La Patria nuestra de cada día. TOMO 4 - ABRIL

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Calendario histórico ecuatoriano. Tomo 4: fechas del mes de abril.

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Pedro Saad Herrera

La Patria nuestra de cada da

ABRIL

Quito, 2008

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Unas palabras previasEn el proemio de un libro reciente1, incurriendo en la relativa impudicia de desnudarme intelectualmente en pblico, deca: La Historia no es slo el pasado; tal vez ni siquiera sea fundamentalmente el pasado. Y hace falta estudiarla para saber. Para entender qu mismo es uno. Algo de lo que todos los ciudadanos deben ser responsables, porque ellos mismos deben ser los dueos. As que a eso me dedico: a volver a contar la Historia, y a se concepto est consagrado el librito que tienen en las manos. Repito ahora lo que dije entonces. Pero con agravantes (como se dice en derecho penal: con premeditacin, alevosa, escalamiento, sevicia, nocturnidad y ventaja) sta es mi Historia del Ecuador. Por supuesto que otra persona cualquier otra persona puede tener la suya. De hecho, aunque todos los historiadores leemos y releemos los mismos documentos, cada uno selecciona de ellos las partes y segmentos que considera ms trascendentes, y esa seleccin proviene de su ideologa o cosmovisin.2 El libro que el lector tiene en las manos es parte de una obra que, en su conjunto, podra superar los cuatro millones de caracteres, equivalentes a unas 2,500 pginas. Felizmente la forma adoptada para el relato (da por da y en orden del calendario y no de los aos) haca coherente dividir el material en 12 libros (uno por mes) y aadirles un dcimo tercero con los ndices y materiales complementarios, de las fechas cuando todava no rega el calendario. En ese formato no pasaran de las 200 pginas por tomo. En cuanto el lector hojee cualquiera de estos volmenes percibir que est dividido en artculos signados por da. Pero no slo hay 365 de esos artculos, porque hay muchos das en los cuales ha ocurrido ms de un suceso a lo largo de la historia. Hasta el momento de escribir esta pgina, constato que esos artculos suman 635. Son los acontecimientos que han ido conformando el pas que hoy1 2

Antes del Amanecer: antecedentes de la independencia. Edit. CNCC. Quito, 2008 Los alemanes, que tienen unas palabras fesimas pero muy precisas, llaman a esto Weltanschauung.

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tenemos. Tenemos de verdad verdadera un pas? A lo mejor usted, amigo lector, a veces lo duda. A veces me ocurre a m tambin. Cuando una presta un poco de atencin a los discursos de la Asamblea Nacional Constituyente que est reunida al momento de escribir estas lneas (marzo de 2008), salta a la vista que hay una confusin con los trminos. En dependencia del origen tnico o la orientacin ideolgica de quien habla, hay por lo menos seis palabras que se emplean con sentido diferente: 1. Nacin, que unos emplean como sinnimo de Ecuador; 2. Nacionalidad, que unos (de origen indgena) usan como sinnimo de pueblo o etnia; pero que otros identifican con ciudadana; 3. Pueblo que, como queda dicho, unos usan como nacionalidad; pero otros como clases pobres y todava unos terceros como toda la poblacin y hasta hay unitos que (aunque no lo dicen) estn seguros de que pueblo es solamente la parte del pueblo que me apoya a m; 4. Estado, que unos emplean como nacin, otros como gobierno y finalmente algunos que entienden por Estado al gobierno central y centralista; 5. Ciudadano(a) o ciudadana, que para unos es sinnimo de nacionalidad, porque as dicen el pasaporte y la cdula y para otros es exclusivamente la parte de la poblacin que tiene conciencia de sus derechos y deberes sociales; y 6. Patria, que nadie se atreve a definir, pero algunos se apresuran a decir que ya es de todos. Entonces Cmo se puede contar la historia de un pas que es un desorden? Se puede? S, s se puede (como gritamos a veces en el estadio para intentar, a fuerza de pulmones, ganarle a Brasil o a la Argentina), pero slo a condicin de no pretender establecer un orden, sino intentar que armemos ese pas entre todos. Como si fuera un rompecabezas. As que aqu tenemos unas 635 piezas dispersas para tratar de armar una Historia de Ecuador. Usted puede considerar que hay muchas otras historias o historietas que no estn aqu. O que hay algunas de estas 635 que salen sobrando. Es posible. stas son las piezas que yo, el ciudadano Pedro Antonio Saad Herrera, autor de esta obra, luego de largos aos de estudios, anlisis y comparaciones, he considerado que son las que deben estar para configurar aquello que sigue siendo un rompecabezas. 3

Tambin es un rompecorazones. Al momento de escribir estas lneas, todava no s si les pondr como ttulo general Calendario Histrico, que sera el nombre ms descriptivo y el que se emplea en varios textos, o 600 piezas para armar una Historia de Ecuador, que tiene la ventaja de ser un ttulo que ya viene con portada diseada (como rompecabezas, claro), o La Historia nuestra de cada da, que es un nombre que se me acaba de ocurrir, pero que me suena bonito En fin. Lo cierto es que estos 600 y ms artculos estn ordenados en funcin del calendario (por meses y por das, y no en la sucesin de los aos), de modo que un da cualquiera (digamos el 11 de octubre) puede corresponder al ao 1922, el da siguiente, 12 de octubre, a 1492 (430 aos antes) y el da posterior, 13 de octubre, a 1812 (320 aos despus). Y no estn escritos como algo que ocurri hace mucho tiempo, sino como si hubiera sucedido ayer noms, sin la solemnidad de la Historia (as con maysculas, como si fuera la Eternidad), sino con la cotidiana alegra del periodismo. Claro que este sistema tiene tambin sus aspectos negativos, como por ejemplo, que el narrador no sabe lo que va a venir despus (o sea que, al contar que Sucre durmi en Chillogallo el 23 de mayo de 1822, por ejemplo, todava no sabemos que al da siguiente va a tener lugar una batalla y que morir Abdn Caldern y habremos conseguido nuestra emancipacin poltica). El lector lo notar en seguida, al ver que aqu no nace nadie (porque en un sistema republicano los recin nacidos todava no han hecho nada digno de mencin) y en cambio se muere todo el mundo (porque es el nico momento cuando se puede contar toda la vida). En fin. Yo me he divertido como loco al escribirlos, y espero que usted los disfrute igualmente al leerlos. Y, antes de darle paso a su lectura, quiero aclarar cmo utilizo aqu aquellas seis palabrejas que crean confusin. Pienso que lo mejor es emplearlas como las define la Academia: 1. Uso Nacin para significar Conjunto de personas de un mismo origen tnico y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradicin comn. Por Nacionalidad entiendo Condicin y carcter peculiar de los pueblos e individuos de una nacin. Aqu usaremos Pueblo como Conjunto de personas de un lugar, regin o pas. En cuanto a Estado lo entenderemos como Conjunto de los 4

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rganos de gobierno de un pas soberano; pero, cuando opinemos sobre el sistema federal llamaremos estado (con minsculas) para la porcin de territorio cuyos habitantes se rigen por leyes propias, aunque sometidos en ciertos asuntos a las decisiones del gobierno general. 5. Cuando usemos ciudadano comprenderemos por tal al habitante de las ciudades antiguas o de Estados modernos como sujeto de derechos polticos y que interviene, ejercitndolos, en el gobierno del pas. Finalmente por Patria entenderemos fundamentalmente un sentimiento de vnculo para con la tierra natal o adoptiva ordenada como nacin, a la que se siente ligado el ser humano por vnculos jurdicos, histricos y afectivos.

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Y esta Historia personal est consagrada a las siguientes convicciones de su autor:

1. Todo es HistoriaLa poltica, el tenis, la guerra, los bomberos, el ftbol, la comida, los terremotos, la literatura, la natacin, los sueos Todo. Hasta el Congreso.

2. Siempre es HistoriaLo muy antiqusimo (como los Amantes de Sumpa), lo que vino despus (como la batalla de Yaguarcocha), y ms despus (como la captura de Atahualpa), y mucho despus (como las juergas que organizaba Antonio de Morga en Quito o los pcaros gobernadores de Guayaquil), y mucho-mucho despus (como la recluta de soldados ecuatorianos para ir a independizar el Per o como el comienzo de las montoneras alfaristas), y tan despus que parece ayer (como los discursos de Velasco Ibarra o como los golpes de Estado del coronel tal y del general cual y del almirante aquel), y hasta el futuro es Historia, porque el futuro es resultado de todo esto. Pero sobre todo, la Historia es Aqu y Ahora: lo que hacemos (y lo que dejamos de hacer), lo que decimos (y lo que nos callamos)

3. Todos somos Historia.Los presidentes y los artesanos; los generales y los lustrabotas; los polticos y los otros pillastres; los obreros, los sembradores, los obispos, las mujeres (todas ellas), los maestros, los empresarios, los negros, los indios, los empleados de las bolsas de valores, los periodistas, los poetas, los ancianitos y los recin nacidos, los que se van y los que ya se fueron, todos, todos Pero sobre todo: usted y yo, que los miramos pasar a todos ellos. Y finalmente

4. La Historia no muerde.5

No tiene por qu ser solemne y aburrida. De hecho, es algo muy entretenido y alegre. Y a uno no le cobran por pensar en el pasado. Ni lo mandan a la (No. Iba a decir que no lo mandan a la crcel por pensar en la Historia, pero no siempre es cierto. A usted s lo pueden mandar a la crcel por pensar en la Historia y sobre todo por querer cambiarla, pero eso ser slo si usted ha permitido que llegue un gobierno que manda a la crcel por pensar en la Historia). Bienvenid@ a los sucesos ocurridos durante el mes de abril.

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Agradecimientos

Estos libros no hubieran sido posibles (o habran sido mucho peores y ms aburridos) sin la colaboracin de varias personas, en distintos mbitos: Julio Csar de la Roche, quien pas largas noches y pesados das colaborando con la investigacin, la redaccin y el armado de estas pginas; Jorge Nez Snchez, a quien le adeudo el impulso, el inters y el ejemplo para la dedicacin a este oficio de los papeles viejos; Galo Martnez Merchn, gerente y director de El Expreso, que crey en este modo de contar la Historia cuando nadie ms le tena fe; Adulcir Saad Vargas, quien se hizo cargo con amor e inteligencia de la edicin y correccin de estos textos; y Ral Vallejo Corral, hermano en las convicciones y en el amor a las letras. Si al leer estas pginas usted, amigo lector, tiene algo bueno por decir de ellas, crame que las felicitaciones implcitas van para estas personas. Pero debo aclarar que son completamente inocentes de todos los errores u olvidos que se hayan deslizado.

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Pedro Saad Herrera

La Patria nuestra de cada da

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El 1 de abril en la historia ecuatorianaLos sucesos sealados con asterisco son los desarrollados en artculos. Ellos no se numeran en orden cronolgico. 1799 Riobamba se traslada al sitio actual. 1812 Sale de Quito, reanudando su campaa, el Ejrcito Patriota, al mando del Coronel Francisco Garca Caldern, padre del Hroe de Pichincha, Capitn Abdn Caldern. 1851 Provincializacin de Cotopaxi. 1853 Se establece Escuela de Nutica.* 1862 Peridico "El Telfono" (Quito) 1895 Pronunciamiento alfarista de Catarama. 1899 Luz elctrica en Loja. 1911 Diario "El Globo" de Baha de Carquez. 1939 Diario "El Mercurio" de Manta. 1944 Se crea Cuerpo de Bomberos en Quito. 1949 Sistema de Crdito de Fomento. 1960 Convenio con Espaa sobre derechos de autor.

Viernes, 1 de abril de 1853 Se reabri la Escuela NavalLos ms fieles de nuestros lectores recordarn los dramticos acontecimientos de los ltimos siete aos, desde el glorioso 6 de marzo de 1845 (ver calendario de esa fecha), cuando la racionalidad y el nacionalismo civilista parecieron imponerse sobre el militarismo extranjero, representado por Juan Jos Flores, quien pareca empeado en borrar con sus malas acciones republicanas todas las glorias y gratitudes acumuladas en los duros aos de la lucha por la emancipacin poltica de Espaa, cuando se distingui como uno 9

de los mejores capitanes de Simn Bolvar, y de los poqusimos que se mantuvieron fieles al Libertador hasta el final. Qu pas con Flores? Para las personas -algunas de ellas muy cultas- que consideran que la gestin poltica e histrica de un individuo es una derivada de sus caractersticas psicolgicas, lo ocurrido es el surgimiento, quiz como consecuencia de su matrimonio con una aristcrata quitea, de una ambicin desmedida, tal vez como mecanismo para compensar la cuna extremadamente humilde de este general venezolano. En cambio, para quienes estiman que las acciones de una persona son fruto de su ubicacin social y de los movimientos e intereses de su grupo de inters o de presin, los vaivenes de Flores se explican como resultado de aquellos intereses y de estos grupos, que habran influido decisivamente en el general, a travs de su matrimonio. Es que, en lo nico que defensores y detractores de Flores estn de acuerdo es en que su comportamiento se modific radicalmente desde que contrajo nupcias con la no tan joven quitea Mercedes Jijn, a quien el amulatado general habra llamado alguna vez la vieja hedionda. De modo que, luego de la expedicin de la llamada Carta de la Esclavitud (Constitucin floreana de 1843, que garantizaba su ejercicio unipersonal del poder por 12 largos aos), la oposicin pudo agruparse en torno a las figuras de Rocafuerte y Olmedo, y as se dio el pronunciamiento de marzo de 1845, que concluy con unos acuerdos suscritos en la hacienda La Virginia (ver calendario de junio 18), por medio de los cuales se restableca la paz, dictaminando que Flores se retirara del mando y del pas, pero el gobierno ecuatoriano le conservaba su grado, sus honores, la renta y un regalo de veinte mil pesos, para que su estancia en Europa no dependiera exclusivamente de la fortuna de su esposa. Pareca el comienzo de la paz. Slo fue el anuncio de la guerra.

La ReconquistaEnfermo del mal de mandar como se lo ha llamado, tan pronto lleg a Europa (viejo mundo que visitaba por primera vez), Flores se dedic a lanzar denuestos contra los americanos, y a proclamar un arrepentimiento que pareca aun ms grande puesto que l mismo se dedic a hinchar sus mritos independentistas. Como es lgico, las Cortes europeas del perodo de la restauracin acogieron con magnnimo desdn a este cuartern engalonado que proclamaba al mismo tiempo sus mritos y el desprecio que senta por sus conciudadanos. Era lo que Europa quera or, y Flores tom la condescendencia que se tiene ante el bufn por el inters que despierta el aliado. En Francia, fue recibido por Luis Felipe y, en retribucin por haberle permitido gozar del boato y las zalameras de la Corte, el antiguo general bolivariano no perdi tiempo en denostar a todo y todos. 10

Y la cosa se agrava cuando la Convencin Nacional de 1845 desconoce los convenios de la Virginia, y priva a Flores de sus rentas. Don Juan Jos rene sus brtulos y corre a Espaa, donde llega justo a tiempo para cruzarse en el camino de otro problema personal de una figura de Estado. Era regente de Espaa Mara Cristina, la viuda de Fernando VII, quien mantena con un oficial de su guardia de corps, Agustn Fernando Muoz, las mismas relaciones ilcitas que haba tenido su suegra con el favorito Manuel Godoy. De aquellos amores ilcitos haba nacido un vstago, don Juan, y Flores, que ser inculto pero no tonto, comprendi que en ese nio poda estar el potencial poltico para su retorno al poder. Le ofreci a Mara Cristina la posibilidad de una Reconquista de Amrica, para la cual l mismo se ofreca de gran capitn, y propuso al bastardo como Rey del rgimen a instaurar; pero, como es lgico, con Flores de regente El resto lo sabemos bien. La viuda alegre dijo que s, pero las Cortes que no. Flores regres a Amrica, consigui el apoyo del Per, contrat mercenarios en Chile e invadi nuestro pas, que lo haba acogido, que le dio Patria, esposa y hogar para sus hijos. Pero, al margen del juicio que merezca un canalla, lo grave es que las operaciones que Flores inici el 28 de febrero de 1852, cuando zarp del Per, le permitieron, con slo tres buques a su mando, mantener sitiada nuestra ciudad por varios meses, y tener en jaque a todo el Ecuador, que careca (y an carece) de una flota mnima, siquiera fuese para enfrentar a los bellacos que de puro aventureros se atrevan a invadirnos. Felizmente est al mando del pas un marino, el general Jos Mara Urbina, que estuvo entre los primeros graduados de la antigua escuela naval que abri el heroico Illingworth. Y la leccin de 1852 es clara: quien tiene la primaca naval, es dueo del Golfo de Guayaquil; y quien es dueo del Golfo es Seor del Ecuador. Por eso, este viernes, 1 de abril de 1853, el Presidente Urbina, quien se gradu en la Escuela Naval con la primera antigedad, ha decretado que se vuelva a abrir la escuela del mar en Guayaquil. Gracias, general. Ojal nunca olvidemos la leccin que usted nos ha recordado.

Para saber msAunque ha aumentado con algunos tomos, la bibliografa naval del Ecuador an tiene lagunas. Para este perodo recomendamos el primer volumen de la obra de don Jorge Prez Concha, De la goleta Alcance al caonero Caldern 11

(ed. Instituto de Historia Martima. Guayaquil, 1987)

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El 2 de abril en la historia ecuatorianaLos sucesos sealados con asterisco son los desarrollados en artculos. Ellos no se numeran en orden cronolgico. 1651 El Rey de Espaa autoriza, la fundacin, en Quito, de un Monasterio de Carmelitas. 1689 El cabildo de Guayaquil prohbe talar los rboles.* 1786 Se crea Universidad de Santo Toms. 1865 Muere Fray Vicente Solano.** 1869 Escuela Prctica de Cadetes. 1882 Pronunciamiento de Guayaquil contra Veintemilla. 1891 Se funda Ateneo de Quito. 1904 Se realiza un Convenio bilateral sobre canje de publicaciones de Derecho Internacional, entre Ecuador y Espaa. 1962 Se suspenden relaciones con Cuba. 1982 Argentina intenta recuperar las islas Malvinas.***

Sbado, 2 de abril de 1689 (I)Prohibido Talar Arboles

El Cabildo de Guayaquil Protege el Medio Ambiente.Fue slo despus de grandes disputas y discusiones como se lleg este sbado, 2 de abril de 1689, a la resolucin definitiva del Cabildo para proteger el bosque que rodea a Guayaquil y el medio ambiente general de la regin.

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Aunque delicadamente don Joseph de Banzes Obregn, Escribano de Cabildo y Real (sobre los servicios de su padre, vase calendario de diciembre 31), hace constar nicamente las firmas unnimes de todos los cabildantes, ha trascendido a la opinin pblica que al menos uno de los cinco miembros del ayuntamiento se habra opuesto a la medida, aduciendo que este afn proteccionista es slo una moda pasajera, y que no es posible, en una poblacin en pleno desarrollo como Guayaquil, anteponer el cuidado del futuro a las urgencias del presente. Pero, finalmente prim la cordura, y la prohibicin de talar rboles sin autorizacin previa del concejo fue aprobada.

Una Resolucin con AntecedentesHace cinco aos, concretamente el 7 de enero de 1684, el Cabildo guayaquileo, que tena entre sus miembros de entonces a uno solo de los actuales (don Juan Prez de Villamar), en su primera y prolongada sesin despus de las elecciones (que fueron como es de ley y tradicin el 1 de enero), resolvi que se eche un pregn en esta ciudad y los pueblos de la jurisdiccin, para que ninguna persona haga montaa (tale rboles silvestres) sin licencia del Cabildo, para que con eso no entren personas que no entiendan de maderas ni las echen a perder () so pena, al espaol que lo hiciere sin licencia del Cabildo, de 50 pesos para la Cmara de Su Majestad (arcas fiscales) y gastos de Justicia. Y al mestizo, lo propio. Y al indio, mulato, zambo o negro, la madera perdida y 50 azotes. Pero no par all la preocupacin del Cabildo, sino que el mismo da resolvi, con los mismos votos, otra medida de sanidad y limpieza del ambiente y de la ciudad, pues se estableci que en cuanto a que no se lave en los pozos, y se limpien y cierren, se provey que se limpien los pozos y se quiten de all las lavanderas. Y que se haga pregn de esto, con pena de perdimiento (requisa) de las bateas de lavar por la primera vez, y por la segunda, si se repite la infraccin, 50 azotes. Luego, siempre con la presencia de don Juan Prez de Villamar, el mircoles pasado (30 de marzo), el Cabildo conoci el mismo tema, a instancias del Procurador, Joseph de Salas, quien insisti en que, a pesar de las disposiciones de hace un lustro, continuaba la costumbre de la depredacin del medio ambiente, y que las cosas haban llegado al punto en que por el mucho destrozo de madera, hay gran falta de ellas para las Reales fbricas (los astilleros) y marchanteras (comercio). De modo que se decidi que se pregonara un bando, el que se discutira en la prxima sesin, la misma que se convoc para el da de hoy.

La Resolucin de HoyEl Cabildo, Justicia y Regimiento de esta ciudad de Santiago de Guayaquil: Por cuanto: por acta de 7 de enero de 1684 est acordado y mandado que 14

ningn montaero entre a cortar maderas de ningn gnero, sin primero sacar licencia del Cabildo, (y que esto se resolvi) por la gran falta que hay de maderas, y en particular de roble, guachapel y amarillo, y que (adems) hay gran falta de bajeles y (que los) necesita Su Majestad, que Dios guarde, (para) fabricar Armada, y que (dichas maderas) faltarn del todo si todos la sacan, destrozando cuanto hallan, y en particular los mestizos, zambos, indios, mulatos y negros, (debido a que) quienes no tienen fomento para montaa firme (posesin de tierras altas) destrozan y aniquilan los montes; por cuya causa se mand echar bando pblico en esta ciudad y pueblos de esta jurisdiccin, ponindoles penas. () Por tanto: atendiendo al bien y utilidad de la repblica (de los bienes pblicos), y al servicio de Su Majestad, que Dios guarde, (as como al) provecho de los fabricadores (armadores de bajeles), mandamos que ninguna persona, de cualquier estado que sea, corte maderas ni entre a las montaas sin que primero tenga licencia y autoridad de este Cabildo. (De no hacerlo as, recibir la) pena, al espaol que lo hiciere, en contravencin de este auto, de 50 pesos para la Cmara de Su Majestad y gastos de justicia. Y al mestizo, lo propio. Y al cuartern o mulato, lo propio. Y al indio, zambo o negro, la madera perdida y 50 azotes; y que la pena corporal, adems de la pecuniaria, se ejecutar en los mestizos, mulatos y cuarterones, para lo cual, y que todos tengan noticia y que ninguno pretenda ignorancia, se publicar este auto en las partes acostumbradas de esta ciudad, y en das festivos en los pueblos de esta jurisdiccin, enviando los gobernadores razn (certificacin) de haberlo publicado tal y como es hecho en Guayaquil, a 2 de abril de mil y seiscientos y ochenta y nueve aos.

Para saber msEsta tempranera preocupacin por el medio ambiente y muchas otras sorpresas esperan a quien se decida a sumergirse en el encanto de las Actas del Cabildo Colonial de Guayaquil, en cuyo tomo VI (ed. AHG Guayaquil, 1980) figuran las resoluciones que se mencionan el da de hoy.

Domingo, 2 de abril de 1865 (II)Para unos, genial. Para otros, un loco

Fray Vicente Solano ha muertoSi se califica su estilo literario, es claramente un heredero de las antiguas stiras e ironas de don Eugenio Espejo, pero quiz poco ms que un 15

antecesor del joven ambateo Juan Montalvo, que parece se distinguir en la diatriba. Si se juzga su poltica, lo nico claro es que era un patriota y un bolivariano, pero no un liberal, pese a que se opuso ardientemente a Flores y su Carta de la Esclavitud de 1843. Si se evala su piedad, uno no sabe qu decir ni con cul Vicente Solano quedarse, pues ha sido objeto de censura (incluso se llev el caso de uno de sus escritos ante el Papa); pero l mismo las ha hecho de Torquemada y ha prohibido libros. Si se tratan de valorar sus dotes profticas, que algunos creen que son muy grandes, usted puede decir lo que quiera, pues el futuro al que l gustaba referirse (aquel casi mtico siglo XX de muchas de sus obras) an no ha llegado, y este domingo, 2 de abril de 1865 todava est lejano de aquellas fechas. Quiz lo nico cierto que pueda decirse de l es lo mismo que puede expresarse de cualquier persona que nace entre dos siglos: que no pertenece ni a uno ni a otro, sino que es como una suerte de puente entre los dos. Y tal vez, tanto por su estilo, cuanto por su poltica, su religin o sus locuras polmicas y profticas, Fray Vicente Solano y Vargas-Machuca es un sobreviviente del siglo XVIII en el XIX.

Una Infancia y Adolescencia PrecocesNacido en Paute, en la regin de Cuenca, el 16 de octubre de 1791, sus padres lo bautizaron como Domingo (porque naci en ese da), pero bien pronto perdi el nombre, pues un franciscano de apellido Bustamante descubri sus dones tempraneros y convenci a los padres que lo dejaran marchar a Quito, para proseguir sus estudios en un medio ms propicio. Ya en la capital estudi con los padres Mariano Vsconez y Narciso Segura, e hizo tales progresos en poco tiempo que a los 22 aos de edad, en 1813, gan por oposicin la ctedra de Filosofa. Su fama de intelectual creci muy pronto y, cuando se orden como sacerdote un ao despus, recibi los sacramentos de parte del propio Obispo Jos Cuero y Caicedo, quien lo bautiz como Fray Vicente. Junto con la tonsura, Vicente recibi del Obispo (antiguo Presidente del gobierno independiente de Quito) su amor por la libertad, y acept de buen grado que lo hiciera alternar la ctedra de Teologa en San Diego con la prdica en la regin amaznica. Cuando, ya para 1828, volvi a Cuenca, dej todas las ctedras para consagrarse exclusivamente a la literatura, pues se le confi una imprenta, y all mismo dio inicio a su labor periodstica y polmica. 16

En efecto, al mismo tiempo que publicaba el peridico El Eco del Azuay, vio la luz su primer libro, en que sostena la tesis de que, si el nmero de los predestinados est establecido por Dios, al aumentar la poblacin lgicamente aumentar tambin el libertinaje. Aquello provoc un escndalo. De Quito lleg la instruccin para el Obispo de Cuenca de retirar el libro de circulacin, y se confi el estudio de la obra a Joaqun Miguel Arajo, opaco personaje que slo pasar a la posteridad porque su juicio, adverso en todo al volumen que deba estudiar, despert las dormidas capacidades de polemista de su temible rival. La suerte del libraco fue variopinta, y se mantuvo prohibido hasta 1853, cuando se levant la prohibicin, que se reinstaur en 1857 por orden personal del Papa Po IX. Mientras tanto, Cuenca vea la invasin peruana, encabezada por uno de sus hijos, Jos de LaMar, y la opinin dudaba. Sali entonces el fraile a defender a Bolvar y oponerse a su equivocado coterrneo. Y siguieron las broncas. Cuando el coronel Francisco Eugenio Tamariz lo atac con un desabrido Dilogo joco-serio entre el Padre Patisucio y Antonio Nalgas, fray Vicente le respondi con su Carta de Fray Gargajo o anatoma completa de la cabeza del Dr.Chusquito. Tamariz replic con un virulento Escopetazo a los pjaros, inclusive un murcilago, al que Solano remat con sus Caonazos de un artillero americano contra un escopetero andaluz. No se salvaron de su mordacidad ni las autoridades eclesisticas, pues el Obispo de Popayn, Salvador Jimnez, expres en una comedida Carta del Obispo sus discrepancias con Solano, a la que ste respondi con un grosersimo Dialoguito entre un pastuso y el Obispo de Popayn. La bronca con Antonio Jos de Irisarri fue por causas ms serias, pues ste era floreanista, y Solano se opona a don Juan Jos, de modo que cuando Irisarri comenz a publicar el peridico La Balanza, nuestro buen curita, olvidado de la obligacin de perdonar, escribi una furibunda Epstola crticobalanzario-molondrnica a los editores de La Balanza, con una dedicatoria a la madre de los balanceros. Como es lgico, Irisarri protest, pero fray Vicente le endilg entonces un Soplamocos literario al editor de La Balanza, por el licenciado Mata Balanzas. Irisarri quiso llevar la polmica al campo gramatical, y el franciscano le respondi con 19 cartas pblicas, por supuesto. Uno de sus discpulos, un canalla llamado Ignacio Marchn, haba hecho burla de los poemas de doa Dolores Veintemilla de Galindo, y ella crey equivocadamente que la malquerencia provena de Solano, de modo que una maana que se cruzaron en la calle, doa Dolores dijo All va el perro de cualquier boda, refirindose a las continuas polmicas de fray Vicente, y recibi la respuesta que su mordacidad se haba ganado, pues el fraile se volte a mirarla y dijo All va la boda de cualquier perro. En fin, que es difcil ser imparcial cuando de l se trata. En lo nico que todos estn de acuerdo es en su absoluta incapacidad como analista geopoltico, 17

pues todo el mundo ri al leer en su Bosquejo de la Europa y de la Amrica, editado en 1839, que dentro de cien aos, o sea para mediados del siglo XX, las mayores potencias mundiales no sern Inglaterra ni Francia ni Alemania ni Italia, sino -Rase el lector!- Rusia y los Estados Unidos. Vaya disparate!

Para saber msUn bonito resumen biogrfico, en el segundo tomo del Diccionario Biogrfico del Ecuador de Rodolfo Prez Pimentel (ed. Universidad. Guayaquil, 1988).

Viernes, 2 de abril de 1982 (III)Ultima Hora!

Argentina Ocupa las MalvinasBUENOS AIRES, 2 de abril de 1982.- Sorpresivamente, unos 5,000 soldados argentinos han desembarcado hoy en las islas Malvinas, ocupadas desde 1833 por los ingleses. Las primeras reacciones de Londres han sido muy airadas, y la Primera Ministra Margaret Thatcher ha presentado un ultimtum. El Comit de las Naciones Unidas para la Descolonizacin se solidariza con la postura argentina, que ha reunido en su torno muy rpidamente a toda la opinin pblica latinoamericana, pese al rgimen militar de ese pas, que se ha distinguido por sus continuas violaciones a los derechos humanos. El gobierno ecuatoriano que preside Osvaldo Hurtado respaldar a Argentina en sus reclamos.

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El 3 de abril en la historia ecuatorianaLos sucesos sealados con asterisco son los desarrollados en artculos. Ellos no se numeran en orden cronolgico. 1610 El Rey de Espaa Felipe III, restablece la visita a las crceles. 1829 Simn Bolvar declara que defender Guayaquil.* 1895 Combate liberal en Latacunga. 1910 Ataque al Consultado Peruano en Guayaquil. 1910 Ataque a Legacin del Per en Quito. 1967 Adhesin al Parlamento Latinoamericano. 1978 Desde este da al 22, luchas callejeras por los cuatro reales.

Viernes, 3 de abril de 1829Nos veremos obligados a emplear la fuerza

Simn Bolvar Defender GuayaquilUna vez ms las tensiones poltico-militares en la frontera Sur parecen colocarnos al borde de la guerra, porque se dira que estos peruanos no escarmientan, pese a la derrota total que sufrieron en Tarqui. Tan claro y flagrante ha sido el desconocimiento del Tratado de Girn, que el propio Libertador Simn Bolvar ha debido expedir este viernes, 3 de abril de 1829 un decreto en Quito, anunciando las que podran ser inminentes acciones de Colombia en defensa de su integridad territorial y del estricto cumplimiento de los compromisos internacionales. Como recordarn nuestros lectores, desde mediados del ao pasado (1828) el Per se prepar para una invasin de la tierra de sus libertadores, como resultado de una suma de hechos que coincidieron en generar en ellos la falsa nocin de que podran imponer por la fuerza una variacin territorial a la que no tienen opcin por derecho.

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En realidad, como resultado de las instigaciones de los representantes de Inglaterra y los Estados Unidos, que llegaron a presionar a Espaa para darles seguridad en una posibilidad de reconquista europea en el Caribe, el gobierno peruano, paradjicamente presidido por el cuencano Jos de LaMar, adelant formaciones de tropas, en actitud claramente amenazadora. Muy especialmente, su flota se moviliz hacia nosotros y, como lo saben los lectores (ver calendario de noviembre 22 y 24 de 1828), penetraron en el Golfo de nuestra ciudad y, a pesar de la resistencia que se les ofreci en toda la lnea, el general Juan Illingworth se vio forzado a acceder a una suerte de armisticio, quedando la ciudad, a la espera de los resultados que la batalla en tierra deba producir. El combate se dio en el portete de Tarqui el 27 de febrero de este ao (ver calendario de la fecha), cuando, segn reza la placa que el Mariscal Sucre mand colocar Aqu, en este Portete de Tarqui, el ejrcito peruano de ocho mil soldados, que invadi la tierra de sus libertadores, fue vencido por cuatro mil bravos de Colombia el 27 de febrero de 1829. Unos das ms tarde, el 1 de marzo (ver calendario), se firm el Convenio de Girn, y Guayaquil debi haber sido desocupada por las fuerzas sureas. Pero ya entonces dijimos que nosotros los guayaquileos, que hemos tenido que sufrir ms de una vez las ambiciones peruanas (y que quiz an tengamos que soportarlas en el futuro), slo podemos confiar en que la desocupacin de nuestra ciudad se produzca a la brevedad posible. Y no se siente que los invasores tengan intenciones inmediatas de retirarse. Ya veremos. Y vimos. Segn el artculo 11 del Tratado de Girn, en el plazo de 20 das se debi evacuar Guayaquil, entregar la corbeta Pichincha, capturada por los sureos, y pagar 150,000 pesos por los daos causados a las propiedades pblicas y privadas de nuestra ciudad. No lo han hecho. Muy por el contrario, la actitud de prepotencia y grosera de los ocupantes parece haberse incrementado en las ltimas semanas, como si el resultado de Tarqui hubiese sido diferente. Esa es la razn del decreto de hoy del Libertador, el que reproducimos en parte, recomendando sobre manera su lectura, pues, a ms de la reafirmacin de los derechos y el coraje, hay la belleza de expresin casi colindante con los aforismos, del estilo personal del Libertador de Amrica. Miren, si no, frases como estas: pediremos la paz a los vencidos Responderemos en los campos de batalla con nuestro valor, y en las negociaciones con nuestros derechos En fin: Simn Bolvar. Colombianos: Despus de la participacin de Pasto, de la victoria de Tarqui y del Convenio de Girn, me dirijo a vosotros, para felicitaros por el trmino que han tenido las grandes crisis que agitaban la repblica. () Pero 20

necesitamos para lograr esta dicha: calma en las pasiones y firmeza en los combates. No se ha cumplido el convenio de Girn por parte del Per, alegando por pretextos nuevas injurias contra Colombia. Nos veremos obligados a emplear la fuerza para conquistar la paz, y aunque la gloria ser el producto de nuevos combates, pospondremos todo a la consecucin del reposo de la Amrica y, en particular, de los pueblos del Sur, cuyos dolorosos y crueles sacrificios han servido poderosamente para repeler la invasin del enemigo. Recuperaremos a Guayaquil, nicamente para cumplir con los preliminares de paz concluidos con el Per. No dispararemos ni un tiro, ni aun para defendernos, sino despus de haber agotado nuestro sufrimiento y de haber reclamado en vano nuestros incontestables derechos. Haremos ms: expulsados que sean los peruanos y los facciosos de Guayaquil, pediremos la paz a los vencidos. Esta ser nuestra vindicta. Tan moderada conducta desmentir a la faz del universo nuestros proyectos de conquistas y la ambicin que nos suponen. Y si, despus de estos rasgos de noble desinters y de desprendimiento absoluto, nos combaten todava, nos calumnian y nos quieren oprimir con la opinin del mundo, responderemos en los campos de batalla con nuestro valor, y en las negociaciones con nuestros derechos. Colombianos! Como sbdito de la voluntad nacional, yo no hago ms que manifestar la intencin del pueblo y la capacidad del ejrcito. Justo el primero y heroico el segundo, contemos con la victoria y la paz. Cuartel General en Quito, a 3 de abril de 1829. SIMON BOLIVAR.

Para saber msSigue siendo el mejor estudio sobre el perodo la extensa Historia de la Revolucin de Colombia (ed. Bedout. Medelln, 1969) de don Jos Manuel Restrepo.

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El 4 de abril en la historia ecuatorianaLos sucesos sealados con asterisco son los desarrollados en artculos. Ellos no se numeran en orden cronolgico. 1531 Se decide nombrar un Protector de Indios. 1535 Solar para la Iglesia de La Merced. 1768 Erupcin del volcn Cotopaxi. 1786 Supresin de la Universidad de San Gregorio Magno.* 1859 Se produce, en la ciudad de Guayaquil, la insurreccin del General Manuel Toms Maldonado, la que fracasa, siendo indultado ste y sus cmplices, por los generales Francisco Robles y Jos Mara Urbina. 1882 Proclama del General Veintemilla. 1895 Combate alfarista en Chone. 1897 Combate alfarista en Riobamba. 1961 Semana de la Higiene en Quito. 1987 Convencin Unitaria de Organizaciones Sindicales. 1991 Muere Ral Clemente Huerta.

Martes, 4 de abril de 178619 aos despus de la expulsin de los jesuitas

Se Clausur la Universidad de San Gregorio en Quito.Era una medida esperada y temida a la vez. Esperada, porque luego de la expulsin de sus mentores, los jesuitas (ver calendario de agosto 20 y abril 5), resultaba slo una cuestin de tiempo el cierre de su centro de estudios, y temida porque la Gregoriana era, indudablemente, la mejor de las mltiples -y caticas- casas de estudio de la capital. Este martes, 4 de abril de 1786, ha 22

sido clausurada. Y as fue siempre. Aunque las autoridades gustan de afirmar que los cristianos trajeron la educacin desde el primer momento, aquello es un exceso de entusiasmo por su propia obra, ya que la primera escuela quitea slo se abri en 1551, unos buenos 17 aos (una generacin) despus de la fundacin de la ciudad. La realidad es que el proceso educativo en el territorio de la actual Audiencia no dio inicio sino a fines del siglo XVI, con la llegada de los jesuitas a nuestro territorio. Arribados en 1586, abrieron su primera escuela en 1590, ponindole el nombre de San Jernimo, que trocaron por el de su propio patrono, San Ignacio, en 1597, cuando la trasladaron de lugar. A partir de all, nada fue fcil. El intento de los jesuitas por extender su esfera educativa se vio sucesivamente dificultada por una serie de condicionamientos de diverso origen. Los Cabildos, el clero y los padres de familia reclamaban ms y ms colegios, y de mejor calidad cada vez, y tenan toda la decisin de los jesuitas; pero otras comunidades religiosas, los prelados, el Consejo de Indias y el propio Monarca eran reticentes a la creacin de tales centros. Cada uno por sus propios motivos. El Rey estimaba que, siendo la proporcin de religiosos mayor en Amrica que en Espaa (y eso que ya en la pennsula era la mayor proporcin de Europa), la Corona tema que el incremento de las escuelas repercutiera en una anormal desproporcin de curas y monjas, pues la educacin ha estado ntegramente confiada a ellos. Por su parte, el Consejo de Indias, celoso guardin de las arcas fiscales, consideraba que si la educacin es gratuita (como generalmente lo ha sido), un exceso de escuelas gravara exageradamente a las poblaciones locales. Y no es que el Consejo se preocupara tanto por el bienestar de las familias, sino que, al destinar una mayor proporcin de tributos, alcabalas, almojarifazgos, anatas y otras tasas a la educacin, se reduciran proporcionalmente los ingresos de la Corona. La oposicin de las rdenes religiosas no-jesuticas era clara: si los de Loyola ya eran anormalmente poderosos, un aumento de la educacin (bsicamente confiada a ellos) slo podra significar que los de la Compaa iban a acrecentar aun ms su poder. Y eso, claro est, no era de su conveniencia. Los cabildos se orientaban ora a un lado, ora a otro, porque si bien conocan de la necesidad de los colegios, por otro lado les quedaba en claro que slo 23

podran financiarse por medio de las llamadas fundaciones, que consisten en otorgarles propiedades (habitualmente haciendas u obrajes) para que produzcan su propio sustento. Esto no sera especialmente grave, si los cabildos no debiesen tomar en consideracin que estos centros fundacionales estn exonerados del pago de diezmos, con lo que se reducan las rentas generales, y muy especialmente de los hospitales. De modo que la expansin educativa se dio en medio de grandes luchas, pese a las cuales los jesuitas lograron crear sus colegios en Cuenca (1637) y Popayn (1640), y luego, cuando renunciaron al privilegio de la exoneracin de diezmos (1655), en Ibarra (1685), Riobamba (1689), Pasto (1689), Loja (1737), Buga (1737) y Ambato (1750). Significativo del abandono de nuestra provincia, a pesar de su riqueza econmica y su incremento constante de poblacin, es que los jesuitas no se preocuparon por abrir un colegio en Guayaquil, sino en 1705.

Las UniversidadesPara ser breves, las Universidades de la Real Audiencia de Quito pueden definirse como muchas, pero malas. Si se quiere ser mordaz, podra decirse demasiadas, y muy malas. No exageramos. Primero hay que especificar que hemos tenido una absurda y catica mezcolanza de universidades, colegios, colegios mayores, seminarios, seminarios mayores e incluso academias, con diferente grado de excelencia, con diferentes tipos de privilegios y exoneraciones y con sistemas y mtodos de estudios y enseanza que se diran imposibles de armonizar en una sola ciudad (ya que fuera de Quito no existen centros superiores, salvo que se quiera considerar as a los colegios de jesuitas, que no pueden dar ttulos). As se crearon el Colegio-Seminario de San Luis, Rey de Francia (jesuitas1584), la Universidad de San Gregorio (jesuitas-1622/1651), Colegio de San Fernando (dominicos-1681), la Universidad de Santo Toms (dominicos1683/88), Academia-Universidad de San Fulgencio (agustinos-desde 1596) y, finalmente, la Academia Pichinchense y otros centros seglares. Un caos. Ahora, con el cierre de la Gregoriana, esperamos que el caos entre en curso de solucin y que se lleve a efecto la creacin de una Universidad pblica unificada, quiz con base en la de Santo Toms, que habr que quitarle a los dominicos, y sumarle los recursos de los jesuitas, especialmente las bibliotecas, sobre todo la del Colegio Mximo, que dejaron con 14,892 volmenes. Y ojal no se repitan las algazaras estudiantiles de 1725, cuando los seminaristas se atrevieron -Dios los perdone!- a declarar una huelga. (ver calendario de abril 25)

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Para saber msLa Enseanza en la era Hispano-Americana es el ttulo que Jorge Villalba F. le puso a su estudio sobre el tema en el IV tomo del compendio de Historia del Ecuador de Editorial Salvat. (Barcelona, 1980)

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El 5 de abril en la historia ecuatorianaLos sucesos sealados con asterisco son los desarrollados en artculos. Ellos no se numeran en orden cronolgico. 1766 Se dicta la Pragmtica: expulsin de Jesuitas.* 1876 El Presidente, Dr. Antonio Borrero, da un manifiesto a la Nacin, negando el pedido que se le haba formulado, de llamar a una Constituyente para reformar la Constitucin de 1869. 1907 Muere el escritor Numa Pompilio Llona. 1913 Parque Juan Montalvo en Ambato. 1924 Inauguracin de bombas de agua en Quito.

Sbado, 5 de abril de 1766Carlos III dict hoy una Pragmtica

Expulsin de los Jesuitas de todos los territorios espaolesAunque todava no se ha oficializado la extensin a Amrica de la Pragmtica de hoy, sbado, 5 de abril de 1766, de S.M. Carlos III, todos los analistas coinciden en estimar que ese aspecto formal ser slo cuestin de tiempo; pero que la expulsin de todos los jesuitas de los territorios de la Corona espaola ser un hecho tambin en el nuevo mundo, pese a que muchos consideran que tardar quiz algo ms de un ao en aplicarse entre nosotros (ver calendario de agosto 20). El caso no es tan sencillo para el anlisis. Espaa es uno de los pases ms atrasados de Europa, pese a ser el ms rico y extenso (ambas cosas debido a las posesiones americanas). Su poblacin, que se estima en unos 8 millones de personas (se estima, porque no hay censos), es totalmente dispersa y, acorde con la falta de desarrollo industrial, la concentracin urbana es muy baja, pues la mayor de las ciudades, Madrid, a duras penas rebasa los 100,000 habitantes (1.25% del total).

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Adems, la poblacin es muy poco laboriosa. Acostumbrados a vivir de las rentas de ultramar, los peninsulares han desarrollado un sistema de privilegios que es anormalmente extendido. Si bien slo hay 119 Grandes de Espaa, que son la parte dominante de la aristocracia, los llamados hidalgos ascienden a la descomunal cifra de medio milln (6.25% de la poblacin total), que pueden ser pobres, pero que disfrutan de varios privilegios sociales y econmicos, inclusive del menosprecio por las actividades laborales. Otra deformacin estructural proviene de la Iglesia. Actualmente hay unos 160,000 religiosos (2% de la poblacin), divididos en 70,000 seculares; 60,000 regulares y unas 30,000 monjas, todo esto sin contar los varios miles de religiosos que han venido a Amrica. Qu tiene todo esto que ver con la expulsin de los jesuitas? Muy sencillo. La Compaa de Jess no es una Orden religiosa igual a las dems, sino que siempre se ha distinguido por su preeminencia intelectual y su habilidad para los negocios, debido quiz a que tiene una estructura autnoma que favorece el desarrollo empresarial moderno. O sea que, detrs de la teolgicamente inexplicable expulsin de los jesuitas, lo que se esconde es una solapada guerra comercial de competidores. Y eso mismo podra ocurrir entre nosotros, de extenderse la Pragmtica a las Indias

Los Jesuitas en la Audiencia de QuitoQue son ricos no lo duda nadie. Una sola de sus 63 haciendas propias, la de Chillo, les ha reportado una renta libre, luego de todos los impuestos, de 8,997 pesos (ellos han presentado unas cuentas en las que establecen prdidas por 303 pesos, pero esto ocurre despus de descontar 5,000 pesos en limosnas y otros 5,000 de gastos en ropa y zapatos). Otro punto por el que se los ha criticado es un supuesto acaparamiento de tierras. Las opiniones de quienes conocen bien este asunto estn divididas. Por un lado, ya en 1635 se prohibi que los religiosos tuvieran propiedades agrcolas, pues se estimaba que estaba en sus manos nada menos que la mitad del total de la tierra cultivable y, aunque esta descomunal proporcin hubo de reducirse luego, es indudable que varias rdenes religiosas, y principalmente los jesuitas, han sido un fuerte obstculo para el desarrollo de la empresa privada secular. Pero, por otro lado, es indudable que su xito proviene no slo de la cantidad de tierras propias, sino de la enorme eficiencia que han demostrado en su administracin. Se ha podido comprobar que, mediante la aplicacin de un novedoso sistema administrativo, que consiste en dar a los peones indgenas una cierta parte de las utilidades, las haciendas y obrajes de la Compaa han logrado producir hasta seis veces ms que otros de la misma extensin o nmero de labradores. Atribuyen este xito los de Loyola al innovador mtodo 27

que algunos llaman capitalista. Tambin se los acusa de boato indebido en sus templos y colegios. Es relativo. Si uno ve la iglesia de la Compaa de Jess en la capital, con sus recubrimientos de oro y sus lujosas ornamentaciones, es cierto que este templo est muy lejos del ideal de pobreza apostlica pregonada por el santo de Ass; pero no es menos cierto que otros templos, incluido el de los propios franciscanos, distan mucho de los austeros ideales de los fraticelli medievales. Lo grave es que, de extenderse la Pragmtica, perderamos, junto con las 63 haciendas de propiedad, las 9 en administracin, las 13 casas y otras innumerables propiedades muebles e inmuebles de los jesuitas, a los mejores intelectuales de la Audiencia, a quienes han regentado a nivel casi europeo 14 escuelas, la Universidad de San Gregorio y el colegio de San Ignacio, as como a los ms abnegados misioneros de la regin amaznica, que han llegado, como el padre Samuel Fritz hace unos aos, a defender denodadamente el patrimonio territorial de la Audiencia y la Corona. As pues, para el observador objetivo la expulsin sera una mezcla de resentimientos sociales y desleal competencia mercantil, por parte de quienes esperan apropiarse en remate de las extensas y bien mantenidas propiedades de la Compaa. Pero los jesuitas no se duermen. Desde la madrugada de hoy, cuando trascendi la noticia de la decisin Real, han comenzado a colocar sus propiedades a nombre de terceros, que las guardarn para su regreso, pues los de la Compaa estiman que esta expulsin, si llega a producirse, no durar para siempre.

Para saber msLa editorial Siglo XXI (Madrid, 1974) public (a precios relativamente mdicos) una estupenda coleccin de Historia de Europa. En esa serie hay La Europa del Antiguo Rgimen (1715-1783) de David Ogg. Para el caso ecuatoriano, es apasionada y ardorosa, pero clara y objetiva la visin que ofrece Jorge Villalba F. (S.I.) en la general Historia del Ecuador que public editorial Salvat en Navarra, en 1980.

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El 6 de abril en la historia ecuatorianaLos sucesos sealados con asterisco son los desarrollados en artculos. Ellos no se numeran en orden cronolgico. 1852 Juan Jos Flores negocia con la honra nacional.* 1882 Eloy Alfaro Jefe Supremo. 1882 Combate alfarista en Esmeraldas. 1924 Inspirado artculo sobre el agua potable en Quito.**

Martes, 6 de abril de 1852 (I)Juan Jos Flores trat de involucrar a Suecia en la poltica ecuatoriana.

Una Vergenza NacionalNuestros lectores estn al tanto de lo que acontece en el Golfo de Guayaquil, especialmente desde el 28 de febrero, cuando el ex-Presidente Juan Jos Flores zarp del Per, con aquiescencia y participacin de ese pas, para subvertir el orden en el Ecuador. Flores busca su propio poder. Los peruanos tratan de agitar el ro (para ver si pescan en aquellas aguas revueltas). Los conservadores peruanos y chilenos confan en la palabra de Flores de que, tan pronto regrese al mando en Ecuador, iniciar la guerra contra los liberales de Nueva Granada. Los ingleses y franceses esperan acezantes los acontecimientos. Los norteamericanos tratan que ingleses y franceses no ocupen demasiados espacios comerciales, pues ellos mismos aspiran al primer lugar en este campo Y, en fin, ahora se ha tratado de involucrar incluso a la Corona sueca, que seguramente no tiene sino una parcial idea sobre la existencia misma de este pas. Lo cierto es que este martes, 6 de abril de 1852, el capitn sueco de la fragata Eugenie se ha abierto mar afuera, seguramente asqueado del tristsimo espectculo que damos por la serie de traiciones y componendas que 29

nuestros lectores conocen al detalle.

Entre Dos FuegosEl 30 de septiembre de 1851 zarp del puerto de Karlskrona, con rumbo a Amrica, la fragata sueca Eugenie, al mando del capitn Chritian Adolf Virgin, con 37 aos de experiencia en marinera y ninguno en poltica. Oficialmente, la misin de la fragata era promover los intereses suecos en los lejanos pases, a lo largo de las costas americanas. No hay ninguna razn para dudar de la naturaleza puramente comercial de aquellos intereses, pues la ltima guerra sueca fue en 1814, cuando el entonces Rey Bernadotte mantuvo unos cuantos combates, para mantener la posesin de Noruega, otorgada por el Tratado de Kiel. Virgin tuvo su primer contacto con las agitaciones polticas sudamericanas en Buenos Aires, donde se top con las luchas por estallar entre Justo Jos Urquiza (que contaba con el oportunista apoyo de brasileos y uruguayos) y el caudillo Juan Manuel de Rosas, y dej constancia en su Diario de la repugnancia que senta ante estos individuos que no dudaban en aliarse con extranjeros para sus luchas polticas intestinas. Poco imaginaba el sueco que estaba a punto de presenciar una repeticin de lo mismo en el Pacfico. Virgin, que borde el estrecho de Magallanes en enero, lleg a Valparaso en febrero y el 15 de marzo arrib al Callao. All pudo conocer los preparativos de Flores, que se encontraba muy activo en todo el Pacfico sur, consiguiendo el apoyo oficial del Per y contratando mercenarios en Chile, cuyo gobierno, si bien no ha llegado al descaro de Lima, por lo menos se ha hecho de la vista gorda ante los manejos floreanos. Flores zarp del Callao el 28 de febrero. Desconociendo los manejos politiqueros de estos tropicales, la Eugenie puso proa a Guayaquil el 18 de marzo. Originalmente, la Eugenie no tena previsto tocar nuestro puerto; pero, segn informaciones que nos ha comunicado el teniente Carl Skogman, Virgin decidi sondear las posibilidades de abrir un Consulado en nuestra ciudad, y no se descarta que lo asaltara la curiosidad por ver el desenlace de la expedicin floreana. Antes de llegar a nuestro golfo, Virgin se desvi para salvar a un ballenero norteamericano, el George Howland, que declaraba haber sido asaltado por piratas. De primera instancia, sospechando vinculaciones polticas, Virgin no quiso intervenir; pero luego se enter de una coincidencia fortuita: el Howland haba sido efectivamente asaltado por un grupo de delincuentes evadidos de las Galpagos. Cuando lleg a nuestra ciudad, el capitn sueco se vio, segn sus propias 30

palabras, atrapado en la retorcida maraa de la diplomacia. El Presidente Urbina haba declarado pirata a Flores, y exigi que, de acuerdo con las leyes del mar, Virgin prestara su colaboracin para atraparlo. En ese sentido le insista tambin el Cnsul norteamericano, seor Courtland Cushing, pero el sueco entendi que se trataba de un extrao afn de imponer la Doctrina Monroe (que excluye la participacin de los europeos), precisamente utilizando un buque de guerra europeo. Por su lado, el seor Charles de Montholon, cnsul francs, se reuni con el sueco y lo presion para apoyar a Flores, aduciendo que aquello iba en beneficio directo de Suecia, ya que Luis Bonaparte tena intenciones de casarse con una princesa sueca. Hablando con el cnsul britnico, Virgin lleg a la conclusin de que tambin Inglaterra apoyaba a Flores, pero por razones distintas de los franceses. Finalmente, en un acto que el escandinavo consider una ofensa a sus charreteras, el Presidente Urbina le ofreci 100.000 pesos si contena a Flores, y el general Villamil aadi a este ofrecimiento el regalo de una de las islas Galpagos. Por su parte, de modo subrepticio, Flores le hizo llegar unos emisarios para argumentar a su favor, y el buen comandante sueco lleg al colmo del asombro al constatar que se trataba de mercenarios alemanes, pas con el cual Suecia tuvo su ltima guerra en 1814. Volvi a bordo de su nave y orden levar anclas y marcharse para siempre de una pas cuya poltica interna se haba vuelto un campo de batalla internacional, con los caudillos locales sirviendo de venales alcahuetes de los intereses de las grandes potencias.

Para saber msEn el nmero 41 (ao XXIV) de los Cuadernos de Historia y Arqueologa (ed. CCE. Guayaquil, 1976) se incluye un interesantsimo estudio del seor Magnus Morner sobre los avatares de la fragata Eugenie.

Domingo, 6 de abril de 1924 (II) Nuevo servicio de agua potable en Quito

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Mediante un aporte del gobierno central que ascendi a 190,000 sucres, el presidente Jos Luis Tamayo, el Concejo Municipal de Quito ha inaugurado hoy un nuevo servicio de agua potable para la ciudad. A continuacin reproducimos unos prrafos del inspirado artculo aparecido hoy en la primera pgina del diario El Comercio: Agua prdiga y sublime, por ti los campos se visten de esmeralda. Como un sculo de amor, brindas generosas flores y bellezas a los mortales, transformando el erial en oasis de ventura. Elixir universal, mdico sorprendente, agua buena, los santos como Winternitz, como Kneitt te invoca. Matador es el desierto, porque la sed le devora. Es como la conciencia desolada y rida de los malos, por falta de las aguas redentoras que la piedad humana llam lgrimas. Imitas las perlas, remedas el ncar, fabricas la polcroma espuma, juegas con los colores del arco iris, cuando bulles en la fuente, mojas con tu roco las praderas o refrescas las lejanas, cayendo en lluvia benfica. Aguas del Leteo! Cmo te invocan los corazones que sufren, vidos del adormecimiento de sus pesares, ansiosos de esa suave forma del perdn, que es el olvido! Continuaramos con la reproduccin de este exaltado panegrico al agua, pero creemos que con esto basta para que el lector se haga una idea del periodismo de 1924.

Para saber msEn 1996, con motivo de los 90 aos del diario, El Comercio public una deliciosa antologa de sus primeras pginas.

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El 7 de abril en la historia ecuatorianaLos sucesos sealados con asterisco son los desarrollados en artculos. Ellos no se numeran en orden cronolgico. 1719 Muere San Juan Bautista de La Salle. 1822 Batalla de Bombon.* 1825 El mariscal Sucre recibe condecoraciones y entrega una bandera.** 1837 Ley sobre Naturalizacin. 1907 Iglesia de San Roque en Quito. 1964 Ley de Mataderos.

Domingo, 7 de abril de 1822 (I) Victoria en BombonEste domingo, 7 de abril de 1822, pasar a la historia signado como un gran triunfo patriota en Bombon, pese a que el nmero de bajas americanas ha sido mucho mayor que los muertos del campo realista. La batalla se trab hacia las dos y media de la tarde, y las fuerzas colombianas, comandadas personalmente por el Libertador Simn Bolvar, arremetieron con tal mpetu, que el general coment qu bien que entra mi gente!, pero la mortandad era tanta que se comenta que un edecn le replic pero no sale, mi general. Por su parte, el comandante espaol, Basilio Garca, que se ha comportado bizarramente, ha devuelto dos de las banderas capturadas, diciendo que no quera guardar los trofeos de un enemigo que poda destruir, pero no conquistar. Como quiera que se juzguen los resultados tcticos de la accin, lo cierto es que la victoria estratgica ha estado de parte nuestra, pues las fuerzas peninsulares, que aspiraban a contener a Bolvar, debern permanecer en la 33

regin de Pasto, lo que facilitar el avance de Sucre hacia Quito.

Para saber msPedro Saad Herrera escribi una breve biografa del Libertador, con un ttulo extrao: Un hombre llamado Simn Jos Antonio. Edit. ME. Quito, 2008.

Jueves, 7 de abril de 1825 (II) El gran momento de un hombre grandeLuego de la batalla de Ayacucho (ver Calendario de diciembre 9 de 1824), el hasta entonces general de divisin Antonio Jos de Sucre fue recibido apotesicamente. En la vida interna de Colombia, es el gran momento del general Sucre. Lo llenan de elogios, lo colman de honores, lo abruman con agasajos y fiestas. El 26 de diciembre, el Libertador lo designa Mariscal. Al da siguiente le entregan la Medalla de Ayacucho de oro y brillantes. El 12 de febrero de 1825 el Congreso del Per lo nombra oficialmente Gran Mariscal de Ayacucho, como se lo conocer en adelante. El mismo da el Congreso de Colombia le entrega un Escudo en seda y oro. Y, en otro decreto, la Espada de Colombia, otra vez en oro. Finalmente el Congreso del Per le obsequia un busto del Libertador, igualmente en oro. El ahora Gran Mariscal es un hombre que ha rehuido siempre esta clase de regalos y homenajes. Le parece mucho ms alto honor cuando el Libertador lo designa Jefe Militar de los departamentos del Per, primero, y Jefe Expedicionario del Alto Per (lo que ser Bolivia) ms tarde. Cuando finalmente se quedan a solas, este jueves, 7 de abril de 1825, l tambin entrega el obsequio que ha trado al general Simn Bolvar. Es algo que los dos consideran mucho ms valioso y simblico No es de oro ni tiene brillantes. De hecho, es slo un trapo antiguo, deshilachado y roto. Est sucio porque, de tan rado, ya ni siquiera es posible lavarlo. Es que tiene tres siglos Es la bandera personal de Francisco Pizarro. La misma que usaba cuando captur a Atahualpa en Cajamarca. La que iz en el Coricancha de Cuzco, como insignia de la primaca de Espaa sobre Amrica. 34

Ahora, Antonio Jos de Sucre la ha trado desde la sierra peruana y la ha puesto en manos de Simn Bolvar. La guerra ha terminado.

Para saber msEl autor de este Calendario Histrico, Pedro Saad Herrera, public, con el auspicio del Ministerio de Educacin Un hombre llamado Simn Jos Antonio de la Santsima Trinidad. Edit. ME. Quito, 2008

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El 8 de abril en la historia ecuatorianaLos sucesos sealados con asterisco son los desarrollados en artculos. Ellos no se numeran en orden cronolgico. 1822 Muere en la ciudad de Quito el Presidente de la Real Audiencia, General Juan de la Cruz Mourgeon.* 1872 Fusilamiento del Duchicela Fernando Daquilema: Rey de Cacha.** 1887 Combate en Ambato contra Veintemilla. 1917 Inauguracin Teatro Maldonado en Riobamba.

Lunes, 8 de abril de 1822 (I)Aymerich se ha hecho cargo del Gobierno

Muri el Presidente de la Real Audiencia.Este 8 de abril de 1822, mientras las fuerzas patriotas avanzan hacia Riobamba, y cuando el Libertador parece haber alcanzado un triunfo en Bombon (ver calendario de ayer), el Presidente de la Real Audiencia de Quito, Juan de la Cruz Mourgen, que recin se posesion de su cargo el 24 de diciembre pasado, ha fallecido, a consecuencia de las complicaciones de una cada que tuvo en su camino hacia la capital. Mientras el comandante patriota Antonio Jos de Sucre se halla en Alaus, y se propone encaminarse hacia Riobamba, se ha hecho cargo interinamente del gobierno el general Melchor Aymerich, de larga experiencia guerrera en nuestras tierras.

Para saber msDon Jorge Salvador Lara consigui el milagro de apretar toda la que l denomin Breve Historia Contempornea del Ecuador en un solo volumen (cierto que de 638 pginas). Edit. Fondo de Cultura Econmica. Mxico, 1994.

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Lunes, 8 de abril de 1872 (II)A los 3 meses de la ejecucin de Manuela Len

Fusilaron a Fernando DaquilemaEn medio de un grotesco ritual, que uni drama, venganza y gratuita crueldad, este lunes 8 de abril de 1872, fue fusilado en su nativa Yaruques el dirigente indgena Fernando Daquilema, cabecilla y conductor de la gran rebelin que conmovi, breve pero profundamente, toda la sierra central del Ecuador (ver calendario de enero 8).

Los Sucesos de DiciembreTodo comenz el lunes, 18 de diciembre de 1871, cuando Rudesindo Rivera, de los llamados diezmeros (aquellos que compran el derecho de la Iglesia a percibir tributos), convoc a los indgenas de la poblacin de Yaruques y, montado en una mula, se acerc a la choza de Carlos Manzano, para comenzar por l la reclamacin de los tributos. Cuando Rivera reclamaba los diezmos, y mientras Manzano regateaba el pago, se fueron reuniendo los desesperados peones en torno al diezmero, que se aterroriz, e intent huir del cerco que le haban tendido. Era tarde. Todo el odio contenido durante siglos estall contra l, y Manzano fue el primero en golpearlo con un palo; pero luego todos se ensaaron en el intermediario. Surgi entonces la figura del joven indgena Fernando Daquilema (de unos 26 aos de edad), quien contuvo a la masa e hizo que se llevaran a Rivera hasta la cumbre de un monte, donde orden que lo ataran a un palo. Cuentan que Daquilema lo mir a los ojos, y luego exclam: Ahora s, matmoslo. Porque las leyes no existen. En s misma, la sublevacin fue breve. Y slo favoreci a los indios en el combate de Punn. Por lo dems, si bien pudieron entrar a Sicalpa, ello fue slo porque los mestizos la haban abandonado para concentrarse en Cajabamba, donde batieron ampliamente a los indgenas, que atacaron sin orden ni concierto a la maana del 19 de diciembre, repitiendo el ataque a la tarde, con el mismo desastroso resultado. Y entonces sali a luz la grandeza guerrera de Manuela Len, quien 37

comand a los indios que se lanzaron contra Punn y derrotaron a los denominados milicianos, blancos y mestizos, que se haban hecho fuertes en el pueblo. Cuentan los testigos presenciales que, a ms de comandar a la poblada, la joven Len, nacida en el casero de Poenquil, con una lanza en la mano se enfrent uno a uno con el jefe de la fuerza miliciana, el teniente Miguel Vallejo, quien la esperaba con una espada de dotacin. Lucharon solos. Rodeados por las tropas del uno y otro lado. Y venci Manuela, tanto en su duelo personal cuanto en el de su causa, que ocup el pueblo de Punn. Le sac los ojos a Vallejo y los guard en su seno. El triunfo fue intil. La dirigente fue detenida poco despus y condenada a muerte, sentencia que se ejecut el 8 de enero de este ao de 1872, bajo el gobierno de Gabriel Garca Moreno que, pudoroso de haber enviado al cadalso a una mujer, uni ofensa al crimen, e hizo figurar su muerte como la de Manuel Len. Slo faltaba el propio Daquilema.

Los Sucesos de HoyA las 6 am. sonaron las dianas, y el subteniente Llerena, acompaado de un sacerdote, se lleg hasta la celda de Daquilema, para intimarle iniciar el ltimo viaje hacia Yaruques, donde deba efectuarse la sentencia. A las 8 de la maana llegaron a la plaza, donde se haba improvisado una extraa fusin de celda y capilla, lugar donde el preso deba aguardar hasta las 11, hora establecida para la ejecucin. Luego de fijar una serie de carteles condenatorios del reo y de sus actos, dizque con la intencin de amedrentar a los presuntos mulos, lo llevaron hasta un poste colocado en una esquina, donde lo ataron de pies y manos. Entonces se adelant el pregonero y ley a gritos El indgena Fernando Daquilema, natural de esta parroquia, ha sido condenado a sufrir la pena capital, por haber figurado como cabecilla principal en el motn que tuvo lugar en esta misma parroquia, de diciembre del ao prximo pasado, y en el cual le dieron el calificativo de Rey. Sigui la farsa con los redobles de tambor y el recorrido de nuevos pregoneros que, a ms de repetir la sentencia, aadan: y por ello prevengo a todos los que levantaren la voz, o de alguna manera intentaren impedir la ejecucin que se va a efectuar, que sern castigados como reos de sedicin. 38

Se le aproxim el cura y le pregunt si quera alguna gracia especial. Daquilema lo mir a los ojos y repiti lo ltimo palabra que le escuch pronunciar a Manuela Len hace exactamente tres meses: - Manapi (nada). Pero s aadi unas cuantas palabras al final, que fueron casi inaudibles, pues la descarga que deba terminar con su vida se orden en ese mismo momento, quiz con el nimo de acallar su postrera voz. - Esperen y mantengan el nimo -dijo-. Esperen y mantengan el nimo. Se alz la espada, se gritaron las voces de rigor, se puso en lnea recta el ojo del verdugo, el arma del gobierno y el cuerpo de la vctima y se hizo fuego. La masa indgena guard silencio, y lentamente se esparci por los montes. Ya saban lo que deban hacer Esperar. Y mantener el nimo.

Para saber msUn vibrante y prolijo estudio en Daquilema, Rex (ed. CCE. Quito, 1961) de don Enrique Garcs. Todava se pueden hallar unos ejemplares en los librovejeros.

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El 9 de abril en la historia ecuatorianaLos sucesos sealados con asterisco son los desarrollados en artculos. Ellos no se numeran en orden cronolgico. 1535 Establecimiento de penas para los dueos de animales en la ciudad. 1548 Batalla de Jaquijaguana.* 1788 Inauguracin de Universidad de Sto. Toms (Quito) 1884 Colegio Nacional en Ibarra . 1895 Combate en Guaranda, con participacin destacada de las mujeres alfaristas. 1895 Levantamiento en El Oro. 1896 Alfaro dicta normas de proteccin a la raza indgena. 1911 Creacin de Escuela Naval. 1948 Asesinato en Bogot de Jorge Elicer Gaitn.**

Lunes, 9 de abril de 1548 (I)En los campos de Jaquixaguana, cerca del Cuzco.

Victoria Completa de La Gasca.Ni siquiera se puede llamar una batalla, porque la cosa no pas de una estampida, que atrajo a todos los rebeldes al campo del Presidente Pedro de La Gasca, y prcticamente todos los seguidores de Gonzalo Pizarro, autoproclamado Gobernador General de Todo el Per, a quien muchos, incluso, trataban de Alteza y hasta de Majestad; proclamaron a gritos su fidelidad al Rey, cuando ayer no ms le lanzaban denuestos e improperios impublicables. As son las cosas de la poltica, y a nadie debe llamarle la atencin que este 40

lunes, 9 de abril de 1548, en los campos de Xaquixaguana (o Jaquijaguana que prefieren algunos) los espaoles hayan brindado otro espectculo tristsimo que evidencia cmo, para qu y quines son los que han venido a gobernar las tierras de Amrica.

Todo Comenz en QuitoNuestros lectores recordarn los sucesos de la denominada Batalla de Iaquito (ver calendario de enero 18), cuando las fuerzas del insurrecto Pizarro terminaron con las esperanzas del Virrey Nez de Vela de imponer el orden en estas regiones. Los gritos de combate al iniciar el enfrentamiento fueron de Libertad por parte de los sublevados y de Lealtad por parte de los defensores del Virrey, y quiz por aquellas voces hayan querido algunos entender la guerra como un choque franco entre los encomenderos independentistas y otros fervientes defensores de los derechos de la Corona. Es esto cierto? Han luchado los sublevados por su propia emancipacin de la Corona? Cabe atribuirles intenciones de completa independencia? La respuesta es s y no. Es indudable que, una vez agotados los recursos del saqueo de los templos y los rescates de los caciques principales, y al ver que no se han descubierto grandes minas de oro o plata, los conquistadores se enfrentan al hecho incontrovertible de que su fortuna ulterior slo podr provenir del abuso del trabajo de los indios, y que para ello requieren de las posibilidades de explotarlos al mximo, cosa que las llamadas Nuevas Leyes del ao 1542 tratan de evitar, humanizando en algo el trato que se les da a los conquistados. Pero tambin han comprendido que son pocos, comparados con los millones de indios que los rodean. Y saben que, de cortar el cordn umbilical que los une con la metrpoli, no podran hacer frente a una rebelin generalizada de los pueblos. En otras palabras, los encomenderos rebelados y la Corona de Madrid son socios en la inmisericorde explotacin que se ejerce sobre los indios, y sus guerras intestinas no son ms que la manera primitiva de resolver las disputas entre accionistas de la misma empresa. Los unos quieren esquilmar a los indios su capacidad de trabajo, pues sus beneficios provienen de la produccin de los naturales. El inters de la Corona, que cobra por ellos un tributo per cpita, independiente de cunto produzcan, y un Quinto Real de todo lo que se obtenga en mineras y rescates, es que los indios no sigan muriendo en la misma proporcin que esto ocurre ahora. De modo que ni libertad ni lealtad, que no son ms que palabras. Debieron haber ido al combate gritando indios, los unos, y quinto Real, los otros, pues eran aquellas sus verdaderas motivaciones. Esto es la esencia de lo ocurrido. Pero, despus de la victoria de Iaquito, la Corona envi a un representante astuto, don Pedro de La Gasca, estudiado en 41

Alcal y Salamanca, con el encargo de someter a los rebeldes, aunque deba presentarse como mediador entre los insurrectos encomenderos (ver calendario de septiembre 8 de 1544). Muy rpidamente La Gasca fue ganando adeptos entre los conquistadores, no tanto (o al menos no slo) por sus dotes de convencimiento, sino porque el propio Carlos V, al ver la resistencia que haban originado sus bien intencionadas pero inconsultas Nuevas Leyes, las derog el 20 de octubre de 1545, y la noticia lleg a estos lares en el primer trimestre del ao siguiente. Demasiado tarde para salvarle la vida al Virrey Nez de Vela, pero a tiempo para ayudar a La Gasca. Desaparecidas las causas que haban inclinado la balanza a favor de Gonzalo Pizarro, aquellos otros pensamientos de apego a la Corona y de necesidad de su proteccin, ms la inteligente poltica de La Gasca al ofrecer perdn y olvido de todos los sublevados, hicieron que muy rpidamente los mismos capitanes que hace dos aos apoyaron al gobernador, ahora se pasaran al bando del emisario Real. Entre nosotros, la cosa fue automtica. Francisco de Olmos, teniente de gobernador en Portoviejo (nombrado por Pizarro), se declar partidario del Rey, vino a Guayaquil, le dio personalmente de pualadas a Estacio, que mandaba en el puerto por encargo de los insurrectos, y Guayaquil qued a disposicin del Presidente La Gasca. En Quito, la cosa fue muy parecida. Cuando Pedro de Puelles, encomendado por Pizarro de la Audiencia, escuch lo ocurrido en nuestra ciudad, envi 300 hombres a Guayaquil, y l mismo qued desprotegido. Rodrigo de Salazar, a quien acompaaron Hermosilla, Tirado y Morillo, cayeron sobre Puelles, lo asesinaron y dejaron a Quito a rdenes de La Gasca. As fue en todas partes De Popayn sali Sebastin de Benalczar a combatir del lado del Emperador. De Chile subi el casi legendario Pedro de Valdivia. Y a La Gasca se le fueron sumando hombres de Paita y Trujillo, de Lima y Cuzco, y hasta de lugares tan remotos como Panam, Guatemala o Nueva Espaa. Y es lo mismo que ha ocurrido hoy en los campos de Jaquijaguana: cuando los ejrcitos estuvieron frente a frente, en presencia del propio Pizarro comenzaron las deserciones, y uno tras otro fueron sus capitanes dndole la espalda y virndose de campo en el mismo valle de la supuesta batalla. Seguiremos informando. (ver calendario del da de maana)

Para saber msEl mejor (y ms extenso) estudio sobre el perodo en la historiografa ecuatoriana es la Historia de la Independencia de Amrica Latina (ed. Universitaria. Quito, 1975) de don Neptal Ziga. Dos tomos muy 42

recomendables.

Viernes, 9 de abril de 1948 (II)Bogot sacudida por la reaccin popular

Mataron a Jorge Elicer GaitnEste 9 de abril de 1948, seguramente pasar a la historia colombiana con una mezcla de colores rojo y negro, pues el luto por el asesinato del lder Jorge Elicer Gaitn se ha visto aun ms ennoblecido por la espontnea e inmediata rebelin del pueblo bogotano, que protestaba contra el crimen. Gaitn, que ha mantenido una extraa y absolutamente unipersonal postura que algunos califican de socialdemcrata y otros de populista, era el lder indiscutido de una faccin del Partido Liberal, y la mayora de los observadores considera que el crimen es imputable al gobierno del Presidente Ospina, y concretamente al grupo conservador que dirige Laureano Gmez. A la 1:05 de la tarde de hoy, cuando el dirigente se encaminaba a almorzar, en compaa de unos amigos y coidearios, al Caf Automtico, un desconocido se le aproxim y descarg su revlver sobre el poltico, a quien muchos consideran el mejor orador de su poca. Las versiones curuchupas tratan de inculpar al comunismo internacional, alegando que en esta ciudad debe desarrollarse un Congreso de Estudiantes Latinoamericanos que ha organizado un joven cubano llamado Fidel Castro Ruz.

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El 10 de abril en la historia ecuatorianaLos sucesos sealados con asterisco son los desarrollados en artculos. Ellos no se numeran en orden cronolgico. 1545 Descubrimiento del Cerro rico de Potos.* 1548 Ejecucin de Gonzalo Pizarro.** 1895 Combate entre partidarios y enemigos de Alfaro en Quito. 1919 Mataron al gran caudillo mexicano Emiliano Zapata.*** 1921 Inauguracin de servicio autobuses en Guayaquil. 1958 Autoridad Portuaria en Guayaquil.

Viernes, 10 de abril de 1545 (I) Un cerro entero hecho de plataHoy, a mediados de la tarde, al indio Huallpa se le escap una llama del hato que l deba cuidar a muy gran altitud (unos 3,976 metros sobre el nivel del mar) en la parte oriental del Alto Per. Como Huallpa no pudo hallar al animal extraviado, se acurruc en la puna e inici una fogata para protegerse del fro. Su sorpresa fue enorme al ver, al reflejo de su hoguera, que todo el monte brillaba con un deslumbrante color plateado. Cuando se acerc para certificar lo que l consider un milagro, pudo comprobar que, efectivamente, se trataba de plata pura. Baj corriendo al pueblo ms cercano, una pequea aldea llamada Potos, para dar parte del hallazgo de lo que seguramente es una enorme mina del precioso metal. (ver Calendario del octubre 10 de 1825)

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Martes, 10 de abril de 1548 (II)Era de esperarse, por las crueldades de la guerra civil.

Mataron a Gonzalo Pizarro y Francisco de Carvajal.Nadie se habr sorprendido de las ejecuciones, porque, luego de la derrota de ayer (ver calendario), todos esperaban que la sentencia de muerte para los insurrectos se llevara a cabo este martes, 10 de abril de 1548 en las personas de Gonzalo Pizarro y sus principales seguidores. Condenado a ser decapitado, Pizarro lleg a la plaza donde deba ejecutarse la sentencia, y dando pruebas de una fe cristiana que bien hubiese hecho en demostrar en el curso de su vida, pidi de ltima voluntad que se dijesen unas misas por el descanso de su alma y, al salir al patbulo, tom en sus manos una imagen de la Virgen y la invoc con fervorosas plegarias. Pensara en sus ltimos momentos en el Virrey Nez de Vela, a quien el propio Pizarro mand a degollar en Quito, luego de su victoria de enero de 1546? (ver calendario de enero 18) Porque aquel da Gonzalo Pizarro visti de luto por el Virrey a quien l mismo haba condenado, quiz porque es una tradicin familiar hacerlo, ya que su hermano Francisco hizo lo propio cuando mat a Atahualpa, y su otro hermano Hernando tambin visti de luto por Almagro, al que haba condenado a morir. O habr rememorado las acciones de ayer, cuando, al decir de un testigo de privilegio, todos sus antiguos compaeros lo fueron abandonando en sus mismas narices, pues el primero que se pas al campo del Presidente fue Garcilaso de la Vega; siguile al poco rato el famoso licenciado Cepeda que, metiendo espuela a su caballo, huy corriendo a toda furia y se present a La Gasca. Pizarro, asombrado, quiso todava probar fortuna, y se esforzaba por pelear denodadamente, mas en vano, porque aquello no era combate, sino manifiesta desercin. Pensara en aquello, o en los miles de indios que partieron de Quito junto con l a la conquista del mtico Pas de la Canela, casi exactamente hace 7 aos (ver calendario de marzo 22), y a los que llev a una muerte inmisericorde, slo para verse despus abandonado por Francisco de Orellana? Recordara aquello, o ms bien el retorno derrotado a Quito, el 16 de junio 45

de 1543 (ver calendario), cuando lleg con slo 80 hombres de los casi 3,000 con los que haba partido? En qu piensan los hombres al llegar al cadalso? En qu habr pensado el primer oficial de Pizarro, Francisco de Carvajal, a quien todos apodaban El demonio de los Andes, quien fue ajusticiado despus de su jefe a pesar de haber cumplido ya los ochenta aos, pese a lo cual segua diciendo donaires y gritando insultos hasta el momento mismo de la muerte? Habr recordado sus primeros combates, todava en vida de los Reyes Catlicos, antes de terminar el siglo XV, cuando fue a las guerras de conquista de Italia siguiendo al legendario Gran Capitn, don Gonzalo Fernndez de Crdoba? O sus memorias se habrn dirigido un poco ms al tiempo actual, cuando sigui a otro adalid de la bravura, don Hernn Corts, con el que pas la Noche Triste antes de entrar en la casi mitolgica Tenochtitln? O, saltndose en el tiempo, habr preferido que su ltima imagen fuese la del tercero de los inmortales a quien le cupo acompaar, Francisco Pizarro, con quien resisti en el mismo Cuzco donde ahora lo mataban las embestidas del Inca Manco Cpac II, que trataba de reconquistar la capital de sus ancestros? En qu piensa esta clase de hombres cuando llega al cadalso? Y ltimamente los hemos tenido de sobra, porque si toda guerra es cruel, ninguna supera en maldad a una guerra civil, porque, siendo los mismos, todos saben dnde duele ms y cundo. Y hay ms traicin que arrojo en los combates, aunque nadie pueda saber en una contienda civil quin es el leal y cul es el traidor. Y en esta guerra civil se ha aadido bellaquera a la traicin, y como ejemplo tal vez basta contar que un soldado de Pizarro, un tal Martn Robles, despus de la batalla de Iaquito, descubri a quien haba sido su jefe, Francisco Morn, ahora un anciano, que deambulaba desnudo por el campo del combate, y baj de su caballo, lo cubri con una manta, lo hizo montar a la grupa y slo era para llevarlo donde estaban sus amigos, embriagndose en torno a una fogata, y all lo descubri, para que todos se burlaran de las flccidas vergenzas seniles de un hombre de 73 aos de edad. Y sirven estos combates fratricidas para calmar ambiciones de minsculos poderes, como hizo en Quito el fraile mercedario Pedro Nez (que andaba con Pizarro), que dio de golpes con la espada al viejo Comendador de su Orden (que haba sido neutral), para que lo desterraran y quedarse l con el puesto. O son buenas las guerras para saciar venganzas o celos personales, como lo hizo un canallita contra don Sancho de la Carrera, slo porque quera yacer con su mujer, lo que no pudo conseguir, porque otro ya la haba secuestrado. Y as pas en Quito con un muchachn portugus de apellido Oliveira, a quien Gonzalo Pizarro pag para que intentara asesinar a Nez de Vela, y el espa se llen a tal punto de zalameras, que todos llegaron a dudar de la 46

virilidad del Virrey, porque este Oliveira se meta en su tienda para calentarle los pies, y le brindaba zarzamoras para que refrescase la boca, hasta que descubrieron el plan de asesinato, y le dieron tormento, y confes, y lleg al colmo de la villana al pedirle a su presunta vctima que le perdonase la vida y que, a cambio de ella, l se comprometa a matar a Gonzalo Pizarro, que era quien originalmente lo haba mandado a acuchillar al otro. Piensan en esto los hombres que marchan al cadalso?

Para saber msA ms de la Historia de la Independencia de Amrica Latina (ed. Universitaria. Quito, 1975) de don Neptal Ziga que recomendamos ayer, hay un estupendo relato en la esencial Historia General de la Repblica del Ecuador de Federico Gonzlez Surez (ed. Ariel -tomo 39 de la coleccin Clsicos- Guayaquil, s/f).

Mircoles, 10 de abril de 1919 (III) Mataron a Emiliano Zapata.MEXICO.- El lder del agrarismo mexicano, general Emiliano Zapata, muri hoy a manos de tropas del gobierno de Venustiano Carranza. El coronel Jess Guajardo, actuando bajo instrucciones del general Pablo Gonzlez, fingi querer sumarse a las fuerzas zapatistas, y le dio cita al general en la hacienda de Chinameca (Morelos), donde las tropas lo esperaban para acribillarlo a tiros, como sucedi en efecto. Nacido en agosto de 1879, Emiliano Zapata se inici como un dirigente pacfico; pero, luego que sus reclamos a nombre de los indgenas fueran rechazados a tiros y l mismo apresado, decidi tomar en sus manos la justicia social, y en 1909 ocup las tierras de su nativa Anenecuilco y las reparti entre los campesinos. Como es fcil suponer, su nombre se transform pronto en una leyenda entre los campesinos, pero tambin los polticos tradicionales buscaron su apoyo, y Francisco Madero, un hacendado populista, lo logr, y Zapata reuni sus fuerzas, que ya sumaban unos 5,000 hombres, y tom la ciudad de Cuernavaca, capital del Estado de Morelos. Era marzo de 1911. El dictador Porfirio Daz renunci y escap a Europa, y Madero asumi el poder en noviembre de ese ao.

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Cuando Madero trat de sobornar a Zapata para que ste dejara sus planteamientos de reforma agraria, el general campesino se reuni con un maestro de escuela, don Otilio Montao, y redactaron el denominado Plan de Ayala, que puede resumirse en la consigna con la que volvi al combate: Tierra y Libertad. La presin popular armada se mantuvo, y los cambios de gobierno se sucedieron, contabilizndose 9 gobiernos en los ltimos 8 aos. Todos intentaron lo mismo: comprar, seducir, acallar o asesinar a Emiliano Zapata, y todos obtuvieron la misma respuesta negativa del gran lder, que lleg a ocupar la capital el 24 de noviembre pasado, con sus fuerzas, que ya sumaban 25,000 hombres. Fue entonces cuando Venustiano Carranza llam al general Gmez y le dio la orden que ste transmiti al coronel Guajardo. Paz en la tumba del gran caudillo mexicano.

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El 11 de abril en la historia ecuatorianaLos sucesos sealados con asterisco son los desarrollados en artculos. Ellos no se numeran en orden cronolgico. 1511 Viaja a Amrica Sebastin de Benalczar. 1790 Cobros de aduanas, nepotismo y geopoltica en Guayaquil.* 1822 Cuenca se anexa a Colombia. 1830 Juan Jos Flores ordena reunin del Congreso para constituir la Repblica. 1851 Cantonizacin de Tulcn (Carchi) 1898 Casa de Maternidad en Quito. 1928 Se crea Instituto Geogrfico Militar. 1967 Cantonizacin de Mera (Pastaza) 1967 Se crean Cortes Superiores.

Domingo, 11 de abril de 1790Pide la anexin de Guayaquil a Lima.

El Resentimiento Poltico del Administrador de Aduanas.Todo el mundo est de acuerdo en que no tiene base legal ni econmica ninguna, pero este domingo, 11 de abril de 1790, el Administrador de la Aduana, don Miguel Garca de Cceres (ver aclaracin necesaria), se ha dirigido a la oficina del Virrey de Lima, pues el secretario del mismo, seor Dionisio Franco, le haba pedido que informara sobre las ventajas o inconvenientes que resultaran de la agregacin de esta provincia de Guayaquil al Virreinato de Lima, en caso de efectuarse. El Administrador afirma en su misiva que ste es un tema que se discute con ardor, pues hay un partido a favor y otro en contra. 49

Es exagerado. Nuestros lectores saben bien que, despus de la Real Orden del 5 de junio de 1789, por medio de la cual se liber el comercio, el cacao guayaquileo ya puede llegar a Acapulco y, desde all, a toda la Nueva Espaa, de modo que los principales reclamos econmicos de los vecinos de nuestra ciudad han desaparecido. No as los reclamos polticos, que son los que expresa el Administrador Garca de Cceres. En efecto, el propio y poderossimo Ministro de Indias, don Jos de Glvez, ha sido un permanente protector del ex-Presidente de la Real Audiencia, Jos Garca de Len y Pizarro, quien ocup el poder desde el 23 de noviembre de 1778 hasta bien avanzado el ao 84. Gracias a la proteccin del Ministro, el Presidente pudo establecer un rgimen de nepotismo completo en el pas. Nombr como Gobernador de Guayaquil a su hermano, don Ramn Garca de Len y Pizarro, desde 1779, quien se qued en el cargo hasta ser sustituido por el actual Gobernador Aguirre, el 18 de marzo de este ao de 1790. En sus inicios de gestin, el Gobernador Len y Pizarro fue muy bien acogido, por los malos hbitos de su antecesor (ver calendario de octubre 14 de 1779). Como recordarn los lectores, desde las primeras disposiciones del nombramiento ya eran extraas, y slo se justificaban por las arbitrariedades imperantes

El Inefable Coronel UgarteAlgunas de las disposiciones de la Audiencia parecern ociosas u obvias a cualquiera que no viva en Guayaquil, pues no de otra forma puede entenderse que se exija al Gobernador (art. 22) que honre al Teniente de Gobernador, y mucho peor (art. 23) que se asesore con l, cosa que parece evidente a cualquiera, sin necesidad de ser especialista en administracin pblica o privada. Pero es que el anterior Gobernador, el coronel Francisco Ugarte, no slo que no mantena cordiales relaciones con su segundo, sino que lo insultaba en pblico, y que lleg al extremo de pegarle varias bofetadas en presencia de algunos vecinos, por lo que dicho funcionario, Guerrero y Marnara, se quej ante la Audiencia. Nuestro coronel, a quien se podr acusar de todo, menos de hipcrita, nunca hizo un secreto de su mala opinin de todos los caballeros de la ciudad; consideraba que no exista ninguna dama, y no se detena en censurar las disposiciones del Presidente de Quito al primer trago; del Virrey de Santa Fe al tercero; del Ministro de Indias al quinto y, segn se ha comentado en las tertulias, del propio Monarca cuando alcanzaba el sexto trago sin quedarse dormido. 50

A pesar de sus casi 80 aos de edad, su moral privada era igualmente escandalosa. Dej abandonada a su esposa, doa Petronila de Santistevan y Zuloaga, y conform un amplsimo serrallo en Guayaquil. Y todo a gritos. Llevaba a las damiselas a su casa, que est ubicada en el centro de la ciudad, y hasta altas horas de la noche segua el fandango, escandalizando a la poblacin, que no se atreva a intervenir por el cargo de don Francisco. Quien s se quej fue el Obispo Sobrino y Menacho, y no porque le llegaran las quejas de sus feligreses, sino porque l mismo viva frente a la casa del Gobernador y en su escrito dice que ha debido ser testigo muchas veces, en el balcn que da a la calle, de unas escenas que el buen curita llama patticas a cargo del coronel Ugarte y una cualquiera de sus amigas, sobre todo una tal Juana Cepeda, que es algo as como su favorita. Esta Cepeda, y algunas de sus amigas, haban rodeado de tal forma al Gobernador Ugarte, que ellas eran consideradas sus verdaderas asesoras y cobraban abiertamente por el trfico de sus influencias. Por eso es que en las calles y plazas de la ciudad abundaban las mesas de rifas y otros juegos de azar, que estn prohibidos. Se dice que los cargos pblicos se han concedido no por mritos, sino a quien los pagara mejor o al que consegua el respaldo de las amiguitas de don Francisco.

Un sucesor de xitoPor estos antecedentes se recibi muy bien a Len y Pizarro; pero no tard mucho en ponerse de manifiesto el carcter desptico del mismo, amparado en la autoridad central de su hermano, quien a su vez se amparaba en su protector de Madrid. Cuando se anunci la separacin de su cargo del Presidente Len y Pizarro, todo Guayaquil respir; pero aquello dur poco Como sucesor se nombr en la Presidencia a Juan Jos de Villalengua y Marfil cuado de los odiados hermanos Len y Pizarro.

Para saber msLa editorial Siglo XXI (Madrid, 1974) public (a precios relativamente mdicos) una estupenda coleccin de Historia de Europa. En esa serie hay La Europa del Antiguo Rgimen (1715-1783) de David Ogg. Para el caso ecuatoriano, es apasionada y ardorosa, pero clara y objetiva la visin que ofrece Jorge Villalba F. (S.I.) en la general Historia del Ecuador que public editorial Salvat en Navarra, en 1980. En el N 38 (ao XXI) de los Cuadernos de Historia y Arqueologa (ed. CCE. Guayaquil, 1971) hay un exhaustivo estudio de la Dra. Dora Len Borja y Adam Szaszdi sobre el tema de la jurisdiccin guayaquilea en la colonia.

Aclaracin Necesaria:51

La carta de Garca de Cceres a Cceres tiene fecha octubre 13 de 1790. La carta de Franco a Garca de Cceres es de este da. Dejamos la noticia pa