La Mancha 118

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Música como arroz

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Índice Página

EditorialNUESTRA INDEPENDENCIA ES UNA FLOR

LA MÚSICA NO ES TANTO TEORÍA, LA MÚSICA ES HACERSOMOS MÚSICA, NO LA POSEEMOS

TIEMPO.PENSAR.EXISTIRDESHACER LA MÚSICA

HOP HIPSIN COMENTARIOS

EN CARACAS LA SALSA TIENE DOLIENTEJUDÍOS, JAZZ Y SOCIALISMO

POESÍA

ENCARTADO CANCIONERO

LA CLAVE MUSICAL DE JESÚSRNV ACTIVA

MÚSICA Y BICICLETADUÉRMETE MI NIÑA

CARLOS SOLARI: UN INDIO FUNDAMENTALISTAUN MUNDO DE CAUSAS Y EFECTOS

SONIDOS, RAZÓN Y NOSOTROSTANGO QUE TE TENGO Y TANTO

DE TÍ...POESÍA EN MOVIMIENTO

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ISSN: 1690-2718Depósito Legal: pp200201cs565

Tlf: (0212) 578 07 30 0416 825 40 75Apartado Postal: 17362 zp. 1015-A

Ipostel Parque Central Caracas [email protected] [email protected]

http://www.lamanchaweb.blogspot.com

Consejo EditorialOscar Sotillo Meneses

Janette Rodríguez HerreraFrancisco Issa Zambrano

Gastón Fortis Silva

ColaboradoresLucía Aimara BorjasXoralys Alva López

Keith Jarrett Luis Ángel Barreto

Fundacion Cultural La ClaveElsa FerriñoGilad Atzmon Alexis CabezasMarianella Yanes

Oscar Rodríguez PérezNuma Tortolero Luis Bravo

Encuentro CausalDiana Tovar

Co-responsables Juan Carlos SotilloNicanor Cifuentes Gil

Maracaibo-Edo. ZuliaLeila Medina

Jouseline RodríguezCésar SantanaGran Caracas

Solangel MoralesHely UzcáteguiMoisés Mirele

Los Teques-Edo. MirandaRoger Altuve

Ocumare del Tuy-Edo. MirandaOscar Fernández

La Victoria-Edo. AraguaMarco Aurelio Rodríguez

Catia La Mar Edo. VargasDayana López

Buenos Aires-Argentina

[email protected]

CorrecciónColectiva

AgradecimientosA l@s que hacen la música para que podamos disfrutarla

LA MANCHA no se hace responsable de loscomentarios emitidos por sus colaboradores.

e la música pudiéramos decir que es mejor escuchar-

la y sentirla que hablar o discursar sobre ella. Pero

como este es un medio impreso nos ha tocado escribir,

compilar y recoger algunos textos que se pasean por la música. Y es

que la música es una manifestación inseparable de nuestra vida co-

tidiana, es un arma de lucha y de emancipación cuando los pueblos

se levantan, pero a la vez la música también se puede convertir en

un elemento alienante y transcultirizador. Este puñado de textos

no pretende ser un examen minucioso de la actualidad musical de

Venezuela ni mucho menos de América Latina, ni tampoco una vi-

sión dogmática acerca de los gustos y tendencias. Para lo anterior

faltaría mucho, habría que dedicar mensualmente todas las páginas

del periódico para recoger toda la efervescencia musical que hay

por estos días en nuestro país.

Con la música se adora a los dioses, se anima a los ejércitos en la

batalla, se suaviza la jornada de trabajo, se sana a los enfermos del

cuerpo y del alma, se conforta el corazón despechado y también se

colabora con las maquinarias de imposición cultural que fabrican

basura desde las entrañas del imperio, con unas músicas se olvidan

otras, por la música se conoce a los pueblos.

Cuando nos toca hablar o escribir de la música se vienen muchos

temas inseparables: el baile, la historia, las industrias culturales,

los recuerdos, el eros, la política, todo está relacionado a este fenó-

meno que nos acompaña en lo cotidiano y que a veces no le damos

la importancia que se merece. En la construcción de una sociedad

socialista el elemento musical (y cultural, por supuesto) debe an-

dar de la mano de la imaginación y no dejarlo al azar de los merca-

dos poderosísimos que marcan las pautas, que imponen los gustos

y que van desarmando toda una herencia propia muy valiosa.

Ya nos tocará hacer en los próximos tiempos otro periódico dedi-

cado a la música, porque en Venezuela definitivamente el tejido so-

noro es maravilloso, cargado de ancestralidad, de experimentación,

de fusiones, de transformación y de compromiso y de cambio per-

manente. Aquí dejamos este abre boca sencillo pero lleno de afectos

y de sonoridades.

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Este disco, que a primera vista es la concreción de un

proyecto, la representación física de una idea, contenedor de un conjunto de temas musicales. Es además, porque así nuestra historia lo demanda, el canal por el que fluye una inmensa pasión, es espíritu de libertad, es la canción viva, es decir, la poesía y la música que emergen del hombre y la mujer que hoy tienen el privilegio de ser venezolanos, y de respirar los aires que nos hacen ratificar nuestra esencia, e insistir, con la tenacidad de quien lo asiste la razón, en que la historia no ha terminado ni terminará mientras en el mundo latan corazones dispuestos a construirla.

Este disco, es pues, desde las distintas voces y ritmos que lo constituyen, inequívoca convocatoria a continuar la lucha que emprendieran hace ya docientos años todos y todas quienes con Bolívar a la cabeza, nos dieron patria a costa de sus vidas, y que siguieron luchando desde entonces hasta nuestros días.

Es también la demostración de que ningún esfuerzo fue en vano, y la demostración de que si en algo se equivoco nuestro padre Bolívar fue cuando aseveró que había arado en el mar.

Estamos llamados, así lo creemos, a dar lo mejor que guarde nuestro espíritu mientras haya que conquistar la justicia, la paz, la libertad.

Estamos llamados, de eso estamos convencidos, a luchar sin fatiga mientras tengamos pendiente la tarea de hacer la gran revolución, haciendo cada día la pequeña y cotidiana.Conquistar el amor para salvar al hombre y a la Pacha Mama es una misión que no admite demoras, por eso no pararemos de luchar, de latir ni de cantar.

Este breve texto recogió lo que para todos representó construir el sueño con formato de CD que bautizamos Mi independencia una flor, pero en el tintero, como seguimos diciendo aún en plena era digital, quedó la bitácora, el recorrido que nos condujo a este puerto.

Recordamos que durante la feria del libro de marzo de 2011, sostuvimos una conversación con Fidel Barbadito (presidente del CENDIS) y José Alejandro Delgado (cantautor y miembro

del colectivo La Tribu CCS). Esta conversación propiciada por Fidel y que a la vez fue una interesante convocatoria, estuvo desprovista del tiempo siempre escaso al momento de hablar con un servidor público de alto rango, tampoco estuvo cargada de la intimidación que en ocasiones causan las oficinas y los formalismos burocráticos, nada de eso, por el contrario fue el encuentro de amigos y creadores que dispuestos a sumar talentos nos proponíamos hacer un disco. Fidel había lanzado el reto: componer canciones que hicieran desde la contemporaneidad una lectura del bicentenario, y nosotros La tribu y La Mancha pusimos almas a la obra, una hora después nos reuníamos allí mismo en las instalaciones del Teatro Teresa Carreño para tomar los primeros apuntes de lo que sería la estructura del trabajo. A la primera reunión le siguieron tres o cuatro más donde decidimos: las temáticas, músicos y poetas, aclarados estos puntos lo demás fue trabajar, experimentando una sensación que se ha hecho cotidiana en este proceso revolucionario, el placer de trabajar en lo que más nos gusta, en lo que sabemos hacer y en lo que mejor hacemos.

Una vez con las letras en las manos comenzó la labor de los compositores, y de esta sinergia comenzaron a aflorar las primeras maquetas, son las primeras emociones que trae consigo

un nacimiento lo que tod@s experimentamos, se despejaban las expectativas que los poetas nos habíamos hecho y eran desplazadas por la maravillosa y contundente realidad que los compositores e interpretes habían construido; ensayos, acotaciones, grabaciones dieron personalidad a cada trac y en conjunto definieron la identidad de la obra.

Finalmente un par de conversaciones con Musiú (diseñador del CENDIS) cargadas de verdadera pasión por el diseño gráfico, ayudaron a configurar lo que sería el objeto, el empaque en cartón, para expresar nuestra inquebrantable convicción ecologica y la sobriedad y simpleza de sólo dos tintas para la ilustración, el trabajo estaba hecho, sin embargo caímos en cuenta después de brindar con cocuy y poncigué, que efectivamente estaba hecho, pero no concluido porque este disco es sólo el principio de muchos que deben nacer no sólo entre La Mancha, La Tribu y el CENDIS sino de muchos más colectivos apasionados y revolucionarios que a diario brillan con el sol en esta tierra mágica y libre.

Nuestra independencia es una Flor

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Comencé mis estudios a temprana edad en mi casa con mi papa, y mi abuela me enseñó a

tocar el piano.Comencé a escribir piezas muy sencillas y tenía un repertorio bastante amplio que podía tocar de memoria. Mis estudios formales de composición y direc-ción los realicé en Liceo de Música y Arte La Guardia de Nueva York (actualmente en Lincoln Center), donde me seleccionaron para las clases de teoría y composición. Luego al venir a Venezuela estudié cinco años en la Es-cuela de Opera de Caracas. Mi carrera como director de coros la comencé en el año 1971, exactamente hace cuarenta años, tiempo en el cual he dirigido muchísimas agrupaciones, desde agru-paciones muy sencillas hasta ensambles de orquesta con coro. Igualmente he participado en importantes eventos como talleres, cursos y encuentros internacionales que han contribuido a mi formación como músico. Siento que después de los estudios formales lo más importan-te ha sido la práctica, porque la música no es tanto la teoría, la música es hacer, así que después de 40 años estando al frente de muchas agrupaciones y escribien-do música por tanto tiempo y cantado; porque desde el año 1993 inicié la carrera como solista, es lo que me ha hecho músico; uno se desarrolla como tal, como artista, haciendo todas las cosas sobre un período de tiempo. Me gusta comparar la dirección con el juego de tenis, el jugador se va desarrollando y mejorando por la can-tidad de jugadas que realiza; el director mientras más dirige va adquiriendo más y más conocimiento, igual sucede con la composición. El arte es una combinación de la parte artística (el hacer) con la parte técnica aca-démica, no hay arte si se carece de la parte académica y tampoco si se carece de lo artístico. Aquellos que sólo tienen una buena educación académica pero carecen de lo artístico muchas veces simplemente sólo son pro-fesores de música.A principios de los 70 leí sobre Venezuela y me pareció un país con muchas oportunidades y resulta que a través de contactos me ofrecieron un trabajo, decidí venir en 1975 por un año, y ya tengo 36 años acá.En el año 1979 comencé a involucrarme en el movi-miento coral venezolano, gracias a una invitación de la Coral Capella de Caracas. Desde entonces he trabajado con diversas corales y realizado giras artísticas a países bolivarianos y del resto de Latino América, Asia, Europa y Norte América. Luego de casi una década de trabajar con diversas agrupaciones corales, surgió el deseo de formar algo propio y en el año 1987 creamos Gaudea-mus, Sociedad Venezolana de Canto, con la que esta-blecimos varios programas. La programación coral era una de ellas, pero en principio la idea de la sociedad era la formación de cantantes y darles posibilidades de presentarse. Para la sociedad la programación coral es un paso para la formación del solista, para su formación es indispensable la participación en conjuntos. Creamos el Coro de Cámara General, y el de Voces Oscuras con

Guntars Gedulis, 40 años de labor artística

La música no es tanto teoría, la música es hacer

los cuales hemos realizado muchas presentaciones en toda Venezuela y el exterior. Igualmente la Sociedad de-sarrolla programas didácticos o cursos de técnica vocal, armonía, dirección coral y otros durante 25 años.En 1995 comenzamos a realizar festivales corales con el CanticumNovum el cual va por dieciséis ediciones y el año pasado recibimos diez mil cantantes integrantes de todos los coros participantes. En este festival participan agrupaciones corales de todos los rincones de Venezue-la, que hemos podido conocer y relacionarnos con ellas en talleres y cursos que hemos dictado en todo el país, e igualmente agrupaciones del exterior.Todo este trabajo artístico y de formación continuamos realizándolo en todo el país en centros culturales y co-munitarios, igualmente entrelazados con los facilitadores cubanos de misión cultura con los cuales estamos con-formando ensambles corales y realizando actividades.En cuanto a los programas y políticas culturales del go-bierno bolivariano podemos decir que al principio se desarrolló una política muy positiva de descentralización en la entrega de recursos, que le permitió a muchas agrupaciones que estaban trabajando duro y bien y no recibían recursos, comenzaran a recibirlos. En cuanto a Gaudeamus continuamos recibiendo aportes por los convenios de cooperación cultural, aunque la cantidad que recibimos ha venido resultando insuficiente por los efectos de la inflación. Durante dos años fuimos exclui-dos de los convenios debido a una extraña confusión de

los Gabinetes Culturales, quienes alegaron que nuestra programación no se ajustaba a las políticas de trabajo comunitario de estos convenios, pero demostramos que siempre nuestro trabajo ha estado enfocado y dirigido a las comunidades, que hemos promovido y difundido nuestra música y nuevamente fuimos incluidos en los Convenios Culturales. Trabajar durante dos años sin los recursos de los convenios fue sumamente difícil pero sa-limos adelante.En nuestras giras internacionales el repertorio de música tradicional venezolana tiene prioridad. No tiene sentido que un coro venezolano viaje a otro país y cante pre-ponderantemente música que no es la nuestra, lo que quiere escuchar la gente de otros países es la música del país de donde es la agrupación. La música venezo-lana es muy brillante y multifacética en el sentido que engloba muchos estilos y ritmos diferentes.Siempre el repertorio de música venezolana que presentamos en nuestras giras al exterior es la más aplaudida y la que genera mayor interés y curiosidad.

Gaudeamus ofrece sus cursos y talleres a todo público de técnica vocal, lectura musical, armonía, práctica co-ral, dirección y otros. Todos y todas los interesados pue-den solicitar información en los siguientes contactos:Gaudeamus Sociedad Venezolana de Canto E mail: [email protected]éfono: (0212) 575.28.74

Guntars Gedulis, nacido en Nueva York y radicado en Venezuela desde principios de los años 70´s, ha sido durante más de tres décadas uno de los grandes promotores del movimiento coral venezolano, realizando arreglos de música tradicional venezolana, componiendo, dirigiendo, enseñando y produciendo giras a muchos países en diferentes continentes donde se difunde nuestra música y talento coral. Como compositor destaca el Poema Sinfónico-Coral en homenaje a Simón Bolívar, con texto de Aquiles Nazoa.

Francisco Issa

Yo elijo ser soplado por el viento, como una caña

de bambú. Y ser arrastrado por el viento es malo, si no lo conocemos. Tener algún centro de gravedad es muy importante —en mi caso, conocer la «danza de la música»— para saber cuándo es bueno acompañar al viento y fluir con él; para reconocer la verdadera danza. Cada uno crea su propio sonido, su estilo y manera de tocar; pero para ser arrastrado en esa corriente debes arrojarlo todo por la borda. En ese momento el auténtico arte comienza... aunque la mayoría no llega ni a planteárselo. Así no pueden ser soplados por el viento... ni danzar en el filo de la navaja.

Somos música,

no la poseemos

Keith Jarrett (Pianista y compositor)

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Comencé mis estudios a temprana edad en mi casa con mi papa, y mi abuela me enseñó a

tocar el piano.Comencé a escribir piezas muy sencillas y tenía un repertorio bastante amplio que podía tocar de memoria. Mis estudios formales de composición y direc-ción los realicé en Liceo de Música y Arte La Guardia de Nueva York (actualmente en Lincoln Center), donde me seleccionaron para las clases de teoría y composición. Luego al venir a Venezuela estudié cinco años en la Es-cuela de Opera de Caracas. Mi carrera como director de coros la comencé en el año 1971, exactamente hace cuarenta años, tiempo en el cual he dirigido muchísimas agrupaciones, desde agru-paciones muy sencillas hasta ensambles de orquesta con coro. Igualmente he participado en importantes eventos como talleres, cursos y encuentros internacionales que han contribuido a mi formación como músico. Siento que después de los estudios formales lo más importan-te ha sido la práctica, porque la música no es tanto la teoría, la música es hacer, así que después de 40 años estando al frente de muchas agrupaciones y escribien-do música por tanto tiempo y cantado; porque desde el año 1993 inicié la carrera como solista, es lo que me ha hecho músico; uno se desarrolla como tal, como artista, haciendo todas las cosas sobre un período de tiempo. Me gusta comparar la dirección con el juego de tenis, el jugador se va desarrollando y mejorando por la can-tidad de jugadas que realiza; el director mientras más dirige va adquiriendo más y más conocimiento, igual sucede con la composición. El arte es una combinación de la parte artística (el hacer) con la parte técnica aca-démica, no hay arte si se carece de la parte académica y tampoco si se carece de lo artístico. Aquellos que sólo tienen una buena educación académica pero carecen de lo artístico muchas veces simplemente sólo son pro-fesores de música.A principios de los 70 leí sobre Venezuela y me pareció un país con muchas oportunidades y resulta que a través de contactos me ofrecieron un trabajo, decidí venir en 1975 por un año, y ya tengo 36 años acá.En el año 1979 comencé a involucrarme en el movi-miento coral venezolano, gracias a una invitación de la Coral Capella de Caracas. Desde entonces he trabajado con diversas corales y realizado giras artísticas a países bolivarianos y del resto de Latino América, Asia, Europa y Norte América. Luego de casi una década de trabajar con diversas agrupaciones corales, surgió el deseo de formar algo propio y en el año 1987 creamos Gaudea-mus, Sociedad Venezolana de Canto, con la que esta-blecimos varios programas. La programación coral era una de ellas, pero en principio la idea de la sociedad era la formación de cantantes y darles posibilidades de presentarse. Para la sociedad la programación coral es un paso para la formación del solista, para su formación es indispensable la participación en conjuntos. Creamos el Coro de Cámara General, y el de Voces Oscuras con

Guntars Gedulis, 40 años de labor artística

La música no es tanto teoría, la música es hacer

los cuales hemos realizado muchas presentaciones en toda Venezuela y el exterior. Igualmente la Sociedad de-sarrolla programas didácticos o cursos de técnica vocal, armonía, dirección coral y otros durante 25 años.En 1995 comenzamos a realizar festivales corales con el CanticumNovum el cual va por dieciséis ediciones y el año pasado recibimos diez mil cantantes integrantes de todos los coros participantes. En este festival participan agrupaciones corales de todos los rincones de Venezue-la, que hemos podido conocer y relacionarnos con ellas en talleres y cursos que hemos dictado en todo el país, e igualmente agrupaciones del exterior.Todo este trabajo artístico y de formación continuamos realizándolo en todo el país en centros culturales y co-munitarios, igualmente entrelazados con los facilitadores cubanos de misión cultura con los cuales estamos con-formando ensambles corales y realizando actividades.En cuanto a los programas y políticas culturales del go-bierno bolivariano podemos decir que al principio se desarrolló una política muy positiva de descentralización en la entrega de recursos, que le permitió a muchas agrupaciones que estaban trabajando duro y bien y no recibían recursos, comenzaran a recibirlos. En cuanto a Gaudeamus continuamos recibiendo aportes por los convenios de cooperación cultural, aunque la cantidad que recibimos ha venido resultando insuficiente por los efectos de la inflación. Durante dos años fuimos exclui-dos de los convenios debido a una extraña confusión de

los Gabinetes Culturales, quienes alegaron que nuestra programación no se ajustaba a las políticas de trabajo comunitario de estos convenios, pero demostramos que siempre nuestro trabajo ha estado enfocado y dirigido a las comunidades, que hemos promovido y difundido nuestra música y nuevamente fuimos incluidos en los Convenios Culturales. Trabajar durante dos años sin los recursos de los convenios fue sumamente difícil pero sa-limos adelante.En nuestras giras internacionales el repertorio de música tradicional venezolana tiene prioridad. No tiene sentido que un coro venezolano viaje a otro país y cante pre-ponderantemente música que no es la nuestra, lo que quiere escuchar la gente de otros países es la música del país de donde es la agrupación. La música venezo-lana es muy brillante y multifacética en el sentido que engloba muchos estilos y ritmos diferentes.Siempre el repertorio de música venezolana que presentamos en nuestras giras al exterior es la más aplaudida y la que genera mayor interés y curiosidad.

Gaudeamus ofrece sus cursos y talleres a todo público de técnica vocal, lectura musical, armonía, práctica co-ral, dirección y otros. Todos y todas los interesados pue-den solicitar información en los siguientes contactos:Gaudeamus Sociedad Venezolana de Canto E mail: [email protected]éfono: (0212) 575.28.74

Guntars Gedulis, nacido en Nueva York y radicado en Venezuela desde principios de los años 70´s, ha sido durante más de tres décadas uno de los grandes promotores del movimiento coral venezolano, realizando arreglos de música tradicional venezolana, componiendo, dirigiendo, enseñando y produciendo giras a muchos países en diferentes continentes donde se difunde nuestra música y talento coral. Como compositor destaca el Poema Sinfónico-Coral en homenaje a Simón Bolívar, con texto de Aquiles Nazoa.

Francisco Issa

Yo elijo ser soplado por el viento, como una caña

de bambú. Y ser arrastrado por el viento es malo, si no lo conocemos. Tener algún centro de gravedad es muy importante —en mi caso, conocer la «danza de la música»— para saber cuándo es bueno acompañar al viento y fluir con él; para reconocer la verdadera danza. Cada uno crea su propio sonido, su estilo y manera de tocar; pero para ser arrastrado en esa corriente debes arrojarlo todo por la borda. En ese momento el auténtico arte comienza... aunque la mayoría no llega ni a planteárselo. Así no pueden ser soplados por el viento... ni danzar en el filo de la navaja.

Somos música,

no la poseemos

Keith Jarrett (Pianista y compositor)

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I.Tiempo que resta.Una de las formas de estudiar los efectos de lo que han llamado transcul-turización, es revisando el gusto musical de la población más joven, digamos el grupo social cuya edad está comprendi-da entre 0 y 25 años.Un limitadísimo abanico de opciones es la primera característica de la degus-tación musical de nuestros jóvenes, por supuesto quedan en los primeros lugares de estas opciones los productos musicales fabricados en los grandes centros hegemónicos; Estados Unidos e Inglaterra (sean en inglés o en español), lo que deja ver que el viejo truco de asociar la rebeldía juvenil al rock y a todos sus derivados sigue funcionando: “no se es joven si escuchas música ve-nezolana, latinoamericana en general, africana, asiática etc. Y mucho menos rebelde”. Pareciera ser la consigna. No pretendemos ser puristas ni dogmá-ticos en lo que se refiere a los cambios generacionales, queda claro que el rasgo más distintivo entre los que so-mos un poco más añejo y nos pasea-mos ya entre los 45 y los 55, es haber nacido y crecido en un mundo que aunque empezaba a dar muestras de grandes cambios tecnológicos todavía estaba más cercano a la naturaleza, es decir, para ser niño en los sesenta y se-tenta era fundamental estar equipado con una fecunda imaginación. Jugar por aquellos años significaba para los niños todo un acto creativo, el patio, las matas, la tierra y juguetes de manu-factura casera eran la norma, y tenien-do para la fecha una televisión menos invasiva nuestro crecimiento estuvo musicalizado por una radio sintoniza-da por la abuela o el abuelo, el padre o la madre, donde escuchábamos boleros, tangos, guarachas y música venezolana entre muchos ritmos más; lo viejo y lo nuevo se daba cita en esa cajita llena de magia. Ahora, decir que por aquellos años estábamos a salvo de las invasiones culturales ya neoliberales es pecar de ingenuos, y ese es un pecado que no podemos permitirnos cometer, pero sí quedaba un amplio espacio para construir me-moria y preservarnos, porque por esos años el tiempo nos sumaba, ahora casi podríamos decir que nos resta!

II.Todo para no pensar.Es común por estos tiempos ver a los jóvenes como autómatas, injertos a todo tipo de aparatos que unidos a un par de audífonos cada vez más pequeños y sofis-ticados (en lo que a tecnología se refiere) deambulan por las calles completamente desconectados de cuanto les circunda, el sonido de las calles ya no forma parte del repertorio cotidiano, aislarse a decibeles rayanos con la estridencia sirve la mesa para devorar cerebros en los que la reflexión, el pensamiento crítico o creativo es nulo o alarmantemente bajo; el futuro finalmente llegó, como siempre, o mejor dicho, como nunca antes cargado de novedades, aparatos, equipos, sistemas, medios, todo cuanto pudieron imaginar los más aventureros inventores del siglo 19 y 20, y más lo que nunca hubieran podido imaginar ni en sus más delirantes pensamientos, nos lo ha traído el futuro que es hoy, un montón de inventos hábilmente diseñados para no pensar.

Gastón Fortis Silva

III. Dejar de existir. De dejar de pensar a dejar de existir parece haber sólo un paso, alguien ya acusó que pensaba y luego existía, no es entonces descabellado creer que una forma de exterminio más allá de la física, es aquella que nos induce a no pensar o (lo que no sabemos si es peor) a pensarnos distintos, como si nos vaciaran de espiritualidad y sentimientos y convertidos en contenedo-res impersonales nos llenaran con gustos, formas, imágenes, sensaciones y afectos completamente ajenos a los nuestros, es decir nos dotaran de otra cosmovisión, dife-rentes lentes para observar y leer el mundo que habitamos.Por tanto dejar de existir no es siempre producto de un bombardeo bélico, que arrasa con todo y la vida, no, a veces dejar de existir es un asunto todavía más com-plejo. Nuestros jóvenes progresivamente migran hacia músicas o completamente ajenas que proyectan las grandes cade-nas de comercialización al servicio de los intereses político-industriales de los centros hegemónicos, o nuestras, pero deformadas, un buen ejemplo de esto es lo que han dado en llamar “neo-folclor”, y el proceso es bastante simple, quizá allí radique su efectividad”, comienza por mimetizarse, se incorporan algunos elementos (instrumen-tos y sonoridades) extraños, exógenos a la vez que se minimiza el empleo o protago-nismo de lo propio hasta desaparecer, el resultado es la construcción de un nuevo universo artístico-cultural que dice provenir de la fuente originaria pero que no tolera la más superficial de las requisas, hecho a la medida de una juventud alienada y despersonalizada, y así como ocurre con el componente cultural de altísimo valor, pasa igualmente con otros; la culinaria, las tradiciones, las celebraciones etc.Ya en nuestras escuelas las maestras con el mayor descaro celebran con nuestros niños más pequeños (vale decir, los más vulnerables), la fiesta de Halloween la semana del 31 de octubre, justificándolo con un supuesto carácter de universalidad. A este paso no debe extrañarnos que en unos años celebremos cada noviembre el día de acción de gracias, para regodearnos como unos autómatas en la matanza que perpetraron los colonos ingleses contra los aborígenes del norte de nuestro continente americano. ¿Cuánto tiempo faltará para que aquí en Venezuela nos digan los maestr@s que nuestro día patrio es el 4 de julio, y que las estrofas de nuestro himno nacional ya no sean aquellas que hablaban de un bravo pueblo y su gloria?

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Con el paso del

tiempo, gran parte de las personas que

habitamos en este planeta experimentamos

una aguda atrofia de nues-tros sentidos, y también de ese gran

volcán natural que es la imaginación. Nuestra sensibilidad ha venido siendo domesticada de tal forma que es cada vez menos ese prisma capaz de multi-plicar sus colores al contacto con la luz. Así sucede con la audición, con nuestra facultad de escuchar conscientemente todo aquello que está fuera y dentro de nosotros. Se ha fosilizado la manera de percibir los sonidos debido a un cons-tante y despiadado proceso de empo-brecimiento de nuestras experiencias. Se mustian nuestros oídos, les hace falta el verdor de los sentidos infantiles.

La miseria del oídoLa música es tal vez una de las artes más populares y cotidianas, la más accesible y difundida. Sin embargo, esta familiaridad muchas veces entraña el peligro de la incapacidad de descubrir toda una cercanía mucho más pro-funda y originaria, como cuando nos habituamos a un sonido constante y se nos hace imperceptible. Gran parte de este deterioro se debe a los cánones impuestos desde ámbitos económicos y publicitarios, reduciendo y embotellan-do las vías de acercarnos a la música. Se ha arruinado así nuestra relación na-

Deshacer la Música (Ejercicios para un nuevo comienzo) Luis Ángel Barreto

“Oh, hermano, sin tambor no llegues a mi tumba” Yalal Ad-Din Rumi

tural con ella, emergiendo una audición disecada, sectaria, homogeneizada y artificial. Estamos muy acostumbrados ya a pequeñas grageas sonoras todas idénticas entre sí. No se puede desde-ñar de la totalidad de lo que se ha he-cho con estos parámetros, pero es vital hacer saber que allí no termina todo, que eso que vemos es sólo la punta de un iceberg.

El gritoLa música es la más inmaterial de las ar-tes, y es también lo más íntimo, visceral y remoto del ser humano. Está dotada de una asombrosa expresividad capaz de pasar por encima de los idiomas. La música tiene su origen en el grito, como escribió Nietzsche; está en la impercepti-ble marcha de torrente sanguíneo, en el latido, en la percusión del propio cuerpo y el de los demás. Es poderosa y a la vez sutil, imperceptible. Nace y muere en el tiempo, desaparece y, luego, regresa como susurro en el recuerdo. Tampoco nuestros ojos pueden asirla, pero es posible sentir cómo colorea el aire por donde viaja. Todas estas vivencias se nos hacen cada vez más extrañas frente al afán de convertirnos en un simple recipiente en el que se depositan, por un tiempo predeterminado, algunas fór-mulas musicales instantáneas, efímeras como el humo de los fuegos de artificio.

Ejecutar un solo de cuerpoHay que subrayar que la experiencia musical no debe limitarse sólo a la

audición. Tan importantes como ésta lo son su creación y ejecución, lados de un mismo cubo mágico, y que no es patrimonio de músicos de carrera, eru-ditos o de los personajes que aparecen en la televisión. Ni siquiera es necesa-rio poseer un instrumento; para hacer música basta con sólo tener cuerpo. Se puede tocar para uno mismo o para alguien inexistente; se puede vivir a solas con la música. Escuchar con el pasado y el presente, con el deseo, con todo el organismo. Debemos dejar de emparen-tar lo musical con el espectáculo, la no-toriedad, la pose y la repetición; aunque en ocasiones han llegado a unirse, nada indica que sean sus condiciones origina-les, ni mucho menos su consecuencia. Recordemos que el escenario es una invención de la civilización occidental, al igual que esa división entre el artista y el público en funciones y espacios sepa-rados. Han existido y existen muchos otros modos de acercarse al hecho musical, de ser participantes y no sólo espectadores; de ser compositores de una obra colectiva y que pertenezca a todo el género humano; de crear unas reglas propias, una notación distinta, fabricar otros instrumentos, trazar su organología. El pentagrama es sólo una convención, las notas sólo son nombres propios; todo sonido puede ser música.

La eutanasia del sonidoNo todo puede ser recogido en cintas, no todo puede ser grabado y, luego, re-producido, no todo puede repetirse. No

todo puede ser ensayado ni se debe to-car sólo lo que dice la partitura: en ese cielo blanco atravesado por cinco cables de electricidad pueden ser arrojados otros pájaros, o pueden ser espantados todos con un gran ruido. Pensemos en volver a la improvisación, al nacimiento espontáneo; asistamos a su hondura, al milagro de crear, probar y dejar mo-rir. Hay que admirar cómo se da a luz un sonido y cómo inexorablemente se suicida, desaparece dejando un agujero en el aire. La música es de tiempo y ese tiempo no nos pertenece.

Réquiem por el tiempoCuando la música aparece en el espacio con sus alas desplegadas, el tiempo se ensombrece, se pliega. Llega otro tiempo que no marcha; más bien danza, seduce, crea un ámbito de solaz, para el recreo de los minutos, la asunción de otro pulso. Permitamos el olvido del tiempo, el olvido de sí, recobremos todos estos ocultamientos.

Recordar el balbuceoRegresemos a la primera infancia, regresemos al asombro. Redescubramos el mundo de lo que vibra. Volvamos a la primera resonancia, al juego, a la preparación para el primer grito, para el surgir de la voz. Regresemos al útero, al ruido que hace la máquina de la vida.

PrincipioNo olvidar nunca el origen: el silencio.

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El tiempo pasa y los vientos cambian, acaso nos vamos

poniendo viejos y comenzamos a vi-vir de la nostalgia. Las generaciones más jóvenes consumen otras cosas, otras influencias. Nosotros los cuaren-tones vemos los cambios y observamos y debatimos y nos sorprendemos y de todos estos encuentros y desencuentros va surgiendo una dinámica cultural pro-pia de los tiempos y que por ahora cir-cunscribimos a la ciudad que es donde habitamos.Es un campo minado intentar opinar acerca de la música y aparecen más mi-nas si nos inclinamos a hacer algunos comentarios acerca del gusto y de las in-fluencias. Todas las culturas en su dimen-sión espacio temporal se van tejiendo de elementos propios tradicionales y de in-fluencias de otras corrientes que florecen en otras latitudes. Aun la gran mayoría de expresiones que consideramos autóc-tonas se originaron de mezclas de dife-rentes culturas que en un determinado momento colisionaron (El joropo, el me-rengue caraqueño, el tamunangue, etc). Las manifestaciones indígenas serían las más puras porque las influencias que las conformaron se pierden en el tiempo.Este cándido análisis anterior sería del todo cierto, pero no incluye las poderosas maquinarias de dominación que imponen los “gustos” ni las batallas culturales que se establecen a lo largo de la historia. No vamos a entrar en una visión retrospectiva ni musicológica, sino que recogeremos al-gunos elementos de cosas que pasan en la cotidianidad. Vemos en estos días como algunas influencias muy puntuales de las grandes maquinarias del entretenimiento disparadas desde los centros de poder se han convertido en sinónimo de rebeldía. Nos referimos al hip hop. Este fenómeno sociocultural parece hoy en día la única referencia estética de una juventud rebelde y protestataria que desafía el poder y que busca la emancipación. Todo joven hipho-pero responde que éste es un lenguaje de rebeldía, un lenguaje revolucionario, que es la voz y la estética de la resistencia. Esto nos lo dicen disfrazado de muchacho niu-yorquino pobre, con un sueter que lo hace sudar a chorros en este trópico de tempe-raturas calientes, con unas botas compra-das en una tienda de moda y que imitan a las botas de los obreros de otras latitudes, o con una gorra con el logo de alguno de los equipos de las mafias beisboleras del

norte. Su discurso está sal-picado alarmantemente de palabras originarias del idioma inglés que vie-nen empaquetas con estos nuevos “gustos”: Ya no hay plantillas sino stencil, ya no hay pandillas sino crew, ya no hay calcomanías sino stickers, ya no hay válvulas sino caps, ya no hay payasos sino clawns, ya no hay equipo sino team, ya no hay chorreado sino dripping, ya no hay patinetas sino skate-boards. Creemos que la resisten-cia que hay en todo esto es una resistencia al idioma materno, a los referentes de nuestra propia historia y circunstancias. Y no es que defendamos el idioma español, que hace algunos siglos también nos fue impuesto por la espada y la cruz, pero tampoco se tra-ta de bajar los brazos y creer que todo lo que tiene pinta de revolucionario realmente lo sea, y convertirnos así en los depositarios pusilánimes de cuanta basura cultural nos envíen empaqueta-das desde los centros de poder y que nosotros por no conocer suficientemen-te nuestras raíces y nuestros orgullos aceptamos como un credo inapelable.Detrás de este sistema de imposiciones existe una voluntad precisa con un obje-tivo geopolítico claro: hacernos olvidar nuestras raíces, hacernos ver barrosas nuestras gestas con la intención de su-marnos a una globalización donde no-sotros aparecemos, si acaso, como unos pintorescos marginales, como unos pa-yasos imitadores. Hemos notado que dentro de este discurso “rebelde” subya-ce una aceptación acrítica, un facilismo de la expresión y una supuesta apropia-ción de recursos expresivos propios de

otras latitudes, que por la sencilla razón de que seguimos siendo una colonia me-diática del imperio, aparecen en nuestra cotidianidad con tal violencia que no hay manera de evitarlos. Las alcaldías y los ministerios han hecho de estos len-guajes del hip hop un anzuelo fácil para captar a la juventud (al menos ésta es su creencia). Cualquier cosa que en esta ciudad pretenda oler a juventud debe tener los elementos antes descritos, pa-rece que no hay otra juventud, parece

que disfrazarse con los desechos de las maquinarias semióticas del imperio es una manera de ser rebelde y joven y además revolucionario. No podemos aplanar la realidad de manera tan mediocre. Nos tocó hace poco intercambiar con alguna vocera de esta moda a la que le comentamos que en una invitación vía internet que recibimos para unas jorna-das de “cultura urbana” en cinco líneas de texto había al menos quince términos en inglés; a lo cual respondió: “Eso es algo ya globalizado que no se puede cambiar”. Caramba, ante tal alegato yo quisiera ver a los gringo o a los ale-manes comiendo arepa o bailando ta-munangue con la misma intensidad que esta muchacha defiende el pasticho que tiene en la cabeza.La “cultura hip hop” es amplia, y va bar-nizando la música, el vestir, el diseño gráfico, la conducta, los deportes, y has-ta las prácticas políticas. No descono-cemos que este fenómeno se ha ido te-jiendo tremendamente en los vericuetos de nuestra realidad. El propio presidente Chávez ha dicho en tono humorístico: “Yo estoy cambiado un poco el joropo por el hip hop” esperamos que esto sea un mal chiste o una estrategia electoral poco feliz. Asimilarnos a las maquinarias de poder tiene más de derrota que de resistencia. Recurrir a las estéticas de estas maquinarias como una estrategia desesperada para ganar votos y sumar voluntades es realmente lamentable y no dejará con el tiempo ningún saldo polí-tico realmente favorable. Hay que recor-dar que para ganar elecciones sólo se necesita cantidades.Valdría la pena comentar un artículo que apareció en aporrea.org hace poco don-de el autor pretendía hacer una defensa sensible e inteligente del hip hop con frases cercanas a: nos hemos liberado de los instrumentos musicales, que al fin y al cabo nos limitaban. Esto realmente pudiera ser tachado de apología a la ig-norancia y a la holgazanería. Dentro del

cacareado discurso de las apropiaciones que a veces le oímos a los hiphoperos no parece estar el de la apropiación del co-nocimiento, de la larga acumulación de elementos expresivos de la música, de la poesía, del conocimiento. En un artículo impregnado de la filosofía hiphop que apareció en un periódico caraqueño se dibuja esta vez una apología al malandro construida desde la idea de que el malan-dro se apropia de lo que el capitalismo le ha robado por generaciones y que la sociedad aun le debe su reconocimiento. Igualmente se hace mención de que el malandro asume una postura de resisten-cia al negarse a vender su fuerza laboral a las maquinarias de explotación y se niega a colaborar con el capitalismo. Creemos que también se niega a colaborar con la construcción del socialismo. Esta lógica del hip hop pretende meter todo en una licuadora y obtener un resultado que sirva para todo por igual. He aquí un gran pro-blema epistemológico. Esta lógica parece un basurero tardío de la posmodernidad, que pretendía decirnos que la historia se había acabado, que todo valía igual y que nada significaba nada. Nada más alejado del discurso de la resistencia y la revolu-ción. En su afán negador el hiphop termi-na siendo un tonto útil de las maquinarias de dominación y un depósito de chatarras de los inventos fallidos del imperio. No pretendemos desconocer que el hip hop existe, lo que no podemos tragarnos es que se convierta en la base semiótica de la lógica de la rebeldía, como si en nues-tro universo socio cultural no hubiera una inmensa riqueza.La sensación fantasmagórica de fenóme-no popular del hip hop no pasa de ser una moda manoseada por los elementos de la política que sólo tienen el afán de sumar y sumar, recordemos que las elec-ciones se ganan sólo con cantidades. A esto se suma un bestial posicionamiento mediático en un país que todavía tiene los puertos abiertos hacia el norte y que vende barata su identidad a cualquiera que traiga una baratija encandilante que nos prometa entrar en la globalización. Una vecina de mi madre, señora adul-ta, le preguntaba: ¿Qué será eso de hop hip?. Ni el presidente Chávez con su comentario chistoso nos convencerá de que este producto de las maquinarias de entretenimiento imperial es sinónimo de contemporaneidad y revolución, de resis-tencia. Por aquí esperaremos la próxima moda y a sus profetas de corta vista.

Hop HipOscar Sotillo Meneses

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LA FUNDACION CULTURAL LA CLAVE Es una Organización Civil sin fines de lucro creada con el propósito de apoyar los procesos de integración per-sonal y de interrelación comunitarios utilizando como herramienta las artes y promoviendo acciones para que los miembros de las comunidades o colectivos participantes se conviertan en movilizadores de ini-ciativas que propicien la integración. Tal como dice el Proyecto Nacional Simón Bolívar, en el enfoque de la democracia protagónica “que los individuos se organicen para lograr transformar su debilidad individual en fuerza colectiva, teniendo en cuenta que el establecimiento de la organización no implica menoscabo de la independencia, auto-nomía, libertad y poder originario del individuo”En este mismo sentido desarrollamos proyectos de for-mación extracurricular vivencial que consiste en la iden-tificación y armonización del individuo con las artes y la organización de los miembros de las comunidades y colectivos a partir de encuentros, talleres, foros, conver-satorios, eventos musicales, etc, diseñados con la finali-dad de que nos sirvan de vehículos para la integración e inclusión del ámbito donde actuemos. Agrupamos la experiencia y experticia de profesionales y técnicos, quienes han venido trabajando en el ámbito de las artes a lo largo de su trayectoria profesional in-dividual y han formado parte de proyectos importantes en el acontecer cultural del país.

SABERES QUEHACERES Y SABORES DE LA SALSA es una propuesta integral que persigue impulsar la difusión, promoción y fomento de la producción cul-tural y artística (discográfica, audiovisual, impresa, fotográfica, exposiciones) de este importante género musical para favorecer el sentido de identidad y per-tenencia, así mismo, propiciar la creación de ámbi-tos para la investigación, el diálogo, la creación y el intercambio de saberes, basados en criterios de respeto a la diversidad cultural y a los principios de participación protagónica e igualdad establecidos en la Constitución Nacional.En el año 2008 iniciamos actividades formales con la edición del libro “Del Son a la Salsa” del musicó-logo Pablo del Valle bautizándolo en la Feria Inter-nacional del Libro con un concierto de la obra de “Arsenio Rodríguez”.En 2009 la meta fue la declaración del Día Municipal de la Salsa en honor a Phidias Danilo Escalona, un ve-

nezolano nacido en la Pastora un 5 de Octubre de 1933 fue quien le dió el nombre de “SALSA” a la amalgama de ritmos que agrupa la música cubana y del Caribe, y la difundió a través de sus programas radiales lo que hizo que se internacionalizara el término, en este senti-do unimos esfuerzos con otros colectivos y solicitamos al alcalde Jorge Rodríguez se honrara este compromiso con el pueblo salsero ya que en el año 2005 se había generado el compromiso con el Ministro de la Cultura pero por razones que desconocemos nunca se concretó, la idea es darle vida y continuidad a las organizaciones que han venido trabajando en el ámbito de la salsa y exigir el respaldo a las Instituciones del Estado para dar-le mayor proyección y reimpulso a este género que se identifica como el genuino lenguaje musical del barrio.Se firmó el decreto el día 5 de Julio del 2009 y se realizaron conversatorios, conciertos, foros cuyo tema principal era la historia de la salsa en Venezuela con el apoyo de la Alcaldía Libertador, Gobierno de Distrito Capital y la Cantv.Lamentablemente en los dos años siguientes a la firma del decreto no ha sido posible que la Alcaldía de Liber-tador brinde ningún tipo de apoyo a las propuestas que se presentaron a Fundarte quien es el ente encargado de

En Caracasla tiene dolienteFundacion Cultural La Clave, Elsa Ferrigno Alvarez, Carlos Julio Ramírez, Silvia Chirinos, Ramón Ignacio Mijares y Clarizabeth Morales

ejecutar los proyectos. Gracias al apoyo del Mi-nisterio del Poder Popular para la Cultura a través del Sis-tema Nacional de Cultura Popular, el Celarg, el INAC, Conatel y la Fundación Cultural La Clave, se realizará este 2011 durante el mes de no-viembre una serie de actividades: Clínicas de Percusión Ligera, Güiro y maracas a cargo del Profesor Nelson Ramos, La Sonoridad del Trombón desde los años 70 hasta nuestros días Profesor: Eliel Rivero, Soneo: Profe-sor Ronald González, Montuno para pianos: Profesor Francisco Santangelo. Encuentro de bailadores “A bailar muchachos”, conciertos, Pibo Márquez y su descarga Criolla, Cheo Linares y su Orquesta, Orquesta Pelinke-re, Naty y su Orquesta. Muestra de Baile en diferentes formatos a cargo de de la Fundación Casino Stars. Foro conversacional sobre el Consejo de Trabajadores de la música, género Salsa, En reconocimiento al comunica-dor “Ricardo Ruiz” por sus 20 años de programa “Sentir Latino” y su apoyo incondicional al talento nacionalSeguiremos trabajando en función de propuestas socio culturales donde la salsa se reivindique como género que nos identifica como caribeños...

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LA FUNDACION CULTURAL LA CLAVE Es una Organización Civil sin fines de lucro creada con el propósito de apoyar los procesos de integración per-sonal y de interrelación comunitarios utilizando como herramienta las artes y promoviendo acciones para que los miembros de las comunidades o colectivos participantes se conviertan en movilizadores de ini-ciativas que propicien la integración. Tal como dice el Proyecto Nacional Simón Bolívar, en el enfoque de la democracia protagónica “que los individuos se organicen para lograr transformar su debilidad individual en fuerza colectiva, teniendo en cuenta que el establecimiento de la organización no implica menoscabo de la independencia, auto-nomía, libertad y poder originario del individuo”En este mismo sentido desarrollamos proyectos de for-mación extracurricular vivencial que consiste en la iden-tificación y armonización del individuo con las artes y la organización de los miembros de las comunidades y colectivos a partir de encuentros, talleres, foros, conver-satorios, eventos musicales, etc, diseñados con la finali-dad de que nos sirvan de vehículos para la integración e inclusión del ámbito donde actuemos. Agrupamos la experiencia y experticia de profesionales y técnicos, quienes han venido trabajando en el ámbito de las artes a lo largo de su trayectoria profesional in-dividual y han formado parte de proyectos importantes en el acontecer cultural del país.

SABERES QUEHACERES Y SABORES DE LA SALSA es una propuesta integral que persigue impulsar la difusión, promoción y fomento de la producción cul-tural y artística (discográfica, audiovisual, impresa, fotográfica, exposiciones) de este importante género musical para favorecer el sentido de identidad y per-tenencia, así mismo, propiciar la creación de ámbi-tos para la investigación, el diálogo, la creación y el intercambio de saberes, basados en criterios de respeto a la diversidad cultural y a los principios de participación protagónica e igualdad establecidos en la Constitución Nacional.En el año 2008 iniciamos actividades formales con la edición del libro “Del Son a la Salsa” del musicó-logo Pablo del Valle bautizándolo en la Feria Inter-nacional del Libro con un concierto de la obra de “Arsenio Rodríguez”.En 2009 la meta fue la declaración del Día Municipal de la Salsa en honor a Phidias Danilo Escalona, un ve-

nezolano nacido en la Pastora un 5 de Octubre de 1933 fue quien le dió el nombre de “SALSA” a la amalgama de ritmos que agrupa la música cubana y del Caribe, y la difundió a través de sus programas radiales lo que hizo que se internacionalizara el término, en este senti-do unimos esfuerzos con otros colectivos y solicitamos al alcalde Jorge Rodríguez se honrara este compromiso con el pueblo salsero ya que en el año 2005 se había generado el compromiso con el Ministro de la Cultura pero por razones que desconocemos nunca se concretó, la idea es darle vida y continuidad a las organizaciones que han venido trabajando en el ámbito de la salsa y exigir el respaldo a las Instituciones del Estado para dar-le mayor proyección y reimpulso a este género que se identifica como el genuino lenguaje musical del barrio.Se firmó el decreto el día 5 de Julio del 2009 y se realizaron conversatorios, conciertos, foros cuyo tema principal era la historia de la salsa en Venezuela con el apoyo de la Alcaldía Libertador, Gobierno de Distrito Capital y la Cantv.Lamentablemente en los dos años siguientes a la firma del decreto no ha sido posible que la Alcaldía de Liber-tador brinde ningún tipo de apoyo a las propuestas que se presentaron a Fundarte quien es el ente encargado de

En Caracasla tiene dolienteFundacion Cultural La Clave, Elsa Ferrigno Alvarez, Carlos Julio Ramírez, Silvia Chirinos, Ramón Ignacio Mijares y Clarizabeth Morales

ejecutar los proyectos. Gracias al apoyo del Mi-nisterio del Poder Popular para la Cultura a través del Sis-tema Nacional de Cultura Popular, el Celarg, el INAC, Conatel y la Fundación Cultural La Clave, se realizará este 2011 durante el mes de no-viembre una serie de actividades: Clínicas de Percusión Ligera, Güiro y maracas a cargo del Profesor Nelson Ramos, La Sonoridad del Trombón desde los años 70 hasta nuestros días Profesor: Eliel Rivero, Soneo: Profe-sor Ronald González, Montuno para pianos: Profesor Francisco Santangelo. Encuentro de bailadores “A bailar muchachos”, conciertos, Pibo Márquez y su descarga Criolla, Cheo Linares y su Orquesta, Orquesta Pelinke-re, Naty y su Orquesta. Muestra de Baile en diferentes formatos a cargo de de la Fundación Casino Stars. Foro conversacional sobre el Consejo de Trabajadores de la música, género Salsa, En reconocimiento al comunica-dor “Ricardo Ruiz” por sus 20 años de programa “Sentir Latino” y su apoyo incondicional al talento nacionalSeguiremos trabajando en función de propuestas socio culturales donde la salsa se reivindique como género que nos identifica como caribeños...

¿Qué pensarían ustedes de un programa de radio especializado en música clásica aria que sólo presentar-se compositores e intérpretes arios?Supongo que conozco la respuesta: se sentirían inquie-tos e incluso algunos desearían protestar. Sin embargo a Mike Gerber, uno de los autores que escriben en la revista británica Jewish Socialist Magazine, que además es miembro del Grupo Socialista Judío, de Gran Breta-ña, ha tenido una ocurrencia muy similar: va a lanzar un programa de radio con jazz “únicamente de judíos”. He aquí un resumen de su comunicado de prensa, que ha difundido: “Soy Mike Gerber, autor del libro Jazz Jews [Judíos del Jazz], por el cual me han encargado que pre-sente un programa sobre los judíos del jazz en la emiso-ra de Internet UK Jazz Radio… Mi programa incluirá jazz fusión judío de todo tipo; música étnica judía como el klezmer; jazz israelí y también se centrará en los grandes compositores judíos norte americanos. Irán apareciendo en él algunos de los muchos músicos judíos que han contribuido al jazz…”Supongo que no aceptaríamos un programa radiofónico de música clásica aria, pero un programa de jazz judío debe ser “kosher”[1], al menos lo suficiente como para que www.jazzradio.com le dé cobertura. Conocí a Mike Gerber hace diez años. Vino a mi casa para hacerme una entrevista sobre los judíos y el jazz y se sentó a mi lado durante muchas horas mientras trataba desespe-radamente de arrancarme alguna idea sobre el vínculo inherente entre el jazz y los judíos. No pude ayudarlo, no soy musicólogo. Además, no encuentro ninguna in-fluencia particular de la música judía en el jazz. También es verdad que algunos de los grandes intérpretes y com-positores del jazz eran de etnia judía (esto, en sí mismo, merecería un estudio), pero el jazz, como forma artísti-ca, está lejos de ser judeocéntrico o judío. La grandeza de la música del jazz se basa en su capacidad de unir a la gente de todas etnias y colores. Si el jazz se convirtió en un lenguaje cosmopolita y en un símbolo de libertad se debió a su diversidad de sonidos, ritmos y culturas. Y, con todos los respetos que merecen Michael Gerber y su obsesión por la importancia cultural judía, no logro escuchar al judío en Gershwin o en Michael Brecker. En cambio sí que escucho en ellos a África, a Cuba, el blues, el barroco, Nueva York, París. De hecho, escucho todo en ellos, salvo el gueto judío. Durante nuestro en-cuentro, le insinué a Gerber que para muchos artistas judíos el jazz es en realidad una manera de escapar del gueto, de la sopa de pollo, del pescado gefilte, del sionismo y de otros símbolos característicos del pueblo elegido. Esto mismo también lo comenté con el batería Asaf Sirkis, con el compositor Chaz Jankel y con el legen-dario saxofonista neoyorquino Bob Berg y, obviamente, todos estuvieron de acuerdo conmigo. Por mi parte, doy testimonio de que cuando inicié mi camino en el jazz, al cabo de doce compases me olvidé por completo del sionismo, de Israel y del ejército israelí. No me apetecía morir en el altar sionista, prefería el swing en París o el bop en Nueva York. Para muchos de nosotros, israelíes y músicos judíos, el jazz es una puerta abierta hacia la liberación. A Gerber no le gustó mucho mi idea, porque podía desbaratarle fácilmente su proyecto judío. Se pasó siete años escribiendo un gigantesco tratado sobre los

Judíos, jazz y socialismoGilad Atzmon (Saxofonista e intelectual pro palestino de origen judío nacido en UK)

judíos y el jazz que, en mi opinión, es uno de los libros más inquietantes de la historia de la literatura jazzística. Tal como puede leerse en el sitio web de Gerber, el libro “explora el papel que tuvieron los judíos en el fin de la discriminación racial en el jazz norte americano, así como en el uso del jazz como un instrumento contra el apartheid y contra la represión soviética”. Pero en esas afirmaciones hay un problema que salta a la vista: por muy importante que sea para Gerber el presentar el jazz judío como “un movimiento progresista”, no está nada claro por qué los músicos judíos de jazz no se implican activamente en el movimiento antisionista. Si los mú-sicos judíos de jazz son maravillosamente progresistas, ¿cómo es que ninguno de sus colectivos denuncia el sionismo o a Israel? Está claro que Gerber no tiene ni idea de lo que es el jazz ni el espíritu del jazz. No se da cuenta de que tocar música es una manera fundamen-tal de estar entre los demás. Cuando uno está tocando jazz, el racismo, la identidad, la política y las barreras culturales se dejan de lado. El hecho de producir belleza con otros es en sí mismo la manifestación más exaltante del jazz. Los músicos de jazz no tienen que decir gran cosa, porque es su música la que transmite el mensaje. En nuestro Jazza Festival, que tuvo lugar la semana pa-sada, actuaron al menos cuatro artistas judíos, pero lo hicieron como seres humanos ordinarios: no llevaban ni banderas ni pancartas y tampoco pidieron ningún trata-miento especial. Gerber, sin embargo, no vino a nuestro concierto (incluso suele llamarme de antemano para pe-dirme un “pase de prensa” y entrar de gorra al Ronnie Scott cuando toco allí). Tampoco los Grupos Socialistas Judíos ni ninguna otra organización judía apoyaron el festival. Pero me apresuro a decir que muchos judíos sí lo hicieron. Vinieron como seres humanos ordinarios. Al contrario de lo que hacen Mike Gerber y sus socialistas judíos, ellos sí que se han asimilado en la humanidad. Zelig en el desayunoHace tres semanas, Gerber me pidió que le enviase al-guna música para su programa de radio “sólo para ju-díos”. Obviamente, me negué. Le sugerí que el día que decida programar y promocionar música de gentiles no dude en contactarme de nuevo y lo tendré en cuenta. Esta mañana, después de leer el comunicado de prensa de Gerber le envíe un mensaje sarcástico: le dije que mi amigo (imaginario) alemán “Klaus Hoffman quiere lanzar un programa de Jazz Ario”. Pensé que sería estu-pendo que hubiese dos programas de radio racistas al mismo tiempo. Gerber se sintió ofendido y me contestó de inmediato: “Una parte fundamental del programa es

el jazz judío y también hay mucho jazz israelí”. Y añadió: “Si es normal que haya programas de jazz latino, tam-bién lo es que haya programas del subgénero del jazz judío”. La respuesta de Gerber me sorprendió. A pesar de que es miembro del Grupo Socialista Judío y de que los socialistas judíos pretenden que son también antisio-nistas y apoyan el boicot cultural de Israel, Gerber de repente ha decidido apoyar al Estado judío como una Meca cultural. Incluso se ha convertido en un portavoz activo del arte israelí (en vez de boicotearlo). Es lo que pasa, cuando uno arrincona a un socialista judío, éste suele cambiarse de chaqueta. Incluso se las ha arregla-do para apoyar la cultura sionista. Puedo aceptar que Israel sea un pozo sin fondo de increíbles talentos del jazz, pero todavía nadie ha respondido a mi pregunta: ¿Existe el jazz judío? O bien Gerber nos está engañando o bien es él quien se ha dejado engañar. La diferencia entre el jazz latino y el jazz judío es enorme: el jazz lati-no es sin duda alguna un género musical asociado in-trínsecamente a una región geográfica. Los músicos del mundo entero pueden definir con facilidad el jazz latino en términos musicales y cualquiera puede unirse a un combo de jazz latino siempre que conozca razonable-mente su lenguaje musical. Por el contrario, el jazz judío no es una forma artística ni tampoco un género musical. No existe fuera de la cabeza de Gerber. Supongo que para aparecer en su libro lo único que uno necesita es una madre judía, lo cual es exactamente lo mismo que uno necesita para emigrar a Israel y vivir en una tierra que pertenece a los palestinos. Me alegra tanto ver que Israel muestra su verdadera naturaleza como ver que Mike Gerber lleva adelante su proyecto. Fue él quien hace diez años me abrió los ojos con su extraño orgullo colectivo judío. Fue él quien inspiró mi invento del per-sonaje satírico Artie Fishel, un músico norte americano totalmente convencido de que el jazz no es ni americano ni africano, sino judío de punta a rabo. Al igual que Gerber, Fishel quiere devolver el jazz a donde pertenece, es decir, a la Banda Prometida [2]. Por muy trágico que parezca, la verdad es que la política judía es siempre una forma de sionismo. Los invito a escuchar a ArtieFis-hel y su Promised Band mientras reflexionan sobre Mike Gerber y su socialismo kosher. Nota[1]Kósher es la parte de los preceptos de la religión judía que trata de lo que los practicantes pueden y no pueden ingerir, basado en los preceptos bíblicos del Levítico.[2] Chiste intraducible, pues juega con la similitud en inglés entre Promised Land (Tierra Prometida) y Promised Band (Banda Prometida). [N. del T.] Fuente: www.tlaxcala-int.org/article.asp?reference=2070

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Alexis Cabezas Del libro inédito “cristales rotos”

son muchas noches las que me trae esta músicademasiadastantas libertades como represionestantas palabras que por olvidadasme son tan nuevas como las visiones de hoy

lugares y sonidos que fueron mi amanecer a la vidaquilombo candombela hermosa mujer que me recibió desnuda por primera vezlas voces que anunciaban el combatelas piedras de estudianteslos nombres de nuestros muertoslos noticieros que mentían de los caídosque no eran más que combatientes de la dignidadlugares y sonidos calles esquinasavenidas que partían la ciudad en dosvacaciones sacrosantas que me llevaban a mi cuna

murgas tabladosotra vez los quilomboslos que nos daban el nombre de hombresel tabaco río novolos cigarrillos la paz suavey desvelos de adolescente en el palacio legislativovecinos con raúl del palacio legislativoguatemala 1306la casa de la puerta de barro18 de julio y los corsosmuertos y desaparecidos mientras nosotros bebíamos cervezas fríasen alguna madrugada de esos “tiempos de antifaz”como dice la canción que oigo ahoraen este preciso momentodesde el norte del sural sur del suren radios digitales que me devuelven a mis lejanascercanas frescas calurosasinmensamente frías juventudes

hoy la murga es la gaitahoy zitarrosa es luis pérez acompañando mis poemashoy los olimareños son el lago de maracaibodándole fresco a mi cara de inmortal de 356 años recién cumplidoscecilia hoy es isabelalicia hoy es patricia y mis amores de llanto y risasde libertades ocultas en nuestras libertadeshoy hay palabras que no recuerdopero aún así mi olfato está lleno del olor de los plátanosy sus hojas que aprietan algunos de mis libroshoy mis redacciones de primaria en la escuela piedra altason poemas de combatemuchos sin publicarson poemas eróticos en hojas que duermen en muchas camastodas diferentestodas con olor a yoa el abuelo a el amante griegoal amante de ellas dos amantes

hoy la playa del buceola que nadie quieray que para nosotros era el paraísose llama adícora “donde confluyen los vientos para dar inicio a la vida”hoy mercedes y montevideose llaman maracaiboy las tres están hermanadas por la “m”

tal vez la misma de madridmonemvasia makri barcelona dolores la paz santa lucía barquisimeto caracas maracayo del nombre de ellaque nunca lo supe

viglietti canta con alí primerael sabalero con israel colinay texere con los diablos rojosde cualquier manera mis pies siguen cansadospero no paranmis luchas siempre son vencidaspero no dejan de lucharson como las de artigaslas de sucrelas de mirandalas del mismo fuserson luchas que hasta que no muera serán mis luchases mi no reconocer fronteras aunque use pasaporteson mis recuerdos de niñoque a veces son los mismos que tengo de la noche anteriores la voz del negro radaacompañando en discos viejos mi vaso de vino cabernet sauvignono del que se produce en el castillo de maúason los mismos niños de cualquier callede cualquier ciudad de mi pacha mamase llame montevideo o caracasson los mismos humos sagrados que exhalan mis amigosagazapados en cualquier puerta de la calle bella vistao cerro largoo la avenida padillao la que antes se llamaba agraciadaes la morada del obispo que es amante de la putaasí sea en la iglesia de la aguadao en la santa bárbara es la música de sindykato o la de nací morenoque me acompañan hasta que llega el sueñosueños llenos de recuerdosacampar a orillas del humque los depredadores después bautizaron como negro o dormir bajo las estrellas de esta mágica tierra guajiraes ver a la mujer hermosa que llora conmigoputea conmigocada domingo de fútboly aquella con el mismo cabellolos mismos aires de mujer que se sabe bellala que hacía música con mis amigoslos sábados en un local de josé enrique rodóson mis sueños en rissoo los que vivo ahora cada vez que mi compañera se vay me quedo recordando aquello de que“no te vayas nunca compañera”

es la alegría de la niña que me ha entregado sus lluvias de sangrecada veintiocho díasveintiocho días exactosy sus saltos infantiles al recibir la música de jorge drexlerpara que hoy ahoraen este mismo momento esté oyendo la misma frecuencia que yoconectada a las mismas canciones y letrastristezas eternas de hombre tristeque hasta sus alegrías las canta en letaníasasí tenga la cara pintadacante una retirada o haga su entrada triunfal al tablado

es mucha música en mi memoriason muchos símbolos y nombresel fidel la 1001 o la hoz y el martilloson los cañeros acampados en el cerroy la canción del compadre miguelpara que me la cantaran mis amigosen noches del cerrito de la victoriacomo hacemos hoy en la calle carabobo de esta ciudad amadaciudad de piratas y gitanasde putas y malandros que saludan mi nombre en la madrugadaque cuidan mis pasos en la madrugaday en la madrugada me piden los bendigaputas que reconocen en mis miradasmis olores antiguos a burdeles mercedariosel gato negroel hong konky otros carrasquitos de cuerpos desnudos

demasiado recuerdosdemasiada músicademasiadas luchasluchas con demasiados nombres y apellidosluchas que hoy todos queremos que liderisenharoldo serorenami primer héroeraúl sendicfidel y el chey los dos camilostodos los masacrados en la seccional 20o el pepe mujicaque es quién sabequién recuerdaquién conserva en la memoria ocho años de oscuridady aún así esta comandando a un puebloempuñando en su mano la espada de josé gervasio tratando de enarbolar la imagen de liber seregnino dejando que nos olvidemos de susana pintosheber nieto o liber arceque es lo mismo que decir jorge rodríguezargimiro gabaldón o fabricio ojedaes la mano del pepe como lo es la del comandante hugo rafael chávez fríasla de evo moralesrafael correazelaya o daniel ortegamanos pueblocuerpos aguantando falsos positivosque dispara el gigantedesde los cañones artilladosdel vecino amante arrastradoo de los que desde la imagen y la vozo los papeles asquerosos que se venden a diariobombardean con mentirasla mente del incauto que no para de comprarque piensa que el futuro sin agua lo puede comprarque el futuro sin aire lo puede comprary no se da cuenta que la muerte es incorruptiblees la única incorruptible que existe en nuestra existencianadie la ha podido comprarni siquiera walt disneyo bill gates

demasiada música en mis recuerdosvenida en la maleta de mis pasosen este calor infernalen esta guerra por la vida...

“m24”

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¡Es falso!

El azul se disipacomo mi palabra.

Hace fríoy la canción estalla. Son estos bloques.

Piedra amarilla, arena de río congelado.

Hace frío.

Caliento mis manos con la saliva escondidadebajo de mi lengua.

Ya no tirito,humito de mi bocaaplacando el silencio.

¿Dónde te escondes?

Busco en la inmensidad nebulosa de este cielo.

Creo que te veo...Rayo lejano.

Pero...

¡Es falso!

Marianella Yanes Del poemario “Poemas de invierno y otras estaciones”

“¡Escucha!

Es silencio.

No se oyen los grillosYa no existen.

“¡Escucha!Todo estáen mi cerebro.Me traje los sonidos tropicales. “¡Escucha!Las dobles ventanascrean este vacío...Y el canto de animales nocturnossólo es memoria herida.

“¡Escucha!No se oye nada. “Busca la campana y tintinéala hasta romper mis tímpanos.Entonces, entenderé que estoy viva”.

Primavera

Deshaces tímida maraña y estallasen coloresarbitraria.

Te expandesexplosivasideralexótica.

Mis ojosno entienden tu metáfora.

Después del cristalse entretiene el vecinocon su propia exhuberancia.

Su cabello ha crecido,también su lomoy su desgano.

Pero ya no mira el fondo de sus pasos,ahora se sientaen el banco de plazaa observar tu rayoen su mano de hielo.

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Tenemos el derecho a visibilizar a Jesús El Na-zareno desde cualquier dimensión de nuestras

habilidades y artes humanas; el catolicismo ha provoca-do que esto no haya sido así hasta ahora con plenitud. Mientras los hindúes han dimensionado a sus dioses de distintas maneras, sobre todo sensuales, nuestras re-ligiones cristianas han secuestrado a Jesús de las po-sibilidades estéticas de la gente, para estandarizar su estampa. Luego de dos mil once años Jesús sigue sien-do mistificado como ayer y por obra de una mano tras bastidores, extraña e invisible, dimensiones cotidianas y corrientes del Cristo pasan ocultas ante nuestra expe-riencia. Pareciera que el Nazareno es propiedad exclu-siva de las religiones que lo utilizan y éstas impiden por todos los medios, sobre todo desde la mediatización y el miedo, que el pueblo —real, maravilloso y no pocas veces trágico reproductor de su ejemplo— se apodere de Jesús desde la estética y lo redimensione con aliento permanente.Autores siempre desafían desde las grandes editoriales y desde el cine esta imposición (el best seller Caballo de Troya de J. J. Benítez y el filme La Pasión de Mel Gibson son un ejemplo; en el caso de Gibson y su película ve-mos cómo las visiones presentadas fueron satanizadas por la jerarquía eclesial), sin embargo, al pueblo senci-llo le cuesta asumir posiciones votivas que vayan más allá de los mandatos religiosos. Cada vez que surge una demostración de Jesús desde la mano del hombre o la mujer sencillos para humanizarlo, siempre emana una especie de murmullo secreto como una advertencia pa-recida al anatema. Aunque la ruda mano del comercio protege ciertas muestras de Cristo desde la producción en serie (Jesús no logró sacar a todos los mercaderes), siempre las muestras jesuíticas populares serán consideradas se-cretamente paganas, si no cuentan con la aprobación de algún cardenal. Muestra de esto son las estupendas e impresionantes catedrales de piedra del artista meri-deño Juan Félix Sánchez quien, de paso, hizo un mila-gro en vida que el Vaticano jamás podrá desvirtuar. Y junto a esta dimensión sanchística, debemos incluir a esos geniales jesucristos que vemos en los ventorrillos artesanales, hechos de distintos materiales, como el pe-queño y significativo crucifijo que vimos en el pueblo de San Diego de los Altos, realizado en arcilla por el artista William Villareal. De ahora en adelante, a todas esas osadas y estupendas muestras de nuestro Nazareno que orfebra el pueblo que somos desde la calle, incluiremos La Clave Musical de Jesús del poeta venezolano Her-nán Soto, editado por el Sistema Nacional de Imprentas, Caricuao, Caracas.

El milagro de tener amigosHallamos al Jesús amigo en este trabajo poético. Es un libro para los amigos y amigas, para la amistad; una presentación entre amigos y amigas que no se cono-cen pero sí se conocen, que significa la dialéctica del amor verdadero. Nadie mejor amigo que Jesús quien teje amistades. Lo testimonian, además de los apósto-les, los mil y un ser humanos y humanas que han senti-

do el poder de esta amistad. «El Nazareno me dijo que cuidará a mis amigos» dice Maelo Rivera, solidaridad que le permite al poeta escribir: Llegará el día / en que Mahoma y el Nazareno / se darán un abrazo fraterno. Podemos ser en el libro amigo del Jesús en la poesía posible desde la amistad. Y la amistad se encuentra di-namizada en versos:

La poética callejera / asume su despelote / cuando la rumba de Jesús / el Nazareno / va en el estribo. (p. 10)

Jesús pana es rumbero y se asume, como el pueblo que somos, en la entropía de la calle en donde se halla la amistad creada a diario en la dialéctica de la vida. No es aquel Jesús abominable que todavía se guarda entre las paredes de Castelgandolfo, ni ese Jesús manflórico que termina amansando la burguesía para darse abrazos los domingos y luego hacer sus pillajes de costumbre. Un Jesús con nosotros y nosotras hace letra en la visión del poeta, no sólo para humanizarlo sino para verlo a nues-tro lado como ese pana con quien nos protegemos.

El volumen de lágrimas de Jesússe mide en cada niño que cae muertoen Palestina (p. 12)

Se trata del Jesús solidario, del Jesús sensible ante las injusticias de un mundo… «donde los estúpidos asalta-ron la palabras» (p.12), porque Jesús es cada Palestino que llora a sus niños y niñas y es una espiritualidad que llama a la lucha.

El Cristoasomaa tus ojos la verdad. (p. 14)

Un Cristo verdad tiene que ser un amigo que nos acom-paña en las luchas y el poeta lo mira en su letra en los ojos de la gente querida cuando hace vida, cuando di-mensiona el amor en el rostro de la panidad hallada en la calle desde el abrazo, el beso, la solidaridad, la participa-ción. Es ése el Cristo verdad en los ojos de la amistad.

Jesús danzaPara el poeta Jesús es una espiritualidad dinámica. Tal y como nos lo plantean quienes lograron ver al átomo danzar en el micro cosmos y describir tejidos y redes de vínculos infinitos, así el Nazareno se des-pliega en la calle con el colectivo para fundirse en danza con el pueblo que lleva en su seno la danza eterna. El poeta capta toda la relatividad y la cuán-tica que Jesús encarna y espiritualiza desde que el mundo es mundo.

La clave musical de JesúsEs la velocidad de la luzUn segundo para ti

Es un siglo para nosotros

Lo afirmó aquel científico despeinado“Energía es igual a masa por la velocidad de la luz al cuadrado.” (p. 17)

Y como la poesía de ahora será sinergia de todas las cosas como lo visiona El Tano en su estupendo Poema de Las Cosas, el poeta Soto obra en consecuencia. Ubica a Jesús en esa amalgama popular que hoy ve-mos en el surco de una revolución donde Jesús desde hace rato goza la rumba que llega junto a Marx y a Héctor Lavoe:

“¿Abandonó la Filosofía sus puntos cardinales?Marx cantó en pelotas ante Jesús el Cristo:La Filosofía está borracha de amor.”

Perro mundoPlaneta convexo que no asume a MarxNi niega a Cristo (p. 20)

El poeta asume la mística en danza suprema cuan-do nos dice:

El poema está en su música

Déjalo que sueneVida o muerteCarecen deSentido (p. 23)

La Clave Musical de Jesús en letra de Hernán SotoOscar Rodríguez Pérez

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el primer gesto revolucionario es llamar a las cosas por su nombre

Rosa Luxemburg

En ese inextricable mundo de su poema expedito, tiene siempre vivo el poeta a un poema oculto como posibilidad de dar rienda suelta a la infinitud. La cla-ve musical de Jesús es esa infinitud que siempre vio en el pueblo como posible cotidianidad de ser amis-tad, solidaridad, alegría y ser felices, porque Jesús tiene mucho que hacer en el barrio todavía. El poeta sabe anunciarlo con ternura y combatividad.

Con la gubia amoladaNada en literatura como ese momento en el cual el poeta decide mostrarnos ciertas claves del génesis de su letra. Y como la palabra del poeta nunca debe dejar de elevarse para dejarnos el dulce trabajo de bajarla a nuestro corazón, en este caso el poeta Soto nos suelta el secreto de la poesía como “oficio des-aparecido” (p. 27). ¡Grandioso! Mientras la poeta Aracelis García nos dice: “Los poetas no estamos de moda”, recibe apoyo desde La clave musical de Jesús donde se nos expone el arte poético como un hacer en discreción, concentración, reflexión, contempla-ción, meditación cobran posturas mágicas frente a la mundanidad (sobre todo la mercantil) que la in-visibiliza. Nada más meditabundo, ni más centrado que escribir poesía y sin embargo el pueblo es quien tiene todos los secretos. Sólo siendo pueblo tenemos la sencilla opción de acceder a ese reconocimiento desaparecido.

“Limpie el poema con pacienciaPula el fusil minuciosamenteA la espera del último disparoTrabaje los sonidos moldeando la bestia del tiempo

Cada composición marca la respiraciónEn la transmutación del caos.

A la distancia el eco se pierdeY el polvo retorna a su canción

El poema no tiene punto de partidaTampoco de llegadaCuando comienza la danza inútilDe las palabras. (p. 25)

Son muchas las claves musicales de Jesús que nos muestra el poeta Hernán Soto, todas resbalan so-bre los hilos desafiantes e incisivos de su metáfora. Desde allí vienen a bendecir a los vivos y a los muer-tos y no están sentadas, andan, danzan como si sus palabras y letras se enredaran en la Saragoza de Sanare o en la carrera a jon de un muchacho que mandó la pelotica de goma al tejado de una casa donde se celebraba una fiesta en la que bautizaban a una chama con la canción Café de Palmieri que humeaba en la taza de una abuela cuando escaleras arriba pensaba en sus manos que labran las arepas del futuro que se comían varios obreros en la zona de La Yaguara cuando hablaban de envainar —bien envainado— al imperialismo yanky si se le ocurre la mala idea de acercarse por Venezuela; y esa clave musical no sólo está sentada a la diestra de Dios Padre sino a la izquierda de un pueblo maravilloso que siempre retorna con infinitud a la acera de su propia felicidad.

La música venezolana, quienes la creamos y recrea-mos, ha encontrado un espacio radial para su libre difusión.Un espacio desmarcado de la uniformidad de patrones de consumo que trata de imponer la industria del entretenimiento y el monopolio extorsionador de la radio comercial payolera. Ese espacio Hertziano, que debe estar en continua construccióny transformación, nació hace seis años, en mayo de 2005, con ACTIVA el Canal Juvenil de RNV.RNV Activa es en Venezuela, por su alcance geográfi-co e inclusión de productores independientes, sin dejar de reconocer el papel de las radios alternativas en sus respectivos ámbitos comunitarios, la mayor difusora de música independiente y alternativa producida en nues-tro país, Latino América y el mundo. Allí un importante colectivo de productores independientes trabajan día a día, noche a noche por difundir nuestras expresiones musicales en la máxima diversidad de géneros que van de nuestra música tradicional, latina, rock, ska al jazz y lo clásico; cumpliendo a cabalidad con nuestra responsabi-lidad social, más que por el deber ser de la Ley Resorte, por creer en, y valorar nuestra música, en toda su diver-sidad. Es un constante combate contra las estructuras organizativas del comercio cultural que instituye estrate-gias por las cuales crear productos identificables, y “pro-piedades intelectuales”; canciones de éxito a la manera de una cadena de montaje o línea de producción; “facto-rías de canciones” ocupadas en montar melodías, letras y ritmos estandarizados e intercambiables. Debemos seguir construyendo esa radio inclusiva y permanecer en una constante revisión que ponga en primer plano nuestra capacidad de interacción social, y nuestras potencialidades inactivas. También se re-quiere de una inversión de talento y creatividad para que su sonido deje de ser repetitivo y predecible. Así será posible acercarnos a un horizonte de emisora sensible y consciente de la necesidad de inclusión y difusión de nuestra música en toda su gran diversi-dad; siendo capaces de refrescar el discurso y ofre-cerlo como catalizador de reflexiones, pero también como un elemento de deleite, de gratificación percep-tual, de cambio cultural.

¿Qué escuchan los jóvenes y no jóvenes? ¿Cuál es la música que expresa su rebeldía y conciencia ideológica?Hay jóvenes con gustos diferentes, con capacidades y fines distintos, condiciones socioeconómicas y cul-turales distintas. Todas esas diferencias propias de la

RNV ActivaInclusión y diversidad

“condición juvenil” hacen difícil configurar un espacio radial con una o pocos estereotipados géneros de mú-sica dirigida a un tipo de joven o de carácter juvenil sin caer en un concepto institucionalizado o de prejuicios personales de la condición juvenil y cuál es la música que expresa su rebeldía. La música es amplia, inmensa infinita; como variada maneras de asumir la juventud. Cualquier música, con calidad y valores en sus conte-nidos, puede expresar y ser identidad de juventud. Es un mundo más amplio que el reducido mundo del hip hop, el Ska o Reggae, por nombrar algunas de las que se han impuesto como sinónimo de juventud, rebeldía y lo urbano. Una sinfonía de Beethoven, un solo de saxo de John Coltrane, las nuevas propuestas de la música tradicional venezolana, la salsa brava también pueden expresar juventud y rebeldíaLo cultural, los valores, la calidad musical, la imagina-ción y creatividad, la diversidad no son aburridos. To-das ellas también despiertan el interés de la juventud.Debemos ser abiertos y creativos en la búsqueda del lenguaje y el uso de símbolos musicales que nos per-mitan comunicarnos y llegar a los jóvenes en toda su diversidad; haciéndoles el guiño y entablando un diá-logo horizontal. La fuente para ese diálogo la podemos encontrar en toda la música, no sólo en un género o dos, que algunos casos son medios para la dominación y el consumo por su uniformidad y carencia de calidad, contenidos y valores.El futuro de la inclusión, participación y difusión de la música producida en Venezuela está en RNV Activa, receptiva a la producción musical venezolana indepen-diente, alternativa y amplia; sin prejuicios personales o institucionales, dando espacios de participación y pro-tagonismo a todos y respetando la diversidad genera-cional, cultural, de preferencias y pensamientos.

UN ESPACIO AMPLIO PARA LA PRODUCCIÓN MUSICAL VENEZOLANA

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Después del primer viaje accidental con LSD, Albert Hoffmann, guíado por su curiosidad

científica y para comprobar sus particulares efectos, ingirió una fuerte dosis de esa recién descubierta sus-tancia psicoactiva. Cuando estalló la nota, una media hora después de la ingestión, Hoffmann sintió sus sen-tidos y percepciones fuera del control de su conciencia y su voluntad: otro mundo se abría ante sí de manera abrupta y, como es lógico, el temor se apoderó de él. No teniendo otra salida entonces, decidió ir a su casa y de ahí llamar a un médico. No habiendo otro medio de transporte, Hoffmann llegó a su casa en bicicleta bajo un estado sumamente alterado de su conciencia y de su percepción del mundo. Ese día, en el que por vez prime-ra un occidental pedaleó por las calles bajo efectos del LSD, se eligió como el día mundial de la bicicleta.Es particular esta relación entre bicicleta y psicoactivos. Quizás sea una metáfora de la que hay mucho que es-perar. Quién sabe...Después de unos veinte años sin tocar flauta, uno de los instrumentos musicales que estudié, aprovechando mi condición de desempleado, decidí revisar unas so-natas para flauta de Handel que había comprado hace unos tres años. A las dos semanas de estudio, encontré que tenía un sonido maravilloso... por lo menos así me pareció. Al mes, decidí comprarme una bicicleta apro-vechando que había descubierto unos colectivos de bi-cicleteros a los que podía unirme.Unas rutas en bici con un amigo, cada una más alocada que otra, y descubrí que flauta y bicicleta se llevaban muy bien y que ambas actividades me hacían respirar mejor: el aire cuando se expulsa lentamente usando el diafragma, como cuando se toca flauta, parece el aliento de Ganesha, el dios elefantino de la India, remo-

Música y Bicicleta: ensayo en Do MayorNuma Tortolero

A mis amigos bicicleteros y psicoactivos del colectivo cicloguerrilla

Numa Tortolero (usando gimp, en GNU Linux)

viendo la porquería del camino, limpiando esas escorias que no dejan que nuestra alma vibre en la tonalidad que la armoniza con el universo.Supuestamente, el ejercicio físico tonifica los músculos del cuerpo fortaleciéndolos. Yo diría que simplemente pone a vibrar los músculos.Algunos dicen que la teosofía, pero estoy seguro que las muy antiguas religiones hindúes ya lo afirmaban: el universo no es sino el mero producto de las relaciones

vibratorias de la nada. Shiva, el dios que crea el mundo al danzar al ritmo de su tamborcito en forma de reloj de arena (el damaru), el dios cuya casa (el monte Kailash) posee un jardín adornado por un maravilloso cannabis que crece en forma natural, ese dios es puro tempora-lidad, tiempo como devenir. Por eso se dice que es el dios de la destrucción, porque nada sobrevive a la cruel inclemencia del tiempo.Entonces ¿qué nos puede conectar con el principio vi-bratorio fundamental que crea el universo? Pues, ese arte que los antiguos griegos llamaban mousiké, fu-sión inseparable de lo que hoy llamamos danza, poe-sía y música, el arte dionisíaca por naturaleza, que siempre resistió a ser reducida a la noción de técnica que está detrás de la definición original que se tiene del arte en occidente, lo mismo que el naturalismo shivaita ha sobrevivido a todo intento urbanizador y moral de extinguirlo.Y entonces... ¿es la bicicleta una máquina musical? Sí lo es, no sólo porque armoniza con flauta y otros ins-trumentos de viento, sino también porque su dominio, lo que nos permite hacer lo increíble con ella, requiere cierto ritmo, una musicalidad secreta que sólo apare-ce cuando estamos atentos al pulso de la calle, con su melodía de subidas, rectas, curvas y bajadas. Se aprende a variar el ritmo de velocidad o de pedaleo con los cambios de pendiente. Hay que “escuchar” al propio cuerpo, lo que nos dice, su música, las notas que de él van brotando. Montar bicicleta es también una forma de ponernos en contacto con la vibración fundamental del universo.Entonces descubrimos que la bicicleta es un particular instrumento musical cuyas notas no son para ser escu-chadas sino sentidas en forma de movimientos y sensa-ciones corporales que van más allá del miedo a lo que podría ser pero no es.

R ecuerdas… La música siempre está presente en nuestros recuer-

dos. En Venezuela las madres, padres, abuelxs, tixs y hermanxs arrullan a sus bebés con esta canción de cuna desde hace más de 200 años, la cantaban y lo seguimos haciendo con la música de nuestra canción nacional, con la músi-ca patriótica venezolana, la de nuestro Gloria al Bravo Pueblo compuesta en tiempos de revueltas y luchas por nuestra independencia.

Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzóla ley respetando la virtud y honor (Bis)

¡Abajo Cadenas! gritaba el Señory el pobre en su choza Libertad pidió.

Duérmete mi niña, que tengo que hacer Lavar los pañales, y hacer de comer. (Bis)

Esta niña quiere que la duerma yoQue la duerma su madre que ella la parió.

Se atribuye oficialmente la letra original del Gloria al Bravo Pueblo a Vicente Salias y la música a Juan José Landaeta (algunas investigaciones dicen que la letra es de Andrés Bello, y el compositor de la música Lino Gallardo). El 25 de mayo de 1881 fue elevada a Himno Nacional por Antonio Guzmán Blanco durante su presidencia. En 1881 se le hicieron algunas modificaciones;a cargo de Eduardo Calcaño; en 1911, de Salvador Llamozas, y por ultimo en 1947 de Juan Bautista Plaza que es la que se usa oficialmente en la Republica Bolivariana de Venezuela.

Los primeros años de vida del ser hu-

mano son los más importantes, todo el amor que recibimos esos años iniciales llena nuestro futuro de relaciones emo-cionales positivas. La música intuitiva-mente ha sido usada por padres y fami-liares para expresarnos ese amor aun sin saber que la música acelera el desarrollo intelectual y genera un efecto positivo en la memoria, además de generar vínculos profundos en el grupo familiar. El hemisferio derecho del cerebro que

trabaja la percepción y procesamiento de la música, genera conexiones que determinan nuestra conducta, la música y no sólo la clásica, provoca: Aumento en la capacidad de memoria, atención y concentración en los niños. Mejora la habilidad para resolver problemas ma-temáticos y de razonamiento complejo. Introduce a los niños a los sonidos y sig-nificados de las palabras y fortalece el aprendizaje. Brinda la oportunidad para

que los niños interactúen entre sí y con los adultos. Estimula la creatividad y la imaginación infantil. Al combinarse con el baile, estimula los sentidos, el equili-brio, y el desarrollo muscular. Provoca la evocación de recuerdos e imágenes con lo cual se enriquece el intelecto. Estimula el desarrollo integral del niño, al actuar sobre todas las áreas del desarrollo.En Venezuela el uso de la música del Gloria al Bravo Pueblo para arrullar a nuestros niños genera un vínculo muy profundo con la patria, me pregunto ¿Será que a los niñitos de la oposi-ción no les arrullaron con duérmase mi niño? sino con: I love you, you love me. We’re a happy family. Porque esa gente no tiene ningún sentido de pertenen-cia, para ellos es muy sencillo entregar nuestro país al imperio, creo que espe-ran poder pasar a ser ciudadanos del primer mundo aunque sea asumiendo el olvido y la traición.La música es una manera de expresarse y de saber donde están tus raíces.

Janette Rodríguez Herrera

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“El infierno está encantador esta noche”. Rezaba una pinta callejera que me daba la bienvenida a Buenos Aires una madrugada de mayo. Una frase que lejos de causar escalofrío, me causó una curiosidad tremenda por saber de qué cerebro había salido.Estuve un mes leyendo esto cada vez que salía al super-mercado, a la panadería o a tomar el bus que pasaba por la puerta de la casa de Tania, paisana que me recibió por esos días fríos. Al cabo de un mes me mudé a la municipalidad de Avellaneda, que queda junto a la capital porteña, ahí mismito, al pasar el famoso “riachuelo”. Otra pinta calle-jera me desconcertaba: “Indio Chamán”. Así de simple. Y me preguntaba quiénes y a quién nombraban así.En este tiempo ya conocía a Luis, compañero amante de la música, y en especial, del rock, que estaba muy pendiente de la movida nacional. Luis me empezó a contar sobre lo que denomina su “gurú”, un tal Indio Solari, exponente del rock argentino alternativo, pero alternativo en todas sus letras, porque lo alternativo se constituye como eje transversal en sus canciones, pero también en la forma de producir música.

Carlos Solari, conocido masivamente a través de su per-sonaje el “Indio Solari”, es un artista argentino nacido en la provincia de Entre Ríos, situada a 470 KMS, de la ca-pital. De chico se traslada a la ciudad de La Plata donde desarrolla gran parte de su experiencia artística.Termina sus estudios secundarios e ingresa a la Uni-versidad de La Plata a estudiar Filosofía, carrera que no llega a culminar. En ese tránsito conoce a Skay (guitarrista) y a La Negra Poly (productora y compa-ñera de Skay), con quienes emprende una trabajo in-dependiente de serigrafía, para obtener recursos, a fin de para crear lo que luego se conoció como “Patricio Rey y sus redonditos de ricota”, una banda de rock argentina, que se convertiría en una alternativa a lo que se conocía como el movimiento del rock nacional de los 80, encabezado por bandas como Seru Giran, Los Gatos, Luis Alberto Spinetta, Manal, Sosa Stéreo, Virus, entre otros.Este colectivo se erige como un espacio de resistencia contra la industria discográfica, y desde sus inicios crean una disquera independiente, que se dedica a editar sus propios discos, y los de otros artistas alternativos que ha-bían sido excluidos del sistema tradicional, quienes, de otra forma, no habrían podido producir sus materiales.Desde sus inicios, el Indio Solari quiso rescatar la inde-pendencia de su producción artística, sin ser condicio-nado en lo más mínimo por el monopolio discográfico. De hecho nunca fue auspiciado por ninguna marca o empresa. Se hacían responsables ellos mismos de pro-ducir, desde el arte de tapa, pasando por la producción del disco, y la promoción de este trabajo a través de afiches o de boca en boca.

Según la concepción del Indio, la banda era un espa-cio para la expresión de la gente. No estaba concebida como un espacio mercantil, y muestra de ello es que existe una concordancia entre su composición musical, su lírica, y su honestidad intelectual, es decir, lleva la sinceridad como estandarte de su trabajo.En 2001, la banda, conocida como Los Redondos, se separa. El Indio aduce que la ruptura se produce por la traición de sus socios con respecto a los objeti-vos del proyecto; y es cuando crea una nueva banda, denominada “los fundamentalistas del aire acondi-cionado”, manteniendo los mismos valores del pro-yecto inicial: ser independientes, no recurrir al apoyo de empresas, ni marcas, y autogestionar sus propias producciones y shows.

La dinámica de esos días dispersó mi interés en indagar sobre aquella forma otra de hacer arte desde la propuesta musical del Indio. Tal vez porque un par de veces intenté escuchar al-gunas de las canciones interpretadas por este personaje, pero, la verdad, no entendía lo que decía, quizá por problemas de calidad de audio, de registro vocal… por lo que era menester hacer un esfuerzo adicional. Encontrar unos audífonos, pres-tar mucha atención y consultar sobre los vocablos argentinos aún desconocidos. Días más tarde empezaron a aparecer carteles por todos la-dos, en las estaciones de tren, entradas de subte ( transporte subterráneo bonaerense)… ofrecían traslados desde Buenos Aires hasta la localidad de Junín, para asistir al concierto del Indio Solari, que se celebraría el 03 de septiembre, recital para el que Luis había conseguido un par de entradas. Y no es que

Ser alternativo es posible

Carlos Solari: Dayana López y Luis Bravo

un indio fundamentalista

El Indio sobre El Ché: “Para mí era útil en Bolivia, en el Póster no. A mí no me gustan mucho las estatuas, las palomas les cagan las cabezas. El Ché era un personaje vivo, como revolucionario, y extraño su actividad. A mi edad, tengo un recuerdo de Guevara más firme que el que puede tener un pibe que compra un póster, como si fuera un superhéroe. En realidad, era un hombre. Con unos cojones así”

(entrevista realizada por la revista alternativa La Garganta Poderosa)

Enviado desde Buenos Aires-Argentina

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los carteles estaban auspiciados por una empresa de trans-porte particular. Era, a simple vista, producto de la autocon-vocatoria de los seguidores del Indio, que se organizaban para asistir al evento, de ser necesario sobre un cuadrúpedo.Nosotros optamos por viajar con unos compas que alquila-ron una “combi” que salía de la estación de tren Avellaneda. Ya en carretera, mientras más nos acercábamos al poblado,

la circulación se hacía más densa. Hasta que llegamos a conformar una cola interminable de carros, motos, camionetas, buses de to-dos los tamaños y cualquier vehí-culo de transporte posible. Todas y todos intentando entrar en una pequeña ciudad de aproximada-mente 90 mil habitantes.Nunca presencié una moviliza-ción parecida motivada por un concierto de rock. Por mi mente pasaba Woodstock, pero nunca estuve ahí, ni se puede hacer un paralelismo, porque a este evento concurrían varias bandas en va-rios días. Pero aquí veríamos sólo al Indio, con Los Fundamentalis-tas del Aire Acondicionado… sin teloneros, ni nada.

Su concepción es que una marca no puede ser más im-portante que la producción ar-tística. De manera que desde el colectivo se organizan todos los aspectos de los conciertos, desde la logística, pasando por la seguridad, hasta la puesta en escena. Incluso, El Indio se niega a hacer difusión masiva a través de medios tradiciona-les sobre las presentaciones de la banda. Simplemente, gente de todo el país se organiza, a través de la autoconvocatoria,

para asistir a los conciertos, cuando saben que tocarán en alguna ciudad, que por lo general son ciudades que tienen un acceso limitado o nulo a las actividades cultu-rales de este tipo.En los lugares que el Indio escoge para hacer sus con-ciertos, maneja el criterio de hacer un aporte a la eco-nomía de los poblados, con todo el movimiento que se genera en torno a estos eventos: comercio, hotelería, turismo. Luego de sus recitales, estas ciudades experi-mentan un antes y un después, porque de alguna mane-ra son visibilizadas y abre caminos para que otras mani-festaciones artísticas concurran a estos espacios.Durante sus shows, el Indio se interna en sus sensacio-nes y experimenta expresiones corporales ancestrales. Por esta razón muchos seguidores lo consideran como un “Indio Chamán”.

Cuando llegamos a Junín, carteles pegados en los postas de alumbrado público, señalaban las rutas hacia los lugares des-tinados para estacionar, por un lado, el transporte colectivo, y por el otro, los carros particulares. A todas estas, una pro-cesión de gente ya venía caminando desde hace un trecho lar-go. Donde pudimos dejar el bus encontramos un cartel que decía “Entrada al show 5 Km”. ¿5 Kilómetros? Sí, fueron cinco largos kilómetros que estaban colmados de una diversi-dad de transportes colectivos, unos al lado de otros. Pensaba en nuestras marchas chavistas… buses y gente como arroz picao. Con una sola diferencia. Hasta ahora no vi una sola marca, ni estandarte político que se llevara el mérito de tal convocatoria.En el trayecto, y mientras observaba a la gente tomando una siesta, preparando un asado, o cantando en son de murga, escu-chaba desde unos audífonos algunas canciones. Entre ellas una que decía: “Que el infierno está encantador / este infierno está embriagador / Esta noche está encantador / tu infierno está encantador, esta noche”. Resuelto el enigma de la pinta callejera, otra canción me atrapaba en su contenido y melodía… “Jijiji” es el título, recuerdo que la repetí varias veces. Para mi sorpresa, durante el concierto descubrí que es la más emblemática del re-pertorio. Con ella, el autódromo Eusebio Mansilla hacía vibrar el centro mismo de la tierra con sus 120 mil personas eufóricas, en una efervescencia que forma parte del ritual, donde se adora a esta mente tan brillante como simple.

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los límites cronológicos y entre la razón y la pasión. Lo consciente y lo inconsciente. Los temas están cargados de mucho sentimiento, de amor, La emoción primaria y Universal que mueve todo, que hace que las cosas sucedan. Además tocamos algunas historias de las contradicciones de la sociedad, del individuo, de este torbellino que nos arrastra a veces sin darnos cuenta. Letras que se fusionan con ritmos contagiantes produciendo una propues-ta fresca exenta de vacíos.Como experiencia interesante, entre estas cosas que pasan en el mundo de lo cultural (aunque no sabemos cómo pasó), recibimos unos mensajes de texto donde nos informaron que nuestro Disco llegó a una Favela de Brasil, en Rio de Janeiro, y nos cuentan que no dejan de ponerlo! (una causalidad más de la vida). Se pueden imaginar…!Es algo que nos llena de emoción, saber que nuestro trabajo musical cruza fronteras y que no fue precisamente a través de una disquera, pues como todos

sabemos las disqueras (muchas) se rigen por los parámetros de mercado que, generalmente apoyan a los que están “dispuestos a pagar”, sin importar la calidad y los valores que se propagan (en la mayoría de los casos).En este recorrido hemos transitado algunas emisoras de radio como: Alba Ciudad, RadioramaStereo, RNV, Jazz95.5, Radio Fe y Alegría, Radio del Sur, Radio Rebelde, Radio del Ateneo, entre otros, a quienes le agrade-cemos su valioso apoyo. Todavía no hemos salido en televisión (no es fácil), sin embar-go tenemos entre los planes a corto plazo, producir un videoclip que nos permita ganar espacios en lo comunicacional, pues como todos sabemos, los medios de comunicación y las redes sociales (basadas en la tecnología) juegan un papel fundamental en la promoción de cualquier trabajo artístico, sobre todo el mu-sical. ¡Ah! Para eso estamos abiertos a recibir cualquier apoyo técnico o patrocinio! Por ahora “Encuentro Causal” sigue trabajando, bus-

cando espacios de encuentros ( y soñando) con lo maravilloso que puede ser poder sonar en todas las Favelas, Barrios, Villas, Campos, Tugurios y Comarcas del mundo, con poder participar en alguno de los festivales Musicales que se realizan en nuestro hermoso país, con que cada día crezca el apoyo a las distintas agrupaciones musicales y que la música (la buena música) siga llenando e invadiendo nuestros espacios y nuestras vidas. Mientras tanto, continuamos en la promoción de nuestro primer disco “Irrepetiblemente” porque nada sucede por azar como dice Richard Bach en su libro: Ilusiones.

Contactanos0416-7087014 /0416-4017086Correo: [email protected]: Encuentro CausalPag Web en proceso de construcción (pronto!)

La Música de Encuentro Causal:Un mundo de Causas y Efectos

La música y su creación, esa rama de las artes y su origen, el efecto que produce en la conciencia y en la inconsciencia ¡hay músicos que compones cuando sueñan! La música de nuestro Otilio Galindez, sus dulces e ingenuas líneas de notas y figuras, para muchos un gran creador, ya que no fue un compositor preparado en conservatorios, pero hasta lo han comparado con Juan Sebastián Bach, en cuando a lo original de sus melodías.La música es un sentir, primero siento y luego existo, me parece más lógico, que pensar y después existir. Sin embargo, la composición, la ejecución y la interpretación exigen dedica-ción, tiempo, trabajo y entrega, lo que muchas veces falta en las sociedades actuales por lo acelerado de la cotidianidad en la ciudades, por los medios de comunicación que nos distraen, por la economía que nos preocupa, ya que “no sólo con mi arte tengo”. El músico es un ser humano más y un individuo con responsabilidades de la vida cotidiana.Ahora bien, Encuentro Causal, es todo lo an-terior, soñamos, lloramos, reímos, disfrutamos y trabajamos. Sus integrantes son personas, apasionadas por la música, que intentan trans-mitir y percibir lo que pasa dentro de cada uno, de escuchar las voces de la calle, la carretera, del mundo; con sus maravillas y con lo que falta por construir.No somos virtuosos, somos músicos aprendiendo cada día los unos de los otros, y preparándonos para hacer cada día mejor música. El estilo de Encuentro Causal se pasea por el Pop Rock de los 80, junto al country de los campos de USA percibiendo lo afroamericano con influencias de Blues y Jazz de algunos de sus integrantes, lo latino y romántico de Latinoamérica con temas de amor, hasta un Ska tenemos en el repertorio, es cómo un pasticho bien hecho, sincretismo, confluencia de ritmos, lo que pasa en un mundo globalizado, dinámico, cambiante y con internet en cualquier rinconcito. A En-cuentro Causal le tocó por causas de la vida, nacer en la ciudad de Caracas.Ya tenemos nuestro primer disco titulado “Irrepetiblemente” con nueve temas inéditos, el tema promocional se titula “Al Final del Siglo XX”, Y cuenta la historia de un amor que trasciende en el tiempo, se entrecruza entre

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Sonidos, razón y nosotros

Sonidos hay en todas partes. Sue-na la brisa, suena el río, suena un

palo cuando golpea una piedra, cuando tañe una membrana, suena ésta, asimis-mo, en respuesta. Suenan los labios cuan-do besan, sonamos en el abrazo, aunque no los oigamos. Suena el corazón en su latir. Cantan los pájaros, suenan ellos, marcando sus espacios vitales como el ti-gre ronca para decirle al rival que no se acerque mucho. Cascabelea el reptil, ad-virtiendo colmillos.Todo suena. Hasta se dice que el universo como un todo no es más que los modos de vibración de unas cuerdas que ni si-quiera podemos anhelar ver con otra cosa que no sea la imaginación apoyada en el bastón de la matemática, de un álgebra que también suena, pero que hay que aprender a oír con el amplificador de al-mas que es la poesía. Ese mismo universo que se presentaba ante aquellos que en-trevieron esferas y creyeron -¿o supieron?- oír su música y hasta de ángeles y cielos tuvieron que echar cuentos y cantos.Gime la tierra, cuando su corteza se re-acomoda. Ronronea el sol, cuando se desprende en protuberancias y nos regala auroras polares. El hielo en carámbanos también suena, quejumbroso, de tanto calor que lo deshace, para cantar como agua montaña abajo, lavando pies que chapotean en sonoro escándalo de niños lavando sus cuerpos.Suenan y sueñan sólo se diferencia en una letra; menos que eso, en una tilde sobre la letra ene. ¿será que soñar y sonar son sinónimos separados al nacer? Tal vez sí, pero un sueño puede trocarse en pesadi-lla, porque también suenan la bomba y la metralla, y el llanto que se desprende de los seres que sufren.Todo suena sin que siquiera tenga-mos que estar allí para oírlo. Pero para ser música sí nos necesitan los sonidos, pues música es sonido y mente humana. Música es sonido más razón. Por eso mismo, tal vez, decía Leibniz que la música era esa extraña forma de contar, de enumerar, sin saber que contamos; o sea, música es una forma de hacer mate-

Juan Carlos Sotillo Meneses

máticas sin tener conciencia de ello, según el filósofo. Como decía mi hermano, rememorando diccionarios infantiles, que la música es la esencia del orden y la armonía, en aque-llas definiciones imposibles de descifrar que nos dictaban en nuestros momentos pueriles. Nunca dijeron lo que era esen-cia, ni orden ni armonía. Uno como que sabía, más allá de las palabras, de qué se estaba hablando. Porque tal vez la música sea uno de esos conceptos primitivos, que

no admiten una conceptualización precisa, aquellas manifestaciones humanas que no admiten el claustro de una definición.Música puede ser todo y no ser nada a la vez. Pero hay algo en ella que nos dota de una capacidad innegable: la música mide el tiempo. Sin tiempo, no hay mú-sica. Puede haber música escrita, que es atemporal, pero música escrita no suena, son sólo símbolos inertes. La música nece-sita del tiempo para existir y, como tal es, entonces, un reloj con un tictac único, un tictac armónico y poético.

Enviado desde Maracaibo-estado Zulia

Y con esa forma particular que hace del tiempo un objeto asible, portable, ínti-mo incluso, la música se convierte en un instrumento maravilloso, de manos de la cual el viaje en el tiempo es posible. ¿Quién no ha sentido llegar de golpe toda una vida cuando suena un acorde o una melodía particular? Tal capacidad retrospectiva la comparte con los olores y sabores. Así podríamos pensar a la música como una especie de sabor que captan los oídos ¿acaso no decimos que

cierta música es sabrosa? Esa sinestesia de algún lado proviene.Si nos detenemos a considerar los in-tentos humanos de explicar el Universo o de explicarse a sí mismo, que es casi lo mismo, sabremos en algún momento que los escenarios estáticos se quedan pequeños ante tal tarea; más temprano que tarde hemos de introducir el tiempo en esa retahíla de imágenes inertes, para que la película tenga sentido. Ese tiempo vino en forma de río griego antiguo en el decir de Heráclito, y en forma de dia-

léctica unos cuantos siglos más acá. Sin el tiempo nos quedamos con un universo cómodo, con una mera descripción de un fotograma. Necesitamos tiempo para que las cosas comiencen a moverse y pa-recerse más a la realidad que nos afecta de modo ineluctable. Basta entonces con ver para describir un universo que no sucede, que no pasa, que no fluye; un Universo estático, que no pue-de existir más allá de la imaginación. Po-dríamos decir que basta con la vista para describir Universos que no existen, pero que necesitamos el tiempo para realmente asir la realidad. Los ojos pueden ignorar el tiempo, los oídos no.Siendo tiempo y música un Janus bi-fronte indivisible, y el oído aquel sentido mediante el cual la percibimos, enton-ces decir que para concebir la realidad del universo que habitamos necesitamos música no es una exageración o una ilu-sión: precisamos de oídos más que de vista para sentir el devenir que hace de la segunda ley de la termodinámica un sino fatal –esa ineluctable y odiosa ley según la cual el desorden se incrementa en éste nuestro nicho común. Además, sin cambio no podríamos oír la música, sin cambio de presión del aire no existe sonido y sin sonido sería necesaria otra música, no audible, si se me permite el oxímoron. Una música abstracta, neuro-nal, platónica. No creo que estemos los humanos dotados de un sentido comu-nicable para oír tales acordes. Tal vez al-gunos animales sí lo han sabido, mucho antes que nosotros.Mientras tanto, seguiremos tratando de asir la música que nos rodea o crean-do mundos para que eso inefable sea melodía. Seguiremos tocando, tañendo, cantando, arrullando, gritando, ange-lando, abrazando con esa mágica hibri-dación entre unas ondas de presión en el aire y una razón humana –nacida en las almas, los espíritus o en las sinapsis neuronales-, uncidas ambas, razón y so-nidos, en una infinitud posible de can-ciones, de sones y armonías que hemos denominado música.Razón tenía quien cantaba que todo arte pugna por llegar a ser música. ¡Ya lo creo!

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Corrían ya los años 60 en una Venezuela recién salida de la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, cuando la paz y los aires re-volucionarios de la juventud que tomó la calle para celebrar el nacimiento de la democracia, sufría los embates de la terrible represión que Rómulo Betancourt y sus seguidores extendie-ron por todo el territorio nacional, a propósito de amedrentar y poner fin a los movimientos que habían elegido la montaña y la clandestinidad para seguir luchando por cambios radicales en el país. Acción Democrática, traicionaría todos los principios que llevaron al pueblo a pelear contra el Dictador, reuniendo a dirigentes de la derecha nacional en aquél encuentro llamado “El pacto de Punto Fijo” y repartiendo el poder dejando fuera a los cuadros de izquierda que habían luchado para poner fin al régimen au-toritario y cruento de Pérez Jiménez. En poco tiempo, Venezuela reforzaría el alianza con los Estados Unidos de América, y inauguraría la figura de los desaparecidos, como parte de un acuerdo soterrado con el país del norte. En 10 años, un tanto más de 3 mil dirigentes es-tudiantiles, campesinos, líderes comunitarios, sindicales y dirigentes de izquierda, habrían sido asesinados o desaparecidos lanzándolos al mar, o asesinándolos por tiros de gracia, o por las torturas en las mazmorras de los Tea-tros de Operaciones de las policías de seguri-dad del Estado. La situación sería comentario silencioso. El miedo cundiría en los barrios y los gritos de rebeldía de muchos hombres y mujeres serían apagados por el dolor, por las promesas de la reforma agraria, por las ofertas de trabajo y vivienda y por los planes sociales del gobierno, concebidos desde la plataforma del clientelismo, que sería la estrategia política de la derecha para comprar votos y militantes en ese contexto de la social democracia. Sin embargo, mi casa era territorio de paz. Qui-zás porque era un templo de mujeres, donde los hombres eran invitados de fin de semana. Mis hermanas y yo, las niñas mimadas de las 9 tías que compartían los sábados y domingos familiares en medio de las comilonas inacaba-bles, repetíamos en miniatura los pasos y las letras que se reproducían en el pick up de los discos de acetato del momento. La música era mezcla de populares baladas, rancheras, sones y mambos, muy útiles a la hora de pulir los pisos para el baile nocturno. Para entonces, el suelo se enceraba con parafina hirviente en kerosina, evento tan peligroso, que obligaba al retiro de las niñas hasta que estuviese extendi-do en las baldosas de cemento reluciente, para colaborar después en el pulido, danzando con sendos trozos de coletos esponjosos atados a los pies, pues las pulidoras eran un lujo inal-canzable. La acción se completaba sólo cuan-do aquellos pisos de colores y rosetas brillaban hasta reflejarnos en la pequeñez de nuestros rostros y cuerpos. Mientras tanto cantábamos. Todas y cada una interpretaba su canción fa-

vorita. Por el ritmo de la música podíamos adivinar el estado anímico de mi madre, de mi abuela, de las vecinas y de esas maravillosas tías que nos acompañaron en el crecimiento. Los sin sabores del amor, la traición y el des-pecho sólo tenían la fuente del tango, el bole-ro y las rancheras para aliviar el maltrato del desencanto, asunto que se hacía mucho más interesante cuando se encendía la TV para ver al “Morocho del Abasto”, el querido Carlitos Gardel, en aquellas melodramáticas interpre-taciones que engalanaron al cine argentino de los años 30. Mis tías lloraban, mi madre sus-piraba, ella nunca fue muy amante de las lagri-mas, al igual que mi abuela, cuya dureza sólo se ablandaba con aquella mirada seductora y sufrida de Gardel cuando cantaba “Sus ojos se cerraron”. Y mi abuela decía: ¡Qué triste, po-bre hombre, se quedó sin madre y los hombres sin madre sufren mucho! Indirecta dirigida a mi mamá quien por no saber cocinar y ser una mujer divorciada y no bendecida por la Iglesia en su nuevo matrimonio, del cual nacieron mis hermanas, relamía las críticas inclementes de la abuela; historia por cierto común en las ma-yorías de las familias latinoamericanas de las clases trabajadoras. En general, las parejas se juntaban sin los remilgos de la Iglesia y el derecho civil. Para muestra mi propia abuela quien había vivido 3 rejuntamientos cada uno con su respectivo hijo de regalo. Sin embargo, eso que le había ocurrido a ella no lo espera-ba para sus vástagos y los tangos eran un fiel retrato de esta realidad. Pero el gran evento de los fines de semana comenzaba después de los almuerzos, cuando aparecían Los Enamorados con sus guitarras a cantar sus ardientes serenatas, reminiscen-cia de la influencia de las películas mexicanas, donde los enamorados voceaban sus cuitas en las ventanas de las bellas mujeres enamoradas. Las canciones: Tangos, boleros y rancheras que brotaban auténticas en aquellas bocas seductoras que hacían del drama de las letras de aque-llas canciones, declaraciones de amor y de pasión que en aquel territorio femenino eran el caldo para futuras uniones y peleas. Hermanas enamo-radas del mismo cantante. Hombres seduciendo a varias hermanas. Secretos de alco-bas. Embarazos imprevistos. Celos entre ellos. Picardías y despechos que sólo serían mitigados con alcohol y nue-vas pasiones secretas.Allí, entre la danza seducto-ra y el melodioso timbrar de las cuerdas de guitarra, fui aprendiendo la melodramáti-

ca mirada de la vida que contiene cada tango. Al punto, que más tarde, esa misma trágica vi-sión del mundo, fue convertido en letras y más letras para los diálogos de los actores de las telenovelas en la televisión venezolana. El tango no es tan sólo un divertimento melo-dioso. Es más. Es una descripción del hombre y de la mujer pobre. Es una puntada de hambre y de sed. Es un desolado camino hacia una casa inundada de necesidades. Pero también, es el vago placer de lo prohibido. La soledad de un cuarto vacío de una prostituta. La ausencia de amor, de la calidez de una mesa de domingo en familia, de lo que dejaste y ya no consi-gues. De la pérdida de la madre y, con ella, de la mujer milagrosa que te recibe en los brazos sin esperar más que un beso sutil. Lo más duro, es que en los tangos también sentimos la desincorporación del sentido de la patria. El desarraigo. La ausencia de ese sentimiento llamado pertenencia. El tango es el reflejo de esa impertenencia. La obligatoria necesidad de construir y crear una nueva vida de la nada. Por eso el lunfardo. Para pertenecer reinvento has-ta el lenguaje, pero lo hago desde lo que olvidé, para conocer lo que soy hoy. Una lengua con referentes inmediatos, que manifiestan la pobre vida de ese inmigrante. Así la letra, así la música y así los pasos vio-lentos y seductores de su danza. Bailar tango es una tentación. Pero, no una tentación que te arroya y te lleva hasta la pista y lo intentas y lo hiciste. Cada movimiento, cada gesto, cada encuentro, requiere de una preparación. Así como su idioma, el lunfardo, que no se habla de un momento para el otro, el tango no se baila de un momento para el otro. Sus notas sinco-padas, te conminan, te envuelven, pero apren-der su ritmo es vital para un gran encuentro. Se parece a la iniciación de un o una adolescente a

la vida adulta. Antes de bailar, escuchas la mú-sica y te dejas seducir por su ritmo. Antes de bailar, aprendes a vestirte para ese evento del encuentro en la milonga. Las mujeres: La media de seda, el liguero, la falda con la abertura de lado o entre las piernas. El escote en la nuez, como dice la canción... El arreglo en el cabello y, por último, los zapatos de tacón. Allí está lo seductor. Allí radica esa especie de fetiche. El largo tacón acariciando la pierna del acompa-ñante. Apenas un gesto, apenas un encuentro de breves segundos, apenas la caricia en ese acto inspirador de 3 minutos llamado Tango. El hombre: también tiene su rito. El sombrero. El traje. El olor a lavanda o a perfume penetrante. El clavel o la violeta en el ojal. Los zapatos de dos tonos con breve tacón torcido hacia ade-lante. Todos en el ruedo, en un rito de dolor, de muerte, de pena de amor y de despecho, todos en un rito de desolación que concluye en ese abrazo final de encuentro y despedida eternos llamado tango.En aquella casa de niña, que nos protegía de los sinsabores de la persecución de las policías y cuerpos militares del Estado, cuya única mi-sión era acabar con la guerrilla urbana, apren-dí a amar el tango. Abrazada a las piernas de mi padre, intenté uno que otro pasito tímido, improvisé un final dramático para concluir tea-tralmente “La Cumparsita” y aprendí todas las canciones que pude. El tango era para noso-tras canción de cuna. Expresión de sentimiento que más tarde descubriría no tan mítico como parecía en mis días de niña. Porque el tango es la realidad de los barrios y de la calle. Morfar desgasta los tamangos. Los pobres de la tie-rra lo saben. Entonces, reinventar la vida con el bandoneón y una palabra trágica, dramática, apasionada, alivia el corazón de tanta verdad que amarga la boca.

Tango que te tengo y tanto Marianella Yanes Oliveros

Enviado desde Glasgow-Escocia

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e tí me queda el trance, la mueca de la piel llamada a esfuerzos y goces. De tí, la diversa tonalidad y el

sudor de colores que brota de adentro hacia afueras.

De tí la humildad silencio, campana de blanca garza que es toda iglesia a las 2 de la tarde. De tí el repique afinque de la libertad urbana de cada viernes donde mengua el temible capitalismo y germina la llovizna de los inventos colectivos, embriagantes.

De tí la esquirla timbrazo agudo del canto trompeta abierta, del duelo hecho sonido en la sopladera inmensa que, metal de por medio, Louis Amstrong ofrenda a la eternidad que le escucha. De tí la navaja oculta, el diente de oro, el tumbao que tienen los guapos al caminar mientras la percusión irrumpe latido diástole, latido sístole y se me brincan del alma Juanito Alimaña (de Héctor Lavoe), el gran varón (de Willy Colón) y el Pedrito Navaja (de Rubén Blades).

De tí la esperanza hilvanada de acordes colectivizados, orquestados, mural de tanto dolor y corazonadas de la Europa cortesana e imperial de todos los siglos. De tí la métrica exacta donde humor e hidalguía quijoteaban novelas en febriles noches de un manco… de Lepanto.

De tí el himno broncíneo efeméride, muchachitos de colegios con uniforme planchado que sabían que la matria era ese sol tricolor subiendo a la altura de la nube y de los mangos verdes del liceo.

De tí la trova ron cigarro dolor guitarra arpegio metralla disparo de nieve de la nueva trova que nunca es ni será vieja. De tí los oasis de placer en el marullo de olas que gritaban mar, lago y petróleo en esta cuenca que me habita sin remedio. De tí la voz Gualberto Ibarreto que mis tías colombianas devoraban como si de mieles de ultramar se tratáse. De tí Alfredo Sadel en La Habana feliz y la portentosa Morella Muñoz en la lúdica del sueño cuando “(…) dicen que hay una tierra para los negros”.

De tí la motown Detroit, la gringada ciudad, el dolor afroamericano, pantera negra, Angela Davies, Malcom x, Marthin Luther King, blues de mis dolidas desesperanzas, soul de mis adentros, funk de mis relámpagos, baile inquieto de James Brown lo hereda el niño de Indiana que después la soledad lo devoró a punta de flash y propofol.

De tí los primeros pasos hacia el sexo vertical, la duda, el miedo: ¿la saco o no a bailar?... ¿y si la piso?

De tí el cuento del andino en el Táchira que al cerrarse los ascensores de su edificio me daba ipso facto la nota exacta en la que estaba el cierre de las compuertas del aparato.

De tí Janis Joplin y la guitarra quemada de Hendrix, le retahíla fervorosa, la divinidad del sur hecho rock, poesía, duelo, o tango bailado por hombres en el puerto, caballo blanco en la pampa de la ciudad que es Goyeneche (el polaco), la Rinaldi con Cortázar hilvanando hubieras y erigiendo dolores que hacen reír en lo profundo.

De tí el cambalache del siglo XX. De ti entre candilejas Charles Chaplin, Esther María Osses y mi madre Amparo Gil escuchando al Leonardo Favio y sus violencias a orilla del desamor que es toda playa de noche.

De tí el grupo Niche en Cali en las ferias hechas salsa brava porque Cali es Cali lo demás es loma. De tí el “oye men no le pegue a la negra” del palenquero rebelde que es y será Joe Arroyo.

De tí el vallenato luctuoso, maledicente y comercial que no termina de zafarse de violencias paramilitares… ay hombe!!!

De tí “todo cambia” con Texere (Yolandita y Lola Delgado) a toda gana esta trova nuestra, en este puerto Maracaibo que todo lo erosiona y todo lo colorea; este puerto que pendula entre la gaita protesta y la gaita aduladora de la godarria.

De tí los rasgueos, los barroquismos, los minimalismos expresivos del ulular, del graznar, del mugir, del gemir, del barruntar, del guevarizar adentros que de pura palabra seca no duelen debidamente.

De tí la sapiencia lubricada, la esquirla punta roma, la franja de posibilidades, la gama, el acervo, la muchedumbre, el aplauso y el réquiem.

De tí, la teoría y el solfeo, el sistema de orquestas glorioso mambo y la otra faz non santa; el arpa a orillas del río Apure; la banda sonora del cine militante… sin cotufas. De ti, la inconfundible pieza de vals de los quince años en la barriada que a duras pena come pero festeja primaveras en el cierto ritmo y en la cierta proporción. De ti, el rapeo de calle, el jolgorio, el contrapunteo, francisco el hombre, florentino, la décima manglar, la bachata, el son, el merengue, la cumbia caribe y el bolero felipepireliano de estas orillas.

De tí la flauta cóndor de elevada altura andina. De ti el quejío flamenco de lorquianos dolores de cal y oliva.

De tí esta inundación de quiebres, de tí esta abultada historia que me brota justo ahora cuando el cantor levanta su voz y todo queda erizado, aliprimerizado diríase. Desde tí saber de Alí Primera, el mismo que cuando carajito limpió botas y boxeó penurias allá por Las Piedras, en el Falcón de los cujíes y los chivos.

De ti este Quinteto Contrapunto y bitelmaníaco, este campo de fresas, el yesterday que duele y la soledad jamás tan bien sonada en la vida, pasión y muerte de Eleanor Rigby. De ti la fábula imaginada perdida a punta de bala en 1980. Se llamaba John y nunca fue Sir John Lennon…liberado así de aburguesados goces.

De tí, invento mujer, musa, femenina voz, masculino inquieto, barítono, tenor y contratenor, castrati agudo, corista y su disciplina de aromáticas para la garganta.

De tí, la nervadura del ser que ahora trenza este palabreo de saledades en la coordenada solidaria, en la gana de untarme de ti para seguir poetizando la palabra que somos y ser bonita trova que anhela vida digna.

De ti MÚSICA vienen estas palabras de fuego y agua. De tí, por y para ti carajo!!!

Enhorabuena entonces ahora que nuestro combate ya es una sola canción y la bailamos gozosos.

Nicanor A. Cifuentes Gil

Enviado desde Maracaibo-estado Zulia

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Cuando pensamos en Simón Bolívar, nos viene a la mente

el hombre que dio la libertada a seis na-ciones, el de los cuadros, de baja esta-tura, tez morena, el militar, pero nunca pensamos en el hombre sensible, apasio-nado y humano que él era…Pensar que tan grande luchador era exce-lente bailarín, amante de la música y de los detalles de galanteo exagerados, nos hace reflexionar, que tan estratega era nuestro libertador, se dice que en muchos de los bailes conoció el amor, selló pac-tos, planeó ataques y hasta le salvaron la vida.Simón bolívar era un hombre de mun-do, pudo conocer otros países y ena-morarse de su cultura, buen diplomá-tico para su época logró mezclar toda esta sensibilidad con una de las más grandes batallas de la historia librarnos del dominio español.A sus 16 años el joven Simón viaja a Europa donde se enriquece de conoci-mientos y se convierte en hombre co-nocedor, entre muchas cosas aprende a bailar, esto lo lleva a salones de la corte y tertulias, sirviendo tal vez de puente para ampliar su causa. En la equitación y baile demostró Bolívar excepcional habilidad. Es el baile uno de los más grandes amo-res de bolívar, el que lo dejaba pensar y amar en discreción, el que le permitía tomar a las bellas damas por la cintura, besarlas en la mano, hablarles al oído, conocer a todas los nobles jóvenes y pasar desapercibido en muchas oportunidades.La familia del libertador contribuyó a muchos de los avances en nuestro país, tal es el caso de El Padre Palacios y Sojo, Tío abuelo del Libertador, sacerdote y músico, este se encargo de la enseñan-za musical en Venezuela (1783), pertene-cía a una familia poseedora de grandes bienes de fortuna y gusto por las mani-festaciones culturales, en especial por la música que trae a Venezuela. En 1770 Luis Peru de Lacroix refiere que el Liber-tador contaba haber sido muy aficionado al baile, “que el valse es lo que siempre había preferido y que hasta locuras había hecho en bailar seguidamente horas en-teras, cuando tenía una buena bailarina. Sobre lo que el baile había significado en su vida, Bolívar hizo a Luis Perú de la Croix la siguiente confidencia:“...Que en tiempo de sus campañas cuando su cuartel general se hallaba en

una ciudad, villa o pueblo siempre se bailaba casi todas las noches y su gusto era terminar un valse e ir a dictar algunas órdenes y oficios; volver a bailar y a tra-bajar: que sus ideas entonces eran más claras, más fuertes y su estilo más elo-cuente; en fin, que el baile lo inspiraba y excitaba su imaginación”.Por donde el libertador pasaba o estaba siempre lo recibían con música, la fama de buen bailarín recorrió toda América y las personas lo homenajeaban con una de las cosas que más lo apasionaban, de esto hay escritos que dan fe de anécdotas, relatos y confesiones que no solo en nues-tro país quedaron y que hoy nos dejan ver a un Libertador más Humano, uno de carne y hueso, un Simón Bolívar integral.En Venezuela, en Aragua de Barcelona capital del municipio del mismo nombre, del Estado Anzoátegui, al este de Vene-zuela. Fundada el 20 de febrero de 1734 bajo el nombre de Nuestra Señora de Belén de Aragua por el gobernador de la Provincia de la Nueva Andalucía, Don Carlos de Sucre, la villa de Aragua de Barcelona fue centro de administración “espiritual” y política durante la época colonial. De este período se conservan en el casco histórico de la ciudad la iglesia de San Juan Bautista, listada en el Patri-monio Histórico Nacional de Venezuela, y numerosas casas coloniales. En la calle Colón se encuentra una vivienda donde se dice que el Libertador Simón Bolívar bailó una noche y también está en la ca-lle Anzoátegui un árbol de cotoperí bajo el cual se dice que Bolívar amarró su ca-ballo y descansó.En Casigua, “estuvo el 20 de diciem-bre, según la placa en la casa donde se hospedó. Es decir, sólo un día desde Altagracia. El 21 de diciembre pernoctó en Zazárida, desde Casigua son unos 50 kilómetros. Esa misma noche según se dice fue hasta Tarana, donde en una fiesta Bolívar bailó. De Zazárida siguió a Mitare.En la ciudad de Maracaibo José Antonio Almarza, Prócer de la Independencia, quien con el padre San Just ha sido con-siderado de los primeros poetas del Zulia en el orden cronológico. Perteneció a una de las familias más distinguida por sus ri-quezas y posición social. Fue servidor a la causa independentista del Zulia,(integra al movimiento La Escuela de Cristo junto a San Just).Su producción (Un Soneto y una Déci-

ma-) El Soneto denominado SONETO AL LIBERTADOR, improvisado en el ban-quete con que la ciudad de Maracaibo obsequió al Libertador en su visita a este ciudad en 1826, y se refiere al deseo que existía que El Libertador se coronara como Napoleón, y que el mismo Liberta-dor rechazaba.Es la primera composición poética dedi-cada a Simón Bolívar. En este banquete Bolívar bailó con una poetisa zuliana, y ofreciéndole un vaso de vino Almarza le pidió que hablara en verso, y de esta for-ma lo hizo.En el resto del mundo también dejó sus anécdotas dancísticas. El Perú, el 26 de Junio de 1825, fue Cuzco quien re-cibió a el Libertador Bolívar, con gran pompa, arcos triunfales y alfombras de flores. Durante veintinueve días per-maneció el libertador en la ciudad de los Incas, no hubo un día donde falta-sen los bailes, banquetes y fiestas, así conmemorarían la visita de tan ilustre huésped, se acuñaron medallas de oro, plata y cobre con el busto del Padre y Libertador de esta patria peruana. Bolívar estaba entonces en la plenitud de su gloria, según Ricardo Palma en Bolívar y El Cronista Calancha: “Era el Libertador delgado, y de algo menos que regular estatura. Vestía bien, y su aire era franco y militar: Era muy fuerte y atrevido jinete. Aunque sus ma-neras eran buenas y sin afectación, a primera vista no predisponía mucho en su favor. Sus ojos, negros y penetrantes; pero al hablar no miraba de frente. Na-riz bien formada, frente alta y ancha y barba afilada. La expresión de su sem-blante, cautelosa, triste y algunas ve-ces de fiereza. Su carácter, viciado por la adulación, arrogante, caprichoso y con ligera propensión al insulto. Muy apasionado del bello sexo; pero extre-madamente celoso. Tenía gran afición a valsar y era muy ligero; pero bailaba sin gracia. No fumaba ni permitía fumar en su presencia. Nunca se presentaba en público sin gran comitiva y aparato y era celoso de las formas de etiqueta. Su actividad era maravillosa, y en su casa vivía siempre leyendo, dictando o ha-blando. Su lectura favorita era de libros franceses, y de allí vienen los galicismos de su estilo. Hablando bien y fácilmente, le gustaba mucho pronunciar discursos y brindis. Daba grandes convites; pero era muy parco en beber y comer. Muy

Poesía

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desinteresado del dinero, era insaciable-mente ávido de gloria”.En Lima en1826, El libertador provoca entre las damas un gran revuelo, éstas deseaban bailar con él y para poder complacerlas a todas las damas de Lima, se mandó a tocar decenas de veces el mismo vals para que todas tuvieran opor-tunidad de haber bailado con el héroe. Según Luis Eslava Iparraguirreen1824, el párroco de Cajabamba, Don José Perea y coadjutores de la parro-quia; don José Carbajal y don Nicolás Vereau, vinculados con el parentesco de varias familias cajabambinas y ayudados por el general José de la Mar, lograron desagraviar al Libertador, que desde su llegada a Cajabamba, estaba incómodo entre “godos “ y “realistas”, convencién-dolo por fin de la adhesión de Cajabam-ba a la causa emancipadora, por los 12 mil pesos reunidos, motivo por el cual Bolívar decide permanecer un tiempo en “Gloriabamba”, por la excelencia de su clima que tan bien le asentaba a su orga-nismo, pues se encontraba terriblemente afectado de tuberculosis.Bolívar estuvo en Cajabamba los meses de mayo y junio, épocas de la “saca de papas” y las “trillas” de trigo, que tradu-cen el colorido folklórico de Cajabamba.En estos días, hubo fiestas, saraos y co-midas en honor al Libertador; en la Pam-pa Grande, lugar a kilómetro y medio de Cajabamba, se estaba organizando una “saca de papas”, y el deseo de sus anfi-triones era hacer participar a Simón Bolí-var como invitado de honor.En esa actividad estaba la flor y nata de las familias cajabambinas, resaltando en-tre las damas por su lozanía juvenil y des-lumbrante belleza, doña Josefa Ramírez, a quien cariñosamente la llamaban Che-pita y cuyo padre no obstante el notorio hispanismo de Cajabamba realista, era decidido partidario de la causa indepen-dista, al haber estado en comunicación secreta con Bolívar.Las damas hacían derroche de galanura, distinción y lujo desbordante, ataviadas con amplias faldas armadas de crinolinas y ca-tegorías que llevaban el nombre de “sayas culecas”, altas peinetas con tembleques o gusanillos de oro y perlas, las manos ador-nadas de joyas diamantinas, esmeraldas, zafiros, los riquísimos mantones de manila, las finísimas medias, los bordados de Ho-landa y los zapatos de rostro bajo, hechos

de raso de seda con hebilla de oro, cubrían los delicados pies. Un boato colonial, rum-boso y muy hispano que en Cajabamba de antaño fue proverbial.Bolívar se encontraba con el general José de la Mar y su Estado Mayor, todos con gran uniforme y mientras en la chacra los peones hacían centellear sus lampi-llas, hurgando el surco terroso y pródigo de tubérculos, los olores de fritangas de gran cantidad de cuyes y gallinas, patos, carneros infestaban el ambiente a la par que la bien preparada chicha de jora ca-jabambina circulaba en vajillas de plata repujada; irrumpiendo los sones de las arrebatadoras “zamacuecas” que sue-len enredarse en los tobillos y obligan a matar el gusano que se agitan sobre los pies. El Libertador no pudo contenerse e invitó a bailar a la simpatiquísima Che-pita Ramírez a bailar, el criollo anfitrión como tradicional es en Cajabamba, con personajes de consideración, pidió con voz multánime: solos... solos... y así fue.El Libertador para actuar libremente se despojó de la histórica y victoriosa espa-da de Caracas, que llevaba ceñida y la colgó en la rama de una planta de capulí y que cuyo tronco añoso y más que cen-tenario se vé aún, en un solar del Norte del campo de aterrizaje; casa quinta que a fines del siglo XIX perteneció al señor David Figueroa, luego al señor José Espi-noza y por fin a los señores Alcalde, cu-yos herederos hasta ahora lo poseen.En el baile comentado, sucede que a doña Chepita se le zafó el diminuto za-pato raso, a trueque de lastimarse los de-licados pies, siguió bailando, en afán de domar al indomable. El Libertador ante quien temblaba España y se prosternó la América toda, paró en seco, hincó rodilla en tierra y la calzó por su propia mano, abrochando la hebilla dorada.Es la réplica fiel del Príncipe legendario, calzando los pies de porcelana de la be-lla Cenicienta.

Según Genaro Ledesma IzquietaCuando Bolívar se entera que lo único y poco de caballería que quedaba en el Perú se hallaba en Cajamarca, este des-embarca en Salaverry y toma el camino de herradura hacia Cajamarca, teniendo que pasar por Cajabamba, encantándole su paisaje y la maravilla de su clima, el aire tibio de su clima, que le permitía res-pirar fácilmente, pues se hallaba infecta-do de tuberculosis. De lo que iba a estar

sólo de paso se queda varios días.Una vez que pasó revista al batallón de caballería en la Pampa Grande, Bolívar es invitado a la casa aledaña, donde se realizaba una saca de papas, acto pro-gramado en honor a él para sellar con broche de oro tal acontecimiento. La banda de músicos va detrás de los in-vitados y se ubica en lugar propicio del patio. En dicho acontecimiento estaban las figuras principales de la sociedad ca-jabambina, destacándose la descollante presencia de Josefa Ramírez, admirada venústicamente como Chepita, vestida con el ajuar de una manola, cabello en-rollado y sujetada a la cabeza por una peineta alta engastada en plata que le permitía lucir por los cuatro costados su rostro columbino y ojos grandes y viva-ces, reveladores de una gran inteligencia y gran personalidad.De lo que ocurrió allí nada está dicho, pues en función del resultado hay mucho para la fabulación... Bolívar al ingresar a la casa, hay un gran diluvio de flores, que de no ser por sus guardias, todas las jovencitas emocionadas se le hubie-ran prendido del cuello. Bolívar inspira-ba emociones fuertes en las huestes fe-meninas. Bolívar desabrocha su casaca azul de laureles dorados y reposa en un tronco de capulí su espada, el árbol se encontraba en el centro del patio, con-virtiéndose desde entonces en el árbol emblemático de la libertad.Comienza a circular las papas recién extraídas de los surcos de enfrente, así como el molido rocoto con berenjena, más las hierbas aromáticas como el pe-yco y el huacatay. Entre papas y rocoto van colocando muchos platos de cecinas y chicharrones, también la espirituosa chicha de jora, el hidromiel de los caja-bambinos. El invitados con su corte co-men cual agricultores felices. Los palada-res gritan degustando como los pajaritos en los racimos de capulí, la dulzura del picante lo apagan con el contenido de las jarras que se llenan milagrosamente.Bolívar pela con cuchillo la primera papa del mate y se la ofrenda en la boquita a la dulzura de Chepita, quien se ha quitado la estola por el calor; sus brazos y hom-bros son una perfecta obra de escultura... Luego viene el sazonado cabrito con yu-cas del valle de Condebamba. Para ven-cer los berrinches del cabrito, debería en-trar a tallar el vino español, pero Bolívar decide brindar con chicha de jora, que su

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efecto y sabor sabe mejor que la lágrima de los viñedos.Se levanta Chepita con un ramo de flores y se la ofrece al Libertador...Los oficiales encendidos por la pócima, re-claman al unísono:¡Baile!... ¡Baile!... un joropo venezolano.El joropo se danza en pareja. La ban-da de músicos de Araqueda empieza a tocar los sones, Bolívar se pone de pié y saca al centro del patio terroso a la glamorosa Chepita.En el furor del zapateo, ¡oh, desgracia!, se le zafa uno de sus zapatos a la ya ga-nada Chepita y ella para no paralizar la danza, se saca el otro calzín y prosigue con más brío, retando a que el Liberta-dor la persiga. Percibiendo Bolívar que su dama bailaba con los pies descalzos, que le aumentaba la sensación erótica, creyó que así era el baile y que siendo una derivación del joropo y del resto de músicas conocidas, lo venía a aprender en “Gloriabamba”; institucionalizándose desde esta tarde como el baile nacional de la libertad.Todos los peruanos recuerdan esa músi-ca alegre, chispeante y enamoradiza de la chuscada, ritmo ancashino que fue uno de los primeros en imponerse a nivel nacional gracias a la radio y los coliseos llenos de fervor de tierradentro.Pero el origen de su difusión es de lo más curioso. Simón Bolívar, durante una re-cepción en Huaraz, oyó esa música de la calle propia de “indios” y de inmedia-to hizo ingresar a los músicos. Pese a la mala cara del dueño de casa, Bolívar bailó y brindó por ritmos tan contagiosos. El dueño de casa expresó su enfado por esas canciones propias de “chuscos”, y Bolívar retrucó y pidió que vinieran más “chuscadas”. Y añadió que en Venezue-la, lo “chusco” es lo gracioso y alegre.Y desde entonces, el alegre huayno an-cashino se quedó como chuscada.En el caso de Colombia, múltiples fueron los escenarios donde el libertador visito y demostró sus más nobles dones.En diciembre de 1826, cuando perma-neció por una semana en la Villa del Socorro, municipio del departamento de Santander, fundado en 1681.Se ofrecieron en su honor fiestas diarias que incluyeron fuegos artificiales, corri-das, cabalgatas, piezas teatrales, un bai-le de disfraz, tres bailes en casas privadas y un “esplendoroso baile en la sala de la municipalidad”. En Bogotá, 1827 el escenario de la ale-gría se fue cambiando: durante un baile ofrecido por el Libertador, el cónsul general de Holanda, indignado por-que un hijo de Miranda se sentó so-bre el abanico y el frasquito de sales de su dama, lo desafió. Celebrado el duelo al día siguiente, el diplomático holandés quedó muerto a orillas del río Fucha con un balazo en la frente. En el año siguiente, 1828, en un baile de máscaras ofrecido en el Coliseo un grupo de complotados planeó asesinar al Libertador.

Según AÍDA MARTÍNEZ CA-RREÑO (2003) “Desde la entrada a Bogotá de los ejér-citos triunfadores en el puente Boyacá en agosto de 1819 quedó establecido el ritual de una celebración que se repeti-ría durante muchos años: para la tropa, comida al aire libre, ríos de chicha y co-rridas de toros; para la oficialidad y gen-tes principales, baile y refresco. Así se fue construyendo el calendario de las fiestas patrias. Cuenta José Manuel Groot que en 1820 se celebró por primera vez el aniversario del 20 de julio en todos los pueblos de Cundinamarca, y relata las fiestas de Funza en ese año: “...¡Qué tol-dos se hicieron, ya para los pasadieces y bisbices [juegos de suerte, especie de loterías], ya para las botillerías... Hubo bailes permanentes, porque se bailaba hasta entrar el día”.El primero de agosto de 1828, Manuela nuevamente sugiere la conveniencia de no asistir a un baile de disfraces que se efectuaría en el Teatro Coliseo de Bogo-tá, lugar escogido por los conspiradores para asesinar a Bolívar. Sin embargo, Bo-lívar no hace caso y acude. Manuela utili-za un artificio para que Bolívar abandone el lugar: se presenta disfrazada de hom-bre y provoca un escándalo, llamando la atención de los presentes; Bolívar se avergüenza, se retira de la fiesta y salva su vida. De ahí le concede el titulo de mi Amable loca .En Quito, Ecuador, también se realiza-ron fiestas y bailes que se celebraron en su honor. El era tan incansable como en las más fieras batallas y llegaba en el jol-gorio a subirse a las mesas y seguir allí la danza, en medio del regocijo de los asistentes. No le iba a la zaga Manuelita bailando la “ñapanga”, danza sensual y provocativa, a la que el obispo de Quito

llamara “la resurrección de la carne”.Quito, el 16 de junio de 1822, Manuela Sáenz de Thorne lo ve por primera vez, en un evento narrado por ella en su diario de Quito: “Cuando se acercaba al paso de nuestro balcón, tome la corona de rosas y ramitas de laureles y la arrojé para que cayera al frente del caballo de S.E.; pero con tal suerte que fue a parar con toda la fuerza de la caída, a la casaca, justo en le pecho de S.E. Me ruboricé de la vergüenza, pues El Libertador alzó su mi-rada y me descubrió aún con los brazos estirados en tal acto; pero S.E. se sonrió y me hizo un saludo con el sombrero pavo-nado que traía a la mano...”; a partir de este suceso y de un encuentro posterior en el baile de bienvenida al Libertador, él le manifiesta como “Señora: si mis sol-dados tuvieran su puntería, ya habríamos ganado la guerra a España...” Dirigiéndose al encuentro en Guayaquil. Entre el mar Caribe y el océano Pacífico, se abre un camino de arcos de triunfo: el general Bolívar acude desde el norte. Viene desde el sur José de San Martín, el general que atravesó la cordillera de los Andes en busca de la libertad de Chile y de Perú. Después, hay banquete y baile. Baila Bolívar en el centro del salón, dis-putado por las damas. A San Martín lo aturde el ruido. Pasada la medianoche, sin decir adiós se marcha hacia los mue-lles. El equipaje ya está en el bergantín.Esa tarde del 26 de julio San Martín visitó a Bolívar en gesto de cortesía y volvieron a conversar desde la una hasta las cinco, que se les sirvió una cena o banquete. Al día siguiente tuvo una nueva conversa-ción con Bolívar y por la noche hubo el baile de gala del Cabildo que duró des-de las nueve hasta pasada la una de la madrugada del 28 de julio; Bolívar bailó bien, como siempre solía hacerlo, pues era muy cortés con las damas. San Martín

conversó con varios caballeros, saludó con las damas y contestó varios brindis de amigos; al final se alejó discretamen-te con Bolívar y los edecanes y salió por una puerta posterior, embarcándose en una chalupa que lo llevó a la Macedonia y de allí elal Perú. Bolívar regresó a bailar pues había triunfado y era justo que cele-brara; un nuevo laurel orlaba su frente...El baile es la poesía del movimiento”, decía Bolívar. “Siempre he preferido el vals, hasta locuras he hecho bailando de seguido horas enteras, cuando me ha to-cado en suerte una buena pareja”, cita el historiador Jorge Núñez en su obra Un hombre llamado Simón Bolívar.Ciudad de Potosí, Bolivia, Simón Bolívar, bailó un vals con el General José Lauren-cio Silva, la condición de pardo le causo una contrariedad al ser rechazado por una dama de la aristocracia, el Gral. Si-món Bolívar pidió que se repitiera el vals y bailó con José Laurencio Silva.

Según José Laurencio Silva La anécdota es la siguiente:“Que deje de sonar la orquesta orde-na el General, este se ha dado cuenta de la piel, por su cabello negro ensor-tijado, por su condición de llanero, las mujeres potosinas no aceptaban por pareja al venezolano.Su excelencia está ahora en medio de la sala, levanta la voz, hace una reve-rencia y dice: “Señor José Laurencio Sil-va... Ilustre prócer de la independencia Americana, Héroe de Junín y Ayacucho, a quien Bolivia debe inmenso amor, Co-lombia admiración, Perú gratitud eterna, saben que el Libertador quiere honrar-se en bailar ese vals con tan distinguido personaje”, dirigiéndose a la orques-ta ordenó: Tocad un vals y caminando donde estaba asombrado José Laurencio Silva lo reverenció, ¿me concede el ho-nor General?; y salieron al centro de la sala, el murmullo era unísono y valsea-ron como buenos amigos, recordando quizás las veces que lo hicieron en los campamentos de Apure, en el reposo de las campañas guerreras, al son del arpa y las maracas, así valsearon hasta que los aplausos de la numerosa concurren-cia opacaron la orquesta.Entonces nuestro Libertador siendo un niño quedó huérfano ,enviudó muy joven lucho y perdió muchos seres queridos y llegó a ser el padre de la Gran Colombia. Era un hombre normal que pese a tanto dolor le gustaba ser social, conversar, leer y bailar. Era el baile su medio de canalizar sus emociones, dejaba fluir sus deseos y placeres más carnales. De esta manera contribuyó con las naciones pues su regalo de libertad no sólo fue militar, sino que fue tam-bién cultural, de igualdad, donde dejó enseñanzas. Dio honor a quien honor merecía, amó a quien le debió su vida y enalteció la caballerosidad de un hombre escaso de belleza pero que contó con docenas de mujeres en su lecho.

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