La Pasión de Rafael Alconétar

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Page 1: La Pasión de Rafael Alconétar

La Pasioacuten de Rafael Alconeacutetar

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krk ediciones middot tras 3 letras middot 59

al cuidado de la edicioacuten benito garciacutea noriegacubierta olaya garciacutea fernaacutendez

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Mario Martiacuten Gijoacuten

La Pasioacuten de Rafael Alconeacutetar (Novelaberinto)

krk ediciones 2021

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copy Mario Martiacuten Gijoacutencopy ilustracioacuten de cubierta Floripes por M Dumańska

copy de esta edicioacuten Krk Edicioneswwwkrkedicionescom

Aacutelvarez Lorenzana 27 33006 Oviedoisbn 978-84-8367-723-0

dl as-1921-2021Grafinsa Oviedo

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Todo sucede y todo se desbarranca desde las ga-nas de decirlo

Fogwill

El que quiera ver mi muertetraiga una luz encendida

Romance anoacutenimo

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mdash11mdashsusana cordero | susana cordero

1Dicen que Rafael Alconeacutetar murioacute treinta y tres antildeos despueacutes de su

nacimiento bajo un sol de injusticia y las pedradas del grupo de conju-rados al calor de la verguumlenza rencorosa que habiacutean ido suscitando sus insolencias Dicen que alliacute quedoacute tendido en una pendiente apuntildealada de pizarras y decorada de cagajones quizaacutes amarrado al aacutespero tallo de una retama puesto que nadie le tomoacute la mano en su hora final Por mi parte su recuerdo quedaraacute siempre unido a una eacutepoca increiacuteble en que aquella ciudad adormecida desde hace siglos a la sombra de sus torreo-nes y al sabor de lo acostumbrado se vio sacudida por la furia indoma-ble de vivir la alegriacutea del placer desatado el hambre de la belleza y la rebeldiacutea de un puntildeado de conciencias enardecidas por su palabra

2Fueron diacuteas que aunque no tan lejanos he intentado olvidar Creo

que puedo afirmar estar razonablemente satisfecha con mi vida y con lo que he logrado hasta ahora a costa de tantos sacrificios El trabajo en este instituto de la periferia adinerada me ha dado una estabilidad e independencia que valoro cada vez maacutes al permitirme ser yo misma sin rendir cuentas a nadie La desaparicioacuten de Rafael puso fin a mis ilusiones como escritora y tambieacuten a otra manera de ser mujer en la que habiacutea creiacutedo y que vista desde hoy me resulta maacutes que ajena Del mismo modo que me fui distanciando de mis antiguos compantildeeros del taller quienes me recordaban demasiado a coacutemo era yo por aque-llos tiempos

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mdash12mdash susana cordero

El trato con adolescentes me ha obligado a forjar unas defensas de las que careciacutea en aquella eacutepoca de princesa vulnerable He de confesar que ya no escribo Leo mucho eso siacute No hay mes que deje pasar sin acercarme a la Cuesta de Moyano En algunas eacutepocas sobre todo en primavera voy varias veces a la semana Fue un diacutea de esos poco antes del 14 de abril y con los estantes cubiertos de rescates de republicanos exiliados cuando en un puesto mi vista se posoacute sobre un cuadernillo rosado encuadernado con dos sencillas grapas y que llevaba el tiacutetulo de El Gerifalte Por unos segundos mis ojos se quedaron alliacute clavados y lo siguiente que sentiacute fue mi corazoacuten galopando seguacuten me acercaba tomaba el pequentildeo boletiacuten entre las manos lo abriacutea por la paacutegina terce-ra Ahiacute estaba el laquocadaacutever exquisitoraquo firmado con nuestras iniciales r a s c p m d chellip Rafael me habiacutea concedido el honor y el reto de continuar sus extrantildeos versos iniciales laquoEn la inmanencia de esta tarde de necios solemnes de voces viciadas das tu permiso sentildeor decano no haremos nada sino el gerifalteraquo Yo habiacutea continuado des-mantildeadamente laquoTe lo doy excelso caballero robador de los rebeldes alumnos des lo que quieras rastreado entre suentildeos de un gerifalteraquo Mientras lo leiacutea reiacutea para mis adentros recordando coacutemo nos dester-nillaacutebamos laquohaciendo el gerifalteraquo Paseacute entonces a la paacutegina quinta y vi la primera escena de la Comedia de los gerifaltes escrita a dos manos entre Rafael Alconeacutetar y Pedrito Muntildeoz el maacutes talentoso de los talleris-tas y que se pasoacute varios meses el pobre buscando un seudoacutenimo para remplazar su poco brillante apellido

mdashiquestCuaacutento es mdashpregunteacute al vendedormdashCincuenta euros mdashme dijo imperteacuterritoLos pagueacute sin rechistar Cuando iba a marchar me detuvemdashiquestDe doacutende sacoacute esa revistamdashNi idea sentildeora iquestPor queacute iquestLe interesamdashSiacutehellip Me gustariacutea conseguirla completa si es posiblemdashVereacute queacute puedo hacer Aunque no creo que sea faacutecilSiacute y ya te lo cobraraacutes caro penseacute deseando con fuerza que tuviera

suerte en sus pesquisas

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mdash13mdashpedro muntildeoz

3mdashiquestPedrito mdashuna voz en principio desconocida preguntando por

miacute usando el apelativo que se permiten quienes creen que pueden ha-cerlo es decir todo el mundo

mdashSiacute mdashcontesteacute con algo de rabia en la voz sin saber auacuten con quieacuten hablaba

mdashSoy Susana mdashy como si fuera necesario especificar o temiera ante mi silencio perplejo que hubiera olvidado queacute mujer combinaba ese nombre y esa voz antildeadioacute mdashSusana Cordero

Ese fue el inicio de una conversacioacuten cuyo objetivo direccioacuten y significado me resultaron un enigma de principio a fin No podriacutea dormir tranquilo en los proacuteximos diacuteas en las semanas siguientes quizaacutes despueacutes de escuchar la voz tan caacutelida como siempre de Susa-na sus inflexiones para coger aire que repercutiacutean en mis oiacutedos con eco de jadeos y que me haciacutean perder el hilo de lo que me estaba diciendo para enredarme en la madeja de mi deseo insatisfecho en-redado a traveacutes de tantos encuentros y desencuentros pasados siem-pre a punto creiacutea yo de entregarnos a la invasioacuten gozosa de nuestros cuerpos

Pero mi excitacioacuten recibioacute un primer jarro de agua friacutea al saber que la llamada de Susana no era sino para hablarme de Rafael Alconeacutetar Nuestro maestro el uacutenico que tuvimos y que nos ensentildeoacute en unos cuan-tos pero intensos meses maacutes de lo que aprendimos en los cuatro antildeos de carrera en aquella ciudad en la que fuimos joacutevenes y creiacutemos en ideales que preferimos olvidar despueacutes aquella ciudad donde fuimos inmensa-mente desgraciados pero tambieacuten ferozmente felices y donde al final la pequentildea eacutepica se consumioacute en infamia

No pude conciliar el suentildeo aquella noche hasta muy tarde y al diacutea siguiente mi trabajo en la redaccioacuten se me hizo pesado como nunca Llegueacute a mirar con asco la maqueta del proacuteximo nuacutemero de esta publi-cacioacuten balompeacutedica de la que obtengo mi sustento Si Rafael Alconeacutetar me viera ocupado de esta guisa iquestqueacute pasariacutea por su cabeza Concluiriacutea que se equivocoacute conmigo que erroacute en sus pronoacutesticos sobre aquel joven

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mdash14mdash susana cordero

que fue el primero en incorporarse a su taller y que siguioacute sus hazantildeas con fidelidad de lugarteniente o escudero

He pensado mucho en ellos Rafael y Susana estos diacuteas maacutes en Su-sana por las noches entre saacutebanas sudorosas maacutes en Rafael entre orde-nadores e imaacutegenes de goleadores triunfantes y guardametas pesarosos Aquiacute sobra decirlo soy solo Pedrito el maquetador y cotejar esta reali-dad con las cualidades que vio en miacute aquel ser contradictorio me suscita una congoja difiacutecil de soportar Estuve a punto de echarme a llorar en los aseos y si me contuve fue por miedo a que alguien me escuchara y pasara a ser Pedrito el raro No eacutel no me llamaba Pedrito sino Muntildeoz y me dijo laquoTuacute seraacutes el verdadero Muntildeoz de las Letras espantildeolasraquo Yo le creiacute y habida cuenta de lo que soy ahora me siento maacutes traidor a su palabra que a miacute mismo

4No lo habiacutea notado al hablar por teleacutefono pero cuando quedamos

unos diacuteas despueacutes se me hizo evidente Pedrito sigue colado por miacute Por eso volviacute de aquel encuentro algo cargada de tensioacuten Habiacutea ido todo bien y eacutel se habiacutea mostrado dispuesto a ayudarme en mi buacutesque-da Estaba muy cambiado Casi calvo con ojeras Por supuesto no ha-biacutea aumentado de estatura y como si no pudiera aceptarlo llevaba ropa de una talla superior a la que le corresponde Se me quedoacute mirando al despedirnos iquestQueacute esperaba que le diera un beso Queacute absurdo Pero llegueacute a casa y no podiacutea dormirme aunque al diacutea siguiente tuviera que madrugar Para intentar calmarme quise evocar a Rafael y recordeacute la sesioacuten del taller dedicada a la autobiografiacutea donde nos obsequioacute con esa gema de conmovedora belleza sus recuerdos de infancia en el pueblo fronterizo donde nacioacute Echando bruscamente a un lado el edredoacuten me levanteacute y fui a mi despacho Entre carpetas y cartapacios de aquel antildeo magniacutefico debiacutea estar auacuten ese texto Pero no lo encontreacute hasta diacuteas despueacutes cuando ya habiacutea iniciado mi buacutesqueda mi inmersioacuten en ese pasado del que habiacutea querido desprenderme como si pudiera cual ser-piente cambiar de piel y seguir reptando como un ser nuevo

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mdash15mdashpedro muntildeoz

5No pude contenerme En lugar de irme a la cama a pesar de la hora

agarreacute el moacutevil y entreacute en facebook iquestQueacute hubiera opinado Rafael Alco-neacutetar de esta hidra azulada que nos devora el tiempo a traveacutes de las mil bocas de hipoteacuteticos amigos que no escupen sino imaacutegenes y palabras que pudieacuteramos haber pescado en la red nosotros mismos Al recordar-lo mal que me pese intento imitar su estilo pero sin su gracia y altura de miras Sin su sinceridad sobre todo iquestQueacute sentido tiene condenar una herramienta a la que soy adicto aunque sea maacutes bien como espec-tador miroacuten pateacutetico voyeur dudando veinte veces antes de colgar un libro o una cancioacuten que me han gustado Escribiacute laquoSusana Cordero Gi-meacutenezraquo y alliacute estaba de perfil en blanco y negro El resto de sus fotos solo las veriacutea si aceptaba mi solicitud de amistad

iquestQueacute hacer Si me dejaba llevar a ella se le hariacutea evidente que busca-ba algo y comprobariacutea que habiacutea estado mirando su perfil a las tres y media de la madrugada hora a la que las personas equilibradas suelen estar durmiendo Lo hice a pesar de todo Solo habiacutea que pulsar con un dedo sobre el icono apropiado Ojalaacute gestos tan nimios hubieran bastado en otras eacutepocas Si con mover un dedo hubiera bastado para acercarme a ella y envolverla en mis brazos besarla en aquel portal bajo la lluvia como imagineacute aquella noche que la acompantildeeacute a su piso La excitacioacuten trepa tras mi piel al evocar esas acciones que nunca suce-dieron pero que tienen maacutes consistencia que la tibia y amarga realidad biograacutefica

El taller siacute Lugar maacutegico donde llegaacutebamos a momentos de acerca-miento que yo sentiacutea tan especiales y que sin embargo se daban solo a la sombra de nuestro maestro Como si de no estar eacutel no hubiera ninguacuten pretexto para acercarnos con esa complicidad Como si cuando eacutel se iba tuvieacuteramos que comportarnos como dos seres distantes simples compa-ntildeeros de clase unidos por el azar y entre los que no se justificaban las efu-siones sentimentales iquestY ahora iquestSeriacutea la buacutesqueda de Rafael la bendita excusa para unirnos al fin Despueacutes de todo quizaacutes no hubiera hecho mal enviaacutendole esa solicitud desde mi piso solitario y destartalado

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mdash16mdash isabel cardentildeosa

6Enviado el 13052019 1143 h

Estimada SusanaAcuso recibo de su correo del pasado jueves al que no habiacutea podido con-

testar hasta ahora Desgraciadamente me temo que no podreacute dar respuesta a la mayoriacutea de las preguntas que me plantea En efecto fui compantildeera de departamento del profesor Rafael Alconeacutetar Nuestro trato fue cordial en las ocasiones en que coincidimos Si no llegamos a adquirir maacutes confianza ello se debioacute sin duda a su tortuosa manera de ser

Quizaacutes no sepa usted que Rafael habiacutea sido alumno miacuteo antildeos atraacutes Pero aquel muchacho tiacutemido y aplicado habiacutea vuelto muy cambiado del extran-jero Durante el periodo anterior nos habiacutean llegado noticias de sus andan-zas por Italia que seguiacuteamos con la atencioacuten que corresponde a un antiguo disciacutepulo Me sorprendioacute enterarme de su regreso por la puerta grande y teniacutea cierta curiosidad por verlo despueacutes de tantos antildeos

Pero pronto me vi defraudada Contra lo que es habitual en esta casa no vino a saludarme para que pudiera darle la bienvenida y la enhorabuena Creo que es lo natural cuando alguien llega a un sitio presentarse a quienes van a ser tus compantildeeros En su caso nos rehuyoacute desde el primer momento ignoro por queacute razones Daba la impresioacuten de creerse mejor que nosotros Luego nos percatamos de que preferiacutea tratar con los alumnos Mientras que a miacute me saludaba con un laquohasta luegoraquo y una sonrisa que encubriacutea su hui-da varias veces lo observeacute departiendo animadamente con alguna alumna Esa cercaniacutea con los estudiantes sobre todo de sexo femenino contrastaba con su frialdad hacia nosotros

En cuanto al taller literario que menciona cuando supe de esa iniciativa mi primera reaccioacuten fue de disgusto por considerarla pretenciosa Si algo asiacute no habiacutea sido organizado en maacutes de veinte antildeos por Miguel Aacutengel Pepe Raimundo o Joseacute Luis me pareciacutea impropio que eacutel quisiera montarlo nada maacutes llegar Como si supiera maacutes que nosotros y quisiera demostraacuter-noslo No puedo negar que aquella iniciativa fue tema de conversacioacuten aunque yo no me implicara pues no me gusta hablar de los ausentes No me extrantildeoacute cuando supimos que el inicio del taller se postergaba por fal-

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mdash17mdashjoseacute mariacutea cambroacuten

ta de interesados Pero cuando pensaacutebamos que habriacutea dado carpetazo al asunto nos enteramos de que habiacutean dado comienzo las sesiones con solo cuatro participantes dos chicos y dos chicas Sentiacute laacutestima por Rafael y por el esfuerzo que dedicaba a un combate perdido de antemano

El resto ya es suficientemente conocido Cuando empezaron con aque-llas laquoacciones literariasraquo sentiacute una gran pesadumbre la que sentimos al ver un talento desperdiciado Nunca lo critiqueacute al contrario que alguacuten compa-ntildeero que opinoacute que Rafael habiacutea perdido la chaveta Huelga recordar coacutemo terminoacute todo

En fin pensaba ser breve y ya ve usted En cualquier caso me satisface comprobar que el nombre de Rafael Alconeacutetar no ha caiacutedo completamente en el olvido a pesar de lo triste y doloroso de su caso Espero haberle servi-do de ayuda pese a todo

Un saludo afectuosoIsabel Cardentildeosa

7Enviado el 16052019 2201 h

Querida amigaAntes de nada queriacutea agradecerle sus amables palabras sobre mis poe-

marios Celebro que le hayan gustado y si le faltase alguno de mis tiacutetulos haacutegamelo saber para que se lo enviacutee sin dilacioacuten con la correspondiente dedicatoria por supuesto

Por el contrario no seacute si podreacute serle de ayuda en cuanto a las dudas re-lacionadas con su estudio sobre laquovanguardias postmodernasraquo tiacutetulo muy llamativo pero cuyo objeto preciso se me escapa harto como estaacute uno de que le den gato por liebre Quizaacute pueda usted solventar mis dudas en la introduccioacuten a su ensayo

He de decirle que para miacute el debido respeto a los difuntos no justifica una valoracioacuten desmedida post mortem sin relacioacuten con los meacuteritos reales de una obra literaria y mucho me temo que usted haya podido incurrir en esa antildeagaza tan comuacuten del escritor maldito fallecido antes de poder cum-plir con una obra que hubiera sido revolucionaria Un mito muy poderoso

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mdash18mdash joseacute mariacutea cambroacuten

seguramente con causas profundas en nuestro subconsciente y que qui-zaacutes proyecte usted sobre la persona de Rafael Alconeacutetar Para miacute aunque apenas lo leiacute sus libros carecen de intereacutes Y en cuanto a mi relacioacuten con eacutel puedo calificarla de inexistente Con todo y apelando a su discrecioacuten le contareacute el uacutenico recuerdo que tengo de eacutel que me parece ilustrativo de coacutemo quiso suplir con el escaacutendalo las carencias de su pluma

Todo partioacute de mi ingenuidad al considerar que a un profesor de lite-ratura recieacuten llegado a esta ciudad podriacutea interesarle mi obra que como usted sabe ha sido publicada en editoriales de renombre ademaacutes de recibir dos premios sobre cuya limpieza no hay ninguacuten geacutenero de dudas Le envieacute corteacutesmente dedicados mis dos uacuteltimos libros de por entonces Dudas y rompecabezas y Biografiacutea apoacutecrifa de Espinete Dos semanas despueacutes reci-biacute un sobre acolchado de remitente desconocido Al abrirlo halleacute los dos libros que habiacutea enviado al tal Alconeacutetar Mi perplejidad ante lo extrantildeo de esa devolucioacuten se mudoacute en coacutelera cuando no seacute por queacute en lugar de devolver mis libros a su hueco en la estanteriacutea se me ocurrioacute hojearlos Al dorso de la paacutegina habiacutea una laquocontra-dedicatoriaraquo que rezaba esta igno-minia laquoA Joseacute Mariacutea Cambroacuten el pompier maacutes putrefacto de la ciudad y parte de la provinciaraquo Seguacuten iba pasando las paacuteginas iba quedaacutendo-me mareado de oscilar entre la coacutelera y la tristeza al ver coacutemo mis versos habiacutean sido completados con coletillas burlonas glosados a pie de paacutegina con cuchufletas procaces e ilustrados con vintildeetas a plumilla que preten-diacutean convertir en imaacutegenes mis palabras En el colofoacuten habiacutean escrito un laquocontra-agradecimientoraquo en el que se haciacutea un burdo juego de palabras con mi apellido

Pero si toda esa patochada me sentoacute mal peor reaccioneacute al descubrir que el segundo de mis libros habiacutea sido reducido a la mitad de sus paacuteginas Tan baacuterbara mutilacioacuten se justificaba en un laquoprefacioraquo que cito con el martiri-zado libro ante miacute laquoEn un acceso de hilaridad el compantildeero Muntildeoz ver-tioacute una jarra de jugo de cebada sobre la mesa de reuniones Ante la carencia de servilletas recurrimos a las paacuteginas de este libro que asiacute desempentildearon un uacutetil cometido y se redimieron de tanta tonteriacutea como se habiacutea impreso sobre ellas Usemos el papel de manera responsableraquo

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mdash19mdashyumiko season | de las Sangradas escriaturas de alconeacutetar

Creo que lo que le estoy contando le daraacute un idea de quieacuten era Rafael Alconeacutetar y la pandilla de chiquillos rencorosos que le seguiacutea el juego Yo dudeacute en denunciarlos o tirarles alguna pulla en mi blog pero penseacute que con ello solo provocariacutea su regocijo Tampoco comenteacute con nadie esa broma pesada aparte de con mi esposa Todo esto no obsta para que lamentara su traacutegica muerte quizaacutes fruto de provocaciones auacuten maacutes graves que sin em-bargo como comentaba al principio no lo convierten en un buen escritor Pero eso ya queda a su juicio de criacutetica e historiadora de la literatura

Reciba un cordial saludoJoseacute Mariacutea Cambroacuten

ps Haacutegame saber sus sentildeas para el enviacuteo de mis libros ya sea los que le falten o los proacuteximos en publicarse destacadamente la antologiacutea que en breve va a sacarme la Diputacioacuten

8Enviado el 21052019 933 h (utc + 9)

Estimada SentildeoraGracias por el correo de usted Siacute he conocido a Rafael Alconeacutetar Yo

estaba su chica por un tiempo Estaba en su ciudad para aprender espantildeol por seis meses Nos conocimos en facultad despueacutes de cursos de espantildeol A eacutel gustaba yo mucho mi pelo y mi cuerpo Eso deciacutea A miacute gustaba mucho sus ojos y forma de tocarme No me importa decir porque usted no me conoce y nunca veraacute Escribioacute poema para miacute pero no entendiacute muy bien Peleamos un diacutea y no hablamos maacutes Yo soy orgullosa Lo vi con otra mujer Poco despueacutes volviacute a Japoacuten Espero que no es verdad que murioacute Quizaacutes fue lejos a otro paiacutes

Saludos cordiales a ustedYumiko

9Era para miacute el lugar maacutes importante del universo Sentado en la

pendiente a la orilla del manso riacuteo de aguas verduscas encajonado entre taludes de pizarras se extendiacutean los brazos hercuacuteleos de aquel

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mdash20mdash dolors cavalls

imponente animal de piedra que abrazaba las dos orillas y salvaba el abismo Cuaacutentas horas paseacute miraacutendolo extasiado circundado por las oacuterbitas eliacutepticas de vencejos y murcieacutelagos al atardecer cruzado por alguacuten coche solitario del que a veces saliacutean algunos turistas que quizaacutes tomaban por uno de los suyos al nativo de aquella tierra de frontera y simiente milenaria Su solidez de apariencia perpetua a veces me provocaba celos y delirios de querer ser asiacute dominante sobre el curso del riacuteo y de los siglos indemne a los estragos de la edad y del fraca-so espectador piadoso de lo que decae y fallece Maacutes tarde el puente seriacutea el lugar desde el que imaginara mi desaparicioacuten aacutengel caiacutedo del paraiacuteso de la infancia y la ilusioacuten de ser querido Alliacute llegueacute una vez a traspasar la baranda y de pie sobre uno de los pilares contempleacute los remolinos que pareciacutean querer hipnotizarme hacia ellos para retraerme acongojado en el uacuteltimo momento y antes de que nadie me viera A las orillas del gran curso fluvial a la benevolente sombra del gran arco de piedra refugiado de las miradas de extrantildeeza leiacutea a Charles Baudelai-re y a Henry Miller a Dostoievski o a Lautreacuteamont y comenceacute a ser lo que soy un ignorante entre roquedos un mortal celoso de la eternidad del arte

10Nunca penseacute que alguien como eacutel pudiera fijarse en miacute Me rindioacute sin

resistencia nada maacutes verlo entrar el primer diacutea de clase Ese antildeo las llu-vias del otontildeo se habiacutean adelantado a mediados de septiembre y aquel profesor del que solo conociacuteamos su nombre entroacute con el paso firme de unas botas embarradas despojaacutendose de una cazadora de piel empapa-da y sacudieacutendose su mata de pelo negro antes de dirigirnos la palabra Siempre atenta a sus gestos descubririacutea maacutes adelante que nunca llevaba paraguas utensilio burgueacutes en su opinioacuten

mdashLlevarlo me recordariacutea que ya no podemos llevar espada y me ha-riacutea sentir ridiacuteculo frente a mis antepasados mdashme dijo un diacutea cuando gracias al taller habiacuteamos devenido coacutemplices de una aventura tan in-cierta como excitante

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Mario Martiacuten Gijoacuten

La Pasioacuten de Rafael Alconeacutetar (Novelaberinto)

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Aacutelvarez Lorenzana 27 33006 Oviedoisbn 978-84-8367-723-0

dl as-1921-2021Grafinsa Oviedo

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Todo sucede y todo se desbarranca desde las ga-nas de decirlo

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El que quiera ver mi muertetraiga una luz encendida

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mdash11mdashsusana cordero | susana cordero

1Dicen que Rafael Alconeacutetar murioacute treinta y tres antildeos despueacutes de su

nacimiento bajo un sol de injusticia y las pedradas del grupo de conju-rados al calor de la verguumlenza rencorosa que habiacutean ido suscitando sus insolencias Dicen que alliacute quedoacute tendido en una pendiente apuntildealada de pizarras y decorada de cagajones quizaacutes amarrado al aacutespero tallo de una retama puesto que nadie le tomoacute la mano en su hora final Por mi parte su recuerdo quedaraacute siempre unido a una eacutepoca increiacuteble en que aquella ciudad adormecida desde hace siglos a la sombra de sus torreo-nes y al sabor de lo acostumbrado se vio sacudida por la furia indoma-ble de vivir la alegriacutea del placer desatado el hambre de la belleza y la rebeldiacutea de un puntildeado de conciencias enardecidas por su palabra

2Fueron diacuteas que aunque no tan lejanos he intentado olvidar Creo

que puedo afirmar estar razonablemente satisfecha con mi vida y con lo que he logrado hasta ahora a costa de tantos sacrificios El trabajo en este instituto de la periferia adinerada me ha dado una estabilidad e independencia que valoro cada vez maacutes al permitirme ser yo misma sin rendir cuentas a nadie La desaparicioacuten de Rafael puso fin a mis ilusiones como escritora y tambieacuten a otra manera de ser mujer en la que habiacutea creiacutedo y que vista desde hoy me resulta maacutes que ajena Del mismo modo que me fui distanciando de mis antiguos compantildeeros del taller quienes me recordaban demasiado a coacutemo era yo por aque-llos tiempos

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El trato con adolescentes me ha obligado a forjar unas defensas de las que careciacutea en aquella eacutepoca de princesa vulnerable He de confesar que ya no escribo Leo mucho eso siacute No hay mes que deje pasar sin acercarme a la Cuesta de Moyano En algunas eacutepocas sobre todo en primavera voy varias veces a la semana Fue un diacutea de esos poco antes del 14 de abril y con los estantes cubiertos de rescates de republicanos exiliados cuando en un puesto mi vista se posoacute sobre un cuadernillo rosado encuadernado con dos sencillas grapas y que llevaba el tiacutetulo de El Gerifalte Por unos segundos mis ojos se quedaron alliacute clavados y lo siguiente que sentiacute fue mi corazoacuten galopando seguacuten me acercaba tomaba el pequentildeo boletiacuten entre las manos lo abriacutea por la paacutegina terce-ra Ahiacute estaba el laquocadaacutever exquisitoraquo firmado con nuestras iniciales r a s c p m d chellip Rafael me habiacutea concedido el honor y el reto de continuar sus extrantildeos versos iniciales laquoEn la inmanencia de esta tarde de necios solemnes de voces viciadas das tu permiso sentildeor decano no haremos nada sino el gerifalteraquo Yo habiacutea continuado des-mantildeadamente laquoTe lo doy excelso caballero robador de los rebeldes alumnos des lo que quieras rastreado entre suentildeos de un gerifalteraquo Mientras lo leiacutea reiacutea para mis adentros recordando coacutemo nos dester-nillaacutebamos laquohaciendo el gerifalteraquo Paseacute entonces a la paacutegina quinta y vi la primera escena de la Comedia de los gerifaltes escrita a dos manos entre Rafael Alconeacutetar y Pedrito Muntildeoz el maacutes talentoso de los talleris-tas y que se pasoacute varios meses el pobre buscando un seudoacutenimo para remplazar su poco brillante apellido

mdashiquestCuaacutento es mdashpregunteacute al vendedormdashCincuenta euros mdashme dijo imperteacuterritoLos pagueacute sin rechistar Cuando iba a marchar me detuvemdashiquestDe doacutende sacoacute esa revistamdashNi idea sentildeora iquestPor queacute iquestLe interesamdashSiacutehellip Me gustariacutea conseguirla completa si es posiblemdashVereacute queacute puedo hacer Aunque no creo que sea faacutecilSiacute y ya te lo cobraraacutes caro penseacute deseando con fuerza que tuviera

suerte en sus pesquisas

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mdash13mdashpedro muntildeoz

3mdashiquestPedrito mdashuna voz en principio desconocida preguntando por

miacute usando el apelativo que se permiten quienes creen que pueden ha-cerlo es decir todo el mundo

mdashSiacute mdashcontesteacute con algo de rabia en la voz sin saber auacuten con quieacuten hablaba

mdashSoy Susana mdashy como si fuera necesario especificar o temiera ante mi silencio perplejo que hubiera olvidado queacute mujer combinaba ese nombre y esa voz antildeadioacute mdashSusana Cordero

Ese fue el inicio de una conversacioacuten cuyo objetivo direccioacuten y significado me resultaron un enigma de principio a fin No podriacutea dormir tranquilo en los proacuteximos diacuteas en las semanas siguientes quizaacutes despueacutes de escuchar la voz tan caacutelida como siempre de Susa-na sus inflexiones para coger aire que repercutiacutean en mis oiacutedos con eco de jadeos y que me haciacutean perder el hilo de lo que me estaba diciendo para enredarme en la madeja de mi deseo insatisfecho en-redado a traveacutes de tantos encuentros y desencuentros pasados siem-pre a punto creiacutea yo de entregarnos a la invasioacuten gozosa de nuestros cuerpos

Pero mi excitacioacuten recibioacute un primer jarro de agua friacutea al saber que la llamada de Susana no era sino para hablarme de Rafael Alconeacutetar Nuestro maestro el uacutenico que tuvimos y que nos ensentildeoacute en unos cuan-tos pero intensos meses maacutes de lo que aprendimos en los cuatro antildeos de carrera en aquella ciudad en la que fuimos joacutevenes y creiacutemos en ideales que preferimos olvidar despueacutes aquella ciudad donde fuimos inmensa-mente desgraciados pero tambieacuten ferozmente felices y donde al final la pequentildea eacutepica se consumioacute en infamia

No pude conciliar el suentildeo aquella noche hasta muy tarde y al diacutea siguiente mi trabajo en la redaccioacuten se me hizo pesado como nunca Llegueacute a mirar con asco la maqueta del proacuteximo nuacutemero de esta publi-cacioacuten balompeacutedica de la que obtengo mi sustento Si Rafael Alconeacutetar me viera ocupado de esta guisa iquestqueacute pasariacutea por su cabeza Concluiriacutea que se equivocoacute conmigo que erroacute en sus pronoacutesticos sobre aquel joven

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mdash14mdash susana cordero

que fue el primero en incorporarse a su taller y que siguioacute sus hazantildeas con fidelidad de lugarteniente o escudero

He pensado mucho en ellos Rafael y Susana estos diacuteas maacutes en Su-sana por las noches entre saacutebanas sudorosas maacutes en Rafael entre orde-nadores e imaacutegenes de goleadores triunfantes y guardametas pesarosos Aquiacute sobra decirlo soy solo Pedrito el maquetador y cotejar esta reali-dad con las cualidades que vio en miacute aquel ser contradictorio me suscita una congoja difiacutecil de soportar Estuve a punto de echarme a llorar en los aseos y si me contuve fue por miedo a que alguien me escuchara y pasara a ser Pedrito el raro No eacutel no me llamaba Pedrito sino Muntildeoz y me dijo laquoTuacute seraacutes el verdadero Muntildeoz de las Letras espantildeolasraquo Yo le creiacute y habida cuenta de lo que soy ahora me siento maacutes traidor a su palabra que a miacute mismo

4No lo habiacutea notado al hablar por teleacutefono pero cuando quedamos

unos diacuteas despueacutes se me hizo evidente Pedrito sigue colado por miacute Por eso volviacute de aquel encuentro algo cargada de tensioacuten Habiacutea ido todo bien y eacutel se habiacutea mostrado dispuesto a ayudarme en mi buacutesque-da Estaba muy cambiado Casi calvo con ojeras Por supuesto no ha-biacutea aumentado de estatura y como si no pudiera aceptarlo llevaba ropa de una talla superior a la que le corresponde Se me quedoacute mirando al despedirnos iquestQueacute esperaba que le diera un beso Queacute absurdo Pero llegueacute a casa y no podiacutea dormirme aunque al diacutea siguiente tuviera que madrugar Para intentar calmarme quise evocar a Rafael y recordeacute la sesioacuten del taller dedicada a la autobiografiacutea donde nos obsequioacute con esa gema de conmovedora belleza sus recuerdos de infancia en el pueblo fronterizo donde nacioacute Echando bruscamente a un lado el edredoacuten me levanteacute y fui a mi despacho Entre carpetas y cartapacios de aquel antildeo magniacutefico debiacutea estar auacuten ese texto Pero no lo encontreacute hasta diacuteas despueacutes cuando ya habiacutea iniciado mi buacutesqueda mi inmersioacuten en ese pasado del que habiacutea querido desprenderme como si pudiera cual ser-piente cambiar de piel y seguir reptando como un ser nuevo

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mdash15mdashpedro muntildeoz

5No pude contenerme En lugar de irme a la cama a pesar de la hora

agarreacute el moacutevil y entreacute en facebook iquestQueacute hubiera opinado Rafael Alco-neacutetar de esta hidra azulada que nos devora el tiempo a traveacutes de las mil bocas de hipoteacuteticos amigos que no escupen sino imaacutegenes y palabras que pudieacuteramos haber pescado en la red nosotros mismos Al recordar-lo mal que me pese intento imitar su estilo pero sin su gracia y altura de miras Sin su sinceridad sobre todo iquestQueacute sentido tiene condenar una herramienta a la que soy adicto aunque sea maacutes bien como espec-tador miroacuten pateacutetico voyeur dudando veinte veces antes de colgar un libro o una cancioacuten que me han gustado Escribiacute laquoSusana Cordero Gi-meacutenezraquo y alliacute estaba de perfil en blanco y negro El resto de sus fotos solo las veriacutea si aceptaba mi solicitud de amistad

iquestQueacute hacer Si me dejaba llevar a ella se le hariacutea evidente que busca-ba algo y comprobariacutea que habiacutea estado mirando su perfil a las tres y media de la madrugada hora a la que las personas equilibradas suelen estar durmiendo Lo hice a pesar de todo Solo habiacutea que pulsar con un dedo sobre el icono apropiado Ojalaacute gestos tan nimios hubieran bastado en otras eacutepocas Si con mover un dedo hubiera bastado para acercarme a ella y envolverla en mis brazos besarla en aquel portal bajo la lluvia como imagineacute aquella noche que la acompantildeeacute a su piso La excitacioacuten trepa tras mi piel al evocar esas acciones que nunca suce-dieron pero que tienen maacutes consistencia que la tibia y amarga realidad biograacutefica

El taller siacute Lugar maacutegico donde llegaacutebamos a momentos de acerca-miento que yo sentiacutea tan especiales y que sin embargo se daban solo a la sombra de nuestro maestro Como si de no estar eacutel no hubiera ninguacuten pretexto para acercarnos con esa complicidad Como si cuando eacutel se iba tuvieacuteramos que comportarnos como dos seres distantes simples compa-ntildeeros de clase unidos por el azar y entre los que no se justificaban las efu-siones sentimentales iquestY ahora iquestSeriacutea la buacutesqueda de Rafael la bendita excusa para unirnos al fin Despueacutes de todo quizaacutes no hubiera hecho mal enviaacutendole esa solicitud desde mi piso solitario y destartalado

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mdash16mdash isabel cardentildeosa

6Enviado el 13052019 1143 h

Estimada SusanaAcuso recibo de su correo del pasado jueves al que no habiacutea podido con-

testar hasta ahora Desgraciadamente me temo que no podreacute dar respuesta a la mayoriacutea de las preguntas que me plantea En efecto fui compantildeera de departamento del profesor Rafael Alconeacutetar Nuestro trato fue cordial en las ocasiones en que coincidimos Si no llegamos a adquirir maacutes confianza ello se debioacute sin duda a su tortuosa manera de ser

Quizaacutes no sepa usted que Rafael habiacutea sido alumno miacuteo antildeos atraacutes Pero aquel muchacho tiacutemido y aplicado habiacutea vuelto muy cambiado del extran-jero Durante el periodo anterior nos habiacutean llegado noticias de sus andan-zas por Italia que seguiacuteamos con la atencioacuten que corresponde a un antiguo disciacutepulo Me sorprendioacute enterarme de su regreso por la puerta grande y teniacutea cierta curiosidad por verlo despueacutes de tantos antildeos

Pero pronto me vi defraudada Contra lo que es habitual en esta casa no vino a saludarme para que pudiera darle la bienvenida y la enhorabuena Creo que es lo natural cuando alguien llega a un sitio presentarse a quienes van a ser tus compantildeeros En su caso nos rehuyoacute desde el primer momento ignoro por queacute razones Daba la impresioacuten de creerse mejor que nosotros Luego nos percatamos de que preferiacutea tratar con los alumnos Mientras que a miacute me saludaba con un laquohasta luegoraquo y una sonrisa que encubriacutea su hui-da varias veces lo observeacute departiendo animadamente con alguna alumna Esa cercaniacutea con los estudiantes sobre todo de sexo femenino contrastaba con su frialdad hacia nosotros

En cuanto al taller literario que menciona cuando supe de esa iniciativa mi primera reaccioacuten fue de disgusto por considerarla pretenciosa Si algo asiacute no habiacutea sido organizado en maacutes de veinte antildeos por Miguel Aacutengel Pepe Raimundo o Joseacute Luis me pareciacutea impropio que eacutel quisiera montarlo nada maacutes llegar Como si supiera maacutes que nosotros y quisiera demostraacuter-noslo No puedo negar que aquella iniciativa fue tema de conversacioacuten aunque yo no me implicara pues no me gusta hablar de los ausentes No me extrantildeoacute cuando supimos que el inicio del taller se postergaba por fal-

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mdash17mdashjoseacute mariacutea cambroacuten

ta de interesados Pero cuando pensaacutebamos que habriacutea dado carpetazo al asunto nos enteramos de que habiacutean dado comienzo las sesiones con solo cuatro participantes dos chicos y dos chicas Sentiacute laacutestima por Rafael y por el esfuerzo que dedicaba a un combate perdido de antemano

El resto ya es suficientemente conocido Cuando empezaron con aque-llas laquoacciones literariasraquo sentiacute una gran pesadumbre la que sentimos al ver un talento desperdiciado Nunca lo critiqueacute al contrario que alguacuten compa-ntildeero que opinoacute que Rafael habiacutea perdido la chaveta Huelga recordar coacutemo terminoacute todo

En fin pensaba ser breve y ya ve usted En cualquier caso me satisface comprobar que el nombre de Rafael Alconeacutetar no ha caiacutedo completamente en el olvido a pesar de lo triste y doloroso de su caso Espero haberle servi-do de ayuda pese a todo

Un saludo afectuosoIsabel Cardentildeosa

7Enviado el 16052019 2201 h

Querida amigaAntes de nada queriacutea agradecerle sus amables palabras sobre mis poe-

marios Celebro que le hayan gustado y si le faltase alguno de mis tiacutetulos haacutegamelo saber para que se lo enviacutee sin dilacioacuten con la correspondiente dedicatoria por supuesto

Por el contrario no seacute si podreacute serle de ayuda en cuanto a las dudas re-lacionadas con su estudio sobre laquovanguardias postmodernasraquo tiacutetulo muy llamativo pero cuyo objeto preciso se me escapa harto como estaacute uno de que le den gato por liebre Quizaacute pueda usted solventar mis dudas en la introduccioacuten a su ensayo

He de decirle que para miacute el debido respeto a los difuntos no justifica una valoracioacuten desmedida post mortem sin relacioacuten con los meacuteritos reales de una obra literaria y mucho me temo que usted haya podido incurrir en esa antildeagaza tan comuacuten del escritor maldito fallecido antes de poder cum-plir con una obra que hubiera sido revolucionaria Un mito muy poderoso

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mdash18mdash joseacute mariacutea cambroacuten

seguramente con causas profundas en nuestro subconsciente y que qui-zaacutes proyecte usted sobre la persona de Rafael Alconeacutetar Para miacute aunque apenas lo leiacute sus libros carecen de intereacutes Y en cuanto a mi relacioacuten con eacutel puedo calificarla de inexistente Con todo y apelando a su discrecioacuten le contareacute el uacutenico recuerdo que tengo de eacutel que me parece ilustrativo de coacutemo quiso suplir con el escaacutendalo las carencias de su pluma

Todo partioacute de mi ingenuidad al considerar que a un profesor de lite-ratura recieacuten llegado a esta ciudad podriacutea interesarle mi obra que como usted sabe ha sido publicada en editoriales de renombre ademaacutes de recibir dos premios sobre cuya limpieza no hay ninguacuten geacutenero de dudas Le envieacute corteacutesmente dedicados mis dos uacuteltimos libros de por entonces Dudas y rompecabezas y Biografiacutea apoacutecrifa de Espinete Dos semanas despueacutes reci-biacute un sobre acolchado de remitente desconocido Al abrirlo halleacute los dos libros que habiacutea enviado al tal Alconeacutetar Mi perplejidad ante lo extrantildeo de esa devolucioacuten se mudoacute en coacutelera cuando no seacute por queacute en lugar de devolver mis libros a su hueco en la estanteriacutea se me ocurrioacute hojearlos Al dorso de la paacutegina habiacutea una laquocontra-dedicatoriaraquo que rezaba esta igno-minia laquoA Joseacute Mariacutea Cambroacuten el pompier maacutes putrefacto de la ciudad y parte de la provinciaraquo Seguacuten iba pasando las paacuteginas iba quedaacutendo-me mareado de oscilar entre la coacutelera y la tristeza al ver coacutemo mis versos habiacutean sido completados con coletillas burlonas glosados a pie de paacutegina con cuchufletas procaces e ilustrados con vintildeetas a plumilla que preten-diacutean convertir en imaacutegenes mis palabras En el colofoacuten habiacutean escrito un laquocontra-agradecimientoraquo en el que se haciacutea un burdo juego de palabras con mi apellido

Pero si toda esa patochada me sentoacute mal peor reaccioneacute al descubrir que el segundo de mis libros habiacutea sido reducido a la mitad de sus paacuteginas Tan baacuterbara mutilacioacuten se justificaba en un laquoprefacioraquo que cito con el martiri-zado libro ante miacute laquoEn un acceso de hilaridad el compantildeero Muntildeoz ver-tioacute una jarra de jugo de cebada sobre la mesa de reuniones Ante la carencia de servilletas recurrimos a las paacuteginas de este libro que asiacute desempentildearon un uacutetil cometido y se redimieron de tanta tonteriacutea como se habiacutea impreso sobre ellas Usemos el papel de manera responsableraquo

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mdash19mdashyumiko season | de las Sangradas escriaturas de alconeacutetar

Creo que lo que le estoy contando le daraacute un idea de quieacuten era Rafael Alconeacutetar y la pandilla de chiquillos rencorosos que le seguiacutea el juego Yo dudeacute en denunciarlos o tirarles alguna pulla en mi blog pero penseacute que con ello solo provocariacutea su regocijo Tampoco comenteacute con nadie esa broma pesada aparte de con mi esposa Todo esto no obsta para que lamentara su traacutegica muerte quizaacutes fruto de provocaciones auacuten maacutes graves que sin em-bargo como comentaba al principio no lo convierten en un buen escritor Pero eso ya queda a su juicio de criacutetica e historiadora de la literatura

Reciba un cordial saludoJoseacute Mariacutea Cambroacuten

ps Haacutegame saber sus sentildeas para el enviacuteo de mis libros ya sea los que le falten o los proacuteximos en publicarse destacadamente la antologiacutea que en breve va a sacarme la Diputacioacuten

8Enviado el 21052019 933 h (utc + 9)

Estimada SentildeoraGracias por el correo de usted Siacute he conocido a Rafael Alconeacutetar Yo

estaba su chica por un tiempo Estaba en su ciudad para aprender espantildeol por seis meses Nos conocimos en facultad despueacutes de cursos de espantildeol A eacutel gustaba yo mucho mi pelo y mi cuerpo Eso deciacutea A miacute gustaba mucho sus ojos y forma de tocarme No me importa decir porque usted no me conoce y nunca veraacute Escribioacute poema para miacute pero no entendiacute muy bien Peleamos un diacutea y no hablamos maacutes Yo soy orgullosa Lo vi con otra mujer Poco despueacutes volviacute a Japoacuten Espero que no es verdad que murioacute Quizaacutes fue lejos a otro paiacutes

Saludos cordiales a ustedYumiko

9Era para miacute el lugar maacutes importante del universo Sentado en la

pendiente a la orilla del manso riacuteo de aguas verduscas encajonado entre taludes de pizarras se extendiacutean los brazos hercuacuteleos de aquel

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mdash20mdash dolors cavalls

imponente animal de piedra que abrazaba las dos orillas y salvaba el abismo Cuaacutentas horas paseacute miraacutendolo extasiado circundado por las oacuterbitas eliacutepticas de vencejos y murcieacutelagos al atardecer cruzado por alguacuten coche solitario del que a veces saliacutean algunos turistas que quizaacutes tomaban por uno de los suyos al nativo de aquella tierra de frontera y simiente milenaria Su solidez de apariencia perpetua a veces me provocaba celos y delirios de querer ser asiacute dominante sobre el curso del riacuteo y de los siglos indemne a los estragos de la edad y del fraca-so espectador piadoso de lo que decae y fallece Maacutes tarde el puente seriacutea el lugar desde el que imaginara mi desaparicioacuten aacutengel caiacutedo del paraiacuteso de la infancia y la ilusioacuten de ser querido Alliacute llegueacute una vez a traspasar la baranda y de pie sobre uno de los pilares contempleacute los remolinos que pareciacutean querer hipnotizarme hacia ellos para retraerme acongojado en el uacuteltimo momento y antes de que nadie me viera A las orillas del gran curso fluvial a la benevolente sombra del gran arco de piedra refugiado de las miradas de extrantildeeza leiacutea a Charles Baudelai-re y a Henry Miller a Dostoievski o a Lautreacuteamont y comenceacute a ser lo que soy un ignorante entre roquedos un mortal celoso de la eternidad del arte

10Nunca penseacute que alguien como eacutel pudiera fijarse en miacute Me rindioacute sin

resistencia nada maacutes verlo entrar el primer diacutea de clase Ese antildeo las llu-vias del otontildeo se habiacutean adelantado a mediados de septiembre y aquel profesor del que solo conociacuteamos su nombre entroacute con el paso firme de unas botas embarradas despojaacutendose de una cazadora de piel empapa-da y sacudieacutendose su mata de pelo negro antes de dirigirnos la palabra Siempre atenta a sus gestos descubririacutea maacutes adelante que nunca llevaba paraguas utensilio burgueacutes en su opinioacuten

mdashLlevarlo me recordariacutea que ya no podemos llevar espada y me ha-riacutea sentir ridiacuteculo frente a mis antepasados mdashme dijo un diacutea cuando gracias al taller habiacuteamos devenido coacutemplices de una aventura tan in-cierta como excitante

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Page 3: La Pasión de Rafael Alconétar

Mario Martiacuten Gijoacuten

La Pasioacuten de Rafael Alconeacutetar (Novelaberinto)

krk ediciones 2021

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copy Mario Martiacuten Gijoacutencopy ilustracioacuten de cubierta Floripes por M Dumańska

copy de esta edicioacuten Krk Edicioneswwwkrkedicionescom

Aacutelvarez Lorenzana 27 33006 Oviedoisbn 978-84-8367-723-0

dl as-1921-2021Grafinsa Oviedo

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Todo sucede y todo se desbarranca desde las ga-nas de decirlo

Fogwill

El que quiera ver mi muertetraiga una luz encendida

Romance anoacutenimo

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mdash11mdashsusana cordero | susana cordero

1Dicen que Rafael Alconeacutetar murioacute treinta y tres antildeos despueacutes de su

nacimiento bajo un sol de injusticia y las pedradas del grupo de conju-rados al calor de la verguumlenza rencorosa que habiacutean ido suscitando sus insolencias Dicen que alliacute quedoacute tendido en una pendiente apuntildealada de pizarras y decorada de cagajones quizaacutes amarrado al aacutespero tallo de una retama puesto que nadie le tomoacute la mano en su hora final Por mi parte su recuerdo quedaraacute siempre unido a una eacutepoca increiacuteble en que aquella ciudad adormecida desde hace siglos a la sombra de sus torreo-nes y al sabor de lo acostumbrado se vio sacudida por la furia indoma-ble de vivir la alegriacutea del placer desatado el hambre de la belleza y la rebeldiacutea de un puntildeado de conciencias enardecidas por su palabra

2Fueron diacuteas que aunque no tan lejanos he intentado olvidar Creo

que puedo afirmar estar razonablemente satisfecha con mi vida y con lo que he logrado hasta ahora a costa de tantos sacrificios El trabajo en este instituto de la periferia adinerada me ha dado una estabilidad e independencia que valoro cada vez maacutes al permitirme ser yo misma sin rendir cuentas a nadie La desaparicioacuten de Rafael puso fin a mis ilusiones como escritora y tambieacuten a otra manera de ser mujer en la que habiacutea creiacutedo y que vista desde hoy me resulta maacutes que ajena Del mismo modo que me fui distanciando de mis antiguos compantildeeros del taller quienes me recordaban demasiado a coacutemo era yo por aque-llos tiempos

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mdash12mdash susana cordero

El trato con adolescentes me ha obligado a forjar unas defensas de las que careciacutea en aquella eacutepoca de princesa vulnerable He de confesar que ya no escribo Leo mucho eso siacute No hay mes que deje pasar sin acercarme a la Cuesta de Moyano En algunas eacutepocas sobre todo en primavera voy varias veces a la semana Fue un diacutea de esos poco antes del 14 de abril y con los estantes cubiertos de rescates de republicanos exiliados cuando en un puesto mi vista se posoacute sobre un cuadernillo rosado encuadernado con dos sencillas grapas y que llevaba el tiacutetulo de El Gerifalte Por unos segundos mis ojos se quedaron alliacute clavados y lo siguiente que sentiacute fue mi corazoacuten galopando seguacuten me acercaba tomaba el pequentildeo boletiacuten entre las manos lo abriacutea por la paacutegina terce-ra Ahiacute estaba el laquocadaacutever exquisitoraquo firmado con nuestras iniciales r a s c p m d chellip Rafael me habiacutea concedido el honor y el reto de continuar sus extrantildeos versos iniciales laquoEn la inmanencia de esta tarde de necios solemnes de voces viciadas das tu permiso sentildeor decano no haremos nada sino el gerifalteraquo Yo habiacutea continuado des-mantildeadamente laquoTe lo doy excelso caballero robador de los rebeldes alumnos des lo que quieras rastreado entre suentildeos de un gerifalteraquo Mientras lo leiacutea reiacutea para mis adentros recordando coacutemo nos dester-nillaacutebamos laquohaciendo el gerifalteraquo Paseacute entonces a la paacutegina quinta y vi la primera escena de la Comedia de los gerifaltes escrita a dos manos entre Rafael Alconeacutetar y Pedrito Muntildeoz el maacutes talentoso de los talleris-tas y que se pasoacute varios meses el pobre buscando un seudoacutenimo para remplazar su poco brillante apellido

mdashiquestCuaacutento es mdashpregunteacute al vendedormdashCincuenta euros mdashme dijo imperteacuterritoLos pagueacute sin rechistar Cuando iba a marchar me detuvemdashiquestDe doacutende sacoacute esa revistamdashNi idea sentildeora iquestPor queacute iquestLe interesamdashSiacutehellip Me gustariacutea conseguirla completa si es posiblemdashVereacute queacute puedo hacer Aunque no creo que sea faacutecilSiacute y ya te lo cobraraacutes caro penseacute deseando con fuerza que tuviera

suerte en sus pesquisas

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mdash13mdashpedro muntildeoz

3mdashiquestPedrito mdashuna voz en principio desconocida preguntando por

miacute usando el apelativo que se permiten quienes creen que pueden ha-cerlo es decir todo el mundo

mdashSiacute mdashcontesteacute con algo de rabia en la voz sin saber auacuten con quieacuten hablaba

mdashSoy Susana mdashy como si fuera necesario especificar o temiera ante mi silencio perplejo que hubiera olvidado queacute mujer combinaba ese nombre y esa voz antildeadioacute mdashSusana Cordero

Ese fue el inicio de una conversacioacuten cuyo objetivo direccioacuten y significado me resultaron un enigma de principio a fin No podriacutea dormir tranquilo en los proacuteximos diacuteas en las semanas siguientes quizaacutes despueacutes de escuchar la voz tan caacutelida como siempre de Susa-na sus inflexiones para coger aire que repercutiacutean en mis oiacutedos con eco de jadeos y que me haciacutean perder el hilo de lo que me estaba diciendo para enredarme en la madeja de mi deseo insatisfecho en-redado a traveacutes de tantos encuentros y desencuentros pasados siem-pre a punto creiacutea yo de entregarnos a la invasioacuten gozosa de nuestros cuerpos

Pero mi excitacioacuten recibioacute un primer jarro de agua friacutea al saber que la llamada de Susana no era sino para hablarme de Rafael Alconeacutetar Nuestro maestro el uacutenico que tuvimos y que nos ensentildeoacute en unos cuan-tos pero intensos meses maacutes de lo que aprendimos en los cuatro antildeos de carrera en aquella ciudad en la que fuimos joacutevenes y creiacutemos en ideales que preferimos olvidar despueacutes aquella ciudad donde fuimos inmensa-mente desgraciados pero tambieacuten ferozmente felices y donde al final la pequentildea eacutepica se consumioacute en infamia

No pude conciliar el suentildeo aquella noche hasta muy tarde y al diacutea siguiente mi trabajo en la redaccioacuten se me hizo pesado como nunca Llegueacute a mirar con asco la maqueta del proacuteximo nuacutemero de esta publi-cacioacuten balompeacutedica de la que obtengo mi sustento Si Rafael Alconeacutetar me viera ocupado de esta guisa iquestqueacute pasariacutea por su cabeza Concluiriacutea que se equivocoacute conmigo que erroacute en sus pronoacutesticos sobre aquel joven

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mdash14mdash susana cordero

que fue el primero en incorporarse a su taller y que siguioacute sus hazantildeas con fidelidad de lugarteniente o escudero

He pensado mucho en ellos Rafael y Susana estos diacuteas maacutes en Su-sana por las noches entre saacutebanas sudorosas maacutes en Rafael entre orde-nadores e imaacutegenes de goleadores triunfantes y guardametas pesarosos Aquiacute sobra decirlo soy solo Pedrito el maquetador y cotejar esta reali-dad con las cualidades que vio en miacute aquel ser contradictorio me suscita una congoja difiacutecil de soportar Estuve a punto de echarme a llorar en los aseos y si me contuve fue por miedo a que alguien me escuchara y pasara a ser Pedrito el raro No eacutel no me llamaba Pedrito sino Muntildeoz y me dijo laquoTuacute seraacutes el verdadero Muntildeoz de las Letras espantildeolasraquo Yo le creiacute y habida cuenta de lo que soy ahora me siento maacutes traidor a su palabra que a miacute mismo

4No lo habiacutea notado al hablar por teleacutefono pero cuando quedamos

unos diacuteas despueacutes se me hizo evidente Pedrito sigue colado por miacute Por eso volviacute de aquel encuentro algo cargada de tensioacuten Habiacutea ido todo bien y eacutel se habiacutea mostrado dispuesto a ayudarme en mi buacutesque-da Estaba muy cambiado Casi calvo con ojeras Por supuesto no ha-biacutea aumentado de estatura y como si no pudiera aceptarlo llevaba ropa de una talla superior a la que le corresponde Se me quedoacute mirando al despedirnos iquestQueacute esperaba que le diera un beso Queacute absurdo Pero llegueacute a casa y no podiacutea dormirme aunque al diacutea siguiente tuviera que madrugar Para intentar calmarme quise evocar a Rafael y recordeacute la sesioacuten del taller dedicada a la autobiografiacutea donde nos obsequioacute con esa gema de conmovedora belleza sus recuerdos de infancia en el pueblo fronterizo donde nacioacute Echando bruscamente a un lado el edredoacuten me levanteacute y fui a mi despacho Entre carpetas y cartapacios de aquel antildeo magniacutefico debiacutea estar auacuten ese texto Pero no lo encontreacute hasta diacuteas despueacutes cuando ya habiacutea iniciado mi buacutesqueda mi inmersioacuten en ese pasado del que habiacutea querido desprenderme como si pudiera cual ser-piente cambiar de piel y seguir reptando como un ser nuevo

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mdash15mdashpedro muntildeoz

5No pude contenerme En lugar de irme a la cama a pesar de la hora

agarreacute el moacutevil y entreacute en facebook iquestQueacute hubiera opinado Rafael Alco-neacutetar de esta hidra azulada que nos devora el tiempo a traveacutes de las mil bocas de hipoteacuteticos amigos que no escupen sino imaacutegenes y palabras que pudieacuteramos haber pescado en la red nosotros mismos Al recordar-lo mal que me pese intento imitar su estilo pero sin su gracia y altura de miras Sin su sinceridad sobre todo iquestQueacute sentido tiene condenar una herramienta a la que soy adicto aunque sea maacutes bien como espec-tador miroacuten pateacutetico voyeur dudando veinte veces antes de colgar un libro o una cancioacuten que me han gustado Escribiacute laquoSusana Cordero Gi-meacutenezraquo y alliacute estaba de perfil en blanco y negro El resto de sus fotos solo las veriacutea si aceptaba mi solicitud de amistad

iquestQueacute hacer Si me dejaba llevar a ella se le hariacutea evidente que busca-ba algo y comprobariacutea que habiacutea estado mirando su perfil a las tres y media de la madrugada hora a la que las personas equilibradas suelen estar durmiendo Lo hice a pesar de todo Solo habiacutea que pulsar con un dedo sobre el icono apropiado Ojalaacute gestos tan nimios hubieran bastado en otras eacutepocas Si con mover un dedo hubiera bastado para acercarme a ella y envolverla en mis brazos besarla en aquel portal bajo la lluvia como imagineacute aquella noche que la acompantildeeacute a su piso La excitacioacuten trepa tras mi piel al evocar esas acciones que nunca suce-dieron pero que tienen maacutes consistencia que la tibia y amarga realidad biograacutefica

El taller siacute Lugar maacutegico donde llegaacutebamos a momentos de acerca-miento que yo sentiacutea tan especiales y que sin embargo se daban solo a la sombra de nuestro maestro Como si de no estar eacutel no hubiera ninguacuten pretexto para acercarnos con esa complicidad Como si cuando eacutel se iba tuvieacuteramos que comportarnos como dos seres distantes simples compa-ntildeeros de clase unidos por el azar y entre los que no se justificaban las efu-siones sentimentales iquestY ahora iquestSeriacutea la buacutesqueda de Rafael la bendita excusa para unirnos al fin Despueacutes de todo quizaacutes no hubiera hecho mal enviaacutendole esa solicitud desde mi piso solitario y destartalado

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mdash16mdash isabel cardentildeosa

6Enviado el 13052019 1143 h

Estimada SusanaAcuso recibo de su correo del pasado jueves al que no habiacutea podido con-

testar hasta ahora Desgraciadamente me temo que no podreacute dar respuesta a la mayoriacutea de las preguntas que me plantea En efecto fui compantildeera de departamento del profesor Rafael Alconeacutetar Nuestro trato fue cordial en las ocasiones en que coincidimos Si no llegamos a adquirir maacutes confianza ello se debioacute sin duda a su tortuosa manera de ser

Quizaacutes no sepa usted que Rafael habiacutea sido alumno miacuteo antildeos atraacutes Pero aquel muchacho tiacutemido y aplicado habiacutea vuelto muy cambiado del extran-jero Durante el periodo anterior nos habiacutean llegado noticias de sus andan-zas por Italia que seguiacuteamos con la atencioacuten que corresponde a un antiguo disciacutepulo Me sorprendioacute enterarme de su regreso por la puerta grande y teniacutea cierta curiosidad por verlo despueacutes de tantos antildeos

Pero pronto me vi defraudada Contra lo que es habitual en esta casa no vino a saludarme para que pudiera darle la bienvenida y la enhorabuena Creo que es lo natural cuando alguien llega a un sitio presentarse a quienes van a ser tus compantildeeros En su caso nos rehuyoacute desde el primer momento ignoro por queacute razones Daba la impresioacuten de creerse mejor que nosotros Luego nos percatamos de que preferiacutea tratar con los alumnos Mientras que a miacute me saludaba con un laquohasta luegoraquo y una sonrisa que encubriacutea su hui-da varias veces lo observeacute departiendo animadamente con alguna alumna Esa cercaniacutea con los estudiantes sobre todo de sexo femenino contrastaba con su frialdad hacia nosotros

En cuanto al taller literario que menciona cuando supe de esa iniciativa mi primera reaccioacuten fue de disgusto por considerarla pretenciosa Si algo asiacute no habiacutea sido organizado en maacutes de veinte antildeos por Miguel Aacutengel Pepe Raimundo o Joseacute Luis me pareciacutea impropio que eacutel quisiera montarlo nada maacutes llegar Como si supiera maacutes que nosotros y quisiera demostraacuter-noslo No puedo negar que aquella iniciativa fue tema de conversacioacuten aunque yo no me implicara pues no me gusta hablar de los ausentes No me extrantildeoacute cuando supimos que el inicio del taller se postergaba por fal-

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ta de interesados Pero cuando pensaacutebamos que habriacutea dado carpetazo al asunto nos enteramos de que habiacutean dado comienzo las sesiones con solo cuatro participantes dos chicos y dos chicas Sentiacute laacutestima por Rafael y por el esfuerzo que dedicaba a un combate perdido de antemano

El resto ya es suficientemente conocido Cuando empezaron con aque-llas laquoacciones literariasraquo sentiacute una gran pesadumbre la que sentimos al ver un talento desperdiciado Nunca lo critiqueacute al contrario que alguacuten compa-ntildeero que opinoacute que Rafael habiacutea perdido la chaveta Huelga recordar coacutemo terminoacute todo

En fin pensaba ser breve y ya ve usted En cualquier caso me satisface comprobar que el nombre de Rafael Alconeacutetar no ha caiacutedo completamente en el olvido a pesar de lo triste y doloroso de su caso Espero haberle servi-do de ayuda pese a todo

Un saludo afectuosoIsabel Cardentildeosa

7Enviado el 16052019 2201 h

Querida amigaAntes de nada queriacutea agradecerle sus amables palabras sobre mis poe-

marios Celebro que le hayan gustado y si le faltase alguno de mis tiacutetulos haacutegamelo saber para que se lo enviacutee sin dilacioacuten con la correspondiente dedicatoria por supuesto

Por el contrario no seacute si podreacute serle de ayuda en cuanto a las dudas re-lacionadas con su estudio sobre laquovanguardias postmodernasraquo tiacutetulo muy llamativo pero cuyo objeto preciso se me escapa harto como estaacute uno de que le den gato por liebre Quizaacute pueda usted solventar mis dudas en la introduccioacuten a su ensayo

He de decirle que para miacute el debido respeto a los difuntos no justifica una valoracioacuten desmedida post mortem sin relacioacuten con los meacuteritos reales de una obra literaria y mucho me temo que usted haya podido incurrir en esa antildeagaza tan comuacuten del escritor maldito fallecido antes de poder cum-plir con una obra que hubiera sido revolucionaria Un mito muy poderoso

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mdash18mdash joseacute mariacutea cambroacuten

seguramente con causas profundas en nuestro subconsciente y que qui-zaacutes proyecte usted sobre la persona de Rafael Alconeacutetar Para miacute aunque apenas lo leiacute sus libros carecen de intereacutes Y en cuanto a mi relacioacuten con eacutel puedo calificarla de inexistente Con todo y apelando a su discrecioacuten le contareacute el uacutenico recuerdo que tengo de eacutel que me parece ilustrativo de coacutemo quiso suplir con el escaacutendalo las carencias de su pluma

Todo partioacute de mi ingenuidad al considerar que a un profesor de lite-ratura recieacuten llegado a esta ciudad podriacutea interesarle mi obra que como usted sabe ha sido publicada en editoriales de renombre ademaacutes de recibir dos premios sobre cuya limpieza no hay ninguacuten geacutenero de dudas Le envieacute corteacutesmente dedicados mis dos uacuteltimos libros de por entonces Dudas y rompecabezas y Biografiacutea apoacutecrifa de Espinete Dos semanas despueacutes reci-biacute un sobre acolchado de remitente desconocido Al abrirlo halleacute los dos libros que habiacutea enviado al tal Alconeacutetar Mi perplejidad ante lo extrantildeo de esa devolucioacuten se mudoacute en coacutelera cuando no seacute por queacute en lugar de devolver mis libros a su hueco en la estanteriacutea se me ocurrioacute hojearlos Al dorso de la paacutegina habiacutea una laquocontra-dedicatoriaraquo que rezaba esta igno-minia laquoA Joseacute Mariacutea Cambroacuten el pompier maacutes putrefacto de la ciudad y parte de la provinciaraquo Seguacuten iba pasando las paacuteginas iba quedaacutendo-me mareado de oscilar entre la coacutelera y la tristeza al ver coacutemo mis versos habiacutean sido completados con coletillas burlonas glosados a pie de paacutegina con cuchufletas procaces e ilustrados con vintildeetas a plumilla que preten-diacutean convertir en imaacutegenes mis palabras En el colofoacuten habiacutean escrito un laquocontra-agradecimientoraquo en el que se haciacutea un burdo juego de palabras con mi apellido

Pero si toda esa patochada me sentoacute mal peor reaccioneacute al descubrir que el segundo de mis libros habiacutea sido reducido a la mitad de sus paacuteginas Tan baacuterbara mutilacioacuten se justificaba en un laquoprefacioraquo que cito con el martiri-zado libro ante miacute laquoEn un acceso de hilaridad el compantildeero Muntildeoz ver-tioacute una jarra de jugo de cebada sobre la mesa de reuniones Ante la carencia de servilletas recurrimos a las paacuteginas de este libro que asiacute desempentildearon un uacutetil cometido y se redimieron de tanta tonteriacutea como se habiacutea impreso sobre ellas Usemos el papel de manera responsableraquo

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mdash19mdashyumiko season | de las Sangradas escriaturas de alconeacutetar

Creo que lo que le estoy contando le daraacute un idea de quieacuten era Rafael Alconeacutetar y la pandilla de chiquillos rencorosos que le seguiacutea el juego Yo dudeacute en denunciarlos o tirarles alguna pulla en mi blog pero penseacute que con ello solo provocariacutea su regocijo Tampoco comenteacute con nadie esa broma pesada aparte de con mi esposa Todo esto no obsta para que lamentara su traacutegica muerte quizaacutes fruto de provocaciones auacuten maacutes graves que sin em-bargo como comentaba al principio no lo convierten en un buen escritor Pero eso ya queda a su juicio de criacutetica e historiadora de la literatura

Reciba un cordial saludoJoseacute Mariacutea Cambroacuten

ps Haacutegame saber sus sentildeas para el enviacuteo de mis libros ya sea los que le falten o los proacuteximos en publicarse destacadamente la antologiacutea que en breve va a sacarme la Diputacioacuten

8Enviado el 21052019 933 h (utc + 9)

Estimada SentildeoraGracias por el correo de usted Siacute he conocido a Rafael Alconeacutetar Yo

estaba su chica por un tiempo Estaba en su ciudad para aprender espantildeol por seis meses Nos conocimos en facultad despueacutes de cursos de espantildeol A eacutel gustaba yo mucho mi pelo y mi cuerpo Eso deciacutea A miacute gustaba mucho sus ojos y forma de tocarme No me importa decir porque usted no me conoce y nunca veraacute Escribioacute poema para miacute pero no entendiacute muy bien Peleamos un diacutea y no hablamos maacutes Yo soy orgullosa Lo vi con otra mujer Poco despueacutes volviacute a Japoacuten Espero que no es verdad que murioacute Quizaacutes fue lejos a otro paiacutes

Saludos cordiales a ustedYumiko

9Era para miacute el lugar maacutes importante del universo Sentado en la

pendiente a la orilla del manso riacuteo de aguas verduscas encajonado entre taludes de pizarras se extendiacutean los brazos hercuacuteleos de aquel

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mdash20mdash dolors cavalls

imponente animal de piedra que abrazaba las dos orillas y salvaba el abismo Cuaacutentas horas paseacute miraacutendolo extasiado circundado por las oacuterbitas eliacutepticas de vencejos y murcieacutelagos al atardecer cruzado por alguacuten coche solitario del que a veces saliacutean algunos turistas que quizaacutes tomaban por uno de los suyos al nativo de aquella tierra de frontera y simiente milenaria Su solidez de apariencia perpetua a veces me provocaba celos y delirios de querer ser asiacute dominante sobre el curso del riacuteo y de los siglos indemne a los estragos de la edad y del fraca-so espectador piadoso de lo que decae y fallece Maacutes tarde el puente seriacutea el lugar desde el que imaginara mi desaparicioacuten aacutengel caiacutedo del paraiacuteso de la infancia y la ilusioacuten de ser querido Alliacute llegueacute una vez a traspasar la baranda y de pie sobre uno de los pilares contempleacute los remolinos que pareciacutean querer hipnotizarme hacia ellos para retraerme acongojado en el uacuteltimo momento y antes de que nadie me viera A las orillas del gran curso fluvial a la benevolente sombra del gran arco de piedra refugiado de las miradas de extrantildeeza leiacutea a Charles Baudelai-re y a Henry Miller a Dostoievski o a Lautreacuteamont y comenceacute a ser lo que soy un ignorante entre roquedos un mortal celoso de la eternidad del arte

10Nunca penseacute que alguien como eacutel pudiera fijarse en miacute Me rindioacute sin

resistencia nada maacutes verlo entrar el primer diacutea de clase Ese antildeo las llu-vias del otontildeo se habiacutean adelantado a mediados de septiembre y aquel profesor del que solo conociacuteamos su nombre entroacute con el paso firme de unas botas embarradas despojaacutendose de una cazadora de piel empapa-da y sacudieacutendose su mata de pelo negro antes de dirigirnos la palabra Siempre atenta a sus gestos descubririacutea maacutes adelante que nunca llevaba paraguas utensilio burgueacutes en su opinioacuten

mdashLlevarlo me recordariacutea que ya no podemos llevar espada y me ha-riacutea sentir ridiacuteculo frente a mis antepasados mdashme dijo un diacutea cuando gracias al taller habiacuteamos devenido coacutemplices de una aventura tan in-cierta como excitante

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Page 4: La Pasión de Rafael Alconétar

copy Mario Martiacuten Gijoacutencopy ilustracioacuten de cubierta Floripes por M Dumańska

copy de esta edicioacuten Krk Edicioneswwwkrkedicionescom

Aacutelvarez Lorenzana 27 33006 Oviedoisbn 978-84-8367-723-0

dl as-1921-2021Grafinsa Oviedo

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Todo sucede y todo se desbarranca desde las ga-nas de decirlo

Fogwill

El que quiera ver mi muertetraiga una luz encendida

Romance anoacutenimo

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mdash11mdashsusana cordero | susana cordero

1Dicen que Rafael Alconeacutetar murioacute treinta y tres antildeos despueacutes de su

nacimiento bajo un sol de injusticia y las pedradas del grupo de conju-rados al calor de la verguumlenza rencorosa que habiacutean ido suscitando sus insolencias Dicen que alliacute quedoacute tendido en una pendiente apuntildealada de pizarras y decorada de cagajones quizaacutes amarrado al aacutespero tallo de una retama puesto que nadie le tomoacute la mano en su hora final Por mi parte su recuerdo quedaraacute siempre unido a una eacutepoca increiacuteble en que aquella ciudad adormecida desde hace siglos a la sombra de sus torreo-nes y al sabor de lo acostumbrado se vio sacudida por la furia indoma-ble de vivir la alegriacutea del placer desatado el hambre de la belleza y la rebeldiacutea de un puntildeado de conciencias enardecidas por su palabra

2Fueron diacuteas que aunque no tan lejanos he intentado olvidar Creo

que puedo afirmar estar razonablemente satisfecha con mi vida y con lo que he logrado hasta ahora a costa de tantos sacrificios El trabajo en este instituto de la periferia adinerada me ha dado una estabilidad e independencia que valoro cada vez maacutes al permitirme ser yo misma sin rendir cuentas a nadie La desaparicioacuten de Rafael puso fin a mis ilusiones como escritora y tambieacuten a otra manera de ser mujer en la que habiacutea creiacutedo y que vista desde hoy me resulta maacutes que ajena Del mismo modo que me fui distanciando de mis antiguos compantildeeros del taller quienes me recordaban demasiado a coacutemo era yo por aque-llos tiempos

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mdash12mdash susana cordero

El trato con adolescentes me ha obligado a forjar unas defensas de las que careciacutea en aquella eacutepoca de princesa vulnerable He de confesar que ya no escribo Leo mucho eso siacute No hay mes que deje pasar sin acercarme a la Cuesta de Moyano En algunas eacutepocas sobre todo en primavera voy varias veces a la semana Fue un diacutea de esos poco antes del 14 de abril y con los estantes cubiertos de rescates de republicanos exiliados cuando en un puesto mi vista se posoacute sobre un cuadernillo rosado encuadernado con dos sencillas grapas y que llevaba el tiacutetulo de El Gerifalte Por unos segundos mis ojos se quedaron alliacute clavados y lo siguiente que sentiacute fue mi corazoacuten galopando seguacuten me acercaba tomaba el pequentildeo boletiacuten entre las manos lo abriacutea por la paacutegina terce-ra Ahiacute estaba el laquocadaacutever exquisitoraquo firmado con nuestras iniciales r a s c p m d chellip Rafael me habiacutea concedido el honor y el reto de continuar sus extrantildeos versos iniciales laquoEn la inmanencia de esta tarde de necios solemnes de voces viciadas das tu permiso sentildeor decano no haremos nada sino el gerifalteraquo Yo habiacutea continuado des-mantildeadamente laquoTe lo doy excelso caballero robador de los rebeldes alumnos des lo que quieras rastreado entre suentildeos de un gerifalteraquo Mientras lo leiacutea reiacutea para mis adentros recordando coacutemo nos dester-nillaacutebamos laquohaciendo el gerifalteraquo Paseacute entonces a la paacutegina quinta y vi la primera escena de la Comedia de los gerifaltes escrita a dos manos entre Rafael Alconeacutetar y Pedrito Muntildeoz el maacutes talentoso de los talleris-tas y que se pasoacute varios meses el pobre buscando un seudoacutenimo para remplazar su poco brillante apellido

mdashiquestCuaacutento es mdashpregunteacute al vendedormdashCincuenta euros mdashme dijo imperteacuterritoLos pagueacute sin rechistar Cuando iba a marchar me detuvemdashiquestDe doacutende sacoacute esa revistamdashNi idea sentildeora iquestPor queacute iquestLe interesamdashSiacutehellip Me gustariacutea conseguirla completa si es posiblemdashVereacute queacute puedo hacer Aunque no creo que sea faacutecilSiacute y ya te lo cobraraacutes caro penseacute deseando con fuerza que tuviera

suerte en sus pesquisas

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mdash13mdashpedro muntildeoz

3mdashiquestPedrito mdashuna voz en principio desconocida preguntando por

miacute usando el apelativo que se permiten quienes creen que pueden ha-cerlo es decir todo el mundo

mdashSiacute mdashcontesteacute con algo de rabia en la voz sin saber auacuten con quieacuten hablaba

mdashSoy Susana mdashy como si fuera necesario especificar o temiera ante mi silencio perplejo que hubiera olvidado queacute mujer combinaba ese nombre y esa voz antildeadioacute mdashSusana Cordero

Ese fue el inicio de una conversacioacuten cuyo objetivo direccioacuten y significado me resultaron un enigma de principio a fin No podriacutea dormir tranquilo en los proacuteximos diacuteas en las semanas siguientes quizaacutes despueacutes de escuchar la voz tan caacutelida como siempre de Susa-na sus inflexiones para coger aire que repercutiacutean en mis oiacutedos con eco de jadeos y que me haciacutean perder el hilo de lo que me estaba diciendo para enredarme en la madeja de mi deseo insatisfecho en-redado a traveacutes de tantos encuentros y desencuentros pasados siem-pre a punto creiacutea yo de entregarnos a la invasioacuten gozosa de nuestros cuerpos

Pero mi excitacioacuten recibioacute un primer jarro de agua friacutea al saber que la llamada de Susana no era sino para hablarme de Rafael Alconeacutetar Nuestro maestro el uacutenico que tuvimos y que nos ensentildeoacute en unos cuan-tos pero intensos meses maacutes de lo que aprendimos en los cuatro antildeos de carrera en aquella ciudad en la que fuimos joacutevenes y creiacutemos en ideales que preferimos olvidar despueacutes aquella ciudad donde fuimos inmensa-mente desgraciados pero tambieacuten ferozmente felices y donde al final la pequentildea eacutepica se consumioacute en infamia

No pude conciliar el suentildeo aquella noche hasta muy tarde y al diacutea siguiente mi trabajo en la redaccioacuten se me hizo pesado como nunca Llegueacute a mirar con asco la maqueta del proacuteximo nuacutemero de esta publi-cacioacuten balompeacutedica de la que obtengo mi sustento Si Rafael Alconeacutetar me viera ocupado de esta guisa iquestqueacute pasariacutea por su cabeza Concluiriacutea que se equivocoacute conmigo que erroacute en sus pronoacutesticos sobre aquel joven

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mdash14mdash susana cordero

que fue el primero en incorporarse a su taller y que siguioacute sus hazantildeas con fidelidad de lugarteniente o escudero

He pensado mucho en ellos Rafael y Susana estos diacuteas maacutes en Su-sana por las noches entre saacutebanas sudorosas maacutes en Rafael entre orde-nadores e imaacutegenes de goleadores triunfantes y guardametas pesarosos Aquiacute sobra decirlo soy solo Pedrito el maquetador y cotejar esta reali-dad con las cualidades que vio en miacute aquel ser contradictorio me suscita una congoja difiacutecil de soportar Estuve a punto de echarme a llorar en los aseos y si me contuve fue por miedo a que alguien me escuchara y pasara a ser Pedrito el raro No eacutel no me llamaba Pedrito sino Muntildeoz y me dijo laquoTuacute seraacutes el verdadero Muntildeoz de las Letras espantildeolasraquo Yo le creiacute y habida cuenta de lo que soy ahora me siento maacutes traidor a su palabra que a miacute mismo

4No lo habiacutea notado al hablar por teleacutefono pero cuando quedamos

unos diacuteas despueacutes se me hizo evidente Pedrito sigue colado por miacute Por eso volviacute de aquel encuentro algo cargada de tensioacuten Habiacutea ido todo bien y eacutel se habiacutea mostrado dispuesto a ayudarme en mi buacutesque-da Estaba muy cambiado Casi calvo con ojeras Por supuesto no ha-biacutea aumentado de estatura y como si no pudiera aceptarlo llevaba ropa de una talla superior a la que le corresponde Se me quedoacute mirando al despedirnos iquestQueacute esperaba que le diera un beso Queacute absurdo Pero llegueacute a casa y no podiacutea dormirme aunque al diacutea siguiente tuviera que madrugar Para intentar calmarme quise evocar a Rafael y recordeacute la sesioacuten del taller dedicada a la autobiografiacutea donde nos obsequioacute con esa gema de conmovedora belleza sus recuerdos de infancia en el pueblo fronterizo donde nacioacute Echando bruscamente a un lado el edredoacuten me levanteacute y fui a mi despacho Entre carpetas y cartapacios de aquel antildeo magniacutefico debiacutea estar auacuten ese texto Pero no lo encontreacute hasta diacuteas despueacutes cuando ya habiacutea iniciado mi buacutesqueda mi inmersioacuten en ese pasado del que habiacutea querido desprenderme como si pudiera cual ser-piente cambiar de piel y seguir reptando como un ser nuevo

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mdash15mdashpedro muntildeoz

5No pude contenerme En lugar de irme a la cama a pesar de la hora

agarreacute el moacutevil y entreacute en facebook iquestQueacute hubiera opinado Rafael Alco-neacutetar de esta hidra azulada que nos devora el tiempo a traveacutes de las mil bocas de hipoteacuteticos amigos que no escupen sino imaacutegenes y palabras que pudieacuteramos haber pescado en la red nosotros mismos Al recordar-lo mal que me pese intento imitar su estilo pero sin su gracia y altura de miras Sin su sinceridad sobre todo iquestQueacute sentido tiene condenar una herramienta a la que soy adicto aunque sea maacutes bien como espec-tador miroacuten pateacutetico voyeur dudando veinte veces antes de colgar un libro o una cancioacuten que me han gustado Escribiacute laquoSusana Cordero Gi-meacutenezraquo y alliacute estaba de perfil en blanco y negro El resto de sus fotos solo las veriacutea si aceptaba mi solicitud de amistad

iquestQueacute hacer Si me dejaba llevar a ella se le hariacutea evidente que busca-ba algo y comprobariacutea que habiacutea estado mirando su perfil a las tres y media de la madrugada hora a la que las personas equilibradas suelen estar durmiendo Lo hice a pesar de todo Solo habiacutea que pulsar con un dedo sobre el icono apropiado Ojalaacute gestos tan nimios hubieran bastado en otras eacutepocas Si con mover un dedo hubiera bastado para acercarme a ella y envolverla en mis brazos besarla en aquel portal bajo la lluvia como imagineacute aquella noche que la acompantildeeacute a su piso La excitacioacuten trepa tras mi piel al evocar esas acciones que nunca suce-dieron pero que tienen maacutes consistencia que la tibia y amarga realidad biograacutefica

El taller siacute Lugar maacutegico donde llegaacutebamos a momentos de acerca-miento que yo sentiacutea tan especiales y que sin embargo se daban solo a la sombra de nuestro maestro Como si de no estar eacutel no hubiera ninguacuten pretexto para acercarnos con esa complicidad Como si cuando eacutel se iba tuvieacuteramos que comportarnos como dos seres distantes simples compa-ntildeeros de clase unidos por el azar y entre los que no se justificaban las efu-siones sentimentales iquestY ahora iquestSeriacutea la buacutesqueda de Rafael la bendita excusa para unirnos al fin Despueacutes de todo quizaacutes no hubiera hecho mal enviaacutendole esa solicitud desde mi piso solitario y destartalado

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mdash16mdash isabel cardentildeosa

6Enviado el 13052019 1143 h

Estimada SusanaAcuso recibo de su correo del pasado jueves al que no habiacutea podido con-

testar hasta ahora Desgraciadamente me temo que no podreacute dar respuesta a la mayoriacutea de las preguntas que me plantea En efecto fui compantildeera de departamento del profesor Rafael Alconeacutetar Nuestro trato fue cordial en las ocasiones en que coincidimos Si no llegamos a adquirir maacutes confianza ello se debioacute sin duda a su tortuosa manera de ser

Quizaacutes no sepa usted que Rafael habiacutea sido alumno miacuteo antildeos atraacutes Pero aquel muchacho tiacutemido y aplicado habiacutea vuelto muy cambiado del extran-jero Durante el periodo anterior nos habiacutean llegado noticias de sus andan-zas por Italia que seguiacuteamos con la atencioacuten que corresponde a un antiguo disciacutepulo Me sorprendioacute enterarme de su regreso por la puerta grande y teniacutea cierta curiosidad por verlo despueacutes de tantos antildeos

Pero pronto me vi defraudada Contra lo que es habitual en esta casa no vino a saludarme para que pudiera darle la bienvenida y la enhorabuena Creo que es lo natural cuando alguien llega a un sitio presentarse a quienes van a ser tus compantildeeros En su caso nos rehuyoacute desde el primer momento ignoro por queacute razones Daba la impresioacuten de creerse mejor que nosotros Luego nos percatamos de que preferiacutea tratar con los alumnos Mientras que a miacute me saludaba con un laquohasta luegoraquo y una sonrisa que encubriacutea su hui-da varias veces lo observeacute departiendo animadamente con alguna alumna Esa cercaniacutea con los estudiantes sobre todo de sexo femenino contrastaba con su frialdad hacia nosotros

En cuanto al taller literario que menciona cuando supe de esa iniciativa mi primera reaccioacuten fue de disgusto por considerarla pretenciosa Si algo asiacute no habiacutea sido organizado en maacutes de veinte antildeos por Miguel Aacutengel Pepe Raimundo o Joseacute Luis me pareciacutea impropio que eacutel quisiera montarlo nada maacutes llegar Como si supiera maacutes que nosotros y quisiera demostraacuter-noslo No puedo negar que aquella iniciativa fue tema de conversacioacuten aunque yo no me implicara pues no me gusta hablar de los ausentes No me extrantildeoacute cuando supimos que el inicio del taller se postergaba por fal-

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mdash17mdashjoseacute mariacutea cambroacuten

ta de interesados Pero cuando pensaacutebamos que habriacutea dado carpetazo al asunto nos enteramos de que habiacutean dado comienzo las sesiones con solo cuatro participantes dos chicos y dos chicas Sentiacute laacutestima por Rafael y por el esfuerzo que dedicaba a un combate perdido de antemano

El resto ya es suficientemente conocido Cuando empezaron con aque-llas laquoacciones literariasraquo sentiacute una gran pesadumbre la que sentimos al ver un talento desperdiciado Nunca lo critiqueacute al contrario que alguacuten compa-ntildeero que opinoacute que Rafael habiacutea perdido la chaveta Huelga recordar coacutemo terminoacute todo

En fin pensaba ser breve y ya ve usted En cualquier caso me satisface comprobar que el nombre de Rafael Alconeacutetar no ha caiacutedo completamente en el olvido a pesar de lo triste y doloroso de su caso Espero haberle servi-do de ayuda pese a todo

Un saludo afectuosoIsabel Cardentildeosa

7Enviado el 16052019 2201 h

Querida amigaAntes de nada queriacutea agradecerle sus amables palabras sobre mis poe-

marios Celebro que le hayan gustado y si le faltase alguno de mis tiacutetulos haacutegamelo saber para que se lo enviacutee sin dilacioacuten con la correspondiente dedicatoria por supuesto

Por el contrario no seacute si podreacute serle de ayuda en cuanto a las dudas re-lacionadas con su estudio sobre laquovanguardias postmodernasraquo tiacutetulo muy llamativo pero cuyo objeto preciso se me escapa harto como estaacute uno de que le den gato por liebre Quizaacute pueda usted solventar mis dudas en la introduccioacuten a su ensayo

He de decirle que para miacute el debido respeto a los difuntos no justifica una valoracioacuten desmedida post mortem sin relacioacuten con los meacuteritos reales de una obra literaria y mucho me temo que usted haya podido incurrir en esa antildeagaza tan comuacuten del escritor maldito fallecido antes de poder cum-plir con una obra que hubiera sido revolucionaria Un mito muy poderoso

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mdash18mdash joseacute mariacutea cambroacuten

seguramente con causas profundas en nuestro subconsciente y que qui-zaacutes proyecte usted sobre la persona de Rafael Alconeacutetar Para miacute aunque apenas lo leiacute sus libros carecen de intereacutes Y en cuanto a mi relacioacuten con eacutel puedo calificarla de inexistente Con todo y apelando a su discrecioacuten le contareacute el uacutenico recuerdo que tengo de eacutel que me parece ilustrativo de coacutemo quiso suplir con el escaacutendalo las carencias de su pluma

Todo partioacute de mi ingenuidad al considerar que a un profesor de lite-ratura recieacuten llegado a esta ciudad podriacutea interesarle mi obra que como usted sabe ha sido publicada en editoriales de renombre ademaacutes de recibir dos premios sobre cuya limpieza no hay ninguacuten geacutenero de dudas Le envieacute corteacutesmente dedicados mis dos uacuteltimos libros de por entonces Dudas y rompecabezas y Biografiacutea apoacutecrifa de Espinete Dos semanas despueacutes reci-biacute un sobre acolchado de remitente desconocido Al abrirlo halleacute los dos libros que habiacutea enviado al tal Alconeacutetar Mi perplejidad ante lo extrantildeo de esa devolucioacuten se mudoacute en coacutelera cuando no seacute por queacute en lugar de devolver mis libros a su hueco en la estanteriacutea se me ocurrioacute hojearlos Al dorso de la paacutegina habiacutea una laquocontra-dedicatoriaraquo que rezaba esta igno-minia laquoA Joseacute Mariacutea Cambroacuten el pompier maacutes putrefacto de la ciudad y parte de la provinciaraquo Seguacuten iba pasando las paacuteginas iba quedaacutendo-me mareado de oscilar entre la coacutelera y la tristeza al ver coacutemo mis versos habiacutean sido completados con coletillas burlonas glosados a pie de paacutegina con cuchufletas procaces e ilustrados con vintildeetas a plumilla que preten-diacutean convertir en imaacutegenes mis palabras En el colofoacuten habiacutean escrito un laquocontra-agradecimientoraquo en el que se haciacutea un burdo juego de palabras con mi apellido

Pero si toda esa patochada me sentoacute mal peor reaccioneacute al descubrir que el segundo de mis libros habiacutea sido reducido a la mitad de sus paacuteginas Tan baacuterbara mutilacioacuten se justificaba en un laquoprefacioraquo que cito con el martiri-zado libro ante miacute laquoEn un acceso de hilaridad el compantildeero Muntildeoz ver-tioacute una jarra de jugo de cebada sobre la mesa de reuniones Ante la carencia de servilletas recurrimos a las paacuteginas de este libro que asiacute desempentildearon un uacutetil cometido y se redimieron de tanta tonteriacutea como se habiacutea impreso sobre ellas Usemos el papel de manera responsableraquo

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mdash19mdashyumiko season | de las Sangradas escriaturas de alconeacutetar

Creo que lo que le estoy contando le daraacute un idea de quieacuten era Rafael Alconeacutetar y la pandilla de chiquillos rencorosos que le seguiacutea el juego Yo dudeacute en denunciarlos o tirarles alguna pulla en mi blog pero penseacute que con ello solo provocariacutea su regocijo Tampoco comenteacute con nadie esa broma pesada aparte de con mi esposa Todo esto no obsta para que lamentara su traacutegica muerte quizaacutes fruto de provocaciones auacuten maacutes graves que sin em-bargo como comentaba al principio no lo convierten en un buen escritor Pero eso ya queda a su juicio de criacutetica e historiadora de la literatura

Reciba un cordial saludoJoseacute Mariacutea Cambroacuten

ps Haacutegame saber sus sentildeas para el enviacuteo de mis libros ya sea los que le falten o los proacuteximos en publicarse destacadamente la antologiacutea que en breve va a sacarme la Diputacioacuten

8Enviado el 21052019 933 h (utc + 9)

Estimada SentildeoraGracias por el correo de usted Siacute he conocido a Rafael Alconeacutetar Yo

estaba su chica por un tiempo Estaba en su ciudad para aprender espantildeol por seis meses Nos conocimos en facultad despueacutes de cursos de espantildeol A eacutel gustaba yo mucho mi pelo y mi cuerpo Eso deciacutea A miacute gustaba mucho sus ojos y forma de tocarme No me importa decir porque usted no me conoce y nunca veraacute Escribioacute poema para miacute pero no entendiacute muy bien Peleamos un diacutea y no hablamos maacutes Yo soy orgullosa Lo vi con otra mujer Poco despueacutes volviacute a Japoacuten Espero que no es verdad que murioacute Quizaacutes fue lejos a otro paiacutes

Saludos cordiales a ustedYumiko

9Era para miacute el lugar maacutes importante del universo Sentado en la

pendiente a la orilla del manso riacuteo de aguas verduscas encajonado entre taludes de pizarras se extendiacutean los brazos hercuacuteleos de aquel

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imponente animal de piedra que abrazaba las dos orillas y salvaba el abismo Cuaacutentas horas paseacute miraacutendolo extasiado circundado por las oacuterbitas eliacutepticas de vencejos y murcieacutelagos al atardecer cruzado por alguacuten coche solitario del que a veces saliacutean algunos turistas que quizaacutes tomaban por uno de los suyos al nativo de aquella tierra de frontera y simiente milenaria Su solidez de apariencia perpetua a veces me provocaba celos y delirios de querer ser asiacute dominante sobre el curso del riacuteo y de los siglos indemne a los estragos de la edad y del fraca-so espectador piadoso de lo que decae y fallece Maacutes tarde el puente seriacutea el lugar desde el que imaginara mi desaparicioacuten aacutengel caiacutedo del paraiacuteso de la infancia y la ilusioacuten de ser querido Alliacute llegueacute una vez a traspasar la baranda y de pie sobre uno de los pilares contempleacute los remolinos que pareciacutean querer hipnotizarme hacia ellos para retraerme acongojado en el uacuteltimo momento y antes de que nadie me viera A las orillas del gran curso fluvial a la benevolente sombra del gran arco de piedra refugiado de las miradas de extrantildeeza leiacutea a Charles Baudelai-re y a Henry Miller a Dostoievski o a Lautreacuteamont y comenceacute a ser lo que soy un ignorante entre roquedos un mortal celoso de la eternidad del arte

10Nunca penseacute que alguien como eacutel pudiera fijarse en miacute Me rindioacute sin

resistencia nada maacutes verlo entrar el primer diacutea de clase Ese antildeo las llu-vias del otontildeo se habiacutean adelantado a mediados de septiembre y aquel profesor del que solo conociacuteamos su nombre entroacute con el paso firme de unas botas embarradas despojaacutendose de una cazadora de piel empapa-da y sacudieacutendose su mata de pelo negro antes de dirigirnos la palabra Siempre atenta a sus gestos descubririacutea maacutes adelante que nunca llevaba paraguas utensilio burgueacutes en su opinioacuten

mdashLlevarlo me recordariacutea que ya no podemos llevar espada y me ha-riacutea sentir ridiacuteculo frente a mis antepasados mdashme dijo un diacutea cuando gracias al taller habiacuteamos devenido coacutemplices de una aventura tan in-cierta como excitante

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Todo sucede y todo se desbarranca desde las ga-nas de decirlo

Fogwill

El que quiera ver mi muertetraiga una luz encendida

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1Dicen que Rafael Alconeacutetar murioacute treinta y tres antildeos despueacutes de su

nacimiento bajo un sol de injusticia y las pedradas del grupo de conju-rados al calor de la verguumlenza rencorosa que habiacutean ido suscitando sus insolencias Dicen que alliacute quedoacute tendido en una pendiente apuntildealada de pizarras y decorada de cagajones quizaacutes amarrado al aacutespero tallo de una retama puesto que nadie le tomoacute la mano en su hora final Por mi parte su recuerdo quedaraacute siempre unido a una eacutepoca increiacuteble en que aquella ciudad adormecida desde hace siglos a la sombra de sus torreo-nes y al sabor de lo acostumbrado se vio sacudida por la furia indoma-ble de vivir la alegriacutea del placer desatado el hambre de la belleza y la rebeldiacutea de un puntildeado de conciencias enardecidas por su palabra

2Fueron diacuteas que aunque no tan lejanos he intentado olvidar Creo

que puedo afirmar estar razonablemente satisfecha con mi vida y con lo que he logrado hasta ahora a costa de tantos sacrificios El trabajo en este instituto de la periferia adinerada me ha dado una estabilidad e independencia que valoro cada vez maacutes al permitirme ser yo misma sin rendir cuentas a nadie La desaparicioacuten de Rafael puso fin a mis ilusiones como escritora y tambieacuten a otra manera de ser mujer en la que habiacutea creiacutedo y que vista desde hoy me resulta maacutes que ajena Del mismo modo que me fui distanciando de mis antiguos compantildeeros del taller quienes me recordaban demasiado a coacutemo era yo por aque-llos tiempos

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mdash12mdash susana cordero

El trato con adolescentes me ha obligado a forjar unas defensas de las que careciacutea en aquella eacutepoca de princesa vulnerable He de confesar que ya no escribo Leo mucho eso siacute No hay mes que deje pasar sin acercarme a la Cuesta de Moyano En algunas eacutepocas sobre todo en primavera voy varias veces a la semana Fue un diacutea de esos poco antes del 14 de abril y con los estantes cubiertos de rescates de republicanos exiliados cuando en un puesto mi vista se posoacute sobre un cuadernillo rosado encuadernado con dos sencillas grapas y que llevaba el tiacutetulo de El Gerifalte Por unos segundos mis ojos se quedaron alliacute clavados y lo siguiente que sentiacute fue mi corazoacuten galopando seguacuten me acercaba tomaba el pequentildeo boletiacuten entre las manos lo abriacutea por la paacutegina terce-ra Ahiacute estaba el laquocadaacutever exquisitoraquo firmado con nuestras iniciales r a s c p m d chellip Rafael me habiacutea concedido el honor y el reto de continuar sus extrantildeos versos iniciales laquoEn la inmanencia de esta tarde de necios solemnes de voces viciadas das tu permiso sentildeor decano no haremos nada sino el gerifalteraquo Yo habiacutea continuado des-mantildeadamente laquoTe lo doy excelso caballero robador de los rebeldes alumnos des lo que quieras rastreado entre suentildeos de un gerifalteraquo Mientras lo leiacutea reiacutea para mis adentros recordando coacutemo nos dester-nillaacutebamos laquohaciendo el gerifalteraquo Paseacute entonces a la paacutegina quinta y vi la primera escena de la Comedia de los gerifaltes escrita a dos manos entre Rafael Alconeacutetar y Pedrito Muntildeoz el maacutes talentoso de los talleris-tas y que se pasoacute varios meses el pobre buscando un seudoacutenimo para remplazar su poco brillante apellido

mdashiquestCuaacutento es mdashpregunteacute al vendedormdashCincuenta euros mdashme dijo imperteacuterritoLos pagueacute sin rechistar Cuando iba a marchar me detuvemdashiquestDe doacutende sacoacute esa revistamdashNi idea sentildeora iquestPor queacute iquestLe interesamdashSiacutehellip Me gustariacutea conseguirla completa si es posiblemdashVereacute queacute puedo hacer Aunque no creo que sea faacutecilSiacute y ya te lo cobraraacutes caro penseacute deseando con fuerza que tuviera

suerte en sus pesquisas

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mdash13mdashpedro muntildeoz

3mdashiquestPedrito mdashuna voz en principio desconocida preguntando por

miacute usando el apelativo que se permiten quienes creen que pueden ha-cerlo es decir todo el mundo

mdashSiacute mdashcontesteacute con algo de rabia en la voz sin saber auacuten con quieacuten hablaba

mdashSoy Susana mdashy como si fuera necesario especificar o temiera ante mi silencio perplejo que hubiera olvidado queacute mujer combinaba ese nombre y esa voz antildeadioacute mdashSusana Cordero

Ese fue el inicio de una conversacioacuten cuyo objetivo direccioacuten y significado me resultaron un enigma de principio a fin No podriacutea dormir tranquilo en los proacuteximos diacuteas en las semanas siguientes quizaacutes despueacutes de escuchar la voz tan caacutelida como siempre de Susa-na sus inflexiones para coger aire que repercutiacutean en mis oiacutedos con eco de jadeos y que me haciacutean perder el hilo de lo que me estaba diciendo para enredarme en la madeja de mi deseo insatisfecho en-redado a traveacutes de tantos encuentros y desencuentros pasados siem-pre a punto creiacutea yo de entregarnos a la invasioacuten gozosa de nuestros cuerpos

Pero mi excitacioacuten recibioacute un primer jarro de agua friacutea al saber que la llamada de Susana no era sino para hablarme de Rafael Alconeacutetar Nuestro maestro el uacutenico que tuvimos y que nos ensentildeoacute en unos cuan-tos pero intensos meses maacutes de lo que aprendimos en los cuatro antildeos de carrera en aquella ciudad en la que fuimos joacutevenes y creiacutemos en ideales que preferimos olvidar despueacutes aquella ciudad donde fuimos inmensa-mente desgraciados pero tambieacuten ferozmente felices y donde al final la pequentildea eacutepica se consumioacute en infamia

No pude conciliar el suentildeo aquella noche hasta muy tarde y al diacutea siguiente mi trabajo en la redaccioacuten se me hizo pesado como nunca Llegueacute a mirar con asco la maqueta del proacuteximo nuacutemero de esta publi-cacioacuten balompeacutedica de la que obtengo mi sustento Si Rafael Alconeacutetar me viera ocupado de esta guisa iquestqueacute pasariacutea por su cabeza Concluiriacutea que se equivocoacute conmigo que erroacute en sus pronoacutesticos sobre aquel joven

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mdash14mdash susana cordero

que fue el primero en incorporarse a su taller y que siguioacute sus hazantildeas con fidelidad de lugarteniente o escudero

He pensado mucho en ellos Rafael y Susana estos diacuteas maacutes en Su-sana por las noches entre saacutebanas sudorosas maacutes en Rafael entre orde-nadores e imaacutegenes de goleadores triunfantes y guardametas pesarosos Aquiacute sobra decirlo soy solo Pedrito el maquetador y cotejar esta reali-dad con las cualidades que vio en miacute aquel ser contradictorio me suscita una congoja difiacutecil de soportar Estuve a punto de echarme a llorar en los aseos y si me contuve fue por miedo a que alguien me escuchara y pasara a ser Pedrito el raro No eacutel no me llamaba Pedrito sino Muntildeoz y me dijo laquoTuacute seraacutes el verdadero Muntildeoz de las Letras espantildeolasraquo Yo le creiacute y habida cuenta de lo que soy ahora me siento maacutes traidor a su palabra que a miacute mismo

4No lo habiacutea notado al hablar por teleacutefono pero cuando quedamos

unos diacuteas despueacutes se me hizo evidente Pedrito sigue colado por miacute Por eso volviacute de aquel encuentro algo cargada de tensioacuten Habiacutea ido todo bien y eacutel se habiacutea mostrado dispuesto a ayudarme en mi buacutesque-da Estaba muy cambiado Casi calvo con ojeras Por supuesto no ha-biacutea aumentado de estatura y como si no pudiera aceptarlo llevaba ropa de una talla superior a la que le corresponde Se me quedoacute mirando al despedirnos iquestQueacute esperaba que le diera un beso Queacute absurdo Pero llegueacute a casa y no podiacutea dormirme aunque al diacutea siguiente tuviera que madrugar Para intentar calmarme quise evocar a Rafael y recordeacute la sesioacuten del taller dedicada a la autobiografiacutea donde nos obsequioacute con esa gema de conmovedora belleza sus recuerdos de infancia en el pueblo fronterizo donde nacioacute Echando bruscamente a un lado el edredoacuten me levanteacute y fui a mi despacho Entre carpetas y cartapacios de aquel antildeo magniacutefico debiacutea estar auacuten ese texto Pero no lo encontreacute hasta diacuteas despueacutes cuando ya habiacutea iniciado mi buacutesqueda mi inmersioacuten en ese pasado del que habiacutea querido desprenderme como si pudiera cual ser-piente cambiar de piel y seguir reptando como un ser nuevo

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mdash15mdashpedro muntildeoz

5No pude contenerme En lugar de irme a la cama a pesar de la hora

agarreacute el moacutevil y entreacute en facebook iquestQueacute hubiera opinado Rafael Alco-neacutetar de esta hidra azulada que nos devora el tiempo a traveacutes de las mil bocas de hipoteacuteticos amigos que no escupen sino imaacutegenes y palabras que pudieacuteramos haber pescado en la red nosotros mismos Al recordar-lo mal que me pese intento imitar su estilo pero sin su gracia y altura de miras Sin su sinceridad sobre todo iquestQueacute sentido tiene condenar una herramienta a la que soy adicto aunque sea maacutes bien como espec-tador miroacuten pateacutetico voyeur dudando veinte veces antes de colgar un libro o una cancioacuten que me han gustado Escribiacute laquoSusana Cordero Gi-meacutenezraquo y alliacute estaba de perfil en blanco y negro El resto de sus fotos solo las veriacutea si aceptaba mi solicitud de amistad

iquestQueacute hacer Si me dejaba llevar a ella se le hariacutea evidente que busca-ba algo y comprobariacutea que habiacutea estado mirando su perfil a las tres y media de la madrugada hora a la que las personas equilibradas suelen estar durmiendo Lo hice a pesar de todo Solo habiacutea que pulsar con un dedo sobre el icono apropiado Ojalaacute gestos tan nimios hubieran bastado en otras eacutepocas Si con mover un dedo hubiera bastado para acercarme a ella y envolverla en mis brazos besarla en aquel portal bajo la lluvia como imagineacute aquella noche que la acompantildeeacute a su piso La excitacioacuten trepa tras mi piel al evocar esas acciones que nunca suce-dieron pero que tienen maacutes consistencia que la tibia y amarga realidad biograacutefica

El taller siacute Lugar maacutegico donde llegaacutebamos a momentos de acerca-miento que yo sentiacutea tan especiales y que sin embargo se daban solo a la sombra de nuestro maestro Como si de no estar eacutel no hubiera ninguacuten pretexto para acercarnos con esa complicidad Como si cuando eacutel se iba tuvieacuteramos que comportarnos como dos seres distantes simples compa-ntildeeros de clase unidos por el azar y entre los que no se justificaban las efu-siones sentimentales iquestY ahora iquestSeriacutea la buacutesqueda de Rafael la bendita excusa para unirnos al fin Despueacutes de todo quizaacutes no hubiera hecho mal enviaacutendole esa solicitud desde mi piso solitario y destartalado

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mdash16mdash isabel cardentildeosa

6Enviado el 13052019 1143 h

Estimada SusanaAcuso recibo de su correo del pasado jueves al que no habiacutea podido con-

testar hasta ahora Desgraciadamente me temo que no podreacute dar respuesta a la mayoriacutea de las preguntas que me plantea En efecto fui compantildeera de departamento del profesor Rafael Alconeacutetar Nuestro trato fue cordial en las ocasiones en que coincidimos Si no llegamos a adquirir maacutes confianza ello se debioacute sin duda a su tortuosa manera de ser

Quizaacutes no sepa usted que Rafael habiacutea sido alumno miacuteo antildeos atraacutes Pero aquel muchacho tiacutemido y aplicado habiacutea vuelto muy cambiado del extran-jero Durante el periodo anterior nos habiacutean llegado noticias de sus andan-zas por Italia que seguiacuteamos con la atencioacuten que corresponde a un antiguo disciacutepulo Me sorprendioacute enterarme de su regreso por la puerta grande y teniacutea cierta curiosidad por verlo despueacutes de tantos antildeos

Pero pronto me vi defraudada Contra lo que es habitual en esta casa no vino a saludarme para que pudiera darle la bienvenida y la enhorabuena Creo que es lo natural cuando alguien llega a un sitio presentarse a quienes van a ser tus compantildeeros En su caso nos rehuyoacute desde el primer momento ignoro por queacute razones Daba la impresioacuten de creerse mejor que nosotros Luego nos percatamos de que preferiacutea tratar con los alumnos Mientras que a miacute me saludaba con un laquohasta luegoraquo y una sonrisa que encubriacutea su hui-da varias veces lo observeacute departiendo animadamente con alguna alumna Esa cercaniacutea con los estudiantes sobre todo de sexo femenino contrastaba con su frialdad hacia nosotros

En cuanto al taller literario que menciona cuando supe de esa iniciativa mi primera reaccioacuten fue de disgusto por considerarla pretenciosa Si algo asiacute no habiacutea sido organizado en maacutes de veinte antildeos por Miguel Aacutengel Pepe Raimundo o Joseacute Luis me pareciacutea impropio que eacutel quisiera montarlo nada maacutes llegar Como si supiera maacutes que nosotros y quisiera demostraacuter-noslo No puedo negar que aquella iniciativa fue tema de conversacioacuten aunque yo no me implicara pues no me gusta hablar de los ausentes No me extrantildeoacute cuando supimos que el inicio del taller se postergaba por fal-

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mdash17mdashjoseacute mariacutea cambroacuten

ta de interesados Pero cuando pensaacutebamos que habriacutea dado carpetazo al asunto nos enteramos de que habiacutean dado comienzo las sesiones con solo cuatro participantes dos chicos y dos chicas Sentiacute laacutestima por Rafael y por el esfuerzo que dedicaba a un combate perdido de antemano

El resto ya es suficientemente conocido Cuando empezaron con aque-llas laquoacciones literariasraquo sentiacute una gran pesadumbre la que sentimos al ver un talento desperdiciado Nunca lo critiqueacute al contrario que alguacuten compa-ntildeero que opinoacute que Rafael habiacutea perdido la chaveta Huelga recordar coacutemo terminoacute todo

En fin pensaba ser breve y ya ve usted En cualquier caso me satisface comprobar que el nombre de Rafael Alconeacutetar no ha caiacutedo completamente en el olvido a pesar de lo triste y doloroso de su caso Espero haberle servi-do de ayuda pese a todo

Un saludo afectuosoIsabel Cardentildeosa

7Enviado el 16052019 2201 h

Querida amigaAntes de nada queriacutea agradecerle sus amables palabras sobre mis poe-

marios Celebro que le hayan gustado y si le faltase alguno de mis tiacutetulos haacutegamelo saber para que se lo enviacutee sin dilacioacuten con la correspondiente dedicatoria por supuesto

Por el contrario no seacute si podreacute serle de ayuda en cuanto a las dudas re-lacionadas con su estudio sobre laquovanguardias postmodernasraquo tiacutetulo muy llamativo pero cuyo objeto preciso se me escapa harto como estaacute uno de que le den gato por liebre Quizaacute pueda usted solventar mis dudas en la introduccioacuten a su ensayo

He de decirle que para miacute el debido respeto a los difuntos no justifica una valoracioacuten desmedida post mortem sin relacioacuten con los meacuteritos reales de una obra literaria y mucho me temo que usted haya podido incurrir en esa antildeagaza tan comuacuten del escritor maldito fallecido antes de poder cum-plir con una obra que hubiera sido revolucionaria Un mito muy poderoso

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mdash18mdash joseacute mariacutea cambroacuten

seguramente con causas profundas en nuestro subconsciente y que qui-zaacutes proyecte usted sobre la persona de Rafael Alconeacutetar Para miacute aunque apenas lo leiacute sus libros carecen de intereacutes Y en cuanto a mi relacioacuten con eacutel puedo calificarla de inexistente Con todo y apelando a su discrecioacuten le contareacute el uacutenico recuerdo que tengo de eacutel que me parece ilustrativo de coacutemo quiso suplir con el escaacutendalo las carencias de su pluma

Todo partioacute de mi ingenuidad al considerar que a un profesor de lite-ratura recieacuten llegado a esta ciudad podriacutea interesarle mi obra que como usted sabe ha sido publicada en editoriales de renombre ademaacutes de recibir dos premios sobre cuya limpieza no hay ninguacuten geacutenero de dudas Le envieacute corteacutesmente dedicados mis dos uacuteltimos libros de por entonces Dudas y rompecabezas y Biografiacutea apoacutecrifa de Espinete Dos semanas despueacutes reci-biacute un sobre acolchado de remitente desconocido Al abrirlo halleacute los dos libros que habiacutea enviado al tal Alconeacutetar Mi perplejidad ante lo extrantildeo de esa devolucioacuten se mudoacute en coacutelera cuando no seacute por queacute en lugar de devolver mis libros a su hueco en la estanteriacutea se me ocurrioacute hojearlos Al dorso de la paacutegina habiacutea una laquocontra-dedicatoriaraquo que rezaba esta igno-minia laquoA Joseacute Mariacutea Cambroacuten el pompier maacutes putrefacto de la ciudad y parte de la provinciaraquo Seguacuten iba pasando las paacuteginas iba quedaacutendo-me mareado de oscilar entre la coacutelera y la tristeza al ver coacutemo mis versos habiacutean sido completados con coletillas burlonas glosados a pie de paacutegina con cuchufletas procaces e ilustrados con vintildeetas a plumilla que preten-diacutean convertir en imaacutegenes mis palabras En el colofoacuten habiacutean escrito un laquocontra-agradecimientoraquo en el que se haciacutea un burdo juego de palabras con mi apellido

Pero si toda esa patochada me sentoacute mal peor reaccioneacute al descubrir que el segundo de mis libros habiacutea sido reducido a la mitad de sus paacuteginas Tan baacuterbara mutilacioacuten se justificaba en un laquoprefacioraquo que cito con el martiri-zado libro ante miacute laquoEn un acceso de hilaridad el compantildeero Muntildeoz ver-tioacute una jarra de jugo de cebada sobre la mesa de reuniones Ante la carencia de servilletas recurrimos a las paacuteginas de este libro que asiacute desempentildearon un uacutetil cometido y se redimieron de tanta tonteriacutea como se habiacutea impreso sobre ellas Usemos el papel de manera responsableraquo

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mdash19mdashyumiko season | de las Sangradas escriaturas de alconeacutetar

Creo que lo que le estoy contando le daraacute un idea de quieacuten era Rafael Alconeacutetar y la pandilla de chiquillos rencorosos que le seguiacutea el juego Yo dudeacute en denunciarlos o tirarles alguna pulla en mi blog pero penseacute que con ello solo provocariacutea su regocijo Tampoco comenteacute con nadie esa broma pesada aparte de con mi esposa Todo esto no obsta para que lamentara su traacutegica muerte quizaacutes fruto de provocaciones auacuten maacutes graves que sin em-bargo como comentaba al principio no lo convierten en un buen escritor Pero eso ya queda a su juicio de criacutetica e historiadora de la literatura

Reciba un cordial saludoJoseacute Mariacutea Cambroacuten

ps Haacutegame saber sus sentildeas para el enviacuteo de mis libros ya sea los que le falten o los proacuteximos en publicarse destacadamente la antologiacutea que en breve va a sacarme la Diputacioacuten

8Enviado el 21052019 933 h (utc + 9)

Estimada SentildeoraGracias por el correo de usted Siacute he conocido a Rafael Alconeacutetar Yo

estaba su chica por un tiempo Estaba en su ciudad para aprender espantildeol por seis meses Nos conocimos en facultad despueacutes de cursos de espantildeol A eacutel gustaba yo mucho mi pelo y mi cuerpo Eso deciacutea A miacute gustaba mucho sus ojos y forma de tocarme No me importa decir porque usted no me conoce y nunca veraacute Escribioacute poema para miacute pero no entendiacute muy bien Peleamos un diacutea y no hablamos maacutes Yo soy orgullosa Lo vi con otra mujer Poco despueacutes volviacute a Japoacuten Espero que no es verdad que murioacute Quizaacutes fue lejos a otro paiacutes

Saludos cordiales a ustedYumiko

9Era para miacute el lugar maacutes importante del universo Sentado en la

pendiente a la orilla del manso riacuteo de aguas verduscas encajonado entre taludes de pizarras se extendiacutean los brazos hercuacuteleos de aquel

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mdash20mdash dolors cavalls

imponente animal de piedra que abrazaba las dos orillas y salvaba el abismo Cuaacutentas horas paseacute miraacutendolo extasiado circundado por las oacuterbitas eliacutepticas de vencejos y murcieacutelagos al atardecer cruzado por alguacuten coche solitario del que a veces saliacutean algunos turistas que quizaacutes tomaban por uno de los suyos al nativo de aquella tierra de frontera y simiente milenaria Su solidez de apariencia perpetua a veces me provocaba celos y delirios de querer ser asiacute dominante sobre el curso del riacuteo y de los siglos indemne a los estragos de la edad y del fraca-so espectador piadoso de lo que decae y fallece Maacutes tarde el puente seriacutea el lugar desde el que imaginara mi desaparicioacuten aacutengel caiacutedo del paraiacuteso de la infancia y la ilusioacuten de ser querido Alliacute llegueacute una vez a traspasar la baranda y de pie sobre uno de los pilares contempleacute los remolinos que pareciacutean querer hipnotizarme hacia ellos para retraerme acongojado en el uacuteltimo momento y antes de que nadie me viera A las orillas del gran curso fluvial a la benevolente sombra del gran arco de piedra refugiado de las miradas de extrantildeeza leiacutea a Charles Baudelai-re y a Henry Miller a Dostoievski o a Lautreacuteamont y comenceacute a ser lo que soy un ignorante entre roquedos un mortal celoso de la eternidad del arte

10Nunca penseacute que alguien como eacutel pudiera fijarse en miacute Me rindioacute sin

resistencia nada maacutes verlo entrar el primer diacutea de clase Ese antildeo las llu-vias del otontildeo se habiacutean adelantado a mediados de septiembre y aquel profesor del que solo conociacuteamos su nombre entroacute con el paso firme de unas botas embarradas despojaacutendose de una cazadora de piel empapa-da y sacudieacutendose su mata de pelo negro antes de dirigirnos la palabra Siempre atenta a sus gestos descubririacutea maacutes adelante que nunca llevaba paraguas utensilio burgueacutes en su opinioacuten

mdashLlevarlo me recordariacutea que ya no podemos llevar espada y me ha-riacutea sentir ridiacuteculo frente a mis antepasados mdashme dijo un diacutea cuando gracias al taller habiacuteamos devenido coacutemplices de una aventura tan in-cierta como excitante

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Page 6: La Pasión de Rafael Alconétar

mdash11mdashsusana cordero | susana cordero

1Dicen que Rafael Alconeacutetar murioacute treinta y tres antildeos despueacutes de su

nacimiento bajo un sol de injusticia y las pedradas del grupo de conju-rados al calor de la verguumlenza rencorosa que habiacutean ido suscitando sus insolencias Dicen que alliacute quedoacute tendido en una pendiente apuntildealada de pizarras y decorada de cagajones quizaacutes amarrado al aacutespero tallo de una retama puesto que nadie le tomoacute la mano en su hora final Por mi parte su recuerdo quedaraacute siempre unido a una eacutepoca increiacuteble en que aquella ciudad adormecida desde hace siglos a la sombra de sus torreo-nes y al sabor de lo acostumbrado se vio sacudida por la furia indoma-ble de vivir la alegriacutea del placer desatado el hambre de la belleza y la rebeldiacutea de un puntildeado de conciencias enardecidas por su palabra

2Fueron diacuteas que aunque no tan lejanos he intentado olvidar Creo

que puedo afirmar estar razonablemente satisfecha con mi vida y con lo que he logrado hasta ahora a costa de tantos sacrificios El trabajo en este instituto de la periferia adinerada me ha dado una estabilidad e independencia que valoro cada vez maacutes al permitirme ser yo misma sin rendir cuentas a nadie La desaparicioacuten de Rafael puso fin a mis ilusiones como escritora y tambieacuten a otra manera de ser mujer en la que habiacutea creiacutedo y que vista desde hoy me resulta maacutes que ajena Del mismo modo que me fui distanciando de mis antiguos compantildeeros del taller quienes me recordaban demasiado a coacutemo era yo por aque-llos tiempos

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mdash12mdash susana cordero

El trato con adolescentes me ha obligado a forjar unas defensas de las que careciacutea en aquella eacutepoca de princesa vulnerable He de confesar que ya no escribo Leo mucho eso siacute No hay mes que deje pasar sin acercarme a la Cuesta de Moyano En algunas eacutepocas sobre todo en primavera voy varias veces a la semana Fue un diacutea de esos poco antes del 14 de abril y con los estantes cubiertos de rescates de republicanos exiliados cuando en un puesto mi vista se posoacute sobre un cuadernillo rosado encuadernado con dos sencillas grapas y que llevaba el tiacutetulo de El Gerifalte Por unos segundos mis ojos se quedaron alliacute clavados y lo siguiente que sentiacute fue mi corazoacuten galopando seguacuten me acercaba tomaba el pequentildeo boletiacuten entre las manos lo abriacutea por la paacutegina terce-ra Ahiacute estaba el laquocadaacutever exquisitoraquo firmado con nuestras iniciales r a s c p m d chellip Rafael me habiacutea concedido el honor y el reto de continuar sus extrantildeos versos iniciales laquoEn la inmanencia de esta tarde de necios solemnes de voces viciadas das tu permiso sentildeor decano no haremos nada sino el gerifalteraquo Yo habiacutea continuado des-mantildeadamente laquoTe lo doy excelso caballero robador de los rebeldes alumnos des lo que quieras rastreado entre suentildeos de un gerifalteraquo Mientras lo leiacutea reiacutea para mis adentros recordando coacutemo nos dester-nillaacutebamos laquohaciendo el gerifalteraquo Paseacute entonces a la paacutegina quinta y vi la primera escena de la Comedia de los gerifaltes escrita a dos manos entre Rafael Alconeacutetar y Pedrito Muntildeoz el maacutes talentoso de los talleris-tas y que se pasoacute varios meses el pobre buscando un seudoacutenimo para remplazar su poco brillante apellido

mdashiquestCuaacutento es mdashpregunteacute al vendedormdashCincuenta euros mdashme dijo imperteacuterritoLos pagueacute sin rechistar Cuando iba a marchar me detuvemdashiquestDe doacutende sacoacute esa revistamdashNi idea sentildeora iquestPor queacute iquestLe interesamdashSiacutehellip Me gustariacutea conseguirla completa si es posiblemdashVereacute queacute puedo hacer Aunque no creo que sea faacutecilSiacute y ya te lo cobraraacutes caro penseacute deseando con fuerza que tuviera

suerte en sus pesquisas

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mdash13mdashpedro muntildeoz

3mdashiquestPedrito mdashuna voz en principio desconocida preguntando por

miacute usando el apelativo que se permiten quienes creen que pueden ha-cerlo es decir todo el mundo

mdashSiacute mdashcontesteacute con algo de rabia en la voz sin saber auacuten con quieacuten hablaba

mdashSoy Susana mdashy como si fuera necesario especificar o temiera ante mi silencio perplejo que hubiera olvidado queacute mujer combinaba ese nombre y esa voz antildeadioacute mdashSusana Cordero

Ese fue el inicio de una conversacioacuten cuyo objetivo direccioacuten y significado me resultaron un enigma de principio a fin No podriacutea dormir tranquilo en los proacuteximos diacuteas en las semanas siguientes quizaacutes despueacutes de escuchar la voz tan caacutelida como siempre de Susa-na sus inflexiones para coger aire que repercutiacutean en mis oiacutedos con eco de jadeos y que me haciacutean perder el hilo de lo que me estaba diciendo para enredarme en la madeja de mi deseo insatisfecho en-redado a traveacutes de tantos encuentros y desencuentros pasados siem-pre a punto creiacutea yo de entregarnos a la invasioacuten gozosa de nuestros cuerpos

Pero mi excitacioacuten recibioacute un primer jarro de agua friacutea al saber que la llamada de Susana no era sino para hablarme de Rafael Alconeacutetar Nuestro maestro el uacutenico que tuvimos y que nos ensentildeoacute en unos cuan-tos pero intensos meses maacutes de lo que aprendimos en los cuatro antildeos de carrera en aquella ciudad en la que fuimos joacutevenes y creiacutemos en ideales que preferimos olvidar despueacutes aquella ciudad donde fuimos inmensa-mente desgraciados pero tambieacuten ferozmente felices y donde al final la pequentildea eacutepica se consumioacute en infamia

No pude conciliar el suentildeo aquella noche hasta muy tarde y al diacutea siguiente mi trabajo en la redaccioacuten se me hizo pesado como nunca Llegueacute a mirar con asco la maqueta del proacuteximo nuacutemero de esta publi-cacioacuten balompeacutedica de la que obtengo mi sustento Si Rafael Alconeacutetar me viera ocupado de esta guisa iquestqueacute pasariacutea por su cabeza Concluiriacutea que se equivocoacute conmigo que erroacute en sus pronoacutesticos sobre aquel joven

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mdash14mdash susana cordero

que fue el primero en incorporarse a su taller y que siguioacute sus hazantildeas con fidelidad de lugarteniente o escudero

He pensado mucho en ellos Rafael y Susana estos diacuteas maacutes en Su-sana por las noches entre saacutebanas sudorosas maacutes en Rafael entre orde-nadores e imaacutegenes de goleadores triunfantes y guardametas pesarosos Aquiacute sobra decirlo soy solo Pedrito el maquetador y cotejar esta reali-dad con las cualidades que vio en miacute aquel ser contradictorio me suscita una congoja difiacutecil de soportar Estuve a punto de echarme a llorar en los aseos y si me contuve fue por miedo a que alguien me escuchara y pasara a ser Pedrito el raro No eacutel no me llamaba Pedrito sino Muntildeoz y me dijo laquoTuacute seraacutes el verdadero Muntildeoz de las Letras espantildeolasraquo Yo le creiacute y habida cuenta de lo que soy ahora me siento maacutes traidor a su palabra que a miacute mismo

4No lo habiacutea notado al hablar por teleacutefono pero cuando quedamos

unos diacuteas despueacutes se me hizo evidente Pedrito sigue colado por miacute Por eso volviacute de aquel encuentro algo cargada de tensioacuten Habiacutea ido todo bien y eacutel se habiacutea mostrado dispuesto a ayudarme en mi buacutesque-da Estaba muy cambiado Casi calvo con ojeras Por supuesto no ha-biacutea aumentado de estatura y como si no pudiera aceptarlo llevaba ropa de una talla superior a la que le corresponde Se me quedoacute mirando al despedirnos iquestQueacute esperaba que le diera un beso Queacute absurdo Pero llegueacute a casa y no podiacutea dormirme aunque al diacutea siguiente tuviera que madrugar Para intentar calmarme quise evocar a Rafael y recordeacute la sesioacuten del taller dedicada a la autobiografiacutea donde nos obsequioacute con esa gema de conmovedora belleza sus recuerdos de infancia en el pueblo fronterizo donde nacioacute Echando bruscamente a un lado el edredoacuten me levanteacute y fui a mi despacho Entre carpetas y cartapacios de aquel antildeo magniacutefico debiacutea estar auacuten ese texto Pero no lo encontreacute hasta diacuteas despueacutes cuando ya habiacutea iniciado mi buacutesqueda mi inmersioacuten en ese pasado del que habiacutea querido desprenderme como si pudiera cual ser-piente cambiar de piel y seguir reptando como un ser nuevo

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mdash15mdashpedro muntildeoz

5No pude contenerme En lugar de irme a la cama a pesar de la hora

agarreacute el moacutevil y entreacute en facebook iquestQueacute hubiera opinado Rafael Alco-neacutetar de esta hidra azulada que nos devora el tiempo a traveacutes de las mil bocas de hipoteacuteticos amigos que no escupen sino imaacutegenes y palabras que pudieacuteramos haber pescado en la red nosotros mismos Al recordar-lo mal que me pese intento imitar su estilo pero sin su gracia y altura de miras Sin su sinceridad sobre todo iquestQueacute sentido tiene condenar una herramienta a la que soy adicto aunque sea maacutes bien como espec-tador miroacuten pateacutetico voyeur dudando veinte veces antes de colgar un libro o una cancioacuten que me han gustado Escribiacute laquoSusana Cordero Gi-meacutenezraquo y alliacute estaba de perfil en blanco y negro El resto de sus fotos solo las veriacutea si aceptaba mi solicitud de amistad

iquestQueacute hacer Si me dejaba llevar a ella se le hariacutea evidente que busca-ba algo y comprobariacutea que habiacutea estado mirando su perfil a las tres y media de la madrugada hora a la que las personas equilibradas suelen estar durmiendo Lo hice a pesar de todo Solo habiacutea que pulsar con un dedo sobre el icono apropiado Ojalaacute gestos tan nimios hubieran bastado en otras eacutepocas Si con mover un dedo hubiera bastado para acercarme a ella y envolverla en mis brazos besarla en aquel portal bajo la lluvia como imagineacute aquella noche que la acompantildeeacute a su piso La excitacioacuten trepa tras mi piel al evocar esas acciones que nunca suce-dieron pero que tienen maacutes consistencia que la tibia y amarga realidad biograacutefica

El taller siacute Lugar maacutegico donde llegaacutebamos a momentos de acerca-miento que yo sentiacutea tan especiales y que sin embargo se daban solo a la sombra de nuestro maestro Como si de no estar eacutel no hubiera ninguacuten pretexto para acercarnos con esa complicidad Como si cuando eacutel se iba tuvieacuteramos que comportarnos como dos seres distantes simples compa-ntildeeros de clase unidos por el azar y entre los que no se justificaban las efu-siones sentimentales iquestY ahora iquestSeriacutea la buacutesqueda de Rafael la bendita excusa para unirnos al fin Despueacutes de todo quizaacutes no hubiera hecho mal enviaacutendole esa solicitud desde mi piso solitario y destartalado

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mdash16mdash isabel cardentildeosa

6Enviado el 13052019 1143 h

Estimada SusanaAcuso recibo de su correo del pasado jueves al que no habiacutea podido con-

testar hasta ahora Desgraciadamente me temo que no podreacute dar respuesta a la mayoriacutea de las preguntas que me plantea En efecto fui compantildeera de departamento del profesor Rafael Alconeacutetar Nuestro trato fue cordial en las ocasiones en que coincidimos Si no llegamos a adquirir maacutes confianza ello se debioacute sin duda a su tortuosa manera de ser

Quizaacutes no sepa usted que Rafael habiacutea sido alumno miacuteo antildeos atraacutes Pero aquel muchacho tiacutemido y aplicado habiacutea vuelto muy cambiado del extran-jero Durante el periodo anterior nos habiacutean llegado noticias de sus andan-zas por Italia que seguiacuteamos con la atencioacuten que corresponde a un antiguo disciacutepulo Me sorprendioacute enterarme de su regreso por la puerta grande y teniacutea cierta curiosidad por verlo despueacutes de tantos antildeos

Pero pronto me vi defraudada Contra lo que es habitual en esta casa no vino a saludarme para que pudiera darle la bienvenida y la enhorabuena Creo que es lo natural cuando alguien llega a un sitio presentarse a quienes van a ser tus compantildeeros En su caso nos rehuyoacute desde el primer momento ignoro por queacute razones Daba la impresioacuten de creerse mejor que nosotros Luego nos percatamos de que preferiacutea tratar con los alumnos Mientras que a miacute me saludaba con un laquohasta luegoraquo y una sonrisa que encubriacutea su hui-da varias veces lo observeacute departiendo animadamente con alguna alumna Esa cercaniacutea con los estudiantes sobre todo de sexo femenino contrastaba con su frialdad hacia nosotros

En cuanto al taller literario que menciona cuando supe de esa iniciativa mi primera reaccioacuten fue de disgusto por considerarla pretenciosa Si algo asiacute no habiacutea sido organizado en maacutes de veinte antildeos por Miguel Aacutengel Pepe Raimundo o Joseacute Luis me pareciacutea impropio que eacutel quisiera montarlo nada maacutes llegar Como si supiera maacutes que nosotros y quisiera demostraacuter-noslo No puedo negar que aquella iniciativa fue tema de conversacioacuten aunque yo no me implicara pues no me gusta hablar de los ausentes No me extrantildeoacute cuando supimos que el inicio del taller se postergaba por fal-

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mdash17mdashjoseacute mariacutea cambroacuten

ta de interesados Pero cuando pensaacutebamos que habriacutea dado carpetazo al asunto nos enteramos de que habiacutean dado comienzo las sesiones con solo cuatro participantes dos chicos y dos chicas Sentiacute laacutestima por Rafael y por el esfuerzo que dedicaba a un combate perdido de antemano

El resto ya es suficientemente conocido Cuando empezaron con aque-llas laquoacciones literariasraquo sentiacute una gran pesadumbre la que sentimos al ver un talento desperdiciado Nunca lo critiqueacute al contrario que alguacuten compa-ntildeero que opinoacute que Rafael habiacutea perdido la chaveta Huelga recordar coacutemo terminoacute todo

En fin pensaba ser breve y ya ve usted En cualquier caso me satisface comprobar que el nombre de Rafael Alconeacutetar no ha caiacutedo completamente en el olvido a pesar de lo triste y doloroso de su caso Espero haberle servi-do de ayuda pese a todo

Un saludo afectuosoIsabel Cardentildeosa

7Enviado el 16052019 2201 h

Querida amigaAntes de nada queriacutea agradecerle sus amables palabras sobre mis poe-

marios Celebro que le hayan gustado y si le faltase alguno de mis tiacutetulos haacutegamelo saber para que se lo enviacutee sin dilacioacuten con la correspondiente dedicatoria por supuesto

Por el contrario no seacute si podreacute serle de ayuda en cuanto a las dudas re-lacionadas con su estudio sobre laquovanguardias postmodernasraquo tiacutetulo muy llamativo pero cuyo objeto preciso se me escapa harto como estaacute uno de que le den gato por liebre Quizaacute pueda usted solventar mis dudas en la introduccioacuten a su ensayo

He de decirle que para miacute el debido respeto a los difuntos no justifica una valoracioacuten desmedida post mortem sin relacioacuten con los meacuteritos reales de una obra literaria y mucho me temo que usted haya podido incurrir en esa antildeagaza tan comuacuten del escritor maldito fallecido antes de poder cum-plir con una obra que hubiera sido revolucionaria Un mito muy poderoso

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mdash18mdash joseacute mariacutea cambroacuten

seguramente con causas profundas en nuestro subconsciente y que qui-zaacutes proyecte usted sobre la persona de Rafael Alconeacutetar Para miacute aunque apenas lo leiacute sus libros carecen de intereacutes Y en cuanto a mi relacioacuten con eacutel puedo calificarla de inexistente Con todo y apelando a su discrecioacuten le contareacute el uacutenico recuerdo que tengo de eacutel que me parece ilustrativo de coacutemo quiso suplir con el escaacutendalo las carencias de su pluma

Todo partioacute de mi ingenuidad al considerar que a un profesor de lite-ratura recieacuten llegado a esta ciudad podriacutea interesarle mi obra que como usted sabe ha sido publicada en editoriales de renombre ademaacutes de recibir dos premios sobre cuya limpieza no hay ninguacuten geacutenero de dudas Le envieacute corteacutesmente dedicados mis dos uacuteltimos libros de por entonces Dudas y rompecabezas y Biografiacutea apoacutecrifa de Espinete Dos semanas despueacutes reci-biacute un sobre acolchado de remitente desconocido Al abrirlo halleacute los dos libros que habiacutea enviado al tal Alconeacutetar Mi perplejidad ante lo extrantildeo de esa devolucioacuten se mudoacute en coacutelera cuando no seacute por queacute en lugar de devolver mis libros a su hueco en la estanteriacutea se me ocurrioacute hojearlos Al dorso de la paacutegina habiacutea una laquocontra-dedicatoriaraquo que rezaba esta igno-minia laquoA Joseacute Mariacutea Cambroacuten el pompier maacutes putrefacto de la ciudad y parte de la provinciaraquo Seguacuten iba pasando las paacuteginas iba quedaacutendo-me mareado de oscilar entre la coacutelera y la tristeza al ver coacutemo mis versos habiacutean sido completados con coletillas burlonas glosados a pie de paacutegina con cuchufletas procaces e ilustrados con vintildeetas a plumilla que preten-diacutean convertir en imaacutegenes mis palabras En el colofoacuten habiacutean escrito un laquocontra-agradecimientoraquo en el que se haciacutea un burdo juego de palabras con mi apellido

Pero si toda esa patochada me sentoacute mal peor reaccioneacute al descubrir que el segundo de mis libros habiacutea sido reducido a la mitad de sus paacuteginas Tan baacuterbara mutilacioacuten se justificaba en un laquoprefacioraquo que cito con el martiri-zado libro ante miacute laquoEn un acceso de hilaridad el compantildeero Muntildeoz ver-tioacute una jarra de jugo de cebada sobre la mesa de reuniones Ante la carencia de servilletas recurrimos a las paacuteginas de este libro que asiacute desempentildearon un uacutetil cometido y se redimieron de tanta tonteriacutea como se habiacutea impreso sobre ellas Usemos el papel de manera responsableraquo

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mdash19mdashyumiko season | de las Sangradas escriaturas de alconeacutetar

Creo que lo que le estoy contando le daraacute un idea de quieacuten era Rafael Alconeacutetar y la pandilla de chiquillos rencorosos que le seguiacutea el juego Yo dudeacute en denunciarlos o tirarles alguna pulla en mi blog pero penseacute que con ello solo provocariacutea su regocijo Tampoco comenteacute con nadie esa broma pesada aparte de con mi esposa Todo esto no obsta para que lamentara su traacutegica muerte quizaacutes fruto de provocaciones auacuten maacutes graves que sin em-bargo como comentaba al principio no lo convierten en un buen escritor Pero eso ya queda a su juicio de criacutetica e historiadora de la literatura

Reciba un cordial saludoJoseacute Mariacutea Cambroacuten

ps Haacutegame saber sus sentildeas para el enviacuteo de mis libros ya sea los que le falten o los proacuteximos en publicarse destacadamente la antologiacutea que en breve va a sacarme la Diputacioacuten

8Enviado el 21052019 933 h (utc + 9)

Estimada SentildeoraGracias por el correo de usted Siacute he conocido a Rafael Alconeacutetar Yo

estaba su chica por un tiempo Estaba en su ciudad para aprender espantildeol por seis meses Nos conocimos en facultad despueacutes de cursos de espantildeol A eacutel gustaba yo mucho mi pelo y mi cuerpo Eso deciacutea A miacute gustaba mucho sus ojos y forma de tocarme No me importa decir porque usted no me conoce y nunca veraacute Escribioacute poema para miacute pero no entendiacute muy bien Peleamos un diacutea y no hablamos maacutes Yo soy orgullosa Lo vi con otra mujer Poco despueacutes volviacute a Japoacuten Espero que no es verdad que murioacute Quizaacutes fue lejos a otro paiacutes

Saludos cordiales a ustedYumiko

9Era para miacute el lugar maacutes importante del universo Sentado en la

pendiente a la orilla del manso riacuteo de aguas verduscas encajonado entre taludes de pizarras se extendiacutean los brazos hercuacuteleos de aquel

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mdash20mdash dolors cavalls

imponente animal de piedra que abrazaba las dos orillas y salvaba el abismo Cuaacutentas horas paseacute miraacutendolo extasiado circundado por las oacuterbitas eliacutepticas de vencejos y murcieacutelagos al atardecer cruzado por alguacuten coche solitario del que a veces saliacutean algunos turistas que quizaacutes tomaban por uno de los suyos al nativo de aquella tierra de frontera y simiente milenaria Su solidez de apariencia perpetua a veces me provocaba celos y delirios de querer ser asiacute dominante sobre el curso del riacuteo y de los siglos indemne a los estragos de la edad y del fraca-so espectador piadoso de lo que decae y fallece Maacutes tarde el puente seriacutea el lugar desde el que imaginara mi desaparicioacuten aacutengel caiacutedo del paraiacuteso de la infancia y la ilusioacuten de ser querido Alliacute llegueacute una vez a traspasar la baranda y de pie sobre uno de los pilares contempleacute los remolinos que pareciacutean querer hipnotizarme hacia ellos para retraerme acongojado en el uacuteltimo momento y antes de que nadie me viera A las orillas del gran curso fluvial a la benevolente sombra del gran arco de piedra refugiado de las miradas de extrantildeeza leiacutea a Charles Baudelai-re y a Henry Miller a Dostoievski o a Lautreacuteamont y comenceacute a ser lo que soy un ignorante entre roquedos un mortal celoso de la eternidad del arte

10Nunca penseacute que alguien como eacutel pudiera fijarse en miacute Me rindioacute sin

resistencia nada maacutes verlo entrar el primer diacutea de clase Ese antildeo las llu-vias del otontildeo se habiacutean adelantado a mediados de septiembre y aquel profesor del que solo conociacuteamos su nombre entroacute con el paso firme de unas botas embarradas despojaacutendose de una cazadora de piel empapa-da y sacudieacutendose su mata de pelo negro antes de dirigirnos la palabra Siempre atenta a sus gestos descubririacutea maacutes adelante que nunca llevaba paraguas utensilio burgueacutes en su opinioacuten

mdashLlevarlo me recordariacutea que ya no podemos llevar espada y me ha-riacutea sentir ridiacuteculo frente a mis antepasados mdashme dijo un diacutea cuando gracias al taller habiacuteamos devenido coacutemplices de una aventura tan in-cierta como excitante

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Page 7: La Pasión de Rafael Alconétar

mdash12mdash susana cordero

El trato con adolescentes me ha obligado a forjar unas defensas de las que careciacutea en aquella eacutepoca de princesa vulnerable He de confesar que ya no escribo Leo mucho eso siacute No hay mes que deje pasar sin acercarme a la Cuesta de Moyano En algunas eacutepocas sobre todo en primavera voy varias veces a la semana Fue un diacutea de esos poco antes del 14 de abril y con los estantes cubiertos de rescates de republicanos exiliados cuando en un puesto mi vista se posoacute sobre un cuadernillo rosado encuadernado con dos sencillas grapas y que llevaba el tiacutetulo de El Gerifalte Por unos segundos mis ojos se quedaron alliacute clavados y lo siguiente que sentiacute fue mi corazoacuten galopando seguacuten me acercaba tomaba el pequentildeo boletiacuten entre las manos lo abriacutea por la paacutegina terce-ra Ahiacute estaba el laquocadaacutever exquisitoraquo firmado con nuestras iniciales r a s c p m d chellip Rafael me habiacutea concedido el honor y el reto de continuar sus extrantildeos versos iniciales laquoEn la inmanencia de esta tarde de necios solemnes de voces viciadas das tu permiso sentildeor decano no haremos nada sino el gerifalteraquo Yo habiacutea continuado des-mantildeadamente laquoTe lo doy excelso caballero robador de los rebeldes alumnos des lo que quieras rastreado entre suentildeos de un gerifalteraquo Mientras lo leiacutea reiacutea para mis adentros recordando coacutemo nos dester-nillaacutebamos laquohaciendo el gerifalteraquo Paseacute entonces a la paacutegina quinta y vi la primera escena de la Comedia de los gerifaltes escrita a dos manos entre Rafael Alconeacutetar y Pedrito Muntildeoz el maacutes talentoso de los talleris-tas y que se pasoacute varios meses el pobre buscando un seudoacutenimo para remplazar su poco brillante apellido

mdashiquestCuaacutento es mdashpregunteacute al vendedormdashCincuenta euros mdashme dijo imperteacuterritoLos pagueacute sin rechistar Cuando iba a marchar me detuvemdashiquestDe doacutende sacoacute esa revistamdashNi idea sentildeora iquestPor queacute iquestLe interesamdashSiacutehellip Me gustariacutea conseguirla completa si es posiblemdashVereacute queacute puedo hacer Aunque no creo que sea faacutecilSiacute y ya te lo cobraraacutes caro penseacute deseando con fuerza que tuviera

suerte en sus pesquisas

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mdash13mdashpedro muntildeoz

3mdashiquestPedrito mdashuna voz en principio desconocida preguntando por

miacute usando el apelativo que se permiten quienes creen que pueden ha-cerlo es decir todo el mundo

mdashSiacute mdashcontesteacute con algo de rabia en la voz sin saber auacuten con quieacuten hablaba

mdashSoy Susana mdashy como si fuera necesario especificar o temiera ante mi silencio perplejo que hubiera olvidado queacute mujer combinaba ese nombre y esa voz antildeadioacute mdashSusana Cordero

Ese fue el inicio de una conversacioacuten cuyo objetivo direccioacuten y significado me resultaron un enigma de principio a fin No podriacutea dormir tranquilo en los proacuteximos diacuteas en las semanas siguientes quizaacutes despueacutes de escuchar la voz tan caacutelida como siempre de Susa-na sus inflexiones para coger aire que repercutiacutean en mis oiacutedos con eco de jadeos y que me haciacutean perder el hilo de lo que me estaba diciendo para enredarme en la madeja de mi deseo insatisfecho en-redado a traveacutes de tantos encuentros y desencuentros pasados siem-pre a punto creiacutea yo de entregarnos a la invasioacuten gozosa de nuestros cuerpos

Pero mi excitacioacuten recibioacute un primer jarro de agua friacutea al saber que la llamada de Susana no era sino para hablarme de Rafael Alconeacutetar Nuestro maestro el uacutenico que tuvimos y que nos ensentildeoacute en unos cuan-tos pero intensos meses maacutes de lo que aprendimos en los cuatro antildeos de carrera en aquella ciudad en la que fuimos joacutevenes y creiacutemos en ideales que preferimos olvidar despueacutes aquella ciudad donde fuimos inmensa-mente desgraciados pero tambieacuten ferozmente felices y donde al final la pequentildea eacutepica se consumioacute en infamia

No pude conciliar el suentildeo aquella noche hasta muy tarde y al diacutea siguiente mi trabajo en la redaccioacuten se me hizo pesado como nunca Llegueacute a mirar con asco la maqueta del proacuteximo nuacutemero de esta publi-cacioacuten balompeacutedica de la que obtengo mi sustento Si Rafael Alconeacutetar me viera ocupado de esta guisa iquestqueacute pasariacutea por su cabeza Concluiriacutea que se equivocoacute conmigo que erroacute en sus pronoacutesticos sobre aquel joven

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mdash14mdash susana cordero

que fue el primero en incorporarse a su taller y que siguioacute sus hazantildeas con fidelidad de lugarteniente o escudero

He pensado mucho en ellos Rafael y Susana estos diacuteas maacutes en Su-sana por las noches entre saacutebanas sudorosas maacutes en Rafael entre orde-nadores e imaacutegenes de goleadores triunfantes y guardametas pesarosos Aquiacute sobra decirlo soy solo Pedrito el maquetador y cotejar esta reali-dad con las cualidades que vio en miacute aquel ser contradictorio me suscita una congoja difiacutecil de soportar Estuve a punto de echarme a llorar en los aseos y si me contuve fue por miedo a que alguien me escuchara y pasara a ser Pedrito el raro No eacutel no me llamaba Pedrito sino Muntildeoz y me dijo laquoTuacute seraacutes el verdadero Muntildeoz de las Letras espantildeolasraquo Yo le creiacute y habida cuenta de lo que soy ahora me siento maacutes traidor a su palabra que a miacute mismo

4No lo habiacutea notado al hablar por teleacutefono pero cuando quedamos

unos diacuteas despueacutes se me hizo evidente Pedrito sigue colado por miacute Por eso volviacute de aquel encuentro algo cargada de tensioacuten Habiacutea ido todo bien y eacutel se habiacutea mostrado dispuesto a ayudarme en mi buacutesque-da Estaba muy cambiado Casi calvo con ojeras Por supuesto no ha-biacutea aumentado de estatura y como si no pudiera aceptarlo llevaba ropa de una talla superior a la que le corresponde Se me quedoacute mirando al despedirnos iquestQueacute esperaba que le diera un beso Queacute absurdo Pero llegueacute a casa y no podiacutea dormirme aunque al diacutea siguiente tuviera que madrugar Para intentar calmarme quise evocar a Rafael y recordeacute la sesioacuten del taller dedicada a la autobiografiacutea donde nos obsequioacute con esa gema de conmovedora belleza sus recuerdos de infancia en el pueblo fronterizo donde nacioacute Echando bruscamente a un lado el edredoacuten me levanteacute y fui a mi despacho Entre carpetas y cartapacios de aquel antildeo magniacutefico debiacutea estar auacuten ese texto Pero no lo encontreacute hasta diacuteas despueacutes cuando ya habiacutea iniciado mi buacutesqueda mi inmersioacuten en ese pasado del que habiacutea querido desprenderme como si pudiera cual ser-piente cambiar de piel y seguir reptando como un ser nuevo

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mdash15mdashpedro muntildeoz

5No pude contenerme En lugar de irme a la cama a pesar de la hora

agarreacute el moacutevil y entreacute en facebook iquestQueacute hubiera opinado Rafael Alco-neacutetar de esta hidra azulada que nos devora el tiempo a traveacutes de las mil bocas de hipoteacuteticos amigos que no escupen sino imaacutegenes y palabras que pudieacuteramos haber pescado en la red nosotros mismos Al recordar-lo mal que me pese intento imitar su estilo pero sin su gracia y altura de miras Sin su sinceridad sobre todo iquestQueacute sentido tiene condenar una herramienta a la que soy adicto aunque sea maacutes bien como espec-tador miroacuten pateacutetico voyeur dudando veinte veces antes de colgar un libro o una cancioacuten que me han gustado Escribiacute laquoSusana Cordero Gi-meacutenezraquo y alliacute estaba de perfil en blanco y negro El resto de sus fotos solo las veriacutea si aceptaba mi solicitud de amistad

iquestQueacute hacer Si me dejaba llevar a ella se le hariacutea evidente que busca-ba algo y comprobariacutea que habiacutea estado mirando su perfil a las tres y media de la madrugada hora a la que las personas equilibradas suelen estar durmiendo Lo hice a pesar de todo Solo habiacutea que pulsar con un dedo sobre el icono apropiado Ojalaacute gestos tan nimios hubieran bastado en otras eacutepocas Si con mover un dedo hubiera bastado para acercarme a ella y envolverla en mis brazos besarla en aquel portal bajo la lluvia como imagineacute aquella noche que la acompantildeeacute a su piso La excitacioacuten trepa tras mi piel al evocar esas acciones que nunca suce-dieron pero que tienen maacutes consistencia que la tibia y amarga realidad biograacutefica

El taller siacute Lugar maacutegico donde llegaacutebamos a momentos de acerca-miento que yo sentiacutea tan especiales y que sin embargo se daban solo a la sombra de nuestro maestro Como si de no estar eacutel no hubiera ninguacuten pretexto para acercarnos con esa complicidad Como si cuando eacutel se iba tuvieacuteramos que comportarnos como dos seres distantes simples compa-ntildeeros de clase unidos por el azar y entre los que no se justificaban las efu-siones sentimentales iquestY ahora iquestSeriacutea la buacutesqueda de Rafael la bendita excusa para unirnos al fin Despueacutes de todo quizaacutes no hubiera hecho mal enviaacutendole esa solicitud desde mi piso solitario y destartalado

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mdash16mdash isabel cardentildeosa

6Enviado el 13052019 1143 h

Estimada SusanaAcuso recibo de su correo del pasado jueves al que no habiacutea podido con-

testar hasta ahora Desgraciadamente me temo que no podreacute dar respuesta a la mayoriacutea de las preguntas que me plantea En efecto fui compantildeera de departamento del profesor Rafael Alconeacutetar Nuestro trato fue cordial en las ocasiones en que coincidimos Si no llegamos a adquirir maacutes confianza ello se debioacute sin duda a su tortuosa manera de ser

Quizaacutes no sepa usted que Rafael habiacutea sido alumno miacuteo antildeos atraacutes Pero aquel muchacho tiacutemido y aplicado habiacutea vuelto muy cambiado del extran-jero Durante el periodo anterior nos habiacutean llegado noticias de sus andan-zas por Italia que seguiacuteamos con la atencioacuten que corresponde a un antiguo disciacutepulo Me sorprendioacute enterarme de su regreso por la puerta grande y teniacutea cierta curiosidad por verlo despueacutes de tantos antildeos

Pero pronto me vi defraudada Contra lo que es habitual en esta casa no vino a saludarme para que pudiera darle la bienvenida y la enhorabuena Creo que es lo natural cuando alguien llega a un sitio presentarse a quienes van a ser tus compantildeeros En su caso nos rehuyoacute desde el primer momento ignoro por queacute razones Daba la impresioacuten de creerse mejor que nosotros Luego nos percatamos de que preferiacutea tratar con los alumnos Mientras que a miacute me saludaba con un laquohasta luegoraquo y una sonrisa que encubriacutea su hui-da varias veces lo observeacute departiendo animadamente con alguna alumna Esa cercaniacutea con los estudiantes sobre todo de sexo femenino contrastaba con su frialdad hacia nosotros

En cuanto al taller literario que menciona cuando supe de esa iniciativa mi primera reaccioacuten fue de disgusto por considerarla pretenciosa Si algo asiacute no habiacutea sido organizado en maacutes de veinte antildeos por Miguel Aacutengel Pepe Raimundo o Joseacute Luis me pareciacutea impropio que eacutel quisiera montarlo nada maacutes llegar Como si supiera maacutes que nosotros y quisiera demostraacuter-noslo No puedo negar que aquella iniciativa fue tema de conversacioacuten aunque yo no me implicara pues no me gusta hablar de los ausentes No me extrantildeoacute cuando supimos que el inicio del taller se postergaba por fal-

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mdash17mdashjoseacute mariacutea cambroacuten

ta de interesados Pero cuando pensaacutebamos que habriacutea dado carpetazo al asunto nos enteramos de que habiacutean dado comienzo las sesiones con solo cuatro participantes dos chicos y dos chicas Sentiacute laacutestima por Rafael y por el esfuerzo que dedicaba a un combate perdido de antemano

El resto ya es suficientemente conocido Cuando empezaron con aque-llas laquoacciones literariasraquo sentiacute una gran pesadumbre la que sentimos al ver un talento desperdiciado Nunca lo critiqueacute al contrario que alguacuten compa-ntildeero que opinoacute que Rafael habiacutea perdido la chaveta Huelga recordar coacutemo terminoacute todo

En fin pensaba ser breve y ya ve usted En cualquier caso me satisface comprobar que el nombre de Rafael Alconeacutetar no ha caiacutedo completamente en el olvido a pesar de lo triste y doloroso de su caso Espero haberle servi-do de ayuda pese a todo

Un saludo afectuosoIsabel Cardentildeosa

7Enviado el 16052019 2201 h

Querida amigaAntes de nada queriacutea agradecerle sus amables palabras sobre mis poe-

marios Celebro que le hayan gustado y si le faltase alguno de mis tiacutetulos haacutegamelo saber para que se lo enviacutee sin dilacioacuten con la correspondiente dedicatoria por supuesto

Por el contrario no seacute si podreacute serle de ayuda en cuanto a las dudas re-lacionadas con su estudio sobre laquovanguardias postmodernasraquo tiacutetulo muy llamativo pero cuyo objeto preciso se me escapa harto como estaacute uno de que le den gato por liebre Quizaacute pueda usted solventar mis dudas en la introduccioacuten a su ensayo

He de decirle que para miacute el debido respeto a los difuntos no justifica una valoracioacuten desmedida post mortem sin relacioacuten con los meacuteritos reales de una obra literaria y mucho me temo que usted haya podido incurrir en esa antildeagaza tan comuacuten del escritor maldito fallecido antes de poder cum-plir con una obra que hubiera sido revolucionaria Un mito muy poderoso

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mdash18mdash joseacute mariacutea cambroacuten

seguramente con causas profundas en nuestro subconsciente y que qui-zaacutes proyecte usted sobre la persona de Rafael Alconeacutetar Para miacute aunque apenas lo leiacute sus libros carecen de intereacutes Y en cuanto a mi relacioacuten con eacutel puedo calificarla de inexistente Con todo y apelando a su discrecioacuten le contareacute el uacutenico recuerdo que tengo de eacutel que me parece ilustrativo de coacutemo quiso suplir con el escaacutendalo las carencias de su pluma

Todo partioacute de mi ingenuidad al considerar que a un profesor de lite-ratura recieacuten llegado a esta ciudad podriacutea interesarle mi obra que como usted sabe ha sido publicada en editoriales de renombre ademaacutes de recibir dos premios sobre cuya limpieza no hay ninguacuten geacutenero de dudas Le envieacute corteacutesmente dedicados mis dos uacuteltimos libros de por entonces Dudas y rompecabezas y Biografiacutea apoacutecrifa de Espinete Dos semanas despueacutes reci-biacute un sobre acolchado de remitente desconocido Al abrirlo halleacute los dos libros que habiacutea enviado al tal Alconeacutetar Mi perplejidad ante lo extrantildeo de esa devolucioacuten se mudoacute en coacutelera cuando no seacute por queacute en lugar de devolver mis libros a su hueco en la estanteriacutea se me ocurrioacute hojearlos Al dorso de la paacutegina habiacutea una laquocontra-dedicatoriaraquo que rezaba esta igno-minia laquoA Joseacute Mariacutea Cambroacuten el pompier maacutes putrefacto de la ciudad y parte de la provinciaraquo Seguacuten iba pasando las paacuteginas iba quedaacutendo-me mareado de oscilar entre la coacutelera y la tristeza al ver coacutemo mis versos habiacutean sido completados con coletillas burlonas glosados a pie de paacutegina con cuchufletas procaces e ilustrados con vintildeetas a plumilla que preten-diacutean convertir en imaacutegenes mis palabras En el colofoacuten habiacutean escrito un laquocontra-agradecimientoraquo en el que se haciacutea un burdo juego de palabras con mi apellido

Pero si toda esa patochada me sentoacute mal peor reaccioneacute al descubrir que el segundo de mis libros habiacutea sido reducido a la mitad de sus paacuteginas Tan baacuterbara mutilacioacuten se justificaba en un laquoprefacioraquo que cito con el martiri-zado libro ante miacute laquoEn un acceso de hilaridad el compantildeero Muntildeoz ver-tioacute una jarra de jugo de cebada sobre la mesa de reuniones Ante la carencia de servilletas recurrimos a las paacuteginas de este libro que asiacute desempentildearon un uacutetil cometido y se redimieron de tanta tonteriacutea como se habiacutea impreso sobre ellas Usemos el papel de manera responsableraquo

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Creo que lo que le estoy contando le daraacute un idea de quieacuten era Rafael Alconeacutetar y la pandilla de chiquillos rencorosos que le seguiacutea el juego Yo dudeacute en denunciarlos o tirarles alguna pulla en mi blog pero penseacute que con ello solo provocariacutea su regocijo Tampoco comenteacute con nadie esa broma pesada aparte de con mi esposa Todo esto no obsta para que lamentara su traacutegica muerte quizaacutes fruto de provocaciones auacuten maacutes graves que sin em-bargo como comentaba al principio no lo convierten en un buen escritor Pero eso ya queda a su juicio de criacutetica e historiadora de la literatura

Reciba un cordial saludoJoseacute Mariacutea Cambroacuten

ps Haacutegame saber sus sentildeas para el enviacuteo de mis libros ya sea los que le falten o los proacuteximos en publicarse destacadamente la antologiacutea que en breve va a sacarme la Diputacioacuten

8Enviado el 21052019 933 h (utc + 9)

Estimada SentildeoraGracias por el correo de usted Siacute he conocido a Rafael Alconeacutetar Yo

estaba su chica por un tiempo Estaba en su ciudad para aprender espantildeol por seis meses Nos conocimos en facultad despueacutes de cursos de espantildeol A eacutel gustaba yo mucho mi pelo y mi cuerpo Eso deciacutea A miacute gustaba mucho sus ojos y forma de tocarme No me importa decir porque usted no me conoce y nunca veraacute Escribioacute poema para miacute pero no entendiacute muy bien Peleamos un diacutea y no hablamos maacutes Yo soy orgullosa Lo vi con otra mujer Poco despueacutes volviacute a Japoacuten Espero que no es verdad que murioacute Quizaacutes fue lejos a otro paiacutes

Saludos cordiales a ustedYumiko

9Era para miacute el lugar maacutes importante del universo Sentado en la

pendiente a la orilla del manso riacuteo de aguas verduscas encajonado entre taludes de pizarras se extendiacutean los brazos hercuacuteleos de aquel

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mdash20mdash dolors cavalls

imponente animal de piedra que abrazaba las dos orillas y salvaba el abismo Cuaacutentas horas paseacute miraacutendolo extasiado circundado por las oacuterbitas eliacutepticas de vencejos y murcieacutelagos al atardecer cruzado por alguacuten coche solitario del que a veces saliacutean algunos turistas que quizaacutes tomaban por uno de los suyos al nativo de aquella tierra de frontera y simiente milenaria Su solidez de apariencia perpetua a veces me provocaba celos y delirios de querer ser asiacute dominante sobre el curso del riacuteo y de los siglos indemne a los estragos de la edad y del fraca-so espectador piadoso de lo que decae y fallece Maacutes tarde el puente seriacutea el lugar desde el que imaginara mi desaparicioacuten aacutengel caiacutedo del paraiacuteso de la infancia y la ilusioacuten de ser querido Alliacute llegueacute una vez a traspasar la baranda y de pie sobre uno de los pilares contempleacute los remolinos que pareciacutean querer hipnotizarme hacia ellos para retraerme acongojado en el uacuteltimo momento y antes de que nadie me viera A las orillas del gran curso fluvial a la benevolente sombra del gran arco de piedra refugiado de las miradas de extrantildeeza leiacutea a Charles Baudelai-re y a Henry Miller a Dostoievski o a Lautreacuteamont y comenceacute a ser lo que soy un ignorante entre roquedos un mortal celoso de la eternidad del arte

10Nunca penseacute que alguien como eacutel pudiera fijarse en miacute Me rindioacute sin

resistencia nada maacutes verlo entrar el primer diacutea de clase Ese antildeo las llu-vias del otontildeo se habiacutean adelantado a mediados de septiembre y aquel profesor del que solo conociacuteamos su nombre entroacute con el paso firme de unas botas embarradas despojaacutendose de una cazadora de piel empapa-da y sacudieacutendose su mata de pelo negro antes de dirigirnos la palabra Siempre atenta a sus gestos descubririacutea maacutes adelante que nunca llevaba paraguas utensilio burgueacutes en su opinioacuten

mdashLlevarlo me recordariacutea que ya no podemos llevar espada y me ha-riacutea sentir ridiacuteculo frente a mis antepasados mdashme dijo un diacutea cuando gracias al taller habiacuteamos devenido coacutemplices de una aventura tan in-cierta como excitante

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Page 8: La Pasión de Rafael Alconétar

mdash13mdashpedro muntildeoz

3mdashiquestPedrito mdashuna voz en principio desconocida preguntando por

miacute usando el apelativo que se permiten quienes creen que pueden ha-cerlo es decir todo el mundo

mdashSiacute mdashcontesteacute con algo de rabia en la voz sin saber auacuten con quieacuten hablaba

mdashSoy Susana mdashy como si fuera necesario especificar o temiera ante mi silencio perplejo que hubiera olvidado queacute mujer combinaba ese nombre y esa voz antildeadioacute mdashSusana Cordero

Ese fue el inicio de una conversacioacuten cuyo objetivo direccioacuten y significado me resultaron un enigma de principio a fin No podriacutea dormir tranquilo en los proacuteximos diacuteas en las semanas siguientes quizaacutes despueacutes de escuchar la voz tan caacutelida como siempre de Susa-na sus inflexiones para coger aire que repercutiacutean en mis oiacutedos con eco de jadeos y que me haciacutean perder el hilo de lo que me estaba diciendo para enredarme en la madeja de mi deseo insatisfecho en-redado a traveacutes de tantos encuentros y desencuentros pasados siem-pre a punto creiacutea yo de entregarnos a la invasioacuten gozosa de nuestros cuerpos

Pero mi excitacioacuten recibioacute un primer jarro de agua friacutea al saber que la llamada de Susana no era sino para hablarme de Rafael Alconeacutetar Nuestro maestro el uacutenico que tuvimos y que nos ensentildeoacute en unos cuan-tos pero intensos meses maacutes de lo que aprendimos en los cuatro antildeos de carrera en aquella ciudad en la que fuimos joacutevenes y creiacutemos en ideales que preferimos olvidar despueacutes aquella ciudad donde fuimos inmensa-mente desgraciados pero tambieacuten ferozmente felices y donde al final la pequentildea eacutepica se consumioacute en infamia

No pude conciliar el suentildeo aquella noche hasta muy tarde y al diacutea siguiente mi trabajo en la redaccioacuten se me hizo pesado como nunca Llegueacute a mirar con asco la maqueta del proacuteximo nuacutemero de esta publi-cacioacuten balompeacutedica de la que obtengo mi sustento Si Rafael Alconeacutetar me viera ocupado de esta guisa iquestqueacute pasariacutea por su cabeza Concluiriacutea que se equivocoacute conmigo que erroacute en sus pronoacutesticos sobre aquel joven

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mdash14mdash susana cordero

que fue el primero en incorporarse a su taller y que siguioacute sus hazantildeas con fidelidad de lugarteniente o escudero

He pensado mucho en ellos Rafael y Susana estos diacuteas maacutes en Su-sana por las noches entre saacutebanas sudorosas maacutes en Rafael entre orde-nadores e imaacutegenes de goleadores triunfantes y guardametas pesarosos Aquiacute sobra decirlo soy solo Pedrito el maquetador y cotejar esta reali-dad con las cualidades que vio en miacute aquel ser contradictorio me suscita una congoja difiacutecil de soportar Estuve a punto de echarme a llorar en los aseos y si me contuve fue por miedo a que alguien me escuchara y pasara a ser Pedrito el raro No eacutel no me llamaba Pedrito sino Muntildeoz y me dijo laquoTuacute seraacutes el verdadero Muntildeoz de las Letras espantildeolasraquo Yo le creiacute y habida cuenta de lo que soy ahora me siento maacutes traidor a su palabra que a miacute mismo

4No lo habiacutea notado al hablar por teleacutefono pero cuando quedamos

unos diacuteas despueacutes se me hizo evidente Pedrito sigue colado por miacute Por eso volviacute de aquel encuentro algo cargada de tensioacuten Habiacutea ido todo bien y eacutel se habiacutea mostrado dispuesto a ayudarme en mi buacutesque-da Estaba muy cambiado Casi calvo con ojeras Por supuesto no ha-biacutea aumentado de estatura y como si no pudiera aceptarlo llevaba ropa de una talla superior a la que le corresponde Se me quedoacute mirando al despedirnos iquestQueacute esperaba que le diera un beso Queacute absurdo Pero llegueacute a casa y no podiacutea dormirme aunque al diacutea siguiente tuviera que madrugar Para intentar calmarme quise evocar a Rafael y recordeacute la sesioacuten del taller dedicada a la autobiografiacutea donde nos obsequioacute con esa gema de conmovedora belleza sus recuerdos de infancia en el pueblo fronterizo donde nacioacute Echando bruscamente a un lado el edredoacuten me levanteacute y fui a mi despacho Entre carpetas y cartapacios de aquel antildeo magniacutefico debiacutea estar auacuten ese texto Pero no lo encontreacute hasta diacuteas despueacutes cuando ya habiacutea iniciado mi buacutesqueda mi inmersioacuten en ese pasado del que habiacutea querido desprenderme como si pudiera cual ser-piente cambiar de piel y seguir reptando como un ser nuevo

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mdash15mdashpedro muntildeoz

5No pude contenerme En lugar de irme a la cama a pesar de la hora

agarreacute el moacutevil y entreacute en facebook iquestQueacute hubiera opinado Rafael Alco-neacutetar de esta hidra azulada que nos devora el tiempo a traveacutes de las mil bocas de hipoteacuteticos amigos que no escupen sino imaacutegenes y palabras que pudieacuteramos haber pescado en la red nosotros mismos Al recordar-lo mal que me pese intento imitar su estilo pero sin su gracia y altura de miras Sin su sinceridad sobre todo iquestQueacute sentido tiene condenar una herramienta a la que soy adicto aunque sea maacutes bien como espec-tador miroacuten pateacutetico voyeur dudando veinte veces antes de colgar un libro o una cancioacuten que me han gustado Escribiacute laquoSusana Cordero Gi-meacutenezraquo y alliacute estaba de perfil en blanco y negro El resto de sus fotos solo las veriacutea si aceptaba mi solicitud de amistad

iquestQueacute hacer Si me dejaba llevar a ella se le hariacutea evidente que busca-ba algo y comprobariacutea que habiacutea estado mirando su perfil a las tres y media de la madrugada hora a la que las personas equilibradas suelen estar durmiendo Lo hice a pesar de todo Solo habiacutea que pulsar con un dedo sobre el icono apropiado Ojalaacute gestos tan nimios hubieran bastado en otras eacutepocas Si con mover un dedo hubiera bastado para acercarme a ella y envolverla en mis brazos besarla en aquel portal bajo la lluvia como imagineacute aquella noche que la acompantildeeacute a su piso La excitacioacuten trepa tras mi piel al evocar esas acciones que nunca suce-dieron pero que tienen maacutes consistencia que la tibia y amarga realidad biograacutefica

El taller siacute Lugar maacutegico donde llegaacutebamos a momentos de acerca-miento que yo sentiacutea tan especiales y que sin embargo se daban solo a la sombra de nuestro maestro Como si de no estar eacutel no hubiera ninguacuten pretexto para acercarnos con esa complicidad Como si cuando eacutel se iba tuvieacuteramos que comportarnos como dos seres distantes simples compa-ntildeeros de clase unidos por el azar y entre los que no se justificaban las efu-siones sentimentales iquestY ahora iquestSeriacutea la buacutesqueda de Rafael la bendita excusa para unirnos al fin Despueacutes de todo quizaacutes no hubiera hecho mal enviaacutendole esa solicitud desde mi piso solitario y destartalado

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mdash16mdash isabel cardentildeosa

6Enviado el 13052019 1143 h

Estimada SusanaAcuso recibo de su correo del pasado jueves al que no habiacutea podido con-

testar hasta ahora Desgraciadamente me temo que no podreacute dar respuesta a la mayoriacutea de las preguntas que me plantea En efecto fui compantildeera de departamento del profesor Rafael Alconeacutetar Nuestro trato fue cordial en las ocasiones en que coincidimos Si no llegamos a adquirir maacutes confianza ello se debioacute sin duda a su tortuosa manera de ser

Quizaacutes no sepa usted que Rafael habiacutea sido alumno miacuteo antildeos atraacutes Pero aquel muchacho tiacutemido y aplicado habiacutea vuelto muy cambiado del extran-jero Durante el periodo anterior nos habiacutean llegado noticias de sus andan-zas por Italia que seguiacuteamos con la atencioacuten que corresponde a un antiguo disciacutepulo Me sorprendioacute enterarme de su regreso por la puerta grande y teniacutea cierta curiosidad por verlo despueacutes de tantos antildeos

Pero pronto me vi defraudada Contra lo que es habitual en esta casa no vino a saludarme para que pudiera darle la bienvenida y la enhorabuena Creo que es lo natural cuando alguien llega a un sitio presentarse a quienes van a ser tus compantildeeros En su caso nos rehuyoacute desde el primer momento ignoro por queacute razones Daba la impresioacuten de creerse mejor que nosotros Luego nos percatamos de que preferiacutea tratar con los alumnos Mientras que a miacute me saludaba con un laquohasta luegoraquo y una sonrisa que encubriacutea su hui-da varias veces lo observeacute departiendo animadamente con alguna alumna Esa cercaniacutea con los estudiantes sobre todo de sexo femenino contrastaba con su frialdad hacia nosotros

En cuanto al taller literario que menciona cuando supe de esa iniciativa mi primera reaccioacuten fue de disgusto por considerarla pretenciosa Si algo asiacute no habiacutea sido organizado en maacutes de veinte antildeos por Miguel Aacutengel Pepe Raimundo o Joseacute Luis me pareciacutea impropio que eacutel quisiera montarlo nada maacutes llegar Como si supiera maacutes que nosotros y quisiera demostraacuter-noslo No puedo negar que aquella iniciativa fue tema de conversacioacuten aunque yo no me implicara pues no me gusta hablar de los ausentes No me extrantildeoacute cuando supimos que el inicio del taller se postergaba por fal-

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mdash17mdashjoseacute mariacutea cambroacuten

ta de interesados Pero cuando pensaacutebamos que habriacutea dado carpetazo al asunto nos enteramos de que habiacutean dado comienzo las sesiones con solo cuatro participantes dos chicos y dos chicas Sentiacute laacutestima por Rafael y por el esfuerzo que dedicaba a un combate perdido de antemano

El resto ya es suficientemente conocido Cuando empezaron con aque-llas laquoacciones literariasraquo sentiacute una gran pesadumbre la que sentimos al ver un talento desperdiciado Nunca lo critiqueacute al contrario que alguacuten compa-ntildeero que opinoacute que Rafael habiacutea perdido la chaveta Huelga recordar coacutemo terminoacute todo

En fin pensaba ser breve y ya ve usted En cualquier caso me satisface comprobar que el nombre de Rafael Alconeacutetar no ha caiacutedo completamente en el olvido a pesar de lo triste y doloroso de su caso Espero haberle servi-do de ayuda pese a todo

Un saludo afectuosoIsabel Cardentildeosa

7Enviado el 16052019 2201 h

Querida amigaAntes de nada queriacutea agradecerle sus amables palabras sobre mis poe-

marios Celebro que le hayan gustado y si le faltase alguno de mis tiacutetulos haacutegamelo saber para que se lo enviacutee sin dilacioacuten con la correspondiente dedicatoria por supuesto

Por el contrario no seacute si podreacute serle de ayuda en cuanto a las dudas re-lacionadas con su estudio sobre laquovanguardias postmodernasraquo tiacutetulo muy llamativo pero cuyo objeto preciso se me escapa harto como estaacute uno de que le den gato por liebre Quizaacute pueda usted solventar mis dudas en la introduccioacuten a su ensayo

He de decirle que para miacute el debido respeto a los difuntos no justifica una valoracioacuten desmedida post mortem sin relacioacuten con los meacuteritos reales de una obra literaria y mucho me temo que usted haya podido incurrir en esa antildeagaza tan comuacuten del escritor maldito fallecido antes de poder cum-plir con una obra que hubiera sido revolucionaria Un mito muy poderoso

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mdash18mdash joseacute mariacutea cambroacuten

seguramente con causas profundas en nuestro subconsciente y que qui-zaacutes proyecte usted sobre la persona de Rafael Alconeacutetar Para miacute aunque apenas lo leiacute sus libros carecen de intereacutes Y en cuanto a mi relacioacuten con eacutel puedo calificarla de inexistente Con todo y apelando a su discrecioacuten le contareacute el uacutenico recuerdo que tengo de eacutel que me parece ilustrativo de coacutemo quiso suplir con el escaacutendalo las carencias de su pluma

Todo partioacute de mi ingenuidad al considerar que a un profesor de lite-ratura recieacuten llegado a esta ciudad podriacutea interesarle mi obra que como usted sabe ha sido publicada en editoriales de renombre ademaacutes de recibir dos premios sobre cuya limpieza no hay ninguacuten geacutenero de dudas Le envieacute corteacutesmente dedicados mis dos uacuteltimos libros de por entonces Dudas y rompecabezas y Biografiacutea apoacutecrifa de Espinete Dos semanas despueacutes reci-biacute un sobre acolchado de remitente desconocido Al abrirlo halleacute los dos libros que habiacutea enviado al tal Alconeacutetar Mi perplejidad ante lo extrantildeo de esa devolucioacuten se mudoacute en coacutelera cuando no seacute por queacute en lugar de devolver mis libros a su hueco en la estanteriacutea se me ocurrioacute hojearlos Al dorso de la paacutegina habiacutea una laquocontra-dedicatoriaraquo que rezaba esta igno-minia laquoA Joseacute Mariacutea Cambroacuten el pompier maacutes putrefacto de la ciudad y parte de la provinciaraquo Seguacuten iba pasando las paacuteginas iba quedaacutendo-me mareado de oscilar entre la coacutelera y la tristeza al ver coacutemo mis versos habiacutean sido completados con coletillas burlonas glosados a pie de paacutegina con cuchufletas procaces e ilustrados con vintildeetas a plumilla que preten-diacutean convertir en imaacutegenes mis palabras En el colofoacuten habiacutean escrito un laquocontra-agradecimientoraquo en el que se haciacutea un burdo juego de palabras con mi apellido

Pero si toda esa patochada me sentoacute mal peor reaccioneacute al descubrir que el segundo de mis libros habiacutea sido reducido a la mitad de sus paacuteginas Tan baacuterbara mutilacioacuten se justificaba en un laquoprefacioraquo que cito con el martiri-zado libro ante miacute laquoEn un acceso de hilaridad el compantildeero Muntildeoz ver-tioacute una jarra de jugo de cebada sobre la mesa de reuniones Ante la carencia de servilletas recurrimos a las paacuteginas de este libro que asiacute desempentildearon un uacutetil cometido y se redimieron de tanta tonteriacutea como se habiacutea impreso sobre ellas Usemos el papel de manera responsableraquo

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mdash19mdashyumiko season | de las Sangradas escriaturas de alconeacutetar

Creo que lo que le estoy contando le daraacute un idea de quieacuten era Rafael Alconeacutetar y la pandilla de chiquillos rencorosos que le seguiacutea el juego Yo dudeacute en denunciarlos o tirarles alguna pulla en mi blog pero penseacute que con ello solo provocariacutea su regocijo Tampoco comenteacute con nadie esa broma pesada aparte de con mi esposa Todo esto no obsta para que lamentara su traacutegica muerte quizaacutes fruto de provocaciones auacuten maacutes graves que sin em-bargo como comentaba al principio no lo convierten en un buen escritor Pero eso ya queda a su juicio de criacutetica e historiadora de la literatura

Reciba un cordial saludoJoseacute Mariacutea Cambroacuten

ps Haacutegame saber sus sentildeas para el enviacuteo de mis libros ya sea los que le falten o los proacuteximos en publicarse destacadamente la antologiacutea que en breve va a sacarme la Diputacioacuten

8Enviado el 21052019 933 h (utc + 9)

Estimada SentildeoraGracias por el correo de usted Siacute he conocido a Rafael Alconeacutetar Yo

estaba su chica por un tiempo Estaba en su ciudad para aprender espantildeol por seis meses Nos conocimos en facultad despueacutes de cursos de espantildeol A eacutel gustaba yo mucho mi pelo y mi cuerpo Eso deciacutea A miacute gustaba mucho sus ojos y forma de tocarme No me importa decir porque usted no me conoce y nunca veraacute Escribioacute poema para miacute pero no entendiacute muy bien Peleamos un diacutea y no hablamos maacutes Yo soy orgullosa Lo vi con otra mujer Poco despueacutes volviacute a Japoacuten Espero que no es verdad que murioacute Quizaacutes fue lejos a otro paiacutes

Saludos cordiales a ustedYumiko

9Era para miacute el lugar maacutes importante del universo Sentado en la

pendiente a la orilla del manso riacuteo de aguas verduscas encajonado entre taludes de pizarras se extendiacutean los brazos hercuacuteleos de aquel

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mdash20mdash dolors cavalls

imponente animal de piedra que abrazaba las dos orillas y salvaba el abismo Cuaacutentas horas paseacute miraacutendolo extasiado circundado por las oacuterbitas eliacutepticas de vencejos y murcieacutelagos al atardecer cruzado por alguacuten coche solitario del que a veces saliacutean algunos turistas que quizaacutes tomaban por uno de los suyos al nativo de aquella tierra de frontera y simiente milenaria Su solidez de apariencia perpetua a veces me provocaba celos y delirios de querer ser asiacute dominante sobre el curso del riacuteo y de los siglos indemne a los estragos de la edad y del fraca-so espectador piadoso de lo que decae y fallece Maacutes tarde el puente seriacutea el lugar desde el que imaginara mi desaparicioacuten aacutengel caiacutedo del paraiacuteso de la infancia y la ilusioacuten de ser querido Alliacute llegueacute una vez a traspasar la baranda y de pie sobre uno de los pilares contempleacute los remolinos que pareciacutean querer hipnotizarme hacia ellos para retraerme acongojado en el uacuteltimo momento y antes de que nadie me viera A las orillas del gran curso fluvial a la benevolente sombra del gran arco de piedra refugiado de las miradas de extrantildeeza leiacutea a Charles Baudelai-re y a Henry Miller a Dostoievski o a Lautreacuteamont y comenceacute a ser lo que soy un ignorante entre roquedos un mortal celoso de la eternidad del arte

10Nunca penseacute que alguien como eacutel pudiera fijarse en miacute Me rindioacute sin

resistencia nada maacutes verlo entrar el primer diacutea de clase Ese antildeo las llu-vias del otontildeo se habiacutean adelantado a mediados de septiembre y aquel profesor del que solo conociacuteamos su nombre entroacute con el paso firme de unas botas embarradas despojaacutendose de una cazadora de piel empapa-da y sacudieacutendose su mata de pelo negro antes de dirigirnos la palabra Siempre atenta a sus gestos descubririacutea maacutes adelante que nunca llevaba paraguas utensilio burgueacutes en su opinioacuten

mdashLlevarlo me recordariacutea que ya no podemos llevar espada y me ha-riacutea sentir ridiacuteculo frente a mis antepasados mdashme dijo un diacutea cuando gracias al taller habiacuteamos devenido coacutemplices de una aventura tan in-cierta como excitante

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Page 9: La Pasión de Rafael Alconétar

mdash14mdash susana cordero

que fue el primero en incorporarse a su taller y que siguioacute sus hazantildeas con fidelidad de lugarteniente o escudero

He pensado mucho en ellos Rafael y Susana estos diacuteas maacutes en Su-sana por las noches entre saacutebanas sudorosas maacutes en Rafael entre orde-nadores e imaacutegenes de goleadores triunfantes y guardametas pesarosos Aquiacute sobra decirlo soy solo Pedrito el maquetador y cotejar esta reali-dad con las cualidades que vio en miacute aquel ser contradictorio me suscita una congoja difiacutecil de soportar Estuve a punto de echarme a llorar en los aseos y si me contuve fue por miedo a que alguien me escuchara y pasara a ser Pedrito el raro No eacutel no me llamaba Pedrito sino Muntildeoz y me dijo laquoTuacute seraacutes el verdadero Muntildeoz de las Letras espantildeolasraquo Yo le creiacute y habida cuenta de lo que soy ahora me siento maacutes traidor a su palabra que a miacute mismo

4No lo habiacutea notado al hablar por teleacutefono pero cuando quedamos

unos diacuteas despueacutes se me hizo evidente Pedrito sigue colado por miacute Por eso volviacute de aquel encuentro algo cargada de tensioacuten Habiacutea ido todo bien y eacutel se habiacutea mostrado dispuesto a ayudarme en mi buacutesque-da Estaba muy cambiado Casi calvo con ojeras Por supuesto no ha-biacutea aumentado de estatura y como si no pudiera aceptarlo llevaba ropa de una talla superior a la que le corresponde Se me quedoacute mirando al despedirnos iquestQueacute esperaba que le diera un beso Queacute absurdo Pero llegueacute a casa y no podiacutea dormirme aunque al diacutea siguiente tuviera que madrugar Para intentar calmarme quise evocar a Rafael y recordeacute la sesioacuten del taller dedicada a la autobiografiacutea donde nos obsequioacute con esa gema de conmovedora belleza sus recuerdos de infancia en el pueblo fronterizo donde nacioacute Echando bruscamente a un lado el edredoacuten me levanteacute y fui a mi despacho Entre carpetas y cartapacios de aquel antildeo magniacutefico debiacutea estar auacuten ese texto Pero no lo encontreacute hasta diacuteas despueacutes cuando ya habiacutea iniciado mi buacutesqueda mi inmersioacuten en ese pasado del que habiacutea querido desprenderme como si pudiera cual ser-piente cambiar de piel y seguir reptando como un ser nuevo

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mdash15mdashpedro muntildeoz

5No pude contenerme En lugar de irme a la cama a pesar de la hora

agarreacute el moacutevil y entreacute en facebook iquestQueacute hubiera opinado Rafael Alco-neacutetar de esta hidra azulada que nos devora el tiempo a traveacutes de las mil bocas de hipoteacuteticos amigos que no escupen sino imaacutegenes y palabras que pudieacuteramos haber pescado en la red nosotros mismos Al recordar-lo mal que me pese intento imitar su estilo pero sin su gracia y altura de miras Sin su sinceridad sobre todo iquestQueacute sentido tiene condenar una herramienta a la que soy adicto aunque sea maacutes bien como espec-tador miroacuten pateacutetico voyeur dudando veinte veces antes de colgar un libro o una cancioacuten que me han gustado Escribiacute laquoSusana Cordero Gi-meacutenezraquo y alliacute estaba de perfil en blanco y negro El resto de sus fotos solo las veriacutea si aceptaba mi solicitud de amistad

iquestQueacute hacer Si me dejaba llevar a ella se le hariacutea evidente que busca-ba algo y comprobariacutea que habiacutea estado mirando su perfil a las tres y media de la madrugada hora a la que las personas equilibradas suelen estar durmiendo Lo hice a pesar de todo Solo habiacutea que pulsar con un dedo sobre el icono apropiado Ojalaacute gestos tan nimios hubieran bastado en otras eacutepocas Si con mover un dedo hubiera bastado para acercarme a ella y envolverla en mis brazos besarla en aquel portal bajo la lluvia como imagineacute aquella noche que la acompantildeeacute a su piso La excitacioacuten trepa tras mi piel al evocar esas acciones que nunca suce-dieron pero que tienen maacutes consistencia que la tibia y amarga realidad biograacutefica

El taller siacute Lugar maacutegico donde llegaacutebamos a momentos de acerca-miento que yo sentiacutea tan especiales y que sin embargo se daban solo a la sombra de nuestro maestro Como si de no estar eacutel no hubiera ninguacuten pretexto para acercarnos con esa complicidad Como si cuando eacutel se iba tuvieacuteramos que comportarnos como dos seres distantes simples compa-ntildeeros de clase unidos por el azar y entre los que no se justificaban las efu-siones sentimentales iquestY ahora iquestSeriacutea la buacutesqueda de Rafael la bendita excusa para unirnos al fin Despueacutes de todo quizaacutes no hubiera hecho mal enviaacutendole esa solicitud desde mi piso solitario y destartalado

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mdash16mdash isabel cardentildeosa

6Enviado el 13052019 1143 h

Estimada SusanaAcuso recibo de su correo del pasado jueves al que no habiacutea podido con-

testar hasta ahora Desgraciadamente me temo que no podreacute dar respuesta a la mayoriacutea de las preguntas que me plantea En efecto fui compantildeera de departamento del profesor Rafael Alconeacutetar Nuestro trato fue cordial en las ocasiones en que coincidimos Si no llegamos a adquirir maacutes confianza ello se debioacute sin duda a su tortuosa manera de ser

Quizaacutes no sepa usted que Rafael habiacutea sido alumno miacuteo antildeos atraacutes Pero aquel muchacho tiacutemido y aplicado habiacutea vuelto muy cambiado del extran-jero Durante el periodo anterior nos habiacutean llegado noticias de sus andan-zas por Italia que seguiacuteamos con la atencioacuten que corresponde a un antiguo disciacutepulo Me sorprendioacute enterarme de su regreso por la puerta grande y teniacutea cierta curiosidad por verlo despueacutes de tantos antildeos

Pero pronto me vi defraudada Contra lo que es habitual en esta casa no vino a saludarme para que pudiera darle la bienvenida y la enhorabuena Creo que es lo natural cuando alguien llega a un sitio presentarse a quienes van a ser tus compantildeeros En su caso nos rehuyoacute desde el primer momento ignoro por queacute razones Daba la impresioacuten de creerse mejor que nosotros Luego nos percatamos de que preferiacutea tratar con los alumnos Mientras que a miacute me saludaba con un laquohasta luegoraquo y una sonrisa que encubriacutea su hui-da varias veces lo observeacute departiendo animadamente con alguna alumna Esa cercaniacutea con los estudiantes sobre todo de sexo femenino contrastaba con su frialdad hacia nosotros

En cuanto al taller literario que menciona cuando supe de esa iniciativa mi primera reaccioacuten fue de disgusto por considerarla pretenciosa Si algo asiacute no habiacutea sido organizado en maacutes de veinte antildeos por Miguel Aacutengel Pepe Raimundo o Joseacute Luis me pareciacutea impropio que eacutel quisiera montarlo nada maacutes llegar Como si supiera maacutes que nosotros y quisiera demostraacuter-noslo No puedo negar que aquella iniciativa fue tema de conversacioacuten aunque yo no me implicara pues no me gusta hablar de los ausentes No me extrantildeoacute cuando supimos que el inicio del taller se postergaba por fal-

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ta de interesados Pero cuando pensaacutebamos que habriacutea dado carpetazo al asunto nos enteramos de que habiacutean dado comienzo las sesiones con solo cuatro participantes dos chicos y dos chicas Sentiacute laacutestima por Rafael y por el esfuerzo que dedicaba a un combate perdido de antemano

El resto ya es suficientemente conocido Cuando empezaron con aque-llas laquoacciones literariasraquo sentiacute una gran pesadumbre la que sentimos al ver un talento desperdiciado Nunca lo critiqueacute al contrario que alguacuten compa-ntildeero que opinoacute que Rafael habiacutea perdido la chaveta Huelga recordar coacutemo terminoacute todo

En fin pensaba ser breve y ya ve usted En cualquier caso me satisface comprobar que el nombre de Rafael Alconeacutetar no ha caiacutedo completamente en el olvido a pesar de lo triste y doloroso de su caso Espero haberle servi-do de ayuda pese a todo

Un saludo afectuosoIsabel Cardentildeosa

7Enviado el 16052019 2201 h

Querida amigaAntes de nada queriacutea agradecerle sus amables palabras sobre mis poe-

marios Celebro que le hayan gustado y si le faltase alguno de mis tiacutetulos haacutegamelo saber para que se lo enviacutee sin dilacioacuten con la correspondiente dedicatoria por supuesto

Por el contrario no seacute si podreacute serle de ayuda en cuanto a las dudas re-lacionadas con su estudio sobre laquovanguardias postmodernasraquo tiacutetulo muy llamativo pero cuyo objeto preciso se me escapa harto como estaacute uno de que le den gato por liebre Quizaacute pueda usted solventar mis dudas en la introduccioacuten a su ensayo

He de decirle que para miacute el debido respeto a los difuntos no justifica una valoracioacuten desmedida post mortem sin relacioacuten con los meacuteritos reales de una obra literaria y mucho me temo que usted haya podido incurrir en esa antildeagaza tan comuacuten del escritor maldito fallecido antes de poder cum-plir con una obra que hubiera sido revolucionaria Un mito muy poderoso

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seguramente con causas profundas en nuestro subconsciente y que qui-zaacutes proyecte usted sobre la persona de Rafael Alconeacutetar Para miacute aunque apenas lo leiacute sus libros carecen de intereacutes Y en cuanto a mi relacioacuten con eacutel puedo calificarla de inexistente Con todo y apelando a su discrecioacuten le contareacute el uacutenico recuerdo que tengo de eacutel que me parece ilustrativo de coacutemo quiso suplir con el escaacutendalo las carencias de su pluma

Todo partioacute de mi ingenuidad al considerar que a un profesor de lite-ratura recieacuten llegado a esta ciudad podriacutea interesarle mi obra que como usted sabe ha sido publicada en editoriales de renombre ademaacutes de recibir dos premios sobre cuya limpieza no hay ninguacuten geacutenero de dudas Le envieacute corteacutesmente dedicados mis dos uacuteltimos libros de por entonces Dudas y rompecabezas y Biografiacutea apoacutecrifa de Espinete Dos semanas despueacutes reci-biacute un sobre acolchado de remitente desconocido Al abrirlo halleacute los dos libros que habiacutea enviado al tal Alconeacutetar Mi perplejidad ante lo extrantildeo de esa devolucioacuten se mudoacute en coacutelera cuando no seacute por queacute en lugar de devolver mis libros a su hueco en la estanteriacutea se me ocurrioacute hojearlos Al dorso de la paacutegina habiacutea una laquocontra-dedicatoriaraquo que rezaba esta igno-minia laquoA Joseacute Mariacutea Cambroacuten el pompier maacutes putrefacto de la ciudad y parte de la provinciaraquo Seguacuten iba pasando las paacuteginas iba quedaacutendo-me mareado de oscilar entre la coacutelera y la tristeza al ver coacutemo mis versos habiacutean sido completados con coletillas burlonas glosados a pie de paacutegina con cuchufletas procaces e ilustrados con vintildeetas a plumilla que preten-diacutean convertir en imaacutegenes mis palabras En el colofoacuten habiacutean escrito un laquocontra-agradecimientoraquo en el que se haciacutea un burdo juego de palabras con mi apellido

Pero si toda esa patochada me sentoacute mal peor reaccioneacute al descubrir que el segundo de mis libros habiacutea sido reducido a la mitad de sus paacuteginas Tan baacuterbara mutilacioacuten se justificaba en un laquoprefacioraquo que cito con el martiri-zado libro ante miacute laquoEn un acceso de hilaridad el compantildeero Muntildeoz ver-tioacute una jarra de jugo de cebada sobre la mesa de reuniones Ante la carencia de servilletas recurrimos a las paacuteginas de este libro que asiacute desempentildearon un uacutetil cometido y se redimieron de tanta tonteriacutea como se habiacutea impreso sobre ellas Usemos el papel de manera responsableraquo

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Creo que lo que le estoy contando le daraacute un idea de quieacuten era Rafael Alconeacutetar y la pandilla de chiquillos rencorosos que le seguiacutea el juego Yo dudeacute en denunciarlos o tirarles alguna pulla en mi blog pero penseacute que con ello solo provocariacutea su regocijo Tampoco comenteacute con nadie esa broma pesada aparte de con mi esposa Todo esto no obsta para que lamentara su traacutegica muerte quizaacutes fruto de provocaciones auacuten maacutes graves que sin em-bargo como comentaba al principio no lo convierten en un buen escritor Pero eso ya queda a su juicio de criacutetica e historiadora de la literatura

Reciba un cordial saludoJoseacute Mariacutea Cambroacuten

ps Haacutegame saber sus sentildeas para el enviacuteo de mis libros ya sea los que le falten o los proacuteximos en publicarse destacadamente la antologiacutea que en breve va a sacarme la Diputacioacuten

8Enviado el 21052019 933 h (utc + 9)

Estimada SentildeoraGracias por el correo de usted Siacute he conocido a Rafael Alconeacutetar Yo

estaba su chica por un tiempo Estaba en su ciudad para aprender espantildeol por seis meses Nos conocimos en facultad despueacutes de cursos de espantildeol A eacutel gustaba yo mucho mi pelo y mi cuerpo Eso deciacutea A miacute gustaba mucho sus ojos y forma de tocarme No me importa decir porque usted no me conoce y nunca veraacute Escribioacute poema para miacute pero no entendiacute muy bien Peleamos un diacutea y no hablamos maacutes Yo soy orgullosa Lo vi con otra mujer Poco despueacutes volviacute a Japoacuten Espero que no es verdad que murioacute Quizaacutes fue lejos a otro paiacutes

Saludos cordiales a ustedYumiko

9Era para miacute el lugar maacutes importante del universo Sentado en la

pendiente a la orilla del manso riacuteo de aguas verduscas encajonado entre taludes de pizarras se extendiacutean los brazos hercuacuteleos de aquel

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mdash20mdash dolors cavalls

imponente animal de piedra que abrazaba las dos orillas y salvaba el abismo Cuaacutentas horas paseacute miraacutendolo extasiado circundado por las oacuterbitas eliacutepticas de vencejos y murcieacutelagos al atardecer cruzado por alguacuten coche solitario del que a veces saliacutean algunos turistas que quizaacutes tomaban por uno de los suyos al nativo de aquella tierra de frontera y simiente milenaria Su solidez de apariencia perpetua a veces me provocaba celos y delirios de querer ser asiacute dominante sobre el curso del riacuteo y de los siglos indemne a los estragos de la edad y del fraca-so espectador piadoso de lo que decae y fallece Maacutes tarde el puente seriacutea el lugar desde el que imaginara mi desaparicioacuten aacutengel caiacutedo del paraiacuteso de la infancia y la ilusioacuten de ser querido Alliacute llegueacute una vez a traspasar la baranda y de pie sobre uno de los pilares contempleacute los remolinos que pareciacutean querer hipnotizarme hacia ellos para retraerme acongojado en el uacuteltimo momento y antes de que nadie me viera A las orillas del gran curso fluvial a la benevolente sombra del gran arco de piedra refugiado de las miradas de extrantildeeza leiacutea a Charles Baudelai-re y a Henry Miller a Dostoievski o a Lautreacuteamont y comenceacute a ser lo que soy un ignorante entre roquedos un mortal celoso de la eternidad del arte

10Nunca penseacute que alguien como eacutel pudiera fijarse en miacute Me rindioacute sin

resistencia nada maacutes verlo entrar el primer diacutea de clase Ese antildeo las llu-vias del otontildeo se habiacutean adelantado a mediados de septiembre y aquel profesor del que solo conociacuteamos su nombre entroacute con el paso firme de unas botas embarradas despojaacutendose de una cazadora de piel empapa-da y sacudieacutendose su mata de pelo negro antes de dirigirnos la palabra Siempre atenta a sus gestos descubririacutea maacutes adelante que nunca llevaba paraguas utensilio burgueacutes en su opinioacuten

mdashLlevarlo me recordariacutea que ya no podemos llevar espada y me ha-riacutea sentir ridiacuteculo frente a mis antepasados mdashme dijo un diacutea cuando gracias al taller habiacuteamos devenido coacutemplices de una aventura tan in-cierta como excitante

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Page 10: La Pasión de Rafael Alconétar

mdash15mdashpedro muntildeoz

5No pude contenerme En lugar de irme a la cama a pesar de la hora

agarreacute el moacutevil y entreacute en facebook iquestQueacute hubiera opinado Rafael Alco-neacutetar de esta hidra azulada que nos devora el tiempo a traveacutes de las mil bocas de hipoteacuteticos amigos que no escupen sino imaacutegenes y palabras que pudieacuteramos haber pescado en la red nosotros mismos Al recordar-lo mal que me pese intento imitar su estilo pero sin su gracia y altura de miras Sin su sinceridad sobre todo iquestQueacute sentido tiene condenar una herramienta a la que soy adicto aunque sea maacutes bien como espec-tador miroacuten pateacutetico voyeur dudando veinte veces antes de colgar un libro o una cancioacuten que me han gustado Escribiacute laquoSusana Cordero Gi-meacutenezraquo y alliacute estaba de perfil en blanco y negro El resto de sus fotos solo las veriacutea si aceptaba mi solicitud de amistad

iquestQueacute hacer Si me dejaba llevar a ella se le hariacutea evidente que busca-ba algo y comprobariacutea que habiacutea estado mirando su perfil a las tres y media de la madrugada hora a la que las personas equilibradas suelen estar durmiendo Lo hice a pesar de todo Solo habiacutea que pulsar con un dedo sobre el icono apropiado Ojalaacute gestos tan nimios hubieran bastado en otras eacutepocas Si con mover un dedo hubiera bastado para acercarme a ella y envolverla en mis brazos besarla en aquel portal bajo la lluvia como imagineacute aquella noche que la acompantildeeacute a su piso La excitacioacuten trepa tras mi piel al evocar esas acciones que nunca suce-dieron pero que tienen maacutes consistencia que la tibia y amarga realidad biograacutefica

El taller siacute Lugar maacutegico donde llegaacutebamos a momentos de acerca-miento que yo sentiacutea tan especiales y que sin embargo se daban solo a la sombra de nuestro maestro Como si de no estar eacutel no hubiera ninguacuten pretexto para acercarnos con esa complicidad Como si cuando eacutel se iba tuvieacuteramos que comportarnos como dos seres distantes simples compa-ntildeeros de clase unidos por el azar y entre los que no se justificaban las efu-siones sentimentales iquestY ahora iquestSeriacutea la buacutesqueda de Rafael la bendita excusa para unirnos al fin Despueacutes de todo quizaacutes no hubiera hecho mal enviaacutendole esa solicitud desde mi piso solitario y destartalado

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mdash16mdash isabel cardentildeosa

6Enviado el 13052019 1143 h

Estimada SusanaAcuso recibo de su correo del pasado jueves al que no habiacutea podido con-

testar hasta ahora Desgraciadamente me temo que no podreacute dar respuesta a la mayoriacutea de las preguntas que me plantea En efecto fui compantildeera de departamento del profesor Rafael Alconeacutetar Nuestro trato fue cordial en las ocasiones en que coincidimos Si no llegamos a adquirir maacutes confianza ello se debioacute sin duda a su tortuosa manera de ser

Quizaacutes no sepa usted que Rafael habiacutea sido alumno miacuteo antildeos atraacutes Pero aquel muchacho tiacutemido y aplicado habiacutea vuelto muy cambiado del extran-jero Durante el periodo anterior nos habiacutean llegado noticias de sus andan-zas por Italia que seguiacuteamos con la atencioacuten que corresponde a un antiguo disciacutepulo Me sorprendioacute enterarme de su regreso por la puerta grande y teniacutea cierta curiosidad por verlo despueacutes de tantos antildeos

Pero pronto me vi defraudada Contra lo que es habitual en esta casa no vino a saludarme para que pudiera darle la bienvenida y la enhorabuena Creo que es lo natural cuando alguien llega a un sitio presentarse a quienes van a ser tus compantildeeros En su caso nos rehuyoacute desde el primer momento ignoro por queacute razones Daba la impresioacuten de creerse mejor que nosotros Luego nos percatamos de que preferiacutea tratar con los alumnos Mientras que a miacute me saludaba con un laquohasta luegoraquo y una sonrisa que encubriacutea su hui-da varias veces lo observeacute departiendo animadamente con alguna alumna Esa cercaniacutea con los estudiantes sobre todo de sexo femenino contrastaba con su frialdad hacia nosotros

En cuanto al taller literario que menciona cuando supe de esa iniciativa mi primera reaccioacuten fue de disgusto por considerarla pretenciosa Si algo asiacute no habiacutea sido organizado en maacutes de veinte antildeos por Miguel Aacutengel Pepe Raimundo o Joseacute Luis me pareciacutea impropio que eacutel quisiera montarlo nada maacutes llegar Como si supiera maacutes que nosotros y quisiera demostraacuter-noslo No puedo negar que aquella iniciativa fue tema de conversacioacuten aunque yo no me implicara pues no me gusta hablar de los ausentes No me extrantildeoacute cuando supimos que el inicio del taller se postergaba por fal-

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mdash17mdashjoseacute mariacutea cambroacuten

ta de interesados Pero cuando pensaacutebamos que habriacutea dado carpetazo al asunto nos enteramos de que habiacutean dado comienzo las sesiones con solo cuatro participantes dos chicos y dos chicas Sentiacute laacutestima por Rafael y por el esfuerzo que dedicaba a un combate perdido de antemano

El resto ya es suficientemente conocido Cuando empezaron con aque-llas laquoacciones literariasraquo sentiacute una gran pesadumbre la que sentimos al ver un talento desperdiciado Nunca lo critiqueacute al contrario que alguacuten compa-ntildeero que opinoacute que Rafael habiacutea perdido la chaveta Huelga recordar coacutemo terminoacute todo

En fin pensaba ser breve y ya ve usted En cualquier caso me satisface comprobar que el nombre de Rafael Alconeacutetar no ha caiacutedo completamente en el olvido a pesar de lo triste y doloroso de su caso Espero haberle servi-do de ayuda pese a todo

Un saludo afectuosoIsabel Cardentildeosa

7Enviado el 16052019 2201 h

Querida amigaAntes de nada queriacutea agradecerle sus amables palabras sobre mis poe-

marios Celebro que le hayan gustado y si le faltase alguno de mis tiacutetulos haacutegamelo saber para que se lo enviacutee sin dilacioacuten con la correspondiente dedicatoria por supuesto

Por el contrario no seacute si podreacute serle de ayuda en cuanto a las dudas re-lacionadas con su estudio sobre laquovanguardias postmodernasraquo tiacutetulo muy llamativo pero cuyo objeto preciso se me escapa harto como estaacute uno de que le den gato por liebre Quizaacute pueda usted solventar mis dudas en la introduccioacuten a su ensayo

He de decirle que para miacute el debido respeto a los difuntos no justifica una valoracioacuten desmedida post mortem sin relacioacuten con los meacuteritos reales de una obra literaria y mucho me temo que usted haya podido incurrir en esa antildeagaza tan comuacuten del escritor maldito fallecido antes de poder cum-plir con una obra que hubiera sido revolucionaria Un mito muy poderoso

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mdash18mdash joseacute mariacutea cambroacuten

seguramente con causas profundas en nuestro subconsciente y que qui-zaacutes proyecte usted sobre la persona de Rafael Alconeacutetar Para miacute aunque apenas lo leiacute sus libros carecen de intereacutes Y en cuanto a mi relacioacuten con eacutel puedo calificarla de inexistente Con todo y apelando a su discrecioacuten le contareacute el uacutenico recuerdo que tengo de eacutel que me parece ilustrativo de coacutemo quiso suplir con el escaacutendalo las carencias de su pluma

Todo partioacute de mi ingenuidad al considerar que a un profesor de lite-ratura recieacuten llegado a esta ciudad podriacutea interesarle mi obra que como usted sabe ha sido publicada en editoriales de renombre ademaacutes de recibir dos premios sobre cuya limpieza no hay ninguacuten geacutenero de dudas Le envieacute corteacutesmente dedicados mis dos uacuteltimos libros de por entonces Dudas y rompecabezas y Biografiacutea apoacutecrifa de Espinete Dos semanas despueacutes reci-biacute un sobre acolchado de remitente desconocido Al abrirlo halleacute los dos libros que habiacutea enviado al tal Alconeacutetar Mi perplejidad ante lo extrantildeo de esa devolucioacuten se mudoacute en coacutelera cuando no seacute por queacute en lugar de devolver mis libros a su hueco en la estanteriacutea se me ocurrioacute hojearlos Al dorso de la paacutegina habiacutea una laquocontra-dedicatoriaraquo que rezaba esta igno-minia laquoA Joseacute Mariacutea Cambroacuten el pompier maacutes putrefacto de la ciudad y parte de la provinciaraquo Seguacuten iba pasando las paacuteginas iba quedaacutendo-me mareado de oscilar entre la coacutelera y la tristeza al ver coacutemo mis versos habiacutean sido completados con coletillas burlonas glosados a pie de paacutegina con cuchufletas procaces e ilustrados con vintildeetas a plumilla que preten-diacutean convertir en imaacutegenes mis palabras En el colofoacuten habiacutean escrito un laquocontra-agradecimientoraquo en el que se haciacutea un burdo juego de palabras con mi apellido

Pero si toda esa patochada me sentoacute mal peor reaccioneacute al descubrir que el segundo de mis libros habiacutea sido reducido a la mitad de sus paacuteginas Tan baacuterbara mutilacioacuten se justificaba en un laquoprefacioraquo que cito con el martiri-zado libro ante miacute laquoEn un acceso de hilaridad el compantildeero Muntildeoz ver-tioacute una jarra de jugo de cebada sobre la mesa de reuniones Ante la carencia de servilletas recurrimos a las paacuteginas de este libro que asiacute desempentildearon un uacutetil cometido y se redimieron de tanta tonteriacutea como se habiacutea impreso sobre ellas Usemos el papel de manera responsableraquo

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mdash19mdashyumiko season | de las Sangradas escriaturas de alconeacutetar

Creo que lo que le estoy contando le daraacute un idea de quieacuten era Rafael Alconeacutetar y la pandilla de chiquillos rencorosos que le seguiacutea el juego Yo dudeacute en denunciarlos o tirarles alguna pulla en mi blog pero penseacute que con ello solo provocariacutea su regocijo Tampoco comenteacute con nadie esa broma pesada aparte de con mi esposa Todo esto no obsta para que lamentara su traacutegica muerte quizaacutes fruto de provocaciones auacuten maacutes graves que sin em-bargo como comentaba al principio no lo convierten en un buen escritor Pero eso ya queda a su juicio de criacutetica e historiadora de la literatura

Reciba un cordial saludoJoseacute Mariacutea Cambroacuten

ps Haacutegame saber sus sentildeas para el enviacuteo de mis libros ya sea los que le falten o los proacuteximos en publicarse destacadamente la antologiacutea que en breve va a sacarme la Diputacioacuten

8Enviado el 21052019 933 h (utc + 9)

Estimada SentildeoraGracias por el correo de usted Siacute he conocido a Rafael Alconeacutetar Yo

estaba su chica por un tiempo Estaba en su ciudad para aprender espantildeol por seis meses Nos conocimos en facultad despueacutes de cursos de espantildeol A eacutel gustaba yo mucho mi pelo y mi cuerpo Eso deciacutea A miacute gustaba mucho sus ojos y forma de tocarme No me importa decir porque usted no me conoce y nunca veraacute Escribioacute poema para miacute pero no entendiacute muy bien Peleamos un diacutea y no hablamos maacutes Yo soy orgullosa Lo vi con otra mujer Poco despueacutes volviacute a Japoacuten Espero que no es verdad que murioacute Quizaacutes fue lejos a otro paiacutes

Saludos cordiales a ustedYumiko

9Era para miacute el lugar maacutes importante del universo Sentado en la

pendiente a la orilla del manso riacuteo de aguas verduscas encajonado entre taludes de pizarras se extendiacutean los brazos hercuacuteleos de aquel

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imponente animal de piedra que abrazaba las dos orillas y salvaba el abismo Cuaacutentas horas paseacute miraacutendolo extasiado circundado por las oacuterbitas eliacutepticas de vencejos y murcieacutelagos al atardecer cruzado por alguacuten coche solitario del que a veces saliacutean algunos turistas que quizaacutes tomaban por uno de los suyos al nativo de aquella tierra de frontera y simiente milenaria Su solidez de apariencia perpetua a veces me provocaba celos y delirios de querer ser asiacute dominante sobre el curso del riacuteo y de los siglos indemne a los estragos de la edad y del fraca-so espectador piadoso de lo que decae y fallece Maacutes tarde el puente seriacutea el lugar desde el que imaginara mi desaparicioacuten aacutengel caiacutedo del paraiacuteso de la infancia y la ilusioacuten de ser querido Alliacute llegueacute una vez a traspasar la baranda y de pie sobre uno de los pilares contempleacute los remolinos que pareciacutean querer hipnotizarme hacia ellos para retraerme acongojado en el uacuteltimo momento y antes de que nadie me viera A las orillas del gran curso fluvial a la benevolente sombra del gran arco de piedra refugiado de las miradas de extrantildeeza leiacutea a Charles Baudelai-re y a Henry Miller a Dostoievski o a Lautreacuteamont y comenceacute a ser lo que soy un ignorante entre roquedos un mortal celoso de la eternidad del arte

10Nunca penseacute que alguien como eacutel pudiera fijarse en miacute Me rindioacute sin

resistencia nada maacutes verlo entrar el primer diacutea de clase Ese antildeo las llu-vias del otontildeo se habiacutean adelantado a mediados de septiembre y aquel profesor del que solo conociacuteamos su nombre entroacute con el paso firme de unas botas embarradas despojaacutendose de una cazadora de piel empapa-da y sacudieacutendose su mata de pelo negro antes de dirigirnos la palabra Siempre atenta a sus gestos descubririacutea maacutes adelante que nunca llevaba paraguas utensilio burgueacutes en su opinioacuten

mdashLlevarlo me recordariacutea que ya no podemos llevar espada y me ha-riacutea sentir ridiacuteculo frente a mis antepasados mdashme dijo un diacutea cuando gracias al taller habiacuteamos devenido coacutemplices de una aventura tan in-cierta como excitante

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mdash16mdash isabel cardentildeosa

6Enviado el 13052019 1143 h

Estimada SusanaAcuso recibo de su correo del pasado jueves al que no habiacutea podido con-

testar hasta ahora Desgraciadamente me temo que no podreacute dar respuesta a la mayoriacutea de las preguntas que me plantea En efecto fui compantildeera de departamento del profesor Rafael Alconeacutetar Nuestro trato fue cordial en las ocasiones en que coincidimos Si no llegamos a adquirir maacutes confianza ello se debioacute sin duda a su tortuosa manera de ser

Quizaacutes no sepa usted que Rafael habiacutea sido alumno miacuteo antildeos atraacutes Pero aquel muchacho tiacutemido y aplicado habiacutea vuelto muy cambiado del extran-jero Durante el periodo anterior nos habiacutean llegado noticias de sus andan-zas por Italia que seguiacuteamos con la atencioacuten que corresponde a un antiguo disciacutepulo Me sorprendioacute enterarme de su regreso por la puerta grande y teniacutea cierta curiosidad por verlo despueacutes de tantos antildeos

Pero pronto me vi defraudada Contra lo que es habitual en esta casa no vino a saludarme para que pudiera darle la bienvenida y la enhorabuena Creo que es lo natural cuando alguien llega a un sitio presentarse a quienes van a ser tus compantildeeros En su caso nos rehuyoacute desde el primer momento ignoro por queacute razones Daba la impresioacuten de creerse mejor que nosotros Luego nos percatamos de que preferiacutea tratar con los alumnos Mientras que a miacute me saludaba con un laquohasta luegoraquo y una sonrisa que encubriacutea su hui-da varias veces lo observeacute departiendo animadamente con alguna alumna Esa cercaniacutea con los estudiantes sobre todo de sexo femenino contrastaba con su frialdad hacia nosotros

En cuanto al taller literario que menciona cuando supe de esa iniciativa mi primera reaccioacuten fue de disgusto por considerarla pretenciosa Si algo asiacute no habiacutea sido organizado en maacutes de veinte antildeos por Miguel Aacutengel Pepe Raimundo o Joseacute Luis me pareciacutea impropio que eacutel quisiera montarlo nada maacutes llegar Como si supiera maacutes que nosotros y quisiera demostraacuter-noslo No puedo negar que aquella iniciativa fue tema de conversacioacuten aunque yo no me implicara pues no me gusta hablar de los ausentes No me extrantildeoacute cuando supimos que el inicio del taller se postergaba por fal-

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ta de interesados Pero cuando pensaacutebamos que habriacutea dado carpetazo al asunto nos enteramos de que habiacutean dado comienzo las sesiones con solo cuatro participantes dos chicos y dos chicas Sentiacute laacutestima por Rafael y por el esfuerzo que dedicaba a un combate perdido de antemano

El resto ya es suficientemente conocido Cuando empezaron con aque-llas laquoacciones literariasraquo sentiacute una gran pesadumbre la que sentimos al ver un talento desperdiciado Nunca lo critiqueacute al contrario que alguacuten compa-ntildeero que opinoacute que Rafael habiacutea perdido la chaveta Huelga recordar coacutemo terminoacute todo

En fin pensaba ser breve y ya ve usted En cualquier caso me satisface comprobar que el nombre de Rafael Alconeacutetar no ha caiacutedo completamente en el olvido a pesar de lo triste y doloroso de su caso Espero haberle servi-do de ayuda pese a todo

Un saludo afectuosoIsabel Cardentildeosa

7Enviado el 16052019 2201 h

Querida amigaAntes de nada queriacutea agradecerle sus amables palabras sobre mis poe-

marios Celebro que le hayan gustado y si le faltase alguno de mis tiacutetulos haacutegamelo saber para que se lo enviacutee sin dilacioacuten con la correspondiente dedicatoria por supuesto

Por el contrario no seacute si podreacute serle de ayuda en cuanto a las dudas re-lacionadas con su estudio sobre laquovanguardias postmodernasraquo tiacutetulo muy llamativo pero cuyo objeto preciso se me escapa harto como estaacute uno de que le den gato por liebre Quizaacute pueda usted solventar mis dudas en la introduccioacuten a su ensayo

He de decirle que para miacute el debido respeto a los difuntos no justifica una valoracioacuten desmedida post mortem sin relacioacuten con los meacuteritos reales de una obra literaria y mucho me temo que usted haya podido incurrir en esa antildeagaza tan comuacuten del escritor maldito fallecido antes de poder cum-plir con una obra que hubiera sido revolucionaria Un mito muy poderoso

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mdash18mdash joseacute mariacutea cambroacuten

seguramente con causas profundas en nuestro subconsciente y que qui-zaacutes proyecte usted sobre la persona de Rafael Alconeacutetar Para miacute aunque apenas lo leiacute sus libros carecen de intereacutes Y en cuanto a mi relacioacuten con eacutel puedo calificarla de inexistente Con todo y apelando a su discrecioacuten le contareacute el uacutenico recuerdo que tengo de eacutel que me parece ilustrativo de coacutemo quiso suplir con el escaacutendalo las carencias de su pluma

Todo partioacute de mi ingenuidad al considerar que a un profesor de lite-ratura recieacuten llegado a esta ciudad podriacutea interesarle mi obra que como usted sabe ha sido publicada en editoriales de renombre ademaacutes de recibir dos premios sobre cuya limpieza no hay ninguacuten geacutenero de dudas Le envieacute corteacutesmente dedicados mis dos uacuteltimos libros de por entonces Dudas y rompecabezas y Biografiacutea apoacutecrifa de Espinete Dos semanas despueacutes reci-biacute un sobre acolchado de remitente desconocido Al abrirlo halleacute los dos libros que habiacutea enviado al tal Alconeacutetar Mi perplejidad ante lo extrantildeo de esa devolucioacuten se mudoacute en coacutelera cuando no seacute por queacute en lugar de devolver mis libros a su hueco en la estanteriacutea se me ocurrioacute hojearlos Al dorso de la paacutegina habiacutea una laquocontra-dedicatoriaraquo que rezaba esta igno-minia laquoA Joseacute Mariacutea Cambroacuten el pompier maacutes putrefacto de la ciudad y parte de la provinciaraquo Seguacuten iba pasando las paacuteginas iba quedaacutendo-me mareado de oscilar entre la coacutelera y la tristeza al ver coacutemo mis versos habiacutean sido completados con coletillas burlonas glosados a pie de paacutegina con cuchufletas procaces e ilustrados con vintildeetas a plumilla que preten-diacutean convertir en imaacutegenes mis palabras En el colofoacuten habiacutean escrito un laquocontra-agradecimientoraquo en el que se haciacutea un burdo juego de palabras con mi apellido

Pero si toda esa patochada me sentoacute mal peor reaccioneacute al descubrir que el segundo de mis libros habiacutea sido reducido a la mitad de sus paacuteginas Tan baacuterbara mutilacioacuten se justificaba en un laquoprefacioraquo que cito con el martiri-zado libro ante miacute laquoEn un acceso de hilaridad el compantildeero Muntildeoz ver-tioacute una jarra de jugo de cebada sobre la mesa de reuniones Ante la carencia de servilletas recurrimos a las paacuteginas de este libro que asiacute desempentildearon un uacutetil cometido y se redimieron de tanta tonteriacutea como se habiacutea impreso sobre ellas Usemos el papel de manera responsableraquo

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Creo que lo que le estoy contando le daraacute un idea de quieacuten era Rafael Alconeacutetar y la pandilla de chiquillos rencorosos que le seguiacutea el juego Yo dudeacute en denunciarlos o tirarles alguna pulla en mi blog pero penseacute que con ello solo provocariacutea su regocijo Tampoco comenteacute con nadie esa broma pesada aparte de con mi esposa Todo esto no obsta para que lamentara su traacutegica muerte quizaacutes fruto de provocaciones auacuten maacutes graves que sin em-bargo como comentaba al principio no lo convierten en un buen escritor Pero eso ya queda a su juicio de criacutetica e historiadora de la literatura

Reciba un cordial saludoJoseacute Mariacutea Cambroacuten

ps Haacutegame saber sus sentildeas para el enviacuteo de mis libros ya sea los que le falten o los proacuteximos en publicarse destacadamente la antologiacutea que en breve va a sacarme la Diputacioacuten

8Enviado el 21052019 933 h (utc + 9)

Estimada SentildeoraGracias por el correo de usted Siacute he conocido a Rafael Alconeacutetar Yo

estaba su chica por un tiempo Estaba en su ciudad para aprender espantildeol por seis meses Nos conocimos en facultad despueacutes de cursos de espantildeol A eacutel gustaba yo mucho mi pelo y mi cuerpo Eso deciacutea A miacute gustaba mucho sus ojos y forma de tocarme No me importa decir porque usted no me conoce y nunca veraacute Escribioacute poema para miacute pero no entendiacute muy bien Peleamos un diacutea y no hablamos maacutes Yo soy orgullosa Lo vi con otra mujer Poco despueacutes volviacute a Japoacuten Espero que no es verdad que murioacute Quizaacutes fue lejos a otro paiacutes

Saludos cordiales a ustedYumiko

9Era para miacute el lugar maacutes importante del universo Sentado en la

pendiente a la orilla del manso riacuteo de aguas verduscas encajonado entre taludes de pizarras se extendiacutean los brazos hercuacuteleos de aquel

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imponente animal de piedra que abrazaba las dos orillas y salvaba el abismo Cuaacutentas horas paseacute miraacutendolo extasiado circundado por las oacuterbitas eliacutepticas de vencejos y murcieacutelagos al atardecer cruzado por alguacuten coche solitario del que a veces saliacutean algunos turistas que quizaacutes tomaban por uno de los suyos al nativo de aquella tierra de frontera y simiente milenaria Su solidez de apariencia perpetua a veces me provocaba celos y delirios de querer ser asiacute dominante sobre el curso del riacuteo y de los siglos indemne a los estragos de la edad y del fraca-so espectador piadoso de lo que decae y fallece Maacutes tarde el puente seriacutea el lugar desde el que imaginara mi desaparicioacuten aacutengel caiacutedo del paraiacuteso de la infancia y la ilusioacuten de ser querido Alliacute llegueacute una vez a traspasar la baranda y de pie sobre uno de los pilares contempleacute los remolinos que pareciacutean querer hipnotizarme hacia ellos para retraerme acongojado en el uacuteltimo momento y antes de que nadie me viera A las orillas del gran curso fluvial a la benevolente sombra del gran arco de piedra refugiado de las miradas de extrantildeeza leiacutea a Charles Baudelai-re y a Henry Miller a Dostoievski o a Lautreacuteamont y comenceacute a ser lo que soy un ignorante entre roquedos un mortal celoso de la eternidad del arte

10Nunca penseacute que alguien como eacutel pudiera fijarse en miacute Me rindioacute sin

resistencia nada maacutes verlo entrar el primer diacutea de clase Ese antildeo las llu-vias del otontildeo se habiacutean adelantado a mediados de septiembre y aquel profesor del que solo conociacuteamos su nombre entroacute con el paso firme de unas botas embarradas despojaacutendose de una cazadora de piel empapa-da y sacudieacutendose su mata de pelo negro antes de dirigirnos la palabra Siempre atenta a sus gestos descubririacutea maacutes adelante que nunca llevaba paraguas utensilio burgueacutes en su opinioacuten

mdashLlevarlo me recordariacutea que ya no podemos llevar espada y me ha-riacutea sentir ridiacuteculo frente a mis antepasados mdashme dijo un diacutea cuando gracias al taller habiacuteamos devenido coacutemplices de una aventura tan in-cierta como excitante

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ta de interesados Pero cuando pensaacutebamos que habriacutea dado carpetazo al asunto nos enteramos de que habiacutean dado comienzo las sesiones con solo cuatro participantes dos chicos y dos chicas Sentiacute laacutestima por Rafael y por el esfuerzo que dedicaba a un combate perdido de antemano

El resto ya es suficientemente conocido Cuando empezaron con aque-llas laquoacciones literariasraquo sentiacute una gran pesadumbre la que sentimos al ver un talento desperdiciado Nunca lo critiqueacute al contrario que alguacuten compa-ntildeero que opinoacute que Rafael habiacutea perdido la chaveta Huelga recordar coacutemo terminoacute todo

En fin pensaba ser breve y ya ve usted En cualquier caso me satisface comprobar que el nombre de Rafael Alconeacutetar no ha caiacutedo completamente en el olvido a pesar de lo triste y doloroso de su caso Espero haberle servi-do de ayuda pese a todo

Un saludo afectuosoIsabel Cardentildeosa

7Enviado el 16052019 2201 h

Querida amigaAntes de nada queriacutea agradecerle sus amables palabras sobre mis poe-

marios Celebro que le hayan gustado y si le faltase alguno de mis tiacutetulos haacutegamelo saber para que se lo enviacutee sin dilacioacuten con la correspondiente dedicatoria por supuesto

Por el contrario no seacute si podreacute serle de ayuda en cuanto a las dudas re-lacionadas con su estudio sobre laquovanguardias postmodernasraquo tiacutetulo muy llamativo pero cuyo objeto preciso se me escapa harto como estaacute uno de que le den gato por liebre Quizaacute pueda usted solventar mis dudas en la introduccioacuten a su ensayo

He de decirle que para miacute el debido respeto a los difuntos no justifica una valoracioacuten desmedida post mortem sin relacioacuten con los meacuteritos reales de una obra literaria y mucho me temo que usted haya podido incurrir en esa antildeagaza tan comuacuten del escritor maldito fallecido antes de poder cum-plir con una obra que hubiera sido revolucionaria Un mito muy poderoso

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seguramente con causas profundas en nuestro subconsciente y que qui-zaacutes proyecte usted sobre la persona de Rafael Alconeacutetar Para miacute aunque apenas lo leiacute sus libros carecen de intereacutes Y en cuanto a mi relacioacuten con eacutel puedo calificarla de inexistente Con todo y apelando a su discrecioacuten le contareacute el uacutenico recuerdo que tengo de eacutel que me parece ilustrativo de coacutemo quiso suplir con el escaacutendalo las carencias de su pluma

Todo partioacute de mi ingenuidad al considerar que a un profesor de lite-ratura recieacuten llegado a esta ciudad podriacutea interesarle mi obra que como usted sabe ha sido publicada en editoriales de renombre ademaacutes de recibir dos premios sobre cuya limpieza no hay ninguacuten geacutenero de dudas Le envieacute corteacutesmente dedicados mis dos uacuteltimos libros de por entonces Dudas y rompecabezas y Biografiacutea apoacutecrifa de Espinete Dos semanas despueacutes reci-biacute un sobre acolchado de remitente desconocido Al abrirlo halleacute los dos libros que habiacutea enviado al tal Alconeacutetar Mi perplejidad ante lo extrantildeo de esa devolucioacuten se mudoacute en coacutelera cuando no seacute por queacute en lugar de devolver mis libros a su hueco en la estanteriacutea se me ocurrioacute hojearlos Al dorso de la paacutegina habiacutea una laquocontra-dedicatoriaraquo que rezaba esta igno-minia laquoA Joseacute Mariacutea Cambroacuten el pompier maacutes putrefacto de la ciudad y parte de la provinciaraquo Seguacuten iba pasando las paacuteginas iba quedaacutendo-me mareado de oscilar entre la coacutelera y la tristeza al ver coacutemo mis versos habiacutean sido completados con coletillas burlonas glosados a pie de paacutegina con cuchufletas procaces e ilustrados con vintildeetas a plumilla que preten-diacutean convertir en imaacutegenes mis palabras En el colofoacuten habiacutean escrito un laquocontra-agradecimientoraquo en el que se haciacutea un burdo juego de palabras con mi apellido

Pero si toda esa patochada me sentoacute mal peor reaccioneacute al descubrir que el segundo de mis libros habiacutea sido reducido a la mitad de sus paacuteginas Tan baacuterbara mutilacioacuten se justificaba en un laquoprefacioraquo que cito con el martiri-zado libro ante miacute laquoEn un acceso de hilaridad el compantildeero Muntildeoz ver-tioacute una jarra de jugo de cebada sobre la mesa de reuniones Ante la carencia de servilletas recurrimos a las paacuteginas de este libro que asiacute desempentildearon un uacutetil cometido y se redimieron de tanta tonteriacutea como se habiacutea impreso sobre ellas Usemos el papel de manera responsableraquo

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mdash19mdashyumiko season | de las Sangradas escriaturas de alconeacutetar

Creo que lo que le estoy contando le daraacute un idea de quieacuten era Rafael Alconeacutetar y la pandilla de chiquillos rencorosos que le seguiacutea el juego Yo dudeacute en denunciarlos o tirarles alguna pulla en mi blog pero penseacute que con ello solo provocariacutea su regocijo Tampoco comenteacute con nadie esa broma pesada aparte de con mi esposa Todo esto no obsta para que lamentara su traacutegica muerte quizaacutes fruto de provocaciones auacuten maacutes graves que sin em-bargo como comentaba al principio no lo convierten en un buen escritor Pero eso ya queda a su juicio de criacutetica e historiadora de la literatura

Reciba un cordial saludoJoseacute Mariacutea Cambroacuten

ps Haacutegame saber sus sentildeas para el enviacuteo de mis libros ya sea los que le falten o los proacuteximos en publicarse destacadamente la antologiacutea que en breve va a sacarme la Diputacioacuten

8Enviado el 21052019 933 h (utc + 9)

Estimada SentildeoraGracias por el correo de usted Siacute he conocido a Rafael Alconeacutetar Yo

estaba su chica por un tiempo Estaba en su ciudad para aprender espantildeol por seis meses Nos conocimos en facultad despueacutes de cursos de espantildeol A eacutel gustaba yo mucho mi pelo y mi cuerpo Eso deciacutea A miacute gustaba mucho sus ojos y forma de tocarme No me importa decir porque usted no me conoce y nunca veraacute Escribioacute poema para miacute pero no entendiacute muy bien Peleamos un diacutea y no hablamos maacutes Yo soy orgullosa Lo vi con otra mujer Poco despueacutes volviacute a Japoacuten Espero que no es verdad que murioacute Quizaacutes fue lejos a otro paiacutes

Saludos cordiales a ustedYumiko

9Era para miacute el lugar maacutes importante del universo Sentado en la

pendiente a la orilla del manso riacuteo de aguas verduscas encajonado entre taludes de pizarras se extendiacutean los brazos hercuacuteleos de aquel

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mdash20mdash dolors cavalls

imponente animal de piedra que abrazaba las dos orillas y salvaba el abismo Cuaacutentas horas paseacute miraacutendolo extasiado circundado por las oacuterbitas eliacutepticas de vencejos y murcieacutelagos al atardecer cruzado por alguacuten coche solitario del que a veces saliacutean algunos turistas que quizaacutes tomaban por uno de los suyos al nativo de aquella tierra de frontera y simiente milenaria Su solidez de apariencia perpetua a veces me provocaba celos y delirios de querer ser asiacute dominante sobre el curso del riacuteo y de los siglos indemne a los estragos de la edad y del fraca-so espectador piadoso de lo que decae y fallece Maacutes tarde el puente seriacutea el lugar desde el que imaginara mi desaparicioacuten aacutengel caiacutedo del paraiacuteso de la infancia y la ilusioacuten de ser querido Alliacute llegueacute una vez a traspasar la baranda y de pie sobre uno de los pilares contempleacute los remolinos que pareciacutean querer hipnotizarme hacia ellos para retraerme acongojado en el uacuteltimo momento y antes de que nadie me viera A las orillas del gran curso fluvial a la benevolente sombra del gran arco de piedra refugiado de las miradas de extrantildeeza leiacutea a Charles Baudelai-re y a Henry Miller a Dostoievski o a Lautreacuteamont y comenceacute a ser lo que soy un ignorante entre roquedos un mortal celoso de la eternidad del arte

10Nunca penseacute que alguien como eacutel pudiera fijarse en miacute Me rindioacute sin

resistencia nada maacutes verlo entrar el primer diacutea de clase Ese antildeo las llu-vias del otontildeo se habiacutean adelantado a mediados de septiembre y aquel profesor del que solo conociacuteamos su nombre entroacute con el paso firme de unas botas embarradas despojaacutendose de una cazadora de piel empapa-da y sacudieacutendose su mata de pelo negro antes de dirigirnos la palabra Siempre atenta a sus gestos descubririacutea maacutes adelante que nunca llevaba paraguas utensilio burgueacutes en su opinioacuten

mdashLlevarlo me recordariacutea que ya no podemos llevar espada y me ha-riacutea sentir ridiacuteculo frente a mis antepasados mdashme dijo un diacutea cuando gracias al taller habiacuteamos devenido coacutemplices de una aventura tan in-cierta como excitante

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Page 13: La Pasión de Rafael Alconétar

mdash18mdash joseacute mariacutea cambroacuten

seguramente con causas profundas en nuestro subconsciente y que qui-zaacutes proyecte usted sobre la persona de Rafael Alconeacutetar Para miacute aunque apenas lo leiacute sus libros carecen de intereacutes Y en cuanto a mi relacioacuten con eacutel puedo calificarla de inexistente Con todo y apelando a su discrecioacuten le contareacute el uacutenico recuerdo que tengo de eacutel que me parece ilustrativo de coacutemo quiso suplir con el escaacutendalo las carencias de su pluma

Todo partioacute de mi ingenuidad al considerar que a un profesor de lite-ratura recieacuten llegado a esta ciudad podriacutea interesarle mi obra que como usted sabe ha sido publicada en editoriales de renombre ademaacutes de recibir dos premios sobre cuya limpieza no hay ninguacuten geacutenero de dudas Le envieacute corteacutesmente dedicados mis dos uacuteltimos libros de por entonces Dudas y rompecabezas y Biografiacutea apoacutecrifa de Espinete Dos semanas despueacutes reci-biacute un sobre acolchado de remitente desconocido Al abrirlo halleacute los dos libros que habiacutea enviado al tal Alconeacutetar Mi perplejidad ante lo extrantildeo de esa devolucioacuten se mudoacute en coacutelera cuando no seacute por queacute en lugar de devolver mis libros a su hueco en la estanteriacutea se me ocurrioacute hojearlos Al dorso de la paacutegina habiacutea una laquocontra-dedicatoriaraquo que rezaba esta igno-minia laquoA Joseacute Mariacutea Cambroacuten el pompier maacutes putrefacto de la ciudad y parte de la provinciaraquo Seguacuten iba pasando las paacuteginas iba quedaacutendo-me mareado de oscilar entre la coacutelera y la tristeza al ver coacutemo mis versos habiacutean sido completados con coletillas burlonas glosados a pie de paacutegina con cuchufletas procaces e ilustrados con vintildeetas a plumilla que preten-diacutean convertir en imaacutegenes mis palabras En el colofoacuten habiacutean escrito un laquocontra-agradecimientoraquo en el que se haciacutea un burdo juego de palabras con mi apellido

Pero si toda esa patochada me sentoacute mal peor reaccioneacute al descubrir que el segundo de mis libros habiacutea sido reducido a la mitad de sus paacuteginas Tan baacuterbara mutilacioacuten se justificaba en un laquoprefacioraquo que cito con el martiri-zado libro ante miacute laquoEn un acceso de hilaridad el compantildeero Muntildeoz ver-tioacute una jarra de jugo de cebada sobre la mesa de reuniones Ante la carencia de servilletas recurrimos a las paacuteginas de este libro que asiacute desempentildearon un uacutetil cometido y se redimieron de tanta tonteriacutea como se habiacutea impreso sobre ellas Usemos el papel de manera responsableraquo

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Creo que lo que le estoy contando le daraacute un idea de quieacuten era Rafael Alconeacutetar y la pandilla de chiquillos rencorosos que le seguiacutea el juego Yo dudeacute en denunciarlos o tirarles alguna pulla en mi blog pero penseacute que con ello solo provocariacutea su regocijo Tampoco comenteacute con nadie esa broma pesada aparte de con mi esposa Todo esto no obsta para que lamentara su traacutegica muerte quizaacutes fruto de provocaciones auacuten maacutes graves que sin em-bargo como comentaba al principio no lo convierten en un buen escritor Pero eso ya queda a su juicio de criacutetica e historiadora de la literatura

Reciba un cordial saludoJoseacute Mariacutea Cambroacuten

ps Haacutegame saber sus sentildeas para el enviacuteo de mis libros ya sea los que le falten o los proacuteximos en publicarse destacadamente la antologiacutea que en breve va a sacarme la Diputacioacuten

8Enviado el 21052019 933 h (utc + 9)

Estimada SentildeoraGracias por el correo de usted Siacute he conocido a Rafael Alconeacutetar Yo

estaba su chica por un tiempo Estaba en su ciudad para aprender espantildeol por seis meses Nos conocimos en facultad despueacutes de cursos de espantildeol A eacutel gustaba yo mucho mi pelo y mi cuerpo Eso deciacutea A miacute gustaba mucho sus ojos y forma de tocarme No me importa decir porque usted no me conoce y nunca veraacute Escribioacute poema para miacute pero no entendiacute muy bien Peleamos un diacutea y no hablamos maacutes Yo soy orgullosa Lo vi con otra mujer Poco despueacutes volviacute a Japoacuten Espero que no es verdad que murioacute Quizaacutes fue lejos a otro paiacutes

Saludos cordiales a ustedYumiko

9Era para miacute el lugar maacutes importante del universo Sentado en la

pendiente a la orilla del manso riacuteo de aguas verduscas encajonado entre taludes de pizarras se extendiacutean los brazos hercuacuteleos de aquel

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imponente animal de piedra que abrazaba las dos orillas y salvaba el abismo Cuaacutentas horas paseacute miraacutendolo extasiado circundado por las oacuterbitas eliacutepticas de vencejos y murcieacutelagos al atardecer cruzado por alguacuten coche solitario del que a veces saliacutean algunos turistas que quizaacutes tomaban por uno de los suyos al nativo de aquella tierra de frontera y simiente milenaria Su solidez de apariencia perpetua a veces me provocaba celos y delirios de querer ser asiacute dominante sobre el curso del riacuteo y de los siglos indemne a los estragos de la edad y del fraca-so espectador piadoso de lo que decae y fallece Maacutes tarde el puente seriacutea el lugar desde el que imaginara mi desaparicioacuten aacutengel caiacutedo del paraiacuteso de la infancia y la ilusioacuten de ser querido Alliacute llegueacute una vez a traspasar la baranda y de pie sobre uno de los pilares contempleacute los remolinos que pareciacutean querer hipnotizarme hacia ellos para retraerme acongojado en el uacuteltimo momento y antes de que nadie me viera A las orillas del gran curso fluvial a la benevolente sombra del gran arco de piedra refugiado de las miradas de extrantildeeza leiacutea a Charles Baudelai-re y a Henry Miller a Dostoievski o a Lautreacuteamont y comenceacute a ser lo que soy un ignorante entre roquedos un mortal celoso de la eternidad del arte

10Nunca penseacute que alguien como eacutel pudiera fijarse en miacute Me rindioacute sin

resistencia nada maacutes verlo entrar el primer diacutea de clase Ese antildeo las llu-vias del otontildeo se habiacutean adelantado a mediados de septiembre y aquel profesor del que solo conociacuteamos su nombre entroacute con el paso firme de unas botas embarradas despojaacutendose de una cazadora de piel empapa-da y sacudieacutendose su mata de pelo negro antes de dirigirnos la palabra Siempre atenta a sus gestos descubririacutea maacutes adelante que nunca llevaba paraguas utensilio burgueacutes en su opinioacuten

mdashLlevarlo me recordariacutea que ya no podemos llevar espada y me ha-riacutea sentir ridiacuteculo frente a mis antepasados mdashme dijo un diacutea cuando gracias al taller habiacuteamos devenido coacutemplices de una aventura tan in-cierta como excitante

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Creo que lo que le estoy contando le daraacute un idea de quieacuten era Rafael Alconeacutetar y la pandilla de chiquillos rencorosos que le seguiacutea el juego Yo dudeacute en denunciarlos o tirarles alguna pulla en mi blog pero penseacute que con ello solo provocariacutea su regocijo Tampoco comenteacute con nadie esa broma pesada aparte de con mi esposa Todo esto no obsta para que lamentara su traacutegica muerte quizaacutes fruto de provocaciones auacuten maacutes graves que sin em-bargo como comentaba al principio no lo convierten en un buen escritor Pero eso ya queda a su juicio de criacutetica e historiadora de la literatura

Reciba un cordial saludoJoseacute Mariacutea Cambroacuten

ps Haacutegame saber sus sentildeas para el enviacuteo de mis libros ya sea los que le falten o los proacuteximos en publicarse destacadamente la antologiacutea que en breve va a sacarme la Diputacioacuten

8Enviado el 21052019 933 h (utc + 9)

Estimada SentildeoraGracias por el correo de usted Siacute he conocido a Rafael Alconeacutetar Yo

estaba su chica por un tiempo Estaba en su ciudad para aprender espantildeol por seis meses Nos conocimos en facultad despueacutes de cursos de espantildeol A eacutel gustaba yo mucho mi pelo y mi cuerpo Eso deciacutea A miacute gustaba mucho sus ojos y forma de tocarme No me importa decir porque usted no me conoce y nunca veraacute Escribioacute poema para miacute pero no entendiacute muy bien Peleamos un diacutea y no hablamos maacutes Yo soy orgullosa Lo vi con otra mujer Poco despueacutes volviacute a Japoacuten Espero que no es verdad que murioacute Quizaacutes fue lejos a otro paiacutes

Saludos cordiales a ustedYumiko

9Era para miacute el lugar maacutes importante del universo Sentado en la

pendiente a la orilla del manso riacuteo de aguas verduscas encajonado entre taludes de pizarras se extendiacutean los brazos hercuacuteleos de aquel

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imponente animal de piedra que abrazaba las dos orillas y salvaba el abismo Cuaacutentas horas paseacute miraacutendolo extasiado circundado por las oacuterbitas eliacutepticas de vencejos y murcieacutelagos al atardecer cruzado por alguacuten coche solitario del que a veces saliacutean algunos turistas que quizaacutes tomaban por uno de los suyos al nativo de aquella tierra de frontera y simiente milenaria Su solidez de apariencia perpetua a veces me provocaba celos y delirios de querer ser asiacute dominante sobre el curso del riacuteo y de los siglos indemne a los estragos de la edad y del fraca-so espectador piadoso de lo que decae y fallece Maacutes tarde el puente seriacutea el lugar desde el que imaginara mi desaparicioacuten aacutengel caiacutedo del paraiacuteso de la infancia y la ilusioacuten de ser querido Alliacute llegueacute una vez a traspasar la baranda y de pie sobre uno de los pilares contempleacute los remolinos que pareciacutean querer hipnotizarme hacia ellos para retraerme acongojado en el uacuteltimo momento y antes de que nadie me viera A las orillas del gran curso fluvial a la benevolente sombra del gran arco de piedra refugiado de las miradas de extrantildeeza leiacutea a Charles Baudelai-re y a Henry Miller a Dostoievski o a Lautreacuteamont y comenceacute a ser lo que soy un ignorante entre roquedos un mortal celoso de la eternidad del arte

10Nunca penseacute que alguien como eacutel pudiera fijarse en miacute Me rindioacute sin

resistencia nada maacutes verlo entrar el primer diacutea de clase Ese antildeo las llu-vias del otontildeo se habiacutean adelantado a mediados de septiembre y aquel profesor del que solo conociacuteamos su nombre entroacute con el paso firme de unas botas embarradas despojaacutendose de una cazadora de piel empapa-da y sacudieacutendose su mata de pelo negro antes de dirigirnos la palabra Siempre atenta a sus gestos descubririacutea maacutes adelante que nunca llevaba paraguas utensilio burgueacutes en su opinioacuten

mdashLlevarlo me recordariacutea que ya no podemos llevar espada y me ha-riacutea sentir ridiacuteculo frente a mis antepasados mdashme dijo un diacutea cuando gracias al taller habiacuteamos devenido coacutemplices de una aventura tan in-cierta como excitante

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imponente animal de piedra que abrazaba las dos orillas y salvaba el abismo Cuaacutentas horas paseacute miraacutendolo extasiado circundado por las oacuterbitas eliacutepticas de vencejos y murcieacutelagos al atardecer cruzado por alguacuten coche solitario del que a veces saliacutean algunos turistas que quizaacutes tomaban por uno de los suyos al nativo de aquella tierra de frontera y simiente milenaria Su solidez de apariencia perpetua a veces me provocaba celos y delirios de querer ser asiacute dominante sobre el curso del riacuteo y de los siglos indemne a los estragos de la edad y del fraca-so espectador piadoso de lo que decae y fallece Maacutes tarde el puente seriacutea el lugar desde el que imaginara mi desaparicioacuten aacutengel caiacutedo del paraiacuteso de la infancia y la ilusioacuten de ser querido Alliacute llegueacute una vez a traspasar la baranda y de pie sobre uno de los pilares contempleacute los remolinos que pareciacutean querer hipnotizarme hacia ellos para retraerme acongojado en el uacuteltimo momento y antes de que nadie me viera A las orillas del gran curso fluvial a la benevolente sombra del gran arco de piedra refugiado de las miradas de extrantildeeza leiacutea a Charles Baudelai-re y a Henry Miller a Dostoievski o a Lautreacuteamont y comenceacute a ser lo que soy un ignorante entre roquedos un mortal celoso de la eternidad del arte

10Nunca penseacute que alguien como eacutel pudiera fijarse en miacute Me rindioacute sin

resistencia nada maacutes verlo entrar el primer diacutea de clase Ese antildeo las llu-vias del otontildeo se habiacutean adelantado a mediados de septiembre y aquel profesor del que solo conociacuteamos su nombre entroacute con el paso firme de unas botas embarradas despojaacutendose de una cazadora de piel empapa-da y sacudieacutendose su mata de pelo negro antes de dirigirnos la palabra Siempre atenta a sus gestos descubririacutea maacutes adelante que nunca llevaba paraguas utensilio burgueacutes en su opinioacuten

mdashLlevarlo me recordariacutea que ya no podemos llevar espada y me ha-riacutea sentir ridiacuteculo frente a mis antepasados mdashme dijo un diacutea cuando gracias al taller habiacuteamos devenido coacutemplices de una aventura tan in-cierta como excitante

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