar como familiares o algo asiacute Esto me lo deciacutea el compantildeero Orosmiacuten Leguizamoacuten en el momento en que apagaba la moto en que viajaacutebamos Encendioacute un cigarrillo Atardeciacutea lentamente Al costado habiacutea un monte de eucaliptos se escuchaba el mugir de algunas vacas que se acercaban caminando pesadamente a buscar el abrigo de los aacuterboles cercanos Al poco rato luego de caminar para estirar las piernas Leguizamoacuten tiroacute el pucho con un tinguintildeazo y volvioacute a poner la moto en marcha Era aquel camino de bajos y repechos de cantildeadas Teniacuteamos que bajar a veces de la moto bordear un alambrado y empujarla Asiacute viajaacutebamos hasta que a eacutel se le ocurrioacute hablar como si le dieran cuerda Teniacuteamos la mitad del camino hecho y eso lo tranquilizaba no sabiacuteamos si nos alcanzariacutea la nafta iexclQueacute noticia ndashPero se estaacute portando bien la pobre moto de Toledo Atada con alambres la usamos todos los de los sindicatos de Treinta y Tres ndashiquestYa estamos cerca de la Charqueada ndashpregunteacute ndashSiacute soacutelo podemos hacer dos asambleas este fin de semana iquestsabes Leguizamoacuten a los gritos cantaba tangos de Gardel que yo no podiacutea acompantildear porque no sabiacutea toda la letra Me sentiacutea contenta Montevideo habiacutea quedado lejos Y ahora teniacutea ante miacute el campo lleno de movimientos extrantildeos

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iquestPor queacute estaba yo alliacute La intencioacuten era cumplir con el pedido de las compantildeeras de los arrozales Queriacutean que fuera una mujer de alguacuten sindicato de Montevideo para que asistiera a sus reuniones Se preparaba una huelga muy especial y ellas como esposas estaban tan involucradas como ellos Toda la familia estaba en el conflicto dentro y fuera del predio del patroacuten Nos preocupaba que la familia viviera dentro del campo del patroacuten en el arrozal iexclDe eso iba a hablar con ellas Era la primera vez que haciacutea un trabajo sindical fuera de la faacutebrica no sabiacutea coacutemo me recibiriacutean y estaba nerviosa Yo sabiacutea hablar en las asambleas de mi sindicato pero alliacute era distinto teniacutea miedo a que me tomaran a mal como una fabriquera montevideana iexclQueacute seacute yo iquestCoacutemo me tomariacutean iquestCoacutemo les iba a hablar iquestCoacutemo les iba a explicar que seriacutea una huelgadifiacutecil Pero no fue necesario ellas ya lo sabiacutean fue como continuar un diaacutelogo ya iniciado por otros Leguizamoacuten dijo que estaacutebamos cerca a la vez que apagaba la moto en el bajo y la dejaba ir un poco aguantaacutendola con los frenos salvando alguna huella de carro al borde del camino En aquel montecito de aacuterboles cargados de pelotitas escondimos la moto muy cerca del alambrado y empezamos a caminar por el ldquofeudordquo Primero un repecho y luego una bajada Ya habiacuteamos dejado el camino que lleva a la estancia teniacuteamos temor de que alguien pasara y nos viera en la ldquopropiedad privadardquo y vinieran a ver quieacutenes eran estos extrantildeos nosotros Al fondo de una cantildeada junto al agua alguien nos hizo sentildeas con la mano Eran dos compantildeeras que nos esperaban La distancia que habiacuteamos recorrido a pie me hizo bien las piernas se me habiacutean dormido en el viaje ahora las sentiacutea mejor Al acercarnos me sentiacute maacutes tranquila Nos esperaban y empezamos la reunioacuten Me presento y digo que soy del sindicato textil que en mi gremio somos muchas mujeres

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Nos sentamos en el suelo atardeciacutea Seguimos hablando Fueron llegando maacutes mujeres seriacutean doce o quince rostros curtidos por el sol tan serias tan fuertesY alliacute sencillamente en rueda de mate empezamos a hablar de la huelga que seriacutea difiacutecil que ellas eran muy importantes porque viviacutean dentro de la propiedad del patroacuten iquesteso no las asustariacutea que se debiacutea discutir todos los posibles problemas que se les pudieran presentar a sus familias Ahiacute estariacutean ellas solas pero contaban con la solidaridad de otros gremios movieacutendose en Treinta y Tres y en Montevideo y les ayudariacutean De a poco todas fueron hablando y coincidiendo ndashiexclTotal parsquo vivir asiacute Y alliacute sin tener en cuenta la hora fuimos sintiendo que el pasto empezaba a estar huacutemedo Nos pasaacutebamos el mate uacutenico calorcito que nos acompantildeaba Ya empezaba a refrescar Alguacuten cigarrillo como bichito de luz denunciariacutea la rueda que vista de lejos pareceriacutea un grupo de lucieacuternagas jugando sobre el agua de la cantildeada ndashiquestEs la primera vez que se habla de sindicato aquiacute ndash pregunto ndashSiacute ndashiquestMiedo Siacute miedo siacute Pero para vivir como vivimos ya me diraacute Continuoacute Elvira diciendo ndashAlgunas las maacutes joacutevenes nacieron aquiacute crecieron y se juntaron aquiacute ahora tienen hijos sin haber salido nunca del arrozal algunas no conocen ni siquiera la ciudad de Treinta y Tres como mi hija Isabel iexcly tiene 8 antildeos Hablan tranquilas son las que miran a los ojos las que interrogan con la mirada Arrugas que quitan brillo a la cara falta de dientes en la mayoriacutea mintiendo la edad de esas mujeres que joacutevenes parecen viejas poacutemulos salientes y sonrisas que iluminan sus caras cuando hablanMe observan buscando muestras de aprobacioacuten ndashiexclTotal parsquo vivir como vivimos Digo yo iquestNo ndashPa que los maridos ganen maacutes los ayudamos No crea que tenemos paga salario o como se llame nada de eso En cambio doblamos el espinazo de

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sol a sol No tenemos horario a veces catorce o quince horas depende con el agua hasta las rodillas oliendo el podrido del barro y las pestes sintiendo las sanguijuelas chupaacutendonos la sangre de los tobillos y las canillas los mosquitos ganaacutendose hasta por debajo de la ropa picotazos que arden maacutes que las ortigas Hizo un silencio y siguioacute hablando ndashSiacute siacute pero en fin estamos acostumbradas y no nos damos cuenta Quise hablar pero Leguizamoacuten que estaba sentado a mi lado agarraacutendome el brazo y sin decir palabra me dio a entender que la dejara seguir hablando ndashDe sindicato no sabemos nada pero de miseria siacute Se puso maacutes seria tal vez pensando que el sindicato alliacute teniacutea algo que ver con la comida agregoacute ndashiexclSeguro que acompantildeamos Y si los maridos van a la huelga nosotras seremos las primeras esto no es vida Total parsquo vivir asiacute El patroacuten se acuerda de nosotras solamente cada cuatro antildeos cuando nos viene a buscar parsquo votar y en cuanto a la plata no la conocemos nos pagan con bonos que tenemos que canjear en el boliche por comida y ropa y el boliche tambieacuten es del patroacuten Por eso siempre estamos debieacutendole al patroacuten iexclclaro La plata pasa de largo no queda en el bolsillo En cada silencio de la portavoz las miradas de las otras mujeres se cruzaban asintiendo con un lento movimiento de cabeza formaban un solo sentimiento ndashTotal parsquo vivir asiacute Trateacute con palabras breves y claras de transmitirles nuestro afecto y solidaridad Expliqueacute que no sabiacuteamos coacutemo reaccionariacutea la patronal si buscariacutea la complicidad policial para desalojar a las familias Pero habiacutea que preverlo todo iquestEstariacutean dispuestas a perder si se fracasaba iquestA quedarsin rancho sin trabajo No seriacutea faacutecil para ellas cuando el patroacuten las mandara desalojar de ldquosus tierrasrdquo cuando no dejaran volver a sus maridos y los

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despidieran por sindicalistas Se pensoacute en todo se les dio tiempo a todos a ellas tambieacuten Porque las mujeres jugariacutean en el espacio vital en el lugar de trabajo Por eso se hicieron pequentildeas reuniones donde ellas hablaron y opinaron se integraron fueron parte El sindicato recieacuten creado era el protagonista Pero el sindicato hace a la hora de hacer fuerte un nombre que las protagonistas sean cada una de ellas que la fuerza dependa de cada mujer de cada familia de cada hombre todos juntos pero sobre todo de la firmeza individual que no se puede delegar a nadie cuando vengan a golpear tu puerta ndashSi nos quieren echar iexclno nos vamos ndashiexclEste es nuestro rancho ndashEs como parte del salario dice mi marido ndashiexclNi que vengan los milicos iexclNo nos vamos ndashNo nos van a sacar de arrastro supongo ndashiexclNos tiramos al suelo y chau ndashiexclNi aunque estemos solas en casa con los gurises ndashiexclNo iexclNos encerramos y chau Elvira agrega ndashApoyamos la huelga por ocho horas de trabajo y salarios justos en dinero y nada de bonos parsquo poder comprar la comida y la ropa donde se nos antoje O comprarles a los bagayeros que venden maacutes barato Si es por eso que tenemos que ir a la huelga ya estaacuteEspero que esteacuten todas de acuerdo Elvira habiacutea ido tres antildeos al liceo de Treinta y Tres cuando viviacutea con la tiacutea y se habiacutea casado con un compantildeero de clase Como muchos tuvo que dejar de estudiar y volver a La Charqueada y asiacute continuar la vida que habiacutean llevado sus padres Pero ella queriacutea vivir mejor porque sabiacutea que podiacutea Me imagineacute que las demaacutes asintiendo deciacutean a coro ndashiexclTotal parsquo vivir asiacute Todo me recordaba a las mujeres del Cerro estaban alliacute eacuteramos todas

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nosotras Alliacute en el medio del campo tambieacuten recordeacute a los compantildeeros textiles en los momentos difiacuteciles cuando pensaacutebamos juntos cuando dudaacutebamos Me trajo a la realidad Leguizamoacuten que me puso la mano en el hombro y me dijo ndashVamos que todaviacutea nos queda un largo camino Ya vendremos otro diacutea Mantildeana tenemos una reunioacuten en La Charqueada Nos despedimos con la promesa de volver lo maacutes pronto posible a pasar el diacutea para visitar sus casas recorrer el campo juntas comer un asado o un puchero tranquilas y hablar de cosas nuestras Me abrazaron y me regalaron esa forma de ser ese sentimiento de carintildeo y amistad sentiacutea una mezcla de alegriacutea y tristeza Ellas se mezclaban con el paisaje la tierra la fuerza Sus ropas despediacutean olor a cocina de lentildea ese olor a hogar que me hubiera gustado compartir El trayecto hasta la moto lo hicimos en silencio volvieacutendonos dos o tres veces para saludar con la mano Ellas nos miraban saludaacutendonos de pie Ya en la carretera Leguizamoacuten empezoacute a recitar en voz alta para sacarme de aquel silencio en que me encontraba uno de los poemas de Garciacutea Lorca mientras la moto ganaba terreno con poca luz Orosmiacuten Leguizamoacuten era un obrero metaluacutergico un gran compantildeero Nos conocimos en las Juventudes Socialistas donde militaacutebamos desde haciacutea tiempo Yo sabiacutea poco de eacutel Cuando el resto de los compantildeeros me propuso para la tarea de apoyatura del trabajo que habiacutea empezado elmaestro Manuel Toledo en Treinta y Tres con los trabajadores rurales no dudeacute No sabiacutea lo que teniacutea que hacer ni coacutemo me moveriacutea Confiaba en los compantildeeros y me fui con Leguizamoacuten que resultoacute ser un compantildeero fuera de serie respetuoso sencillo humilde y capaz de pasar dos o tresdiacuteas sin comer y seguir hablando serenamente sin decir que teniacutea hambre tomando mate con los compantildeeros de los arrozales Llegamos a la ciudad de Treinta y Tres a casa de Manuel Toledo que nos esperaba con el proyecto de trabajo para ese fin de semana Se iban sumando

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reclamos salariales En la Charqueada un pueblo en medio de los arrozales el seguimiento de esos reclamos Manuel lo llevaba acompantildeado por un abogado La casa de Toledo era como el local de un sindicato A pie o en bicicleta llegaban compantildeeros que se sumaban a la rueda de mate que terminaba en ruedas grandiacutesimas donde se hablaba y se escuchaba con mucha atencioacuten a los obreros que llegaban del arrozal Era una forma distinta de hacer sindicalismo estaba metido en la vida cotidiana Yo tiacutemidamente me ubicaba en un rincoacuten y escuchaba esas conversaciones donde no habiacutea promesas Como Manuel era maestro rural a algunos les ensentildeoacute a leer y a escribir a otros los caminos de la liberacioacuten Cada vez que iba yo sentiacutea que aprendiacutea nuevas cosas de todos ellos de los compantildeeros de Manuel Toledo y de Leguizamoacuten Manuel era un motorcito organizador Con palabras sencillas sabiacutea hacer pensar a quien le escuchaba y asiacute como armando un collar de cuentas uno a uno se fue vertebrando el sindicato agriacutecola SUDA Sindicato Uacutenico de Arroceros nunca mejor sigla que recuerda el sudor de cada diacutea de los trabajadores Aquel primer fin de semana seguimos hacia Lascano Sobre la media noche vimos en el camino la luz de una pequentildea fogata a lo lejos Al acercarnos encontramos a un hombre sentado en una piedra una lata de agua caliente tomando mate solo al costado de dos grandes maacutequinas segadoras Era el cuidador Nos saludamos y tomamos unos matesYo me tambaleaba de suentildeo me iba de costado el hombre me sugirioacute que me subiera a una de las cabinas de las maacutequinas que alliacute dormiacutean dos de sus pequentildeos hijos Acepteacute y eacutel me tiroacute un poncho por encima Leguizamoacuten siguioacute hablando con eacutel toda la noche Entre suentildeos oigo risas y trozos de alguacuten cuento El cansancio me inmoviliza y duermo hasta que unas gotas de lluvia me despiertan Ya estaba amaneciendo Salimos apenas aclaroacute Era domingo A la tarde hariacuteamos otra reunioacuten

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en otro lugar pero ya seacute coacutemo empezar a hablar Ellas me ensentildearon como hacerlo sencillamente El lunes volviacutea a la faacutebrica a mi maacutequina con una sensacioacuten de angustia de impotencia pensando en los diacuteas que se avecinaban para aquellas mujeres Trescientos quiloacutemetros nos separan Recuerdo esos fines de semana recuerdo aquellas formas que en la semioscuridad se moviacutean Las mujeres del arrozal levantaacutendose avanzando y diciendo a coro ndashiexclTotal parsquo vivir asiacute Desde el Arrozal 33 sale una carta dirigida a la opinioacuten puacuteblica ldquoLas mujeres de los arroceros nos organizamos en este momento tan duro Frente al hambre y miseria de nuestros hogares queremos hacer conocer nuestra movilizacioacuten junto a la lucha de nuestros esposos hijos y hermanos Nos dirigimos a la opinioacuten puacuteblica a las obreras y a las amas de casa especialmente reivindicando la plataforma del SUDA reclamando un lugar en la luchardquo Esta carta resuelta en asamblea invoca a textiles amas de casa metaluacutergicas friyeras empleadas estudiantes iexclHaz tuya esta lucha La firmaron Blanca Fariacuteas de Peacuterez secretaria y Hortensia Sosa de Echeverriapro secretaria en mayo de 1957 departamento de Treinta y Tres El 22 de mayo cuando la marcha permaneciacutea en Montevideo haciendo gestiones en el Ministerio de Trabajo en el Arrozal 33 el patroacuten pretendioacute sacar un camioacuten de arroz de la planta en conflicto Un muro de mujeres indignadas se lo impidioacute La policiacutea las reprimioacute a culatazos y el camioacuten arremetioacute contra ellas dispuesto a pasarles por encima Ese episodio permitioacute que ellas negociaran con la policiacutea que no sacariacutean maacutes granos del establecimiento mientras durara la huelga Los sindicatos de la ciudad de Treinta y Tres pidieron guardia policial en la puerta del Arrozal para que no se repitiera el episodio Fue una huelga muy dura la de 1957 La solidaridad llamoacute al paro general en Montevideo Todos respondieron al llamado y a su plataforma ocho horas de trabajo y salario miacutenimo para los trabajadores agriacutecolas Para los que lucharon en el arrozal esa huelga se ganoacute Y las familias participaron Y las

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mujeres fueron importantes Dos antildeos maacutes tarde Leguizamoacuten tuvo un accidente de traacutensito que truncoacute para siempre su actividad sindical Seguacuten nos contoacute Roberto Dotti que vio el accidente lo sacaron de entre los hierros donde su cabeza habiacutea quedado aprisionada Pasoacute cuarenta diacuteas en estado de coma profundo Cuando se recuperoacute nunca maacutes fue eacutel mismo falta de memoria incoherenciaen el hablar Nunca maacutes se acordoacute enteramente de quieacuten fue Volvioacute con veintiseacuteis antildeos a una infancia sin recuerdo ni pasado ni futuro con la ingenuidad de un nintildeo Cuando algunos meses maacutes tarde lo encontreacute en Casa del Pueblo me costoacute reconocer a aquel entusiasta luchador iexclQueacute tristeza cuando murioacute hace unos antildeos iexclNinguno de nosotros lo pudo ayudar a recobrar su frescura Veinte antildeos despueacutes de aquellas jornadas arroceras Manuel Toledo que seguiacutea militando diariamente por los compantildeeros del interior cayoacute preso de la dictadura y murioacute a consecuencia de las torturas en la negra noche de la caacutercel uruguaya Manuel Toledo era un hombre peligroso por su palabra su pedagogiacutea su sencillez por su firmeza en la lucha contra la injusticia No esperaba nada para siacute mismo Eso le permitioacute ser libre siempre auacuten cuando estuvo preso Asiacute murioacute

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Las chacras del Norte

Trabajar y vivir como las mujeres recolectoras de tomates en las quintasde Bella Unioacuten en Artigas es algo muy duro inhumano UTAA no se limitoacute a agrupar a los trabajadores cantildeeros Obreros de distintas ramas del trabajo agriacutecola se fueron agrupando alrededor del Sindicato Trajeron nuevos reclamos y denunciaron sus malas condiciones de trabajo Las obreras de las chacras tomateras se acercaron a UTAA Queriacutean ldquoestar en cajardquo para cobrar la asignacioacuten familiar por sus hijos y poder jubilarse alguacuten diacutea Queriacutean que las respetasen que no las trataran a gritos ndashNo somos perros iquestCoacutemo las conociacute iquestCuaacutendo Corriacutea el antildeo mil novecientos sesenta y tres a fines de noviembre y principios de diciembre Dos fines de semana llegueacute a Bella Unioacuten con Andreacutes Cultelli Atendiacuteamos saacutebado de tarde y domingo por la mantildeana Enseguida empezaba a llegar gente Andreacutes como asesor juriacutedico del sindicato recogiacutea los datos de los casos de reclamos legales que se presentaban en UTAA despidos diferencias de salarios acusaciones de abigeato etc Las entrevistas juriacutedicas eran charlas acompantildeadas con mate fuera de toda formalidad Comiacuteamos alliacute mismo lo que los compantildeeros nos traiacutean de sus casas

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Yo iba ayudar en lo que fuera uacutetil Escuchaba a la gente que traiacutea distintas preocupaciones En rueda de mujeres hablaacutebamos de salud Escuche a muchas hablar de abortos de embarazos no deseados del riesgo de vida que acarrean las praacutecticas abortivas ilegales que se practican en nuestro paiacutes y tambieacuten cruzando la frontera de la automedicacioacuten y la desinformacioacuten que todas padecemos Eran los mismos temas de los que hablaacutebamos las mujeres de las faacutebricas textiles Eran las mismas preocupaciones de nosotras las obreras montevideanas Les lleveacute la invitacioacuten para el Primer Encuentro de Mujeres Trabajadoras que se preparaba en Montevideo para fines de diciembre En esa convocatoria estaban trabajando Delia Maldonado y Jorgelina Martinez dos compantildeeras textiles Ellas me pidieron que hablara del Encuentro a las mujeres de UTAA Diacuteas despueacutes las mujeres de UTAA eligieron a Hilda Silva y a Isabel Goacutemez para representarlas Ellas explicaron las condiciones de vida y de trabajo en Bella Unioacuten Por primera vez escuchamos la consigna TIERRA PARA QUIEN LA TRABAJA traiacuteda por estas compantildeeras al Encuentro Nacional de Mujeres Trabajadoras Esos fines de semana aprendiacute mucho en el intercambio Andreacutes se iba por la noche a alguna reunioacuten en el pueblo en la que yo no participaba ndashEso es cosa de hombres ndashdeciacutean ellas ndashQueacutedate con nosotras Y me quedaba en el barrio compartiendo alguacuten pan casero recieacuten hecho Me invitaban a dormir a su casa Conociacute sus familias su forma de vivir sus ranchos y el olor a lentildea de sus hogares que me llevaba a mi casa para recordarlas durante la semana En el sindicato era diaria la rueda de mate A veces traiacutean buntildeuelos o tortas fritas Relataban distintos casos Contaron tantas cosas que se llegoacute a pedir una inspeccioacuten sanitaria que nunca se realizoacute

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Los patrones abusaban del uso de insecticidas venenos con los que sulfataban las plantas A las obreras les provocaba alergia en manos y ojos voacutemitos y erupciones en todo el cuerpo Terminaban en la consulta en el hospital y teniacutean que dejar de trabajar Durante los diacuteas de cosecha bajo el sol el calor era aplastante de treinta a treinta y ocho grados durante las ocho o diez horas de trabajo a destajo La zafra era esperada con alegriacutea y angustia a la vez Teniacutean que ser muy raacutepidas explicaban porque los tomates maduran todos a la vez y en tres o cuatro diacuteas se puede perder una cosecha Debiacutean apurarse porque solo tienen esos diacuteas para hacer su salario El tomate es delicado no lo podeacutes machucar ni arrancar de cualquier manera Lleva su tiempo y pagan muy mal Algunas mujeres teniacutean que llevar a la quinta a sus hijos chiquitos Los acostaban en los surcos cerca de ellas envueltos en unos trapos tapaacutendolos con ramitas verdes para que estuvieran fresquitos mientras dormiacutean Teniacutean que cuidarlos de los insectos que alliacute abundan por el clima Me deciacutean que alguna habiacutea parido a sus hijos en los surcos de tierra ndashCuando sos de parto raacutepido y levantas un cajoacuten podeacutes romper agua y atraacutes viene el guriacute sin avisar ndash contaba una con toda naturalidad Yo como montevideana estaba lejos de imaginar que en el Uruguay al que llamaban ldquola Suiza de Ameacutericardquo pasaran estas cosas Jacinta tendriacutea unos cuarenta y cinco antildeos supongo aunque algunas veces me equivoqueacute al calcular edades Siempre parecen mayores llenas de hijos desgastadas por el trabajo y la vida La vi por primera vez una tarde cuando la trajo otra zafrera al ranchito del Sindicato Nos dijeron que el caso de Jacinta era urgente Traiacutea un papelito de pase a cirugiacutea del hospital local para el Hospital de Cliacutenicas Teniacutea que viajar a Montevideo para operarse aquel enorme bocio que sentildealoacute con la mano aunque no era necesario se veiacutea que era del tamantildeo de un huevo de avestruz y le colgaba Jacinta teniacutea grandes ojos saltones y enrojecidos por la

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enfermedad avanzada Nos pediacutean que le solucionaacuteramos el viaje alojamiento y acompantildea-miento al Hospital de Cliacutenicas Yo trateacute de explicarles que eso teniacuteamos que tramitarlo con el sindicato de ONDA que era la uacutenica empresa de oacutemnibus que viajaba hasta Artigas Asiacute lo hice recogiacute sus datos personales y el pase meacutedico Despueacutes de una semana conseguiacute su pasaje de ida y vuelta a la Capital y se lo envieacute Una tarde me avisaron que Jacinta estaba en Casa del Pueblo esperaacutendome Cuando llegueacute me sorprendiacute no estaba sola En sus brazos sosteniacutea una nintildea que padeciacutea paraacutelisis cerebral e hidrocefalia seguacuten supe despueacutes Piernas y brazos largos finos y descarnados manos y pies grandes que colgaban como trapos y una cabeza grande frente ancha ojos mirando hacia atraacutes sin ver y una boca babeante Jacinta soacutelo me dijo a modo de saludo ndashNo teniacutea con quien dejarla Yo no sabiacutea que traeriacutea a esta hijita y tampoco sabiacutea queacute hacer Soacutelo teniacutea previsto el alojamiento para ella y la visita al meacutedico que la atenderiacutea en el Hospital de Cliacutenicas iquestQueacute hacer iexclQueacute ganas de llorar Cuando hablo de alojamiento no hablo de hotel era la casa de alguno de nosotros no teniacuteamos plata para otra cosa La presencia de la nintildea lo cambiaba todo Pensaba alojar a Jacinta en otra casa cerca del Hospital pero todo cambioacute porque la nintildea necesitaba cuidados especiales Eran las ocho de la noche y penseacute en mi madre No le habiacutea comentado en que andaba pero suponiacutea que mi madre no me dejariacutea en la estacada Llegueacute a casa a cenar sin avisar como tantas veces acompantildeada por Jacinta su hijita y un nudo en la garganta Mireacute la cara de mi madre durante la cena para ver su reaccioacuten En seguida supe que se podiacutean quedar las dos en casa Dontildea Rosa me hizo comprender que ella cuidariacutea de lanintildea Yo sabiacutea que mi madre teniacutea un gran corazoacuten solidario

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iexclQueacute tranquilidad A la mantildeana siguiente iriacutea a la faacutebrica sabiendo que la nintildea quedaba en buenas manos y que otra compantildeera llevariacutea a Jacinta al hospital Cuando operaron a Jacinta nos quedamos con la nintildea en casa Mi madre la trataba con carintildeo y le preparaba sopas nutritivas papillas y frutas Le daba mucho de comer porque la veiacutea muy flaquita La nintildea respondiacutea con risas nerviosas a veces apretaba la cuchara entre los dientes y eradifiacutecil sacaacutersela Respondiacutea tambieacuten al estiacutemulo de las palabras carintildeosas de dontildea Rosa A los tres o cuatro diacuteas empezoacute a hacer un poco de fiebre despueacutes temperaturas maacutes altas y convulsiones lo cual nos asustoacute mucho ndashEs un angelito de Dios ndashdeciacutea mi madrendash iquestExtrantildearaacute Llamamos a Isabel la pediatra esposa del compantildeero Joseacute Pedro Cardoso Al ver a la nintildea le dijo a mi madre que no le diera tanto de comer que la nintildea estaba desnutrida y padeciacutea raquitismo Teniacutea cinco antildeos y pesaba diecisiete quilos y teniacutea un sistema digestivo diferente al de un nintildeo de su edad Nos explicoacute que aunque tuviera siete antildeos era como un bebeacutesbquo y no aguantariacutea el cambio de alimentacioacuten ya que la madre soacutelo le daba leche o agua con azuacutecar en mamaderas y muy poco soacutelido Seguiacutea haciendo fiebre por las tardes y no movilizaba el intestino Otra vez llamamos a la meacutedica vio que se estaba poniendo grave La internaron en el Hospital de Nintildeos Teniacuteamos a la madre y a la hija en distintos hospitales A los pocos diacuteas murioacute la pequentildea de una paraacutelisisintestinal En mi casa se vivioacute una jornada de duelo No podiacuteamos conformar a mi madre Aunque Jacinta le habiacutea explicado en conversaciones anteriores que los meacutedicos le habiacutean dicho que la nintildea no pasariacutea de los cinco antildeos mi madre no podiacutea aceptar que la comida le hubiera hecho mal ndashiexclSi yo la preparaba con tanto carintildeo ndashdeciacutea La velamos en casa de Andreacutes Fue muy triste todo habiacutea muy poquitas personas Jacinta no hablaba no conociacutea a nadie soacutelo miraba y agradeciacutea

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Se quedoacute unas semanas en casa de Andreacutes recuperaacutendose Jacinta volvioacute al pueblo operada y sin su hija A veces pienso en Jacinta La imagino trabajando cada diacutea con aquella nintildea que ldquono teniacutea con quien dejarrdquo envuelta en trapitos a su costado en los surcos La salud es uno de los derechos irrenunciables de las mujeres trabajadoras todo lo que ponga en peligro este derecho se debe denunciar Es un tema de todos estaacute en nuestra vida cotidiana y debe estar en los espacios sindicales Vivir dignamente para una trabajadora no es solamente tener un salario decente es tambieacuten tener acceso al cuidado de su salud Era una necesidad de antes y de ahora No es por casualidad que desde su fundacioacuten UTAA luchara por tener una policliacutenica en Bella Unioacuten al lado del Sindicato integrada como parte de la organizacioacuten Ellos supieron verlo desde el principio

Mitin poliacutetico en la viacutespera del 1deg de mayo en la Plaza Libertad Detraacutes se ve a cantildeeros y cantildeeras de Bella Unioacuten Mariacutea Julia estaacute sentada al frente en la izquierda Rauacutel Sendic estaacute sentado delante a la derecha Tambieacuten estaacuten presentes Delia Maldonado y Jorgelina Martinez (Principios de la deacutecada de los 60) Fotografiacutea Archivo personal

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La marcha

Aquiacute estoy con una taza de teacute que me prepareacute a media tarde Estoy sola escuchando muacutesica Seco cuidadosamente la cucharita con la servilleta de papel y como jugando la hundo en el azucarero Me entretengo mirando el movimiento que hace el azuacutecar tan blanco tan fino tan dulce Pienso iquestSabraacuten las mujeres montevideanas el sabor amargo que tiene para algunasfamilias este azuacutecar El silencio de la casa me permite reencontrar recuerdos de mujeres que conociacute hace ya tiempo Cuando las mujeres hablamos de nosotras a veces decimos ldquoNosotras las amas de casardquo Nos referimos a un tipo de mujer a un tiempo de mujer y nos incluimos Pero yo seacute de otras mujeres otras amas de casa otras madres con otra suerte de vida No es lo mismo vivir en la ciudad que enel campo No es lo mismo tener tu salario que depender del salario de tu marido del clima de la zafra o estar sin trabajo por largo tiempo No es lo mismo tener tu casa que vivir en la tierra del patroacuten Revolviendo el azuacutecar en la taza cierro los ojos y me parece que veo a algunas de aquellas mujeres Las siento muy cerca escucho otra vez sus relatos Esto no es un cuento no puedo decir ldquoHabiacutea una vezrdquo No porque estas mujeres existen estaacuten entre nosotras dispersas en distintos lugares del paiacutes A algunas de ellas las conociacute en Bella Unioacuten Artigas en 1963 a otras cuando llegaron en la Segunda Marcha a Montevideo con su familiaen 1964 Veniacutean de Bella Unioacuten frontera con Brasil el lugar maacutes al norte de

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nuestro paiacutes lugar de tierras coloradas de aacutegatas de amatistas las tierras ricas de los ingenios azucareros Como otras mujeres de los sindicatos montevideanos formeacute parte del movimiento solidario Conseguimos comida abrigo carpas y un terreno baldiacuteo para que se alojaran Fue lo que pidieron queriacutean estar todos juntos Montevideo era muy grande y desconocido para ellos Los cantildeeros hicieron la marcha a pie buscando una solucioacuten a sus problemas Llegaron con las manos vaciacuteas igual que allaacute No eran noacutemadas ni desclasados Eran obreros agriacutecolas de nuestro campo Los poliacuteticos y la prensa de derecha quisieron hacer circo de la llegada de la marcha La marcha de los cantildeeros asombroacute a los obreros de la ciudad ldquolos peludosrdquo no llegaron solos trajeron sus familias a correr su misma suerte como allaacute Su familia sus hijos eran todas sus pertenencias Las mujeres nos hablaron de otra geografiacutea de una frondosa vegetacioacuten de un verdor vecino y ajeno de un rio que atardeciacutea con puestas de sol anaranjado que pintaba con ese color la tierra y la gente Otro clima donde el verano es el calor y sus consecuencias y el invierno sin trabajoes frio y hambre ndashSe nos veniacutea la hambruna Por eso nos vinimos a pedir a los poliacuteticos la expropiacioacuten de tierras para que se reparta entre las familias desocupadas para poder trabajar todo el antildeo y no depender solo de la zafra de la cantildea de azuacutecar Arrastraron su miseria de norte a sur Atravesaron el paiacutes Eran unas cuarenta familias Traiacutean una consigna ldquoPor la tierra y con Sendicrdquo su compantildeero ldquoEl que camina adelanterdquo deciacutean refirieacutendose a los carteles con la foto de Sendic que encabezaban la marcha ndashRauacutel Sendic fue el primero que nos explicoacute queacute es un salario queacute es una cooperativa que hay leyes y que podemos pedir una expropiacioacuten de tierras Eacutel simplemente les hizo entender que habiacutea donde trabajar todo el antildeo

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que las maacutequinas se podiacutean alquilar al principio y que la cosecha se repartiriacutea entre todos igual que el dinero recaudado ndashCerca del pueblo de Bella Unioacuten hay treinta mil hectaacutereas que tienen buenas aguas y nadie las trabaja Estaacuten llenas de yuyales de chilcas ndashEso es un egoiacutesmo no darla para que nosotros la trabajemos ndashTienen duentildeo Es de una sucesioacuten de la viuda de Silva y Rosas ndashNosotros solo las queremos para trabajar para comer Los cantildeeros queriacutean pedir que el gobierno expropiara esas tierras y las administrara y que el Ministerio de Agricultura se las entregara a ellos para trabajar Asiacute planteado era muy faacutecil de entender ndashiquestVerdad No se pierde nada Hay que pedirlo en Montevideo en el Parlamento alliacute donde se hacen las leyes Siacute es posible Allaacute vamos No teniacutean dinero para el pasaje Hacer la marcha a pie no era un problema de a poco llegariacutean deciacutean ndashEstamos acostumbrados a caminar ndashY aquiacute vamos ndashNo nos podemos quedar de brazos cruzados iquestesperando queacute Nuestros hijos tienen hambre ahora ndashexplicaban a los grupos que se acercaban en el camino ndashNo podemos esperar Las mujeres de la marcha contaron que se largaron a caminar como si fuera una mantildeana cualquiera Habiacutean preparado los bolsos el mate el termo la yerba La bombilla y las galletas criollas fueron lo primero que se acordaron de poner en el paquete de viaje Distribuyeron el peso los ataditos de acuerdo al tamantildeo de cada hijo Les resultoacute faacutecil porque no teniacutean mucho Los pantildeales las mamaderas y la ropita abultaban muy poco Una manta cruzada a la espalda de cada uno Abrigo llevaron todo el que teniacutean o el que les prestaron los que fueron a despedirlos al ranchodel Sindicato El grupo lo conformaban hombres y mujeres de todas las edades Los

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mayores teniacutean cincuenta o sesenta antildeos habiacutea adolescentes nintildeos y bebes Nombraron encargada del botiquiacuten a una enfermera del pueblo Aacutengela Aacutelvarez que junto a un joven que estaba haciendo el uacuteltimo antildeo de magisterio decidioacute acompantildearlos Salieron por la carretera con la fresca de la madrugada antes que asomara el sol Al poco rato les saludoacute un rojo amanecer con cantos de paacutejaros Esas eran las uacuteltimas imaacutegenes que recordaban de allaacute del norte Esas mujeres iban a vivir como cada diacutea sin casa mal vestidas casi descalzas Colectivizaron los comestibles que al paso del camino manos solidarias les haciacutean llegar Amigos que los acompantildeaban unos kiloacutemetros y se despediacutean con abrazos Pintaban los muros ldquoExpropiacioacuten de las treinta mil hectaacutereas de Silva y Rosasrdquo ldquoReparto de la tierra a los trabajadores desocupados del Norterdquo Los muros escritos iban quedando atraacutes como testigos de su paso En esa marcha las mujeres fueron las primeras en colectivizar el cuidado de los hijos las mamaderas los llantos Tambieacuten compartieron ilusiones y anhelos Cada una esperaba lograr diferentes cosas de ese sacrificio ndashCuando saliacutea la marcha aquella madrugada junteacute los restos de comida que me quedaban Fideos de distinta clase un poco de arroz un poquito de azuacutecar y lo entregueacute al paquete comuacuten Penseacute que lo que deseaba para todos nosotros era iexclla abundancia ndashCuando escucheacute que habiacutea que llevar calzado y ropa coacutemoda penseacute que no teniacutea mucho para elegir Yo deseo eso no estar toda la vida pelada y ganar para comprar ropa para todos Ana Mariacutea de quince antildeos dijo riendo que con conocer Montevideo ella ya tendriacutea bastante ndashDesde que vivo con Don Lema en el Ingenio ni muebles tengo Una cama una mesa de tabloacuten y bancos de tronco que arrastramos del monte Pero ella habiacutea visto la casa donde iba a entregar la ropa limpia habiacutea visto que se podiacutea vivir de otra manera

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ndashiexclQueacute cocina teniacutean iexclUn lujo iexclQueacute muebles Todos pintaditos No seacute coacutemo tendriacutea dentro de la casa yo entraba solo a la cocina iexclY queacute cortinas iexclPreciosas Ella seriacutea muy feliz teniendo cada cosa en su lugar ndashiexclPodeacutes ponerle cortinas a la aripuca ndashiquestQueacute es una aripuca ndashpregunteacute Ahora siacute se reiacutean todas con ganas Se daban cuenta que las montevideanas sabiacuteamos poco de coacutemo se vive allaacute Una aripuca es un montoacuten de ramas de cantildea puestas en forma de cono Los cantildeeros y algunas familias duermen alliacute durante las largas semanas de trabajo Tambieacuten los llaman benditos porque parecen manos en posicioacuten de oracioacuten Charlando la rueda se va agrandando Unas sentadas o en cuclillas otras paradas Dos de ellas cebando mates Hablan de su vida y su deseo de vivir mejor La esperanza asoma a los ojos oscuros y vivaces en las caras de sonrisa faacutecil Por esas ilusiones caminaban hacia la Capital Creiacutean en un proyecto de ley que les permitiera trabajar tener un hogar fijo una casa y comida para todo el mes todo el antildeo En el camino coreaban consignas entonaban una cancioacuten o haciacutean silencio por largo rato Pensativos caminaban miraacutendose los pies cansados sucios de tierra lastimados vendados A veces camioneros que marchaban en la misma direccioacuten les llevaban las cajas maacutes pesadas por un trecho y si habiacutea lugar se trepaba alguna de las mujeres con los nintildeos y esperaban al grupo unos cuantos quiloacutemetros maacutes adelante Lo contaban a las risas como nintildeas traviesas Cuando estaban muy cansados y el sol caiacutea de plano al medio diacutea acampaban al costado del camino si era posible en un lugar con sombra y un arroyo de agua fresca Un grupo de hombres se poniacutea a cocinar Las mujeres aprovechaban para bajar al arroyo a lavarse ldquopor aquiacute y por allaacuterdquo lavar la ropa interior de ellas y de los hijos los pantildeales las camisetas

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de los maridos Las tendiacutean en las ramas de los aacuterboles Los aacuterboles quedaban florecidos de calzones de todo tamantildeo y color Se quedaban un rato con ldquolas patasrdquo en el agua que corriacutea Pies con ampollas sangrantes se refrescaban alliacute Se probaban las ropas de otras mujeres que se acercaron a darles ropa usada Alliacute quedan recogiendo el lavado cambiaacutendose de ropa y comentando las cosas que veiacutean y oiacutean de la gente que se acercaba y les preguntaba por el motivo de la marcha Lavaban a los nintildeos y los mandaban a sentarse con los demaacutes a esperar la comida que haciacutean en grandes tachos Despueacutes de comer se estiraban en el suelo a dormir la siesta a la sombra con la gurisada cara al cielo mirando las hojas de los arboles Se oiacutea alguacuten llanto de guriacute que extrantildeaba a la abuela Los maacutes grandecitos preguntaban cuaacutentos diacuteas iban a estar en la capital si iban a vivir en una casa En los descansos los nintildeos se agrupaban alrededor del maestro que organizaba juegos En una caja de cartoacuten guardaban los laacutepices de colores cuadernos libros de cuentos crayolas y plastilinas Dos de los nintildeos mayores se ocupaban repartirlos y recogerlos al final del juego En otra caja de cartoacuten guardaban los regalos que les daba la gente y que tambieacuten se vuelven colectivos autitos con tres ruedas muntildeecas rengas libros de cuentos con alguna paacutegina de menos maravillas que esos nintildeos nunca habiacutean visto caramelos con papeles lindos que el maestro les pediacutea que no tiraran porque los aprovechaba para hacer manualidades los diacuteas de acampada El ciacuterculo de los nintildeos era el maacutes barullento era imposible hacerles hablar en voz baja Mientras descansaban antes de empezar la caminata nuevamente algunas carcajadas recorriacutean el tendal de trapos y gente desparramada Los sindicalistas de los pueblos a los que iban llegando saliacutean a las afueras a recibirlos y les buscaban un campo baldiacuteo para acampar Alliacute empezaba todo otra vez hacer fuego conseguir agua viacuteveres realizar las entrevistas con las radios locales y los sindicatos A veces se conseguiacutean locales para que durmieran por la noche los nintildeos y las mujeres

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Durante el diacutea estaban todos juntos La solidaridad llegaba en ropa comida abrazos apretones de manos adioses y bienvenidas En cada lugar se repetiacutean las mismas escenas Cuando dejaron atraacutes el cantildeaveral de Artigas fue cambiando el paisaje Al entrar a Salto el camino fue llenaacutendose de naranjales y limoneros Cambiaron los colores los olores las frutas los sonidos habiacutea maacutes traacutensito de autos y camiones en la carretera Los nintildeos jugaban a elegir autos y colores ldquoEste es miacuteohellip El que viene allaacute es miacuteordquo Les alcanzaban cajas con naranjas para el camino Despueacutes que cruzaron el riacuteo Queguay aparecioacute Paysanduacute tan movido tan industrial y comercial En el puente los salieron a alcanzar los obreros de Paylana Paycuero y personal del hospital Llevaban cajas con comestibles que habiacutean juntado para los diacuteas que los cantildeeros acamparan en Paysanduacute ndashLa olla sindical ndashles dijeronndash estaacute asegurada En Paysanduacute el abordaje de los periodistas fue maacutes concreto Algunos que veniacutean en busca de la noticia terminaban asumiendo un compromiso personal con la causa La enfermera se acercoacute a los periodistas y pidioacute medicamentos y que alguacuten meacutedico se acercara al campamento Lo pidioacute en voz alta en grupo como en un mitin Aacutengela ya no era tan tiacutemida La gente de Paysanduacute fue muy generosa El hospital brindoacute toda clase de asistencia vacunaciones atendioacute alguno que otro dolor de muela Aparecieron problemas de salud no previstos A solas la enfermera me comentoacute que la prostitucioacuten en los pueblitos fronterizos muchas veces es un trabajo casi normal que completa el salario familiar A veces la siacutefilis es la herencia Es difiacutecil detectarla cuando no hay asistencia meacutedica Despueacutes de pasar unos diacuteas en Paysanduacute continuaron el quehacer diario de avanzar cada diacutea cuanto maacutes mejor Los meacutedicos les habiacutean aconsejado que controlaran la alimentacioacuten que comieran fruta y verdura controlaran

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la tensioacuten arterial que buscaran supervisioacuten meacutedica en los pueblos en que acamparan y que bebieran agua mucha agua Me gustaba mucho escuchar ese hablar fronterizo mezcla de palabras portuguesas y castellanas Tonos dulces y melodiosos en las bocas desdentadas Explicaban sencillo a los periodistas que allaacute en el norte crece el hambre y crece la rabia la impotencia de los trabajadores que hay tierra y no hay trabajo Contaban que la muerte visita a los nintildeos en verano diarreas paraacutesitos mal de ojo ndashiquestCurarlo de mal de ojo Lo que tiene es hambre ndashhabiacutea dicho la curanderandash No me lo traiga dontildea es comida lo que le hace falta al guriacute Tranquilas sin saberlo hablaban de reforma agraria porque eso de repartir las tierras para trabajar era lo que queriacutea Artigas iquestno Ignorantes de poliacutetica hablaban de poliacutetica y se volviacutean subversivas iexclY ellas sin saberlo Treinta mil hectaacutereas verdes proliacuteficas hojas de savia y sangre humana tintildeendo el suelo de tierras coloradas Todo al alcance de la mano pero tiene duentildeo Tierras viacutergenes puestas por Dios alliacute pero tienen duentildeo No las pueden trabajar La tierra les besa los pies pidiendo ser fecundada pero no los dejan Y los nintildeos mueren de hambre De a poco fueron acortando distancia Fray Bentos Mercedes San Joseacute Diacuteas que pasaban lentamente cansadas las piernas y el corazoacuten agitado Daban charlas al costado del camino a los grupos que se acercaban a estudiantes a obreros a maestros a enfermeros a grupos de las parroquias Haciacutean conocer otro Uruguay Los escuchaban en silencio porque esta gente hablaba distinto teniacutea propuestas concretas y formas diferentes de hacer sindicalismo En cada lugar recibiacutean una borrachera de bienvenidas de adioses sonrisas y lloros de gente que no conociacutean y que se emocionaba al verlos pasar Estaban orgullosos ilusionados convencidos de que lo que haciacutean era bueno

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era justo No mendigaban nada solo explicaban que queriacutean trabajar para vivir dignamente como se mereciacutean Era tan faacutecil de entender Los gremios de Montevideo anunciaron su llegada Mucha gente salioacute a esperarlos a Plaza Coloacuten En Belvedere se hizo un acto donde hablaron dirigentes sindicales de Montevideo y cantildeeros de Artigas En ese otontildeo gris huacutemedo y lluvioso se instalaron en un terreno baldiacuteo en la calle Cuntildeapiruacute cerca del Mercado del Abasto y de la faacutebrica textil Alpargatas Levantaron unas cuantas carpas de lona El terreno estaba rodeado por un muro como de dos metros de alto Entraban y saliacutean atareados todos los diacuteas Saliacutean en pequentildeos grupos a pedir verdura al mercado para la olla comuacuten Los puesteros colaboraban siempre Recogiacutean cajones de madera que serviacutean de asientos de mesas y para alimentar el fuego Los hombres acarreaban tachos de agua de casas vecinas Los llevaban entre dos colgados de un palo de escoba que agarraba uno por cada punta y los volcaban en unos tanques maacutes grandes para todo uso En el aacutengulo del terreno maacutes alejado hicieron el pozo para hacer un bantildeo con paredes de tabla y lo techaron con chapas ndashTodo es provisorio porque apenas terminen las entrevistas en el Parlamento nos vamos ndashdeciacutean ilusionados Los estudiantes de de magisterio de asistencia social de medicina vendiacutean bonos solidarios para sostener la propaganda Se ofreciacutean modestamente a trabajar en lo que fueran uacutetiles acompantildeaban al meacutedico a quien lo necesitara a hacer documentos de identidad a quien no lo teniacutea a sacar el carnet de Salud Puacuteblica gratuito para poder atenderse Por las tardes los visitaban algunas obreras textiles de FUNSA vecinos personas aisladas que se acercaban solidarias al campamento Se mueven mucho hay un gran ir y venir dentro del campamento

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Algunos llevan abrigos grandes sobre los hombros para protegerse de la llovizna que cae desde hace diacuteas El trajinar de tantas personas amasa un gran barrial en el centro de la tolderiacutea Estaacuten muy ocupados Salen y entran todo el diacutea por ese agujero en la pared Se turnan de a dos para hacer guardia en la puerta tomando mate Preguntan quieacuten es el que llega si es una delegacioacuten apuntan en un cuaderno y uno de ellos los acompantildea hasta donde estaacute la comisioacuten directiva reunida alrededor del fuego El mate circula manteniendo las manos calientesSaludos y empieza la reunioacuten con los visitantes Algunos tienen familiares en Montevideo o amigos que los vienen a visitar Los sindicatos montevideanos debieron tomar cartas en el asunto Agarraron el tema como a una papa caliente Se discutiacutea meacutetodo estrategia formas de lucha no todos estaacuten de acuerdo con esa manera de presentarse en Montevideo asiacute como una visita no anunciada Algunos dirigentes se sintieron embretados y tuvieron que dar su opinioacuten El gobierno por otro lado no queriacutea sentar el precedente de una expropiacioacuten de tierras iexclY ellas que lo teniacutean tan claro iexclEra tan faacutecil de entender Pero ellas no sabiacutean de poliacutetica Estaacuten preocupados Algo va mal Muchas reuniones En general son los hombres los que hacen las gestiones en los sindicatos y en el Palacio Legislativo alliacute se nombroacute una Comisioacuten especial para tratar el tema Hay periodistas que buscan a las mujeres y a los nintildeos para fotografiarlos Quieren mostrar las miserias de pagos alejados de la capital Buscan esos ojos negro azabache y la mirada misteriosa de los nintildeos de pelo negro y pinchudo o los ojos almendrados y las caritas de risa faacutecil A los nintildeos les gustan las fotos se despiden pidieacutendoles una No les importa en queacute perioacutedico saldraacuten ni que diraacuten Las mujeres contestan alguacuten reportaje La prensa da informacioacuten a medias sobre lo que piden y no siempre publica las verdades que cuentan Los nintildeos son muy carintildeosos Cuando llegaacutes al campamento se acercan te rodean si te conocen te llaman por el nombre vienen corriendo se te cuelgan

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del cuello como si te estuvieran esperando Las nintildeas grandes quieren saber que hacemos donde trabajamos Nos miran de arriba abajo la ropa los zapatos nos abrazan Yo teniacutea que ser cuidadosa visitarlos a todos o al menos intercambiar saludos Ellas me veiacutean llegar y me esperaban para charlar Todas las tardes de alguna carpa sale ese olor caracteriacutestico de las tortas fritas Unas amasan la harina con agua y sal la moldean en las rodillas y las cocinan en cuclillas frente al fuego El fuego se arma entre cuatro piedras apoyada sobre las piedras va una rejilla hecha con alambres cruzados que sostiene una sarteacuten donde hierve la grasa de vaca El olor de las tortas fritas atrae a muchos amigos que aprontan el mate y se acercan Las cuerdas que atraviesan el baldiacuteo en todas direcciones sostienen un gran tendal de ropa mojada de todos colores y tamantildeos Tarda diacuteas y diacuteas en secarse cuando al final ya estaacute seco huele otra vez a humo y a comida Al atardecer empieza a caer el rociacuteo y termina de mojar el piso de tierra blando y pisoteado amasado por los pies durante todo el diacutea El rosario de fogones armados cerca de la puerta de cada carpa el olor a lentildea traiacuteda del mercado y las risas por alguacuten cuento mitigaban el friacuteo lo aliviaban hasta que llegaban el silencio y el suentildeo Tres o cuatro compantildeeros vigilaban durante la noche que todo estuviera bien en el campamento conversando bajo alrededor del fuego con una manta sobre los hombros y esperando la vuelta del mate Hay mucho trabajo Se forman comisiones de limpieza de almacenamiento y reparto de comestibles y ropa que llevan vecinos sindicatos y parroquias Los estudiantes ayudan en la venta de bonos y en las manifestaciones casi diarias alrededor del Palacio Legislativo Paran el traacutensito reparten volantes hechos por ellos mismos a mimeoacutegrafo Los cantildeeros seguiacutean adelante con su propoacutesito estaban seguros de conseguirlo Preparaban entrevistas con distintos ciacuterculos sociales sindicatos

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poliacuteticos parlamentarios y prensa Se tuvieron que despabilar pronto y solos El movimiento fue creciendo Mucha gente se incorporaba sensibilizada con el tema las parroquias juntaban comestibles y ropahellip Era maacutes que un sindicato pasoacute a ser un movimiento generador de opiniones y se volvioacute peligroso Pasadas seis semanas no hay muchas novedades Colacho llama a asamblea casi diariamente en el centro de la tolderiacutea ndashiexclAsamblea iexclAsamblea Todos quieren saber queacute pasa con las gestiones iquestEn queacute estaacute la solicitud de tierras iquestQueacute pasa en la Comisioacuten especial que trata el tema de la expropiacioacuten iquestQuienes son los que se oponen Pero el gobierno estaacute duro no negocia Se acabaron las conversaciones

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Las mujeres en la marcha

Las mujeres formaron tambieacuten una comisioacuten de trabajo Algunas delegaciones veniacutean concretamente a verlas a ellas Atendiacutean las entrevistas aunque al principio no todas participaban activamente Algunas no se acercaban tal vez por timidez Pero todas observaban a los que entraban y saliacutean Luego preguntaban queacute pasabaMontevideo les impactaba les asustaba intuiacutean que algo malo podiacutea pasar miraban desde su carpa llamaban a los gurises no queriacutean que les hicieran fotos ndashiexclNo iquestPara queacute Para que se riacutean de nosotros iexclNo Haciacutea ocho semanas que habiacutean llegado a la capital Largas semanas sin respuestas La Comisioacuten de Mujeres fue tomando cuerpo Se sentiacutean maacutes seguras estaban maacutes ocupadas Se sumaban a las entrevistas con los sindicatos o con los parlamentarios Se permitiacutean dudar y hablar en la asamblea Fueron ganando espacios Las cantildeeras convocan a su asamblea golpeando las manos De a poco van llegando todas a la rueda en el centro del campamento De pie de piernas abiertas para tener maacutes equilibrio con los hijos chicos atravesados en la cintura y los otros colgados como racimos de uvas se reuacutenen al paacutelido sol del mediodiacutea Son unas quince Estaacuten preocupadas Todas quieren hablar a la vez Montevideo las decepcionoacute Soacutelo las tranquilizan las manos tendidas de otros trabajadores que se acercan a diario al campamento Algunas dicen que si no hay respuesta

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del gobierno prefeririacutean volver a su tierra volver a como estaban antes no perder la proacutexima cosecha no quieren quedarse aquiacute a mendigar La Eva de Bandera escucha pensativa Estaacute doblando unas ropitas sentada en su cajoacuten Los nintildeos se acercan al grupo para escuchar mejor La Eva de Almada tambieacuten se acerca despacio Escucha con la mirada baja Todas hablan fuerte se entrecruzan los diaacutelogos ndashHay mucho barullo iquestPor queacute no hablamos de a una ndashAquiacute la cosa se estaacute poniendo difiacutecil No podemos esperar ndashiexclAhora hablo yo iexclCarajo ndashfuerte para callar el griteriacuteondash iquestSoy o no soy la presidenta Se riacuteen es la China La China teniacutea treinta y seis antildeos No fue a la escuela porque no tuvo tiempo la vida se le vino arriba raacutepido Seguacuten me contoacute un diacutea la eligieron presidenta de la comisioacuten de mujeres del campamento porque habla claro y no tiene pelos en la lengua Sigue diciendo ndashNo tenemos nada que perder Bajamos a Montevideo a luchar para conseguir la tierra no nos vamos a ir sin conseguirla Hay que esperar un poco tener paciencia ndashHicimos ochocientos quiloacutemetros a pie familias enteras Esta marcha la hicimos todos hombres mujeres y nintildeos Esto no es pavada Si hay que esperar esperamos ndashdice la Chelandash Tenemos que sacar la ley del Parlamento ahora La Chela Fontora tiene veintiseacuteis antildeos Es de la Comisioacuten Directiva del sindicato de UTAA Todas estaacuten muy serias pensativas con un miedo que obedece maacutes al presentimiento que a otra cosa ndashiquestHasta cuaacutendo ndashdice otra con una voz aflautada y fina ndashPerderemos la zafra ndashiquestY los maridos en queacute van a trabajar cuando volvamos iquestEh ndashiquestDe queacute vamos a vivir

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ndashiquestY si no votan la Ley ndashEllos estaacuten para ellos iexcly ta ndashNo podemos esperar yo estoy cansada Allaacute puedo vivir en el rancho de alguacuten vecino mientras esperamos Sus voces se oyen perdieacutendose entre los sonidos de la gran ciudad Como ecos golpean en las esquinas y se multiplican en las puertas y las ventanas de los barrios montevideanos Se agregoacute el invierno se fueron enfriando las visitas emotivas de los primeros diacuteas Los montevideanos se acostumbraron a verlos por las calles La prensa pasoacute la noticia a segundo plano Ya no son novedad La prensa de derecha gasta muchos recursos para atacarlos poniendo en duda la autenticidad del movimiento ndashiquestQueacute buscan los cantildeeros Coacutemo si no lo supieran Los sindicatos siguen discutiendo sobre los meacutetodos la estrategia y los hechos consumados Todas esas palabras que no estaban en el vocabulario del grupo en el diario vivir de las familias cantildeeras ndashiexclTan faacutecil que pareciacutea todo ndashTrabajar para vivir ndashSolo pediacuteamos eso Nintildeos y mujeres tienen gripe y bronquitis que no se curan faacutecilmente Alguno es hospitalizado Les hicieron radiografiacuteas les reforzaron las vacunas ndashOtro clima ndashdeciacutean ellas ndashAquiacute hay mucha humedad La solidaridad de los gremios no cesoacute Los obreros de los frigoriacuteficos organizaron la campantildea del quilo donacioacuten de alimentos no perecederos y de un quilo de carne por donante por diacutea Lo haciacutean llegar diariamente al campamento Pero todo se iba desgastando Llegaba menos cantidad de otras donaciones Las pequentildeas manifestaciones diarias por distintos barrios ya no se

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podiacutean hacer sin autorizacioacuten y mucho menos vender bonos solidarios por la calle principal de la ciudad o en la puerta de las faacutebricas Les pediacutean la ceacutedula para intimidarlos ndashSolo queremos trabajar allaacute en nuestra tierra en Bella Unioacuten cerca de nuestras familias ndashNo vinimos a mendigar a Montevideo De eso estaban seguras Una mantildeana al volver del mercado vieron que les habiacutean puesto guardia policial en las esquinas del campamento por la calle Cuntildeapiruacute Y empezoacute la provocacioacuten policial

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Ana Mariacutea

La tarde del siete de mayo un grupo de cantildeeros sale del campamento rumbo al Palacio Legislativo Ese diacutea se trata el tema de la Expropiacioacuten de Tierras en la Comisioacuten Especial Un grupo de compantildeeros se despide ldquoHasta luego ya volveremosrdquo y sale por aquel agujero en el paredoacuten del baldiacuteo Dentro queda movieacutendose la vida cotidiana Aquellos hombres de sombreros negros de pantildeo y ropa mezclada entre gaucho y pueblerino no pasan desapercibidos La policiacutea teniacutea orden de no dejarlos llegar al Palacio Legislativo Los persiguen empuntildeando sables amenazando a todos los que se acercan y tengan aspecto de cantildeeros En el campamento Ana Mariacutea pide a dos chicas que la acompantildeen a la farmacia a buscar unas aspirinas Su madre tiene un fuerte dolor de cabeza Salen a la calle las tres jovencitas Caminan junto al muro conversando animadamente cuando ven llegar corriendo al grupo que habiacutea salido recieacuten gritando e insultando a sus perseguidores policiacuteas de a pie y de a caballo ndashiexclGurisas meacutetanse parsquo dentro que nos corre la policiacutea Las muchachas en la sorpresa no atinan a nada se quedan paradas Los compantildeeros las agarran de la mano para entrarlas Suenan disparos Ana Mariacutea grita y cae al suelo El grupo se detiene bruscamente y retrocede para recoger a la joven Con los puntildeos en alto gritan ndashiexclAsesinos Los policiacuteas se vuelven y desaparecen por una calle lateral

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Como pueden entre cuatro o cinco la llevan hasta la esquina Ana Mariacutea llora y grita ndashiexclMi pierna Paran un auto que los lleva al Sindicato Meacutedico de Arenal Grande Los demaacutes entran para tranquilizar a los que al escuchar el balazo queriacutean salir a ver queacute pasaba Ana Mariacutea Silva de quince antildeos es la primera viacutectima de la Marcha Era Ana a quien le entusiasmaba llegar a la Capital la que miraba todo con asombro con alegriacutea con ganas de recorrer y conocer Montevideo Esa noche despueacutes que operaron a Ana Mariacutea la familia recibioacute la noticia de que la bala extraiacuteda habiacutea afectado arterias y ligamentos importantes y tendriacutean que hacer nuevas intervenciones quiruacutergicas para devolverle el movimiento La recuperacioacuten seriacutea muy lenta Ese diacutea se sumoacute otro herido de bala en un pie varios lastimados maacutes y ocho cantildeeros presos No terminoacute Al diacutea siguiente llevaron detenido a Colacho Esteacuteves uno de los dirigentes de UTAA herido de un sablazo en la cabeza el diacutea anterior Lo procesan acusado de desacato Estuvo preso veinte diacuteas en la caacutercel de Miguelete Comienza la confusioacuten las dudas iquestQuieacuten provoca a quieacuten En la prensa y en la radio el parte policial explica que fue una pequentildea manifestacioacuten no permitida y que a un soldado se le escapoacute un tiro iexclQueacute otra cosa podiacutean decir iquestUn tiro y dos heridos de bala En el campamento llanto y nerviosismo acompantildeados de un fuerte sentimiento de miedo rabia e impotencia los puso frente a frente con la realidad ndashiquestQueacute hacemos aquiacute iquestQueacute esperamos iquestDe quieacuten Los cantildeeros y sus familias cerraron filas Con Ana Mariacutea internada y los compantildeeros heridos o presos teniacutean maacutes motivos para luchar contra la injusticia Las mujeres se pusieron maacutes activas maacutes alertas y participativas

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Lucharon desde el sindicato con sus hijos de la mano Corriacutean la misma suerte que ellos Ahora se incorporaba un grupo de mujeres a todas las entrevistas Otras quedaban cuidando el campamento porque desde el Municipio les llegoacute orden de desalojar el predio Las cosas se iban aclarando fueron viendo doacutende estaba cada cual fueron perdiendo la ingenuidad Pensaron que ellas estaban lejos de la poliacutetica y que en Montevideo todo era de libros y leyes de decretos y de comisiones y de investigaciones de promesas y de olvidos La pregunta de por queacute estaban alliacute apareciacutea cada vez con maacutes frecuencia Cuando iban a lavar teniacutean que mendigar el agua a los vecinos que con lo que habiacutea pasado con la confusioacuten veniacutean menos por el campamento Recordaban cuando lavaban en el riacuteo la ropa se secaba al viento norte y teniacutea olor a sol y a aacuterboles Allaacute teniacutean mucho maacutes espacio tambieacuten a la hora de comer Toda la naturaleza les perteneciacutea Aquiacute en pocos metros cuadrados estaban encerrados entre los muros del terreno ajeno sin intimidad los gurises aburridos llorosos y asustados El estudiante de magisterio se volvioacute a Artigas teniacutea exaacutemenes pendientes Habiacutea colaborado durante toda la marcha y unas semanas maacutes Cuando se despidioacute fue muy triste para todos Aacutengela la enfermera que los acompantildeoacute se volvioacute al pueblo porque se enfermoacute su madre Dejoacute a los estudiantes de medicina la caja del botiquiacuten A veces no habiacutea ni medicamentos ni estudiantes luego se consiguioacute un meacutedico que haciacutea las urgencias en su consulta privada gratuitamente Las estudiantes de servicio social acompantildeaban a los que teniacutean seguimiento a los hospitales de salud puacuteblica para facilitar la gestioacuten y no dejarles chocar con el aparato burocraacutetico que se ensantildeaba con ellos cuando veiacutea que eran cantildeeros El duentildeo del baldiacuteo presentoacute una orden judicial de desalojo Al empleado del juzgado lo rodearon todos y lo escucharon tranquilamente Leyoacute el papel y cuando terminoacute dijo ndashiquestQuieacuten es el responsable Tiene que firmar aquiacute

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Todos se miraron Hubo un largo silencio La cara colectiva del grupo no moviacutea un muacutesculo Y a uno se le ocurrioacute decir ndashNo sabemos firmar Y un coro de voces reforzoacute ndashNo sabemos firmar El empleado judicial sonrioacute y dijo ndashBueno dicho y no dicho Tienen que buscar un abogado para que conteste este papelito porque las cosas estaacuten difiacuteciles para ustedes Buenas tardes Que lo pasen ustedes bien La Eva de Almada rompioacute el silencio Llamoacute a los gurises que acompantildeaban al hombre de los papeles hasta el boquete de la pared ndashGurises vengan parsquo dentro Aquel diacutea se comioacute en silencio se repartieron por familia las ollas con el guiso El pan en rodajas maacutes grandes que otras veces Tambieacuten habiacutea naranjas y manzanas que ellas trajeron del mercado Un atado de perejil en un frasquito oficiaba de florero en la cocina colectiva En el fogoacuten central el tacho enorme que haciacutea de olla con el agua calentaacutendose para que cada uno pase a limpiar su plato y lo ponga a secar al sol en una tabla que sirve de mesa y picadero La asamblea de mujeres se reuacutene en el centro del campamento Lentamente van llegando con el mate recieacuten hecho humeante ndashDicen que tenemos cuatro diacuteas para contestar el papel ndashA pie digo yo no vamos a volver al pueblo iquestNo ndashpregunta una de las mujeres ndashCon la cola entre las patas vamos a volver -dice otra ndashY mi suegra que me deciacutea ldquoNo vayan es peligrosordquo cuando nos vea volver con una mano atraacutes y otra adelante ndashYo a pie no vuelvo ndashTendriacuteamos que vender bonos para sacar plata para los pasajes de todos y somos muchos ndashiexclEs un montoacuten de plata tenemos que vender un antildeo parsquo sacar esa

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plata ndashTenemos cuatro diacuteas para contestar el famoso papelito Esta va en serio lo trajo escrito por juez ndashBueno ndashiquestQueacute vamos a hacer Con mirarnos las caras no ganamos nada ndashTenemos que encontrar una solucioacuten La cosa esta encaminada la comisioacuten estaacute trabajando dice otra ndashSi nos tenemos que volver nos volvemos Pero aquiacute nos tuvieron que escuchar ndashY nos tuvieron que ver para ver coacutemo vivimos ndashQue unos queden aquiacute y otros nos vamos como dicen los compantildeeros Y seguimos luchando para conseguir las tierras para trabajar Aquiacute y allaacute en Bella Unioacuten desde el Sindicato ndashiexclPorque no podemos esperar

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El asalto

Se interrumpe la transmisioacuten para dar una noticia ndashiexclUacuteltimo momento La rutina de la vida cotidiana de los montevideanos es sobresaltada por una noticia fuera de lo comuacuten Detenemos la tarea y escuchamos El receptor de radio nos deja con cantidad de interrogantes que no podemos contestar iquestCoacutemo iquestCoacutemo es posible ndashLos cantildeeros de Artigas asaltaron un banco en Montevideo ndashdice el periodista No lo podiacutea creer Ellos no eran delincuentes ndashFueron perseguidos chocaron con el auto y fueron apresados ndashcontinuacutea el locutorndash Se recuperoacute el dinero totalmente En la persecucioacuten los disparos de la policiacutea alcanzaron a uno de ellos que estaacute en el Hospital Militar Los otros dos fueron reducidos inmediatamente cuando regresaban por su compantildeero que estaba en el suelo herido El coche era un VW robado la noche anterior Los nombres son Santana de veintidoacutes antildeos Castillo de veintiocho y Vique de veintiseacuteis Todos ellos son puacuteblicamente conocidos como dirigentes del sindicato los cantildeeros que en este momento acampan en Montevideo ndashParece que no sabiacutean moverse en Montevideo y tomaron una calle a contramano Fue muy faacutecil apresarlos El parte meacutedico dice que el herido estaacute fuera de peligro El abogado del Sindicato Joseacute Diacuteaz que se presenta en la Jefatura de

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Policiacutea para informarse queda detenido e incomunicado tambieacuten La policiacutea rodea el recinto donde estaacuten acampadas las familias Nadie puede entrar ni salir Estaacuten incomunicados Se les toma declaracioacuten uno a uno y registran el lugar en busca de armas inexistentes Amenazan con llevar a los nintildeos al Consejo del Nintildeo Las madres se enfurecen No saben si es verdad o si lo dicen por meter miedo pero no estaacuten dispuestas a separarse de los hijos y no los sueltan de la mano Los sindicalistas y los amigos atentos a lo que estaba pasando damos vuelta a la manzana en pequentildeos grupos para que nos vean y sientan que estamos alliacute Asiacute caminamos hasta que la policiacutea se retira del campamento Entonces entramos ndashSe revolvioacute el hormiguero ndashdice una de las cantildeeras cuando me vio llegar con otras textiles con un perioacutedico en la manondash No entiendo nada Mejor dicho cada vez entiendo menos Dice que a la Celeste del Cachorrinho Julio Vique hoy la entrevistan en la televisioacuten Nos piden que las acompantildeemos a ir a ver la televisioacuten en alguacuten bar cercano para ver a la Celeste Solas no se animan a salir del campamento Aceptamos y allaacute vamos Nos dividimos en tres grupos para no llamar la atencioacuten Tambieacuten se incorpora alguacuten compantildeero ndashTodos calladitos ndashles dicen a los gurisesndash iexclNo pidan nada Soacutelo pediremos para sentarnos y ya estaacute No hay coca colas iquestEntienden Sino capaz que vienen los milicos otra vez y nos llevan a todos ndashle dicen a los nintildeos amenazantes y me guintildean el ojo ndashSiacute ndashdijeron a coro los gurises y se agarraron todos de las manos Me contaron que en algunos bares no las dejaron entrar en otros las dejaron pasar con simpatiacutea pidiendo que se portaran bien Los nintildeos miraban todo el mostrador las botellas los espejos las sillas pasaban la mano por la mesa de caacutermica Miraban Sentildealaban alguna cosa y se reiacutean tapaacutendose la boca tratando de hacer silencio y espiando a las madres para que no los rezongaran ndashiquestA queacute hora es ndash preguntoacute el mozondash iquestEn queacute canal

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Se acercoacute al televisor que estaba alto en un estante de madera recostado a la pared ndashEmpieza a las seis de la tarde La Celeste se fue hace dos horas la llevoacute una camioneta del Canal Fue con dos compantildeeras ndashSola no sale nadie del campamento ndashnos comentan preocupadas El mozo cambia lentamente los canales Cuando ven la cara de la Celeste los nintildeos sentildealan con los deditos asombrados y callados Ya estaba empezado el reportaje no sabiacutean cuaacutento rato habiacutea pasado La enfocan en un primeriacutesimo plano Una sonrisa desdentada florece en su cara que ocupa toda la pantalla de la televisioacuten Ella cierra encandilada un ojo ndashiquestUsted sabiacutea que se iba a producir un asalto cometido por los dirigentes del Sindicato de los cuales su marido es uno de ellos Hay ironiacutea en la pregunta Celeste de a poco se queda seria el entrecejo fruncido y habla ndashYo no sabiacutea nada todo estaba tranquilo en el campamento como todos los diacuteas Soacutelo que estamos cansados de pedir y que nos mientan En el campamento ya hay poco de comer tenemos algunos nintildeos enfermos Desde hace meses estamos a la intemperie y hace mucho friacuteo Ya hace meses que estamos aquiacute en Montevideo y nada Los dirigentes tambieacuten lo saben y sufren como nosotras Se sienten responsables y fueron a buscar la plata iquestDoacutende estaacute la plata En el Banco iquestno Yo no sabiacutea nada Ninguno de nosotros sabiacuteamos nada De las mujeres que estaban en el bar mirando el televisor sale una reflexioacuten que rompe el silencio ndashiquestQueacute hacemos aquiacute iquestQueacute esperamos Vaacutemonos Nos levantamos damos las gracias al mozo que cuando saliacuteamos llamoacute a los nintildeos y les dio dos botellas grandes de refresco No podiacutean esperar Se sienten manoseados Era todo muy sencillo de entender muy claro No entienden por queacute aquiacute no lo entendiacutean

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El regreso

El 29 de junio de 1964 despedimos a las familias de los obreros cantildeeros regresaban a Bella Unioacuten La Estacioacuten Central de ferrocarril de Montevideo se llenoacute de abrazos besos y adioses El tren cuando se puso en marcha se llenoacute de voces ndashiexclPor la Tierra y con Sendic ndashiexclNo podemos esperar ndashiexclTierra para trabajar Esos gritos de hombres mujeres y nintildeos que se alejaban con los puntildeos en alto asomados a las ventanillas nos estremecen nos convocan a no dejarlos solos Levantamos los puntildeos nosotros tambieacuten repitiendo las consignas como nuestras Las palabras del compantildeero Camargo resonaban todaviacutea ndashEmpezamos una nueva etapa de nuestra lucha Aquiacute quedoacute una delegacioacuten representativa de UTAA para seguir las gestiones frente a la Comisioacuten parlamentaria y los sindicatos montevideanos La gente volvioacute como pudo Los dirigentes quedaron unos presos y otros en la clandestinidad acusados de lo que no eran ldquosediciososrdquo Regresaron con las manos vaciacuteas a Bella Unioacuten y la experiencia del intento por vivir mejor Los que habiacutean hecho la marcha quedaron en las listas negras y no consiguieron trabajo al llegar

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En un terreno se hizo la olla sindical para que comieran los desocupados y sus familias Con el apoyo del sindicato bancario fabricaron un horno de ladrillos con que levantar la futura Policliacutenica Sindical en Bella Unioacuten que auacuten hoy existe Algunos no regresaron Se perdieron en la ciudad buscando trabajo Sabiacutean que allaacute lo tendriacutean muy mal los esperaba la ldquolista negrardquo Eran todos sospechosos peligrosos subversivos Se llevaron el cartel colgado al cuello ndashiexclEl tal desparramo de los peludos ndashme contaba la Eva de Almada cuando la encontreacute antildeos maacutes tardendash Unos parsquo Artigas otros parsquo Treinta y Tres a los arrozales porque deciacutean que habiacutea trabajo otros parsquo Rocha a probar suerte a la pesca iexclEl tal desparramo

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El peine amarillo

Mi hijo menor vivioacute en silencio todo lo que nos pasoacute Eso siacute no le gustaba ir a la escuela No queriacutea salir de casa si no iacutebamos nosotros tambieacuten nos agarraba de la mano teniacutea miedo a los sentildeores con uniforme Me di cuenta de eso un diacutea en la playa soplaba un fuerte viento y un marinero tocoacute el pito sentildealando la bandera amarilla eacutel se abrazoacute a mis piernas y lloroacute Una tarde sus hermanos estaacuten en la escuela eacutel duerme la siesta y yo doblo ropa Oigo el timbre y dos golpes secos en la puerta Abro la puerta me empujan hacia un costado Los nervios no me impiden decir ndashUn momento tengo a mi hijo durmiendo en mi cuarto Por favor Ellos llegan antes al dormitorio me dejan pasar Se despierta sobresaltado por las voces y despueacutes de un fuerte suspiro miraacutendolos a todos esas presencias extrantildeas pregunta ndashiquestDe matar mamaacute de matar Yo lo abrazo contra mi pecho y lo saco de la habitacioacuten Me quedo parada con eacutel en brazos contra la pared como me indican Buscan en casa lo que no hay Me dan permiso para sentarme con el nintildeo en la cocina Preparo la leche y espero Oigo conversaciones en el pasillo Una vecina me grita ndashiexclVoy a buscar los nenes a la escuela y los traigo a casa a mirar los dibujitos

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Ellos mientras se instalan en las sillas del comedor dispuestos a esperar Eacutel desde la cocina los observa en silencio Yo sentada con eacutel en la falda lo abrazo para sentirme maacutes segura Uno de ellos saca un peine de plaacutestico amarillo y se empieza a alisar el cabello entonces mi pequentildeo empieza a gritar ndashiexclMiacuteo miacuteo ndashsentildealaacutendolo con su dedito ndashiexclNo ndashle contestondash iexclNo Tu peine es igual que ese pero estaacute en el bantildeo Pido permiso para ir con eacutel a buscar el peine Alguien que parece que manda maacutes me autoriza Aprovecho a secarle las laacutegrimas ya no llora Le lavo la carita y lo peino con su dichoso peine de plaacutestico amarillo Se tranquiliza poco a poco y suspira Volvemos a la cocina Ahora la casa parece muy pequentildea estaacute toda ocupada me estaacute pareciendo asfixiante Por el pasillo oigo la conversacioacuten de la vecina y mis hijos mayores que riendo suben la escalera de prisa ndashYa llegaron ndashpiensondash iexclQueacute suerte La vecina me grita ndashiexclYa estaacuten en casa Tomaraacuten la leche aquiacute Maacutendame al chiquito Pido permiso para dejar salir al nintildeo A eacutel le explico que subiraacute solito que allaacute lo esperan sus hermanos Lo acaricio le doy dos besos y eacutel atraviesa el comedor Se dirige a la puerta Yo lo miro desde la cocina Tres antildeitos Tiene que ponerse en puntas de pieacute para alcanzar el pestillo Eacutel los sigue mirando a todos En el momento en que va a cerrar la puerta la abre nuevamente y le dice al del peine de plaacutestico amarillo ndashiexclPuta Cierra de un portazo y sale corriendo escaleras arriba Los compantildeeros del hombre del peine sueltan la carcajada cuando eacuteste se levanta raacutepidamente gritando ndashiexclGuacho de mierda El que parece que manda maacutes le dice ndashiquestNo se da cuenta que es un nintildeo Sieacutentese

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El del peine se traga la rabia y yo siento regocijo y un nudo en la garganta

Mariacutea Julia con sus hijos en su falda Felipe a sus pies Ernesto y a su derecha Joseacute Conrado (Principios de la deacutecada de los 70) Fotografiacutea Archivo personal

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Suipacha

Pasamos dos diacuteas en Paysanduacute en casa de un matrimonio amigo A la mantildeana del tercer diacutea ellos nos dejaron en el extremo del puente que va de Paysanduacute a Coloacuten (Argentina) Mis tres hijos llevaban mochilas a la espalda y yo un bolso con ropa en cada mano El sol estaba alto teniacuteamos mucho calor Mientras nos despojaacutebamos de los abrigos caminaacutebamos despacio por el angosto costado derecho del puente mirando al rio Uruguay deslizarse manso Los nintildeos estaban muy alegres pensando en el reencuentro con su padre a quien no veiacutean desde haciacutea meses Haciacutea diacuteas que sabiacutea que se habiacutea elegido esa frontera por la seguridad que ofreciacutea el compantildeero que nos llevoacute hasta la cabecera del puente del lado uruguayo Al otro extremo del puente nos esperaba mi marido En el trayecto al vernos caminar por aquel largo puente dos o tres autos pararon para llevarnos pero yo me negaba agradeciendo Ernesto de seis antildeos y Felipe de cuatro luego que el auto se alejaba deciacutean que estaban cansados y se sentaban en el suelo protestando porque no habiacutea aceptado subir al auto Pero yo no aflojaba no iba a correr el peligro de que nos detuvieran Empeceacute a cantar Manuelita y los dos maacutes pequentildeos comenzaron a cantar ndashiexclCherentildei amigo el pueblo estaacute contigo ndashgritaba Felipe ndashiexclNo Es maacutes lindo cantar Manuelita ndashdeciacutea yo

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Josecito que ya teniacutea doce antildeos se reiacutea ndashLos van a llevar presos ndashles deciacutea a los hermanos Nos acercaacutebamos a la otra orilla Las palmeras del lado de Coloacuten maacutes cerca cada vez ndashEl primero que vea a papaacute tiene premio ndashdijo Josecito Los tres a las risas corrieron a encontrarlo El padre nos esperaba con un auto prestado por un amigo argentino Habiacutea armado cerca de alliacute un campamento con toldos una carpa un fogoacuten hecho de piedras en el suelo y dos o tres cacerolas Los nintildeos tiraron las mochilas y corrieron alrededor del campamento Felipe se cansoacute y vino a pedirle brazos al padre Los hermanos lo miraban con deseos de hacer lo mismo nos sentamos todos en el pasto en ciacuterculo y empezaron las preguntas entrecruzadas de coacutemo esta allaacute y coacutemo estaacute aquiacute y doacutende vamos a vivir y la escuelahellip ndashiquestTrajiste el pase para la escuela y para el liceo y las partidas de nacimiento de los tres Cuando los nintildeos se durmieron hablamos con tristeza de lo que pasaba allaacute y aquiacute de los compantildeeros y sus familiares de todos los familiares y de los nuestros Joseacute se veiacutea cansado y preocupado A la mantildeana siguiente recorrimos los alrededores disfrutamos la tranquilidad del lugar el silencio el verdor Me sentiacutea segura otra vez aunque la Argentina estaba muy revuelta y no habiacutea garantiacutea ninguna de lo que fuera a pasar alliacute Me explicoacute que por eso habiacutea alquilado una casita en la Provincia en Haedo donde supuestamente pasariacuteamos maacutes desapercibidos La habiacutea conseguido un compantildeero socialista argentino que conociacuteamos desde haciacutea muchos antildeos y viviacutea a cinco cuadras de donde viviriacuteamos nosotros Alliacute no dirigiacuteamos al diacutea siguiente Del viaje a Buenos Aires recuerdo que los nintildeos reiacutean mucho estaban contentos y el padre tambieacuten Los miraba sonriente por el espejo retrovisor Yo estaba muy cansada habiacutea desmontado mi casa sola regaleacute muchas

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cosas otras no recuerdo que fin llevaron Eran cosas nada maacutes Entonces bajeacute la guardia y el cansancio me vencioacute Dormiacute la mayor parte del viaje Atraacutes habiacutean quedado los muacuteltiples allanamientos aquellos golpes en la puerta de la visita no anunciada unas veces de diacutea otras de noche metieacutendose en mi casa sin pedir permiso montando una ratonera tenieacutendome a miacute y a mis tres hijos de rehenes durante largas horas sentados en mis sillas utilizando nuestro bantildeo revolvieacutendome los cajones y los roperos buscando lo que no habiacutea Sentada en alguacuten rincoacuten esperando que mis hijos se durmieran vigilaba las visitas tratando de no demostrarles miedohellip Llegamos al Gran Buenos Aires pasadas las tres de la tarde Los amigos nos esperaban con comida Sus dos nintildeas maacutes o menos de la misma edad de mis hijos enseguida empezaron a jugar con ellos Suipacha 888 Haedo Provincia de Buenos Aires Argentina Alliacute empezoacute otra etapa de mi vida un nuevo hogar Ese mismo diacutea me di cuenta que mi madre y mis hermanas no podriacutean escribirme a esa direccioacuten por razones de seguridad Un pasillo largo y angosto al final de eacutel un alto portoacuten de hierro de dos hojas pintado de negro nos permitiacutea pasar a lo que seriacutea nuestra casa Era viejiacutesima teniacutea techos de zinc y cielorraso de espuma plast un gran fondo con dos aacuterboles y un patio de baldosas cubierto por un parral Todo era muy modesto pero pareciacutea amplio y coacutemodo Nos dijeron que estaban encargados los colchones y que llegariacutean esa tarde Desde Buenos Aires otros compantildeeros nos traeriacutean la ropa de cama Los varones se quedaron a esperar y las mujeres fuimos a buscar las cosas de cocinar a casa de nuestros compantildeeros Sentiacute que no estaacutebamos solos me encontreacute abrigada y penseacute que la solidaridad existe Esa noche hablamos con los nintildeos de la discrecioacuten y la seguridad escucharon silenciosos No seacute si entendieron Se enteraron que empezariacutean la escuela para no perder el antildeo escolar La casa tomaba forma Los objetos iban encontrando lugar igual

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que nosotros Compramos cuchetas para el cuarto de los nintildeos porque esperaacutebamosla llegada de un compantildeero que resultoacute ser Gargano Los diacuteas siguientes fueron tranquilos conocimos el barrio los lugares donde comprar la escuela a la que iriacutean y el liceo que quedaba pasando la viacutea del tren por la estacioacuten Haedo la plaza de deporteshellip Como era todo nuevo nos pareciacutea lindo y seguro La palabra exilio no estuvo en nuestro vocabulario hasta que fuimos a sacar el permiso de residencia para anotar los nintildeos en la escuela y poder trabajar nosotros Encontreacute una enorme cantidad de uruguayos que estaban en los mismos traacutemites y se acercaban a hablar con Joseacute de las peripecias que estaban pasando Las colas eran grandiacutesimas Me di cuenta que no era provisorio por algunos meses como creiacutea La gente estaba nerviosa el peronismo estaba revuelto y las calles inseguras Ese era el tema central de las conversaciones de los uruguayos Por razones de seguridad soacutelo Joseacute iba a los contactos poliacuteticos en la capital Yo estaba de acuerdo La relacioacuten de pareja entre nosotros se habiacutea deteriorado Yo quedaba en casa con nuestros hijos sabiacutea muy poco de sus actividades eacutel no me participaba de nada Yo estaba triste y confundida Seguiacutean llegando exilados a Buenos Aires De eso si hablaacutebamos y a la hora de los informativos escuchaacutebamos la radio en silencio No tuvimos TV hasta muchos meses despueacutes Pasaron dos meses Los nintildeos iban a la escuela y al liceo Despueacutes de comer yo me metiacutea en la cama lavaba los platos a uacuteltima hora de la tarde antes de la cena El diacutea no me alcanzaba para arreglar los cuartos La depresioacuten entroacute silenciosamente sin que me diera cuenta Teniacutea pesadillas con familiares y amigas Estaba totalmente aislada no teniacutea noticias de mis compantildeeras textiles no sabiacutea de Jorgelina ni de Delia Se me cortaron todas las comunicaciones perdiacute mi paiacutes mi familia las amigas las compantildeeras Atraacutes quedoacute mi militancia sindical y poliacutetica Sola no me animaba a tomar el tren y mucho menos el

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metro Joseacute me deciacutea que fuera al ldquoOncerdquo pero yo no era capaz de salir me pareciacutea que me perderiacutea entre tanta gente A penas lograba andar por el barrio La depresioacuten me halloacute ahuecada en la cama el lugar donde me sentiacutea maacutes segura No seacute si dormiacutea si sontildeaba no recuerdo si pensaba en lo que estaba viviendo Cuando los hijos volviacutean a las cinco del colegio me poniacutea en marcha como una autoacutemata Me encargaba de la ropa y de la limpieza de la cocina y el bantildeo El padre si estaba en casa se ocupaba de las compras de cocinar a medio diacutea y de dejar algo en marcha para la noche Por suerte siempre le gustoacute cocinar Joseacute estaba maacutes distante cada diacutea Llegaron los largos silencios La culpa un sentimiento que no habiacutea conocido antes llegoacute y se apoderoacute de miacute estrujaacutendome el pecho Culpa de marchar del paiacutes porque me salvaba culpa de ser mala madre porque les quiteacute a mis hijos las abuelas los tiacuteos y los compantildeeros de escuela Culpa por los compantildeeros desaparecidos muertos y presos Culpa culpa y maacutes culpa

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Viviendo el miedo

Mayo de mil novecientos setenta y seis Los Falcon recorren las calles de Buenos Aires las fuerzas represivas marcan presencia como paseando siseando como las serpientes sobre la tierra seca Se ocultan detraacutes de los vidrios oscuros Los peatones siguen caminando como si unos y otros fueran invisibles pero el sonido de ese auto es inconfundible Te sigue despacio Sentiacutes la mirada en la nuca como si un dedo invisible te tocara El sonido te presiona el hombro toma cuerpo y se hace presencia Fue un antildeo terrible Fueron capaces de matar a Gutieacuterrez Ruiz a Michelinihellip Desapareciacutean adultos y nintildeos Asesinatos desapariciones de uruguayos y argentinos Insomnio el oiacutedo y los muacutesculos alertas Los compatriotas cambian de viviendas el desparramo otra vez Los compantildeeros del Partido Socialista resolvieron que por estar su vida amenazada el padre de mis hijos teniacutea que marcharse a Espantildea Como hijo de espantildeol consiguioacute pasaporte Yo quedeacute con mis hijos sola en Haedo en la provincia de Buenos Aires iquestQueacute hacer Los dos maacutes chicos en la escuela primaria el mayor cursando segundo de liceo y yo asistiendo al liceo nocturno En el pueblo trabajaba en negro vendiendo ropa de nintildeas y de bebeacute en las pequentildeas tiendas del lugar Teniacuteamos poca produccioacuten artesanal a medias con una compantildeera Lo poquito que produciacuteamos se vendiacutea enseguida cinco o diez prendas y saliacuteamos a comprar madejas de lana o unos metros de tela para los vestiditos

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Miedo siacute mucho miedo pero habiacutea que hacer de tripas corazoacuten teniacutea mucho que cuidar como todas las mujeres Por correo acordamos con el padre que todos terminariacuteamos el antildeo escolar y luego regresariacuteamos a Montevideo porque en ese momento yo teniacutea maacutes miedo en la Argentina En Uruguay sabriacutea moverme mejor con familia y compantildeeros estariacutea maacutes segura Fueron los meses maacutes difiacuteciles para miacute andar en las calles con muchas precauciones la puntualidad No habiacutea lugar para las improvisaciones eso lo teniacutea muy claro No me sentiacutea tan sola teniacutea a mis hijos que me daban seguridad y los compantildeeros con quienes no dejaba de comunicarme trayeacutendome la informacioacuten y correspondencia en mano propia Hasta que una noche de diciembre de ese mismo antildeo a la hora de salir del liceo nocturno para adultos donde yo cursaba segundo curso encontramos a la directora de pie en la puerta del local y nos pidioacute que no salieacuteramos todaviacutea que un poco antes un coche con vidrios oscuros abrioacute la puerta de atraacutes y desde adentro alguien tiroacute un cadaacutever en la misma puerta del liceo Agregoacute que habiacutea llamado a la ambulancia que volvieacuteramos al aula hasta que lo levantaran y se lo llevaran Que luego salieacuteramos en grupos de acuerdo a la cercaniacutea de nuestros hogares Esto sucedioacute en el mismo Haedo en provincia supuestamente un lugar maacutes seguro Faltando pocos diacuteas para terminar las clases comprendiacute que era cuestioacuten de tiempo Nada era seguro Otra vez quedeacute en la retaguardia Los diacuteas pasaban maacutes lentamente que nunca Me tocaba desmontar otra casa por suerte una amiga se quedaba por las noches a dormir con nosotros Otra vez vender lo que pudiera y regalar el resto Como pasoacute en Montevideo me quedaba solamente recoger los pases escolares Tuve la tranquilidad de que mi amiga los recogeriacutea y los enviariacutea por correo Por otro lado el padre de los nintildeos preocupado por lo que se estaba viviendo por estos lados nos mandaba buscar Pero nosotros no teniacuteamos

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pasaporte para viajar a Espantildea teniacuteamos que llegar a Montevideo de cualquier manera No era faacutecil antes de irnos a la Argentina ya me lo habiacutean negado a miacute y a mis hijos chantajeaacutendonos para que no salieacuteramos del paiacutes Pero lo volveriacutea a intentar El uacuteltimo diacutea de clase les dije a mis hijos que volveriacuteamos a ver a la familia a las abuelas cosa que los puso contentos pero otra vez perdiacutean los amigos Felipe con cinco antildeos fue el maacutes expliacutecito El habiacutea plantado semillas de zapallo y teniacutea una gran calabaza en crecimiento ndashiquestQueacute va a pasar con mi zapallo iquestQuieacuten va a cuidar a Bandido miperrito Fuimos con los bolsos a la Chacharita a casa de compantildeeros a esperar por queacute viacutea viajariacuteamos a Montevideo Los compantildeeros nos sacaron pasajes en el Vapor de la Carrera que pareciacutea lo maacutes seguro porque en viacutesperas de Navidad saliacutea repleto de gente Llegamos a Montevideo Nos esperaba mi cuntildeado Los nintildeos contentos pensaban en los regalos de Navidad que les prometiacutea su tiacuteo Luis

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Otra despedida maacutes

El puerto tiene un olor especial Siempre lo vi desde el otro lado de la bahiacutea desde el Cerro donde viviacutea Lo sentiacutea tan lejanohellip y aquiacute estoy hoy en el centro de esta espiral que me trae me envuelve me aleja y me acerca Aquiacute entre un montoacuten de gente maletas y nintildeos saltando y riendo Unos se van otros se quedan se abrazan se tironean de la ropa retenieacutendose Vigilo las maletas donde van los recuerdos las fotos algunos libros que eligieron los nintildeos y alguacuten juguete del que no pudieron despedirse No permito que mis hijos se alejen de miacute tengo miedo de que se pierdan entre la gente o caigan al agua Me doy cuenta que transpiro y estoy temblando La gente se saluda otros lloran Se abrazan con fuerza Miro alrededor De un lado paredes grises galpones y guinches a mi espalda una pared se alza ancha y gris con pequentildeas ventanas donde no se asoma nadie Esta pared se mueve se balancea cruje El vaporcito que arrastroacute y trajo hasta aquiacute esta pared nos saluda dando pitos y bocanadas de humo La deja frente al muelle lo maacutes cerca posible de la orilla y se aleja lentamente Como un gran dragoacuten que dormitando nos espera y sabe que no nos resistimos estamos entregados mansamente a este viaje no esperado Me muevo en silencio me trago las palabras veo la gente que tambieacuten se mueve en silencio veo las abuelas que miran sin palabras Los nietos son de todas Las mujeres mayores se multiplican los nintildeos tambieacuten los que se

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quedan y los que se van son de todas Todos somos de todos y de todas Somos una masa que late y respira al uniacutesono todos juntos alliacute hacia distintos destinos Un estridente pitar nos sobresalta Se mueven las formas los grupos se acercan y se alejan Es como si mirara por un gigantesco caleidoscopio Se despiden El segundo pitar anuncia que el gigantesco dragoacuten poco a poco se despierta y nos tragaraacute uno a uno para dejarnos dentro de muchos diacuteas lejos muy lejos Esa gran pared abriraacute su boca Los besos las caricias el latido agitado de mi corazoacuten Hay que irse para rescatar las palabras el color el oiacutedo la vista Subo la escalerilla Se mueve y yo tiemblo custodiada por seis manitos que me guiacutean y aseguran Ellos no tienen miedo de ser tragados Miro hacia atraacutes y la vista se me nubla De pronto todo toma color la masa late y respira con nosotros nuevamente las miradas los adioses se hacen cercanos no es despedida los gritos traen un hasta luego multiplicado

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El Pesquero

Desde allaacute lejos desde Barcelona (Espantildea) a veces quiero recordar el cielo y el verano del Uruguayhellip A cinco quiloacutemetros del pueblo entre los meacutedanos y el oceacuteano estaacuten los ranchitos de paja de los pescadores Fueron construidos por los pescadores en la misma playa con troncos de eucaliptus juncos cantildeas y tablas que trae el mar El aire los atraviesa como a un colador Andreacutes iba todos los antildeos y habiacutea hecho muchos amigos alliacute El antildeo anterior se habiacutea entusiasmado con la idea de formar una cooperativa de pesca pero los pescadores no la creyeron necesaria estaban acostumbrados a que cada familia trabajase para si Aquel enero Andreacutes nos prestoacute el rancho El lugar era espleacutendido El verano permitiacutea que nos quedaacuteramos hasta tarde por las noches disfrutando el espectaacuteculo que nos anunciaran los pescadores del lugar Se escuchaba el sonido del mar la oscuridad nos regalaba un cielo tan estrellado como nunca habiacuteamos visto y las olas llegaban a la orilla con espuma fosforescente De mantildeana pasaba una sentildeora que vendiacutea pan y unos bollos dulces muy ricos recieacuten hechos por ella Adentraacutendose en el oceacuteano se conseguiacutea pesca mayor atunes tiburones etc Los pescadores saliacutean al mar en unas embarcaciones endebles de madera que no se podiacutea creer que entraran unas millas en el oceacuteano Cada diacutea

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se jugaban el regreso Cuando saliacutean al mar tiraban las redes y las dejaban alliacute amarradas a las boyas durante dos diacuteas luego iban a recogerlas Cuando los enormes animales atrapados cansados de luchar se atontaban los arrastraban hasta la orilla y los remataban a palazos Entreveradas en las redes apareciacutean mantandashrayas del tamantildeo de un paraguas abierto que peleando entre la vida y la muerte sacudiacutean peligrosamente su cola venenosa los pescadores la cortaban con un solo golpe de machete Al llegar las embarcaciones a la orilla todas las mujeres corriacutean hacia ellas con ganchos y cuchillos Luego llegaban los cerdos y los perros y por uacuteltimo los nintildeos pequentildeos La faena empezaba ahiacute mismo cortando el pescado en lonchas Trabajaban con rapidez Tiraban las viacutesceras a los cerdos que comiacutean ruidosamente gruntildeendo Los perros aprovechando la distraccioacuten colectiva corriacutean a las gallinas que intentaban acercarse Alrededor de los ranchos en los meacutedanos grandes caballetes de madera sosteniacutean las tablas ruacutesticas donde colocaban las grandes lonchas de pescado que alliacute mismo salaban colgaban y dejaban secar al sol diacuteas y diacuteas daacutendolas vuelta y recogieacutendolas por las noches para que no se humedecieran con el rociacuteo Asiacute elaboraban el bacalao Eso y remendar las redes que llegaban rotas era trabajo de las mujeres Las mujeres no participaban en la comercializacioacuten del bacalao ndashEs cosa de hombres ndashme deciacutean alcanzaacutendome un matendash Nosotras no entramos ni salimos Me contaron que el precio siempre lo fijaba el intermediario que es quien tiene los camiones y el dinero El intermediario esperaba en la carretera Algunas familias estaban mejor econoacutemicamente y teniacutean caballo y carro propio para transportar el pescado hasta la carretera que quedaba a tres kiloacutemetros Los demaacutes caminaban con su pescado a cuestas

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Los pescadores se sienten con las manos atadas sin locomocioacuten y lejos del mercado donde se fijan los precios Siempre son los que ganan menos y arriesgan maacutes hasta la vida arriesgan en el mar ndashVos no teneacutes otra forma de venderlo teneacutes que morir en el intermediario ndashdeciacutean Las mujeres conseguiacutean su dinerito el que era de ellas juntando mejillones entre las rocas del Cerro Verde empapaacutendose de la cabeza a los pies y resbalando peligrosamente en las rocas verdosas de musgo muy filosas Cargaban las pesadas bolsas de arpillera repletas de mejillones sobre sus espaldas doblando el cuerpo y caminando por la orilla del agua hacia los hoteles compradores que se encontraban a cuatro o cinco quiloacutemetros de distancia Pareciacutean hormiguitas tambaleaacutendose con su carga de treinta o maacutes quilos Caminaban descalzas abriendo muy bien los dedos de los pies para mantener el equilibrio Lo que ganaban se lo gastaban en el Chuy comprando alguna blusa dulces enlatados yerba azuacutecar aceite ndashCuando hay cambio de luna y hay bajante marina se pueden sacar muchos maacutes mejillones entonces el precio es cada diacutea maacutes bajo Los hoteles tiran abajo los precios y los camioneros se aprovechan pagando cada diacutea menos Ellas van dejando la carga al borde de la carretera Si el precio no le conviene al camionero se los deja pudrir al sol asiacute que cuanto maacutes mejillones menos se les paga Al final ellas tienen que aceptar el precio para salvar los diacuteas de trabajo y la mojadura ndashMierda nos pagan mierda Este trabajo es propio de mujeres o de los muchachitos que acompantildean a sus madres que por su edad todaviacutea no salen al mar Muchas de estas mujeres padecen problemas de columna y prolapso Pero todos en general son fuertes de salud son parte de la naturaleza del lugar rostros curtidos por el aire salado del oceacuteano y mejillas enrojecidas por el sol Los nintildeos pequentildeos juntan mandiacutebulas de tiburoacuten estrellas de mar

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caracoles veacutertebras de tiburoacuten con las que hacen collares para vender a los turistas que llegan al pesquero para adornar las casas de Montevideo Los visitantes se acercan con sus caacutemaras los fotografiacutean y les dejan algunas monedas Durante el invierno por la orilla del mar por la arena dura van cada diacutea a la escuela del pueblo En grupo acompantildeaacutendose como los pececitos caminan esos cinco quiloacutemetros Regresan recogiendo estrellas de mar y caracoles para vender cuando llegue la temporada de los visitantes Mientras tanto sus padres y madres tejen y remiendan las redes preparando la faena diaria

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Regreso sobre mis pasos

Diciembre de 1994 Llego a Bella Unioacuten una pequentildea ciudad del Norte de nuestro paiacutes en Artigas buscando algunos recuerdos perdidos por alliacute hace ya treinta antildeos rostros sonrisas amigas Amanece El pueblo no cambioacute tanto Compramos galletas para el desayuno Charito me pondraacute en contacto con las mujeres que quiero entrevistar aquellas de la marcha del 64 Ana Mariacutea Silva la que recibioacute el balazo en la pierna aquella adolescente que llegoacute a Montevideo en la marcha cantildeera con ilusioacuten de ver la capital Hoy tiene treinta y ocho antildeos Me recibe en su casa estaacute contenta de verme y me cuenta que tiene cinco hijos tres de los cuales estaacuten casados iquestQueacute fue de las mujeres del Sindicato de UTAA iquestDoacutende estaacuten En su rancho hay cinco nintildeos entre uno y doce antildeos dando vueltas riendo o peleando ndashiexclSacando de las casillas ndashdice Los dos mayores son de ella los tres pequentildeos de la hija que trabaja lejos en la Barra de Cuaraiacute y Ana Mariacutea se los criacutea Tiene cinco ldquocrianccedilasrdquo a su cargo El marido desocupado va haciendo changas donde puede y como puede Me dice que en Montevideo eacutel trabajaba en muchas cosas pero aquiacuteestaacute difiacutecil Ana pasoacute seis operaciones en la pierna estuvo largas temporadas internada en Traumatologiacutea Teniacutea que estar en Montevideohellip

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ndashhellipPor lo de los meacutedicos Viviacuteamos en el barrio Borro Nos volvimos a Bella Unioacuten hace ocho antildeos porque creiacuteamos que habiacutea maacutes trabajo y porque pensaacutebamos que era mejor para criar los hijos aquiacute pero soacutelo encontramos el hambre y la desocupacioacuten Ana tambieacuten trabajoacute aquiacute y allaacute de domeacutestica Cambiando de conversacioacuten me dice que estaacute cansada de meacutedicos que la uacuteltima vez le dijeron que le teniacutean que fijar el tobillo de la otra pierna porque lo teniacutea muy mal por caminar torcido y que la columna la teniacutea totalmente desacomodada por lo mismo Pero ella no aceptoacute esa uacuteltimaoperacioacuten que significaba que quedariacutean riacutegidas las dos piernas para siempre Eso no lo aceptariacutea jamaacutes dijo preocupada Estaba cocinando una salsa de tomate Una simpaacutetica sonrisa no abandona su rostro al mirarme Estaacutebamos sentadas debajo del parral Su marido atendiacutea con carintildeo a los nintildeos para dar tiempo a nuestro encuentro Ana tiene el pelo atado con un pantildeuelo verde que deja ver un pelo negro con alguacuten mechoacuten entrecano Viste una blusa larga blanca y una falda floreada Un delantal gris ata a una mujer preocupada por su cuerpo y por su salud ndashTuve que adelgazar quince kilos este antildeo porque no caminaba ya Trabajeacute aquiacute de limpiadora en una panaderiacutea por las galletas el pan y la leche pero no pude aguantar Ahora estoy en casa Gestioneacute hace dos antildeos la jubilacioacuten por invalidez estoy esperando Dicen que me saldraacute por unos cuatrocientos pesoshellip iquestQueacute hago con esa plata Nada ndashSeacute que terminareacute a los cincuenta antildeos postrada en una silla porque cada vez tengo maacutes dolores de huesos y tomo maacutes calmantes pero ni plata para medicamentos tengo ya se sabe primero estaacute la comida iquestA quieacuten le reclama ella esa invalidez por el balazo recibido a los quince antildeos de edad por un policiacutea que ni siquiera sabe quieacuten es iquestA quieacuten le reclama iquestA queacute gobierno iquestA queacute institucioacuten Los nintildeos juegan corren alrededor de la casa con paredes y sin techo Su marido levantoacute paredes hasta la viga pero no lo pudieron terminar Corren

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detraacutes de un gato que les regalaron para aumentar la familia Tienen las cosas tapadas con lonas porque parece que va a lloverhellip el verano vino llovedor Me pregunta por la Chela ndashiquestLa has visto ndashSiacute vive en Montevideo a veces la veo Chela Fontora tiene ahora cuarenta y siete antildeos una hija de su primer matrimonio y un nieto Pasoacute catorce antildeos en la caacutercel en total Se habiacutea incorporado al movimiento tupamaro cuando se dio cuenta que con las ldquomarchas no alcanzaba para nadardquo Cayoacute presa en 1970 la primera vez como integrante del MLN y dirigente de UTAA Salioacute de la caacutercel cuando salieron todoshellip en 1985 Se casoacute nuevamente Vive en Montevideo porque tiene controles meacutedicos regularmente Ahora trabaja en temas sociales en un organismo de ayuda a las mujeres maltratadas Siempre fue sensible al tema y no tolera la injusticia No se alejoacute de su gente Estaacute atenta a lo que pasa en el Nortehellip donde estaacuten los suyos Su hija estaacute en el movimiento de mujeres que hicieron la marcha desde el pueblo Gomensoro por fuentes de trabajo agriacutecolas de esto hace ya dos antildeos A la Chela la encuentro muy seguido en actos acontecimientos sindicales y velorios Sabemos que caminamos en el mismo sentido en el tema mujer Escribioacute ldquoMaacutes allaacute de la pobrezardquo agotado raacutepidamente Cuando una vecina se entera que estoy alliacute y hablamos de Chela trae a su madre que me cuenta de aquella eacutepoca Se agranda la rueda de matehellip Dontildea Lola no fue a la marcha No pudo teniacutea dos nintildeas pequentildeas y su marido trabajaba Ya no estaba viviendo en la azucarera se habiacutea casado con un policiacutea que antes habiacutea sido obrero de la cantildea Pero recuerda toda la preparacioacuten de la marcha no se perdiacutea un acto y aplaudiacutea mucho a la Chela

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Fontora porque era jovencita y hablaba muy claro Dontildea Lola sabiacutea de queacute hablaba en UTAA y sentiacutea la misma bronca que sentiacutean ellos ldquolos peludosrdquo porque ella tambieacuten peludioacute allaacute por el antildeo 1948 cuando llegoacute con su familia desde Tres Cruces departamento de Artigas ndashCuando nos fuimos de alliacute nos deciacutean los vecinos ldquoNo se vayan a CAINSA van al azucaral a agarrar un toro mundialrdquo ldquoEntorarserdquo es tener una pobreza muy grande ni plata ni trabajo ni comida nada Eso es entorarse Pero todos emigraban para las azucareras que era trabajo nuevo ndashNosotros tambieacuten nos fuimos al azucaral por la novedad Nosotros trabajaacutebamos muy duro para ayudar a papaacute La zafra dura cuatro meses se trabaja a destajo a un tanto ldquola luchardquo ndashUna lucha es una cantidad prefijada de surcos trabajados ndashPor cada lucha te dan un vale no te dan plata despueacutes los canjeas Las mujeres trabajaban fuerte en la cantildea Algunas cortaban cantildea a la par de los hombres machete en mano las mujeres solas con hijoshellip Mi madre estaba en casa porque habiacutea nintildeos pequentildeos Mi hermana y yo despuntaacutebamos cantildea acarreaacutebamos carpiacuteamos y a veces papaacute nos llevaba a ldquomontearrdquo Mi hermana y yo tuvimos suerte porque despueacutes de dos antildeos en ldquochacra ldquo (limpieza del suelo alrededor de las plantas nuevas) dentro del cantildeaveral nos llevaron a trabajar en la faacutebrica Alliacute trabajeacute tres antildeos maacutes En la faacutebrica es distinto pasan otras cosas como en cualquier lugar supongo Yo le pregunto ndashiquestQueacute cosas pasan ndashCosas aprovechamientos abusoshellip ndashAhora se dice acoso sexual ndashSiacute recuerdo que teniacuteamos otro trato las que trabajamos dentro de la faacutebrica Los hombres de la oficina siempre se tiraban un lance

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Sonriacutee ldquoUn diacutea un ingeniero que veniacutea desde la capital contratado para la zafra me dijo ndashiquestQueacute haces el domingo ndashNada ndashle dije ndashiquestPor queacute no nos vamos al riacuteo Llevaacute a tu hermana y yo llevo un amigo para ella Me puse maliacutesima ndashiexclNosotras no acostumbramos iexclSinverguumlenza iexclMosquito eleacutectricordquo ndashiquestPor queacute le dijiste eso ndashPorque eacutel era muy nervioso y chiquito Dontildea Lola suelta una carcajada ndashSe ganoacute el apodo para toda la zafra porque yo le conteacute enseguida a todas mis compantildeeras y todas se reiacutean de eacutel al verlo pasar La verdad que lo pasoacute mal Siempre teneacutes que estar alerta a que no te pasen por arribahellip En la faacutebrica tambieacuten es jodido trabajar Charito me viene a buscar para ver a Dontildea Eva Eva Araujo la primera esposa de Bandera A esta amiga la busqueacute en Bella Unioacuten pero estaba ldquopara la Barra de Cuaraiacuterdquo seguacuten me informaron sus hijos cuidando a sus padres que son ancianos estariacutea alliacute por unos diacuteas Alliacute llegueacute buscando una casilla de madera pintada de verde rodeada de plantas de aspecto muy humilde La direccioacuten que me dieron no era muy clara me costoacute encontrarla Mientras sus padres dormiacutean la siesta Eva tomaba mate apoyada en el portoacuten mirando la calle distraiacutedamente Asiacute la encontreacute Al principio no me reconocioacute pero fue muy faacutecil el reencuentro Despueacutes de los saludos la convoqueacute al recuerdo de aquella marcha de 1964 Me explica que tambieacuten fue a la del 1962 y a la de 1968 pero volvimos a la que me interesaba a ubicar ese tiempo de encuentro de acontecimientos vividos cotidianamente

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ndashYo teniacutea veinticuatro antildeos en aquella marcha y teniacutea tres hijos Cuando llegamos a la capital nos alojamos en la Asociacioacuten de Estudiantes de Medicina Estaacutebamos alliacute ocho familias habiacutea unas diez piezas entre todos teniacuteamos veinticuatro nintildeos los mayores eacuteramos diecisiete Estaacutebamos en pleno centro cerca del Palacio Legislativo y a pocas cuadras del campamento de la calle Cuntildeapiruacute donde nos reuniacuteamos todos los diacuteas Me cuenta que es brasilera que sus padres vinieron a trabajar al Uruguay que ella trabajoacute desde nintildea con su familia regando despuntando cantildea levantando boniatoshellip Cuando se ldquoaparejoacuterdquo con Bandera eacutel no la dejoacute trabajar maacutes en la tierra entonces trabajoacute en otra cosa haciacutea pan caseropara vender empanadas lavados de ropahellip Siempre trabajoacute ndashViviacutea con mi familia dentro de CALPICA el ingenio azucarero En esa marcha ella dejoacute el rancho para ir a Montevideo dejoacute sus cositas lo poco que teniacuteahellip Apronta nuevamente un mate y me alcanza una empanada calentita ndashiquestQueacute haciacuteas en esa marcha queacute tareas ndashYo en esa marcha lo que haciacutea era mantener limpio el local Y se riacutee como quien dice ldquoiexclOtra cosa no podiacutea hacerrdquo ndashEra muy grande lo haciacuteamos entre todas pero como yo teniacutea mi chiquita de dos meses me quedaba maacutes tiempo en el local y los demaacutes se iban a manifestaciones o gestiones se llevaban los maacutes grandecitos los que no pediacutean brazos asiacute que casi siempre me quedaba yo Ese invierno era muy friacuteo y muy llovedor me acuerdo que todos llegaban con los pies embarrados costaba mucho mantener el local limpio Lo tomeacute como mi trabajo ndashAlliacute nos traiacutean la ropa comida juguetes gente amiga que veniacutea de todos lados ndashTambieacuten cocinaacutebamos para nuestro grupo separados de la olla del campamento de Cuntildeapiruacute para no desplazarnos de aquiacute para allaacute con la gurisada comiacuteamos bienhellip

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Se queda como pensando ndashRecuerdo que teniacuteamos miedo al traacutensito Un diacutea un oacutemnibus atropelloacute a dos nintildeas chiquitas que se nos escaparon para ir a la panaderiacutea que quedaba a dos cuadras Se fueron solitas y cruzaron sin permiso la avenida General Flores no les pasoacute nada porque frenoacute muy a tiempo cerquita de ellas las pechoacute y las volteoacute iexclQue susto ndashTodo eso teniacuteamos que cuidar las mujeres ndashse riacuteendash Como siempre como en casahellip Eva tiene una cara muy linda a pesar de los antildeos y muy serena habla pausado Se le ve sin rencores asumida a siacute misma en esa suerte de mujer sola que le tocoacute vivir ndashiquestCoacutemo terminaste esa marcha iquestcuaacutendo decidieron volver ndashCuando volvimos a Bella Unioacuten nosotros volvimos en tren y los ldquomonosrdquo (los bolsos los paquetes) los traiacutea un camionero del mercado que veniacutea siempre vaciacuteo para Bella Unioacuten Esa noche nos detuvieron en Colonia Palma y la policiacutea no nos dejaba entrar al azucaral ldquoPasamos la noche a la intemperie un friacuteo horrible no teniacuteamos ni abrigo ni frazadas todo se nos fue en el camioacuten A la madrugada nos soltaron a todos iquestPero sabeacutes lo que pasoacute nos incendiaron los ranchos en CALPICA en la propiedad del patroacuten deciacutean eso que estaacutebamos en la propiedad del patroacuten y que no podiacuteamos reclamar nada eso deciacutean que no sabiacutean quieacuten fue que los quemoacute y quieacuten va a serhellip iexclNosotras siacute sabiacuteamos Me quedeacute sin nada soacutelo con lo puesto ldquoAsiacute nos quedamos en un campo baldiacuteo de Bella Unioacuten Armamos una casilla con las cosas que acarreaacutebamos de todos lados palos latas cartoacutenhellip Hice colchones con bolsas blancas de azuacutecar que los compantildeeros me traiacutean y adentro lo relleneacute con pasto seco con gramilla y asiacute empeceacute de nuevo de la nada ldquoCon maacutes dificultades Mi marido era dirigente de UTAA y como todos marchoacute en la lista negra y no encontraba trabajo Yo fui sacando la

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familia adelante con lavados para afuera y el contrabando de la Barra de Cuaraiacute compraba y vendiacutea cualquier cosa yerba aceite azuacutecar ropaCuando no teniacutea plata para contrabandear haciacutea pan empanadas y pizza para vender luchando todos los diacuteas dieciseacuteis antildeos fuera de casa y yo sola con siete hijos pero a todos mis hijos los mandeacute a la escuela terminaron primaria y tres quisieron seguir secundaria ndashiquestSon todos hijos de Bandera ndashSiacute todos de eacutel Cuando eacutel se fue yo teniacutea siete hijos para tirar adelante ndashiquestY Bandera doacutende estaacute ndashEacutel vive en Montevideo Estaacute enfermo Si eacutel tuvo otras parejashellip No yo nohellip estoy solahellip no con mis hijoshellip tengo nietos tambieacutenhellipndashdice contentandashsigo trabajandohellip tengo cincuenta y cuatro antildeos siacute clarohellip estoy muy bienhellip siacute mis hijos y yo estamos siempre con la Policliacutenica porque luchamos por todo estohellip y aquiacute estamos yo me quedeacute siempre aquiacuteY seguimos con UTAA Al diacutea siguiente me visitoacute en casa de Charito otra mujer de aquel tiempo Mariacutea Margarita Torres la Lucha le deciacutean en el pueblo Teniacutea veintidoacutes antildeos en la marcha de 1964 y traiacutea sus tres hijos pequentildeos Tuvo catorce hijos ndashTodos del Amaral ndashdicendash Vine porque siacute a la marcha Eacutel no me dejaba ir a las reuniones ni ir a la marcha pero yo le dije si las demaacutes van iquestPor queacute yo no puedo ir Asiacute que me fui yo tambieacuten Porque yo era trabajadora me crieacute en las chacras con el salario familiar Fui de las primeras mujeres que hablamos de sindicato con dieciocho antildeos recorriacuteamos los ranchos una gurisahellip Claro ndashiquestCon quieacuten ibas ndashIba con mi padre con Rauacutel Sendic con otros Siacute era jovencita pero me gustaba el sindicato Fui a la marcha no soacutelo por ir sino ldquopor no agachar la cabezardquo como deciacutea Rauacutel Y fui con tres hijos chicos con ellos me sentiacutea fuerte Cuando llegueacute a la Capital no conociacutea a nadie alliacute me sentiacutepequentildea era todo tan grande la casa el traacutensito todohellip Pero dentro de miacute

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habiacutea algo que me deciacutea que teniacutea que seguir adelante como deciacutea Rauacutelhellip Yo era rebelde ndashiquestEras de la comisioacuten de mujeres en esa marcha ndashSiacute yo saliacutea en la Marcha como las demaacutes en algunas gestiones y tambieacuten saliacute de pegatina Un diacutea estaba con tres compantildeeros yo llevaba el tarro con engrudo y los rollos ellos eran maacutes altos y podiacutean pegar los carteles maacutes arriba de repente los compantildeeros tiraron los afiches y salieron disparando no me dieron tiempo ni a preguntar queacute pasaba y me quedeacute sola mireacute para atraacutes y vi una patrulla de los milicos Se acercaba despacito me agacheacute contra un auto que estaba parado y despueacutes me metiacute debajo rodando Los milicos pasaron y no me vieron espereacute que se fueran No perdiacute ni un rollo ni el pincel ni el balde ellos me dejaron todo tirado y rajaron Cuando pude me fui al campamento Mis compantildeeros llegaron despueacutes tranquilos y a las risas contando la hazantildea No se preocuparon por miacute ndashiquestPor queacute no me avisaron les reprocheacute Tambieacuten vendiacutea bonoshellip Los hijos los dejaba con las otras compantildeeras que quedaban en el localhellip Si estaba tambieacuten en las asambleas de mujeres del campamento Eran pocas las que hablaban y opinaban dos o tres la mayoriacutea de las mujeres callaban escuchaban saliacutea alguacuten personalismo si alguna que queriacutea sobresalir hablando ndashiquestTe sentiste valorizada por los compantildeeros hombres del sindicato en ese periacuteodo ya que eras tan militante ndashSiacute ellos queriacutean que nosotras opinaacuteramos y nos deciacutean que eacuteramos todos iguales Treinta antildeos despueacutes Margarita Torres estaacute en Bella Unioacuten porque nunca se fue de alliacute y crioacute sus hijos sola sacoacute la gurisada adelante Ahora tiene cincuenta y dos antildeos y trabaja en la chacra todaviacutea en la chaucha en el tomate en el choclo y me cuenta que ahora en 1994 se pagan las ocho o nueve horas de trabajo a treinta pesos

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ndashEs un trabajo duro a destajo tanto trabajas tanto ganas asiacute que te matas para ganar un poco maacutes Tambieacuten trabajeacute en el hospital de Bella Unioacuten me despidieron por ser cantildeera de corazoacuten por las represalias en el antildeo 1980 en plena dictadura ndashiquestY tu marido ndashCuando volvimos de la marcha porque hicimos todas la del sesenta y dos la del sesenta y cuatro la del sesenta y ocho quedaba en las listas negras y no conseguiacutea trabajo despueacutes estuvo preso tres antildeos y al final se quedoacute por Montevideo y ahora es viejo y estaacute enfermo allaacute en la CapitalQuiso volver conmigo y se vino estuvimos un tiempo juntos pero no fue posible yo le puse las cosas muy claras Preferiacute seguir sola sin que nadie me mande Estoy cerca de mis hijos y nietoshellip Yo sigo en la lucha en la zafrahellip en la recoleccioacuten aunque sea por treinta pesos al diacutea que se le vaa hacer pero yo sigo en el Sindicato y trabajo con Charito para la Policliacutenica para eso estamos Trabajamos para el festival de cada antildeo para sacar fondos Y vendiendo entradas me recorro todo el pueblo A la China la busqueacute y la encontreacute en Bella Unioacuten treinta antildeos despueacutes en la misma casa de siempre ahora mejorada Me cuenta que tiene los hijos casados que dos de ellos pudieron estudiar y trabajan Nos alegramos al vernos No tenemos prisa Salen y entran dos nietos que se mueven por la casa uno de los hijos estaacute arreglando algo en el fondo se escuchan las risas de los gurises que se acompasan con los golpes del martillo Recordamos aquella eacutepoca y me cuenta que a aquella marcha ella fue dice de casualidad casi obligada por las circunstancias Se riacutee se acomoda en la silla dispuesta a contar Arregla el mate que estaacute con mucha yerba con los dedos graciosamente y dice ponieacutendose seria ndashYo habiacutea quedado viuda con criaturas chicas y estaba interesada en cobrar la pensioacuten por eso me acerqueacute a los del Sindicato Porque mi marido trabajaba en la faacutebrica en la azucarera y en el ingenio ellos fueron los que me

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explicaron como teniacutea que reclamar la pensioacuten asiacute fue como los conociacute El primer local de UTAA se lo di yo a los compantildeeros Teniacutea una pieza chiquita en el fondo de casa que no necesitaba tanto y ellos no teniacutean donde reunirse Al sindicato veniacutean muchos en esa eacutepoca entraban y saliacutean a cualquier hora La miseria en que quedeacute me despabiloacute y entreacute a buscarme caminos Yo en esa eacutepoca teniacutea una especie de venta asiacute nomaacutes sin permiso vendiacutea tabaco y yerba que traiacutea maacutes barato de contrabando Le vendiacutea a los vecinos y a los muchachos del Sindicato tambieacuten y les calentaba el agua para el mate y se las alcanzabandash se sonriacutee otra vez como que le cuesta hablar deaquello Veo que es una linda mujer tiene gracia en el hablar y en la mirada estaacute vieja dice pero yo la veo muy bien en sus sesenta y pico ldquoUn diacutea me llevaron presa y sin saber por queacute Pasaban las horas y en la comisariacutea no me explicaban nada parada alliacute de plantoacuten Cuando pasoacute el comisario cerca miacuteo le toqueacute el brazo y le dije ndashOiga iquestpor queacute estoy aquiacute ndasheacutel me hizo un gesto con el brazo como sacaacutendome de encima y dice ndashiexclHabrase visto una china maacutes atrevida y sinverguumlenza A miacute me dio tanta rabia que cuando empezoacute a caminar de atraacutes yo le tironeeacute la chaqueta tan fuerte que le volaron dos botones iexclCalabozo conmigo Paseacute toda la noche asiacute que recieacuten al otro diacutea me entereacute que la denuncia me la puso el meacutedico del pueblo porque las de la Casa de Mujeresle dijeron que yo teniacutea este negocio en casa y que yo trabajaba sin permiso y sin libreta de saludrdquo ndashiquestQueacute pasoacute como fue eso iquestUna casa de mujeres ndashSiacute Como veiacutean entrar tanta gente tantos hombres por el costado del rancho deciacutean que yo teniacutea ldquoCasa de Mujeresrdquo clandestina iexclMentira iexclQueacute rabia me dio Estariacutea sentildealada en todo el pueblo y yo sin saber nada Sin embargo lo que se estaba haciendo al lado era el Sindicato de UTAAPor eso veniacutean hombres a cualquier hora Veniacutea Sendic y otros que yo no

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conociacutea de lejos veniacutean a piehellip pero yo quedeacute sentildealada como una puta en todo el pueblo -La rabia del primer momento me dio por ir a la casa del doctor que me denuncioacute porque yo queriacutea arreglarlo por mi cuenta Espereacute al meacutedico en la puerta de su casa despueacutes que su esposa me dijo que no estaba y que volveriacutea maacutes tarde Teniacutea tanta rabia que le bajariacutea los dientes a trompadas Eacutel se escondiacutea porque yo eso lo deciacutea en voz alta a todos los que me quisieran oiacuter la mujer miraba entre las cortinas y se escondiacutea tambieacuten Pero yo sabiacutea fijo que estaba dentro porque en la puerta alliacute estaba su auto negro Le hice praacutecticamente guardia durante horas despueacutes me fui a mi casa y las vecinas y los del Sindicato me amansaron asiacute que lo dejeacute todo tranquilohellip pero me rondaba en la cabeza -A las tres de la mantildeana no podiacutea dormir decidiacute ir a pedir permiso policial para abrir yo una Casa de Mujeres Esto me lo penseacute mucho mucho ya que estaba sentildealada como que habiacutea y no habiacutea ellos el doctor y las mujeres incluso el comisario me obligaron a hacerlo y saqueacute el permiso -Cuando a la semana me lo dieron fui a Cuaraiacute a buscar una pupila y me traja a la Flaca -Lleveacute a mis hijos a la casa de mi suegra y empeceacute el negocio que me trajo maacutes problemas que ganancias dos por tres estaba otra vez en comisariacutea por ldquorintildeas y disputasrdquo -Lo que pasaba era que a los que no queriacutean pagar las ldquofacturasrdquo yo les ldquoarrimaba la ropa al cuerpordquo ndashy hace un gesto de arremangarsendash y claro despueacutes de pagar como Dios manda iban a la comisariacutea y me denunciaban asiacute que pasaba en liacuteos nomaacutes Es muy difiacutecil llevar a los clientes y que no se pasen contigo porque sos mujerhellip ndashiquestY los del Sindicato donde funcionaban iquestAquiacute mismo ndashNo Ellos eran independientes pasaban por el costado por otro portoacuten porque una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa vos me entendeacutes Maacutes o menos yo iba regentiando la casa pero tuve un problema con mi pupila por

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cosa de hombres de uno que pretendiacutea de miacutehellip ndashiquestA ella tambieacuten le gustaba ese hombre ndashNo no era eso eacutel me frecuentaba a miacute yo no queriacutea mucho con eacutel estaba casado Eso siacute teniacutea mucho dinero Las de la otra Casa de Mujeres estaban enteradas porque eacutel no iba maacutes por alliacute Asiacute que una de ellas le contoacute a su mujer por hacer dantildeo nomaacutes -Pasoacute que mi pupila fue pagada por la esposa de este hombre eacutel se fue de la boca conmigo y me lo contoacute todo ya se sabe en pueblo chicohellip como dicen todos se conocen -Cuando vino este hombre yo puse las cosas en su lugar lo echeacute porqueno queriacutea tener problemas Yo estaba aprendiendo a trabajar y me lo queriacutea sacar de encima mucho maacutes si eacuteste me creaba problemas -Asiacute que discutimos en voz alta no me acuerdo bien lo que le dije ni lo que me contestoacute Seacute que deciacutea que queriacutea seguir vieacutendome sin ninguacuten compromiso yo no queriacutea saber nada de eacutel y se lo dije ndashiquestY queacute pasoacute ndashLa Flaca lo escuchoacute todo porque las paredes eran de madera finita como una tela de cebolla asiacute que cuando eacutel se fue por una puerta mi pupila entroacute por la otra con una navaja de hoja asiacutendash y sentildeala el ancho con dos dedosndash Ella era muy grande iquestte acordaacutes Era maacutes alta que vos Pero yo con la rabia que teniacutea se me duplicaron las fuerzas ella a mi me tajeoacute por muchos lados Se me estaba mojando la ropa de sangre en un costado en este brazo y por aquiacute ndashy se sentildealandash Cuando la tranqueacute con la pierna y la pude tirar al suelo me le subiacute arriba le quiteacute la navaja y se la hundiacute por acaacute y por acaacute ndashsentildealaacutendose el abdomenndash Ella gritaba y me putiaba Cuandovi tanta sangre me asusteacute mucho me incorporeacute y me fui al fondo y llameacute a la vecina Alguien la llevoacute al hospital yo me metiacute en la casa de al lado estaba creiacuteda que la habiacutea matado Por la tarde me acompantildearon a curarme y el meacutedico me preguntoacute si no seriacutea yo la que se peleoacute con la flaca A miacute me dio un miedo baacuterbaro y un vuelco en el corazoacuten Contesteacute que no que yo no era No pregunteacute

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nada si habiacutea muerto o no De alliacute me fui a la casa de una conocida miacutea recogiacute alguna ropa lo necesario echeacute llave a la puerta y me fui a esperar que pasara el momento por las dudas No sabiacuteasi me habiacutea denunciado o no Al diacutea siguiente me entereacute que ella despueacutes que la curaron se fue para Cuaraiacute para Brasil Ella no me denuncioacute ni yo tampoco porque la que empezoacute el liacuteo fue ella y yo me defendiacute ndashLa marcha de los cantildeeros estaba por salir en esos diacuteas ndashcontinuoacute la Chinandash Faltaba un diacutea o dos no me acuerdo yo me puse mejor Con la Casa de Mujeres no queriacutea trabajar maacutes Teniacutea miedo de caer presa y los del Sindicato se iban a la marcha porque aunque no quieras yo me sentiacutea protegida por ellos Eran mis vecinos ldquoLo penseacute mucho yo tambieacuten como ellos queriacutea tierras para trabajar le expliqueacute todo eso a mi suegra y le dejeacute a los hijos le dije que iba a luchar por ellos tambieacuten le dejeacute toda la plata que teniacutea y las llaves de la casa Y me enroleacute en la marcha a Montevideo dejeacute todo y me fui con todos los peludos para Montevideo ldquoMe sentiacutea maacutes segura en la marcha Yo teniacutea sentimiento de proacutefuga porque creiacute que la habiacutea matado Eso de tener la Casa de Mujeres fue por miseria por necesidad econoacutemica y cualquiera lo comprende iquestno Nunca penseacute que todo terminariacutea asiacute ldquoLas mujeres de la marcha tambieacuten me aceptaron aunque en el pueblo ya habiacutea estado en boca de todos me respetaron y trabajeacute mucho por UTAA Hasta fui encargada de la Comisioacuten de Mujeres del Sindicato cuando estaacutebamos en la capital ndashiquestNunca tuviste problemas en esa marcha por este pasado tuyo ndashSiacute una vez ldquoEn el campamento siempre alrededor del fogoacuten habiacutea dos o tres compantildeeros en la tarea de la comida sirviendo los platos cortando el pan Fue a los pocos diacuteas de salir antes de llegar a Montevideo ndashpiensandash no seacute si estaacutebamos acampados en Riacuteo Negro Era la hora de la comida recuerdo a todos

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trajinando de allaacute para acaacute ldquoTeniacuteamos visitas estaban unos maestros que nos trajeron paquetes de fideos y arroz me acuerdohellip ndashse pone como a pensar con la vista perdidandash uno de ellos de los encargados de la comida no me acuerdo cual me alcanza mi plato de comida con una mano y con la otra me manoteoacute una teta como al disimulo pero con toda la mano abierta me la apretoacuteLe di un tortazo y le revolieacute el plato de comida eacutel se quedoacute pasmado y le dije iexclDesgraciado iexclA miacute me vas a respetar como mujer que soy Todos hicieron silencio yo me fui furiosa y ni comiacute ese diacutea Despueacutes se discutioacute este hecho en la reunioacuten de todos los diacuteas como ves me teniacutea que hacerrespetar por eso de lo que fui antes ldquoYo no podiacutea con mi genio era joven y muy impulsiva me tomaba la justicia por mi cuenta ldquoSiacute fue la primera y la uacuteltima vez que me pasoacute algo yo siempre poniacutea las cosas en su lugarhellip iexclPorque una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa

Retrato de Mariacutea Julia Alcoba en carbonilla Autora Clarina Vicens Alegre

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Del azuacutecar a la sal

A Dontildea Eva la conociacute en la marcha de los cantildeeros Facciones aindiadas tez blanca cabello castantildeo y ojos verdes Teniacutea en ese momento cinco hijos No hablaba casi nada siempre con la cabeza gacha Con los extrantildeos haciacutea poca amistad era difiacutecil hablar con ella Para contestar miraba al marido como esperando su aprobacioacuten ldquoiquestNo viejitordquo Pero lo que maacutes me impresionoacute de aquella mujer fue la dulzura con que trataba a sus hijos Con acento fronterizo en la voz melosa como el azuacutecar les hablaba jugaba y reiacutea continuamente con ellos Era un juego de piel besos caricias y a veces palmaditas Por primera vez vi ldquodar la tetardquocon mutuo placer de intercambio No teniacutea nada Viviacutea en una carpa con su compantildeero y sus hijos pero ella disfrutaba ese momento con los suyos prescindiendo del entorno No se quejaba ni pediacutea nada para ella Estaba en la marcha de los cantildeeros acompantildeando a su marido Aquiacute haciendo igual que allaacute la tarea de todos los diacuteas con un fueguito en el suelo en cuclillas igual que allaacute Aquiacute la carpa de tela que les prestaron allaacute el ranchito de paja y terroacuten en la tierra del patroacuten frente al riacuteo Recordoacute su rancho cerquita del riacuteo Los patos salvajes y alguacuten carpincho engordaban la mesa a veces El cantildeaveral tan verde y el sonido de la cantildea al viento en las tardecitas Quiso recordar Su marido llegaba de la cantildea tan negro lleno de holliacuten soacutelo le blanqueaban los ojos y los dienteshellip Pero no pudo seguir porque se le boleoacute la olla y se le apagaba el fuego

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iexclY ella recordando verdes iexclBobadas Antildeos despueacutes la reencontreacute en La Coronilla Los tiempos estaban cambiando Los primeros presos gremiales y poliacuteticos los primeros estudiantes asesinados en las calles de Montevideo A nosotros nos habiacutean prestado un rancho Nos dijeron que dontildea Eva estaba alliacute con sus hijos No fue difiacutecil encontrarlos en ese entonces habiacutea unos diez ranchos en el pesquero y todas las familias se conociacutean Fue muy lindo volver a verlos Los nintildeos y ella estaban espleacutendidos negritos les blanqueaban los dientes curtida la piel del aire salado Estaban tan felices de vernos como nosotros a ellos Eva estaba maacutes gordita siempre con la falda larga el pelo recogido en la nuca maacutes claro por el sol Sus ojos teniacutean un nuevo brillo se la notaba feliz tranquila ndashEstaacutebamos pasando mal en Montevideo despueacutes del desparramo de los peludos Unos fueron para Artigas otros para Treinta y Tres y nosotros terminamos aquiacute ndashNos trajo el Bebe ndashdijo su compantildeerondash Aquiacute salgo a la pesca tenemos unos conejos en la isla hijos de los que largamos alliacute con el Bebe y vivimos no maacutes Pero el aire es maacutes sano para la gurisada El compantildeero de Eva se crioacute en Artigas trabajando la tierra muy lejos del mar Ahora es pescador aunque le tiene terror al mar Es el trabajo que hacen los hombres aquiacute No es faacutecil el cambio de cantildeero a pescador es como ir del azuacutecar a la sal pero eacutel sigue igual de buen caraacutecter dicharachero con ojos de picardiacutea siempre sonriente El pesquero estaacute rodeado de meacutedanos calientes Maacutes allaacute el oceacuteano Atlaacutentico braviacuteo salado profundo y friacuteo Lo difiacutecil es el invierno y el caraacutecter de la gente del pesquero Eacutel veniacutea de un trabajo colectivo y le resultaba difiacutecil el trabajo aislado ndashEl caraacutecter de la gente es distinto Es otro clima tuvimos que adaptarnos a su modo de ser silencioso Ellos dos se juntaron en el azuacutecar y en la sal en las alegriacuteas y en las

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tristezas Eacutel crecioacute sin padre y ella se quedoacute con el padre y una mujer que no era su mamaacute la suya se habiacutea ido y no le permitieron verla maacutes Dos infancias de soledad los uniacutean La deacutecada del setenta como a muchas familias los golpeoacute Cuando vinieron a buscar a su marido ella quedoacute sola con los hijos rodeada de arena y mar Siete largos antildeos sola Fue difiacutecil muy difiacutecil para ella empezar de nuevo y sin eacutel ndashDesaparecieron los vecinos no llegaba nadie por el rancho Pasaban de largo soacutelo una o dos vecinas llegaban Fue como si estuvieacuteramos apestados Quedamos solos los hijos y yo en este rancho En el pesquero de La Coronilla no hay trabajo para mujeres solas Algunas van a arrancar mejillones y berberechos al Cerro Verde para vender en los hoteles Las que tienen su hombre que sale al mar salan el pescado que ellos traen para preparar el bacalao Eva en ese entonces ya teniacutea seis hijos El mayor empezoacute a salir en las barcas al mar teniacutea 14 antildeos trabajaba para otro pero no alcanzaba el dinero y Eva le teniacutea tanto miedo al mar Pero ahora estaba sola y teniacutea que salir adelante Y los vecinos pasaban de largo por su rancho porque su marido estaba preso por tupa ndashEra como estar apestada Un diacutea se armoacute de coraje y le dijo a una vecina ndashMantildeana iquestpuedo ir con usted a juntar mejillones Usted me ensentildea iquestno vecina Porque yo nunca lo hice pero no seraacute difiacutecil lo uacutenico el mar Nos contaba tomando mate y mirando lejos ndashLos mejillones se arrancan en la madrugada Hay que levantarse a las cinco de la mantildeana aprovechar la bajante porque despueacutes sube la marea y no podeacutes adentrarte en la roca Estaacute oscuro el cielo y el mar todo negro y el ruido de las olas te parece maacutes fuerte todaviacutea Pero eacutesa es la hora Yo le tengo mucho miedo al mar pero teniacutea que ser fuerte Teniacutea que poder para conseguir la comida

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Arrancaacutebamos los mejillones de la roca con una especie de untildea Eso siacute no te podeacutes descuidar yo no seacute nadar y cuando viene con fuerza el mar podeacutes perder la estabilidad y te lleva Mi vecina era maacutes baquiana que yo y me cuidaba Cuando veniacutea una ola y me llevaba ella me traiacutea aunque fuera de las patas Otra vez sobre las rocas Yo aprendiacute y arrancaba rapidito antes que viniera la otra ola maacutes fuerte Da tiempo es como un ritmo un vaiveacuten vienen dos olas cortas y una maacutes larga y maacutes fuerte No me podiacutea distraer estaba atenta y la esperaba agarrada de la roca con las dos manos para que no me llevara Asiacute paseacute cuatro antildeos metida en el agua mojada de pies a cabeza en el agua salada Se me dormiacutean las piernas se me acalambraban Me latiacutea fuerte el corazoacuten El mar te da miedo y te atrae a la vez te sentiacutes parte de eacutel A veces pensaba queacute vida distinta llevaba ahora tan lejos del campo del riacuteo de los teros Me acordaba de mi gallinero de mi quinta del riacuteo cuando con mi viejito iacutebamos a pescar en agua dulce iexclQueacute agua tan distinta Pero sobre todo me acordaba de mis plantitas mis verduras mis flores Aquiacute sentiacutea la arena caliente pero por las mantildeanas y las tardecitas estaba friacutea Se me ocurrioacute intentarlo Empeceacute a probar a plantar en la arena algunas muditas de plantas A mediodiacutea las tapaba con la ropa recieacuten lavada para protegerlas del sol y empezaron a crecer muy despacito Acarreaacutebamos abono de caballo resaca del mar y algunas tierritas de maacutes lejos que traiacuteamos con mis hijospara mezclar con la arena y asiacute fui armando esa quintita de a poquito iexclQue nos dio de comer iexclqueacute alegriacutea Llegueacute hasta a vender verdura para comprar aceite y queroseno Cosechamos habas papas tomates choclos arvejas lechugas iexclhermosas lechugas La teniacuteamos cercada con cantildeas por los animales que andaban sueltos por la noche ocupaba todo el costado del rancho iexclSiacute que nos dio de comer esta quintita iexclQueacute trabajo Veniacutea de arrancar mejillones lejos como a tres quiloacutemetros del Cerro Verde con los mejillones a la espalda Descansaba un poquito y los

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llevaba a vender al hotel otros cinco quiloacutemetros entre ida y vuelta por la arena Como a las once volviacutea tomaba mate cocido y memetiacutea en la quinta a regarla con agua de la cachimba a limpiarla a arrancar yuyos malos Poniacutea la comida al fuego despueacutes dormiacutea un poquito y cuando queriacutea acordar llegaban los gurises de la escuela Iban a la escuela rural de diez de la mantildeana a tres de la tarde Los veiacutea llegar desde lejos alegres con las bolsitas de tierra que me traiacutean para la quinta Empezaba otra vez lavar la ropa que traiacutean sucia para que estuviera pronta al diacutea siguiente hacer la cena para estar adentro del rancho con la puerta cerrada a eso de las seis de la tarde porque ya no saliacuteamos maacutes traiacuteamos los baldes de agua para adentro y nos trancaacutebamos Con toda esa gurisada saltando corriendo y llorando a la vez yo escuchaba la radio una chiquita a pilas que teniacutea Los maacutes chiquitos despueacutes de cenar se iban durmiendo Yo quedaba con los maacutes grandes escuchando muacutesica informativos y charlando A veces nos reiacuteamos de cualquier cosa Apagaba el farol y dormiacuteamos con el ruido del agua tan cerca o con el silbido del viento que sopla mucho aquiacute Al poco rato ya eran las cuatro de la mantildeana y me teniacutea que ir al Cerro Verde a arrancar mejillones otra vez Todos quedaban durmiendo solitos La maacutes grande los levantaba lospreparaba y se iban a la escuela Asiacute asiacute todos los diacuteas asiacute Cuando mi viejito estaba preso yo trabajeacute con las otras mujeres en lo uacutenico que podiacutea hacer juntar mejillones y caminar todos esos quiloacutemetros para venderlos Aprendiacute a caminar ligerito como ellas a la par de ellas y a cargar la bolsa hasta con 50 kilos iexclQueacute no hariacutea uno por los hijos iquestNoAprendiacute a comprar y a vender y ellos tambieacuten me ayudaban Salimos todos juntos adelante Cuando trabajeacute esos antildeos con ellas una de las vecinas me ayudoacute a pedir la asignacioacuten familiar en Castillos porque no alcanzaba la plata y lo pasaacutebamos mal Muchas veces me acuerdo cuando los hijos me pediacutean pan de noche y

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no habiacutea Entonces les prometiacute una cosa ldquoSi llego a sacar la asignacioacuten familiar cada vez que vaya a cobrar les traereacute un pan para cada unordquo y asiacute lo hice Cada vez que iba a cobrar a Castillos traiacutea un pan para cada uno Me parece verlos ndashcuenta entre risas y laacutegrimasndash les daba un pan y lo comiacutean todo sentados abajo de un aacuterbol que yo habiacutea plantado Que comieran cuanto quisieran les deciacutea y reiacutean con laacutegrimas y cuidaban y guardaban sus pedacitos para comer despueacutes iexclEacuteramos felices con tan poquito iexclDe tan poquito nos reiacuteamos Los recuerdo cuando por la arena mis negritos riendo a carcajadas me iban a alcanzar con la pata en el suelo Viviacuteamos muy unidos igual que ahora Mis hijos aunque eran pequentildeos me ayudaban a vivir A mi viejito lo podiacutea ir a ver al Penal de Libertad de tanto en tanto Saliacutea muy caro el pasaje desde Rocha a Montevideo Esa noche dormiacutea sentada en la agencia de la ONDA A la mantildeana viajaba al Penal Despueacutes vinieron diacuteas peores no podiacuteamos arrancar maacutes los mejillones porque vino una especie de enfermedad se murieron los que habiacutea y las nuevas colonias demoraron en formarse Yo lo que seacute es que me quedeacute sin trabajo Eso significaba hambre otra vez para nosotros Con una vecina y sus hijos emigramos a Punta del Diablo porque nos enteramos que alliacute habiacutea movimiento de turistas Se podiacutea trabajar en algunas cosas maacutes En un ranchito de una pieza nos metimos todos y empezamos a trabajar de nuevo Mis hijos ya estaban maacutes grandes y trabajaban todos Unos en casas de familia otros en la construccioacuten o en la pesca y yo y la maacutes pequentildea haciendo collares de caracoles para vender a los turistas que llegaban en sus autos Aquiacute en Punta del Diablo se trabajaba mejor y podiacutea ir una vez al mes al Penal y llevarle cosas Hace cinco antildeos que estamos aquiacute es distinto ahora tengo luz eleacutectrica agua y hasta heladera tengo Con la ayuda de mis hijos y mi marido cuando salioacute del Penal construimos este rancho grande Tiene techo de quincha no se llueve paredes de bloque y pisos de portland

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Tengo hijos casados y nietos Aquiacute sigo enhebrando collares Cuando mi viejito salioacute del Penal encontroacute a toda la familia esperaacutendolo y siguioacute saliendo al mar y salando bacalao de eso vivimos todaviacutea pero es zafral claro No siempre tenemos platardquo iexclQueacute largo camino Ella quedoacute sola y aprendioacute a comprar y a vender a decidir a pelear A veces no encuentra su antiguo monedero Estaacute un poco distraiacuteda ndashBah no importa no tiene nada iquestno viejito y blanquean los dientes en su abierta y esquiva carcajada

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Epiacutelogo

La historia no es lo de antantildeo solamente estaacute construyeacutendose ahora en cada momento que transcurre en cada momento de las mujeres en las faacutebricas en las calles en el trabajo del campo en el domeacutestico maestras rurales amas de casahellip Todas las mujeres donde sea que esteacutenhellip La historia va articulando en lo cotidiano los acontecimientos colectivos sindicales poliacuteticos y sociales de un paiacutes No soacutelo debemos recordar compantildeeras hay que escribir Porque lo que no estaacute escrito no existe se lo lleva el viento es la invisibilidad es la no historia

Mariacutea Julia sosteniendo el libro de Graciela Sapriza Fotografiacutea Val Rodlez (2018)

Mariacutea Julia en su jardiacuten Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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El jardiacuten de las palabras diaacutelogos feministas para abrazar la historia

Mariacutea Julia Alcoba Rossano Alicia Migliaro GonzaacutelezLorena Rodriacuteguez Lezica

En este capiacutetulo proponemos reflexionar a partir de los diaacutelogos que entablamos con Mariacutea Julia Alcoba feminista y referente del sindicalismo uruguayo Partimos de un ciclo de entrevistas de historia de vida que comenzamos casi por azar a fines del 2019 y que continuamos inventando modos de encuentro virtual hasta el diacutea de hoy Modos de encuentro que fueron transitando por las memorias de Mariacutea Julia y por los muacuteltiples intereses que nos encuentran desde las preocupaciones sociales y poliacuteticas actuales hasta los consejos para cuidar nuestras plantas Este texto entrelaza las voces de las tres en momentos y tonos diversos por un lado las resonancias de Lorena y Alicia a partir de los encuentros y por otro las memorias de Mariacutea Julia

La semilla el encuentro entre nosotras

Supimos de Mariacutea Julia cuando presentoacute su libro autobiograacutefico Las mujeres iquestdoacutende estaban (Alcoba 2014) Lo leiacutemos lo comentamos lo compartimos lo regalamos No saliacuteamos de nuestro asombro Las palabras de Mariacutea Julia nos hablaban de una historia social y poliacutetica conocida pero desde una sensibilidad novedosa Un calor feminista nos invadiacutea nos entendiacuteamos nos reconociacuteamos en sus palabras Poco tiempo despueacutes entramos en contacto con motivo de la celebracioacuten de un 15 de octubre fecha en la que se conmemora el diacutea de la mujer rural Pasado un tiempo la volvimos a contactar para invitarla a formar un grupo de discusioacuten en el marco de un proyecto de investigacioacuten feminista sobre desigualdades de geacutenero en sindicatos rurales Asiacute junto con

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otra referente histoacuterica del sindicalismo uruguayo Neacutelida ldquoChelardquo Fontora1 y compantildeeras sindicalistas rurales en actividad conformamos un espacio que nos permitioacute pensar juntas Este trabajo fue plasmado en una cartilla de autoriacutea colectiva que lleva el tiacutetulo iquestY las mujeres doacutende estaacuten Guiacutea para abordar desigualdades de geacutenero en sindicatos rurales (Alcoba et al 2019) Trabajamos mucho en el armado de esta cartilla y poder entregarla a cada una de las autoras previo a la presentacioacuten puacuteblica fue una tarea maacutes que disfrutable

1 Chela Fonotra es una exmiltante de la Unioacuten de Trabajadores Azucareros de Artigas

(UTAA) y del Movimiento de Liberacioacuten Nacional (MLN) Fue presa poliacutetica en la dictadura ciacutevico-militar y desde la apertura democraacutetica a la fecha es militante por los derechos humanos Es autora de un hermoso libro autobiograacutefico que recomendamos ampliamente titulado La llama no se apaga (Fontora 2018)

Mariacutea Julia con Anibal Gimeacutenez y Aurelio Gonzaacutelez Homenaje a los maacutertires trabajadores de los frigoriacuteficos plaza del cerro Curva Tabaacuterez (2015) Fotografiacutea Archivo personal

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Era una tarde de primavera Estaacutebamos ansiosas por ir a visitarla y llevarle la cartilla No sabiacuteamos lo importante que seriacutea esa primera visita a la casa de Mariacutea Julia Hasta entonces nuestros encuentros con ella habiacutean sido junto al resto de compantildeeras que integraban el espacio de discusioacuten para la elaboracioacuten de la cartilla Nos abrioacute las puertas por primera vez a su mundo un mundo de numerosas plantas aacuterboles frutales y ornamentales Un jardiacuten tan amorosamente cuidado y un mundo de recuerdos tan guardaditos todos listos para compartiacuterselos a alguien que quisiera escucharlos leerlos preguntarlos Nos reencontramos una y otra vez hurgando en la memoria mientras sus aneacutecdotas la seleccioacuten de palabras para describir sus sensaciones e impresiones hariacutean eco con las nuestras

Nos parieron en generaciones bien distintas hay alrededor de cuatro deacutecadas de diferencia entre nosotras y aun asiacute podemos espejarnos en los dolores de las unas con las otras como mujeres como compantildeeras en lucha como feministas Nuestros procesos han sido en contextos bien distintos y sin embargo podemos encontrarnos en nuestras historias de despertar o renacer feministas en los dolores que lo provocaron en el autodescubrimiento en el reconocimiento de nuestro cuerpo y sus heridas

A Mariacutea Julia la conocimos a traveacutes de las paacuteginas de su libro ese libro que hizo eco en las preguntas que nos veniacuteamos haciendo iquestlas mujeres doacutende estaban Para nosotras en nuestro estar siendo y descubrieacutendonos feministas ese libro marcoacute un antes y un despueacutes Las mujeres siacute estaban pero no las veiacutean no las queriacutean ver tanto asiacute que incluso a nosotras mismas se nos dificultaba vernos Nada extrantildeo en las izquierdas patriarcales de antantildeo y nada extrantildeo en las izquierdas patriarcales de hoy

El libro de Mariacutea Julia cuenta su historia jugando con las palabras Va desde su infancia en el Cerro hasta el momento del exilio Su militancia sindical y poliacutetica cruzada por las aneacutecdotas con sus hijos y compantildeeras Tiene un modo caacutelido de narrar un modo que te zambulle en una historia dura pero te mece

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al compaacutes de la ternura Larga historia conocida pero pocas veces contada con esa sutileza y cuidado en los detalles propios de su mirada sensible Por ejemplo cuando cuenta el diacutea en que junto con sus tres hijos deja Montevideo para partir al exilio en Barcelona

Me muevo en silencio me trago las palabras veo la gente que tambieacuten se mueve en silencio veo las abuelas que miran sin palabras Los nietos son de todas Las mujeres mayores se multiplican los nintildeos tambieacuten los que se quedan y los que se van son de todas Todos somos de todos y de todas (Alcoba 2014 p143)

Pero esta mujer tiene mucho maacutes para contarnoshellip iquestQueacute pasoacute en el exilio iquestY en el desexilio iquestY ahora Pensamos si tendriacutea ganas de contar y vaya si las teniacutea Nos fuimos de su casa ese diacutea con una bolsa llena de gajos de plantas que hoy viven y se multiplican en nuestras casas (un ritual que sabemos repetir cada vez que la visitamos) La confianza y los jardines crecieron al uniacutesiono y asiacute empezamos esta historia de vida Pero llegoacute marzo del 2020 y con la pandemia la primera estrategia que se nos ocurrioacute fue esperar un momento maacutes propicio para encontrarnos De mientras nos llamaacutebamos y nos acompantildeaacutebamos con mensajes Durante una de estas llamadas a dos meses transcurrida la pandemia nos propone ldquoiquestY si nos vemos por el ordenador iquestPor el skyperdquo Y ahiacute nuestra sorpresa una vez maacutes su capacidad de inventar y reinventarse nos regaloacute varios encuentros virtuales Pautaacutebamos los encuentros para media mantildeana dos horas de charla con un breve corte en medio Los encuentros fluyeron con la misma magia que bajo los aacuterboles de su casa o sentadas a la mesa de su cocina

En este texto que escribimos juntas le damos otra vuelta a la pregunta que nos regaloacute inicialmente pero esta vez la llevamos a un contexto distinto Esta vez desde el exilio su exilio iquestdoacutende estaban las mujeres uruguayas exiliadas iquestcoacutemo vivieron el exilio iquestcoacutemo fue la decisioacuten de irse y queacute pesares pasaron iquestqueacute descubrieron iquestcoacutemo fue la decisioacuten de volver iquestcon queacute se encontraron iquestqueacute sabemos de ellas su organizacioacuten solidaria con las presas y presos poliacuteticos en Uruguay en dictadura Intentaremos responder

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estas preguntas a lo largo del texto

La raiacutez acaacute estaacute Mariacutea Julia

Mariacutea Julia Alcoba Rossano nace el 7 de noviembre de 1938 en el barrio Cerro en Montevideo A sus apenas doce antildeos deja la escuela para trabajar de empleada domeacutestica debido a dificultades en la economiacutea del hogar y a un hecho que relata con entera honestidad ldquoMe propuse dejar la escuela en quinto antildeo porque era la maacutes alta de mi clase y con busto Me daba mucha verguumlenzardquo (Alcoba 2014 p27) A los trece influenciada por sus hermanas mayores comienza a trabajar en Lanas Uruguayas una faacutebrica textil que quedaba a cinco cuadras de su casa Maacutes allaacute de que fue su decisioacuten dejar la escuela fue doloroso y terminarla fue una deuda que le quedoacute pendiente y que antildeos maacutes tarde y ya en el exilio podriacutea saldar

A los catorce antildeos siguiendo los pasos de su padre sindicalista portuario comienza a militar en la Unioacuten Obrera Textil (UOT) Posteriormente trabaja en la fundacioacuten del Congreso Obrero Textil (COT) gremial de alcance nacional A los dieciseacuteis antildeos incursiona en la militancia trotskista y a los dieciocho ingresa al Partido Socialista Tuvo tres hijos varones con Joseacute su primer esposo Joseacute Conrado (a sus 25 antildeos) Ernesto (a sus 32) y Felipe (a sus 33) En el lsquo74 se ve obligada a exiliarse con sus hijos a Buenos Aires Viven alliacute dos antildeos en Pueblo Haedo ldquoun pueblo lindo chiquito con una vida propiardquo Son los primeros antildeos de exilio y se recuerda con una profunda tristeza

Joseacute empezoacute el liceo allaacute Eacutel tendriacutea 12 o 13 Felipe tendriacutea unos 5 antildeos () Yo me quedeacute de pronto sin la familia sin el paiacutes sin los amigos Eso te va volteando De todas maneras yo trataba de salir adelante Estaacutebamos en eacutepoca de la uacuteltima etapa de Peroacuten que murioacute enseguida () Ese antildeo fue un antildeo muy movido para miacute y me deprimiacute profundamente Me levantaba los nintildeos iban al colegio y lo llevaba el padre al colegio o a veces yo Teniacuteamos que caminar unas cuantas cuadras cruzar la viacutea del tren ellos iban contentos Joseacute empezoacute el liceo primero de liceo y contento tambieacuten se hizo de amigos Cuando volviacutea a casa a mitad de la mantildeana me volviacute a acostar Yo me hundiacutea en la cama la verdad () Y entonces empeceacute unos meses unos 3 o 4 meses con

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una psicoacuteloga con la que trabajeacute el tema de trabajo y de salir adelante Pero en ese periacuteodo mi marido se teniacutea que marchar Habiacutean matado a Michelini y a Gutieacuterrez Ruiz En Buenos Aires estaba toda la inteligencia de Montevideo funcionando Se tuvo que ir para Espantildea y yo me quedeacute sola Saliendo con dificultad de esa depresioacuten

En Argentina la situacioacuten se complica cada vez maacutes y retorna a Montevideo Es desde Montevideo que se exilia esta vez a Espantildea el 20 de marzo del lsquo77 Viajan a Espantildea ella y sus tres hijos En Espantildea estaacute su exmarido alliacute se encontraraacute con una nueva vida una nueva Mariacutea Julia por descubrir Hay distintos hechos poliacuteticos momentos de politizacioacuten y momentos personales-familiares que marcaron la vida de Mariacutea Julia La etapa del exilio en Barcelona marcaraacute la continuidad de una militancia como sindicalista al integrarse a la CNT recieacuten conformada en el exilio y como feminista junto con varias mujeres que fue encontrando en su camino

Ahiacute amadrinaacutebamos desde nuestro lugar a cuantas familias A las familias se les mandaba dinero Madrid mandaba dinero para una familia nosotros a otras familias de presos o familia de desaparecidos Esa era la campantildea de finanzas que la empezamos a hacer que era nuestra mayor labor

Un primer gesto bien marcado en esta etapa fueron los fuertes lazos afectivos que construyoacute con mujeres que conocioacute en el exilio y que mantiene hasta el diacutea de hoy Lazos que permitiacutean sostener la vida en duras condiciones afectivas y econoacutemicas

Con Gladis y Estela [amigas de Barcelona] deciacuteamos ldquoiquestMe prestas 500 pesetasrdquo Esas 500 pesetas iban y veniacutean seguacuten quien las precisaba Nunca supimos quieacuten debiacutea a quien siempre estaacutebamos a mano

A inicios de los ochenta viaja a Cuba al festival internacional de las juventudes A sus cuarenta antildeos viaja invitada como la maacutes joven del Partido Socialista

El barco ruso fletado para el festival de 1979 a Cuba pasoacute a recoger grupos de delegados invitados sociales poliacuteticos artistas muacutesicos Subimos la gente

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de Barcelona y en Portugal lo mismo Subioacute una cantidad de grupos con el entorno de la reciente revolucioacuten de los claveles Llenos de alegriacutea Descubro un mundo de gente joven de gente alegre una propuesta de cambios sociales en todos los paiacuteses Ese barco fue increiacuteble Iban en el barco gallegos chilenos mexicanos se haciacutean discusiones poliacuteticas dentro del barco Y los brasileros a las 7 de la mantildeana se poniacutean en la cubierta del barco un barco gigantesco que yo no habiacutea visto tan grande a hacer capoeira ensentildeaban samba capoeira A las 7 de la mantildeana era un canturreo de todo tipo (hellip) y los vascos tambieacuten haciendo conferencias por las tardes en eacutel Fue una experiencia increiacuteble 15 diacuteas para venir y 15 diacuteas de vuelta y estuvimos alojados en Cuba donde habiacutea cuchetas y las de Barcelona fuimos todas juntas y teniacuteamos reuniones Y despueacutes en Cuba tambieacuten se hizo fue una acumulacioacuten de cosas ahiacute en 2 antildeos que mi cabeza estaba trabajando permanentemente () Realmente me puso en frente a miacute misma y a la esencia de miacute misma todo eso Veniacutea de lo oscuro de todo lo que pasoacute en Buenos Aires y eso me rescatoacute de las aguas negras

A fines de los lsquo70 comienza a involucrarse en una serie de actividades a nivel laboral y como militante en el mundo feminista Ingresa a planificacioacuten familiar (el plani) en Barcelona

Planificacioacuten familiar fue revolucionario en Espantildea () Las farmacias durante el franquismo no se vendiacutean meacutetodos anticonceptivos Cuando quedaban embarazadas en los pueblos abortaban con una mujer viejita la curandera del pueblo Se moriacutean muchas veces La lucha por el aborto para despenalizar el aborto y tener la seguridad de salud que estuviera dentro de los meacutedicos de la seguridad social Eso era la lucha de las mujeres cuando yo estaba Pero allaacute haciacutea antildeos que estaba luchando por eso En las agrupaciones de vecinos estaban las comisiones de mujeres que haciacutea lo mismo que la consultora acompantildeaba a la mujer Las mujeres en Cataluntildea la frontera maacutes cercana era Francia Haciacutean viajes en tren y las esperaba una camioneta y ahiacute las llevaban a una granja donde habiacutea un meacutedico habiacutea que acompantildear a esas mujeres a hacer esas movidas que generalmente era gente muy pobre que no teniacutea plata para ir a abortar a Inglaterra o a Holanda que era donde habiacutea meacutedicos y cliacutenicas especiales para esas cosas Se abortaba en una granja en un lugar secreto Y a veces las consultoras de las comisiones de vecinas haciacutean ese

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acompantildeamientohellip y despueacutes acompantildear el proceso

Entrar al plani fue para ella una verdadera revolucioacuten que le permitioacute un despliegue personal afectivo y militante

Entreacute en un trabajo que era como una militancia Aprendiacute mucho con esas mujeres Aprendiacute mucho con las decisiones tan dolorosas que teniacutean que tomar y como saliacutean adelante Aprendiacute de sexualidad con las gitanas () Me cambioacute la vida hasta el diacutea de hoy (hellip) Yo me hice feminista allaacute en Barcelona acaacute era sindicalista y socialista El trabajo con las mujeres del plani me puso contra la pared y ahiacute conociacute el feminismo

Hablamos mucho sobre esta etapa de su vida Nos contoacute muchas aneacutecdotas de la conformacioacuten del equipo de las instancias de formacioacuten de las mujeres que asistiacutean al plani de situaciones complicadas que tuvieron que afrontar y tambieacuten de momentos de risa y distensioacuten Pero en particular hay algo que nos dijo que nos quedoacute grabado en la retina

() me di cuenta de miacute ser total como si yo antes como militante sindical fuera la cabeza nada maacutes La cabeza la palabra las puteadas Fue en las reuniones que haciacuteamos con las compantildeeras ahiacute me descubriacute a mi misma con todo mi ser mi cuerpo Una sensacioacuten nueva para miacute La militancia sindical era de acaacute [se sentildeala el cuello] para arriba Y despueacutes me encontreacute con mi propio yo mi propio cuerpo Es lo mejor que me pasoacute tambieacuten porque descubrirte a ti misma con el dolor ajeno era como un nacimiento nuevo para miacute Ellas me deciacutean lsquoJulia tuacute eres feminista siempre lo fuistersquo () Y yo les deciacutea lsquoNo yo soy socialistarsquo Angeacutelica que es una comunista una luchadora de la comisioacuten de vecinos me deciacutea iquestJulia tuacute eres feministarsquo Y yo discutiacutea que yo no me sentiacutea todaviacutea Pero al trabajar con aquel grupo de mujeres ahiacute me hice feminista Aquellas mujeres eran mi espejo me devolviacutean mi imagen cuando hablaban o cuando preguntaban cuando lloraban Me devolviacutean mi esencia de ser mujer () El cuerpo no lo teniacutea me lo devolvieron esas mujeres

Del 14 al 16 de mayo de 1981 la Comisioacuten de mujeres catalanas en solidaridad con las mujeres uruguayas colectivo del que formoacute parte activamente organizan El Encuentro Internacional de solidaridad con las mujeres uruguayas (Comisioacuten

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de mujeres catalanas en solidaridad con las mujeres uruguayas 1981) Nos recuerda varias veces ese acontecimiento

() vinieron gente de Meacutexico uruguayas de Madrid etc Eso estaacute en el cuaderno que se editoacute despueacutes de esa conferencia () se hizo una pegatina muy grande en solidaridad con las mujeres uruguayas presas en su paiacutes y eso fue importantiacutesimo Eso fue en el 80 Se crea una comisioacuten de mujeres catalanas con las mujeres uruguayas porque nosotros denunciaacutebamos Ahiacute ya habiacuteamos empezado a militar con Wilma con Gladis y con Judith denunciando situaciones que pasaban en Montevideo de la dictadura Trabajaacutebamos con mujeres del Partido Comunista (PC) el Partido Socialista ((PS) independientes exiliadas uruguayas Ahiacute empezamos a militar las uruguayas con las catalanas juntas en esa comisioacuten (hellip) Las catalanas estuvieron muchas presas en campos de concentracioacuten en Francia y muchas de ellas habiacutean estado en campos de concentracioacuten siendo jovencitas ahora eran mayores () Se llenoacute la prensa porque salioacute un dibujo de una catalana un cuadro que nos regaloacute para los afiches (hellip) se unieron parlamentarias poliacuteticas de todo tipo periodistas Explotoacute esa comisioacuten () llegoacute la presidenta de Cruz Roja () eacuteramos invitadas a muchos lados Y yo seguiacutea trabajando de domeacutestica

Mariacutea Julia mostrando un afiche de las campantildeas de solidaridad con presos y presas poliacuteticas del Uruguay que realizaron en Barcelona a principios de los 80 Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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Los ochenta estaacuten tambieacuten marcados por la separacioacuten y posterior reconciliacioacuten con su compantildeero Aniacutebal Aniacutebal se habiacutea exiliado a Francia primero y se habiacutean conocido con Mariacutea Julia en Espantildea En el lsquo85 la salud de Mariacutea Julia se complica la operan de la vesiacutecula transcurren 29 diacuteas internada en estado grave

Nos casamos en Espantildea en el 85 Cuando yo me enfermeacute eacutel me cuidoacute mucho No salioacute de al lado de mi cama cuando estaba en el CTI 29 diacuteas Me cuidaba mucho me cuida mucho hasta ahora Por lo general Aniacutebal es parco y silencioso es un canario tropero esquilador integrante del sindicato de rurales de Florida junto al compantildeero Marrero Y cuando volvimos a esta casa del Cerro estaacutebamos encantados teniacutea una quinta preciosa Y teniacutea esa cosa de que habiacutea una flor que estaba esperando que abriera para traeacutermela a la cama Despueacutes teniacuteamos bichitos Naciacutea un pato y veniacutea muy temprano y me deciacutea lsquoabriacute la manorsquo y era una ternura de patito chiquitito Esas cosas nunca las hubiera tenido Joseacute el padre de mis hijos Tiene una ternura muy escondida Quieacuten sabe queacute infancia haya tenido () Y eso es lo que pienso lo que me sostiene al lado de eacutel

Mariacutea Julia tiene algunas preocupaciones muy claras y sabe repetirlas invitando a leer lo que los grandes relatos guardan entre liacuteneas La preocupacioacuten por la invisibilizacioacuten del rol poliacutetico de las mujeres la desvela y contagia con su paciente entusiasmo esas ganas de releer la historia desde una sensibilidad feminista Asiacute nos pasoacute con sus relatos del exilio en Barcelona Escucharla contar coacutemo llega a una ciudad ajena huyendo del terror de las dictaduras uruguaya y argentina y coacutemo rearmaba su vida en teacuterminos laborales y militantes es una invitacioacuten a visibilizar a las mujeres que fue encontrando en su camino En un paseo en el barrio en un boca a boca el azar movioacute sus hilos y ellas supieron tejerse para sostener la vida en el exilio y para amplificar lo que las dictaduras estaban haciendo en los paiacuteses del sur de Ameacuterica Latina Nos contoacute numerosas aneacutecdotas nos mostroacute fotos y afiches y hasta nos prestoacute materiales para que escaneaacuteramos Y en cada una de ellas apareciacutea una legioacuten de mujeres haciendo tareas de las maacutes diversas

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Pero hay una tarea particularmente importante sobre las que nos queriacutea hablar la organizacioacuten de la solidaridad para con las personas presas y desaparecidas de la dictadura uruguaya Una labor poliacutetica fundamental tambieacuten para la recomposicioacuten de las organizaciones sindicales y poliacuteticas En esta tarea de hormiga de recaudar y enviar fondos de comunicarse con la prensa y demaacutes asociaciones hubo un protagonismo poliacutetico de las mujeres que nuevamente quedoacute invisibilizado Hablamos mucho sobre esto en nuestros encuentros Ella nos contaba y nosotras tomaacutebamos nota Teniacuteamos todo para empezar a reconstruir este periacuteodo de su vida Sin embargo un diacutea nos manda un mensaje diciendo que queriacutea escribir sobre esta etapa de su vida que precisaba ella misma poner en letras estas memorias Fue asiacute que a finales de octubre del antildeo pasado exactamente el 30 de octubre del 2020 nos enviacutea por mail este relato para que integremos al material que veniacuteamos recopilando Queacute mejor entonces que leerla a ella

El feminismo que brotoacute Mariacutea Julia en el exilio

El 20 de marzo de 1977 llegueacute a Barcelona con mis tres hijos Nos esperaban el padre que un antildeo antes se habiacutea marchado alliacute y su hermana Luego de los abrazos nos dirigimos al apartamento que el padre habiacutea alquilado para nosotros Eacutel viviacutea en casa de su hermana cerca de alliacute El apartamento era pequentildeo pero con grandes ventanas y mucho sol Estaba amueblado muy modestamente Nos explicoacute que la escuela para los dos nintildeos estaba a dos cuadras que no tendriacutean que cruzar ninguna calle importante y que el mayor tambieacuten podriacutea ir caminando al liceo

Yo me sentiacutea muy rara en otra gran ciudad Otra vez sin conocer a nadie solo a mi cuntildeada y por suerte Mis hijos estaban muy contentos otra vez con el padre cerca y la tiacutea Marucha que nos daba la bienvenida con los besos y caricias que tanto necesitaacutebamos A mi hijo mayor su padre le propuso ir a vivir con eacutel La primera semana salimos a recorrer el barrio a ver doacutende estaban los negocios la panaderiacutea verduleriacutea la escuela y la farmacia Todo estaba

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cerca Sentiacuteamos hablar muy bullicioso castellano andaluz gallego catalaacuten pero no lo distinguiacuteamos todaviacutea lsquoiexclqueacute raro hablanrsquo deciacutean los chicos Vimos muchos turistas extranjeros en las plazas sus maacutequinas de fotos y mochilas Espacios abiertos muchos aacuterboles un gran parque cerca Atraacutes quedoacute el miedo paralizante de Argentina

A la semana de estar alliacute el padre de los nintildeos nos invita al zooloacutegico Llegamos a un gran parque y dentro de eacutel la puerta de entrada al zooloacutegico Mientras nos acercaacutebamos vi una mesa con libros con preciosas encuadernaciones e ilustraciones del mundo de los animales el gran Larousse enciclopedia Me quedeacute mirandohellip Los nintildeos le preguntaban al padre cuando entraban a ver a Copito de nieve el mono gigante blanco del cual habiacutean oiacutedo hablar Los vendedores tres hombres y una mujer pusieron atencioacuten a los nintildeos y preguntaron si eran uruguayos lsquoSiacutersquo contestamos Ellos dijeron lsquoNosotros tambieacutenrsquo y nos alegramos todos

Alliacute quedeacute conversando mis hijos y su padre entraron al zooloacutegico La conversacioacuten fue muy interesante me preguntaban de queacute barrio de Montevideo era en que trabajaacutebamos De ellos supe otro tanto Ninguno contoacute por queacute se habiacutean ido y yo tampoco pregunteacute Cuando supieron que solo llevaba una semana en Barcelona y que estaba sola con los nintildeos me preguntaron si queriacutea trabajar con ellos vendiendo libros Me sorprendiacute pero me gustoacute la idea yo tendriacutea trabajo Gladis me dijo muy optimista que se ganaba bien a comisioacuten y se cobraba a mes cumplido lsquoSaldraacutes adelante ya veraacutesrsquo Me dio su teleacutefono y yo me fui a buscar a los que se adelantaron Quedeacute contenta porque encontreacute posible trabajo y posible amiga

Luego de muchos diacuteas con los nintildeos pequentildeos ya en la escuela y mi hijo mayor con el padre y la tiacutea penseacute que ya podiacutea trabajar Llameacute a Gladis para que me orientara ver si podiacutea tener una entrevista con la distribuidora e ir con ella Me acompantildeoacute y me ensentildeoacute a trabajar Asiacute empeceacute de vendedora de libros en una ciudad que no conociacutea pero teniacutea a mi nueva amiga que me puso al diacutea

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hablando mucho de todo y todo el rato de trabajo Estuve durante un tiempo en la puerta de la Facultad de Medicina y en la puerta de los hospitales con esa bendita mesa al aire libre Algunos otros libros se vendiacutean a plazos se llenaba un formulario de compra en cuotas y luego el repartidor lo llevaba al domicilio del cliente El repartidor era el esposo de Gladis Ariel Teniacutean un nintildeo de 3 antildeos Pierre

Los saacutebados y domingos mis hijos Ernesto y Felipe se iban con el padre a lo de la tiacutea donde estaba su hermano Joseacute Conrado Yo quedaba sola pero mi nueva amiga me invitaba a su casa con su pequentildea familia Esa fue mi familia sustituta que me ayudoacute a reacomodarme a mi nueva situacioacuten de emigrante y exilada poliacutetica Era una pareja muy amigable maacutes joacutevenes que yo Ella teniacutea 24 antildeos y yo 38 pero me pareciacutea que yo teniacutea muchos antildeos maacutes y una larga vida pasada

El padre de mis hijos teniacutea una nueva pareja en Barcelona una espantildeola Yo lo sabiacutea desde antes de ir a Espantildea Fui para que mis hijos estuvieran cerca de su padre que me lo pediacutea eacutel por carta Eso quedoacute claro desde el principio No niego mi rabia de entonces ni mi fragilidad frente a todo Pero en Argentina corriacuteamos peligro y siempre miedo Me pareciacutea bien que mis hijos vivieran cerca del padre teniacutean derecho

El uacutenico documento que teniacutea era el pasaporte deciacutea ldquono apta para trabajarrdquo Me lo puso emigracioacuten al entrar a Espantildea La editorial y la distribuidora contrataban ilegales hasta que los descubrieron Asiacute trabajeacute un antildeo y medio hasta que un directivo de la editorial hizo una estafa y quedamos en la calle por falta de documento Otra vez sin trabajo Gladis Ariel y yo Por suerte la camioneta era de ellos y eacutel podiacutea trabajar de transportista Mi exmarido pagaba la escuela y el alquiler nada maacutes Con los libros ganaba bien para los gastos de comida y demaacutes gastos mensuales pero nada maacutes Otra vez a buscar trabajo en negro

Los papeles Teniacuteamos que ir a la comisariacutea cercana cada tres meses se

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demoraba mucho tiempo en conseguir la residencia permanente Encontraba trabajo de domeacutestica y trabajaba siempre plata en mano luego encontramos trabajo con Gladis en una empresa de limpieza tercerizada donde pagaban un poco maacutes Olivetti asiacute se llamaba la empresa Eacuteramos tres limpiadoras por piso cinco pisos de oficinas de media manzana Nos daban trabajo en negro a uruguayos y argentinos con la misma suerte que nosotras Alliacute paseacute bien con una brigada de andaluzas en un horario de dos a diez de la noche Los nintildeos pequentildeos teniacutean escuela doble horario y comiacutean alliacute El hermano veniacutea a estar con ellos en las tardes los nintildeos teniacutean una llave colgada al cuello para entrar en casa y tomar la merienda ellos solos hasta que llegara el hermano mayor Entonces mis hijos teniacutean 7 8 y 15 antildeos

Al poco tiempo vino a vivir en otro edificio de la misma cuadra una familia de uruguayos Resultaron ser Braulio uno de los Olimarentildeos Estela y su hijo Camilo de la misma edad que Felipe Conseguimos que Camilo fuera a la misma escuela que Felipe Tambieacuten alliacute empezoacute el hijo de Gladis Era un colectivo de uruguayitos integrados a los nintildeos del barrio y a la escuela En ponerlos en esa escuela tuvimos suerte porque nos la recomendaron Una orientacioacuten diferente a las que existiacutea durante el franquismo Era una cooperativa de maestros y funcionaban afiacuten a la ideologiacutea de la pedagoga catalana Rosa Sensat un movimiento de la ldquoEscuela del Bosquerdquo es decir ldquopara todosrdquo Eso fue bueno para nuestros nintildeos y los del barrio compartiacutean les prestaban las bicicletas y los patines a nuestros hijos los uruguayitos como les deciacutean Despueacutes conociacute a Aniacutebal que viviacutea exiliado en Francia y llegaba esporaacutedicamente a Barcelona Lo encontreacute en casa de Braulio Loacutepez en una fiesta familiar Nos hicimos amigos Cuando veniacutea a Espantildea nos visitaba

Vino a vivir al barrio una compantildeera de la salud Wilma Era enfermera y militante del sindicato de la Espantildeola en Uruguay Todas exiladas que nos avisaacutebamos cuando quedaba un piso barato en alquiler y compartiacuteamos las dificultades y el cuidado de los hijos Las noticias de Uruguay las haciacuteamos colectivas En ese momento conociacute tambieacuten a Susana militante del

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sindicato de la salud del Sindicato Meacutedico del Uruguay que viviacutea a unas cuadras de distancia Ella habiacutea llegado sola despueacutes de pasar cuatro antildeos en la caacutercel en Montevideo durante la dictadura Todas mujeres que nos sosteniacuteamos en historias comunes era la solidaridad Susana se marchoacute a Italia No la vi maacutes hasta el retorno Ella fue importante para miacute despueacutes en nuestro desexilio al retorno a Uruguay A otra gente que conociacute en la Casona en el Enxamble de Barcelona fue a Marta Nelly una mujer uruguaya que llevaba una audicioacuten radial en Montevideo Ella habiacutea llegado mucho antes que yo y creoacute ese lugar de encuentro para uruguayos Se escuchaba muacutesica latinoamericana y por un modesto tiquet teniacuteamos bebidas y empanadas La primera vez fui con Estela y Gladis Alliacute encontreacute conocidos un lugar abierto al que se podiacutea ir con los hijos Fui pocas veces Estaba ya aclimatada al barrio y mis visitas eran a esas amigas y compantildeeras maacutes cercanas No militaba en nada en ese entonces si mucho en la solidaridad inmediata cotidiana con cada recieacuten llegado Lo haciacuteamos naturalmente porque es muy duro llegar a un lugar desconocido y con las manos vaciacuteas

Recuerdo un bar Els Amics en donde se juntaban uruguayos a intercambiar informacioacuten sobre el paiacutes Sus duentildeos eran unos compantildeeros socialistas uruguayos Marta y Quicho con sus dos hijos adolescentes eran de la ciudad de Durazno Un ambiente muy solidario Y caacutelido para nuestra nostalgia La familia de Collazo viviacutea cerca y nos veiacuteamos algunas veces Sus hijos eran amigos de mi hijo Joseacute Conrado desde la escuela primaria en Montevideo Estas primeras amistades del exilio se consolidaron fuertemente para toda la vida Los muchachos se siguen viendo esporaacutedicamente todaviacutea hoy hombres y mujeres los nintildeos del exilio

Espantildea estaba movilizada mejorando las condiciones econoacutemicas A la salida del franquismo los que teniacutean trabajo los espantildeoles teniacutean facilidad para obtener creacuteditos bancarios Aunque veniacutean de una sociedad austera se pasaron raacutepidamente a una sociedad de consumo masiva Preacutestamo para todo tarjetas compraban con papeles Nosotros viviacuteamos en la pobreza en la ilegalidad maacutes

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absoluta Eso de que estaacutebamos bien porque estaacutebamos en Europa era un cuento una mentira Estaacutebamos sufriendo un destierro un exilio orquestado desde el plan Coacutendor lo supimos despueacutes y estaacute comprobado Los y las espantildeolas mayores que nosotros fueron muy solidarios con los uruguayos desde el principio Ellos tambieacuten habiacutean sufrido destierros y campos de concentracioacuten compartiacuteamos historias comunes Saliacutean a la democracia despueacutes de cuarenta antildeos despueacutes de la muerte de Franco

En los contenedores donde desechaban muebles y electrodomeacutesticos apareciacutea de todo camas sillas mesas Tiraban todo lo viejo compraban nuevo Piletas baldosas griferiacutea espejos muebles de cocina y de bantildeo bantildeeras roperos mesas de luz libros ropa juguetes cajas con ollas y platos utileriacutea de bares y sus mobiliarios Nosotros lo veiacuteamos como una ostentacioacuten Los gitanos y los latinoamericanos los reciclaacutebamos en nuestras viviendas Los compantildeeros nos llamaban pidiendo que si sabiacuteamos de una cocina o heladera para una persona recieacuten llegada avisaacuteramos O si saliacutea alguacuten trabajo temporal Estaacutebamos en la solidaridad de la vida cotidiana Se moviacutea mucho este mundo tan complicado y nosotros tambieacuten aprendimos a movernos en la democracia que nos abriacutea las puertas en distintas partes del mundo y empezamos a comunicarnos Esa fue la primera labor de las mujeres de mi barrio cerca de Plaza Espantildea de Barcelona Tambieacuten funcionaba un lugar donde se juntaban los uruguayos que tambieacuten cumpliacutea tareas de solidaridad se llamaba Centro Cultural Uruguayo Catalaacuten Cumple una funcioacuten importante hasta el diacutea de hoy Alliacute iban los uruguayos recieacuten llegados en general orientados por otros uruguayos

La apertura poliacutetica en Espantildea y Europa facilitaba la difusioacuten de las denuncias de lo que aconteciacutea en Latinoameacuterica Donde llegaba un exiliado poliacutetico al paiacutes de acogida en Europa se volviacutea un multiplicador un denunciante de las dictaduras Uruguayos argentinos y chilenos difundiacutean su muacutesica de protesta sin miedo invitados a hablar en los actos poliacuteticos y sindicales donde eran escuchados con mucho respeto Contaban de los presos las torturas

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las muertes y las desapariciones interesando a las Comisiones de Derechos humanos de cada paiacutes Las mujeres uruguayas y algunos hombres militantes en esos actos haciacuteamos finanzas para mandar a familiares y presos poliacuteticos o de desaparecidos (estaacute documentado)

Cuando llega Wilma al barrio nos da tiempo de recordar nuestro pasado como militantes sindicales en Uruguay La huelga general de 15 diacuteas y la resistencia de la Convencioacuten Nacional de Trabajadores (CNT) a la dictadura 1973 Ella en salud yo en textiles Nos integramos a la militancia poliacutetica contagiadas nos acercamos a la Unioacuten General de Trabajadores (UGT) central de los gremios de los socialistas Entramos siendo vendedoras de medias y pantildeuelos cuando estaacutebamos sin trabajo con dos bolsitas de mano sin capital en negro Aquella gente nos recibiacutea muy bien y nos compraba para ayudarnos preguntaban de coacutemo estaba la cosa en Uruguay Alliacute nos despachaacutebamos a contar de las dictaduras y las penurias Vendiacuteamos para comer cada diacutea Wilma teniacutea un hijo de la edad de mi hijo mayor separada sola para parar la olla en cada diacutea Y en eso andaacutebamos las dos Esas ventas no nos reportaban mucho econoacutemicamente Cuando nuestras clientas nos preguntaban coacutemo nos podiacutean ayudar pediacuteamos trabajo de limpiadoras porque no teniacuteamos los papeles para trabajar Asiacute conseguimos entre las dos llaves de casas de compantildeeras socialistas y comunistas para limpiar cuando ellas trabajaban Nos teniacutean confianza Eacuteramos como una empresita sin papeles y ganaacutebamos muy bien por horas Confianza mutua y en negro

Tanto Wilma como Gladis me volvieron mi alegriacutea Dejeacute de pensar en rencores personales que tanto mal me haciacutea No pediacute nada siempre trabajeacute no le debo nada a mi exmarido

Barcelona me devolviacutea las ganas de militar por mi paiacutes Llegamos a la Confederacioacuten Sindical de Comisiones Obreras (CCOO) la central de los comunistas tambieacuten para explicar lo de Uruguay invitadas a sus actos Y ellos escuchaban atentamente que en Uruguay teniacuteamos una central uacutenica

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Dos centrales obreras CCOO y UGT espantildeolas lucharon y consiguieron las propiedades que el franquismo les roboacute en su dictadura De los afiliados llegaba dinero El movimiento sindical y poliacutetico inundoacute las calles se viviacutea con alegriacutea la vuelta a la democracia Los movimientos sociales salieron con sus propuestas las iglesias progresistas con sus grupos en los barrios la ensentildeanza se iba modificando con un movimiento de maestros contra la ensentildeanza de las escuelas religiosas del franquismo Volvieron los afiches a los muros de Barcelona tapando con las asociaciones de vecinos consignas de todo tipo y color

Actividad de solidaridad con presos y presas poliacuteticas del Uruguay en Barcelona (Fines de los 70) Fotografiacutea Archivo personal

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Aires de elecciones en Espantildea Barcelona se une Los grupos de socialistas con diferencias se agruparon en el Partido de los Socialistas Catalanes (PSC) para presentarse a las elecciones nacionales Las mujeres socialistas me dieron trabajo tres horas por diacutea en un local para trabajar en fotocopiadora y preparar una convocatoria a formar una comisioacuten de mujeres dentro del partido a empezar de cero Acepteacute encantada Yo solo apliqueacute la experiencia sindical que teniacutea en Montevideo de mi sindicato textil el Congreso Obrero Textil (COT) de organizacioacuten en el Partido Socialista (PS) del centro Mateotti de la Unioacuten y luego en Malviacuten y Buceo cuando se forma el Frente Amplio (FA) con el compantildeero Mangarelli formamos el comiteacute de base Siempre me gustoacute trabajar en organizacioacuten y asiacute fue En poco tiempo estaba en marcha los principios de la comisioacuten las mujeres catalanas socialistas con una parlamentaria al frente de esa secretaria Ganaba poco pero seguiacutea trabajando con Wlima como siempre en algunas casas de domeacutesticas Al poco tiempo ella encontroacute trabajo fijo como enfermera en una residencia de la tercera edad porque teniacutea adelantado los papeles de residencia Ella estaba muy feliz y todas estaacutebamos contentas por ella

Una de las casas donde trabajaacutebamos por hora era la de Elvira una meacutedica feminista luchadora por los derechos de salud de las mujeres Al decir que dejariacuteamos de ir porque Wilma habiacutea conseguido trabajo fijo se interesoacute por miacute y me explicoacute que se abririacutea pronto un curso para trabajar en Planificacioacuten Familiar Era un nuevo proyecto de los ayuntamientos llevado adelante por los grupos feministas de los barrios porque durante el franquismo teniacutean prohibido todo uso de meacutetodos anticonceptivos Me orientoacute para anotarme y hablamos de mi escolaridad Yo teniacutea los papeles del liceo de la Argentina Me dijo que me anotara tambieacuten en auxiliar de enfermeriacutea y babysiter para prepararme porque ese proyecto seguro saldriacutea despueacutes de las elecciones nacionales Asiacute lo hice y le agradeciacute mucho toda su ayuda y el tiempo que trabajamos con ella y la confianza que depositoacute en nosotras Asiacute a medida que conseguiacutea mejores trabajos fui dejando el trabajo de domeacutestica

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Me emocionaron mucho los gestos de las mujeres catalanas que conociacute y su solidaridad Otra vez me cambioacute el destino paseacute a ser estudiante de un colegio gratis para mujeres adultas que llevaban unas monjas progresistas y te entregaban los papeles de asistencia al curso que seriacutea uacutetil para ese trabajo futuro Por las mantildeanas en el PSC con la secretariacutea de las mujeres socialistas y a las tardes a las clases para trabajadoras Cinco diacuteas a la semana estaba con los nintildeos Cuando llegaban del colegio al rato llegaba yo y con ellos organizaacutebamos la cena La vida o la suerte me estaba protegiendo Volvioacute mi entusiasmo de mis antildeos de militancia en sindicatos de textiles en Montevideo Volviacute a ser yo otra vez Estaba feliz y con proyectos Alliacute me vinculeacute a las feministas con quienes aprendiacute a trabajar en planificacioacuten familiar en el centro de salud municipal

El FA en el exilio podiacutea convocar a actos de muacutesica Asiacute se fueron agrupando los frenteamplistas Todos juntos trabajaacutebamos en las actividades programadas de todos los grupos que lo conformaacutebamos vertebrando la unidad en el exterior Se trabajaba desde el FA y la CNT en los actos de muacutesica haciacuteamos finanzas en brigadas mayormente de compantildeeras La CNT en el exterior cada diacutea se organizaba mejor Tanto en Barcelona como en Madrid se reagrupan maacutes compantildeeros Teniacuteamos reuniones semanales Las tareas de finanzas eran muy importantes Ocho familias de presos apadrinadas por nosotros CNT Barcelona a quienes se mandaba dinero para ellos mensualmente por viacutea de telegrama colacionado Tambieacuten se cumplioacute en el local de amigos de Naciones Unidas de Barcelona la huelga de hambre del 13 y 14 de junio de 1980 que se realizoacute en distintos paiacuteses en la misma fecha Hubo grupos formados por la CNT en el exterior para realizar 24 horas de ayuno Se convocoacute a la prensa escrita y TV donde se explicoacute el motivo ldquoAmnistiacutea para Uruguayrdquo Uacutenico punto Se recibioacute a personalidades poliacuteticas catalanas y de la cultura Esta comisioacuten de CNT funcionoacute desde 1979 a 1985 la coordinaacutebamos en Barcelona junto con Marrero y Ascencio

Las elecciones en Espantildea dejaron como resultado ayuntamientos democraacuteticos con mayoriacutea de comunistas o socialistas en Barcelona Las mujeres

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feministas dan un gran paso en las reivindicaciones que estaban llevando adelante entre ellos el aborto seguro porque en Espantildea estaban prohibidos todos los meacutetodos anticonceptivos y por supuesto el aborto En ese momento las mujeres del FA y la CNT uruguaya fuimos invitadas a formar parte de una comisioacuten de ldquoMujeres catalanas en solidaridad con las mujeres uruguayas en el exiliordquo Esta comisioacuten duroacute cinco antildeos de 1980 a 1985 cuando de acuerdo con ellas se disolvioacute al poder volver a nuestro paiacutes en 1985 Funcionaacutebamos en el local de amigos de Naciones Unidas que gentilmente nos prestaba su local En un principio las catalanas hicieron la convocatoria acudieron muchas mujeres se llenoacute el local nosotras emocionadas no lo podiacuteamos creer Ellas explicaron que queriacutean saber quieacutenes estaban dispuestas a ayudar a difundir la situacioacuten de las viacutectimas de terrorismo de estado en Uruguay especialmente contra las mujeres en caacuterceles desaparecidas yo asesinadas Pusimos voces junto con las mujeres catalanas a nuestra lucha Acudioacute la prensa que publicoacute artiacuteculos de la situacioacuten que se viviacutea en la dictadura en nuestro paiacutes Para esa convocatoria se usoacute un correo muy amplio de prensa todos los medios radios televisioacuten de parlamento de los ayuntamientos de Barcelona de arte teatro y cantantes mujeres importantes de distintas instituciones del tejido social progresista y se formoacute la comisioacuten donde estaacutebamos tambieacuten las uruguayas Cuando pusimos a trabajar los engranajes de la comisioacuten en marcha nos llegaban invitaciones a dar charlas y reportajes de prensa No daacutebamos abasto Se amplioacute la participacioacuten de compantildeeras uruguayas para poder ir a esas invitaciones en que nos daban un lugarcito para explicar queacute sucediacutea con los presos muertos y desaparecidos en nuestro paiacutes

Un tiempo despueacutes de las elecciones que ganoacute Felipe Gonzaacutelez los ayuntamientos democraacuteticos convocaron a las personas que habiacuteamos realizado el curso para consultoras en planificacioacuten familiar Fui citada al ayuntamiento de LrsquoHospitalet ciudad tocando Barcelona Seleccionaron un equipo una ginecoacuteloga una psicoacuteloga una enfermera dos consultoras y una administrativa Tuve la suerte de integrar ese equipo como consultora durante

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ocho antildeos donde teniacuteamos una formacioacuten permanente a cargo del propio lugar de trabajo Una consultora en plani es un agente de salud que cuando una mujer llega al servicio informa de meacutetodos anticonceptivos abre la historia cliacutenica y deriva a la profesional en que estaacute interesada la paciente (ginecoacuteloga psicoacuteloga abogada) o se deriva a las charlas grupales que funcionan una vez por semana Este servicio fue creado esencialmente por las mujeres de los barrios espantildeoles Las italianas feministas estaban en la misma discutiendo los mismos temas de salud de las mujeres Fue una etapa muy rica de los antildeos lsquo70 para las feministas de Europa y las mujeres de EEUU Las mujeres de Boston publicaron un libro Nuestros cuerpos nuestras vidas (Colectivo del libro de salud de las mujeres de Boston 1982) Las alemanas nos trajeron un libro La pequentildea diferencia y sus grandes consecuencias de la autora Alice Schwarzer (1979) donde las mujeres hablan de siacute mismas El feminismo llegoacute para quedarse y yo ahora soy feminista y socialista Creo que lo fui siempre pero sin saberlo Cuando las compantildeeras fueron al sindicato textil a hablar de feminismo mucho antes del golpe militar ya me di cuenta de que feminismo y trabajo teniacutean algo que ver El sindicato teniacutea una comisioacuten de mujeres desde que se formoacute la COT en el lsquo66 Discutimos sobre temas como igual trabajo - igual salario casas cunas en lugares de trabajo Esa comisioacuten de mujeres no era maacutes que una parte del sindicato Veniacutean a hablar con nosotras feministas algunas que despueacutes formaron asociaciones como Grupo de Estudio sobre la condicioacuten de la mujer en el Uruguay (GRECMU) o el Plenario de Mujeres del Uruguay (PLEMUU) Habiacutea muchos temas de mujeres reivindicativos como por ejemplo el caso de la compantildeera que abortoacute en el bantildeo de la faacutebrica y la despidieron el abuso en los lugares de trabajo doacutende dejar a los hijos chiquitos esos temas Igual trabajo igual salario fue una reivindicacioacuten revolucionaria para ese momento Ya ahiacute me sentiacute feminista y no sabiacutea Entonces desde ahiacute lo soy

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En diciembre de 1987 volviacute del exilio Teniacutea 49 antildeos no era edad para jubilarme y mis compantildeeras del plani no queriacutean que me viniera Lo penseacute y pediacute excedencia por cinco antildeos aconsejada por mis compantildeeras porque no sabiacutea que encontrariacutea aquiacute en Uruguay Sin trabajo otra vez No pude traer a todos mis hijos El mayor y el menor teniacutean trabajo su vida en Barcelona No podiacutea arrancarlos otra vez Eso fue desgarrador para miacute Con Ernesto (mi hijo mediano) y Aniacutebal (mi compantildeero) ocupamos mi casa en el Cerro el barrio de mi infancia otra vez Volviacute contenta a mi familia a mi barrio a mi pueblo a mi paiacutes que tanto extrantildeeacute y por el que tanto lucheacute desde el exilio Estaba otra vez felizhellip y pobre

Volver al jardiacuten Desexilio(s)

El contexto de ese momento es de mucho lsquobarullorsquo sobre el retorno a Uruguay Aniacutebal estaba listo para volver pero ella no lo teniacutea claro porque

Manifestacioacuten de mujeres por Av 18 de Julio (Mediados de la deacutecada de los 80) Fotografiacutea Archivo personal

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no teniacutea trabajo y ademaacutes se estaba recuperando de su salud Eacutel retorna primero ella continuacutea trabajando hasta el lsquo87 en planificacioacuten familiar Retorna a Montevideo entonces a una casa en el Cerro una casa que estaba en ruinas y que con ayuda de familiares dejaron hermosa casa en la que nos supo recibir en nuestras visitas durante el transcurso de esta historia de vida

El desexilio fue una etapa agridulce y llena de contradicciones Por un lado la alegriacutea de volver a Montevideo su barrio abrazar a su madre y su familia Por otro lado la tristeza de dejar a dos de sus hijos en Barcelona a sus queridas amigas y al trabajo en el plani Una vez asentada en Montevideo se encuentra con una sensacioacuten que describe a la perfeccioacuten

Me sentiacutea como desplazada lsquoEl que se fue a Sevilla perdioacute su sillarsquo La gente si bien se alegraba de verte no te contaba nada La herida estaba abierta y no se preguntaba Tampoco nadie nos preguntoacute coacutemo habiacuteamos hecho para conseguir el dinero que mandaacutebamos Y una sentiacutea culpa de haber estado en el exterior y tampoco hablaba

La vuelta a Uruguay enfrentoacute algunas dificultades tambieacuten en teacuterminos econoacutemicos

Cuando vuelvo tengo que trabajar en tres lados para poder sacar un salario miacutenimo Trabajaba unas horas por semana en el Foro Juvenil en el equipo de sexualidad En EMAUS en el barrio Nuevo Pariacutes con mujeres mayores amas de casa desocupadas y empleadas domeacutesticas otras horas por semana Y en Mujer y Sociedad en planificacioacuten familiar dando charlas como asistente de la ginecoacuteloga otras horas por semana Con los tres lugares no alcanzaba y por otro lado Aniacutebal trabajaba en la quinta y en la construccioacuten en changas

En medio de este difiacutecil momento alentada por su experiencia de trabajo con grupos de mujeres comienza a estudiar Psicologiacutea Social en la Escuela de Hugo Monetti

Lo mejor que me ha pasado es hacer Psicologiacutea Social con la escuela de Monetti

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que lo hice a los 50 antildeos cuando volviacute al exilio Ernesto cursaba conmigo Psicologiacutea Social en otro grupo Y a ellos [sus hijos] les ha hecho muy bien que yo estudiara

Cierra los ochenta con la muerte de su madre e inicia los noventa con la separacioacuten y posterior divorcio de Aniacutebal y el regreso a Barcelona donde se encontraraacute con una segunda etapa en el ayuntamiento

Mi madre se murioacute en el 89 Yo teniacutea 51 antildeos y fue un antildeo muy triste para miacute () en el 90 tengo 52 antildeos Hay una crisis de pareja con Aniacutebal () Paseacute horrible Estaba viviendo con Ernesto Aniacutebal empezoacute a trabajar en la construccioacuten y empezamos con unas crisis tremendas por el alcohol No le gustaba que yo estudiara Psicologiacutea Social Eacutel teniacutea celos y yo desilusioacuten Me levantaba a las 5 o 6 de la mantildeana para estudiar para escribir Era una eacutepoca de muchos apagones () Cuando se levantaba eacutel yo ya estaba trabajando y me deciacutea lsquoiquestPara queacute estudias iquestQuereacutes ser Presidenta de la Repuacuteblicarsquo Un

La aplanadora mujeres Encuentro de mujeres en Uruguay (Mediados de los 80) Fotografiacutea Archivo personal

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ataque El alcoholismo esa maldita enfermedad que tambieacuten vi en mi padre y en mi abuelo y que volviacutea con Aniacutebal para a minar nuestra relacioacuten Es una forma de agresioacuten que muchas mujeres vivimos por eso hay que hablarlo Todo era porque llegaba a la noche Yo saliacutea al mediodiacutea para trabajar en todos esos lados () y llegaba a las 11 de la noche () Muy bueno fue eso [estudiar Psicologiacutea Social] Me sacoacute de lo que habiacutea en casa

En el 1993 ya no se pueden sostener econoacutemicamente en Uruguay Regresa a Barcelona a una segunda etapa en el ayuntamiento ya no para trabajar en planificacioacuten familiar sino para trabajar sobre violencia domeacutestica2

La prioridad en ese momento era violencia domeacutestica No era plani porque plani se habiacutea integrado a la seguridad social () cuando fui empezamos a trabajar en un lugar muy precario y habiacutea una violencia domeacutestica increiacuteble Menos mal que en los 5 antildeos que estuve acaacute hice el curso con Hugo Monetti Con maacutes herramientas con la dinaacutemica de grupo que no las conociacuteamos allaacute haciacuteamos las consultoras las charlas pero no con grupo Formar grupos equipos cuesta muchos antildeos para que puedan estar en consonancia una persona con la otra porque cuando vas teneacutes un poco de recelo de sentimiento de iquestpodreacute o no podreacute Y formar un grupo lleva muchos antildeos Y yo me acoplaba enseguida Es una actitud positiva ante el cambio Si no teneacutes una actitud positivahellip

Nos cuenta sobre su familia en esos antildeos cerrando los noventa En 1995 se enferma Felipe pasa un periacuteodo internado y luego en recuperacioacuten En ese tiempo se reconcilia con Aniacutebal con quien estaacute en pareja hasta hoy Nacen sus primeros dos nietos luego naceriacutea el tercero En 2004 regresa a Montevideo Cuatro antildeos despueacutes conoce a dos compantildeeros de la Universidad de la Repuacuteblica Agustiacuten y Matiacuteas ldquoLa descubrenrdquo nos diraacute ella A partir de este encuentro se motiva para compilar sus textos y escribir su libro Y diez antildeos maacutes tarde en 2014 presenta el libro que la diera a conocer y por el cual nosotras nos acercariacuteamos a ella En 2017 la invitamos a participar en algunas

2 A propoacutesito de la denominacioacuten lsquoviolencia domeacutesticarsquo en uno de los encuentros nos diraacute ldquoDespueacutes empeceacute a trabajar en violencia domeacutestica [se riacutee] iexclque antigua Ahora no se le dice asiacute es violencia de geacutenero porque no es solo en la casardquo

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instancias de un grupo de investigacioacuten a partir del cual escribimos la cartilla antes mencionada A partir de aquiacute es historia conocida Coordinamos con ella para llevar a su casa la invitacioacuten a la presentacioacuten de la cartilla y una copia de la misma Le escribimos una dedicatoria Estaacutebamos un poco nerviosas y ansiosas y sobre todo felices de que nos recibiera en su casa No imaginamos que ese seriacutea el primero de varios encuentros en que nos relatariacutea su historia de vida

Lo que cuentan las tortugas

La historia no es lo de antantildeo solamente estaacute construyeacutendose ahora en cada momento que transcurre en cada momento de las mujeres en las faacutebricas en las calles en el trabajo del campo en el domeacutestico maestras rurales amas de casahellip Todas las mujeres donde sea que esteacutenhellip La historia va articulando en lo cotidiano los acontecimientos colectivos sindicales poliacuteticos y sociales de un paiacutes No solo debemos recordar compantildeeras hay que escribir Porque lo que no estaacute escrito no existe se lo lleva el viento es la invisibilidad es la no historia (Alcoba Mariacutea Julia 2014 p 169)

A Mariacutea Julia la conocimos a traveacutes de las paacuteginas de su libro El epiacutelogo del libro la frase que elegimos para abrir este final nos empuja a seguir escribiendo Como una receta de bruja pasada de boca en boca Mariacutea Julia nos invita a escribir la historia nuestra historia esa que hoy nos encuentra

Vibramos en la misma sintoniacutea y varias veces nos vimos reflejadas en su sentir Saltando generaciones eacutepocas y paiacuteses pudimos entendernos plenamente como mujeres y como feministas Las aneacutecdotas amargas de la militancia mixta y la desvalorizacioacuten de las mujeres los sinsabores de la vida de pareja los amores y las separaciones Pero tambieacuten la alegriacutea del encuentro con las amigas del entre mujeres la ternura de la crianza el acompantildeamiento mutuo los cuidados

Mariacutea Julia es de habla calma y reflexiones agudas En un encuentro

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nos dijo ldquoAhora me muevo como una tortuguita iquestsaben por queacute Porque soy lenta pero raacutepida de pensamientordquo Reiacutemos juntas y pudimos comprobar que este apodo que heredoacute de su padre y su hijo le recrea le calza a la perfeccioacuten Avanza lento pero seguro porque sabe muy bien a donde va Es paciente y constante ella sabiacutea que teniacuteamos que escribir juntas y acaacute estamos Y este es solo un inicio pues quedan muchas paacuteginas por escribir porque sus historias sus cuentos sus aneacutecdotas tienen que ser contadas Sus palabras esas que abrazan tienen que continuar resonando en otras multiplicaacutendose como los brotes de las plantas que nos ha regalado y que nosotras aquiacute comenzamos a compartir

Estas palabras nos abrazaron mientras juntaacutebamos brotes de plantitas en el jardiacuten de su casa mientras preparaacutebamos un almuerzo en su cocina sentadas a su lado o a traveacutes de la pantalla del lsquoordenadorrsquo cuaderno en mano deseosas de poder escuchar lo que ese diacutea teniacutea para contarnos Nos dimos cita cada vez y esa cita de ese diacutea marcado en la agenda fue vivido como un acontecimiento En varias ocasiones nos esperoacute de labios pintados luciendo hermosas y coloridas chalinas haciendo juego con sus boinas en invierno Nosotras haciacuteamos nuestro mejor esfuerzo por arreglarnos para encontrarnos con ella Cuando nos iacutebamos de su casa o cortaacutebamos la videollamada quedaacutebamos exaltadas y no podiacuteamos parar de hablar sobre tal o cual frase sobre tal o cual partecita de su historia sobre coacutemo seguir sobre lo bello del viacutenculo que veniacuteamos tejiendo y la confianza mutua que veniacuteamos cultivando

Le contamos lo que nuestro encuentro con ella ha generado en nosotras y le preguntamos a ella al respecto

El trabajo que estaacuten haciendo me parece bien porque yo siempre cuando quiere hacer uno sin preguntas a veces no las podeacutes decir Porque o no te acordaacutes o no las quereacutes decir o se quedan adentro como en el tintero Y este trabajo que hicimos que ustedes me ayudaron a recordar que es lo maacutes importante para miacute porque cada diacutea me olvido de maacutes cosas cada diacutea Y eso es importante para poder trabajarlo en grupo y trabajarlo con ustedes Eso es lo maacutes importante

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que ustedes sean quienes le pongan el entusiasmo que le pusieron y para miacute es un orgullo y un acompantildeamiento de mi vejez que pueda decir lo que le sirva tambieacuten a otras mujeres () Yo seacute que no soy una gran oradora no soy oradora de barricada Sino que soy lenta para hablar pero lo importante es que llegue maacutes lejos con la palabra Eso ustedes seguiraacuten los ecos de esas palabras a sus compantildeeras a todo lo que significa la palabra de las mujeres en el mundo social que las ningunean mucho a las mujeres Que las mujeres siempre estaacuten dentro de casa y fuera de casa es lo que no se dice Siempre en cada momento social de la historia de la humanidad estaacuten las mujeres Las mujeres fueron las primeras que hablaron contra la guerra Las primeras que hablan muchas veces como las mujeres de la Plaza de Mayo Una simple pregunta iquestdoacutende estaacuten los hijos En lo social en este momento hay muchas mujeres luchando por compromiso social Y eso no sale en la prensa no sale en la televisioacuten sale muy poco en la radio Y son las mujeres que tienen esas voces No me importa ser lenta sino que me entiendan lo que digo () A miacute ustedes me han generado un aire fresco que ha llegado a mi casa y que si bien las conversaciones a veces eran iacutentimas o dolorosas o a veces nos generoacute risas o nos generoacute un silencio esos silencios que hablan tanto la llegada como la salida de ustedes de mi casa me generaba eso que tenemos las mujeres de mi familia que cuando se iban mis tiacuteas mi madre les deciacutea lsquovamos a ver las plantitasrsquo Entonces iba mi madre a darle unos gajos de las plantas Y eso es una multiplicacioacuten de hechos que generan el viacutenculo muy fuerte Lo de las plantas es muy fuerte porque generaacutes en el otro una continuidad de aquella visita Ustedes eran lsquola visitarsquo Una visita no lsquola visita esperadarsquo () A lo largo de la vida te encontraacutes con personas que te abrazan sin hacerlo te abrazan con la palabra te abrazan no con el cuerpo sino con la palabra Hay que ponerle palabra a todo lo de las mujeres para decir lo que aquellas callan Por eso la palabra es multiplicadora Los ecos de la palabra son los multiplicadores Como las plantas Es el viacutenculo que se establece () Yo no es que me repliegue porque quiera Me repliego porque tengo problemas de salud de piernas de brazos y eso me impide ir a las actividades Eso cada diacutea me dificulta maacutes Pero yo pienso hay tanta juventud ahora con la misma temaacutetica de las mujeres por suerte que yo seriacutea una hormiguita entre tantas Y para sumarme me gustariacutea pero no puedo y pienso que lo que puedo hacer es pensar en lo que estaacute pasando Estaacute pasando

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una revolucioacuten de verdad Como deciacuteas tuacute en el cuento3 Estaacute pasando ahora mismo estaacute pasando una revolucioacuten

Los diaacutelogos con Mariacutea Julia fueron eso diaacutelogos Nosotras la escuchamos y la leiacutemos y ella tambieacuten supo preguntarnos y supo tambieacuten leernos Le compartimos textos de nuestra autoriacutea nos devolviacutea sus comentarios Y ahiacute fuimos prestaacutendonos palabras para nombrar este momento de revolucioacuten que nos encuentra Ella cada tanto nos sigue sorprendiendo con algunos de sus cuentos que nosotras guardamos con ganas de leeacuterselos a otras Pero esto ya es otro cuento

3 Como mencionamos previamente compartirnos textos de nuestra autoriacutea se nos vol-vioacute una praacutectica comuacuten asiacute como tambieacuten dialogar desde las resonancias que nos generaban estas lecturas

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Referencias bibliograacuteficas

Alcoba Mariacutea Julia Caraacutembula Matiacuteas Cardeillac Joaquiacuten Cuacuteccaro Julia Cuacuteccaro Shirley Fagundez Rosa Flores Mariacutea Fontora Neacutelida Krapovickas Julieta Migliaro Alicia Robledo Gabriela Rodriacuteguez Lezica Lorena Troche Susan (2019) Y las mujeres iquestdoacutende estaacuten Guiacutea para abordar desigualdades de geacutenero en sindicatos rurales Universidad de la Repuacuteblica Disponible en httpswwwcolibriudelareduuyjspuibitstream2050012008299851Y20las20mujers20donde20estan_2019pdf

Alcoba Mariacutea Julia (2014) Las mujeres iquestdoacutende estaban Montevideo Primero de mayo

Comisioacuten catalana de solidaridad con las mujeres uruguayas (1981) Informe

Encuentro Internacional de solidaridad con las mujeres uruguaya Barcelona

Fontora Neacutelida (2018) La llama no se apaga Montevideo Primero de mayo

Colectivo del libro de salud de las mujeres de Boston (1982) Nuestros cuerpos Nuestras Vidas Barcelona Icaria

Schwarzer Alice (1979) La pequentildea diferencia y sus grandes consecuencias Barcelona Lasal Edicions De Les Dones

Mariacutea Julia Alcoba Alicia Migliaro y Lorena Rodriacuteguez Lezica Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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Datos Biograacuteficos

Mariacutea Julia Alcoba Rossano nace en 1938 en Montevideo en el Cerro barrio donde vive hasta su casamiento en 1960 A los trece antildeos sin terminar la escuela primaria ingresa a trabajar en Lanas Uruguayas Con catorce antildeos se integra a la militancia sindical y a la Unioacuten Obrera Textil Entre los antildeos 1955 y 1956 es co-fundadora del Congreso Obrero Textil que agrupa a todo el gremio a nivel nacional Representando a los textiles con Heacutector Rodriacuteguez y Emilio De Concilis integra el plenario de la Comisioacuten Pro Central Uacutenica de Trabajadores En 1956 se integra a las Juventudes Socialistas y luego al Partido Socialista En 1957 integra la Comisioacuten Gremial del Partido Desde alliacute trabaja hacia los sindicatos agriacutecolas En 1963 en la Unioacuten nace su primer hijo Siete antildeos despueacutes el segundo y al antildeo siguiente el tercero Milita en el Centro Mateotti y en el gremio textil En diciembre de 1967 el gobierno encabezado por Pacheco Areco se inaugura clausurando diarios e ilegalizando organizaciones poliacuteticas entre ellas el Partido Socialista En 1974 debe marchar con sus tres hijos al exilio argentino En Haedo termina la Escuela y cursa primero y segundo en el Liceo Nocturno En 1977 debe dejar Argentina y exilarse en Espantildea En Barcelona se integra al movimiento solidario con Uruguay contra la dictadura Trabaja como empleada domeacutestica vendedora de libroshellip Se prepara en cursos de auxiliar de cliacutenica puericultora y consultora en planificacioacuten familiar En 1979 obtiene por concurso el puesto de Consultora en Planificacioacuten

Las mujeres doacutende estaban

Familiar (agente de salud) en la Alcaldiacutea de Hospitalet de Llobregat donde trabaja con grupos de mujeres hasta su retorno al paiacutes Se integra a grupos feministas contra la violencia de geacutenero De 1979 a 1985 integra la comisioacuten de Barcelona de la CNT en el exilio ademaacutes de la Comisioacuten de Mujeres Catalanas de solidaridad con mujeres uruguayas en el exilio y presas viacutectimas del terrorismo de estado Ya en Montevideo es co-fundadora del Instituto Mujer y Sociedad trabaja con grupos en Foro Juvenil y EMAUS y se recibe de Psicoacuteloga Social en 1992 Hoy vive en su barrio de siempre el Cerro en una vieja casa llena de animalitos aacuterboles y plantas

Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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Indice

El encuentro con Mariacutea Julia 8

A modo de proacutelogo 11

La sumaca 14

Un cielo rojo anaranjado 24

La vieja radio de casa 28

Caramelos 33

Biyuacute 35

La Faacutebrica 39

El Sindicato 46

El patroacuten 48

Mis quince antildeos 51

Conflicto textil 54

La mamaacute de Rosita 58

Negra pobre y retobada 60

Un gremio de mujeres 62

El robo 64

El Boston 68

Despueacutes de la huelga 71

Jorgelina y Delia en Budapest 74

Una conferencia nacional 77

Las friyeras 80

Las mujeres iquestdoacutende estaban

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Las compantildeeras de FUNSA 86

Las mujeres del Arrozal 93

Las chacras del Norte 103

La marcha 110

Las mujeres en la marcha 122

Ana Mariacutea 126

El asalto 131

El regreso 134

El peine amarillo 136

Suipacha 139

Viviendo el miedo 144

Otra despedida maacutes 147

El Pesquero 149

Regreso sobre mis pasos 153

Del azuacutecar a la sal 169

Epiacutelogo 176

El jardiacuten de las palabras diaacutelogos feministas para abrazar la historia 179

Datos Biograacuteficos 212

Las mujeres iquestdoacutende estaban Una pregunta nada sencilla de hacer en un mundo donde las figuras masculinas son las fotografiadas las nombradas las recordadas Una pregunta que insiste que interpela que inspira La reedicioacuten de este libro de Mariacutea Julia sus palabras son claves que nos regala para seguir buscaacutendonos en la historia

  • El encuentro con Mariacutea Julia
  • A modo de proacutelogo
  • La sumaca
  • Un cielo rojo anaranjado
  • La vieja radio de casa
  • Caramelos
  • Biyuacute
  • La Faacutebrica
  • El Sindicato
  • El patroacuten
  • Mis quince antildeos
  • Conflicto textil
  • La mamaacute de Rosita
  • Negra pobre y retobada
  • Un gremio de mujeres
  • El robo
  • El Boston
  • Despueacutes de la huelga
  • Jorgelina y Delia en Budapest
  • Una conferencia nacional
  • Las friyeras
  • Las compantildeeras de FUNSA
  • Las mujeres del Arrozal
  • Las chacras del Norte
  • La marcha
  • Las mujeres en la marcha
  • Ana Mariacutea
  • El asalto
  • El regreso
  • El peine amarillo
  • Suipacha
  • Viviendo el miedo
  • Otra despedida maacutes
  • El Pesquero
  • Regreso sobre mis pasos
  • Del azuacutecar a la sal
  • Epiacutelogo
  • El jardiacuten de las palabras diaacutelogos feministas para abrazar la historia
  • Datos Biograacuteficos
Page 2: Las mujeres, ¿dónde estaban?

Las mujeres  iquestdoacutende estaban

Edicioacuten revisada y ampliada Grupo de Investigacioacuten Accioacuten sobre Desigualdades en el Medio Rural (Grupo IADR) Noviembre 2021 Montevideo Uruguay

1deg edicioacuten 2014 Editorial Primero de Mayo Montevideo Uruguay

ISBN 978-9915-40-711-1

Fotografiacuteas tapa y contratapa Val Rodlez 2021

Maquetacioacuten y disentildeo Natalia Migliaro

Contacto httpsgrupoiadruygrupoiadrgmailcom

A mis padres que me transmitieron su conciencia de clase

y su cotidiana solidaridad

A Joseacute Conrado Ernesto y Felipe mis hijos y compantildeeros en los accidentados caminos que nos tocoacute transitar

A mis nietos Tarek Yoel y Aser quienes llegaron para alegrar mi vejez

Agradezco

A Moacutenica Reca quien fue la primera que pasoacute mis manuscritos a maacutequina y me animoacute a seguir

A Susana Balintildeas que me dio la confianza que me faltaba y me puso frente a la obligacioacuten de relatar estos hechos

A Guillermo Chifflet Colacho Esteves Mariacutea Ineacutes Capucho y Charito Estefanell

mis primeros lectores

A Lorena y Alicia por hacer posible esta nueva versioacuten virtual ampliada de ldquoLas mujeres iquestdoacutende estabanrdquo

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Pasaron ya siete antildeos desde que se publicoacute el libro cuya pregunta inspirariacutea varios de nuestros trabajos las mujeres iquestdoacutende estaban Una pregunta nada sencilla de hacer en un mundo donde las figuras masculinas son las fotografiadas las nombradas las recordadas No podemos negar que el sindicalismo en Uruguay es un mundo de hombres No porque las mujeres no esteacuten Estaacuten Sino porque por mucho tiempo lsquono se las ha vistorsquo iquesto seraacute que no se las ha querido ver Es frente a esta ceguera que irrumpe este libro con una pregunta que interpela la memoria para poder hurgar en ella para encontrar y reconocer a las mujeres en la historia del sindicalismo y hacer justicia asiacute a una genealogiacutea y a una historia sino incompletas

A Mariacutea Julia la contactamos como Grupo IADR en 2018 Teniacuteamos la excusa perfecta para poder ensayar un acercamiento entre las sindicalistas ldquode ayerrdquo y las ldquode hoyrdquo Algo intuiacuteamos sobre la potencia del espacio de intercambio entre tales mujeres con la nada sencilla tarea de elaborar una cartilla sobre desigualdades de geacutenero en el sindicalismo rural La invitamos Accedioacute contenta pero no sin antes dudar queacute tendriacutea ella para aportar Junto a Mariacutea Julia y tambieacuten junto a Neacutelida Chela Fontora las sindicalistas ldquode ayerrdquo y con las compantildeeras de distintos sindicatos rurales en actividad trabajamos en lo que llamamos un ldquogrupo focal interpretativordquo El hecho de que Maria Julia y Chela hayan participado de este trabajo colectivo es un gusto y una nueva muestra (iexclcomo si hicieran falta maacutes) de su compromiso y vocacioacuten de lucha Participaron activamente codo a codo en toda la tarea con escucha y respeto hacia las voces de todas las compantildeeras El libro de Mariacutea Julia es un libro autobiaograacutefico que recoge para compartir memorias de vida luchas dolores y alegriacuteas Es un texto que nos marcoacute el rumbo y cuyo tiacutetulo retomamos en la cartilla que elaboramos juntas Porque la pregunta sobre doacutende estaacuten las mujeres en la historia es una guiacutea es un coacutemo ir iquestDoacutende estaacuten aquellas que no son nombradas iquestDoacutende estaacuten aquellas que no se quieren ver Desconfiar de las historias oficiales animarse a narrar desde otras voces animarse a construir otros relatos

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Para escribir este proacutelogo nos preguntamos por queacute es importante para nosotras y nosotros como Grupo interdisciplinario desde la Universidad de la Repuacuteblica poder re-editar este libro siete antildeos despueacutes La pregunta se responde volviendo a la interrogacioacuten por el espacio aunque esta vez no mediante un iquestdoacutende sino maacutes bien con un iquestcoacutemo Y es que la toacutenica del grupo IADR ha sido la de generar conocimiento socialmente valioso transitando caminos y formas habilitantes de espacios y tiempos de co-construccioacuten de autoformacioacuten y de reflexividad En esa liacutenea dos objetivos perseguidos son hacer lugar y hacer tiempo No soacutelo como colectivo IADR sino tambieacuten y sobre todo en tanto que comunidad amplia a la que pertenecemos nos debemos y pretendemos contribuir recuperar el tiempo y el espacio para entendernos proyectarnos y caminar hacia una sociedad maacutes justa y solidaria

En esta buacutesqueda compartida no hay un camino ni una uacutenica voz hay muchas Y atender con agudeza quieacuten toma la palabra es parte del trabajo y la buacutesqueda Asiacute sumar implica tambieacuten aguzar la escucha salir del centro o hacerse a un lado pero no como mecanismo de desentendimiento sino muy por el contrario como quieacuten acompantildea por y para entender como quien comparte y se vuelve parte Como en cualquier enarmoniacutea la nota depende de la tonalidad o la toacutenica La reedicioacuten de este libro de Mariacutea Julia sus palabras hacen a nuestra toacutenica la del IADR la de Lorena Alicia Julieta Matiacuteas y Joaquiacuten Y aunque tenemos cosas para decir ahora quisimos volver a escuchar Es por ello que no nos quedan dudas sobre la pertinencia de esta reedicioacuten

Grupo Interdisciplinario de Investigacioacuten Accioacuten sobre Desigualdades en el Medio Rural

primavera 2021

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El encuentro con Mariacutea Julia

Llegamos a Mariacutea Julia luego de una conversacioacuten con Walter Marrero ldquoMarreritordquo en setiembre de 2011 Acudimos a eacutel para a hurgar en las memorias las experiencias y las piezas que construyeron el sindicalismo rural uruguayo antes de 1973 y despueacutes de 1985 producto de la abrupta interrupcioacuten por la dictadura civil-militar En aquella conversacioacuten Walter nos insistioacute en maacutes de una oportunidad en contactar a Mariacutea Julia Los argumentos esbozados fueron muchos entre ellos se incluiacutea su apoyo constante a las mujeres de los arrozales durante la huelga de 1957 asiacute como tambieacuten su militancia en el exilio catalaacuten

Luego todo sucedioacute muy raacutepido El 17 de junio de 2012 en el marco de un proyecto estudiantil de la UdelaR organizamos un encuentro entre integrantes del Sindicato Uacutenico de Peones de Tambos (SUPT) incluida la sentida y entrantildeable participacioacuten de Pedro Aldrovandi Alliacute se nos presentoacute Mariacutea Julia una mujer que nos cautivoacute desde un principio Como se puede apreciar en una de las fotografiacuteas del libro portaba un abrigo de color rojo una boina azul y sobre todo una sonrisa ancha

En poco tiempo conseguimos entablar cierta confianza que raacutepidamente se fue convirtiendo en amistad A finales de 2013 nos reveloacute que escribiacutea cuentos Para nuestro asombro nos comentoacute que ya teniacutea un libro escrito pero sin publicar Obviamente nos maravillamos al leer el borrador No dudamos en la necesidad de dar la mayor difusioacuten posible Lo primero fue la publicacioacuten de su cuento ldquoLas mujeres del arrozalrdquo en el perioacutedico La Diaria como forma de celebracioacuten del diacutea del trabajador y la trabajadora rural el 30 de abril de 2014 En los meses siguientes se fue tejiendo una propuesta entre el PIT-CNT y la Universidad de la Repuacuteblica para publicar su libro En octubre de ese mismo antildeo el libro fue presentando puacuteblicamente y el resto de la historia es bastante conocida

Desde ese momento Mariacutea Julia se presentoacute ante un puacuteblico cautivo

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por un contexto de enunciacioacuten para la memoria personal y colectiva de las mujeres muchas veces silenciadas y otras veces relegadas que como menciona Spivak se encuentra en las ldquosombrasrdquo de la historia1 No obstante la tenaz batalla de Mariacutea Julia contra el olvido teniacutea antecedentes muy firmes desde la deacutecada de 1990 De hecho Yamanduacute Gonzaacutelez Sierra hizo alusioacuten a su trabajo narrativo en el libro ldquoLos olvidados de la tierrardquo refiriendo a las ldquoHistorias de vidas de mujeres trabajadorasrdquo que Mariacutea Julia publicoacute en diferentes capiacutetulos en el perioacutedico ldquoNoticiasrdquo de la ciudad de Juan Lacaze en el departamento de Colonia 2

Su libro es una invitacioacuten a navegar en el rescate de las historias las memorias y las experiencias de las mujeres que lucharon y continuacutean hacieacutendolo por una sociedad maacutes justa igualitaria y solidaria Sus relatos permiten reconstruir un derrotero del Uruguay de segunda mitad de siglo XX donde confluyen innumerables sacrificios dolores y alegriacuteas Los escenarios se presentan en ciacuterculos sociales que van siendo cada vez maacutes amplios la familia el barrio la ciudad y a veces en el campo incluso el exilio como tambieacuten el desexilio La pluma de Mariacutea Julia es genuina y resiliente fiel reflejo de su vida Incluso para afrontar los momentos maacutes duros y difiacuteciles Ello se acompantildea con una personalidad afable que la describe en todo momento cuando se trata de celebrar el encuentro

Pero la invitacioacuten de Mariacutea Julia no se acaba solamente en la lectura que propone Tambieacuten se extiende a incentivar a que otras mujeres lo hagan En definitiva su tarea es mucho maacutes amplia que la escritura y se asemeja en mucho a una memorable frase de Rodolfo Walsh a mediados de los 60rsquo cuando planteoacute que ldquonuestras clases dominantes han procurado siempre que

1 Spivak Charkavorty Gayatri (2009) ldquoiquestPueden hablar los subalternosrdquo Barcelona MACBA Paacuteg 43-125

2 Gonzaacutelez Sierra Yamanduacute (1994) Los olvidados de la tierra Vida organizacioacuten y luchas de los sindicatos rurales Montevideo Nordan-comunidad Paacutegina 94

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los trabajadores no tengan historia no tengan doctrina no tengan heacuteroes y maacutertires Cada lucha debe empezar de nuevo separada de luchas anteriores la experiencia colectiva se pierde las lecciones se olvidan La historia parece asiacute como propiedad privada cuyos duentildeos son los duentildeos de todas las otras cosasrdquo 3

Nuestro encuentro con Mariacutea Julia su poesiacutea y su rojo rojo intenso como su vida ha sido pues una profunda y necesaria convocatoria para que en los tiempos actuales de resistir a la desmemoria para reescribir la historia la palabra sea de ella

Agustiacuten Juncal y Matiacuteas Caraacutembula

3 ldquoCordobazordquo Extraiacutedo de ldquoPerioacutedico de la CGT de los Argentinosrdquo Coleccioacuten Completa Nuacutemeros 1 al 55 Mayo de 1968 ndash Febrero de 1970 Disponible en wwwcgtargentinosorg

Mariacutea Julia tomando una foto Actividad con sindicatos de tambo en Isla Mala (2012) Fotografiacutea Soledad Figueredo

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A modo de proacutelogo

Estas historias que Mariacutea Julia recupera para la memoria de nuestro paiacutes tienen la riqueza de su mirada y vivencia de mujer actora en todas ellas Mariacutea Julia recorre la historia de nuestro paiacutes desde los antildeos 50 hasta la oscura deacutecada de los 70 desde sus experiencias de nintildea en el Cerro un barrio de inmigrantes que trajeron sus ideologiacuteas y sus oficios sus culturas y la antildeoranza de su tierra Desde la forma de relacionarse con el mundo a traveacutes de las primitivas radios que sintonizaban los avatares de las segunda guerra mundial hasta la evolucioacuten de la conformacioacuten de los sindicatos textiles y la solidaridad en las luchas de las otras ramas industriales como la carne Mariacutea Julia va relatando la evolucioacuten social econoacutemica y poliacutetica de esas deacutecadas donde ella participoacute tan activamente viviendo desde adentro cada una de las luchas y la construccioacuten de un movimiento obrero organizado en una central uacutenica y autoacutenoma Impactan las edades adolescentes de esos primeros luchadores que enfrentaban patronales primitivas para lograr respeto a su dignidad como personas Mariacutea Julia Alcoba reafirma sus ideas poliacuteticas y en su rol de militante se pone en contacto con otras mujeres trabajadoras zafrales agriacutecolas pescadoras empleadas de las grandes faacutebricas empleadas domeacutesticas Describe sus diferencias y sus problemas que todaviacutea subsisten en muchos casos invisibilizados en las agendas tradicionales Las historias de esas deacutecadas siempre han sido contadas por personajes masculinos quienes difiacutecilmente incorporan la vida cotidiana de los seres humanos que participaron en la construccioacuten de nuestra identidad social y poliacutetica Esta recuperacioacuten de relatos y testimonios de una mujer que atravesoacute esas deacutecadas nos devuelve a quienes nunca son nombradas pero que formaron la malla de una conciencia de dignidad obrera de la que tanto nos enorgullecemos los y las uruguayas

Margarita Percovich

iquestDoacutende estaban ellas Pero primero iquestquieacutenes son ellas Ellas son obreras son militantes sindicales y Mariacutea Julia que lo es ella misma y que ejemplifica con su propia vida nos las describe desde la nintildeez en sus familias familias obreras de barrios obreros hasta su madurez como

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mujeres y madres desde sus primeros choques emocionales con la realidad de la explotacioacuten hasta su madurez de militantes sindicales Y eso es lo que conmueve y entusiasma del texto No es un texto que trata de describir a la mujer en su condicioacuten de viacutectima de una doble explotacioacuten como asalariada y como integrante de una sociedad que la discrimina maacutes allaacute de que tal descripcioacuten fluye naturalmente de su lectura Es maacutes bien la mujer en toda su estatura de luchadora social a la par y junto al hombre y que trata de hacerlo en la vida social y en el hogar y muchas veces debiendo superar incomprensiones y prejuicios a veces incluso de quienes somos sus compantildeeros justo es reconocerlo Haciacutea falta este libro Rescata facetas de la historia sindical del Uruguay y la construccioacuten de la unidad destaca el relevante papel de la mujer en esa historia y tambieacuten nos ayuda a todos nosotros a ser mejores Gracias Mariacutea Julia

Wladimir Turiansky

Este libro es un testimonio de las luchas dolores y alegriacuteas que han hecho la hermosa historia de la solidaridad obrera En sus paacuteginas hay aliento para la accioacuten para un mundo nuevo sin explotados ni explotadores un atrapante y entrantildeable relato de la cotidianeidad

Guillermo Chifflet

No es la mirada conmovida de un artista con sensibilidad salido de las filas de la burguesiacutea es el rescate de la historia por quien se forjoacute como adolescente y mujer en la faacutebrica creciendo en la lucha Es la visioacuten desde adentro de quien no ha perdido ni reniega de su origen de clase Es el rescate ademaacutes de una sensibilidad proletaria

Colacho Esteves

Las mujeres iquestdoacutende estaban nos acerca un poco maacutes a lo profundo de una huelga que significo un antes y un despueacutes en el Movimiento Sindical Uruguayo Nos muestra desde una mirada sincera simple los procesos que recorrieron las compantildeeras procesos que formaron y desarrollaron nuestro Movimiento Sindical

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Este libro recoge el testimonio de muchas compantildeeras que fue pariendo el gremio forjadas en la lucha Nos muestra una eacutepoca de nuestra historia donde reinaba el miedo y el paiacutes era todo promesas y olvidos la miseria asechaba a la clase trabajadora y a las mujeres les sobro iniciativa y creatividad para combatir la injusticia le hicieron frente a frente a la realidad fueron parte vital de esta lucha muchas veces la mayoriacutea desde las sombras La ocupacioacuten de fabricas del 64 al 68 fue un ejemplo de militancia de las mujeres Las mujeres lucharon a pesar del miedo miraron con rabia a la injusticia y le hicieron frente a la desigualdad La Solidaridad la Unidad y la Lucha entre Trabajadores de diferentes sindicatos sostuvieron la huelga y forjaron los cimientos de lo que hoy significa Sindicato en el Uruguay

Secretaria de Geacutenero Equidad y DiversidadPIT-CNT

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La sumaca

Mi padre nacioacute en 1900 en una localidad de Durazno Llegoacute adolescente a Montevideo buscoacute trabajo fue diariero pegatinero de propaganda poliacutetica peoacuten de panaderiacuteahellip Asiacute se revolvioacute al principio Desde que llegoacute vivioacute en el Cerro de Montevideo Desde alliacute descubrioacute el mar esa inmensidad Se enamoroacute del barrio como de una mujer Cuando no teniacutea trabajo se iba con los muchachos del barrio a changuear al puerto alliacute no faltaba trabajo Comiacutea en un comedor popular para trabajadores y gente sin recursos que estaba frente al puerto que todaviacutea existe Volviacutea en el tranviacutea 16 al Cerro Asiacute transcurriacutea el tiempo antes de sus veinte antildeos Trabajaba duro para comprarse un terreno y traer a sus padres y sus dos hermanas Blanca y Adela Vivioacute de agregado en casas particulares o pagando pieza A sus diacuteas de trabajo agregoacute un curso de marinero y luego otro de praacutectico de patroacuten de barco Esto lo entusiasmoacute y lo puso frente al mar a esperar suerte Los cursos eran nocturnos gratuitos los pediacutean las empresas navieras para encontrar personal calificado Aquel Montevideo de 1920 era explosivo Estrenaba siglo poliacutetica cultura inmigracioacuten arte atravesaba todos los sectores de la poblacioacuten Escuchoacute asombrado un mitin donde habloacute Mariacutea Collazo por la huelga de las planchadoras La mujer anarquista fue una de las primeras obreras que se atrevioacute a hablar en puacuteblico en las calles empedradas de la Ciudad Vieja

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Montevideo era una ciudad en movimiento mejor dicho revuelta Conrado encontroacute una ciudad cosmopolita que le aportoacute informacioacuten y conocimiento Tuvo una juventud participativa y vivioacute coherente con ella fue un luchador por los derechos sociales Mi madre nacioacute en un campo de Durazno en 1906 A los doce antildeos cuando murioacute su madre emigroacute con su familia a Montevideo junto a su padre y sus ocho hermanos El abuelo Adriaacuten repartioacute los hijos Las cuatro nintildeas mayores en distintas familias Se quedoacute con los tres varones para trabajar en lo que saliera y la hija mayor para llevar la casa y cuidar a la hermana maacutes chica que teniacutea un antildeo y medio Rosa mi madre era la segunda A ella le tocoacute trabajar desde los trece antildeos en una casa de familia en la calle Grecia y Repuacuteblica Argentina en el Cerro de Montevideo Fue ldquocolocada con cama para toda tareardquo cuidaba tres nintildeos lavaba planchaba ayudaba en la cocina El abuelo encontroacute trabajo en el saladero del Cerro Rosa no teniacutea problema en trabajar lo haciacutea desde muy chiquita Cuentan las hermanas que cuando eso solo teniacutea diez antildeos ldquoTendiacutea todas las camas allaacute en el rancho del campo Cerraba la puerta por dentro para que los hermanos no desordenaran el cuarto nuevamente y saliacutea saltando por la ventanardquo Los jueves y domingos por las tardes las hermanas teniacutean libre y se juntaban todas en la casilla familiar donde se contaban las penurias que no faltaban y las novedades de la vida en la capital con sorpresa y curiosidad La casilla que alquilaba el abuelo en La Paloma un barrio en las afueras de la Villa del Cerro se llenaba de risas las joacutevenes se probaban las ropas usadas que las patronas les regalaban Manuela la hermana mayor las escuchaba con Amelia la hermana pequentildea en los brazos A Manuela le tocoacute llevar la casa con todas las tareas a su cargo Los demaacutes saliacutean a trabajar fuera los varones volviacutean a la noche a cenar y dormir y las muchachas dormiacutean en la casa en que trabajaban

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Mis padres se conocieron en el barrio cuando ella saliacutea a comprar verdura para la casa en que trabajaba Rosa se preparaba para ver al joven y apuesto mozo alto delgado pero musculoso morocho pelo negro y lacio y barba escasa Vestiacutea pantalones de loneta blanca camiseta de manga corta azul y gorra de visera del mismo color al estilo de los changadores del puerto Con Conrado solo intercambiaba miradas siempre y cuando saliera con los nintildeos en las tardes Los nintildeos festejaban y le avisaban cuando lo veiacutean pasar por la calle Su patrona ya conociacutea ese ldquodragoneordquo como se deciacutea antes Los nintildeos luego se volvieron correo de Conrado cuando eacutel se animoacute a escribirle Llegaban los papeles muy doblados a manos de la emocionada Rosa que los desplegaba temblando Los nintildeos la ayudaban leyeacutendole y ayudaacutendola a contestar porque ella no sabiacutea leer ni escribir Todo se volvioacute acontecimiento La joven ya teniacutea maacutes de quince antildeos muy bonitos y un poco tiacutemidos La patrona la queriacutea mucho y resolvioacute mandarla al taller de costura de la escuela nocturna para adultos eso facilitaba algunos encuentros Eacutel la esperaba a la hora de la salida de la escuela Las compantildeeras del curso caminaban junto con ellos hasta la puerta del trabajo de Rosa y alliacute se separaban Conrado se quedaba un ratito maacutes charlando en el zaguaacuten hasta que la patrona la mandaba buscar con el nintildeo maacutes grande porque teniacutea que servir la cena Ellos se contaban de doacutende veniacutean que resultoacute ser un lugar comuacuten Durazno de las familias de las ilusiones y las desilusiones En las dificultades se iban conociendo poco a poco Cuando no se veiacutean era por trabajo o por el curso Ella ya lo sabiacutea pero no dejaba de extrantildear las conversaciones sencillas deseadas por los dos Conrado le contoacute que estaba juntando plata para comprar un terreno y construir una casilla para traer sus padres y hermanas del campo Para eso lo mandaron sus padres a Montevideo Rosa mostraba preocupacioacuten porque en su casa eran muchos de familia y trabajaba como todas para ayudar asiacute les ensentildeoacute su padre Cuando eacutel consiguioacute el terreno y una casilla por fin los trajo se quedaron en el Cerro en la calle Turquiacutea Al fin estaba toda la familia

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reunida Como tantas familias de la eacutepoca formaron parte de la migracioacuten interna que veniacutea a trabajar en la capital floreciente Pasoacute el tiempo Rosa y Conrado se casaron y fueron a vivir con la familia de Conrado Al principio todo iba bien pero ella extrantildeaba Era una vida totalmente distinta con personas que recieacuten conociacutea y el primer viaje del marido al mar le resultoacute muy largo espera y espera Conrado se fue a trabajar a un barco de cabotaje llevando mercaderiacuteas el viaje duroacute de ida y vuelta unos 20 diacuteas Vivioacute esa experiencia con angustia extrantildeaba a las hermanas a la patrona y sobre todo a los nintildeos que cuidaba Lloraba muchas veces esa soledad lo recibioacute llorando La suegra le dijo que no era para tanto con cierta molestia Rosa escuchoacute en silencio no contestoacute ni una palabra Al antildeo nacioacute una nintildea que llamaron Lidia Mi hermana mayor fue alegriacutea y consuelo para Rosa Conrado partioacute para un nuevo viaje con pena de separarse de Rosa y de la pequentildea Sintioacute la emocioacuten de tener su propia pequentildea familia y la tristeza de irse Pero Rosa no estaba dispuesta a quedarse sola otra vez con la familia de eacutel Cuando Conrado llegoacute no se quejoacute ni lloroacute le dijo que en el proacuteximo viaje no se quedariacutea en tierra que iriacutea con eacutel y la nintildea pasara lo que pasara Rosa fue muy valiente Eacutel le contesto que no Le explicoacute que era muy peligroso pero a ella no le importaba Le habloacute de las tormentas que se produciacutean en las aguas revueltas donde se juntan el Riacuteo Uruguay y el Riacuteo de la Plata de los rayos y las centellas en las aguas que son muy impresionantes y de la mala mar encrespada que puede durar tres o cuatros diacuteas Ella se quedoacute en silencio luego soltoacute el llanto y dijo ldquoNo tengo miedo Igual me voy contigo Solo el abuelo Anastasio tu padre extrantildearaacute a la nintildea Las mujeres de tu casa estaacuten muy celosas de miacute y de la nintildea ldquoYo me voy contigo o me voy a casa de Manuela con mis hermanosrdquo repitioacute Rosa En esa eacutepoca era comuacuten navegar con una tripulacioacuten conformada de familiares y ella lo sabiacutea Asiacute lo contoacute mi madre a sus hermanas un jueves diacutea de salida de las ldquocolocacionesrdquo cuando estaban juntas en lo de Manuela Todas se alarmaron

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y la abrazaron pidieacutendole que no se fuera que si se iba dejara a Lidia con Manuela Rosa se negoacute furiosa no dejariacutea a la nintildea Mi madre se agregaba a la tripulacioacuten con el asombro de sus amistades y los familiares que quedaban en tierra preocupados por los peligros que podiacutean correr ella y la nintildea A la vez culpaacutendola por tomar decisiones propias en esa eacutepoca no se acostumbraba Este viaje seraacute muy distinto para Conrado Rosa asomada desde el camarote miraba la salida del puerto de Montevideo El Cerro se veiacutea precioso con aquella luz del faro como saludaacutendoloshellip Sintioacute una gran emocioacuten tal vez miedo Se humedecieron sus ojos La noche era maacutegica La negrura no le dio miedo el cielo era un pizarroacuten dibujado de estrellas titilantes El puerto de Montevideo quedoacute atraacutes un viento suave embolsoacute las velas Con la nintildea en sus brazos vio ese cielo que los envolviacutea Recordoacute el cielo del campo las estrellas pareciacutean estar maacutes cerca Conrado las vigilaba desde el timoacuten disfrutando la alegriacutea de tenerlas tan cerca Los otros tripulantes en la cubierta Angelito Armo vigilando las velas el Nene y Cantero en los palos eran familiares de Conrado primo y sobrino el tiacuteo Benito hermano de Rosa ldquoEsta vez solo tocaremos puertos cercanos Un viaje corto Rio de la Plata principio de Rio Uruguay y un tramo del Riacuteo Paranaacuterdquo Le comentoacute Conrado a la tripulacioacuten ldquoSeraacuten pocos diacuteasrdquo ldquoLa Joven Rositardquo que asiacute se llamaba el velero por pura casualidad era una embarcacioacuten de cuatro velas y dos palos mayores Era una sumaca para transporte de cabotaje de poco calado que surcaba los riacuteos a vela La vieja sumaca de bandera argentina continuaba trabajando Era su uacuteltima etapa y pronto pasariacutea a desguace o a remate Esta vez llevaban una carga liviana una mudanza cajas de ropa muebles paquetes y correspondencia Pero volveriacutea cargado de rolos de madera y de la correspondencia del litoral La costa del lado argentino del Riacuteo Uruguay era muy particular en algunos lados plana junto al rio y en otra maacutes alta formando barrancos La costa era arbolada con raiacuteces al sol bantildeadas por la correntada fuertes raiacuteces que la

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aseguraban a la tierra firme Mucho verde casas en la orilla sobre pilares de gruesos troncos que las sosteniacutean La embarcacioacuten se deslizaba suave arrastrada por un pequentildeo vaporcito remolcando y pitando anunciando su llegada Los que esperaban el flete saludaban con las manos en alto a los que atareados recogiacutean las velas y tiraban el ancla al agua Los traacutemites en el puerto eran lentos Las autoridades del puerto subiacutean a bordo comparaban los documentos de la carga con las existencias hasta dar el visto bueno y permitir el desembarco El diacutea de llegada es de mucho trabajo la tripulacioacuten no baja hasta estar la carga entregada a las autoridades Al llegar a los puertos la tripulacioacuten sonreiacutea festejando la tranquilidad de estar en tierraPara Rosa y Conrado este primer viaje fue tranquilo La nintildea fue mimada por la tripulacioacuten su familia La temperatura buena sin temporales Para Rosa todo era faacutecil Cocinaba para todos y teniacutea un ayudante eso era nuevo La ropa se la lavaba cada uno de aquellos hombres El agua era dulce extraiacuteda con baldes que bajaban en cuerdas enganchada a una roldana al propio riacuteo como si fuera un aljibe horizontal e interminable El agua para beber se herviacutea y se guardaba en tachos limpios La ropa lavada con agua de riacuteo y secada al sol quedaba con aroma asiacute como el largo cabello que Rosa sujetaba en la nuca Se sentiacutea como en casa con el tendal de ropa en las cuerdas como banderas flameando Se cruzaban con otras embarcaciones pequentildeas que mostraban tambieacuten su vida cotidiana tranquilamente Rosa saludaba con alegriacutea mostrando la nintildea levantaacutendola en los brazos los otros le gritaban piropos a la nintildea Mi padre construyoacute para Lidia una hamaca de lona donde dormiacutea la pequentildea que se podiacutea trasladar al camarote o a la cubierta seguacuten donde estuvieran ellos Tambieacuten teniacutean un cajoacuten de madera vaciacuteo en suelo del cual una vieja manta doblada y un almohadoacuten amortiguaban las caiacutedas producidas por el vaiveacuten del movimiento del barco donde la nintildea se podiacutea parar sin peligro Hamacada asiacute muchas veces terminaba dormida al aire libre Estaba morochita del sol

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La nintildea era muy simpaacutetica la llamaban carintildeosamente ldquoNegritardquo La sonrisa de ella dejaba ver dos dientitos muy blancos Rosa lavaba la ropa en una tina de madera cercana hablaacutendole como si la nintildea entendiera y la haciacutea reiacuter El tiacuteo Benito le trajo dos pollitos en una caja de cartoacuten los habiacutea comprado a unas nintildeas de la orilla y este fue el juguete maacutes lindo que teniacutea cuando los animalitos se moviacutean la haciacutean gritar de alegriacutea contagiando la risa a todos los demaacutes Contoacute mi madre cuando estaba sola con nosotras muchos antildeos despueacutes poniendo palabras a sus recuerdos no dichos Nos contoacute a nosotras nintildeas que cuando estaban en Entre Riacuteos parados las noches calurosas y de luna llena en las costas argentinas del Paranaacute los muchachos de la tripulacioacuten se tiraban al agua desde la cubierta las aguas estaban quietas plateadas luminosas tibias como si fuera de diacutea ldquoLidia pequentildea de unos meses teniacutea dificultades para dormir con tanto calor en el camarote y lloraba Conrado bajoacute al riacuteo y me pidioacute permiso para bajar a la nintildea con eacutel a las aguas dudeacute sorprendida luego dije lsquoiquestY si se te escapa de las manos Es de noche peligrosorsquo Entonces eacutel ideoacute bajar una saacutebana a modo sillita donde Lidia estaba atada con seguridad y sus bracitos y piernas sueltasrdquo Todas reiacutemos Lidia sorprendida pregunto ldquoiquestYordquo Mi madre siguioacute ldquoBenito y yo sosteniacuteamos la sabana desde arriba y Conrado con el Nene sosteniacutean a la Negrita en el agua que daba palmadas y patadas salpicando a los dos y dando fuertes carcajadas contagiaacutendonos a todos Esa noche dormiste tranquila y nosotros tambieacutenrdquo Mi madre reiacutea disfrutando otra vez No siempre teniacutea ganas de contar recuerdos Algunas embarcaciones pequentildeas se acercaban a venderles frutas y verduras formando un montoacuten de cajones multicolores en las orillas del Paranaacute Esto era muy comuacuten era un modo de abastecer las orillas otras lanchas llegaban con yerba azuacutecar porotos jaboacuten carne de cordero Rosa viviacutea esa libertad emocionada Le haciacutea mucha gracia la manera de hablar de los correntinos ldquoLa vida era de trabajo dura a lo que se acostumbroacute raacutepidamente Eran todos muy sencillos y serviciales Al fin conociacutea las amistades y la forma de

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vivir de su marido Se sentiacutea agasajada cuando eacutel la presentaba a las amistades y a las autoridades de los lugares que visitaban Tambieacuten se sentiacutea maacutes fuerte al sol y al airerdquo nos contoacute tiacuteo Benito Y agregoacute ldquoCreo que fue la eacutepoca maacutes feliz de ellardquo Escuchaba las conversaciones de trabajo de la tripulacioacuten en silencio Si escuchaba de las dificultades que se presentaban o las tormentas se le escapaba ldquoDios me salve Mariacuteardquo abrazando fuerte a su hijita En los viajes no faltaron nieblas ni truenos ni relaacutempagos ni lluvia ni soles fuertes que achicharraban la cubierta Nada la asustoacute tanto como aquel diacutea que soploacute el pampero Habiacutea sido un diacutea hermoso de primavera Veniacutean regresando hacia Montevideo Navegaban por la desembocadura del Riacuteo Uruguay y el Rio de la Plata cuando de pronto se ocultoacute el sol y aparecieron nubes negras amenazantes las aguas se pusieron de un gris plateado que sorprendiacutea Rosa con la nintildea bajoacute a buscar abrigo porque el viento se puso maacutes friacuteo Abrazada a la pequentildea Lidia en el camarote vapuleado por el movimiento de las olas Conrado gritoacute desde el timoacuten ldquoiexclTodos a cubiertardquo Eacutel coacutemo pudo bajoacute al camarote a buscar a su mujer y a su hija manoteoacute unas saacutebanas las abrazoacute y dijordquo iexclVamos Rosardquo Las subioacute a cubierta y las amarroacute raacutepido envolvieacutendolas en las saacutebanas al palo mayor mientras los otros tripulantes sosteniacutean el timoacuten y bajaban las velas lo maacutes raacutepido que podiacutean para que no se rompieran o las embolsaraacute el viento y los arrastrara a la deriva La oscuridad los envolviacutea el agua se volviacutea de un plateado luminoso la lluvia arreciaba con furia Empapados todos corriacutean haciendo equilibrio de proa a popa Conrado las cubrioacute a ellas con una lona encerada para que no se mojaran y no se enfriaran tanto Volvioacute al timoacuten junto al compantildeero entre los dos lo sujetaron fuerte para mantener el rumbo aprovechando el viento y el oleaje para separarse del ojo de la tormenta El miedo a Rosa se le instaloacute en el pecho las piernas se le queriacutean aflojar pero no las dejoacute La nintildea lloraba y ella rezaba al santo Negrito de pastoreo patroacuten de los desesperados pidieacutendole que amainara el temporal No se le ocurriacutea

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otra cosa le ofrecioacute una novena como lo haciacutea su madre los ojos apretados Con la nintildea en brazos se sentiacutea maacutes segura la inocencia de la nintildea le dio valor para seguir en pie Fue necesario empezar a tirar parte de la carga al riacuteo las olas eran cada vez maacutes altas y amenazantes La nave se hundiacutea peligrosamente y volviacutea La carga flotaba empujada hacia atraacutes por el pampero que soplaba silbando tanto que le parecioacute que volaba y se dejoacute llevar sin soltar a la nintildea las piernas se le durmieron no sentiacutea los pies ni las rodillas No se sabe cuaacutento duroacute aquella angustia el miedo no se puede medir ni en minutos ni horas ni diacuteas Unas manos grandes y fuertes la sostuvieron y una voz conocida le dijo ldquoTranquila pronto pasardquo Las nubes se alejaban raacutepidamente hacia atraacutes como custodiando la carga que flotaba en el mismo sentido La nave surcaba valiente atravesando las olas intentando mantener el rumbo hacia adelante y tratando de salir del medio de la tormenta que corriacutea en una franja ancha demoledora Poco a poco aparecioacute un cielo gris sin nubes calmoacute el viento Silencio Estaba pasando Pero el corazoacuten colectivo de toda la tripulacioacuten latiacutea golpeando el pecho al uniacutesono la alerta continuaba Muchas cosas desaparecieron de la cubierta las olas se llevaron el cajoacuten en que se resguardaba la nintildea la caja con los pollitos la cuerda con la ropa el balde y la cuerda y el mediomundo de la pesca diaria Parte importante de la carga la tiraron por seguridad Rosa no lo contoacute a nadie hasta pasar un tiempo No sabiacutea coacutemo empezar sin asustar a las hermanas No todo fue malo para mis padres A las amistades de Conrado se sumaron nuevas amistades Rosa y la pequentildea abrieron otras puertas En los diacuteas de espera en cada puerto recibieron invitaciones a fiestas donde apareciacutea siempre una acordeoacuten o una guitarra Bailes familiares de carnaval que se llamaban ldquoasaltosrdquo bailes de disfraces en casas de Entre Riacuteos Paysanduacute o Carmelo Amistades que se frecuentaron a lo largo de los antildeos como Diamantina una mujer muy graciosa en su manera de hablar o Valentiacuten el pelirrojo dos argentinos que los visitaron yo los conociacute Recibiacutean carta de otras personas

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Rosa y la nintildea viajaron un antildeo y medio en aquella vieja sumaca Cuando quedoacute embarazada de la segunda hija la pareja decidioacute quedarse en tierra por razones de seguridad Conrado buscoacute trabajo en el puerto volvioacute a trabajar de changador en carga y descarga trabajo duro pero eacutel ya lo conociacutea La sumaca volvioacute a puerto argentino donde pasoacute a remate Muchas aneacutecdotas no nos contaron a nosotras las hijas No se acostumbraba contar y nosotras no preguntaacutebamos tampoco se acostumbraba preguntar Hoy me arrepiento seacute que me perdiacute mucho de la historia personal de mis padres Creo que mi madre fue muy valiente y adelantada a su eacutepoca Las historias de mujeres no se cuentan ni se escriben aunque sean interesantes Las perdemos

Conrado Alcoba Rosa Rossano y familiares (Principios de la deacutecada del 20) Fotografiacutea Archivo personal

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Un cielo rojo anaranjado

En nuestro barrio no pasaban autos Nuestras calles no estaban asfaltadas todaviacutea Eran de tierra en algunas partes de balastro porque el agua de lluvia que bajaba desde la Fortaleza del Cerro bajaba con fuerza y se llevaba lo que se le poniacutea delante Solo habiacutea a los lados de las calles canaletas de desaguumle que se desbordaban Las calles eran nuestras durante las vacaciones de verano Las veredas estaban vestidas de joacutevenes paraiacutesos que los vecinos regaban A su sombra las nintildeas sacaban a la vereda los juguetes que teniacutean Siempre encontrabas alguna que te preguntaba ldquoiquestQuereacutes jugar rdquo Nosotros viviacuteamos en una casilla de madera y techo de zinc como la mayoriacutea de las familias del barrio Nuestra casilla estaba fundada la mitad sobre la roca de la calle Turquiacutea y el resto donde estaba la galeriacutea la cocina y el cuarto de mis padres se sosteniacutea sobre ocho pilares de gruesos troncos de madera como si fueran patas de tres o cuatro metros de alto lo cual formaba una gran terraza hacia la calle Egipto Mi padre aprovechoacute el desnivel de las calles del Cerro para dejar la casa de cara a la bahiacutea de Montevideo y enmarcada entre las calles Viacaba y Barcelona En esa casilla pasaron muchas cosas una infancia feliz alegriacuteas y algunos sustos Aquel diacutea amanecioacute soleado pero cerca del mediodiacutea el cielo se puso gris Soplaba un viento suave y caliente Mi madre cerroacute las ventanas y las puertas nos llamoacute para que entraacuteramos a casa y bajoacute corriendo las escaleras

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de madera del fondo para recoger la ropa de las cuerdas que ya empezaba a agitarse Les pidioacute ayuda a mis hermanas mayores Yo no me daba cuenta por queacute tanta prisa Entraron a la casa cargando la ropa huacutemeda todaviacutea Mi madre nos anuncioacute que se veniacutea un viento muy fuerte cerroacute la puerta raacutepidamente y la aseguroacute Yo me subiacute a mi banquito y mireacute por la ventana de la galeriacutea que teniacutea ocho cristales de colores El cielo se oscurecioacute En el horizonte empezaron a verse los relaacutempagos y se escucharon los truenos En minutos todo cambioacute el agua de la bahiacutea se moviacutea se agitaba se volviacutea gris oscura se estaba picando En un momento todo se volvioacute amenazante Yo apretaba los ojos con cada relaacutempago y me tapaba los oiacutedos con cada trueno Pero no lloviacutea todaviacutea Una escandalosa tormenta eleacutectrica la primera que recuerdo en mi vida Mi madre muy preocupada miraba el techo Corrioacute las cortinas me quitoacute de frente al ventanal y me sentoacute junto a mis hermanas Arrastroacute una pesada silla de madera la inclinoacute sujetando la puerta que daba al mar aseguraacutendola bajo el cerrojo antiguo y herrumbrado De pronto las gotas de agua cayeron sobre el techo de zinc con un ruido como si llovieran monedas Nos miraacutebamos hablaacutebamos fuerte pero no nos escuchaacutebamos pareciacutea que estuvieacuteramos en una caja de resonancia metaacutelica Ella nos manteniacutea a su lado y nos explicaba que era una tormenta de verano y pasariacutea raacutepido que no nos asustaacuteramos Sentiacuteamos cimbrar los tirantes pareciacutea que la casilla teniacutea movimiento propio Temblaba todo como si estuvieacuteramos en la barriga de un gran animal De pronto dejoacute de llover Silencio un largo silencio como si se escuchara No seacute cuaacutento tiempo pasoacute Nos queriacuteamos mover y mi madre nos reteniacutea a su lado Escuchaacutebamos un silbido lejano que se acercaba Mi madre se arrodilloacute y pidioacute silencio nos pidioacute que tambieacuten nos agachaacuteramos ndashiexclAl suelo ndashgritoacutendash iexclAbajo de la mesa ndashy nos empujoacute hacia alliacute Un gran cimbronazo Coacutemo si algo chocara con nuestra casilla ndashiexclViento ndashdijondash iexclUn tornado ndashhablaba para siacute misma

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El lugar se llenoacute de una luz anaranjada Me parecioacute que mi madre rezaba y mis hermanas lloraban Estaacutebamos todaviacutea debajo de la mesa de la cocina Mi madre nos cubriacutea con sus brazos como hacen las gallinas con los pollitos Todo sucedioacute muy raacutepido El aire se colaba por las tablas del piso resoplando como un caballo cansado pero la casilla aguantaba Las cortinas volaban hacia arriba desafiando la gravedad Los cuadros caiacutean y se rompiacutean sus cristales Nosotras estaacutebamos inmoacuteviles El techo crujioacute Escucheacute chillidos como de muchos animales heridos estridentes agudos mis oiacutedos pareciacutea que vibraban aturdieacutendome mi corazoacuten latiacutea muy raacutepido tembleacute y puede soltar el llanto No sabiacutea lo que estaba pasando no miraba a las demaacutes cerraba los ojos y me tapaba los oiacutedos queriacutea salir corriendo No estar Eran los largos clavos del techo que se quejaban gritando como desgarraacutendose cuando la fuerza del viento los separaba de los anchos tirantes que los sosteniacutean Pasaron unos segundos no supe cuaacutentos Me solteacute de las manos que me apretaban y me asomeacute a mirar El techo se deslizaba como un teloacuten de teatro Desapareciacutea poco a poco hacia un costado el lugar se llenoacute de luz de un color rojo anaranjado Las chapas del techo como una pieza uacutenica como una laacutemina de cartulina arrastradas desplazadas cayeron a un costado de la casilla con un ruido ensordecedor Vibraron las tablas de madera del suelo bajo mis pies Todo de movioacute Nos quedamos al aire libre Luego la quietud y el silencio Todo el barrio quedoacute en silencio El silbido del viento se alejaba no podiacuteamos hablar Mi madre no nos dejaba mover nos apretaba contra ella escuchando alerta el silencio El silencio dejoacute paso a alguacuten murmullo lejano de los vecinos que empezaban a hablar entre ellos luego sentimos que la llamaban ldquoiexclRosa iexclRosaiexclQueacute barbaridadrdquo Mi madre no contestaba solo escuchaba atentamente Oiacutemos los pasos de la vecina que se acercaba corriendo por el otro costado de la casilla y luego otros pasos las voces de otros vecinos

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Mireacute a miacute alrededor muebles caiacutedos o fuera de lugar Vidrios y trozos de loza por el suelo ldquoiquestDe queacute taza iquestDe queacute platordquo me preguntaba No los reconociacutea Mi madre contestoacute ldquoEstamos bienrdquo y soltoacute el llanto lo dejoacute salir como un chorro y todas lloramos Cuando se puso de pie nos colgamos de ella Ahora nosotras no la dejaacutebamos mover Pasoacute la lluvia y el viento En el horizonte el atardecer nos dejoacute ver un cielo rojo anaranjado Algunas nubes blancas viajaban como dicieacutendonos que ellas eran inocentes Los perros de casa no ladraron

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La vieja radio de casa

Uuuii uuii uuii Los sonidos intermitentes de la vieja radio de casa Era de madera Delante estaba el parlante cubierto con una tela gruesa de tapiceriacutea de tonos grisaacuteceos que habiacutean sido marrones y el dial como un ojo redondo iluminado a medias porque se habiacutea quemado una de las lamparitas del costado y quedaba como tuerto estaba cubierto por unalaacutemina de mica amarillenta por el tiempo La base era rectangular y teniacutea la cubierta en forma bombeacute como una ldquoUrdquo al reveacutes que le daba un aire especial La parte de atraacutes la espalda descubierta Estaba colocada en un lugar de preferencia en el comedor en una mesa de madera sobre un mantel bordado a mano por mi madre que caiacutea en triaacutengulo Cuando mi padre trajo la radio no sabiacuteamos su edad ni su historia ndashNo es nueva pero tiene un buen parlante ndashnos dijo contento La habiacutea comprado en un remate de la Ciudad Vieja Fue un acontecimiento para nosotras Mi madre nos advirtioacute ndashSoacutelo la comedia de las cinco despueacutes de hacer los deberes Mis hermanas se alegraron porque ya no tendriacutean que ir a casa de la vecina a escuchar la radio A miacute lo que me gustaba maacutes era mirarla por detraacutes La radio teniacutea como el culo al aire Era maacutes interesante por detraacutes No seacute por queacute no me dejaban mirarla ldquoEs peligrosordquo dijo mi padre cuando la trajo Adentro teniacutea mucha tierra y muchos mosquitos muertos Mi madre la limpioacute con su santa paciencia y la lustroacute Quedoacute como nueva

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ndashNo no Cuidado no vayas a tocar nada porque puede explotar ndashdeciacutea mi madre cuando me veiacutea rondando cerca Yo no sabiacutea entonces lo que significaba la palabra explosioacuten y sus palabras no me asustaban pero me retiraba por si acaso Las cosas que veiacutea atraacutes de la radio como en una trastienda eran muy interesantes pareciacutean soldados paraditos se llamaban bombitas habiacutea altos y bajos gordos y flacos Tintineaban pequentildeas lucecitas cuando estaba encendida y cuando emitiacutea esos raros sonidos A veces hablaba en idiomas que yo no entendiacutea y mi papaacute tampoco Uuii uuii Mi padre moviacutea el dial de derecha a izquierda para que hablara Uuii Yo en mi banquito de madera pintado de color naranja me arrimaba maacutes y maacutes a la pared para mirar la trastienda de la radio Mi padre me gritaba ndashiexclQueacutedate quieta chiquilina Me pones nervioso Entonces yo me poniacutea de pie y miraba de maacutes lejos Eacutel de rodillas en el suelo con la oreja pegada al parlante uuii uuii Cuando por fin apareciacutean voces claras que era lo que eacutel buscaba nos pediacutea silencio a todas con su dedo iacutendice y una sonrisa en los labios Los soldados chiquitos y los grandes con voz de sentildeores deciacutean todos los saacutebados la misma frase ndashAquiacute el informativo para el habla espantildeola de la BBC de Londres informa Las tropas aliadas uuii ganan terrenohellip Yo no sabiacutea doacutende ganaban terreno porque no prestaba atencioacuten Mi padre sonreiacutea y deciacutea en voz alta para siacute mismo ndashiexclAhora siacute iexclAhora siacute Mi tiacuteo deciacutea que mi padre era un fanaacutetico que la guerra estaba muy lejos que a nosotros no nos iba a pasar nada En casa mi padre no escuchaba fuacutetbol no le gustaba Deciacutea que el fuacutetbol y la religioacuten eran el opio de los pueblos Papaacute se deciacutea anarco sindicalista Mi madre por las mantildeanas escuchaba tango mientras lavaba ropa en el patio Dejaba las ventanas abiertas de par en par para ventilar la casa Entraba

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el sol la corriente de aire inflaba las cortinas blancas que volaban hacia fuera como llevando la voz inconfundible de mi infancia CarlosGardel Por las tardes mi madre planchaba aquellas montantildeas de ropa Era lavandera de muchos vecinos el farmaceacuteutico el doctor algunos obreros del frigoriacutefico que traiacutean ropa manchada de sangre y de un obrero de la barraca de carboacuten que traiacutea ropa siempre negra como negras estaban su cara y sus manos Por las noches mi padre escuchaba en silencio la radio buscando noticias hasta que mi madre nos llamaba a cenar Luego eacutel se iba al boliche a contar lo que los soldaditos de la radio deciacutean de los paiacuteses lejanos Al otro diacutea los vecinos pasaban por casa a preguntar por las novedades porque entonces no todos teniacutean radio En mi barrio habiacutea muchos extranjeros y papaacute conociacutea algunas palabras sueltas de sus idiomas Cuando pasaban los saludaba con esas pocas palabras que sabiacutea y ellos quedaban contentos de oiacuterlo les haciacutea gracia ndashrdquoEspacsibardquo dontildea Baacuterbara ndashrdquoEspacsibardquo vecino ndashcontestaba la rusa riendo Dontildea Baacuterbara era rusa Manolo era gallego el almacenero era armenio y don Giuseppe el zapatero italiano Don Giuseppe me arreglaba mis sandalias de suela A miacute me gustaba verlo trabajar Se poniacutea muchos clavitos en la boca y los sacaba de a unoMe daba miedo que se los tragara cuando hablaba o se reiacutea Siempre nos deciacutea que se los poniacutea en la boca para no fumar Los nintildeos del barrio pasaacutebamos mucho rato con el zapatero Todos los gringos eran buena gente y trabajadores Compraban su propio terreno haciacutean su propia casilla y todos teniacutean jardiacuten y quinta Ayudaban tambieacuten al paisano que llegaba al Cerro a hacer su primer galpoacuten para que se refugiara con sus pocas pertenencias ndashrdquoBona serardquo don Giuseppe ndashrdquoBona sera bona sera vecinordquo ndashcontestaba el viejo italiano

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Los gringos que frecuentaban mi casa eran sindicalistas y amigos entre siacute Hablaban siempre de lo que pasaba aquiacute y discutiacutean de lo que pasaba allaacute Cuando llegaba una carta los domingos la traiacutean y la leiacutean en voz alta Los vi emocionarse y lagrimear con noticias de muertes y nacimientosHablaban de lejaniacuteas Yo jugaba con mi perro y escuchaba en silencio Tambieacuten teniacutea una amiga gringa que veniacutea a casa con su mamaacute Eran buacutelgaras Las dos hablaban muy atravesado pero igual podiacuteamos jugar La amistad de nuestras madres era un poco silenciosa pero las dos se poniacutean contentas cuando llegaban a casa Ellas no tomaban mate mi madre las recibiacutea con buntildeuelos y una taza de teacute Cuando terminoacute la guerra en Europa el padre les mandoacute los pasajes y ellas regresaron a su tierra Ese diacutea lloramos todos Katia la mamaacute buacutelgara le escribioacute dos cartas a mi madre pero como mamaacute no sabiacutea leer se las leyoacute mi padre Alliacute contaba el reencuentro con su gente Se mostraba muy agradecida por la amistad con mi madre y ella se emocionaba cuando mi padre leiacutea en voz alta Mi madre no le contestoacute pobre madre Laacutestima que no se le ocurrioacute pedirnos a nosotras que le escribieacuteramos porque ella siacute nos mandoacute a la escuela Para mi madre todos los diacuteas de la semana eran iguales siempre encontraba trabajo Los domingos sacaba con el escardillo la gramilla del jardiacuten No hablaba mucho escuchaba la charla de los vecinos y nunca preguntaba Se luciacutea con su jardiacuten siempre lleno de flores Intercambiaba gajos y batatas se sentiacutea contenta de dar y recibir plantas Sabiacutea y preguntaba sobre hierbas medicinales Los gringos tambieacuten sabiacutean mucho de plantas y de podas Los domingos eran distintos para mi padre Tomaba mate en la vereda al sol Entonces veniacutean los vecinos a charlar mi padre hablaba y hablaba mucho y todos hablaban Los soldaditos de la radio traiacutean las noticias de lejos de muy lejos Por eso no se oiacutean bien aunque escuchaacuteramos en silencio

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Mi padre siempre teniacutea algo que contar a los vecinos y le gustaba que vinieran a charlar Trabajaba en el puerto y alliacute se enteraba de muchas cosas y los gringos contaban cosas interesantes que eacutel escuchaba muy atento Todos queriacutean saber queacute pasaba en aquellas tierras Un diacutea hubo un cortocircuito y la radio se rompioacute Por suerte yo estaba en la escuela

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Caramelos

La directora de la escuela nos mandoacute a todos a casa antes de hora Era mediodiacutea Saliacute de la mano de mi hermana En la calle vimos con asombro que la gente saliacutea de sus casas de los comercios de los bares y gritaba algo que yo no entendiacutea Mi hermana me llevaba casi corriendo Comenzaron a sonar las sirenas de los frigoriacuteficos de la faacutebrica textillas bocinas de los oacutemnibus y de los autos Pasaban saludando con las manos afuera Yo teniacutea siete antildeos y mi hermana doce Ella asustada se entre paroacute un momento miroacute para todos lados y se puso a llorar ndashCorre apurate ndashme deciacutea Me sacoacute casi en el aire mis pies volaban Las diez cuadras que nos separaban de casa se me hicieron interminables Pasamos corriendo por la puerta de la panaderiacutea no entramos a buscar las dos flautas que llevaacutebamos cada diacutea a casa y que el gallego apuntaba en una libreta Me acordeacute de la yapa que nos daba el panadero un bizcocho para cada una que todos los diacuteas comiacuteamos antes de llegar Mi hermana no paraba de llorar pero en ninguacuten momento me soltoacute de la mano Cerca de casa vi que mi hermana mayor iba llegando con dos compantildeeras de la faacutebrica Pasaba algo muy grave Las sirenas asustan mucho Vi que mi madre estaba en la vereda conversando con las vecinas Todo pareciacutea trastocado yo no entendiacutea nada y tambieacuten me puse a llorar asustada Mi madre al vernos llegar llorando nos vino a alcanzar Nos abrazoacute

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ndashNo pasa nada malo No lloren hay alegriacutea Terminoacute la guerra mundial Sentildealoacute hacia la esquina y nos dijo ndashVayan al almaceacuten que el armenio estaacute repartiendo caramelos a todos los nintildeos del barrio Tiramos la cartera de la escuela al suelo y salimos corriendo La alegriacutea del armenio era inmensa lloraba y hablaba en su idioma Tiraba caramelos al aire ldquoa la marchantardquo levantaba los puntildeos al cielo Las sirenas como un grito de libertad no callaban y nosotras reiacuteamos a carcajadas con los bolsillos llenos de caramelos Llegamos a casa despeinadas con las montildeas y las tuacutenicas desarregladas Soacutelo sentiacute que ese momento era bueno muy bueno dulce muy dulce

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Biyuacute

Los saacutebados mi madre y yo eacuteramos rehenes de mis hermanas En esa eacutepoca en casa nadie iba al baile si no era con mi madre y conmigo por supuesto siempre y cuando mi padre diera el permiso En el Cerro habiacutea varios clubes donde se bailaba Bahiacutea Cerro Rampla y el Edeacuten que tambieacuten era cine y el Porto Son que frecuentaban los gallegos Aunque pequentildeos traiacutean hasta orquestas de muacutesica tiacutepica Mis dos hermanas mayores se preparaban durante toda la semana Ellas mismas haciacutean su ropa Teniacutean largos cabellos y dos bucles que caiacutean sobre la frente Bailaban todos los ritmos Me gustaba mucho verlas en la pista disfrutaban de la muacutesica sus cuerpos se volviacutean livianos como si perdieran peso sus figuras se iluminaban en el movimiento Para miacute era maravilloso Para nosotras las espectadoras la primera parte era entretenida miraacutebamos los vestidos los zapatos de las muchachas y las distintas formas de bailar Disfrutaacutebamos de un buen rato despueacutes el cansancio y el suentildeo se apoderaban de miacute Me anidaba en la falda de mi madre y mis largas piernas de ocho antildeos colgaban flojas tocando el suelo Los bailes eran el uacutenico acontecimiento social del verano Mi padre fijaba la hora de regreso a las doce de la noche ni maacutes ni menos sin discusioacuten Sabiacuteamos que nos esperaba en la puerta de casa que caminaba de un lado a otro como un centinela y que lo seguiacutea Biyuacute el perro que nos acompantildeoacute en los antildeos de mi infancia Ese perro y mi padre eran muy compinches eacutel le ensentildeoacute a cuidarnos

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Cuando mis hermanas veiacutean aproximarse la hora se acercaban a mi madre y le pediacutean ndashPor favor un ratito maacutes iexclestamos en lo mejor Mi madre dudaba y les contestaba ndashSoacutelo un ratito dos piezas maacutes y nada maacutes Ya saben que si demoramos su padre nos hace pasar verguumlenza Ellas volviacutean a la pista a ese frenesiacute de muacutesica Yo me queriacutea ir Ellas no miraban a mi madre por no ver las sentildeas para marcharnos ese era el momento peligroso Entonces mi madre trataba de ponerme de pie aunque el suentildeo me hiciera perder el equilibrio Ya era tarde De pronto Biyuacute atravesaba la pista de baile entre las piernas de las parejas Algunos trastabillaban los bailarines se deteniacutean a mirarlo y la orquesta bajaba el tono de la muacutesica al sentir el murmullo sin saber que pasaba Nuestro perro iba directo hacia donde estaba sentada mi madre y se echaba debajo de su silla Ella nerviosa y con rabia golpeaba con su pie en el suelo gritando ndashiexclFuera Biyuacute iexclFuera ndashyo me despertaba totalmente El presidente del club con una escoba en la mano intentaba sacar al perro que sin moverse gruntildeiacutea y mostraba los dientes como diciendo de aquiacute no me voy Nosotras sabiacuteamos que saldriacutea de abajo de la silla si todas nos dirigiacuteamos a la puerta de salida Con la cabeza gacha cruzaacutebamos la pista el perro se levantaba y tomaba la delantera Encontraacutebamos a mi padre cerca de la puerta del club Mi madre y mis hermanas protestaban y eacutel se reiacutea ndashiexclYo se los dije les mando la policiacutea Miraba al perro coacutemplice se agachaba y acariciaba a Biyuacute que moviacutea la cola Mi padre teniacutea una sola frase para desencadenar aquella cataacutestrofe Se dirigiacutea al perro y lo invitaba ndashVamos a buscarlas

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El perro ya sabiacutea lo que teniacutea que hacer y coacutemo hacerlo Mis hermanas y mi madre por dos o tres saacutebados cambiaban de club por la verguumlenza que habiacuteamos pasado Biyuacute fue el mejor perro que tuvimos en casa Cuando le hablabas te miraba escuchaba atentamente y luego haciacutea lo que le deciacuteas ndashTrae la pelota lleva el diario trae el palo Mi madre le ensentildeo a acompantildearnos a la escuela Cuando entraacutebamos nos miraba desde la vereda de enfrente y luego se marchaba a casa A la salida eacutel ya habiacutea llegado y nos esperaba al pie de la escalinata de maacutermol Los otros nintildeos lo llamaban por su nombre pero eacutel no se distraiacutea estaba atento a lo que haciacuteamos nosotras Saliacutea adelante nuestro como un guiacutea de excursioacuten y nos esperaba antes de cruzar la calle A su modo trabajaba mucho porque tambieacuten acompantildeaba a las seis de la mantildeana a mis dos hermanas mayores a la faacutebrica textil que quedaba a tres cuadras de casa y a las dos de la tarde las iba a buscar iexclEra tan bueno y tan bonito Peludo negro como el azabache teniacutea amarillas las cejas y las puntas de las cuatro patas que pareciacutean botitas Teniacutea buen humor nunca estuvo atado era libre En esa eacutepoca no habiacutea tejido de alambre ni muros en mi casa soacutelo Biyuacute sabiacutea que la casa estaba rodeada de un cordoacuten imaginario que dividiacutea el adentro del afuera A nadie le permitiacutea cruzarlo sin que eacutel ladrando anunciara su presencia La casa y nosotras estaacutebamos protegidas cuando mi padre trabajaba de noche o llegaba tarde de las reuniones poliacuteticas o sindicales iexclQueacute perroiexclEra parte de la familia De eacutel aprendiacute que los perros se expresan de muchas maneras Cuando ladran lo hacen con distintos sonidos si el que se acerca es conocido o no y tambieacuten expresan su alegriacutea con el movimiento de la cola Sabiacuteamos que llegaba mi madre porque Biyuacute continuaba echado en el suelo atravesado en la puerta de casa moviendo intensamente la cola Pero Biyuacute jerarquizaba a su duentildeo Cuando a lo lejos veiacutea que llegaba mi padre se poniacutea de pie atento y miraba hacia adentro de casa esperando

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que salieacuteramos nosotras Saltaba sollozaba de alegriacutea y asiacute nos invitaba a jugar una carrera hasta alcanzarlo Mi padre se acercaba a nosotras sonriendo pero el perro siempre nos ganaba y luego se poniacutea a correr en ciacuterculo alrededor de eacutel festejando su llegada

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La Faacutebrica

Yo no era buena estudiando era dispersa ldquoViviacutea en la lunardquo leyendo revistas y novelitas del Oeste que canjeaba en el quiosco del barrio El quiosco era parte del mundo que me fabriqueacute en mi adolescencia me permitiacutea viajar irme muy lejos con mis pensamientos Siempre me gustoacute leer Para conseguir comprar alguacuten librito yo vendiacutea diarios y botellas viejas que me daban los vecinos luego podiacutea canjearlo por otros ejemplares Me propuse dejar la escuela en quinto antildeo porque era la maacutes alta de mi clase y con busto Me daba mucha verguumlenza Pareciacutea una mujer al lado de mis compantildeeras flacas y menuditas Ya habiacutea repetido segundo porque en casa ese antildeo habiacutea sucedido algo muy grave el accidente de mi hermana en la faacutebrica Mi madre pasoacute casi un antildeo y medio acompantildeaacutendola en el hospital Durante ese tiempo me sentiacute muy triste e insegura Mis dos hermanas cambiaron sus turnos para poder estar siempre una de ellas en casa Yo pasaba largas horas en casa de una vecina que me ensentildeoacute a hacer buntildeuelos ademaacutes escuchaacutebamos una comedia en la radio Me aburriacutea en la escuela estaba siempre pensando en otra cosa de ventana para afuera Y teniacutea miedo de repetir quinto antildeo Admiraba a mis hermanas porque traiacutean dinero a casa mejor dicho las envidiaba Y sobre todo envidiaba esas horas que estaban en la faacutebrica iexclEsa ausencia Traiacutean siempre temas de conversacioacuten Hasta que un diacutea me animeacute a decirle a mi madre que no queriacutea ir maacutes aa escuela que estaba perdiendo el tiempo que de todas maneras no iriacutea maacutes y

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que teniacutea miedo de quedar repetidora otra vez y queriacutea trabajar No me animeacute a decirle eso del cuerpo que se me estaba poniendo grande Creo que mi madre lo esperaba porque contestoacute ndashMe dijeron que dentro de unos meses van a tomar gente en la faacutebrica Despueacutes de esas vacaciones no volviacute a la escuela De mis hermanas lo que realmente envidiaba era su independencia Hablaban como adultas de igual a igual con otras personas yo queriacutea ser como ellas Veiacutea a la faacutebrica como la oportunidad para conseguir trabajo y traer plata a casa Sabiacutea que otras personas ven al liceo como la salidapero eacuteramos pobres Para mis padres la faacutebrica tambieacuten estaba maacutes cerca Entrar a trabajar alliacute era lo deseado por todas mis vecinas Pasaron unos meses Esperando entrar a la faacutebrica trabajeacute de limpiadora en una casa y en una tienda del barrio A las nintildeas les pagaban poquito Ayudaba en casa con quince pesos por mes Era poco el sueldo pero me poniacutea contenta Un buen diacutea mi hermana me dijo ndashEn la faacutebrica pusieron un cartel toman aprendizas iexclMantildeana anoacutetate Asiacute con trece antildeos recieacuten cumplidos entreacute en la faacutebrica textil Lana Uruguaya en el Cerro mi barrio iexclPucha El despertador ahora tambieacuten sonaba para miacute Bien pronto se me pasoacute el apuro de ser obrera y ganar plata Sobre todo cuando estaacutebamos con el turno cambiado con mi hermana y teniacutea que ir sola a las seis y media de la mantildeana teniacutea miedo como una nintildea ya no me sentiacutea tan grande ni tan independiente En la casi oscuridad las ramas de los inofensivos aacuterboles se me volviacutean sombras fantasmagoacutericas Y iexclqueacute susto escuchar el ruido del silencio Llegaba corriendo a la faacutebrica casi sin aliento pero no por trabajar sino por el miedo que pasaba en esas cinco cuadras que debiacutea recorrer Siacute dejeacute la escuela Cambieacute las aulas por grandes galpones de zinc que hacen que te cambie el estado de aacutenimo seguacuten sea la temperatura calor o friacuteo intenso El ruido de los telares es ensordecedor El calor el vapor el olor a lana

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mojada de la tintoreriacutea y el de aceite de maacutequina completan el insano respirar de cada diacutea te invade los pulmones e impregna tu ropa Se te va a la mierda todo el romanticismo de ser grande y trabajar en la faacutebrica

Entreacute como aprendiza La primera preocupacioacuten de la compantildeera que me ensentildeoacute a trabajar en hilanderiacutea fue ndashiexclCuidado con los dedos Aquiacute siacute que se te agudizan los cinco sentidos La sordera se te cura cuando empezaacutes a distinguir el ruido de la maacutequina que marcha mal no es necesario forzar la garganta aprendeacutes de apuro a hablar por sentildeas dejaacutes de sentir el mal olor tu memoria lo registra todo y pasaacutes a ser una pieza maacutes del aquel gigantesco engranaje sin darte cuenta Los movimientos de los dedos se sincronizan con los tiempos de la maacutequina te sentiacutes un alargue de ella misma

Entrada de turno textiles de faacutebrica SADIL A la izquierda Maria Julia (Fines de la deacutecada de los 50) Fotografiacutea Archivo personal

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Si te distraeacutes los rodillos de la maacutequina te llevan los dedos o las poleas te llevan la pollera o el cabello si lo teneacutes largo ndashiexclAtencioacuten ndashme pediacutean mis compantildeeras La maacutequina te marca su velocidad su tiempo ella es la duentildea de tus ocho horas de trabajo cada diacutea Muchas maacutequinas deciden el destino de las personas que trabajan con ellas La inseguridad laboral o la distraccioacuten pueden cambiar tu vida Yo ya lo sabiacutea Todas lo sabiacuteamos El caso de mi hermana lo vivioacute todo el gremio textil En la faacutebrica del Cerro teniacutea dos hermanas maacutes que trabajaban en tejeduriacutea yo la recieacuten llegada me sentiacutea cuidada pensaba ldquoA miacute nome va a pasarrdquo Chela mi hermana trabajaba en hilanderiacutea en la faacutebrica textil Uruguayana en Capurro Teniacutea dieciocho antildeos y luciacutea un hermoso pelo negro y largo Por razones de seguridad se haciacutea una trenza que envolviacutea en la nuca Un diacutea al agacharse la trenza se soltoacute el rodillo le comioacute la punta del pelo Su mano no pudo alcanzar el botoacuten de apagar la maacutequina Nadie la escuchoacute gritar el ruido ensordecedor de tantas maacutequinas en marcha fue fatal para ella iexclPobrecita La maacutequina siguioacute siguioacute Le arrancoacute todo el cuero cabelludo desde la nuca la piel de todo el craacuteneo una oreja y una ceja De un tiroacuten ella misma pudo romper la piel maacutes delgada de la frente Ese tiroacuten le salvoacute la vida esa fuerza ese instinto de conservacioacuten la ayudoacute Cuando se incorporoacute sus compantildeeras la vieron se desmayaban no atinaban a nada saliacutean corriendo Ese mismo diacutea Chela se salvoacute dos veces porque por fin un compantildeero el mecaacutenico que estaba cerca del lugar fue hacia ella se quitoacute la chaqueta se la tiroacute encima para no verla y corrioacute con ella en brazos hacia la calle en busca de cualquier auto que la llevara a un hospital Empapada en sangre helada y casi sin sentido llegoacute al hospital Maciel La tendieron en un banco a la entrada de Urgencias del Hospital Maciel Contoacute el mecaacutenico que todos corriacutean a verla Dos meacutedicos opinaron

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ndashEstaacute helada ndashNo hay nada que hacer ndashEstaacute muerta Chela los escuchoacute hablar y con un hilito de voz pudo decir ndashPor favor doctor estoy viva estoy viva Esa frase fue como una orden para mover a todo el equipo de la guardia Ella habiacutea decidido no morir todaviacutea Enseguida empezaron a correr meacutedicos enfermeros y camilleros La llevaron al quiroacutefano En el Hospital Maciel estuvo internada un antildeo y medio Muchas operaciones injertos de piel Largos dieciocho meses Yo teniacutea ocho antildeos de edad y no me llevaban a verla al Hospital Esa fue una ausencia muy larga para miacute Chela se recuperoacute Antildeos maacutes tarde se casoacute con su novio de siempre tuvo dos hijos y se jubiloacute por ley madre en la faacutebrica donde se accidentoacute Luego trabajoacute de monitora en un taller de muchachos con problemas de aprendizaje Tiene una pequentildea paga de por vida del Banco de Seguros y una peluca anual si la quiere para cubrir su calvicie total Vive en el Cerro integrada a la vida social del barrio Durante los primeros meses en la faacutebrica yo era toda ojos y oiacutedos De mis compantildeeras escucheacute los primeros cuentos verdes en la media hora de descanso el rato en que comiacuteamos un refuerzo y algunas compartiacutean el mate sentadas en cualquier rincoacuten Las nuevas siempre somos objeto de burla tenemos que pagar el derecho de piso Mis compantildeeras deciacutean cosas que despueacutes supe eran verdaderas mentiras soacutelo para ver mis reacciones Una a una contaban su primera noche de bodas y sus partos con cierta crueldad riendo reviviendo y mintiendo con nerviosismo y ojos llenos de morbosa alegriacutea Y reiacuteanhasta las laacutegrimas Unas ya con nietos eran las que maacutes disfrutaban de sus propios cuentos y de las malas palabras las deciacutean como si estuvieran saboreando dulce de leche Algunas cosas yo ya las sabiacutea pero las teniacutea sueltas

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recuerdos de la escuela porque alliacute tambieacuten se habla de esas cosas Las fui uniendo y me empezoacute a dar miedo eso de la sexualidad Supe entonces el significado o la doble intencioacuten de muchas palabras maacutes consolador tortillera homosexual lamer menopausia prolapso etc Habiacutea cuentos en que tambieacuten interveniacutean animales loros perros gatos cuentos en los que pasaban cosas crueles pero contados con gracia e ironiacutea Arrancaban carcajadas y miradas nerviosas a su alrededor Reiacutean como nintildeas traviesas En poco tiempo recibiacute de golpe un curso acelerado de sexualidad y anticoncepcioacuten que despertaron en miacute el bichito de la curiosidad y empeceacute yo a preguntar Haciendo un gran esfuerzo trateacute de no mostrar mis sorpresas y a los pocos meses yo ya hablaba como ellas me dejaron tranquila y paseacute a ser una fabriquera maacutes popularmente hablando Al principio aquellas mujeres me asustaron un poco no lo voy a negar por su desparpajo Luego de conocerlas supe que teniacutean una capa dura pero eran tiernas y poco a poco empeceacute a contarles mis enamoramientos De ellas recibiacute los primeros carintildeosos consejos Paseacute a tener en mi entorno madres multiplicadas a las que podiacutea hablar de mis dudas sin que me diera temor o ellas se rieran de mi Las maacutes joacutevenes las nuevas teniacuteamos una actitud competitiva en el vestir caminar peinarse el cabello El coqueteo era toda una sabiduriacutea que se imita y se aprende Dentro de la faacutebrica habiacutea otro coacutedigo que no era el de la calle Con miradas y habladuriacuteas se tejiacutea y se destejiacutea la moral de cualquiera de nosotras Los bantildeos y vestuarios de la faacutebrica eran lugares donde se haciacutea sociabilidad y se contaban secretos se probaban y se vendiacutean artiacuteculos de vestir A veces faltaba alguacuten monedero En el bantildeo se podiacutea comprar de todo Habiacutea un mercado interno muy variado se vendiacutean cosmeacuteticos preservativos americanos saacutebanas ropa interior de nylon cosas de Buenos Aires o del Chuy Se pagaba seguacuten el precio

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hasta en tres veces El diacutea de cobro de la quincena se viviacutea con nerviosismo unos pagan y otros cobran tiene que ser raacutepido porque si se ldquoles escapardquo alguien a la hora de la salida al diacutea siguiente resulta muy difiacutecil cobrarlo y queda para la proacutexima quincena Se agudiza la viveza criolla y la rapidez en un mercado no permitido mercado negro de contrabando que reforzaba el bajo salario de las compantildeeras que atendiacutean solas las obligaciones familiares A veces en la hora de descanso se hablaba de noticias poliacuteticas Asiacute que me entereacute de la muerte de Eva Peroacuten y que Argentina estaba convulsionadaCuando llegueacute a casa pregunteacute a mi padre quieacuten era Eva Peroacuten No me habloacute con simpatiacutea de ella soacutelo entendiacute que los sindicatos no tienen que estar con las poliacuteticas de los gobiernos es peligroso que los poliacuteticos disfrazan las cosas Era la opinioacuten de un anarco sindicalista Pero esa explicacioacuten me sirvioacute en la vida

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El Sindicato

En casa yo escucheacute siempre hablar de sindicatos A mis hermanas les oiacutea comentar suspensiones injustas o despidos sin posibilidad de reclamos y malas condiciones de trabajo Mi padre era dirigente de uno de los sindicatos del gremio de trabajadores del puerto Veniacutean por casa trabajadores de los frigoriacuteficos de Regussiy Vulminot como Esteban Kikich el yugoeslavo cuando no estaba paseando por todo Montevideo al ldquoimaginariardquo que le hubiera asignado la policiacutea En Lana Uruguaya donde trabajaacutebamos no habiacutea sindicato Un diacutea llegaron a trabajar a la textil dos compantildeeros que veniacutean de faacutebricas organizadas Mora y Garciacutea Fue entonces que empezamos hablar del tema de la posibilidad de organizarnos ellos sabiacutean que no pagaban el salario correspondiente y las horas extras las pagaban como sencillas Cada diacutea se arrimaban maacutes compantildeeras a las conversaciones a preguntar por el salario y la categoriacutea que les correspondiacutea Ese fue mi primer contacto con la Unioacuten Obrera Textil Corriacutea 1954 Yo caminaba por la calle Fraternidad en el barrio Conciliacioacuten muy atenta a los nuacutemeros que estaban todos salteados Por eso entreacute al Sindicato de cabeza y sin pedir permiso igual que entreacute a la vida Tropeceacute en el cordoacuten de la vereda y seguiacute trastabillando hasta el zaguaacuten donde aterriceacute cuan larga era Y asiacute con esa forma tan particular de presentarme dije desde el suelo cuando pude levantar la cabeza y mirar a los dos joacutevenes que alliacute estaban ndashiquestAquiacute es el Sindicato

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Ellos estaban tan sorprendidos que quedaron paralizados uno con un pincel de engrudo en la mano y el otro con una gran hoja de papel para pegar en la cartelera Me miraban sin moverse no atinaban a nada Todaviacutea desde el suelo insistiacute ndashiquestEs o no es Soltando una carcajada a duacuteo dijeron ndashiquestDesde doacutende cayoacute eacutesta ndashy se miraron ndashDel Cerro ndashdije Me respondieron con maacutes risas ndashiquestQue vengo del Cerro de Lana Uruguaya tan coacutemico es Me tropeceacutesbquo porque veniacutea mirando los nuacutemeros los locos estaacuten todos salteados Reiacutean cada vez maacutes yo tambieacuten Cuando se calmaron me ayudaron a levantarme ndashVengo a buscar el uacuteltimo convenio de parte de Mora y de Garciacutea el de la moto eacutel me dijo que dijera asiacute Los conocen iquestno Porque allaacute nos afanan abierto No respetan el convenio a las aprendizas nos despiden antes de las cien jornadas y a los dos meses nos vuelven a tomar como nuevas y no nos ponen en planilla Los bantildeos son una letrina como estamos a la orilla de la costa de la bahiacutea cuando hay temporal entra por los cantildeos el agua del mar y se inundan y no tenemos otros bantildeos No pagan nocturnidad ni las horas extras como tiempo y medio no tenemos vestuarioshellip Arregleacute que en la proacutexima quincena iriacutean dos compantildeeros a mirar los sobres de sueldo y compararlos con la categoriacutea correspondiente a los distintos trabajos que realizaacutebamos Ese diacutea nos sentamos en el suelo de un baldiacuteo cercano a la faacutebrica y mostraacutebamos los sobres de sueldo Me entereacute que el sobre es como un documento que sirve para reclamar diferencias de dinero en el salario

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El patroacuten

Teniacutea trece antildeos cuando empeceacute a trabajar en Lana Uruguaya de la que era duentildeo Pedro Saacuteenz quien tambieacuten teniacutea parte en FUNSA De este sentildeor los compantildeeros deciacutean que era un hueso duro de roer No respetaba los convenios contrataba menores y a los tres meses los despediacutea Las condiciones sanitarias eran malas teniacuteamos un solo bantildeo que era una letrina de un metro y medio de lado en un patio en el centro de la faacutebrica a la intemperie a veces se inundaba no teniacutea pestillo se cerraba con una maderita Inmundo De a poco empezamos a hablar de la necesidad de formar una comisioacuten sindical en la faacutebrica Hablamos a uno por uno con tiempo hasta que un diacutea se nos ocurrioacute pedir una entrevista con Don Pedro La concedioacute pero en el Centro en una oficina lejos de la faacutebrica Viejo astuto Haciacutea casi un antildeo que estaba trabajando y en ese entonces me pareciacutea muy faacutecil eso de formar un sindicato Cuando llegoacute el momento me ofreciacute a ir Eacuteramos muy pocos Fuimos soacutelo dos mujeres y seis hombres Nos encontramos a la salida Iacutebamos todos muy nerviosos nunca se habiacutea intentado hacer un sindicato alliacute Hablaron Mora y Garciacutea solamente Le dijeron que representaban la Comisioacuten Interna Esto no le gustoacute nada a Don Pedro ndashiexcliquestQueacute queacute iquestSindicato iexcliquestDe queacute sindicato me hablan iquestCoacutemo se llama usted iquestY usted ndashles preguntaba a los gritos Yo sentiacutea miedo pero a la vez me resultaba graciosa la forma en que Don Pedro hablaba pronunciando la ldquozrdquo y malo como un zorrillo Estaba furioso

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ndashYo no conozco ninguna ldquocomisioacuten internardquo Cuando dijo esto Casanaacutes un joven compantildeero anarquista le contestoacute ndashLo que pasa es que usted es un viejo negrero Esto paralizoacute la escena Acto seguido Don Pedro abrioacute un cajoacuten del escritorio y sacoacute un revoacutelver Apuntoacute hacia arriba con el brazo estirado y gritoacute ndashiexclSe me mandan mudar todos de aquiacute iexclYo les voy a dar sindicato Yo estaba detraacutes de todos y fui la primera en salir Nunca habiacutea visto un revoacutelver Muy asustados emprendimos una ldquoretirada estrateacutegicardquo tan raacutepida que ni siquiera usamos el ascensor para llegar a la calle Corrimos escalera abajo oyendo los insultos del viejo Se abriacutean y cerraban puertas de los curiosos que de otras oficinas se asomaban a mirar la huida en estampida Cuando nos detuvimos comentamos la escena a carcajada limpia La inexperiencia el no saber llevar una entrevista precipitoacute las cosas El patroacuten se movioacute como acostumbraba y nosotros entramos en su provocacioacuten como muchachos que eacuteramos Fuimos a la faacutebrica hablamos con los compantildeeros y al diacutea siguiente la ocupamos sin maacutes ni maacutes Habiacutea mucha indignacioacuten preocupacioacuten y bronca nos sentiacuteamos atropellados Llamamos a los compantildeeros de la Unioacuten Obrera Textil Vinieron y esperaron en la puerta de la faacutebrica a que el patroacuten les diera una entrevista Don Pedro no fue a negociar se negoacute a apersonarse Algunos de los empleados de la oficina se plegaron al paro Otros soacutelo miraban por las ventanas A mediodiacutea comenzaron a llegar viandas con comida que traiacutean nuestros familiares y que compartimos Tuvimos tiempo de charlar con compantildeeras con las que soacutelo nos cruzaacutebamos al entrar o al salir y con las del mismo turno porque alliacute si hablabas mucho te suspendiacutean si te encontraban fuera de tu seccioacuten te suspendiacuteanhellip El patroacuten mandoacute desalojar Los compantildeeros del sindicato no queriacutean hacerlo hasta que se labrara un acta en que constara que estaba todo en perfectas

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condiciones para que no nos acusaran de haber roto algo A las cuatro de la tarde se presentoacute un inspector de la ofcina de trabajo A las cinco la Guardia Republicana de a caballo rodeoacute la faacutebrica Llevoacute un buen rato el recorrido de la faacutebrica con el inspector y Eusebio Caetano el delegado de la UOT Cuando salimos muy emocionados algunos pensando que se avecinaban diacuteas muy duros estaba todo el barrio rodeando la faacutebrica los obreros de los frigoriacuteficos los padres o hermanos de las obreras textiles y los vecinos La policiacutea solo hizo acto de presencia Aprendiacute lo que es la solidaridad la falta de experiencia y tambieacuten lo que es estallar cuando no se aguanta maacutes el manoseo patronal Al diacutea siguiente cuando el primer turno llegoacute a la faacutebrica la encontroacute cerrada Lock-out patronal seguacuten nos dijeron en el sindicato que podiacutea durar hasta setenta y dos horas Recibimos los telegramas colacionados si no entraacutebamos a trabajar en veinticuatro horas quedaacutebamos despedidos Al diacutea siguiente hicimos una gran asamblea en la Federacioacuten de la Carne cada uno de nosotros con nuestro telegrama en la mano Nos declaramos en huelga por tiempo indeterminado estaacutebamos jugados se trataba de defender el derecho a la organizacioacuten sindical Esa noche llevaron preso al compantildeero Casanaacutes lo retuvieron varios diacuteas en la comisariacutea Su esposa estaba embarazada de su primer hijo En uno de esos diacuteas tuvo una nintildea la llamaron Libertad La faacutebrica quedoacute silenciosa con una fuerte guardia policial de a caballo en las esquinas ndashiquestY ahora

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Mis quince antildeos

En mi cumpleantildeos de quince no tuve fiesta ni vestido blanco y largo No fue posible Ese diacutea pasoacute desapercibido en casa como un diacutea cualquiera Habiacutea problemas que me llegaban de costado y aunque mi madre me dijera que no era cosa miacutea se volviacutean cosa miacutea aunque yo no quisiera Con la plata de mi quincena anterior me habiacutea comprado para estrenar ese diacutea unos zapatos con un taco pequentildeo de un color amarillo mostaza que estaba de moda El diacutea esperado llegoacute Por la tarde me bantildeeacute me vestiacute con la ropa de salir y me puse los zapatos nuevos Me pareacute en la puerta de casa a esperar Esperar no seacute queacute ni a quieacuten especialmente Mi madre me habiacutea explicado que no habiacutea plata y por lo tanto no tendriacutea fiesta pero yo esperaba que algo sucediera No vino nadie a saludarme En casa no habiacutea teleacutefono iquestCoacutemo decir discretamente ldquomantildeana es mi cumpleantildeos y que vinieran los que se acordaranrdquo No vino nadie ni mis primas Mi uacutenico regalo llegoacute a la semana Mi madre me regaloacute unas caravanas largas de plata con una delicada piedrita celeste Era la primera alhaja que recibiacutea en mi vida No me animaba a poneacutermelas solo las miraba sonriendo ndashiquestViste Tarde pero llega ndashdijo tiraacutendome de la oreja como un recordatorio para toda la vida Como un sentildealamiento iexclespera espera Las useacute mucho tiempo Cuando me corteacute el pelo largo las luciacutea mejor Me miraba en el espejo se moviacutean como peacutendulos y yo me sentiacutea tan elegante tan adulta y coqueta y con permiso Mi madre teniacutea eso te daba permiso sin

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deciacutertelo En casa habiacutea muchas veces silencios de mi madre ese silencio que llenaba todos los rincones Pasaba algo Yo la encontraba triste Por las noches escuchaba los sollozos de mi hermana cuando su novio no veniacutea por algunos diacuteas no lloraba fuerte sino quedamente pero yo sabiacutea que estaba despierta en la oscuridad No sabiacutea que decirle Le habriacutea podido decir muchas cosas por ejemplo que no llorara porque ella habiacutea tenido maacutes suerte que yo que haciacutea cuatro antildeos tuvo su fiesta de quince su vestido largo blanco y muchos regalos que vinieron las primas y tiacuteas En mi adolescencia yo pensaba y pensaba pero no hablaba mucho Sabiacutea que los silencios de mamaacute teniacutean que ver con las ausencias de mi padre Pero a ella nunca se lo diriacutea Lo callaba La falta de plata tambieacuten se volviacutea silencios o respuestas de mal modo Yo pensaba tantas cosas pero no me impidieron la ilusioacuten la magia del cumpleantildeos de hacerme mayor y lucir mis caravanas de piedra celeste Un diacutea una compantildeera de trabajo que tambieacuten era mi amiga me pidioacute prestadas las caravanas para sacarse una foto que regalariacutea a su novio Pasaron los diacuteas y ella me esquivaba Cuando yo le preguntaba me deciacutea ldquoiexclHoy me olvide otras vez de traeacutertelas Mantildeana te las traigordquo y asiacute por muchos diacuteas la misma respuesta Diacuteas despueacutes al mirarla me dio vuelta la cara A la salida de la faacutebrica la seguiacute raacutepidamentela tomeacute de un brazo la gireacute hacia miacute y le pregunte en voz alta para que los que estaban cerca me oyeran por las caravanas Me contestoacute con todo desparpajo que ya me las habiacutea devuelto Me quedeacute sin palabras inmoacutevil La dejeacute partir Ella apresuroacute el paso la mireacute alejarse y no lo podiacutea creer era una compantildeera pero yo la creiacutea mi amiga iquestQueacute le diriacutea a mi madre que ya estaba sospechando que no me las devolveriacutean nunca maacutes No me quedoacute ninguacuten recuerdo de mi cumpleantildeos de quince Ni una foto ni las caravanas ni los zapatos amarillos que tambieacuten desaparecieron

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Con el tiempo se quedaron viejos y el fin de ellos fue que mi perro Biyuacute se los llevoacute de a uno para su casilla y desde alliacute los defendioacute como un trofeo Terminoacute enterraacutendolos como un tesoro en el jardiacuten de mi casa

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Conflicto textil

Trabajeacute durante los dos meses del conflicto en Prensa y Propaganda con otro joven Juan Aacutengel Toledo Aprendiacute a repartir papeles a hablar con megaacutefonos y a trabajar con el planograf algo que me gustaba mucho El planograf nos permitiacutea dar rienda suelta a nuestra imaginacioacuten Era un marco de madera que tensaba una organza del largo de dos hojas de perioacutedico Haciacuteamos un dibujo en negativo en cartulina que oficiaba de matriz y lo pegaacutebamos sobre la organza despueacutes con un lampazo deslizaacutebamos la tinta de lado a lado del marco Dibujaacutebamos una oveja con grandes cuernos y le poniacuteamos el nombre de los rompehuelgas Los pegaacutebamos en las esquinas de sus casas Se asustaban y se enfureciacutean pero dejaban de ir a trabajar durante la huelga Eran parte de las medidas de fuerza que usaacutebamos Meacutetodos primitivos casi infantiles pero efectivos Empezaba la crisis de la deacutecada del 50 El fin de la segunda guerra mundial y de la guerra de Corea permitioacute a Inglaterra y EEUU reanimar su industria Dejaron de importar tejidos para importar tops (lana lavada y peinada sin hilar) con la consiguiente peacuterdida de puestos de trabajo para los obreros textiles uruguayos Fue una huelga muy dura Cincuenta y cuatro diacuteas es mucho tiempo para sostener un hogar sin el salario El gremio saliacutea de un gran desgaste el antildeo anterior habiacutea sido la huelga de la Mundial donde una compantildeera fue baleada en la puerta de la faacutebrica Las patronales podiacutean sostener un lock-out durante varios meses porque

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teniacutean stock suficiente de mercaderiacutea para cumplir con los importadores En la Federacioacuten de la Carne en la calle Grecia instalamos una olla sindical y repartimos comestibles que pediacuteamos en los comercios La campantildea del kilo como la llamamos para los huelguistas y sus familias fue un respiro Cada diacutea se volviacutea maacutes duro sostener la huelga A los treinta diacuteas de comenzado el conflicto entroacute un veinte por ciento de los trabajadores fundamentalmente administrativos encargados y capataces Otros trabajadores salieron a buscar la changa Por otro lado se sumaron a la huelga otras faacutebricas en solidaridad con los obreros de LanaUruguaya del Cerro La patronal seguiacutea tan dura como el primer diacutea no reconociacutea Sindicato ni derechos de organizacioacuten Con Don Pedro no podiacuteamos negociar nada pretendiacutea matarnos de hambre teniacutea cuerda para rato con un gran stock en los galpones Pusimos piquetes en las esquinas de la faacutebrica para que no entraran a trabajar los rompehuelgas Los obreros del Cerro iacutebamos a detener a los que queriacutean entrar en las faacutebricas del Paso Molino y los del Paso veniacutean a detener a los del Cerro Durante esta lucha mataron de un balazo a Antonio Goacutemez Delgado un compantildeero de la Unioacuten Obrera Textil que pretendioacute hablar con un rompehuelgas eacuteste sin mediar palabra le disparoacute en el pecho Antonio teniacutea diecinueve antildeos Eacuteramos todos muy joacutevenes Las mujeres tuvimos una gran participacioacuten en esta lucha Las obreras textiles ganamos la calle Instrumentamos cosas que sabiacutean que les doleriacutean a las carneras Cuando no entraron las palabras nos fuimos a las manos Lo que pasaba en la calle lo cuentan los partes policiales que apareciacutean en la prensa montevideana de entonces cuando la huelga se generalizoacute al resto de las faacutebricas ldquoEn la interseccioacuten de las calles Grecia y Francia a las 530 de hoy un grupo no determinado de personas presumiblemente mujeres le cortaron el

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cabello a dos obreras que se dirigiacutean a trabajar a Lana Uruguaya empresa que se encuentra en conflicto Se averiguardquo Diario El Plata Los obreros del transporte participaron en forma solidaria ldquoUn grupo de personas hicieron bajar del oacutemnibus a tres mujeres que se dirigiacutean a trabajar a una faacutebrica en conflicto una vez abajo les cortaron mechones de pelo y les rasgaron la ropa Esto ocurrioacute con la supuesta colaboracioacuten del guarda y del conductor del oacutemnibus que no se detuvo enla parada que era en la puerta de la faacutebrica sino maacutes adelante Se averiguahellip ldquo ndash Diario El Paiacutes iexclYa no se animan a entrar sigue la huelga iexclViva la huelga A otras les quitamos los zapatos Duele que te dejen descalza en la calle Nosotras luchaacutebamos por todos Como tambieacuten algunos hombres entraban a trabajar empezamos a pegar carteles de ovejas cornudas con sus nombres en la esquina de sus casas En un barrio obrero como el Cerro eso quemaba Tuvimos que pelear en la forma maacutes primitiva maacutes salvaje cuerpo a cuerpo Asiacute empezoacute el sindicato unitario en textiles quebrando al sindicato amarillo conciliado con la patronal Primero fue la Unioacuten Obrera Textil y en 1956 con la integracioacuten de Alpargatas Paylana y la textil de Juan Lacaze constituimos el Congreso Obrero Textil sindicato uacutenico para la industria textil Las mujeres fuimos protagonistas Y pensar que se dice que el sindicato es ldquocosa de hombresrdquo iquestY las mujeres queacute iquestPor queacute no estaacuten en la foto No se sabe mucho de lo que hacen las mujeres en el sindicato Como en la vida cotidiana no aparecemos Aunque seamos las secretarias de actas no nos hacemos figurar Somos la parte silenciosa lo no escrito lo no contado la no historia

Mariacutea Julia frente a la faacutebrica SADIL (Deacutecada de los 50) Fotografiacutea Archivo personal

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La mamaacute de Rosita

A Rosita no la dejaban ir sola al sindicato Su mamaacute la teniacutea que acompantildear para que nadie pudiera hablar mal de ella asiacute que se bancaba todas las asambleas y algunas manifestaciones Pero algunas veces sucediacutean acontecimientos no previstos en los que la madre resultaba tan involucrada como la hija Y aprendioacute a correr como la mejor Aquel diacutea fuimos a repartir volantes a la puerta de Alpargatas La sentildeora nos acompantildeaba siempre caminando dos o tres metros maacutes atraacutes bien vestida de taquitos y collar de perlas pareciacutea que no rompiacutea un plato Eacuteramos unas veinte personas despueacutes llegaron como quince maacutes Caminaacutebamos por las veredas de la faacutebrica gritando consignas La madre nos seguiacutea lentamente De repente sentimos la llegada de la Republicana Aparentemente desde adentro los jefes habiacutean pedido proteccioacuten policial A caballo y sable en mano doblaron la esquina y nos sorprendieron Nos recostamos todos contra la pared Seguimos gritando consignas y tirando volantes Intentaron reprimirnos subiendo con los caballos a la vereda pero como por suerte siempre hay baldosas flojas les hicimos frente con piedras y trozos de baldosas Y iexcliquesta quieacuten veo en la primera liacutenea de fuego A la mamaacute que luchaba como la mejor El ruido de los telares empezoacute a aminorar nos dimos cuenta que estaban parando Desde las ventanas los obreros de Alpargatas gritaban ldquoiexclSalvajes iexclSalvajesrdquo y nos saludaban ldquoiexclAdelante compantildeerasrdquo

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Nosotras cruzamos la calle en grupo para verlos mejor y reiacuter compartiendo el momento Los policiacuteas sorprendidos miraacutendose entre siacute habiacutean quedado en la acera de enfrente custodiando la faacutebrica que habiacutea quedado en silencio Habiacuteamos conseguido nuestro propoacutesito conseguimos su solidaridad y los invitamos para la asamblea general del domingo en el Boston Club de Box Esa tarde madre e hija llegaron al barrio un poco desalintildeadas y despeinadas La madre con una contusioacuten en un brazo y un tobillo dolorido De a poco se fue integrando Conversaba con alguna compantildeera mayor hasta que un diacutea contoacute que cuando volviacutea a su casa de acompantildear a su hija su marido les deciacutea ndashiexclCallejeras iexclLo uacutenico que faltaba ahora iexclSindicato iexclEn mi propia casa

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Negra pobre y retobada

SADIL era una faacutebrica importante con 2000 trabajadores como ILDU La Aurora Alpargatas En ese entonces funcionaban los tres turnos diacutea y noche de 6 a 14 de14 a 22 y de 22 a 6 de la mantildeana No paraba nunca la industria textil Llegoacute a tener veinte mil obreros SADIL era una faacutebrica moderna muy bien equipada teniacutea vestuarios comedor para la media hora de descanso reloj automaacutetico para marcar el horario de entrada y de salida Todo eso era nuevo para miacute estaba contenta de trabajar en una faacutebrica tan grande con un fuerte sindicato Un grupo de mujeres charlaba en el vestuario Recieacuten entraacutebamos ndashDe todo encontreacute en la vintildea del sentildeor ndashNo solo en la faacutebrica Una compantildeera se estaba cambiando lentamente Escuchaba en silencio mientras doblaba y guardaba su ropa en el armario de metal Teniacutea la piel negra unas piernas largas y bien formadas un busto que llenaba la blusa y una sonrisa que dejaba ver unos dientes muy sanos ndashHay de todo en la vintildea del sentildeor ndashdijo interviniendo en la conversacioacuten Contoacute que cuando era maacutes joven y soltera buscoacute trabajo por el diario de empleada domeacutestica con cama Habiacutea siempre una larga lista Su madre deciacutea ndashMira parsquo Pocitos que pagan maacutes Asiacute que eligioacute una casa cualquiera Era una negra muy alta movediza y sonriente La vecina le prestoacute los zapatos llevoacute una pollera de su hermana y la madre le dejoacute unas caravanas de perlita que tenia para salir

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La verdad que fui bien vestida y resignada a quedarme porque en casa ya no podiacuteamos maacutes No teniacuteamos plata para comer Lo que maacutes rabia me daba era la miseria Toqueacute timbre y salioacute una sentildeora como de cuarenta antildeos Le dije a que veniacutea Me mostroacute la casa para explicarme todo lo que teniacutea que limpiar La casa era de lujo toda llena de porcelanas Me mostroacute mi pieza llena de bicicletas de los hijos y una cama a un costado contra un armario ndashEn la mitad ponemos abrigos viejos pero el resto lo podeacutes usar para poner tu ropa ndashasiacute que ldquomi piezardquo era el espacio de mi cama y nada maacutes ndashMi marido y yo no estamos casi nunca Supongo que algo sabraacutes cocinar Tengo seis hijos pero van a la escuela y al liceo El tiempo te da para todo Estaacutes mucho rato sola ya ves Arreglamos el precio Me parecioacute adecuado para lo que se pagaba en ese entonces Teniacuteamos casi todo arreglado hasta que me dijo ndashSupongo que tendraacutes carnet de salud porque si no Yo le contesteacute ndashiquestCuaacutentos son de familia Ella me quedoacute mirando y preguntoacute ndashiquestPor queacute ndashPor favor mueacutestreme el carnet de salud de todos ustedes Por supuesto no me quedeacute Empeceacute a caminar hacia la salida La duentildea de casa se puso colorada pareciacutea que iba a reventar de rabia A modo de despedida dijo antes de cerrar la puerta de un golpe ndashNegra y retobada doacutende se vio Asiacute no vas a conseguir trabajo en ninguacuten lado ndashPero aquiacute estoy en la faacutebrica y sigo retobada ndashrioacute Cerroacute el armario y echoacute la llave al bolsillo Todas reiacuteamos

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Un gremio de mujeres

El gremio textil es un gremio de mujeres pero los dirigentes son en su mayoriacutea hombres ldquoEso siempre fue asiacute pero en el 53 el antildeo pasado la huelga de la Mundial fue por cosas de mujeres ndashme dice Blanca Peraltandash Miraacute todo vino porque una compantildeera que estaba embarazada se sintioacute mal y pidioacute para irse El capataz no le dio permiso La compantildeera una hora maacutes tarde tuvo un aborto espontaacuteneo sola en el bantildeo iexclEso no se podiacutea aguantar La atendimos entre todas ella estaba desmayada Paramos las maacutequinas iexclEso no se podiacutea aguantar No teniacuteamos nada iexclni una enfermeriacutea en la faacutebrica Empezoacute asiacute como un estallido con bronca Ocupamos la faacutebrica paramos y despueacutes hablamos de sindicato Fue una huelga muy difiacutecil El patroacuten mostroacute su fuerza y nosotras tambieacuten Durante ese conflicto pasaron maacutes cosas como cuando estaacutebamos sentadas en la escalinata de la faacutebrica haciendo paro de brazos caiacutedos y la patronal llamoacute a la policiacutea Llegaron y se ubicaron delante de la faacutebrica Nosotras estaacutebamos tranquilas y de repente sentimos un tiro Una compantildeera empezoacute a gritar ldquoiexclSangre iexclTengo sangrerdquo Hubo mucha confusioacuten unas corrieron a socorrer a la compantildeera otras a los portones a gritarles a los milicos ldquoiquestQueacute les pasa iquestEstaacuten locosrdquo ldquoMe dieron un balazo en la piernardquo gritaba nuestra compantildeera A lo lejos escuchaacutebamos los gritos de los vecinos y de nuestros familiares acercaacutendose A la policiacutea no se le movioacute un pelo Dijeron que se les escapoacute un balazo

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sin querer No la socorrieron tuvimos que salir nosotras a buscar un auto Pedimos que se retirara la policiacutea y lo hicieron cuando vieron que estaban llegando compantildeeras de otras faacutebricas y vecinos indignados Y asiacute empezoacute la huelga del 53 de la Mundial como un estallido respondiendo a los golpes de la patronal Estallamos como ustedes los de Lana Uruguayardquo De esa huelga surgioacute como dirigente sindical Blanca Peralta de La Mundial En cada huelga el gremio textil iba pariendo nuevas mujeres forjadas en la lucha que se destacariacutean como dirigentes Recuerdo algunas compantildeeras de aquel entonces Irene Peacuterez Delia Maldonado Delia Rodriguez Ocklahoma Acosta Jorgelina Martiacutenez Pero son las menos Aunque en esta industria la mayoriacutea son obreras hay muy pocas que lleguen a la direccioacuten del gremio quedan a medio camino

Compantildeeras militantes de distintas faacutebricas textiles en un festejo del sindicato en Marontildeas (Finales de la deacutecada del 50) Fotografiacutea Archivo personal

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El robo

Luciacutea teniacutea cuatro hijas la maacutes chica de catorce antildeos y la maacutes grande de veinte Entroacute en la faacutebrica SADIL muy respaldada con una recomendacioacuten de un senador del partido colorado y aunque no se lo preguntaras ella te lo haciacutea saber para que te enteraras de sus padrinos Nos llamaban la atencioacuten las pilchas y los anillos que traiacutea A veces deciacutea que no necesitaba trabajar y nos dejaba caer unos ojos tristes de mujer abandonada por su esposo un deportista venido a menos que ella seguiacutea sosteniendo econoacutemica y aniacutemicamente Siempre que entraban nuevas apareciacutean cosas raras que nos poniacutean en alerta La nueva es objeto de observacioacuten iquestDe doacutende viene iquestCoacutemo vive Generalmente se les ve el plumero enseguida Pero Luciacutea nos vendioacute un tranviacutea y se lo compramos Hablaba muy bien muy culta atenta carintildeosa Deciacutea que nunca habiacutea trabajado en una faacutebrica pero que se teniacutea que acostumbrar Sus hijas tampoco trabajaban no estaban acostumbradas Pareciacutea una rica venida a menos que lo llevaba dignamente La veiacuteamos mirarse las manos que se deterioraban lentamente y pasarse una crema Un diacutea de pago terminada la jornada a la pobre Paulina le desaparecioacute el sobre con todo el dinero de la quincena Se lo quitaron del bolsillo de la tuacutenica mientras estaba trabajando algo inexplicable Ella no sintioacute nada pensamos que lo habiacutea perdido

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ndashiexclMe lo punguearon ndashdijo Paulina en voz altandash iexclEl sobre con la quincena ndashiquestNo se te habraacute caiacutedo Lo buscamos por todos lados La seccioacuten casi dejoacute de trabajar por buscarlo Paulina lloraba amargamente teniacutea dos hijitas pequentildeas y estaba sola para mantenerlas estaba separada de su esposo Las demaacutes resolvimos hacer una colecta para compensarla Luciacutea se portoacute muy bien puso el doble del dinero que poniacutea cada una de nosotras Nos parecioacute un gesto muy solidario A los dos meses un diacutea de lluvia faltoacute un paraguas del vestuario y un pilot de otra compantildeera muy bonito inigualable porque su novio se lo habiacutea traiacutedo de Brasil Todas nos pusimos furiosas soltaacutebamos indirectas estaacutebamos nerviosas desconfiadas ndashYa la vamos a encontrar ndashY no se salva de una paliza Al poco tiempo una compantildeera vio a la hija de Lucia en una parada de oacutemnibus en el Centro luciendo el pilot en cuestioacuten El lunes se armoacute el revuelo Rodeamos a Luciacutea en el vestuario y le pedimos explicaciones Negaba se arrodillaba juraba por las hijas Las viacutectimas de los robos queriacutean pegarle y que confesara Otras proponiacutean que fuera una comisioacuten a la casa a pedir las cosas Llegoacute la hora de entrar a trabajar y estaacutebamos a los tirones Las tres interesadas y la delegada de la seccioacuten no queriacutean entrar queriacutean aclararlo todo La teniacutean como presa no la dejaban entrar a la seccioacuten ni salir del vestuario Los compantildeeros de la faacutebrica se enteraron lo que estaba pasando en el vestuario de mujeres A una de nosotras se le ocurrioacute que deberiacutea ir una sola de las compantildeeras del turno que saliacutea a buscar el pilot y que sirviera de prueba Asiacute fue Las hijas le dieron las prendas que supuestamente su madre mandaba buscar es decir el paraguas y el pilot Ya con la prenda en manos de sus duentildeas era muy difiacutecil justificar nada eran hechos consumados Cinco mujeres estaacutebamos fuera del puesto de trabajo

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peleaacutendonos en el vestuario tomando la justicia en nuestras manos A esa hora hasta el jefe de personal sabiacutea lo que estaba pasando en el vestuario Llamaron a todo el grupo a la oficina de personal El jefe nos dijo que eacutel teniacutea que denunciar el robo a la policiacutea que el mismo es causal de despido y que ademaacutes las dos que fueron viacutectimas del robo estaban en su derecho a denunciarla tambieacuten a la policiacutea ndashNosotras no queremos ni una cosa ni la otra ndashle contestamosndash Solo queremos darle un escarmiento No somos quien para quitarle el pan a nadie y denunciarla a la policiacutea tampoco porque para eso nos bastamos nosotras que una paliza a tiempo no le va mal a nadie ndashParsquo que aprenda ndashdijo Paulina El jefe dijo ndashSiendo asiacute les tengo que hacer el parte a ustedes tambieacuten por estar fuera del lugar de trabajo Si ya estaacute aclarado cada una a su puesto Ella se queda para hablar al respecto Al salir de la oficina le dice una notiexclChorra iexclLadrona Luciacutea contestoacute llorando ndashiexclNo seas mala Tengo una enfermedad soy cleptoacutemana Todas retrocedimos dispuestas a pegarle ndashiexclTe vamos a dar cleptoacutemana iexclLadrona El jefe tuvo que ponerse en medio para que no le pegaacuteramos Asiacute a los empujones salimos de la oficina hacia la seccioacuten de hilanderiacutea Cuando caminaacutebamos hacia la seccioacuten una dice ndashiquestSaben Me dio laacutestima pobre ndashiquestEstaacute enferma ndashNada ndashdice Teresandash Yo leiacute que la cleptomaniacutea es una enfermedad de ricos y a eacutesta soacutelo le quedan las mantildeas Es una chorra y lo peor es una mala compantildeera no piensa en nadie Con razoacuten dio doble para Paulina se quedaba con todo el sueldo de una compantildeera sin importarle nada

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ndashiquestQuieacuten tiene derecho a robarle a otra iquestEh ndashLaacutestima que se nos encarajinoacute con el jefe Porque lo que es eacutesta con la paliza que le dimos no roba maacutes ndashdice Paulina remangaacutendose las mangas de la camisa y con la cara muy roja

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El Boston

La Unioacuten Obrera Textil estaba en el local de una antigua pizzeriacutea en la calle Fraternidad en el barrio Conciliacioacuten Eran dos habitaciones donde se amontonaban carteleras pinceles tarros con engrudo diarios para hacer planograf estandartes usados con textos que se volviacutean obsoletos raacutepidamente Los nuevos aconteceres sindicales se viviacutean de prisa De las paredes colgaban piolas donde se poniacutean a secar los nuevos carteles Algunas pocas sillas bancos largos encimados contra la pared completaban aquel desorden Aquiacute entraacutebamos por primera vez todos los que queriacuteamos enterarnos del sindicato del salario miacutenimo de las categoriacuteas del uacuteltimo convenio y buscar a alguien que fuera a la puerta de la faacutebrica el diacutea de cobro para que nos ayudara a descubrir las diferencias mirando el sobre del sueldo Asiacute empezamos a querer aquel lugar que se llamaba Sindicato En eacutepoca de conflicto siempre habiacutea mucha gente casi funcionaba en la vereda no cabiacuteamos cada diacutea eacuteramos maacutes Corriacutea el antildeo 1954 Alguacuten domingo cuando habiacutea Asamblea General la asamblea grande del gremio se alquilaba otro local Casi siempre se haciacutea en el barrio del puerto en la Ciudad Vieja Calles angostas huacutemedas y oscuras se llenaban de risas y colores al pasar las compantildeeras textiles que por decenas iban llegando desde el Cerro La Teja Marontildeas Desde los bares los parroquianos saliacutean a mirarlas como si fuera un espectaacuteculo dominguero Pareciacutea que esas mujeres iban oxigenando el barrio mujeres obreras de todas las edades que caminaban por las aceras a paso firme El ruido de tantos pies hablaba de luchas que se

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avecinaban El Boston era un viejo club de boxeo que estaba en la calle Piedras y Yacareacute donde a veces nos estremeciacutea el pitar de los barcos de ultramar saludando a Montevideo al llegar o despidieacutendose de ella al irse Oliacutea a viejas cervezas derramadas en el suelo de madera y a tabaco Teniacutea una claraboya con vidrios oscurecidos por el holliacuten que alguna mantildeana dejaba entrar un rayo de sol El ring de madera estaba situado en medio de la sala Los dirigentes del gremio subiacutean a eacutel voleando la pata entre las cuerdas y llevando su propia silla Una mesa del bar que era traiacuteda en alto por alguacuten voluntario completaba el escenario La uacutenica luz eran los cuatro focos que iluminaban al ring los actores eran ahora nuestros dirigentes El aire se iba enrareciendo mientras se llenaban los asientos y se oscureciacutean maacutes los rincones por el humo Con el Boston de bote a bote un tamborileo de dedos y pies nerviosos anunciaba que queriacuteamos escuchar pronto a la Comisioacuten Directiva dando las noticias de la marcha del conflicto Estas fueron mis primeras asambleas y las viviacutea como un espectaacuteculo Auacuten no entendiacutea muchas palabras del argot sindicalero ldquomocioacuten de ordenrdquo ldquovamos a pasar a cuarto intermediordquo pero como nunca tuve problema en preguntar me fui enterando de lo que significaban y me fui apropiando de esa forma tan rara de hablar que despueacutes hice miacutea Completaba el espectaacuteculo la parte oratoria Me llamaba la atencioacuten la admiracioacuten que se teniacutea por Heacutector Rodriacuteguez y por Eusebio Caetano y el respeto con que se escuchaban sus intervenciones Heacutector ademaacutes de sus ocho horas diarias en el telar teniacutea formacioacuten universitaria por lo cual conociacutea los dos lenguajes Hablaba sencillo y muy claro Algunas mujeres muy pocas subiacutean al ring para hablar Sin embargo siempre habiacutea una en la mesa de la asamblea sacando actas Las que se atreviacutean a hablar eran Blanca Peralta o Delia Maldonado Se

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destacaba Irene Peacuterez por un muy buen manejo de la palabra Yo en esa eacutepoca no me daba cuenta auacuten Irene era una militante poliacutetica muy disciplinada era maacutes poliacutetica que sindicalista esa era la diferencia De esos hombres y mujeres aprendiacute mucho en cada asamblea Fueron mis tempranos iacutedolos Idealiceacute mis primeros antildeos sindicales para miacute mi Sindicato era el maacutes combativo y no aceptaba bromas de ninguacuten compantildeero sobre la honestidad de nuestros dirigentes El sindicato era la uacutenica forma de lucha que conociacutea No conociacute otra hasta que llegaron a mis manos algunos libros La madre de Gorki recuerdo que me lo dio Blanca despertoacute en miacute nuevas inquietudes Descubriacute que no bastaba ldquoir parsquo delanterdquo solamente como deciacuteamos en la faacutebrica Yo queriacutea saber queacute era ldquotaacutectica sindicalrdquo y queacute era ldquoestrategia frente a la patronalrdquo Me empeceacute a reunir con algunos anarcos de mi faacutebrica los amigos que me abrieron las puertas de la gran Biblioteca Popular del Cerro allaacute donde se encuentran las calles Repuacuteblica Argentina y Chile

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Despueacutes de la huelga

En los acuerdos entraacutebamos a trabajar todos los despedidos A miacute me tomaron como si fuese nueva cuando habiacutea entrado a Lana Uruguaya teniacutea soacutelo trece antildeos y no estaba permitido por la ley que trabajaran nintildeos menores de catorce antildeos Nosotros transamos pero a los dos meses me suspendieron por falta de trabajo hasta nuevo aviso y no me volvieron a llamar Lo peor es que yo tampoco habiacutea cumplido las cien jornadas de trabajo como nueva la suspensioacuten fue una trampa y caiacute en ella No teniacutea derecho a reclamar mipuesto de trabajo El sindicato recieacuten saliacutea del desgaste de la huelga y me tuve que aguantar en el molde Era muy comuacuten que te tomaran y te suspendieran ldquomomentaacuteneamente por falta de trabajordquo antes de cumplir las cien jornadas de trabajo A las dos o tres semanas te volviacutean a tomar y asiacute hasta por dos antildeos Con esto impediacutean que te convirtieses en un trabajador efectivo y te manteniacutean en una situacioacuten de inseguridad laboral constante Seguiacute militando en el sindicato aunque me costoacute mucho volver a trabajar en la industria quedeacute en ldquola lista negrardquo Haciacutea limpiezas en casas de familia y de tarde me iba al sindicato donde teniacutea mis amigas y compantildeeras Luego empeceacute a trabajar en pequentildeas faacutebricas de tejidos de punto cuando quedaba cesante volviacutea a hacer limpiezas No perdiacute contacto con el gremio Trabajeacute con Delia en la organizacioacuten del Sindicato de Tejido de Punto Era muy difiacutecil eran faacutebricas muy pequentildeas

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teniacuteamos que ir a la puerta de cada faacutebrica y hablar una por una con las obreras Tuve la suerte de acompantildear a Emilio Deconcilis y a Heacutector Rodriacuteguez en las primeras reuniones de la Asamblea Consultiva Pro Central Uacutenica en los locales de la Federacioacuten de la Bebida y de la Federacioacuten de la Carne donde participaban todos los sindicatos Marchaacutebamos hacia la unidad de toda la clase obrera Autoacutenomos y de la Unioacuten General de Trabajadores con recelo pero marchaacutebamos juntos organizando los primeros paros unitarios de toda la clase obrera montevideana Todo el conjunto de los trabajadoresy las mujeres tambieacuten Yo seguiacutea sin trabajo fijo Haciacutea poco habiacutea muerto mi padre Mis hermanas se habiacutean casado quedeacute sola con mi madre y habiacutea deudas en casa Ese tiempo lo viviacute como un desborde de actividad pero mi madre sabiacutea que yo igual traiacutea el salario a casa y eso me permitiacutea cierta independencia ndashSos igual que tu padre ndashdeciacutea por mi militancia No seacute si le agradaba o le disgustaba pero yo sentiacutea su apoyo silencioso En 1957 acepteacute invitaciones de los compantildeeros de la Juventud Socialista que trabajaban por la formacioacuten de los sindicatos agriacutecolas Asiacute conociacute Paysanduacute Artigas y Treinta y Tres En 1958 empeceacute a trabajar fija en SADIL Alliacute trabajeacute diez antildeos de los cuales ocho fui delegada Vinieron las ocupaciones de la faacutebrica en lucha contra la desocupacioacuten La crisis de la deacutecada del 60 empezaba a hacer estragos y la lana se iba del paiacutes sin industrializar La poliacutetica del gobierno fondomonetarista se hizo notar enseguida Nos entregaron atados de pies y manos al mercado norteamericano Esto tuvo durante varios antildeos en lucha al gremio textil entero en el intento infructuoso de defender la industria nacional La ocupacioacuten de faacutebricas del 64 al 68 fue un ejemplo de militancia de las mujeres Horas en la faacutebrica ocupada sin ganar dinero las maacutequinas paradas la faacutebrica friacutea El gremio en pie de lucha Yo me habiacutea casado y ya teniacutea dos hijos

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Las mujeres eacuteramos la mayoriacutea nos turnaacutebamos para ir a casa atender a los hijos y a las tareas del hogar y volviacuteamos a entrar a la faacutebrica a seguir la huelga de brazos caiacutedos Duroacute mucho tiempo Discusiones asambleas y marchas que soacutelo sirvieron para fortalecer al gremio y nada maacutes porque todo se jugaba en la poliacutetica nacional y nosotros no decidiacuteamos estaacutebamos lejos de la poliacutetica Algunas de las faacutebricas inevitablemente cerraron y se fueron los capitales del paiacutes En esa eacutepoca escribiacute mis primeros artiacuteculos en Liberacioacuten una publicacioacuten de dos hojitas que sacaacutebamos en la Agrupacioacuten Textil del departamento sindical del Partido Socialista en Montevideo Vino la desocupacioacuten Estuve largos periacuteodos en el seguro de paro y luego nos ofrecieron el despido que al fin acepteacute en el 70 y me alejeacute de la industria Siempre mantuve la actividad sindical pero me metiacute maacutes en la tarea poliacutetica en el Partido Socialista y en el Frente Amplio que en ese momento se creaba Nunca fui rentada ni en la actividad sindical ni en la poliacutetica tal vez salieron muchos pesos de mi flaco bolsillo para una lucha con la que me sentiacutea totalmente comprometida como todos los militantes sindicales de esos antildeos Viviacutea apasionadamente los acontecimientos en un aprendizajepermanente Todos aprendiacuteamos e iacutebamos modificando nuestra vida personal en la medida en que empezaacutebamos a participar en la vida colectiva Fueron los mejores antildeos de mi juventud

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Jorgelina y Delia en Budapest

La invitacioacuten llegoacute al gremio textil desde Hungriacutea de parte de la Federacioacuten Sindical Mundial Se trataba de una Conferencia de Mujeres Trabajadoras con convocatoria internacional No hablaban de solventar el viaje La direccioacuten de nuestro gremio consideroacute importantes las relaciones internacionales y resolvioacute organizar una rifa para solventarlo El tiempo apremiaba y no se llegaba a completar la cifra total Cercano a la fecha de viajar soacutelo se teniacutea el cincuenta por ciento del dinero Consultadas las dos compantildeeras aceptaron correr el riesgo de viajar soacutelo con pasaje de ida con la salvedad que desde aquiacute seguiriacutean gestionando el tema del retorno Eso de ir a Budapest sin pasaje de retorno era una verdadera locura Mamaacute preparoacute los tallarines como cualquier domingo Vinieron dos hermanos y tres sobrinas Mi vieja estaba muy silenciosa Me daba miedo que en cualquier momento saltara con unahellip No era una despedida era una preocupacioacuten para todos Y mi vieja lo soltoacute ndashEse paiacutes dicen que estaacute atraacutes de la cortina de hierro ndashLas cosas cambiaron mucho No nos va a pasar nada ndashEsa compantildeera que va iquestya la conociacuteas ndashSi es macanuda Delia Maldonado ndashSu familia tambieacuten estaraacute preocupada ndashEs una gran oportunidad ndashdijo mi hermano

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Y mamaacute nos miroacute con una sonrisa iroacutenica ndashLos del sindicato podiacutean haber sacado un preacutestamo ndashdijo mi sobrinandash cuando vieron que el dinero de la rifa no alcanzaba y se terminaba de pagar con otra rifa No se puede creer que las manden solo con el pasaje de ida Ojalaacute que no sea para sacaacuterselas de encima Y se rioacute ndashHablando de preacutestamo iquestalguien me puede prestar una valija El barco sale el martes a las 12 de la mantildeana No sabemos si tenemos camarote ndashdijo la negra Las compantildeeras viajaron en tercera de un buque italiano No les preocupaba Del viaje por mar contaron poco Las dos viajaron como perro en bote un poco asustadas Diacuteas y diacuteas viendo agua y cielo y alguacuten temporal Los relaacutempagos en el mar se ven de principio a fin Cabalgando las olas Y asiacute llegaron a Europa Siguieron viajando en tren hasta llegar a su destino Sin plata y hablando por sentildeas Disfrutando todo lo que veiacutean y escuchaban Sin saberlo estaban viviendo los cambios que pronto llegaron a esos paiacuteses de ldquodetraacutes de la cortina de hierrordquo Se estaban produciendo los cambios que ellas contaron al llegar Contaron de la solidaridad que recibieron de las otras delegadas cuando se enteraron de que no teniacutean pasaje de retorno a Uruguay Siempre la misma pregunta en distintos idiomas ndashiquestCoacutemo pasaje sin retorno El tema se hablaba en los pasillos con ellas mismas Las dos uruguayas resultaron muy interesantes en Hungriacutea tanto para las delegadas como para las inteacuterpretes Al escucharlas en las intervenciones se hicieron populares Les gustaba la personalidad de Jorgelina la sonrisa y la humildad de Delia Aunque no eran comunistas y ademaacutes veniacutean representando a sindicatos autoacutenomos de su paiacutes hablaban de meacutetodos sindicales diferentes Contaron

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que en las calles de Montevideo estaban las obreras y los obreros en pie de lucha por derechos sindicales Corriacutea el antildeo 1956 y se intentaba salvar las fuentes de trabajo buscando formar una Central Uacutenica de trabajadores con hombres y mujeres de todas las tendencias poliacuteticas eso asombraba Lo deciacutean en castellano se repetiacutea en distintas lenguas distintas cabezas se moviacutean afirmativamente Hablaron y escucharon sintieron que estaban en la tarea que habiacutean ido a cumplir con las compantildeeras de otras geografiacuteas Tres meses despueacutes de la conferencia en Budapest en octubre se confirmoacute lo que las dos compantildeeras en julio contaron a su regreso a la comisioacuten directiva del sindicato textil El descontento que pudieron apreciar por relatos de las compantildeeras huacutengaras anticipando que podiacutea pasar cualquier cosa la crisis poliacutetica econoacutemica y de confianza en el poder Los sindicatos estaban preocupados pero el silencio no alcanzaba para ocultarlo En octubre entraron a Budapest los tanques rusos a reprimir una revuelta popular con costos poliacuteticos y de vidas humanas

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Una conferencia nacional

Eacuteramos muchas setenta delegadas de la Capital y treinta del Interior Llegaron obreras textiles desde Paysanduacute y Juan Lacaze Saacutebado y domingo funcionariacuteamos en el Centro Obrero de Alpargatas el local maacutes grande y coacutemodo del gremio Estaba todo preparado para recibir a las compantildeeras y alojar a las que llegaban del Interior Cuando arribaron las dos bantildeaderas se escucharon cantos y salimos todas del local a recibirlas abrazos y besos conocieacutendonos y reconocieacutendonos Ya estaacuten los mates y las bolsas de bizcochos circulando Poco a poco nos vamos sentando para dar comienzo a la jornada Hoy 20 de octubre de1956 el compantildeero Ruben Huguet en nombre del COA da comienzo a la primera Conferencia Nacional de Mujeres Textiles en Montevideo Jorgelina Martiacutenez y Delia Maldonado son invitadas a pasar a la mesa y dar el informe de lo actuado en la Conferencia Mundial de Mujeres Trabajadoras realizada en junio del mismo antildeo en Budapest donde representaron a las obreras de nuestro paiacutes Jorgelina destaca que la situacioacuten y el nivel de vida de las obreras huacutengaras y de sus familias estaacuten relacionados con la fuerza de organizacioacuten sindical y la participacioacuten poliacutetica y social de su comunidad Cuenta muchas aneacutecdotas Delia Maldonado destaca que esta Conferencia con la representacioacuten

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de tantas faacutebricas de todo el paiacutes debe ser el comienzo de una relacioacuten muy estrecha entre nosotras las obreras textiles Hoy maacutes que nunca se requiere nuestra militancia para conseguir nuevas leyes y exigir que se cumplan las actuales ya que la tendencia de las empresas es a burlar los derechos de los trabajadores Y en forma muy documentada se refiere a los logros en Uruguay Nosotras no sentiacuteamos orgullosas de las dos iquestQuieacutenes nos habriacutean representado mejor que ellas Luego se da la palabra a las congresistas Se elige una compantildeera de Paylana y otra de Juan Lacaze para la presidencia Tanto las compantildeeras del Interior como las de Montevideo aportaron a los temas comunes un lenguaje combativo y optimista Blanca Peralta propone que se realice una encuesta en todas las faacutebricas acerca de los problemas que afectan especiacuteficamente a las obreras textiles Dice ademaacutes que a traveacutes de las huelgas se comproboacute que las obreras textiles tenemos una inquebrantable voluntad de lucha que nunca vacilamos ni siquiera cuando tuvimos que enfrentar al gobierno y a la policiacutea y que debemos reforzar la militancia y hacer del sindicato un lugar tambieacuten nuestro Al diacutea siguiente se trabaja afanosamente y se recogen las conclusiones 1) A igual trabajo igual salario 2) Que el ritmo de trabajo no afecte a la salud de las mujeres trabajadoras 3) Realizacioacuten de una encuesta nacional sobre las necesidades de las obreras madres orientada a reivindicar las casas-cunas en los lugares de trabajo 4) La Conferencia reconoce el diacutea 8 de marzo de cada antildeo como Jornada Internacional de la Mujer Trabajadora Acuerda participar activamente en su conmemoracioacuten y explicar los motivos de tal jornada 5) La Conferencia resuelve participar con una delegacioacuten en la proacutexima Conferencia Nacional de Mujeres Trabajadoras de todos los gremios a realizarse en noviembre en Montevideo 6) La Conferencia expresa finalmente la solidaridad con los trabajadores

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de Montevideo y del interior que se encuentran en conflicto especialmente con las compantildeeras de FUNSA que acampan frente al Palacio Legislativo Se propone que las conclusiones de la Conferencia se integren en el orden del diacutea del proacuteximo Congreso Nacional de Obreros Textiles para considerarlas reivindicaciones de la totalidad del gremio Antildeos despueacutes el gremio textil fue el primero en obtener ldquoa igual trabajo igual salariordquo Esos dos diacuteas fueron muy emocionantes para todas iexclJuntarse cien mujeres para hablar de cosas propias inquietudes propuestas Nada de esto impidioacute las ruedas de mates en los descansos las risas la confraternidad las promesas de visitarse Esta actividad consolidoacute maacutes la unidad del gremio textil y agregoacute madurez al movimiento obrero que ya estaba reunieacutendose en la Comisioacuten ProndashCentral Uacutenica de Trabajadores De eso tambieacuten se pudo hablar ese antildeo tan fermental y combativo Hay cosas que no se olvidan la polenta el viento en la camiseta que trajeron Jorgelina y Delia al regresar de Budapest La fuerza que necesitaacutebamos para seguir en la lucha Ahora todas comunicadas agigantadas

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Las friyeras

En la mitad de la deacutecada del cincuenta la crisis muestra su cara maacutes siniestra a los trabajadores del Cerro de Montevideo Despueacutes de enriquecerse en nuestro paiacutes los duentildeos de los frigoriacuteficos extranjeros amenazan con cerrarlos y marcharse del paiacutes La lucha de los trabajadores toma las calles del barrio Entre las obreras de los frigoriacuteficos del Cerro muy pocas participaban en la militancia sindical y mucho menos en la direccioacuten del gremio Esto sucediacutea en todos los casos pero a su manera ellas se incorporaron a la lucha como siempre Las ldquofriyerasrdquo como les deciacutean despectivamente de aspecto recio y firme mujeres de ldquocuchillo en manordquo su herramienta de trabajo teniacutean por dentro un corazoacuten tan grande como sus faldas Eran unas luchadoras y lo demostraron en muchas ocasiones Solidaridad y lealtad para con sus hombres las caracterizaban Digo ldquosus hombresrdquo y no hablo soacutelo de maridos padres e hijos sino tambieacuten de sus compantildeeros del gremio porque a pesar de que en 1956 creyeron que solo ellos eran el Sindicato no permitieacutendoles integrarse a la huelgade hambre a ninguna de ellas cuando la situacioacuten se puso difiacutecil y no se conmoviacutean los poderes puacuteblicos y pasaban los diacuteas sin solucioacuten ellas no dudaron no se sintieron de otra parte A las mujeres les sobroacute iniciativa creatividad combatividad y actuaron solas Marchamos al Parlamento

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Eacuteramos unas cincuenta entre trabajadoras del frigoriacutefico hijas de trabajadores esposas otras como yo solo vecinas del barrio Mi padre era obrero portuario y yo obrera textil pero me sentiacutea parte de la lucha de las friyeras Todos eacuteramos obreros y otros compantildeeros podiacutean morir en esta huelga de hambre Defendiacuteamos intereses de la clase trabajadora Se habiacutean roto las negociaciones ndashiexclA las cuatro ndashiexclSiacute Yo tambieacuten ndashiexclA las cuatro ndashiexclY no falto Son las cuatro de la tarde Con bolsos y nintildeos de la mano empiezan a llegar Piden ser escuchadas por los parlamentarios Se sientan esperan no tienen apuro no volveraacuten sin ser escuchadas Ellas tambieacuten son el Sindicato y saben explicarlo muy bien saben hablar de reivindicaciones porque les son propias ndashMucho comunicado de prensa pero pocas soluciones para la huelgandash dicen a los periodistas Una tarde muy friacutea medio centenar de mujeres del Cerro ocupan la explanada del Palacio Legislativo Seguro no es un lindo espectaacuteculo ese mujereriacuteo en la explanada del Palacio Poco a poco son rodeadas por las ldquoFuerzas del Ordenrdquo ndashCirculen aquiacute no se pueden quedar No responden no es con ellos con quienes quieren hablar no importa la barrera policial Se les sigue ldquoexhortandordquo a irse a sus casas No escuchan se vuelven sordas por un momento Tranquilas Con calma de madres algunas se sientan para darles de mamar a sus hijos Creen que sentadas no les podraacuten pegar Se viene la noche Poco a poco de todos los bolsos sale comida leche para los nintildeos Se trajeron los mates tortas fritas vinieron preparadas para pasar la noche si es necesario

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ndash Aquiacute tiene coma compantildeera paacutesele a aquella Lo tienen claro no se van De alliacute no se mueve nadie Salen los parlamentarios y todas a la vez hablan dialogan explican piden exigen Los uacutenicos que se apersonan son Trias DrsquoElia Alba Roballo Zelmar Michelini Enrique Rodriacuteguez Arismendi Cardozo y Erro Ellos vuelven a entrar al Palacio de las Leyes prometiendo presentar una mocioacuten Por primera vez me di cuenta de lo frio y duro que era el maacutermolhellip Y tan lindo que se veiacutea desde el oacutemnibus cada diacutea Seguimos sentadas en la escalinata esperando esperando Pasan las horas Anochece Hace frio mucho frio De un lado los parlamentarios del otro otras voces ndashCirculen vuelvan a sus casas No les queremos pegar Se lo estaacuten buscando Haacuteganlo por sus hijos No pueden pasar la noche aquiacute Esas voces no las asustan estaacuten firmes en sus pretensiones y muy tranquilas Los nintildeos se duermen Como de la galera de un mago de los bolsos salen frazadas Se agrupan maacutes para abrigarse No se ha movido nadie seguimos sentadas en las escalinatas de maacutermol Personas que no conocemos tratan de hacernos llegar paquetes sin eacutexito Los milicos se estaacuten poniendo nerviosos Se agrupa la gente en la acera de enfrente gritan mensajes pero no los podemos oiacuter Estaacuten muy lejos Por fin se abre otra vez la puerta salen los mismos parlamentarios Anuncian que se consiguioacute una Comisioacuten que mediaraacute en el conflictoUna esperanza nada maacutes una pequentildea alegriacutea Los parlamentarios nos piden que nos vayamos Esta Comisioacuten nos ofrece ciertas garantiacuteas por lo menos para poner fin a la huelga de hambre y para llevar la discusioacuten del cierre de los frigoriacuteficos al Parlamento y a toda la opinioacuten puacuteblica Son las once y media de la noche Con la alegriacutea de lo conseguido con los pies y el culo helados acompantildeadas por algunos parlamentarios abandonamos

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la escalinata de maacutermol que volvioacute a quedarse friacutea y sola Con la bandera uruguaya desplegada para romper el cerco policial llegamos al Cerro a la Federacioacuten de la Carne a casa a tomar un plato de sopa caliente Y yo a las cinco y media de la mantildeana a la faacutebrica textil donde trabajaba Llegaron friyeros del interior del paiacutes En esos diacuteas las mujeres tuvimos que resolver el alojamiento de los compantildeeros del frigoriacutefico Anglo de Fray Bentos que llegaron en una marcha en solidaridad con la huelga A ellas las alojamos en nuestras casas los compantildeeros se quedaron en la Federacioacuten Pudimos conocernos y confraternizar Tambieacuten llegaron delegaciones de Paysanduacute en mi casa alojamossbquo a compantildeeras de alliacute hicimos amistad y me escribiacute con ellas durante algunos antildeos Cuando maacutes tarde estuve en su pueblo las visiteacutesbquo y fue muy lindo el reencuentro y recordar esas luchas callejeras las historias no contadas

Una novia

En esa huelga se perdioacute mucho maacutes que los dos quilos de carne que cada obrero tenia diariamente por convenio y el cierre del frigoriacutefico Swift Perdimos a Rubeacuten Paleo y a Muntildeoz dos compantildeeros de la direccioacuten del gremio que murieron en distintas circunstancias A Muntildeoz no lo conociacutea pero con Rubeacuten eacuteramos amigos teniacuteamos largas conversaciones sobre anarquismo y sindicalismo Es muy doloroso perder a un amigo repentinamente cuando no te lo esperaacutes cuando queda mucho por hablar todaviacutea Ruben era de la directiva de la Federacioacuten de la Carne y junto con otros compantildeeros estaba haciendo la huelga de hambre Un diacutea lo sacaron con un fuerte dolor de cabeza y lo internaron Era meningitis y estaba muy grave A los cuatro diacuteas murioacute Compartiacute el dolor de aquella perdida con su familia sus compantildeeros y su novia Cuando llegueacute al velorio ella se acercoacute y me preguntoacute

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ndashiquestVos sos la Negrita Eacutel me hablo de vos iquestVos tambieacuten lo queriacuteas ndash y se contestoacutendash Eacutel por todos se haciacutea querer No pude contestarle se me anudoacute la garganta solo pude abrazarla fuertemente Ella caminaba y caminaba por toda la sala nerviosa Con todos conversaba preguntaba y preguntaba teniacutea muchos interrogantes y no podiacutea encontrar respuesta a lo que queriacutea saber Cuando se despidioacute sbquo abrazada al cajoacuten dijo despacito ndashHasta pronto amor Teniacutean muchos proyectos juntos Habiacutean comprado los muebles la heladera los platos el primus la caldera Estaban esperando que terminara la huelga para casarse Habiacutean sido novios durante seis antildeos Ruben murioacute el 19 de mayo de 1956 no habiacutea cumplido los 29 antildeos Ella no lo podiacutea superar lo recordaba obsesiva callada permanentemente Una tarde salioacute a comprar una cosa cualquiera y comproacute otra veneno para ratas Para que sus padres que no la dejaban sola no se dieran cuenta se lo comioacute en pequentildeas dosis en los desayunos untando el pancito con manteca diacutea a diacutea Para acortar la distancia Porque cuando le dijo ldquoHasta prontordquo lo dijo de verdad A la semana cuando se sintioacute mal no dijo nada y el meacutedico la tratoacute por gripe ndashSiempre fue muy sana ndashdijeron las hermanas Una semana despueacutes la internaron ya sin fuerzas y confesoacute que no queriacutea vivir maacutes ndashSoacutelo quiacuteteme los dolores doctor yo estoy tranquila yo estoy preparada Se olvidoacute de ella porque no se podiacutea olvidarlo Olvidoacute que habiacutea estudiado contabilidad comercio ingleacutes para defenderse en la vida Olvidoacute que estaba preparada pero no lo estaba para esa peacuterdida Olvidoacute para queacute serviacutea vivir Tuvo una muerte cruel que no mereciacutea Sucedioacute todo muy raacutepido Se fueron los dos sin despedida de solteros

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sin luna de miel Con ella perdimos una vida maacutes en esa huelga Hay que agregarla a la historia no contada donde se mezcla lo puacuteblico y lo privado lo social y lo particular Se llamaba Isabel Ledesma y teniacutea veintitreacutes antildeos murioacute el 19 de julio de 1956 El Cerro empezaba a vivir la agresioacuten cotidiana El hambre y la desocupacioacuten el luto y la tristeza ensombrecieron las luchas sindicales y los rostros de la gente Siento que tengo que contar estas historias de mujeres que son parte de hechos sociales que viviacute en mi juventud Me importa contarlas en su plenitud porque cuando no se cuentan y quedan ocultas se muestra una sola cara de la Luna pero la Luna es un todo la forman luz y sombra Igual igual que la realidad luz y sombras

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Las compantildeeras de FUNSA

La Negra Espronzato me invita a su casa a tomar mate Cuenta que ella nacioacute en Canelones y vino a Montevideo a trabajar como tantas muchachas ndashYo saliacute de entre los terrones a trabajar en lo que fuera o sea de domestica Pero tuve la suerte de que una vecina me avisara que en FUNSA estaban tomando mujeres Yo no sabiacutea nada de faacutebricas pero me dijo que se ganaba muy bien Eso me entusiasmoacute Lo malo me advirtioacute era que te tomaban y antes de las cien jornadas te despediacutean Pero la oportunidad no se podiacutea desaprovechar Se presentoacute en la puerta de la faacutebrica y quedoacute muy impresionada Era muy grande no la podiacutea comparar con ninguacuten galpoacuten que hubiera visto antes En ese momento una sirena anunciaba la salida de un turno Le parecioacute un hormiguero de tamantildeo desproporcionado Todos caminaban de prisa hombres y mujeres vestidos de azul de ldquobrin sanforizadordquo No sabiacutea a quieacuten preguntar ni que hacer se sintioacute muy pequentildea FUNSA era una gran faacutebrica de manufactura de caucho Alliacute se haciacutean botas zapatos de goma neumaacuteticoshellip Se le acercoacute una muchachita flaca larga y mal vestida que habiacutea estado recostada a la pared observando el mismo espectaacuteculo Le preguntoacute casi temblando ndashiquestAquiacute es FUNSA ndashSi La otra estaba en la misma que ella buscando trabajo

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Entre las dos se las ingeniaron para preguntar y encontrar la puerta de entrada Descubrieron el cartel en que una flecha indicaba donde estaba la oficina de personal Alliacute llegaron con una amistad de cinco minutos que les daba mucha seguridad ndashEstoy nerviosa ndashYo maacutes Se acercaron a una empleada y le preguntaron carraspeando ndashiquestAquiacute toman gente Sacaacutendose los lentes la empleada contestoacute con otra pregunta ndashiquestCuaacutentos antildeos tienen Se estaacute apuntando a las mayores de dieciocho iquestTienen cedula de identidad ndashSi ndashdijo la Negra Echoacute mano al bolsillo y puso su documento sobre el mostrador ndashNo contestoacute la otra con poca voz y dando un paso hacia atraacutes ndashEntonces saacutecala y veniacute otro diacutea ndashdijo desinteresada la empleada ndashNo estoy apuntada en el Registro Civil mis padres no estaacuten casados Mejor dicho no estoy reconocida ndash o dijo casi como una confesioacuten La empleada siguioacute escribiendo La joven dio media vuelta dispuesta a irse ndashEspeacuterame un poquito no te vayas ndashle pidioacute la Negra Al poco rato la Negra salioacute como borracha de alegriacutea ndashiexclMe tomaron Afuera la esperaban los ojos huacutemedos de la muchacha ndash Mis padres no me apuntaron cuando naciacute y no seacute coacutemo lo tengo que hacer ndash No te preocupes iquestCoacutemo te llamas ndashLuisa ndashVamos a preguntar Tenemos que ir hoy porque mantildeana empiezo a trabajar Vamos No podeacutes estar sin documentos en Montevideo Luisa no pudo entrar esa semana los traacutemites llevaron varios diacuteas

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ndashHaciacutea un calor terrible ese verano Entreacute en 1947 yo era una muchachita Todo lo nuevo da un poco de miedo el olor tan fuerte a caucho el ruido la gente que te observa y que todaviacutea no conoceacuteshellip La Negra sacoacute un poquito de yerba y acomodoacute la bombilla ndashLas nuevas entran y salen todas juntas se esperan para darse aacutenimo Vos ya sabeacutes ndashesquivoacute la mirada y sonrioacutendash Aunque no lo creas yo era tiacutemida En 1952 la Negra y Luisa seguiacutean siendo amigas Haciacutea cinco antildeos que trabajaban en el mismo turno La Negra trajo a una hermana maacutes chica a trabajar a Montevideo que entroacute en PHUASA una faacutebrica textil y unos meses despueacutes trajo a un hermano que consiguioacute entrar en ANCAP Los padres desde Canelones les mandaban una vez por semana bolsos con frutas verduras y cordero De esos paquetes algo iba para Luisa que teniacutea muchos hermanos Porque la huelga del 52 esa fue brava No se acuerda mucho de coacutemo empezoacute ella en el Sindicato pero recuerda que un diacutea en su turno se empezoacute a hablar de sindicato dentro de la faacutebricaNunca habiacutea oiacutedo nada sobre eso Escuchoacute que habiacutea otros gremios que iban a la huelga ndashEn FUNSA habiacutea un sindicato ldquoamarillordquo Casi todos eran administrativos encargados capataceshellip Los amarillos no queriacutean ir a la huelga Luisa y la Negra callaban escuchaban pero no estaban ajenas a nada porque sabiacutean de las injusticias que se cometiacutean y de las mantildeas del viejo Pedro Saacuteenz Habiacutean visto muchas veces temblar al capataz cuando el patroacuten recorriacutea la fabrica no podiacutean oiacuterlo pero se daban cuenta que lo estaba miliqueando que le pediacutea ldquomaacutes velocidad mas produccioacuten mas controlrdquo El capataz se poniacutea rojo de verguumlenza y la gente se daba cuenta ndashAsiacute es la cosa cuando quereacutes acordar te despiden y anda a reclamarle a Macucho Y al capataz igual que a cualquiera No se acuerda porque todo fue muy raacutepido Los gremios del puerto y el transporte de Montevideo empezaron una huelga por derechos sindicales para

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todos y el gobierno decretoacute Medidas Prontas de Seguridad Las Medidas Prontas de Seguridad decretadas por el gobierno permitiacutean al Poder Ejecutivo enviar al Ejeacutercito a sustituir en sus puestos de trabajo a los funcionarios puacuteblicos en huelga Esa fue brava En la faacutebrica nos deciacutean que nosotros en FUNSA no teniacuteamos nada que ver que arreglariacuteamos directo con el patroacuten iquestY eso queacute importa Si todos los gremios llaman a la huelga porque el Ejeacutercito entroacute a trabajar en el Puerto nosotros tambieacuten Me animeacute y lo dije en la asamblea ndashYo no subo a un oacutemnibus si lo maneja un milicondash dijo Luisandash Dice mi padre que el Ejeacutercito entra mantildeana a los tranviacuteas que no suba En el vestuario las demaacutes callaban ndashDicen que hay que apedrearlos ndashagregoacute Luisandash y yo tengo flor de punteriacutea Todas rieron coacutemplices A la mantildeana siguiente en la calle camiones de milicos por todas partes Vigilaban la ciudad cerraban los locales sindicales y en la puerta dejaban un milico vigilando que no entrara nadie Los sindicalistas pasaban a la clandestinidad se refugiaban en casas de familiares o de otros compantildeeros pero seguiacutean reunieacutendose ANCAP ocupado tambieacuten por el Ejeacutercito La Negra era la mayor de los hermanos la jefa de hogar con veintitreacutes antildeos No se acostaba hasta que llegaran todos por la noche En casa de la Negra se sabiacutea lo que pasaba en tres sindicatos los tres hermanos trabajaban en distintas lugares FUNSA textiles y ANCAP De a poco se iban integrando aunque no supieran mucho de sindicatos A veces comiacutea sola nerviosa esperando que llegaran ndashNo me pasaba la comida Cada vez teniacutea menos para poner a la olla todos los integrantes de la casa en huelga

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ndashMiedo pero maacutes rabiahellip Cuando llegaba Luisa las dos saliacuteamos a la calle a ver queacute pasaba Si cuadraba apedreaacutebamos alguacuten oacutemnibus manejado por carneros En los diarios FUNSA convocaba a los trabajadores diciendo que el que no se presentara al otro diacutea se podiacutea considerar despedido Les enviaban telegramas colacionados ndashAngustia miedo rabia pero carnerear iexclnunca ndashDe a poco las cosas fueron cambiando y ahora nosotras tambieacuten empezamos a cuidar en las esquinas que no entraran a carnerear a la faacutebrica Se puso muy difiacutecil el Ejeacutercito puso camiones en las dos esquinas de FUNSA Entraron los capataces y algunas empleadas Les gritaacutebamosldquocarnerosrdquo y ldquobee beerdquo Algunas veces nos corrieron los milicos y nos tuvimos que esconder en casas que como al descuido dejaban la puerta sin pasador Los vecinos nos apoyaban Teniacuteamos algunos compantildeeros de base presos ndashLe dije a Luisa que estaba con mucha bronca y que ahora teniacutea yo tambieacuten buena punteriacutea con las piedras y nos empezamos a reiacuter como si fuera una travesura Luisa despueacutes que tuvo la ceacutedula de identidad dijo que se sentiacutea persona Se interesaba por los derechos que tienen los trabajadores A la Negra no le gustaba la injusticia Hicieron un piquete solitas ellas dos Sin saber mucho de poliacutetica se empezaron a decir socialistas como el compantildeeroIrmo Bidegaray ndashNo sabiacuteamos doacutende se reuniacutea el Sindicato Preguntando preguntando llegamos a donde se cocinaba era la olla sindical Alliacute conocimos hombres y mujeres de otros sindicatos Nos reuniacuteamos lejos a veces en el Cerro con los de la Federacioacuten de la Carne y escuchaacutebamos Lo que sucediacutea en todo Montevideo era maacutes de lo que imaginaban Ya eran los uacuteltimos diacuteas de la huelga general se negociaban soluciones hasta con el Ministro de Trabajo ndashFueron luchas por salario y mucho maacutes Movimientos callejeros se

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ocupaban las faacutebricas caravanas por la ciudad en camiones mujeres y hombres en camiones recorriendo los barrios hasta el Palacio Legislativo y alliacute llegaban otros gremios Las mujeres tambieacuten subiacuteamos a los camionesnos encontraacutebamos con ustedes las textiles saludaacutebamos con las banderas del Sindicato acampaacutebamos frente al Palaciohellip Y la persecucioacuten tambieacuten compantildeeros presos por varios diacuteas en cada salidahellip ndashUn diacutea ocupamos FUNSA Comunicamos ldquoHuelga de brazos caiacutedosrdquo Don Pedro Saacuteenz que era un deacutespota no queriacutea venir a hablar con los trabajadores Nosotros pusimos la faacutebrica en marcha nuevamente Le dijimos que ahora la faacutebrica era nuestra iexclAy juna Cuando los de la oficina lo llamaron para darles nuestra respuesta y vio que saliacutea humo por las chimeneas llegaron tres autos con los del directorio siacute vinieron a interesarse por lo que pasaba Las cosas las conseguiacuteamos soacutelo asiacute por la fuerza de los trabajadores Cuando terminoacute la huelga y entraron a trabajar en su turno Luisa y la Negra se dieron cuenta de que ellas eran distintas estaban maacutes atentas a los comentarios a lo que pasaba dentro de la faacutebrica ndashNosotras dos eacuteramos las uacutenicas de las nuevas que nos entreveraacutebamos con los del gremio Asiacute supieron que en la faacutebrica se buscaba formar un sindicato autoacutenomo y fueron las dos primeras mujeres que trabajaron en esa primera comisioacuten buscando adherentes Era casi secreta porque alliacute antes solo habiacutea ldquosindicato amarillordquo La Negra y Luisa eran aparadoras buenas trabajadoras cumplidoras eran respetadas ndashNo queriacuteamos ni sindicato rojo ni amarillo queriacuteamos que fuera de los trabajadoresde FUNSA ndashFue asiacute que nos hicimos del Sindicato ndashiquestEn aquella eacutepoca las mujeres tampoco sobresaliacutean en el sindicato ndashNo teniacuteamos intereacutes en sobresalir Eran tiempos distintos algunas de nosotras no sabiacutea leer ni escribir Muchas mujeres de FUNSA eacuteramos del

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interior del paiacutes algunas teniacutean miedo de perder el trabajo pero apoyaban al Sindicato aunque no queriacutean aparecer puacuteblicamente Habiacutea compantildeeras de Artigas Rivera Melo de muy lejos Veniacutean a Montevideo solas con una recomendacioacuten de un club colorado o blanco y sin conocer a nadie En Montevideo se metiacutean a vivir en una fonda y si no llegaban a entregar la carta en la faacutebrica porque les daba miedo se empleaban con cama en una casa de familia y alliacute se hundiacutean trabajando Habiacutea mucho trabajo en esa eacutepoca y tambieacuten mucha lucha sindical en la calle Durante la huelga las mujeres trabajamos mucho vendiacuteamos bonos conseguiacuteamos mucho apoyo en otros gremios pediacuteamos en la feria y en el mercado fruta y verdura llevaacutebamos las finanzas y ayudaacutebamos en la olla sindical No era nada nuevo igual que ustedes Tambieacuten hablaacutebamos en las asambleas pero eacuteramos las menos Esa la huelga grande del 52 es la que maacutes recuerdo La Negra Espronzato me alcanza el mate ndashEran otros tiempos Queda pensativa Se riacutee ndashUna vez entroacute la policiacutea al local del Sindicato Pusieron todo patas arriba pero el dinero del Sindicato lo salvamos porque a una compantildeera que andaba con su tejido de arriba para abajo se le ocurrioacute ovillar lana alrededor del rollo de billetes Y asiacute pasoacute el dinero como una madeja maacutes en el bolso junto a las agujas y al buzo que tejiacutea Los antildeos 50hellip Ahora es diferente Yo hablaba poco en las asambleas era maacutes de hacer no de hablar ni de escribir ndashHablaba cuando me poniacutea furiosa cuando me calentaba No aguanto las injusticias Era cuando hablaba porque no podiacutea con mi genio Nos despedimos con un fuerte abrazo Teniacuteamos muchas cosas en comuacuten el mismo patroacuten la misma rabiahellip

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Las mujeres del Arrozal

Ellas se quedan en el rancho pero luchando Lo deciden asiacute colectivamente Las mujeres las familias de los obreros arroceros tendraacuten participacioacuten en la huelga que se avecina Las mujeres crean un espacio de lucha el rancho su rancho se vuelve trinchera territorio a defender Por ellas y sus hijos los militantes de esos locales sindicales Los hombres los obreros de los arrozales preparan otra tarea Iraacuten a Montevideo a reclamar salarios dignos y el jornal de ocho horas Alliacute en los antildeos cincuenta se trabaja de sol a sol y no se ve plata les pagaban con bonos que soacutelo se pueden gastar en el almaceacuten del patroacuten El rancheriacuteo en el predio del patroacuten era parte de lo convenido era salario El rancho no es un beneficio al patroacuten le asegura la presencia del obrero en el lugar de trabajo Las mujeres quedaraacuten cuidando la retaguardia Son la otra mitad la que defiende y ocupa el puesto de trabajo de los maridos Las mujeres algo inusual en las zonas agriacutecolas se reuacutenen a discutir las acciones aunque todas ldquoacataban la mayoriacuteardquo seguacuten deciacutean Creo que fueron las primeras reuniones dentro del arrozal con mujeres tratando temas sindicales iquestCoacutemo llegueacute a conectarme con ellas iquestPor queacute iquestQueacute sentiacute entonces yo una joven que desconociacutea el campo y sus modos de vida No fui sola me invitaron a recorrer los caminos de los arrozales a acortar las distancias entre

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los trabajadores del campo y los de la ciudad ndashTenemos que llegar antes que se haga la noche ndashiquestQueacute deciacutes no te oigo nada Cuando habiacuteamos alcanzado la cima del repecho apagoacute el motor y dejoacute que la moto se deslizara a su voluntad por el bajo un largo bajo que acababa en el fondo de una cantildeada donde un poco de agua estancada haciacutea un charco en medio del camino de tierra ndashPor la noche es maacutes seguro llegar y que no nos vean los patrones o los capataces Como las familias viven dentro del arrozal tenemos que llegar como familiares o algo asiacute Esto me lo deciacutea el compantildeero Orosmiacuten Leguizamoacuten en el momento en que apagaba la moto en que viajaacutebamos Encendioacute un cigarrillo Atardeciacutea lentamente Al costado habiacutea un monte de eucaliptos se escuchaba el mugir de algunas vacas que se acercaban caminando pesadamente a buscar el abrigo de los aacuterboles cercanos Al poco rato luego de caminar para estirar las piernas Leguizamoacuten tiroacute el pucho con un tinguintildeazo y volvioacute a poner la moto en marcha Era aquel camino de bajos y repechos de cantildeadas Teniacuteamos que bajar a veces de la moto bordear un alambrado y empujarla Asiacute viajaacutebamos hasta que a eacutel se le ocurrioacute hablar como si le dieran cuerda Teniacuteamos la mitad del camino hecho y eso lo tranquilizaba no sabiacuteamos si nos alcanzariacutea la nafta iexclQueacute noticia ndashPero se estaacute portando bien la pobre moto de Toledo Atada con alambres la usamos todos los de los sindicatos de Treinta y Tres ndashiquestYa estamos cerca de la Charqueada ndashpregunteacute ndashSiacute soacutelo podemos hacer dos asambleas este fin de semana iquestsabes Leguizamoacuten a los gritos cantaba tangos de Gardel que yo no podiacutea acompantildear porque no sabiacutea toda la letra Me sentiacutea contenta Montevideo habiacutea quedado lejos Y ahora teniacutea ante miacute el campo lleno de movimientos extrantildeos

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iquestPor queacute estaba yo alliacute La intencioacuten era cumplir con el pedido de las compantildeeras de los arrozales Queriacutean que fuera una mujer de alguacuten sindicato de Montevideo para que asistiera a sus reuniones Se preparaba una huelga muy especial y ellas como esposas estaban tan involucradas como ellos Toda la familia estaba en el conflicto dentro y fuera del predio del patroacuten Nos preocupaba que la familia viviera dentro del campo del patroacuten en el arrozal iexclDe eso iba a hablar con ellas Era la primera vez que haciacutea un trabajo sindical fuera de la faacutebrica no sabiacutea coacutemo me recibiriacutean y estaba nerviosa Yo sabiacutea hablar en las asambleas de mi sindicato pero alliacute era distinto teniacutea miedo a que me tomaran a mal como una fabriquera montevideana iexclQueacute seacute yo iquestCoacutemo me tomariacutean iquestCoacutemo les iba a hablar iquestCoacutemo les iba a explicar que seriacutea una huelgadifiacutecil Pero no fue necesario ellas ya lo sabiacutean fue como continuar un diaacutelogo ya iniciado por otros Leguizamoacuten dijo que estaacutebamos cerca a la vez que apagaba la moto en el bajo y la dejaba ir un poco aguantaacutendola con los frenos salvando alguna huella de carro al borde del camino En aquel montecito de aacuterboles cargados de pelotitas escondimos la moto muy cerca del alambrado y empezamos a caminar por el ldquofeudordquo Primero un repecho y luego una bajada Ya habiacuteamos dejado el camino que lleva a la estancia teniacuteamos temor de que alguien pasara y nos viera en la ldquopropiedad privadardquo y vinieran a ver quieacutenes eran estos extrantildeos nosotros Al fondo de una cantildeada junto al agua alguien nos hizo sentildeas con la mano Eran dos compantildeeras que nos esperaban La distancia que habiacuteamos recorrido a pie me hizo bien las piernas se me habiacutean dormido en el viaje ahora las sentiacutea mejor Al acercarnos me sentiacute maacutes tranquila Nos esperaban y empezamos la reunioacuten Me presento y digo que soy del sindicato textil que en mi gremio somos muchas mujeres

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Nos sentamos en el suelo atardeciacutea Seguimos hablando Fueron llegando maacutes mujeres seriacutean doce o quince rostros curtidos por el sol tan serias tan fuertesY alliacute sencillamente en rueda de mate empezamos a hablar de la huelga que seriacutea difiacutecil que ellas eran muy importantes porque viviacutean dentro de la propiedad del patroacuten iquesteso no las asustariacutea que se debiacutea discutir todos los posibles problemas que se les pudieran presentar a sus familias Ahiacute estariacutean ellas solas pero contaban con la solidaridad de otros gremios movieacutendose en Treinta y Tres y en Montevideo y les ayudariacutean De a poco todas fueron hablando y coincidiendo ndashiexclTotal parsquo vivir asiacute Y alliacute sin tener en cuenta la hora fuimos sintiendo que el pasto empezaba a estar huacutemedo Nos pasaacutebamos el mate uacutenico calorcito que nos acompantildeaba Ya empezaba a refrescar Alguacuten cigarrillo como bichito de luz denunciariacutea la rueda que vista de lejos pareceriacutea un grupo de lucieacuternagas jugando sobre el agua de la cantildeada ndashiquestEs la primera vez que se habla de sindicato aquiacute ndash pregunto ndashSiacute ndashiquestMiedo Siacute miedo siacute Pero para vivir como vivimos ya me diraacute Continuoacute Elvira diciendo ndashAlgunas las maacutes joacutevenes nacieron aquiacute crecieron y se juntaron aquiacute ahora tienen hijos sin haber salido nunca del arrozal algunas no conocen ni siquiera la ciudad de Treinta y Tres como mi hija Isabel iexcly tiene 8 antildeos Hablan tranquilas son las que miran a los ojos las que interrogan con la mirada Arrugas que quitan brillo a la cara falta de dientes en la mayoriacutea mintiendo la edad de esas mujeres que joacutevenes parecen viejas poacutemulos salientes y sonrisas que iluminan sus caras cuando hablanMe observan buscando muestras de aprobacioacuten ndashiexclTotal parsquo vivir como vivimos Digo yo iquestNo ndashPa que los maridos ganen maacutes los ayudamos No crea que tenemos paga salario o como se llame nada de eso En cambio doblamos el espinazo de

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sol a sol No tenemos horario a veces catorce o quince horas depende con el agua hasta las rodillas oliendo el podrido del barro y las pestes sintiendo las sanguijuelas chupaacutendonos la sangre de los tobillos y las canillas los mosquitos ganaacutendose hasta por debajo de la ropa picotazos que arden maacutes que las ortigas Hizo un silencio y siguioacute hablando ndashSiacute siacute pero en fin estamos acostumbradas y no nos damos cuenta Quise hablar pero Leguizamoacuten que estaba sentado a mi lado agarraacutendome el brazo y sin decir palabra me dio a entender que la dejara seguir hablando ndashDe sindicato no sabemos nada pero de miseria siacute Se puso maacutes seria tal vez pensando que el sindicato alliacute teniacutea algo que ver con la comida agregoacute ndashiexclSeguro que acompantildeamos Y si los maridos van a la huelga nosotras seremos las primeras esto no es vida Total parsquo vivir asiacute El patroacuten se acuerda de nosotras solamente cada cuatro antildeos cuando nos viene a buscar parsquo votar y en cuanto a la plata no la conocemos nos pagan con bonos que tenemos que canjear en el boliche por comida y ropa y el boliche tambieacuten es del patroacuten Por eso siempre estamos debieacutendole al patroacuten iexclclaro La plata pasa de largo no queda en el bolsillo En cada silencio de la portavoz las miradas de las otras mujeres se cruzaban asintiendo con un lento movimiento de cabeza formaban un solo sentimiento ndashTotal parsquo vivir asiacute Trateacute con palabras breves y claras de transmitirles nuestro afecto y solidaridad Expliqueacute que no sabiacuteamos coacutemo reaccionariacutea la patronal si buscariacutea la complicidad policial para desalojar a las familias Pero habiacutea que preverlo todo iquestEstariacutean dispuestas a perder si se fracasaba iquestA quedarsin rancho sin trabajo No seriacutea faacutecil para ellas cuando el patroacuten las mandara desalojar de ldquosus tierrasrdquo cuando no dejaran volver a sus maridos y los

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despidieran por sindicalistas Se pensoacute en todo se les dio tiempo a todos a ellas tambieacuten Porque las mujeres jugariacutean en el espacio vital en el lugar de trabajo Por eso se hicieron pequentildeas reuniones donde ellas hablaron y opinaron se integraron fueron parte El sindicato recieacuten creado era el protagonista Pero el sindicato hace a la hora de hacer fuerte un nombre que las protagonistas sean cada una de ellas que la fuerza dependa de cada mujer de cada familia de cada hombre todos juntos pero sobre todo de la firmeza individual que no se puede delegar a nadie cuando vengan a golpear tu puerta ndashSi nos quieren echar iexclno nos vamos ndashiexclEste es nuestro rancho ndashEs como parte del salario dice mi marido ndashiexclNi que vengan los milicos iexclNo nos vamos ndashNo nos van a sacar de arrastro supongo ndashiexclNos tiramos al suelo y chau ndashiexclNi aunque estemos solas en casa con los gurises ndashiexclNo iexclNos encerramos y chau Elvira agrega ndashApoyamos la huelga por ocho horas de trabajo y salarios justos en dinero y nada de bonos parsquo poder comprar la comida y la ropa donde se nos antoje O comprarles a los bagayeros que venden maacutes barato Si es por eso que tenemos que ir a la huelga ya estaacuteEspero que esteacuten todas de acuerdo Elvira habiacutea ido tres antildeos al liceo de Treinta y Tres cuando viviacutea con la tiacutea y se habiacutea casado con un compantildeero de clase Como muchos tuvo que dejar de estudiar y volver a La Charqueada y asiacute continuar la vida que habiacutean llevado sus padres Pero ella queriacutea vivir mejor porque sabiacutea que podiacutea Me imagineacute que las demaacutes asintiendo deciacutean a coro ndashiexclTotal parsquo vivir asiacute Todo me recordaba a las mujeres del Cerro estaban alliacute eacuteramos todas

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nosotras Alliacute en el medio del campo tambieacuten recordeacute a los compantildeeros textiles en los momentos difiacuteciles cuando pensaacutebamos juntos cuando dudaacutebamos Me trajo a la realidad Leguizamoacuten que me puso la mano en el hombro y me dijo ndashVamos que todaviacutea nos queda un largo camino Ya vendremos otro diacutea Mantildeana tenemos una reunioacuten en La Charqueada Nos despedimos con la promesa de volver lo maacutes pronto posible a pasar el diacutea para visitar sus casas recorrer el campo juntas comer un asado o un puchero tranquilas y hablar de cosas nuestras Me abrazaron y me regalaron esa forma de ser ese sentimiento de carintildeo y amistad sentiacutea una mezcla de alegriacutea y tristeza Ellas se mezclaban con el paisaje la tierra la fuerza Sus ropas despediacutean olor a cocina de lentildea ese olor a hogar que me hubiera gustado compartir El trayecto hasta la moto lo hicimos en silencio volvieacutendonos dos o tres veces para saludar con la mano Ellas nos miraban saludaacutendonos de pie Ya en la carretera Leguizamoacuten empezoacute a recitar en voz alta para sacarme de aquel silencio en que me encontraba uno de los poemas de Garciacutea Lorca mientras la moto ganaba terreno con poca luz Orosmiacuten Leguizamoacuten era un obrero metaluacutergico un gran compantildeero Nos conocimos en las Juventudes Socialistas donde militaacutebamos desde haciacutea tiempo Yo sabiacutea poco de eacutel Cuando el resto de los compantildeeros me propuso para la tarea de apoyatura del trabajo que habiacutea empezado elmaestro Manuel Toledo en Treinta y Tres con los trabajadores rurales no dudeacute No sabiacutea lo que teniacutea que hacer ni coacutemo me moveriacutea Confiaba en los compantildeeros y me fui con Leguizamoacuten que resultoacute ser un compantildeero fuera de serie respetuoso sencillo humilde y capaz de pasar dos o tresdiacuteas sin comer y seguir hablando serenamente sin decir que teniacutea hambre tomando mate con los compantildeeros de los arrozales Llegamos a la ciudad de Treinta y Tres a casa de Manuel Toledo que nos esperaba con el proyecto de trabajo para ese fin de semana Se iban sumando

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reclamos salariales En la Charqueada un pueblo en medio de los arrozales el seguimiento de esos reclamos Manuel lo llevaba acompantildeado por un abogado La casa de Toledo era como el local de un sindicato A pie o en bicicleta llegaban compantildeeros que se sumaban a la rueda de mate que terminaba en ruedas grandiacutesimas donde se hablaba y se escuchaba con mucha atencioacuten a los obreros que llegaban del arrozal Era una forma distinta de hacer sindicalismo estaba metido en la vida cotidiana Yo tiacutemidamente me ubicaba en un rincoacuten y escuchaba esas conversaciones donde no habiacutea promesas Como Manuel era maestro rural a algunos les ensentildeoacute a leer y a escribir a otros los caminos de la liberacioacuten Cada vez que iba yo sentiacutea que aprendiacutea nuevas cosas de todos ellos de los compantildeeros de Manuel Toledo y de Leguizamoacuten Manuel era un motorcito organizador Con palabras sencillas sabiacutea hacer pensar a quien le escuchaba y asiacute como armando un collar de cuentas uno a uno se fue vertebrando el sindicato agriacutecola SUDA Sindicato Uacutenico de Arroceros nunca mejor sigla que recuerda el sudor de cada diacutea de los trabajadores Aquel primer fin de semana seguimos hacia Lascano Sobre la media noche vimos en el camino la luz de una pequentildea fogata a lo lejos Al acercarnos encontramos a un hombre sentado en una piedra una lata de agua caliente tomando mate solo al costado de dos grandes maacutequinas segadoras Era el cuidador Nos saludamos y tomamos unos matesYo me tambaleaba de suentildeo me iba de costado el hombre me sugirioacute que me subiera a una de las cabinas de las maacutequinas que alliacute dormiacutean dos de sus pequentildeos hijos Acepteacute y eacutel me tiroacute un poncho por encima Leguizamoacuten siguioacute hablando con eacutel toda la noche Entre suentildeos oigo risas y trozos de alguacuten cuento El cansancio me inmoviliza y duermo hasta que unas gotas de lluvia me despiertan Ya estaba amaneciendo Salimos apenas aclaroacute Era domingo A la tarde hariacuteamos otra reunioacuten

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en otro lugar pero ya seacute coacutemo empezar a hablar Ellas me ensentildearon como hacerlo sencillamente El lunes volviacutea a la faacutebrica a mi maacutequina con una sensacioacuten de angustia de impotencia pensando en los diacuteas que se avecinaban para aquellas mujeres Trescientos quiloacutemetros nos separan Recuerdo esos fines de semana recuerdo aquellas formas que en la semioscuridad se moviacutean Las mujeres del arrozal levantaacutendose avanzando y diciendo a coro ndashiexclTotal parsquo vivir asiacute Desde el Arrozal 33 sale una carta dirigida a la opinioacuten puacuteblica ldquoLas mujeres de los arroceros nos organizamos en este momento tan duro Frente al hambre y miseria de nuestros hogares queremos hacer conocer nuestra movilizacioacuten junto a la lucha de nuestros esposos hijos y hermanos Nos dirigimos a la opinioacuten puacuteblica a las obreras y a las amas de casa especialmente reivindicando la plataforma del SUDA reclamando un lugar en la luchardquo Esta carta resuelta en asamblea invoca a textiles amas de casa metaluacutergicas friyeras empleadas estudiantes iexclHaz tuya esta lucha La firmaron Blanca Fariacuteas de Peacuterez secretaria y Hortensia Sosa de Echeverriapro secretaria en mayo de 1957 departamento de Treinta y Tres El 22 de mayo cuando la marcha permaneciacutea en Montevideo haciendo gestiones en el Ministerio de Trabajo en el Arrozal 33 el patroacuten pretendioacute sacar un camioacuten de arroz de la planta en conflicto Un muro de mujeres indignadas se lo impidioacute La policiacutea las reprimioacute a culatazos y el camioacuten arremetioacute contra ellas dispuesto a pasarles por encima Ese episodio permitioacute que ellas negociaran con la policiacutea que no sacariacutean maacutes granos del establecimiento mientras durara la huelga Los sindicatos de la ciudad de Treinta y Tres pidieron guardia policial en la puerta del Arrozal para que no se repitiera el episodio Fue una huelga muy dura la de 1957 La solidaridad llamoacute al paro general en Montevideo Todos respondieron al llamado y a su plataforma ocho horas de trabajo y salario miacutenimo para los trabajadores agriacutecolas Para los que lucharon en el arrozal esa huelga se ganoacute Y las familias participaron Y las

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mujeres fueron importantes Dos antildeos maacutes tarde Leguizamoacuten tuvo un accidente de traacutensito que truncoacute para siempre su actividad sindical Seguacuten nos contoacute Roberto Dotti que vio el accidente lo sacaron de entre los hierros donde su cabeza habiacutea quedado aprisionada Pasoacute cuarenta diacuteas en estado de coma profundo Cuando se recuperoacute nunca maacutes fue eacutel mismo falta de memoria incoherenciaen el hablar Nunca maacutes se acordoacute enteramente de quieacuten fue Volvioacute con veintiseacuteis antildeos a una infancia sin recuerdo ni pasado ni futuro con la ingenuidad de un nintildeo Cuando algunos meses maacutes tarde lo encontreacute en Casa del Pueblo me costoacute reconocer a aquel entusiasta luchador iexclQueacute tristeza cuando murioacute hace unos antildeos iexclNinguno de nosotros lo pudo ayudar a recobrar su frescura Veinte antildeos despueacutes de aquellas jornadas arroceras Manuel Toledo que seguiacutea militando diariamente por los compantildeeros del interior cayoacute preso de la dictadura y murioacute a consecuencia de las torturas en la negra noche de la caacutercel uruguaya Manuel Toledo era un hombre peligroso por su palabra su pedagogiacutea su sencillez por su firmeza en la lucha contra la injusticia No esperaba nada para siacute mismo Eso le permitioacute ser libre siempre auacuten cuando estuvo preso Asiacute murioacute

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Las chacras del Norte

Trabajar y vivir como las mujeres recolectoras de tomates en las quintasde Bella Unioacuten en Artigas es algo muy duro inhumano UTAA no se limitoacute a agrupar a los trabajadores cantildeeros Obreros de distintas ramas del trabajo agriacutecola se fueron agrupando alrededor del Sindicato Trajeron nuevos reclamos y denunciaron sus malas condiciones de trabajo Las obreras de las chacras tomateras se acercaron a UTAA Queriacutean ldquoestar en cajardquo para cobrar la asignacioacuten familiar por sus hijos y poder jubilarse alguacuten diacutea Queriacutean que las respetasen que no las trataran a gritos ndashNo somos perros iquestCoacutemo las conociacute iquestCuaacutendo Corriacutea el antildeo mil novecientos sesenta y tres a fines de noviembre y principios de diciembre Dos fines de semana llegueacute a Bella Unioacuten con Andreacutes Cultelli Atendiacuteamos saacutebado de tarde y domingo por la mantildeana Enseguida empezaba a llegar gente Andreacutes como asesor juriacutedico del sindicato recogiacutea los datos de los casos de reclamos legales que se presentaban en UTAA despidos diferencias de salarios acusaciones de abigeato etc Las entrevistas juriacutedicas eran charlas acompantildeadas con mate fuera de toda formalidad Comiacuteamos alliacute mismo lo que los compantildeeros nos traiacutean de sus casas

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Yo iba ayudar en lo que fuera uacutetil Escuchaba a la gente que traiacutea distintas preocupaciones En rueda de mujeres hablaacutebamos de salud Escuche a muchas hablar de abortos de embarazos no deseados del riesgo de vida que acarrean las praacutecticas abortivas ilegales que se practican en nuestro paiacutes y tambieacuten cruzando la frontera de la automedicacioacuten y la desinformacioacuten que todas padecemos Eran los mismos temas de los que hablaacutebamos las mujeres de las faacutebricas textiles Eran las mismas preocupaciones de nosotras las obreras montevideanas Les lleveacute la invitacioacuten para el Primer Encuentro de Mujeres Trabajadoras que se preparaba en Montevideo para fines de diciembre En esa convocatoria estaban trabajando Delia Maldonado y Jorgelina Martinez dos compantildeeras textiles Ellas me pidieron que hablara del Encuentro a las mujeres de UTAA Diacuteas despueacutes las mujeres de UTAA eligieron a Hilda Silva y a Isabel Goacutemez para representarlas Ellas explicaron las condiciones de vida y de trabajo en Bella Unioacuten Por primera vez escuchamos la consigna TIERRA PARA QUIEN LA TRABAJA traiacuteda por estas compantildeeras al Encuentro Nacional de Mujeres Trabajadoras Esos fines de semana aprendiacute mucho en el intercambio Andreacutes se iba por la noche a alguna reunioacuten en el pueblo en la que yo no participaba ndashEso es cosa de hombres ndashdeciacutean ellas ndashQueacutedate con nosotras Y me quedaba en el barrio compartiendo alguacuten pan casero recieacuten hecho Me invitaban a dormir a su casa Conociacute sus familias su forma de vivir sus ranchos y el olor a lentildea de sus hogares que me llevaba a mi casa para recordarlas durante la semana En el sindicato era diaria la rueda de mate A veces traiacutean buntildeuelos o tortas fritas Relataban distintos casos Contaron tantas cosas que se llegoacute a pedir una inspeccioacuten sanitaria que nunca se realizoacute

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Los patrones abusaban del uso de insecticidas venenos con los que sulfataban las plantas A las obreras les provocaba alergia en manos y ojos voacutemitos y erupciones en todo el cuerpo Terminaban en la consulta en el hospital y teniacutean que dejar de trabajar Durante los diacuteas de cosecha bajo el sol el calor era aplastante de treinta a treinta y ocho grados durante las ocho o diez horas de trabajo a destajo La zafra era esperada con alegriacutea y angustia a la vez Teniacutean que ser muy raacutepidas explicaban porque los tomates maduran todos a la vez y en tres o cuatro diacuteas se puede perder una cosecha Debiacutean apurarse porque solo tienen esos diacuteas para hacer su salario El tomate es delicado no lo podeacutes machucar ni arrancar de cualquier manera Lleva su tiempo y pagan muy mal Algunas mujeres teniacutean que llevar a la quinta a sus hijos chiquitos Los acostaban en los surcos cerca de ellas envueltos en unos trapos tapaacutendolos con ramitas verdes para que estuvieran fresquitos mientras dormiacutean Teniacutean que cuidarlos de los insectos que alliacute abundan por el clima Me deciacutean que alguna habiacutea parido a sus hijos en los surcos de tierra ndashCuando sos de parto raacutepido y levantas un cajoacuten podeacutes romper agua y atraacutes viene el guriacute sin avisar ndash contaba una con toda naturalidad Yo como montevideana estaba lejos de imaginar que en el Uruguay al que llamaban ldquola Suiza de Ameacutericardquo pasaran estas cosas Jacinta tendriacutea unos cuarenta y cinco antildeos supongo aunque algunas veces me equivoqueacute al calcular edades Siempre parecen mayores llenas de hijos desgastadas por el trabajo y la vida La vi por primera vez una tarde cuando la trajo otra zafrera al ranchito del Sindicato Nos dijeron que el caso de Jacinta era urgente Traiacutea un papelito de pase a cirugiacutea del hospital local para el Hospital de Cliacutenicas Teniacutea que viajar a Montevideo para operarse aquel enorme bocio que sentildealoacute con la mano aunque no era necesario se veiacutea que era del tamantildeo de un huevo de avestruz y le colgaba Jacinta teniacutea grandes ojos saltones y enrojecidos por la

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enfermedad avanzada Nos pediacutean que le solucionaacuteramos el viaje alojamiento y acompantildea-miento al Hospital de Cliacutenicas Yo trateacute de explicarles que eso teniacuteamos que tramitarlo con el sindicato de ONDA que era la uacutenica empresa de oacutemnibus que viajaba hasta Artigas Asiacute lo hice recogiacute sus datos personales y el pase meacutedico Despueacutes de una semana conseguiacute su pasaje de ida y vuelta a la Capital y se lo envieacute Una tarde me avisaron que Jacinta estaba en Casa del Pueblo esperaacutendome Cuando llegueacute me sorprendiacute no estaba sola En sus brazos sosteniacutea una nintildea que padeciacutea paraacutelisis cerebral e hidrocefalia seguacuten supe despueacutes Piernas y brazos largos finos y descarnados manos y pies grandes que colgaban como trapos y una cabeza grande frente ancha ojos mirando hacia atraacutes sin ver y una boca babeante Jacinta soacutelo me dijo a modo de saludo ndashNo teniacutea con quien dejarla Yo no sabiacutea que traeriacutea a esta hijita y tampoco sabiacutea queacute hacer Soacutelo teniacutea previsto el alojamiento para ella y la visita al meacutedico que la atenderiacutea en el Hospital de Cliacutenicas iquestQueacute hacer iexclQueacute ganas de llorar Cuando hablo de alojamiento no hablo de hotel era la casa de alguno de nosotros no teniacuteamos plata para otra cosa La presencia de la nintildea lo cambiaba todo Pensaba alojar a Jacinta en otra casa cerca del Hospital pero todo cambioacute porque la nintildea necesitaba cuidados especiales Eran las ocho de la noche y penseacute en mi madre No le habiacutea comentado en que andaba pero suponiacutea que mi madre no me dejariacutea en la estacada Llegueacute a casa a cenar sin avisar como tantas veces acompantildeada por Jacinta su hijita y un nudo en la garganta Mireacute la cara de mi madre durante la cena para ver su reaccioacuten En seguida supe que se podiacutean quedar las dos en casa Dontildea Rosa me hizo comprender que ella cuidariacutea de lanintildea Yo sabiacutea que mi madre teniacutea un gran corazoacuten solidario

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iexclQueacute tranquilidad A la mantildeana siguiente iriacutea a la faacutebrica sabiendo que la nintildea quedaba en buenas manos y que otra compantildeera llevariacutea a Jacinta al hospital Cuando operaron a Jacinta nos quedamos con la nintildea en casa Mi madre la trataba con carintildeo y le preparaba sopas nutritivas papillas y frutas Le daba mucho de comer porque la veiacutea muy flaquita La nintildea respondiacutea con risas nerviosas a veces apretaba la cuchara entre los dientes y eradifiacutecil sacaacutersela Respondiacutea tambieacuten al estiacutemulo de las palabras carintildeosas de dontildea Rosa A los tres o cuatro diacuteas empezoacute a hacer un poco de fiebre despueacutes temperaturas maacutes altas y convulsiones lo cual nos asustoacute mucho ndashEs un angelito de Dios ndashdeciacutea mi madrendash iquestExtrantildearaacute Llamamos a Isabel la pediatra esposa del compantildeero Joseacute Pedro Cardoso Al ver a la nintildea le dijo a mi madre que no le diera tanto de comer que la nintildea estaba desnutrida y padeciacutea raquitismo Teniacutea cinco antildeos y pesaba diecisiete quilos y teniacutea un sistema digestivo diferente al de un nintildeo de su edad Nos explicoacute que aunque tuviera siete antildeos era como un bebeacutesbquo y no aguantariacutea el cambio de alimentacioacuten ya que la madre soacutelo le daba leche o agua con azuacutecar en mamaderas y muy poco soacutelido Seguiacutea haciendo fiebre por las tardes y no movilizaba el intestino Otra vez llamamos a la meacutedica vio que se estaba poniendo grave La internaron en el Hospital de Nintildeos Teniacuteamos a la madre y a la hija en distintos hospitales A los pocos diacuteas murioacute la pequentildea de una paraacutelisisintestinal En mi casa se vivioacute una jornada de duelo No podiacuteamos conformar a mi madre Aunque Jacinta le habiacutea explicado en conversaciones anteriores que los meacutedicos le habiacutean dicho que la nintildea no pasariacutea de los cinco antildeos mi madre no podiacutea aceptar que la comida le hubiera hecho mal ndashiexclSi yo la preparaba con tanto carintildeo ndashdeciacutea La velamos en casa de Andreacutes Fue muy triste todo habiacutea muy poquitas personas Jacinta no hablaba no conociacutea a nadie soacutelo miraba y agradeciacutea

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Se quedoacute unas semanas en casa de Andreacutes recuperaacutendose Jacinta volvioacute al pueblo operada y sin su hija A veces pienso en Jacinta La imagino trabajando cada diacutea con aquella nintildea que ldquono teniacutea con quien dejarrdquo envuelta en trapitos a su costado en los surcos La salud es uno de los derechos irrenunciables de las mujeres trabajadoras todo lo que ponga en peligro este derecho se debe denunciar Es un tema de todos estaacute en nuestra vida cotidiana y debe estar en los espacios sindicales Vivir dignamente para una trabajadora no es solamente tener un salario decente es tambieacuten tener acceso al cuidado de su salud Era una necesidad de antes y de ahora No es por casualidad que desde su fundacioacuten UTAA luchara por tener una policliacutenica en Bella Unioacuten al lado del Sindicato integrada como parte de la organizacioacuten Ellos supieron verlo desde el principio

Mitin poliacutetico en la viacutespera del 1deg de mayo en la Plaza Libertad Detraacutes se ve a cantildeeros y cantildeeras de Bella Unioacuten Mariacutea Julia estaacute sentada al frente en la izquierda Rauacutel Sendic estaacute sentado delante a la derecha Tambieacuten estaacuten presentes Delia Maldonado y Jorgelina Martinez (Principios de la deacutecada de los 60) Fotografiacutea Archivo personal

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La marcha

Aquiacute estoy con una taza de teacute que me prepareacute a media tarde Estoy sola escuchando muacutesica Seco cuidadosamente la cucharita con la servilleta de papel y como jugando la hundo en el azucarero Me entretengo mirando el movimiento que hace el azuacutecar tan blanco tan fino tan dulce Pienso iquestSabraacuten las mujeres montevideanas el sabor amargo que tiene para algunasfamilias este azuacutecar El silencio de la casa me permite reencontrar recuerdos de mujeres que conociacute hace ya tiempo Cuando las mujeres hablamos de nosotras a veces decimos ldquoNosotras las amas de casardquo Nos referimos a un tipo de mujer a un tiempo de mujer y nos incluimos Pero yo seacute de otras mujeres otras amas de casa otras madres con otra suerte de vida No es lo mismo vivir en la ciudad que enel campo No es lo mismo tener tu salario que depender del salario de tu marido del clima de la zafra o estar sin trabajo por largo tiempo No es lo mismo tener tu casa que vivir en la tierra del patroacuten Revolviendo el azuacutecar en la taza cierro los ojos y me parece que veo a algunas de aquellas mujeres Las siento muy cerca escucho otra vez sus relatos Esto no es un cuento no puedo decir ldquoHabiacutea una vezrdquo No porque estas mujeres existen estaacuten entre nosotras dispersas en distintos lugares del paiacutes A algunas de ellas las conociacute en Bella Unioacuten Artigas en 1963 a otras cuando llegaron en la Segunda Marcha a Montevideo con su familiaen 1964 Veniacutean de Bella Unioacuten frontera con Brasil el lugar maacutes al norte de

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nuestro paiacutes lugar de tierras coloradas de aacutegatas de amatistas las tierras ricas de los ingenios azucareros Como otras mujeres de los sindicatos montevideanos formeacute parte del movimiento solidario Conseguimos comida abrigo carpas y un terreno baldiacuteo para que se alojaran Fue lo que pidieron queriacutean estar todos juntos Montevideo era muy grande y desconocido para ellos Los cantildeeros hicieron la marcha a pie buscando una solucioacuten a sus problemas Llegaron con las manos vaciacuteas igual que allaacute No eran noacutemadas ni desclasados Eran obreros agriacutecolas de nuestro campo Los poliacuteticos y la prensa de derecha quisieron hacer circo de la llegada de la marcha La marcha de los cantildeeros asombroacute a los obreros de la ciudad ldquolos peludosrdquo no llegaron solos trajeron sus familias a correr su misma suerte como allaacute Su familia sus hijos eran todas sus pertenencias Las mujeres nos hablaron de otra geografiacutea de una frondosa vegetacioacuten de un verdor vecino y ajeno de un rio que atardeciacutea con puestas de sol anaranjado que pintaba con ese color la tierra y la gente Otro clima donde el verano es el calor y sus consecuencias y el invierno sin trabajoes frio y hambre ndashSe nos veniacutea la hambruna Por eso nos vinimos a pedir a los poliacuteticos la expropiacioacuten de tierras para que se reparta entre las familias desocupadas para poder trabajar todo el antildeo y no depender solo de la zafra de la cantildea de azuacutecar Arrastraron su miseria de norte a sur Atravesaron el paiacutes Eran unas cuarenta familias Traiacutean una consigna ldquoPor la tierra y con Sendicrdquo su compantildeero ldquoEl que camina adelanterdquo deciacutean refirieacutendose a los carteles con la foto de Sendic que encabezaban la marcha ndashRauacutel Sendic fue el primero que nos explicoacute queacute es un salario queacute es una cooperativa que hay leyes y que podemos pedir una expropiacioacuten de tierras Eacutel simplemente les hizo entender que habiacutea donde trabajar todo el antildeo

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que las maacutequinas se podiacutean alquilar al principio y que la cosecha se repartiriacutea entre todos igual que el dinero recaudado ndashCerca del pueblo de Bella Unioacuten hay treinta mil hectaacutereas que tienen buenas aguas y nadie las trabaja Estaacuten llenas de yuyales de chilcas ndashEso es un egoiacutesmo no darla para que nosotros la trabajemos ndashTienen duentildeo Es de una sucesioacuten de la viuda de Silva y Rosas ndashNosotros solo las queremos para trabajar para comer Los cantildeeros queriacutean pedir que el gobierno expropiara esas tierras y las administrara y que el Ministerio de Agricultura se las entregara a ellos para trabajar Asiacute planteado era muy faacutecil de entender ndashiquestVerdad No se pierde nada Hay que pedirlo en Montevideo en el Parlamento alliacute donde se hacen las leyes Siacute es posible Allaacute vamos No teniacutean dinero para el pasaje Hacer la marcha a pie no era un problema de a poco llegariacutean deciacutean ndashEstamos acostumbrados a caminar ndashY aquiacute vamos ndashNo nos podemos quedar de brazos cruzados iquestesperando queacute Nuestros hijos tienen hambre ahora ndashexplicaban a los grupos que se acercaban en el camino ndashNo podemos esperar Las mujeres de la marcha contaron que se largaron a caminar como si fuera una mantildeana cualquiera Habiacutean preparado los bolsos el mate el termo la yerba La bombilla y las galletas criollas fueron lo primero que se acordaron de poner en el paquete de viaje Distribuyeron el peso los ataditos de acuerdo al tamantildeo de cada hijo Les resultoacute faacutecil porque no teniacutean mucho Los pantildeales las mamaderas y la ropita abultaban muy poco Una manta cruzada a la espalda de cada uno Abrigo llevaron todo el que teniacutean o el que les prestaron los que fueron a despedirlos al ranchodel Sindicato El grupo lo conformaban hombres y mujeres de todas las edades Los

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mayores teniacutean cincuenta o sesenta antildeos habiacutea adolescentes nintildeos y bebes Nombraron encargada del botiquiacuten a una enfermera del pueblo Aacutengela Aacutelvarez que junto a un joven que estaba haciendo el uacuteltimo antildeo de magisterio decidioacute acompantildearlos Salieron por la carretera con la fresca de la madrugada antes que asomara el sol Al poco rato les saludoacute un rojo amanecer con cantos de paacutejaros Esas eran las uacuteltimas imaacutegenes que recordaban de allaacute del norte Esas mujeres iban a vivir como cada diacutea sin casa mal vestidas casi descalzas Colectivizaron los comestibles que al paso del camino manos solidarias les haciacutean llegar Amigos que los acompantildeaban unos kiloacutemetros y se despediacutean con abrazos Pintaban los muros ldquoExpropiacioacuten de las treinta mil hectaacutereas de Silva y Rosasrdquo ldquoReparto de la tierra a los trabajadores desocupados del Norterdquo Los muros escritos iban quedando atraacutes como testigos de su paso En esa marcha las mujeres fueron las primeras en colectivizar el cuidado de los hijos las mamaderas los llantos Tambieacuten compartieron ilusiones y anhelos Cada una esperaba lograr diferentes cosas de ese sacrificio ndashCuando saliacutea la marcha aquella madrugada junteacute los restos de comida que me quedaban Fideos de distinta clase un poco de arroz un poquito de azuacutecar y lo entregueacute al paquete comuacuten Penseacute que lo que deseaba para todos nosotros era iexclla abundancia ndashCuando escucheacute que habiacutea que llevar calzado y ropa coacutemoda penseacute que no teniacutea mucho para elegir Yo deseo eso no estar toda la vida pelada y ganar para comprar ropa para todos Ana Mariacutea de quince antildeos dijo riendo que con conocer Montevideo ella ya tendriacutea bastante ndashDesde que vivo con Don Lema en el Ingenio ni muebles tengo Una cama una mesa de tabloacuten y bancos de tronco que arrastramos del monte Pero ella habiacutea visto la casa donde iba a entregar la ropa limpia habiacutea visto que se podiacutea vivir de otra manera

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ndashiexclQueacute cocina teniacutean iexclUn lujo iexclQueacute muebles Todos pintaditos No seacute coacutemo tendriacutea dentro de la casa yo entraba solo a la cocina iexclY queacute cortinas iexclPreciosas Ella seriacutea muy feliz teniendo cada cosa en su lugar ndashiexclPodeacutes ponerle cortinas a la aripuca ndashiquestQueacute es una aripuca ndashpregunteacute Ahora siacute se reiacutean todas con ganas Se daban cuenta que las montevideanas sabiacuteamos poco de coacutemo se vive allaacute Una aripuca es un montoacuten de ramas de cantildea puestas en forma de cono Los cantildeeros y algunas familias duermen alliacute durante las largas semanas de trabajo Tambieacuten los llaman benditos porque parecen manos en posicioacuten de oracioacuten Charlando la rueda se va agrandando Unas sentadas o en cuclillas otras paradas Dos de ellas cebando mates Hablan de su vida y su deseo de vivir mejor La esperanza asoma a los ojos oscuros y vivaces en las caras de sonrisa faacutecil Por esas ilusiones caminaban hacia la Capital Creiacutean en un proyecto de ley que les permitiera trabajar tener un hogar fijo una casa y comida para todo el mes todo el antildeo En el camino coreaban consignas entonaban una cancioacuten o haciacutean silencio por largo rato Pensativos caminaban miraacutendose los pies cansados sucios de tierra lastimados vendados A veces camioneros que marchaban en la misma direccioacuten les llevaban las cajas maacutes pesadas por un trecho y si habiacutea lugar se trepaba alguna de las mujeres con los nintildeos y esperaban al grupo unos cuantos quiloacutemetros maacutes adelante Lo contaban a las risas como nintildeas traviesas Cuando estaban muy cansados y el sol caiacutea de plano al medio diacutea acampaban al costado del camino si era posible en un lugar con sombra y un arroyo de agua fresca Un grupo de hombres se poniacutea a cocinar Las mujeres aprovechaban para bajar al arroyo a lavarse ldquopor aquiacute y por allaacuterdquo lavar la ropa interior de ellas y de los hijos los pantildeales las camisetas

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de los maridos Las tendiacutean en las ramas de los aacuterboles Los aacuterboles quedaban florecidos de calzones de todo tamantildeo y color Se quedaban un rato con ldquolas patasrdquo en el agua que corriacutea Pies con ampollas sangrantes se refrescaban alliacute Se probaban las ropas de otras mujeres que se acercaron a darles ropa usada Alliacute quedan recogiendo el lavado cambiaacutendose de ropa y comentando las cosas que veiacutean y oiacutean de la gente que se acercaba y les preguntaba por el motivo de la marcha Lavaban a los nintildeos y los mandaban a sentarse con los demaacutes a esperar la comida que haciacutean en grandes tachos Despueacutes de comer se estiraban en el suelo a dormir la siesta a la sombra con la gurisada cara al cielo mirando las hojas de los arboles Se oiacutea alguacuten llanto de guriacute que extrantildeaba a la abuela Los maacutes grandecitos preguntaban cuaacutentos diacuteas iban a estar en la capital si iban a vivir en una casa En los descansos los nintildeos se agrupaban alrededor del maestro que organizaba juegos En una caja de cartoacuten guardaban los laacutepices de colores cuadernos libros de cuentos crayolas y plastilinas Dos de los nintildeos mayores se ocupaban repartirlos y recogerlos al final del juego En otra caja de cartoacuten guardaban los regalos que les daba la gente y que tambieacuten se vuelven colectivos autitos con tres ruedas muntildeecas rengas libros de cuentos con alguna paacutegina de menos maravillas que esos nintildeos nunca habiacutean visto caramelos con papeles lindos que el maestro les pediacutea que no tiraran porque los aprovechaba para hacer manualidades los diacuteas de acampada El ciacuterculo de los nintildeos era el maacutes barullento era imposible hacerles hablar en voz baja Mientras descansaban antes de empezar la caminata nuevamente algunas carcajadas recorriacutean el tendal de trapos y gente desparramada Los sindicalistas de los pueblos a los que iban llegando saliacutean a las afueras a recibirlos y les buscaban un campo baldiacuteo para acampar Alliacute empezaba todo otra vez hacer fuego conseguir agua viacuteveres realizar las entrevistas con las radios locales y los sindicatos A veces se conseguiacutean locales para que durmieran por la noche los nintildeos y las mujeres

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Durante el diacutea estaban todos juntos La solidaridad llegaba en ropa comida abrazos apretones de manos adioses y bienvenidas En cada lugar se repetiacutean las mismas escenas Cuando dejaron atraacutes el cantildeaveral de Artigas fue cambiando el paisaje Al entrar a Salto el camino fue llenaacutendose de naranjales y limoneros Cambiaron los colores los olores las frutas los sonidos habiacutea maacutes traacutensito de autos y camiones en la carretera Los nintildeos jugaban a elegir autos y colores ldquoEste es miacuteohellip El que viene allaacute es miacuteordquo Les alcanzaban cajas con naranjas para el camino Despueacutes que cruzaron el riacuteo Queguay aparecioacute Paysanduacute tan movido tan industrial y comercial En el puente los salieron a alcanzar los obreros de Paylana Paycuero y personal del hospital Llevaban cajas con comestibles que habiacutean juntado para los diacuteas que los cantildeeros acamparan en Paysanduacute ndashLa olla sindical ndashles dijeronndash estaacute asegurada En Paysanduacute el abordaje de los periodistas fue maacutes concreto Algunos que veniacutean en busca de la noticia terminaban asumiendo un compromiso personal con la causa La enfermera se acercoacute a los periodistas y pidioacute medicamentos y que alguacuten meacutedico se acercara al campamento Lo pidioacute en voz alta en grupo como en un mitin Aacutengela ya no era tan tiacutemida La gente de Paysanduacute fue muy generosa El hospital brindoacute toda clase de asistencia vacunaciones atendioacute alguno que otro dolor de muela Aparecieron problemas de salud no previstos A solas la enfermera me comentoacute que la prostitucioacuten en los pueblitos fronterizos muchas veces es un trabajo casi normal que completa el salario familiar A veces la siacutefilis es la herencia Es difiacutecil detectarla cuando no hay asistencia meacutedica Despueacutes de pasar unos diacuteas en Paysanduacute continuaron el quehacer diario de avanzar cada diacutea cuanto maacutes mejor Los meacutedicos les habiacutean aconsejado que controlaran la alimentacioacuten que comieran fruta y verdura controlaran

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la tensioacuten arterial que buscaran supervisioacuten meacutedica en los pueblos en que acamparan y que bebieran agua mucha agua Me gustaba mucho escuchar ese hablar fronterizo mezcla de palabras portuguesas y castellanas Tonos dulces y melodiosos en las bocas desdentadas Explicaban sencillo a los periodistas que allaacute en el norte crece el hambre y crece la rabia la impotencia de los trabajadores que hay tierra y no hay trabajo Contaban que la muerte visita a los nintildeos en verano diarreas paraacutesitos mal de ojo ndashiquestCurarlo de mal de ojo Lo que tiene es hambre ndashhabiacutea dicho la curanderandash No me lo traiga dontildea es comida lo que le hace falta al guriacute Tranquilas sin saberlo hablaban de reforma agraria porque eso de repartir las tierras para trabajar era lo que queriacutea Artigas iquestno Ignorantes de poliacutetica hablaban de poliacutetica y se volviacutean subversivas iexclY ellas sin saberlo Treinta mil hectaacutereas verdes proliacuteficas hojas de savia y sangre humana tintildeendo el suelo de tierras coloradas Todo al alcance de la mano pero tiene duentildeo Tierras viacutergenes puestas por Dios alliacute pero tienen duentildeo No las pueden trabajar La tierra les besa los pies pidiendo ser fecundada pero no los dejan Y los nintildeos mueren de hambre De a poco fueron acortando distancia Fray Bentos Mercedes San Joseacute Diacuteas que pasaban lentamente cansadas las piernas y el corazoacuten agitado Daban charlas al costado del camino a los grupos que se acercaban a estudiantes a obreros a maestros a enfermeros a grupos de las parroquias Haciacutean conocer otro Uruguay Los escuchaban en silencio porque esta gente hablaba distinto teniacutea propuestas concretas y formas diferentes de hacer sindicalismo En cada lugar recibiacutean una borrachera de bienvenidas de adioses sonrisas y lloros de gente que no conociacutean y que se emocionaba al verlos pasar Estaban orgullosos ilusionados convencidos de que lo que haciacutean era bueno

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era justo No mendigaban nada solo explicaban que queriacutean trabajar para vivir dignamente como se mereciacutean Era tan faacutecil de entender Los gremios de Montevideo anunciaron su llegada Mucha gente salioacute a esperarlos a Plaza Coloacuten En Belvedere se hizo un acto donde hablaron dirigentes sindicales de Montevideo y cantildeeros de Artigas En ese otontildeo gris huacutemedo y lluvioso se instalaron en un terreno baldiacuteo en la calle Cuntildeapiruacute cerca del Mercado del Abasto y de la faacutebrica textil Alpargatas Levantaron unas cuantas carpas de lona El terreno estaba rodeado por un muro como de dos metros de alto Entraban y saliacutean atareados todos los diacuteas Saliacutean en pequentildeos grupos a pedir verdura al mercado para la olla comuacuten Los puesteros colaboraban siempre Recogiacutean cajones de madera que serviacutean de asientos de mesas y para alimentar el fuego Los hombres acarreaban tachos de agua de casas vecinas Los llevaban entre dos colgados de un palo de escoba que agarraba uno por cada punta y los volcaban en unos tanques maacutes grandes para todo uso En el aacutengulo del terreno maacutes alejado hicieron el pozo para hacer un bantildeo con paredes de tabla y lo techaron con chapas ndashTodo es provisorio porque apenas terminen las entrevistas en el Parlamento nos vamos ndashdeciacutean ilusionados Los estudiantes de de magisterio de asistencia social de medicina vendiacutean bonos solidarios para sostener la propaganda Se ofreciacutean modestamente a trabajar en lo que fueran uacutetiles acompantildeaban al meacutedico a quien lo necesitara a hacer documentos de identidad a quien no lo teniacutea a sacar el carnet de Salud Puacuteblica gratuito para poder atenderse Por las tardes los visitaban algunas obreras textiles de FUNSA vecinos personas aisladas que se acercaban solidarias al campamento Se mueven mucho hay un gran ir y venir dentro del campamento

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Algunos llevan abrigos grandes sobre los hombros para protegerse de la llovizna que cae desde hace diacuteas El trajinar de tantas personas amasa un gran barrial en el centro de la tolderiacutea Estaacuten muy ocupados Salen y entran todo el diacutea por ese agujero en la pared Se turnan de a dos para hacer guardia en la puerta tomando mate Preguntan quieacuten es el que llega si es una delegacioacuten apuntan en un cuaderno y uno de ellos los acompantildea hasta donde estaacute la comisioacuten directiva reunida alrededor del fuego El mate circula manteniendo las manos calientesSaludos y empieza la reunioacuten con los visitantes Algunos tienen familiares en Montevideo o amigos que los vienen a visitar Los sindicatos montevideanos debieron tomar cartas en el asunto Agarraron el tema como a una papa caliente Se discutiacutea meacutetodo estrategia formas de lucha no todos estaacuten de acuerdo con esa manera de presentarse en Montevideo asiacute como una visita no anunciada Algunos dirigentes se sintieron embretados y tuvieron que dar su opinioacuten El gobierno por otro lado no queriacutea sentar el precedente de una expropiacioacuten de tierras iexclY ellas que lo teniacutean tan claro iexclEra tan faacutecil de entender Pero ellas no sabiacutean de poliacutetica Estaacuten preocupados Algo va mal Muchas reuniones En general son los hombres los que hacen las gestiones en los sindicatos y en el Palacio Legislativo alliacute se nombroacute una Comisioacuten especial para tratar el tema Hay periodistas que buscan a las mujeres y a los nintildeos para fotografiarlos Quieren mostrar las miserias de pagos alejados de la capital Buscan esos ojos negro azabache y la mirada misteriosa de los nintildeos de pelo negro y pinchudo o los ojos almendrados y las caritas de risa faacutecil A los nintildeos les gustan las fotos se despiden pidieacutendoles una No les importa en queacute perioacutedico saldraacuten ni que diraacuten Las mujeres contestan alguacuten reportaje La prensa da informacioacuten a medias sobre lo que piden y no siempre publica las verdades que cuentan Los nintildeos son muy carintildeosos Cuando llegaacutes al campamento se acercan te rodean si te conocen te llaman por el nombre vienen corriendo se te cuelgan

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del cuello como si te estuvieran esperando Las nintildeas grandes quieren saber que hacemos donde trabajamos Nos miran de arriba abajo la ropa los zapatos nos abrazan Yo teniacutea que ser cuidadosa visitarlos a todos o al menos intercambiar saludos Ellas me veiacutean llegar y me esperaban para charlar Todas las tardes de alguna carpa sale ese olor caracteriacutestico de las tortas fritas Unas amasan la harina con agua y sal la moldean en las rodillas y las cocinan en cuclillas frente al fuego El fuego se arma entre cuatro piedras apoyada sobre las piedras va una rejilla hecha con alambres cruzados que sostiene una sarteacuten donde hierve la grasa de vaca El olor de las tortas fritas atrae a muchos amigos que aprontan el mate y se acercan Las cuerdas que atraviesan el baldiacuteo en todas direcciones sostienen un gran tendal de ropa mojada de todos colores y tamantildeos Tarda diacuteas y diacuteas en secarse cuando al final ya estaacute seco huele otra vez a humo y a comida Al atardecer empieza a caer el rociacuteo y termina de mojar el piso de tierra blando y pisoteado amasado por los pies durante todo el diacutea El rosario de fogones armados cerca de la puerta de cada carpa el olor a lentildea traiacuteda del mercado y las risas por alguacuten cuento mitigaban el friacuteo lo aliviaban hasta que llegaban el silencio y el suentildeo Tres o cuatro compantildeeros vigilaban durante la noche que todo estuviera bien en el campamento conversando bajo alrededor del fuego con una manta sobre los hombros y esperando la vuelta del mate Hay mucho trabajo Se forman comisiones de limpieza de almacenamiento y reparto de comestibles y ropa que llevan vecinos sindicatos y parroquias Los estudiantes ayudan en la venta de bonos y en las manifestaciones casi diarias alrededor del Palacio Legislativo Paran el traacutensito reparten volantes hechos por ellos mismos a mimeoacutegrafo Los cantildeeros seguiacutean adelante con su propoacutesito estaban seguros de conseguirlo Preparaban entrevistas con distintos ciacuterculos sociales sindicatos

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poliacuteticos parlamentarios y prensa Se tuvieron que despabilar pronto y solos El movimiento fue creciendo Mucha gente se incorporaba sensibilizada con el tema las parroquias juntaban comestibles y ropahellip Era maacutes que un sindicato pasoacute a ser un movimiento generador de opiniones y se volvioacute peligroso Pasadas seis semanas no hay muchas novedades Colacho llama a asamblea casi diariamente en el centro de la tolderiacutea ndashiexclAsamblea iexclAsamblea Todos quieren saber queacute pasa con las gestiones iquestEn queacute estaacute la solicitud de tierras iquestQueacute pasa en la Comisioacuten especial que trata el tema de la expropiacioacuten iquestQuienes son los que se oponen Pero el gobierno estaacute duro no negocia Se acabaron las conversaciones

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Las mujeres en la marcha

Las mujeres formaron tambieacuten una comisioacuten de trabajo Algunas delegaciones veniacutean concretamente a verlas a ellas Atendiacutean las entrevistas aunque al principio no todas participaban activamente Algunas no se acercaban tal vez por timidez Pero todas observaban a los que entraban y saliacutean Luego preguntaban queacute pasabaMontevideo les impactaba les asustaba intuiacutean que algo malo podiacutea pasar miraban desde su carpa llamaban a los gurises no queriacutean que les hicieran fotos ndashiexclNo iquestPara queacute Para que se riacutean de nosotros iexclNo Haciacutea ocho semanas que habiacutean llegado a la capital Largas semanas sin respuestas La Comisioacuten de Mujeres fue tomando cuerpo Se sentiacutean maacutes seguras estaban maacutes ocupadas Se sumaban a las entrevistas con los sindicatos o con los parlamentarios Se permitiacutean dudar y hablar en la asamblea Fueron ganando espacios Las cantildeeras convocan a su asamblea golpeando las manos De a poco van llegando todas a la rueda en el centro del campamento De pie de piernas abiertas para tener maacutes equilibrio con los hijos chicos atravesados en la cintura y los otros colgados como racimos de uvas se reuacutenen al paacutelido sol del mediodiacutea Son unas quince Estaacuten preocupadas Todas quieren hablar a la vez Montevideo las decepcionoacute Soacutelo las tranquilizan las manos tendidas de otros trabajadores que se acercan a diario al campamento Algunas dicen que si no hay respuesta

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del gobierno prefeririacutean volver a su tierra volver a como estaban antes no perder la proacutexima cosecha no quieren quedarse aquiacute a mendigar La Eva de Bandera escucha pensativa Estaacute doblando unas ropitas sentada en su cajoacuten Los nintildeos se acercan al grupo para escuchar mejor La Eva de Almada tambieacuten se acerca despacio Escucha con la mirada baja Todas hablan fuerte se entrecruzan los diaacutelogos ndashHay mucho barullo iquestPor queacute no hablamos de a una ndashAquiacute la cosa se estaacute poniendo difiacutecil No podemos esperar ndashiexclAhora hablo yo iexclCarajo ndashfuerte para callar el griteriacuteondash iquestSoy o no soy la presidenta Se riacuteen es la China La China teniacutea treinta y seis antildeos No fue a la escuela porque no tuvo tiempo la vida se le vino arriba raacutepido Seguacuten me contoacute un diacutea la eligieron presidenta de la comisioacuten de mujeres del campamento porque habla claro y no tiene pelos en la lengua Sigue diciendo ndashNo tenemos nada que perder Bajamos a Montevideo a luchar para conseguir la tierra no nos vamos a ir sin conseguirla Hay que esperar un poco tener paciencia ndashHicimos ochocientos quiloacutemetros a pie familias enteras Esta marcha la hicimos todos hombres mujeres y nintildeos Esto no es pavada Si hay que esperar esperamos ndashdice la Chelandash Tenemos que sacar la ley del Parlamento ahora La Chela Fontora tiene veintiseacuteis antildeos Es de la Comisioacuten Directiva del sindicato de UTAA Todas estaacuten muy serias pensativas con un miedo que obedece maacutes al presentimiento que a otra cosa ndashiquestHasta cuaacutendo ndashdice otra con una voz aflautada y fina ndashPerderemos la zafra ndashiquestY los maridos en queacute van a trabajar cuando volvamos iquestEh ndashiquestDe queacute vamos a vivir

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ndashiquestY si no votan la Ley ndashEllos estaacuten para ellos iexcly ta ndashNo podemos esperar yo estoy cansada Allaacute puedo vivir en el rancho de alguacuten vecino mientras esperamos Sus voces se oyen perdieacutendose entre los sonidos de la gran ciudad Como ecos golpean en las esquinas y se multiplican en las puertas y las ventanas de los barrios montevideanos Se agregoacute el invierno se fueron enfriando las visitas emotivas de los primeros diacuteas Los montevideanos se acostumbraron a verlos por las calles La prensa pasoacute la noticia a segundo plano Ya no son novedad La prensa de derecha gasta muchos recursos para atacarlos poniendo en duda la autenticidad del movimiento ndashiquestQueacute buscan los cantildeeros Coacutemo si no lo supieran Los sindicatos siguen discutiendo sobre los meacutetodos la estrategia y los hechos consumados Todas esas palabras que no estaban en el vocabulario del grupo en el diario vivir de las familias cantildeeras ndashiexclTan faacutecil que pareciacutea todo ndashTrabajar para vivir ndashSolo pediacuteamos eso Nintildeos y mujeres tienen gripe y bronquitis que no se curan faacutecilmente Alguno es hospitalizado Les hicieron radiografiacuteas les reforzaron las vacunas ndashOtro clima ndashdeciacutean ellas ndashAquiacute hay mucha humedad La solidaridad de los gremios no cesoacute Los obreros de los frigoriacuteficos organizaron la campantildea del quilo donacioacuten de alimentos no perecederos y de un quilo de carne por donante por diacutea Lo haciacutean llegar diariamente al campamento Pero todo se iba desgastando Llegaba menos cantidad de otras donaciones Las pequentildeas manifestaciones diarias por distintos barrios ya no se

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podiacutean hacer sin autorizacioacuten y mucho menos vender bonos solidarios por la calle principal de la ciudad o en la puerta de las faacutebricas Les pediacutean la ceacutedula para intimidarlos ndashSolo queremos trabajar allaacute en nuestra tierra en Bella Unioacuten cerca de nuestras familias ndashNo vinimos a mendigar a Montevideo De eso estaban seguras Una mantildeana al volver del mercado vieron que les habiacutean puesto guardia policial en las esquinas del campamento por la calle Cuntildeapiruacute Y empezoacute la provocacioacuten policial

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Ana Mariacutea

La tarde del siete de mayo un grupo de cantildeeros sale del campamento rumbo al Palacio Legislativo Ese diacutea se trata el tema de la Expropiacioacuten de Tierras en la Comisioacuten Especial Un grupo de compantildeeros se despide ldquoHasta luego ya volveremosrdquo y sale por aquel agujero en el paredoacuten del baldiacuteo Dentro queda movieacutendose la vida cotidiana Aquellos hombres de sombreros negros de pantildeo y ropa mezclada entre gaucho y pueblerino no pasan desapercibidos La policiacutea teniacutea orden de no dejarlos llegar al Palacio Legislativo Los persiguen empuntildeando sables amenazando a todos los que se acercan y tengan aspecto de cantildeeros En el campamento Ana Mariacutea pide a dos chicas que la acompantildeen a la farmacia a buscar unas aspirinas Su madre tiene un fuerte dolor de cabeza Salen a la calle las tres jovencitas Caminan junto al muro conversando animadamente cuando ven llegar corriendo al grupo que habiacutea salido recieacuten gritando e insultando a sus perseguidores policiacuteas de a pie y de a caballo ndashiexclGurisas meacutetanse parsquo dentro que nos corre la policiacutea Las muchachas en la sorpresa no atinan a nada se quedan paradas Los compantildeeros las agarran de la mano para entrarlas Suenan disparos Ana Mariacutea grita y cae al suelo El grupo se detiene bruscamente y retrocede para recoger a la joven Con los puntildeos en alto gritan ndashiexclAsesinos Los policiacuteas se vuelven y desaparecen por una calle lateral

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Como pueden entre cuatro o cinco la llevan hasta la esquina Ana Mariacutea llora y grita ndashiexclMi pierna Paran un auto que los lleva al Sindicato Meacutedico de Arenal Grande Los demaacutes entran para tranquilizar a los que al escuchar el balazo queriacutean salir a ver queacute pasaba Ana Mariacutea Silva de quince antildeos es la primera viacutectima de la Marcha Era Ana a quien le entusiasmaba llegar a la Capital la que miraba todo con asombro con alegriacutea con ganas de recorrer y conocer Montevideo Esa noche despueacutes que operaron a Ana Mariacutea la familia recibioacute la noticia de que la bala extraiacuteda habiacutea afectado arterias y ligamentos importantes y tendriacutean que hacer nuevas intervenciones quiruacutergicas para devolverle el movimiento La recuperacioacuten seriacutea muy lenta Ese diacutea se sumoacute otro herido de bala en un pie varios lastimados maacutes y ocho cantildeeros presos No terminoacute Al diacutea siguiente llevaron detenido a Colacho Esteacuteves uno de los dirigentes de UTAA herido de un sablazo en la cabeza el diacutea anterior Lo procesan acusado de desacato Estuvo preso veinte diacuteas en la caacutercel de Miguelete Comienza la confusioacuten las dudas iquestQuieacuten provoca a quieacuten En la prensa y en la radio el parte policial explica que fue una pequentildea manifestacioacuten no permitida y que a un soldado se le escapoacute un tiro iexclQueacute otra cosa podiacutean decir iquestUn tiro y dos heridos de bala En el campamento llanto y nerviosismo acompantildeados de un fuerte sentimiento de miedo rabia e impotencia los puso frente a frente con la realidad ndashiquestQueacute hacemos aquiacute iquestQueacute esperamos iquestDe quieacuten Los cantildeeros y sus familias cerraron filas Con Ana Mariacutea internada y los compantildeeros heridos o presos teniacutean maacutes motivos para luchar contra la injusticia Las mujeres se pusieron maacutes activas maacutes alertas y participativas

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Lucharon desde el sindicato con sus hijos de la mano Corriacutean la misma suerte que ellos Ahora se incorporaba un grupo de mujeres a todas las entrevistas Otras quedaban cuidando el campamento porque desde el Municipio les llegoacute orden de desalojar el predio Las cosas se iban aclarando fueron viendo doacutende estaba cada cual fueron perdiendo la ingenuidad Pensaron que ellas estaban lejos de la poliacutetica y que en Montevideo todo era de libros y leyes de decretos y de comisiones y de investigaciones de promesas y de olvidos La pregunta de por queacute estaban alliacute apareciacutea cada vez con maacutes frecuencia Cuando iban a lavar teniacutean que mendigar el agua a los vecinos que con lo que habiacutea pasado con la confusioacuten veniacutean menos por el campamento Recordaban cuando lavaban en el riacuteo la ropa se secaba al viento norte y teniacutea olor a sol y a aacuterboles Allaacute teniacutean mucho maacutes espacio tambieacuten a la hora de comer Toda la naturaleza les perteneciacutea Aquiacute en pocos metros cuadrados estaban encerrados entre los muros del terreno ajeno sin intimidad los gurises aburridos llorosos y asustados El estudiante de magisterio se volvioacute a Artigas teniacutea exaacutemenes pendientes Habiacutea colaborado durante toda la marcha y unas semanas maacutes Cuando se despidioacute fue muy triste para todos Aacutengela la enfermera que los acompantildeoacute se volvioacute al pueblo porque se enfermoacute su madre Dejoacute a los estudiantes de medicina la caja del botiquiacuten A veces no habiacutea ni medicamentos ni estudiantes luego se consiguioacute un meacutedico que haciacutea las urgencias en su consulta privada gratuitamente Las estudiantes de servicio social acompantildeaban a los que teniacutean seguimiento a los hospitales de salud puacuteblica para facilitar la gestioacuten y no dejarles chocar con el aparato burocraacutetico que se ensantildeaba con ellos cuando veiacutea que eran cantildeeros El duentildeo del baldiacuteo presentoacute una orden judicial de desalojo Al empleado del juzgado lo rodearon todos y lo escucharon tranquilamente Leyoacute el papel y cuando terminoacute dijo ndashiquestQuieacuten es el responsable Tiene que firmar aquiacute

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Todos se miraron Hubo un largo silencio La cara colectiva del grupo no moviacutea un muacutesculo Y a uno se le ocurrioacute decir ndashNo sabemos firmar Y un coro de voces reforzoacute ndashNo sabemos firmar El empleado judicial sonrioacute y dijo ndashBueno dicho y no dicho Tienen que buscar un abogado para que conteste este papelito porque las cosas estaacuten difiacuteciles para ustedes Buenas tardes Que lo pasen ustedes bien La Eva de Almada rompioacute el silencio Llamoacute a los gurises que acompantildeaban al hombre de los papeles hasta el boquete de la pared ndashGurises vengan parsquo dentro Aquel diacutea se comioacute en silencio se repartieron por familia las ollas con el guiso El pan en rodajas maacutes grandes que otras veces Tambieacuten habiacutea naranjas y manzanas que ellas trajeron del mercado Un atado de perejil en un frasquito oficiaba de florero en la cocina colectiva En el fogoacuten central el tacho enorme que haciacutea de olla con el agua calentaacutendose para que cada uno pase a limpiar su plato y lo ponga a secar al sol en una tabla que sirve de mesa y picadero La asamblea de mujeres se reuacutene en el centro del campamento Lentamente van llegando con el mate recieacuten hecho humeante ndashDicen que tenemos cuatro diacuteas para contestar el papel ndashA pie digo yo no vamos a volver al pueblo iquestNo ndashpregunta una de las mujeres ndashCon la cola entre las patas vamos a volver -dice otra ndashY mi suegra que me deciacutea ldquoNo vayan es peligrosordquo cuando nos vea volver con una mano atraacutes y otra adelante ndashYo a pie no vuelvo ndashTendriacuteamos que vender bonos para sacar plata para los pasajes de todos y somos muchos ndashiexclEs un montoacuten de plata tenemos que vender un antildeo parsquo sacar esa

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plata ndashTenemos cuatro diacuteas para contestar el famoso papelito Esta va en serio lo trajo escrito por juez ndashBueno ndashiquestQueacute vamos a hacer Con mirarnos las caras no ganamos nada ndashTenemos que encontrar una solucioacuten La cosa esta encaminada la comisioacuten estaacute trabajando dice otra ndashSi nos tenemos que volver nos volvemos Pero aquiacute nos tuvieron que escuchar ndashY nos tuvieron que ver para ver coacutemo vivimos ndashQue unos queden aquiacute y otros nos vamos como dicen los compantildeeros Y seguimos luchando para conseguir las tierras para trabajar Aquiacute y allaacute en Bella Unioacuten desde el Sindicato ndashiexclPorque no podemos esperar

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El asalto

Se interrumpe la transmisioacuten para dar una noticia ndashiexclUacuteltimo momento La rutina de la vida cotidiana de los montevideanos es sobresaltada por una noticia fuera de lo comuacuten Detenemos la tarea y escuchamos El receptor de radio nos deja con cantidad de interrogantes que no podemos contestar iquestCoacutemo iquestCoacutemo es posible ndashLos cantildeeros de Artigas asaltaron un banco en Montevideo ndashdice el periodista No lo podiacutea creer Ellos no eran delincuentes ndashFueron perseguidos chocaron con el auto y fueron apresados ndashcontinuacutea el locutorndash Se recuperoacute el dinero totalmente En la persecucioacuten los disparos de la policiacutea alcanzaron a uno de ellos que estaacute en el Hospital Militar Los otros dos fueron reducidos inmediatamente cuando regresaban por su compantildeero que estaba en el suelo herido El coche era un VW robado la noche anterior Los nombres son Santana de veintidoacutes antildeos Castillo de veintiocho y Vique de veintiseacuteis Todos ellos son puacuteblicamente conocidos como dirigentes del sindicato los cantildeeros que en este momento acampan en Montevideo ndashParece que no sabiacutean moverse en Montevideo y tomaron una calle a contramano Fue muy faacutecil apresarlos El parte meacutedico dice que el herido estaacute fuera de peligro El abogado del Sindicato Joseacute Diacuteaz que se presenta en la Jefatura de

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Policiacutea para informarse queda detenido e incomunicado tambieacuten La policiacutea rodea el recinto donde estaacuten acampadas las familias Nadie puede entrar ni salir Estaacuten incomunicados Se les toma declaracioacuten uno a uno y registran el lugar en busca de armas inexistentes Amenazan con llevar a los nintildeos al Consejo del Nintildeo Las madres se enfurecen No saben si es verdad o si lo dicen por meter miedo pero no estaacuten dispuestas a separarse de los hijos y no los sueltan de la mano Los sindicalistas y los amigos atentos a lo que estaba pasando damos vuelta a la manzana en pequentildeos grupos para que nos vean y sientan que estamos alliacute Asiacute caminamos hasta que la policiacutea se retira del campamento Entonces entramos ndashSe revolvioacute el hormiguero ndashdice una de las cantildeeras cuando me vio llegar con otras textiles con un perioacutedico en la manondash No entiendo nada Mejor dicho cada vez entiendo menos Dice que a la Celeste del Cachorrinho Julio Vique hoy la entrevistan en la televisioacuten Nos piden que las acompantildeemos a ir a ver la televisioacuten en alguacuten bar cercano para ver a la Celeste Solas no se animan a salir del campamento Aceptamos y allaacute vamos Nos dividimos en tres grupos para no llamar la atencioacuten Tambieacuten se incorpora alguacuten compantildeero ndashTodos calladitos ndashles dicen a los gurisesndash iexclNo pidan nada Soacutelo pediremos para sentarnos y ya estaacute No hay coca colas iquestEntienden Sino capaz que vienen los milicos otra vez y nos llevan a todos ndashle dicen a los nintildeos amenazantes y me guintildean el ojo ndashSiacute ndashdijeron a coro los gurises y se agarraron todos de las manos Me contaron que en algunos bares no las dejaron entrar en otros las dejaron pasar con simpatiacutea pidiendo que se portaran bien Los nintildeos miraban todo el mostrador las botellas los espejos las sillas pasaban la mano por la mesa de caacutermica Miraban Sentildealaban alguna cosa y se reiacutean tapaacutendose la boca tratando de hacer silencio y espiando a las madres para que no los rezongaran ndashiquestA queacute hora es ndash preguntoacute el mozondash iquestEn queacute canal

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Se acercoacute al televisor que estaba alto en un estante de madera recostado a la pared ndashEmpieza a las seis de la tarde La Celeste se fue hace dos horas la llevoacute una camioneta del Canal Fue con dos compantildeeras ndashSola no sale nadie del campamento ndashnos comentan preocupadas El mozo cambia lentamente los canales Cuando ven la cara de la Celeste los nintildeos sentildealan con los deditos asombrados y callados Ya estaba empezado el reportaje no sabiacutean cuaacutento rato habiacutea pasado La enfocan en un primeriacutesimo plano Una sonrisa desdentada florece en su cara que ocupa toda la pantalla de la televisioacuten Ella cierra encandilada un ojo ndashiquestUsted sabiacutea que se iba a producir un asalto cometido por los dirigentes del Sindicato de los cuales su marido es uno de ellos Hay ironiacutea en la pregunta Celeste de a poco se queda seria el entrecejo fruncido y habla ndashYo no sabiacutea nada todo estaba tranquilo en el campamento como todos los diacuteas Soacutelo que estamos cansados de pedir y que nos mientan En el campamento ya hay poco de comer tenemos algunos nintildeos enfermos Desde hace meses estamos a la intemperie y hace mucho friacuteo Ya hace meses que estamos aquiacute en Montevideo y nada Los dirigentes tambieacuten lo saben y sufren como nosotras Se sienten responsables y fueron a buscar la plata iquestDoacutende estaacute la plata En el Banco iquestno Yo no sabiacutea nada Ninguno de nosotros sabiacuteamos nada De las mujeres que estaban en el bar mirando el televisor sale una reflexioacuten que rompe el silencio ndashiquestQueacute hacemos aquiacute iquestQueacute esperamos Vaacutemonos Nos levantamos damos las gracias al mozo que cuando saliacuteamos llamoacute a los nintildeos y les dio dos botellas grandes de refresco No podiacutean esperar Se sienten manoseados Era todo muy sencillo de entender muy claro No entienden por queacute aquiacute no lo entendiacutean

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El regreso

El 29 de junio de 1964 despedimos a las familias de los obreros cantildeeros regresaban a Bella Unioacuten La Estacioacuten Central de ferrocarril de Montevideo se llenoacute de abrazos besos y adioses El tren cuando se puso en marcha se llenoacute de voces ndashiexclPor la Tierra y con Sendic ndashiexclNo podemos esperar ndashiexclTierra para trabajar Esos gritos de hombres mujeres y nintildeos que se alejaban con los puntildeos en alto asomados a las ventanillas nos estremecen nos convocan a no dejarlos solos Levantamos los puntildeos nosotros tambieacuten repitiendo las consignas como nuestras Las palabras del compantildeero Camargo resonaban todaviacutea ndashEmpezamos una nueva etapa de nuestra lucha Aquiacute quedoacute una delegacioacuten representativa de UTAA para seguir las gestiones frente a la Comisioacuten parlamentaria y los sindicatos montevideanos La gente volvioacute como pudo Los dirigentes quedaron unos presos y otros en la clandestinidad acusados de lo que no eran ldquosediciososrdquo Regresaron con las manos vaciacuteas a Bella Unioacuten y la experiencia del intento por vivir mejor Los que habiacutean hecho la marcha quedaron en las listas negras y no consiguieron trabajo al llegar

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En un terreno se hizo la olla sindical para que comieran los desocupados y sus familias Con el apoyo del sindicato bancario fabricaron un horno de ladrillos con que levantar la futura Policliacutenica Sindical en Bella Unioacuten que auacuten hoy existe Algunos no regresaron Se perdieron en la ciudad buscando trabajo Sabiacutean que allaacute lo tendriacutean muy mal los esperaba la ldquolista negrardquo Eran todos sospechosos peligrosos subversivos Se llevaron el cartel colgado al cuello ndashiexclEl tal desparramo de los peludos ndashme contaba la Eva de Almada cuando la encontreacute antildeos maacutes tardendash Unos parsquo Artigas otros parsquo Treinta y Tres a los arrozales porque deciacutean que habiacutea trabajo otros parsquo Rocha a probar suerte a la pesca iexclEl tal desparramo

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El peine amarillo

Mi hijo menor vivioacute en silencio todo lo que nos pasoacute Eso siacute no le gustaba ir a la escuela No queriacutea salir de casa si no iacutebamos nosotros tambieacuten nos agarraba de la mano teniacutea miedo a los sentildeores con uniforme Me di cuenta de eso un diacutea en la playa soplaba un fuerte viento y un marinero tocoacute el pito sentildealando la bandera amarilla eacutel se abrazoacute a mis piernas y lloroacute Una tarde sus hermanos estaacuten en la escuela eacutel duerme la siesta y yo doblo ropa Oigo el timbre y dos golpes secos en la puerta Abro la puerta me empujan hacia un costado Los nervios no me impiden decir ndashUn momento tengo a mi hijo durmiendo en mi cuarto Por favor Ellos llegan antes al dormitorio me dejan pasar Se despierta sobresaltado por las voces y despueacutes de un fuerte suspiro miraacutendolos a todos esas presencias extrantildeas pregunta ndashiquestDe matar mamaacute de matar Yo lo abrazo contra mi pecho y lo saco de la habitacioacuten Me quedo parada con eacutel en brazos contra la pared como me indican Buscan en casa lo que no hay Me dan permiso para sentarme con el nintildeo en la cocina Preparo la leche y espero Oigo conversaciones en el pasillo Una vecina me grita ndashiexclVoy a buscar los nenes a la escuela y los traigo a casa a mirar los dibujitos

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Ellos mientras se instalan en las sillas del comedor dispuestos a esperar Eacutel desde la cocina los observa en silencio Yo sentada con eacutel en la falda lo abrazo para sentirme maacutes segura Uno de ellos saca un peine de plaacutestico amarillo y se empieza a alisar el cabello entonces mi pequentildeo empieza a gritar ndashiexclMiacuteo miacuteo ndashsentildealaacutendolo con su dedito ndashiexclNo ndashle contestondash iexclNo Tu peine es igual que ese pero estaacute en el bantildeo Pido permiso para ir con eacutel a buscar el peine Alguien que parece que manda maacutes me autoriza Aprovecho a secarle las laacutegrimas ya no llora Le lavo la carita y lo peino con su dichoso peine de plaacutestico amarillo Se tranquiliza poco a poco y suspira Volvemos a la cocina Ahora la casa parece muy pequentildea estaacute toda ocupada me estaacute pareciendo asfixiante Por el pasillo oigo la conversacioacuten de la vecina y mis hijos mayores que riendo suben la escalera de prisa ndashYa llegaron ndashpiensondash iexclQueacute suerte La vecina me grita ndashiexclYa estaacuten en casa Tomaraacuten la leche aquiacute Maacutendame al chiquito Pido permiso para dejar salir al nintildeo A eacutel le explico que subiraacute solito que allaacute lo esperan sus hermanos Lo acaricio le doy dos besos y eacutel atraviesa el comedor Se dirige a la puerta Yo lo miro desde la cocina Tres antildeitos Tiene que ponerse en puntas de pieacute para alcanzar el pestillo Eacutel los sigue mirando a todos En el momento en que va a cerrar la puerta la abre nuevamente y le dice al del peine de plaacutestico amarillo ndashiexclPuta Cierra de un portazo y sale corriendo escaleras arriba Los compantildeeros del hombre del peine sueltan la carcajada cuando eacuteste se levanta raacutepidamente gritando ndashiexclGuacho de mierda El que parece que manda maacutes le dice ndashiquestNo se da cuenta que es un nintildeo Sieacutentese

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El del peine se traga la rabia y yo siento regocijo y un nudo en la garganta

Mariacutea Julia con sus hijos en su falda Felipe a sus pies Ernesto y a su derecha Joseacute Conrado (Principios de la deacutecada de los 70) Fotografiacutea Archivo personal

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Suipacha

Pasamos dos diacuteas en Paysanduacute en casa de un matrimonio amigo A la mantildeana del tercer diacutea ellos nos dejaron en el extremo del puente que va de Paysanduacute a Coloacuten (Argentina) Mis tres hijos llevaban mochilas a la espalda y yo un bolso con ropa en cada mano El sol estaba alto teniacuteamos mucho calor Mientras nos despojaacutebamos de los abrigos caminaacutebamos despacio por el angosto costado derecho del puente mirando al rio Uruguay deslizarse manso Los nintildeos estaban muy alegres pensando en el reencuentro con su padre a quien no veiacutean desde haciacutea meses Haciacutea diacuteas que sabiacutea que se habiacutea elegido esa frontera por la seguridad que ofreciacutea el compantildeero que nos llevoacute hasta la cabecera del puente del lado uruguayo Al otro extremo del puente nos esperaba mi marido En el trayecto al vernos caminar por aquel largo puente dos o tres autos pararon para llevarnos pero yo me negaba agradeciendo Ernesto de seis antildeos y Felipe de cuatro luego que el auto se alejaba deciacutean que estaban cansados y se sentaban en el suelo protestando porque no habiacutea aceptado subir al auto Pero yo no aflojaba no iba a correr el peligro de que nos detuvieran Empeceacute a cantar Manuelita y los dos maacutes pequentildeos comenzaron a cantar ndashiexclCherentildei amigo el pueblo estaacute contigo ndashgritaba Felipe ndashiexclNo Es maacutes lindo cantar Manuelita ndashdeciacutea yo

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Josecito que ya teniacutea doce antildeos se reiacutea ndashLos van a llevar presos ndashles deciacutea a los hermanos Nos acercaacutebamos a la otra orilla Las palmeras del lado de Coloacuten maacutes cerca cada vez ndashEl primero que vea a papaacute tiene premio ndashdijo Josecito Los tres a las risas corrieron a encontrarlo El padre nos esperaba con un auto prestado por un amigo argentino Habiacutea armado cerca de alliacute un campamento con toldos una carpa un fogoacuten hecho de piedras en el suelo y dos o tres cacerolas Los nintildeos tiraron las mochilas y corrieron alrededor del campamento Felipe se cansoacute y vino a pedirle brazos al padre Los hermanos lo miraban con deseos de hacer lo mismo nos sentamos todos en el pasto en ciacuterculo y empezaron las preguntas entrecruzadas de coacutemo esta allaacute y coacutemo estaacute aquiacute y doacutende vamos a vivir y la escuelahellip ndashiquestTrajiste el pase para la escuela y para el liceo y las partidas de nacimiento de los tres Cuando los nintildeos se durmieron hablamos con tristeza de lo que pasaba allaacute y aquiacute de los compantildeeros y sus familiares de todos los familiares y de los nuestros Joseacute se veiacutea cansado y preocupado A la mantildeana siguiente recorrimos los alrededores disfrutamos la tranquilidad del lugar el silencio el verdor Me sentiacutea segura otra vez aunque la Argentina estaba muy revuelta y no habiacutea garantiacutea ninguna de lo que fuera a pasar alliacute Me explicoacute que por eso habiacutea alquilado una casita en la Provincia en Haedo donde supuestamente pasariacuteamos maacutes desapercibidos La habiacutea conseguido un compantildeero socialista argentino que conociacuteamos desde haciacutea muchos antildeos y viviacutea a cinco cuadras de donde viviriacuteamos nosotros Alliacute no dirigiacuteamos al diacutea siguiente Del viaje a Buenos Aires recuerdo que los nintildeos reiacutean mucho estaban contentos y el padre tambieacuten Los miraba sonriente por el espejo retrovisor Yo estaba muy cansada habiacutea desmontado mi casa sola regaleacute muchas

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cosas otras no recuerdo que fin llevaron Eran cosas nada maacutes Entonces bajeacute la guardia y el cansancio me vencioacute Dormiacute la mayor parte del viaje Atraacutes habiacutean quedado los muacuteltiples allanamientos aquellos golpes en la puerta de la visita no anunciada unas veces de diacutea otras de noche metieacutendose en mi casa sin pedir permiso montando una ratonera tenieacutendome a miacute y a mis tres hijos de rehenes durante largas horas sentados en mis sillas utilizando nuestro bantildeo revolvieacutendome los cajones y los roperos buscando lo que no habiacutea Sentada en alguacuten rincoacuten esperando que mis hijos se durmieran vigilaba las visitas tratando de no demostrarles miedohellip Llegamos al Gran Buenos Aires pasadas las tres de la tarde Los amigos nos esperaban con comida Sus dos nintildeas maacutes o menos de la misma edad de mis hijos enseguida empezaron a jugar con ellos Suipacha 888 Haedo Provincia de Buenos Aires Argentina Alliacute empezoacute otra etapa de mi vida un nuevo hogar Ese mismo diacutea me di cuenta que mi madre y mis hermanas no podriacutean escribirme a esa direccioacuten por razones de seguridad Un pasillo largo y angosto al final de eacutel un alto portoacuten de hierro de dos hojas pintado de negro nos permitiacutea pasar a lo que seriacutea nuestra casa Era viejiacutesima teniacutea techos de zinc y cielorraso de espuma plast un gran fondo con dos aacuterboles y un patio de baldosas cubierto por un parral Todo era muy modesto pero pareciacutea amplio y coacutemodo Nos dijeron que estaban encargados los colchones y que llegariacutean esa tarde Desde Buenos Aires otros compantildeeros nos traeriacutean la ropa de cama Los varones se quedaron a esperar y las mujeres fuimos a buscar las cosas de cocinar a casa de nuestros compantildeeros Sentiacute que no estaacutebamos solos me encontreacute abrigada y penseacute que la solidaridad existe Esa noche hablamos con los nintildeos de la discrecioacuten y la seguridad escucharon silenciosos No seacute si entendieron Se enteraron que empezariacutean la escuela para no perder el antildeo escolar La casa tomaba forma Los objetos iban encontrando lugar igual

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que nosotros Compramos cuchetas para el cuarto de los nintildeos porque esperaacutebamosla llegada de un compantildeero que resultoacute ser Gargano Los diacuteas siguientes fueron tranquilos conocimos el barrio los lugares donde comprar la escuela a la que iriacutean y el liceo que quedaba pasando la viacutea del tren por la estacioacuten Haedo la plaza de deporteshellip Como era todo nuevo nos pareciacutea lindo y seguro La palabra exilio no estuvo en nuestro vocabulario hasta que fuimos a sacar el permiso de residencia para anotar los nintildeos en la escuela y poder trabajar nosotros Encontreacute una enorme cantidad de uruguayos que estaban en los mismos traacutemites y se acercaban a hablar con Joseacute de las peripecias que estaban pasando Las colas eran grandiacutesimas Me di cuenta que no era provisorio por algunos meses como creiacutea La gente estaba nerviosa el peronismo estaba revuelto y las calles inseguras Ese era el tema central de las conversaciones de los uruguayos Por razones de seguridad soacutelo Joseacute iba a los contactos poliacuteticos en la capital Yo estaba de acuerdo La relacioacuten de pareja entre nosotros se habiacutea deteriorado Yo quedaba en casa con nuestros hijos sabiacutea muy poco de sus actividades eacutel no me participaba de nada Yo estaba triste y confundida Seguiacutean llegando exilados a Buenos Aires De eso si hablaacutebamos y a la hora de los informativos escuchaacutebamos la radio en silencio No tuvimos TV hasta muchos meses despueacutes Pasaron dos meses Los nintildeos iban a la escuela y al liceo Despueacutes de comer yo me metiacutea en la cama lavaba los platos a uacuteltima hora de la tarde antes de la cena El diacutea no me alcanzaba para arreglar los cuartos La depresioacuten entroacute silenciosamente sin que me diera cuenta Teniacutea pesadillas con familiares y amigas Estaba totalmente aislada no teniacutea noticias de mis compantildeeras textiles no sabiacutea de Jorgelina ni de Delia Se me cortaron todas las comunicaciones perdiacute mi paiacutes mi familia las amigas las compantildeeras Atraacutes quedoacute mi militancia sindical y poliacutetica Sola no me animaba a tomar el tren y mucho menos el

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metro Joseacute me deciacutea que fuera al ldquoOncerdquo pero yo no era capaz de salir me pareciacutea que me perderiacutea entre tanta gente A penas lograba andar por el barrio La depresioacuten me halloacute ahuecada en la cama el lugar donde me sentiacutea maacutes segura No seacute si dormiacutea si sontildeaba no recuerdo si pensaba en lo que estaba viviendo Cuando los hijos volviacutean a las cinco del colegio me poniacutea en marcha como una autoacutemata Me encargaba de la ropa y de la limpieza de la cocina y el bantildeo El padre si estaba en casa se ocupaba de las compras de cocinar a medio diacutea y de dejar algo en marcha para la noche Por suerte siempre le gustoacute cocinar Joseacute estaba maacutes distante cada diacutea Llegaron los largos silencios La culpa un sentimiento que no habiacutea conocido antes llegoacute y se apoderoacute de miacute estrujaacutendome el pecho Culpa de marchar del paiacutes porque me salvaba culpa de ser mala madre porque les quiteacute a mis hijos las abuelas los tiacuteos y los compantildeeros de escuela Culpa por los compantildeeros desaparecidos muertos y presos Culpa culpa y maacutes culpa

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Viviendo el miedo

Mayo de mil novecientos setenta y seis Los Falcon recorren las calles de Buenos Aires las fuerzas represivas marcan presencia como paseando siseando como las serpientes sobre la tierra seca Se ocultan detraacutes de los vidrios oscuros Los peatones siguen caminando como si unos y otros fueran invisibles pero el sonido de ese auto es inconfundible Te sigue despacio Sentiacutes la mirada en la nuca como si un dedo invisible te tocara El sonido te presiona el hombro toma cuerpo y se hace presencia Fue un antildeo terrible Fueron capaces de matar a Gutieacuterrez Ruiz a Michelinihellip Desapareciacutean adultos y nintildeos Asesinatos desapariciones de uruguayos y argentinos Insomnio el oiacutedo y los muacutesculos alertas Los compatriotas cambian de viviendas el desparramo otra vez Los compantildeeros del Partido Socialista resolvieron que por estar su vida amenazada el padre de mis hijos teniacutea que marcharse a Espantildea Como hijo de espantildeol consiguioacute pasaporte Yo quedeacute con mis hijos sola en Haedo en la provincia de Buenos Aires iquestQueacute hacer Los dos maacutes chicos en la escuela primaria el mayor cursando segundo de liceo y yo asistiendo al liceo nocturno En el pueblo trabajaba en negro vendiendo ropa de nintildeas y de bebeacute en las pequentildeas tiendas del lugar Teniacuteamos poca produccioacuten artesanal a medias con una compantildeera Lo poquito que produciacuteamos se vendiacutea enseguida cinco o diez prendas y saliacuteamos a comprar madejas de lana o unos metros de tela para los vestiditos

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Miedo siacute mucho miedo pero habiacutea que hacer de tripas corazoacuten teniacutea mucho que cuidar como todas las mujeres Por correo acordamos con el padre que todos terminariacuteamos el antildeo escolar y luego regresariacuteamos a Montevideo porque en ese momento yo teniacutea maacutes miedo en la Argentina En Uruguay sabriacutea moverme mejor con familia y compantildeeros estariacutea maacutes segura Fueron los meses maacutes difiacuteciles para miacute andar en las calles con muchas precauciones la puntualidad No habiacutea lugar para las improvisaciones eso lo teniacutea muy claro No me sentiacutea tan sola teniacutea a mis hijos que me daban seguridad y los compantildeeros con quienes no dejaba de comunicarme trayeacutendome la informacioacuten y correspondencia en mano propia Hasta que una noche de diciembre de ese mismo antildeo a la hora de salir del liceo nocturno para adultos donde yo cursaba segundo curso encontramos a la directora de pie en la puerta del local y nos pidioacute que no salieacuteramos todaviacutea que un poco antes un coche con vidrios oscuros abrioacute la puerta de atraacutes y desde adentro alguien tiroacute un cadaacutever en la misma puerta del liceo Agregoacute que habiacutea llamado a la ambulancia que volvieacuteramos al aula hasta que lo levantaran y se lo llevaran Que luego salieacuteramos en grupos de acuerdo a la cercaniacutea de nuestros hogares Esto sucedioacute en el mismo Haedo en provincia supuestamente un lugar maacutes seguro Faltando pocos diacuteas para terminar las clases comprendiacute que era cuestioacuten de tiempo Nada era seguro Otra vez quedeacute en la retaguardia Los diacuteas pasaban maacutes lentamente que nunca Me tocaba desmontar otra casa por suerte una amiga se quedaba por las noches a dormir con nosotros Otra vez vender lo que pudiera y regalar el resto Como pasoacute en Montevideo me quedaba solamente recoger los pases escolares Tuve la tranquilidad de que mi amiga los recogeriacutea y los enviariacutea por correo Por otro lado el padre de los nintildeos preocupado por lo que se estaba viviendo por estos lados nos mandaba buscar Pero nosotros no teniacuteamos

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pasaporte para viajar a Espantildea teniacuteamos que llegar a Montevideo de cualquier manera No era faacutecil antes de irnos a la Argentina ya me lo habiacutean negado a miacute y a mis hijos chantajeaacutendonos para que no salieacuteramos del paiacutes Pero lo volveriacutea a intentar El uacuteltimo diacutea de clase les dije a mis hijos que volveriacuteamos a ver a la familia a las abuelas cosa que los puso contentos pero otra vez perdiacutean los amigos Felipe con cinco antildeos fue el maacutes expliacutecito El habiacutea plantado semillas de zapallo y teniacutea una gran calabaza en crecimiento ndashiquestQueacute va a pasar con mi zapallo iquestQuieacuten va a cuidar a Bandido miperrito Fuimos con los bolsos a la Chacharita a casa de compantildeeros a esperar por queacute viacutea viajariacuteamos a Montevideo Los compantildeeros nos sacaron pasajes en el Vapor de la Carrera que pareciacutea lo maacutes seguro porque en viacutesperas de Navidad saliacutea repleto de gente Llegamos a Montevideo Nos esperaba mi cuntildeado Los nintildeos contentos pensaban en los regalos de Navidad que les prometiacutea su tiacuteo Luis

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Otra despedida maacutes

El puerto tiene un olor especial Siempre lo vi desde el otro lado de la bahiacutea desde el Cerro donde viviacutea Lo sentiacutea tan lejanohellip y aquiacute estoy hoy en el centro de esta espiral que me trae me envuelve me aleja y me acerca Aquiacute entre un montoacuten de gente maletas y nintildeos saltando y riendo Unos se van otros se quedan se abrazan se tironean de la ropa retenieacutendose Vigilo las maletas donde van los recuerdos las fotos algunos libros que eligieron los nintildeos y alguacuten juguete del que no pudieron despedirse No permito que mis hijos se alejen de miacute tengo miedo de que se pierdan entre la gente o caigan al agua Me doy cuenta que transpiro y estoy temblando La gente se saluda otros lloran Se abrazan con fuerza Miro alrededor De un lado paredes grises galpones y guinches a mi espalda una pared se alza ancha y gris con pequentildeas ventanas donde no se asoma nadie Esta pared se mueve se balancea cruje El vaporcito que arrastroacute y trajo hasta aquiacute esta pared nos saluda dando pitos y bocanadas de humo La deja frente al muelle lo maacutes cerca posible de la orilla y se aleja lentamente Como un gran dragoacuten que dormitando nos espera y sabe que no nos resistimos estamos entregados mansamente a este viaje no esperado Me muevo en silencio me trago las palabras veo la gente que tambieacuten se mueve en silencio veo las abuelas que miran sin palabras Los nietos son de todas Las mujeres mayores se multiplican los nintildeos tambieacuten los que se

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quedan y los que se van son de todas Todos somos de todos y de todas Somos una masa que late y respira al uniacutesono todos juntos alliacute hacia distintos destinos Un estridente pitar nos sobresalta Se mueven las formas los grupos se acercan y se alejan Es como si mirara por un gigantesco caleidoscopio Se despiden El segundo pitar anuncia que el gigantesco dragoacuten poco a poco se despierta y nos tragaraacute uno a uno para dejarnos dentro de muchos diacuteas lejos muy lejos Esa gran pared abriraacute su boca Los besos las caricias el latido agitado de mi corazoacuten Hay que irse para rescatar las palabras el color el oiacutedo la vista Subo la escalerilla Se mueve y yo tiemblo custodiada por seis manitos que me guiacutean y aseguran Ellos no tienen miedo de ser tragados Miro hacia atraacutes y la vista se me nubla De pronto todo toma color la masa late y respira con nosotros nuevamente las miradas los adioses se hacen cercanos no es despedida los gritos traen un hasta luego multiplicado

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El Pesquero

Desde allaacute lejos desde Barcelona (Espantildea) a veces quiero recordar el cielo y el verano del Uruguayhellip A cinco quiloacutemetros del pueblo entre los meacutedanos y el oceacuteano estaacuten los ranchitos de paja de los pescadores Fueron construidos por los pescadores en la misma playa con troncos de eucaliptus juncos cantildeas y tablas que trae el mar El aire los atraviesa como a un colador Andreacutes iba todos los antildeos y habiacutea hecho muchos amigos alliacute El antildeo anterior se habiacutea entusiasmado con la idea de formar una cooperativa de pesca pero los pescadores no la creyeron necesaria estaban acostumbrados a que cada familia trabajase para si Aquel enero Andreacutes nos prestoacute el rancho El lugar era espleacutendido El verano permitiacutea que nos quedaacuteramos hasta tarde por las noches disfrutando el espectaacuteculo que nos anunciaran los pescadores del lugar Se escuchaba el sonido del mar la oscuridad nos regalaba un cielo tan estrellado como nunca habiacuteamos visto y las olas llegaban a la orilla con espuma fosforescente De mantildeana pasaba una sentildeora que vendiacutea pan y unos bollos dulces muy ricos recieacuten hechos por ella Adentraacutendose en el oceacuteano se conseguiacutea pesca mayor atunes tiburones etc Los pescadores saliacutean al mar en unas embarcaciones endebles de madera que no se podiacutea creer que entraran unas millas en el oceacuteano Cada diacutea

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se jugaban el regreso Cuando saliacutean al mar tiraban las redes y las dejaban alliacute amarradas a las boyas durante dos diacuteas luego iban a recogerlas Cuando los enormes animales atrapados cansados de luchar se atontaban los arrastraban hasta la orilla y los remataban a palazos Entreveradas en las redes apareciacutean mantandashrayas del tamantildeo de un paraguas abierto que peleando entre la vida y la muerte sacudiacutean peligrosamente su cola venenosa los pescadores la cortaban con un solo golpe de machete Al llegar las embarcaciones a la orilla todas las mujeres corriacutean hacia ellas con ganchos y cuchillos Luego llegaban los cerdos y los perros y por uacuteltimo los nintildeos pequentildeos La faena empezaba ahiacute mismo cortando el pescado en lonchas Trabajaban con rapidez Tiraban las viacutesceras a los cerdos que comiacutean ruidosamente gruntildeendo Los perros aprovechando la distraccioacuten colectiva corriacutean a las gallinas que intentaban acercarse Alrededor de los ranchos en los meacutedanos grandes caballetes de madera sosteniacutean las tablas ruacutesticas donde colocaban las grandes lonchas de pescado que alliacute mismo salaban colgaban y dejaban secar al sol diacuteas y diacuteas daacutendolas vuelta y recogieacutendolas por las noches para que no se humedecieran con el rociacuteo Asiacute elaboraban el bacalao Eso y remendar las redes que llegaban rotas era trabajo de las mujeres Las mujeres no participaban en la comercializacioacuten del bacalao ndashEs cosa de hombres ndashme deciacutean alcanzaacutendome un matendash Nosotras no entramos ni salimos Me contaron que el precio siempre lo fijaba el intermediario que es quien tiene los camiones y el dinero El intermediario esperaba en la carretera Algunas familias estaban mejor econoacutemicamente y teniacutean caballo y carro propio para transportar el pescado hasta la carretera que quedaba a tres kiloacutemetros Los demaacutes caminaban con su pescado a cuestas

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Los pescadores se sienten con las manos atadas sin locomocioacuten y lejos del mercado donde se fijan los precios Siempre son los que ganan menos y arriesgan maacutes hasta la vida arriesgan en el mar ndashVos no teneacutes otra forma de venderlo teneacutes que morir en el intermediario ndashdeciacutean Las mujeres conseguiacutean su dinerito el que era de ellas juntando mejillones entre las rocas del Cerro Verde empapaacutendose de la cabeza a los pies y resbalando peligrosamente en las rocas verdosas de musgo muy filosas Cargaban las pesadas bolsas de arpillera repletas de mejillones sobre sus espaldas doblando el cuerpo y caminando por la orilla del agua hacia los hoteles compradores que se encontraban a cuatro o cinco quiloacutemetros de distancia Pareciacutean hormiguitas tambaleaacutendose con su carga de treinta o maacutes quilos Caminaban descalzas abriendo muy bien los dedos de los pies para mantener el equilibrio Lo que ganaban se lo gastaban en el Chuy comprando alguna blusa dulces enlatados yerba azuacutecar aceite ndashCuando hay cambio de luna y hay bajante marina se pueden sacar muchos maacutes mejillones entonces el precio es cada diacutea maacutes bajo Los hoteles tiran abajo los precios y los camioneros se aprovechan pagando cada diacutea menos Ellas van dejando la carga al borde de la carretera Si el precio no le conviene al camionero se los deja pudrir al sol asiacute que cuanto maacutes mejillones menos se les paga Al final ellas tienen que aceptar el precio para salvar los diacuteas de trabajo y la mojadura ndashMierda nos pagan mierda Este trabajo es propio de mujeres o de los muchachitos que acompantildean a sus madres que por su edad todaviacutea no salen al mar Muchas de estas mujeres padecen problemas de columna y prolapso Pero todos en general son fuertes de salud son parte de la naturaleza del lugar rostros curtidos por el aire salado del oceacuteano y mejillas enrojecidas por el sol Los nintildeos pequentildeos juntan mandiacutebulas de tiburoacuten estrellas de mar

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caracoles veacutertebras de tiburoacuten con las que hacen collares para vender a los turistas que llegan al pesquero para adornar las casas de Montevideo Los visitantes se acercan con sus caacutemaras los fotografiacutean y les dejan algunas monedas Durante el invierno por la orilla del mar por la arena dura van cada diacutea a la escuela del pueblo En grupo acompantildeaacutendose como los pececitos caminan esos cinco quiloacutemetros Regresan recogiendo estrellas de mar y caracoles para vender cuando llegue la temporada de los visitantes Mientras tanto sus padres y madres tejen y remiendan las redes preparando la faena diaria

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Regreso sobre mis pasos

Diciembre de 1994 Llego a Bella Unioacuten una pequentildea ciudad del Norte de nuestro paiacutes en Artigas buscando algunos recuerdos perdidos por alliacute hace ya treinta antildeos rostros sonrisas amigas Amanece El pueblo no cambioacute tanto Compramos galletas para el desayuno Charito me pondraacute en contacto con las mujeres que quiero entrevistar aquellas de la marcha del 64 Ana Mariacutea Silva la que recibioacute el balazo en la pierna aquella adolescente que llegoacute a Montevideo en la marcha cantildeera con ilusioacuten de ver la capital Hoy tiene treinta y ocho antildeos Me recibe en su casa estaacute contenta de verme y me cuenta que tiene cinco hijos tres de los cuales estaacuten casados iquestQueacute fue de las mujeres del Sindicato de UTAA iquestDoacutende estaacuten En su rancho hay cinco nintildeos entre uno y doce antildeos dando vueltas riendo o peleando ndashiexclSacando de las casillas ndashdice Los dos mayores son de ella los tres pequentildeos de la hija que trabaja lejos en la Barra de Cuaraiacute y Ana Mariacutea se los criacutea Tiene cinco ldquocrianccedilasrdquo a su cargo El marido desocupado va haciendo changas donde puede y como puede Me dice que en Montevideo eacutel trabajaba en muchas cosas pero aquiacuteestaacute difiacutecil Ana pasoacute seis operaciones en la pierna estuvo largas temporadas internada en Traumatologiacutea Teniacutea que estar en Montevideohellip

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ndashhellipPor lo de los meacutedicos Viviacuteamos en el barrio Borro Nos volvimos a Bella Unioacuten hace ocho antildeos porque creiacuteamos que habiacutea maacutes trabajo y porque pensaacutebamos que era mejor para criar los hijos aquiacute pero soacutelo encontramos el hambre y la desocupacioacuten Ana tambieacuten trabajoacute aquiacute y allaacute de domeacutestica Cambiando de conversacioacuten me dice que estaacute cansada de meacutedicos que la uacuteltima vez le dijeron que le teniacutean que fijar el tobillo de la otra pierna porque lo teniacutea muy mal por caminar torcido y que la columna la teniacutea totalmente desacomodada por lo mismo Pero ella no aceptoacute esa uacuteltimaoperacioacuten que significaba que quedariacutean riacutegidas las dos piernas para siempre Eso no lo aceptariacutea jamaacutes dijo preocupada Estaba cocinando una salsa de tomate Una simpaacutetica sonrisa no abandona su rostro al mirarme Estaacutebamos sentadas debajo del parral Su marido atendiacutea con carintildeo a los nintildeos para dar tiempo a nuestro encuentro Ana tiene el pelo atado con un pantildeuelo verde que deja ver un pelo negro con alguacuten mechoacuten entrecano Viste una blusa larga blanca y una falda floreada Un delantal gris ata a una mujer preocupada por su cuerpo y por su salud ndashTuve que adelgazar quince kilos este antildeo porque no caminaba ya Trabajeacute aquiacute de limpiadora en una panaderiacutea por las galletas el pan y la leche pero no pude aguantar Ahora estoy en casa Gestioneacute hace dos antildeos la jubilacioacuten por invalidez estoy esperando Dicen que me saldraacute por unos cuatrocientos pesoshellip iquestQueacute hago con esa plata Nada ndashSeacute que terminareacute a los cincuenta antildeos postrada en una silla porque cada vez tengo maacutes dolores de huesos y tomo maacutes calmantes pero ni plata para medicamentos tengo ya se sabe primero estaacute la comida iquestA quieacuten le reclama ella esa invalidez por el balazo recibido a los quince antildeos de edad por un policiacutea que ni siquiera sabe quieacuten es iquestA quieacuten le reclama iquestA queacute gobierno iquestA queacute institucioacuten Los nintildeos juegan corren alrededor de la casa con paredes y sin techo Su marido levantoacute paredes hasta la viga pero no lo pudieron terminar Corren

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detraacutes de un gato que les regalaron para aumentar la familia Tienen las cosas tapadas con lonas porque parece que va a lloverhellip el verano vino llovedor Me pregunta por la Chela ndashiquestLa has visto ndashSiacute vive en Montevideo a veces la veo Chela Fontora tiene ahora cuarenta y siete antildeos una hija de su primer matrimonio y un nieto Pasoacute catorce antildeos en la caacutercel en total Se habiacutea incorporado al movimiento tupamaro cuando se dio cuenta que con las ldquomarchas no alcanzaba para nadardquo Cayoacute presa en 1970 la primera vez como integrante del MLN y dirigente de UTAA Salioacute de la caacutercel cuando salieron todoshellip en 1985 Se casoacute nuevamente Vive en Montevideo porque tiene controles meacutedicos regularmente Ahora trabaja en temas sociales en un organismo de ayuda a las mujeres maltratadas Siempre fue sensible al tema y no tolera la injusticia No se alejoacute de su gente Estaacute atenta a lo que pasa en el Nortehellip donde estaacuten los suyos Su hija estaacute en el movimiento de mujeres que hicieron la marcha desde el pueblo Gomensoro por fuentes de trabajo agriacutecolas de esto hace ya dos antildeos A la Chela la encuentro muy seguido en actos acontecimientos sindicales y velorios Sabemos que caminamos en el mismo sentido en el tema mujer Escribioacute ldquoMaacutes allaacute de la pobrezardquo agotado raacutepidamente Cuando una vecina se entera que estoy alliacute y hablamos de Chela trae a su madre que me cuenta de aquella eacutepoca Se agranda la rueda de matehellip Dontildea Lola no fue a la marcha No pudo teniacutea dos nintildeas pequentildeas y su marido trabajaba Ya no estaba viviendo en la azucarera se habiacutea casado con un policiacutea que antes habiacutea sido obrero de la cantildea Pero recuerda toda la preparacioacuten de la marcha no se perdiacutea un acto y aplaudiacutea mucho a la Chela

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Fontora porque era jovencita y hablaba muy claro Dontildea Lola sabiacutea de queacute hablaba en UTAA y sentiacutea la misma bronca que sentiacutean ellos ldquolos peludosrdquo porque ella tambieacuten peludioacute allaacute por el antildeo 1948 cuando llegoacute con su familia desde Tres Cruces departamento de Artigas ndashCuando nos fuimos de alliacute nos deciacutean los vecinos ldquoNo se vayan a CAINSA van al azucaral a agarrar un toro mundialrdquo ldquoEntorarserdquo es tener una pobreza muy grande ni plata ni trabajo ni comida nada Eso es entorarse Pero todos emigraban para las azucareras que era trabajo nuevo ndashNosotros tambieacuten nos fuimos al azucaral por la novedad Nosotros trabajaacutebamos muy duro para ayudar a papaacute La zafra dura cuatro meses se trabaja a destajo a un tanto ldquola luchardquo ndashUna lucha es una cantidad prefijada de surcos trabajados ndashPor cada lucha te dan un vale no te dan plata despueacutes los canjeas Las mujeres trabajaban fuerte en la cantildea Algunas cortaban cantildea a la par de los hombres machete en mano las mujeres solas con hijoshellip Mi madre estaba en casa porque habiacutea nintildeos pequentildeos Mi hermana y yo despuntaacutebamos cantildea acarreaacutebamos carpiacuteamos y a veces papaacute nos llevaba a ldquomontearrdquo Mi hermana y yo tuvimos suerte porque despueacutes de dos antildeos en ldquochacra ldquo (limpieza del suelo alrededor de las plantas nuevas) dentro del cantildeaveral nos llevaron a trabajar en la faacutebrica Alliacute trabajeacute tres antildeos maacutes En la faacutebrica es distinto pasan otras cosas como en cualquier lugar supongo Yo le pregunto ndashiquestQueacute cosas pasan ndashCosas aprovechamientos abusoshellip ndashAhora se dice acoso sexual ndashSiacute recuerdo que teniacuteamos otro trato las que trabajamos dentro de la faacutebrica Los hombres de la oficina siempre se tiraban un lance

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Sonriacutee ldquoUn diacutea un ingeniero que veniacutea desde la capital contratado para la zafra me dijo ndashiquestQueacute haces el domingo ndashNada ndashle dije ndashiquestPor queacute no nos vamos al riacuteo Llevaacute a tu hermana y yo llevo un amigo para ella Me puse maliacutesima ndashiexclNosotras no acostumbramos iexclSinverguumlenza iexclMosquito eleacutectricordquo ndashiquestPor queacute le dijiste eso ndashPorque eacutel era muy nervioso y chiquito Dontildea Lola suelta una carcajada ndashSe ganoacute el apodo para toda la zafra porque yo le conteacute enseguida a todas mis compantildeeras y todas se reiacutean de eacutel al verlo pasar La verdad que lo pasoacute mal Siempre teneacutes que estar alerta a que no te pasen por arribahellip En la faacutebrica tambieacuten es jodido trabajar Charito me viene a buscar para ver a Dontildea Eva Eva Araujo la primera esposa de Bandera A esta amiga la busqueacute en Bella Unioacuten pero estaba ldquopara la Barra de Cuaraiacuterdquo seguacuten me informaron sus hijos cuidando a sus padres que son ancianos estariacutea alliacute por unos diacuteas Alliacute llegueacute buscando una casilla de madera pintada de verde rodeada de plantas de aspecto muy humilde La direccioacuten que me dieron no era muy clara me costoacute encontrarla Mientras sus padres dormiacutean la siesta Eva tomaba mate apoyada en el portoacuten mirando la calle distraiacutedamente Asiacute la encontreacute Al principio no me reconocioacute pero fue muy faacutecil el reencuentro Despueacutes de los saludos la convoqueacute al recuerdo de aquella marcha de 1964 Me explica que tambieacuten fue a la del 1962 y a la de 1968 pero volvimos a la que me interesaba a ubicar ese tiempo de encuentro de acontecimientos vividos cotidianamente

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ndashYo teniacutea veinticuatro antildeos en aquella marcha y teniacutea tres hijos Cuando llegamos a la capital nos alojamos en la Asociacioacuten de Estudiantes de Medicina Estaacutebamos alliacute ocho familias habiacutea unas diez piezas entre todos teniacuteamos veinticuatro nintildeos los mayores eacuteramos diecisiete Estaacutebamos en pleno centro cerca del Palacio Legislativo y a pocas cuadras del campamento de la calle Cuntildeapiruacute donde nos reuniacuteamos todos los diacuteas Me cuenta que es brasilera que sus padres vinieron a trabajar al Uruguay que ella trabajoacute desde nintildea con su familia regando despuntando cantildea levantando boniatoshellip Cuando se ldquoaparejoacuterdquo con Bandera eacutel no la dejoacute trabajar maacutes en la tierra entonces trabajoacute en otra cosa haciacutea pan caseropara vender empanadas lavados de ropahellip Siempre trabajoacute ndashViviacutea con mi familia dentro de CALPICA el ingenio azucarero En esa marcha ella dejoacute el rancho para ir a Montevideo dejoacute sus cositas lo poco que teniacuteahellip Apronta nuevamente un mate y me alcanza una empanada calentita ndashiquestQueacute haciacuteas en esa marcha queacute tareas ndashYo en esa marcha lo que haciacutea era mantener limpio el local Y se riacutee como quien dice ldquoiexclOtra cosa no podiacutea hacerrdquo ndashEra muy grande lo haciacuteamos entre todas pero como yo teniacutea mi chiquita de dos meses me quedaba maacutes tiempo en el local y los demaacutes se iban a manifestaciones o gestiones se llevaban los maacutes grandecitos los que no pediacutean brazos asiacute que casi siempre me quedaba yo Ese invierno era muy friacuteo y muy llovedor me acuerdo que todos llegaban con los pies embarrados costaba mucho mantener el local limpio Lo tomeacute como mi trabajo ndashAlliacute nos traiacutean la ropa comida juguetes gente amiga que veniacutea de todos lados ndashTambieacuten cocinaacutebamos para nuestro grupo separados de la olla del campamento de Cuntildeapiruacute para no desplazarnos de aquiacute para allaacute con la gurisada comiacuteamos bienhellip

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Se queda como pensando ndashRecuerdo que teniacuteamos miedo al traacutensito Un diacutea un oacutemnibus atropelloacute a dos nintildeas chiquitas que se nos escaparon para ir a la panaderiacutea que quedaba a dos cuadras Se fueron solitas y cruzaron sin permiso la avenida General Flores no les pasoacute nada porque frenoacute muy a tiempo cerquita de ellas las pechoacute y las volteoacute iexclQue susto ndashTodo eso teniacuteamos que cuidar las mujeres ndashse riacuteendash Como siempre como en casahellip Eva tiene una cara muy linda a pesar de los antildeos y muy serena habla pausado Se le ve sin rencores asumida a siacute misma en esa suerte de mujer sola que le tocoacute vivir ndashiquestCoacutemo terminaste esa marcha iquestcuaacutendo decidieron volver ndashCuando volvimos a Bella Unioacuten nosotros volvimos en tren y los ldquomonosrdquo (los bolsos los paquetes) los traiacutea un camionero del mercado que veniacutea siempre vaciacuteo para Bella Unioacuten Esa noche nos detuvieron en Colonia Palma y la policiacutea no nos dejaba entrar al azucaral ldquoPasamos la noche a la intemperie un friacuteo horrible no teniacuteamos ni abrigo ni frazadas todo se nos fue en el camioacuten A la madrugada nos soltaron a todos iquestPero sabeacutes lo que pasoacute nos incendiaron los ranchos en CALPICA en la propiedad del patroacuten deciacutean eso que estaacutebamos en la propiedad del patroacuten y que no podiacuteamos reclamar nada eso deciacutean que no sabiacutean quieacuten fue que los quemoacute y quieacuten va a serhellip iexclNosotras siacute sabiacuteamos Me quedeacute sin nada soacutelo con lo puesto ldquoAsiacute nos quedamos en un campo baldiacuteo de Bella Unioacuten Armamos una casilla con las cosas que acarreaacutebamos de todos lados palos latas cartoacutenhellip Hice colchones con bolsas blancas de azuacutecar que los compantildeeros me traiacutean y adentro lo relleneacute con pasto seco con gramilla y asiacute empeceacute de nuevo de la nada ldquoCon maacutes dificultades Mi marido era dirigente de UTAA y como todos marchoacute en la lista negra y no encontraba trabajo Yo fui sacando la

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familia adelante con lavados para afuera y el contrabando de la Barra de Cuaraiacute compraba y vendiacutea cualquier cosa yerba aceite azuacutecar ropaCuando no teniacutea plata para contrabandear haciacutea pan empanadas y pizza para vender luchando todos los diacuteas dieciseacuteis antildeos fuera de casa y yo sola con siete hijos pero a todos mis hijos los mandeacute a la escuela terminaron primaria y tres quisieron seguir secundaria ndashiquestSon todos hijos de Bandera ndashSiacute todos de eacutel Cuando eacutel se fue yo teniacutea siete hijos para tirar adelante ndashiquestY Bandera doacutende estaacute ndashEacutel vive en Montevideo Estaacute enfermo Si eacutel tuvo otras parejashellip No yo nohellip estoy solahellip no con mis hijoshellip tengo nietos tambieacutenhellipndashdice contentandashsigo trabajandohellip tengo cincuenta y cuatro antildeos siacute clarohellip estoy muy bienhellip siacute mis hijos y yo estamos siempre con la Policliacutenica porque luchamos por todo estohellip y aquiacute estamos yo me quedeacute siempre aquiacuteY seguimos con UTAA Al diacutea siguiente me visitoacute en casa de Charito otra mujer de aquel tiempo Mariacutea Margarita Torres la Lucha le deciacutean en el pueblo Teniacutea veintidoacutes antildeos en la marcha de 1964 y traiacutea sus tres hijos pequentildeos Tuvo catorce hijos ndashTodos del Amaral ndashdicendash Vine porque siacute a la marcha Eacutel no me dejaba ir a las reuniones ni ir a la marcha pero yo le dije si las demaacutes van iquestPor queacute yo no puedo ir Asiacute que me fui yo tambieacuten Porque yo era trabajadora me crieacute en las chacras con el salario familiar Fui de las primeras mujeres que hablamos de sindicato con dieciocho antildeos recorriacuteamos los ranchos una gurisahellip Claro ndashiquestCon quieacuten ibas ndashIba con mi padre con Rauacutel Sendic con otros Siacute era jovencita pero me gustaba el sindicato Fui a la marcha no soacutelo por ir sino ldquopor no agachar la cabezardquo como deciacutea Rauacutel Y fui con tres hijos chicos con ellos me sentiacutea fuerte Cuando llegueacute a la Capital no conociacutea a nadie alliacute me sentiacutepequentildea era todo tan grande la casa el traacutensito todohellip Pero dentro de miacute

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habiacutea algo que me deciacutea que teniacutea que seguir adelante como deciacutea Rauacutelhellip Yo era rebelde ndashiquestEras de la comisioacuten de mujeres en esa marcha ndashSiacute yo saliacutea en la Marcha como las demaacutes en algunas gestiones y tambieacuten saliacute de pegatina Un diacutea estaba con tres compantildeeros yo llevaba el tarro con engrudo y los rollos ellos eran maacutes altos y podiacutean pegar los carteles maacutes arriba de repente los compantildeeros tiraron los afiches y salieron disparando no me dieron tiempo ni a preguntar queacute pasaba y me quedeacute sola mireacute para atraacutes y vi una patrulla de los milicos Se acercaba despacito me agacheacute contra un auto que estaba parado y despueacutes me metiacute debajo rodando Los milicos pasaron y no me vieron espereacute que se fueran No perdiacute ni un rollo ni el pincel ni el balde ellos me dejaron todo tirado y rajaron Cuando pude me fui al campamento Mis compantildeeros llegaron despueacutes tranquilos y a las risas contando la hazantildea No se preocuparon por miacute ndashiquestPor queacute no me avisaron les reprocheacute Tambieacuten vendiacutea bonoshellip Los hijos los dejaba con las otras compantildeeras que quedaban en el localhellip Si estaba tambieacuten en las asambleas de mujeres del campamento Eran pocas las que hablaban y opinaban dos o tres la mayoriacutea de las mujeres callaban escuchaban saliacutea alguacuten personalismo si alguna que queriacutea sobresalir hablando ndashiquestTe sentiste valorizada por los compantildeeros hombres del sindicato en ese periacuteodo ya que eras tan militante ndashSiacute ellos queriacutean que nosotras opinaacuteramos y nos deciacutean que eacuteramos todos iguales Treinta antildeos despueacutes Margarita Torres estaacute en Bella Unioacuten porque nunca se fue de alliacute y crioacute sus hijos sola sacoacute la gurisada adelante Ahora tiene cincuenta y dos antildeos y trabaja en la chacra todaviacutea en la chaucha en el tomate en el choclo y me cuenta que ahora en 1994 se pagan las ocho o nueve horas de trabajo a treinta pesos

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ndashEs un trabajo duro a destajo tanto trabajas tanto ganas asiacute que te matas para ganar un poco maacutes Tambieacuten trabajeacute en el hospital de Bella Unioacuten me despidieron por ser cantildeera de corazoacuten por las represalias en el antildeo 1980 en plena dictadura ndashiquestY tu marido ndashCuando volvimos de la marcha porque hicimos todas la del sesenta y dos la del sesenta y cuatro la del sesenta y ocho quedaba en las listas negras y no conseguiacutea trabajo despueacutes estuvo preso tres antildeos y al final se quedoacute por Montevideo y ahora es viejo y estaacute enfermo allaacute en la CapitalQuiso volver conmigo y se vino estuvimos un tiempo juntos pero no fue posible yo le puse las cosas muy claras Preferiacute seguir sola sin que nadie me mande Estoy cerca de mis hijos y nietoshellip Yo sigo en la lucha en la zafrahellip en la recoleccioacuten aunque sea por treinta pesos al diacutea que se le vaa hacer pero yo sigo en el Sindicato y trabajo con Charito para la Policliacutenica para eso estamos Trabajamos para el festival de cada antildeo para sacar fondos Y vendiendo entradas me recorro todo el pueblo A la China la busqueacute y la encontreacute en Bella Unioacuten treinta antildeos despueacutes en la misma casa de siempre ahora mejorada Me cuenta que tiene los hijos casados que dos de ellos pudieron estudiar y trabajan Nos alegramos al vernos No tenemos prisa Salen y entran dos nietos que se mueven por la casa uno de los hijos estaacute arreglando algo en el fondo se escuchan las risas de los gurises que se acompasan con los golpes del martillo Recordamos aquella eacutepoca y me cuenta que a aquella marcha ella fue dice de casualidad casi obligada por las circunstancias Se riacutee se acomoda en la silla dispuesta a contar Arregla el mate que estaacute con mucha yerba con los dedos graciosamente y dice ponieacutendose seria ndashYo habiacutea quedado viuda con criaturas chicas y estaba interesada en cobrar la pensioacuten por eso me acerqueacute a los del Sindicato Porque mi marido trabajaba en la faacutebrica en la azucarera y en el ingenio ellos fueron los que me

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explicaron como teniacutea que reclamar la pensioacuten asiacute fue como los conociacute El primer local de UTAA se lo di yo a los compantildeeros Teniacutea una pieza chiquita en el fondo de casa que no necesitaba tanto y ellos no teniacutean donde reunirse Al sindicato veniacutean muchos en esa eacutepoca entraban y saliacutean a cualquier hora La miseria en que quedeacute me despabiloacute y entreacute a buscarme caminos Yo en esa eacutepoca teniacutea una especie de venta asiacute nomaacutes sin permiso vendiacutea tabaco y yerba que traiacutea maacutes barato de contrabando Le vendiacutea a los vecinos y a los muchachos del Sindicato tambieacuten y les calentaba el agua para el mate y se las alcanzabandash se sonriacutee otra vez como que le cuesta hablar deaquello Veo que es una linda mujer tiene gracia en el hablar y en la mirada estaacute vieja dice pero yo la veo muy bien en sus sesenta y pico ldquoUn diacutea me llevaron presa y sin saber por queacute Pasaban las horas y en la comisariacutea no me explicaban nada parada alliacute de plantoacuten Cuando pasoacute el comisario cerca miacuteo le toqueacute el brazo y le dije ndashOiga iquestpor queacute estoy aquiacute ndasheacutel me hizo un gesto con el brazo como sacaacutendome de encima y dice ndashiexclHabrase visto una china maacutes atrevida y sinverguumlenza A miacute me dio tanta rabia que cuando empezoacute a caminar de atraacutes yo le tironeeacute la chaqueta tan fuerte que le volaron dos botones iexclCalabozo conmigo Paseacute toda la noche asiacute que recieacuten al otro diacutea me entereacute que la denuncia me la puso el meacutedico del pueblo porque las de la Casa de Mujeresle dijeron que yo teniacutea este negocio en casa y que yo trabajaba sin permiso y sin libreta de saludrdquo ndashiquestQueacute pasoacute como fue eso iquestUna casa de mujeres ndashSiacute Como veiacutean entrar tanta gente tantos hombres por el costado del rancho deciacutean que yo teniacutea ldquoCasa de Mujeresrdquo clandestina iexclMentira iexclQueacute rabia me dio Estariacutea sentildealada en todo el pueblo y yo sin saber nada Sin embargo lo que se estaba haciendo al lado era el Sindicato de UTAAPor eso veniacutean hombres a cualquier hora Veniacutea Sendic y otros que yo no

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conociacutea de lejos veniacutean a piehellip pero yo quedeacute sentildealada como una puta en todo el pueblo -La rabia del primer momento me dio por ir a la casa del doctor que me denuncioacute porque yo queriacutea arreglarlo por mi cuenta Espereacute al meacutedico en la puerta de su casa despueacutes que su esposa me dijo que no estaba y que volveriacutea maacutes tarde Teniacutea tanta rabia que le bajariacutea los dientes a trompadas Eacutel se escondiacutea porque yo eso lo deciacutea en voz alta a todos los que me quisieran oiacuter la mujer miraba entre las cortinas y se escondiacutea tambieacuten Pero yo sabiacutea fijo que estaba dentro porque en la puerta alliacute estaba su auto negro Le hice praacutecticamente guardia durante horas despueacutes me fui a mi casa y las vecinas y los del Sindicato me amansaron asiacute que lo dejeacute todo tranquilohellip pero me rondaba en la cabeza -A las tres de la mantildeana no podiacutea dormir decidiacute ir a pedir permiso policial para abrir yo una Casa de Mujeres Esto me lo penseacute mucho mucho ya que estaba sentildealada como que habiacutea y no habiacutea ellos el doctor y las mujeres incluso el comisario me obligaron a hacerlo y saqueacute el permiso -Cuando a la semana me lo dieron fui a Cuaraiacute a buscar una pupila y me traja a la Flaca -Lleveacute a mis hijos a la casa de mi suegra y empeceacute el negocio que me trajo maacutes problemas que ganancias dos por tres estaba otra vez en comisariacutea por ldquorintildeas y disputasrdquo -Lo que pasaba era que a los que no queriacutean pagar las ldquofacturasrdquo yo les ldquoarrimaba la ropa al cuerpordquo ndashy hace un gesto de arremangarsendash y claro despueacutes de pagar como Dios manda iban a la comisariacutea y me denunciaban asiacute que pasaba en liacuteos nomaacutes Es muy difiacutecil llevar a los clientes y que no se pasen contigo porque sos mujerhellip ndashiquestY los del Sindicato donde funcionaban iquestAquiacute mismo ndashNo Ellos eran independientes pasaban por el costado por otro portoacuten porque una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa vos me entendeacutes Maacutes o menos yo iba regentiando la casa pero tuve un problema con mi pupila por

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cosa de hombres de uno que pretendiacutea de miacutehellip ndashiquestA ella tambieacuten le gustaba ese hombre ndashNo no era eso eacutel me frecuentaba a miacute yo no queriacutea mucho con eacutel estaba casado Eso siacute teniacutea mucho dinero Las de la otra Casa de Mujeres estaban enteradas porque eacutel no iba maacutes por alliacute Asiacute que una de ellas le contoacute a su mujer por hacer dantildeo nomaacutes -Pasoacute que mi pupila fue pagada por la esposa de este hombre eacutel se fue de la boca conmigo y me lo contoacute todo ya se sabe en pueblo chicohellip como dicen todos se conocen -Cuando vino este hombre yo puse las cosas en su lugar lo echeacute porqueno queriacutea tener problemas Yo estaba aprendiendo a trabajar y me lo queriacutea sacar de encima mucho maacutes si eacuteste me creaba problemas -Asiacute que discutimos en voz alta no me acuerdo bien lo que le dije ni lo que me contestoacute Seacute que deciacutea que queriacutea seguir vieacutendome sin ninguacuten compromiso yo no queriacutea saber nada de eacutel y se lo dije ndashiquestY queacute pasoacute ndashLa Flaca lo escuchoacute todo porque las paredes eran de madera finita como una tela de cebolla asiacute que cuando eacutel se fue por una puerta mi pupila entroacute por la otra con una navaja de hoja asiacutendash y sentildeala el ancho con dos dedosndash Ella era muy grande iquestte acordaacutes Era maacutes alta que vos Pero yo con la rabia que teniacutea se me duplicaron las fuerzas ella a mi me tajeoacute por muchos lados Se me estaba mojando la ropa de sangre en un costado en este brazo y por aquiacute ndashy se sentildealandash Cuando la tranqueacute con la pierna y la pude tirar al suelo me le subiacute arriba le quiteacute la navaja y se la hundiacute por acaacute y por acaacute ndashsentildealaacutendose el abdomenndash Ella gritaba y me putiaba Cuandovi tanta sangre me asusteacute mucho me incorporeacute y me fui al fondo y llameacute a la vecina Alguien la llevoacute al hospital yo me metiacute en la casa de al lado estaba creiacuteda que la habiacutea matado Por la tarde me acompantildearon a curarme y el meacutedico me preguntoacute si no seriacutea yo la que se peleoacute con la flaca A miacute me dio un miedo baacuterbaro y un vuelco en el corazoacuten Contesteacute que no que yo no era No pregunteacute

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nada si habiacutea muerto o no De alliacute me fui a la casa de una conocida miacutea recogiacute alguna ropa lo necesario echeacute llave a la puerta y me fui a esperar que pasara el momento por las dudas No sabiacuteasi me habiacutea denunciado o no Al diacutea siguiente me entereacute que ella despueacutes que la curaron se fue para Cuaraiacute para Brasil Ella no me denuncioacute ni yo tampoco porque la que empezoacute el liacuteo fue ella y yo me defendiacute ndashLa marcha de los cantildeeros estaba por salir en esos diacuteas ndashcontinuoacute la Chinandash Faltaba un diacutea o dos no me acuerdo yo me puse mejor Con la Casa de Mujeres no queriacutea trabajar maacutes Teniacutea miedo de caer presa y los del Sindicato se iban a la marcha porque aunque no quieras yo me sentiacutea protegida por ellos Eran mis vecinos ldquoLo penseacute mucho yo tambieacuten como ellos queriacutea tierras para trabajar le expliqueacute todo eso a mi suegra y le dejeacute a los hijos le dije que iba a luchar por ellos tambieacuten le dejeacute toda la plata que teniacutea y las llaves de la casa Y me enroleacute en la marcha a Montevideo dejeacute todo y me fui con todos los peludos para Montevideo ldquoMe sentiacutea maacutes segura en la marcha Yo teniacutea sentimiento de proacutefuga porque creiacute que la habiacutea matado Eso de tener la Casa de Mujeres fue por miseria por necesidad econoacutemica y cualquiera lo comprende iquestno Nunca penseacute que todo terminariacutea asiacute ldquoLas mujeres de la marcha tambieacuten me aceptaron aunque en el pueblo ya habiacutea estado en boca de todos me respetaron y trabajeacute mucho por UTAA Hasta fui encargada de la Comisioacuten de Mujeres del Sindicato cuando estaacutebamos en la capital ndashiquestNunca tuviste problemas en esa marcha por este pasado tuyo ndashSiacute una vez ldquoEn el campamento siempre alrededor del fogoacuten habiacutea dos o tres compantildeeros en la tarea de la comida sirviendo los platos cortando el pan Fue a los pocos diacuteas de salir antes de llegar a Montevideo ndashpiensandash no seacute si estaacutebamos acampados en Riacuteo Negro Era la hora de la comida recuerdo a todos

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trajinando de allaacute para acaacute ldquoTeniacuteamos visitas estaban unos maestros que nos trajeron paquetes de fideos y arroz me acuerdohellip ndashse pone como a pensar con la vista perdidandash uno de ellos de los encargados de la comida no me acuerdo cual me alcanza mi plato de comida con una mano y con la otra me manoteoacute una teta como al disimulo pero con toda la mano abierta me la apretoacuteLe di un tortazo y le revolieacute el plato de comida eacutel se quedoacute pasmado y le dije iexclDesgraciado iexclA miacute me vas a respetar como mujer que soy Todos hicieron silencio yo me fui furiosa y ni comiacute ese diacutea Despueacutes se discutioacute este hecho en la reunioacuten de todos los diacuteas como ves me teniacutea que hacerrespetar por eso de lo que fui antes ldquoYo no podiacutea con mi genio era joven y muy impulsiva me tomaba la justicia por mi cuenta ldquoSiacute fue la primera y la uacuteltima vez que me pasoacute algo yo siempre poniacutea las cosas en su lugarhellip iexclPorque una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa

Retrato de Mariacutea Julia Alcoba en carbonilla Autora Clarina Vicens Alegre

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Del azuacutecar a la sal

A Dontildea Eva la conociacute en la marcha de los cantildeeros Facciones aindiadas tez blanca cabello castantildeo y ojos verdes Teniacutea en ese momento cinco hijos No hablaba casi nada siempre con la cabeza gacha Con los extrantildeos haciacutea poca amistad era difiacutecil hablar con ella Para contestar miraba al marido como esperando su aprobacioacuten ldquoiquestNo viejitordquo Pero lo que maacutes me impresionoacute de aquella mujer fue la dulzura con que trataba a sus hijos Con acento fronterizo en la voz melosa como el azuacutecar les hablaba jugaba y reiacutea continuamente con ellos Era un juego de piel besos caricias y a veces palmaditas Por primera vez vi ldquodar la tetardquocon mutuo placer de intercambio No teniacutea nada Viviacutea en una carpa con su compantildeero y sus hijos pero ella disfrutaba ese momento con los suyos prescindiendo del entorno No se quejaba ni pediacutea nada para ella Estaba en la marcha de los cantildeeros acompantildeando a su marido Aquiacute haciendo igual que allaacute la tarea de todos los diacuteas con un fueguito en el suelo en cuclillas igual que allaacute Aquiacute la carpa de tela que les prestaron allaacute el ranchito de paja y terroacuten en la tierra del patroacuten frente al riacuteo Recordoacute su rancho cerquita del riacuteo Los patos salvajes y alguacuten carpincho engordaban la mesa a veces El cantildeaveral tan verde y el sonido de la cantildea al viento en las tardecitas Quiso recordar Su marido llegaba de la cantildea tan negro lleno de holliacuten soacutelo le blanqueaban los ojos y los dienteshellip Pero no pudo seguir porque se le boleoacute la olla y se le apagaba el fuego

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iexclY ella recordando verdes iexclBobadas Antildeos despueacutes la reencontreacute en La Coronilla Los tiempos estaban cambiando Los primeros presos gremiales y poliacuteticos los primeros estudiantes asesinados en las calles de Montevideo A nosotros nos habiacutean prestado un rancho Nos dijeron que dontildea Eva estaba alliacute con sus hijos No fue difiacutecil encontrarlos en ese entonces habiacutea unos diez ranchos en el pesquero y todas las familias se conociacutean Fue muy lindo volver a verlos Los nintildeos y ella estaban espleacutendidos negritos les blanqueaban los dientes curtida la piel del aire salado Estaban tan felices de vernos como nosotros a ellos Eva estaba maacutes gordita siempre con la falda larga el pelo recogido en la nuca maacutes claro por el sol Sus ojos teniacutean un nuevo brillo se la notaba feliz tranquila ndashEstaacutebamos pasando mal en Montevideo despueacutes del desparramo de los peludos Unos fueron para Artigas otros para Treinta y Tres y nosotros terminamos aquiacute ndashNos trajo el Bebe ndashdijo su compantildeerondash Aquiacute salgo a la pesca tenemos unos conejos en la isla hijos de los que largamos alliacute con el Bebe y vivimos no maacutes Pero el aire es maacutes sano para la gurisada El compantildeero de Eva se crioacute en Artigas trabajando la tierra muy lejos del mar Ahora es pescador aunque le tiene terror al mar Es el trabajo que hacen los hombres aquiacute No es faacutecil el cambio de cantildeero a pescador es como ir del azuacutecar a la sal pero eacutel sigue igual de buen caraacutecter dicharachero con ojos de picardiacutea siempre sonriente El pesquero estaacute rodeado de meacutedanos calientes Maacutes allaacute el oceacuteano Atlaacutentico braviacuteo salado profundo y friacuteo Lo difiacutecil es el invierno y el caraacutecter de la gente del pesquero Eacutel veniacutea de un trabajo colectivo y le resultaba difiacutecil el trabajo aislado ndashEl caraacutecter de la gente es distinto Es otro clima tuvimos que adaptarnos a su modo de ser silencioso Ellos dos se juntaron en el azuacutecar y en la sal en las alegriacuteas y en las

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tristezas Eacutel crecioacute sin padre y ella se quedoacute con el padre y una mujer que no era su mamaacute la suya se habiacutea ido y no le permitieron verla maacutes Dos infancias de soledad los uniacutean La deacutecada del setenta como a muchas familias los golpeoacute Cuando vinieron a buscar a su marido ella quedoacute sola con los hijos rodeada de arena y mar Siete largos antildeos sola Fue difiacutecil muy difiacutecil para ella empezar de nuevo y sin eacutel ndashDesaparecieron los vecinos no llegaba nadie por el rancho Pasaban de largo soacutelo una o dos vecinas llegaban Fue como si estuvieacuteramos apestados Quedamos solos los hijos y yo en este rancho En el pesquero de La Coronilla no hay trabajo para mujeres solas Algunas van a arrancar mejillones y berberechos al Cerro Verde para vender en los hoteles Las que tienen su hombre que sale al mar salan el pescado que ellos traen para preparar el bacalao Eva en ese entonces ya teniacutea seis hijos El mayor empezoacute a salir en las barcas al mar teniacutea 14 antildeos trabajaba para otro pero no alcanzaba el dinero y Eva le teniacutea tanto miedo al mar Pero ahora estaba sola y teniacutea que salir adelante Y los vecinos pasaban de largo por su rancho porque su marido estaba preso por tupa ndashEra como estar apestada Un diacutea se armoacute de coraje y le dijo a una vecina ndashMantildeana iquestpuedo ir con usted a juntar mejillones Usted me ensentildea iquestno vecina Porque yo nunca lo hice pero no seraacute difiacutecil lo uacutenico el mar Nos contaba tomando mate y mirando lejos ndashLos mejillones se arrancan en la madrugada Hay que levantarse a las cinco de la mantildeana aprovechar la bajante porque despueacutes sube la marea y no podeacutes adentrarte en la roca Estaacute oscuro el cielo y el mar todo negro y el ruido de las olas te parece maacutes fuerte todaviacutea Pero eacutesa es la hora Yo le tengo mucho miedo al mar pero teniacutea que ser fuerte Teniacutea que poder para conseguir la comida

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Arrancaacutebamos los mejillones de la roca con una especie de untildea Eso siacute no te podeacutes descuidar yo no seacute nadar y cuando viene con fuerza el mar podeacutes perder la estabilidad y te lleva Mi vecina era maacutes baquiana que yo y me cuidaba Cuando veniacutea una ola y me llevaba ella me traiacutea aunque fuera de las patas Otra vez sobre las rocas Yo aprendiacute y arrancaba rapidito antes que viniera la otra ola maacutes fuerte Da tiempo es como un ritmo un vaiveacuten vienen dos olas cortas y una maacutes larga y maacutes fuerte No me podiacutea distraer estaba atenta y la esperaba agarrada de la roca con las dos manos para que no me llevara Asiacute paseacute cuatro antildeos metida en el agua mojada de pies a cabeza en el agua salada Se me dormiacutean las piernas se me acalambraban Me latiacutea fuerte el corazoacuten El mar te da miedo y te atrae a la vez te sentiacutes parte de eacutel A veces pensaba queacute vida distinta llevaba ahora tan lejos del campo del riacuteo de los teros Me acordaba de mi gallinero de mi quinta del riacuteo cuando con mi viejito iacutebamos a pescar en agua dulce iexclQueacute agua tan distinta Pero sobre todo me acordaba de mis plantitas mis verduras mis flores Aquiacute sentiacutea la arena caliente pero por las mantildeanas y las tardecitas estaba friacutea Se me ocurrioacute intentarlo Empeceacute a probar a plantar en la arena algunas muditas de plantas A mediodiacutea las tapaba con la ropa recieacuten lavada para protegerlas del sol y empezaron a crecer muy despacito Acarreaacutebamos abono de caballo resaca del mar y algunas tierritas de maacutes lejos que traiacuteamos con mis hijospara mezclar con la arena y asiacute fui armando esa quintita de a poquito iexclQue nos dio de comer iexclqueacute alegriacutea Llegueacute hasta a vender verdura para comprar aceite y queroseno Cosechamos habas papas tomates choclos arvejas lechugas iexclhermosas lechugas La teniacuteamos cercada con cantildeas por los animales que andaban sueltos por la noche ocupaba todo el costado del rancho iexclSiacute que nos dio de comer esta quintita iexclQueacute trabajo Veniacutea de arrancar mejillones lejos como a tres quiloacutemetros del Cerro Verde con los mejillones a la espalda Descansaba un poquito y los

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llevaba a vender al hotel otros cinco quiloacutemetros entre ida y vuelta por la arena Como a las once volviacutea tomaba mate cocido y memetiacutea en la quinta a regarla con agua de la cachimba a limpiarla a arrancar yuyos malos Poniacutea la comida al fuego despueacutes dormiacutea un poquito y cuando queriacutea acordar llegaban los gurises de la escuela Iban a la escuela rural de diez de la mantildeana a tres de la tarde Los veiacutea llegar desde lejos alegres con las bolsitas de tierra que me traiacutean para la quinta Empezaba otra vez lavar la ropa que traiacutean sucia para que estuviera pronta al diacutea siguiente hacer la cena para estar adentro del rancho con la puerta cerrada a eso de las seis de la tarde porque ya no saliacuteamos maacutes traiacuteamos los baldes de agua para adentro y nos trancaacutebamos Con toda esa gurisada saltando corriendo y llorando a la vez yo escuchaba la radio una chiquita a pilas que teniacutea Los maacutes chiquitos despueacutes de cenar se iban durmiendo Yo quedaba con los maacutes grandes escuchando muacutesica informativos y charlando A veces nos reiacuteamos de cualquier cosa Apagaba el farol y dormiacuteamos con el ruido del agua tan cerca o con el silbido del viento que sopla mucho aquiacute Al poco rato ya eran las cuatro de la mantildeana y me teniacutea que ir al Cerro Verde a arrancar mejillones otra vez Todos quedaban durmiendo solitos La maacutes grande los levantaba lospreparaba y se iban a la escuela Asiacute asiacute todos los diacuteas asiacute Cuando mi viejito estaba preso yo trabajeacute con las otras mujeres en lo uacutenico que podiacutea hacer juntar mejillones y caminar todos esos quiloacutemetros para venderlos Aprendiacute a caminar ligerito como ellas a la par de ellas y a cargar la bolsa hasta con 50 kilos iexclQueacute no hariacutea uno por los hijos iquestNoAprendiacute a comprar y a vender y ellos tambieacuten me ayudaban Salimos todos juntos adelante Cuando trabajeacute esos antildeos con ellas una de las vecinas me ayudoacute a pedir la asignacioacuten familiar en Castillos porque no alcanzaba la plata y lo pasaacutebamos mal Muchas veces me acuerdo cuando los hijos me pediacutean pan de noche y

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no habiacutea Entonces les prometiacute una cosa ldquoSi llego a sacar la asignacioacuten familiar cada vez que vaya a cobrar les traereacute un pan para cada unordquo y asiacute lo hice Cada vez que iba a cobrar a Castillos traiacutea un pan para cada uno Me parece verlos ndashcuenta entre risas y laacutegrimasndash les daba un pan y lo comiacutean todo sentados abajo de un aacuterbol que yo habiacutea plantado Que comieran cuanto quisieran les deciacutea y reiacutean con laacutegrimas y cuidaban y guardaban sus pedacitos para comer despueacutes iexclEacuteramos felices con tan poquito iexclDe tan poquito nos reiacuteamos Los recuerdo cuando por la arena mis negritos riendo a carcajadas me iban a alcanzar con la pata en el suelo Viviacuteamos muy unidos igual que ahora Mis hijos aunque eran pequentildeos me ayudaban a vivir A mi viejito lo podiacutea ir a ver al Penal de Libertad de tanto en tanto Saliacutea muy caro el pasaje desde Rocha a Montevideo Esa noche dormiacutea sentada en la agencia de la ONDA A la mantildeana viajaba al Penal Despueacutes vinieron diacuteas peores no podiacuteamos arrancar maacutes los mejillones porque vino una especie de enfermedad se murieron los que habiacutea y las nuevas colonias demoraron en formarse Yo lo que seacute es que me quedeacute sin trabajo Eso significaba hambre otra vez para nosotros Con una vecina y sus hijos emigramos a Punta del Diablo porque nos enteramos que alliacute habiacutea movimiento de turistas Se podiacutea trabajar en algunas cosas maacutes En un ranchito de una pieza nos metimos todos y empezamos a trabajar de nuevo Mis hijos ya estaban maacutes grandes y trabajaban todos Unos en casas de familia otros en la construccioacuten o en la pesca y yo y la maacutes pequentildea haciendo collares de caracoles para vender a los turistas que llegaban en sus autos Aquiacute en Punta del Diablo se trabajaba mejor y podiacutea ir una vez al mes al Penal y llevarle cosas Hace cinco antildeos que estamos aquiacute es distinto ahora tengo luz eleacutectrica agua y hasta heladera tengo Con la ayuda de mis hijos y mi marido cuando salioacute del Penal construimos este rancho grande Tiene techo de quincha no se llueve paredes de bloque y pisos de portland

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Tengo hijos casados y nietos Aquiacute sigo enhebrando collares Cuando mi viejito salioacute del Penal encontroacute a toda la familia esperaacutendolo y siguioacute saliendo al mar y salando bacalao de eso vivimos todaviacutea pero es zafral claro No siempre tenemos platardquo iexclQueacute largo camino Ella quedoacute sola y aprendioacute a comprar y a vender a decidir a pelear A veces no encuentra su antiguo monedero Estaacute un poco distraiacuteda ndashBah no importa no tiene nada iquestno viejito y blanquean los dientes en su abierta y esquiva carcajada

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Epiacutelogo

La historia no es lo de antantildeo solamente estaacute construyeacutendose ahora en cada momento que transcurre en cada momento de las mujeres en las faacutebricas en las calles en el trabajo del campo en el domeacutestico maestras rurales amas de casahellip Todas las mujeres donde sea que esteacutenhellip La historia va articulando en lo cotidiano los acontecimientos colectivos sindicales poliacuteticos y sociales de un paiacutes No soacutelo debemos recordar compantildeeras hay que escribir Porque lo que no estaacute escrito no existe se lo lleva el viento es la invisibilidad es la no historia

Mariacutea Julia sosteniendo el libro de Graciela Sapriza Fotografiacutea Val Rodlez (2018)

Mariacutea Julia en su jardiacuten Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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El jardiacuten de las palabras diaacutelogos feministas para abrazar la historia

Mariacutea Julia Alcoba Rossano Alicia Migliaro GonzaacutelezLorena Rodriacuteguez Lezica

En este capiacutetulo proponemos reflexionar a partir de los diaacutelogos que entablamos con Mariacutea Julia Alcoba feminista y referente del sindicalismo uruguayo Partimos de un ciclo de entrevistas de historia de vida que comenzamos casi por azar a fines del 2019 y que continuamos inventando modos de encuentro virtual hasta el diacutea de hoy Modos de encuentro que fueron transitando por las memorias de Mariacutea Julia y por los muacuteltiples intereses que nos encuentran desde las preocupaciones sociales y poliacuteticas actuales hasta los consejos para cuidar nuestras plantas Este texto entrelaza las voces de las tres en momentos y tonos diversos por un lado las resonancias de Lorena y Alicia a partir de los encuentros y por otro las memorias de Mariacutea Julia

La semilla el encuentro entre nosotras

Supimos de Mariacutea Julia cuando presentoacute su libro autobiograacutefico Las mujeres iquestdoacutende estaban (Alcoba 2014) Lo leiacutemos lo comentamos lo compartimos lo regalamos No saliacuteamos de nuestro asombro Las palabras de Mariacutea Julia nos hablaban de una historia social y poliacutetica conocida pero desde una sensibilidad novedosa Un calor feminista nos invadiacutea nos entendiacuteamos nos reconociacuteamos en sus palabras Poco tiempo despueacutes entramos en contacto con motivo de la celebracioacuten de un 15 de octubre fecha en la que se conmemora el diacutea de la mujer rural Pasado un tiempo la volvimos a contactar para invitarla a formar un grupo de discusioacuten en el marco de un proyecto de investigacioacuten feminista sobre desigualdades de geacutenero en sindicatos rurales Asiacute junto con

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otra referente histoacuterica del sindicalismo uruguayo Neacutelida ldquoChelardquo Fontora1 y compantildeeras sindicalistas rurales en actividad conformamos un espacio que nos permitioacute pensar juntas Este trabajo fue plasmado en una cartilla de autoriacutea colectiva que lleva el tiacutetulo iquestY las mujeres doacutende estaacuten Guiacutea para abordar desigualdades de geacutenero en sindicatos rurales (Alcoba et al 2019) Trabajamos mucho en el armado de esta cartilla y poder entregarla a cada una de las autoras previo a la presentacioacuten puacuteblica fue una tarea maacutes que disfrutable

1 Chela Fonotra es una exmiltante de la Unioacuten de Trabajadores Azucareros de Artigas

(UTAA) y del Movimiento de Liberacioacuten Nacional (MLN) Fue presa poliacutetica en la dictadura ciacutevico-militar y desde la apertura democraacutetica a la fecha es militante por los derechos humanos Es autora de un hermoso libro autobiograacutefico que recomendamos ampliamente titulado La llama no se apaga (Fontora 2018)

Mariacutea Julia con Anibal Gimeacutenez y Aurelio Gonzaacutelez Homenaje a los maacutertires trabajadores de los frigoriacuteficos plaza del cerro Curva Tabaacuterez (2015) Fotografiacutea Archivo personal

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Era una tarde de primavera Estaacutebamos ansiosas por ir a visitarla y llevarle la cartilla No sabiacuteamos lo importante que seriacutea esa primera visita a la casa de Mariacutea Julia Hasta entonces nuestros encuentros con ella habiacutean sido junto al resto de compantildeeras que integraban el espacio de discusioacuten para la elaboracioacuten de la cartilla Nos abrioacute las puertas por primera vez a su mundo un mundo de numerosas plantas aacuterboles frutales y ornamentales Un jardiacuten tan amorosamente cuidado y un mundo de recuerdos tan guardaditos todos listos para compartiacuterselos a alguien que quisiera escucharlos leerlos preguntarlos Nos reencontramos una y otra vez hurgando en la memoria mientras sus aneacutecdotas la seleccioacuten de palabras para describir sus sensaciones e impresiones hariacutean eco con las nuestras

Nos parieron en generaciones bien distintas hay alrededor de cuatro deacutecadas de diferencia entre nosotras y aun asiacute podemos espejarnos en los dolores de las unas con las otras como mujeres como compantildeeras en lucha como feministas Nuestros procesos han sido en contextos bien distintos y sin embargo podemos encontrarnos en nuestras historias de despertar o renacer feministas en los dolores que lo provocaron en el autodescubrimiento en el reconocimiento de nuestro cuerpo y sus heridas

A Mariacutea Julia la conocimos a traveacutes de las paacuteginas de su libro ese libro que hizo eco en las preguntas que nos veniacuteamos haciendo iquestlas mujeres doacutende estaban Para nosotras en nuestro estar siendo y descubrieacutendonos feministas ese libro marcoacute un antes y un despueacutes Las mujeres siacute estaban pero no las veiacutean no las queriacutean ver tanto asiacute que incluso a nosotras mismas se nos dificultaba vernos Nada extrantildeo en las izquierdas patriarcales de antantildeo y nada extrantildeo en las izquierdas patriarcales de hoy

El libro de Mariacutea Julia cuenta su historia jugando con las palabras Va desde su infancia en el Cerro hasta el momento del exilio Su militancia sindical y poliacutetica cruzada por las aneacutecdotas con sus hijos y compantildeeras Tiene un modo caacutelido de narrar un modo que te zambulle en una historia dura pero te mece

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al compaacutes de la ternura Larga historia conocida pero pocas veces contada con esa sutileza y cuidado en los detalles propios de su mirada sensible Por ejemplo cuando cuenta el diacutea en que junto con sus tres hijos deja Montevideo para partir al exilio en Barcelona

Me muevo en silencio me trago las palabras veo la gente que tambieacuten se mueve en silencio veo las abuelas que miran sin palabras Los nietos son de todas Las mujeres mayores se multiplican los nintildeos tambieacuten los que se quedan y los que se van son de todas Todos somos de todos y de todas (Alcoba 2014 p143)

Pero esta mujer tiene mucho maacutes para contarnoshellip iquestQueacute pasoacute en el exilio iquestY en el desexilio iquestY ahora Pensamos si tendriacutea ganas de contar y vaya si las teniacutea Nos fuimos de su casa ese diacutea con una bolsa llena de gajos de plantas que hoy viven y se multiplican en nuestras casas (un ritual que sabemos repetir cada vez que la visitamos) La confianza y los jardines crecieron al uniacutesiono y asiacute empezamos esta historia de vida Pero llegoacute marzo del 2020 y con la pandemia la primera estrategia que se nos ocurrioacute fue esperar un momento maacutes propicio para encontrarnos De mientras nos llamaacutebamos y nos acompantildeaacutebamos con mensajes Durante una de estas llamadas a dos meses transcurrida la pandemia nos propone ldquoiquestY si nos vemos por el ordenador iquestPor el skyperdquo Y ahiacute nuestra sorpresa una vez maacutes su capacidad de inventar y reinventarse nos regaloacute varios encuentros virtuales Pautaacutebamos los encuentros para media mantildeana dos horas de charla con un breve corte en medio Los encuentros fluyeron con la misma magia que bajo los aacuterboles de su casa o sentadas a la mesa de su cocina

En este texto que escribimos juntas le damos otra vuelta a la pregunta que nos regaloacute inicialmente pero esta vez la llevamos a un contexto distinto Esta vez desde el exilio su exilio iquestdoacutende estaban las mujeres uruguayas exiliadas iquestcoacutemo vivieron el exilio iquestcoacutemo fue la decisioacuten de irse y queacute pesares pasaron iquestqueacute descubrieron iquestcoacutemo fue la decisioacuten de volver iquestcon queacute se encontraron iquestqueacute sabemos de ellas su organizacioacuten solidaria con las presas y presos poliacuteticos en Uruguay en dictadura Intentaremos responder

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estas preguntas a lo largo del texto

La raiacutez acaacute estaacute Mariacutea Julia

Mariacutea Julia Alcoba Rossano nace el 7 de noviembre de 1938 en el barrio Cerro en Montevideo A sus apenas doce antildeos deja la escuela para trabajar de empleada domeacutestica debido a dificultades en la economiacutea del hogar y a un hecho que relata con entera honestidad ldquoMe propuse dejar la escuela en quinto antildeo porque era la maacutes alta de mi clase y con busto Me daba mucha verguumlenzardquo (Alcoba 2014 p27) A los trece influenciada por sus hermanas mayores comienza a trabajar en Lanas Uruguayas una faacutebrica textil que quedaba a cinco cuadras de su casa Maacutes allaacute de que fue su decisioacuten dejar la escuela fue doloroso y terminarla fue una deuda que le quedoacute pendiente y que antildeos maacutes tarde y ya en el exilio podriacutea saldar

A los catorce antildeos siguiendo los pasos de su padre sindicalista portuario comienza a militar en la Unioacuten Obrera Textil (UOT) Posteriormente trabaja en la fundacioacuten del Congreso Obrero Textil (COT) gremial de alcance nacional A los dieciseacuteis antildeos incursiona en la militancia trotskista y a los dieciocho ingresa al Partido Socialista Tuvo tres hijos varones con Joseacute su primer esposo Joseacute Conrado (a sus 25 antildeos) Ernesto (a sus 32) y Felipe (a sus 33) En el lsquo74 se ve obligada a exiliarse con sus hijos a Buenos Aires Viven alliacute dos antildeos en Pueblo Haedo ldquoun pueblo lindo chiquito con una vida propiardquo Son los primeros antildeos de exilio y se recuerda con una profunda tristeza

Joseacute empezoacute el liceo allaacute Eacutel tendriacutea 12 o 13 Felipe tendriacutea unos 5 antildeos () Yo me quedeacute de pronto sin la familia sin el paiacutes sin los amigos Eso te va volteando De todas maneras yo trataba de salir adelante Estaacutebamos en eacutepoca de la uacuteltima etapa de Peroacuten que murioacute enseguida () Ese antildeo fue un antildeo muy movido para miacute y me deprimiacute profundamente Me levantaba los nintildeos iban al colegio y lo llevaba el padre al colegio o a veces yo Teniacuteamos que caminar unas cuantas cuadras cruzar la viacutea del tren ellos iban contentos Joseacute empezoacute el liceo primero de liceo y contento tambieacuten se hizo de amigos Cuando volviacutea a casa a mitad de la mantildeana me volviacute a acostar Yo me hundiacutea en la cama la verdad () Y entonces empeceacute unos meses unos 3 o 4 meses con

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una psicoacuteloga con la que trabajeacute el tema de trabajo y de salir adelante Pero en ese periacuteodo mi marido se teniacutea que marchar Habiacutean matado a Michelini y a Gutieacuterrez Ruiz En Buenos Aires estaba toda la inteligencia de Montevideo funcionando Se tuvo que ir para Espantildea y yo me quedeacute sola Saliendo con dificultad de esa depresioacuten

En Argentina la situacioacuten se complica cada vez maacutes y retorna a Montevideo Es desde Montevideo que se exilia esta vez a Espantildea el 20 de marzo del lsquo77 Viajan a Espantildea ella y sus tres hijos En Espantildea estaacute su exmarido alliacute se encontraraacute con una nueva vida una nueva Mariacutea Julia por descubrir Hay distintos hechos poliacuteticos momentos de politizacioacuten y momentos personales-familiares que marcaron la vida de Mariacutea Julia La etapa del exilio en Barcelona marcaraacute la continuidad de una militancia como sindicalista al integrarse a la CNT recieacuten conformada en el exilio y como feminista junto con varias mujeres que fue encontrando en su camino

Ahiacute amadrinaacutebamos desde nuestro lugar a cuantas familias A las familias se les mandaba dinero Madrid mandaba dinero para una familia nosotros a otras familias de presos o familia de desaparecidos Esa era la campantildea de finanzas que la empezamos a hacer que era nuestra mayor labor

Un primer gesto bien marcado en esta etapa fueron los fuertes lazos afectivos que construyoacute con mujeres que conocioacute en el exilio y que mantiene hasta el diacutea de hoy Lazos que permitiacutean sostener la vida en duras condiciones afectivas y econoacutemicas

Con Gladis y Estela [amigas de Barcelona] deciacuteamos ldquoiquestMe prestas 500 pesetasrdquo Esas 500 pesetas iban y veniacutean seguacuten quien las precisaba Nunca supimos quieacuten debiacutea a quien siempre estaacutebamos a mano

A inicios de los ochenta viaja a Cuba al festival internacional de las juventudes A sus cuarenta antildeos viaja invitada como la maacutes joven del Partido Socialista

El barco ruso fletado para el festival de 1979 a Cuba pasoacute a recoger grupos de delegados invitados sociales poliacuteticos artistas muacutesicos Subimos la gente

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de Barcelona y en Portugal lo mismo Subioacute una cantidad de grupos con el entorno de la reciente revolucioacuten de los claveles Llenos de alegriacutea Descubro un mundo de gente joven de gente alegre una propuesta de cambios sociales en todos los paiacuteses Ese barco fue increiacuteble Iban en el barco gallegos chilenos mexicanos se haciacutean discusiones poliacuteticas dentro del barco Y los brasileros a las 7 de la mantildeana se poniacutean en la cubierta del barco un barco gigantesco que yo no habiacutea visto tan grande a hacer capoeira ensentildeaban samba capoeira A las 7 de la mantildeana era un canturreo de todo tipo (hellip) y los vascos tambieacuten haciendo conferencias por las tardes en eacutel Fue una experiencia increiacuteble 15 diacuteas para venir y 15 diacuteas de vuelta y estuvimos alojados en Cuba donde habiacutea cuchetas y las de Barcelona fuimos todas juntas y teniacuteamos reuniones Y despueacutes en Cuba tambieacuten se hizo fue una acumulacioacuten de cosas ahiacute en 2 antildeos que mi cabeza estaba trabajando permanentemente () Realmente me puso en frente a miacute misma y a la esencia de miacute misma todo eso Veniacutea de lo oscuro de todo lo que pasoacute en Buenos Aires y eso me rescatoacute de las aguas negras

A fines de los lsquo70 comienza a involucrarse en una serie de actividades a nivel laboral y como militante en el mundo feminista Ingresa a planificacioacuten familiar (el plani) en Barcelona

Planificacioacuten familiar fue revolucionario en Espantildea () Las farmacias durante el franquismo no se vendiacutean meacutetodos anticonceptivos Cuando quedaban embarazadas en los pueblos abortaban con una mujer viejita la curandera del pueblo Se moriacutean muchas veces La lucha por el aborto para despenalizar el aborto y tener la seguridad de salud que estuviera dentro de los meacutedicos de la seguridad social Eso era la lucha de las mujeres cuando yo estaba Pero allaacute haciacutea antildeos que estaba luchando por eso En las agrupaciones de vecinos estaban las comisiones de mujeres que haciacutea lo mismo que la consultora acompantildeaba a la mujer Las mujeres en Cataluntildea la frontera maacutes cercana era Francia Haciacutean viajes en tren y las esperaba una camioneta y ahiacute las llevaban a una granja donde habiacutea un meacutedico habiacutea que acompantildear a esas mujeres a hacer esas movidas que generalmente era gente muy pobre que no teniacutea plata para ir a abortar a Inglaterra o a Holanda que era donde habiacutea meacutedicos y cliacutenicas especiales para esas cosas Se abortaba en una granja en un lugar secreto Y a veces las consultoras de las comisiones de vecinas haciacutean ese

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acompantildeamientohellip y despueacutes acompantildear el proceso

Entrar al plani fue para ella una verdadera revolucioacuten que le permitioacute un despliegue personal afectivo y militante

Entreacute en un trabajo que era como una militancia Aprendiacute mucho con esas mujeres Aprendiacute mucho con las decisiones tan dolorosas que teniacutean que tomar y como saliacutean adelante Aprendiacute de sexualidad con las gitanas () Me cambioacute la vida hasta el diacutea de hoy (hellip) Yo me hice feminista allaacute en Barcelona acaacute era sindicalista y socialista El trabajo con las mujeres del plani me puso contra la pared y ahiacute conociacute el feminismo

Hablamos mucho sobre esta etapa de su vida Nos contoacute muchas aneacutecdotas de la conformacioacuten del equipo de las instancias de formacioacuten de las mujeres que asistiacutean al plani de situaciones complicadas que tuvieron que afrontar y tambieacuten de momentos de risa y distensioacuten Pero en particular hay algo que nos dijo que nos quedoacute grabado en la retina

() me di cuenta de miacute ser total como si yo antes como militante sindical fuera la cabeza nada maacutes La cabeza la palabra las puteadas Fue en las reuniones que haciacuteamos con las compantildeeras ahiacute me descubriacute a mi misma con todo mi ser mi cuerpo Una sensacioacuten nueva para miacute La militancia sindical era de acaacute [se sentildeala el cuello] para arriba Y despueacutes me encontreacute con mi propio yo mi propio cuerpo Es lo mejor que me pasoacute tambieacuten porque descubrirte a ti misma con el dolor ajeno era como un nacimiento nuevo para miacute Ellas me deciacutean lsquoJulia tuacute eres feminista siempre lo fuistersquo () Y yo les deciacutea lsquoNo yo soy socialistarsquo Angeacutelica que es una comunista una luchadora de la comisioacuten de vecinos me deciacutea iquestJulia tuacute eres feministarsquo Y yo discutiacutea que yo no me sentiacutea todaviacutea Pero al trabajar con aquel grupo de mujeres ahiacute me hice feminista Aquellas mujeres eran mi espejo me devolviacutean mi imagen cuando hablaban o cuando preguntaban cuando lloraban Me devolviacutean mi esencia de ser mujer () El cuerpo no lo teniacutea me lo devolvieron esas mujeres

Del 14 al 16 de mayo de 1981 la Comisioacuten de mujeres catalanas en solidaridad con las mujeres uruguayas colectivo del que formoacute parte activamente organizan El Encuentro Internacional de solidaridad con las mujeres uruguayas (Comisioacuten

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de mujeres catalanas en solidaridad con las mujeres uruguayas 1981) Nos recuerda varias veces ese acontecimiento

() vinieron gente de Meacutexico uruguayas de Madrid etc Eso estaacute en el cuaderno que se editoacute despueacutes de esa conferencia () se hizo una pegatina muy grande en solidaridad con las mujeres uruguayas presas en su paiacutes y eso fue importantiacutesimo Eso fue en el 80 Se crea una comisioacuten de mujeres catalanas con las mujeres uruguayas porque nosotros denunciaacutebamos Ahiacute ya habiacuteamos empezado a militar con Wilma con Gladis y con Judith denunciando situaciones que pasaban en Montevideo de la dictadura Trabajaacutebamos con mujeres del Partido Comunista (PC) el Partido Socialista ((PS) independientes exiliadas uruguayas Ahiacute empezamos a militar las uruguayas con las catalanas juntas en esa comisioacuten (hellip) Las catalanas estuvieron muchas presas en campos de concentracioacuten en Francia y muchas de ellas habiacutean estado en campos de concentracioacuten siendo jovencitas ahora eran mayores () Se llenoacute la prensa porque salioacute un dibujo de una catalana un cuadro que nos regaloacute para los afiches (hellip) se unieron parlamentarias poliacuteticas de todo tipo periodistas Explotoacute esa comisioacuten () llegoacute la presidenta de Cruz Roja () eacuteramos invitadas a muchos lados Y yo seguiacutea trabajando de domeacutestica

Mariacutea Julia mostrando un afiche de las campantildeas de solidaridad con presos y presas poliacuteticas del Uruguay que realizaron en Barcelona a principios de los 80 Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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Los ochenta estaacuten tambieacuten marcados por la separacioacuten y posterior reconciliacioacuten con su compantildeero Aniacutebal Aniacutebal se habiacutea exiliado a Francia primero y se habiacutean conocido con Mariacutea Julia en Espantildea En el lsquo85 la salud de Mariacutea Julia se complica la operan de la vesiacutecula transcurren 29 diacuteas internada en estado grave

Nos casamos en Espantildea en el 85 Cuando yo me enfermeacute eacutel me cuidoacute mucho No salioacute de al lado de mi cama cuando estaba en el CTI 29 diacuteas Me cuidaba mucho me cuida mucho hasta ahora Por lo general Aniacutebal es parco y silencioso es un canario tropero esquilador integrante del sindicato de rurales de Florida junto al compantildeero Marrero Y cuando volvimos a esta casa del Cerro estaacutebamos encantados teniacutea una quinta preciosa Y teniacutea esa cosa de que habiacutea una flor que estaba esperando que abriera para traeacutermela a la cama Despueacutes teniacuteamos bichitos Naciacutea un pato y veniacutea muy temprano y me deciacutea lsquoabriacute la manorsquo y era una ternura de patito chiquitito Esas cosas nunca las hubiera tenido Joseacute el padre de mis hijos Tiene una ternura muy escondida Quieacuten sabe queacute infancia haya tenido () Y eso es lo que pienso lo que me sostiene al lado de eacutel

Mariacutea Julia tiene algunas preocupaciones muy claras y sabe repetirlas invitando a leer lo que los grandes relatos guardan entre liacuteneas La preocupacioacuten por la invisibilizacioacuten del rol poliacutetico de las mujeres la desvela y contagia con su paciente entusiasmo esas ganas de releer la historia desde una sensibilidad feminista Asiacute nos pasoacute con sus relatos del exilio en Barcelona Escucharla contar coacutemo llega a una ciudad ajena huyendo del terror de las dictaduras uruguaya y argentina y coacutemo rearmaba su vida en teacuterminos laborales y militantes es una invitacioacuten a visibilizar a las mujeres que fue encontrando en su camino En un paseo en el barrio en un boca a boca el azar movioacute sus hilos y ellas supieron tejerse para sostener la vida en el exilio y para amplificar lo que las dictaduras estaban haciendo en los paiacuteses del sur de Ameacuterica Latina Nos contoacute numerosas aneacutecdotas nos mostroacute fotos y afiches y hasta nos prestoacute materiales para que escaneaacuteramos Y en cada una de ellas apareciacutea una legioacuten de mujeres haciendo tareas de las maacutes diversas

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Pero hay una tarea particularmente importante sobre las que nos queriacutea hablar la organizacioacuten de la solidaridad para con las personas presas y desaparecidas de la dictadura uruguaya Una labor poliacutetica fundamental tambieacuten para la recomposicioacuten de las organizaciones sindicales y poliacuteticas En esta tarea de hormiga de recaudar y enviar fondos de comunicarse con la prensa y demaacutes asociaciones hubo un protagonismo poliacutetico de las mujeres que nuevamente quedoacute invisibilizado Hablamos mucho sobre esto en nuestros encuentros Ella nos contaba y nosotras tomaacutebamos nota Teniacuteamos todo para empezar a reconstruir este periacuteodo de su vida Sin embargo un diacutea nos manda un mensaje diciendo que queriacutea escribir sobre esta etapa de su vida que precisaba ella misma poner en letras estas memorias Fue asiacute que a finales de octubre del antildeo pasado exactamente el 30 de octubre del 2020 nos enviacutea por mail este relato para que integremos al material que veniacuteamos recopilando Queacute mejor entonces que leerla a ella

El feminismo que brotoacute Mariacutea Julia en el exilio

El 20 de marzo de 1977 llegueacute a Barcelona con mis tres hijos Nos esperaban el padre que un antildeo antes se habiacutea marchado alliacute y su hermana Luego de los abrazos nos dirigimos al apartamento que el padre habiacutea alquilado para nosotros Eacutel viviacutea en casa de su hermana cerca de alliacute El apartamento era pequentildeo pero con grandes ventanas y mucho sol Estaba amueblado muy modestamente Nos explicoacute que la escuela para los dos nintildeos estaba a dos cuadras que no tendriacutean que cruzar ninguna calle importante y que el mayor tambieacuten podriacutea ir caminando al liceo

Yo me sentiacutea muy rara en otra gran ciudad Otra vez sin conocer a nadie solo a mi cuntildeada y por suerte Mis hijos estaban muy contentos otra vez con el padre cerca y la tiacutea Marucha que nos daba la bienvenida con los besos y caricias que tanto necesitaacutebamos A mi hijo mayor su padre le propuso ir a vivir con eacutel La primera semana salimos a recorrer el barrio a ver doacutende estaban los negocios la panaderiacutea verduleriacutea la escuela y la farmacia Todo estaba

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cerca Sentiacuteamos hablar muy bullicioso castellano andaluz gallego catalaacuten pero no lo distinguiacuteamos todaviacutea lsquoiexclqueacute raro hablanrsquo deciacutean los chicos Vimos muchos turistas extranjeros en las plazas sus maacutequinas de fotos y mochilas Espacios abiertos muchos aacuterboles un gran parque cerca Atraacutes quedoacute el miedo paralizante de Argentina

A la semana de estar alliacute el padre de los nintildeos nos invita al zooloacutegico Llegamos a un gran parque y dentro de eacutel la puerta de entrada al zooloacutegico Mientras nos acercaacutebamos vi una mesa con libros con preciosas encuadernaciones e ilustraciones del mundo de los animales el gran Larousse enciclopedia Me quedeacute mirandohellip Los nintildeos le preguntaban al padre cuando entraban a ver a Copito de nieve el mono gigante blanco del cual habiacutean oiacutedo hablar Los vendedores tres hombres y una mujer pusieron atencioacuten a los nintildeos y preguntaron si eran uruguayos lsquoSiacutersquo contestamos Ellos dijeron lsquoNosotros tambieacutenrsquo y nos alegramos todos

Alliacute quedeacute conversando mis hijos y su padre entraron al zooloacutegico La conversacioacuten fue muy interesante me preguntaban de queacute barrio de Montevideo era en que trabajaacutebamos De ellos supe otro tanto Ninguno contoacute por queacute se habiacutean ido y yo tampoco pregunteacute Cuando supieron que solo llevaba una semana en Barcelona y que estaba sola con los nintildeos me preguntaron si queriacutea trabajar con ellos vendiendo libros Me sorprendiacute pero me gustoacute la idea yo tendriacutea trabajo Gladis me dijo muy optimista que se ganaba bien a comisioacuten y se cobraba a mes cumplido lsquoSaldraacutes adelante ya veraacutesrsquo Me dio su teleacutefono y yo me fui a buscar a los que se adelantaron Quedeacute contenta porque encontreacute posible trabajo y posible amiga

Luego de muchos diacuteas con los nintildeos pequentildeos ya en la escuela y mi hijo mayor con el padre y la tiacutea penseacute que ya podiacutea trabajar Llameacute a Gladis para que me orientara ver si podiacutea tener una entrevista con la distribuidora e ir con ella Me acompantildeoacute y me ensentildeoacute a trabajar Asiacute empeceacute de vendedora de libros en una ciudad que no conociacutea pero teniacutea a mi nueva amiga que me puso al diacutea

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hablando mucho de todo y todo el rato de trabajo Estuve durante un tiempo en la puerta de la Facultad de Medicina y en la puerta de los hospitales con esa bendita mesa al aire libre Algunos otros libros se vendiacutean a plazos se llenaba un formulario de compra en cuotas y luego el repartidor lo llevaba al domicilio del cliente El repartidor era el esposo de Gladis Ariel Teniacutean un nintildeo de 3 antildeos Pierre

Los saacutebados y domingos mis hijos Ernesto y Felipe se iban con el padre a lo de la tiacutea donde estaba su hermano Joseacute Conrado Yo quedaba sola pero mi nueva amiga me invitaba a su casa con su pequentildea familia Esa fue mi familia sustituta que me ayudoacute a reacomodarme a mi nueva situacioacuten de emigrante y exilada poliacutetica Era una pareja muy amigable maacutes joacutevenes que yo Ella teniacutea 24 antildeos y yo 38 pero me pareciacutea que yo teniacutea muchos antildeos maacutes y una larga vida pasada

El padre de mis hijos teniacutea una nueva pareja en Barcelona una espantildeola Yo lo sabiacutea desde antes de ir a Espantildea Fui para que mis hijos estuvieran cerca de su padre que me lo pediacutea eacutel por carta Eso quedoacute claro desde el principio No niego mi rabia de entonces ni mi fragilidad frente a todo Pero en Argentina corriacuteamos peligro y siempre miedo Me pareciacutea bien que mis hijos vivieran cerca del padre teniacutean derecho

El uacutenico documento que teniacutea era el pasaporte deciacutea ldquono apta para trabajarrdquo Me lo puso emigracioacuten al entrar a Espantildea La editorial y la distribuidora contrataban ilegales hasta que los descubrieron Asiacute trabajeacute un antildeo y medio hasta que un directivo de la editorial hizo una estafa y quedamos en la calle por falta de documento Otra vez sin trabajo Gladis Ariel y yo Por suerte la camioneta era de ellos y eacutel podiacutea trabajar de transportista Mi exmarido pagaba la escuela y el alquiler nada maacutes Con los libros ganaba bien para los gastos de comida y demaacutes gastos mensuales pero nada maacutes Otra vez a buscar trabajo en negro

Los papeles Teniacuteamos que ir a la comisariacutea cercana cada tres meses se

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demoraba mucho tiempo en conseguir la residencia permanente Encontraba trabajo de domeacutestica y trabajaba siempre plata en mano luego encontramos trabajo con Gladis en una empresa de limpieza tercerizada donde pagaban un poco maacutes Olivetti asiacute se llamaba la empresa Eacuteramos tres limpiadoras por piso cinco pisos de oficinas de media manzana Nos daban trabajo en negro a uruguayos y argentinos con la misma suerte que nosotras Alliacute paseacute bien con una brigada de andaluzas en un horario de dos a diez de la noche Los nintildeos pequentildeos teniacutean escuela doble horario y comiacutean alliacute El hermano veniacutea a estar con ellos en las tardes los nintildeos teniacutean una llave colgada al cuello para entrar en casa y tomar la merienda ellos solos hasta que llegara el hermano mayor Entonces mis hijos teniacutean 7 8 y 15 antildeos

Al poco tiempo vino a vivir en otro edificio de la misma cuadra una familia de uruguayos Resultaron ser Braulio uno de los Olimarentildeos Estela y su hijo Camilo de la misma edad que Felipe Conseguimos que Camilo fuera a la misma escuela que Felipe Tambieacuten alliacute empezoacute el hijo de Gladis Era un colectivo de uruguayitos integrados a los nintildeos del barrio y a la escuela En ponerlos en esa escuela tuvimos suerte porque nos la recomendaron Una orientacioacuten diferente a las que existiacutea durante el franquismo Era una cooperativa de maestros y funcionaban afiacuten a la ideologiacutea de la pedagoga catalana Rosa Sensat un movimiento de la ldquoEscuela del Bosquerdquo es decir ldquopara todosrdquo Eso fue bueno para nuestros nintildeos y los del barrio compartiacutean les prestaban las bicicletas y los patines a nuestros hijos los uruguayitos como les deciacutean Despueacutes conociacute a Aniacutebal que viviacutea exiliado en Francia y llegaba esporaacutedicamente a Barcelona Lo encontreacute en casa de Braulio Loacutepez en una fiesta familiar Nos hicimos amigos Cuando veniacutea a Espantildea nos visitaba

Vino a vivir al barrio una compantildeera de la salud Wilma Era enfermera y militante del sindicato de la Espantildeola en Uruguay Todas exiladas que nos avisaacutebamos cuando quedaba un piso barato en alquiler y compartiacuteamos las dificultades y el cuidado de los hijos Las noticias de Uruguay las haciacuteamos colectivas En ese momento conociacute tambieacuten a Susana militante del

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sindicato de la salud del Sindicato Meacutedico del Uruguay que viviacutea a unas cuadras de distancia Ella habiacutea llegado sola despueacutes de pasar cuatro antildeos en la caacutercel en Montevideo durante la dictadura Todas mujeres que nos sosteniacuteamos en historias comunes era la solidaridad Susana se marchoacute a Italia No la vi maacutes hasta el retorno Ella fue importante para miacute despueacutes en nuestro desexilio al retorno a Uruguay A otra gente que conociacute en la Casona en el Enxamble de Barcelona fue a Marta Nelly una mujer uruguaya que llevaba una audicioacuten radial en Montevideo Ella habiacutea llegado mucho antes que yo y creoacute ese lugar de encuentro para uruguayos Se escuchaba muacutesica latinoamericana y por un modesto tiquet teniacuteamos bebidas y empanadas La primera vez fui con Estela y Gladis Alliacute encontreacute conocidos un lugar abierto al que se podiacutea ir con los hijos Fui pocas veces Estaba ya aclimatada al barrio y mis visitas eran a esas amigas y compantildeeras maacutes cercanas No militaba en nada en ese entonces si mucho en la solidaridad inmediata cotidiana con cada recieacuten llegado Lo haciacuteamos naturalmente porque es muy duro llegar a un lugar desconocido y con las manos vaciacuteas

Recuerdo un bar Els Amics en donde se juntaban uruguayos a intercambiar informacioacuten sobre el paiacutes Sus duentildeos eran unos compantildeeros socialistas uruguayos Marta y Quicho con sus dos hijos adolescentes eran de la ciudad de Durazno Un ambiente muy solidario Y caacutelido para nuestra nostalgia La familia de Collazo viviacutea cerca y nos veiacuteamos algunas veces Sus hijos eran amigos de mi hijo Joseacute Conrado desde la escuela primaria en Montevideo Estas primeras amistades del exilio se consolidaron fuertemente para toda la vida Los muchachos se siguen viendo esporaacutedicamente todaviacutea hoy hombres y mujeres los nintildeos del exilio

Espantildea estaba movilizada mejorando las condiciones econoacutemicas A la salida del franquismo los que teniacutean trabajo los espantildeoles teniacutean facilidad para obtener creacuteditos bancarios Aunque veniacutean de una sociedad austera se pasaron raacutepidamente a una sociedad de consumo masiva Preacutestamo para todo tarjetas compraban con papeles Nosotros viviacuteamos en la pobreza en la ilegalidad maacutes

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absoluta Eso de que estaacutebamos bien porque estaacutebamos en Europa era un cuento una mentira Estaacutebamos sufriendo un destierro un exilio orquestado desde el plan Coacutendor lo supimos despueacutes y estaacute comprobado Los y las espantildeolas mayores que nosotros fueron muy solidarios con los uruguayos desde el principio Ellos tambieacuten habiacutean sufrido destierros y campos de concentracioacuten compartiacuteamos historias comunes Saliacutean a la democracia despueacutes de cuarenta antildeos despueacutes de la muerte de Franco

En los contenedores donde desechaban muebles y electrodomeacutesticos apareciacutea de todo camas sillas mesas Tiraban todo lo viejo compraban nuevo Piletas baldosas griferiacutea espejos muebles de cocina y de bantildeo bantildeeras roperos mesas de luz libros ropa juguetes cajas con ollas y platos utileriacutea de bares y sus mobiliarios Nosotros lo veiacuteamos como una ostentacioacuten Los gitanos y los latinoamericanos los reciclaacutebamos en nuestras viviendas Los compantildeeros nos llamaban pidiendo que si sabiacuteamos de una cocina o heladera para una persona recieacuten llegada avisaacuteramos O si saliacutea alguacuten trabajo temporal Estaacutebamos en la solidaridad de la vida cotidiana Se moviacutea mucho este mundo tan complicado y nosotros tambieacuten aprendimos a movernos en la democracia que nos abriacutea las puertas en distintas partes del mundo y empezamos a comunicarnos Esa fue la primera labor de las mujeres de mi barrio cerca de Plaza Espantildea de Barcelona Tambieacuten funcionaba un lugar donde se juntaban los uruguayos que tambieacuten cumpliacutea tareas de solidaridad se llamaba Centro Cultural Uruguayo Catalaacuten Cumple una funcioacuten importante hasta el diacutea de hoy Alliacute iban los uruguayos recieacuten llegados en general orientados por otros uruguayos

La apertura poliacutetica en Espantildea y Europa facilitaba la difusioacuten de las denuncias de lo que aconteciacutea en Latinoameacuterica Donde llegaba un exiliado poliacutetico al paiacutes de acogida en Europa se volviacutea un multiplicador un denunciante de las dictaduras Uruguayos argentinos y chilenos difundiacutean su muacutesica de protesta sin miedo invitados a hablar en los actos poliacuteticos y sindicales donde eran escuchados con mucho respeto Contaban de los presos las torturas

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las muertes y las desapariciones interesando a las Comisiones de Derechos humanos de cada paiacutes Las mujeres uruguayas y algunos hombres militantes en esos actos haciacuteamos finanzas para mandar a familiares y presos poliacuteticos o de desaparecidos (estaacute documentado)

Cuando llega Wilma al barrio nos da tiempo de recordar nuestro pasado como militantes sindicales en Uruguay La huelga general de 15 diacuteas y la resistencia de la Convencioacuten Nacional de Trabajadores (CNT) a la dictadura 1973 Ella en salud yo en textiles Nos integramos a la militancia poliacutetica contagiadas nos acercamos a la Unioacuten General de Trabajadores (UGT) central de los gremios de los socialistas Entramos siendo vendedoras de medias y pantildeuelos cuando estaacutebamos sin trabajo con dos bolsitas de mano sin capital en negro Aquella gente nos recibiacutea muy bien y nos compraba para ayudarnos preguntaban de coacutemo estaba la cosa en Uruguay Alliacute nos despachaacutebamos a contar de las dictaduras y las penurias Vendiacuteamos para comer cada diacutea Wilma teniacutea un hijo de la edad de mi hijo mayor separada sola para parar la olla en cada diacutea Y en eso andaacutebamos las dos Esas ventas no nos reportaban mucho econoacutemicamente Cuando nuestras clientas nos preguntaban coacutemo nos podiacutean ayudar pediacuteamos trabajo de limpiadoras porque no teniacuteamos los papeles para trabajar Asiacute conseguimos entre las dos llaves de casas de compantildeeras socialistas y comunistas para limpiar cuando ellas trabajaban Nos teniacutean confianza Eacuteramos como una empresita sin papeles y ganaacutebamos muy bien por horas Confianza mutua y en negro

Tanto Wilma como Gladis me volvieron mi alegriacutea Dejeacute de pensar en rencores personales que tanto mal me haciacutea No pediacute nada siempre trabajeacute no le debo nada a mi exmarido

Barcelona me devolviacutea las ganas de militar por mi paiacutes Llegamos a la Confederacioacuten Sindical de Comisiones Obreras (CCOO) la central de los comunistas tambieacuten para explicar lo de Uruguay invitadas a sus actos Y ellos escuchaban atentamente que en Uruguay teniacuteamos una central uacutenica

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Dos centrales obreras CCOO y UGT espantildeolas lucharon y consiguieron las propiedades que el franquismo les roboacute en su dictadura De los afiliados llegaba dinero El movimiento sindical y poliacutetico inundoacute las calles se viviacutea con alegriacutea la vuelta a la democracia Los movimientos sociales salieron con sus propuestas las iglesias progresistas con sus grupos en los barrios la ensentildeanza se iba modificando con un movimiento de maestros contra la ensentildeanza de las escuelas religiosas del franquismo Volvieron los afiches a los muros de Barcelona tapando con las asociaciones de vecinos consignas de todo tipo y color

Actividad de solidaridad con presos y presas poliacuteticas del Uruguay en Barcelona (Fines de los 70) Fotografiacutea Archivo personal

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Aires de elecciones en Espantildea Barcelona se une Los grupos de socialistas con diferencias se agruparon en el Partido de los Socialistas Catalanes (PSC) para presentarse a las elecciones nacionales Las mujeres socialistas me dieron trabajo tres horas por diacutea en un local para trabajar en fotocopiadora y preparar una convocatoria a formar una comisioacuten de mujeres dentro del partido a empezar de cero Acepteacute encantada Yo solo apliqueacute la experiencia sindical que teniacutea en Montevideo de mi sindicato textil el Congreso Obrero Textil (COT) de organizacioacuten en el Partido Socialista (PS) del centro Mateotti de la Unioacuten y luego en Malviacuten y Buceo cuando se forma el Frente Amplio (FA) con el compantildeero Mangarelli formamos el comiteacute de base Siempre me gustoacute trabajar en organizacioacuten y asiacute fue En poco tiempo estaba en marcha los principios de la comisioacuten las mujeres catalanas socialistas con una parlamentaria al frente de esa secretaria Ganaba poco pero seguiacutea trabajando con Wlima como siempre en algunas casas de domeacutesticas Al poco tiempo ella encontroacute trabajo fijo como enfermera en una residencia de la tercera edad porque teniacutea adelantado los papeles de residencia Ella estaba muy feliz y todas estaacutebamos contentas por ella

Una de las casas donde trabajaacutebamos por hora era la de Elvira una meacutedica feminista luchadora por los derechos de salud de las mujeres Al decir que dejariacuteamos de ir porque Wilma habiacutea conseguido trabajo fijo se interesoacute por miacute y me explicoacute que se abririacutea pronto un curso para trabajar en Planificacioacuten Familiar Era un nuevo proyecto de los ayuntamientos llevado adelante por los grupos feministas de los barrios porque durante el franquismo teniacutean prohibido todo uso de meacutetodos anticonceptivos Me orientoacute para anotarme y hablamos de mi escolaridad Yo teniacutea los papeles del liceo de la Argentina Me dijo que me anotara tambieacuten en auxiliar de enfermeriacutea y babysiter para prepararme porque ese proyecto seguro saldriacutea despueacutes de las elecciones nacionales Asiacute lo hice y le agradeciacute mucho toda su ayuda y el tiempo que trabajamos con ella y la confianza que depositoacute en nosotras Asiacute a medida que conseguiacutea mejores trabajos fui dejando el trabajo de domeacutestica

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Me emocionaron mucho los gestos de las mujeres catalanas que conociacute y su solidaridad Otra vez me cambioacute el destino paseacute a ser estudiante de un colegio gratis para mujeres adultas que llevaban unas monjas progresistas y te entregaban los papeles de asistencia al curso que seriacutea uacutetil para ese trabajo futuro Por las mantildeanas en el PSC con la secretariacutea de las mujeres socialistas y a las tardes a las clases para trabajadoras Cinco diacuteas a la semana estaba con los nintildeos Cuando llegaban del colegio al rato llegaba yo y con ellos organizaacutebamos la cena La vida o la suerte me estaba protegiendo Volvioacute mi entusiasmo de mis antildeos de militancia en sindicatos de textiles en Montevideo Volviacute a ser yo otra vez Estaba feliz y con proyectos Alliacute me vinculeacute a las feministas con quienes aprendiacute a trabajar en planificacioacuten familiar en el centro de salud municipal

El FA en el exilio podiacutea convocar a actos de muacutesica Asiacute se fueron agrupando los frenteamplistas Todos juntos trabajaacutebamos en las actividades programadas de todos los grupos que lo conformaacutebamos vertebrando la unidad en el exterior Se trabajaba desde el FA y la CNT en los actos de muacutesica haciacuteamos finanzas en brigadas mayormente de compantildeeras La CNT en el exterior cada diacutea se organizaba mejor Tanto en Barcelona como en Madrid se reagrupan maacutes compantildeeros Teniacuteamos reuniones semanales Las tareas de finanzas eran muy importantes Ocho familias de presos apadrinadas por nosotros CNT Barcelona a quienes se mandaba dinero para ellos mensualmente por viacutea de telegrama colacionado Tambieacuten se cumplioacute en el local de amigos de Naciones Unidas de Barcelona la huelga de hambre del 13 y 14 de junio de 1980 que se realizoacute en distintos paiacuteses en la misma fecha Hubo grupos formados por la CNT en el exterior para realizar 24 horas de ayuno Se convocoacute a la prensa escrita y TV donde se explicoacute el motivo ldquoAmnistiacutea para Uruguayrdquo Uacutenico punto Se recibioacute a personalidades poliacuteticas catalanas y de la cultura Esta comisioacuten de CNT funcionoacute desde 1979 a 1985 la coordinaacutebamos en Barcelona junto con Marrero y Ascencio

Las elecciones en Espantildea dejaron como resultado ayuntamientos democraacuteticos con mayoriacutea de comunistas o socialistas en Barcelona Las mujeres

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feministas dan un gran paso en las reivindicaciones que estaban llevando adelante entre ellos el aborto seguro porque en Espantildea estaban prohibidos todos los meacutetodos anticonceptivos y por supuesto el aborto En ese momento las mujeres del FA y la CNT uruguaya fuimos invitadas a formar parte de una comisioacuten de ldquoMujeres catalanas en solidaridad con las mujeres uruguayas en el exiliordquo Esta comisioacuten duroacute cinco antildeos de 1980 a 1985 cuando de acuerdo con ellas se disolvioacute al poder volver a nuestro paiacutes en 1985 Funcionaacutebamos en el local de amigos de Naciones Unidas que gentilmente nos prestaba su local En un principio las catalanas hicieron la convocatoria acudieron muchas mujeres se llenoacute el local nosotras emocionadas no lo podiacuteamos creer Ellas explicaron que queriacutean saber quieacutenes estaban dispuestas a ayudar a difundir la situacioacuten de las viacutectimas de terrorismo de estado en Uruguay especialmente contra las mujeres en caacuterceles desaparecidas yo asesinadas Pusimos voces junto con las mujeres catalanas a nuestra lucha Acudioacute la prensa que publicoacute artiacuteculos de la situacioacuten que se viviacutea en la dictadura en nuestro paiacutes Para esa convocatoria se usoacute un correo muy amplio de prensa todos los medios radios televisioacuten de parlamento de los ayuntamientos de Barcelona de arte teatro y cantantes mujeres importantes de distintas instituciones del tejido social progresista y se formoacute la comisioacuten donde estaacutebamos tambieacuten las uruguayas Cuando pusimos a trabajar los engranajes de la comisioacuten en marcha nos llegaban invitaciones a dar charlas y reportajes de prensa No daacutebamos abasto Se amplioacute la participacioacuten de compantildeeras uruguayas para poder ir a esas invitaciones en que nos daban un lugarcito para explicar queacute sucediacutea con los presos muertos y desaparecidos en nuestro paiacutes

Un tiempo despueacutes de las elecciones que ganoacute Felipe Gonzaacutelez los ayuntamientos democraacuteticos convocaron a las personas que habiacuteamos realizado el curso para consultoras en planificacioacuten familiar Fui citada al ayuntamiento de LrsquoHospitalet ciudad tocando Barcelona Seleccionaron un equipo una ginecoacuteloga una psicoacuteloga una enfermera dos consultoras y una administrativa Tuve la suerte de integrar ese equipo como consultora durante

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ocho antildeos donde teniacuteamos una formacioacuten permanente a cargo del propio lugar de trabajo Una consultora en plani es un agente de salud que cuando una mujer llega al servicio informa de meacutetodos anticonceptivos abre la historia cliacutenica y deriva a la profesional en que estaacute interesada la paciente (ginecoacuteloga psicoacuteloga abogada) o se deriva a las charlas grupales que funcionan una vez por semana Este servicio fue creado esencialmente por las mujeres de los barrios espantildeoles Las italianas feministas estaban en la misma discutiendo los mismos temas de salud de las mujeres Fue una etapa muy rica de los antildeos lsquo70 para las feministas de Europa y las mujeres de EEUU Las mujeres de Boston publicaron un libro Nuestros cuerpos nuestras vidas (Colectivo del libro de salud de las mujeres de Boston 1982) Las alemanas nos trajeron un libro La pequentildea diferencia y sus grandes consecuencias de la autora Alice Schwarzer (1979) donde las mujeres hablan de siacute mismas El feminismo llegoacute para quedarse y yo ahora soy feminista y socialista Creo que lo fui siempre pero sin saberlo Cuando las compantildeeras fueron al sindicato textil a hablar de feminismo mucho antes del golpe militar ya me di cuenta de que feminismo y trabajo teniacutean algo que ver El sindicato teniacutea una comisioacuten de mujeres desde que se formoacute la COT en el lsquo66 Discutimos sobre temas como igual trabajo - igual salario casas cunas en lugares de trabajo Esa comisioacuten de mujeres no era maacutes que una parte del sindicato Veniacutean a hablar con nosotras feministas algunas que despueacutes formaron asociaciones como Grupo de Estudio sobre la condicioacuten de la mujer en el Uruguay (GRECMU) o el Plenario de Mujeres del Uruguay (PLEMUU) Habiacutea muchos temas de mujeres reivindicativos como por ejemplo el caso de la compantildeera que abortoacute en el bantildeo de la faacutebrica y la despidieron el abuso en los lugares de trabajo doacutende dejar a los hijos chiquitos esos temas Igual trabajo igual salario fue una reivindicacioacuten revolucionaria para ese momento Ya ahiacute me sentiacute feminista y no sabiacutea Entonces desde ahiacute lo soy

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En diciembre de 1987 volviacute del exilio Teniacutea 49 antildeos no era edad para jubilarme y mis compantildeeras del plani no queriacutean que me viniera Lo penseacute y pediacute excedencia por cinco antildeos aconsejada por mis compantildeeras porque no sabiacutea que encontrariacutea aquiacute en Uruguay Sin trabajo otra vez No pude traer a todos mis hijos El mayor y el menor teniacutean trabajo su vida en Barcelona No podiacutea arrancarlos otra vez Eso fue desgarrador para miacute Con Ernesto (mi hijo mediano) y Aniacutebal (mi compantildeero) ocupamos mi casa en el Cerro el barrio de mi infancia otra vez Volviacute contenta a mi familia a mi barrio a mi pueblo a mi paiacutes que tanto extrantildeeacute y por el que tanto lucheacute desde el exilio Estaba otra vez felizhellip y pobre

Volver al jardiacuten Desexilio(s)

El contexto de ese momento es de mucho lsquobarullorsquo sobre el retorno a Uruguay Aniacutebal estaba listo para volver pero ella no lo teniacutea claro porque

Manifestacioacuten de mujeres por Av 18 de Julio (Mediados de la deacutecada de los 80) Fotografiacutea Archivo personal

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no teniacutea trabajo y ademaacutes se estaba recuperando de su salud Eacutel retorna primero ella continuacutea trabajando hasta el lsquo87 en planificacioacuten familiar Retorna a Montevideo entonces a una casa en el Cerro una casa que estaba en ruinas y que con ayuda de familiares dejaron hermosa casa en la que nos supo recibir en nuestras visitas durante el transcurso de esta historia de vida

El desexilio fue una etapa agridulce y llena de contradicciones Por un lado la alegriacutea de volver a Montevideo su barrio abrazar a su madre y su familia Por otro lado la tristeza de dejar a dos de sus hijos en Barcelona a sus queridas amigas y al trabajo en el plani Una vez asentada en Montevideo se encuentra con una sensacioacuten que describe a la perfeccioacuten

Me sentiacutea como desplazada lsquoEl que se fue a Sevilla perdioacute su sillarsquo La gente si bien se alegraba de verte no te contaba nada La herida estaba abierta y no se preguntaba Tampoco nadie nos preguntoacute coacutemo habiacuteamos hecho para conseguir el dinero que mandaacutebamos Y una sentiacutea culpa de haber estado en el exterior y tampoco hablaba

La vuelta a Uruguay enfrentoacute algunas dificultades tambieacuten en teacuterminos econoacutemicos

Cuando vuelvo tengo que trabajar en tres lados para poder sacar un salario miacutenimo Trabajaba unas horas por semana en el Foro Juvenil en el equipo de sexualidad En EMAUS en el barrio Nuevo Pariacutes con mujeres mayores amas de casa desocupadas y empleadas domeacutesticas otras horas por semana Y en Mujer y Sociedad en planificacioacuten familiar dando charlas como asistente de la ginecoacuteloga otras horas por semana Con los tres lugares no alcanzaba y por otro lado Aniacutebal trabajaba en la quinta y en la construccioacuten en changas

En medio de este difiacutecil momento alentada por su experiencia de trabajo con grupos de mujeres comienza a estudiar Psicologiacutea Social en la Escuela de Hugo Monetti

Lo mejor que me ha pasado es hacer Psicologiacutea Social con la escuela de Monetti

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que lo hice a los 50 antildeos cuando volviacute al exilio Ernesto cursaba conmigo Psicologiacutea Social en otro grupo Y a ellos [sus hijos] les ha hecho muy bien que yo estudiara

Cierra los ochenta con la muerte de su madre e inicia los noventa con la separacioacuten y posterior divorcio de Aniacutebal y el regreso a Barcelona donde se encontraraacute con una segunda etapa en el ayuntamiento

Mi madre se murioacute en el 89 Yo teniacutea 51 antildeos y fue un antildeo muy triste para miacute () en el 90 tengo 52 antildeos Hay una crisis de pareja con Aniacutebal () Paseacute horrible Estaba viviendo con Ernesto Aniacutebal empezoacute a trabajar en la construccioacuten y empezamos con unas crisis tremendas por el alcohol No le gustaba que yo estudiara Psicologiacutea Social Eacutel teniacutea celos y yo desilusioacuten Me levantaba a las 5 o 6 de la mantildeana para estudiar para escribir Era una eacutepoca de muchos apagones () Cuando se levantaba eacutel yo ya estaba trabajando y me deciacutea lsquoiquestPara queacute estudias iquestQuereacutes ser Presidenta de la Repuacuteblicarsquo Un

La aplanadora mujeres Encuentro de mujeres en Uruguay (Mediados de los 80) Fotografiacutea Archivo personal

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ataque El alcoholismo esa maldita enfermedad que tambieacuten vi en mi padre y en mi abuelo y que volviacutea con Aniacutebal para a minar nuestra relacioacuten Es una forma de agresioacuten que muchas mujeres vivimos por eso hay que hablarlo Todo era porque llegaba a la noche Yo saliacutea al mediodiacutea para trabajar en todos esos lados () y llegaba a las 11 de la noche () Muy bueno fue eso [estudiar Psicologiacutea Social] Me sacoacute de lo que habiacutea en casa

En el 1993 ya no se pueden sostener econoacutemicamente en Uruguay Regresa a Barcelona a una segunda etapa en el ayuntamiento ya no para trabajar en planificacioacuten familiar sino para trabajar sobre violencia domeacutestica2

La prioridad en ese momento era violencia domeacutestica No era plani porque plani se habiacutea integrado a la seguridad social () cuando fui empezamos a trabajar en un lugar muy precario y habiacutea una violencia domeacutestica increiacuteble Menos mal que en los 5 antildeos que estuve acaacute hice el curso con Hugo Monetti Con maacutes herramientas con la dinaacutemica de grupo que no las conociacuteamos allaacute haciacuteamos las consultoras las charlas pero no con grupo Formar grupos equipos cuesta muchos antildeos para que puedan estar en consonancia una persona con la otra porque cuando vas teneacutes un poco de recelo de sentimiento de iquestpodreacute o no podreacute Y formar un grupo lleva muchos antildeos Y yo me acoplaba enseguida Es una actitud positiva ante el cambio Si no teneacutes una actitud positivahellip

Nos cuenta sobre su familia en esos antildeos cerrando los noventa En 1995 se enferma Felipe pasa un periacuteodo internado y luego en recuperacioacuten En ese tiempo se reconcilia con Aniacutebal con quien estaacute en pareja hasta hoy Nacen sus primeros dos nietos luego naceriacutea el tercero En 2004 regresa a Montevideo Cuatro antildeos despueacutes conoce a dos compantildeeros de la Universidad de la Repuacuteblica Agustiacuten y Matiacuteas ldquoLa descubrenrdquo nos diraacute ella A partir de este encuentro se motiva para compilar sus textos y escribir su libro Y diez antildeos maacutes tarde en 2014 presenta el libro que la diera a conocer y por el cual nosotras nos acercariacuteamos a ella En 2017 la invitamos a participar en algunas

2 A propoacutesito de la denominacioacuten lsquoviolencia domeacutesticarsquo en uno de los encuentros nos diraacute ldquoDespueacutes empeceacute a trabajar en violencia domeacutestica [se riacutee] iexclque antigua Ahora no se le dice asiacute es violencia de geacutenero porque no es solo en la casardquo

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instancias de un grupo de investigacioacuten a partir del cual escribimos la cartilla antes mencionada A partir de aquiacute es historia conocida Coordinamos con ella para llevar a su casa la invitacioacuten a la presentacioacuten de la cartilla y una copia de la misma Le escribimos una dedicatoria Estaacutebamos un poco nerviosas y ansiosas y sobre todo felices de que nos recibiera en su casa No imaginamos que ese seriacutea el primero de varios encuentros en que nos relatariacutea su historia de vida

Lo que cuentan las tortugas

La historia no es lo de antantildeo solamente estaacute construyeacutendose ahora en cada momento que transcurre en cada momento de las mujeres en las faacutebricas en las calles en el trabajo del campo en el domeacutestico maestras rurales amas de casahellip Todas las mujeres donde sea que esteacutenhellip La historia va articulando en lo cotidiano los acontecimientos colectivos sindicales poliacuteticos y sociales de un paiacutes No solo debemos recordar compantildeeras hay que escribir Porque lo que no estaacute escrito no existe se lo lleva el viento es la invisibilidad es la no historia (Alcoba Mariacutea Julia 2014 p 169)

A Mariacutea Julia la conocimos a traveacutes de las paacuteginas de su libro El epiacutelogo del libro la frase que elegimos para abrir este final nos empuja a seguir escribiendo Como una receta de bruja pasada de boca en boca Mariacutea Julia nos invita a escribir la historia nuestra historia esa que hoy nos encuentra

Vibramos en la misma sintoniacutea y varias veces nos vimos reflejadas en su sentir Saltando generaciones eacutepocas y paiacuteses pudimos entendernos plenamente como mujeres y como feministas Las aneacutecdotas amargas de la militancia mixta y la desvalorizacioacuten de las mujeres los sinsabores de la vida de pareja los amores y las separaciones Pero tambieacuten la alegriacutea del encuentro con las amigas del entre mujeres la ternura de la crianza el acompantildeamiento mutuo los cuidados

Mariacutea Julia es de habla calma y reflexiones agudas En un encuentro

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nos dijo ldquoAhora me muevo como una tortuguita iquestsaben por queacute Porque soy lenta pero raacutepida de pensamientordquo Reiacutemos juntas y pudimos comprobar que este apodo que heredoacute de su padre y su hijo le recrea le calza a la perfeccioacuten Avanza lento pero seguro porque sabe muy bien a donde va Es paciente y constante ella sabiacutea que teniacuteamos que escribir juntas y acaacute estamos Y este es solo un inicio pues quedan muchas paacuteginas por escribir porque sus historias sus cuentos sus aneacutecdotas tienen que ser contadas Sus palabras esas que abrazan tienen que continuar resonando en otras multiplicaacutendose como los brotes de las plantas que nos ha regalado y que nosotras aquiacute comenzamos a compartir

Estas palabras nos abrazaron mientras juntaacutebamos brotes de plantitas en el jardiacuten de su casa mientras preparaacutebamos un almuerzo en su cocina sentadas a su lado o a traveacutes de la pantalla del lsquoordenadorrsquo cuaderno en mano deseosas de poder escuchar lo que ese diacutea teniacutea para contarnos Nos dimos cita cada vez y esa cita de ese diacutea marcado en la agenda fue vivido como un acontecimiento En varias ocasiones nos esperoacute de labios pintados luciendo hermosas y coloridas chalinas haciendo juego con sus boinas en invierno Nosotras haciacuteamos nuestro mejor esfuerzo por arreglarnos para encontrarnos con ella Cuando nos iacutebamos de su casa o cortaacutebamos la videollamada quedaacutebamos exaltadas y no podiacuteamos parar de hablar sobre tal o cual frase sobre tal o cual partecita de su historia sobre coacutemo seguir sobre lo bello del viacutenculo que veniacuteamos tejiendo y la confianza mutua que veniacuteamos cultivando

Le contamos lo que nuestro encuentro con ella ha generado en nosotras y le preguntamos a ella al respecto

El trabajo que estaacuten haciendo me parece bien porque yo siempre cuando quiere hacer uno sin preguntas a veces no las podeacutes decir Porque o no te acordaacutes o no las quereacutes decir o se quedan adentro como en el tintero Y este trabajo que hicimos que ustedes me ayudaron a recordar que es lo maacutes importante para miacute porque cada diacutea me olvido de maacutes cosas cada diacutea Y eso es importante para poder trabajarlo en grupo y trabajarlo con ustedes Eso es lo maacutes importante

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que ustedes sean quienes le pongan el entusiasmo que le pusieron y para miacute es un orgullo y un acompantildeamiento de mi vejez que pueda decir lo que le sirva tambieacuten a otras mujeres () Yo seacute que no soy una gran oradora no soy oradora de barricada Sino que soy lenta para hablar pero lo importante es que llegue maacutes lejos con la palabra Eso ustedes seguiraacuten los ecos de esas palabras a sus compantildeeras a todo lo que significa la palabra de las mujeres en el mundo social que las ningunean mucho a las mujeres Que las mujeres siempre estaacuten dentro de casa y fuera de casa es lo que no se dice Siempre en cada momento social de la historia de la humanidad estaacuten las mujeres Las mujeres fueron las primeras que hablaron contra la guerra Las primeras que hablan muchas veces como las mujeres de la Plaza de Mayo Una simple pregunta iquestdoacutende estaacuten los hijos En lo social en este momento hay muchas mujeres luchando por compromiso social Y eso no sale en la prensa no sale en la televisioacuten sale muy poco en la radio Y son las mujeres que tienen esas voces No me importa ser lenta sino que me entiendan lo que digo () A miacute ustedes me han generado un aire fresco que ha llegado a mi casa y que si bien las conversaciones a veces eran iacutentimas o dolorosas o a veces nos generoacute risas o nos generoacute un silencio esos silencios que hablan tanto la llegada como la salida de ustedes de mi casa me generaba eso que tenemos las mujeres de mi familia que cuando se iban mis tiacuteas mi madre les deciacutea lsquovamos a ver las plantitasrsquo Entonces iba mi madre a darle unos gajos de las plantas Y eso es una multiplicacioacuten de hechos que generan el viacutenculo muy fuerte Lo de las plantas es muy fuerte porque generaacutes en el otro una continuidad de aquella visita Ustedes eran lsquola visitarsquo Una visita no lsquola visita esperadarsquo () A lo largo de la vida te encontraacutes con personas que te abrazan sin hacerlo te abrazan con la palabra te abrazan no con el cuerpo sino con la palabra Hay que ponerle palabra a todo lo de las mujeres para decir lo que aquellas callan Por eso la palabra es multiplicadora Los ecos de la palabra son los multiplicadores Como las plantas Es el viacutenculo que se establece () Yo no es que me repliegue porque quiera Me repliego porque tengo problemas de salud de piernas de brazos y eso me impide ir a las actividades Eso cada diacutea me dificulta maacutes Pero yo pienso hay tanta juventud ahora con la misma temaacutetica de las mujeres por suerte que yo seriacutea una hormiguita entre tantas Y para sumarme me gustariacutea pero no puedo y pienso que lo que puedo hacer es pensar en lo que estaacute pasando Estaacute pasando

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una revolucioacuten de verdad Como deciacuteas tuacute en el cuento3 Estaacute pasando ahora mismo estaacute pasando una revolucioacuten

Los diaacutelogos con Mariacutea Julia fueron eso diaacutelogos Nosotras la escuchamos y la leiacutemos y ella tambieacuten supo preguntarnos y supo tambieacuten leernos Le compartimos textos de nuestra autoriacutea nos devolviacutea sus comentarios Y ahiacute fuimos prestaacutendonos palabras para nombrar este momento de revolucioacuten que nos encuentra Ella cada tanto nos sigue sorprendiendo con algunos de sus cuentos que nosotras guardamos con ganas de leeacuterselos a otras Pero esto ya es otro cuento

3 Como mencionamos previamente compartirnos textos de nuestra autoriacutea se nos vol-vioacute una praacutectica comuacuten asiacute como tambieacuten dialogar desde las resonancias que nos generaban estas lecturas

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Referencias bibliograacuteficas

Alcoba Mariacutea Julia Caraacutembula Matiacuteas Cardeillac Joaquiacuten Cuacuteccaro Julia Cuacuteccaro Shirley Fagundez Rosa Flores Mariacutea Fontora Neacutelida Krapovickas Julieta Migliaro Alicia Robledo Gabriela Rodriacuteguez Lezica Lorena Troche Susan (2019) Y las mujeres iquestdoacutende estaacuten Guiacutea para abordar desigualdades de geacutenero en sindicatos rurales Universidad de la Repuacuteblica Disponible en httpswwwcolibriudelareduuyjspuibitstream2050012008299851Y20las20mujers20donde20estan_2019pdf

Alcoba Mariacutea Julia (2014) Las mujeres iquestdoacutende estaban Montevideo Primero de mayo

Comisioacuten catalana de solidaridad con las mujeres uruguayas (1981) Informe

Encuentro Internacional de solidaridad con las mujeres uruguaya Barcelona

Fontora Neacutelida (2018) La llama no se apaga Montevideo Primero de mayo

Colectivo del libro de salud de las mujeres de Boston (1982) Nuestros cuerpos Nuestras Vidas Barcelona Icaria

Schwarzer Alice (1979) La pequentildea diferencia y sus grandes consecuencias Barcelona Lasal Edicions De Les Dones

Mariacutea Julia Alcoba Alicia Migliaro y Lorena Rodriacuteguez Lezica Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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Datos Biograacuteficos

Mariacutea Julia Alcoba Rossano nace en 1938 en Montevideo en el Cerro barrio donde vive hasta su casamiento en 1960 A los trece antildeos sin terminar la escuela primaria ingresa a trabajar en Lanas Uruguayas Con catorce antildeos se integra a la militancia sindical y a la Unioacuten Obrera Textil Entre los antildeos 1955 y 1956 es co-fundadora del Congreso Obrero Textil que agrupa a todo el gremio a nivel nacional Representando a los textiles con Heacutector Rodriacuteguez y Emilio De Concilis integra el plenario de la Comisioacuten Pro Central Uacutenica de Trabajadores En 1956 se integra a las Juventudes Socialistas y luego al Partido Socialista En 1957 integra la Comisioacuten Gremial del Partido Desde alliacute trabaja hacia los sindicatos agriacutecolas En 1963 en la Unioacuten nace su primer hijo Siete antildeos despueacutes el segundo y al antildeo siguiente el tercero Milita en el Centro Mateotti y en el gremio textil En diciembre de 1967 el gobierno encabezado por Pacheco Areco se inaugura clausurando diarios e ilegalizando organizaciones poliacuteticas entre ellas el Partido Socialista En 1974 debe marchar con sus tres hijos al exilio argentino En Haedo termina la Escuela y cursa primero y segundo en el Liceo Nocturno En 1977 debe dejar Argentina y exilarse en Espantildea En Barcelona se integra al movimiento solidario con Uruguay contra la dictadura Trabaja como empleada domeacutestica vendedora de libroshellip Se prepara en cursos de auxiliar de cliacutenica puericultora y consultora en planificacioacuten familiar En 1979 obtiene por concurso el puesto de Consultora en Planificacioacuten

Las mujeres doacutende estaban

Familiar (agente de salud) en la Alcaldiacutea de Hospitalet de Llobregat donde trabaja con grupos de mujeres hasta su retorno al paiacutes Se integra a grupos feministas contra la violencia de geacutenero De 1979 a 1985 integra la comisioacuten de Barcelona de la CNT en el exilio ademaacutes de la Comisioacuten de Mujeres Catalanas de solidaridad con mujeres uruguayas en el exilio y presas viacutectimas del terrorismo de estado Ya en Montevideo es co-fundadora del Instituto Mujer y Sociedad trabaja con grupos en Foro Juvenil y EMAUS y se recibe de Psicoacuteloga Social en 1992 Hoy vive en su barrio de siempre el Cerro en una vieja casa llena de animalitos aacuterboles y plantas

Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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Indice

El encuentro con Mariacutea Julia 8

A modo de proacutelogo 11

La sumaca 14

Un cielo rojo anaranjado 24

La vieja radio de casa 28

Caramelos 33

Biyuacute 35

La Faacutebrica 39

El Sindicato 46

El patroacuten 48

Mis quince antildeos 51

Conflicto textil 54

La mamaacute de Rosita 58

Negra pobre y retobada 60

Un gremio de mujeres 62

El robo 64

El Boston 68

Despueacutes de la huelga 71

Jorgelina y Delia en Budapest 74

Una conferencia nacional 77

Las friyeras 80

Las mujeres iquestdoacutende estaban

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Las compantildeeras de FUNSA 86

Las mujeres del Arrozal 93

Las chacras del Norte 103

La marcha 110

Las mujeres en la marcha 122

Ana Mariacutea 126

El asalto 131

El regreso 134

El peine amarillo 136

Suipacha 139

Viviendo el miedo 144

Otra despedida maacutes 147

El Pesquero 149

Regreso sobre mis pasos 153

Del azuacutecar a la sal 169

Epiacutelogo 176

El jardiacuten de las palabras diaacutelogos feministas para abrazar la historia 179

Datos Biograacuteficos 212

Las mujeres iquestdoacutende estaban Una pregunta nada sencilla de hacer en un mundo donde las figuras masculinas son las fotografiadas las nombradas las recordadas Una pregunta que insiste que interpela que inspira La reedicioacuten de este libro de Mariacutea Julia sus palabras son claves que nos regala para seguir buscaacutendonos en la historia

  • El encuentro con Mariacutea Julia
  • A modo de proacutelogo
  • La sumaca
  • Un cielo rojo anaranjado
  • La vieja radio de casa
  • Caramelos
  • Biyuacute
  • La Faacutebrica
  • El Sindicato
  • El patroacuten
  • Mis quince antildeos
  • Conflicto textil
  • La mamaacute de Rosita
  • Negra pobre y retobada
  • Un gremio de mujeres
  • El robo
  • El Boston
  • Despueacutes de la huelga
  • Jorgelina y Delia en Budapest
  • Una conferencia nacional
  • Las friyeras
  • Las compantildeeras de FUNSA
  • Las mujeres del Arrozal
  • Las chacras del Norte
  • La marcha
  • Las mujeres en la marcha
  • Ana Mariacutea
  • El asalto
  • El regreso
  • El peine amarillo
  • Suipacha
  • Viviendo el miedo
  • Otra despedida maacutes
  • El Pesquero
  • Regreso sobre mis pasos
  • Del azuacutecar a la sal
  • Epiacutelogo
  • El jardiacuten de las palabras diaacutelogos feministas para abrazar la historia
  • Datos Biograacuteficos
Page 3: Las mujeres, ¿dónde estaban?

Edicioacuten revisada y ampliada Grupo de Investigacioacuten Accioacuten sobre Desigualdades en el Medio Rural (Grupo IADR) Noviembre 2021 Montevideo Uruguay

1deg edicioacuten 2014 Editorial Primero de Mayo Montevideo Uruguay

ISBN 978-9915-40-711-1

Fotografiacuteas tapa y contratapa Val Rodlez 2021

Maquetacioacuten y disentildeo Natalia Migliaro

Contacto httpsgrupoiadruygrupoiadrgmailcom

A mis padres que me transmitieron su conciencia de clase

y su cotidiana solidaridad

A Joseacute Conrado Ernesto y Felipe mis hijos y compantildeeros en los accidentados caminos que nos tocoacute transitar

A mis nietos Tarek Yoel y Aser quienes llegaron para alegrar mi vejez

Agradezco

A Moacutenica Reca quien fue la primera que pasoacute mis manuscritos a maacutequina y me animoacute a seguir

A Susana Balintildeas que me dio la confianza que me faltaba y me puso frente a la obligacioacuten de relatar estos hechos

A Guillermo Chifflet Colacho Esteves Mariacutea Ineacutes Capucho y Charito Estefanell

mis primeros lectores

A Lorena y Alicia por hacer posible esta nueva versioacuten virtual ampliada de ldquoLas mujeres iquestdoacutende estabanrdquo

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Pasaron ya siete antildeos desde que se publicoacute el libro cuya pregunta inspirariacutea varios de nuestros trabajos las mujeres iquestdoacutende estaban Una pregunta nada sencilla de hacer en un mundo donde las figuras masculinas son las fotografiadas las nombradas las recordadas No podemos negar que el sindicalismo en Uruguay es un mundo de hombres No porque las mujeres no esteacuten Estaacuten Sino porque por mucho tiempo lsquono se las ha vistorsquo iquesto seraacute que no se las ha querido ver Es frente a esta ceguera que irrumpe este libro con una pregunta que interpela la memoria para poder hurgar en ella para encontrar y reconocer a las mujeres en la historia del sindicalismo y hacer justicia asiacute a una genealogiacutea y a una historia sino incompletas

A Mariacutea Julia la contactamos como Grupo IADR en 2018 Teniacuteamos la excusa perfecta para poder ensayar un acercamiento entre las sindicalistas ldquode ayerrdquo y las ldquode hoyrdquo Algo intuiacuteamos sobre la potencia del espacio de intercambio entre tales mujeres con la nada sencilla tarea de elaborar una cartilla sobre desigualdades de geacutenero en el sindicalismo rural La invitamos Accedioacute contenta pero no sin antes dudar queacute tendriacutea ella para aportar Junto a Mariacutea Julia y tambieacuten junto a Neacutelida Chela Fontora las sindicalistas ldquode ayerrdquo y con las compantildeeras de distintos sindicatos rurales en actividad trabajamos en lo que llamamos un ldquogrupo focal interpretativordquo El hecho de que Maria Julia y Chela hayan participado de este trabajo colectivo es un gusto y una nueva muestra (iexclcomo si hicieran falta maacutes) de su compromiso y vocacioacuten de lucha Participaron activamente codo a codo en toda la tarea con escucha y respeto hacia las voces de todas las compantildeeras El libro de Mariacutea Julia es un libro autobiaograacutefico que recoge para compartir memorias de vida luchas dolores y alegriacuteas Es un texto que nos marcoacute el rumbo y cuyo tiacutetulo retomamos en la cartilla que elaboramos juntas Porque la pregunta sobre doacutende estaacuten las mujeres en la historia es una guiacutea es un coacutemo ir iquestDoacutende estaacuten aquellas que no son nombradas iquestDoacutende estaacuten aquellas que no se quieren ver Desconfiar de las historias oficiales animarse a narrar desde otras voces animarse a construir otros relatos

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Para escribir este proacutelogo nos preguntamos por queacute es importante para nosotras y nosotros como Grupo interdisciplinario desde la Universidad de la Repuacuteblica poder re-editar este libro siete antildeos despueacutes La pregunta se responde volviendo a la interrogacioacuten por el espacio aunque esta vez no mediante un iquestdoacutende sino maacutes bien con un iquestcoacutemo Y es que la toacutenica del grupo IADR ha sido la de generar conocimiento socialmente valioso transitando caminos y formas habilitantes de espacios y tiempos de co-construccioacuten de autoformacioacuten y de reflexividad En esa liacutenea dos objetivos perseguidos son hacer lugar y hacer tiempo No soacutelo como colectivo IADR sino tambieacuten y sobre todo en tanto que comunidad amplia a la que pertenecemos nos debemos y pretendemos contribuir recuperar el tiempo y el espacio para entendernos proyectarnos y caminar hacia una sociedad maacutes justa y solidaria

En esta buacutesqueda compartida no hay un camino ni una uacutenica voz hay muchas Y atender con agudeza quieacuten toma la palabra es parte del trabajo y la buacutesqueda Asiacute sumar implica tambieacuten aguzar la escucha salir del centro o hacerse a un lado pero no como mecanismo de desentendimiento sino muy por el contrario como quieacuten acompantildea por y para entender como quien comparte y se vuelve parte Como en cualquier enarmoniacutea la nota depende de la tonalidad o la toacutenica La reedicioacuten de este libro de Mariacutea Julia sus palabras hacen a nuestra toacutenica la del IADR la de Lorena Alicia Julieta Matiacuteas y Joaquiacuten Y aunque tenemos cosas para decir ahora quisimos volver a escuchar Es por ello que no nos quedan dudas sobre la pertinencia de esta reedicioacuten

Grupo Interdisciplinario de Investigacioacuten Accioacuten sobre Desigualdades en el Medio Rural

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El encuentro con Mariacutea Julia

Llegamos a Mariacutea Julia luego de una conversacioacuten con Walter Marrero ldquoMarreritordquo en setiembre de 2011 Acudimos a eacutel para a hurgar en las memorias las experiencias y las piezas que construyeron el sindicalismo rural uruguayo antes de 1973 y despueacutes de 1985 producto de la abrupta interrupcioacuten por la dictadura civil-militar En aquella conversacioacuten Walter nos insistioacute en maacutes de una oportunidad en contactar a Mariacutea Julia Los argumentos esbozados fueron muchos entre ellos se incluiacutea su apoyo constante a las mujeres de los arrozales durante la huelga de 1957 asiacute como tambieacuten su militancia en el exilio catalaacuten

Luego todo sucedioacute muy raacutepido El 17 de junio de 2012 en el marco de un proyecto estudiantil de la UdelaR organizamos un encuentro entre integrantes del Sindicato Uacutenico de Peones de Tambos (SUPT) incluida la sentida y entrantildeable participacioacuten de Pedro Aldrovandi Alliacute se nos presentoacute Mariacutea Julia una mujer que nos cautivoacute desde un principio Como se puede apreciar en una de las fotografiacuteas del libro portaba un abrigo de color rojo una boina azul y sobre todo una sonrisa ancha

En poco tiempo conseguimos entablar cierta confianza que raacutepidamente se fue convirtiendo en amistad A finales de 2013 nos reveloacute que escribiacutea cuentos Para nuestro asombro nos comentoacute que ya teniacutea un libro escrito pero sin publicar Obviamente nos maravillamos al leer el borrador No dudamos en la necesidad de dar la mayor difusioacuten posible Lo primero fue la publicacioacuten de su cuento ldquoLas mujeres del arrozalrdquo en el perioacutedico La Diaria como forma de celebracioacuten del diacutea del trabajador y la trabajadora rural el 30 de abril de 2014 En los meses siguientes se fue tejiendo una propuesta entre el PIT-CNT y la Universidad de la Repuacuteblica para publicar su libro En octubre de ese mismo antildeo el libro fue presentando puacuteblicamente y el resto de la historia es bastante conocida

Desde ese momento Mariacutea Julia se presentoacute ante un puacuteblico cautivo

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por un contexto de enunciacioacuten para la memoria personal y colectiva de las mujeres muchas veces silenciadas y otras veces relegadas que como menciona Spivak se encuentra en las ldquosombrasrdquo de la historia1 No obstante la tenaz batalla de Mariacutea Julia contra el olvido teniacutea antecedentes muy firmes desde la deacutecada de 1990 De hecho Yamanduacute Gonzaacutelez Sierra hizo alusioacuten a su trabajo narrativo en el libro ldquoLos olvidados de la tierrardquo refiriendo a las ldquoHistorias de vidas de mujeres trabajadorasrdquo que Mariacutea Julia publicoacute en diferentes capiacutetulos en el perioacutedico ldquoNoticiasrdquo de la ciudad de Juan Lacaze en el departamento de Colonia 2

Su libro es una invitacioacuten a navegar en el rescate de las historias las memorias y las experiencias de las mujeres que lucharon y continuacutean hacieacutendolo por una sociedad maacutes justa igualitaria y solidaria Sus relatos permiten reconstruir un derrotero del Uruguay de segunda mitad de siglo XX donde confluyen innumerables sacrificios dolores y alegriacuteas Los escenarios se presentan en ciacuterculos sociales que van siendo cada vez maacutes amplios la familia el barrio la ciudad y a veces en el campo incluso el exilio como tambieacuten el desexilio La pluma de Mariacutea Julia es genuina y resiliente fiel reflejo de su vida Incluso para afrontar los momentos maacutes duros y difiacuteciles Ello se acompantildea con una personalidad afable que la describe en todo momento cuando se trata de celebrar el encuentro

Pero la invitacioacuten de Mariacutea Julia no se acaba solamente en la lectura que propone Tambieacuten se extiende a incentivar a que otras mujeres lo hagan En definitiva su tarea es mucho maacutes amplia que la escritura y se asemeja en mucho a una memorable frase de Rodolfo Walsh a mediados de los 60rsquo cuando planteoacute que ldquonuestras clases dominantes han procurado siempre que

1 Spivak Charkavorty Gayatri (2009) ldquoiquestPueden hablar los subalternosrdquo Barcelona MACBA Paacuteg 43-125

2 Gonzaacutelez Sierra Yamanduacute (1994) Los olvidados de la tierra Vida organizacioacuten y luchas de los sindicatos rurales Montevideo Nordan-comunidad Paacutegina 94

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los trabajadores no tengan historia no tengan doctrina no tengan heacuteroes y maacutertires Cada lucha debe empezar de nuevo separada de luchas anteriores la experiencia colectiva se pierde las lecciones se olvidan La historia parece asiacute como propiedad privada cuyos duentildeos son los duentildeos de todas las otras cosasrdquo 3

Nuestro encuentro con Mariacutea Julia su poesiacutea y su rojo rojo intenso como su vida ha sido pues una profunda y necesaria convocatoria para que en los tiempos actuales de resistir a la desmemoria para reescribir la historia la palabra sea de ella

Agustiacuten Juncal y Matiacuteas Caraacutembula

3 ldquoCordobazordquo Extraiacutedo de ldquoPerioacutedico de la CGT de los Argentinosrdquo Coleccioacuten Completa Nuacutemeros 1 al 55 Mayo de 1968 ndash Febrero de 1970 Disponible en wwwcgtargentinosorg

Mariacutea Julia tomando una foto Actividad con sindicatos de tambo en Isla Mala (2012) Fotografiacutea Soledad Figueredo

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A modo de proacutelogo

Estas historias que Mariacutea Julia recupera para la memoria de nuestro paiacutes tienen la riqueza de su mirada y vivencia de mujer actora en todas ellas Mariacutea Julia recorre la historia de nuestro paiacutes desde los antildeos 50 hasta la oscura deacutecada de los 70 desde sus experiencias de nintildea en el Cerro un barrio de inmigrantes que trajeron sus ideologiacuteas y sus oficios sus culturas y la antildeoranza de su tierra Desde la forma de relacionarse con el mundo a traveacutes de las primitivas radios que sintonizaban los avatares de las segunda guerra mundial hasta la evolucioacuten de la conformacioacuten de los sindicatos textiles y la solidaridad en las luchas de las otras ramas industriales como la carne Mariacutea Julia va relatando la evolucioacuten social econoacutemica y poliacutetica de esas deacutecadas donde ella participoacute tan activamente viviendo desde adentro cada una de las luchas y la construccioacuten de un movimiento obrero organizado en una central uacutenica y autoacutenoma Impactan las edades adolescentes de esos primeros luchadores que enfrentaban patronales primitivas para lograr respeto a su dignidad como personas Mariacutea Julia Alcoba reafirma sus ideas poliacuteticas y en su rol de militante se pone en contacto con otras mujeres trabajadoras zafrales agriacutecolas pescadoras empleadas de las grandes faacutebricas empleadas domeacutesticas Describe sus diferencias y sus problemas que todaviacutea subsisten en muchos casos invisibilizados en las agendas tradicionales Las historias de esas deacutecadas siempre han sido contadas por personajes masculinos quienes difiacutecilmente incorporan la vida cotidiana de los seres humanos que participaron en la construccioacuten de nuestra identidad social y poliacutetica Esta recuperacioacuten de relatos y testimonios de una mujer que atravesoacute esas deacutecadas nos devuelve a quienes nunca son nombradas pero que formaron la malla de una conciencia de dignidad obrera de la que tanto nos enorgullecemos los y las uruguayas

Margarita Percovich

iquestDoacutende estaban ellas Pero primero iquestquieacutenes son ellas Ellas son obreras son militantes sindicales y Mariacutea Julia que lo es ella misma y que ejemplifica con su propia vida nos las describe desde la nintildeez en sus familias familias obreras de barrios obreros hasta su madurez como

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mujeres y madres desde sus primeros choques emocionales con la realidad de la explotacioacuten hasta su madurez de militantes sindicales Y eso es lo que conmueve y entusiasma del texto No es un texto que trata de describir a la mujer en su condicioacuten de viacutectima de una doble explotacioacuten como asalariada y como integrante de una sociedad que la discrimina maacutes allaacute de que tal descripcioacuten fluye naturalmente de su lectura Es maacutes bien la mujer en toda su estatura de luchadora social a la par y junto al hombre y que trata de hacerlo en la vida social y en el hogar y muchas veces debiendo superar incomprensiones y prejuicios a veces incluso de quienes somos sus compantildeeros justo es reconocerlo Haciacutea falta este libro Rescata facetas de la historia sindical del Uruguay y la construccioacuten de la unidad destaca el relevante papel de la mujer en esa historia y tambieacuten nos ayuda a todos nosotros a ser mejores Gracias Mariacutea Julia

Wladimir Turiansky

Este libro es un testimonio de las luchas dolores y alegriacuteas que han hecho la hermosa historia de la solidaridad obrera En sus paacuteginas hay aliento para la accioacuten para un mundo nuevo sin explotados ni explotadores un atrapante y entrantildeable relato de la cotidianeidad

Guillermo Chifflet

No es la mirada conmovida de un artista con sensibilidad salido de las filas de la burguesiacutea es el rescate de la historia por quien se forjoacute como adolescente y mujer en la faacutebrica creciendo en la lucha Es la visioacuten desde adentro de quien no ha perdido ni reniega de su origen de clase Es el rescate ademaacutes de una sensibilidad proletaria

Colacho Esteves

Las mujeres iquestdoacutende estaban nos acerca un poco maacutes a lo profundo de una huelga que significo un antes y un despueacutes en el Movimiento Sindical Uruguayo Nos muestra desde una mirada sincera simple los procesos que recorrieron las compantildeeras procesos que formaron y desarrollaron nuestro Movimiento Sindical

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Este libro recoge el testimonio de muchas compantildeeras que fue pariendo el gremio forjadas en la lucha Nos muestra una eacutepoca de nuestra historia donde reinaba el miedo y el paiacutes era todo promesas y olvidos la miseria asechaba a la clase trabajadora y a las mujeres les sobro iniciativa y creatividad para combatir la injusticia le hicieron frente a frente a la realidad fueron parte vital de esta lucha muchas veces la mayoriacutea desde las sombras La ocupacioacuten de fabricas del 64 al 68 fue un ejemplo de militancia de las mujeres Las mujeres lucharon a pesar del miedo miraron con rabia a la injusticia y le hicieron frente a la desigualdad La Solidaridad la Unidad y la Lucha entre Trabajadores de diferentes sindicatos sostuvieron la huelga y forjaron los cimientos de lo que hoy significa Sindicato en el Uruguay

Secretaria de Geacutenero Equidad y DiversidadPIT-CNT

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La sumaca

Mi padre nacioacute en 1900 en una localidad de Durazno Llegoacute adolescente a Montevideo buscoacute trabajo fue diariero pegatinero de propaganda poliacutetica peoacuten de panaderiacuteahellip Asiacute se revolvioacute al principio Desde que llegoacute vivioacute en el Cerro de Montevideo Desde alliacute descubrioacute el mar esa inmensidad Se enamoroacute del barrio como de una mujer Cuando no teniacutea trabajo se iba con los muchachos del barrio a changuear al puerto alliacute no faltaba trabajo Comiacutea en un comedor popular para trabajadores y gente sin recursos que estaba frente al puerto que todaviacutea existe Volviacutea en el tranviacutea 16 al Cerro Asiacute transcurriacutea el tiempo antes de sus veinte antildeos Trabajaba duro para comprarse un terreno y traer a sus padres y sus dos hermanas Blanca y Adela Vivioacute de agregado en casas particulares o pagando pieza A sus diacuteas de trabajo agregoacute un curso de marinero y luego otro de praacutectico de patroacuten de barco Esto lo entusiasmoacute y lo puso frente al mar a esperar suerte Los cursos eran nocturnos gratuitos los pediacutean las empresas navieras para encontrar personal calificado Aquel Montevideo de 1920 era explosivo Estrenaba siglo poliacutetica cultura inmigracioacuten arte atravesaba todos los sectores de la poblacioacuten Escuchoacute asombrado un mitin donde habloacute Mariacutea Collazo por la huelga de las planchadoras La mujer anarquista fue una de las primeras obreras que se atrevioacute a hablar en puacuteblico en las calles empedradas de la Ciudad Vieja

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Montevideo era una ciudad en movimiento mejor dicho revuelta Conrado encontroacute una ciudad cosmopolita que le aportoacute informacioacuten y conocimiento Tuvo una juventud participativa y vivioacute coherente con ella fue un luchador por los derechos sociales Mi madre nacioacute en un campo de Durazno en 1906 A los doce antildeos cuando murioacute su madre emigroacute con su familia a Montevideo junto a su padre y sus ocho hermanos El abuelo Adriaacuten repartioacute los hijos Las cuatro nintildeas mayores en distintas familias Se quedoacute con los tres varones para trabajar en lo que saliera y la hija mayor para llevar la casa y cuidar a la hermana maacutes chica que teniacutea un antildeo y medio Rosa mi madre era la segunda A ella le tocoacute trabajar desde los trece antildeos en una casa de familia en la calle Grecia y Repuacuteblica Argentina en el Cerro de Montevideo Fue ldquocolocada con cama para toda tareardquo cuidaba tres nintildeos lavaba planchaba ayudaba en la cocina El abuelo encontroacute trabajo en el saladero del Cerro Rosa no teniacutea problema en trabajar lo haciacutea desde muy chiquita Cuentan las hermanas que cuando eso solo teniacutea diez antildeos ldquoTendiacutea todas las camas allaacute en el rancho del campo Cerraba la puerta por dentro para que los hermanos no desordenaran el cuarto nuevamente y saliacutea saltando por la ventanardquo Los jueves y domingos por las tardes las hermanas teniacutean libre y se juntaban todas en la casilla familiar donde se contaban las penurias que no faltaban y las novedades de la vida en la capital con sorpresa y curiosidad La casilla que alquilaba el abuelo en La Paloma un barrio en las afueras de la Villa del Cerro se llenaba de risas las joacutevenes se probaban las ropas usadas que las patronas les regalaban Manuela la hermana mayor las escuchaba con Amelia la hermana pequentildea en los brazos A Manuela le tocoacute llevar la casa con todas las tareas a su cargo Los demaacutes saliacutean a trabajar fuera los varones volviacutean a la noche a cenar y dormir y las muchachas dormiacutean en la casa en que trabajaban

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Mis padres se conocieron en el barrio cuando ella saliacutea a comprar verdura para la casa en que trabajaba Rosa se preparaba para ver al joven y apuesto mozo alto delgado pero musculoso morocho pelo negro y lacio y barba escasa Vestiacutea pantalones de loneta blanca camiseta de manga corta azul y gorra de visera del mismo color al estilo de los changadores del puerto Con Conrado solo intercambiaba miradas siempre y cuando saliera con los nintildeos en las tardes Los nintildeos festejaban y le avisaban cuando lo veiacutean pasar por la calle Su patrona ya conociacutea ese ldquodragoneordquo como se deciacutea antes Los nintildeos luego se volvieron correo de Conrado cuando eacutel se animoacute a escribirle Llegaban los papeles muy doblados a manos de la emocionada Rosa que los desplegaba temblando Los nintildeos la ayudaban leyeacutendole y ayudaacutendola a contestar porque ella no sabiacutea leer ni escribir Todo se volvioacute acontecimiento La joven ya teniacutea maacutes de quince antildeos muy bonitos y un poco tiacutemidos La patrona la queriacutea mucho y resolvioacute mandarla al taller de costura de la escuela nocturna para adultos eso facilitaba algunos encuentros Eacutel la esperaba a la hora de la salida de la escuela Las compantildeeras del curso caminaban junto con ellos hasta la puerta del trabajo de Rosa y alliacute se separaban Conrado se quedaba un ratito maacutes charlando en el zaguaacuten hasta que la patrona la mandaba buscar con el nintildeo maacutes grande porque teniacutea que servir la cena Ellos se contaban de doacutende veniacutean que resultoacute ser un lugar comuacuten Durazno de las familias de las ilusiones y las desilusiones En las dificultades se iban conociendo poco a poco Cuando no se veiacutean era por trabajo o por el curso Ella ya lo sabiacutea pero no dejaba de extrantildear las conversaciones sencillas deseadas por los dos Conrado le contoacute que estaba juntando plata para comprar un terreno y construir una casilla para traer sus padres y hermanas del campo Para eso lo mandaron sus padres a Montevideo Rosa mostraba preocupacioacuten porque en su casa eran muchos de familia y trabajaba como todas para ayudar asiacute les ensentildeoacute su padre Cuando eacutel consiguioacute el terreno y una casilla por fin los trajo se quedaron en el Cerro en la calle Turquiacutea Al fin estaba toda la familia

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reunida Como tantas familias de la eacutepoca formaron parte de la migracioacuten interna que veniacutea a trabajar en la capital floreciente Pasoacute el tiempo Rosa y Conrado se casaron y fueron a vivir con la familia de Conrado Al principio todo iba bien pero ella extrantildeaba Era una vida totalmente distinta con personas que recieacuten conociacutea y el primer viaje del marido al mar le resultoacute muy largo espera y espera Conrado se fue a trabajar a un barco de cabotaje llevando mercaderiacuteas el viaje duroacute de ida y vuelta unos 20 diacuteas Vivioacute esa experiencia con angustia extrantildeaba a las hermanas a la patrona y sobre todo a los nintildeos que cuidaba Lloraba muchas veces esa soledad lo recibioacute llorando La suegra le dijo que no era para tanto con cierta molestia Rosa escuchoacute en silencio no contestoacute ni una palabra Al antildeo nacioacute una nintildea que llamaron Lidia Mi hermana mayor fue alegriacutea y consuelo para Rosa Conrado partioacute para un nuevo viaje con pena de separarse de Rosa y de la pequentildea Sintioacute la emocioacuten de tener su propia pequentildea familia y la tristeza de irse Pero Rosa no estaba dispuesta a quedarse sola otra vez con la familia de eacutel Cuando Conrado llegoacute no se quejoacute ni lloroacute le dijo que en el proacuteximo viaje no se quedariacutea en tierra que iriacutea con eacutel y la nintildea pasara lo que pasara Rosa fue muy valiente Eacutel le contesto que no Le explicoacute que era muy peligroso pero a ella no le importaba Le habloacute de las tormentas que se produciacutean en las aguas revueltas donde se juntan el Riacuteo Uruguay y el Riacuteo de la Plata de los rayos y las centellas en las aguas que son muy impresionantes y de la mala mar encrespada que puede durar tres o cuatros diacuteas Ella se quedoacute en silencio luego soltoacute el llanto y dijo ldquoNo tengo miedo Igual me voy contigo Solo el abuelo Anastasio tu padre extrantildearaacute a la nintildea Las mujeres de tu casa estaacuten muy celosas de miacute y de la nintildea ldquoYo me voy contigo o me voy a casa de Manuela con mis hermanosrdquo repitioacute Rosa En esa eacutepoca era comuacuten navegar con una tripulacioacuten conformada de familiares y ella lo sabiacutea Asiacute lo contoacute mi madre a sus hermanas un jueves diacutea de salida de las ldquocolocacionesrdquo cuando estaban juntas en lo de Manuela Todas se alarmaron

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y la abrazaron pidieacutendole que no se fuera que si se iba dejara a Lidia con Manuela Rosa se negoacute furiosa no dejariacutea a la nintildea Mi madre se agregaba a la tripulacioacuten con el asombro de sus amistades y los familiares que quedaban en tierra preocupados por los peligros que podiacutean correr ella y la nintildea A la vez culpaacutendola por tomar decisiones propias en esa eacutepoca no se acostumbraba Este viaje seraacute muy distinto para Conrado Rosa asomada desde el camarote miraba la salida del puerto de Montevideo El Cerro se veiacutea precioso con aquella luz del faro como saludaacutendoloshellip Sintioacute una gran emocioacuten tal vez miedo Se humedecieron sus ojos La noche era maacutegica La negrura no le dio miedo el cielo era un pizarroacuten dibujado de estrellas titilantes El puerto de Montevideo quedoacute atraacutes un viento suave embolsoacute las velas Con la nintildea en sus brazos vio ese cielo que los envolviacutea Recordoacute el cielo del campo las estrellas pareciacutean estar maacutes cerca Conrado las vigilaba desde el timoacuten disfrutando la alegriacutea de tenerlas tan cerca Los otros tripulantes en la cubierta Angelito Armo vigilando las velas el Nene y Cantero en los palos eran familiares de Conrado primo y sobrino el tiacuteo Benito hermano de Rosa ldquoEsta vez solo tocaremos puertos cercanos Un viaje corto Rio de la Plata principio de Rio Uruguay y un tramo del Riacuteo Paranaacuterdquo Le comentoacute Conrado a la tripulacioacuten ldquoSeraacuten pocos diacuteasrdquo ldquoLa Joven Rositardquo que asiacute se llamaba el velero por pura casualidad era una embarcacioacuten de cuatro velas y dos palos mayores Era una sumaca para transporte de cabotaje de poco calado que surcaba los riacuteos a vela La vieja sumaca de bandera argentina continuaba trabajando Era su uacuteltima etapa y pronto pasariacutea a desguace o a remate Esta vez llevaban una carga liviana una mudanza cajas de ropa muebles paquetes y correspondencia Pero volveriacutea cargado de rolos de madera y de la correspondencia del litoral La costa del lado argentino del Riacuteo Uruguay era muy particular en algunos lados plana junto al rio y en otra maacutes alta formando barrancos La costa era arbolada con raiacuteces al sol bantildeadas por la correntada fuertes raiacuteces que la

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aseguraban a la tierra firme Mucho verde casas en la orilla sobre pilares de gruesos troncos que las sosteniacutean La embarcacioacuten se deslizaba suave arrastrada por un pequentildeo vaporcito remolcando y pitando anunciando su llegada Los que esperaban el flete saludaban con las manos en alto a los que atareados recogiacutean las velas y tiraban el ancla al agua Los traacutemites en el puerto eran lentos Las autoridades del puerto subiacutean a bordo comparaban los documentos de la carga con las existencias hasta dar el visto bueno y permitir el desembarco El diacutea de llegada es de mucho trabajo la tripulacioacuten no baja hasta estar la carga entregada a las autoridades Al llegar a los puertos la tripulacioacuten sonreiacutea festejando la tranquilidad de estar en tierraPara Rosa y Conrado este primer viaje fue tranquilo La nintildea fue mimada por la tripulacioacuten su familia La temperatura buena sin temporales Para Rosa todo era faacutecil Cocinaba para todos y teniacutea un ayudante eso era nuevo La ropa se la lavaba cada uno de aquellos hombres El agua era dulce extraiacuteda con baldes que bajaban en cuerdas enganchada a una roldana al propio riacuteo como si fuera un aljibe horizontal e interminable El agua para beber se herviacutea y se guardaba en tachos limpios La ropa lavada con agua de riacuteo y secada al sol quedaba con aroma asiacute como el largo cabello que Rosa sujetaba en la nuca Se sentiacutea como en casa con el tendal de ropa en las cuerdas como banderas flameando Se cruzaban con otras embarcaciones pequentildeas que mostraban tambieacuten su vida cotidiana tranquilamente Rosa saludaba con alegriacutea mostrando la nintildea levantaacutendola en los brazos los otros le gritaban piropos a la nintildea Mi padre construyoacute para Lidia una hamaca de lona donde dormiacutea la pequentildea que se podiacutea trasladar al camarote o a la cubierta seguacuten donde estuvieran ellos Tambieacuten teniacutean un cajoacuten de madera vaciacuteo en suelo del cual una vieja manta doblada y un almohadoacuten amortiguaban las caiacutedas producidas por el vaiveacuten del movimiento del barco donde la nintildea se podiacutea parar sin peligro Hamacada asiacute muchas veces terminaba dormida al aire libre Estaba morochita del sol

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La nintildea era muy simpaacutetica la llamaban carintildeosamente ldquoNegritardquo La sonrisa de ella dejaba ver dos dientitos muy blancos Rosa lavaba la ropa en una tina de madera cercana hablaacutendole como si la nintildea entendiera y la haciacutea reiacuter El tiacuteo Benito le trajo dos pollitos en una caja de cartoacuten los habiacutea comprado a unas nintildeas de la orilla y este fue el juguete maacutes lindo que teniacutea cuando los animalitos se moviacutean la haciacutean gritar de alegriacutea contagiando la risa a todos los demaacutes Contoacute mi madre cuando estaba sola con nosotras muchos antildeos despueacutes poniendo palabras a sus recuerdos no dichos Nos contoacute a nosotras nintildeas que cuando estaban en Entre Riacuteos parados las noches calurosas y de luna llena en las costas argentinas del Paranaacute los muchachos de la tripulacioacuten se tiraban al agua desde la cubierta las aguas estaban quietas plateadas luminosas tibias como si fuera de diacutea ldquoLidia pequentildea de unos meses teniacutea dificultades para dormir con tanto calor en el camarote y lloraba Conrado bajoacute al riacuteo y me pidioacute permiso para bajar a la nintildea con eacutel a las aguas dudeacute sorprendida luego dije lsquoiquestY si se te escapa de las manos Es de noche peligrosorsquo Entonces eacutel ideoacute bajar una saacutebana a modo sillita donde Lidia estaba atada con seguridad y sus bracitos y piernas sueltasrdquo Todas reiacutemos Lidia sorprendida pregunto ldquoiquestYordquo Mi madre siguioacute ldquoBenito y yo sosteniacuteamos la sabana desde arriba y Conrado con el Nene sosteniacutean a la Negrita en el agua que daba palmadas y patadas salpicando a los dos y dando fuertes carcajadas contagiaacutendonos a todos Esa noche dormiste tranquila y nosotros tambieacutenrdquo Mi madre reiacutea disfrutando otra vez No siempre teniacutea ganas de contar recuerdos Algunas embarcaciones pequentildeas se acercaban a venderles frutas y verduras formando un montoacuten de cajones multicolores en las orillas del Paranaacute Esto era muy comuacuten era un modo de abastecer las orillas otras lanchas llegaban con yerba azuacutecar porotos jaboacuten carne de cordero Rosa viviacutea esa libertad emocionada Le haciacutea mucha gracia la manera de hablar de los correntinos ldquoLa vida era de trabajo dura a lo que se acostumbroacute raacutepidamente Eran todos muy sencillos y serviciales Al fin conociacutea las amistades y la forma de

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vivir de su marido Se sentiacutea agasajada cuando eacutel la presentaba a las amistades y a las autoridades de los lugares que visitaban Tambieacuten se sentiacutea maacutes fuerte al sol y al airerdquo nos contoacute tiacuteo Benito Y agregoacute ldquoCreo que fue la eacutepoca maacutes feliz de ellardquo Escuchaba las conversaciones de trabajo de la tripulacioacuten en silencio Si escuchaba de las dificultades que se presentaban o las tormentas se le escapaba ldquoDios me salve Mariacuteardquo abrazando fuerte a su hijita En los viajes no faltaron nieblas ni truenos ni relaacutempagos ni lluvia ni soles fuertes que achicharraban la cubierta Nada la asustoacute tanto como aquel diacutea que soploacute el pampero Habiacutea sido un diacutea hermoso de primavera Veniacutean regresando hacia Montevideo Navegaban por la desembocadura del Riacuteo Uruguay y el Rio de la Plata cuando de pronto se ocultoacute el sol y aparecieron nubes negras amenazantes las aguas se pusieron de un gris plateado que sorprendiacutea Rosa con la nintildea bajoacute a buscar abrigo porque el viento se puso maacutes friacuteo Abrazada a la pequentildea Lidia en el camarote vapuleado por el movimiento de las olas Conrado gritoacute desde el timoacuten ldquoiexclTodos a cubiertardquo Eacutel coacutemo pudo bajoacute al camarote a buscar a su mujer y a su hija manoteoacute unas saacutebanas las abrazoacute y dijordquo iexclVamos Rosardquo Las subioacute a cubierta y las amarroacute raacutepido envolvieacutendolas en las saacutebanas al palo mayor mientras los otros tripulantes sosteniacutean el timoacuten y bajaban las velas lo maacutes raacutepido que podiacutean para que no se rompieran o las embolsaraacute el viento y los arrastrara a la deriva La oscuridad los envolviacutea el agua se volviacutea de un plateado luminoso la lluvia arreciaba con furia Empapados todos corriacutean haciendo equilibrio de proa a popa Conrado las cubrioacute a ellas con una lona encerada para que no se mojaran y no se enfriaran tanto Volvioacute al timoacuten junto al compantildeero entre los dos lo sujetaron fuerte para mantener el rumbo aprovechando el viento y el oleaje para separarse del ojo de la tormenta El miedo a Rosa se le instaloacute en el pecho las piernas se le queriacutean aflojar pero no las dejoacute La nintildea lloraba y ella rezaba al santo Negrito de pastoreo patroacuten de los desesperados pidieacutendole que amainara el temporal No se le ocurriacutea

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otra cosa le ofrecioacute una novena como lo haciacutea su madre los ojos apretados Con la nintildea en brazos se sentiacutea maacutes segura la inocencia de la nintildea le dio valor para seguir en pie Fue necesario empezar a tirar parte de la carga al riacuteo las olas eran cada vez maacutes altas y amenazantes La nave se hundiacutea peligrosamente y volviacutea La carga flotaba empujada hacia atraacutes por el pampero que soplaba silbando tanto que le parecioacute que volaba y se dejoacute llevar sin soltar a la nintildea las piernas se le durmieron no sentiacutea los pies ni las rodillas No se sabe cuaacutento duroacute aquella angustia el miedo no se puede medir ni en minutos ni horas ni diacuteas Unas manos grandes y fuertes la sostuvieron y una voz conocida le dijo ldquoTranquila pronto pasardquo Las nubes se alejaban raacutepidamente hacia atraacutes como custodiando la carga que flotaba en el mismo sentido La nave surcaba valiente atravesando las olas intentando mantener el rumbo hacia adelante y tratando de salir del medio de la tormenta que corriacutea en una franja ancha demoledora Poco a poco aparecioacute un cielo gris sin nubes calmoacute el viento Silencio Estaba pasando Pero el corazoacuten colectivo de toda la tripulacioacuten latiacutea golpeando el pecho al uniacutesono la alerta continuaba Muchas cosas desaparecieron de la cubierta las olas se llevaron el cajoacuten en que se resguardaba la nintildea la caja con los pollitos la cuerda con la ropa el balde y la cuerda y el mediomundo de la pesca diaria Parte importante de la carga la tiraron por seguridad Rosa no lo contoacute a nadie hasta pasar un tiempo No sabiacutea coacutemo empezar sin asustar a las hermanas No todo fue malo para mis padres A las amistades de Conrado se sumaron nuevas amistades Rosa y la pequentildea abrieron otras puertas En los diacuteas de espera en cada puerto recibieron invitaciones a fiestas donde apareciacutea siempre una acordeoacuten o una guitarra Bailes familiares de carnaval que se llamaban ldquoasaltosrdquo bailes de disfraces en casas de Entre Riacuteos Paysanduacute o Carmelo Amistades que se frecuentaron a lo largo de los antildeos como Diamantina una mujer muy graciosa en su manera de hablar o Valentiacuten el pelirrojo dos argentinos que los visitaron yo los conociacute Recibiacutean carta de otras personas

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Rosa y la nintildea viajaron un antildeo y medio en aquella vieja sumaca Cuando quedoacute embarazada de la segunda hija la pareja decidioacute quedarse en tierra por razones de seguridad Conrado buscoacute trabajo en el puerto volvioacute a trabajar de changador en carga y descarga trabajo duro pero eacutel ya lo conociacutea La sumaca volvioacute a puerto argentino donde pasoacute a remate Muchas aneacutecdotas no nos contaron a nosotras las hijas No se acostumbraba contar y nosotras no preguntaacutebamos tampoco se acostumbraba preguntar Hoy me arrepiento seacute que me perdiacute mucho de la historia personal de mis padres Creo que mi madre fue muy valiente y adelantada a su eacutepoca Las historias de mujeres no se cuentan ni se escriben aunque sean interesantes Las perdemos

Conrado Alcoba Rosa Rossano y familiares (Principios de la deacutecada del 20) Fotografiacutea Archivo personal

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Un cielo rojo anaranjado

En nuestro barrio no pasaban autos Nuestras calles no estaban asfaltadas todaviacutea Eran de tierra en algunas partes de balastro porque el agua de lluvia que bajaba desde la Fortaleza del Cerro bajaba con fuerza y se llevaba lo que se le poniacutea delante Solo habiacutea a los lados de las calles canaletas de desaguumle que se desbordaban Las calles eran nuestras durante las vacaciones de verano Las veredas estaban vestidas de joacutevenes paraiacutesos que los vecinos regaban A su sombra las nintildeas sacaban a la vereda los juguetes que teniacutean Siempre encontrabas alguna que te preguntaba ldquoiquestQuereacutes jugar rdquo Nosotros viviacuteamos en una casilla de madera y techo de zinc como la mayoriacutea de las familias del barrio Nuestra casilla estaba fundada la mitad sobre la roca de la calle Turquiacutea y el resto donde estaba la galeriacutea la cocina y el cuarto de mis padres se sosteniacutea sobre ocho pilares de gruesos troncos de madera como si fueran patas de tres o cuatro metros de alto lo cual formaba una gran terraza hacia la calle Egipto Mi padre aprovechoacute el desnivel de las calles del Cerro para dejar la casa de cara a la bahiacutea de Montevideo y enmarcada entre las calles Viacaba y Barcelona En esa casilla pasaron muchas cosas una infancia feliz alegriacuteas y algunos sustos Aquel diacutea amanecioacute soleado pero cerca del mediodiacutea el cielo se puso gris Soplaba un viento suave y caliente Mi madre cerroacute las ventanas y las puertas nos llamoacute para que entraacuteramos a casa y bajoacute corriendo las escaleras

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de madera del fondo para recoger la ropa de las cuerdas que ya empezaba a agitarse Les pidioacute ayuda a mis hermanas mayores Yo no me daba cuenta por queacute tanta prisa Entraron a la casa cargando la ropa huacutemeda todaviacutea Mi madre nos anuncioacute que se veniacutea un viento muy fuerte cerroacute la puerta raacutepidamente y la aseguroacute Yo me subiacute a mi banquito y mireacute por la ventana de la galeriacutea que teniacutea ocho cristales de colores El cielo se oscurecioacute En el horizonte empezaron a verse los relaacutempagos y se escucharon los truenos En minutos todo cambioacute el agua de la bahiacutea se moviacutea se agitaba se volviacutea gris oscura se estaba picando En un momento todo se volvioacute amenazante Yo apretaba los ojos con cada relaacutempago y me tapaba los oiacutedos con cada trueno Pero no lloviacutea todaviacutea Una escandalosa tormenta eleacutectrica la primera que recuerdo en mi vida Mi madre muy preocupada miraba el techo Corrioacute las cortinas me quitoacute de frente al ventanal y me sentoacute junto a mis hermanas Arrastroacute una pesada silla de madera la inclinoacute sujetando la puerta que daba al mar aseguraacutendola bajo el cerrojo antiguo y herrumbrado De pronto las gotas de agua cayeron sobre el techo de zinc con un ruido como si llovieran monedas Nos miraacutebamos hablaacutebamos fuerte pero no nos escuchaacutebamos pareciacutea que estuvieacuteramos en una caja de resonancia metaacutelica Ella nos manteniacutea a su lado y nos explicaba que era una tormenta de verano y pasariacutea raacutepido que no nos asustaacuteramos Sentiacuteamos cimbrar los tirantes pareciacutea que la casilla teniacutea movimiento propio Temblaba todo como si estuvieacuteramos en la barriga de un gran animal De pronto dejoacute de llover Silencio un largo silencio como si se escuchara No seacute cuaacutento tiempo pasoacute Nos queriacuteamos mover y mi madre nos reteniacutea a su lado Escuchaacutebamos un silbido lejano que se acercaba Mi madre se arrodilloacute y pidioacute silencio nos pidioacute que tambieacuten nos agachaacuteramos ndashiexclAl suelo ndashgritoacutendash iexclAbajo de la mesa ndashy nos empujoacute hacia alliacute Un gran cimbronazo Coacutemo si algo chocara con nuestra casilla ndashiexclViento ndashdijondash iexclUn tornado ndashhablaba para siacute misma

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El lugar se llenoacute de una luz anaranjada Me parecioacute que mi madre rezaba y mis hermanas lloraban Estaacutebamos todaviacutea debajo de la mesa de la cocina Mi madre nos cubriacutea con sus brazos como hacen las gallinas con los pollitos Todo sucedioacute muy raacutepido El aire se colaba por las tablas del piso resoplando como un caballo cansado pero la casilla aguantaba Las cortinas volaban hacia arriba desafiando la gravedad Los cuadros caiacutean y se rompiacutean sus cristales Nosotras estaacutebamos inmoacuteviles El techo crujioacute Escucheacute chillidos como de muchos animales heridos estridentes agudos mis oiacutedos pareciacutea que vibraban aturdieacutendome mi corazoacuten latiacutea muy raacutepido tembleacute y puede soltar el llanto No sabiacutea lo que estaba pasando no miraba a las demaacutes cerraba los ojos y me tapaba los oiacutedos queriacutea salir corriendo No estar Eran los largos clavos del techo que se quejaban gritando como desgarraacutendose cuando la fuerza del viento los separaba de los anchos tirantes que los sosteniacutean Pasaron unos segundos no supe cuaacutentos Me solteacute de las manos que me apretaban y me asomeacute a mirar El techo se deslizaba como un teloacuten de teatro Desapareciacutea poco a poco hacia un costado el lugar se llenoacute de luz de un color rojo anaranjado Las chapas del techo como una pieza uacutenica como una laacutemina de cartulina arrastradas desplazadas cayeron a un costado de la casilla con un ruido ensordecedor Vibraron las tablas de madera del suelo bajo mis pies Todo de movioacute Nos quedamos al aire libre Luego la quietud y el silencio Todo el barrio quedoacute en silencio El silbido del viento se alejaba no podiacuteamos hablar Mi madre no nos dejaba mover nos apretaba contra ella escuchando alerta el silencio El silencio dejoacute paso a alguacuten murmullo lejano de los vecinos que empezaban a hablar entre ellos luego sentimos que la llamaban ldquoiexclRosa iexclRosaiexclQueacute barbaridadrdquo Mi madre no contestaba solo escuchaba atentamente Oiacutemos los pasos de la vecina que se acercaba corriendo por el otro costado de la casilla y luego otros pasos las voces de otros vecinos

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Mireacute a miacute alrededor muebles caiacutedos o fuera de lugar Vidrios y trozos de loza por el suelo ldquoiquestDe queacute taza iquestDe queacute platordquo me preguntaba No los reconociacutea Mi madre contestoacute ldquoEstamos bienrdquo y soltoacute el llanto lo dejoacute salir como un chorro y todas lloramos Cuando se puso de pie nos colgamos de ella Ahora nosotras no la dejaacutebamos mover Pasoacute la lluvia y el viento En el horizonte el atardecer nos dejoacute ver un cielo rojo anaranjado Algunas nubes blancas viajaban como dicieacutendonos que ellas eran inocentes Los perros de casa no ladraron

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La vieja radio de casa

Uuuii uuii uuii Los sonidos intermitentes de la vieja radio de casa Era de madera Delante estaba el parlante cubierto con una tela gruesa de tapiceriacutea de tonos grisaacuteceos que habiacutean sido marrones y el dial como un ojo redondo iluminado a medias porque se habiacutea quemado una de las lamparitas del costado y quedaba como tuerto estaba cubierto por unalaacutemina de mica amarillenta por el tiempo La base era rectangular y teniacutea la cubierta en forma bombeacute como una ldquoUrdquo al reveacutes que le daba un aire especial La parte de atraacutes la espalda descubierta Estaba colocada en un lugar de preferencia en el comedor en una mesa de madera sobre un mantel bordado a mano por mi madre que caiacutea en triaacutengulo Cuando mi padre trajo la radio no sabiacuteamos su edad ni su historia ndashNo es nueva pero tiene un buen parlante ndashnos dijo contento La habiacutea comprado en un remate de la Ciudad Vieja Fue un acontecimiento para nosotras Mi madre nos advirtioacute ndashSoacutelo la comedia de las cinco despueacutes de hacer los deberes Mis hermanas se alegraron porque ya no tendriacutean que ir a casa de la vecina a escuchar la radio A miacute lo que me gustaba maacutes era mirarla por detraacutes La radio teniacutea como el culo al aire Era maacutes interesante por detraacutes No seacute por queacute no me dejaban mirarla ldquoEs peligrosordquo dijo mi padre cuando la trajo Adentro teniacutea mucha tierra y muchos mosquitos muertos Mi madre la limpioacute con su santa paciencia y la lustroacute Quedoacute como nueva

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ndashNo no Cuidado no vayas a tocar nada porque puede explotar ndashdeciacutea mi madre cuando me veiacutea rondando cerca Yo no sabiacutea entonces lo que significaba la palabra explosioacuten y sus palabras no me asustaban pero me retiraba por si acaso Las cosas que veiacutea atraacutes de la radio como en una trastienda eran muy interesantes pareciacutean soldados paraditos se llamaban bombitas habiacutea altos y bajos gordos y flacos Tintineaban pequentildeas lucecitas cuando estaba encendida y cuando emitiacutea esos raros sonidos A veces hablaba en idiomas que yo no entendiacutea y mi papaacute tampoco Uuii uuii Mi padre moviacutea el dial de derecha a izquierda para que hablara Uuii Yo en mi banquito de madera pintado de color naranja me arrimaba maacutes y maacutes a la pared para mirar la trastienda de la radio Mi padre me gritaba ndashiexclQueacutedate quieta chiquilina Me pones nervioso Entonces yo me poniacutea de pie y miraba de maacutes lejos Eacutel de rodillas en el suelo con la oreja pegada al parlante uuii uuii Cuando por fin apareciacutean voces claras que era lo que eacutel buscaba nos pediacutea silencio a todas con su dedo iacutendice y una sonrisa en los labios Los soldados chiquitos y los grandes con voz de sentildeores deciacutean todos los saacutebados la misma frase ndashAquiacute el informativo para el habla espantildeola de la BBC de Londres informa Las tropas aliadas uuii ganan terrenohellip Yo no sabiacutea doacutende ganaban terreno porque no prestaba atencioacuten Mi padre sonreiacutea y deciacutea en voz alta para siacute mismo ndashiexclAhora siacute iexclAhora siacute Mi tiacuteo deciacutea que mi padre era un fanaacutetico que la guerra estaba muy lejos que a nosotros no nos iba a pasar nada En casa mi padre no escuchaba fuacutetbol no le gustaba Deciacutea que el fuacutetbol y la religioacuten eran el opio de los pueblos Papaacute se deciacutea anarco sindicalista Mi madre por las mantildeanas escuchaba tango mientras lavaba ropa en el patio Dejaba las ventanas abiertas de par en par para ventilar la casa Entraba

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el sol la corriente de aire inflaba las cortinas blancas que volaban hacia fuera como llevando la voz inconfundible de mi infancia CarlosGardel Por las tardes mi madre planchaba aquellas montantildeas de ropa Era lavandera de muchos vecinos el farmaceacuteutico el doctor algunos obreros del frigoriacutefico que traiacutean ropa manchada de sangre y de un obrero de la barraca de carboacuten que traiacutea ropa siempre negra como negras estaban su cara y sus manos Por las noches mi padre escuchaba en silencio la radio buscando noticias hasta que mi madre nos llamaba a cenar Luego eacutel se iba al boliche a contar lo que los soldaditos de la radio deciacutean de los paiacuteses lejanos Al otro diacutea los vecinos pasaban por casa a preguntar por las novedades porque entonces no todos teniacutean radio En mi barrio habiacutea muchos extranjeros y papaacute conociacutea algunas palabras sueltas de sus idiomas Cuando pasaban los saludaba con esas pocas palabras que sabiacutea y ellos quedaban contentos de oiacuterlo les haciacutea gracia ndashrdquoEspacsibardquo dontildea Baacuterbara ndashrdquoEspacsibardquo vecino ndashcontestaba la rusa riendo Dontildea Baacuterbara era rusa Manolo era gallego el almacenero era armenio y don Giuseppe el zapatero italiano Don Giuseppe me arreglaba mis sandalias de suela A miacute me gustaba verlo trabajar Se poniacutea muchos clavitos en la boca y los sacaba de a unoMe daba miedo que se los tragara cuando hablaba o se reiacutea Siempre nos deciacutea que se los poniacutea en la boca para no fumar Los nintildeos del barrio pasaacutebamos mucho rato con el zapatero Todos los gringos eran buena gente y trabajadores Compraban su propio terreno haciacutean su propia casilla y todos teniacutean jardiacuten y quinta Ayudaban tambieacuten al paisano que llegaba al Cerro a hacer su primer galpoacuten para que se refugiara con sus pocas pertenencias ndashrdquoBona serardquo don Giuseppe ndashrdquoBona sera bona sera vecinordquo ndashcontestaba el viejo italiano

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Los gringos que frecuentaban mi casa eran sindicalistas y amigos entre siacute Hablaban siempre de lo que pasaba aquiacute y discutiacutean de lo que pasaba allaacute Cuando llegaba una carta los domingos la traiacutean y la leiacutean en voz alta Los vi emocionarse y lagrimear con noticias de muertes y nacimientosHablaban de lejaniacuteas Yo jugaba con mi perro y escuchaba en silencio Tambieacuten teniacutea una amiga gringa que veniacutea a casa con su mamaacute Eran buacutelgaras Las dos hablaban muy atravesado pero igual podiacuteamos jugar La amistad de nuestras madres era un poco silenciosa pero las dos se poniacutean contentas cuando llegaban a casa Ellas no tomaban mate mi madre las recibiacutea con buntildeuelos y una taza de teacute Cuando terminoacute la guerra en Europa el padre les mandoacute los pasajes y ellas regresaron a su tierra Ese diacutea lloramos todos Katia la mamaacute buacutelgara le escribioacute dos cartas a mi madre pero como mamaacute no sabiacutea leer se las leyoacute mi padre Alliacute contaba el reencuentro con su gente Se mostraba muy agradecida por la amistad con mi madre y ella se emocionaba cuando mi padre leiacutea en voz alta Mi madre no le contestoacute pobre madre Laacutestima que no se le ocurrioacute pedirnos a nosotras que le escribieacuteramos porque ella siacute nos mandoacute a la escuela Para mi madre todos los diacuteas de la semana eran iguales siempre encontraba trabajo Los domingos sacaba con el escardillo la gramilla del jardiacuten No hablaba mucho escuchaba la charla de los vecinos y nunca preguntaba Se luciacutea con su jardiacuten siempre lleno de flores Intercambiaba gajos y batatas se sentiacutea contenta de dar y recibir plantas Sabiacutea y preguntaba sobre hierbas medicinales Los gringos tambieacuten sabiacutean mucho de plantas y de podas Los domingos eran distintos para mi padre Tomaba mate en la vereda al sol Entonces veniacutean los vecinos a charlar mi padre hablaba y hablaba mucho y todos hablaban Los soldaditos de la radio traiacutean las noticias de lejos de muy lejos Por eso no se oiacutean bien aunque escuchaacuteramos en silencio

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Mi padre siempre teniacutea algo que contar a los vecinos y le gustaba que vinieran a charlar Trabajaba en el puerto y alliacute se enteraba de muchas cosas y los gringos contaban cosas interesantes que eacutel escuchaba muy atento Todos queriacutean saber queacute pasaba en aquellas tierras Un diacutea hubo un cortocircuito y la radio se rompioacute Por suerte yo estaba en la escuela

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Caramelos

La directora de la escuela nos mandoacute a todos a casa antes de hora Era mediodiacutea Saliacute de la mano de mi hermana En la calle vimos con asombro que la gente saliacutea de sus casas de los comercios de los bares y gritaba algo que yo no entendiacutea Mi hermana me llevaba casi corriendo Comenzaron a sonar las sirenas de los frigoriacuteficos de la faacutebrica textillas bocinas de los oacutemnibus y de los autos Pasaban saludando con las manos afuera Yo teniacutea siete antildeos y mi hermana doce Ella asustada se entre paroacute un momento miroacute para todos lados y se puso a llorar ndashCorre apurate ndashme deciacutea Me sacoacute casi en el aire mis pies volaban Las diez cuadras que nos separaban de casa se me hicieron interminables Pasamos corriendo por la puerta de la panaderiacutea no entramos a buscar las dos flautas que llevaacutebamos cada diacutea a casa y que el gallego apuntaba en una libreta Me acordeacute de la yapa que nos daba el panadero un bizcocho para cada una que todos los diacuteas comiacuteamos antes de llegar Mi hermana no paraba de llorar pero en ninguacuten momento me soltoacute de la mano Cerca de casa vi que mi hermana mayor iba llegando con dos compantildeeras de la faacutebrica Pasaba algo muy grave Las sirenas asustan mucho Vi que mi madre estaba en la vereda conversando con las vecinas Todo pareciacutea trastocado yo no entendiacutea nada y tambieacuten me puse a llorar asustada Mi madre al vernos llegar llorando nos vino a alcanzar Nos abrazoacute

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ndashNo pasa nada malo No lloren hay alegriacutea Terminoacute la guerra mundial Sentildealoacute hacia la esquina y nos dijo ndashVayan al almaceacuten que el armenio estaacute repartiendo caramelos a todos los nintildeos del barrio Tiramos la cartera de la escuela al suelo y salimos corriendo La alegriacutea del armenio era inmensa lloraba y hablaba en su idioma Tiraba caramelos al aire ldquoa la marchantardquo levantaba los puntildeos al cielo Las sirenas como un grito de libertad no callaban y nosotras reiacuteamos a carcajadas con los bolsillos llenos de caramelos Llegamos a casa despeinadas con las montildeas y las tuacutenicas desarregladas Soacutelo sentiacute que ese momento era bueno muy bueno dulce muy dulce

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Biyuacute

Los saacutebados mi madre y yo eacuteramos rehenes de mis hermanas En esa eacutepoca en casa nadie iba al baile si no era con mi madre y conmigo por supuesto siempre y cuando mi padre diera el permiso En el Cerro habiacutea varios clubes donde se bailaba Bahiacutea Cerro Rampla y el Edeacuten que tambieacuten era cine y el Porto Son que frecuentaban los gallegos Aunque pequentildeos traiacutean hasta orquestas de muacutesica tiacutepica Mis dos hermanas mayores se preparaban durante toda la semana Ellas mismas haciacutean su ropa Teniacutean largos cabellos y dos bucles que caiacutean sobre la frente Bailaban todos los ritmos Me gustaba mucho verlas en la pista disfrutaban de la muacutesica sus cuerpos se volviacutean livianos como si perdieran peso sus figuras se iluminaban en el movimiento Para miacute era maravilloso Para nosotras las espectadoras la primera parte era entretenida miraacutebamos los vestidos los zapatos de las muchachas y las distintas formas de bailar Disfrutaacutebamos de un buen rato despueacutes el cansancio y el suentildeo se apoderaban de miacute Me anidaba en la falda de mi madre y mis largas piernas de ocho antildeos colgaban flojas tocando el suelo Los bailes eran el uacutenico acontecimiento social del verano Mi padre fijaba la hora de regreso a las doce de la noche ni maacutes ni menos sin discusioacuten Sabiacuteamos que nos esperaba en la puerta de casa que caminaba de un lado a otro como un centinela y que lo seguiacutea Biyuacute el perro que nos acompantildeoacute en los antildeos de mi infancia Ese perro y mi padre eran muy compinches eacutel le ensentildeoacute a cuidarnos

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Cuando mis hermanas veiacutean aproximarse la hora se acercaban a mi madre y le pediacutean ndashPor favor un ratito maacutes iexclestamos en lo mejor Mi madre dudaba y les contestaba ndashSoacutelo un ratito dos piezas maacutes y nada maacutes Ya saben que si demoramos su padre nos hace pasar verguumlenza Ellas volviacutean a la pista a ese frenesiacute de muacutesica Yo me queriacutea ir Ellas no miraban a mi madre por no ver las sentildeas para marcharnos ese era el momento peligroso Entonces mi madre trataba de ponerme de pie aunque el suentildeo me hiciera perder el equilibrio Ya era tarde De pronto Biyuacute atravesaba la pista de baile entre las piernas de las parejas Algunos trastabillaban los bailarines se deteniacutean a mirarlo y la orquesta bajaba el tono de la muacutesica al sentir el murmullo sin saber que pasaba Nuestro perro iba directo hacia donde estaba sentada mi madre y se echaba debajo de su silla Ella nerviosa y con rabia golpeaba con su pie en el suelo gritando ndashiexclFuera Biyuacute iexclFuera ndashyo me despertaba totalmente El presidente del club con una escoba en la mano intentaba sacar al perro que sin moverse gruntildeiacutea y mostraba los dientes como diciendo de aquiacute no me voy Nosotras sabiacuteamos que saldriacutea de abajo de la silla si todas nos dirigiacuteamos a la puerta de salida Con la cabeza gacha cruzaacutebamos la pista el perro se levantaba y tomaba la delantera Encontraacutebamos a mi padre cerca de la puerta del club Mi madre y mis hermanas protestaban y eacutel se reiacutea ndashiexclYo se los dije les mando la policiacutea Miraba al perro coacutemplice se agachaba y acariciaba a Biyuacute que moviacutea la cola Mi padre teniacutea una sola frase para desencadenar aquella cataacutestrofe Se dirigiacutea al perro y lo invitaba ndashVamos a buscarlas

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El perro ya sabiacutea lo que teniacutea que hacer y coacutemo hacerlo Mis hermanas y mi madre por dos o tres saacutebados cambiaban de club por la verguumlenza que habiacuteamos pasado Biyuacute fue el mejor perro que tuvimos en casa Cuando le hablabas te miraba escuchaba atentamente y luego haciacutea lo que le deciacuteas ndashTrae la pelota lleva el diario trae el palo Mi madre le ensentildeo a acompantildearnos a la escuela Cuando entraacutebamos nos miraba desde la vereda de enfrente y luego se marchaba a casa A la salida eacutel ya habiacutea llegado y nos esperaba al pie de la escalinata de maacutermol Los otros nintildeos lo llamaban por su nombre pero eacutel no se distraiacutea estaba atento a lo que haciacuteamos nosotras Saliacutea adelante nuestro como un guiacutea de excursioacuten y nos esperaba antes de cruzar la calle A su modo trabajaba mucho porque tambieacuten acompantildeaba a las seis de la mantildeana a mis dos hermanas mayores a la faacutebrica textil que quedaba a tres cuadras de casa y a las dos de la tarde las iba a buscar iexclEra tan bueno y tan bonito Peludo negro como el azabache teniacutea amarillas las cejas y las puntas de las cuatro patas que pareciacutean botitas Teniacutea buen humor nunca estuvo atado era libre En esa eacutepoca no habiacutea tejido de alambre ni muros en mi casa soacutelo Biyuacute sabiacutea que la casa estaba rodeada de un cordoacuten imaginario que dividiacutea el adentro del afuera A nadie le permitiacutea cruzarlo sin que eacutel ladrando anunciara su presencia La casa y nosotras estaacutebamos protegidas cuando mi padre trabajaba de noche o llegaba tarde de las reuniones poliacuteticas o sindicales iexclQueacute perroiexclEra parte de la familia De eacutel aprendiacute que los perros se expresan de muchas maneras Cuando ladran lo hacen con distintos sonidos si el que se acerca es conocido o no y tambieacuten expresan su alegriacutea con el movimiento de la cola Sabiacuteamos que llegaba mi madre porque Biyuacute continuaba echado en el suelo atravesado en la puerta de casa moviendo intensamente la cola Pero Biyuacute jerarquizaba a su duentildeo Cuando a lo lejos veiacutea que llegaba mi padre se poniacutea de pie atento y miraba hacia adentro de casa esperando

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que salieacuteramos nosotras Saltaba sollozaba de alegriacutea y asiacute nos invitaba a jugar una carrera hasta alcanzarlo Mi padre se acercaba a nosotras sonriendo pero el perro siempre nos ganaba y luego se poniacutea a correr en ciacuterculo alrededor de eacutel festejando su llegada

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La Faacutebrica

Yo no era buena estudiando era dispersa ldquoViviacutea en la lunardquo leyendo revistas y novelitas del Oeste que canjeaba en el quiosco del barrio El quiosco era parte del mundo que me fabriqueacute en mi adolescencia me permitiacutea viajar irme muy lejos con mis pensamientos Siempre me gustoacute leer Para conseguir comprar alguacuten librito yo vendiacutea diarios y botellas viejas que me daban los vecinos luego podiacutea canjearlo por otros ejemplares Me propuse dejar la escuela en quinto antildeo porque era la maacutes alta de mi clase y con busto Me daba mucha verguumlenza Pareciacutea una mujer al lado de mis compantildeeras flacas y menuditas Ya habiacutea repetido segundo porque en casa ese antildeo habiacutea sucedido algo muy grave el accidente de mi hermana en la faacutebrica Mi madre pasoacute casi un antildeo y medio acompantildeaacutendola en el hospital Durante ese tiempo me sentiacute muy triste e insegura Mis dos hermanas cambiaron sus turnos para poder estar siempre una de ellas en casa Yo pasaba largas horas en casa de una vecina que me ensentildeoacute a hacer buntildeuelos ademaacutes escuchaacutebamos una comedia en la radio Me aburriacutea en la escuela estaba siempre pensando en otra cosa de ventana para afuera Y teniacutea miedo de repetir quinto antildeo Admiraba a mis hermanas porque traiacutean dinero a casa mejor dicho las envidiaba Y sobre todo envidiaba esas horas que estaban en la faacutebrica iexclEsa ausencia Traiacutean siempre temas de conversacioacuten Hasta que un diacutea me animeacute a decirle a mi madre que no queriacutea ir maacutes aa escuela que estaba perdiendo el tiempo que de todas maneras no iriacutea maacutes y

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que teniacutea miedo de quedar repetidora otra vez y queriacutea trabajar No me animeacute a decirle eso del cuerpo que se me estaba poniendo grande Creo que mi madre lo esperaba porque contestoacute ndashMe dijeron que dentro de unos meses van a tomar gente en la faacutebrica Despueacutes de esas vacaciones no volviacute a la escuela De mis hermanas lo que realmente envidiaba era su independencia Hablaban como adultas de igual a igual con otras personas yo queriacutea ser como ellas Veiacutea a la faacutebrica como la oportunidad para conseguir trabajo y traer plata a casa Sabiacutea que otras personas ven al liceo como la salidapero eacuteramos pobres Para mis padres la faacutebrica tambieacuten estaba maacutes cerca Entrar a trabajar alliacute era lo deseado por todas mis vecinas Pasaron unos meses Esperando entrar a la faacutebrica trabajeacute de limpiadora en una casa y en una tienda del barrio A las nintildeas les pagaban poquito Ayudaba en casa con quince pesos por mes Era poco el sueldo pero me poniacutea contenta Un buen diacutea mi hermana me dijo ndashEn la faacutebrica pusieron un cartel toman aprendizas iexclMantildeana anoacutetate Asiacute con trece antildeos recieacuten cumplidos entreacute en la faacutebrica textil Lana Uruguaya en el Cerro mi barrio iexclPucha El despertador ahora tambieacuten sonaba para miacute Bien pronto se me pasoacute el apuro de ser obrera y ganar plata Sobre todo cuando estaacutebamos con el turno cambiado con mi hermana y teniacutea que ir sola a las seis y media de la mantildeana teniacutea miedo como una nintildea ya no me sentiacutea tan grande ni tan independiente En la casi oscuridad las ramas de los inofensivos aacuterboles se me volviacutean sombras fantasmagoacutericas Y iexclqueacute susto escuchar el ruido del silencio Llegaba corriendo a la faacutebrica casi sin aliento pero no por trabajar sino por el miedo que pasaba en esas cinco cuadras que debiacutea recorrer Siacute dejeacute la escuela Cambieacute las aulas por grandes galpones de zinc que hacen que te cambie el estado de aacutenimo seguacuten sea la temperatura calor o friacuteo intenso El ruido de los telares es ensordecedor El calor el vapor el olor a lana

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mojada de la tintoreriacutea y el de aceite de maacutequina completan el insano respirar de cada diacutea te invade los pulmones e impregna tu ropa Se te va a la mierda todo el romanticismo de ser grande y trabajar en la faacutebrica

Entreacute como aprendiza La primera preocupacioacuten de la compantildeera que me ensentildeoacute a trabajar en hilanderiacutea fue ndashiexclCuidado con los dedos Aquiacute siacute que se te agudizan los cinco sentidos La sordera se te cura cuando empezaacutes a distinguir el ruido de la maacutequina que marcha mal no es necesario forzar la garganta aprendeacutes de apuro a hablar por sentildeas dejaacutes de sentir el mal olor tu memoria lo registra todo y pasaacutes a ser una pieza maacutes del aquel gigantesco engranaje sin darte cuenta Los movimientos de los dedos se sincronizan con los tiempos de la maacutequina te sentiacutes un alargue de ella misma

Entrada de turno textiles de faacutebrica SADIL A la izquierda Maria Julia (Fines de la deacutecada de los 50) Fotografiacutea Archivo personal

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Si te distraeacutes los rodillos de la maacutequina te llevan los dedos o las poleas te llevan la pollera o el cabello si lo teneacutes largo ndashiexclAtencioacuten ndashme pediacutean mis compantildeeras La maacutequina te marca su velocidad su tiempo ella es la duentildea de tus ocho horas de trabajo cada diacutea Muchas maacutequinas deciden el destino de las personas que trabajan con ellas La inseguridad laboral o la distraccioacuten pueden cambiar tu vida Yo ya lo sabiacutea Todas lo sabiacuteamos El caso de mi hermana lo vivioacute todo el gremio textil En la faacutebrica del Cerro teniacutea dos hermanas maacutes que trabajaban en tejeduriacutea yo la recieacuten llegada me sentiacutea cuidada pensaba ldquoA miacute nome va a pasarrdquo Chela mi hermana trabajaba en hilanderiacutea en la faacutebrica textil Uruguayana en Capurro Teniacutea dieciocho antildeos y luciacutea un hermoso pelo negro y largo Por razones de seguridad se haciacutea una trenza que envolviacutea en la nuca Un diacutea al agacharse la trenza se soltoacute el rodillo le comioacute la punta del pelo Su mano no pudo alcanzar el botoacuten de apagar la maacutequina Nadie la escuchoacute gritar el ruido ensordecedor de tantas maacutequinas en marcha fue fatal para ella iexclPobrecita La maacutequina siguioacute siguioacute Le arrancoacute todo el cuero cabelludo desde la nuca la piel de todo el craacuteneo una oreja y una ceja De un tiroacuten ella misma pudo romper la piel maacutes delgada de la frente Ese tiroacuten le salvoacute la vida esa fuerza ese instinto de conservacioacuten la ayudoacute Cuando se incorporoacute sus compantildeeras la vieron se desmayaban no atinaban a nada saliacutean corriendo Ese mismo diacutea Chela se salvoacute dos veces porque por fin un compantildeero el mecaacutenico que estaba cerca del lugar fue hacia ella se quitoacute la chaqueta se la tiroacute encima para no verla y corrioacute con ella en brazos hacia la calle en busca de cualquier auto que la llevara a un hospital Empapada en sangre helada y casi sin sentido llegoacute al hospital Maciel La tendieron en un banco a la entrada de Urgencias del Hospital Maciel Contoacute el mecaacutenico que todos corriacutean a verla Dos meacutedicos opinaron

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ndashEstaacute helada ndashNo hay nada que hacer ndashEstaacute muerta Chela los escuchoacute hablar y con un hilito de voz pudo decir ndashPor favor doctor estoy viva estoy viva Esa frase fue como una orden para mover a todo el equipo de la guardia Ella habiacutea decidido no morir todaviacutea Enseguida empezaron a correr meacutedicos enfermeros y camilleros La llevaron al quiroacutefano En el Hospital Maciel estuvo internada un antildeo y medio Muchas operaciones injertos de piel Largos dieciocho meses Yo teniacutea ocho antildeos de edad y no me llevaban a verla al Hospital Esa fue una ausencia muy larga para miacute Chela se recuperoacute Antildeos maacutes tarde se casoacute con su novio de siempre tuvo dos hijos y se jubiloacute por ley madre en la faacutebrica donde se accidentoacute Luego trabajoacute de monitora en un taller de muchachos con problemas de aprendizaje Tiene una pequentildea paga de por vida del Banco de Seguros y una peluca anual si la quiere para cubrir su calvicie total Vive en el Cerro integrada a la vida social del barrio Durante los primeros meses en la faacutebrica yo era toda ojos y oiacutedos De mis compantildeeras escucheacute los primeros cuentos verdes en la media hora de descanso el rato en que comiacuteamos un refuerzo y algunas compartiacutean el mate sentadas en cualquier rincoacuten Las nuevas siempre somos objeto de burla tenemos que pagar el derecho de piso Mis compantildeeras deciacutean cosas que despueacutes supe eran verdaderas mentiras soacutelo para ver mis reacciones Una a una contaban su primera noche de bodas y sus partos con cierta crueldad riendo reviviendo y mintiendo con nerviosismo y ojos llenos de morbosa alegriacutea Y reiacuteanhasta las laacutegrimas Unas ya con nietos eran las que maacutes disfrutaban de sus propios cuentos y de las malas palabras las deciacutean como si estuvieran saboreando dulce de leche Algunas cosas yo ya las sabiacutea pero las teniacutea sueltas

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recuerdos de la escuela porque alliacute tambieacuten se habla de esas cosas Las fui uniendo y me empezoacute a dar miedo eso de la sexualidad Supe entonces el significado o la doble intencioacuten de muchas palabras maacutes consolador tortillera homosexual lamer menopausia prolapso etc Habiacutea cuentos en que tambieacuten interveniacutean animales loros perros gatos cuentos en los que pasaban cosas crueles pero contados con gracia e ironiacutea Arrancaban carcajadas y miradas nerviosas a su alrededor Reiacutean como nintildeas traviesas En poco tiempo recibiacute de golpe un curso acelerado de sexualidad y anticoncepcioacuten que despertaron en miacute el bichito de la curiosidad y empeceacute yo a preguntar Haciendo un gran esfuerzo trateacute de no mostrar mis sorpresas y a los pocos meses yo ya hablaba como ellas me dejaron tranquila y paseacute a ser una fabriquera maacutes popularmente hablando Al principio aquellas mujeres me asustaron un poco no lo voy a negar por su desparpajo Luego de conocerlas supe que teniacutean una capa dura pero eran tiernas y poco a poco empeceacute a contarles mis enamoramientos De ellas recibiacute los primeros carintildeosos consejos Paseacute a tener en mi entorno madres multiplicadas a las que podiacutea hablar de mis dudas sin que me diera temor o ellas se rieran de mi Las maacutes joacutevenes las nuevas teniacuteamos una actitud competitiva en el vestir caminar peinarse el cabello El coqueteo era toda una sabiduriacutea que se imita y se aprende Dentro de la faacutebrica habiacutea otro coacutedigo que no era el de la calle Con miradas y habladuriacuteas se tejiacutea y se destejiacutea la moral de cualquiera de nosotras Los bantildeos y vestuarios de la faacutebrica eran lugares donde se haciacutea sociabilidad y se contaban secretos se probaban y se vendiacutean artiacuteculos de vestir A veces faltaba alguacuten monedero En el bantildeo se podiacutea comprar de todo Habiacutea un mercado interno muy variado se vendiacutean cosmeacuteticos preservativos americanos saacutebanas ropa interior de nylon cosas de Buenos Aires o del Chuy Se pagaba seguacuten el precio

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hasta en tres veces El diacutea de cobro de la quincena se viviacutea con nerviosismo unos pagan y otros cobran tiene que ser raacutepido porque si se ldquoles escapardquo alguien a la hora de la salida al diacutea siguiente resulta muy difiacutecil cobrarlo y queda para la proacutexima quincena Se agudiza la viveza criolla y la rapidez en un mercado no permitido mercado negro de contrabando que reforzaba el bajo salario de las compantildeeras que atendiacutean solas las obligaciones familiares A veces en la hora de descanso se hablaba de noticias poliacuteticas Asiacute que me entereacute de la muerte de Eva Peroacuten y que Argentina estaba convulsionadaCuando llegueacute a casa pregunteacute a mi padre quieacuten era Eva Peroacuten No me habloacute con simpatiacutea de ella soacutelo entendiacute que los sindicatos no tienen que estar con las poliacuteticas de los gobiernos es peligroso que los poliacuteticos disfrazan las cosas Era la opinioacuten de un anarco sindicalista Pero esa explicacioacuten me sirvioacute en la vida

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El Sindicato

En casa yo escucheacute siempre hablar de sindicatos A mis hermanas les oiacutea comentar suspensiones injustas o despidos sin posibilidad de reclamos y malas condiciones de trabajo Mi padre era dirigente de uno de los sindicatos del gremio de trabajadores del puerto Veniacutean por casa trabajadores de los frigoriacuteficos de Regussiy Vulminot como Esteban Kikich el yugoeslavo cuando no estaba paseando por todo Montevideo al ldquoimaginariardquo que le hubiera asignado la policiacutea En Lana Uruguaya donde trabajaacutebamos no habiacutea sindicato Un diacutea llegaron a trabajar a la textil dos compantildeeros que veniacutean de faacutebricas organizadas Mora y Garciacutea Fue entonces que empezamos hablar del tema de la posibilidad de organizarnos ellos sabiacutean que no pagaban el salario correspondiente y las horas extras las pagaban como sencillas Cada diacutea se arrimaban maacutes compantildeeras a las conversaciones a preguntar por el salario y la categoriacutea que les correspondiacutea Ese fue mi primer contacto con la Unioacuten Obrera Textil Corriacutea 1954 Yo caminaba por la calle Fraternidad en el barrio Conciliacioacuten muy atenta a los nuacutemeros que estaban todos salteados Por eso entreacute al Sindicato de cabeza y sin pedir permiso igual que entreacute a la vida Tropeceacute en el cordoacuten de la vereda y seguiacute trastabillando hasta el zaguaacuten donde aterriceacute cuan larga era Y asiacute con esa forma tan particular de presentarme dije desde el suelo cuando pude levantar la cabeza y mirar a los dos joacutevenes que alliacute estaban ndashiquestAquiacute es el Sindicato

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Ellos estaban tan sorprendidos que quedaron paralizados uno con un pincel de engrudo en la mano y el otro con una gran hoja de papel para pegar en la cartelera Me miraban sin moverse no atinaban a nada Todaviacutea desde el suelo insistiacute ndashiquestEs o no es Soltando una carcajada a duacuteo dijeron ndashiquestDesde doacutende cayoacute eacutesta ndashy se miraron ndashDel Cerro ndashdije Me respondieron con maacutes risas ndashiquestQue vengo del Cerro de Lana Uruguaya tan coacutemico es Me tropeceacutesbquo porque veniacutea mirando los nuacutemeros los locos estaacuten todos salteados Reiacutean cada vez maacutes yo tambieacuten Cuando se calmaron me ayudaron a levantarme ndashVengo a buscar el uacuteltimo convenio de parte de Mora y de Garciacutea el de la moto eacutel me dijo que dijera asiacute Los conocen iquestno Porque allaacute nos afanan abierto No respetan el convenio a las aprendizas nos despiden antes de las cien jornadas y a los dos meses nos vuelven a tomar como nuevas y no nos ponen en planilla Los bantildeos son una letrina como estamos a la orilla de la costa de la bahiacutea cuando hay temporal entra por los cantildeos el agua del mar y se inundan y no tenemos otros bantildeos No pagan nocturnidad ni las horas extras como tiempo y medio no tenemos vestuarioshellip Arregleacute que en la proacutexima quincena iriacutean dos compantildeeros a mirar los sobres de sueldo y compararlos con la categoriacutea correspondiente a los distintos trabajos que realizaacutebamos Ese diacutea nos sentamos en el suelo de un baldiacuteo cercano a la faacutebrica y mostraacutebamos los sobres de sueldo Me entereacute que el sobre es como un documento que sirve para reclamar diferencias de dinero en el salario

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El patroacuten

Teniacutea trece antildeos cuando empeceacute a trabajar en Lana Uruguaya de la que era duentildeo Pedro Saacuteenz quien tambieacuten teniacutea parte en FUNSA De este sentildeor los compantildeeros deciacutean que era un hueso duro de roer No respetaba los convenios contrataba menores y a los tres meses los despediacutea Las condiciones sanitarias eran malas teniacuteamos un solo bantildeo que era una letrina de un metro y medio de lado en un patio en el centro de la faacutebrica a la intemperie a veces se inundaba no teniacutea pestillo se cerraba con una maderita Inmundo De a poco empezamos a hablar de la necesidad de formar una comisioacuten sindical en la faacutebrica Hablamos a uno por uno con tiempo hasta que un diacutea se nos ocurrioacute pedir una entrevista con Don Pedro La concedioacute pero en el Centro en una oficina lejos de la faacutebrica Viejo astuto Haciacutea casi un antildeo que estaba trabajando y en ese entonces me pareciacutea muy faacutecil eso de formar un sindicato Cuando llegoacute el momento me ofreciacute a ir Eacuteramos muy pocos Fuimos soacutelo dos mujeres y seis hombres Nos encontramos a la salida Iacutebamos todos muy nerviosos nunca se habiacutea intentado hacer un sindicato alliacute Hablaron Mora y Garciacutea solamente Le dijeron que representaban la Comisioacuten Interna Esto no le gustoacute nada a Don Pedro ndashiexcliquestQueacute queacute iquestSindicato iexcliquestDe queacute sindicato me hablan iquestCoacutemo se llama usted iquestY usted ndashles preguntaba a los gritos Yo sentiacutea miedo pero a la vez me resultaba graciosa la forma en que Don Pedro hablaba pronunciando la ldquozrdquo y malo como un zorrillo Estaba furioso

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ndashYo no conozco ninguna ldquocomisioacuten internardquo Cuando dijo esto Casanaacutes un joven compantildeero anarquista le contestoacute ndashLo que pasa es que usted es un viejo negrero Esto paralizoacute la escena Acto seguido Don Pedro abrioacute un cajoacuten del escritorio y sacoacute un revoacutelver Apuntoacute hacia arriba con el brazo estirado y gritoacute ndashiexclSe me mandan mudar todos de aquiacute iexclYo les voy a dar sindicato Yo estaba detraacutes de todos y fui la primera en salir Nunca habiacutea visto un revoacutelver Muy asustados emprendimos una ldquoretirada estrateacutegicardquo tan raacutepida que ni siquiera usamos el ascensor para llegar a la calle Corrimos escalera abajo oyendo los insultos del viejo Se abriacutean y cerraban puertas de los curiosos que de otras oficinas se asomaban a mirar la huida en estampida Cuando nos detuvimos comentamos la escena a carcajada limpia La inexperiencia el no saber llevar una entrevista precipitoacute las cosas El patroacuten se movioacute como acostumbraba y nosotros entramos en su provocacioacuten como muchachos que eacuteramos Fuimos a la faacutebrica hablamos con los compantildeeros y al diacutea siguiente la ocupamos sin maacutes ni maacutes Habiacutea mucha indignacioacuten preocupacioacuten y bronca nos sentiacuteamos atropellados Llamamos a los compantildeeros de la Unioacuten Obrera Textil Vinieron y esperaron en la puerta de la faacutebrica a que el patroacuten les diera una entrevista Don Pedro no fue a negociar se negoacute a apersonarse Algunos de los empleados de la oficina se plegaron al paro Otros soacutelo miraban por las ventanas A mediodiacutea comenzaron a llegar viandas con comida que traiacutean nuestros familiares y que compartimos Tuvimos tiempo de charlar con compantildeeras con las que soacutelo nos cruzaacutebamos al entrar o al salir y con las del mismo turno porque alliacute si hablabas mucho te suspendiacutean si te encontraban fuera de tu seccioacuten te suspendiacuteanhellip El patroacuten mandoacute desalojar Los compantildeeros del sindicato no queriacutean hacerlo hasta que se labrara un acta en que constara que estaba todo en perfectas

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condiciones para que no nos acusaran de haber roto algo A las cuatro de la tarde se presentoacute un inspector de la ofcina de trabajo A las cinco la Guardia Republicana de a caballo rodeoacute la faacutebrica Llevoacute un buen rato el recorrido de la faacutebrica con el inspector y Eusebio Caetano el delegado de la UOT Cuando salimos muy emocionados algunos pensando que se avecinaban diacuteas muy duros estaba todo el barrio rodeando la faacutebrica los obreros de los frigoriacuteficos los padres o hermanos de las obreras textiles y los vecinos La policiacutea solo hizo acto de presencia Aprendiacute lo que es la solidaridad la falta de experiencia y tambieacuten lo que es estallar cuando no se aguanta maacutes el manoseo patronal Al diacutea siguiente cuando el primer turno llegoacute a la faacutebrica la encontroacute cerrada Lock-out patronal seguacuten nos dijeron en el sindicato que podiacutea durar hasta setenta y dos horas Recibimos los telegramas colacionados si no entraacutebamos a trabajar en veinticuatro horas quedaacutebamos despedidos Al diacutea siguiente hicimos una gran asamblea en la Federacioacuten de la Carne cada uno de nosotros con nuestro telegrama en la mano Nos declaramos en huelga por tiempo indeterminado estaacutebamos jugados se trataba de defender el derecho a la organizacioacuten sindical Esa noche llevaron preso al compantildeero Casanaacutes lo retuvieron varios diacuteas en la comisariacutea Su esposa estaba embarazada de su primer hijo En uno de esos diacuteas tuvo una nintildea la llamaron Libertad La faacutebrica quedoacute silenciosa con una fuerte guardia policial de a caballo en las esquinas ndashiquestY ahora

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Mis quince antildeos

En mi cumpleantildeos de quince no tuve fiesta ni vestido blanco y largo No fue posible Ese diacutea pasoacute desapercibido en casa como un diacutea cualquiera Habiacutea problemas que me llegaban de costado y aunque mi madre me dijera que no era cosa miacutea se volviacutean cosa miacutea aunque yo no quisiera Con la plata de mi quincena anterior me habiacutea comprado para estrenar ese diacutea unos zapatos con un taco pequentildeo de un color amarillo mostaza que estaba de moda El diacutea esperado llegoacute Por la tarde me bantildeeacute me vestiacute con la ropa de salir y me puse los zapatos nuevos Me pareacute en la puerta de casa a esperar Esperar no seacute queacute ni a quieacuten especialmente Mi madre me habiacutea explicado que no habiacutea plata y por lo tanto no tendriacutea fiesta pero yo esperaba que algo sucediera No vino nadie a saludarme En casa no habiacutea teleacutefono iquestCoacutemo decir discretamente ldquomantildeana es mi cumpleantildeos y que vinieran los que se acordaranrdquo No vino nadie ni mis primas Mi uacutenico regalo llegoacute a la semana Mi madre me regaloacute unas caravanas largas de plata con una delicada piedrita celeste Era la primera alhaja que recibiacutea en mi vida No me animaba a poneacutermelas solo las miraba sonriendo ndashiquestViste Tarde pero llega ndashdijo tiraacutendome de la oreja como un recordatorio para toda la vida Como un sentildealamiento iexclespera espera Las useacute mucho tiempo Cuando me corteacute el pelo largo las luciacutea mejor Me miraba en el espejo se moviacutean como peacutendulos y yo me sentiacutea tan elegante tan adulta y coqueta y con permiso Mi madre teniacutea eso te daba permiso sin

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deciacutertelo En casa habiacutea muchas veces silencios de mi madre ese silencio que llenaba todos los rincones Pasaba algo Yo la encontraba triste Por las noches escuchaba los sollozos de mi hermana cuando su novio no veniacutea por algunos diacuteas no lloraba fuerte sino quedamente pero yo sabiacutea que estaba despierta en la oscuridad No sabiacutea que decirle Le habriacutea podido decir muchas cosas por ejemplo que no llorara porque ella habiacutea tenido maacutes suerte que yo que haciacutea cuatro antildeos tuvo su fiesta de quince su vestido largo blanco y muchos regalos que vinieron las primas y tiacuteas En mi adolescencia yo pensaba y pensaba pero no hablaba mucho Sabiacutea que los silencios de mamaacute teniacutean que ver con las ausencias de mi padre Pero a ella nunca se lo diriacutea Lo callaba La falta de plata tambieacuten se volviacutea silencios o respuestas de mal modo Yo pensaba tantas cosas pero no me impidieron la ilusioacuten la magia del cumpleantildeos de hacerme mayor y lucir mis caravanas de piedra celeste Un diacutea una compantildeera de trabajo que tambieacuten era mi amiga me pidioacute prestadas las caravanas para sacarse una foto que regalariacutea a su novio Pasaron los diacuteas y ella me esquivaba Cuando yo le preguntaba me deciacutea ldquoiexclHoy me olvide otras vez de traeacutertelas Mantildeana te las traigordquo y asiacute por muchos diacuteas la misma respuesta Diacuteas despueacutes al mirarla me dio vuelta la cara A la salida de la faacutebrica la seguiacute raacutepidamentela tomeacute de un brazo la gireacute hacia miacute y le pregunte en voz alta para que los que estaban cerca me oyeran por las caravanas Me contestoacute con todo desparpajo que ya me las habiacutea devuelto Me quedeacute sin palabras inmoacutevil La dejeacute partir Ella apresuroacute el paso la mireacute alejarse y no lo podiacutea creer era una compantildeera pero yo la creiacutea mi amiga iquestQueacute le diriacutea a mi madre que ya estaba sospechando que no me las devolveriacutean nunca maacutes No me quedoacute ninguacuten recuerdo de mi cumpleantildeos de quince Ni una foto ni las caravanas ni los zapatos amarillos que tambieacuten desaparecieron

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Con el tiempo se quedaron viejos y el fin de ellos fue que mi perro Biyuacute se los llevoacute de a uno para su casilla y desde alliacute los defendioacute como un trofeo Terminoacute enterraacutendolos como un tesoro en el jardiacuten de mi casa

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Conflicto textil

Trabajeacute durante los dos meses del conflicto en Prensa y Propaganda con otro joven Juan Aacutengel Toledo Aprendiacute a repartir papeles a hablar con megaacutefonos y a trabajar con el planograf algo que me gustaba mucho El planograf nos permitiacutea dar rienda suelta a nuestra imaginacioacuten Era un marco de madera que tensaba una organza del largo de dos hojas de perioacutedico Haciacuteamos un dibujo en negativo en cartulina que oficiaba de matriz y lo pegaacutebamos sobre la organza despueacutes con un lampazo deslizaacutebamos la tinta de lado a lado del marco Dibujaacutebamos una oveja con grandes cuernos y le poniacuteamos el nombre de los rompehuelgas Los pegaacutebamos en las esquinas de sus casas Se asustaban y se enfureciacutean pero dejaban de ir a trabajar durante la huelga Eran parte de las medidas de fuerza que usaacutebamos Meacutetodos primitivos casi infantiles pero efectivos Empezaba la crisis de la deacutecada del 50 El fin de la segunda guerra mundial y de la guerra de Corea permitioacute a Inglaterra y EEUU reanimar su industria Dejaron de importar tejidos para importar tops (lana lavada y peinada sin hilar) con la consiguiente peacuterdida de puestos de trabajo para los obreros textiles uruguayos Fue una huelga muy dura Cincuenta y cuatro diacuteas es mucho tiempo para sostener un hogar sin el salario El gremio saliacutea de un gran desgaste el antildeo anterior habiacutea sido la huelga de la Mundial donde una compantildeera fue baleada en la puerta de la faacutebrica Las patronales podiacutean sostener un lock-out durante varios meses porque

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teniacutean stock suficiente de mercaderiacutea para cumplir con los importadores En la Federacioacuten de la Carne en la calle Grecia instalamos una olla sindical y repartimos comestibles que pediacuteamos en los comercios La campantildea del kilo como la llamamos para los huelguistas y sus familias fue un respiro Cada diacutea se volviacutea maacutes duro sostener la huelga A los treinta diacuteas de comenzado el conflicto entroacute un veinte por ciento de los trabajadores fundamentalmente administrativos encargados y capataces Otros trabajadores salieron a buscar la changa Por otro lado se sumaron a la huelga otras faacutebricas en solidaridad con los obreros de LanaUruguaya del Cerro La patronal seguiacutea tan dura como el primer diacutea no reconociacutea Sindicato ni derechos de organizacioacuten Con Don Pedro no podiacuteamos negociar nada pretendiacutea matarnos de hambre teniacutea cuerda para rato con un gran stock en los galpones Pusimos piquetes en las esquinas de la faacutebrica para que no entraran a trabajar los rompehuelgas Los obreros del Cerro iacutebamos a detener a los que queriacutean entrar en las faacutebricas del Paso Molino y los del Paso veniacutean a detener a los del Cerro Durante esta lucha mataron de un balazo a Antonio Goacutemez Delgado un compantildeero de la Unioacuten Obrera Textil que pretendioacute hablar con un rompehuelgas eacuteste sin mediar palabra le disparoacute en el pecho Antonio teniacutea diecinueve antildeos Eacuteramos todos muy joacutevenes Las mujeres tuvimos una gran participacioacuten en esta lucha Las obreras textiles ganamos la calle Instrumentamos cosas que sabiacutean que les doleriacutean a las carneras Cuando no entraron las palabras nos fuimos a las manos Lo que pasaba en la calle lo cuentan los partes policiales que apareciacutean en la prensa montevideana de entonces cuando la huelga se generalizoacute al resto de las faacutebricas ldquoEn la interseccioacuten de las calles Grecia y Francia a las 530 de hoy un grupo no determinado de personas presumiblemente mujeres le cortaron el

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cabello a dos obreras que se dirigiacutean a trabajar a Lana Uruguaya empresa que se encuentra en conflicto Se averiguardquo Diario El Plata Los obreros del transporte participaron en forma solidaria ldquoUn grupo de personas hicieron bajar del oacutemnibus a tres mujeres que se dirigiacutean a trabajar a una faacutebrica en conflicto una vez abajo les cortaron mechones de pelo y les rasgaron la ropa Esto ocurrioacute con la supuesta colaboracioacuten del guarda y del conductor del oacutemnibus que no se detuvo enla parada que era en la puerta de la faacutebrica sino maacutes adelante Se averiguahellip ldquo ndash Diario El Paiacutes iexclYa no se animan a entrar sigue la huelga iexclViva la huelga A otras les quitamos los zapatos Duele que te dejen descalza en la calle Nosotras luchaacutebamos por todos Como tambieacuten algunos hombres entraban a trabajar empezamos a pegar carteles de ovejas cornudas con sus nombres en la esquina de sus casas En un barrio obrero como el Cerro eso quemaba Tuvimos que pelear en la forma maacutes primitiva maacutes salvaje cuerpo a cuerpo Asiacute empezoacute el sindicato unitario en textiles quebrando al sindicato amarillo conciliado con la patronal Primero fue la Unioacuten Obrera Textil y en 1956 con la integracioacuten de Alpargatas Paylana y la textil de Juan Lacaze constituimos el Congreso Obrero Textil sindicato uacutenico para la industria textil Las mujeres fuimos protagonistas Y pensar que se dice que el sindicato es ldquocosa de hombresrdquo iquestY las mujeres queacute iquestPor queacute no estaacuten en la foto No se sabe mucho de lo que hacen las mujeres en el sindicato Como en la vida cotidiana no aparecemos Aunque seamos las secretarias de actas no nos hacemos figurar Somos la parte silenciosa lo no escrito lo no contado la no historia

Mariacutea Julia frente a la faacutebrica SADIL (Deacutecada de los 50) Fotografiacutea Archivo personal

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La mamaacute de Rosita

A Rosita no la dejaban ir sola al sindicato Su mamaacute la teniacutea que acompantildear para que nadie pudiera hablar mal de ella asiacute que se bancaba todas las asambleas y algunas manifestaciones Pero algunas veces sucediacutean acontecimientos no previstos en los que la madre resultaba tan involucrada como la hija Y aprendioacute a correr como la mejor Aquel diacutea fuimos a repartir volantes a la puerta de Alpargatas La sentildeora nos acompantildeaba siempre caminando dos o tres metros maacutes atraacutes bien vestida de taquitos y collar de perlas pareciacutea que no rompiacutea un plato Eacuteramos unas veinte personas despueacutes llegaron como quince maacutes Caminaacutebamos por las veredas de la faacutebrica gritando consignas La madre nos seguiacutea lentamente De repente sentimos la llegada de la Republicana Aparentemente desde adentro los jefes habiacutean pedido proteccioacuten policial A caballo y sable en mano doblaron la esquina y nos sorprendieron Nos recostamos todos contra la pared Seguimos gritando consignas y tirando volantes Intentaron reprimirnos subiendo con los caballos a la vereda pero como por suerte siempre hay baldosas flojas les hicimos frente con piedras y trozos de baldosas Y iexcliquesta quieacuten veo en la primera liacutenea de fuego A la mamaacute que luchaba como la mejor El ruido de los telares empezoacute a aminorar nos dimos cuenta que estaban parando Desde las ventanas los obreros de Alpargatas gritaban ldquoiexclSalvajes iexclSalvajesrdquo y nos saludaban ldquoiexclAdelante compantildeerasrdquo

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Nosotras cruzamos la calle en grupo para verlos mejor y reiacuter compartiendo el momento Los policiacuteas sorprendidos miraacutendose entre siacute habiacutean quedado en la acera de enfrente custodiando la faacutebrica que habiacutea quedado en silencio Habiacuteamos conseguido nuestro propoacutesito conseguimos su solidaridad y los invitamos para la asamblea general del domingo en el Boston Club de Box Esa tarde madre e hija llegaron al barrio un poco desalintildeadas y despeinadas La madre con una contusioacuten en un brazo y un tobillo dolorido De a poco se fue integrando Conversaba con alguna compantildeera mayor hasta que un diacutea contoacute que cuando volviacutea a su casa de acompantildear a su hija su marido les deciacutea ndashiexclCallejeras iexclLo uacutenico que faltaba ahora iexclSindicato iexclEn mi propia casa

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Negra pobre y retobada

SADIL era una faacutebrica importante con 2000 trabajadores como ILDU La Aurora Alpargatas En ese entonces funcionaban los tres turnos diacutea y noche de 6 a 14 de14 a 22 y de 22 a 6 de la mantildeana No paraba nunca la industria textil Llegoacute a tener veinte mil obreros SADIL era una faacutebrica moderna muy bien equipada teniacutea vestuarios comedor para la media hora de descanso reloj automaacutetico para marcar el horario de entrada y de salida Todo eso era nuevo para miacute estaba contenta de trabajar en una faacutebrica tan grande con un fuerte sindicato Un grupo de mujeres charlaba en el vestuario Recieacuten entraacutebamos ndashDe todo encontreacute en la vintildea del sentildeor ndashNo solo en la faacutebrica Una compantildeera se estaba cambiando lentamente Escuchaba en silencio mientras doblaba y guardaba su ropa en el armario de metal Teniacutea la piel negra unas piernas largas y bien formadas un busto que llenaba la blusa y una sonrisa que dejaba ver unos dientes muy sanos ndashHay de todo en la vintildea del sentildeor ndashdijo interviniendo en la conversacioacuten Contoacute que cuando era maacutes joven y soltera buscoacute trabajo por el diario de empleada domeacutestica con cama Habiacutea siempre una larga lista Su madre deciacutea ndashMira parsquo Pocitos que pagan maacutes Asiacute que eligioacute una casa cualquiera Era una negra muy alta movediza y sonriente La vecina le prestoacute los zapatos llevoacute una pollera de su hermana y la madre le dejoacute unas caravanas de perlita que tenia para salir

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La verdad que fui bien vestida y resignada a quedarme porque en casa ya no podiacuteamos maacutes No teniacuteamos plata para comer Lo que maacutes rabia me daba era la miseria Toqueacute timbre y salioacute una sentildeora como de cuarenta antildeos Le dije a que veniacutea Me mostroacute la casa para explicarme todo lo que teniacutea que limpiar La casa era de lujo toda llena de porcelanas Me mostroacute mi pieza llena de bicicletas de los hijos y una cama a un costado contra un armario ndashEn la mitad ponemos abrigos viejos pero el resto lo podeacutes usar para poner tu ropa ndashasiacute que ldquomi piezardquo era el espacio de mi cama y nada maacutes ndashMi marido y yo no estamos casi nunca Supongo que algo sabraacutes cocinar Tengo seis hijos pero van a la escuela y al liceo El tiempo te da para todo Estaacutes mucho rato sola ya ves Arreglamos el precio Me parecioacute adecuado para lo que se pagaba en ese entonces Teniacuteamos casi todo arreglado hasta que me dijo ndashSupongo que tendraacutes carnet de salud porque si no Yo le contesteacute ndashiquestCuaacutentos son de familia Ella me quedoacute mirando y preguntoacute ndashiquestPor queacute ndashPor favor mueacutestreme el carnet de salud de todos ustedes Por supuesto no me quedeacute Empeceacute a caminar hacia la salida La duentildea de casa se puso colorada pareciacutea que iba a reventar de rabia A modo de despedida dijo antes de cerrar la puerta de un golpe ndashNegra y retobada doacutende se vio Asiacute no vas a conseguir trabajo en ninguacuten lado ndashPero aquiacute estoy en la faacutebrica y sigo retobada ndashrioacute Cerroacute el armario y echoacute la llave al bolsillo Todas reiacuteamos

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Un gremio de mujeres

El gremio textil es un gremio de mujeres pero los dirigentes son en su mayoriacutea hombres ldquoEso siempre fue asiacute pero en el 53 el antildeo pasado la huelga de la Mundial fue por cosas de mujeres ndashme dice Blanca Peraltandash Miraacute todo vino porque una compantildeera que estaba embarazada se sintioacute mal y pidioacute para irse El capataz no le dio permiso La compantildeera una hora maacutes tarde tuvo un aborto espontaacuteneo sola en el bantildeo iexclEso no se podiacutea aguantar La atendimos entre todas ella estaba desmayada Paramos las maacutequinas iexclEso no se podiacutea aguantar No teniacuteamos nada iexclni una enfermeriacutea en la faacutebrica Empezoacute asiacute como un estallido con bronca Ocupamos la faacutebrica paramos y despueacutes hablamos de sindicato Fue una huelga muy difiacutecil El patroacuten mostroacute su fuerza y nosotras tambieacuten Durante ese conflicto pasaron maacutes cosas como cuando estaacutebamos sentadas en la escalinata de la faacutebrica haciendo paro de brazos caiacutedos y la patronal llamoacute a la policiacutea Llegaron y se ubicaron delante de la faacutebrica Nosotras estaacutebamos tranquilas y de repente sentimos un tiro Una compantildeera empezoacute a gritar ldquoiexclSangre iexclTengo sangrerdquo Hubo mucha confusioacuten unas corrieron a socorrer a la compantildeera otras a los portones a gritarles a los milicos ldquoiquestQueacute les pasa iquestEstaacuten locosrdquo ldquoMe dieron un balazo en la piernardquo gritaba nuestra compantildeera A lo lejos escuchaacutebamos los gritos de los vecinos y de nuestros familiares acercaacutendose A la policiacutea no se le movioacute un pelo Dijeron que se les escapoacute un balazo

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sin querer No la socorrieron tuvimos que salir nosotras a buscar un auto Pedimos que se retirara la policiacutea y lo hicieron cuando vieron que estaban llegando compantildeeras de otras faacutebricas y vecinos indignados Y asiacute empezoacute la huelga del 53 de la Mundial como un estallido respondiendo a los golpes de la patronal Estallamos como ustedes los de Lana Uruguayardquo De esa huelga surgioacute como dirigente sindical Blanca Peralta de La Mundial En cada huelga el gremio textil iba pariendo nuevas mujeres forjadas en la lucha que se destacariacutean como dirigentes Recuerdo algunas compantildeeras de aquel entonces Irene Peacuterez Delia Maldonado Delia Rodriguez Ocklahoma Acosta Jorgelina Martiacutenez Pero son las menos Aunque en esta industria la mayoriacutea son obreras hay muy pocas que lleguen a la direccioacuten del gremio quedan a medio camino

Compantildeeras militantes de distintas faacutebricas textiles en un festejo del sindicato en Marontildeas (Finales de la deacutecada del 50) Fotografiacutea Archivo personal

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El robo

Luciacutea teniacutea cuatro hijas la maacutes chica de catorce antildeos y la maacutes grande de veinte Entroacute en la faacutebrica SADIL muy respaldada con una recomendacioacuten de un senador del partido colorado y aunque no se lo preguntaras ella te lo haciacutea saber para que te enteraras de sus padrinos Nos llamaban la atencioacuten las pilchas y los anillos que traiacutea A veces deciacutea que no necesitaba trabajar y nos dejaba caer unos ojos tristes de mujer abandonada por su esposo un deportista venido a menos que ella seguiacutea sosteniendo econoacutemica y aniacutemicamente Siempre que entraban nuevas apareciacutean cosas raras que nos poniacutean en alerta La nueva es objeto de observacioacuten iquestDe doacutende viene iquestCoacutemo vive Generalmente se les ve el plumero enseguida Pero Luciacutea nos vendioacute un tranviacutea y se lo compramos Hablaba muy bien muy culta atenta carintildeosa Deciacutea que nunca habiacutea trabajado en una faacutebrica pero que se teniacutea que acostumbrar Sus hijas tampoco trabajaban no estaban acostumbradas Pareciacutea una rica venida a menos que lo llevaba dignamente La veiacuteamos mirarse las manos que se deterioraban lentamente y pasarse una crema Un diacutea de pago terminada la jornada a la pobre Paulina le desaparecioacute el sobre con todo el dinero de la quincena Se lo quitaron del bolsillo de la tuacutenica mientras estaba trabajando algo inexplicable Ella no sintioacute nada pensamos que lo habiacutea perdido

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ndashiexclMe lo punguearon ndashdijo Paulina en voz altandash iexclEl sobre con la quincena ndashiquestNo se te habraacute caiacutedo Lo buscamos por todos lados La seccioacuten casi dejoacute de trabajar por buscarlo Paulina lloraba amargamente teniacutea dos hijitas pequentildeas y estaba sola para mantenerlas estaba separada de su esposo Las demaacutes resolvimos hacer una colecta para compensarla Luciacutea se portoacute muy bien puso el doble del dinero que poniacutea cada una de nosotras Nos parecioacute un gesto muy solidario A los dos meses un diacutea de lluvia faltoacute un paraguas del vestuario y un pilot de otra compantildeera muy bonito inigualable porque su novio se lo habiacutea traiacutedo de Brasil Todas nos pusimos furiosas soltaacutebamos indirectas estaacutebamos nerviosas desconfiadas ndashYa la vamos a encontrar ndashY no se salva de una paliza Al poco tiempo una compantildeera vio a la hija de Lucia en una parada de oacutemnibus en el Centro luciendo el pilot en cuestioacuten El lunes se armoacute el revuelo Rodeamos a Luciacutea en el vestuario y le pedimos explicaciones Negaba se arrodillaba juraba por las hijas Las viacutectimas de los robos queriacutean pegarle y que confesara Otras proponiacutean que fuera una comisioacuten a la casa a pedir las cosas Llegoacute la hora de entrar a trabajar y estaacutebamos a los tirones Las tres interesadas y la delegada de la seccioacuten no queriacutean entrar queriacutean aclararlo todo La teniacutean como presa no la dejaban entrar a la seccioacuten ni salir del vestuario Los compantildeeros de la faacutebrica se enteraron lo que estaba pasando en el vestuario de mujeres A una de nosotras se le ocurrioacute que deberiacutea ir una sola de las compantildeeras del turno que saliacutea a buscar el pilot y que sirviera de prueba Asiacute fue Las hijas le dieron las prendas que supuestamente su madre mandaba buscar es decir el paraguas y el pilot Ya con la prenda en manos de sus duentildeas era muy difiacutecil justificar nada eran hechos consumados Cinco mujeres estaacutebamos fuera del puesto de trabajo

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peleaacutendonos en el vestuario tomando la justicia en nuestras manos A esa hora hasta el jefe de personal sabiacutea lo que estaba pasando en el vestuario Llamaron a todo el grupo a la oficina de personal El jefe nos dijo que eacutel teniacutea que denunciar el robo a la policiacutea que el mismo es causal de despido y que ademaacutes las dos que fueron viacutectimas del robo estaban en su derecho a denunciarla tambieacuten a la policiacutea ndashNosotras no queremos ni una cosa ni la otra ndashle contestamosndash Solo queremos darle un escarmiento No somos quien para quitarle el pan a nadie y denunciarla a la policiacutea tampoco porque para eso nos bastamos nosotras que una paliza a tiempo no le va mal a nadie ndashParsquo que aprenda ndashdijo Paulina El jefe dijo ndashSiendo asiacute les tengo que hacer el parte a ustedes tambieacuten por estar fuera del lugar de trabajo Si ya estaacute aclarado cada una a su puesto Ella se queda para hablar al respecto Al salir de la oficina le dice una notiexclChorra iexclLadrona Luciacutea contestoacute llorando ndashiexclNo seas mala Tengo una enfermedad soy cleptoacutemana Todas retrocedimos dispuestas a pegarle ndashiexclTe vamos a dar cleptoacutemana iexclLadrona El jefe tuvo que ponerse en medio para que no le pegaacuteramos Asiacute a los empujones salimos de la oficina hacia la seccioacuten de hilanderiacutea Cuando caminaacutebamos hacia la seccioacuten una dice ndashiquestSaben Me dio laacutestima pobre ndashiquestEstaacute enferma ndashNada ndashdice Teresandash Yo leiacute que la cleptomaniacutea es una enfermedad de ricos y a eacutesta soacutelo le quedan las mantildeas Es una chorra y lo peor es una mala compantildeera no piensa en nadie Con razoacuten dio doble para Paulina se quedaba con todo el sueldo de una compantildeera sin importarle nada

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ndashiquestQuieacuten tiene derecho a robarle a otra iquestEh ndashLaacutestima que se nos encarajinoacute con el jefe Porque lo que es eacutesta con la paliza que le dimos no roba maacutes ndashdice Paulina remangaacutendose las mangas de la camisa y con la cara muy roja

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El Boston

La Unioacuten Obrera Textil estaba en el local de una antigua pizzeriacutea en la calle Fraternidad en el barrio Conciliacioacuten Eran dos habitaciones donde se amontonaban carteleras pinceles tarros con engrudo diarios para hacer planograf estandartes usados con textos que se volviacutean obsoletos raacutepidamente Los nuevos aconteceres sindicales se viviacutean de prisa De las paredes colgaban piolas donde se poniacutean a secar los nuevos carteles Algunas pocas sillas bancos largos encimados contra la pared completaban aquel desorden Aquiacute entraacutebamos por primera vez todos los que queriacuteamos enterarnos del sindicato del salario miacutenimo de las categoriacuteas del uacuteltimo convenio y buscar a alguien que fuera a la puerta de la faacutebrica el diacutea de cobro para que nos ayudara a descubrir las diferencias mirando el sobre del sueldo Asiacute empezamos a querer aquel lugar que se llamaba Sindicato En eacutepoca de conflicto siempre habiacutea mucha gente casi funcionaba en la vereda no cabiacuteamos cada diacutea eacuteramos maacutes Corriacutea el antildeo 1954 Alguacuten domingo cuando habiacutea Asamblea General la asamblea grande del gremio se alquilaba otro local Casi siempre se haciacutea en el barrio del puerto en la Ciudad Vieja Calles angostas huacutemedas y oscuras se llenaban de risas y colores al pasar las compantildeeras textiles que por decenas iban llegando desde el Cerro La Teja Marontildeas Desde los bares los parroquianos saliacutean a mirarlas como si fuera un espectaacuteculo dominguero Pareciacutea que esas mujeres iban oxigenando el barrio mujeres obreras de todas las edades que caminaban por las aceras a paso firme El ruido de tantos pies hablaba de luchas que se

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avecinaban El Boston era un viejo club de boxeo que estaba en la calle Piedras y Yacareacute donde a veces nos estremeciacutea el pitar de los barcos de ultramar saludando a Montevideo al llegar o despidieacutendose de ella al irse Oliacutea a viejas cervezas derramadas en el suelo de madera y a tabaco Teniacutea una claraboya con vidrios oscurecidos por el holliacuten que alguna mantildeana dejaba entrar un rayo de sol El ring de madera estaba situado en medio de la sala Los dirigentes del gremio subiacutean a eacutel voleando la pata entre las cuerdas y llevando su propia silla Una mesa del bar que era traiacuteda en alto por alguacuten voluntario completaba el escenario La uacutenica luz eran los cuatro focos que iluminaban al ring los actores eran ahora nuestros dirigentes El aire se iba enrareciendo mientras se llenaban los asientos y se oscureciacutean maacutes los rincones por el humo Con el Boston de bote a bote un tamborileo de dedos y pies nerviosos anunciaba que queriacuteamos escuchar pronto a la Comisioacuten Directiva dando las noticias de la marcha del conflicto Estas fueron mis primeras asambleas y las viviacutea como un espectaacuteculo Auacuten no entendiacutea muchas palabras del argot sindicalero ldquomocioacuten de ordenrdquo ldquovamos a pasar a cuarto intermediordquo pero como nunca tuve problema en preguntar me fui enterando de lo que significaban y me fui apropiando de esa forma tan rara de hablar que despueacutes hice miacutea Completaba el espectaacuteculo la parte oratoria Me llamaba la atencioacuten la admiracioacuten que se teniacutea por Heacutector Rodriacuteguez y por Eusebio Caetano y el respeto con que se escuchaban sus intervenciones Heacutector ademaacutes de sus ocho horas diarias en el telar teniacutea formacioacuten universitaria por lo cual conociacutea los dos lenguajes Hablaba sencillo y muy claro Algunas mujeres muy pocas subiacutean al ring para hablar Sin embargo siempre habiacutea una en la mesa de la asamblea sacando actas Las que se atreviacutean a hablar eran Blanca Peralta o Delia Maldonado Se

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destacaba Irene Peacuterez por un muy buen manejo de la palabra Yo en esa eacutepoca no me daba cuenta auacuten Irene era una militante poliacutetica muy disciplinada era maacutes poliacutetica que sindicalista esa era la diferencia De esos hombres y mujeres aprendiacute mucho en cada asamblea Fueron mis tempranos iacutedolos Idealiceacute mis primeros antildeos sindicales para miacute mi Sindicato era el maacutes combativo y no aceptaba bromas de ninguacuten compantildeero sobre la honestidad de nuestros dirigentes El sindicato era la uacutenica forma de lucha que conociacutea No conociacute otra hasta que llegaron a mis manos algunos libros La madre de Gorki recuerdo que me lo dio Blanca despertoacute en miacute nuevas inquietudes Descubriacute que no bastaba ldquoir parsquo delanterdquo solamente como deciacuteamos en la faacutebrica Yo queriacutea saber queacute era ldquotaacutectica sindicalrdquo y queacute era ldquoestrategia frente a la patronalrdquo Me empeceacute a reunir con algunos anarcos de mi faacutebrica los amigos que me abrieron las puertas de la gran Biblioteca Popular del Cerro allaacute donde se encuentran las calles Repuacuteblica Argentina y Chile

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Despueacutes de la huelga

En los acuerdos entraacutebamos a trabajar todos los despedidos A miacute me tomaron como si fuese nueva cuando habiacutea entrado a Lana Uruguaya teniacutea soacutelo trece antildeos y no estaba permitido por la ley que trabajaran nintildeos menores de catorce antildeos Nosotros transamos pero a los dos meses me suspendieron por falta de trabajo hasta nuevo aviso y no me volvieron a llamar Lo peor es que yo tampoco habiacutea cumplido las cien jornadas de trabajo como nueva la suspensioacuten fue una trampa y caiacute en ella No teniacutea derecho a reclamar mipuesto de trabajo El sindicato recieacuten saliacutea del desgaste de la huelga y me tuve que aguantar en el molde Era muy comuacuten que te tomaran y te suspendieran ldquomomentaacuteneamente por falta de trabajordquo antes de cumplir las cien jornadas de trabajo A las dos o tres semanas te volviacutean a tomar y asiacute hasta por dos antildeos Con esto impediacutean que te convirtieses en un trabajador efectivo y te manteniacutean en una situacioacuten de inseguridad laboral constante Seguiacute militando en el sindicato aunque me costoacute mucho volver a trabajar en la industria quedeacute en ldquola lista negrardquo Haciacutea limpiezas en casas de familia y de tarde me iba al sindicato donde teniacutea mis amigas y compantildeeras Luego empeceacute a trabajar en pequentildeas faacutebricas de tejidos de punto cuando quedaba cesante volviacutea a hacer limpiezas No perdiacute contacto con el gremio Trabajeacute con Delia en la organizacioacuten del Sindicato de Tejido de Punto Era muy difiacutecil eran faacutebricas muy pequentildeas

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teniacuteamos que ir a la puerta de cada faacutebrica y hablar una por una con las obreras Tuve la suerte de acompantildear a Emilio Deconcilis y a Heacutector Rodriacuteguez en las primeras reuniones de la Asamblea Consultiva Pro Central Uacutenica en los locales de la Federacioacuten de la Bebida y de la Federacioacuten de la Carne donde participaban todos los sindicatos Marchaacutebamos hacia la unidad de toda la clase obrera Autoacutenomos y de la Unioacuten General de Trabajadores con recelo pero marchaacutebamos juntos organizando los primeros paros unitarios de toda la clase obrera montevideana Todo el conjunto de los trabajadoresy las mujeres tambieacuten Yo seguiacutea sin trabajo fijo Haciacutea poco habiacutea muerto mi padre Mis hermanas se habiacutean casado quedeacute sola con mi madre y habiacutea deudas en casa Ese tiempo lo viviacute como un desborde de actividad pero mi madre sabiacutea que yo igual traiacutea el salario a casa y eso me permitiacutea cierta independencia ndashSos igual que tu padre ndashdeciacutea por mi militancia No seacute si le agradaba o le disgustaba pero yo sentiacutea su apoyo silencioso En 1957 acepteacute invitaciones de los compantildeeros de la Juventud Socialista que trabajaban por la formacioacuten de los sindicatos agriacutecolas Asiacute conociacute Paysanduacute Artigas y Treinta y Tres En 1958 empeceacute a trabajar fija en SADIL Alliacute trabajeacute diez antildeos de los cuales ocho fui delegada Vinieron las ocupaciones de la faacutebrica en lucha contra la desocupacioacuten La crisis de la deacutecada del 60 empezaba a hacer estragos y la lana se iba del paiacutes sin industrializar La poliacutetica del gobierno fondomonetarista se hizo notar enseguida Nos entregaron atados de pies y manos al mercado norteamericano Esto tuvo durante varios antildeos en lucha al gremio textil entero en el intento infructuoso de defender la industria nacional La ocupacioacuten de faacutebricas del 64 al 68 fue un ejemplo de militancia de las mujeres Horas en la faacutebrica ocupada sin ganar dinero las maacutequinas paradas la faacutebrica friacutea El gremio en pie de lucha Yo me habiacutea casado y ya teniacutea dos hijos

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Las mujeres eacuteramos la mayoriacutea nos turnaacutebamos para ir a casa atender a los hijos y a las tareas del hogar y volviacuteamos a entrar a la faacutebrica a seguir la huelga de brazos caiacutedos Duroacute mucho tiempo Discusiones asambleas y marchas que soacutelo sirvieron para fortalecer al gremio y nada maacutes porque todo se jugaba en la poliacutetica nacional y nosotros no decidiacuteamos estaacutebamos lejos de la poliacutetica Algunas de las faacutebricas inevitablemente cerraron y se fueron los capitales del paiacutes En esa eacutepoca escribiacute mis primeros artiacuteculos en Liberacioacuten una publicacioacuten de dos hojitas que sacaacutebamos en la Agrupacioacuten Textil del departamento sindical del Partido Socialista en Montevideo Vino la desocupacioacuten Estuve largos periacuteodos en el seguro de paro y luego nos ofrecieron el despido que al fin acepteacute en el 70 y me alejeacute de la industria Siempre mantuve la actividad sindical pero me metiacute maacutes en la tarea poliacutetica en el Partido Socialista y en el Frente Amplio que en ese momento se creaba Nunca fui rentada ni en la actividad sindical ni en la poliacutetica tal vez salieron muchos pesos de mi flaco bolsillo para una lucha con la que me sentiacutea totalmente comprometida como todos los militantes sindicales de esos antildeos Viviacutea apasionadamente los acontecimientos en un aprendizajepermanente Todos aprendiacuteamos e iacutebamos modificando nuestra vida personal en la medida en que empezaacutebamos a participar en la vida colectiva Fueron los mejores antildeos de mi juventud

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Jorgelina y Delia en Budapest

La invitacioacuten llegoacute al gremio textil desde Hungriacutea de parte de la Federacioacuten Sindical Mundial Se trataba de una Conferencia de Mujeres Trabajadoras con convocatoria internacional No hablaban de solventar el viaje La direccioacuten de nuestro gremio consideroacute importantes las relaciones internacionales y resolvioacute organizar una rifa para solventarlo El tiempo apremiaba y no se llegaba a completar la cifra total Cercano a la fecha de viajar soacutelo se teniacutea el cincuenta por ciento del dinero Consultadas las dos compantildeeras aceptaron correr el riesgo de viajar soacutelo con pasaje de ida con la salvedad que desde aquiacute seguiriacutean gestionando el tema del retorno Eso de ir a Budapest sin pasaje de retorno era una verdadera locura Mamaacute preparoacute los tallarines como cualquier domingo Vinieron dos hermanos y tres sobrinas Mi vieja estaba muy silenciosa Me daba miedo que en cualquier momento saltara con unahellip No era una despedida era una preocupacioacuten para todos Y mi vieja lo soltoacute ndashEse paiacutes dicen que estaacute atraacutes de la cortina de hierro ndashLas cosas cambiaron mucho No nos va a pasar nada ndashEsa compantildeera que va iquestya la conociacuteas ndashSi es macanuda Delia Maldonado ndashSu familia tambieacuten estaraacute preocupada ndashEs una gran oportunidad ndashdijo mi hermano

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Y mamaacute nos miroacute con una sonrisa iroacutenica ndashLos del sindicato podiacutean haber sacado un preacutestamo ndashdijo mi sobrinandash cuando vieron que el dinero de la rifa no alcanzaba y se terminaba de pagar con otra rifa No se puede creer que las manden solo con el pasaje de ida Ojalaacute que no sea para sacaacuterselas de encima Y se rioacute ndashHablando de preacutestamo iquestalguien me puede prestar una valija El barco sale el martes a las 12 de la mantildeana No sabemos si tenemos camarote ndashdijo la negra Las compantildeeras viajaron en tercera de un buque italiano No les preocupaba Del viaje por mar contaron poco Las dos viajaron como perro en bote un poco asustadas Diacuteas y diacuteas viendo agua y cielo y alguacuten temporal Los relaacutempagos en el mar se ven de principio a fin Cabalgando las olas Y asiacute llegaron a Europa Siguieron viajando en tren hasta llegar a su destino Sin plata y hablando por sentildeas Disfrutando todo lo que veiacutean y escuchaban Sin saberlo estaban viviendo los cambios que pronto llegaron a esos paiacuteses de ldquodetraacutes de la cortina de hierrordquo Se estaban produciendo los cambios que ellas contaron al llegar Contaron de la solidaridad que recibieron de las otras delegadas cuando se enteraron de que no teniacutean pasaje de retorno a Uruguay Siempre la misma pregunta en distintos idiomas ndashiquestCoacutemo pasaje sin retorno El tema se hablaba en los pasillos con ellas mismas Las dos uruguayas resultaron muy interesantes en Hungriacutea tanto para las delegadas como para las inteacuterpretes Al escucharlas en las intervenciones se hicieron populares Les gustaba la personalidad de Jorgelina la sonrisa y la humildad de Delia Aunque no eran comunistas y ademaacutes veniacutean representando a sindicatos autoacutenomos de su paiacutes hablaban de meacutetodos sindicales diferentes Contaron

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que en las calles de Montevideo estaban las obreras y los obreros en pie de lucha por derechos sindicales Corriacutea el antildeo 1956 y se intentaba salvar las fuentes de trabajo buscando formar una Central Uacutenica de trabajadores con hombres y mujeres de todas las tendencias poliacuteticas eso asombraba Lo deciacutean en castellano se repetiacutea en distintas lenguas distintas cabezas se moviacutean afirmativamente Hablaron y escucharon sintieron que estaban en la tarea que habiacutean ido a cumplir con las compantildeeras de otras geografiacuteas Tres meses despueacutes de la conferencia en Budapest en octubre se confirmoacute lo que las dos compantildeeras en julio contaron a su regreso a la comisioacuten directiva del sindicato textil El descontento que pudieron apreciar por relatos de las compantildeeras huacutengaras anticipando que podiacutea pasar cualquier cosa la crisis poliacutetica econoacutemica y de confianza en el poder Los sindicatos estaban preocupados pero el silencio no alcanzaba para ocultarlo En octubre entraron a Budapest los tanques rusos a reprimir una revuelta popular con costos poliacuteticos y de vidas humanas

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Una conferencia nacional

Eacuteramos muchas setenta delegadas de la Capital y treinta del Interior Llegaron obreras textiles desde Paysanduacute y Juan Lacaze Saacutebado y domingo funcionariacuteamos en el Centro Obrero de Alpargatas el local maacutes grande y coacutemodo del gremio Estaba todo preparado para recibir a las compantildeeras y alojar a las que llegaban del Interior Cuando arribaron las dos bantildeaderas se escucharon cantos y salimos todas del local a recibirlas abrazos y besos conocieacutendonos y reconocieacutendonos Ya estaacuten los mates y las bolsas de bizcochos circulando Poco a poco nos vamos sentando para dar comienzo a la jornada Hoy 20 de octubre de1956 el compantildeero Ruben Huguet en nombre del COA da comienzo a la primera Conferencia Nacional de Mujeres Textiles en Montevideo Jorgelina Martiacutenez y Delia Maldonado son invitadas a pasar a la mesa y dar el informe de lo actuado en la Conferencia Mundial de Mujeres Trabajadoras realizada en junio del mismo antildeo en Budapest donde representaron a las obreras de nuestro paiacutes Jorgelina destaca que la situacioacuten y el nivel de vida de las obreras huacutengaras y de sus familias estaacuten relacionados con la fuerza de organizacioacuten sindical y la participacioacuten poliacutetica y social de su comunidad Cuenta muchas aneacutecdotas Delia Maldonado destaca que esta Conferencia con la representacioacuten

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de tantas faacutebricas de todo el paiacutes debe ser el comienzo de una relacioacuten muy estrecha entre nosotras las obreras textiles Hoy maacutes que nunca se requiere nuestra militancia para conseguir nuevas leyes y exigir que se cumplan las actuales ya que la tendencia de las empresas es a burlar los derechos de los trabajadores Y en forma muy documentada se refiere a los logros en Uruguay Nosotras no sentiacuteamos orgullosas de las dos iquestQuieacutenes nos habriacutean representado mejor que ellas Luego se da la palabra a las congresistas Se elige una compantildeera de Paylana y otra de Juan Lacaze para la presidencia Tanto las compantildeeras del Interior como las de Montevideo aportaron a los temas comunes un lenguaje combativo y optimista Blanca Peralta propone que se realice una encuesta en todas las faacutebricas acerca de los problemas que afectan especiacuteficamente a las obreras textiles Dice ademaacutes que a traveacutes de las huelgas se comproboacute que las obreras textiles tenemos una inquebrantable voluntad de lucha que nunca vacilamos ni siquiera cuando tuvimos que enfrentar al gobierno y a la policiacutea y que debemos reforzar la militancia y hacer del sindicato un lugar tambieacuten nuestro Al diacutea siguiente se trabaja afanosamente y se recogen las conclusiones 1) A igual trabajo igual salario 2) Que el ritmo de trabajo no afecte a la salud de las mujeres trabajadoras 3) Realizacioacuten de una encuesta nacional sobre las necesidades de las obreras madres orientada a reivindicar las casas-cunas en los lugares de trabajo 4) La Conferencia reconoce el diacutea 8 de marzo de cada antildeo como Jornada Internacional de la Mujer Trabajadora Acuerda participar activamente en su conmemoracioacuten y explicar los motivos de tal jornada 5) La Conferencia resuelve participar con una delegacioacuten en la proacutexima Conferencia Nacional de Mujeres Trabajadoras de todos los gremios a realizarse en noviembre en Montevideo 6) La Conferencia expresa finalmente la solidaridad con los trabajadores

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de Montevideo y del interior que se encuentran en conflicto especialmente con las compantildeeras de FUNSA que acampan frente al Palacio Legislativo Se propone que las conclusiones de la Conferencia se integren en el orden del diacutea del proacuteximo Congreso Nacional de Obreros Textiles para considerarlas reivindicaciones de la totalidad del gremio Antildeos despueacutes el gremio textil fue el primero en obtener ldquoa igual trabajo igual salariordquo Esos dos diacuteas fueron muy emocionantes para todas iexclJuntarse cien mujeres para hablar de cosas propias inquietudes propuestas Nada de esto impidioacute las ruedas de mates en los descansos las risas la confraternidad las promesas de visitarse Esta actividad consolidoacute maacutes la unidad del gremio textil y agregoacute madurez al movimiento obrero que ya estaba reunieacutendose en la Comisioacuten ProndashCentral Uacutenica de Trabajadores De eso tambieacuten se pudo hablar ese antildeo tan fermental y combativo Hay cosas que no se olvidan la polenta el viento en la camiseta que trajeron Jorgelina y Delia al regresar de Budapest La fuerza que necesitaacutebamos para seguir en la lucha Ahora todas comunicadas agigantadas

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Las friyeras

En la mitad de la deacutecada del cincuenta la crisis muestra su cara maacutes siniestra a los trabajadores del Cerro de Montevideo Despueacutes de enriquecerse en nuestro paiacutes los duentildeos de los frigoriacuteficos extranjeros amenazan con cerrarlos y marcharse del paiacutes La lucha de los trabajadores toma las calles del barrio Entre las obreras de los frigoriacuteficos del Cerro muy pocas participaban en la militancia sindical y mucho menos en la direccioacuten del gremio Esto sucediacutea en todos los casos pero a su manera ellas se incorporaron a la lucha como siempre Las ldquofriyerasrdquo como les deciacutean despectivamente de aspecto recio y firme mujeres de ldquocuchillo en manordquo su herramienta de trabajo teniacutean por dentro un corazoacuten tan grande como sus faldas Eran unas luchadoras y lo demostraron en muchas ocasiones Solidaridad y lealtad para con sus hombres las caracterizaban Digo ldquosus hombresrdquo y no hablo soacutelo de maridos padres e hijos sino tambieacuten de sus compantildeeros del gremio porque a pesar de que en 1956 creyeron que solo ellos eran el Sindicato no permitieacutendoles integrarse a la huelgade hambre a ninguna de ellas cuando la situacioacuten se puso difiacutecil y no se conmoviacutean los poderes puacuteblicos y pasaban los diacuteas sin solucioacuten ellas no dudaron no se sintieron de otra parte A las mujeres les sobroacute iniciativa creatividad combatividad y actuaron solas Marchamos al Parlamento

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Eacuteramos unas cincuenta entre trabajadoras del frigoriacutefico hijas de trabajadores esposas otras como yo solo vecinas del barrio Mi padre era obrero portuario y yo obrera textil pero me sentiacutea parte de la lucha de las friyeras Todos eacuteramos obreros y otros compantildeeros podiacutean morir en esta huelga de hambre Defendiacuteamos intereses de la clase trabajadora Se habiacutean roto las negociaciones ndashiexclA las cuatro ndashiexclSiacute Yo tambieacuten ndashiexclA las cuatro ndashiexclY no falto Son las cuatro de la tarde Con bolsos y nintildeos de la mano empiezan a llegar Piden ser escuchadas por los parlamentarios Se sientan esperan no tienen apuro no volveraacuten sin ser escuchadas Ellas tambieacuten son el Sindicato y saben explicarlo muy bien saben hablar de reivindicaciones porque les son propias ndashMucho comunicado de prensa pero pocas soluciones para la huelgandash dicen a los periodistas Una tarde muy friacutea medio centenar de mujeres del Cerro ocupan la explanada del Palacio Legislativo Seguro no es un lindo espectaacuteculo ese mujereriacuteo en la explanada del Palacio Poco a poco son rodeadas por las ldquoFuerzas del Ordenrdquo ndashCirculen aquiacute no se pueden quedar No responden no es con ellos con quienes quieren hablar no importa la barrera policial Se les sigue ldquoexhortandordquo a irse a sus casas No escuchan se vuelven sordas por un momento Tranquilas Con calma de madres algunas se sientan para darles de mamar a sus hijos Creen que sentadas no les podraacuten pegar Se viene la noche Poco a poco de todos los bolsos sale comida leche para los nintildeos Se trajeron los mates tortas fritas vinieron preparadas para pasar la noche si es necesario

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ndash Aquiacute tiene coma compantildeera paacutesele a aquella Lo tienen claro no se van De alliacute no se mueve nadie Salen los parlamentarios y todas a la vez hablan dialogan explican piden exigen Los uacutenicos que se apersonan son Trias DrsquoElia Alba Roballo Zelmar Michelini Enrique Rodriacuteguez Arismendi Cardozo y Erro Ellos vuelven a entrar al Palacio de las Leyes prometiendo presentar una mocioacuten Por primera vez me di cuenta de lo frio y duro que era el maacutermolhellip Y tan lindo que se veiacutea desde el oacutemnibus cada diacutea Seguimos sentadas en la escalinata esperando esperando Pasan las horas Anochece Hace frio mucho frio De un lado los parlamentarios del otro otras voces ndashCirculen vuelvan a sus casas No les queremos pegar Se lo estaacuten buscando Haacuteganlo por sus hijos No pueden pasar la noche aquiacute Esas voces no las asustan estaacuten firmes en sus pretensiones y muy tranquilas Los nintildeos se duermen Como de la galera de un mago de los bolsos salen frazadas Se agrupan maacutes para abrigarse No se ha movido nadie seguimos sentadas en las escalinatas de maacutermol Personas que no conocemos tratan de hacernos llegar paquetes sin eacutexito Los milicos se estaacuten poniendo nerviosos Se agrupa la gente en la acera de enfrente gritan mensajes pero no los podemos oiacuter Estaacuten muy lejos Por fin se abre otra vez la puerta salen los mismos parlamentarios Anuncian que se consiguioacute una Comisioacuten que mediaraacute en el conflictoUna esperanza nada maacutes una pequentildea alegriacutea Los parlamentarios nos piden que nos vayamos Esta Comisioacuten nos ofrece ciertas garantiacuteas por lo menos para poner fin a la huelga de hambre y para llevar la discusioacuten del cierre de los frigoriacuteficos al Parlamento y a toda la opinioacuten puacuteblica Son las once y media de la noche Con la alegriacutea de lo conseguido con los pies y el culo helados acompantildeadas por algunos parlamentarios abandonamos

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la escalinata de maacutermol que volvioacute a quedarse friacutea y sola Con la bandera uruguaya desplegada para romper el cerco policial llegamos al Cerro a la Federacioacuten de la Carne a casa a tomar un plato de sopa caliente Y yo a las cinco y media de la mantildeana a la faacutebrica textil donde trabajaba Llegaron friyeros del interior del paiacutes En esos diacuteas las mujeres tuvimos que resolver el alojamiento de los compantildeeros del frigoriacutefico Anglo de Fray Bentos que llegaron en una marcha en solidaridad con la huelga A ellas las alojamos en nuestras casas los compantildeeros se quedaron en la Federacioacuten Pudimos conocernos y confraternizar Tambieacuten llegaron delegaciones de Paysanduacute en mi casa alojamossbquo a compantildeeras de alliacute hicimos amistad y me escribiacute con ellas durante algunos antildeos Cuando maacutes tarde estuve en su pueblo las visiteacutesbquo y fue muy lindo el reencuentro y recordar esas luchas callejeras las historias no contadas

Una novia

En esa huelga se perdioacute mucho maacutes que los dos quilos de carne que cada obrero tenia diariamente por convenio y el cierre del frigoriacutefico Swift Perdimos a Rubeacuten Paleo y a Muntildeoz dos compantildeeros de la direccioacuten del gremio que murieron en distintas circunstancias A Muntildeoz no lo conociacutea pero con Rubeacuten eacuteramos amigos teniacuteamos largas conversaciones sobre anarquismo y sindicalismo Es muy doloroso perder a un amigo repentinamente cuando no te lo esperaacutes cuando queda mucho por hablar todaviacutea Ruben era de la directiva de la Federacioacuten de la Carne y junto con otros compantildeeros estaba haciendo la huelga de hambre Un diacutea lo sacaron con un fuerte dolor de cabeza y lo internaron Era meningitis y estaba muy grave A los cuatro diacuteas murioacute Compartiacute el dolor de aquella perdida con su familia sus compantildeeros y su novia Cuando llegueacute al velorio ella se acercoacute y me preguntoacute

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ndashiquestVos sos la Negrita Eacutel me hablo de vos iquestVos tambieacuten lo queriacuteas ndash y se contestoacutendash Eacutel por todos se haciacutea querer No pude contestarle se me anudoacute la garganta solo pude abrazarla fuertemente Ella caminaba y caminaba por toda la sala nerviosa Con todos conversaba preguntaba y preguntaba teniacutea muchos interrogantes y no podiacutea encontrar respuesta a lo que queriacutea saber Cuando se despidioacute sbquo abrazada al cajoacuten dijo despacito ndashHasta pronto amor Teniacutean muchos proyectos juntos Habiacutean comprado los muebles la heladera los platos el primus la caldera Estaban esperando que terminara la huelga para casarse Habiacutean sido novios durante seis antildeos Ruben murioacute el 19 de mayo de 1956 no habiacutea cumplido los 29 antildeos Ella no lo podiacutea superar lo recordaba obsesiva callada permanentemente Una tarde salioacute a comprar una cosa cualquiera y comproacute otra veneno para ratas Para que sus padres que no la dejaban sola no se dieran cuenta se lo comioacute en pequentildeas dosis en los desayunos untando el pancito con manteca diacutea a diacutea Para acortar la distancia Porque cuando le dijo ldquoHasta prontordquo lo dijo de verdad A la semana cuando se sintioacute mal no dijo nada y el meacutedico la tratoacute por gripe ndashSiempre fue muy sana ndashdijeron las hermanas Una semana despueacutes la internaron ya sin fuerzas y confesoacute que no queriacutea vivir maacutes ndashSoacutelo quiacuteteme los dolores doctor yo estoy tranquila yo estoy preparada Se olvidoacute de ella porque no se podiacutea olvidarlo Olvidoacute que habiacutea estudiado contabilidad comercio ingleacutes para defenderse en la vida Olvidoacute que estaba preparada pero no lo estaba para esa peacuterdida Olvidoacute para queacute serviacutea vivir Tuvo una muerte cruel que no mereciacutea Sucedioacute todo muy raacutepido Se fueron los dos sin despedida de solteros

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sin luna de miel Con ella perdimos una vida maacutes en esa huelga Hay que agregarla a la historia no contada donde se mezcla lo puacuteblico y lo privado lo social y lo particular Se llamaba Isabel Ledesma y teniacutea veintitreacutes antildeos murioacute el 19 de julio de 1956 El Cerro empezaba a vivir la agresioacuten cotidiana El hambre y la desocupacioacuten el luto y la tristeza ensombrecieron las luchas sindicales y los rostros de la gente Siento que tengo que contar estas historias de mujeres que son parte de hechos sociales que viviacute en mi juventud Me importa contarlas en su plenitud porque cuando no se cuentan y quedan ocultas se muestra una sola cara de la Luna pero la Luna es un todo la forman luz y sombra Igual igual que la realidad luz y sombras

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Las compantildeeras de FUNSA

La Negra Espronzato me invita a su casa a tomar mate Cuenta que ella nacioacute en Canelones y vino a Montevideo a trabajar como tantas muchachas ndashYo saliacute de entre los terrones a trabajar en lo que fuera o sea de domestica Pero tuve la suerte de que una vecina me avisara que en FUNSA estaban tomando mujeres Yo no sabiacutea nada de faacutebricas pero me dijo que se ganaba muy bien Eso me entusiasmoacute Lo malo me advirtioacute era que te tomaban y antes de las cien jornadas te despediacutean Pero la oportunidad no se podiacutea desaprovechar Se presentoacute en la puerta de la faacutebrica y quedoacute muy impresionada Era muy grande no la podiacutea comparar con ninguacuten galpoacuten que hubiera visto antes En ese momento una sirena anunciaba la salida de un turno Le parecioacute un hormiguero de tamantildeo desproporcionado Todos caminaban de prisa hombres y mujeres vestidos de azul de ldquobrin sanforizadordquo No sabiacutea a quieacuten preguntar ni que hacer se sintioacute muy pequentildea FUNSA era una gran faacutebrica de manufactura de caucho Alliacute se haciacutean botas zapatos de goma neumaacuteticoshellip Se le acercoacute una muchachita flaca larga y mal vestida que habiacutea estado recostada a la pared observando el mismo espectaacuteculo Le preguntoacute casi temblando ndashiquestAquiacute es FUNSA ndashSi La otra estaba en la misma que ella buscando trabajo

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Entre las dos se las ingeniaron para preguntar y encontrar la puerta de entrada Descubrieron el cartel en que una flecha indicaba donde estaba la oficina de personal Alliacute llegaron con una amistad de cinco minutos que les daba mucha seguridad ndashEstoy nerviosa ndashYo maacutes Se acercaron a una empleada y le preguntaron carraspeando ndashiquestAquiacute toman gente Sacaacutendose los lentes la empleada contestoacute con otra pregunta ndashiquestCuaacutentos antildeos tienen Se estaacute apuntando a las mayores de dieciocho iquestTienen cedula de identidad ndashSi ndashdijo la Negra Echoacute mano al bolsillo y puso su documento sobre el mostrador ndashNo contestoacute la otra con poca voz y dando un paso hacia atraacutes ndashEntonces saacutecala y veniacute otro diacutea ndashdijo desinteresada la empleada ndashNo estoy apuntada en el Registro Civil mis padres no estaacuten casados Mejor dicho no estoy reconocida ndash o dijo casi como una confesioacuten La empleada siguioacute escribiendo La joven dio media vuelta dispuesta a irse ndashEspeacuterame un poquito no te vayas ndashle pidioacute la Negra Al poco rato la Negra salioacute como borracha de alegriacutea ndashiexclMe tomaron Afuera la esperaban los ojos huacutemedos de la muchacha ndash Mis padres no me apuntaron cuando naciacute y no seacute coacutemo lo tengo que hacer ndash No te preocupes iquestCoacutemo te llamas ndashLuisa ndashVamos a preguntar Tenemos que ir hoy porque mantildeana empiezo a trabajar Vamos No podeacutes estar sin documentos en Montevideo Luisa no pudo entrar esa semana los traacutemites llevaron varios diacuteas

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ndashHaciacutea un calor terrible ese verano Entreacute en 1947 yo era una muchachita Todo lo nuevo da un poco de miedo el olor tan fuerte a caucho el ruido la gente que te observa y que todaviacutea no conoceacuteshellip La Negra sacoacute un poquito de yerba y acomodoacute la bombilla ndashLas nuevas entran y salen todas juntas se esperan para darse aacutenimo Vos ya sabeacutes ndashesquivoacute la mirada y sonrioacutendash Aunque no lo creas yo era tiacutemida En 1952 la Negra y Luisa seguiacutean siendo amigas Haciacutea cinco antildeos que trabajaban en el mismo turno La Negra trajo a una hermana maacutes chica a trabajar a Montevideo que entroacute en PHUASA una faacutebrica textil y unos meses despueacutes trajo a un hermano que consiguioacute entrar en ANCAP Los padres desde Canelones les mandaban una vez por semana bolsos con frutas verduras y cordero De esos paquetes algo iba para Luisa que teniacutea muchos hermanos Porque la huelga del 52 esa fue brava No se acuerda mucho de coacutemo empezoacute ella en el Sindicato pero recuerda que un diacutea en su turno se empezoacute a hablar de sindicato dentro de la faacutebricaNunca habiacutea oiacutedo nada sobre eso Escuchoacute que habiacutea otros gremios que iban a la huelga ndashEn FUNSA habiacutea un sindicato ldquoamarillordquo Casi todos eran administrativos encargados capataceshellip Los amarillos no queriacutean ir a la huelga Luisa y la Negra callaban escuchaban pero no estaban ajenas a nada porque sabiacutean de las injusticias que se cometiacutean y de las mantildeas del viejo Pedro Saacuteenz Habiacutean visto muchas veces temblar al capataz cuando el patroacuten recorriacutea la fabrica no podiacutean oiacuterlo pero se daban cuenta que lo estaba miliqueando que le pediacutea ldquomaacutes velocidad mas produccioacuten mas controlrdquo El capataz se poniacutea rojo de verguumlenza y la gente se daba cuenta ndashAsiacute es la cosa cuando quereacutes acordar te despiden y anda a reclamarle a Macucho Y al capataz igual que a cualquiera No se acuerda porque todo fue muy raacutepido Los gremios del puerto y el transporte de Montevideo empezaron una huelga por derechos sindicales para

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todos y el gobierno decretoacute Medidas Prontas de Seguridad Las Medidas Prontas de Seguridad decretadas por el gobierno permitiacutean al Poder Ejecutivo enviar al Ejeacutercito a sustituir en sus puestos de trabajo a los funcionarios puacuteblicos en huelga Esa fue brava En la faacutebrica nos deciacutean que nosotros en FUNSA no teniacuteamos nada que ver que arreglariacuteamos directo con el patroacuten iquestY eso queacute importa Si todos los gremios llaman a la huelga porque el Ejeacutercito entroacute a trabajar en el Puerto nosotros tambieacuten Me animeacute y lo dije en la asamblea ndashYo no subo a un oacutemnibus si lo maneja un milicondash dijo Luisandash Dice mi padre que el Ejeacutercito entra mantildeana a los tranviacuteas que no suba En el vestuario las demaacutes callaban ndashDicen que hay que apedrearlos ndashagregoacute Luisandash y yo tengo flor de punteriacutea Todas rieron coacutemplices A la mantildeana siguiente en la calle camiones de milicos por todas partes Vigilaban la ciudad cerraban los locales sindicales y en la puerta dejaban un milico vigilando que no entrara nadie Los sindicalistas pasaban a la clandestinidad se refugiaban en casas de familiares o de otros compantildeeros pero seguiacutean reunieacutendose ANCAP ocupado tambieacuten por el Ejeacutercito La Negra era la mayor de los hermanos la jefa de hogar con veintitreacutes antildeos No se acostaba hasta que llegaran todos por la noche En casa de la Negra se sabiacutea lo que pasaba en tres sindicatos los tres hermanos trabajaban en distintas lugares FUNSA textiles y ANCAP De a poco se iban integrando aunque no supieran mucho de sindicatos A veces comiacutea sola nerviosa esperando que llegaran ndashNo me pasaba la comida Cada vez teniacutea menos para poner a la olla todos los integrantes de la casa en huelga

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ndashMiedo pero maacutes rabiahellip Cuando llegaba Luisa las dos saliacuteamos a la calle a ver queacute pasaba Si cuadraba apedreaacutebamos alguacuten oacutemnibus manejado por carneros En los diarios FUNSA convocaba a los trabajadores diciendo que el que no se presentara al otro diacutea se podiacutea considerar despedido Les enviaban telegramas colacionados ndashAngustia miedo rabia pero carnerear iexclnunca ndashDe a poco las cosas fueron cambiando y ahora nosotras tambieacuten empezamos a cuidar en las esquinas que no entraran a carnerear a la faacutebrica Se puso muy difiacutecil el Ejeacutercito puso camiones en las dos esquinas de FUNSA Entraron los capataces y algunas empleadas Les gritaacutebamosldquocarnerosrdquo y ldquobee beerdquo Algunas veces nos corrieron los milicos y nos tuvimos que esconder en casas que como al descuido dejaban la puerta sin pasador Los vecinos nos apoyaban Teniacuteamos algunos compantildeeros de base presos ndashLe dije a Luisa que estaba con mucha bronca y que ahora teniacutea yo tambieacuten buena punteriacutea con las piedras y nos empezamos a reiacuter como si fuera una travesura Luisa despueacutes que tuvo la ceacutedula de identidad dijo que se sentiacutea persona Se interesaba por los derechos que tienen los trabajadores A la Negra no le gustaba la injusticia Hicieron un piquete solitas ellas dos Sin saber mucho de poliacutetica se empezaron a decir socialistas como el compantildeeroIrmo Bidegaray ndashNo sabiacuteamos doacutende se reuniacutea el Sindicato Preguntando preguntando llegamos a donde se cocinaba era la olla sindical Alliacute conocimos hombres y mujeres de otros sindicatos Nos reuniacuteamos lejos a veces en el Cerro con los de la Federacioacuten de la Carne y escuchaacutebamos Lo que sucediacutea en todo Montevideo era maacutes de lo que imaginaban Ya eran los uacuteltimos diacuteas de la huelga general se negociaban soluciones hasta con el Ministro de Trabajo ndashFueron luchas por salario y mucho maacutes Movimientos callejeros se

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ocupaban las faacutebricas caravanas por la ciudad en camiones mujeres y hombres en camiones recorriendo los barrios hasta el Palacio Legislativo y alliacute llegaban otros gremios Las mujeres tambieacuten subiacuteamos a los camionesnos encontraacutebamos con ustedes las textiles saludaacutebamos con las banderas del Sindicato acampaacutebamos frente al Palaciohellip Y la persecucioacuten tambieacuten compantildeeros presos por varios diacuteas en cada salidahellip ndashUn diacutea ocupamos FUNSA Comunicamos ldquoHuelga de brazos caiacutedosrdquo Don Pedro Saacuteenz que era un deacutespota no queriacutea venir a hablar con los trabajadores Nosotros pusimos la faacutebrica en marcha nuevamente Le dijimos que ahora la faacutebrica era nuestra iexclAy juna Cuando los de la oficina lo llamaron para darles nuestra respuesta y vio que saliacutea humo por las chimeneas llegaron tres autos con los del directorio siacute vinieron a interesarse por lo que pasaba Las cosas las conseguiacuteamos soacutelo asiacute por la fuerza de los trabajadores Cuando terminoacute la huelga y entraron a trabajar en su turno Luisa y la Negra se dieron cuenta de que ellas eran distintas estaban maacutes atentas a los comentarios a lo que pasaba dentro de la faacutebrica ndashNosotras dos eacuteramos las uacutenicas de las nuevas que nos entreveraacutebamos con los del gremio Asiacute supieron que en la faacutebrica se buscaba formar un sindicato autoacutenomo y fueron las dos primeras mujeres que trabajaron en esa primera comisioacuten buscando adherentes Era casi secreta porque alliacute antes solo habiacutea ldquosindicato amarillordquo La Negra y Luisa eran aparadoras buenas trabajadoras cumplidoras eran respetadas ndashNo queriacuteamos ni sindicato rojo ni amarillo queriacuteamos que fuera de los trabajadoresde FUNSA ndashFue asiacute que nos hicimos del Sindicato ndashiquestEn aquella eacutepoca las mujeres tampoco sobresaliacutean en el sindicato ndashNo teniacuteamos intereacutes en sobresalir Eran tiempos distintos algunas de nosotras no sabiacutea leer ni escribir Muchas mujeres de FUNSA eacuteramos del

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interior del paiacutes algunas teniacutean miedo de perder el trabajo pero apoyaban al Sindicato aunque no queriacutean aparecer puacuteblicamente Habiacutea compantildeeras de Artigas Rivera Melo de muy lejos Veniacutean a Montevideo solas con una recomendacioacuten de un club colorado o blanco y sin conocer a nadie En Montevideo se metiacutean a vivir en una fonda y si no llegaban a entregar la carta en la faacutebrica porque les daba miedo se empleaban con cama en una casa de familia y alliacute se hundiacutean trabajando Habiacutea mucho trabajo en esa eacutepoca y tambieacuten mucha lucha sindical en la calle Durante la huelga las mujeres trabajamos mucho vendiacuteamos bonos conseguiacuteamos mucho apoyo en otros gremios pediacuteamos en la feria y en el mercado fruta y verdura llevaacutebamos las finanzas y ayudaacutebamos en la olla sindical No era nada nuevo igual que ustedes Tambieacuten hablaacutebamos en las asambleas pero eacuteramos las menos Esa la huelga grande del 52 es la que maacutes recuerdo La Negra Espronzato me alcanza el mate ndashEran otros tiempos Queda pensativa Se riacutee ndashUna vez entroacute la policiacutea al local del Sindicato Pusieron todo patas arriba pero el dinero del Sindicato lo salvamos porque a una compantildeera que andaba con su tejido de arriba para abajo se le ocurrioacute ovillar lana alrededor del rollo de billetes Y asiacute pasoacute el dinero como una madeja maacutes en el bolso junto a las agujas y al buzo que tejiacutea Los antildeos 50hellip Ahora es diferente Yo hablaba poco en las asambleas era maacutes de hacer no de hablar ni de escribir ndashHablaba cuando me poniacutea furiosa cuando me calentaba No aguanto las injusticias Era cuando hablaba porque no podiacutea con mi genio Nos despedimos con un fuerte abrazo Teniacuteamos muchas cosas en comuacuten el mismo patroacuten la misma rabiahellip

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Las mujeres del Arrozal

Ellas se quedan en el rancho pero luchando Lo deciden asiacute colectivamente Las mujeres las familias de los obreros arroceros tendraacuten participacioacuten en la huelga que se avecina Las mujeres crean un espacio de lucha el rancho su rancho se vuelve trinchera territorio a defender Por ellas y sus hijos los militantes de esos locales sindicales Los hombres los obreros de los arrozales preparan otra tarea Iraacuten a Montevideo a reclamar salarios dignos y el jornal de ocho horas Alliacute en los antildeos cincuenta se trabaja de sol a sol y no se ve plata les pagaban con bonos que soacutelo se pueden gastar en el almaceacuten del patroacuten El rancheriacuteo en el predio del patroacuten era parte de lo convenido era salario El rancho no es un beneficio al patroacuten le asegura la presencia del obrero en el lugar de trabajo Las mujeres quedaraacuten cuidando la retaguardia Son la otra mitad la que defiende y ocupa el puesto de trabajo de los maridos Las mujeres algo inusual en las zonas agriacutecolas se reuacutenen a discutir las acciones aunque todas ldquoacataban la mayoriacuteardquo seguacuten deciacutean Creo que fueron las primeras reuniones dentro del arrozal con mujeres tratando temas sindicales iquestCoacutemo llegueacute a conectarme con ellas iquestPor queacute iquestQueacute sentiacute entonces yo una joven que desconociacutea el campo y sus modos de vida No fui sola me invitaron a recorrer los caminos de los arrozales a acortar las distancias entre

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los trabajadores del campo y los de la ciudad ndashTenemos que llegar antes que se haga la noche ndashiquestQueacute deciacutes no te oigo nada Cuando habiacuteamos alcanzado la cima del repecho apagoacute el motor y dejoacute que la moto se deslizara a su voluntad por el bajo un largo bajo que acababa en el fondo de una cantildeada donde un poco de agua estancada haciacutea un charco en medio del camino de tierra ndashPor la noche es maacutes seguro llegar y que no nos vean los patrones o los capataces Como las familias viven dentro del arrozal tenemos que llegar como familiares o algo asiacute Esto me lo deciacutea el compantildeero Orosmiacuten Leguizamoacuten en el momento en que apagaba la moto en que viajaacutebamos Encendioacute un cigarrillo Atardeciacutea lentamente Al costado habiacutea un monte de eucaliptos se escuchaba el mugir de algunas vacas que se acercaban caminando pesadamente a buscar el abrigo de los aacuterboles cercanos Al poco rato luego de caminar para estirar las piernas Leguizamoacuten tiroacute el pucho con un tinguintildeazo y volvioacute a poner la moto en marcha Era aquel camino de bajos y repechos de cantildeadas Teniacuteamos que bajar a veces de la moto bordear un alambrado y empujarla Asiacute viajaacutebamos hasta que a eacutel se le ocurrioacute hablar como si le dieran cuerda Teniacuteamos la mitad del camino hecho y eso lo tranquilizaba no sabiacuteamos si nos alcanzariacutea la nafta iexclQueacute noticia ndashPero se estaacute portando bien la pobre moto de Toledo Atada con alambres la usamos todos los de los sindicatos de Treinta y Tres ndashiquestYa estamos cerca de la Charqueada ndashpregunteacute ndashSiacute soacutelo podemos hacer dos asambleas este fin de semana iquestsabes Leguizamoacuten a los gritos cantaba tangos de Gardel que yo no podiacutea acompantildear porque no sabiacutea toda la letra Me sentiacutea contenta Montevideo habiacutea quedado lejos Y ahora teniacutea ante miacute el campo lleno de movimientos extrantildeos

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iquestPor queacute estaba yo alliacute La intencioacuten era cumplir con el pedido de las compantildeeras de los arrozales Queriacutean que fuera una mujer de alguacuten sindicato de Montevideo para que asistiera a sus reuniones Se preparaba una huelga muy especial y ellas como esposas estaban tan involucradas como ellos Toda la familia estaba en el conflicto dentro y fuera del predio del patroacuten Nos preocupaba que la familia viviera dentro del campo del patroacuten en el arrozal iexclDe eso iba a hablar con ellas Era la primera vez que haciacutea un trabajo sindical fuera de la faacutebrica no sabiacutea coacutemo me recibiriacutean y estaba nerviosa Yo sabiacutea hablar en las asambleas de mi sindicato pero alliacute era distinto teniacutea miedo a que me tomaran a mal como una fabriquera montevideana iexclQueacute seacute yo iquestCoacutemo me tomariacutean iquestCoacutemo les iba a hablar iquestCoacutemo les iba a explicar que seriacutea una huelgadifiacutecil Pero no fue necesario ellas ya lo sabiacutean fue como continuar un diaacutelogo ya iniciado por otros Leguizamoacuten dijo que estaacutebamos cerca a la vez que apagaba la moto en el bajo y la dejaba ir un poco aguantaacutendola con los frenos salvando alguna huella de carro al borde del camino En aquel montecito de aacuterboles cargados de pelotitas escondimos la moto muy cerca del alambrado y empezamos a caminar por el ldquofeudordquo Primero un repecho y luego una bajada Ya habiacuteamos dejado el camino que lleva a la estancia teniacuteamos temor de que alguien pasara y nos viera en la ldquopropiedad privadardquo y vinieran a ver quieacutenes eran estos extrantildeos nosotros Al fondo de una cantildeada junto al agua alguien nos hizo sentildeas con la mano Eran dos compantildeeras que nos esperaban La distancia que habiacuteamos recorrido a pie me hizo bien las piernas se me habiacutean dormido en el viaje ahora las sentiacutea mejor Al acercarnos me sentiacute maacutes tranquila Nos esperaban y empezamos la reunioacuten Me presento y digo que soy del sindicato textil que en mi gremio somos muchas mujeres

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Nos sentamos en el suelo atardeciacutea Seguimos hablando Fueron llegando maacutes mujeres seriacutean doce o quince rostros curtidos por el sol tan serias tan fuertesY alliacute sencillamente en rueda de mate empezamos a hablar de la huelga que seriacutea difiacutecil que ellas eran muy importantes porque viviacutean dentro de la propiedad del patroacuten iquesteso no las asustariacutea que se debiacutea discutir todos los posibles problemas que se les pudieran presentar a sus familias Ahiacute estariacutean ellas solas pero contaban con la solidaridad de otros gremios movieacutendose en Treinta y Tres y en Montevideo y les ayudariacutean De a poco todas fueron hablando y coincidiendo ndashiexclTotal parsquo vivir asiacute Y alliacute sin tener en cuenta la hora fuimos sintiendo que el pasto empezaba a estar huacutemedo Nos pasaacutebamos el mate uacutenico calorcito que nos acompantildeaba Ya empezaba a refrescar Alguacuten cigarrillo como bichito de luz denunciariacutea la rueda que vista de lejos pareceriacutea un grupo de lucieacuternagas jugando sobre el agua de la cantildeada ndashiquestEs la primera vez que se habla de sindicato aquiacute ndash pregunto ndashSiacute ndashiquestMiedo Siacute miedo siacute Pero para vivir como vivimos ya me diraacute Continuoacute Elvira diciendo ndashAlgunas las maacutes joacutevenes nacieron aquiacute crecieron y se juntaron aquiacute ahora tienen hijos sin haber salido nunca del arrozal algunas no conocen ni siquiera la ciudad de Treinta y Tres como mi hija Isabel iexcly tiene 8 antildeos Hablan tranquilas son las que miran a los ojos las que interrogan con la mirada Arrugas que quitan brillo a la cara falta de dientes en la mayoriacutea mintiendo la edad de esas mujeres que joacutevenes parecen viejas poacutemulos salientes y sonrisas que iluminan sus caras cuando hablanMe observan buscando muestras de aprobacioacuten ndashiexclTotal parsquo vivir como vivimos Digo yo iquestNo ndashPa que los maridos ganen maacutes los ayudamos No crea que tenemos paga salario o como se llame nada de eso En cambio doblamos el espinazo de

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sol a sol No tenemos horario a veces catorce o quince horas depende con el agua hasta las rodillas oliendo el podrido del barro y las pestes sintiendo las sanguijuelas chupaacutendonos la sangre de los tobillos y las canillas los mosquitos ganaacutendose hasta por debajo de la ropa picotazos que arden maacutes que las ortigas Hizo un silencio y siguioacute hablando ndashSiacute siacute pero en fin estamos acostumbradas y no nos damos cuenta Quise hablar pero Leguizamoacuten que estaba sentado a mi lado agarraacutendome el brazo y sin decir palabra me dio a entender que la dejara seguir hablando ndashDe sindicato no sabemos nada pero de miseria siacute Se puso maacutes seria tal vez pensando que el sindicato alliacute teniacutea algo que ver con la comida agregoacute ndashiexclSeguro que acompantildeamos Y si los maridos van a la huelga nosotras seremos las primeras esto no es vida Total parsquo vivir asiacute El patroacuten se acuerda de nosotras solamente cada cuatro antildeos cuando nos viene a buscar parsquo votar y en cuanto a la plata no la conocemos nos pagan con bonos que tenemos que canjear en el boliche por comida y ropa y el boliche tambieacuten es del patroacuten Por eso siempre estamos debieacutendole al patroacuten iexclclaro La plata pasa de largo no queda en el bolsillo En cada silencio de la portavoz las miradas de las otras mujeres se cruzaban asintiendo con un lento movimiento de cabeza formaban un solo sentimiento ndashTotal parsquo vivir asiacute Trateacute con palabras breves y claras de transmitirles nuestro afecto y solidaridad Expliqueacute que no sabiacuteamos coacutemo reaccionariacutea la patronal si buscariacutea la complicidad policial para desalojar a las familias Pero habiacutea que preverlo todo iquestEstariacutean dispuestas a perder si se fracasaba iquestA quedarsin rancho sin trabajo No seriacutea faacutecil para ellas cuando el patroacuten las mandara desalojar de ldquosus tierrasrdquo cuando no dejaran volver a sus maridos y los

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despidieran por sindicalistas Se pensoacute en todo se les dio tiempo a todos a ellas tambieacuten Porque las mujeres jugariacutean en el espacio vital en el lugar de trabajo Por eso se hicieron pequentildeas reuniones donde ellas hablaron y opinaron se integraron fueron parte El sindicato recieacuten creado era el protagonista Pero el sindicato hace a la hora de hacer fuerte un nombre que las protagonistas sean cada una de ellas que la fuerza dependa de cada mujer de cada familia de cada hombre todos juntos pero sobre todo de la firmeza individual que no se puede delegar a nadie cuando vengan a golpear tu puerta ndashSi nos quieren echar iexclno nos vamos ndashiexclEste es nuestro rancho ndashEs como parte del salario dice mi marido ndashiexclNi que vengan los milicos iexclNo nos vamos ndashNo nos van a sacar de arrastro supongo ndashiexclNos tiramos al suelo y chau ndashiexclNi aunque estemos solas en casa con los gurises ndashiexclNo iexclNos encerramos y chau Elvira agrega ndashApoyamos la huelga por ocho horas de trabajo y salarios justos en dinero y nada de bonos parsquo poder comprar la comida y la ropa donde se nos antoje O comprarles a los bagayeros que venden maacutes barato Si es por eso que tenemos que ir a la huelga ya estaacuteEspero que esteacuten todas de acuerdo Elvira habiacutea ido tres antildeos al liceo de Treinta y Tres cuando viviacutea con la tiacutea y se habiacutea casado con un compantildeero de clase Como muchos tuvo que dejar de estudiar y volver a La Charqueada y asiacute continuar la vida que habiacutean llevado sus padres Pero ella queriacutea vivir mejor porque sabiacutea que podiacutea Me imagineacute que las demaacutes asintiendo deciacutean a coro ndashiexclTotal parsquo vivir asiacute Todo me recordaba a las mujeres del Cerro estaban alliacute eacuteramos todas

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nosotras Alliacute en el medio del campo tambieacuten recordeacute a los compantildeeros textiles en los momentos difiacuteciles cuando pensaacutebamos juntos cuando dudaacutebamos Me trajo a la realidad Leguizamoacuten que me puso la mano en el hombro y me dijo ndashVamos que todaviacutea nos queda un largo camino Ya vendremos otro diacutea Mantildeana tenemos una reunioacuten en La Charqueada Nos despedimos con la promesa de volver lo maacutes pronto posible a pasar el diacutea para visitar sus casas recorrer el campo juntas comer un asado o un puchero tranquilas y hablar de cosas nuestras Me abrazaron y me regalaron esa forma de ser ese sentimiento de carintildeo y amistad sentiacutea una mezcla de alegriacutea y tristeza Ellas se mezclaban con el paisaje la tierra la fuerza Sus ropas despediacutean olor a cocina de lentildea ese olor a hogar que me hubiera gustado compartir El trayecto hasta la moto lo hicimos en silencio volvieacutendonos dos o tres veces para saludar con la mano Ellas nos miraban saludaacutendonos de pie Ya en la carretera Leguizamoacuten empezoacute a recitar en voz alta para sacarme de aquel silencio en que me encontraba uno de los poemas de Garciacutea Lorca mientras la moto ganaba terreno con poca luz Orosmiacuten Leguizamoacuten era un obrero metaluacutergico un gran compantildeero Nos conocimos en las Juventudes Socialistas donde militaacutebamos desde haciacutea tiempo Yo sabiacutea poco de eacutel Cuando el resto de los compantildeeros me propuso para la tarea de apoyatura del trabajo que habiacutea empezado elmaestro Manuel Toledo en Treinta y Tres con los trabajadores rurales no dudeacute No sabiacutea lo que teniacutea que hacer ni coacutemo me moveriacutea Confiaba en los compantildeeros y me fui con Leguizamoacuten que resultoacute ser un compantildeero fuera de serie respetuoso sencillo humilde y capaz de pasar dos o tresdiacuteas sin comer y seguir hablando serenamente sin decir que teniacutea hambre tomando mate con los compantildeeros de los arrozales Llegamos a la ciudad de Treinta y Tres a casa de Manuel Toledo que nos esperaba con el proyecto de trabajo para ese fin de semana Se iban sumando

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reclamos salariales En la Charqueada un pueblo en medio de los arrozales el seguimiento de esos reclamos Manuel lo llevaba acompantildeado por un abogado La casa de Toledo era como el local de un sindicato A pie o en bicicleta llegaban compantildeeros que se sumaban a la rueda de mate que terminaba en ruedas grandiacutesimas donde se hablaba y se escuchaba con mucha atencioacuten a los obreros que llegaban del arrozal Era una forma distinta de hacer sindicalismo estaba metido en la vida cotidiana Yo tiacutemidamente me ubicaba en un rincoacuten y escuchaba esas conversaciones donde no habiacutea promesas Como Manuel era maestro rural a algunos les ensentildeoacute a leer y a escribir a otros los caminos de la liberacioacuten Cada vez que iba yo sentiacutea que aprendiacutea nuevas cosas de todos ellos de los compantildeeros de Manuel Toledo y de Leguizamoacuten Manuel era un motorcito organizador Con palabras sencillas sabiacutea hacer pensar a quien le escuchaba y asiacute como armando un collar de cuentas uno a uno se fue vertebrando el sindicato agriacutecola SUDA Sindicato Uacutenico de Arroceros nunca mejor sigla que recuerda el sudor de cada diacutea de los trabajadores Aquel primer fin de semana seguimos hacia Lascano Sobre la media noche vimos en el camino la luz de una pequentildea fogata a lo lejos Al acercarnos encontramos a un hombre sentado en una piedra una lata de agua caliente tomando mate solo al costado de dos grandes maacutequinas segadoras Era el cuidador Nos saludamos y tomamos unos matesYo me tambaleaba de suentildeo me iba de costado el hombre me sugirioacute que me subiera a una de las cabinas de las maacutequinas que alliacute dormiacutean dos de sus pequentildeos hijos Acepteacute y eacutel me tiroacute un poncho por encima Leguizamoacuten siguioacute hablando con eacutel toda la noche Entre suentildeos oigo risas y trozos de alguacuten cuento El cansancio me inmoviliza y duermo hasta que unas gotas de lluvia me despiertan Ya estaba amaneciendo Salimos apenas aclaroacute Era domingo A la tarde hariacuteamos otra reunioacuten

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en otro lugar pero ya seacute coacutemo empezar a hablar Ellas me ensentildearon como hacerlo sencillamente El lunes volviacutea a la faacutebrica a mi maacutequina con una sensacioacuten de angustia de impotencia pensando en los diacuteas que se avecinaban para aquellas mujeres Trescientos quiloacutemetros nos separan Recuerdo esos fines de semana recuerdo aquellas formas que en la semioscuridad se moviacutean Las mujeres del arrozal levantaacutendose avanzando y diciendo a coro ndashiexclTotal parsquo vivir asiacute Desde el Arrozal 33 sale una carta dirigida a la opinioacuten puacuteblica ldquoLas mujeres de los arroceros nos organizamos en este momento tan duro Frente al hambre y miseria de nuestros hogares queremos hacer conocer nuestra movilizacioacuten junto a la lucha de nuestros esposos hijos y hermanos Nos dirigimos a la opinioacuten puacuteblica a las obreras y a las amas de casa especialmente reivindicando la plataforma del SUDA reclamando un lugar en la luchardquo Esta carta resuelta en asamblea invoca a textiles amas de casa metaluacutergicas friyeras empleadas estudiantes iexclHaz tuya esta lucha La firmaron Blanca Fariacuteas de Peacuterez secretaria y Hortensia Sosa de Echeverriapro secretaria en mayo de 1957 departamento de Treinta y Tres El 22 de mayo cuando la marcha permaneciacutea en Montevideo haciendo gestiones en el Ministerio de Trabajo en el Arrozal 33 el patroacuten pretendioacute sacar un camioacuten de arroz de la planta en conflicto Un muro de mujeres indignadas se lo impidioacute La policiacutea las reprimioacute a culatazos y el camioacuten arremetioacute contra ellas dispuesto a pasarles por encima Ese episodio permitioacute que ellas negociaran con la policiacutea que no sacariacutean maacutes granos del establecimiento mientras durara la huelga Los sindicatos de la ciudad de Treinta y Tres pidieron guardia policial en la puerta del Arrozal para que no se repitiera el episodio Fue una huelga muy dura la de 1957 La solidaridad llamoacute al paro general en Montevideo Todos respondieron al llamado y a su plataforma ocho horas de trabajo y salario miacutenimo para los trabajadores agriacutecolas Para los que lucharon en el arrozal esa huelga se ganoacute Y las familias participaron Y las

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mujeres fueron importantes Dos antildeos maacutes tarde Leguizamoacuten tuvo un accidente de traacutensito que truncoacute para siempre su actividad sindical Seguacuten nos contoacute Roberto Dotti que vio el accidente lo sacaron de entre los hierros donde su cabeza habiacutea quedado aprisionada Pasoacute cuarenta diacuteas en estado de coma profundo Cuando se recuperoacute nunca maacutes fue eacutel mismo falta de memoria incoherenciaen el hablar Nunca maacutes se acordoacute enteramente de quieacuten fue Volvioacute con veintiseacuteis antildeos a una infancia sin recuerdo ni pasado ni futuro con la ingenuidad de un nintildeo Cuando algunos meses maacutes tarde lo encontreacute en Casa del Pueblo me costoacute reconocer a aquel entusiasta luchador iexclQueacute tristeza cuando murioacute hace unos antildeos iexclNinguno de nosotros lo pudo ayudar a recobrar su frescura Veinte antildeos despueacutes de aquellas jornadas arroceras Manuel Toledo que seguiacutea militando diariamente por los compantildeeros del interior cayoacute preso de la dictadura y murioacute a consecuencia de las torturas en la negra noche de la caacutercel uruguaya Manuel Toledo era un hombre peligroso por su palabra su pedagogiacutea su sencillez por su firmeza en la lucha contra la injusticia No esperaba nada para siacute mismo Eso le permitioacute ser libre siempre auacuten cuando estuvo preso Asiacute murioacute

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Las chacras del Norte

Trabajar y vivir como las mujeres recolectoras de tomates en las quintasde Bella Unioacuten en Artigas es algo muy duro inhumano UTAA no se limitoacute a agrupar a los trabajadores cantildeeros Obreros de distintas ramas del trabajo agriacutecola se fueron agrupando alrededor del Sindicato Trajeron nuevos reclamos y denunciaron sus malas condiciones de trabajo Las obreras de las chacras tomateras se acercaron a UTAA Queriacutean ldquoestar en cajardquo para cobrar la asignacioacuten familiar por sus hijos y poder jubilarse alguacuten diacutea Queriacutean que las respetasen que no las trataran a gritos ndashNo somos perros iquestCoacutemo las conociacute iquestCuaacutendo Corriacutea el antildeo mil novecientos sesenta y tres a fines de noviembre y principios de diciembre Dos fines de semana llegueacute a Bella Unioacuten con Andreacutes Cultelli Atendiacuteamos saacutebado de tarde y domingo por la mantildeana Enseguida empezaba a llegar gente Andreacutes como asesor juriacutedico del sindicato recogiacutea los datos de los casos de reclamos legales que se presentaban en UTAA despidos diferencias de salarios acusaciones de abigeato etc Las entrevistas juriacutedicas eran charlas acompantildeadas con mate fuera de toda formalidad Comiacuteamos alliacute mismo lo que los compantildeeros nos traiacutean de sus casas

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Yo iba ayudar en lo que fuera uacutetil Escuchaba a la gente que traiacutea distintas preocupaciones En rueda de mujeres hablaacutebamos de salud Escuche a muchas hablar de abortos de embarazos no deseados del riesgo de vida que acarrean las praacutecticas abortivas ilegales que se practican en nuestro paiacutes y tambieacuten cruzando la frontera de la automedicacioacuten y la desinformacioacuten que todas padecemos Eran los mismos temas de los que hablaacutebamos las mujeres de las faacutebricas textiles Eran las mismas preocupaciones de nosotras las obreras montevideanas Les lleveacute la invitacioacuten para el Primer Encuentro de Mujeres Trabajadoras que se preparaba en Montevideo para fines de diciembre En esa convocatoria estaban trabajando Delia Maldonado y Jorgelina Martinez dos compantildeeras textiles Ellas me pidieron que hablara del Encuentro a las mujeres de UTAA Diacuteas despueacutes las mujeres de UTAA eligieron a Hilda Silva y a Isabel Goacutemez para representarlas Ellas explicaron las condiciones de vida y de trabajo en Bella Unioacuten Por primera vez escuchamos la consigna TIERRA PARA QUIEN LA TRABAJA traiacuteda por estas compantildeeras al Encuentro Nacional de Mujeres Trabajadoras Esos fines de semana aprendiacute mucho en el intercambio Andreacutes se iba por la noche a alguna reunioacuten en el pueblo en la que yo no participaba ndashEso es cosa de hombres ndashdeciacutean ellas ndashQueacutedate con nosotras Y me quedaba en el barrio compartiendo alguacuten pan casero recieacuten hecho Me invitaban a dormir a su casa Conociacute sus familias su forma de vivir sus ranchos y el olor a lentildea de sus hogares que me llevaba a mi casa para recordarlas durante la semana En el sindicato era diaria la rueda de mate A veces traiacutean buntildeuelos o tortas fritas Relataban distintos casos Contaron tantas cosas que se llegoacute a pedir una inspeccioacuten sanitaria que nunca se realizoacute

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Los patrones abusaban del uso de insecticidas venenos con los que sulfataban las plantas A las obreras les provocaba alergia en manos y ojos voacutemitos y erupciones en todo el cuerpo Terminaban en la consulta en el hospital y teniacutean que dejar de trabajar Durante los diacuteas de cosecha bajo el sol el calor era aplastante de treinta a treinta y ocho grados durante las ocho o diez horas de trabajo a destajo La zafra era esperada con alegriacutea y angustia a la vez Teniacutean que ser muy raacutepidas explicaban porque los tomates maduran todos a la vez y en tres o cuatro diacuteas se puede perder una cosecha Debiacutean apurarse porque solo tienen esos diacuteas para hacer su salario El tomate es delicado no lo podeacutes machucar ni arrancar de cualquier manera Lleva su tiempo y pagan muy mal Algunas mujeres teniacutean que llevar a la quinta a sus hijos chiquitos Los acostaban en los surcos cerca de ellas envueltos en unos trapos tapaacutendolos con ramitas verdes para que estuvieran fresquitos mientras dormiacutean Teniacutean que cuidarlos de los insectos que alliacute abundan por el clima Me deciacutean que alguna habiacutea parido a sus hijos en los surcos de tierra ndashCuando sos de parto raacutepido y levantas un cajoacuten podeacutes romper agua y atraacutes viene el guriacute sin avisar ndash contaba una con toda naturalidad Yo como montevideana estaba lejos de imaginar que en el Uruguay al que llamaban ldquola Suiza de Ameacutericardquo pasaran estas cosas Jacinta tendriacutea unos cuarenta y cinco antildeos supongo aunque algunas veces me equivoqueacute al calcular edades Siempre parecen mayores llenas de hijos desgastadas por el trabajo y la vida La vi por primera vez una tarde cuando la trajo otra zafrera al ranchito del Sindicato Nos dijeron que el caso de Jacinta era urgente Traiacutea un papelito de pase a cirugiacutea del hospital local para el Hospital de Cliacutenicas Teniacutea que viajar a Montevideo para operarse aquel enorme bocio que sentildealoacute con la mano aunque no era necesario se veiacutea que era del tamantildeo de un huevo de avestruz y le colgaba Jacinta teniacutea grandes ojos saltones y enrojecidos por la

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enfermedad avanzada Nos pediacutean que le solucionaacuteramos el viaje alojamiento y acompantildea-miento al Hospital de Cliacutenicas Yo trateacute de explicarles que eso teniacuteamos que tramitarlo con el sindicato de ONDA que era la uacutenica empresa de oacutemnibus que viajaba hasta Artigas Asiacute lo hice recogiacute sus datos personales y el pase meacutedico Despueacutes de una semana conseguiacute su pasaje de ida y vuelta a la Capital y se lo envieacute Una tarde me avisaron que Jacinta estaba en Casa del Pueblo esperaacutendome Cuando llegueacute me sorprendiacute no estaba sola En sus brazos sosteniacutea una nintildea que padeciacutea paraacutelisis cerebral e hidrocefalia seguacuten supe despueacutes Piernas y brazos largos finos y descarnados manos y pies grandes que colgaban como trapos y una cabeza grande frente ancha ojos mirando hacia atraacutes sin ver y una boca babeante Jacinta soacutelo me dijo a modo de saludo ndashNo teniacutea con quien dejarla Yo no sabiacutea que traeriacutea a esta hijita y tampoco sabiacutea queacute hacer Soacutelo teniacutea previsto el alojamiento para ella y la visita al meacutedico que la atenderiacutea en el Hospital de Cliacutenicas iquestQueacute hacer iexclQueacute ganas de llorar Cuando hablo de alojamiento no hablo de hotel era la casa de alguno de nosotros no teniacuteamos plata para otra cosa La presencia de la nintildea lo cambiaba todo Pensaba alojar a Jacinta en otra casa cerca del Hospital pero todo cambioacute porque la nintildea necesitaba cuidados especiales Eran las ocho de la noche y penseacute en mi madre No le habiacutea comentado en que andaba pero suponiacutea que mi madre no me dejariacutea en la estacada Llegueacute a casa a cenar sin avisar como tantas veces acompantildeada por Jacinta su hijita y un nudo en la garganta Mireacute la cara de mi madre durante la cena para ver su reaccioacuten En seguida supe que se podiacutean quedar las dos en casa Dontildea Rosa me hizo comprender que ella cuidariacutea de lanintildea Yo sabiacutea que mi madre teniacutea un gran corazoacuten solidario

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iexclQueacute tranquilidad A la mantildeana siguiente iriacutea a la faacutebrica sabiendo que la nintildea quedaba en buenas manos y que otra compantildeera llevariacutea a Jacinta al hospital Cuando operaron a Jacinta nos quedamos con la nintildea en casa Mi madre la trataba con carintildeo y le preparaba sopas nutritivas papillas y frutas Le daba mucho de comer porque la veiacutea muy flaquita La nintildea respondiacutea con risas nerviosas a veces apretaba la cuchara entre los dientes y eradifiacutecil sacaacutersela Respondiacutea tambieacuten al estiacutemulo de las palabras carintildeosas de dontildea Rosa A los tres o cuatro diacuteas empezoacute a hacer un poco de fiebre despueacutes temperaturas maacutes altas y convulsiones lo cual nos asustoacute mucho ndashEs un angelito de Dios ndashdeciacutea mi madrendash iquestExtrantildearaacute Llamamos a Isabel la pediatra esposa del compantildeero Joseacute Pedro Cardoso Al ver a la nintildea le dijo a mi madre que no le diera tanto de comer que la nintildea estaba desnutrida y padeciacutea raquitismo Teniacutea cinco antildeos y pesaba diecisiete quilos y teniacutea un sistema digestivo diferente al de un nintildeo de su edad Nos explicoacute que aunque tuviera siete antildeos era como un bebeacutesbquo y no aguantariacutea el cambio de alimentacioacuten ya que la madre soacutelo le daba leche o agua con azuacutecar en mamaderas y muy poco soacutelido Seguiacutea haciendo fiebre por las tardes y no movilizaba el intestino Otra vez llamamos a la meacutedica vio que se estaba poniendo grave La internaron en el Hospital de Nintildeos Teniacuteamos a la madre y a la hija en distintos hospitales A los pocos diacuteas murioacute la pequentildea de una paraacutelisisintestinal En mi casa se vivioacute una jornada de duelo No podiacuteamos conformar a mi madre Aunque Jacinta le habiacutea explicado en conversaciones anteriores que los meacutedicos le habiacutean dicho que la nintildea no pasariacutea de los cinco antildeos mi madre no podiacutea aceptar que la comida le hubiera hecho mal ndashiexclSi yo la preparaba con tanto carintildeo ndashdeciacutea La velamos en casa de Andreacutes Fue muy triste todo habiacutea muy poquitas personas Jacinta no hablaba no conociacutea a nadie soacutelo miraba y agradeciacutea

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Se quedoacute unas semanas en casa de Andreacutes recuperaacutendose Jacinta volvioacute al pueblo operada y sin su hija A veces pienso en Jacinta La imagino trabajando cada diacutea con aquella nintildea que ldquono teniacutea con quien dejarrdquo envuelta en trapitos a su costado en los surcos La salud es uno de los derechos irrenunciables de las mujeres trabajadoras todo lo que ponga en peligro este derecho se debe denunciar Es un tema de todos estaacute en nuestra vida cotidiana y debe estar en los espacios sindicales Vivir dignamente para una trabajadora no es solamente tener un salario decente es tambieacuten tener acceso al cuidado de su salud Era una necesidad de antes y de ahora No es por casualidad que desde su fundacioacuten UTAA luchara por tener una policliacutenica en Bella Unioacuten al lado del Sindicato integrada como parte de la organizacioacuten Ellos supieron verlo desde el principio

Mitin poliacutetico en la viacutespera del 1deg de mayo en la Plaza Libertad Detraacutes se ve a cantildeeros y cantildeeras de Bella Unioacuten Mariacutea Julia estaacute sentada al frente en la izquierda Rauacutel Sendic estaacute sentado delante a la derecha Tambieacuten estaacuten presentes Delia Maldonado y Jorgelina Martinez (Principios de la deacutecada de los 60) Fotografiacutea Archivo personal

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La marcha

Aquiacute estoy con una taza de teacute que me prepareacute a media tarde Estoy sola escuchando muacutesica Seco cuidadosamente la cucharita con la servilleta de papel y como jugando la hundo en el azucarero Me entretengo mirando el movimiento que hace el azuacutecar tan blanco tan fino tan dulce Pienso iquestSabraacuten las mujeres montevideanas el sabor amargo que tiene para algunasfamilias este azuacutecar El silencio de la casa me permite reencontrar recuerdos de mujeres que conociacute hace ya tiempo Cuando las mujeres hablamos de nosotras a veces decimos ldquoNosotras las amas de casardquo Nos referimos a un tipo de mujer a un tiempo de mujer y nos incluimos Pero yo seacute de otras mujeres otras amas de casa otras madres con otra suerte de vida No es lo mismo vivir en la ciudad que enel campo No es lo mismo tener tu salario que depender del salario de tu marido del clima de la zafra o estar sin trabajo por largo tiempo No es lo mismo tener tu casa que vivir en la tierra del patroacuten Revolviendo el azuacutecar en la taza cierro los ojos y me parece que veo a algunas de aquellas mujeres Las siento muy cerca escucho otra vez sus relatos Esto no es un cuento no puedo decir ldquoHabiacutea una vezrdquo No porque estas mujeres existen estaacuten entre nosotras dispersas en distintos lugares del paiacutes A algunas de ellas las conociacute en Bella Unioacuten Artigas en 1963 a otras cuando llegaron en la Segunda Marcha a Montevideo con su familiaen 1964 Veniacutean de Bella Unioacuten frontera con Brasil el lugar maacutes al norte de

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nuestro paiacutes lugar de tierras coloradas de aacutegatas de amatistas las tierras ricas de los ingenios azucareros Como otras mujeres de los sindicatos montevideanos formeacute parte del movimiento solidario Conseguimos comida abrigo carpas y un terreno baldiacuteo para que se alojaran Fue lo que pidieron queriacutean estar todos juntos Montevideo era muy grande y desconocido para ellos Los cantildeeros hicieron la marcha a pie buscando una solucioacuten a sus problemas Llegaron con las manos vaciacuteas igual que allaacute No eran noacutemadas ni desclasados Eran obreros agriacutecolas de nuestro campo Los poliacuteticos y la prensa de derecha quisieron hacer circo de la llegada de la marcha La marcha de los cantildeeros asombroacute a los obreros de la ciudad ldquolos peludosrdquo no llegaron solos trajeron sus familias a correr su misma suerte como allaacute Su familia sus hijos eran todas sus pertenencias Las mujeres nos hablaron de otra geografiacutea de una frondosa vegetacioacuten de un verdor vecino y ajeno de un rio que atardeciacutea con puestas de sol anaranjado que pintaba con ese color la tierra y la gente Otro clima donde el verano es el calor y sus consecuencias y el invierno sin trabajoes frio y hambre ndashSe nos veniacutea la hambruna Por eso nos vinimos a pedir a los poliacuteticos la expropiacioacuten de tierras para que se reparta entre las familias desocupadas para poder trabajar todo el antildeo y no depender solo de la zafra de la cantildea de azuacutecar Arrastraron su miseria de norte a sur Atravesaron el paiacutes Eran unas cuarenta familias Traiacutean una consigna ldquoPor la tierra y con Sendicrdquo su compantildeero ldquoEl que camina adelanterdquo deciacutean refirieacutendose a los carteles con la foto de Sendic que encabezaban la marcha ndashRauacutel Sendic fue el primero que nos explicoacute queacute es un salario queacute es una cooperativa que hay leyes y que podemos pedir una expropiacioacuten de tierras Eacutel simplemente les hizo entender que habiacutea donde trabajar todo el antildeo

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que las maacutequinas se podiacutean alquilar al principio y que la cosecha se repartiriacutea entre todos igual que el dinero recaudado ndashCerca del pueblo de Bella Unioacuten hay treinta mil hectaacutereas que tienen buenas aguas y nadie las trabaja Estaacuten llenas de yuyales de chilcas ndashEso es un egoiacutesmo no darla para que nosotros la trabajemos ndashTienen duentildeo Es de una sucesioacuten de la viuda de Silva y Rosas ndashNosotros solo las queremos para trabajar para comer Los cantildeeros queriacutean pedir que el gobierno expropiara esas tierras y las administrara y que el Ministerio de Agricultura se las entregara a ellos para trabajar Asiacute planteado era muy faacutecil de entender ndashiquestVerdad No se pierde nada Hay que pedirlo en Montevideo en el Parlamento alliacute donde se hacen las leyes Siacute es posible Allaacute vamos No teniacutean dinero para el pasaje Hacer la marcha a pie no era un problema de a poco llegariacutean deciacutean ndashEstamos acostumbrados a caminar ndashY aquiacute vamos ndashNo nos podemos quedar de brazos cruzados iquestesperando queacute Nuestros hijos tienen hambre ahora ndashexplicaban a los grupos que se acercaban en el camino ndashNo podemos esperar Las mujeres de la marcha contaron que se largaron a caminar como si fuera una mantildeana cualquiera Habiacutean preparado los bolsos el mate el termo la yerba La bombilla y las galletas criollas fueron lo primero que se acordaron de poner en el paquete de viaje Distribuyeron el peso los ataditos de acuerdo al tamantildeo de cada hijo Les resultoacute faacutecil porque no teniacutean mucho Los pantildeales las mamaderas y la ropita abultaban muy poco Una manta cruzada a la espalda de cada uno Abrigo llevaron todo el que teniacutean o el que les prestaron los que fueron a despedirlos al ranchodel Sindicato El grupo lo conformaban hombres y mujeres de todas las edades Los

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mayores teniacutean cincuenta o sesenta antildeos habiacutea adolescentes nintildeos y bebes Nombraron encargada del botiquiacuten a una enfermera del pueblo Aacutengela Aacutelvarez que junto a un joven que estaba haciendo el uacuteltimo antildeo de magisterio decidioacute acompantildearlos Salieron por la carretera con la fresca de la madrugada antes que asomara el sol Al poco rato les saludoacute un rojo amanecer con cantos de paacutejaros Esas eran las uacuteltimas imaacutegenes que recordaban de allaacute del norte Esas mujeres iban a vivir como cada diacutea sin casa mal vestidas casi descalzas Colectivizaron los comestibles que al paso del camino manos solidarias les haciacutean llegar Amigos que los acompantildeaban unos kiloacutemetros y se despediacutean con abrazos Pintaban los muros ldquoExpropiacioacuten de las treinta mil hectaacutereas de Silva y Rosasrdquo ldquoReparto de la tierra a los trabajadores desocupados del Norterdquo Los muros escritos iban quedando atraacutes como testigos de su paso En esa marcha las mujeres fueron las primeras en colectivizar el cuidado de los hijos las mamaderas los llantos Tambieacuten compartieron ilusiones y anhelos Cada una esperaba lograr diferentes cosas de ese sacrificio ndashCuando saliacutea la marcha aquella madrugada junteacute los restos de comida que me quedaban Fideos de distinta clase un poco de arroz un poquito de azuacutecar y lo entregueacute al paquete comuacuten Penseacute que lo que deseaba para todos nosotros era iexclla abundancia ndashCuando escucheacute que habiacutea que llevar calzado y ropa coacutemoda penseacute que no teniacutea mucho para elegir Yo deseo eso no estar toda la vida pelada y ganar para comprar ropa para todos Ana Mariacutea de quince antildeos dijo riendo que con conocer Montevideo ella ya tendriacutea bastante ndashDesde que vivo con Don Lema en el Ingenio ni muebles tengo Una cama una mesa de tabloacuten y bancos de tronco que arrastramos del monte Pero ella habiacutea visto la casa donde iba a entregar la ropa limpia habiacutea visto que se podiacutea vivir de otra manera

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ndashiexclQueacute cocina teniacutean iexclUn lujo iexclQueacute muebles Todos pintaditos No seacute coacutemo tendriacutea dentro de la casa yo entraba solo a la cocina iexclY queacute cortinas iexclPreciosas Ella seriacutea muy feliz teniendo cada cosa en su lugar ndashiexclPodeacutes ponerle cortinas a la aripuca ndashiquestQueacute es una aripuca ndashpregunteacute Ahora siacute se reiacutean todas con ganas Se daban cuenta que las montevideanas sabiacuteamos poco de coacutemo se vive allaacute Una aripuca es un montoacuten de ramas de cantildea puestas en forma de cono Los cantildeeros y algunas familias duermen alliacute durante las largas semanas de trabajo Tambieacuten los llaman benditos porque parecen manos en posicioacuten de oracioacuten Charlando la rueda se va agrandando Unas sentadas o en cuclillas otras paradas Dos de ellas cebando mates Hablan de su vida y su deseo de vivir mejor La esperanza asoma a los ojos oscuros y vivaces en las caras de sonrisa faacutecil Por esas ilusiones caminaban hacia la Capital Creiacutean en un proyecto de ley que les permitiera trabajar tener un hogar fijo una casa y comida para todo el mes todo el antildeo En el camino coreaban consignas entonaban una cancioacuten o haciacutean silencio por largo rato Pensativos caminaban miraacutendose los pies cansados sucios de tierra lastimados vendados A veces camioneros que marchaban en la misma direccioacuten les llevaban las cajas maacutes pesadas por un trecho y si habiacutea lugar se trepaba alguna de las mujeres con los nintildeos y esperaban al grupo unos cuantos quiloacutemetros maacutes adelante Lo contaban a las risas como nintildeas traviesas Cuando estaban muy cansados y el sol caiacutea de plano al medio diacutea acampaban al costado del camino si era posible en un lugar con sombra y un arroyo de agua fresca Un grupo de hombres se poniacutea a cocinar Las mujeres aprovechaban para bajar al arroyo a lavarse ldquopor aquiacute y por allaacuterdquo lavar la ropa interior de ellas y de los hijos los pantildeales las camisetas

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de los maridos Las tendiacutean en las ramas de los aacuterboles Los aacuterboles quedaban florecidos de calzones de todo tamantildeo y color Se quedaban un rato con ldquolas patasrdquo en el agua que corriacutea Pies con ampollas sangrantes se refrescaban alliacute Se probaban las ropas de otras mujeres que se acercaron a darles ropa usada Alliacute quedan recogiendo el lavado cambiaacutendose de ropa y comentando las cosas que veiacutean y oiacutean de la gente que se acercaba y les preguntaba por el motivo de la marcha Lavaban a los nintildeos y los mandaban a sentarse con los demaacutes a esperar la comida que haciacutean en grandes tachos Despueacutes de comer se estiraban en el suelo a dormir la siesta a la sombra con la gurisada cara al cielo mirando las hojas de los arboles Se oiacutea alguacuten llanto de guriacute que extrantildeaba a la abuela Los maacutes grandecitos preguntaban cuaacutentos diacuteas iban a estar en la capital si iban a vivir en una casa En los descansos los nintildeos se agrupaban alrededor del maestro que organizaba juegos En una caja de cartoacuten guardaban los laacutepices de colores cuadernos libros de cuentos crayolas y plastilinas Dos de los nintildeos mayores se ocupaban repartirlos y recogerlos al final del juego En otra caja de cartoacuten guardaban los regalos que les daba la gente y que tambieacuten se vuelven colectivos autitos con tres ruedas muntildeecas rengas libros de cuentos con alguna paacutegina de menos maravillas que esos nintildeos nunca habiacutean visto caramelos con papeles lindos que el maestro les pediacutea que no tiraran porque los aprovechaba para hacer manualidades los diacuteas de acampada El ciacuterculo de los nintildeos era el maacutes barullento era imposible hacerles hablar en voz baja Mientras descansaban antes de empezar la caminata nuevamente algunas carcajadas recorriacutean el tendal de trapos y gente desparramada Los sindicalistas de los pueblos a los que iban llegando saliacutean a las afueras a recibirlos y les buscaban un campo baldiacuteo para acampar Alliacute empezaba todo otra vez hacer fuego conseguir agua viacuteveres realizar las entrevistas con las radios locales y los sindicatos A veces se conseguiacutean locales para que durmieran por la noche los nintildeos y las mujeres

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Durante el diacutea estaban todos juntos La solidaridad llegaba en ropa comida abrazos apretones de manos adioses y bienvenidas En cada lugar se repetiacutean las mismas escenas Cuando dejaron atraacutes el cantildeaveral de Artigas fue cambiando el paisaje Al entrar a Salto el camino fue llenaacutendose de naranjales y limoneros Cambiaron los colores los olores las frutas los sonidos habiacutea maacutes traacutensito de autos y camiones en la carretera Los nintildeos jugaban a elegir autos y colores ldquoEste es miacuteohellip El que viene allaacute es miacuteordquo Les alcanzaban cajas con naranjas para el camino Despueacutes que cruzaron el riacuteo Queguay aparecioacute Paysanduacute tan movido tan industrial y comercial En el puente los salieron a alcanzar los obreros de Paylana Paycuero y personal del hospital Llevaban cajas con comestibles que habiacutean juntado para los diacuteas que los cantildeeros acamparan en Paysanduacute ndashLa olla sindical ndashles dijeronndash estaacute asegurada En Paysanduacute el abordaje de los periodistas fue maacutes concreto Algunos que veniacutean en busca de la noticia terminaban asumiendo un compromiso personal con la causa La enfermera se acercoacute a los periodistas y pidioacute medicamentos y que alguacuten meacutedico se acercara al campamento Lo pidioacute en voz alta en grupo como en un mitin Aacutengela ya no era tan tiacutemida La gente de Paysanduacute fue muy generosa El hospital brindoacute toda clase de asistencia vacunaciones atendioacute alguno que otro dolor de muela Aparecieron problemas de salud no previstos A solas la enfermera me comentoacute que la prostitucioacuten en los pueblitos fronterizos muchas veces es un trabajo casi normal que completa el salario familiar A veces la siacutefilis es la herencia Es difiacutecil detectarla cuando no hay asistencia meacutedica Despueacutes de pasar unos diacuteas en Paysanduacute continuaron el quehacer diario de avanzar cada diacutea cuanto maacutes mejor Los meacutedicos les habiacutean aconsejado que controlaran la alimentacioacuten que comieran fruta y verdura controlaran

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la tensioacuten arterial que buscaran supervisioacuten meacutedica en los pueblos en que acamparan y que bebieran agua mucha agua Me gustaba mucho escuchar ese hablar fronterizo mezcla de palabras portuguesas y castellanas Tonos dulces y melodiosos en las bocas desdentadas Explicaban sencillo a los periodistas que allaacute en el norte crece el hambre y crece la rabia la impotencia de los trabajadores que hay tierra y no hay trabajo Contaban que la muerte visita a los nintildeos en verano diarreas paraacutesitos mal de ojo ndashiquestCurarlo de mal de ojo Lo que tiene es hambre ndashhabiacutea dicho la curanderandash No me lo traiga dontildea es comida lo que le hace falta al guriacute Tranquilas sin saberlo hablaban de reforma agraria porque eso de repartir las tierras para trabajar era lo que queriacutea Artigas iquestno Ignorantes de poliacutetica hablaban de poliacutetica y se volviacutean subversivas iexclY ellas sin saberlo Treinta mil hectaacutereas verdes proliacuteficas hojas de savia y sangre humana tintildeendo el suelo de tierras coloradas Todo al alcance de la mano pero tiene duentildeo Tierras viacutergenes puestas por Dios alliacute pero tienen duentildeo No las pueden trabajar La tierra les besa los pies pidiendo ser fecundada pero no los dejan Y los nintildeos mueren de hambre De a poco fueron acortando distancia Fray Bentos Mercedes San Joseacute Diacuteas que pasaban lentamente cansadas las piernas y el corazoacuten agitado Daban charlas al costado del camino a los grupos que se acercaban a estudiantes a obreros a maestros a enfermeros a grupos de las parroquias Haciacutean conocer otro Uruguay Los escuchaban en silencio porque esta gente hablaba distinto teniacutea propuestas concretas y formas diferentes de hacer sindicalismo En cada lugar recibiacutean una borrachera de bienvenidas de adioses sonrisas y lloros de gente que no conociacutean y que se emocionaba al verlos pasar Estaban orgullosos ilusionados convencidos de que lo que haciacutean era bueno

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era justo No mendigaban nada solo explicaban que queriacutean trabajar para vivir dignamente como se mereciacutean Era tan faacutecil de entender Los gremios de Montevideo anunciaron su llegada Mucha gente salioacute a esperarlos a Plaza Coloacuten En Belvedere se hizo un acto donde hablaron dirigentes sindicales de Montevideo y cantildeeros de Artigas En ese otontildeo gris huacutemedo y lluvioso se instalaron en un terreno baldiacuteo en la calle Cuntildeapiruacute cerca del Mercado del Abasto y de la faacutebrica textil Alpargatas Levantaron unas cuantas carpas de lona El terreno estaba rodeado por un muro como de dos metros de alto Entraban y saliacutean atareados todos los diacuteas Saliacutean en pequentildeos grupos a pedir verdura al mercado para la olla comuacuten Los puesteros colaboraban siempre Recogiacutean cajones de madera que serviacutean de asientos de mesas y para alimentar el fuego Los hombres acarreaban tachos de agua de casas vecinas Los llevaban entre dos colgados de un palo de escoba que agarraba uno por cada punta y los volcaban en unos tanques maacutes grandes para todo uso En el aacutengulo del terreno maacutes alejado hicieron el pozo para hacer un bantildeo con paredes de tabla y lo techaron con chapas ndashTodo es provisorio porque apenas terminen las entrevistas en el Parlamento nos vamos ndashdeciacutean ilusionados Los estudiantes de de magisterio de asistencia social de medicina vendiacutean bonos solidarios para sostener la propaganda Se ofreciacutean modestamente a trabajar en lo que fueran uacutetiles acompantildeaban al meacutedico a quien lo necesitara a hacer documentos de identidad a quien no lo teniacutea a sacar el carnet de Salud Puacuteblica gratuito para poder atenderse Por las tardes los visitaban algunas obreras textiles de FUNSA vecinos personas aisladas que se acercaban solidarias al campamento Se mueven mucho hay un gran ir y venir dentro del campamento

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Algunos llevan abrigos grandes sobre los hombros para protegerse de la llovizna que cae desde hace diacuteas El trajinar de tantas personas amasa un gran barrial en el centro de la tolderiacutea Estaacuten muy ocupados Salen y entran todo el diacutea por ese agujero en la pared Se turnan de a dos para hacer guardia en la puerta tomando mate Preguntan quieacuten es el que llega si es una delegacioacuten apuntan en un cuaderno y uno de ellos los acompantildea hasta donde estaacute la comisioacuten directiva reunida alrededor del fuego El mate circula manteniendo las manos calientesSaludos y empieza la reunioacuten con los visitantes Algunos tienen familiares en Montevideo o amigos que los vienen a visitar Los sindicatos montevideanos debieron tomar cartas en el asunto Agarraron el tema como a una papa caliente Se discutiacutea meacutetodo estrategia formas de lucha no todos estaacuten de acuerdo con esa manera de presentarse en Montevideo asiacute como una visita no anunciada Algunos dirigentes se sintieron embretados y tuvieron que dar su opinioacuten El gobierno por otro lado no queriacutea sentar el precedente de una expropiacioacuten de tierras iexclY ellas que lo teniacutean tan claro iexclEra tan faacutecil de entender Pero ellas no sabiacutean de poliacutetica Estaacuten preocupados Algo va mal Muchas reuniones En general son los hombres los que hacen las gestiones en los sindicatos y en el Palacio Legislativo alliacute se nombroacute una Comisioacuten especial para tratar el tema Hay periodistas que buscan a las mujeres y a los nintildeos para fotografiarlos Quieren mostrar las miserias de pagos alejados de la capital Buscan esos ojos negro azabache y la mirada misteriosa de los nintildeos de pelo negro y pinchudo o los ojos almendrados y las caritas de risa faacutecil A los nintildeos les gustan las fotos se despiden pidieacutendoles una No les importa en queacute perioacutedico saldraacuten ni que diraacuten Las mujeres contestan alguacuten reportaje La prensa da informacioacuten a medias sobre lo que piden y no siempre publica las verdades que cuentan Los nintildeos son muy carintildeosos Cuando llegaacutes al campamento se acercan te rodean si te conocen te llaman por el nombre vienen corriendo se te cuelgan

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del cuello como si te estuvieran esperando Las nintildeas grandes quieren saber que hacemos donde trabajamos Nos miran de arriba abajo la ropa los zapatos nos abrazan Yo teniacutea que ser cuidadosa visitarlos a todos o al menos intercambiar saludos Ellas me veiacutean llegar y me esperaban para charlar Todas las tardes de alguna carpa sale ese olor caracteriacutestico de las tortas fritas Unas amasan la harina con agua y sal la moldean en las rodillas y las cocinan en cuclillas frente al fuego El fuego se arma entre cuatro piedras apoyada sobre las piedras va una rejilla hecha con alambres cruzados que sostiene una sarteacuten donde hierve la grasa de vaca El olor de las tortas fritas atrae a muchos amigos que aprontan el mate y se acercan Las cuerdas que atraviesan el baldiacuteo en todas direcciones sostienen un gran tendal de ropa mojada de todos colores y tamantildeos Tarda diacuteas y diacuteas en secarse cuando al final ya estaacute seco huele otra vez a humo y a comida Al atardecer empieza a caer el rociacuteo y termina de mojar el piso de tierra blando y pisoteado amasado por los pies durante todo el diacutea El rosario de fogones armados cerca de la puerta de cada carpa el olor a lentildea traiacuteda del mercado y las risas por alguacuten cuento mitigaban el friacuteo lo aliviaban hasta que llegaban el silencio y el suentildeo Tres o cuatro compantildeeros vigilaban durante la noche que todo estuviera bien en el campamento conversando bajo alrededor del fuego con una manta sobre los hombros y esperando la vuelta del mate Hay mucho trabajo Se forman comisiones de limpieza de almacenamiento y reparto de comestibles y ropa que llevan vecinos sindicatos y parroquias Los estudiantes ayudan en la venta de bonos y en las manifestaciones casi diarias alrededor del Palacio Legislativo Paran el traacutensito reparten volantes hechos por ellos mismos a mimeoacutegrafo Los cantildeeros seguiacutean adelante con su propoacutesito estaban seguros de conseguirlo Preparaban entrevistas con distintos ciacuterculos sociales sindicatos

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poliacuteticos parlamentarios y prensa Se tuvieron que despabilar pronto y solos El movimiento fue creciendo Mucha gente se incorporaba sensibilizada con el tema las parroquias juntaban comestibles y ropahellip Era maacutes que un sindicato pasoacute a ser un movimiento generador de opiniones y se volvioacute peligroso Pasadas seis semanas no hay muchas novedades Colacho llama a asamblea casi diariamente en el centro de la tolderiacutea ndashiexclAsamblea iexclAsamblea Todos quieren saber queacute pasa con las gestiones iquestEn queacute estaacute la solicitud de tierras iquestQueacute pasa en la Comisioacuten especial que trata el tema de la expropiacioacuten iquestQuienes son los que se oponen Pero el gobierno estaacute duro no negocia Se acabaron las conversaciones

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Las mujeres en la marcha

Las mujeres formaron tambieacuten una comisioacuten de trabajo Algunas delegaciones veniacutean concretamente a verlas a ellas Atendiacutean las entrevistas aunque al principio no todas participaban activamente Algunas no se acercaban tal vez por timidez Pero todas observaban a los que entraban y saliacutean Luego preguntaban queacute pasabaMontevideo les impactaba les asustaba intuiacutean que algo malo podiacutea pasar miraban desde su carpa llamaban a los gurises no queriacutean que les hicieran fotos ndashiexclNo iquestPara queacute Para que se riacutean de nosotros iexclNo Haciacutea ocho semanas que habiacutean llegado a la capital Largas semanas sin respuestas La Comisioacuten de Mujeres fue tomando cuerpo Se sentiacutean maacutes seguras estaban maacutes ocupadas Se sumaban a las entrevistas con los sindicatos o con los parlamentarios Se permitiacutean dudar y hablar en la asamblea Fueron ganando espacios Las cantildeeras convocan a su asamblea golpeando las manos De a poco van llegando todas a la rueda en el centro del campamento De pie de piernas abiertas para tener maacutes equilibrio con los hijos chicos atravesados en la cintura y los otros colgados como racimos de uvas se reuacutenen al paacutelido sol del mediodiacutea Son unas quince Estaacuten preocupadas Todas quieren hablar a la vez Montevideo las decepcionoacute Soacutelo las tranquilizan las manos tendidas de otros trabajadores que se acercan a diario al campamento Algunas dicen que si no hay respuesta

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del gobierno prefeririacutean volver a su tierra volver a como estaban antes no perder la proacutexima cosecha no quieren quedarse aquiacute a mendigar La Eva de Bandera escucha pensativa Estaacute doblando unas ropitas sentada en su cajoacuten Los nintildeos se acercan al grupo para escuchar mejor La Eva de Almada tambieacuten se acerca despacio Escucha con la mirada baja Todas hablan fuerte se entrecruzan los diaacutelogos ndashHay mucho barullo iquestPor queacute no hablamos de a una ndashAquiacute la cosa se estaacute poniendo difiacutecil No podemos esperar ndashiexclAhora hablo yo iexclCarajo ndashfuerte para callar el griteriacuteondash iquestSoy o no soy la presidenta Se riacuteen es la China La China teniacutea treinta y seis antildeos No fue a la escuela porque no tuvo tiempo la vida se le vino arriba raacutepido Seguacuten me contoacute un diacutea la eligieron presidenta de la comisioacuten de mujeres del campamento porque habla claro y no tiene pelos en la lengua Sigue diciendo ndashNo tenemos nada que perder Bajamos a Montevideo a luchar para conseguir la tierra no nos vamos a ir sin conseguirla Hay que esperar un poco tener paciencia ndashHicimos ochocientos quiloacutemetros a pie familias enteras Esta marcha la hicimos todos hombres mujeres y nintildeos Esto no es pavada Si hay que esperar esperamos ndashdice la Chelandash Tenemos que sacar la ley del Parlamento ahora La Chela Fontora tiene veintiseacuteis antildeos Es de la Comisioacuten Directiva del sindicato de UTAA Todas estaacuten muy serias pensativas con un miedo que obedece maacutes al presentimiento que a otra cosa ndashiquestHasta cuaacutendo ndashdice otra con una voz aflautada y fina ndashPerderemos la zafra ndashiquestY los maridos en queacute van a trabajar cuando volvamos iquestEh ndashiquestDe queacute vamos a vivir

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ndashiquestY si no votan la Ley ndashEllos estaacuten para ellos iexcly ta ndashNo podemos esperar yo estoy cansada Allaacute puedo vivir en el rancho de alguacuten vecino mientras esperamos Sus voces se oyen perdieacutendose entre los sonidos de la gran ciudad Como ecos golpean en las esquinas y se multiplican en las puertas y las ventanas de los barrios montevideanos Se agregoacute el invierno se fueron enfriando las visitas emotivas de los primeros diacuteas Los montevideanos se acostumbraron a verlos por las calles La prensa pasoacute la noticia a segundo plano Ya no son novedad La prensa de derecha gasta muchos recursos para atacarlos poniendo en duda la autenticidad del movimiento ndashiquestQueacute buscan los cantildeeros Coacutemo si no lo supieran Los sindicatos siguen discutiendo sobre los meacutetodos la estrategia y los hechos consumados Todas esas palabras que no estaban en el vocabulario del grupo en el diario vivir de las familias cantildeeras ndashiexclTan faacutecil que pareciacutea todo ndashTrabajar para vivir ndashSolo pediacuteamos eso Nintildeos y mujeres tienen gripe y bronquitis que no se curan faacutecilmente Alguno es hospitalizado Les hicieron radiografiacuteas les reforzaron las vacunas ndashOtro clima ndashdeciacutean ellas ndashAquiacute hay mucha humedad La solidaridad de los gremios no cesoacute Los obreros de los frigoriacuteficos organizaron la campantildea del quilo donacioacuten de alimentos no perecederos y de un quilo de carne por donante por diacutea Lo haciacutean llegar diariamente al campamento Pero todo se iba desgastando Llegaba menos cantidad de otras donaciones Las pequentildeas manifestaciones diarias por distintos barrios ya no se

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podiacutean hacer sin autorizacioacuten y mucho menos vender bonos solidarios por la calle principal de la ciudad o en la puerta de las faacutebricas Les pediacutean la ceacutedula para intimidarlos ndashSolo queremos trabajar allaacute en nuestra tierra en Bella Unioacuten cerca de nuestras familias ndashNo vinimos a mendigar a Montevideo De eso estaban seguras Una mantildeana al volver del mercado vieron que les habiacutean puesto guardia policial en las esquinas del campamento por la calle Cuntildeapiruacute Y empezoacute la provocacioacuten policial

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Ana Mariacutea

La tarde del siete de mayo un grupo de cantildeeros sale del campamento rumbo al Palacio Legislativo Ese diacutea se trata el tema de la Expropiacioacuten de Tierras en la Comisioacuten Especial Un grupo de compantildeeros se despide ldquoHasta luego ya volveremosrdquo y sale por aquel agujero en el paredoacuten del baldiacuteo Dentro queda movieacutendose la vida cotidiana Aquellos hombres de sombreros negros de pantildeo y ropa mezclada entre gaucho y pueblerino no pasan desapercibidos La policiacutea teniacutea orden de no dejarlos llegar al Palacio Legislativo Los persiguen empuntildeando sables amenazando a todos los que se acercan y tengan aspecto de cantildeeros En el campamento Ana Mariacutea pide a dos chicas que la acompantildeen a la farmacia a buscar unas aspirinas Su madre tiene un fuerte dolor de cabeza Salen a la calle las tres jovencitas Caminan junto al muro conversando animadamente cuando ven llegar corriendo al grupo que habiacutea salido recieacuten gritando e insultando a sus perseguidores policiacuteas de a pie y de a caballo ndashiexclGurisas meacutetanse parsquo dentro que nos corre la policiacutea Las muchachas en la sorpresa no atinan a nada se quedan paradas Los compantildeeros las agarran de la mano para entrarlas Suenan disparos Ana Mariacutea grita y cae al suelo El grupo se detiene bruscamente y retrocede para recoger a la joven Con los puntildeos en alto gritan ndashiexclAsesinos Los policiacuteas se vuelven y desaparecen por una calle lateral

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Como pueden entre cuatro o cinco la llevan hasta la esquina Ana Mariacutea llora y grita ndashiexclMi pierna Paran un auto que los lleva al Sindicato Meacutedico de Arenal Grande Los demaacutes entran para tranquilizar a los que al escuchar el balazo queriacutean salir a ver queacute pasaba Ana Mariacutea Silva de quince antildeos es la primera viacutectima de la Marcha Era Ana a quien le entusiasmaba llegar a la Capital la que miraba todo con asombro con alegriacutea con ganas de recorrer y conocer Montevideo Esa noche despueacutes que operaron a Ana Mariacutea la familia recibioacute la noticia de que la bala extraiacuteda habiacutea afectado arterias y ligamentos importantes y tendriacutean que hacer nuevas intervenciones quiruacutergicas para devolverle el movimiento La recuperacioacuten seriacutea muy lenta Ese diacutea se sumoacute otro herido de bala en un pie varios lastimados maacutes y ocho cantildeeros presos No terminoacute Al diacutea siguiente llevaron detenido a Colacho Esteacuteves uno de los dirigentes de UTAA herido de un sablazo en la cabeza el diacutea anterior Lo procesan acusado de desacato Estuvo preso veinte diacuteas en la caacutercel de Miguelete Comienza la confusioacuten las dudas iquestQuieacuten provoca a quieacuten En la prensa y en la radio el parte policial explica que fue una pequentildea manifestacioacuten no permitida y que a un soldado se le escapoacute un tiro iexclQueacute otra cosa podiacutean decir iquestUn tiro y dos heridos de bala En el campamento llanto y nerviosismo acompantildeados de un fuerte sentimiento de miedo rabia e impotencia los puso frente a frente con la realidad ndashiquestQueacute hacemos aquiacute iquestQueacute esperamos iquestDe quieacuten Los cantildeeros y sus familias cerraron filas Con Ana Mariacutea internada y los compantildeeros heridos o presos teniacutean maacutes motivos para luchar contra la injusticia Las mujeres se pusieron maacutes activas maacutes alertas y participativas

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Lucharon desde el sindicato con sus hijos de la mano Corriacutean la misma suerte que ellos Ahora se incorporaba un grupo de mujeres a todas las entrevistas Otras quedaban cuidando el campamento porque desde el Municipio les llegoacute orden de desalojar el predio Las cosas se iban aclarando fueron viendo doacutende estaba cada cual fueron perdiendo la ingenuidad Pensaron que ellas estaban lejos de la poliacutetica y que en Montevideo todo era de libros y leyes de decretos y de comisiones y de investigaciones de promesas y de olvidos La pregunta de por queacute estaban alliacute apareciacutea cada vez con maacutes frecuencia Cuando iban a lavar teniacutean que mendigar el agua a los vecinos que con lo que habiacutea pasado con la confusioacuten veniacutean menos por el campamento Recordaban cuando lavaban en el riacuteo la ropa se secaba al viento norte y teniacutea olor a sol y a aacuterboles Allaacute teniacutean mucho maacutes espacio tambieacuten a la hora de comer Toda la naturaleza les perteneciacutea Aquiacute en pocos metros cuadrados estaban encerrados entre los muros del terreno ajeno sin intimidad los gurises aburridos llorosos y asustados El estudiante de magisterio se volvioacute a Artigas teniacutea exaacutemenes pendientes Habiacutea colaborado durante toda la marcha y unas semanas maacutes Cuando se despidioacute fue muy triste para todos Aacutengela la enfermera que los acompantildeoacute se volvioacute al pueblo porque se enfermoacute su madre Dejoacute a los estudiantes de medicina la caja del botiquiacuten A veces no habiacutea ni medicamentos ni estudiantes luego se consiguioacute un meacutedico que haciacutea las urgencias en su consulta privada gratuitamente Las estudiantes de servicio social acompantildeaban a los que teniacutean seguimiento a los hospitales de salud puacuteblica para facilitar la gestioacuten y no dejarles chocar con el aparato burocraacutetico que se ensantildeaba con ellos cuando veiacutea que eran cantildeeros El duentildeo del baldiacuteo presentoacute una orden judicial de desalojo Al empleado del juzgado lo rodearon todos y lo escucharon tranquilamente Leyoacute el papel y cuando terminoacute dijo ndashiquestQuieacuten es el responsable Tiene que firmar aquiacute

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Todos se miraron Hubo un largo silencio La cara colectiva del grupo no moviacutea un muacutesculo Y a uno se le ocurrioacute decir ndashNo sabemos firmar Y un coro de voces reforzoacute ndashNo sabemos firmar El empleado judicial sonrioacute y dijo ndashBueno dicho y no dicho Tienen que buscar un abogado para que conteste este papelito porque las cosas estaacuten difiacuteciles para ustedes Buenas tardes Que lo pasen ustedes bien La Eva de Almada rompioacute el silencio Llamoacute a los gurises que acompantildeaban al hombre de los papeles hasta el boquete de la pared ndashGurises vengan parsquo dentro Aquel diacutea se comioacute en silencio se repartieron por familia las ollas con el guiso El pan en rodajas maacutes grandes que otras veces Tambieacuten habiacutea naranjas y manzanas que ellas trajeron del mercado Un atado de perejil en un frasquito oficiaba de florero en la cocina colectiva En el fogoacuten central el tacho enorme que haciacutea de olla con el agua calentaacutendose para que cada uno pase a limpiar su plato y lo ponga a secar al sol en una tabla que sirve de mesa y picadero La asamblea de mujeres se reuacutene en el centro del campamento Lentamente van llegando con el mate recieacuten hecho humeante ndashDicen que tenemos cuatro diacuteas para contestar el papel ndashA pie digo yo no vamos a volver al pueblo iquestNo ndashpregunta una de las mujeres ndashCon la cola entre las patas vamos a volver -dice otra ndashY mi suegra que me deciacutea ldquoNo vayan es peligrosordquo cuando nos vea volver con una mano atraacutes y otra adelante ndashYo a pie no vuelvo ndashTendriacuteamos que vender bonos para sacar plata para los pasajes de todos y somos muchos ndashiexclEs un montoacuten de plata tenemos que vender un antildeo parsquo sacar esa

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plata ndashTenemos cuatro diacuteas para contestar el famoso papelito Esta va en serio lo trajo escrito por juez ndashBueno ndashiquestQueacute vamos a hacer Con mirarnos las caras no ganamos nada ndashTenemos que encontrar una solucioacuten La cosa esta encaminada la comisioacuten estaacute trabajando dice otra ndashSi nos tenemos que volver nos volvemos Pero aquiacute nos tuvieron que escuchar ndashY nos tuvieron que ver para ver coacutemo vivimos ndashQue unos queden aquiacute y otros nos vamos como dicen los compantildeeros Y seguimos luchando para conseguir las tierras para trabajar Aquiacute y allaacute en Bella Unioacuten desde el Sindicato ndashiexclPorque no podemos esperar

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El asalto

Se interrumpe la transmisioacuten para dar una noticia ndashiexclUacuteltimo momento La rutina de la vida cotidiana de los montevideanos es sobresaltada por una noticia fuera de lo comuacuten Detenemos la tarea y escuchamos El receptor de radio nos deja con cantidad de interrogantes que no podemos contestar iquestCoacutemo iquestCoacutemo es posible ndashLos cantildeeros de Artigas asaltaron un banco en Montevideo ndashdice el periodista No lo podiacutea creer Ellos no eran delincuentes ndashFueron perseguidos chocaron con el auto y fueron apresados ndashcontinuacutea el locutorndash Se recuperoacute el dinero totalmente En la persecucioacuten los disparos de la policiacutea alcanzaron a uno de ellos que estaacute en el Hospital Militar Los otros dos fueron reducidos inmediatamente cuando regresaban por su compantildeero que estaba en el suelo herido El coche era un VW robado la noche anterior Los nombres son Santana de veintidoacutes antildeos Castillo de veintiocho y Vique de veintiseacuteis Todos ellos son puacuteblicamente conocidos como dirigentes del sindicato los cantildeeros que en este momento acampan en Montevideo ndashParece que no sabiacutean moverse en Montevideo y tomaron una calle a contramano Fue muy faacutecil apresarlos El parte meacutedico dice que el herido estaacute fuera de peligro El abogado del Sindicato Joseacute Diacuteaz que se presenta en la Jefatura de

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Policiacutea para informarse queda detenido e incomunicado tambieacuten La policiacutea rodea el recinto donde estaacuten acampadas las familias Nadie puede entrar ni salir Estaacuten incomunicados Se les toma declaracioacuten uno a uno y registran el lugar en busca de armas inexistentes Amenazan con llevar a los nintildeos al Consejo del Nintildeo Las madres se enfurecen No saben si es verdad o si lo dicen por meter miedo pero no estaacuten dispuestas a separarse de los hijos y no los sueltan de la mano Los sindicalistas y los amigos atentos a lo que estaba pasando damos vuelta a la manzana en pequentildeos grupos para que nos vean y sientan que estamos alliacute Asiacute caminamos hasta que la policiacutea se retira del campamento Entonces entramos ndashSe revolvioacute el hormiguero ndashdice una de las cantildeeras cuando me vio llegar con otras textiles con un perioacutedico en la manondash No entiendo nada Mejor dicho cada vez entiendo menos Dice que a la Celeste del Cachorrinho Julio Vique hoy la entrevistan en la televisioacuten Nos piden que las acompantildeemos a ir a ver la televisioacuten en alguacuten bar cercano para ver a la Celeste Solas no se animan a salir del campamento Aceptamos y allaacute vamos Nos dividimos en tres grupos para no llamar la atencioacuten Tambieacuten se incorpora alguacuten compantildeero ndashTodos calladitos ndashles dicen a los gurisesndash iexclNo pidan nada Soacutelo pediremos para sentarnos y ya estaacute No hay coca colas iquestEntienden Sino capaz que vienen los milicos otra vez y nos llevan a todos ndashle dicen a los nintildeos amenazantes y me guintildean el ojo ndashSiacute ndashdijeron a coro los gurises y se agarraron todos de las manos Me contaron que en algunos bares no las dejaron entrar en otros las dejaron pasar con simpatiacutea pidiendo que se portaran bien Los nintildeos miraban todo el mostrador las botellas los espejos las sillas pasaban la mano por la mesa de caacutermica Miraban Sentildealaban alguna cosa y se reiacutean tapaacutendose la boca tratando de hacer silencio y espiando a las madres para que no los rezongaran ndashiquestA queacute hora es ndash preguntoacute el mozondash iquestEn queacute canal

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Se acercoacute al televisor que estaba alto en un estante de madera recostado a la pared ndashEmpieza a las seis de la tarde La Celeste se fue hace dos horas la llevoacute una camioneta del Canal Fue con dos compantildeeras ndashSola no sale nadie del campamento ndashnos comentan preocupadas El mozo cambia lentamente los canales Cuando ven la cara de la Celeste los nintildeos sentildealan con los deditos asombrados y callados Ya estaba empezado el reportaje no sabiacutean cuaacutento rato habiacutea pasado La enfocan en un primeriacutesimo plano Una sonrisa desdentada florece en su cara que ocupa toda la pantalla de la televisioacuten Ella cierra encandilada un ojo ndashiquestUsted sabiacutea que se iba a producir un asalto cometido por los dirigentes del Sindicato de los cuales su marido es uno de ellos Hay ironiacutea en la pregunta Celeste de a poco se queda seria el entrecejo fruncido y habla ndashYo no sabiacutea nada todo estaba tranquilo en el campamento como todos los diacuteas Soacutelo que estamos cansados de pedir y que nos mientan En el campamento ya hay poco de comer tenemos algunos nintildeos enfermos Desde hace meses estamos a la intemperie y hace mucho friacuteo Ya hace meses que estamos aquiacute en Montevideo y nada Los dirigentes tambieacuten lo saben y sufren como nosotras Se sienten responsables y fueron a buscar la plata iquestDoacutende estaacute la plata En el Banco iquestno Yo no sabiacutea nada Ninguno de nosotros sabiacuteamos nada De las mujeres que estaban en el bar mirando el televisor sale una reflexioacuten que rompe el silencio ndashiquestQueacute hacemos aquiacute iquestQueacute esperamos Vaacutemonos Nos levantamos damos las gracias al mozo que cuando saliacuteamos llamoacute a los nintildeos y les dio dos botellas grandes de refresco No podiacutean esperar Se sienten manoseados Era todo muy sencillo de entender muy claro No entienden por queacute aquiacute no lo entendiacutean

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El regreso

El 29 de junio de 1964 despedimos a las familias de los obreros cantildeeros regresaban a Bella Unioacuten La Estacioacuten Central de ferrocarril de Montevideo se llenoacute de abrazos besos y adioses El tren cuando se puso en marcha se llenoacute de voces ndashiexclPor la Tierra y con Sendic ndashiexclNo podemos esperar ndashiexclTierra para trabajar Esos gritos de hombres mujeres y nintildeos que se alejaban con los puntildeos en alto asomados a las ventanillas nos estremecen nos convocan a no dejarlos solos Levantamos los puntildeos nosotros tambieacuten repitiendo las consignas como nuestras Las palabras del compantildeero Camargo resonaban todaviacutea ndashEmpezamos una nueva etapa de nuestra lucha Aquiacute quedoacute una delegacioacuten representativa de UTAA para seguir las gestiones frente a la Comisioacuten parlamentaria y los sindicatos montevideanos La gente volvioacute como pudo Los dirigentes quedaron unos presos y otros en la clandestinidad acusados de lo que no eran ldquosediciososrdquo Regresaron con las manos vaciacuteas a Bella Unioacuten y la experiencia del intento por vivir mejor Los que habiacutean hecho la marcha quedaron en las listas negras y no consiguieron trabajo al llegar

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En un terreno se hizo la olla sindical para que comieran los desocupados y sus familias Con el apoyo del sindicato bancario fabricaron un horno de ladrillos con que levantar la futura Policliacutenica Sindical en Bella Unioacuten que auacuten hoy existe Algunos no regresaron Se perdieron en la ciudad buscando trabajo Sabiacutean que allaacute lo tendriacutean muy mal los esperaba la ldquolista negrardquo Eran todos sospechosos peligrosos subversivos Se llevaron el cartel colgado al cuello ndashiexclEl tal desparramo de los peludos ndashme contaba la Eva de Almada cuando la encontreacute antildeos maacutes tardendash Unos parsquo Artigas otros parsquo Treinta y Tres a los arrozales porque deciacutean que habiacutea trabajo otros parsquo Rocha a probar suerte a la pesca iexclEl tal desparramo

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El peine amarillo

Mi hijo menor vivioacute en silencio todo lo que nos pasoacute Eso siacute no le gustaba ir a la escuela No queriacutea salir de casa si no iacutebamos nosotros tambieacuten nos agarraba de la mano teniacutea miedo a los sentildeores con uniforme Me di cuenta de eso un diacutea en la playa soplaba un fuerte viento y un marinero tocoacute el pito sentildealando la bandera amarilla eacutel se abrazoacute a mis piernas y lloroacute Una tarde sus hermanos estaacuten en la escuela eacutel duerme la siesta y yo doblo ropa Oigo el timbre y dos golpes secos en la puerta Abro la puerta me empujan hacia un costado Los nervios no me impiden decir ndashUn momento tengo a mi hijo durmiendo en mi cuarto Por favor Ellos llegan antes al dormitorio me dejan pasar Se despierta sobresaltado por las voces y despueacutes de un fuerte suspiro miraacutendolos a todos esas presencias extrantildeas pregunta ndashiquestDe matar mamaacute de matar Yo lo abrazo contra mi pecho y lo saco de la habitacioacuten Me quedo parada con eacutel en brazos contra la pared como me indican Buscan en casa lo que no hay Me dan permiso para sentarme con el nintildeo en la cocina Preparo la leche y espero Oigo conversaciones en el pasillo Una vecina me grita ndashiexclVoy a buscar los nenes a la escuela y los traigo a casa a mirar los dibujitos

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Ellos mientras se instalan en las sillas del comedor dispuestos a esperar Eacutel desde la cocina los observa en silencio Yo sentada con eacutel en la falda lo abrazo para sentirme maacutes segura Uno de ellos saca un peine de plaacutestico amarillo y se empieza a alisar el cabello entonces mi pequentildeo empieza a gritar ndashiexclMiacuteo miacuteo ndashsentildealaacutendolo con su dedito ndashiexclNo ndashle contestondash iexclNo Tu peine es igual que ese pero estaacute en el bantildeo Pido permiso para ir con eacutel a buscar el peine Alguien que parece que manda maacutes me autoriza Aprovecho a secarle las laacutegrimas ya no llora Le lavo la carita y lo peino con su dichoso peine de plaacutestico amarillo Se tranquiliza poco a poco y suspira Volvemos a la cocina Ahora la casa parece muy pequentildea estaacute toda ocupada me estaacute pareciendo asfixiante Por el pasillo oigo la conversacioacuten de la vecina y mis hijos mayores que riendo suben la escalera de prisa ndashYa llegaron ndashpiensondash iexclQueacute suerte La vecina me grita ndashiexclYa estaacuten en casa Tomaraacuten la leche aquiacute Maacutendame al chiquito Pido permiso para dejar salir al nintildeo A eacutel le explico que subiraacute solito que allaacute lo esperan sus hermanos Lo acaricio le doy dos besos y eacutel atraviesa el comedor Se dirige a la puerta Yo lo miro desde la cocina Tres antildeitos Tiene que ponerse en puntas de pieacute para alcanzar el pestillo Eacutel los sigue mirando a todos En el momento en que va a cerrar la puerta la abre nuevamente y le dice al del peine de plaacutestico amarillo ndashiexclPuta Cierra de un portazo y sale corriendo escaleras arriba Los compantildeeros del hombre del peine sueltan la carcajada cuando eacuteste se levanta raacutepidamente gritando ndashiexclGuacho de mierda El que parece que manda maacutes le dice ndashiquestNo se da cuenta que es un nintildeo Sieacutentese

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El del peine se traga la rabia y yo siento regocijo y un nudo en la garganta

Mariacutea Julia con sus hijos en su falda Felipe a sus pies Ernesto y a su derecha Joseacute Conrado (Principios de la deacutecada de los 70) Fotografiacutea Archivo personal

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Suipacha

Pasamos dos diacuteas en Paysanduacute en casa de un matrimonio amigo A la mantildeana del tercer diacutea ellos nos dejaron en el extremo del puente que va de Paysanduacute a Coloacuten (Argentina) Mis tres hijos llevaban mochilas a la espalda y yo un bolso con ropa en cada mano El sol estaba alto teniacuteamos mucho calor Mientras nos despojaacutebamos de los abrigos caminaacutebamos despacio por el angosto costado derecho del puente mirando al rio Uruguay deslizarse manso Los nintildeos estaban muy alegres pensando en el reencuentro con su padre a quien no veiacutean desde haciacutea meses Haciacutea diacuteas que sabiacutea que se habiacutea elegido esa frontera por la seguridad que ofreciacutea el compantildeero que nos llevoacute hasta la cabecera del puente del lado uruguayo Al otro extremo del puente nos esperaba mi marido En el trayecto al vernos caminar por aquel largo puente dos o tres autos pararon para llevarnos pero yo me negaba agradeciendo Ernesto de seis antildeos y Felipe de cuatro luego que el auto se alejaba deciacutean que estaban cansados y se sentaban en el suelo protestando porque no habiacutea aceptado subir al auto Pero yo no aflojaba no iba a correr el peligro de que nos detuvieran Empeceacute a cantar Manuelita y los dos maacutes pequentildeos comenzaron a cantar ndashiexclCherentildei amigo el pueblo estaacute contigo ndashgritaba Felipe ndashiexclNo Es maacutes lindo cantar Manuelita ndashdeciacutea yo

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Josecito que ya teniacutea doce antildeos se reiacutea ndashLos van a llevar presos ndashles deciacutea a los hermanos Nos acercaacutebamos a la otra orilla Las palmeras del lado de Coloacuten maacutes cerca cada vez ndashEl primero que vea a papaacute tiene premio ndashdijo Josecito Los tres a las risas corrieron a encontrarlo El padre nos esperaba con un auto prestado por un amigo argentino Habiacutea armado cerca de alliacute un campamento con toldos una carpa un fogoacuten hecho de piedras en el suelo y dos o tres cacerolas Los nintildeos tiraron las mochilas y corrieron alrededor del campamento Felipe se cansoacute y vino a pedirle brazos al padre Los hermanos lo miraban con deseos de hacer lo mismo nos sentamos todos en el pasto en ciacuterculo y empezaron las preguntas entrecruzadas de coacutemo esta allaacute y coacutemo estaacute aquiacute y doacutende vamos a vivir y la escuelahellip ndashiquestTrajiste el pase para la escuela y para el liceo y las partidas de nacimiento de los tres Cuando los nintildeos se durmieron hablamos con tristeza de lo que pasaba allaacute y aquiacute de los compantildeeros y sus familiares de todos los familiares y de los nuestros Joseacute se veiacutea cansado y preocupado A la mantildeana siguiente recorrimos los alrededores disfrutamos la tranquilidad del lugar el silencio el verdor Me sentiacutea segura otra vez aunque la Argentina estaba muy revuelta y no habiacutea garantiacutea ninguna de lo que fuera a pasar alliacute Me explicoacute que por eso habiacutea alquilado una casita en la Provincia en Haedo donde supuestamente pasariacuteamos maacutes desapercibidos La habiacutea conseguido un compantildeero socialista argentino que conociacuteamos desde haciacutea muchos antildeos y viviacutea a cinco cuadras de donde viviriacuteamos nosotros Alliacute no dirigiacuteamos al diacutea siguiente Del viaje a Buenos Aires recuerdo que los nintildeos reiacutean mucho estaban contentos y el padre tambieacuten Los miraba sonriente por el espejo retrovisor Yo estaba muy cansada habiacutea desmontado mi casa sola regaleacute muchas

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cosas otras no recuerdo que fin llevaron Eran cosas nada maacutes Entonces bajeacute la guardia y el cansancio me vencioacute Dormiacute la mayor parte del viaje Atraacutes habiacutean quedado los muacuteltiples allanamientos aquellos golpes en la puerta de la visita no anunciada unas veces de diacutea otras de noche metieacutendose en mi casa sin pedir permiso montando una ratonera tenieacutendome a miacute y a mis tres hijos de rehenes durante largas horas sentados en mis sillas utilizando nuestro bantildeo revolvieacutendome los cajones y los roperos buscando lo que no habiacutea Sentada en alguacuten rincoacuten esperando que mis hijos se durmieran vigilaba las visitas tratando de no demostrarles miedohellip Llegamos al Gran Buenos Aires pasadas las tres de la tarde Los amigos nos esperaban con comida Sus dos nintildeas maacutes o menos de la misma edad de mis hijos enseguida empezaron a jugar con ellos Suipacha 888 Haedo Provincia de Buenos Aires Argentina Alliacute empezoacute otra etapa de mi vida un nuevo hogar Ese mismo diacutea me di cuenta que mi madre y mis hermanas no podriacutean escribirme a esa direccioacuten por razones de seguridad Un pasillo largo y angosto al final de eacutel un alto portoacuten de hierro de dos hojas pintado de negro nos permitiacutea pasar a lo que seriacutea nuestra casa Era viejiacutesima teniacutea techos de zinc y cielorraso de espuma plast un gran fondo con dos aacuterboles y un patio de baldosas cubierto por un parral Todo era muy modesto pero pareciacutea amplio y coacutemodo Nos dijeron que estaban encargados los colchones y que llegariacutean esa tarde Desde Buenos Aires otros compantildeeros nos traeriacutean la ropa de cama Los varones se quedaron a esperar y las mujeres fuimos a buscar las cosas de cocinar a casa de nuestros compantildeeros Sentiacute que no estaacutebamos solos me encontreacute abrigada y penseacute que la solidaridad existe Esa noche hablamos con los nintildeos de la discrecioacuten y la seguridad escucharon silenciosos No seacute si entendieron Se enteraron que empezariacutean la escuela para no perder el antildeo escolar La casa tomaba forma Los objetos iban encontrando lugar igual

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que nosotros Compramos cuchetas para el cuarto de los nintildeos porque esperaacutebamosla llegada de un compantildeero que resultoacute ser Gargano Los diacuteas siguientes fueron tranquilos conocimos el barrio los lugares donde comprar la escuela a la que iriacutean y el liceo que quedaba pasando la viacutea del tren por la estacioacuten Haedo la plaza de deporteshellip Como era todo nuevo nos pareciacutea lindo y seguro La palabra exilio no estuvo en nuestro vocabulario hasta que fuimos a sacar el permiso de residencia para anotar los nintildeos en la escuela y poder trabajar nosotros Encontreacute una enorme cantidad de uruguayos que estaban en los mismos traacutemites y se acercaban a hablar con Joseacute de las peripecias que estaban pasando Las colas eran grandiacutesimas Me di cuenta que no era provisorio por algunos meses como creiacutea La gente estaba nerviosa el peronismo estaba revuelto y las calles inseguras Ese era el tema central de las conversaciones de los uruguayos Por razones de seguridad soacutelo Joseacute iba a los contactos poliacuteticos en la capital Yo estaba de acuerdo La relacioacuten de pareja entre nosotros se habiacutea deteriorado Yo quedaba en casa con nuestros hijos sabiacutea muy poco de sus actividades eacutel no me participaba de nada Yo estaba triste y confundida Seguiacutean llegando exilados a Buenos Aires De eso si hablaacutebamos y a la hora de los informativos escuchaacutebamos la radio en silencio No tuvimos TV hasta muchos meses despueacutes Pasaron dos meses Los nintildeos iban a la escuela y al liceo Despueacutes de comer yo me metiacutea en la cama lavaba los platos a uacuteltima hora de la tarde antes de la cena El diacutea no me alcanzaba para arreglar los cuartos La depresioacuten entroacute silenciosamente sin que me diera cuenta Teniacutea pesadillas con familiares y amigas Estaba totalmente aislada no teniacutea noticias de mis compantildeeras textiles no sabiacutea de Jorgelina ni de Delia Se me cortaron todas las comunicaciones perdiacute mi paiacutes mi familia las amigas las compantildeeras Atraacutes quedoacute mi militancia sindical y poliacutetica Sola no me animaba a tomar el tren y mucho menos el

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metro Joseacute me deciacutea que fuera al ldquoOncerdquo pero yo no era capaz de salir me pareciacutea que me perderiacutea entre tanta gente A penas lograba andar por el barrio La depresioacuten me halloacute ahuecada en la cama el lugar donde me sentiacutea maacutes segura No seacute si dormiacutea si sontildeaba no recuerdo si pensaba en lo que estaba viviendo Cuando los hijos volviacutean a las cinco del colegio me poniacutea en marcha como una autoacutemata Me encargaba de la ropa y de la limpieza de la cocina y el bantildeo El padre si estaba en casa se ocupaba de las compras de cocinar a medio diacutea y de dejar algo en marcha para la noche Por suerte siempre le gustoacute cocinar Joseacute estaba maacutes distante cada diacutea Llegaron los largos silencios La culpa un sentimiento que no habiacutea conocido antes llegoacute y se apoderoacute de miacute estrujaacutendome el pecho Culpa de marchar del paiacutes porque me salvaba culpa de ser mala madre porque les quiteacute a mis hijos las abuelas los tiacuteos y los compantildeeros de escuela Culpa por los compantildeeros desaparecidos muertos y presos Culpa culpa y maacutes culpa

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Viviendo el miedo

Mayo de mil novecientos setenta y seis Los Falcon recorren las calles de Buenos Aires las fuerzas represivas marcan presencia como paseando siseando como las serpientes sobre la tierra seca Se ocultan detraacutes de los vidrios oscuros Los peatones siguen caminando como si unos y otros fueran invisibles pero el sonido de ese auto es inconfundible Te sigue despacio Sentiacutes la mirada en la nuca como si un dedo invisible te tocara El sonido te presiona el hombro toma cuerpo y se hace presencia Fue un antildeo terrible Fueron capaces de matar a Gutieacuterrez Ruiz a Michelinihellip Desapareciacutean adultos y nintildeos Asesinatos desapariciones de uruguayos y argentinos Insomnio el oiacutedo y los muacutesculos alertas Los compatriotas cambian de viviendas el desparramo otra vez Los compantildeeros del Partido Socialista resolvieron que por estar su vida amenazada el padre de mis hijos teniacutea que marcharse a Espantildea Como hijo de espantildeol consiguioacute pasaporte Yo quedeacute con mis hijos sola en Haedo en la provincia de Buenos Aires iquestQueacute hacer Los dos maacutes chicos en la escuela primaria el mayor cursando segundo de liceo y yo asistiendo al liceo nocturno En el pueblo trabajaba en negro vendiendo ropa de nintildeas y de bebeacute en las pequentildeas tiendas del lugar Teniacuteamos poca produccioacuten artesanal a medias con una compantildeera Lo poquito que produciacuteamos se vendiacutea enseguida cinco o diez prendas y saliacuteamos a comprar madejas de lana o unos metros de tela para los vestiditos

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Miedo siacute mucho miedo pero habiacutea que hacer de tripas corazoacuten teniacutea mucho que cuidar como todas las mujeres Por correo acordamos con el padre que todos terminariacuteamos el antildeo escolar y luego regresariacuteamos a Montevideo porque en ese momento yo teniacutea maacutes miedo en la Argentina En Uruguay sabriacutea moverme mejor con familia y compantildeeros estariacutea maacutes segura Fueron los meses maacutes difiacuteciles para miacute andar en las calles con muchas precauciones la puntualidad No habiacutea lugar para las improvisaciones eso lo teniacutea muy claro No me sentiacutea tan sola teniacutea a mis hijos que me daban seguridad y los compantildeeros con quienes no dejaba de comunicarme trayeacutendome la informacioacuten y correspondencia en mano propia Hasta que una noche de diciembre de ese mismo antildeo a la hora de salir del liceo nocturno para adultos donde yo cursaba segundo curso encontramos a la directora de pie en la puerta del local y nos pidioacute que no salieacuteramos todaviacutea que un poco antes un coche con vidrios oscuros abrioacute la puerta de atraacutes y desde adentro alguien tiroacute un cadaacutever en la misma puerta del liceo Agregoacute que habiacutea llamado a la ambulancia que volvieacuteramos al aula hasta que lo levantaran y se lo llevaran Que luego salieacuteramos en grupos de acuerdo a la cercaniacutea de nuestros hogares Esto sucedioacute en el mismo Haedo en provincia supuestamente un lugar maacutes seguro Faltando pocos diacuteas para terminar las clases comprendiacute que era cuestioacuten de tiempo Nada era seguro Otra vez quedeacute en la retaguardia Los diacuteas pasaban maacutes lentamente que nunca Me tocaba desmontar otra casa por suerte una amiga se quedaba por las noches a dormir con nosotros Otra vez vender lo que pudiera y regalar el resto Como pasoacute en Montevideo me quedaba solamente recoger los pases escolares Tuve la tranquilidad de que mi amiga los recogeriacutea y los enviariacutea por correo Por otro lado el padre de los nintildeos preocupado por lo que se estaba viviendo por estos lados nos mandaba buscar Pero nosotros no teniacuteamos

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pasaporte para viajar a Espantildea teniacuteamos que llegar a Montevideo de cualquier manera No era faacutecil antes de irnos a la Argentina ya me lo habiacutean negado a miacute y a mis hijos chantajeaacutendonos para que no salieacuteramos del paiacutes Pero lo volveriacutea a intentar El uacuteltimo diacutea de clase les dije a mis hijos que volveriacuteamos a ver a la familia a las abuelas cosa que los puso contentos pero otra vez perdiacutean los amigos Felipe con cinco antildeos fue el maacutes expliacutecito El habiacutea plantado semillas de zapallo y teniacutea una gran calabaza en crecimiento ndashiquestQueacute va a pasar con mi zapallo iquestQuieacuten va a cuidar a Bandido miperrito Fuimos con los bolsos a la Chacharita a casa de compantildeeros a esperar por queacute viacutea viajariacuteamos a Montevideo Los compantildeeros nos sacaron pasajes en el Vapor de la Carrera que pareciacutea lo maacutes seguro porque en viacutesperas de Navidad saliacutea repleto de gente Llegamos a Montevideo Nos esperaba mi cuntildeado Los nintildeos contentos pensaban en los regalos de Navidad que les prometiacutea su tiacuteo Luis

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Otra despedida maacutes

El puerto tiene un olor especial Siempre lo vi desde el otro lado de la bahiacutea desde el Cerro donde viviacutea Lo sentiacutea tan lejanohellip y aquiacute estoy hoy en el centro de esta espiral que me trae me envuelve me aleja y me acerca Aquiacute entre un montoacuten de gente maletas y nintildeos saltando y riendo Unos se van otros se quedan se abrazan se tironean de la ropa retenieacutendose Vigilo las maletas donde van los recuerdos las fotos algunos libros que eligieron los nintildeos y alguacuten juguete del que no pudieron despedirse No permito que mis hijos se alejen de miacute tengo miedo de que se pierdan entre la gente o caigan al agua Me doy cuenta que transpiro y estoy temblando La gente se saluda otros lloran Se abrazan con fuerza Miro alrededor De un lado paredes grises galpones y guinches a mi espalda una pared se alza ancha y gris con pequentildeas ventanas donde no se asoma nadie Esta pared se mueve se balancea cruje El vaporcito que arrastroacute y trajo hasta aquiacute esta pared nos saluda dando pitos y bocanadas de humo La deja frente al muelle lo maacutes cerca posible de la orilla y se aleja lentamente Como un gran dragoacuten que dormitando nos espera y sabe que no nos resistimos estamos entregados mansamente a este viaje no esperado Me muevo en silencio me trago las palabras veo la gente que tambieacuten se mueve en silencio veo las abuelas que miran sin palabras Los nietos son de todas Las mujeres mayores se multiplican los nintildeos tambieacuten los que se

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quedan y los que se van son de todas Todos somos de todos y de todas Somos una masa que late y respira al uniacutesono todos juntos alliacute hacia distintos destinos Un estridente pitar nos sobresalta Se mueven las formas los grupos se acercan y se alejan Es como si mirara por un gigantesco caleidoscopio Se despiden El segundo pitar anuncia que el gigantesco dragoacuten poco a poco se despierta y nos tragaraacute uno a uno para dejarnos dentro de muchos diacuteas lejos muy lejos Esa gran pared abriraacute su boca Los besos las caricias el latido agitado de mi corazoacuten Hay que irse para rescatar las palabras el color el oiacutedo la vista Subo la escalerilla Se mueve y yo tiemblo custodiada por seis manitos que me guiacutean y aseguran Ellos no tienen miedo de ser tragados Miro hacia atraacutes y la vista se me nubla De pronto todo toma color la masa late y respira con nosotros nuevamente las miradas los adioses se hacen cercanos no es despedida los gritos traen un hasta luego multiplicado

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El Pesquero

Desde allaacute lejos desde Barcelona (Espantildea) a veces quiero recordar el cielo y el verano del Uruguayhellip A cinco quiloacutemetros del pueblo entre los meacutedanos y el oceacuteano estaacuten los ranchitos de paja de los pescadores Fueron construidos por los pescadores en la misma playa con troncos de eucaliptus juncos cantildeas y tablas que trae el mar El aire los atraviesa como a un colador Andreacutes iba todos los antildeos y habiacutea hecho muchos amigos alliacute El antildeo anterior se habiacutea entusiasmado con la idea de formar una cooperativa de pesca pero los pescadores no la creyeron necesaria estaban acostumbrados a que cada familia trabajase para si Aquel enero Andreacutes nos prestoacute el rancho El lugar era espleacutendido El verano permitiacutea que nos quedaacuteramos hasta tarde por las noches disfrutando el espectaacuteculo que nos anunciaran los pescadores del lugar Se escuchaba el sonido del mar la oscuridad nos regalaba un cielo tan estrellado como nunca habiacuteamos visto y las olas llegaban a la orilla con espuma fosforescente De mantildeana pasaba una sentildeora que vendiacutea pan y unos bollos dulces muy ricos recieacuten hechos por ella Adentraacutendose en el oceacuteano se conseguiacutea pesca mayor atunes tiburones etc Los pescadores saliacutean al mar en unas embarcaciones endebles de madera que no se podiacutea creer que entraran unas millas en el oceacuteano Cada diacutea

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se jugaban el regreso Cuando saliacutean al mar tiraban las redes y las dejaban alliacute amarradas a las boyas durante dos diacuteas luego iban a recogerlas Cuando los enormes animales atrapados cansados de luchar se atontaban los arrastraban hasta la orilla y los remataban a palazos Entreveradas en las redes apareciacutean mantandashrayas del tamantildeo de un paraguas abierto que peleando entre la vida y la muerte sacudiacutean peligrosamente su cola venenosa los pescadores la cortaban con un solo golpe de machete Al llegar las embarcaciones a la orilla todas las mujeres corriacutean hacia ellas con ganchos y cuchillos Luego llegaban los cerdos y los perros y por uacuteltimo los nintildeos pequentildeos La faena empezaba ahiacute mismo cortando el pescado en lonchas Trabajaban con rapidez Tiraban las viacutesceras a los cerdos que comiacutean ruidosamente gruntildeendo Los perros aprovechando la distraccioacuten colectiva corriacutean a las gallinas que intentaban acercarse Alrededor de los ranchos en los meacutedanos grandes caballetes de madera sosteniacutean las tablas ruacutesticas donde colocaban las grandes lonchas de pescado que alliacute mismo salaban colgaban y dejaban secar al sol diacuteas y diacuteas daacutendolas vuelta y recogieacutendolas por las noches para que no se humedecieran con el rociacuteo Asiacute elaboraban el bacalao Eso y remendar las redes que llegaban rotas era trabajo de las mujeres Las mujeres no participaban en la comercializacioacuten del bacalao ndashEs cosa de hombres ndashme deciacutean alcanzaacutendome un matendash Nosotras no entramos ni salimos Me contaron que el precio siempre lo fijaba el intermediario que es quien tiene los camiones y el dinero El intermediario esperaba en la carretera Algunas familias estaban mejor econoacutemicamente y teniacutean caballo y carro propio para transportar el pescado hasta la carretera que quedaba a tres kiloacutemetros Los demaacutes caminaban con su pescado a cuestas

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Los pescadores se sienten con las manos atadas sin locomocioacuten y lejos del mercado donde se fijan los precios Siempre son los que ganan menos y arriesgan maacutes hasta la vida arriesgan en el mar ndashVos no teneacutes otra forma de venderlo teneacutes que morir en el intermediario ndashdeciacutean Las mujeres conseguiacutean su dinerito el que era de ellas juntando mejillones entre las rocas del Cerro Verde empapaacutendose de la cabeza a los pies y resbalando peligrosamente en las rocas verdosas de musgo muy filosas Cargaban las pesadas bolsas de arpillera repletas de mejillones sobre sus espaldas doblando el cuerpo y caminando por la orilla del agua hacia los hoteles compradores que se encontraban a cuatro o cinco quiloacutemetros de distancia Pareciacutean hormiguitas tambaleaacutendose con su carga de treinta o maacutes quilos Caminaban descalzas abriendo muy bien los dedos de los pies para mantener el equilibrio Lo que ganaban se lo gastaban en el Chuy comprando alguna blusa dulces enlatados yerba azuacutecar aceite ndashCuando hay cambio de luna y hay bajante marina se pueden sacar muchos maacutes mejillones entonces el precio es cada diacutea maacutes bajo Los hoteles tiran abajo los precios y los camioneros se aprovechan pagando cada diacutea menos Ellas van dejando la carga al borde de la carretera Si el precio no le conviene al camionero se los deja pudrir al sol asiacute que cuanto maacutes mejillones menos se les paga Al final ellas tienen que aceptar el precio para salvar los diacuteas de trabajo y la mojadura ndashMierda nos pagan mierda Este trabajo es propio de mujeres o de los muchachitos que acompantildean a sus madres que por su edad todaviacutea no salen al mar Muchas de estas mujeres padecen problemas de columna y prolapso Pero todos en general son fuertes de salud son parte de la naturaleza del lugar rostros curtidos por el aire salado del oceacuteano y mejillas enrojecidas por el sol Los nintildeos pequentildeos juntan mandiacutebulas de tiburoacuten estrellas de mar

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caracoles veacutertebras de tiburoacuten con las que hacen collares para vender a los turistas que llegan al pesquero para adornar las casas de Montevideo Los visitantes se acercan con sus caacutemaras los fotografiacutean y les dejan algunas monedas Durante el invierno por la orilla del mar por la arena dura van cada diacutea a la escuela del pueblo En grupo acompantildeaacutendose como los pececitos caminan esos cinco quiloacutemetros Regresan recogiendo estrellas de mar y caracoles para vender cuando llegue la temporada de los visitantes Mientras tanto sus padres y madres tejen y remiendan las redes preparando la faena diaria

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Regreso sobre mis pasos

Diciembre de 1994 Llego a Bella Unioacuten una pequentildea ciudad del Norte de nuestro paiacutes en Artigas buscando algunos recuerdos perdidos por alliacute hace ya treinta antildeos rostros sonrisas amigas Amanece El pueblo no cambioacute tanto Compramos galletas para el desayuno Charito me pondraacute en contacto con las mujeres que quiero entrevistar aquellas de la marcha del 64 Ana Mariacutea Silva la que recibioacute el balazo en la pierna aquella adolescente que llegoacute a Montevideo en la marcha cantildeera con ilusioacuten de ver la capital Hoy tiene treinta y ocho antildeos Me recibe en su casa estaacute contenta de verme y me cuenta que tiene cinco hijos tres de los cuales estaacuten casados iquestQueacute fue de las mujeres del Sindicato de UTAA iquestDoacutende estaacuten En su rancho hay cinco nintildeos entre uno y doce antildeos dando vueltas riendo o peleando ndashiexclSacando de las casillas ndashdice Los dos mayores son de ella los tres pequentildeos de la hija que trabaja lejos en la Barra de Cuaraiacute y Ana Mariacutea se los criacutea Tiene cinco ldquocrianccedilasrdquo a su cargo El marido desocupado va haciendo changas donde puede y como puede Me dice que en Montevideo eacutel trabajaba en muchas cosas pero aquiacuteestaacute difiacutecil Ana pasoacute seis operaciones en la pierna estuvo largas temporadas internada en Traumatologiacutea Teniacutea que estar en Montevideohellip

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ndashhellipPor lo de los meacutedicos Viviacuteamos en el barrio Borro Nos volvimos a Bella Unioacuten hace ocho antildeos porque creiacuteamos que habiacutea maacutes trabajo y porque pensaacutebamos que era mejor para criar los hijos aquiacute pero soacutelo encontramos el hambre y la desocupacioacuten Ana tambieacuten trabajoacute aquiacute y allaacute de domeacutestica Cambiando de conversacioacuten me dice que estaacute cansada de meacutedicos que la uacuteltima vez le dijeron que le teniacutean que fijar el tobillo de la otra pierna porque lo teniacutea muy mal por caminar torcido y que la columna la teniacutea totalmente desacomodada por lo mismo Pero ella no aceptoacute esa uacuteltimaoperacioacuten que significaba que quedariacutean riacutegidas las dos piernas para siempre Eso no lo aceptariacutea jamaacutes dijo preocupada Estaba cocinando una salsa de tomate Una simpaacutetica sonrisa no abandona su rostro al mirarme Estaacutebamos sentadas debajo del parral Su marido atendiacutea con carintildeo a los nintildeos para dar tiempo a nuestro encuentro Ana tiene el pelo atado con un pantildeuelo verde que deja ver un pelo negro con alguacuten mechoacuten entrecano Viste una blusa larga blanca y una falda floreada Un delantal gris ata a una mujer preocupada por su cuerpo y por su salud ndashTuve que adelgazar quince kilos este antildeo porque no caminaba ya Trabajeacute aquiacute de limpiadora en una panaderiacutea por las galletas el pan y la leche pero no pude aguantar Ahora estoy en casa Gestioneacute hace dos antildeos la jubilacioacuten por invalidez estoy esperando Dicen que me saldraacute por unos cuatrocientos pesoshellip iquestQueacute hago con esa plata Nada ndashSeacute que terminareacute a los cincuenta antildeos postrada en una silla porque cada vez tengo maacutes dolores de huesos y tomo maacutes calmantes pero ni plata para medicamentos tengo ya se sabe primero estaacute la comida iquestA quieacuten le reclama ella esa invalidez por el balazo recibido a los quince antildeos de edad por un policiacutea que ni siquiera sabe quieacuten es iquestA quieacuten le reclama iquestA queacute gobierno iquestA queacute institucioacuten Los nintildeos juegan corren alrededor de la casa con paredes y sin techo Su marido levantoacute paredes hasta la viga pero no lo pudieron terminar Corren

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detraacutes de un gato que les regalaron para aumentar la familia Tienen las cosas tapadas con lonas porque parece que va a lloverhellip el verano vino llovedor Me pregunta por la Chela ndashiquestLa has visto ndashSiacute vive en Montevideo a veces la veo Chela Fontora tiene ahora cuarenta y siete antildeos una hija de su primer matrimonio y un nieto Pasoacute catorce antildeos en la caacutercel en total Se habiacutea incorporado al movimiento tupamaro cuando se dio cuenta que con las ldquomarchas no alcanzaba para nadardquo Cayoacute presa en 1970 la primera vez como integrante del MLN y dirigente de UTAA Salioacute de la caacutercel cuando salieron todoshellip en 1985 Se casoacute nuevamente Vive en Montevideo porque tiene controles meacutedicos regularmente Ahora trabaja en temas sociales en un organismo de ayuda a las mujeres maltratadas Siempre fue sensible al tema y no tolera la injusticia No se alejoacute de su gente Estaacute atenta a lo que pasa en el Nortehellip donde estaacuten los suyos Su hija estaacute en el movimiento de mujeres que hicieron la marcha desde el pueblo Gomensoro por fuentes de trabajo agriacutecolas de esto hace ya dos antildeos A la Chela la encuentro muy seguido en actos acontecimientos sindicales y velorios Sabemos que caminamos en el mismo sentido en el tema mujer Escribioacute ldquoMaacutes allaacute de la pobrezardquo agotado raacutepidamente Cuando una vecina se entera que estoy alliacute y hablamos de Chela trae a su madre que me cuenta de aquella eacutepoca Se agranda la rueda de matehellip Dontildea Lola no fue a la marcha No pudo teniacutea dos nintildeas pequentildeas y su marido trabajaba Ya no estaba viviendo en la azucarera se habiacutea casado con un policiacutea que antes habiacutea sido obrero de la cantildea Pero recuerda toda la preparacioacuten de la marcha no se perdiacutea un acto y aplaudiacutea mucho a la Chela

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Fontora porque era jovencita y hablaba muy claro Dontildea Lola sabiacutea de queacute hablaba en UTAA y sentiacutea la misma bronca que sentiacutean ellos ldquolos peludosrdquo porque ella tambieacuten peludioacute allaacute por el antildeo 1948 cuando llegoacute con su familia desde Tres Cruces departamento de Artigas ndashCuando nos fuimos de alliacute nos deciacutean los vecinos ldquoNo se vayan a CAINSA van al azucaral a agarrar un toro mundialrdquo ldquoEntorarserdquo es tener una pobreza muy grande ni plata ni trabajo ni comida nada Eso es entorarse Pero todos emigraban para las azucareras que era trabajo nuevo ndashNosotros tambieacuten nos fuimos al azucaral por la novedad Nosotros trabajaacutebamos muy duro para ayudar a papaacute La zafra dura cuatro meses se trabaja a destajo a un tanto ldquola luchardquo ndashUna lucha es una cantidad prefijada de surcos trabajados ndashPor cada lucha te dan un vale no te dan plata despueacutes los canjeas Las mujeres trabajaban fuerte en la cantildea Algunas cortaban cantildea a la par de los hombres machete en mano las mujeres solas con hijoshellip Mi madre estaba en casa porque habiacutea nintildeos pequentildeos Mi hermana y yo despuntaacutebamos cantildea acarreaacutebamos carpiacuteamos y a veces papaacute nos llevaba a ldquomontearrdquo Mi hermana y yo tuvimos suerte porque despueacutes de dos antildeos en ldquochacra ldquo (limpieza del suelo alrededor de las plantas nuevas) dentro del cantildeaveral nos llevaron a trabajar en la faacutebrica Alliacute trabajeacute tres antildeos maacutes En la faacutebrica es distinto pasan otras cosas como en cualquier lugar supongo Yo le pregunto ndashiquestQueacute cosas pasan ndashCosas aprovechamientos abusoshellip ndashAhora se dice acoso sexual ndashSiacute recuerdo que teniacuteamos otro trato las que trabajamos dentro de la faacutebrica Los hombres de la oficina siempre se tiraban un lance

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Sonriacutee ldquoUn diacutea un ingeniero que veniacutea desde la capital contratado para la zafra me dijo ndashiquestQueacute haces el domingo ndashNada ndashle dije ndashiquestPor queacute no nos vamos al riacuteo Llevaacute a tu hermana y yo llevo un amigo para ella Me puse maliacutesima ndashiexclNosotras no acostumbramos iexclSinverguumlenza iexclMosquito eleacutectricordquo ndashiquestPor queacute le dijiste eso ndashPorque eacutel era muy nervioso y chiquito Dontildea Lola suelta una carcajada ndashSe ganoacute el apodo para toda la zafra porque yo le conteacute enseguida a todas mis compantildeeras y todas se reiacutean de eacutel al verlo pasar La verdad que lo pasoacute mal Siempre teneacutes que estar alerta a que no te pasen por arribahellip En la faacutebrica tambieacuten es jodido trabajar Charito me viene a buscar para ver a Dontildea Eva Eva Araujo la primera esposa de Bandera A esta amiga la busqueacute en Bella Unioacuten pero estaba ldquopara la Barra de Cuaraiacuterdquo seguacuten me informaron sus hijos cuidando a sus padres que son ancianos estariacutea alliacute por unos diacuteas Alliacute llegueacute buscando una casilla de madera pintada de verde rodeada de plantas de aspecto muy humilde La direccioacuten que me dieron no era muy clara me costoacute encontrarla Mientras sus padres dormiacutean la siesta Eva tomaba mate apoyada en el portoacuten mirando la calle distraiacutedamente Asiacute la encontreacute Al principio no me reconocioacute pero fue muy faacutecil el reencuentro Despueacutes de los saludos la convoqueacute al recuerdo de aquella marcha de 1964 Me explica que tambieacuten fue a la del 1962 y a la de 1968 pero volvimos a la que me interesaba a ubicar ese tiempo de encuentro de acontecimientos vividos cotidianamente

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ndashYo teniacutea veinticuatro antildeos en aquella marcha y teniacutea tres hijos Cuando llegamos a la capital nos alojamos en la Asociacioacuten de Estudiantes de Medicina Estaacutebamos alliacute ocho familias habiacutea unas diez piezas entre todos teniacuteamos veinticuatro nintildeos los mayores eacuteramos diecisiete Estaacutebamos en pleno centro cerca del Palacio Legislativo y a pocas cuadras del campamento de la calle Cuntildeapiruacute donde nos reuniacuteamos todos los diacuteas Me cuenta que es brasilera que sus padres vinieron a trabajar al Uruguay que ella trabajoacute desde nintildea con su familia regando despuntando cantildea levantando boniatoshellip Cuando se ldquoaparejoacuterdquo con Bandera eacutel no la dejoacute trabajar maacutes en la tierra entonces trabajoacute en otra cosa haciacutea pan caseropara vender empanadas lavados de ropahellip Siempre trabajoacute ndashViviacutea con mi familia dentro de CALPICA el ingenio azucarero En esa marcha ella dejoacute el rancho para ir a Montevideo dejoacute sus cositas lo poco que teniacuteahellip Apronta nuevamente un mate y me alcanza una empanada calentita ndashiquestQueacute haciacuteas en esa marcha queacute tareas ndashYo en esa marcha lo que haciacutea era mantener limpio el local Y se riacutee como quien dice ldquoiexclOtra cosa no podiacutea hacerrdquo ndashEra muy grande lo haciacuteamos entre todas pero como yo teniacutea mi chiquita de dos meses me quedaba maacutes tiempo en el local y los demaacutes se iban a manifestaciones o gestiones se llevaban los maacutes grandecitos los que no pediacutean brazos asiacute que casi siempre me quedaba yo Ese invierno era muy friacuteo y muy llovedor me acuerdo que todos llegaban con los pies embarrados costaba mucho mantener el local limpio Lo tomeacute como mi trabajo ndashAlliacute nos traiacutean la ropa comida juguetes gente amiga que veniacutea de todos lados ndashTambieacuten cocinaacutebamos para nuestro grupo separados de la olla del campamento de Cuntildeapiruacute para no desplazarnos de aquiacute para allaacute con la gurisada comiacuteamos bienhellip

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Se queda como pensando ndashRecuerdo que teniacuteamos miedo al traacutensito Un diacutea un oacutemnibus atropelloacute a dos nintildeas chiquitas que se nos escaparon para ir a la panaderiacutea que quedaba a dos cuadras Se fueron solitas y cruzaron sin permiso la avenida General Flores no les pasoacute nada porque frenoacute muy a tiempo cerquita de ellas las pechoacute y las volteoacute iexclQue susto ndashTodo eso teniacuteamos que cuidar las mujeres ndashse riacuteendash Como siempre como en casahellip Eva tiene una cara muy linda a pesar de los antildeos y muy serena habla pausado Se le ve sin rencores asumida a siacute misma en esa suerte de mujer sola que le tocoacute vivir ndashiquestCoacutemo terminaste esa marcha iquestcuaacutendo decidieron volver ndashCuando volvimos a Bella Unioacuten nosotros volvimos en tren y los ldquomonosrdquo (los bolsos los paquetes) los traiacutea un camionero del mercado que veniacutea siempre vaciacuteo para Bella Unioacuten Esa noche nos detuvieron en Colonia Palma y la policiacutea no nos dejaba entrar al azucaral ldquoPasamos la noche a la intemperie un friacuteo horrible no teniacuteamos ni abrigo ni frazadas todo se nos fue en el camioacuten A la madrugada nos soltaron a todos iquestPero sabeacutes lo que pasoacute nos incendiaron los ranchos en CALPICA en la propiedad del patroacuten deciacutean eso que estaacutebamos en la propiedad del patroacuten y que no podiacuteamos reclamar nada eso deciacutean que no sabiacutean quieacuten fue que los quemoacute y quieacuten va a serhellip iexclNosotras siacute sabiacuteamos Me quedeacute sin nada soacutelo con lo puesto ldquoAsiacute nos quedamos en un campo baldiacuteo de Bella Unioacuten Armamos una casilla con las cosas que acarreaacutebamos de todos lados palos latas cartoacutenhellip Hice colchones con bolsas blancas de azuacutecar que los compantildeeros me traiacutean y adentro lo relleneacute con pasto seco con gramilla y asiacute empeceacute de nuevo de la nada ldquoCon maacutes dificultades Mi marido era dirigente de UTAA y como todos marchoacute en la lista negra y no encontraba trabajo Yo fui sacando la

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familia adelante con lavados para afuera y el contrabando de la Barra de Cuaraiacute compraba y vendiacutea cualquier cosa yerba aceite azuacutecar ropaCuando no teniacutea plata para contrabandear haciacutea pan empanadas y pizza para vender luchando todos los diacuteas dieciseacuteis antildeos fuera de casa y yo sola con siete hijos pero a todos mis hijos los mandeacute a la escuela terminaron primaria y tres quisieron seguir secundaria ndashiquestSon todos hijos de Bandera ndashSiacute todos de eacutel Cuando eacutel se fue yo teniacutea siete hijos para tirar adelante ndashiquestY Bandera doacutende estaacute ndashEacutel vive en Montevideo Estaacute enfermo Si eacutel tuvo otras parejashellip No yo nohellip estoy solahellip no con mis hijoshellip tengo nietos tambieacutenhellipndashdice contentandashsigo trabajandohellip tengo cincuenta y cuatro antildeos siacute clarohellip estoy muy bienhellip siacute mis hijos y yo estamos siempre con la Policliacutenica porque luchamos por todo estohellip y aquiacute estamos yo me quedeacute siempre aquiacuteY seguimos con UTAA Al diacutea siguiente me visitoacute en casa de Charito otra mujer de aquel tiempo Mariacutea Margarita Torres la Lucha le deciacutean en el pueblo Teniacutea veintidoacutes antildeos en la marcha de 1964 y traiacutea sus tres hijos pequentildeos Tuvo catorce hijos ndashTodos del Amaral ndashdicendash Vine porque siacute a la marcha Eacutel no me dejaba ir a las reuniones ni ir a la marcha pero yo le dije si las demaacutes van iquestPor queacute yo no puedo ir Asiacute que me fui yo tambieacuten Porque yo era trabajadora me crieacute en las chacras con el salario familiar Fui de las primeras mujeres que hablamos de sindicato con dieciocho antildeos recorriacuteamos los ranchos una gurisahellip Claro ndashiquestCon quieacuten ibas ndashIba con mi padre con Rauacutel Sendic con otros Siacute era jovencita pero me gustaba el sindicato Fui a la marcha no soacutelo por ir sino ldquopor no agachar la cabezardquo como deciacutea Rauacutel Y fui con tres hijos chicos con ellos me sentiacutea fuerte Cuando llegueacute a la Capital no conociacutea a nadie alliacute me sentiacutepequentildea era todo tan grande la casa el traacutensito todohellip Pero dentro de miacute

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habiacutea algo que me deciacutea que teniacutea que seguir adelante como deciacutea Rauacutelhellip Yo era rebelde ndashiquestEras de la comisioacuten de mujeres en esa marcha ndashSiacute yo saliacutea en la Marcha como las demaacutes en algunas gestiones y tambieacuten saliacute de pegatina Un diacutea estaba con tres compantildeeros yo llevaba el tarro con engrudo y los rollos ellos eran maacutes altos y podiacutean pegar los carteles maacutes arriba de repente los compantildeeros tiraron los afiches y salieron disparando no me dieron tiempo ni a preguntar queacute pasaba y me quedeacute sola mireacute para atraacutes y vi una patrulla de los milicos Se acercaba despacito me agacheacute contra un auto que estaba parado y despueacutes me metiacute debajo rodando Los milicos pasaron y no me vieron espereacute que se fueran No perdiacute ni un rollo ni el pincel ni el balde ellos me dejaron todo tirado y rajaron Cuando pude me fui al campamento Mis compantildeeros llegaron despueacutes tranquilos y a las risas contando la hazantildea No se preocuparon por miacute ndashiquestPor queacute no me avisaron les reprocheacute Tambieacuten vendiacutea bonoshellip Los hijos los dejaba con las otras compantildeeras que quedaban en el localhellip Si estaba tambieacuten en las asambleas de mujeres del campamento Eran pocas las que hablaban y opinaban dos o tres la mayoriacutea de las mujeres callaban escuchaban saliacutea alguacuten personalismo si alguna que queriacutea sobresalir hablando ndashiquestTe sentiste valorizada por los compantildeeros hombres del sindicato en ese periacuteodo ya que eras tan militante ndashSiacute ellos queriacutean que nosotras opinaacuteramos y nos deciacutean que eacuteramos todos iguales Treinta antildeos despueacutes Margarita Torres estaacute en Bella Unioacuten porque nunca se fue de alliacute y crioacute sus hijos sola sacoacute la gurisada adelante Ahora tiene cincuenta y dos antildeos y trabaja en la chacra todaviacutea en la chaucha en el tomate en el choclo y me cuenta que ahora en 1994 se pagan las ocho o nueve horas de trabajo a treinta pesos

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ndashEs un trabajo duro a destajo tanto trabajas tanto ganas asiacute que te matas para ganar un poco maacutes Tambieacuten trabajeacute en el hospital de Bella Unioacuten me despidieron por ser cantildeera de corazoacuten por las represalias en el antildeo 1980 en plena dictadura ndashiquestY tu marido ndashCuando volvimos de la marcha porque hicimos todas la del sesenta y dos la del sesenta y cuatro la del sesenta y ocho quedaba en las listas negras y no conseguiacutea trabajo despueacutes estuvo preso tres antildeos y al final se quedoacute por Montevideo y ahora es viejo y estaacute enfermo allaacute en la CapitalQuiso volver conmigo y se vino estuvimos un tiempo juntos pero no fue posible yo le puse las cosas muy claras Preferiacute seguir sola sin que nadie me mande Estoy cerca de mis hijos y nietoshellip Yo sigo en la lucha en la zafrahellip en la recoleccioacuten aunque sea por treinta pesos al diacutea que se le vaa hacer pero yo sigo en el Sindicato y trabajo con Charito para la Policliacutenica para eso estamos Trabajamos para el festival de cada antildeo para sacar fondos Y vendiendo entradas me recorro todo el pueblo A la China la busqueacute y la encontreacute en Bella Unioacuten treinta antildeos despueacutes en la misma casa de siempre ahora mejorada Me cuenta que tiene los hijos casados que dos de ellos pudieron estudiar y trabajan Nos alegramos al vernos No tenemos prisa Salen y entran dos nietos que se mueven por la casa uno de los hijos estaacute arreglando algo en el fondo se escuchan las risas de los gurises que se acompasan con los golpes del martillo Recordamos aquella eacutepoca y me cuenta que a aquella marcha ella fue dice de casualidad casi obligada por las circunstancias Se riacutee se acomoda en la silla dispuesta a contar Arregla el mate que estaacute con mucha yerba con los dedos graciosamente y dice ponieacutendose seria ndashYo habiacutea quedado viuda con criaturas chicas y estaba interesada en cobrar la pensioacuten por eso me acerqueacute a los del Sindicato Porque mi marido trabajaba en la faacutebrica en la azucarera y en el ingenio ellos fueron los que me

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explicaron como teniacutea que reclamar la pensioacuten asiacute fue como los conociacute El primer local de UTAA se lo di yo a los compantildeeros Teniacutea una pieza chiquita en el fondo de casa que no necesitaba tanto y ellos no teniacutean donde reunirse Al sindicato veniacutean muchos en esa eacutepoca entraban y saliacutean a cualquier hora La miseria en que quedeacute me despabiloacute y entreacute a buscarme caminos Yo en esa eacutepoca teniacutea una especie de venta asiacute nomaacutes sin permiso vendiacutea tabaco y yerba que traiacutea maacutes barato de contrabando Le vendiacutea a los vecinos y a los muchachos del Sindicato tambieacuten y les calentaba el agua para el mate y se las alcanzabandash se sonriacutee otra vez como que le cuesta hablar deaquello Veo que es una linda mujer tiene gracia en el hablar y en la mirada estaacute vieja dice pero yo la veo muy bien en sus sesenta y pico ldquoUn diacutea me llevaron presa y sin saber por queacute Pasaban las horas y en la comisariacutea no me explicaban nada parada alliacute de plantoacuten Cuando pasoacute el comisario cerca miacuteo le toqueacute el brazo y le dije ndashOiga iquestpor queacute estoy aquiacute ndasheacutel me hizo un gesto con el brazo como sacaacutendome de encima y dice ndashiexclHabrase visto una china maacutes atrevida y sinverguumlenza A miacute me dio tanta rabia que cuando empezoacute a caminar de atraacutes yo le tironeeacute la chaqueta tan fuerte que le volaron dos botones iexclCalabozo conmigo Paseacute toda la noche asiacute que recieacuten al otro diacutea me entereacute que la denuncia me la puso el meacutedico del pueblo porque las de la Casa de Mujeresle dijeron que yo teniacutea este negocio en casa y que yo trabajaba sin permiso y sin libreta de saludrdquo ndashiquestQueacute pasoacute como fue eso iquestUna casa de mujeres ndashSiacute Como veiacutean entrar tanta gente tantos hombres por el costado del rancho deciacutean que yo teniacutea ldquoCasa de Mujeresrdquo clandestina iexclMentira iexclQueacute rabia me dio Estariacutea sentildealada en todo el pueblo y yo sin saber nada Sin embargo lo que se estaba haciendo al lado era el Sindicato de UTAAPor eso veniacutean hombres a cualquier hora Veniacutea Sendic y otros que yo no

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conociacutea de lejos veniacutean a piehellip pero yo quedeacute sentildealada como una puta en todo el pueblo -La rabia del primer momento me dio por ir a la casa del doctor que me denuncioacute porque yo queriacutea arreglarlo por mi cuenta Espereacute al meacutedico en la puerta de su casa despueacutes que su esposa me dijo que no estaba y que volveriacutea maacutes tarde Teniacutea tanta rabia que le bajariacutea los dientes a trompadas Eacutel se escondiacutea porque yo eso lo deciacutea en voz alta a todos los que me quisieran oiacuter la mujer miraba entre las cortinas y se escondiacutea tambieacuten Pero yo sabiacutea fijo que estaba dentro porque en la puerta alliacute estaba su auto negro Le hice praacutecticamente guardia durante horas despueacutes me fui a mi casa y las vecinas y los del Sindicato me amansaron asiacute que lo dejeacute todo tranquilohellip pero me rondaba en la cabeza -A las tres de la mantildeana no podiacutea dormir decidiacute ir a pedir permiso policial para abrir yo una Casa de Mujeres Esto me lo penseacute mucho mucho ya que estaba sentildealada como que habiacutea y no habiacutea ellos el doctor y las mujeres incluso el comisario me obligaron a hacerlo y saqueacute el permiso -Cuando a la semana me lo dieron fui a Cuaraiacute a buscar una pupila y me traja a la Flaca -Lleveacute a mis hijos a la casa de mi suegra y empeceacute el negocio que me trajo maacutes problemas que ganancias dos por tres estaba otra vez en comisariacutea por ldquorintildeas y disputasrdquo -Lo que pasaba era que a los que no queriacutean pagar las ldquofacturasrdquo yo les ldquoarrimaba la ropa al cuerpordquo ndashy hace un gesto de arremangarsendash y claro despueacutes de pagar como Dios manda iban a la comisariacutea y me denunciaban asiacute que pasaba en liacuteos nomaacutes Es muy difiacutecil llevar a los clientes y que no se pasen contigo porque sos mujerhellip ndashiquestY los del Sindicato donde funcionaban iquestAquiacute mismo ndashNo Ellos eran independientes pasaban por el costado por otro portoacuten porque una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa vos me entendeacutes Maacutes o menos yo iba regentiando la casa pero tuve un problema con mi pupila por

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cosa de hombres de uno que pretendiacutea de miacutehellip ndashiquestA ella tambieacuten le gustaba ese hombre ndashNo no era eso eacutel me frecuentaba a miacute yo no queriacutea mucho con eacutel estaba casado Eso siacute teniacutea mucho dinero Las de la otra Casa de Mujeres estaban enteradas porque eacutel no iba maacutes por alliacute Asiacute que una de ellas le contoacute a su mujer por hacer dantildeo nomaacutes -Pasoacute que mi pupila fue pagada por la esposa de este hombre eacutel se fue de la boca conmigo y me lo contoacute todo ya se sabe en pueblo chicohellip como dicen todos se conocen -Cuando vino este hombre yo puse las cosas en su lugar lo echeacute porqueno queriacutea tener problemas Yo estaba aprendiendo a trabajar y me lo queriacutea sacar de encima mucho maacutes si eacuteste me creaba problemas -Asiacute que discutimos en voz alta no me acuerdo bien lo que le dije ni lo que me contestoacute Seacute que deciacutea que queriacutea seguir vieacutendome sin ninguacuten compromiso yo no queriacutea saber nada de eacutel y se lo dije ndashiquestY queacute pasoacute ndashLa Flaca lo escuchoacute todo porque las paredes eran de madera finita como una tela de cebolla asiacute que cuando eacutel se fue por una puerta mi pupila entroacute por la otra con una navaja de hoja asiacutendash y sentildeala el ancho con dos dedosndash Ella era muy grande iquestte acordaacutes Era maacutes alta que vos Pero yo con la rabia que teniacutea se me duplicaron las fuerzas ella a mi me tajeoacute por muchos lados Se me estaba mojando la ropa de sangre en un costado en este brazo y por aquiacute ndashy se sentildealandash Cuando la tranqueacute con la pierna y la pude tirar al suelo me le subiacute arriba le quiteacute la navaja y se la hundiacute por acaacute y por acaacute ndashsentildealaacutendose el abdomenndash Ella gritaba y me putiaba Cuandovi tanta sangre me asusteacute mucho me incorporeacute y me fui al fondo y llameacute a la vecina Alguien la llevoacute al hospital yo me metiacute en la casa de al lado estaba creiacuteda que la habiacutea matado Por la tarde me acompantildearon a curarme y el meacutedico me preguntoacute si no seriacutea yo la que se peleoacute con la flaca A miacute me dio un miedo baacuterbaro y un vuelco en el corazoacuten Contesteacute que no que yo no era No pregunteacute

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nada si habiacutea muerto o no De alliacute me fui a la casa de una conocida miacutea recogiacute alguna ropa lo necesario echeacute llave a la puerta y me fui a esperar que pasara el momento por las dudas No sabiacuteasi me habiacutea denunciado o no Al diacutea siguiente me entereacute que ella despueacutes que la curaron se fue para Cuaraiacute para Brasil Ella no me denuncioacute ni yo tampoco porque la que empezoacute el liacuteo fue ella y yo me defendiacute ndashLa marcha de los cantildeeros estaba por salir en esos diacuteas ndashcontinuoacute la Chinandash Faltaba un diacutea o dos no me acuerdo yo me puse mejor Con la Casa de Mujeres no queriacutea trabajar maacutes Teniacutea miedo de caer presa y los del Sindicato se iban a la marcha porque aunque no quieras yo me sentiacutea protegida por ellos Eran mis vecinos ldquoLo penseacute mucho yo tambieacuten como ellos queriacutea tierras para trabajar le expliqueacute todo eso a mi suegra y le dejeacute a los hijos le dije que iba a luchar por ellos tambieacuten le dejeacute toda la plata que teniacutea y las llaves de la casa Y me enroleacute en la marcha a Montevideo dejeacute todo y me fui con todos los peludos para Montevideo ldquoMe sentiacutea maacutes segura en la marcha Yo teniacutea sentimiento de proacutefuga porque creiacute que la habiacutea matado Eso de tener la Casa de Mujeres fue por miseria por necesidad econoacutemica y cualquiera lo comprende iquestno Nunca penseacute que todo terminariacutea asiacute ldquoLas mujeres de la marcha tambieacuten me aceptaron aunque en el pueblo ya habiacutea estado en boca de todos me respetaron y trabajeacute mucho por UTAA Hasta fui encargada de la Comisioacuten de Mujeres del Sindicato cuando estaacutebamos en la capital ndashiquestNunca tuviste problemas en esa marcha por este pasado tuyo ndashSiacute una vez ldquoEn el campamento siempre alrededor del fogoacuten habiacutea dos o tres compantildeeros en la tarea de la comida sirviendo los platos cortando el pan Fue a los pocos diacuteas de salir antes de llegar a Montevideo ndashpiensandash no seacute si estaacutebamos acampados en Riacuteo Negro Era la hora de la comida recuerdo a todos

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trajinando de allaacute para acaacute ldquoTeniacuteamos visitas estaban unos maestros que nos trajeron paquetes de fideos y arroz me acuerdohellip ndashse pone como a pensar con la vista perdidandash uno de ellos de los encargados de la comida no me acuerdo cual me alcanza mi plato de comida con una mano y con la otra me manoteoacute una teta como al disimulo pero con toda la mano abierta me la apretoacuteLe di un tortazo y le revolieacute el plato de comida eacutel se quedoacute pasmado y le dije iexclDesgraciado iexclA miacute me vas a respetar como mujer que soy Todos hicieron silencio yo me fui furiosa y ni comiacute ese diacutea Despueacutes se discutioacute este hecho en la reunioacuten de todos los diacuteas como ves me teniacutea que hacerrespetar por eso de lo que fui antes ldquoYo no podiacutea con mi genio era joven y muy impulsiva me tomaba la justicia por mi cuenta ldquoSiacute fue la primera y la uacuteltima vez que me pasoacute algo yo siempre poniacutea las cosas en su lugarhellip iexclPorque una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa

Retrato de Mariacutea Julia Alcoba en carbonilla Autora Clarina Vicens Alegre

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Del azuacutecar a la sal

A Dontildea Eva la conociacute en la marcha de los cantildeeros Facciones aindiadas tez blanca cabello castantildeo y ojos verdes Teniacutea en ese momento cinco hijos No hablaba casi nada siempre con la cabeza gacha Con los extrantildeos haciacutea poca amistad era difiacutecil hablar con ella Para contestar miraba al marido como esperando su aprobacioacuten ldquoiquestNo viejitordquo Pero lo que maacutes me impresionoacute de aquella mujer fue la dulzura con que trataba a sus hijos Con acento fronterizo en la voz melosa como el azuacutecar les hablaba jugaba y reiacutea continuamente con ellos Era un juego de piel besos caricias y a veces palmaditas Por primera vez vi ldquodar la tetardquocon mutuo placer de intercambio No teniacutea nada Viviacutea en una carpa con su compantildeero y sus hijos pero ella disfrutaba ese momento con los suyos prescindiendo del entorno No se quejaba ni pediacutea nada para ella Estaba en la marcha de los cantildeeros acompantildeando a su marido Aquiacute haciendo igual que allaacute la tarea de todos los diacuteas con un fueguito en el suelo en cuclillas igual que allaacute Aquiacute la carpa de tela que les prestaron allaacute el ranchito de paja y terroacuten en la tierra del patroacuten frente al riacuteo Recordoacute su rancho cerquita del riacuteo Los patos salvajes y alguacuten carpincho engordaban la mesa a veces El cantildeaveral tan verde y el sonido de la cantildea al viento en las tardecitas Quiso recordar Su marido llegaba de la cantildea tan negro lleno de holliacuten soacutelo le blanqueaban los ojos y los dienteshellip Pero no pudo seguir porque se le boleoacute la olla y se le apagaba el fuego

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iexclY ella recordando verdes iexclBobadas Antildeos despueacutes la reencontreacute en La Coronilla Los tiempos estaban cambiando Los primeros presos gremiales y poliacuteticos los primeros estudiantes asesinados en las calles de Montevideo A nosotros nos habiacutean prestado un rancho Nos dijeron que dontildea Eva estaba alliacute con sus hijos No fue difiacutecil encontrarlos en ese entonces habiacutea unos diez ranchos en el pesquero y todas las familias se conociacutean Fue muy lindo volver a verlos Los nintildeos y ella estaban espleacutendidos negritos les blanqueaban los dientes curtida la piel del aire salado Estaban tan felices de vernos como nosotros a ellos Eva estaba maacutes gordita siempre con la falda larga el pelo recogido en la nuca maacutes claro por el sol Sus ojos teniacutean un nuevo brillo se la notaba feliz tranquila ndashEstaacutebamos pasando mal en Montevideo despueacutes del desparramo de los peludos Unos fueron para Artigas otros para Treinta y Tres y nosotros terminamos aquiacute ndashNos trajo el Bebe ndashdijo su compantildeerondash Aquiacute salgo a la pesca tenemos unos conejos en la isla hijos de los que largamos alliacute con el Bebe y vivimos no maacutes Pero el aire es maacutes sano para la gurisada El compantildeero de Eva se crioacute en Artigas trabajando la tierra muy lejos del mar Ahora es pescador aunque le tiene terror al mar Es el trabajo que hacen los hombres aquiacute No es faacutecil el cambio de cantildeero a pescador es como ir del azuacutecar a la sal pero eacutel sigue igual de buen caraacutecter dicharachero con ojos de picardiacutea siempre sonriente El pesquero estaacute rodeado de meacutedanos calientes Maacutes allaacute el oceacuteano Atlaacutentico braviacuteo salado profundo y friacuteo Lo difiacutecil es el invierno y el caraacutecter de la gente del pesquero Eacutel veniacutea de un trabajo colectivo y le resultaba difiacutecil el trabajo aislado ndashEl caraacutecter de la gente es distinto Es otro clima tuvimos que adaptarnos a su modo de ser silencioso Ellos dos se juntaron en el azuacutecar y en la sal en las alegriacuteas y en las

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tristezas Eacutel crecioacute sin padre y ella se quedoacute con el padre y una mujer que no era su mamaacute la suya se habiacutea ido y no le permitieron verla maacutes Dos infancias de soledad los uniacutean La deacutecada del setenta como a muchas familias los golpeoacute Cuando vinieron a buscar a su marido ella quedoacute sola con los hijos rodeada de arena y mar Siete largos antildeos sola Fue difiacutecil muy difiacutecil para ella empezar de nuevo y sin eacutel ndashDesaparecieron los vecinos no llegaba nadie por el rancho Pasaban de largo soacutelo una o dos vecinas llegaban Fue como si estuvieacuteramos apestados Quedamos solos los hijos y yo en este rancho En el pesquero de La Coronilla no hay trabajo para mujeres solas Algunas van a arrancar mejillones y berberechos al Cerro Verde para vender en los hoteles Las que tienen su hombre que sale al mar salan el pescado que ellos traen para preparar el bacalao Eva en ese entonces ya teniacutea seis hijos El mayor empezoacute a salir en las barcas al mar teniacutea 14 antildeos trabajaba para otro pero no alcanzaba el dinero y Eva le teniacutea tanto miedo al mar Pero ahora estaba sola y teniacutea que salir adelante Y los vecinos pasaban de largo por su rancho porque su marido estaba preso por tupa ndashEra como estar apestada Un diacutea se armoacute de coraje y le dijo a una vecina ndashMantildeana iquestpuedo ir con usted a juntar mejillones Usted me ensentildea iquestno vecina Porque yo nunca lo hice pero no seraacute difiacutecil lo uacutenico el mar Nos contaba tomando mate y mirando lejos ndashLos mejillones se arrancan en la madrugada Hay que levantarse a las cinco de la mantildeana aprovechar la bajante porque despueacutes sube la marea y no podeacutes adentrarte en la roca Estaacute oscuro el cielo y el mar todo negro y el ruido de las olas te parece maacutes fuerte todaviacutea Pero eacutesa es la hora Yo le tengo mucho miedo al mar pero teniacutea que ser fuerte Teniacutea que poder para conseguir la comida

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Arrancaacutebamos los mejillones de la roca con una especie de untildea Eso siacute no te podeacutes descuidar yo no seacute nadar y cuando viene con fuerza el mar podeacutes perder la estabilidad y te lleva Mi vecina era maacutes baquiana que yo y me cuidaba Cuando veniacutea una ola y me llevaba ella me traiacutea aunque fuera de las patas Otra vez sobre las rocas Yo aprendiacute y arrancaba rapidito antes que viniera la otra ola maacutes fuerte Da tiempo es como un ritmo un vaiveacuten vienen dos olas cortas y una maacutes larga y maacutes fuerte No me podiacutea distraer estaba atenta y la esperaba agarrada de la roca con las dos manos para que no me llevara Asiacute paseacute cuatro antildeos metida en el agua mojada de pies a cabeza en el agua salada Se me dormiacutean las piernas se me acalambraban Me latiacutea fuerte el corazoacuten El mar te da miedo y te atrae a la vez te sentiacutes parte de eacutel A veces pensaba queacute vida distinta llevaba ahora tan lejos del campo del riacuteo de los teros Me acordaba de mi gallinero de mi quinta del riacuteo cuando con mi viejito iacutebamos a pescar en agua dulce iexclQueacute agua tan distinta Pero sobre todo me acordaba de mis plantitas mis verduras mis flores Aquiacute sentiacutea la arena caliente pero por las mantildeanas y las tardecitas estaba friacutea Se me ocurrioacute intentarlo Empeceacute a probar a plantar en la arena algunas muditas de plantas A mediodiacutea las tapaba con la ropa recieacuten lavada para protegerlas del sol y empezaron a crecer muy despacito Acarreaacutebamos abono de caballo resaca del mar y algunas tierritas de maacutes lejos que traiacuteamos con mis hijospara mezclar con la arena y asiacute fui armando esa quintita de a poquito iexclQue nos dio de comer iexclqueacute alegriacutea Llegueacute hasta a vender verdura para comprar aceite y queroseno Cosechamos habas papas tomates choclos arvejas lechugas iexclhermosas lechugas La teniacuteamos cercada con cantildeas por los animales que andaban sueltos por la noche ocupaba todo el costado del rancho iexclSiacute que nos dio de comer esta quintita iexclQueacute trabajo Veniacutea de arrancar mejillones lejos como a tres quiloacutemetros del Cerro Verde con los mejillones a la espalda Descansaba un poquito y los

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llevaba a vender al hotel otros cinco quiloacutemetros entre ida y vuelta por la arena Como a las once volviacutea tomaba mate cocido y memetiacutea en la quinta a regarla con agua de la cachimba a limpiarla a arrancar yuyos malos Poniacutea la comida al fuego despueacutes dormiacutea un poquito y cuando queriacutea acordar llegaban los gurises de la escuela Iban a la escuela rural de diez de la mantildeana a tres de la tarde Los veiacutea llegar desde lejos alegres con las bolsitas de tierra que me traiacutean para la quinta Empezaba otra vez lavar la ropa que traiacutean sucia para que estuviera pronta al diacutea siguiente hacer la cena para estar adentro del rancho con la puerta cerrada a eso de las seis de la tarde porque ya no saliacuteamos maacutes traiacuteamos los baldes de agua para adentro y nos trancaacutebamos Con toda esa gurisada saltando corriendo y llorando a la vez yo escuchaba la radio una chiquita a pilas que teniacutea Los maacutes chiquitos despueacutes de cenar se iban durmiendo Yo quedaba con los maacutes grandes escuchando muacutesica informativos y charlando A veces nos reiacuteamos de cualquier cosa Apagaba el farol y dormiacuteamos con el ruido del agua tan cerca o con el silbido del viento que sopla mucho aquiacute Al poco rato ya eran las cuatro de la mantildeana y me teniacutea que ir al Cerro Verde a arrancar mejillones otra vez Todos quedaban durmiendo solitos La maacutes grande los levantaba lospreparaba y se iban a la escuela Asiacute asiacute todos los diacuteas asiacute Cuando mi viejito estaba preso yo trabajeacute con las otras mujeres en lo uacutenico que podiacutea hacer juntar mejillones y caminar todos esos quiloacutemetros para venderlos Aprendiacute a caminar ligerito como ellas a la par de ellas y a cargar la bolsa hasta con 50 kilos iexclQueacute no hariacutea uno por los hijos iquestNoAprendiacute a comprar y a vender y ellos tambieacuten me ayudaban Salimos todos juntos adelante Cuando trabajeacute esos antildeos con ellas una de las vecinas me ayudoacute a pedir la asignacioacuten familiar en Castillos porque no alcanzaba la plata y lo pasaacutebamos mal Muchas veces me acuerdo cuando los hijos me pediacutean pan de noche y

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no habiacutea Entonces les prometiacute una cosa ldquoSi llego a sacar la asignacioacuten familiar cada vez que vaya a cobrar les traereacute un pan para cada unordquo y asiacute lo hice Cada vez que iba a cobrar a Castillos traiacutea un pan para cada uno Me parece verlos ndashcuenta entre risas y laacutegrimasndash les daba un pan y lo comiacutean todo sentados abajo de un aacuterbol que yo habiacutea plantado Que comieran cuanto quisieran les deciacutea y reiacutean con laacutegrimas y cuidaban y guardaban sus pedacitos para comer despueacutes iexclEacuteramos felices con tan poquito iexclDe tan poquito nos reiacuteamos Los recuerdo cuando por la arena mis negritos riendo a carcajadas me iban a alcanzar con la pata en el suelo Viviacuteamos muy unidos igual que ahora Mis hijos aunque eran pequentildeos me ayudaban a vivir A mi viejito lo podiacutea ir a ver al Penal de Libertad de tanto en tanto Saliacutea muy caro el pasaje desde Rocha a Montevideo Esa noche dormiacutea sentada en la agencia de la ONDA A la mantildeana viajaba al Penal Despueacutes vinieron diacuteas peores no podiacuteamos arrancar maacutes los mejillones porque vino una especie de enfermedad se murieron los que habiacutea y las nuevas colonias demoraron en formarse Yo lo que seacute es que me quedeacute sin trabajo Eso significaba hambre otra vez para nosotros Con una vecina y sus hijos emigramos a Punta del Diablo porque nos enteramos que alliacute habiacutea movimiento de turistas Se podiacutea trabajar en algunas cosas maacutes En un ranchito de una pieza nos metimos todos y empezamos a trabajar de nuevo Mis hijos ya estaban maacutes grandes y trabajaban todos Unos en casas de familia otros en la construccioacuten o en la pesca y yo y la maacutes pequentildea haciendo collares de caracoles para vender a los turistas que llegaban en sus autos Aquiacute en Punta del Diablo se trabajaba mejor y podiacutea ir una vez al mes al Penal y llevarle cosas Hace cinco antildeos que estamos aquiacute es distinto ahora tengo luz eleacutectrica agua y hasta heladera tengo Con la ayuda de mis hijos y mi marido cuando salioacute del Penal construimos este rancho grande Tiene techo de quincha no se llueve paredes de bloque y pisos de portland

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Tengo hijos casados y nietos Aquiacute sigo enhebrando collares Cuando mi viejito salioacute del Penal encontroacute a toda la familia esperaacutendolo y siguioacute saliendo al mar y salando bacalao de eso vivimos todaviacutea pero es zafral claro No siempre tenemos platardquo iexclQueacute largo camino Ella quedoacute sola y aprendioacute a comprar y a vender a decidir a pelear A veces no encuentra su antiguo monedero Estaacute un poco distraiacuteda ndashBah no importa no tiene nada iquestno viejito y blanquean los dientes en su abierta y esquiva carcajada

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Epiacutelogo

La historia no es lo de antantildeo solamente estaacute construyeacutendose ahora en cada momento que transcurre en cada momento de las mujeres en las faacutebricas en las calles en el trabajo del campo en el domeacutestico maestras rurales amas de casahellip Todas las mujeres donde sea que esteacutenhellip La historia va articulando en lo cotidiano los acontecimientos colectivos sindicales poliacuteticos y sociales de un paiacutes No soacutelo debemos recordar compantildeeras hay que escribir Porque lo que no estaacute escrito no existe se lo lleva el viento es la invisibilidad es la no historia

Mariacutea Julia sosteniendo el libro de Graciela Sapriza Fotografiacutea Val Rodlez (2018)

Mariacutea Julia en su jardiacuten Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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El jardiacuten de las palabras diaacutelogos feministas para abrazar la historia

Mariacutea Julia Alcoba Rossano Alicia Migliaro GonzaacutelezLorena Rodriacuteguez Lezica

En este capiacutetulo proponemos reflexionar a partir de los diaacutelogos que entablamos con Mariacutea Julia Alcoba feminista y referente del sindicalismo uruguayo Partimos de un ciclo de entrevistas de historia de vida que comenzamos casi por azar a fines del 2019 y que continuamos inventando modos de encuentro virtual hasta el diacutea de hoy Modos de encuentro que fueron transitando por las memorias de Mariacutea Julia y por los muacuteltiples intereses que nos encuentran desde las preocupaciones sociales y poliacuteticas actuales hasta los consejos para cuidar nuestras plantas Este texto entrelaza las voces de las tres en momentos y tonos diversos por un lado las resonancias de Lorena y Alicia a partir de los encuentros y por otro las memorias de Mariacutea Julia

La semilla el encuentro entre nosotras

Supimos de Mariacutea Julia cuando presentoacute su libro autobiograacutefico Las mujeres iquestdoacutende estaban (Alcoba 2014) Lo leiacutemos lo comentamos lo compartimos lo regalamos No saliacuteamos de nuestro asombro Las palabras de Mariacutea Julia nos hablaban de una historia social y poliacutetica conocida pero desde una sensibilidad novedosa Un calor feminista nos invadiacutea nos entendiacuteamos nos reconociacuteamos en sus palabras Poco tiempo despueacutes entramos en contacto con motivo de la celebracioacuten de un 15 de octubre fecha en la que se conmemora el diacutea de la mujer rural Pasado un tiempo la volvimos a contactar para invitarla a formar un grupo de discusioacuten en el marco de un proyecto de investigacioacuten feminista sobre desigualdades de geacutenero en sindicatos rurales Asiacute junto con

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otra referente histoacuterica del sindicalismo uruguayo Neacutelida ldquoChelardquo Fontora1 y compantildeeras sindicalistas rurales en actividad conformamos un espacio que nos permitioacute pensar juntas Este trabajo fue plasmado en una cartilla de autoriacutea colectiva que lleva el tiacutetulo iquestY las mujeres doacutende estaacuten Guiacutea para abordar desigualdades de geacutenero en sindicatos rurales (Alcoba et al 2019) Trabajamos mucho en el armado de esta cartilla y poder entregarla a cada una de las autoras previo a la presentacioacuten puacuteblica fue una tarea maacutes que disfrutable

1 Chela Fonotra es una exmiltante de la Unioacuten de Trabajadores Azucareros de Artigas

(UTAA) y del Movimiento de Liberacioacuten Nacional (MLN) Fue presa poliacutetica en la dictadura ciacutevico-militar y desde la apertura democraacutetica a la fecha es militante por los derechos humanos Es autora de un hermoso libro autobiograacutefico que recomendamos ampliamente titulado La llama no se apaga (Fontora 2018)

Mariacutea Julia con Anibal Gimeacutenez y Aurelio Gonzaacutelez Homenaje a los maacutertires trabajadores de los frigoriacuteficos plaza del cerro Curva Tabaacuterez (2015) Fotografiacutea Archivo personal

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Era una tarde de primavera Estaacutebamos ansiosas por ir a visitarla y llevarle la cartilla No sabiacuteamos lo importante que seriacutea esa primera visita a la casa de Mariacutea Julia Hasta entonces nuestros encuentros con ella habiacutean sido junto al resto de compantildeeras que integraban el espacio de discusioacuten para la elaboracioacuten de la cartilla Nos abrioacute las puertas por primera vez a su mundo un mundo de numerosas plantas aacuterboles frutales y ornamentales Un jardiacuten tan amorosamente cuidado y un mundo de recuerdos tan guardaditos todos listos para compartiacuterselos a alguien que quisiera escucharlos leerlos preguntarlos Nos reencontramos una y otra vez hurgando en la memoria mientras sus aneacutecdotas la seleccioacuten de palabras para describir sus sensaciones e impresiones hariacutean eco con las nuestras

Nos parieron en generaciones bien distintas hay alrededor de cuatro deacutecadas de diferencia entre nosotras y aun asiacute podemos espejarnos en los dolores de las unas con las otras como mujeres como compantildeeras en lucha como feministas Nuestros procesos han sido en contextos bien distintos y sin embargo podemos encontrarnos en nuestras historias de despertar o renacer feministas en los dolores que lo provocaron en el autodescubrimiento en el reconocimiento de nuestro cuerpo y sus heridas

A Mariacutea Julia la conocimos a traveacutes de las paacuteginas de su libro ese libro que hizo eco en las preguntas que nos veniacuteamos haciendo iquestlas mujeres doacutende estaban Para nosotras en nuestro estar siendo y descubrieacutendonos feministas ese libro marcoacute un antes y un despueacutes Las mujeres siacute estaban pero no las veiacutean no las queriacutean ver tanto asiacute que incluso a nosotras mismas se nos dificultaba vernos Nada extrantildeo en las izquierdas patriarcales de antantildeo y nada extrantildeo en las izquierdas patriarcales de hoy

El libro de Mariacutea Julia cuenta su historia jugando con las palabras Va desde su infancia en el Cerro hasta el momento del exilio Su militancia sindical y poliacutetica cruzada por las aneacutecdotas con sus hijos y compantildeeras Tiene un modo caacutelido de narrar un modo que te zambulle en una historia dura pero te mece

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al compaacutes de la ternura Larga historia conocida pero pocas veces contada con esa sutileza y cuidado en los detalles propios de su mirada sensible Por ejemplo cuando cuenta el diacutea en que junto con sus tres hijos deja Montevideo para partir al exilio en Barcelona

Me muevo en silencio me trago las palabras veo la gente que tambieacuten se mueve en silencio veo las abuelas que miran sin palabras Los nietos son de todas Las mujeres mayores se multiplican los nintildeos tambieacuten los que se quedan y los que se van son de todas Todos somos de todos y de todas (Alcoba 2014 p143)

Pero esta mujer tiene mucho maacutes para contarnoshellip iquestQueacute pasoacute en el exilio iquestY en el desexilio iquestY ahora Pensamos si tendriacutea ganas de contar y vaya si las teniacutea Nos fuimos de su casa ese diacutea con una bolsa llena de gajos de plantas que hoy viven y se multiplican en nuestras casas (un ritual que sabemos repetir cada vez que la visitamos) La confianza y los jardines crecieron al uniacutesiono y asiacute empezamos esta historia de vida Pero llegoacute marzo del 2020 y con la pandemia la primera estrategia que se nos ocurrioacute fue esperar un momento maacutes propicio para encontrarnos De mientras nos llamaacutebamos y nos acompantildeaacutebamos con mensajes Durante una de estas llamadas a dos meses transcurrida la pandemia nos propone ldquoiquestY si nos vemos por el ordenador iquestPor el skyperdquo Y ahiacute nuestra sorpresa una vez maacutes su capacidad de inventar y reinventarse nos regaloacute varios encuentros virtuales Pautaacutebamos los encuentros para media mantildeana dos horas de charla con un breve corte en medio Los encuentros fluyeron con la misma magia que bajo los aacuterboles de su casa o sentadas a la mesa de su cocina

En este texto que escribimos juntas le damos otra vuelta a la pregunta que nos regaloacute inicialmente pero esta vez la llevamos a un contexto distinto Esta vez desde el exilio su exilio iquestdoacutende estaban las mujeres uruguayas exiliadas iquestcoacutemo vivieron el exilio iquestcoacutemo fue la decisioacuten de irse y queacute pesares pasaron iquestqueacute descubrieron iquestcoacutemo fue la decisioacuten de volver iquestcon queacute se encontraron iquestqueacute sabemos de ellas su organizacioacuten solidaria con las presas y presos poliacuteticos en Uruguay en dictadura Intentaremos responder

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estas preguntas a lo largo del texto

La raiacutez acaacute estaacute Mariacutea Julia

Mariacutea Julia Alcoba Rossano nace el 7 de noviembre de 1938 en el barrio Cerro en Montevideo A sus apenas doce antildeos deja la escuela para trabajar de empleada domeacutestica debido a dificultades en la economiacutea del hogar y a un hecho que relata con entera honestidad ldquoMe propuse dejar la escuela en quinto antildeo porque era la maacutes alta de mi clase y con busto Me daba mucha verguumlenzardquo (Alcoba 2014 p27) A los trece influenciada por sus hermanas mayores comienza a trabajar en Lanas Uruguayas una faacutebrica textil que quedaba a cinco cuadras de su casa Maacutes allaacute de que fue su decisioacuten dejar la escuela fue doloroso y terminarla fue una deuda que le quedoacute pendiente y que antildeos maacutes tarde y ya en el exilio podriacutea saldar

A los catorce antildeos siguiendo los pasos de su padre sindicalista portuario comienza a militar en la Unioacuten Obrera Textil (UOT) Posteriormente trabaja en la fundacioacuten del Congreso Obrero Textil (COT) gremial de alcance nacional A los dieciseacuteis antildeos incursiona en la militancia trotskista y a los dieciocho ingresa al Partido Socialista Tuvo tres hijos varones con Joseacute su primer esposo Joseacute Conrado (a sus 25 antildeos) Ernesto (a sus 32) y Felipe (a sus 33) En el lsquo74 se ve obligada a exiliarse con sus hijos a Buenos Aires Viven alliacute dos antildeos en Pueblo Haedo ldquoun pueblo lindo chiquito con una vida propiardquo Son los primeros antildeos de exilio y se recuerda con una profunda tristeza

Joseacute empezoacute el liceo allaacute Eacutel tendriacutea 12 o 13 Felipe tendriacutea unos 5 antildeos () Yo me quedeacute de pronto sin la familia sin el paiacutes sin los amigos Eso te va volteando De todas maneras yo trataba de salir adelante Estaacutebamos en eacutepoca de la uacuteltima etapa de Peroacuten que murioacute enseguida () Ese antildeo fue un antildeo muy movido para miacute y me deprimiacute profundamente Me levantaba los nintildeos iban al colegio y lo llevaba el padre al colegio o a veces yo Teniacuteamos que caminar unas cuantas cuadras cruzar la viacutea del tren ellos iban contentos Joseacute empezoacute el liceo primero de liceo y contento tambieacuten se hizo de amigos Cuando volviacutea a casa a mitad de la mantildeana me volviacute a acostar Yo me hundiacutea en la cama la verdad () Y entonces empeceacute unos meses unos 3 o 4 meses con

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una psicoacuteloga con la que trabajeacute el tema de trabajo y de salir adelante Pero en ese periacuteodo mi marido se teniacutea que marchar Habiacutean matado a Michelini y a Gutieacuterrez Ruiz En Buenos Aires estaba toda la inteligencia de Montevideo funcionando Se tuvo que ir para Espantildea y yo me quedeacute sola Saliendo con dificultad de esa depresioacuten

En Argentina la situacioacuten se complica cada vez maacutes y retorna a Montevideo Es desde Montevideo que se exilia esta vez a Espantildea el 20 de marzo del lsquo77 Viajan a Espantildea ella y sus tres hijos En Espantildea estaacute su exmarido alliacute se encontraraacute con una nueva vida una nueva Mariacutea Julia por descubrir Hay distintos hechos poliacuteticos momentos de politizacioacuten y momentos personales-familiares que marcaron la vida de Mariacutea Julia La etapa del exilio en Barcelona marcaraacute la continuidad de una militancia como sindicalista al integrarse a la CNT recieacuten conformada en el exilio y como feminista junto con varias mujeres que fue encontrando en su camino

Ahiacute amadrinaacutebamos desde nuestro lugar a cuantas familias A las familias se les mandaba dinero Madrid mandaba dinero para una familia nosotros a otras familias de presos o familia de desaparecidos Esa era la campantildea de finanzas que la empezamos a hacer que era nuestra mayor labor

Un primer gesto bien marcado en esta etapa fueron los fuertes lazos afectivos que construyoacute con mujeres que conocioacute en el exilio y que mantiene hasta el diacutea de hoy Lazos que permitiacutean sostener la vida en duras condiciones afectivas y econoacutemicas

Con Gladis y Estela [amigas de Barcelona] deciacuteamos ldquoiquestMe prestas 500 pesetasrdquo Esas 500 pesetas iban y veniacutean seguacuten quien las precisaba Nunca supimos quieacuten debiacutea a quien siempre estaacutebamos a mano

A inicios de los ochenta viaja a Cuba al festival internacional de las juventudes A sus cuarenta antildeos viaja invitada como la maacutes joven del Partido Socialista

El barco ruso fletado para el festival de 1979 a Cuba pasoacute a recoger grupos de delegados invitados sociales poliacuteticos artistas muacutesicos Subimos la gente

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de Barcelona y en Portugal lo mismo Subioacute una cantidad de grupos con el entorno de la reciente revolucioacuten de los claveles Llenos de alegriacutea Descubro un mundo de gente joven de gente alegre una propuesta de cambios sociales en todos los paiacuteses Ese barco fue increiacuteble Iban en el barco gallegos chilenos mexicanos se haciacutean discusiones poliacuteticas dentro del barco Y los brasileros a las 7 de la mantildeana se poniacutean en la cubierta del barco un barco gigantesco que yo no habiacutea visto tan grande a hacer capoeira ensentildeaban samba capoeira A las 7 de la mantildeana era un canturreo de todo tipo (hellip) y los vascos tambieacuten haciendo conferencias por las tardes en eacutel Fue una experiencia increiacuteble 15 diacuteas para venir y 15 diacuteas de vuelta y estuvimos alojados en Cuba donde habiacutea cuchetas y las de Barcelona fuimos todas juntas y teniacuteamos reuniones Y despueacutes en Cuba tambieacuten se hizo fue una acumulacioacuten de cosas ahiacute en 2 antildeos que mi cabeza estaba trabajando permanentemente () Realmente me puso en frente a miacute misma y a la esencia de miacute misma todo eso Veniacutea de lo oscuro de todo lo que pasoacute en Buenos Aires y eso me rescatoacute de las aguas negras

A fines de los lsquo70 comienza a involucrarse en una serie de actividades a nivel laboral y como militante en el mundo feminista Ingresa a planificacioacuten familiar (el plani) en Barcelona

Planificacioacuten familiar fue revolucionario en Espantildea () Las farmacias durante el franquismo no se vendiacutean meacutetodos anticonceptivos Cuando quedaban embarazadas en los pueblos abortaban con una mujer viejita la curandera del pueblo Se moriacutean muchas veces La lucha por el aborto para despenalizar el aborto y tener la seguridad de salud que estuviera dentro de los meacutedicos de la seguridad social Eso era la lucha de las mujeres cuando yo estaba Pero allaacute haciacutea antildeos que estaba luchando por eso En las agrupaciones de vecinos estaban las comisiones de mujeres que haciacutea lo mismo que la consultora acompantildeaba a la mujer Las mujeres en Cataluntildea la frontera maacutes cercana era Francia Haciacutean viajes en tren y las esperaba una camioneta y ahiacute las llevaban a una granja donde habiacutea un meacutedico habiacutea que acompantildear a esas mujeres a hacer esas movidas que generalmente era gente muy pobre que no teniacutea plata para ir a abortar a Inglaterra o a Holanda que era donde habiacutea meacutedicos y cliacutenicas especiales para esas cosas Se abortaba en una granja en un lugar secreto Y a veces las consultoras de las comisiones de vecinas haciacutean ese

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acompantildeamientohellip y despueacutes acompantildear el proceso

Entrar al plani fue para ella una verdadera revolucioacuten que le permitioacute un despliegue personal afectivo y militante

Entreacute en un trabajo que era como una militancia Aprendiacute mucho con esas mujeres Aprendiacute mucho con las decisiones tan dolorosas que teniacutean que tomar y como saliacutean adelante Aprendiacute de sexualidad con las gitanas () Me cambioacute la vida hasta el diacutea de hoy (hellip) Yo me hice feminista allaacute en Barcelona acaacute era sindicalista y socialista El trabajo con las mujeres del plani me puso contra la pared y ahiacute conociacute el feminismo

Hablamos mucho sobre esta etapa de su vida Nos contoacute muchas aneacutecdotas de la conformacioacuten del equipo de las instancias de formacioacuten de las mujeres que asistiacutean al plani de situaciones complicadas que tuvieron que afrontar y tambieacuten de momentos de risa y distensioacuten Pero en particular hay algo que nos dijo que nos quedoacute grabado en la retina

() me di cuenta de miacute ser total como si yo antes como militante sindical fuera la cabeza nada maacutes La cabeza la palabra las puteadas Fue en las reuniones que haciacuteamos con las compantildeeras ahiacute me descubriacute a mi misma con todo mi ser mi cuerpo Una sensacioacuten nueva para miacute La militancia sindical era de acaacute [se sentildeala el cuello] para arriba Y despueacutes me encontreacute con mi propio yo mi propio cuerpo Es lo mejor que me pasoacute tambieacuten porque descubrirte a ti misma con el dolor ajeno era como un nacimiento nuevo para miacute Ellas me deciacutean lsquoJulia tuacute eres feminista siempre lo fuistersquo () Y yo les deciacutea lsquoNo yo soy socialistarsquo Angeacutelica que es una comunista una luchadora de la comisioacuten de vecinos me deciacutea iquestJulia tuacute eres feministarsquo Y yo discutiacutea que yo no me sentiacutea todaviacutea Pero al trabajar con aquel grupo de mujeres ahiacute me hice feminista Aquellas mujeres eran mi espejo me devolviacutean mi imagen cuando hablaban o cuando preguntaban cuando lloraban Me devolviacutean mi esencia de ser mujer () El cuerpo no lo teniacutea me lo devolvieron esas mujeres

Del 14 al 16 de mayo de 1981 la Comisioacuten de mujeres catalanas en solidaridad con las mujeres uruguayas colectivo del que formoacute parte activamente organizan El Encuentro Internacional de solidaridad con las mujeres uruguayas (Comisioacuten

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de mujeres catalanas en solidaridad con las mujeres uruguayas 1981) Nos recuerda varias veces ese acontecimiento

() vinieron gente de Meacutexico uruguayas de Madrid etc Eso estaacute en el cuaderno que se editoacute despueacutes de esa conferencia () se hizo una pegatina muy grande en solidaridad con las mujeres uruguayas presas en su paiacutes y eso fue importantiacutesimo Eso fue en el 80 Se crea una comisioacuten de mujeres catalanas con las mujeres uruguayas porque nosotros denunciaacutebamos Ahiacute ya habiacuteamos empezado a militar con Wilma con Gladis y con Judith denunciando situaciones que pasaban en Montevideo de la dictadura Trabajaacutebamos con mujeres del Partido Comunista (PC) el Partido Socialista ((PS) independientes exiliadas uruguayas Ahiacute empezamos a militar las uruguayas con las catalanas juntas en esa comisioacuten (hellip) Las catalanas estuvieron muchas presas en campos de concentracioacuten en Francia y muchas de ellas habiacutean estado en campos de concentracioacuten siendo jovencitas ahora eran mayores () Se llenoacute la prensa porque salioacute un dibujo de una catalana un cuadro que nos regaloacute para los afiches (hellip) se unieron parlamentarias poliacuteticas de todo tipo periodistas Explotoacute esa comisioacuten () llegoacute la presidenta de Cruz Roja () eacuteramos invitadas a muchos lados Y yo seguiacutea trabajando de domeacutestica

Mariacutea Julia mostrando un afiche de las campantildeas de solidaridad con presos y presas poliacuteticas del Uruguay que realizaron en Barcelona a principios de los 80 Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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Los ochenta estaacuten tambieacuten marcados por la separacioacuten y posterior reconciliacioacuten con su compantildeero Aniacutebal Aniacutebal se habiacutea exiliado a Francia primero y se habiacutean conocido con Mariacutea Julia en Espantildea En el lsquo85 la salud de Mariacutea Julia se complica la operan de la vesiacutecula transcurren 29 diacuteas internada en estado grave

Nos casamos en Espantildea en el 85 Cuando yo me enfermeacute eacutel me cuidoacute mucho No salioacute de al lado de mi cama cuando estaba en el CTI 29 diacuteas Me cuidaba mucho me cuida mucho hasta ahora Por lo general Aniacutebal es parco y silencioso es un canario tropero esquilador integrante del sindicato de rurales de Florida junto al compantildeero Marrero Y cuando volvimos a esta casa del Cerro estaacutebamos encantados teniacutea una quinta preciosa Y teniacutea esa cosa de que habiacutea una flor que estaba esperando que abriera para traeacutermela a la cama Despueacutes teniacuteamos bichitos Naciacutea un pato y veniacutea muy temprano y me deciacutea lsquoabriacute la manorsquo y era una ternura de patito chiquitito Esas cosas nunca las hubiera tenido Joseacute el padre de mis hijos Tiene una ternura muy escondida Quieacuten sabe queacute infancia haya tenido () Y eso es lo que pienso lo que me sostiene al lado de eacutel

Mariacutea Julia tiene algunas preocupaciones muy claras y sabe repetirlas invitando a leer lo que los grandes relatos guardan entre liacuteneas La preocupacioacuten por la invisibilizacioacuten del rol poliacutetico de las mujeres la desvela y contagia con su paciente entusiasmo esas ganas de releer la historia desde una sensibilidad feminista Asiacute nos pasoacute con sus relatos del exilio en Barcelona Escucharla contar coacutemo llega a una ciudad ajena huyendo del terror de las dictaduras uruguaya y argentina y coacutemo rearmaba su vida en teacuterminos laborales y militantes es una invitacioacuten a visibilizar a las mujeres que fue encontrando en su camino En un paseo en el barrio en un boca a boca el azar movioacute sus hilos y ellas supieron tejerse para sostener la vida en el exilio y para amplificar lo que las dictaduras estaban haciendo en los paiacuteses del sur de Ameacuterica Latina Nos contoacute numerosas aneacutecdotas nos mostroacute fotos y afiches y hasta nos prestoacute materiales para que escaneaacuteramos Y en cada una de ellas apareciacutea una legioacuten de mujeres haciendo tareas de las maacutes diversas

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Pero hay una tarea particularmente importante sobre las que nos queriacutea hablar la organizacioacuten de la solidaridad para con las personas presas y desaparecidas de la dictadura uruguaya Una labor poliacutetica fundamental tambieacuten para la recomposicioacuten de las organizaciones sindicales y poliacuteticas En esta tarea de hormiga de recaudar y enviar fondos de comunicarse con la prensa y demaacutes asociaciones hubo un protagonismo poliacutetico de las mujeres que nuevamente quedoacute invisibilizado Hablamos mucho sobre esto en nuestros encuentros Ella nos contaba y nosotras tomaacutebamos nota Teniacuteamos todo para empezar a reconstruir este periacuteodo de su vida Sin embargo un diacutea nos manda un mensaje diciendo que queriacutea escribir sobre esta etapa de su vida que precisaba ella misma poner en letras estas memorias Fue asiacute que a finales de octubre del antildeo pasado exactamente el 30 de octubre del 2020 nos enviacutea por mail este relato para que integremos al material que veniacuteamos recopilando Queacute mejor entonces que leerla a ella

El feminismo que brotoacute Mariacutea Julia en el exilio

El 20 de marzo de 1977 llegueacute a Barcelona con mis tres hijos Nos esperaban el padre que un antildeo antes se habiacutea marchado alliacute y su hermana Luego de los abrazos nos dirigimos al apartamento que el padre habiacutea alquilado para nosotros Eacutel viviacutea en casa de su hermana cerca de alliacute El apartamento era pequentildeo pero con grandes ventanas y mucho sol Estaba amueblado muy modestamente Nos explicoacute que la escuela para los dos nintildeos estaba a dos cuadras que no tendriacutean que cruzar ninguna calle importante y que el mayor tambieacuten podriacutea ir caminando al liceo

Yo me sentiacutea muy rara en otra gran ciudad Otra vez sin conocer a nadie solo a mi cuntildeada y por suerte Mis hijos estaban muy contentos otra vez con el padre cerca y la tiacutea Marucha que nos daba la bienvenida con los besos y caricias que tanto necesitaacutebamos A mi hijo mayor su padre le propuso ir a vivir con eacutel La primera semana salimos a recorrer el barrio a ver doacutende estaban los negocios la panaderiacutea verduleriacutea la escuela y la farmacia Todo estaba

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cerca Sentiacuteamos hablar muy bullicioso castellano andaluz gallego catalaacuten pero no lo distinguiacuteamos todaviacutea lsquoiexclqueacute raro hablanrsquo deciacutean los chicos Vimos muchos turistas extranjeros en las plazas sus maacutequinas de fotos y mochilas Espacios abiertos muchos aacuterboles un gran parque cerca Atraacutes quedoacute el miedo paralizante de Argentina

A la semana de estar alliacute el padre de los nintildeos nos invita al zooloacutegico Llegamos a un gran parque y dentro de eacutel la puerta de entrada al zooloacutegico Mientras nos acercaacutebamos vi una mesa con libros con preciosas encuadernaciones e ilustraciones del mundo de los animales el gran Larousse enciclopedia Me quedeacute mirandohellip Los nintildeos le preguntaban al padre cuando entraban a ver a Copito de nieve el mono gigante blanco del cual habiacutean oiacutedo hablar Los vendedores tres hombres y una mujer pusieron atencioacuten a los nintildeos y preguntaron si eran uruguayos lsquoSiacutersquo contestamos Ellos dijeron lsquoNosotros tambieacutenrsquo y nos alegramos todos

Alliacute quedeacute conversando mis hijos y su padre entraron al zooloacutegico La conversacioacuten fue muy interesante me preguntaban de queacute barrio de Montevideo era en que trabajaacutebamos De ellos supe otro tanto Ninguno contoacute por queacute se habiacutean ido y yo tampoco pregunteacute Cuando supieron que solo llevaba una semana en Barcelona y que estaba sola con los nintildeos me preguntaron si queriacutea trabajar con ellos vendiendo libros Me sorprendiacute pero me gustoacute la idea yo tendriacutea trabajo Gladis me dijo muy optimista que se ganaba bien a comisioacuten y se cobraba a mes cumplido lsquoSaldraacutes adelante ya veraacutesrsquo Me dio su teleacutefono y yo me fui a buscar a los que se adelantaron Quedeacute contenta porque encontreacute posible trabajo y posible amiga

Luego de muchos diacuteas con los nintildeos pequentildeos ya en la escuela y mi hijo mayor con el padre y la tiacutea penseacute que ya podiacutea trabajar Llameacute a Gladis para que me orientara ver si podiacutea tener una entrevista con la distribuidora e ir con ella Me acompantildeoacute y me ensentildeoacute a trabajar Asiacute empeceacute de vendedora de libros en una ciudad que no conociacutea pero teniacutea a mi nueva amiga que me puso al diacutea

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hablando mucho de todo y todo el rato de trabajo Estuve durante un tiempo en la puerta de la Facultad de Medicina y en la puerta de los hospitales con esa bendita mesa al aire libre Algunos otros libros se vendiacutean a plazos se llenaba un formulario de compra en cuotas y luego el repartidor lo llevaba al domicilio del cliente El repartidor era el esposo de Gladis Ariel Teniacutean un nintildeo de 3 antildeos Pierre

Los saacutebados y domingos mis hijos Ernesto y Felipe se iban con el padre a lo de la tiacutea donde estaba su hermano Joseacute Conrado Yo quedaba sola pero mi nueva amiga me invitaba a su casa con su pequentildea familia Esa fue mi familia sustituta que me ayudoacute a reacomodarme a mi nueva situacioacuten de emigrante y exilada poliacutetica Era una pareja muy amigable maacutes joacutevenes que yo Ella teniacutea 24 antildeos y yo 38 pero me pareciacutea que yo teniacutea muchos antildeos maacutes y una larga vida pasada

El padre de mis hijos teniacutea una nueva pareja en Barcelona una espantildeola Yo lo sabiacutea desde antes de ir a Espantildea Fui para que mis hijos estuvieran cerca de su padre que me lo pediacutea eacutel por carta Eso quedoacute claro desde el principio No niego mi rabia de entonces ni mi fragilidad frente a todo Pero en Argentina corriacuteamos peligro y siempre miedo Me pareciacutea bien que mis hijos vivieran cerca del padre teniacutean derecho

El uacutenico documento que teniacutea era el pasaporte deciacutea ldquono apta para trabajarrdquo Me lo puso emigracioacuten al entrar a Espantildea La editorial y la distribuidora contrataban ilegales hasta que los descubrieron Asiacute trabajeacute un antildeo y medio hasta que un directivo de la editorial hizo una estafa y quedamos en la calle por falta de documento Otra vez sin trabajo Gladis Ariel y yo Por suerte la camioneta era de ellos y eacutel podiacutea trabajar de transportista Mi exmarido pagaba la escuela y el alquiler nada maacutes Con los libros ganaba bien para los gastos de comida y demaacutes gastos mensuales pero nada maacutes Otra vez a buscar trabajo en negro

Los papeles Teniacuteamos que ir a la comisariacutea cercana cada tres meses se

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demoraba mucho tiempo en conseguir la residencia permanente Encontraba trabajo de domeacutestica y trabajaba siempre plata en mano luego encontramos trabajo con Gladis en una empresa de limpieza tercerizada donde pagaban un poco maacutes Olivetti asiacute se llamaba la empresa Eacuteramos tres limpiadoras por piso cinco pisos de oficinas de media manzana Nos daban trabajo en negro a uruguayos y argentinos con la misma suerte que nosotras Alliacute paseacute bien con una brigada de andaluzas en un horario de dos a diez de la noche Los nintildeos pequentildeos teniacutean escuela doble horario y comiacutean alliacute El hermano veniacutea a estar con ellos en las tardes los nintildeos teniacutean una llave colgada al cuello para entrar en casa y tomar la merienda ellos solos hasta que llegara el hermano mayor Entonces mis hijos teniacutean 7 8 y 15 antildeos

Al poco tiempo vino a vivir en otro edificio de la misma cuadra una familia de uruguayos Resultaron ser Braulio uno de los Olimarentildeos Estela y su hijo Camilo de la misma edad que Felipe Conseguimos que Camilo fuera a la misma escuela que Felipe Tambieacuten alliacute empezoacute el hijo de Gladis Era un colectivo de uruguayitos integrados a los nintildeos del barrio y a la escuela En ponerlos en esa escuela tuvimos suerte porque nos la recomendaron Una orientacioacuten diferente a las que existiacutea durante el franquismo Era una cooperativa de maestros y funcionaban afiacuten a la ideologiacutea de la pedagoga catalana Rosa Sensat un movimiento de la ldquoEscuela del Bosquerdquo es decir ldquopara todosrdquo Eso fue bueno para nuestros nintildeos y los del barrio compartiacutean les prestaban las bicicletas y los patines a nuestros hijos los uruguayitos como les deciacutean Despueacutes conociacute a Aniacutebal que viviacutea exiliado en Francia y llegaba esporaacutedicamente a Barcelona Lo encontreacute en casa de Braulio Loacutepez en una fiesta familiar Nos hicimos amigos Cuando veniacutea a Espantildea nos visitaba

Vino a vivir al barrio una compantildeera de la salud Wilma Era enfermera y militante del sindicato de la Espantildeola en Uruguay Todas exiladas que nos avisaacutebamos cuando quedaba un piso barato en alquiler y compartiacuteamos las dificultades y el cuidado de los hijos Las noticias de Uruguay las haciacuteamos colectivas En ese momento conociacute tambieacuten a Susana militante del

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sindicato de la salud del Sindicato Meacutedico del Uruguay que viviacutea a unas cuadras de distancia Ella habiacutea llegado sola despueacutes de pasar cuatro antildeos en la caacutercel en Montevideo durante la dictadura Todas mujeres que nos sosteniacuteamos en historias comunes era la solidaridad Susana se marchoacute a Italia No la vi maacutes hasta el retorno Ella fue importante para miacute despueacutes en nuestro desexilio al retorno a Uruguay A otra gente que conociacute en la Casona en el Enxamble de Barcelona fue a Marta Nelly una mujer uruguaya que llevaba una audicioacuten radial en Montevideo Ella habiacutea llegado mucho antes que yo y creoacute ese lugar de encuentro para uruguayos Se escuchaba muacutesica latinoamericana y por un modesto tiquet teniacuteamos bebidas y empanadas La primera vez fui con Estela y Gladis Alliacute encontreacute conocidos un lugar abierto al que se podiacutea ir con los hijos Fui pocas veces Estaba ya aclimatada al barrio y mis visitas eran a esas amigas y compantildeeras maacutes cercanas No militaba en nada en ese entonces si mucho en la solidaridad inmediata cotidiana con cada recieacuten llegado Lo haciacuteamos naturalmente porque es muy duro llegar a un lugar desconocido y con las manos vaciacuteas

Recuerdo un bar Els Amics en donde se juntaban uruguayos a intercambiar informacioacuten sobre el paiacutes Sus duentildeos eran unos compantildeeros socialistas uruguayos Marta y Quicho con sus dos hijos adolescentes eran de la ciudad de Durazno Un ambiente muy solidario Y caacutelido para nuestra nostalgia La familia de Collazo viviacutea cerca y nos veiacuteamos algunas veces Sus hijos eran amigos de mi hijo Joseacute Conrado desde la escuela primaria en Montevideo Estas primeras amistades del exilio se consolidaron fuertemente para toda la vida Los muchachos se siguen viendo esporaacutedicamente todaviacutea hoy hombres y mujeres los nintildeos del exilio

Espantildea estaba movilizada mejorando las condiciones econoacutemicas A la salida del franquismo los que teniacutean trabajo los espantildeoles teniacutean facilidad para obtener creacuteditos bancarios Aunque veniacutean de una sociedad austera se pasaron raacutepidamente a una sociedad de consumo masiva Preacutestamo para todo tarjetas compraban con papeles Nosotros viviacuteamos en la pobreza en la ilegalidad maacutes

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absoluta Eso de que estaacutebamos bien porque estaacutebamos en Europa era un cuento una mentira Estaacutebamos sufriendo un destierro un exilio orquestado desde el plan Coacutendor lo supimos despueacutes y estaacute comprobado Los y las espantildeolas mayores que nosotros fueron muy solidarios con los uruguayos desde el principio Ellos tambieacuten habiacutean sufrido destierros y campos de concentracioacuten compartiacuteamos historias comunes Saliacutean a la democracia despueacutes de cuarenta antildeos despueacutes de la muerte de Franco

En los contenedores donde desechaban muebles y electrodomeacutesticos apareciacutea de todo camas sillas mesas Tiraban todo lo viejo compraban nuevo Piletas baldosas griferiacutea espejos muebles de cocina y de bantildeo bantildeeras roperos mesas de luz libros ropa juguetes cajas con ollas y platos utileriacutea de bares y sus mobiliarios Nosotros lo veiacuteamos como una ostentacioacuten Los gitanos y los latinoamericanos los reciclaacutebamos en nuestras viviendas Los compantildeeros nos llamaban pidiendo que si sabiacuteamos de una cocina o heladera para una persona recieacuten llegada avisaacuteramos O si saliacutea alguacuten trabajo temporal Estaacutebamos en la solidaridad de la vida cotidiana Se moviacutea mucho este mundo tan complicado y nosotros tambieacuten aprendimos a movernos en la democracia que nos abriacutea las puertas en distintas partes del mundo y empezamos a comunicarnos Esa fue la primera labor de las mujeres de mi barrio cerca de Plaza Espantildea de Barcelona Tambieacuten funcionaba un lugar donde se juntaban los uruguayos que tambieacuten cumpliacutea tareas de solidaridad se llamaba Centro Cultural Uruguayo Catalaacuten Cumple una funcioacuten importante hasta el diacutea de hoy Alliacute iban los uruguayos recieacuten llegados en general orientados por otros uruguayos

La apertura poliacutetica en Espantildea y Europa facilitaba la difusioacuten de las denuncias de lo que aconteciacutea en Latinoameacuterica Donde llegaba un exiliado poliacutetico al paiacutes de acogida en Europa se volviacutea un multiplicador un denunciante de las dictaduras Uruguayos argentinos y chilenos difundiacutean su muacutesica de protesta sin miedo invitados a hablar en los actos poliacuteticos y sindicales donde eran escuchados con mucho respeto Contaban de los presos las torturas

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las muertes y las desapariciones interesando a las Comisiones de Derechos humanos de cada paiacutes Las mujeres uruguayas y algunos hombres militantes en esos actos haciacuteamos finanzas para mandar a familiares y presos poliacuteticos o de desaparecidos (estaacute documentado)

Cuando llega Wilma al barrio nos da tiempo de recordar nuestro pasado como militantes sindicales en Uruguay La huelga general de 15 diacuteas y la resistencia de la Convencioacuten Nacional de Trabajadores (CNT) a la dictadura 1973 Ella en salud yo en textiles Nos integramos a la militancia poliacutetica contagiadas nos acercamos a la Unioacuten General de Trabajadores (UGT) central de los gremios de los socialistas Entramos siendo vendedoras de medias y pantildeuelos cuando estaacutebamos sin trabajo con dos bolsitas de mano sin capital en negro Aquella gente nos recibiacutea muy bien y nos compraba para ayudarnos preguntaban de coacutemo estaba la cosa en Uruguay Alliacute nos despachaacutebamos a contar de las dictaduras y las penurias Vendiacuteamos para comer cada diacutea Wilma teniacutea un hijo de la edad de mi hijo mayor separada sola para parar la olla en cada diacutea Y en eso andaacutebamos las dos Esas ventas no nos reportaban mucho econoacutemicamente Cuando nuestras clientas nos preguntaban coacutemo nos podiacutean ayudar pediacuteamos trabajo de limpiadoras porque no teniacuteamos los papeles para trabajar Asiacute conseguimos entre las dos llaves de casas de compantildeeras socialistas y comunistas para limpiar cuando ellas trabajaban Nos teniacutean confianza Eacuteramos como una empresita sin papeles y ganaacutebamos muy bien por horas Confianza mutua y en negro

Tanto Wilma como Gladis me volvieron mi alegriacutea Dejeacute de pensar en rencores personales que tanto mal me haciacutea No pediacute nada siempre trabajeacute no le debo nada a mi exmarido

Barcelona me devolviacutea las ganas de militar por mi paiacutes Llegamos a la Confederacioacuten Sindical de Comisiones Obreras (CCOO) la central de los comunistas tambieacuten para explicar lo de Uruguay invitadas a sus actos Y ellos escuchaban atentamente que en Uruguay teniacuteamos una central uacutenica

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Dos centrales obreras CCOO y UGT espantildeolas lucharon y consiguieron las propiedades que el franquismo les roboacute en su dictadura De los afiliados llegaba dinero El movimiento sindical y poliacutetico inundoacute las calles se viviacutea con alegriacutea la vuelta a la democracia Los movimientos sociales salieron con sus propuestas las iglesias progresistas con sus grupos en los barrios la ensentildeanza se iba modificando con un movimiento de maestros contra la ensentildeanza de las escuelas religiosas del franquismo Volvieron los afiches a los muros de Barcelona tapando con las asociaciones de vecinos consignas de todo tipo y color

Actividad de solidaridad con presos y presas poliacuteticas del Uruguay en Barcelona (Fines de los 70) Fotografiacutea Archivo personal

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Aires de elecciones en Espantildea Barcelona se une Los grupos de socialistas con diferencias se agruparon en el Partido de los Socialistas Catalanes (PSC) para presentarse a las elecciones nacionales Las mujeres socialistas me dieron trabajo tres horas por diacutea en un local para trabajar en fotocopiadora y preparar una convocatoria a formar una comisioacuten de mujeres dentro del partido a empezar de cero Acepteacute encantada Yo solo apliqueacute la experiencia sindical que teniacutea en Montevideo de mi sindicato textil el Congreso Obrero Textil (COT) de organizacioacuten en el Partido Socialista (PS) del centro Mateotti de la Unioacuten y luego en Malviacuten y Buceo cuando se forma el Frente Amplio (FA) con el compantildeero Mangarelli formamos el comiteacute de base Siempre me gustoacute trabajar en organizacioacuten y asiacute fue En poco tiempo estaba en marcha los principios de la comisioacuten las mujeres catalanas socialistas con una parlamentaria al frente de esa secretaria Ganaba poco pero seguiacutea trabajando con Wlima como siempre en algunas casas de domeacutesticas Al poco tiempo ella encontroacute trabajo fijo como enfermera en una residencia de la tercera edad porque teniacutea adelantado los papeles de residencia Ella estaba muy feliz y todas estaacutebamos contentas por ella

Una de las casas donde trabajaacutebamos por hora era la de Elvira una meacutedica feminista luchadora por los derechos de salud de las mujeres Al decir que dejariacuteamos de ir porque Wilma habiacutea conseguido trabajo fijo se interesoacute por miacute y me explicoacute que se abririacutea pronto un curso para trabajar en Planificacioacuten Familiar Era un nuevo proyecto de los ayuntamientos llevado adelante por los grupos feministas de los barrios porque durante el franquismo teniacutean prohibido todo uso de meacutetodos anticonceptivos Me orientoacute para anotarme y hablamos de mi escolaridad Yo teniacutea los papeles del liceo de la Argentina Me dijo que me anotara tambieacuten en auxiliar de enfermeriacutea y babysiter para prepararme porque ese proyecto seguro saldriacutea despueacutes de las elecciones nacionales Asiacute lo hice y le agradeciacute mucho toda su ayuda y el tiempo que trabajamos con ella y la confianza que depositoacute en nosotras Asiacute a medida que conseguiacutea mejores trabajos fui dejando el trabajo de domeacutestica

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Me emocionaron mucho los gestos de las mujeres catalanas que conociacute y su solidaridad Otra vez me cambioacute el destino paseacute a ser estudiante de un colegio gratis para mujeres adultas que llevaban unas monjas progresistas y te entregaban los papeles de asistencia al curso que seriacutea uacutetil para ese trabajo futuro Por las mantildeanas en el PSC con la secretariacutea de las mujeres socialistas y a las tardes a las clases para trabajadoras Cinco diacuteas a la semana estaba con los nintildeos Cuando llegaban del colegio al rato llegaba yo y con ellos organizaacutebamos la cena La vida o la suerte me estaba protegiendo Volvioacute mi entusiasmo de mis antildeos de militancia en sindicatos de textiles en Montevideo Volviacute a ser yo otra vez Estaba feliz y con proyectos Alliacute me vinculeacute a las feministas con quienes aprendiacute a trabajar en planificacioacuten familiar en el centro de salud municipal

El FA en el exilio podiacutea convocar a actos de muacutesica Asiacute se fueron agrupando los frenteamplistas Todos juntos trabajaacutebamos en las actividades programadas de todos los grupos que lo conformaacutebamos vertebrando la unidad en el exterior Se trabajaba desde el FA y la CNT en los actos de muacutesica haciacuteamos finanzas en brigadas mayormente de compantildeeras La CNT en el exterior cada diacutea se organizaba mejor Tanto en Barcelona como en Madrid se reagrupan maacutes compantildeeros Teniacuteamos reuniones semanales Las tareas de finanzas eran muy importantes Ocho familias de presos apadrinadas por nosotros CNT Barcelona a quienes se mandaba dinero para ellos mensualmente por viacutea de telegrama colacionado Tambieacuten se cumplioacute en el local de amigos de Naciones Unidas de Barcelona la huelga de hambre del 13 y 14 de junio de 1980 que se realizoacute en distintos paiacuteses en la misma fecha Hubo grupos formados por la CNT en el exterior para realizar 24 horas de ayuno Se convocoacute a la prensa escrita y TV donde se explicoacute el motivo ldquoAmnistiacutea para Uruguayrdquo Uacutenico punto Se recibioacute a personalidades poliacuteticas catalanas y de la cultura Esta comisioacuten de CNT funcionoacute desde 1979 a 1985 la coordinaacutebamos en Barcelona junto con Marrero y Ascencio

Las elecciones en Espantildea dejaron como resultado ayuntamientos democraacuteticos con mayoriacutea de comunistas o socialistas en Barcelona Las mujeres

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feministas dan un gran paso en las reivindicaciones que estaban llevando adelante entre ellos el aborto seguro porque en Espantildea estaban prohibidos todos los meacutetodos anticonceptivos y por supuesto el aborto En ese momento las mujeres del FA y la CNT uruguaya fuimos invitadas a formar parte de una comisioacuten de ldquoMujeres catalanas en solidaridad con las mujeres uruguayas en el exiliordquo Esta comisioacuten duroacute cinco antildeos de 1980 a 1985 cuando de acuerdo con ellas se disolvioacute al poder volver a nuestro paiacutes en 1985 Funcionaacutebamos en el local de amigos de Naciones Unidas que gentilmente nos prestaba su local En un principio las catalanas hicieron la convocatoria acudieron muchas mujeres se llenoacute el local nosotras emocionadas no lo podiacuteamos creer Ellas explicaron que queriacutean saber quieacutenes estaban dispuestas a ayudar a difundir la situacioacuten de las viacutectimas de terrorismo de estado en Uruguay especialmente contra las mujeres en caacuterceles desaparecidas yo asesinadas Pusimos voces junto con las mujeres catalanas a nuestra lucha Acudioacute la prensa que publicoacute artiacuteculos de la situacioacuten que se viviacutea en la dictadura en nuestro paiacutes Para esa convocatoria se usoacute un correo muy amplio de prensa todos los medios radios televisioacuten de parlamento de los ayuntamientos de Barcelona de arte teatro y cantantes mujeres importantes de distintas instituciones del tejido social progresista y se formoacute la comisioacuten donde estaacutebamos tambieacuten las uruguayas Cuando pusimos a trabajar los engranajes de la comisioacuten en marcha nos llegaban invitaciones a dar charlas y reportajes de prensa No daacutebamos abasto Se amplioacute la participacioacuten de compantildeeras uruguayas para poder ir a esas invitaciones en que nos daban un lugarcito para explicar queacute sucediacutea con los presos muertos y desaparecidos en nuestro paiacutes

Un tiempo despueacutes de las elecciones que ganoacute Felipe Gonzaacutelez los ayuntamientos democraacuteticos convocaron a las personas que habiacuteamos realizado el curso para consultoras en planificacioacuten familiar Fui citada al ayuntamiento de LrsquoHospitalet ciudad tocando Barcelona Seleccionaron un equipo una ginecoacuteloga una psicoacuteloga una enfermera dos consultoras y una administrativa Tuve la suerte de integrar ese equipo como consultora durante

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ocho antildeos donde teniacuteamos una formacioacuten permanente a cargo del propio lugar de trabajo Una consultora en plani es un agente de salud que cuando una mujer llega al servicio informa de meacutetodos anticonceptivos abre la historia cliacutenica y deriva a la profesional en que estaacute interesada la paciente (ginecoacuteloga psicoacuteloga abogada) o se deriva a las charlas grupales que funcionan una vez por semana Este servicio fue creado esencialmente por las mujeres de los barrios espantildeoles Las italianas feministas estaban en la misma discutiendo los mismos temas de salud de las mujeres Fue una etapa muy rica de los antildeos lsquo70 para las feministas de Europa y las mujeres de EEUU Las mujeres de Boston publicaron un libro Nuestros cuerpos nuestras vidas (Colectivo del libro de salud de las mujeres de Boston 1982) Las alemanas nos trajeron un libro La pequentildea diferencia y sus grandes consecuencias de la autora Alice Schwarzer (1979) donde las mujeres hablan de siacute mismas El feminismo llegoacute para quedarse y yo ahora soy feminista y socialista Creo que lo fui siempre pero sin saberlo Cuando las compantildeeras fueron al sindicato textil a hablar de feminismo mucho antes del golpe militar ya me di cuenta de que feminismo y trabajo teniacutean algo que ver El sindicato teniacutea una comisioacuten de mujeres desde que se formoacute la COT en el lsquo66 Discutimos sobre temas como igual trabajo - igual salario casas cunas en lugares de trabajo Esa comisioacuten de mujeres no era maacutes que una parte del sindicato Veniacutean a hablar con nosotras feministas algunas que despueacutes formaron asociaciones como Grupo de Estudio sobre la condicioacuten de la mujer en el Uruguay (GRECMU) o el Plenario de Mujeres del Uruguay (PLEMUU) Habiacutea muchos temas de mujeres reivindicativos como por ejemplo el caso de la compantildeera que abortoacute en el bantildeo de la faacutebrica y la despidieron el abuso en los lugares de trabajo doacutende dejar a los hijos chiquitos esos temas Igual trabajo igual salario fue una reivindicacioacuten revolucionaria para ese momento Ya ahiacute me sentiacute feminista y no sabiacutea Entonces desde ahiacute lo soy

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En diciembre de 1987 volviacute del exilio Teniacutea 49 antildeos no era edad para jubilarme y mis compantildeeras del plani no queriacutean que me viniera Lo penseacute y pediacute excedencia por cinco antildeos aconsejada por mis compantildeeras porque no sabiacutea que encontrariacutea aquiacute en Uruguay Sin trabajo otra vez No pude traer a todos mis hijos El mayor y el menor teniacutean trabajo su vida en Barcelona No podiacutea arrancarlos otra vez Eso fue desgarrador para miacute Con Ernesto (mi hijo mediano) y Aniacutebal (mi compantildeero) ocupamos mi casa en el Cerro el barrio de mi infancia otra vez Volviacute contenta a mi familia a mi barrio a mi pueblo a mi paiacutes que tanto extrantildeeacute y por el que tanto lucheacute desde el exilio Estaba otra vez felizhellip y pobre

Volver al jardiacuten Desexilio(s)

El contexto de ese momento es de mucho lsquobarullorsquo sobre el retorno a Uruguay Aniacutebal estaba listo para volver pero ella no lo teniacutea claro porque

Manifestacioacuten de mujeres por Av 18 de Julio (Mediados de la deacutecada de los 80) Fotografiacutea Archivo personal

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no teniacutea trabajo y ademaacutes se estaba recuperando de su salud Eacutel retorna primero ella continuacutea trabajando hasta el lsquo87 en planificacioacuten familiar Retorna a Montevideo entonces a una casa en el Cerro una casa que estaba en ruinas y que con ayuda de familiares dejaron hermosa casa en la que nos supo recibir en nuestras visitas durante el transcurso de esta historia de vida

El desexilio fue una etapa agridulce y llena de contradicciones Por un lado la alegriacutea de volver a Montevideo su barrio abrazar a su madre y su familia Por otro lado la tristeza de dejar a dos de sus hijos en Barcelona a sus queridas amigas y al trabajo en el plani Una vez asentada en Montevideo se encuentra con una sensacioacuten que describe a la perfeccioacuten

Me sentiacutea como desplazada lsquoEl que se fue a Sevilla perdioacute su sillarsquo La gente si bien se alegraba de verte no te contaba nada La herida estaba abierta y no se preguntaba Tampoco nadie nos preguntoacute coacutemo habiacuteamos hecho para conseguir el dinero que mandaacutebamos Y una sentiacutea culpa de haber estado en el exterior y tampoco hablaba

La vuelta a Uruguay enfrentoacute algunas dificultades tambieacuten en teacuterminos econoacutemicos

Cuando vuelvo tengo que trabajar en tres lados para poder sacar un salario miacutenimo Trabajaba unas horas por semana en el Foro Juvenil en el equipo de sexualidad En EMAUS en el barrio Nuevo Pariacutes con mujeres mayores amas de casa desocupadas y empleadas domeacutesticas otras horas por semana Y en Mujer y Sociedad en planificacioacuten familiar dando charlas como asistente de la ginecoacuteloga otras horas por semana Con los tres lugares no alcanzaba y por otro lado Aniacutebal trabajaba en la quinta y en la construccioacuten en changas

En medio de este difiacutecil momento alentada por su experiencia de trabajo con grupos de mujeres comienza a estudiar Psicologiacutea Social en la Escuela de Hugo Monetti

Lo mejor que me ha pasado es hacer Psicologiacutea Social con la escuela de Monetti

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que lo hice a los 50 antildeos cuando volviacute al exilio Ernesto cursaba conmigo Psicologiacutea Social en otro grupo Y a ellos [sus hijos] les ha hecho muy bien que yo estudiara

Cierra los ochenta con la muerte de su madre e inicia los noventa con la separacioacuten y posterior divorcio de Aniacutebal y el regreso a Barcelona donde se encontraraacute con una segunda etapa en el ayuntamiento

Mi madre se murioacute en el 89 Yo teniacutea 51 antildeos y fue un antildeo muy triste para miacute () en el 90 tengo 52 antildeos Hay una crisis de pareja con Aniacutebal () Paseacute horrible Estaba viviendo con Ernesto Aniacutebal empezoacute a trabajar en la construccioacuten y empezamos con unas crisis tremendas por el alcohol No le gustaba que yo estudiara Psicologiacutea Social Eacutel teniacutea celos y yo desilusioacuten Me levantaba a las 5 o 6 de la mantildeana para estudiar para escribir Era una eacutepoca de muchos apagones () Cuando se levantaba eacutel yo ya estaba trabajando y me deciacutea lsquoiquestPara queacute estudias iquestQuereacutes ser Presidenta de la Repuacuteblicarsquo Un

La aplanadora mujeres Encuentro de mujeres en Uruguay (Mediados de los 80) Fotografiacutea Archivo personal

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ataque El alcoholismo esa maldita enfermedad que tambieacuten vi en mi padre y en mi abuelo y que volviacutea con Aniacutebal para a minar nuestra relacioacuten Es una forma de agresioacuten que muchas mujeres vivimos por eso hay que hablarlo Todo era porque llegaba a la noche Yo saliacutea al mediodiacutea para trabajar en todos esos lados () y llegaba a las 11 de la noche () Muy bueno fue eso [estudiar Psicologiacutea Social] Me sacoacute de lo que habiacutea en casa

En el 1993 ya no se pueden sostener econoacutemicamente en Uruguay Regresa a Barcelona a una segunda etapa en el ayuntamiento ya no para trabajar en planificacioacuten familiar sino para trabajar sobre violencia domeacutestica2

La prioridad en ese momento era violencia domeacutestica No era plani porque plani se habiacutea integrado a la seguridad social () cuando fui empezamos a trabajar en un lugar muy precario y habiacutea una violencia domeacutestica increiacuteble Menos mal que en los 5 antildeos que estuve acaacute hice el curso con Hugo Monetti Con maacutes herramientas con la dinaacutemica de grupo que no las conociacuteamos allaacute haciacuteamos las consultoras las charlas pero no con grupo Formar grupos equipos cuesta muchos antildeos para que puedan estar en consonancia una persona con la otra porque cuando vas teneacutes un poco de recelo de sentimiento de iquestpodreacute o no podreacute Y formar un grupo lleva muchos antildeos Y yo me acoplaba enseguida Es una actitud positiva ante el cambio Si no teneacutes una actitud positivahellip

Nos cuenta sobre su familia en esos antildeos cerrando los noventa En 1995 se enferma Felipe pasa un periacuteodo internado y luego en recuperacioacuten En ese tiempo se reconcilia con Aniacutebal con quien estaacute en pareja hasta hoy Nacen sus primeros dos nietos luego naceriacutea el tercero En 2004 regresa a Montevideo Cuatro antildeos despueacutes conoce a dos compantildeeros de la Universidad de la Repuacuteblica Agustiacuten y Matiacuteas ldquoLa descubrenrdquo nos diraacute ella A partir de este encuentro se motiva para compilar sus textos y escribir su libro Y diez antildeos maacutes tarde en 2014 presenta el libro que la diera a conocer y por el cual nosotras nos acercariacuteamos a ella En 2017 la invitamos a participar en algunas

2 A propoacutesito de la denominacioacuten lsquoviolencia domeacutesticarsquo en uno de los encuentros nos diraacute ldquoDespueacutes empeceacute a trabajar en violencia domeacutestica [se riacutee] iexclque antigua Ahora no se le dice asiacute es violencia de geacutenero porque no es solo en la casardquo

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instancias de un grupo de investigacioacuten a partir del cual escribimos la cartilla antes mencionada A partir de aquiacute es historia conocida Coordinamos con ella para llevar a su casa la invitacioacuten a la presentacioacuten de la cartilla y una copia de la misma Le escribimos una dedicatoria Estaacutebamos un poco nerviosas y ansiosas y sobre todo felices de que nos recibiera en su casa No imaginamos que ese seriacutea el primero de varios encuentros en que nos relatariacutea su historia de vida

Lo que cuentan las tortugas

La historia no es lo de antantildeo solamente estaacute construyeacutendose ahora en cada momento que transcurre en cada momento de las mujeres en las faacutebricas en las calles en el trabajo del campo en el domeacutestico maestras rurales amas de casahellip Todas las mujeres donde sea que esteacutenhellip La historia va articulando en lo cotidiano los acontecimientos colectivos sindicales poliacuteticos y sociales de un paiacutes No solo debemos recordar compantildeeras hay que escribir Porque lo que no estaacute escrito no existe se lo lleva el viento es la invisibilidad es la no historia (Alcoba Mariacutea Julia 2014 p 169)

A Mariacutea Julia la conocimos a traveacutes de las paacuteginas de su libro El epiacutelogo del libro la frase que elegimos para abrir este final nos empuja a seguir escribiendo Como una receta de bruja pasada de boca en boca Mariacutea Julia nos invita a escribir la historia nuestra historia esa que hoy nos encuentra

Vibramos en la misma sintoniacutea y varias veces nos vimos reflejadas en su sentir Saltando generaciones eacutepocas y paiacuteses pudimos entendernos plenamente como mujeres y como feministas Las aneacutecdotas amargas de la militancia mixta y la desvalorizacioacuten de las mujeres los sinsabores de la vida de pareja los amores y las separaciones Pero tambieacuten la alegriacutea del encuentro con las amigas del entre mujeres la ternura de la crianza el acompantildeamiento mutuo los cuidados

Mariacutea Julia es de habla calma y reflexiones agudas En un encuentro

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nos dijo ldquoAhora me muevo como una tortuguita iquestsaben por queacute Porque soy lenta pero raacutepida de pensamientordquo Reiacutemos juntas y pudimos comprobar que este apodo que heredoacute de su padre y su hijo le recrea le calza a la perfeccioacuten Avanza lento pero seguro porque sabe muy bien a donde va Es paciente y constante ella sabiacutea que teniacuteamos que escribir juntas y acaacute estamos Y este es solo un inicio pues quedan muchas paacuteginas por escribir porque sus historias sus cuentos sus aneacutecdotas tienen que ser contadas Sus palabras esas que abrazan tienen que continuar resonando en otras multiplicaacutendose como los brotes de las plantas que nos ha regalado y que nosotras aquiacute comenzamos a compartir

Estas palabras nos abrazaron mientras juntaacutebamos brotes de plantitas en el jardiacuten de su casa mientras preparaacutebamos un almuerzo en su cocina sentadas a su lado o a traveacutes de la pantalla del lsquoordenadorrsquo cuaderno en mano deseosas de poder escuchar lo que ese diacutea teniacutea para contarnos Nos dimos cita cada vez y esa cita de ese diacutea marcado en la agenda fue vivido como un acontecimiento En varias ocasiones nos esperoacute de labios pintados luciendo hermosas y coloridas chalinas haciendo juego con sus boinas en invierno Nosotras haciacuteamos nuestro mejor esfuerzo por arreglarnos para encontrarnos con ella Cuando nos iacutebamos de su casa o cortaacutebamos la videollamada quedaacutebamos exaltadas y no podiacuteamos parar de hablar sobre tal o cual frase sobre tal o cual partecita de su historia sobre coacutemo seguir sobre lo bello del viacutenculo que veniacuteamos tejiendo y la confianza mutua que veniacuteamos cultivando

Le contamos lo que nuestro encuentro con ella ha generado en nosotras y le preguntamos a ella al respecto

El trabajo que estaacuten haciendo me parece bien porque yo siempre cuando quiere hacer uno sin preguntas a veces no las podeacutes decir Porque o no te acordaacutes o no las quereacutes decir o se quedan adentro como en el tintero Y este trabajo que hicimos que ustedes me ayudaron a recordar que es lo maacutes importante para miacute porque cada diacutea me olvido de maacutes cosas cada diacutea Y eso es importante para poder trabajarlo en grupo y trabajarlo con ustedes Eso es lo maacutes importante

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que ustedes sean quienes le pongan el entusiasmo que le pusieron y para miacute es un orgullo y un acompantildeamiento de mi vejez que pueda decir lo que le sirva tambieacuten a otras mujeres () Yo seacute que no soy una gran oradora no soy oradora de barricada Sino que soy lenta para hablar pero lo importante es que llegue maacutes lejos con la palabra Eso ustedes seguiraacuten los ecos de esas palabras a sus compantildeeras a todo lo que significa la palabra de las mujeres en el mundo social que las ningunean mucho a las mujeres Que las mujeres siempre estaacuten dentro de casa y fuera de casa es lo que no se dice Siempre en cada momento social de la historia de la humanidad estaacuten las mujeres Las mujeres fueron las primeras que hablaron contra la guerra Las primeras que hablan muchas veces como las mujeres de la Plaza de Mayo Una simple pregunta iquestdoacutende estaacuten los hijos En lo social en este momento hay muchas mujeres luchando por compromiso social Y eso no sale en la prensa no sale en la televisioacuten sale muy poco en la radio Y son las mujeres que tienen esas voces No me importa ser lenta sino que me entiendan lo que digo () A miacute ustedes me han generado un aire fresco que ha llegado a mi casa y que si bien las conversaciones a veces eran iacutentimas o dolorosas o a veces nos generoacute risas o nos generoacute un silencio esos silencios que hablan tanto la llegada como la salida de ustedes de mi casa me generaba eso que tenemos las mujeres de mi familia que cuando se iban mis tiacuteas mi madre les deciacutea lsquovamos a ver las plantitasrsquo Entonces iba mi madre a darle unos gajos de las plantas Y eso es una multiplicacioacuten de hechos que generan el viacutenculo muy fuerte Lo de las plantas es muy fuerte porque generaacutes en el otro una continuidad de aquella visita Ustedes eran lsquola visitarsquo Una visita no lsquola visita esperadarsquo () A lo largo de la vida te encontraacutes con personas que te abrazan sin hacerlo te abrazan con la palabra te abrazan no con el cuerpo sino con la palabra Hay que ponerle palabra a todo lo de las mujeres para decir lo que aquellas callan Por eso la palabra es multiplicadora Los ecos de la palabra son los multiplicadores Como las plantas Es el viacutenculo que se establece () Yo no es que me repliegue porque quiera Me repliego porque tengo problemas de salud de piernas de brazos y eso me impide ir a las actividades Eso cada diacutea me dificulta maacutes Pero yo pienso hay tanta juventud ahora con la misma temaacutetica de las mujeres por suerte que yo seriacutea una hormiguita entre tantas Y para sumarme me gustariacutea pero no puedo y pienso que lo que puedo hacer es pensar en lo que estaacute pasando Estaacute pasando

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una revolucioacuten de verdad Como deciacuteas tuacute en el cuento3 Estaacute pasando ahora mismo estaacute pasando una revolucioacuten

Los diaacutelogos con Mariacutea Julia fueron eso diaacutelogos Nosotras la escuchamos y la leiacutemos y ella tambieacuten supo preguntarnos y supo tambieacuten leernos Le compartimos textos de nuestra autoriacutea nos devolviacutea sus comentarios Y ahiacute fuimos prestaacutendonos palabras para nombrar este momento de revolucioacuten que nos encuentra Ella cada tanto nos sigue sorprendiendo con algunos de sus cuentos que nosotras guardamos con ganas de leeacuterselos a otras Pero esto ya es otro cuento

3 Como mencionamos previamente compartirnos textos de nuestra autoriacutea se nos vol-vioacute una praacutectica comuacuten asiacute como tambieacuten dialogar desde las resonancias que nos generaban estas lecturas

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Referencias bibliograacuteficas

Alcoba Mariacutea Julia Caraacutembula Matiacuteas Cardeillac Joaquiacuten Cuacuteccaro Julia Cuacuteccaro Shirley Fagundez Rosa Flores Mariacutea Fontora Neacutelida Krapovickas Julieta Migliaro Alicia Robledo Gabriela Rodriacuteguez Lezica Lorena Troche Susan (2019) Y las mujeres iquestdoacutende estaacuten Guiacutea para abordar desigualdades de geacutenero en sindicatos rurales Universidad de la Repuacuteblica Disponible en httpswwwcolibriudelareduuyjspuibitstream2050012008299851Y20las20mujers20donde20estan_2019pdf

Alcoba Mariacutea Julia (2014) Las mujeres iquestdoacutende estaban Montevideo Primero de mayo

Comisioacuten catalana de solidaridad con las mujeres uruguayas (1981) Informe

Encuentro Internacional de solidaridad con las mujeres uruguaya Barcelona

Fontora Neacutelida (2018) La llama no se apaga Montevideo Primero de mayo

Colectivo del libro de salud de las mujeres de Boston (1982) Nuestros cuerpos Nuestras Vidas Barcelona Icaria

Schwarzer Alice (1979) La pequentildea diferencia y sus grandes consecuencias Barcelona Lasal Edicions De Les Dones

Mariacutea Julia Alcoba Alicia Migliaro y Lorena Rodriacuteguez Lezica Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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Datos Biograacuteficos

Mariacutea Julia Alcoba Rossano nace en 1938 en Montevideo en el Cerro barrio donde vive hasta su casamiento en 1960 A los trece antildeos sin terminar la escuela primaria ingresa a trabajar en Lanas Uruguayas Con catorce antildeos se integra a la militancia sindical y a la Unioacuten Obrera Textil Entre los antildeos 1955 y 1956 es co-fundadora del Congreso Obrero Textil que agrupa a todo el gremio a nivel nacional Representando a los textiles con Heacutector Rodriacuteguez y Emilio De Concilis integra el plenario de la Comisioacuten Pro Central Uacutenica de Trabajadores En 1956 se integra a las Juventudes Socialistas y luego al Partido Socialista En 1957 integra la Comisioacuten Gremial del Partido Desde alliacute trabaja hacia los sindicatos agriacutecolas En 1963 en la Unioacuten nace su primer hijo Siete antildeos despueacutes el segundo y al antildeo siguiente el tercero Milita en el Centro Mateotti y en el gremio textil En diciembre de 1967 el gobierno encabezado por Pacheco Areco se inaugura clausurando diarios e ilegalizando organizaciones poliacuteticas entre ellas el Partido Socialista En 1974 debe marchar con sus tres hijos al exilio argentino En Haedo termina la Escuela y cursa primero y segundo en el Liceo Nocturno En 1977 debe dejar Argentina y exilarse en Espantildea En Barcelona se integra al movimiento solidario con Uruguay contra la dictadura Trabaja como empleada domeacutestica vendedora de libroshellip Se prepara en cursos de auxiliar de cliacutenica puericultora y consultora en planificacioacuten familiar En 1979 obtiene por concurso el puesto de Consultora en Planificacioacuten

Las mujeres doacutende estaban

Familiar (agente de salud) en la Alcaldiacutea de Hospitalet de Llobregat donde trabaja con grupos de mujeres hasta su retorno al paiacutes Se integra a grupos feministas contra la violencia de geacutenero De 1979 a 1985 integra la comisioacuten de Barcelona de la CNT en el exilio ademaacutes de la Comisioacuten de Mujeres Catalanas de solidaridad con mujeres uruguayas en el exilio y presas viacutectimas del terrorismo de estado Ya en Montevideo es co-fundadora del Instituto Mujer y Sociedad trabaja con grupos en Foro Juvenil y EMAUS y se recibe de Psicoacuteloga Social en 1992 Hoy vive en su barrio de siempre el Cerro en una vieja casa llena de animalitos aacuterboles y plantas

Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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Indice

El encuentro con Mariacutea Julia 8

A modo de proacutelogo 11

La sumaca 14

Un cielo rojo anaranjado 24

La vieja radio de casa 28

Caramelos 33

Biyuacute 35

La Faacutebrica 39

El Sindicato 46

El patroacuten 48

Mis quince antildeos 51

Conflicto textil 54

La mamaacute de Rosita 58

Negra pobre y retobada 60

Un gremio de mujeres 62

El robo 64

El Boston 68

Despueacutes de la huelga 71

Jorgelina y Delia en Budapest 74

Una conferencia nacional 77

Las friyeras 80

Las mujeres iquestdoacutende estaban

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Las compantildeeras de FUNSA 86

Las mujeres del Arrozal 93

Las chacras del Norte 103

La marcha 110

Las mujeres en la marcha 122

Ana Mariacutea 126

El asalto 131

El regreso 134

El peine amarillo 136

Suipacha 139

Viviendo el miedo 144

Otra despedida maacutes 147

El Pesquero 149

Regreso sobre mis pasos 153

Del azuacutecar a la sal 169

Epiacutelogo 176

El jardiacuten de las palabras diaacutelogos feministas para abrazar la historia 179

Datos Biograacuteficos 212

Las mujeres iquestdoacutende estaban Una pregunta nada sencilla de hacer en un mundo donde las figuras masculinas son las fotografiadas las nombradas las recordadas Una pregunta que insiste que interpela que inspira La reedicioacuten de este libro de Mariacutea Julia sus palabras son claves que nos regala para seguir buscaacutendonos en la historia

  • El encuentro con Mariacutea Julia
  • A modo de proacutelogo
  • La sumaca
  • Un cielo rojo anaranjado
  • La vieja radio de casa
  • Caramelos
  • Biyuacute
  • La Faacutebrica
  • El Sindicato
  • El patroacuten
  • Mis quince antildeos
  • Conflicto textil
  • La mamaacute de Rosita
  • Negra pobre y retobada
  • Un gremio de mujeres
  • El robo
  • El Boston
  • Despueacutes de la huelga
  • Jorgelina y Delia en Budapest
  • Una conferencia nacional
  • Las friyeras
  • Las compantildeeras de FUNSA
  • Las mujeres del Arrozal
  • Las chacras del Norte
  • La marcha
  • Las mujeres en la marcha
  • Ana Mariacutea
  • El asalto
  • El regreso
  • El peine amarillo
  • Suipacha
  • Viviendo el miedo
  • Otra despedida maacutes
  • El Pesquero
  • Regreso sobre mis pasos
  • Del azuacutecar a la sal
  • Epiacutelogo
  • El jardiacuten de las palabras diaacutelogos feministas para abrazar la historia
  • Datos Biograacuteficos
Page 4: Las mujeres, ¿dónde estaban?

A mis padres que me transmitieron su conciencia de clase

y su cotidiana solidaridad

A Joseacute Conrado Ernesto y Felipe mis hijos y compantildeeros en los accidentados caminos que nos tocoacute transitar

A mis nietos Tarek Yoel y Aser quienes llegaron para alegrar mi vejez

Agradezco

A Moacutenica Reca quien fue la primera que pasoacute mis manuscritos a maacutequina y me animoacute a seguir

A Susana Balintildeas que me dio la confianza que me faltaba y me puso frente a la obligacioacuten de relatar estos hechos

A Guillermo Chifflet Colacho Esteves Mariacutea Ineacutes Capucho y Charito Estefanell

mis primeros lectores

A Lorena y Alicia por hacer posible esta nueva versioacuten virtual ampliada de ldquoLas mujeres iquestdoacutende estabanrdquo

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Pasaron ya siete antildeos desde que se publicoacute el libro cuya pregunta inspirariacutea varios de nuestros trabajos las mujeres iquestdoacutende estaban Una pregunta nada sencilla de hacer en un mundo donde las figuras masculinas son las fotografiadas las nombradas las recordadas No podemos negar que el sindicalismo en Uruguay es un mundo de hombres No porque las mujeres no esteacuten Estaacuten Sino porque por mucho tiempo lsquono se las ha vistorsquo iquesto seraacute que no se las ha querido ver Es frente a esta ceguera que irrumpe este libro con una pregunta que interpela la memoria para poder hurgar en ella para encontrar y reconocer a las mujeres en la historia del sindicalismo y hacer justicia asiacute a una genealogiacutea y a una historia sino incompletas

A Mariacutea Julia la contactamos como Grupo IADR en 2018 Teniacuteamos la excusa perfecta para poder ensayar un acercamiento entre las sindicalistas ldquode ayerrdquo y las ldquode hoyrdquo Algo intuiacuteamos sobre la potencia del espacio de intercambio entre tales mujeres con la nada sencilla tarea de elaborar una cartilla sobre desigualdades de geacutenero en el sindicalismo rural La invitamos Accedioacute contenta pero no sin antes dudar queacute tendriacutea ella para aportar Junto a Mariacutea Julia y tambieacuten junto a Neacutelida Chela Fontora las sindicalistas ldquode ayerrdquo y con las compantildeeras de distintos sindicatos rurales en actividad trabajamos en lo que llamamos un ldquogrupo focal interpretativordquo El hecho de que Maria Julia y Chela hayan participado de este trabajo colectivo es un gusto y una nueva muestra (iexclcomo si hicieran falta maacutes) de su compromiso y vocacioacuten de lucha Participaron activamente codo a codo en toda la tarea con escucha y respeto hacia las voces de todas las compantildeeras El libro de Mariacutea Julia es un libro autobiaograacutefico que recoge para compartir memorias de vida luchas dolores y alegriacuteas Es un texto que nos marcoacute el rumbo y cuyo tiacutetulo retomamos en la cartilla que elaboramos juntas Porque la pregunta sobre doacutende estaacuten las mujeres en la historia es una guiacutea es un coacutemo ir iquestDoacutende estaacuten aquellas que no son nombradas iquestDoacutende estaacuten aquellas que no se quieren ver Desconfiar de las historias oficiales animarse a narrar desde otras voces animarse a construir otros relatos

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Para escribir este proacutelogo nos preguntamos por queacute es importante para nosotras y nosotros como Grupo interdisciplinario desde la Universidad de la Repuacuteblica poder re-editar este libro siete antildeos despueacutes La pregunta se responde volviendo a la interrogacioacuten por el espacio aunque esta vez no mediante un iquestdoacutende sino maacutes bien con un iquestcoacutemo Y es que la toacutenica del grupo IADR ha sido la de generar conocimiento socialmente valioso transitando caminos y formas habilitantes de espacios y tiempos de co-construccioacuten de autoformacioacuten y de reflexividad En esa liacutenea dos objetivos perseguidos son hacer lugar y hacer tiempo No soacutelo como colectivo IADR sino tambieacuten y sobre todo en tanto que comunidad amplia a la que pertenecemos nos debemos y pretendemos contribuir recuperar el tiempo y el espacio para entendernos proyectarnos y caminar hacia una sociedad maacutes justa y solidaria

En esta buacutesqueda compartida no hay un camino ni una uacutenica voz hay muchas Y atender con agudeza quieacuten toma la palabra es parte del trabajo y la buacutesqueda Asiacute sumar implica tambieacuten aguzar la escucha salir del centro o hacerse a un lado pero no como mecanismo de desentendimiento sino muy por el contrario como quieacuten acompantildea por y para entender como quien comparte y se vuelve parte Como en cualquier enarmoniacutea la nota depende de la tonalidad o la toacutenica La reedicioacuten de este libro de Mariacutea Julia sus palabras hacen a nuestra toacutenica la del IADR la de Lorena Alicia Julieta Matiacuteas y Joaquiacuten Y aunque tenemos cosas para decir ahora quisimos volver a escuchar Es por ello que no nos quedan dudas sobre la pertinencia de esta reedicioacuten

Grupo Interdisciplinario de Investigacioacuten Accioacuten sobre Desigualdades en el Medio Rural

primavera 2021

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El encuentro con Mariacutea Julia

Llegamos a Mariacutea Julia luego de una conversacioacuten con Walter Marrero ldquoMarreritordquo en setiembre de 2011 Acudimos a eacutel para a hurgar en las memorias las experiencias y las piezas que construyeron el sindicalismo rural uruguayo antes de 1973 y despueacutes de 1985 producto de la abrupta interrupcioacuten por la dictadura civil-militar En aquella conversacioacuten Walter nos insistioacute en maacutes de una oportunidad en contactar a Mariacutea Julia Los argumentos esbozados fueron muchos entre ellos se incluiacutea su apoyo constante a las mujeres de los arrozales durante la huelga de 1957 asiacute como tambieacuten su militancia en el exilio catalaacuten

Luego todo sucedioacute muy raacutepido El 17 de junio de 2012 en el marco de un proyecto estudiantil de la UdelaR organizamos un encuentro entre integrantes del Sindicato Uacutenico de Peones de Tambos (SUPT) incluida la sentida y entrantildeable participacioacuten de Pedro Aldrovandi Alliacute se nos presentoacute Mariacutea Julia una mujer que nos cautivoacute desde un principio Como se puede apreciar en una de las fotografiacuteas del libro portaba un abrigo de color rojo una boina azul y sobre todo una sonrisa ancha

En poco tiempo conseguimos entablar cierta confianza que raacutepidamente se fue convirtiendo en amistad A finales de 2013 nos reveloacute que escribiacutea cuentos Para nuestro asombro nos comentoacute que ya teniacutea un libro escrito pero sin publicar Obviamente nos maravillamos al leer el borrador No dudamos en la necesidad de dar la mayor difusioacuten posible Lo primero fue la publicacioacuten de su cuento ldquoLas mujeres del arrozalrdquo en el perioacutedico La Diaria como forma de celebracioacuten del diacutea del trabajador y la trabajadora rural el 30 de abril de 2014 En los meses siguientes se fue tejiendo una propuesta entre el PIT-CNT y la Universidad de la Repuacuteblica para publicar su libro En octubre de ese mismo antildeo el libro fue presentando puacuteblicamente y el resto de la historia es bastante conocida

Desde ese momento Mariacutea Julia se presentoacute ante un puacuteblico cautivo

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por un contexto de enunciacioacuten para la memoria personal y colectiva de las mujeres muchas veces silenciadas y otras veces relegadas que como menciona Spivak se encuentra en las ldquosombrasrdquo de la historia1 No obstante la tenaz batalla de Mariacutea Julia contra el olvido teniacutea antecedentes muy firmes desde la deacutecada de 1990 De hecho Yamanduacute Gonzaacutelez Sierra hizo alusioacuten a su trabajo narrativo en el libro ldquoLos olvidados de la tierrardquo refiriendo a las ldquoHistorias de vidas de mujeres trabajadorasrdquo que Mariacutea Julia publicoacute en diferentes capiacutetulos en el perioacutedico ldquoNoticiasrdquo de la ciudad de Juan Lacaze en el departamento de Colonia 2

Su libro es una invitacioacuten a navegar en el rescate de las historias las memorias y las experiencias de las mujeres que lucharon y continuacutean hacieacutendolo por una sociedad maacutes justa igualitaria y solidaria Sus relatos permiten reconstruir un derrotero del Uruguay de segunda mitad de siglo XX donde confluyen innumerables sacrificios dolores y alegriacuteas Los escenarios se presentan en ciacuterculos sociales que van siendo cada vez maacutes amplios la familia el barrio la ciudad y a veces en el campo incluso el exilio como tambieacuten el desexilio La pluma de Mariacutea Julia es genuina y resiliente fiel reflejo de su vida Incluso para afrontar los momentos maacutes duros y difiacuteciles Ello se acompantildea con una personalidad afable que la describe en todo momento cuando se trata de celebrar el encuentro

Pero la invitacioacuten de Mariacutea Julia no se acaba solamente en la lectura que propone Tambieacuten se extiende a incentivar a que otras mujeres lo hagan En definitiva su tarea es mucho maacutes amplia que la escritura y se asemeja en mucho a una memorable frase de Rodolfo Walsh a mediados de los 60rsquo cuando planteoacute que ldquonuestras clases dominantes han procurado siempre que

1 Spivak Charkavorty Gayatri (2009) ldquoiquestPueden hablar los subalternosrdquo Barcelona MACBA Paacuteg 43-125

2 Gonzaacutelez Sierra Yamanduacute (1994) Los olvidados de la tierra Vida organizacioacuten y luchas de los sindicatos rurales Montevideo Nordan-comunidad Paacutegina 94

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los trabajadores no tengan historia no tengan doctrina no tengan heacuteroes y maacutertires Cada lucha debe empezar de nuevo separada de luchas anteriores la experiencia colectiva se pierde las lecciones se olvidan La historia parece asiacute como propiedad privada cuyos duentildeos son los duentildeos de todas las otras cosasrdquo 3

Nuestro encuentro con Mariacutea Julia su poesiacutea y su rojo rojo intenso como su vida ha sido pues una profunda y necesaria convocatoria para que en los tiempos actuales de resistir a la desmemoria para reescribir la historia la palabra sea de ella

Agustiacuten Juncal y Matiacuteas Caraacutembula

3 ldquoCordobazordquo Extraiacutedo de ldquoPerioacutedico de la CGT de los Argentinosrdquo Coleccioacuten Completa Nuacutemeros 1 al 55 Mayo de 1968 ndash Febrero de 1970 Disponible en wwwcgtargentinosorg

Mariacutea Julia tomando una foto Actividad con sindicatos de tambo en Isla Mala (2012) Fotografiacutea Soledad Figueredo

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A modo de proacutelogo

Estas historias que Mariacutea Julia recupera para la memoria de nuestro paiacutes tienen la riqueza de su mirada y vivencia de mujer actora en todas ellas Mariacutea Julia recorre la historia de nuestro paiacutes desde los antildeos 50 hasta la oscura deacutecada de los 70 desde sus experiencias de nintildea en el Cerro un barrio de inmigrantes que trajeron sus ideologiacuteas y sus oficios sus culturas y la antildeoranza de su tierra Desde la forma de relacionarse con el mundo a traveacutes de las primitivas radios que sintonizaban los avatares de las segunda guerra mundial hasta la evolucioacuten de la conformacioacuten de los sindicatos textiles y la solidaridad en las luchas de las otras ramas industriales como la carne Mariacutea Julia va relatando la evolucioacuten social econoacutemica y poliacutetica de esas deacutecadas donde ella participoacute tan activamente viviendo desde adentro cada una de las luchas y la construccioacuten de un movimiento obrero organizado en una central uacutenica y autoacutenoma Impactan las edades adolescentes de esos primeros luchadores que enfrentaban patronales primitivas para lograr respeto a su dignidad como personas Mariacutea Julia Alcoba reafirma sus ideas poliacuteticas y en su rol de militante se pone en contacto con otras mujeres trabajadoras zafrales agriacutecolas pescadoras empleadas de las grandes faacutebricas empleadas domeacutesticas Describe sus diferencias y sus problemas que todaviacutea subsisten en muchos casos invisibilizados en las agendas tradicionales Las historias de esas deacutecadas siempre han sido contadas por personajes masculinos quienes difiacutecilmente incorporan la vida cotidiana de los seres humanos que participaron en la construccioacuten de nuestra identidad social y poliacutetica Esta recuperacioacuten de relatos y testimonios de una mujer que atravesoacute esas deacutecadas nos devuelve a quienes nunca son nombradas pero que formaron la malla de una conciencia de dignidad obrera de la que tanto nos enorgullecemos los y las uruguayas

Margarita Percovich

iquestDoacutende estaban ellas Pero primero iquestquieacutenes son ellas Ellas son obreras son militantes sindicales y Mariacutea Julia que lo es ella misma y que ejemplifica con su propia vida nos las describe desde la nintildeez en sus familias familias obreras de barrios obreros hasta su madurez como

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mujeres y madres desde sus primeros choques emocionales con la realidad de la explotacioacuten hasta su madurez de militantes sindicales Y eso es lo que conmueve y entusiasma del texto No es un texto que trata de describir a la mujer en su condicioacuten de viacutectima de una doble explotacioacuten como asalariada y como integrante de una sociedad que la discrimina maacutes allaacute de que tal descripcioacuten fluye naturalmente de su lectura Es maacutes bien la mujer en toda su estatura de luchadora social a la par y junto al hombre y que trata de hacerlo en la vida social y en el hogar y muchas veces debiendo superar incomprensiones y prejuicios a veces incluso de quienes somos sus compantildeeros justo es reconocerlo Haciacutea falta este libro Rescata facetas de la historia sindical del Uruguay y la construccioacuten de la unidad destaca el relevante papel de la mujer en esa historia y tambieacuten nos ayuda a todos nosotros a ser mejores Gracias Mariacutea Julia

Wladimir Turiansky

Este libro es un testimonio de las luchas dolores y alegriacuteas que han hecho la hermosa historia de la solidaridad obrera En sus paacuteginas hay aliento para la accioacuten para un mundo nuevo sin explotados ni explotadores un atrapante y entrantildeable relato de la cotidianeidad

Guillermo Chifflet

No es la mirada conmovida de un artista con sensibilidad salido de las filas de la burguesiacutea es el rescate de la historia por quien se forjoacute como adolescente y mujer en la faacutebrica creciendo en la lucha Es la visioacuten desde adentro de quien no ha perdido ni reniega de su origen de clase Es el rescate ademaacutes de una sensibilidad proletaria

Colacho Esteves

Las mujeres iquestdoacutende estaban nos acerca un poco maacutes a lo profundo de una huelga que significo un antes y un despueacutes en el Movimiento Sindical Uruguayo Nos muestra desde una mirada sincera simple los procesos que recorrieron las compantildeeras procesos que formaron y desarrollaron nuestro Movimiento Sindical

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Este libro recoge el testimonio de muchas compantildeeras que fue pariendo el gremio forjadas en la lucha Nos muestra una eacutepoca de nuestra historia donde reinaba el miedo y el paiacutes era todo promesas y olvidos la miseria asechaba a la clase trabajadora y a las mujeres les sobro iniciativa y creatividad para combatir la injusticia le hicieron frente a frente a la realidad fueron parte vital de esta lucha muchas veces la mayoriacutea desde las sombras La ocupacioacuten de fabricas del 64 al 68 fue un ejemplo de militancia de las mujeres Las mujeres lucharon a pesar del miedo miraron con rabia a la injusticia y le hicieron frente a la desigualdad La Solidaridad la Unidad y la Lucha entre Trabajadores de diferentes sindicatos sostuvieron la huelga y forjaron los cimientos de lo que hoy significa Sindicato en el Uruguay

Secretaria de Geacutenero Equidad y DiversidadPIT-CNT

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La sumaca

Mi padre nacioacute en 1900 en una localidad de Durazno Llegoacute adolescente a Montevideo buscoacute trabajo fue diariero pegatinero de propaganda poliacutetica peoacuten de panaderiacuteahellip Asiacute se revolvioacute al principio Desde que llegoacute vivioacute en el Cerro de Montevideo Desde alliacute descubrioacute el mar esa inmensidad Se enamoroacute del barrio como de una mujer Cuando no teniacutea trabajo se iba con los muchachos del barrio a changuear al puerto alliacute no faltaba trabajo Comiacutea en un comedor popular para trabajadores y gente sin recursos que estaba frente al puerto que todaviacutea existe Volviacutea en el tranviacutea 16 al Cerro Asiacute transcurriacutea el tiempo antes de sus veinte antildeos Trabajaba duro para comprarse un terreno y traer a sus padres y sus dos hermanas Blanca y Adela Vivioacute de agregado en casas particulares o pagando pieza A sus diacuteas de trabajo agregoacute un curso de marinero y luego otro de praacutectico de patroacuten de barco Esto lo entusiasmoacute y lo puso frente al mar a esperar suerte Los cursos eran nocturnos gratuitos los pediacutean las empresas navieras para encontrar personal calificado Aquel Montevideo de 1920 era explosivo Estrenaba siglo poliacutetica cultura inmigracioacuten arte atravesaba todos los sectores de la poblacioacuten Escuchoacute asombrado un mitin donde habloacute Mariacutea Collazo por la huelga de las planchadoras La mujer anarquista fue una de las primeras obreras que se atrevioacute a hablar en puacuteblico en las calles empedradas de la Ciudad Vieja

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Montevideo era una ciudad en movimiento mejor dicho revuelta Conrado encontroacute una ciudad cosmopolita que le aportoacute informacioacuten y conocimiento Tuvo una juventud participativa y vivioacute coherente con ella fue un luchador por los derechos sociales Mi madre nacioacute en un campo de Durazno en 1906 A los doce antildeos cuando murioacute su madre emigroacute con su familia a Montevideo junto a su padre y sus ocho hermanos El abuelo Adriaacuten repartioacute los hijos Las cuatro nintildeas mayores en distintas familias Se quedoacute con los tres varones para trabajar en lo que saliera y la hija mayor para llevar la casa y cuidar a la hermana maacutes chica que teniacutea un antildeo y medio Rosa mi madre era la segunda A ella le tocoacute trabajar desde los trece antildeos en una casa de familia en la calle Grecia y Repuacuteblica Argentina en el Cerro de Montevideo Fue ldquocolocada con cama para toda tareardquo cuidaba tres nintildeos lavaba planchaba ayudaba en la cocina El abuelo encontroacute trabajo en el saladero del Cerro Rosa no teniacutea problema en trabajar lo haciacutea desde muy chiquita Cuentan las hermanas que cuando eso solo teniacutea diez antildeos ldquoTendiacutea todas las camas allaacute en el rancho del campo Cerraba la puerta por dentro para que los hermanos no desordenaran el cuarto nuevamente y saliacutea saltando por la ventanardquo Los jueves y domingos por las tardes las hermanas teniacutean libre y se juntaban todas en la casilla familiar donde se contaban las penurias que no faltaban y las novedades de la vida en la capital con sorpresa y curiosidad La casilla que alquilaba el abuelo en La Paloma un barrio en las afueras de la Villa del Cerro se llenaba de risas las joacutevenes se probaban las ropas usadas que las patronas les regalaban Manuela la hermana mayor las escuchaba con Amelia la hermana pequentildea en los brazos A Manuela le tocoacute llevar la casa con todas las tareas a su cargo Los demaacutes saliacutean a trabajar fuera los varones volviacutean a la noche a cenar y dormir y las muchachas dormiacutean en la casa en que trabajaban

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Mis padres se conocieron en el barrio cuando ella saliacutea a comprar verdura para la casa en que trabajaba Rosa se preparaba para ver al joven y apuesto mozo alto delgado pero musculoso morocho pelo negro y lacio y barba escasa Vestiacutea pantalones de loneta blanca camiseta de manga corta azul y gorra de visera del mismo color al estilo de los changadores del puerto Con Conrado solo intercambiaba miradas siempre y cuando saliera con los nintildeos en las tardes Los nintildeos festejaban y le avisaban cuando lo veiacutean pasar por la calle Su patrona ya conociacutea ese ldquodragoneordquo como se deciacutea antes Los nintildeos luego se volvieron correo de Conrado cuando eacutel se animoacute a escribirle Llegaban los papeles muy doblados a manos de la emocionada Rosa que los desplegaba temblando Los nintildeos la ayudaban leyeacutendole y ayudaacutendola a contestar porque ella no sabiacutea leer ni escribir Todo se volvioacute acontecimiento La joven ya teniacutea maacutes de quince antildeos muy bonitos y un poco tiacutemidos La patrona la queriacutea mucho y resolvioacute mandarla al taller de costura de la escuela nocturna para adultos eso facilitaba algunos encuentros Eacutel la esperaba a la hora de la salida de la escuela Las compantildeeras del curso caminaban junto con ellos hasta la puerta del trabajo de Rosa y alliacute se separaban Conrado se quedaba un ratito maacutes charlando en el zaguaacuten hasta que la patrona la mandaba buscar con el nintildeo maacutes grande porque teniacutea que servir la cena Ellos se contaban de doacutende veniacutean que resultoacute ser un lugar comuacuten Durazno de las familias de las ilusiones y las desilusiones En las dificultades se iban conociendo poco a poco Cuando no se veiacutean era por trabajo o por el curso Ella ya lo sabiacutea pero no dejaba de extrantildear las conversaciones sencillas deseadas por los dos Conrado le contoacute que estaba juntando plata para comprar un terreno y construir una casilla para traer sus padres y hermanas del campo Para eso lo mandaron sus padres a Montevideo Rosa mostraba preocupacioacuten porque en su casa eran muchos de familia y trabajaba como todas para ayudar asiacute les ensentildeoacute su padre Cuando eacutel consiguioacute el terreno y una casilla por fin los trajo se quedaron en el Cerro en la calle Turquiacutea Al fin estaba toda la familia

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reunida Como tantas familias de la eacutepoca formaron parte de la migracioacuten interna que veniacutea a trabajar en la capital floreciente Pasoacute el tiempo Rosa y Conrado se casaron y fueron a vivir con la familia de Conrado Al principio todo iba bien pero ella extrantildeaba Era una vida totalmente distinta con personas que recieacuten conociacutea y el primer viaje del marido al mar le resultoacute muy largo espera y espera Conrado se fue a trabajar a un barco de cabotaje llevando mercaderiacuteas el viaje duroacute de ida y vuelta unos 20 diacuteas Vivioacute esa experiencia con angustia extrantildeaba a las hermanas a la patrona y sobre todo a los nintildeos que cuidaba Lloraba muchas veces esa soledad lo recibioacute llorando La suegra le dijo que no era para tanto con cierta molestia Rosa escuchoacute en silencio no contestoacute ni una palabra Al antildeo nacioacute una nintildea que llamaron Lidia Mi hermana mayor fue alegriacutea y consuelo para Rosa Conrado partioacute para un nuevo viaje con pena de separarse de Rosa y de la pequentildea Sintioacute la emocioacuten de tener su propia pequentildea familia y la tristeza de irse Pero Rosa no estaba dispuesta a quedarse sola otra vez con la familia de eacutel Cuando Conrado llegoacute no se quejoacute ni lloroacute le dijo que en el proacuteximo viaje no se quedariacutea en tierra que iriacutea con eacutel y la nintildea pasara lo que pasara Rosa fue muy valiente Eacutel le contesto que no Le explicoacute que era muy peligroso pero a ella no le importaba Le habloacute de las tormentas que se produciacutean en las aguas revueltas donde se juntan el Riacuteo Uruguay y el Riacuteo de la Plata de los rayos y las centellas en las aguas que son muy impresionantes y de la mala mar encrespada que puede durar tres o cuatros diacuteas Ella se quedoacute en silencio luego soltoacute el llanto y dijo ldquoNo tengo miedo Igual me voy contigo Solo el abuelo Anastasio tu padre extrantildearaacute a la nintildea Las mujeres de tu casa estaacuten muy celosas de miacute y de la nintildea ldquoYo me voy contigo o me voy a casa de Manuela con mis hermanosrdquo repitioacute Rosa En esa eacutepoca era comuacuten navegar con una tripulacioacuten conformada de familiares y ella lo sabiacutea Asiacute lo contoacute mi madre a sus hermanas un jueves diacutea de salida de las ldquocolocacionesrdquo cuando estaban juntas en lo de Manuela Todas se alarmaron

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y la abrazaron pidieacutendole que no se fuera que si se iba dejara a Lidia con Manuela Rosa se negoacute furiosa no dejariacutea a la nintildea Mi madre se agregaba a la tripulacioacuten con el asombro de sus amistades y los familiares que quedaban en tierra preocupados por los peligros que podiacutean correr ella y la nintildea A la vez culpaacutendola por tomar decisiones propias en esa eacutepoca no se acostumbraba Este viaje seraacute muy distinto para Conrado Rosa asomada desde el camarote miraba la salida del puerto de Montevideo El Cerro se veiacutea precioso con aquella luz del faro como saludaacutendoloshellip Sintioacute una gran emocioacuten tal vez miedo Se humedecieron sus ojos La noche era maacutegica La negrura no le dio miedo el cielo era un pizarroacuten dibujado de estrellas titilantes El puerto de Montevideo quedoacute atraacutes un viento suave embolsoacute las velas Con la nintildea en sus brazos vio ese cielo que los envolviacutea Recordoacute el cielo del campo las estrellas pareciacutean estar maacutes cerca Conrado las vigilaba desde el timoacuten disfrutando la alegriacutea de tenerlas tan cerca Los otros tripulantes en la cubierta Angelito Armo vigilando las velas el Nene y Cantero en los palos eran familiares de Conrado primo y sobrino el tiacuteo Benito hermano de Rosa ldquoEsta vez solo tocaremos puertos cercanos Un viaje corto Rio de la Plata principio de Rio Uruguay y un tramo del Riacuteo Paranaacuterdquo Le comentoacute Conrado a la tripulacioacuten ldquoSeraacuten pocos diacuteasrdquo ldquoLa Joven Rositardquo que asiacute se llamaba el velero por pura casualidad era una embarcacioacuten de cuatro velas y dos palos mayores Era una sumaca para transporte de cabotaje de poco calado que surcaba los riacuteos a vela La vieja sumaca de bandera argentina continuaba trabajando Era su uacuteltima etapa y pronto pasariacutea a desguace o a remate Esta vez llevaban una carga liviana una mudanza cajas de ropa muebles paquetes y correspondencia Pero volveriacutea cargado de rolos de madera y de la correspondencia del litoral La costa del lado argentino del Riacuteo Uruguay era muy particular en algunos lados plana junto al rio y en otra maacutes alta formando barrancos La costa era arbolada con raiacuteces al sol bantildeadas por la correntada fuertes raiacuteces que la

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aseguraban a la tierra firme Mucho verde casas en la orilla sobre pilares de gruesos troncos que las sosteniacutean La embarcacioacuten se deslizaba suave arrastrada por un pequentildeo vaporcito remolcando y pitando anunciando su llegada Los que esperaban el flete saludaban con las manos en alto a los que atareados recogiacutean las velas y tiraban el ancla al agua Los traacutemites en el puerto eran lentos Las autoridades del puerto subiacutean a bordo comparaban los documentos de la carga con las existencias hasta dar el visto bueno y permitir el desembarco El diacutea de llegada es de mucho trabajo la tripulacioacuten no baja hasta estar la carga entregada a las autoridades Al llegar a los puertos la tripulacioacuten sonreiacutea festejando la tranquilidad de estar en tierraPara Rosa y Conrado este primer viaje fue tranquilo La nintildea fue mimada por la tripulacioacuten su familia La temperatura buena sin temporales Para Rosa todo era faacutecil Cocinaba para todos y teniacutea un ayudante eso era nuevo La ropa se la lavaba cada uno de aquellos hombres El agua era dulce extraiacuteda con baldes que bajaban en cuerdas enganchada a una roldana al propio riacuteo como si fuera un aljibe horizontal e interminable El agua para beber se herviacutea y se guardaba en tachos limpios La ropa lavada con agua de riacuteo y secada al sol quedaba con aroma asiacute como el largo cabello que Rosa sujetaba en la nuca Se sentiacutea como en casa con el tendal de ropa en las cuerdas como banderas flameando Se cruzaban con otras embarcaciones pequentildeas que mostraban tambieacuten su vida cotidiana tranquilamente Rosa saludaba con alegriacutea mostrando la nintildea levantaacutendola en los brazos los otros le gritaban piropos a la nintildea Mi padre construyoacute para Lidia una hamaca de lona donde dormiacutea la pequentildea que se podiacutea trasladar al camarote o a la cubierta seguacuten donde estuvieran ellos Tambieacuten teniacutean un cajoacuten de madera vaciacuteo en suelo del cual una vieja manta doblada y un almohadoacuten amortiguaban las caiacutedas producidas por el vaiveacuten del movimiento del barco donde la nintildea se podiacutea parar sin peligro Hamacada asiacute muchas veces terminaba dormida al aire libre Estaba morochita del sol

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La nintildea era muy simpaacutetica la llamaban carintildeosamente ldquoNegritardquo La sonrisa de ella dejaba ver dos dientitos muy blancos Rosa lavaba la ropa en una tina de madera cercana hablaacutendole como si la nintildea entendiera y la haciacutea reiacuter El tiacuteo Benito le trajo dos pollitos en una caja de cartoacuten los habiacutea comprado a unas nintildeas de la orilla y este fue el juguete maacutes lindo que teniacutea cuando los animalitos se moviacutean la haciacutean gritar de alegriacutea contagiando la risa a todos los demaacutes Contoacute mi madre cuando estaba sola con nosotras muchos antildeos despueacutes poniendo palabras a sus recuerdos no dichos Nos contoacute a nosotras nintildeas que cuando estaban en Entre Riacuteos parados las noches calurosas y de luna llena en las costas argentinas del Paranaacute los muchachos de la tripulacioacuten se tiraban al agua desde la cubierta las aguas estaban quietas plateadas luminosas tibias como si fuera de diacutea ldquoLidia pequentildea de unos meses teniacutea dificultades para dormir con tanto calor en el camarote y lloraba Conrado bajoacute al riacuteo y me pidioacute permiso para bajar a la nintildea con eacutel a las aguas dudeacute sorprendida luego dije lsquoiquestY si se te escapa de las manos Es de noche peligrosorsquo Entonces eacutel ideoacute bajar una saacutebana a modo sillita donde Lidia estaba atada con seguridad y sus bracitos y piernas sueltasrdquo Todas reiacutemos Lidia sorprendida pregunto ldquoiquestYordquo Mi madre siguioacute ldquoBenito y yo sosteniacuteamos la sabana desde arriba y Conrado con el Nene sosteniacutean a la Negrita en el agua que daba palmadas y patadas salpicando a los dos y dando fuertes carcajadas contagiaacutendonos a todos Esa noche dormiste tranquila y nosotros tambieacutenrdquo Mi madre reiacutea disfrutando otra vez No siempre teniacutea ganas de contar recuerdos Algunas embarcaciones pequentildeas se acercaban a venderles frutas y verduras formando un montoacuten de cajones multicolores en las orillas del Paranaacute Esto era muy comuacuten era un modo de abastecer las orillas otras lanchas llegaban con yerba azuacutecar porotos jaboacuten carne de cordero Rosa viviacutea esa libertad emocionada Le haciacutea mucha gracia la manera de hablar de los correntinos ldquoLa vida era de trabajo dura a lo que se acostumbroacute raacutepidamente Eran todos muy sencillos y serviciales Al fin conociacutea las amistades y la forma de

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vivir de su marido Se sentiacutea agasajada cuando eacutel la presentaba a las amistades y a las autoridades de los lugares que visitaban Tambieacuten se sentiacutea maacutes fuerte al sol y al airerdquo nos contoacute tiacuteo Benito Y agregoacute ldquoCreo que fue la eacutepoca maacutes feliz de ellardquo Escuchaba las conversaciones de trabajo de la tripulacioacuten en silencio Si escuchaba de las dificultades que se presentaban o las tormentas se le escapaba ldquoDios me salve Mariacuteardquo abrazando fuerte a su hijita En los viajes no faltaron nieblas ni truenos ni relaacutempagos ni lluvia ni soles fuertes que achicharraban la cubierta Nada la asustoacute tanto como aquel diacutea que soploacute el pampero Habiacutea sido un diacutea hermoso de primavera Veniacutean regresando hacia Montevideo Navegaban por la desembocadura del Riacuteo Uruguay y el Rio de la Plata cuando de pronto se ocultoacute el sol y aparecieron nubes negras amenazantes las aguas se pusieron de un gris plateado que sorprendiacutea Rosa con la nintildea bajoacute a buscar abrigo porque el viento se puso maacutes friacuteo Abrazada a la pequentildea Lidia en el camarote vapuleado por el movimiento de las olas Conrado gritoacute desde el timoacuten ldquoiexclTodos a cubiertardquo Eacutel coacutemo pudo bajoacute al camarote a buscar a su mujer y a su hija manoteoacute unas saacutebanas las abrazoacute y dijordquo iexclVamos Rosardquo Las subioacute a cubierta y las amarroacute raacutepido envolvieacutendolas en las saacutebanas al palo mayor mientras los otros tripulantes sosteniacutean el timoacuten y bajaban las velas lo maacutes raacutepido que podiacutean para que no se rompieran o las embolsaraacute el viento y los arrastrara a la deriva La oscuridad los envolviacutea el agua se volviacutea de un plateado luminoso la lluvia arreciaba con furia Empapados todos corriacutean haciendo equilibrio de proa a popa Conrado las cubrioacute a ellas con una lona encerada para que no se mojaran y no se enfriaran tanto Volvioacute al timoacuten junto al compantildeero entre los dos lo sujetaron fuerte para mantener el rumbo aprovechando el viento y el oleaje para separarse del ojo de la tormenta El miedo a Rosa se le instaloacute en el pecho las piernas se le queriacutean aflojar pero no las dejoacute La nintildea lloraba y ella rezaba al santo Negrito de pastoreo patroacuten de los desesperados pidieacutendole que amainara el temporal No se le ocurriacutea

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otra cosa le ofrecioacute una novena como lo haciacutea su madre los ojos apretados Con la nintildea en brazos se sentiacutea maacutes segura la inocencia de la nintildea le dio valor para seguir en pie Fue necesario empezar a tirar parte de la carga al riacuteo las olas eran cada vez maacutes altas y amenazantes La nave se hundiacutea peligrosamente y volviacutea La carga flotaba empujada hacia atraacutes por el pampero que soplaba silbando tanto que le parecioacute que volaba y se dejoacute llevar sin soltar a la nintildea las piernas se le durmieron no sentiacutea los pies ni las rodillas No se sabe cuaacutento duroacute aquella angustia el miedo no se puede medir ni en minutos ni horas ni diacuteas Unas manos grandes y fuertes la sostuvieron y una voz conocida le dijo ldquoTranquila pronto pasardquo Las nubes se alejaban raacutepidamente hacia atraacutes como custodiando la carga que flotaba en el mismo sentido La nave surcaba valiente atravesando las olas intentando mantener el rumbo hacia adelante y tratando de salir del medio de la tormenta que corriacutea en una franja ancha demoledora Poco a poco aparecioacute un cielo gris sin nubes calmoacute el viento Silencio Estaba pasando Pero el corazoacuten colectivo de toda la tripulacioacuten latiacutea golpeando el pecho al uniacutesono la alerta continuaba Muchas cosas desaparecieron de la cubierta las olas se llevaron el cajoacuten en que se resguardaba la nintildea la caja con los pollitos la cuerda con la ropa el balde y la cuerda y el mediomundo de la pesca diaria Parte importante de la carga la tiraron por seguridad Rosa no lo contoacute a nadie hasta pasar un tiempo No sabiacutea coacutemo empezar sin asustar a las hermanas No todo fue malo para mis padres A las amistades de Conrado se sumaron nuevas amistades Rosa y la pequentildea abrieron otras puertas En los diacuteas de espera en cada puerto recibieron invitaciones a fiestas donde apareciacutea siempre una acordeoacuten o una guitarra Bailes familiares de carnaval que se llamaban ldquoasaltosrdquo bailes de disfraces en casas de Entre Riacuteos Paysanduacute o Carmelo Amistades que se frecuentaron a lo largo de los antildeos como Diamantina una mujer muy graciosa en su manera de hablar o Valentiacuten el pelirrojo dos argentinos que los visitaron yo los conociacute Recibiacutean carta de otras personas

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Rosa y la nintildea viajaron un antildeo y medio en aquella vieja sumaca Cuando quedoacute embarazada de la segunda hija la pareja decidioacute quedarse en tierra por razones de seguridad Conrado buscoacute trabajo en el puerto volvioacute a trabajar de changador en carga y descarga trabajo duro pero eacutel ya lo conociacutea La sumaca volvioacute a puerto argentino donde pasoacute a remate Muchas aneacutecdotas no nos contaron a nosotras las hijas No se acostumbraba contar y nosotras no preguntaacutebamos tampoco se acostumbraba preguntar Hoy me arrepiento seacute que me perdiacute mucho de la historia personal de mis padres Creo que mi madre fue muy valiente y adelantada a su eacutepoca Las historias de mujeres no se cuentan ni se escriben aunque sean interesantes Las perdemos

Conrado Alcoba Rosa Rossano y familiares (Principios de la deacutecada del 20) Fotografiacutea Archivo personal

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Un cielo rojo anaranjado

En nuestro barrio no pasaban autos Nuestras calles no estaban asfaltadas todaviacutea Eran de tierra en algunas partes de balastro porque el agua de lluvia que bajaba desde la Fortaleza del Cerro bajaba con fuerza y se llevaba lo que se le poniacutea delante Solo habiacutea a los lados de las calles canaletas de desaguumle que se desbordaban Las calles eran nuestras durante las vacaciones de verano Las veredas estaban vestidas de joacutevenes paraiacutesos que los vecinos regaban A su sombra las nintildeas sacaban a la vereda los juguetes que teniacutean Siempre encontrabas alguna que te preguntaba ldquoiquestQuereacutes jugar rdquo Nosotros viviacuteamos en una casilla de madera y techo de zinc como la mayoriacutea de las familias del barrio Nuestra casilla estaba fundada la mitad sobre la roca de la calle Turquiacutea y el resto donde estaba la galeriacutea la cocina y el cuarto de mis padres se sosteniacutea sobre ocho pilares de gruesos troncos de madera como si fueran patas de tres o cuatro metros de alto lo cual formaba una gran terraza hacia la calle Egipto Mi padre aprovechoacute el desnivel de las calles del Cerro para dejar la casa de cara a la bahiacutea de Montevideo y enmarcada entre las calles Viacaba y Barcelona En esa casilla pasaron muchas cosas una infancia feliz alegriacuteas y algunos sustos Aquel diacutea amanecioacute soleado pero cerca del mediodiacutea el cielo se puso gris Soplaba un viento suave y caliente Mi madre cerroacute las ventanas y las puertas nos llamoacute para que entraacuteramos a casa y bajoacute corriendo las escaleras

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de madera del fondo para recoger la ropa de las cuerdas que ya empezaba a agitarse Les pidioacute ayuda a mis hermanas mayores Yo no me daba cuenta por queacute tanta prisa Entraron a la casa cargando la ropa huacutemeda todaviacutea Mi madre nos anuncioacute que se veniacutea un viento muy fuerte cerroacute la puerta raacutepidamente y la aseguroacute Yo me subiacute a mi banquito y mireacute por la ventana de la galeriacutea que teniacutea ocho cristales de colores El cielo se oscurecioacute En el horizonte empezaron a verse los relaacutempagos y se escucharon los truenos En minutos todo cambioacute el agua de la bahiacutea se moviacutea se agitaba se volviacutea gris oscura se estaba picando En un momento todo se volvioacute amenazante Yo apretaba los ojos con cada relaacutempago y me tapaba los oiacutedos con cada trueno Pero no lloviacutea todaviacutea Una escandalosa tormenta eleacutectrica la primera que recuerdo en mi vida Mi madre muy preocupada miraba el techo Corrioacute las cortinas me quitoacute de frente al ventanal y me sentoacute junto a mis hermanas Arrastroacute una pesada silla de madera la inclinoacute sujetando la puerta que daba al mar aseguraacutendola bajo el cerrojo antiguo y herrumbrado De pronto las gotas de agua cayeron sobre el techo de zinc con un ruido como si llovieran monedas Nos miraacutebamos hablaacutebamos fuerte pero no nos escuchaacutebamos pareciacutea que estuvieacuteramos en una caja de resonancia metaacutelica Ella nos manteniacutea a su lado y nos explicaba que era una tormenta de verano y pasariacutea raacutepido que no nos asustaacuteramos Sentiacuteamos cimbrar los tirantes pareciacutea que la casilla teniacutea movimiento propio Temblaba todo como si estuvieacuteramos en la barriga de un gran animal De pronto dejoacute de llover Silencio un largo silencio como si se escuchara No seacute cuaacutento tiempo pasoacute Nos queriacuteamos mover y mi madre nos reteniacutea a su lado Escuchaacutebamos un silbido lejano que se acercaba Mi madre se arrodilloacute y pidioacute silencio nos pidioacute que tambieacuten nos agachaacuteramos ndashiexclAl suelo ndashgritoacutendash iexclAbajo de la mesa ndashy nos empujoacute hacia alliacute Un gran cimbronazo Coacutemo si algo chocara con nuestra casilla ndashiexclViento ndashdijondash iexclUn tornado ndashhablaba para siacute misma

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El lugar se llenoacute de una luz anaranjada Me parecioacute que mi madre rezaba y mis hermanas lloraban Estaacutebamos todaviacutea debajo de la mesa de la cocina Mi madre nos cubriacutea con sus brazos como hacen las gallinas con los pollitos Todo sucedioacute muy raacutepido El aire se colaba por las tablas del piso resoplando como un caballo cansado pero la casilla aguantaba Las cortinas volaban hacia arriba desafiando la gravedad Los cuadros caiacutean y se rompiacutean sus cristales Nosotras estaacutebamos inmoacuteviles El techo crujioacute Escucheacute chillidos como de muchos animales heridos estridentes agudos mis oiacutedos pareciacutea que vibraban aturdieacutendome mi corazoacuten latiacutea muy raacutepido tembleacute y puede soltar el llanto No sabiacutea lo que estaba pasando no miraba a las demaacutes cerraba los ojos y me tapaba los oiacutedos queriacutea salir corriendo No estar Eran los largos clavos del techo que se quejaban gritando como desgarraacutendose cuando la fuerza del viento los separaba de los anchos tirantes que los sosteniacutean Pasaron unos segundos no supe cuaacutentos Me solteacute de las manos que me apretaban y me asomeacute a mirar El techo se deslizaba como un teloacuten de teatro Desapareciacutea poco a poco hacia un costado el lugar se llenoacute de luz de un color rojo anaranjado Las chapas del techo como una pieza uacutenica como una laacutemina de cartulina arrastradas desplazadas cayeron a un costado de la casilla con un ruido ensordecedor Vibraron las tablas de madera del suelo bajo mis pies Todo de movioacute Nos quedamos al aire libre Luego la quietud y el silencio Todo el barrio quedoacute en silencio El silbido del viento se alejaba no podiacuteamos hablar Mi madre no nos dejaba mover nos apretaba contra ella escuchando alerta el silencio El silencio dejoacute paso a alguacuten murmullo lejano de los vecinos que empezaban a hablar entre ellos luego sentimos que la llamaban ldquoiexclRosa iexclRosaiexclQueacute barbaridadrdquo Mi madre no contestaba solo escuchaba atentamente Oiacutemos los pasos de la vecina que se acercaba corriendo por el otro costado de la casilla y luego otros pasos las voces de otros vecinos

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Mireacute a miacute alrededor muebles caiacutedos o fuera de lugar Vidrios y trozos de loza por el suelo ldquoiquestDe queacute taza iquestDe queacute platordquo me preguntaba No los reconociacutea Mi madre contestoacute ldquoEstamos bienrdquo y soltoacute el llanto lo dejoacute salir como un chorro y todas lloramos Cuando se puso de pie nos colgamos de ella Ahora nosotras no la dejaacutebamos mover Pasoacute la lluvia y el viento En el horizonte el atardecer nos dejoacute ver un cielo rojo anaranjado Algunas nubes blancas viajaban como dicieacutendonos que ellas eran inocentes Los perros de casa no ladraron

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La vieja radio de casa

Uuuii uuii uuii Los sonidos intermitentes de la vieja radio de casa Era de madera Delante estaba el parlante cubierto con una tela gruesa de tapiceriacutea de tonos grisaacuteceos que habiacutean sido marrones y el dial como un ojo redondo iluminado a medias porque se habiacutea quemado una de las lamparitas del costado y quedaba como tuerto estaba cubierto por unalaacutemina de mica amarillenta por el tiempo La base era rectangular y teniacutea la cubierta en forma bombeacute como una ldquoUrdquo al reveacutes que le daba un aire especial La parte de atraacutes la espalda descubierta Estaba colocada en un lugar de preferencia en el comedor en una mesa de madera sobre un mantel bordado a mano por mi madre que caiacutea en triaacutengulo Cuando mi padre trajo la radio no sabiacuteamos su edad ni su historia ndashNo es nueva pero tiene un buen parlante ndashnos dijo contento La habiacutea comprado en un remate de la Ciudad Vieja Fue un acontecimiento para nosotras Mi madre nos advirtioacute ndashSoacutelo la comedia de las cinco despueacutes de hacer los deberes Mis hermanas se alegraron porque ya no tendriacutean que ir a casa de la vecina a escuchar la radio A miacute lo que me gustaba maacutes era mirarla por detraacutes La radio teniacutea como el culo al aire Era maacutes interesante por detraacutes No seacute por queacute no me dejaban mirarla ldquoEs peligrosordquo dijo mi padre cuando la trajo Adentro teniacutea mucha tierra y muchos mosquitos muertos Mi madre la limpioacute con su santa paciencia y la lustroacute Quedoacute como nueva

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ndashNo no Cuidado no vayas a tocar nada porque puede explotar ndashdeciacutea mi madre cuando me veiacutea rondando cerca Yo no sabiacutea entonces lo que significaba la palabra explosioacuten y sus palabras no me asustaban pero me retiraba por si acaso Las cosas que veiacutea atraacutes de la radio como en una trastienda eran muy interesantes pareciacutean soldados paraditos se llamaban bombitas habiacutea altos y bajos gordos y flacos Tintineaban pequentildeas lucecitas cuando estaba encendida y cuando emitiacutea esos raros sonidos A veces hablaba en idiomas que yo no entendiacutea y mi papaacute tampoco Uuii uuii Mi padre moviacutea el dial de derecha a izquierda para que hablara Uuii Yo en mi banquito de madera pintado de color naranja me arrimaba maacutes y maacutes a la pared para mirar la trastienda de la radio Mi padre me gritaba ndashiexclQueacutedate quieta chiquilina Me pones nervioso Entonces yo me poniacutea de pie y miraba de maacutes lejos Eacutel de rodillas en el suelo con la oreja pegada al parlante uuii uuii Cuando por fin apareciacutean voces claras que era lo que eacutel buscaba nos pediacutea silencio a todas con su dedo iacutendice y una sonrisa en los labios Los soldados chiquitos y los grandes con voz de sentildeores deciacutean todos los saacutebados la misma frase ndashAquiacute el informativo para el habla espantildeola de la BBC de Londres informa Las tropas aliadas uuii ganan terrenohellip Yo no sabiacutea doacutende ganaban terreno porque no prestaba atencioacuten Mi padre sonreiacutea y deciacutea en voz alta para siacute mismo ndashiexclAhora siacute iexclAhora siacute Mi tiacuteo deciacutea que mi padre era un fanaacutetico que la guerra estaba muy lejos que a nosotros no nos iba a pasar nada En casa mi padre no escuchaba fuacutetbol no le gustaba Deciacutea que el fuacutetbol y la religioacuten eran el opio de los pueblos Papaacute se deciacutea anarco sindicalista Mi madre por las mantildeanas escuchaba tango mientras lavaba ropa en el patio Dejaba las ventanas abiertas de par en par para ventilar la casa Entraba

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el sol la corriente de aire inflaba las cortinas blancas que volaban hacia fuera como llevando la voz inconfundible de mi infancia CarlosGardel Por las tardes mi madre planchaba aquellas montantildeas de ropa Era lavandera de muchos vecinos el farmaceacuteutico el doctor algunos obreros del frigoriacutefico que traiacutean ropa manchada de sangre y de un obrero de la barraca de carboacuten que traiacutea ropa siempre negra como negras estaban su cara y sus manos Por las noches mi padre escuchaba en silencio la radio buscando noticias hasta que mi madre nos llamaba a cenar Luego eacutel se iba al boliche a contar lo que los soldaditos de la radio deciacutean de los paiacuteses lejanos Al otro diacutea los vecinos pasaban por casa a preguntar por las novedades porque entonces no todos teniacutean radio En mi barrio habiacutea muchos extranjeros y papaacute conociacutea algunas palabras sueltas de sus idiomas Cuando pasaban los saludaba con esas pocas palabras que sabiacutea y ellos quedaban contentos de oiacuterlo les haciacutea gracia ndashrdquoEspacsibardquo dontildea Baacuterbara ndashrdquoEspacsibardquo vecino ndashcontestaba la rusa riendo Dontildea Baacuterbara era rusa Manolo era gallego el almacenero era armenio y don Giuseppe el zapatero italiano Don Giuseppe me arreglaba mis sandalias de suela A miacute me gustaba verlo trabajar Se poniacutea muchos clavitos en la boca y los sacaba de a unoMe daba miedo que se los tragara cuando hablaba o se reiacutea Siempre nos deciacutea que se los poniacutea en la boca para no fumar Los nintildeos del barrio pasaacutebamos mucho rato con el zapatero Todos los gringos eran buena gente y trabajadores Compraban su propio terreno haciacutean su propia casilla y todos teniacutean jardiacuten y quinta Ayudaban tambieacuten al paisano que llegaba al Cerro a hacer su primer galpoacuten para que se refugiara con sus pocas pertenencias ndashrdquoBona serardquo don Giuseppe ndashrdquoBona sera bona sera vecinordquo ndashcontestaba el viejo italiano

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Los gringos que frecuentaban mi casa eran sindicalistas y amigos entre siacute Hablaban siempre de lo que pasaba aquiacute y discutiacutean de lo que pasaba allaacute Cuando llegaba una carta los domingos la traiacutean y la leiacutean en voz alta Los vi emocionarse y lagrimear con noticias de muertes y nacimientosHablaban de lejaniacuteas Yo jugaba con mi perro y escuchaba en silencio Tambieacuten teniacutea una amiga gringa que veniacutea a casa con su mamaacute Eran buacutelgaras Las dos hablaban muy atravesado pero igual podiacuteamos jugar La amistad de nuestras madres era un poco silenciosa pero las dos se poniacutean contentas cuando llegaban a casa Ellas no tomaban mate mi madre las recibiacutea con buntildeuelos y una taza de teacute Cuando terminoacute la guerra en Europa el padre les mandoacute los pasajes y ellas regresaron a su tierra Ese diacutea lloramos todos Katia la mamaacute buacutelgara le escribioacute dos cartas a mi madre pero como mamaacute no sabiacutea leer se las leyoacute mi padre Alliacute contaba el reencuentro con su gente Se mostraba muy agradecida por la amistad con mi madre y ella se emocionaba cuando mi padre leiacutea en voz alta Mi madre no le contestoacute pobre madre Laacutestima que no se le ocurrioacute pedirnos a nosotras que le escribieacuteramos porque ella siacute nos mandoacute a la escuela Para mi madre todos los diacuteas de la semana eran iguales siempre encontraba trabajo Los domingos sacaba con el escardillo la gramilla del jardiacuten No hablaba mucho escuchaba la charla de los vecinos y nunca preguntaba Se luciacutea con su jardiacuten siempre lleno de flores Intercambiaba gajos y batatas se sentiacutea contenta de dar y recibir plantas Sabiacutea y preguntaba sobre hierbas medicinales Los gringos tambieacuten sabiacutean mucho de plantas y de podas Los domingos eran distintos para mi padre Tomaba mate en la vereda al sol Entonces veniacutean los vecinos a charlar mi padre hablaba y hablaba mucho y todos hablaban Los soldaditos de la radio traiacutean las noticias de lejos de muy lejos Por eso no se oiacutean bien aunque escuchaacuteramos en silencio

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Mi padre siempre teniacutea algo que contar a los vecinos y le gustaba que vinieran a charlar Trabajaba en el puerto y alliacute se enteraba de muchas cosas y los gringos contaban cosas interesantes que eacutel escuchaba muy atento Todos queriacutean saber queacute pasaba en aquellas tierras Un diacutea hubo un cortocircuito y la radio se rompioacute Por suerte yo estaba en la escuela

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Caramelos

La directora de la escuela nos mandoacute a todos a casa antes de hora Era mediodiacutea Saliacute de la mano de mi hermana En la calle vimos con asombro que la gente saliacutea de sus casas de los comercios de los bares y gritaba algo que yo no entendiacutea Mi hermana me llevaba casi corriendo Comenzaron a sonar las sirenas de los frigoriacuteficos de la faacutebrica textillas bocinas de los oacutemnibus y de los autos Pasaban saludando con las manos afuera Yo teniacutea siete antildeos y mi hermana doce Ella asustada se entre paroacute un momento miroacute para todos lados y se puso a llorar ndashCorre apurate ndashme deciacutea Me sacoacute casi en el aire mis pies volaban Las diez cuadras que nos separaban de casa se me hicieron interminables Pasamos corriendo por la puerta de la panaderiacutea no entramos a buscar las dos flautas que llevaacutebamos cada diacutea a casa y que el gallego apuntaba en una libreta Me acordeacute de la yapa que nos daba el panadero un bizcocho para cada una que todos los diacuteas comiacuteamos antes de llegar Mi hermana no paraba de llorar pero en ninguacuten momento me soltoacute de la mano Cerca de casa vi que mi hermana mayor iba llegando con dos compantildeeras de la faacutebrica Pasaba algo muy grave Las sirenas asustan mucho Vi que mi madre estaba en la vereda conversando con las vecinas Todo pareciacutea trastocado yo no entendiacutea nada y tambieacuten me puse a llorar asustada Mi madre al vernos llegar llorando nos vino a alcanzar Nos abrazoacute

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ndashNo pasa nada malo No lloren hay alegriacutea Terminoacute la guerra mundial Sentildealoacute hacia la esquina y nos dijo ndashVayan al almaceacuten que el armenio estaacute repartiendo caramelos a todos los nintildeos del barrio Tiramos la cartera de la escuela al suelo y salimos corriendo La alegriacutea del armenio era inmensa lloraba y hablaba en su idioma Tiraba caramelos al aire ldquoa la marchantardquo levantaba los puntildeos al cielo Las sirenas como un grito de libertad no callaban y nosotras reiacuteamos a carcajadas con los bolsillos llenos de caramelos Llegamos a casa despeinadas con las montildeas y las tuacutenicas desarregladas Soacutelo sentiacute que ese momento era bueno muy bueno dulce muy dulce

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Biyuacute

Los saacutebados mi madre y yo eacuteramos rehenes de mis hermanas En esa eacutepoca en casa nadie iba al baile si no era con mi madre y conmigo por supuesto siempre y cuando mi padre diera el permiso En el Cerro habiacutea varios clubes donde se bailaba Bahiacutea Cerro Rampla y el Edeacuten que tambieacuten era cine y el Porto Son que frecuentaban los gallegos Aunque pequentildeos traiacutean hasta orquestas de muacutesica tiacutepica Mis dos hermanas mayores se preparaban durante toda la semana Ellas mismas haciacutean su ropa Teniacutean largos cabellos y dos bucles que caiacutean sobre la frente Bailaban todos los ritmos Me gustaba mucho verlas en la pista disfrutaban de la muacutesica sus cuerpos se volviacutean livianos como si perdieran peso sus figuras se iluminaban en el movimiento Para miacute era maravilloso Para nosotras las espectadoras la primera parte era entretenida miraacutebamos los vestidos los zapatos de las muchachas y las distintas formas de bailar Disfrutaacutebamos de un buen rato despueacutes el cansancio y el suentildeo se apoderaban de miacute Me anidaba en la falda de mi madre y mis largas piernas de ocho antildeos colgaban flojas tocando el suelo Los bailes eran el uacutenico acontecimiento social del verano Mi padre fijaba la hora de regreso a las doce de la noche ni maacutes ni menos sin discusioacuten Sabiacuteamos que nos esperaba en la puerta de casa que caminaba de un lado a otro como un centinela y que lo seguiacutea Biyuacute el perro que nos acompantildeoacute en los antildeos de mi infancia Ese perro y mi padre eran muy compinches eacutel le ensentildeoacute a cuidarnos

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Cuando mis hermanas veiacutean aproximarse la hora se acercaban a mi madre y le pediacutean ndashPor favor un ratito maacutes iexclestamos en lo mejor Mi madre dudaba y les contestaba ndashSoacutelo un ratito dos piezas maacutes y nada maacutes Ya saben que si demoramos su padre nos hace pasar verguumlenza Ellas volviacutean a la pista a ese frenesiacute de muacutesica Yo me queriacutea ir Ellas no miraban a mi madre por no ver las sentildeas para marcharnos ese era el momento peligroso Entonces mi madre trataba de ponerme de pie aunque el suentildeo me hiciera perder el equilibrio Ya era tarde De pronto Biyuacute atravesaba la pista de baile entre las piernas de las parejas Algunos trastabillaban los bailarines se deteniacutean a mirarlo y la orquesta bajaba el tono de la muacutesica al sentir el murmullo sin saber que pasaba Nuestro perro iba directo hacia donde estaba sentada mi madre y se echaba debajo de su silla Ella nerviosa y con rabia golpeaba con su pie en el suelo gritando ndashiexclFuera Biyuacute iexclFuera ndashyo me despertaba totalmente El presidente del club con una escoba en la mano intentaba sacar al perro que sin moverse gruntildeiacutea y mostraba los dientes como diciendo de aquiacute no me voy Nosotras sabiacuteamos que saldriacutea de abajo de la silla si todas nos dirigiacuteamos a la puerta de salida Con la cabeza gacha cruzaacutebamos la pista el perro se levantaba y tomaba la delantera Encontraacutebamos a mi padre cerca de la puerta del club Mi madre y mis hermanas protestaban y eacutel se reiacutea ndashiexclYo se los dije les mando la policiacutea Miraba al perro coacutemplice se agachaba y acariciaba a Biyuacute que moviacutea la cola Mi padre teniacutea una sola frase para desencadenar aquella cataacutestrofe Se dirigiacutea al perro y lo invitaba ndashVamos a buscarlas

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El perro ya sabiacutea lo que teniacutea que hacer y coacutemo hacerlo Mis hermanas y mi madre por dos o tres saacutebados cambiaban de club por la verguumlenza que habiacuteamos pasado Biyuacute fue el mejor perro que tuvimos en casa Cuando le hablabas te miraba escuchaba atentamente y luego haciacutea lo que le deciacuteas ndashTrae la pelota lleva el diario trae el palo Mi madre le ensentildeo a acompantildearnos a la escuela Cuando entraacutebamos nos miraba desde la vereda de enfrente y luego se marchaba a casa A la salida eacutel ya habiacutea llegado y nos esperaba al pie de la escalinata de maacutermol Los otros nintildeos lo llamaban por su nombre pero eacutel no se distraiacutea estaba atento a lo que haciacuteamos nosotras Saliacutea adelante nuestro como un guiacutea de excursioacuten y nos esperaba antes de cruzar la calle A su modo trabajaba mucho porque tambieacuten acompantildeaba a las seis de la mantildeana a mis dos hermanas mayores a la faacutebrica textil que quedaba a tres cuadras de casa y a las dos de la tarde las iba a buscar iexclEra tan bueno y tan bonito Peludo negro como el azabache teniacutea amarillas las cejas y las puntas de las cuatro patas que pareciacutean botitas Teniacutea buen humor nunca estuvo atado era libre En esa eacutepoca no habiacutea tejido de alambre ni muros en mi casa soacutelo Biyuacute sabiacutea que la casa estaba rodeada de un cordoacuten imaginario que dividiacutea el adentro del afuera A nadie le permitiacutea cruzarlo sin que eacutel ladrando anunciara su presencia La casa y nosotras estaacutebamos protegidas cuando mi padre trabajaba de noche o llegaba tarde de las reuniones poliacuteticas o sindicales iexclQueacute perroiexclEra parte de la familia De eacutel aprendiacute que los perros se expresan de muchas maneras Cuando ladran lo hacen con distintos sonidos si el que se acerca es conocido o no y tambieacuten expresan su alegriacutea con el movimiento de la cola Sabiacuteamos que llegaba mi madre porque Biyuacute continuaba echado en el suelo atravesado en la puerta de casa moviendo intensamente la cola Pero Biyuacute jerarquizaba a su duentildeo Cuando a lo lejos veiacutea que llegaba mi padre se poniacutea de pie atento y miraba hacia adentro de casa esperando

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que salieacuteramos nosotras Saltaba sollozaba de alegriacutea y asiacute nos invitaba a jugar una carrera hasta alcanzarlo Mi padre se acercaba a nosotras sonriendo pero el perro siempre nos ganaba y luego se poniacutea a correr en ciacuterculo alrededor de eacutel festejando su llegada

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La Faacutebrica

Yo no era buena estudiando era dispersa ldquoViviacutea en la lunardquo leyendo revistas y novelitas del Oeste que canjeaba en el quiosco del barrio El quiosco era parte del mundo que me fabriqueacute en mi adolescencia me permitiacutea viajar irme muy lejos con mis pensamientos Siempre me gustoacute leer Para conseguir comprar alguacuten librito yo vendiacutea diarios y botellas viejas que me daban los vecinos luego podiacutea canjearlo por otros ejemplares Me propuse dejar la escuela en quinto antildeo porque era la maacutes alta de mi clase y con busto Me daba mucha verguumlenza Pareciacutea una mujer al lado de mis compantildeeras flacas y menuditas Ya habiacutea repetido segundo porque en casa ese antildeo habiacutea sucedido algo muy grave el accidente de mi hermana en la faacutebrica Mi madre pasoacute casi un antildeo y medio acompantildeaacutendola en el hospital Durante ese tiempo me sentiacute muy triste e insegura Mis dos hermanas cambiaron sus turnos para poder estar siempre una de ellas en casa Yo pasaba largas horas en casa de una vecina que me ensentildeoacute a hacer buntildeuelos ademaacutes escuchaacutebamos una comedia en la radio Me aburriacutea en la escuela estaba siempre pensando en otra cosa de ventana para afuera Y teniacutea miedo de repetir quinto antildeo Admiraba a mis hermanas porque traiacutean dinero a casa mejor dicho las envidiaba Y sobre todo envidiaba esas horas que estaban en la faacutebrica iexclEsa ausencia Traiacutean siempre temas de conversacioacuten Hasta que un diacutea me animeacute a decirle a mi madre que no queriacutea ir maacutes aa escuela que estaba perdiendo el tiempo que de todas maneras no iriacutea maacutes y

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que teniacutea miedo de quedar repetidora otra vez y queriacutea trabajar No me animeacute a decirle eso del cuerpo que se me estaba poniendo grande Creo que mi madre lo esperaba porque contestoacute ndashMe dijeron que dentro de unos meses van a tomar gente en la faacutebrica Despueacutes de esas vacaciones no volviacute a la escuela De mis hermanas lo que realmente envidiaba era su independencia Hablaban como adultas de igual a igual con otras personas yo queriacutea ser como ellas Veiacutea a la faacutebrica como la oportunidad para conseguir trabajo y traer plata a casa Sabiacutea que otras personas ven al liceo como la salidapero eacuteramos pobres Para mis padres la faacutebrica tambieacuten estaba maacutes cerca Entrar a trabajar alliacute era lo deseado por todas mis vecinas Pasaron unos meses Esperando entrar a la faacutebrica trabajeacute de limpiadora en una casa y en una tienda del barrio A las nintildeas les pagaban poquito Ayudaba en casa con quince pesos por mes Era poco el sueldo pero me poniacutea contenta Un buen diacutea mi hermana me dijo ndashEn la faacutebrica pusieron un cartel toman aprendizas iexclMantildeana anoacutetate Asiacute con trece antildeos recieacuten cumplidos entreacute en la faacutebrica textil Lana Uruguaya en el Cerro mi barrio iexclPucha El despertador ahora tambieacuten sonaba para miacute Bien pronto se me pasoacute el apuro de ser obrera y ganar plata Sobre todo cuando estaacutebamos con el turno cambiado con mi hermana y teniacutea que ir sola a las seis y media de la mantildeana teniacutea miedo como una nintildea ya no me sentiacutea tan grande ni tan independiente En la casi oscuridad las ramas de los inofensivos aacuterboles se me volviacutean sombras fantasmagoacutericas Y iexclqueacute susto escuchar el ruido del silencio Llegaba corriendo a la faacutebrica casi sin aliento pero no por trabajar sino por el miedo que pasaba en esas cinco cuadras que debiacutea recorrer Siacute dejeacute la escuela Cambieacute las aulas por grandes galpones de zinc que hacen que te cambie el estado de aacutenimo seguacuten sea la temperatura calor o friacuteo intenso El ruido de los telares es ensordecedor El calor el vapor el olor a lana

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mojada de la tintoreriacutea y el de aceite de maacutequina completan el insano respirar de cada diacutea te invade los pulmones e impregna tu ropa Se te va a la mierda todo el romanticismo de ser grande y trabajar en la faacutebrica

Entreacute como aprendiza La primera preocupacioacuten de la compantildeera que me ensentildeoacute a trabajar en hilanderiacutea fue ndashiexclCuidado con los dedos Aquiacute siacute que se te agudizan los cinco sentidos La sordera se te cura cuando empezaacutes a distinguir el ruido de la maacutequina que marcha mal no es necesario forzar la garganta aprendeacutes de apuro a hablar por sentildeas dejaacutes de sentir el mal olor tu memoria lo registra todo y pasaacutes a ser una pieza maacutes del aquel gigantesco engranaje sin darte cuenta Los movimientos de los dedos se sincronizan con los tiempos de la maacutequina te sentiacutes un alargue de ella misma

Entrada de turno textiles de faacutebrica SADIL A la izquierda Maria Julia (Fines de la deacutecada de los 50) Fotografiacutea Archivo personal

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Si te distraeacutes los rodillos de la maacutequina te llevan los dedos o las poleas te llevan la pollera o el cabello si lo teneacutes largo ndashiexclAtencioacuten ndashme pediacutean mis compantildeeras La maacutequina te marca su velocidad su tiempo ella es la duentildea de tus ocho horas de trabajo cada diacutea Muchas maacutequinas deciden el destino de las personas que trabajan con ellas La inseguridad laboral o la distraccioacuten pueden cambiar tu vida Yo ya lo sabiacutea Todas lo sabiacuteamos El caso de mi hermana lo vivioacute todo el gremio textil En la faacutebrica del Cerro teniacutea dos hermanas maacutes que trabajaban en tejeduriacutea yo la recieacuten llegada me sentiacutea cuidada pensaba ldquoA miacute nome va a pasarrdquo Chela mi hermana trabajaba en hilanderiacutea en la faacutebrica textil Uruguayana en Capurro Teniacutea dieciocho antildeos y luciacutea un hermoso pelo negro y largo Por razones de seguridad se haciacutea una trenza que envolviacutea en la nuca Un diacutea al agacharse la trenza se soltoacute el rodillo le comioacute la punta del pelo Su mano no pudo alcanzar el botoacuten de apagar la maacutequina Nadie la escuchoacute gritar el ruido ensordecedor de tantas maacutequinas en marcha fue fatal para ella iexclPobrecita La maacutequina siguioacute siguioacute Le arrancoacute todo el cuero cabelludo desde la nuca la piel de todo el craacuteneo una oreja y una ceja De un tiroacuten ella misma pudo romper la piel maacutes delgada de la frente Ese tiroacuten le salvoacute la vida esa fuerza ese instinto de conservacioacuten la ayudoacute Cuando se incorporoacute sus compantildeeras la vieron se desmayaban no atinaban a nada saliacutean corriendo Ese mismo diacutea Chela se salvoacute dos veces porque por fin un compantildeero el mecaacutenico que estaba cerca del lugar fue hacia ella se quitoacute la chaqueta se la tiroacute encima para no verla y corrioacute con ella en brazos hacia la calle en busca de cualquier auto que la llevara a un hospital Empapada en sangre helada y casi sin sentido llegoacute al hospital Maciel La tendieron en un banco a la entrada de Urgencias del Hospital Maciel Contoacute el mecaacutenico que todos corriacutean a verla Dos meacutedicos opinaron

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ndashEstaacute helada ndashNo hay nada que hacer ndashEstaacute muerta Chela los escuchoacute hablar y con un hilito de voz pudo decir ndashPor favor doctor estoy viva estoy viva Esa frase fue como una orden para mover a todo el equipo de la guardia Ella habiacutea decidido no morir todaviacutea Enseguida empezaron a correr meacutedicos enfermeros y camilleros La llevaron al quiroacutefano En el Hospital Maciel estuvo internada un antildeo y medio Muchas operaciones injertos de piel Largos dieciocho meses Yo teniacutea ocho antildeos de edad y no me llevaban a verla al Hospital Esa fue una ausencia muy larga para miacute Chela se recuperoacute Antildeos maacutes tarde se casoacute con su novio de siempre tuvo dos hijos y se jubiloacute por ley madre en la faacutebrica donde se accidentoacute Luego trabajoacute de monitora en un taller de muchachos con problemas de aprendizaje Tiene una pequentildea paga de por vida del Banco de Seguros y una peluca anual si la quiere para cubrir su calvicie total Vive en el Cerro integrada a la vida social del barrio Durante los primeros meses en la faacutebrica yo era toda ojos y oiacutedos De mis compantildeeras escucheacute los primeros cuentos verdes en la media hora de descanso el rato en que comiacuteamos un refuerzo y algunas compartiacutean el mate sentadas en cualquier rincoacuten Las nuevas siempre somos objeto de burla tenemos que pagar el derecho de piso Mis compantildeeras deciacutean cosas que despueacutes supe eran verdaderas mentiras soacutelo para ver mis reacciones Una a una contaban su primera noche de bodas y sus partos con cierta crueldad riendo reviviendo y mintiendo con nerviosismo y ojos llenos de morbosa alegriacutea Y reiacuteanhasta las laacutegrimas Unas ya con nietos eran las que maacutes disfrutaban de sus propios cuentos y de las malas palabras las deciacutean como si estuvieran saboreando dulce de leche Algunas cosas yo ya las sabiacutea pero las teniacutea sueltas

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recuerdos de la escuela porque alliacute tambieacuten se habla de esas cosas Las fui uniendo y me empezoacute a dar miedo eso de la sexualidad Supe entonces el significado o la doble intencioacuten de muchas palabras maacutes consolador tortillera homosexual lamer menopausia prolapso etc Habiacutea cuentos en que tambieacuten interveniacutean animales loros perros gatos cuentos en los que pasaban cosas crueles pero contados con gracia e ironiacutea Arrancaban carcajadas y miradas nerviosas a su alrededor Reiacutean como nintildeas traviesas En poco tiempo recibiacute de golpe un curso acelerado de sexualidad y anticoncepcioacuten que despertaron en miacute el bichito de la curiosidad y empeceacute yo a preguntar Haciendo un gran esfuerzo trateacute de no mostrar mis sorpresas y a los pocos meses yo ya hablaba como ellas me dejaron tranquila y paseacute a ser una fabriquera maacutes popularmente hablando Al principio aquellas mujeres me asustaron un poco no lo voy a negar por su desparpajo Luego de conocerlas supe que teniacutean una capa dura pero eran tiernas y poco a poco empeceacute a contarles mis enamoramientos De ellas recibiacute los primeros carintildeosos consejos Paseacute a tener en mi entorno madres multiplicadas a las que podiacutea hablar de mis dudas sin que me diera temor o ellas se rieran de mi Las maacutes joacutevenes las nuevas teniacuteamos una actitud competitiva en el vestir caminar peinarse el cabello El coqueteo era toda una sabiduriacutea que se imita y se aprende Dentro de la faacutebrica habiacutea otro coacutedigo que no era el de la calle Con miradas y habladuriacuteas se tejiacutea y se destejiacutea la moral de cualquiera de nosotras Los bantildeos y vestuarios de la faacutebrica eran lugares donde se haciacutea sociabilidad y se contaban secretos se probaban y se vendiacutean artiacuteculos de vestir A veces faltaba alguacuten monedero En el bantildeo se podiacutea comprar de todo Habiacutea un mercado interno muy variado se vendiacutean cosmeacuteticos preservativos americanos saacutebanas ropa interior de nylon cosas de Buenos Aires o del Chuy Se pagaba seguacuten el precio

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hasta en tres veces El diacutea de cobro de la quincena se viviacutea con nerviosismo unos pagan y otros cobran tiene que ser raacutepido porque si se ldquoles escapardquo alguien a la hora de la salida al diacutea siguiente resulta muy difiacutecil cobrarlo y queda para la proacutexima quincena Se agudiza la viveza criolla y la rapidez en un mercado no permitido mercado negro de contrabando que reforzaba el bajo salario de las compantildeeras que atendiacutean solas las obligaciones familiares A veces en la hora de descanso se hablaba de noticias poliacuteticas Asiacute que me entereacute de la muerte de Eva Peroacuten y que Argentina estaba convulsionadaCuando llegueacute a casa pregunteacute a mi padre quieacuten era Eva Peroacuten No me habloacute con simpatiacutea de ella soacutelo entendiacute que los sindicatos no tienen que estar con las poliacuteticas de los gobiernos es peligroso que los poliacuteticos disfrazan las cosas Era la opinioacuten de un anarco sindicalista Pero esa explicacioacuten me sirvioacute en la vida

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El Sindicato

En casa yo escucheacute siempre hablar de sindicatos A mis hermanas les oiacutea comentar suspensiones injustas o despidos sin posibilidad de reclamos y malas condiciones de trabajo Mi padre era dirigente de uno de los sindicatos del gremio de trabajadores del puerto Veniacutean por casa trabajadores de los frigoriacuteficos de Regussiy Vulminot como Esteban Kikich el yugoeslavo cuando no estaba paseando por todo Montevideo al ldquoimaginariardquo que le hubiera asignado la policiacutea En Lana Uruguaya donde trabajaacutebamos no habiacutea sindicato Un diacutea llegaron a trabajar a la textil dos compantildeeros que veniacutean de faacutebricas organizadas Mora y Garciacutea Fue entonces que empezamos hablar del tema de la posibilidad de organizarnos ellos sabiacutean que no pagaban el salario correspondiente y las horas extras las pagaban como sencillas Cada diacutea se arrimaban maacutes compantildeeras a las conversaciones a preguntar por el salario y la categoriacutea que les correspondiacutea Ese fue mi primer contacto con la Unioacuten Obrera Textil Corriacutea 1954 Yo caminaba por la calle Fraternidad en el barrio Conciliacioacuten muy atenta a los nuacutemeros que estaban todos salteados Por eso entreacute al Sindicato de cabeza y sin pedir permiso igual que entreacute a la vida Tropeceacute en el cordoacuten de la vereda y seguiacute trastabillando hasta el zaguaacuten donde aterriceacute cuan larga era Y asiacute con esa forma tan particular de presentarme dije desde el suelo cuando pude levantar la cabeza y mirar a los dos joacutevenes que alliacute estaban ndashiquestAquiacute es el Sindicato

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Ellos estaban tan sorprendidos que quedaron paralizados uno con un pincel de engrudo en la mano y el otro con una gran hoja de papel para pegar en la cartelera Me miraban sin moverse no atinaban a nada Todaviacutea desde el suelo insistiacute ndashiquestEs o no es Soltando una carcajada a duacuteo dijeron ndashiquestDesde doacutende cayoacute eacutesta ndashy se miraron ndashDel Cerro ndashdije Me respondieron con maacutes risas ndashiquestQue vengo del Cerro de Lana Uruguaya tan coacutemico es Me tropeceacutesbquo porque veniacutea mirando los nuacutemeros los locos estaacuten todos salteados Reiacutean cada vez maacutes yo tambieacuten Cuando se calmaron me ayudaron a levantarme ndashVengo a buscar el uacuteltimo convenio de parte de Mora y de Garciacutea el de la moto eacutel me dijo que dijera asiacute Los conocen iquestno Porque allaacute nos afanan abierto No respetan el convenio a las aprendizas nos despiden antes de las cien jornadas y a los dos meses nos vuelven a tomar como nuevas y no nos ponen en planilla Los bantildeos son una letrina como estamos a la orilla de la costa de la bahiacutea cuando hay temporal entra por los cantildeos el agua del mar y se inundan y no tenemos otros bantildeos No pagan nocturnidad ni las horas extras como tiempo y medio no tenemos vestuarioshellip Arregleacute que en la proacutexima quincena iriacutean dos compantildeeros a mirar los sobres de sueldo y compararlos con la categoriacutea correspondiente a los distintos trabajos que realizaacutebamos Ese diacutea nos sentamos en el suelo de un baldiacuteo cercano a la faacutebrica y mostraacutebamos los sobres de sueldo Me entereacute que el sobre es como un documento que sirve para reclamar diferencias de dinero en el salario

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El patroacuten

Teniacutea trece antildeos cuando empeceacute a trabajar en Lana Uruguaya de la que era duentildeo Pedro Saacuteenz quien tambieacuten teniacutea parte en FUNSA De este sentildeor los compantildeeros deciacutean que era un hueso duro de roer No respetaba los convenios contrataba menores y a los tres meses los despediacutea Las condiciones sanitarias eran malas teniacuteamos un solo bantildeo que era una letrina de un metro y medio de lado en un patio en el centro de la faacutebrica a la intemperie a veces se inundaba no teniacutea pestillo se cerraba con una maderita Inmundo De a poco empezamos a hablar de la necesidad de formar una comisioacuten sindical en la faacutebrica Hablamos a uno por uno con tiempo hasta que un diacutea se nos ocurrioacute pedir una entrevista con Don Pedro La concedioacute pero en el Centro en una oficina lejos de la faacutebrica Viejo astuto Haciacutea casi un antildeo que estaba trabajando y en ese entonces me pareciacutea muy faacutecil eso de formar un sindicato Cuando llegoacute el momento me ofreciacute a ir Eacuteramos muy pocos Fuimos soacutelo dos mujeres y seis hombres Nos encontramos a la salida Iacutebamos todos muy nerviosos nunca se habiacutea intentado hacer un sindicato alliacute Hablaron Mora y Garciacutea solamente Le dijeron que representaban la Comisioacuten Interna Esto no le gustoacute nada a Don Pedro ndashiexcliquestQueacute queacute iquestSindicato iexcliquestDe queacute sindicato me hablan iquestCoacutemo se llama usted iquestY usted ndashles preguntaba a los gritos Yo sentiacutea miedo pero a la vez me resultaba graciosa la forma en que Don Pedro hablaba pronunciando la ldquozrdquo y malo como un zorrillo Estaba furioso

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ndashYo no conozco ninguna ldquocomisioacuten internardquo Cuando dijo esto Casanaacutes un joven compantildeero anarquista le contestoacute ndashLo que pasa es que usted es un viejo negrero Esto paralizoacute la escena Acto seguido Don Pedro abrioacute un cajoacuten del escritorio y sacoacute un revoacutelver Apuntoacute hacia arriba con el brazo estirado y gritoacute ndashiexclSe me mandan mudar todos de aquiacute iexclYo les voy a dar sindicato Yo estaba detraacutes de todos y fui la primera en salir Nunca habiacutea visto un revoacutelver Muy asustados emprendimos una ldquoretirada estrateacutegicardquo tan raacutepida que ni siquiera usamos el ascensor para llegar a la calle Corrimos escalera abajo oyendo los insultos del viejo Se abriacutean y cerraban puertas de los curiosos que de otras oficinas se asomaban a mirar la huida en estampida Cuando nos detuvimos comentamos la escena a carcajada limpia La inexperiencia el no saber llevar una entrevista precipitoacute las cosas El patroacuten se movioacute como acostumbraba y nosotros entramos en su provocacioacuten como muchachos que eacuteramos Fuimos a la faacutebrica hablamos con los compantildeeros y al diacutea siguiente la ocupamos sin maacutes ni maacutes Habiacutea mucha indignacioacuten preocupacioacuten y bronca nos sentiacuteamos atropellados Llamamos a los compantildeeros de la Unioacuten Obrera Textil Vinieron y esperaron en la puerta de la faacutebrica a que el patroacuten les diera una entrevista Don Pedro no fue a negociar se negoacute a apersonarse Algunos de los empleados de la oficina se plegaron al paro Otros soacutelo miraban por las ventanas A mediodiacutea comenzaron a llegar viandas con comida que traiacutean nuestros familiares y que compartimos Tuvimos tiempo de charlar con compantildeeras con las que soacutelo nos cruzaacutebamos al entrar o al salir y con las del mismo turno porque alliacute si hablabas mucho te suspendiacutean si te encontraban fuera de tu seccioacuten te suspendiacuteanhellip El patroacuten mandoacute desalojar Los compantildeeros del sindicato no queriacutean hacerlo hasta que se labrara un acta en que constara que estaba todo en perfectas

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condiciones para que no nos acusaran de haber roto algo A las cuatro de la tarde se presentoacute un inspector de la ofcina de trabajo A las cinco la Guardia Republicana de a caballo rodeoacute la faacutebrica Llevoacute un buen rato el recorrido de la faacutebrica con el inspector y Eusebio Caetano el delegado de la UOT Cuando salimos muy emocionados algunos pensando que se avecinaban diacuteas muy duros estaba todo el barrio rodeando la faacutebrica los obreros de los frigoriacuteficos los padres o hermanos de las obreras textiles y los vecinos La policiacutea solo hizo acto de presencia Aprendiacute lo que es la solidaridad la falta de experiencia y tambieacuten lo que es estallar cuando no se aguanta maacutes el manoseo patronal Al diacutea siguiente cuando el primer turno llegoacute a la faacutebrica la encontroacute cerrada Lock-out patronal seguacuten nos dijeron en el sindicato que podiacutea durar hasta setenta y dos horas Recibimos los telegramas colacionados si no entraacutebamos a trabajar en veinticuatro horas quedaacutebamos despedidos Al diacutea siguiente hicimos una gran asamblea en la Federacioacuten de la Carne cada uno de nosotros con nuestro telegrama en la mano Nos declaramos en huelga por tiempo indeterminado estaacutebamos jugados se trataba de defender el derecho a la organizacioacuten sindical Esa noche llevaron preso al compantildeero Casanaacutes lo retuvieron varios diacuteas en la comisariacutea Su esposa estaba embarazada de su primer hijo En uno de esos diacuteas tuvo una nintildea la llamaron Libertad La faacutebrica quedoacute silenciosa con una fuerte guardia policial de a caballo en las esquinas ndashiquestY ahora

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Mis quince antildeos

En mi cumpleantildeos de quince no tuve fiesta ni vestido blanco y largo No fue posible Ese diacutea pasoacute desapercibido en casa como un diacutea cualquiera Habiacutea problemas que me llegaban de costado y aunque mi madre me dijera que no era cosa miacutea se volviacutean cosa miacutea aunque yo no quisiera Con la plata de mi quincena anterior me habiacutea comprado para estrenar ese diacutea unos zapatos con un taco pequentildeo de un color amarillo mostaza que estaba de moda El diacutea esperado llegoacute Por la tarde me bantildeeacute me vestiacute con la ropa de salir y me puse los zapatos nuevos Me pareacute en la puerta de casa a esperar Esperar no seacute queacute ni a quieacuten especialmente Mi madre me habiacutea explicado que no habiacutea plata y por lo tanto no tendriacutea fiesta pero yo esperaba que algo sucediera No vino nadie a saludarme En casa no habiacutea teleacutefono iquestCoacutemo decir discretamente ldquomantildeana es mi cumpleantildeos y que vinieran los que se acordaranrdquo No vino nadie ni mis primas Mi uacutenico regalo llegoacute a la semana Mi madre me regaloacute unas caravanas largas de plata con una delicada piedrita celeste Era la primera alhaja que recibiacutea en mi vida No me animaba a poneacutermelas solo las miraba sonriendo ndashiquestViste Tarde pero llega ndashdijo tiraacutendome de la oreja como un recordatorio para toda la vida Como un sentildealamiento iexclespera espera Las useacute mucho tiempo Cuando me corteacute el pelo largo las luciacutea mejor Me miraba en el espejo se moviacutean como peacutendulos y yo me sentiacutea tan elegante tan adulta y coqueta y con permiso Mi madre teniacutea eso te daba permiso sin

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deciacutertelo En casa habiacutea muchas veces silencios de mi madre ese silencio que llenaba todos los rincones Pasaba algo Yo la encontraba triste Por las noches escuchaba los sollozos de mi hermana cuando su novio no veniacutea por algunos diacuteas no lloraba fuerte sino quedamente pero yo sabiacutea que estaba despierta en la oscuridad No sabiacutea que decirle Le habriacutea podido decir muchas cosas por ejemplo que no llorara porque ella habiacutea tenido maacutes suerte que yo que haciacutea cuatro antildeos tuvo su fiesta de quince su vestido largo blanco y muchos regalos que vinieron las primas y tiacuteas En mi adolescencia yo pensaba y pensaba pero no hablaba mucho Sabiacutea que los silencios de mamaacute teniacutean que ver con las ausencias de mi padre Pero a ella nunca se lo diriacutea Lo callaba La falta de plata tambieacuten se volviacutea silencios o respuestas de mal modo Yo pensaba tantas cosas pero no me impidieron la ilusioacuten la magia del cumpleantildeos de hacerme mayor y lucir mis caravanas de piedra celeste Un diacutea una compantildeera de trabajo que tambieacuten era mi amiga me pidioacute prestadas las caravanas para sacarse una foto que regalariacutea a su novio Pasaron los diacuteas y ella me esquivaba Cuando yo le preguntaba me deciacutea ldquoiexclHoy me olvide otras vez de traeacutertelas Mantildeana te las traigordquo y asiacute por muchos diacuteas la misma respuesta Diacuteas despueacutes al mirarla me dio vuelta la cara A la salida de la faacutebrica la seguiacute raacutepidamentela tomeacute de un brazo la gireacute hacia miacute y le pregunte en voz alta para que los que estaban cerca me oyeran por las caravanas Me contestoacute con todo desparpajo que ya me las habiacutea devuelto Me quedeacute sin palabras inmoacutevil La dejeacute partir Ella apresuroacute el paso la mireacute alejarse y no lo podiacutea creer era una compantildeera pero yo la creiacutea mi amiga iquestQueacute le diriacutea a mi madre que ya estaba sospechando que no me las devolveriacutean nunca maacutes No me quedoacute ninguacuten recuerdo de mi cumpleantildeos de quince Ni una foto ni las caravanas ni los zapatos amarillos que tambieacuten desaparecieron

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Con el tiempo se quedaron viejos y el fin de ellos fue que mi perro Biyuacute se los llevoacute de a uno para su casilla y desde alliacute los defendioacute como un trofeo Terminoacute enterraacutendolos como un tesoro en el jardiacuten de mi casa

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Conflicto textil

Trabajeacute durante los dos meses del conflicto en Prensa y Propaganda con otro joven Juan Aacutengel Toledo Aprendiacute a repartir papeles a hablar con megaacutefonos y a trabajar con el planograf algo que me gustaba mucho El planograf nos permitiacutea dar rienda suelta a nuestra imaginacioacuten Era un marco de madera que tensaba una organza del largo de dos hojas de perioacutedico Haciacuteamos un dibujo en negativo en cartulina que oficiaba de matriz y lo pegaacutebamos sobre la organza despueacutes con un lampazo deslizaacutebamos la tinta de lado a lado del marco Dibujaacutebamos una oveja con grandes cuernos y le poniacuteamos el nombre de los rompehuelgas Los pegaacutebamos en las esquinas de sus casas Se asustaban y se enfureciacutean pero dejaban de ir a trabajar durante la huelga Eran parte de las medidas de fuerza que usaacutebamos Meacutetodos primitivos casi infantiles pero efectivos Empezaba la crisis de la deacutecada del 50 El fin de la segunda guerra mundial y de la guerra de Corea permitioacute a Inglaterra y EEUU reanimar su industria Dejaron de importar tejidos para importar tops (lana lavada y peinada sin hilar) con la consiguiente peacuterdida de puestos de trabajo para los obreros textiles uruguayos Fue una huelga muy dura Cincuenta y cuatro diacuteas es mucho tiempo para sostener un hogar sin el salario El gremio saliacutea de un gran desgaste el antildeo anterior habiacutea sido la huelga de la Mundial donde una compantildeera fue baleada en la puerta de la faacutebrica Las patronales podiacutean sostener un lock-out durante varios meses porque

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teniacutean stock suficiente de mercaderiacutea para cumplir con los importadores En la Federacioacuten de la Carne en la calle Grecia instalamos una olla sindical y repartimos comestibles que pediacuteamos en los comercios La campantildea del kilo como la llamamos para los huelguistas y sus familias fue un respiro Cada diacutea se volviacutea maacutes duro sostener la huelga A los treinta diacuteas de comenzado el conflicto entroacute un veinte por ciento de los trabajadores fundamentalmente administrativos encargados y capataces Otros trabajadores salieron a buscar la changa Por otro lado se sumaron a la huelga otras faacutebricas en solidaridad con los obreros de LanaUruguaya del Cerro La patronal seguiacutea tan dura como el primer diacutea no reconociacutea Sindicato ni derechos de organizacioacuten Con Don Pedro no podiacuteamos negociar nada pretendiacutea matarnos de hambre teniacutea cuerda para rato con un gran stock en los galpones Pusimos piquetes en las esquinas de la faacutebrica para que no entraran a trabajar los rompehuelgas Los obreros del Cerro iacutebamos a detener a los que queriacutean entrar en las faacutebricas del Paso Molino y los del Paso veniacutean a detener a los del Cerro Durante esta lucha mataron de un balazo a Antonio Goacutemez Delgado un compantildeero de la Unioacuten Obrera Textil que pretendioacute hablar con un rompehuelgas eacuteste sin mediar palabra le disparoacute en el pecho Antonio teniacutea diecinueve antildeos Eacuteramos todos muy joacutevenes Las mujeres tuvimos una gran participacioacuten en esta lucha Las obreras textiles ganamos la calle Instrumentamos cosas que sabiacutean que les doleriacutean a las carneras Cuando no entraron las palabras nos fuimos a las manos Lo que pasaba en la calle lo cuentan los partes policiales que apareciacutean en la prensa montevideana de entonces cuando la huelga se generalizoacute al resto de las faacutebricas ldquoEn la interseccioacuten de las calles Grecia y Francia a las 530 de hoy un grupo no determinado de personas presumiblemente mujeres le cortaron el

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cabello a dos obreras que se dirigiacutean a trabajar a Lana Uruguaya empresa que se encuentra en conflicto Se averiguardquo Diario El Plata Los obreros del transporte participaron en forma solidaria ldquoUn grupo de personas hicieron bajar del oacutemnibus a tres mujeres que se dirigiacutean a trabajar a una faacutebrica en conflicto una vez abajo les cortaron mechones de pelo y les rasgaron la ropa Esto ocurrioacute con la supuesta colaboracioacuten del guarda y del conductor del oacutemnibus que no se detuvo enla parada que era en la puerta de la faacutebrica sino maacutes adelante Se averiguahellip ldquo ndash Diario El Paiacutes iexclYa no se animan a entrar sigue la huelga iexclViva la huelga A otras les quitamos los zapatos Duele que te dejen descalza en la calle Nosotras luchaacutebamos por todos Como tambieacuten algunos hombres entraban a trabajar empezamos a pegar carteles de ovejas cornudas con sus nombres en la esquina de sus casas En un barrio obrero como el Cerro eso quemaba Tuvimos que pelear en la forma maacutes primitiva maacutes salvaje cuerpo a cuerpo Asiacute empezoacute el sindicato unitario en textiles quebrando al sindicato amarillo conciliado con la patronal Primero fue la Unioacuten Obrera Textil y en 1956 con la integracioacuten de Alpargatas Paylana y la textil de Juan Lacaze constituimos el Congreso Obrero Textil sindicato uacutenico para la industria textil Las mujeres fuimos protagonistas Y pensar que se dice que el sindicato es ldquocosa de hombresrdquo iquestY las mujeres queacute iquestPor queacute no estaacuten en la foto No se sabe mucho de lo que hacen las mujeres en el sindicato Como en la vida cotidiana no aparecemos Aunque seamos las secretarias de actas no nos hacemos figurar Somos la parte silenciosa lo no escrito lo no contado la no historia

Mariacutea Julia frente a la faacutebrica SADIL (Deacutecada de los 50) Fotografiacutea Archivo personal

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La mamaacute de Rosita

A Rosita no la dejaban ir sola al sindicato Su mamaacute la teniacutea que acompantildear para que nadie pudiera hablar mal de ella asiacute que se bancaba todas las asambleas y algunas manifestaciones Pero algunas veces sucediacutean acontecimientos no previstos en los que la madre resultaba tan involucrada como la hija Y aprendioacute a correr como la mejor Aquel diacutea fuimos a repartir volantes a la puerta de Alpargatas La sentildeora nos acompantildeaba siempre caminando dos o tres metros maacutes atraacutes bien vestida de taquitos y collar de perlas pareciacutea que no rompiacutea un plato Eacuteramos unas veinte personas despueacutes llegaron como quince maacutes Caminaacutebamos por las veredas de la faacutebrica gritando consignas La madre nos seguiacutea lentamente De repente sentimos la llegada de la Republicana Aparentemente desde adentro los jefes habiacutean pedido proteccioacuten policial A caballo y sable en mano doblaron la esquina y nos sorprendieron Nos recostamos todos contra la pared Seguimos gritando consignas y tirando volantes Intentaron reprimirnos subiendo con los caballos a la vereda pero como por suerte siempre hay baldosas flojas les hicimos frente con piedras y trozos de baldosas Y iexcliquesta quieacuten veo en la primera liacutenea de fuego A la mamaacute que luchaba como la mejor El ruido de los telares empezoacute a aminorar nos dimos cuenta que estaban parando Desde las ventanas los obreros de Alpargatas gritaban ldquoiexclSalvajes iexclSalvajesrdquo y nos saludaban ldquoiexclAdelante compantildeerasrdquo

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Nosotras cruzamos la calle en grupo para verlos mejor y reiacuter compartiendo el momento Los policiacuteas sorprendidos miraacutendose entre siacute habiacutean quedado en la acera de enfrente custodiando la faacutebrica que habiacutea quedado en silencio Habiacuteamos conseguido nuestro propoacutesito conseguimos su solidaridad y los invitamos para la asamblea general del domingo en el Boston Club de Box Esa tarde madre e hija llegaron al barrio un poco desalintildeadas y despeinadas La madre con una contusioacuten en un brazo y un tobillo dolorido De a poco se fue integrando Conversaba con alguna compantildeera mayor hasta que un diacutea contoacute que cuando volviacutea a su casa de acompantildear a su hija su marido les deciacutea ndashiexclCallejeras iexclLo uacutenico que faltaba ahora iexclSindicato iexclEn mi propia casa

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Negra pobre y retobada

SADIL era una faacutebrica importante con 2000 trabajadores como ILDU La Aurora Alpargatas En ese entonces funcionaban los tres turnos diacutea y noche de 6 a 14 de14 a 22 y de 22 a 6 de la mantildeana No paraba nunca la industria textil Llegoacute a tener veinte mil obreros SADIL era una faacutebrica moderna muy bien equipada teniacutea vestuarios comedor para la media hora de descanso reloj automaacutetico para marcar el horario de entrada y de salida Todo eso era nuevo para miacute estaba contenta de trabajar en una faacutebrica tan grande con un fuerte sindicato Un grupo de mujeres charlaba en el vestuario Recieacuten entraacutebamos ndashDe todo encontreacute en la vintildea del sentildeor ndashNo solo en la faacutebrica Una compantildeera se estaba cambiando lentamente Escuchaba en silencio mientras doblaba y guardaba su ropa en el armario de metal Teniacutea la piel negra unas piernas largas y bien formadas un busto que llenaba la blusa y una sonrisa que dejaba ver unos dientes muy sanos ndashHay de todo en la vintildea del sentildeor ndashdijo interviniendo en la conversacioacuten Contoacute que cuando era maacutes joven y soltera buscoacute trabajo por el diario de empleada domeacutestica con cama Habiacutea siempre una larga lista Su madre deciacutea ndashMira parsquo Pocitos que pagan maacutes Asiacute que eligioacute una casa cualquiera Era una negra muy alta movediza y sonriente La vecina le prestoacute los zapatos llevoacute una pollera de su hermana y la madre le dejoacute unas caravanas de perlita que tenia para salir

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La verdad que fui bien vestida y resignada a quedarme porque en casa ya no podiacuteamos maacutes No teniacuteamos plata para comer Lo que maacutes rabia me daba era la miseria Toqueacute timbre y salioacute una sentildeora como de cuarenta antildeos Le dije a que veniacutea Me mostroacute la casa para explicarme todo lo que teniacutea que limpiar La casa era de lujo toda llena de porcelanas Me mostroacute mi pieza llena de bicicletas de los hijos y una cama a un costado contra un armario ndashEn la mitad ponemos abrigos viejos pero el resto lo podeacutes usar para poner tu ropa ndashasiacute que ldquomi piezardquo era el espacio de mi cama y nada maacutes ndashMi marido y yo no estamos casi nunca Supongo que algo sabraacutes cocinar Tengo seis hijos pero van a la escuela y al liceo El tiempo te da para todo Estaacutes mucho rato sola ya ves Arreglamos el precio Me parecioacute adecuado para lo que se pagaba en ese entonces Teniacuteamos casi todo arreglado hasta que me dijo ndashSupongo que tendraacutes carnet de salud porque si no Yo le contesteacute ndashiquestCuaacutentos son de familia Ella me quedoacute mirando y preguntoacute ndashiquestPor queacute ndashPor favor mueacutestreme el carnet de salud de todos ustedes Por supuesto no me quedeacute Empeceacute a caminar hacia la salida La duentildea de casa se puso colorada pareciacutea que iba a reventar de rabia A modo de despedida dijo antes de cerrar la puerta de un golpe ndashNegra y retobada doacutende se vio Asiacute no vas a conseguir trabajo en ninguacuten lado ndashPero aquiacute estoy en la faacutebrica y sigo retobada ndashrioacute Cerroacute el armario y echoacute la llave al bolsillo Todas reiacuteamos

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Un gremio de mujeres

El gremio textil es un gremio de mujeres pero los dirigentes son en su mayoriacutea hombres ldquoEso siempre fue asiacute pero en el 53 el antildeo pasado la huelga de la Mundial fue por cosas de mujeres ndashme dice Blanca Peraltandash Miraacute todo vino porque una compantildeera que estaba embarazada se sintioacute mal y pidioacute para irse El capataz no le dio permiso La compantildeera una hora maacutes tarde tuvo un aborto espontaacuteneo sola en el bantildeo iexclEso no se podiacutea aguantar La atendimos entre todas ella estaba desmayada Paramos las maacutequinas iexclEso no se podiacutea aguantar No teniacuteamos nada iexclni una enfermeriacutea en la faacutebrica Empezoacute asiacute como un estallido con bronca Ocupamos la faacutebrica paramos y despueacutes hablamos de sindicato Fue una huelga muy difiacutecil El patroacuten mostroacute su fuerza y nosotras tambieacuten Durante ese conflicto pasaron maacutes cosas como cuando estaacutebamos sentadas en la escalinata de la faacutebrica haciendo paro de brazos caiacutedos y la patronal llamoacute a la policiacutea Llegaron y se ubicaron delante de la faacutebrica Nosotras estaacutebamos tranquilas y de repente sentimos un tiro Una compantildeera empezoacute a gritar ldquoiexclSangre iexclTengo sangrerdquo Hubo mucha confusioacuten unas corrieron a socorrer a la compantildeera otras a los portones a gritarles a los milicos ldquoiquestQueacute les pasa iquestEstaacuten locosrdquo ldquoMe dieron un balazo en la piernardquo gritaba nuestra compantildeera A lo lejos escuchaacutebamos los gritos de los vecinos y de nuestros familiares acercaacutendose A la policiacutea no se le movioacute un pelo Dijeron que se les escapoacute un balazo

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sin querer No la socorrieron tuvimos que salir nosotras a buscar un auto Pedimos que se retirara la policiacutea y lo hicieron cuando vieron que estaban llegando compantildeeras de otras faacutebricas y vecinos indignados Y asiacute empezoacute la huelga del 53 de la Mundial como un estallido respondiendo a los golpes de la patronal Estallamos como ustedes los de Lana Uruguayardquo De esa huelga surgioacute como dirigente sindical Blanca Peralta de La Mundial En cada huelga el gremio textil iba pariendo nuevas mujeres forjadas en la lucha que se destacariacutean como dirigentes Recuerdo algunas compantildeeras de aquel entonces Irene Peacuterez Delia Maldonado Delia Rodriguez Ocklahoma Acosta Jorgelina Martiacutenez Pero son las menos Aunque en esta industria la mayoriacutea son obreras hay muy pocas que lleguen a la direccioacuten del gremio quedan a medio camino

Compantildeeras militantes de distintas faacutebricas textiles en un festejo del sindicato en Marontildeas (Finales de la deacutecada del 50) Fotografiacutea Archivo personal

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El robo

Luciacutea teniacutea cuatro hijas la maacutes chica de catorce antildeos y la maacutes grande de veinte Entroacute en la faacutebrica SADIL muy respaldada con una recomendacioacuten de un senador del partido colorado y aunque no se lo preguntaras ella te lo haciacutea saber para que te enteraras de sus padrinos Nos llamaban la atencioacuten las pilchas y los anillos que traiacutea A veces deciacutea que no necesitaba trabajar y nos dejaba caer unos ojos tristes de mujer abandonada por su esposo un deportista venido a menos que ella seguiacutea sosteniendo econoacutemica y aniacutemicamente Siempre que entraban nuevas apareciacutean cosas raras que nos poniacutean en alerta La nueva es objeto de observacioacuten iquestDe doacutende viene iquestCoacutemo vive Generalmente se les ve el plumero enseguida Pero Luciacutea nos vendioacute un tranviacutea y se lo compramos Hablaba muy bien muy culta atenta carintildeosa Deciacutea que nunca habiacutea trabajado en una faacutebrica pero que se teniacutea que acostumbrar Sus hijas tampoco trabajaban no estaban acostumbradas Pareciacutea una rica venida a menos que lo llevaba dignamente La veiacuteamos mirarse las manos que se deterioraban lentamente y pasarse una crema Un diacutea de pago terminada la jornada a la pobre Paulina le desaparecioacute el sobre con todo el dinero de la quincena Se lo quitaron del bolsillo de la tuacutenica mientras estaba trabajando algo inexplicable Ella no sintioacute nada pensamos que lo habiacutea perdido

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ndashiexclMe lo punguearon ndashdijo Paulina en voz altandash iexclEl sobre con la quincena ndashiquestNo se te habraacute caiacutedo Lo buscamos por todos lados La seccioacuten casi dejoacute de trabajar por buscarlo Paulina lloraba amargamente teniacutea dos hijitas pequentildeas y estaba sola para mantenerlas estaba separada de su esposo Las demaacutes resolvimos hacer una colecta para compensarla Luciacutea se portoacute muy bien puso el doble del dinero que poniacutea cada una de nosotras Nos parecioacute un gesto muy solidario A los dos meses un diacutea de lluvia faltoacute un paraguas del vestuario y un pilot de otra compantildeera muy bonito inigualable porque su novio se lo habiacutea traiacutedo de Brasil Todas nos pusimos furiosas soltaacutebamos indirectas estaacutebamos nerviosas desconfiadas ndashYa la vamos a encontrar ndashY no se salva de una paliza Al poco tiempo una compantildeera vio a la hija de Lucia en una parada de oacutemnibus en el Centro luciendo el pilot en cuestioacuten El lunes se armoacute el revuelo Rodeamos a Luciacutea en el vestuario y le pedimos explicaciones Negaba se arrodillaba juraba por las hijas Las viacutectimas de los robos queriacutean pegarle y que confesara Otras proponiacutean que fuera una comisioacuten a la casa a pedir las cosas Llegoacute la hora de entrar a trabajar y estaacutebamos a los tirones Las tres interesadas y la delegada de la seccioacuten no queriacutean entrar queriacutean aclararlo todo La teniacutean como presa no la dejaban entrar a la seccioacuten ni salir del vestuario Los compantildeeros de la faacutebrica se enteraron lo que estaba pasando en el vestuario de mujeres A una de nosotras se le ocurrioacute que deberiacutea ir una sola de las compantildeeras del turno que saliacutea a buscar el pilot y que sirviera de prueba Asiacute fue Las hijas le dieron las prendas que supuestamente su madre mandaba buscar es decir el paraguas y el pilot Ya con la prenda en manos de sus duentildeas era muy difiacutecil justificar nada eran hechos consumados Cinco mujeres estaacutebamos fuera del puesto de trabajo

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peleaacutendonos en el vestuario tomando la justicia en nuestras manos A esa hora hasta el jefe de personal sabiacutea lo que estaba pasando en el vestuario Llamaron a todo el grupo a la oficina de personal El jefe nos dijo que eacutel teniacutea que denunciar el robo a la policiacutea que el mismo es causal de despido y que ademaacutes las dos que fueron viacutectimas del robo estaban en su derecho a denunciarla tambieacuten a la policiacutea ndashNosotras no queremos ni una cosa ni la otra ndashle contestamosndash Solo queremos darle un escarmiento No somos quien para quitarle el pan a nadie y denunciarla a la policiacutea tampoco porque para eso nos bastamos nosotras que una paliza a tiempo no le va mal a nadie ndashParsquo que aprenda ndashdijo Paulina El jefe dijo ndashSiendo asiacute les tengo que hacer el parte a ustedes tambieacuten por estar fuera del lugar de trabajo Si ya estaacute aclarado cada una a su puesto Ella se queda para hablar al respecto Al salir de la oficina le dice una notiexclChorra iexclLadrona Luciacutea contestoacute llorando ndashiexclNo seas mala Tengo una enfermedad soy cleptoacutemana Todas retrocedimos dispuestas a pegarle ndashiexclTe vamos a dar cleptoacutemana iexclLadrona El jefe tuvo que ponerse en medio para que no le pegaacuteramos Asiacute a los empujones salimos de la oficina hacia la seccioacuten de hilanderiacutea Cuando caminaacutebamos hacia la seccioacuten una dice ndashiquestSaben Me dio laacutestima pobre ndashiquestEstaacute enferma ndashNada ndashdice Teresandash Yo leiacute que la cleptomaniacutea es una enfermedad de ricos y a eacutesta soacutelo le quedan las mantildeas Es una chorra y lo peor es una mala compantildeera no piensa en nadie Con razoacuten dio doble para Paulina se quedaba con todo el sueldo de una compantildeera sin importarle nada

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ndashiquestQuieacuten tiene derecho a robarle a otra iquestEh ndashLaacutestima que se nos encarajinoacute con el jefe Porque lo que es eacutesta con la paliza que le dimos no roba maacutes ndashdice Paulina remangaacutendose las mangas de la camisa y con la cara muy roja

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El Boston

La Unioacuten Obrera Textil estaba en el local de una antigua pizzeriacutea en la calle Fraternidad en el barrio Conciliacioacuten Eran dos habitaciones donde se amontonaban carteleras pinceles tarros con engrudo diarios para hacer planograf estandartes usados con textos que se volviacutean obsoletos raacutepidamente Los nuevos aconteceres sindicales se viviacutean de prisa De las paredes colgaban piolas donde se poniacutean a secar los nuevos carteles Algunas pocas sillas bancos largos encimados contra la pared completaban aquel desorden Aquiacute entraacutebamos por primera vez todos los que queriacuteamos enterarnos del sindicato del salario miacutenimo de las categoriacuteas del uacuteltimo convenio y buscar a alguien que fuera a la puerta de la faacutebrica el diacutea de cobro para que nos ayudara a descubrir las diferencias mirando el sobre del sueldo Asiacute empezamos a querer aquel lugar que se llamaba Sindicato En eacutepoca de conflicto siempre habiacutea mucha gente casi funcionaba en la vereda no cabiacuteamos cada diacutea eacuteramos maacutes Corriacutea el antildeo 1954 Alguacuten domingo cuando habiacutea Asamblea General la asamblea grande del gremio se alquilaba otro local Casi siempre se haciacutea en el barrio del puerto en la Ciudad Vieja Calles angostas huacutemedas y oscuras se llenaban de risas y colores al pasar las compantildeeras textiles que por decenas iban llegando desde el Cerro La Teja Marontildeas Desde los bares los parroquianos saliacutean a mirarlas como si fuera un espectaacuteculo dominguero Pareciacutea que esas mujeres iban oxigenando el barrio mujeres obreras de todas las edades que caminaban por las aceras a paso firme El ruido de tantos pies hablaba de luchas que se

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avecinaban El Boston era un viejo club de boxeo que estaba en la calle Piedras y Yacareacute donde a veces nos estremeciacutea el pitar de los barcos de ultramar saludando a Montevideo al llegar o despidieacutendose de ella al irse Oliacutea a viejas cervezas derramadas en el suelo de madera y a tabaco Teniacutea una claraboya con vidrios oscurecidos por el holliacuten que alguna mantildeana dejaba entrar un rayo de sol El ring de madera estaba situado en medio de la sala Los dirigentes del gremio subiacutean a eacutel voleando la pata entre las cuerdas y llevando su propia silla Una mesa del bar que era traiacuteda en alto por alguacuten voluntario completaba el escenario La uacutenica luz eran los cuatro focos que iluminaban al ring los actores eran ahora nuestros dirigentes El aire se iba enrareciendo mientras se llenaban los asientos y se oscureciacutean maacutes los rincones por el humo Con el Boston de bote a bote un tamborileo de dedos y pies nerviosos anunciaba que queriacuteamos escuchar pronto a la Comisioacuten Directiva dando las noticias de la marcha del conflicto Estas fueron mis primeras asambleas y las viviacutea como un espectaacuteculo Auacuten no entendiacutea muchas palabras del argot sindicalero ldquomocioacuten de ordenrdquo ldquovamos a pasar a cuarto intermediordquo pero como nunca tuve problema en preguntar me fui enterando de lo que significaban y me fui apropiando de esa forma tan rara de hablar que despueacutes hice miacutea Completaba el espectaacuteculo la parte oratoria Me llamaba la atencioacuten la admiracioacuten que se teniacutea por Heacutector Rodriacuteguez y por Eusebio Caetano y el respeto con que se escuchaban sus intervenciones Heacutector ademaacutes de sus ocho horas diarias en el telar teniacutea formacioacuten universitaria por lo cual conociacutea los dos lenguajes Hablaba sencillo y muy claro Algunas mujeres muy pocas subiacutean al ring para hablar Sin embargo siempre habiacutea una en la mesa de la asamblea sacando actas Las que se atreviacutean a hablar eran Blanca Peralta o Delia Maldonado Se

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destacaba Irene Peacuterez por un muy buen manejo de la palabra Yo en esa eacutepoca no me daba cuenta auacuten Irene era una militante poliacutetica muy disciplinada era maacutes poliacutetica que sindicalista esa era la diferencia De esos hombres y mujeres aprendiacute mucho en cada asamblea Fueron mis tempranos iacutedolos Idealiceacute mis primeros antildeos sindicales para miacute mi Sindicato era el maacutes combativo y no aceptaba bromas de ninguacuten compantildeero sobre la honestidad de nuestros dirigentes El sindicato era la uacutenica forma de lucha que conociacutea No conociacute otra hasta que llegaron a mis manos algunos libros La madre de Gorki recuerdo que me lo dio Blanca despertoacute en miacute nuevas inquietudes Descubriacute que no bastaba ldquoir parsquo delanterdquo solamente como deciacuteamos en la faacutebrica Yo queriacutea saber queacute era ldquotaacutectica sindicalrdquo y queacute era ldquoestrategia frente a la patronalrdquo Me empeceacute a reunir con algunos anarcos de mi faacutebrica los amigos que me abrieron las puertas de la gran Biblioteca Popular del Cerro allaacute donde se encuentran las calles Repuacuteblica Argentina y Chile

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Despueacutes de la huelga

En los acuerdos entraacutebamos a trabajar todos los despedidos A miacute me tomaron como si fuese nueva cuando habiacutea entrado a Lana Uruguaya teniacutea soacutelo trece antildeos y no estaba permitido por la ley que trabajaran nintildeos menores de catorce antildeos Nosotros transamos pero a los dos meses me suspendieron por falta de trabajo hasta nuevo aviso y no me volvieron a llamar Lo peor es que yo tampoco habiacutea cumplido las cien jornadas de trabajo como nueva la suspensioacuten fue una trampa y caiacute en ella No teniacutea derecho a reclamar mipuesto de trabajo El sindicato recieacuten saliacutea del desgaste de la huelga y me tuve que aguantar en el molde Era muy comuacuten que te tomaran y te suspendieran ldquomomentaacuteneamente por falta de trabajordquo antes de cumplir las cien jornadas de trabajo A las dos o tres semanas te volviacutean a tomar y asiacute hasta por dos antildeos Con esto impediacutean que te convirtieses en un trabajador efectivo y te manteniacutean en una situacioacuten de inseguridad laboral constante Seguiacute militando en el sindicato aunque me costoacute mucho volver a trabajar en la industria quedeacute en ldquola lista negrardquo Haciacutea limpiezas en casas de familia y de tarde me iba al sindicato donde teniacutea mis amigas y compantildeeras Luego empeceacute a trabajar en pequentildeas faacutebricas de tejidos de punto cuando quedaba cesante volviacutea a hacer limpiezas No perdiacute contacto con el gremio Trabajeacute con Delia en la organizacioacuten del Sindicato de Tejido de Punto Era muy difiacutecil eran faacutebricas muy pequentildeas

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teniacuteamos que ir a la puerta de cada faacutebrica y hablar una por una con las obreras Tuve la suerte de acompantildear a Emilio Deconcilis y a Heacutector Rodriacuteguez en las primeras reuniones de la Asamblea Consultiva Pro Central Uacutenica en los locales de la Federacioacuten de la Bebida y de la Federacioacuten de la Carne donde participaban todos los sindicatos Marchaacutebamos hacia la unidad de toda la clase obrera Autoacutenomos y de la Unioacuten General de Trabajadores con recelo pero marchaacutebamos juntos organizando los primeros paros unitarios de toda la clase obrera montevideana Todo el conjunto de los trabajadoresy las mujeres tambieacuten Yo seguiacutea sin trabajo fijo Haciacutea poco habiacutea muerto mi padre Mis hermanas se habiacutean casado quedeacute sola con mi madre y habiacutea deudas en casa Ese tiempo lo viviacute como un desborde de actividad pero mi madre sabiacutea que yo igual traiacutea el salario a casa y eso me permitiacutea cierta independencia ndashSos igual que tu padre ndashdeciacutea por mi militancia No seacute si le agradaba o le disgustaba pero yo sentiacutea su apoyo silencioso En 1957 acepteacute invitaciones de los compantildeeros de la Juventud Socialista que trabajaban por la formacioacuten de los sindicatos agriacutecolas Asiacute conociacute Paysanduacute Artigas y Treinta y Tres En 1958 empeceacute a trabajar fija en SADIL Alliacute trabajeacute diez antildeos de los cuales ocho fui delegada Vinieron las ocupaciones de la faacutebrica en lucha contra la desocupacioacuten La crisis de la deacutecada del 60 empezaba a hacer estragos y la lana se iba del paiacutes sin industrializar La poliacutetica del gobierno fondomonetarista se hizo notar enseguida Nos entregaron atados de pies y manos al mercado norteamericano Esto tuvo durante varios antildeos en lucha al gremio textil entero en el intento infructuoso de defender la industria nacional La ocupacioacuten de faacutebricas del 64 al 68 fue un ejemplo de militancia de las mujeres Horas en la faacutebrica ocupada sin ganar dinero las maacutequinas paradas la faacutebrica friacutea El gremio en pie de lucha Yo me habiacutea casado y ya teniacutea dos hijos

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Las mujeres eacuteramos la mayoriacutea nos turnaacutebamos para ir a casa atender a los hijos y a las tareas del hogar y volviacuteamos a entrar a la faacutebrica a seguir la huelga de brazos caiacutedos Duroacute mucho tiempo Discusiones asambleas y marchas que soacutelo sirvieron para fortalecer al gremio y nada maacutes porque todo se jugaba en la poliacutetica nacional y nosotros no decidiacuteamos estaacutebamos lejos de la poliacutetica Algunas de las faacutebricas inevitablemente cerraron y se fueron los capitales del paiacutes En esa eacutepoca escribiacute mis primeros artiacuteculos en Liberacioacuten una publicacioacuten de dos hojitas que sacaacutebamos en la Agrupacioacuten Textil del departamento sindical del Partido Socialista en Montevideo Vino la desocupacioacuten Estuve largos periacuteodos en el seguro de paro y luego nos ofrecieron el despido que al fin acepteacute en el 70 y me alejeacute de la industria Siempre mantuve la actividad sindical pero me metiacute maacutes en la tarea poliacutetica en el Partido Socialista y en el Frente Amplio que en ese momento se creaba Nunca fui rentada ni en la actividad sindical ni en la poliacutetica tal vez salieron muchos pesos de mi flaco bolsillo para una lucha con la que me sentiacutea totalmente comprometida como todos los militantes sindicales de esos antildeos Viviacutea apasionadamente los acontecimientos en un aprendizajepermanente Todos aprendiacuteamos e iacutebamos modificando nuestra vida personal en la medida en que empezaacutebamos a participar en la vida colectiva Fueron los mejores antildeos de mi juventud

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Jorgelina y Delia en Budapest

La invitacioacuten llegoacute al gremio textil desde Hungriacutea de parte de la Federacioacuten Sindical Mundial Se trataba de una Conferencia de Mujeres Trabajadoras con convocatoria internacional No hablaban de solventar el viaje La direccioacuten de nuestro gremio consideroacute importantes las relaciones internacionales y resolvioacute organizar una rifa para solventarlo El tiempo apremiaba y no se llegaba a completar la cifra total Cercano a la fecha de viajar soacutelo se teniacutea el cincuenta por ciento del dinero Consultadas las dos compantildeeras aceptaron correr el riesgo de viajar soacutelo con pasaje de ida con la salvedad que desde aquiacute seguiriacutean gestionando el tema del retorno Eso de ir a Budapest sin pasaje de retorno era una verdadera locura Mamaacute preparoacute los tallarines como cualquier domingo Vinieron dos hermanos y tres sobrinas Mi vieja estaba muy silenciosa Me daba miedo que en cualquier momento saltara con unahellip No era una despedida era una preocupacioacuten para todos Y mi vieja lo soltoacute ndashEse paiacutes dicen que estaacute atraacutes de la cortina de hierro ndashLas cosas cambiaron mucho No nos va a pasar nada ndashEsa compantildeera que va iquestya la conociacuteas ndashSi es macanuda Delia Maldonado ndashSu familia tambieacuten estaraacute preocupada ndashEs una gran oportunidad ndashdijo mi hermano

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Y mamaacute nos miroacute con una sonrisa iroacutenica ndashLos del sindicato podiacutean haber sacado un preacutestamo ndashdijo mi sobrinandash cuando vieron que el dinero de la rifa no alcanzaba y se terminaba de pagar con otra rifa No se puede creer que las manden solo con el pasaje de ida Ojalaacute que no sea para sacaacuterselas de encima Y se rioacute ndashHablando de preacutestamo iquestalguien me puede prestar una valija El barco sale el martes a las 12 de la mantildeana No sabemos si tenemos camarote ndashdijo la negra Las compantildeeras viajaron en tercera de un buque italiano No les preocupaba Del viaje por mar contaron poco Las dos viajaron como perro en bote un poco asustadas Diacuteas y diacuteas viendo agua y cielo y alguacuten temporal Los relaacutempagos en el mar se ven de principio a fin Cabalgando las olas Y asiacute llegaron a Europa Siguieron viajando en tren hasta llegar a su destino Sin plata y hablando por sentildeas Disfrutando todo lo que veiacutean y escuchaban Sin saberlo estaban viviendo los cambios que pronto llegaron a esos paiacuteses de ldquodetraacutes de la cortina de hierrordquo Se estaban produciendo los cambios que ellas contaron al llegar Contaron de la solidaridad que recibieron de las otras delegadas cuando se enteraron de que no teniacutean pasaje de retorno a Uruguay Siempre la misma pregunta en distintos idiomas ndashiquestCoacutemo pasaje sin retorno El tema se hablaba en los pasillos con ellas mismas Las dos uruguayas resultaron muy interesantes en Hungriacutea tanto para las delegadas como para las inteacuterpretes Al escucharlas en las intervenciones se hicieron populares Les gustaba la personalidad de Jorgelina la sonrisa y la humildad de Delia Aunque no eran comunistas y ademaacutes veniacutean representando a sindicatos autoacutenomos de su paiacutes hablaban de meacutetodos sindicales diferentes Contaron

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que en las calles de Montevideo estaban las obreras y los obreros en pie de lucha por derechos sindicales Corriacutea el antildeo 1956 y se intentaba salvar las fuentes de trabajo buscando formar una Central Uacutenica de trabajadores con hombres y mujeres de todas las tendencias poliacuteticas eso asombraba Lo deciacutean en castellano se repetiacutea en distintas lenguas distintas cabezas se moviacutean afirmativamente Hablaron y escucharon sintieron que estaban en la tarea que habiacutean ido a cumplir con las compantildeeras de otras geografiacuteas Tres meses despueacutes de la conferencia en Budapest en octubre se confirmoacute lo que las dos compantildeeras en julio contaron a su regreso a la comisioacuten directiva del sindicato textil El descontento que pudieron apreciar por relatos de las compantildeeras huacutengaras anticipando que podiacutea pasar cualquier cosa la crisis poliacutetica econoacutemica y de confianza en el poder Los sindicatos estaban preocupados pero el silencio no alcanzaba para ocultarlo En octubre entraron a Budapest los tanques rusos a reprimir una revuelta popular con costos poliacuteticos y de vidas humanas

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Una conferencia nacional

Eacuteramos muchas setenta delegadas de la Capital y treinta del Interior Llegaron obreras textiles desde Paysanduacute y Juan Lacaze Saacutebado y domingo funcionariacuteamos en el Centro Obrero de Alpargatas el local maacutes grande y coacutemodo del gremio Estaba todo preparado para recibir a las compantildeeras y alojar a las que llegaban del Interior Cuando arribaron las dos bantildeaderas se escucharon cantos y salimos todas del local a recibirlas abrazos y besos conocieacutendonos y reconocieacutendonos Ya estaacuten los mates y las bolsas de bizcochos circulando Poco a poco nos vamos sentando para dar comienzo a la jornada Hoy 20 de octubre de1956 el compantildeero Ruben Huguet en nombre del COA da comienzo a la primera Conferencia Nacional de Mujeres Textiles en Montevideo Jorgelina Martiacutenez y Delia Maldonado son invitadas a pasar a la mesa y dar el informe de lo actuado en la Conferencia Mundial de Mujeres Trabajadoras realizada en junio del mismo antildeo en Budapest donde representaron a las obreras de nuestro paiacutes Jorgelina destaca que la situacioacuten y el nivel de vida de las obreras huacutengaras y de sus familias estaacuten relacionados con la fuerza de organizacioacuten sindical y la participacioacuten poliacutetica y social de su comunidad Cuenta muchas aneacutecdotas Delia Maldonado destaca que esta Conferencia con la representacioacuten

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de tantas faacutebricas de todo el paiacutes debe ser el comienzo de una relacioacuten muy estrecha entre nosotras las obreras textiles Hoy maacutes que nunca se requiere nuestra militancia para conseguir nuevas leyes y exigir que se cumplan las actuales ya que la tendencia de las empresas es a burlar los derechos de los trabajadores Y en forma muy documentada se refiere a los logros en Uruguay Nosotras no sentiacuteamos orgullosas de las dos iquestQuieacutenes nos habriacutean representado mejor que ellas Luego se da la palabra a las congresistas Se elige una compantildeera de Paylana y otra de Juan Lacaze para la presidencia Tanto las compantildeeras del Interior como las de Montevideo aportaron a los temas comunes un lenguaje combativo y optimista Blanca Peralta propone que se realice una encuesta en todas las faacutebricas acerca de los problemas que afectan especiacuteficamente a las obreras textiles Dice ademaacutes que a traveacutes de las huelgas se comproboacute que las obreras textiles tenemos una inquebrantable voluntad de lucha que nunca vacilamos ni siquiera cuando tuvimos que enfrentar al gobierno y a la policiacutea y que debemos reforzar la militancia y hacer del sindicato un lugar tambieacuten nuestro Al diacutea siguiente se trabaja afanosamente y se recogen las conclusiones 1) A igual trabajo igual salario 2) Que el ritmo de trabajo no afecte a la salud de las mujeres trabajadoras 3) Realizacioacuten de una encuesta nacional sobre las necesidades de las obreras madres orientada a reivindicar las casas-cunas en los lugares de trabajo 4) La Conferencia reconoce el diacutea 8 de marzo de cada antildeo como Jornada Internacional de la Mujer Trabajadora Acuerda participar activamente en su conmemoracioacuten y explicar los motivos de tal jornada 5) La Conferencia resuelve participar con una delegacioacuten en la proacutexima Conferencia Nacional de Mujeres Trabajadoras de todos los gremios a realizarse en noviembre en Montevideo 6) La Conferencia expresa finalmente la solidaridad con los trabajadores

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de Montevideo y del interior que se encuentran en conflicto especialmente con las compantildeeras de FUNSA que acampan frente al Palacio Legislativo Se propone que las conclusiones de la Conferencia se integren en el orden del diacutea del proacuteximo Congreso Nacional de Obreros Textiles para considerarlas reivindicaciones de la totalidad del gremio Antildeos despueacutes el gremio textil fue el primero en obtener ldquoa igual trabajo igual salariordquo Esos dos diacuteas fueron muy emocionantes para todas iexclJuntarse cien mujeres para hablar de cosas propias inquietudes propuestas Nada de esto impidioacute las ruedas de mates en los descansos las risas la confraternidad las promesas de visitarse Esta actividad consolidoacute maacutes la unidad del gremio textil y agregoacute madurez al movimiento obrero que ya estaba reunieacutendose en la Comisioacuten ProndashCentral Uacutenica de Trabajadores De eso tambieacuten se pudo hablar ese antildeo tan fermental y combativo Hay cosas que no se olvidan la polenta el viento en la camiseta que trajeron Jorgelina y Delia al regresar de Budapest La fuerza que necesitaacutebamos para seguir en la lucha Ahora todas comunicadas agigantadas

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Las friyeras

En la mitad de la deacutecada del cincuenta la crisis muestra su cara maacutes siniestra a los trabajadores del Cerro de Montevideo Despueacutes de enriquecerse en nuestro paiacutes los duentildeos de los frigoriacuteficos extranjeros amenazan con cerrarlos y marcharse del paiacutes La lucha de los trabajadores toma las calles del barrio Entre las obreras de los frigoriacuteficos del Cerro muy pocas participaban en la militancia sindical y mucho menos en la direccioacuten del gremio Esto sucediacutea en todos los casos pero a su manera ellas se incorporaron a la lucha como siempre Las ldquofriyerasrdquo como les deciacutean despectivamente de aspecto recio y firme mujeres de ldquocuchillo en manordquo su herramienta de trabajo teniacutean por dentro un corazoacuten tan grande como sus faldas Eran unas luchadoras y lo demostraron en muchas ocasiones Solidaridad y lealtad para con sus hombres las caracterizaban Digo ldquosus hombresrdquo y no hablo soacutelo de maridos padres e hijos sino tambieacuten de sus compantildeeros del gremio porque a pesar de que en 1956 creyeron que solo ellos eran el Sindicato no permitieacutendoles integrarse a la huelgade hambre a ninguna de ellas cuando la situacioacuten se puso difiacutecil y no se conmoviacutean los poderes puacuteblicos y pasaban los diacuteas sin solucioacuten ellas no dudaron no se sintieron de otra parte A las mujeres les sobroacute iniciativa creatividad combatividad y actuaron solas Marchamos al Parlamento

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Eacuteramos unas cincuenta entre trabajadoras del frigoriacutefico hijas de trabajadores esposas otras como yo solo vecinas del barrio Mi padre era obrero portuario y yo obrera textil pero me sentiacutea parte de la lucha de las friyeras Todos eacuteramos obreros y otros compantildeeros podiacutean morir en esta huelga de hambre Defendiacuteamos intereses de la clase trabajadora Se habiacutean roto las negociaciones ndashiexclA las cuatro ndashiexclSiacute Yo tambieacuten ndashiexclA las cuatro ndashiexclY no falto Son las cuatro de la tarde Con bolsos y nintildeos de la mano empiezan a llegar Piden ser escuchadas por los parlamentarios Se sientan esperan no tienen apuro no volveraacuten sin ser escuchadas Ellas tambieacuten son el Sindicato y saben explicarlo muy bien saben hablar de reivindicaciones porque les son propias ndashMucho comunicado de prensa pero pocas soluciones para la huelgandash dicen a los periodistas Una tarde muy friacutea medio centenar de mujeres del Cerro ocupan la explanada del Palacio Legislativo Seguro no es un lindo espectaacuteculo ese mujereriacuteo en la explanada del Palacio Poco a poco son rodeadas por las ldquoFuerzas del Ordenrdquo ndashCirculen aquiacute no se pueden quedar No responden no es con ellos con quienes quieren hablar no importa la barrera policial Se les sigue ldquoexhortandordquo a irse a sus casas No escuchan se vuelven sordas por un momento Tranquilas Con calma de madres algunas se sientan para darles de mamar a sus hijos Creen que sentadas no les podraacuten pegar Se viene la noche Poco a poco de todos los bolsos sale comida leche para los nintildeos Se trajeron los mates tortas fritas vinieron preparadas para pasar la noche si es necesario

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ndash Aquiacute tiene coma compantildeera paacutesele a aquella Lo tienen claro no se van De alliacute no se mueve nadie Salen los parlamentarios y todas a la vez hablan dialogan explican piden exigen Los uacutenicos que se apersonan son Trias DrsquoElia Alba Roballo Zelmar Michelini Enrique Rodriacuteguez Arismendi Cardozo y Erro Ellos vuelven a entrar al Palacio de las Leyes prometiendo presentar una mocioacuten Por primera vez me di cuenta de lo frio y duro que era el maacutermolhellip Y tan lindo que se veiacutea desde el oacutemnibus cada diacutea Seguimos sentadas en la escalinata esperando esperando Pasan las horas Anochece Hace frio mucho frio De un lado los parlamentarios del otro otras voces ndashCirculen vuelvan a sus casas No les queremos pegar Se lo estaacuten buscando Haacuteganlo por sus hijos No pueden pasar la noche aquiacute Esas voces no las asustan estaacuten firmes en sus pretensiones y muy tranquilas Los nintildeos se duermen Como de la galera de un mago de los bolsos salen frazadas Se agrupan maacutes para abrigarse No se ha movido nadie seguimos sentadas en las escalinatas de maacutermol Personas que no conocemos tratan de hacernos llegar paquetes sin eacutexito Los milicos se estaacuten poniendo nerviosos Se agrupa la gente en la acera de enfrente gritan mensajes pero no los podemos oiacuter Estaacuten muy lejos Por fin se abre otra vez la puerta salen los mismos parlamentarios Anuncian que se consiguioacute una Comisioacuten que mediaraacute en el conflictoUna esperanza nada maacutes una pequentildea alegriacutea Los parlamentarios nos piden que nos vayamos Esta Comisioacuten nos ofrece ciertas garantiacuteas por lo menos para poner fin a la huelga de hambre y para llevar la discusioacuten del cierre de los frigoriacuteficos al Parlamento y a toda la opinioacuten puacuteblica Son las once y media de la noche Con la alegriacutea de lo conseguido con los pies y el culo helados acompantildeadas por algunos parlamentarios abandonamos

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la escalinata de maacutermol que volvioacute a quedarse friacutea y sola Con la bandera uruguaya desplegada para romper el cerco policial llegamos al Cerro a la Federacioacuten de la Carne a casa a tomar un plato de sopa caliente Y yo a las cinco y media de la mantildeana a la faacutebrica textil donde trabajaba Llegaron friyeros del interior del paiacutes En esos diacuteas las mujeres tuvimos que resolver el alojamiento de los compantildeeros del frigoriacutefico Anglo de Fray Bentos que llegaron en una marcha en solidaridad con la huelga A ellas las alojamos en nuestras casas los compantildeeros se quedaron en la Federacioacuten Pudimos conocernos y confraternizar Tambieacuten llegaron delegaciones de Paysanduacute en mi casa alojamossbquo a compantildeeras de alliacute hicimos amistad y me escribiacute con ellas durante algunos antildeos Cuando maacutes tarde estuve en su pueblo las visiteacutesbquo y fue muy lindo el reencuentro y recordar esas luchas callejeras las historias no contadas

Una novia

En esa huelga se perdioacute mucho maacutes que los dos quilos de carne que cada obrero tenia diariamente por convenio y el cierre del frigoriacutefico Swift Perdimos a Rubeacuten Paleo y a Muntildeoz dos compantildeeros de la direccioacuten del gremio que murieron en distintas circunstancias A Muntildeoz no lo conociacutea pero con Rubeacuten eacuteramos amigos teniacuteamos largas conversaciones sobre anarquismo y sindicalismo Es muy doloroso perder a un amigo repentinamente cuando no te lo esperaacutes cuando queda mucho por hablar todaviacutea Ruben era de la directiva de la Federacioacuten de la Carne y junto con otros compantildeeros estaba haciendo la huelga de hambre Un diacutea lo sacaron con un fuerte dolor de cabeza y lo internaron Era meningitis y estaba muy grave A los cuatro diacuteas murioacute Compartiacute el dolor de aquella perdida con su familia sus compantildeeros y su novia Cuando llegueacute al velorio ella se acercoacute y me preguntoacute

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ndashiquestVos sos la Negrita Eacutel me hablo de vos iquestVos tambieacuten lo queriacuteas ndash y se contestoacutendash Eacutel por todos se haciacutea querer No pude contestarle se me anudoacute la garganta solo pude abrazarla fuertemente Ella caminaba y caminaba por toda la sala nerviosa Con todos conversaba preguntaba y preguntaba teniacutea muchos interrogantes y no podiacutea encontrar respuesta a lo que queriacutea saber Cuando se despidioacute sbquo abrazada al cajoacuten dijo despacito ndashHasta pronto amor Teniacutean muchos proyectos juntos Habiacutean comprado los muebles la heladera los platos el primus la caldera Estaban esperando que terminara la huelga para casarse Habiacutean sido novios durante seis antildeos Ruben murioacute el 19 de mayo de 1956 no habiacutea cumplido los 29 antildeos Ella no lo podiacutea superar lo recordaba obsesiva callada permanentemente Una tarde salioacute a comprar una cosa cualquiera y comproacute otra veneno para ratas Para que sus padres que no la dejaban sola no se dieran cuenta se lo comioacute en pequentildeas dosis en los desayunos untando el pancito con manteca diacutea a diacutea Para acortar la distancia Porque cuando le dijo ldquoHasta prontordquo lo dijo de verdad A la semana cuando se sintioacute mal no dijo nada y el meacutedico la tratoacute por gripe ndashSiempre fue muy sana ndashdijeron las hermanas Una semana despueacutes la internaron ya sin fuerzas y confesoacute que no queriacutea vivir maacutes ndashSoacutelo quiacuteteme los dolores doctor yo estoy tranquila yo estoy preparada Se olvidoacute de ella porque no se podiacutea olvidarlo Olvidoacute que habiacutea estudiado contabilidad comercio ingleacutes para defenderse en la vida Olvidoacute que estaba preparada pero no lo estaba para esa peacuterdida Olvidoacute para queacute serviacutea vivir Tuvo una muerte cruel que no mereciacutea Sucedioacute todo muy raacutepido Se fueron los dos sin despedida de solteros

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sin luna de miel Con ella perdimos una vida maacutes en esa huelga Hay que agregarla a la historia no contada donde se mezcla lo puacuteblico y lo privado lo social y lo particular Se llamaba Isabel Ledesma y teniacutea veintitreacutes antildeos murioacute el 19 de julio de 1956 El Cerro empezaba a vivir la agresioacuten cotidiana El hambre y la desocupacioacuten el luto y la tristeza ensombrecieron las luchas sindicales y los rostros de la gente Siento que tengo que contar estas historias de mujeres que son parte de hechos sociales que viviacute en mi juventud Me importa contarlas en su plenitud porque cuando no se cuentan y quedan ocultas se muestra una sola cara de la Luna pero la Luna es un todo la forman luz y sombra Igual igual que la realidad luz y sombras

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Las compantildeeras de FUNSA

La Negra Espronzato me invita a su casa a tomar mate Cuenta que ella nacioacute en Canelones y vino a Montevideo a trabajar como tantas muchachas ndashYo saliacute de entre los terrones a trabajar en lo que fuera o sea de domestica Pero tuve la suerte de que una vecina me avisara que en FUNSA estaban tomando mujeres Yo no sabiacutea nada de faacutebricas pero me dijo que se ganaba muy bien Eso me entusiasmoacute Lo malo me advirtioacute era que te tomaban y antes de las cien jornadas te despediacutean Pero la oportunidad no se podiacutea desaprovechar Se presentoacute en la puerta de la faacutebrica y quedoacute muy impresionada Era muy grande no la podiacutea comparar con ninguacuten galpoacuten que hubiera visto antes En ese momento una sirena anunciaba la salida de un turno Le parecioacute un hormiguero de tamantildeo desproporcionado Todos caminaban de prisa hombres y mujeres vestidos de azul de ldquobrin sanforizadordquo No sabiacutea a quieacuten preguntar ni que hacer se sintioacute muy pequentildea FUNSA era una gran faacutebrica de manufactura de caucho Alliacute se haciacutean botas zapatos de goma neumaacuteticoshellip Se le acercoacute una muchachita flaca larga y mal vestida que habiacutea estado recostada a la pared observando el mismo espectaacuteculo Le preguntoacute casi temblando ndashiquestAquiacute es FUNSA ndashSi La otra estaba en la misma que ella buscando trabajo

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Entre las dos se las ingeniaron para preguntar y encontrar la puerta de entrada Descubrieron el cartel en que una flecha indicaba donde estaba la oficina de personal Alliacute llegaron con una amistad de cinco minutos que les daba mucha seguridad ndashEstoy nerviosa ndashYo maacutes Se acercaron a una empleada y le preguntaron carraspeando ndashiquestAquiacute toman gente Sacaacutendose los lentes la empleada contestoacute con otra pregunta ndashiquestCuaacutentos antildeos tienen Se estaacute apuntando a las mayores de dieciocho iquestTienen cedula de identidad ndashSi ndashdijo la Negra Echoacute mano al bolsillo y puso su documento sobre el mostrador ndashNo contestoacute la otra con poca voz y dando un paso hacia atraacutes ndashEntonces saacutecala y veniacute otro diacutea ndashdijo desinteresada la empleada ndashNo estoy apuntada en el Registro Civil mis padres no estaacuten casados Mejor dicho no estoy reconocida ndash o dijo casi como una confesioacuten La empleada siguioacute escribiendo La joven dio media vuelta dispuesta a irse ndashEspeacuterame un poquito no te vayas ndashle pidioacute la Negra Al poco rato la Negra salioacute como borracha de alegriacutea ndashiexclMe tomaron Afuera la esperaban los ojos huacutemedos de la muchacha ndash Mis padres no me apuntaron cuando naciacute y no seacute coacutemo lo tengo que hacer ndash No te preocupes iquestCoacutemo te llamas ndashLuisa ndashVamos a preguntar Tenemos que ir hoy porque mantildeana empiezo a trabajar Vamos No podeacutes estar sin documentos en Montevideo Luisa no pudo entrar esa semana los traacutemites llevaron varios diacuteas

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ndashHaciacutea un calor terrible ese verano Entreacute en 1947 yo era una muchachita Todo lo nuevo da un poco de miedo el olor tan fuerte a caucho el ruido la gente que te observa y que todaviacutea no conoceacuteshellip La Negra sacoacute un poquito de yerba y acomodoacute la bombilla ndashLas nuevas entran y salen todas juntas se esperan para darse aacutenimo Vos ya sabeacutes ndashesquivoacute la mirada y sonrioacutendash Aunque no lo creas yo era tiacutemida En 1952 la Negra y Luisa seguiacutean siendo amigas Haciacutea cinco antildeos que trabajaban en el mismo turno La Negra trajo a una hermana maacutes chica a trabajar a Montevideo que entroacute en PHUASA una faacutebrica textil y unos meses despueacutes trajo a un hermano que consiguioacute entrar en ANCAP Los padres desde Canelones les mandaban una vez por semana bolsos con frutas verduras y cordero De esos paquetes algo iba para Luisa que teniacutea muchos hermanos Porque la huelga del 52 esa fue brava No se acuerda mucho de coacutemo empezoacute ella en el Sindicato pero recuerda que un diacutea en su turno se empezoacute a hablar de sindicato dentro de la faacutebricaNunca habiacutea oiacutedo nada sobre eso Escuchoacute que habiacutea otros gremios que iban a la huelga ndashEn FUNSA habiacutea un sindicato ldquoamarillordquo Casi todos eran administrativos encargados capataceshellip Los amarillos no queriacutean ir a la huelga Luisa y la Negra callaban escuchaban pero no estaban ajenas a nada porque sabiacutean de las injusticias que se cometiacutean y de las mantildeas del viejo Pedro Saacuteenz Habiacutean visto muchas veces temblar al capataz cuando el patroacuten recorriacutea la fabrica no podiacutean oiacuterlo pero se daban cuenta que lo estaba miliqueando que le pediacutea ldquomaacutes velocidad mas produccioacuten mas controlrdquo El capataz se poniacutea rojo de verguumlenza y la gente se daba cuenta ndashAsiacute es la cosa cuando quereacutes acordar te despiden y anda a reclamarle a Macucho Y al capataz igual que a cualquiera No se acuerda porque todo fue muy raacutepido Los gremios del puerto y el transporte de Montevideo empezaron una huelga por derechos sindicales para

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todos y el gobierno decretoacute Medidas Prontas de Seguridad Las Medidas Prontas de Seguridad decretadas por el gobierno permitiacutean al Poder Ejecutivo enviar al Ejeacutercito a sustituir en sus puestos de trabajo a los funcionarios puacuteblicos en huelga Esa fue brava En la faacutebrica nos deciacutean que nosotros en FUNSA no teniacuteamos nada que ver que arreglariacuteamos directo con el patroacuten iquestY eso queacute importa Si todos los gremios llaman a la huelga porque el Ejeacutercito entroacute a trabajar en el Puerto nosotros tambieacuten Me animeacute y lo dije en la asamblea ndashYo no subo a un oacutemnibus si lo maneja un milicondash dijo Luisandash Dice mi padre que el Ejeacutercito entra mantildeana a los tranviacuteas que no suba En el vestuario las demaacutes callaban ndashDicen que hay que apedrearlos ndashagregoacute Luisandash y yo tengo flor de punteriacutea Todas rieron coacutemplices A la mantildeana siguiente en la calle camiones de milicos por todas partes Vigilaban la ciudad cerraban los locales sindicales y en la puerta dejaban un milico vigilando que no entrara nadie Los sindicalistas pasaban a la clandestinidad se refugiaban en casas de familiares o de otros compantildeeros pero seguiacutean reunieacutendose ANCAP ocupado tambieacuten por el Ejeacutercito La Negra era la mayor de los hermanos la jefa de hogar con veintitreacutes antildeos No se acostaba hasta que llegaran todos por la noche En casa de la Negra se sabiacutea lo que pasaba en tres sindicatos los tres hermanos trabajaban en distintas lugares FUNSA textiles y ANCAP De a poco se iban integrando aunque no supieran mucho de sindicatos A veces comiacutea sola nerviosa esperando que llegaran ndashNo me pasaba la comida Cada vez teniacutea menos para poner a la olla todos los integrantes de la casa en huelga

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ndashMiedo pero maacutes rabiahellip Cuando llegaba Luisa las dos saliacuteamos a la calle a ver queacute pasaba Si cuadraba apedreaacutebamos alguacuten oacutemnibus manejado por carneros En los diarios FUNSA convocaba a los trabajadores diciendo que el que no se presentara al otro diacutea se podiacutea considerar despedido Les enviaban telegramas colacionados ndashAngustia miedo rabia pero carnerear iexclnunca ndashDe a poco las cosas fueron cambiando y ahora nosotras tambieacuten empezamos a cuidar en las esquinas que no entraran a carnerear a la faacutebrica Se puso muy difiacutecil el Ejeacutercito puso camiones en las dos esquinas de FUNSA Entraron los capataces y algunas empleadas Les gritaacutebamosldquocarnerosrdquo y ldquobee beerdquo Algunas veces nos corrieron los milicos y nos tuvimos que esconder en casas que como al descuido dejaban la puerta sin pasador Los vecinos nos apoyaban Teniacuteamos algunos compantildeeros de base presos ndashLe dije a Luisa que estaba con mucha bronca y que ahora teniacutea yo tambieacuten buena punteriacutea con las piedras y nos empezamos a reiacuter como si fuera una travesura Luisa despueacutes que tuvo la ceacutedula de identidad dijo que se sentiacutea persona Se interesaba por los derechos que tienen los trabajadores A la Negra no le gustaba la injusticia Hicieron un piquete solitas ellas dos Sin saber mucho de poliacutetica se empezaron a decir socialistas como el compantildeeroIrmo Bidegaray ndashNo sabiacuteamos doacutende se reuniacutea el Sindicato Preguntando preguntando llegamos a donde se cocinaba era la olla sindical Alliacute conocimos hombres y mujeres de otros sindicatos Nos reuniacuteamos lejos a veces en el Cerro con los de la Federacioacuten de la Carne y escuchaacutebamos Lo que sucediacutea en todo Montevideo era maacutes de lo que imaginaban Ya eran los uacuteltimos diacuteas de la huelga general se negociaban soluciones hasta con el Ministro de Trabajo ndashFueron luchas por salario y mucho maacutes Movimientos callejeros se

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ocupaban las faacutebricas caravanas por la ciudad en camiones mujeres y hombres en camiones recorriendo los barrios hasta el Palacio Legislativo y alliacute llegaban otros gremios Las mujeres tambieacuten subiacuteamos a los camionesnos encontraacutebamos con ustedes las textiles saludaacutebamos con las banderas del Sindicato acampaacutebamos frente al Palaciohellip Y la persecucioacuten tambieacuten compantildeeros presos por varios diacuteas en cada salidahellip ndashUn diacutea ocupamos FUNSA Comunicamos ldquoHuelga de brazos caiacutedosrdquo Don Pedro Saacuteenz que era un deacutespota no queriacutea venir a hablar con los trabajadores Nosotros pusimos la faacutebrica en marcha nuevamente Le dijimos que ahora la faacutebrica era nuestra iexclAy juna Cuando los de la oficina lo llamaron para darles nuestra respuesta y vio que saliacutea humo por las chimeneas llegaron tres autos con los del directorio siacute vinieron a interesarse por lo que pasaba Las cosas las conseguiacuteamos soacutelo asiacute por la fuerza de los trabajadores Cuando terminoacute la huelga y entraron a trabajar en su turno Luisa y la Negra se dieron cuenta de que ellas eran distintas estaban maacutes atentas a los comentarios a lo que pasaba dentro de la faacutebrica ndashNosotras dos eacuteramos las uacutenicas de las nuevas que nos entreveraacutebamos con los del gremio Asiacute supieron que en la faacutebrica se buscaba formar un sindicato autoacutenomo y fueron las dos primeras mujeres que trabajaron en esa primera comisioacuten buscando adherentes Era casi secreta porque alliacute antes solo habiacutea ldquosindicato amarillordquo La Negra y Luisa eran aparadoras buenas trabajadoras cumplidoras eran respetadas ndashNo queriacuteamos ni sindicato rojo ni amarillo queriacuteamos que fuera de los trabajadoresde FUNSA ndashFue asiacute que nos hicimos del Sindicato ndashiquestEn aquella eacutepoca las mujeres tampoco sobresaliacutean en el sindicato ndashNo teniacuteamos intereacutes en sobresalir Eran tiempos distintos algunas de nosotras no sabiacutea leer ni escribir Muchas mujeres de FUNSA eacuteramos del

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interior del paiacutes algunas teniacutean miedo de perder el trabajo pero apoyaban al Sindicato aunque no queriacutean aparecer puacuteblicamente Habiacutea compantildeeras de Artigas Rivera Melo de muy lejos Veniacutean a Montevideo solas con una recomendacioacuten de un club colorado o blanco y sin conocer a nadie En Montevideo se metiacutean a vivir en una fonda y si no llegaban a entregar la carta en la faacutebrica porque les daba miedo se empleaban con cama en una casa de familia y alliacute se hundiacutean trabajando Habiacutea mucho trabajo en esa eacutepoca y tambieacuten mucha lucha sindical en la calle Durante la huelga las mujeres trabajamos mucho vendiacuteamos bonos conseguiacuteamos mucho apoyo en otros gremios pediacuteamos en la feria y en el mercado fruta y verdura llevaacutebamos las finanzas y ayudaacutebamos en la olla sindical No era nada nuevo igual que ustedes Tambieacuten hablaacutebamos en las asambleas pero eacuteramos las menos Esa la huelga grande del 52 es la que maacutes recuerdo La Negra Espronzato me alcanza el mate ndashEran otros tiempos Queda pensativa Se riacutee ndashUna vez entroacute la policiacutea al local del Sindicato Pusieron todo patas arriba pero el dinero del Sindicato lo salvamos porque a una compantildeera que andaba con su tejido de arriba para abajo se le ocurrioacute ovillar lana alrededor del rollo de billetes Y asiacute pasoacute el dinero como una madeja maacutes en el bolso junto a las agujas y al buzo que tejiacutea Los antildeos 50hellip Ahora es diferente Yo hablaba poco en las asambleas era maacutes de hacer no de hablar ni de escribir ndashHablaba cuando me poniacutea furiosa cuando me calentaba No aguanto las injusticias Era cuando hablaba porque no podiacutea con mi genio Nos despedimos con un fuerte abrazo Teniacuteamos muchas cosas en comuacuten el mismo patroacuten la misma rabiahellip

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Las mujeres del Arrozal

Ellas se quedan en el rancho pero luchando Lo deciden asiacute colectivamente Las mujeres las familias de los obreros arroceros tendraacuten participacioacuten en la huelga que se avecina Las mujeres crean un espacio de lucha el rancho su rancho se vuelve trinchera territorio a defender Por ellas y sus hijos los militantes de esos locales sindicales Los hombres los obreros de los arrozales preparan otra tarea Iraacuten a Montevideo a reclamar salarios dignos y el jornal de ocho horas Alliacute en los antildeos cincuenta se trabaja de sol a sol y no se ve plata les pagaban con bonos que soacutelo se pueden gastar en el almaceacuten del patroacuten El rancheriacuteo en el predio del patroacuten era parte de lo convenido era salario El rancho no es un beneficio al patroacuten le asegura la presencia del obrero en el lugar de trabajo Las mujeres quedaraacuten cuidando la retaguardia Son la otra mitad la que defiende y ocupa el puesto de trabajo de los maridos Las mujeres algo inusual en las zonas agriacutecolas se reuacutenen a discutir las acciones aunque todas ldquoacataban la mayoriacuteardquo seguacuten deciacutean Creo que fueron las primeras reuniones dentro del arrozal con mujeres tratando temas sindicales iquestCoacutemo llegueacute a conectarme con ellas iquestPor queacute iquestQueacute sentiacute entonces yo una joven que desconociacutea el campo y sus modos de vida No fui sola me invitaron a recorrer los caminos de los arrozales a acortar las distancias entre

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los trabajadores del campo y los de la ciudad ndashTenemos que llegar antes que se haga la noche ndashiquestQueacute deciacutes no te oigo nada Cuando habiacuteamos alcanzado la cima del repecho apagoacute el motor y dejoacute que la moto se deslizara a su voluntad por el bajo un largo bajo que acababa en el fondo de una cantildeada donde un poco de agua estancada haciacutea un charco en medio del camino de tierra ndashPor la noche es maacutes seguro llegar y que no nos vean los patrones o los capataces Como las familias viven dentro del arrozal tenemos que llegar como familiares o algo asiacute Esto me lo deciacutea el compantildeero Orosmiacuten Leguizamoacuten en el momento en que apagaba la moto en que viajaacutebamos Encendioacute un cigarrillo Atardeciacutea lentamente Al costado habiacutea un monte de eucaliptos se escuchaba el mugir de algunas vacas que se acercaban caminando pesadamente a buscar el abrigo de los aacuterboles cercanos Al poco rato luego de caminar para estirar las piernas Leguizamoacuten tiroacute el pucho con un tinguintildeazo y volvioacute a poner la moto en marcha Era aquel camino de bajos y repechos de cantildeadas Teniacuteamos que bajar a veces de la moto bordear un alambrado y empujarla Asiacute viajaacutebamos hasta que a eacutel se le ocurrioacute hablar como si le dieran cuerda Teniacuteamos la mitad del camino hecho y eso lo tranquilizaba no sabiacuteamos si nos alcanzariacutea la nafta iexclQueacute noticia ndashPero se estaacute portando bien la pobre moto de Toledo Atada con alambres la usamos todos los de los sindicatos de Treinta y Tres ndashiquestYa estamos cerca de la Charqueada ndashpregunteacute ndashSiacute soacutelo podemos hacer dos asambleas este fin de semana iquestsabes Leguizamoacuten a los gritos cantaba tangos de Gardel que yo no podiacutea acompantildear porque no sabiacutea toda la letra Me sentiacutea contenta Montevideo habiacutea quedado lejos Y ahora teniacutea ante miacute el campo lleno de movimientos extrantildeos

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iquestPor queacute estaba yo alliacute La intencioacuten era cumplir con el pedido de las compantildeeras de los arrozales Queriacutean que fuera una mujer de alguacuten sindicato de Montevideo para que asistiera a sus reuniones Se preparaba una huelga muy especial y ellas como esposas estaban tan involucradas como ellos Toda la familia estaba en el conflicto dentro y fuera del predio del patroacuten Nos preocupaba que la familia viviera dentro del campo del patroacuten en el arrozal iexclDe eso iba a hablar con ellas Era la primera vez que haciacutea un trabajo sindical fuera de la faacutebrica no sabiacutea coacutemo me recibiriacutean y estaba nerviosa Yo sabiacutea hablar en las asambleas de mi sindicato pero alliacute era distinto teniacutea miedo a que me tomaran a mal como una fabriquera montevideana iexclQueacute seacute yo iquestCoacutemo me tomariacutean iquestCoacutemo les iba a hablar iquestCoacutemo les iba a explicar que seriacutea una huelgadifiacutecil Pero no fue necesario ellas ya lo sabiacutean fue como continuar un diaacutelogo ya iniciado por otros Leguizamoacuten dijo que estaacutebamos cerca a la vez que apagaba la moto en el bajo y la dejaba ir un poco aguantaacutendola con los frenos salvando alguna huella de carro al borde del camino En aquel montecito de aacuterboles cargados de pelotitas escondimos la moto muy cerca del alambrado y empezamos a caminar por el ldquofeudordquo Primero un repecho y luego una bajada Ya habiacuteamos dejado el camino que lleva a la estancia teniacuteamos temor de que alguien pasara y nos viera en la ldquopropiedad privadardquo y vinieran a ver quieacutenes eran estos extrantildeos nosotros Al fondo de una cantildeada junto al agua alguien nos hizo sentildeas con la mano Eran dos compantildeeras que nos esperaban La distancia que habiacuteamos recorrido a pie me hizo bien las piernas se me habiacutean dormido en el viaje ahora las sentiacutea mejor Al acercarnos me sentiacute maacutes tranquila Nos esperaban y empezamos la reunioacuten Me presento y digo que soy del sindicato textil que en mi gremio somos muchas mujeres

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Nos sentamos en el suelo atardeciacutea Seguimos hablando Fueron llegando maacutes mujeres seriacutean doce o quince rostros curtidos por el sol tan serias tan fuertesY alliacute sencillamente en rueda de mate empezamos a hablar de la huelga que seriacutea difiacutecil que ellas eran muy importantes porque viviacutean dentro de la propiedad del patroacuten iquesteso no las asustariacutea que se debiacutea discutir todos los posibles problemas que se les pudieran presentar a sus familias Ahiacute estariacutean ellas solas pero contaban con la solidaridad de otros gremios movieacutendose en Treinta y Tres y en Montevideo y les ayudariacutean De a poco todas fueron hablando y coincidiendo ndashiexclTotal parsquo vivir asiacute Y alliacute sin tener en cuenta la hora fuimos sintiendo que el pasto empezaba a estar huacutemedo Nos pasaacutebamos el mate uacutenico calorcito que nos acompantildeaba Ya empezaba a refrescar Alguacuten cigarrillo como bichito de luz denunciariacutea la rueda que vista de lejos pareceriacutea un grupo de lucieacuternagas jugando sobre el agua de la cantildeada ndashiquestEs la primera vez que se habla de sindicato aquiacute ndash pregunto ndashSiacute ndashiquestMiedo Siacute miedo siacute Pero para vivir como vivimos ya me diraacute Continuoacute Elvira diciendo ndashAlgunas las maacutes joacutevenes nacieron aquiacute crecieron y se juntaron aquiacute ahora tienen hijos sin haber salido nunca del arrozal algunas no conocen ni siquiera la ciudad de Treinta y Tres como mi hija Isabel iexcly tiene 8 antildeos Hablan tranquilas son las que miran a los ojos las que interrogan con la mirada Arrugas que quitan brillo a la cara falta de dientes en la mayoriacutea mintiendo la edad de esas mujeres que joacutevenes parecen viejas poacutemulos salientes y sonrisas que iluminan sus caras cuando hablanMe observan buscando muestras de aprobacioacuten ndashiexclTotal parsquo vivir como vivimos Digo yo iquestNo ndashPa que los maridos ganen maacutes los ayudamos No crea que tenemos paga salario o como se llame nada de eso En cambio doblamos el espinazo de

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sol a sol No tenemos horario a veces catorce o quince horas depende con el agua hasta las rodillas oliendo el podrido del barro y las pestes sintiendo las sanguijuelas chupaacutendonos la sangre de los tobillos y las canillas los mosquitos ganaacutendose hasta por debajo de la ropa picotazos que arden maacutes que las ortigas Hizo un silencio y siguioacute hablando ndashSiacute siacute pero en fin estamos acostumbradas y no nos damos cuenta Quise hablar pero Leguizamoacuten que estaba sentado a mi lado agarraacutendome el brazo y sin decir palabra me dio a entender que la dejara seguir hablando ndashDe sindicato no sabemos nada pero de miseria siacute Se puso maacutes seria tal vez pensando que el sindicato alliacute teniacutea algo que ver con la comida agregoacute ndashiexclSeguro que acompantildeamos Y si los maridos van a la huelga nosotras seremos las primeras esto no es vida Total parsquo vivir asiacute El patroacuten se acuerda de nosotras solamente cada cuatro antildeos cuando nos viene a buscar parsquo votar y en cuanto a la plata no la conocemos nos pagan con bonos que tenemos que canjear en el boliche por comida y ropa y el boliche tambieacuten es del patroacuten Por eso siempre estamos debieacutendole al patroacuten iexclclaro La plata pasa de largo no queda en el bolsillo En cada silencio de la portavoz las miradas de las otras mujeres se cruzaban asintiendo con un lento movimiento de cabeza formaban un solo sentimiento ndashTotal parsquo vivir asiacute Trateacute con palabras breves y claras de transmitirles nuestro afecto y solidaridad Expliqueacute que no sabiacuteamos coacutemo reaccionariacutea la patronal si buscariacutea la complicidad policial para desalojar a las familias Pero habiacutea que preverlo todo iquestEstariacutean dispuestas a perder si se fracasaba iquestA quedarsin rancho sin trabajo No seriacutea faacutecil para ellas cuando el patroacuten las mandara desalojar de ldquosus tierrasrdquo cuando no dejaran volver a sus maridos y los

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despidieran por sindicalistas Se pensoacute en todo se les dio tiempo a todos a ellas tambieacuten Porque las mujeres jugariacutean en el espacio vital en el lugar de trabajo Por eso se hicieron pequentildeas reuniones donde ellas hablaron y opinaron se integraron fueron parte El sindicato recieacuten creado era el protagonista Pero el sindicato hace a la hora de hacer fuerte un nombre que las protagonistas sean cada una de ellas que la fuerza dependa de cada mujer de cada familia de cada hombre todos juntos pero sobre todo de la firmeza individual que no se puede delegar a nadie cuando vengan a golpear tu puerta ndashSi nos quieren echar iexclno nos vamos ndashiexclEste es nuestro rancho ndashEs como parte del salario dice mi marido ndashiexclNi que vengan los milicos iexclNo nos vamos ndashNo nos van a sacar de arrastro supongo ndashiexclNos tiramos al suelo y chau ndashiexclNi aunque estemos solas en casa con los gurises ndashiexclNo iexclNos encerramos y chau Elvira agrega ndashApoyamos la huelga por ocho horas de trabajo y salarios justos en dinero y nada de bonos parsquo poder comprar la comida y la ropa donde se nos antoje O comprarles a los bagayeros que venden maacutes barato Si es por eso que tenemos que ir a la huelga ya estaacuteEspero que esteacuten todas de acuerdo Elvira habiacutea ido tres antildeos al liceo de Treinta y Tres cuando viviacutea con la tiacutea y se habiacutea casado con un compantildeero de clase Como muchos tuvo que dejar de estudiar y volver a La Charqueada y asiacute continuar la vida que habiacutean llevado sus padres Pero ella queriacutea vivir mejor porque sabiacutea que podiacutea Me imagineacute que las demaacutes asintiendo deciacutean a coro ndashiexclTotal parsquo vivir asiacute Todo me recordaba a las mujeres del Cerro estaban alliacute eacuteramos todas

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nosotras Alliacute en el medio del campo tambieacuten recordeacute a los compantildeeros textiles en los momentos difiacuteciles cuando pensaacutebamos juntos cuando dudaacutebamos Me trajo a la realidad Leguizamoacuten que me puso la mano en el hombro y me dijo ndashVamos que todaviacutea nos queda un largo camino Ya vendremos otro diacutea Mantildeana tenemos una reunioacuten en La Charqueada Nos despedimos con la promesa de volver lo maacutes pronto posible a pasar el diacutea para visitar sus casas recorrer el campo juntas comer un asado o un puchero tranquilas y hablar de cosas nuestras Me abrazaron y me regalaron esa forma de ser ese sentimiento de carintildeo y amistad sentiacutea una mezcla de alegriacutea y tristeza Ellas se mezclaban con el paisaje la tierra la fuerza Sus ropas despediacutean olor a cocina de lentildea ese olor a hogar que me hubiera gustado compartir El trayecto hasta la moto lo hicimos en silencio volvieacutendonos dos o tres veces para saludar con la mano Ellas nos miraban saludaacutendonos de pie Ya en la carretera Leguizamoacuten empezoacute a recitar en voz alta para sacarme de aquel silencio en que me encontraba uno de los poemas de Garciacutea Lorca mientras la moto ganaba terreno con poca luz Orosmiacuten Leguizamoacuten era un obrero metaluacutergico un gran compantildeero Nos conocimos en las Juventudes Socialistas donde militaacutebamos desde haciacutea tiempo Yo sabiacutea poco de eacutel Cuando el resto de los compantildeeros me propuso para la tarea de apoyatura del trabajo que habiacutea empezado elmaestro Manuel Toledo en Treinta y Tres con los trabajadores rurales no dudeacute No sabiacutea lo que teniacutea que hacer ni coacutemo me moveriacutea Confiaba en los compantildeeros y me fui con Leguizamoacuten que resultoacute ser un compantildeero fuera de serie respetuoso sencillo humilde y capaz de pasar dos o tresdiacuteas sin comer y seguir hablando serenamente sin decir que teniacutea hambre tomando mate con los compantildeeros de los arrozales Llegamos a la ciudad de Treinta y Tres a casa de Manuel Toledo que nos esperaba con el proyecto de trabajo para ese fin de semana Se iban sumando

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reclamos salariales En la Charqueada un pueblo en medio de los arrozales el seguimiento de esos reclamos Manuel lo llevaba acompantildeado por un abogado La casa de Toledo era como el local de un sindicato A pie o en bicicleta llegaban compantildeeros que se sumaban a la rueda de mate que terminaba en ruedas grandiacutesimas donde se hablaba y se escuchaba con mucha atencioacuten a los obreros que llegaban del arrozal Era una forma distinta de hacer sindicalismo estaba metido en la vida cotidiana Yo tiacutemidamente me ubicaba en un rincoacuten y escuchaba esas conversaciones donde no habiacutea promesas Como Manuel era maestro rural a algunos les ensentildeoacute a leer y a escribir a otros los caminos de la liberacioacuten Cada vez que iba yo sentiacutea que aprendiacutea nuevas cosas de todos ellos de los compantildeeros de Manuel Toledo y de Leguizamoacuten Manuel era un motorcito organizador Con palabras sencillas sabiacutea hacer pensar a quien le escuchaba y asiacute como armando un collar de cuentas uno a uno se fue vertebrando el sindicato agriacutecola SUDA Sindicato Uacutenico de Arroceros nunca mejor sigla que recuerda el sudor de cada diacutea de los trabajadores Aquel primer fin de semana seguimos hacia Lascano Sobre la media noche vimos en el camino la luz de una pequentildea fogata a lo lejos Al acercarnos encontramos a un hombre sentado en una piedra una lata de agua caliente tomando mate solo al costado de dos grandes maacutequinas segadoras Era el cuidador Nos saludamos y tomamos unos matesYo me tambaleaba de suentildeo me iba de costado el hombre me sugirioacute que me subiera a una de las cabinas de las maacutequinas que alliacute dormiacutean dos de sus pequentildeos hijos Acepteacute y eacutel me tiroacute un poncho por encima Leguizamoacuten siguioacute hablando con eacutel toda la noche Entre suentildeos oigo risas y trozos de alguacuten cuento El cansancio me inmoviliza y duermo hasta que unas gotas de lluvia me despiertan Ya estaba amaneciendo Salimos apenas aclaroacute Era domingo A la tarde hariacuteamos otra reunioacuten

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en otro lugar pero ya seacute coacutemo empezar a hablar Ellas me ensentildearon como hacerlo sencillamente El lunes volviacutea a la faacutebrica a mi maacutequina con una sensacioacuten de angustia de impotencia pensando en los diacuteas que se avecinaban para aquellas mujeres Trescientos quiloacutemetros nos separan Recuerdo esos fines de semana recuerdo aquellas formas que en la semioscuridad se moviacutean Las mujeres del arrozal levantaacutendose avanzando y diciendo a coro ndashiexclTotal parsquo vivir asiacute Desde el Arrozal 33 sale una carta dirigida a la opinioacuten puacuteblica ldquoLas mujeres de los arroceros nos organizamos en este momento tan duro Frente al hambre y miseria de nuestros hogares queremos hacer conocer nuestra movilizacioacuten junto a la lucha de nuestros esposos hijos y hermanos Nos dirigimos a la opinioacuten puacuteblica a las obreras y a las amas de casa especialmente reivindicando la plataforma del SUDA reclamando un lugar en la luchardquo Esta carta resuelta en asamblea invoca a textiles amas de casa metaluacutergicas friyeras empleadas estudiantes iexclHaz tuya esta lucha La firmaron Blanca Fariacuteas de Peacuterez secretaria y Hortensia Sosa de Echeverriapro secretaria en mayo de 1957 departamento de Treinta y Tres El 22 de mayo cuando la marcha permaneciacutea en Montevideo haciendo gestiones en el Ministerio de Trabajo en el Arrozal 33 el patroacuten pretendioacute sacar un camioacuten de arroz de la planta en conflicto Un muro de mujeres indignadas se lo impidioacute La policiacutea las reprimioacute a culatazos y el camioacuten arremetioacute contra ellas dispuesto a pasarles por encima Ese episodio permitioacute que ellas negociaran con la policiacutea que no sacariacutean maacutes granos del establecimiento mientras durara la huelga Los sindicatos de la ciudad de Treinta y Tres pidieron guardia policial en la puerta del Arrozal para que no se repitiera el episodio Fue una huelga muy dura la de 1957 La solidaridad llamoacute al paro general en Montevideo Todos respondieron al llamado y a su plataforma ocho horas de trabajo y salario miacutenimo para los trabajadores agriacutecolas Para los que lucharon en el arrozal esa huelga se ganoacute Y las familias participaron Y las

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mujeres fueron importantes Dos antildeos maacutes tarde Leguizamoacuten tuvo un accidente de traacutensito que truncoacute para siempre su actividad sindical Seguacuten nos contoacute Roberto Dotti que vio el accidente lo sacaron de entre los hierros donde su cabeza habiacutea quedado aprisionada Pasoacute cuarenta diacuteas en estado de coma profundo Cuando se recuperoacute nunca maacutes fue eacutel mismo falta de memoria incoherenciaen el hablar Nunca maacutes se acordoacute enteramente de quieacuten fue Volvioacute con veintiseacuteis antildeos a una infancia sin recuerdo ni pasado ni futuro con la ingenuidad de un nintildeo Cuando algunos meses maacutes tarde lo encontreacute en Casa del Pueblo me costoacute reconocer a aquel entusiasta luchador iexclQueacute tristeza cuando murioacute hace unos antildeos iexclNinguno de nosotros lo pudo ayudar a recobrar su frescura Veinte antildeos despueacutes de aquellas jornadas arroceras Manuel Toledo que seguiacutea militando diariamente por los compantildeeros del interior cayoacute preso de la dictadura y murioacute a consecuencia de las torturas en la negra noche de la caacutercel uruguaya Manuel Toledo era un hombre peligroso por su palabra su pedagogiacutea su sencillez por su firmeza en la lucha contra la injusticia No esperaba nada para siacute mismo Eso le permitioacute ser libre siempre auacuten cuando estuvo preso Asiacute murioacute

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Las chacras del Norte

Trabajar y vivir como las mujeres recolectoras de tomates en las quintasde Bella Unioacuten en Artigas es algo muy duro inhumano UTAA no se limitoacute a agrupar a los trabajadores cantildeeros Obreros de distintas ramas del trabajo agriacutecola se fueron agrupando alrededor del Sindicato Trajeron nuevos reclamos y denunciaron sus malas condiciones de trabajo Las obreras de las chacras tomateras se acercaron a UTAA Queriacutean ldquoestar en cajardquo para cobrar la asignacioacuten familiar por sus hijos y poder jubilarse alguacuten diacutea Queriacutean que las respetasen que no las trataran a gritos ndashNo somos perros iquestCoacutemo las conociacute iquestCuaacutendo Corriacutea el antildeo mil novecientos sesenta y tres a fines de noviembre y principios de diciembre Dos fines de semana llegueacute a Bella Unioacuten con Andreacutes Cultelli Atendiacuteamos saacutebado de tarde y domingo por la mantildeana Enseguida empezaba a llegar gente Andreacutes como asesor juriacutedico del sindicato recogiacutea los datos de los casos de reclamos legales que se presentaban en UTAA despidos diferencias de salarios acusaciones de abigeato etc Las entrevistas juriacutedicas eran charlas acompantildeadas con mate fuera de toda formalidad Comiacuteamos alliacute mismo lo que los compantildeeros nos traiacutean de sus casas

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Yo iba ayudar en lo que fuera uacutetil Escuchaba a la gente que traiacutea distintas preocupaciones En rueda de mujeres hablaacutebamos de salud Escuche a muchas hablar de abortos de embarazos no deseados del riesgo de vida que acarrean las praacutecticas abortivas ilegales que se practican en nuestro paiacutes y tambieacuten cruzando la frontera de la automedicacioacuten y la desinformacioacuten que todas padecemos Eran los mismos temas de los que hablaacutebamos las mujeres de las faacutebricas textiles Eran las mismas preocupaciones de nosotras las obreras montevideanas Les lleveacute la invitacioacuten para el Primer Encuentro de Mujeres Trabajadoras que se preparaba en Montevideo para fines de diciembre En esa convocatoria estaban trabajando Delia Maldonado y Jorgelina Martinez dos compantildeeras textiles Ellas me pidieron que hablara del Encuentro a las mujeres de UTAA Diacuteas despueacutes las mujeres de UTAA eligieron a Hilda Silva y a Isabel Goacutemez para representarlas Ellas explicaron las condiciones de vida y de trabajo en Bella Unioacuten Por primera vez escuchamos la consigna TIERRA PARA QUIEN LA TRABAJA traiacuteda por estas compantildeeras al Encuentro Nacional de Mujeres Trabajadoras Esos fines de semana aprendiacute mucho en el intercambio Andreacutes se iba por la noche a alguna reunioacuten en el pueblo en la que yo no participaba ndashEso es cosa de hombres ndashdeciacutean ellas ndashQueacutedate con nosotras Y me quedaba en el barrio compartiendo alguacuten pan casero recieacuten hecho Me invitaban a dormir a su casa Conociacute sus familias su forma de vivir sus ranchos y el olor a lentildea de sus hogares que me llevaba a mi casa para recordarlas durante la semana En el sindicato era diaria la rueda de mate A veces traiacutean buntildeuelos o tortas fritas Relataban distintos casos Contaron tantas cosas que se llegoacute a pedir una inspeccioacuten sanitaria que nunca se realizoacute

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Los patrones abusaban del uso de insecticidas venenos con los que sulfataban las plantas A las obreras les provocaba alergia en manos y ojos voacutemitos y erupciones en todo el cuerpo Terminaban en la consulta en el hospital y teniacutean que dejar de trabajar Durante los diacuteas de cosecha bajo el sol el calor era aplastante de treinta a treinta y ocho grados durante las ocho o diez horas de trabajo a destajo La zafra era esperada con alegriacutea y angustia a la vez Teniacutean que ser muy raacutepidas explicaban porque los tomates maduran todos a la vez y en tres o cuatro diacuteas se puede perder una cosecha Debiacutean apurarse porque solo tienen esos diacuteas para hacer su salario El tomate es delicado no lo podeacutes machucar ni arrancar de cualquier manera Lleva su tiempo y pagan muy mal Algunas mujeres teniacutean que llevar a la quinta a sus hijos chiquitos Los acostaban en los surcos cerca de ellas envueltos en unos trapos tapaacutendolos con ramitas verdes para que estuvieran fresquitos mientras dormiacutean Teniacutean que cuidarlos de los insectos que alliacute abundan por el clima Me deciacutean que alguna habiacutea parido a sus hijos en los surcos de tierra ndashCuando sos de parto raacutepido y levantas un cajoacuten podeacutes romper agua y atraacutes viene el guriacute sin avisar ndash contaba una con toda naturalidad Yo como montevideana estaba lejos de imaginar que en el Uruguay al que llamaban ldquola Suiza de Ameacutericardquo pasaran estas cosas Jacinta tendriacutea unos cuarenta y cinco antildeos supongo aunque algunas veces me equivoqueacute al calcular edades Siempre parecen mayores llenas de hijos desgastadas por el trabajo y la vida La vi por primera vez una tarde cuando la trajo otra zafrera al ranchito del Sindicato Nos dijeron que el caso de Jacinta era urgente Traiacutea un papelito de pase a cirugiacutea del hospital local para el Hospital de Cliacutenicas Teniacutea que viajar a Montevideo para operarse aquel enorme bocio que sentildealoacute con la mano aunque no era necesario se veiacutea que era del tamantildeo de un huevo de avestruz y le colgaba Jacinta teniacutea grandes ojos saltones y enrojecidos por la

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enfermedad avanzada Nos pediacutean que le solucionaacuteramos el viaje alojamiento y acompantildea-miento al Hospital de Cliacutenicas Yo trateacute de explicarles que eso teniacuteamos que tramitarlo con el sindicato de ONDA que era la uacutenica empresa de oacutemnibus que viajaba hasta Artigas Asiacute lo hice recogiacute sus datos personales y el pase meacutedico Despueacutes de una semana conseguiacute su pasaje de ida y vuelta a la Capital y se lo envieacute Una tarde me avisaron que Jacinta estaba en Casa del Pueblo esperaacutendome Cuando llegueacute me sorprendiacute no estaba sola En sus brazos sosteniacutea una nintildea que padeciacutea paraacutelisis cerebral e hidrocefalia seguacuten supe despueacutes Piernas y brazos largos finos y descarnados manos y pies grandes que colgaban como trapos y una cabeza grande frente ancha ojos mirando hacia atraacutes sin ver y una boca babeante Jacinta soacutelo me dijo a modo de saludo ndashNo teniacutea con quien dejarla Yo no sabiacutea que traeriacutea a esta hijita y tampoco sabiacutea queacute hacer Soacutelo teniacutea previsto el alojamiento para ella y la visita al meacutedico que la atenderiacutea en el Hospital de Cliacutenicas iquestQueacute hacer iexclQueacute ganas de llorar Cuando hablo de alojamiento no hablo de hotel era la casa de alguno de nosotros no teniacuteamos plata para otra cosa La presencia de la nintildea lo cambiaba todo Pensaba alojar a Jacinta en otra casa cerca del Hospital pero todo cambioacute porque la nintildea necesitaba cuidados especiales Eran las ocho de la noche y penseacute en mi madre No le habiacutea comentado en que andaba pero suponiacutea que mi madre no me dejariacutea en la estacada Llegueacute a casa a cenar sin avisar como tantas veces acompantildeada por Jacinta su hijita y un nudo en la garganta Mireacute la cara de mi madre durante la cena para ver su reaccioacuten En seguida supe que se podiacutean quedar las dos en casa Dontildea Rosa me hizo comprender que ella cuidariacutea de lanintildea Yo sabiacutea que mi madre teniacutea un gran corazoacuten solidario

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iexclQueacute tranquilidad A la mantildeana siguiente iriacutea a la faacutebrica sabiendo que la nintildea quedaba en buenas manos y que otra compantildeera llevariacutea a Jacinta al hospital Cuando operaron a Jacinta nos quedamos con la nintildea en casa Mi madre la trataba con carintildeo y le preparaba sopas nutritivas papillas y frutas Le daba mucho de comer porque la veiacutea muy flaquita La nintildea respondiacutea con risas nerviosas a veces apretaba la cuchara entre los dientes y eradifiacutecil sacaacutersela Respondiacutea tambieacuten al estiacutemulo de las palabras carintildeosas de dontildea Rosa A los tres o cuatro diacuteas empezoacute a hacer un poco de fiebre despueacutes temperaturas maacutes altas y convulsiones lo cual nos asustoacute mucho ndashEs un angelito de Dios ndashdeciacutea mi madrendash iquestExtrantildearaacute Llamamos a Isabel la pediatra esposa del compantildeero Joseacute Pedro Cardoso Al ver a la nintildea le dijo a mi madre que no le diera tanto de comer que la nintildea estaba desnutrida y padeciacutea raquitismo Teniacutea cinco antildeos y pesaba diecisiete quilos y teniacutea un sistema digestivo diferente al de un nintildeo de su edad Nos explicoacute que aunque tuviera siete antildeos era como un bebeacutesbquo y no aguantariacutea el cambio de alimentacioacuten ya que la madre soacutelo le daba leche o agua con azuacutecar en mamaderas y muy poco soacutelido Seguiacutea haciendo fiebre por las tardes y no movilizaba el intestino Otra vez llamamos a la meacutedica vio que se estaba poniendo grave La internaron en el Hospital de Nintildeos Teniacuteamos a la madre y a la hija en distintos hospitales A los pocos diacuteas murioacute la pequentildea de una paraacutelisisintestinal En mi casa se vivioacute una jornada de duelo No podiacuteamos conformar a mi madre Aunque Jacinta le habiacutea explicado en conversaciones anteriores que los meacutedicos le habiacutean dicho que la nintildea no pasariacutea de los cinco antildeos mi madre no podiacutea aceptar que la comida le hubiera hecho mal ndashiexclSi yo la preparaba con tanto carintildeo ndashdeciacutea La velamos en casa de Andreacutes Fue muy triste todo habiacutea muy poquitas personas Jacinta no hablaba no conociacutea a nadie soacutelo miraba y agradeciacutea

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Se quedoacute unas semanas en casa de Andreacutes recuperaacutendose Jacinta volvioacute al pueblo operada y sin su hija A veces pienso en Jacinta La imagino trabajando cada diacutea con aquella nintildea que ldquono teniacutea con quien dejarrdquo envuelta en trapitos a su costado en los surcos La salud es uno de los derechos irrenunciables de las mujeres trabajadoras todo lo que ponga en peligro este derecho se debe denunciar Es un tema de todos estaacute en nuestra vida cotidiana y debe estar en los espacios sindicales Vivir dignamente para una trabajadora no es solamente tener un salario decente es tambieacuten tener acceso al cuidado de su salud Era una necesidad de antes y de ahora No es por casualidad que desde su fundacioacuten UTAA luchara por tener una policliacutenica en Bella Unioacuten al lado del Sindicato integrada como parte de la organizacioacuten Ellos supieron verlo desde el principio

Mitin poliacutetico en la viacutespera del 1deg de mayo en la Plaza Libertad Detraacutes se ve a cantildeeros y cantildeeras de Bella Unioacuten Mariacutea Julia estaacute sentada al frente en la izquierda Rauacutel Sendic estaacute sentado delante a la derecha Tambieacuten estaacuten presentes Delia Maldonado y Jorgelina Martinez (Principios de la deacutecada de los 60) Fotografiacutea Archivo personal

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La marcha

Aquiacute estoy con una taza de teacute que me prepareacute a media tarde Estoy sola escuchando muacutesica Seco cuidadosamente la cucharita con la servilleta de papel y como jugando la hundo en el azucarero Me entretengo mirando el movimiento que hace el azuacutecar tan blanco tan fino tan dulce Pienso iquestSabraacuten las mujeres montevideanas el sabor amargo que tiene para algunasfamilias este azuacutecar El silencio de la casa me permite reencontrar recuerdos de mujeres que conociacute hace ya tiempo Cuando las mujeres hablamos de nosotras a veces decimos ldquoNosotras las amas de casardquo Nos referimos a un tipo de mujer a un tiempo de mujer y nos incluimos Pero yo seacute de otras mujeres otras amas de casa otras madres con otra suerte de vida No es lo mismo vivir en la ciudad que enel campo No es lo mismo tener tu salario que depender del salario de tu marido del clima de la zafra o estar sin trabajo por largo tiempo No es lo mismo tener tu casa que vivir en la tierra del patroacuten Revolviendo el azuacutecar en la taza cierro los ojos y me parece que veo a algunas de aquellas mujeres Las siento muy cerca escucho otra vez sus relatos Esto no es un cuento no puedo decir ldquoHabiacutea una vezrdquo No porque estas mujeres existen estaacuten entre nosotras dispersas en distintos lugares del paiacutes A algunas de ellas las conociacute en Bella Unioacuten Artigas en 1963 a otras cuando llegaron en la Segunda Marcha a Montevideo con su familiaen 1964 Veniacutean de Bella Unioacuten frontera con Brasil el lugar maacutes al norte de

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nuestro paiacutes lugar de tierras coloradas de aacutegatas de amatistas las tierras ricas de los ingenios azucareros Como otras mujeres de los sindicatos montevideanos formeacute parte del movimiento solidario Conseguimos comida abrigo carpas y un terreno baldiacuteo para que se alojaran Fue lo que pidieron queriacutean estar todos juntos Montevideo era muy grande y desconocido para ellos Los cantildeeros hicieron la marcha a pie buscando una solucioacuten a sus problemas Llegaron con las manos vaciacuteas igual que allaacute No eran noacutemadas ni desclasados Eran obreros agriacutecolas de nuestro campo Los poliacuteticos y la prensa de derecha quisieron hacer circo de la llegada de la marcha La marcha de los cantildeeros asombroacute a los obreros de la ciudad ldquolos peludosrdquo no llegaron solos trajeron sus familias a correr su misma suerte como allaacute Su familia sus hijos eran todas sus pertenencias Las mujeres nos hablaron de otra geografiacutea de una frondosa vegetacioacuten de un verdor vecino y ajeno de un rio que atardeciacutea con puestas de sol anaranjado que pintaba con ese color la tierra y la gente Otro clima donde el verano es el calor y sus consecuencias y el invierno sin trabajoes frio y hambre ndashSe nos veniacutea la hambruna Por eso nos vinimos a pedir a los poliacuteticos la expropiacioacuten de tierras para que se reparta entre las familias desocupadas para poder trabajar todo el antildeo y no depender solo de la zafra de la cantildea de azuacutecar Arrastraron su miseria de norte a sur Atravesaron el paiacutes Eran unas cuarenta familias Traiacutean una consigna ldquoPor la tierra y con Sendicrdquo su compantildeero ldquoEl que camina adelanterdquo deciacutean refirieacutendose a los carteles con la foto de Sendic que encabezaban la marcha ndashRauacutel Sendic fue el primero que nos explicoacute queacute es un salario queacute es una cooperativa que hay leyes y que podemos pedir una expropiacioacuten de tierras Eacutel simplemente les hizo entender que habiacutea donde trabajar todo el antildeo

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que las maacutequinas se podiacutean alquilar al principio y que la cosecha se repartiriacutea entre todos igual que el dinero recaudado ndashCerca del pueblo de Bella Unioacuten hay treinta mil hectaacutereas que tienen buenas aguas y nadie las trabaja Estaacuten llenas de yuyales de chilcas ndashEso es un egoiacutesmo no darla para que nosotros la trabajemos ndashTienen duentildeo Es de una sucesioacuten de la viuda de Silva y Rosas ndashNosotros solo las queremos para trabajar para comer Los cantildeeros queriacutean pedir que el gobierno expropiara esas tierras y las administrara y que el Ministerio de Agricultura se las entregara a ellos para trabajar Asiacute planteado era muy faacutecil de entender ndashiquestVerdad No se pierde nada Hay que pedirlo en Montevideo en el Parlamento alliacute donde se hacen las leyes Siacute es posible Allaacute vamos No teniacutean dinero para el pasaje Hacer la marcha a pie no era un problema de a poco llegariacutean deciacutean ndashEstamos acostumbrados a caminar ndashY aquiacute vamos ndashNo nos podemos quedar de brazos cruzados iquestesperando queacute Nuestros hijos tienen hambre ahora ndashexplicaban a los grupos que se acercaban en el camino ndashNo podemos esperar Las mujeres de la marcha contaron que se largaron a caminar como si fuera una mantildeana cualquiera Habiacutean preparado los bolsos el mate el termo la yerba La bombilla y las galletas criollas fueron lo primero que se acordaron de poner en el paquete de viaje Distribuyeron el peso los ataditos de acuerdo al tamantildeo de cada hijo Les resultoacute faacutecil porque no teniacutean mucho Los pantildeales las mamaderas y la ropita abultaban muy poco Una manta cruzada a la espalda de cada uno Abrigo llevaron todo el que teniacutean o el que les prestaron los que fueron a despedirlos al ranchodel Sindicato El grupo lo conformaban hombres y mujeres de todas las edades Los

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mayores teniacutean cincuenta o sesenta antildeos habiacutea adolescentes nintildeos y bebes Nombraron encargada del botiquiacuten a una enfermera del pueblo Aacutengela Aacutelvarez que junto a un joven que estaba haciendo el uacuteltimo antildeo de magisterio decidioacute acompantildearlos Salieron por la carretera con la fresca de la madrugada antes que asomara el sol Al poco rato les saludoacute un rojo amanecer con cantos de paacutejaros Esas eran las uacuteltimas imaacutegenes que recordaban de allaacute del norte Esas mujeres iban a vivir como cada diacutea sin casa mal vestidas casi descalzas Colectivizaron los comestibles que al paso del camino manos solidarias les haciacutean llegar Amigos que los acompantildeaban unos kiloacutemetros y se despediacutean con abrazos Pintaban los muros ldquoExpropiacioacuten de las treinta mil hectaacutereas de Silva y Rosasrdquo ldquoReparto de la tierra a los trabajadores desocupados del Norterdquo Los muros escritos iban quedando atraacutes como testigos de su paso En esa marcha las mujeres fueron las primeras en colectivizar el cuidado de los hijos las mamaderas los llantos Tambieacuten compartieron ilusiones y anhelos Cada una esperaba lograr diferentes cosas de ese sacrificio ndashCuando saliacutea la marcha aquella madrugada junteacute los restos de comida que me quedaban Fideos de distinta clase un poco de arroz un poquito de azuacutecar y lo entregueacute al paquete comuacuten Penseacute que lo que deseaba para todos nosotros era iexclla abundancia ndashCuando escucheacute que habiacutea que llevar calzado y ropa coacutemoda penseacute que no teniacutea mucho para elegir Yo deseo eso no estar toda la vida pelada y ganar para comprar ropa para todos Ana Mariacutea de quince antildeos dijo riendo que con conocer Montevideo ella ya tendriacutea bastante ndashDesde que vivo con Don Lema en el Ingenio ni muebles tengo Una cama una mesa de tabloacuten y bancos de tronco que arrastramos del monte Pero ella habiacutea visto la casa donde iba a entregar la ropa limpia habiacutea visto que se podiacutea vivir de otra manera

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ndashiexclQueacute cocina teniacutean iexclUn lujo iexclQueacute muebles Todos pintaditos No seacute coacutemo tendriacutea dentro de la casa yo entraba solo a la cocina iexclY queacute cortinas iexclPreciosas Ella seriacutea muy feliz teniendo cada cosa en su lugar ndashiexclPodeacutes ponerle cortinas a la aripuca ndashiquestQueacute es una aripuca ndashpregunteacute Ahora siacute se reiacutean todas con ganas Se daban cuenta que las montevideanas sabiacuteamos poco de coacutemo se vive allaacute Una aripuca es un montoacuten de ramas de cantildea puestas en forma de cono Los cantildeeros y algunas familias duermen alliacute durante las largas semanas de trabajo Tambieacuten los llaman benditos porque parecen manos en posicioacuten de oracioacuten Charlando la rueda se va agrandando Unas sentadas o en cuclillas otras paradas Dos de ellas cebando mates Hablan de su vida y su deseo de vivir mejor La esperanza asoma a los ojos oscuros y vivaces en las caras de sonrisa faacutecil Por esas ilusiones caminaban hacia la Capital Creiacutean en un proyecto de ley que les permitiera trabajar tener un hogar fijo una casa y comida para todo el mes todo el antildeo En el camino coreaban consignas entonaban una cancioacuten o haciacutean silencio por largo rato Pensativos caminaban miraacutendose los pies cansados sucios de tierra lastimados vendados A veces camioneros que marchaban en la misma direccioacuten les llevaban las cajas maacutes pesadas por un trecho y si habiacutea lugar se trepaba alguna de las mujeres con los nintildeos y esperaban al grupo unos cuantos quiloacutemetros maacutes adelante Lo contaban a las risas como nintildeas traviesas Cuando estaban muy cansados y el sol caiacutea de plano al medio diacutea acampaban al costado del camino si era posible en un lugar con sombra y un arroyo de agua fresca Un grupo de hombres se poniacutea a cocinar Las mujeres aprovechaban para bajar al arroyo a lavarse ldquopor aquiacute y por allaacuterdquo lavar la ropa interior de ellas y de los hijos los pantildeales las camisetas

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de los maridos Las tendiacutean en las ramas de los aacuterboles Los aacuterboles quedaban florecidos de calzones de todo tamantildeo y color Se quedaban un rato con ldquolas patasrdquo en el agua que corriacutea Pies con ampollas sangrantes se refrescaban alliacute Se probaban las ropas de otras mujeres que se acercaron a darles ropa usada Alliacute quedan recogiendo el lavado cambiaacutendose de ropa y comentando las cosas que veiacutean y oiacutean de la gente que se acercaba y les preguntaba por el motivo de la marcha Lavaban a los nintildeos y los mandaban a sentarse con los demaacutes a esperar la comida que haciacutean en grandes tachos Despueacutes de comer se estiraban en el suelo a dormir la siesta a la sombra con la gurisada cara al cielo mirando las hojas de los arboles Se oiacutea alguacuten llanto de guriacute que extrantildeaba a la abuela Los maacutes grandecitos preguntaban cuaacutentos diacuteas iban a estar en la capital si iban a vivir en una casa En los descansos los nintildeos se agrupaban alrededor del maestro que organizaba juegos En una caja de cartoacuten guardaban los laacutepices de colores cuadernos libros de cuentos crayolas y plastilinas Dos de los nintildeos mayores se ocupaban repartirlos y recogerlos al final del juego En otra caja de cartoacuten guardaban los regalos que les daba la gente y que tambieacuten se vuelven colectivos autitos con tres ruedas muntildeecas rengas libros de cuentos con alguna paacutegina de menos maravillas que esos nintildeos nunca habiacutean visto caramelos con papeles lindos que el maestro les pediacutea que no tiraran porque los aprovechaba para hacer manualidades los diacuteas de acampada El ciacuterculo de los nintildeos era el maacutes barullento era imposible hacerles hablar en voz baja Mientras descansaban antes de empezar la caminata nuevamente algunas carcajadas recorriacutean el tendal de trapos y gente desparramada Los sindicalistas de los pueblos a los que iban llegando saliacutean a las afueras a recibirlos y les buscaban un campo baldiacuteo para acampar Alliacute empezaba todo otra vez hacer fuego conseguir agua viacuteveres realizar las entrevistas con las radios locales y los sindicatos A veces se conseguiacutean locales para que durmieran por la noche los nintildeos y las mujeres

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Durante el diacutea estaban todos juntos La solidaridad llegaba en ropa comida abrazos apretones de manos adioses y bienvenidas En cada lugar se repetiacutean las mismas escenas Cuando dejaron atraacutes el cantildeaveral de Artigas fue cambiando el paisaje Al entrar a Salto el camino fue llenaacutendose de naranjales y limoneros Cambiaron los colores los olores las frutas los sonidos habiacutea maacutes traacutensito de autos y camiones en la carretera Los nintildeos jugaban a elegir autos y colores ldquoEste es miacuteohellip El que viene allaacute es miacuteordquo Les alcanzaban cajas con naranjas para el camino Despueacutes que cruzaron el riacuteo Queguay aparecioacute Paysanduacute tan movido tan industrial y comercial En el puente los salieron a alcanzar los obreros de Paylana Paycuero y personal del hospital Llevaban cajas con comestibles que habiacutean juntado para los diacuteas que los cantildeeros acamparan en Paysanduacute ndashLa olla sindical ndashles dijeronndash estaacute asegurada En Paysanduacute el abordaje de los periodistas fue maacutes concreto Algunos que veniacutean en busca de la noticia terminaban asumiendo un compromiso personal con la causa La enfermera se acercoacute a los periodistas y pidioacute medicamentos y que alguacuten meacutedico se acercara al campamento Lo pidioacute en voz alta en grupo como en un mitin Aacutengela ya no era tan tiacutemida La gente de Paysanduacute fue muy generosa El hospital brindoacute toda clase de asistencia vacunaciones atendioacute alguno que otro dolor de muela Aparecieron problemas de salud no previstos A solas la enfermera me comentoacute que la prostitucioacuten en los pueblitos fronterizos muchas veces es un trabajo casi normal que completa el salario familiar A veces la siacutefilis es la herencia Es difiacutecil detectarla cuando no hay asistencia meacutedica Despueacutes de pasar unos diacuteas en Paysanduacute continuaron el quehacer diario de avanzar cada diacutea cuanto maacutes mejor Los meacutedicos les habiacutean aconsejado que controlaran la alimentacioacuten que comieran fruta y verdura controlaran

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la tensioacuten arterial que buscaran supervisioacuten meacutedica en los pueblos en que acamparan y que bebieran agua mucha agua Me gustaba mucho escuchar ese hablar fronterizo mezcla de palabras portuguesas y castellanas Tonos dulces y melodiosos en las bocas desdentadas Explicaban sencillo a los periodistas que allaacute en el norte crece el hambre y crece la rabia la impotencia de los trabajadores que hay tierra y no hay trabajo Contaban que la muerte visita a los nintildeos en verano diarreas paraacutesitos mal de ojo ndashiquestCurarlo de mal de ojo Lo que tiene es hambre ndashhabiacutea dicho la curanderandash No me lo traiga dontildea es comida lo que le hace falta al guriacute Tranquilas sin saberlo hablaban de reforma agraria porque eso de repartir las tierras para trabajar era lo que queriacutea Artigas iquestno Ignorantes de poliacutetica hablaban de poliacutetica y se volviacutean subversivas iexclY ellas sin saberlo Treinta mil hectaacutereas verdes proliacuteficas hojas de savia y sangre humana tintildeendo el suelo de tierras coloradas Todo al alcance de la mano pero tiene duentildeo Tierras viacutergenes puestas por Dios alliacute pero tienen duentildeo No las pueden trabajar La tierra les besa los pies pidiendo ser fecundada pero no los dejan Y los nintildeos mueren de hambre De a poco fueron acortando distancia Fray Bentos Mercedes San Joseacute Diacuteas que pasaban lentamente cansadas las piernas y el corazoacuten agitado Daban charlas al costado del camino a los grupos que se acercaban a estudiantes a obreros a maestros a enfermeros a grupos de las parroquias Haciacutean conocer otro Uruguay Los escuchaban en silencio porque esta gente hablaba distinto teniacutea propuestas concretas y formas diferentes de hacer sindicalismo En cada lugar recibiacutean una borrachera de bienvenidas de adioses sonrisas y lloros de gente que no conociacutean y que se emocionaba al verlos pasar Estaban orgullosos ilusionados convencidos de que lo que haciacutean era bueno

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era justo No mendigaban nada solo explicaban que queriacutean trabajar para vivir dignamente como se mereciacutean Era tan faacutecil de entender Los gremios de Montevideo anunciaron su llegada Mucha gente salioacute a esperarlos a Plaza Coloacuten En Belvedere se hizo un acto donde hablaron dirigentes sindicales de Montevideo y cantildeeros de Artigas En ese otontildeo gris huacutemedo y lluvioso se instalaron en un terreno baldiacuteo en la calle Cuntildeapiruacute cerca del Mercado del Abasto y de la faacutebrica textil Alpargatas Levantaron unas cuantas carpas de lona El terreno estaba rodeado por un muro como de dos metros de alto Entraban y saliacutean atareados todos los diacuteas Saliacutean en pequentildeos grupos a pedir verdura al mercado para la olla comuacuten Los puesteros colaboraban siempre Recogiacutean cajones de madera que serviacutean de asientos de mesas y para alimentar el fuego Los hombres acarreaban tachos de agua de casas vecinas Los llevaban entre dos colgados de un palo de escoba que agarraba uno por cada punta y los volcaban en unos tanques maacutes grandes para todo uso En el aacutengulo del terreno maacutes alejado hicieron el pozo para hacer un bantildeo con paredes de tabla y lo techaron con chapas ndashTodo es provisorio porque apenas terminen las entrevistas en el Parlamento nos vamos ndashdeciacutean ilusionados Los estudiantes de de magisterio de asistencia social de medicina vendiacutean bonos solidarios para sostener la propaganda Se ofreciacutean modestamente a trabajar en lo que fueran uacutetiles acompantildeaban al meacutedico a quien lo necesitara a hacer documentos de identidad a quien no lo teniacutea a sacar el carnet de Salud Puacuteblica gratuito para poder atenderse Por las tardes los visitaban algunas obreras textiles de FUNSA vecinos personas aisladas que se acercaban solidarias al campamento Se mueven mucho hay un gran ir y venir dentro del campamento

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Algunos llevan abrigos grandes sobre los hombros para protegerse de la llovizna que cae desde hace diacuteas El trajinar de tantas personas amasa un gran barrial en el centro de la tolderiacutea Estaacuten muy ocupados Salen y entran todo el diacutea por ese agujero en la pared Se turnan de a dos para hacer guardia en la puerta tomando mate Preguntan quieacuten es el que llega si es una delegacioacuten apuntan en un cuaderno y uno de ellos los acompantildea hasta donde estaacute la comisioacuten directiva reunida alrededor del fuego El mate circula manteniendo las manos calientesSaludos y empieza la reunioacuten con los visitantes Algunos tienen familiares en Montevideo o amigos que los vienen a visitar Los sindicatos montevideanos debieron tomar cartas en el asunto Agarraron el tema como a una papa caliente Se discutiacutea meacutetodo estrategia formas de lucha no todos estaacuten de acuerdo con esa manera de presentarse en Montevideo asiacute como una visita no anunciada Algunos dirigentes se sintieron embretados y tuvieron que dar su opinioacuten El gobierno por otro lado no queriacutea sentar el precedente de una expropiacioacuten de tierras iexclY ellas que lo teniacutean tan claro iexclEra tan faacutecil de entender Pero ellas no sabiacutean de poliacutetica Estaacuten preocupados Algo va mal Muchas reuniones En general son los hombres los que hacen las gestiones en los sindicatos y en el Palacio Legislativo alliacute se nombroacute una Comisioacuten especial para tratar el tema Hay periodistas que buscan a las mujeres y a los nintildeos para fotografiarlos Quieren mostrar las miserias de pagos alejados de la capital Buscan esos ojos negro azabache y la mirada misteriosa de los nintildeos de pelo negro y pinchudo o los ojos almendrados y las caritas de risa faacutecil A los nintildeos les gustan las fotos se despiden pidieacutendoles una No les importa en queacute perioacutedico saldraacuten ni que diraacuten Las mujeres contestan alguacuten reportaje La prensa da informacioacuten a medias sobre lo que piden y no siempre publica las verdades que cuentan Los nintildeos son muy carintildeosos Cuando llegaacutes al campamento se acercan te rodean si te conocen te llaman por el nombre vienen corriendo se te cuelgan

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del cuello como si te estuvieran esperando Las nintildeas grandes quieren saber que hacemos donde trabajamos Nos miran de arriba abajo la ropa los zapatos nos abrazan Yo teniacutea que ser cuidadosa visitarlos a todos o al menos intercambiar saludos Ellas me veiacutean llegar y me esperaban para charlar Todas las tardes de alguna carpa sale ese olor caracteriacutestico de las tortas fritas Unas amasan la harina con agua y sal la moldean en las rodillas y las cocinan en cuclillas frente al fuego El fuego se arma entre cuatro piedras apoyada sobre las piedras va una rejilla hecha con alambres cruzados que sostiene una sarteacuten donde hierve la grasa de vaca El olor de las tortas fritas atrae a muchos amigos que aprontan el mate y se acercan Las cuerdas que atraviesan el baldiacuteo en todas direcciones sostienen un gran tendal de ropa mojada de todos colores y tamantildeos Tarda diacuteas y diacuteas en secarse cuando al final ya estaacute seco huele otra vez a humo y a comida Al atardecer empieza a caer el rociacuteo y termina de mojar el piso de tierra blando y pisoteado amasado por los pies durante todo el diacutea El rosario de fogones armados cerca de la puerta de cada carpa el olor a lentildea traiacuteda del mercado y las risas por alguacuten cuento mitigaban el friacuteo lo aliviaban hasta que llegaban el silencio y el suentildeo Tres o cuatro compantildeeros vigilaban durante la noche que todo estuviera bien en el campamento conversando bajo alrededor del fuego con una manta sobre los hombros y esperando la vuelta del mate Hay mucho trabajo Se forman comisiones de limpieza de almacenamiento y reparto de comestibles y ropa que llevan vecinos sindicatos y parroquias Los estudiantes ayudan en la venta de bonos y en las manifestaciones casi diarias alrededor del Palacio Legislativo Paran el traacutensito reparten volantes hechos por ellos mismos a mimeoacutegrafo Los cantildeeros seguiacutean adelante con su propoacutesito estaban seguros de conseguirlo Preparaban entrevistas con distintos ciacuterculos sociales sindicatos

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poliacuteticos parlamentarios y prensa Se tuvieron que despabilar pronto y solos El movimiento fue creciendo Mucha gente se incorporaba sensibilizada con el tema las parroquias juntaban comestibles y ropahellip Era maacutes que un sindicato pasoacute a ser un movimiento generador de opiniones y se volvioacute peligroso Pasadas seis semanas no hay muchas novedades Colacho llama a asamblea casi diariamente en el centro de la tolderiacutea ndashiexclAsamblea iexclAsamblea Todos quieren saber queacute pasa con las gestiones iquestEn queacute estaacute la solicitud de tierras iquestQueacute pasa en la Comisioacuten especial que trata el tema de la expropiacioacuten iquestQuienes son los que se oponen Pero el gobierno estaacute duro no negocia Se acabaron las conversaciones

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Las mujeres en la marcha

Las mujeres formaron tambieacuten una comisioacuten de trabajo Algunas delegaciones veniacutean concretamente a verlas a ellas Atendiacutean las entrevistas aunque al principio no todas participaban activamente Algunas no se acercaban tal vez por timidez Pero todas observaban a los que entraban y saliacutean Luego preguntaban queacute pasabaMontevideo les impactaba les asustaba intuiacutean que algo malo podiacutea pasar miraban desde su carpa llamaban a los gurises no queriacutean que les hicieran fotos ndashiexclNo iquestPara queacute Para que se riacutean de nosotros iexclNo Haciacutea ocho semanas que habiacutean llegado a la capital Largas semanas sin respuestas La Comisioacuten de Mujeres fue tomando cuerpo Se sentiacutean maacutes seguras estaban maacutes ocupadas Se sumaban a las entrevistas con los sindicatos o con los parlamentarios Se permitiacutean dudar y hablar en la asamblea Fueron ganando espacios Las cantildeeras convocan a su asamblea golpeando las manos De a poco van llegando todas a la rueda en el centro del campamento De pie de piernas abiertas para tener maacutes equilibrio con los hijos chicos atravesados en la cintura y los otros colgados como racimos de uvas se reuacutenen al paacutelido sol del mediodiacutea Son unas quince Estaacuten preocupadas Todas quieren hablar a la vez Montevideo las decepcionoacute Soacutelo las tranquilizan las manos tendidas de otros trabajadores que se acercan a diario al campamento Algunas dicen que si no hay respuesta

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del gobierno prefeririacutean volver a su tierra volver a como estaban antes no perder la proacutexima cosecha no quieren quedarse aquiacute a mendigar La Eva de Bandera escucha pensativa Estaacute doblando unas ropitas sentada en su cajoacuten Los nintildeos se acercan al grupo para escuchar mejor La Eva de Almada tambieacuten se acerca despacio Escucha con la mirada baja Todas hablan fuerte se entrecruzan los diaacutelogos ndashHay mucho barullo iquestPor queacute no hablamos de a una ndashAquiacute la cosa se estaacute poniendo difiacutecil No podemos esperar ndashiexclAhora hablo yo iexclCarajo ndashfuerte para callar el griteriacuteondash iquestSoy o no soy la presidenta Se riacuteen es la China La China teniacutea treinta y seis antildeos No fue a la escuela porque no tuvo tiempo la vida se le vino arriba raacutepido Seguacuten me contoacute un diacutea la eligieron presidenta de la comisioacuten de mujeres del campamento porque habla claro y no tiene pelos en la lengua Sigue diciendo ndashNo tenemos nada que perder Bajamos a Montevideo a luchar para conseguir la tierra no nos vamos a ir sin conseguirla Hay que esperar un poco tener paciencia ndashHicimos ochocientos quiloacutemetros a pie familias enteras Esta marcha la hicimos todos hombres mujeres y nintildeos Esto no es pavada Si hay que esperar esperamos ndashdice la Chelandash Tenemos que sacar la ley del Parlamento ahora La Chela Fontora tiene veintiseacuteis antildeos Es de la Comisioacuten Directiva del sindicato de UTAA Todas estaacuten muy serias pensativas con un miedo que obedece maacutes al presentimiento que a otra cosa ndashiquestHasta cuaacutendo ndashdice otra con una voz aflautada y fina ndashPerderemos la zafra ndashiquestY los maridos en queacute van a trabajar cuando volvamos iquestEh ndashiquestDe queacute vamos a vivir

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ndashiquestY si no votan la Ley ndashEllos estaacuten para ellos iexcly ta ndashNo podemos esperar yo estoy cansada Allaacute puedo vivir en el rancho de alguacuten vecino mientras esperamos Sus voces se oyen perdieacutendose entre los sonidos de la gran ciudad Como ecos golpean en las esquinas y se multiplican en las puertas y las ventanas de los barrios montevideanos Se agregoacute el invierno se fueron enfriando las visitas emotivas de los primeros diacuteas Los montevideanos se acostumbraron a verlos por las calles La prensa pasoacute la noticia a segundo plano Ya no son novedad La prensa de derecha gasta muchos recursos para atacarlos poniendo en duda la autenticidad del movimiento ndashiquestQueacute buscan los cantildeeros Coacutemo si no lo supieran Los sindicatos siguen discutiendo sobre los meacutetodos la estrategia y los hechos consumados Todas esas palabras que no estaban en el vocabulario del grupo en el diario vivir de las familias cantildeeras ndashiexclTan faacutecil que pareciacutea todo ndashTrabajar para vivir ndashSolo pediacuteamos eso Nintildeos y mujeres tienen gripe y bronquitis que no se curan faacutecilmente Alguno es hospitalizado Les hicieron radiografiacuteas les reforzaron las vacunas ndashOtro clima ndashdeciacutean ellas ndashAquiacute hay mucha humedad La solidaridad de los gremios no cesoacute Los obreros de los frigoriacuteficos organizaron la campantildea del quilo donacioacuten de alimentos no perecederos y de un quilo de carne por donante por diacutea Lo haciacutean llegar diariamente al campamento Pero todo se iba desgastando Llegaba menos cantidad de otras donaciones Las pequentildeas manifestaciones diarias por distintos barrios ya no se

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podiacutean hacer sin autorizacioacuten y mucho menos vender bonos solidarios por la calle principal de la ciudad o en la puerta de las faacutebricas Les pediacutean la ceacutedula para intimidarlos ndashSolo queremos trabajar allaacute en nuestra tierra en Bella Unioacuten cerca de nuestras familias ndashNo vinimos a mendigar a Montevideo De eso estaban seguras Una mantildeana al volver del mercado vieron que les habiacutean puesto guardia policial en las esquinas del campamento por la calle Cuntildeapiruacute Y empezoacute la provocacioacuten policial

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Ana Mariacutea

La tarde del siete de mayo un grupo de cantildeeros sale del campamento rumbo al Palacio Legislativo Ese diacutea se trata el tema de la Expropiacioacuten de Tierras en la Comisioacuten Especial Un grupo de compantildeeros se despide ldquoHasta luego ya volveremosrdquo y sale por aquel agujero en el paredoacuten del baldiacuteo Dentro queda movieacutendose la vida cotidiana Aquellos hombres de sombreros negros de pantildeo y ropa mezclada entre gaucho y pueblerino no pasan desapercibidos La policiacutea teniacutea orden de no dejarlos llegar al Palacio Legislativo Los persiguen empuntildeando sables amenazando a todos los que se acercan y tengan aspecto de cantildeeros En el campamento Ana Mariacutea pide a dos chicas que la acompantildeen a la farmacia a buscar unas aspirinas Su madre tiene un fuerte dolor de cabeza Salen a la calle las tres jovencitas Caminan junto al muro conversando animadamente cuando ven llegar corriendo al grupo que habiacutea salido recieacuten gritando e insultando a sus perseguidores policiacuteas de a pie y de a caballo ndashiexclGurisas meacutetanse parsquo dentro que nos corre la policiacutea Las muchachas en la sorpresa no atinan a nada se quedan paradas Los compantildeeros las agarran de la mano para entrarlas Suenan disparos Ana Mariacutea grita y cae al suelo El grupo se detiene bruscamente y retrocede para recoger a la joven Con los puntildeos en alto gritan ndashiexclAsesinos Los policiacuteas se vuelven y desaparecen por una calle lateral

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Como pueden entre cuatro o cinco la llevan hasta la esquina Ana Mariacutea llora y grita ndashiexclMi pierna Paran un auto que los lleva al Sindicato Meacutedico de Arenal Grande Los demaacutes entran para tranquilizar a los que al escuchar el balazo queriacutean salir a ver queacute pasaba Ana Mariacutea Silva de quince antildeos es la primera viacutectima de la Marcha Era Ana a quien le entusiasmaba llegar a la Capital la que miraba todo con asombro con alegriacutea con ganas de recorrer y conocer Montevideo Esa noche despueacutes que operaron a Ana Mariacutea la familia recibioacute la noticia de que la bala extraiacuteda habiacutea afectado arterias y ligamentos importantes y tendriacutean que hacer nuevas intervenciones quiruacutergicas para devolverle el movimiento La recuperacioacuten seriacutea muy lenta Ese diacutea se sumoacute otro herido de bala en un pie varios lastimados maacutes y ocho cantildeeros presos No terminoacute Al diacutea siguiente llevaron detenido a Colacho Esteacuteves uno de los dirigentes de UTAA herido de un sablazo en la cabeza el diacutea anterior Lo procesan acusado de desacato Estuvo preso veinte diacuteas en la caacutercel de Miguelete Comienza la confusioacuten las dudas iquestQuieacuten provoca a quieacuten En la prensa y en la radio el parte policial explica que fue una pequentildea manifestacioacuten no permitida y que a un soldado se le escapoacute un tiro iexclQueacute otra cosa podiacutean decir iquestUn tiro y dos heridos de bala En el campamento llanto y nerviosismo acompantildeados de un fuerte sentimiento de miedo rabia e impotencia los puso frente a frente con la realidad ndashiquestQueacute hacemos aquiacute iquestQueacute esperamos iquestDe quieacuten Los cantildeeros y sus familias cerraron filas Con Ana Mariacutea internada y los compantildeeros heridos o presos teniacutean maacutes motivos para luchar contra la injusticia Las mujeres se pusieron maacutes activas maacutes alertas y participativas

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Lucharon desde el sindicato con sus hijos de la mano Corriacutean la misma suerte que ellos Ahora se incorporaba un grupo de mujeres a todas las entrevistas Otras quedaban cuidando el campamento porque desde el Municipio les llegoacute orden de desalojar el predio Las cosas se iban aclarando fueron viendo doacutende estaba cada cual fueron perdiendo la ingenuidad Pensaron que ellas estaban lejos de la poliacutetica y que en Montevideo todo era de libros y leyes de decretos y de comisiones y de investigaciones de promesas y de olvidos La pregunta de por queacute estaban alliacute apareciacutea cada vez con maacutes frecuencia Cuando iban a lavar teniacutean que mendigar el agua a los vecinos que con lo que habiacutea pasado con la confusioacuten veniacutean menos por el campamento Recordaban cuando lavaban en el riacuteo la ropa se secaba al viento norte y teniacutea olor a sol y a aacuterboles Allaacute teniacutean mucho maacutes espacio tambieacuten a la hora de comer Toda la naturaleza les perteneciacutea Aquiacute en pocos metros cuadrados estaban encerrados entre los muros del terreno ajeno sin intimidad los gurises aburridos llorosos y asustados El estudiante de magisterio se volvioacute a Artigas teniacutea exaacutemenes pendientes Habiacutea colaborado durante toda la marcha y unas semanas maacutes Cuando se despidioacute fue muy triste para todos Aacutengela la enfermera que los acompantildeoacute se volvioacute al pueblo porque se enfermoacute su madre Dejoacute a los estudiantes de medicina la caja del botiquiacuten A veces no habiacutea ni medicamentos ni estudiantes luego se consiguioacute un meacutedico que haciacutea las urgencias en su consulta privada gratuitamente Las estudiantes de servicio social acompantildeaban a los que teniacutean seguimiento a los hospitales de salud puacuteblica para facilitar la gestioacuten y no dejarles chocar con el aparato burocraacutetico que se ensantildeaba con ellos cuando veiacutea que eran cantildeeros El duentildeo del baldiacuteo presentoacute una orden judicial de desalojo Al empleado del juzgado lo rodearon todos y lo escucharon tranquilamente Leyoacute el papel y cuando terminoacute dijo ndashiquestQuieacuten es el responsable Tiene que firmar aquiacute

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Todos se miraron Hubo un largo silencio La cara colectiva del grupo no moviacutea un muacutesculo Y a uno se le ocurrioacute decir ndashNo sabemos firmar Y un coro de voces reforzoacute ndashNo sabemos firmar El empleado judicial sonrioacute y dijo ndashBueno dicho y no dicho Tienen que buscar un abogado para que conteste este papelito porque las cosas estaacuten difiacuteciles para ustedes Buenas tardes Que lo pasen ustedes bien La Eva de Almada rompioacute el silencio Llamoacute a los gurises que acompantildeaban al hombre de los papeles hasta el boquete de la pared ndashGurises vengan parsquo dentro Aquel diacutea se comioacute en silencio se repartieron por familia las ollas con el guiso El pan en rodajas maacutes grandes que otras veces Tambieacuten habiacutea naranjas y manzanas que ellas trajeron del mercado Un atado de perejil en un frasquito oficiaba de florero en la cocina colectiva En el fogoacuten central el tacho enorme que haciacutea de olla con el agua calentaacutendose para que cada uno pase a limpiar su plato y lo ponga a secar al sol en una tabla que sirve de mesa y picadero La asamblea de mujeres se reuacutene en el centro del campamento Lentamente van llegando con el mate recieacuten hecho humeante ndashDicen que tenemos cuatro diacuteas para contestar el papel ndashA pie digo yo no vamos a volver al pueblo iquestNo ndashpregunta una de las mujeres ndashCon la cola entre las patas vamos a volver -dice otra ndashY mi suegra que me deciacutea ldquoNo vayan es peligrosordquo cuando nos vea volver con una mano atraacutes y otra adelante ndashYo a pie no vuelvo ndashTendriacuteamos que vender bonos para sacar plata para los pasajes de todos y somos muchos ndashiexclEs un montoacuten de plata tenemos que vender un antildeo parsquo sacar esa

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plata ndashTenemos cuatro diacuteas para contestar el famoso papelito Esta va en serio lo trajo escrito por juez ndashBueno ndashiquestQueacute vamos a hacer Con mirarnos las caras no ganamos nada ndashTenemos que encontrar una solucioacuten La cosa esta encaminada la comisioacuten estaacute trabajando dice otra ndashSi nos tenemos que volver nos volvemos Pero aquiacute nos tuvieron que escuchar ndashY nos tuvieron que ver para ver coacutemo vivimos ndashQue unos queden aquiacute y otros nos vamos como dicen los compantildeeros Y seguimos luchando para conseguir las tierras para trabajar Aquiacute y allaacute en Bella Unioacuten desde el Sindicato ndashiexclPorque no podemos esperar

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El asalto

Se interrumpe la transmisioacuten para dar una noticia ndashiexclUacuteltimo momento La rutina de la vida cotidiana de los montevideanos es sobresaltada por una noticia fuera de lo comuacuten Detenemos la tarea y escuchamos El receptor de radio nos deja con cantidad de interrogantes que no podemos contestar iquestCoacutemo iquestCoacutemo es posible ndashLos cantildeeros de Artigas asaltaron un banco en Montevideo ndashdice el periodista No lo podiacutea creer Ellos no eran delincuentes ndashFueron perseguidos chocaron con el auto y fueron apresados ndashcontinuacutea el locutorndash Se recuperoacute el dinero totalmente En la persecucioacuten los disparos de la policiacutea alcanzaron a uno de ellos que estaacute en el Hospital Militar Los otros dos fueron reducidos inmediatamente cuando regresaban por su compantildeero que estaba en el suelo herido El coche era un VW robado la noche anterior Los nombres son Santana de veintidoacutes antildeos Castillo de veintiocho y Vique de veintiseacuteis Todos ellos son puacuteblicamente conocidos como dirigentes del sindicato los cantildeeros que en este momento acampan en Montevideo ndashParece que no sabiacutean moverse en Montevideo y tomaron una calle a contramano Fue muy faacutecil apresarlos El parte meacutedico dice que el herido estaacute fuera de peligro El abogado del Sindicato Joseacute Diacuteaz que se presenta en la Jefatura de

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Policiacutea para informarse queda detenido e incomunicado tambieacuten La policiacutea rodea el recinto donde estaacuten acampadas las familias Nadie puede entrar ni salir Estaacuten incomunicados Se les toma declaracioacuten uno a uno y registran el lugar en busca de armas inexistentes Amenazan con llevar a los nintildeos al Consejo del Nintildeo Las madres se enfurecen No saben si es verdad o si lo dicen por meter miedo pero no estaacuten dispuestas a separarse de los hijos y no los sueltan de la mano Los sindicalistas y los amigos atentos a lo que estaba pasando damos vuelta a la manzana en pequentildeos grupos para que nos vean y sientan que estamos alliacute Asiacute caminamos hasta que la policiacutea se retira del campamento Entonces entramos ndashSe revolvioacute el hormiguero ndashdice una de las cantildeeras cuando me vio llegar con otras textiles con un perioacutedico en la manondash No entiendo nada Mejor dicho cada vez entiendo menos Dice que a la Celeste del Cachorrinho Julio Vique hoy la entrevistan en la televisioacuten Nos piden que las acompantildeemos a ir a ver la televisioacuten en alguacuten bar cercano para ver a la Celeste Solas no se animan a salir del campamento Aceptamos y allaacute vamos Nos dividimos en tres grupos para no llamar la atencioacuten Tambieacuten se incorpora alguacuten compantildeero ndashTodos calladitos ndashles dicen a los gurisesndash iexclNo pidan nada Soacutelo pediremos para sentarnos y ya estaacute No hay coca colas iquestEntienden Sino capaz que vienen los milicos otra vez y nos llevan a todos ndashle dicen a los nintildeos amenazantes y me guintildean el ojo ndashSiacute ndashdijeron a coro los gurises y se agarraron todos de las manos Me contaron que en algunos bares no las dejaron entrar en otros las dejaron pasar con simpatiacutea pidiendo que se portaran bien Los nintildeos miraban todo el mostrador las botellas los espejos las sillas pasaban la mano por la mesa de caacutermica Miraban Sentildealaban alguna cosa y se reiacutean tapaacutendose la boca tratando de hacer silencio y espiando a las madres para que no los rezongaran ndashiquestA queacute hora es ndash preguntoacute el mozondash iquestEn queacute canal

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Se acercoacute al televisor que estaba alto en un estante de madera recostado a la pared ndashEmpieza a las seis de la tarde La Celeste se fue hace dos horas la llevoacute una camioneta del Canal Fue con dos compantildeeras ndashSola no sale nadie del campamento ndashnos comentan preocupadas El mozo cambia lentamente los canales Cuando ven la cara de la Celeste los nintildeos sentildealan con los deditos asombrados y callados Ya estaba empezado el reportaje no sabiacutean cuaacutento rato habiacutea pasado La enfocan en un primeriacutesimo plano Una sonrisa desdentada florece en su cara que ocupa toda la pantalla de la televisioacuten Ella cierra encandilada un ojo ndashiquestUsted sabiacutea que se iba a producir un asalto cometido por los dirigentes del Sindicato de los cuales su marido es uno de ellos Hay ironiacutea en la pregunta Celeste de a poco se queda seria el entrecejo fruncido y habla ndashYo no sabiacutea nada todo estaba tranquilo en el campamento como todos los diacuteas Soacutelo que estamos cansados de pedir y que nos mientan En el campamento ya hay poco de comer tenemos algunos nintildeos enfermos Desde hace meses estamos a la intemperie y hace mucho friacuteo Ya hace meses que estamos aquiacute en Montevideo y nada Los dirigentes tambieacuten lo saben y sufren como nosotras Se sienten responsables y fueron a buscar la plata iquestDoacutende estaacute la plata En el Banco iquestno Yo no sabiacutea nada Ninguno de nosotros sabiacuteamos nada De las mujeres que estaban en el bar mirando el televisor sale una reflexioacuten que rompe el silencio ndashiquestQueacute hacemos aquiacute iquestQueacute esperamos Vaacutemonos Nos levantamos damos las gracias al mozo que cuando saliacuteamos llamoacute a los nintildeos y les dio dos botellas grandes de refresco No podiacutean esperar Se sienten manoseados Era todo muy sencillo de entender muy claro No entienden por queacute aquiacute no lo entendiacutean

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El regreso

El 29 de junio de 1964 despedimos a las familias de los obreros cantildeeros regresaban a Bella Unioacuten La Estacioacuten Central de ferrocarril de Montevideo se llenoacute de abrazos besos y adioses El tren cuando se puso en marcha se llenoacute de voces ndashiexclPor la Tierra y con Sendic ndashiexclNo podemos esperar ndashiexclTierra para trabajar Esos gritos de hombres mujeres y nintildeos que se alejaban con los puntildeos en alto asomados a las ventanillas nos estremecen nos convocan a no dejarlos solos Levantamos los puntildeos nosotros tambieacuten repitiendo las consignas como nuestras Las palabras del compantildeero Camargo resonaban todaviacutea ndashEmpezamos una nueva etapa de nuestra lucha Aquiacute quedoacute una delegacioacuten representativa de UTAA para seguir las gestiones frente a la Comisioacuten parlamentaria y los sindicatos montevideanos La gente volvioacute como pudo Los dirigentes quedaron unos presos y otros en la clandestinidad acusados de lo que no eran ldquosediciososrdquo Regresaron con las manos vaciacuteas a Bella Unioacuten y la experiencia del intento por vivir mejor Los que habiacutean hecho la marcha quedaron en las listas negras y no consiguieron trabajo al llegar

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En un terreno se hizo la olla sindical para que comieran los desocupados y sus familias Con el apoyo del sindicato bancario fabricaron un horno de ladrillos con que levantar la futura Policliacutenica Sindical en Bella Unioacuten que auacuten hoy existe Algunos no regresaron Se perdieron en la ciudad buscando trabajo Sabiacutean que allaacute lo tendriacutean muy mal los esperaba la ldquolista negrardquo Eran todos sospechosos peligrosos subversivos Se llevaron el cartel colgado al cuello ndashiexclEl tal desparramo de los peludos ndashme contaba la Eva de Almada cuando la encontreacute antildeos maacutes tardendash Unos parsquo Artigas otros parsquo Treinta y Tres a los arrozales porque deciacutean que habiacutea trabajo otros parsquo Rocha a probar suerte a la pesca iexclEl tal desparramo

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El peine amarillo

Mi hijo menor vivioacute en silencio todo lo que nos pasoacute Eso siacute no le gustaba ir a la escuela No queriacutea salir de casa si no iacutebamos nosotros tambieacuten nos agarraba de la mano teniacutea miedo a los sentildeores con uniforme Me di cuenta de eso un diacutea en la playa soplaba un fuerte viento y un marinero tocoacute el pito sentildealando la bandera amarilla eacutel se abrazoacute a mis piernas y lloroacute Una tarde sus hermanos estaacuten en la escuela eacutel duerme la siesta y yo doblo ropa Oigo el timbre y dos golpes secos en la puerta Abro la puerta me empujan hacia un costado Los nervios no me impiden decir ndashUn momento tengo a mi hijo durmiendo en mi cuarto Por favor Ellos llegan antes al dormitorio me dejan pasar Se despierta sobresaltado por las voces y despueacutes de un fuerte suspiro miraacutendolos a todos esas presencias extrantildeas pregunta ndashiquestDe matar mamaacute de matar Yo lo abrazo contra mi pecho y lo saco de la habitacioacuten Me quedo parada con eacutel en brazos contra la pared como me indican Buscan en casa lo que no hay Me dan permiso para sentarme con el nintildeo en la cocina Preparo la leche y espero Oigo conversaciones en el pasillo Una vecina me grita ndashiexclVoy a buscar los nenes a la escuela y los traigo a casa a mirar los dibujitos

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Ellos mientras se instalan en las sillas del comedor dispuestos a esperar Eacutel desde la cocina los observa en silencio Yo sentada con eacutel en la falda lo abrazo para sentirme maacutes segura Uno de ellos saca un peine de plaacutestico amarillo y se empieza a alisar el cabello entonces mi pequentildeo empieza a gritar ndashiexclMiacuteo miacuteo ndashsentildealaacutendolo con su dedito ndashiexclNo ndashle contestondash iexclNo Tu peine es igual que ese pero estaacute en el bantildeo Pido permiso para ir con eacutel a buscar el peine Alguien que parece que manda maacutes me autoriza Aprovecho a secarle las laacutegrimas ya no llora Le lavo la carita y lo peino con su dichoso peine de plaacutestico amarillo Se tranquiliza poco a poco y suspira Volvemos a la cocina Ahora la casa parece muy pequentildea estaacute toda ocupada me estaacute pareciendo asfixiante Por el pasillo oigo la conversacioacuten de la vecina y mis hijos mayores que riendo suben la escalera de prisa ndashYa llegaron ndashpiensondash iexclQueacute suerte La vecina me grita ndashiexclYa estaacuten en casa Tomaraacuten la leche aquiacute Maacutendame al chiquito Pido permiso para dejar salir al nintildeo A eacutel le explico que subiraacute solito que allaacute lo esperan sus hermanos Lo acaricio le doy dos besos y eacutel atraviesa el comedor Se dirige a la puerta Yo lo miro desde la cocina Tres antildeitos Tiene que ponerse en puntas de pieacute para alcanzar el pestillo Eacutel los sigue mirando a todos En el momento en que va a cerrar la puerta la abre nuevamente y le dice al del peine de plaacutestico amarillo ndashiexclPuta Cierra de un portazo y sale corriendo escaleras arriba Los compantildeeros del hombre del peine sueltan la carcajada cuando eacuteste se levanta raacutepidamente gritando ndashiexclGuacho de mierda El que parece que manda maacutes le dice ndashiquestNo se da cuenta que es un nintildeo Sieacutentese

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El del peine se traga la rabia y yo siento regocijo y un nudo en la garganta

Mariacutea Julia con sus hijos en su falda Felipe a sus pies Ernesto y a su derecha Joseacute Conrado (Principios de la deacutecada de los 70) Fotografiacutea Archivo personal

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Suipacha

Pasamos dos diacuteas en Paysanduacute en casa de un matrimonio amigo A la mantildeana del tercer diacutea ellos nos dejaron en el extremo del puente que va de Paysanduacute a Coloacuten (Argentina) Mis tres hijos llevaban mochilas a la espalda y yo un bolso con ropa en cada mano El sol estaba alto teniacuteamos mucho calor Mientras nos despojaacutebamos de los abrigos caminaacutebamos despacio por el angosto costado derecho del puente mirando al rio Uruguay deslizarse manso Los nintildeos estaban muy alegres pensando en el reencuentro con su padre a quien no veiacutean desde haciacutea meses Haciacutea diacuteas que sabiacutea que se habiacutea elegido esa frontera por la seguridad que ofreciacutea el compantildeero que nos llevoacute hasta la cabecera del puente del lado uruguayo Al otro extremo del puente nos esperaba mi marido En el trayecto al vernos caminar por aquel largo puente dos o tres autos pararon para llevarnos pero yo me negaba agradeciendo Ernesto de seis antildeos y Felipe de cuatro luego que el auto se alejaba deciacutean que estaban cansados y se sentaban en el suelo protestando porque no habiacutea aceptado subir al auto Pero yo no aflojaba no iba a correr el peligro de que nos detuvieran Empeceacute a cantar Manuelita y los dos maacutes pequentildeos comenzaron a cantar ndashiexclCherentildei amigo el pueblo estaacute contigo ndashgritaba Felipe ndashiexclNo Es maacutes lindo cantar Manuelita ndashdeciacutea yo

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Josecito que ya teniacutea doce antildeos se reiacutea ndashLos van a llevar presos ndashles deciacutea a los hermanos Nos acercaacutebamos a la otra orilla Las palmeras del lado de Coloacuten maacutes cerca cada vez ndashEl primero que vea a papaacute tiene premio ndashdijo Josecito Los tres a las risas corrieron a encontrarlo El padre nos esperaba con un auto prestado por un amigo argentino Habiacutea armado cerca de alliacute un campamento con toldos una carpa un fogoacuten hecho de piedras en el suelo y dos o tres cacerolas Los nintildeos tiraron las mochilas y corrieron alrededor del campamento Felipe se cansoacute y vino a pedirle brazos al padre Los hermanos lo miraban con deseos de hacer lo mismo nos sentamos todos en el pasto en ciacuterculo y empezaron las preguntas entrecruzadas de coacutemo esta allaacute y coacutemo estaacute aquiacute y doacutende vamos a vivir y la escuelahellip ndashiquestTrajiste el pase para la escuela y para el liceo y las partidas de nacimiento de los tres Cuando los nintildeos se durmieron hablamos con tristeza de lo que pasaba allaacute y aquiacute de los compantildeeros y sus familiares de todos los familiares y de los nuestros Joseacute se veiacutea cansado y preocupado A la mantildeana siguiente recorrimos los alrededores disfrutamos la tranquilidad del lugar el silencio el verdor Me sentiacutea segura otra vez aunque la Argentina estaba muy revuelta y no habiacutea garantiacutea ninguna de lo que fuera a pasar alliacute Me explicoacute que por eso habiacutea alquilado una casita en la Provincia en Haedo donde supuestamente pasariacuteamos maacutes desapercibidos La habiacutea conseguido un compantildeero socialista argentino que conociacuteamos desde haciacutea muchos antildeos y viviacutea a cinco cuadras de donde viviriacuteamos nosotros Alliacute no dirigiacuteamos al diacutea siguiente Del viaje a Buenos Aires recuerdo que los nintildeos reiacutean mucho estaban contentos y el padre tambieacuten Los miraba sonriente por el espejo retrovisor Yo estaba muy cansada habiacutea desmontado mi casa sola regaleacute muchas

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cosas otras no recuerdo que fin llevaron Eran cosas nada maacutes Entonces bajeacute la guardia y el cansancio me vencioacute Dormiacute la mayor parte del viaje Atraacutes habiacutean quedado los muacuteltiples allanamientos aquellos golpes en la puerta de la visita no anunciada unas veces de diacutea otras de noche metieacutendose en mi casa sin pedir permiso montando una ratonera tenieacutendome a miacute y a mis tres hijos de rehenes durante largas horas sentados en mis sillas utilizando nuestro bantildeo revolvieacutendome los cajones y los roperos buscando lo que no habiacutea Sentada en alguacuten rincoacuten esperando que mis hijos se durmieran vigilaba las visitas tratando de no demostrarles miedohellip Llegamos al Gran Buenos Aires pasadas las tres de la tarde Los amigos nos esperaban con comida Sus dos nintildeas maacutes o menos de la misma edad de mis hijos enseguida empezaron a jugar con ellos Suipacha 888 Haedo Provincia de Buenos Aires Argentina Alliacute empezoacute otra etapa de mi vida un nuevo hogar Ese mismo diacutea me di cuenta que mi madre y mis hermanas no podriacutean escribirme a esa direccioacuten por razones de seguridad Un pasillo largo y angosto al final de eacutel un alto portoacuten de hierro de dos hojas pintado de negro nos permitiacutea pasar a lo que seriacutea nuestra casa Era viejiacutesima teniacutea techos de zinc y cielorraso de espuma plast un gran fondo con dos aacuterboles y un patio de baldosas cubierto por un parral Todo era muy modesto pero pareciacutea amplio y coacutemodo Nos dijeron que estaban encargados los colchones y que llegariacutean esa tarde Desde Buenos Aires otros compantildeeros nos traeriacutean la ropa de cama Los varones se quedaron a esperar y las mujeres fuimos a buscar las cosas de cocinar a casa de nuestros compantildeeros Sentiacute que no estaacutebamos solos me encontreacute abrigada y penseacute que la solidaridad existe Esa noche hablamos con los nintildeos de la discrecioacuten y la seguridad escucharon silenciosos No seacute si entendieron Se enteraron que empezariacutean la escuela para no perder el antildeo escolar La casa tomaba forma Los objetos iban encontrando lugar igual

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que nosotros Compramos cuchetas para el cuarto de los nintildeos porque esperaacutebamosla llegada de un compantildeero que resultoacute ser Gargano Los diacuteas siguientes fueron tranquilos conocimos el barrio los lugares donde comprar la escuela a la que iriacutean y el liceo que quedaba pasando la viacutea del tren por la estacioacuten Haedo la plaza de deporteshellip Como era todo nuevo nos pareciacutea lindo y seguro La palabra exilio no estuvo en nuestro vocabulario hasta que fuimos a sacar el permiso de residencia para anotar los nintildeos en la escuela y poder trabajar nosotros Encontreacute una enorme cantidad de uruguayos que estaban en los mismos traacutemites y se acercaban a hablar con Joseacute de las peripecias que estaban pasando Las colas eran grandiacutesimas Me di cuenta que no era provisorio por algunos meses como creiacutea La gente estaba nerviosa el peronismo estaba revuelto y las calles inseguras Ese era el tema central de las conversaciones de los uruguayos Por razones de seguridad soacutelo Joseacute iba a los contactos poliacuteticos en la capital Yo estaba de acuerdo La relacioacuten de pareja entre nosotros se habiacutea deteriorado Yo quedaba en casa con nuestros hijos sabiacutea muy poco de sus actividades eacutel no me participaba de nada Yo estaba triste y confundida Seguiacutean llegando exilados a Buenos Aires De eso si hablaacutebamos y a la hora de los informativos escuchaacutebamos la radio en silencio No tuvimos TV hasta muchos meses despueacutes Pasaron dos meses Los nintildeos iban a la escuela y al liceo Despueacutes de comer yo me metiacutea en la cama lavaba los platos a uacuteltima hora de la tarde antes de la cena El diacutea no me alcanzaba para arreglar los cuartos La depresioacuten entroacute silenciosamente sin que me diera cuenta Teniacutea pesadillas con familiares y amigas Estaba totalmente aislada no teniacutea noticias de mis compantildeeras textiles no sabiacutea de Jorgelina ni de Delia Se me cortaron todas las comunicaciones perdiacute mi paiacutes mi familia las amigas las compantildeeras Atraacutes quedoacute mi militancia sindical y poliacutetica Sola no me animaba a tomar el tren y mucho menos el

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metro Joseacute me deciacutea que fuera al ldquoOncerdquo pero yo no era capaz de salir me pareciacutea que me perderiacutea entre tanta gente A penas lograba andar por el barrio La depresioacuten me halloacute ahuecada en la cama el lugar donde me sentiacutea maacutes segura No seacute si dormiacutea si sontildeaba no recuerdo si pensaba en lo que estaba viviendo Cuando los hijos volviacutean a las cinco del colegio me poniacutea en marcha como una autoacutemata Me encargaba de la ropa y de la limpieza de la cocina y el bantildeo El padre si estaba en casa se ocupaba de las compras de cocinar a medio diacutea y de dejar algo en marcha para la noche Por suerte siempre le gustoacute cocinar Joseacute estaba maacutes distante cada diacutea Llegaron los largos silencios La culpa un sentimiento que no habiacutea conocido antes llegoacute y se apoderoacute de miacute estrujaacutendome el pecho Culpa de marchar del paiacutes porque me salvaba culpa de ser mala madre porque les quiteacute a mis hijos las abuelas los tiacuteos y los compantildeeros de escuela Culpa por los compantildeeros desaparecidos muertos y presos Culpa culpa y maacutes culpa

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Viviendo el miedo

Mayo de mil novecientos setenta y seis Los Falcon recorren las calles de Buenos Aires las fuerzas represivas marcan presencia como paseando siseando como las serpientes sobre la tierra seca Se ocultan detraacutes de los vidrios oscuros Los peatones siguen caminando como si unos y otros fueran invisibles pero el sonido de ese auto es inconfundible Te sigue despacio Sentiacutes la mirada en la nuca como si un dedo invisible te tocara El sonido te presiona el hombro toma cuerpo y se hace presencia Fue un antildeo terrible Fueron capaces de matar a Gutieacuterrez Ruiz a Michelinihellip Desapareciacutean adultos y nintildeos Asesinatos desapariciones de uruguayos y argentinos Insomnio el oiacutedo y los muacutesculos alertas Los compatriotas cambian de viviendas el desparramo otra vez Los compantildeeros del Partido Socialista resolvieron que por estar su vida amenazada el padre de mis hijos teniacutea que marcharse a Espantildea Como hijo de espantildeol consiguioacute pasaporte Yo quedeacute con mis hijos sola en Haedo en la provincia de Buenos Aires iquestQueacute hacer Los dos maacutes chicos en la escuela primaria el mayor cursando segundo de liceo y yo asistiendo al liceo nocturno En el pueblo trabajaba en negro vendiendo ropa de nintildeas y de bebeacute en las pequentildeas tiendas del lugar Teniacuteamos poca produccioacuten artesanal a medias con una compantildeera Lo poquito que produciacuteamos se vendiacutea enseguida cinco o diez prendas y saliacuteamos a comprar madejas de lana o unos metros de tela para los vestiditos

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Miedo siacute mucho miedo pero habiacutea que hacer de tripas corazoacuten teniacutea mucho que cuidar como todas las mujeres Por correo acordamos con el padre que todos terminariacuteamos el antildeo escolar y luego regresariacuteamos a Montevideo porque en ese momento yo teniacutea maacutes miedo en la Argentina En Uruguay sabriacutea moverme mejor con familia y compantildeeros estariacutea maacutes segura Fueron los meses maacutes difiacuteciles para miacute andar en las calles con muchas precauciones la puntualidad No habiacutea lugar para las improvisaciones eso lo teniacutea muy claro No me sentiacutea tan sola teniacutea a mis hijos que me daban seguridad y los compantildeeros con quienes no dejaba de comunicarme trayeacutendome la informacioacuten y correspondencia en mano propia Hasta que una noche de diciembre de ese mismo antildeo a la hora de salir del liceo nocturno para adultos donde yo cursaba segundo curso encontramos a la directora de pie en la puerta del local y nos pidioacute que no salieacuteramos todaviacutea que un poco antes un coche con vidrios oscuros abrioacute la puerta de atraacutes y desde adentro alguien tiroacute un cadaacutever en la misma puerta del liceo Agregoacute que habiacutea llamado a la ambulancia que volvieacuteramos al aula hasta que lo levantaran y se lo llevaran Que luego salieacuteramos en grupos de acuerdo a la cercaniacutea de nuestros hogares Esto sucedioacute en el mismo Haedo en provincia supuestamente un lugar maacutes seguro Faltando pocos diacuteas para terminar las clases comprendiacute que era cuestioacuten de tiempo Nada era seguro Otra vez quedeacute en la retaguardia Los diacuteas pasaban maacutes lentamente que nunca Me tocaba desmontar otra casa por suerte una amiga se quedaba por las noches a dormir con nosotros Otra vez vender lo que pudiera y regalar el resto Como pasoacute en Montevideo me quedaba solamente recoger los pases escolares Tuve la tranquilidad de que mi amiga los recogeriacutea y los enviariacutea por correo Por otro lado el padre de los nintildeos preocupado por lo que se estaba viviendo por estos lados nos mandaba buscar Pero nosotros no teniacuteamos

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pasaporte para viajar a Espantildea teniacuteamos que llegar a Montevideo de cualquier manera No era faacutecil antes de irnos a la Argentina ya me lo habiacutean negado a miacute y a mis hijos chantajeaacutendonos para que no salieacuteramos del paiacutes Pero lo volveriacutea a intentar El uacuteltimo diacutea de clase les dije a mis hijos que volveriacuteamos a ver a la familia a las abuelas cosa que los puso contentos pero otra vez perdiacutean los amigos Felipe con cinco antildeos fue el maacutes expliacutecito El habiacutea plantado semillas de zapallo y teniacutea una gran calabaza en crecimiento ndashiquestQueacute va a pasar con mi zapallo iquestQuieacuten va a cuidar a Bandido miperrito Fuimos con los bolsos a la Chacharita a casa de compantildeeros a esperar por queacute viacutea viajariacuteamos a Montevideo Los compantildeeros nos sacaron pasajes en el Vapor de la Carrera que pareciacutea lo maacutes seguro porque en viacutesperas de Navidad saliacutea repleto de gente Llegamos a Montevideo Nos esperaba mi cuntildeado Los nintildeos contentos pensaban en los regalos de Navidad que les prometiacutea su tiacuteo Luis

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Otra despedida maacutes

El puerto tiene un olor especial Siempre lo vi desde el otro lado de la bahiacutea desde el Cerro donde viviacutea Lo sentiacutea tan lejanohellip y aquiacute estoy hoy en el centro de esta espiral que me trae me envuelve me aleja y me acerca Aquiacute entre un montoacuten de gente maletas y nintildeos saltando y riendo Unos se van otros se quedan se abrazan se tironean de la ropa retenieacutendose Vigilo las maletas donde van los recuerdos las fotos algunos libros que eligieron los nintildeos y alguacuten juguete del que no pudieron despedirse No permito que mis hijos se alejen de miacute tengo miedo de que se pierdan entre la gente o caigan al agua Me doy cuenta que transpiro y estoy temblando La gente se saluda otros lloran Se abrazan con fuerza Miro alrededor De un lado paredes grises galpones y guinches a mi espalda una pared se alza ancha y gris con pequentildeas ventanas donde no se asoma nadie Esta pared se mueve se balancea cruje El vaporcito que arrastroacute y trajo hasta aquiacute esta pared nos saluda dando pitos y bocanadas de humo La deja frente al muelle lo maacutes cerca posible de la orilla y se aleja lentamente Como un gran dragoacuten que dormitando nos espera y sabe que no nos resistimos estamos entregados mansamente a este viaje no esperado Me muevo en silencio me trago las palabras veo la gente que tambieacuten se mueve en silencio veo las abuelas que miran sin palabras Los nietos son de todas Las mujeres mayores se multiplican los nintildeos tambieacuten los que se

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quedan y los que se van son de todas Todos somos de todos y de todas Somos una masa que late y respira al uniacutesono todos juntos alliacute hacia distintos destinos Un estridente pitar nos sobresalta Se mueven las formas los grupos se acercan y se alejan Es como si mirara por un gigantesco caleidoscopio Se despiden El segundo pitar anuncia que el gigantesco dragoacuten poco a poco se despierta y nos tragaraacute uno a uno para dejarnos dentro de muchos diacuteas lejos muy lejos Esa gran pared abriraacute su boca Los besos las caricias el latido agitado de mi corazoacuten Hay que irse para rescatar las palabras el color el oiacutedo la vista Subo la escalerilla Se mueve y yo tiemblo custodiada por seis manitos que me guiacutean y aseguran Ellos no tienen miedo de ser tragados Miro hacia atraacutes y la vista se me nubla De pronto todo toma color la masa late y respira con nosotros nuevamente las miradas los adioses se hacen cercanos no es despedida los gritos traen un hasta luego multiplicado

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El Pesquero

Desde allaacute lejos desde Barcelona (Espantildea) a veces quiero recordar el cielo y el verano del Uruguayhellip A cinco quiloacutemetros del pueblo entre los meacutedanos y el oceacuteano estaacuten los ranchitos de paja de los pescadores Fueron construidos por los pescadores en la misma playa con troncos de eucaliptus juncos cantildeas y tablas que trae el mar El aire los atraviesa como a un colador Andreacutes iba todos los antildeos y habiacutea hecho muchos amigos alliacute El antildeo anterior se habiacutea entusiasmado con la idea de formar una cooperativa de pesca pero los pescadores no la creyeron necesaria estaban acostumbrados a que cada familia trabajase para si Aquel enero Andreacutes nos prestoacute el rancho El lugar era espleacutendido El verano permitiacutea que nos quedaacuteramos hasta tarde por las noches disfrutando el espectaacuteculo que nos anunciaran los pescadores del lugar Se escuchaba el sonido del mar la oscuridad nos regalaba un cielo tan estrellado como nunca habiacuteamos visto y las olas llegaban a la orilla con espuma fosforescente De mantildeana pasaba una sentildeora que vendiacutea pan y unos bollos dulces muy ricos recieacuten hechos por ella Adentraacutendose en el oceacuteano se conseguiacutea pesca mayor atunes tiburones etc Los pescadores saliacutean al mar en unas embarcaciones endebles de madera que no se podiacutea creer que entraran unas millas en el oceacuteano Cada diacutea

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se jugaban el regreso Cuando saliacutean al mar tiraban las redes y las dejaban alliacute amarradas a las boyas durante dos diacuteas luego iban a recogerlas Cuando los enormes animales atrapados cansados de luchar se atontaban los arrastraban hasta la orilla y los remataban a palazos Entreveradas en las redes apareciacutean mantandashrayas del tamantildeo de un paraguas abierto que peleando entre la vida y la muerte sacudiacutean peligrosamente su cola venenosa los pescadores la cortaban con un solo golpe de machete Al llegar las embarcaciones a la orilla todas las mujeres corriacutean hacia ellas con ganchos y cuchillos Luego llegaban los cerdos y los perros y por uacuteltimo los nintildeos pequentildeos La faena empezaba ahiacute mismo cortando el pescado en lonchas Trabajaban con rapidez Tiraban las viacutesceras a los cerdos que comiacutean ruidosamente gruntildeendo Los perros aprovechando la distraccioacuten colectiva corriacutean a las gallinas que intentaban acercarse Alrededor de los ranchos en los meacutedanos grandes caballetes de madera sosteniacutean las tablas ruacutesticas donde colocaban las grandes lonchas de pescado que alliacute mismo salaban colgaban y dejaban secar al sol diacuteas y diacuteas daacutendolas vuelta y recogieacutendolas por las noches para que no se humedecieran con el rociacuteo Asiacute elaboraban el bacalao Eso y remendar las redes que llegaban rotas era trabajo de las mujeres Las mujeres no participaban en la comercializacioacuten del bacalao ndashEs cosa de hombres ndashme deciacutean alcanzaacutendome un matendash Nosotras no entramos ni salimos Me contaron que el precio siempre lo fijaba el intermediario que es quien tiene los camiones y el dinero El intermediario esperaba en la carretera Algunas familias estaban mejor econoacutemicamente y teniacutean caballo y carro propio para transportar el pescado hasta la carretera que quedaba a tres kiloacutemetros Los demaacutes caminaban con su pescado a cuestas

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Los pescadores se sienten con las manos atadas sin locomocioacuten y lejos del mercado donde se fijan los precios Siempre son los que ganan menos y arriesgan maacutes hasta la vida arriesgan en el mar ndashVos no teneacutes otra forma de venderlo teneacutes que morir en el intermediario ndashdeciacutean Las mujeres conseguiacutean su dinerito el que era de ellas juntando mejillones entre las rocas del Cerro Verde empapaacutendose de la cabeza a los pies y resbalando peligrosamente en las rocas verdosas de musgo muy filosas Cargaban las pesadas bolsas de arpillera repletas de mejillones sobre sus espaldas doblando el cuerpo y caminando por la orilla del agua hacia los hoteles compradores que se encontraban a cuatro o cinco quiloacutemetros de distancia Pareciacutean hormiguitas tambaleaacutendose con su carga de treinta o maacutes quilos Caminaban descalzas abriendo muy bien los dedos de los pies para mantener el equilibrio Lo que ganaban se lo gastaban en el Chuy comprando alguna blusa dulces enlatados yerba azuacutecar aceite ndashCuando hay cambio de luna y hay bajante marina se pueden sacar muchos maacutes mejillones entonces el precio es cada diacutea maacutes bajo Los hoteles tiran abajo los precios y los camioneros se aprovechan pagando cada diacutea menos Ellas van dejando la carga al borde de la carretera Si el precio no le conviene al camionero se los deja pudrir al sol asiacute que cuanto maacutes mejillones menos se les paga Al final ellas tienen que aceptar el precio para salvar los diacuteas de trabajo y la mojadura ndashMierda nos pagan mierda Este trabajo es propio de mujeres o de los muchachitos que acompantildean a sus madres que por su edad todaviacutea no salen al mar Muchas de estas mujeres padecen problemas de columna y prolapso Pero todos en general son fuertes de salud son parte de la naturaleza del lugar rostros curtidos por el aire salado del oceacuteano y mejillas enrojecidas por el sol Los nintildeos pequentildeos juntan mandiacutebulas de tiburoacuten estrellas de mar

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caracoles veacutertebras de tiburoacuten con las que hacen collares para vender a los turistas que llegan al pesquero para adornar las casas de Montevideo Los visitantes se acercan con sus caacutemaras los fotografiacutean y les dejan algunas monedas Durante el invierno por la orilla del mar por la arena dura van cada diacutea a la escuela del pueblo En grupo acompantildeaacutendose como los pececitos caminan esos cinco quiloacutemetros Regresan recogiendo estrellas de mar y caracoles para vender cuando llegue la temporada de los visitantes Mientras tanto sus padres y madres tejen y remiendan las redes preparando la faena diaria

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Regreso sobre mis pasos

Diciembre de 1994 Llego a Bella Unioacuten una pequentildea ciudad del Norte de nuestro paiacutes en Artigas buscando algunos recuerdos perdidos por alliacute hace ya treinta antildeos rostros sonrisas amigas Amanece El pueblo no cambioacute tanto Compramos galletas para el desayuno Charito me pondraacute en contacto con las mujeres que quiero entrevistar aquellas de la marcha del 64 Ana Mariacutea Silva la que recibioacute el balazo en la pierna aquella adolescente que llegoacute a Montevideo en la marcha cantildeera con ilusioacuten de ver la capital Hoy tiene treinta y ocho antildeos Me recibe en su casa estaacute contenta de verme y me cuenta que tiene cinco hijos tres de los cuales estaacuten casados iquestQueacute fue de las mujeres del Sindicato de UTAA iquestDoacutende estaacuten En su rancho hay cinco nintildeos entre uno y doce antildeos dando vueltas riendo o peleando ndashiexclSacando de las casillas ndashdice Los dos mayores son de ella los tres pequentildeos de la hija que trabaja lejos en la Barra de Cuaraiacute y Ana Mariacutea se los criacutea Tiene cinco ldquocrianccedilasrdquo a su cargo El marido desocupado va haciendo changas donde puede y como puede Me dice que en Montevideo eacutel trabajaba en muchas cosas pero aquiacuteestaacute difiacutecil Ana pasoacute seis operaciones en la pierna estuvo largas temporadas internada en Traumatologiacutea Teniacutea que estar en Montevideohellip

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ndashhellipPor lo de los meacutedicos Viviacuteamos en el barrio Borro Nos volvimos a Bella Unioacuten hace ocho antildeos porque creiacuteamos que habiacutea maacutes trabajo y porque pensaacutebamos que era mejor para criar los hijos aquiacute pero soacutelo encontramos el hambre y la desocupacioacuten Ana tambieacuten trabajoacute aquiacute y allaacute de domeacutestica Cambiando de conversacioacuten me dice que estaacute cansada de meacutedicos que la uacuteltima vez le dijeron que le teniacutean que fijar el tobillo de la otra pierna porque lo teniacutea muy mal por caminar torcido y que la columna la teniacutea totalmente desacomodada por lo mismo Pero ella no aceptoacute esa uacuteltimaoperacioacuten que significaba que quedariacutean riacutegidas las dos piernas para siempre Eso no lo aceptariacutea jamaacutes dijo preocupada Estaba cocinando una salsa de tomate Una simpaacutetica sonrisa no abandona su rostro al mirarme Estaacutebamos sentadas debajo del parral Su marido atendiacutea con carintildeo a los nintildeos para dar tiempo a nuestro encuentro Ana tiene el pelo atado con un pantildeuelo verde que deja ver un pelo negro con alguacuten mechoacuten entrecano Viste una blusa larga blanca y una falda floreada Un delantal gris ata a una mujer preocupada por su cuerpo y por su salud ndashTuve que adelgazar quince kilos este antildeo porque no caminaba ya Trabajeacute aquiacute de limpiadora en una panaderiacutea por las galletas el pan y la leche pero no pude aguantar Ahora estoy en casa Gestioneacute hace dos antildeos la jubilacioacuten por invalidez estoy esperando Dicen que me saldraacute por unos cuatrocientos pesoshellip iquestQueacute hago con esa plata Nada ndashSeacute que terminareacute a los cincuenta antildeos postrada en una silla porque cada vez tengo maacutes dolores de huesos y tomo maacutes calmantes pero ni plata para medicamentos tengo ya se sabe primero estaacute la comida iquestA quieacuten le reclama ella esa invalidez por el balazo recibido a los quince antildeos de edad por un policiacutea que ni siquiera sabe quieacuten es iquestA quieacuten le reclama iquestA queacute gobierno iquestA queacute institucioacuten Los nintildeos juegan corren alrededor de la casa con paredes y sin techo Su marido levantoacute paredes hasta la viga pero no lo pudieron terminar Corren

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detraacutes de un gato que les regalaron para aumentar la familia Tienen las cosas tapadas con lonas porque parece que va a lloverhellip el verano vino llovedor Me pregunta por la Chela ndashiquestLa has visto ndashSiacute vive en Montevideo a veces la veo Chela Fontora tiene ahora cuarenta y siete antildeos una hija de su primer matrimonio y un nieto Pasoacute catorce antildeos en la caacutercel en total Se habiacutea incorporado al movimiento tupamaro cuando se dio cuenta que con las ldquomarchas no alcanzaba para nadardquo Cayoacute presa en 1970 la primera vez como integrante del MLN y dirigente de UTAA Salioacute de la caacutercel cuando salieron todoshellip en 1985 Se casoacute nuevamente Vive en Montevideo porque tiene controles meacutedicos regularmente Ahora trabaja en temas sociales en un organismo de ayuda a las mujeres maltratadas Siempre fue sensible al tema y no tolera la injusticia No se alejoacute de su gente Estaacute atenta a lo que pasa en el Nortehellip donde estaacuten los suyos Su hija estaacute en el movimiento de mujeres que hicieron la marcha desde el pueblo Gomensoro por fuentes de trabajo agriacutecolas de esto hace ya dos antildeos A la Chela la encuentro muy seguido en actos acontecimientos sindicales y velorios Sabemos que caminamos en el mismo sentido en el tema mujer Escribioacute ldquoMaacutes allaacute de la pobrezardquo agotado raacutepidamente Cuando una vecina se entera que estoy alliacute y hablamos de Chela trae a su madre que me cuenta de aquella eacutepoca Se agranda la rueda de matehellip Dontildea Lola no fue a la marcha No pudo teniacutea dos nintildeas pequentildeas y su marido trabajaba Ya no estaba viviendo en la azucarera se habiacutea casado con un policiacutea que antes habiacutea sido obrero de la cantildea Pero recuerda toda la preparacioacuten de la marcha no se perdiacutea un acto y aplaudiacutea mucho a la Chela

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Fontora porque era jovencita y hablaba muy claro Dontildea Lola sabiacutea de queacute hablaba en UTAA y sentiacutea la misma bronca que sentiacutean ellos ldquolos peludosrdquo porque ella tambieacuten peludioacute allaacute por el antildeo 1948 cuando llegoacute con su familia desde Tres Cruces departamento de Artigas ndashCuando nos fuimos de alliacute nos deciacutean los vecinos ldquoNo se vayan a CAINSA van al azucaral a agarrar un toro mundialrdquo ldquoEntorarserdquo es tener una pobreza muy grande ni plata ni trabajo ni comida nada Eso es entorarse Pero todos emigraban para las azucareras que era trabajo nuevo ndashNosotros tambieacuten nos fuimos al azucaral por la novedad Nosotros trabajaacutebamos muy duro para ayudar a papaacute La zafra dura cuatro meses se trabaja a destajo a un tanto ldquola luchardquo ndashUna lucha es una cantidad prefijada de surcos trabajados ndashPor cada lucha te dan un vale no te dan plata despueacutes los canjeas Las mujeres trabajaban fuerte en la cantildea Algunas cortaban cantildea a la par de los hombres machete en mano las mujeres solas con hijoshellip Mi madre estaba en casa porque habiacutea nintildeos pequentildeos Mi hermana y yo despuntaacutebamos cantildea acarreaacutebamos carpiacuteamos y a veces papaacute nos llevaba a ldquomontearrdquo Mi hermana y yo tuvimos suerte porque despueacutes de dos antildeos en ldquochacra ldquo (limpieza del suelo alrededor de las plantas nuevas) dentro del cantildeaveral nos llevaron a trabajar en la faacutebrica Alliacute trabajeacute tres antildeos maacutes En la faacutebrica es distinto pasan otras cosas como en cualquier lugar supongo Yo le pregunto ndashiquestQueacute cosas pasan ndashCosas aprovechamientos abusoshellip ndashAhora se dice acoso sexual ndashSiacute recuerdo que teniacuteamos otro trato las que trabajamos dentro de la faacutebrica Los hombres de la oficina siempre se tiraban un lance

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Sonriacutee ldquoUn diacutea un ingeniero que veniacutea desde la capital contratado para la zafra me dijo ndashiquestQueacute haces el domingo ndashNada ndashle dije ndashiquestPor queacute no nos vamos al riacuteo Llevaacute a tu hermana y yo llevo un amigo para ella Me puse maliacutesima ndashiexclNosotras no acostumbramos iexclSinverguumlenza iexclMosquito eleacutectricordquo ndashiquestPor queacute le dijiste eso ndashPorque eacutel era muy nervioso y chiquito Dontildea Lola suelta una carcajada ndashSe ganoacute el apodo para toda la zafra porque yo le conteacute enseguida a todas mis compantildeeras y todas se reiacutean de eacutel al verlo pasar La verdad que lo pasoacute mal Siempre teneacutes que estar alerta a que no te pasen por arribahellip En la faacutebrica tambieacuten es jodido trabajar Charito me viene a buscar para ver a Dontildea Eva Eva Araujo la primera esposa de Bandera A esta amiga la busqueacute en Bella Unioacuten pero estaba ldquopara la Barra de Cuaraiacuterdquo seguacuten me informaron sus hijos cuidando a sus padres que son ancianos estariacutea alliacute por unos diacuteas Alliacute llegueacute buscando una casilla de madera pintada de verde rodeada de plantas de aspecto muy humilde La direccioacuten que me dieron no era muy clara me costoacute encontrarla Mientras sus padres dormiacutean la siesta Eva tomaba mate apoyada en el portoacuten mirando la calle distraiacutedamente Asiacute la encontreacute Al principio no me reconocioacute pero fue muy faacutecil el reencuentro Despueacutes de los saludos la convoqueacute al recuerdo de aquella marcha de 1964 Me explica que tambieacuten fue a la del 1962 y a la de 1968 pero volvimos a la que me interesaba a ubicar ese tiempo de encuentro de acontecimientos vividos cotidianamente

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ndashYo teniacutea veinticuatro antildeos en aquella marcha y teniacutea tres hijos Cuando llegamos a la capital nos alojamos en la Asociacioacuten de Estudiantes de Medicina Estaacutebamos alliacute ocho familias habiacutea unas diez piezas entre todos teniacuteamos veinticuatro nintildeos los mayores eacuteramos diecisiete Estaacutebamos en pleno centro cerca del Palacio Legislativo y a pocas cuadras del campamento de la calle Cuntildeapiruacute donde nos reuniacuteamos todos los diacuteas Me cuenta que es brasilera que sus padres vinieron a trabajar al Uruguay que ella trabajoacute desde nintildea con su familia regando despuntando cantildea levantando boniatoshellip Cuando se ldquoaparejoacuterdquo con Bandera eacutel no la dejoacute trabajar maacutes en la tierra entonces trabajoacute en otra cosa haciacutea pan caseropara vender empanadas lavados de ropahellip Siempre trabajoacute ndashViviacutea con mi familia dentro de CALPICA el ingenio azucarero En esa marcha ella dejoacute el rancho para ir a Montevideo dejoacute sus cositas lo poco que teniacuteahellip Apronta nuevamente un mate y me alcanza una empanada calentita ndashiquestQueacute haciacuteas en esa marcha queacute tareas ndashYo en esa marcha lo que haciacutea era mantener limpio el local Y se riacutee como quien dice ldquoiexclOtra cosa no podiacutea hacerrdquo ndashEra muy grande lo haciacuteamos entre todas pero como yo teniacutea mi chiquita de dos meses me quedaba maacutes tiempo en el local y los demaacutes se iban a manifestaciones o gestiones se llevaban los maacutes grandecitos los que no pediacutean brazos asiacute que casi siempre me quedaba yo Ese invierno era muy friacuteo y muy llovedor me acuerdo que todos llegaban con los pies embarrados costaba mucho mantener el local limpio Lo tomeacute como mi trabajo ndashAlliacute nos traiacutean la ropa comida juguetes gente amiga que veniacutea de todos lados ndashTambieacuten cocinaacutebamos para nuestro grupo separados de la olla del campamento de Cuntildeapiruacute para no desplazarnos de aquiacute para allaacute con la gurisada comiacuteamos bienhellip

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Se queda como pensando ndashRecuerdo que teniacuteamos miedo al traacutensito Un diacutea un oacutemnibus atropelloacute a dos nintildeas chiquitas que se nos escaparon para ir a la panaderiacutea que quedaba a dos cuadras Se fueron solitas y cruzaron sin permiso la avenida General Flores no les pasoacute nada porque frenoacute muy a tiempo cerquita de ellas las pechoacute y las volteoacute iexclQue susto ndashTodo eso teniacuteamos que cuidar las mujeres ndashse riacuteendash Como siempre como en casahellip Eva tiene una cara muy linda a pesar de los antildeos y muy serena habla pausado Se le ve sin rencores asumida a siacute misma en esa suerte de mujer sola que le tocoacute vivir ndashiquestCoacutemo terminaste esa marcha iquestcuaacutendo decidieron volver ndashCuando volvimos a Bella Unioacuten nosotros volvimos en tren y los ldquomonosrdquo (los bolsos los paquetes) los traiacutea un camionero del mercado que veniacutea siempre vaciacuteo para Bella Unioacuten Esa noche nos detuvieron en Colonia Palma y la policiacutea no nos dejaba entrar al azucaral ldquoPasamos la noche a la intemperie un friacuteo horrible no teniacuteamos ni abrigo ni frazadas todo se nos fue en el camioacuten A la madrugada nos soltaron a todos iquestPero sabeacutes lo que pasoacute nos incendiaron los ranchos en CALPICA en la propiedad del patroacuten deciacutean eso que estaacutebamos en la propiedad del patroacuten y que no podiacuteamos reclamar nada eso deciacutean que no sabiacutean quieacuten fue que los quemoacute y quieacuten va a serhellip iexclNosotras siacute sabiacuteamos Me quedeacute sin nada soacutelo con lo puesto ldquoAsiacute nos quedamos en un campo baldiacuteo de Bella Unioacuten Armamos una casilla con las cosas que acarreaacutebamos de todos lados palos latas cartoacutenhellip Hice colchones con bolsas blancas de azuacutecar que los compantildeeros me traiacutean y adentro lo relleneacute con pasto seco con gramilla y asiacute empeceacute de nuevo de la nada ldquoCon maacutes dificultades Mi marido era dirigente de UTAA y como todos marchoacute en la lista negra y no encontraba trabajo Yo fui sacando la

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familia adelante con lavados para afuera y el contrabando de la Barra de Cuaraiacute compraba y vendiacutea cualquier cosa yerba aceite azuacutecar ropaCuando no teniacutea plata para contrabandear haciacutea pan empanadas y pizza para vender luchando todos los diacuteas dieciseacuteis antildeos fuera de casa y yo sola con siete hijos pero a todos mis hijos los mandeacute a la escuela terminaron primaria y tres quisieron seguir secundaria ndashiquestSon todos hijos de Bandera ndashSiacute todos de eacutel Cuando eacutel se fue yo teniacutea siete hijos para tirar adelante ndashiquestY Bandera doacutende estaacute ndashEacutel vive en Montevideo Estaacute enfermo Si eacutel tuvo otras parejashellip No yo nohellip estoy solahellip no con mis hijoshellip tengo nietos tambieacutenhellipndashdice contentandashsigo trabajandohellip tengo cincuenta y cuatro antildeos siacute clarohellip estoy muy bienhellip siacute mis hijos y yo estamos siempre con la Policliacutenica porque luchamos por todo estohellip y aquiacute estamos yo me quedeacute siempre aquiacuteY seguimos con UTAA Al diacutea siguiente me visitoacute en casa de Charito otra mujer de aquel tiempo Mariacutea Margarita Torres la Lucha le deciacutean en el pueblo Teniacutea veintidoacutes antildeos en la marcha de 1964 y traiacutea sus tres hijos pequentildeos Tuvo catorce hijos ndashTodos del Amaral ndashdicendash Vine porque siacute a la marcha Eacutel no me dejaba ir a las reuniones ni ir a la marcha pero yo le dije si las demaacutes van iquestPor queacute yo no puedo ir Asiacute que me fui yo tambieacuten Porque yo era trabajadora me crieacute en las chacras con el salario familiar Fui de las primeras mujeres que hablamos de sindicato con dieciocho antildeos recorriacuteamos los ranchos una gurisahellip Claro ndashiquestCon quieacuten ibas ndashIba con mi padre con Rauacutel Sendic con otros Siacute era jovencita pero me gustaba el sindicato Fui a la marcha no soacutelo por ir sino ldquopor no agachar la cabezardquo como deciacutea Rauacutel Y fui con tres hijos chicos con ellos me sentiacutea fuerte Cuando llegueacute a la Capital no conociacutea a nadie alliacute me sentiacutepequentildea era todo tan grande la casa el traacutensito todohellip Pero dentro de miacute

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habiacutea algo que me deciacutea que teniacutea que seguir adelante como deciacutea Rauacutelhellip Yo era rebelde ndashiquestEras de la comisioacuten de mujeres en esa marcha ndashSiacute yo saliacutea en la Marcha como las demaacutes en algunas gestiones y tambieacuten saliacute de pegatina Un diacutea estaba con tres compantildeeros yo llevaba el tarro con engrudo y los rollos ellos eran maacutes altos y podiacutean pegar los carteles maacutes arriba de repente los compantildeeros tiraron los afiches y salieron disparando no me dieron tiempo ni a preguntar queacute pasaba y me quedeacute sola mireacute para atraacutes y vi una patrulla de los milicos Se acercaba despacito me agacheacute contra un auto que estaba parado y despueacutes me metiacute debajo rodando Los milicos pasaron y no me vieron espereacute que se fueran No perdiacute ni un rollo ni el pincel ni el balde ellos me dejaron todo tirado y rajaron Cuando pude me fui al campamento Mis compantildeeros llegaron despueacutes tranquilos y a las risas contando la hazantildea No se preocuparon por miacute ndashiquestPor queacute no me avisaron les reprocheacute Tambieacuten vendiacutea bonoshellip Los hijos los dejaba con las otras compantildeeras que quedaban en el localhellip Si estaba tambieacuten en las asambleas de mujeres del campamento Eran pocas las que hablaban y opinaban dos o tres la mayoriacutea de las mujeres callaban escuchaban saliacutea alguacuten personalismo si alguna que queriacutea sobresalir hablando ndashiquestTe sentiste valorizada por los compantildeeros hombres del sindicato en ese periacuteodo ya que eras tan militante ndashSiacute ellos queriacutean que nosotras opinaacuteramos y nos deciacutean que eacuteramos todos iguales Treinta antildeos despueacutes Margarita Torres estaacute en Bella Unioacuten porque nunca se fue de alliacute y crioacute sus hijos sola sacoacute la gurisada adelante Ahora tiene cincuenta y dos antildeos y trabaja en la chacra todaviacutea en la chaucha en el tomate en el choclo y me cuenta que ahora en 1994 se pagan las ocho o nueve horas de trabajo a treinta pesos

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ndashEs un trabajo duro a destajo tanto trabajas tanto ganas asiacute que te matas para ganar un poco maacutes Tambieacuten trabajeacute en el hospital de Bella Unioacuten me despidieron por ser cantildeera de corazoacuten por las represalias en el antildeo 1980 en plena dictadura ndashiquestY tu marido ndashCuando volvimos de la marcha porque hicimos todas la del sesenta y dos la del sesenta y cuatro la del sesenta y ocho quedaba en las listas negras y no conseguiacutea trabajo despueacutes estuvo preso tres antildeos y al final se quedoacute por Montevideo y ahora es viejo y estaacute enfermo allaacute en la CapitalQuiso volver conmigo y se vino estuvimos un tiempo juntos pero no fue posible yo le puse las cosas muy claras Preferiacute seguir sola sin que nadie me mande Estoy cerca de mis hijos y nietoshellip Yo sigo en la lucha en la zafrahellip en la recoleccioacuten aunque sea por treinta pesos al diacutea que se le vaa hacer pero yo sigo en el Sindicato y trabajo con Charito para la Policliacutenica para eso estamos Trabajamos para el festival de cada antildeo para sacar fondos Y vendiendo entradas me recorro todo el pueblo A la China la busqueacute y la encontreacute en Bella Unioacuten treinta antildeos despueacutes en la misma casa de siempre ahora mejorada Me cuenta que tiene los hijos casados que dos de ellos pudieron estudiar y trabajan Nos alegramos al vernos No tenemos prisa Salen y entran dos nietos que se mueven por la casa uno de los hijos estaacute arreglando algo en el fondo se escuchan las risas de los gurises que se acompasan con los golpes del martillo Recordamos aquella eacutepoca y me cuenta que a aquella marcha ella fue dice de casualidad casi obligada por las circunstancias Se riacutee se acomoda en la silla dispuesta a contar Arregla el mate que estaacute con mucha yerba con los dedos graciosamente y dice ponieacutendose seria ndashYo habiacutea quedado viuda con criaturas chicas y estaba interesada en cobrar la pensioacuten por eso me acerqueacute a los del Sindicato Porque mi marido trabajaba en la faacutebrica en la azucarera y en el ingenio ellos fueron los que me

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explicaron como teniacutea que reclamar la pensioacuten asiacute fue como los conociacute El primer local de UTAA se lo di yo a los compantildeeros Teniacutea una pieza chiquita en el fondo de casa que no necesitaba tanto y ellos no teniacutean donde reunirse Al sindicato veniacutean muchos en esa eacutepoca entraban y saliacutean a cualquier hora La miseria en que quedeacute me despabiloacute y entreacute a buscarme caminos Yo en esa eacutepoca teniacutea una especie de venta asiacute nomaacutes sin permiso vendiacutea tabaco y yerba que traiacutea maacutes barato de contrabando Le vendiacutea a los vecinos y a los muchachos del Sindicato tambieacuten y les calentaba el agua para el mate y se las alcanzabandash se sonriacutee otra vez como que le cuesta hablar deaquello Veo que es una linda mujer tiene gracia en el hablar y en la mirada estaacute vieja dice pero yo la veo muy bien en sus sesenta y pico ldquoUn diacutea me llevaron presa y sin saber por queacute Pasaban las horas y en la comisariacutea no me explicaban nada parada alliacute de plantoacuten Cuando pasoacute el comisario cerca miacuteo le toqueacute el brazo y le dije ndashOiga iquestpor queacute estoy aquiacute ndasheacutel me hizo un gesto con el brazo como sacaacutendome de encima y dice ndashiexclHabrase visto una china maacutes atrevida y sinverguumlenza A miacute me dio tanta rabia que cuando empezoacute a caminar de atraacutes yo le tironeeacute la chaqueta tan fuerte que le volaron dos botones iexclCalabozo conmigo Paseacute toda la noche asiacute que recieacuten al otro diacutea me entereacute que la denuncia me la puso el meacutedico del pueblo porque las de la Casa de Mujeresle dijeron que yo teniacutea este negocio en casa y que yo trabajaba sin permiso y sin libreta de saludrdquo ndashiquestQueacute pasoacute como fue eso iquestUna casa de mujeres ndashSiacute Como veiacutean entrar tanta gente tantos hombres por el costado del rancho deciacutean que yo teniacutea ldquoCasa de Mujeresrdquo clandestina iexclMentira iexclQueacute rabia me dio Estariacutea sentildealada en todo el pueblo y yo sin saber nada Sin embargo lo que se estaba haciendo al lado era el Sindicato de UTAAPor eso veniacutean hombres a cualquier hora Veniacutea Sendic y otros que yo no

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conociacutea de lejos veniacutean a piehellip pero yo quedeacute sentildealada como una puta en todo el pueblo -La rabia del primer momento me dio por ir a la casa del doctor que me denuncioacute porque yo queriacutea arreglarlo por mi cuenta Espereacute al meacutedico en la puerta de su casa despueacutes que su esposa me dijo que no estaba y que volveriacutea maacutes tarde Teniacutea tanta rabia que le bajariacutea los dientes a trompadas Eacutel se escondiacutea porque yo eso lo deciacutea en voz alta a todos los que me quisieran oiacuter la mujer miraba entre las cortinas y se escondiacutea tambieacuten Pero yo sabiacutea fijo que estaba dentro porque en la puerta alliacute estaba su auto negro Le hice praacutecticamente guardia durante horas despueacutes me fui a mi casa y las vecinas y los del Sindicato me amansaron asiacute que lo dejeacute todo tranquilohellip pero me rondaba en la cabeza -A las tres de la mantildeana no podiacutea dormir decidiacute ir a pedir permiso policial para abrir yo una Casa de Mujeres Esto me lo penseacute mucho mucho ya que estaba sentildealada como que habiacutea y no habiacutea ellos el doctor y las mujeres incluso el comisario me obligaron a hacerlo y saqueacute el permiso -Cuando a la semana me lo dieron fui a Cuaraiacute a buscar una pupila y me traja a la Flaca -Lleveacute a mis hijos a la casa de mi suegra y empeceacute el negocio que me trajo maacutes problemas que ganancias dos por tres estaba otra vez en comisariacutea por ldquorintildeas y disputasrdquo -Lo que pasaba era que a los que no queriacutean pagar las ldquofacturasrdquo yo les ldquoarrimaba la ropa al cuerpordquo ndashy hace un gesto de arremangarsendash y claro despueacutes de pagar como Dios manda iban a la comisariacutea y me denunciaban asiacute que pasaba en liacuteos nomaacutes Es muy difiacutecil llevar a los clientes y que no se pasen contigo porque sos mujerhellip ndashiquestY los del Sindicato donde funcionaban iquestAquiacute mismo ndashNo Ellos eran independientes pasaban por el costado por otro portoacuten porque una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa vos me entendeacutes Maacutes o menos yo iba regentiando la casa pero tuve un problema con mi pupila por

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cosa de hombres de uno que pretendiacutea de miacutehellip ndashiquestA ella tambieacuten le gustaba ese hombre ndashNo no era eso eacutel me frecuentaba a miacute yo no queriacutea mucho con eacutel estaba casado Eso siacute teniacutea mucho dinero Las de la otra Casa de Mujeres estaban enteradas porque eacutel no iba maacutes por alliacute Asiacute que una de ellas le contoacute a su mujer por hacer dantildeo nomaacutes -Pasoacute que mi pupila fue pagada por la esposa de este hombre eacutel se fue de la boca conmigo y me lo contoacute todo ya se sabe en pueblo chicohellip como dicen todos se conocen -Cuando vino este hombre yo puse las cosas en su lugar lo echeacute porqueno queriacutea tener problemas Yo estaba aprendiendo a trabajar y me lo queriacutea sacar de encima mucho maacutes si eacuteste me creaba problemas -Asiacute que discutimos en voz alta no me acuerdo bien lo que le dije ni lo que me contestoacute Seacute que deciacutea que queriacutea seguir vieacutendome sin ninguacuten compromiso yo no queriacutea saber nada de eacutel y se lo dije ndashiquestY queacute pasoacute ndashLa Flaca lo escuchoacute todo porque las paredes eran de madera finita como una tela de cebolla asiacute que cuando eacutel se fue por una puerta mi pupila entroacute por la otra con una navaja de hoja asiacutendash y sentildeala el ancho con dos dedosndash Ella era muy grande iquestte acordaacutes Era maacutes alta que vos Pero yo con la rabia que teniacutea se me duplicaron las fuerzas ella a mi me tajeoacute por muchos lados Se me estaba mojando la ropa de sangre en un costado en este brazo y por aquiacute ndashy se sentildealandash Cuando la tranqueacute con la pierna y la pude tirar al suelo me le subiacute arriba le quiteacute la navaja y se la hundiacute por acaacute y por acaacute ndashsentildealaacutendose el abdomenndash Ella gritaba y me putiaba Cuandovi tanta sangre me asusteacute mucho me incorporeacute y me fui al fondo y llameacute a la vecina Alguien la llevoacute al hospital yo me metiacute en la casa de al lado estaba creiacuteda que la habiacutea matado Por la tarde me acompantildearon a curarme y el meacutedico me preguntoacute si no seriacutea yo la que se peleoacute con la flaca A miacute me dio un miedo baacuterbaro y un vuelco en el corazoacuten Contesteacute que no que yo no era No pregunteacute

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nada si habiacutea muerto o no De alliacute me fui a la casa de una conocida miacutea recogiacute alguna ropa lo necesario echeacute llave a la puerta y me fui a esperar que pasara el momento por las dudas No sabiacuteasi me habiacutea denunciado o no Al diacutea siguiente me entereacute que ella despueacutes que la curaron se fue para Cuaraiacute para Brasil Ella no me denuncioacute ni yo tampoco porque la que empezoacute el liacuteo fue ella y yo me defendiacute ndashLa marcha de los cantildeeros estaba por salir en esos diacuteas ndashcontinuoacute la Chinandash Faltaba un diacutea o dos no me acuerdo yo me puse mejor Con la Casa de Mujeres no queriacutea trabajar maacutes Teniacutea miedo de caer presa y los del Sindicato se iban a la marcha porque aunque no quieras yo me sentiacutea protegida por ellos Eran mis vecinos ldquoLo penseacute mucho yo tambieacuten como ellos queriacutea tierras para trabajar le expliqueacute todo eso a mi suegra y le dejeacute a los hijos le dije que iba a luchar por ellos tambieacuten le dejeacute toda la plata que teniacutea y las llaves de la casa Y me enroleacute en la marcha a Montevideo dejeacute todo y me fui con todos los peludos para Montevideo ldquoMe sentiacutea maacutes segura en la marcha Yo teniacutea sentimiento de proacutefuga porque creiacute que la habiacutea matado Eso de tener la Casa de Mujeres fue por miseria por necesidad econoacutemica y cualquiera lo comprende iquestno Nunca penseacute que todo terminariacutea asiacute ldquoLas mujeres de la marcha tambieacuten me aceptaron aunque en el pueblo ya habiacutea estado en boca de todos me respetaron y trabajeacute mucho por UTAA Hasta fui encargada de la Comisioacuten de Mujeres del Sindicato cuando estaacutebamos en la capital ndashiquestNunca tuviste problemas en esa marcha por este pasado tuyo ndashSiacute una vez ldquoEn el campamento siempre alrededor del fogoacuten habiacutea dos o tres compantildeeros en la tarea de la comida sirviendo los platos cortando el pan Fue a los pocos diacuteas de salir antes de llegar a Montevideo ndashpiensandash no seacute si estaacutebamos acampados en Riacuteo Negro Era la hora de la comida recuerdo a todos

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trajinando de allaacute para acaacute ldquoTeniacuteamos visitas estaban unos maestros que nos trajeron paquetes de fideos y arroz me acuerdohellip ndashse pone como a pensar con la vista perdidandash uno de ellos de los encargados de la comida no me acuerdo cual me alcanza mi plato de comida con una mano y con la otra me manoteoacute una teta como al disimulo pero con toda la mano abierta me la apretoacuteLe di un tortazo y le revolieacute el plato de comida eacutel se quedoacute pasmado y le dije iexclDesgraciado iexclA miacute me vas a respetar como mujer que soy Todos hicieron silencio yo me fui furiosa y ni comiacute ese diacutea Despueacutes se discutioacute este hecho en la reunioacuten de todos los diacuteas como ves me teniacutea que hacerrespetar por eso de lo que fui antes ldquoYo no podiacutea con mi genio era joven y muy impulsiva me tomaba la justicia por mi cuenta ldquoSiacute fue la primera y la uacuteltima vez que me pasoacute algo yo siempre poniacutea las cosas en su lugarhellip iexclPorque una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa

Retrato de Mariacutea Julia Alcoba en carbonilla Autora Clarina Vicens Alegre

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Del azuacutecar a la sal

A Dontildea Eva la conociacute en la marcha de los cantildeeros Facciones aindiadas tez blanca cabello castantildeo y ojos verdes Teniacutea en ese momento cinco hijos No hablaba casi nada siempre con la cabeza gacha Con los extrantildeos haciacutea poca amistad era difiacutecil hablar con ella Para contestar miraba al marido como esperando su aprobacioacuten ldquoiquestNo viejitordquo Pero lo que maacutes me impresionoacute de aquella mujer fue la dulzura con que trataba a sus hijos Con acento fronterizo en la voz melosa como el azuacutecar les hablaba jugaba y reiacutea continuamente con ellos Era un juego de piel besos caricias y a veces palmaditas Por primera vez vi ldquodar la tetardquocon mutuo placer de intercambio No teniacutea nada Viviacutea en una carpa con su compantildeero y sus hijos pero ella disfrutaba ese momento con los suyos prescindiendo del entorno No se quejaba ni pediacutea nada para ella Estaba en la marcha de los cantildeeros acompantildeando a su marido Aquiacute haciendo igual que allaacute la tarea de todos los diacuteas con un fueguito en el suelo en cuclillas igual que allaacute Aquiacute la carpa de tela que les prestaron allaacute el ranchito de paja y terroacuten en la tierra del patroacuten frente al riacuteo Recordoacute su rancho cerquita del riacuteo Los patos salvajes y alguacuten carpincho engordaban la mesa a veces El cantildeaveral tan verde y el sonido de la cantildea al viento en las tardecitas Quiso recordar Su marido llegaba de la cantildea tan negro lleno de holliacuten soacutelo le blanqueaban los ojos y los dienteshellip Pero no pudo seguir porque se le boleoacute la olla y se le apagaba el fuego

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iexclY ella recordando verdes iexclBobadas Antildeos despueacutes la reencontreacute en La Coronilla Los tiempos estaban cambiando Los primeros presos gremiales y poliacuteticos los primeros estudiantes asesinados en las calles de Montevideo A nosotros nos habiacutean prestado un rancho Nos dijeron que dontildea Eva estaba alliacute con sus hijos No fue difiacutecil encontrarlos en ese entonces habiacutea unos diez ranchos en el pesquero y todas las familias se conociacutean Fue muy lindo volver a verlos Los nintildeos y ella estaban espleacutendidos negritos les blanqueaban los dientes curtida la piel del aire salado Estaban tan felices de vernos como nosotros a ellos Eva estaba maacutes gordita siempre con la falda larga el pelo recogido en la nuca maacutes claro por el sol Sus ojos teniacutean un nuevo brillo se la notaba feliz tranquila ndashEstaacutebamos pasando mal en Montevideo despueacutes del desparramo de los peludos Unos fueron para Artigas otros para Treinta y Tres y nosotros terminamos aquiacute ndashNos trajo el Bebe ndashdijo su compantildeerondash Aquiacute salgo a la pesca tenemos unos conejos en la isla hijos de los que largamos alliacute con el Bebe y vivimos no maacutes Pero el aire es maacutes sano para la gurisada El compantildeero de Eva se crioacute en Artigas trabajando la tierra muy lejos del mar Ahora es pescador aunque le tiene terror al mar Es el trabajo que hacen los hombres aquiacute No es faacutecil el cambio de cantildeero a pescador es como ir del azuacutecar a la sal pero eacutel sigue igual de buen caraacutecter dicharachero con ojos de picardiacutea siempre sonriente El pesquero estaacute rodeado de meacutedanos calientes Maacutes allaacute el oceacuteano Atlaacutentico braviacuteo salado profundo y friacuteo Lo difiacutecil es el invierno y el caraacutecter de la gente del pesquero Eacutel veniacutea de un trabajo colectivo y le resultaba difiacutecil el trabajo aislado ndashEl caraacutecter de la gente es distinto Es otro clima tuvimos que adaptarnos a su modo de ser silencioso Ellos dos se juntaron en el azuacutecar y en la sal en las alegriacuteas y en las

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tristezas Eacutel crecioacute sin padre y ella se quedoacute con el padre y una mujer que no era su mamaacute la suya se habiacutea ido y no le permitieron verla maacutes Dos infancias de soledad los uniacutean La deacutecada del setenta como a muchas familias los golpeoacute Cuando vinieron a buscar a su marido ella quedoacute sola con los hijos rodeada de arena y mar Siete largos antildeos sola Fue difiacutecil muy difiacutecil para ella empezar de nuevo y sin eacutel ndashDesaparecieron los vecinos no llegaba nadie por el rancho Pasaban de largo soacutelo una o dos vecinas llegaban Fue como si estuvieacuteramos apestados Quedamos solos los hijos y yo en este rancho En el pesquero de La Coronilla no hay trabajo para mujeres solas Algunas van a arrancar mejillones y berberechos al Cerro Verde para vender en los hoteles Las que tienen su hombre que sale al mar salan el pescado que ellos traen para preparar el bacalao Eva en ese entonces ya teniacutea seis hijos El mayor empezoacute a salir en las barcas al mar teniacutea 14 antildeos trabajaba para otro pero no alcanzaba el dinero y Eva le teniacutea tanto miedo al mar Pero ahora estaba sola y teniacutea que salir adelante Y los vecinos pasaban de largo por su rancho porque su marido estaba preso por tupa ndashEra como estar apestada Un diacutea se armoacute de coraje y le dijo a una vecina ndashMantildeana iquestpuedo ir con usted a juntar mejillones Usted me ensentildea iquestno vecina Porque yo nunca lo hice pero no seraacute difiacutecil lo uacutenico el mar Nos contaba tomando mate y mirando lejos ndashLos mejillones se arrancan en la madrugada Hay que levantarse a las cinco de la mantildeana aprovechar la bajante porque despueacutes sube la marea y no podeacutes adentrarte en la roca Estaacute oscuro el cielo y el mar todo negro y el ruido de las olas te parece maacutes fuerte todaviacutea Pero eacutesa es la hora Yo le tengo mucho miedo al mar pero teniacutea que ser fuerte Teniacutea que poder para conseguir la comida

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Arrancaacutebamos los mejillones de la roca con una especie de untildea Eso siacute no te podeacutes descuidar yo no seacute nadar y cuando viene con fuerza el mar podeacutes perder la estabilidad y te lleva Mi vecina era maacutes baquiana que yo y me cuidaba Cuando veniacutea una ola y me llevaba ella me traiacutea aunque fuera de las patas Otra vez sobre las rocas Yo aprendiacute y arrancaba rapidito antes que viniera la otra ola maacutes fuerte Da tiempo es como un ritmo un vaiveacuten vienen dos olas cortas y una maacutes larga y maacutes fuerte No me podiacutea distraer estaba atenta y la esperaba agarrada de la roca con las dos manos para que no me llevara Asiacute paseacute cuatro antildeos metida en el agua mojada de pies a cabeza en el agua salada Se me dormiacutean las piernas se me acalambraban Me latiacutea fuerte el corazoacuten El mar te da miedo y te atrae a la vez te sentiacutes parte de eacutel A veces pensaba queacute vida distinta llevaba ahora tan lejos del campo del riacuteo de los teros Me acordaba de mi gallinero de mi quinta del riacuteo cuando con mi viejito iacutebamos a pescar en agua dulce iexclQueacute agua tan distinta Pero sobre todo me acordaba de mis plantitas mis verduras mis flores Aquiacute sentiacutea la arena caliente pero por las mantildeanas y las tardecitas estaba friacutea Se me ocurrioacute intentarlo Empeceacute a probar a plantar en la arena algunas muditas de plantas A mediodiacutea las tapaba con la ropa recieacuten lavada para protegerlas del sol y empezaron a crecer muy despacito Acarreaacutebamos abono de caballo resaca del mar y algunas tierritas de maacutes lejos que traiacuteamos con mis hijospara mezclar con la arena y asiacute fui armando esa quintita de a poquito iexclQue nos dio de comer iexclqueacute alegriacutea Llegueacute hasta a vender verdura para comprar aceite y queroseno Cosechamos habas papas tomates choclos arvejas lechugas iexclhermosas lechugas La teniacuteamos cercada con cantildeas por los animales que andaban sueltos por la noche ocupaba todo el costado del rancho iexclSiacute que nos dio de comer esta quintita iexclQueacute trabajo Veniacutea de arrancar mejillones lejos como a tres quiloacutemetros del Cerro Verde con los mejillones a la espalda Descansaba un poquito y los

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llevaba a vender al hotel otros cinco quiloacutemetros entre ida y vuelta por la arena Como a las once volviacutea tomaba mate cocido y memetiacutea en la quinta a regarla con agua de la cachimba a limpiarla a arrancar yuyos malos Poniacutea la comida al fuego despueacutes dormiacutea un poquito y cuando queriacutea acordar llegaban los gurises de la escuela Iban a la escuela rural de diez de la mantildeana a tres de la tarde Los veiacutea llegar desde lejos alegres con las bolsitas de tierra que me traiacutean para la quinta Empezaba otra vez lavar la ropa que traiacutean sucia para que estuviera pronta al diacutea siguiente hacer la cena para estar adentro del rancho con la puerta cerrada a eso de las seis de la tarde porque ya no saliacuteamos maacutes traiacuteamos los baldes de agua para adentro y nos trancaacutebamos Con toda esa gurisada saltando corriendo y llorando a la vez yo escuchaba la radio una chiquita a pilas que teniacutea Los maacutes chiquitos despueacutes de cenar se iban durmiendo Yo quedaba con los maacutes grandes escuchando muacutesica informativos y charlando A veces nos reiacuteamos de cualquier cosa Apagaba el farol y dormiacuteamos con el ruido del agua tan cerca o con el silbido del viento que sopla mucho aquiacute Al poco rato ya eran las cuatro de la mantildeana y me teniacutea que ir al Cerro Verde a arrancar mejillones otra vez Todos quedaban durmiendo solitos La maacutes grande los levantaba lospreparaba y se iban a la escuela Asiacute asiacute todos los diacuteas asiacute Cuando mi viejito estaba preso yo trabajeacute con las otras mujeres en lo uacutenico que podiacutea hacer juntar mejillones y caminar todos esos quiloacutemetros para venderlos Aprendiacute a caminar ligerito como ellas a la par de ellas y a cargar la bolsa hasta con 50 kilos iexclQueacute no hariacutea uno por los hijos iquestNoAprendiacute a comprar y a vender y ellos tambieacuten me ayudaban Salimos todos juntos adelante Cuando trabajeacute esos antildeos con ellas una de las vecinas me ayudoacute a pedir la asignacioacuten familiar en Castillos porque no alcanzaba la plata y lo pasaacutebamos mal Muchas veces me acuerdo cuando los hijos me pediacutean pan de noche y

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no habiacutea Entonces les prometiacute una cosa ldquoSi llego a sacar la asignacioacuten familiar cada vez que vaya a cobrar les traereacute un pan para cada unordquo y asiacute lo hice Cada vez que iba a cobrar a Castillos traiacutea un pan para cada uno Me parece verlos ndashcuenta entre risas y laacutegrimasndash les daba un pan y lo comiacutean todo sentados abajo de un aacuterbol que yo habiacutea plantado Que comieran cuanto quisieran les deciacutea y reiacutean con laacutegrimas y cuidaban y guardaban sus pedacitos para comer despueacutes iexclEacuteramos felices con tan poquito iexclDe tan poquito nos reiacuteamos Los recuerdo cuando por la arena mis negritos riendo a carcajadas me iban a alcanzar con la pata en el suelo Viviacuteamos muy unidos igual que ahora Mis hijos aunque eran pequentildeos me ayudaban a vivir A mi viejito lo podiacutea ir a ver al Penal de Libertad de tanto en tanto Saliacutea muy caro el pasaje desde Rocha a Montevideo Esa noche dormiacutea sentada en la agencia de la ONDA A la mantildeana viajaba al Penal Despueacutes vinieron diacuteas peores no podiacuteamos arrancar maacutes los mejillones porque vino una especie de enfermedad se murieron los que habiacutea y las nuevas colonias demoraron en formarse Yo lo que seacute es que me quedeacute sin trabajo Eso significaba hambre otra vez para nosotros Con una vecina y sus hijos emigramos a Punta del Diablo porque nos enteramos que alliacute habiacutea movimiento de turistas Se podiacutea trabajar en algunas cosas maacutes En un ranchito de una pieza nos metimos todos y empezamos a trabajar de nuevo Mis hijos ya estaban maacutes grandes y trabajaban todos Unos en casas de familia otros en la construccioacuten o en la pesca y yo y la maacutes pequentildea haciendo collares de caracoles para vender a los turistas que llegaban en sus autos Aquiacute en Punta del Diablo se trabajaba mejor y podiacutea ir una vez al mes al Penal y llevarle cosas Hace cinco antildeos que estamos aquiacute es distinto ahora tengo luz eleacutectrica agua y hasta heladera tengo Con la ayuda de mis hijos y mi marido cuando salioacute del Penal construimos este rancho grande Tiene techo de quincha no se llueve paredes de bloque y pisos de portland

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Tengo hijos casados y nietos Aquiacute sigo enhebrando collares Cuando mi viejito salioacute del Penal encontroacute a toda la familia esperaacutendolo y siguioacute saliendo al mar y salando bacalao de eso vivimos todaviacutea pero es zafral claro No siempre tenemos platardquo iexclQueacute largo camino Ella quedoacute sola y aprendioacute a comprar y a vender a decidir a pelear A veces no encuentra su antiguo monedero Estaacute un poco distraiacuteda ndashBah no importa no tiene nada iquestno viejito y blanquean los dientes en su abierta y esquiva carcajada

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Epiacutelogo

La historia no es lo de antantildeo solamente estaacute construyeacutendose ahora en cada momento que transcurre en cada momento de las mujeres en las faacutebricas en las calles en el trabajo del campo en el domeacutestico maestras rurales amas de casahellip Todas las mujeres donde sea que esteacutenhellip La historia va articulando en lo cotidiano los acontecimientos colectivos sindicales poliacuteticos y sociales de un paiacutes No soacutelo debemos recordar compantildeeras hay que escribir Porque lo que no estaacute escrito no existe se lo lleva el viento es la invisibilidad es la no historia

Mariacutea Julia sosteniendo el libro de Graciela Sapriza Fotografiacutea Val Rodlez (2018)

Mariacutea Julia en su jardiacuten Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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El jardiacuten de las palabras diaacutelogos feministas para abrazar la historia

Mariacutea Julia Alcoba Rossano Alicia Migliaro GonzaacutelezLorena Rodriacuteguez Lezica

En este capiacutetulo proponemos reflexionar a partir de los diaacutelogos que entablamos con Mariacutea Julia Alcoba feminista y referente del sindicalismo uruguayo Partimos de un ciclo de entrevistas de historia de vida que comenzamos casi por azar a fines del 2019 y que continuamos inventando modos de encuentro virtual hasta el diacutea de hoy Modos de encuentro que fueron transitando por las memorias de Mariacutea Julia y por los muacuteltiples intereses que nos encuentran desde las preocupaciones sociales y poliacuteticas actuales hasta los consejos para cuidar nuestras plantas Este texto entrelaza las voces de las tres en momentos y tonos diversos por un lado las resonancias de Lorena y Alicia a partir de los encuentros y por otro las memorias de Mariacutea Julia

La semilla el encuentro entre nosotras

Supimos de Mariacutea Julia cuando presentoacute su libro autobiograacutefico Las mujeres iquestdoacutende estaban (Alcoba 2014) Lo leiacutemos lo comentamos lo compartimos lo regalamos No saliacuteamos de nuestro asombro Las palabras de Mariacutea Julia nos hablaban de una historia social y poliacutetica conocida pero desde una sensibilidad novedosa Un calor feminista nos invadiacutea nos entendiacuteamos nos reconociacuteamos en sus palabras Poco tiempo despueacutes entramos en contacto con motivo de la celebracioacuten de un 15 de octubre fecha en la que se conmemora el diacutea de la mujer rural Pasado un tiempo la volvimos a contactar para invitarla a formar un grupo de discusioacuten en el marco de un proyecto de investigacioacuten feminista sobre desigualdades de geacutenero en sindicatos rurales Asiacute junto con

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otra referente histoacuterica del sindicalismo uruguayo Neacutelida ldquoChelardquo Fontora1 y compantildeeras sindicalistas rurales en actividad conformamos un espacio que nos permitioacute pensar juntas Este trabajo fue plasmado en una cartilla de autoriacutea colectiva que lleva el tiacutetulo iquestY las mujeres doacutende estaacuten Guiacutea para abordar desigualdades de geacutenero en sindicatos rurales (Alcoba et al 2019) Trabajamos mucho en el armado de esta cartilla y poder entregarla a cada una de las autoras previo a la presentacioacuten puacuteblica fue una tarea maacutes que disfrutable

1 Chela Fonotra es una exmiltante de la Unioacuten de Trabajadores Azucareros de Artigas

(UTAA) y del Movimiento de Liberacioacuten Nacional (MLN) Fue presa poliacutetica en la dictadura ciacutevico-militar y desde la apertura democraacutetica a la fecha es militante por los derechos humanos Es autora de un hermoso libro autobiograacutefico que recomendamos ampliamente titulado La llama no se apaga (Fontora 2018)

Mariacutea Julia con Anibal Gimeacutenez y Aurelio Gonzaacutelez Homenaje a los maacutertires trabajadores de los frigoriacuteficos plaza del cerro Curva Tabaacuterez (2015) Fotografiacutea Archivo personal

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Era una tarde de primavera Estaacutebamos ansiosas por ir a visitarla y llevarle la cartilla No sabiacuteamos lo importante que seriacutea esa primera visita a la casa de Mariacutea Julia Hasta entonces nuestros encuentros con ella habiacutean sido junto al resto de compantildeeras que integraban el espacio de discusioacuten para la elaboracioacuten de la cartilla Nos abrioacute las puertas por primera vez a su mundo un mundo de numerosas plantas aacuterboles frutales y ornamentales Un jardiacuten tan amorosamente cuidado y un mundo de recuerdos tan guardaditos todos listos para compartiacuterselos a alguien que quisiera escucharlos leerlos preguntarlos Nos reencontramos una y otra vez hurgando en la memoria mientras sus aneacutecdotas la seleccioacuten de palabras para describir sus sensaciones e impresiones hariacutean eco con las nuestras

Nos parieron en generaciones bien distintas hay alrededor de cuatro deacutecadas de diferencia entre nosotras y aun asiacute podemos espejarnos en los dolores de las unas con las otras como mujeres como compantildeeras en lucha como feministas Nuestros procesos han sido en contextos bien distintos y sin embargo podemos encontrarnos en nuestras historias de despertar o renacer feministas en los dolores que lo provocaron en el autodescubrimiento en el reconocimiento de nuestro cuerpo y sus heridas

A Mariacutea Julia la conocimos a traveacutes de las paacuteginas de su libro ese libro que hizo eco en las preguntas que nos veniacuteamos haciendo iquestlas mujeres doacutende estaban Para nosotras en nuestro estar siendo y descubrieacutendonos feministas ese libro marcoacute un antes y un despueacutes Las mujeres siacute estaban pero no las veiacutean no las queriacutean ver tanto asiacute que incluso a nosotras mismas se nos dificultaba vernos Nada extrantildeo en las izquierdas patriarcales de antantildeo y nada extrantildeo en las izquierdas patriarcales de hoy

El libro de Mariacutea Julia cuenta su historia jugando con las palabras Va desde su infancia en el Cerro hasta el momento del exilio Su militancia sindical y poliacutetica cruzada por las aneacutecdotas con sus hijos y compantildeeras Tiene un modo caacutelido de narrar un modo que te zambulle en una historia dura pero te mece

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al compaacutes de la ternura Larga historia conocida pero pocas veces contada con esa sutileza y cuidado en los detalles propios de su mirada sensible Por ejemplo cuando cuenta el diacutea en que junto con sus tres hijos deja Montevideo para partir al exilio en Barcelona

Me muevo en silencio me trago las palabras veo la gente que tambieacuten se mueve en silencio veo las abuelas que miran sin palabras Los nietos son de todas Las mujeres mayores se multiplican los nintildeos tambieacuten los que se quedan y los que se van son de todas Todos somos de todos y de todas (Alcoba 2014 p143)

Pero esta mujer tiene mucho maacutes para contarnoshellip iquestQueacute pasoacute en el exilio iquestY en el desexilio iquestY ahora Pensamos si tendriacutea ganas de contar y vaya si las teniacutea Nos fuimos de su casa ese diacutea con una bolsa llena de gajos de plantas que hoy viven y se multiplican en nuestras casas (un ritual que sabemos repetir cada vez que la visitamos) La confianza y los jardines crecieron al uniacutesiono y asiacute empezamos esta historia de vida Pero llegoacute marzo del 2020 y con la pandemia la primera estrategia que se nos ocurrioacute fue esperar un momento maacutes propicio para encontrarnos De mientras nos llamaacutebamos y nos acompantildeaacutebamos con mensajes Durante una de estas llamadas a dos meses transcurrida la pandemia nos propone ldquoiquestY si nos vemos por el ordenador iquestPor el skyperdquo Y ahiacute nuestra sorpresa una vez maacutes su capacidad de inventar y reinventarse nos regaloacute varios encuentros virtuales Pautaacutebamos los encuentros para media mantildeana dos horas de charla con un breve corte en medio Los encuentros fluyeron con la misma magia que bajo los aacuterboles de su casa o sentadas a la mesa de su cocina

En este texto que escribimos juntas le damos otra vuelta a la pregunta que nos regaloacute inicialmente pero esta vez la llevamos a un contexto distinto Esta vez desde el exilio su exilio iquestdoacutende estaban las mujeres uruguayas exiliadas iquestcoacutemo vivieron el exilio iquestcoacutemo fue la decisioacuten de irse y queacute pesares pasaron iquestqueacute descubrieron iquestcoacutemo fue la decisioacuten de volver iquestcon queacute se encontraron iquestqueacute sabemos de ellas su organizacioacuten solidaria con las presas y presos poliacuteticos en Uruguay en dictadura Intentaremos responder

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estas preguntas a lo largo del texto

La raiacutez acaacute estaacute Mariacutea Julia

Mariacutea Julia Alcoba Rossano nace el 7 de noviembre de 1938 en el barrio Cerro en Montevideo A sus apenas doce antildeos deja la escuela para trabajar de empleada domeacutestica debido a dificultades en la economiacutea del hogar y a un hecho que relata con entera honestidad ldquoMe propuse dejar la escuela en quinto antildeo porque era la maacutes alta de mi clase y con busto Me daba mucha verguumlenzardquo (Alcoba 2014 p27) A los trece influenciada por sus hermanas mayores comienza a trabajar en Lanas Uruguayas una faacutebrica textil que quedaba a cinco cuadras de su casa Maacutes allaacute de que fue su decisioacuten dejar la escuela fue doloroso y terminarla fue una deuda que le quedoacute pendiente y que antildeos maacutes tarde y ya en el exilio podriacutea saldar

A los catorce antildeos siguiendo los pasos de su padre sindicalista portuario comienza a militar en la Unioacuten Obrera Textil (UOT) Posteriormente trabaja en la fundacioacuten del Congreso Obrero Textil (COT) gremial de alcance nacional A los dieciseacuteis antildeos incursiona en la militancia trotskista y a los dieciocho ingresa al Partido Socialista Tuvo tres hijos varones con Joseacute su primer esposo Joseacute Conrado (a sus 25 antildeos) Ernesto (a sus 32) y Felipe (a sus 33) En el lsquo74 se ve obligada a exiliarse con sus hijos a Buenos Aires Viven alliacute dos antildeos en Pueblo Haedo ldquoun pueblo lindo chiquito con una vida propiardquo Son los primeros antildeos de exilio y se recuerda con una profunda tristeza

Joseacute empezoacute el liceo allaacute Eacutel tendriacutea 12 o 13 Felipe tendriacutea unos 5 antildeos () Yo me quedeacute de pronto sin la familia sin el paiacutes sin los amigos Eso te va volteando De todas maneras yo trataba de salir adelante Estaacutebamos en eacutepoca de la uacuteltima etapa de Peroacuten que murioacute enseguida () Ese antildeo fue un antildeo muy movido para miacute y me deprimiacute profundamente Me levantaba los nintildeos iban al colegio y lo llevaba el padre al colegio o a veces yo Teniacuteamos que caminar unas cuantas cuadras cruzar la viacutea del tren ellos iban contentos Joseacute empezoacute el liceo primero de liceo y contento tambieacuten se hizo de amigos Cuando volviacutea a casa a mitad de la mantildeana me volviacute a acostar Yo me hundiacutea en la cama la verdad () Y entonces empeceacute unos meses unos 3 o 4 meses con

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una psicoacuteloga con la que trabajeacute el tema de trabajo y de salir adelante Pero en ese periacuteodo mi marido se teniacutea que marchar Habiacutean matado a Michelini y a Gutieacuterrez Ruiz En Buenos Aires estaba toda la inteligencia de Montevideo funcionando Se tuvo que ir para Espantildea y yo me quedeacute sola Saliendo con dificultad de esa depresioacuten

En Argentina la situacioacuten se complica cada vez maacutes y retorna a Montevideo Es desde Montevideo que se exilia esta vez a Espantildea el 20 de marzo del lsquo77 Viajan a Espantildea ella y sus tres hijos En Espantildea estaacute su exmarido alliacute se encontraraacute con una nueva vida una nueva Mariacutea Julia por descubrir Hay distintos hechos poliacuteticos momentos de politizacioacuten y momentos personales-familiares que marcaron la vida de Mariacutea Julia La etapa del exilio en Barcelona marcaraacute la continuidad de una militancia como sindicalista al integrarse a la CNT recieacuten conformada en el exilio y como feminista junto con varias mujeres que fue encontrando en su camino

Ahiacute amadrinaacutebamos desde nuestro lugar a cuantas familias A las familias se les mandaba dinero Madrid mandaba dinero para una familia nosotros a otras familias de presos o familia de desaparecidos Esa era la campantildea de finanzas que la empezamos a hacer que era nuestra mayor labor

Un primer gesto bien marcado en esta etapa fueron los fuertes lazos afectivos que construyoacute con mujeres que conocioacute en el exilio y que mantiene hasta el diacutea de hoy Lazos que permitiacutean sostener la vida en duras condiciones afectivas y econoacutemicas

Con Gladis y Estela [amigas de Barcelona] deciacuteamos ldquoiquestMe prestas 500 pesetasrdquo Esas 500 pesetas iban y veniacutean seguacuten quien las precisaba Nunca supimos quieacuten debiacutea a quien siempre estaacutebamos a mano

A inicios de los ochenta viaja a Cuba al festival internacional de las juventudes A sus cuarenta antildeos viaja invitada como la maacutes joven del Partido Socialista

El barco ruso fletado para el festival de 1979 a Cuba pasoacute a recoger grupos de delegados invitados sociales poliacuteticos artistas muacutesicos Subimos la gente

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de Barcelona y en Portugal lo mismo Subioacute una cantidad de grupos con el entorno de la reciente revolucioacuten de los claveles Llenos de alegriacutea Descubro un mundo de gente joven de gente alegre una propuesta de cambios sociales en todos los paiacuteses Ese barco fue increiacuteble Iban en el barco gallegos chilenos mexicanos se haciacutean discusiones poliacuteticas dentro del barco Y los brasileros a las 7 de la mantildeana se poniacutean en la cubierta del barco un barco gigantesco que yo no habiacutea visto tan grande a hacer capoeira ensentildeaban samba capoeira A las 7 de la mantildeana era un canturreo de todo tipo (hellip) y los vascos tambieacuten haciendo conferencias por las tardes en eacutel Fue una experiencia increiacuteble 15 diacuteas para venir y 15 diacuteas de vuelta y estuvimos alojados en Cuba donde habiacutea cuchetas y las de Barcelona fuimos todas juntas y teniacuteamos reuniones Y despueacutes en Cuba tambieacuten se hizo fue una acumulacioacuten de cosas ahiacute en 2 antildeos que mi cabeza estaba trabajando permanentemente () Realmente me puso en frente a miacute misma y a la esencia de miacute misma todo eso Veniacutea de lo oscuro de todo lo que pasoacute en Buenos Aires y eso me rescatoacute de las aguas negras

A fines de los lsquo70 comienza a involucrarse en una serie de actividades a nivel laboral y como militante en el mundo feminista Ingresa a planificacioacuten familiar (el plani) en Barcelona

Planificacioacuten familiar fue revolucionario en Espantildea () Las farmacias durante el franquismo no se vendiacutean meacutetodos anticonceptivos Cuando quedaban embarazadas en los pueblos abortaban con una mujer viejita la curandera del pueblo Se moriacutean muchas veces La lucha por el aborto para despenalizar el aborto y tener la seguridad de salud que estuviera dentro de los meacutedicos de la seguridad social Eso era la lucha de las mujeres cuando yo estaba Pero allaacute haciacutea antildeos que estaba luchando por eso En las agrupaciones de vecinos estaban las comisiones de mujeres que haciacutea lo mismo que la consultora acompantildeaba a la mujer Las mujeres en Cataluntildea la frontera maacutes cercana era Francia Haciacutean viajes en tren y las esperaba una camioneta y ahiacute las llevaban a una granja donde habiacutea un meacutedico habiacutea que acompantildear a esas mujeres a hacer esas movidas que generalmente era gente muy pobre que no teniacutea plata para ir a abortar a Inglaterra o a Holanda que era donde habiacutea meacutedicos y cliacutenicas especiales para esas cosas Se abortaba en una granja en un lugar secreto Y a veces las consultoras de las comisiones de vecinas haciacutean ese

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acompantildeamientohellip y despueacutes acompantildear el proceso

Entrar al plani fue para ella una verdadera revolucioacuten que le permitioacute un despliegue personal afectivo y militante

Entreacute en un trabajo que era como una militancia Aprendiacute mucho con esas mujeres Aprendiacute mucho con las decisiones tan dolorosas que teniacutean que tomar y como saliacutean adelante Aprendiacute de sexualidad con las gitanas () Me cambioacute la vida hasta el diacutea de hoy (hellip) Yo me hice feminista allaacute en Barcelona acaacute era sindicalista y socialista El trabajo con las mujeres del plani me puso contra la pared y ahiacute conociacute el feminismo

Hablamos mucho sobre esta etapa de su vida Nos contoacute muchas aneacutecdotas de la conformacioacuten del equipo de las instancias de formacioacuten de las mujeres que asistiacutean al plani de situaciones complicadas que tuvieron que afrontar y tambieacuten de momentos de risa y distensioacuten Pero en particular hay algo que nos dijo que nos quedoacute grabado en la retina

() me di cuenta de miacute ser total como si yo antes como militante sindical fuera la cabeza nada maacutes La cabeza la palabra las puteadas Fue en las reuniones que haciacuteamos con las compantildeeras ahiacute me descubriacute a mi misma con todo mi ser mi cuerpo Una sensacioacuten nueva para miacute La militancia sindical era de acaacute [se sentildeala el cuello] para arriba Y despueacutes me encontreacute con mi propio yo mi propio cuerpo Es lo mejor que me pasoacute tambieacuten porque descubrirte a ti misma con el dolor ajeno era como un nacimiento nuevo para miacute Ellas me deciacutean lsquoJulia tuacute eres feminista siempre lo fuistersquo () Y yo les deciacutea lsquoNo yo soy socialistarsquo Angeacutelica que es una comunista una luchadora de la comisioacuten de vecinos me deciacutea iquestJulia tuacute eres feministarsquo Y yo discutiacutea que yo no me sentiacutea todaviacutea Pero al trabajar con aquel grupo de mujeres ahiacute me hice feminista Aquellas mujeres eran mi espejo me devolviacutean mi imagen cuando hablaban o cuando preguntaban cuando lloraban Me devolviacutean mi esencia de ser mujer () El cuerpo no lo teniacutea me lo devolvieron esas mujeres

Del 14 al 16 de mayo de 1981 la Comisioacuten de mujeres catalanas en solidaridad con las mujeres uruguayas colectivo del que formoacute parte activamente organizan El Encuentro Internacional de solidaridad con las mujeres uruguayas (Comisioacuten

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de mujeres catalanas en solidaridad con las mujeres uruguayas 1981) Nos recuerda varias veces ese acontecimiento

() vinieron gente de Meacutexico uruguayas de Madrid etc Eso estaacute en el cuaderno que se editoacute despueacutes de esa conferencia () se hizo una pegatina muy grande en solidaridad con las mujeres uruguayas presas en su paiacutes y eso fue importantiacutesimo Eso fue en el 80 Se crea una comisioacuten de mujeres catalanas con las mujeres uruguayas porque nosotros denunciaacutebamos Ahiacute ya habiacuteamos empezado a militar con Wilma con Gladis y con Judith denunciando situaciones que pasaban en Montevideo de la dictadura Trabajaacutebamos con mujeres del Partido Comunista (PC) el Partido Socialista ((PS) independientes exiliadas uruguayas Ahiacute empezamos a militar las uruguayas con las catalanas juntas en esa comisioacuten (hellip) Las catalanas estuvieron muchas presas en campos de concentracioacuten en Francia y muchas de ellas habiacutean estado en campos de concentracioacuten siendo jovencitas ahora eran mayores () Se llenoacute la prensa porque salioacute un dibujo de una catalana un cuadro que nos regaloacute para los afiches (hellip) se unieron parlamentarias poliacuteticas de todo tipo periodistas Explotoacute esa comisioacuten () llegoacute la presidenta de Cruz Roja () eacuteramos invitadas a muchos lados Y yo seguiacutea trabajando de domeacutestica

Mariacutea Julia mostrando un afiche de las campantildeas de solidaridad con presos y presas poliacuteticas del Uruguay que realizaron en Barcelona a principios de los 80 Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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Los ochenta estaacuten tambieacuten marcados por la separacioacuten y posterior reconciliacioacuten con su compantildeero Aniacutebal Aniacutebal se habiacutea exiliado a Francia primero y se habiacutean conocido con Mariacutea Julia en Espantildea En el lsquo85 la salud de Mariacutea Julia se complica la operan de la vesiacutecula transcurren 29 diacuteas internada en estado grave

Nos casamos en Espantildea en el 85 Cuando yo me enfermeacute eacutel me cuidoacute mucho No salioacute de al lado de mi cama cuando estaba en el CTI 29 diacuteas Me cuidaba mucho me cuida mucho hasta ahora Por lo general Aniacutebal es parco y silencioso es un canario tropero esquilador integrante del sindicato de rurales de Florida junto al compantildeero Marrero Y cuando volvimos a esta casa del Cerro estaacutebamos encantados teniacutea una quinta preciosa Y teniacutea esa cosa de que habiacutea una flor que estaba esperando que abriera para traeacutermela a la cama Despueacutes teniacuteamos bichitos Naciacutea un pato y veniacutea muy temprano y me deciacutea lsquoabriacute la manorsquo y era una ternura de patito chiquitito Esas cosas nunca las hubiera tenido Joseacute el padre de mis hijos Tiene una ternura muy escondida Quieacuten sabe queacute infancia haya tenido () Y eso es lo que pienso lo que me sostiene al lado de eacutel

Mariacutea Julia tiene algunas preocupaciones muy claras y sabe repetirlas invitando a leer lo que los grandes relatos guardan entre liacuteneas La preocupacioacuten por la invisibilizacioacuten del rol poliacutetico de las mujeres la desvela y contagia con su paciente entusiasmo esas ganas de releer la historia desde una sensibilidad feminista Asiacute nos pasoacute con sus relatos del exilio en Barcelona Escucharla contar coacutemo llega a una ciudad ajena huyendo del terror de las dictaduras uruguaya y argentina y coacutemo rearmaba su vida en teacuterminos laborales y militantes es una invitacioacuten a visibilizar a las mujeres que fue encontrando en su camino En un paseo en el barrio en un boca a boca el azar movioacute sus hilos y ellas supieron tejerse para sostener la vida en el exilio y para amplificar lo que las dictaduras estaban haciendo en los paiacuteses del sur de Ameacuterica Latina Nos contoacute numerosas aneacutecdotas nos mostroacute fotos y afiches y hasta nos prestoacute materiales para que escaneaacuteramos Y en cada una de ellas apareciacutea una legioacuten de mujeres haciendo tareas de las maacutes diversas

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Pero hay una tarea particularmente importante sobre las que nos queriacutea hablar la organizacioacuten de la solidaridad para con las personas presas y desaparecidas de la dictadura uruguaya Una labor poliacutetica fundamental tambieacuten para la recomposicioacuten de las organizaciones sindicales y poliacuteticas En esta tarea de hormiga de recaudar y enviar fondos de comunicarse con la prensa y demaacutes asociaciones hubo un protagonismo poliacutetico de las mujeres que nuevamente quedoacute invisibilizado Hablamos mucho sobre esto en nuestros encuentros Ella nos contaba y nosotras tomaacutebamos nota Teniacuteamos todo para empezar a reconstruir este periacuteodo de su vida Sin embargo un diacutea nos manda un mensaje diciendo que queriacutea escribir sobre esta etapa de su vida que precisaba ella misma poner en letras estas memorias Fue asiacute que a finales de octubre del antildeo pasado exactamente el 30 de octubre del 2020 nos enviacutea por mail este relato para que integremos al material que veniacuteamos recopilando Queacute mejor entonces que leerla a ella

El feminismo que brotoacute Mariacutea Julia en el exilio

El 20 de marzo de 1977 llegueacute a Barcelona con mis tres hijos Nos esperaban el padre que un antildeo antes se habiacutea marchado alliacute y su hermana Luego de los abrazos nos dirigimos al apartamento que el padre habiacutea alquilado para nosotros Eacutel viviacutea en casa de su hermana cerca de alliacute El apartamento era pequentildeo pero con grandes ventanas y mucho sol Estaba amueblado muy modestamente Nos explicoacute que la escuela para los dos nintildeos estaba a dos cuadras que no tendriacutean que cruzar ninguna calle importante y que el mayor tambieacuten podriacutea ir caminando al liceo

Yo me sentiacutea muy rara en otra gran ciudad Otra vez sin conocer a nadie solo a mi cuntildeada y por suerte Mis hijos estaban muy contentos otra vez con el padre cerca y la tiacutea Marucha que nos daba la bienvenida con los besos y caricias que tanto necesitaacutebamos A mi hijo mayor su padre le propuso ir a vivir con eacutel La primera semana salimos a recorrer el barrio a ver doacutende estaban los negocios la panaderiacutea verduleriacutea la escuela y la farmacia Todo estaba

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cerca Sentiacuteamos hablar muy bullicioso castellano andaluz gallego catalaacuten pero no lo distinguiacuteamos todaviacutea lsquoiexclqueacute raro hablanrsquo deciacutean los chicos Vimos muchos turistas extranjeros en las plazas sus maacutequinas de fotos y mochilas Espacios abiertos muchos aacuterboles un gran parque cerca Atraacutes quedoacute el miedo paralizante de Argentina

A la semana de estar alliacute el padre de los nintildeos nos invita al zooloacutegico Llegamos a un gran parque y dentro de eacutel la puerta de entrada al zooloacutegico Mientras nos acercaacutebamos vi una mesa con libros con preciosas encuadernaciones e ilustraciones del mundo de los animales el gran Larousse enciclopedia Me quedeacute mirandohellip Los nintildeos le preguntaban al padre cuando entraban a ver a Copito de nieve el mono gigante blanco del cual habiacutean oiacutedo hablar Los vendedores tres hombres y una mujer pusieron atencioacuten a los nintildeos y preguntaron si eran uruguayos lsquoSiacutersquo contestamos Ellos dijeron lsquoNosotros tambieacutenrsquo y nos alegramos todos

Alliacute quedeacute conversando mis hijos y su padre entraron al zooloacutegico La conversacioacuten fue muy interesante me preguntaban de queacute barrio de Montevideo era en que trabajaacutebamos De ellos supe otro tanto Ninguno contoacute por queacute se habiacutean ido y yo tampoco pregunteacute Cuando supieron que solo llevaba una semana en Barcelona y que estaba sola con los nintildeos me preguntaron si queriacutea trabajar con ellos vendiendo libros Me sorprendiacute pero me gustoacute la idea yo tendriacutea trabajo Gladis me dijo muy optimista que se ganaba bien a comisioacuten y se cobraba a mes cumplido lsquoSaldraacutes adelante ya veraacutesrsquo Me dio su teleacutefono y yo me fui a buscar a los que se adelantaron Quedeacute contenta porque encontreacute posible trabajo y posible amiga

Luego de muchos diacuteas con los nintildeos pequentildeos ya en la escuela y mi hijo mayor con el padre y la tiacutea penseacute que ya podiacutea trabajar Llameacute a Gladis para que me orientara ver si podiacutea tener una entrevista con la distribuidora e ir con ella Me acompantildeoacute y me ensentildeoacute a trabajar Asiacute empeceacute de vendedora de libros en una ciudad que no conociacutea pero teniacutea a mi nueva amiga que me puso al diacutea

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hablando mucho de todo y todo el rato de trabajo Estuve durante un tiempo en la puerta de la Facultad de Medicina y en la puerta de los hospitales con esa bendita mesa al aire libre Algunos otros libros se vendiacutean a plazos se llenaba un formulario de compra en cuotas y luego el repartidor lo llevaba al domicilio del cliente El repartidor era el esposo de Gladis Ariel Teniacutean un nintildeo de 3 antildeos Pierre

Los saacutebados y domingos mis hijos Ernesto y Felipe se iban con el padre a lo de la tiacutea donde estaba su hermano Joseacute Conrado Yo quedaba sola pero mi nueva amiga me invitaba a su casa con su pequentildea familia Esa fue mi familia sustituta que me ayudoacute a reacomodarme a mi nueva situacioacuten de emigrante y exilada poliacutetica Era una pareja muy amigable maacutes joacutevenes que yo Ella teniacutea 24 antildeos y yo 38 pero me pareciacutea que yo teniacutea muchos antildeos maacutes y una larga vida pasada

El padre de mis hijos teniacutea una nueva pareja en Barcelona una espantildeola Yo lo sabiacutea desde antes de ir a Espantildea Fui para que mis hijos estuvieran cerca de su padre que me lo pediacutea eacutel por carta Eso quedoacute claro desde el principio No niego mi rabia de entonces ni mi fragilidad frente a todo Pero en Argentina corriacuteamos peligro y siempre miedo Me pareciacutea bien que mis hijos vivieran cerca del padre teniacutean derecho

El uacutenico documento que teniacutea era el pasaporte deciacutea ldquono apta para trabajarrdquo Me lo puso emigracioacuten al entrar a Espantildea La editorial y la distribuidora contrataban ilegales hasta que los descubrieron Asiacute trabajeacute un antildeo y medio hasta que un directivo de la editorial hizo una estafa y quedamos en la calle por falta de documento Otra vez sin trabajo Gladis Ariel y yo Por suerte la camioneta era de ellos y eacutel podiacutea trabajar de transportista Mi exmarido pagaba la escuela y el alquiler nada maacutes Con los libros ganaba bien para los gastos de comida y demaacutes gastos mensuales pero nada maacutes Otra vez a buscar trabajo en negro

Los papeles Teniacuteamos que ir a la comisariacutea cercana cada tres meses se

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demoraba mucho tiempo en conseguir la residencia permanente Encontraba trabajo de domeacutestica y trabajaba siempre plata en mano luego encontramos trabajo con Gladis en una empresa de limpieza tercerizada donde pagaban un poco maacutes Olivetti asiacute se llamaba la empresa Eacuteramos tres limpiadoras por piso cinco pisos de oficinas de media manzana Nos daban trabajo en negro a uruguayos y argentinos con la misma suerte que nosotras Alliacute paseacute bien con una brigada de andaluzas en un horario de dos a diez de la noche Los nintildeos pequentildeos teniacutean escuela doble horario y comiacutean alliacute El hermano veniacutea a estar con ellos en las tardes los nintildeos teniacutean una llave colgada al cuello para entrar en casa y tomar la merienda ellos solos hasta que llegara el hermano mayor Entonces mis hijos teniacutean 7 8 y 15 antildeos

Al poco tiempo vino a vivir en otro edificio de la misma cuadra una familia de uruguayos Resultaron ser Braulio uno de los Olimarentildeos Estela y su hijo Camilo de la misma edad que Felipe Conseguimos que Camilo fuera a la misma escuela que Felipe Tambieacuten alliacute empezoacute el hijo de Gladis Era un colectivo de uruguayitos integrados a los nintildeos del barrio y a la escuela En ponerlos en esa escuela tuvimos suerte porque nos la recomendaron Una orientacioacuten diferente a las que existiacutea durante el franquismo Era una cooperativa de maestros y funcionaban afiacuten a la ideologiacutea de la pedagoga catalana Rosa Sensat un movimiento de la ldquoEscuela del Bosquerdquo es decir ldquopara todosrdquo Eso fue bueno para nuestros nintildeos y los del barrio compartiacutean les prestaban las bicicletas y los patines a nuestros hijos los uruguayitos como les deciacutean Despueacutes conociacute a Aniacutebal que viviacutea exiliado en Francia y llegaba esporaacutedicamente a Barcelona Lo encontreacute en casa de Braulio Loacutepez en una fiesta familiar Nos hicimos amigos Cuando veniacutea a Espantildea nos visitaba

Vino a vivir al barrio una compantildeera de la salud Wilma Era enfermera y militante del sindicato de la Espantildeola en Uruguay Todas exiladas que nos avisaacutebamos cuando quedaba un piso barato en alquiler y compartiacuteamos las dificultades y el cuidado de los hijos Las noticias de Uruguay las haciacuteamos colectivas En ese momento conociacute tambieacuten a Susana militante del

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sindicato de la salud del Sindicato Meacutedico del Uruguay que viviacutea a unas cuadras de distancia Ella habiacutea llegado sola despueacutes de pasar cuatro antildeos en la caacutercel en Montevideo durante la dictadura Todas mujeres que nos sosteniacuteamos en historias comunes era la solidaridad Susana se marchoacute a Italia No la vi maacutes hasta el retorno Ella fue importante para miacute despueacutes en nuestro desexilio al retorno a Uruguay A otra gente que conociacute en la Casona en el Enxamble de Barcelona fue a Marta Nelly una mujer uruguaya que llevaba una audicioacuten radial en Montevideo Ella habiacutea llegado mucho antes que yo y creoacute ese lugar de encuentro para uruguayos Se escuchaba muacutesica latinoamericana y por un modesto tiquet teniacuteamos bebidas y empanadas La primera vez fui con Estela y Gladis Alliacute encontreacute conocidos un lugar abierto al que se podiacutea ir con los hijos Fui pocas veces Estaba ya aclimatada al barrio y mis visitas eran a esas amigas y compantildeeras maacutes cercanas No militaba en nada en ese entonces si mucho en la solidaridad inmediata cotidiana con cada recieacuten llegado Lo haciacuteamos naturalmente porque es muy duro llegar a un lugar desconocido y con las manos vaciacuteas

Recuerdo un bar Els Amics en donde se juntaban uruguayos a intercambiar informacioacuten sobre el paiacutes Sus duentildeos eran unos compantildeeros socialistas uruguayos Marta y Quicho con sus dos hijos adolescentes eran de la ciudad de Durazno Un ambiente muy solidario Y caacutelido para nuestra nostalgia La familia de Collazo viviacutea cerca y nos veiacuteamos algunas veces Sus hijos eran amigos de mi hijo Joseacute Conrado desde la escuela primaria en Montevideo Estas primeras amistades del exilio se consolidaron fuertemente para toda la vida Los muchachos se siguen viendo esporaacutedicamente todaviacutea hoy hombres y mujeres los nintildeos del exilio

Espantildea estaba movilizada mejorando las condiciones econoacutemicas A la salida del franquismo los que teniacutean trabajo los espantildeoles teniacutean facilidad para obtener creacuteditos bancarios Aunque veniacutean de una sociedad austera se pasaron raacutepidamente a una sociedad de consumo masiva Preacutestamo para todo tarjetas compraban con papeles Nosotros viviacuteamos en la pobreza en la ilegalidad maacutes

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absoluta Eso de que estaacutebamos bien porque estaacutebamos en Europa era un cuento una mentira Estaacutebamos sufriendo un destierro un exilio orquestado desde el plan Coacutendor lo supimos despueacutes y estaacute comprobado Los y las espantildeolas mayores que nosotros fueron muy solidarios con los uruguayos desde el principio Ellos tambieacuten habiacutean sufrido destierros y campos de concentracioacuten compartiacuteamos historias comunes Saliacutean a la democracia despueacutes de cuarenta antildeos despueacutes de la muerte de Franco

En los contenedores donde desechaban muebles y electrodomeacutesticos apareciacutea de todo camas sillas mesas Tiraban todo lo viejo compraban nuevo Piletas baldosas griferiacutea espejos muebles de cocina y de bantildeo bantildeeras roperos mesas de luz libros ropa juguetes cajas con ollas y platos utileriacutea de bares y sus mobiliarios Nosotros lo veiacuteamos como una ostentacioacuten Los gitanos y los latinoamericanos los reciclaacutebamos en nuestras viviendas Los compantildeeros nos llamaban pidiendo que si sabiacuteamos de una cocina o heladera para una persona recieacuten llegada avisaacuteramos O si saliacutea alguacuten trabajo temporal Estaacutebamos en la solidaridad de la vida cotidiana Se moviacutea mucho este mundo tan complicado y nosotros tambieacuten aprendimos a movernos en la democracia que nos abriacutea las puertas en distintas partes del mundo y empezamos a comunicarnos Esa fue la primera labor de las mujeres de mi barrio cerca de Plaza Espantildea de Barcelona Tambieacuten funcionaba un lugar donde se juntaban los uruguayos que tambieacuten cumpliacutea tareas de solidaridad se llamaba Centro Cultural Uruguayo Catalaacuten Cumple una funcioacuten importante hasta el diacutea de hoy Alliacute iban los uruguayos recieacuten llegados en general orientados por otros uruguayos

La apertura poliacutetica en Espantildea y Europa facilitaba la difusioacuten de las denuncias de lo que aconteciacutea en Latinoameacuterica Donde llegaba un exiliado poliacutetico al paiacutes de acogida en Europa se volviacutea un multiplicador un denunciante de las dictaduras Uruguayos argentinos y chilenos difundiacutean su muacutesica de protesta sin miedo invitados a hablar en los actos poliacuteticos y sindicales donde eran escuchados con mucho respeto Contaban de los presos las torturas

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las muertes y las desapariciones interesando a las Comisiones de Derechos humanos de cada paiacutes Las mujeres uruguayas y algunos hombres militantes en esos actos haciacuteamos finanzas para mandar a familiares y presos poliacuteticos o de desaparecidos (estaacute documentado)

Cuando llega Wilma al barrio nos da tiempo de recordar nuestro pasado como militantes sindicales en Uruguay La huelga general de 15 diacuteas y la resistencia de la Convencioacuten Nacional de Trabajadores (CNT) a la dictadura 1973 Ella en salud yo en textiles Nos integramos a la militancia poliacutetica contagiadas nos acercamos a la Unioacuten General de Trabajadores (UGT) central de los gremios de los socialistas Entramos siendo vendedoras de medias y pantildeuelos cuando estaacutebamos sin trabajo con dos bolsitas de mano sin capital en negro Aquella gente nos recibiacutea muy bien y nos compraba para ayudarnos preguntaban de coacutemo estaba la cosa en Uruguay Alliacute nos despachaacutebamos a contar de las dictaduras y las penurias Vendiacuteamos para comer cada diacutea Wilma teniacutea un hijo de la edad de mi hijo mayor separada sola para parar la olla en cada diacutea Y en eso andaacutebamos las dos Esas ventas no nos reportaban mucho econoacutemicamente Cuando nuestras clientas nos preguntaban coacutemo nos podiacutean ayudar pediacuteamos trabajo de limpiadoras porque no teniacuteamos los papeles para trabajar Asiacute conseguimos entre las dos llaves de casas de compantildeeras socialistas y comunistas para limpiar cuando ellas trabajaban Nos teniacutean confianza Eacuteramos como una empresita sin papeles y ganaacutebamos muy bien por horas Confianza mutua y en negro

Tanto Wilma como Gladis me volvieron mi alegriacutea Dejeacute de pensar en rencores personales que tanto mal me haciacutea No pediacute nada siempre trabajeacute no le debo nada a mi exmarido

Barcelona me devolviacutea las ganas de militar por mi paiacutes Llegamos a la Confederacioacuten Sindical de Comisiones Obreras (CCOO) la central de los comunistas tambieacuten para explicar lo de Uruguay invitadas a sus actos Y ellos escuchaban atentamente que en Uruguay teniacuteamos una central uacutenica

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Dos centrales obreras CCOO y UGT espantildeolas lucharon y consiguieron las propiedades que el franquismo les roboacute en su dictadura De los afiliados llegaba dinero El movimiento sindical y poliacutetico inundoacute las calles se viviacutea con alegriacutea la vuelta a la democracia Los movimientos sociales salieron con sus propuestas las iglesias progresistas con sus grupos en los barrios la ensentildeanza se iba modificando con un movimiento de maestros contra la ensentildeanza de las escuelas religiosas del franquismo Volvieron los afiches a los muros de Barcelona tapando con las asociaciones de vecinos consignas de todo tipo y color

Actividad de solidaridad con presos y presas poliacuteticas del Uruguay en Barcelona (Fines de los 70) Fotografiacutea Archivo personal

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Aires de elecciones en Espantildea Barcelona se une Los grupos de socialistas con diferencias se agruparon en el Partido de los Socialistas Catalanes (PSC) para presentarse a las elecciones nacionales Las mujeres socialistas me dieron trabajo tres horas por diacutea en un local para trabajar en fotocopiadora y preparar una convocatoria a formar una comisioacuten de mujeres dentro del partido a empezar de cero Acepteacute encantada Yo solo apliqueacute la experiencia sindical que teniacutea en Montevideo de mi sindicato textil el Congreso Obrero Textil (COT) de organizacioacuten en el Partido Socialista (PS) del centro Mateotti de la Unioacuten y luego en Malviacuten y Buceo cuando se forma el Frente Amplio (FA) con el compantildeero Mangarelli formamos el comiteacute de base Siempre me gustoacute trabajar en organizacioacuten y asiacute fue En poco tiempo estaba en marcha los principios de la comisioacuten las mujeres catalanas socialistas con una parlamentaria al frente de esa secretaria Ganaba poco pero seguiacutea trabajando con Wlima como siempre en algunas casas de domeacutesticas Al poco tiempo ella encontroacute trabajo fijo como enfermera en una residencia de la tercera edad porque teniacutea adelantado los papeles de residencia Ella estaba muy feliz y todas estaacutebamos contentas por ella

Una de las casas donde trabajaacutebamos por hora era la de Elvira una meacutedica feminista luchadora por los derechos de salud de las mujeres Al decir que dejariacuteamos de ir porque Wilma habiacutea conseguido trabajo fijo se interesoacute por miacute y me explicoacute que se abririacutea pronto un curso para trabajar en Planificacioacuten Familiar Era un nuevo proyecto de los ayuntamientos llevado adelante por los grupos feministas de los barrios porque durante el franquismo teniacutean prohibido todo uso de meacutetodos anticonceptivos Me orientoacute para anotarme y hablamos de mi escolaridad Yo teniacutea los papeles del liceo de la Argentina Me dijo que me anotara tambieacuten en auxiliar de enfermeriacutea y babysiter para prepararme porque ese proyecto seguro saldriacutea despueacutes de las elecciones nacionales Asiacute lo hice y le agradeciacute mucho toda su ayuda y el tiempo que trabajamos con ella y la confianza que depositoacute en nosotras Asiacute a medida que conseguiacutea mejores trabajos fui dejando el trabajo de domeacutestica

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Me emocionaron mucho los gestos de las mujeres catalanas que conociacute y su solidaridad Otra vez me cambioacute el destino paseacute a ser estudiante de un colegio gratis para mujeres adultas que llevaban unas monjas progresistas y te entregaban los papeles de asistencia al curso que seriacutea uacutetil para ese trabajo futuro Por las mantildeanas en el PSC con la secretariacutea de las mujeres socialistas y a las tardes a las clases para trabajadoras Cinco diacuteas a la semana estaba con los nintildeos Cuando llegaban del colegio al rato llegaba yo y con ellos organizaacutebamos la cena La vida o la suerte me estaba protegiendo Volvioacute mi entusiasmo de mis antildeos de militancia en sindicatos de textiles en Montevideo Volviacute a ser yo otra vez Estaba feliz y con proyectos Alliacute me vinculeacute a las feministas con quienes aprendiacute a trabajar en planificacioacuten familiar en el centro de salud municipal

El FA en el exilio podiacutea convocar a actos de muacutesica Asiacute se fueron agrupando los frenteamplistas Todos juntos trabajaacutebamos en las actividades programadas de todos los grupos que lo conformaacutebamos vertebrando la unidad en el exterior Se trabajaba desde el FA y la CNT en los actos de muacutesica haciacuteamos finanzas en brigadas mayormente de compantildeeras La CNT en el exterior cada diacutea se organizaba mejor Tanto en Barcelona como en Madrid se reagrupan maacutes compantildeeros Teniacuteamos reuniones semanales Las tareas de finanzas eran muy importantes Ocho familias de presos apadrinadas por nosotros CNT Barcelona a quienes se mandaba dinero para ellos mensualmente por viacutea de telegrama colacionado Tambieacuten se cumplioacute en el local de amigos de Naciones Unidas de Barcelona la huelga de hambre del 13 y 14 de junio de 1980 que se realizoacute en distintos paiacuteses en la misma fecha Hubo grupos formados por la CNT en el exterior para realizar 24 horas de ayuno Se convocoacute a la prensa escrita y TV donde se explicoacute el motivo ldquoAmnistiacutea para Uruguayrdquo Uacutenico punto Se recibioacute a personalidades poliacuteticas catalanas y de la cultura Esta comisioacuten de CNT funcionoacute desde 1979 a 1985 la coordinaacutebamos en Barcelona junto con Marrero y Ascencio

Las elecciones en Espantildea dejaron como resultado ayuntamientos democraacuteticos con mayoriacutea de comunistas o socialistas en Barcelona Las mujeres

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feministas dan un gran paso en las reivindicaciones que estaban llevando adelante entre ellos el aborto seguro porque en Espantildea estaban prohibidos todos los meacutetodos anticonceptivos y por supuesto el aborto En ese momento las mujeres del FA y la CNT uruguaya fuimos invitadas a formar parte de una comisioacuten de ldquoMujeres catalanas en solidaridad con las mujeres uruguayas en el exiliordquo Esta comisioacuten duroacute cinco antildeos de 1980 a 1985 cuando de acuerdo con ellas se disolvioacute al poder volver a nuestro paiacutes en 1985 Funcionaacutebamos en el local de amigos de Naciones Unidas que gentilmente nos prestaba su local En un principio las catalanas hicieron la convocatoria acudieron muchas mujeres se llenoacute el local nosotras emocionadas no lo podiacuteamos creer Ellas explicaron que queriacutean saber quieacutenes estaban dispuestas a ayudar a difundir la situacioacuten de las viacutectimas de terrorismo de estado en Uruguay especialmente contra las mujeres en caacuterceles desaparecidas yo asesinadas Pusimos voces junto con las mujeres catalanas a nuestra lucha Acudioacute la prensa que publicoacute artiacuteculos de la situacioacuten que se viviacutea en la dictadura en nuestro paiacutes Para esa convocatoria se usoacute un correo muy amplio de prensa todos los medios radios televisioacuten de parlamento de los ayuntamientos de Barcelona de arte teatro y cantantes mujeres importantes de distintas instituciones del tejido social progresista y se formoacute la comisioacuten donde estaacutebamos tambieacuten las uruguayas Cuando pusimos a trabajar los engranajes de la comisioacuten en marcha nos llegaban invitaciones a dar charlas y reportajes de prensa No daacutebamos abasto Se amplioacute la participacioacuten de compantildeeras uruguayas para poder ir a esas invitaciones en que nos daban un lugarcito para explicar queacute sucediacutea con los presos muertos y desaparecidos en nuestro paiacutes

Un tiempo despueacutes de las elecciones que ganoacute Felipe Gonzaacutelez los ayuntamientos democraacuteticos convocaron a las personas que habiacuteamos realizado el curso para consultoras en planificacioacuten familiar Fui citada al ayuntamiento de LrsquoHospitalet ciudad tocando Barcelona Seleccionaron un equipo una ginecoacuteloga una psicoacuteloga una enfermera dos consultoras y una administrativa Tuve la suerte de integrar ese equipo como consultora durante

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ocho antildeos donde teniacuteamos una formacioacuten permanente a cargo del propio lugar de trabajo Una consultora en plani es un agente de salud que cuando una mujer llega al servicio informa de meacutetodos anticonceptivos abre la historia cliacutenica y deriva a la profesional en que estaacute interesada la paciente (ginecoacuteloga psicoacuteloga abogada) o se deriva a las charlas grupales que funcionan una vez por semana Este servicio fue creado esencialmente por las mujeres de los barrios espantildeoles Las italianas feministas estaban en la misma discutiendo los mismos temas de salud de las mujeres Fue una etapa muy rica de los antildeos lsquo70 para las feministas de Europa y las mujeres de EEUU Las mujeres de Boston publicaron un libro Nuestros cuerpos nuestras vidas (Colectivo del libro de salud de las mujeres de Boston 1982) Las alemanas nos trajeron un libro La pequentildea diferencia y sus grandes consecuencias de la autora Alice Schwarzer (1979) donde las mujeres hablan de siacute mismas El feminismo llegoacute para quedarse y yo ahora soy feminista y socialista Creo que lo fui siempre pero sin saberlo Cuando las compantildeeras fueron al sindicato textil a hablar de feminismo mucho antes del golpe militar ya me di cuenta de que feminismo y trabajo teniacutean algo que ver El sindicato teniacutea una comisioacuten de mujeres desde que se formoacute la COT en el lsquo66 Discutimos sobre temas como igual trabajo - igual salario casas cunas en lugares de trabajo Esa comisioacuten de mujeres no era maacutes que una parte del sindicato Veniacutean a hablar con nosotras feministas algunas que despueacutes formaron asociaciones como Grupo de Estudio sobre la condicioacuten de la mujer en el Uruguay (GRECMU) o el Plenario de Mujeres del Uruguay (PLEMUU) Habiacutea muchos temas de mujeres reivindicativos como por ejemplo el caso de la compantildeera que abortoacute en el bantildeo de la faacutebrica y la despidieron el abuso en los lugares de trabajo doacutende dejar a los hijos chiquitos esos temas Igual trabajo igual salario fue una reivindicacioacuten revolucionaria para ese momento Ya ahiacute me sentiacute feminista y no sabiacutea Entonces desde ahiacute lo soy

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En diciembre de 1987 volviacute del exilio Teniacutea 49 antildeos no era edad para jubilarme y mis compantildeeras del plani no queriacutean que me viniera Lo penseacute y pediacute excedencia por cinco antildeos aconsejada por mis compantildeeras porque no sabiacutea que encontrariacutea aquiacute en Uruguay Sin trabajo otra vez No pude traer a todos mis hijos El mayor y el menor teniacutean trabajo su vida en Barcelona No podiacutea arrancarlos otra vez Eso fue desgarrador para miacute Con Ernesto (mi hijo mediano) y Aniacutebal (mi compantildeero) ocupamos mi casa en el Cerro el barrio de mi infancia otra vez Volviacute contenta a mi familia a mi barrio a mi pueblo a mi paiacutes que tanto extrantildeeacute y por el que tanto lucheacute desde el exilio Estaba otra vez felizhellip y pobre

Volver al jardiacuten Desexilio(s)

El contexto de ese momento es de mucho lsquobarullorsquo sobre el retorno a Uruguay Aniacutebal estaba listo para volver pero ella no lo teniacutea claro porque

Manifestacioacuten de mujeres por Av 18 de Julio (Mediados de la deacutecada de los 80) Fotografiacutea Archivo personal

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no teniacutea trabajo y ademaacutes se estaba recuperando de su salud Eacutel retorna primero ella continuacutea trabajando hasta el lsquo87 en planificacioacuten familiar Retorna a Montevideo entonces a una casa en el Cerro una casa que estaba en ruinas y que con ayuda de familiares dejaron hermosa casa en la que nos supo recibir en nuestras visitas durante el transcurso de esta historia de vida

El desexilio fue una etapa agridulce y llena de contradicciones Por un lado la alegriacutea de volver a Montevideo su barrio abrazar a su madre y su familia Por otro lado la tristeza de dejar a dos de sus hijos en Barcelona a sus queridas amigas y al trabajo en el plani Una vez asentada en Montevideo se encuentra con una sensacioacuten que describe a la perfeccioacuten

Me sentiacutea como desplazada lsquoEl que se fue a Sevilla perdioacute su sillarsquo La gente si bien se alegraba de verte no te contaba nada La herida estaba abierta y no se preguntaba Tampoco nadie nos preguntoacute coacutemo habiacuteamos hecho para conseguir el dinero que mandaacutebamos Y una sentiacutea culpa de haber estado en el exterior y tampoco hablaba

La vuelta a Uruguay enfrentoacute algunas dificultades tambieacuten en teacuterminos econoacutemicos

Cuando vuelvo tengo que trabajar en tres lados para poder sacar un salario miacutenimo Trabajaba unas horas por semana en el Foro Juvenil en el equipo de sexualidad En EMAUS en el barrio Nuevo Pariacutes con mujeres mayores amas de casa desocupadas y empleadas domeacutesticas otras horas por semana Y en Mujer y Sociedad en planificacioacuten familiar dando charlas como asistente de la ginecoacuteloga otras horas por semana Con los tres lugares no alcanzaba y por otro lado Aniacutebal trabajaba en la quinta y en la construccioacuten en changas

En medio de este difiacutecil momento alentada por su experiencia de trabajo con grupos de mujeres comienza a estudiar Psicologiacutea Social en la Escuela de Hugo Monetti

Lo mejor que me ha pasado es hacer Psicologiacutea Social con la escuela de Monetti

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que lo hice a los 50 antildeos cuando volviacute al exilio Ernesto cursaba conmigo Psicologiacutea Social en otro grupo Y a ellos [sus hijos] les ha hecho muy bien que yo estudiara

Cierra los ochenta con la muerte de su madre e inicia los noventa con la separacioacuten y posterior divorcio de Aniacutebal y el regreso a Barcelona donde se encontraraacute con una segunda etapa en el ayuntamiento

Mi madre se murioacute en el 89 Yo teniacutea 51 antildeos y fue un antildeo muy triste para miacute () en el 90 tengo 52 antildeos Hay una crisis de pareja con Aniacutebal () Paseacute horrible Estaba viviendo con Ernesto Aniacutebal empezoacute a trabajar en la construccioacuten y empezamos con unas crisis tremendas por el alcohol No le gustaba que yo estudiara Psicologiacutea Social Eacutel teniacutea celos y yo desilusioacuten Me levantaba a las 5 o 6 de la mantildeana para estudiar para escribir Era una eacutepoca de muchos apagones () Cuando se levantaba eacutel yo ya estaba trabajando y me deciacutea lsquoiquestPara queacute estudias iquestQuereacutes ser Presidenta de la Repuacuteblicarsquo Un

La aplanadora mujeres Encuentro de mujeres en Uruguay (Mediados de los 80) Fotografiacutea Archivo personal

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ataque El alcoholismo esa maldita enfermedad que tambieacuten vi en mi padre y en mi abuelo y que volviacutea con Aniacutebal para a minar nuestra relacioacuten Es una forma de agresioacuten que muchas mujeres vivimos por eso hay que hablarlo Todo era porque llegaba a la noche Yo saliacutea al mediodiacutea para trabajar en todos esos lados () y llegaba a las 11 de la noche () Muy bueno fue eso [estudiar Psicologiacutea Social] Me sacoacute de lo que habiacutea en casa

En el 1993 ya no se pueden sostener econoacutemicamente en Uruguay Regresa a Barcelona a una segunda etapa en el ayuntamiento ya no para trabajar en planificacioacuten familiar sino para trabajar sobre violencia domeacutestica2

La prioridad en ese momento era violencia domeacutestica No era plani porque plani se habiacutea integrado a la seguridad social () cuando fui empezamos a trabajar en un lugar muy precario y habiacutea una violencia domeacutestica increiacuteble Menos mal que en los 5 antildeos que estuve acaacute hice el curso con Hugo Monetti Con maacutes herramientas con la dinaacutemica de grupo que no las conociacuteamos allaacute haciacuteamos las consultoras las charlas pero no con grupo Formar grupos equipos cuesta muchos antildeos para que puedan estar en consonancia una persona con la otra porque cuando vas teneacutes un poco de recelo de sentimiento de iquestpodreacute o no podreacute Y formar un grupo lleva muchos antildeos Y yo me acoplaba enseguida Es una actitud positiva ante el cambio Si no teneacutes una actitud positivahellip

Nos cuenta sobre su familia en esos antildeos cerrando los noventa En 1995 se enferma Felipe pasa un periacuteodo internado y luego en recuperacioacuten En ese tiempo se reconcilia con Aniacutebal con quien estaacute en pareja hasta hoy Nacen sus primeros dos nietos luego naceriacutea el tercero En 2004 regresa a Montevideo Cuatro antildeos despueacutes conoce a dos compantildeeros de la Universidad de la Repuacuteblica Agustiacuten y Matiacuteas ldquoLa descubrenrdquo nos diraacute ella A partir de este encuentro se motiva para compilar sus textos y escribir su libro Y diez antildeos maacutes tarde en 2014 presenta el libro que la diera a conocer y por el cual nosotras nos acercariacuteamos a ella En 2017 la invitamos a participar en algunas

2 A propoacutesito de la denominacioacuten lsquoviolencia domeacutesticarsquo en uno de los encuentros nos diraacute ldquoDespueacutes empeceacute a trabajar en violencia domeacutestica [se riacutee] iexclque antigua Ahora no se le dice asiacute es violencia de geacutenero porque no es solo en la casardquo

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instancias de un grupo de investigacioacuten a partir del cual escribimos la cartilla antes mencionada A partir de aquiacute es historia conocida Coordinamos con ella para llevar a su casa la invitacioacuten a la presentacioacuten de la cartilla y una copia de la misma Le escribimos una dedicatoria Estaacutebamos un poco nerviosas y ansiosas y sobre todo felices de que nos recibiera en su casa No imaginamos que ese seriacutea el primero de varios encuentros en que nos relatariacutea su historia de vida

Lo que cuentan las tortugas

La historia no es lo de antantildeo solamente estaacute construyeacutendose ahora en cada momento que transcurre en cada momento de las mujeres en las faacutebricas en las calles en el trabajo del campo en el domeacutestico maestras rurales amas de casahellip Todas las mujeres donde sea que esteacutenhellip La historia va articulando en lo cotidiano los acontecimientos colectivos sindicales poliacuteticos y sociales de un paiacutes No solo debemos recordar compantildeeras hay que escribir Porque lo que no estaacute escrito no existe se lo lleva el viento es la invisibilidad es la no historia (Alcoba Mariacutea Julia 2014 p 169)

A Mariacutea Julia la conocimos a traveacutes de las paacuteginas de su libro El epiacutelogo del libro la frase que elegimos para abrir este final nos empuja a seguir escribiendo Como una receta de bruja pasada de boca en boca Mariacutea Julia nos invita a escribir la historia nuestra historia esa que hoy nos encuentra

Vibramos en la misma sintoniacutea y varias veces nos vimos reflejadas en su sentir Saltando generaciones eacutepocas y paiacuteses pudimos entendernos plenamente como mujeres y como feministas Las aneacutecdotas amargas de la militancia mixta y la desvalorizacioacuten de las mujeres los sinsabores de la vida de pareja los amores y las separaciones Pero tambieacuten la alegriacutea del encuentro con las amigas del entre mujeres la ternura de la crianza el acompantildeamiento mutuo los cuidados

Mariacutea Julia es de habla calma y reflexiones agudas En un encuentro

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nos dijo ldquoAhora me muevo como una tortuguita iquestsaben por queacute Porque soy lenta pero raacutepida de pensamientordquo Reiacutemos juntas y pudimos comprobar que este apodo que heredoacute de su padre y su hijo le recrea le calza a la perfeccioacuten Avanza lento pero seguro porque sabe muy bien a donde va Es paciente y constante ella sabiacutea que teniacuteamos que escribir juntas y acaacute estamos Y este es solo un inicio pues quedan muchas paacuteginas por escribir porque sus historias sus cuentos sus aneacutecdotas tienen que ser contadas Sus palabras esas que abrazan tienen que continuar resonando en otras multiplicaacutendose como los brotes de las plantas que nos ha regalado y que nosotras aquiacute comenzamos a compartir

Estas palabras nos abrazaron mientras juntaacutebamos brotes de plantitas en el jardiacuten de su casa mientras preparaacutebamos un almuerzo en su cocina sentadas a su lado o a traveacutes de la pantalla del lsquoordenadorrsquo cuaderno en mano deseosas de poder escuchar lo que ese diacutea teniacutea para contarnos Nos dimos cita cada vez y esa cita de ese diacutea marcado en la agenda fue vivido como un acontecimiento En varias ocasiones nos esperoacute de labios pintados luciendo hermosas y coloridas chalinas haciendo juego con sus boinas en invierno Nosotras haciacuteamos nuestro mejor esfuerzo por arreglarnos para encontrarnos con ella Cuando nos iacutebamos de su casa o cortaacutebamos la videollamada quedaacutebamos exaltadas y no podiacuteamos parar de hablar sobre tal o cual frase sobre tal o cual partecita de su historia sobre coacutemo seguir sobre lo bello del viacutenculo que veniacuteamos tejiendo y la confianza mutua que veniacuteamos cultivando

Le contamos lo que nuestro encuentro con ella ha generado en nosotras y le preguntamos a ella al respecto

El trabajo que estaacuten haciendo me parece bien porque yo siempre cuando quiere hacer uno sin preguntas a veces no las podeacutes decir Porque o no te acordaacutes o no las quereacutes decir o se quedan adentro como en el tintero Y este trabajo que hicimos que ustedes me ayudaron a recordar que es lo maacutes importante para miacute porque cada diacutea me olvido de maacutes cosas cada diacutea Y eso es importante para poder trabajarlo en grupo y trabajarlo con ustedes Eso es lo maacutes importante

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que ustedes sean quienes le pongan el entusiasmo que le pusieron y para miacute es un orgullo y un acompantildeamiento de mi vejez que pueda decir lo que le sirva tambieacuten a otras mujeres () Yo seacute que no soy una gran oradora no soy oradora de barricada Sino que soy lenta para hablar pero lo importante es que llegue maacutes lejos con la palabra Eso ustedes seguiraacuten los ecos de esas palabras a sus compantildeeras a todo lo que significa la palabra de las mujeres en el mundo social que las ningunean mucho a las mujeres Que las mujeres siempre estaacuten dentro de casa y fuera de casa es lo que no se dice Siempre en cada momento social de la historia de la humanidad estaacuten las mujeres Las mujeres fueron las primeras que hablaron contra la guerra Las primeras que hablan muchas veces como las mujeres de la Plaza de Mayo Una simple pregunta iquestdoacutende estaacuten los hijos En lo social en este momento hay muchas mujeres luchando por compromiso social Y eso no sale en la prensa no sale en la televisioacuten sale muy poco en la radio Y son las mujeres que tienen esas voces No me importa ser lenta sino que me entiendan lo que digo () A miacute ustedes me han generado un aire fresco que ha llegado a mi casa y que si bien las conversaciones a veces eran iacutentimas o dolorosas o a veces nos generoacute risas o nos generoacute un silencio esos silencios que hablan tanto la llegada como la salida de ustedes de mi casa me generaba eso que tenemos las mujeres de mi familia que cuando se iban mis tiacuteas mi madre les deciacutea lsquovamos a ver las plantitasrsquo Entonces iba mi madre a darle unos gajos de las plantas Y eso es una multiplicacioacuten de hechos que generan el viacutenculo muy fuerte Lo de las plantas es muy fuerte porque generaacutes en el otro una continuidad de aquella visita Ustedes eran lsquola visitarsquo Una visita no lsquola visita esperadarsquo () A lo largo de la vida te encontraacutes con personas que te abrazan sin hacerlo te abrazan con la palabra te abrazan no con el cuerpo sino con la palabra Hay que ponerle palabra a todo lo de las mujeres para decir lo que aquellas callan Por eso la palabra es multiplicadora Los ecos de la palabra son los multiplicadores Como las plantas Es el viacutenculo que se establece () Yo no es que me repliegue porque quiera Me repliego porque tengo problemas de salud de piernas de brazos y eso me impide ir a las actividades Eso cada diacutea me dificulta maacutes Pero yo pienso hay tanta juventud ahora con la misma temaacutetica de las mujeres por suerte que yo seriacutea una hormiguita entre tantas Y para sumarme me gustariacutea pero no puedo y pienso que lo que puedo hacer es pensar en lo que estaacute pasando Estaacute pasando

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una revolucioacuten de verdad Como deciacuteas tuacute en el cuento3 Estaacute pasando ahora mismo estaacute pasando una revolucioacuten

Los diaacutelogos con Mariacutea Julia fueron eso diaacutelogos Nosotras la escuchamos y la leiacutemos y ella tambieacuten supo preguntarnos y supo tambieacuten leernos Le compartimos textos de nuestra autoriacutea nos devolviacutea sus comentarios Y ahiacute fuimos prestaacutendonos palabras para nombrar este momento de revolucioacuten que nos encuentra Ella cada tanto nos sigue sorprendiendo con algunos de sus cuentos que nosotras guardamos con ganas de leeacuterselos a otras Pero esto ya es otro cuento

3 Como mencionamos previamente compartirnos textos de nuestra autoriacutea se nos vol-vioacute una praacutectica comuacuten asiacute como tambieacuten dialogar desde las resonancias que nos generaban estas lecturas

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Referencias bibliograacuteficas

Alcoba Mariacutea Julia Caraacutembula Matiacuteas Cardeillac Joaquiacuten Cuacuteccaro Julia Cuacuteccaro Shirley Fagundez Rosa Flores Mariacutea Fontora Neacutelida Krapovickas Julieta Migliaro Alicia Robledo Gabriela Rodriacuteguez Lezica Lorena Troche Susan (2019) Y las mujeres iquestdoacutende estaacuten Guiacutea para abordar desigualdades de geacutenero en sindicatos rurales Universidad de la Repuacuteblica Disponible en httpswwwcolibriudelareduuyjspuibitstream2050012008299851Y20las20mujers20donde20estan_2019pdf

Alcoba Mariacutea Julia (2014) Las mujeres iquestdoacutende estaban Montevideo Primero de mayo

Comisioacuten catalana de solidaridad con las mujeres uruguayas (1981) Informe

Encuentro Internacional de solidaridad con las mujeres uruguaya Barcelona

Fontora Neacutelida (2018) La llama no se apaga Montevideo Primero de mayo

Colectivo del libro de salud de las mujeres de Boston (1982) Nuestros cuerpos Nuestras Vidas Barcelona Icaria

Schwarzer Alice (1979) La pequentildea diferencia y sus grandes consecuencias Barcelona Lasal Edicions De Les Dones

Mariacutea Julia Alcoba Alicia Migliaro y Lorena Rodriacuteguez Lezica Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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Datos Biograacuteficos

Mariacutea Julia Alcoba Rossano nace en 1938 en Montevideo en el Cerro barrio donde vive hasta su casamiento en 1960 A los trece antildeos sin terminar la escuela primaria ingresa a trabajar en Lanas Uruguayas Con catorce antildeos se integra a la militancia sindical y a la Unioacuten Obrera Textil Entre los antildeos 1955 y 1956 es co-fundadora del Congreso Obrero Textil que agrupa a todo el gremio a nivel nacional Representando a los textiles con Heacutector Rodriacuteguez y Emilio De Concilis integra el plenario de la Comisioacuten Pro Central Uacutenica de Trabajadores En 1956 se integra a las Juventudes Socialistas y luego al Partido Socialista En 1957 integra la Comisioacuten Gremial del Partido Desde alliacute trabaja hacia los sindicatos agriacutecolas En 1963 en la Unioacuten nace su primer hijo Siete antildeos despueacutes el segundo y al antildeo siguiente el tercero Milita en el Centro Mateotti y en el gremio textil En diciembre de 1967 el gobierno encabezado por Pacheco Areco se inaugura clausurando diarios e ilegalizando organizaciones poliacuteticas entre ellas el Partido Socialista En 1974 debe marchar con sus tres hijos al exilio argentino En Haedo termina la Escuela y cursa primero y segundo en el Liceo Nocturno En 1977 debe dejar Argentina y exilarse en Espantildea En Barcelona se integra al movimiento solidario con Uruguay contra la dictadura Trabaja como empleada domeacutestica vendedora de libroshellip Se prepara en cursos de auxiliar de cliacutenica puericultora y consultora en planificacioacuten familiar En 1979 obtiene por concurso el puesto de Consultora en Planificacioacuten

Las mujeres doacutende estaban

Familiar (agente de salud) en la Alcaldiacutea de Hospitalet de Llobregat donde trabaja con grupos de mujeres hasta su retorno al paiacutes Se integra a grupos feministas contra la violencia de geacutenero De 1979 a 1985 integra la comisioacuten de Barcelona de la CNT en el exilio ademaacutes de la Comisioacuten de Mujeres Catalanas de solidaridad con mujeres uruguayas en el exilio y presas viacutectimas del terrorismo de estado Ya en Montevideo es co-fundadora del Instituto Mujer y Sociedad trabaja con grupos en Foro Juvenil y EMAUS y se recibe de Psicoacuteloga Social en 1992 Hoy vive en su barrio de siempre el Cerro en una vieja casa llena de animalitos aacuterboles y plantas

Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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Indice

El encuentro con Mariacutea Julia 8

A modo de proacutelogo 11

La sumaca 14

Un cielo rojo anaranjado 24

La vieja radio de casa 28

Caramelos 33

Biyuacute 35

La Faacutebrica 39

El Sindicato 46

El patroacuten 48

Mis quince antildeos 51

Conflicto textil 54

La mamaacute de Rosita 58

Negra pobre y retobada 60

Un gremio de mujeres 62

El robo 64

El Boston 68

Despueacutes de la huelga 71

Jorgelina y Delia en Budapest 74

Una conferencia nacional 77

Las friyeras 80

Las mujeres iquestdoacutende estaban

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Las compantildeeras de FUNSA 86

Las mujeres del Arrozal 93

Las chacras del Norte 103

La marcha 110

Las mujeres en la marcha 122

Ana Mariacutea 126

El asalto 131

El regreso 134

El peine amarillo 136

Suipacha 139

Viviendo el miedo 144

Otra despedida maacutes 147

El Pesquero 149

Regreso sobre mis pasos 153

Del azuacutecar a la sal 169

Epiacutelogo 176

El jardiacuten de las palabras diaacutelogos feministas para abrazar la historia 179

Datos Biograacuteficos 212

Las mujeres iquestdoacutende estaban Una pregunta nada sencilla de hacer en un mundo donde las figuras masculinas son las fotografiadas las nombradas las recordadas Una pregunta que insiste que interpela que inspira La reedicioacuten de este libro de Mariacutea Julia sus palabras son claves que nos regala para seguir buscaacutendonos en la historia

  • El encuentro con Mariacutea Julia
  • A modo de proacutelogo
  • La sumaca
  • Un cielo rojo anaranjado
  • La vieja radio de casa
  • Caramelos
  • Biyuacute
  • La Faacutebrica
  • El Sindicato
  • El patroacuten
  • Mis quince antildeos
  • Conflicto textil
  • La mamaacute de Rosita
  • Negra pobre y retobada
  • Un gremio de mujeres
  • El robo
  • El Boston
  • Despueacutes de la huelga
  • Jorgelina y Delia en Budapest
  • Una conferencia nacional
  • Las friyeras
  • Las compantildeeras de FUNSA
  • Las mujeres del Arrozal
  • Las chacras del Norte
  • La marcha
  • Las mujeres en la marcha
  • Ana Mariacutea
  • El asalto
  • El regreso
  • El peine amarillo
  • Suipacha
  • Viviendo el miedo
  • Otra despedida maacutes
  • El Pesquero
  • Regreso sobre mis pasos
  • Del azuacutecar a la sal
  • Epiacutelogo
  • El jardiacuten de las palabras diaacutelogos feministas para abrazar la historia
  • Datos Biograacuteficos
Page 5: Las mujeres, ¿dónde estaban?

Agradezco

A Moacutenica Reca quien fue la primera que pasoacute mis manuscritos a maacutequina y me animoacute a seguir

A Susana Balintildeas que me dio la confianza que me faltaba y me puso frente a la obligacioacuten de relatar estos hechos

A Guillermo Chifflet Colacho Esteves Mariacutea Ineacutes Capucho y Charito Estefanell

mis primeros lectores

A Lorena y Alicia por hacer posible esta nueva versioacuten virtual ampliada de ldquoLas mujeres iquestdoacutende estabanrdquo

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Pasaron ya siete antildeos desde que se publicoacute el libro cuya pregunta inspirariacutea varios de nuestros trabajos las mujeres iquestdoacutende estaban Una pregunta nada sencilla de hacer en un mundo donde las figuras masculinas son las fotografiadas las nombradas las recordadas No podemos negar que el sindicalismo en Uruguay es un mundo de hombres No porque las mujeres no esteacuten Estaacuten Sino porque por mucho tiempo lsquono se las ha vistorsquo iquesto seraacute que no se las ha querido ver Es frente a esta ceguera que irrumpe este libro con una pregunta que interpela la memoria para poder hurgar en ella para encontrar y reconocer a las mujeres en la historia del sindicalismo y hacer justicia asiacute a una genealogiacutea y a una historia sino incompletas

A Mariacutea Julia la contactamos como Grupo IADR en 2018 Teniacuteamos la excusa perfecta para poder ensayar un acercamiento entre las sindicalistas ldquode ayerrdquo y las ldquode hoyrdquo Algo intuiacuteamos sobre la potencia del espacio de intercambio entre tales mujeres con la nada sencilla tarea de elaborar una cartilla sobre desigualdades de geacutenero en el sindicalismo rural La invitamos Accedioacute contenta pero no sin antes dudar queacute tendriacutea ella para aportar Junto a Mariacutea Julia y tambieacuten junto a Neacutelida Chela Fontora las sindicalistas ldquode ayerrdquo y con las compantildeeras de distintos sindicatos rurales en actividad trabajamos en lo que llamamos un ldquogrupo focal interpretativordquo El hecho de que Maria Julia y Chela hayan participado de este trabajo colectivo es un gusto y una nueva muestra (iexclcomo si hicieran falta maacutes) de su compromiso y vocacioacuten de lucha Participaron activamente codo a codo en toda la tarea con escucha y respeto hacia las voces de todas las compantildeeras El libro de Mariacutea Julia es un libro autobiaograacutefico que recoge para compartir memorias de vida luchas dolores y alegriacuteas Es un texto que nos marcoacute el rumbo y cuyo tiacutetulo retomamos en la cartilla que elaboramos juntas Porque la pregunta sobre doacutende estaacuten las mujeres en la historia es una guiacutea es un coacutemo ir iquestDoacutende estaacuten aquellas que no son nombradas iquestDoacutende estaacuten aquellas que no se quieren ver Desconfiar de las historias oficiales animarse a narrar desde otras voces animarse a construir otros relatos

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Para escribir este proacutelogo nos preguntamos por queacute es importante para nosotras y nosotros como Grupo interdisciplinario desde la Universidad de la Repuacuteblica poder re-editar este libro siete antildeos despueacutes La pregunta se responde volviendo a la interrogacioacuten por el espacio aunque esta vez no mediante un iquestdoacutende sino maacutes bien con un iquestcoacutemo Y es que la toacutenica del grupo IADR ha sido la de generar conocimiento socialmente valioso transitando caminos y formas habilitantes de espacios y tiempos de co-construccioacuten de autoformacioacuten y de reflexividad En esa liacutenea dos objetivos perseguidos son hacer lugar y hacer tiempo No soacutelo como colectivo IADR sino tambieacuten y sobre todo en tanto que comunidad amplia a la que pertenecemos nos debemos y pretendemos contribuir recuperar el tiempo y el espacio para entendernos proyectarnos y caminar hacia una sociedad maacutes justa y solidaria

En esta buacutesqueda compartida no hay un camino ni una uacutenica voz hay muchas Y atender con agudeza quieacuten toma la palabra es parte del trabajo y la buacutesqueda Asiacute sumar implica tambieacuten aguzar la escucha salir del centro o hacerse a un lado pero no como mecanismo de desentendimiento sino muy por el contrario como quieacuten acompantildea por y para entender como quien comparte y se vuelve parte Como en cualquier enarmoniacutea la nota depende de la tonalidad o la toacutenica La reedicioacuten de este libro de Mariacutea Julia sus palabras hacen a nuestra toacutenica la del IADR la de Lorena Alicia Julieta Matiacuteas y Joaquiacuten Y aunque tenemos cosas para decir ahora quisimos volver a escuchar Es por ello que no nos quedan dudas sobre la pertinencia de esta reedicioacuten

Grupo Interdisciplinario de Investigacioacuten Accioacuten sobre Desigualdades en el Medio Rural

primavera 2021

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El encuentro con Mariacutea Julia

Llegamos a Mariacutea Julia luego de una conversacioacuten con Walter Marrero ldquoMarreritordquo en setiembre de 2011 Acudimos a eacutel para a hurgar en las memorias las experiencias y las piezas que construyeron el sindicalismo rural uruguayo antes de 1973 y despueacutes de 1985 producto de la abrupta interrupcioacuten por la dictadura civil-militar En aquella conversacioacuten Walter nos insistioacute en maacutes de una oportunidad en contactar a Mariacutea Julia Los argumentos esbozados fueron muchos entre ellos se incluiacutea su apoyo constante a las mujeres de los arrozales durante la huelga de 1957 asiacute como tambieacuten su militancia en el exilio catalaacuten

Luego todo sucedioacute muy raacutepido El 17 de junio de 2012 en el marco de un proyecto estudiantil de la UdelaR organizamos un encuentro entre integrantes del Sindicato Uacutenico de Peones de Tambos (SUPT) incluida la sentida y entrantildeable participacioacuten de Pedro Aldrovandi Alliacute se nos presentoacute Mariacutea Julia una mujer que nos cautivoacute desde un principio Como se puede apreciar en una de las fotografiacuteas del libro portaba un abrigo de color rojo una boina azul y sobre todo una sonrisa ancha

En poco tiempo conseguimos entablar cierta confianza que raacutepidamente se fue convirtiendo en amistad A finales de 2013 nos reveloacute que escribiacutea cuentos Para nuestro asombro nos comentoacute que ya teniacutea un libro escrito pero sin publicar Obviamente nos maravillamos al leer el borrador No dudamos en la necesidad de dar la mayor difusioacuten posible Lo primero fue la publicacioacuten de su cuento ldquoLas mujeres del arrozalrdquo en el perioacutedico La Diaria como forma de celebracioacuten del diacutea del trabajador y la trabajadora rural el 30 de abril de 2014 En los meses siguientes se fue tejiendo una propuesta entre el PIT-CNT y la Universidad de la Repuacuteblica para publicar su libro En octubre de ese mismo antildeo el libro fue presentando puacuteblicamente y el resto de la historia es bastante conocida

Desde ese momento Mariacutea Julia se presentoacute ante un puacuteblico cautivo

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por un contexto de enunciacioacuten para la memoria personal y colectiva de las mujeres muchas veces silenciadas y otras veces relegadas que como menciona Spivak se encuentra en las ldquosombrasrdquo de la historia1 No obstante la tenaz batalla de Mariacutea Julia contra el olvido teniacutea antecedentes muy firmes desde la deacutecada de 1990 De hecho Yamanduacute Gonzaacutelez Sierra hizo alusioacuten a su trabajo narrativo en el libro ldquoLos olvidados de la tierrardquo refiriendo a las ldquoHistorias de vidas de mujeres trabajadorasrdquo que Mariacutea Julia publicoacute en diferentes capiacutetulos en el perioacutedico ldquoNoticiasrdquo de la ciudad de Juan Lacaze en el departamento de Colonia 2

Su libro es una invitacioacuten a navegar en el rescate de las historias las memorias y las experiencias de las mujeres que lucharon y continuacutean hacieacutendolo por una sociedad maacutes justa igualitaria y solidaria Sus relatos permiten reconstruir un derrotero del Uruguay de segunda mitad de siglo XX donde confluyen innumerables sacrificios dolores y alegriacuteas Los escenarios se presentan en ciacuterculos sociales que van siendo cada vez maacutes amplios la familia el barrio la ciudad y a veces en el campo incluso el exilio como tambieacuten el desexilio La pluma de Mariacutea Julia es genuina y resiliente fiel reflejo de su vida Incluso para afrontar los momentos maacutes duros y difiacuteciles Ello se acompantildea con una personalidad afable que la describe en todo momento cuando se trata de celebrar el encuentro

Pero la invitacioacuten de Mariacutea Julia no se acaba solamente en la lectura que propone Tambieacuten se extiende a incentivar a que otras mujeres lo hagan En definitiva su tarea es mucho maacutes amplia que la escritura y se asemeja en mucho a una memorable frase de Rodolfo Walsh a mediados de los 60rsquo cuando planteoacute que ldquonuestras clases dominantes han procurado siempre que

1 Spivak Charkavorty Gayatri (2009) ldquoiquestPueden hablar los subalternosrdquo Barcelona MACBA Paacuteg 43-125

2 Gonzaacutelez Sierra Yamanduacute (1994) Los olvidados de la tierra Vida organizacioacuten y luchas de los sindicatos rurales Montevideo Nordan-comunidad Paacutegina 94

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los trabajadores no tengan historia no tengan doctrina no tengan heacuteroes y maacutertires Cada lucha debe empezar de nuevo separada de luchas anteriores la experiencia colectiva se pierde las lecciones se olvidan La historia parece asiacute como propiedad privada cuyos duentildeos son los duentildeos de todas las otras cosasrdquo 3

Nuestro encuentro con Mariacutea Julia su poesiacutea y su rojo rojo intenso como su vida ha sido pues una profunda y necesaria convocatoria para que en los tiempos actuales de resistir a la desmemoria para reescribir la historia la palabra sea de ella

Agustiacuten Juncal y Matiacuteas Caraacutembula

3 ldquoCordobazordquo Extraiacutedo de ldquoPerioacutedico de la CGT de los Argentinosrdquo Coleccioacuten Completa Nuacutemeros 1 al 55 Mayo de 1968 ndash Febrero de 1970 Disponible en wwwcgtargentinosorg

Mariacutea Julia tomando una foto Actividad con sindicatos de tambo en Isla Mala (2012) Fotografiacutea Soledad Figueredo

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A modo de proacutelogo

Estas historias que Mariacutea Julia recupera para la memoria de nuestro paiacutes tienen la riqueza de su mirada y vivencia de mujer actora en todas ellas Mariacutea Julia recorre la historia de nuestro paiacutes desde los antildeos 50 hasta la oscura deacutecada de los 70 desde sus experiencias de nintildea en el Cerro un barrio de inmigrantes que trajeron sus ideologiacuteas y sus oficios sus culturas y la antildeoranza de su tierra Desde la forma de relacionarse con el mundo a traveacutes de las primitivas radios que sintonizaban los avatares de las segunda guerra mundial hasta la evolucioacuten de la conformacioacuten de los sindicatos textiles y la solidaridad en las luchas de las otras ramas industriales como la carne Mariacutea Julia va relatando la evolucioacuten social econoacutemica y poliacutetica de esas deacutecadas donde ella participoacute tan activamente viviendo desde adentro cada una de las luchas y la construccioacuten de un movimiento obrero organizado en una central uacutenica y autoacutenoma Impactan las edades adolescentes de esos primeros luchadores que enfrentaban patronales primitivas para lograr respeto a su dignidad como personas Mariacutea Julia Alcoba reafirma sus ideas poliacuteticas y en su rol de militante se pone en contacto con otras mujeres trabajadoras zafrales agriacutecolas pescadoras empleadas de las grandes faacutebricas empleadas domeacutesticas Describe sus diferencias y sus problemas que todaviacutea subsisten en muchos casos invisibilizados en las agendas tradicionales Las historias de esas deacutecadas siempre han sido contadas por personajes masculinos quienes difiacutecilmente incorporan la vida cotidiana de los seres humanos que participaron en la construccioacuten de nuestra identidad social y poliacutetica Esta recuperacioacuten de relatos y testimonios de una mujer que atravesoacute esas deacutecadas nos devuelve a quienes nunca son nombradas pero que formaron la malla de una conciencia de dignidad obrera de la que tanto nos enorgullecemos los y las uruguayas

Margarita Percovich

iquestDoacutende estaban ellas Pero primero iquestquieacutenes son ellas Ellas son obreras son militantes sindicales y Mariacutea Julia que lo es ella misma y que ejemplifica con su propia vida nos las describe desde la nintildeez en sus familias familias obreras de barrios obreros hasta su madurez como

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mujeres y madres desde sus primeros choques emocionales con la realidad de la explotacioacuten hasta su madurez de militantes sindicales Y eso es lo que conmueve y entusiasma del texto No es un texto que trata de describir a la mujer en su condicioacuten de viacutectima de una doble explotacioacuten como asalariada y como integrante de una sociedad que la discrimina maacutes allaacute de que tal descripcioacuten fluye naturalmente de su lectura Es maacutes bien la mujer en toda su estatura de luchadora social a la par y junto al hombre y que trata de hacerlo en la vida social y en el hogar y muchas veces debiendo superar incomprensiones y prejuicios a veces incluso de quienes somos sus compantildeeros justo es reconocerlo Haciacutea falta este libro Rescata facetas de la historia sindical del Uruguay y la construccioacuten de la unidad destaca el relevante papel de la mujer en esa historia y tambieacuten nos ayuda a todos nosotros a ser mejores Gracias Mariacutea Julia

Wladimir Turiansky

Este libro es un testimonio de las luchas dolores y alegriacuteas que han hecho la hermosa historia de la solidaridad obrera En sus paacuteginas hay aliento para la accioacuten para un mundo nuevo sin explotados ni explotadores un atrapante y entrantildeable relato de la cotidianeidad

Guillermo Chifflet

No es la mirada conmovida de un artista con sensibilidad salido de las filas de la burguesiacutea es el rescate de la historia por quien se forjoacute como adolescente y mujer en la faacutebrica creciendo en la lucha Es la visioacuten desde adentro de quien no ha perdido ni reniega de su origen de clase Es el rescate ademaacutes de una sensibilidad proletaria

Colacho Esteves

Las mujeres iquestdoacutende estaban nos acerca un poco maacutes a lo profundo de una huelga que significo un antes y un despueacutes en el Movimiento Sindical Uruguayo Nos muestra desde una mirada sincera simple los procesos que recorrieron las compantildeeras procesos que formaron y desarrollaron nuestro Movimiento Sindical

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Este libro recoge el testimonio de muchas compantildeeras que fue pariendo el gremio forjadas en la lucha Nos muestra una eacutepoca de nuestra historia donde reinaba el miedo y el paiacutes era todo promesas y olvidos la miseria asechaba a la clase trabajadora y a las mujeres les sobro iniciativa y creatividad para combatir la injusticia le hicieron frente a frente a la realidad fueron parte vital de esta lucha muchas veces la mayoriacutea desde las sombras La ocupacioacuten de fabricas del 64 al 68 fue un ejemplo de militancia de las mujeres Las mujeres lucharon a pesar del miedo miraron con rabia a la injusticia y le hicieron frente a la desigualdad La Solidaridad la Unidad y la Lucha entre Trabajadores de diferentes sindicatos sostuvieron la huelga y forjaron los cimientos de lo que hoy significa Sindicato en el Uruguay

Secretaria de Geacutenero Equidad y DiversidadPIT-CNT

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La sumaca

Mi padre nacioacute en 1900 en una localidad de Durazno Llegoacute adolescente a Montevideo buscoacute trabajo fue diariero pegatinero de propaganda poliacutetica peoacuten de panaderiacuteahellip Asiacute se revolvioacute al principio Desde que llegoacute vivioacute en el Cerro de Montevideo Desde alliacute descubrioacute el mar esa inmensidad Se enamoroacute del barrio como de una mujer Cuando no teniacutea trabajo se iba con los muchachos del barrio a changuear al puerto alliacute no faltaba trabajo Comiacutea en un comedor popular para trabajadores y gente sin recursos que estaba frente al puerto que todaviacutea existe Volviacutea en el tranviacutea 16 al Cerro Asiacute transcurriacutea el tiempo antes de sus veinte antildeos Trabajaba duro para comprarse un terreno y traer a sus padres y sus dos hermanas Blanca y Adela Vivioacute de agregado en casas particulares o pagando pieza A sus diacuteas de trabajo agregoacute un curso de marinero y luego otro de praacutectico de patroacuten de barco Esto lo entusiasmoacute y lo puso frente al mar a esperar suerte Los cursos eran nocturnos gratuitos los pediacutean las empresas navieras para encontrar personal calificado Aquel Montevideo de 1920 era explosivo Estrenaba siglo poliacutetica cultura inmigracioacuten arte atravesaba todos los sectores de la poblacioacuten Escuchoacute asombrado un mitin donde habloacute Mariacutea Collazo por la huelga de las planchadoras La mujer anarquista fue una de las primeras obreras que se atrevioacute a hablar en puacuteblico en las calles empedradas de la Ciudad Vieja

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Montevideo era una ciudad en movimiento mejor dicho revuelta Conrado encontroacute una ciudad cosmopolita que le aportoacute informacioacuten y conocimiento Tuvo una juventud participativa y vivioacute coherente con ella fue un luchador por los derechos sociales Mi madre nacioacute en un campo de Durazno en 1906 A los doce antildeos cuando murioacute su madre emigroacute con su familia a Montevideo junto a su padre y sus ocho hermanos El abuelo Adriaacuten repartioacute los hijos Las cuatro nintildeas mayores en distintas familias Se quedoacute con los tres varones para trabajar en lo que saliera y la hija mayor para llevar la casa y cuidar a la hermana maacutes chica que teniacutea un antildeo y medio Rosa mi madre era la segunda A ella le tocoacute trabajar desde los trece antildeos en una casa de familia en la calle Grecia y Repuacuteblica Argentina en el Cerro de Montevideo Fue ldquocolocada con cama para toda tareardquo cuidaba tres nintildeos lavaba planchaba ayudaba en la cocina El abuelo encontroacute trabajo en el saladero del Cerro Rosa no teniacutea problema en trabajar lo haciacutea desde muy chiquita Cuentan las hermanas que cuando eso solo teniacutea diez antildeos ldquoTendiacutea todas las camas allaacute en el rancho del campo Cerraba la puerta por dentro para que los hermanos no desordenaran el cuarto nuevamente y saliacutea saltando por la ventanardquo Los jueves y domingos por las tardes las hermanas teniacutean libre y se juntaban todas en la casilla familiar donde se contaban las penurias que no faltaban y las novedades de la vida en la capital con sorpresa y curiosidad La casilla que alquilaba el abuelo en La Paloma un barrio en las afueras de la Villa del Cerro se llenaba de risas las joacutevenes se probaban las ropas usadas que las patronas les regalaban Manuela la hermana mayor las escuchaba con Amelia la hermana pequentildea en los brazos A Manuela le tocoacute llevar la casa con todas las tareas a su cargo Los demaacutes saliacutean a trabajar fuera los varones volviacutean a la noche a cenar y dormir y las muchachas dormiacutean en la casa en que trabajaban

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Mis padres se conocieron en el barrio cuando ella saliacutea a comprar verdura para la casa en que trabajaba Rosa se preparaba para ver al joven y apuesto mozo alto delgado pero musculoso morocho pelo negro y lacio y barba escasa Vestiacutea pantalones de loneta blanca camiseta de manga corta azul y gorra de visera del mismo color al estilo de los changadores del puerto Con Conrado solo intercambiaba miradas siempre y cuando saliera con los nintildeos en las tardes Los nintildeos festejaban y le avisaban cuando lo veiacutean pasar por la calle Su patrona ya conociacutea ese ldquodragoneordquo como se deciacutea antes Los nintildeos luego se volvieron correo de Conrado cuando eacutel se animoacute a escribirle Llegaban los papeles muy doblados a manos de la emocionada Rosa que los desplegaba temblando Los nintildeos la ayudaban leyeacutendole y ayudaacutendola a contestar porque ella no sabiacutea leer ni escribir Todo se volvioacute acontecimiento La joven ya teniacutea maacutes de quince antildeos muy bonitos y un poco tiacutemidos La patrona la queriacutea mucho y resolvioacute mandarla al taller de costura de la escuela nocturna para adultos eso facilitaba algunos encuentros Eacutel la esperaba a la hora de la salida de la escuela Las compantildeeras del curso caminaban junto con ellos hasta la puerta del trabajo de Rosa y alliacute se separaban Conrado se quedaba un ratito maacutes charlando en el zaguaacuten hasta que la patrona la mandaba buscar con el nintildeo maacutes grande porque teniacutea que servir la cena Ellos se contaban de doacutende veniacutean que resultoacute ser un lugar comuacuten Durazno de las familias de las ilusiones y las desilusiones En las dificultades se iban conociendo poco a poco Cuando no se veiacutean era por trabajo o por el curso Ella ya lo sabiacutea pero no dejaba de extrantildear las conversaciones sencillas deseadas por los dos Conrado le contoacute que estaba juntando plata para comprar un terreno y construir una casilla para traer sus padres y hermanas del campo Para eso lo mandaron sus padres a Montevideo Rosa mostraba preocupacioacuten porque en su casa eran muchos de familia y trabajaba como todas para ayudar asiacute les ensentildeoacute su padre Cuando eacutel consiguioacute el terreno y una casilla por fin los trajo se quedaron en el Cerro en la calle Turquiacutea Al fin estaba toda la familia

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reunida Como tantas familias de la eacutepoca formaron parte de la migracioacuten interna que veniacutea a trabajar en la capital floreciente Pasoacute el tiempo Rosa y Conrado se casaron y fueron a vivir con la familia de Conrado Al principio todo iba bien pero ella extrantildeaba Era una vida totalmente distinta con personas que recieacuten conociacutea y el primer viaje del marido al mar le resultoacute muy largo espera y espera Conrado se fue a trabajar a un barco de cabotaje llevando mercaderiacuteas el viaje duroacute de ida y vuelta unos 20 diacuteas Vivioacute esa experiencia con angustia extrantildeaba a las hermanas a la patrona y sobre todo a los nintildeos que cuidaba Lloraba muchas veces esa soledad lo recibioacute llorando La suegra le dijo que no era para tanto con cierta molestia Rosa escuchoacute en silencio no contestoacute ni una palabra Al antildeo nacioacute una nintildea que llamaron Lidia Mi hermana mayor fue alegriacutea y consuelo para Rosa Conrado partioacute para un nuevo viaje con pena de separarse de Rosa y de la pequentildea Sintioacute la emocioacuten de tener su propia pequentildea familia y la tristeza de irse Pero Rosa no estaba dispuesta a quedarse sola otra vez con la familia de eacutel Cuando Conrado llegoacute no se quejoacute ni lloroacute le dijo que en el proacuteximo viaje no se quedariacutea en tierra que iriacutea con eacutel y la nintildea pasara lo que pasara Rosa fue muy valiente Eacutel le contesto que no Le explicoacute que era muy peligroso pero a ella no le importaba Le habloacute de las tormentas que se produciacutean en las aguas revueltas donde se juntan el Riacuteo Uruguay y el Riacuteo de la Plata de los rayos y las centellas en las aguas que son muy impresionantes y de la mala mar encrespada que puede durar tres o cuatros diacuteas Ella se quedoacute en silencio luego soltoacute el llanto y dijo ldquoNo tengo miedo Igual me voy contigo Solo el abuelo Anastasio tu padre extrantildearaacute a la nintildea Las mujeres de tu casa estaacuten muy celosas de miacute y de la nintildea ldquoYo me voy contigo o me voy a casa de Manuela con mis hermanosrdquo repitioacute Rosa En esa eacutepoca era comuacuten navegar con una tripulacioacuten conformada de familiares y ella lo sabiacutea Asiacute lo contoacute mi madre a sus hermanas un jueves diacutea de salida de las ldquocolocacionesrdquo cuando estaban juntas en lo de Manuela Todas se alarmaron

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y la abrazaron pidieacutendole que no se fuera que si se iba dejara a Lidia con Manuela Rosa se negoacute furiosa no dejariacutea a la nintildea Mi madre se agregaba a la tripulacioacuten con el asombro de sus amistades y los familiares que quedaban en tierra preocupados por los peligros que podiacutean correr ella y la nintildea A la vez culpaacutendola por tomar decisiones propias en esa eacutepoca no se acostumbraba Este viaje seraacute muy distinto para Conrado Rosa asomada desde el camarote miraba la salida del puerto de Montevideo El Cerro se veiacutea precioso con aquella luz del faro como saludaacutendoloshellip Sintioacute una gran emocioacuten tal vez miedo Se humedecieron sus ojos La noche era maacutegica La negrura no le dio miedo el cielo era un pizarroacuten dibujado de estrellas titilantes El puerto de Montevideo quedoacute atraacutes un viento suave embolsoacute las velas Con la nintildea en sus brazos vio ese cielo que los envolviacutea Recordoacute el cielo del campo las estrellas pareciacutean estar maacutes cerca Conrado las vigilaba desde el timoacuten disfrutando la alegriacutea de tenerlas tan cerca Los otros tripulantes en la cubierta Angelito Armo vigilando las velas el Nene y Cantero en los palos eran familiares de Conrado primo y sobrino el tiacuteo Benito hermano de Rosa ldquoEsta vez solo tocaremos puertos cercanos Un viaje corto Rio de la Plata principio de Rio Uruguay y un tramo del Riacuteo Paranaacuterdquo Le comentoacute Conrado a la tripulacioacuten ldquoSeraacuten pocos diacuteasrdquo ldquoLa Joven Rositardquo que asiacute se llamaba el velero por pura casualidad era una embarcacioacuten de cuatro velas y dos palos mayores Era una sumaca para transporte de cabotaje de poco calado que surcaba los riacuteos a vela La vieja sumaca de bandera argentina continuaba trabajando Era su uacuteltima etapa y pronto pasariacutea a desguace o a remate Esta vez llevaban una carga liviana una mudanza cajas de ropa muebles paquetes y correspondencia Pero volveriacutea cargado de rolos de madera y de la correspondencia del litoral La costa del lado argentino del Riacuteo Uruguay era muy particular en algunos lados plana junto al rio y en otra maacutes alta formando barrancos La costa era arbolada con raiacuteces al sol bantildeadas por la correntada fuertes raiacuteces que la

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aseguraban a la tierra firme Mucho verde casas en la orilla sobre pilares de gruesos troncos que las sosteniacutean La embarcacioacuten se deslizaba suave arrastrada por un pequentildeo vaporcito remolcando y pitando anunciando su llegada Los que esperaban el flete saludaban con las manos en alto a los que atareados recogiacutean las velas y tiraban el ancla al agua Los traacutemites en el puerto eran lentos Las autoridades del puerto subiacutean a bordo comparaban los documentos de la carga con las existencias hasta dar el visto bueno y permitir el desembarco El diacutea de llegada es de mucho trabajo la tripulacioacuten no baja hasta estar la carga entregada a las autoridades Al llegar a los puertos la tripulacioacuten sonreiacutea festejando la tranquilidad de estar en tierraPara Rosa y Conrado este primer viaje fue tranquilo La nintildea fue mimada por la tripulacioacuten su familia La temperatura buena sin temporales Para Rosa todo era faacutecil Cocinaba para todos y teniacutea un ayudante eso era nuevo La ropa se la lavaba cada uno de aquellos hombres El agua era dulce extraiacuteda con baldes que bajaban en cuerdas enganchada a una roldana al propio riacuteo como si fuera un aljibe horizontal e interminable El agua para beber se herviacutea y se guardaba en tachos limpios La ropa lavada con agua de riacuteo y secada al sol quedaba con aroma asiacute como el largo cabello que Rosa sujetaba en la nuca Se sentiacutea como en casa con el tendal de ropa en las cuerdas como banderas flameando Se cruzaban con otras embarcaciones pequentildeas que mostraban tambieacuten su vida cotidiana tranquilamente Rosa saludaba con alegriacutea mostrando la nintildea levantaacutendola en los brazos los otros le gritaban piropos a la nintildea Mi padre construyoacute para Lidia una hamaca de lona donde dormiacutea la pequentildea que se podiacutea trasladar al camarote o a la cubierta seguacuten donde estuvieran ellos Tambieacuten teniacutean un cajoacuten de madera vaciacuteo en suelo del cual una vieja manta doblada y un almohadoacuten amortiguaban las caiacutedas producidas por el vaiveacuten del movimiento del barco donde la nintildea se podiacutea parar sin peligro Hamacada asiacute muchas veces terminaba dormida al aire libre Estaba morochita del sol

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La nintildea era muy simpaacutetica la llamaban carintildeosamente ldquoNegritardquo La sonrisa de ella dejaba ver dos dientitos muy blancos Rosa lavaba la ropa en una tina de madera cercana hablaacutendole como si la nintildea entendiera y la haciacutea reiacuter El tiacuteo Benito le trajo dos pollitos en una caja de cartoacuten los habiacutea comprado a unas nintildeas de la orilla y este fue el juguete maacutes lindo que teniacutea cuando los animalitos se moviacutean la haciacutean gritar de alegriacutea contagiando la risa a todos los demaacutes Contoacute mi madre cuando estaba sola con nosotras muchos antildeos despueacutes poniendo palabras a sus recuerdos no dichos Nos contoacute a nosotras nintildeas que cuando estaban en Entre Riacuteos parados las noches calurosas y de luna llena en las costas argentinas del Paranaacute los muchachos de la tripulacioacuten se tiraban al agua desde la cubierta las aguas estaban quietas plateadas luminosas tibias como si fuera de diacutea ldquoLidia pequentildea de unos meses teniacutea dificultades para dormir con tanto calor en el camarote y lloraba Conrado bajoacute al riacuteo y me pidioacute permiso para bajar a la nintildea con eacutel a las aguas dudeacute sorprendida luego dije lsquoiquestY si se te escapa de las manos Es de noche peligrosorsquo Entonces eacutel ideoacute bajar una saacutebana a modo sillita donde Lidia estaba atada con seguridad y sus bracitos y piernas sueltasrdquo Todas reiacutemos Lidia sorprendida pregunto ldquoiquestYordquo Mi madre siguioacute ldquoBenito y yo sosteniacuteamos la sabana desde arriba y Conrado con el Nene sosteniacutean a la Negrita en el agua que daba palmadas y patadas salpicando a los dos y dando fuertes carcajadas contagiaacutendonos a todos Esa noche dormiste tranquila y nosotros tambieacutenrdquo Mi madre reiacutea disfrutando otra vez No siempre teniacutea ganas de contar recuerdos Algunas embarcaciones pequentildeas se acercaban a venderles frutas y verduras formando un montoacuten de cajones multicolores en las orillas del Paranaacute Esto era muy comuacuten era un modo de abastecer las orillas otras lanchas llegaban con yerba azuacutecar porotos jaboacuten carne de cordero Rosa viviacutea esa libertad emocionada Le haciacutea mucha gracia la manera de hablar de los correntinos ldquoLa vida era de trabajo dura a lo que se acostumbroacute raacutepidamente Eran todos muy sencillos y serviciales Al fin conociacutea las amistades y la forma de

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vivir de su marido Se sentiacutea agasajada cuando eacutel la presentaba a las amistades y a las autoridades de los lugares que visitaban Tambieacuten se sentiacutea maacutes fuerte al sol y al airerdquo nos contoacute tiacuteo Benito Y agregoacute ldquoCreo que fue la eacutepoca maacutes feliz de ellardquo Escuchaba las conversaciones de trabajo de la tripulacioacuten en silencio Si escuchaba de las dificultades que se presentaban o las tormentas se le escapaba ldquoDios me salve Mariacuteardquo abrazando fuerte a su hijita En los viajes no faltaron nieblas ni truenos ni relaacutempagos ni lluvia ni soles fuertes que achicharraban la cubierta Nada la asustoacute tanto como aquel diacutea que soploacute el pampero Habiacutea sido un diacutea hermoso de primavera Veniacutean regresando hacia Montevideo Navegaban por la desembocadura del Riacuteo Uruguay y el Rio de la Plata cuando de pronto se ocultoacute el sol y aparecieron nubes negras amenazantes las aguas se pusieron de un gris plateado que sorprendiacutea Rosa con la nintildea bajoacute a buscar abrigo porque el viento se puso maacutes friacuteo Abrazada a la pequentildea Lidia en el camarote vapuleado por el movimiento de las olas Conrado gritoacute desde el timoacuten ldquoiexclTodos a cubiertardquo Eacutel coacutemo pudo bajoacute al camarote a buscar a su mujer y a su hija manoteoacute unas saacutebanas las abrazoacute y dijordquo iexclVamos Rosardquo Las subioacute a cubierta y las amarroacute raacutepido envolvieacutendolas en las saacutebanas al palo mayor mientras los otros tripulantes sosteniacutean el timoacuten y bajaban las velas lo maacutes raacutepido que podiacutean para que no se rompieran o las embolsaraacute el viento y los arrastrara a la deriva La oscuridad los envolviacutea el agua se volviacutea de un plateado luminoso la lluvia arreciaba con furia Empapados todos corriacutean haciendo equilibrio de proa a popa Conrado las cubrioacute a ellas con una lona encerada para que no se mojaran y no se enfriaran tanto Volvioacute al timoacuten junto al compantildeero entre los dos lo sujetaron fuerte para mantener el rumbo aprovechando el viento y el oleaje para separarse del ojo de la tormenta El miedo a Rosa se le instaloacute en el pecho las piernas se le queriacutean aflojar pero no las dejoacute La nintildea lloraba y ella rezaba al santo Negrito de pastoreo patroacuten de los desesperados pidieacutendole que amainara el temporal No se le ocurriacutea

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otra cosa le ofrecioacute una novena como lo haciacutea su madre los ojos apretados Con la nintildea en brazos se sentiacutea maacutes segura la inocencia de la nintildea le dio valor para seguir en pie Fue necesario empezar a tirar parte de la carga al riacuteo las olas eran cada vez maacutes altas y amenazantes La nave se hundiacutea peligrosamente y volviacutea La carga flotaba empujada hacia atraacutes por el pampero que soplaba silbando tanto que le parecioacute que volaba y se dejoacute llevar sin soltar a la nintildea las piernas se le durmieron no sentiacutea los pies ni las rodillas No se sabe cuaacutento duroacute aquella angustia el miedo no se puede medir ni en minutos ni horas ni diacuteas Unas manos grandes y fuertes la sostuvieron y una voz conocida le dijo ldquoTranquila pronto pasardquo Las nubes se alejaban raacutepidamente hacia atraacutes como custodiando la carga que flotaba en el mismo sentido La nave surcaba valiente atravesando las olas intentando mantener el rumbo hacia adelante y tratando de salir del medio de la tormenta que corriacutea en una franja ancha demoledora Poco a poco aparecioacute un cielo gris sin nubes calmoacute el viento Silencio Estaba pasando Pero el corazoacuten colectivo de toda la tripulacioacuten latiacutea golpeando el pecho al uniacutesono la alerta continuaba Muchas cosas desaparecieron de la cubierta las olas se llevaron el cajoacuten en que se resguardaba la nintildea la caja con los pollitos la cuerda con la ropa el balde y la cuerda y el mediomundo de la pesca diaria Parte importante de la carga la tiraron por seguridad Rosa no lo contoacute a nadie hasta pasar un tiempo No sabiacutea coacutemo empezar sin asustar a las hermanas No todo fue malo para mis padres A las amistades de Conrado se sumaron nuevas amistades Rosa y la pequentildea abrieron otras puertas En los diacuteas de espera en cada puerto recibieron invitaciones a fiestas donde apareciacutea siempre una acordeoacuten o una guitarra Bailes familiares de carnaval que se llamaban ldquoasaltosrdquo bailes de disfraces en casas de Entre Riacuteos Paysanduacute o Carmelo Amistades que se frecuentaron a lo largo de los antildeos como Diamantina una mujer muy graciosa en su manera de hablar o Valentiacuten el pelirrojo dos argentinos que los visitaron yo los conociacute Recibiacutean carta de otras personas

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Rosa y la nintildea viajaron un antildeo y medio en aquella vieja sumaca Cuando quedoacute embarazada de la segunda hija la pareja decidioacute quedarse en tierra por razones de seguridad Conrado buscoacute trabajo en el puerto volvioacute a trabajar de changador en carga y descarga trabajo duro pero eacutel ya lo conociacutea La sumaca volvioacute a puerto argentino donde pasoacute a remate Muchas aneacutecdotas no nos contaron a nosotras las hijas No se acostumbraba contar y nosotras no preguntaacutebamos tampoco se acostumbraba preguntar Hoy me arrepiento seacute que me perdiacute mucho de la historia personal de mis padres Creo que mi madre fue muy valiente y adelantada a su eacutepoca Las historias de mujeres no se cuentan ni se escriben aunque sean interesantes Las perdemos

Conrado Alcoba Rosa Rossano y familiares (Principios de la deacutecada del 20) Fotografiacutea Archivo personal

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Un cielo rojo anaranjado

En nuestro barrio no pasaban autos Nuestras calles no estaban asfaltadas todaviacutea Eran de tierra en algunas partes de balastro porque el agua de lluvia que bajaba desde la Fortaleza del Cerro bajaba con fuerza y se llevaba lo que se le poniacutea delante Solo habiacutea a los lados de las calles canaletas de desaguumle que se desbordaban Las calles eran nuestras durante las vacaciones de verano Las veredas estaban vestidas de joacutevenes paraiacutesos que los vecinos regaban A su sombra las nintildeas sacaban a la vereda los juguetes que teniacutean Siempre encontrabas alguna que te preguntaba ldquoiquestQuereacutes jugar rdquo Nosotros viviacuteamos en una casilla de madera y techo de zinc como la mayoriacutea de las familias del barrio Nuestra casilla estaba fundada la mitad sobre la roca de la calle Turquiacutea y el resto donde estaba la galeriacutea la cocina y el cuarto de mis padres se sosteniacutea sobre ocho pilares de gruesos troncos de madera como si fueran patas de tres o cuatro metros de alto lo cual formaba una gran terraza hacia la calle Egipto Mi padre aprovechoacute el desnivel de las calles del Cerro para dejar la casa de cara a la bahiacutea de Montevideo y enmarcada entre las calles Viacaba y Barcelona En esa casilla pasaron muchas cosas una infancia feliz alegriacuteas y algunos sustos Aquel diacutea amanecioacute soleado pero cerca del mediodiacutea el cielo se puso gris Soplaba un viento suave y caliente Mi madre cerroacute las ventanas y las puertas nos llamoacute para que entraacuteramos a casa y bajoacute corriendo las escaleras

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de madera del fondo para recoger la ropa de las cuerdas que ya empezaba a agitarse Les pidioacute ayuda a mis hermanas mayores Yo no me daba cuenta por queacute tanta prisa Entraron a la casa cargando la ropa huacutemeda todaviacutea Mi madre nos anuncioacute que se veniacutea un viento muy fuerte cerroacute la puerta raacutepidamente y la aseguroacute Yo me subiacute a mi banquito y mireacute por la ventana de la galeriacutea que teniacutea ocho cristales de colores El cielo se oscurecioacute En el horizonte empezaron a verse los relaacutempagos y se escucharon los truenos En minutos todo cambioacute el agua de la bahiacutea se moviacutea se agitaba se volviacutea gris oscura se estaba picando En un momento todo se volvioacute amenazante Yo apretaba los ojos con cada relaacutempago y me tapaba los oiacutedos con cada trueno Pero no lloviacutea todaviacutea Una escandalosa tormenta eleacutectrica la primera que recuerdo en mi vida Mi madre muy preocupada miraba el techo Corrioacute las cortinas me quitoacute de frente al ventanal y me sentoacute junto a mis hermanas Arrastroacute una pesada silla de madera la inclinoacute sujetando la puerta que daba al mar aseguraacutendola bajo el cerrojo antiguo y herrumbrado De pronto las gotas de agua cayeron sobre el techo de zinc con un ruido como si llovieran monedas Nos miraacutebamos hablaacutebamos fuerte pero no nos escuchaacutebamos pareciacutea que estuvieacuteramos en una caja de resonancia metaacutelica Ella nos manteniacutea a su lado y nos explicaba que era una tormenta de verano y pasariacutea raacutepido que no nos asustaacuteramos Sentiacuteamos cimbrar los tirantes pareciacutea que la casilla teniacutea movimiento propio Temblaba todo como si estuvieacuteramos en la barriga de un gran animal De pronto dejoacute de llover Silencio un largo silencio como si se escuchara No seacute cuaacutento tiempo pasoacute Nos queriacuteamos mover y mi madre nos reteniacutea a su lado Escuchaacutebamos un silbido lejano que se acercaba Mi madre se arrodilloacute y pidioacute silencio nos pidioacute que tambieacuten nos agachaacuteramos ndashiexclAl suelo ndashgritoacutendash iexclAbajo de la mesa ndashy nos empujoacute hacia alliacute Un gran cimbronazo Coacutemo si algo chocara con nuestra casilla ndashiexclViento ndashdijondash iexclUn tornado ndashhablaba para siacute misma

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El lugar se llenoacute de una luz anaranjada Me parecioacute que mi madre rezaba y mis hermanas lloraban Estaacutebamos todaviacutea debajo de la mesa de la cocina Mi madre nos cubriacutea con sus brazos como hacen las gallinas con los pollitos Todo sucedioacute muy raacutepido El aire se colaba por las tablas del piso resoplando como un caballo cansado pero la casilla aguantaba Las cortinas volaban hacia arriba desafiando la gravedad Los cuadros caiacutean y se rompiacutean sus cristales Nosotras estaacutebamos inmoacuteviles El techo crujioacute Escucheacute chillidos como de muchos animales heridos estridentes agudos mis oiacutedos pareciacutea que vibraban aturdieacutendome mi corazoacuten latiacutea muy raacutepido tembleacute y puede soltar el llanto No sabiacutea lo que estaba pasando no miraba a las demaacutes cerraba los ojos y me tapaba los oiacutedos queriacutea salir corriendo No estar Eran los largos clavos del techo que se quejaban gritando como desgarraacutendose cuando la fuerza del viento los separaba de los anchos tirantes que los sosteniacutean Pasaron unos segundos no supe cuaacutentos Me solteacute de las manos que me apretaban y me asomeacute a mirar El techo se deslizaba como un teloacuten de teatro Desapareciacutea poco a poco hacia un costado el lugar se llenoacute de luz de un color rojo anaranjado Las chapas del techo como una pieza uacutenica como una laacutemina de cartulina arrastradas desplazadas cayeron a un costado de la casilla con un ruido ensordecedor Vibraron las tablas de madera del suelo bajo mis pies Todo de movioacute Nos quedamos al aire libre Luego la quietud y el silencio Todo el barrio quedoacute en silencio El silbido del viento se alejaba no podiacuteamos hablar Mi madre no nos dejaba mover nos apretaba contra ella escuchando alerta el silencio El silencio dejoacute paso a alguacuten murmullo lejano de los vecinos que empezaban a hablar entre ellos luego sentimos que la llamaban ldquoiexclRosa iexclRosaiexclQueacute barbaridadrdquo Mi madre no contestaba solo escuchaba atentamente Oiacutemos los pasos de la vecina que se acercaba corriendo por el otro costado de la casilla y luego otros pasos las voces de otros vecinos

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Mireacute a miacute alrededor muebles caiacutedos o fuera de lugar Vidrios y trozos de loza por el suelo ldquoiquestDe queacute taza iquestDe queacute platordquo me preguntaba No los reconociacutea Mi madre contestoacute ldquoEstamos bienrdquo y soltoacute el llanto lo dejoacute salir como un chorro y todas lloramos Cuando se puso de pie nos colgamos de ella Ahora nosotras no la dejaacutebamos mover Pasoacute la lluvia y el viento En el horizonte el atardecer nos dejoacute ver un cielo rojo anaranjado Algunas nubes blancas viajaban como dicieacutendonos que ellas eran inocentes Los perros de casa no ladraron

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La vieja radio de casa

Uuuii uuii uuii Los sonidos intermitentes de la vieja radio de casa Era de madera Delante estaba el parlante cubierto con una tela gruesa de tapiceriacutea de tonos grisaacuteceos que habiacutean sido marrones y el dial como un ojo redondo iluminado a medias porque se habiacutea quemado una de las lamparitas del costado y quedaba como tuerto estaba cubierto por unalaacutemina de mica amarillenta por el tiempo La base era rectangular y teniacutea la cubierta en forma bombeacute como una ldquoUrdquo al reveacutes que le daba un aire especial La parte de atraacutes la espalda descubierta Estaba colocada en un lugar de preferencia en el comedor en una mesa de madera sobre un mantel bordado a mano por mi madre que caiacutea en triaacutengulo Cuando mi padre trajo la radio no sabiacuteamos su edad ni su historia ndashNo es nueva pero tiene un buen parlante ndashnos dijo contento La habiacutea comprado en un remate de la Ciudad Vieja Fue un acontecimiento para nosotras Mi madre nos advirtioacute ndashSoacutelo la comedia de las cinco despueacutes de hacer los deberes Mis hermanas se alegraron porque ya no tendriacutean que ir a casa de la vecina a escuchar la radio A miacute lo que me gustaba maacutes era mirarla por detraacutes La radio teniacutea como el culo al aire Era maacutes interesante por detraacutes No seacute por queacute no me dejaban mirarla ldquoEs peligrosordquo dijo mi padre cuando la trajo Adentro teniacutea mucha tierra y muchos mosquitos muertos Mi madre la limpioacute con su santa paciencia y la lustroacute Quedoacute como nueva

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ndashNo no Cuidado no vayas a tocar nada porque puede explotar ndashdeciacutea mi madre cuando me veiacutea rondando cerca Yo no sabiacutea entonces lo que significaba la palabra explosioacuten y sus palabras no me asustaban pero me retiraba por si acaso Las cosas que veiacutea atraacutes de la radio como en una trastienda eran muy interesantes pareciacutean soldados paraditos se llamaban bombitas habiacutea altos y bajos gordos y flacos Tintineaban pequentildeas lucecitas cuando estaba encendida y cuando emitiacutea esos raros sonidos A veces hablaba en idiomas que yo no entendiacutea y mi papaacute tampoco Uuii uuii Mi padre moviacutea el dial de derecha a izquierda para que hablara Uuii Yo en mi banquito de madera pintado de color naranja me arrimaba maacutes y maacutes a la pared para mirar la trastienda de la radio Mi padre me gritaba ndashiexclQueacutedate quieta chiquilina Me pones nervioso Entonces yo me poniacutea de pie y miraba de maacutes lejos Eacutel de rodillas en el suelo con la oreja pegada al parlante uuii uuii Cuando por fin apareciacutean voces claras que era lo que eacutel buscaba nos pediacutea silencio a todas con su dedo iacutendice y una sonrisa en los labios Los soldados chiquitos y los grandes con voz de sentildeores deciacutean todos los saacutebados la misma frase ndashAquiacute el informativo para el habla espantildeola de la BBC de Londres informa Las tropas aliadas uuii ganan terrenohellip Yo no sabiacutea doacutende ganaban terreno porque no prestaba atencioacuten Mi padre sonreiacutea y deciacutea en voz alta para siacute mismo ndashiexclAhora siacute iexclAhora siacute Mi tiacuteo deciacutea que mi padre era un fanaacutetico que la guerra estaba muy lejos que a nosotros no nos iba a pasar nada En casa mi padre no escuchaba fuacutetbol no le gustaba Deciacutea que el fuacutetbol y la religioacuten eran el opio de los pueblos Papaacute se deciacutea anarco sindicalista Mi madre por las mantildeanas escuchaba tango mientras lavaba ropa en el patio Dejaba las ventanas abiertas de par en par para ventilar la casa Entraba

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el sol la corriente de aire inflaba las cortinas blancas que volaban hacia fuera como llevando la voz inconfundible de mi infancia CarlosGardel Por las tardes mi madre planchaba aquellas montantildeas de ropa Era lavandera de muchos vecinos el farmaceacuteutico el doctor algunos obreros del frigoriacutefico que traiacutean ropa manchada de sangre y de un obrero de la barraca de carboacuten que traiacutea ropa siempre negra como negras estaban su cara y sus manos Por las noches mi padre escuchaba en silencio la radio buscando noticias hasta que mi madre nos llamaba a cenar Luego eacutel se iba al boliche a contar lo que los soldaditos de la radio deciacutean de los paiacuteses lejanos Al otro diacutea los vecinos pasaban por casa a preguntar por las novedades porque entonces no todos teniacutean radio En mi barrio habiacutea muchos extranjeros y papaacute conociacutea algunas palabras sueltas de sus idiomas Cuando pasaban los saludaba con esas pocas palabras que sabiacutea y ellos quedaban contentos de oiacuterlo les haciacutea gracia ndashrdquoEspacsibardquo dontildea Baacuterbara ndashrdquoEspacsibardquo vecino ndashcontestaba la rusa riendo Dontildea Baacuterbara era rusa Manolo era gallego el almacenero era armenio y don Giuseppe el zapatero italiano Don Giuseppe me arreglaba mis sandalias de suela A miacute me gustaba verlo trabajar Se poniacutea muchos clavitos en la boca y los sacaba de a unoMe daba miedo que se los tragara cuando hablaba o se reiacutea Siempre nos deciacutea que se los poniacutea en la boca para no fumar Los nintildeos del barrio pasaacutebamos mucho rato con el zapatero Todos los gringos eran buena gente y trabajadores Compraban su propio terreno haciacutean su propia casilla y todos teniacutean jardiacuten y quinta Ayudaban tambieacuten al paisano que llegaba al Cerro a hacer su primer galpoacuten para que se refugiara con sus pocas pertenencias ndashrdquoBona serardquo don Giuseppe ndashrdquoBona sera bona sera vecinordquo ndashcontestaba el viejo italiano

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Los gringos que frecuentaban mi casa eran sindicalistas y amigos entre siacute Hablaban siempre de lo que pasaba aquiacute y discutiacutean de lo que pasaba allaacute Cuando llegaba una carta los domingos la traiacutean y la leiacutean en voz alta Los vi emocionarse y lagrimear con noticias de muertes y nacimientosHablaban de lejaniacuteas Yo jugaba con mi perro y escuchaba en silencio Tambieacuten teniacutea una amiga gringa que veniacutea a casa con su mamaacute Eran buacutelgaras Las dos hablaban muy atravesado pero igual podiacuteamos jugar La amistad de nuestras madres era un poco silenciosa pero las dos se poniacutean contentas cuando llegaban a casa Ellas no tomaban mate mi madre las recibiacutea con buntildeuelos y una taza de teacute Cuando terminoacute la guerra en Europa el padre les mandoacute los pasajes y ellas regresaron a su tierra Ese diacutea lloramos todos Katia la mamaacute buacutelgara le escribioacute dos cartas a mi madre pero como mamaacute no sabiacutea leer se las leyoacute mi padre Alliacute contaba el reencuentro con su gente Se mostraba muy agradecida por la amistad con mi madre y ella se emocionaba cuando mi padre leiacutea en voz alta Mi madre no le contestoacute pobre madre Laacutestima que no se le ocurrioacute pedirnos a nosotras que le escribieacuteramos porque ella siacute nos mandoacute a la escuela Para mi madre todos los diacuteas de la semana eran iguales siempre encontraba trabajo Los domingos sacaba con el escardillo la gramilla del jardiacuten No hablaba mucho escuchaba la charla de los vecinos y nunca preguntaba Se luciacutea con su jardiacuten siempre lleno de flores Intercambiaba gajos y batatas se sentiacutea contenta de dar y recibir plantas Sabiacutea y preguntaba sobre hierbas medicinales Los gringos tambieacuten sabiacutean mucho de plantas y de podas Los domingos eran distintos para mi padre Tomaba mate en la vereda al sol Entonces veniacutean los vecinos a charlar mi padre hablaba y hablaba mucho y todos hablaban Los soldaditos de la radio traiacutean las noticias de lejos de muy lejos Por eso no se oiacutean bien aunque escuchaacuteramos en silencio

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Mi padre siempre teniacutea algo que contar a los vecinos y le gustaba que vinieran a charlar Trabajaba en el puerto y alliacute se enteraba de muchas cosas y los gringos contaban cosas interesantes que eacutel escuchaba muy atento Todos queriacutean saber queacute pasaba en aquellas tierras Un diacutea hubo un cortocircuito y la radio se rompioacute Por suerte yo estaba en la escuela

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Caramelos

La directora de la escuela nos mandoacute a todos a casa antes de hora Era mediodiacutea Saliacute de la mano de mi hermana En la calle vimos con asombro que la gente saliacutea de sus casas de los comercios de los bares y gritaba algo que yo no entendiacutea Mi hermana me llevaba casi corriendo Comenzaron a sonar las sirenas de los frigoriacuteficos de la faacutebrica textillas bocinas de los oacutemnibus y de los autos Pasaban saludando con las manos afuera Yo teniacutea siete antildeos y mi hermana doce Ella asustada se entre paroacute un momento miroacute para todos lados y se puso a llorar ndashCorre apurate ndashme deciacutea Me sacoacute casi en el aire mis pies volaban Las diez cuadras que nos separaban de casa se me hicieron interminables Pasamos corriendo por la puerta de la panaderiacutea no entramos a buscar las dos flautas que llevaacutebamos cada diacutea a casa y que el gallego apuntaba en una libreta Me acordeacute de la yapa que nos daba el panadero un bizcocho para cada una que todos los diacuteas comiacuteamos antes de llegar Mi hermana no paraba de llorar pero en ninguacuten momento me soltoacute de la mano Cerca de casa vi que mi hermana mayor iba llegando con dos compantildeeras de la faacutebrica Pasaba algo muy grave Las sirenas asustan mucho Vi que mi madre estaba en la vereda conversando con las vecinas Todo pareciacutea trastocado yo no entendiacutea nada y tambieacuten me puse a llorar asustada Mi madre al vernos llegar llorando nos vino a alcanzar Nos abrazoacute

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ndashNo pasa nada malo No lloren hay alegriacutea Terminoacute la guerra mundial Sentildealoacute hacia la esquina y nos dijo ndashVayan al almaceacuten que el armenio estaacute repartiendo caramelos a todos los nintildeos del barrio Tiramos la cartera de la escuela al suelo y salimos corriendo La alegriacutea del armenio era inmensa lloraba y hablaba en su idioma Tiraba caramelos al aire ldquoa la marchantardquo levantaba los puntildeos al cielo Las sirenas como un grito de libertad no callaban y nosotras reiacuteamos a carcajadas con los bolsillos llenos de caramelos Llegamos a casa despeinadas con las montildeas y las tuacutenicas desarregladas Soacutelo sentiacute que ese momento era bueno muy bueno dulce muy dulce

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Biyuacute

Los saacutebados mi madre y yo eacuteramos rehenes de mis hermanas En esa eacutepoca en casa nadie iba al baile si no era con mi madre y conmigo por supuesto siempre y cuando mi padre diera el permiso En el Cerro habiacutea varios clubes donde se bailaba Bahiacutea Cerro Rampla y el Edeacuten que tambieacuten era cine y el Porto Son que frecuentaban los gallegos Aunque pequentildeos traiacutean hasta orquestas de muacutesica tiacutepica Mis dos hermanas mayores se preparaban durante toda la semana Ellas mismas haciacutean su ropa Teniacutean largos cabellos y dos bucles que caiacutean sobre la frente Bailaban todos los ritmos Me gustaba mucho verlas en la pista disfrutaban de la muacutesica sus cuerpos se volviacutean livianos como si perdieran peso sus figuras se iluminaban en el movimiento Para miacute era maravilloso Para nosotras las espectadoras la primera parte era entretenida miraacutebamos los vestidos los zapatos de las muchachas y las distintas formas de bailar Disfrutaacutebamos de un buen rato despueacutes el cansancio y el suentildeo se apoderaban de miacute Me anidaba en la falda de mi madre y mis largas piernas de ocho antildeos colgaban flojas tocando el suelo Los bailes eran el uacutenico acontecimiento social del verano Mi padre fijaba la hora de regreso a las doce de la noche ni maacutes ni menos sin discusioacuten Sabiacuteamos que nos esperaba en la puerta de casa que caminaba de un lado a otro como un centinela y que lo seguiacutea Biyuacute el perro que nos acompantildeoacute en los antildeos de mi infancia Ese perro y mi padre eran muy compinches eacutel le ensentildeoacute a cuidarnos

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Cuando mis hermanas veiacutean aproximarse la hora se acercaban a mi madre y le pediacutean ndashPor favor un ratito maacutes iexclestamos en lo mejor Mi madre dudaba y les contestaba ndashSoacutelo un ratito dos piezas maacutes y nada maacutes Ya saben que si demoramos su padre nos hace pasar verguumlenza Ellas volviacutean a la pista a ese frenesiacute de muacutesica Yo me queriacutea ir Ellas no miraban a mi madre por no ver las sentildeas para marcharnos ese era el momento peligroso Entonces mi madre trataba de ponerme de pie aunque el suentildeo me hiciera perder el equilibrio Ya era tarde De pronto Biyuacute atravesaba la pista de baile entre las piernas de las parejas Algunos trastabillaban los bailarines se deteniacutean a mirarlo y la orquesta bajaba el tono de la muacutesica al sentir el murmullo sin saber que pasaba Nuestro perro iba directo hacia donde estaba sentada mi madre y se echaba debajo de su silla Ella nerviosa y con rabia golpeaba con su pie en el suelo gritando ndashiexclFuera Biyuacute iexclFuera ndashyo me despertaba totalmente El presidente del club con una escoba en la mano intentaba sacar al perro que sin moverse gruntildeiacutea y mostraba los dientes como diciendo de aquiacute no me voy Nosotras sabiacuteamos que saldriacutea de abajo de la silla si todas nos dirigiacuteamos a la puerta de salida Con la cabeza gacha cruzaacutebamos la pista el perro se levantaba y tomaba la delantera Encontraacutebamos a mi padre cerca de la puerta del club Mi madre y mis hermanas protestaban y eacutel se reiacutea ndashiexclYo se los dije les mando la policiacutea Miraba al perro coacutemplice se agachaba y acariciaba a Biyuacute que moviacutea la cola Mi padre teniacutea una sola frase para desencadenar aquella cataacutestrofe Se dirigiacutea al perro y lo invitaba ndashVamos a buscarlas

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El perro ya sabiacutea lo que teniacutea que hacer y coacutemo hacerlo Mis hermanas y mi madre por dos o tres saacutebados cambiaban de club por la verguumlenza que habiacuteamos pasado Biyuacute fue el mejor perro que tuvimos en casa Cuando le hablabas te miraba escuchaba atentamente y luego haciacutea lo que le deciacuteas ndashTrae la pelota lleva el diario trae el palo Mi madre le ensentildeo a acompantildearnos a la escuela Cuando entraacutebamos nos miraba desde la vereda de enfrente y luego se marchaba a casa A la salida eacutel ya habiacutea llegado y nos esperaba al pie de la escalinata de maacutermol Los otros nintildeos lo llamaban por su nombre pero eacutel no se distraiacutea estaba atento a lo que haciacuteamos nosotras Saliacutea adelante nuestro como un guiacutea de excursioacuten y nos esperaba antes de cruzar la calle A su modo trabajaba mucho porque tambieacuten acompantildeaba a las seis de la mantildeana a mis dos hermanas mayores a la faacutebrica textil que quedaba a tres cuadras de casa y a las dos de la tarde las iba a buscar iexclEra tan bueno y tan bonito Peludo negro como el azabache teniacutea amarillas las cejas y las puntas de las cuatro patas que pareciacutean botitas Teniacutea buen humor nunca estuvo atado era libre En esa eacutepoca no habiacutea tejido de alambre ni muros en mi casa soacutelo Biyuacute sabiacutea que la casa estaba rodeada de un cordoacuten imaginario que dividiacutea el adentro del afuera A nadie le permitiacutea cruzarlo sin que eacutel ladrando anunciara su presencia La casa y nosotras estaacutebamos protegidas cuando mi padre trabajaba de noche o llegaba tarde de las reuniones poliacuteticas o sindicales iexclQueacute perroiexclEra parte de la familia De eacutel aprendiacute que los perros se expresan de muchas maneras Cuando ladran lo hacen con distintos sonidos si el que se acerca es conocido o no y tambieacuten expresan su alegriacutea con el movimiento de la cola Sabiacuteamos que llegaba mi madre porque Biyuacute continuaba echado en el suelo atravesado en la puerta de casa moviendo intensamente la cola Pero Biyuacute jerarquizaba a su duentildeo Cuando a lo lejos veiacutea que llegaba mi padre se poniacutea de pie atento y miraba hacia adentro de casa esperando

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que salieacuteramos nosotras Saltaba sollozaba de alegriacutea y asiacute nos invitaba a jugar una carrera hasta alcanzarlo Mi padre se acercaba a nosotras sonriendo pero el perro siempre nos ganaba y luego se poniacutea a correr en ciacuterculo alrededor de eacutel festejando su llegada

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La Faacutebrica

Yo no era buena estudiando era dispersa ldquoViviacutea en la lunardquo leyendo revistas y novelitas del Oeste que canjeaba en el quiosco del barrio El quiosco era parte del mundo que me fabriqueacute en mi adolescencia me permitiacutea viajar irme muy lejos con mis pensamientos Siempre me gustoacute leer Para conseguir comprar alguacuten librito yo vendiacutea diarios y botellas viejas que me daban los vecinos luego podiacutea canjearlo por otros ejemplares Me propuse dejar la escuela en quinto antildeo porque era la maacutes alta de mi clase y con busto Me daba mucha verguumlenza Pareciacutea una mujer al lado de mis compantildeeras flacas y menuditas Ya habiacutea repetido segundo porque en casa ese antildeo habiacutea sucedido algo muy grave el accidente de mi hermana en la faacutebrica Mi madre pasoacute casi un antildeo y medio acompantildeaacutendola en el hospital Durante ese tiempo me sentiacute muy triste e insegura Mis dos hermanas cambiaron sus turnos para poder estar siempre una de ellas en casa Yo pasaba largas horas en casa de una vecina que me ensentildeoacute a hacer buntildeuelos ademaacutes escuchaacutebamos una comedia en la radio Me aburriacutea en la escuela estaba siempre pensando en otra cosa de ventana para afuera Y teniacutea miedo de repetir quinto antildeo Admiraba a mis hermanas porque traiacutean dinero a casa mejor dicho las envidiaba Y sobre todo envidiaba esas horas que estaban en la faacutebrica iexclEsa ausencia Traiacutean siempre temas de conversacioacuten Hasta que un diacutea me animeacute a decirle a mi madre que no queriacutea ir maacutes aa escuela que estaba perdiendo el tiempo que de todas maneras no iriacutea maacutes y

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que teniacutea miedo de quedar repetidora otra vez y queriacutea trabajar No me animeacute a decirle eso del cuerpo que se me estaba poniendo grande Creo que mi madre lo esperaba porque contestoacute ndashMe dijeron que dentro de unos meses van a tomar gente en la faacutebrica Despueacutes de esas vacaciones no volviacute a la escuela De mis hermanas lo que realmente envidiaba era su independencia Hablaban como adultas de igual a igual con otras personas yo queriacutea ser como ellas Veiacutea a la faacutebrica como la oportunidad para conseguir trabajo y traer plata a casa Sabiacutea que otras personas ven al liceo como la salidapero eacuteramos pobres Para mis padres la faacutebrica tambieacuten estaba maacutes cerca Entrar a trabajar alliacute era lo deseado por todas mis vecinas Pasaron unos meses Esperando entrar a la faacutebrica trabajeacute de limpiadora en una casa y en una tienda del barrio A las nintildeas les pagaban poquito Ayudaba en casa con quince pesos por mes Era poco el sueldo pero me poniacutea contenta Un buen diacutea mi hermana me dijo ndashEn la faacutebrica pusieron un cartel toman aprendizas iexclMantildeana anoacutetate Asiacute con trece antildeos recieacuten cumplidos entreacute en la faacutebrica textil Lana Uruguaya en el Cerro mi barrio iexclPucha El despertador ahora tambieacuten sonaba para miacute Bien pronto se me pasoacute el apuro de ser obrera y ganar plata Sobre todo cuando estaacutebamos con el turno cambiado con mi hermana y teniacutea que ir sola a las seis y media de la mantildeana teniacutea miedo como una nintildea ya no me sentiacutea tan grande ni tan independiente En la casi oscuridad las ramas de los inofensivos aacuterboles se me volviacutean sombras fantasmagoacutericas Y iexclqueacute susto escuchar el ruido del silencio Llegaba corriendo a la faacutebrica casi sin aliento pero no por trabajar sino por el miedo que pasaba en esas cinco cuadras que debiacutea recorrer Siacute dejeacute la escuela Cambieacute las aulas por grandes galpones de zinc que hacen que te cambie el estado de aacutenimo seguacuten sea la temperatura calor o friacuteo intenso El ruido de los telares es ensordecedor El calor el vapor el olor a lana

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mojada de la tintoreriacutea y el de aceite de maacutequina completan el insano respirar de cada diacutea te invade los pulmones e impregna tu ropa Se te va a la mierda todo el romanticismo de ser grande y trabajar en la faacutebrica

Entreacute como aprendiza La primera preocupacioacuten de la compantildeera que me ensentildeoacute a trabajar en hilanderiacutea fue ndashiexclCuidado con los dedos Aquiacute siacute que se te agudizan los cinco sentidos La sordera se te cura cuando empezaacutes a distinguir el ruido de la maacutequina que marcha mal no es necesario forzar la garganta aprendeacutes de apuro a hablar por sentildeas dejaacutes de sentir el mal olor tu memoria lo registra todo y pasaacutes a ser una pieza maacutes del aquel gigantesco engranaje sin darte cuenta Los movimientos de los dedos se sincronizan con los tiempos de la maacutequina te sentiacutes un alargue de ella misma

Entrada de turno textiles de faacutebrica SADIL A la izquierda Maria Julia (Fines de la deacutecada de los 50) Fotografiacutea Archivo personal

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Si te distraeacutes los rodillos de la maacutequina te llevan los dedos o las poleas te llevan la pollera o el cabello si lo teneacutes largo ndashiexclAtencioacuten ndashme pediacutean mis compantildeeras La maacutequina te marca su velocidad su tiempo ella es la duentildea de tus ocho horas de trabajo cada diacutea Muchas maacutequinas deciden el destino de las personas que trabajan con ellas La inseguridad laboral o la distraccioacuten pueden cambiar tu vida Yo ya lo sabiacutea Todas lo sabiacuteamos El caso de mi hermana lo vivioacute todo el gremio textil En la faacutebrica del Cerro teniacutea dos hermanas maacutes que trabajaban en tejeduriacutea yo la recieacuten llegada me sentiacutea cuidada pensaba ldquoA miacute nome va a pasarrdquo Chela mi hermana trabajaba en hilanderiacutea en la faacutebrica textil Uruguayana en Capurro Teniacutea dieciocho antildeos y luciacutea un hermoso pelo negro y largo Por razones de seguridad se haciacutea una trenza que envolviacutea en la nuca Un diacutea al agacharse la trenza se soltoacute el rodillo le comioacute la punta del pelo Su mano no pudo alcanzar el botoacuten de apagar la maacutequina Nadie la escuchoacute gritar el ruido ensordecedor de tantas maacutequinas en marcha fue fatal para ella iexclPobrecita La maacutequina siguioacute siguioacute Le arrancoacute todo el cuero cabelludo desde la nuca la piel de todo el craacuteneo una oreja y una ceja De un tiroacuten ella misma pudo romper la piel maacutes delgada de la frente Ese tiroacuten le salvoacute la vida esa fuerza ese instinto de conservacioacuten la ayudoacute Cuando se incorporoacute sus compantildeeras la vieron se desmayaban no atinaban a nada saliacutean corriendo Ese mismo diacutea Chela se salvoacute dos veces porque por fin un compantildeero el mecaacutenico que estaba cerca del lugar fue hacia ella se quitoacute la chaqueta se la tiroacute encima para no verla y corrioacute con ella en brazos hacia la calle en busca de cualquier auto que la llevara a un hospital Empapada en sangre helada y casi sin sentido llegoacute al hospital Maciel La tendieron en un banco a la entrada de Urgencias del Hospital Maciel Contoacute el mecaacutenico que todos corriacutean a verla Dos meacutedicos opinaron

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ndashEstaacute helada ndashNo hay nada que hacer ndashEstaacute muerta Chela los escuchoacute hablar y con un hilito de voz pudo decir ndashPor favor doctor estoy viva estoy viva Esa frase fue como una orden para mover a todo el equipo de la guardia Ella habiacutea decidido no morir todaviacutea Enseguida empezaron a correr meacutedicos enfermeros y camilleros La llevaron al quiroacutefano En el Hospital Maciel estuvo internada un antildeo y medio Muchas operaciones injertos de piel Largos dieciocho meses Yo teniacutea ocho antildeos de edad y no me llevaban a verla al Hospital Esa fue una ausencia muy larga para miacute Chela se recuperoacute Antildeos maacutes tarde se casoacute con su novio de siempre tuvo dos hijos y se jubiloacute por ley madre en la faacutebrica donde se accidentoacute Luego trabajoacute de monitora en un taller de muchachos con problemas de aprendizaje Tiene una pequentildea paga de por vida del Banco de Seguros y una peluca anual si la quiere para cubrir su calvicie total Vive en el Cerro integrada a la vida social del barrio Durante los primeros meses en la faacutebrica yo era toda ojos y oiacutedos De mis compantildeeras escucheacute los primeros cuentos verdes en la media hora de descanso el rato en que comiacuteamos un refuerzo y algunas compartiacutean el mate sentadas en cualquier rincoacuten Las nuevas siempre somos objeto de burla tenemos que pagar el derecho de piso Mis compantildeeras deciacutean cosas que despueacutes supe eran verdaderas mentiras soacutelo para ver mis reacciones Una a una contaban su primera noche de bodas y sus partos con cierta crueldad riendo reviviendo y mintiendo con nerviosismo y ojos llenos de morbosa alegriacutea Y reiacuteanhasta las laacutegrimas Unas ya con nietos eran las que maacutes disfrutaban de sus propios cuentos y de las malas palabras las deciacutean como si estuvieran saboreando dulce de leche Algunas cosas yo ya las sabiacutea pero las teniacutea sueltas

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recuerdos de la escuela porque alliacute tambieacuten se habla de esas cosas Las fui uniendo y me empezoacute a dar miedo eso de la sexualidad Supe entonces el significado o la doble intencioacuten de muchas palabras maacutes consolador tortillera homosexual lamer menopausia prolapso etc Habiacutea cuentos en que tambieacuten interveniacutean animales loros perros gatos cuentos en los que pasaban cosas crueles pero contados con gracia e ironiacutea Arrancaban carcajadas y miradas nerviosas a su alrededor Reiacutean como nintildeas traviesas En poco tiempo recibiacute de golpe un curso acelerado de sexualidad y anticoncepcioacuten que despertaron en miacute el bichito de la curiosidad y empeceacute yo a preguntar Haciendo un gran esfuerzo trateacute de no mostrar mis sorpresas y a los pocos meses yo ya hablaba como ellas me dejaron tranquila y paseacute a ser una fabriquera maacutes popularmente hablando Al principio aquellas mujeres me asustaron un poco no lo voy a negar por su desparpajo Luego de conocerlas supe que teniacutean una capa dura pero eran tiernas y poco a poco empeceacute a contarles mis enamoramientos De ellas recibiacute los primeros carintildeosos consejos Paseacute a tener en mi entorno madres multiplicadas a las que podiacutea hablar de mis dudas sin que me diera temor o ellas se rieran de mi Las maacutes joacutevenes las nuevas teniacuteamos una actitud competitiva en el vestir caminar peinarse el cabello El coqueteo era toda una sabiduriacutea que se imita y se aprende Dentro de la faacutebrica habiacutea otro coacutedigo que no era el de la calle Con miradas y habladuriacuteas se tejiacutea y se destejiacutea la moral de cualquiera de nosotras Los bantildeos y vestuarios de la faacutebrica eran lugares donde se haciacutea sociabilidad y se contaban secretos se probaban y se vendiacutean artiacuteculos de vestir A veces faltaba alguacuten monedero En el bantildeo se podiacutea comprar de todo Habiacutea un mercado interno muy variado se vendiacutean cosmeacuteticos preservativos americanos saacutebanas ropa interior de nylon cosas de Buenos Aires o del Chuy Se pagaba seguacuten el precio

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hasta en tres veces El diacutea de cobro de la quincena se viviacutea con nerviosismo unos pagan y otros cobran tiene que ser raacutepido porque si se ldquoles escapardquo alguien a la hora de la salida al diacutea siguiente resulta muy difiacutecil cobrarlo y queda para la proacutexima quincena Se agudiza la viveza criolla y la rapidez en un mercado no permitido mercado negro de contrabando que reforzaba el bajo salario de las compantildeeras que atendiacutean solas las obligaciones familiares A veces en la hora de descanso se hablaba de noticias poliacuteticas Asiacute que me entereacute de la muerte de Eva Peroacuten y que Argentina estaba convulsionadaCuando llegueacute a casa pregunteacute a mi padre quieacuten era Eva Peroacuten No me habloacute con simpatiacutea de ella soacutelo entendiacute que los sindicatos no tienen que estar con las poliacuteticas de los gobiernos es peligroso que los poliacuteticos disfrazan las cosas Era la opinioacuten de un anarco sindicalista Pero esa explicacioacuten me sirvioacute en la vida

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El Sindicato

En casa yo escucheacute siempre hablar de sindicatos A mis hermanas les oiacutea comentar suspensiones injustas o despidos sin posibilidad de reclamos y malas condiciones de trabajo Mi padre era dirigente de uno de los sindicatos del gremio de trabajadores del puerto Veniacutean por casa trabajadores de los frigoriacuteficos de Regussiy Vulminot como Esteban Kikich el yugoeslavo cuando no estaba paseando por todo Montevideo al ldquoimaginariardquo que le hubiera asignado la policiacutea En Lana Uruguaya donde trabajaacutebamos no habiacutea sindicato Un diacutea llegaron a trabajar a la textil dos compantildeeros que veniacutean de faacutebricas organizadas Mora y Garciacutea Fue entonces que empezamos hablar del tema de la posibilidad de organizarnos ellos sabiacutean que no pagaban el salario correspondiente y las horas extras las pagaban como sencillas Cada diacutea se arrimaban maacutes compantildeeras a las conversaciones a preguntar por el salario y la categoriacutea que les correspondiacutea Ese fue mi primer contacto con la Unioacuten Obrera Textil Corriacutea 1954 Yo caminaba por la calle Fraternidad en el barrio Conciliacioacuten muy atenta a los nuacutemeros que estaban todos salteados Por eso entreacute al Sindicato de cabeza y sin pedir permiso igual que entreacute a la vida Tropeceacute en el cordoacuten de la vereda y seguiacute trastabillando hasta el zaguaacuten donde aterriceacute cuan larga era Y asiacute con esa forma tan particular de presentarme dije desde el suelo cuando pude levantar la cabeza y mirar a los dos joacutevenes que alliacute estaban ndashiquestAquiacute es el Sindicato

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Ellos estaban tan sorprendidos que quedaron paralizados uno con un pincel de engrudo en la mano y el otro con una gran hoja de papel para pegar en la cartelera Me miraban sin moverse no atinaban a nada Todaviacutea desde el suelo insistiacute ndashiquestEs o no es Soltando una carcajada a duacuteo dijeron ndashiquestDesde doacutende cayoacute eacutesta ndashy se miraron ndashDel Cerro ndashdije Me respondieron con maacutes risas ndashiquestQue vengo del Cerro de Lana Uruguaya tan coacutemico es Me tropeceacutesbquo porque veniacutea mirando los nuacutemeros los locos estaacuten todos salteados Reiacutean cada vez maacutes yo tambieacuten Cuando se calmaron me ayudaron a levantarme ndashVengo a buscar el uacuteltimo convenio de parte de Mora y de Garciacutea el de la moto eacutel me dijo que dijera asiacute Los conocen iquestno Porque allaacute nos afanan abierto No respetan el convenio a las aprendizas nos despiden antes de las cien jornadas y a los dos meses nos vuelven a tomar como nuevas y no nos ponen en planilla Los bantildeos son una letrina como estamos a la orilla de la costa de la bahiacutea cuando hay temporal entra por los cantildeos el agua del mar y se inundan y no tenemos otros bantildeos No pagan nocturnidad ni las horas extras como tiempo y medio no tenemos vestuarioshellip Arregleacute que en la proacutexima quincena iriacutean dos compantildeeros a mirar los sobres de sueldo y compararlos con la categoriacutea correspondiente a los distintos trabajos que realizaacutebamos Ese diacutea nos sentamos en el suelo de un baldiacuteo cercano a la faacutebrica y mostraacutebamos los sobres de sueldo Me entereacute que el sobre es como un documento que sirve para reclamar diferencias de dinero en el salario

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El patroacuten

Teniacutea trece antildeos cuando empeceacute a trabajar en Lana Uruguaya de la que era duentildeo Pedro Saacuteenz quien tambieacuten teniacutea parte en FUNSA De este sentildeor los compantildeeros deciacutean que era un hueso duro de roer No respetaba los convenios contrataba menores y a los tres meses los despediacutea Las condiciones sanitarias eran malas teniacuteamos un solo bantildeo que era una letrina de un metro y medio de lado en un patio en el centro de la faacutebrica a la intemperie a veces se inundaba no teniacutea pestillo se cerraba con una maderita Inmundo De a poco empezamos a hablar de la necesidad de formar una comisioacuten sindical en la faacutebrica Hablamos a uno por uno con tiempo hasta que un diacutea se nos ocurrioacute pedir una entrevista con Don Pedro La concedioacute pero en el Centro en una oficina lejos de la faacutebrica Viejo astuto Haciacutea casi un antildeo que estaba trabajando y en ese entonces me pareciacutea muy faacutecil eso de formar un sindicato Cuando llegoacute el momento me ofreciacute a ir Eacuteramos muy pocos Fuimos soacutelo dos mujeres y seis hombres Nos encontramos a la salida Iacutebamos todos muy nerviosos nunca se habiacutea intentado hacer un sindicato alliacute Hablaron Mora y Garciacutea solamente Le dijeron que representaban la Comisioacuten Interna Esto no le gustoacute nada a Don Pedro ndashiexcliquestQueacute queacute iquestSindicato iexcliquestDe queacute sindicato me hablan iquestCoacutemo se llama usted iquestY usted ndashles preguntaba a los gritos Yo sentiacutea miedo pero a la vez me resultaba graciosa la forma en que Don Pedro hablaba pronunciando la ldquozrdquo y malo como un zorrillo Estaba furioso

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ndashYo no conozco ninguna ldquocomisioacuten internardquo Cuando dijo esto Casanaacutes un joven compantildeero anarquista le contestoacute ndashLo que pasa es que usted es un viejo negrero Esto paralizoacute la escena Acto seguido Don Pedro abrioacute un cajoacuten del escritorio y sacoacute un revoacutelver Apuntoacute hacia arriba con el brazo estirado y gritoacute ndashiexclSe me mandan mudar todos de aquiacute iexclYo les voy a dar sindicato Yo estaba detraacutes de todos y fui la primera en salir Nunca habiacutea visto un revoacutelver Muy asustados emprendimos una ldquoretirada estrateacutegicardquo tan raacutepida que ni siquiera usamos el ascensor para llegar a la calle Corrimos escalera abajo oyendo los insultos del viejo Se abriacutean y cerraban puertas de los curiosos que de otras oficinas se asomaban a mirar la huida en estampida Cuando nos detuvimos comentamos la escena a carcajada limpia La inexperiencia el no saber llevar una entrevista precipitoacute las cosas El patroacuten se movioacute como acostumbraba y nosotros entramos en su provocacioacuten como muchachos que eacuteramos Fuimos a la faacutebrica hablamos con los compantildeeros y al diacutea siguiente la ocupamos sin maacutes ni maacutes Habiacutea mucha indignacioacuten preocupacioacuten y bronca nos sentiacuteamos atropellados Llamamos a los compantildeeros de la Unioacuten Obrera Textil Vinieron y esperaron en la puerta de la faacutebrica a que el patroacuten les diera una entrevista Don Pedro no fue a negociar se negoacute a apersonarse Algunos de los empleados de la oficina se plegaron al paro Otros soacutelo miraban por las ventanas A mediodiacutea comenzaron a llegar viandas con comida que traiacutean nuestros familiares y que compartimos Tuvimos tiempo de charlar con compantildeeras con las que soacutelo nos cruzaacutebamos al entrar o al salir y con las del mismo turno porque alliacute si hablabas mucho te suspendiacutean si te encontraban fuera de tu seccioacuten te suspendiacuteanhellip El patroacuten mandoacute desalojar Los compantildeeros del sindicato no queriacutean hacerlo hasta que se labrara un acta en que constara que estaba todo en perfectas

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condiciones para que no nos acusaran de haber roto algo A las cuatro de la tarde se presentoacute un inspector de la ofcina de trabajo A las cinco la Guardia Republicana de a caballo rodeoacute la faacutebrica Llevoacute un buen rato el recorrido de la faacutebrica con el inspector y Eusebio Caetano el delegado de la UOT Cuando salimos muy emocionados algunos pensando que se avecinaban diacuteas muy duros estaba todo el barrio rodeando la faacutebrica los obreros de los frigoriacuteficos los padres o hermanos de las obreras textiles y los vecinos La policiacutea solo hizo acto de presencia Aprendiacute lo que es la solidaridad la falta de experiencia y tambieacuten lo que es estallar cuando no se aguanta maacutes el manoseo patronal Al diacutea siguiente cuando el primer turno llegoacute a la faacutebrica la encontroacute cerrada Lock-out patronal seguacuten nos dijeron en el sindicato que podiacutea durar hasta setenta y dos horas Recibimos los telegramas colacionados si no entraacutebamos a trabajar en veinticuatro horas quedaacutebamos despedidos Al diacutea siguiente hicimos una gran asamblea en la Federacioacuten de la Carne cada uno de nosotros con nuestro telegrama en la mano Nos declaramos en huelga por tiempo indeterminado estaacutebamos jugados se trataba de defender el derecho a la organizacioacuten sindical Esa noche llevaron preso al compantildeero Casanaacutes lo retuvieron varios diacuteas en la comisariacutea Su esposa estaba embarazada de su primer hijo En uno de esos diacuteas tuvo una nintildea la llamaron Libertad La faacutebrica quedoacute silenciosa con una fuerte guardia policial de a caballo en las esquinas ndashiquestY ahora

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Mis quince antildeos

En mi cumpleantildeos de quince no tuve fiesta ni vestido blanco y largo No fue posible Ese diacutea pasoacute desapercibido en casa como un diacutea cualquiera Habiacutea problemas que me llegaban de costado y aunque mi madre me dijera que no era cosa miacutea se volviacutean cosa miacutea aunque yo no quisiera Con la plata de mi quincena anterior me habiacutea comprado para estrenar ese diacutea unos zapatos con un taco pequentildeo de un color amarillo mostaza que estaba de moda El diacutea esperado llegoacute Por la tarde me bantildeeacute me vestiacute con la ropa de salir y me puse los zapatos nuevos Me pareacute en la puerta de casa a esperar Esperar no seacute queacute ni a quieacuten especialmente Mi madre me habiacutea explicado que no habiacutea plata y por lo tanto no tendriacutea fiesta pero yo esperaba que algo sucediera No vino nadie a saludarme En casa no habiacutea teleacutefono iquestCoacutemo decir discretamente ldquomantildeana es mi cumpleantildeos y que vinieran los que se acordaranrdquo No vino nadie ni mis primas Mi uacutenico regalo llegoacute a la semana Mi madre me regaloacute unas caravanas largas de plata con una delicada piedrita celeste Era la primera alhaja que recibiacutea en mi vida No me animaba a poneacutermelas solo las miraba sonriendo ndashiquestViste Tarde pero llega ndashdijo tiraacutendome de la oreja como un recordatorio para toda la vida Como un sentildealamiento iexclespera espera Las useacute mucho tiempo Cuando me corteacute el pelo largo las luciacutea mejor Me miraba en el espejo se moviacutean como peacutendulos y yo me sentiacutea tan elegante tan adulta y coqueta y con permiso Mi madre teniacutea eso te daba permiso sin

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deciacutertelo En casa habiacutea muchas veces silencios de mi madre ese silencio que llenaba todos los rincones Pasaba algo Yo la encontraba triste Por las noches escuchaba los sollozos de mi hermana cuando su novio no veniacutea por algunos diacuteas no lloraba fuerte sino quedamente pero yo sabiacutea que estaba despierta en la oscuridad No sabiacutea que decirle Le habriacutea podido decir muchas cosas por ejemplo que no llorara porque ella habiacutea tenido maacutes suerte que yo que haciacutea cuatro antildeos tuvo su fiesta de quince su vestido largo blanco y muchos regalos que vinieron las primas y tiacuteas En mi adolescencia yo pensaba y pensaba pero no hablaba mucho Sabiacutea que los silencios de mamaacute teniacutean que ver con las ausencias de mi padre Pero a ella nunca se lo diriacutea Lo callaba La falta de plata tambieacuten se volviacutea silencios o respuestas de mal modo Yo pensaba tantas cosas pero no me impidieron la ilusioacuten la magia del cumpleantildeos de hacerme mayor y lucir mis caravanas de piedra celeste Un diacutea una compantildeera de trabajo que tambieacuten era mi amiga me pidioacute prestadas las caravanas para sacarse una foto que regalariacutea a su novio Pasaron los diacuteas y ella me esquivaba Cuando yo le preguntaba me deciacutea ldquoiexclHoy me olvide otras vez de traeacutertelas Mantildeana te las traigordquo y asiacute por muchos diacuteas la misma respuesta Diacuteas despueacutes al mirarla me dio vuelta la cara A la salida de la faacutebrica la seguiacute raacutepidamentela tomeacute de un brazo la gireacute hacia miacute y le pregunte en voz alta para que los que estaban cerca me oyeran por las caravanas Me contestoacute con todo desparpajo que ya me las habiacutea devuelto Me quedeacute sin palabras inmoacutevil La dejeacute partir Ella apresuroacute el paso la mireacute alejarse y no lo podiacutea creer era una compantildeera pero yo la creiacutea mi amiga iquestQueacute le diriacutea a mi madre que ya estaba sospechando que no me las devolveriacutean nunca maacutes No me quedoacute ninguacuten recuerdo de mi cumpleantildeos de quince Ni una foto ni las caravanas ni los zapatos amarillos que tambieacuten desaparecieron

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Con el tiempo se quedaron viejos y el fin de ellos fue que mi perro Biyuacute se los llevoacute de a uno para su casilla y desde alliacute los defendioacute como un trofeo Terminoacute enterraacutendolos como un tesoro en el jardiacuten de mi casa

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Conflicto textil

Trabajeacute durante los dos meses del conflicto en Prensa y Propaganda con otro joven Juan Aacutengel Toledo Aprendiacute a repartir papeles a hablar con megaacutefonos y a trabajar con el planograf algo que me gustaba mucho El planograf nos permitiacutea dar rienda suelta a nuestra imaginacioacuten Era un marco de madera que tensaba una organza del largo de dos hojas de perioacutedico Haciacuteamos un dibujo en negativo en cartulina que oficiaba de matriz y lo pegaacutebamos sobre la organza despueacutes con un lampazo deslizaacutebamos la tinta de lado a lado del marco Dibujaacutebamos una oveja con grandes cuernos y le poniacuteamos el nombre de los rompehuelgas Los pegaacutebamos en las esquinas de sus casas Se asustaban y se enfureciacutean pero dejaban de ir a trabajar durante la huelga Eran parte de las medidas de fuerza que usaacutebamos Meacutetodos primitivos casi infantiles pero efectivos Empezaba la crisis de la deacutecada del 50 El fin de la segunda guerra mundial y de la guerra de Corea permitioacute a Inglaterra y EEUU reanimar su industria Dejaron de importar tejidos para importar tops (lana lavada y peinada sin hilar) con la consiguiente peacuterdida de puestos de trabajo para los obreros textiles uruguayos Fue una huelga muy dura Cincuenta y cuatro diacuteas es mucho tiempo para sostener un hogar sin el salario El gremio saliacutea de un gran desgaste el antildeo anterior habiacutea sido la huelga de la Mundial donde una compantildeera fue baleada en la puerta de la faacutebrica Las patronales podiacutean sostener un lock-out durante varios meses porque

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teniacutean stock suficiente de mercaderiacutea para cumplir con los importadores En la Federacioacuten de la Carne en la calle Grecia instalamos una olla sindical y repartimos comestibles que pediacuteamos en los comercios La campantildea del kilo como la llamamos para los huelguistas y sus familias fue un respiro Cada diacutea se volviacutea maacutes duro sostener la huelga A los treinta diacuteas de comenzado el conflicto entroacute un veinte por ciento de los trabajadores fundamentalmente administrativos encargados y capataces Otros trabajadores salieron a buscar la changa Por otro lado se sumaron a la huelga otras faacutebricas en solidaridad con los obreros de LanaUruguaya del Cerro La patronal seguiacutea tan dura como el primer diacutea no reconociacutea Sindicato ni derechos de organizacioacuten Con Don Pedro no podiacuteamos negociar nada pretendiacutea matarnos de hambre teniacutea cuerda para rato con un gran stock en los galpones Pusimos piquetes en las esquinas de la faacutebrica para que no entraran a trabajar los rompehuelgas Los obreros del Cerro iacutebamos a detener a los que queriacutean entrar en las faacutebricas del Paso Molino y los del Paso veniacutean a detener a los del Cerro Durante esta lucha mataron de un balazo a Antonio Goacutemez Delgado un compantildeero de la Unioacuten Obrera Textil que pretendioacute hablar con un rompehuelgas eacuteste sin mediar palabra le disparoacute en el pecho Antonio teniacutea diecinueve antildeos Eacuteramos todos muy joacutevenes Las mujeres tuvimos una gran participacioacuten en esta lucha Las obreras textiles ganamos la calle Instrumentamos cosas que sabiacutean que les doleriacutean a las carneras Cuando no entraron las palabras nos fuimos a las manos Lo que pasaba en la calle lo cuentan los partes policiales que apareciacutean en la prensa montevideana de entonces cuando la huelga se generalizoacute al resto de las faacutebricas ldquoEn la interseccioacuten de las calles Grecia y Francia a las 530 de hoy un grupo no determinado de personas presumiblemente mujeres le cortaron el

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cabello a dos obreras que se dirigiacutean a trabajar a Lana Uruguaya empresa que se encuentra en conflicto Se averiguardquo Diario El Plata Los obreros del transporte participaron en forma solidaria ldquoUn grupo de personas hicieron bajar del oacutemnibus a tres mujeres que se dirigiacutean a trabajar a una faacutebrica en conflicto una vez abajo les cortaron mechones de pelo y les rasgaron la ropa Esto ocurrioacute con la supuesta colaboracioacuten del guarda y del conductor del oacutemnibus que no se detuvo enla parada que era en la puerta de la faacutebrica sino maacutes adelante Se averiguahellip ldquo ndash Diario El Paiacutes iexclYa no se animan a entrar sigue la huelga iexclViva la huelga A otras les quitamos los zapatos Duele que te dejen descalza en la calle Nosotras luchaacutebamos por todos Como tambieacuten algunos hombres entraban a trabajar empezamos a pegar carteles de ovejas cornudas con sus nombres en la esquina de sus casas En un barrio obrero como el Cerro eso quemaba Tuvimos que pelear en la forma maacutes primitiva maacutes salvaje cuerpo a cuerpo Asiacute empezoacute el sindicato unitario en textiles quebrando al sindicato amarillo conciliado con la patronal Primero fue la Unioacuten Obrera Textil y en 1956 con la integracioacuten de Alpargatas Paylana y la textil de Juan Lacaze constituimos el Congreso Obrero Textil sindicato uacutenico para la industria textil Las mujeres fuimos protagonistas Y pensar que se dice que el sindicato es ldquocosa de hombresrdquo iquestY las mujeres queacute iquestPor queacute no estaacuten en la foto No se sabe mucho de lo que hacen las mujeres en el sindicato Como en la vida cotidiana no aparecemos Aunque seamos las secretarias de actas no nos hacemos figurar Somos la parte silenciosa lo no escrito lo no contado la no historia

Mariacutea Julia frente a la faacutebrica SADIL (Deacutecada de los 50) Fotografiacutea Archivo personal

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La mamaacute de Rosita

A Rosita no la dejaban ir sola al sindicato Su mamaacute la teniacutea que acompantildear para que nadie pudiera hablar mal de ella asiacute que se bancaba todas las asambleas y algunas manifestaciones Pero algunas veces sucediacutean acontecimientos no previstos en los que la madre resultaba tan involucrada como la hija Y aprendioacute a correr como la mejor Aquel diacutea fuimos a repartir volantes a la puerta de Alpargatas La sentildeora nos acompantildeaba siempre caminando dos o tres metros maacutes atraacutes bien vestida de taquitos y collar de perlas pareciacutea que no rompiacutea un plato Eacuteramos unas veinte personas despueacutes llegaron como quince maacutes Caminaacutebamos por las veredas de la faacutebrica gritando consignas La madre nos seguiacutea lentamente De repente sentimos la llegada de la Republicana Aparentemente desde adentro los jefes habiacutean pedido proteccioacuten policial A caballo y sable en mano doblaron la esquina y nos sorprendieron Nos recostamos todos contra la pared Seguimos gritando consignas y tirando volantes Intentaron reprimirnos subiendo con los caballos a la vereda pero como por suerte siempre hay baldosas flojas les hicimos frente con piedras y trozos de baldosas Y iexcliquesta quieacuten veo en la primera liacutenea de fuego A la mamaacute que luchaba como la mejor El ruido de los telares empezoacute a aminorar nos dimos cuenta que estaban parando Desde las ventanas los obreros de Alpargatas gritaban ldquoiexclSalvajes iexclSalvajesrdquo y nos saludaban ldquoiexclAdelante compantildeerasrdquo

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Nosotras cruzamos la calle en grupo para verlos mejor y reiacuter compartiendo el momento Los policiacuteas sorprendidos miraacutendose entre siacute habiacutean quedado en la acera de enfrente custodiando la faacutebrica que habiacutea quedado en silencio Habiacuteamos conseguido nuestro propoacutesito conseguimos su solidaridad y los invitamos para la asamblea general del domingo en el Boston Club de Box Esa tarde madre e hija llegaron al barrio un poco desalintildeadas y despeinadas La madre con una contusioacuten en un brazo y un tobillo dolorido De a poco se fue integrando Conversaba con alguna compantildeera mayor hasta que un diacutea contoacute que cuando volviacutea a su casa de acompantildear a su hija su marido les deciacutea ndashiexclCallejeras iexclLo uacutenico que faltaba ahora iexclSindicato iexclEn mi propia casa

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Negra pobre y retobada

SADIL era una faacutebrica importante con 2000 trabajadores como ILDU La Aurora Alpargatas En ese entonces funcionaban los tres turnos diacutea y noche de 6 a 14 de14 a 22 y de 22 a 6 de la mantildeana No paraba nunca la industria textil Llegoacute a tener veinte mil obreros SADIL era una faacutebrica moderna muy bien equipada teniacutea vestuarios comedor para la media hora de descanso reloj automaacutetico para marcar el horario de entrada y de salida Todo eso era nuevo para miacute estaba contenta de trabajar en una faacutebrica tan grande con un fuerte sindicato Un grupo de mujeres charlaba en el vestuario Recieacuten entraacutebamos ndashDe todo encontreacute en la vintildea del sentildeor ndashNo solo en la faacutebrica Una compantildeera se estaba cambiando lentamente Escuchaba en silencio mientras doblaba y guardaba su ropa en el armario de metal Teniacutea la piel negra unas piernas largas y bien formadas un busto que llenaba la blusa y una sonrisa que dejaba ver unos dientes muy sanos ndashHay de todo en la vintildea del sentildeor ndashdijo interviniendo en la conversacioacuten Contoacute que cuando era maacutes joven y soltera buscoacute trabajo por el diario de empleada domeacutestica con cama Habiacutea siempre una larga lista Su madre deciacutea ndashMira parsquo Pocitos que pagan maacutes Asiacute que eligioacute una casa cualquiera Era una negra muy alta movediza y sonriente La vecina le prestoacute los zapatos llevoacute una pollera de su hermana y la madre le dejoacute unas caravanas de perlita que tenia para salir

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La verdad que fui bien vestida y resignada a quedarme porque en casa ya no podiacuteamos maacutes No teniacuteamos plata para comer Lo que maacutes rabia me daba era la miseria Toqueacute timbre y salioacute una sentildeora como de cuarenta antildeos Le dije a que veniacutea Me mostroacute la casa para explicarme todo lo que teniacutea que limpiar La casa era de lujo toda llena de porcelanas Me mostroacute mi pieza llena de bicicletas de los hijos y una cama a un costado contra un armario ndashEn la mitad ponemos abrigos viejos pero el resto lo podeacutes usar para poner tu ropa ndashasiacute que ldquomi piezardquo era el espacio de mi cama y nada maacutes ndashMi marido y yo no estamos casi nunca Supongo que algo sabraacutes cocinar Tengo seis hijos pero van a la escuela y al liceo El tiempo te da para todo Estaacutes mucho rato sola ya ves Arreglamos el precio Me parecioacute adecuado para lo que se pagaba en ese entonces Teniacuteamos casi todo arreglado hasta que me dijo ndashSupongo que tendraacutes carnet de salud porque si no Yo le contesteacute ndashiquestCuaacutentos son de familia Ella me quedoacute mirando y preguntoacute ndashiquestPor queacute ndashPor favor mueacutestreme el carnet de salud de todos ustedes Por supuesto no me quedeacute Empeceacute a caminar hacia la salida La duentildea de casa se puso colorada pareciacutea que iba a reventar de rabia A modo de despedida dijo antes de cerrar la puerta de un golpe ndashNegra y retobada doacutende se vio Asiacute no vas a conseguir trabajo en ninguacuten lado ndashPero aquiacute estoy en la faacutebrica y sigo retobada ndashrioacute Cerroacute el armario y echoacute la llave al bolsillo Todas reiacuteamos

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Un gremio de mujeres

El gremio textil es un gremio de mujeres pero los dirigentes son en su mayoriacutea hombres ldquoEso siempre fue asiacute pero en el 53 el antildeo pasado la huelga de la Mundial fue por cosas de mujeres ndashme dice Blanca Peraltandash Miraacute todo vino porque una compantildeera que estaba embarazada se sintioacute mal y pidioacute para irse El capataz no le dio permiso La compantildeera una hora maacutes tarde tuvo un aborto espontaacuteneo sola en el bantildeo iexclEso no se podiacutea aguantar La atendimos entre todas ella estaba desmayada Paramos las maacutequinas iexclEso no se podiacutea aguantar No teniacuteamos nada iexclni una enfermeriacutea en la faacutebrica Empezoacute asiacute como un estallido con bronca Ocupamos la faacutebrica paramos y despueacutes hablamos de sindicato Fue una huelga muy difiacutecil El patroacuten mostroacute su fuerza y nosotras tambieacuten Durante ese conflicto pasaron maacutes cosas como cuando estaacutebamos sentadas en la escalinata de la faacutebrica haciendo paro de brazos caiacutedos y la patronal llamoacute a la policiacutea Llegaron y se ubicaron delante de la faacutebrica Nosotras estaacutebamos tranquilas y de repente sentimos un tiro Una compantildeera empezoacute a gritar ldquoiexclSangre iexclTengo sangrerdquo Hubo mucha confusioacuten unas corrieron a socorrer a la compantildeera otras a los portones a gritarles a los milicos ldquoiquestQueacute les pasa iquestEstaacuten locosrdquo ldquoMe dieron un balazo en la piernardquo gritaba nuestra compantildeera A lo lejos escuchaacutebamos los gritos de los vecinos y de nuestros familiares acercaacutendose A la policiacutea no se le movioacute un pelo Dijeron que se les escapoacute un balazo

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sin querer No la socorrieron tuvimos que salir nosotras a buscar un auto Pedimos que se retirara la policiacutea y lo hicieron cuando vieron que estaban llegando compantildeeras de otras faacutebricas y vecinos indignados Y asiacute empezoacute la huelga del 53 de la Mundial como un estallido respondiendo a los golpes de la patronal Estallamos como ustedes los de Lana Uruguayardquo De esa huelga surgioacute como dirigente sindical Blanca Peralta de La Mundial En cada huelga el gremio textil iba pariendo nuevas mujeres forjadas en la lucha que se destacariacutean como dirigentes Recuerdo algunas compantildeeras de aquel entonces Irene Peacuterez Delia Maldonado Delia Rodriguez Ocklahoma Acosta Jorgelina Martiacutenez Pero son las menos Aunque en esta industria la mayoriacutea son obreras hay muy pocas que lleguen a la direccioacuten del gremio quedan a medio camino

Compantildeeras militantes de distintas faacutebricas textiles en un festejo del sindicato en Marontildeas (Finales de la deacutecada del 50) Fotografiacutea Archivo personal

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El robo

Luciacutea teniacutea cuatro hijas la maacutes chica de catorce antildeos y la maacutes grande de veinte Entroacute en la faacutebrica SADIL muy respaldada con una recomendacioacuten de un senador del partido colorado y aunque no se lo preguntaras ella te lo haciacutea saber para que te enteraras de sus padrinos Nos llamaban la atencioacuten las pilchas y los anillos que traiacutea A veces deciacutea que no necesitaba trabajar y nos dejaba caer unos ojos tristes de mujer abandonada por su esposo un deportista venido a menos que ella seguiacutea sosteniendo econoacutemica y aniacutemicamente Siempre que entraban nuevas apareciacutean cosas raras que nos poniacutean en alerta La nueva es objeto de observacioacuten iquestDe doacutende viene iquestCoacutemo vive Generalmente se les ve el plumero enseguida Pero Luciacutea nos vendioacute un tranviacutea y se lo compramos Hablaba muy bien muy culta atenta carintildeosa Deciacutea que nunca habiacutea trabajado en una faacutebrica pero que se teniacutea que acostumbrar Sus hijas tampoco trabajaban no estaban acostumbradas Pareciacutea una rica venida a menos que lo llevaba dignamente La veiacuteamos mirarse las manos que se deterioraban lentamente y pasarse una crema Un diacutea de pago terminada la jornada a la pobre Paulina le desaparecioacute el sobre con todo el dinero de la quincena Se lo quitaron del bolsillo de la tuacutenica mientras estaba trabajando algo inexplicable Ella no sintioacute nada pensamos que lo habiacutea perdido

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ndashiexclMe lo punguearon ndashdijo Paulina en voz altandash iexclEl sobre con la quincena ndashiquestNo se te habraacute caiacutedo Lo buscamos por todos lados La seccioacuten casi dejoacute de trabajar por buscarlo Paulina lloraba amargamente teniacutea dos hijitas pequentildeas y estaba sola para mantenerlas estaba separada de su esposo Las demaacutes resolvimos hacer una colecta para compensarla Luciacutea se portoacute muy bien puso el doble del dinero que poniacutea cada una de nosotras Nos parecioacute un gesto muy solidario A los dos meses un diacutea de lluvia faltoacute un paraguas del vestuario y un pilot de otra compantildeera muy bonito inigualable porque su novio se lo habiacutea traiacutedo de Brasil Todas nos pusimos furiosas soltaacutebamos indirectas estaacutebamos nerviosas desconfiadas ndashYa la vamos a encontrar ndashY no se salva de una paliza Al poco tiempo una compantildeera vio a la hija de Lucia en una parada de oacutemnibus en el Centro luciendo el pilot en cuestioacuten El lunes se armoacute el revuelo Rodeamos a Luciacutea en el vestuario y le pedimos explicaciones Negaba se arrodillaba juraba por las hijas Las viacutectimas de los robos queriacutean pegarle y que confesara Otras proponiacutean que fuera una comisioacuten a la casa a pedir las cosas Llegoacute la hora de entrar a trabajar y estaacutebamos a los tirones Las tres interesadas y la delegada de la seccioacuten no queriacutean entrar queriacutean aclararlo todo La teniacutean como presa no la dejaban entrar a la seccioacuten ni salir del vestuario Los compantildeeros de la faacutebrica se enteraron lo que estaba pasando en el vestuario de mujeres A una de nosotras se le ocurrioacute que deberiacutea ir una sola de las compantildeeras del turno que saliacutea a buscar el pilot y que sirviera de prueba Asiacute fue Las hijas le dieron las prendas que supuestamente su madre mandaba buscar es decir el paraguas y el pilot Ya con la prenda en manos de sus duentildeas era muy difiacutecil justificar nada eran hechos consumados Cinco mujeres estaacutebamos fuera del puesto de trabajo

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peleaacutendonos en el vestuario tomando la justicia en nuestras manos A esa hora hasta el jefe de personal sabiacutea lo que estaba pasando en el vestuario Llamaron a todo el grupo a la oficina de personal El jefe nos dijo que eacutel teniacutea que denunciar el robo a la policiacutea que el mismo es causal de despido y que ademaacutes las dos que fueron viacutectimas del robo estaban en su derecho a denunciarla tambieacuten a la policiacutea ndashNosotras no queremos ni una cosa ni la otra ndashle contestamosndash Solo queremos darle un escarmiento No somos quien para quitarle el pan a nadie y denunciarla a la policiacutea tampoco porque para eso nos bastamos nosotras que una paliza a tiempo no le va mal a nadie ndashParsquo que aprenda ndashdijo Paulina El jefe dijo ndashSiendo asiacute les tengo que hacer el parte a ustedes tambieacuten por estar fuera del lugar de trabajo Si ya estaacute aclarado cada una a su puesto Ella se queda para hablar al respecto Al salir de la oficina le dice una notiexclChorra iexclLadrona Luciacutea contestoacute llorando ndashiexclNo seas mala Tengo una enfermedad soy cleptoacutemana Todas retrocedimos dispuestas a pegarle ndashiexclTe vamos a dar cleptoacutemana iexclLadrona El jefe tuvo que ponerse en medio para que no le pegaacuteramos Asiacute a los empujones salimos de la oficina hacia la seccioacuten de hilanderiacutea Cuando caminaacutebamos hacia la seccioacuten una dice ndashiquestSaben Me dio laacutestima pobre ndashiquestEstaacute enferma ndashNada ndashdice Teresandash Yo leiacute que la cleptomaniacutea es una enfermedad de ricos y a eacutesta soacutelo le quedan las mantildeas Es una chorra y lo peor es una mala compantildeera no piensa en nadie Con razoacuten dio doble para Paulina se quedaba con todo el sueldo de una compantildeera sin importarle nada

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ndashiquestQuieacuten tiene derecho a robarle a otra iquestEh ndashLaacutestima que se nos encarajinoacute con el jefe Porque lo que es eacutesta con la paliza que le dimos no roba maacutes ndashdice Paulina remangaacutendose las mangas de la camisa y con la cara muy roja

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El Boston

La Unioacuten Obrera Textil estaba en el local de una antigua pizzeriacutea en la calle Fraternidad en el barrio Conciliacioacuten Eran dos habitaciones donde se amontonaban carteleras pinceles tarros con engrudo diarios para hacer planograf estandartes usados con textos que se volviacutean obsoletos raacutepidamente Los nuevos aconteceres sindicales se viviacutean de prisa De las paredes colgaban piolas donde se poniacutean a secar los nuevos carteles Algunas pocas sillas bancos largos encimados contra la pared completaban aquel desorden Aquiacute entraacutebamos por primera vez todos los que queriacuteamos enterarnos del sindicato del salario miacutenimo de las categoriacuteas del uacuteltimo convenio y buscar a alguien que fuera a la puerta de la faacutebrica el diacutea de cobro para que nos ayudara a descubrir las diferencias mirando el sobre del sueldo Asiacute empezamos a querer aquel lugar que se llamaba Sindicato En eacutepoca de conflicto siempre habiacutea mucha gente casi funcionaba en la vereda no cabiacuteamos cada diacutea eacuteramos maacutes Corriacutea el antildeo 1954 Alguacuten domingo cuando habiacutea Asamblea General la asamblea grande del gremio se alquilaba otro local Casi siempre se haciacutea en el barrio del puerto en la Ciudad Vieja Calles angostas huacutemedas y oscuras se llenaban de risas y colores al pasar las compantildeeras textiles que por decenas iban llegando desde el Cerro La Teja Marontildeas Desde los bares los parroquianos saliacutean a mirarlas como si fuera un espectaacuteculo dominguero Pareciacutea que esas mujeres iban oxigenando el barrio mujeres obreras de todas las edades que caminaban por las aceras a paso firme El ruido de tantos pies hablaba de luchas que se

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avecinaban El Boston era un viejo club de boxeo que estaba en la calle Piedras y Yacareacute donde a veces nos estremeciacutea el pitar de los barcos de ultramar saludando a Montevideo al llegar o despidieacutendose de ella al irse Oliacutea a viejas cervezas derramadas en el suelo de madera y a tabaco Teniacutea una claraboya con vidrios oscurecidos por el holliacuten que alguna mantildeana dejaba entrar un rayo de sol El ring de madera estaba situado en medio de la sala Los dirigentes del gremio subiacutean a eacutel voleando la pata entre las cuerdas y llevando su propia silla Una mesa del bar que era traiacuteda en alto por alguacuten voluntario completaba el escenario La uacutenica luz eran los cuatro focos que iluminaban al ring los actores eran ahora nuestros dirigentes El aire se iba enrareciendo mientras se llenaban los asientos y se oscureciacutean maacutes los rincones por el humo Con el Boston de bote a bote un tamborileo de dedos y pies nerviosos anunciaba que queriacuteamos escuchar pronto a la Comisioacuten Directiva dando las noticias de la marcha del conflicto Estas fueron mis primeras asambleas y las viviacutea como un espectaacuteculo Auacuten no entendiacutea muchas palabras del argot sindicalero ldquomocioacuten de ordenrdquo ldquovamos a pasar a cuarto intermediordquo pero como nunca tuve problema en preguntar me fui enterando de lo que significaban y me fui apropiando de esa forma tan rara de hablar que despueacutes hice miacutea Completaba el espectaacuteculo la parte oratoria Me llamaba la atencioacuten la admiracioacuten que se teniacutea por Heacutector Rodriacuteguez y por Eusebio Caetano y el respeto con que se escuchaban sus intervenciones Heacutector ademaacutes de sus ocho horas diarias en el telar teniacutea formacioacuten universitaria por lo cual conociacutea los dos lenguajes Hablaba sencillo y muy claro Algunas mujeres muy pocas subiacutean al ring para hablar Sin embargo siempre habiacutea una en la mesa de la asamblea sacando actas Las que se atreviacutean a hablar eran Blanca Peralta o Delia Maldonado Se

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destacaba Irene Peacuterez por un muy buen manejo de la palabra Yo en esa eacutepoca no me daba cuenta auacuten Irene era una militante poliacutetica muy disciplinada era maacutes poliacutetica que sindicalista esa era la diferencia De esos hombres y mujeres aprendiacute mucho en cada asamblea Fueron mis tempranos iacutedolos Idealiceacute mis primeros antildeos sindicales para miacute mi Sindicato era el maacutes combativo y no aceptaba bromas de ninguacuten compantildeero sobre la honestidad de nuestros dirigentes El sindicato era la uacutenica forma de lucha que conociacutea No conociacute otra hasta que llegaron a mis manos algunos libros La madre de Gorki recuerdo que me lo dio Blanca despertoacute en miacute nuevas inquietudes Descubriacute que no bastaba ldquoir parsquo delanterdquo solamente como deciacuteamos en la faacutebrica Yo queriacutea saber queacute era ldquotaacutectica sindicalrdquo y queacute era ldquoestrategia frente a la patronalrdquo Me empeceacute a reunir con algunos anarcos de mi faacutebrica los amigos que me abrieron las puertas de la gran Biblioteca Popular del Cerro allaacute donde se encuentran las calles Repuacuteblica Argentina y Chile

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Despueacutes de la huelga

En los acuerdos entraacutebamos a trabajar todos los despedidos A miacute me tomaron como si fuese nueva cuando habiacutea entrado a Lana Uruguaya teniacutea soacutelo trece antildeos y no estaba permitido por la ley que trabajaran nintildeos menores de catorce antildeos Nosotros transamos pero a los dos meses me suspendieron por falta de trabajo hasta nuevo aviso y no me volvieron a llamar Lo peor es que yo tampoco habiacutea cumplido las cien jornadas de trabajo como nueva la suspensioacuten fue una trampa y caiacute en ella No teniacutea derecho a reclamar mipuesto de trabajo El sindicato recieacuten saliacutea del desgaste de la huelga y me tuve que aguantar en el molde Era muy comuacuten que te tomaran y te suspendieran ldquomomentaacuteneamente por falta de trabajordquo antes de cumplir las cien jornadas de trabajo A las dos o tres semanas te volviacutean a tomar y asiacute hasta por dos antildeos Con esto impediacutean que te convirtieses en un trabajador efectivo y te manteniacutean en una situacioacuten de inseguridad laboral constante Seguiacute militando en el sindicato aunque me costoacute mucho volver a trabajar en la industria quedeacute en ldquola lista negrardquo Haciacutea limpiezas en casas de familia y de tarde me iba al sindicato donde teniacutea mis amigas y compantildeeras Luego empeceacute a trabajar en pequentildeas faacutebricas de tejidos de punto cuando quedaba cesante volviacutea a hacer limpiezas No perdiacute contacto con el gremio Trabajeacute con Delia en la organizacioacuten del Sindicato de Tejido de Punto Era muy difiacutecil eran faacutebricas muy pequentildeas

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teniacuteamos que ir a la puerta de cada faacutebrica y hablar una por una con las obreras Tuve la suerte de acompantildear a Emilio Deconcilis y a Heacutector Rodriacuteguez en las primeras reuniones de la Asamblea Consultiva Pro Central Uacutenica en los locales de la Federacioacuten de la Bebida y de la Federacioacuten de la Carne donde participaban todos los sindicatos Marchaacutebamos hacia la unidad de toda la clase obrera Autoacutenomos y de la Unioacuten General de Trabajadores con recelo pero marchaacutebamos juntos organizando los primeros paros unitarios de toda la clase obrera montevideana Todo el conjunto de los trabajadoresy las mujeres tambieacuten Yo seguiacutea sin trabajo fijo Haciacutea poco habiacutea muerto mi padre Mis hermanas se habiacutean casado quedeacute sola con mi madre y habiacutea deudas en casa Ese tiempo lo viviacute como un desborde de actividad pero mi madre sabiacutea que yo igual traiacutea el salario a casa y eso me permitiacutea cierta independencia ndashSos igual que tu padre ndashdeciacutea por mi militancia No seacute si le agradaba o le disgustaba pero yo sentiacutea su apoyo silencioso En 1957 acepteacute invitaciones de los compantildeeros de la Juventud Socialista que trabajaban por la formacioacuten de los sindicatos agriacutecolas Asiacute conociacute Paysanduacute Artigas y Treinta y Tres En 1958 empeceacute a trabajar fija en SADIL Alliacute trabajeacute diez antildeos de los cuales ocho fui delegada Vinieron las ocupaciones de la faacutebrica en lucha contra la desocupacioacuten La crisis de la deacutecada del 60 empezaba a hacer estragos y la lana se iba del paiacutes sin industrializar La poliacutetica del gobierno fondomonetarista se hizo notar enseguida Nos entregaron atados de pies y manos al mercado norteamericano Esto tuvo durante varios antildeos en lucha al gremio textil entero en el intento infructuoso de defender la industria nacional La ocupacioacuten de faacutebricas del 64 al 68 fue un ejemplo de militancia de las mujeres Horas en la faacutebrica ocupada sin ganar dinero las maacutequinas paradas la faacutebrica friacutea El gremio en pie de lucha Yo me habiacutea casado y ya teniacutea dos hijos

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Las mujeres eacuteramos la mayoriacutea nos turnaacutebamos para ir a casa atender a los hijos y a las tareas del hogar y volviacuteamos a entrar a la faacutebrica a seguir la huelga de brazos caiacutedos Duroacute mucho tiempo Discusiones asambleas y marchas que soacutelo sirvieron para fortalecer al gremio y nada maacutes porque todo se jugaba en la poliacutetica nacional y nosotros no decidiacuteamos estaacutebamos lejos de la poliacutetica Algunas de las faacutebricas inevitablemente cerraron y se fueron los capitales del paiacutes En esa eacutepoca escribiacute mis primeros artiacuteculos en Liberacioacuten una publicacioacuten de dos hojitas que sacaacutebamos en la Agrupacioacuten Textil del departamento sindical del Partido Socialista en Montevideo Vino la desocupacioacuten Estuve largos periacuteodos en el seguro de paro y luego nos ofrecieron el despido que al fin acepteacute en el 70 y me alejeacute de la industria Siempre mantuve la actividad sindical pero me metiacute maacutes en la tarea poliacutetica en el Partido Socialista y en el Frente Amplio que en ese momento se creaba Nunca fui rentada ni en la actividad sindical ni en la poliacutetica tal vez salieron muchos pesos de mi flaco bolsillo para una lucha con la que me sentiacutea totalmente comprometida como todos los militantes sindicales de esos antildeos Viviacutea apasionadamente los acontecimientos en un aprendizajepermanente Todos aprendiacuteamos e iacutebamos modificando nuestra vida personal en la medida en que empezaacutebamos a participar en la vida colectiva Fueron los mejores antildeos de mi juventud

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Jorgelina y Delia en Budapest

La invitacioacuten llegoacute al gremio textil desde Hungriacutea de parte de la Federacioacuten Sindical Mundial Se trataba de una Conferencia de Mujeres Trabajadoras con convocatoria internacional No hablaban de solventar el viaje La direccioacuten de nuestro gremio consideroacute importantes las relaciones internacionales y resolvioacute organizar una rifa para solventarlo El tiempo apremiaba y no se llegaba a completar la cifra total Cercano a la fecha de viajar soacutelo se teniacutea el cincuenta por ciento del dinero Consultadas las dos compantildeeras aceptaron correr el riesgo de viajar soacutelo con pasaje de ida con la salvedad que desde aquiacute seguiriacutean gestionando el tema del retorno Eso de ir a Budapest sin pasaje de retorno era una verdadera locura Mamaacute preparoacute los tallarines como cualquier domingo Vinieron dos hermanos y tres sobrinas Mi vieja estaba muy silenciosa Me daba miedo que en cualquier momento saltara con unahellip No era una despedida era una preocupacioacuten para todos Y mi vieja lo soltoacute ndashEse paiacutes dicen que estaacute atraacutes de la cortina de hierro ndashLas cosas cambiaron mucho No nos va a pasar nada ndashEsa compantildeera que va iquestya la conociacuteas ndashSi es macanuda Delia Maldonado ndashSu familia tambieacuten estaraacute preocupada ndashEs una gran oportunidad ndashdijo mi hermano

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Y mamaacute nos miroacute con una sonrisa iroacutenica ndashLos del sindicato podiacutean haber sacado un preacutestamo ndashdijo mi sobrinandash cuando vieron que el dinero de la rifa no alcanzaba y se terminaba de pagar con otra rifa No se puede creer que las manden solo con el pasaje de ida Ojalaacute que no sea para sacaacuterselas de encima Y se rioacute ndashHablando de preacutestamo iquestalguien me puede prestar una valija El barco sale el martes a las 12 de la mantildeana No sabemos si tenemos camarote ndashdijo la negra Las compantildeeras viajaron en tercera de un buque italiano No les preocupaba Del viaje por mar contaron poco Las dos viajaron como perro en bote un poco asustadas Diacuteas y diacuteas viendo agua y cielo y alguacuten temporal Los relaacutempagos en el mar se ven de principio a fin Cabalgando las olas Y asiacute llegaron a Europa Siguieron viajando en tren hasta llegar a su destino Sin plata y hablando por sentildeas Disfrutando todo lo que veiacutean y escuchaban Sin saberlo estaban viviendo los cambios que pronto llegaron a esos paiacuteses de ldquodetraacutes de la cortina de hierrordquo Se estaban produciendo los cambios que ellas contaron al llegar Contaron de la solidaridad que recibieron de las otras delegadas cuando se enteraron de que no teniacutean pasaje de retorno a Uruguay Siempre la misma pregunta en distintos idiomas ndashiquestCoacutemo pasaje sin retorno El tema se hablaba en los pasillos con ellas mismas Las dos uruguayas resultaron muy interesantes en Hungriacutea tanto para las delegadas como para las inteacuterpretes Al escucharlas en las intervenciones se hicieron populares Les gustaba la personalidad de Jorgelina la sonrisa y la humildad de Delia Aunque no eran comunistas y ademaacutes veniacutean representando a sindicatos autoacutenomos de su paiacutes hablaban de meacutetodos sindicales diferentes Contaron

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que en las calles de Montevideo estaban las obreras y los obreros en pie de lucha por derechos sindicales Corriacutea el antildeo 1956 y se intentaba salvar las fuentes de trabajo buscando formar una Central Uacutenica de trabajadores con hombres y mujeres de todas las tendencias poliacuteticas eso asombraba Lo deciacutean en castellano se repetiacutea en distintas lenguas distintas cabezas se moviacutean afirmativamente Hablaron y escucharon sintieron que estaban en la tarea que habiacutean ido a cumplir con las compantildeeras de otras geografiacuteas Tres meses despueacutes de la conferencia en Budapest en octubre se confirmoacute lo que las dos compantildeeras en julio contaron a su regreso a la comisioacuten directiva del sindicato textil El descontento que pudieron apreciar por relatos de las compantildeeras huacutengaras anticipando que podiacutea pasar cualquier cosa la crisis poliacutetica econoacutemica y de confianza en el poder Los sindicatos estaban preocupados pero el silencio no alcanzaba para ocultarlo En octubre entraron a Budapest los tanques rusos a reprimir una revuelta popular con costos poliacuteticos y de vidas humanas

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Una conferencia nacional

Eacuteramos muchas setenta delegadas de la Capital y treinta del Interior Llegaron obreras textiles desde Paysanduacute y Juan Lacaze Saacutebado y domingo funcionariacuteamos en el Centro Obrero de Alpargatas el local maacutes grande y coacutemodo del gremio Estaba todo preparado para recibir a las compantildeeras y alojar a las que llegaban del Interior Cuando arribaron las dos bantildeaderas se escucharon cantos y salimos todas del local a recibirlas abrazos y besos conocieacutendonos y reconocieacutendonos Ya estaacuten los mates y las bolsas de bizcochos circulando Poco a poco nos vamos sentando para dar comienzo a la jornada Hoy 20 de octubre de1956 el compantildeero Ruben Huguet en nombre del COA da comienzo a la primera Conferencia Nacional de Mujeres Textiles en Montevideo Jorgelina Martiacutenez y Delia Maldonado son invitadas a pasar a la mesa y dar el informe de lo actuado en la Conferencia Mundial de Mujeres Trabajadoras realizada en junio del mismo antildeo en Budapest donde representaron a las obreras de nuestro paiacutes Jorgelina destaca que la situacioacuten y el nivel de vida de las obreras huacutengaras y de sus familias estaacuten relacionados con la fuerza de organizacioacuten sindical y la participacioacuten poliacutetica y social de su comunidad Cuenta muchas aneacutecdotas Delia Maldonado destaca que esta Conferencia con la representacioacuten

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de tantas faacutebricas de todo el paiacutes debe ser el comienzo de una relacioacuten muy estrecha entre nosotras las obreras textiles Hoy maacutes que nunca se requiere nuestra militancia para conseguir nuevas leyes y exigir que se cumplan las actuales ya que la tendencia de las empresas es a burlar los derechos de los trabajadores Y en forma muy documentada se refiere a los logros en Uruguay Nosotras no sentiacuteamos orgullosas de las dos iquestQuieacutenes nos habriacutean representado mejor que ellas Luego se da la palabra a las congresistas Se elige una compantildeera de Paylana y otra de Juan Lacaze para la presidencia Tanto las compantildeeras del Interior como las de Montevideo aportaron a los temas comunes un lenguaje combativo y optimista Blanca Peralta propone que se realice una encuesta en todas las faacutebricas acerca de los problemas que afectan especiacuteficamente a las obreras textiles Dice ademaacutes que a traveacutes de las huelgas se comproboacute que las obreras textiles tenemos una inquebrantable voluntad de lucha que nunca vacilamos ni siquiera cuando tuvimos que enfrentar al gobierno y a la policiacutea y que debemos reforzar la militancia y hacer del sindicato un lugar tambieacuten nuestro Al diacutea siguiente se trabaja afanosamente y se recogen las conclusiones 1) A igual trabajo igual salario 2) Que el ritmo de trabajo no afecte a la salud de las mujeres trabajadoras 3) Realizacioacuten de una encuesta nacional sobre las necesidades de las obreras madres orientada a reivindicar las casas-cunas en los lugares de trabajo 4) La Conferencia reconoce el diacutea 8 de marzo de cada antildeo como Jornada Internacional de la Mujer Trabajadora Acuerda participar activamente en su conmemoracioacuten y explicar los motivos de tal jornada 5) La Conferencia resuelve participar con una delegacioacuten en la proacutexima Conferencia Nacional de Mujeres Trabajadoras de todos los gremios a realizarse en noviembre en Montevideo 6) La Conferencia expresa finalmente la solidaridad con los trabajadores

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de Montevideo y del interior que se encuentran en conflicto especialmente con las compantildeeras de FUNSA que acampan frente al Palacio Legislativo Se propone que las conclusiones de la Conferencia se integren en el orden del diacutea del proacuteximo Congreso Nacional de Obreros Textiles para considerarlas reivindicaciones de la totalidad del gremio Antildeos despueacutes el gremio textil fue el primero en obtener ldquoa igual trabajo igual salariordquo Esos dos diacuteas fueron muy emocionantes para todas iexclJuntarse cien mujeres para hablar de cosas propias inquietudes propuestas Nada de esto impidioacute las ruedas de mates en los descansos las risas la confraternidad las promesas de visitarse Esta actividad consolidoacute maacutes la unidad del gremio textil y agregoacute madurez al movimiento obrero que ya estaba reunieacutendose en la Comisioacuten ProndashCentral Uacutenica de Trabajadores De eso tambieacuten se pudo hablar ese antildeo tan fermental y combativo Hay cosas que no se olvidan la polenta el viento en la camiseta que trajeron Jorgelina y Delia al regresar de Budapest La fuerza que necesitaacutebamos para seguir en la lucha Ahora todas comunicadas agigantadas

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Las friyeras

En la mitad de la deacutecada del cincuenta la crisis muestra su cara maacutes siniestra a los trabajadores del Cerro de Montevideo Despueacutes de enriquecerse en nuestro paiacutes los duentildeos de los frigoriacuteficos extranjeros amenazan con cerrarlos y marcharse del paiacutes La lucha de los trabajadores toma las calles del barrio Entre las obreras de los frigoriacuteficos del Cerro muy pocas participaban en la militancia sindical y mucho menos en la direccioacuten del gremio Esto sucediacutea en todos los casos pero a su manera ellas se incorporaron a la lucha como siempre Las ldquofriyerasrdquo como les deciacutean despectivamente de aspecto recio y firme mujeres de ldquocuchillo en manordquo su herramienta de trabajo teniacutean por dentro un corazoacuten tan grande como sus faldas Eran unas luchadoras y lo demostraron en muchas ocasiones Solidaridad y lealtad para con sus hombres las caracterizaban Digo ldquosus hombresrdquo y no hablo soacutelo de maridos padres e hijos sino tambieacuten de sus compantildeeros del gremio porque a pesar de que en 1956 creyeron que solo ellos eran el Sindicato no permitieacutendoles integrarse a la huelgade hambre a ninguna de ellas cuando la situacioacuten se puso difiacutecil y no se conmoviacutean los poderes puacuteblicos y pasaban los diacuteas sin solucioacuten ellas no dudaron no se sintieron de otra parte A las mujeres les sobroacute iniciativa creatividad combatividad y actuaron solas Marchamos al Parlamento

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Eacuteramos unas cincuenta entre trabajadoras del frigoriacutefico hijas de trabajadores esposas otras como yo solo vecinas del barrio Mi padre era obrero portuario y yo obrera textil pero me sentiacutea parte de la lucha de las friyeras Todos eacuteramos obreros y otros compantildeeros podiacutean morir en esta huelga de hambre Defendiacuteamos intereses de la clase trabajadora Se habiacutean roto las negociaciones ndashiexclA las cuatro ndashiexclSiacute Yo tambieacuten ndashiexclA las cuatro ndashiexclY no falto Son las cuatro de la tarde Con bolsos y nintildeos de la mano empiezan a llegar Piden ser escuchadas por los parlamentarios Se sientan esperan no tienen apuro no volveraacuten sin ser escuchadas Ellas tambieacuten son el Sindicato y saben explicarlo muy bien saben hablar de reivindicaciones porque les son propias ndashMucho comunicado de prensa pero pocas soluciones para la huelgandash dicen a los periodistas Una tarde muy friacutea medio centenar de mujeres del Cerro ocupan la explanada del Palacio Legislativo Seguro no es un lindo espectaacuteculo ese mujereriacuteo en la explanada del Palacio Poco a poco son rodeadas por las ldquoFuerzas del Ordenrdquo ndashCirculen aquiacute no se pueden quedar No responden no es con ellos con quienes quieren hablar no importa la barrera policial Se les sigue ldquoexhortandordquo a irse a sus casas No escuchan se vuelven sordas por un momento Tranquilas Con calma de madres algunas se sientan para darles de mamar a sus hijos Creen que sentadas no les podraacuten pegar Se viene la noche Poco a poco de todos los bolsos sale comida leche para los nintildeos Se trajeron los mates tortas fritas vinieron preparadas para pasar la noche si es necesario

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ndash Aquiacute tiene coma compantildeera paacutesele a aquella Lo tienen claro no se van De alliacute no se mueve nadie Salen los parlamentarios y todas a la vez hablan dialogan explican piden exigen Los uacutenicos que se apersonan son Trias DrsquoElia Alba Roballo Zelmar Michelini Enrique Rodriacuteguez Arismendi Cardozo y Erro Ellos vuelven a entrar al Palacio de las Leyes prometiendo presentar una mocioacuten Por primera vez me di cuenta de lo frio y duro que era el maacutermolhellip Y tan lindo que se veiacutea desde el oacutemnibus cada diacutea Seguimos sentadas en la escalinata esperando esperando Pasan las horas Anochece Hace frio mucho frio De un lado los parlamentarios del otro otras voces ndashCirculen vuelvan a sus casas No les queremos pegar Se lo estaacuten buscando Haacuteganlo por sus hijos No pueden pasar la noche aquiacute Esas voces no las asustan estaacuten firmes en sus pretensiones y muy tranquilas Los nintildeos se duermen Como de la galera de un mago de los bolsos salen frazadas Se agrupan maacutes para abrigarse No se ha movido nadie seguimos sentadas en las escalinatas de maacutermol Personas que no conocemos tratan de hacernos llegar paquetes sin eacutexito Los milicos se estaacuten poniendo nerviosos Se agrupa la gente en la acera de enfrente gritan mensajes pero no los podemos oiacuter Estaacuten muy lejos Por fin se abre otra vez la puerta salen los mismos parlamentarios Anuncian que se consiguioacute una Comisioacuten que mediaraacute en el conflictoUna esperanza nada maacutes una pequentildea alegriacutea Los parlamentarios nos piden que nos vayamos Esta Comisioacuten nos ofrece ciertas garantiacuteas por lo menos para poner fin a la huelga de hambre y para llevar la discusioacuten del cierre de los frigoriacuteficos al Parlamento y a toda la opinioacuten puacuteblica Son las once y media de la noche Con la alegriacutea de lo conseguido con los pies y el culo helados acompantildeadas por algunos parlamentarios abandonamos

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la escalinata de maacutermol que volvioacute a quedarse friacutea y sola Con la bandera uruguaya desplegada para romper el cerco policial llegamos al Cerro a la Federacioacuten de la Carne a casa a tomar un plato de sopa caliente Y yo a las cinco y media de la mantildeana a la faacutebrica textil donde trabajaba Llegaron friyeros del interior del paiacutes En esos diacuteas las mujeres tuvimos que resolver el alojamiento de los compantildeeros del frigoriacutefico Anglo de Fray Bentos que llegaron en una marcha en solidaridad con la huelga A ellas las alojamos en nuestras casas los compantildeeros se quedaron en la Federacioacuten Pudimos conocernos y confraternizar Tambieacuten llegaron delegaciones de Paysanduacute en mi casa alojamossbquo a compantildeeras de alliacute hicimos amistad y me escribiacute con ellas durante algunos antildeos Cuando maacutes tarde estuve en su pueblo las visiteacutesbquo y fue muy lindo el reencuentro y recordar esas luchas callejeras las historias no contadas

Una novia

En esa huelga se perdioacute mucho maacutes que los dos quilos de carne que cada obrero tenia diariamente por convenio y el cierre del frigoriacutefico Swift Perdimos a Rubeacuten Paleo y a Muntildeoz dos compantildeeros de la direccioacuten del gremio que murieron en distintas circunstancias A Muntildeoz no lo conociacutea pero con Rubeacuten eacuteramos amigos teniacuteamos largas conversaciones sobre anarquismo y sindicalismo Es muy doloroso perder a un amigo repentinamente cuando no te lo esperaacutes cuando queda mucho por hablar todaviacutea Ruben era de la directiva de la Federacioacuten de la Carne y junto con otros compantildeeros estaba haciendo la huelga de hambre Un diacutea lo sacaron con un fuerte dolor de cabeza y lo internaron Era meningitis y estaba muy grave A los cuatro diacuteas murioacute Compartiacute el dolor de aquella perdida con su familia sus compantildeeros y su novia Cuando llegueacute al velorio ella se acercoacute y me preguntoacute

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ndashiquestVos sos la Negrita Eacutel me hablo de vos iquestVos tambieacuten lo queriacuteas ndash y se contestoacutendash Eacutel por todos se haciacutea querer No pude contestarle se me anudoacute la garganta solo pude abrazarla fuertemente Ella caminaba y caminaba por toda la sala nerviosa Con todos conversaba preguntaba y preguntaba teniacutea muchos interrogantes y no podiacutea encontrar respuesta a lo que queriacutea saber Cuando se despidioacute sbquo abrazada al cajoacuten dijo despacito ndashHasta pronto amor Teniacutean muchos proyectos juntos Habiacutean comprado los muebles la heladera los platos el primus la caldera Estaban esperando que terminara la huelga para casarse Habiacutean sido novios durante seis antildeos Ruben murioacute el 19 de mayo de 1956 no habiacutea cumplido los 29 antildeos Ella no lo podiacutea superar lo recordaba obsesiva callada permanentemente Una tarde salioacute a comprar una cosa cualquiera y comproacute otra veneno para ratas Para que sus padres que no la dejaban sola no se dieran cuenta se lo comioacute en pequentildeas dosis en los desayunos untando el pancito con manteca diacutea a diacutea Para acortar la distancia Porque cuando le dijo ldquoHasta prontordquo lo dijo de verdad A la semana cuando se sintioacute mal no dijo nada y el meacutedico la tratoacute por gripe ndashSiempre fue muy sana ndashdijeron las hermanas Una semana despueacutes la internaron ya sin fuerzas y confesoacute que no queriacutea vivir maacutes ndashSoacutelo quiacuteteme los dolores doctor yo estoy tranquila yo estoy preparada Se olvidoacute de ella porque no se podiacutea olvidarlo Olvidoacute que habiacutea estudiado contabilidad comercio ingleacutes para defenderse en la vida Olvidoacute que estaba preparada pero no lo estaba para esa peacuterdida Olvidoacute para queacute serviacutea vivir Tuvo una muerte cruel que no mereciacutea Sucedioacute todo muy raacutepido Se fueron los dos sin despedida de solteros

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sin luna de miel Con ella perdimos una vida maacutes en esa huelga Hay que agregarla a la historia no contada donde se mezcla lo puacuteblico y lo privado lo social y lo particular Se llamaba Isabel Ledesma y teniacutea veintitreacutes antildeos murioacute el 19 de julio de 1956 El Cerro empezaba a vivir la agresioacuten cotidiana El hambre y la desocupacioacuten el luto y la tristeza ensombrecieron las luchas sindicales y los rostros de la gente Siento que tengo que contar estas historias de mujeres que son parte de hechos sociales que viviacute en mi juventud Me importa contarlas en su plenitud porque cuando no se cuentan y quedan ocultas se muestra una sola cara de la Luna pero la Luna es un todo la forman luz y sombra Igual igual que la realidad luz y sombras

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Las compantildeeras de FUNSA

La Negra Espronzato me invita a su casa a tomar mate Cuenta que ella nacioacute en Canelones y vino a Montevideo a trabajar como tantas muchachas ndashYo saliacute de entre los terrones a trabajar en lo que fuera o sea de domestica Pero tuve la suerte de que una vecina me avisara que en FUNSA estaban tomando mujeres Yo no sabiacutea nada de faacutebricas pero me dijo que se ganaba muy bien Eso me entusiasmoacute Lo malo me advirtioacute era que te tomaban y antes de las cien jornadas te despediacutean Pero la oportunidad no se podiacutea desaprovechar Se presentoacute en la puerta de la faacutebrica y quedoacute muy impresionada Era muy grande no la podiacutea comparar con ninguacuten galpoacuten que hubiera visto antes En ese momento una sirena anunciaba la salida de un turno Le parecioacute un hormiguero de tamantildeo desproporcionado Todos caminaban de prisa hombres y mujeres vestidos de azul de ldquobrin sanforizadordquo No sabiacutea a quieacuten preguntar ni que hacer se sintioacute muy pequentildea FUNSA era una gran faacutebrica de manufactura de caucho Alliacute se haciacutean botas zapatos de goma neumaacuteticoshellip Se le acercoacute una muchachita flaca larga y mal vestida que habiacutea estado recostada a la pared observando el mismo espectaacuteculo Le preguntoacute casi temblando ndashiquestAquiacute es FUNSA ndashSi La otra estaba en la misma que ella buscando trabajo

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Entre las dos se las ingeniaron para preguntar y encontrar la puerta de entrada Descubrieron el cartel en que una flecha indicaba donde estaba la oficina de personal Alliacute llegaron con una amistad de cinco minutos que les daba mucha seguridad ndashEstoy nerviosa ndashYo maacutes Se acercaron a una empleada y le preguntaron carraspeando ndashiquestAquiacute toman gente Sacaacutendose los lentes la empleada contestoacute con otra pregunta ndashiquestCuaacutentos antildeos tienen Se estaacute apuntando a las mayores de dieciocho iquestTienen cedula de identidad ndashSi ndashdijo la Negra Echoacute mano al bolsillo y puso su documento sobre el mostrador ndashNo contestoacute la otra con poca voz y dando un paso hacia atraacutes ndashEntonces saacutecala y veniacute otro diacutea ndashdijo desinteresada la empleada ndashNo estoy apuntada en el Registro Civil mis padres no estaacuten casados Mejor dicho no estoy reconocida ndash o dijo casi como una confesioacuten La empleada siguioacute escribiendo La joven dio media vuelta dispuesta a irse ndashEspeacuterame un poquito no te vayas ndashle pidioacute la Negra Al poco rato la Negra salioacute como borracha de alegriacutea ndashiexclMe tomaron Afuera la esperaban los ojos huacutemedos de la muchacha ndash Mis padres no me apuntaron cuando naciacute y no seacute coacutemo lo tengo que hacer ndash No te preocupes iquestCoacutemo te llamas ndashLuisa ndashVamos a preguntar Tenemos que ir hoy porque mantildeana empiezo a trabajar Vamos No podeacutes estar sin documentos en Montevideo Luisa no pudo entrar esa semana los traacutemites llevaron varios diacuteas

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ndashHaciacutea un calor terrible ese verano Entreacute en 1947 yo era una muchachita Todo lo nuevo da un poco de miedo el olor tan fuerte a caucho el ruido la gente que te observa y que todaviacutea no conoceacuteshellip La Negra sacoacute un poquito de yerba y acomodoacute la bombilla ndashLas nuevas entran y salen todas juntas se esperan para darse aacutenimo Vos ya sabeacutes ndashesquivoacute la mirada y sonrioacutendash Aunque no lo creas yo era tiacutemida En 1952 la Negra y Luisa seguiacutean siendo amigas Haciacutea cinco antildeos que trabajaban en el mismo turno La Negra trajo a una hermana maacutes chica a trabajar a Montevideo que entroacute en PHUASA una faacutebrica textil y unos meses despueacutes trajo a un hermano que consiguioacute entrar en ANCAP Los padres desde Canelones les mandaban una vez por semana bolsos con frutas verduras y cordero De esos paquetes algo iba para Luisa que teniacutea muchos hermanos Porque la huelga del 52 esa fue brava No se acuerda mucho de coacutemo empezoacute ella en el Sindicato pero recuerda que un diacutea en su turno se empezoacute a hablar de sindicato dentro de la faacutebricaNunca habiacutea oiacutedo nada sobre eso Escuchoacute que habiacutea otros gremios que iban a la huelga ndashEn FUNSA habiacutea un sindicato ldquoamarillordquo Casi todos eran administrativos encargados capataceshellip Los amarillos no queriacutean ir a la huelga Luisa y la Negra callaban escuchaban pero no estaban ajenas a nada porque sabiacutean de las injusticias que se cometiacutean y de las mantildeas del viejo Pedro Saacuteenz Habiacutean visto muchas veces temblar al capataz cuando el patroacuten recorriacutea la fabrica no podiacutean oiacuterlo pero se daban cuenta que lo estaba miliqueando que le pediacutea ldquomaacutes velocidad mas produccioacuten mas controlrdquo El capataz se poniacutea rojo de verguumlenza y la gente se daba cuenta ndashAsiacute es la cosa cuando quereacutes acordar te despiden y anda a reclamarle a Macucho Y al capataz igual que a cualquiera No se acuerda porque todo fue muy raacutepido Los gremios del puerto y el transporte de Montevideo empezaron una huelga por derechos sindicales para

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todos y el gobierno decretoacute Medidas Prontas de Seguridad Las Medidas Prontas de Seguridad decretadas por el gobierno permitiacutean al Poder Ejecutivo enviar al Ejeacutercito a sustituir en sus puestos de trabajo a los funcionarios puacuteblicos en huelga Esa fue brava En la faacutebrica nos deciacutean que nosotros en FUNSA no teniacuteamos nada que ver que arreglariacuteamos directo con el patroacuten iquestY eso queacute importa Si todos los gremios llaman a la huelga porque el Ejeacutercito entroacute a trabajar en el Puerto nosotros tambieacuten Me animeacute y lo dije en la asamblea ndashYo no subo a un oacutemnibus si lo maneja un milicondash dijo Luisandash Dice mi padre que el Ejeacutercito entra mantildeana a los tranviacuteas que no suba En el vestuario las demaacutes callaban ndashDicen que hay que apedrearlos ndashagregoacute Luisandash y yo tengo flor de punteriacutea Todas rieron coacutemplices A la mantildeana siguiente en la calle camiones de milicos por todas partes Vigilaban la ciudad cerraban los locales sindicales y en la puerta dejaban un milico vigilando que no entrara nadie Los sindicalistas pasaban a la clandestinidad se refugiaban en casas de familiares o de otros compantildeeros pero seguiacutean reunieacutendose ANCAP ocupado tambieacuten por el Ejeacutercito La Negra era la mayor de los hermanos la jefa de hogar con veintitreacutes antildeos No se acostaba hasta que llegaran todos por la noche En casa de la Negra se sabiacutea lo que pasaba en tres sindicatos los tres hermanos trabajaban en distintas lugares FUNSA textiles y ANCAP De a poco se iban integrando aunque no supieran mucho de sindicatos A veces comiacutea sola nerviosa esperando que llegaran ndashNo me pasaba la comida Cada vez teniacutea menos para poner a la olla todos los integrantes de la casa en huelga

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ndashMiedo pero maacutes rabiahellip Cuando llegaba Luisa las dos saliacuteamos a la calle a ver queacute pasaba Si cuadraba apedreaacutebamos alguacuten oacutemnibus manejado por carneros En los diarios FUNSA convocaba a los trabajadores diciendo que el que no se presentara al otro diacutea se podiacutea considerar despedido Les enviaban telegramas colacionados ndashAngustia miedo rabia pero carnerear iexclnunca ndashDe a poco las cosas fueron cambiando y ahora nosotras tambieacuten empezamos a cuidar en las esquinas que no entraran a carnerear a la faacutebrica Se puso muy difiacutecil el Ejeacutercito puso camiones en las dos esquinas de FUNSA Entraron los capataces y algunas empleadas Les gritaacutebamosldquocarnerosrdquo y ldquobee beerdquo Algunas veces nos corrieron los milicos y nos tuvimos que esconder en casas que como al descuido dejaban la puerta sin pasador Los vecinos nos apoyaban Teniacuteamos algunos compantildeeros de base presos ndashLe dije a Luisa que estaba con mucha bronca y que ahora teniacutea yo tambieacuten buena punteriacutea con las piedras y nos empezamos a reiacuter como si fuera una travesura Luisa despueacutes que tuvo la ceacutedula de identidad dijo que se sentiacutea persona Se interesaba por los derechos que tienen los trabajadores A la Negra no le gustaba la injusticia Hicieron un piquete solitas ellas dos Sin saber mucho de poliacutetica se empezaron a decir socialistas como el compantildeeroIrmo Bidegaray ndashNo sabiacuteamos doacutende se reuniacutea el Sindicato Preguntando preguntando llegamos a donde se cocinaba era la olla sindical Alliacute conocimos hombres y mujeres de otros sindicatos Nos reuniacuteamos lejos a veces en el Cerro con los de la Federacioacuten de la Carne y escuchaacutebamos Lo que sucediacutea en todo Montevideo era maacutes de lo que imaginaban Ya eran los uacuteltimos diacuteas de la huelga general se negociaban soluciones hasta con el Ministro de Trabajo ndashFueron luchas por salario y mucho maacutes Movimientos callejeros se

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ocupaban las faacutebricas caravanas por la ciudad en camiones mujeres y hombres en camiones recorriendo los barrios hasta el Palacio Legislativo y alliacute llegaban otros gremios Las mujeres tambieacuten subiacuteamos a los camionesnos encontraacutebamos con ustedes las textiles saludaacutebamos con las banderas del Sindicato acampaacutebamos frente al Palaciohellip Y la persecucioacuten tambieacuten compantildeeros presos por varios diacuteas en cada salidahellip ndashUn diacutea ocupamos FUNSA Comunicamos ldquoHuelga de brazos caiacutedosrdquo Don Pedro Saacuteenz que era un deacutespota no queriacutea venir a hablar con los trabajadores Nosotros pusimos la faacutebrica en marcha nuevamente Le dijimos que ahora la faacutebrica era nuestra iexclAy juna Cuando los de la oficina lo llamaron para darles nuestra respuesta y vio que saliacutea humo por las chimeneas llegaron tres autos con los del directorio siacute vinieron a interesarse por lo que pasaba Las cosas las conseguiacuteamos soacutelo asiacute por la fuerza de los trabajadores Cuando terminoacute la huelga y entraron a trabajar en su turno Luisa y la Negra se dieron cuenta de que ellas eran distintas estaban maacutes atentas a los comentarios a lo que pasaba dentro de la faacutebrica ndashNosotras dos eacuteramos las uacutenicas de las nuevas que nos entreveraacutebamos con los del gremio Asiacute supieron que en la faacutebrica se buscaba formar un sindicato autoacutenomo y fueron las dos primeras mujeres que trabajaron en esa primera comisioacuten buscando adherentes Era casi secreta porque alliacute antes solo habiacutea ldquosindicato amarillordquo La Negra y Luisa eran aparadoras buenas trabajadoras cumplidoras eran respetadas ndashNo queriacuteamos ni sindicato rojo ni amarillo queriacuteamos que fuera de los trabajadoresde FUNSA ndashFue asiacute que nos hicimos del Sindicato ndashiquestEn aquella eacutepoca las mujeres tampoco sobresaliacutean en el sindicato ndashNo teniacuteamos intereacutes en sobresalir Eran tiempos distintos algunas de nosotras no sabiacutea leer ni escribir Muchas mujeres de FUNSA eacuteramos del

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interior del paiacutes algunas teniacutean miedo de perder el trabajo pero apoyaban al Sindicato aunque no queriacutean aparecer puacuteblicamente Habiacutea compantildeeras de Artigas Rivera Melo de muy lejos Veniacutean a Montevideo solas con una recomendacioacuten de un club colorado o blanco y sin conocer a nadie En Montevideo se metiacutean a vivir en una fonda y si no llegaban a entregar la carta en la faacutebrica porque les daba miedo se empleaban con cama en una casa de familia y alliacute se hundiacutean trabajando Habiacutea mucho trabajo en esa eacutepoca y tambieacuten mucha lucha sindical en la calle Durante la huelga las mujeres trabajamos mucho vendiacuteamos bonos conseguiacuteamos mucho apoyo en otros gremios pediacuteamos en la feria y en el mercado fruta y verdura llevaacutebamos las finanzas y ayudaacutebamos en la olla sindical No era nada nuevo igual que ustedes Tambieacuten hablaacutebamos en las asambleas pero eacuteramos las menos Esa la huelga grande del 52 es la que maacutes recuerdo La Negra Espronzato me alcanza el mate ndashEran otros tiempos Queda pensativa Se riacutee ndashUna vez entroacute la policiacutea al local del Sindicato Pusieron todo patas arriba pero el dinero del Sindicato lo salvamos porque a una compantildeera que andaba con su tejido de arriba para abajo se le ocurrioacute ovillar lana alrededor del rollo de billetes Y asiacute pasoacute el dinero como una madeja maacutes en el bolso junto a las agujas y al buzo que tejiacutea Los antildeos 50hellip Ahora es diferente Yo hablaba poco en las asambleas era maacutes de hacer no de hablar ni de escribir ndashHablaba cuando me poniacutea furiosa cuando me calentaba No aguanto las injusticias Era cuando hablaba porque no podiacutea con mi genio Nos despedimos con un fuerte abrazo Teniacuteamos muchas cosas en comuacuten el mismo patroacuten la misma rabiahellip

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Las mujeres del Arrozal

Ellas se quedan en el rancho pero luchando Lo deciden asiacute colectivamente Las mujeres las familias de los obreros arroceros tendraacuten participacioacuten en la huelga que se avecina Las mujeres crean un espacio de lucha el rancho su rancho se vuelve trinchera territorio a defender Por ellas y sus hijos los militantes de esos locales sindicales Los hombres los obreros de los arrozales preparan otra tarea Iraacuten a Montevideo a reclamar salarios dignos y el jornal de ocho horas Alliacute en los antildeos cincuenta se trabaja de sol a sol y no se ve plata les pagaban con bonos que soacutelo se pueden gastar en el almaceacuten del patroacuten El rancheriacuteo en el predio del patroacuten era parte de lo convenido era salario El rancho no es un beneficio al patroacuten le asegura la presencia del obrero en el lugar de trabajo Las mujeres quedaraacuten cuidando la retaguardia Son la otra mitad la que defiende y ocupa el puesto de trabajo de los maridos Las mujeres algo inusual en las zonas agriacutecolas se reuacutenen a discutir las acciones aunque todas ldquoacataban la mayoriacuteardquo seguacuten deciacutean Creo que fueron las primeras reuniones dentro del arrozal con mujeres tratando temas sindicales iquestCoacutemo llegueacute a conectarme con ellas iquestPor queacute iquestQueacute sentiacute entonces yo una joven que desconociacutea el campo y sus modos de vida No fui sola me invitaron a recorrer los caminos de los arrozales a acortar las distancias entre

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los trabajadores del campo y los de la ciudad ndashTenemos que llegar antes que se haga la noche ndashiquestQueacute deciacutes no te oigo nada Cuando habiacuteamos alcanzado la cima del repecho apagoacute el motor y dejoacute que la moto se deslizara a su voluntad por el bajo un largo bajo que acababa en el fondo de una cantildeada donde un poco de agua estancada haciacutea un charco en medio del camino de tierra ndashPor la noche es maacutes seguro llegar y que no nos vean los patrones o los capataces Como las familias viven dentro del arrozal tenemos que llegar como familiares o algo asiacute Esto me lo deciacutea el compantildeero Orosmiacuten Leguizamoacuten en el momento en que apagaba la moto en que viajaacutebamos Encendioacute un cigarrillo Atardeciacutea lentamente Al costado habiacutea un monte de eucaliptos se escuchaba el mugir de algunas vacas que se acercaban caminando pesadamente a buscar el abrigo de los aacuterboles cercanos Al poco rato luego de caminar para estirar las piernas Leguizamoacuten tiroacute el pucho con un tinguintildeazo y volvioacute a poner la moto en marcha Era aquel camino de bajos y repechos de cantildeadas Teniacuteamos que bajar a veces de la moto bordear un alambrado y empujarla Asiacute viajaacutebamos hasta que a eacutel se le ocurrioacute hablar como si le dieran cuerda Teniacuteamos la mitad del camino hecho y eso lo tranquilizaba no sabiacuteamos si nos alcanzariacutea la nafta iexclQueacute noticia ndashPero se estaacute portando bien la pobre moto de Toledo Atada con alambres la usamos todos los de los sindicatos de Treinta y Tres ndashiquestYa estamos cerca de la Charqueada ndashpregunteacute ndashSiacute soacutelo podemos hacer dos asambleas este fin de semana iquestsabes Leguizamoacuten a los gritos cantaba tangos de Gardel que yo no podiacutea acompantildear porque no sabiacutea toda la letra Me sentiacutea contenta Montevideo habiacutea quedado lejos Y ahora teniacutea ante miacute el campo lleno de movimientos extrantildeos

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iquestPor queacute estaba yo alliacute La intencioacuten era cumplir con el pedido de las compantildeeras de los arrozales Queriacutean que fuera una mujer de alguacuten sindicato de Montevideo para que asistiera a sus reuniones Se preparaba una huelga muy especial y ellas como esposas estaban tan involucradas como ellos Toda la familia estaba en el conflicto dentro y fuera del predio del patroacuten Nos preocupaba que la familia viviera dentro del campo del patroacuten en el arrozal iexclDe eso iba a hablar con ellas Era la primera vez que haciacutea un trabajo sindical fuera de la faacutebrica no sabiacutea coacutemo me recibiriacutean y estaba nerviosa Yo sabiacutea hablar en las asambleas de mi sindicato pero alliacute era distinto teniacutea miedo a que me tomaran a mal como una fabriquera montevideana iexclQueacute seacute yo iquestCoacutemo me tomariacutean iquestCoacutemo les iba a hablar iquestCoacutemo les iba a explicar que seriacutea una huelgadifiacutecil Pero no fue necesario ellas ya lo sabiacutean fue como continuar un diaacutelogo ya iniciado por otros Leguizamoacuten dijo que estaacutebamos cerca a la vez que apagaba la moto en el bajo y la dejaba ir un poco aguantaacutendola con los frenos salvando alguna huella de carro al borde del camino En aquel montecito de aacuterboles cargados de pelotitas escondimos la moto muy cerca del alambrado y empezamos a caminar por el ldquofeudordquo Primero un repecho y luego una bajada Ya habiacuteamos dejado el camino que lleva a la estancia teniacuteamos temor de que alguien pasara y nos viera en la ldquopropiedad privadardquo y vinieran a ver quieacutenes eran estos extrantildeos nosotros Al fondo de una cantildeada junto al agua alguien nos hizo sentildeas con la mano Eran dos compantildeeras que nos esperaban La distancia que habiacuteamos recorrido a pie me hizo bien las piernas se me habiacutean dormido en el viaje ahora las sentiacutea mejor Al acercarnos me sentiacute maacutes tranquila Nos esperaban y empezamos la reunioacuten Me presento y digo que soy del sindicato textil que en mi gremio somos muchas mujeres

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Nos sentamos en el suelo atardeciacutea Seguimos hablando Fueron llegando maacutes mujeres seriacutean doce o quince rostros curtidos por el sol tan serias tan fuertesY alliacute sencillamente en rueda de mate empezamos a hablar de la huelga que seriacutea difiacutecil que ellas eran muy importantes porque viviacutean dentro de la propiedad del patroacuten iquesteso no las asustariacutea que se debiacutea discutir todos los posibles problemas que se les pudieran presentar a sus familias Ahiacute estariacutean ellas solas pero contaban con la solidaridad de otros gremios movieacutendose en Treinta y Tres y en Montevideo y les ayudariacutean De a poco todas fueron hablando y coincidiendo ndashiexclTotal parsquo vivir asiacute Y alliacute sin tener en cuenta la hora fuimos sintiendo que el pasto empezaba a estar huacutemedo Nos pasaacutebamos el mate uacutenico calorcito que nos acompantildeaba Ya empezaba a refrescar Alguacuten cigarrillo como bichito de luz denunciariacutea la rueda que vista de lejos pareceriacutea un grupo de lucieacuternagas jugando sobre el agua de la cantildeada ndashiquestEs la primera vez que se habla de sindicato aquiacute ndash pregunto ndashSiacute ndashiquestMiedo Siacute miedo siacute Pero para vivir como vivimos ya me diraacute Continuoacute Elvira diciendo ndashAlgunas las maacutes joacutevenes nacieron aquiacute crecieron y se juntaron aquiacute ahora tienen hijos sin haber salido nunca del arrozal algunas no conocen ni siquiera la ciudad de Treinta y Tres como mi hija Isabel iexcly tiene 8 antildeos Hablan tranquilas son las que miran a los ojos las que interrogan con la mirada Arrugas que quitan brillo a la cara falta de dientes en la mayoriacutea mintiendo la edad de esas mujeres que joacutevenes parecen viejas poacutemulos salientes y sonrisas que iluminan sus caras cuando hablanMe observan buscando muestras de aprobacioacuten ndashiexclTotal parsquo vivir como vivimos Digo yo iquestNo ndashPa que los maridos ganen maacutes los ayudamos No crea que tenemos paga salario o como se llame nada de eso En cambio doblamos el espinazo de

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sol a sol No tenemos horario a veces catorce o quince horas depende con el agua hasta las rodillas oliendo el podrido del barro y las pestes sintiendo las sanguijuelas chupaacutendonos la sangre de los tobillos y las canillas los mosquitos ganaacutendose hasta por debajo de la ropa picotazos que arden maacutes que las ortigas Hizo un silencio y siguioacute hablando ndashSiacute siacute pero en fin estamos acostumbradas y no nos damos cuenta Quise hablar pero Leguizamoacuten que estaba sentado a mi lado agarraacutendome el brazo y sin decir palabra me dio a entender que la dejara seguir hablando ndashDe sindicato no sabemos nada pero de miseria siacute Se puso maacutes seria tal vez pensando que el sindicato alliacute teniacutea algo que ver con la comida agregoacute ndashiexclSeguro que acompantildeamos Y si los maridos van a la huelga nosotras seremos las primeras esto no es vida Total parsquo vivir asiacute El patroacuten se acuerda de nosotras solamente cada cuatro antildeos cuando nos viene a buscar parsquo votar y en cuanto a la plata no la conocemos nos pagan con bonos que tenemos que canjear en el boliche por comida y ropa y el boliche tambieacuten es del patroacuten Por eso siempre estamos debieacutendole al patroacuten iexclclaro La plata pasa de largo no queda en el bolsillo En cada silencio de la portavoz las miradas de las otras mujeres se cruzaban asintiendo con un lento movimiento de cabeza formaban un solo sentimiento ndashTotal parsquo vivir asiacute Trateacute con palabras breves y claras de transmitirles nuestro afecto y solidaridad Expliqueacute que no sabiacuteamos coacutemo reaccionariacutea la patronal si buscariacutea la complicidad policial para desalojar a las familias Pero habiacutea que preverlo todo iquestEstariacutean dispuestas a perder si se fracasaba iquestA quedarsin rancho sin trabajo No seriacutea faacutecil para ellas cuando el patroacuten las mandara desalojar de ldquosus tierrasrdquo cuando no dejaran volver a sus maridos y los

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despidieran por sindicalistas Se pensoacute en todo se les dio tiempo a todos a ellas tambieacuten Porque las mujeres jugariacutean en el espacio vital en el lugar de trabajo Por eso se hicieron pequentildeas reuniones donde ellas hablaron y opinaron se integraron fueron parte El sindicato recieacuten creado era el protagonista Pero el sindicato hace a la hora de hacer fuerte un nombre que las protagonistas sean cada una de ellas que la fuerza dependa de cada mujer de cada familia de cada hombre todos juntos pero sobre todo de la firmeza individual que no se puede delegar a nadie cuando vengan a golpear tu puerta ndashSi nos quieren echar iexclno nos vamos ndashiexclEste es nuestro rancho ndashEs como parte del salario dice mi marido ndashiexclNi que vengan los milicos iexclNo nos vamos ndashNo nos van a sacar de arrastro supongo ndashiexclNos tiramos al suelo y chau ndashiexclNi aunque estemos solas en casa con los gurises ndashiexclNo iexclNos encerramos y chau Elvira agrega ndashApoyamos la huelga por ocho horas de trabajo y salarios justos en dinero y nada de bonos parsquo poder comprar la comida y la ropa donde se nos antoje O comprarles a los bagayeros que venden maacutes barato Si es por eso que tenemos que ir a la huelga ya estaacuteEspero que esteacuten todas de acuerdo Elvira habiacutea ido tres antildeos al liceo de Treinta y Tres cuando viviacutea con la tiacutea y se habiacutea casado con un compantildeero de clase Como muchos tuvo que dejar de estudiar y volver a La Charqueada y asiacute continuar la vida que habiacutean llevado sus padres Pero ella queriacutea vivir mejor porque sabiacutea que podiacutea Me imagineacute que las demaacutes asintiendo deciacutean a coro ndashiexclTotal parsquo vivir asiacute Todo me recordaba a las mujeres del Cerro estaban alliacute eacuteramos todas

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nosotras Alliacute en el medio del campo tambieacuten recordeacute a los compantildeeros textiles en los momentos difiacuteciles cuando pensaacutebamos juntos cuando dudaacutebamos Me trajo a la realidad Leguizamoacuten que me puso la mano en el hombro y me dijo ndashVamos que todaviacutea nos queda un largo camino Ya vendremos otro diacutea Mantildeana tenemos una reunioacuten en La Charqueada Nos despedimos con la promesa de volver lo maacutes pronto posible a pasar el diacutea para visitar sus casas recorrer el campo juntas comer un asado o un puchero tranquilas y hablar de cosas nuestras Me abrazaron y me regalaron esa forma de ser ese sentimiento de carintildeo y amistad sentiacutea una mezcla de alegriacutea y tristeza Ellas se mezclaban con el paisaje la tierra la fuerza Sus ropas despediacutean olor a cocina de lentildea ese olor a hogar que me hubiera gustado compartir El trayecto hasta la moto lo hicimos en silencio volvieacutendonos dos o tres veces para saludar con la mano Ellas nos miraban saludaacutendonos de pie Ya en la carretera Leguizamoacuten empezoacute a recitar en voz alta para sacarme de aquel silencio en que me encontraba uno de los poemas de Garciacutea Lorca mientras la moto ganaba terreno con poca luz Orosmiacuten Leguizamoacuten era un obrero metaluacutergico un gran compantildeero Nos conocimos en las Juventudes Socialistas donde militaacutebamos desde haciacutea tiempo Yo sabiacutea poco de eacutel Cuando el resto de los compantildeeros me propuso para la tarea de apoyatura del trabajo que habiacutea empezado elmaestro Manuel Toledo en Treinta y Tres con los trabajadores rurales no dudeacute No sabiacutea lo que teniacutea que hacer ni coacutemo me moveriacutea Confiaba en los compantildeeros y me fui con Leguizamoacuten que resultoacute ser un compantildeero fuera de serie respetuoso sencillo humilde y capaz de pasar dos o tresdiacuteas sin comer y seguir hablando serenamente sin decir que teniacutea hambre tomando mate con los compantildeeros de los arrozales Llegamos a la ciudad de Treinta y Tres a casa de Manuel Toledo que nos esperaba con el proyecto de trabajo para ese fin de semana Se iban sumando

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reclamos salariales En la Charqueada un pueblo en medio de los arrozales el seguimiento de esos reclamos Manuel lo llevaba acompantildeado por un abogado La casa de Toledo era como el local de un sindicato A pie o en bicicleta llegaban compantildeeros que se sumaban a la rueda de mate que terminaba en ruedas grandiacutesimas donde se hablaba y se escuchaba con mucha atencioacuten a los obreros que llegaban del arrozal Era una forma distinta de hacer sindicalismo estaba metido en la vida cotidiana Yo tiacutemidamente me ubicaba en un rincoacuten y escuchaba esas conversaciones donde no habiacutea promesas Como Manuel era maestro rural a algunos les ensentildeoacute a leer y a escribir a otros los caminos de la liberacioacuten Cada vez que iba yo sentiacutea que aprendiacutea nuevas cosas de todos ellos de los compantildeeros de Manuel Toledo y de Leguizamoacuten Manuel era un motorcito organizador Con palabras sencillas sabiacutea hacer pensar a quien le escuchaba y asiacute como armando un collar de cuentas uno a uno se fue vertebrando el sindicato agriacutecola SUDA Sindicato Uacutenico de Arroceros nunca mejor sigla que recuerda el sudor de cada diacutea de los trabajadores Aquel primer fin de semana seguimos hacia Lascano Sobre la media noche vimos en el camino la luz de una pequentildea fogata a lo lejos Al acercarnos encontramos a un hombre sentado en una piedra una lata de agua caliente tomando mate solo al costado de dos grandes maacutequinas segadoras Era el cuidador Nos saludamos y tomamos unos matesYo me tambaleaba de suentildeo me iba de costado el hombre me sugirioacute que me subiera a una de las cabinas de las maacutequinas que alliacute dormiacutean dos de sus pequentildeos hijos Acepteacute y eacutel me tiroacute un poncho por encima Leguizamoacuten siguioacute hablando con eacutel toda la noche Entre suentildeos oigo risas y trozos de alguacuten cuento El cansancio me inmoviliza y duermo hasta que unas gotas de lluvia me despiertan Ya estaba amaneciendo Salimos apenas aclaroacute Era domingo A la tarde hariacuteamos otra reunioacuten

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en otro lugar pero ya seacute coacutemo empezar a hablar Ellas me ensentildearon como hacerlo sencillamente El lunes volviacutea a la faacutebrica a mi maacutequina con una sensacioacuten de angustia de impotencia pensando en los diacuteas que se avecinaban para aquellas mujeres Trescientos quiloacutemetros nos separan Recuerdo esos fines de semana recuerdo aquellas formas que en la semioscuridad se moviacutean Las mujeres del arrozal levantaacutendose avanzando y diciendo a coro ndashiexclTotal parsquo vivir asiacute Desde el Arrozal 33 sale una carta dirigida a la opinioacuten puacuteblica ldquoLas mujeres de los arroceros nos organizamos en este momento tan duro Frente al hambre y miseria de nuestros hogares queremos hacer conocer nuestra movilizacioacuten junto a la lucha de nuestros esposos hijos y hermanos Nos dirigimos a la opinioacuten puacuteblica a las obreras y a las amas de casa especialmente reivindicando la plataforma del SUDA reclamando un lugar en la luchardquo Esta carta resuelta en asamblea invoca a textiles amas de casa metaluacutergicas friyeras empleadas estudiantes iexclHaz tuya esta lucha La firmaron Blanca Fariacuteas de Peacuterez secretaria y Hortensia Sosa de Echeverriapro secretaria en mayo de 1957 departamento de Treinta y Tres El 22 de mayo cuando la marcha permaneciacutea en Montevideo haciendo gestiones en el Ministerio de Trabajo en el Arrozal 33 el patroacuten pretendioacute sacar un camioacuten de arroz de la planta en conflicto Un muro de mujeres indignadas se lo impidioacute La policiacutea las reprimioacute a culatazos y el camioacuten arremetioacute contra ellas dispuesto a pasarles por encima Ese episodio permitioacute que ellas negociaran con la policiacutea que no sacariacutean maacutes granos del establecimiento mientras durara la huelga Los sindicatos de la ciudad de Treinta y Tres pidieron guardia policial en la puerta del Arrozal para que no se repitiera el episodio Fue una huelga muy dura la de 1957 La solidaridad llamoacute al paro general en Montevideo Todos respondieron al llamado y a su plataforma ocho horas de trabajo y salario miacutenimo para los trabajadores agriacutecolas Para los que lucharon en el arrozal esa huelga se ganoacute Y las familias participaron Y las

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mujeres fueron importantes Dos antildeos maacutes tarde Leguizamoacuten tuvo un accidente de traacutensito que truncoacute para siempre su actividad sindical Seguacuten nos contoacute Roberto Dotti que vio el accidente lo sacaron de entre los hierros donde su cabeza habiacutea quedado aprisionada Pasoacute cuarenta diacuteas en estado de coma profundo Cuando se recuperoacute nunca maacutes fue eacutel mismo falta de memoria incoherenciaen el hablar Nunca maacutes se acordoacute enteramente de quieacuten fue Volvioacute con veintiseacuteis antildeos a una infancia sin recuerdo ni pasado ni futuro con la ingenuidad de un nintildeo Cuando algunos meses maacutes tarde lo encontreacute en Casa del Pueblo me costoacute reconocer a aquel entusiasta luchador iexclQueacute tristeza cuando murioacute hace unos antildeos iexclNinguno de nosotros lo pudo ayudar a recobrar su frescura Veinte antildeos despueacutes de aquellas jornadas arroceras Manuel Toledo que seguiacutea militando diariamente por los compantildeeros del interior cayoacute preso de la dictadura y murioacute a consecuencia de las torturas en la negra noche de la caacutercel uruguaya Manuel Toledo era un hombre peligroso por su palabra su pedagogiacutea su sencillez por su firmeza en la lucha contra la injusticia No esperaba nada para siacute mismo Eso le permitioacute ser libre siempre auacuten cuando estuvo preso Asiacute murioacute

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Las chacras del Norte

Trabajar y vivir como las mujeres recolectoras de tomates en las quintasde Bella Unioacuten en Artigas es algo muy duro inhumano UTAA no se limitoacute a agrupar a los trabajadores cantildeeros Obreros de distintas ramas del trabajo agriacutecola se fueron agrupando alrededor del Sindicato Trajeron nuevos reclamos y denunciaron sus malas condiciones de trabajo Las obreras de las chacras tomateras se acercaron a UTAA Queriacutean ldquoestar en cajardquo para cobrar la asignacioacuten familiar por sus hijos y poder jubilarse alguacuten diacutea Queriacutean que las respetasen que no las trataran a gritos ndashNo somos perros iquestCoacutemo las conociacute iquestCuaacutendo Corriacutea el antildeo mil novecientos sesenta y tres a fines de noviembre y principios de diciembre Dos fines de semana llegueacute a Bella Unioacuten con Andreacutes Cultelli Atendiacuteamos saacutebado de tarde y domingo por la mantildeana Enseguida empezaba a llegar gente Andreacutes como asesor juriacutedico del sindicato recogiacutea los datos de los casos de reclamos legales que se presentaban en UTAA despidos diferencias de salarios acusaciones de abigeato etc Las entrevistas juriacutedicas eran charlas acompantildeadas con mate fuera de toda formalidad Comiacuteamos alliacute mismo lo que los compantildeeros nos traiacutean de sus casas

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Yo iba ayudar en lo que fuera uacutetil Escuchaba a la gente que traiacutea distintas preocupaciones En rueda de mujeres hablaacutebamos de salud Escuche a muchas hablar de abortos de embarazos no deseados del riesgo de vida que acarrean las praacutecticas abortivas ilegales que se practican en nuestro paiacutes y tambieacuten cruzando la frontera de la automedicacioacuten y la desinformacioacuten que todas padecemos Eran los mismos temas de los que hablaacutebamos las mujeres de las faacutebricas textiles Eran las mismas preocupaciones de nosotras las obreras montevideanas Les lleveacute la invitacioacuten para el Primer Encuentro de Mujeres Trabajadoras que se preparaba en Montevideo para fines de diciembre En esa convocatoria estaban trabajando Delia Maldonado y Jorgelina Martinez dos compantildeeras textiles Ellas me pidieron que hablara del Encuentro a las mujeres de UTAA Diacuteas despueacutes las mujeres de UTAA eligieron a Hilda Silva y a Isabel Goacutemez para representarlas Ellas explicaron las condiciones de vida y de trabajo en Bella Unioacuten Por primera vez escuchamos la consigna TIERRA PARA QUIEN LA TRABAJA traiacuteda por estas compantildeeras al Encuentro Nacional de Mujeres Trabajadoras Esos fines de semana aprendiacute mucho en el intercambio Andreacutes se iba por la noche a alguna reunioacuten en el pueblo en la que yo no participaba ndashEso es cosa de hombres ndashdeciacutean ellas ndashQueacutedate con nosotras Y me quedaba en el barrio compartiendo alguacuten pan casero recieacuten hecho Me invitaban a dormir a su casa Conociacute sus familias su forma de vivir sus ranchos y el olor a lentildea de sus hogares que me llevaba a mi casa para recordarlas durante la semana En el sindicato era diaria la rueda de mate A veces traiacutean buntildeuelos o tortas fritas Relataban distintos casos Contaron tantas cosas que se llegoacute a pedir una inspeccioacuten sanitaria que nunca se realizoacute

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Los patrones abusaban del uso de insecticidas venenos con los que sulfataban las plantas A las obreras les provocaba alergia en manos y ojos voacutemitos y erupciones en todo el cuerpo Terminaban en la consulta en el hospital y teniacutean que dejar de trabajar Durante los diacuteas de cosecha bajo el sol el calor era aplastante de treinta a treinta y ocho grados durante las ocho o diez horas de trabajo a destajo La zafra era esperada con alegriacutea y angustia a la vez Teniacutean que ser muy raacutepidas explicaban porque los tomates maduran todos a la vez y en tres o cuatro diacuteas se puede perder una cosecha Debiacutean apurarse porque solo tienen esos diacuteas para hacer su salario El tomate es delicado no lo podeacutes machucar ni arrancar de cualquier manera Lleva su tiempo y pagan muy mal Algunas mujeres teniacutean que llevar a la quinta a sus hijos chiquitos Los acostaban en los surcos cerca de ellas envueltos en unos trapos tapaacutendolos con ramitas verdes para que estuvieran fresquitos mientras dormiacutean Teniacutean que cuidarlos de los insectos que alliacute abundan por el clima Me deciacutean que alguna habiacutea parido a sus hijos en los surcos de tierra ndashCuando sos de parto raacutepido y levantas un cajoacuten podeacutes romper agua y atraacutes viene el guriacute sin avisar ndash contaba una con toda naturalidad Yo como montevideana estaba lejos de imaginar que en el Uruguay al que llamaban ldquola Suiza de Ameacutericardquo pasaran estas cosas Jacinta tendriacutea unos cuarenta y cinco antildeos supongo aunque algunas veces me equivoqueacute al calcular edades Siempre parecen mayores llenas de hijos desgastadas por el trabajo y la vida La vi por primera vez una tarde cuando la trajo otra zafrera al ranchito del Sindicato Nos dijeron que el caso de Jacinta era urgente Traiacutea un papelito de pase a cirugiacutea del hospital local para el Hospital de Cliacutenicas Teniacutea que viajar a Montevideo para operarse aquel enorme bocio que sentildealoacute con la mano aunque no era necesario se veiacutea que era del tamantildeo de un huevo de avestruz y le colgaba Jacinta teniacutea grandes ojos saltones y enrojecidos por la

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enfermedad avanzada Nos pediacutean que le solucionaacuteramos el viaje alojamiento y acompantildea-miento al Hospital de Cliacutenicas Yo trateacute de explicarles que eso teniacuteamos que tramitarlo con el sindicato de ONDA que era la uacutenica empresa de oacutemnibus que viajaba hasta Artigas Asiacute lo hice recogiacute sus datos personales y el pase meacutedico Despueacutes de una semana conseguiacute su pasaje de ida y vuelta a la Capital y se lo envieacute Una tarde me avisaron que Jacinta estaba en Casa del Pueblo esperaacutendome Cuando llegueacute me sorprendiacute no estaba sola En sus brazos sosteniacutea una nintildea que padeciacutea paraacutelisis cerebral e hidrocefalia seguacuten supe despueacutes Piernas y brazos largos finos y descarnados manos y pies grandes que colgaban como trapos y una cabeza grande frente ancha ojos mirando hacia atraacutes sin ver y una boca babeante Jacinta soacutelo me dijo a modo de saludo ndashNo teniacutea con quien dejarla Yo no sabiacutea que traeriacutea a esta hijita y tampoco sabiacutea queacute hacer Soacutelo teniacutea previsto el alojamiento para ella y la visita al meacutedico que la atenderiacutea en el Hospital de Cliacutenicas iquestQueacute hacer iexclQueacute ganas de llorar Cuando hablo de alojamiento no hablo de hotel era la casa de alguno de nosotros no teniacuteamos plata para otra cosa La presencia de la nintildea lo cambiaba todo Pensaba alojar a Jacinta en otra casa cerca del Hospital pero todo cambioacute porque la nintildea necesitaba cuidados especiales Eran las ocho de la noche y penseacute en mi madre No le habiacutea comentado en que andaba pero suponiacutea que mi madre no me dejariacutea en la estacada Llegueacute a casa a cenar sin avisar como tantas veces acompantildeada por Jacinta su hijita y un nudo en la garganta Mireacute la cara de mi madre durante la cena para ver su reaccioacuten En seguida supe que se podiacutean quedar las dos en casa Dontildea Rosa me hizo comprender que ella cuidariacutea de lanintildea Yo sabiacutea que mi madre teniacutea un gran corazoacuten solidario

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iexclQueacute tranquilidad A la mantildeana siguiente iriacutea a la faacutebrica sabiendo que la nintildea quedaba en buenas manos y que otra compantildeera llevariacutea a Jacinta al hospital Cuando operaron a Jacinta nos quedamos con la nintildea en casa Mi madre la trataba con carintildeo y le preparaba sopas nutritivas papillas y frutas Le daba mucho de comer porque la veiacutea muy flaquita La nintildea respondiacutea con risas nerviosas a veces apretaba la cuchara entre los dientes y eradifiacutecil sacaacutersela Respondiacutea tambieacuten al estiacutemulo de las palabras carintildeosas de dontildea Rosa A los tres o cuatro diacuteas empezoacute a hacer un poco de fiebre despueacutes temperaturas maacutes altas y convulsiones lo cual nos asustoacute mucho ndashEs un angelito de Dios ndashdeciacutea mi madrendash iquestExtrantildearaacute Llamamos a Isabel la pediatra esposa del compantildeero Joseacute Pedro Cardoso Al ver a la nintildea le dijo a mi madre que no le diera tanto de comer que la nintildea estaba desnutrida y padeciacutea raquitismo Teniacutea cinco antildeos y pesaba diecisiete quilos y teniacutea un sistema digestivo diferente al de un nintildeo de su edad Nos explicoacute que aunque tuviera siete antildeos era como un bebeacutesbquo y no aguantariacutea el cambio de alimentacioacuten ya que la madre soacutelo le daba leche o agua con azuacutecar en mamaderas y muy poco soacutelido Seguiacutea haciendo fiebre por las tardes y no movilizaba el intestino Otra vez llamamos a la meacutedica vio que se estaba poniendo grave La internaron en el Hospital de Nintildeos Teniacuteamos a la madre y a la hija en distintos hospitales A los pocos diacuteas murioacute la pequentildea de una paraacutelisisintestinal En mi casa se vivioacute una jornada de duelo No podiacuteamos conformar a mi madre Aunque Jacinta le habiacutea explicado en conversaciones anteriores que los meacutedicos le habiacutean dicho que la nintildea no pasariacutea de los cinco antildeos mi madre no podiacutea aceptar que la comida le hubiera hecho mal ndashiexclSi yo la preparaba con tanto carintildeo ndashdeciacutea La velamos en casa de Andreacutes Fue muy triste todo habiacutea muy poquitas personas Jacinta no hablaba no conociacutea a nadie soacutelo miraba y agradeciacutea

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Se quedoacute unas semanas en casa de Andreacutes recuperaacutendose Jacinta volvioacute al pueblo operada y sin su hija A veces pienso en Jacinta La imagino trabajando cada diacutea con aquella nintildea que ldquono teniacutea con quien dejarrdquo envuelta en trapitos a su costado en los surcos La salud es uno de los derechos irrenunciables de las mujeres trabajadoras todo lo que ponga en peligro este derecho se debe denunciar Es un tema de todos estaacute en nuestra vida cotidiana y debe estar en los espacios sindicales Vivir dignamente para una trabajadora no es solamente tener un salario decente es tambieacuten tener acceso al cuidado de su salud Era una necesidad de antes y de ahora No es por casualidad que desde su fundacioacuten UTAA luchara por tener una policliacutenica en Bella Unioacuten al lado del Sindicato integrada como parte de la organizacioacuten Ellos supieron verlo desde el principio

Mitin poliacutetico en la viacutespera del 1deg de mayo en la Plaza Libertad Detraacutes se ve a cantildeeros y cantildeeras de Bella Unioacuten Mariacutea Julia estaacute sentada al frente en la izquierda Rauacutel Sendic estaacute sentado delante a la derecha Tambieacuten estaacuten presentes Delia Maldonado y Jorgelina Martinez (Principios de la deacutecada de los 60) Fotografiacutea Archivo personal

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La marcha

Aquiacute estoy con una taza de teacute que me prepareacute a media tarde Estoy sola escuchando muacutesica Seco cuidadosamente la cucharita con la servilleta de papel y como jugando la hundo en el azucarero Me entretengo mirando el movimiento que hace el azuacutecar tan blanco tan fino tan dulce Pienso iquestSabraacuten las mujeres montevideanas el sabor amargo que tiene para algunasfamilias este azuacutecar El silencio de la casa me permite reencontrar recuerdos de mujeres que conociacute hace ya tiempo Cuando las mujeres hablamos de nosotras a veces decimos ldquoNosotras las amas de casardquo Nos referimos a un tipo de mujer a un tiempo de mujer y nos incluimos Pero yo seacute de otras mujeres otras amas de casa otras madres con otra suerte de vida No es lo mismo vivir en la ciudad que enel campo No es lo mismo tener tu salario que depender del salario de tu marido del clima de la zafra o estar sin trabajo por largo tiempo No es lo mismo tener tu casa que vivir en la tierra del patroacuten Revolviendo el azuacutecar en la taza cierro los ojos y me parece que veo a algunas de aquellas mujeres Las siento muy cerca escucho otra vez sus relatos Esto no es un cuento no puedo decir ldquoHabiacutea una vezrdquo No porque estas mujeres existen estaacuten entre nosotras dispersas en distintos lugares del paiacutes A algunas de ellas las conociacute en Bella Unioacuten Artigas en 1963 a otras cuando llegaron en la Segunda Marcha a Montevideo con su familiaen 1964 Veniacutean de Bella Unioacuten frontera con Brasil el lugar maacutes al norte de

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nuestro paiacutes lugar de tierras coloradas de aacutegatas de amatistas las tierras ricas de los ingenios azucareros Como otras mujeres de los sindicatos montevideanos formeacute parte del movimiento solidario Conseguimos comida abrigo carpas y un terreno baldiacuteo para que se alojaran Fue lo que pidieron queriacutean estar todos juntos Montevideo era muy grande y desconocido para ellos Los cantildeeros hicieron la marcha a pie buscando una solucioacuten a sus problemas Llegaron con las manos vaciacuteas igual que allaacute No eran noacutemadas ni desclasados Eran obreros agriacutecolas de nuestro campo Los poliacuteticos y la prensa de derecha quisieron hacer circo de la llegada de la marcha La marcha de los cantildeeros asombroacute a los obreros de la ciudad ldquolos peludosrdquo no llegaron solos trajeron sus familias a correr su misma suerte como allaacute Su familia sus hijos eran todas sus pertenencias Las mujeres nos hablaron de otra geografiacutea de una frondosa vegetacioacuten de un verdor vecino y ajeno de un rio que atardeciacutea con puestas de sol anaranjado que pintaba con ese color la tierra y la gente Otro clima donde el verano es el calor y sus consecuencias y el invierno sin trabajoes frio y hambre ndashSe nos veniacutea la hambruna Por eso nos vinimos a pedir a los poliacuteticos la expropiacioacuten de tierras para que se reparta entre las familias desocupadas para poder trabajar todo el antildeo y no depender solo de la zafra de la cantildea de azuacutecar Arrastraron su miseria de norte a sur Atravesaron el paiacutes Eran unas cuarenta familias Traiacutean una consigna ldquoPor la tierra y con Sendicrdquo su compantildeero ldquoEl que camina adelanterdquo deciacutean refirieacutendose a los carteles con la foto de Sendic que encabezaban la marcha ndashRauacutel Sendic fue el primero que nos explicoacute queacute es un salario queacute es una cooperativa que hay leyes y que podemos pedir una expropiacioacuten de tierras Eacutel simplemente les hizo entender que habiacutea donde trabajar todo el antildeo

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que las maacutequinas se podiacutean alquilar al principio y que la cosecha se repartiriacutea entre todos igual que el dinero recaudado ndashCerca del pueblo de Bella Unioacuten hay treinta mil hectaacutereas que tienen buenas aguas y nadie las trabaja Estaacuten llenas de yuyales de chilcas ndashEso es un egoiacutesmo no darla para que nosotros la trabajemos ndashTienen duentildeo Es de una sucesioacuten de la viuda de Silva y Rosas ndashNosotros solo las queremos para trabajar para comer Los cantildeeros queriacutean pedir que el gobierno expropiara esas tierras y las administrara y que el Ministerio de Agricultura se las entregara a ellos para trabajar Asiacute planteado era muy faacutecil de entender ndashiquestVerdad No se pierde nada Hay que pedirlo en Montevideo en el Parlamento alliacute donde se hacen las leyes Siacute es posible Allaacute vamos No teniacutean dinero para el pasaje Hacer la marcha a pie no era un problema de a poco llegariacutean deciacutean ndashEstamos acostumbrados a caminar ndashY aquiacute vamos ndashNo nos podemos quedar de brazos cruzados iquestesperando queacute Nuestros hijos tienen hambre ahora ndashexplicaban a los grupos que se acercaban en el camino ndashNo podemos esperar Las mujeres de la marcha contaron que se largaron a caminar como si fuera una mantildeana cualquiera Habiacutean preparado los bolsos el mate el termo la yerba La bombilla y las galletas criollas fueron lo primero que se acordaron de poner en el paquete de viaje Distribuyeron el peso los ataditos de acuerdo al tamantildeo de cada hijo Les resultoacute faacutecil porque no teniacutean mucho Los pantildeales las mamaderas y la ropita abultaban muy poco Una manta cruzada a la espalda de cada uno Abrigo llevaron todo el que teniacutean o el que les prestaron los que fueron a despedirlos al ranchodel Sindicato El grupo lo conformaban hombres y mujeres de todas las edades Los

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mayores teniacutean cincuenta o sesenta antildeos habiacutea adolescentes nintildeos y bebes Nombraron encargada del botiquiacuten a una enfermera del pueblo Aacutengela Aacutelvarez que junto a un joven que estaba haciendo el uacuteltimo antildeo de magisterio decidioacute acompantildearlos Salieron por la carretera con la fresca de la madrugada antes que asomara el sol Al poco rato les saludoacute un rojo amanecer con cantos de paacutejaros Esas eran las uacuteltimas imaacutegenes que recordaban de allaacute del norte Esas mujeres iban a vivir como cada diacutea sin casa mal vestidas casi descalzas Colectivizaron los comestibles que al paso del camino manos solidarias les haciacutean llegar Amigos que los acompantildeaban unos kiloacutemetros y se despediacutean con abrazos Pintaban los muros ldquoExpropiacioacuten de las treinta mil hectaacutereas de Silva y Rosasrdquo ldquoReparto de la tierra a los trabajadores desocupados del Norterdquo Los muros escritos iban quedando atraacutes como testigos de su paso En esa marcha las mujeres fueron las primeras en colectivizar el cuidado de los hijos las mamaderas los llantos Tambieacuten compartieron ilusiones y anhelos Cada una esperaba lograr diferentes cosas de ese sacrificio ndashCuando saliacutea la marcha aquella madrugada junteacute los restos de comida que me quedaban Fideos de distinta clase un poco de arroz un poquito de azuacutecar y lo entregueacute al paquete comuacuten Penseacute que lo que deseaba para todos nosotros era iexclla abundancia ndashCuando escucheacute que habiacutea que llevar calzado y ropa coacutemoda penseacute que no teniacutea mucho para elegir Yo deseo eso no estar toda la vida pelada y ganar para comprar ropa para todos Ana Mariacutea de quince antildeos dijo riendo que con conocer Montevideo ella ya tendriacutea bastante ndashDesde que vivo con Don Lema en el Ingenio ni muebles tengo Una cama una mesa de tabloacuten y bancos de tronco que arrastramos del monte Pero ella habiacutea visto la casa donde iba a entregar la ropa limpia habiacutea visto que se podiacutea vivir de otra manera

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ndashiexclQueacute cocina teniacutean iexclUn lujo iexclQueacute muebles Todos pintaditos No seacute coacutemo tendriacutea dentro de la casa yo entraba solo a la cocina iexclY queacute cortinas iexclPreciosas Ella seriacutea muy feliz teniendo cada cosa en su lugar ndashiexclPodeacutes ponerle cortinas a la aripuca ndashiquestQueacute es una aripuca ndashpregunteacute Ahora siacute se reiacutean todas con ganas Se daban cuenta que las montevideanas sabiacuteamos poco de coacutemo se vive allaacute Una aripuca es un montoacuten de ramas de cantildea puestas en forma de cono Los cantildeeros y algunas familias duermen alliacute durante las largas semanas de trabajo Tambieacuten los llaman benditos porque parecen manos en posicioacuten de oracioacuten Charlando la rueda se va agrandando Unas sentadas o en cuclillas otras paradas Dos de ellas cebando mates Hablan de su vida y su deseo de vivir mejor La esperanza asoma a los ojos oscuros y vivaces en las caras de sonrisa faacutecil Por esas ilusiones caminaban hacia la Capital Creiacutean en un proyecto de ley que les permitiera trabajar tener un hogar fijo una casa y comida para todo el mes todo el antildeo En el camino coreaban consignas entonaban una cancioacuten o haciacutean silencio por largo rato Pensativos caminaban miraacutendose los pies cansados sucios de tierra lastimados vendados A veces camioneros que marchaban en la misma direccioacuten les llevaban las cajas maacutes pesadas por un trecho y si habiacutea lugar se trepaba alguna de las mujeres con los nintildeos y esperaban al grupo unos cuantos quiloacutemetros maacutes adelante Lo contaban a las risas como nintildeas traviesas Cuando estaban muy cansados y el sol caiacutea de plano al medio diacutea acampaban al costado del camino si era posible en un lugar con sombra y un arroyo de agua fresca Un grupo de hombres se poniacutea a cocinar Las mujeres aprovechaban para bajar al arroyo a lavarse ldquopor aquiacute y por allaacuterdquo lavar la ropa interior de ellas y de los hijos los pantildeales las camisetas

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de los maridos Las tendiacutean en las ramas de los aacuterboles Los aacuterboles quedaban florecidos de calzones de todo tamantildeo y color Se quedaban un rato con ldquolas patasrdquo en el agua que corriacutea Pies con ampollas sangrantes se refrescaban alliacute Se probaban las ropas de otras mujeres que se acercaron a darles ropa usada Alliacute quedan recogiendo el lavado cambiaacutendose de ropa y comentando las cosas que veiacutean y oiacutean de la gente que se acercaba y les preguntaba por el motivo de la marcha Lavaban a los nintildeos y los mandaban a sentarse con los demaacutes a esperar la comida que haciacutean en grandes tachos Despueacutes de comer se estiraban en el suelo a dormir la siesta a la sombra con la gurisada cara al cielo mirando las hojas de los arboles Se oiacutea alguacuten llanto de guriacute que extrantildeaba a la abuela Los maacutes grandecitos preguntaban cuaacutentos diacuteas iban a estar en la capital si iban a vivir en una casa En los descansos los nintildeos se agrupaban alrededor del maestro que organizaba juegos En una caja de cartoacuten guardaban los laacutepices de colores cuadernos libros de cuentos crayolas y plastilinas Dos de los nintildeos mayores se ocupaban repartirlos y recogerlos al final del juego En otra caja de cartoacuten guardaban los regalos que les daba la gente y que tambieacuten se vuelven colectivos autitos con tres ruedas muntildeecas rengas libros de cuentos con alguna paacutegina de menos maravillas que esos nintildeos nunca habiacutean visto caramelos con papeles lindos que el maestro les pediacutea que no tiraran porque los aprovechaba para hacer manualidades los diacuteas de acampada El ciacuterculo de los nintildeos era el maacutes barullento era imposible hacerles hablar en voz baja Mientras descansaban antes de empezar la caminata nuevamente algunas carcajadas recorriacutean el tendal de trapos y gente desparramada Los sindicalistas de los pueblos a los que iban llegando saliacutean a las afueras a recibirlos y les buscaban un campo baldiacuteo para acampar Alliacute empezaba todo otra vez hacer fuego conseguir agua viacuteveres realizar las entrevistas con las radios locales y los sindicatos A veces se conseguiacutean locales para que durmieran por la noche los nintildeos y las mujeres

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Durante el diacutea estaban todos juntos La solidaridad llegaba en ropa comida abrazos apretones de manos adioses y bienvenidas En cada lugar se repetiacutean las mismas escenas Cuando dejaron atraacutes el cantildeaveral de Artigas fue cambiando el paisaje Al entrar a Salto el camino fue llenaacutendose de naranjales y limoneros Cambiaron los colores los olores las frutas los sonidos habiacutea maacutes traacutensito de autos y camiones en la carretera Los nintildeos jugaban a elegir autos y colores ldquoEste es miacuteohellip El que viene allaacute es miacuteordquo Les alcanzaban cajas con naranjas para el camino Despueacutes que cruzaron el riacuteo Queguay aparecioacute Paysanduacute tan movido tan industrial y comercial En el puente los salieron a alcanzar los obreros de Paylana Paycuero y personal del hospital Llevaban cajas con comestibles que habiacutean juntado para los diacuteas que los cantildeeros acamparan en Paysanduacute ndashLa olla sindical ndashles dijeronndash estaacute asegurada En Paysanduacute el abordaje de los periodistas fue maacutes concreto Algunos que veniacutean en busca de la noticia terminaban asumiendo un compromiso personal con la causa La enfermera se acercoacute a los periodistas y pidioacute medicamentos y que alguacuten meacutedico se acercara al campamento Lo pidioacute en voz alta en grupo como en un mitin Aacutengela ya no era tan tiacutemida La gente de Paysanduacute fue muy generosa El hospital brindoacute toda clase de asistencia vacunaciones atendioacute alguno que otro dolor de muela Aparecieron problemas de salud no previstos A solas la enfermera me comentoacute que la prostitucioacuten en los pueblitos fronterizos muchas veces es un trabajo casi normal que completa el salario familiar A veces la siacutefilis es la herencia Es difiacutecil detectarla cuando no hay asistencia meacutedica Despueacutes de pasar unos diacuteas en Paysanduacute continuaron el quehacer diario de avanzar cada diacutea cuanto maacutes mejor Los meacutedicos les habiacutean aconsejado que controlaran la alimentacioacuten que comieran fruta y verdura controlaran

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la tensioacuten arterial que buscaran supervisioacuten meacutedica en los pueblos en que acamparan y que bebieran agua mucha agua Me gustaba mucho escuchar ese hablar fronterizo mezcla de palabras portuguesas y castellanas Tonos dulces y melodiosos en las bocas desdentadas Explicaban sencillo a los periodistas que allaacute en el norte crece el hambre y crece la rabia la impotencia de los trabajadores que hay tierra y no hay trabajo Contaban que la muerte visita a los nintildeos en verano diarreas paraacutesitos mal de ojo ndashiquestCurarlo de mal de ojo Lo que tiene es hambre ndashhabiacutea dicho la curanderandash No me lo traiga dontildea es comida lo que le hace falta al guriacute Tranquilas sin saberlo hablaban de reforma agraria porque eso de repartir las tierras para trabajar era lo que queriacutea Artigas iquestno Ignorantes de poliacutetica hablaban de poliacutetica y se volviacutean subversivas iexclY ellas sin saberlo Treinta mil hectaacutereas verdes proliacuteficas hojas de savia y sangre humana tintildeendo el suelo de tierras coloradas Todo al alcance de la mano pero tiene duentildeo Tierras viacutergenes puestas por Dios alliacute pero tienen duentildeo No las pueden trabajar La tierra les besa los pies pidiendo ser fecundada pero no los dejan Y los nintildeos mueren de hambre De a poco fueron acortando distancia Fray Bentos Mercedes San Joseacute Diacuteas que pasaban lentamente cansadas las piernas y el corazoacuten agitado Daban charlas al costado del camino a los grupos que se acercaban a estudiantes a obreros a maestros a enfermeros a grupos de las parroquias Haciacutean conocer otro Uruguay Los escuchaban en silencio porque esta gente hablaba distinto teniacutea propuestas concretas y formas diferentes de hacer sindicalismo En cada lugar recibiacutean una borrachera de bienvenidas de adioses sonrisas y lloros de gente que no conociacutean y que se emocionaba al verlos pasar Estaban orgullosos ilusionados convencidos de que lo que haciacutean era bueno

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era justo No mendigaban nada solo explicaban que queriacutean trabajar para vivir dignamente como se mereciacutean Era tan faacutecil de entender Los gremios de Montevideo anunciaron su llegada Mucha gente salioacute a esperarlos a Plaza Coloacuten En Belvedere se hizo un acto donde hablaron dirigentes sindicales de Montevideo y cantildeeros de Artigas En ese otontildeo gris huacutemedo y lluvioso se instalaron en un terreno baldiacuteo en la calle Cuntildeapiruacute cerca del Mercado del Abasto y de la faacutebrica textil Alpargatas Levantaron unas cuantas carpas de lona El terreno estaba rodeado por un muro como de dos metros de alto Entraban y saliacutean atareados todos los diacuteas Saliacutean en pequentildeos grupos a pedir verdura al mercado para la olla comuacuten Los puesteros colaboraban siempre Recogiacutean cajones de madera que serviacutean de asientos de mesas y para alimentar el fuego Los hombres acarreaban tachos de agua de casas vecinas Los llevaban entre dos colgados de un palo de escoba que agarraba uno por cada punta y los volcaban en unos tanques maacutes grandes para todo uso En el aacutengulo del terreno maacutes alejado hicieron el pozo para hacer un bantildeo con paredes de tabla y lo techaron con chapas ndashTodo es provisorio porque apenas terminen las entrevistas en el Parlamento nos vamos ndashdeciacutean ilusionados Los estudiantes de de magisterio de asistencia social de medicina vendiacutean bonos solidarios para sostener la propaganda Se ofreciacutean modestamente a trabajar en lo que fueran uacutetiles acompantildeaban al meacutedico a quien lo necesitara a hacer documentos de identidad a quien no lo teniacutea a sacar el carnet de Salud Puacuteblica gratuito para poder atenderse Por las tardes los visitaban algunas obreras textiles de FUNSA vecinos personas aisladas que se acercaban solidarias al campamento Se mueven mucho hay un gran ir y venir dentro del campamento

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Algunos llevan abrigos grandes sobre los hombros para protegerse de la llovizna que cae desde hace diacuteas El trajinar de tantas personas amasa un gran barrial en el centro de la tolderiacutea Estaacuten muy ocupados Salen y entran todo el diacutea por ese agujero en la pared Se turnan de a dos para hacer guardia en la puerta tomando mate Preguntan quieacuten es el que llega si es una delegacioacuten apuntan en un cuaderno y uno de ellos los acompantildea hasta donde estaacute la comisioacuten directiva reunida alrededor del fuego El mate circula manteniendo las manos calientesSaludos y empieza la reunioacuten con los visitantes Algunos tienen familiares en Montevideo o amigos que los vienen a visitar Los sindicatos montevideanos debieron tomar cartas en el asunto Agarraron el tema como a una papa caliente Se discutiacutea meacutetodo estrategia formas de lucha no todos estaacuten de acuerdo con esa manera de presentarse en Montevideo asiacute como una visita no anunciada Algunos dirigentes se sintieron embretados y tuvieron que dar su opinioacuten El gobierno por otro lado no queriacutea sentar el precedente de una expropiacioacuten de tierras iexclY ellas que lo teniacutean tan claro iexclEra tan faacutecil de entender Pero ellas no sabiacutean de poliacutetica Estaacuten preocupados Algo va mal Muchas reuniones En general son los hombres los que hacen las gestiones en los sindicatos y en el Palacio Legislativo alliacute se nombroacute una Comisioacuten especial para tratar el tema Hay periodistas que buscan a las mujeres y a los nintildeos para fotografiarlos Quieren mostrar las miserias de pagos alejados de la capital Buscan esos ojos negro azabache y la mirada misteriosa de los nintildeos de pelo negro y pinchudo o los ojos almendrados y las caritas de risa faacutecil A los nintildeos les gustan las fotos se despiden pidieacutendoles una No les importa en queacute perioacutedico saldraacuten ni que diraacuten Las mujeres contestan alguacuten reportaje La prensa da informacioacuten a medias sobre lo que piden y no siempre publica las verdades que cuentan Los nintildeos son muy carintildeosos Cuando llegaacutes al campamento se acercan te rodean si te conocen te llaman por el nombre vienen corriendo se te cuelgan

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del cuello como si te estuvieran esperando Las nintildeas grandes quieren saber que hacemos donde trabajamos Nos miran de arriba abajo la ropa los zapatos nos abrazan Yo teniacutea que ser cuidadosa visitarlos a todos o al menos intercambiar saludos Ellas me veiacutean llegar y me esperaban para charlar Todas las tardes de alguna carpa sale ese olor caracteriacutestico de las tortas fritas Unas amasan la harina con agua y sal la moldean en las rodillas y las cocinan en cuclillas frente al fuego El fuego se arma entre cuatro piedras apoyada sobre las piedras va una rejilla hecha con alambres cruzados que sostiene una sarteacuten donde hierve la grasa de vaca El olor de las tortas fritas atrae a muchos amigos que aprontan el mate y se acercan Las cuerdas que atraviesan el baldiacuteo en todas direcciones sostienen un gran tendal de ropa mojada de todos colores y tamantildeos Tarda diacuteas y diacuteas en secarse cuando al final ya estaacute seco huele otra vez a humo y a comida Al atardecer empieza a caer el rociacuteo y termina de mojar el piso de tierra blando y pisoteado amasado por los pies durante todo el diacutea El rosario de fogones armados cerca de la puerta de cada carpa el olor a lentildea traiacuteda del mercado y las risas por alguacuten cuento mitigaban el friacuteo lo aliviaban hasta que llegaban el silencio y el suentildeo Tres o cuatro compantildeeros vigilaban durante la noche que todo estuviera bien en el campamento conversando bajo alrededor del fuego con una manta sobre los hombros y esperando la vuelta del mate Hay mucho trabajo Se forman comisiones de limpieza de almacenamiento y reparto de comestibles y ropa que llevan vecinos sindicatos y parroquias Los estudiantes ayudan en la venta de bonos y en las manifestaciones casi diarias alrededor del Palacio Legislativo Paran el traacutensito reparten volantes hechos por ellos mismos a mimeoacutegrafo Los cantildeeros seguiacutean adelante con su propoacutesito estaban seguros de conseguirlo Preparaban entrevistas con distintos ciacuterculos sociales sindicatos

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poliacuteticos parlamentarios y prensa Se tuvieron que despabilar pronto y solos El movimiento fue creciendo Mucha gente se incorporaba sensibilizada con el tema las parroquias juntaban comestibles y ropahellip Era maacutes que un sindicato pasoacute a ser un movimiento generador de opiniones y se volvioacute peligroso Pasadas seis semanas no hay muchas novedades Colacho llama a asamblea casi diariamente en el centro de la tolderiacutea ndashiexclAsamblea iexclAsamblea Todos quieren saber queacute pasa con las gestiones iquestEn queacute estaacute la solicitud de tierras iquestQueacute pasa en la Comisioacuten especial que trata el tema de la expropiacioacuten iquestQuienes son los que se oponen Pero el gobierno estaacute duro no negocia Se acabaron las conversaciones

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Las mujeres en la marcha

Las mujeres formaron tambieacuten una comisioacuten de trabajo Algunas delegaciones veniacutean concretamente a verlas a ellas Atendiacutean las entrevistas aunque al principio no todas participaban activamente Algunas no se acercaban tal vez por timidez Pero todas observaban a los que entraban y saliacutean Luego preguntaban queacute pasabaMontevideo les impactaba les asustaba intuiacutean que algo malo podiacutea pasar miraban desde su carpa llamaban a los gurises no queriacutean que les hicieran fotos ndashiexclNo iquestPara queacute Para que se riacutean de nosotros iexclNo Haciacutea ocho semanas que habiacutean llegado a la capital Largas semanas sin respuestas La Comisioacuten de Mujeres fue tomando cuerpo Se sentiacutean maacutes seguras estaban maacutes ocupadas Se sumaban a las entrevistas con los sindicatos o con los parlamentarios Se permitiacutean dudar y hablar en la asamblea Fueron ganando espacios Las cantildeeras convocan a su asamblea golpeando las manos De a poco van llegando todas a la rueda en el centro del campamento De pie de piernas abiertas para tener maacutes equilibrio con los hijos chicos atravesados en la cintura y los otros colgados como racimos de uvas se reuacutenen al paacutelido sol del mediodiacutea Son unas quince Estaacuten preocupadas Todas quieren hablar a la vez Montevideo las decepcionoacute Soacutelo las tranquilizan las manos tendidas de otros trabajadores que se acercan a diario al campamento Algunas dicen que si no hay respuesta

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del gobierno prefeririacutean volver a su tierra volver a como estaban antes no perder la proacutexima cosecha no quieren quedarse aquiacute a mendigar La Eva de Bandera escucha pensativa Estaacute doblando unas ropitas sentada en su cajoacuten Los nintildeos se acercan al grupo para escuchar mejor La Eva de Almada tambieacuten se acerca despacio Escucha con la mirada baja Todas hablan fuerte se entrecruzan los diaacutelogos ndashHay mucho barullo iquestPor queacute no hablamos de a una ndashAquiacute la cosa se estaacute poniendo difiacutecil No podemos esperar ndashiexclAhora hablo yo iexclCarajo ndashfuerte para callar el griteriacuteondash iquestSoy o no soy la presidenta Se riacuteen es la China La China teniacutea treinta y seis antildeos No fue a la escuela porque no tuvo tiempo la vida se le vino arriba raacutepido Seguacuten me contoacute un diacutea la eligieron presidenta de la comisioacuten de mujeres del campamento porque habla claro y no tiene pelos en la lengua Sigue diciendo ndashNo tenemos nada que perder Bajamos a Montevideo a luchar para conseguir la tierra no nos vamos a ir sin conseguirla Hay que esperar un poco tener paciencia ndashHicimos ochocientos quiloacutemetros a pie familias enteras Esta marcha la hicimos todos hombres mujeres y nintildeos Esto no es pavada Si hay que esperar esperamos ndashdice la Chelandash Tenemos que sacar la ley del Parlamento ahora La Chela Fontora tiene veintiseacuteis antildeos Es de la Comisioacuten Directiva del sindicato de UTAA Todas estaacuten muy serias pensativas con un miedo que obedece maacutes al presentimiento que a otra cosa ndashiquestHasta cuaacutendo ndashdice otra con una voz aflautada y fina ndashPerderemos la zafra ndashiquestY los maridos en queacute van a trabajar cuando volvamos iquestEh ndashiquestDe queacute vamos a vivir

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ndashiquestY si no votan la Ley ndashEllos estaacuten para ellos iexcly ta ndashNo podemos esperar yo estoy cansada Allaacute puedo vivir en el rancho de alguacuten vecino mientras esperamos Sus voces se oyen perdieacutendose entre los sonidos de la gran ciudad Como ecos golpean en las esquinas y se multiplican en las puertas y las ventanas de los barrios montevideanos Se agregoacute el invierno se fueron enfriando las visitas emotivas de los primeros diacuteas Los montevideanos se acostumbraron a verlos por las calles La prensa pasoacute la noticia a segundo plano Ya no son novedad La prensa de derecha gasta muchos recursos para atacarlos poniendo en duda la autenticidad del movimiento ndashiquestQueacute buscan los cantildeeros Coacutemo si no lo supieran Los sindicatos siguen discutiendo sobre los meacutetodos la estrategia y los hechos consumados Todas esas palabras que no estaban en el vocabulario del grupo en el diario vivir de las familias cantildeeras ndashiexclTan faacutecil que pareciacutea todo ndashTrabajar para vivir ndashSolo pediacuteamos eso Nintildeos y mujeres tienen gripe y bronquitis que no se curan faacutecilmente Alguno es hospitalizado Les hicieron radiografiacuteas les reforzaron las vacunas ndashOtro clima ndashdeciacutean ellas ndashAquiacute hay mucha humedad La solidaridad de los gremios no cesoacute Los obreros de los frigoriacuteficos organizaron la campantildea del quilo donacioacuten de alimentos no perecederos y de un quilo de carne por donante por diacutea Lo haciacutean llegar diariamente al campamento Pero todo se iba desgastando Llegaba menos cantidad de otras donaciones Las pequentildeas manifestaciones diarias por distintos barrios ya no se

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podiacutean hacer sin autorizacioacuten y mucho menos vender bonos solidarios por la calle principal de la ciudad o en la puerta de las faacutebricas Les pediacutean la ceacutedula para intimidarlos ndashSolo queremos trabajar allaacute en nuestra tierra en Bella Unioacuten cerca de nuestras familias ndashNo vinimos a mendigar a Montevideo De eso estaban seguras Una mantildeana al volver del mercado vieron que les habiacutean puesto guardia policial en las esquinas del campamento por la calle Cuntildeapiruacute Y empezoacute la provocacioacuten policial

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Ana Mariacutea

La tarde del siete de mayo un grupo de cantildeeros sale del campamento rumbo al Palacio Legislativo Ese diacutea se trata el tema de la Expropiacioacuten de Tierras en la Comisioacuten Especial Un grupo de compantildeeros se despide ldquoHasta luego ya volveremosrdquo y sale por aquel agujero en el paredoacuten del baldiacuteo Dentro queda movieacutendose la vida cotidiana Aquellos hombres de sombreros negros de pantildeo y ropa mezclada entre gaucho y pueblerino no pasan desapercibidos La policiacutea teniacutea orden de no dejarlos llegar al Palacio Legislativo Los persiguen empuntildeando sables amenazando a todos los que se acercan y tengan aspecto de cantildeeros En el campamento Ana Mariacutea pide a dos chicas que la acompantildeen a la farmacia a buscar unas aspirinas Su madre tiene un fuerte dolor de cabeza Salen a la calle las tres jovencitas Caminan junto al muro conversando animadamente cuando ven llegar corriendo al grupo que habiacutea salido recieacuten gritando e insultando a sus perseguidores policiacuteas de a pie y de a caballo ndashiexclGurisas meacutetanse parsquo dentro que nos corre la policiacutea Las muchachas en la sorpresa no atinan a nada se quedan paradas Los compantildeeros las agarran de la mano para entrarlas Suenan disparos Ana Mariacutea grita y cae al suelo El grupo se detiene bruscamente y retrocede para recoger a la joven Con los puntildeos en alto gritan ndashiexclAsesinos Los policiacuteas se vuelven y desaparecen por una calle lateral

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Como pueden entre cuatro o cinco la llevan hasta la esquina Ana Mariacutea llora y grita ndashiexclMi pierna Paran un auto que los lleva al Sindicato Meacutedico de Arenal Grande Los demaacutes entran para tranquilizar a los que al escuchar el balazo queriacutean salir a ver queacute pasaba Ana Mariacutea Silva de quince antildeos es la primera viacutectima de la Marcha Era Ana a quien le entusiasmaba llegar a la Capital la que miraba todo con asombro con alegriacutea con ganas de recorrer y conocer Montevideo Esa noche despueacutes que operaron a Ana Mariacutea la familia recibioacute la noticia de que la bala extraiacuteda habiacutea afectado arterias y ligamentos importantes y tendriacutean que hacer nuevas intervenciones quiruacutergicas para devolverle el movimiento La recuperacioacuten seriacutea muy lenta Ese diacutea se sumoacute otro herido de bala en un pie varios lastimados maacutes y ocho cantildeeros presos No terminoacute Al diacutea siguiente llevaron detenido a Colacho Esteacuteves uno de los dirigentes de UTAA herido de un sablazo en la cabeza el diacutea anterior Lo procesan acusado de desacato Estuvo preso veinte diacuteas en la caacutercel de Miguelete Comienza la confusioacuten las dudas iquestQuieacuten provoca a quieacuten En la prensa y en la radio el parte policial explica que fue una pequentildea manifestacioacuten no permitida y que a un soldado se le escapoacute un tiro iexclQueacute otra cosa podiacutean decir iquestUn tiro y dos heridos de bala En el campamento llanto y nerviosismo acompantildeados de un fuerte sentimiento de miedo rabia e impotencia los puso frente a frente con la realidad ndashiquestQueacute hacemos aquiacute iquestQueacute esperamos iquestDe quieacuten Los cantildeeros y sus familias cerraron filas Con Ana Mariacutea internada y los compantildeeros heridos o presos teniacutean maacutes motivos para luchar contra la injusticia Las mujeres se pusieron maacutes activas maacutes alertas y participativas

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Lucharon desde el sindicato con sus hijos de la mano Corriacutean la misma suerte que ellos Ahora se incorporaba un grupo de mujeres a todas las entrevistas Otras quedaban cuidando el campamento porque desde el Municipio les llegoacute orden de desalojar el predio Las cosas se iban aclarando fueron viendo doacutende estaba cada cual fueron perdiendo la ingenuidad Pensaron que ellas estaban lejos de la poliacutetica y que en Montevideo todo era de libros y leyes de decretos y de comisiones y de investigaciones de promesas y de olvidos La pregunta de por queacute estaban alliacute apareciacutea cada vez con maacutes frecuencia Cuando iban a lavar teniacutean que mendigar el agua a los vecinos que con lo que habiacutea pasado con la confusioacuten veniacutean menos por el campamento Recordaban cuando lavaban en el riacuteo la ropa se secaba al viento norte y teniacutea olor a sol y a aacuterboles Allaacute teniacutean mucho maacutes espacio tambieacuten a la hora de comer Toda la naturaleza les perteneciacutea Aquiacute en pocos metros cuadrados estaban encerrados entre los muros del terreno ajeno sin intimidad los gurises aburridos llorosos y asustados El estudiante de magisterio se volvioacute a Artigas teniacutea exaacutemenes pendientes Habiacutea colaborado durante toda la marcha y unas semanas maacutes Cuando se despidioacute fue muy triste para todos Aacutengela la enfermera que los acompantildeoacute se volvioacute al pueblo porque se enfermoacute su madre Dejoacute a los estudiantes de medicina la caja del botiquiacuten A veces no habiacutea ni medicamentos ni estudiantes luego se consiguioacute un meacutedico que haciacutea las urgencias en su consulta privada gratuitamente Las estudiantes de servicio social acompantildeaban a los que teniacutean seguimiento a los hospitales de salud puacuteblica para facilitar la gestioacuten y no dejarles chocar con el aparato burocraacutetico que se ensantildeaba con ellos cuando veiacutea que eran cantildeeros El duentildeo del baldiacuteo presentoacute una orden judicial de desalojo Al empleado del juzgado lo rodearon todos y lo escucharon tranquilamente Leyoacute el papel y cuando terminoacute dijo ndashiquestQuieacuten es el responsable Tiene que firmar aquiacute

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Todos se miraron Hubo un largo silencio La cara colectiva del grupo no moviacutea un muacutesculo Y a uno se le ocurrioacute decir ndashNo sabemos firmar Y un coro de voces reforzoacute ndashNo sabemos firmar El empleado judicial sonrioacute y dijo ndashBueno dicho y no dicho Tienen que buscar un abogado para que conteste este papelito porque las cosas estaacuten difiacuteciles para ustedes Buenas tardes Que lo pasen ustedes bien La Eva de Almada rompioacute el silencio Llamoacute a los gurises que acompantildeaban al hombre de los papeles hasta el boquete de la pared ndashGurises vengan parsquo dentro Aquel diacutea se comioacute en silencio se repartieron por familia las ollas con el guiso El pan en rodajas maacutes grandes que otras veces Tambieacuten habiacutea naranjas y manzanas que ellas trajeron del mercado Un atado de perejil en un frasquito oficiaba de florero en la cocina colectiva En el fogoacuten central el tacho enorme que haciacutea de olla con el agua calentaacutendose para que cada uno pase a limpiar su plato y lo ponga a secar al sol en una tabla que sirve de mesa y picadero La asamblea de mujeres se reuacutene en el centro del campamento Lentamente van llegando con el mate recieacuten hecho humeante ndashDicen que tenemos cuatro diacuteas para contestar el papel ndashA pie digo yo no vamos a volver al pueblo iquestNo ndashpregunta una de las mujeres ndashCon la cola entre las patas vamos a volver -dice otra ndashY mi suegra que me deciacutea ldquoNo vayan es peligrosordquo cuando nos vea volver con una mano atraacutes y otra adelante ndashYo a pie no vuelvo ndashTendriacuteamos que vender bonos para sacar plata para los pasajes de todos y somos muchos ndashiexclEs un montoacuten de plata tenemos que vender un antildeo parsquo sacar esa

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plata ndashTenemos cuatro diacuteas para contestar el famoso papelito Esta va en serio lo trajo escrito por juez ndashBueno ndashiquestQueacute vamos a hacer Con mirarnos las caras no ganamos nada ndashTenemos que encontrar una solucioacuten La cosa esta encaminada la comisioacuten estaacute trabajando dice otra ndashSi nos tenemos que volver nos volvemos Pero aquiacute nos tuvieron que escuchar ndashY nos tuvieron que ver para ver coacutemo vivimos ndashQue unos queden aquiacute y otros nos vamos como dicen los compantildeeros Y seguimos luchando para conseguir las tierras para trabajar Aquiacute y allaacute en Bella Unioacuten desde el Sindicato ndashiexclPorque no podemos esperar

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El asalto

Se interrumpe la transmisioacuten para dar una noticia ndashiexclUacuteltimo momento La rutina de la vida cotidiana de los montevideanos es sobresaltada por una noticia fuera de lo comuacuten Detenemos la tarea y escuchamos El receptor de radio nos deja con cantidad de interrogantes que no podemos contestar iquestCoacutemo iquestCoacutemo es posible ndashLos cantildeeros de Artigas asaltaron un banco en Montevideo ndashdice el periodista No lo podiacutea creer Ellos no eran delincuentes ndashFueron perseguidos chocaron con el auto y fueron apresados ndashcontinuacutea el locutorndash Se recuperoacute el dinero totalmente En la persecucioacuten los disparos de la policiacutea alcanzaron a uno de ellos que estaacute en el Hospital Militar Los otros dos fueron reducidos inmediatamente cuando regresaban por su compantildeero que estaba en el suelo herido El coche era un VW robado la noche anterior Los nombres son Santana de veintidoacutes antildeos Castillo de veintiocho y Vique de veintiseacuteis Todos ellos son puacuteblicamente conocidos como dirigentes del sindicato los cantildeeros que en este momento acampan en Montevideo ndashParece que no sabiacutean moverse en Montevideo y tomaron una calle a contramano Fue muy faacutecil apresarlos El parte meacutedico dice que el herido estaacute fuera de peligro El abogado del Sindicato Joseacute Diacuteaz que se presenta en la Jefatura de

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Policiacutea para informarse queda detenido e incomunicado tambieacuten La policiacutea rodea el recinto donde estaacuten acampadas las familias Nadie puede entrar ni salir Estaacuten incomunicados Se les toma declaracioacuten uno a uno y registran el lugar en busca de armas inexistentes Amenazan con llevar a los nintildeos al Consejo del Nintildeo Las madres se enfurecen No saben si es verdad o si lo dicen por meter miedo pero no estaacuten dispuestas a separarse de los hijos y no los sueltan de la mano Los sindicalistas y los amigos atentos a lo que estaba pasando damos vuelta a la manzana en pequentildeos grupos para que nos vean y sientan que estamos alliacute Asiacute caminamos hasta que la policiacutea se retira del campamento Entonces entramos ndashSe revolvioacute el hormiguero ndashdice una de las cantildeeras cuando me vio llegar con otras textiles con un perioacutedico en la manondash No entiendo nada Mejor dicho cada vez entiendo menos Dice que a la Celeste del Cachorrinho Julio Vique hoy la entrevistan en la televisioacuten Nos piden que las acompantildeemos a ir a ver la televisioacuten en alguacuten bar cercano para ver a la Celeste Solas no se animan a salir del campamento Aceptamos y allaacute vamos Nos dividimos en tres grupos para no llamar la atencioacuten Tambieacuten se incorpora alguacuten compantildeero ndashTodos calladitos ndashles dicen a los gurisesndash iexclNo pidan nada Soacutelo pediremos para sentarnos y ya estaacute No hay coca colas iquestEntienden Sino capaz que vienen los milicos otra vez y nos llevan a todos ndashle dicen a los nintildeos amenazantes y me guintildean el ojo ndashSiacute ndashdijeron a coro los gurises y se agarraron todos de las manos Me contaron que en algunos bares no las dejaron entrar en otros las dejaron pasar con simpatiacutea pidiendo que se portaran bien Los nintildeos miraban todo el mostrador las botellas los espejos las sillas pasaban la mano por la mesa de caacutermica Miraban Sentildealaban alguna cosa y se reiacutean tapaacutendose la boca tratando de hacer silencio y espiando a las madres para que no los rezongaran ndashiquestA queacute hora es ndash preguntoacute el mozondash iquestEn queacute canal

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Se acercoacute al televisor que estaba alto en un estante de madera recostado a la pared ndashEmpieza a las seis de la tarde La Celeste se fue hace dos horas la llevoacute una camioneta del Canal Fue con dos compantildeeras ndashSola no sale nadie del campamento ndashnos comentan preocupadas El mozo cambia lentamente los canales Cuando ven la cara de la Celeste los nintildeos sentildealan con los deditos asombrados y callados Ya estaba empezado el reportaje no sabiacutean cuaacutento rato habiacutea pasado La enfocan en un primeriacutesimo plano Una sonrisa desdentada florece en su cara que ocupa toda la pantalla de la televisioacuten Ella cierra encandilada un ojo ndashiquestUsted sabiacutea que se iba a producir un asalto cometido por los dirigentes del Sindicato de los cuales su marido es uno de ellos Hay ironiacutea en la pregunta Celeste de a poco se queda seria el entrecejo fruncido y habla ndashYo no sabiacutea nada todo estaba tranquilo en el campamento como todos los diacuteas Soacutelo que estamos cansados de pedir y que nos mientan En el campamento ya hay poco de comer tenemos algunos nintildeos enfermos Desde hace meses estamos a la intemperie y hace mucho friacuteo Ya hace meses que estamos aquiacute en Montevideo y nada Los dirigentes tambieacuten lo saben y sufren como nosotras Se sienten responsables y fueron a buscar la plata iquestDoacutende estaacute la plata En el Banco iquestno Yo no sabiacutea nada Ninguno de nosotros sabiacuteamos nada De las mujeres que estaban en el bar mirando el televisor sale una reflexioacuten que rompe el silencio ndashiquestQueacute hacemos aquiacute iquestQueacute esperamos Vaacutemonos Nos levantamos damos las gracias al mozo que cuando saliacuteamos llamoacute a los nintildeos y les dio dos botellas grandes de refresco No podiacutean esperar Se sienten manoseados Era todo muy sencillo de entender muy claro No entienden por queacute aquiacute no lo entendiacutean

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El regreso

El 29 de junio de 1964 despedimos a las familias de los obreros cantildeeros regresaban a Bella Unioacuten La Estacioacuten Central de ferrocarril de Montevideo se llenoacute de abrazos besos y adioses El tren cuando se puso en marcha se llenoacute de voces ndashiexclPor la Tierra y con Sendic ndashiexclNo podemos esperar ndashiexclTierra para trabajar Esos gritos de hombres mujeres y nintildeos que se alejaban con los puntildeos en alto asomados a las ventanillas nos estremecen nos convocan a no dejarlos solos Levantamos los puntildeos nosotros tambieacuten repitiendo las consignas como nuestras Las palabras del compantildeero Camargo resonaban todaviacutea ndashEmpezamos una nueva etapa de nuestra lucha Aquiacute quedoacute una delegacioacuten representativa de UTAA para seguir las gestiones frente a la Comisioacuten parlamentaria y los sindicatos montevideanos La gente volvioacute como pudo Los dirigentes quedaron unos presos y otros en la clandestinidad acusados de lo que no eran ldquosediciososrdquo Regresaron con las manos vaciacuteas a Bella Unioacuten y la experiencia del intento por vivir mejor Los que habiacutean hecho la marcha quedaron en las listas negras y no consiguieron trabajo al llegar

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En un terreno se hizo la olla sindical para que comieran los desocupados y sus familias Con el apoyo del sindicato bancario fabricaron un horno de ladrillos con que levantar la futura Policliacutenica Sindical en Bella Unioacuten que auacuten hoy existe Algunos no regresaron Se perdieron en la ciudad buscando trabajo Sabiacutean que allaacute lo tendriacutean muy mal los esperaba la ldquolista negrardquo Eran todos sospechosos peligrosos subversivos Se llevaron el cartel colgado al cuello ndashiexclEl tal desparramo de los peludos ndashme contaba la Eva de Almada cuando la encontreacute antildeos maacutes tardendash Unos parsquo Artigas otros parsquo Treinta y Tres a los arrozales porque deciacutean que habiacutea trabajo otros parsquo Rocha a probar suerte a la pesca iexclEl tal desparramo

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El peine amarillo

Mi hijo menor vivioacute en silencio todo lo que nos pasoacute Eso siacute no le gustaba ir a la escuela No queriacutea salir de casa si no iacutebamos nosotros tambieacuten nos agarraba de la mano teniacutea miedo a los sentildeores con uniforme Me di cuenta de eso un diacutea en la playa soplaba un fuerte viento y un marinero tocoacute el pito sentildealando la bandera amarilla eacutel se abrazoacute a mis piernas y lloroacute Una tarde sus hermanos estaacuten en la escuela eacutel duerme la siesta y yo doblo ropa Oigo el timbre y dos golpes secos en la puerta Abro la puerta me empujan hacia un costado Los nervios no me impiden decir ndashUn momento tengo a mi hijo durmiendo en mi cuarto Por favor Ellos llegan antes al dormitorio me dejan pasar Se despierta sobresaltado por las voces y despueacutes de un fuerte suspiro miraacutendolos a todos esas presencias extrantildeas pregunta ndashiquestDe matar mamaacute de matar Yo lo abrazo contra mi pecho y lo saco de la habitacioacuten Me quedo parada con eacutel en brazos contra la pared como me indican Buscan en casa lo que no hay Me dan permiso para sentarme con el nintildeo en la cocina Preparo la leche y espero Oigo conversaciones en el pasillo Una vecina me grita ndashiexclVoy a buscar los nenes a la escuela y los traigo a casa a mirar los dibujitos

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Ellos mientras se instalan en las sillas del comedor dispuestos a esperar Eacutel desde la cocina los observa en silencio Yo sentada con eacutel en la falda lo abrazo para sentirme maacutes segura Uno de ellos saca un peine de plaacutestico amarillo y se empieza a alisar el cabello entonces mi pequentildeo empieza a gritar ndashiexclMiacuteo miacuteo ndashsentildealaacutendolo con su dedito ndashiexclNo ndashle contestondash iexclNo Tu peine es igual que ese pero estaacute en el bantildeo Pido permiso para ir con eacutel a buscar el peine Alguien que parece que manda maacutes me autoriza Aprovecho a secarle las laacutegrimas ya no llora Le lavo la carita y lo peino con su dichoso peine de plaacutestico amarillo Se tranquiliza poco a poco y suspira Volvemos a la cocina Ahora la casa parece muy pequentildea estaacute toda ocupada me estaacute pareciendo asfixiante Por el pasillo oigo la conversacioacuten de la vecina y mis hijos mayores que riendo suben la escalera de prisa ndashYa llegaron ndashpiensondash iexclQueacute suerte La vecina me grita ndashiexclYa estaacuten en casa Tomaraacuten la leche aquiacute Maacutendame al chiquito Pido permiso para dejar salir al nintildeo A eacutel le explico que subiraacute solito que allaacute lo esperan sus hermanos Lo acaricio le doy dos besos y eacutel atraviesa el comedor Se dirige a la puerta Yo lo miro desde la cocina Tres antildeitos Tiene que ponerse en puntas de pieacute para alcanzar el pestillo Eacutel los sigue mirando a todos En el momento en que va a cerrar la puerta la abre nuevamente y le dice al del peine de plaacutestico amarillo ndashiexclPuta Cierra de un portazo y sale corriendo escaleras arriba Los compantildeeros del hombre del peine sueltan la carcajada cuando eacuteste se levanta raacutepidamente gritando ndashiexclGuacho de mierda El que parece que manda maacutes le dice ndashiquestNo se da cuenta que es un nintildeo Sieacutentese

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El del peine se traga la rabia y yo siento regocijo y un nudo en la garganta

Mariacutea Julia con sus hijos en su falda Felipe a sus pies Ernesto y a su derecha Joseacute Conrado (Principios de la deacutecada de los 70) Fotografiacutea Archivo personal

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Suipacha

Pasamos dos diacuteas en Paysanduacute en casa de un matrimonio amigo A la mantildeana del tercer diacutea ellos nos dejaron en el extremo del puente que va de Paysanduacute a Coloacuten (Argentina) Mis tres hijos llevaban mochilas a la espalda y yo un bolso con ropa en cada mano El sol estaba alto teniacuteamos mucho calor Mientras nos despojaacutebamos de los abrigos caminaacutebamos despacio por el angosto costado derecho del puente mirando al rio Uruguay deslizarse manso Los nintildeos estaban muy alegres pensando en el reencuentro con su padre a quien no veiacutean desde haciacutea meses Haciacutea diacuteas que sabiacutea que se habiacutea elegido esa frontera por la seguridad que ofreciacutea el compantildeero que nos llevoacute hasta la cabecera del puente del lado uruguayo Al otro extremo del puente nos esperaba mi marido En el trayecto al vernos caminar por aquel largo puente dos o tres autos pararon para llevarnos pero yo me negaba agradeciendo Ernesto de seis antildeos y Felipe de cuatro luego que el auto se alejaba deciacutean que estaban cansados y se sentaban en el suelo protestando porque no habiacutea aceptado subir al auto Pero yo no aflojaba no iba a correr el peligro de que nos detuvieran Empeceacute a cantar Manuelita y los dos maacutes pequentildeos comenzaron a cantar ndashiexclCherentildei amigo el pueblo estaacute contigo ndashgritaba Felipe ndashiexclNo Es maacutes lindo cantar Manuelita ndashdeciacutea yo

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Josecito que ya teniacutea doce antildeos se reiacutea ndashLos van a llevar presos ndashles deciacutea a los hermanos Nos acercaacutebamos a la otra orilla Las palmeras del lado de Coloacuten maacutes cerca cada vez ndashEl primero que vea a papaacute tiene premio ndashdijo Josecito Los tres a las risas corrieron a encontrarlo El padre nos esperaba con un auto prestado por un amigo argentino Habiacutea armado cerca de alliacute un campamento con toldos una carpa un fogoacuten hecho de piedras en el suelo y dos o tres cacerolas Los nintildeos tiraron las mochilas y corrieron alrededor del campamento Felipe se cansoacute y vino a pedirle brazos al padre Los hermanos lo miraban con deseos de hacer lo mismo nos sentamos todos en el pasto en ciacuterculo y empezaron las preguntas entrecruzadas de coacutemo esta allaacute y coacutemo estaacute aquiacute y doacutende vamos a vivir y la escuelahellip ndashiquestTrajiste el pase para la escuela y para el liceo y las partidas de nacimiento de los tres Cuando los nintildeos se durmieron hablamos con tristeza de lo que pasaba allaacute y aquiacute de los compantildeeros y sus familiares de todos los familiares y de los nuestros Joseacute se veiacutea cansado y preocupado A la mantildeana siguiente recorrimos los alrededores disfrutamos la tranquilidad del lugar el silencio el verdor Me sentiacutea segura otra vez aunque la Argentina estaba muy revuelta y no habiacutea garantiacutea ninguna de lo que fuera a pasar alliacute Me explicoacute que por eso habiacutea alquilado una casita en la Provincia en Haedo donde supuestamente pasariacuteamos maacutes desapercibidos La habiacutea conseguido un compantildeero socialista argentino que conociacuteamos desde haciacutea muchos antildeos y viviacutea a cinco cuadras de donde viviriacuteamos nosotros Alliacute no dirigiacuteamos al diacutea siguiente Del viaje a Buenos Aires recuerdo que los nintildeos reiacutean mucho estaban contentos y el padre tambieacuten Los miraba sonriente por el espejo retrovisor Yo estaba muy cansada habiacutea desmontado mi casa sola regaleacute muchas

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cosas otras no recuerdo que fin llevaron Eran cosas nada maacutes Entonces bajeacute la guardia y el cansancio me vencioacute Dormiacute la mayor parte del viaje Atraacutes habiacutean quedado los muacuteltiples allanamientos aquellos golpes en la puerta de la visita no anunciada unas veces de diacutea otras de noche metieacutendose en mi casa sin pedir permiso montando una ratonera tenieacutendome a miacute y a mis tres hijos de rehenes durante largas horas sentados en mis sillas utilizando nuestro bantildeo revolvieacutendome los cajones y los roperos buscando lo que no habiacutea Sentada en alguacuten rincoacuten esperando que mis hijos se durmieran vigilaba las visitas tratando de no demostrarles miedohellip Llegamos al Gran Buenos Aires pasadas las tres de la tarde Los amigos nos esperaban con comida Sus dos nintildeas maacutes o menos de la misma edad de mis hijos enseguida empezaron a jugar con ellos Suipacha 888 Haedo Provincia de Buenos Aires Argentina Alliacute empezoacute otra etapa de mi vida un nuevo hogar Ese mismo diacutea me di cuenta que mi madre y mis hermanas no podriacutean escribirme a esa direccioacuten por razones de seguridad Un pasillo largo y angosto al final de eacutel un alto portoacuten de hierro de dos hojas pintado de negro nos permitiacutea pasar a lo que seriacutea nuestra casa Era viejiacutesima teniacutea techos de zinc y cielorraso de espuma plast un gran fondo con dos aacuterboles y un patio de baldosas cubierto por un parral Todo era muy modesto pero pareciacutea amplio y coacutemodo Nos dijeron que estaban encargados los colchones y que llegariacutean esa tarde Desde Buenos Aires otros compantildeeros nos traeriacutean la ropa de cama Los varones se quedaron a esperar y las mujeres fuimos a buscar las cosas de cocinar a casa de nuestros compantildeeros Sentiacute que no estaacutebamos solos me encontreacute abrigada y penseacute que la solidaridad existe Esa noche hablamos con los nintildeos de la discrecioacuten y la seguridad escucharon silenciosos No seacute si entendieron Se enteraron que empezariacutean la escuela para no perder el antildeo escolar La casa tomaba forma Los objetos iban encontrando lugar igual

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que nosotros Compramos cuchetas para el cuarto de los nintildeos porque esperaacutebamosla llegada de un compantildeero que resultoacute ser Gargano Los diacuteas siguientes fueron tranquilos conocimos el barrio los lugares donde comprar la escuela a la que iriacutean y el liceo que quedaba pasando la viacutea del tren por la estacioacuten Haedo la plaza de deporteshellip Como era todo nuevo nos pareciacutea lindo y seguro La palabra exilio no estuvo en nuestro vocabulario hasta que fuimos a sacar el permiso de residencia para anotar los nintildeos en la escuela y poder trabajar nosotros Encontreacute una enorme cantidad de uruguayos que estaban en los mismos traacutemites y se acercaban a hablar con Joseacute de las peripecias que estaban pasando Las colas eran grandiacutesimas Me di cuenta que no era provisorio por algunos meses como creiacutea La gente estaba nerviosa el peronismo estaba revuelto y las calles inseguras Ese era el tema central de las conversaciones de los uruguayos Por razones de seguridad soacutelo Joseacute iba a los contactos poliacuteticos en la capital Yo estaba de acuerdo La relacioacuten de pareja entre nosotros se habiacutea deteriorado Yo quedaba en casa con nuestros hijos sabiacutea muy poco de sus actividades eacutel no me participaba de nada Yo estaba triste y confundida Seguiacutean llegando exilados a Buenos Aires De eso si hablaacutebamos y a la hora de los informativos escuchaacutebamos la radio en silencio No tuvimos TV hasta muchos meses despueacutes Pasaron dos meses Los nintildeos iban a la escuela y al liceo Despueacutes de comer yo me metiacutea en la cama lavaba los platos a uacuteltima hora de la tarde antes de la cena El diacutea no me alcanzaba para arreglar los cuartos La depresioacuten entroacute silenciosamente sin que me diera cuenta Teniacutea pesadillas con familiares y amigas Estaba totalmente aislada no teniacutea noticias de mis compantildeeras textiles no sabiacutea de Jorgelina ni de Delia Se me cortaron todas las comunicaciones perdiacute mi paiacutes mi familia las amigas las compantildeeras Atraacutes quedoacute mi militancia sindical y poliacutetica Sola no me animaba a tomar el tren y mucho menos el

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metro Joseacute me deciacutea que fuera al ldquoOncerdquo pero yo no era capaz de salir me pareciacutea que me perderiacutea entre tanta gente A penas lograba andar por el barrio La depresioacuten me halloacute ahuecada en la cama el lugar donde me sentiacutea maacutes segura No seacute si dormiacutea si sontildeaba no recuerdo si pensaba en lo que estaba viviendo Cuando los hijos volviacutean a las cinco del colegio me poniacutea en marcha como una autoacutemata Me encargaba de la ropa y de la limpieza de la cocina y el bantildeo El padre si estaba en casa se ocupaba de las compras de cocinar a medio diacutea y de dejar algo en marcha para la noche Por suerte siempre le gustoacute cocinar Joseacute estaba maacutes distante cada diacutea Llegaron los largos silencios La culpa un sentimiento que no habiacutea conocido antes llegoacute y se apoderoacute de miacute estrujaacutendome el pecho Culpa de marchar del paiacutes porque me salvaba culpa de ser mala madre porque les quiteacute a mis hijos las abuelas los tiacuteos y los compantildeeros de escuela Culpa por los compantildeeros desaparecidos muertos y presos Culpa culpa y maacutes culpa

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Viviendo el miedo

Mayo de mil novecientos setenta y seis Los Falcon recorren las calles de Buenos Aires las fuerzas represivas marcan presencia como paseando siseando como las serpientes sobre la tierra seca Se ocultan detraacutes de los vidrios oscuros Los peatones siguen caminando como si unos y otros fueran invisibles pero el sonido de ese auto es inconfundible Te sigue despacio Sentiacutes la mirada en la nuca como si un dedo invisible te tocara El sonido te presiona el hombro toma cuerpo y se hace presencia Fue un antildeo terrible Fueron capaces de matar a Gutieacuterrez Ruiz a Michelinihellip Desapareciacutean adultos y nintildeos Asesinatos desapariciones de uruguayos y argentinos Insomnio el oiacutedo y los muacutesculos alertas Los compatriotas cambian de viviendas el desparramo otra vez Los compantildeeros del Partido Socialista resolvieron que por estar su vida amenazada el padre de mis hijos teniacutea que marcharse a Espantildea Como hijo de espantildeol consiguioacute pasaporte Yo quedeacute con mis hijos sola en Haedo en la provincia de Buenos Aires iquestQueacute hacer Los dos maacutes chicos en la escuela primaria el mayor cursando segundo de liceo y yo asistiendo al liceo nocturno En el pueblo trabajaba en negro vendiendo ropa de nintildeas y de bebeacute en las pequentildeas tiendas del lugar Teniacuteamos poca produccioacuten artesanal a medias con una compantildeera Lo poquito que produciacuteamos se vendiacutea enseguida cinco o diez prendas y saliacuteamos a comprar madejas de lana o unos metros de tela para los vestiditos

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Miedo siacute mucho miedo pero habiacutea que hacer de tripas corazoacuten teniacutea mucho que cuidar como todas las mujeres Por correo acordamos con el padre que todos terminariacuteamos el antildeo escolar y luego regresariacuteamos a Montevideo porque en ese momento yo teniacutea maacutes miedo en la Argentina En Uruguay sabriacutea moverme mejor con familia y compantildeeros estariacutea maacutes segura Fueron los meses maacutes difiacuteciles para miacute andar en las calles con muchas precauciones la puntualidad No habiacutea lugar para las improvisaciones eso lo teniacutea muy claro No me sentiacutea tan sola teniacutea a mis hijos que me daban seguridad y los compantildeeros con quienes no dejaba de comunicarme trayeacutendome la informacioacuten y correspondencia en mano propia Hasta que una noche de diciembre de ese mismo antildeo a la hora de salir del liceo nocturno para adultos donde yo cursaba segundo curso encontramos a la directora de pie en la puerta del local y nos pidioacute que no salieacuteramos todaviacutea que un poco antes un coche con vidrios oscuros abrioacute la puerta de atraacutes y desde adentro alguien tiroacute un cadaacutever en la misma puerta del liceo Agregoacute que habiacutea llamado a la ambulancia que volvieacuteramos al aula hasta que lo levantaran y se lo llevaran Que luego salieacuteramos en grupos de acuerdo a la cercaniacutea de nuestros hogares Esto sucedioacute en el mismo Haedo en provincia supuestamente un lugar maacutes seguro Faltando pocos diacuteas para terminar las clases comprendiacute que era cuestioacuten de tiempo Nada era seguro Otra vez quedeacute en la retaguardia Los diacuteas pasaban maacutes lentamente que nunca Me tocaba desmontar otra casa por suerte una amiga se quedaba por las noches a dormir con nosotros Otra vez vender lo que pudiera y regalar el resto Como pasoacute en Montevideo me quedaba solamente recoger los pases escolares Tuve la tranquilidad de que mi amiga los recogeriacutea y los enviariacutea por correo Por otro lado el padre de los nintildeos preocupado por lo que se estaba viviendo por estos lados nos mandaba buscar Pero nosotros no teniacuteamos

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pasaporte para viajar a Espantildea teniacuteamos que llegar a Montevideo de cualquier manera No era faacutecil antes de irnos a la Argentina ya me lo habiacutean negado a miacute y a mis hijos chantajeaacutendonos para que no salieacuteramos del paiacutes Pero lo volveriacutea a intentar El uacuteltimo diacutea de clase les dije a mis hijos que volveriacuteamos a ver a la familia a las abuelas cosa que los puso contentos pero otra vez perdiacutean los amigos Felipe con cinco antildeos fue el maacutes expliacutecito El habiacutea plantado semillas de zapallo y teniacutea una gran calabaza en crecimiento ndashiquestQueacute va a pasar con mi zapallo iquestQuieacuten va a cuidar a Bandido miperrito Fuimos con los bolsos a la Chacharita a casa de compantildeeros a esperar por queacute viacutea viajariacuteamos a Montevideo Los compantildeeros nos sacaron pasajes en el Vapor de la Carrera que pareciacutea lo maacutes seguro porque en viacutesperas de Navidad saliacutea repleto de gente Llegamos a Montevideo Nos esperaba mi cuntildeado Los nintildeos contentos pensaban en los regalos de Navidad que les prometiacutea su tiacuteo Luis

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Otra despedida maacutes

El puerto tiene un olor especial Siempre lo vi desde el otro lado de la bahiacutea desde el Cerro donde viviacutea Lo sentiacutea tan lejanohellip y aquiacute estoy hoy en el centro de esta espiral que me trae me envuelve me aleja y me acerca Aquiacute entre un montoacuten de gente maletas y nintildeos saltando y riendo Unos se van otros se quedan se abrazan se tironean de la ropa retenieacutendose Vigilo las maletas donde van los recuerdos las fotos algunos libros que eligieron los nintildeos y alguacuten juguete del que no pudieron despedirse No permito que mis hijos se alejen de miacute tengo miedo de que se pierdan entre la gente o caigan al agua Me doy cuenta que transpiro y estoy temblando La gente se saluda otros lloran Se abrazan con fuerza Miro alrededor De un lado paredes grises galpones y guinches a mi espalda una pared se alza ancha y gris con pequentildeas ventanas donde no se asoma nadie Esta pared se mueve se balancea cruje El vaporcito que arrastroacute y trajo hasta aquiacute esta pared nos saluda dando pitos y bocanadas de humo La deja frente al muelle lo maacutes cerca posible de la orilla y se aleja lentamente Como un gran dragoacuten que dormitando nos espera y sabe que no nos resistimos estamos entregados mansamente a este viaje no esperado Me muevo en silencio me trago las palabras veo la gente que tambieacuten se mueve en silencio veo las abuelas que miran sin palabras Los nietos son de todas Las mujeres mayores se multiplican los nintildeos tambieacuten los que se

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quedan y los que se van son de todas Todos somos de todos y de todas Somos una masa que late y respira al uniacutesono todos juntos alliacute hacia distintos destinos Un estridente pitar nos sobresalta Se mueven las formas los grupos se acercan y se alejan Es como si mirara por un gigantesco caleidoscopio Se despiden El segundo pitar anuncia que el gigantesco dragoacuten poco a poco se despierta y nos tragaraacute uno a uno para dejarnos dentro de muchos diacuteas lejos muy lejos Esa gran pared abriraacute su boca Los besos las caricias el latido agitado de mi corazoacuten Hay que irse para rescatar las palabras el color el oiacutedo la vista Subo la escalerilla Se mueve y yo tiemblo custodiada por seis manitos que me guiacutean y aseguran Ellos no tienen miedo de ser tragados Miro hacia atraacutes y la vista se me nubla De pronto todo toma color la masa late y respira con nosotros nuevamente las miradas los adioses se hacen cercanos no es despedida los gritos traen un hasta luego multiplicado

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El Pesquero

Desde allaacute lejos desde Barcelona (Espantildea) a veces quiero recordar el cielo y el verano del Uruguayhellip A cinco quiloacutemetros del pueblo entre los meacutedanos y el oceacuteano estaacuten los ranchitos de paja de los pescadores Fueron construidos por los pescadores en la misma playa con troncos de eucaliptus juncos cantildeas y tablas que trae el mar El aire los atraviesa como a un colador Andreacutes iba todos los antildeos y habiacutea hecho muchos amigos alliacute El antildeo anterior se habiacutea entusiasmado con la idea de formar una cooperativa de pesca pero los pescadores no la creyeron necesaria estaban acostumbrados a que cada familia trabajase para si Aquel enero Andreacutes nos prestoacute el rancho El lugar era espleacutendido El verano permitiacutea que nos quedaacuteramos hasta tarde por las noches disfrutando el espectaacuteculo que nos anunciaran los pescadores del lugar Se escuchaba el sonido del mar la oscuridad nos regalaba un cielo tan estrellado como nunca habiacuteamos visto y las olas llegaban a la orilla con espuma fosforescente De mantildeana pasaba una sentildeora que vendiacutea pan y unos bollos dulces muy ricos recieacuten hechos por ella Adentraacutendose en el oceacuteano se conseguiacutea pesca mayor atunes tiburones etc Los pescadores saliacutean al mar en unas embarcaciones endebles de madera que no se podiacutea creer que entraran unas millas en el oceacuteano Cada diacutea

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se jugaban el regreso Cuando saliacutean al mar tiraban las redes y las dejaban alliacute amarradas a las boyas durante dos diacuteas luego iban a recogerlas Cuando los enormes animales atrapados cansados de luchar se atontaban los arrastraban hasta la orilla y los remataban a palazos Entreveradas en las redes apareciacutean mantandashrayas del tamantildeo de un paraguas abierto que peleando entre la vida y la muerte sacudiacutean peligrosamente su cola venenosa los pescadores la cortaban con un solo golpe de machete Al llegar las embarcaciones a la orilla todas las mujeres corriacutean hacia ellas con ganchos y cuchillos Luego llegaban los cerdos y los perros y por uacuteltimo los nintildeos pequentildeos La faena empezaba ahiacute mismo cortando el pescado en lonchas Trabajaban con rapidez Tiraban las viacutesceras a los cerdos que comiacutean ruidosamente gruntildeendo Los perros aprovechando la distraccioacuten colectiva corriacutean a las gallinas que intentaban acercarse Alrededor de los ranchos en los meacutedanos grandes caballetes de madera sosteniacutean las tablas ruacutesticas donde colocaban las grandes lonchas de pescado que alliacute mismo salaban colgaban y dejaban secar al sol diacuteas y diacuteas daacutendolas vuelta y recogieacutendolas por las noches para que no se humedecieran con el rociacuteo Asiacute elaboraban el bacalao Eso y remendar las redes que llegaban rotas era trabajo de las mujeres Las mujeres no participaban en la comercializacioacuten del bacalao ndashEs cosa de hombres ndashme deciacutean alcanzaacutendome un matendash Nosotras no entramos ni salimos Me contaron que el precio siempre lo fijaba el intermediario que es quien tiene los camiones y el dinero El intermediario esperaba en la carretera Algunas familias estaban mejor econoacutemicamente y teniacutean caballo y carro propio para transportar el pescado hasta la carretera que quedaba a tres kiloacutemetros Los demaacutes caminaban con su pescado a cuestas

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Los pescadores se sienten con las manos atadas sin locomocioacuten y lejos del mercado donde se fijan los precios Siempre son los que ganan menos y arriesgan maacutes hasta la vida arriesgan en el mar ndashVos no teneacutes otra forma de venderlo teneacutes que morir en el intermediario ndashdeciacutean Las mujeres conseguiacutean su dinerito el que era de ellas juntando mejillones entre las rocas del Cerro Verde empapaacutendose de la cabeza a los pies y resbalando peligrosamente en las rocas verdosas de musgo muy filosas Cargaban las pesadas bolsas de arpillera repletas de mejillones sobre sus espaldas doblando el cuerpo y caminando por la orilla del agua hacia los hoteles compradores que se encontraban a cuatro o cinco quiloacutemetros de distancia Pareciacutean hormiguitas tambaleaacutendose con su carga de treinta o maacutes quilos Caminaban descalzas abriendo muy bien los dedos de los pies para mantener el equilibrio Lo que ganaban se lo gastaban en el Chuy comprando alguna blusa dulces enlatados yerba azuacutecar aceite ndashCuando hay cambio de luna y hay bajante marina se pueden sacar muchos maacutes mejillones entonces el precio es cada diacutea maacutes bajo Los hoteles tiran abajo los precios y los camioneros se aprovechan pagando cada diacutea menos Ellas van dejando la carga al borde de la carretera Si el precio no le conviene al camionero se los deja pudrir al sol asiacute que cuanto maacutes mejillones menos se les paga Al final ellas tienen que aceptar el precio para salvar los diacuteas de trabajo y la mojadura ndashMierda nos pagan mierda Este trabajo es propio de mujeres o de los muchachitos que acompantildean a sus madres que por su edad todaviacutea no salen al mar Muchas de estas mujeres padecen problemas de columna y prolapso Pero todos en general son fuertes de salud son parte de la naturaleza del lugar rostros curtidos por el aire salado del oceacuteano y mejillas enrojecidas por el sol Los nintildeos pequentildeos juntan mandiacutebulas de tiburoacuten estrellas de mar

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caracoles veacutertebras de tiburoacuten con las que hacen collares para vender a los turistas que llegan al pesquero para adornar las casas de Montevideo Los visitantes se acercan con sus caacutemaras los fotografiacutean y les dejan algunas monedas Durante el invierno por la orilla del mar por la arena dura van cada diacutea a la escuela del pueblo En grupo acompantildeaacutendose como los pececitos caminan esos cinco quiloacutemetros Regresan recogiendo estrellas de mar y caracoles para vender cuando llegue la temporada de los visitantes Mientras tanto sus padres y madres tejen y remiendan las redes preparando la faena diaria

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Regreso sobre mis pasos

Diciembre de 1994 Llego a Bella Unioacuten una pequentildea ciudad del Norte de nuestro paiacutes en Artigas buscando algunos recuerdos perdidos por alliacute hace ya treinta antildeos rostros sonrisas amigas Amanece El pueblo no cambioacute tanto Compramos galletas para el desayuno Charito me pondraacute en contacto con las mujeres que quiero entrevistar aquellas de la marcha del 64 Ana Mariacutea Silva la que recibioacute el balazo en la pierna aquella adolescente que llegoacute a Montevideo en la marcha cantildeera con ilusioacuten de ver la capital Hoy tiene treinta y ocho antildeos Me recibe en su casa estaacute contenta de verme y me cuenta que tiene cinco hijos tres de los cuales estaacuten casados iquestQueacute fue de las mujeres del Sindicato de UTAA iquestDoacutende estaacuten En su rancho hay cinco nintildeos entre uno y doce antildeos dando vueltas riendo o peleando ndashiexclSacando de las casillas ndashdice Los dos mayores son de ella los tres pequentildeos de la hija que trabaja lejos en la Barra de Cuaraiacute y Ana Mariacutea se los criacutea Tiene cinco ldquocrianccedilasrdquo a su cargo El marido desocupado va haciendo changas donde puede y como puede Me dice que en Montevideo eacutel trabajaba en muchas cosas pero aquiacuteestaacute difiacutecil Ana pasoacute seis operaciones en la pierna estuvo largas temporadas internada en Traumatologiacutea Teniacutea que estar en Montevideohellip

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ndashhellipPor lo de los meacutedicos Viviacuteamos en el barrio Borro Nos volvimos a Bella Unioacuten hace ocho antildeos porque creiacuteamos que habiacutea maacutes trabajo y porque pensaacutebamos que era mejor para criar los hijos aquiacute pero soacutelo encontramos el hambre y la desocupacioacuten Ana tambieacuten trabajoacute aquiacute y allaacute de domeacutestica Cambiando de conversacioacuten me dice que estaacute cansada de meacutedicos que la uacuteltima vez le dijeron que le teniacutean que fijar el tobillo de la otra pierna porque lo teniacutea muy mal por caminar torcido y que la columna la teniacutea totalmente desacomodada por lo mismo Pero ella no aceptoacute esa uacuteltimaoperacioacuten que significaba que quedariacutean riacutegidas las dos piernas para siempre Eso no lo aceptariacutea jamaacutes dijo preocupada Estaba cocinando una salsa de tomate Una simpaacutetica sonrisa no abandona su rostro al mirarme Estaacutebamos sentadas debajo del parral Su marido atendiacutea con carintildeo a los nintildeos para dar tiempo a nuestro encuentro Ana tiene el pelo atado con un pantildeuelo verde que deja ver un pelo negro con alguacuten mechoacuten entrecano Viste una blusa larga blanca y una falda floreada Un delantal gris ata a una mujer preocupada por su cuerpo y por su salud ndashTuve que adelgazar quince kilos este antildeo porque no caminaba ya Trabajeacute aquiacute de limpiadora en una panaderiacutea por las galletas el pan y la leche pero no pude aguantar Ahora estoy en casa Gestioneacute hace dos antildeos la jubilacioacuten por invalidez estoy esperando Dicen que me saldraacute por unos cuatrocientos pesoshellip iquestQueacute hago con esa plata Nada ndashSeacute que terminareacute a los cincuenta antildeos postrada en una silla porque cada vez tengo maacutes dolores de huesos y tomo maacutes calmantes pero ni plata para medicamentos tengo ya se sabe primero estaacute la comida iquestA quieacuten le reclama ella esa invalidez por el balazo recibido a los quince antildeos de edad por un policiacutea que ni siquiera sabe quieacuten es iquestA quieacuten le reclama iquestA queacute gobierno iquestA queacute institucioacuten Los nintildeos juegan corren alrededor de la casa con paredes y sin techo Su marido levantoacute paredes hasta la viga pero no lo pudieron terminar Corren

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detraacutes de un gato que les regalaron para aumentar la familia Tienen las cosas tapadas con lonas porque parece que va a lloverhellip el verano vino llovedor Me pregunta por la Chela ndashiquestLa has visto ndashSiacute vive en Montevideo a veces la veo Chela Fontora tiene ahora cuarenta y siete antildeos una hija de su primer matrimonio y un nieto Pasoacute catorce antildeos en la caacutercel en total Se habiacutea incorporado al movimiento tupamaro cuando se dio cuenta que con las ldquomarchas no alcanzaba para nadardquo Cayoacute presa en 1970 la primera vez como integrante del MLN y dirigente de UTAA Salioacute de la caacutercel cuando salieron todoshellip en 1985 Se casoacute nuevamente Vive en Montevideo porque tiene controles meacutedicos regularmente Ahora trabaja en temas sociales en un organismo de ayuda a las mujeres maltratadas Siempre fue sensible al tema y no tolera la injusticia No se alejoacute de su gente Estaacute atenta a lo que pasa en el Nortehellip donde estaacuten los suyos Su hija estaacute en el movimiento de mujeres que hicieron la marcha desde el pueblo Gomensoro por fuentes de trabajo agriacutecolas de esto hace ya dos antildeos A la Chela la encuentro muy seguido en actos acontecimientos sindicales y velorios Sabemos que caminamos en el mismo sentido en el tema mujer Escribioacute ldquoMaacutes allaacute de la pobrezardquo agotado raacutepidamente Cuando una vecina se entera que estoy alliacute y hablamos de Chela trae a su madre que me cuenta de aquella eacutepoca Se agranda la rueda de matehellip Dontildea Lola no fue a la marcha No pudo teniacutea dos nintildeas pequentildeas y su marido trabajaba Ya no estaba viviendo en la azucarera se habiacutea casado con un policiacutea que antes habiacutea sido obrero de la cantildea Pero recuerda toda la preparacioacuten de la marcha no se perdiacutea un acto y aplaudiacutea mucho a la Chela

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Fontora porque era jovencita y hablaba muy claro Dontildea Lola sabiacutea de queacute hablaba en UTAA y sentiacutea la misma bronca que sentiacutean ellos ldquolos peludosrdquo porque ella tambieacuten peludioacute allaacute por el antildeo 1948 cuando llegoacute con su familia desde Tres Cruces departamento de Artigas ndashCuando nos fuimos de alliacute nos deciacutean los vecinos ldquoNo se vayan a CAINSA van al azucaral a agarrar un toro mundialrdquo ldquoEntorarserdquo es tener una pobreza muy grande ni plata ni trabajo ni comida nada Eso es entorarse Pero todos emigraban para las azucareras que era trabajo nuevo ndashNosotros tambieacuten nos fuimos al azucaral por la novedad Nosotros trabajaacutebamos muy duro para ayudar a papaacute La zafra dura cuatro meses se trabaja a destajo a un tanto ldquola luchardquo ndashUna lucha es una cantidad prefijada de surcos trabajados ndashPor cada lucha te dan un vale no te dan plata despueacutes los canjeas Las mujeres trabajaban fuerte en la cantildea Algunas cortaban cantildea a la par de los hombres machete en mano las mujeres solas con hijoshellip Mi madre estaba en casa porque habiacutea nintildeos pequentildeos Mi hermana y yo despuntaacutebamos cantildea acarreaacutebamos carpiacuteamos y a veces papaacute nos llevaba a ldquomontearrdquo Mi hermana y yo tuvimos suerte porque despueacutes de dos antildeos en ldquochacra ldquo (limpieza del suelo alrededor de las plantas nuevas) dentro del cantildeaveral nos llevaron a trabajar en la faacutebrica Alliacute trabajeacute tres antildeos maacutes En la faacutebrica es distinto pasan otras cosas como en cualquier lugar supongo Yo le pregunto ndashiquestQueacute cosas pasan ndashCosas aprovechamientos abusoshellip ndashAhora se dice acoso sexual ndashSiacute recuerdo que teniacuteamos otro trato las que trabajamos dentro de la faacutebrica Los hombres de la oficina siempre se tiraban un lance

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Sonriacutee ldquoUn diacutea un ingeniero que veniacutea desde la capital contratado para la zafra me dijo ndashiquestQueacute haces el domingo ndashNada ndashle dije ndashiquestPor queacute no nos vamos al riacuteo Llevaacute a tu hermana y yo llevo un amigo para ella Me puse maliacutesima ndashiexclNosotras no acostumbramos iexclSinverguumlenza iexclMosquito eleacutectricordquo ndashiquestPor queacute le dijiste eso ndashPorque eacutel era muy nervioso y chiquito Dontildea Lola suelta una carcajada ndashSe ganoacute el apodo para toda la zafra porque yo le conteacute enseguida a todas mis compantildeeras y todas se reiacutean de eacutel al verlo pasar La verdad que lo pasoacute mal Siempre teneacutes que estar alerta a que no te pasen por arribahellip En la faacutebrica tambieacuten es jodido trabajar Charito me viene a buscar para ver a Dontildea Eva Eva Araujo la primera esposa de Bandera A esta amiga la busqueacute en Bella Unioacuten pero estaba ldquopara la Barra de Cuaraiacuterdquo seguacuten me informaron sus hijos cuidando a sus padres que son ancianos estariacutea alliacute por unos diacuteas Alliacute llegueacute buscando una casilla de madera pintada de verde rodeada de plantas de aspecto muy humilde La direccioacuten que me dieron no era muy clara me costoacute encontrarla Mientras sus padres dormiacutean la siesta Eva tomaba mate apoyada en el portoacuten mirando la calle distraiacutedamente Asiacute la encontreacute Al principio no me reconocioacute pero fue muy faacutecil el reencuentro Despueacutes de los saludos la convoqueacute al recuerdo de aquella marcha de 1964 Me explica que tambieacuten fue a la del 1962 y a la de 1968 pero volvimos a la que me interesaba a ubicar ese tiempo de encuentro de acontecimientos vividos cotidianamente

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ndashYo teniacutea veinticuatro antildeos en aquella marcha y teniacutea tres hijos Cuando llegamos a la capital nos alojamos en la Asociacioacuten de Estudiantes de Medicina Estaacutebamos alliacute ocho familias habiacutea unas diez piezas entre todos teniacuteamos veinticuatro nintildeos los mayores eacuteramos diecisiete Estaacutebamos en pleno centro cerca del Palacio Legislativo y a pocas cuadras del campamento de la calle Cuntildeapiruacute donde nos reuniacuteamos todos los diacuteas Me cuenta que es brasilera que sus padres vinieron a trabajar al Uruguay que ella trabajoacute desde nintildea con su familia regando despuntando cantildea levantando boniatoshellip Cuando se ldquoaparejoacuterdquo con Bandera eacutel no la dejoacute trabajar maacutes en la tierra entonces trabajoacute en otra cosa haciacutea pan caseropara vender empanadas lavados de ropahellip Siempre trabajoacute ndashViviacutea con mi familia dentro de CALPICA el ingenio azucarero En esa marcha ella dejoacute el rancho para ir a Montevideo dejoacute sus cositas lo poco que teniacuteahellip Apronta nuevamente un mate y me alcanza una empanada calentita ndashiquestQueacute haciacuteas en esa marcha queacute tareas ndashYo en esa marcha lo que haciacutea era mantener limpio el local Y se riacutee como quien dice ldquoiexclOtra cosa no podiacutea hacerrdquo ndashEra muy grande lo haciacuteamos entre todas pero como yo teniacutea mi chiquita de dos meses me quedaba maacutes tiempo en el local y los demaacutes se iban a manifestaciones o gestiones se llevaban los maacutes grandecitos los que no pediacutean brazos asiacute que casi siempre me quedaba yo Ese invierno era muy friacuteo y muy llovedor me acuerdo que todos llegaban con los pies embarrados costaba mucho mantener el local limpio Lo tomeacute como mi trabajo ndashAlliacute nos traiacutean la ropa comida juguetes gente amiga que veniacutea de todos lados ndashTambieacuten cocinaacutebamos para nuestro grupo separados de la olla del campamento de Cuntildeapiruacute para no desplazarnos de aquiacute para allaacute con la gurisada comiacuteamos bienhellip

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Se queda como pensando ndashRecuerdo que teniacuteamos miedo al traacutensito Un diacutea un oacutemnibus atropelloacute a dos nintildeas chiquitas que se nos escaparon para ir a la panaderiacutea que quedaba a dos cuadras Se fueron solitas y cruzaron sin permiso la avenida General Flores no les pasoacute nada porque frenoacute muy a tiempo cerquita de ellas las pechoacute y las volteoacute iexclQue susto ndashTodo eso teniacuteamos que cuidar las mujeres ndashse riacuteendash Como siempre como en casahellip Eva tiene una cara muy linda a pesar de los antildeos y muy serena habla pausado Se le ve sin rencores asumida a siacute misma en esa suerte de mujer sola que le tocoacute vivir ndashiquestCoacutemo terminaste esa marcha iquestcuaacutendo decidieron volver ndashCuando volvimos a Bella Unioacuten nosotros volvimos en tren y los ldquomonosrdquo (los bolsos los paquetes) los traiacutea un camionero del mercado que veniacutea siempre vaciacuteo para Bella Unioacuten Esa noche nos detuvieron en Colonia Palma y la policiacutea no nos dejaba entrar al azucaral ldquoPasamos la noche a la intemperie un friacuteo horrible no teniacuteamos ni abrigo ni frazadas todo se nos fue en el camioacuten A la madrugada nos soltaron a todos iquestPero sabeacutes lo que pasoacute nos incendiaron los ranchos en CALPICA en la propiedad del patroacuten deciacutean eso que estaacutebamos en la propiedad del patroacuten y que no podiacuteamos reclamar nada eso deciacutean que no sabiacutean quieacuten fue que los quemoacute y quieacuten va a serhellip iexclNosotras siacute sabiacuteamos Me quedeacute sin nada soacutelo con lo puesto ldquoAsiacute nos quedamos en un campo baldiacuteo de Bella Unioacuten Armamos una casilla con las cosas que acarreaacutebamos de todos lados palos latas cartoacutenhellip Hice colchones con bolsas blancas de azuacutecar que los compantildeeros me traiacutean y adentro lo relleneacute con pasto seco con gramilla y asiacute empeceacute de nuevo de la nada ldquoCon maacutes dificultades Mi marido era dirigente de UTAA y como todos marchoacute en la lista negra y no encontraba trabajo Yo fui sacando la

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familia adelante con lavados para afuera y el contrabando de la Barra de Cuaraiacute compraba y vendiacutea cualquier cosa yerba aceite azuacutecar ropaCuando no teniacutea plata para contrabandear haciacutea pan empanadas y pizza para vender luchando todos los diacuteas dieciseacuteis antildeos fuera de casa y yo sola con siete hijos pero a todos mis hijos los mandeacute a la escuela terminaron primaria y tres quisieron seguir secundaria ndashiquestSon todos hijos de Bandera ndashSiacute todos de eacutel Cuando eacutel se fue yo teniacutea siete hijos para tirar adelante ndashiquestY Bandera doacutende estaacute ndashEacutel vive en Montevideo Estaacute enfermo Si eacutel tuvo otras parejashellip No yo nohellip estoy solahellip no con mis hijoshellip tengo nietos tambieacutenhellipndashdice contentandashsigo trabajandohellip tengo cincuenta y cuatro antildeos siacute clarohellip estoy muy bienhellip siacute mis hijos y yo estamos siempre con la Policliacutenica porque luchamos por todo estohellip y aquiacute estamos yo me quedeacute siempre aquiacuteY seguimos con UTAA Al diacutea siguiente me visitoacute en casa de Charito otra mujer de aquel tiempo Mariacutea Margarita Torres la Lucha le deciacutean en el pueblo Teniacutea veintidoacutes antildeos en la marcha de 1964 y traiacutea sus tres hijos pequentildeos Tuvo catorce hijos ndashTodos del Amaral ndashdicendash Vine porque siacute a la marcha Eacutel no me dejaba ir a las reuniones ni ir a la marcha pero yo le dije si las demaacutes van iquestPor queacute yo no puedo ir Asiacute que me fui yo tambieacuten Porque yo era trabajadora me crieacute en las chacras con el salario familiar Fui de las primeras mujeres que hablamos de sindicato con dieciocho antildeos recorriacuteamos los ranchos una gurisahellip Claro ndashiquestCon quieacuten ibas ndashIba con mi padre con Rauacutel Sendic con otros Siacute era jovencita pero me gustaba el sindicato Fui a la marcha no soacutelo por ir sino ldquopor no agachar la cabezardquo como deciacutea Rauacutel Y fui con tres hijos chicos con ellos me sentiacutea fuerte Cuando llegueacute a la Capital no conociacutea a nadie alliacute me sentiacutepequentildea era todo tan grande la casa el traacutensito todohellip Pero dentro de miacute

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habiacutea algo que me deciacutea que teniacutea que seguir adelante como deciacutea Rauacutelhellip Yo era rebelde ndashiquestEras de la comisioacuten de mujeres en esa marcha ndashSiacute yo saliacutea en la Marcha como las demaacutes en algunas gestiones y tambieacuten saliacute de pegatina Un diacutea estaba con tres compantildeeros yo llevaba el tarro con engrudo y los rollos ellos eran maacutes altos y podiacutean pegar los carteles maacutes arriba de repente los compantildeeros tiraron los afiches y salieron disparando no me dieron tiempo ni a preguntar queacute pasaba y me quedeacute sola mireacute para atraacutes y vi una patrulla de los milicos Se acercaba despacito me agacheacute contra un auto que estaba parado y despueacutes me metiacute debajo rodando Los milicos pasaron y no me vieron espereacute que se fueran No perdiacute ni un rollo ni el pincel ni el balde ellos me dejaron todo tirado y rajaron Cuando pude me fui al campamento Mis compantildeeros llegaron despueacutes tranquilos y a las risas contando la hazantildea No se preocuparon por miacute ndashiquestPor queacute no me avisaron les reprocheacute Tambieacuten vendiacutea bonoshellip Los hijos los dejaba con las otras compantildeeras que quedaban en el localhellip Si estaba tambieacuten en las asambleas de mujeres del campamento Eran pocas las que hablaban y opinaban dos o tres la mayoriacutea de las mujeres callaban escuchaban saliacutea alguacuten personalismo si alguna que queriacutea sobresalir hablando ndashiquestTe sentiste valorizada por los compantildeeros hombres del sindicato en ese periacuteodo ya que eras tan militante ndashSiacute ellos queriacutean que nosotras opinaacuteramos y nos deciacutean que eacuteramos todos iguales Treinta antildeos despueacutes Margarita Torres estaacute en Bella Unioacuten porque nunca se fue de alliacute y crioacute sus hijos sola sacoacute la gurisada adelante Ahora tiene cincuenta y dos antildeos y trabaja en la chacra todaviacutea en la chaucha en el tomate en el choclo y me cuenta que ahora en 1994 se pagan las ocho o nueve horas de trabajo a treinta pesos

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ndashEs un trabajo duro a destajo tanto trabajas tanto ganas asiacute que te matas para ganar un poco maacutes Tambieacuten trabajeacute en el hospital de Bella Unioacuten me despidieron por ser cantildeera de corazoacuten por las represalias en el antildeo 1980 en plena dictadura ndashiquestY tu marido ndashCuando volvimos de la marcha porque hicimos todas la del sesenta y dos la del sesenta y cuatro la del sesenta y ocho quedaba en las listas negras y no conseguiacutea trabajo despueacutes estuvo preso tres antildeos y al final se quedoacute por Montevideo y ahora es viejo y estaacute enfermo allaacute en la CapitalQuiso volver conmigo y se vino estuvimos un tiempo juntos pero no fue posible yo le puse las cosas muy claras Preferiacute seguir sola sin que nadie me mande Estoy cerca de mis hijos y nietoshellip Yo sigo en la lucha en la zafrahellip en la recoleccioacuten aunque sea por treinta pesos al diacutea que se le vaa hacer pero yo sigo en el Sindicato y trabajo con Charito para la Policliacutenica para eso estamos Trabajamos para el festival de cada antildeo para sacar fondos Y vendiendo entradas me recorro todo el pueblo A la China la busqueacute y la encontreacute en Bella Unioacuten treinta antildeos despueacutes en la misma casa de siempre ahora mejorada Me cuenta que tiene los hijos casados que dos de ellos pudieron estudiar y trabajan Nos alegramos al vernos No tenemos prisa Salen y entran dos nietos que se mueven por la casa uno de los hijos estaacute arreglando algo en el fondo se escuchan las risas de los gurises que se acompasan con los golpes del martillo Recordamos aquella eacutepoca y me cuenta que a aquella marcha ella fue dice de casualidad casi obligada por las circunstancias Se riacutee se acomoda en la silla dispuesta a contar Arregla el mate que estaacute con mucha yerba con los dedos graciosamente y dice ponieacutendose seria ndashYo habiacutea quedado viuda con criaturas chicas y estaba interesada en cobrar la pensioacuten por eso me acerqueacute a los del Sindicato Porque mi marido trabajaba en la faacutebrica en la azucarera y en el ingenio ellos fueron los que me

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explicaron como teniacutea que reclamar la pensioacuten asiacute fue como los conociacute El primer local de UTAA se lo di yo a los compantildeeros Teniacutea una pieza chiquita en el fondo de casa que no necesitaba tanto y ellos no teniacutean donde reunirse Al sindicato veniacutean muchos en esa eacutepoca entraban y saliacutean a cualquier hora La miseria en que quedeacute me despabiloacute y entreacute a buscarme caminos Yo en esa eacutepoca teniacutea una especie de venta asiacute nomaacutes sin permiso vendiacutea tabaco y yerba que traiacutea maacutes barato de contrabando Le vendiacutea a los vecinos y a los muchachos del Sindicato tambieacuten y les calentaba el agua para el mate y se las alcanzabandash se sonriacutee otra vez como que le cuesta hablar deaquello Veo que es una linda mujer tiene gracia en el hablar y en la mirada estaacute vieja dice pero yo la veo muy bien en sus sesenta y pico ldquoUn diacutea me llevaron presa y sin saber por queacute Pasaban las horas y en la comisariacutea no me explicaban nada parada alliacute de plantoacuten Cuando pasoacute el comisario cerca miacuteo le toqueacute el brazo y le dije ndashOiga iquestpor queacute estoy aquiacute ndasheacutel me hizo un gesto con el brazo como sacaacutendome de encima y dice ndashiexclHabrase visto una china maacutes atrevida y sinverguumlenza A miacute me dio tanta rabia que cuando empezoacute a caminar de atraacutes yo le tironeeacute la chaqueta tan fuerte que le volaron dos botones iexclCalabozo conmigo Paseacute toda la noche asiacute que recieacuten al otro diacutea me entereacute que la denuncia me la puso el meacutedico del pueblo porque las de la Casa de Mujeresle dijeron que yo teniacutea este negocio en casa y que yo trabajaba sin permiso y sin libreta de saludrdquo ndashiquestQueacute pasoacute como fue eso iquestUna casa de mujeres ndashSiacute Como veiacutean entrar tanta gente tantos hombres por el costado del rancho deciacutean que yo teniacutea ldquoCasa de Mujeresrdquo clandestina iexclMentira iexclQueacute rabia me dio Estariacutea sentildealada en todo el pueblo y yo sin saber nada Sin embargo lo que se estaba haciendo al lado era el Sindicato de UTAAPor eso veniacutean hombres a cualquier hora Veniacutea Sendic y otros que yo no

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conociacutea de lejos veniacutean a piehellip pero yo quedeacute sentildealada como una puta en todo el pueblo -La rabia del primer momento me dio por ir a la casa del doctor que me denuncioacute porque yo queriacutea arreglarlo por mi cuenta Espereacute al meacutedico en la puerta de su casa despueacutes que su esposa me dijo que no estaba y que volveriacutea maacutes tarde Teniacutea tanta rabia que le bajariacutea los dientes a trompadas Eacutel se escondiacutea porque yo eso lo deciacutea en voz alta a todos los que me quisieran oiacuter la mujer miraba entre las cortinas y se escondiacutea tambieacuten Pero yo sabiacutea fijo que estaba dentro porque en la puerta alliacute estaba su auto negro Le hice praacutecticamente guardia durante horas despueacutes me fui a mi casa y las vecinas y los del Sindicato me amansaron asiacute que lo dejeacute todo tranquilohellip pero me rondaba en la cabeza -A las tres de la mantildeana no podiacutea dormir decidiacute ir a pedir permiso policial para abrir yo una Casa de Mujeres Esto me lo penseacute mucho mucho ya que estaba sentildealada como que habiacutea y no habiacutea ellos el doctor y las mujeres incluso el comisario me obligaron a hacerlo y saqueacute el permiso -Cuando a la semana me lo dieron fui a Cuaraiacute a buscar una pupila y me traja a la Flaca -Lleveacute a mis hijos a la casa de mi suegra y empeceacute el negocio que me trajo maacutes problemas que ganancias dos por tres estaba otra vez en comisariacutea por ldquorintildeas y disputasrdquo -Lo que pasaba era que a los que no queriacutean pagar las ldquofacturasrdquo yo les ldquoarrimaba la ropa al cuerpordquo ndashy hace un gesto de arremangarsendash y claro despueacutes de pagar como Dios manda iban a la comisariacutea y me denunciaban asiacute que pasaba en liacuteos nomaacutes Es muy difiacutecil llevar a los clientes y que no se pasen contigo porque sos mujerhellip ndashiquestY los del Sindicato donde funcionaban iquestAquiacute mismo ndashNo Ellos eran independientes pasaban por el costado por otro portoacuten porque una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa vos me entendeacutes Maacutes o menos yo iba regentiando la casa pero tuve un problema con mi pupila por

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cosa de hombres de uno que pretendiacutea de miacutehellip ndashiquestA ella tambieacuten le gustaba ese hombre ndashNo no era eso eacutel me frecuentaba a miacute yo no queriacutea mucho con eacutel estaba casado Eso siacute teniacutea mucho dinero Las de la otra Casa de Mujeres estaban enteradas porque eacutel no iba maacutes por alliacute Asiacute que una de ellas le contoacute a su mujer por hacer dantildeo nomaacutes -Pasoacute que mi pupila fue pagada por la esposa de este hombre eacutel se fue de la boca conmigo y me lo contoacute todo ya se sabe en pueblo chicohellip como dicen todos se conocen -Cuando vino este hombre yo puse las cosas en su lugar lo echeacute porqueno queriacutea tener problemas Yo estaba aprendiendo a trabajar y me lo queriacutea sacar de encima mucho maacutes si eacuteste me creaba problemas -Asiacute que discutimos en voz alta no me acuerdo bien lo que le dije ni lo que me contestoacute Seacute que deciacutea que queriacutea seguir vieacutendome sin ninguacuten compromiso yo no queriacutea saber nada de eacutel y se lo dije ndashiquestY queacute pasoacute ndashLa Flaca lo escuchoacute todo porque las paredes eran de madera finita como una tela de cebolla asiacute que cuando eacutel se fue por una puerta mi pupila entroacute por la otra con una navaja de hoja asiacutendash y sentildeala el ancho con dos dedosndash Ella era muy grande iquestte acordaacutes Era maacutes alta que vos Pero yo con la rabia que teniacutea se me duplicaron las fuerzas ella a mi me tajeoacute por muchos lados Se me estaba mojando la ropa de sangre en un costado en este brazo y por aquiacute ndashy se sentildealandash Cuando la tranqueacute con la pierna y la pude tirar al suelo me le subiacute arriba le quiteacute la navaja y se la hundiacute por acaacute y por acaacute ndashsentildealaacutendose el abdomenndash Ella gritaba y me putiaba Cuandovi tanta sangre me asusteacute mucho me incorporeacute y me fui al fondo y llameacute a la vecina Alguien la llevoacute al hospital yo me metiacute en la casa de al lado estaba creiacuteda que la habiacutea matado Por la tarde me acompantildearon a curarme y el meacutedico me preguntoacute si no seriacutea yo la que se peleoacute con la flaca A miacute me dio un miedo baacuterbaro y un vuelco en el corazoacuten Contesteacute que no que yo no era No pregunteacute

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nada si habiacutea muerto o no De alliacute me fui a la casa de una conocida miacutea recogiacute alguna ropa lo necesario echeacute llave a la puerta y me fui a esperar que pasara el momento por las dudas No sabiacuteasi me habiacutea denunciado o no Al diacutea siguiente me entereacute que ella despueacutes que la curaron se fue para Cuaraiacute para Brasil Ella no me denuncioacute ni yo tampoco porque la que empezoacute el liacuteo fue ella y yo me defendiacute ndashLa marcha de los cantildeeros estaba por salir en esos diacuteas ndashcontinuoacute la Chinandash Faltaba un diacutea o dos no me acuerdo yo me puse mejor Con la Casa de Mujeres no queriacutea trabajar maacutes Teniacutea miedo de caer presa y los del Sindicato se iban a la marcha porque aunque no quieras yo me sentiacutea protegida por ellos Eran mis vecinos ldquoLo penseacute mucho yo tambieacuten como ellos queriacutea tierras para trabajar le expliqueacute todo eso a mi suegra y le dejeacute a los hijos le dije que iba a luchar por ellos tambieacuten le dejeacute toda la plata que teniacutea y las llaves de la casa Y me enroleacute en la marcha a Montevideo dejeacute todo y me fui con todos los peludos para Montevideo ldquoMe sentiacutea maacutes segura en la marcha Yo teniacutea sentimiento de proacutefuga porque creiacute que la habiacutea matado Eso de tener la Casa de Mujeres fue por miseria por necesidad econoacutemica y cualquiera lo comprende iquestno Nunca penseacute que todo terminariacutea asiacute ldquoLas mujeres de la marcha tambieacuten me aceptaron aunque en el pueblo ya habiacutea estado en boca de todos me respetaron y trabajeacute mucho por UTAA Hasta fui encargada de la Comisioacuten de Mujeres del Sindicato cuando estaacutebamos en la capital ndashiquestNunca tuviste problemas en esa marcha por este pasado tuyo ndashSiacute una vez ldquoEn el campamento siempre alrededor del fogoacuten habiacutea dos o tres compantildeeros en la tarea de la comida sirviendo los platos cortando el pan Fue a los pocos diacuteas de salir antes de llegar a Montevideo ndashpiensandash no seacute si estaacutebamos acampados en Riacuteo Negro Era la hora de la comida recuerdo a todos

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trajinando de allaacute para acaacute ldquoTeniacuteamos visitas estaban unos maestros que nos trajeron paquetes de fideos y arroz me acuerdohellip ndashse pone como a pensar con la vista perdidandash uno de ellos de los encargados de la comida no me acuerdo cual me alcanza mi plato de comida con una mano y con la otra me manoteoacute una teta como al disimulo pero con toda la mano abierta me la apretoacuteLe di un tortazo y le revolieacute el plato de comida eacutel se quedoacute pasmado y le dije iexclDesgraciado iexclA miacute me vas a respetar como mujer que soy Todos hicieron silencio yo me fui furiosa y ni comiacute ese diacutea Despueacutes se discutioacute este hecho en la reunioacuten de todos los diacuteas como ves me teniacutea que hacerrespetar por eso de lo que fui antes ldquoYo no podiacutea con mi genio era joven y muy impulsiva me tomaba la justicia por mi cuenta ldquoSiacute fue la primera y la uacuteltima vez que me pasoacute algo yo siempre poniacutea las cosas en su lugarhellip iexclPorque una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa

Retrato de Mariacutea Julia Alcoba en carbonilla Autora Clarina Vicens Alegre

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Del azuacutecar a la sal

A Dontildea Eva la conociacute en la marcha de los cantildeeros Facciones aindiadas tez blanca cabello castantildeo y ojos verdes Teniacutea en ese momento cinco hijos No hablaba casi nada siempre con la cabeza gacha Con los extrantildeos haciacutea poca amistad era difiacutecil hablar con ella Para contestar miraba al marido como esperando su aprobacioacuten ldquoiquestNo viejitordquo Pero lo que maacutes me impresionoacute de aquella mujer fue la dulzura con que trataba a sus hijos Con acento fronterizo en la voz melosa como el azuacutecar les hablaba jugaba y reiacutea continuamente con ellos Era un juego de piel besos caricias y a veces palmaditas Por primera vez vi ldquodar la tetardquocon mutuo placer de intercambio No teniacutea nada Viviacutea en una carpa con su compantildeero y sus hijos pero ella disfrutaba ese momento con los suyos prescindiendo del entorno No se quejaba ni pediacutea nada para ella Estaba en la marcha de los cantildeeros acompantildeando a su marido Aquiacute haciendo igual que allaacute la tarea de todos los diacuteas con un fueguito en el suelo en cuclillas igual que allaacute Aquiacute la carpa de tela que les prestaron allaacute el ranchito de paja y terroacuten en la tierra del patroacuten frente al riacuteo Recordoacute su rancho cerquita del riacuteo Los patos salvajes y alguacuten carpincho engordaban la mesa a veces El cantildeaveral tan verde y el sonido de la cantildea al viento en las tardecitas Quiso recordar Su marido llegaba de la cantildea tan negro lleno de holliacuten soacutelo le blanqueaban los ojos y los dienteshellip Pero no pudo seguir porque se le boleoacute la olla y se le apagaba el fuego

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iexclY ella recordando verdes iexclBobadas Antildeos despueacutes la reencontreacute en La Coronilla Los tiempos estaban cambiando Los primeros presos gremiales y poliacuteticos los primeros estudiantes asesinados en las calles de Montevideo A nosotros nos habiacutean prestado un rancho Nos dijeron que dontildea Eva estaba alliacute con sus hijos No fue difiacutecil encontrarlos en ese entonces habiacutea unos diez ranchos en el pesquero y todas las familias se conociacutean Fue muy lindo volver a verlos Los nintildeos y ella estaban espleacutendidos negritos les blanqueaban los dientes curtida la piel del aire salado Estaban tan felices de vernos como nosotros a ellos Eva estaba maacutes gordita siempre con la falda larga el pelo recogido en la nuca maacutes claro por el sol Sus ojos teniacutean un nuevo brillo se la notaba feliz tranquila ndashEstaacutebamos pasando mal en Montevideo despueacutes del desparramo de los peludos Unos fueron para Artigas otros para Treinta y Tres y nosotros terminamos aquiacute ndashNos trajo el Bebe ndashdijo su compantildeerondash Aquiacute salgo a la pesca tenemos unos conejos en la isla hijos de los que largamos alliacute con el Bebe y vivimos no maacutes Pero el aire es maacutes sano para la gurisada El compantildeero de Eva se crioacute en Artigas trabajando la tierra muy lejos del mar Ahora es pescador aunque le tiene terror al mar Es el trabajo que hacen los hombres aquiacute No es faacutecil el cambio de cantildeero a pescador es como ir del azuacutecar a la sal pero eacutel sigue igual de buen caraacutecter dicharachero con ojos de picardiacutea siempre sonriente El pesquero estaacute rodeado de meacutedanos calientes Maacutes allaacute el oceacuteano Atlaacutentico braviacuteo salado profundo y friacuteo Lo difiacutecil es el invierno y el caraacutecter de la gente del pesquero Eacutel veniacutea de un trabajo colectivo y le resultaba difiacutecil el trabajo aislado ndashEl caraacutecter de la gente es distinto Es otro clima tuvimos que adaptarnos a su modo de ser silencioso Ellos dos se juntaron en el azuacutecar y en la sal en las alegriacuteas y en las

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tristezas Eacutel crecioacute sin padre y ella se quedoacute con el padre y una mujer que no era su mamaacute la suya se habiacutea ido y no le permitieron verla maacutes Dos infancias de soledad los uniacutean La deacutecada del setenta como a muchas familias los golpeoacute Cuando vinieron a buscar a su marido ella quedoacute sola con los hijos rodeada de arena y mar Siete largos antildeos sola Fue difiacutecil muy difiacutecil para ella empezar de nuevo y sin eacutel ndashDesaparecieron los vecinos no llegaba nadie por el rancho Pasaban de largo soacutelo una o dos vecinas llegaban Fue como si estuvieacuteramos apestados Quedamos solos los hijos y yo en este rancho En el pesquero de La Coronilla no hay trabajo para mujeres solas Algunas van a arrancar mejillones y berberechos al Cerro Verde para vender en los hoteles Las que tienen su hombre que sale al mar salan el pescado que ellos traen para preparar el bacalao Eva en ese entonces ya teniacutea seis hijos El mayor empezoacute a salir en las barcas al mar teniacutea 14 antildeos trabajaba para otro pero no alcanzaba el dinero y Eva le teniacutea tanto miedo al mar Pero ahora estaba sola y teniacutea que salir adelante Y los vecinos pasaban de largo por su rancho porque su marido estaba preso por tupa ndashEra como estar apestada Un diacutea se armoacute de coraje y le dijo a una vecina ndashMantildeana iquestpuedo ir con usted a juntar mejillones Usted me ensentildea iquestno vecina Porque yo nunca lo hice pero no seraacute difiacutecil lo uacutenico el mar Nos contaba tomando mate y mirando lejos ndashLos mejillones se arrancan en la madrugada Hay que levantarse a las cinco de la mantildeana aprovechar la bajante porque despueacutes sube la marea y no podeacutes adentrarte en la roca Estaacute oscuro el cielo y el mar todo negro y el ruido de las olas te parece maacutes fuerte todaviacutea Pero eacutesa es la hora Yo le tengo mucho miedo al mar pero teniacutea que ser fuerte Teniacutea que poder para conseguir la comida

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Arrancaacutebamos los mejillones de la roca con una especie de untildea Eso siacute no te podeacutes descuidar yo no seacute nadar y cuando viene con fuerza el mar podeacutes perder la estabilidad y te lleva Mi vecina era maacutes baquiana que yo y me cuidaba Cuando veniacutea una ola y me llevaba ella me traiacutea aunque fuera de las patas Otra vez sobre las rocas Yo aprendiacute y arrancaba rapidito antes que viniera la otra ola maacutes fuerte Da tiempo es como un ritmo un vaiveacuten vienen dos olas cortas y una maacutes larga y maacutes fuerte No me podiacutea distraer estaba atenta y la esperaba agarrada de la roca con las dos manos para que no me llevara Asiacute paseacute cuatro antildeos metida en el agua mojada de pies a cabeza en el agua salada Se me dormiacutean las piernas se me acalambraban Me latiacutea fuerte el corazoacuten El mar te da miedo y te atrae a la vez te sentiacutes parte de eacutel A veces pensaba queacute vida distinta llevaba ahora tan lejos del campo del riacuteo de los teros Me acordaba de mi gallinero de mi quinta del riacuteo cuando con mi viejito iacutebamos a pescar en agua dulce iexclQueacute agua tan distinta Pero sobre todo me acordaba de mis plantitas mis verduras mis flores Aquiacute sentiacutea la arena caliente pero por las mantildeanas y las tardecitas estaba friacutea Se me ocurrioacute intentarlo Empeceacute a probar a plantar en la arena algunas muditas de plantas A mediodiacutea las tapaba con la ropa recieacuten lavada para protegerlas del sol y empezaron a crecer muy despacito Acarreaacutebamos abono de caballo resaca del mar y algunas tierritas de maacutes lejos que traiacuteamos con mis hijospara mezclar con la arena y asiacute fui armando esa quintita de a poquito iexclQue nos dio de comer iexclqueacute alegriacutea Llegueacute hasta a vender verdura para comprar aceite y queroseno Cosechamos habas papas tomates choclos arvejas lechugas iexclhermosas lechugas La teniacuteamos cercada con cantildeas por los animales que andaban sueltos por la noche ocupaba todo el costado del rancho iexclSiacute que nos dio de comer esta quintita iexclQueacute trabajo Veniacutea de arrancar mejillones lejos como a tres quiloacutemetros del Cerro Verde con los mejillones a la espalda Descansaba un poquito y los

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llevaba a vender al hotel otros cinco quiloacutemetros entre ida y vuelta por la arena Como a las once volviacutea tomaba mate cocido y memetiacutea en la quinta a regarla con agua de la cachimba a limpiarla a arrancar yuyos malos Poniacutea la comida al fuego despueacutes dormiacutea un poquito y cuando queriacutea acordar llegaban los gurises de la escuela Iban a la escuela rural de diez de la mantildeana a tres de la tarde Los veiacutea llegar desde lejos alegres con las bolsitas de tierra que me traiacutean para la quinta Empezaba otra vez lavar la ropa que traiacutean sucia para que estuviera pronta al diacutea siguiente hacer la cena para estar adentro del rancho con la puerta cerrada a eso de las seis de la tarde porque ya no saliacuteamos maacutes traiacuteamos los baldes de agua para adentro y nos trancaacutebamos Con toda esa gurisada saltando corriendo y llorando a la vez yo escuchaba la radio una chiquita a pilas que teniacutea Los maacutes chiquitos despueacutes de cenar se iban durmiendo Yo quedaba con los maacutes grandes escuchando muacutesica informativos y charlando A veces nos reiacuteamos de cualquier cosa Apagaba el farol y dormiacuteamos con el ruido del agua tan cerca o con el silbido del viento que sopla mucho aquiacute Al poco rato ya eran las cuatro de la mantildeana y me teniacutea que ir al Cerro Verde a arrancar mejillones otra vez Todos quedaban durmiendo solitos La maacutes grande los levantaba lospreparaba y se iban a la escuela Asiacute asiacute todos los diacuteas asiacute Cuando mi viejito estaba preso yo trabajeacute con las otras mujeres en lo uacutenico que podiacutea hacer juntar mejillones y caminar todos esos quiloacutemetros para venderlos Aprendiacute a caminar ligerito como ellas a la par de ellas y a cargar la bolsa hasta con 50 kilos iexclQueacute no hariacutea uno por los hijos iquestNoAprendiacute a comprar y a vender y ellos tambieacuten me ayudaban Salimos todos juntos adelante Cuando trabajeacute esos antildeos con ellas una de las vecinas me ayudoacute a pedir la asignacioacuten familiar en Castillos porque no alcanzaba la plata y lo pasaacutebamos mal Muchas veces me acuerdo cuando los hijos me pediacutean pan de noche y

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no habiacutea Entonces les prometiacute una cosa ldquoSi llego a sacar la asignacioacuten familiar cada vez que vaya a cobrar les traereacute un pan para cada unordquo y asiacute lo hice Cada vez que iba a cobrar a Castillos traiacutea un pan para cada uno Me parece verlos ndashcuenta entre risas y laacutegrimasndash les daba un pan y lo comiacutean todo sentados abajo de un aacuterbol que yo habiacutea plantado Que comieran cuanto quisieran les deciacutea y reiacutean con laacutegrimas y cuidaban y guardaban sus pedacitos para comer despueacutes iexclEacuteramos felices con tan poquito iexclDe tan poquito nos reiacuteamos Los recuerdo cuando por la arena mis negritos riendo a carcajadas me iban a alcanzar con la pata en el suelo Viviacuteamos muy unidos igual que ahora Mis hijos aunque eran pequentildeos me ayudaban a vivir A mi viejito lo podiacutea ir a ver al Penal de Libertad de tanto en tanto Saliacutea muy caro el pasaje desde Rocha a Montevideo Esa noche dormiacutea sentada en la agencia de la ONDA A la mantildeana viajaba al Penal Despueacutes vinieron diacuteas peores no podiacuteamos arrancar maacutes los mejillones porque vino una especie de enfermedad se murieron los que habiacutea y las nuevas colonias demoraron en formarse Yo lo que seacute es que me quedeacute sin trabajo Eso significaba hambre otra vez para nosotros Con una vecina y sus hijos emigramos a Punta del Diablo porque nos enteramos que alliacute habiacutea movimiento de turistas Se podiacutea trabajar en algunas cosas maacutes En un ranchito de una pieza nos metimos todos y empezamos a trabajar de nuevo Mis hijos ya estaban maacutes grandes y trabajaban todos Unos en casas de familia otros en la construccioacuten o en la pesca y yo y la maacutes pequentildea haciendo collares de caracoles para vender a los turistas que llegaban en sus autos Aquiacute en Punta del Diablo se trabajaba mejor y podiacutea ir una vez al mes al Penal y llevarle cosas Hace cinco antildeos que estamos aquiacute es distinto ahora tengo luz eleacutectrica agua y hasta heladera tengo Con la ayuda de mis hijos y mi marido cuando salioacute del Penal construimos este rancho grande Tiene techo de quincha no se llueve paredes de bloque y pisos de portland

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Tengo hijos casados y nietos Aquiacute sigo enhebrando collares Cuando mi viejito salioacute del Penal encontroacute a toda la familia esperaacutendolo y siguioacute saliendo al mar y salando bacalao de eso vivimos todaviacutea pero es zafral claro No siempre tenemos platardquo iexclQueacute largo camino Ella quedoacute sola y aprendioacute a comprar y a vender a decidir a pelear A veces no encuentra su antiguo monedero Estaacute un poco distraiacuteda ndashBah no importa no tiene nada iquestno viejito y blanquean los dientes en su abierta y esquiva carcajada

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Epiacutelogo

La historia no es lo de antantildeo solamente estaacute construyeacutendose ahora en cada momento que transcurre en cada momento de las mujeres en las faacutebricas en las calles en el trabajo del campo en el domeacutestico maestras rurales amas de casahellip Todas las mujeres donde sea que esteacutenhellip La historia va articulando en lo cotidiano los acontecimientos colectivos sindicales poliacuteticos y sociales de un paiacutes No soacutelo debemos recordar compantildeeras hay que escribir Porque lo que no estaacute escrito no existe se lo lleva el viento es la invisibilidad es la no historia

Mariacutea Julia sosteniendo el libro de Graciela Sapriza Fotografiacutea Val Rodlez (2018)

Mariacutea Julia en su jardiacuten Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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El jardiacuten de las palabras diaacutelogos feministas para abrazar la historia

Mariacutea Julia Alcoba Rossano Alicia Migliaro GonzaacutelezLorena Rodriacuteguez Lezica

En este capiacutetulo proponemos reflexionar a partir de los diaacutelogos que entablamos con Mariacutea Julia Alcoba feminista y referente del sindicalismo uruguayo Partimos de un ciclo de entrevistas de historia de vida que comenzamos casi por azar a fines del 2019 y que continuamos inventando modos de encuentro virtual hasta el diacutea de hoy Modos de encuentro que fueron transitando por las memorias de Mariacutea Julia y por los muacuteltiples intereses que nos encuentran desde las preocupaciones sociales y poliacuteticas actuales hasta los consejos para cuidar nuestras plantas Este texto entrelaza las voces de las tres en momentos y tonos diversos por un lado las resonancias de Lorena y Alicia a partir de los encuentros y por otro las memorias de Mariacutea Julia

La semilla el encuentro entre nosotras

Supimos de Mariacutea Julia cuando presentoacute su libro autobiograacutefico Las mujeres iquestdoacutende estaban (Alcoba 2014) Lo leiacutemos lo comentamos lo compartimos lo regalamos No saliacuteamos de nuestro asombro Las palabras de Mariacutea Julia nos hablaban de una historia social y poliacutetica conocida pero desde una sensibilidad novedosa Un calor feminista nos invadiacutea nos entendiacuteamos nos reconociacuteamos en sus palabras Poco tiempo despueacutes entramos en contacto con motivo de la celebracioacuten de un 15 de octubre fecha en la que se conmemora el diacutea de la mujer rural Pasado un tiempo la volvimos a contactar para invitarla a formar un grupo de discusioacuten en el marco de un proyecto de investigacioacuten feminista sobre desigualdades de geacutenero en sindicatos rurales Asiacute junto con

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otra referente histoacuterica del sindicalismo uruguayo Neacutelida ldquoChelardquo Fontora1 y compantildeeras sindicalistas rurales en actividad conformamos un espacio que nos permitioacute pensar juntas Este trabajo fue plasmado en una cartilla de autoriacutea colectiva que lleva el tiacutetulo iquestY las mujeres doacutende estaacuten Guiacutea para abordar desigualdades de geacutenero en sindicatos rurales (Alcoba et al 2019) Trabajamos mucho en el armado de esta cartilla y poder entregarla a cada una de las autoras previo a la presentacioacuten puacuteblica fue una tarea maacutes que disfrutable

1 Chela Fonotra es una exmiltante de la Unioacuten de Trabajadores Azucareros de Artigas

(UTAA) y del Movimiento de Liberacioacuten Nacional (MLN) Fue presa poliacutetica en la dictadura ciacutevico-militar y desde la apertura democraacutetica a la fecha es militante por los derechos humanos Es autora de un hermoso libro autobiograacutefico que recomendamos ampliamente titulado La llama no se apaga (Fontora 2018)

Mariacutea Julia con Anibal Gimeacutenez y Aurelio Gonzaacutelez Homenaje a los maacutertires trabajadores de los frigoriacuteficos plaza del cerro Curva Tabaacuterez (2015) Fotografiacutea Archivo personal

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Era una tarde de primavera Estaacutebamos ansiosas por ir a visitarla y llevarle la cartilla No sabiacuteamos lo importante que seriacutea esa primera visita a la casa de Mariacutea Julia Hasta entonces nuestros encuentros con ella habiacutean sido junto al resto de compantildeeras que integraban el espacio de discusioacuten para la elaboracioacuten de la cartilla Nos abrioacute las puertas por primera vez a su mundo un mundo de numerosas plantas aacuterboles frutales y ornamentales Un jardiacuten tan amorosamente cuidado y un mundo de recuerdos tan guardaditos todos listos para compartiacuterselos a alguien que quisiera escucharlos leerlos preguntarlos Nos reencontramos una y otra vez hurgando en la memoria mientras sus aneacutecdotas la seleccioacuten de palabras para describir sus sensaciones e impresiones hariacutean eco con las nuestras

Nos parieron en generaciones bien distintas hay alrededor de cuatro deacutecadas de diferencia entre nosotras y aun asiacute podemos espejarnos en los dolores de las unas con las otras como mujeres como compantildeeras en lucha como feministas Nuestros procesos han sido en contextos bien distintos y sin embargo podemos encontrarnos en nuestras historias de despertar o renacer feministas en los dolores que lo provocaron en el autodescubrimiento en el reconocimiento de nuestro cuerpo y sus heridas

A Mariacutea Julia la conocimos a traveacutes de las paacuteginas de su libro ese libro que hizo eco en las preguntas que nos veniacuteamos haciendo iquestlas mujeres doacutende estaban Para nosotras en nuestro estar siendo y descubrieacutendonos feministas ese libro marcoacute un antes y un despueacutes Las mujeres siacute estaban pero no las veiacutean no las queriacutean ver tanto asiacute que incluso a nosotras mismas se nos dificultaba vernos Nada extrantildeo en las izquierdas patriarcales de antantildeo y nada extrantildeo en las izquierdas patriarcales de hoy

El libro de Mariacutea Julia cuenta su historia jugando con las palabras Va desde su infancia en el Cerro hasta el momento del exilio Su militancia sindical y poliacutetica cruzada por las aneacutecdotas con sus hijos y compantildeeras Tiene un modo caacutelido de narrar un modo que te zambulle en una historia dura pero te mece

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al compaacutes de la ternura Larga historia conocida pero pocas veces contada con esa sutileza y cuidado en los detalles propios de su mirada sensible Por ejemplo cuando cuenta el diacutea en que junto con sus tres hijos deja Montevideo para partir al exilio en Barcelona

Me muevo en silencio me trago las palabras veo la gente que tambieacuten se mueve en silencio veo las abuelas que miran sin palabras Los nietos son de todas Las mujeres mayores se multiplican los nintildeos tambieacuten los que se quedan y los que se van son de todas Todos somos de todos y de todas (Alcoba 2014 p143)

Pero esta mujer tiene mucho maacutes para contarnoshellip iquestQueacute pasoacute en el exilio iquestY en el desexilio iquestY ahora Pensamos si tendriacutea ganas de contar y vaya si las teniacutea Nos fuimos de su casa ese diacutea con una bolsa llena de gajos de plantas que hoy viven y se multiplican en nuestras casas (un ritual que sabemos repetir cada vez que la visitamos) La confianza y los jardines crecieron al uniacutesiono y asiacute empezamos esta historia de vida Pero llegoacute marzo del 2020 y con la pandemia la primera estrategia que se nos ocurrioacute fue esperar un momento maacutes propicio para encontrarnos De mientras nos llamaacutebamos y nos acompantildeaacutebamos con mensajes Durante una de estas llamadas a dos meses transcurrida la pandemia nos propone ldquoiquestY si nos vemos por el ordenador iquestPor el skyperdquo Y ahiacute nuestra sorpresa una vez maacutes su capacidad de inventar y reinventarse nos regaloacute varios encuentros virtuales Pautaacutebamos los encuentros para media mantildeana dos horas de charla con un breve corte en medio Los encuentros fluyeron con la misma magia que bajo los aacuterboles de su casa o sentadas a la mesa de su cocina

En este texto que escribimos juntas le damos otra vuelta a la pregunta que nos regaloacute inicialmente pero esta vez la llevamos a un contexto distinto Esta vez desde el exilio su exilio iquestdoacutende estaban las mujeres uruguayas exiliadas iquestcoacutemo vivieron el exilio iquestcoacutemo fue la decisioacuten de irse y queacute pesares pasaron iquestqueacute descubrieron iquestcoacutemo fue la decisioacuten de volver iquestcon queacute se encontraron iquestqueacute sabemos de ellas su organizacioacuten solidaria con las presas y presos poliacuteticos en Uruguay en dictadura Intentaremos responder

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estas preguntas a lo largo del texto

La raiacutez acaacute estaacute Mariacutea Julia

Mariacutea Julia Alcoba Rossano nace el 7 de noviembre de 1938 en el barrio Cerro en Montevideo A sus apenas doce antildeos deja la escuela para trabajar de empleada domeacutestica debido a dificultades en la economiacutea del hogar y a un hecho que relata con entera honestidad ldquoMe propuse dejar la escuela en quinto antildeo porque era la maacutes alta de mi clase y con busto Me daba mucha verguumlenzardquo (Alcoba 2014 p27) A los trece influenciada por sus hermanas mayores comienza a trabajar en Lanas Uruguayas una faacutebrica textil que quedaba a cinco cuadras de su casa Maacutes allaacute de que fue su decisioacuten dejar la escuela fue doloroso y terminarla fue una deuda que le quedoacute pendiente y que antildeos maacutes tarde y ya en el exilio podriacutea saldar

A los catorce antildeos siguiendo los pasos de su padre sindicalista portuario comienza a militar en la Unioacuten Obrera Textil (UOT) Posteriormente trabaja en la fundacioacuten del Congreso Obrero Textil (COT) gremial de alcance nacional A los dieciseacuteis antildeos incursiona en la militancia trotskista y a los dieciocho ingresa al Partido Socialista Tuvo tres hijos varones con Joseacute su primer esposo Joseacute Conrado (a sus 25 antildeos) Ernesto (a sus 32) y Felipe (a sus 33) En el lsquo74 se ve obligada a exiliarse con sus hijos a Buenos Aires Viven alliacute dos antildeos en Pueblo Haedo ldquoun pueblo lindo chiquito con una vida propiardquo Son los primeros antildeos de exilio y se recuerda con una profunda tristeza

Joseacute empezoacute el liceo allaacute Eacutel tendriacutea 12 o 13 Felipe tendriacutea unos 5 antildeos () Yo me quedeacute de pronto sin la familia sin el paiacutes sin los amigos Eso te va volteando De todas maneras yo trataba de salir adelante Estaacutebamos en eacutepoca de la uacuteltima etapa de Peroacuten que murioacute enseguida () Ese antildeo fue un antildeo muy movido para miacute y me deprimiacute profundamente Me levantaba los nintildeos iban al colegio y lo llevaba el padre al colegio o a veces yo Teniacuteamos que caminar unas cuantas cuadras cruzar la viacutea del tren ellos iban contentos Joseacute empezoacute el liceo primero de liceo y contento tambieacuten se hizo de amigos Cuando volviacutea a casa a mitad de la mantildeana me volviacute a acostar Yo me hundiacutea en la cama la verdad () Y entonces empeceacute unos meses unos 3 o 4 meses con

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una psicoacuteloga con la que trabajeacute el tema de trabajo y de salir adelante Pero en ese periacuteodo mi marido se teniacutea que marchar Habiacutean matado a Michelini y a Gutieacuterrez Ruiz En Buenos Aires estaba toda la inteligencia de Montevideo funcionando Se tuvo que ir para Espantildea y yo me quedeacute sola Saliendo con dificultad de esa depresioacuten

En Argentina la situacioacuten se complica cada vez maacutes y retorna a Montevideo Es desde Montevideo que se exilia esta vez a Espantildea el 20 de marzo del lsquo77 Viajan a Espantildea ella y sus tres hijos En Espantildea estaacute su exmarido alliacute se encontraraacute con una nueva vida una nueva Mariacutea Julia por descubrir Hay distintos hechos poliacuteticos momentos de politizacioacuten y momentos personales-familiares que marcaron la vida de Mariacutea Julia La etapa del exilio en Barcelona marcaraacute la continuidad de una militancia como sindicalista al integrarse a la CNT recieacuten conformada en el exilio y como feminista junto con varias mujeres que fue encontrando en su camino

Ahiacute amadrinaacutebamos desde nuestro lugar a cuantas familias A las familias se les mandaba dinero Madrid mandaba dinero para una familia nosotros a otras familias de presos o familia de desaparecidos Esa era la campantildea de finanzas que la empezamos a hacer que era nuestra mayor labor

Un primer gesto bien marcado en esta etapa fueron los fuertes lazos afectivos que construyoacute con mujeres que conocioacute en el exilio y que mantiene hasta el diacutea de hoy Lazos que permitiacutean sostener la vida en duras condiciones afectivas y econoacutemicas

Con Gladis y Estela [amigas de Barcelona] deciacuteamos ldquoiquestMe prestas 500 pesetasrdquo Esas 500 pesetas iban y veniacutean seguacuten quien las precisaba Nunca supimos quieacuten debiacutea a quien siempre estaacutebamos a mano

A inicios de los ochenta viaja a Cuba al festival internacional de las juventudes A sus cuarenta antildeos viaja invitada como la maacutes joven del Partido Socialista

El barco ruso fletado para el festival de 1979 a Cuba pasoacute a recoger grupos de delegados invitados sociales poliacuteticos artistas muacutesicos Subimos la gente

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de Barcelona y en Portugal lo mismo Subioacute una cantidad de grupos con el entorno de la reciente revolucioacuten de los claveles Llenos de alegriacutea Descubro un mundo de gente joven de gente alegre una propuesta de cambios sociales en todos los paiacuteses Ese barco fue increiacuteble Iban en el barco gallegos chilenos mexicanos se haciacutean discusiones poliacuteticas dentro del barco Y los brasileros a las 7 de la mantildeana se poniacutean en la cubierta del barco un barco gigantesco que yo no habiacutea visto tan grande a hacer capoeira ensentildeaban samba capoeira A las 7 de la mantildeana era un canturreo de todo tipo (hellip) y los vascos tambieacuten haciendo conferencias por las tardes en eacutel Fue una experiencia increiacuteble 15 diacuteas para venir y 15 diacuteas de vuelta y estuvimos alojados en Cuba donde habiacutea cuchetas y las de Barcelona fuimos todas juntas y teniacuteamos reuniones Y despueacutes en Cuba tambieacuten se hizo fue una acumulacioacuten de cosas ahiacute en 2 antildeos que mi cabeza estaba trabajando permanentemente () Realmente me puso en frente a miacute misma y a la esencia de miacute misma todo eso Veniacutea de lo oscuro de todo lo que pasoacute en Buenos Aires y eso me rescatoacute de las aguas negras

A fines de los lsquo70 comienza a involucrarse en una serie de actividades a nivel laboral y como militante en el mundo feminista Ingresa a planificacioacuten familiar (el plani) en Barcelona

Planificacioacuten familiar fue revolucionario en Espantildea () Las farmacias durante el franquismo no se vendiacutean meacutetodos anticonceptivos Cuando quedaban embarazadas en los pueblos abortaban con una mujer viejita la curandera del pueblo Se moriacutean muchas veces La lucha por el aborto para despenalizar el aborto y tener la seguridad de salud que estuviera dentro de los meacutedicos de la seguridad social Eso era la lucha de las mujeres cuando yo estaba Pero allaacute haciacutea antildeos que estaba luchando por eso En las agrupaciones de vecinos estaban las comisiones de mujeres que haciacutea lo mismo que la consultora acompantildeaba a la mujer Las mujeres en Cataluntildea la frontera maacutes cercana era Francia Haciacutean viajes en tren y las esperaba una camioneta y ahiacute las llevaban a una granja donde habiacutea un meacutedico habiacutea que acompantildear a esas mujeres a hacer esas movidas que generalmente era gente muy pobre que no teniacutea plata para ir a abortar a Inglaterra o a Holanda que era donde habiacutea meacutedicos y cliacutenicas especiales para esas cosas Se abortaba en una granja en un lugar secreto Y a veces las consultoras de las comisiones de vecinas haciacutean ese

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acompantildeamientohellip y despueacutes acompantildear el proceso

Entrar al plani fue para ella una verdadera revolucioacuten que le permitioacute un despliegue personal afectivo y militante

Entreacute en un trabajo que era como una militancia Aprendiacute mucho con esas mujeres Aprendiacute mucho con las decisiones tan dolorosas que teniacutean que tomar y como saliacutean adelante Aprendiacute de sexualidad con las gitanas () Me cambioacute la vida hasta el diacutea de hoy (hellip) Yo me hice feminista allaacute en Barcelona acaacute era sindicalista y socialista El trabajo con las mujeres del plani me puso contra la pared y ahiacute conociacute el feminismo

Hablamos mucho sobre esta etapa de su vida Nos contoacute muchas aneacutecdotas de la conformacioacuten del equipo de las instancias de formacioacuten de las mujeres que asistiacutean al plani de situaciones complicadas que tuvieron que afrontar y tambieacuten de momentos de risa y distensioacuten Pero en particular hay algo que nos dijo que nos quedoacute grabado en la retina

() me di cuenta de miacute ser total como si yo antes como militante sindical fuera la cabeza nada maacutes La cabeza la palabra las puteadas Fue en las reuniones que haciacuteamos con las compantildeeras ahiacute me descubriacute a mi misma con todo mi ser mi cuerpo Una sensacioacuten nueva para miacute La militancia sindical era de acaacute [se sentildeala el cuello] para arriba Y despueacutes me encontreacute con mi propio yo mi propio cuerpo Es lo mejor que me pasoacute tambieacuten porque descubrirte a ti misma con el dolor ajeno era como un nacimiento nuevo para miacute Ellas me deciacutean lsquoJulia tuacute eres feminista siempre lo fuistersquo () Y yo les deciacutea lsquoNo yo soy socialistarsquo Angeacutelica que es una comunista una luchadora de la comisioacuten de vecinos me deciacutea iquestJulia tuacute eres feministarsquo Y yo discutiacutea que yo no me sentiacutea todaviacutea Pero al trabajar con aquel grupo de mujeres ahiacute me hice feminista Aquellas mujeres eran mi espejo me devolviacutean mi imagen cuando hablaban o cuando preguntaban cuando lloraban Me devolviacutean mi esencia de ser mujer () El cuerpo no lo teniacutea me lo devolvieron esas mujeres

Del 14 al 16 de mayo de 1981 la Comisioacuten de mujeres catalanas en solidaridad con las mujeres uruguayas colectivo del que formoacute parte activamente organizan El Encuentro Internacional de solidaridad con las mujeres uruguayas (Comisioacuten

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de mujeres catalanas en solidaridad con las mujeres uruguayas 1981) Nos recuerda varias veces ese acontecimiento

() vinieron gente de Meacutexico uruguayas de Madrid etc Eso estaacute en el cuaderno que se editoacute despueacutes de esa conferencia () se hizo una pegatina muy grande en solidaridad con las mujeres uruguayas presas en su paiacutes y eso fue importantiacutesimo Eso fue en el 80 Se crea una comisioacuten de mujeres catalanas con las mujeres uruguayas porque nosotros denunciaacutebamos Ahiacute ya habiacuteamos empezado a militar con Wilma con Gladis y con Judith denunciando situaciones que pasaban en Montevideo de la dictadura Trabajaacutebamos con mujeres del Partido Comunista (PC) el Partido Socialista ((PS) independientes exiliadas uruguayas Ahiacute empezamos a militar las uruguayas con las catalanas juntas en esa comisioacuten (hellip) Las catalanas estuvieron muchas presas en campos de concentracioacuten en Francia y muchas de ellas habiacutean estado en campos de concentracioacuten siendo jovencitas ahora eran mayores () Se llenoacute la prensa porque salioacute un dibujo de una catalana un cuadro que nos regaloacute para los afiches (hellip) se unieron parlamentarias poliacuteticas de todo tipo periodistas Explotoacute esa comisioacuten () llegoacute la presidenta de Cruz Roja () eacuteramos invitadas a muchos lados Y yo seguiacutea trabajando de domeacutestica

Mariacutea Julia mostrando un afiche de las campantildeas de solidaridad con presos y presas poliacuteticas del Uruguay que realizaron en Barcelona a principios de los 80 Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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Los ochenta estaacuten tambieacuten marcados por la separacioacuten y posterior reconciliacioacuten con su compantildeero Aniacutebal Aniacutebal se habiacutea exiliado a Francia primero y se habiacutean conocido con Mariacutea Julia en Espantildea En el lsquo85 la salud de Mariacutea Julia se complica la operan de la vesiacutecula transcurren 29 diacuteas internada en estado grave

Nos casamos en Espantildea en el 85 Cuando yo me enfermeacute eacutel me cuidoacute mucho No salioacute de al lado de mi cama cuando estaba en el CTI 29 diacuteas Me cuidaba mucho me cuida mucho hasta ahora Por lo general Aniacutebal es parco y silencioso es un canario tropero esquilador integrante del sindicato de rurales de Florida junto al compantildeero Marrero Y cuando volvimos a esta casa del Cerro estaacutebamos encantados teniacutea una quinta preciosa Y teniacutea esa cosa de que habiacutea una flor que estaba esperando que abriera para traeacutermela a la cama Despueacutes teniacuteamos bichitos Naciacutea un pato y veniacutea muy temprano y me deciacutea lsquoabriacute la manorsquo y era una ternura de patito chiquitito Esas cosas nunca las hubiera tenido Joseacute el padre de mis hijos Tiene una ternura muy escondida Quieacuten sabe queacute infancia haya tenido () Y eso es lo que pienso lo que me sostiene al lado de eacutel

Mariacutea Julia tiene algunas preocupaciones muy claras y sabe repetirlas invitando a leer lo que los grandes relatos guardan entre liacuteneas La preocupacioacuten por la invisibilizacioacuten del rol poliacutetico de las mujeres la desvela y contagia con su paciente entusiasmo esas ganas de releer la historia desde una sensibilidad feminista Asiacute nos pasoacute con sus relatos del exilio en Barcelona Escucharla contar coacutemo llega a una ciudad ajena huyendo del terror de las dictaduras uruguaya y argentina y coacutemo rearmaba su vida en teacuterminos laborales y militantes es una invitacioacuten a visibilizar a las mujeres que fue encontrando en su camino En un paseo en el barrio en un boca a boca el azar movioacute sus hilos y ellas supieron tejerse para sostener la vida en el exilio y para amplificar lo que las dictaduras estaban haciendo en los paiacuteses del sur de Ameacuterica Latina Nos contoacute numerosas aneacutecdotas nos mostroacute fotos y afiches y hasta nos prestoacute materiales para que escaneaacuteramos Y en cada una de ellas apareciacutea una legioacuten de mujeres haciendo tareas de las maacutes diversas

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Pero hay una tarea particularmente importante sobre las que nos queriacutea hablar la organizacioacuten de la solidaridad para con las personas presas y desaparecidas de la dictadura uruguaya Una labor poliacutetica fundamental tambieacuten para la recomposicioacuten de las organizaciones sindicales y poliacuteticas En esta tarea de hormiga de recaudar y enviar fondos de comunicarse con la prensa y demaacutes asociaciones hubo un protagonismo poliacutetico de las mujeres que nuevamente quedoacute invisibilizado Hablamos mucho sobre esto en nuestros encuentros Ella nos contaba y nosotras tomaacutebamos nota Teniacuteamos todo para empezar a reconstruir este periacuteodo de su vida Sin embargo un diacutea nos manda un mensaje diciendo que queriacutea escribir sobre esta etapa de su vida que precisaba ella misma poner en letras estas memorias Fue asiacute que a finales de octubre del antildeo pasado exactamente el 30 de octubre del 2020 nos enviacutea por mail este relato para que integremos al material que veniacuteamos recopilando Queacute mejor entonces que leerla a ella

El feminismo que brotoacute Mariacutea Julia en el exilio

El 20 de marzo de 1977 llegueacute a Barcelona con mis tres hijos Nos esperaban el padre que un antildeo antes se habiacutea marchado alliacute y su hermana Luego de los abrazos nos dirigimos al apartamento que el padre habiacutea alquilado para nosotros Eacutel viviacutea en casa de su hermana cerca de alliacute El apartamento era pequentildeo pero con grandes ventanas y mucho sol Estaba amueblado muy modestamente Nos explicoacute que la escuela para los dos nintildeos estaba a dos cuadras que no tendriacutean que cruzar ninguna calle importante y que el mayor tambieacuten podriacutea ir caminando al liceo

Yo me sentiacutea muy rara en otra gran ciudad Otra vez sin conocer a nadie solo a mi cuntildeada y por suerte Mis hijos estaban muy contentos otra vez con el padre cerca y la tiacutea Marucha que nos daba la bienvenida con los besos y caricias que tanto necesitaacutebamos A mi hijo mayor su padre le propuso ir a vivir con eacutel La primera semana salimos a recorrer el barrio a ver doacutende estaban los negocios la panaderiacutea verduleriacutea la escuela y la farmacia Todo estaba

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cerca Sentiacuteamos hablar muy bullicioso castellano andaluz gallego catalaacuten pero no lo distinguiacuteamos todaviacutea lsquoiexclqueacute raro hablanrsquo deciacutean los chicos Vimos muchos turistas extranjeros en las plazas sus maacutequinas de fotos y mochilas Espacios abiertos muchos aacuterboles un gran parque cerca Atraacutes quedoacute el miedo paralizante de Argentina

A la semana de estar alliacute el padre de los nintildeos nos invita al zooloacutegico Llegamos a un gran parque y dentro de eacutel la puerta de entrada al zooloacutegico Mientras nos acercaacutebamos vi una mesa con libros con preciosas encuadernaciones e ilustraciones del mundo de los animales el gran Larousse enciclopedia Me quedeacute mirandohellip Los nintildeos le preguntaban al padre cuando entraban a ver a Copito de nieve el mono gigante blanco del cual habiacutean oiacutedo hablar Los vendedores tres hombres y una mujer pusieron atencioacuten a los nintildeos y preguntaron si eran uruguayos lsquoSiacutersquo contestamos Ellos dijeron lsquoNosotros tambieacutenrsquo y nos alegramos todos

Alliacute quedeacute conversando mis hijos y su padre entraron al zooloacutegico La conversacioacuten fue muy interesante me preguntaban de queacute barrio de Montevideo era en que trabajaacutebamos De ellos supe otro tanto Ninguno contoacute por queacute se habiacutean ido y yo tampoco pregunteacute Cuando supieron que solo llevaba una semana en Barcelona y que estaba sola con los nintildeos me preguntaron si queriacutea trabajar con ellos vendiendo libros Me sorprendiacute pero me gustoacute la idea yo tendriacutea trabajo Gladis me dijo muy optimista que se ganaba bien a comisioacuten y se cobraba a mes cumplido lsquoSaldraacutes adelante ya veraacutesrsquo Me dio su teleacutefono y yo me fui a buscar a los que se adelantaron Quedeacute contenta porque encontreacute posible trabajo y posible amiga

Luego de muchos diacuteas con los nintildeos pequentildeos ya en la escuela y mi hijo mayor con el padre y la tiacutea penseacute que ya podiacutea trabajar Llameacute a Gladis para que me orientara ver si podiacutea tener una entrevista con la distribuidora e ir con ella Me acompantildeoacute y me ensentildeoacute a trabajar Asiacute empeceacute de vendedora de libros en una ciudad que no conociacutea pero teniacutea a mi nueva amiga que me puso al diacutea

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hablando mucho de todo y todo el rato de trabajo Estuve durante un tiempo en la puerta de la Facultad de Medicina y en la puerta de los hospitales con esa bendita mesa al aire libre Algunos otros libros se vendiacutean a plazos se llenaba un formulario de compra en cuotas y luego el repartidor lo llevaba al domicilio del cliente El repartidor era el esposo de Gladis Ariel Teniacutean un nintildeo de 3 antildeos Pierre

Los saacutebados y domingos mis hijos Ernesto y Felipe se iban con el padre a lo de la tiacutea donde estaba su hermano Joseacute Conrado Yo quedaba sola pero mi nueva amiga me invitaba a su casa con su pequentildea familia Esa fue mi familia sustituta que me ayudoacute a reacomodarme a mi nueva situacioacuten de emigrante y exilada poliacutetica Era una pareja muy amigable maacutes joacutevenes que yo Ella teniacutea 24 antildeos y yo 38 pero me pareciacutea que yo teniacutea muchos antildeos maacutes y una larga vida pasada

El padre de mis hijos teniacutea una nueva pareja en Barcelona una espantildeola Yo lo sabiacutea desde antes de ir a Espantildea Fui para que mis hijos estuvieran cerca de su padre que me lo pediacutea eacutel por carta Eso quedoacute claro desde el principio No niego mi rabia de entonces ni mi fragilidad frente a todo Pero en Argentina corriacuteamos peligro y siempre miedo Me pareciacutea bien que mis hijos vivieran cerca del padre teniacutean derecho

El uacutenico documento que teniacutea era el pasaporte deciacutea ldquono apta para trabajarrdquo Me lo puso emigracioacuten al entrar a Espantildea La editorial y la distribuidora contrataban ilegales hasta que los descubrieron Asiacute trabajeacute un antildeo y medio hasta que un directivo de la editorial hizo una estafa y quedamos en la calle por falta de documento Otra vez sin trabajo Gladis Ariel y yo Por suerte la camioneta era de ellos y eacutel podiacutea trabajar de transportista Mi exmarido pagaba la escuela y el alquiler nada maacutes Con los libros ganaba bien para los gastos de comida y demaacutes gastos mensuales pero nada maacutes Otra vez a buscar trabajo en negro

Los papeles Teniacuteamos que ir a la comisariacutea cercana cada tres meses se

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demoraba mucho tiempo en conseguir la residencia permanente Encontraba trabajo de domeacutestica y trabajaba siempre plata en mano luego encontramos trabajo con Gladis en una empresa de limpieza tercerizada donde pagaban un poco maacutes Olivetti asiacute se llamaba la empresa Eacuteramos tres limpiadoras por piso cinco pisos de oficinas de media manzana Nos daban trabajo en negro a uruguayos y argentinos con la misma suerte que nosotras Alliacute paseacute bien con una brigada de andaluzas en un horario de dos a diez de la noche Los nintildeos pequentildeos teniacutean escuela doble horario y comiacutean alliacute El hermano veniacutea a estar con ellos en las tardes los nintildeos teniacutean una llave colgada al cuello para entrar en casa y tomar la merienda ellos solos hasta que llegara el hermano mayor Entonces mis hijos teniacutean 7 8 y 15 antildeos

Al poco tiempo vino a vivir en otro edificio de la misma cuadra una familia de uruguayos Resultaron ser Braulio uno de los Olimarentildeos Estela y su hijo Camilo de la misma edad que Felipe Conseguimos que Camilo fuera a la misma escuela que Felipe Tambieacuten alliacute empezoacute el hijo de Gladis Era un colectivo de uruguayitos integrados a los nintildeos del barrio y a la escuela En ponerlos en esa escuela tuvimos suerte porque nos la recomendaron Una orientacioacuten diferente a las que existiacutea durante el franquismo Era una cooperativa de maestros y funcionaban afiacuten a la ideologiacutea de la pedagoga catalana Rosa Sensat un movimiento de la ldquoEscuela del Bosquerdquo es decir ldquopara todosrdquo Eso fue bueno para nuestros nintildeos y los del barrio compartiacutean les prestaban las bicicletas y los patines a nuestros hijos los uruguayitos como les deciacutean Despueacutes conociacute a Aniacutebal que viviacutea exiliado en Francia y llegaba esporaacutedicamente a Barcelona Lo encontreacute en casa de Braulio Loacutepez en una fiesta familiar Nos hicimos amigos Cuando veniacutea a Espantildea nos visitaba

Vino a vivir al barrio una compantildeera de la salud Wilma Era enfermera y militante del sindicato de la Espantildeola en Uruguay Todas exiladas que nos avisaacutebamos cuando quedaba un piso barato en alquiler y compartiacuteamos las dificultades y el cuidado de los hijos Las noticias de Uruguay las haciacuteamos colectivas En ese momento conociacute tambieacuten a Susana militante del

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sindicato de la salud del Sindicato Meacutedico del Uruguay que viviacutea a unas cuadras de distancia Ella habiacutea llegado sola despueacutes de pasar cuatro antildeos en la caacutercel en Montevideo durante la dictadura Todas mujeres que nos sosteniacuteamos en historias comunes era la solidaridad Susana se marchoacute a Italia No la vi maacutes hasta el retorno Ella fue importante para miacute despueacutes en nuestro desexilio al retorno a Uruguay A otra gente que conociacute en la Casona en el Enxamble de Barcelona fue a Marta Nelly una mujer uruguaya que llevaba una audicioacuten radial en Montevideo Ella habiacutea llegado mucho antes que yo y creoacute ese lugar de encuentro para uruguayos Se escuchaba muacutesica latinoamericana y por un modesto tiquet teniacuteamos bebidas y empanadas La primera vez fui con Estela y Gladis Alliacute encontreacute conocidos un lugar abierto al que se podiacutea ir con los hijos Fui pocas veces Estaba ya aclimatada al barrio y mis visitas eran a esas amigas y compantildeeras maacutes cercanas No militaba en nada en ese entonces si mucho en la solidaridad inmediata cotidiana con cada recieacuten llegado Lo haciacuteamos naturalmente porque es muy duro llegar a un lugar desconocido y con las manos vaciacuteas

Recuerdo un bar Els Amics en donde se juntaban uruguayos a intercambiar informacioacuten sobre el paiacutes Sus duentildeos eran unos compantildeeros socialistas uruguayos Marta y Quicho con sus dos hijos adolescentes eran de la ciudad de Durazno Un ambiente muy solidario Y caacutelido para nuestra nostalgia La familia de Collazo viviacutea cerca y nos veiacuteamos algunas veces Sus hijos eran amigos de mi hijo Joseacute Conrado desde la escuela primaria en Montevideo Estas primeras amistades del exilio se consolidaron fuertemente para toda la vida Los muchachos se siguen viendo esporaacutedicamente todaviacutea hoy hombres y mujeres los nintildeos del exilio

Espantildea estaba movilizada mejorando las condiciones econoacutemicas A la salida del franquismo los que teniacutean trabajo los espantildeoles teniacutean facilidad para obtener creacuteditos bancarios Aunque veniacutean de una sociedad austera se pasaron raacutepidamente a una sociedad de consumo masiva Preacutestamo para todo tarjetas compraban con papeles Nosotros viviacuteamos en la pobreza en la ilegalidad maacutes

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absoluta Eso de que estaacutebamos bien porque estaacutebamos en Europa era un cuento una mentira Estaacutebamos sufriendo un destierro un exilio orquestado desde el plan Coacutendor lo supimos despueacutes y estaacute comprobado Los y las espantildeolas mayores que nosotros fueron muy solidarios con los uruguayos desde el principio Ellos tambieacuten habiacutean sufrido destierros y campos de concentracioacuten compartiacuteamos historias comunes Saliacutean a la democracia despueacutes de cuarenta antildeos despueacutes de la muerte de Franco

En los contenedores donde desechaban muebles y electrodomeacutesticos apareciacutea de todo camas sillas mesas Tiraban todo lo viejo compraban nuevo Piletas baldosas griferiacutea espejos muebles de cocina y de bantildeo bantildeeras roperos mesas de luz libros ropa juguetes cajas con ollas y platos utileriacutea de bares y sus mobiliarios Nosotros lo veiacuteamos como una ostentacioacuten Los gitanos y los latinoamericanos los reciclaacutebamos en nuestras viviendas Los compantildeeros nos llamaban pidiendo que si sabiacuteamos de una cocina o heladera para una persona recieacuten llegada avisaacuteramos O si saliacutea alguacuten trabajo temporal Estaacutebamos en la solidaridad de la vida cotidiana Se moviacutea mucho este mundo tan complicado y nosotros tambieacuten aprendimos a movernos en la democracia que nos abriacutea las puertas en distintas partes del mundo y empezamos a comunicarnos Esa fue la primera labor de las mujeres de mi barrio cerca de Plaza Espantildea de Barcelona Tambieacuten funcionaba un lugar donde se juntaban los uruguayos que tambieacuten cumpliacutea tareas de solidaridad se llamaba Centro Cultural Uruguayo Catalaacuten Cumple una funcioacuten importante hasta el diacutea de hoy Alliacute iban los uruguayos recieacuten llegados en general orientados por otros uruguayos

La apertura poliacutetica en Espantildea y Europa facilitaba la difusioacuten de las denuncias de lo que aconteciacutea en Latinoameacuterica Donde llegaba un exiliado poliacutetico al paiacutes de acogida en Europa se volviacutea un multiplicador un denunciante de las dictaduras Uruguayos argentinos y chilenos difundiacutean su muacutesica de protesta sin miedo invitados a hablar en los actos poliacuteticos y sindicales donde eran escuchados con mucho respeto Contaban de los presos las torturas

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las muertes y las desapariciones interesando a las Comisiones de Derechos humanos de cada paiacutes Las mujeres uruguayas y algunos hombres militantes en esos actos haciacuteamos finanzas para mandar a familiares y presos poliacuteticos o de desaparecidos (estaacute documentado)

Cuando llega Wilma al barrio nos da tiempo de recordar nuestro pasado como militantes sindicales en Uruguay La huelga general de 15 diacuteas y la resistencia de la Convencioacuten Nacional de Trabajadores (CNT) a la dictadura 1973 Ella en salud yo en textiles Nos integramos a la militancia poliacutetica contagiadas nos acercamos a la Unioacuten General de Trabajadores (UGT) central de los gremios de los socialistas Entramos siendo vendedoras de medias y pantildeuelos cuando estaacutebamos sin trabajo con dos bolsitas de mano sin capital en negro Aquella gente nos recibiacutea muy bien y nos compraba para ayudarnos preguntaban de coacutemo estaba la cosa en Uruguay Alliacute nos despachaacutebamos a contar de las dictaduras y las penurias Vendiacuteamos para comer cada diacutea Wilma teniacutea un hijo de la edad de mi hijo mayor separada sola para parar la olla en cada diacutea Y en eso andaacutebamos las dos Esas ventas no nos reportaban mucho econoacutemicamente Cuando nuestras clientas nos preguntaban coacutemo nos podiacutean ayudar pediacuteamos trabajo de limpiadoras porque no teniacuteamos los papeles para trabajar Asiacute conseguimos entre las dos llaves de casas de compantildeeras socialistas y comunistas para limpiar cuando ellas trabajaban Nos teniacutean confianza Eacuteramos como una empresita sin papeles y ganaacutebamos muy bien por horas Confianza mutua y en negro

Tanto Wilma como Gladis me volvieron mi alegriacutea Dejeacute de pensar en rencores personales que tanto mal me haciacutea No pediacute nada siempre trabajeacute no le debo nada a mi exmarido

Barcelona me devolviacutea las ganas de militar por mi paiacutes Llegamos a la Confederacioacuten Sindical de Comisiones Obreras (CCOO) la central de los comunistas tambieacuten para explicar lo de Uruguay invitadas a sus actos Y ellos escuchaban atentamente que en Uruguay teniacuteamos una central uacutenica

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Dos centrales obreras CCOO y UGT espantildeolas lucharon y consiguieron las propiedades que el franquismo les roboacute en su dictadura De los afiliados llegaba dinero El movimiento sindical y poliacutetico inundoacute las calles se viviacutea con alegriacutea la vuelta a la democracia Los movimientos sociales salieron con sus propuestas las iglesias progresistas con sus grupos en los barrios la ensentildeanza se iba modificando con un movimiento de maestros contra la ensentildeanza de las escuelas religiosas del franquismo Volvieron los afiches a los muros de Barcelona tapando con las asociaciones de vecinos consignas de todo tipo y color

Actividad de solidaridad con presos y presas poliacuteticas del Uruguay en Barcelona (Fines de los 70) Fotografiacutea Archivo personal

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Aires de elecciones en Espantildea Barcelona se une Los grupos de socialistas con diferencias se agruparon en el Partido de los Socialistas Catalanes (PSC) para presentarse a las elecciones nacionales Las mujeres socialistas me dieron trabajo tres horas por diacutea en un local para trabajar en fotocopiadora y preparar una convocatoria a formar una comisioacuten de mujeres dentro del partido a empezar de cero Acepteacute encantada Yo solo apliqueacute la experiencia sindical que teniacutea en Montevideo de mi sindicato textil el Congreso Obrero Textil (COT) de organizacioacuten en el Partido Socialista (PS) del centro Mateotti de la Unioacuten y luego en Malviacuten y Buceo cuando se forma el Frente Amplio (FA) con el compantildeero Mangarelli formamos el comiteacute de base Siempre me gustoacute trabajar en organizacioacuten y asiacute fue En poco tiempo estaba en marcha los principios de la comisioacuten las mujeres catalanas socialistas con una parlamentaria al frente de esa secretaria Ganaba poco pero seguiacutea trabajando con Wlima como siempre en algunas casas de domeacutesticas Al poco tiempo ella encontroacute trabajo fijo como enfermera en una residencia de la tercera edad porque teniacutea adelantado los papeles de residencia Ella estaba muy feliz y todas estaacutebamos contentas por ella

Una de las casas donde trabajaacutebamos por hora era la de Elvira una meacutedica feminista luchadora por los derechos de salud de las mujeres Al decir que dejariacuteamos de ir porque Wilma habiacutea conseguido trabajo fijo se interesoacute por miacute y me explicoacute que se abririacutea pronto un curso para trabajar en Planificacioacuten Familiar Era un nuevo proyecto de los ayuntamientos llevado adelante por los grupos feministas de los barrios porque durante el franquismo teniacutean prohibido todo uso de meacutetodos anticonceptivos Me orientoacute para anotarme y hablamos de mi escolaridad Yo teniacutea los papeles del liceo de la Argentina Me dijo que me anotara tambieacuten en auxiliar de enfermeriacutea y babysiter para prepararme porque ese proyecto seguro saldriacutea despueacutes de las elecciones nacionales Asiacute lo hice y le agradeciacute mucho toda su ayuda y el tiempo que trabajamos con ella y la confianza que depositoacute en nosotras Asiacute a medida que conseguiacutea mejores trabajos fui dejando el trabajo de domeacutestica

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Me emocionaron mucho los gestos de las mujeres catalanas que conociacute y su solidaridad Otra vez me cambioacute el destino paseacute a ser estudiante de un colegio gratis para mujeres adultas que llevaban unas monjas progresistas y te entregaban los papeles de asistencia al curso que seriacutea uacutetil para ese trabajo futuro Por las mantildeanas en el PSC con la secretariacutea de las mujeres socialistas y a las tardes a las clases para trabajadoras Cinco diacuteas a la semana estaba con los nintildeos Cuando llegaban del colegio al rato llegaba yo y con ellos organizaacutebamos la cena La vida o la suerte me estaba protegiendo Volvioacute mi entusiasmo de mis antildeos de militancia en sindicatos de textiles en Montevideo Volviacute a ser yo otra vez Estaba feliz y con proyectos Alliacute me vinculeacute a las feministas con quienes aprendiacute a trabajar en planificacioacuten familiar en el centro de salud municipal

El FA en el exilio podiacutea convocar a actos de muacutesica Asiacute se fueron agrupando los frenteamplistas Todos juntos trabajaacutebamos en las actividades programadas de todos los grupos que lo conformaacutebamos vertebrando la unidad en el exterior Se trabajaba desde el FA y la CNT en los actos de muacutesica haciacuteamos finanzas en brigadas mayormente de compantildeeras La CNT en el exterior cada diacutea se organizaba mejor Tanto en Barcelona como en Madrid se reagrupan maacutes compantildeeros Teniacuteamos reuniones semanales Las tareas de finanzas eran muy importantes Ocho familias de presos apadrinadas por nosotros CNT Barcelona a quienes se mandaba dinero para ellos mensualmente por viacutea de telegrama colacionado Tambieacuten se cumplioacute en el local de amigos de Naciones Unidas de Barcelona la huelga de hambre del 13 y 14 de junio de 1980 que se realizoacute en distintos paiacuteses en la misma fecha Hubo grupos formados por la CNT en el exterior para realizar 24 horas de ayuno Se convocoacute a la prensa escrita y TV donde se explicoacute el motivo ldquoAmnistiacutea para Uruguayrdquo Uacutenico punto Se recibioacute a personalidades poliacuteticas catalanas y de la cultura Esta comisioacuten de CNT funcionoacute desde 1979 a 1985 la coordinaacutebamos en Barcelona junto con Marrero y Ascencio

Las elecciones en Espantildea dejaron como resultado ayuntamientos democraacuteticos con mayoriacutea de comunistas o socialistas en Barcelona Las mujeres

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feministas dan un gran paso en las reivindicaciones que estaban llevando adelante entre ellos el aborto seguro porque en Espantildea estaban prohibidos todos los meacutetodos anticonceptivos y por supuesto el aborto En ese momento las mujeres del FA y la CNT uruguaya fuimos invitadas a formar parte de una comisioacuten de ldquoMujeres catalanas en solidaridad con las mujeres uruguayas en el exiliordquo Esta comisioacuten duroacute cinco antildeos de 1980 a 1985 cuando de acuerdo con ellas se disolvioacute al poder volver a nuestro paiacutes en 1985 Funcionaacutebamos en el local de amigos de Naciones Unidas que gentilmente nos prestaba su local En un principio las catalanas hicieron la convocatoria acudieron muchas mujeres se llenoacute el local nosotras emocionadas no lo podiacuteamos creer Ellas explicaron que queriacutean saber quieacutenes estaban dispuestas a ayudar a difundir la situacioacuten de las viacutectimas de terrorismo de estado en Uruguay especialmente contra las mujeres en caacuterceles desaparecidas yo asesinadas Pusimos voces junto con las mujeres catalanas a nuestra lucha Acudioacute la prensa que publicoacute artiacuteculos de la situacioacuten que se viviacutea en la dictadura en nuestro paiacutes Para esa convocatoria se usoacute un correo muy amplio de prensa todos los medios radios televisioacuten de parlamento de los ayuntamientos de Barcelona de arte teatro y cantantes mujeres importantes de distintas instituciones del tejido social progresista y se formoacute la comisioacuten donde estaacutebamos tambieacuten las uruguayas Cuando pusimos a trabajar los engranajes de la comisioacuten en marcha nos llegaban invitaciones a dar charlas y reportajes de prensa No daacutebamos abasto Se amplioacute la participacioacuten de compantildeeras uruguayas para poder ir a esas invitaciones en que nos daban un lugarcito para explicar queacute sucediacutea con los presos muertos y desaparecidos en nuestro paiacutes

Un tiempo despueacutes de las elecciones que ganoacute Felipe Gonzaacutelez los ayuntamientos democraacuteticos convocaron a las personas que habiacuteamos realizado el curso para consultoras en planificacioacuten familiar Fui citada al ayuntamiento de LrsquoHospitalet ciudad tocando Barcelona Seleccionaron un equipo una ginecoacuteloga una psicoacuteloga una enfermera dos consultoras y una administrativa Tuve la suerte de integrar ese equipo como consultora durante

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ocho antildeos donde teniacuteamos una formacioacuten permanente a cargo del propio lugar de trabajo Una consultora en plani es un agente de salud que cuando una mujer llega al servicio informa de meacutetodos anticonceptivos abre la historia cliacutenica y deriva a la profesional en que estaacute interesada la paciente (ginecoacuteloga psicoacuteloga abogada) o se deriva a las charlas grupales que funcionan una vez por semana Este servicio fue creado esencialmente por las mujeres de los barrios espantildeoles Las italianas feministas estaban en la misma discutiendo los mismos temas de salud de las mujeres Fue una etapa muy rica de los antildeos lsquo70 para las feministas de Europa y las mujeres de EEUU Las mujeres de Boston publicaron un libro Nuestros cuerpos nuestras vidas (Colectivo del libro de salud de las mujeres de Boston 1982) Las alemanas nos trajeron un libro La pequentildea diferencia y sus grandes consecuencias de la autora Alice Schwarzer (1979) donde las mujeres hablan de siacute mismas El feminismo llegoacute para quedarse y yo ahora soy feminista y socialista Creo que lo fui siempre pero sin saberlo Cuando las compantildeeras fueron al sindicato textil a hablar de feminismo mucho antes del golpe militar ya me di cuenta de que feminismo y trabajo teniacutean algo que ver El sindicato teniacutea una comisioacuten de mujeres desde que se formoacute la COT en el lsquo66 Discutimos sobre temas como igual trabajo - igual salario casas cunas en lugares de trabajo Esa comisioacuten de mujeres no era maacutes que una parte del sindicato Veniacutean a hablar con nosotras feministas algunas que despueacutes formaron asociaciones como Grupo de Estudio sobre la condicioacuten de la mujer en el Uruguay (GRECMU) o el Plenario de Mujeres del Uruguay (PLEMUU) Habiacutea muchos temas de mujeres reivindicativos como por ejemplo el caso de la compantildeera que abortoacute en el bantildeo de la faacutebrica y la despidieron el abuso en los lugares de trabajo doacutende dejar a los hijos chiquitos esos temas Igual trabajo igual salario fue una reivindicacioacuten revolucionaria para ese momento Ya ahiacute me sentiacute feminista y no sabiacutea Entonces desde ahiacute lo soy

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En diciembre de 1987 volviacute del exilio Teniacutea 49 antildeos no era edad para jubilarme y mis compantildeeras del plani no queriacutean que me viniera Lo penseacute y pediacute excedencia por cinco antildeos aconsejada por mis compantildeeras porque no sabiacutea que encontrariacutea aquiacute en Uruguay Sin trabajo otra vez No pude traer a todos mis hijos El mayor y el menor teniacutean trabajo su vida en Barcelona No podiacutea arrancarlos otra vez Eso fue desgarrador para miacute Con Ernesto (mi hijo mediano) y Aniacutebal (mi compantildeero) ocupamos mi casa en el Cerro el barrio de mi infancia otra vez Volviacute contenta a mi familia a mi barrio a mi pueblo a mi paiacutes que tanto extrantildeeacute y por el que tanto lucheacute desde el exilio Estaba otra vez felizhellip y pobre

Volver al jardiacuten Desexilio(s)

El contexto de ese momento es de mucho lsquobarullorsquo sobre el retorno a Uruguay Aniacutebal estaba listo para volver pero ella no lo teniacutea claro porque

Manifestacioacuten de mujeres por Av 18 de Julio (Mediados de la deacutecada de los 80) Fotografiacutea Archivo personal

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no teniacutea trabajo y ademaacutes se estaba recuperando de su salud Eacutel retorna primero ella continuacutea trabajando hasta el lsquo87 en planificacioacuten familiar Retorna a Montevideo entonces a una casa en el Cerro una casa que estaba en ruinas y que con ayuda de familiares dejaron hermosa casa en la que nos supo recibir en nuestras visitas durante el transcurso de esta historia de vida

El desexilio fue una etapa agridulce y llena de contradicciones Por un lado la alegriacutea de volver a Montevideo su barrio abrazar a su madre y su familia Por otro lado la tristeza de dejar a dos de sus hijos en Barcelona a sus queridas amigas y al trabajo en el plani Una vez asentada en Montevideo se encuentra con una sensacioacuten que describe a la perfeccioacuten

Me sentiacutea como desplazada lsquoEl que se fue a Sevilla perdioacute su sillarsquo La gente si bien se alegraba de verte no te contaba nada La herida estaba abierta y no se preguntaba Tampoco nadie nos preguntoacute coacutemo habiacuteamos hecho para conseguir el dinero que mandaacutebamos Y una sentiacutea culpa de haber estado en el exterior y tampoco hablaba

La vuelta a Uruguay enfrentoacute algunas dificultades tambieacuten en teacuterminos econoacutemicos

Cuando vuelvo tengo que trabajar en tres lados para poder sacar un salario miacutenimo Trabajaba unas horas por semana en el Foro Juvenil en el equipo de sexualidad En EMAUS en el barrio Nuevo Pariacutes con mujeres mayores amas de casa desocupadas y empleadas domeacutesticas otras horas por semana Y en Mujer y Sociedad en planificacioacuten familiar dando charlas como asistente de la ginecoacuteloga otras horas por semana Con los tres lugares no alcanzaba y por otro lado Aniacutebal trabajaba en la quinta y en la construccioacuten en changas

En medio de este difiacutecil momento alentada por su experiencia de trabajo con grupos de mujeres comienza a estudiar Psicologiacutea Social en la Escuela de Hugo Monetti

Lo mejor que me ha pasado es hacer Psicologiacutea Social con la escuela de Monetti

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que lo hice a los 50 antildeos cuando volviacute al exilio Ernesto cursaba conmigo Psicologiacutea Social en otro grupo Y a ellos [sus hijos] les ha hecho muy bien que yo estudiara

Cierra los ochenta con la muerte de su madre e inicia los noventa con la separacioacuten y posterior divorcio de Aniacutebal y el regreso a Barcelona donde se encontraraacute con una segunda etapa en el ayuntamiento

Mi madre se murioacute en el 89 Yo teniacutea 51 antildeos y fue un antildeo muy triste para miacute () en el 90 tengo 52 antildeos Hay una crisis de pareja con Aniacutebal () Paseacute horrible Estaba viviendo con Ernesto Aniacutebal empezoacute a trabajar en la construccioacuten y empezamos con unas crisis tremendas por el alcohol No le gustaba que yo estudiara Psicologiacutea Social Eacutel teniacutea celos y yo desilusioacuten Me levantaba a las 5 o 6 de la mantildeana para estudiar para escribir Era una eacutepoca de muchos apagones () Cuando se levantaba eacutel yo ya estaba trabajando y me deciacutea lsquoiquestPara queacute estudias iquestQuereacutes ser Presidenta de la Repuacuteblicarsquo Un

La aplanadora mujeres Encuentro de mujeres en Uruguay (Mediados de los 80) Fotografiacutea Archivo personal

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ataque El alcoholismo esa maldita enfermedad que tambieacuten vi en mi padre y en mi abuelo y que volviacutea con Aniacutebal para a minar nuestra relacioacuten Es una forma de agresioacuten que muchas mujeres vivimos por eso hay que hablarlo Todo era porque llegaba a la noche Yo saliacutea al mediodiacutea para trabajar en todos esos lados () y llegaba a las 11 de la noche () Muy bueno fue eso [estudiar Psicologiacutea Social] Me sacoacute de lo que habiacutea en casa

En el 1993 ya no se pueden sostener econoacutemicamente en Uruguay Regresa a Barcelona a una segunda etapa en el ayuntamiento ya no para trabajar en planificacioacuten familiar sino para trabajar sobre violencia domeacutestica2

La prioridad en ese momento era violencia domeacutestica No era plani porque plani se habiacutea integrado a la seguridad social () cuando fui empezamos a trabajar en un lugar muy precario y habiacutea una violencia domeacutestica increiacuteble Menos mal que en los 5 antildeos que estuve acaacute hice el curso con Hugo Monetti Con maacutes herramientas con la dinaacutemica de grupo que no las conociacuteamos allaacute haciacuteamos las consultoras las charlas pero no con grupo Formar grupos equipos cuesta muchos antildeos para que puedan estar en consonancia una persona con la otra porque cuando vas teneacutes un poco de recelo de sentimiento de iquestpodreacute o no podreacute Y formar un grupo lleva muchos antildeos Y yo me acoplaba enseguida Es una actitud positiva ante el cambio Si no teneacutes una actitud positivahellip

Nos cuenta sobre su familia en esos antildeos cerrando los noventa En 1995 se enferma Felipe pasa un periacuteodo internado y luego en recuperacioacuten En ese tiempo se reconcilia con Aniacutebal con quien estaacute en pareja hasta hoy Nacen sus primeros dos nietos luego naceriacutea el tercero En 2004 regresa a Montevideo Cuatro antildeos despueacutes conoce a dos compantildeeros de la Universidad de la Repuacuteblica Agustiacuten y Matiacuteas ldquoLa descubrenrdquo nos diraacute ella A partir de este encuentro se motiva para compilar sus textos y escribir su libro Y diez antildeos maacutes tarde en 2014 presenta el libro que la diera a conocer y por el cual nosotras nos acercariacuteamos a ella En 2017 la invitamos a participar en algunas

2 A propoacutesito de la denominacioacuten lsquoviolencia domeacutesticarsquo en uno de los encuentros nos diraacute ldquoDespueacutes empeceacute a trabajar en violencia domeacutestica [se riacutee] iexclque antigua Ahora no se le dice asiacute es violencia de geacutenero porque no es solo en la casardquo

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instancias de un grupo de investigacioacuten a partir del cual escribimos la cartilla antes mencionada A partir de aquiacute es historia conocida Coordinamos con ella para llevar a su casa la invitacioacuten a la presentacioacuten de la cartilla y una copia de la misma Le escribimos una dedicatoria Estaacutebamos un poco nerviosas y ansiosas y sobre todo felices de que nos recibiera en su casa No imaginamos que ese seriacutea el primero de varios encuentros en que nos relatariacutea su historia de vida

Lo que cuentan las tortugas

La historia no es lo de antantildeo solamente estaacute construyeacutendose ahora en cada momento que transcurre en cada momento de las mujeres en las faacutebricas en las calles en el trabajo del campo en el domeacutestico maestras rurales amas de casahellip Todas las mujeres donde sea que esteacutenhellip La historia va articulando en lo cotidiano los acontecimientos colectivos sindicales poliacuteticos y sociales de un paiacutes No solo debemos recordar compantildeeras hay que escribir Porque lo que no estaacute escrito no existe se lo lleva el viento es la invisibilidad es la no historia (Alcoba Mariacutea Julia 2014 p 169)

A Mariacutea Julia la conocimos a traveacutes de las paacuteginas de su libro El epiacutelogo del libro la frase que elegimos para abrir este final nos empuja a seguir escribiendo Como una receta de bruja pasada de boca en boca Mariacutea Julia nos invita a escribir la historia nuestra historia esa que hoy nos encuentra

Vibramos en la misma sintoniacutea y varias veces nos vimos reflejadas en su sentir Saltando generaciones eacutepocas y paiacuteses pudimos entendernos plenamente como mujeres y como feministas Las aneacutecdotas amargas de la militancia mixta y la desvalorizacioacuten de las mujeres los sinsabores de la vida de pareja los amores y las separaciones Pero tambieacuten la alegriacutea del encuentro con las amigas del entre mujeres la ternura de la crianza el acompantildeamiento mutuo los cuidados

Mariacutea Julia es de habla calma y reflexiones agudas En un encuentro

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nos dijo ldquoAhora me muevo como una tortuguita iquestsaben por queacute Porque soy lenta pero raacutepida de pensamientordquo Reiacutemos juntas y pudimos comprobar que este apodo que heredoacute de su padre y su hijo le recrea le calza a la perfeccioacuten Avanza lento pero seguro porque sabe muy bien a donde va Es paciente y constante ella sabiacutea que teniacuteamos que escribir juntas y acaacute estamos Y este es solo un inicio pues quedan muchas paacuteginas por escribir porque sus historias sus cuentos sus aneacutecdotas tienen que ser contadas Sus palabras esas que abrazan tienen que continuar resonando en otras multiplicaacutendose como los brotes de las plantas que nos ha regalado y que nosotras aquiacute comenzamos a compartir

Estas palabras nos abrazaron mientras juntaacutebamos brotes de plantitas en el jardiacuten de su casa mientras preparaacutebamos un almuerzo en su cocina sentadas a su lado o a traveacutes de la pantalla del lsquoordenadorrsquo cuaderno en mano deseosas de poder escuchar lo que ese diacutea teniacutea para contarnos Nos dimos cita cada vez y esa cita de ese diacutea marcado en la agenda fue vivido como un acontecimiento En varias ocasiones nos esperoacute de labios pintados luciendo hermosas y coloridas chalinas haciendo juego con sus boinas en invierno Nosotras haciacuteamos nuestro mejor esfuerzo por arreglarnos para encontrarnos con ella Cuando nos iacutebamos de su casa o cortaacutebamos la videollamada quedaacutebamos exaltadas y no podiacuteamos parar de hablar sobre tal o cual frase sobre tal o cual partecita de su historia sobre coacutemo seguir sobre lo bello del viacutenculo que veniacuteamos tejiendo y la confianza mutua que veniacuteamos cultivando

Le contamos lo que nuestro encuentro con ella ha generado en nosotras y le preguntamos a ella al respecto

El trabajo que estaacuten haciendo me parece bien porque yo siempre cuando quiere hacer uno sin preguntas a veces no las podeacutes decir Porque o no te acordaacutes o no las quereacutes decir o se quedan adentro como en el tintero Y este trabajo que hicimos que ustedes me ayudaron a recordar que es lo maacutes importante para miacute porque cada diacutea me olvido de maacutes cosas cada diacutea Y eso es importante para poder trabajarlo en grupo y trabajarlo con ustedes Eso es lo maacutes importante

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que ustedes sean quienes le pongan el entusiasmo que le pusieron y para miacute es un orgullo y un acompantildeamiento de mi vejez que pueda decir lo que le sirva tambieacuten a otras mujeres () Yo seacute que no soy una gran oradora no soy oradora de barricada Sino que soy lenta para hablar pero lo importante es que llegue maacutes lejos con la palabra Eso ustedes seguiraacuten los ecos de esas palabras a sus compantildeeras a todo lo que significa la palabra de las mujeres en el mundo social que las ningunean mucho a las mujeres Que las mujeres siempre estaacuten dentro de casa y fuera de casa es lo que no se dice Siempre en cada momento social de la historia de la humanidad estaacuten las mujeres Las mujeres fueron las primeras que hablaron contra la guerra Las primeras que hablan muchas veces como las mujeres de la Plaza de Mayo Una simple pregunta iquestdoacutende estaacuten los hijos En lo social en este momento hay muchas mujeres luchando por compromiso social Y eso no sale en la prensa no sale en la televisioacuten sale muy poco en la radio Y son las mujeres que tienen esas voces No me importa ser lenta sino que me entiendan lo que digo () A miacute ustedes me han generado un aire fresco que ha llegado a mi casa y que si bien las conversaciones a veces eran iacutentimas o dolorosas o a veces nos generoacute risas o nos generoacute un silencio esos silencios que hablan tanto la llegada como la salida de ustedes de mi casa me generaba eso que tenemos las mujeres de mi familia que cuando se iban mis tiacuteas mi madre les deciacutea lsquovamos a ver las plantitasrsquo Entonces iba mi madre a darle unos gajos de las plantas Y eso es una multiplicacioacuten de hechos que generan el viacutenculo muy fuerte Lo de las plantas es muy fuerte porque generaacutes en el otro una continuidad de aquella visita Ustedes eran lsquola visitarsquo Una visita no lsquola visita esperadarsquo () A lo largo de la vida te encontraacutes con personas que te abrazan sin hacerlo te abrazan con la palabra te abrazan no con el cuerpo sino con la palabra Hay que ponerle palabra a todo lo de las mujeres para decir lo que aquellas callan Por eso la palabra es multiplicadora Los ecos de la palabra son los multiplicadores Como las plantas Es el viacutenculo que se establece () Yo no es que me repliegue porque quiera Me repliego porque tengo problemas de salud de piernas de brazos y eso me impide ir a las actividades Eso cada diacutea me dificulta maacutes Pero yo pienso hay tanta juventud ahora con la misma temaacutetica de las mujeres por suerte que yo seriacutea una hormiguita entre tantas Y para sumarme me gustariacutea pero no puedo y pienso que lo que puedo hacer es pensar en lo que estaacute pasando Estaacute pasando

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una revolucioacuten de verdad Como deciacuteas tuacute en el cuento3 Estaacute pasando ahora mismo estaacute pasando una revolucioacuten

Los diaacutelogos con Mariacutea Julia fueron eso diaacutelogos Nosotras la escuchamos y la leiacutemos y ella tambieacuten supo preguntarnos y supo tambieacuten leernos Le compartimos textos de nuestra autoriacutea nos devolviacutea sus comentarios Y ahiacute fuimos prestaacutendonos palabras para nombrar este momento de revolucioacuten que nos encuentra Ella cada tanto nos sigue sorprendiendo con algunos de sus cuentos que nosotras guardamos con ganas de leeacuterselos a otras Pero esto ya es otro cuento

3 Como mencionamos previamente compartirnos textos de nuestra autoriacutea se nos vol-vioacute una praacutectica comuacuten asiacute como tambieacuten dialogar desde las resonancias que nos generaban estas lecturas

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Referencias bibliograacuteficas

Alcoba Mariacutea Julia Caraacutembula Matiacuteas Cardeillac Joaquiacuten Cuacuteccaro Julia Cuacuteccaro Shirley Fagundez Rosa Flores Mariacutea Fontora Neacutelida Krapovickas Julieta Migliaro Alicia Robledo Gabriela Rodriacuteguez Lezica Lorena Troche Susan (2019) Y las mujeres iquestdoacutende estaacuten Guiacutea para abordar desigualdades de geacutenero en sindicatos rurales Universidad de la Repuacuteblica Disponible en httpswwwcolibriudelareduuyjspuibitstream2050012008299851Y20las20mujers20donde20estan_2019pdf

Alcoba Mariacutea Julia (2014) Las mujeres iquestdoacutende estaban Montevideo Primero de mayo

Comisioacuten catalana de solidaridad con las mujeres uruguayas (1981) Informe

Encuentro Internacional de solidaridad con las mujeres uruguaya Barcelona

Fontora Neacutelida (2018) La llama no se apaga Montevideo Primero de mayo

Colectivo del libro de salud de las mujeres de Boston (1982) Nuestros cuerpos Nuestras Vidas Barcelona Icaria

Schwarzer Alice (1979) La pequentildea diferencia y sus grandes consecuencias Barcelona Lasal Edicions De Les Dones

Mariacutea Julia Alcoba Alicia Migliaro y Lorena Rodriacuteguez Lezica Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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Datos Biograacuteficos

Mariacutea Julia Alcoba Rossano nace en 1938 en Montevideo en el Cerro barrio donde vive hasta su casamiento en 1960 A los trece antildeos sin terminar la escuela primaria ingresa a trabajar en Lanas Uruguayas Con catorce antildeos se integra a la militancia sindical y a la Unioacuten Obrera Textil Entre los antildeos 1955 y 1956 es co-fundadora del Congreso Obrero Textil que agrupa a todo el gremio a nivel nacional Representando a los textiles con Heacutector Rodriacuteguez y Emilio De Concilis integra el plenario de la Comisioacuten Pro Central Uacutenica de Trabajadores En 1956 se integra a las Juventudes Socialistas y luego al Partido Socialista En 1957 integra la Comisioacuten Gremial del Partido Desde alliacute trabaja hacia los sindicatos agriacutecolas En 1963 en la Unioacuten nace su primer hijo Siete antildeos despueacutes el segundo y al antildeo siguiente el tercero Milita en el Centro Mateotti y en el gremio textil En diciembre de 1967 el gobierno encabezado por Pacheco Areco se inaugura clausurando diarios e ilegalizando organizaciones poliacuteticas entre ellas el Partido Socialista En 1974 debe marchar con sus tres hijos al exilio argentino En Haedo termina la Escuela y cursa primero y segundo en el Liceo Nocturno En 1977 debe dejar Argentina y exilarse en Espantildea En Barcelona se integra al movimiento solidario con Uruguay contra la dictadura Trabaja como empleada domeacutestica vendedora de libroshellip Se prepara en cursos de auxiliar de cliacutenica puericultora y consultora en planificacioacuten familiar En 1979 obtiene por concurso el puesto de Consultora en Planificacioacuten

Las mujeres doacutende estaban

Familiar (agente de salud) en la Alcaldiacutea de Hospitalet de Llobregat donde trabaja con grupos de mujeres hasta su retorno al paiacutes Se integra a grupos feministas contra la violencia de geacutenero De 1979 a 1985 integra la comisioacuten de Barcelona de la CNT en el exilio ademaacutes de la Comisioacuten de Mujeres Catalanas de solidaridad con mujeres uruguayas en el exilio y presas viacutectimas del terrorismo de estado Ya en Montevideo es co-fundadora del Instituto Mujer y Sociedad trabaja con grupos en Foro Juvenil y EMAUS y se recibe de Psicoacuteloga Social en 1992 Hoy vive en su barrio de siempre el Cerro en una vieja casa llena de animalitos aacuterboles y plantas

Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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Indice

El encuentro con Mariacutea Julia 8

A modo de proacutelogo 11

La sumaca 14

Un cielo rojo anaranjado 24

La vieja radio de casa 28

Caramelos 33

Biyuacute 35

La Faacutebrica 39

El Sindicato 46

El patroacuten 48

Mis quince antildeos 51

Conflicto textil 54

La mamaacute de Rosita 58

Negra pobre y retobada 60

Un gremio de mujeres 62

El robo 64

El Boston 68

Despueacutes de la huelga 71

Jorgelina y Delia en Budapest 74

Una conferencia nacional 77

Las friyeras 80

Las mujeres iquestdoacutende estaban

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Las compantildeeras de FUNSA 86

Las mujeres del Arrozal 93

Las chacras del Norte 103

La marcha 110

Las mujeres en la marcha 122

Ana Mariacutea 126

El asalto 131

El regreso 134

El peine amarillo 136

Suipacha 139

Viviendo el miedo 144

Otra despedida maacutes 147

El Pesquero 149

Regreso sobre mis pasos 153

Del azuacutecar a la sal 169

Epiacutelogo 176

El jardiacuten de las palabras diaacutelogos feministas para abrazar la historia 179

Datos Biograacuteficos 212

Las mujeres iquestdoacutende estaban Una pregunta nada sencilla de hacer en un mundo donde las figuras masculinas son las fotografiadas las nombradas las recordadas Una pregunta que insiste que interpela que inspira La reedicioacuten de este libro de Mariacutea Julia sus palabras son claves que nos regala para seguir buscaacutendonos en la historia

  • El encuentro con Mariacutea Julia
  • A modo de proacutelogo
  • La sumaca
  • Un cielo rojo anaranjado
  • La vieja radio de casa
  • Caramelos
  • Biyuacute
  • La Faacutebrica
  • El Sindicato
  • El patroacuten
  • Mis quince antildeos
  • Conflicto textil
  • La mamaacute de Rosita
  • Negra pobre y retobada
  • Un gremio de mujeres
  • El robo
  • El Boston
  • Despueacutes de la huelga
  • Jorgelina y Delia en Budapest
  • Una conferencia nacional
  • Las friyeras
  • Las compantildeeras de FUNSA
  • Las mujeres del Arrozal
  • Las chacras del Norte
  • La marcha
  • Las mujeres en la marcha
  • Ana Mariacutea
  • El asalto
  • El regreso
  • El peine amarillo
  • Suipacha
  • Viviendo el miedo
  • Otra despedida maacutes
  • El Pesquero
  • Regreso sobre mis pasos
  • Del azuacutecar a la sal
  • Epiacutelogo
  • El jardiacuten de las palabras diaacutelogos feministas para abrazar la historia
  • Datos Biograacuteficos
Page 6: Las mujeres, ¿dónde estaban?

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Pasaron ya siete antildeos desde que se publicoacute el libro cuya pregunta inspirariacutea varios de nuestros trabajos las mujeres iquestdoacutende estaban Una pregunta nada sencilla de hacer en un mundo donde las figuras masculinas son las fotografiadas las nombradas las recordadas No podemos negar que el sindicalismo en Uruguay es un mundo de hombres No porque las mujeres no esteacuten Estaacuten Sino porque por mucho tiempo lsquono se las ha vistorsquo iquesto seraacute que no se las ha querido ver Es frente a esta ceguera que irrumpe este libro con una pregunta que interpela la memoria para poder hurgar en ella para encontrar y reconocer a las mujeres en la historia del sindicalismo y hacer justicia asiacute a una genealogiacutea y a una historia sino incompletas

A Mariacutea Julia la contactamos como Grupo IADR en 2018 Teniacuteamos la excusa perfecta para poder ensayar un acercamiento entre las sindicalistas ldquode ayerrdquo y las ldquode hoyrdquo Algo intuiacuteamos sobre la potencia del espacio de intercambio entre tales mujeres con la nada sencilla tarea de elaborar una cartilla sobre desigualdades de geacutenero en el sindicalismo rural La invitamos Accedioacute contenta pero no sin antes dudar queacute tendriacutea ella para aportar Junto a Mariacutea Julia y tambieacuten junto a Neacutelida Chela Fontora las sindicalistas ldquode ayerrdquo y con las compantildeeras de distintos sindicatos rurales en actividad trabajamos en lo que llamamos un ldquogrupo focal interpretativordquo El hecho de que Maria Julia y Chela hayan participado de este trabajo colectivo es un gusto y una nueva muestra (iexclcomo si hicieran falta maacutes) de su compromiso y vocacioacuten de lucha Participaron activamente codo a codo en toda la tarea con escucha y respeto hacia las voces de todas las compantildeeras El libro de Mariacutea Julia es un libro autobiaograacutefico que recoge para compartir memorias de vida luchas dolores y alegriacuteas Es un texto que nos marcoacute el rumbo y cuyo tiacutetulo retomamos en la cartilla que elaboramos juntas Porque la pregunta sobre doacutende estaacuten las mujeres en la historia es una guiacutea es un coacutemo ir iquestDoacutende estaacuten aquellas que no son nombradas iquestDoacutende estaacuten aquellas que no se quieren ver Desconfiar de las historias oficiales animarse a narrar desde otras voces animarse a construir otros relatos

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Para escribir este proacutelogo nos preguntamos por queacute es importante para nosotras y nosotros como Grupo interdisciplinario desde la Universidad de la Repuacuteblica poder re-editar este libro siete antildeos despueacutes La pregunta se responde volviendo a la interrogacioacuten por el espacio aunque esta vez no mediante un iquestdoacutende sino maacutes bien con un iquestcoacutemo Y es que la toacutenica del grupo IADR ha sido la de generar conocimiento socialmente valioso transitando caminos y formas habilitantes de espacios y tiempos de co-construccioacuten de autoformacioacuten y de reflexividad En esa liacutenea dos objetivos perseguidos son hacer lugar y hacer tiempo No soacutelo como colectivo IADR sino tambieacuten y sobre todo en tanto que comunidad amplia a la que pertenecemos nos debemos y pretendemos contribuir recuperar el tiempo y el espacio para entendernos proyectarnos y caminar hacia una sociedad maacutes justa y solidaria

En esta buacutesqueda compartida no hay un camino ni una uacutenica voz hay muchas Y atender con agudeza quieacuten toma la palabra es parte del trabajo y la buacutesqueda Asiacute sumar implica tambieacuten aguzar la escucha salir del centro o hacerse a un lado pero no como mecanismo de desentendimiento sino muy por el contrario como quieacuten acompantildea por y para entender como quien comparte y se vuelve parte Como en cualquier enarmoniacutea la nota depende de la tonalidad o la toacutenica La reedicioacuten de este libro de Mariacutea Julia sus palabras hacen a nuestra toacutenica la del IADR la de Lorena Alicia Julieta Matiacuteas y Joaquiacuten Y aunque tenemos cosas para decir ahora quisimos volver a escuchar Es por ello que no nos quedan dudas sobre la pertinencia de esta reedicioacuten

Grupo Interdisciplinario de Investigacioacuten Accioacuten sobre Desigualdades en el Medio Rural

primavera 2021

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El encuentro con Mariacutea Julia

Llegamos a Mariacutea Julia luego de una conversacioacuten con Walter Marrero ldquoMarreritordquo en setiembre de 2011 Acudimos a eacutel para a hurgar en las memorias las experiencias y las piezas que construyeron el sindicalismo rural uruguayo antes de 1973 y despueacutes de 1985 producto de la abrupta interrupcioacuten por la dictadura civil-militar En aquella conversacioacuten Walter nos insistioacute en maacutes de una oportunidad en contactar a Mariacutea Julia Los argumentos esbozados fueron muchos entre ellos se incluiacutea su apoyo constante a las mujeres de los arrozales durante la huelga de 1957 asiacute como tambieacuten su militancia en el exilio catalaacuten

Luego todo sucedioacute muy raacutepido El 17 de junio de 2012 en el marco de un proyecto estudiantil de la UdelaR organizamos un encuentro entre integrantes del Sindicato Uacutenico de Peones de Tambos (SUPT) incluida la sentida y entrantildeable participacioacuten de Pedro Aldrovandi Alliacute se nos presentoacute Mariacutea Julia una mujer que nos cautivoacute desde un principio Como se puede apreciar en una de las fotografiacuteas del libro portaba un abrigo de color rojo una boina azul y sobre todo una sonrisa ancha

En poco tiempo conseguimos entablar cierta confianza que raacutepidamente se fue convirtiendo en amistad A finales de 2013 nos reveloacute que escribiacutea cuentos Para nuestro asombro nos comentoacute que ya teniacutea un libro escrito pero sin publicar Obviamente nos maravillamos al leer el borrador No dudamos en la necesidad de dar la mayor difusioacuten posible Lo primero fue la publicacioacuten de su cuento ldquoLas mujeres del arrozalrdquo en el perioacutedico La Diaria como forma de celebracioacuten del diacutea del trabajador y la trabajadora rural el 30 de abril de 2014 En los meses siguientes se fue tejiendo una propuesta entre el PIT-CNT y la Universidad de la Repuacuteblica para publicar su libro En octubre de ese mismo antildeo el libro fue presentando puacuteblicamente y el resto de la historia es bastante conocida

Desde ese momento Mariacutea Julia se presentoacute ante un puacuteblico cautivo

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por un contexto de enunciacioacuten para la memoria personal y colectiva de las mujeres muchas veces silenciadas y otras veces relegadas que como menciona Spivak se encuentra en las ldquosombrasrdquo de la historia1 No obstante la tenaz batalla de Mariacutea Julia contra el olvido teniacutea antecedentes muy firmes desde la deacutecada de 1990 De hecho Yamanduacute Gonzaacutelez Sierra hizo alusioacuten a su trabajo narrativo en el libro ldquoLos olvidados de la tierrardquo refiriendo a las ldquoHistorias de vidas de mujeres trabajadorasrdquo que Mariacutea Julia publicoacute en diferentes capiacutetulos en el perioacutedico ldquoNoticiasrdquo de la ciudad de Juan Lacaze en el departamento de Colonia 2

Su libro es una invitacioacuten a navegar en el rescate de las historias las memorias y las experiencias de las mujeres que lucharon y continuacutean hacieacutendolo por una sociedad maacutes justa igualitaria y solidaria Sus relatos permiten reconstruir un derrotero del Uruguay de segunda mitad de siglo XX donde confluyen innumerables sacrificios dolores y alegriacuteas Los escenarios se presentan en ciacuterculos sociales que van siendo cada vez maacutes amplios la familia el barrio la ciudad y a veces en el campo incluso el exilio como tambieacuten el desexilio La pluma de Mariacutea Julia es genuina y resiliente fiel reflejo de su vida Incluso para afrontar los momentos maacutes duros y difiacuteciles Ello se acompantildea con una personalidad afable que la describe en todo momento cuando se trata de celebrar el encuentro

Pero la invitacioacuten de Mariacutea Julia no se acaba solamente en la lectura que propone Tambieacuten se extiende a incentivar a que otras mujeres lo hagan En definitiva su tarea es mucho maacutes amplia que la escritura y se asemeja en mucho a una memorable frase de Rodolfo Walsh a mediados de los 60rsquo cuando planteoacute que ldquonuestras clases dominantes han procurado siempre que

1 Spivak Charkavorty Gayatri (2009) ldquoiquestPueden hablar los subalternosrdquo Barcelona MACBA Paacuteg 43-125

2 Gonzaacutelez Sierra Yamanduacute (1994) Los olvidados de la tierra Vida organizacioacuten y luchas de los sindicatos rurales Montevideo Nordan-comunidad Paacutegina 94

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los trabajadores no tengan historia no tengan doctrina no tengan heacuteroes y maacutertires Cada lucha debe empezar de nuevo separada de luchas anteriores la experiencia colectiva se pierde las lecciones se olvidan La historia parece asiacute como propiedad privada cuyos duentildeos son los duentildeos de todas las otras cosasrdquo 3

Nuestro encuentro con Mariacutea Julia su poesiacutea y su rojo rojo intenso como su vida ha sido pues una profunda y necesaria convocatoria para que en los tiempos actuales de resistir a la desmemoria para reescribir la historia la palabra sea de ella

Agustiacuten Juncal y Matiacuteas Caraacutembula

3 ldquoCordobazordquo Extraiacutedo de ldquoPerioacutedico de la CGT de los Argentinosrdquo Coleccioacuten Completa Nuacutemeros 1 al 55 Mayo de 1968 ndash Febrero de 1970 Disponible en wwwcgtargentinosorg

Mariacutea Julia tomando una foto Actividad con sindicatos de tambo en Isla Mala (2012) Fotografiacutea Soledad Figueredo

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A modo de proacutelogo

Estas historias que Mariacutea Julia recupera para la memoria de nuestro paiacutes tienen la riqueza de su mirada y vivencia de mujer actora en todas ellas Mariacutea Julia recorre la historia de nuestro paiacutes desde los antildeos 50 hasta la oscura deacutecada de los 70 desde sus experiencias de nintildea en el Cerro un barrio de inmigrantes que trajeron sus ideologiacuteas y sus oficios sus culturas y la antildeoranza de su tierra Desde la forma de relacionarse con el mundo a traveacutes de las primitivas radios que sintonizaban los avatares de las segunda guerra mundial hasta la evolucioacuten de la conformacioacuten de los sindicatos textiles y la solidaridad en las luchas de las otras ramas industriales como la carne Mariacutea Julia va relatando la evolucioacuten social econoacutemica y poliacutetica de esas deacutecadas donde ella participoacute tan activamente viviendo desde adentro cada una de las luchas y la construccioacuten de un movimiento obrero organizado en una central uacutenica y autoacutenoma Impactan las edades adolescentes de esos primeros luchadores que enfrentaban patronales primitivas para lograr respeto a su dignidad como personas Mariacutea Julia Alcoba reafirma sus ideas poliacuteticas y en su rol de militante se pone en contacto con otras mujeres trabajadoras zafrales agriacutecolas pescadoras empleadas de las grandes faacutebricas empleadas domeacutesticas Describe sus diferencias y sus problemas que todaviacutea subsisten en muchos casos invisibilizados en las agendas tradicionales Las historias de esas deacutecadas siempre han sido contadas por personajes masculinos quienes difiacutecilmente incorporan la vida cotidiana de los seres humanos que participaron en la construccioacuten de nuestra identidad social y poliacutetica Esta recuperacioacuten de relatos y testimonios de una mujer que atravesoacute esas deacutecadas nos devuelve a quienes nunca son nombradas pero que formaron la malla de una conciencia de dignidad obrera de la que tanto nos enorgullecemos los y las uruguayas

Margarita Percovich

iquestDoacutende estaban ellas Pero primero iquestquieacutenes son ellas Ellas son obreras son militantes sindicales y Mariacutea Julia que lo es ella misma y que ejemplifica con su propia vida nos las describe desde la nintildeez en sus familias familias obreras de barrios obreros hasta su madurez como

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mujeres y madres desde sus primeros choques emocionales con la realidad de la explotacioacuten hasta su madurez de militantes sindicales Y eso es lo que conmueve y entusiasma del texto No es un texto que trata de describir a la mujer en su condicioacuten de viacutectima de una doble explotacioacuten como asalariada y como integrante de una sociedad que la discrimina maacutes allaacute de que tal descripcioacuten fluye naturalmente de su lectura Es maacutes bien la mujer en toda su estatura de luchadora social a la par y junto al hombre y que trata de hacerlo en la vida social y en el hogar y muchas veces debiendo superar incomprensiones y prejuicios a veces incluso de quienes somos sus compantildeeros justo es reconocerlo Haciacutea falta este libro Rescata facetas de la historia sindical del Uruguay y la construccioacuten de la unidad destaca el relevante papel de la mujer en esa historia y tambieacuten nos ayuda a todos nosotros a ser mejores Gracias Mariacutea Julia

Wladimir Turiansky

Este libro es un testimonio de las luchas dolores y alegriacuteas que han hecho la hermosa historia de la solidaridad obrera En sus paacuteginas hay aliento para la accioacuten para un mundo nuevo sin explotados ni explotadores un atrapante y entrantildeable relato de la cotidianeidad

Guillermo Chifflet

No es la mirada conmovida de un artista con sensibilidad salido de las filas de la burguesiacutea es el rescate de la historia por quien se forjoacute como adolescente y mujer en la faacutebrica creciendo en la lucha Es la visioacuten desde adentro de quien no ha perdido ni reniega de su origen de clase Es el rescate ademaacutes de una sensibilidad proletaria

Colacho Esteves

Las mujeres iquestdoacutende estaban nos acerca un poco maacutes a lo profundo de una huelga que significo un antes y un despueacutes en el Movimiento Sindical Uruguayo Nos muestra desde una mirada sincera simple los procesos que recorrieron las compantildeeras procesos que formaron y desarrollaron nuestro Movimiento Sindical

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Este libro recoge el testimonio de muchas compantildeeras que fue pariendo el gremio forjadas en la lucha Nos muestra una eacutepoca de nuestra historia donde reinaba el miedo y el paiacutes era todo promesas y olvidos la miseria asechaba a la clase trabajadora y a las mujeres les sobro iniciativa y creatividad para combatir la injusticia le hicieron frente a frente a la realidad fueron parte vital de esta lucha muchas veces la mayoriacutea desde las sombras La ocupacioacuten de fabricas del 64 al 68 fue un ejemplo de militancia de las mujeres Las mujeres lucharon a pesar del miedo miraron con rabia a la injusticia y le hicieron frente a la desigualdad La Solidaridad la Unidad y la Lucha entre Trabajadores de diferentes sindicatos sostuvieron la huelga y forjaron los cimientos de lo que hoy significa Sindicato en el Uruguay

Secretaria de Geacutenero Equidad y DiversidadPIT-CNT

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La sumaca

Mi padre nacioacute en 1900 en una localidad de Durazno Llegoacute adolescente a Montevideo buscoacute trabajo fue diariero pegatinero de propaganda poliacutetica peoacuten de panaderiacuteahellip Asiacute se revolvioacute al principio Desde que llegoacute vivioacute en el Cerro de Montevideo Desde alliacute descubrioacute el mar esa inmensidad Se enamoroacute del barrio como de una mujer Cuando no teniacutea trabajo se iba con los muchachos del barrio a changuear al puerto alliacute no faltaba trabajo Comiacutea en un comedor popular para trabajadores y gente sin recursos que estaba frente al puerto que todaviacutea existe Volviacutea en el tranviacutea 16 al Cerro Asiacute transcurriacutea el tiempo antes de sus veinte antildeos Trabajaba duro para comprarse un terreno y traer a sus padres y sus dos hermanas Blanca y Adela Vivioacute de agregado en casas particulares o pagando pieza A sus diacuteas de trabajo agregoacute un curso de marinero y luego otro de praacutectico de patroacuten de barco Esto lo entusiasmoacute y lo puso frente al mar a esperar suerte Los cursos eran nocturnos gratuitos los pediacutean las empresas navieras para encontrar personal calificado Aquel Montevideo de 1920 era explosivo Estrenaba siglo poliacutetica cultura inmigracioacuten arte atravesaba todos los sectores de la poblacioacuten Escuchoacute asombrado un mitin donde habloacute Mariacutea Collazo por la huelga de las planchadoras La mujer anarquista fue una de las primeras obreras que se atrevioacute a hablar en puacuteblico en las calles empedradas de la Ciudad Vieja

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Montevideo era una ciudad en movimiento mejor dicho revuelta Conrado encontroacute una ciudad cosmopolita que le aportoacute informacioacuten y conocimiento Tuvo una juventud participativa y vivioacute coherente con ella fue un luchador por los derechos sociales Mi madre nacioacute en un campo de Durazno en 1906 A los doce antildeos cuando murioacute su madre emigroacute con su familia a Montevideo junto a su padre y sus ocho hermanos El abuelo Adriaacuten repartioacute los hijos Las cuatro nintildeas mayores en distintas familias Se quedoacute con los tres varones para trabajar en lo que saliera y la hija mayor para llevar la casa y cuidar a la hermana maacutes chica que teniacutea un antildeo y medio Rosa mi madre era la segunda A ella le tocoacute trabajar desde los trece antildeos en una casa de familia en la calle Grecia y Repuacuteblica Argentina en el Cerro de Montevideo Fue ldquocolocada con cama para toda tareardquo cuidaba tres nintildeos lavaba planchaba ayudaba en la cocina El abuelo encontroacute trabajo en el saladero del Cerro Rosa no teniacutea problema en trabajar lo haciacutea desde muy chiquita Cuentan las hermanas que cuando eso solo teniacutea diez antildeos ldquoTendiacutea todas las camas allaacute en el rancho del campo Cerraba la puerta por dentro para que los hermanos no desordenaran el cuarto nuevamente y saliacutea saltando por la ventanardquo Los jueves y domingos por las tardes las hermanas teniacutean libre y se juntaban todas en la casilla familiar donde se contaban las penurias que no faltaban y las novedades de la vida en la capital con sorpresa y curiosidad La casilla que alquilaba el abuelo en La Paloma un barrio en las afueras de la Villa del Cerro se llenaba de risas las joacutevenes se probaban las ropas usadas que las patronas les regalaban Manuela la hermana mayor las escuchaba con Amelia la hermana pequentildea en los brazos A Manuela le tocoacute llevar la casa con todas las tareas a su cargo Los demaacutes saliacutean a trabajar fuera los varones volviacutean a la noche a cenar y dormir y las muchachas dormiacutean en la casa en que trabajaban

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Mis padres se conocieron en el barrio cuando ella saliacutea a comprar verdura para la casa en que trabajaba Rosa se preparaba para ver al joven y apuesto mozo alto delgado pero musculoso morocho pelo negro y lacio y barba escasa Vestiacutea pantalones de loneta blanca camiseta de manga corta azul y gorra de visera del mismo color al estilo de los changadores del puerto Con Conrado solo intercambiaba miradas siempre y cuando saliera con los nintildeos en las tardes Los nintildeos festejaban y le avisaban cuando lo veiacutean pasar por la calle Su patrona ya conociacutea ese ldquodragoneordquo como se deciacutea antes Los nintildeos luego se volvieron correo de Conrado cuando eacutel se animoacute a escribirle Llegaban los papeles muy doblados a manos de la emocionada Rosa que los desplegaba temblando Los nintildeos la ayudaban leyeacutendole y ayudaacutendola a contestar porque ella no sabiacutea leer ni escribir Todo se volvioacute acontecimiento La joven ya teniacutea maacutes de quince antildeos muy bonitos y un poco tiacutemidos La patrona la queriacutea mucho y resolvioacute mandarla al taller de costura de la escuela nocturna para adultos eso facilitaba algunos encuentros Eacutel la esperaba a la hora de la salida de la escuela Las compantildeeras del curso caminaban junto con ellos hasta la puerta del trabajo de Rosa y alliacute se separaban Conrado se quedaba un ratito maacutes charlando en el zaguaacuten hasta que la patrona la mandaba buscar con el nintildeo maacutes grande porque teniacutea que servir la cena Ellos se contaban de doacutende veniacutean que resultoacute ser un lugar comuacuten Durazno de las familias de las ilusiones y las desilusiones En las dificultades se iban conociendo poco a poco Cuando no se veiacutean era por trabajo o por el curso Ella ya lo sabiacutea pero no dejaba de extrantildear las conversaciones sencillas deseadas por los dos Conrado le contoacute que estaba juntando plata para comprar un terreno y construir una casilla para traer sus padres y hermanas del campo Para eso lo mandaron sus padres a Montevideo Rosa mostraba preocupacioacuten porque en su casa eran muchos de familia y trabajaba como todas para ayudar asiacute les ensentildeoacute su padre Cuando eacutel consiguioacute el terreno y una casilla por fin los trajo se quedaron en el Cerro en la calle Turquiacutea Al fin estaba toda la familia

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reunida Como tantas familias de la eacutepoca formaron parte de la migracioacuten interna que veniacutea a trabajar en la capital floreciente Pasoacute el tiempo Rosa y Conrado se casaron y fueron a vivir con la familia de Conrado Al principio todo iba bien pero ella extrantildeaba Era una vida totalmente distinta con personas que recieacuten conociacutea y el primer viaje del marido al mar le resultoacute muy largo espera y espera Conrado se fue a trabajar a un barco de cabotaje llevando mercaderiacuteas el viaje duroacute de ida y vuelta unos 20 diacuteas Vivioacute esa experiencia con angustia extrantildeaba a las hermanas a la patrona y sobre todo a los nintildeos que cuidaba Lloraba muchas veces esa soledad lo recibioacute llorando La suegra le dijo que no era para tanto con cierta molestia Rosa escuchoacute en silencio no contestoacute ni una palabra Al antildeo nacioacute una nintildea que llamaron Lidia Mi hermana mayor fue alegriacutea y consuelo para Rosa Conrado partioacute para un nuevo viaje con pena de separarse de Rosa y de la pequentildea Sintioacute la emocioacuten de tener su propia pequentildea familia y la tristeza de irse Pero Rosa no estaba dispuesta a quedarse sola otra vez con la familia de eacutel Cuando Conrado llegoacute no se quejoacute ni lloroacute le dijo que en el proacuteximo viaje no se quedariacutea en tierra que iriacutea con eacutel y la nintildea pasara lo que pasara Rosa fue muy valiente Eacutel le contesto que no Le explicoacute que era muy peligroso pero a ella no le importaba Le habloacute de las tormentas que se produciacutean en las aguas revueltas donde se juntan el Riacuteo Uruguay y el Riacuteo de la Plata de los rayos y las centellas en las aguas que son muy impresionantes y de la mala mar encrespada que puede durar tres o cuatros diacuteas Ella se quedoacute en silencio luego soltoacute el llanto y dijo ldquoNo tengo miedo Igual me voy contigo Solo el abuelo Anastasio tu padre extrantildearaacute a la nintildea Las mujeres de tu casa estaacuten muy celosas de miacute y de la nintildea ldquoYo me voy contigo o me voy a casa de Manuela con mis hermanosrdquo repitioacute Rosa En esa eacutepoca era comuacuten navegar con una tripulacioacuten conformada de familiares y ella lo sabiacutea Asiacute lo contoacute mi madre a sus hermanas un jueves diacutea de salida de las ldquocolocacionesrdquo cuando estaban juntas en lo de Manuela Todas se alarmaron

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y la abrazaron pidieacutendole que no se fuera que si se iba dejara a Lidia con Manuela Rosa se negoacute furiosa no dejariacutea a la nintildea Mi madre se agregaba a la tripulacioacuten con el asombro de sus amistades y los familiares que quedaban en tierra preocupados por los peligros que podiacutean correr ella y la nintildea A la vez culpaacutendola por tomar decisiones propias en esa eacutepoca no se acostumbraba Este viaje seraacute muy distinto para Conrado Rosa asomada desde el camarote miraba la salida del puerto de Montevideo El Cerro se veiacutea precioso con aquella luz del faro como saludaacutendoloshellip Sintioacute una gran emocioacuten tal vez miedo Se humedecieron sus ojos La noche era maacutegica La negrura no le dio miedo el cielo era un pizarroacuten dibujado de estrellas titilantes El puerto de Montevideo quedoacute atraacutes un viento suave embolsoacute las velas Con la nintildea en sus brazos vio ese cielo que los envolviacutea Recordoacute el cielo del campo las estrellas pareciacutean estar maacutes cerca Conrado las vigilaba desde el timoacuten disfrutando la alegriacutea de tenerlas tan cerca Los otros tripulantes en la cubierta Angelito Armo vigilando las velas el Nene y Cantero en los palos eran familiares de Conrado primo y sobrino el tiacuteo Benito hermano de Rosa ldquoEsta vez solo tocaremos puertos cercanos Un viaje corto Rio de la Plata principio de Rio Uruguay y un tramo del Riacuteo Paranaacuterdquo Le comentoacute Conrado a la tripulacioacuten ldquoSeraacuten pocos diacuteasrdquo ldquoLa Joven Rositardquo que asiacute se llamaba el velero por pura casualidad era una embarcacioacuten de cuatro velas y dos palos mayores Era una sumaca para transporte de cabotaje de poco calado que surcaba los riacuteos a vela La vieja sumaca de bandera argentina continuaba trabajando Era su uacuteltima etapa y pronto pasariacutea a desguace o a remate Esta vez llevaban una carga liviana una mudanza cajas de ropa muebles paquetes y correspondencia Pero volveriacutea cargado de rolos de madera y de la correspondencia del litoral La costa del lado argentino del Riacuteo Uruguay era muy particular en algunos lados plana junto al rio y en otra maacutes alta formando barrancos La costa era arbolada con raiacuteces al sol bantildeadas por la correntada fuertes raiacuteces que la

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aseguraban a la tierra firme Mucho verde casas en la orilla sobre pilares de gruesos troncos que las sosteniacutean La embarcacioacuten se deslizaba suave arrastrada por un pequentildeo vaporcito remolcando y pitando anunciando su llegada Los que esperaban el flete saludaban con las manos en alto a los que atareados recogiacutean las velas y tiraban el ancla al agua Los traacutemites en el puerto eran lentos Las autoridades del puerto subiacutean a bordo comparaban los documentos de la carga con las existencias hasta dar el visto bueno y permitir el desembarco El diacutea de llegada es de mucho trabajo la tripulacioacuten no baja hasta estar la carga entregada a las autoridades Al llegar a los puertos la tripulacioacuten sonreiacutea festejando la tranquilidad de estar en tierraPara Rosa y Conrado este primer viaje fue tranquilo La nintildea fue mimada por la tripulacioacuten su familia La temperatura buena sin temporales Para Rosa todo era faacutecil Cocinaba para todos y teniacutea un ayudante eso era nuevo La ropa se la lavaba cada uno de aquellos hombres El agua era dulce extraiacuteda con baldes que bajaban en cuerdas enganchada a una roldana al propio riacuteo como si fuera un aljibe horizontal e interminable El agua para beber se herviacutea y se guardaba en tachos limpios La ropa lavada con agua de riacuteo y secada al sol quedaba con aroma asiacute como el largo cabello que Rosa sujetaba en la nuca Se sentiacutea como en casa con el tendal de ropa en las cuerdas como banderas flameando Se cruzaban con otras embarcaciones pequentildeas que mostraban tambieacuten su vida cotidiana tranquilamente Rosa saludaba con alegriacutea mostrando la nintildea levantaacutendola en los brazos los otros le gritaban piropos a la nintildea Mi padre construyoacute para Lidia una hamaca de lona donde dormiacutea la pequentildea que se podiacutea trasladar al camarote o a la cubierta seguacuten donde estuvieran ellos Tambieacuten teniacutean un cajoacuten de madera vaciacuteo en suelo del cual una vieja manta doblada y un almohadoacuten amortiguaban las caiacutedas producidas por el vaiveacuten del movimiento del barco donde la nintildea se podiacutea parar sin peligro Hamacada asiacute muchas veces terminaba dormida al aire libre Estaba morochita del sol

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La nintildea era muy simpaacutetica la llamaban carintildeosamente ldquoNegritardquo La sonrisa de ella dejaba ver dos dientitos muy blancos Rosa lavaba la ropa en una tina de madera cercana hablaacutendole como si la nintildea entendiera y la haciacutea reiacuter El tiacuteo Benito le trajo dos pollitos en una caja de cartoacuten los habiacutea comprado a unas nintildeas de la orilla y este fue el juguete maacutes lindo que teniacutea cuando los animalitos se moviacutean la haciacutean gritar de alegriacutea contagiando la risa a todos los demaacutes Contoacute mi madre cuando estaba sola con nosotras muchos antildeos despueacutes poniendo palabras a sus recuerdos no dichos Nos contoacute a nosotras nintildeas que cuando estaban en Entre Riacuteos parados las noches calurosas y de luna llena en las costas argentinas del Paranaacute los muchachos de la tripulacioacuten se tiraban al agua desde la cubierta las aguas estaban quietas plateadas luminosas tibias como si fuera de diacutea ldquoLidia pequentildea de unos meses teniacutea dificultades para dormir con tanto calor en el camarote y lloraba Conrado bajoacute al riacuteo y me pidioacute permiso para bajar a la nintildea con eacutel a las aguas dudeacute sorprendida luego dije lsquoiquestY si se te escapa de las manos Es de noche peligrosorsquo Entonces eacutel ideoacute bajar una saacutebana a modo sillita donde Lidia estaba atada con seguridad y sus bracitos y piernas sueltasrdquo Todas reiacutemos Lidia sorprendida pregunto ldquoiquestYordquo Mi madre siguioacute ldquoBenito y yo sosteniacuteamos la sabana desde arriba y Conrado con el Nene sosteniacutean a la Negrita en el agua que daba palmadas y patadas salpicando a los dos y dando fuertes carcajadas contagiaacutendonos a todos Esa noche dormiste tranquila y nosotros tambieacutenrdquo Mi madre reiacutea disfrutando otra vez No siempre teniacutea ganas de contar recuerdos Algunas embarcaciones pequentildeas se acercaban a venderles frutas y verduras formando un montoacuten de cajones multicolores en las orillas del Paranaacute Esto era muy comuacuten era un modo de abastecer las orillas otras lanchas llegaban con yerba azuacutecar porotos jaboacuten carne de cordero Rosa viviacutea esa libertad emocionada Le haciacutea mucha gracia la manera de hablar de los correntinos ldquoLa vida era de trabajo dura a lo que se acostumbroacute raacutepidamente Eran todos muy sencillos y serviciales Al fin conociacutea las amistades y la forma de

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vivir de su marido Se sentiacutea agasajada cuando eacutel la presentaba a las amistades y a las autoridades de los lugares que visitaban Tambieacuten se sentiacutea maacutes fuerte al sol y al airerdquo nos contoacute tiacuteo Benito Y agregoacute ldquoCreo que fue la eacutepoca maacutes feliz de ellardquo Escuchaba las conversaciones de trabajo de la tripulacioacuten en silencio Si escuchaba de las dificultades que se presentaban o las tormentas se le escapaba ldquoDios me salve Mariacuteardquo abrazando fuerte a su hijita En los viajes no faltaron nieblas ni truenos ni relaacutempagos ni lluvia ni soles fuertes que achicharraban la cubierta Nada la asustoacute tanto como aquel diacutea que soploacute el pampero Habiacutea sido un diacutea hermoso de primavera Veniacutean regresando hacia Montevideo Navegaban por la desembocadura del Riacuteo Uruguay y el Rio de la Plata cuando de pronto se ocultoacute el sol y aparecieron nubes negras amenazantes las aguas se pusieron de un gris plateado que sorprendiacutea Rosa con la nintildea bajoacute a buscar abrigo porque el viento se puso maacutes friacuteo Abrazada a la pequentildea Lidia en el camarote vapuleado por el movimiento de las olas Conrado gritoacute desde el timoacuten ldquoiexclTodos a cubiertardquo Eacutel coacutemo pudo bajoacute al camarote a buscar a su mujer y a su hija manoteoacute unas saacutebanas las abrazoacute y dijordquo iexclVamos Rosardquo Las subioacute a cubierta y las amarroacute raacutepido envolvieacutendolas en las saacutebanas al palo mayor mientras los otros tripulantes sosteniacutean el timoacuten y bajaban las velas lo maacutes raacutepido que podiacutean para que no se rompieran o las embolsaraacute el viento y los arrastrara a la deriva La oscuridad los envolviacutea el agua se volviacutea de un plateado luminoso la lluvia arreciaba con furia Empapados todos corriacutean haciendo equilibrio de proa a popa Conrado las cubrioacute a ellas con una lona encerada para que no se mojaran y no se enfriaran tanto Volvioacute al timoacuten junto al compantildeero entre los dos lo sujetaron fuerte para mantener el rumbo aprovechando el viento y el oleaje para separarse del ojo de la tormenta El miedo a Rosa se le instaloacute en el pecho las piernas se le queriacutean aflojar pero no las dejoacute La nintildea lloraba y ella rezaba al santo Negrito de pastoreo patroacuten de los desesperados pidieacutendole que amainara el temporal No se le ocurriacutea

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otra cosa le ofrecioacute una novena como lo haciacutea su madre los ojos apretados Con la nintildea en brazos se sentiacutea maacutes segura la inocencia de la nintildea le dio valor para seguir en pie Fue necesario empezar a tirar parte de la carga al riacuteo las olas eran cada vez maacutes altas y amenazantes La nave se hundiacutea peligrosamente y volviacutea La carga flotaba empujada hacia atraacutes por el pampero que soplaba silbando tanto que le parecioacute que volaba y se dejoacute llevar sin soltar a la nintildea las piernas se le durmieron no sentiacutea los pies ni las rodillas No se sabe cuaacutento duroacute aquella angustia el miedo no se puede medir ni en minutos ni horas ni diacuteas Unas manos grandes y fuertes la sostuvieron y una voz conocida le dijo ldquoTranquila pronto pasardquo Las nubes se alejaban raacutepidamente hacia atraacutes como custodiando la carga que flotaba en el mismo sentido La nave surcaba valiente atravesando las olas intentando mantener el rumbo hacia adelante y tratando de salir del medio de la tormenta que corriacutea en una franja ancha demoledora Poco a poco aparecioacute un cielo gris sin nubes calmoacute el viento Silencio Estaba pasando Pero el corazoacuten colectivo de toda la tripulacioacuten latiacutea golpeando el pecho al uniacutesono la alerta continuaba Muchas cosas desaparecieron de la cubierta las olas se llevaron el cajoacuten en que se resguardaba la nintildea la caja con los pollitos la cuerda con la ropa el balde y la cuerda y el mediomundo de la pesca diaria Parte importante de la carga la tiraron por seguridad Rosa no lo contoacute a nadie hasta pasar un tiempo No sabiacutea coacutemo empezar sin asustar a las hermanas No todo fue malo para mis padres A las amistades de Conrado se sumaron nuevas amistades Rosa y la pequentildea abrieron otras puertas En los diacuteas de espera en cada puerto recibieron invitaciones a fiestas donde apareciacutea siempre una acordeoacuten o una guitarra Bailes familiares de carnaval que se llamaban ldquoasaltosrdquo bailes de disfraces en casas de Entre Riacuteos Paysanduacute o Carmelo Amistades que se frecuentaron a lo largo de los antildeos como Diamantina una mujer muy graciosa en su manera de hablar o Valentiacuten el pelirrojo dos argentinos que los visitaron yo los conociacute Recibiacutean carta de otras personas

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Rosa y la nintildea viajaron un antildeo y medio en aquella vieja sumaca Cuando quedoacute embarazada de la segunda hija la pareja decidioacute quedarse en tierra por razones de seguridad Conrado buscoacute trabajo en el puerto volvioacute a trabajar de changador en carga y descarga trabajo duro pero eacutel ya lo conociacutea La sumaca volvioacute a puerto argentino donde pasoacute a remate Muchas aneacutecdotas no nos contaron a nosotras las hijas No se acostumbraba contar y nosotras no preguntaacutebamos tampoco se acostumbraba preguntar Hoy me arrepiento seacute que me perdiacute mucho de la historia personal de mis padres Creo que mi madre fue muy valiente y adelantada a su eacutepoca Las historias de mujeres no se cuentan ni se escriben aunque sean interesantes Las perdemos

Conrado Alcoba Rosa Rossano y familiares (Principios de la deacutecada del 20) Fotografiacutea Archivo personal

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Un cielo rojo anaranjado

En nuestro barrio no pasaban autos Nuestras calles no estaban asfaltadas todaviacutea Eran de tierra en algunas partes de balastro porque el agua de lluvia que bajaba desde la Fortaleza del Cerro bajaba con fuerza y se llevaba lo que se le poniacutea delante Solo habiacutea a los lados de las calles canaletas de desaguumle que se desbordaban Las calles eran nuestras durante las vacaciones de verano Las veredas estaban vestidas de joacutevenes paraiacutesos que los vecinos regaban A su sombra las nintildeas sacaban a la vereda los juguetes que teniacutean Siempre encontrabas alguna que te preguntaba ldquoiquestQuereacutes jugar rdquo Nosotros viviacuteamos en una casilla de madera y techo de zinc como la mayoriacutea de las familias del barrio Nuestra casilla estaba fundada la mitad sobre la roca de la calle Turquiacutea y el resto donde estaba la galeriacutea la cocina y el cuarto de mis padres se sosteniacutea sobre ocho pilares de gruesos troncos de madera como si fueran patas de tres o cuatro metros de alto lo cual formaba una gran terraza hacia la calle Egipto Mi padre aprovechoacute el desnivel de las calles del Cerro para dejar la casa de cara a la bahiacutea de Montevideo y enmarcada entre las calles Viacaba y Barcelona En esa casilla pasaron muchas cosas una infancia feliz alegriacuteas y algunos sustos Aquel diacutea amanecioacute soleado pero cerca del mediodiacutea el cielo se puso gris Soplaba un viento suave y caliente Mi madre cerroacute las ventanas y las puertas nos llamoacute para que entraacuteramos a casa y bajoacute corriendo las escaleras

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de madera del fondo para recoger la ropa de las cuerdas que ya empezaba a agitarse Les pidioacute ayuda a mis hermanas mayores Yo no me daba cuenta por queacute tanta prisa Entraron a la casa cargando la ropa huacutemeda todaviacutea Mi madre nos anuncioacute que se veniacutea un viento muy fuerte cerroacute la puerta raacutepidamente y la aseguroacute Yo me subiacute a mi banquito y mireacute por la ventana de la galeriacutea que teniacutea ocho cristales de colores El cielo se oscurecioacute En el horizonte empezaron a verse los relaacutempagos y se escucharon los truenos En minutos todo cambioacute el agua de la bahiacutea se moviacutea se agitaba se volviacutea gris oscura se estaba picando En un momento todo se volvioacute amenazante Yo apretaba los ojos con cada relaacutempago y me tapaba los oiacutedos con cada trueno Pero no lloviacutea todaviacutea Una escandalosa tormenta eleacutectrica la primera que recuerdo en mi vida Mi madre muy preocupada miraba el techo Corrioacute las cortinas me quitoacute de frente al ventanal y me sentoacute junto a mis hermanas Arrastroacute una pesada silla de madera la inclinoacute sujetando la puerta que daba al mar aseguraacutendola bajo el cerrojo antiguo y herrumbrado De pronto las gotas de agua cayeron sobre el techo de zinc con un ruido como si llovieran monedas Nos miraacutebamos hablaacutebamos fuerte pero no nos escuchaacutebamos pareciacutea que estuvieacuteramos en una caja de resonancia metaacutelica Ella nos manteniacutea a su lado y nos explicaba que era una tormenta de verano y pasariacutea raacutepido que no nos asustaacuteramos Sentiacuteamos cimbrar los tirantes pareciacutea que la casilla teniacutea movimiento propio Temblaba todo como si estuvieacuteramos en la barriga de un gran animal De pronto dejoacute de llover Silencio un largo silencio como si se escuchara No seacute cuaacutento tiempo pasoacute Nos queriacuteamos mover y mi madre nos reteniacutea a su lado Escuchaacutebamos un silbido lejano que se acercaba Mi madre se arrodilloacute y pidioacute silencio nos pidioacute que tambieacuten nos agachaacuteramos ndashiexclAl suelo ndashgritoacutendash iexclAbajo de la mesa ndashy nos empujoacute hacia alliacute Un gran cimbronazo Coacutemo si algo chocara con nuestra casilla ndashiexclViento ndashdijondash iexclUn tornado ndashhablaba para siacute misma

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El lugar se llenoacute de una luz anaranjada Me parecioacute que mi madre rezaba y mis hermanas lloraban Estaacutebamos todaviacutea debajo de la mesa de la cocina Mi madre nos cubriacutea con sus brazos como hacen las gallinas con los pollitos Todo sucedioacute muy raacutepido El aire se colaba por las tablas del piso resoplando como un caballo cansado pero la casilla aguantaba Las cortinas volaban hacia arriba desafiando la gravedad Los cuadros caiacutean y se rompiacutean sus cristales Nosotras estaacutebamos inmoacuteviles El techo crujioacute Escucheacute chillidos como de muchos animales heridos estridentes agudos mis oiacutedos pareciacutea que vibraban aturdieacutendome mi corazoacuten latiacutea muy raacutepido tembleacute y puede soltar el llanto No sabiacutea lo que estaba pasando no miraba a las demaacutes cerraba los ojos y me tapaba los oiacutedos queriacutea salir corriendo No estar Eran los largos clavos del techo que se quejaban gritando como desgarraacutendose cuando la fuerza del viento los separaba de los anchos tirantes que los sosteniacutean Pasaron unos segundos no supe cuaacutentos Me solteacute de las manos que me apretaban y me asomeacute a mirar El techo se deslizaba como un teloacuten de teatro Desapareciacutea poco a poco hacia un costado el lugar se llenoacute de luz de un color rojo anaranjado Las chapas del techo como una pieza uacutenica como una laacutemina de cartulina arrastradas desplazadas cayeron a un costado de la casilla con un ruido ensordecedor Vibraron las tablas de madera del suelo bajo mis pies Todo de movioacute Nos quedamos al aire libre Luego la quietud y el silencio Todo el barrio quedoacute en silencio El silbido del viento se alejaba no podiacuteamos hablar Mi madre no nos dejaba mover nos apretaba contra ella escuchando alerta el silencio El silencio dejoacute paso a alguacuten murmullo lejano de los vecinos que empezaban a hablar entre ellos luego sentimos que la llamaban ldquoiexclRosa iexclRosaiexclQueacute barbaridadrdquo Mi madre no contestaba solo escuchaba atentamente Oiacutemos los pasos de la vecina que se acercaba corriendo por el otro costado de la casilla y luego otros pasos las voces de otros vecinos

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Mireacute a miacute alrededor muebles caiacutedos o fuera de lugar Vidrios y trozos de loza por el suelo ldquoiquestDe queacute taza iquestDe queacute platordquo me preguntaba No los reconociacutea Mi madre contestoacute ldquoEstamos bienrdquo y soltoacute el llanto lo dejoacute salir como un chorro y todas lloramos Cuando se puso de pie nos colgamos de ella Ahora nosotras no la dejaacutebamos mover Pasoacute la lluvia y el viento En el horizonte el atardecer nos dejoacute ver un cielo rojo anaranjado Algunas nubes blancas viajaban como dicieacutendonos que ellas eran inocentes Los perros de casa no ladraron

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La vieja radio de casa

Uuuii uuii uuii Los sonidos intermitentes de la vieja radio de casa Era de madera Delante estaba el parlante cubierto con una tela gruesa de tapiceriacutea de tonos grisaacuteceos que habiacutean sido marrones y el dial como un ojo redondo iluminado a medias porque se habiacutea quemado una de las lamparitas del costado y quedaba como tuerto estaba cubierto por unalaacutemina de mica amarillenta por el tiempo La base era rectangular y teniacutea la cubierta en forma bombeacute como una ldquoUrdquo al reveacutes que le daba un aire especial La parte de atraacutes la espalda descubierta Estaba colocada en un lugar de preferencia en el comedor en una mesa de madera sobre un mantel bordado a mano por mi madre que caiacutea en triaacutengulo Cuando mi padre trajo la radio no sabiacuteamos su edad ni su historia ndashNo es nueva pero tiene un buen parlante ndashnos dijo contento La habiacutea comprado en un remate de la Ciudad Vieja Fue un acontecimiento para nosotras Mi madre nos advirtioacute ndashSoacutelo la comedia de las cinco despueacutes de hacer los deberes Mis hermanas se alegraron porque ya no tendriacutean que ir a casa de la vecina a escuchar la radio A miacute lo que me gustaba maacutes era mirarla por detraacutes La radio teniacutea como el culo al aire Era maacutes interesante por detraacutes No seacute por queacute no me dejaban mirarla ldquoEs peligrosordquo dijo mi padre cuando la trajo Adentro teniacutea mucha tierra y muchos mosquitos muertos Mi madre la limpioacute con su santa paciencia y la lustroacute Quedoacute como nueva

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ndashNo no Cuidado no vayas a tocar nada porque puede explotar ndashdeciacutea mi madre cuando me veiacutea rondando cerca Yo no sabiacutea entonces lo que significaba la palabra explosioacuten y sus palabras no me asustaban pero me retiraba por si acaso Las cosas que veiacutea atraacutes de la radio como en una trastienda eran muy interesantes pareciacutean soldados paraditos se llamaban bombitas habiacutea altos y bajos gordos y flacos Tintineaban pequentildeas lucecitas cuando estaba encendida y cuando emitiacutea esos raros sonidos A veces hablaba en idiomas que yo no entendiacutea y mi papaacute tampoco Uuii uuii Mi padre moviacutea el dial de derecha a izquierda para que hablara Uuii Yo en mi banquito de madera pintado de color naranja me arrimaba maacutes y maacutes a la pared para mirar la trastienda de la radio Mi padre me gritaba ndashiexclQueacutedate quieta chiquilina Me pones nervioso Entonces yo me poniacutea de pie y miraba de maacutes lejos Eacutel de rodillas en el suelo con la oreja pegada al parlante uuii uuii Cuando por fin apareciacutean voces claras que era lo que eacutel buscaba nos pediacutea silencio a todas con su dedo iacutendice y una sonrisa en los labios Los soldados chiquitos y los grandes con voz de sentildeores deciacutean todos los saacutebados la misma frase ndashAquiacute el informativo para el habla espantildeola de la BBC de Londres informa Las tropas aliadas uuii ganan terrenohellip Yo no sabiacutea doacutende ganaban terreno porque no prestaba atencioacuten Mi padre sonreiacutea y deciacutea en voz alta para siacute mismo ndashiexclAhora siacute iexclAhora siacute Mi tiacuteo deciacutea que mi padre era un fanaacutetico que la guerra estaba muy lejos que a nosotros no nos iba a pasar nada En casa mi padre no escuchaba fuacutetbol no le gustaba Deciacutea que el fuacutetbol y la religioacuten eran el opio de los pueblos Papaacute se deciacutea anarco sindicalista Mi madre por las mantildeanas escuchaba tango mientras lavaba ropa en el patio Dejaba las ventanas abiertas de par en par para ventilar la casa Entraba

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el sol la corriente de aire inflaba las cortinas blancas que volaban hacia fuera como llevando la voz inconfundible de mi infancia CarlosGardel Por las tardes mi madre planchaba aquellas montantildeas de ropa Era lavandera de muchos vecinos el farmaceacuteutico el doctor algunos obreros del frigoriacutefico que traiacutean ropa manchada de sangre y de un obrero de la barraca de carboacuten que traiacutea ropa siempre negra como negras estaban su cara y sus manos Por las noches mi padre escuchaba en silencio la radio buscando noticias hasta que mi madre nos llamaba a cenar Luego eacutel se iba al boliche a contar lo que los soldaditos de la radio deciacutean de los paiacuteses lejanos Al otro diacutea los vecinos pasaban por casa a preguntar por las novedades porque entonces no todos teniacutean radio En mi barrio habiacutea muchos extranjeros y papaacute conociacutea algunas palabras sueltas de sus idiomas Cuando pasaban los saludaba con esas pocas palabras que sabiacutea y ellos quedaban contentos de oiacuterlo les haciacutea gracia ndashrdquoEspacsibardquo dontildea Baacuterbara ndashrdquoEspacsibardquo vecino ndashcontestaba la rusa riendo Dontildea Baacuterbara era rusa Manolo era gallego el almacenero era armenio y don Giuseppe el zapatero italiano Don Giuseppe me arreglaba mis sandalias de suela A miacute me gustaba verlo trabajar Se poniacutea muchos clavitos en la boca y los sacaba de a unoMe daba miedo que se los tragara cuando hablaba o se reiacutea Siempre nos deciacutea que se los poniacutea en la boca para no fumar Los nintildeos del barrio pasaacutebamos mucho rato con el zapatero Todos los gringos eran buena gente y trabajadores Compraban su propio terreno haciacutean su propia casilla y todos teniacutean jardiacuten y quinta Ayudaban tambieacuten al paisano que llegaba al Cerro a hacer su primer galpoacuten para que se refugiara con sus pocas pertenencias ndashrdquoBona serardquo don Giuseppe ndashrdquoBona sera bona sera vecinordquo ndashcontestaba el viejo italiano

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Los gringos que frecuentaban mi casa eran sindicalistas y amigos entre siacute Hablaban siempre de lo que pasaba aquiacute y discutiacutean de lo que pasaba allaacute Cuando llegaba una carta los domingos la traiacutean y la leiacutean en voz alta Los vi emocionarse y lagrimear con noticias de muertes y nacimientosHablaban de lejaniacuteas Yo jugaba con mi perro y escuchaba en silencio Tambieacuten teniacutea una amiga gringa que veniacutea a casa con su mamaacute Eran buacutelgaras Las dos hablaban muy atravesado pero igual podiacuteamos jugar La amistad de nuestras madres era un poco silenciosa pero las dos se poniacutean contentas cuando llegaban a casa Ellas no tomaban mate mi madre las recibiacutea con buntildeuelos y una taza de teacute Cuando terminoacute la guerra en Europa el padre les mandoacute los pasajes y ellas regresaron a su tierra Ese diacutea lloramos todos Katia la mamaacute buacutelgara le escribioacute dos cartas a mi madre pero como mamaacute no sabiacutea leer se las leyoacute mi padre Alliacute contaba el reencuentro con su gente Se mostraba muy agradecida por la amistad con mi madre y ella se emocionaba cuando mi padre leiacutea en voz alta Mi madre no le contestoacute pobre madre Laacutestima que no se le ocurrioacute pedirnos a nosotras que le escribieacuteramos porque ella siacute nos mandoacute a la escuela Para mi madre todos los diacuteas de la semana eran iguales siempre encontraba trabajo Los domingos sacaba con el escardillo la gramilla del jardiacuten No hablaba mucho escuchaba la charla de los vecinos y nunca preguntaba Se luciacutea con su jardiacuten siempre lleno de flores Intercambiaba gajos y batatas se sentiacutea contenta de dar y recibir plantas Sabiacutea y preguntaba sobre hierbas medicinales Los gringos tambieacuten sabiacutean mucho de plantas y de podas Los domingos eran distintos para mi padre Tomaba mate en la vereda al sol Entonces veniacutean los vecinos a charlar mi padre hablaba y hablaba mucho y todos hablaban Los soldaditos de la radio traiacutean las noticias de lejos de muy lejos Por eso no se oiacutean bien aunque escuchaacuteramos en silencio

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Mi padre siempre teniacutea algo que contar a los vecinos y le gustaba que vinieran a charlar Trabajaba en el puerto y alliacute se enteraba de muchas cosas y los gringos contaban cosas interesantes que eacutel escuchaba muy atento Todos queriacutean saber queacute pasaba en aquellas tierras Un diacutea hubo un cortocircuito y la radio se rompioacute Por suerte yo estaba en la escuela

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Caramelos

La directora de la escuela nos mandoacute a todos a casa antes de hora Era mediodiacutea Saliacute de la mano de mi hermana En la calle vimos con asombro que la gente saliacutea de sus casas de los comercios de los bares y gritaba algo que yo no entendiacutea Mi hermana me llevaba casi corriendo Comenzaron a sonar las sirenas de los frigoriacuteficos de la faacutebrica textillas bocinas de los oacutemnibus y de los autos Pasaban saludando con las manos afuera Yo teniacutea siete antildeos y mi hermana doce Ella asustada se entre paroacute un momento miroacute para todos lados y se puso a llorar ndashCorre apurate ndashme deciacutea Me sacoacute casi en el aire mis pies volaban Las diez cuadras que nos separaban de casa se me hicieron interminables Pasamos corriendo por la puerta de la panaderiacutea no entramos a buscar las dos flautas que llevaacutebamos cada diacutea a casa y que el gallego apuntaba en una libreta Me acordeacute de la yapa que nos daba el panadero un bizcocho para cada una que todos los diacuteas comiacuteamos antes de llegar Mi hermana no paraba de llorar pero en ninguacuten momento me soltoacute de la mano Cerca de casa vi que mi hermana mayor iba llegando con dos compantildeeras de la faacutebrica Pasaba algo muy grave Las sirenas asustan mucho Vi que mi madre estaba en la vereda conversando con las vecinas Todo pareciacutea trastocado yo no entendiacutea nada y tambieacuten me puse a llorar asustada Mi madre al vernos llegar llorando nos vino a alcanzar Nos abrazoacute

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ndashNo pasa nada malo No lloren hay alegriacutea Terminoacute la guerra mundial Sentildealoacute hacia la esquina y nos dijo ndashVayan al almaceacuten que el armenio estaacute repartiendo caramelos a todos los nintildeos del barrio Tiramos la cartera de la escuela al suelo y salimos corriendo La alegriacutea del armenio era inmensa lloraba y hablaba en su idioma Tiraba caramelos al aire ldquoa la marchantardquo levantaba los puntildeos al cielo Las sirenas como un grito de libertad no callaban y nosotras reiacuteamos a carcajadas con los bolsillos llenos de caramelos Llegamos a casa despeinadas con las montildeas y las tuacutenicas desarregladas Soacutelo sentiacute que ese momento era bueno muy bueno dulce muy dulce

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Biyuacute

Los saacutebados mi madre y yo eacuteramos rehenes de mis hermanas En esa eacutepoca en casa nadie iba al baile si no era con mi madre y conmigo por supuesto siempre y cuando mi padre diera el permiso En el Cerro habiacutea varios clubes donde se bailaba Bahiacutea Cerro Rampla y el Edeacuten que tambieacuten era cine y el Porto Son que frecuentaban los gallegos Aunque pequentildeos traiacutean hasta orquestas de muacutesica tiacutepica Mis dos hermanas mayores se preparaban durante toda la semana Ellas mismas haciacutean su ropa Teniacutean largos cabellos y dos bucles que caiacutean sobre la frente Bailaban todos los ritmos Me gustaba mucho verlas en la pista disfrutaban de la muacutesica sus cuerpos se volviacutean livianos como si perdieran peso sus figuras se iluminaban en el movimiento Para miacute era maravilloso Para nosotras las espectadoras la primera parte era entretenida miraacutebamos los vestidos los zapatos de las muchachas y las distintas formas de bailar Disfrutaacutebamos de un buen rato despueacutes el cansancio y el suentildeo se apoderaban de miacute Me anidaba en la falda de mi madre y mis largas piernas de ocho antildeos colgaban flojas tocando el suelo Los bailes eran el uacutenico acontecimiento social del verano Mi padre fijaba la hora de regreso a las doce de la noche ni maacutes ni menos sin discusioacuten Sabiacuteamos que nos esperaba en la puerta de casa que caminaba de un lado a otro como un centinela y que lo seguiacutea Biyuacute el perro que nos acompantildeoacute en los antildeos de mi infancia Ese perro y mi padre eran muy compinches eacutel le ensentildeoacute a cuidarnos

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Cuando mis hermanas veiacutean aproximarse la hora se acercaban a mi madre y le pediacutean ndashPor favor un ratito maacutes iexclestamos en lo mejor Mi madre dudaba y les contestaba ndashSoacutelo un ratito dos piezas maacutes y nada maacutes Ya saben que si demoramos su padre nos hace pasar verguumlenza Ellas volviacutean a la pista a ese frenesiacute de muacutesica Yo me queriacutea ir Ellas no miraban a mi madre por no ver las sentildeas para marcharnos ese era el momento peligroso Entonces mi madre trataba de ponerme de pie aunque el suentildeo me hiciera perder el equilibrio Ya era tarde De pronto Biyuacute atravesaba la pista de baile entre las piernas de las parejas Algunos trastabillaban los bailarines se deteniacutean a mirarlo y la orquesta bajaba el tono de la muacutesica al sentir el murmullo sin saber que pasaba Nuestro perro iba directo hacia donde estaba sentada mi madre y se echaba debajo de su silla Ella nerviosa y con rabia golpeaba con su pie en el suelo gritando ndashiexclFuera Biyuacute iexclFuera ndashyo me despertaba totalmente El presidente del club con una escoba en la mano intentaba sacar al perro que sin moverse gruntildeiacutea y mostraba los dientes como diciendo de aquiacute no me voy Nosotras sabiacuteamos que saldriacutea de abajo de la silla si todas nos dirigiacuteamos a la puerta de salida Con la cabeza gacha cruzaacutebamos la pista el perro se levantaba y tomaba la delantera Encontraacutebamos a mi padre cerca de la puerta del club Mi madre y mis hermanas protestaban y eacutel se reiacutea ndashiexclYo se los dije les mando la policiacutea Miraba al perro coacutemplice se agachaba y acariciaba a Biyuacute que moviacutea la cola Mi padre teniacutea una sola frase para desencadenar aquella cataacutestrofe Se dirigiacutea al perro y lo invitaba ndashVamos a buscarlas

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El perro ya sabiacutea lo que teniacutea que hacer y coacutemo hacerlo Mis hermanas y mi madre por dos o tres saacutebados cambiaban de club por la verguumlenza que habiacuteamos pasado Biyuacute fue el mejor perro que tuvimos en casa Cuando le hablabas te miraba escuchaba atentamente y luego haciacutea lo que le deciacuteas ndashTrae la pelota lleva el diario trae el palo Mi madre le ensentildeo a acompantildearnos a la escuela Cuando entraacutebamos nos miraba desde la vereda de enfrente y luego se marchaba a casa A la salida eacutel ya habiacutea llegado y nos esperaba al pie de la escalinata de maacutermol Los otros nintildeos lo llamaban por su nombre pero eacutel no se distraiacutea estaba atento a lo que haciacuteamos nosotras Saliacutea adelante nuestro como un guiacutea de excursioacuten y nos esperaba antes de cruzar la calle A su modo trabajaba mucho porque tambieacuten acompantildeaba a las seis de la mantildeana a mis dos hermanas mayores a la faacutebrica textil que quedaba a tres cuadras de casa y a las dos de la tarde las iba a buscar iexclEra tan bueno y tan bonito Peludo negro como el azabache teniacutea amarillas las cejas y las puntas de las cuatro patas que pareciacutean botitas Teniacutea buen humor nunca estuvo atado era libre En esa eacutepoca no habiacutea tejido de alambre ni muros en mi casa soacutelo Biyuacute sabiacutea que la casa estaba rodeada de un cordoacuten imaginario que dividiacutea el adentro del afuera A nadie le permitiacutea cruzarlo sin que eacutel ladrando anunciara su presencia La casa y nosotras estaacutebamos protegidas cuando mi padre trabajaba de noche o llegaba tarde de las reuniones poliacuteticas o sindicales iexclQueacute perroiexclEra parte de la familia De eacutel aprendiacute que los perros se expresan de muchas maneras Cuando ladran lo hacen con distintos sonidos si el que se acerca es conocido o no y tambieacuten expresan su alegriacutea con el movimiento de la cola Sabiacuteamos que llegaba mi madre porque Biyuacute continuaba echado en el suelo atravesado en la puerta de casa moviendo intensamente la cola Pero Biyuacute jerarquizaba a su duentildeo Cuando a lo lejos veiacutea que llegaba mi padre se poniacutea de pie atento y miraba hacia adentro de casa esperando

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que salieacuteramos nosotras Saltaba sollozaba de alegriacutea y asiacute nos invitaba a jugar una carrera hasta alcanzarlo Mi padre se acercaba a nosotras sonriendo pero el perro siempre nos ganaba y luego se poniacutea a correr en ciacuterculo alrededor de eacutel festejando su llegada

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La Faacutebrica

Yo no era buena estudiando era dispersa ldquoViviacutea en la lunardquo leyendo revistas y novelitas del Oeste que canjeaba en el quiosco del barrio El quiosco era parte del mundo que me fabriqueacute en mi adolescencia me permitiacutea viajar irme muy lejos con mis pensamientos Siempre me gustoacute leer Para conseguir comprar alguacuten librito yo vendiacutea diarios y botellas viejas que me daban los vecinos luego podiacutea canjearlo por otros ejemplares Me propuse dejar la escuela en quinto antildeo porque era la maacutes alta de mi clase y con busto Me daba mucha verguumlenza Pareciacutea una mujer al lado de mis compantildeeras flacas y menuditas Ya habiacutea repetido segundo porque en casa ese antildeo habiacutea sucedido algo muy grave el accidente de mi hermana en la faacutebrica Mi madre pasoacute casi un antildeo y medio acompantildeaacutendola en el hospital Durante ese tiempo me sentiacute muy triste e insegura Mis dos hermanas cambiaron sus turnos para poder estar siempre una de ellas en casa Yo pasaba largas horas en casa de una vecina que me ensentildeoacute a hacer buntildeuelos ademaacutes escuchaacutebamos una comedia en la radio Me aburriacutea en la escuela estaba siempre pensando en otra cosa de ventana para afuera Y teniacutea miedo de repetir quinto antildeo Admiraba a mis hermanas porque traiacutean dinero a casa mejor dicho las envidiaba Y sobre todo envidiaba esas horas que estaban en la faacutebrica iexclEsa ausencia Traiacutean siempre temas de conversacioacuten Hasta que un diacutea me animeacute a decirle a mi madre que no queriacutea ir maacutes aa escuela que estaba perdiendo el tiempo que de todas maneras no iriacutea maacutes y

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que teniacutea miedo de quedar repetidora otra vez y queriacutea trabajar No me animeacute a decirle eso del cuerpo que se me estaba poniendo grande Creo que mi madre lo esperaba porque contestoacute ndashMe dijeron que dentro de unos meses van a tomar gente en la faacutebrica Despueacutes de esas vacaciones no volviacute a la escuela De mis hermanas lo que realmente envidiaba era su independencia Hablaban como adultas de igual a igual con otras personas yo queriacutea ser como ellas Veiacutea a la faacutebrica como la oportunidad para conseguir trabajo y traer plata a casa Sabiacutea que otras personas ven al liceo como la salidapero eacuteramos pobres Para mis padres la faacutebrica tambieacuten estaba maacutes cerca Entrar a trabajar alliacute era lo deseado por todas mis vecinas Pasaron unos meses Esperando entrar a la faacutebrica trabajeacute de limpiadora en una casa y en una tienda del barrio A las nintildeas les pagaban poquito Ayudaba en casa con quince pesos por mes Era poco el sueldo pero me poniacutea contenta Un buen diacutea mi hermana me dijo ndashEn la faacutebrica pusieron un cartel toman aprendizas iexclMantildeana anoacutetate Asiacute con trece antildeos recieacuten cumplidos entreacute en la faacutebrica textil Lana Uruguaya en el Cerro mi barrio iexclPucha El despertador ahora tambieacuten sonaba para miacute Bien pronto se me pasoacute el apuro de ser obrera y ganar plata Sobre todo cuando estaacutebamos con el turno cambiado con mi hermana y teniacutea que ir sola a las seis y media de la mantildeana teniacutea miedo como una nintildea ya no me sentiacutea tan grande ni tan independiente En la casi oscuridad las ramas de los inofensivos aacuterboles se me volviacutean sombras fantasmagoacutericas Y iexclqueacute susto escuchar el ruido del silencio Llegaba corriendo a la faacutebrica casi sin aliento pero no por trabajar sino por el miedo que pasaba en esas cinco cuadras que debiacutea recorrer Siacute dejeacute la escuela Cambieacute las aulas por grandes galpones de zinc que hacen que te cambie el estado de aacutenimo seguacuten sea la temperatura calor o friacuteo intenso El ruido de los telares es ensordecedor El calor el vapor el olor a lana

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mojada de la tintoreriacutea y el de aceite de maacutequina completan el insano respirar de cada diacutea te invade los pulmones e impregna tu ropa Se te va a la mierda todo el romanticismo de ser grande y trabajar en la faacutebrica

Entreacute como aprendiza La primera preocupacioacuten de la compantildeera que me ensentildeoacute a trabajar en hilanderiacutea fue ndashiexclCuidado con los dedos Aquiacute siacute que se te agudizan los cinco sentidos La sordera se te cura cuando empezaacutes a distinguir el ruido de la maacutequina que marcha mal no es necesario forzar la garganta aprendeacutes de apuro a hablar por sentildeas dejaacutes de sentir el mal olor tu memoria lo registra todo y pasaacutes a ser una pieza maacutes del aquel gigantesco engranaje sin darte cuenta Los movimientos de los dedos se sincronizan con los tiempos de la maacutequina te sentiacutes un alargue de ella misma

Entrada de turno textiles de faacutebrica SADIL A la izquierda Maria Julia (Fines de la deacutecada de los 50) Fotografiacutea Archivo personal

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Si te distraeacutes los rodillos de la maacutequina te llevan los dedos o las poleas te llevan la pollera o el cabello si lo teneacutes largo ndashiexclAtencioacuten ndashme pediacutean mis compantildeeras La maacutequina te marca su velocidad su tiempo ella es la duentildea de tus ocho horas de trabajo cada diacutea Muchas maacutequinas deciden el destino de las personas que trabajan con ellas La inseguridad laboral o la distraccioacuten pueden cambiar tu vida Yo ya lo sabiacutea Todas lo sabiacuteamos El caso de mi hermana lo vivioacute todo el gremio textil En la faacutebrica del Cerro teniacutea dos hermanas maacutes que trabajaban en tejeduriacutea yo la recieacuten llegada me sentiacutea cuidada pensaba ldquoA miacute nome va a pasarrdquo Chela mi hermana trabajaba en hilanderiacutea en la faacutebrica textil Uruguayana en Capurro Teniacutea dieciocho antildeos y luciacutea un hermoso pelo negro y largo Por razones de seguridad se haciacutea una trenza que envolviacutea en la nuca Un diacutea al agacharse la trenza se soltoacute el rodillo le comioacute la punta del pelo Su mano no pudo alcanzar el botoacuten de apagar la maacutequina Nadie la escuchoacute gritar el ruido ensordecedor de tantas maacutequinas en marcha fue fatal para ella iexclPobrecita La maacutequina siguioacute siguioacute Le arrancoacute todo el cuero cabelludo desde la nuca la piel de todo el craacuteneo una oreja y una ceja De un tiroacuten ella misma pudo romper la piel maacutes delgada de la frente Ese tiroacuten le salvoacute la vida esa fuerza ese instinto de conservacioacuten la ayudoacute Cuando se incorporoacute sus compantildeeras la vieron se desmayaban no atinaban a nada saliacutean corriendo Ese mismo diacutea Chela se salvoacute dos veces porque por fin un compantildeero el mecaacutenico que estaba cerca del lugar fue hacia ella se quitoacute la chaqueta se la tiroacute encima para no verla y corrioacute con ella en brazos hacia la calle en busca de cualquier auto que la llevara a un hospital Empapada en sangre helada y casi sin sentido llegoacute al hospital Maciel La tendieron en un banco a la entrada de Urgencias del Hospital Maciel Contoacute el mecaacutenico que todos corriacutean a verla Dos meacutedicos opinaron

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ndashEstaacute helada ndashNo hay nada que hacer ndashEstaacute muerta Chela los escuchoacute hablar y con un hilito de voz pudo decir ndashPor favor doctor estoy viva estoy viva Esa frase fue como una orden para mover a todo el equipo de la guardia Ella habiacutea decidido no morir todaviacutea Enseguida empezaron a correr meacutedicos enfermeros y camilleros La llevaron al quiroacutefano En el Hospital Maciel estuvo internada un antildeo y medio Muchas operaciones injertos de piel Largos dieciocho meses Yo teniacutea ocho antildeos de edad y no me llevaban a verla al Hospital Esa fue una ausencia muy larga para miacute Chela se recuperoacute Antildeos maacutes tarde se casoacute con su novio de siempre tuvo dos hijos y se jubiloacute por ley madre en la faacutebrica donde se accidentoacute Luego trabajoacute de monitora en un taller de muchachos con problemas de aprendizaje Tiene una pequentildea paga de por vida del Banco de Seguros y una peluca anual si la quiere para cubrir su calvicie total Vive en el Cerro integrada a la vida social del barrio Durante los primeros meses en la faacutebrica yo era toda ojos y oiacutedos De mis compantildeeras escucheacute los primeros cuentos verdes en la media hora de descanso el rato en que comiacuteamos un refuerzo y algunas compartiacutean el mate sentadas en cualquier rincoacuten Las nuevas siempre somos objeto de burla tenemos que pagar el derecho de piso Mis compantildeeras deciacutean cosas que despueacutes supe eran verdaderas mentiras soacutelo para ver mis reacciones Una a una contaban su primera noche de bodas y sus partos con cierta crueldad riendo reviviendo y mintiendo con nerviosismo y ojos llenos de morbosa alegriacutea Y reiacuteanhasta las laacutegrimas Unas ya con nietos eran las que maacutes disfrutaban de sus propios cuentos y de las malas palabras las deciacutean como si estuvieran saboreando dulce de leche Algunas cosas yo ya las sabiacutea pero las teniacutea sueltas

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recuerdos de la escuela porque alliacute tambieacuten se habla de esas cosas Las fui uniendo y me empezoacute a dar miedo eso de la sexualidad Supe entonces el significado o la doble intencioacuten de muchas palabras maacutes consolador tortillera homosexual lamer menopausia prolapso etc Habiacutea cuentos en que tambieacuten interveniacutean animales loros perros gatos cuentos en los que pasaban cosas crueles pero contados con gracia e ironiacutea Arrancaban carcajadas y miradas nerviosas a su alrededor Reiacutean como nintildeas traviesas En poco tiempo recibiacute de golpe un curso acelerado de sexualidad y anticoncepcioacuten que despertaron en miacute el bichito de la curiosidad y empeceacute yo a preguntar Haciendo un gran esfuerzo trateacute de no mostrar mis sorpresas y a los pocos meses yo ya hablaba como ellas me dejaron tranquila y paseacute a ser una fabriquera maacutes popularmente hablando Al principio aquellas mujeres me asustaron un poco no lo voy a negar por su desparpajo Luego de conocerlas supe que teniacutean una capa dura pero eran tiernas y poco a poco empeceacute a contarles mis enamoramientos De ellas recibiacute los primeros carintildeosos consejos Paseacute a tener en mi entorno madres multiplicadas a las que podiacutea hablar de mis dudas sin que me diera temor o ellas se rieran de mi Las maacutes joacutevenes las nuevas teniacuteamos una actitud competitiva en el vestir caminar peinarse el cabello El coqueteo era toda una sabiduriacutea que se imita y se aprende Dentro de la faacutebrica habiacutea otro coacutedigo que no era el de la calle Con miradas y habladuriacuteas se tejiacutea y se destejiacutea la moral de cualquiera de nosotras Los bantildeos y vestuarios de la faacutebrica eran lugares donde se haciacutea sociabilidad y se contaban secretos se probaban y se vendiacutean artiacuteculos de vestir A veces faltaba alguacuten monedero En el bantildeo se podiacutea comprar de todo Habiacutea un mercado interno muy variado se vendiacutean cosmeacuteticos preservativos americanos saacutebanas ropa interior de nylon cosas de Buenos Aires o del Chuy Se pagaba seguacuten el precio

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hasta en tres veces El diacutea de cobro de la quincena se viviacutea con nerviosismo unos pagan y otros cobran tiene que ser raacutepido porque si se ldquoles escapardquo alguien a la hora de la salida al diacutea siguiente resulta muy difiacutecil cobrarlo y queda para la proacutexima quincena Se agudiza la viveza criolla y la rapidez en un mercado no permitido mercado negro de contrabando que reforzaba el bajo salario de las compantildeeras que atendiacutean solas las obligaciones familiares A veces en la hora de descanso se hablaba de noticias poliacuteticas Asiacute que me entereacute de la muerte de Eva Peroacuten y que Argentina estaba convulsionadaCuando llegueacute a casa pregunteacute a mi padre quieacuten era Eva Peroacuten No me habloacute con simpatiacutea de ella soacutelo entendiacute que los sindicatos no tienen que estar con las poliacuteticas de los gobiernos es peligroso que los poliacuteticos disfrazan las cosas Era la opinioacuten de un anarco sindicalista Pero esa explicacioacuten me sirvioacute en la vida

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El Sindicato

En casa yo escucheacute siempre hablar de sindicatos A mis hermanas les oiacutea comentar suspensiones injustas o despidos sin posibilidad de reclamos y malas condiciones de trabajo Mi padre era dirigente de uno de los sindicatos del gremio de trabajadores del puerto Veniacutean por casa trabajadores de los frigoriacuteficos de Regussiy Vulminot como Esteban Kikich el yugoeslavo cuando no estaba paseando por todo Montevideo al ldquoimaginariardquo que le hubiera asignado la policiacutea En Lana Uruguaya donde trabajaacutebamos no habiacutea sindicato Un diacutea llegaron a trabajar a la textil dos compantildeeros que veniacutean de faacutebricas organizadas Mora y Garciacutea Fue entonces que empezamos hablar del tema de la posibilidad de organizarnos ellos sabiacutean que no pagaban el salario correspondiente y las horas extras las pagaban como sencillas Cada diacutea se arrimaban maacutes compantildeeras a las conversaciones a preguntar por el salario y la categoriacutea que les correspondiacutea Ese fue mi primer contacto con la Unioacuten Obrera Textil Corriacutea 1954 Yo caminaba por la calle Fraternidad en el barrio Conciliacioacuten muy atenta a los nuacutemeros que estaban todos salteados Por eso entreacute al Sindicato de cabeza y sin pedir permiso igual que entreacute a la vida Tropeceacute en el cordoacuten de la vereda y seguiacute trastabillando hasta el zaguaacuten donde aterriceacute cuan larga era Y asiacute con esa forma tan particular de presentarme dije desde el suelo cuando pude levantar la cabeza y mirar a los dos joacutevenes que alliacute estaban ndashiquestAquiacute es el Sindicato

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Ellos estaban tan sorprendidos que quedaron paralizados uno con un pincel de engrudo en la mano y el otro con una gran hoja de papel para pegar en la cartelera Me miraban sin moverse no atinaban a nada Todaviacutea desde el suelo insistiacute ndashiquestEs o no es Soltando una carcajada a duacuteo dijeron ndashiquestDesde doacutende cayoacute eacutesta ndashy se miraron ndashDel Cerro ndashdije Me respondieron con maacutes risas ndashiquestQue vengo del Cerro de Lana Uruguaya tan coacutemico es Me tropeceacutesbquo porque veniacutea mirando los nuacutemeros los locos estaacuten todos salteados Reiacutean cada vez maacutes yo tambieacuten Cuando se calmaron me ayudaron a levantarme ndashVengo a buscar el uacuteltimo convenio de parte de Mora y de Garciacutea el de la moto eacutel me dijo que dijera asiacute Los conocen iquestno Porque allaacute nos afanan abierto No respetan el convenio a las aprendizas nos despiden antes de las cien jornadas y a los dos meses nos vuelven a tomar como nuevas y no nos ponen en planilla Los bantildeos son una letrina como estamos a la orilla de la costa de la bahiacutea cuando hay temporal entra por los cantildeos el agua del mar y se inundan y no tenemos otros bantildeos No pagan nocturnidad ni las horas extras como tiempo y medio no tenemos vestuarioshellip Arregleacute que en la proacutexima quincena iriacutean dos compantildeeros a mirar los sobres de sueldo y compararlos con la categoriacutea correspondiente a los distintos trabajos que realizaacutebamos Ese diacutea nos sentamos en el suelo de un baldiacuteo cercano a la faacutebrica y mostraacutebamos los sobres de sueldo Me entereacute que el sobre es como un documento que sirve para reclamar diferencias de dinero en el salario

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El patroacuten

Teniacutea trece antildeos cuando empeceacute a trabajar en Lana Uruguaya de la que era duentildeo Pedro Saacuteenz quien tambieacuten teniacutea parte en FUNSA De este sentildeor los compantildeeros deciacutean que era un hueso duro de roer No respetaba los convenios contrataba menores y a los tres meses los despediacutea Las condiciones sanitarias eran malas teniacuteamos un solo bantildeo que era una letrina de un metro y medio de lado en un patio en el centro de la faacutebrica a la intemperie a veces se inundaba no teniacutea pestillo se cerraba con una maderita Inmundo De a poco empezamos a hablar de la necesidad de formar una comisioacuten sindical en la faacutebrica Hablamos a uno por uno con tiempo hasta que un diacutea se nos ocurrioacute pedir una entrevista con Don Pedro La concedioacute pero en el Centro en una oficina lejos de la faacutebrica Viejo astuto Haciacutea casi un antildeo que estaba trabajando y en ese entonces me pareciacutea muy faacutecil eso de formar un sindicato Cuando llegoacute el momento me ofreciacute a ir Eacuteramos muy pocos Fuimos soacutelo dos mujeres y seis hombres Nos encontramos a la salida Iacutebamos todos muy nerviosos nunca se habiacutea intentado hacer un sindicato alliacute Hablaron Mora y Garciacutea solamente Le dijeron que representaban la Comisioacuten Interna Esto no le gustoacute nada a Don Pedro ndashiexcliquestQueacute queacute iquestSindicato iexcliquestDe queacute sindicato me hablan iquestCoacutemo se llama usted iquestY usted ndashles preguntaba a los gritos Yo sentiacutea miedo pero a la vez me resultaba graciosa la forma en que Don Pedro hablaba pronunciando la ldquozrdquo y malo como un zorrillo Estaba furioso

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ndashYo no conozco ninguna ldquocomisioacuten internardquo Cuando dijo esto Casanaacutes un joven compantildeero anarquista le contestoacute ndashLo que pasa es que usted es un viejo negrero Esto paralizoacute la escena Acto seguido Don Pedro abrioacute un cajoacuten del escritorio y sacoacute un revoacutelver Apuntoacute hacia arriba con el brazo estirado y gritoacute ndashiexclSe me mandan mudar todos de aquiacute iexclYo les voy a dar sindicato Yo estaba detraacutes de todos y fui la primera en salir Nunca habiacutea visto un revoacutelver Muy asustados emprendimos una ldquoretirada estrateacutegicardquo tan raacutepida que ni siquiera usamos el ascensor para llegar a la calle Corrimos escalera abajo oyendo los insultos del viejo Se abriacutean y cerraban puertas de los curiosos que de otras oficinas se asomaban a mirar la huida en estampida Cuando nos detuvimos comentamos la escena a carcajada limpia La inexperiencia el no saber llevar una entrevista precipitoacute las cosas El patroacuten se movioacute como acostumbraba y nosotros entramos en su provocacioacuten como muchachos que eacuteramos Fuimos a la faacutebrica hablamos con los compantildeeros y al diacutea siguiente la ocupamos sin maacutes ni maacutes Habiacutea mucha indignacioacuten preocupacioacuten y bronca nos sentiacuteamos atropellados Llamamos a los compantildeeros de la Unioacuten Obrera Textil Vinieron y esperaron en la puerta de la faacutebrica a que el patroacuten les diera una entrevista Don Pedro no fue a negociar se negoacute a apersonarse Algunos de los empleados de la oficina se plegaron al paro Otros soacutelo miraban por las ventanas A mediodiacutea comenzaron a llegar viandas con comida que traiacutean nuestros familiares y que compartimos Tuvimos tiempo de charlar con compantildeeras con las que soacutelo nos cruzaacutebamos al entrar o al salir y con las del mismo turno porque alliacute si hablabas mucho te suspendiacutean si te encontraban fuera de tu seccioacuten te suspendiacuteanhellip El patroacuten mandoacute desalojar Los compantildeeros del sindicato no queriacutean hacerlo hasta que se labrara un acta en que constara que estaba todo en perfectas

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condiciones para que no nos acusaran de haber roto algo A las cuatro de la tarde se presentoacute un inspector de la ofcina de trabajo A las cinco la Guardia Republicana de a caballo rodeoacute la faacutebrica Llevoacute un buen rato el recorrido de la faacutebrica con el inspector y Eusebio Caetano el delegado de la UOT Cuando salimos muy emocionados algunos pensando que se avecinaban diacuteas muy duros estaba todo el barrio rodeando la faacutebrica los obreros de los frigoriacuteficos los padres o hermanos de las obreras textiles y los vecinos La policiacutea solo hizo acto de presencia Aprendiacute lo que es la solidaridad la falta de experiencia y tambieacuten lo que es estallar cuando no se aguanta maacutes el manoseo patronal Al diacutea siguiente cuando el primer turno llegoacute a la faacutebrica la encontroacute cerrada Lock-out patronal seguacuten nos dijeron en el sindicato que podiacutea durar hasta setenta y dos horas Recibimos los telegramas colacionados si no entraacutebamos a trabajar en veinticuatro horas quedaacutebamos despedidos Al diacutea siguiente hicimos una gran asamblea en la Federacioacuten de la Carne cada uno de nosotros con nuestro telegrama en la mano Nos declaramos en huelga por tiempo indeterminado estaacutebamos jugados se trataba de defender el derecho a la organizacioacuten sindical Esa noche llevaron preso al compantildeero Casanaacutes lo retuvieron varios diacuteas en la comisariacutea Su esposa estaba embarazada de su primer hijo En uno de esos diacuteas tuvo una nintildea la llamaron Libertad La faacutebrica quedoacute silenciosa con una fuerte guardia policial de a caballo en las esquinas ndashiquestY ahora

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Mis quince antildeos

En mi cumpleantildeos de quince no tuve fiesta ni vestido blanco y largo No fue posible Ese diacutea pasoacute desapercibido en casa como un diacutea cualquiera Habiacutea problemas que me llegaban de costado y aunque mi madre me dijera que no era cosa miacutea se volviacutean cosa miacutea aunque yo no quisiera Con la plata de mi quincena anterior me habiacutea comprado para estrenar ese diacutea unos zapatos con un taco pequentildeo de un color amarillo mostaza que estaba de moda El diacutea esperado llegoacute Por la tarde me bantildeeacute me vestiacute con la ropa de salir y me puse los zapatos nuevos Me pareacute en la puerta de casa a esperar Esperar no seacute queacute ni a quieacuten especialmente Mi madre me habiacutea explicado que no habiacutea plata y por lo tanto no tendriacutea fiesta pero yo esperaba que algo sucediera No vino nadie a saludarme En casa no habiacutea teleacutefono iquestCoacutemo decir discretamente ldquomantildeana es mi cumpleantildeos y que vinieran los que se acordaranrdquo No vino nadie ni mis primas Mi uacutenico regalo llegoacute a la semana Mi madre me regaloacute unas caravanas largas de plata con una delicada piedrita celeste Era la primera alhaja que recibiacutea en mi vida No me animaba a poneacutermelas solo las miraba sonriendo ndashiquestViste Tarde pero llega ndashdijo tiraacutendome de la oreja como un recordatorio para toda la vida Como un sentildealamiento iexclespera espera Las useacute mucho tiempo Cuando me corteacute el pelo largo las luciacutea mejor Me miraba en el espejo se moviacutean como peacutendulos y yo me sentiacutea tan elegante tan adulta y coqueta y con permiso Mi madre teniacutea eso te daba permiso sin

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deciacutertelo En casa habiacutea muchas veces silencios de mi madre ese silencio que llenaba todos los rincones Pasaba algo Yo la encontraba triste Por las noches escuchaba los sollozos de mi hermana cuando su novio no veniacutea por algunos diacuteas no lloraba fuerte sino quedamente pero yo sabiacutea que estaba despierta en la oscuridad No sabiacutea que decirle Le habriacutea podido decir muchas cosas por ejemplo que no llorara porque ella habiacutea tenido maacutes suerte que yo que haciacutea cuatro antildeos tuvo su fiesta de quince su vestido largo blanco y muchos regalos que vinieron las primas y tiacuteas En mi adolescencia yo pensaba y pensaba pero no hablaba mucho Sabiacutea que los silencios de mamaacute teniacutean que ver con las ausencias de mi padre Pero a ella nunca se lo diriacutea Lo callaba La falta de plata tambieacuten se volviacutea silencios o respuestas de mal modo Yo pensaba tantas cosas pero no me impidieron la ilusioacuten la magia del cumpleantildeos de hacerme mayor y lucir mis caravanas de piedra celeste Un diacutea una compantildeera de trabajo que tambieacuten era mi amiga me pidioacute prestadas las caravanas para sacarse una foto que regalariacutea a su novio Pasaron los diacuteas y ella me esquivaba Cuando yo le preguntaba me deciacutea ldquoiexclHoy me olvide otras vez de traeacutertelas Mantildeana te las traigordquo y asiacute por muchos diacuteas la misma respuesta Diacuteas despueacutes al mirarla me dio vuelta la cara A la salida de la faacutebrica la seguiacute raacutepidamentela tomeacute de un brazo la gireacute hacia miacute y le pregunte en voz alta para que los que estaban cerca me oyeran por las caravanas Me contestoacute con todo desparpajo que ya me las habiacutea devuelto Me quedeacute sin palabras inmoacutevil La dejeacute partir Ella apresuroacute el paso la mireacute alejarse y no lo podiacutea creer era una compantildeera pero yo la creiacutea mi amiga iquestQueacute le diriacutea a mi madre que ya estaba sospechando que no me las devolveriacutean nunca maacutes No me quedoacute ninguacuten recuerdo de mi cumpleantildeos de quince Ni una foto ni las caravanas ni los zapatos amarillos que tambieacuten desaparecieron

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Con el tiempo se quedaron viejos y el fin de ellos fue que mi perro Biyuacute se los llevoacute de a uno para su casilla y desde alliacute los defendioacute como un trofeo Terminoacute enterraacutendolos como un tesoro en el jardiacuten de mi casa

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Conflicto textil

Trabajeacute durante los dos meses del conflicto en Prensa y Propaganda con otro joven Juan Aacutengel Toledo Aprendiacute a repartir papeles a hablar con megaacutefonos y a trabajar con el planograf algo que me gustaba mucho El planograf nos permitiacutea dar rienda suelta a nuestra imaginacioacuten Era un marco de madera que tensaba una organza del largo de dos hojas de perioacutedico Haciacuteamos un dibujo en negativo en cartulina que oficiaba de matriz y lo pegaacutebamos sobre la organza despueacutes con un lampazo deslizaacutebamos la tinta de lado a lado del marco Dibujaacutebamos una oveja con grandes cuernos y le poniacuteamos el nombre de los rompehuelgas Los pegaacutebamos en las esquinas de sus casas Se asustaban y se enfureciacutean pero dejaban de ir a trabajar durante la huelga Eran parte de las medidas de fuerza que usaacutebamos Meacutetodos primitivos casi infantiles pero efectivos Empezaba la crisis de la deacutecada del 50 El fin de la segunda guerra mundial y de la guerra de Corea permitioacute a Inglaterra y EEUU reanimar su industria Dejaron de importar tejidos para importar tops (lana lavada y peinada sin hilar) con la consiguiente peacuterdida de puestos de trabajo para los obreros textiles uruguayos Fue una huelga muy dura Cincuenta y cuatro diacuteas es mucho tiempo para sostener un hogar sin el salario El gremio saliacutea de un gran desgaste el antildeo anterior habiacutea sido la huelga de la Mundial donde una compantildeera fue baleada en la puerta de la faacutebrica Las patronales podiacutean sostener un lock-out durante varios meses porque

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teniacutean stock suficiente de mercaderiacutea para cumplir con los importadores En la Federacioacuten de la Carne en la calle Grecia instalamos una olla sindical y repartimos comestibles que pediacuteamos en los comercios La campantildea del kilo como la llamamos para los huelguistas y sus familias fue un respiro Cada diacutea se volviacutea maacutes duro sostener la huelga A los treinta diacuteas de comenzado el conflicto entroacute un veinte por ciento de los trabajadores fundamentalmente administrativos encargados y capataces Otros trabajadores salieron a buscar la changa Por otro lado se sumaron a la huelga otras faacutebricas en solidaridad con los obreros de LanaUruguaya del Cerro La patronal seguiacutea tan dura como el primer diacutea no reconociacutea Sindicato ni derechos de organizacioacuten Con Don Pedro no podiacuteamos negociar nada pretendiacutea matarnos de hambre teniacutea cuerda para rato con un gran stock en los galpones Pusimos piquetes en las esquinas de la faacutebrica para que no entraran a trabajar los rompehuelgas Los obreros del Cerro iacutebamos a detener a los que queriacutean entrar en las faacutebricas del Paso Molino y los del Paso veniacutean a detener a los del Cerro Durante esta lucha mataron de un balazo a Antonio Goacutemez Delgado un compantildeero de la Unioacuten Obrera Textil que pretendioacute hablar con un rompehuelgas eacuteste sin mediar palabra le disparoacute en el pecho Antonio teniacutea diecinueve antildeos Eacuteramos todos muy joacutevenes Las mujeres tuvimos una gran participacioacuten en esta lucha Las obreras textiles ganamos la calle Instrumentamos cosas que sabiacutean que les doleriacutean a las carneras Cuando no entraron las palabras nos fuimos a las manos Lo que pasaba en la calle lo cuentan los partes policiales que apareciacutean en la prensa montevideana de entonces cuando la huelga se generalizoacute al resto de las faacutebricas ldquoEn la interseccioacuten de las calles Grecia y Francia a las 530 de hoy un grupo no determinado de personas presumiblemente mujeres le cortaron el

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cabello a dos obreras que se dirigiacutean a trabajar a Lana Uruguaya empresa que se encuentra en conflicto Se averiguardquo Diario El Plata Los obreros del transporte participaron en forma solidaria ldquoUn grupo de personas hicieron bajar del oacutemnibus a tres mujeres que se dirigiacutean a trabajar a una faacutebrica en conflicto una vez abajo les cortaron mechones de pelo y les rasgaron la ropa Esto ocurrioacute con la supuesta colaboracioacuten del guarda y del conductor del oacutemnibus que no se detuvo enla parada que era en la puerta de la faacutebrica sino maacutes adelante Se averiguahellip ldquo ndash Diario El Paiacutes iexclYa no se animan a entrar sigue la huelga iexclViva la huelga A otras les quitamos los zapatos Duele que te dejen descalza en la calle Nosotras luchaacutebamos por todos Como tambieacuten algunos hombres entraban a trabajar empezamos a pegar carteles de ovejas cornudas con sus nombres en la esquina de sus casas En un barrio obrero como el Cerro eso quemaba Tuvimos que pelear en la forma maacutes primitiva maacutes salvaje cuerpo a cuerpo Asiacute empezoacute el sindicato unitario en textiles quebrando al sindicato amarillo conciliado con la patronal Primero fue la Unioacuten Obrera Textil y en 1956 con la integracioacuten de Alpargatas Paylana y la textil de Juan Lacaze constituimos el Congreso Obrero Textil sindicato uacutenico para la industria textil Las mujeres fuimos protagonistas Y pensar que se dice que el sindicato es ldquocosa de hombresrdquo iquestY las mujeres queacute iquestPor queacute no estaacuten en la foto No se sabe mucho de lo que hacen las mujeres en el sindicato Como en la vida cotidiana no aparecemos Aunque seamos las secretarias de actas no nos hacemos figurar Somos la parte silenciosa lo no escrito lo no contado la no historia

Mariacutea Julia frente a la faacutebrica SADIL (Deacutecada de los 50) Fotografiacutea Archivo personal

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La mamaacute de Rosita

A Rosita no la dejaban ir sola al sindicato Su mamaacute la teniacutea que acompantildear para que nadie pudiera hablar mal de ella asiacute que se bancaba todas las asambleas y algunas manifestaciones Pero algunas veces sucediacutean acontecimientos no previstos en los que la madre resultaba tan involucrada como la hija Y aprendioacute a correr como la mejor Aquel diacutea fuimos a repartir volantes a la puerta de Alpargatas La sentildeora nos acompantildeaba siempre caminando dos o tres metros maacutes atraacutes bien vestida de taquitos y collar de perlas pareciacutea que no rompiacutea un plato Eacuteramos unas veinte personas despueacutes llegaron como quince maacutes Caminaacutebamos por las veredas de la faacutebrica gritando consignas La madre nos seguiacutea lentamente De repente sentimos la llegada de la Republicana Aparentemente desde adentro los jefes habiacutean pedido proteccioacuten policial A caballo y sable en mano doblaron la esquina y nos sorprendieron Nos recostamos todos contra la pared Seguimos gritando consignas y tirando volantes Intentaron reprimirnos subiendo con los caballos a la vereda pero como por suerte siempre hay baldosas flojas les hicimos frente con piedras y trozos de baldosas Y iexcliquesta quieacuten veo en la primera liacutenea de fuego A la mamaacute que luchaba como la mejor El ruido de los telares empezoacute a aminorar nos dimos cuenta que estaban parando Desde las ventanas los obreros de Alpargatas gritaban ldquoiexclSalvajes iexclSalvajesrdquo y nos saludaban ldquoiexclAdelante compantildeerasrdquo

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Nosotras cruzamos la calle en grupo para verlos mejor y reiacuter compartiendo el momento Los policiacuteas sorprendidos miraacutendose entre siacute habiacutean quedado en la acera de enfrente custodiando la faacutebrica que habiacutea quedado en silencio Habiacuteamos conseguido nuestro propoacutesito conseguimos su solidaridad y los invitamos para la asamblea general del domingo en el Boston Club de Box Esa tarde madre e hija llegaron al barrio un poco desalintildeadas y despeinadas La madre con una contusioacuten en un brazo y un tobillo dolorido De a poco se fue integrando Conversaba con alguna compantildeera mayor hasta que un diacutea contoacute que cuando volviacutea a su casa de acompantildear a su hija su marido les deciacutea ndashiexclCallejeras iexclLo uacutenico que faltaba ahora iexclSindicato iexclEn mi propia casa

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Negra pobre y retobada

SADIL era una faacutebrica importante con 2000 trabajadores como ILDU La Aurora Alpargatas En ese entonces funcionaban los tres turnos diacutea y noche de 6 a 14 de14 a 22 y de 22 a 6 de la mantildeana No paraba nunca la industria textil Llegoacute a tener veinte mil obreros SADIL era una faacutebrica moderna muy bien equipada teniacutea vestuarios comedor para la media hora de descanso reloj automaacutetico para marcar el horario de entrada y de salida Todo eso era nuevo para miacute estaba contenta de trabajar en una faacutebrica tan grande con un fuerte sindicato Un grupo de mujeres charlaba en el vestuario Recieacuten entraacutebamos ndashDe todo encontreacute en la vintildea del sentildeor ndashNo solo en la faacutebrica Una compantildeera se estaba cambiando lentamente Escuchaba en silencio mientras doblaba y guardaba su ropa en el armario de metal Teniacutea la piel negra unas piernas largas y bien formadas un busto que llenaba la blusa y una sonrisa que dejaba ver unos dientes muy sanos ndashHay de todo en la vintildea del sentildeor ndashdijo interviniendo en la conversacioacuten Contoacute que cuando era maacutes joven y soltera buscoacute trabajo por el diario de empleada domeacutestica con cama Habiacutea siempre una larga lista Su madre deciacutea ndashMira parsquo Pocitos que pagan maacutes Asiacute que eligioacute una casa cualquiera Era una negra muy alta movediza y sonriente La vecina le prestoacute los zapatos llevoacute una pollera de su hermana y la madre le dejoacute unas caravanas de perlita que tenia para salir

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La verdad que fui bien vestida y resignada a quedarme porque en casa ya no podiacuteamos maacutes No teniacuteamos plata para comer Lo que maacutes rabia me daba era la miseria Toqueacute timbre y salioacute una sentildeora como de cuarenta antildeos Le dije a que veniacutea Me mostroacute la casa para explicarme todo lo que teniacutea que limpiar La casa era de lujo toda llena de porcelanas Me mostroacute mi pieza llena de bicicletas de los hijos y una cama a un costado contra un armario ndashEn la mitad ponemos abrigos viejos pero el resto lo podeacutes usar para poner tu ropa ndashasiacute que ldquomi piezardquo era el espacio de mi cama y nada maacutes ndashMi marido y yo no estamos casi nunca Supongo que algo sabraacutes cocinar Tengo seis hijos pero van a la escuela y al liceo El tiempo te da para todo Estaacutes mucho rato sola ya ves Arreglamos el precio Me parecioacute adecuado para lo que se pagaba en ese entonces Teniacuteamos casi todo arreglado hasta que me dijo ndashSupongo que tendraacutes carnet de salud porque si no Yo le contesteacute ndashiquestCuaacutentos son de familia Ella me quedoacute mirando y preguntoacute ndashiquestPor queacute ndashPor favor mueacutestreme el carnet de salud de todos ustedes Por supuesto no me quedeacute Empeceacute a caminar hacia la salida La duentildea de casa se puso colorada pareciacutea que iba a reventar de rabia A modo de despedida dijo antes de cerrar la puerta de un golpe ndashNegra y retobada doacutende se vio Asiacute no vas a conseguir trabajo en ninguacuten lado ndashPero aquiacute estoy en la faacutebrica y sigo retobada ndashrioacute Cerroacute el armario y echoacute la llave al bolsillo Todas reiacuteamos

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Un gremio de mujeres

El gremio textil es un gremio de mujeres pero los dirigentes son en su mayoriacutea hombres ldquoEso siempre fue asiacute pero en el 53 el antildeo pasado la huelga de la Mundial fue por cosas de mujeres ndashme dice Blanca Peraltandash Miraacute todo vino porque una compantildeera que estaba embarazada se sintioacute mal y pidioacute para irse El capataz no le dio permiso La compantildeera una hora maacutes tarde tuvo un aborto espontaacuteneo sola en el bantildeo iexclEso no se podiacutea aguantar La atendimos entre todas ella estaba desmayada Paramos las maacutequinas iexclEso no se podiacutea aguantar No teniacuteamos nada iexclni una enfermeriacutea en la faacutebrica Empezoacute asiacute como un estallido con bronca Ocupamos la faacutebrica paramos y despueacutes hablamos de sindicato Fue una huelga muy difiacutecil El patroacuten mostroacute su fuerza y nosotras tambieacuten Durante ese conflicto pasaron maacutes cosas como cuando estaacutebamos sentadas en la escalinata de la faacutebrica haciendo paro de brazos caiacutedos y la patronal llamoacute a la policiacutea Llegaron y se ubicaron delante de la faacutebrica Nosotras estaacutebamos tranquilas y de repente sentimos un tiro Una compantildeera empezoacute a gritar ldquoiexclSangre iexclTengo sangrerdquo Hubo mucha confusioacuten unas corrieron a socorrer a la compantildeera otras a los portones a gritarles a los milicos ldquoiquestQueacute les pasa iquestEstaacuten locosrdquo ldquoMe dieron un balazo en la piernardquo gritaba nuestra compantildeera A lo lejos escuchaacutebamos los gritos de los vecinos y de nuestros familiares acercaacutendose A la policiacutea no se le movioacute un pelo Dijeron que se les escapoacute un balazo

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sin querer No la socorrieron tuvimos que salir nosotras a buscar un auto Pedimos que se retirara la policiacutea y lo hicieron cuando vieron que estaban llegando compantildeeras de otras faacutebricas y vecinos indignados Y asiacute empezoacute la huelga del 53 de la Mundial como un estallido respondiendo a los golpes de la patronal Estallamos como ustedes los de Lana Uruguayardquo De esa huelga surgioacute como dirigente sindical Blanca Peralta de La Mundial En cada huelga el gremio textil iba pariendo nuevas mujeres forjadas en la lucha que se destacariacutean como dirigentes Recuerdo algunas compantildeeras de aquel entonces Irene Peacuterez Delia Maldonado Delia Rodriguez Ocklahoma Acosta Jorgelina Martiacutenez Pero son las menos Aunque en esta industria la mayoriacutea son obreras hay muy pocas que lleguen a la direccioacuten del gremio quedan a medio camino

Compantildeeras militantes de distintas faacutebricas textiles en un festejo del sindicato en Marontildeas (Finales de la deacutecada del 50) Fotografiacutea Archivo personal

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El robo

Luciacutea teniacutea cuatro hijas la maacutes chica de catorce antildeos y la maacutes grande de veinte Entroacute en la faacutebrica SADIL muy respaldada con una recomendacioacuten de un senador del partido colorado y aunque no se lo preguntaras ella te lo haciacutea saber para que te enteraras de sus padrinos Nos llamaban la atencioacuten las pilchas y los anillos que traiacutea A veces deciacutea que no necesitaba trabajar y nos dejaba caer unos ojos tristes de mujer abandonada por su esposo un deportista venido a menos que ella seguiacutea sosteniendo econoacutemica y aniacutemicamente Siempre que entraban nuevas apareciacutean cosas raras que nos poniacutean en alerta La nueva es objeto de observacioacuten iquestDe doacutende viene iquestCoacutemo vive Generalmente se les ve el plumero enseguida Pero Luciacutea nos vendioacute un tranviacutea y se lo compramos Hablaba muy bien muy culta atenta carintildeosa Deciacutea que nunca habiacutea trabajado en una faacutebrica pero que se teniacutea que acostumbrar Sus hijas tampoco trabajaban no estaban acostumbradas Pareciacutea una rica venida a menos que lo llevaba dignamente La veiacuteamos mirarse las manos que se deterioraban lentamente y pasarse una crema Un diacutea de pago terminada la jornada a la pobre Paulina le desaparecioacute el sobre con todo el dinero de la quincena Se lo quitaron del bolsillo de la tuacutenica mientras estaba trabajando algo inexplicable Ella no sintioacute nada pensamos que lo habiacutea perdido

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ndashiexclMe lo punguearon ndashdijo Paulina en voz altandash iexclEl sobre con la quincena ndashiquestNo se te habraacute caiacutedo Lo buscamos por todos lados La seccioacuten casi dejoacute de trabajar por buscarlo Paulina lloraba amargamente teniacutea dos hijitas pequentildeas y estaba sola para mantenerlas estaba separada de su esposo Las demaacutes resolvimos hacer una colecta para compensarla Luciacutea se portoacute muy bien puso el doble del dinero que poniacutea cada una de nosotras Nos parecioacute un gesto muy solidario A los dos meses un diacutea de lluvia faltoacute un paraguas del vestuario y un pilot de otra compantildeera muy bonito inigualable porque su novio se lo habiacutea traiacutedo de Brasil Todas nos pusimos furiosas soltaacutebamos indirectas estaacutebamos nerviosas desconfiadas ndashYa la vamos a encontrar ndashY no se salva de una paliza Al poco tiempo una compantildeera vio a la hija de Lucia en una parada de oacutemnibus en el Centro luciendo el pilot en cuestioacuten El lunes se armoacute el revuelo Rodeamos a Luciacutea en el vestuario y le pedimos explicaciones Negaba se arrodillaba juraba por las hijas Las viacutectimas de los robos queriacutean pegarle y que confesara Otras proponiacutean que fuera una comisioacuten a la casa a pedir las cosas Llegoacute la hora de entrar a trabajar y estaacutebamos a los tirones Las tres interesadas y la delegada de la seccioacuten no queriacutean entrar queriacutean aclararlo todo La teniacutean como presa no la dejaban entrar a la seccioacuten ni salir del vestuario Los compantildeeros de la faacutebrica se enteraron lo que estaba pasando en el vestuario de mujeres A una de nosotras se le ocurrioacute que deberiacutea ir una sola de las compantildeeras del turno que saliacutea a buscar el pilot y que sirviera de prueba Asiacute fue Las hijas le dieron las prendas que supuestamente su madre mandaba buscar es decir el paraguas y el pilot Ya con la prenda en manos de sus duentildeas era muy difiacutecil justificar nada eran hechos consumados Cinco mujeres estaacutebamos fuera del puesto de trabajo

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peleaacutendonos en el vestuario tomando la justicia en nuestras manos A esa hora hasta el jefe de personal sabiacutea lo que estaba pasando en el vestuario Llamaron a todo el grupo a la oficina de personal El jefe nos dijo que eacutel teniacutea que denunciar el robo a la policiacutea que el mismo es causal de despido y que ademaacutes las dos que fueron viacutectimas del robo estaban en su derecho a denunciarla tambieacuten a la policiacutea ndashNosotras no queremos ni una cosa ni la otra ndashle contestamosndash Solo queremos darle un escarmiento No somos quien para quitarle el pan a nadie y denunciarla a la policiacutea tampoco porque para eso nos bastamos nosotras que una paliza a tiempo no le va mal a nadie ndashParsquo que aprenda ndashdijo Paulina El jefe dijo ndashSiendo asiacute les tengo que hacer el parte a ustedes tambieacuten por estar fuera del lugar de trabajo Si ya estaacute aclarado cada una a su puesto Ella se queda para hablar al respecto Al salir de la oficina le dice una notiexclChorra iexclLadrona Luciacutea contestoacute llorando ndashiexclNo seas mala Tengo una enfermedad soy cleptoacutemana Todas retrocedimos dispuestas a pegarle ndashiexclTe vamos a dar cleptoacutemana iexclLadrona El jefe tuvo que ponerse en medio para que no le pegaacuteramos Asiacute a los empujones salimos de la oficina hacia la seccioacuten de hilanderiacutea Cuando caminaacutebamos hacia la seccioacuten una dice ndashiquestSaben Me dio laacutestima pobre ndashiquestEstaacute enferma ndashNada ndashdice Teresandash Yo leiacute que la cleptomaniacutea es una enfermedad de ricos y a eacutesta soacutelo le quedan las mantildeas Es una chorra y lo peor es una mala compantildeera no piensa en nadie Con razoacuten dio doble para Paulina se quedaba con todo el sueldo de una compantildeera sin importarle nada

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ndashiquestQuieacuten tiene derecho a robarle a otra iquestEh ndashLaacutestima que se nos encarajinoacute con el jefe Porque lo que es eacutesta con la paliza que le dimos no roba maacutes ndashdice Paulina remangaacutendose las mangas de la camisa y con la cara muy roja

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El Boston

La Unioacuten Obrera Textil estaba en el local de una antigua pizzeriacutea en la calle Fraternidad en el barrio Conciliacioacuten Eran dos habitaciones donde se amontonaban carteleras pinceles tarros con engrudo diarios para hacer planograf estandartes usados con textos que se volviacutean obsoletos raacutepidamente Los nuevos aconteceres sindicales se viviacutean de prisa De las paredes colgaban piolas donde se poniacutean a secar los nuevos carteles Algunas pocas sillas bancos largos encimados contra la pared completaban aquel desorden Aquiacute entraacutebamos por primera vez todos los que queriacuteamos enterarnos del sindicato del salario miacutenimo de las categoriacuteas del uacuteltimo convenio y buscar a alguien que fuera a la puerta de la faacutebrica el diacutea de cobro para que nos ayudara a descubrir las diferencias mirando el sobre del sueldo Asiacute empezamos a querer aquel lugar que se llamaba Sindicato En eacutepoca de conflicto siempre habiacutea mucha gente casi funcionaba en la vereda no cabiacuteamos cada diacutea eacuteramos maacutes Corriacutea el antildeo 1954 Alguacuten domingo cuando habiacutea Asamblea General la asamblea grande del gremio se alquilaba otro local Casi siempre se haciacutea en el barrio del puerto en la Ciudad Vieja Calles angostas huacutemedas y oscuras se llenaban de risas y colores al pasar las compantildeeras textiles que por decenas iban llegando desde el Cerro La Teja Marontildeas Desde los bares los parroquianos saliacutean a mirarlas como si fuera un espectaacuteculo dominguero Pareciacutea que esas mujeres iban oxigenando el barrio mujeres obreras de todas las edades que caminaban por las aceras a paso firme El ruido de tantos pies hablaba de luchas que se

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avecinaban El Boston era un viejo club de boxeo que estaba en la calle Piedras y Yacareacute donde a veces nos estremeciacutea el pitar de los barcos de ultramar saludando a Montevideo al llegar o despidieacutendose de ella al irse Oliacutea a viejas cervezas derramadas en el suelo de madera y a tabaco Teniacutea una claraboya con vidrios oscurecidos por el holliacuten que alguna mantildeana dejaba entrar un rayo de sol El ring de madera estaba situado en medio de la sala Los dirigentes del gremio subiacutean a eacutel voleando la pata entre las cuerdas y llevando su propia silla Una mesa del bar que era traiacuteda en alto por alguacuten voluntario completaba el escenario La uacutenica luz eran los cuatro focos que iluminaban al ring los actores eran ahora nuestros dirigentes El aire se iba enrareciendo mientras se llenaban los asientos y se oscureciacutean maacutes los rincones por el humo Con el Boston de bote a bote un tamborileo de dedos y pies nerviosos anunciaba que queriacuteamos escuchar pronto a la Comisioacuten Directiva dando las noticias de la marcha del conflicto Estas fueron mis primeras asambleas y las viviacutea como un espectaacuteculo Auacuten no entendiacutea muchas palabras del argot sindicalero ldquomocioacuten de ordenrdquo ldquovamos a pasar a cuarto intermediordquo pero como nunca tuve problema en preguntar me fui enterando de lo que significaban y me fui apropiando de esa forma tan rara de hablar que despueacutes hice miacutea Completaba el espectaacuteculo la parte oratoria Me llamaba la atencioacuten la admiracioacuten que se teniacutea por Heacutector Rodriacuteguez y por Eusebio Caetano y el respeto con que se escuchaban sus intervenciones Heacutector ademaacutes de sus ocho horas diarias en el telar teniacutea formacioacuten universitaria por lo cual conociacutea los dos lenguajes Hablaba sencillo y muy claro Algunas mujeres muy pocas subiacutean al ring para hablar Sin embargo siempre habiacutea una en la mesa de la asamblea sacando actas Las que se atreviacutean a hablar eran Blanca Peralta o Delia Maldonado Se

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destacaba Irene Peacuterez por un muy buen manejo de la palabra Yo en esa eacutepoca no me daba cuenta auacuten Irene era una militante poliacutetica muy disciplinada era maacutes poliacutetica que sindicalista esa era la diferencia De esos hombres y mujeres aprendiacute mucho en cada asamblea Fueron mis tempranos iacutedolos Idealiceacute mis primeros antildeos sindicales para miacute mi Sindicato era el maacutes combativo y no aceptaba bromas de ninguacuten compantildeero sobre la honestidad de nuestros dirigentes El sindicato era la uacutenica forma de lucha que conociacutea No conociacute otra hasta que llegaron a mis manos algunos libros La madre de Gorki recuerdo que me lo dio Blanca despertoacute en miacute nuevas inquietudes Descubriacute que no bastaba ldquoir parsquo delanterdquo solamente como deciacuteamos en la faacutebrica Yo queriacutea saber queacute era ldquotaacutectica sindicalrdquo y queacute era ldquoestrategia frente a la patronalrdquo Me empeceacute a reunir con algunos anarcos de mi faacutebrica los amigos que me abrieron las puertas de la gran Biblioteca Popular del Cerro allaacute donde se encuentran las calles Repuacuteblica Argentina y Chile

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Despueacutes de la huelga

En los acuerdos entraacutebamos a trabajar todos los despedidos A miacute me tomaron como si fuese nueva cuando habiacutea entrado a Lana Uruguaya teniacutea soacutelo trece antildeos y no estaba permitido por la ley que trabajaran nintildeos menores de catorce antildeos Nosotros transamos pero a los dos meses me suspendieron por falta de trabajo hasta nuevo aviso y no me volvieron a llamar Lo peor es que yo tampoco habiacutea cumplido las cien jornadas de trabajo como nueva la suspensioacuten fue una trampa y caiacute en ella No teniacutea derecho a reclamar mipuesto de trabajo El sindicato recieacuten saliacutea del desgaste de la huelga y me tuve que aguantar en el molde Era muy comuacuten que te tomaran y te suspendieran ldquomomentaacuteneamente por falta de trabajordquo antes de cumplir las cien jornadas de trabajo A las dos o tres semanas te volviacutean a tomar y asiacute hasta por dos antildeos Con esto impediacutean que te convirtieses en un trabajador efectivo y te manteniacutean en una situacioacuten de inseguridad laboral constante Seguiacute militando en el sindicato aunque me costoacute mucho volver a trabajar en la industria quedeacute en ldquola lista negrardquo Haciacutea limpiezas en casas de familia y de tarde me iba al sindicato donde teniacutea mis amigas y compantildeeras Luego empeceacute a trabajar en pequentildeas faacutebricas de tejidos de punto cuando quedaba cesante volviacutea a hacer limpiezas No perdiacute contacto con el gremio Trabajeacute con Delia en la organizacioacuten del Sindicato de Tejido de Punto Era muy difiacutecil eran faacutebricas muy pequentildeas

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teniacuteamos que ir a la puerta de cada faacutebrica y hablar una por una con las obreras Tuve la suerte de acompantildear a Emilio Deconcilis y a Heacutector Rodriacuteguez en las primeras reuniones de la Asamblea Consultiva Pro Central Uacutenica en los locales de la Federacioacuten de la Bebida y de la Federacioacuten de la Carne donde participaban todos los sindicatos Marchaacutebamos hacia la unidad de toda la clase obrera Autoacutenomos y de la Unioacuten General de Trabajadores con recelo pero marchaacutebamos juntos organizando los primeros paros unitarios de toda la clase obrera montevideana Todo el conjunto de los trabajadoresy las mujeres tambieacuten Yo seguiacutea sin trabajo fijo Haciacutea poco habiacutea muerto mi padre Mis hermanas se habiacutean casado quedeacute sola con mi madre y habiacutea deudas en casa Ese tiempo lo viviacute como un desborde de actividad pero mi madre sabiacutea que yo igual traiacutea el salario a casa y eso me permitiacutea cierta independencia ndashSos igual que tu padre ndashdeciacutea por mi militancia No seacute si le agradaba o le disgustaba pero yo sentiacutea su apoyo silencioso En 1957 acepteacute invitaciones de los compantildeeros de la Juventud Socialista que trabajaban por la formacioacuten de los sindicatos agriacutecolas Asiacute conociacute Paysanduacute Artigas y Treinta y Tres En 1958 empeceacute a trabajar fija en SADIL Alliacute trabajeacute diez antildeos de los cuales ocho fui delegada Vinieron las ocupaciones de la faacutebrica en lucha contra la desocupacioacuten La crisis de la deacutecada del 60 empezaba a hacer estragos y la lana se iba del paiacutes sin industrializar La poliacutetica del gobierno fondomonetarista se hizo notar enseguida Nos entregaron atados de pies y manos al mercado norteamericano Esto tuvo durante varios antildeos en lucha al gremio textil entero en el intento infructuoso de defender la industria nacional La ocupacioacuten de faacutebricas del 64 al 68 fue un ejemplo de militancia de las mujeres Horas en la faacutebrica ocupada sin ganar dinero las maacutequinas paradas la faacutebrica friacutea El gremio en pie de lucha Yo me habiacutea casado y ya teniacutea dos hijos

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Las mujeres eacuteramos la mayoriacutea nos turnaacutebamos para ir a casa atender a los hijos y a las tareas del hogar y volviacuteamos a entrar a la faacutebrica a seguir la huelga de brazos caiacutedos Duroacute mucho tiempo Discusiones asambleas y marchas que soacutelo sirvieron para fortalecer al gremio y nada maacutes porque todo se jugaba en la poliacutetica nacional y nosotros no decidiacuteamos estaacutebamos lejos de la poliacutetica Algunas de las faacutebricas inevitablemente cerraron y se fueron los capitales del paiacutes En esa eacutepoca escribiacute mis primeros artiacuteculos en Liberacioacuten una publicacioacuten de dos hojitas que sacaacutebamos en la Agrupacioacuten Textil del departamento sindical del Partido Socialista en Montevideo Vino la desocupacioacuten Estuve largos periacuteodos en el seguro de paro y luego nos ofrecieron el despido que al fin acepteacute en el 70 y me alejeacute de la industria Siempre mantuve la actividad sindical pero me metiacute maacutes en la tarea poliacutetica en el Partido Socialista y en el Frente Amplio que en ese momento se creaba Nunca fui rentada ni en la actividad sindical ni en la poliacutetica tal vez salieron muchos pesos de mi flaco bolsillo para una lucha con la que me sentiacutea totalmente comprometida como todos los militantes sindicales de esos antildeos Viviacutea apasionadamente los acontecimientos en un aprendizajepermanente Todos aprendiacuteamos e iacutebamos modificando nuestra vida personal en la medida en que empezaacutebamos a participar en la vida colectiva Fueron los mejores antildeos de mi juventud

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Jorgelina y Delia en Budapest

La invitacioacuten llegoacute al gremio textil desde Hungriacutea de parte de la Federacioacuten Sindical Mundial Se trataba de una Conferencia de Mujeres Trabajadoras con convocatoria internacional No hablaban de solventar el viaje La direccioacuten de nuestro gremio consideroacute importantes las relaciones internacionales y resolvioacute organizar una rifa para solventarlo El tiempo apremiaba y no se llegaba a completar la cifra total Cercano a la fecha de viajar soacutelo se teniacutea el cincuenta por ciento del dinero Consultadas las dos compantildeeras aceptaron correr el riesgo de viajar soacutelo con pasaje de ida con la salvedad que desde aquiacute seguiriacutean gestionando el tema del retorno Eso de ir a Budapest sin pasaje de retorno era una verdadera locura Mamaacute preparoacute los tallarines como cualquier domingo Vinieron dos hermanos y tres sobrinas Mi vieja estaba muy silenciosa Me daba miedo que en cualquier momento saltara con unahellip No era una despedida era una preocupacioacuten para todos Y mi vieja lo soltoacute ndashEse paiacutes dicen que estaacute atraacutes de la cortina de hierro ndashLas cosas cambiaron mucho No nos va a pasar nada ndashEsa compantildeera que va iquestya la conociacuteas ndashSi es macanuda Delia Maldonado ndashSu familia tambieacuten estaraacute preocupada ndashEs una gran oportunidad ndashdijo mi hermano

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Y mamaacute nos miroacute con una sonrisa iroacutenica ndashLos del sindicato podiacutean haber sacado un preacutestamo ndashdijo mi sobrinandash cuando vieron que el dinero de la rifa no alcanzaba y se terminaba de pagar con otra rifa No se puede creer que las manden solo con el pasaje de ida Ojalaacute que no sea para sacaacuterselas de encima Y se rioacute ndashHablando de preacutestamo iquestalguien me puede prestar una valija El barco sale el martes a las 12 de la mantildeana No sabemos si tenemos camarote ndashdijo la negra Las compantildeeras viajaron en tercera de un buque italiano No les preocupaba Del viaje por mar contaron poco Las dos viajaron como perro en bote un poco asustadas Diacuteas y diacuteas viendo agua y cielo y alguacuten temporal Los relaacutempagos en el mar se ven de principio a fin Cabalgando las olas Y asiacute llegaron a Europa Siguieron viajando en tren hasta llegar a su destino Sin plata y hablando por sentildeas Disfrutando todo lo que veiacutean y escuchaban Sin saberlo estaban viviendo los cambios que pronto llegaron a esos paiacuteses de ldquodetraacutes de la cortina de hierrordquo Se estaban produciendo los cambios que ellas contaron al llegar Contaron de la solidaridad que recibieron de las otras delegadas cuando se enteraron de que no teniacutean pasaje de retorno a Uruguay Siempre la misma pregunta en distintos idiomas ndashiquestCoacutemo pasaje sin retorno El tema se hablaba en los pasillos con ellas mismas Las dos uruguayas resultaron muy interesantes en Hungriacutea tanto para las delegadas como para las inteacuterpretes Al escucharlas en las intervenciones se hicieron populares Les gustaba la personalidad de Jorgelina la sonrisa y la humildad de Delia Aunque no eran comunistas y ademaacutes veniacutean representando a sindicatos autoacutenomos de su paiacutes hablaban de meacutetodos sindicales diferentes Contaron

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que en las calles de Montevideo estaban las obreras y los obreros en pie de lucha por derechos sindicales Corriacutea el antildeo 1956 y se intentaba salvar las fuentes de trabajo buscando formar una Central Uacutenica de trabajadores con hombres y mujeres de todas las tendencias poliacuteticas eso asombraba Lo deciacutean en castellano se repetiacutea en distintas lenguas distintas cabezas se moviacutean afirmativamente Hablaron y escucharon sintieron que estaban en la tarea que habiacutean ido a cumplir con las compantildeeras de otras geografiacuteas Tres meses despueacutes de la conferencia en Budapest en octubre se confirmoacute lo que las dos compantildeeras en julio contaron a su regreso a la comisioacuten directiva del sindicato textil El descontento que pudieron apreciar por relatos de las compantildeeras huacutengaras anticipando que podiacutea pasar cualquier cosa la crisis poliacutetica econoacutemica y de confianza en el poder Los sindicatos estaban preocupados pero el silencio no alcanzaba para ocultarlo En octubre entraron a Budapest los tanques rusos a reprimir una revuelta popular con costos poliacuteticos y de vidas humanas

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Una conferencia nacional

Eacuteramos muchas setenta delegadas de la Capital y treinta del Interior Llegaron obreras textiles desde Paysanduacute y Juan Lacaze Saacutebado y domingo funcionariacuteamos en el Centro Obrero de Alpargatas el local maacutes grande y coacutemodo del gremio Estaba todo preparado para recibir a las compantildeeras y alojar a las que llegaban del Interior Cuando arribaron las dos bantildeaderas se escucharon cantos y salimos todas del local a recibirlas abrazos y besos conocieacutendonos y reconocieacutendonos Ya estaacuten los mates y las bolsas de bizcochos circulando Poco a poco nos vamos sentando para dar comienzo a la jornada Hoy 20 de octubre de1956 el compantildeero Ruben Huguet en nombre del COA da comienzo a la primera Conferencia Nacional de Mujeres Textiles en Montevideo Jorgelina Martiacutenez y Delia Maldonado son invitadas a pasar a la mesa y dar el informe de lo actuado en la Conferencia Mundial de Mujeres Trabajadoras realizada en junio del mismo antildeo en Budapest donde representaron a las obreras de nuestro paiacutes Jorgelina destaca que la situacioacuten y el nivel de vida de las obreras huacutengaras y de sus familias estaacuten relacionados con la fuerza de organizacioacuten sindical y la participacioacuten poliacutetica y social de su comunidad Cuenta muchas aneacutecdotas Delia Maldonado destaca que esta Conferencia con la representacioacuten

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de tantas faacutebricas de todo el paiacutes debe ser el comienzo de una relacioacuten muy estrecha entre nosotras las obreras textiles Hoy maacutes que nunca se requiere nuestra militancia para conseguir nuevas leyes y exigir que se cumplan las actuales ya que la tendencia de las empresas es a burlar los derechos de los trabajadores Y en forma muy documentada se refiere a los logros en Uruguay Nosotras no sentiacuteamos orgullosas de las dos iquestQuieacutenes nos habriacutean representado mejor que ellas Luego se da la palabra a las congresistas Se elige una compantildeera de Paylana y otra de Juan Lacaze para la presidencia Tanto las compantildeeras del Interior como las de Montevideo aportaron a los temas comunes un lenguaje combativo y optimista Blanca Peralta propone que se realice una encuesta en todas las faacutebricas acerca de los problemas que afectan especiacuteficamente a las obreras textiles Dice ademaacutes que a traveacutes de las huelgas se comproboacute que las obreras textiles tenemos una inquebrantable voluntad de lucha que nunca vacilamos ni siquiera cuando tuvimos que enfrentar al gobierno y a la policiacutea y que debemos reforzar la militancia y hacer del sindicato un lugar tambieacuten nuestro Al diacutea siguiente se trabaja afanosamente y se recogen las conclusiones 1) A igual trabajo igual salario 2) Que el ritmo de trabajo no afecte a la salud de las mujeres trabajadoras 3) Realizacioacuten de una encuesta nacional sobre las necesidades de las obreras madres orientada a reivindicar las casas-cunas en los lugares de trabajo 4) La Conferencia reconoce el diacutea 8 de marzo de cada antildeo como Jornada Internacional de la Mujer Trabajadora Acuerda participar activamente en su conmemoracioacuten y explicar los motivos de tal jornada 5) La Conferencia resuelve participar con una delegacioacuten en la proacutexima Conferencia Nacional de Mujeres Trabajadoras de todos los gremios a realizarse en noviembre en Montevideo 6) La Conferencia expresa finalmente la solidaridad con los trabajadores

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de Montevideo y del interior que se encuentran en conflicto especialmente con las compantildeeras de FUNSA que acampan frente al Palacio Legislativo Se propone que las conclusiones de la Conferencia se integren en el orden del diacutea del proacuteximo Congreso Nacional de Obreros Textiles para considerarlas reivindicaciones de la totalidad del gremio Antildeos despueacutes el gremio textil fue el primero en obtener ldquoa igual trabajo igual salariordquo Esos dos diacuteas fueron muy emocionantes para todas iexclJuntarse cien mujeres para hablar de cosas propias inquietudes propuestas Nada de esto impidioacute las ruedas de mates en los descansos las risas la confraternidad las promesas de visitarse Esta actividad consolidoacute maacutes la unidad del gremio textil y agregoacute madurez al movimiento obrero que ya estaba reunieacutendose en la Comisioacuten ProndashCentral Uacutenica de Trabajadores De eso tambieacuten se pudo hablar ese antildeo tan fermental y combativo Hay cosas que no se olvidan la polenta el viento en la camiseta que trajeron Jorgelina y Delia al regresar de Budapest La fuerza que necesitaacutebamos para seguir en la lucha Ahora todas comunicadas agigantadas

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Las friyeras

En la mitad de la deacutecada del cincuenta la crisis muestra su cara maacutes siniestra a los trabajadores del Cerro de Montevideo Despueacutes de enriquecerse en nuestro paiacutes los duentildeos de los frigoriacuteficos extranjeros amenazan con cerrarlos y marcharse del paiacutes La lucha de los trabajadores toma las calles del barrio Entre las obreras de los frigoriacuteficos del Cerro muy pocas participaban en la militancia sindical y mucho menos en la direccioacuten del gremio Esto sucediacutea en todos los casos pero a su manera ellas se incorporaron a la lucha como siempre Las ldquofriyerasrdquo como les deciacutean despectivamente de aspecto recio y firme mujeres de ldquocuchillo en manordquo su herramienta de trabajo teniacutean por dentro un corazoacuten tan grande como sus faldas Eran unas luchadoras y lo demostraron en muchas ocasiones Solidaridad y lealtad para con sus hombres las caracterizaban Digo ldquosus hombresrdquo y no hablo soacutelo de maridos padres e hijos sino tambieacuten de sus compantildeeros del gremio porque a pesar de que en 1956 creyeron que solo ellos eran el Sindicato no permitieacutendoles integrarse a la huelgade hambre a ninguna de ellas cuando la situacioacuten se puso difiacutecil y no se conmoviacutean los poderes puacuteblicos y pasaban los diacuteas sin solucioacuten ellas no dudaron no se sintieron de otra parte A las mujeres les sobroacute iniciativa creatividad combatividad y actuaron solas Marchamos al Parlamento

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Eacuteramos unas cincuenta entre trabajadoras del frigoriacutefico hijas de trabajadores esposas otras como yo solo vecinas del barrio Mi padre era obrero portuario y yo obrera textil pero me sentiacutea parte de la lucha de las friyeras Todos eacuteramos obreros y otros compantildeeros podiacutean morir en esta huelga de hambre Defendiacuteamos intereses de la clase trabajadora Se habiacutean roto las negociaciones ndashiexclA las cuatro ndashiexclSiacute Yo tambieacuten ndashiexclA las cuatro ndashiexclY no falto Son las cuatro de la tarde Con bolsos y nintildeos de la mano empiezan a llegar Piden ser escuchadas por los parlamentarios Se sientan esperan no tienen apuro no volveraacuten sin ser escuchadas Ellas tambieacuten son el Sindicato y saben explicarlo muy bien saben hablar de reivindicaciones porque les son propias ndashMucho comunicado de prensa pero pocas soluciones para la huelgandash dicen a los periodistas Una tarde muy friacutea medio centenar de mujeres del Cerro ocupan la explanada del Palacio Legislativo Seguro no es un lindo espectaacuteculo ese mujereriacuteo en la explanada del Palacio Poco a poco son rodeadas por las ldquoFuerzas del Ordenrdquo ndashCirculen aquiacute no se pueden quedar No responden no es con ellos con quienes quieren hablar no importa la barrera policial Se les sigue ldquoexhortandordquo a irse a sus casas No escuchan se vuelven sordas por un momento Tranquilas Con calma de madres algunas se sientan para darles de mamar a sus hijos Creen que sentadas no les podraacuten pegar Se viene la noche Poco a poco de todos los bolsos sale comida leche para los nintildeos Se trajeron los mates tortas fritas vinieron preparadas para pasar la noche si es necesario

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ndash Aquiacute tiene coma compantildeera paacutesele a aquella Lo tienen claro no se van De alliacute no se mueve nadie Salen los parlamentarios y todas a la vez hablan dialogan explican piden exigen Los uacutenicos que se apersonan son Trias DrsquoElia Alba Roballo Zelmar Michelini Enrique Rodriacuteguez Arismendi Cardozo y Erro Ellos vuelven a entrar al Palacio de las Leyes prometiendo presentar una mocioacuten Por primera vez me di cuenta de lo frio y duro que era el maacutermolhellip Y tan lindo que se veiacutea desde el oacutemnibus cada diacutea Seguimos sentadas en la escalinata esperando esperando Pasan las horas Anochece Hace frio mucho frio De un lado los parlamentarios del otro otras voces ndashCirculen vuelvan a sus casas No les queremos pegar Se lo estaacuten buscando Haacuteganlo por sus hijos No pueden pasar la noche aquiacute Esas voces no las asustan estaacuten firmes en sus pretensiones y muy tranquilas Los nintildeos se duermen Como de la galera de un mago de los bolsos salen frazadas Se agrupan maacutes para abrigarse No se ha movido nadie seguimos sentadas en las escalinatas de maacutermol Personas que no conocemos tratan de hacernos llegar paquetes sin eacutexito Los milicos se estaacuten poniendo nerviosos Se agrupa la gente en la acera de enfrente gritan mensajes pero no los podemos oiacuter Estaacuten muy lejos Por fin se abre otra vez la puerta salen los mismos parlamentarios Anuncian que se consiguioacute una Comisioacuten que mediaraacute en el conflictoUna esperanza nada maacutes una pequentildea alegriacutea Los parlamentarios nos piden que nos vayamos Esta Comisioacuten nos ofrece ciertas garantiacuteas por lo menos para poner fin a la huelga de hambre y para llevar la discusioacuten del cierre de los frigoriacuteficos al Parlamento y a toda la opinioacuten puacuteblica Son las once y media de la noche Con la alegriacutea de lo conseguido con los pies y el culo helados acompantildeadas por algunos parlamentarios abandonamos

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la escalinata de maacutermol que volvioacute a quedarse friacutea y sola Con la bandera uruguaya desplegada para romper el cerco policial llegamos al Cerro a la Federacioacuten de la Carne a casa a tomar un plato de sopa caliente Y yo a las cinco y media de la mantildeana a la faacutebrica textil donde trabajaba Llegaron friyeros del interior del paiacutes En esos diacuteas las mujeres tuvimos que resolver el alojamiento de los compantildeeros del frigoriacutefico Anglo de Fray Bentos que llegaron en una marcha en solidaridad con la huelga A ellas las alojamos en nuestras casas los compantildeeros se quedaron en la Federacioacuten Pudimos conocernos y confraternizar Tambieacuten llegaron delegaciones de Paysanduacute en mi casa alojamossbquo a compantildeeras de alliacute hicimos amistad y me escribiacute con ellas durante algunos antildeos Cuando maacutes tarde estuve en su pueblo las visiteacutesbquo y fue muy lindo el reencuentro y recordar esas luchas callejeras las historias no contadas

Una novia

En esa huelga se perdioacute mucho maacutes que los dos quilos de carne que cada obrero tenia diariamente por convenio y el cierre del frigoriacutefico Swift Perdimos a Rubeacuten Paleo y a Muntildeoz dos compantildeeros de la direccioacuten del gremio que murieron en distintas circunstancias A Muntildeoz no lo conociacutea pero con Rubeacuten eacuteramos amigos teniacuteamos largas conversaciones sobre anarquismo y sindicalismo Es muy doloroso perder a un amigo repentinamente cuando no te lo esperaacutes cuando queda mucho por hablar todaviacutea Ruben era de la directiva de la Federacioacuten de la Carne y junto con otros compantildeeros estaba haciendo la huelga de hambre Un diacutea lo sacaron con un fuerte dolor de cabeza y lo internaron Era meningitis y estaba muy grave A los cuatro diacuteas murioacute Compartiacute el dolor de aquella perdida con su familia sus compantildeeros y su novia Cuando llegueacute al velorio ella se acercoacute y me preguntoacute

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ndashiquestVos sos la Negrita Eacutel me hablo de vos iquestVos tambieacuten lo queriacuteas ndash y se contestoacutendash Eacutel por todos se haciacutea querer No pude contestarle se me anudoacute la garganta solo pude abrazarla fuertemente Ella caminaba y caminaba por toda la sala nerviosa Con todos conversaba preguntaba y preguntaba teniacutea muchos interrogantes y no podiacutea encontrar respuesta a lo que queriacutea saber Cuando se despidioacute sbquo abrazada al cajoacuten dijo despacito ndashHasta pronto amor Teniacutean muchos proyectos juntos Habiacutean comprado los muebles la heladera los platos el primus la caldera Estaban esperando que terminara la huelga para casarse Habiacutean sido novios durante seis antildeos Ruben murioacute el 19 de mayo de 1956 no habiacutea cumplido los 29 antildeos Ella no lo podiacutea superar lo recordaba obsesiva callada permanentemente Una tarde salioacute a comprar una cosa cualquiera y comproacute otra veneno para ratas Para que sus padres que no la dejaban sola no se dieran cuenta se lo comioacute en pequentildeas dosis en los desayunos untando el pancito con manteca diacutea a diacutea Para acortar la distancia Porque cuando le dijo ldquoHasta prontordquo lo dijo de verdad A la semana cuando se sintioacute mal no dijo nada y el meacutedico la tratoacute por gripe ndashSiempre fue muy sana ndashdijeron las hermanas Una semana despueacutes la internaron ya sin fuerzas y confesoacute que no queriacutea vivir maacutes ndashSoacutelo quiacuteteme los dolores doctor yo estoy tranquila yo estoy preparada Se olvidoacute de ella porque no se podiacutea olvidarlo Olvidoacute que habiacutea estudiado contabilidad comercio ingleacutes para defenderse en la vida Olvidoacute que estaba preparada pero no lo estaba para esa peacuterdida Olvidoacute para queacute serviacutea vivir Tuvo una muerte cruel que no mereciacutea Sucedioacute todo muy raacutepido Se fueron los dos sin despedida de solteros

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sin luna de miel Con ella perdimos una vida maacutes en esa huelga Hay que agregarla a la historia no contada donde se mezcla lo puacuteblico y lo privado lo social y lo particular Se llamaba Isabel Ledesma y teniacutea veintitreacutes antildeos murioacute el 19 de julio de 1956 El Cerro empezaba a vivir la agresioacuten cotidiana El hambre y la desocupacioacuten el luto y la tristeza ensombrecieron las luchas sindicales y los rostros de la gente Siento que tengo que contar estas historias de mujeres que son parte de hechos sociales que viviacute en mi juventud Me importa contarlas en su plenitud porque cuando no se cuentan y quedan ocultas se muestra una sola cara de la Luna pero la Luna es un todo la forman luz y sombra Igual igual que la realidad luz y sombras

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Las compantildeeras de FUNSA

La Negra Espronzato me invita a su casa a tomar mate Cuenta que ella nacioacute en Canelones y vino a Montevideo a trabajar como tantas muchachas ndashYo saliacute de entre los terrones a trabajar en lo que fuera o sea de domestica Pero tuve la suerte de que una vecina me avisara que en FUNSA estaban tomando mujeres Yo no sabiacutea nada de faacutebricas pero me dijo que se ganaba muy bien Eso me entusiasmoacute Lo malo me advirtioacute era que te tomaban y antes de las cien jornadas te despediacutean Pero la oportunidad no se podiacutea desaprovechar Se presentoacute en la puerta de la faacutebrica y quedoacute muy impresionada Era muy grande no la podiacutea comparar con ninguacuten galpoacuten que hubiera visto antes En ese momento una sirena anunciaba la salida de un turno Le parecioacute un hormiguero de tamantildeo desproporcionado Todos caminaban de prisa hombres y mujeres vestidos de azul de ldquobrin sanforizadordquo No sabiacutea a quieacuten preguntar ni que hacer se sintioacute muy pequentildea FUNSA era una gran faacutebrica de manufactura de caucho Alliacute se haciacutean botas zapatos de goma neumaacuteticoshellip Se le acercoacute una muchachita flaca larga y mal vestida que habiacutea estado recostada a la pared observando el mismo espectaacuteculo Le preguntoacute casi temblando ndashiquestAquiacute es FUNSA ndashSi La otra estaba en la misma que ella buscando trabajo

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Entre las dos se las ingeniaron para preguntar y encontrar la puerta de entrada Descubrieron el cartel en que una flecha indicaba donde estaba la oficina de personal Alliacute llegaron con una amistad de cinco minutos que les daba mucha seguridad ndashEstoy nerviosa ndashYo maacutes Se acercaron a una empleada y le preguntaron carraspeando ndashiquestAquiacute toman gente Sacaacutendose los lentes la empleada contestoacute con otra pregunta ndashiquestCuaacutentos antildeos tienen Se estaacute apuntando a las mayores de dieciocho iquestTienen cedula de identidad ndashSi ndashdijo la Negra Echoacute mano al bolsillo y puso su documento sobre el mostrador ndashNo contestoacute la otra con poca voz y dando un paso hacia atraacutes ndashEntonces saacutecala y veniacute otro diacutea ndashdijo desinteresada la empleada ndashNo estoy apuntada en el Registro Civil mis padres no estaacuten casados Mejor dicho no estoy reconocida ndash o dijo casi como una confesioacuten La empleada siguioacute escribiendo La joven dio media vuelta dispuesta a irse ndashEspeacuterame un poquito no te vayas ndashle pidioacute la Negra Al poco rato la Negra salioacute como borracha de alegriacutea ndashiexclMe tomaron Afuera la esperaban los ojos huacutemedos de la muchacha ndash Mis padres no me apuntaron cuando naciacute y no seacute coacutemo lo tengo que hacer ndash No te preocupes iquestCoacutemo te llamas ndashLuisa ndashVamos a preguntar Tenemos que ir hoy porque mantildeana empiezo a trabajar Vamos No podeacutes estar sin documentos en Montevideo Luisa no pudo entrar esa semana los traacutemites llevaron varios diacuteas

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ndashHaciacutea un calor terrible ese verano Entreacute en 1947 yo era una muchachita Todo lo nuevo da un poco de miedo el olor tan fuerte a caucho el ruido la gente que te observa y que todaviacutea no conoceacuteshellip La Negra sacoacute un poquito de yerba y acomodoacute la bombilla ndashLas nuevas entran y salen todas juntas se esperan para darse aacutenimo Vos ya sabeacutes ndashesquivoacute la mirada y sonrioacutendash Aunque no lo creas yo era tiacutemida En 1952 la Negra y Luisa seguiacutean siendo amigas Haciacutea cinco antildeos que trabajaban en el mismo turno La Negra trajo a una hermana maacutes chica a trabajar a Montevideo que entroacute en PHUASA una faacutebrica textil y unos meses despueacutes trajo a un hermano que consiguioacute entrar en ANCAP Los padres desde Canelones les mandaban una vez por semana bolsos con frutas verduras y cordero De esos paquetes algo iba para Luisa que teniacutea muchos hermanos Porque la huelga del 52 esa fue brava No se acuerda mucho de coacutemo empezoacute ella en el Sindicato pero recuerda que un diacutea en su turno se empezoacute a hablar de sindicato dentro de la faacutebricaNunca habiacutea oiacutedo nada sobre eso Escuchoacute que habiacutea otros gremios que iban a la huelga ndashEn FUNSA habiacutea un sindicato ldquoamarillordquo Casi todos eran administrativos encargados capataceshellip Los amarillos no queriacutean ir a la huelga Luisa y la Negra callaban escuchaban pero no estaban ajenas a nada porque sabiacutean de las injusticias que se cometiacutean y de las mantildeas del viejo Pedro Saacuteenz Habiacutean visto muchas veces temblar al capataz cuando el patroacuten recorriacutea la fabrica no podiacutean oiacuterlo pero se daban cuenta que lo estaba miliqueando que le pediacutea ldquomaacutes velocidad mas produccioacuten mas controlrdquo El capataz se poniacutea rojo de verguumlenza y la gente se daba cuenta ndashAsiacute es la cosa cuando quereacutes acordar te despiden y anda a reclamarle a Macucho Y al capataz igual que a cualquiera No se acuerda porque todo fue muy raacutepido Los gremios del puerto y el transporte de Montevideo empezaron una huelga por derechos sindicales para

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todos y el gobierno decretoacute Medidas Prontas de Seguridad Las Medidas Prontas de Seguridad decretadas por el gobierno permitiacutean al Poder Ejecutivo enviar al Ejeacutercito a sustituir en sus puestos de trabajo a los funcionarios puacuteblicos en huelga Esa fue brava En la faacutebrica nos deciacutean que nosotros en FUNSA no teniacuteamos nada que ver que arreglariacuteamos directo con el patroacuten iquestY eso queacute importa Si todos los gremios llaman a la huelga porque el Ejeacutercito entroacute a trabajar en el Puerto nosotros tambieacuten Me animeacute y lo dije en la asamblea ndashYo no subo a un oacutemnibus si lo maneja un milicondash dijo Luisandash Dice mi padre que el Ejeacutercito entra mantildeana a los tranviacuteas que no suba En el vestuario las demaacutes callaban ndashDicen que hay que apedrearlos ndashagregoacute Luisandash y yo tengo flor de punteriacutea Todas rieron coacutemplices A la mantildeana siguiente en la calle camiones de milicos por todas partes Vigilaban la ciudad cerraban los locales sindicales y en la puerta dejaban un milico vigilando que no entrara nadie Los sindicalistas pasaban a la clandestinidad se refugiaban en casas de familiares o de otros compantildeeros pero seguiacutean reunieacutendose ANCAP ocupado tambieacuten por el Ejeacutercito La Negra era la mayor de los hermanos la jefa de hogar con veintitreacutes antildeos No se acostaba hasta que llegaran todos por la noche En casa de la Negra se sabiacutea lo que pasaba en tres sindicatos los tres hermanos trabajaban en distintas lugares FUNSA textiles y ANCAP De a poco se iban integrando aunque no supieran mucho de sindicatos A veces comiacutea sola nerviosa esperando que llegaran ndashNo me pasaba la comida Cada vez teniacutea menos para poner a la olla todos los integrantes de la casa en huelga

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ndashMiedo pero maacutes rabiahellip Cuando llegaba Luisa las dos saliacuteamos a la calle a ver queacute pasaba Si cuadraba apedreaacutebamos alguacuten oacutemnibus manejado por carneros En los diarios FUNSA convocaba a los trabajadores diciendo que el que no se presentara al otro diacutea se podiacutea considerar despedido Les enviaban telegramas colacionados ndashAngustia miedo rabia pero carnerear iexclnunca ndashDe a poco las cosas fueron cambiando y ahora nosotras tambieacuten empezamos a cuidar en las esquinas que no entraran a carnerear a la faacutebrica Se puso muy difiacutecil el Ejeacutercito puso camiones en las dos esquinas de FUNSA Entraron los capataces y algunas empleadas Les gritaacutebamosldquocarnerosrdquo y ldquobee beerdquo Algunas veces nos corrieron los milicos y nos tuvimos que esconder en casas que como al descuido dejaban la puerta sin pasador Los vecinos nos apoyaban Teniacuteamos algunos compantildeeros de base presos ndashLe dije a Luisa que estaba con mucha bronca y que ahora teniacutea yo tambieacuten buena punteriacutea con las piedras y nos empezamos a reiacuter como si fuera una travesura Luisa despueacutes que tuvo la ceacutedula de identidad dijo que se sentiacutea persona Se interesaba por los derechos que tienen los trabajadores A la Negra no le gustaba la injusticia Hicieron un piquete solitas ellas dos Sin saber mucho de poliacutetica se empezaron a decir socialistas como el compantildeeroIrmo Bidegaray ndashNo sabiacuteamos doacutende se reuniacutea el Sindicato Preguntando preguntando llegamos a donde se cocinaba era la olla sindical Alliacute conocimos hombres y mujeres de otros sindicatos Nos reuniacuteamos lejos a veces en el Cerro con los de la Federacioacuten de la Carne y escuchaacutebamos Lo que sucediacutea en todo Montevideo era maacutes de lo que imaginaban Ya eran los uacuteltimos diacuteas de la huelga general se negociaban soluciones hasta con el Ministro de Trabajo ndashFueron luchas por salario y mucho maacutes Movimientos callejeros se

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ocupaban las faacutebricas caravanas por la ciudad en camiones mujeres y hombres en camiones recorriendo los barrios hasta el Palacio Legislativo y alliacute llegaban otros gremios Las mujeres tambieacuten subiacuteamos a los camionesnos encontraacutebamos con ustedes las textiles saludaacutebamos con las banderas del Sindicato acampaacutebamos frente al Palaciohellip Y la persecucioacuten tambieacuten compantildeeros presos por varios diacuteas en cada salidahellip ndashUn diacutea ocupamos FUNSA Comunicamos ldquoHuelga de brazos caiacutedosrdquo Don Pedro Saacuteenz que era un deacutespota no queriacutea venir a hablar con los trabajadores Nosotros pusimos la faacutebrica en marcha nuevamente Le dijimos que ahora la faacutebrica era nuestra iexclAy juna Cuando los de la oficina lo llamaron para darles nuestra respuesta y vio que saliacutea humo por las chimeneas llegaron tres autos con los del directorio siacute vinieron a interesarse por lo que pasaba Las cosas las conseguiacuteamos soacutelo asiacute por la fuerza de los trabajadores Cuando terminoacute la huelga y entraron a trabajar en su turno Luisa y la Negra se dieron cuenta de que ellas eran distintas estaban maacutes atentas a los comentarios a lo que pasaba dentro de la faacutebrica ndashNosotras dos eacuteramos las uacutenicas de las nuevas que nos entreveraacutebamos con los del gremio Asiacute supieron que en la faacutebrica se buscaba formar un sindicato autoacutenomo y fueron las dos primeras mujeres que trabajaron en esa primera comisioacuten buscando adherentes Era casi secreta porque alliacute antes solo habiacutea ldquosindicato amarillordquo La Negra y Luisa eran aparadoras buenas trabajadoras cumplidoras eran respetadas ndashNo queriacuteamos ni sindicato rojo ni amarillo queriacuteamos que fuera de los trabajadoresde FUNSA ndashFue asiacute que nos hicimos del Sindicato ndashiquestEn aquella eacutepoca las mujeres tampoco sobresaliacutean en el sindicato ndashNo teniacuteamos intereacutes en sobresalir Eran tiempos distintos algunas de nosotras no sabiacutea leer ni escribir Muchas mujeres de FUNSA eacuteramos del

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interior del paiacutes algunas teniacutean miedo de perder el trabajo pero apoyaban al Sindicato aunque no queriacutean aparecer puacuteblicamente Habiacutea compantildeeras de Artigas Rivera Melo de muy lejos Veniacutean a Montevideo solas con una recomendacioacuten de un club colorado o blanco y sin conocer a nadie En Montevideo se metiacutean a vivir en una fonda y si no llegaban a entregar la carta en la faacutebrica porque les daba miedo se empleaban con cama en una casa de familia y alliacute se hundiacutean trabajando Habiacutea mucho trabajo en esa eacutepoca y tambieacuten mucha lucha sindical en la calle Durante la huelga las mujeres trabajamos mucho vendiacuteamos bonos conseguiacuteamos mucho apoyo en otros gremios pediacuteamos en la feria y en el mercado fruta y verdura llevaacutebamos las finanzas y ayudaacutebamos en la olla sindical No era nada nuevo igual que ustedes Tambieacuten hablaacutebamos en las asambleas pero eacuteramos las menos Esa la huelga grande del 52 es la que maacutes recuerdo La Negra Espronzato me alcanza el mate ndashEran otros tiempos Queda pensativa Se riacutee ndashUna vez entroacute la policiacutea al local del Sindicato Pusieron todo patas arriba pero el dinero del Sindicato lo salvamos porque a una compantildeera que andaba con su tejido de arriba para abajo se le ocurrioacute ovillar lana alrededor del rollo de billetes Y asiacute pasoacute el dinero como una madeja maacutes en el bolso junto a las agujas y al buzo que tejiacutea Los antildeos 50hellip Ahora es diferente Yo hablaba poco en las asambleas era maacutes de hacer no de hablar ni de escribir ndashHablaba cuando me poniacutea furiosa cuando me calentaba No aguanto las injusticias Era cuando hablaba porque no podiacutea con mi genio Nos despedimos con un fuerte abrazo Teniacuteamos muchas cosas en comuacuten el mismo patroacuten la misma rabiahellip

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Las mujeres del Arrozal

Ellas se quedan en el rancho pero luchando Lo deciden asiacute colectivamente Las mujeres las familias de los obreros arroceros tendraacuten participacioacuten en la huelga que se avecina Las mujeres crean un espacio de lucha el rancho su rancho se vuelve trinchera territorio a defender Por ellas y sus hijos los militantes de esos locales sindicales Los hombres los obreros de los arrozales preparan otra tarea Iraacuten a Montevideo a reclamar salarios dignos y el jornal de ocho horas Alliacute en los antildeos cincuenta se trabaja de sol a sol y no se ve plata les pagaban con bonos que soacutelo se pueden gastar en el almaceacuten del patroacuten El rancheriacuteo en el predio del patroacuten era parte de lo convenido era salario El rancho no es un beneficio al patroacuten le asegura la presencia del obrero en el lugar de trabajo Las mujeres quedaraacuten cuidando la retaguardia Son la otra mitad la que defiende y ocupa el puesto de trabajo de los maridos Las mujeres algo inusual en las zonas agriacutecolas se reuacutenen a discutir las acciones aunque todas ldquoacataban la mayoriacuteardquo seguacuten deciacutean Creo que fueron las primeras reuniones dentro del arrozal con mujeres tratando temas sindicales iquestCoacutemo llegueacute a conectarme con ellas iquestPor queacute iquestQueacute sentiacute entonces yo una joven que desconociacutea el campo y sus modos de vida No fui sola me invitaron a recorrer los caminos de los arrozales a acortar las distancias entre

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los trabajadores del campo y los de la ciudad ndashTenemos que llegar antes que se haga la noche ndashiquestQueacute deciacutes no te oigo nada Cuando habiacuteamos alcanzado la cima del repecho apagoacute el motor y dejoacute que la moto se deslizara a su voluntad por el bajo un largo bajo que acababa en el fondo de una cantildeada donde un poco de agua estancada haciacutea un charco en medio del camino de tierra ndashPor la noche es maacutes seguro llegar y que no nos vean los patrones o los capataces Como las familias viven dentro del arrozal tenemos que llegar como familiares o algo asiacute Esto me lo deciacutea el compantildeero Orosmiacuten Leguizamoacuten en el momento en que apagaba la moto en que viajaacutebamos Encendioacute un cigarrillo Atardeciacutea lentamente Al costado habiacutea un monte de eucaliptos se escuchaba el mugir de algunas vacas que se acercaban caminando pesadamente a buscar el abrigo de los aacuterboles cercanos Al poco rato luego de caminar para estirar las piernas Leguizamoacuten tiroacute el pucho con un tinguintildeazo y volvioacute a poner la moto en marcha Era aquel camino de bajos y repechos de cantildeadas Teniacuteamos que bajar a veces de la moto bordear un alambrado y empujarla Asiacute viajaacutebamos hasta que a eacutel se le ocurrioacute hablar como si le dieran cuerda Teniacuteamos la mitad del camino hecho y eso lo tranquilizaba no sabiacuteamos si nos alcanzariacutea la nafta iexclQueacute noticia ndashPero se estaacute portando bien la pobre moto de Toledo Atada con alambres la usamos todos los de los sindicatos de Treinta y Tres ndashiquestYa estamos cerca de la Charqueada ndashpregunteacute ndashSiacute soacutelo podemos hacer dos asambleas este fin de semana iquestsabes Leguizamoacuten a los gritos cantaba tangos de Gardel que yo no podiacutea acompantildear porque no sabiacutea toda la letra Me sentiacutea contenta Montevideo habiacutea quedado lejos Y ahora teniacutea ante miacute el campo lleno de movimientos extrantildeos

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iquestPor queacute estaba yo alliacute La intencioacuten era cumplir con el pedido de las compantildeeras de los arrozales Queriacutean que fuera una mujer de alguacuten sindicato de Montevideo para que asistiera a sus reuniones Se preparaba una huelga muy especial y ellas como esposas estaban tan involucradas como ellos Toda la familia estaba en el conflicto dentro y fuera del predio del patroacuten Nos preocupaba que la familia viviera dentro del campo del patroacuten en el arrozal iexclDe eso iba a hablar con ellas Era la primera vez que haciacutea un trabajo sindical fuera de la faacutebrica no sabiacutea coacutemo me recibiriacutean y estaba nerviosa Yo sabiacutea hablar en las asambleas de mi sindicato pero alliacute era distinto teniacutea miedo a que me tomaran a mal como una fabriquera montevideana iexclQueacute seacute yo iquestCoacutemo me tomariacutean iquestCoacutemo les iba a hablar iquestCoacutemo les iba a explicar que seriacutea una huelgadifiacutecil Pero no fue necesario ellas ya lo sabiacutean fue como continuar un diaacutelogo ya iniciado por otros Leguizamoacuten dijo que estaacutebamos cerca a la vez que apagaba la moto en el bajo y la dejaba ir un poco aguantaacutendola con los frenos salvando alguna huella de carro al borde del camino En aquel montecito de aacuterboles cargados de pelotitas escondimos la moto muy cerca del alambrado y empezamos a caminar por el ldquofeudordquo Primero un repecho y luego una bajada Ya habiacuteamos dejado el camino que lleva a la estancia teniacuteamos temor de que alguien pasara y nos viera en la ldquopropiedad privadardquo y vinieran a ver quieacutenes eran estos extrantildeos nosotros Al fondo de una cantildeada junto al agua alguien nos hizo sentildeas con la mano Eran dos compantildeeras que nos esperaban La distancia que habiacuteamos recorrido a pie me hizo bien las piernas se me habiacutean dormido en el viaje ahora las sentiacutea mejor Al acercarnos me sentiacute maacutes tranquila Nos esperaban y empezamos la reunioacuten Me presento y digo que soy del sindicato textil que en mi gremio somos muchas mujeres

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Nos sentamos en el suelo atardeciacutea Seguimos hablando Fueron llegando maacutes mujeres seriacutean doce o quince rostros curtidos por el sol tan serias tan fuertesY alliacute sencillamente en rueda de mate empezamos a hablar de la huelga que seriacutea difiacutecil que ellas eran muy importantes porque viviacutean dentro de la propiedad del patroacuten iquesteso no las asustariacutea que se debiacutea discutir todos los posibles problemas que se les pudieran presentar a sus familias Ahiacute estariacutean ellas solas pero contaban con la solidaridad de otros gremios movieacutendose en Treinta y Tres y en Montevideo y les ayudariacutean De a poco todas fueron hablando y coincidiendo ndashiexclTotal parsquo vivir asiacute Y alliacute sin tener en cuenta la hora fuimos sintiendo que el pasto empezaba a estar huacutemedo Nos pasaacutebamos el mate uacutenico calorcito que nos acompantildeaba Ya empezaba a refrescar Alguacuten cigarrillo como bichito de luz denunciariacutea la rueda que vista de lejos pareceriacutea un grupo de lucieacuternagas jugando sobre el agua de la cantildeada ndashiquestEs la primera vez que se habla de sindicato aquiacute ndash pregunto ndashSiacute ndashiquestMiedo Siacute miedo siacute Pero para vivir como vivimos ya me diraacute Continuoacute Elvira diciendo ndashAlgunas las maacutes joacutevenes nacieron aquiacute crecieron y se juntaron aquiacute ahora tienen hijos sin haber salido nunca del arrozal algunas no conocen ni siquiera la ciudad de Treinta y Tres como mi hija Isabel iexcly tiene 8 antildeos Hablan tranquilas son las que miran a los ojos las que interrogan con la mirada Arrugas que quitan brillo a la cara falta de dientes en la mayoriacutea mintiendo la edad de esas mujeres que joacutevenes parecen viejas poacutemulos salientes y sonrisas que iluminan sus caras cuando hablanMe observan buscando muestras de aprobacioacuten ndashiexclTotal parsquo vivir como vivimos Digo yo iquestNo ndashPa que los maridos ganen maacutes los ayudamos No crea que tenemos paga salario o como se llame nada de eso En cambio doblamos el espinazo de

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sol a sol No tenemos horario a veces catorce o quince horas depende con el agua hasta las rodillas oliendo el podrido del barro y las pestes sintiendo las sanguijuelas chupaacutendonos la sangre de los tobillos y las canillas los mosquitos ganaacutendose hasta por debajo de la ropa picotazos que arden maacutes que las ortigas Hizo un silencio y siguioacute hablando ndashSiacute siacute pero en fin estamos acostumbradas y no nos damos cuenta Quise hablar pero Leguizamoacuten que estaba sentado a mi lado agarraacutendome el brazo y sin decir palabra me dio a entender que la dejara seguir hablando ndashDe sindicato no sabemos nada pero de miseria siacute Se puso maacutes seria tal vez pensando que el sindicato alliacute teniacutea algo que ver con la comida agregoacute ndashiexclSeguro que acompantildeamos Y si los maridos van a la huelga nosotras seremos las primeras esto no es vida Total parsquo vivir asiacute El patroacuten se acuerda de nosotras solamente cada cuatro antildeos cuando nos viene a buscar parsquo votar y en cuanto a la plata no la conocemos nos pagan con bonos que tenemos que canjear en el boliche por comida y ropa y el boliche tambieacuten es del patroacuten Por eso siempre estamos debieacutendole al patroacuten iexclclaro La plata pasa de largo no queda en el bolsillo En cada silencio de la portavoz las miradas de las otras mujeres se cruzaban asintiendo con un lento movimiento de cabeza formaban un solo sentimiento ndashTotal parsquo vivir asiacute Trateacute con palabras breves y claras de transmitirles nuestro afecto y solidaridad Expliqueacute que no sabiacuteamos coacutemo reaccionariacutea la patronal si buscariacutea la complicidad policial para desalojar a las familias Pero habiacutea que preverlo todo iquestEstariacutean dispuestas a perder si se fracasaba iquestA quedarsin rancho sin trabajo No seriacutea faacutecil para ellas cuando el patroacuten las mandara desalojar de ldquosus tierrasrdquo cuando no dejaran volver a sus maridos y los

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despidieran por sindicalistas Se pensoacute en todo se les dio tiempo a todos a ellas tambieacuten Porque las mujeres jugariacutean en el espacio vital en el lugar de trabajo Por eso se hicieron pequentildeas reuniones donde ellas hablaron y opinaron se integraron fueron parte El sindicato recieacuten creado era el protagonista Pero el sindicato hace a la hora de hacer fuerte un nombre que las protagonistas sean cada una de ellas que la fuerza dependa de cada mujer de cada familia de cada hombre todos juntos pero sobre todo de la firmeza individual que no se puede delegar a nadie cuando vengan a golpear tu puerta ndashSi nos quieren echar iexclno nos vamos ndashiexclEste es nuestro rancho ndashEs como parte del salario dice mi marido ndashiexclNi que vengan los milicos iexclNo nos vamos ndashNo nos van a sacar de arrastro supongo ndashiexclNos tiramos al suelo y chau ndashiexclNi aunque estemos solas en casa con los gurises ndashiexclNo iexclNos encerramos y chau Elvira agrega ndashApoyamos la huelga por ocho horas de trabajo y salarios justos en dinero y nada de bonos parsquo poder comprar la comida y la ropa donde se nos antoje O comprarles a los bagayeros que venden maacutes barato Si es por eso que tenemos que ir a la huelga ya estaacuteEspero que esteacuten todas de acuerdo Elvira habiacutea ido tres antildeos al liceo de Treinta y Tres cuando viviacutea con la tiacutea y se habiacutea casado con un compantildeero de clase Como muchos tuvo que dejar de estudiar y volver a La Charqueada y asiacute continuar la vida que habiacutean llevado sus padres Pero ella queriacutea vivir mejor porque sabiacutea que podiacutea Me imagineacute que las demaacutes asintiendo deciacutean a coro ndashiexclTotal parsquo vivir asiacute Todo me recordaba a las mujeres del Cerro estaban alliacute eacuteramos todas

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nosotras Alliacute en el medio del campo tambieacuten recordeacute a los compantildeeros textiles en los momentos difiacuteciles cuando pensaacutebamos juntos cuando dudaacutebamos Me trajo a la realidad Leguizamoacuten que me puso la mano en el hombro y me dijo ndashVamos que todaviacutea nos queda un largo camino Ya vendremos otro diacutea Mantildeana tenemos una reunioacuten en La Charqueada Nos despedimos con la promesa de volver lo maacutes pronto posible a pasar el diacutea para visitar sus casas recorrer el campo juntas comer un asado o un puchero tranquilas y hablar de cosas nuestras Me abrazaron y me regalaron esa forma de ser ese sentimiento de carintildeo y amistad sentiacutea una mezcla de alegriacutea y tristeza Ellas se mezclaban con el paisaje la tierra la fuerza Sus ropas despediacutean olor a cocina de lentildea ese olor a hogar que me hubiera gustado compartir El trayecto hasta la moto lo hicimos en silencio volvieacutendonos dos o tres veces para saludar con la mano Ellas nos miraban saludaacutendonos de pie Ya en la carretera Leguizamoacuten empezoacute a recitar en voz alta para sacarme de aquel silencio en que me encontraba uno de los poemas de Garciacutea Lorca mientras la moto ganaba terreno con poca luz Orosmiacuten Leguizamoacuten era un obrero metaluacutergico un gran compantildeero Nos conocimos en las Juventudes Socialistas donde militaacutebamos desde haciacutea tiempo Yo sabiacutea poco de eacutel Cuando el resto de los compantildeeros me propuso para la tarea de apoyatura del trabajo que habiacutea empezado elmaestro Manuel Toledo en Treinta y Tres con los trabajadores rurales no dudeacute No sabiacutea lo que teniacutea que hacer ni coacutemo me moveriacutea Confiaba en los compantildeeros y me fui con Leguizamoacuten que resultoacute ser un compantildeero fuera de serie respetuoso sencillo humilde y capaz de pasar dos o tresdiacuteas sin comer y seguir hablando serenamente sin decir que teniacutea hambre tomando mate con los compantildeeros de los arrozales Llegamos a la ciudad de Treinta y Tres a casa de Manuel Toledo que nos esperaba con el proyecto de trabajo para ese fin de semana Se iban sumando

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reclamos salariales En la Charqueada un pueblo en medio de los arrozales el seguimiento de esos reclamos Manuel lo llevaba acompantildeado por un abogado La casa de Toledo era como el local de un sindicato A pie o en bicicleta llegaban compantildeeros que se sumaban a la rueda de mate que terminaba en ruedas grandiacutesimas donde se hablaba y se escuchaba con mucha atencioacuten a los obreros que llegaban del arrozal Era una forma distinta de hacer sindicalismo estaba metido en la vida cotidiana Yo tiacutemidamente me ubicaba en un rincoacuten y escuchaba esas conversaciones donde no habiacutea promesas Como Manuel era maestro rural a algunos les ensentildeoacute a leer y a escribir a otros los caminos de la liberacioacuten Cada vez que iba yo sentiacutea que aprendiacutea nuevas cosas de todos ellos de los compantildeeros de Manuel Toledo y de Leguizamoacuten Manuel era un motorcito organizador Con palabras sencillas sabiacutea hacer pensar a quien le escuchaba y asiacute como armando un collar de cuentas uno a uno se fue vertebrando el sindicato agriacutecola SUDA Sindicato Uacutenico de Arroceros nunca mejor sigla que recuerda el sudor de cada diacutea de los trabajadores Aquel primer fin de semana seguimos hacia Lascano Sobre la media noche vimos en el camino la luz de una pequentildea fogata a lo lejos Al acercarnos encontramos a un hombre sentado en una piedra una lata de agua caliente tomando mate solo al costado de dos grandes maacutequinas segadoras Era el cuidador Nos saludamos y tomamos unos matesYo me tambaleaba de suentildeo me iba de costado el hombre me sugirioacute que me subiera a una de las cabinas de las maacutequinas que alliacute dormiacutean dos de sus pequentildeos hijos Acepteacute y eacutel me tiroacute un poncho por encima Leguizamoacuten siguioacute hablando con eacutel toda la noche Entre suentildeos oigo risas y trozos de alguacuten cuento El cansancio me inmoviliza y duermo hasta que unas gotas de lluvia me despiertan Ya estaba amaneciendo Salimos apenas aclaroacute Era domingo A la tarde hariacuteamos otra reunioacuten

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en otro lugar pero ya seacute coacutemo empezar a hablar Ellas me ensentildearon como hacerlo sencillamente El lunes volviacutea a la faacutebrica a mi maacutequina con una sensacioacuten de angustia de impotencia pensando en los diacuteas que se avecinaban para aquellas mujeres Trescientos quiloacutemetros nos separan Recuerdo esos fines de semana recuerdo aquellas formas que en la semioscuridad se moviacutean Las mujeres del arrozal levantaacutendose avanzando y diciendo a coro ndashiexclTotal parsquo vivir asiacute Desde el Arrozal 33 sale una carta dirigida a la opinioacuten puacuteblica ldquoLas mujeres de los arroceros nos organizamos en este momento tan duro Frente al hambre y miseria de nuestros hogares queremos hacer conocer nuestra movilizacioacuten junto a la lucha de nuestros esposos hijos y hermanos Nos dirigimos a la opinioacuten puacuteblica a las obreras y a las amas de casa especialmente reivindicando la plataforma del SUDA reclamando un lugar en la luchardquo Esta carta resuelta en asamblea invoca a textiles amas de casa metaluacutergicas friyeras empleadas estudiantes iexclHaz tuya esta lucha La firmaron Blanca Fariacuteas de Peacuterez secretaria y Hortensia Sosa de Echeverriapro secretaria en mayo de 1957 departamento de Treinta y Tres El 22 de mayo cuando la marcha permaneciacutea en Montevideo haciendo gestiones en el Ministerio de Trabajo en el Arrozal 33 el patroacuten pretendioacute sacar un camioacuten de arroz de la planta en conflicto Un muro de mujeres indignadas se lo impidioacute La policiacutea las reprimioacute a culatazos y el camioacuten arremetioacute contra ellas dispuesto a pasarles por encima Ese episodio permitioacute que ellas negociaran con la policiacutea que no sacariacutean maacutes granos del establecimiento mientras durara la huelga Los sindicatos de la ciudad de Treinta y Tres pidieron guardia policial en la puerta del Arrozal para que no se repitiera el episodio Fue una huelga muy dura la de 1957 La solidaridad llamoacute al paro general en Montevideo Todos respondieron al llamado y a su plataforma ocho horas de trabajo y salario miacutenimo para los trabajadores agriacutecolas Para los que lucharon en el arrozal esa huelga se ganoacute Y las familias participaron Y las

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mujeres fueron importantes Dos antildeos maacutes tarde Leguizamoacuten tuvo un accidente de traacutensito que truncoacute para siempre su actividad sindical Seguacuten nos contoacute Roberto Dotti que vio el accidente lo sacaron de entre los hierros donde su cabeza habiacutea quedado aprisionada Pasoacute cuarenta diacuteas en estado de coma profundo Cuando se recuperoacute nunca maacutes fue eacutel mismo falta de memoria incoherenciaen el hablar Nunca maacutes se acordoacute enteramente de quieacuten fue Volvioacute con veintiseacuteis antildeos a una infancia sin recuerdo ni pasado ni futuro con la ingenuidad de un nintildeo Cuando algunos meses maacutes tarde lo encontreacute en Casa del Pueblo me costoacute reconocer a aquel entusiasta luchador iexclQueacute tristeza cuando murioacute hace unos antildeos iexclNinguno de nosotros lo pudo ayudar a recobrar su frescura Veinte antildeos despueacutes de aquellas jornadas arroceras Manuel Toledo que seguiacutea militando diariamente por los compantildeeros del interior cayoacute preso de la dictadura y murioacute a consecuencia de las torturas en la negra noche de la caacutercel uruguaya Manuel Toledo era un hombre peligroso por su palabra su pedagogiacutea su sencillez por su firmeza en la lucha contra la injusticia No esperaba nada para siacute mismo Eso le permitioacute ser libre siempre auacuten cuando estuvo preso Asiacute murioacute

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Las chacras del Norte

Trabajar y vivir como las mujeres recolectoras de tomates en las quintasde Bella Unioacuten en Artigas es algo muy duro inhumano UTAA no se limitoacute a agrupar a los trabajadores cantildeeros Obreros de distintas ramas del trabajo agriacutecola se fueron agrupando alrededor del Sindicato Trajeron nuevos reclamos y denunciaron sus malas condiciones de trabajo Las obreras de las chacras tomateras se acercaron a UTAA Queriacutean ldquoestar en cajardquo para cobrar la asignacioacuten familiar por sus hijos y poder jubilarse alguacuten diacutea Queriacutean que las respetasen que no las trataran a gritos ndashNo somos perros iquestCoacutemo las conociacute iquestCuaacutendo Corriacutea el antildeo mil novecientos sesenta y tres a fines de noviembre y principios de diciembre Dos fines de semana llegueacute a Bella Unioacuten con Andreacutes Cultelli Atendiacuteamos saacutebado de tarde y domingo por la mantildeana Enseguida empezaba a llegar gente Andreacutes como asesor juriacutedico del sindicato recogiacutea los datos de los casos de reclamos legales que se presentaban en UTAA despidos diferencias de salarios acusaciones de abigeato etc Las entrevistas juriacutedicas eran charlas acompantildeadas con mate fuera de toda formalidad Comiacuteamos alliacute mismo lo que los compantildeeros nos traiacutean de sus casas

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Yo iba ayudar en lo que fuera uacutetil Escuchaba a la gente que traiacutea distintas preocupaciones En rueda de mujeres hablaacutebamos de salud Escuche a muchas hablar de abortos de embarazos no deseados del riesgo de vida que acarrean las praacutecticas abortivas ilegales que se practican en nuestro paiacutes y tambieacuten cruzando la frontera de la automedicacioacuten y la desinformacioacuten que todas padecemos Eran los mismos temas de los que hablaacutebamos las mujeres de las faacutebricas textiles Eran las mismas preocupaciones de nosotras las obreras montevideanas Les lleveacute la invitacioacuten para el Primer Encuentro de Mujeres Trabajadoras que se preparaba en Montevideo para fines de diciembre En esa convocatoria estaban trabajando Delia Maldonado y Jorgelina Martinez dos compantildeeras textiles Ellas me pidieron que hablara del Encuentro a las mujeres de UTAA Diacuteas despueacutes las mujeres de UTAA eligieron a Hilda Silva y a Isabel Goacutemez para representarlas Ellas explicaron las condiciones de vida y de trabajo en Bella Unioacuten Por primera vez escuchamos la consigna TIERRA PARA QUIEN LA TRABAJA traiacuteda por estas compantildeeras al Encuentro Nacional de Mujeres Trabajadoras Esos fines de semana aprendiacute mucho en el intercambio Andreacutes se iba por la noche a alguna reunioacuten en el pueblo en la que yo no participaba ndashEso es cosa de hombres ndashdeciacutean ellas ndashQueacutedate con nosotras Y me quedaba en el barrio compartiendo alguacuten pan casero recieacuten hecho Me invitaban a dormir a su casa Conociacute sus familias su forma de vivir sus ranchos y el olor a lentildea de sus hogares que me llevaba a mi casa para recordarlas durante la semana En el sindicato era diaria la rueda de mate A veces traiacutean buntildeuelos o tortas fritas Relataban distintos casos Contaron tantas cosas que se llegoacute a pedir una inspeccioacuten sanitaria que nunca se realizoacute

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Los patrones abusaban del uso de insecticidas venenos con los que sulfataban las plantas A las obreras les provocaba alergia en manos y ojos voacutemitos y erupciones en todo el cuerpo Terminaban en la consulta en el hospital y teniacutean que dejar de trabajar Durante los diacuteas de cosecha bajo el sol el calor era aplastante de treinta a treinta y ocho grados durante las ocho o diez horas de trabajo a destajo La zafra era esperada con alegriacutea y angustia a la vez Teniacutean que ser muy raacutepidas explicaban porque los tomates maduran todos a la vez y en tres o cuatro diacuteas se puede perder una cosecha Debiacutean apurarse porque solo tienen esos diacuteas para hacer su salario El tomate es delicado no lo podeacutes machucar ni arrancar de cualquier manera Lleva su tiempo y pagan muy mal Algunas mujeres teniacutean que llevar a la quinta a sus hijos chiquitos Los acostaban en los surcos cerca de ellas envueltos en unos trapos tapaacutendolos con ramitas verdes para que estuvieran fresquitos mientras dormiacutean Teniacutean que cuidarlos de los insectos que alliacute abundan por el clima Me deciacutean que alguna habiacutea parido a sus hijos en los surcos de tierra ndashCuando sos de parto raacutepido y levantas un cajoacuten podeacutes romper agua y atraacutes viene el guriacute sin avisar ndash contaba una con toda naturalidad Yo como montevideana estaba lejos de imaginar que en el Uruguay al que llamaban ldquola Suiza de Ameacutericardquo pasaran estas cosas Jacinta tendriacutea unos cuarenta y cinco antildeos supongo aunque algunas veces me equivoqueacute al calcular edades Siempre parecen mayores llenas de hijos desgastadas por el trabajo y la vida La vi por primera vez una tarde cuando la trajo otra zafrera al ranchito del Sindicato Nos dijeron que el caso de Jacinta era urgente Traiacutea un papelito de pase a cirugiacutea del hospital local para el Hospital de Cliacutenicas Teniacutea que viajar a Montevideo para operarse aquel enorme bocio que sentildealoacute con la mano aunque no era necesario se veiacutea que era del tamantildeo de un huevo de avestruz y le colgaba Jacinta teniacutea grandes ojos saltones y enrojecidos por la

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enfermedad avanzada Nos pediacutean que le solucionaacuteramos el viaje alojamiento y acompantildea-miento al Hospital de Cliacutenicas Yo trateacute de explicarles que eso teniacuteamos que tramitarlo con el sindicato de ONDA que era la uacutenica empresa de oacutemnibus que viajaba hasta Artigas Asiacute lo hice recogiacute sus datos personales y el pase meacutedico Despueacutes de una semana conseguiacute su pasaje de ida y vuelta a la Capital y se lo envieacute Una tarde me avisaron que Jacinta estaba en Casa del Pueblo esperaacutendome Cuando llegueacute me sorprendiacute no estaba sola En sus brazos sosteniacutea una nintildea que padeciacutea paraacutelisis cerebral e hidrocefalia seguacuten supe despueacutes Piernas y brazos largos finos y descarnados manos y pies grandes que colgaban como trapos y una cabeza grande frente ancha ojos mirando hacia atraacutes sin ver y una boca babeante Jacinta soacutelo me dijo a modo de saludo ndashNo teniacutea con quien dejarla Yo no sabiacutea que traeriacutea a esta hijita y tampoco sabiacutea queacute hacer Soacutelo teniacutea previsto el alojamiento para ella y la visita al meacutedico que la atenderiacutea en el Hospital de Cliacutenicas iquestQueacute hacer iexclQueacute ganas de llorar Cuando hablo de alojamiento no hablo de hotel era la casa de alguno de nosotros no teniacuteamos plata para otra cosa La presencia de la nintildea lo cambiaba todo Pensaba alojar a Jacinta en otra casa cerca del Hospital pero todo cambioacute porque la nintildea necesitaba cuidados especiales Eran las ocho de la noche y penseacute en mi madre No le habiacutea comentado en que andaba pero suponiacutea que mi madre no me dejariacutea en la estacada Llegueacute a casa a cenar sin avisar como tantas veces acompantildeada por Jacinta su hijita y un nudo en la garganta Mireacute la cara de mi madre durante la cena para ver su reaccioacuten En seguida supe que se podiacutean quedar las dos en casa Dontildea Rosa me hizo comprender que ella cuidariacutea de lanintildea Yo sabiacutea que mi madre teniacutea un gran corazoacuten solidario

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iexclQueacute tranquilidad A la mantildeana siguiente iriacutea a la faacutebrica sabiendo que la nintildea quedaba en buenas manos y que otra compantildeera llevariacutea a Jacinta al hospital Cuando operaron a Jacinta nos quedamos con la nintildea en casa Mi madre la trataba con carintildeo y le preparaba sopas nutritivas papillas y frutas Le daba mucho de comer porque la veiacutea muy flaquita La nintildea respondiacutea con risas nerviosas a veces apretaba la cuchara entre los dientes y eradifiacutecil sacaacutersela Respondiacutea tambieacuten al estiacutemulo de las palabras carintildeosas de dontildea Rosa A los tres o cuatro diacuteas empezoacute a hacer un poco de fiebre despueacutes temperaturas maacutes altas y convulsiones lo cual nos asustoacute mucho ndashEs un angelito de Dios ndashdeciacutea mi madrendash iquestExtrantildearaacute Llamamos a Isabel la pediatra esposa del compantildeero Joseacute Pedro Cardoso Al ver a la nintildea le dijo a mi madre que no le diera tanto de comer que la nintildea estaba desnutrida y padeciacutea raquitismo Teniacutea cinco antildeos y pesaba diecisiete quilos y teniacutea un sistema digestivo diferente al de un nintildeo de su edad Nos explicoacute que aunque tuviera siete antildeos era como un bebeacutesbquo y no aguantariacutea el cambio de alimentacioacuten ya que la madre soacutelo le daba leche o agua con azuacutecar en mamaderas y muy poco soacutelido Seguiacutea haciendo fiebre por las tardes y no movilizaba el intestino Otra vez llamamos a la meacutedica vio que se estaba poniendo grave La internaron en el Hospital de Nintildeos Teniacuteamos a la madre y a la hija en distintos hospitales A los pocos diacuteas murioacute la pequentildea de una paraacutelisisintestinal En mi casa se vivioacute una jornada de duelo No podiacuteamos conformar a mi madre Aunque Jacinta le habiacutea explicado en conversaciones anteriores que los meacutedicos le habiacutean dicho que la nintildea no pasariacutea de los cinco antildeos mi madre no podiacutea aceptar que la comida le hubiera hecho mal ndashiexclSi yo la preparaba con tanto carintildeo ndashdeciacutea La velamos en casa de Andreacutes Fue muy triste todo habiacutea muy poquitas personas Jacinta no hablaba no conociacutea a nadie soacutelo miraba y agradeciacutea

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Se quedoacute unas semanas en casa de Andreacutes recuperaacutendose Jacinta volvioacute al pueblo operada y sin su hija A veces pienso en Jacinta La imagino trabajando cada diacutea con aquella nintildea que ldquono teniacutea con quien dejarrdquo envuelta en trapitos a su costado en los surcos La salud es uno de los derechos irrenunciables de las mujeres trabajadoras todo lo que ponga en peligro este derecho se debe denunciar Es un tema de todos estaacute en nuestra vida cotidiana y debe estar en los espacios sindicales Vivir dignamente para una trabajadora no es solamente tener un salario decente es tambieacuten tener acceso al cuidado de su salud Era una necesidad de antes y de ahora No es por casualidad que desde su fundacioacuten UTAA luchara por tener una policliacutenica en Bella Unioacuten al lado del Sindicato integrada como parte de la organizacioacuten Ellos supieron verlo desde el principio

Mitin poliacutetico en la viacutespera del 1deg de mayo en la Plaza Libertad Detraacutes se ve a cantildeeros y cantildeeras de Bella Unioacuten Mariacutea Julia estaacute sentada al frente en la izquierda Rauacutel Sendic estaacute sentado delante a la derecha Tambieacuten estaacuten presentes Delia Maldonado y Jorgelina Martinez (Principios de la deacutecada de los 60) Fotografiacutea Archivo personal

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La marcha

Aquiacute estoy con una taza de teacute que me prepareacute a media tarde Estoy sola escuchando muacutesica Seco cuidadosamente la cucharita con la servilleta de papel y como jugando la hundo en el azucarero Me entretengo mirando el movimiento que hace el azuacutecar tan blanco tan fino tan dulce Pienso iquestSabraacuten las mujeres montevideanas el sabor amargo que tiene para algunasfamilias este azuacutecar El silencio de la casa me permite reencontrar recuerdos de mujeres que conociacute hace ya tiempo Cuando las mujeres hablamos de nosotras a veces decimos ldquoNosotras las amas de casardquo Nos referimos a un tipo de mujer a un tiempo de mujer y nos incluimos Pero yo seacute de otras mujeres otras amas de casa otras madres con otra suerte de vida No es lo mismo vivir en la ciudad que enel campo No es lo mismo tener tu salario que depender del salario de tu marido del clima de la zafra o estar sin trabajo por largo tiempo No es lo mismo tener tu casa que vivir en la tierra del patroacuten Revolviendo el azuacutecar en la taza cierro los ojos y me parece que veo a algunas de aquellas mujeres Las siento muy cerca escucho otra vez sus relatos Esto no es un cuento no puedo decir ldquoHabiacutea una vezrdquo No porque estas mujeres existen estaacuten entre nosotras dispersas en distintos lugares del paiacutes A algunas de ellas las conociacute en Bella Unioacuten Artigas en 1963 a otras cuando llegaron en la Segunda Marcha a Montevideo con su familiaen 1964 Veniacutean de Bella Unioacuten frontera con Brasil el lugar maacutes al norte de

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nuestro paiacutes lugar de tierras coloradas de aacutegatas de amatistas las tierras ricas de los ingenios azucareros Como otras mujeres de los sindicatos montevideanos formeacute parte del movimiento solidario Conseguimos comida abrigo carpas y un terreno baldiacuteo para que se alojaran Fue lo que pidieron queriacutean estar todos juntos Montevideo era muy grande y desconocido para ellos Los cantildeeros hicieron la marcha a pie buscando una solucioacuten a sus problemas Llegaron con las manos vaciacuteas igual que allaacute No eran noacutemadas ni desclasados Eran obreros agriacutecolas de nuestro campo Los poliacuteticos y la prensa de derecha quisieron hacer circo de la llegada de la marcha La marcha de los cantildeeros asombroacute a los obreros de la ciudad ldquolos peludosrdquo no llegaron solos trajeron sus familias a correr su misma suerte como allaacute Su familia sus hijos eran todas sus pertenencias Las mujeres nos hablaron de otra geografiacutea de una frondosa vegetacioacuten de un verdor vecino y ajeno de un rio que atardeciacutea con puestas de sol anaranjado que pintaba con ese color la tierra y la gente Otro clima donde el verano es el calor y sus consecuencias y el invierno sin trabajoes frio y hambre ndashSe nos veniacutea la hambruna Por eso nos vinimos a pedir a los poliacuteticos la expropiacioacuten de tierras para que se reparta entre las familias desocupadas para poder trabajar todo el antildeo y no depender solo de la zafra de la cantildea de azuacutecar Arrastraron su miseria de norte a sur Atravesaron el paiacutes Eran unas cuarenta familias Traiacutean una consigna ldquoPor la tierra y con Sendicrdquo su compantildeero ldquoEl que camina adelanterdquo deciacutean refirieacutendose a los carteles con la foto de Sendic que encabezaban la marcha ndashRauacutel Sendic fue el primero que nos explicoacute queacute es un salario queacute es una cooperativa que hay leyes y que podemos pedir una expropiacioacuten de tierras Eacutel simplemente les hizo entender que habiacutea donde trabajar todo el antildeo

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que las maacutequinas se podiacutean alquilar al principio y que la cosecha se repartiriacutea entre todos igual que el dinero recaudado ndashCerca del pueblo de Bella Unioacuten hay treinta mil hectaacutereas que tienen buenas aguas y nadie las trabaja Estaacuten llenas de yuyales de chilcas ndashEso es un egoiacutesmo no darla para que nosotros la trabajemos ndashTienen duentildeo Es de una sucesioacuten de la viuda de Silva y Rosas ndashNosotros solo las queremos para trabajar para comer Los cantildeeros queriacutean pedir que el gobierno expropiara esas tierras y las administrara y que el Ministerio de Agricultura se las entregara a ellos para trabajar Asiacute planteado era muy faacutecil de entender ndashiquestVerdad No se pierde nada Hay que pedirlo en Montevideo en el Parlamento alliacute donde se hacen las leyes Siacute es posible Allaacute vamos No teniacutean dinero para el pasaje Hacer la marcha a pie no era un problema de a poco llegariacutean deciacutean ndashEstamos acostumbrados a caminar ndashY aquiacute vamos ndashNo nos podemos quedar de brazos cruzados iquestesperando queacute Nuestros hijos tienen hambre ahora ndashexplicaban a los grupos que se acercaban en el camino ndashNo podemos esperar Las mujeres de la marcha contaron que se largaron a caminar como si fuera una mantildeana cualquiera Habiacutean preparado los bolsos el mate el termo la yerba La bombilla y las galletas criollas fueron lo primero que se acordaron de poner en el paquete de viaje Distribuyeron el peso los ataditos de acuerdo al tamantildeo de cada hijo Les resultoacute faacutecil porque no teniacutean mucho Los pantildeales las mamaderas y la ropita abultaban muy poco Una manta cruzada a la espalda de cada uno Abrigo llevaron todo el que teniacutean o el que les prestaron los que fueron a despedirlos al ranchodel Sindicato El grupo lo conformaban hombres y mujeres de todas las edades Los

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mayores teniacutean cincuenta o sesenta antildeos habiacutea adolescentes nintildeos y bebes Nombraron encargada del botiquiacuten a una enfermera del pueblo Aacutengela Aacutelvarez que junto a un joven que estaba haciendo el uacuteltimo antildeo de magisterio decidioacute acompantildearlos Salieron por la carretera con la fresca de la madrugada antes que asomara el sol Al poco rato les saludoacute un rojo amanecer con cantos de paacutejaros Esas eran las uacuteltimas imaacutegenes que recordaban de allaacute del norte Esas mujeres iban a vivir como cada diacutea sin casa mal vestidas casi descalzas Colectivizaron los comestibles que al paso del camino manos solidarias les haciacutean llegar Amigos que los acompantildeaban unos kiloacutemetros y se despediacutean con abrazos Pintaban los muros ldquoExpropiacioacuten de las treinta mil hectaacutereas de Silva y Rosasrdquo ldquoReparto de la tierra a los trabajadores desocupados del Norterdquo Los muros escritos iban quedando atraacutes como testigos de su paso En esa marcha las mujeres fueron las primeras en colectivizar el cuidado de los hijos las mamaderas los llantos Tambieacuten compartieron ilusiones y anhelos Cada una esperaba lograr diferentes cosas de ese sacrificio ndashCuando saliacutea la marcha aquella madrugada junteacute los restos de comida que me quedaban Fideos de distinta clase un poco de arroz un poquito de azuacutecar y lo entregueacute al paquete comuacuten Penseacute que lo que deseaba para todos nosotros era iexclla abundancia ndashCuando escucheacute que habiacutea que llevar calzado y ropa coacutemoda penseacute que no teniacutea mucho para elegir Yo deseo eso no estar toda la vida pelada y ganar para comprar ropa para todos Ana Mariacutea de quince antildeos dijo riendo que con conocer Montevideo ella ya tendriacutea bastante ndashDesde que vivo con Don Lema en el Ingenio ni muebles tengo Una cama una mesa de tabloacuten y bancos de tronco que arrastramos del monte Pero ella habiacutea visto la casa donde iba a entregar la ropa limpia habiacutea visto que se podiacutea vivir de otra manera

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ndashiexclQueacute cocina teniacutean iexclUn lujo iexclQueacute muebles Todos pintaditos No seacute coacutemo tendriacutea dentro de la casa yo entraba solo a la cocina iexclY queacute cortinas iexclPreciosas Ella seriacutea muy feliz teniendo cada cosa en su lugar ndashiexclPodeacutes ponerle cortinas a la aripuca ndashiquestQueacute es una aripuca ndashpregunteacute Ahora siacute se reiacutean todas con ganas Se daban cuenta que las montevideanas sabiacuteamos poco de coacutemo se vive allaacute Una aripuca es un montoacuten de ramas de cantildea puestas en forma de cono Los cantildeeros y algunas familias duermen alliacute durante las largas semanas de trabajo Tambieacuten los llaman benditos porque parecen manos en posicioacuten de oracioacuten Charlando la rueda se va agrandando Unas sentadas o en cuclillas otras paradas Dos de ellas cebando mates Hablan de su vida y su deseo de vivir mejor La esperanza asoma a los ojos oscuros y vivaces en las caras de sonrisa faacutecil Por esas ilusiones caminaban hacia la Capital Creiacutean en un proyecto de ley que les permitiera trabajar tener un hogar fijo una casa y comida para todo el mes todo el antildeo En el camino coreaban consignas entonaban una cancioacuten o haciacutean silencio por largo rato Pensativos caminaban miraacutendose los pies cansados sucios de tierra lastimados vendados A veces camioneros que marchaban en la misma direccioacuten les llevaban las cajas maacutes pesadas por un trecho y si habiacutea lugar se trepaba alguna de las mujeres con los nintildeos y esperaban al grupo unos cuantos quiloacutemetros maacutes adelante Lo contaban a las risas como nintildeas traviesas Cuando estaban muy cansados y el sol caiacutea de plano al medio diacutea acampaban al costado del camino si era posible en un lugar con sombra y un arroyo de agua fresca Un grupo de hombres se poniacutea a cocinar Las mujeres aprovechaban para bajar al arroyo a lavarse ldquopor aquiacute y por allaacuterdquo lavar la ropa interior de ellas y de los hijos los pantildeales las camisetas

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de los maridos Las tendiacutean en las ramas de los aacuterboles Los aacuterboles quedaban florecidos de calzones de todo tamantildeo y color Se quedaban un rato con ldquolas patasrdquo en el agua que corriacutea Pies con ampollas sangrantes se refrescaban alliacute Se probaban las ropas de otras mujeres que se acercaron a darles ropa usada Alliacute quedan recogiendo el lavado cambiaacutendose de ropa y comentando las cosas que veiacutean y oiacutean de la gente que se acercaba y les preguntaba por el motivo de la marcha Lavaban a los nintildeos y los mandaban a sentarse con los demaacutes a esperar la comida que haciacutean en grandes tachos Despueacutes de comer se estiraban en el suelo a dormir la siesta a la sombra con la gurisada cara al cielo mirando las hojas de los arboles Se oiacutea alguacuten llanto de guriacute que extrantildeaba a la abuela Los maacutes grandecitos preguntaban cuaacutentos diacuteas iban a estar en la capital si iban a vivir en una casa En los descansos los nintildeos se agrupaban alrededor del maestro que organizaba juegos En una caja de cartoacuten guardaban los laacutepices de colores cuadernos libros de cuentos crayolas y plastilinas Dos de los nintildeos mayores se ocupaban repartirlos y recogerlos al final del juego En otra caja de cartoacuten guardaban los regalos que les daba la gente y que tambieacuten se vuelven colectivos autitos con tres ruedas muntildeecas rengas libros de cuentos con alguna paacutegina de menos maravillas que esos nintildeos nunca habiacutean visto caramelos con papeles lindos que el maestro les pediacutea que no tiraran porque los aprovechaba para hacer manualidades los diacuteas de acampada El ciacuterculo de los nintildeos era el maacutes barullento era imposible hacerles hablar en voz baja Mientras descansaban antes de empezar la caminata nuevamente algunas carcajadas recorriacutean el tendal de trapos y gente desparramada Los sindicalistas de los pueblos a los que iban llegando saliacutean a las afueras a recibirlos y les buscaban un campo baldiacuteo para acampar Alliacute empezaba todo otra vez hacer fuego conseguir agua viacuteveres realizar las entrevistas con las radios locales y los sindicatos A veces se conseguiacutean locales para que durmieran por la noche los nintildeos y las mujeres

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Durante el diacutea estaban todos juntos La solidaridad llegaba en ropa comida abrazos apretones de manos adioses y bienvenidas En cada lugar se repetiacutean las mismas escenas Cuando dejaron atraacutes el cantildeaveral de Artigas fue cambiando el paisaje Al entrar a Salto el camino fue llenaacutendose de naranjales y limoneros Cambiaron los colores los olores las frutas los sonidos habiacutea maacutes traacutensito de autos y camiones en la carretera Los nintildeos jugaban a elegir autos y colores ldquoEste es miacuteohellip El que viene allaacute es miacuteordquo Les alcanzaban cajas con naranjas para el camino Despueacutes que cruzaron el riacuteo Queguay aparecioacute Paysanduacute tan movido tan industrial y comercial En el puente los salieron a alcanzar los obreros de Paylana Paycuero y personal del hospital Llevaban cajas con comestibles que habiacutean juntado para los diacuteas que los cantildeeros acamparan en Paysanduacute ndashLa olla sindical ndashles dijeronndash estaacute asegurada En Paysanduacute el abordaje de los periodistas fue maacutes concreto Algunos que veniacutean en busca de la noticia terminaban asumiendo un compromiso personal con la causa La enfermera se acercoacute a los periodistas y pidioacute medicamentos y que alguacuten meacutedico se acercara al campamento Lo pidioacute en voz alta en grupo como en un mitin Aacutengela ya no era tan tiacutemida La gente de Paysanduacute fue muy generosa El hospital brindoacute toda clase de asistencia vacunaciones atendioacute alguno que otro dolor de muela Aparecieron problemas de salud no previstos A solas la enfermera me comentoacute que la prostitucioacuten en los pueblitos fronterizos muchas veces es un trabajo casi normal que completa el salario familiar A veces la siacutefilis es la herencia Es difiacutecil detectarla cuando no hay asistencia meacutedica Despueacutes de pasar unos diacuteas en Paysanduacute continuaron el quehacer diario de avanzar cada diacutea cuanto maacutes mejor Los meacutedicos les habiacutean aconsejado que controlaran la alimentacioacuten que comieran fruta y verdura controlaran

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la tensioacuten arterial que buscaran supervisioacuten meacutedica en los pueblos en que acamparan y que bebieran agua mucha agua Me gustaba mucho escuchar ese hablar fronterizo mezcla de palabras portuguesas y castellanas Tonos dulces y melodiosos en las bocas desdentadas Explicaban sencillo a los periodistas que allaacute en el norte crece el hambre y crece la rabia la impotencia de los trabajadores que hay tierra y no hay trabajo Contaban que la muerte visita a los nintildeos en verano diarreas paraacutesitos mal de ojo ndashiquestCurarlo de mal de ojo Lo que tiene es hambre ndashhabiacutea dicho la curanderandash No me lo traiga dontildea es comida lo que le hace falta al guriacute Tranquilas sin saberlo hablaban de reforma agraria porque eso de repartir las tierras para trabajar era lo que queriacutea Artigas iquestno Ignorantes de poliacutetica hablaban de poliacutetica y se volviacutean subversivas iexclY ellas sin saberlo Treinta mil hectaacutereas verdes proliacuteficas hojas de savia y sangre humana tintildeendo el suelo de tierras coloradas Todo al alcance de la mano pero tiene duentildeo Tierras viacutergenes puestas por Dios alliacute pero tienen duentildeo No las pueden trabajar La tierra les besa los pies pidiendo ser fecundada pero no los dejan Y los nintildeos mueren de hambre De a poco fueron acortando distancia Fray Bentos Mercedes San Joseacute Diacuteas que pasaban lentamente cansadas las piernas y el corazoacuten agitado Daban charlas al costado del camino a los grupos que se acercaban a estudiantes a obreros a maestros a enfermeros a grupos de las parroquias Haciacutean conocer otro Uruguay Los escuchaban en silencio porque esta gente hablaba distinto teniacutea propuestas concretas y formas diferentes de hacer sindicalismo En cada lugar recibiacutean una borrachera de bienvenidas de adioses sonrisas y lloros de gente que no conociacutean y que se emocionaba al verlos pasar Estaban orgullosos ilusionados convencidos de que lo que haciacutean era bueno

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era justo No mendigaban nada solo explicaban que queriacutean trabajar para vivir dignamente como se mereciacutean Era tan faacutecil de entender Los gremios de Montevideo anunciaron su llegada Mucha gente salioacute a esperarlos a Plaza Coloacuten En Belvedere se hizo un acto donde hablaron dirigentes sindicales de Montevideo y cantildeeros de Artigas En ese otontildeo gris huacutemedo y lluvioso se instalaron en un terreno baldiacuteo en la calle Cuntildeapiruacute cerca del Mercado del Abasto y de la faacutebrica textil Alpargatas Levantaron unas cuantas carpas de lona El terreno estaba rodeado por un muro como de dos metros de alto Entraban y saliacutean atareados todos los diacuteas Saliacutean en pequentildeos grupos a pedir verdura al mercado para la olla comuacuten Los puesteros colaboraban siempre Recogiacutean cajones de madera que serviacutean de asientos de mesas y para alimentar el fuego Los hombres acarreaban tachos de agua de casas vecinas Los llevaban entre dos colgados de un palo de escoba que agarraba uno por cada punta y los volcaban en unos tanques maacutes grandes para todo uso En el aacutengulo del terreno maacutes alejado hicieron el pozo para hacer un bantildeo con paredes de tabla y lo techaron con chapas ndashTodo es provisorio porque apenas terminen las entrevistas en el Parlamento nos vamos ndashdeciacutean ilusionados Los estudiantes de de magisterio de asistencia social de medicina vendiacutean bonos solidarios para sostener la propaganda Se ofreciacutean modestamente a trabajar en lo que fueran uacutetiles acompantildeaban al meacutedico a quien lo necesitara a hacer documentos de identidad a quien no lo teniacutea a sacar el carnet de Salud Puacuteblica gratuito para poder atenderse Por las tardes los visitaban algunas obreras textiles de FUNSA vecinos personas aisladas que se acercaban solidarias al campamento Se mueven mucho hay un gran ir y venir dentro del campamento

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Algunos llevan abrigos grandes sobre los hombros para protegerse de la llovizna que cae desde hace diacuteas El trajinar de tantas personas amasa un gran barrial en el centro de la tolderiacutea Estaacuten muy ocupados Salen y entran todo el diacutea por ese agujero en la pared Se turnan de a dos para hacer guardia en la puerta tomando mate Preguntan quieacuten es el que llega si es una delegacioacuten apuntan en un cuaderno y uno de ellos los acompantildea hasta donde estaacute la comisioacuten directiva reunida alrededor del fuego El mate circula manteniendo las manos calientesSaludos y empieza la reunioacuten con los visitantes Algunos tienen familiares en Montevideo o amigos que los vienen a visitar Los sindicatos montevideanos debieron tomar cartas en el asunto Agarraron el tema como a una papa caliente Se discutiacutea meacutetodo estrategia formas de lucha no todos estaacuten de acuerdo con esa manera de presentarse en Montevideo asiacute como una visita no anunciada Algunos dirigentes se sintieron embretados y tuvieron que dar su opinioacuten El gobierno por otro lado no queriacutea sentar el precedente de una expropiacioacuten de tierras iexclY ellas que lo teniacutean tan claro iexclEra tan faacutecil de entender Pero ellas no sabiacutean de poliacutetica Estaacuten preocupados Algo va mal Muchas reuniones En general son los hombres los que hacen las gestiones en los sindicatos y en el Palacio Legislativo alliacute se nombroacute una Comisioacuten especial para tratar el tema Hay periodistas que buscan a las mujeres y a los nintildeos para fotografiarlos Quieren mostrar las miserias de pagos alejados de la capital Buscan esos ojos negro azabache y la mirada misteriosa de los nintildeos de pelo negro y pinchudo o los ojos almendrados y las caritas de risa faacutecil A los nintildeos les gustan las fotos se despiden pidieacutendoles una No les importa en queacute perioacutedico saldraacuten ni que diraacuten Las mujeres contestan alguacuten reportaje La prensa da informacioacuten a medias sobre lo que piden y no siempre publica las verdades que cuentan Los nintildeos son muy carintildeosos Cuando llegaacutes al campamento se acercan te rodean si te conocen te llaman por el nombre vienen corriendo se te cuelgan

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del cuello como si te estuvieran esperando Las nintildeas grandes quieren saber que hacemos donde trabajamos Nos miran de arriba abajo la ropa los zapatos nos abrazan Yo teniacutea que ser cuidadosa visitarlos a todos o al menos intercambiar saludos Ellas me veiacutean llegar y me esperaban para charlar Todas las tardes de alguna carpa sale ese olor caracteriacutestico de las tortas fritas Unas amasan la harina con agua y sal la moldean en las rodillas y las cocinan en cuclillas frente al fuego El fuego se arma entre cuatro piedras apoyada sobre las piedras va una rejilla hecha con alambres cruzados que sostiene una sarteacuten donde hierve la grasa de vaca El olor de las tortas fritas atrae a muchos amigos que aprontan el mate y se acercan Las cuerdas que atraviesan el baldiacuteo en todas direcciones sostienen un gran tendal de ropa mojada de todos colores y tamantildeos Tarda diacuteas y diacuteas en secarse cuando al final ya estaacute seco huele otra vez a humo y a comida Al atardecer empieza a caer el rociacuteo y termina de mojar el piso de tierra blando y pisoteado amasado por los pies durante todo el diacutea El rosario de fogones armados cerca de la puerta de cada carpa el olor a lentildea traiacuteda del mercado y las risas por alguacuten cuento mitigaban el friacuteo lo aliviaban hasta que llegaban el silencio y el suentildeo Tres o cuatro compantildeeros vigilaban durante la noche que todo estuviera bien en el campamento conversando bajo alrededor del fuego con una manta sobre los hombros y esperando la vuelta del mate Hay mucho trabajo Se forman comisiones de limpieza de almacenamiento y reparto de comestibles y ropa que llevan vecinos sindicatos y parroquias Los estudiantes ayudan en la venta de bonos y en las manifestaciones casi diarias alrededor del Palacio Legislativo Paran el traacutensito reparten volantes hechos por ellos mismos a mimeoacutegrafo Los cantildeeros seguiacutean adelante con su propoacutesito estaban seguros de conseguirlo Preparaban entrevistas con distintos ciacuterculos sociales sindicatos

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poliacuteticos parlamentarios y prensa Se tuvieron que despabilar pronto y solos El movimiento fue creciendo Mucha gente se incorporaba sensibilizada con el tema las parroquias juntaban comestibles y ropahellip Era maacutes que un sindicato pasoacute a ser un movimiento generador de opiniones y se volvioacute peligroso Pasadas seis semanas no hay muchas novedades Colacho llama a asamblea casi diariamente en el centro de la tolderiacutea ndashiexclAsamblea iexclAsamblea Todos quieren saber queacute pasa con las gestiones iquestEn queacute estaacute la solicitud de tierras iquestQueacute pasa en la Comisioacuten especial que trata el tema de la expropiacioacuten iquestQuienes son los que se oponen Pero el gobierno estaacute duro no negocia Se acabaron las conversaciones

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Las mujeres en la marcha

Las mujeres formaron tambieacuten una comisioacuten de trabajo Algunas delegaciones veniacutean concretamente a verlas a ellas Atendiacutean las entrevistas aunque al principio no todas participaban activamente Algunas no se acercaban tal vez por timidez Pero todas observaban a los que entraban y saliacutean Luego preguntaban queacute pasabaMontevideo les impactaba les asustaba intuiacutean que algo malo podiacutea pasar miraban desde su carpa llamaban a los gurises no queriacutean que les hicieran fotos ndashiexclNo iquestPara queacute Para que se riacutean de nosotros iexclNo Haciacutea ocho semanas que habiacutean llegado a la capital Largas semanas sin respuestas La Comisioacuten de Mujeres fue tomando cuerpo Se sentiacutean maacutes seguras estaban maacutes ocupadas Se sumaban a las entrevistas con los sindicatos o con los parlamentarios Se permitiacutean dudar y hablar en la asamblea Fueron ganando espacios Las cantildeeras convocan a su asamblea golpeando las manos De a poco van llegando todas a la rueda en el centro del campamento De pie de piernas abiertas para tener maacutes equilibrio con los hijos chicos atravesados en la cintura y los otros colgados como racimos de uvas se reuacutenen al paacutelido sol del mediodiacutea Son unas quince Estaacuten preocupadas Todas quieren hablar a la vez Montevideo las decepcionoacute Soacutelo las tranquilizan las manos tendidas de otros trabajadores que se acercan a diario al campamento Algunas dicen que si no hay respuesta

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del gobierno prefeririacutean volver a su tierra volver a como estaban antes no perder la proacutexima cosecha no quieren quedarse aquiacute a mendigar La Eva de Bandera escucha pensativa Estaacute doblando unas ropitas sentada en su cajoacuten Los nintildeos se acercan al grupo para escuchar mejor La Eva de Almada tambieacuten se acerca despacio Escucha con la mirada baja Todas hablan fuerte se entrecruzan los diaacutelogos ndashHay mucho barullo iquestPor queacute no hablamos de a una ndashAquiacute la cosa se estaacute poniendo difiacutecil No podemos esperar ndashiexclAhora hablo yo iexclCarajo ndashfuerte para callar el griteriacuteondash iquestSoy o no soy la presidenta Se riacuteen es la China La China teniacutea treinta y seis antildeos No fue a la escuela porque no tuvo tiempo la vida se le vino arriba raacutepido Seguacuten me contoacute un diacutea la eligieron presidenta de la comisioacuten de mujeres del campamento porque habla claro y no tiene pelos en la lengua Sigue diciendo ndashNo tenemos nada que perder Bajamos a Montevideo a luchar para conseguir la tierra no nos vamos a ir sin conseguirla Hay que esperar un poco tener paciencia ndashHicimos ochocientos quiloacutemetros a pie familias enteras Esta marcha la hicimos todos hombres mujeres y nintildeos Esto no es pavada Si hay que esperar esperamos ndashdice la Chelandash Tenemos que sacar la ley del Parlamento ahora La Chela Fontora tiene veintiseacuteis antildeos Es de la Comisioacuten Directiva del sindicato de UTAA Todas estaacuten muy serias pensativas con un miedo que obedece maacutes al presentimiento que a otra cosa ndashiquestHasta cuaacutendo ndashdice otra con una voz aflautada y fina ndashPerderemos la zafra ndashiquestY los maridos en queacute van a trabajar cuando volvamos iquestEh ndashiquestDe queacute vamos a vivir

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ndashiquestY si no votan la Ley ndashEllos estaacuten para ellos iexcly ta ndashNo podemos esperar yo estoy cansada Allaacute puedo vivir en el rancho de alguacuten vecino mientras esperamos Sus voces se oyen perdieacutendose entre los sonidos de la gran ciudad Como ecos golpean en las esquinas y se multiplican en las puertas y las ventanas de los barrios montevideanos Se agregoacute el invierno se fueron enfriando las visitas emotivas de los primeros diacuteas Los montevideanos se acostumbraron a verlos por las calles La prensa pasoacute la noticia a segundo plano Ya no son novedad La prensa de derecha gasta muchos recursos para atacarlos poniendo en duda la autenticidad del movimiento ndashiquestQueacute buscan los cantildeeros Coacutemo si no lo supieran Los sindicatos siguen discutiendo sobre los meacutetodos la estrategia y los hechos consumados Todas esas palabras que no estaban en el vocabulario del grupo en el diario vivir de las familias cantildeeras ndashiexclTan faacutecil que pareciacutea todo ndashTrabajar para vivir ndashSolo pediacuteamos eso Nintildeos y mujeres tienen gripe y bronquitis que no se curan faacutecilmente Alguno es hospitalizado Les hicieron radiografiacuteas les reforzaron las vacunas ndashOtro clima ndashdeciacutean ellas ndashAquiacute hay mucha humedad La solidaridad de los gremios no cesoacute Los obreros de los frigoriacuteficos organizaron la campantildea del quilo donacioacuten de alimentos no perecederos y de un quilo de carne por donante por diacutea Lo haciacutean llegar diariamente al campamento Pero todo se iba desgastando Llegaba menos cantidad de otras donaciones Las pequentildeas manifestaciones diarias por distintos barrios ya no se

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podiacutean hacer sin autorizacioacuten y mucho menos vender bonos solidarios por la calle principal de la ciudad o en la puerta de las faacutebricas Les pediacutean la ceacutedula para intimidarlos ndashSolo queremos trabajar allaacute en nuestra tierra en Bella Unioacuten cerca de nuestras familias ndashNo vinimos a mendigar a Montevideo De eso estaban seguras Una mantildeana al volver del mercado vieron que les habiacutean puesto guardia policial en las esquinas del campamento por la calle Cuntildeapiruacute Y empezoacute la provocacioacuten policial

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Ana Mariacutea

La tarde del siete de mayo un grupo de cantildeeros sale del campamento rumbo al Palacio Legislativo Ese diacutea se trata el tema de la Expropiacioacuten de Tierras en la Comisioacuten Especial Un grupo de compantildeeros se despide ldquoHasta luego ya volveremosrdquo y sale por aquel agujero en el paredoacuten del baldiacuteo Dentro queda movieacutendose la vida cotidiana Aquellos hombres de sombreros negros de pantildeo y ropa mezclada entre gaucho y pueblerino no pasan desapercibidos La policiacutea teniacutea orden de no dejarlos llegar al Palacio Legislativo Los persiguen empuntildeando sables amenazando a todos los que se acercan y tengan aspecto de cantildeeros En el campamento Ana Mariacutea pide a dos chicas que la acompantildeen a la farmacia a buscar unas aspirinas Su madre tiene un fuerte dolor de cabeza Salen a la calle las tres jovencitas Caminan junto al muro conversando animadamente cuando ven llegar corriendo al grupo que habiacutea salido recieacuten gritando e insultando a sus perseguidores policiacuteas de a pie y de a caballo ndashiexclGurisas meacutetanse parsquo dentro que nos corre la policiacutea Las muchachas en la sorpresa no atinan a nada se quedan paradas Los compantildeeros las agarran de la mano para entrarlas Suenan disparos Ana Mariacutea grita y cae al suelo El grupo se detiene bruscamente y retrocede para recoger a la joven Con los puntildeos en alto gritan ndashiexclAsesinos Los policiacuteas se vuelven y desaparecen por una calle lateral

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Como pueden entre cuatro o cinco la llevan hasta la esquina Ana Mariacutea llora y grita ndashiexclMi pierna Paran un auto que los lleva al Sindicato Meacutedico de Arenal Grande Los demaacutes entran para tranquilizar a los que al escuchar el balazo queriacutean salir a ver queacute pasaba Ana Mariacutea Silva de quince antildeos es la primera viacutectima de la Marcha Era Ana a quien le entusiasmaba llegar a la Capital la que miraba todo con asombro con alegriacutea con ganas de recorrer y conocer Montevideo Esa noche despueacutes que operaron a Ana Mariacutea la familia recibioacute la noticia de que la bala extraiacuteda habiacutea afectado arterias y ligamentos importantes y tendriacutean que hacer nuevas intervenciones quiruacutergicas para devolverle el movimiento La recuperacioacuten seriacutea muy lenta Ese diacutea se sumoacute otro herido de bala en un pie varios lastimados maacutes y ocho cantildeeros presos No terminoacute Al diacutea siguiente llevaron detenido a Colacho Esteacuteves uno de los dirigentes de UTAA herido de un sablazo en la cabeza el diacutea anterior Lo procesan acusado de desacato Estuvo preso veinte diacuteas en la caacutercel de Miguelete Comienza la confusioacuten las dudas iquestQuieacuten provoca a quieacuten En la prensa y en la radio el parte policial explica que fue una pequentildea manifestacioacuten no permitida y que a un soldado se le escapoacute un tiro iexclQueacute otra cosa podiacutean decir iquestUn tiro y dos heridos de bala En el campamento llanto y nerviosismo acompantildeados de un fuerte sentimiento de miedo rabia e impotencia los puso frente a frente con la realidad ndashiquestQueacute hacemos aquiacute iquestQueacute esperamos iquestDe quieacuten Los cantildeeros y sus familias cerraron filas Con Ana Mariacutea internada y los compantildeeros heridos o presos teniacutean maacutes motivos para luchar contra la injusticia Las mujeres se pusieron maacutes activas maacutes alertas y participativas

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Lucharon desde el sindicato con sus hijos de la mano Corriacutean la misma suerte que ellos Ahora se incorporaba un grupo de mujeres a todas las entrevistas Otras quedaban cuidando el campamento porque desde el Municipio les llegoacute orden de desalojar el predio Las cosas se iban aclarando fueron viendo doacutende estaba cada cual fueron perdiendo la ingenuidad Pensaron que ellas estaban lejos de la poliacutetica y que en Montevideo todo era de libros y leyes de decretos y de comisiones y de investigaciones de promesas y de olvidos La pregunta de por queacute estaban alliacute apareciacutea cada vez con maacutes frecuencia Cuando iban a lavar teniacutean que mendigar el agua a los vecinos que con lo que habiacutea pasado con la confusioacuten veniacutean menos por el campamento Recordaban cuando lavaban en el riacuteo la ropa se secaba al viento norte y teniacutea olor a sol y a aacuterboles Allaacute teniacutean mucho maacutes espacio tambieacuten a la hora de comer Toda la naturaleza les perteneciacutea Aquiacute en pocos metros cuadrados estaban encerrados entre los muros del terreno ajeno sin intimidad los gurises aburridos llorosos y asustados El estudiante de magisterio se volvioacute a Artigas teniacutea exaacutemenes pendientes Habiacutea colaborado durante toda la marcha y unas semanas maacutes Cuando se despidioacute fue muy triste para todos Aacutengela la enfermera que los acompantildeoacute se volvioacute al pueblo porque se enfermoacute su madre Dejoacute a los estudiantes de medicina la caja del botiquiacuten A veces no habiacutea ni medicamentos ni estudiantes luego se consiguioacute un meacutedico que haciacutea las urgencias en su consulta privada gratuitamente Las estudiantes de servicio social acompantildeaban a los que teniacutean seguimiento a los hospitales de salud puacuteblica para facilitar la gestioacuten y no dejarles chocar con el aparato burocraacutetico que se ensantildeaba con ellos cuando veiacutea que eran cantildeeros El duentildeo del baldiacuteo presentoacute una orden judicial de desalojo Al empleado del juzgado lo rodearon todos y lo escucharon tranquilamente Leyoacute el papel y cuando terminoacute dijo ndashiquestQuieacuten es el responsable Tiene que firmar aquiacute

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Todos se miraron Hubo un largo silencio La cara colectiva del grupo no moviacutea un muacutesculo Y a uno se le ocurrioacute decir ndashNo sabemos firmar Y un coro de voces reforzoacute ndashNo sabemos firmar El empleado judicial sonrioacute y dijo ndashBueno dicho y no dicho Tienen que buscar un abogado para que conteste este papelito porque las cosas estaacuten difiacuteciles para ustedes Buenas tardes Que lo pasen ustedes bien La Eva de Almada rompioacute el silencio Llamoacute a los gurises que acompantildeaban al hombre de los papeles hasta el boquete de la pared ndashGurises vengan parsquo dentro Aquel diacutea se comioacute en silencio se repartieron por familia las ollas con el guiso El pan en rodajas maacutes grandes que otras veces Tambieacuten habiacutea naranjas y manzanas que ellas trajeron del mercado Un atado de perejil en un frasquito oficiaba de florero en la cocina colectiva En el fogoacuten central el tacho enorme que haciacutea de olla con el agua calentaacutendose para que cada uno pase a limpiar su plato y lo ponga a secar al sol en una tabla que sirve de mesa y picadero La asamblea de mujeres se reuacutene en el centro del campamento Lentamente van llegando con el mate recieacuten hecho humeante ndashDicen que tenemos cuatro diacuteas para contestar el papel ndashA pie digo yo no vamos a volver al pueblo iquestNo ndashpregunta una de las mujeres ndashCon la cola entre las patas vamos a volver -dice otra ndashY mi suegra que me deciacutea ldquoNo vayan es peligrosordquo cuando nos vea volver con una mano atraacutes y otra adelante ndashYo a pie no vuelvo ndashTendriacuteamos que vender bonos para sacar plata para los pasajes de todos y somos muchos ndashiexclEs un montoacuten de plata tenemos que vender un antildeo parsquo sacar esa

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plata ndashTenemos cuatro diacuteas para contestar el famoso papelito Esta va en serio lo trajo escrito por juez ndashBueno ndashiquestQueacute vamos a hacer Con mirarnos las caras no ganamos nada ndashTenemos que encontrar una solucioacuten La cosa esta encaminada la comisioacuten estaacute trabajando dice otra ndashSi nos tenemos que volver nos volvemos Pero aquiacute nos tuvieron que escuchar ndashY nos tuvieron que ver para ver coacutemo vivimos ndashQue unos queden aquiacute y otros nos vamos como dicen los compantildeeros Y seguimos luchando para conseguir las tierras para trabajar Aquiacute y allaacute en Bella Unioacuten desde el Sindicato ndashiexclPorque no podemos esperar

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El asalto

Se interrumpe la transmisioacuten para dar una noticia ndashiexclUacuteltimo momento La rutina de la vida cotidiana de los montevideanos es sobresaltada por una noticia fuera de lo comuacuten Detenemos la tarea y escuchamos El receptor de radio nos deja con cantidad de interrogantes que no podemos contestar iquestCoacutemo iquestCoacutemo es posible ndashLos cantildeeros de Artigas asaltaron un banco en Montevideo ndashdice el periodista No lo podiacutea creer Ellos no eran delincuentes ndashFueron perseguidos chocaron con el auto y fueron apresados ndashcontinuacutea el locutorndash Se recuperoacute el dinero totalmente En la persecucioacuten los disparos de la policiacutea alcanzaron a uno de ellos que estaacute en el Hospital Militar Los otros dos fueron reducidos inmediatamente cuando regresaban por su compantildeero que estaba en el suelo herido El coche era un VW robado la noche anterior Los nombres son Santana de veintidoacutes antildeos Castillo de veintiocho y Vique de veintiseacuteis Todos ellos son puacuteblicamente conocidos como dirigentes del sindicato los cantildeeros que en este momento acampan en Montevideo ndashParece que no sabiacutean moverse en Montevideo y tomaron una calle a contramano Fue muy faacutecil apresarlos El parte meacutedico dice que el herido estaacute fuera de peligro El abogado del Sindicato Joseacute Diacuteaz que se presenta en la Jefatura de

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Policiacutea para informarse queda detenido e incomunicado tambieacuten La policiacutea rodea el recinto donde estaacuten acampadas las familias Nadie puede entrar ni salir Estaacuten incomunicados Se les toma declaracioacuten uno a uno y registran el lugar en busca de armas inexistentes Amenazan con llevar a los nintildeos al Consejo del Nintildeo Las madres se enfurecen No saben si es verdad o si lo dicen por meter miedo pero no estaacuten dispuestas a separarse de los hijos y no los sueltan de la mano Los sindicalistas y los amigos atentos a lo que estaba pasando damos vuelta a la manzana en pequentildeos grupos para que nos vean y sientan que estamos alliacute Asiacute caminamos hasta que la policiacutea se retira del campamento Entonces entramos ndashSe revolvioacute el hormiguero ndashdice una de las cantildeeras cuando me vio llegar con otras textiles con un perioacutedico en la manondash No entiendo nada Mejor dicho cada vez entiendo menos Dice que a la Celeste del Cachorrinho Julio Vique hoy la entrevistan en la televisioacuten Nos piden que las acompantildeemos a ir a ver la televisioacuten en alguacuten bar cercano para ver a la Celeste Solas no se animan a salir del campamento Aceptamos y allaacute vamos Nos dividimos en tres grupos para no llamar la atencioacuten Tambieacuten se incorpora alguacuten compantildeero ndashTodos calladitos ndashles dicen a los gurisesndash iexclNo pidan nada Soacutelo pediremos para sentarnos y ya estaacute No hay coca colas iquestEntienden Sino capaz que vienen los milicos otra vez y nos llevan a todos ndashle dicen a los nintildeos amenazantes y me guintildean el ojo ndashSiacute ndashdijeron a coro los gurises y se agarraron todos de las manos Me contaron que en algunos bares no las dejaron entrar en otros las dejaron pasar con simpatiacutea pidiendo que se portaran bien Los nintildeos miraban todo el mostrador las botellas los espejos las sillas pasaban la mano por la mesa de caacutermica Miraban Sentildealaban alguna cosa y se reiacutean tapaacutendose la boca tratando de hacer silencio y espiando a las madres para que no los rezongaran ndashiquestA queacute hora es ndash preguntoacute el mozondash iquestEn queacute canal

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Se acercoacute al televisor que estaba alto en un estante de madera recostado a la pared ndashEmpieza a las seis de la tarde La Celeste se fue hace dos horas la llevoacute una camioneta del Canal Fue con dos compantildeeras ndashSola no sale nadie del campamento ndashnos comentan preocupadas El mozo cambia lentamente los canales Cuando ven la cara de la Celeste los nintildeos sentildealan con los deditos asombrados y callados Ya estaba empezado el reportaje no sabiacutean cuaacutento rato habiacutea pasado La enfocan en un primeriacutesimo plano Una sonrisa desdentada florece en su cara que ocupa toda la pantalla de la televisioacuten Ella cierra encandilada un ojo ndashiquestUsted sabiacutea que se iba a producir un asalto cometido por los dirigentes del Sindicato de los cuales su marido es uno de ellos Hay ironiacutea en la pregunta Celeste de a poco se queda seria el entrecejo fruncido y habla ndashYo no sabiacutea nada todo estaba tranquilo en el campamento como todos los diacuteas Soacutelo que estamos cansados de pedir y que nos mientan En el campamento ya hay poco de comer tenemos algunos nintildeos enfermos Desde hace meses estamos a la intemperie y hace mucho friacuteo Ya hace meses que estamos aquiacute en Montevideo y nada Los dirigentes tambieacuten lo saben y sufren como nosotras Se sienten responsables y fueron a buscar la plata iquestDoacutende estaacute la plata En el Banco iquestno Yo no sabiacutea nada Ninguno de nosotros sabiacuteamos nada De las mujeres que estaban en el bar mirando el televisor sale una reflexioacuten que rompe el silencio ndashiquestQueacute hacemos aquiacute iquestQueacute esperamos Vaacutemonos Nos levantamos damos las gracias al mozo que cuando saliacuteamos llamoacute a los nintildeos y les dio dos botellas grandes de refresco No podiacutean esperar Se sienten manoseados Era todo muy sencillo de entender muy claro No entienden por queacute aquiacute no lo entendiacutean

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El regreso

El 29 de junio de 1964 despedimos a las familias de los obreros cantildeeros regresaban a Bella Unioacuten La Estacioacuten Central de ferrocarril de Montevideo se llenoacute de abrazos besos y adioses El tren cuando se puso en marcha se llenoacute de voces ndashiexclPor la Tierra y con Sendic ndashiexclNo podemos esperar ndashiexclTierra para trabajar Esos gritos de hombres mujeres y nintildeos que se alejaban con los puntildeos en alto asomados a las ventanillas nos estremecen nos convocan a no dejarlos solos Levantamos los puntildeos nosotros tambieacuten repitiendo las consignas como nuestras Las palabras del compantildeero Camargo resonaban todaviacutea ndashEmpezamos una nueva etapa de nuestra lucha Aquiacute quedoacute una delegacioacuten representativa de UTAA para seguir las gestiones frente a la Comisioacuten parlamentaria y los sindicatos montevideanos La gente volvioacute como pudo Los dirigentes quedaron unos presos y otros en la clandestinidad acusados de lo que no eran ldquosediciososrdquo Regresaron con las manos vaciacuteas a Bella Unioacuten y la experiencia del intento por vivir mejor Los que habiacutean hecho la marcha quedaron en las listas negras y no consiguieron trabajo al llegar

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En un terreno se hizo la olla sindical para que comieran los desocupados y sus familias Con el apoyo del sindicato bancario fabricaron un horno de ladrillos con que levantar la futura Policliacutenica Sindical en Bella Unioacuten que auacuten hoy existe Algunos no regresaron Se perdieron en la ciudad buscando trabajo Sabiacutean que allaacute lo tendriacutean muy mal los esperaba la ldquolista negrardquo Eran todos sospechosos peligrosos subversivos Se llevaron el cartel colgado al cuello ndashiexclEl tal desparramo de los peludos ndashme contaba la Eva de Almada cuando la encontreacute antildeos maacutes tardendash Unos parsquo Artigas otros parsquo Treinta y Tres a los arrozales porque deciacutean que habiacutea trabajo otros parsquo Rocha a probar suerte a la pesca iexclEl tal desparramo

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El peine amarillo

Mi hijo menor vivioacute en silencio todo lo que nos pasoacute Eso siacute no le gustaba ir a la escuela No queriacutea salir de casa si no iacutebamos nosotros tambieacuten nos agarraba de la mano teniacutea miedo a los sentildeores con uniforme Me di cuenta de eso un diacutea en la playa soplaba un fuerte viento y un marinero tocoacute el pito sentildealando la bandera amarilla eacutel se abrazoacute a mis piernas y lloroacute Una tarde sus hermanos estaacuten en la escuela eacutel duerme la siesta y yo doblo ropa Oigo el timbre y dos golpes secos en la puerta Abro la puerta me empujan hacia un costado Los nervios no me impiden decir ndashUn momento tengo a mi hijo durmiendo en mi cuarto Por favor Ellos llegan antes al dormitorio me dejan pasar Se despierta sobresaltado por las voces y despueacutes de un fuerte suspiro miraacutendolos a todos esas presencias extrantildeas pregunta ndashiquestDe matar mamaacute de matar Yo lo abrazo contra mi pecho y lo saco de la habitacioacuten Me quedo parada con eacutel en brazos contra la pared como me indican Buscan en casa lo que no hay Me dan permiso para sentarme con el nintildeo en la cocina Preparo la leche y espero Oigo conversaciones en el pasillo Una vecina me grita ndashiexclVoy a buscar los nenes a la escuela y los traigo a casa a mirar los dibujitos

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Ellos mientras se instalan en las sillas del comedor dispuestos a esperar Eacutel desde la cocina los observa en silencio Yo sentada con eacutel en la falda lo abrazo para sentirme maacutes segura Uno de ellos saca un peine de plaacutestico amarillo y se empieza a alisar el cabello entonces mi pequentildeo empieza a gritar ndashiexclMiacuteo miacuteo ndashsentildealaacutendolo con su dedito ndashiexclNo ndashle contestondash iexclNo Tu peine es igual que ese pero estaacute en el bantildeo Pido permiso para ir con eacutel a buscar el peine Alguien que parece que manda maacutes me autoriza Aprovecho a secarle las laacutegrimas ya no llora Le lavo la carita y lo peino con su dichoso peine de plaacutestico amarillo Se tranquiliza poco a poco y suspira Volvemos a la cocina Ahora la casa parece muy pequentildea estaacute toda ocupada me estaacute pareciendo asfixiante Por el pasillo oigo la conversacioacuten de la vecina y mis hijos mayores que riendo suben la escalera de prisa ndashYa llegaron ndashpiensondash iexclQueacute suerte La vecina me grita ndashiexclYa estaacuten en casa Tomaraacuten la leche aquiacute Maacutendame al chiquito Pido permiso para dejar salir al nintildeo A eacutel le explico que subiraacute solito que allaacute lo esperan sus hermanos Lo acaricio le doy dos besos y eacutel atraviesa el comedor Se dirige a la puerta Yo lo miro desde la cocina Tres antildeitos Tiene que ponerse en puntas de pieacute para alcanzar el pestillo Eacutel los sigue mirando a todos En el momento en que va a cerrar la puerta la abre nuevamente y le dice al del peine de plaacutestico amarillo ndashiexclPuta Cierra de un portazo y sale corriendo escaleras arriba Los compantildeeros del hombre del peine sueltan la carcajada cuando eacuteste se levanta raacutepidamente gritando ndashiexclGuacho de mierda El que parece que manda maacutes le dice ndashiquestNo se da cuenta que es un nintildeo Sieacutentese

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El del peine se traga la rabia y yo siento regocijo y un nudo en la garganta

Mariacutea Julia con sus hijos en su falda Felipe a sus pies Ernesto y a su derecha Joseacute Conrado (Principios de la deacutecada de los 70) Fotografiacutea Archivo personal

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Suipacha

Pasamos dos diacuteas en Paysanduacute en casa de un matrimonio amigo A la mantildeana del tercer diacutea ellos nos dejaron en el extremo del puente que va de Paysanduacute a Coloacuten (Argentina) Mis tres hijos llevaban mochilas a la espalda y yo un bolso con ropa en cada mano El sol estaba alto teniacuteamos mucho calor Mientras nos despojaacutebamos de los abrigos caminaacutebamos despacio por el angosto costado derecho del puente mirando al rio Uruguay deslizarse manso Los nintildeos estaban muy alegres pensando en el reencuentro con su padre a quien no veiacutean desde haciacutea meses Haciacutea diacuteas que sabiacutea que se habiacutea elegido esa frontera por la seguridad que ofreciacutea el compantildeero que nos llevoacute hasta la cabecera del puente del lado uruguayo Al otro extremo del puente nos esperaba mi marido En el trayecto al vernos caminar por aquel largo puente dos o tres autos pararon para llevarnos pero yo me negaba agradeciendo Ernesto de seis antildeos y Felipe de cuatro luego que el auto se alejaba deciacutean que estaban cansados y se sentaban en el suelo protestando porque no habiacutea aceptado subir al auto Pero yo no aflojaba no iba a correr el peligro de que nos detuvieran Empeceacute a cantar Manuelita y los dos maacutes pequentildeos comenzaron a cantar ndashiexclCherentildei amigo el pueblo estaacute contigo ndashgritaba Felipe ndashiexclNo Es maacutes lindo cantar Manuelita ndashdeciacutea yo

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Josecito que ya teniacutea doce antildeos se reiacutea ndashLos van a llevar presos ndashles deciacutea a los hermanos Nos acercaacutebamos a la otra orilla Las palmeras del lado de Coloacuten maacutes cerca cada vez ndashEl primero que vea a papaacute tiene premio ndashdijo Josecito Los tres a las risas corrieron a encontrarlo El padre nos esperaba con un auto prestado por un amigo argentino Habiacutea armado cerca de alliacute un campamento con toldos una carpa un fogoacuten hecho de piedras en el suelo y dos o tres cacerolas Los nintildeos tiraron las mochilas y corrieron alrededor del campamento Felipe se cansoacute y vino a pedirle brazos al padre Los hermanos lo miraban con deseos de hacer lo mismo nos sentamos todos en el pasto en ciacuterculo y empezaron las preguntas entrecruzadas de coacutemo esta allaacute y coacutemo estaacute aquiacute y doacutende vamos a vivir y la escuelahellip ndashiquestTrajiste el pase para la escuela y para el liceo y las partidas de nacimiento de los tres Cuando los nintildeos se durmieron hablamos con tristeza de lo que pasaba allaacute y aquiacute de los compantildeeros y sus familiares de todos los familiares y de los nuestros Joseacute se veiacutea cansado y preocupado A la mantildeana siguiente recorrimos los alrededores disfrutamos la tranquilidad del lugar el silencio el verdor Me sentiacutea segura otra vez aunque la Argentina estaba muy revuelta y no habiacutea garantiacutea ninguna de lo que fuera a pasar alliacute Me explicoacute que por eso habiacutea alquilado una casita en la Provincia en Haedo donde supuestamente pasariacuteamos maacutes desapercibidos La habiacutea conseguido un compantildeero socialista argentino que conociacuteamos desde haciacutea muchos antildeos y viviacutea a cinco cuadras de donde viviriacuteamos nosotros Alliacute no dirigiacuteamos al diacutea siguiente Del viaje a Buenos Aires recuerdo que los nintildeos reiacutean mucho estaban contentos y el padre tambieacuten Los miraba sonriente por el espejo retrovisor Yo estaba muy cansada habiacutea desmontado mi casa sola regaleacute muchas

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cosas otras no recuerdo que fin llevaron Eran cosas nada maacutes Entonces bajeacute la guardia y el cansancio me vencioacute Dormiacute la mayor parte del viaje Atraacutes habiacutean quedado los muacuteltiples allanamientos aquellos golpes en la puerta de la visita no anunciada unas veces de diacutea otras de noche metieacutendose en mi casa sin pedir permiso montando una ratonera tenieacutendome a miacute y a mis tres hijos de rehenes durante largas horas sentados en mis sillas utilizando nuestro bantildeo revolvieacutendome los cajones y los roperos buscando lo que no habiacutea Sentada en alguacuten rincoacuten esperando que mis hijos se durmieran vigilaba las visitas tratando de no demostrarles miedohellip Llegamos al Gran Buenos Aires pasadas las tres de la tarde Los amigos nos esperaban con comida Sus dos nintildeas maacutes o menos de la misma edad de mis hijos enseguida empezaron a jugar con ellos Suipacha 888 Haedo Provincia de Buenos Aires Argentina Alliacute empezoacute otra etapa de mi vida un nuevo hogar Ese mismo diacutea me di cuenta que mi madre y mis hermanas no podriacutean escribirme a esa direccioacuten por razones de seguridad Un pasillo largo y angosto al final de eacutel un alto portoacuten de hierro de dos hojas pintado de negro nos permitiacutea pasar a lo que seriacutea nuestra casa Era viejiacutesima teniacutea techos de zinc y cielorraso de espuma plast un gran fondo con dos aacuterboles y un patio de baldosas cubierto por un parral Todo era muy modesto pero pareciacutea amplio y coacutemodo Nos dijeron que estaban encargados los colchones y que llegariacutean esa tarde Desde Buenos Aires otros compantildeeros nos traeriacutean la ropa de cama Los varones se quedaron a esperar y las mujeres fuimos a buscar las cosas de cocinar a casa de nuestros compantildeeros Sentiacute que no estaacutebamos solos me encontreacute abrigada y penseacute que la solidaridad existe Esa noche hablamos con los nintildeos de la discrecioacuten y la seguridad escucharon silenciosos No seacute si entendieron Se enteraron que empezariacutean la escuela para no perder el antildeo escolar La casa tomaba forma Los objetos iban encontrando lugar igual

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que nosotros Compramos cuchetas para el cuarto de los nintildeos porque esperaacutebamosla llegada de un compantildeero que resultoacute ser Gargano Los diacuteas siguientes fueron tranquilos conocimos el barrio los lugares donde comprar la escuela a la que iriacutean y el liceo que quedaba pasando la viacutea del tren por la estacioacuten Haedo la plaza de deporteshellip Como era todo nuevo nos pareciacutea lindo y seguro La palabra exilio no estuvo en nuestro vocabulario hasta que fuimos a sacar el permiso de residencia para anotar los nintildeos en la escuela y poder trabajar nosotros Encontreacute una enorme cantidad de uruguayos que estaban en los mismos traacutemites y se acercaban a hablar con Joseacute de las peripecias que estaban pasando Las colas eran grandiacutesimas Me di cuenta que no era provisorio por algunos meses como creiacutea La gente estaba nerviosa el peronismo estaba revuelto y las calles inseguras Ese era el tema central de las conversaciones de los uruguayos Por razones de seguridad soacutelo Joseacute iba a los contactos poliacuteticos en la capital Yo estaba de acuerdo La relacioacuten de pareja entre nosotros se habiacutea deteriorado Yo quedaba en casa con nuestros hijos sabiacutea muy poco de sus actividades eacutel no me participaba de nada Yo estaba triste y confundida Seguiacutean llegando exilados a Buenos Aires De eso si hablaacutebamos y a la hora de los informativos escuchaacutebamos la radio en silencio No tuvimos TV hasta muchos meses despueacutes Pasaron dos meses Los nintildeos iban a la escuela y al liceo Despueacutes de comer yo me metiacutea en la cama lavaba los platos a uacuteltima hora de la tarde antes de la cena El diacutea no me alcanzaba para arreglar los cuartos La depresioacuten entroacute silenciosamente sin que me diera cuenta Teniacutea pesadillas con familiares y amigas Estaba totalmente aislada no teniacutea noticias de mis compantildeeras textiles no sabiacutea de Jorgelina ni de Delia Se me cortaron todas las comunicaciones perdiacute mi paiacutes mi familia las amigas las compantildeeras Atraacutes quedoacute mi militancia sindical y poliacutetica Sola no me animaba a tomar el tren y mucho menos el

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metro Joseacute me deciacutea que fuera al ldquoOncerdquo pero yo no era capaz de salir me pareciacutea que me perderiacutea entre tanta gente A penas lograba andar por el barrio La depresioacuten me halloacute ahuecada en la cama el lugar donde me sentiacutea maacutes segura No seacute si dormiacutea si sontildeaba no recuerdo si pensaba en lo que estaba viviendo Cuando los hijos volviacutean a las cinco del colegio me poniacutea en marcha como una autoacutemata Me encargaba de la ropa y de la limpieza de la cocina y el bantildeo El padre si estaba en casa se ocupaba de las compras de cocinar a medio diacutea y de dejar algo en marcha para la noche Por suerte siempre le gustoacute cocinar Joseacute estaba maacutes distante cada diacutea Llegaron los largos silencios La culpa un sentimiento que no habiacutea conocido antes llegoacute y se apoderoacute de miacute estrujaacutendome el pecho Culpa de marchar del paiacutes porque me salvaba culpa de ser mala madre porque les quiteacute a mis hijos las abuelas los tiacuteos y los compantildeeros de escuela Culpa por los compantildeeros desaparecidos muertos y presos Culpa culpa y maacutes culpa

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Viviendo el miedo

Mayo de mil novecientos setenta y seis Los Falcon recorren las calles de Buenos Aires las fuerzas represivas marcan presencia como paseando siseando como las serpientes sobre la tierra seca Se ocultan detraacutes de los vidrios oscuros Los peatones siguen caminando como si unos y otros fueran invisibles pero el sonido de ese auto es inconfundible Te sigue despacio Sentiacutes la mirada en la nuca como si un dedo invisible te tocara El sonido te presiona el hombro toma cuerpo y se hace presencia Fue un antildeo terrible Fueron capaces de matar a Gutieacuterrez Ruiz a Michelinihellip Desapareciacutean adultos y nintildeos Asesinatos desapariciones de uruguayos y argentinos Insomnio el oiacutedo y los muacutesculos alertas Los compatriotas cambian de viviendas el desparramo otra vez Los compantildeeros del Partido Socialista resolvieron que por estar su vida amenazada el padre de mis hijos teniacutea que marcharse a Espantildea Como hijo de espantildeol consiguioacute pasaporte Yo quedeacute con mis hijos sola en Haedo en la provincia de Buenos Aires iquestQueacute hacer Los dos maacutes chicos en la escuela primaria el mayor cursando segundo de liceo y yo asistiendo al liceo nocturno En el pueblo trabajaba en negro vendiendo ropa de nintildeas y de bebeacute en las pequentildeas tiendas del lugar Teniacuteamos poca produccioacuten artesanal a medias con una compantildeera Lo poquito que produciacuteamos se vendiacutea enseguida cinco o diez prendas y saliacuteamos a comprar madejas de lana o unos metros de tela para los vestiditos

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Miedo siacute mucho miedo pero habiacutea que hacer de tripas corazoacuten teniacutea mucho que cuidar como todas las mujeres Por correo acordamos con el padre que todos terminariacuteamos el antildeo escolar y luego regresariacuteamos a Montevideo porque en ese momento yo teniacutea maacutes miedo en la Argentina En Uruguay sabriacutea moverme mejor con familia y compantildeeros estariacutea maacutes segura Fueron los meses maacutes difiacuteciles para miacute andar en las calles con muchas precauciones la puntualidad No habiacutea lugar para las improvisaciones eso lo teniacutea muy claro No me sentiacutea tan sola teniacutea a mis hijos que me daban seguridad y los compantildeeros con quienes no dejaba de comunicarme trayeacutendome la informacioacuten y correspondencia en mano propia Hasta que una noche de diciembre de ese mismo antildeo a la hora de salir del liceo nocturno para adultos donde yo cursaba segundo curso encontramos a la directora de pie en la puerta del local y nos pidioacute que no salieacuteramos todaviacutea que un poco antes un coche con vidrios oscuros abrioacute la puerta de atraacutes y desde adentro alguien tiroacute un cadaacutever en la misma puerta del liceo Agregoacute que habiacutea llamado a la ambulancia que volvieacuteramos al aula hasta que lo levantaran y se lo llevaran Que luego salieacuteramos en grupos de acuerdo a la cercaniacutea de nuestros hogares Esto sucedioacute en el mismo Haedo en provincia supuestamente un lugar maacutes seguro Faltando pocos diacuteas para terminar las clases comprendiacute que era cuestioacuten de tiempo Nada era seguro Otra vez quedeacute en la retaguardia Los diacuteas pasaban maacutes lentamente que nunca Me tocaba desmontar otra casa por suerte una amiga se quedaba por las noches a dormir con nosotros Otra vez vender lo que pudiera y regalar el resto Como pasoacute en Montevideo me quedaba solamente recoger los pases escolares Tuve la tranquilidad de que mi amiga los recogeriacutea y los enviariacutea por correo Por otro lado el padre de los nintildeos preocupado por lo que se estaba viviendo por estos lados nos mandaba buscar Pero nosotros no teniacuteamos

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pasaporte para viajar a Espantildea teniacuteamos que llegar a Montevideo de cualquier manera No era faacutecil antes de irnos a la Argentina ya me lo habiacutean negado a miacute y a mis hijos chantajeaacutendonos para que no salieacuteramos del paiacutes Pero lo volveriacutea a intentar El uacuteltimo diacutea de clase les dije a mis hijos que volveriacuteamos a ver a la familia a las abuelas cosa que los puso contentos pero otra vez perdiacutean los amigos Felipe con cinco antildeos fue el maacutes expliacutecito El habiacutea plantado semillas de zapallo y teniacutea una gran calabaza en crecimiento ndashiquestQueacute va a pasar con mi zapallo iquestQuieacuten va a cuidar a Bandido miperrito Fuimos con los bolsos a la Chacharita a casa de compantildeeros a esperar por queacute viacutea viajariacuteamos a Montevideo Los compantildeeros nos sacaron pasajes en el Vapor de la Carrera que pareciacutea lo maacutes seguro porque en viacutesperas de Navidad saliacutea repleto de gente Llegamos a Montevideo Nos esperaba mi cuntildeado Los nintildeos contentos pensaban en los regalos de Navidad que les prometiacutea su tiacuteo Luis

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Otra despedida maacutes

El puerto tiene un olor especial Siempre lo vi desde el otro lado de la bahiacutea desde el Cerro donde viviacutea Lo sentiacutea tan lejanohellip y aquiacute estoy hoy en el centro de esta espiral que me trae me envuelve me aleja y me acerca Aquiacute entre un montoacuten de gente maletas y nintildeos saltando y riendo Unos se van otros se quedan se abrazan se tironean de la ropa retenieacutendose Vigilo las maletas donde van los recuerdos las fotos algunos libros que eligieron los nintildeos y alguacuten juguete del que no pudieron despedirse No permito que mis hijos se alejen de miacute tengo miedo de que se pierdan entre la gente o caigan al agua Me doy cuenta que transpiro y estoy temblando La gente se saluda otros lloran Se abrazan con fuerza Miro alrededor De un lado paredes grises galpones y guinches a mi espalda una pared se alza ancha y gris con pequentildeas ventanas donde no se asoma nadie Esta pared se mueve se balancea cruje El vaporcito que arrastroacute y trajo hasta aquiacute esta pared nos saluda dando pitos y bocanadas de humo La deja frente al muelle lo maacutes cerca posible de la orilla y se aleja lentamente Como un gran dragoacuten que dormitando nos espera y sabe que no nos resistimos estamos entregados mansamente a este viaje no esperado Me muevo en silencio me trago las palabras veo la gente que tambieacuten se mueve en silencio veo las abuelas que miran sin palabras Los nietos son de todas Las mujeres mayores se multiplican los nintildeos tambieacuten los que se

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quedan y los que se van son de todas Todos somos de todos y de todas Somos una masa que late y respira al uniacutesono todos juntos alliacute hacia distintos destinos Un estridente pitar nos sobresalta Se mueven las formas los grupos se acercan y se alejan Es como si mirara por un gigantesco caleidoscopio Se despiden El segundo pitar anuncia que el gigantesco dragoacuten poco a poco se despierta y nos tragaraacute uno a uno para dejarnos dentro de muchos diacuteas lejos muy lejos Esa gran pared abriraacute su boca Los besos las caricias el latido agitado de mi corazoacuten Hay que irse para rescatar las palabras el color el oiacutedo la vista Subo la escalerilla Se mueve y yo tiemblo custodiada por seis manitos que me guiacutean y aseguran Ellos no tienen miedo de ser tragados Miro hacia atraacutes y la vista se me nubla De pronto todo toma color la masa late y respira con nosotros nuevamente las miradas los adioses se hacen cercanos no es despedida los gritos traen un hasta luego multiplicado

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El Pesquero

Desde allaacute lejos desde Barcelona (Espantildea) a veces quiero recordar el cielo y el verano del Uruguayhellip A cinco quiloacutemetros del pueblo entre los meacutedanos y el oceacuteano estaacuten los ranchitos de paja de los pescadores Fueron construidos por los pescadores en la misma playa con troncos de eucaliptus juncos cantildeas y tablas que trae el mar El aire los atraviesa como a un colador Andreacutes iba todos los antildeos y habiacutea hecho muchos amigos alliacute El antildeo anterior se habiacutea entusiasmado con la idea de formar una cooperativa de pesca pero los pescadores no la creyeron necesaria estaban acostumbrados a que cada familia trabajase para si Aquel enero Andreacutes nos prestoacute el rancho El lugar era espleacutendido El verano permitiacutea que nos quedaacuteramos hasta tarde por las noches disfrutando el espectaacuteculo que nos anunciaran los pescadores del lugar Se escuchaba el sonido del mar la oscuridad nos regalaba un cielo tan estrellado como nunca habiacuteamos visto y las olas llegaban a la orilla con espuma fosforescente De mantildeana pasaba una sentildeora que vendiacutea pan y unos bollos dulces muy ricos recieacuten hechos por ella Adentraacutendose en el oceacuteano se conseguiacutea pesca mayor atunes tiburones etc Los pescadores saliacutean al mar en unas embarcaciones endebles de madera que no se podiacutea creer que entraran unas millas en el oceacuteano Cada diacutea

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se jugaban el regreso Cuando saliacutean al mar tiraban las redes y las dejaban alliacute amarradas a las boyas durante dos diacuteas luego iban a recogerlas Cuando los enormes animales atrapados cansados de luchar se atontaban los arrastraban hasta la orilla y los remataban a palazos Entreveradas en las redes apareciacutean mantandashrayas del tamantildeo de un paraguas abierto que peleando entre la vida y la muerte sacudiacutean peligrosamente su cola venenosa los pescadores la cortaban con un solo golpe de machete Al llegar las embarcaciones a la orilla todas las mujeres corriacutean hacia ellas con ganchos y cuchillos Luego llegaban los cerdos y los perros y por uacuteltimo los nintildeos pequentildeos La faena empezaba ahiacute mismo cortando el pescado en lonchas Trabajaban con rapidez Tiraban las viacutesceras a los cerdos que comiacutean ruidosamente gruntildeendo Los perros aprovechando la distraccioacuten colectiva corriacutean a las gallinas que intentaban acercarse Alrededor de los ranchos en los meacutedanos grandes caballetes de madera sosteniacutean las tablas ruacutesticas donde colocaban las grandes lonchas de pescado que alliacute mismo salaban colgaban y dejaban secar al sol diacuteas y diacuteas daacutendolas vuelta y recogieacutendolas por las noches para que no se humedecieran con el rociacuteo Asiacute elaboraban el bacalao Eso y remendar las redes que llegaban rotas era trabajo de las mujeres Las mujeres no participaban en la comercializacioacuten del bacalao ndashEs cosa de hombres ndashme deciacutean alcanzaacutendome un matendash Nosotras no entramos ni salimos Me contaron que el precio siempre lo fijaba el intermediario que es quien tiene los camiones y el dinero El intermediario esperaba en la carretera Algunas familias estaban mejor econoacutemicamente y teniacutean caballo y carro propio para transportar el pescado hasta la carretera que quedaba a tres kiloacutemetros Los demaacutes caminaban con su pescado a cuestas

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Los pescadores se sienten con las manos atadas sin locomocioacuten y lejos del mercado donde se fijan los precios Siempre son los que ganan menos y arriesgan maacutes hasta la vida arriesgan en el mar ndashVos no teneacutes otra forma de venderlo teneacutes que morir en el intermediario ndashdeciacutean Las mujeres conseguiacutean su dinerito el que era de ellas juntando mejillones entre las rocas del Cerro Verde empapaacutendose de la cabeza a los pies y resbalando peligrosamente en las rocas verdosas de musgo muy filosas Cargaban las pesadas bolsas de arpillera repletas de mejillones sobre sus espaldas doblando el cuerpo y caminando por la orilla del agua hacia los hoteles compradores que se encontraban a cuatro o cinco quiloacutemetros de distancia Pareciacutean hormiguitas tambaleaacutendose con su carga de treinta o maacutes quilos Caminaban descalzas abriendo muy bien los dedos de los pies para mantener el equilibrio Lo que ganaban se lo gastaban en el Chuy comprando alguna blusa dulces enlatados yerba azuacutecar aceite ndashCuando hay cambio de luna y hay bajante marina se pueden sacar muchos maacutes mejillones entonces el precio es cada diacutea maacutes bajo Los hoteles tiran abajo los precios y los camioneros se aprovechan pagando cada diacutea menos Ellas van dejando la carga al borde de la carretera Si el precio no le conviene al camionero se los deja pudrir al sol asiacute que cuanto maacutes mejillones menos se les paga Al final ellas tienen que aceptar el precio para salvar los diacuteas de trabajo y la mojadura ndashMierda nos pagan mierda Este trabajo es propio de mujeres o de los muchachitos que acompantildean a sus madres que por su edad todaviacutea no salen al mar Muchas de estas mujeres padecen problemas de columna y prolapso Pero todos en general son fuertes de salud son parte de la naturaleza del lugar rostros curtidos por el aire salado del oceacuteano y mejillas enrojecidas por el sol Los nintildeos pequentildeos juntan mandiacutebulas de tiburoacuten estrellas de mar

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caracoles veacutertebras de tiburoacuten con las que hacen collares para vender a los turistas que llegan al pesquero para adornar las casas de Montevideo Los visitantes se acercan con sus caacutemaras los fotografiacutean y les dejan algunas monedas Durante el invierno por la orilla del mar por la arena dura van cada diacutea a la escuela del pueblo En grupo acompantildeaacutendose como los pececitos caminan esos cinco quiloacutemetros Regresan recogiendo estrellas de mar y caracoles para vender cuando llegue la temporada de los visitantes Mientras tanto sus padres y madres tejen y remiendan las redes preparando la faena diaria

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Regreso sobre mis pasos

Diciembre de 1994 Llego a Bella Unioacuten una pequentildea ciudad del Norte de nuestro paiacutes en Artigas buscando algunos recuerdos perdidos por alliacute hace ya treinta antildeos rostros sonrisas amigas Amanece El pueblo no cambioacute tanto Compramos galletas para el desayuno Charito me pondraacute en contacto con las mujeres que quiero entrevistar aquellas de la marcha del 64 Ana Mariacutea Silva la que recibioacute el balazo en la pierna aquella adolescente que llegoacute a Montevideo en la marcha cantildeera con ilusioacuten de ver la capital Hoy tiene treinta y ocho antildeos Me recibe en su casa estaacute contenta de verme y me cuenta que tiene cinco hijos tres de los cuales estaacuten casados iquestQueacute fue de las mujeres del Sindicato de UTAA iquestDoacutende estaacuten En su rancho hay cinco nintildeos entre uno y doce antildeos dando vueltas riendo o peleando ndashiexclSacando de las casillas ndashdice Los dos mayores son de ella los tres pequentildeos de la hija que trabaja lejos en la Barra de Cuaraiacute y Ana Mariacutea se los criacutea Tiene cinco ldquocrianccedilasrdquo a su cargo El marido desocupado va haciendo changas donde puede y como puede Me dice que en Montevideo eacutel trabajaba en muchas cosas pero aquiacuteestaacute difiacutecil Ana pasoacute seis operaciones en la pierna estuvo largas temporadas internada en Traumatologiacutea Teniacutea que estar en Montevideohellip

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ndashhellipPor lo de los meacutedicos Viviacuteamos en el barrio Borro Nos volvimos a Bella Unioacuten hace ocho antildeos porque creiacuteamos que habiacutea maacutes trabajo y porque pensaacutebamos que era mejor para criar los hijos aquiacute pero soacutelo encontramos el hambre y la desocupacioacuten Ana tambieacuten trabajoacute aquiacute y allaacute de domeacutestica Cambiando de conversacioacuten me dice que estaacute cansada de meacutedicos que la uacuteltima vez le dijeron que le teniacutean que fijar el tobillo de la otra pierna porque lo teniacutea muy mal por caminar torcido y que la columna la teniacutea totalmente desacomodada por lo mismo Pero ella no aceptoacute esa uacuteltimaoperacioacuten que significaba que quedariacutean riacutegidas las dos piernas para siempre Eso no lo aceptariacutea jamaacutes dijo preocupada Estaba cocinando una salsa de tomate Una simpaacutetica sonrisa no abandona su rostro al mirarme Estaacutebamos sentadas debajo del parral Su marido atendiacutea con carintildeo a los nintildeos para dar tiempo a nuestro encuentro Ana tiene el pelo atado con un pantildeuelo verde que deja ver un pelo negro con alguacuten mechoacuten entrecano Viste una blusa larga blanca y una falda floreada Un delantal gris ata a una mujer preocupada por su cuerpo y por su salud ndashTuve que adelgazar quince kilos este antildeo porque no caminaba ya Trabajeacute aquiacute de limpiadora en una panaderiacutea por las galletas el pan y la leche pero no pude aguantar Ahora estoy en casa Gestioneacute hace dos antildeos la jubilacioacuten por invalidez estoy esperando Dicen que me saldraacute por unos cuatrocientos pesoshellip iquestQueacute hago con esa plata Nada ndashSeacute que terminareacute a los cincuenta antildeos postrada en una silla porque cada vez tengo maacutes dolores de huesos y tomo maacutes calmantes pero ni plata para medicamentos tengo ya se sabe primero estaacute la comida iquestA quieacuten le reclama ella esa invalidez por el balazo recibido a los quince antildeos de edad por un policiacutea que ni siquiera sabe quieacuten es iquestA quieacuten le reclama iquestA queacute gobierno iquestA queacute institucioacuten Los nintildeos juegan corren alrededor de la casa con paredes y sin techo Su marido levantoacute paredes hasta la viga pero no lo pudieron terminar Corren

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detraacutes de un gato que les regalaron para aumentar la familia Tienen las cosas tapadas con lonas porque parece que va a lloverhellip el verano vino llovedor Me pregunta por la Chela ndashiquestLa has visto ndashSiacute vive en Montevideo a veces la veo Chela Fontora tiene ahora cuarenta y siete antildeos una hija de su primer matrimonio y un nieto Pasoacute catorce antildeos en la caacutercel en total Se habiacutea incorporado al movimiento tupamaro cuando se dio cuenta que con las ldquomarchas no alcanzaba para nadardquo Cayoacute presa en 1970 la primera vez como integrante del MLN y dirigente de UTAA Salioacute de la caacutercel cuando salieron todoshellip en 1985 Se casoacute nuevamente Vive en Montevideo porque tiene controles meacutedicos regularmente Ahora trabaja en temas sociales en un organismo de ayuda a las mujeres maltratadas Siempre fue sensible al tema y no tolera la injusticia No se alejoacute de su gente Estaacute atenta a lo que pasa en el Nortehellip donde estaacuten los suyos Su hija estaacute en el movimiento de mujeres que hicieron la marcha desde el pueblo Gomensoro por fuentes de trabajo agriacutecolas de esto hace ya dos antildeos A la Chela la encuentro muy seguido en actos acontecimientos sindicales y velorios Sabemos que caminamos en el mismo sentido en el tema mujer Escribioacute ldquoMaacutes allaacute de la pobrezardquo agotado raacutepidamente Cuando una vecina se entera que estoy alliacute y hablamos de Chela trae a su madre que me cuenta de aquella eacutepoca Se agranda la rueda de matehellip Dontildea Lola no fue a la marcha No pudo teniacutea dos nintildeas pequentildeas y su marido trabajaba Ya no estaba viviendo en la azucarera se habiacutea casado con un policiacutea que antes habiacutea sido obrero de la cantildea Pero recuerda toda la preparacioacuten de la marcha no se perdiacutea un acto y aplaudiacutea mucho a la Chela

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Fontora porque era jovencita y hablaba muy claro Dontildea Lola sabiacutea de queacute hablaba en UTAA y sentiacutea la misma bronca que sentiacutean ellos ldquolos peludosrdquo porque ella tambieacuten peludioacute allaacute por el antildeo 1948 cuando llegoacute con su familia desde Tres Cruces departamento de Artigas ndashCuando nos fuimos de alliacute nos deciacutean los vecinos ldquoNo se vayan a CAINSA van al azucaral a agarrar un toro mundialrdquo ldquoEntorarserdquo es tener una pobreza muy grande ni plata ni trabajo ni comida nada Eso es entorarse Pero todos emigraban para las azucareras que era trabajo nuevo ndashNosotros tambieacuten nos fuimos al azucaral por la novedad Nosotros trabajaacutebamos muy duro para ayudar a papaacute La zafra dura cuatro meses se trabaja a destajo a un tanto ldquola luchardquo ndashUna lucha es una cantidad prefijada de surcos trabajados ndashPor cada lucha te dan un vale no te dan plata despueacutes los canjeas Las mujeres trabajaban fuerte en la cantildea Algunas cortaban cantildea a la par de los hombres machete en mano las mujeres solas con hijoshellip Mi madre estaba en casa porque habiacutea nintildeos pequentildeos Mi hermana y yo despuntaacutebamos cantildea acarreaacutebamos carpiacuteamos y a veces papaacute nos llevaba a ldquomontearrdquo Mi hermana y yo tuvimos suerte porque despueacutes de dos antildeos en ldquochacra ldquo (limpieza del suelo alrededor de las plantas nuevas) dentro del cantildeaveral nos llevaron a trabajar en la faacutebrica Alliacute trabajeacute tres antildeos maacutes En la faacutebrica es distinto pasan otras cosas como en cualquier lugar supongo Yo le pregunto ndashiquestQueacute cosas pasan ndashCosas aprovechamientos abusoshellip ndashAhora se dice acoso sexual ndashSiacute recuerdo que teniacuteamos otro trato las que trabajamos dentro de la faacutebrica Los hombres de la oficina siempre se tiraban un lance

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Sonriacutee ldquoUn diacutea un ingeniero que veniacutea desde la capital contratado para la zafra me dijo ndashiquestQueacute haces el domingo ndashNada ndashle dije ndashiquestPor queacute no nos vamos al riacuteo Llevaacute a tu hermana y yo llevo un amigo para ella Me puse maliacutesima ndashiexclNosotras no acostumbramos iexclSinverguumlenza iexclMosquito eleacutectricordquo ndashiquestPor queacute le dijiste eso ndashPorque eacutel era muy nervioso y chiquito Dontildea Lola suelta una carcajada ndashSe ganoacute el apodo para toda la zafra porque yo le conteacute enseguida a todas mis compantildeeras y todas se reiacutean de eacutel al verlo pasar La verdad que lo pasoacute mal Siempre teneacutes que estar alerta a que no te pasen por arribahellip En la faacutebrica tambieacuten es jodido trabajar Charito me viene a buscar para ver a Dontildea Eva Eva Araujo la primera esposa de Bandera A esta amiga la busqueacute en Bella Unioacuten pero estaba ldquopara la Barra de Cuaraiacuterdquo seguacuten me informaron sus hijos cuidando a sus padres que son ancianos estariacutea alliacute por unos diacuteas Alliacute llegueacute buscando una casilla de madera pintada de verde rodeada de plantas de aspecto muy humilde La direccioacuten que me dieron no era muy clara me costoacute encontrarla Mientras sus padres dormiacutean la siesta Eva tomaba mate apoyada en el portoacuten mirando la calle distraiacutedamente Asiacute la encontreacute Al principio no me reconocioacute pero fue muy faacutecil el reencuentro Despueacutes de los saludos la convoqueacute al recuerdo de aquella marcha de 1964 Me explica que tambieacuten fue a la del 1962 y a la de 1968 pero volvimos a la que me interesaba a ubicar ese tiempo de encuentro de acontecimientos vividos cotidianamente

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ndashYo teniacutea veinticuatro antildeos en aquella marcha y teniacutea tres hijos Cuando llegamos a la capital nos alojamos en la Asociacioacuten de Estudiantes de Medicina Estaacutebamos alliacute ocho familias habiacutea unas diez piezas entre todos teniacuteamos veinticuatro nintildeos los mayores eacuteramos diecisiete Estaacutebamos en pleno centro cerca del Palacio Legislativo y a pocas cuadras del campamento de la calle Cuntildeapiruacute donde nos reuniacuteamos todos los diacuteas Me cuenta que es brasilera que sus padres vinieron a trabajar al Uruguay que ella trabajoacute desde nintildea con su familia regando despuntando cantildea levantando boniatoshellip Cuando se ldquoaparejoacuterdquo con Bandera eacutel no la dejoacute trabajar maacutes en la tierra entonces trabajoacute en otra cosa haciacutea pan caseropara vender empanadas lavados de ropahellip Siempre trabajoacute ndashViviacutea con mi familia dentro de CALPICA el ingenio azucarero En esa marcha ella dejoacute el rancho para ir a Montevideo dejoacute sus cositas lo poco que teniacuteahellip Apronta nuevamente un mate y me alcanza una empanada calentita ndashiquestQueacute haciacuteas en esa marcha queacute tareas ndashYo en esa marcha lo que haciacutea era mantener limpio el local Y se riacutee como quien dice ldquoiexclOtra cosa no podiacutea hacerrdquo ndashEra muy grande lo haciacuteamos entre todas pero como yo teniacutea mi chiquita de dos meses me quedaba maacutes tiempo en el local y los demaacutes se iban a manifestaciones o gestiones se llevaban los maacutes grandecitos los que no pediacutean brazos asiacute que casi siempre me quedaba yo Ese invierno era muy friacuteo y muy llovedor me acuerdo que todos llegaban con los pies embarrados costaba mucho mantener el local limpio Lo tomeacute como mi trabajo ndashAlliacute nos traiacutean la ropa comida juguetes gente amiga que veniacutea de todos lados ndashTambieacuten cocinaacutebamos para nuestro grupo separados de la olla del campamento de Cuntildeapiruacute para no desplazarnos de aquiacute para allaacute con la gurisada comiacuteamos bienhellip

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Se queda como pensando ndashRecuerdo que teniacuteamos miedo al traacutensito Un diacutea un oacutemnibus atropelloacute a dos nintildeas chiquitas que se nos escaparon para ir a la panaderiacutea que quedaba a dos cuadras Se fueron solitas y cruzaron sin permiso la avenida General Flores no les pasoacute nada porque frenoacute muy a tiempo cerquita de ellas las pechoacute y las volteoacute iexclQue susto ndashTodo eso teniacuteamos que cuidar las mujeres ndashse riacuteendash Como siempre como en casahellip Eva tiene una cara muy linda a pesar de los antildeos y muy serena habla pausado Se le ve sin rencores asumida a siacute misma en esa suerte de mujer sola que le tocoacute vivir ndashiquestCoacutemo terminaste esa marcha iquestcuaacutendo decidieron volver ndashCuando volvimos a Bella Unioacuten nosotros volvimos en tren y los ldquomonosrdquo (los bolsos los paquetes) los traiacutea un camionero del mercado que veniacutea siempre vaciacuteo para Bella Unioacuten Esa noche nos detuvieron en Colonia Palma y la policiacutea no nos dejaba entrar al azucaral ldquoPasamos la noche a la intemperie un friacuteo horrible no teniacuteamos ni abrigo ni frazadas todo se nos fue en el camioacuten A la madrugada nos soltaron a todos iquestPero sabeacutes lo que pasoacute nos incendiaron los ranchos en CALPICA en la propiedad del patroacuten deciacutean eso que estaacutebamos en la propiedad del patroacuten y que no podiacuteamos reclamar nada eso deciacutean que no sabiacutean quieacuten fue que los quemoacute y quieacuten va a serhellip iexclNosotras siacute sabiacuteamos Me quedeacute sin nada soacutelo con lo puesto ldquoAsiacute nos quedamos en un campo baldiacuteo de Bella Unioacuten Armamos una casilla con las cosas que acarreaacutebamos de todos lados palos latas cartoacutenhellip Hice colchones con bolsas blancas de azuacutecar que los compantildeeros me traiacutean y adentro lo relleneacute con pasto seco con gramilla y asiacute empeceacute de nuevo de la nada ldquoCon maacutes dificultades Mi marido era dirigente de UTAA y como todos marchoacute en la lista negra y no encontraba trabajo Yo fui sacando la

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familia adelante con lavados para afuera y el contrabando de la Barra de Cuaraiacute compraba y vendiacutea cualquier cosa yerba aceite azuacutecar ropaCuando no teniacutea plata para contrabandear haciacutea pan empanadas y pizza para vender luchando todos los diacuteas dieciseacuteis antildeos fuera de casa y yo sola con siete hijos pero a todos mis hijos los mandeacute a la escuela terminaron primaria y tres quisieron seguir secundaria ndashiquestSon todos hijos de Bandera ndashSiacute todos de eacutel Cuando eacutel se fue yo teniacutea siete hijos para tirar adelante ndashiquestY Bandera doacutende estaacute ndashEacutel vive en Montevideo Estaacute enfermo Si eacutel tuvo otras parejashellip No yo nohellip estoy solahellip no con mis hijoshellip tengo nietos tambieacutenhellipndashdice contentandashsigo trabajandohellip tengo cincuenta y cuatro antildeos siacute clarohellip estoy muy bienhellip siacute mis hijos y yo estamos siempre con la Policliacutenica porque luchamos por todo estohellip y aquiacute estamos yo me quedeacute siempre aquiacuteY seguimos con UTAA Al diacutea siguiente me visitoacute en casa de Charito otra mujer de aquel tiempo Mariacutea Margarita Torres la Lucha le deciacutean en el pueblo Teniacutea veintidoacutes antildeos en la marcha de 1964 y traiacutea sus tres hijos pequentildeos Tuvo catorce hijos ndashTodos del Amaral ndashdicendash Vine porque siacute a la marcha Eacutel no me dejaba ir a las reuniones ni ir a la marcha pero yo le dije si las demaacutes van iquestPor queacute yo no puedo ir Asiacute que me fui yo tambieacuten Porque yo era trabajadora me crieacute en las chacras con el salario familiar Fui de las primeras mujeres que hablamos de sindicato con dieciocho antildeos recorriacuteamos los ranchos una gurisahellip Claro ndashiquestCon quieacuten ibas ndashIba con mi padre con Rauacutel Sendic con otros Siacute era jovencita pero me gustaba el sindicato Fui a la marcha no soacutelo por ir sino ldquopor no agachar la cabezardquo como deciacutea Rauacutel Y fui con tres hijos chicos con ellos me sentiacutea fuerte Cuando llegueacute a la Capital no conociacutea a nadie alliacute me sentiacutepequentildea era todo tan grande la casa el traacutensito todohellip Pero dentro de miacute

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habiacutea algo que me deciacutea que teniacutea que seguir adelante como deciacutea Rauacutelhellip Yo era rebelde ndashiquestEras de la comisioacuten de mujeres en esa marcha ndashSiacute yo saliacutea en la Marcha como las demaacutes en algunas gestiones y tambieacuten saliacute de pegatina Un diacutea estaba con tres compantildeeros yo llevaba el tarro con engrudo y los rollos ellos eran maacutes altos y podiacutean pegar los carteles maacutes arriba de repente los compantildeeros tiraron los afiches y salieron disparando no me dieron tiempo ni a preguntar queacute pasaba y me quedeacute sola mireacute para atraacutes y vi una patrulla de los milicos Se acercaba despacito me agacheacute contra un auto que estaba parado y despueacutes me metiacute debajo rodando Los milicos pasaron y no me vieron espereacute que se fueran No perdiacute ni un rollo ni el pincel ni el balde ellos me dejaron todo tirado y rajaron Cuando pude me fui al campamento Mis compantildeeros llegaron despueacutes tranquilos y a las risas contando la hazantildea No se preocuparon por miacute ndashiquestPor queacute no me avisaron les reprocheacute Tambieacuten vendiacutea bonoshellip Los hijos los dejaba con las otras compantildeeras que quedaban en el localhellip Si estaba tambieacuten en las asambleas de mujeres del campamento Eran pocas las que hablaban y opinaban dos o tres la mayoriacutea de las mujeres callaban escuchaban saliacutea alguacuten personalismo si alguna que queriacutea sobresalir hablando ndashiquestTe sentiste valorizada por los compantildeeros hombres del sindicato en ese periacuteodo ya que eras tan militante ndashSiacute ellos queriacutean que nosotras opinaacuteramos y nos deciacutean que eacuteramos todos iguales Treinta antildeos despueacutes Margarita Torres estaacute en Bella Unioacuten porque nunca se fue de alliacute y crioacute sus hijos sola sacoacute la gurisada adelante Ahora tiene cincuenta y dos antildeos y trabaja en la chacra todaviacutea en la chaucha en el tomate en el choclo y me cuenta que ahora en 1994 se pagan las ocho o nueve horas de trabajo a treinta pesos

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ndashEs un trabajo duro a destajo tanto trabajas tanto ganas asiacute que te matas para ganar un poco maacutes Tambieacuten trabajeacute en el hospital de Bella Unioacuten me despidieron por ser cantildeera de corazoacuten por las represalias en el antildeo 1980 en plena dictadura ndashiquestY tu marido ndashCuando volvimos de la marcha porque hicimos todas la del sesenta y dos la del sesenta y cuatro la del sesenta y ocho quedaba en las listas negras y no conseguiacutea trabajo despueacutes estuvo preso tres antildeos y al final se quedoacute por Montevideo y ahora es viejo y estaacute enfermo allaacute en la CapitalQuiso volver conmigo y se vino estuvimos un tiempo juntos pero no fue posible yo le puse las cosas muy claras Preferiacute seguir sola sin que nadie me mande Estoy cerca de mis hijos y nietoshellip Yo sigo en la lucha en la zafrahellip en la recoleccioacuten aunque sea por treinta pesos al diacutea que se le vaa hacer pero yo sigo en el Sindicato y trabajo con Charito para la Policliacutenica para eso estamos Trabajamos para el festival de cada antildeo para sacar fondos Y vendiendo entradas me recorro todo el pueblo A la China la busqueacute y la encontreacute en Bella Unioacuten treinta antildeos despueacutes en la misma casa de siempre ahora mejorada Me cuenta que tiene los hijos casados que dos de ellos pudieron estudiar y trabajan Nos alegramos al vernos No tenemos prisa Salen y entran dos nietos que se mueven por la casa uno de los hijos estaacute arreglando algo en el fondo se escuchan las risas de los gurises que se acompasan con los golpes del martillo Recordamos aquella eacutepoca y me cuenta que a aquella marcha ella fue dice de casualidad casi obligada por las circunstancias Se riacutee se acomoda en la silla dispuesta a contar Arregla el mate que estaacute con mucha yerba con los dedos graciosamente y dice ponieacutendose seria ndashYo habiacutea quedado viuda con criaturas chicas y estaba interesada en cobrar la pensioacuten por eso me acerqueacute a los del Sindicato Porque mi marido trabajaba en la faacutebrica en la azucarera y en el ingenio ellos fueron los que me

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explicaron como teniacutea que reclamar la pensioacuten asiacute fue como los conociacute El primer local de UTAA se lo di yo a los compantildeeros Teniacutea una pieza chiquita en el fondo de casa que no necesitaba tanto y ellos no teniacutean donde reunirse Al sindicato veniacutean muchos en esa eacutepoca entraban y saliacutean a cualquier hora La miseria en que quedeacute me despabiloacute y entreacute a buscarme caminos Yo en esa eacutepoca teniacutea una especie de venta asiacute nomaacutes sin permiso vendiacutea tabaco y yerba que traiacutea maacutes barato de contrabando Le vendiacutea a los vecinos y a los muchachos del Sindicato tambieacuten y les calentaba el agua para el mate y se las alcanzabandash se sonriacutee otra vez como que le cuesta hablar deaquello Veo que es una linda mujer tiene gracia en el hablar y en la mirada estaacute vieja dice pero yo la veo muy bien en sus sesenta y pico ldquoUn diacutea me llevaron presa y sin saber por queacute Pasaban las horas y en la comisariacutea no me explicaban nada parada alliacute de plantoacuten Cuando pasoacute el comisario cerca miacuteo le toqueacute el brazo y le dije ndashOiga iquestpor queacute estoy aquiacute ndasheacutel me hizo un gesto con el brazo como sacaacutendome de encima y dice ndashiexclHabrase visto una china maacutes atrevida y sinverguumlenza A miacute me dio tanta rabia que cuando empezoacute a caminar de atraacutes yo le tironeeacute la chaqueta tan fuerte que le volaron dos botones iexclCalabozo conmigo Paseacute toda la noche asiacute que recieacuten al otro diacutea me entereacute que la denuncia me la puso el meacutedico del pueblo porque las de la Casa de Mujeresle dijeron que yo teniacutea este negocio en casa y que yo trabajaba sin permiso y sin libreta de saludrdquo ndashiquestQueacute pasoacute como fue eso iquestUna casa de mujeres ndashSiacute Como veiacutean entrar tanta gente tantos hombres por el costado del rancho deciacutean que yo teniacutea ldquoCasa de Mujeresrdquo clandestina iexclMentira iexclQueacute rabia me dio Estariacutea sentildealada en todo el pueblo y yo sin saber nada Sin embargo lo que se estaba haciendo al lado era el Sindicato de UTAAPor eso veniacutean hombres a cualquier hora Veniacutea Sendic y otros que yo no

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conociacutea de lejos veniacutean a piehellip pero yo quedeacute sentildealada como una puta en todo el pueblo -La rabia del primer momento me dio por ir a la casa del doctor que me denuncioacute porque yo queriacutea arreglarlo por mi cuenta Espereacute al meacutedico en la puerta de su casa despueacutes que su esposa me dijo que no estaba y que volveriacutea maacutes tarde Teniacutea tanta rabia que le bajariacutea los dientes a trompadas Eacutel se escondiacutea porque yo eso lo deciacutea en voz alta a todos los que me quisieran oiacuter la mujer miraba entre las cortinas y se escondiacutea tambieacuten Pero yo sabiacutea fijo que estaba dentro porque en la puerta alliacute estaba su auto negro Le hice praacutecticamente guardia durante horas despueacutes me fui a mi casa y las vecinas y los del Sindicato me amansaron asiacute que lo dejeacute todo tranquilohellip pero me rondaba en la cabeza -A las tres de la mantildeana no podiacutea dormir decidiacute ir a pedir permiso policial para abrir yo una Casa de Mujeres Esto me lo penseacute mucho mucho ya que estaba sentildealada como que habiacutea y no habiacutea ellos el doctor y las mujeres incluso el comisario me obligaron a hacerlo y saqueacute el permiso -Cuando a la semana me lo dieron fui a Cuaraiacute a buscar una pupila y me traja a la Flaca -Lleveacute a mis hijos a la casa de mi suegra y empeceacute el negocio que me trajo maacutes problemas que ganancias dos por tres estaba otra vez en comisariacutea por ldquorintildeas y disputasrdquo -Lo que pasaba era que a los que no queriacutean pagar las ldquofacturasrdquo yo les ldquoarrimaba la ropa al cuerpordquo ndashy hace un gesto de arremangarsendash y claro despueacutes de pagar como Dios manda iban a la comisariacutea y me denunciaban asiacute que pasaba en liacuteos nomaacutes Es muy difiacutecil llevar a los clientes y que no se pasen contigo porque sos mujerhellip ndashiquestY los del Sindicato donde funcionaban iquestAquiacute mismo ndashNo Ellos eran independientes pasaban por el costado por otro portoacuten porque una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa vos me entendeacutes Maacutes o menos yo iba regentiando la casa pero tuve un problema con mi pupila por

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cosa de hombres de uno que pretendiacutea de miacutehellip ndashiquestA ella tambieacuten le gustaba ese hombre ndashNo no era eso eacutel me frecuentaba a miacute yo no queriacutea mucho con eacutel estaba casado Eso siacute teniacutea mucho dinero Las de la otra Casa de Mujeres estaban enteradas porque eacutel no iba maacutes por alliacute Asiacute que una de ellas le contoacute a su mujer por hacer dantildeo nomaacutes -Pasoacute que mi pupila fue pagada por la esposa de este hombre eacutel se fue de la boca conmigo y me lo contoacute todo ya se sabe en pueblo chicohellip como dicen todos se conocen -Cuando vino este hombre yo puse las cosas en su lugar lo echeacute porqueno queriacutea tener problemas Yo estaba aprendiendo a trabajar y me lo queriacutea sacar de encima mucho maacutes si eacuteste me creaba problemas -Asiacute que discutimos en voz alta no me acuerdo bien lo que le dije ni lo que me contestoacute Seacute que deciacutea que queriacutea seguir vieacutendome sin ninguacuten compromiso yo no queriacutea saber nada de eacutel y se lo dije ndashiquestY queacute pasoacute ndashLa Flaca lo escuchoacute todo porque las paredes eran de madera finita como una tela de cebolla asiacute que cuando eacutel se fue por una puerta mi pupila entroacute por la otra con una navaja de hoja asiacutendash y sentildeala el ancho con dos dedosndash Ella era muy grande iquestte acordaacutes Era maacutes alta que vos Pero yo con la rabia que teniacutea se me duplicaron las fuerzas ella a mi me tajeoacute por muchos lados Se me estaba mojando la ropa de sangre en un costado en este brazo y por aquiacute ndashy se sentildealandash Cuando la tranqueacute con la pierna y la pude tirar al suelo me le subiacute arriba le quiteacute la navaja y se la hundiacute por acaacute y por acaacute ndashsentildealaacutendose el abdomenndash Ella gritaba y me putiaba Cuandovi tanta sangre me asusteacute mucho me incorporeacute y me fui al fondo y llameacute a la vecina Alguien la llevoacute al hospital yo me metiacute en la casa de al lado estaba creiacuteda que la habiacutea matado Por la tarde me acompantildearon a curarme y el meacutedico me preguntoacute si no seriacutea yo la que se peleoacute con la flaca A miacute me dio un miedo baacuterbaro y un vuelco en el corazoacuten Contesteacute que no que yo no era No pregunteacute

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nada si habiacutea muerto o no De alliacute me fui a la casa de una conocida miacutea recogiacute alguna ropa lo necesario echeacute llave a la puerta y me fui a esperar que pasara el momento por las dudas No sabiacuteasi me habiacutea denunciado o no Al diacutea siguiente me entereacute que ella despueacutes que la curaron se fue para Cuaraiacute para Brasil Ella no me denuncioacute ni yo tampoco porque la que empezoacute el liacuteo fue ella y yo me defendiacute ndashLa marcha de los cantildeeros estaba por salir en esos diacuteas ndashcontinuoacute la Chinandash Faltaba un diacutea o dos no me acuerdo yo me puse mejor Con la Casa de Mujeres no queriacutea trabajar maacutes Teniacutea miedo de caer presa y los del Sindicato se iban a la marcha porque aunque no quieras yo me sentiacutea protegida por ellos Eran mis vecinos ldquoLo penseacute mucho yo tambieacuten como ellos queriacutea tierras para trabajar le expliqueacute todo eso a mi suegra y le dejeacute a los hijos le dije que iba a luchar por ellos tambieacuten le dejeacute toda la plata que teniacutea y las llaves de la casa Y me enroleacute en la marcha a Montevideo dejeacute todo y me fui con todos los peludos para Montevideo ldquoMe sentiacutea maacutes segura en la marcha Yo teniacutea sentimiento de proacutefuga porque creiacute que la habiacutea matado Eso de tener la Casa de Mujeres fue por miseria por necesidad econoacutemica y cualquiera lo comprende iquestno Nunca penseacute que todo terminariacutea asiacute ldquoLas mujeres de la marcha tambieacuten me aceptaron aunque en el pueblo ya habiacutea estado en boca de todos me respetaron y trabajeacute mucho por UTAA Hasta fui encargada de la Comisioacuten de Mujeres del Sindicato cuando estaacutebamos en la capital ndashiquestNunca tuviste problemas en esa marcha por este pasado tuyo ndashSiacute una vez ldquoEn el campamento siempre alrededor del fogoacuten habiacutea dos o tres compantildeeros en la tarea de la comida sirviendo los platos cortando el pan Fue a los pocos diacuteas de salir antes de llegar a Montevideo ndashpiensandash no seacute si estaacutebamos acampados en Riacuteo Negro Era la hora de la comida recuerdo a todos

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trajinando de allaacute para acaacute ldquoTeniacuteamos visitas estaban unos maestros que nos trajeron paquetes de fideos y arroz me acuerdohellip ndashse pone como a pensar con la vista perdidandash uno de ellos de los encargados de la comida no me acuerdo cual me alcanza mi plato de comida con una mano y con la otra me manoteoacute una teta como al disimulo pero con toda la mano abierta me la apretoacuteLe di un tortazo y le revolieacute el plato de comida eacutel se quedoacute pasmado y le dije iexclDesgraciado iexclA miacute me vas a respetar como mujer que soy Todos hicieron silencio yo me fui furiosa y ni comiacute ese diacutea Despueacutes se discutioacute este hecho en la reunioacuten de todos los diacuteas como ves me teniacutea que hacerrespetar por eso de lo que fui antes ldquoYo no podiacutea con mi genio era joven y muy impulsiva me tomaba la justicia por mi cuenta ldquoSiacute fue la primera y la uacuteltima vez que me pasoacute algo yo siempre poniacutea las cosas en su lugarhellip iexclPorque una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa

Retrato de Mariacutea Julia Alcoba en carbonilla Autora Clarina Vicens Alegre

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Del azuacutecar a la sal

A Dontildea Eva la conociacute en la marcha de los cantildeeros Facciones aindiadas tez blanca cabello castantildeo y ojos verdes Teniacutea en ese momento cinco hijos No hablaba casi nada siempre con la cabeza gacha Con los extrantildeos haciacutea poca amistad era difiacutecil hablar con ella Para contestar miraba al marido como esperando su aprobacioacuten ldquoiquestNo viejitordquo Pero lo que maacutes me impresionoacute de aquella mujer fue la dulzura con que trataba a sus hijos Con acento fronterizo en la voz melosa como el azuacutecar les hablaba jugaba y reiacutea continuamente con ellos Era un juego de piel besos caricias y a veces palmaditas Por primera vez vi ldquodar la tetardquocon mutuo placer de intercambio No teniacutea nada Viviacutea en una carpa con su compantildeero y sus hijos pero ella disfrutaba ese momento con los suyos prescindiendo del entorno No se quejaba ni pediacutea nada para ella Estaba en la marcha de los cantildeeros acompantildeando a su marido Aquiacute haciendo igual que allaacute la tarea de todos los diacuteas con un fueguito en el suelo en cuclillas igual que allaacute Aquiacute la carpa de tela que les prestaron allaacute el ranchito de paja y terroacuten en la tierra del patroacuten frente al riacuteo Recordoacute su rancho cerquita del riacuteo Los patos salvajes y alguacuten carpincho engordaban la mesa a veces El cantildeaveral tan verde y el sonido de la cantildea al viento en las tardecitas Quiso recordar Su marido llegaba de la cantildea tan negro lleno de holliacuten soacutelo le blanqueaban los ojos y los dienteshellip Pero no pudo seguir porque se le boleoacute la olla y se le apagaba el fuego

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iexclY ella recordando verdes iexclBobadas Antildeos despueacutes la reencontreacute en La Coronilla Los tiempos estaban cambiando Los primeros presos gremiales y poliacuteticos los primeros estudiantes asesinados en las calles de Montevideo A nosotros nos habiacutean prestado un rancho Nos dijeron que dontildea Eva estaba alliacute con sus hijos No fue difiacutecil encontrarlos en ese entonces habiacutea unos diez ranchos en el pesquero y todas las familias se conociacutean Fue muy lindo volver a verlos Los nintildeos y ella estaban espleacutendidos negritos les blanqueaban los dientes curtida la piel del aire salado Estaban tan felices de vernos como nosotros a ellos Eva estaba maacutes gordita siempre con la falda larga el pelo recogido en la nuca maacutes claro por el sol Sus ojos teniacutean un nuevo brillo se la notaba feliz tranquila ndashEstaacutebamos pasando mal en Montevideo despueacutes del desparramo de los peludos Unos fueron para Artigas otros para Treinta y Tres y nosotros terminamos aquiacute ndashNos trajo el Bebe ndashdijo su compantildeerondash Aquiacute salgo a la pesca tenemos unos conejos en la isla hijos de los que largamos alliacute con el Bebe y vivimos no maacutes Pero el aire es maacutes sano para la gurisada El compantildeero de Eva se crioacute en Artigas trabajando la tierra muy lejos del mar Ahora es pescador aunque le tiene terror al mar Es el trabajo que hacen los hombres aquiacute No es faacutecil el cambio de cantildeero a pescador es como ir del azuacutecar a la sal pero eacutel sigue igual de buen caraacutecter dicharachero con ojos de picardiacutea siempre sonriente El pesquero estaacute rodeado de meacutedanos calientes Maacutes allaacute el oceacuteano Atlaacutentico braviacuteo salado profundo y friacuteo Lo difiacutecil es el invierno y el caraacutecter de la gente del pesquero Eacutel veniacutea de un trabajo colectivo y le resultaba difiacutecil el trabajo aislado ndashEl caraacutecter de la gente es distinto Es otro clima tuvimos que adaptarnos a su modo de ser silencioso Ellos dos se juntaron en el azuacutecar y en la sal en las alegriacuteas y en las

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tristezas Eacutel crecioacute sin padre y ella se quedoacute con el padre y una mujer que no era su mamaacute la suya se habiacutea ido y no le permitieron verla maacutes Dos infancias de soledad los uniacutean La deacutecada del setenta como a muchas familias los golpeoacute Cuando vinieron a buscar a su marido ella quedoacute sola con los hijos rodeada de arena y mar Siete largos antildeos sola Fue difiacutecil muy difiacutecil para ella empezar de nuevo y sin eacutel ndashDesaparecieron los vecinos no llegaba nadie por el rancho Pasaban de largo soacutelo una o dos vecinas llegaban Fue como si estuvieacuteramos apestados Quedamos solos los hijos y yo en este rancho En el pesquero de La Coronilla no hay trabajo para mujeres solas Algunas van a arrancar mejillones y berberechos al Cerro Verde para vender en los hoteles Las que tienen su hombre que sale al mar salan el pescado que ellos traen para preparar el bacalao Eva en ese entonces ya teniacutea seis hijos El mayor empezoacute a salir en las barcas al mar teniacutea 14 antildeos trabajaba para otro pero no alcanzaba el dinero y Eva le teniacutea tanto miedo al mar Pero ahora estaba sola y teniacutea que salir adelante Y los vecinos pasaban de largo por su rancho porque su marido estaba preso por tupa ndashEra como estar apestada Un diacutea se armoacute de coraje y le dijo a una vecina ndashMantildeana iquestpuedo ir con usted a juntar mejillones Usted me ensentildea iquestno vecina Porque yo nunca lo hice pero no seraacute difiacutecil lo uacutenico el mar Nos contaba tomando mate y mirando lejos ndashLos mejillones se arrancan en la madrugada Hay que levantarse a las cinco de la mantildeana aprovechar la bajante porque despueacutes sube la marea y no podeacutes adentrarte en la roca Estaacute oscuro el cielo y el mar todo negro y el ruido de las olas te parece maacutes fuerte todaviacutea Pero eacutesa es la hora Yo le tengo mucho miedo al mar pero teniacutea que ser fuerte Teniacutea que poder para conseguir la comida

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Arrancaacutebamos los mejillones de la roca con una especie de untildea Eso siacute no te podeacutes descuidar yo no seacute nadar y cuando viene con fuerza el mar podeacutes perder la estabilidad y te lleva Mi vecina era maacutes baquiana que yo y me cuidaba Cuando veniacutea una ola y me llevaba ella me traiacutea aunque fuera de las patas Otra vez sobre las rocas Yo aprendiacute y arrancaba rapidito antes que viniera la otra ola maacutes fuerte Da tiempo es como un ritmo un vaiveacuten vienen dos olas cortas y una maacutes larga y maacutes fuerte No me podiacutea distraer estaba atenta y la esperaba agarrada de la roca con las dos manos para que no me llevara Asiacute paseacute cuatro antildeos metida en el agua mojada de pies a cabeza en el agua salada Se me dormiacutean las piernas se me acalambraban Me latiacutea fuerte el corazoacuten El mar te da miedo y te atrae a la vez te sentiacutes parte de eacutel A veces pensaba queacute vida distinta llevaba ahora tan lejos del campo del riacuteo de los teros Me acordaba de mi gallinero de mi quinta del riacuteo cuando con mi viejito iacutebamos a pescar en agua dulce iexclQueacute agua tan distinta Pero sobre todo me acordaba de mis plantitas mis verduras mis flores Aquiacute sentiacutea la arena caliente pero por las mantildeanas y las tardecitas estaba friacutea Se me ocurrioacute intentarlo Empeceacute a probar a plantar en la arena algunas muditas de plantas A mediodiacutea las tapaba con la ropa recieacuten lavada para protegerlas del sol y empezaron a crecer muy despacito Acarreaacutebamos abono de caballo resaca del mar y algunas tierritas de maacutes lejos que traiacuteamos con mis hijospara mezclar con la arena y asiacute fui armando esa quintita de a poquito iexclQue nos dio de comer iexclqueacute alegriacutea Llegueacute hasta a vender verdura para comprar aceite y queroseno Cosechamos habas papas tomates choclos arvejas lechugas iexclhermosas lechugas La teniacuteamos cercada con cantildeas por los animales que andaban sueltos por la noche ocupaba todo el costado del rancho iexclSiacute que nos dio de comer esta quintita iexclQueacute trabajo Veniacutea de arrancar mejillones lejos como a tres quiloacutemetros del Cerro Verde con los mejillones a la espalda Descansaba un poquito y los

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llevaba a vender al hotel otros cinco quiloacutemetros entre ida y vuelta por la arena Como a las once volviacutea tomaba mate cocido y memetiacutea en la quinta a regarla con agua de la cachimba a limpiarla a arrancar yuyos malos Poniacutea la comida al fuego despueacutes dormiacutea un poquito y cuando queriacutea acordar llegaban los gurises de la escuela Iban a la escuela rural de diez de la mantildeana a tres de la tarde Los veiacutea llegar desde lejos alegres con las bolsitas de tierra que me traiacutean para la quinta Empezaba otra vez lavar la ropa que traiacutean sucia para que estuviera pronta al diacutea siguiente hacer la cena para estar adentro del rancho con la puerta cerrada a eso de las seis de la tarde porque ya no saliacuteamos maacutes traiacuteamos los baldes de agua para adentro y nos trancaacutebamos Con toda esa gurisada saltando corriendo y llorando a la vez yo escuchaba la radio una chiquita a pilas que teniacutea Los maacutes chiquitos despueacutes de cenar se iban durmiendo Yo quedaba con los maacutes grandes escuchando muacutesica informativos y charlando A veces nos reiacuteamos de cualquier cosa Apagaba el farol y dormiacuteamos con el ruido del agua tan cerca o con el silbido del viento que sopla mucho aquiacute Al poco rato ya eran las cuatro de la mantildeana y me teniacutea que ir al Cerro Verde a arrancar mejillones otra vez Todos quedaban durmiendo solitos La maacutes grande los levantaba lospreparaba y se iban a la escuela Asiacute asiacute todos los diacuteas asiacute Cuando mi viejito estaba preso yo trabajeacute con las otras mujeres en lo uacutenico que podiacutea hacer juntar mejillones y caminar todos esos quiloacutemetros para venderlos Aprendiacute a caminar ligerito como ellas a la par de ellas y a cargar la bolsa hasta con 50 kilos iexclQueacute no hariacutea uno por los hijos iquestNoAprendiacute a comprar y a vender y ellos tambieacuten me ayudaban Salimos todos juntos adelante Cuando trabajeacute esos antildeos con ellas una de las vecinas me ayudoacute a pedir la asignacioacuten familiar en Castillos porque no alcanzaba la plata y lo pasaacutebamos mal Muchas veces me acuerdo cuando los hijos me pediacutean pan de noche y

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no habiacutea Entonces les prometiacute una cosa ldquoSi llego a sacar la asignacioacuten familiar cada vez que vaya a cobrar les traereacute un pan para cada unordquo y asiacute lo hice Cada vez que iba a cobrar a Castillos traiacutea un pan para cada uno Me parece verlos ndashcuenta entre risas y laacutegrimasndash les daba un pan y lo comiacutean todo sentados abajo de un aacuterbol que yo habiacutea plantado Que comieran cuanto quisieran les deciacutea y reiacutean con laacutegrimas y cuidaban y guardaban sus pedacitos para comer despueacutes iexclEacuteramos felices con tan poquito iexclDe tan poquito nos reiacuteamos Los recuerdo cuando por la arena mis negritos riendo a carcajadas me iban a alcanzar con la pata en el suelo Viviacuteamos muy unidos igual que ahora Mis hijos aunque eran pequentildeos me ayudaban a vivir A mi viejito lo podiacutea ir a ver al Penal de Libertad de tanto en tanto Saliacutea muy caro el pasaje desde Rocha a Montevideo Esa noche dormiacutea sentada en la agencia de la ONDA A la mantildeana viajaba al Penal Despueacutes vinieron diacuteas peores no podiacuteamos arrancar maacutes los mejillones porque vino una especie de enfermedad se murieron los que habiacutea y las nuevas colonias demoraron en formarse Yo lo que seacute es que me quedeacute sin trabajo Eso significaba hambre otra vez para nosotros Con una vecina y sus hijos emigramos a Punta del Diablo porque nos enteramos que alliacute habiacutea movimiento de turistas Se podiacutea trabajar en algunas cosas maacutes En un ranchito de una pieza nos metimos todos y empezamos a trabajar de nuevo Mis hijos ya estaban maacutes grandes y trabajaban todos Unos en casas de familia otros en la construccioacuten o en la pesca y yo y la maacutes pequentildea haciendo collares de caracoles para vender a los turistas que llegaban en sus autos Aquiacute en Punta del Diablo se trabajaba mejor y podiacutea ir una vez al mes al Penal y llevarle cosas Hace cinco antildeos que estamos aquiacute es distinto ahora tengo luz eleacutectrica agua y hasta heladera tengo Con la ayuda de mis hijos y mi marido cuando salioacute del Penal construimos este rancho grande Tiene techo de quincha no se llueve paredes de bloque y pisos de portland

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Tengo hijos casados y nietos Aquiacute sigo enhebrando collares Cuando mi viejito salioacute del Penal encontroacute a toda la familia esperaacutendolo y siguioacute saliendo al mar y salando bacalao de eso vivimos todaviacutea pero es zafral claro No siempre tenemos platardquo iexclQueacute largo camino Ella quedoacute sola y aprendioacute a comprar y a vender a decidir a pelear A veces no encuentra su antiguo monedero Estaacute un poco distraiacuteda ndashBah no importa no tiene nada iquestno viejito y blanquean los dientes en su abierta y esquiva carcajada

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Epiacutelogo

La historia no es lo de antantildeo solamente estaacute construyeacutendose ahora en cada momento que transcurre en cada momento de las mujeres en las faacutebricas en las calles en el trabajo del campo en el domeacutestico maestras rurales amas de casahellip Todas las mujeres donde sea que esteacutenhellip La historia va articulando en lo cotidiano los acontecimientos colectivos sindicales poliacuteticos y sociales de un paiacutes No soacutelo debemos recordar compantildeeras hay que escribir Porque lo que no estaacute escrito no existe se lo lleva el viento es la invisibilidad es la no historia

Mariacutea Julia sosteniendo el libro de Graciela Sapriza Fotografiacutea Val Rodlez (2018)

Mariacutea Julia en su jardiacuten Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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El jardiacuten de las palabras diaacutelogos feministas para abrazar la historia

Mariacutea Julia Alcoba Rossano Alicia Migliaro GonzaacutelezLorena Rodriacuteguez Lezica

En este capiacutetulo proponemos reflexionar a partir de los diaacutelogos que entablamos con Mariacutea Julia Alcoba feminista y referente del sindicalismo uruguayo Partimos de un ciclo de entrevistas de historia de vida que comenzamos casi por azar a fines del 2019 y que continuamos inventando modos de encuentro virtual hasta el diacutea de hoy Modos de encuentro que fueron transitando por las memorias de Mariacutea Julia y por los muacuteltiples intereses que nos encuentran desde las preocupaciones sociales y poliacuteticas actuales hasta los consejos para cuidar nuestras plantas Este texto entrelaza las voces de las tres en momentos y tonos diversos por un lado las resonancias de Lorena y Alicia a partir de los encuentros y por otro las memorias de Mariacutea Julia

La semilla el encuentro entre nosotras

Supimos de Mariacutea Julia cuando presentoacute su libro autobiograacutefico Las mujeres iquestdoacutende estaban (Alcoba 2014) Lo leiacutemos lo comentamos lo compartimos lo regalamos No saliacuteamos de nuestro asombro Las palabras de Mariacutea Julia nos hablaban de una historia social y poliacutetica conocida pero desde una sensibilidad novedosa Un calor feminista nos invadiacutea nos entendiacuteamos nos reconociacuteamos en sus palabras Poco tiempo despueacutes entramos en contacto con motivo de la celebracioacuten de un 15 de octubre fecha en la que se conmemora el diacutea de la mujer rural Pasado un tiempo la volvimos a contactar para invitarla a formar un grupo de discusioacuten en el marco de un proyecto de investigacioacuten feminista sobre desigualdades de geacutenero en sindicatos rurales Asiacute junto con

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otra referente histoacuterica del sindicalismo uruguayo Neacutelida ldquoChelardquo Fontora1 y compantildeeras sindicalistas rurales en actividad conformamos un espacio que nos permitioacute pensar juntas Este trabajo fue plasmado en una cartilla de autoriacutea colectiva que lleva el tiacutetulo iquestY las mujeres doacutende estaacuten Guiacutea para abordar desigualdades de geacutenero en sindicatos rurales (Alcoba et al 2019) Trabajamos mucho en el armado de esta cartilla y poder entregarla a cada una de las autoras previo a la presentacioacuten puacuteblica fue una tarea maacutes que disfrutable

1 Chela Fonotra es una exmiltante de la Unioacuten de Trabajadores Azucareros de Artigas

(UTAA) y del Movimiento de Liberacioacuten Nacional (MLN) Fue presa poliacutetica en la dictadura ciacutevico-militar y desde la apertura democraacutetica a la fecha es militante por los derechos humanos Es autora de un hermoso libro autobiograacutefico que recomendamos ampliamente titulado La llama no se apaga (Fontora 2018)

Mariacutea Julia con Anibal Gimeacutenez y Aurelio Gonzaacutelez Homenaje a los maacutertires trabajadores de los frigoriacuteficos plaza del cerro Curva Tabaacuterez (2015) Fotografiacutea Archivo personal

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Era una tarde de primavera Estaacutebamos ansiosas por ir a visitarla y llevarle la cartilla No sabiacuteamos lo importante que seriacutea esa primera visita a la casa de Mariacutea Julia Hasta entonces nuestros encuentros con ella habiacutean sido junto al resto de compantildeeras que integraban el espacio de discusioacuten para la elaboracioacuten de la cartilla Nos abrioacute las puertas por primera vez a su mundo un mundo de numerosas plantas aacuterboles frutales y ornamentales Un jardiacuten tan amorosamente cuidado y un mundo de recuerdos tan guardaditos todos listos para compartiacuterselos a alguien que quisiera escucharlos leerlos preguntarlos Nos reencontramos una y otra vez hurgando en la memoria mientras sus aneacutecdotas la seleccioacuten de palabras para describir sus sensaciones e impresiones hariacutean eco con las nuestras

Nos parieron en generaciones bien distintas hay alrededor de cuatro deacutecadas de diferencia entre nosotras y aun asiacute podemos espejarnos en los dolores de las unas con las otras como mujeres como compantildeeras en lucha como feministas Nuestros procesos han sido en contextos bien distintos y sin embargo podemos encontrarnos en nuestras historias de despertar o renacer feministas en los dolores que lo provocaron en el autodescubrimiento en el reconocimiento de nuestro cuerpo y sus heridas

A Mariacutea Julia la conocimos a traveacutes de las paacuteginas de su libro ese libro que hizo eco en las preguntas que nos veniacuteamos haciendo iquestlas mujeres doacutende estaban Para nosotras en nuestro estar siendo y descubrieacutendonos feministas ese libro marcoacute un antes y un despueacutes Las mujeres siacute estaban pero no las veiacutean no las queriacutean ver tanto asiacute que incluso a nosotras mismas se nos dificultaba vernos Nada extrantildeo en las izquierdas patriarcales de antantildeo y nada extrantildeo en las izquierdas patriarcales de hoy

El libro de Mariacutea Julia cuenta su historia jugando con las palabras Va desde su infancia en el Cerro hasta el momento del exilio Su militancia sindical y poliacutetica cruzada por las aneacutecdotas con sus hijos y compantildeeras Tiene un modo caacutelido de narrar un modo que te zambulle en una historia dura pero te mece

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al compaacutes de la ternura Larga historia conocida pero pocas veces contada con esa sutileza y cuidado en los detalles propios de su mirada sensible Por ejemplo cuando cuenta el diacutea en que junto con sus tres hijos deja Montevideo para partir al exilio en Barcelona

Me muevo en silencio me trago las palabras veo la gente que tambieacuten se mueve en silencio veo las abuelas que miran sin palabras Los nietos son de todas Las mujeres mayores se multiplican los nintildeos tambieacuten los que se quedan y los que se van son de todas Todos somos de todos y de todas (Alcoba 2014 p143)

Pero esta mujer tiene mucho maacutes para contarnoshellip iquestQueacute pasoacute en el exilio iquestY en el desexilio iquestY ahora Pensamos si tendriacutea ganas de contar y vaya si las teniacutea Nos fuimos de su casa ese diacutea con una bolsa llena de gajos de plantas que hoy viven y se multiplican en nuestras casas (un ritual que sabemos repetir cada vez que la visitamos) La confianza y los jardines crecieron al uniacutesiono y asiacute empezamos esta historia de vida Pero llegoacute marzo del 2020 y con la pandemia la primera estrategia que se nos ocurrioacute fue esperar un momento maacutes propicio para encontrarnos De mientras nos llamaacutebamos y nos acompantildeaacutebamos con mensajes Durante una de estas llamadas a dos meses transcurrida la pandemia nos propone ldquoiquestY si nos vemos por el ordenador iquestPor el skyperdquo Y ahiacute nuestra sorpresa una vez maacutes su capacidad de inventar y reinventarse nos regaloacute varios encuentros virtuales Pautaacutebamos los encuentros para media mantildeana dos horas de charla con un breve corte en medio Los encuentros fluyeron con la misma magia que bajo los aacuterboles de su casa o sentadas a la mesa de su cocina

En este texto que escribimos juntas le damos otra vuelta a la pregunta que nos regaloacute inicialmente pero esta vez la llevamos a un contexto distinto Esta vez desde el exilio su exilio iquestdoacutende estaban las mujeres uruguayas exiliadas iquestcoacutemo vivieron el exilio iquestcoacutemo fue la decisioacuten de irse y queacute pesares pasaron iquestqueacute descubrieron iquestcoacutemo fue la decisioacuten de volver iquestcon queacute se encontraron iquestqueacute sabemos de ellas su organizacioacuten solidaria con las presas y presos poliacuteticos en Uruguay en dictadura Intentaremos responder

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estas preguntas a lo largo del texto

La raiacutez acaacute estaacute Mariacutea Julia

Mariacutea Julia Alcoba Rossano nace el 7 de noviembre de 1938 en el barrio Cerro en Montevideo A sus apenas doce antildeos deja la escuela para trabajar de empleada domeacutestica debido a dificultades en la economiacutea del hogar y a un hecho que relata con entera honestidad ldquoMe propuse dejar la escuela en quinto antildeo porque era la maacutes alta de mi clase y con busto Me daba mucha verguumlenzardquo (Alcoba 2014 p27) A los trece influenciada por sus hermanas mayores comienza a trabajar en Lanas Uruguayas una faacutebrica textil que quedaba a cinco cuadras de su casa Maacutes allaacute de que fue su decisioacuten dejar la escuela fue doloroso y terminarla fue una deuda que le quedoacute pendiente y que antildeos maacutes tarde y ya en el exilio podriacutea saldar

A los catorce antildeos siguiendo los pasos de su padre sindicalista portuario comienza a militar en la Unioacuten Obrera Textil (UOT) Posteriormente trabaja en la fundacioacuten del Congreso Obrero Textil (COT) gremial de alcance nacional A los dieciseacuteis antildeos incursiona en la militancia trotskista y a los dieciocho ingresa al Partido Socialista Tuvo tres hijos varones con Joseacute su primer esposo Joseacute Conrado (a sus 25 antildeos) Ernesto (a sus 32) y Felipe (a sus 33) En el lsquo74 se ve obligada a exiliarse con sus hijos a Buenos Aires Viven alliacute dos antildeos en Pueblo Haedo ldquoun pueblo lindo chiquito con una vida propiardquo Son los primeros antildeos de exilio y se recuerda con una profunda tristeza

Joseacute empezoacute el liceo allaacute Eacutel tendriacutea 12 o 13 Felipe tendriacutea unos 5 antildeos () Yo me quedeacute de pronto sin la familia sin el paiacutes sin los amigos Eso te va volteando De todas maneras yo trataba de salir adelante Estaacutebamos en eacutepoca de la uacuteltima etapa de Peroacuten que murioacute enseguida () Ese antildeo fue un antildeo muy movido para miacute y me deprimiacute profundamente Me levantaba los nintildeos iban al colegio y lo llevaba el padre al colegio o a veces yo Teniacuteamos que caminar unas cuantas cuadras cruzar la viacutea del tren ellos iban contentos Joseacute empezoacute el liceo primero de liceo y contento tambieacuten se hizo de amigos Cuando volviacutea a casa a mitad de la mantildeana me volviacute a acostar Yo me hundiacutea en la cama la verdad () Y entonces empeceacute unos meses unos 3 o 4 meses con

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una psicoacuteloga con la que trabajeacute el tema de trabajo y de salir adelante Pero en ese periacuteodo mi marido se teniacutea que marchar Habiacutean matado a Michelini y a Gutieacuterrez Ruiz En Buenos Aires estaba toda la inteligencia de Montevideo funcionando Se tuvo que ir para Espantildea y yo me quedeacute sola Saliendo con dificultad de esa depresioacuten

En Argentina la situacioacuten se complica cada vez maacutes y retorna a Montevideo Es desde Montevideo que se exilia esta vez a Espantildea el 20 de marzo del lsquo77 Viajan a Espantildea ella y sus tres hijos En Espantildea estaacute su exmarido alliacute se encontraraacute con una nueva vida una nueva Mariacutea Julia por descubrir Hay distintos hechos poliacuteticos momentos de politizacioacuten y momentos personales-familiares que marcaron la vida de Mariacutea Julia La etapa del exilio en Barcelona marcaraacute la continuidad de una militancia como sindicalista al integrarse a la CNT recieacuten conformada en el exilio y como feminista junto con varias mujeres que fue encontrando en su camino

Ahiacute amadrinaacutebamos desde nuestro lugar a cuantas familias A las familias se les mandaba dinero Madrid mandaba dinero para una familia nosotros a otras familias de presos o familia de desaparecidos Esa era la campantildea de finanzas que la empezamos a hacer que era nuestra mayor labor

Un primer gesto bien marcado en esta etapa fueron los fuertes lazos afectivos que construyoacute con mujeres que conocioacute en el exilio y que mantiene hasta el diacutea de hoy Lazos que permitiacutean sostener la vida en duras condiciones afectivas y econoacutemicas

Con Gladis y Estela [amigas de Barcelona] deciacuteamos ldquoiquestMe prestas 500 pesetasrdquo Esas 500 pesetas iban y veniacutean seguacuten quien las precisaba Nunca supimos quieacuten debiacutea a quien siempre estaacutebamos a mano

A inicios de los ochenta viaja a Cuba al festival internacional de las juventudes A sus cuarenta antildeos viaja invitada como la maacutes joven del Partido Socialista

El barco ruso fletado para el festival de 1979 a Cuba pasoacute a recoger grupos de delegados invitados sociales poliacuteticos artistas muacutesicos Subimos la gente

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de Barcelona y en Portugal lo mismo Subioacute una cantidad de grupos con el entorno de la reciente revolucioacuten de los claveles Llenos de alegriacutea Descubro un mundo de gente joven de gente alegre una propuesta de cambios sociales en todos los paiacuteses Ese barco fue increiacuteble Iban en el barco gallegos chilenos mexicanos se haciacutean discusiones poliacuteticas dentro del barco Y los brasileros a las 7 de la mantildeana se poniacutean en la cubierta del barco un barco gigantesco que yo no habiacutea visto tan grande a hacer capoeira ensentildeaban samba capoeira A las 7 de la mantildeana era un canturreo de todo tipo (hellip) y los vascos tambieacuten haciendo conferencias por las tardes en eacutel Fue una experiencia increiacuteble 15 diacuteas para venir y 15 diacuteas de vuelta y estuvimos alojados en Cuba donde habiacutea cuchetas y las de Barcelona fuimos todas juntas y teniacuteamos reuniones Y despueacutes en Cuba tambieacuten se hizo fue una acumulacioacuten de cosas ahiacute en 2 antildeos que mi cabeza estaba trabajando permanentemente () Realmente me puso en frente a miacute misma y a la esencia de miacute misma todo eso Veniacutea de lo oscuro de todo lo que pasoacute en Buenos Aires y eso me rescatoacute de las aguas negras

A fines de los lsquo70 comienza a involucrarse en una serie de actividades a nivel laboral y como militante en el mundo feminista Ingresa a planificacioacuten familiar (el plani) en Barcelona

Planificacioacuten familiar fue revolucionario en Espantildea () Las farmacias durante el franquismo no se vendiacutean meacutetodos anticonceptivos Cuando quedaban embarazadas en los pueblos abortaban con una mujer viejita la curandera del pueblo Se moriacutean muchas veces La lucha por el aborto para despenalizar el aborto y tener la seguridad de salud que estuviera dentro de los meacutedicos de la seguridad social Eso era la lucha de las mujeres cuando yo estaba Pero allaacute haciacutea antildeos que estaba luchando por eso En las agrupaciones de vecinos estaban las comisiones de mujeres que haciacutea lo mismo que la consultora acompantildeaba a la mujer Las mujeres en Cataluntildea la frontera maacutes cercana era Francia Haciacutean viajes en tren y las esperaba una camioneta y ahiacute las llevaban a una granja donde habiacutea un meacutedico habiacutea que acompantildear a esas mujeres a hacer esas movidas que generalmente era gente muy pobre que no teniacutea plata para ir a abortar a Inglaterra o a Holanda que era donde habiacutea meacutedicos y cliacutenicas especiales para esas cosas Se abortaba en una granja en un lugar secreto Y a veces las consultoras de las comisiones de vecinas haciacutean ese

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acompantildeamientohellip y despueacutes acompantildear el proceso

Entrar al plani fue para ella una verdadera revolucioacuten que le permitioacute un despliegue personal afectivo y militante

Entreacute en un trabajo que era como una militancia Aprendiacute mucho con esas mujeres Aprendiacute mucho con las decisiones tan dolorosas que teniacutean que tomar y como saliacutean adelante Aprendiacute de sexualidad con las gitanas () Me cambioacute la vida hasta el diacutea de hoy (hellip) Yo me hice feminista allaacute en Barcelona acaacute era sindicalista y socialista El trabajo con las mujeres del plani me puso contra la pared y ahiacute conociacute el feminismo

Hablamos mucho sobre esta etapa de su vida Nos contoacute muchas aneacutecdotas de la conformacioacuten del equipo de las instancias de formacioacuten de las mujeres que asistiacutean al plani de situaciones complicadas que tuvieron que afrontar y tambieacuten de momentos de risa y distensioacuten Pero en particular hay algo que nos dijo que nos quedoacute grabado en la retina

() me di cuenta de miacute ser total como si yo antes como militante sindical fuera la cabeza nada maacutes La cabeza la palabra las puteadas Fue en las reuniones que haciacuteamos con las compantildeeras ahiacute me descubriacute a mi misma con todo mi ser mi cuerpo Una sensacioacuten nueva para miacute La militancia sindical era de acaacute [se sentildeala el cuello] para arriba Y despueacutes me encontreacute con mi propio yo mi propio cuerpo Es lo mejor que me pasoacute tambieacuten porque descubrirte a ti misma con el dolor ajeno era como un nacimiento nuevo para miacute Ellas me deciacutean lsquoJulia tuacute eres feminista siempre lo fuistersquo () Y yo les deciacutea lsquoNo yo soy socialistarsquo Angeacutelica que es una comunista una luchadora de la comisioacuten de vecinos me deciacutea iquestJulia tuacute eres feministarsquo Y yo discutiacutea que yo no me sentiacutea todaviacutea Pero al trabajar con aquel grupo de mujeres ahiacute me hice feminista Aquellas mujeres eran mi espejo me devolviacutean mi imagen cuando hablaban o cuando preguntaban cuando lloraban Me devolviacutean mi esencia de ser mujer () El cuerpo no lo teniacutea me lo devolvieron esas mujeres

Del 14 al 16 de mayo de 1981 la Comisioacuten de mujeres catalanas en solidaridad con las mujeres uruguayas colectivo del que formoacute parte activamente organizan El Encuentro Internacional de solidaridad con las mujeres uruguayas (Comisioacuten

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de mujeres catalanas en solidaridad con las mujeres uruguayas 1981) Nos recuerda varias veces ese acontecimiento

() vinieron gente de Meacutexico uruguayas de Madrid etc Eso estaacute en el cuaderno que se editoacute despueacutes de esa conferencia () se hizo una pegatina muy grande en solidaridad con las mujeres uruguayas presas en su paiacutes y eso fue importantiacutesimo Eso fue en el 80 Se crea una comisioacuten de mujeres catalanas con las mujeres uruguayas porque nosotros denunciaacutebamos Ahiacute ya habiacuteamos empezado a militar con Wilma con Gladis y con Judith denunciando situaciones que pasaban en Montevideo de la dictadura Trabajaacutebamos con mujeres del Partido Comunista (PC) el Partido Socialista ((PS) independientes exiliadas uruguayas Ahiacute empezamos a militar las uruguayas con las catalanas juntas en esa comisioacuten (hellip) Las catalanas estuvieron muchas presas en campos de concentracioacuten en Francia y muchas de ellas habiacutean estado en campos de concentracioacuten siendo jovencitas ahora eran mayores () Se llenoacute la prensa porque salioacute un dibujo de una catalana un cuadro que nos regaloacute para los afiches (hellip) se unieron parlamentarias poliacuteticas de todo tipo periodistas Explotoacute esa comisioacuten () llegoacute la presidenta de Cruz Roja () eacuteramos invitadas a muchos lados Y yo seguiacutea trabajando de domeacutestica

Mariacutea Julia mostrando un afiche de las campantildeas de solidaridad con presos y presas poliacuteticas del Uruguay que realizaron en Barcelona a principios de los 80 Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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Los ochenta estaacuten tambieacuten marcados por la separacioacuten y posterior reconciliacioacuten con su compantildeero Aniacutebal Aniacutebal se habiacutea exiliado a Francia primero y se habiacutean conocido con Mariacutea Julia en Espantildea En el lsquo85 la salud de Mariacutea Julia se complica la operan de la vesiacutecula transcurren 29 diacuteas internada en estado grave

Nos casamos en Espantildea en el 85 Cuando yo me enfermeacute eacutel me cuidoacute mucho No salioacute de al lado de mi cama cuando estaba en el CTI 29 diacuteas Me cuidaba mucho me cuida mucho hasta ahora Por lo general Aniacutebal es parco y silencioso es un canario tropero esquilador integrante del sindicato de rurales de Florida junto al compantildeero Marrero Y cuando volvimos a esta casa del Cerro estaacutebamos encantados teniacutea una quinta preciosa Y teniacutea esa cosa de que habiacutea una flor que estaba esperando que abriera para traeacutermela a la cama Despueacutes teniacuteamos bichitos Naciacutea un pato y veniacutea muy temprano y me deciacutea lsquoabriacute la manorsquo y era una ternura de patito chiquitito Esas cosas nunca las hubiera tenido Joseacute el padre de mis hijos Tiene una ternura muy escondida Quieacuten sabe queacute infancia haya tenido () Y eso es lo que pienso lo que me sostiene al lado de eacutel

Mariacutea Julia tiene algunas preocupaciones muy claras y sabe repetirlas invitando a leer lo que los grandes relatos guardan entre liacuteneas La preocupacioacuten por la invisibilizacioacuten del rol poliacutetico de las mujeres la desvela y contagia con su paciente entusiasmo esas ganas de releer la historia desde una sensibilidad feminista Asiacute nos pasoacute con sus relatos del exilio en Barcelona Escucharla contar coacutemo llega a una ciudad ajena huyendo del terror de las dictaduras uruguaya y argentina y coacutemo rearmaba su vida en teacuterminos laborales y militantes es una invitacioacuten a visibilizar a las mujeres que fue encontrando en su camino En un paseo en el barrio en un boca a boca el azar movioacute sus hilos y ellas supieron tejerse para sostener la vida en el exilio y para amplificar lo que las dictaduras estaban haciendo en los paiacuteses del sur de Ameacuterica Latina Nos contoacute numerosas aneacutecdotas nos mostroacute fotos y afiches y hasta nos prestoacute materiales para que escaneaacuteramos Y en cada una de ellas apareciacutea una legioacuten de mujeres haciendo tareas de las maacutes diversas

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Pero hay una tarea particularmente importante sobre las que nos queriacutea hablar la organizacioacuten de la solidaridad para con las personas presas y desaparecidas de la dictadura uruguaya Una labor poliacutetica fundamental tambieacuten para la recomposicioacuten de las organizaciones sindicales y poliacuteticas En esta tarea de hormiga de recaudar y enviar fondos de comunicarse con la prensa y demaacutes asociaciones hubo un protagonismo poliacutetico de las mujeres que nuevamente quedoacute invisibilizado Hablamos mucho sobre esto en nuestros encuentros Ella nos contaba y nosotras tomaacutebamos nota Teniacuteamos todo para empezar a reconstruir este periacuteodo de su vida Sin embargo un diacutea nos manda un mensaje diciendo que queriacutea escribir sobre esta etapa de su vida que precisaba ella misma poner en letras estas memorias Fue asiacute que a finales de octubre del antildeo pasado exactamente el 30 de octubre del 2020 nos enviacutea por mail este relato para que integremos al material que veniacuteamos recopilando Queacute mejor entonces que leerla a ella

El feminismo que brotoacute Mariacutea Julia en el exilio

El 20 de marzo de 1977 llegueacute a Barcelona con mis tres hijos Nos esperaban el padre que un antildeo antes se habiacutea marchado alliacute y su hermana Luego de los abrazos nos dirigimos al apartamento que el padre habiacutea alquilado para nosotros Eacutel viviacutea en casa de su hermana cerca de alliacute El apartamento era pequentildeo pero con grandes ventanas y mucho sol Estaba amueblado muy modestamente Nos explicoacute que la escuela para los dos nintildeos estaba a dos cuadras que no tendriacutean que cruzar ninguna calle importante y que el mayor tambieacuten podriacutea ir caminando al liceo

Yo me sentiacutea muy rara en otra gran ciudad Otra vez sin conocer a nadie solo a mi cuntildeada y por suerte Mis hijos estaban muy contentos otra vez con el padre cerca y la tiacutea Marucha que nos daba la bienvenida con los besos y caricias que tanto necesitaacutebamos A mi hijo mayor su padre le propuso ir a vivir con eacutel La primera semana salimos a recorrer el barrio a ver doacutende estaban los negocios la panaderiacutea verduleriacutea la escuela y la farmacia Todo estaba

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cerca Sentiacuteamos hablar muy bullicioso castellano andaluz gallego catalaacuten pero no lo distinguiacuteamos todaviacutea lsquoiexclqueacute raro hablanrsquo deciacutean los chicos Vimos muchos turistas extranjeros en las plazas sus maacutequinas de fotos y mochilas Espacios abiertos muchos aacuterboles un gran parque cerca Atraacutes quedoacute el miedo paralizante de Argentina

A la semana de estar alliacute el padre de los nintildeos nos invita al zooloacutegico Llegamos a un gran parque y dentro de eacutel la puerta de entrada al zooloacutegico Mientras nos acercaacutebamos vi una mesa con libros con preciosas encuadernaciones e ilustraciones del mundo de los animales el gran Larousse enciclopedia Me quedeacute mirandohellip Los nintildeos le preguntaban al padre cuando entraban a ver a Copito de nieve el mono gigante blanco del cual habiacutean oiacutedo hablar Los vendedores tres hombres y una mujer pusieron atencioacuten a los nintildeos y preguntaron si eran uruguayos lsquoSiacutersquo contestamos Ellos dijeron lsquoNosotros tambieacutenrsquo y nos alegramos todos

Alliacute quedeacute conversando mis hijos y su padre entraron al zooloacutegico La conversacioacuten fue muy interesante me preguntaban de queacute barrio de Montevideo era en que trabajaacutebamos De ellos supe otro tanto Ninguno contoacute por queacute se habiacutean ido y yo tampoco pregunteacute Cuando supieron que solo llevaba una semana en Barcelona y que estaba sola con los nintildeos me preguntaron si queriacutea trabajar con ellos vendiendo libros Me sorprendiacute pero me gustoacute la idea yo tendriacutea trabajo Gladis me dijo muy optimista que se ganaba bien a comisioacuten y se cobraba a mes cumplido lsquoSaldraacutes adelante ya veraacutesrsquo Me dio su teleacutefono y yo me fui a buscar a los que se adelantaron Quedeacute contenta porque encontreacute posible trabajo y posible amiga

Luego de muchos diacuteas con los nintildeos pequentildeos ya en la escuela y mi hijo mayor con el padre y la tiacutea penseacute que ya podiacutea trabajar Llameacute a Gladis para que me orientara ver si podiacutea tener una entrevista con la distribuidora e ir con ella Me acompantildeoacute y me ensentildeoacute a trabajar Asiacute empeceacute de vendedora de libros en una ciudad que no conociacutea pero teniacutea a mi nueva amiga que me puso al diacutea

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hablando mucho de todo y todo el rato de trabajo Estuve durante un tiempo en la puerta de la Facultad de Medicina y en la puerta de los hospitales con esa bendita mesa al aire libre Algunos otros libros se vendiacutean a plazos se llenaba un formulario de compra en cuotas y luego el repartidor lo llevaba al domicilio del cliente El repartidor era el esposo de Gladis Ariel Teniacutean un nintildeo de 3 antildeos Pierre

Los saacutebados y domingos mis hijos Ernesto y Felipe se iban con el padre a lo de la tiacutea donde estaba su hermano Joseacute Conrado Yo quedaba sola pero mi nueva amiga me invitaba a su casa con su pequentildea familia Esa fue mi familia sustituta que me ayudoacute a reacomodarme a mi nueva situacioacuten de emigrante y exilada poliacutetica Era una pareja muy amigable maacutes joacutevenes que yo Ella teniacutea 24 antildeos y yo 38 pero me pareciacutea que yo teniacutea muchos antildeos maacutes y una larga vida pasada

El padre de mis hijos teniacutea una nueva pareja en Barcelona una espantildeola Yo lo sabiacutea desde antes de ir a Espantildea Fui para que mis hijos estuvieran cerca de su padre que me lo pediacutea eacutel por carta Eso quedoacute claro desde el principio No niego mi rabia de entonces ni mi fragilidad frente a todo Pero en Argentina corriacuteamos peligro y siempre miedo Me pareciacutea bien que mis hijos vivieran cerca del padre teniacutean derecho

El uacutenico documento que teniacutea era el pasaporte deciacutea ldquono apta para trabajarrdquo Me lo puso emigracioacuten al entrar a Espantildea La editorial y la distribuidora contrataban ilegales hasta que los descubrieron Asiacute trabajeacute un antildeo y medio hasta que un directivo de la editorial hizo una estafa y quedamos en la calle por falta de documento Otra vez sin trabajo Gladis Ariel y yo Por suerte la camioneta era de ellos y eacutel podiacutea trabajar de transportista Mi exmarido pagaba la escuela y el alquiler nada maacutes Con los libros ganaba bien para los gastos de comida y demaacutes gastos mensuales pero nada maacutes Otra vez a buscar trabajo en negro

Los papeles Teniacuteamos que ir a la comisariacutea cercana cada tres meses se

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demoraba mucho tiempo en conseguir la residencia permanente Encontraba trabajo de domeacutestica y trabajaba siempre plata en mano luego encontramos trabajo con Gladis en una empresa de limpieza tercerizada donde pagaban un poco maacutes Olivetti asiacute se llamaba la empresa Eacuteramos tres limpiadoras por piso cinco pisos de oficinas de media manzana Nos daban trabajo en negro a uruguayos y argentinos con la misma suerte que nosotras Alliacute paseacute bien con una brigada de andaluzas en un horario de dos a diez de la noche Los nintildeos pequentildeos teniacutean escuela doble horario y comiacutean alliacute El hermano veniacutea a estar con ellos en las tardes los nintildeos teniacutean una llave colgada al cuello para entrar en casa y tomar la merienda ellos solos hasta que llegara el hermano mayor Entonces mis hijos teniacutean 7 8 y 15 antildeos

Al poco tiempo vino a vivir en otro edificio de la misma cuadra una familia de uruguayos Resultaron ser Braulio uno de los Olimarentildeos Estela y su hijo Camilo de la misma edad que Felipe Conseguimos que Camilo fuera a la misma escuela que Felipe Tambieacuten alliacute empezoacute el hijo de Gladis Era un colectivo de uruguayitos integrados a los nintildeos del barrio y a la escuela En ponerlos en esa escuela tuvimos suerte porque nos la recomendaron Una orientacioacuten diferente a las que existiacutea durante el franquismo Era una cooperativa de maestros y funcionaban afiacuten a la ideologiacutea de la pedagoga catalana Rosa Sensat un movimiento de la ldquoEscuela del Bosquerdquo es decir ldquopara todosrdquo Eso fue bueno para nuestros nintildeos y los del barrio compartiacutean les prestaban las bicicletas y los patines a nuestros hijos los uruguayitos como les deciacutean Despueacutes conociacute a Aniacutebal que viviacutea exiliado en Francia y llegaba esporaacutedicamente a Barcelona Lo encontreacute en casa de Braulio Loacutepez en una fiesta familiar Nos hicimos amigos Cuando veniacutea a Espantildea nos visitaba

Vino a vivir al barrio una compantildeera de la salud Wilma Era enfermera y militante del sindicato de la Espantildeola en Uruguay Todas exiladas que nos avisaacutebamos cuando quedaba un piso barato en alquiler y compartiacuteamos las dificultades y el cuidado de los hijos Las noticias de Uruguay las haciacuteamos colectivas En ese momento conociacute tambieacuten a Susana militante del

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sindicato de la salud del Sindicato Meacutedico del Uruguay que viviacutea a unas cuadras de distancia Ella habiacutea llegado sola despueacutes de pasar cuatro antildeos en la caacutercel en Montevideo durante la dictadura Todas mujeres que nos sosteniacuteamos en historias comunes era la solidaridad Susana se marchoacute a Italia No la vi maacutes hasta el retorno Ella fue importante para miacute despueacutes en nuestro desexilio al retorno a Uruguay A otra gente que conociacute en la Casona en el Enxamble de Barcelona fue a Marta Nelly una mujer uruguaya que llevaba una audicioacuten radial en Montevideo Ella habiacutea llegado mucho antes que yo y creoacute ese lugar de encuentro para uruguayos Se escuchaba muacutesica latinoamericana y por un modesto tiquet teniacuteamos bebidas y empanadas La primera vez fui con Estela y Gladis Alliacute encontreacute conocidos un lugar abierto al que se podiacutea ir con los hijos Fui pocas veces Estaba ya aclimatada al barrio y mis visitas eran a esas amigas y compantildeeras maacutes cercanas No militaba en nada en ese entonces si mucho en la solidaridad inmediata cotidiana con cada recieacuten llegado Lo haciacuteamos naturalmente porque es muy duro llegar a un lugar desconocido y con las manos vaciacuteas

Recuerdo un bar Els Amics en donde se juntaban uruguayos a intercambiar informacioacuten sobre el paiacutes Sus duentildeos eran unos compantildeeros socialistas uruguayos Marta y Quicho con sus dos hijos adolescentes eran de la ciudad de Durazno Un ambiente muy solidario Y caacutelido para nuestra nostalgia La familia de Collazo viviacutea cerca y nos veiacuteamos algunas veces Sus hijos eran amigos de mi hijo Joseacute Conrado desde la escuela primaria en Montevideo Estas primeras amistades del exilio se consolidaron fuertemente para toda la vida Los muchachos se siguen viendo esporaacutedicamente todaviacutea hoy hombres y mujeres los nintildeos del exilio

Espantildea estaba movilizada mejorando las condiciones econoacutemicas A la salida del franquismo los que teniacutean trabajo los espantildeoles teniacutean facilidad para obtener creacuteditos bancarios Aunque veniacutean de una sociedad austera se pasaron raacutepidamente a una sociedad de consumo masiva Preacutestamo para todo tarjetas compraban con papeles Nosotros viviacuteamos en la pobreza en la ilegalidad maacutes

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absoluta Eso de que estaacutebamos bien porque estaacutebamos en Europa era un cuento una mentira Estaacutebamos sufriendo un destierro un exilio orquestado desde el plan Coacutendor lo supimos despueacutes y estaacute comprobado Los y las espantildeolas mayores que nosotros fueron muy solidarios con los uruguayos desde el principio Ellos tambieacuten habiacutean sufrido destierros y campos de concentracioacuten compartiacuteamos historias comunes Saliacutean a la democracia despueacutes de cuarenta antildeos despueacutes de la muerte de Franco

En los contenedores donde desechaban muebles y electrodomeacutesticos apareciacutea de todo camas sillas mesas Tiraban todo lo viejo compraban nuevo Piletas baldosas griferiacutea espejos muebles de cocina y de bantildeo bantildeeras roperos mesas de luz libros ropa juguetes cajas con ollas y platos utileriacutea de bares y sus mobiliarios Nosotros lo veiacuteamos como una ostentacioacuten Los gitanos y los latinoamericanos los reciclaacutebamos en nuestras viviendas Los compantildeeros nos llamaban pidiendo que si sabiacuteamos de una cocina o heladera para una persona recieacuten llegada avisaacuteramos O si saliacutea alguacuten trabajo temporal Estaacutebamos en la solidaridad de la vida cotidiana Se moviacutea mucho este mundo tan complicado y nosotros tambieacuten aprendimos a movernos en la democracia que nos abriacutea las puertas en distintas partes del mundo y empezamos a comunicarnos Esa fue la primera labor de las mujeres de mi barrio cerca de Plaza Espantildea de Barcelona Tambieacuten funcionaba un lugar donde se juntaban los uruguayos que tambieacuten cumpliacutea tareas de solidaridad se llamaba Centro Cultural Uruguayo Catalaacuten Cumple una funcioacuten importante hasta el diacutea de hoy Alliacute iban los uruguayos recieacuten llegados en general orientados por otros uruguayos

La apertura poliacutetica en Espantildea y Europa facilitaba la difusioacuten de las denuncias de lo que aconteciacutea en Latinoameacuterica Donde llegaba un exiliado poliacutetico al paiacutes de acogida en Europa se volviacutea un multiplicador un denunciante de las dictaduras Uruguayos argentinos y chilenos difundiacutean su muacutesica de protesta sin miedo invitados a hablar en los actos poliacuteticos y sindicales donde eran escuchados con mucho respeto Contaban de los presos las torturas

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las muertes y las desapariciones interesando a las Comisiones de Derechos humanos de cada paiacutes Las mujeres uruguayas y algunos hombres militantes en esos actos haciacuteamos finanzas para mandar a familiares y presos poliacuteticos o de desaparecidos (estaacute documentado)

Cuando llega Wilma al barrio nos da tiempo de recordar nuestro pasado como militantes sindicales en Uruguay La huelga general de 15 diacuteas y la resistencia de la Convencioacuten Nacional de Trabajadores (CNT) a la dictadura 1973 Ella en salud yo en textiles Nos integramos a la militancia poliacutetica contagiadas nos acercamos a la Unioacuten General de Trabajadores (UGT) central de los gremios de los socialistas Entramos siendo vendedoras de medias y pantildeuelos cuando estaacutebamos sin trabajo con dos bolsitas de mano sin capital en negro Aquella gente nos recibiacutea muy bien y nos compraba para ayudarnos preguntaban de coacutemo estaba la cosa en Uruguay Alliacute nos despachaacutebamos a contar de las dictaduras y las penurias Vendiacuteamos para comer cada diacutea Wilma teniacutea un hijo de la edad de mi hijo mayor separada sola para parar la olla en cada diacutea Y en eso andaacutebamos las dos Esas ventas no nos reportaban mucho econoacutemicamente Cuando nuestras clientas nos preguntaban coacutemo nos podiacutean ayudar pediacuteamos trabajo de limpiadoras porque no teniacuteamos los papeles para trabajar Asiacute conseguimos entre las dos llaves de casas de compantildeeras socialistas y comunistas para limpiar cuando ellas trabajaban Nos teniacutean confianza Eacuteramos como una empresita sin papeles y ganaacutebamos muy bien por horas Confianza mutua y en negro

Tanto Wilma como Gladis me volvieron mi alegriacutea Dejeacute de pensar en rencores personales que tanto mal me haciacutea No pediacute nada siempre trabajeacute no le debo nada a mi exmarido

Barcelona me devolviacutea las ganas de militar por mi paiacutes Llegamos a la Confederacioacuten Sindical de Comisiones Obreras (CCOO) la central de los comunistas tambieacuten para explicar lo de Uruguay invitadas a sus actos Y ellos escuchaban atentamente que en Uruguay teniacuteamos una central uacutenica

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Dos centrales obreras CCOO y UGT espantildeolas lucharon y consiguieron las propiedades que el franquismo les roboacute en su dictadura De los afiliados llegaba dinero El movimiento sindical y poliacutetico inundoacute las calles se viviacutea con alegriacutea la vuelta a la democracia Los movimientos sociales salieron con sus propuestas las iglesias progresistas con sus grupos en los barrios la ensentildeanza se iba modificando con un movimiento de maestros contra la ensentildeanza de las escuelas religiosas del franquismo Volvieron los afiches a los muros de Barcelona tapando con las asociaciones de vecinos consignas de todo tipo y color

Actividad de solidaridad con presos y presas poliacuteticas del Uruguay en Barcelona (Fines de los 70) Fotografiacutea Archivo personal

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Aires de elecciones en Espantildea Barcelona se une Los grupos de socialistas con diferencias se agruparon en el Partido de los Socialistas Catalanes (PSC) para presentarse a las elecciones nacionales Las mujeres socialistas me dieron trabajo tres horas por diacutea en un local para trabajar en fotocopiadora y preparar una convocatoria a formar una comisioacuten de mujeres dentro del partido a empezar de cero Acepteacute encantada Yo solo apliqueacute la experiencia sindical que teniacutea en Montevideo de mi sindicato textil el Congreso Obrero Textil (COT) de organizacioacuten en el Partido Socialista (PS) del centro Mateotti de la Unioacuten y luego en Malviacuten y Buceo cuando se forma el Frente Amplio (FA) con el compantildeero Mangarelli formamos el comiteacute de base Siempre me gustoacute trabajar en organizacioacuten y asiacute fue En poco tiempo estaba en marcha los principios de la comisioacuten las mujeres catalanas socialistas con una parlamentaria al frente de esa secretaria Ganaba poco pero seguiacutea trabajando con Wlima como siempre en algunas casas de domeacutesticas Al poco tiempo ella encontroacute trabajo fijo como enfermera en una residencia de la tercera edad porque teniacutea adelantado los papeles de residencia Ella estaba muy feliz y todas estaacutebamos contentas por ella

Una de las casas donde trabajaacutebamos por hora era la de Elvira una meacutedica feminista luchadora por los derechos de salud de las mujeres Al decir que dejariacuteamos de ir porque Wilma habiacutea conseguido trabajo fijo se interesoacute por miacute y me explicoacute que se abririacutea pronto un curso para trabajar en Planificacioacuten Familiar Era un nuevo proyecto de los ayuntamientos llevado adelante por los grupos feministas de los barrios porque durante el franquismo teniacutean prohibido todo uso de meacutetodos anticonceptivos Me orientoacute para anotarme y hablamos de mi escolaridad Yo teniacutea los papeles del liceo de la Argentina Me dijo que me anotara tambieacuten en auxiliar de enfermeriacutea y babysiter para prepararme porque ese proyecto seguro saldriacutea despueacutes de las elecciones nacionales Asiacute lo hice y le agradeciacute mucho toda su ayuda y el tiempo que trabajamos con ella y la confianza que depositoacute en nosotras Asiacute a medida que conseguiacutea mejores trabajos fui dejando el trabajo de domeacutestica

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Me emocionaron mucho los gestos de las mujeres catalanas que conociacute y su solidaridad Otra vez me cambioacute el destino paseacute a ser estudiante de un colegio gratis para mujeres adultas que llevaban unas monjas progresistas y te entregaban los papeles de asistencia al curso que seriacutea uacutetil para ese trabajo futuro Por las mantildeanas en el PSC con la secretariacutea de las mujeres socialistas y a las tardes a las clases para trabajadoras Cinco diacuteas a la semana estaba con los nintildeos Cuando llegaban del colegio al rato llegaba yo y con ellos organizaacutebamos la cena La vida o la suerte me estaba protegiendo Volvioacute mi entusiasmo de mis antildeos de militancia en sindicatos de textiles en Montevideo Volviacute a ser yo otra vez Estaba feliz y con proyectos Alliacute me vinculeacute a las feministas con quienes aprendiacute a trabajar en planificacioacuten familiar en el centro de salud municipal

El FA en el exilio podiacutea convocar a actos de muacutesica Asiacute se fueron agrupando los frenteamplistas Todos juntos trabajaacutebamos en las actividades programadas de todos los grupos que lo conformaacutebamos vertebrando la unidad en el exterior Se trabajaba desde el FA y la CNT en los actos de muacutesica haciacuteamos finanzas en brigadas mayormente de compantildeeras La CNT en el exterior cada diacutea se organizaba mejor Tanto en Barcelona como en Madrid se reagrupan maacutes compantildeeros Teniacuteamos reuniones semanales Las tareas de finanzas eran muy importantes Ocho familias de presos apadrinadas por nosotros CNT Barcelona a quienes se mandaba dinero para ellos mensualmente por viacutea de telegrama colacionado Tambieacuten se cumplioacute en el local de amigos de Naciones Unidas de Barcelona la huelga de hambre del 13 y 14 de junio de 1980 que se realizoacute en distintos paiacuteses en la misma fecha Hubo grupos formados por la CNT en el exterior para realizar 24 horas de ayuno Se convocoacute a la prensa escrita y TV donde se explicoacute el motivo ldquoAmnistiacutea para Uruguayrdquo Uacutenico punto Se recibioacute a personalidades poliacuteticas catalanas y de la cultura Esta comisioacuten de CNT funcionoacute desde 1979 a 1985 la coordinaacutebamos en Barcelona junto con Marrero y Ascencio

Las elecciones en Espantildea dejaron como resultado ayuntamientos democraacuteticos con mayoriacutea de comunistas o socialistas en Barcelona Las mujeres

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feministas dan un gran paso en las reivindicaciones que estaban llevando adelante entre ellos el aborto seguro porque en Espantildea estaban prohibidos todos los meacutetodos anticonceptivos y por supuesto el aborto En ese momento las mujeres del FA y la CNT uruguaya fuimos invitadas a formar parte de una comisioacuten de ldquoMujeres catalanas en solidaridad con las mujeres uruguayas en el exiliordquo Esta comisioacuten duroacute cinco antildeos de 1980 a 1985 cuando de acuerdo con ellas se disolvioacute al poder volver a nuestro paiacutes en 1985 Funcionaacutebamos en el local de amigos de Naciones Unidas que gentilmente nos prestaba su local En un principio las catalanas hicieron la convocatoria acudieron muchas mujeres se llenoacute el local nosotras emocionadas no lo podiacuteamos creer Ellas explicaron que queriacutean saber quieacutenes estaban dispuestas a ayudar a difundir la situacioacuten de las viacutectimas de terrorismo de estado en Uruguay especialmente contra las mujeres en caacuterceles desaparecidas yo asesinadas Pusimos voces junto con las mujeres catalanas a nuestra lucha Acudioacute la prensa que publicoacute artiacuteculos de la situacioacuten que se viviacutea en la dictadura en nuestro paiacutes Para esa convocatoria se usoacute un correo muy amplio de prensa todos los medios radios televisioacuten de parlamento de los ayuntamientos de Barcelona de arte teatro y cantantes mujeres importantes de distintas instituciones del tejido social progresista y se formoacute la comisioacuten donde estaacutebamos tambieacuten las uruguayas Cuando pusimos a trabajar los engranajes de la comisioacuten en marcha nos llegaban invitaciones a dar charlas y reportajes de prensa No daacutebamos abasto Se amplioacute la participacioacuten de compantildeeras uruguayas para poder ir a esas invitaciones en que nos daban un lugarcito para explicar queacute sucediacutea con los presos muertos y desaparecidos en nuestro paiacutes

Un tiempo despueacutes de las elecciones que ganoacute Felipe Gonzaacutelez los ayuntamientos democraacuteticos convocaron a las personas que habiacuteamos realizado el curso para consultoras en planificacioacuten familiar Fui citada al ayuntamiento de LrsquoHospitalet ciudad tocando Barcelona Seleccionaron un equipo una ginecoacuteloga una psicoacuteloga una enfermera dos consultoras y una administrativa Tuve la suerte de integrar ese equipo como consultora durante

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ocho antildeos donde teniacuteamos una formacioacuten permanente a cargo del propio lugar de trabajo Una consultora en plani es un agente de salud que cuando una mujer llega al servicio informa de meacutetodos anticonceptivos abre la historia cliacutenica y deriva a la profesional en que estaacute interesada la paciente (ginecoacuteloga psicoacuteloga abogada) o se deriva a las charlas grupales que funcionan una vez por semana Este servicio fue creado esencialmente por las mujeres de los barrios espantildeoles Las italianas feministas estaban en la misma discutiendo los mismos temas de salud de las mujeres Fue una etapa muy rica de los antildeos lsquo70 para las feministas de Europa y las mujeres de EEUU Las mujeres de Boston publicaron un libro Nuestros cuerpos nuestras vidas (Colectivo del libro de salud de las mujeres de Boston 1982) Las alemanas nos trajeron un libro La pequentildea diferencia y sus grandes consecuencias de la autora Alice Schwarzer (1979) donde las mujeres hablan de siacute mismas El feminismo llegoacute para quedarse y yo ahora soy feminista y socialista Creo que lo fui siempre pero sin saberlo Cuando las compantildeeras fueron al sindicato textil a hablar de feminismo mucho antes del golpe militar ya me di cuenta de que feminismo y trabajo teniacutean algo que ver El sindicato teniacutea una comisioacuten de mujeres desde que se formoacute la COT en el lsquo66 Discutimos sobre temas como igual trabajo - igual salario casas cunas en lugares de trabajo Esa comisioacuten de mujeres no era maacutes que una parte del sindicato Veniacutean a hablar con nosotras feministas algunas que despueacutes formaron asociaciones como Grupo de Estudio sobre la condicioacuten de la mujer en el Uruguay (GRECMU) o el Plenario de Mujeres del Uruguay (PLEMUU) Habiacutea muchos temas de mujeres reivindicativos como por ejemplo el caso de la compantildeera que abortoacute en el bantildeo de la faacutebrica y la despidieron el abuso en los lugares de trabajo doacutende dejar a los hijos chiquitos esos temas Igual trabajo igual salario fue una reivindicacioacuten revolucionaria para ese momento Ya ahiacute me sentiacute feminista y no sabiacutea Entonces desde ahiacute lo soy

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En diciembre de 1987 volviacute del exilio Teniacutea 49 antildeos no era edad para jubilarme y mis compantildeeras del plani no queriacutean que me viniera Lo penseacute y pediacute excedencia por cinco antildeos aconsejada por mis compantildeeras porque no sabiacutea que encontrariacutea aquiacute en Uruguay Sin trabajo otra vez No pude traer a todos mis hijos El mayor y el menor teniacutean trabajo su vida en Barcelona No podiacutea arrancarlos otra vez Eso fue desgarrador para miacute Con Ernesto (mi hijo mediano) y Aniacutebal (mi compantildeero) ocupamos mi casa en el Cerro el barrio de mi infancia otra vez Volviacute contenta a mi familia a mi barrio a mi pueblo a mi paiacutes que tanto extrantildeeacute y por el que tanto lucheacute desde el exilio Estaba otra vez felizhellip y pobre

Volver al jardiacuten Desexilio(s)

El contexto de ese momento es de mucho lsquobarullorsquo sobre el retorno a Uruguay Aniacutebal estaba listo para volver pero ella no lo teniacutea claro porque

Manifestacioacuten de mujeres por Av 18 de Julio (Mediados de la deacutecada de los 80) Fotografiacutea Archivo personal

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no teniacutea trabajo y ademaacutes se estaba recuperando de su salud Eacutel retorna primero ella continuacutea trabajando hasta el lsquo87 en planificacioacuten familiar Retorna a Montevideo entonces a una casa en el Cerro una casa que estaba en ruinas y que con ayuda de familiares dejaron hermosa casa en la que nos supo recibir en nuestras visitas durante el transcurso de esta historia de vida

El desexilio fue una etapa agridulce y llena de contradicciones Por un lado la alegriacutea de volver a Montevideo su barrio abrazar a su madre y su familia Por otro lado la tristeza de dejar a dos de sus hijos en Barcelona a sus queridas amigas y al trabajo en el plani Una vez asentada en Montevideo se encuentra con una sensacioacuten que describe a la perfeccioacuten

Me sentiacutea como desplazada lsquoEl que se fue a Sevilla perdioacute su sillarsquo La gente si bien se alegraba de verte no te contaba nada La herida estaba abierta y no se preguntaba Tampoco nadie nos preguntoacute coacutemo habiacuteamos hecho para conseguir el dinero que mandaacutebamos Y una sentiacutea culpa de haber estado en el exterior y tampoco hablaba

La vuelta a Uruguay enfrentoacute algunas dificultades tambieacuten en teacuterminos econoacutemicos

Cuando vuelvo tengo que trabajar en tres lados para poder sacar un salario miacutenimo Trabajaba unas horas por semana en el Foro Juvenil en el equipo de sexualidad En EMAUS en el barrio Nuevo Pariacutes con mujeres mayores amas de casa desocupadas y empleadas domeacutesticas otras horas por semana Y en Mujer y Sociedad en planificacioacuten familiar dando charlas como asistente de la ginecoacuteloga otras horas por semana Con los tres lugares no alcanzaba y por otro lado Aniacutebal trabajaba en la quinta y en la construccioacuten en changas

En medio de este difiacutecil momento alentada por su experiencia de trabajo con grupos de mujeres comienza a estudiar Psicologiacutea Social en la Escuela de Hugo Monetti

Lo mejor que me ha pasado es hacer Psicologiacutea Social con la escuela de Monetti

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que lo hice a los 50 antildeos cuando volviacute al exilio Ernesto cursaba conmigo Psicologiacutea Social en otro grupo Y a ellos [sus hijos] les ha hecho muy bien que yo estudiara

Cierra los ochenta con la muerte de su madre e inicia los noventa con la separacioacuten y posterior divorcio de Aniacutebal y el regreso a Barcelona donde se encontraraacute con una segunda etapa en el ayuntamiento

Mi madre se murioacute en el 89 Yo teniacutea 51 antildeos y fue un antildeo muy triste para miacute () en el 90 tengo 52 antildeos Hay una crisis de pareja con Aniacutebal () Paseacute horrible Estaba viviendo con Ernesto Aniacutebal empezoacute a trabajar en la construccioacuten y empezamos con unas crisis tremendas por el alcohol No le gustaba que yo estudiara Psicologiacutea Social Eacutel teniacutea celos y yo desilusioacuten Me levantaba a las 5 o 6 de la mantildeana para estudiar para escribir Era una eacutepoca de muchos apagones () Cuando se levantaba eacutel yo ya estaba trabajando y me deciacutea lsquoiquestPara queacute estudias iquestQuereacutes ser Presidenta de la Repuacuteblicarsquo Un

La aplanadora mujeres Encuentro de mujeres en Uruguay (Mediados de los 80) Fotografiacutea Archivo personal

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ataque El alcoholismo esa maldita enfermedad que tambieacuten vi en mi padre y en mi abuelo y que volviacutea con Aniacutebal para a minar nuestra relacioacuten Es una forma de agresioacuten que muchas mujeres vivimos por eso hay que hablarlo Todo era porque llegaba a la noche Yo saliacutea al mediodiacutea para trabajar en todos esos lados () y llegaba a las 11 de la noche () Muy bueno fue eso [estudiar Psicologiacutea Social] Me sacoacute de lo que habiacutea en casa

En el 1993 ya no se pueden sostener econoacutemicamente en Uruguay Regresa a Barcelona a una segunda etapa en el ayuntamiento ya no para trabajar en planificacioacuten familiar sino para trabajar sobre violencia domeacutestica2

La prioridad en ese momento era violencia domeacutestica No era plani porque plani se habiacutea integrado a la seguridad social () cuando fui empezamos a trabajar en un lugar muy precario y habiacutea una violencia domeacutestica increiacuteble Menos mal que en los 5 antildeos que estuve acaacute hice el curso con Hugo Monetti Con maacutes herramientas con la dinaacutemica de grupo que no las conociacuteamos allaacute haciacuteamos las consultoras las charlas pero no con grupo Formar grupos equipos cuesta muchos antildeos para que puedan estar en consonancia una persona con la otra porque cuando vas teneacutes un poco de recelo de sentimiento de iquestpodreacute o no podreacute Y formar un grupo lleva muchos antildeos Y yo me acoplaba enseguida Es una actitud positiva ante el cambio Si no teneacutes una actitud positivahellip

Nos cuenta sobre su familia en esos antildeos cerrando los noventa En 1995 se enferma Felipe pasa un periacuteodo internado y luego en recuperacioacuten En ese tiempo se reconcilia con Aniacutebal con quien estaacute en pareja hasta hoy Nacen sus primeros dos nietos luego naceriacutea el tercero En 2004 regresa a Montevideo Cuatro antildeos despueacutes conoce a dos compantildeeros de la Universidad de la Repuacuteblica Agustiacuten y Matiacuteas ldquoLa descubrenrdquo nos diraacute ella A partir de este encuentro se motiva para compilar sus textos y escribir su libro Y diez antildeos maacutes tarde en 2014 presenta el libro que la diera a conocer y por el cual nosotras nos acercariacuteamos a ella En 2017 la invitamos a participar en algunas

2 A propoacutesito de la denominacioacuten lsquoviolencia domeacutesticarsquo en uno de los encuentros nos diraacute ldquoDespueacutes empeceacute a trabajar en violencia domeacutestica [se riacutee] iexclque antigua Ahora no se le dice asiacute es violencia de geacutenero porque no es solo en la casardquo

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instancias de un grupo de investigacioacuten a partir del cual escribimos la cartilla antes mencionada A partir de aquiacute es historia conocida Coordinamos con ella para llevar a su casa la invitacioacuten a la presentacioacuten de la cartilla y una copia de la misma Le escribimos una dedicatoria Estaacutebamos un poco nerviosas y ansiosas y sobre todo felices de que nos recibiera en su casa No imaginamos que ese seriacutea el primero de varios encuentros en que nos relatariacutea su historia de vida

Lo que cuentan las tortugas

La historia no es lo de antantildeo solamente estaacute construyeacutendose ahora en cada momento que transcurre en cada momento de las mujeres en las faacutebricas en las calles en el trabajo del campo en el domeacutestico maestras rurales amas de casahellip Todas las mujeres donde sea que esteacutenhellip La historia va articulando en lo cotidiano los acontecimientos colectivos sindicales poliacuteticos y sociales de un paiacutes No solo debemos recordar compantildeeras hay que escribir Porque lo que no estaacute escrito no existe se lo lleva el viento es la invisibilidad es la no historia (Alcoba Mariacutea Julia 2014 p 169)

A Mariacutea Julia la conocimos a traveacutes de las paacuteginas de su libro El epiacutelogo del libro la frase que elegimos para abrir este final nos empuja a seguir escribiendo Como una receta de bruja pasada de boca en boca Mariacutea Julia nos invita a escribir la historia nuestra historia esa que hoy nos encuentra

Vibramos en la misma sintoniacutea y varias veces nos vimos reflejadas en su sentir Saltando generaciones eacutepocas y paiacuteses pudimos entendernos plenamente como mujeres y como feministas Las aneacutecdotas amargas de la militancia mixta y la desvalorizacioacuten de las mujeres los sinsabores de la vida de pareja los amores y las separaciones Pero tambieacuten la alegriacutea del encuentro con las amigas del entre mujeres la ternura de la crianza el acompantildeamiento mutuo los cuidados

Mariacutea Julia es de habla calma y reflexiones agudas En un encuentro

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nos dijo ldquoAhora me muevo como una tortuguita iquestsaben por queacute Porque soy lenta pero raacutepida de pensamientordquo Reiacutemos juntas y pudimos comprobar que este apodo que heredoacute de su padre y su hijo le recrea le calza a la perfeccioacuten Avanza lento pero seguro porque sabe muy bien a donde va Es paciente y constante ella sabiacutea que teniacuteamos que escribir juntas y acaacute estamos Y este es solo un inicio pues quedan muchas paacuteginas por escribir porque sus historias sus cuentos sus aneacutecdotas tienen que ser contadas Sus palabras esas que abrazan tienen que continuar resonando en otras multiplicaacutendose como los brotes de las plantas que nos ha regalado y que nosotras aquiacute comenzamos a compartir

Estas palabras nos abrazaron mientras juntaacutebamos brotes de plantitas en el jardiacuten de su casa mientras preparaacutebamos un almuerzo en su cocina sentadas a su lado o a traveacutes de la pantalla del lsquoordenadorrsquo cuaderno en mano deseosas de poder escuchar lo que ese diacutea teniacutea para contarnos Nos dimos cita cada vez y esa cita de ese diacutea marcado en la agenda fue vivido como un acontecimiento En varias ocasiones nos esperoacute de labios pintados luciendo hermosas y coloridas chalinas haciendo juego con sus boinas en invierno Nosotras haciacuteamos nuestro mejor esfuerzo por arreglarnos para encontrarnos con ella Cuando nos iacutebamos de su casa o cortaacutebamos la videollamada quedaacutebamos exaltadas y no podiacuteamos parar de hablar sobre tal o cual frase sobre tal o cual partecita de su historia sobre coacutemo seguir sobre lo bello del viacutenculo que veniacuteamos tejiendo y la confianza mutua que veniacuteamos cultivando

Le contamos lo que nuestro encuentro con ella ha generado en nosotras y le preguntamos a ella al respecto

El trabajo que estaacuten haciendo me parece bien porque yo siempre cuando quiere hacer uno sin preguntas a veces no las podeacutes decir Porque o no te acordaacutes o no las quereacutes decir o se quedan adentro como en el tintero Y este trabajo que hicimos que ustedes me ayudaron a recordar que es lo maacutes importante para miacute porque cada diacutea me olvido de maacutes cosas cada diacutea Y eso es importante para poder trabajarlo en grupo y trabajarlo con ustedes Eso es lo maacutes importante

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que ustedes sean quienes le pongan el entusiasmo que le pusieron y para miacute es un orgullo y un acompantildeamiento de mi vejez que pueda decir lo que le sirva tambieacuten a otras mujeres () Yo seacute que no soy una gran oradora no soy oradora de barricada Sino que soy lenta para hablar pero lo importante es que llegue maacutes lejos con la palabra Eso ustedes seguiraacuten los ecos de esas palabras a sus compantildeeras a todo lo que significa la palabra de las mujeres en el mundo social que las ningunean mucho a las mujeres Que las mujeres siempre estaacuten dentro de casa y fuera de casa es lo que no se dice Siempre en cada momento social de la historia de la humanidad estaacuten las mujeres Las mujeres fueron las primeras que hablaron contra la guerra Las primeras que hablan muchas veces como las mujeres de la Plaza de Mayo Una simple pregunta iquestdoacutende estaacuten los hijos En lo social en este momento hay muchas mujeres luchando por compromiso social Y eso no sale en la prensa no sale en la televisioacuten sale muy poco en la radio Y son las mujeres que tienen esas voces No me importa ser lenta sino que me entiendan lo que digo () A miacute ustedes me han generado un aire fresco que ha llegado a mi casa y que si bien las conversaciones a veces eran iacutentimas o dolorosas o a veces nos generoacute risas o nos generoacute un silencio esos silencios que hablan tanto la llegada como la salida de ustedes de mi casa me generaba eso que tenemos las mujeres de mi familia que cuando se iban mis tiacuteas mi madre les deciacutea lsquovamos a ver las plantitasrsquo Entonces iba mi madre a darle unos gajos de las plantas Y eso es una multiplicacioacuten de hechos que generan el viacutenculo muy fuerte Lo de las plantas es muy fuerte porque generaacutes en el otro una continuidad de aquella visita Ustedes eran lsquola visitarsquo Una visita no lsquola visita esperadarsquo () A lo largo de la vida te encontraacutes con personas que te abrazan sin hacerlo te abrazan con la palabra te abrazan no con el cuerpo sino con la palabra Hay que ponerle palabra a todo lo de las mujeres para decir lo que aquellas callan Por eso la palabra es multiplicadora Los ecos de la palabra son los multiplicadores Como las plantas Es el viacutenculo que se establece () Yo no es que me repliegue porque quiera Me repliego porque tengo problemas de salud de piernas de brazos y eso me impide ir a las actividades Eso cada diacutea me dificulta maacutes Pero yo pienso hay tanta juventud ahora con la misma temaacutetica de las mujeres por suerte que yo seriacutea una hormiguita entre tantas Y para sumarme me gustariacutea pero no puedo y pienso que lo que puedo hacer es pensar en lo que estaacute pasando Estaacute pasando

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una revolucioacuten de verdad Como deciacuteas tuacute en el cuento3 Estaacute pasando ahora mismo estaacute pasando una revolucioacuten

Los diaacutelogos con Mariacutea Julia fueron eso diaacutelogos Nosotras la escuchamos y la leiacutemos y ella tambieacuten supo preguntarnos y supo tambieacuten leernos Le compartimos textos de nuestra autoriacutea nos devolviacutea sus comentarios Y ahiacute fuimos prestaacutendonos palabras para nombrar este momento de revolucioacuten que nos encuentra Ella cada tanto nos sigue sorprendiendo con algunos de sus cuentos que nosotras guardamos con ganas de leeacuterselos a otras Pero esto ya es otro cuento

3 Como mencionamos previamente compartirnos textos de nuestra autoriacutea se nos vol-vioacute una praacutectica comuacuten asiacute como tambieacuten dialogar desde las resonancias que nos generaban estas lecturas

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Referencias bibliograacuteficas

Alcoba Mariacutea Julia Caraacutembula Matiacuteas Cardeillac Joaquiacuten Cuacuteccaro Julia Cuacuteccaro Shirley Fagundez Rosa Flores Mariacutea Fontora Neacutelida Krapovickas Julieta Migliaro Alicia Robledo Gabriela Rodriacuteguez Lezica Lorena Troche Susan (2019) Y las mujeres iquestdoacutende estaacuten Guiacutea para abordar desigualdades de geacutenero en sindicatos rurales Universidad de la Repuacuteblica Disponible en httpswwwcolibriudelareduuyjspuibitstream2050012008299851Y20las20mujers20donde20estan_2019pdf

Alcoba Mariacutea Julia (2014) Las mujeres iquestdoacutende estaban Montevideo Primero de mayo

Comisioacuten catalana de solidaridad con las mujeres uruguayas (1981) Informe

Encuentro Internacional de solidaridad con las mujeres uruguaya Barcelona

Fontora Neacutelida (2018) La llama no se apaga Montevideo Primero de mayo

Colectivo del libro de salud de las mujeres de Boston (1982) Nuestros cuerpos Nuestras Vidas Barcelona Icaria

Schwarzer Alice (1979) La pequentildea diferencia y sus grandes consecuencias Barcelona Lasal Edicions De Les Dones

Mariacutea Julia Alcoba Alicia Migliaro y Lorena Rodriacuteguez Lezica Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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Datos Biograacuteficos

Mariacutea Julia Alcoba Rossano nace en 1938 en Montevideo en el Cerro barrio donde vive hasta su casamiento en 1960 A los trece antildeos sin terminar la escuela primaria ingresa a trabajar en Lanas Uruguayas Con catorce antildeos se integra a la militancia sindical y a la Unioacuten Obrera Textil Entre los antildeos 1955 y 1956 es co-fundadora del Congreso Obrero Textil que agrupa a todo el gremio a nivel nacional Representando a los textiles con Heacutector Rodriacuteguez y Emilio De Concilis integra el plenario de la Comisioacuten Pro Central Uacutenica de Trabajadores En 1956 se integra a las Juventudes Socialistas y luego al Partido Socialista En 1957 integra la Comisioacuten Gremial del Partido Desde alliacute trabaja hacia los sindicatos agriacutecolas En 1963 en la Unioacuten nace su primer hijo Siete antildeos despueacutes el segundo y al antildeo siguiente el tercero Milita en el Centro Mateotti y en el gremio textil En diciembre de 1967 el gobierno encabezado por Pacheco Areco se inaugura clausurando diarios e ilegalizando organizaciones poliacuteticas entre ellas el Partido Socialista En 1974 debe marchar con sus tres hijos al exilio argentino En Haedo termina la Escuela y cursa primero y segundo en el Liceo Nocturno En 1977 debe dejar Argentina y exilarse en Espantildea En Barcelona se integra al movimiento solidario con Uruguay contra la dictadura Trabaja como empleada domeacutestica vendedora de libroshellip Se prepara en cursos de auxiliar de cliacutenica puericultora y consultora en planificacioacuten familiar En 1979 obtiene por concurso el puesto de Consultora en Planificacioacuten

Las mujeres doacutende estaban

Familiar (agente de salud) en la Alcaldiacutea de Hospitalet de Llobregat donde trabaja con grupos de mujeres hasta su retorno al paiacutes Se integra a grupos feministas contra la violencia de geacutenero De 1979 a 1985 integra la comisioacuten de Barcelona de la CNT en el exilio ademaacutes de la Comisioacuten de Mujeres Catalanas de solidaridad con mujeres uruguayas en el exilio y presas viacutectimas del terrorismo de estado Ya en Montevideo es co-fundadora del Instituto Mujer y Sociedad trabaja con grupos en Foro Juvenil y EMAUS y se recibe de Psicoacuteloga Social en 1992 Hoy vive en su barrio de siempre el Cerro en una vieja casa llena de animalitos aacuterboles y plantas

Fotografiacutea Val Rodlez (2021)

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Indice

El encuentro con Mariacutea Julia 8

A modo de proacutelogo 11

La sumaca 14

Un cielo rojo anaranjado 24

La vieja radio de casa 28

Caramelos 33

Biyuacute 35

La Faacutebrica 39

El Sindicato 46

El patroacuten 48

Mis quince antildeos 51

Conflicto textil 54

La mamaacute de Rosita 58

Negra pobre y retobada 60

Un gremio de mujeres 62

El robo 64

El Boston 68

Despueacutes de la huelga 71

Jorgelina y Delia en Budapest 74

Una conferencia nacional 77

Las friyeras 80

Las mujeres iquestdoacutende estaban

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Las compantildeeras de FUNSA 86

Las mujeres del Arrozal 93

Las chacras del Norte 103

La marcha 110

Las mujeres en la marcha 122

Ana Mariacutea 126

El asalto 131

El regreso 134

El peine amarillo 136

Suipacha 139

Viviendo el miedo 144

Otra despedida maacutes 147

El Pesquero 149

Regreso sobre mis pasos 153

Del azuacutecar a la sal 169

Epiacutelogo 176

El jardiacuten de las palabras diaacutelogos feministas para abrazar la historia 179

Datos Biograacuteficos 212

Las mujeres iquestdoacutende estaban Una pregunta nada sencilla de hacer en un mundo donde las figuras masculinas son las fotografiadas las nombradas las recordadas Una pregunta que insiste que interpela que inspira La reedicioacuten de este libro de Mariacutea Julia sus palabras son claves que nos regala para seguir buscaacutendonos en la historia

  • El encuentro con Mariacutea Julia
  • A modo de proacutelogo
  • La sumaca
  • Un cielo rojo anaranjado
  • La vieja radio de casa
  • Caramelos
  • Biyuacute
  • La Faacutebrica
  • El Sindicato
  • El patroacuten
  • Mis quince antildeos
  • Conflicto textil
  • La mamaacute de Rosita
  • Negra pobre y retobada
  • Un gremio de mujeres
  • El robo
  • El Boston
  • Despueacutes de la huelga
  • Jorgelina y Delia en Budapest
  • Una conferencia nacional
  • Las friyeras
  • Las compantildeeras de FUNSA
  • Las mujeres del Arrozal
  • Las chacras del Norte
  • La marcha
  • Las mujeres en la marcha
  • Ana Mariacutea
  • El asalto
  • El regreso
  • El peine amarillo
  • Suipacha
  • Viviendo el miedo
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