LA PESCA ARTESANAL EN EL MAR MENOR - UAM

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La laguna llamada Mar Menor, vista aérea desde las prox imidades de Cabo de Palos. LA PESCA ARTESANAL EN EL MAR MENOR JULIO MAS GARCIA 19

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La laguna llamada Mar Menor, vista aérea desde las prox imidades de Cabo de Palos.

LA PESCA ARTESANALEN EL MAR MENORJULIO MAS GARCIA

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La continuada práctica de investi­gaciones arqueológicas submarinasen el litoral del Sureste peninsular nosdio la oportunidad de establecer per­manente centacto con las activ ida­des pesqueras y de conocer la evo­lución de eus diversos artes . út iles,aparejos y tipología de caladeros, re­ferido todQ ello a una zona de mile­naria tragic'¡ón en esta primaria ocu­pª(}ión cl~ la Humanidad.Con~igerando que esta Informa­

ción de primera mano podria suponeruna importante aportación al estudioetnQQrª fieo de este oficio artesano,abQrdall\O un primer trabajo deªPfQXirné\c!Qn al tema, dividido en trestases y euya primera parte, La pescaen e'UtfMal de Cartagena. ,. Artes yca/~~oo costeros. La Hermandaddª 'ª ~quera , está ya próxima aapaffi{l@f en el Boletín del Seminariode Art~ y Costumbres Populares dele ~~iQf\ de Murcia. A eU sucederá§~gYigamente la exposición de ca­ffi~'~( ticas y usos de los artes ins­'ªIªg . ~ bordo, tipologia de embar­w\Qion~ en la pesca de bajura, alturay (le factorías de salazones, paracon Id rar finalmente los aspectosí;'\ntropológico~ ce las familias pes­cadoras.

Como contribución a este númeromonográfico de NARRIA dedicado ala Región de Murcia, formulamos esta~intesis sobre la pesca en el interiorgelMar Menor, laguna litoral que, en­trE;j otros privilegios, nos ofrece la po­sibilidad de estudiar estas faenaspesqueras en parte todavía en uso ocon facilidades de reconstrucción.dados los testimonios humanos ymateriales que tQdavía subsisten.

La laguna llamada Mar Menor porel Licenciado Cascales fue la In­mensa Palusde la Antigüedad y a elladebe su actual nombre el Cabo dePalos, permanente guía del tráficomarítimo que sale o entra del Medi­terráneo. Despertó enorme interés enlos autores clásicos, como acredita laabundante bibliografía sobre sus ca­racterísticas geográficas, ecológicase históricas y muy especialmente enStrabón, en los pasajes de su Geo­grafía dedicados a Iberia (111 , 4, 4-6).

Como la mayor parte de las lagu-

nas costeras del Levante y Surestepeninsular, el Mar Menor es el tes­tigo de un gran golfo surestino origi­nado en el Torton iense I por el des­plazamiento de la plataformacontinental y consiguiente elevacióndel nivel de las aguas mediterráneas.

Una nueva flexura continenta l ini­ciada a principios del Mioceno origi­nará la retirada del mar, la posteriorcolmatación de la cuenca con mate­riales neógenos dejará atrapado unpequeño golfo (Femández Gutiérrez,1986), que habrá de convert irse enalbufera a su cerramiento por la ac­tual flecha de arena o manga.

La cubeta de esta primitiva bahíaasí cerrada por dicha restinga deveintiún kilómetros aprox imada­mente de longitud, dejará en su inte­rior una serie de islotes -excelentespuntos de apoyo y resguardo de ca­laderos para los pescadores- , res­tos todos ellos de una fase de emi­sión volcánica.

Especial influencia ejerció en laclase y tipo de su fauna el alto gradode salinidad. que llegó a aproximarseal doble del existente en el Medite­rráneo, propiciada por una gran eva­potranspiración, levemente frenadapor las escasas precipitaciones deagua dulce. Actualmente la aporta­ción facilitada por nuevos canales deacceso a la laguna disminuyeronsensiblemente su salinidad, aprox i­mándola a las de Nuestro Mar.

El poblamiento de las riberas de lalaguna pudo iniciarse en períodopostglacial, con anter ioridad a lastransgresiones marinas que ofrecensu actual fisonomía. Debió ocuparsela zona inferior de la cubeta, gran va­lle colgado sobre el Mediterráneo ysujeto a sus mareas, pero los hallaz­gos de industrias microlíticas en laszonas bajas de los conos de deyec­ción de los indicados islotes marme­norenses no documentan, por el mo­mento, un pleno pob lamientopaleolítico.

Por el contrario sí pueden atest i­guarse una notable presencia eneolí­tica en dichos islotes y en las estruc­turas de la restinga, como en el casodel poblado de cazadores-pescado­res de Las Amoladeras, situado en-

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LOS NIETOSO

El Mar Menor y sus caladeros tradicionales.

RIBERA DEOSAN JAVIER

LOS ALCAZARESO

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tre La Manga, importante cazaderoen aquella época , y la laguna, conabundancia de especies marinas.

Las sucesivas culturas que situa­rán en estos territorios su centro deabastecimiento, irán perfeccionandoel utillaje, evolucionando desde losprimitivos arpones de origen magda­leniense a los ingeniosos artes quellegaron hasta nuestros días. A ellocontribuyeron decisivamente lospueblos navegantes del Mediterrá ­neo Oriental hacia el primer milenio,para alcanzar su máxima cota en elmundo romano, suministrando mate­ria prima para fabricación del famosogarum de Carthago Nova.

Piletas y restos de factorías pes­queras , semejantes a las de BaeloClaudia, Cádiz o Troia (Sétubal), hansido localizadas en este litoral desdeVillaricos a Cabo de Palos y contor­nos de la albufera.

Pero demos un gran salto crono ­lógico para situarnos en época másacorde con la de nuestro trabajo, elsiglo XVIII, para que el Licenciado

Cascales nos facilite la más com­pleta relación de estas especies:«Pescados diversos, traydos de Car­tagena, Almazarrón y Vera, atunes,lechas, bonitos , calamares, xibias,mantos, murenas, congrios, salmo­netes , lenguados, eradas, palome­tas, sardinas frescas y arenques, ca­rameles , alachas. caballas y sobretodo mujol...».

Los artes menores utilizados enesta costa, manejados desde ella o,en ocas iones, con el auxilio de pe­queñas embarcaciones, empleandoun reducido número de pescadores(familias artesanas, frecuentemente),pueden reducirse al trasmallo, boni­tera, boguera, morunas, chirreteras,boliches para chanquetes y sardine­ras.

Conocemos a través de la Qa~da

Maq~üra del gran poeta del Islam,Házirn al-Ouartáyannl , el uso de la já­bega durante la dominación árabe eneste litoral.

Nos informa en esta obra quepracticaba la pesca durante el in-

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La encañizada de la Tor re en 1923, seg ún Rodríguez Santa maria.

Plantas de las paranzas de la encañ izada de La Torre .

LAS ENCAÑIZADASDEL MAR MENOR

encañizada , constitu ido por una es­pecie de empalizada de estacas y ca­ñas principalmente -de ahí su nom­bre-, fijada sólidamente en losfondos de las golas o desemboca­duras de aguas intemas al mar libre,capaces de soportar las fuertes co­rrientes que tal situación les depara.

El ingenio permite el paso de lospeces que buscan aguas más cálidasy salinas durante la primavera y ve­rano para el desove y los atrapa a lasalida, una vez terminada la freza.

Se centra este tipo de pesca en lascostas levantinas por abundar enellas los esteros y.lagunas, aplicán­dos e diversos tipos de artes segúnlas característic as de cada caso ,siendo las más importantes las delMar Menor, Valencia y Delta del Ebro.

Alfonso X otorgó a su hermano elInfante Don Juan Manuel la explota­ción de las pesquerías del Mediterrá­neo, privilegio que le mantuvo al ha­cer merced a los vecinos de Murciade poder pescar libremente en estelitoral yaguas interiores del reino, conla excepción de las albuferas: esal­vas nuestras alboheras e las queavemas dado al infante don Manuelnuestro hemano».

El 13 de enero de 1321 otorga enSevilla el Rey Sabio un nuevo privile­gio a la ciudad de Murcia, concedién­dole la pertenencia de la Albufera y elcorrespond iente derecho a la pesca.

Le siguen unas series de realescédu las de los Reyes Católicos, ja­culatorias de la Real Chancillería de

MUERTE

MUERTE

RESG UAR DA

PA RA NZ A PARALOS CORRALES -!!. y ~

El arte de la pesca más caracterís­tico de nuestra laguna es sin duda la

vierno en su ciudad natal, Cartagena,dirigiéndose a lskimrira (Escombre­ras) «donde tras recoger los frutos delos árboles y contemplar las jábegasllenas de brillantes y rumorosos pe­ces, dormía la siesta junto al fuego».

P AR A N Z A PARAEL CORRA L .A.

RESGUARDA 2

RESG UARDA 1

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Arriba : perspectiva de la Paranza de la encañizada de laTorre . Abajo: su planta: 1) Reguarda primera; 2) Carre/ó",3) La muerte; 4) Reguarda principal.

Granada, Real y Supremo Consejode Castilla, etc. , que han de servir debase legal en los continuos pleitosque por esta causa se suscitan entrela Capital y los Regidores de Carta­gena, si bien ya, por carta ejecutoriade 1513, se da a Murcia la facultadde prohibir a toda persona el ejerci­cio de la pesca en el Mar Menor sinsu autorización, y de multar a los in­fractores con la excepción de los ve­cinos de Cartagena, que tendrán lafacultad de pescar en la mitad de lalaguna más cercana a ellos y poderefectuar la venta del pescado encualquier lugar.

La reglamentación de la matrículade mar en el siglo XVIII, vino a consti­tuir un nuevo conflicto entre pesca­dores y los antiguos privilegios con­cedidos a las Ciudades.

Continúan, pues, los pleitos y ac­tuaciones de todo tipo, litigando lospescadores matriculados con menosdisponibilidades económicas que susoponentes, pero contando con el só­lido apoyo de las Autoridades de laMarina.

Las Cortes suprimen los privilegiosde pesca por Decreto de 20 de fe­brero de 1817 , pero todav ía hizo laCiudad de Murcia un intento paraconservarlos -respaldada por elConsejo Real-, alegando que la Leyhacía referencia al Océano y Medite­rráneo, pero no a aguas interiorescomo las del Mar Menor.

Sólo se consiguió con ello retardarunos años más lo que ya imponían loscriterios socio-económicos de laépoca, puesto que en 1821 fue de-

Detalles de los corrales A, B Y e, representados en elgrabado de la encañ izada de la Torre .

sestimado dicho recurso , conside­rando libre la pesca en la albuferapara los matriculados desde dichafecha.

La falta de observancia de las nor­mas en vigor para este tipo de pescay los continuos conflictos protagoni­zados por arrendatar ios y pescado­res, hicieron decaer alarmantementeel nivel de capturas en el Mar Menor,

. por lo que en 1831 fue confiada alCapitán de Fragata Gaztambide lamisión de reestructurar esta activi­dad, abordándose por éste la redac­ción de un reglamento con ayuda delos expertos de la zona.

La crisis socio-económica por laque transcurre Cartagena en la se­gunda mitad del siglo XVIII , agravadapor un considerable aumento demo­gráfico propiciado en gran parte porlas obras del Arsenal, alistamiento enla Marina, y paro agrícola, entre otrosmotivos, eleva considerablemente elnúmero de enfermos desprovistos deasistenc ia sanitar ia, por lo que elHospital de Caridad se ve obligado aincrementar sus fuentes de financia-

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ción para poder atender, en la me­dida de lo posible, la creciente de­manda de hospitalizaciones.

Incluye dent ro de sus proyectoseconómicos la instalación de una en­cañizada en La Manga, concreta­mente en el Paraje de Calnegre. acuyo fin se incoa la correspondientesolicitud por su Junta de Gobierno en17 de agosto de 1762, que es auto­rizada en noviembre del mismo añoen atención a los fines caritativos quela promueven y no ofrecer perjuiciosnotorios para los pescadores matr i­culados de esta zona.

Superado un largo período de ins­talación y de captación de recursosfinancieros para su explotac ión, sepuso en funcionamiento con escasafortuna, por lo que hubo de variarsesu emplazamiento. Finalmente. trassufrir grandes deterioros por causasde temporales e intentar una rentableexplotación por medios indirectos.hubo de procederse al desmontaje yventa de materiales en 1787. Nuevastentativas de explotación ofrecieronasimismo adversos resultados, por loque en 1837 fueron cedidos sus te­rrenos y desamortizados más tardeal citado Hospital.

La Real Orden de 27 de julio de1910 aprobó el «Reglamento para lapesca y uso de artes para la mismaen al albufera del Mar Menor», queposteriormente sufrió rectificacionesen su articulado. Esta actividad se vioasimismo afectada por diversas or­denes relacionadas con el derecho aldominio del Estado sobre las encañi­zadas. terminándose así el conflictivopanorama sobre el que vino desarro­llándose la pesca a lo largo del secu­lar período considerado.

ARTES MENORES

Las artes de pesca tradicionales demayor utilización en la laguna deno­minada Mar Menor, caladas ocasio­nalmente también en el próximo Me­diterráneo, pueden reducirse a lassiete modalidades todavía vigentes en1923 y que pudo estudiar RodríguezSantamaria para legamos una deta­llada descripción de todas ellas.completadas con precisos gráficos ycroquis de instalaciones y piezas.

La distribución y cuantías de di­chas artes en la indicada fecha, se­gún las mismas fuentes. se resumenen el siguiente cuadro:

Clases de artes Núm.

Morunas y travesías 200Pantasanas 30Chirreteras y pesetas 19Mamparras . . . . . . . . . . . . . . . 33Palangres 140

1) Moruna con travesía; 2) Moruna con Paranza y3) Pantasana con copo.

Langostineras 230Sardineras 40Redes de atajo . . . . . . . . . . . . 4Trasmallos . . .. .. . . . . . . .. . 4

TOTAL . . . . .. . . . .. . . . . . 700

Los artes anteriormente conside­rados respondían a las siguientes ca­racterísticas:

Moruna. Arte de origen al parecerárabe. con dos o tres paños de red.Uno o dos de éstos adoptan forma decaracol. El paño lleva corchos en larelinga superior y plomos en la infe­rior.

Pantasana. Consta de tres partes:a) Red rectangular de cerco a la quellaman cinta. con los correspondien ­tes flotadores y pesos en ambas re­lingas. La inferior termina en pies degallo para fijarla a las boyas o pedra­les. b) Copo de forma rectangular, si­tuado en el centro de la cinta (nor­malmente en la unión de los dospaños de los que contaba el arte).Adoptaba forma de caja, cerrada porabajo y arriba, no teniendo más en­trada que la boca. situada entre lasbandas de la cinta. e) La saltada,compuesta por una red de trasmallocon cañas en la superficie para im­pedir la fuga del pescado.

Cnirreteres y Pesetas. Similar a unboliche. de reducidas dimensiones ytup ida malla. Se utilizaba ademáspara la sardina y el boquerón. La pe­seta adoptaba también forma similaral boliche. de pequeño tamaño, y seusaba principalmente para la pescadel salmonete y la anguila.

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Mamparra. Por ser arte de prefe­rente empleo en el exterior del MarMenor, será objeto de un posteriorestudio , si bien debemos puntua lizarque en el interior de la laguna se uti­lizaban dos embarcaciones, una en­cargada de llevar y calar el arte y elchinchorro o pequeño bote, portadorde la luz.

Palangres. Llamado también pa­langres al aire, por quedar en super­ficie el cabo princ ipal o madre, conpernadas y anzuelos .

Langostineras. Denom inadas asi­mismo boqueroneras , es una redrectangular con los pert inentes cor­chos , plomos y pies de gallo decuerda, que reciben el nombre de ca­lones. Se calaba en forma de cara­col, como en las morunas, y su densared, de malla cuadrada. de un centí­metro de lado.

Sardineras. Arte de arrastre condos pernadas y copo. portando ensus extremos dos calones de ma­dera con pie de gallo, al que se ama­rraba el cabo para tirar desde tierra.En su calada se fijaba un chicote enla costa para dar el cerco y halar losdos extremos, con empleo de dos otres pescadores por pernada. Se ca­laban ocasionalmente en el interior delos puertos , llamándose boles a estetipo de caladeros. Era trabajo departe , ocupándose cuatro o cincohombres en las faenas de calada yrecogida.

Trasmallo. Arte que debe su de­nominación, según popular creencia,al hecho de utilizarse en él tres ma­llas en toda su gama de variantes. Seemplea tanto para la pesca de pecescomo de crustáceos , con sus corres­pondientes denominaciones. Adoptaforma rectangular, con flotadores ex­clusivamente para el pescado (cor­chos en la relinga superior y plomoso piedras en la inferior).

Consta de una sola red. de ahí suconsiderable longitud, conseguida aveces por diverso s paños unidos

Arriba : Chirretera, tamb ién utilizada en la pesca de sar ­dina e incluso en la de boquerón. Abajo: Langostinera oBoqueronera.

verti calmente hasta totali zar 250 ó300 metros. Los dos paños exter io­res (sostenes del conjunto), se con­feccionaban en hilo más grueso, y elde dentro , de superior altura, era mástupido a fin de enmallar espinas yaletas.

Se calaba al fondo, sin tocar en él,empleándose pequeñas embarcacio­nes.

CALADEROS

Los once caladeros trad icionalesdel Mar Menor, en los que se pes­caba por riguroso sorteo en evitaciónde con flictos entre los pescadoressolicitantes, eran: Junquera , Molinode Quintín, Golfico, Hacho, Chanca,Seco Grande. Norte del Estacio. Surdel Estacio, Carbón, Sosica e lIIeta.

Con antelación a las diez de la ma­ñana se presentaban en estos cala­deros los aspirantes a pesca r enellos , adju dicánd ose por sorteo enpresencia del Delegado de Marina.quien debía velar por la legalidad delacto y cumplimiento en el calado decada moruna.

Si el número de embarcaciones erasuperior al de caladeros, uti lizabansólo medio arte cada uno o partían lasemana entre todos.

El resultado del sorteo se comuni­caba a la Ayudant ía de Marin a, es­pecificándose el número de barcosintegrados en cada compañía o trozo,quedando bajo el con trol de un pa­trón del grupo , que solía ser el que lecorrespondió al primer número en elsorteo.

RESUMEN SOCIOECONOMICODE LA PESCA EN ELMAR MENOR (1923/1983)

La evolución de la población pes­quera del Mar Menor y de los rendi­mientos socioeconómicos en el pe­ríodo de sesenta años comprendidosentre la información que nos dejaraRodríguez Santamaría en su «Diccio­nario de Artes de Pesca de España y

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Trasmallo, pieza de red sin el segundo paño exterior. parala más clara rep resentación del tipo de malla.

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sus poses iones», en 1923 , hasta latoma de datos que practicamos en

1923

1983, queda reflejada en el siguientecuadro estadístico:

1983

Especies capturadas

Producción en kg.Valor ptas. (1983)Núm. de embarcacionesCenso activo

Langostinos, mújol, lisas, galupas, sabinas, pardetes ymarruguetes, dorada, esparralón, magre, anguila, salmonete (1),congrios, lubina, lenguado, boquerón, chirrete, sardina,palometa, chuela, salpa, dentón, mero, sargo, rascasa, aguja,boga, remol, camarón, burro y zorro.

650.000 kg.79.840.000 ptas. (4)

200 unidades1.300 pescadores

Langostinos, chirrete,magres, anguilas,boquerón (2); raspallón(chapa), mújol (3), dorada.

323.000 kg.145.000.000 ptas.

70 unidades200 pescadores

(1) Principales especies en Lon ja . por orden de valor.(2) Especie que vio aumentada su cua ntía con la comunicación directa de la laguna con el Med iterráneo.(3) Siguen ex istiendo sus cinco variedades.(4) El valor de la pesca en el Ma r Menor correspondien te a la campaña de 1923. se est imó en 80 .000.000 pese tas. Su conversión a

pesetas de 1983 fue practicada por el Servicio Estadistico del Banco de Bilbao. al que agrademos p úblicamente su eficienteco labo ración.

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La progresiva degradación del MarMenor como consecuencia de la ma­siva ocupación turística, tanto en lasorillas de La Manga como en las delinterior de la laguna, redujeron al mí­nimo la pesca en los antiguos cala­deros, provocando asimismo la inte­rrupción de la explotación artesanalde las encañizadas.

No obstante , el potencial ecológicoque aún subsiste en esta albufera hapermitido al Laboratorio experimen­tal instalado en San Pedro del Pina­tar por el Instituto Español de Ocea­nografía, completar en ella el ciclobiológico de algunas de sus caracte­rísticas especies abocadas a la ex­tinción, como la dorada y lubina, con­siguiendo su reproducción controladaen cautividad.

La actividad científica de estaprestigiosa Institución española en elMar Menor ha llegado incluso a ex­perimentar con todo éxito especiesextrañas a él, como es el caso de lasostras, que tienen hoy aquí el bancomás importante del país.

Expresamos por último nuest raesperanza de que esta brillante re­cuperación de la fauna del Mar Me­nor no haga olvidar el estudio y laconservación del acervo cultural,acumulado siglo a siglo, por estos le­gendarios pescadores de la InmensaPalus.

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