La Mano Negra: Anarquismo agrario en Andalucia (Clara E. Lida, 1972)

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Clara E. Lida LA MANO NEGRA (ANARQUISMO AGRARIO EN ANDALUCIA) Colección: "Lee y Discute" Serie V - Núm. 29e

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Clara E. Lida LA MANO NEGRA(ANARQUISMO AGRARIO EN ANDALUCIA)

Colección:"Lee y Discute"

Serie V - Núm. 29e

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ADVERTENCIA

Este estudio apareció por primera vez en la In-ternational Review of Social History XIV (1969),bajo el título «Agrarian Anarchism in Andalusia.Documents on the Mano Negra». La presente ver-sión observa fielmente el original inglés; sólo enmuy contados casos se han realizado ciertos cam-bios para su publicación en España. Agradezco alos señores Juan Gómez Casas y Fernando LidaGarcía sus cuidadosas traducciones y sugerencias.

Colección «Lee y Discute», Serie V. Núm. 29*Edita Zero, S. A., Telleche, 11. Algorta (Vizcaya).Distribuidor exclusivo: ZYX, S. A., Lérida, 80, Madrid-20.Reservados todos los derechos.Madrid, mayo 1972.Portada de José Lorenzo Sánchez.Printed in Spain. Impreso en España.Depósito legal: M. 10.133 - 1972.Imprime: Gráficas Color. María Zayas, 15. Madrid-29.

C. E. L.Wesleyan University

Middletown, ConnecticutEnero de 1972.

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En 1883 el público español por primera vez tuvonoticias de una serie de delitos cometidos por unamisteriosa organización clandestina llamada laMano Negra en las provincias de Cádiz y Sevilla.Esa agrupación, arraigada en el Sur agrario, fueacusada por las autoridades de querer derribar elGobierno español y eliminar la aristocracia terra-teniente de Andalucía, recurriendo incluso a losmedios más extremos y violentos '.

I No existe un sólo estudio dedicado a la Mano Negra.Ni en la época de los procesos, cuando la cuestión estabatodavía muy caldeada, ni después, cuando fue reabiertapor el grupo anarquista de Tierra y Libertad ( Madrid),por El Corsario (Valencia) y por los periódicos francesesLa Dépéclze y Temps Nouveaux, en 1902-1903, para liberara los acusados que seguían en la cárcel, no hubo ningúnintento de los historiadores por profundizar en el tema.Sólo el destacado estudioso de la Córdoba agraria, JuanDíaz del Moral, comprendió que el problema era muycomplejo, pero las fuentes demasiado inadecuadas pararealizar un estudio más exhaustivo y desapasionado. (Véa-

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Organizada como una sociedad secreta rural, laMano Negra se convirtió en la imagen popular delo que un grupo de trabajadores podía llegar ahacer bajo la influencia de la Asociación Interna-cional de Trabajadores (A.I.T.) y de la ideologíaanarquista que predicaba la reforma agraria y latransformación del orden social existente. Acusa-da de perpetrar una serie de delitos comunes con-tra la propiedad y las vidas de terratenientes y deotros trabajadores, fue fácilmente clasificadacomo una «asociación secreta de secuestradores,asesinos e incendiarios» 2 . Las oligarquías dirigen-

se Historia de las agitaciones campesinas andaluzas. Cór-doba, Madrid, 1929, cap. 6; este libro, que había estadoagotado durante largo tiempo, ha reaparecido en una edi-ción abreviada de Alianza Editorial, Madrid, 1967). El pre-sente trabajo es parte de un estudio más amplio sobre elanarquismo agrario entre 1873 y 1883, actualmente enpreparación. Aparte de mis propias investigaciones sobrela cuestión, sólo sé de una tesis de doctorado de la Uni-versidad de Columbia que prepara el señor Glen Waggonersobre la «Black Hand: The Anarchist Movement in An-dalusia, 1881-1892►. (En las notas que siguen me referiréa la Mano Negra como M. N., a la Asociación Internacio-nal de Trabajadores como A. 1. T. y a la Federación Re-gional Española como F. R. E.)

2 De El Globo, Madrid, citado por El Guadalete, Jerez,20 de febrero de 1883. Véanse también los siguientes pe-riódicos madrileños para informaciones parecidas y com-plementarias: El Imparcial, El Liberal, El Correo, La Co-rrespondenciá, etc.

tes, respaldadas abiertamente por el Gobierno deSagasta, se ocuparon de reprimir toda protesta yamenaza con implacable energía. En pocas sema-nas las cárceles de las principales ciudades y pue-blos de Andalucía se vieron atestadas de centena-res de trabajadores detenidos bajo la acusaciónde pertenecer al tan temido movimiento 3 . No ha-cían falta pruebas: las sospechas de un terrate-niente, de un magistrado o un guardia civil, o lamás leve insinuación por parte de cualquiera bas-taban para que un jornalero o cualquier personacon ideas políticas fuese detenida en alguna de lascárceles del Sur. En menos de un mes las cifrassaltaron de trescientos detenidos en Jerez y Cádiz(27 de febrero de 1883) a más de dos mil en Cádiz(14 de marzo) y más de tres mil en Jerez (3 demarzo). Aunque estas cifras puedan ser inexac-tas, las proporciones hablan por sí mismas 4.

3 Véanse las noticias diarias de la prensa española delmomento: El Liberal informaba el 24 de febrero de 1883que había 35 detenidos en Arrabal (sic: ¿Arahal), 35 enMarchena, más de 360 en Jerez y Cádiz y muchos otros enArcos, Osuna, Balbuena, Villamartín, Villanueva de la Se.rena, etc. El Porvenir, de Sevilla, cita de El Imparcial,que más de doscientos miembros de la Federación Regio-nal Española se hallaban presos en Cádiz, así como enJardilla, El Arahal, Jerez, etc.

4 Cifras de El Porvenir, de Sevilla. Por falta de accesoa otros documentos de esta causa criminal es imposibleefectuar un estudio preciso de la organización de los in-

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Pronto resultó evidente que si la Mano Negrahubiera contado con el apoyo de tantas personascomo fueron encarceladas, nunca habría sido una

tegrantes de esta sociedad. No obstante, a través de lainformación de los periódicos de la época es posible afir-mar que los miembros provenían de los más diversosorígenes, como sucedía en la propia A.I.T. «Los 360 dete-nidos que hace poco fueron traídos a Jerez por la Policía,no sólo eran de todas las edades, sino que incluían desdepequeños propietarios a simples campesinos y contraban-distas» (The Nation, N.Y., 5 de abril de 1883). Los perió-dicos locales mencionaban a otros miembros: soldadosde la reserva y oficiales subalternos (El Guadalete, 1° demarzo de 1883, y The Saturday Review, 18 de agosto de1883, p. 196), guardias civiles (El Imparcial, 13 de marzode 1 /83), buhoneros, contrabandistas y gitanos andalucesibíd , 6 de marzo) y propietarios «de fincas rústicas de

cierto bienestar, y otros dotados de conocimientos nadavulgares y de costumbres irreprochables y de carácterbondadoso» (El Porvenir, 6 de marzo de 1883; véanse tam-bién El Imparcial, 1.° de marzo, El Guadalete, 6 de marzoy El Porvenir, 11 de marzo). Hubo también muchas mu-jeres involucradas; a una de ellas, Isabel Luna, se la llamó«la Luisa Michel de Benaocaz» (La Andalucía y El Porve-nir, 14 de marzo de 1883). Entre los dotados de «una cul-tura poco común», figuraba Juan Ruiz, maestro de es-cuela de la región jerezana, considerado como uno de losjefes de la M. N., «el más inteligente y activo» (El Gua-dalete. 2 de marzo de 1883; cf. El Porvenir, 3 de marzo,y El Imparcial, 4 de marzo). Entre los sospechosos figu-raba también Antonio Moreno Merino, farmacéutico,quien admitió su vinculación con la sociedad secreta como• miembro honorario» (El Imparcial, 13 de marzo de 1883).

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sociedad secreta, sino un partido político público.Era muy obvio que tanto el Gobierno como losgrupos terratenientes estaban abusando de su po-der. Las persecuciones fueron el medio arbitrarioutilizado por las clases dominantes para reprimirtoda demostración de insatisfacción popular ypara silenciar cualquier actividad política entrelos trabajadores rurales. Lo que en apariencia te-nía por objeto castigar a los autores de los críme-nes de Cuatro Caminos, Parrilla, etc., se convirtióen una guerra de exterminio contra la A.I.T. enAndalucía 5:

Por pertenecer los asesinos del Blanco deBenaocaz y de los venteros Núñez a la In-

5 a... el número de adeptos se ha hecho subir a 7.000 pri-mero, a 12.000 después, más tarde pasaba de 20.000, últi-mamente la cifra tocaba a 49.000 [...]. La serie de prisio-nes que aumentan por modo prodigioso, la detención defederados en puntos relativamente remotos al teatro delos crímenes, y la cifra siempre creciente de los cuarentay tantos mil individuos de las sociedades secretas, hacepresumir que la opinión pública y los agentes del gobier-no han involucrado en la persecución de una causa crimi-nal común un verdadero ejército de hombres Nopuede llamarse sociedad secreta aquella que hace unosmeses celebraba público y numeroso congreso en Sevilla,y después de discutir sus estatutos y predicar el colecti-vismo y la anarquía, daba un voto de gracias al goberna-dor de la provincia [...] por la conducta liberal que den-tro de la ley había observado con ellos». El Porvenir, 10de marzo de 1883.

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ternacional, sin duda se consideraba yacomo cómplices y poco más o menos coau-tores de las fechorías de los términos jere-zanos y arqueños a todos los federados, so-cios y comprometidos en cada uno de losinnumerables centros socialistas que siguena la Internacional o a los estatutos del Con-greso de Sevilla [...]. ¿Se persigue los crí-menes cometidos en Jerez, Arcos y puntoscercanos, o la acción de la defensa social seextiende ahora a perseguir como cómplicesa los afiliados al socialismo activo? 6.

La Federación Regional Española (F.R.E.) fueproscrita en 1874, obligando a muchos de susmiembros más activos a pasar a la clandestinidad.Tras la caída del Gobierno conservador de Cáno-vas en 1881, la Internacional pudo reanudar suvida política bajo el nuevo nombre de Federaciónde Trabajadores de la Región Española (F.T.R.E.).La proscripción fue levantada, no obstante la con-trariedad de los grupos dominantes más poderososy tradicionales: la Iglesia, la oligarquía terrate-niente y los partidos políticos de derecha. Prontoresultó evidente que estos eran los grupos intere-sados en subrayar la relación entre una asociaciónque consideraban criminal y el tan temido movi-miento anarquista, recientemente revivido con unamilitancia y fuerza numérica aún mayores que an-

6 Ibid., pp. 1-2.

tes. La enorme cantidad de pruebas documentalesreunidas por las autoridades para condenar a losacusados, pronto se empleó en beneficio del Go-bierno para demostrar la presunta dependencia dela Mano Negra respecto de la Federación RegionalEspañola'.

Por otra parte, temiendo la represión y la consi-guiente prohibición de sus actividades si tal víncu-lo llegaba a establecerse, la Federación se apresuróa desmentir toda relación con el grupo agrario ex-tremista. Más aún, repudió toda organización quecometiera delitos comunes para alcanzar sus ob-jetivos:

... conste una vez más que nuestra Fede-

El Guadalete, de Jerez, del 20 de febrero de 1883, re-produce un telegrama remitido por el teniente de la Guar-dia Civil de Arcos al gobernador de Cádiz: «Grandes des-cubrimientos sobre asociación criminal; multitud de pri-siones apoderándonos de listas y documentos firmadosde la Asociación [A.I.T.]». En marzo se halló el sello dela «Asociación de Trabajadores, sección de agricultura»;esta prueba bastó para que las autoridades sostuviesenque la A.I.T. de España era la única «sociedad responsa-ble de los sucesos de la Mano Negra», El Porvenir, 3 demarzo de 1883. En 1884 los grupos conservadores seguíanpidiendo medidas más drásticas contra la prensa socia-lista. La Unión, un periódico conservador, pedía que a losredactores de los periódicos El Motín (republicano), LasDominicales del Libre Pensamiento (librepensador) y Re-vista Social (anarquista) se les ejecutara a garrote (cf. LaFederación Igualadina, 7 de junio de 1884, p. 2).

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ración nunca ha sido partidaria del robo, nidel incendio, ni del secuestro, ni del asesi-nato; sepan también que no hemos soste-nido ni sostenemos relaciones con los quellaman la Mano Negra [...], ni con ningunaasociación secreta que tenga por objeto laperpetración de delitos comunes Ud. Elque roba, siempre será un ladrón, el que se-cuestra, un secuestrador y el que asesina unasesino; lo mismo en la sociedad presenteque en la del porvenir. En el seno de la Fe-deración de Trabajadores de la Región Es-pañola no caben ni existen ladrones, secues-tradores ni asesinos... 8

La F.R.E. negó incluso la existencia de un gruposedicioso semejante y acusó al Gobierno de inven-tar una organización revolucionaria cuando loúnico que en realidad existía era un puñado decampesinos delincuentes y alucinados, sin ideas niintenciones políticas específicas:

«... la Mano Negra no puede ser sociedadde obreros, sino quizá de algunos alucina-dos, adheridos tal vez a ideas irrealizablesconstituida más por criminales que porobreros... » 9.

— --1 «Declaración de la Comisión Federal española», mar-

zo de 1883, reproducida por Anselmo Lorenzo, El Prole-tariado militante, ed. Vértice, México, sin fecha, pp. 436y 437.

9 El «Manifiesto de la Comisión Federal de la Federa-

Esta fabulación —aseguraba la Internacional—era otra de las armas esgrimidas por la burguesíapara destruir las verdaderas organizaciones obre-ras que, insistía la F.R.E., sólo combatían abier-tamente en la arena política. Esta actitud no sólose explica por el deseo de la Federación de prote-ger al movimiento de otras represalias, sino que.

ción de Trabajadores de la Región Española» comienzaasí:

«Cuando la prensa burguesa, desde la más reaccionariahasta la más radical, publica terroríficas narraciones res-pecto de ciertos datos y noticias respecto de ciertos de-litos que, si son verdad, ningún hombre honrado puedeapadrinarlos; cuando se publican datos y noticias respectode asociaciones secretas que según dicha prensa tienenpor objeto el robo, el incendio y el asesinato [...]; falta-ríamos a nuestro deber si no PROTESTARAMOS en con-tra de las miserables calumnias de los asalariados delevita que con sus falsas delaciones pretenden que los Tri-bunales o el Gobierno considere solidarios a los 70.000 tra-bajadores de los delitos que pueden haber cometido algu-nos criminales comunes, delitos que somos los primerosen censurar, porque es muy probable que sus víctimassean dignos y honrados proletarios,cf. A. Lorenzo, op. cit., pp. 434-436. Véase también la «Pro-testa de la sociedad de albañiles y demás obreros perte-necientes al oficio», Madrid, 4 de marzo de 1883, publicadapor la Revista Social,' 8 de marzo de 1883„p. 4, que dice,entre otras cosas, que «... la Mano Negra [...] no puedeser sociedad de obreros, sino quizá de algunos alucinados,adheridos tal vez a ideas irrealizables, constituida máspor criminales que por obreros».

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como veremos más adelante, refleja una profundadivisión entre los intereses agrarios del Sur y losde los trabajadores industriales de las zonas ur-banas.

Como resultado de esta situación, la Mano Ne-gra se vio atacada por los grupos contendientes.Al desligarse de todo apoyo a esta sociedad secre-ta, la Federación Regional Española no sólo trata-ba de protegerse a sí misma, sino que a la vez con-tribuía inconscientemente a la derrota de la ManoNegra por las clases terratenientes andaluzas. Losproblemas capitales de la miseria y el descontentoagrarios quedaron opacados ante la polémica de-satada entre los dos extremos del espectro políticoespañol. Ninguno de los bandos se hallaba real-mente interesado en explicar o comprender losmóviles y las cuestiones planteadas por la ManoNegra, sino en utilizarla para acusar al bando con-trario. Para unos constituía una prueba definitivade peligroso extremismo político que era precisoeliminar; para otros, confirmaba la restricción gu-bernamental de las libertades, y era un ejemplodel descontento, la explotación y la miseria de lasclases trabajadoras.

Desde su comienzo mismo, la Mano Negra hasido vista con más interés polémico que con obje-tividad histórica. Los historiadores conservadoreshan insistido constantemente que esta organiza-ción era agente activo de la Federación Regional y

tan despreciable, criminal y fuera de la ley comola misma A.I.T. En cambio, los historiadores anar-quistas y los liberales han negado toda vinculaciónde la F.R.E. con lo que denominaron un grupo de«perturbadores». Con todo, el problema de lo quefue en realidad la Mano negra no se ha resueltoaún Ks.

Una de las principales razones de este vacío his-

10 Aun hoy los historiadores militantes del anarquismoniegan toda vinculación entre la A.I.T. y la M.N. y sos-tienen que se trató de una invención oficial. Diego Abadde Santillán, por ejemplo, pone en duda su existencia:

«¿Existió propiamente la Mano Negra? Existió por lomenos la leyenda que se estimó bienvenida para justificaratroces represiones antiobreras en Andalucía. Como or-ganismo formal, integrante del movimiento anarquista uobrero no existió, pues no ha quedado ningún testimoniode su realidad, pero existió como creencia de la prensareaccionaria» (Contribución a la historia del movimientoobrero, Cajica, Puebla [México], 1962, p. 321). Otros au-tores no vinculados con el movimiento anarquista tam-bién niegan su existencia: F. G. Bruguera, Histoire con-temporaine de l'Espagne, 1789-1950, Ophrys, París, 1953,pp. 311 y ss.; James Joll, The Anarchists, Nueva York,.1964, cap. IX, p. 232; Manuel Tuñón de Lara, La Españadel siglo XIX (1808-1914), París, 1961. Otros, como Mel-chor Fernández Almagro (Historia política de la Españacontemporánea, Pegaso, Madrid, 1956, pp. 393-397), dicenque la M.N. «llevaba a sus últimas consecuencias las doc-trinas y los mandatos de la Federación Regional Españolade la A.I.T. [cuya] envenenada semilla [prendía y fructi-ficaba] por modo terrible» (p. 393).

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toriográfico ha sido la aparente pérdida de toda laevidencia documental presentada por las autori-dades españolas durante los procesos. Estos do-cumentos, que según un periodista sumaban másde seis mil folios, estaban clasificados como «re-servados», y es difícil determinar si se hallabanen la Audiencia de Jerez, o si fueron remitidos alMinisterio de la Guerra en Madrid ". En el primercaso, parecen haberse perdido, porque fuerono destruidos o traspapelados cuando desapare-ció la Audiencia de Jerez y su jurisdicción se trans-firió a la de Cádiz. En el segundo, hay tambiénalgún motivo para suponer que una parte consi-derable del material fue destruida en Madrid, obien que está aún sepultada en algún archivo ". La

Según uno de los periodistas que escribían desde Je-rez, para marzo de 1883 las pruebas reunidas sumabanmás de seis mil páginas: «parece un poema indio sin prin-cipio ni fin y con más metamorfosis de criminales que lasde Buda [...]. Figuran en ella el expresado reglamento,comunicaciones y sentencias muy curiosas, los númerosde una revista socialista y otros documentos» (La Anda-lucía, I.° de marzo de 1883).

12 Esta «pérdida» de documentación es un hecho quetarde o temprano debe afrontar la mayoría de los histo-riadores de la España moderna. Durante la guerra civilmuchos archivos municipales fueron incendiados.ANo obs-tante, el historiador puede consultar un gran número dearchivos locales y provinciales. Aunque la mayoría deellos no poseen buenos catálogos ni sistemas de cataloga-ción, quien esté dispuesto a dedicar bastante tiempo a una

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desaparición de todas las pruebas ha quedado mo-dificada por nuestro hallazgo de uno de los docu-mentos más importantes del proceso, los Regla-mentos y estatutos de la Mano Negra. Sociedad depobres contra sus ladrones y verdugos 13.

Esta fue una de las pruebas decisivas aducidaspor las autoridades para corroborar la vinculaciónentre esa sociedad secreta y la A.I.T. española, envirtud de sus objetivos y su lenguaje. Según vere-mos más adelante, la referencia que aparece en elprimer párrafo de los Estatutos a la supresión dela Internacional y a la consiguiente necesidad deque todos los revolucionarios españoles se reorga-nizasen en secreto contribuyó decisivamente aidentificar la Mano Negra con la F.R.E.

Por lo que sabemos, esta es la primera vez que,el documento anexo se publica en su totalidad; semencionó y hasta se citó tanto fiel como tergiver-sadamente en la prensa durante los procesos, pero

investigación paciente bien puede llegar a obtener resul-tados tangibles. Esto también vale para la mayoría de losarchivos municipales andaluces y para algunos de carác-ter privados.

13 Quiero expresar mi agradecimiento a la profesoraIris M. Zavala, que halló este documento en el Archivode Palacio, Madrid, durante su propia investigación sobreun período anterior de la historia española y tuvo la gen-tileza de mandarlo copiar para mí. Este documento esparte del Legajo núm. 10077 de la Secretaría Particularde S. M.

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que sepamos, se rk-pi odujo completo ". Elhecho de que nadie parezca haberlo visto enterodejó entre los historiadores la impresión de quejamás existió y que no era sino otra falsa pruebaforjada apresuradamente para ganar un juicio.Ahora que la existencia de la Mano Negra es unproblema histórico sin consecuencias políticas ac-tuales, debemos reconsiderar el tema a la luz delas nuevas pruebas que sin duda aporta este do-cumento.

14 Véase Miguel Morayta, Historia general de España,F. González Rojas, Madrid, 1896, vol. IX, pp. 1201-1202;F. Pi y Margall, Historia de España en el siglo XIX, vo-lumen VI, pp. 224-225; La Andalucía, Sevilla, 27 de febre-ro de 1883; El Porvenir, Sevilla, 28 de febrero de 1883, etc.

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En 1883 los «crímenes de la Mano Negra» fue-ron la excusa de que se valió el Gobierno para in-flingir un duro golpe a todo el extremismo agrario.Se utilizaron como pretexto unos pocos delitos co-munes que nunca fueron verdaderamente proba-dos, pero que dieron lugar a una represión impla-cable de todo grupo político rural organizado, ya una mayor y más decidida opresión por partede los terratenientes andaluces de sus campesinosy peones descontentos y levantiscos. Al releer lascausas incoadas contra la Mano Negra 15 , lo que

15 Cf. Agustín Sáez Domingo, Procesos célebres. Cróni-cas de tribunales españoles, cuaderno IX: «Procesos delSalar y la Mano Negra, recursos de casación», Revista deLegislación, Madrid, 1884, pp. 65-232; Causas célebres lla-madas de la Mano Negra, publicadas en el Diario de Cádiz.Audiencia de Jerezde la Frontera. El crimen del Puerto.El crimen de Arcos. Asesinato del Blanco de Benaocaz,Cádiz, 1883, 156 pp.; Los procesos de la Mano Negra. Au-diencia de Jerez de la Frontera. Proceso seguido a Cris-

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más sorprende es que el veredicto del TribunalSupremo ratificara el fallo de la Audiencia de Je-rez (que sentenció a muchas personas a prisión ya otras a la pena de muerte) sin aportar pruebasconcluyentes contra los acusados. El resultado delproceso fue sumamente ambiguo, y lo único quese pudo establecer claramente fue la existencia deagitación y disturbios agrarios y de sociedades se-cretas dispuestas a explotar esa inquietud.

Una de las pruebas presentadas contra los tra-bajadores condenados fue este documento. Sinembargo, en contra de lo que se ha pensado, ésteno se relacionaba originariamente con estos deli-tos, sino que se desenterró de un proceso anteriorcontra asociaciones políticas ilícitas, y había es-tado en manos de las autoridades españolas por lomenos desde 1879 16. Por otra parte, informes apa-recidos en la prensa durante los procesos, tambiénrevelaron que estos Reglamentos y estatutos ya seconocían en 1878:

En una causa que se comenzó a formaren Jerez en el mes de agosto de 1878, por eljuez señor Fajarlo, se hallan las primerasnoticias de una institución formada por mal-hechores para organizar robos y secuestros

tcSbal Durán Gil y Antonio Jaime Domínguez por asesinatode Fernando Olivera, Madrid, Revista de Legislación, 1883,74 pp.

18 A. Sáez Domingo, op. cit., pp. 92 y 188.

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y realizar actos de venganza. Llegó enton-ces a poder de las autoridades un cuadernomanuscrito con no muy buena letra y peorortografía donde se establecían las basesde una sociedad que se llamaba, según rezael cuaderno, de los Pobres honrados contralos ricos tiranos, eran los estatutos de laMano Negra 17.

En su edición del 3 de marzo de 1883 La Anda-lucía daba la información adicional de que, segúnel senador Moreno Rodríguez, en un discurso del28 de febrero, la Mano Negra no era ningún secre-to para el Gobierno ya desde 1875. A pesar de estafalta de una fecha precisa, es muy significativo quea mediados o a fines de la década del setenta laexistencia de esta sociedad secreta y de su secciónejecutiva, el Tribunal Popular, fuese ya conocidade las autoridades. Sin embargo, aunque el pro-grama había caído en sus manos, la verdadera es-tructura de la Mano Negra era aún desconocida.Parece muy probable que nuestro ejemplar de1882, así como otro que hallamos en el ArchivoMunicipal de Jerez de la Frontera, fechado en1881 '8, fueran copiados de la versión original de

17 La Andalucía, 1." de marzo de 1883; cf. El Día, 2 defebrero, y El Guadalete, 1.° de marzo de 1883.

18 El documento que hallé en el Archivo Municipal deJerez de la Frontera, Legajo núm. 8, tiene por título: «LaMano Negra. Sociedad de pobres contra sus ladrones y

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los Reglamentos, redactada en el curso de la déca-da del setenta.

La hipótesis de que la Mano Negra fue fundadadurante esos años coincide con la cronología de ladeclaración inicial de los Estatutos, que alude alos años entre 1874 y 1881, en que la A.I.T. estuvoproscrita, y en los que sólo a través de algún tipo

verdugos. Europa. Siglo XIX». Este ejemplar no va acom-pañado de ningún otro documento o información. Aun-que existen algunas diferencias menores, el texto siguesiendo básicamente el mismo, salvo el artículo 2 de losEstatutos. El texto de Jerez dice así: «El objeto es, I.",conservar en toda su fuerza los principios de la Asocia-ción y 2.», castigar los crímenes de la burguesía y sus de-pendientes por todos los medios que sean posibles, biensea por el fuego, el hierro, el veneno o de otro modo». Laotra diferencia está en el título: en lugar dé «Andalucía»,la versión de Jerez dice «Europa. Siglo XIX». Este detalletal vez nos recuerde otros movimientos similares que seestaban desarrollando en países como Italia, Irlanda,Francia y Rusia. Existen coincidencias bastante llamati-vas, por ejemplo, entre los disturbios agrarios de Irlandaen la época de la Liga Agraria, de los fenianos y del te-rrorismo del capitán Moonlight, y los de Andalucía. Estascoincidencias fueron a menudo subrayadas por los pe-riódicos de esa época. Le Révolté (de Ginebra) observabaen 1879 el estrecho paralelismo entre Rusia (9 de agosto),Irlanda (29 de noviembre) y España. Un año después co-mentaba que «Las noticias de Irlanda no dejan de estarrebozantes de enseñanzas para nuestros amigos de Espa-ña, de Italia, de Rusia. Demuestran que en ese país lasolidaridad no es una palabra vana, y que para actuar no

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de organización secreta podía desarrollarse cual-quier forma de actividad política:

Habiendo sido la Asociación Internacio-nal de los Trabajadores puesta fuera de laley por los Gobiernos burgueses, imposibi-litándola por este motivo para resolver pa-cíficamente la cuestión social y de cuya re-solución no puede prescindir, ha tenido queconvertirse en organización revolucionariasecreta, para llevar a cabo la revolución so-cial violenta... 19.

Puesto que los crímenes se cometieron en 1883,no habría tenido mucho sentido falsificar este do-cumento con semejante párrafo inicial en un mo-mento en que la A.I.T. ejercía nuevamente activi-

se necesitan grandes batallones» (17 de octubre de 1880).En 1882, en ocasión de los crímenes de Lyon, el Gobiernoespañol encarceló a varios anarquistas andaluces acusa-dos de conspirar contra el Estado con la ayuda de la A.I.T.española y de algunos anarquistas de Lyon; asimismo,entre los miembros activos de esa ciudad fueron identifi-cados algunos españoles (Le Révolté, 25 de noviembrede 1882). Las referencias a esos casos y otros similareseran frecuentes en la época. Tal vez un estudio más deta-llado del problema llevaría a una mejor comprensión delas relaciones entre ciertos movimientos agrarios y terro-ristas europeos y su vinculación con la ideología y lasorganizaciones anarquistas.

29 Véase el Apéndice: Estatutos, párrafo inicial. Cf. másabajo la nota 25.

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dades políticas, en perfecta legalidad, tras la caídade Cánovas. Que este documento no hubiese sali-do a la luz en el momento de su descubrimientodurante la década de 1870, sino en la siguiente,debe atribuirse a que durante los años que siguie-ron a la proscripción de la Internacional, aunquehubo trastornos políticos, el régimen conservadordominaba la situación. No fue sino hasta que elGobierno más liberal de Sagasta asumió el podery la Asociación de Trabajadores reanudó sus acti-vidades públicas en 1881, que se hizo necesariorecurrir a esta vieja prueba de fecha atrasada parafrenar el progreso de la nueva Federación de Tra-bajadores y aplastar toda la intranquilidad socialque bullía en las zonas rurales de España'''.

En la carta que acompaña al documento (véaseel Apéndice) García Cerunio, director de la Guar-dia Civil, corrobora su temprana fecha cuando le

2° La crisis económica de 1879 provocó una larga seriede levantamientos y motines en todas las regiones delpaís. En Andalucía algunas de las ciudades afectadas porestos disturbios fueron Arcos (El Imparcial, 26 de abrilde 1879), Cádiz (ibíd., 24 de abril de 1879), Córdoba (ibíd.,27 de abril de 1879), Granada (ibíd., 24 de abril de 1879),Jerez (ibíd., 26 de abril de 1879). El Puerto de Santa Ma-ría (ibíd., 13 de enero de 1879), Ronda (ibíd., 20 al 24 deabril de 1879), Sanlúcar (ibíd., 15 y 16 de febrero de 1879),Sevilla (ibíd., 11 de mayo de 1879). Estos fueron sólo unaspocas de las innumerables señales de descontento enel Sur.

informa al secretario de Guerra acerca de las in-vestigaciones efectuadas por un subalterno sobrelas actividades de la Internacional en Andalucía.El informe llega a la conclusión de que «realmen-te existe organizada dicha sociedad socialista [laA.I.T.] dentro de las provincias que constituyenel tercio de mi mando desde hace mucho tiem-

Este problema de las fechas y la cuestión de lafalsificación sólo pueden resolverse si, en lo querespecta a su autenticidad, dejamos que el mate-rial hable por sí sólo. Lo compararemos con otrosdocumentos anarquistas semejantes, situando elproblema en su perspectiva y contexto históricocorrectos y mostrando la continuidad del desarro-llo de la revolución y el descontento agrarios enAndalucía.

21 Véase en el Apéndice la carta de Tomás García Ceru-nio. Nada sabemos acerca del autor de esta carta ni del«coronel subinspector del cuarto cuerpo» de la GuardiaCivil. Investigaciones más detenidas en los archivos delMinisterio de Guerra y de la Guardia Civil probablementearrojarían más luz sobre este problema; hasta el momen-to esas fuentes siguen siendo inaccesibles.

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Continuos levantamientos en uno u otro puebloo ciudad de Andalucía a lo largo del siglo XIX re-velan la existencia de grupos que trataban de ca-nalizar el descontento hacia formas de expresiónpolítica. Las organizaciones carbonarias y las ideasrepublicanas desempeñaron un papel activo alorientar la insatisfacción popular hacia la acciónpolítica extremista. Aunque estos grupos habíanexistido en España desde los años que siguieroninmediatamente a la Guerra de la Independencia,no fue sino hasta la década de 1840 cuando se con-virtieron en enemigos poderosos de la monarquía.Bajo la dirección de revolucionarios como Fernan-do Garrido, Sixto Cámara, Abdón Terradas, OrdaxAvecilla y Ceferino Tresserra, a estos grupos de-ben atribuírseles la mayoría de las revueltas quesacudieron los cimientos del Gobierno e hicieronaflorar a la superficie el descontento hondamentearraigado de las clases bajas de las zonas margi-

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nales. El poder de estas sociedades secretas repu-blicanas puede observarse durante el Bienio Li-beral; en la insurrección de 1857 en Málaga, Sevi-lla, El Arahal y otras ciudades andaluzas; en oca-sión de la revuelta de 1859, en cuyo transcursoSixto Cámara perdió la vida; en 1861, cuando larebelión de Pérez del Alamo en Loja y las zonasaledañas inspiró el levantamiento de diez a veintemil personas n . Carbonarios activos como Garridoo Conrado Roure calcularon que la sociedad teníaentre 40.000 y 80.000 miembros en los primerosaños de la década del 60 y era especialmente fuerteen las regiones de Galicia y Andalucía u . Si bien las

72 No hay ningún estudio completo del desarrollo de los

movimientos agrarios en el Sur de España durante la pri-mera mitad del siglo XIX. Díaz del Moral, op. cit., capítu-los 4 y 5, se refiere a algunos de ellos. También me heocupado de esta cuestión en los primeros dos capítulosde mi tesis doctoral (Princeton University, 1968), utilizan-do las referencias halladas en la prensa de ese período ydocumentación de los archivos españoles. Además, véasemi libro Anarquismo y revolución en la España del XIX,Siglo XXI, Madrid, 1972, «Introducción», cap. 1-3.

23 Cf. Fernando Garrido, Historia del reinado del últimoBorbón en España, Salvador Manero, Barcelona, 1868, vo-lumen III, pp. 358 y ss.: «en Andalucía el carbonarismo loinvadía todo, la ciudad y los campos» (p. 525). ConradoRoure afirma en sus Recuerdos de mi larga vida ( Barce-lona, 1925, vol. I, pp. 232 y ss. y 257 y ss.) que «por elaño 1863, había en España como unas 200 logias con cercade 40.000 sectarios» (p. 232). De 1820 a 1823 el Sur de Es-

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cifras pueden estar muy exageradas, ambas desta-can el extremismo prevaleciente en el Sur. La in-fluencia de las organizaciones de tipo carbonarioy de las ideas republicanas se mantuvo hasta bienentrada la segunda mitad del siglo. En España,como en el resto de Europa, estas sociedades se-

paña (sobre todo Cádiz, Sevilla y Córdoba) fue un ba-luarte de los «exaltados». Fue en Málaga donde el comu-nero Lucas Francisco Medialdúa pretendió establecer laRepública Ibérica en 1821, y en 1823 otro «exaltado», eldiputado José Moreno Guerra, intentó proclamar una Re-pública en Cádiz (cf. José María Azcona: Clara-Rosa, ma-són y vizcaíno, Espasa-Calpe, Madrid, 1925, pp. 34-36 y220-221). F. M. Hughes señala en Revelations of Spain in1845 (Londres, 1854) que «el Sur de España ha sido unfoco considerable de republicanismo desde que las CortesConstituyentes se establecieron en Cádiz en 1812 [...]. Lafrancmasonería está mezclada en todas estas sociedadessecretas» (p. 260). El extremismo del Sur no es atributoexclusivo de los intelectuales: la gran cantidad de perió-dicos «exaltados» publicados durante el trienio (1820-1823)sugiere la existencia de una amplia diversidad de lectores.Esto lo corrobora la información hallada en el Indice al-fabético de todos los sujetos que han ocurrido a ser es-pontaneados ante D. Pedro Téllez por haber pertenecidoa sociedades clandestinas, Archivo General de Palacio, en«Papeles reservados de Fernando VII», vol. 67, donde ve-mos que muchos de los comuneros no sólo eran propie-tarios, sino que, como los miembros de la M. N. mediosiglo después, pertenecían a todas las clases sociales.Véase el importante estudio de Iris M. Zavala, Masones.comuneros y carbonarios, Siglo XXI, Madrid, 1971.

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cretas eran los únicos medios de expresión de lossectores radicales en los años que precedieron alnacimiento de la Primera Internacional. Los jefesrepublicanos de estos movimientos conspirativos,cuyos intereses eran los de la burguesía intelectualy revolucionaria, estaban preocupados sobre todopor un cambio político, pero hicieron poco porcrear una conciencia social o económica en el obre-ro y el campesino español. Las masas revoluciona-rias que seguían fielmente a sus dirigentes teníanapenas una noción muy remota de sus derechos;las impulsaba principalmente la vaga esperanzade una distribución de tierras, el mejoramiento desus salarios y la libertad de trabajo y de asocia-ción. Todas estas concesiones, si es que efectiva-mente eran otorgadas, eran favores especiales con-cedidos al pueblo desde arriba, antes que los fru-tos legítimos de un triunfo popular ". La Interna-

24 Esta característica especial de las sociedades y movi-mientos secretos republicanos fue severamente criticadapor Karl Marx ya en 1850. Para él el conspirador se con-virtió en «un revolucionario profesional» que pierde devista los objetivos sociales y económicos de la revolución;cf. Schlomo Avineri, «Marx and the Intellectuals», Jour-nal of the History of Ideas, XXVIII (2), 1967, pp. 267-277.Treinta años después los anarco-comunistas iban a hablartambién en términos similares, cf. «Compte-rendu du Con-grés International Socialiste-révolutionnaire tenu á Lon-dres du 14 au 20 juillet 1881», Le Révolté, 6 de agosto,p. 3. Véanse más adelante las notas 57 y siguientes.

cional inyectó nuevas esperanzas y directivas a lasclases trabajadoras, introduciendo los conceptosde lucha de clases y de redistribución de la propie-dad, que se sumaron a los vigorosos sentimientosrepublicanos y anticentralistas.

El buen éxito de esta ideología llegó a tal puntoque, en los años entre su introducción en España,en 1868, y su proscripción oficial cinco años des-pués, echó las bases del movimiento laboral máspoderoso de la Península, con más de veinte milmiembros. Cuando la A.I.T. fue prohibida en 1874,con la consiguiente persecución de militantes obre-ros por el Gobierno, la necesidad de establecer or-ganizaciones secretas se planteó decididamente en-tre los dirigentes laborales. Este pareció el mediomás eficaz de supervivencia y acción mientras lle-gaba el momento de la Revolución final, que secreía cercana ". La Mano Negra fue el medio utili-

25 Hacia 1873 la Federación Regional Española ya esta-ba pensando en organizarse en forma secreta en caso deser declarada fuera de la ley. En la «Correspondencia dela Comisión Federal», que está en la Biblioteca Arús, enBarcelona, hay una copia de una carta remitida por Fran-cisco Tomás a la Federación de Sanlúcar: «si no os fuesepermitido reuniros en asambleas públicas, hacedlas se-cretas. Al efecto conviene reunirse y organizarse en gru-pos de 10 individuos que puedan reunirse en cualquierparte, hasta en las barbas del burgués [sic.]...» (23 deseptiembre de 1873). Hay cartas similares dirigidas a otrasfederaciones andaluzas. La Circular núm. 38 del 12 de

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zado por ciertos elementos anarquistas del Surpara proseguir sus actividades políticas durantela supresión de la A.I.T.

En 1883 el descubrimiento de los «crímenes► deesta sociedad secreta andaluza suscitó acusacio-nes de los partidos de derecha e izquierda contralos métodos violentos de aquélla. Sin embargo,considerar estos actos como meros delitos comu-nes es ignorar los antecedentes históricos que lle-varon a ellos. Ni las llamadas a la destrucción dela propiedad privada y al terrorismo contra losterratenientes, ni el severo castigo de traidores ydelatores, eran ajenos al carácter de los movi-

enero de 1874, en la que la Federación Española anuncia-ba la decisión gubernamental de prohibirla, recomiendaen su tercer punto: «Las Federaciones locales que nopuedan reunirse públicamente convertirán la organiza-ción pública en secreta...» (reproducida por Max Nettlau,Documentos inéditos sobre la Internacional y la Alianzaen España, La Protesta, Buenos Aires, 1930, pp. 203-205).En la primera «conferencia comarcal» de Cataluña de1875 se votaron nuevos estatutos para la Federación Es-pañola, pues: «Considerando: que habiendo sido pros-crita la Asociación Internacional de los Trabajadores porel Gobierno español, no queda otro medio a los afiliadosde la región, que su organización revolucionaria secretapara conseguir el fin que se proponía, o sea, la completaemancipación del proletariado» (citado por A. Lorenzo,op. cit., pp. 342-343). Puede observarse una llamativa coin-cidencia en pensamiento y lenguaje entre este párrafo yel que inicia los Estatutos de la M. N. (Véase el Apéndice.)

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mientos agrarios clandestinos y de las sociedadessecretas republicanas extremistas que habían exis-tido antes 2'. El violento lenguaje de la Mano Ne-gra no era demasiado diferente del que la A.I.T.había usado a veces en España n . Este tono extre-mado se hallaba tan difundido que incluso los re-publicanos federalistas fueron a menudo acusadosde emplearlo. En 1872, La Legalidad acusaba aldiario republicano La Voz de Alerta, de Cádiz, deincitar la «revolución social y la liquidación de loshombres públicos en Jerez y Andalucía toda» 's . Un

bs En un folleto reproducido en Mallorca en 1814, y se-cuestrado por la Inquisición en esa época, hallamos, mu-tatis mutandis, conceptos similares: «Juro perseguir demuerte, como a enemigos intolerables de la Humanidad,a todos los que se nos opongan de obra, de palabra o porescrito; juro perseguir igualmente, pero con indeciblemayor rigor, al perverso que (lo que no es de esperar)habiéndose unido una vez a nosotros, tratare de desente-rrar de nuestras sagradas banderas, sin permitir el sueñoa mis miembros hasta ver consumado el sacrificio de unpérfido tan de todas maneras execrable...» (Constituciónfundamental de los libertadores del género humano).

27 En las resoluciones de las conferencias comarcalesde julio de 1876 se acordó lo siguiente: «El más perfectosecreto debe guardarse sobre la existencia de la organi-zación y línea de conducta acordada, y los delatores deésto deberán ser castigados tan severamente como loscobardes delante del enemigo y traidores a la causa de laRevolución Social», A. Lorenzo, op. cit., p. 345.

28 La Legalidad, Cádiz, 4 de junio de 1872.

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mes después el mismo periódico moderado infor-maba que en el Puerto de Santa María «los repu-blicanos amenazan en sus propiedades y en susvidas a los moderados» 29.

Las tensiones entre ricos y pobres habían idoaumentando en el Sur también desde mucho an-tes de 1883: los actos de protesta y de violenciacontra los terratenientes y sus testaferros habíansido comunes en la historia de las agitacionesagrarias ". Durante años, antes de que estallara elconflicto en 1883, la propiedad de la oligarquíaandaluza sirvió de blanco ideal a los campesinos,que actuaban aislados u organizados en grupos. Latala de árboles, el incendio de cosechas, la destruc-ción de olivares y viñedos, los secuestros e inclusolos asesinatos eran actos terroristas cotidianos 31.

Le Révolté informa en 1880 que «la guerrilla con-tinúa en [...] la provincia de Jerez, los campesinossiguen incendiando las casas y los campos de suspatronos, y se encarnizan sobre todo contra los

29 'bid., 30 de julio de 1872.30 Véase anteriormente la nota 20.31 El Porvenir, Sevilla, 28 de febrero de 1883. The Nation

( Nueva York, 5 de abril de 1883) informaba que: «La pro-vincia [de Jerez] parece haber estado minada por socie-dades secretas que actuaban bajo un directorio centraly ejecutaban sus órdenes con ciega obediencia. Estas ór-denes comprendían toda clase de delitos, tales como ase-sinatos, asaltos, incendios de casas, destrucción de viñe-dos y mutilación del ganado..

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más rapaces. Los incendios se llevan a cabo conun plan bien organizado» 32

La táctica no consistía sólo en destruir la pro-piedad, hiriendo así a los propietarios en su ladomás vulnerable —su posición económica—, sinotambién en atacar a sus aliados más tradicionalesy fieles entre las clases dominantes.AEn agosto de1872 una turba puso en peligro la seguridad de laGuardia Civil cuando atacó e incendió su cuartelen el pueblo de Rota ". En junio de ese mismo añomás de doscientas personas se rebelaron en Jerezde la Frontera y saquearon, entre otras, la casa delpárroco, quemaron el retrato del Papa y dispara-ron sobre las imágenes sagradas ' 4 . Acontecimien-tos análogos se registraron también en Sevilla yotras partes de Andalucía ".

32 Le Révolté, Ginebra, 10 de julio de 1880.13 La Legalidad, 10 de agosto de 1872.34 lbíd., 26 de junio de 1872.33 La Andalucía, 22 de junio de 1872.

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Tras la proscripción y consiguiente paso a laclandestinidad de la Federación Regional Españo-la, resultó más difícil para el Gobierno culparde los estallidos esporádicos de violencia a ungrupo determinado Sin embargo, no es difíciladvertir en el programa de la Mano Negra una in-fluencia directa del lenguaje empleado por la pro-pia Internacional durante los años de la clandesti-nidad. En 1872, cuando el Gobierno amenazó conproscribir a la A.I.T., la Federación Regional de-claró antes de la inauguración del congreso de Za-ragoza que, si se llegaba a amenazar su existencia,

36 Sin embargo, el hecho de que los Reglamentos yEstatutos ya fuesen conocidos en 1879 indica que las au-toridades españolas pueden haber estado al corriente delorigen político de la mayoría de los estallidos de violen-cia. Esto se desprende claramente de la carta firmada porGarcía Cerunio (véase el Apéndice).

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declararía «solemnemente la guerra civil, la gue-rra de clases, la guerra entre pobres y ricos» ".

Una vez prohibida, la A.I.T. prosiguió sus acti-vidades políticas en la clandestinidad, agrupandoa sus partidarios dispersos en pequeñas seccioneslocales, aunque Barcelona, Madrid y el Sur retu-vieron los núcleos más numerosos de afiliados.Ya en junio de 1874 los internacionalistas anun-ciaron en su congreso secreto de Madrid que 349secciones se habían organizado clandestinamente,y que otras nuevas se estaban reagrupando en todoel país, a pesar de la persecución policial". En lossiete años siguientes la Federación Regional Es-pañola continuó reuniéndose en conferencias re-gionales secretas («conferencias comarcales») quereemplazaron a los más amplios congresos nacio-nales, y delegados anarquistas concurrieron a re-uniones internacionales como las de Bruselas(septiembre de 1874), Berna (octubre de 1876), Ver-

37 Del Diario de Madrid, citado por La Andalucía, 26 demarzo de 1872.

38 Para más datos véase Lorenzo, op. cit., p. 329. Aún nose cuenta con un estudio exhaustivo de estos años; untratamiento sumario puede verse en José Termes Ardé-vol, El movimiento obrero en España. La Primera Inter-nacional ( 1864-1881), Barcelona, 1965, cap. IV, en mi tesisdoctoral Orígenes del anarquismo español ( 1868-1884),Princeton University, 1968. cap. VI, y en mi libro, op. cit.,cap. VII.

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1.11- "IMMIMUviers (septiembre de 1877), Gante (septiembre de1877) y Londres (julio de 1881)".

Los periódicos abiertamente comprometidos conla clase trabajadora fueron prohibidos junto conla A.I.T., y los pocos que sobrevivieron negarontoda vinculación con la Internacional. Abandona-ron su carácter militante y se transformaron enórganos apolíticos de información 40 , hasta que de-

39 Es sorprendente ver que aun hoy muchos historiado-res ignoran que España envió por lo menos dos delegadosa este Congreso: uno de la Unión de los Obreros de laConstrucción, de Barcelona, y el otro en representaciónde la Federación Regional Española, que, aunque se ha-llaba en la clandestinidad, se estaba reorganizando acti-vamente (cf. el «Compte-rendu du Congrés International»,Le Révolté, 23 de julio de 1881). Giralt, Balcells y Termes,en su reciente Cronología de los movimientos sociales enCataluña, Valencia y las islas Baleares, afirman: «1881.juliol: Desé Congrés de l'A.I.T. anarquista a Londres, nohi assisteixen delegats espanyols» (Barcelona, 1967, p. 75).

Así sucedió con la Revista Social. Entre el 13 de agos-to de 1873 y el 6 de febrero de 1874 apareció como «órga-no de las Federaciones Manufactureras de la Región Es-pañola»; este subtítulo desapareció cuando la A.I.T. fueproscrita. La propia Revista dejó de publicarse, para noreaparecer hasta el 15 de mayo de 1874, con el mismonombre, pero sin ningún subtítulo. Aunque su formatosiguió siendo el mismo, había cambiado de carácter; dejóde publicar noticias directamente relacionadas con la po-litica española, excepto cuando eran favorables al Go-bierno (como en ocasión de la finalización de la guerracarlista en marzo de 1876). De vez en cuando también in-

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jaron de publicarse o lograron sobrevivir paraadherirse a la nueva Federación de Trabajadoresde la Región Española en 1881. No obstante ello,los núcleos clandestinos que propugnaban el de-rrocamiento violento del Gobierno, como únicomedio de encender la chispa de la revolución so-cial, desarrollaron una abundante, aunque efímeraprensa clandestina ". Resulta difícil determinarla eficacia de esta empresa y sus logros precisos,pues la documentación de que se dispone es escasa.Sin embargo, el hecho de que un siglo después co-nozcamos más de media docena de títulos de pe-riódicos nos permite suponer que quizá otros pue-dan haber visto la luz entre 1874 y 1881. Estas pu-blicaciones sirvieron para afirmar los vínculos delas secciones dispersas y para mantener vivos losprincipios del movimiento. Tal es el caso del Mu-nicipio Libre (del que se publicaron por lo menosonce números hasta agosto de 1880) y de El Orden:Hoja socialista de propaganda y de acción revolu-cionaria, con sesenta y cinco números y varios su-plementos, acaso la publicación clandestina másdifundida y más leída 42.

formaba sobre acontecimientos del exterior, pero hastaque la A. I. T. no reanudó sus actividades públicas la Re-vista no reasumió su papel como órgano importante de laprensa anarquista.

41 Lorenzo, op. cit., p. 343, recuerda el clima de violen-cia y rebelión de esos años, entre los internacionalistas.

42 Otros títulos son: Las Represalias ( Madrid, 1874), La

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Un ejemplo del tono violento de estas publica-ciones lo proporciona la hoja de una página A lostrabajadores, que afirma que «la lucha de aquí enadelante [...] ha de ser de RICOS y POBRES, esdecir, de TRABAJADORES y HOLGAZANES» ".Otro folleto sin fecha ni dato alguno sobre el lugarde su publicación, pero que, según Max Nettlau,se publicó entre 1877 y 1879 «, proporciona ins-

Solidaridad ( Barcelona, 1874-1876), A los obreros, cuyosubtítulo decía, «Saldrá cuando las circunstancias lo exi-jan» (1875), La Revolución Popular (España. 1877), LaBandera Social (1878).

43 Véase el clandestino A los trabajadores, números 1a 3, 27 y 28 de febrero de 1875, firmado por «varios tra-bajadores».

" Este documento lo reproduce íntegramente en espa-ñol Max Nettlau en su estudio sobre la Internacional es-pañola. El original de este trabajo pertenece al Interna-tionaal Instituut voor Sociale Geschiedenis, Amsterdam;ha sido publicado recientemente, al cuidado de RenéeLamberet, bajo el título La Premiére 1nternationale enEspagne ( 1868-1888). Deseo agradecer a Maria Hunink,bibliotecaria, y a Rudolf de Jong, jefe de la sección es-pañola del Instituto, su generosa ayuda y amabilidad alpermitirme consultar el manuscrito de este trabajo ines-timable y enciclopédico, y al autorizarme a citarlo. Le es-toy reconocida a Renée Lamberet por haberme llamadola atención sobre la importancia de esa obra. Nettlau des-cribe el documento como una página en cuarto, impresaa dos columnas; no está seguro de la fecha, pero cree queposiblemente sea de 1877 a 1879, porque fue encontradocon otros de esos dos años.

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trucciones prácticas muy significativas sobre cómohacer la guerra a la burguesía. El lenguaje es si-milar en muchos aspectos al de la Mano Negra,como lo es también el espíritu que inspira a ambosdocumentos:

Instrucciones generales:

Precipitar tanto cuanto se pueda la des-organización del Ejército.

Quitar de en medio a todos los hombrescuya influencia moral sobre el proletariadosuponga un peligro para el porvenir, y des-pués de destruir todos los papeles públicos,exigir la presentación de los títulos de pro-piedad individual. Entre los que deben des-truirse no deberán olvidarse los archivosde los escribanos, todos, absolutamente to-dos, los que supongan elementos de vidapara el actual orden social y que estén enpoder de todos los ministerios y demás de-pendencias...

Que el lema de la revolución sea: «ABAJOLA EXPLOTACION DEL HOMBRE POR ELHOMBRE. EL QUE QUIERA COMER QUETRABAJE.»

Deberá hacerse un llamado a la insurrec-ción de todos los países de Europa [...J.

Los materiales para el nuevo edificio so-cial no pueden obtenerse sino de la des-trucción completa del presente. Que nues-tra vista, para emprender la obra revolu-cionaria, esté fija en la anterior, hasta quela sed destructora del pueblo trabajador se

encuentre saciada. Desgraciado del que,amando la revolución, lleve a ella comoprimera idea la de edificar» 'S.

Otro documento que ilustra esto mismo es unaCircular a los trabajadores del campo, emitida porla Federación Española en mayo de 1879, en la quese hace referencia a anteriores estallidos de pro-testas en casi todas las principales poblaciones deAndalucía. Si bien la A.I.T. negaba haber tomadoparte activa en ellos, criticaba a los «compañeros»por no haber ido más lejos en la acción:

... estamos en el caso y en el deber de di-rigirnos a vosotros para que sepáis que ha-béis hecho poco, que tenéis razón sobradapara hacer mucho más [...1.

Hacéis bien en exigir «¡pan o trabajo!».Pero hacéis poco.

Tenéis el deber de hacer más.Cuanto encierran los graneros es vuestro.

Es el sudor de vuestra frente.Y como es vuestro no debéis pedirlo, de-

béis tomarlo.Y si se oponen los zánganos de la colmena

social... las abejas os enseñan lo que debéishacer con ellos [...].

Por nuestra parte, si no habéis caído enla cuenta os lo decimos. Ahora ved vosotrosqué es mejor: ¿Morir lenta, indigna y co-

Ms. pp. 138 a-138 b; Lamberet, op. cit., pá-ginas 299-300, da una traducción al francés.

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bardemente viendo acabarse de necesidad avuestros hijos, o morir con la cabeza alta,yendo por lo vuestro y con la satisfaccióninmensa de cumplir con el deber de acabarcon tantas injusticias?

La elección no es dudosa; morir de ham-bre o morir de una bala, todo es morir.Pues muramos como hombres que conocensus derechos y quieren cumplir con su de-ber[...J.

Individual o colectivamente guerra, gue-rra siempre, hasta que abran los ojos a laluz o hayamos triunfado.

Los primeros sucumbirán. Verdad. Ha-brán dado el ejemplo; habrán sellado consu generosa sangre la verdadera causa delpueblo.

Sin llevar bandera habrán escrito alto,tan alto que esa concupiscente y obstinadaburguesía [sic] en cada tino de nuestros ac-tos, leerá llena de terror los sacrosantos le-mas:

¡EL QUE QUIERA COMER QUE TRA-BAJE!

¡LOS QUE NO TRABAJAN Y A CUAL-QUIER TITULO VIVEN DEL PUEBLO, RO-BAN A LOS TRABAJADORES!

¡SON ELLOS LOS LADRONES!¡MUERAN LOS ZANGANOS!¡AL AGRICULTOR LA TIERRA! ¡AL

OBRERO LA FABRICA! ¡AL MENESTRALEL TALLER!

¡¡VIVA LA REVOLUCION SOCIAL!! 46.

46 «Circular», 2 páginas a dos columnas, en cuarto, sin

En la conferencia comarcal de 1880 las resolu-ciones adoptadas por los delegados de las distin-tas comarcas también reflejaban un espíritu revo-lucionario acorde con los Reglamentos y Estatutos.El punto 14 de esas Resoluciones, titulado «Sobrelas conveniencias de ejecutar represalias [...], enlas personas y bienes de los burgueses...» ", revela

lugar de publicación, mayo de 1879, reproducido en Nett-latrf ms. cit. pp. 142 a-142 c; cf. Lamberet, op. cit., pági-nas 311-314.

Del «folletín» de Tierra y Libertad, mayo de 1916,citado por Díaz del Moral, op. cit., cap. VI, p. 118. Tantoel lenguaje como los objetivos de la M. N. eran muy se-mejantes a los de los movimientos extremistas contem-ponáneos de otros países agrarios europeos. En Irlanda,entre 1879 y 1883, existía una situación de violencia y des-contento entre los trabajadores rurales; organizacionescomo la de los fenianos, la Liga Agraria y la sociedad se-creta de los Invencibles, entre otras, combatían al Gobier-no y a la aristocracia terrateniente con actos de violenciay terrorismo muy parecidos a los empleados en Andalu-cía. La Revista Social y Le Révolté dan cuenta muy deta-llada de estos sucesos, así como del nihilismo y terroris-mo en Rusia. Estos dos periódicos destacaban la signifi-cación de estos hechos y la importancia que podían teneren España (cf. Le Révolté, del 4 de septiembre y del 17 deoctubre de 1880, y la Revista Social, del 13 de octubre de1881). Mucho antes de que ocurriesen estos acontecimien-tos, el Catecismo revolucionario de Bakunin y Necháiev(1869) predicaba la violencia y el terror al igual que laMano Negra años después: «No reconocemos otra activi-dad que la obra de exterminio, pero admitimos que las

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una llamativa semejanza con los principios de laMano Negra (cf. el artículo 1.° de los Reglamentosy los artículos 2.° y 7.° de los Estatutos). No debe-ría asombrarnos saber que esa resolución fue apro-bada por la mayoría de las delegaciones y aceptadaunánimemente por los representantes regionalesandaluces.

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formas que esta actividad revista serán sumamente va-riadas: el veneno, el cuchillo, la soga, etcétera. En estalucha la revolución santifica todo por igual» citado porE. H. Carr, Michael Bakunin, Nueva York, 1961, p. 395).Aunque no hemos podido establecer cuándo se conoció elCatecismo en España, es interesante tener en cuenta estassemejanzas.

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Esta actitud radical de las secciones del Sur se-ñala un elemento clave en la diferencia entre elanarquismo rural y el movimiento obrero de lossectores urbanos e industriales de Madrid y Bar-celona. En las ciudades la solidaridad de la clasetrabajadora dependía en gran medida de un armapoderosa para respaldar sus demandas económicasy laborales: la huelga. En el campo debían em-plearse otros métodos; allí una huelga difícilmen-te hubiera podido tener éxito, dado el numerosoexcedente de jornaleros desocupados y necesita-dos que habrían estado dispuestos a reemplazar asus camaradas 48 . Sólo en las industrias agrícolasmás especializadas, como la vitivinícola, era posi-ble la huelga, pero sus resultados afectaban sóloa una minoría de la población activa del Sur. Asi-mismo, la falta de una unión de trabajadores agra-dos que abarcase a todos hacía más difícil cual-

48 Cf. Revista Social, 30 de junio y 21 de julio de 1881.

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quier tipo de organización política. Debido a estasituación especial y a la imposibilidad de coordi-nar un amplio movimiento político en una zonatan extensa, cualquier organización requería célu-las pequeñas que, aunque dispersas, basaran sucohesión en reglas disciplinarias muy estrictas yen castigos severos para cualquiera que las infrin-giese.

Fueron esas circunstancias las que hicieron quelas Federaciones andaluzas rechazasen la huelgay adoptasen, en cambio, el sabotaje y la destruc-ción como medio de poner en jaque el poderíoeconómico del terrateniente, así como de socavarla propiedad privada. Por lo que sabemos, estaestrategia nunca se discutió en ninguno de losprincipales congresos de la Federación Españolaen los años que mediaron entre el primero, en Bar-celona (1870), y el último congreso nacional, enMadrid (1874). En el Sur, el problema de la orga-nización se hizo crucial después de 1875, cuandolas conferencias regionales reemplazaron a las con-venciones nacionales y cuando la fragmentaciónde una asociación nacional coherente dio lugar aun aumento de la autonomía y la iniciativa regio-nales 49.

Los objetivos diferentes de las federaciones lo-cales del Sur y de la Comisión Federal de Barce-

49 Cf. Lorenzo, op. cit., Parte II, caps. 8-9, pp. 339-381.

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lona chocaron de modo inevitable. En las altasesferas de la Federación Regional no se elevaronvoces en apoyo de la lucha campesina, y los diri-gentes de Cataluña consideraban a los trabajado-res rurales andaluces como una masa de campe-sinos explotados y analfabetos, incapaces de orga-nizarse'''. No sorprenderá, pues, saber que los ac-tivistas meridionales se sintieron traicionados porsus líderes urbanos. Uno de los miembros de laFederación Regional en Barcelona, Eudaldo Ca-nibell, recuerda que en una de sus reuniones laMano Negra sentenció a muerte a la Comisión Fe-deral: «...brotó súbitamente el grupo —extraorga-nización— denominado la Mano Negra en Jerez dela Frontera, compuesto de federados anarquistasfanáticos (o desequilibrados), quienes nos conde-naron a muerte por discordar de sus ideas y pla-nes descabellados que no quisimos apoyar» 5'.

El desencanto de las masas rurales con la direc-ción y organización tradicionales de la A.I.T. es-pañola durante los años que siguieron a la Revo-

93 /bid., p. 409 y passim.51 Memorias inéditas de Eudaldo Canibell, mencionadas

por M. Nettlau en el ms. cit., pp. 195-196; cf. Lamberet,p. 430. Cabe observar que Nettlau, siguiendo la línea ofi-cial de la A.I.T., niega la validez de este testimonio di-ciendo que Canibell ¡seguramente debe de haberse con-fundido al referirse a la M. N. en lugar de Los Deshero-dados!

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lución de 1868 llevó a los grupos más decididos aromper con la táctica de coexistencia legal de losanarquistas urbanos. Los años de clandestinidadseñalaron el momento adecuado para que su orga-nización se lanzara por el camino del extremismomilitante y activista. No nos extrañará, entonces,saber que, mientras la Mano Negra actuaba enJerez, otras sociedades secretas surgían en diver-sas zonas del Sur. Hacia esa época apareció en Cá-diz un grupo revolucionario denominado Los Des-heredados 52 . En 1883 la Crónica de los Trabajado-res informa haber recibido «dos hojas timbradascon un sello que dice: Los Desheredados. Organi-zación revolucionaria anarquista. Comité de gue-rra de la nación española. En el fondo de dichosello y en forma de cruz hay grabado un puñal yuna antorcha» ".

Todavía en 1884 este grupo seguía usando -unlenguaje parecido al de la Mano Negra: «la burgue-sía no está considerada como los demás seres, de-clarándola fuera del derecho de gentes» 54.

52 Los Desheredados realizaron un congreso clandestinoen Cádiz en 1884. En el folleto publicado con el Manifiestoy los Estatutos en diciembre de 1884 se declaraba que éseera el tercer congreso y el decimosexto año de la orga-nización; según esto, el primero debía ser ya en 1868. añoen que el anarquismo llegó a la Península.

53 Crónica, núm. 3, febrero de 1883, p. 25.54 Manifiesto del Tercer Congreso, diciembre de 1884;

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En la época de los «crímenes de la Mano Negra»se descubrieron también otras sociedades secre-tas: un grupo clandestino de carácter anarquistafue denunciado en Marchena por ser «brutalmen-te nihilista en sus planes» ". Muchos otros fuerondescubiertos en Málaga; uno de ellos fue descritocomo «una asociación de carácter agrario seme-jante a la Mano Negra, pero menos definida, pro-bablemente formada al separarse de ésta, conmiembros de ambos sexos» s6.

véanse en el Apéndice las declaraciones iniciales de losReglamentos.

" El Posibilista, Sevilla, citado por El Guadalete, 6 demarzo de 1883.

56 La Andalucía, 1 y 3 de marzo de 1883.

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y

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Las diferencias dentro del movimiento anarquis-ta no fueron sólo de índole táctica entre el terro-rismo agrario y la organización sindical, sino tam-bién ideológicas, entre los principios del colecti-vismo, tal como los defendía la Comisión Federal,y los del comunismo anarquista, cada vez más po-pular entre los grupos del Sur. Aunque la Federa-ción Regional Española permaneció fiel al colecti-vismo de Bakunin, el comunismo libertario habíacomenzado a ser la doctrina oficial de otras fede-raciones europeas, por lo menos desde la épocadel Congreso de Londres de 1881. En esta reuniónse acordó apoyar una moción en favor de la difu-sión de los ideales comunistas entre los campesi-nos 9 . Más aún, se decidió explicar a los trabaja--- --57 Cf. «Compte-rendu du Congrés International», Le Ré-

volté, 23 de julio de 1881, p. 3. Esta resolución es similara la aprobada un año antes en la reunión celebrada por laFederación del Jura en Chaux-de-Fonds, del 9 al 10 de

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dores rurales la necesidad de «expropiar las tie-rras de todos aquellos que no las cultiven por símismos y poner estas tierras comunales a la dis-posición del municipio». Esta resolución fue enér-gicamente defendida por la mayoría de las dele-gaciones, incluyendo las dos españolas ". El añoanterior, en una alocución ante la Federación delJura, Carlo Cafiero había defendido la idea anarco-comunista: «Queremos la libertad, es decir, laAnarquía y la Igualdad, es decir, el Comunismo► 9°.

Las ideas comunistas no eran extrañas al mediorural del Sur de España, donde los principios teó-ricos básicos de propiedad de la tierra y de lasherramientas de trabajo por el común, así como ladistribución, de acuerdo con las necesidades decada uno, de todos los bienes producidos, se com-

octubre de 1880. Se d&idió que «el Congreso recomiendaa la atención especial de las secciones ese tipo de propa-ganda [revolucionaria] y decide emprender la publica-ción de impresos destinados a propagar las ideas del so.cialismo revolucionario entre los agricultores...» (Quintaresolución), Le Revolté, 17 de octubre de 1880. En Lon-dres, un delegado de este periódico reveló que sus folletosde propaganda anarco-comunista «se deslizan en grandescantidades por todos los países» (ibid., 23 de julio de1881, p. 3).

58 Cf. «Compte-rendu du Congrés...», Le Révolté, 20 deagosto de 1881, p. 3.

59 Le Révolté reproduce el discurso completo bajo eltitulo «Anarchie et Communisme», 13 y 27 de noviembrede 1880, pp. 1-2.

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plementaban y reforzaban tácticamente por mediode actos revolucionarios extremistas de terroris-mo y de propaganda por el hecho °. Estas ideashabían despertado cierto eco hacia 1882, y en elCongreso de Sevilla de ese año comunistas y co-lectivistas se enfrentaron abiertamente por prime-ra vez. Miguel Rubio, delegado de Montejaque (Se-villa), se opuso a José Llunas de Barcelona, y de-fendió el comunismo como la única doctrina ge-nuinamente anarquista 61 . En los años subsiguien-tes esta división suscitó violentos ataques de la

te La «propaganda por el hecho» había quedado asocia-da con el comunismo por lo menos desde el Congreso deLondres, cuando fue aceptada oficialmente como ayudatáctica al proselitismo comunista. No obstante, es precisotener en cuenta que la «acción directa» se practicó muchoantes de 1881. Estas tácticas fueron defendidas inicial-mente por la Federación Italiana ya en 1873 Pf. GeorgeWoodcock, Anarchism, Nueva York, 1962, p. 337). Figurastales como Errico Malatesta, Carlo Cafiero y Andrea Cos-ta fueron los propagandistas de la nueva táctica; haciafines de la década de 1870 las ideas activistas se habíandifundido en la mayoría de los países europeos.

61 Véase Federico Urales, La evolución de la filosofía enEspaña, La Revista Blanca, Barcelona, 1934, vol. II, pá-ginas 160-161, y Lorenzo, op. cit., p. 431. Aún no contamoscon un estudio completo sobre las diferencias entre elcolectivismo y el comunismo anárquico, pero para un es-tudio parcial de la cuestión en España, véase Urales,op. cit., pp. 160-190, y José Cascales y Muñoz, El apostola-do moderno, Barcelona, Madrid, sin fecha, pp. 189-223.

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Revista Social (Sans), colectivista, contra la Comi-sión Federal y ciertos órganos de prensa comoBandera Social (Madrid), Federación Igualadina(Igualada) y La Autonomía (Cádiz), que exigíanuna discusión y revisión doctrinarias del movi-miento 62 . Los colectivistas los acusaban de actuaren forma que ayudaba a «perturbadores» comoLos Desheredados y otros grupos minoritarios di-sidentes que se habían ido inclinando hacia elanarco-comunismo desde los congresos de Valen-cia (1882) y Sevilla (1883) 63.

62 Cf. Revista Social, Sans, 2a. época, 26 de marzo, p. 2;9 de abril, p. 2; 23 de abril, p. 2 y 14 de mayo de 1885, p. 1.La Revista Social (26 de marzo de 1885, p. 1) trae tambiénuna respuesta a un artículo publicado por la .Revue Anar-chiste Internationale ( Burdeos) el 20 de marzo de 1885,pp. 81-82. El diario francés asegura que el anarco-comu-nismo era muy fuerte en ciertas zonas de España y que«el comunismo anarquista implantado en España crearápronto una agitación y un movimiento cuyos resultadosno se harán esperar mucho tiempo. Por otra parte, nohay región que se preste mejor a la acción individual, ala propaganda por el hecho, que España». En su númerodel 2 de abril de 1885 la Revista Social dedica un extensoataque en su primera plana a Le Révolté y los anarquistascomunistas, que termina con el llamado: «¡Colectivistas adefenderos!»

63 Véase la Revista Social, 23 de abril, pp. 1-2; 30 deabril, pp. 1-2 y 14 de mayo de 1885, pp. 1-2. Le ea Ira pu-blicó en agosto de 1888 una excelente nota breve sobre lasituación del movimiento obrero español en ese momento

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La Mano Negra es uno de esos típicos ejemplosde grupos minoritarios que discrepaban con la lí-nea oficial establecida por la Federación Española,y no la seguían. Aunque en el documento que aquípublicamos no se manifiesta claramente una di-vergencia ideológica, el hecho de que la A.I.T. re-pudiara a este grupo clandestino y las respuestasamenazadoras con qué reaccionó la Mano Negraofrecen suficiente fundamento para afirmar cate-góricamente que existía una profunda divisióndentro del movimiento, no sólo en términos deactividades tácticas, sino también de serias dife-rencias ideológicas. Si bien la Mano Negra fueprobablemente aplastada para siempre en 1883,sus ideales básicos no desaparecieron, sino que secontinuaron en otras organizaciones andaluzas,tales como Los Desheredados, que prosiguieron lalucha, y hacia 1886 el comunismo anárquico co-menzó a ser adoptado oficialmente por algunosperiódicos de la clase obrera 64

y mencionó la ruptura entre ambas facciones después delos procesos de la Mano Negra.

64 El primer periódico anarco-comunista de que tenemosnoticia en España es La Justicia Humana, que aparecióen Barcelona en 1886. En Cataluña la propaganda por elhecho fue una forma de acción apoyada por elementosdisidentes estrechamente vinculados con grupos simila-res de otros países europeos. En los años subsiguientestales publicaciones se difundieron por toda la Península:Tierra y Libertad (1888); La Revolución (1889); El Primer

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Múltiple es el significado de la Mano Negra enla historia del primer anarquismo español. Las im-placables persecuciones del Gobierno y la escisiónoperada dentro de la propia Internacional lleva-ron a la gradual desintegración de la A.I.T. Alcabo de pocos años la poderosa Revista Social,que en 1882 imprimía y distribuía veinte mil ejem-plares, languideció hasta desaparecer finalmenteen 1885. Los pocos periódicos que lograron sobre-vivir se enzarzaron en agrias disputas acerca delcolectivismo y el comunismo. En 1888 la Federa-ción se disolvió definitivamente, poniendo términoa la primera etapa del movimiento laboral es-pañol.

tre. c o

Anarquista, El Revolucionario, El Socialismo (1891); LaTribuna Libre (1891-1892); La Conquista del Pan, El Opri-mido, La Revancha, El Rebelde (1893); El Comunista, ElEco del Rebelde (1895); Ariete Comunista (1896), entremuchos otros.

APENDICE

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"•71

Archivo General de Palacio.Secretaría de su Majestad. Legajo 10.077.

La Mano Negra. Reglamento de la Sociedad dePobres, contra sus ladrones y verdugos, Anda-lucia.

Dirección General de la Guardia Civil. Secretaría.

Excmo. Sr.:El Coronel Subinspector del 4.° tercio del Cuerpode mi cargo, en oficio reservado de fecha 5 delactual, me dice lo siguiente:

«Excmo.: Siendo este país de los en que al pare-cer con más prosélitos cuenta la Internacional, hasido lo que me ha impulsado en el curso de miscontinuas salidas y en especial las verificadas eneste año con motivo de las huelgas intentadas, yrevista anual, a fijar mi atención sobre dicha So-ciedad, procurando adquirir datos sobre su origen,organización y compromisos socialistas que ten-gan adquiridos sus afiliados.

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Conociendo la índole de los habitantes del país,no creo, ni espero, que pueda alterarse el ordenpúblico; pero no por eso hemos de dejar de con-venir en que realmente existe organizada dichaSociedad socialista dentro de las provincias queconstituyen el tercio de mi mando, desde hace mu-cho tiempo, y que se halla subdividida por agru-paciones o núcleos, que pudieran muy bien apro-vecharse, para sus miras y fines, de la miseria queen la actualidad aflige a la mayoría de los brace-ros de este país.

Constantemente y con la mayor vigilancia meocupo de ella, máxime por si algún día pudieratener relación o connivencia con lo que acaeciendoestá en la vecina república de Francia. Creo opor-tuno y conveniente poner en el superior conoci-miento de V. E. que en carpeta reservada conservorelaciones nominales de los principales agentesinstigadores de diferentes localidades, para poderen su día darles el golpe de gracia merecido si noslo permite el Código y presentan bien las circuns-tancias.

Por la adjunta copia del Reglamento especial,titulado La Mano Negra porque se rigen los so-cialistas de esta región. Comprenderá V. E. su or-ganización, y que el lenguaje usado en él es elmismo que nos transmite la prensa periódica delo que está sucediendo en Francia, temible en to-dos conceptos para la gente sensata, produciendoconstantes alarmas indebidas. Tengo la honra deponerlo en el superior conocimiento de V. E. paralos fines que estime convenientes.»

Y lo traslado a V. E. para su conocimiento y

efectos oportunos, con inclusión de un ejemplardel Reglamento de que se hace mérito. Dios guar-de a V. E. muchos años.

Madrid, 9 de noviembre de 1882.

Excmo. Sr.:Tomás García Cerunio (rubricado)Al pie: Excmo. Sr. Ministro de la Guerra.

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REGLAMENTO

Considerando que todo cuanto existe y aprovechapara el bienestar y goces de los hombres ha sidocreado por la fecunda actividad de los trabaja-dores:

Que por efecto de la absurda y criminal organi-zación de la sociedad presente, los trabajadores loproducen todo, y los ricos holgazanes se lo quedanentre sus uñas:

Que por esa causa, ellos se aseguran el imperioeterno sobre los pobres, dentro de cualquier for-ma de gobierno que sea:

Que debido a esto, todos los partidos políticostiemblan ante la idea de que pueden ser atacadosen su base las instituciones que tales monstruosi-dades defienden:

Que no será fácil atacar vigorosamente, como esnecesario, a ese gran mal, mientras no se destie-rren de los nobles pechos de los rudos cuanto lea-les trabajadores, las falsas ideas de respeto a lapropiedad, y de perdón a las ofensas:

Que la propiedad adquirida por la explotacióndel trabajo ajeno, aunque sea adquirida por larenta o el interés, es de las que deben considerarse

como mal adquiridas, por no haber otra legítimaque la obtenida absolutamente por el trabajo pro-ductivo, y como tal directo, personal y útil:

Por estas razones, y en vista de que todas lasleyes están hechas en provecho de sus privilegiosy en contra de nuestros derechos,

Declaramos a los ricos fuera del derecho de gen-tes, y declaramos que para combatirlos como semerecen y es necesario, aceptamos todos los me-dios que mejor conduzcan al fin, incluso el hierro,el fuego y aun la calumnia.

Declaramos querer ser los vengadores de nues-tros hermanos, y para este objeto, y aclarar el díade la gran revolución popular, se fundó en Españaesta asociación que trabajará de acuerdo con lasdel mismo carácter y tendencias de todos lospaíses.

Artículo 1.° La existencia de esta asociaciónserá eminentemente secreta. El individuo que, biensea por debilidad, ligereza, exceso de confianza,o mala fe, revele alguna cosa referente a la misma,o que pueda dar a comprender que pertenece aella, recibirá inmediatamente el castigo corres-pondiente, que podrá ser suspensión temporal portiempo limitado, o muerte violenta, según se estimela gravedad del caso o de la revelación.

Artículo 2.° El cumplimiento de los deberes yla ejecución de los trabajos que a cada uno de susmiembros se le confíen, será obligatorio, sin nin-gún género de excusa, a excepción del que se halleimposibilitado en la cama por falta de salud, y eneste caso remitirá por conducto de su proponentey por escrito, la causa de su imposibilidad, acom-pañando de las señas de su domicilio a la Mano

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Negra, que ésta acudirá inmediatamente en su au-xilio y ayuda.

Al tratar de evadirse del cumplimiento de algu-no de los deberes que se le confíen, por algún otroobjeto, será considerado como traidor.

Artículo 3.° Todos los miembros de esta aso-ciación están obligados a ocultar sus simpatíaspor ellos, quedando su buen nombre y la reputa-ción que habrá de adquirir, confiados a los actosque ha de realizar.

Artículo 4.° Los que pertenezcan a esta asocia-ción deberán ser constantes en su profesión uoficio respectivo, y procurarán hacer entender atoda su familia y amigos, que han adquirido lacostumbre de economizar, a fin de que no puedaextrañar nadie que tenga recursos de qué vivir,cuando por servicios prestados a la asociación uotra razón tenga que abandonar su trabajo.

Artículo 5.° Todos los miembros de esta aso-ciación recibirán un subsidio cuando presten aella servicios, en relación con ellos; pero ningunopodrá decir, bajo ningún pretexto, la cantidad quereciba. El que falte a éste como a cualquiera otrode los deberes, será severamente castigado.

Artículo 6.° Para formar parte de esta asocia-ción, deberá adquirir este derecho por medio deun servicio que ha de prestar, y el cual le será in-dicado por la persona encargada de presentarlo.

Artículo 7.° Cuando algún asociado crea hastaencontrar entre sus amigos alguno que juzgue apropósito para formar parte de la asociación, lohará presente a la misma por el conducto indica-do e nel artículo 2.°, sin decirle a él una palabra,y en ella se acordará la manera de iniciarlo.

Artículo 8.° Todos los miembros de esta aso-ciación deberán tener siempre presente, que for-man una grande y formidable máquina de guerra,de la cual cada uno representa una pieza; por locual deben aceptar el deber de funcionar, dentrode su esfera, al compás que lo haga necesario elmovimiento de todo el mecanismo.

Artículo 9.° El que dejare de cumplir con sudeber en el crítico momento en que estén cum-pliendo todos o parte de sus compañeros, seráconsiderado como traidor, y pagará instantánea-mente con la vida su grave falta.

ADMISION DE ASOCIADOS

Artículo 1.° Ningún individuo podrá ser admi-tido sin haber obtenido de qarte las pruebasirrecusables de su voluntaria a hesión.

Artículo 2.° Cuando haya cumplido el nuevocandidato la misión que se le haya confiado, podráser presentado al grupo que deba admitirlo, paralo cual deberán adoptarse todas las precaucionesque se consideren más conducentes al objeto deque no pueda saber dónde fue recibido.

Artículo 3.° Los que compongan el grupo cita-do se presentarán cuidadosamente dispersados.

Artículo 4." En aquella sesión, el que presida elacto, hará a los allí presentes una relación de lascualidades que se le imponen al nuevo candidato.y después de relatar la misión que le fue confiada,le invitará a que explique la manera cómo la llevóa cabo, haciéndole sobre este punto todas las pre-guntas que crea necesarias para conocer si apre-

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cia la importancia de lo que hizo, y si al llevarla acabo procedió con el tacto y resolución necesa-rios.

Artículo 5.° Si alguno de los miembros presen-tes quisiere dirigirle alguna pregunta, podrá ha-cerlo por conducto del presidente.

Artículo 6.° Esto hecho, se dará el acto por ter-minado, retirándole del lugar de la reunión con lasmismas precauciones con que fue llevado.

Después se discutirá sobre su admisión, y sifuere acordada por unanimidad, podrá invitárseledesde el siguiente día.

Artículo 7.° Si resultase un solo voto en con-tra, no podrá ser admitido hasta que éste mani-fieste haber cambiado de opinión.

ESTATUTOS

Habiendo sido la Asociación Internacional de losTrabajadores puesta fuera de la ley por los go-biernos burgueses, imposibilitándola por este mo-tivo para resolver pacíficamente la cuestión so-cial, y de cuya resolución no puede prescindir, hatenido que convertirse en organización revolucio-naria secreta, para llevar a cabo la revolución so-cial violenta; pero como para llegar a este últimotienen que pasar algunos años, y la burguesía nopara de cometer crímenes contra la clase trabaja-dora, cuyos crímenes es menester castigar antesque llegue la revolución social; y considerandoque todos los federados no son a propósito parallevar a cabo estos castigos de un modo conve-niente, por estas razones se forma un núcleo de-nominado Tribunal Popular, cuyo tribunal será elencargado de sentenciar y castigar los crímenesde la burguesía. Este tribunal se regirá por lossiguientes estatutos:

Artículo I.° Se forma un Núcleo de diez indi-viduos que pertenezcan a la asociación internacio-nal de los trabajadores y se juzguen capaces paraeste objeto.

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Artículo 2." Castigará los crímenes de los bur-gueses y sus dependientes por todos los mediosque sean posibles, bien sea por el fuego, el hierro,el veneno, o de otro modo.

Artículo 3.° Este Núcleo celebrará sesión ordi-naria el primero de cada mes, y extraordinariasiempre que sea necesario: en las ordinarias seráválido el acuerdo, cualquiera que sea el númeroque se presente, y en las extraordinarias se necesi-ta que se reúnan las dos terceras partes, y ademásque todos los individuos sean citados en tiemponecesario para poder hallarse en la sesión.

Artículo 4.° En las sesiones ordinarias cadauno dará cuenta del modo como llevó a cabo susrepresalias; los inconvenientes o ventajas que ha-lló en el modo de llevarla a cabo, a fin de que poreste medio se vayan instruyendo todos: tambiénse tratará de hacer las represalias que haya.

Artículo 5.° Cada individuo de este Núcleo in-ventará todos los medios de pegar fuego, de ase-sinar, de envenenar y, en fin, todos los medios dehacer daño, y los someterá al examen del Núcleo.

Artículo 6.° En las sesiones extraordinariassólo se tratará de represalias que haya que hacer.

Los socios serán admitidos en las ordinarias.Artículo 7.° Cada individuo del Núcleo pagará

una cuota de cinco céntimos de peseta semanales,para gastos de correspondencia; y si sobrase seempleará en lo que se determine.

Cuando se ofrezca hacer más gastos que los fon-dos que hubiese, se hará un repaso entre los indi-viduos, y en casos muy apurados se pedirá a lafederación.

No se harán castigos que comprometan a los in-

dividuos, sino que se deben aprovechar todas lasocasiones que se presenten favorables. Sin embar-go, cuando se crea necesario comprometerse y aunexponer la vida, hay que hacerlo, y con bastanteenergía, usando de todas las armas.

Son casos de exponerse cuando se haya amena-zado a alguno por medio de cartas antes de hacerel hecho y él toma entonces precauciones; en talcaso, para que la amenaza no quede sin efecto, esmenester comprometerse.

Los daños se causan siempre en las haciendas,no habiendo proporción de causarlos en las per-sonas.

A ningún individuo se le obligará a hacer másde lo que libremente se comprometa, y aunquerehuse hacer algún hecho por no hallarse capaz,no se le obligará; pero una vez aceptado es obli-gatorio y se considerará como traidor; si haciendouso de la garantía que le concede este artículo, noacepta nunca ninguno, será considerado nulo yserá expulsado.

Sobre los expulsados hay que tener una conti-nua observación, para castigarlos con la muertesi se les prueba que han descubierto algo.

Para matar a un traidor no hay que reparar quesea amigo, hermano o padre; pues nunca pagarábastante con la vida el que quiere perder la demuchos.

Si al Núcleo de una localidad no le es posiblequitarle la vida por ser todos conocidos del Nú-cleo, o por otro objeto, avisará al de otra localidadpara que lo hagan sin darse a conocer con él, yhaciéndole alguno amigo suyo; pero para esto espreciso que reciba un aviso firmado y sellado por

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el Secretario y Presidente de Sección, en que sepreceptuó y proveyó su muerte.

Los Secretarios tendrán nombres supuestos, queno los sabrán más que los de otros Núcleos, ysiempre que se firmen con el supuesto se le reco-nocerá y dará conocimiento al Núcleo a que se di-rija la carta. Tendrán en su poder el sello. ElPresidente firmará las actas de las sesiones conlas iniciales de su nombre invertidas: tal es el ré-gimen que debe observarse.

El Núcleo no se disolverá hasta que se haga larevolución social.

Los que ingresen en la Sociedad no se podránretirar aun cuando lleguen a ser propietarios; sólose podrán retirar cuando se muden de pueblo yen el que no haya Núcleo; pero si lo hay ingresa-rán en él mediante una credencial que llevará delque se retira o abandona.

Los beneficios que realice serán colectivos delNúcleo, y no de determinados individuos, y se lespodrá dar la inversión que el Núcleo acuerde.

Es deber de los miembros proponer reformas enel Reglamento, para mejorarlo, o pedir la supre-sión de artículos.

Los hechos que se hagan sin haber sido acorda-dos, por el Núcleo, no es éste responsable, a me-nos que luego declare que los individuos han obra-do bien, y apruebe el hecho.

Siempre que haya un voto en contra de algúnhecho, aquel individuo no puede ser obligado, nihacerle responsable de nada.

No se hablará de ningún hecho en las plazas nien las calles, como no sea entre los del Núcleo, y

en voz baja, y que no haya gente en cuarenta pa-sos lo menos.

Tampoco se hablará en el campo por detrás devallados o tapias, para evitar espías.

Cuando se vaya a hacer un hecho, deben llevaracordada la declaración que han de dar caso deser cogidos, lo mismo que si fueran también porsospechas. Si se cogen en el delito, también acor-darán del modo como hace la 1.* y en T.

Cuando se le proporcione alguno sólo haceral g.° d. a podrán h.3 sin riesgo '. Uno acordará laconducta de dar cuenta en la primera sesión or-dinaria venidera.

El Núcleo o cualquier individuo de él podrá va-lerse de otros que no pertenezcan al mismo ni ala federación, para llevar a cabo algunos hechos,pero sin darle cuenta de la organización.

En las sesiones ordinarias se presentarán en-miendas a los artículos de este reglamento, losacuerdos que tendrán lo menos dos terceras par-tes de los presentes.

Antes de admitir un individuo se le leerá el re-glamento por tres o cuatro veces, y después se ledarán tres días de término para oue acepte o no.

Al ingresar, a todos se les cambiará el apellido,y se conocerán entre sí por los que se les impon-gan, y con ellos firmarán los documentos.

Los apellidos serán sustituidos por nombrespropios de personas.

Es deber de los miembros enseñar a sus hijos,y en general a los trabajadores, el tener odio a losricos, y a todo el que quiera dominarlos, o se quie-ra hacer superior y quiera vivir a costa del traba-jo de los demás.

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Extracto interesante de una de las proclamas circu-ladas (ejemplo dado por el informante):

Infames explotadores. El día de la justicia popularse acerca: temblad, infames asesinos; queréis obli-gamos a sucumbir a vuestros brutales deseos pormedio del hambre, y nosotros, en medio de nues-tra miseria, hemos jurado venganza, y la llevaré-mos a cabo, tan terrible, que espante al mundo, siantes no desistís del infame método que habéisadoptado.

Esta sirve para daros aviso, pues tenemos pre-parada una buena dosis de petardos y aparatosde dinamita, para hacer volar todas las casas delos burgueses, si es que desobedecen nuestras ór-denes.

Acordado en sesión extraordinaria por este Nú-cleo vengativo ejecutorio.Pueblos en donde existe el mayor número de so-cialistas, según averiguaciones practicadas hastael mes de septiembre de 1882:

Jerez de la Frontera, Arcos de la Frontera, San-lúcar de Barrameda, Ubrique, Tesorillo, Bornos,Paterna, Grazalema, Medina-Sidonia, Setenil, Al-calá del Valle, Ecija, Osuna, .Carmona, Marchena,Arahal, Lebrija, Cazalla de la Sierra.

Observaciones:

1.a Fijando la atención sobre la mayoría de loscrímenes cometidos en este país, y el sin númerode malhechores aprehendidos por la fuerza de laGuardia Civil, fácilmente se comprende que mu-

chos de ellos son originarios del reglamento an-terior.

2.a Véanse la mayoría de las causas incoadas ytramitadas por los respectivos juzgados de prime-ra instancia sobre incendios, talas de montes yarbolados, heridas o asesinatos, así como las delos individuos, detenidos infraganti por dirigiranónimos pidiendo dinero, y se patentizará clara-mente en muchas de ellas la existencia de la So-ciedad y sus Núcleos.

3." La Guardia Civil vigila sin descanso paraque no se cometan los desmanes y hazañas de quetrata el reglamento anterior; patentizándolo lasmuchas detenciones verificadas por dirigir anó-nimos pidiendo dinero, gran número de incendia-rios, y otros excesos, contribuyendo con el mayorcelo a la conservación individual de todas las per-sonas y propiedades, según es público y notorio.

4.3 Conoce asimismo a muchos socialistas ensus respectivas localidades y a algunos de los queprestan grande cooperación.

5.2 Ha conservado y conserva un descanso enque no se alterará el orden público, a pesar de laprecaria situación por que atraviesa el país, y con-tribuyendo además con su representación y fuerzamoral, para que cesen algunas huelgas iniciadasen el presente año.

Es copia.

El General director,Tomás García Cerunio (rubricado)

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INDICE

Págs.

LA MANO NEGRA (Anarquismo agrario enAndalucía) ... . • ••• ••• •• 7

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La Mano Negra. Reglamento de la So-ciedad de Pobres, contra sus ladronesy verdugos, Andalucía. Dirección Ge-neral de la Guardia Civil ... ... ••• 73

Reglamento... ...... ...... ... .. .•• 76

Admisión de asociados ... . • .. 79

Estatutos ... 81