La movilización de la nobleza castellana en 1640.

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IV LA MOVILIZACION DE LA NOBLEZA CASTELLANA EN 1640 La justificacion teorica de los privilegios de la 1\obleza en la sociedad espanola de' antiguo regimen se fundamentaba, por encima de toda otra consideracion, en sus servicios millitares, v durante la Edad rnedia existio una cierta adecuacion entre c1 ideal, plastnado en disposiciones legislativas, y la realidad, por cuanto los nobles fueron, no los itnicos, pero si los ntas ca- racterizados representantes de la profesion militar . Por ello, en los albores ya de la Edad Moderna, los Reyes Catohcos, al confirmar sus fueros y exenciones, wanifestaban : (cdeben ser favorecidos los hijosdalgo por los reyes, pues con ellos hacen sus cenquistas>) '. Siglo v medio ntas tarde, la nobleza caste- llana fue requerida en bloque a cumplir este su tradicional -de- ber en. un momento de stiprerna angustia para la Monarquia ; el estudio de este episodio permite apreciar cuanto liabia pro- gresado el desnrioronamen to interno de aquella institucion y la brecha qtte si' .enciosamente habia ido abriendose entre la teo- ria y los hechos . Partiendo de este punto de vis?a, no nos de- tendremos en el relato de incidencias belicas y reducirernos e' . encuadramiento historico-politico a to estrictamente indispen- sable para arnbientar ]as siguientes paginas, pues nuestro pro- p5sito es merarnente extraer las consecttencias institucionales y atin psicologicas de los hechos que a continuacian se exponen . En el sig :o xvi Bran atin machos los hidalgos que servian mi- litarmente a Espatia ett los campos de batalla de Etiropa ; se- gtindones de nobles casas formaron el nervio de aquellos in- cotnparablee tercios que dieron tan justo renombre a nuestra infanteria . " (LIs, escribia Brantome, ont voulu honorer leer in- fanterie a sly fetter en simples et privez soldats, portant 1'har- quebuse, la picque et lc corsellet, et se rendre subjects aux lois et regles militaires comme les moindres» 1 . Atin no habian llega- t. Lev 65 de la Corte ; de 1'o' .edo, '49o, que paso a ser, la 9 .6 del titulo III . iibro VI de 'a Novisima Recopilacion . z . Oeuvres t. I (-Cit . por CANoVns, F-studios sobre to decadencia de Z;.rrana, IT . 379) .

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IV

LA MOVILIZACION DE LA NOBLEZACASTELLANA EN 1640

La justificacion teorica de los privilegios de la 1\obleza enla sociedad espanola de' antiguo regimen se fundamentaba, porencima de toda otra consideracion, en sus servicios millitares,v durante la Edad rnedia existio una cierta adecuacion entrec1 ideal, plastnado en disposiciones legislativas, y la realidad,por cuanto los nobles fueron, no los itnicos, pero si los ntas ca-racterizados representantes de la profesion militar . Por ello, enlos albores ya de la Edad Moderna, los Reyes Catohcos, alconfirmar sus fueros y exenciones, wanifestaban : (cdeben serfavorecidos los hijosdalgo por los reyes, pues con ellos hacensus cenquistas>) ' . Siglo v medio ntas tarde, la nobleza caste-llana fue requerida en bloque a cumplir este su tradicional -de-ber en. un momento de stiprerna angustia para la Monarquia ;el estudio de este episodio permite apreciar cuanto liabia pro-gresado el desnrioronamento interno de aquella institucion y labrecha qtte si'.enciosamente habia ido abriendose entre la teo-ria y los hechos . Partiendo de este punto de vis?a, no nos de-tendremos en el relato de incidencias belicas y reducirernos e'.encuadramiento historico-politico a to estrictamente indispen-sable para arnbientar ]as siguientes paginas, pues nuestro pro-p5sito es merarnente extraer las consecttencias institucionales yatin psicologicas de los hechos que a continuacian se exponen .

En el sig:o xvi Bran atin machos los hidalgos que servian mi-litarmente a Espatia ett los campos de batalla de Etiropa ; se-gtindones de nobles casas formaron el nervio de aquellos in-cotnparablee tercios que dieron tan justo renombre a nuestrainfanteria . " (LIs, escribia Brantome, ont voulu honorer leer in-fanterie a sly fetter en simples et privez soldats, portant 1'har-quebuse, la picque et lc corsellet, et se rendre subjects aux loiset regles militaires comme les moindres» 1 . Atin no habian llega-

t . Lev 65 de la Corte; de 1'o'.edo, '49o, que paso a ser, la 9.6 deltitulo III . iibro VI de 'a Novisima Recopilacion .

z. Oeuvres t . I (-Cit . por CANoVns, F-studios sobre to decadencia deZ;.rrana, IT . 379) .

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do los tiempos en que los nobles exigieran cotno condicion pre-via para it a luchar altos . puestos y copiosas ayudas de costa ;el ideal, el punto de honor y el amor al riesLo y la aventuraeran to bastante fuertes para pacer a muchos abrazar con gustola carrera de :as armas. Pero ya a fines de aquel siglo habia de-caido mucho la vocacion militar, haciendo exclamar a illlarcosde Isaba que ((era cosa muy notada, a ~tantos txabajos y eni-presas, tanta nobleza de senores, tan fuertes caballeros, mozosricos y prosperos como sustentaba la fe:icisima Espana, comono se presentaban y parecian en tan santas y justas aierras>> ` .

L.1 reinado de Fe:ipe 11 senala en este punto tin giro deci-siVo ; crl parte, por la conocida repugnancia de aquel rey bu-rocrata y moderno a mostrarse personalmente a la cabeza desus ejercitos como to hiciera su padre ; to que suministro excusalegal en adeiante a los nobles poco amigos de Marte, que se-gun la antigua costumbre debian ser convocados y acaudiila-dos por ei propio monarca ; en mayor grado, por causas masprofundas, ya que esta mistna obligacion de acompanar al reyera un rasgo tipicamente medieval, derivado de una relacionpersonal muy alejada del concepto del Estado moderno . Pa-ralelamente, se cerraba la antigua via de acceso a la. noblezapor las arina,,s y desaparecian los grados interinedios de aque-lla (caballeros pardos, cuanliosos, etc .) . En teoria, la noblezase convirtio en casta cerrada ; en la prictica siguieron abier-tos no pocos portillos, pero los de la riqueza y el favor resulta-ban los mAas practicables .

Asi se Ilego, en el limite de los dos sig:os, a una situaci6nanal definida, plena de incongruencias y sintomas de disolu-cibn . Por un lado se estimaba que la profcsion propia del no-ble eran las arenas ; por otro, empero, se afirmaba el caractervoluntano de tal obligacion', y en este sentido, varios procu-radores de ]as ~Cortes de 1598 protestaron de que se pretendie-se incluir a los hidalgos en ]as milicias que entonces se organi-zaban en el Reino ' . Se dibujaba asi la paradoja que mas tardeadquirib entera realidad : un servicio militar obligatorio querecaia sobre los plebeyos solos, mientras que los nobles, exentosde las leyes ordinarias, solo acudian al llamamiento personal

3. Cuerpo enfermo de la mii:cia espai3ola, Madrid, 15g.1, capitu ;o 2- .q. AxcF ATALoxn establece la siguiente distincion : cLos hijosdalgo

de sanggre no van compelidos a as guerrm, sino de su vol'untad : y assien las Ilamatniemos que se hazes por los reyes ay gran differentia ; por-que a los hidal os de privilegio mandales que vayan so pena de perder 'nsprivilegios ; pero a los hidalgos de sangre y solar solamente les haze sa-ber la guerra y el estado della, y la nmesid.u3 que ay de sus persom5n(Summa nobilitatis Hispwricac, folio 68 vto.) .

S. Cortes do Castilla, tomo \V . pigs . 61g y as .

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del rey . El arcaismo de esta situaci6n y su incompatibilidadcon la organizac16n estatal moderna son evidentes .

Igualmente aneja resultaba la obligac16n de contribuir conlanzas que pesaba sobre los comendadores, titulos y pre:a-dos ; los mas poderosos senores (A:cala,Medinasrdonia, Osuna) debian aprontar 8o lanzas en caso de guerra, pero la gene-ralidad 'de los grandes contribuian con 30 6 40, y Ios titu1osde to a 2o . Entre los prelados, eran los de Sevilla (70) y To-ledo (50) los que mas lanzas tenian obligac16n de facilitar ° .Como la- eficacia de este sistema habia llega-do a ser pr;ietica-mente nula, Fe:ipe IV, en 1625, determin6 que se sustituyesepor una prestaci6n en metialico ° .

En esta ultima fecha, el despechado rey Carlos de Inglate-rra envi6 una escuadra con tropas de desembarco a la bahia deCadiz con intento de repetir el golpe de mano de 1596 . Al di-vul.garse la nueva, una oleada -de entusiasmo sacudi6 a la na-ci6n . Sin necesidad de apremios ni excitaciones, gran mtmierode caballeros andaluces y castellanos se pusieron en camino, asu costa, en busca de unos laure:es que no hubo ocasi6n deconquistar porque el invasor reembarc6 sus tropas sin comba-te e. Ouiza el rey y su favorito sacaron consecuencias excesi-vamente optimistas de este episodio ; creyeron estado de 6ni-mo firme y a prueba de reveres to que no era sino . movimientoocasional de una poblac16n que, por no haber conocido la gue-rra dentro de su territorio en las u1timas generaciones, apre-ciaba como novedad v distracci6n una jornada belica corta ysin grandes riesgos. La experiencia debia proporcionarles unlamentable desengano.

Desde qtte en 1635 la hostilidad de Francia hacia los Habs-burgos se transform6 en guerra abierta, el gobierno espanolproyect6 una movilizaci6n ,general de la nobleza. En el titulohemos aludido al ano i6¢o en beneficio de la claridad del con-

6. En El poder civil, de DANVILA (VI, 2r-29, doc. 6o6), puede leerseuna aRe?aci6n del estado en que los sefiores y prelados tienen ]as lanqasy jinetes con que sirvens ; sin fecha (16oa?).

7. En un Decreto de to de noviembre de 1625 decia al Presidente delConsejo de OTdenes : cOrdenareis que luego se hagan los despachos enla forma que se acostumbre, previniendo a todos los comendadores y. de-mis personas que por las Ordenes Militares tienen ob:igaci6n de servir conlanzas para que acudan con ellas y las imbien a Llerena adonde he man-dado it a D. Agustin Messia con titulo de Capitan General del exercitoque se ha de formar alli, ordenando a cada uno que sin dilaci6n ningunaimbie las que le tocan, pero en lugar de lanzas sirvan con arcabuze-ros de a cavallo que Khan de llevar tambien dos pistolas tercerolas a losarzonesD (A . H. N ., Consejo de Ordenes, leg. 6.259)"

8. En el comierzo del drama aNo hay peor sordo. ..s, alude Tirso deMolina al . entusiasmo con que acudi6 la nobleza al socoarro de Cadiz.

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cepto ; si en dicha fech~ se adoptan resoluciones terminantesa tono con la gravedad de las circunstancias, tales medidastenian ya amphos precedentes. El defecto mas grave de Oliva-res era su falta de dotes de organizacion . Abstraido por suirresistible docacion a las combinaciones de la politica interna-cional, e1 gobierno interior no le interesaba, ni se ocupaba de61 sino en cuanto instrumento de sus planes . Sabia que unamovilizacion integral de los recursos de la Monarquia le dariaun poder incomparable y cerraba los ojos a las insuperables di-'ficultades que se oponian a la convers16n instantanea de uninmenso mosaico politico de arcaicos contornos en un estadocentralizado . Ni su altivez tenia en cuenta los factores impon-derables ni su genio se prestaba a descender al oscuro trabajoprevio de organizacion, a los menudos detalles que harian po-sibles sus vastas combinaciones . No se daba cuenta, por ejem-plo, de que los soldados necesitan comer (mas de una vez, des-pues de una Bran victoria, el ejercito se deshizo solo por tatsprosaico motivo),- No fue capaz de organizar un sistema equi-tativo y eficaz de reclutamiento ; tampoco supo escoger, porce:os o por otros motivos, individuos activos y capaces que se-cundaran sus prop6sitos . Tales defectos se pusieron mas de unavez de relieve en aquellos anos criticos y tarribi6n influyeron enque la movilizaci6n nobiliaria se hiciera de forma que, sin pro-ducir grandes beneficios, suscitara descontentos y resistenciasto bastante fuertes para contribuir en no pequena medida a lacaida del omnipotente ministro.

Desde el propio atio 1635 se anuncio como proxima la sali-da del rey a campana y se nombro Junta especial para el alis-tamiento de los hijosdalgo ; a Jos que no tenian fortuna consi-derable solo se les pidio su asistencia y a los grandes y titulosse les encom.endo la leva de ciertos contingentes de caballeria,segtin sus recursos . El siguiente ano, nuevos decretos anuncia-ron la jornada real sin concretar lugar ni fecha ; se reitero alos caballeros de las Ordenes que estuviesen apercibidos y seordeno a los senores prelados que aprontasen hombres y di-nero . Pero estas medidas no fueron escrupulosamente obedeci-,das ni urgidas con rigor '. La situacion no parecia grave ; por

9. En el legajo 7.135 del A. H. N . se conservan los requerimiemosh~chos en 1639 por ,la junta formada para administrar los ofrecimientoshechos en 1635-36 de capitanias de caballos a las personas que no los ha-bian cumplido ; eran muchos los titu :os que aparecian en descubierto porcantidades que oscilaban entre mil y tres mil ducados ; como ewa entoncesfTecuente, dichos ofrecimientos no tuvieron mucho de espont :ineos ; enBran parte las cantidades fueron dijadas por la propia junta . E-n una aRe-laci6n de algunos capitanes de cavallos escusados de la leba ~le su Cava-lleriaa figuran : El marqucs de Valderrabanos, por coronel. El marques deMontealegre, por pobre. La marquesa de Montalbo, por to mismo. Eirnarqu~s de la Conquista, por pobre. El marqu6s del Monasterio por otros

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el contrario, el gobierno espanol, haciendose excesivas ilusio-nes sobre sus fuerzas, habia ideado tomar la ofensiva por lafrontera de los Pirineos, para aliviar la presion francesa sobrelos Paises Bajos. En octubre de 1636, an pequeno ejercito atra-veso el Bidasoa y se apodero de San Juan de Luz . Despu~sde tan mezquino exito, nuestros soldados repasaron la fronte-ra sin haber obtenido mas fruto que llamar la atenc16n del ene-migo hacia una frontera que desde hacia largo tiem.po habiapermanecido tranquila y que pronto iba a ser atacada por losdos extremos .

1637 . La amenaza se concreta : los franceses atacan Rose-116n y cercan Fuenterrabia ; simultaneamente, el descontentode los portugueses toma perfiles ominosos en el motin de Evo-ra . Los llamamientos a los hidalgos y caballeros de habito sehacen mas apremiantes ; a estos ultimos se les dirigen cartasparticulares del rey con el siguiente texto. : c<Fulano, caballerode la Orden de . . . . . . . . ., yo os mando que con armas y caballoesteis prevenido para irme a servir y acompanar con las com-panias que se han de formar de las tres Ordenes Militares en lajornada que he de hacer para defensa y seguridad de estos misreinos a la parte donde llamare la ocas16n ; y en respuesta deesta me direis la prontitud con que estareis dispuesto para sa-lir luego que seais avisado» '° . Hasta fin de ano no se movioaquella improvisada tropa hacia el Norte para sccorrer Fuen-terrabia ; exceptuAaronse los hidalgos casados, los extremenosy los andaluces 1' . Mucha nobleza de Castilla, Leon y .Nava-rra tomo parte en aquella jornada bajo el mando nominal delAlmirante, don Juan Alonso Enriquez (persistia la funesta cos-tumbre de dar altos cargos militares atendiendo mas al nom-bre qtte a la capacidad) . «L.os hidalgos que vivian en Castilla,

servicios de mayor consideracion que corren por su mano . El marques deOropesa. por pobre: El conde de Ribadavia, por pleitos, y por esto porpobre. lil de la Mota, el de la huente dcl Sauco, el de Gondomar, el deMora y el de Parenciama, por pobrL. El de la Roca . por ausente destosrevnos y el de Onate, por coronel.

De otro papel resu:ta (Junta presidida poT el Conde do la Puebla enio de mayo de 1637) que de los 66 capitanes de caballos que habia nom-brado el rey, 16 pagaron los 2.868 escudos que les -pidieron como equi-valencia de este servicio, cuatro solamente sirvieron con caballeria efecti-tiva y los ~restantes estaban en descubierto o fueron excusados por diver-sas causas .

io. R0DRfcuez VILLA : La Corte y la Monarquia de F_spana era 1637,pagina 116, transcribiendo a un memorialista anonimo : -tNo ha causadopoca novedad que manden servir en companias a muehos que han sido ca-pitanes y han mandado tropass. Algunos caballeros querian redimir su obli-gaci6n entregando cien ducados (pagina 1z4) . Bando ,para que todos los hi-dalgos de Madrid de dieciocho a cincuenta anos se registren 'y se aprestena it a servir adonde se les envie (Sala de Alcaldes, 1638, fol. 179),.

ii . Cartas de algunos PP . de da C . de J . (Mem . Hist . ESP- X1V, 479) .

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todos dejaron sus casas y sus mujeres y fueron a la defensa dela patria» 'a . Otros levantaron oompanias a su costa ; pero,aunque entusiastas, eran al fin, en su mayoria, soldados inex-pertos ; por ello, se reunieron a toda prisa las poquisimas fuer-ras regulares que dentro de la Peninsula habia, inc,uso las quedefendian la costa de Granada, y se trajeron apresuradamentetropas de Italia y Flandes. Con estas heterogeneas formaciones,en gran parte bisonas, pero muy valerosas, se logrb la victoriade Fuenterrabia, que causo justificado entusiasmo (1638) .

No se trataba, sin embargo, m'as que de un moment£neorespiro ; pues mientras Francia, en frase de un cronista, ecvomi-taba ejercitos por todas las fronteras», en Espana parecian ce-gadas las fuentes del reclutamiento ; las levas eras un medioviolento que sd:o producia soldados de mala calidad ; la gen-te con natural inclinacibn a la milicia estaba ya sirviendo enlejanos campus de batalla ; la que en Espana quedaba era ca-paz de acudir a las aimas en un momento determinado, pero nocon, la ebntinuidad que to empenado de la contienda exigia.Pens£base reunir en la primavera de 1639 6o.ooo hombres paraasestar un .golpe decisivo ; grande fue la decepcian del rey yde su primer rninistro al coniprobar que hida'.gos y caballerosrehuian to que ya les parecia gravosa ob:igacion ; susurriabaseque, al fin todo quedaria en que cada uno eritregase alguna can-tidad para pagar un sustituto . Especialmente reparab'.e pare-cia esta apatia en los caballeros de habito por su profesion mi-litar ; . en un decreto de 31 de enero de 1639 decia el rey alConsejo de Ordenes : wCon ocasi6n. de haverme consultadodon Juan. de Chaves a quien tengo cometida la combocacion delos cavalleros de ]as Ordenes Militares que de duzientos y se-senta que se registraron el afio pasado quando se hizo otra talcombocacion solos setenta havian acudido aora en este llama-miento he resueltd que a los que de nuebo se les fueren dandoavitos se les notifique pena de perder=os an de cumplir con laobligacion de servirme en ocasiones semejantes en la forma queles obliguen los establecimientos» 13 . Esta obligacibn era indu-dable, mas ~ a quien sing a ella misma podia culpar la Monar-quia de que muchas veces se dieran h£bitos a individuos queno eran aptos para cumplir la mision que les estaba encomen-dada ? Hechos tan escandalosos como la concesibn del h£bitode Alc£ntara a un hijo de D. Rodrigo Calderbn, de un anode edad no cuinplido ", no fueron tampoco desconocidos en

i2 . NOVOA, Historia de Felipe IV, I, 482.13 . AHN, Ordenes, leg . 6.259.14 . CABRERA. Relaciones de cosas sucedidas en la Corte. . .a, 26/- . Ape-

nas podia darse corruptela que fuera m5.s derechamente contra el es-piritu de la Institucion . La pregunta 7" del Interrogatorio de pretcn-

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el reinado de Felipe IV, y si bien este rey, cediendo en parteal clamor publico y a la presion de los hechos .dedicb una ma-yor atencion a premiar los servicios militares, nunca cesaron]as quejas de que el favoritismo y los servicios cortesanos eranun camino mas llano que las honrosas heridas para conseguiruna cruz 1'' .

\fenos diezmada por emigraciones y guerras exteriores, en-trenada por las guerras civiles, la nobleza francesa conservabaatin su vocacion guerrera ; si frecuentaba las delicias cortesa-nas, tambien salia cada primavera a luchar y morir en lasfronteras por su patria y su rey . Con ocasion del ataque al Ro-sellon y el cerco de Salsas, antemural de Catalufia, caida enpoder del enemigo, mucha nobleza de Castilla y la Corona deAragon .sirvio en aquel frente ; pero al Conde-Duque parecioescaso su celo a juzgar por un decreto de diciembre de 1639,que dice asi : wCon ocasion de to que han escrito ultimamenteel Marques de los Balbases y el Conde de . Santa Coloma refi-riendose al estado del sitio de Salsas, entre otras cosas que meconsulto la junta Grande de Estado y Guerra me puso en con-sideracion la novedad que causa ver tanta gente mo~a en estaCorte, y lque savidores de las noticias que vienen . de que elenemigo junta grueso para soeorrer la playa que tiene ocupada

dientes al habito de Santiago dice : aSi saben que ei pretet "diente sabey -puede andar a caballo y to tiene .n An.1logamente en ]as Reglas de lasdemas Ordenes .

15 . Un expoutente del grado de re'ajaoion a que habian llegado lasOrdenes nos do afrece la obra (postuma) de ALoNso nE PENAFIET.. Ohliga-ciones y excelencias de [as tres Oadenes" Militares, Madrid, 1643 . Inspi-rada co el mas escandaloso laxismo, parece en algunos lugares no habertenido mas intencion que ca.nonizar los abusos que se habian ido intro-duciendo ; alcanza un alto grado de invoiuntaria comicidad cuando, porejemplo, en e1 capitu :o 4.0 del tratado i .0, asienta. que el voto de pobreza(rue hacian los caballeros solo les oblig-aba a pedir dispensa de dicho voto .En el capitulo vi defionde que no es simonia comprar y vender h:ibitos,untar a los ministros para obtenerlus, etc. i Y aiui se quejaba ale que iuu-chos negasen de que -fueran verdaderas ordenes monasticas ! Por fortuna,en este caso . da realidad era. mejor que la ,teoria ; cutre los que adornabansu pecho con la crux abundaban los nobles y generosos caractexes ; pero,como siempre oAcurse, la-s disotuutcias Bran !as que inns l1amaban la aten-ciott . No podemos aquilatar la exactitud de !as aseveraciones de un me-morial publicado por el capitan Juan Pujoi, que, seg6n el extracto queda de e1 el e:rnbajadoir holandes Brunel, afirmaba, .entre' otras cocas, cquebien loin de donner lc soiide de ces ordres a des personnel qui le mer;-tent, on leur en refuse mesme 1'exterieur et Peclatant qui ne consistequ'en 1'habit . . . et partant il ne s'estonne pas que de son .temps il n'y a,en toutes les troupes qui servent dans le Milanois, que quit chevaliers,puisque cet honneur, qui devroit ostre la recompense des gens de guerre,ne se donne le plus souvent qu'a des gens de plume ou a ceux qui s'apptt-yent plus swr la robe que cur 1'espee ; encore qu'ils la portent tousjourspour maTque de cc qu'ils devroient estre, p:utost que de cc qu'i13 son .(BRUNO., Viaje, R . Hi ., tomo XXX, cap. 24 .)

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en Espana, ni se muevan ni se animen a acudir a recobrarla,como se a visto en otras ocasiones . . . . . . y haziendo el reparo quees justo, me ha parecido ordenaros que por e' Consejo se dis-ponga to que fuese justo en raqon de la gente de obligacionesy hijosdalgo, y tambien de los que no andan ocupados, por-que sin duda es nota indigna de espanoles to que en esta partesucede, y cosa nunca jamas vista en estos Reynos» .

El Consejo na fue del mismo parecer, "cpues la promptitudcon que los vasallos de Castilla an acudido perpetuamente aocasiones de guerra como la presente a sido tan grande quepodia parecer igual con la obligacion . . . . . . La fide:idad, amorv ardimiento de los vasallos de esta Corona nunca a dado lu-gar, no s51o al castigo, pero ni a la advertencia de ]as leyes,governandose con el impulso natural de su aninio no escriptoni aprendido sino embebido y connaturalizado en los mismoscora~ones.

))En las ocasiones presentes, y en la que oy ocurre, creyael Conscio que todos, especialmente los nobles, servian en lamanera que V. M. se ternia por mejor servido, pues aunque noavian acudido por sus personas 'e, se entiende que acuden congente y otros soeorros, segun la forma y disposicion que V. M.a mandado poner a proporcion de la hacienda y estado decada uno, haziendo clases de ~mayores y medianos v menores,y para la execucion y mas puntual asistencia de los socorrosparecen que arian alguna falta si se ausentasen, pero si todaviase tuviese por mas importante que acudiesen personalmente,juzga el ~Consejo que el medio mas eficaz y de mayor decenciaseria que !V . M. se sirviese de !manifestar su real voluntad condecir alguna palabra en esta racon, que no se puede dudar queseria poderosa para no dejar hombre en la -Corte de los que esti-masen su honor y reputacion . Los Cavalleros de Orden y losotros cavalleros v hijosdalgo cree el Consejo que estan escritosen listas particulares y prevenides de rnanera que por mano delas juntas. y ministros a quien esta cometido podian breve-mente ser despachados donde fuesen menester . » Finalizaba laconsulta con un intento de desviar la cuestion, refiri6ndose alos comerciantes y asentistas portugueses radicados en la .Cor-te, que no contribuian a Jos gastos de la guerra en proporciona sus riquezas .

Habia debido pacer, sin embargo, una confesion funda-mental : la mayoria de los nobles no sentian ningun entusiasniopor empunar ]as armas y preferian pagar para que otros to hi-cieran. Esto es to que el rey hallaba mas censurable, segun ex-presa un aspero decreto de 31 de enero de i64o : c( Vease por

A El subrayado os nuestro.

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todo el Consejo sin faltar ninguno del to que combendria ha-cer para remedio de la mala doctrina con que se cria la prime-ra nobleza de Espana y para enmienda de 1a mala disposicionque se ha experimentado en ellos de cumplir con sus obliga-ciones, -no haviendose movido ninguno a yr a estas ultimasocasiones de sitios, reconociendose quan al contrario sucede enFrancia, pees para el socorro de Salsas se save que se movieronmas de setecieritos cavalleros franceses de los del Reyno ymas de quatrocientos de ;Paris, y consulteseme en radon destocon la atenc16n que el lustre de nuestra naci6n y la necesidadde ,reparar tan danosas consequencias pide» '7

Es dificil decidir to que en estas palabras hubiera de mani-festac16n espontanea de la regia indignaci6n ante la apatia 'dela nobleza y de reflejo de la inquina del valido hacia los nobles,en gran parte hostiles . En todo caso, no quedaron confinadasen el secrete, de los reales consejos ; en la Pascua de aquel ano,1639, los caballeros de las Ordenes fueron reunidos en las parro-quias, y de orden de S . M. se les hizo presente que se dada pormuy servido de los que acudiesen a la guerra y los tendria .pre-sentes para hacerles inerced, y al contrario, de los que en tal-ocasi6n permanecieran en la corte. ((Pero pocos, escribia Pellicer,se han movido a it a la defens16n .)) Visto el poco resultado de]as exhortaciones, se les orden6 en enero siguiente estar prepa-rados para la jornada de Cataluna ; los que tuviesen menos dediecisiete anos o mas de sesenta pagarian tin hidalgo montado ;se prohibian los bordados y galas costosas y se ofrecian a cadacaballero veinte escudos de sueldo al mes el tiempo que durasela campana " . Igual aviso se intim6 a los caballeros de todaEspana ; debian presentarse montados en sillas de borrenes,aderezados de bridas, pistolas y corazas ; sobre las armas, cocade burato o estamena con la cruz en medio, a recibir el pend6nde la Orden que les entregaria el propio Monarca el dia io demarzo '° .

El Conde Duque parece qtte puso grandes esperanzas en estamovilizaci6n de los caballeros ; 6l presidib la junta formada para

-17 . AFI\ . . Archive, antiguo del Consejo, legajo Tt55, nun. 36. CA-NOVAS publics una consulta del Consejo de Estado, de 9 de anarzo de i64o,sobre la necesidad de que se emplea,se du nobleza en el servicio de lasarmas : pero se refiere solo a um corto ndmero de gTaoides a quienespensaban confiar mandos militares. (Estudios del reirado de Felipe 1V,apendice 4.°)

18 . 1'rr.r.ICFR . Avisos, 1, to7, 122 y 136.i9 . Instrucci6n que ha de guardar . el Asistente de la ciudad de Se-

villa en raz6n de '.a convocatoria de los Comendadores y Cavalleros de]as Ordenes .militares . . . que el rep \'tro. Sr . 'ha mandado se haga para quedellos se formen -vatallones de to;-azas . Fechado en Madrid, 28 de 6nerOde 16o. 2 hojas.

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ocuparse de todo el trabajo de organization necesario z° . Noera del n~Lmero, que no podia ser muy elevado, sino de la ca-lidad y del ejemplo que aquella quinta esencia de la noblezaespanola daria a todas las clases sociales, de to que, al parecer,esperaba maravillas . Asi se deduce de la documentation conser-vada de dicha junta, por la que se advierte la repugnancia queexperimentaba a la idea de qtte los caballeros esquivaran su obli-gacion pagando un sustituto, a menos que por razor de su edad,cargos o achaques no pudieran absolutamente it en persona 2' .A fin de evitar incidentes molestos se acordo que, puesto que lossustitutos habian de formar parte de cuerpos estrictarriente no-biliarios, habian de servo ellos mismos, y a ninguno se admiti6sin proba.r su calidad de hidalgo 22 . Pares mayor estimulo, a mess.del socorro en metalico, se prometio un habito a los que sirvierandurante dos anos . A1 propio tiempo se pedia a los grandes quecada tumo alistara una convpania de cien hombres, se requisabanlos caballos de los coches y se hacian esperar grandes resulta-dos de toda esta actividad .

Como detalle curioso anotaznos que un tal Esteban de San-' tiago se ofreci6 a la junta para reclutar en less provincial can-tabras, donde casi todo el mtmdo era noble, los hidalgos ne-cesarios para less sustituciones que en Castilla y Anda:ucia noera'tan facil encontrar. La cantidad que habian . de percibirse ifijd en trescientos ducados . Como no pocos. senores tenian

2o. Ostentaba Olivares el titulo de Capitan General de '.a Caballeriade toda Espana . Los rostantes iniembros de la junta eran el conde de Mon-terrey . pre dente del Cousejo de less Orderes ; el marques de Castrafuerte,don Melchor Cisternes, don Antonio de Luna, don Diego de Ceballos y donC:audio Pimentel .

21 . En el legajo 4.642 del AHN., C. de O. AL, hay un billete con firmailegible que dice : aHe ostado con el Conde mi Senor esta noche y a,llo a6u exa muy duro en que se dejen de dar Jos sostitutos con efecto como seha mandado, y disiente en ~extremo el que se ayan de dar en dinero, y asisi no esta escripto o publicado por edito, Vsn . se venga por aces maiianaa la -nueve antes de hazer novedad para que veamos en que forma se podraestrechar esta materia. Guarde Dios a Vm. como deseo.D Le acompana otrodel Conde Duque al Conde de Monterrey de este tenor : cHermano y Seiiormio, dame mucho cuidado el entender que si se introduce el recibir dinerose ha echar a perder la cavalleria de que se esta tratando . v que po-este medio no se conseguira ni hares nada, y asi me ha parecido propone-roslo pareciendome que con este presupuesto es menester volver sobve lamateria y ver to que series mess conveniente Dios os guarde . . . 5 de marSode i64o .a2:, . U.na minutes de carta a los corregidores, inclusa en el legajo citado

en la notes anterior, advierte que a los sustitutos se les daa-an 15 escudos a_'mes y un hibito a los dos. aiios de servicios ; deberian examinarse cuida-dosamente sus pastes y calidad, ano dando lugar a que -se int:oduzga nin-guno que sea indecente por aangre ni por ocupacion mecanica que tenga ohaya tenido, que series de tan grande incombeniente para el servicio de S. M .y en qualquier tiempo que se entendiere se remediaria y castigaria mucho .(2t de abril de r64p).

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su hacienda embargada o en pleito, se les autorizo especial-mente para poder disponer de la cantidad necesaria para pro-parar su jornada o pagar el sustituto. Otros eran tan pobresque necesitaron ayuda de costa del rey para hacer la jor-nada z3 .

El primero de mayo se nombro Gobernador General de laCaballeria de las Ordenes al marques de Mortara ; TementeGeneral, a don Diego Manrique de Aguayo, y Comisario Gene-ral, a don Rodrigo de Herrera. La muestra general se fijo en unprincipio para el Domingo de Cuasimodo, pero ]as dilaciones,dificultades y resistencias que se encontraban la retrasaron mu-cho ; todavia en septiembre de aquel ano se pregonaban ban-dos con graves penas contra los que pretendian excusarse. Nofueron los cortesanos priecisamente los que cheron eJemplo ;casi todos los que servian oficios palatinos fueron autorizadospara hacerse sustituir, y to misma !os consejeros y alcaldes dela Corte.

En Andalucia fue donde la resistencia de hidalgos y ca-balleros a marchar se hizo mas patente. Los Jurados del Ca-bildo sevillano exhumaron un privilegio de Fernando III parano it a la hueste Z' . A Cdrdoba hubo que despachar' alcaldesde Corte para hacer salir a los recalcitrantes con multas y otraspenas ; amenazose inc:uso con siete anos de servicio en Oriina los que desobedeciesen las reiteradas ordenes, En Jerez, asien-to de mueha nobleza, fue donde se registraron'las escenas m;asescandalosas ; podemos bosquejarlas brevernente gracias a ladocumentacibn eonservada Z' .

Transcurridos todos los plazos sin que hiciera acto de pro-sencia en la Corte o enviara sustituto ningun caballero jere-zano de habito, fue despachado don Miguel de Luna y Are-llano como juez a aquella ciudad . 1-legado ; reprendio al co-rregidor y alcalde mayor por* su .pasividad, pues habian admi-

23. JORQUERA : A-tudes de Granada, II, ano .i34o. AHN., leg . 7.155, nil-mero 35 . El primero dice que se autoriraron ventas de mayorazgos hastatres mil ducados para estos gastos . En el legajo 4.642 ya citado hay una re-lacion de caballeros pobres a quienes se concedes doscientos o dosciento,<cincuenta ducados de ayuda de costa para que puedan armarse y asistir conel lucimiento debido .

24 . -CANOVAS (Estudios del rci)wdo de Felipe IV . Apendicc 6.*) publicdcFragmentos de un acuerdo del Cabildo de Sevilla de no it a la huestez .Menos conocido es un auto hocho dos anos despuis (1642) por don Juande Santelices, Cobernador de la Audiencia y Superintendente de las militiasde dicha ciudad, en el que se notifica al Cabildo cuales son los regidores y ju-rados que por raz6n de sus cargos estin exentos de servir 'en la real jornada(.5y en total) . apercibiendole que los dema.s no deben ser admitidos en elCabildo, so pena de dosc:entos ducados part los gastos de Ia guerra (Archi-vo Municipal de Sevilla . Escribanias de Cabi'do. si .glo xvtt, tomo XXII, n;6-mero 52).

25 . Se halla reunida en Fl AHN. O. M . leg. .1 .643 (jitnta de Caballeria) .

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tido eomo buenas todas las excusas, y ((con ynstancias, dilixen-cias, prisiones y apremios)) proced16 contra los rebeldes caballe-ros. Estos debian haber hecho ya cuest16n de amor propio el noceder ; se dejaron condenar en varias cantidades y 16 de ellosfueron reducidos a prisi6n . Que no era por cobardia se demos-tr6 a poco, cuando, al Ilegar la noticia de clue el enemigo sehallaba a la vista del Puente de Suazo, pidieron y obtuvieronsalir con las milicias de la ciudad a la defensa. La gran dis-tancia al frente de Catalutia, las mo''estias y gastos clue supo-nia entonces tan largo viaje debian ser las verdaderas causasde su resistencia .

-Por otra parte, el tal don Miguel de Luna parece clue eralargo de unas . Varios caballeros clue fueron a la Corte a que-jarse de sus atropellos le hicieron cargos de los clue se defen-di6 torpemente. El total de las multas clue habia impuestoascendia a 890.358 maravedises, pero cuando se le pidi6 cuen-ta de ellos confes6 no tener en su poder mas clue 3.000. Unaparte de la cantidad la justific6 como rebajas de penas, y elresto, mas de medio million, de costas y salarios, to clue esta-ba muy a tono con las cos-tunibres judiciales de la enoca. Losmemoriales de los caballeros quejosos fueron estudiados indi-vidualtnente por la junta . Los clue acreditaron iinposibilidadfisica pagaron un sustituto, y algunos, rr,uy pocos, fueron enpersona . Algunos de los casos son sintomaticos : Diego Tibur-cio. Villar a:eg6 padecer achaques y tener s61o dieciseis anos ;sin embargo, ostentaba el cargo de capitian cle una de las com-panias de militias de Jerez. Alonso Fernandez de VaI.despino,de la Orden de Alcantara, aunque aleg6 tener diez hijos y-haber gastado quinientos ducados en un sustituto, tuvo clueit a servir . A Diego Bartolome de Avila, clue con una cortafortuna habia de sustentar 16 hijos y nietos, le concedi6 laJunta una ayuda de costa ; era veinticuatro de lerez, y el Ca-bildo, para ayudarle, :e habia nombrado mandadero en laCorte.

Los informes de los corregidores de otras ciudades no des-cubren un panorama inucho mas ha'agiieno : el de Vallado-lid comunicaba clue habia heclio las notificaciones a los caba-lleros .de Santiago, con el siguiente resultado

Don Felix Verreteria alega clue es vecino de .Santander .Don Luis Daza, clue es capitan de Infanteria y ha de it a

servir con ella .Don Antonio del Aguila, clue esti enfermo de gota .Don Francisco de Rivera,. clue tiene setenta y cuatro anos .Don G6mez de Nebro, clue es capifan del batall6o de dicha

ciudad .

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Don Pedro Villacis Quijada y don Juan Gallo no respon-den nada .

Don Pedro de Ve_asco, que estaba muy empenado .Don Alonso de Rivadeneyra, que estaba rnuy enfermo .Don Pedro Salcedo, to inismo .A los marqueses de Lemos y Aguilar y a los oidores de

la Cliancilleria preguntaba si habia de hacer las notificaciones .Ni siquiera en Avila (I en Avila de los Caballeros !) se pre-

sento mas que uno sin protesta .Por to dicho no debe extranar que al hacerse, el 25 de sep-

tiembre, '.a muestra en la Prioral, solo una quinta parte escasalueran caballeros de Ordenes ; el resto eran sustitutos atraidospor ell sueldo y la esperanza de un habitc, " . Sin embargo,la ceremonia revistio gran esplendor, y rnas aun, a principtos,de octubre, la bendicion en Atocha de los estandartes de lastres Ordenes por el Patriarca de Indias y el tguion real ?' .Sabre el nume.ro de caballeros que se juntaron hay ciertas di-vergencias ; los que mas, to alargan a 1 .400 ; otros los. redu-cen a goo, y parecen mas en to cierto . Escaso fruto de muchosineses de esfuerzos. ((Cosa poca-escribia Novoa-para to que~e entendio, y inucho peor para el comento que habian de hacerde ella los enemigos, porque ~ quien no entendia- que el grannombre de la caballeria de Espana no era de mas bulto y demas terror y qtte bastaba su opinion para ser temida ? Tantoconviene no remover las cosas que estan solo en opinion, porqueno se sienta tanto nuestra flaqueza)I =a .

Se formaron con esta lucida aunque escasa caballeria nuevecompanias, Jlevando por tenicnte general a don Alvaro de Qui-fiones, valiente y experto soldado . Cada caballero recibia 20escudos mensuales de haber y ell doble los capitanes ; no pocosllevaban costosa recamara, pesados bagajes y dos o tres ca-ballos de servicio . En Calatayud se umeron a las demas tro-pas que se habian ido juntando . Durante los larguisitnos pre-parativos se habia producido, la subleNracion de Cataluna, y

=6 . T-ste calculo es el fruto de on recuento algo apresurado de las relyciones originales de los caballeros de O. M. presentes en 1a revista de 1640que .se hallan en el citado legajo 4.Gp. en la= cuales diguran distribuidos purOrdenes y corregimientos, expresando quienes servian personalmente y quie-nes por sustitutos .

27 . ~CLONARU (Historia or;iinica do los Cuerpos de Infantcria y Caballe-ria. tomo MV) data de esta fecha la creaci611 del Regimiento de las Orde-ne :s . Militares ; esta afinnacion es discutible, porque el cuerpo formado eni64o no cra una formacion regular permanente . Mss tarde llego a serlo,pero solo podia 1Limarse de Ordeles porque era costeado por un dmpuestosobre ]as encomiendas, como diremos despues. 1?scasa y poco segura infor-macion contiene e1 articu :o de OUINTI:Ro ATAURI, aNoticias hist6ricas refe-rentes al batallon de la-s Ordenesr (R.ABM . . KTIT . 241-,43) .

_3 . NOVOA, 11, 215 .

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con ella una total subversion . del horizonte politico-militar ; nose trataba ya de una victoriosa ofensiva contra el extraniero,sino de una campana sin gloria contra compatriotas . El ba-talldn de las Ordenes se distinguib con-to cuerpo en aquellalucha fratricida .

Despues de dejar depositados los estandartes en el monas-terio de Rueda, el batallon de !as Ordenes llego a Tortosa,y desde aili, tomando la vanguardia de todas las fuerzas, ini-c'6 el . avarice hacia el norte con buenos auspicios (9 de diciem-bre) ; pasb el Coll de Balaguer, alcanzo en Cambrils una im-portante victoria, combat16 frente a Barcelona eon un valornotable en tropas bisonas y, tras el desastre de Montjuich, seretir6 con el resto del ejercito a Tarragona 2' .

Este descalabro toms la mis tragica signification a1 coin-cidir con la sublevac16n de Portugal . Ante to critico .de la si-tuacion, hubo que exigir nuevos sacrificios . a todas las clasessociales, y entre todas fue la nob:eza la mias duramente cas-tigada, pues la contribution de sangre del pueblo se limitoa las militias y a quintas y levas, que si bien suscitaron pro-testas por tratarse de algo nuevo y extraordinario, no tenianel caracter de una movllizac16n .general . Aun no habia ter-minado el ano c64o cuando ya se hacian nuevos y. mis apreta-dos llamamientos a los caballeros para la campana del anosiguiente y se enviaban ordenes a los municipios para que alis-taran a los hijosdalgo . Desconfiando quiza. de su celo, don JoseGonzilez, don Antonio Contreras y otros consejeros salieronen comision por diversas provincias para acelerar estos prepa-rativos. ((Se continua incesablemente en registrar, ademas delos titulos, cavalleros de habito y hidalgos, toda la gente delustre y capa negra que ay en la Corte, sin reparar en estadosni calidades, y aunque se ha dicho se compondran cada unoa trescientos ducados, to cierto es que todos saldrAn con S . M.,y to mismo sera por todos los reynos.)) 30A todos los grandes titulos, inclusc, a los que recaian en

senoras y solteras o viudas, se ordeno levantar companias deinfanteria y caballeria y manteDerlas a su costa durante sets

29 . Mucho se ha escrito de Me:o aca sobre las campanas d. Cataluiia ;acerca de la actuaci6n del batallbn riobiliario concretamente, hay una relaci6ntitulada cCopia de una carta enviada a un ministro de S. M. en la que se Ieda cuenta de la victoria que tuvo la Cavalleria de las Ordenes Militares avien-do pasado el Col de Valaguer sobre Cambtrila {B . \ . MS . 2.371, 'ice . 33) Ynna aRelaci6n de los sucesos de D . Alvaro de Quinones, teniente general dela Cavalleria de las O. M.a (Id. Ms . 2.372, num. 11).

30 . Relacidn de todo -'o ocurrido en la Corte de 1636 a 1642 (B . N . ins.2.,39, folio 3o2) . Cr6nica an6nima, minutiosa y bien informada, de tendenciaantiolivarista . La copia que hemos examinado esta incompleta ; tiene unagran laguna desde el 2s de diciembre de 1638 al 12 de diciembre de i64o .

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meses. A1 duque de Medina Sidonia y otros nobles andalucesse encomend6 la defensa de aquella parte de la frontera portu-guesa, porque apenas habia tropas regulares de que echar manopara detener aquel nuevo golpe ; el duque de Alburquerque y ejmarques de Villanueva del Fresno tomaron a su cargo la rayade Extremadura ; al duque de Alba se encomendo la defensade Ciudad Rodrigo y al eonde de Alba de Liste la de Zamora.En pleno sig'.o NviI habia que hater la guerra con huestes se-noria!es y militias concejiles ; clam esta que estas fuerzas po-drian, a to sumo, defender las fronteras, pero no recuperarPortugal .

Decidida la defensiva momentanea en el Oeste, se pensointentar una nueva ofensiva en el frente de Arag6n, el mas pe-li,groso por la presencia de tropas francesas en Catalufia . Ape-nas . podia contarse mAas que eon la recluta que se hiciera enCastilla, pues la mayor parte de las militias y caballeros deAndalucia, Extremadura y Galicia quedaron a la mira de laf,rontera portuguesa, y la nobleza de Vascongadas, siempreacudib a la defensa de su tierra, pero tambien rehusb siempresalir de ella 3' . Para incrementar los efectivos se recurrid a to-dos los arbitrios ; -si en el estado Ilano a los solteros quintabany a los casados diezmaban, en el noble no se reservo a nadie ;quien no pudiera it a campana en persona daria un sustituto .Lo mAas significativo, porque revela cdmo se imponia la reali-dad social por encima de convencionales clasificaciones fu6 queun bando de 8 de junio de 1641 impuso a los hacendados me-nores de cincuenta anos la misma obligacidn de servir a caba-llo que a los hidalgos 'Z .

Los familiares de la Inquisicibn sumaban en toda Espanavarios millares ; aunque no todos, ni quiz£ la mayor parte,eran nobles, gozaban de numerosos privilegios, y Olivares pen-se qite debian .soportar la contrapartida de los deberes milita-res. En un principio se pens6 que la movilizacibn de los fami-liares daria unos seis mil hombres. El Consejo de la Inquisi-cion accedie, con tal de que s6lo una tercera parte fueran for-zosos y el resto voluntarios as .

3i . Sobre la actitud de la nobleza y de la poblaci6n en general de ]asprovincia-s vascas en las -uerras del reinado de Felipe IV 'hay alguna docu-mentacion cn 'el Archivo Antiguo del Concejo. Interesantes son las consul-s de 1639 incluidas en el legajo 7.155 en las que si bien se adniite la potes-

tad real para hater levas no obstante el fuera, se aconsejan temperamentosde templanza a los que no seria ajeno el temcr de que se repitieian sucesoscomo los que en 1632-33 agitaron el Sefiorio de Vizcaya.

3= . Als . 2 .339, fol . 342.33 . El ntamero total de familiares que habia en Espana se calcu16, pro-

bab'.emente con exceso, en treinta mil: Una cInstruccion de to que Ilan deobrar los Comisarios delegados par. -e1 Consejo de la Santa Inquisici6n aquien ost~ cometida la leva de la Cavalleria e Infanteria de Famil,iares y

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Para encuadrar esta inasa de gente, en gran parte mexper-ta, se llamo a filas a todos los soldados veteranos ; ademas,el marqu6s de Leganes trajo de Italia 40o oficiales. Se form,a-ron companias exc:usivamente de hidalgos, pero no constitu-yeron cuerpo especial, sino que se dispersaron por las fronte-ras amenazadas en union de los demas contingentes . S51o e1batallon de las Ordenes mantenia su individua:idad ; perma-necia en Tarragona inactivo, poco afectado por las desercionesque diariamente reducian los efectivos refugiados en aquellaplaza ; si en cambio .por las ma:as condiciones del alojamientoque le costaron la perdida de la mayor parte de los caballos -11 .En todo aquel ano, a pesar de tantos preparativos, no se hizopriacticamente nada . Para dar calor a la movilizacion, y paraacallar las protestas de algunos caballeros que afirmaban noestar obligados a salir a campana sino acompanando al rey,Felipe IV anuncib tina vez mas su intencion de ponerse al fren-te de sus tropas ; se fijaron fechas, luego se ampliaron los pla-zos, y al fin el monarca no se mpvio de la Corte.

Kinistros del Santo Oficion, feohada en Madrid, s 7 de septiembre de i631(B . 1 . ms . 2.372, nilm . 41), les recuerda la ob:igacion que tenian de defendera la Corona, atacada par los herejes, ey coma hasta ahora los medics sua-ves han obrado poco efecton, debian los comisarios intimar personalmentea cada uno la orden de inco:porasse en el Batallon de' Santo Oicio de ca,balleria y de no poder, en la infanteria, callvo los quc ya se hubiesen a:istadocoma hidalgos . Vease tambien un impreso de cuatro hojas titu:ado aComi-sion dada par fray Antonio de Sotoamayor, inqu :b :dor general a don PedroPacheco, don Francisco Zapata y otros para que ejecuten las realcs ce-du!as de 7 de septiembre de 1641 que mandan convocar a los ministros y fa-miliares del Santo Oficio para que esten prevenidos para la guerra, y les con-firmarn sus privilegiosn (Madrid, lo-IX-4t) . .

Entre ]as contratos de sustitucion militar transcritos par PLrez Costanti .uno, de 1642, se refiere a 'a 6ustituci6n de un familiar del Santo Oficio quedebia servir en la compania de caballos levantada par los fami:iares deGalicia par el precio, sumamente m6dico, de 44 ducados. (I? . Piasz : Notasviejas galicianas, tomo 2 .0, la sustitucidn mibitar en tiempo de campai:a) .

34. La aRelacion de los sucesos de D . Alvaro de Quifiones. . .a sefiala queen pocos meses el numero de caballos descendio de 2.ooo a 400, par 10que la mayor paste de los caballeros quedaron desmontados. Solo YAGUILAR, en su Historia de Felipe IV (inedita), escribe que . el CondeDuque ordeno se marcasen en el anca izqu:esda !as caballos requisadospara la guerra, to que califica de ainveneion diabolica para acabar masprosto con los caballos- y con la casta de Espaha, porque el so:dada que sequeria huir, par no ser conocido par el caballo, o �e to vendia al enemigoo to desjarretaba o to dejaba perdido, con que se perdieron muchisimos .Este modo de mat-car no fue despues peor, porque cuando las OrdenesMi:itares empezairon a levantar y los Consejos, ademas de marcarles con lainsignia de la Orden o del Con-sejo le cortaban la oreja o .se la hendi,an,que causo el mismo detrimento, y aun ma's, de forma que con estas in-venciones y otras de este modo han salido de Castilla Tnas de cuarenta milcaballos, que parece cosa incredula, y esto es tan cierto que no solamentecarece Castilla de ellos, sino que abundan Cataluna, Portugal y Franciade caballos marcados con las marcas dichass (tomo r .0, capitu'.o 21).

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La repugnancia que el rey mostro a marchar en personacontra el enemigo encierra un misterio ; los contemporaneos,demasiado inclinados a poner en la cuenta del favorito todas lasculpas, le achacaron tambien el_ que pusiera toda clase de obs-taculos a la jornada real para mantenerlo aislado de toda in-fluencia que no fuera la suya propia, \o faltan, sin embargo,indicios de que Olivares vela con disgusto, la poltroneria delmonarca ; tal vez to que to retenia en la Corte era, mas que losplaceres del Buen Retiro, la eonviccion de su ineficacia eomojefe militar, segun acredith la experiencia 3s .

En 1642 la situacion llego a tal punto de gravedad que yano pudo dilatarse mas aquel gesto simbolico, cuyo efecto mo-ral se esperaba seria muy grande . En abril, una parte del ejer-cito acantonado. en Tarragona salio al mando de don Pedro deAragon, hijo del duque de Cardona, para socorrer a Perpi-nan, temeraria maniobra que suponia la travesia de toda la Ca-taluna alzada y que, mal . conducida, tuvo un final desastroso ;la mayor parte de los expedicionarios fueron derrotados y he-chos prisioneros pos los francocatalanes . La noticia de este nue-vo reves produjo un efecto deprimente, pues no solo se desvane-cian las esperanzas de pacificar Cataluna, sino que pe'-igrabanlas regiones limitrofes, al par que las conspiraciones y motines enotras partes de la peninsula, parecian augurar el total desquicia-niento de la secular monarquia. Ante la inminencia de la catas-trofe, Felipe IV abandono por fin la -Corte y dio cuenta de sudecision a todos los hidalgos y caballeros en una circular que de-cia asi

((El Rey.-Aviendo procurado por quantos caminos y me-dios me han sido posib:es la reduccion de ]as Provincias y 'va-sallos que tan ciegamente se lean desviado, de mi obediencia enCataluiia y Portugal, tanto por su bien propio como por to queone toca, deseando que en orden a conseguir, este intento dome quede por executar la mayor demostracion . He resueltoacercarme a la Corona de Aragon .por mi persona mesma, asia dar gracias a aquellos Reynos, porque al paso del mal exem-plo de Cataluna han crecido en amor, lealtad y fineza - en miservicio, como por ver si acercindome mis puedo abrir los ojosa los catalanes, teniendo yo por hijos, no solo a los que sonfieles, que son muchos, y me consta dello, sino a los mA.s obsrtinados en su error. Con esta consideracion me ha parecidoavisaros para que sin perder hora de tiempo os prevengais ydispon,gais a acompanarme en esta jornada, que executar6(siendo- Dios servido) a los 23 de abril, para que conforme aesta noticia podais acompanarme o seguirme, como lo' fio de

35 . MARTIN HUME : La Corte de Feiipe IV, eapitu..o VIII .

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vuestsa sangre y del amor y fineza con. que en todas ocasionesaveis obrado ; y esperando que en esta os procurareis aventa-jar. estando cierto que al paso que obraredes con mayor de-mostraciorisera en .nmi la memoria para premiar tan senaladoservicio .r» Madrid a 16 de mar~o de 1642 3e .

Realizose al fin la tan anunciada Jornada Real ; tras habersalido de Madrid se detuvo Fe:ipe IV en Aranjuez casi unmes ; al partir de alli el 2o de mayo public-6 un nuevo edictoreiterando la orden de que con la mayor urgencia se le incorpo-raran todos los que a ello estaban obligados 37, y prosiguio suviaje con tal lentitud que hasta el 25 de jumo no salio de Cuen=ca ; estos retrasos tal vez estaban motivados por el deseo dedar tiempo a que se incorporasen los contingentes nuevamentellamados, y tambien . por la indecisi6n acerca del objetivo delviaje real : primero se pens6 en que se dirigiera a la frontera deArag6n con Valencia y Cataluna, pero finalmente se encaminoporasperos caminos de montana a Molina y finalmente a Za-ragoza .

Entretanto, en toda Castilla se renovaban, con m'as rigoraun que en afios anteriores, las ordenes para que los senores ycaballeros que no se eneontrasen ya en campafia to hicieran sindemora, salvo aquellos que por imposibilidad personal debiandar 12o ducados de p'.ata o .3oo de vellon para un montado.Todo el amor y fidelidad de los vasallos no podia evitar quese produjeran resistencias ante los sacrificios que exigia gue-rra tan prolongada . Combo los documentos conservan mejor lashuellas de estas resistencias que las del normal y oscuro cum-plimiento del deber, hay que guardarse de sacar consecuenciasrecipitadas. Con esta salvedad transcribimos el siguiente ban-

do impreso, fechado en 12 de mayo de 1642«Por cuanto de orden del rey nuestro Senor se ban publi-

cado diferentes vandos para que todos los cavalleros hijosdal-go esten prevenidos para salir acompanando su Real Personaa las fronteras del Principado de Catalufia, con sus armors ycavallo, en conformidad de las leyes y fueros de Espana . Ymuchos de los cavalleros hijosdalgo se pretenden eximir de laobligacion que tienen por las leyes y dueros antiguos destosReynos, y a las de su sangre (que siempre ban mantenido yconservado con particular atencion los nobles dellos) de it acom-panando a S . M. en conformidad de los vandos antes destepublicados, y debaxo de las penas contenidas en las leyes y fue-

36 . B. N. ais. 2.374 folio 491 .37 . B. N. nns. 2.374, num. 13, fol. 163.A. H . N., Consejo de O. M., legajo 4.704 . cInstrucci6n y forma que

se ha de guardar en el llamamiento de los Comendadores o Cavalleros delas Ordenes Militares. . .), fecha, abril de 1642 .

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ros destos Reynos contra .los Cavalleros hijosdalgo que des.amparan a su Rey y Sefior natural, y no le siguen y .acompa-nan, y las demas que en otras convocatorias estAn reservadasal arbitrio real, y demas deltas los que faltaren y contravinie-sen a la execucion y cumplimiento de to referido, por el mismohecho queden privados de los honores y preeminencias que comoa tales nobles y Cavalleros hijosdalgo, les pertenecen, y los queto son de privilegio le pierdan enteramente por su vida y que--den en el estado que tenian antes que se les ooncediese . Sineinbargo de cualesquier clausulas generales y especiales y dero-gaciones de leyes que contengan, y de cualquiera causa o ra-zon por que se ayan concedido, ora sea en remuneracibn de ser-z icios, ora por via de contrato . Y los de sangre no puedan go-zar ni gocen en ningttno de los lugares destos Reynos de losoficios honrosos que por leyes y eostumbres se suelen dar y dana los hijosdalgo, ni tener avito de las Ordenes Militaxes, si noes constando que han acudido al Ilainamiento de S . M. aoom-panando su Real persona, o a que estian justamente dados pocimpedidos por los ministros y personas a quien S . M. 1o hacometido o cometiere. Y para su mayor observancia se nota enlos libros de los Cabildos y Ayuntamientos donde fueren veci-nos las personas a quien esto tocare, para que en todo tiempoc-onsten los que han cumplido con su obligacion y los que hanfaltado a ella . Y para que venga a noticia de todos, sin queninguno pueda pretender ignorancia ni escusa, esta convoca-toria y diligencia ultima se pregona y queda fixado este vandoen parte publica» 38 .

Las amenazas oontenidas en este bando fueron mas o me-nos rigurosamente ejecutadas, segun el celo de las autoridadeslocales ; un cronista sevillano refiere que en julio de aquel anoel regente de la Audiencia, don Juan de Santelices, ordend queningun escribano hiciese escritura, ni se admitiese peticion, aquien no declarase ser hombre Ilano y plebeyo ; caso de ser hi-dalgo, habia de justificar la causa de no haber acudido .a laiornada de Aragon o haber pagado para redimirse. Hubo al-gunos (muy pocos, seguramente), que prefineron renunciar a lahidalguia ; y termina : c(Duro esta molestia desde 9 de Juliohasta 24 de marzo de 1643, _v mandose a los escrivanos queotorgasen libremente)) 3

38 . B. IV . ms . 2.374 . num. ;9 (fol . X06) . A. H. N., Consejo de O. M.,legajo 4 .644 . Contiene : cDiligencias heehas por los executores nombra-dos por el receptor asi en esta Corte cozno fuera de ells con )as caballerosy comendadores que no cumplieron con el llamaaniento del ano 1642D y otrosdocumentos anilogos .

39 . Efemerides atribuidas a 1Vlufiana .(Arch . Municipal de Sevilla, Papelesdel -Conde del Aguila, tomo XY en folio num. 2). HENRIQusz De JoRQUEat(Adales de Granada) anotaba en el afio 1642 : cFl i9 de mayo se pregon6

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Era, con todo, inevitable, que con la prolongac16n de laiueha se hiciera mas hondo el consancio y mas porfiada la re-sistencia. Los propios procuradores de ]as Cortes de Castilla,que a la sazon se encontra:ban reunidas, demostraban su bajamoral solicitando que se les eximiese de formar parte del ba-tallon de ]as Cortes'° . Las cartas del corregidor de Albaceteal Presidente del iConsejo de Castilla dan. cuenta de los apurosde aquella autoridad para conseguir que los hidalgos del eo-rregimiento se alistaran en la compafiia de cien infantes que sehabia ordenado ievantar ; segtin refiere, como la mayoria eran«postizos e introduzidos», no se les daba mucho renunciar a sufingida nobleza, por lo .que se hacia preciso conminarlos conpena de la vida y perdimiento de bienes . Tambien era generalla negativa a soportar los sacrificios pecuniarios que necesita-ba el equipo de las tropas . En una comunicacion de 3o de mayode 1642 daba cuenta de las diligencias que hacia para allegartropas y dinero, pero confesaba desalentado que "(nada bastapara que cumplan ni para poder cobrar un real, y aora salenlos hidalgos y familiares con que no han de contribuir en estosrepartimientos, y son los que tienen las haciendas de los luga-res, y los familiares han sacado de la Inquisicion descomun16n,y cada dia espero que me han de descomulgar, que de todoquieren estar esentos. . . )) Pedia el corregidor, fatigado de suinutil, batallar, que los hidalgos y regidores quedaran exentosde la leva, pera Felipe IV decreto : ((Guardense las ordenes yescrivase en esta conformidad to acordado)) "' .

."Tales incidencias no deben, naturalmente, generalizarse ; enmuchos lugares los hidalgos ctunplieron con su deber, pero enningtmo se registro un arrebato espontaneo, el movimiento demasas que parece debia suscitar el espectaculo del suelo patrioinvadido y la existencia misma de la nacion puesta en peligro.Incluso el reino de Aragon, el mas directamente amenazado,regateo su eontribucion con una mezquindad ineoncebible . Estatriste realidad debid constituir una tremenda deception para elConde-Duque ; pocos, aun de los mas privilegiados, estabandispuestos a consentir los sacrificios necesarios para que la Mo-narquia triunfara en aquella lucha a muerte y encarnaran enrealidades los ideales de prepotencia y hegemonia que sofiabaOlivares . El idesencanto que da actuation de la alta nobleza lehabia producido se refleja en una eonsulta firmada -por 6l y

que el rey inhabilitaba y privaba de sus privilegios a todos los cabadleros ehijosdalgo que no le acompanasen en su jornada de Catalunan . Tambien dacuenta de que e1 22 de junio salio una companies de 4o hijosda'.go, a los queel red prometio un habito al afio de servicio .

4o . DA.NVILA : El poder civil en Espana, tomo VI, dot . 986 .41 . Las comunicaciones de don Jose de Lugo, corregidor de Albacete,

se llallan en el le;aja 7.157- del Archivo Antiguo del Consejo de Castilla .

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otros consejeros intimos suyos en la que confesaba que la asis-tencia de los grander y titulos a la Jornada regia no habia pro-ducido efectos militares apreciables por haberse reducido todoel gasto a ((cortesano lustre)) ; habian clonsumido su dinero envistosos arreos y lucido cortejo, con el resultado de que al pocotiempo pidieran permiso para retirarse por haber agotado susrecursos "Z .

Por su parte, los nobles y la nacion entera podian repro-charle que su falta de capacidad organizadora habia esterili-zado :os sacrificios que con ~tanto rigor habia exigido . Ln efec-to : llegado el monarca a Zaragoza el 27 de Julio despues delarguisimo viaje, tras no menos largos debates con la ciudadque no queria ;recibir a las tropas (hubieron . de acampar al otro]ado del rio) aun se detuvo el ejercito a tanta costa reunidomar de dos meses en inexplicable inaccion mientras PerpifUn se.endia tras largo y heroico asedio, en el que su guarnicion llego,;~eg in se dice, a comer carne humana. Mov16se, al fin, conductdopor el marques de Leganes, en direccion a Lerida, y encontroal ejercito frances de La Motte e1 7 de octubre bien situado enunas alturas . Nuestro ejercito, compuesto de mar de veinte milhombres de buenas tropas, era superior al enemigo, pero el ser-vicia de aprovisionamiento era tan pesimo que estuvieron undia entero sin comer ni beber ; en tan deplorables condicionesfueron lanzados al asalto de unas posiciones que 4~ pudierondominar ; comenzo a Hover copiosamente ; hubo que batirse enretirada, y to que hasta entonces solo era reves se transformoen tremendo desastre . (rVenian por los caminos asi infantes eomocaballos, helados de la hambre, sin caior y sin fuerzas, cayen-dose muertos por los caminos, y los que pudieron llegar a Za-ragoza, en solos huesos y el pellejo, caian en los hospitales, yde alli daban en la sepultura. . . cuatro mil castellanos cayeronde este achaque, salvandose solo aquellos que se hallaroan confuerzas y caudal)) '`3 . El rey se volvi5 desairado, y su ejercitodeshecho .sin haber conseguido cosa alguna .

Tres meses despues (enero de 1643) el Conde-Duque fue re-levado de sus funciones ; entre las fuerzas que se coligaron con-tra 6l hay que ~contar en primer lugar a la nobleza ; tal vez nofue animadversion personal to que le hizo mostrarse duro conella, sino el creer que los ~privileglos excepcionales de que go-zaba debian justificarse con sacrificios tambipn excepcionales ;falta de blandura y sobra de aspereza en el trato personal aca-

42 . DawILA : Obra citada, doc . 988.43 . Novon, p:ig. 6/-. Soro Y ,AGUILAR atrribuye la derrota a la contusion

producida por llevar una parte de la caballena de ylonterrev uniforTne mjocomo Jos franceses : otra parte de .nuestro ejercito, crevenilo:os cne:nibos,los acometio y deshizo (Historia de Felipe IV, cap. 22j .

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baron de enaienarle todas ]as simpatias. Despues de su marchalas peticiones de hombres y dinero no cesaron, porque la situa-i 1 1 do tan crit'c16n militax seguia. sien ica como antes . No obstante,

se relaiaron o abandonaron totalmente las medidas de compul-sion contra los hidalgos, y aunque varias campanas mas conti-nuo Felipe :IV haciendo su jornada anual al frente de Aragon,no se insistid mucho en la asistencia individual de los nobles,bien por no disgustarlos mis, bien por el eonvencimiento de queun recluta o mercenario podia sustituirlos con ventaja.Uno de los aspectos mas criticados del anterior sistema fue

la liberalidad en la concesion de h~bitos ; se prometian (para elinteresado o la persona que 61 designara) a los caballeros queacudieran a campana o pagaran un jinete con coraza y pistolasdurante dieciocho meses. En consulta celebrada en 27 de febreroale 16¢3, el rey propuso cortar e9ta prodigalidad para que voluie-ra a recobrar su estimacion, y el Consejo alabo el proposito di-ciendo que era venta simulada y aun simoniaca, la que se haciade los habitos en las circulares que se venian enviando ; y quepues todas las naciones envidiaban al rey de Espafa que pudie-ra pagar los mas altos servicios oon un trozo de tela, no debiaenvilecerlos "' . En la misma consulta se emitio el dictamen deque no del-a compelerse a los hidalgos a salir a campana ni apagar el rWntado si no tenian suf1ciente hacienda . Cesaron, enefecto, las medidas tomadas para hacer efectiva la movilizac16nnobiliaria, y si se mantuvo el regimiento de las Ordenes, ya nomerecio este nombre sino porque era eosteado por los caballerosy comendadores, pues en su ,gran mayoria se componia de sus-titutos . Se trato de elevar su contingente hasta dos mil plazasy fundar un hospital propio . Se calculb en 25o.ooo ducadosanuales la cantidad necesaria para asegurar una dotac16n fijaa este cuerpo y para reunirla se pidieron a cada caballero dehabito que no hubiese militado por si ni enviado suplente Zoo du-cados, expresandoseles que no era en calidad de multa, sinoeomo aportacion necesaria para remontar los batallones de lasOrdenes (cque se hallaban muy deshechos» ; .tambi6n se les de-

44 . &.a consulta, larga (5 folios) e interesante por varics conceptos, eehalla en el legajo 7A39 del A . H. N . I1eva unida una de ez circulu-resimpresas, prometiendo fiibito, a las que la comulta a-lode (fecha, 31 de di-ciembre de -1642) .

Independiente de esta concesi6n debe ser la que a.lude el P. ALoxsoDE PERAmEL en este parrafo : cPara las guerras destos anos dispuso, S. M.quc -se beneficiasen goo liabitos por cierta suma de plata cada uno, pasaque to que resultasc dellos sirviese -para los gastos de la guerra de Catalu-na. y Portugal . Al qual decreto de S. M. precedieron juntas de grand-osletrados y de muchos y muy doctor teologos . . . que juzgaron podia S. M .distribuirlos a sus vasallcs a precio de p'.ata sin incurri.^ en simonian(Oblieaciones y excelencias de las tres O . M., trat . 1 .0, cap. ii).

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cia que no se les obligaba a it personalmente «por no de_saco-modarlos del descanso y regalo de sus casas» ". i El abando-no del ideal heroico y austero que Olivares senalo a la noblezaespanola no podia ser mas aompleto !

En cambio, se universalize el sacrificio pecumario para lafinalidad aptmtada : los caballeros de Milan, NAapoles, Sicilia,Cerdena y Mallorca debieron dar Zoo ducados per una vezcome equivalente de su servicio militar ; a los de Indias, sinduda per juzgarlos mas pecuniosos, se les exigieron 5oo. Ade-m'as, se ordeno que a todos los mrinistros reales de Espana, Ita-lia e Indias se les descontara de sus salaries un real per ducadocon identico destino . Mas adelante, la junta de Caballeria (quecontinuo funcionado hasta el siglo XVIII) formalize un presu-puesto regular cuyas partidas de ingreso se nutrian principal-mente de un impuesto sobre las yentas de las encomiendas, pervia de compensacion del servicio de lamas y de cantidades di-versas, generalmente minimas, procedentes de condenaciones,montado y galeras" .

Gracias a estos fondos pudo mantenerse, come reliquia de lamovilizacion nobiliaria, el Batallon de las Ordenes, distingui-do en primer termino en las cruentas batallas que en torno aLerida se libraron en 1643-46 . Entre sus mas gloriosos hechosde arenas figuran las victorias de 3 de mayo y a de junio de1644, que prepararon la reconquista de.la ctudad del Segre, rrjrey pondero el comportamiento de aquel cuerpo, al que llamoccnervio de su ejercito de Cataluna», y encargo a la junta quefomentara la recluta de caballeros ofreciendo ayudas de costa yhabitos . Particip6 en la toma de Barcelona y luego en las cam-"panas de Tortugal . Volvio a reorganizarse en el reinado de Car-los 11 e intervino en la defensa de Cataluna contra los ej&citosde Luis XTV. Ya entonces apenas tenia de nobiliario inas queel ser mantenido per el Consejo de Ordenes, come queda dicho .Por eso cuando en 1706 se hizo un nuevo llamamaento a los ca-balleros para que sostuvieran los derechos de Felipe V en laGuerra de Sucesion, se le llamo a este Batallon de las Ordenesnuevo, y viejo al de soldados profesionales, dualidad que semantuvo hasta 1715 . Las posteriores vicisitudes de esta unidadno interesan a nuestro objeto " .

45 . Todos los decretos aludidos en este paxrafo y en el siguiente sehallan en el legajo 4.641 del Consejo de O. M.

46 . U.n decreto de .1683 prohibi6 se restituyese a los caballeros to queen el acto de tomar el habito daban per montado y relevaci6n de galeras (esdeciT, per los tres anus que estaban obligados a servir . en las galecas deEspana, obligaci6n que, come las demis, cayo en desuso al convertirse loshibitos en simp'.es motivos de lucimiento personal) para que se aplicara alsostenimiento del .Bata-116,n . (A . H . N., Iegajo 4.649 .)

47 . Pueden seguirse en la citada obra de CLONAen.

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La sintesis de este no insigni~ficante . episodio puede hacerseen pocas lineas . En resumen, se trata de la idea de tin politico degabinete que en esta, como en otras ocasiones, demostro tin co-nocimiento imperfecto de la situacion real . Someter al serviciomilitar a la totalidad de la nobleza podria ser justo, pero irrea-lizable ; en parte, porque los hidalgos con vocacion militar yaestaban sirviendo en todas ]as fronteras del Imperio ; en partepor la distribucion extremadamente irregular de los privilegia-dos ; habia provincias enteras donde la mayoria de la pobla-cion era hidal,ga ; en otras, la mitad o la cuarta parte ; en otras,apenas la centesima ; habia comarcas donde un pueblo era inte-gramente noble y el inmediato plebeyo . En -tales circunstanciasllamar a las armas a todos los hida:gos resultaba completamen-te impracticable. Los gobernantes debieron darse cuenta muypronto de esta imposiblidad, porque en la documentacion quehemos examinado apenas se alude a las regiones del Norte deEspana, que ostentaban la maxima densidad nobiliaria .

Dichas regiones eran precisamente las mas pobres, y estonos introduce en otro aspecto de la cuestion. El llamamiento alos hidalgos de Castilla y Andalucia afectaba a personas, en ge-neral, acomodadas, ricas o, al menos, de la clase media, capa-ces, en su mayoria, de costear su propio equipo y de pagar unsustituto . No habia que pensar en que !a Hacienda de Felipe IV,que hacia ya mucho,tiempo estaba en completa bancarrota, man-tuviera contingentes numerosos ; por ello, el llamamiento a lanobleza tuvo un aspecto fiscal que poco a poco llego a barraral militar . No era esta, ciertamente, la intencion del Conde Du-que ; ya hemos visto como en un principia se nego a admitir lassustituciones por dinero para no desvirtuar el caracter idealistade aquella iniciativa de la quc esperaba malagros ; pero al finhubo de rendirse a la evidencia de los heehos y ellos le impu-sieron tambien el alistamiento, en ]as mismas condiciones quea los hidalgos, a otras categorias de ciudadanos sin nobleza, perode condicion economica semejante : hacendados y familiares delSanto Oficio, maentras se dejaba en sus casas a los hidalgos po-bres montaneses, to que implicaba la aceptacion tacita de que!as categorias somales ya no se regian por la sangre, sino porel dinero .

Puede tambien ponerse en la cuenta de los errores de Oli-vares el rigor y aspere-ca con que se diri,gio a una clase acostum-brada a ser tratada con miramientos, to que acabo de concitar-le su enemistad . Mas to fundamental fue su deseonocimento dela cuestion de fondo . Los tiempos de la anubda estaban ya muyremotos. Resucitar las leyes de las Partidas sobre. las obligacio-nes militares de los hidalgos era un anacronimo . Lo mas que po-d.ia esperarse de ellos era que se suietaran a los mismos "sacrificios

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que los demas ciudadanos en el terreno militar, como ya, pordiversas vias y artificios, se estaba logrando en el fisca1 `8 .

Aun eso, a la larga, resulto imposible. Ya en 1650 pleiteabanlos pecheros de Bembibre con los hidalgos porque estos, no solono entraban en las quintas que se hacian para la guerra de Por-tugal, sino que rehusaban contribuir a sufragar los gastos nece-sarios para pagar sustitutos por los vecinos del pueblo a quienescayera la suerte . Hecho sintomatico y que, sin duda, no fue uni-co " . Cuando en el siglo XVIii se hicieron los primeros ensayosde servicio universal obligatorio se exceptu6 a los nobles, a loscuales se les reservaron los puestos de oficialidad, pero sin obli-gacion, por su parte, de abrazar la camera de ]as. armas: Si apesar de ello muchos la siguieron ftnk porque, como profesibn,alcanzo unas perspectivas que en el siglo anterior habia perdidocasi por completo '° . Pasando por las formas atenuadas de la re-dencjon a metalico, aun vigentes en las guerras de Cuba, y delsoldado de cuota que todos hemos conocido, la exencion del ser-vicio personal se ha mostrado mucho mas resistente a la elimina-cion que la de caracter fiscal .

A . DOMiNCUEZ ORTIZ

48. Conf . nuestro estudio sobre La desigualdad coutributiva cn Cas-lilla, en este mismo Anuario . ano 1952 .

49 . A. H . N., Arch . Ant. del Conselo, legajos 7.161, 7.176 y 7.178 . Ale-gaban los pec'heros que los 700 hidalgos, de :os que solo 3oo eran auten.ti-cos, ni acudian por sus personas a is guerra ni a los gastos necesarios parasostenerla . Aun duraba el pleito a comienzos del reinado siguiente ; en1568 acudian los hidAgos a la Reina madre ell recurso contra a1gunas provi-siones que dos pecheros babian ganado en el Consejo de Castilla .

5o . F,6te punto :se halla tratado ampliamente en nuestra obra La Sociedadespairola (u el siglo XVIII .