La paz en Colombia: con cautela y esperanza

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  • 7/25/2019 La paz en Colombia: con cautela y esperanza

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    La paz en Colombia: con cautela y esperanzaEl gobierno del presidente Juan Manuel Santos y la dirigencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) firman hoy en La Habana un acuerdo sobreel alto al fuego bilateral y definitivo, con lo que el proceso de negociacin entre ambas partes para poner fin al conflicto armado de seis dcadas queda instaladoen la antesala de la paz.

    El documento, cuya redaccin qued terminada ayer, establece las condiciones en lasque habrn de realizarse la concentracin de los combatientes de la guerrilla en diversos puntos del territorio colombiano, las medidas de seguridad para protegerlos y la entrega de las armas, procesos que sern verificados por personal de la Organizacin de las Naciones Unidas (ONU).

    Estos pasos son particularmente riesgosos, toda vez que en el pas sudamericano han vuelto a operar grupos paramilitares que representan una amenaza para los insurgentes desmovilizados y desarmados. Es lgico, por ello, que la organizacin guerrillera haya sido tan cautelosa en la negociacin de su desarme y en la obtencin de medidas de seguridad.

    Sin embargo, los escollos ms difciles que han debido sortear los negociadores de ambas partes no estn en los temas de la mesa de La Habana como el desarrollo social y agrario, la insercin de las FARC en la institucionalidad democrtica y las modalidades de la desmovilizacin sino en factores externos a ella: la permanente y enco

    nada campaa que encabeza el ex presidente derechista lvaro Uribe al proceso de paz o provocaciones desde el propio aparato estatal, como las rdenes de arresto libradas la semana antepasada por un juzgado municipal de Medelln, plaza fuerte de Uribe y capital de Antioquia, en contra de los mximos dirigentes de la organizacin guerrillera, una accin claramente orientada a sabotear los pasos finales de la negociacin. Debe apuntarse, por otro lado, que una vez desmovilizadas las FARC el grupo guerrillero ms antiguo de Amrica Latina quedar en armas el Ejrcito de Liberacin Nacional (ELN), y que el gobierno deber iniciar con l un proceso de paz por separado.

    Es lgico suponer que, conforme se acerque el momento de la firma del acuerdo de paz definitivo que el presidente Santos espera hacer coincidir con la fecha de laindependencia nacional, el 20 de julio los principales beneficiarios de la violencia el propio lvaro Uribe y los grupos paramilitares a los que est vinculado, algun

    os sectores recalcitrantes de la oligarqua tradicional y altos mandos militares y policiales que han hecho de la guerra su razn de ser intensificarn las acciones para descarrilar el proceso.

    Por ello, aunque el documento que hoy se firma en La Habana es un paso importantsimo y definitorio del proceso de paz, debe anotarse que ste entra, paradjicamente, en su etapa ms peligrosa y en la cual ambas partes debern empear toda su voluntadpoltica para vencer las provocaciones.

    La cautela no debe sin embargo ensombrecer la esperanza. Si la paz negociada entre el gobierno colombiano y las FARC se concreta, ello se traducir en el fin delsufrimiento de cientos de miles de personas y en nuevas posibilidades de desarrollo. Por lo dems, Colombia habr dado a Amrica Latina y al mundo un gran ejemplo de

    civilidad y de tolerancia. Ojal.