LA INDUMENTARIA DE MENORCA EN EL SIGLO XVIII
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LA INDUMENTARIA DE MENORCAEN EL SIGLO XVIII
DAMIÁN BOSCH
La sociedad actual está inmersa enuna vorágine de acontecimientospolíticos, sociales y culturales sinprecedentes en la historia de lahumanidad . Una parte culturalimportante representa todo aquelloque tiene que ver con el vestuario.La moda en el vestir crea un mundofascinante que desde siempre haseducido tanto a hombres como amujeres. Cuando las nuevas tendencias obligan a las existentes aformar parte de la historia, investigarlos atuendos de nuestros antepasados se convierte en una tarea apasionante aunque no exenta de ciertas dificultades. Desde tiempo inmemoriallas personas nos hemos sentido hipnotizadas por esta práctica, yla historia nos muestra de quémanera hemos mecanizado y perfeccionado los procesos de fabricación de los diferentes tejidos asícomo la confección del vestido.Actualmente , la rapidez de losmedios de comunicación por hacernos llegar cualquier tipo de información nos lleva a una evolución constante de la moda. Para entendernosde manera visual, antes los cambiosse producían a cámara lenta y ahoratodo avanza a la velocidad de laspelículas de Charlie Chaplin. OsearWilde aseguraba que «La moda esuna forma de fealdad tan intolerableque cada seis meses tenemos quemodificarla». Pero la moda es másque un placer frívolo que reafirma lavanidad del ser humano. Al igual queotras prácticas, refleja la idiosincrasia de una sociedad; lo efímero desus gustos, pero también cómo se
desenvuelve en un lugar y tiempoconcretos.
En Europa, centrándonos en elsiglo XVIII, se desarrolló un procesode industrialización sin precedentesque en el curso del siglo venideromarcaría las pautas de un nuevoorden estamentario . Progresiva mente se fue cambiando la concepción de la moda que dejaría de fijarse en los caprichos de la aristocraciapara enfocar su producción haciauna sociedad cada vez más aburguesada e iniciándose en el consumismo. Los habitantes menorquinestampoco fueron indiferentes a lanueva espiral de cambios aunquecon algunos años de retraso. El proceso se aceleró entre la segunda yla tercera dominación británica.' Laindustrial ización europea favorecíauna mayor producción de tejidos,por lo tanto a más oferta mejor precio. Además la fabricación de nuevas telas permitía al pueblo el acceso a tejidos cada vez más finos ydelicados. Estos llegaban a la islafácilmente desde que en 1712 (iniciode la primera dominación inglesa) seconcedió el «puerto franco » queobligaba a los jurados de las univer-
1 Menorca en el s. XVIII tuvo diferentes períodos de domi naci ones extranjeras . El primerdo minio inglés com enzó con el Tratado deUtrecht en 1713 hasta 1756. A partir de estafecha estuvo bajo dominio francés hasta que elTratado de París de 1763 devolvió Menorca a losingleses iniciando así su segundo período . Conel Tratado de Versalles firmado en 1781 Españarecupera el dominio de Menorca hasta 1798, añoen que los ingleses inician la tercera y más cortadominación hasta que por el Tratado de Amiensde 1802 fue devuelta definitivamente a España.
sidades qobernantes" de la isla a lasupresión de la mayor parte de losaranceles sobre el comercio exterior.El puerto de Mahón se convirtió enesca la obl igada de la mayor ía decomerciantes de la zona. Este constante contacto favoreció una mayorevolución y adaptación a las corrientes de moda europeas que en algomenos de medio siglo consiguió cambia r la indumentaria popu lar quedurantemásde dos siglos habíaarraigado en Menorca. Curiosamente estearraigo continuó e incluso evolucionóde manera particular en el interior deMallorca hasta finales del s. XIX.
Los inventarios menorquines de laépoca, aparte de haber dejado constancia de este rápido progreso, también nos muestran un leve aumentodel poder adq uis itivo de la clasepopular, aunque fue más notorio unosaños después de uno de los mayoreséxodos de la población menorquina."En esta misma época la Corte española, incluso las universidades locales, dictaron varias leyes suntuariaspara intentar mantener en su sitio lasdiferencias sociales que marcabancon los tejidos, la vestimenta y los
2 El régimen municipal menorquín antes del primer dominio inglés estaba constituido por cuatrounivers idades part iculares, las de Ciudadela,Mahón, Alayor y Mercadal, y la General de Menorca en la cual Ciudadela iba perdiendo progresivamente su preponderanciaa causa de las presionesde las otras poblaciones, sobre todo de Mahón.
3 En 1768, durante la segunda dominacióninglesa de Menorca , el Dr. Chepres por medio desu representante y a la vez jefe de expediciónAndrew Trumbell, organizó una expedición deunas cuarenta familias menorquinas , más otrastantas personas de Grecia e Italia para poblar lapenínsula de la Florida en América.
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NARRIAdocumentos coetáneos que junto alas descripciones de usos y costumbres menorquinas tanto localescomoforáneas (John Armstrong , C.D.F.Lindemann), más algunas obras históricas (Die Balearen, Compendio degeografia e história de Luis Salvadory Hernández Sanz respectivamente)nos han proporcionado toda la información obtenida hasta el momento.También las imágenes de diferentespinturas del Museo de Menorca ,Museo Hernández Sanz-Mora, Fundación Rubió i Tudurí, bibliotecade laFundación Bartomeu March y dealgunas colecciones particulares handado luz, color y, lo más importante,forma a toda la documentación escrita analizada hasta el momento. Destacamos la detallada descripc iónsobre indumentaria menorquina querecoge el Ensayo sobre la topografiaé historia natural, civil, y política deMenorca en 1786 de Joan Ramis iRamis, la cual deja claro que la modamasculina, sobre todo la que secundaba la gente de buena pos iciónsocial, seguía las tendencias europeas, mientras que la femenina semostraba reticente a los cambios yconservaba rasgos y característicasde épocas anteriores. Estas exiguasparticularidades, que varían de unaszonas a otras, son las que confieren ala indumentaria la tipología, en nuestro caso, de menorquina. Había algunas piezas de ropa que, a causa deun hecho histórico importante, poralejamiento de los centros urbanos" osimplemente a causa del clima, perduraban como fosilizadas a la evolución imperiosa de la moda. No debemos olvidar que durante la primeramitad del siglo hubo un sector de laaristocracia que no secundaba loscambios introducidos por la nuevadinastía. Algunos sectores, más alejados de la vida cortesana, se mostraron reticentes a las novedades que
4 Debemos tener en cuenta que las comunicaciones terrestres eran extremadamente precarias frente a las marítimas que estaban entodo su esplendor. Algunas zonas interiores permanecían durante años completamente aisladas del mundo exterior. En Menorca el puntomás distante de la costa no llega a los veintekilómetros.
todav ía vivían lastrad iciones demane ra natural yespontánea. Nohabían aparecidoescuelas ni aso-ociaciones que uniformaran a suspart icipantes nicoreografiaran elbaile con un mismo modelo paratodos. Es muyinteresante escuchar a las personas mayores quetodav ía puedenconta r sus experiencias iniciáticasen el mundo de lamús ica y el bailepopular. No habíanada preestab lecido , preconcebido ni coreográfico.Pero tan sorprendente como loanterio r son lasinstantáneas deprincipios de sigloXX que gua rdanp rec iososmomentos dondelas mujeres lucenlos vest idos demoda, y los hom-bres un pantalón ycamisa blancos,
con una faja ce ñida a la cintura,curiosamente ta l y como visten ,todavía hoy, los mozos pamplonicasdurante las fiestas de San Fermín.
Actualmente, como en tantos otrossitios, se reproducen los trajes y vestidos que predominaban entre lapoblación menorquina de la segundamitad del s. XVIII. Momento en quetambién arribaron a nuestras costaslas músicas y los bailes populares(fandangos, jotas, boleros, etc.) quehoy forman parte de nuestro repertorio popular tradicional.
Los inventarios de bienes, contratos matrimoniales, encantes, expolios, requisas, etc. que los diferentesprotoco los notariales isleños hangua rdado ce losame nte , so n los
Menorquina plat¡a. Colección del Museu HernándezSanz-Hernández Mora. Acuarela atribuida a Pascual Calbó. 1785. Mujer de menestral que viene de hacer la compra. Lleva un gran delantal gris sobre un faldón verde ,jubón gris acordonado con aldilla semiplisada en la cintura y mangas completamente ajustadas al brazo dejando asomar el adorno de la camisa en la muñeca. «Rebosillo» blanco con lazo negro justo en el gaznate,«manteta» roja ribeteada en la parte interior con coloniaamarilla, medias verdes y zapatos con hebilla.
complementos limitando o prohibiendo su uso entre el populacho.
El concepto de indumentaria tradicional que conocemos popularmente como «el traje regional» apareciódurante los años cuarenta y cincuenta, cuando la Sección femeninade Falange española y las Jons enuna de sus ramas culturales promovió las músicas y bailes, que en sumomento , denominaron ba ilesregionales. Con el tiempo vieron lanecesidad de recuperar, y en algunos casos crear, un vestido tradicional para efectuar sus representaciones. A finales del siglo XIX y principios del s. XX, tanto los menorquines y menorquinas como los españoles alejados de las grandes urbes,34 _
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Menorquina mudada. Colección del Museu HemándezSanz-Hemández Mora. Acuare la atribuida a Pascual Calbó. 1785. Mujer vestida de fiesta. Lleva un jubón ajustado con un cordón al tronco y una gran botonada en losbrazos. Un rebosillo blanco y muy decorado cubre la cabeza. Asoma el rebosillo blanco de debajo. Un lazo negro adoma el cuello. Un gran faldón ocre-verdoso largoy adomado con unas tablas y pliegues en la cintura paradarle forma. Un mangu ito de piel para protegerse del fríode donde cuelga un rosa rio y una pres losa joya en el pecho. Medias color violeta y zapatos con hebilla .
se adaptaba fácilmente a los cambios. Las diferentes descripcionescoetáneasapuntana un gran retraimiento así como ala poca vida socialde las mu jerescomo mot ivosprincipales. Hayconstancia documental de prendasfemeninas quehan servido hastacuatro generaciones de mujeresadaptándose, conalgunos retoques,a los diferentesest ilos de cadamomento. Esdec ir , la modamenorqu inaseguía las directrices gene rales dela moda españolaprimero y la europea a finales del s.XVIII, que se complementaba co nlas particu lar ida des locales arraigadas en la isla.Por ejemplo , e lreboc illo perd uródurante más de150 años como sededuce de la obra
Geometría y trazaspertenecientes aloficio de sastres del año 1640 enMadrid de Martín de Andúxar, dondeaparece la traza de dos de ellos. Lapseudoaristocracia me no rqu inaadoptó la manteta como artículo delujo perdiendo, de esta manera, suutilidad originaria como abrigo.
Para una exposición más cla rahemos agrupado las descripcionesde los tejidos, la ropa femenina y lamasculina con sus respectivos adornos y joyas.-remarcando las diferencias sociales en el traje y los cambiosde la moda durante el siglo XVIII.
La diferencia más notoria entre lasclases sociales venía marcada porlos tejidos que utilizaban en la con-
iba instaurando el nuevo monarca yse fijaron en el populacho, sobre todoen las prendas de vestir más características, como en un instinto de perpetuar la propia identidad y hacerfrente a la influencia extranjera (en elcaso de Menorca hacia los nuevosdirigentes coloniales). No sabemos sise consiguió o no, pero propició, enalgunas zonas de la geografía , unestacionamiento o incluso una ciertainvolución de la moda en la indumentaria de la época imitando características del populacho pero utilizandotejidos acorde a su cond ición. EnMenorca, como en otros sitios, estaparticularidad se hizo notar más en laropa femenina, ya que la masculina
fección de sus ropas, y la anticipación de las clases altas a los cambios de la moda. En esta época elprincipal sector manufacturero de laisla era el textil y la confección, compuesto por los pelaires, tejedores,tintoreros y sastres que a menudo seveían obligados a importar algunasmaterias primas debido a la pocaproducción isleña, como era el caso' .del lino. Aunque no se puede hablarde una industria rural, muchas campesinas dedicaban gran parte de sutiempo a hilar y tejer sus propiastelas. Muchas piezas de la indumentaria del populacho estaban confeccionadas con tejidos de lana, lino,cáñamo y algodón, con sus respectivas mezclas, producidos mayoritariamente en telares de Ciudadela ,Mahón y Alaior.
Según el historiador Amador Marí,algunos autores coetáneos, en referencia a la manufactura textil isleña,calificaban la producción de bajacalidad. Joan Seguí i Sancho (autorde unos inf orm es esc ritos en ladécada de 1760) nos indica que enla isla se hacía un tipo de camelotede lana para la gente del campo, ycalifica de tosco y elaborado por lasmismas mujeres de los payeses.También tejían algunos lienzos delino y cáñamo (Drap de casa, bti, brinet). Francesc Seguí i Sintes decíaque se fabricaban «algunas ropasde dife rentes spec ies , banstantedecentes, por el uso de los habitantes de Menorca» (Las institucionesde Menorca en el siglo XVII~ . En lamisma época , Lindemann escribióque los tejedores locales producíanmuy poco y lo hacían para la gentesencilla de la isla. Tan sólo fabricaban lienzos bastos, una tela groserapara los vestidos de los hombres yun material no muy fino para los abrigos de las mujeres. De la mismamanera, Joan Ramis i Ramis describe diferentes tejidos de lana (estamtursut, frisetas para surtus, paños ·dits burells, camellots¡'''así corrI6 Ióslienzos de lino y cáñamo (Drap, bri,brinet). En el siglo XVIII, los menorquines así como los europeos, substituyeron paulatinamente la lana porel lino, aunque la mejora de las rela-
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Personajes populares de Joan Chiesa. Estudio de indumentaria de seis personajes populares de Joan Chiesa . Museo deMenorca. Las señoras estan colocadas de izquierda a derecha según el grado de sofisticación o sencillez del traje. En estaimagen nos fijamos en algunos complementos como la gran cola convenientemente forrada de una cinta de color, el abanico, el cambuix, etc.
cion es co merc ia les pe rmit ió laimportación de nuevas telas aumentando también la presencia de algodón. Las importaciones proced íanprincipalmente de Francia, concretamente de Marsella, Montpelier,Nimes, Grenoble, Ais de Provenza yLión, pero también mantenían contactos con Cádiz, Palma, Barcelona,Niza, Liorna, Génova, Caller, Mesina, Malta, Esmirna, Constantinopla,Odesa, Alejandría. En otras ocasiones eran los comerciantes quienesasistían a la feria de Bellca ire enFrancia. En el Museo HernándezSanz-Mora se conserva un completomuestrario de tejidos de la época,concretamente en el cuaderno de uncomerciante maonés del s. XVIII.
En definitiva , los menorquines ymenorquinas confe ccionaban susropas de uso diario con tejidos bastante ásperos y bastos al tacto (estameña, anascote, cotonina, cordellate, paño, camelote, sarga, lienzo,media lana, etc.). Las gruesas lanasy los tejidos bastos iban quedandorelegados para la indumentaria detr abaj o . Mi entras que pa ra losdomingos y días de fiesta guardaban géneros algo más elegantes
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(escandelari, calamand ria, tafetán,filad ís, indiana, fr iseta , estambre,contray y lienzos finos como holanda, true, cambray y ruan), excepcionalmente utilizaban telas vistosas ybrillantes (damasco, muaré , raso,muselina, batista, terciopelo, etc.).La clase alta, además de los tejidosya mencionados, también disponíade tejidos lujosos de seda (lama,segrí, tisú, tercianela y franela, entreotros). Curiosamente, en esa épocaestuvo muy de moda el tejido mahón(nanquins). Originariamente era unatela de algodón procedente de la ciudad China de Nankim. Gracias a lacreciente importancia del puerto deMahón en las rutas comerciales ,este tejido recaló en Menorca, donde se le cambió el ligamento de tafetán por el de sarga con la trama encrudo y la urdimbre teñida en azul.Como una hipótesis más, podemosdecir que el tejido mahón encaja entiempo y forma con las leyendas ydescripciones del nacimiento de lospantalones vaqueros." Es decir, ori-
5 Los pantalones vaqueros se desarrollaronen Estados Unidos alrededor de 1872 . LeviSt ra uss era un comerc ia nte que vi vía en
ginariamente los marineros genove-ses no t ranspor taban sarga deNimes sino nanquins, que traducidoal inglés se convertía en denim(según el Diccionario de tejidos deCastany i Saladrigas), es dec ir,transportaban el tejido mahón. Años
S. Francisco. Jacob Davis, un sastre cansado decomprarle tela para remendar los pantalonesrotos , pensó en reforzar los con remaches decobre en algunos puntos de especial tensión(extremos de los bolsillos o la base de la bragueta). Como Jacobs no tenía dinero le propuso aLevi patentar juntos la idea del nuevo pantalón.La obtuvieron el 20 de mayo de 1873 de la oficina de patentes y marcas estadounidense. El tejido denim empezó a usarse para hácer jeanscuando un militar estadounidense quiso fabricaruno con la tela que habían utilizado hasta entonces para montar las carpas. Dicha tela ínapropiada para el vivac por no ser impermeable. veníade Génova. y había causado varios dolores decabeza a su fabricante. quien la comercializabapara campamentos en seco. Los primeros jeens,como los conocemos hoy. aparecieron en Génova (Italia). Se hicieron para la armada genovesaporque necesitaban un panta lón de todo usopara sus marineros. Se tenía que llevar tantoseco como mojado. y las perneras se tenían quearremangar fácilmente para no entorpecer laspiemas ni al limpiar la cubierta ni al nadar. Estospantalones se podían lavar arrastrándolos engrandes redes bajo el barco. El agua marina losdejaba blancos. El primer denim era orginario deNimes (Francia) y de ahí el nombre (en francésno se pronuncian las letras e-s finales, y se leedenim). El nombre jeans viene del nombre deGénova en francés (Genes) que tiene una pronunciación similar a la de jeans.
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Pages. Campesino de finales del s. XVIII. Museo de Menorca. Lleva un ceguardapits» con rayas rojas y blancascompletamente abrochado. En el cuello asoma la camisa de lino. Pantalones anchos hasta la rodilla. Antiparasy zapatos de cuero. Un gran cinturón (percinta) de hebilla grande, una «[aqueta» marrón y un gran sombrero dealas anchas.
Mudat. Museo de Menorca (1790). Un pages en ropa defiesta. Lleva la camisa de lino tapada por una gran corbata (mucador). ceGuardapits y [aqueta» blancos. Pantalón ajustado llegando por debajo de las rodillas, mediasy antiparas blancas y zapatos negros con hebilla. Complementan el atuendo dominical una gran y larga capa yun sombrero de ala ancha.
elegante sayo o casaca que añosdespués se substituiría por la levita.La casaca era larga hasta cas i larodilla, se ajustaba al tronco y eraholgada en la parte baja con la faldaabie rta airosamente hac ia atrás .Completaban el traje con elegantesmedias , generalmente blancas ,algunas veces con adornos bordados o estampados en el cuadrillo, aambos lados del tobillo y unos zapatos con hebilla. No debemos olvidaruna buena capa y el sombrero defieltro con amplias alas que algunasveces doblaban y adornaban conplumas. Cuando se doblaba en trespuntos se llamaba sombrero de trespicos (capell en cruies). A principiosdel s. XIX la capa se acortó y cambiarían el sombrero por el sombrerode copa, que aunque estuvo muy demoda tuvo sus detractores a causade la incomodidad de su excesivovolumen.
tramos esta explosión de color a partir del último terciodel s. XVIII.
La vestimentadeverano o inviernotan sólo se distinguía por el grosorde los tejidos o lacantidad de prendas que sobreponíana las interiorescuandose vestían.
A grandes rasgos, en cuanto a laindumentariamasculina serefiere , se puededecir que los hombres de clase altallevaban buenacamisa de lienzode lino larga yamplia con anchas
mangas y ab iertasólo hasta el extremo de l esternón.Ajustaban el cuelloy los puños conbotones de oro oplata. Solían adornar la pechera conelegantes chorreras que llamabanrófils (del inglés ruffle). Sobre la camisa ajustaban unarica jupa (una especie de chaleco conald illas) , primerocon cuello a la cajay años despuéscuello alzado. Unoscalzones ajustabanambas piernas hast a l a s rod illas .Sobre la jupa, un
después las factorías textiles deNimes lo habían imitado con suconocida sarga, acaparando progresivamente todo el mercado.
Desde el Tratado de óptica deIsaac Newton, donde describe comoconsiguió aislar los colores principalesdel espectro (rojo, azul y amarillo),se desarrollaron diferentes trabajosde los cuales los tintoreros dedujeronaplicac iones prácticas para hacercolorantes o incluso decolorantes."Los tintoreros mallorquines, a partedel quermés animal que proporcionaba la materia prima para el color rojo,sabían teñir de colores realmentesugestivos como: color café, tabaco,paja, leonado, ceniza, canela, calabaza, azufaifa. En Menorca encon-
6 En 1791 Berthollet obtuvo el blanqueo detejidos con el cloro.
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NARRIAde la Bastilla en 1789, se convirtióen un símbolo de libertad utilizadotambién en algunos procesos independentistas americanos.
Como ya hemos avanzado anteriormente, la indumentaria femeniña delsiglo XVIII presentaba múltiples particularidades que eran comunes con lamallorquina durante casi toda la centuria. En el siglo XIX, mientras lasmenorquinas se adaptaban a las nuevas corrientes europeas, el interior deMallorca mantenía y perfeccionabasus particularidades. Por ejemplo,modificaron y perfeccionaron el rebocillo hasta principios del siglo XX,cambiando la tela por la blonda y dividiéndolo en dos partes: un rebocillopequeño que llamaban cambuix en elque cosían una vuelta de un palmo omás que llamaban volant.
Las menorquinas llevaban, a modode una segunda piel , una ampl iacamisa de lienzo hasta debajo de larodilla, con un gran escote. Algunasmujeres adornaban este con randasigual que los puños de las mangas.Sobre la camisa algunas veces ajustaban un jubón de lienzo blanco interior y sobre este, o la camisa, otrogeneralmente negro descendiente delantiguo cosfemen ino del s. XVI, que afinales del s. XVIII fue evolucionandoa colores más variados y estampadosllamándose cota o gipó. Su cintura seremataba en forma de almenas o dentelladas que algunas veces se rellenaban de borra para que sentaran mejorlos faldones. Generalmente, nuncaquedaban visibles. Las mangas seajustaban al brazo con una sarta debotones que podían llegar hasta -elcodo. En esta época las mangas yase cosían al tronco dejando atrás losojales con botones o cordones del s.XV y XVI. Uevaban tres tipos de faldones con sus correspondientes bastasy pliegues en la zona de las caderas,que todavía perduraban de épocasanteriores : los faldones inferioreseran blancos de lienzo de lino o algodón. Entre medio podían llevar de unoa tres faldones, que según la estaciónvariaban de grosor. Gene ralmente ,estaban confeccionados con tejidosde lana o mezcla, y en ocasiones eranlistados. Por último, llevaban un fal-
con una ringlera debotones y ceñido ala cintura con unapercinta (ampliocinturón de cuero)o en algunos casospor una faja, sobretodo a finales desig lo . Cubrían elcha leco con unbuen sayo o unachaqueta con botones. Los calzoneseran ampl ios, congran cantidad detela fruncida en lacintura según lamoda de l s igloXVII. Podían llegarhasta la rodilla o eltobill o, según laestación del año .Generalmente llevaban med ias decolores oscuros oantiparas y rústicasabarcas. Las antiparas o polainasdecuero se utilizaroncomo protecciónde la piema para eltrabajo y como elemento ornamentalpa ra vest ir bien .Uevaban sombrerode paja en verano yen i nvi e r n o uncapote (abrigobasto que cubría hastalas rodillas a modode capa con man-
gas y capucha) acompañado de unsombrero de fieltro con amplia visera.Cuando se mudaban la doblaban yadornaban según sus gustos sustituyendo el capote por la capa. Algunasveces utilizaban un gorro o barretina(cu bre testa característico de laszonas bañadas por el mar Mediterráneo y descendiente del antiguo gorrofrigio). Desde siempre la barretina hatenido relación con los ofic ios de lmar, pero en Menorca, a causa detener su punto más distante de lacosta a 20 kilómetros, aparecía encas i todos los oficios . Usada también por los campesinos, en la toma
Pipada. Colección Museu Hernández Sanz-HernándezMora de finales del s. XVIII. Tres personajes descansando. Es uno de los mejores resumenes de indumentariamenorquina. El personaje sentado lleva sobre la camisaabierta un «guardapits .. también abierto al igual que la«jaqueta.. con sus correspondientes botones en lasmangas. Pantalones largos, antiparas, «avarques.. ysombrero gacho. Del compañero de la izquierda destacamos la percinta en la cintura, su gran sombrero y buenos zapatos con hebilla. Parece Ir algo de fiesta. Del señor de atrás destacamos el cuello de su camisa, elpantalón largo, el saio sin botones y la curiosa relaciónde esta última con la barretina.
Los payeses y menestrales mudaban sus ropas imitando al estamentosuperior, siempre según las posibilidades de cada uno. En cambio, laropa de uso diario presentaba rasgoscaracterísticos de épocas anteriores.La camisa de lienzo basto, que usaban incluso para dormir durante másde una semana, tenía las mismasmedidas que la descrita anteriormente. Ajustaban el cuello y los puños dela camisa con botones de hueso ohechos a mano, pero no usaban chorreras ni pecheras. Sobre esta, ajustaban un juboncillo o chaleco que llamaban guardapits o justacós, llegabahasta la cintura, cerrado por delante38 _
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Porquetjades. Museu Hernández sanz-Hernández Mora. Diferentes personajes en una escena costumbruista como es lamatanza del cerdo ajudados por un religioso franciscano.
tes. Siempre lo cerraban con un gafete bajo la papada, al que solían añadirun lazo para completar el atavío.Cuando el frío se hacía notar, sustituían el rebocillo exterior por otro demayores dimensiones al que llamaban manteta. Cuando salían a la callelo cambiaban por la mantellina, queera mucho más grande, llegaba hastadebajo de las caderas. El mantel, quees como llamaban al mantón (capaenorme de mujer que cubría de lacabeza a los pies), se destinaba a lasocasiones especiales. En el siglo XIXtodas estas piezas de abrigo perdieron su utilidad para convertirse enornamentos elaborados con tejidosfinos y delicados casi transparentespara lucir en los días señalados. Deigual manera, el delantal, que se utilizaba para la protección de las ropasen las distintas labores de la mujer,tuvo en esta época su máximoesplendor como atavío de cierto lujo.Solían trenzar sus cabellos y losenvolvían cuidadosamente en unacinta o colonia de seda de color. Erauna reminiscencia del tranzadomedieval con el que algunas vecesalargaban sus trenzas con postizos
dón de mejor calidad de color liso,pero en esta época ya podían elegirentre un abanico de colores o estampados, según sus gustos. En ocasiones también los guamecían con randas, cintas, etc., sobre todo la mitadinferior. La chaqueta tenía la mismafactura que el jubón y se ponía de lamisma manera, pero con menos botones en las mangas y una pequeñaaldilla en la cintura, que se colocabasobre la atadura del faldón. Los díasde trabajo llevaban medias de coloresoscuros y en los festivos, las blancaso de colores claros que sujetabandebajo de las rodillas con unas ligas(trobigueres). Los zapatos podían serplanos y rústicos o de talón moderadocon hebilla, según el uso. Cubrían lacabeza con una especie de cofia llamada cambuix, que a principios del s.XIX cayó en desuso. Sobre este seponían un rebocillo blanco de fino lienzo (toquilla), que guamecían de randas, puntas o pequeños bordados.Años después lo confeccionarían defina batista. Encima de este último seponían otro rebocillo con las mismasdimensiones que el anterior, pero detejidos mucho más vistosos y elegan-
para aparentar mejor salud y limpieza.Aunque las menorquinas ya iban suficientemente recatadas con sus rebocillos, algunas se cubrían con sombreros de palmas para el trabajo oincluso con bonitos y amplios sombreros de fieltro en días de fiesta.
Debemos hacer mención especial ala joyería. Era sencilla pero marcadade un cierto punto de glamour y sobretodo gran religiosidad, como correspondía a la época estudiada. La pocaproducción isleña obligaba a importarlas joyas desde Mallorca, Francia y ellevante español. Las botonaduras decamisas y jubones, así como suscaracterísticas, son una muestra de laimportancia de estos complementosen la indumentaria, del mismo modoque los broches y las hebillas. Losmetales más utilizados para los botones eran el oro y la plata , algunasveces con incrustaciones de piedraspreciosas. De la gran variedad debotones que había podemos destacarlos siguientes: Botons de pic de martell, botons de pinyol de préssec, botóde roseta d 'or; botó de ventolina, botóde filigrafJa, botó de caragol, botó degeganta, botó de Malta, etc. Los boto
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Escena costumbrista de Heillener. 1780. Meseu Hernández Sanz-Hernández Mora. Diferentes personajes populares en ropade fiesta, paseando y charlando después de la misa.
nes además de adamar cumplían conla función de sujeción.
La religiosidad y la devoción de lasociedad isleña se refleja en la granvariedad de cruces (sobre todo de laorden de Malta), rosarios, relicarios,justinas, medallones con la imagengrabada de algún Santo y libritos delas horas . También hay que destacarla gran cantidad de anillos, arracadas , brazaletes , collares, cade nas,co rdoncillos y dife rentes joyas enform a de águila, león , co razón ,lagarto, que profusamente mencionan los inventarios, mientras que sereflejan poco en las pinturas de laépoca. Encontramos algunos amuletos que indican la existencia dediferentes háb itos superst ic iososcomo manecillas, cascabe les. Aparecen tamb ién los primeros relojes.
Es realmente importante que todasaquellas personas que , de maneraprofesional o amateur se inicien en el
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mundo de la sastrería antigua, dejende lado el sistema actual de corte yconfección para conocer una concepción totalmente diferente, en cuanto alpatronaje y costura, a la que tenemosen la actualidad. La reproducciónrequierede un elevado grado de conocimiento, esfuerzo y grandes dosis derespeto. Es relativamente fácil y frecuente caer en la simplif icación delmétodo, adaptando los descubrimientos al sistema de costura actual, peroel resultado obtenido no tiene puntode comparación. Al adentrarnos eneste fascinante mundo la primeracosa que hay que tener clara es queno se va a obtener comodidad. Estamos hablando de una concepción dela moda que lo últimoque buscaba erael bienestar de la persona que lo utilizaba. Cambiar esto significaría perderel encanto, la gracia y el portamentode toda una época. En segundo lugar,hay que tener mucho cuidado con no
mezclar elementos que en su tiemponunca estuvieron en contacto. En tercer lugar, es muy importante elegir eltejido acorde con la condición socialde quien queremos representar. Y porúltimo, hay que conocer en profundidad como se ponían cada pieza y suscomplementos, ya que muchas vecesera lo que realmente marcaba la diferenciaba entre el traje de una zona oregión a otra.
Resulta del todo necesario contextualizar la indumentaria menorquinaen la moda española , con notoriainfluencia inglesa y francesa , sobretodo los años de la última dominación. Referente a la reproducción depiezas de indumentaria y tejidos, esmuy importante ser completamenterigurosos, por tanto, desde la raigambre histórica de la documentaciónencontrada hasta el momento, invitamos a seguir investigando para mejorar nuestra modesta aportación.