LA SOCIOLOGÍA POLÍTICA DE ÉMILE DURKHEIM. La centralidad del estado

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reflexiones teóricas eintervenciones de Durkheim en los debates políticos de la Franciade fines del siglo XIX y primeros lustros del XX, de gran valor paraenriquecer la comprensión de su producción.

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    LA SOCIOLOGA POLTICA DE MILE DURKHEIM:LA CENTRALIDAD DEL PROBLEMA DEL ESTADO

    EN SUS REFLEXIONES DEL PERODO 1883-1885

    Graciela Inda*

    RESUMEN. La sociologa durkheimiana no se agota en sus obrasms frecuentadas y analizadas por los intrpretes. Existen escritos(reseas, artculos, ensayos, discursos, lecciones) menos co-nocidos, an no traducidos al castellano y slo recientementedifundidos a nivel mundial, que contienen reflexiones tericas eintervenciones de Durkheim en los debates polticos de la Franciade fines del siglo XIX y primeros lustros del XX, de gran valor paraenriquecer la comprensin de su produccin. Entre estos escritosse encuentran los correspondientes al lapso 1883-1885, previosa la presentacin de su primera obra mayor, De la divisin del tra-bajo social, los cuales constituyen la materia prima de la inves-tigacin aqu presentada.

    PALABRAS CLAVE: Durkheim, clsico, sociologa poltica, Estado, lapso1883-1885

    INTRODUCCIN

    Es indudable que las obras ms conocidas y discutidas de la produccinde mile Durkheim (1858-1917), considerado un clsico de la so-ciologa acadmica surgida en Europa en el curso del siglo XIX, soncontemporneas o posteriores a De la divisin del trabajo social y a laContribucin de Montesquieu a la constitucin de la ciencia social, trabajospresentados en 1893. En contraste, los textos anteriores a ese ao,

    * Candidata a doctora en Ciencias Polticas y Sociales por la Universidad Nacional deCuyo, Argentina. Correo electrnico: [email protected]

    Volumen 4, nmero 8, junio, 2008, pp. 135-168

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    slo recientemente difundidos a nivel internacional y en su inmensamayora no traducidos al espaol, han recibido escasa atencin porparte de comentaristas e intrpretes, concentrados en sus obras de mslargo aliento (De la divisin del trabajo social 1893, Las reglas delmtodo sociolgico 1895, El suicidio 1897, Las formaselementales de la vida religiosa 1912, etc.).

    En los ltimos aos, las tareas que realizan la Socit dtudesdurkheimiennes asociada con el British Centre for Durkheimian Studiesy la Bibliothque electrnica Paul-mile-Boulet de lUniversit du Qubec Chicoutimi (Canad) han facilitado las investigaciones, al impulsar ladifusin de los escritos menos conocidos de Durkheim. Entre ellos,se encuentran las intervenciones correspondientes al lapso 1883-1885,objeto de nuestro anlisis.

    Con algunas excepciones (Lacroix, Giddens, Steiner, Lukes1), lasobras dedicadas al estudio de la vida y obra de mile Durkheim nisiquiera mencionan los escritos y discursos anteriores a 1893, y menosan los realizados con anterioridad a 1885, sin duda los ms tempra-nos de la reflexin durkheimiana. Adems, por lo general, cuando selos considera es bajo una forma ms bien anecdtica o biogrfica, sinninguna pretensin de sistematizacin o de reconstruccin del sistemade preguntas que los sostiene.2

    Bajo el supuesto de que la naturaleza de la sociologa durkheimianano se agota en la referencia a sus obras mayores, me propuse un re-corrido crtico y exhaustivo por sus descuidadas primeras cavilacionestericas y polticas.

    1 Lacroix, Bernard (1984), Durkheim y lo poltico. Mxico: Fondo de Cultura Econmica.Giddens, Anthony (1997), La sociologa poltica de Durkheim, en Giddens, Anthony(1997), Reflexiones sobre el pensamiento social clsico y contemporneo. Barcelona: Paids.Steiner, Philippe (2003), La sociologa de Durkheim. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visin.Coleccin Claves. Lukes, Steven (1984), mile Durkheim. Su vida y su obra. Estudiohistrico-crtico. Madrid: Siglo XXI de Espaa Editores.2 Entre las excepciones, vale la pena mencionar los siguientes trabajos, que si bien no gi-ran especialmente en torno de la sociologa poltica durkheimiana, contienen reflexionescon ella conectadas. Girola, Lidia (2005), Anomia e individualismo. Del diagnstico de lamodernidad de Durkheim al pensamiento contemporneo. Mxico: Anthropos / UAM-A.Ramos, Ramn (1999), La sociologa de mile Durkheim. Patologa social, tiempo y reflexin.Madrid: Centro de Investigaciones Sociolgicas, Siglo XXI.

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    Con la intencin de desentraar la problemtica (el sistema de pre-guntas, vacos, respuestas y preocupaciones) que habita el pensamientotemprano de Durkheim, se analizaron los textos correspondientes(mencionados en la bibliografa), buscando determinar: cules sonlos tpicos e interrogantes ms sobresalientes?, qu objeto de inves-tigacin construye paulatinamente el joven profesor francs en ellos?,de qu manera, esto es, recurriendo a qu teoras o conceptos, procedeal tratamiento de dicho objeto?, en vinculacin con qu posicionespolticas o de clase concretas?

    Bernard Lacroix, autor de uno de los anlisis ms rigurosos de losltimos tiempos sobre la obra durkheimiana, considera que la mayorade los estudios sobre el pensamiento del socilogo francs descono-ce la importancia y la impronta propiamente poltica de sus preocu-paciones originales. Agrego lo siguiente: en el contexto de una cons-truccin sociolgica amplia y diversa, que por lo general coloca en unplano secundario o directamente evita o menosprecia el abordaje delos problemas polticos, del poder y del Estado,3 en los ensayos, reseasbibliogrficas, discursos y cursos anteriores a su tesis doctoral de 1893,puede detectarse, por el contrario, un marcado inters de Durkheimpor los problemas propios de la sociologa poltica y, sobre todo, porel Estado.

    LOS PRIMEROS BOSQUEJOS (1883-1884)

    En 1879 el joven Durkheim ingresa, luego de un perodo depreparacin que le demand tres aos, a la Escuela Normal Superior.En ella, segn cuenta Harry Alpert, germina un verdadero renacimientofilosfico, una especie de despertar intelectual tras el rgimen represivoy asfixiante del Segundo Imperio Napolenico (Alpert, 1986: 19).4

    3 Aunque no siempre, como lo demuestran algunos artculos y cursos, tales como Leccionesde Sociologa. Fsica de las costumbres y del Derecho (1890/1900) y El socialismo (1895-1896).4 Por lo general, los estudiosos entienden que durante el perodo del Imperio de NapolenIII (1851-1870) la hegemona poltica corresponde a los grupos conservadores, combinadacon algunas concesiones al movimiento obrero, como el derecho de huelga, mientras que

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    Pese a esa efervescencia intelectual, la mirada que tiene Durkheimsobre el medio acadmico que lo rodea no es de admiracin. Criticatempranamente el carcter superficial, literario y mstico de las dis-cusiones que tienen lugar en la Escuela. Cree que se le da excesivaimportancia a la retrica ociosa y que se dejan de lado la precisin y lainvestigacin especializada que deben caracterizar a los trabajos cien-tficos y filosficos. Los estudiantes y la mayora de los profesoresbuscan, segn sus palabras:

    [] no la exactitud del anlisis y el rigor de la prueba, esdecir, las cualidades que hacen al cientfico y al filsofo,sino un tipo de talento literario de especie bastarda queconsiste en combinar las ideas de manera semejante a co-mo el artista combina imgenes y formas: para encantar algusto y no para satisfacer la razn; para despertar im-presiones estticas y no para expresar cosas (Durkheim,1895a:19).

    la pequea burguesa de campesinos parcelarios da su apoyo al rgimen. A la cabeza delprimer gobierno europeo elegido mediante el sufragio universal (votaron los hombresmayores de dieciocho aos), Napolen emplea la poltica de otorgar pequeas concesionespara evitar nuevas revoluciones o cambios profundos. Durante todo el siglo XIX, Franciaes escenario de diversas luchas polticas entre monrquicos y republicanos, entre radicalesy moderados, entre clericales y anticlericales, entre partidarios de la paz y partidarios dela guerra, entre imperialistas y crticos de la expansin colonial, entre socialistas reformistasy comunistas, todas las cuales ponen constantemente en jaque la continuidad de los di-ferentes regmenes ensayados. La oposicin obrera, la represin de diferentes intentos re-volucionarios, la guerra con Prusia, los golpes de Estado, en suma, una gran inestabilidadpoltica, hacen que sea comn vivenciar esta poca como un perodo de crisis, como dehecho lo hace el propio mile Durkheim.En el ao terrible de 1870, para usar la ex-presin de los propios franceses, la derrota y la invasin por parte de Prusia derriban elrgimen napolenico. El descontento obrero, el bloqueo, la caresta de alimentos, notardan en producir el intento revolucionario de los comuneros de 1871, reprimido pormedio de una brutal masacre acorde con el terror ciego que desencadena en la burguesafrancesa. Fortalecida por la represin de la sublevacin de la Comuna de Pars y elrestablecimiento del orden, se constituye la Tercera Repblica. La burguesa, antes te-merosa del rgimen republicano, ahora le presta su apoyo, a la par que los republicanosdel gobierno se hacen cada vez ms moderados. La Repblica, dicen algunos historiadores,se desprende de sus tradiciones revolucionarias y belicosas.

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    Dada esa insatisfaccin ante el estado de la disciplina filosfica se com-prende la decisin que toma Durkheim entre 1882 y 1883, en los dasde su graduacin: dedicarse al estudio cientfico de los fenmenossociales. Fue entre el primer proyecto de lo que iba a convertirse enLa divisin del trabajo, en 1884, y su primer borrador en 1886 cuando,a travs de un anlisis progresivo de su pensamiento y de los hechos[] lleg a ver que la solucin del problema perteneca a una nuevaciencia: la sociologa (Mauss, 1969: 67). Lo anterior, en un momentoen que la sociologa no constituye una disciplina autnoma, es ms,ni siquiera es vista con buenos ojos.

    En 1895 Durkheim lo dice de esta forma:

    Cuando, hace unos diez aos, decidimos dedicarnos alestudio de los fenmenos sociales, la cantidad de genteque se interesaba por estos problemas era tan restringidaen Francia que, a pesar de la gran benevolencia con la quefueron recibidos nuestros primeros intentos, no encon-tramos en ningn lado los consejos y la ayuda que ne-cesitbamos para evitar largos titubeos y para que nuestrasinvestigaciones fuesen ms sencillas. En especial, en elmedio universitario, la sociologa era objeto de un ver-dadero descrdito [] (Durkheim, 1895b: 4).

    Ahora bien, ese descrdito no dura mucho. En poco tiempo ms, en elmedio intelectual francs, se estudiar el positivismo cientfico pro-cedente de Augusto Comte, creador del neologismo sociologa.

    Cabe destacar con nfasis que el inters de Durkheim por la so-ciologa no nace de un problema meramente disciplinar, sino que esproducto de su compromiso con el frgil Estado republicano de sutiempo. Quiere una ciencia que proporcione las directrices moralespara la consolidacin de la Tercera Repblica, que sirva de orientacina la conducta poltica.5 En sus primeras reflexiones se muestra ob-sesionado por la cuestin de la unidad nacional.

    5 Segn Steven Lukes, a mediados de la dcada de 1880 Durkheim llega a considerar laciencia social, y en especial el estudio cientfico de la moral, como capaz de proporcionar

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    Primer indicio. Como mencion, alrededor de 1882, segn refiere susobrino Mauss, Durkheim empieza a definir el campo temtico de susinvestigaciones. Estudiar las relaciones entre el individualismo y elsocialismo constituye la primera formulacin de su proyecto. Los tr-minos utilizados marcan la imprecisin del pensamiento: remiten a unenfoque filosfico muy general que buscaba confrontar lo que en esemomento se consideraba como dos modos antagnicos de orga-nizacin social y poltica (el individualismo, que refera al liberalismopoltico y sobre todo al liberalismo econmico y el socialismo, en re-lacin con las doctrinas que ponan nfasis en la primaca del Estado ode cualquier otro centro regulador de la vida social) (Steiner, 2003:23). El novel profesor es plenamente consciente de que la cuestin dela amplitud de intervencin del Estado es esencial para distinguir en-tre dos propuestas de organizacin de las sociedades modernas: la delos socialistas y la de los liberales.

    Tambin en 1882, en el mes de marzo, Durkheim asiste a una con-ferencia dictada por Ernest Renan en la Sorbonne, la cual lleva porsugestivo ttulo: Qu es una nacin? En 1885 todava la tiene en mente,pues en la resea que escribe sobre una obra del alemn Scheffle lamenciona en la bibliografa (Durkheim, 1885a).

    Avancemos en nuestro recorrido. Egresado de la Escuela Normal,es nombrado profesor de filosofa, cargo que desempea en los liceosde Sens, Saint Quentin y Troyes entre 1882 y 1887 (con la excepcindel ao acadmico 1885-1886 en que obtiene una licencia para avan-zar en su formacin y viaja a Alemania). En el discurso que dirige en1883 a los alumnos del Liceo de Sens sobre El papel de los grandeshombres en la historia (cuya reproduccin es, hasta donde s, el escritoms temprano que puede encontrarse de Durkheim), discute abier-tamente la tesis presentada por Renan en sus Dialogues philosophiques,segn la cual los grandes hombres son el fin propio de lahumanidad.

    la base de una doctrina de la accin; esperanza, por cierto, comn a no pocos de suscontemporneos. Y si bien la relacin entre teora y prctica no est plenamente elaboradaen este primer momento de su formacin intelectual, desde un principio, como veremosenseguida, cree en la funcin prctica (poltica) de la ciencia (Lukes, 1984: 76).

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    El tono aristocrtico y el desinters por la felicidad de las masasque conlleva la tesis renaniana desagradan al joven Durkheim. El mun-do no est nicamente hecho en vista de los grandes hombres. El restode la humanidad no es simplemente la tierra sobre la cual crecen esasflores raras y exquisitas. Todos los individuos, por humildes que sean,tienen el derecho de aspirar a la vida superior del espritu (Durkheim,1883: 4). El tema de fondo: una nacin no es el producto de uno odos grandes hombres, que un da estn y luego pueden faltar re-pentinamente; es, por el contrario, la masa compacta de ciudadanos.Lo que debe importar a la nacin toda, insiste Durkheim, no es el pro-greso de una pequea aristocracia cerrada y celosa sino el de la culturamedia de espritu que la masa est en estado de recibir.

    Si es falsa la teora que posterga a la masa, lo es tambin aquella quesacrifica al genio en pos de la muchedumbre. Es la aparicin de ungran hombre, exponente de una existencia superior, la que proporcionauna meta para los esfuerzos de todos, la que estremece a la muche-dumbre inmvil y la pone a trabajar para alcanzar un ideal superior.Tampoco hay que pensar que invariablemente los grandes hombresabsorben las fuerzas de la nacin: esto slo sucede cuando el hombrede genio vive en una soledad orgullosa. Siempre y cuando no se as-len en su superioridad, desempean un papel crucial a los ojos deDurkheim:6 encarnan un ideal, lo convierten en una meta por la cualvale la pena rechazar los placeres fciles y vulgares. Respetar la su-perioridad natural de ciertos prohombres, sin perder la dignidad y elrespeto que se deben a s mismos: as deben ser los futuros ciudada-nos de nuestra democracia, concluye.

    En resumen, las preguntas que se plantea Durkheim leyendo a Re-nan son: qu es una nacin?, cmo fortalecerla?, debe apoyarseslo en unos pocos hroes o, por el contrario, debe nutrirse de la ma-sa del pueblo? Estudia a Renan, no porque le subyuguen las respues-tas que ste proporciona, las que le parecen inaceptables, como hemos

    6 Esta relativa importancia atribuida a los grandes hombres desaparece paulatinamenteen los escritos posteriores de Durkheim. Ya en Las reglas del mtodo sociolgico (1895),como es sabido, su ataque al antropocentrismo adquiere particular virulencia.

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    visto, sino porque comparte el interrogante que ste formula en tornoa la unidad nacional, inquietud compartida que remite, desde luego, ala sucesin de conflictos que jaquean desde 1875 la autoridad delEstado republicano francs. Primeros indicios entonces de la bisoaproblemtica durkheimiana de la integracin nacional.7

    En los aos 1883 y 1884, el joven profesor Durkheim dicta susprimeros cursos sobre filosofa.8 En ellos diserta sobre el objeto, mtodoy teoras propias de la filosofa y de la psicologa, sobre la lgica y sumetodologa, sobre la metafsica y, finalmente, sobre la moral. Los de-beres cvicos aparecen aqu planteados como un problema propio dela moral, entendida sta como forma de disciplina social, comomodalidad de inculcacin de valores sociales slidos.9

    La moral aparece subdividida en moral terica (tratamiento de laley moral, de la responsabilidad moral, del deber y del bien, de la ver-dad) y moral prctica (compuesta por la moral individual, la moraldomstica o familiar, la moral cvica y los deberes generales de la vidasocial).

    De las lecciones impartidas por el joven Durkheim en los cursosdictados en el Liceo de Sens importa especialmente la Leccin 64. Enella diserta sobre la moral cvica definida como aquella parte de lamoral prctica [] que determina los deberes que tienen los indivi-duos cuya reunin forma una nacin (Durkheim, 1883-1884: 139).

    La organizacin de la sociedad requiere que el cuidado de losintereses comunes est a cargo de personas especialmente abocadas aesta funcin. Estas personas constituyen el gobierno. Este gobierno

    7 No pretendo que es sta la nica preocupacin de Durkheim. Conocido es su otro grandesvelo: dotar de autonoma a la ciencia de la moral. Por lo dems, como seal, dichastemticas estn imbricadas.8 Las notas tomadas en 1883-84 por el filsofo francs Andr Lalande han permitido lapreparacin de un manuscrito de los cursos dictados por Durkheim en el Liceo de Sens.Lleva por ttulo Cours de philosophie fait au Lyce de Sens en 1883-1884. El original seencuentra en la biblioteca de la Sorbonne.9 En la dcada de 1880, dice Steven Lukes, prevalece en Durkheim una concepcinconservadora de la moral como forma de disciplina social. Esta concepcin, si bien sub-siste como elemento central de su pensamiento, se moderar al combinarse luego concierto inters por la justicia social y el cambio social (Lukes, 1984: 78).

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    est armado de diferentes poderes. Para que esos poderes no sean pe-ligrosos, es preciso que estn divididos entre diversas clases de perso-nas: he aqu el principio de la divisin de poderes. Los poderes cons-titutivos del gobierno, dice Durkheim retomando las reflexiones deMontesquieu, son tres: el legislativo, el ejecutivo y el judicial. Hacerlas leyes que regirn a la sociedad, aplicarlas y reprimir las violacionesa esas leyes empleando penas, son las tareas que corresponden a cadauno de esos poderes.

    Tal es la divisin de tareas, pero cul es la funcin del gobierno?,cul es su misin? La funcin de un gobierno es doble: debe prote-ger a los ciudadanos, los unos de los otros, y al mismo tiempo conducira la sociedad a la realizacin de su propio fin. Cada sociedad enesto Durkheim es categrico tiene un fin que le es propio, interesesque le son propios: los intereses de Francia no son idnticos a los deInglaterra o a los de Alemania. En este reconocimiento de que co-rresponde al Estado llevar a la sociedad al logro de su fin propio puedeidentificarse un acercamiento sorprendente, aunque fugaz, con la so-ciologa del Estado weberiana, que realza la capacidad organizadora yde conduccin del poder estatal moderno.10

    La sociedad delega a ciertos individuos el poder de dirigirla a supropio fin, contina Durkheim. Identificar ese fin, seleccionar losmedios ms adecuados para realizarlo dadas las circunstancias, prepararesos medios, son tareas propias de la ciencia. Un cierto nmero depersonas est especialmente encargado de llevar adelante ese conjuntode ocupaciones.

    Se encuentran esbozados en este curso cuatro elementos clavesde la concepcin durkheimiana del Estado. 1) La referencia al papelprotagnico de la ciencia y de la especializacin en la definicin delas funciones estatales. 2) Una posicin acerca de la relacin Esta-do-sociedad: el Estado nace de la sociedad, por delegacin. A esta

    10 En obras posteriores, sobre todo en De la divisin del trabajo social (1893), Durkheimreconocer cada vez menos capacidad propia al Estado, llegando incluso a considerarloun apndice sin vida propia de la morfologa de la sociedad. En un nuevo giro, enLecciones de sociologa (1890-1900) vuelve a conceder al poder poltico cierta capacidadautnoma de accin.

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    definicin, que supone que la sociedad existe primero para despusdar origen al Estado, puede llamrsela tesis sociocntrica (por oposicina las tesis estadocntricas, que hacen derivar la sociedad del Estado). Deesta tesis deriva Durkheim un principio importante: el Estado est sujetoa un control perpetuo por parte de la nacin que le da la vida.11 3) Laproclamacin de intereses especficos a cada nacin. Si bien hay unadefinicin general del Estado en torno a dos funciones bsicas: cuidarde la ciudadana y conducir la sociedad al logro de su fin, la deter-minacin de cul es ese fin no corresponde al Estado, lo precede, co-rresponde a la sociedad nacional que le da origen. 4) La identificacinEstado-gobierno. Los contornos del Estado coinciden totalmente conlos del gobierno, compuesto de tres poderes (ejecutivo, legislativo,judicial). Puede hablarse as de una definicin restringida de la ma-terialidad institucional del Estado.

    Con la formulacin de 1883-1884 Durkheim pretende expl-citamente rechazar dos teoras sobre las funciones del gobierno en lassociedades modernas. 1) La teora socialista, que considera que todoslos ciudadanos pertenecen al Estado en tanto abdican de su indi-vidualidad al incorporarse a la sociedad y segn la cual el gobierno con-duce a la sociedad a un fin, a un objetivo, que los miembros que la com-ponen pueden compartir o no. Se trata para Durkheim de una teora

    11 Esta posicin ser persistente. Durkheim no funda el Estado en las voluntades individualesni pretende que se limite exclusivamente a garantizar la libertad de los individuos. Losintereses de la comunidad, dice, no pueden ser juzgados individualmente, puesto quecada individuo slo tiene un conocimiento nfimo de la vida social. Protesta contra losefectos disolventes del individualismo egosta, entiende que la constante ampliacin delas esferas de intervencin del Estado es un fenmeno irrefrenable al tiempo que justificala necesidad de unas asociaciones, generadoras de solidaridad y regulacin, que medienentre el individuo y el Estado. Es ms, en la dcada que arranca en 1890, sostiene que losderechos del individuo son una creacin del Estado. El poder estatal, correctamente con-trabalanceado en el ejercicio de sus funciones por la existencia de rganos secundarios ydebidamente controlado por la masa ciudadana, acompaa y desarrolla los derechos delindividuo. La individuacin, la liberacin del individuo de las redes sociales que lo ti-ranizan, dice en Lecciones de sociologa, es la funcin esencial del Estado moderno. Estaconsideracin de los derechos individuales como producto de fuerzas sociales e histricasprecisas constituye sin duda una crtica a los tericos del liberalismo clsico, quienesparten de la existencia innata e individual de los derechos.

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    obviamente inmoral, puesto que menoscaba al individuo, re-ducindolo a un mero instrumento que la sociedad utiliza para llegar asus fines. 2) La teora liberal o individualista, que sostiene que lasociedad es una abstraccin y que son supremos los fines individua-les. La funcin del gobierno es proteger a los ciudadanos, evitar que sedaen entre s, salvaguardar la individualidad de cada uno. Slo cuan-do peligra el respeto por la libertad individual puede el gobierno ejer-cer su autoridad o intervenir en la vida social. Esta visin sostiene, sibien no desatiende la ley moral que dicta respetar al individuo, escontraria a los intereses de la sociedad.

    Ms arriba seal que para el joven socilogo, el Estado, en tantoresulta del pueblo, en tanto es producto de la nacin, no puede tenerun poder absoluto. Cul es el lmite del poder del Estado? El Estadonunca puede disminuir la personalidad del ciudadano. Luego demencionar las funciones del gobierno y de decir que debe disponerde los poderes suficientes para poder cumplirlas, agrega Durkheim:

    Pero en el ejercicio de esos poderes, deber encerrarsedentro de cierto lmite; su accin en el pas deber pararen un cierto momento: no deber jams atentar contra lapersonalidad de los ciudadanos. Puede exigir de ellos lasacciones indispensables a la vida social, pero no deber irms lejos, descender sobre las conciencias para impo-ner tal o cual opinin. El pensamiento deber permanecersiempre libre, sustrado de la accin del gobierno, y dis-poner libremente de todos los medios necesarios a suexpresin. Todo gobierno deber respetar la libertad depensamiento: poco importa el nombre de las doctrinas ysus consecuencias tericas; todas tienen el derecho de verel da, y qu debe acarrear el triunfo de unas y el aplas-tamiento de otras, esa es la discusin, en la que no deberintervenir una fuerza externa. Lo cual sera, por otro lado,un medio ineficaz; se puede retardar un tiempo eladvenimiento de una idea, pero no tardar en reaparecer;las ideas slo mueren cuando son falsas, la persecucin

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    en su contra les da fuerza. Por supuesto, no se trata aqums que de la libertad de pensar y de expresar; la libertadde actuar por los medios ms o menos morales para di-fundir ese pensamiento es del dominio de la legislacin(Durkheim, 1883-1884: 141).

    En una sociedad democrtica, las obligaciones de los ciudadanos haciael Estado se circunscriben a obedecer la ley, pagar impuestos, hacer elservicio militar y votar. Est claro que nuestro socilogo no reflexionasobre los deberes ciudadanos en abstracto: los inscribe en una formadeterminada de organizacin poltica, la democrtica. Tenemos enton-ces que los deberes ciudadanos dependen de la forma, democrtica ono, que adopte el Estado. Queda sealado aqu otro tema que interesarcrecientemente a Durkheim: el de la oposicin entre los Estados de-mocrticos y los absolutistas o despticos. O mejor dicho: entre lassociedades democrticas y las despticas, puesto que son ellas las queengendran tal o cual tipo de Estado.

    Sin duda, un problema que atraviesa toda la produccin durk-heimiana, desde las primeras reseas hasta los escritos de la guerra, esel de la democracia. La intencin de este clsico de la sociologa france-sa de delimitar el poder que legtimamente puede ejercer el Estadomoderno se traduce en una serie de mximas: el Estado no puede so-juzgar a los individuos, no puede perseguir fines independientes delos fines individuales, debe gozar de una obediencia consentida yrazonada, debe permitir y fomentar el accionar de asociaciones in-termedias que limiten su tendencia a la centralizacin, debe comunicar-se con la sociedad mediante la elaboracin de representaciones cadavez ms racionales y especficas, debe proceder a eliminar el derechode herencia y otros privilegios para impulsar una mayor igualdad delas relaciones sociales, debe organizar y regular la vida econmica paraevitar los estados anmicos y de falta de cohesin social que tanto da-o causan a los individuos, debe tender a la pacificacin de las re-laciones internacionales.

    De todas maneras, el gobierno es ejercido por unos pocos y sufuncin es pensar por la sociedad. Las crticas durkheimianas a la ideade una nivelacin democrtica son cidas y persistentes. Una vida

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    pblica protagonizada por una multitud de individuos que expresansu opinin sobre la cosa pblica sin estar informados ni preparadosadecuadamente slo puede conducir al caos. Es preciso, recalca el so-cilogo, que la representacin poltica reproduzca la organizacinprofesional. La democracia slo puede consistir en la mxima co-municacin entre la conciencia reflexiva del Estado y los estados socialessemiinconscientes.

    Volvamos a los aos que nos ocupan, aqullos inaugurales de laproduccin durkheimiana. El sufragio, dice el joven intelectual, no essolamente un derecho de los ciudadanos: es tambin un deber. Losciudadanos deben ocuparse de los intereses comunes, y es medianteel voto que esos intereses pueden expresarse. Abstenerse de votar porrazones particulares, por ejemplo, es imperdonable. El inters generalno puede ser sacrificado en nombre del inters particular.

    La observancia de la ley es muy natural en una sociedaddemocrtica puesto, que la ley fue hecha por los ciudadanos, que debencumplirla. Entonces, la minora tiene derecho de desobedecer una leycon la que no est de acuerdo? No: si tuviera ese derecho, la sociedadestara en riesgo de disolucin. En una democracia, caracterizada porla libre expresin de las ideas, la minora no debe recurrir a la fuerzabruta y la desobediencia para hacer triunfar sus ideas.

    Uno y otro deber, el de votar y el de respetar la ley, quedan en-marcados en la incipiente problemtica de la cohesin social, de la ne-cesaria unidad nacional. Preocupado por consolidar la inconsistenteRepblica, Durkheim siente la urgencia de establecer una ideologalaica y liberal, una moral cvica que forme respetuosos ciudadanosrepublicanos.12

    12 Vale agregar que esta necesidad de consolidar la Repblica no slo se apuntala en ellaicismo y el liberalismo, sino tambin en el cientificismo. Para Durkheim la ciencia es unsaber para la accin. Esta conviccin ser plasmada con claridad en el Prefacio a la pri-mera edicin de su tesis doctoral: [] estimaramos que nuestras investigaciones nomereceran la pena si no hubieran de tener ms que un inters especulativo. Si separamoscon cuidado los problemas tericos de los problemas prcticos, no es para abandonar aestos ltimos; es, por el contrario, para ponernos en estado de resolverlos mejor(Durkheim, 1893: 51).

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    En ese contexto, y tras la indeleble resonancia de la derrota francesaen la guerra franco-prusiana de 1870-1871, Durkheim pergea unaclara defensa de la nacionalidad. Su justificacin de la obligacin derealizar el servicio militar, por ejemplo, se asienta en esa idea de defen-sa de la nacin. Defensa que ms tarde tomar carcter poltico explcitoen ciertos gestos de nacionalismo militante y en una intensa actividadde propaganda durante la primera guerra mundial.13 De todos losimpuestos el ms noble y el ms obligatorio es el de la sangre. Llegarel da en que todas las nacionalidades se fundan en una Repblica Uni-versal? Es posible. Pero por el momento los hombres estn divididosen sociedades rivales, que a menudo tienen que luchar (Durkheim,1883-1884: 142).

    LAS RESEAS BIBLIOGRFICAS DE 1885: UNA MATRIZ DE PREGUNTAS

    En 1885, mientras se prepara para viajar a Alemania, Durkheim ingresacomo colaborador de la Revue Philosophique y escribe varios anlisissobre literatura sociolgica reciente. Su primera participacin consis-te en una resea del primer volumen de la obra del alemn AlbertSchffle (socialista de ctedra y organicista), titulada Bau und Leben desSozialen Krpers: Erster Band. La cuestin de la nacin acapara de nuevola atencin del joven profesor: el volumen reseado es un anlisis delas naciones actuales y de sus principales elementos.

    En su lectura de Schffle, Durkheim encuentra algunas nocionesque sern luego centrales en sus anlisis. Una de ellas es la que conside-ra que la sociedad es un ser con vida propia que no debe ser identifica-da sin ms con un organismo. Las metforas organicistas diceson tiles a la sociologa, pero sta debe estudiar su objeto propioutilizando un mtodo nuevo. Tambin comparte la idea de que losmiembros de las sociedades humanas se encuentran unidos, no por

    13 Expresados, por ejemplo, en su artculo de 1915, titulado: LAllemagne au-dessus detout. La mentalit allemande et la guerre, en el cual culpa a la mentalidad patolgicaalemana, excesivamente agresiva y militarista, de haber querido la guerra.

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    un contacto material, sino por lazos ideales. La nacin, advierte, esuna organizacin de ideas.

    Encara el texto de Schffle como un voraz aprendiz. Pretende, antetodo, reproducir el movimiento general de ese bello anlisis, tan ricoen observaciones, de gran erudicin. En su opinin, constituye unprogreso cientfico que puede contribuir a edificar el futuro de lasociologa francesa. Le critica su eclecticismo, que no atine a ser to-talmente consecuente con su definicin de la sociedad como ser convida independiente y haga concesiones al individualismo. Tambin surobusta fe en la razn y en el futuro de la humanidad: la razn nocura todos los males, dice Durkheim; no podemos esperar que laarmona social repose en el hecho de que millones de hombres, quelas masas enormes que conforman nuestros pueblos, tengan a cadainstante la fuerza de atencin, la razn necesaria para impulsar los in-tereses comunes. Adems, si reemplazramos los instintos y los hbitosdel hombre ordinario por una conciencia plena, por una pura razn,ste no comprendera la grandeza del patriotismo ni la bondad delsacrificio.

    Reitera as su idea del discurso de 1883 de que es imposible (eindeseable) que la razn alcance a todos los individuos que formanuna sociedad. Son los lazos invisibles de la solidaridad los que man-tienen unidos a la nacin, y es esta nocin la que prefiere destacar alreferirse a la doctrina de Schffle. En efecto, destaca como un aporte deesta doctrina la consideracin de la riqueza de una nacin como algoms que un simple acervo material. La riqueza es un smbolo. Ex-presada en monumentos histricos, obras literarias, etc., es el lazo queune las conciencias que componen la nacin, es el medio que transmitelas ideas de un espritu a otro, de una generacin a otra.

    La perspectiva de Schffle destaca que adems de los elementosanatmicos (Estado, rganos intermediarios, etc.) existen tejidos so-ciales destinados a conectar entre s las clulas sociales, a reunirlasen masas compactas y coherentes protegidas de toda disolucin dela unidad nacional. Estos lazos sociales, amorfos y carentes de fun-ciones especiales, se irritan ante la menor excitacin. El patriotismoes un buen ejemplo de esta especie: en tiempos de paz duerme en el

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    fondo de las conciencias, pero cuando estalla la guerra nos gana atodos. Evidentemente, estas ideas calan hondo en el joven Durkheim.

    Esos lazos sociales que fundan la nacin entrelazndose de milmaneras son, segn Schffle, la unidad de origen, de territorio, deintereses, de opiniones, de creencias religiosas, de instintos de so-ciabilidad, de tradiciones histricas y de lengua. Si uno de ellos se en-cuentra debilitado, los dems se encargan de sostener la cohesinnacional. Un pueblo que presentara esos ocho caracteres puros detoda mezcla, que se caracterizara por un patriotismo exclusivo, quehonrara su pasado histrico, que tuviera una perfecta unidad lingstica,religiosa, econmica y poltica, formara una nacin slida, inque-brantable, que ninguna fuerza enemiga, interna o externa, podra so-meter. Pero, razona el socilogo alemn, pagara un alto precio por susolidez: sta slo puede ser mantenida mediante una enorme cen-tralizacin y por un gobierno opresivo hacia adentro y belicoso haciafuera. Actualmente, es preciso alcanzar un equilibrio entre la afirma-cin de la vida nacional y la creciente importancia del cosmopolitismoy las relaciones internacionales.

    En la lectura que Durkheim hace del texto de Schffle reaparecencon nitidez tanto la identificacin de Estado y gobierno como la tesissociocntrica del Estado. Si la sociedad nacional es de tal forma, el go-bierno que le corresponde es de tal otra. Incluso en este texto va msall y precisa esta tesis al tratar la cuestin de la autoridad de las leyes.En efecto, las leyes no deben su existencia a la sola voluntad dellegislador: son inmanentes a la sociedad.14 El Estado no crea las le-yes, como a veces se dice, asegura Durkheim. El derecho y la moralson simplemente condiciones de la vida comn; es el pueblo quien

    14 Ms tarde, en De la divisin del trabajo social, Durkheim afinar ms sus ideas respectodel papel de legislador y del derecho. All sostiene, una vez ms, que el derecho sancionadoy aplicado por el Estado no contradice sino excepcionalmente las costumbres, que enrealidad constituyen su base, de que la ley es oriunda de las costumbres enraizadas. Yagrega: el derecho no expresa indiscriminadamente todas las relaciones sociales; tienecierto papel propio, puesto que reproduce los tipos esenciales de solidaridad, dejandomuchas veces de lado las relaciones sociales que carecen de importancia y de continuidad.Al respecto: Durkheim, 1893: 85 a 87.

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    los elabora. El legislador constata y formula resoluciones preparadaspor la opinin pblica. De todas formas, el papel del Estado es in-dispensable: sin la intervencin del legislador, el derecho no sub-sistira ms que como una costumbre semi inconsciente, imprecisa.15

    Tambin aflora una tesis sobre el Estado que habr de tenerimportancia en los desarrollos tericos posteriores, sobre todo en Dela divisin del trabajo social (1893): existe una estrecha vinculacinentre la divisin del trabajo y el Estado. Bien mirada, esta tesis es hijade aquella ms general que hemos nombrado tesis expresiva del Estado.Durkheim va sumando elementos y profundizando su concepcin delEstado nacional moderno dentro de una misma lnea de investigacin.

    Aun en una masa homognea se establece alguna diferenciacin,ya que los individuos se agrupan de manera de cumplir las funcionesnecesarias a la vida comn. De esta manera, se constituyen tejidosnuevos, que se distinguen de los anteriores en que cada uno tiene unaforma determinada y una funcin. Tienen una vida propia, inde-pendiente. Schffle menciona cinco tejidos de esta segunda especie,cada cual con su funcin especfica: el emplazamiento fsico de losdiferentes rganos (sistema seo), los tejidos protectores o epidermis(polica, por ejemplo), tejidos encargados de alimentar los elementosanatmicos del cuerpo social (vasos capilares), tejidos encargados deponer a cada rgano en posicin de actuar frente al exterior o sistemamuscular (flota, armada, etc.) y, finalmente, los tejidos nerviosos en-cargados de transmitir los smbolos que sirven a la transmisin de lasideas.

    Luego de atender a los tejidos constitutivos de la nacin, le llama laatencin a Durkheim la nocin de Schffle de conciencia colectiva,en tanto realidad diferente de las conciencias particulares. Cun-tas ideas y sentimientos son de nosotros mismos? Pocos, dice Sch-ffle. Ninguno de nosotros habla una lengua de autora propia: la

    15 Asoma tambin aqu, esbozado por primera vez, otro elemento de gran importancia enla concepcin durkheimiana del Estado: el Estado traduce, clarifica, determinados estadossociales, que en s mismos son ms bien oscuros. El Estado rgano del pensamiento social,tal como aparece en las Lecciones de sociologa, encuentra sus primeras puntadas en estaresea un tanto olvidada.

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    encontramos totalmente elaborada. Las reglas de pensamiento, los m-todos de la lgica aplicada, todas nuestras riquezas provienen de uncapital comn. En qu consiste la conciencia nacional? Es unaconciencia de conciencias que condensa toda la vitalidad del presen-te y del pasado, contesta Schffle. A Durkheim la respuesta le satisface:

    [] Para saber cmo las unidades sociales actan unascon otras, no tenemos ms que abrir los ojos. Podemosas afirmar que una conciencia colectiva no es otra cosaque un sistema solidario, un consenso armnico. He aqula ley de esta organizacin. Cada masa social gravita entorno de un punto central, est sometida a la accin deuna fuerza directriz, que regula y combina los movimientoselementales, y que Schffle llama la autoridad. Lasdiferentes autoridades se subordinan a su vez las unas alas otras y es as como, de todas las actividades indi-viduales, resulta una vida nueva, a la vez una y completa(Durkheim, 1885a).

    Este vnculo entre los elementos constitutivos de la nacin y la fuerzade la autoridad impresiona a Durkheim. Podemos aventurar que, dela mano de Schffle, se formula una pregunta decisiva: esa autoridadque desempea un papel de primer orden en el mantenimiento de launidad nacional, es la autoridad del Estado? o se trata ms bien deuna autoridad que se encarna en parte en el Estado y que lo sobrepasa?Lo cierto es que La autoridad puede estar representada por un hombre,por una clase, o por una frmula. Pero, de una forma u otra, es in-dispensable. En qu se convertira la vida individual sin su inter-vencin? Sera el caos (Durkheim, 1885a).

    Tras admitir que no puede haber vida social sin autoridad, sin unfreno a los impulsos individuales, no tarda Durkheim en enfrentarotra interrogacin crtica: puede la autoridad basarse por completo enla fuerza? La autoridad encuentra obediencia cuando se cree en ella: supoder proviene de la fe, que puede ser libre o impuesta. Cabeesperar que con el progreso esa fe en la autoridad sea cada vez msinteligente y ms clara, pero ella no desaparecer jams.

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    La fe en la autoridad es esencial. Si utilizando la violencia o artimaasse lograra ahogarla por un tiempo, o bien la nacin se des-compondra, o bien no tardara en ver renacer nuevas creencias. Peroestas nuevas creencias, surgidas bajo la necesidad de vivir, seranms falsas y menos maduras que las anteriores. No podemos, diceDurkheim, saber y hacer todo por nosotros mismos: la fe es unaxioma que se confirma todos los das.

    La autoridad sera funesta si es tirnica. Es necesario quecada uno pueda criticarla y someterse a ella libremente. Sise reduce la masa a una obediencia pasiva terminar porresignarse a ese rol humillante, devendr poco a poco unaespecie de materia inerte que no resistir ms la accin[], masa a la que ser a partir de entonces imposiblearrancar la menor chispa de vida. Ahora bien, qu cons-tituye la fuerza de un pueblo? La iniciativa de los ciu-dadanos, la actividad de las masas. La autoridad dirige lavida social, pero no la crea ni la reemplaza. Ella coordinalos movimientos, pero los supone (Durkheim, 1885a).

    Si el despotismo reina durante largo tiempo, no puede galvanizar lanacin. Por el contrario, en las democracias el pueblo tiene en reservauna energa latente, viva, que aflora en los momentos de peligro.

    En conclusin, la unidad nacional, por un lado, depende del sentidode solidaridad, es producto de compartir una lengua, una historia, unareligin, una cultura, unos valores; por otro, necesita de la autoridadbasada en la fe. Una y otra hiptesis, la que dicta que la base de la na-cin son las creencias comunes y la que funda en el ejercicio de unaautoridad centrpeta la cohesin nacional, se articulan cmodamente:la autoridad no puede ser tirnica, debe respetar las creencias, las ideaspatriticas; en suma, los tejidos que unen las clulas sociales en unamasa compacta; al mismo tiempo, la autoridad no puede dejar de existir:sera el caos.

    Las conclusiones de Schffle sobre los rganos de la nacin tambinimpresionan a Durkheim. En esta lectura, otra revelacin, otra ideafuerte de su teora poltica: la de las corporaciones.

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    Los rganos, formados por la reunin de tejidos, estn subdivididossegn dependan de la iniciativa privada (asociaciones) o de la accincolectiva (corporaciones). Para Schffle, las corporaciones son el agen-te por excelencia de la actividad nacional, pues mientras las asociacio-nes son transitorias, como los individuos, los grandes intereses socia-les son eternos; slo muy lentamente se modifican y deben, adems,ser protegidos de las bruscas fluctuaciones y de las revoluciones. Esnecesario que se encarnen en una institucin que pueda vivir una vidapropia y desarrollarse a travs de las distintas generaciones. Cuando sesuprimen las corporaciones pueden pasar dos cosas: o se desata unalucha egosta en la que triunfan los ms fuertes, quedando el resto en lamiseria (individualismo), o bien interviene el Estado, que toma en susmanos los intereses generales que no han sabido organizarse y de-fenderse, sustituye las corporaciones y termina inmiscuyndose entodos los detalles de la vida comn (socialismo desptico). Entre es-tos abismos oscilan hoy las naciones civilizadas, remata Schffle, se-alando adems que no hay otro medio de escapar a esos peligros querestaurar las corporaciones, no tal como existan en la Edad Media,cosa imposible, sino bajo una forma nueva, menos estrecha y msadaptada a la vida mvil actual y a la extrema divisin del trabajo.

    Como es sabido, Durkheim no permanecer indiferente a estapreocupacin por definir la naturaleza de las corporaciones adecua-das a los tiempos modernos.16 Instancias que median entre el indivi-duo y el Estado (los abismos que menciona Schffle), construidassobre los condicionamientos dictados por la divisin social del trabajo(en efecto, se tratar de organizaciones profesionales), las nocionesque elaborar Durkheim aos ms tarde sobre las corporaciones res-pondern a las exigencias planteadas por Schffle.

    Sigamos con nuestro recorrido. En el mismo ao, 1885, Durkheimresea otra obra para la Revue philosophique. Se trata del libro Lapropiedad social y la democracia, del filsofo y socilogo francs Alfred

    16 En efecto, esta temtica ser desarrollada aos ms tarde con claridad en el Prefacio dela segunda edicin a De la divisin del trabajo social (1902), que lleva por ttulo Algunasobservaciones sobre las agrupaciones profesionales.

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    Fouille, publicado en Francia en 1884. Conocido en el mediointelectual por sus repetidos intentos por reconciliar teoras apa-rentemente opuestas, Fouille pretende en esta ocasin acercar dosdoctrinas: el socialismo y el individualismo.

    Con este anlisis, Durkheim muestra que no ha dejado de pensaren el problema de la intervencin del Estado en la economa, cuestindecisiva para definir dos maneras diferentes de organizacin social: laindividualista y la socialista.

    Qu lee Durkheim en el texto de Fouille?-El Estado es una mquina demasiado masiva para todas las

    operaciones que requiere la produccin. Es incapaz de adaptar laproduccin a los mil matices de la demanda y de fijar el valor de losobjetos y de los ingresos. Pero si el Estado no es todo, no es precisoconcluir que el Estado es nada. Tiene funciones econmicas y obli-gaciones determinadas (salud, etc.). Si bien no puede por s mismoproducir ni distribuir la riqueza, puede y debe reglamentar la cir-culacin. En suma, debe obstaculizar la desigualdad monstruosa enla distribucin de las riquezas.

    -Son posibles y deseables ciertas reformas. Si no se puede suprimirla renta de la tierra, al menos se podra reservar un beneficio para elEstado, es decir, para todo el mundo. Mediante mecanismos como laconcesin de parcelas, la implementacin de impuestos al capital, po-dra crearse un fondo de asistencia universal. La caridad es para elEstado un estricto deber de justicia, una de las clusulas tcitas delcontrato social. La sociedad, dice Fouille, no puede exigir el respetode la propiedad ms que si asegura a cada uno sus medios de existencia.

    -La masa no slo desea participar de la potencia material; tambinquiere su parte del poder poltico. La sociedad es una asociacin, unaespecie de sociedad annima en la que todos los interesados deben serconsultados sobre la direccin de la empresa; el sufragio universal noes ms que el ejercicio de ese derecho. Por ltimo, la sociedad es unorganismo que para moverse debe conocerse a s mismo. El sufragiouniversal es el mejor medio de que dispone la nacin para tomarconciencia de ella misma, sostiene enfticamente Fouille (Durkheim,1885b: 6). En el momento del voto, cada ciudadano representa a la

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    nacin entera, toma parte de la vida intelectual y voluntaria del cuerpopoltico.

    -Hay que reconocer que el mecanismo democrtico del voto contie-ne ciertas antinomias: entre la mayora y la minora, entre la calidad yla cantidad. Pero hay una solucin: por medio de la educacin, sepueden atenuar esas contradicciones. Todos podrn participar del po-der poltico sin peligro alguno cuando cada uno tenga su parte delcapital intelectual, que es un bien social.

    -No hay que olvidar que la meta de la educacin pblica no consis-te en entrenar trabajadores o contables para las fbricas, sino ciudadanospara la sociedad. La enseanza debe ante todo moralizar, formarindividuos que superen las miradas egostas y los estrechos interesesmateriales, o sea, seres aptos para la vida en comn.17 Nociones deeconoma social y poltica, de filosofa de las ciencias, del arte, de lahistoria, y sobre todo, filosofa social y poltica; tambin una ins-truccin cvica superior: tales son los contenidos mnimos que debecontemplar una enseanza que no debe reducirse a las matemticas.

    A diferencia del anlisis que hace de la propuesta terica de Scheffle,el estudio que realiza Durkheim de la mencionada obra de Fouillecontiene crticas de peso. En ellas afloran algunas pistas que conducena la reconstruccin de su posicin terica de entonces.

    Nuestro joven profesor reprocha a Fouille, en primer lugar, suapresurada refutacin del socialismo. Fouille, basndose en una lectu-ra de Scheffle que a Durkheim le parece equivocada,18 identifica sin

    17 Para Durkheim, la moral slo puede ser social, pues los individuos no poseen una mo-ralidad anterior al estado de sociedad. Es ms, en cuanto dependen del individuo y estnalejadas de todo poder regulador, las necesidades son un abismo sin fondo que nadapuede colmar. Si nada los limita, los deseos superan siempre los medios disponibles y seconvierten en fuente de suplicio. Solamente cuando las pasiones estn contenidaspueden armonizar con las facultades y satisfacerse. En sntesis, moral es todo aquello queconstituye fuente de integracin. Las reglas morales tienen por funcin esencial regularizarla conducta, evitar la guerra de todos contra todos que conduce al absolutismo. Alrespecto, ver, por ejemplo: Durkheim, 1899-1902 y Durkheim, 1897: 200 y siguientes.18 En rigor, lo acusa de basar sus opiniones sobre la teora econmica de Scheffle en untexto de propaganda, La quintaesencia del socialismo, y no en sus obras ms sistemticas,como el tercer volumen de Bau undLeben des socialen Krpers, que el mismo Durkheimha reseado, como vimos (Durkheim, 1885a: 8 y 9).

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    ms al socialismo con el despotismo y la supresin de la libertad in-dividual. En realidad, dice Durkheim, Scheffle desprecia la idea deuna sociedad en la que el Estado absorba por completo la actividadnacional, en la que la masa de los ciudadanos slo sea materia maleabley dcil en manos de un gobierno todopoderoso. Le parece tan mons-truosa como la idea de un organismo en el que la sangre, para circular,o el estmago, para digerir, pidan instrucciones al cerebro. Esto no essocialismo, advierte Durkheim, es hipercentralizacin administrativa,que el mismo Scheffle denuncia no como un mal que nos depara elfuturo, sino como un mal presente que es necesario remediar.

    Adems, las reformas que Fouille pregona le parecen a Durkheimpoco eficaces en tanto desconocen la naturaleza orgnica de la sociedad.Dice, por ejemplo, que si la tierra es un monopolio, no cambiar denaturaleza al circular ms rpidamente su propiedad, su distribucinseguir siendo desigual. Adems, la conformacin de un fondo deasistencia universal no es ms que una vaga esperanza. En fin, lasreformas propuestas no disminuiran la desigualdad de fortunas. Slolograran perturbar el juego regular del mecanismo social y lanzar alEstado a la batalla de los intereses. Torceran los resortes naturales,pero no los sustituira: reduciran la marcha de la mquina, pero no lamejoraran.

    La doctrina poltica de Fouille tambin desconoce que la sociedades un organismo. Es imposible que un elector represente a la nacintoda: un ciudadano aislado slo puede conocer una parte insignifican-te de la inmensa sociedad que lo rodea. Y la instruccin no puedehacer milagros, no puede lograr que todos los ciudadanos abracenuna representacin adecuada del sistema enorme de las acciones y delas reacciones sociales.19

    19 Aos ms tarde, Durkheim persiste en esta opinin. En La educacin moral (1899-1902), sostiene que las reglas morales no consisten en hbitos que determinan la conductadesde fuera, sino que tienen una autoridad sui generis. De ah su eficacia para regular losapetitos insaciables de los hombres. En suma, la autoridad no es una propiedad intrnsecani objetiva de las instituciones sino que es cuestin de opinin. Constituye un poder,poco importa si real o imaginario, que se representa como superior, es decir, que sesustenta en la creencia, en la obediencia de quienes lo aceptan como tal. La autoridad esten los espritus. La instruccin laica, claro, puede reforzar y multiplicar esa creencia,pero no crearla desde arriba.

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    Adems, siempre segn Durkheim, olvida Fouille la existencia dela divisin del trabajo en las sociedades modernas. Si la sociedad esun organismo, el trabajo est dividido, entonces cada uno tiene unatarea especial y es imposible que todos los individuos puedan de-sempear la misma funcin al mismo tiempo. En la sociedad idealde Fouille, ironiza Durkheim, en el da del voto, el contenido de to-das las conciencias individuales es idntico, todos se asemejan. Enlugar de clulas vivas y subordinadas unas a otras, no hay ms quetomos yuxtapuestos.

    No hay duda: Durkheim insiste en tratar de aprehender la naturale-za de la nacin, y la del Estado, y tambin sus formas de organizacin.Procede por tanteos, agregando nuevas preguntas a su pesquisa. Has-ta dnde debe llegar la intervencin del Estado en la vida econmi-ca? En qu consisten el liberalismo y el socialismo en tanto formas derelacin Estado-sociedad? Es necesaria una educacin ciudadana?,de qu tipo?, con qu alcances? En qu fundamentos descansa lademocracia?, cmo funciona? Qu forma de centralizacin del poderpoltico es adecuada a la moderna divisin del trabajo? Cul es lafuerza de las acciones del Estado? Puede el Estado producir cambiossociales de importancia o tiene una eficacia sumamente limitada?, o enotras palabras, el cambio social es inherente a las sociedades o es pro-ducto de una planificacin consciente del rgano estatal?

    Hasta ahora, Durkheim tiene ms preguntas que respuestas. Notoma partido en forma decidida. Pero si aceptamos que las preguntasson el horizonte de posibilidad de un esquema terico, que inclusopuede pensarse como un conjunto de respuestas (o de silencios) a de-terminadas interrogantes, esas interpelaciones constituyen un sig-nificativo punto de partida. Por otra parte, no todas son preguntas sinrespuestas: la nocin de integracin social es ya un elemento clave dela construccin del objeto Estado en el discurso durkheimiano.

    Cuando califica la perspectiva de Fouille como una utopa similara la de muchos socialistas de ctedra, fundamenta su posicin ape-lando lisa y llanamente a la nocin de cohesin social. Una sociedaden la que la armona social resulta del acuerdo espontneo de vo-luntades, una democracia en la que el reino de la igualdad de condicio-nes no impide que cada cual acepte las superioridades naturales como

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    felices excepciones, constituye una organizacin absolutamenteprecaria. Una sociedad que no est firmemente cementada, corre pe-ligro de ser llevada por la primera tormenta. La cuestin que dejapendiente es bajo qu condiciones una sociedad est firmementecementada?

    En el nmero siguiente de la Revue philosophique, Durkheim sometea anlisis los Grundriss der Soziologie, del socilogo Ludwig Gum-plowicz. Entra de esta forma en contacto con uno de los exponentesdel darwinismo social y renombrado terico del conflicto en el campode la sociologa acadmica alemana.

    Todo el mundo social est dominado por una ley, respecto de laque todas las otras no son ms que corolarios, y que puede ser for-mulada as: todo grupo tiende a subordinar a los grupos vecinos paraexplotarlos en su beneficio (Durkheim, 1887c). Tal es la mxima quesegn Gumplowicz debe sustentar todo estudio sociolgico. Cuandodos hordas se conocen, cada una busca dominar a la otra, y la luchacomienza. Pero esta lucha no conduce al aplastamiento de los ms d-biles. Los ganadores se esfuerzan por obtener de los vencidos los m-ximos servicios posibles. Como resultado ya no hay dos gruposindependientes, sino uno dividido en dos clases: la de los amos y lade los esclavos.

    Tal es el origen, tal es la esencia del Estado. Ya que el Es-tado no es otra cosa que el conjunto de las institucionesdestinadas a asegurar el poder de una minora sobre unamayora. Pero esta sociedad rudimentaria no tarda en com-plicarse. Ni los amos ni los esclavos conocen el arte deembellecer la vida; ni unos ni otros saben sacar todo elprovecho posible de las enormes fuerzas de que dispo-nen. Pero hay en otro lugar pueblos que ya poseen estaciencia y que distinguen el gusto de los negocios y el es-pritu de comercio. El amor por la ganancia los atrae a estepas totalmente nuevo. Como se los necesita, se los dejaentrar y venir en libertad. Al principio, no son ms quehuspedes de paso, pero poco a poco se establecen, otrosvienen a continuacin, y es as que, por la infusin lenta

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    de una tercera raza se forma una clase nueva, intermediariaentre las otras dos. Es el tercer estado, Mittelstand. La so-ciedad est constituida en sus rasgos esenciales: sinembargo, el trabajo de organizacin no ha terminadotodava. En el interior de esas tres clases se forman di-visiones y subdivisiones nuevas, y todos estos grupos sedisputan violentamente el poder. La lucha por la do-minacin, Der ewige Kampf um Herrschaft, es el hechofundamental de toda la vida social. Y hoy como ayer, estalucha es salvaje porque es ciega. Nada de escrpulos. Na-da de honradez. La moral de los individuos no est he-cha para las sociedades (Durkheim, 1885c).

    Si la lucha por la dominacin es el principio bsico de la vida ensociedad, si la moral de los individuos es decididamente antisocial,entonces, la vida social es una guerra perpetua de todos contra todos,un estado de revolucin permanente? No es sta la conclusin a la quearriba Gumplowicz.

    El medio social imprime a los individuos ideas y sentimientos fa-vorables a la conservacin de la sociedad, una moral para la sociedad.Existen lazos invisibles que nos atan al grupo del que formamos partey que nos hacen sus instrumentos dciles. Tomar conciencia de estasubordinacin necesaria es la mejor direccin que podemos seguir.Ahora bien, en las sociedades complejas, en la misma medida en quehay grupos diferentes, hay morales diferentes y superpuestas. Hay unamoral para cada clase y profesin, y tambin una moral verdaderamentenacional, comn a todo el pueblo. Todas esas morales estn en conflictopermanente. Pero hay una instancia que asegura el orden entre esoselementos heterogneos: el derecho.

    De la misma manera, dice Gumplowicz, que la moral constrie acada individuo a participar de la unidad social, el derecho establece lasreglas de la competencia. Es el tratado de paz que pone provisoriamentefin a la guerra de clases: no hace ms que traducir y sancionar los re-sultados de la lucha (Durkheim, 1885c). Todo cambio en la situacinde los elementos sociales entraa cambios en el orden jurdico, repercuteen las conciencias y suscita una moral nueva. La moral surge del derecho,

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    pero a su vez el derecho carece de fuerza si no se apoya en una moral,es decir, si no hunde sus races en el corazn de los ciudadanos.

    No tarda en escenificarse ante las palabras de Gumplowicz una con-tienda estratgica: el Estado es producto de la lucha o del consenso?Y si en lugar de representar el inters general es instrumento de unaclase? Durkheim est convencido de que la creencia de los sujetossubordinados es esencial en el ejercicio de la autoridad, y de que stasiempre debe ser planteada en el marco de la nacin, pero la lucha porel poder y la divisin en clases no desempearn algn papel en laconformacin del Estado?

    Lo cierto es que en esta resea Durkheim no dice ni una palabraque nos permita obtener una respuesta abierta a esa pregunta que, sinduda, debi suscitar la lectura de Gumplowicz. Mientras que criticaexplcitamente otros aspectos del enfoque propuesto por el terico delconflicto, se cuida de refutar explcitamente la definicin, polmicapor cierto, del Estado como poder de una minora.

    Sin embargo, pueden reconocerse algunas pistas de que dicha de-finicin no lo seduce (como, por ejemplo, el hecho de que al comenzarla resea Durkheim declare lisa y llanamente que no acepta ni losprincipios, ni el mtodo, ni la mayora de las conclusiones de Gum-plowicz) y, adems, sabemos de la conformidad que presta a la hipte-sis de Scheffle de que la nacin se basa en la cohesin de sus elementos.

    De todas maneras, la perspectiva de Gumplowicz, tal como la pre-senta Durkheim, no se opone por completo a la de Scheffle. En ambasla integracin social ocupa un lugar de peso; la diferencia radica prin-cipalmente en que mientras en la propuesta de Scheffle la cohesin esun rasgo inherente, espontneo, podramos decir, de la vida nacional,en la de Gumplowicz, les corresponde a la moral y al derecho subsanarel conflicto reinante en la vida social. Se trata, no obstante, de una di-ferencia importante: lo que est en juego es precisamente la cuestinde si es imprescindible la intervencin de una instancia estatal (el de-recho, en este caso) para el mantenimiento del orden social.

    Durkheim reconoce la necesidad de una autoridad en la sociedad,pero busca sus fundamentos, no en la existencia de una lucha entre lasclases, sino en su concepcin de los hombres como seres abocados ala satisfaccin de sus instintos egostas, si es que nada los constrie.

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    GRACIELA INDA

    Esta autoridad es ante todo social; es una autoridad ms amplia que lapropiamente estatal. Es ms, la segunda emana de la primera, comohemos visto.

    Aun as, permanece irresuelta en la lectura durkheimiana la cuestinde la naturaleza especfica del Estado, pues aun considerando que lanacin que da vida al Estado debe ser un conjunto integrado (tesis queDurkheim comparte), podra pensarse que a posteriori el Estado, enlugar de representar a la nacin, sirve a una minora o se aleja de losintereses comunes persiguiendo algn fin propio u obedeciendo algunalgica interna.

    Lo central es que, segn Durkheim, la evolucin social no ocurrecomo piensa Gumplowicz, sino exactamente al revs: no de afuerahacia adentro, sino del interior al exterior. El estudio de los fenmenossociolgico-psquicos no es un simple apndice de la sociologa:es su sustancia. Slo si actan inicialmente en las conciencias in-dividuales, pueden las guerras, las invasiones, la lucha de clases teneruna influencia en el desarrollo social. En ltima instancia, los cambiossociales provienen de una fuerza inmaterial, inaprensible: las con-ciencias. He aqu una conclusin que no dejar de surtir efectos preci-sos en la caracterizacin del Estado: ser definido ms adelante, nocomo armazn material, sino como rgano del pensamiento colecti-vo, como conciencia precisa del cambio social. Otro elemento entoncesde la paulatina construccin del objeto de reflexin llamado Estado.

    Tambin ensaya, en medio de su discusin con Gumplowicz, unadefinicin propia de moral social. Sin pretender precisin, dice, puededecirse que la moral social tiene como funcin esencial lograr que vi-va de la manera ms ntima posible, la mayor cantidad posible dehombres sin recurrir a la presin externa, o sea, sin recurrir a la fuerzadel Estado.

    De esta forma, reafirma su opinin de que, si bien no es concebiblela vida social sin una autoridad que ponga coto a las apetencias in-dividuales, la creencia en dicha autoridad es absolutamente indis-pensable, puesto que no puede basarse por entero en la coaccin fsica.Y es la moral la encargada de infundir esa fe, de mantener al mnimo lapresin externa. Entonces, la moral es todo lo que constituye fuentede integracin, todo lo que fuerza al hombre a regular su conducta por

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    encima de su egosmo. En este contexto, el Estado (el gobierno) es unapresin externa que entra en accin cuando dicha moral social noalcanza.

    CONCLUSIONES

    En los ensayos, reseas bibliogrficas, discursos y cursos del lapso1883-1885 puede detectarse una marcada preocupacin por el problemaespecfico del Estado nacional. Ms an, en sus primeros trabajos, lapregunta por el rol que le cabe al Estado en la organizacin social escrucial, incluso determinante del conjunto de la problemtica que loscaracteriza. Miembro de la pequea burguesa antirrevolucionaria quevive la ocupacin de Francia y las diversas experiencias de revueltaspopulares, el joven Durkheim est encandilado por la cuestin de launidad nacional y tambin por el problema de la democracia en lassociedades modernas.

    Si bien hay ms progresos en el terreno de la interrogacin que enel de la produccin de conceptos, en las intervenciones que practicaDurkheim entre 1883 y 1885 quedan ya dibujados los vrtices de unesquema terico: la cohesin de la nacin, problema de primer orden,depende principalmente de la moral social (las creencias, las costum-bres, los hbitos, la fe, que arraigados en el corazn de la sociedadnacional, constituyen reglas de conducta) y secundariamente de la ac-tuacin de un Estado (la coaccin fsica combinada con la fe en laautoridad, la fuerza directriz que regula y combina los movimientoselementales).

    El problema central que formula Durkheim en torno al Estado es elde su papel en la cohesin nacional; ahora bien, qu dispositivosconceptuales, qu principios pone en juego en estas primeras ca-vilaciones para dar cuenta de l? Resumo.

    - El Estado es un producto emergente de la sociedad. Expresa lavida social que le da origen. De este postulado general se desprendenotros. 1) La tarea del legislador, y la del gobernante en general, selimita a constatar y dotar de claridad las resoluciones elaboradas por laopinin pblica. 2) Existe una relacin entre la divisin del trabajo

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    social y la organizacin estatal. 3) Si bien el Estado tiene la misin deconducir a la nacin, la determinacin de los objetivos por cumplir nocorresponde a dicho Estado, sino a la nacin, al pueblo que le sirve desustento.

    -Los hombres, de no mediar alguna instancia exterior a ellos mis-mos, se entregan a la satisfaccin de placeres fciles y vulgares. Lacoaccin encuentra as su justificacin en una concepcin filosfica dela naturaleza humana.

    -El Estado tiene bsicamente dos funciones: proteger a los ciu-dadanos (ya que librados a s mismos se daaran) y conducir a lasociedad a la realizacin de su fin.

    -Existe un conjunto de intereses comn a la nacin toda, y el Estadotiene el deber de representarlo.

    -La nacin es, ante todo, un conjunto que se mantiene unido merceda una multiplicidad de lazos ideales, no necesariamente racionales:hbitos, costumbres, sacrificios, amor patritico.

    -El Estado cae en el absolutismo cuando no respeta la libertad depensamiento de los ciudadanos, cuando absorbe a los individuos. Y sise impone durante largo tiempo, la unidad nacional corre peligro.

    -En las democracias, los ciudadanos participan en la elaboracin delas leyes; por ende, estn obligados a cumplirlas. Tambin tienen otrastres obligaciones: votar para expresar sus intereses comunes, pagar losimpuestos necesarios al sostenimiento del Estado y hacer el serviciomilitar para defender a su nacin.

    -La autoridad, decisiva para el mantenimiento del orden social, nopuede basarse exclusivamente en la coaccin, en la fuerza. Es impres-cindible que exista una fe en ella (fe que ser cada vez ms racional,pero no por ello menos necesaria). Sin esta creencia en la autoridad, lanacin caera en la descomposicin y el caos.

    -Pero la obediencia a la autoridad no puede ser pasiva: si no hayiniciativa de las masas, si no hay accin ciudadana, la nacin setransforma en materia inerte.

    -Los cambios sociales, entre los que pueden incluirse los polticos,provienen principalmente de una fuerza inmaterial: las conciencias.

    Tales elementos, ntimamente relacionados entre s en tanto queestn articulados por la problemtica de la integracin nacional en la

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    que se insertan, constituyen pinceladas aisladas, luego abandonadas,o por el contrario, son retomados y profundizados en los trabajosvenideros? A partir de 1886,20 Durkheim se convence de que el poderestatal y la accin poltica son impotentes para conjurar los conflictosque prometen desgarrar la unidad social francesa y pierde as el interspor explicar sus determinaciones. En efecto, el objeto de investigacindurkheimiano se desplaza desde la cuestin de la naturaleza del Estadoy su funcin integradora a la de los fundamentos de la coaccin u obli-gacin social. El centro de la escena pasa a ser ocupado por el proble-ma de la autogeneracin de la solidaridad social, compuesta bsicamentede ideas, normas y sentimientos comunes a la sociedad en su conjun-to, que se transmiten de generacin en generacin. La morfologa dela sociedad, el sustrato, se transforma en el eje de las investigacionesdurkheimianas, quedando los fenmenos polticos desnudos deespecificidad y peso propio, pues pasan a estar por completo deter-minados por la estructura de la sociedad. La obra de 1893 sobre lafuncin moral de la divisin del trabajo social es la culminacin deeste precoz desplazamiento iniciado en 1886.

    Por otra parte, en los primeros escritos de Durkheim, conformadosmuchas veces por reseas de obras de pensadores de su poca queconstituyen algo as como lecturas crticas en voz alta, aparecen prea-nunciadas y esbozadas posiciones tericas y metodolgicas queadquieren cada vez ms fuerza: la idea de la sociedad como entidadmoral indivisa y superior, la trascendencia de la solidaridad social, lacrtica al socialismo revolucionario y a los economistas liberales, la im-portancia de una enseanza moral para la integracin nacional, etc.

    Por lo visto, a pesar del escaso inters que han despertado en laliteratura especializada, los escritos juveniles de Durkheim contienenelementos tericos, metodolgicos y exhiben posturas polticas cuyoconocimiento resulta de gran valor para conocer cabalmente el pen-samiento de este clsico de la sociologa acadmica.

    20 Este viraje, que demostrar ser duradero, se torna patente a partir de Les tudes descience sociale (1886) y se reafirma con absoluta claridad en Communaut et socit selonTnnies (1889).

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    Volumen 4, nmero 8, junio, 2008, pp. 135-168