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CRITICÓN, 105, 2009, pp. 37-57. La escondida senda y el huerto del poeta en la Oda I de Luis de León * Isabel Uría Maqua Universidad de Oviedo Título y fecha de composición La Oda I, sin duda la más popular de las Odas de fray Luis, se conoce comúnmente por el nombre «Vida retirada», pero no es el único; otros manuscritos la titulan Vida solitaria, Canción a la vida solitaria 1 , Vida del campo, y la llamada «Copia de Palacio» lleva por título Desprecio del mundo. Al recogimiento de Carlos V 2 . No se sabe la fecha exacta de su composición, y se han propuesto varias. Adolphe Coster 3 y Aubrey Bell 4 la situaban en 1556-1557, coincidiendo con la abdicación de Carlos V y su retiro a Yuste. Se basaban en el citado manuscrito de Palacio. Por esos años fray Luis estudiaba en Alcalá, y algunos piensan que, tal vez impresionado por el acontecimiento del retiro del Emperador, escribió entonces una primera redacción de la Oda I. Pero ese supuesto no está probado, y otros críticos asignan fechas más tardías al poema. El P. Llobera 5 , fundándose en la perfección formal de la Oda, suponía una primera redacción hacia 1577-1578, y una última, la que tenemos, hacia 1583. Si fuese así, la Oda I, tal como la conocemos, sería de la segunda época del poeta, cuando su espíritu se * Conferencia inaugural de Recovecos de Literatura Áurea , I Jornadas Internacionales de Jóvenes Filólogos, organizadas por Emma Herrán y María Crespo, Universidad de Oviedo, Facultad de Filología, 13- 15 de octubre de 2004. 1 Sobre los nombres dados a la Oda, véanse las ediciones del texto por Vega ( Poesías de Fray Luis de León, p. 437) y por García (Obras Completas Castellanas de Fray Luis de León, II, p. 742, nota*). 2 Ver Federico de Onís, 1915, pp. 15-257. 3 Coster, 1919, pp. 193-248. 4 Bell, 1928, pp. 56-60. 5 Llobera, 1928, pp. 18-27. CRITICÓN. Núm. 105 (2009). Isabel URÍA MAQUA. La escondida senda y el huerto del poeta en la Oda I de Luis de León.

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CRITICÓN, 105, 2009, pp. 37-57.

La escondida senda y el huerto del poetaen la Oda I de Luis de León*

Isabel Uría MaquaUniversidad de Oviedo

Título y fecha de composición

La Oda I, sin duda la más popular de las Odas de fray Luis, se conoce comúnmentepor el nombre «Vida retirada», pero no es el único; otros manuscritos la titulan Vidasolitaria, Canción a la vida solitaria1, Vida del campo, y la llamada «Copia de Palacio»lleva por título Desprecio del mundo. Al recogimiento de Carlos V2.

No se sabe la fecha exacta de su composición, y se han propuesto varias. AdolpheCoster3 y Aubrey Bell4 la situaban en 1556-1557, coincidiendo con la abdicación deCarlos V y su retiro a Yuste. Se basaban en el citado manuscrito de Palacio. Por esosaños fray Luis estudiaba en Alcalá, y algunos piensan que, tal vez impresionado por elacontecimiento del retiro del Emperador, escribió entonces una primera redacción de laOda I. Pero ese supuesto no está probado, y otros críticos asignan fechas más tardías alpoema.

El P. Llobera5, fundándose en la perfección formal de la Oda, suponía una primeraredacción hacia 1577-1578, y una última, la que tenemos, hacia 1583. Si fuese así, laOda I, tal como la conocemos, sería de la segunda época del poeta, cuando su espíritu se

* Conferencia inaugural de Recovecos de Literatura Áurea, I Jornadas Internacionales de JóvenesFilólogos, organizadas por Emma Herrán y María Crespo, Universidad de Oviedo, Facultad de Filología, 13-15 de octubre de 2004.

1 Sobre los nombres dados a la Oda, véanse las ediciones del texto por Vega (Poesías de Fray Luis deLeón, p. 437) y por García (Obras Completas Castellanas de Fray Luis de León, II, p. 742, nota*).

2 Ver Federico de Onís, 1915, pp. 15-257.3 Coster, 1919, pp. 193-248.4 Bell, 1928, pp. 56-60.5 Llobera, 1928, pp. 18-27.

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había vuelto más indiferente a las cosas del mundo, y su poesía más subjetiva y cada vezmás centrada en lo trascendente y ultraterreno.

Por su parte, el P. Félix García6 señala que, en realidad, no sólo por la perfecciónformal, sino también por las alusiones y por el estilo subjetivo de la Oda, ésta pareceobra de madurez, escrita después del procesamiento y los años de la cárcel. No obstante,en nota al verso 80 y siguientes, no deja de advertir: «Este verso, con la estrofa siguiente,denotan un cierto epicureísmo, fácil, vestigio sin duda de la influencia de Horacio en losprimeros años de la juventud de Fr. Luis ». Para Oreste Macri7 la Oda I sería anterior a1572, situándola por tanto en la primera época de la producción poética del agustino.Otros editores no ven clara la época de composición de la Oda. Así, Juan FranciscoAlcina8 se inclina a pensar que es posterior a 1574, pero a continuación añade que talvez tenga razón Oreste Macri y sea anterior al procesamiento y la cárcel.

Por otra parte, está la opinión de Federico de Onís, buen conocedor de la poesíaluisiana. Según él, hubo una primera redacción, en la que faltaban las liras 4, 6, 11, 14 y15, pues en la «Copia de Palacio», por él encontrada, esas liras vienen copiadas almargen del texto de la Oda y en letra distinta, como si hubieran sido añadidasposteriormente. Sobre esta base, supone que la Oda I es el resultado de variasredacciones9, y que las enmiendas y adiciones que trae el citado manuscrito son de manodel propio fray Luis.

Pero ni el texto del manuscrito ni las adiciones y correcciones puestas al margen sonautógrafas, como se comprueba cotejando su escritura con la del Libro de Job, que sí esautógrafo. No obstante, es probable que las cosas hayan sido como pensaba Onís, yaque por su perfección formal se diría que la Oda es de la segunda época, aunque por eltono y, como veremos, también por el contenido, parece anterior a 1572. Fray Luisdebió de escribir la Oda I en una época relativamente temprana y más tarde pudoampliarla y retocarla hasta darle el estilo perfecto que hoy tiene. Lógicamente, su vivosentido de la perfección debió llevarle a retocar no sólo ésta, sino todas las obras de suprimera época, ya que todas muestran la perfección formal de la madurez, lo quedificulta el fecharlas con exactitud.

El tema de la oda

Todos coinciden en que la Oda I trata el tema horaciano del Beatus ille que fray Luisutilizó en varias odas. Pero la Oda I se considera la más horaciana. Su modelofundamental, según los críticos, es el citado poema de Horacio, que el poeta agustinohabía traducido del latín al castellano y que, por tanto, conocía muy bien.

La Oda tiene además influencias de los vv. 38-76 de la Égloga II de Garcilaso, quetratan el mismo tema. En esos versos, Garcilaso exalta la dulce soledad y la dicha devivir en la naturaleza, aunque se diferencia bastante de su modelo latino. El poetatoledano, en efecto, sustituye las faenas agrícolas, propias del campesino, por elbucolismo arcádico renacentista, y con un enfoque neoplatónico idealiza la Naturaleza,

6 En su ed. de Obras Completas Castellanas, II, p. 742.7 Macri, en su ed. de Poesías, p. 62.8 Alcina, en su ed. de Poesía, p. 49.9 Onís, 1915, p. 248.

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destacando con epítetos las cualidades esenciales de su arquetipo. El paisaje adquiere asílos rasgos del locus amoenus clásico, a la vez que se aparta de la realidad. Los versos deGarcilaso influyeron en fray Luis, quien tomó de ellos el cantar no aprendido de las aves(v. 31). Para fray Luis, como para Garcilaso, la soledad significa libertad, respecto delmundo y respecto de sí mismo. Pero, pese a estos puntos coincidentes, las diferenciasentre ambos poetas son muchas y esenciales10.

Aún es mayor la diferencia que hay entre la Oda «Vida retirada» y su modelo latino.El Beatus ille de Horacio es sólo un elogio de la vida campesina, mientras que en frayLuis este tema se hace trascendente y adquiere nuevas dimensiones significativas, envirtud de una actitud vital y una visión del mundo muy distintas a las del poeta latino.Por ello, aunque el maestro León utiliza fórmulas expresivas y esquemas retóricosusados por Horacio y por otros clásicos, la estructura y el sentido de sus Odas sobre eltema se apartan del Beatus horaciano. Así, por ejemplo, fray Luis suprime las referenciasconcretas al ganado, la cosecha y las faenas del campo, como también había hechoGarcilaso; y mientras Horacio pone irónicamente el elogio de la vida campesina en bocade un usurero, en las Odas de fray Luis es él mismo quien exalta la vida solitaria lejos dela sociedad mundana, dándole al tema un carácter y un tono absolutamente lírico ysubjetivo. Y es que fray Luis no exalta la naturaleza sólo porque sea hermosa o grata ala vista, como hacen los poetas puramente bucólicos, sino porque la ve como el lugarseguro, no contaminado, al que se acogen los que están en peligro. Esta dimensiónsubjetiva de la naturaleza vista como refugio es esencial, y hay que tenerla en cuenta alestudiar el sentido de las Odas luisianas. En éstas, el paisaje cobra sentidos metafóricos(religiosos, morales), o es utilizado con fines puramente estéticos, pero, en todo caso,siempre desde una valoración positiva.

El tema de la Oda I es, pues, la evasión del mundanal rüido, y la huida al secretoseguro deleitoso, al almo reposo del campo y la Naturaleza, es decir, el huerto de lasliras 9-12, sobre cuyo significado los críticos no se ponen de acuerdo. Como quiera quesea, lo que sí está claro es que en la Oda I se conjugan los dos temas fundamentales delas Odas de fray Luis: el anhelo de paz, pureza y armonía, y su búsqueda en el retiro y lasoledad del campo. Ése es el sentimiento central que vertebra todo el poema. El sentidosimbólico de esa soledad y ese campo lo veremos más adelante.

Dámaso Alonso11 decía que el pensamiento del poeta, en esta Oda, es casi silogísticoy se puede formular así: «el mundo vive en desasosiego; yo deseo la armonía; viviré,pues, retirado del mundo». Sin duda, éste es el pensamiento básico que da forma alpoema, el cual se desarrolla a su vez en torno a un eje de dos polos opuestos, unopositivo (la «vida retirada»), otro negativo (la «vida mundana»).

La paz que admira fray Luis es la paz espiritual, la que se deriva del pleno conciertodel alma con uno mismo y del alma con Dios. Ésa es la paz a la que alude en los versos3-4, la paz de los que siguen la escondida senda, y de la que él carece, por no haberseguido esa senda; como veremos, su búsqueda de la paz va por otro camino.

10 Ver Lapesa, 1977.11 Alonso, 1962, p. 154.

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Estructura de la oda

Tal como hoy se conoce, la Oda I consta de 17 liras, distribuidas en tres partes y unaconclusión12. La primera parte ocupa tres liras (1-3) y en ella se expone el tema que seva a desarrollar y al que ya nos hemos referido. La segunda parte ocupa nueve liras (4-12). Es la parte principal y también la más extensa. En ella aparece por primera vez el yosubjetivo del poeta para expresar sus sentimientos y sus íntimos deseos. También es aquídonde se produce la cumbre climática de la «vida retirada», y en donde está ladescripción del metafórico y bucólico huerto, motivo esencial en la estructura de la Oda.La tercera parte ocupa, lo mismo que la primera, tres liras (13-15). La Oda se cierra conlas liras 16-17, enlazadas por el verso tendido yo a la sombra esté cantando (v. 80), quese repite al comienzo de la lira siguiente (v. 81), con inversión en quiasmo de lostérminos: a la sombra tendido.

P r i m e r a p a r t e : l i r a s 1 - 3

Lira 1

¡Qué descansada vidala del que huye el mundanal rüido,y sigue la escondidasenda, por donde han ido

5 los pocos sabios que en el mundo han sido!13

El poema se inicia con una reflexión de carácter admirativo-ponderativo, de tononostálgico, y ese carácter viene dado por el Qué inicial. El poeta no emite un simplejuicio o razonamiento objetivo, sino que abre su reflexión con ese Qué ponderativo yenfático, que subjetiviza toda la estrofa.

Dicha estrofa conlleva un sentimiento de admiración y de añoranza, un deseoimplícito de seguir la escondida senda, como han hecho los pocos sabios que ha habidoen el mundo. Así queda expuesto, desde la primera lira, el tema fundamental que se va adesarrollar a lo largo de las 16 liras restantes: ‘la vida retirada, de soledad, es mejor ymás deseable que la vida mundana’.

La estructuración y desarrollo del pensamiento, a base de un eje de dos polos que seoponen —la vida retirada, la vida mundana—, no es exclusiva de esta Oda, pues apareceen otros poemas luisianos. Fray Luis tenía preferencia por las construcciones deoposición y contraste y, en cierto modo, esa preferencia es un reflejo de su propio yconflictivo carácter, escindido entre dos mundos antagónicos.

El gusto por los contrastes se revela muy claro en el nivel semántico de la lira 1: porun lado, los sintagmas positivos (vida descansada, sabios, senda escondida), queconnotan intimismo y paz; por otro lado, mundanal rüido, con el sustantivo negativorüido, que connotan desorden y discordia. O sea, «vida retirada» en paz y armonía,frente a «vida mundana», en desorden y discordia.

12 Caben otras divisiones, pero la que propongo es consecuente con mi interpretación de la Oda, cuyonúcleo principal sitúo en las liras 4-12.

13 Sigo la edición por Cuevas de Poesías Completas, 2000. Modernizo la ortografía.

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En esta primera lira destacan dos sintagmas positivos (escondida senda y pocossabios) íntimamente relacionados, de modo que el significado del uno condiciona elsentido del otro. Ambos encierran conceptos fundamentales que el poeta pone de realcepor distintos medios. En el primero, mediante el encabalgamiento de los versos 3 y 4 (ysigue la escondida/senda), escondida y senda quedan en las posiciones más relevantes delverso, especialmente el término encabalgante (escondida), en rima y seguido de pausaversal, con lo que adquiere el máximo relieve. En cuanto al segundo sintagma,señalemos la utilización del epíteto restrictivo pocos antepuesto al sustantivo, sugiriendoasí una clase especial de sabios.

Analicemos ahora qué significado tienen estos dos sintagmas y qué relación hay entreellos. Empezaremos por la escondida senda, que los críticos han entendido de distintasmaneras, según la interpretación que cada uno ha hecho del sentido global de la Oda.

Para Oreste Macri14, la escondida senda es el secretum iter de Horacio (epíst. I, 18,103), el camino que conduce a la felicidad15, es decir, en el texto horaciano, a la vidarústica. Por tanto, seguir la escondida senda significaría sencillamente ‘retirarse a viviren el campo’. Ahora bien, Macri, tras señalar la fuente horaciana del sintagma queanalizamos, añade: «Fray Luis [...] interioriza el tema de la vida rústica en cuantocondición juntamente real y simbólica del alma». Con lo cual, el sentido de esaescondida senda va más allá de ser un mero equivalente del secretum iter de Horacio.

Según Lapesa16, el adjetivo secretum, en la frase horaciana, tiene el mismo sentidoque el epíteto escondida de fray Luis: ambos remiten a algo apartado, recóndito y ocultoa los otros hombres; la escondida senda sería, pues, una ‘senda lejana y oculta’; peroseguimos sin saber a qué se refiere concretamente el poeta con tal sintagma.

Posteriormente, Ricardo Senabre17 ha interpretado la Oda I de una manera nueva ydistinta. Para él, la escondida senda no tiene nada que ver con el secretum iter deHoracio. Senabre demuestra, con textos de san Pablo, de san Juan de la Cruz y de frayFrancisco de Osuna, que la escondida senda es el camino o sendero de la «teologíaescondida», esto es, la vía mística que lleva a la unión del alma con Dios.Personalmente, creo que la identificación de la escondida senda con la «vía mística» esmuy acertada, y a los textos aducidos por Senabre puedo añadir otro del propio frayLuis, quien, tratando de la unión mística del alma con Dios, dice lo siguiente: «Estateología no se aprende con el entendimiento, sino con afectos; y así se dice Mística,scilicet, Secreta18». La mística es, pues, la teología secreta, ‘escondida’. Y la escondidasenda de fray Luis es la ‘senda o camino de la mística’.

En cuanto al significado de los pocos sabios que, recordémoslo, ha de convenir al dela escondida senda, comenta el P. Vega: «Su alusión concreta a “la senda escondida delos pocos sabios que en el mundo han sido”, apunta sin duda a los falsos sabios quebullían y se agitaban por los claustros universitarios»19. El P. Vega ve implícita en los

14 Macri en su ed. de Poesías, p. 281.15 Tienen la misma opinión Alcina (en su ed. de Poesía, 1989), Cuevas (en su ed. de Poesías Completas),

Sarmiento (1970, p. 20) y Davies (1964).16 Lapesa, 1977.17 Senabre, 1978a, pp. 13-18.18 «Circuncisión espiritual», Reflexiones Varias, en Obras Completas Castellanas, I, p. 871.19 En su ed. de Poesías de Fray Luis de León, p. 29.

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pocos sabios una crítica de los profesores de la Universidad, que, según él, fray Luisvería falsos frente a los 'verdaderos', esto es, frente a los pocos sabios.

No creo que tenga razón. Porque si, en sentido recto, los sabios son los que poseensabiduría, los que conocen las ciencias, naturales y humanas, y también los filósofos,sabemos que fray Luis no sentía admiración por ellos. En su obra De los nombres deCristo20, dice:

Bien sabemos todos lo mucho que la antigua filosofía se trabajó por hacer virtuosos loshombres —sus preceptos, sus disputas, sus revueltas cuestiones—, y vemos cada hora en loslibros la hermosura y el dulzor de sus escogidas y artificiosas palabras, mas también sabemos,con todo aqueste aparato suyo, el pequeño fruto que hizo y cuán menos fue lo que dio de loque se esperaba de sus largas promesas.

El poeta agustino no tenía una especial confianza en los filósofos, ni tampoco en lossabios. Y es que fray Luis aboga por una sabiduría distinta a la sabiduría de las aulas ode los escritos profanos. Los sabios que él tanto admira no son los que comúnmentellamamos así, sino otros. Es en la Dedicatoria del Libro Primero de De los nombres deCristo donde expone claramente su concepto del auténtico saber:

La propia y verdadera sabiduría del hombre es saber mucho de Cristo, y a la verdad es la másalta y más divina sabiduría de todas; porque entenderle a Él es entender todos los tesoros de lasabiduría de Dios que, como dice San Pablo, están en Él encerrados21.

El verdadero sabio, pues, es el que sabe mucho de Cristo. Saber mucho de Cristosignifica saber mucho de las Sagradas Escrituras22 y vivir conforme a sus preceptos,conforme a las leyes de Cristo. Los sabios que viven así son los justos, es decir, lossantos23.

Ahora bien, incluso restringiendo la sabiduría al campo de la philosophia Christi, lossabios serían mucho más numerosos que el reducido grupo (los pocos sabios) al que serefiere fray Luis en su Oda. El propio fray Luis, esta vez en su Declaración del Libro delos Cantares24, señala el cuantioso número de estos modelos: «el camino para hallar lavirtud es el trillado y ya usado por infinitas personas santísimas y doctísimas que noshan precedido»25. A la hora de interpretar a qué santos se refiere, hay que tener encuenta la presencia en nuestra Oda del sintagma de la escondida senda que, como hemosvisto, alude a la «vía mística». Los pocos sabios son, aquí, los místicos, que, en efecto,

20 En su ed. de Obras Completas Castellanas, II, p. 257.21 La cursiva es mía.22 Véase Álvarez Turienzo, 1981, pp. 25-29.23 El llamar sabios a los santos no es una iniciativa original de fray Luis, sino que tiene antecedentes

bíblicos, pues el sentido plenamente religioso del término sabios está de acuerdo con la máxima bíblica: «Elprincipio de la sabiduría es el temor de Dios» (Prov. I, 7). En la Edad Media, justo, ‘sabio’; pecado, ‘locura’.Para san Agustín el que está en paz consigo mismo, con Dios y con los demás hombres es el sabio perfecto (Desermone Domini in monte, I,2, texto citado por fray Luis en De los nombres de Cristo, ed. cit., p. 417). Portanto, el concepto de sabio (‘santo’) pudo tomarlo fray Luis de san Agustín o del salmo bíblico.

24 Obras Completas Castellanas, I, p. 409.25 La cursiva es mía.

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fueron relativamente pocos. Pero fray Luis no es un místico, y por eso su admiración portales sabios está teñida de nostalgia por algo que no posee y quisiera poseer.

Lira 2

En ella empieza a desarrollarse el pensamiento expuesto ya en la lira 1:

Que no le enturbia el pechode los soberbios grandes el estado,ni del dorado techose admira, fabricado

10 del sabio moro, en jaspes sustentado.

Lo primero que se observa es que esta lira depende, sintáctica y semánticamente, dela primera. Así, los pronombres le y se tienen como referente el que huye el mundanalrüido, sujeto implícito de la lira 2.

En el plano semántico, encontramos en la lira 2 la misma oposición que se habíaformulado ya en la lira 1 («vida retirada»/«vida mundana»), pero aquí los términos dela oposición, antes explícitos, se hacen latentes. Así, la «vida mundana» queda implícitaen una serie de sintagmas: soberbios grandes, dorado techo, en jaspes sustentado26,aluden a la soberbia de los poderosos, al lujo y ostentación en los ricos, connotando asívalores negativos. Lo que destaca el poeta es que la soberbia, el poder y el fausto de losgrandes y los ricos despiertan la envidia y el deseo en los que los rodean, en los queviven en el mundo y para el mundo, esto es, en los mundanos. En cuanto al términopositivo, la «vida retirada», lo representa el sujeto, del que se dice no le enturbia elpecho..., es decir, ni le importa el alto estado de los grandes, ni el lujo de los ricos.

Lira 3

No cura si la famacanta con voz su nombre pregonera,ni cura si encaramala lengua lisonjera

15 lo que condena la verdad sincera.

En esta lira 3, con dos oraciones negativas coordinadas, fray Luis introduce el temade la fama mundana. El sujeto sigue siendo el que huye el mundanal rüido. El que viveapartado de ese ruido no ambiciona la riqueza ni el poder ni la gloria, sino que despreciala fama de este mundo, que considera inconsistente y falaz.

Tal desprecio lo connotan expresiones como voz pregonera y lengua lisonjera. FrayLuis destaca el primero de ambos sintagmas por medio de un violento hipérbaton,logrando así que pregonera quede en la posición más relevante, rimando con lisongera,con lo que ambos términos se refuerzan mutuamente; su común denominador es la

26 Las notas de color y brillo de los lexemas dorado y jaspes sirven de ornamento a la lengua poética, yevocan el mundo colorista y luminoso de los árabes (fabricado/del sabio moro). El epíteto sabio remite aquí ala habilidad del artesano constructor, designado genéricamente con el término moro.

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difusión y el ruido, pues ambos connotan vocerío y rumor. Además, encarama adquiere,connotativamente, un valor negativo reforzado además por su rima con fama.

En suma, en las liras 1-3, el poeta expone un pensamiento hondamente sentido: ‘sóloel que vive retirado del bullicio mundano alcanza la paz’.

S e g u n d a p a r t e : l i r a s 4 - 1 2

Lira 4

Tras explayar las razones del menosprecio por la fama mundana, el poeta se vuelvesobre sí mismo y hace una reflexión en forma de interrogación retórica. Con ella seinicia la segunda parte de la Oda, en la que aparece por primera vez el yo del poeta:

¿Qué presta a mi contentosi soy del vano dedo señalado;si, en busca deste viento,ando desalentado,

20 con ansias vivas, con mortal cuidado?27

La interrogación retórica como forma del discurso implica emotividad y afectividadsubjetiva. Aquí, con ella, fray Luis enfatiza y da relieve a su pensamiento, asíformulable: ‘De nada sirven para mi alegría interior las falsas alabanzas ni el esforzarmepor alcanzar renombre en el mundo’. El objeto de la reflexión es, pues, la paz interiordel poeta y los obstáculos que pueden oponerse a ella: las ansias vivas y el mortalcuidado por buscar la fama, que el poeta llama viento por ser efímera y pasar tan rápidacomo el viento28.

En suma, en la oposición «vida retirada/vida mundana», el miembro negativo estálatente en los sintagmas vano dedo, este viento, mientras que el positivo está implícito enel sujeto: no cura..., ‘no busca, no se cuida de la fama mundana’.

Lira 5

La lira 5 es un claro ejemplo de uno de los rasgos característicos del poeta agustino:el cambio rápido en la línea de pensamiento, que pasa de un tema a otro sin explicitar lareflexión interior que llevó a ese cambio29.

Así, tras la interrogación retórica de la lira 4 con la visión negativa de la «vidamundana», el pensamiento del poeta salta a la emotiva y vehemente invocación de loselementos de la naturaleza:

¡Oh monte, oh fuente, oh río!,¡Oh secreto seguro deleitoso!,roto casi el navío,

27 Es de señalar la estructura bimembrada de este último verso, construido en quiasmo con un perfectoparalelismo formal, donde las voces antitéticas vivas y mortal cumplen idéntica función intensificadora.

28 Este lexema lo usa fray Luis en otras Odas como término negativo de una comparación para denotar lovano, inútil y efímero. Así, por ejemplo, en la Oda XI (v. 29). Ya en las SS. EE. se utilizaba la palabra vientocon un sentido fuertemente negativo para aludir a las cosas banales, superficiales y frívolas de este mundo.

29 Véase Alonso, 1962.

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L A O D A I D E L U I S D E L E Ó N 4 5

a vuestro almo reposo25 huyo de aqueste mar tempestuoso.

En los dos primeros versos (vv. 21-22), el tono exaltado y admirativo se realzaformalmente con la repetición anafórica (4 veces) de la interjección ¡Oh!. Como yaapunté, los tres elementos de la serie (monte, fuente, río) se resuelven en secreto, unsecreto que es seguro y deleitoso. Con estos atributos, fray Luis expresa su singularconcepción de la naturaleza: indica que en ella valora, sobre todo, lo seguro yescondido, lo alejado de todos los peligros morales y espirituales que comporta la vidamundana.

El deseo de retiro y apartamiento del mundo, expuesto en la lira 1, reaparece aquí enlos lexemas secreto y seguro del paisaje natural, pero con un sentido distinto al de laescondida senda . Ambos, secreto y seguro, connotan intimismo y paz, mientras quedeleitoso, por su frecuencia en la poesía religiosa y mística para expresar el gozo de lacontemplación y la unión del alma con Dios, se carga de resonancias y valoresespirituales, religiosos y poéticos. Para fray Luis, la contemplación de la naturaleza es ungozo del espíritu más que de los sentidos, el gozo de la paz interior, espiritual.

El deseo de esa paz es lo que le hace girar bruscamente la línea de pensamiento desdela lira 4 a la 5, con la invocación del paisaje natural. La reflexión sobre el desaliento y laansiedad propios de la vida mundana (lira 4) mueve al poeta a desear con vehemencia lapaz y el refugio del campo, así como la libertad de espíritu (lira 5). Ahora bien, esemovimiento interior que lleva de un pensamiento a otro no se expresa verbalmente. FrayLuis sólo nos da el resultado de ese proceso discursivo, un proceso que,paradójicamente, se produce en el silencio de la pausa interestrófica30, y cuya realizaciónmental le incumbe al lector.

En paralelo a la visión negativa de lo mundano en los versos 23 y 25, aparecen lossintagmas navío y mar tempestuoso como metáforas respectivas del hombre y de la vidaen sociedad. El navío casi roto es el poeta que, sin fuerzas para seguir luchando en elmar agitado de la vida, huye de él, buscando el reposo y la paz. Lógicamente, si navío ymar tempestuoso son metáforas del hombre y de la vida mundana, los elementos delpaisaje que el poeta invoca y al que huye han de tener también un valor metafórico pues,como señala Senabre31, no tiene sentido oponer un metafórico mar a un paisaje real. Loselementos invocados reaparecen en las liras 9-12, esta vez como componentes esencialesde la descripción del huerto; el huerto será también espacio metafórico.

Lira 6

Tras la invocación al paisaje natural, el poeta contrasta de nuevo las dos formas devida:

Un no rompido sueño,un día puro, alegre, libre quiero;no quiero ver el ceño

30 «Los silencios también hablan», afirma Carmen Gallardo, 1978, p. 74.31 Véase Senabre, 1978a, pp. 8-13.

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vanamente severo 30 de a quien la sangre ensalza, o el dinero.

Los tres primeros versos remiten a la «vida retirada». En ellos el poeta expone sudeseo de pureza y libertad. Eso es lo que le ofrece la naturaleza, es decir, el metafóricopaisaje, que llamó secreto seguro deleitoso. En duro contraste con esto, en el últimoendecasílabo los términos sangre, dinero y ensalza, contextualmente negativos, remiten aconceptos de las liras 2 y 3 y tienen como referente la «vida mundana»: sangreencuentra su correlato en los soberbios grandes de la lira 2 (v. 7), y dinero secorresponde con el lujo y fausto de los palacios de oro y mármol (vv. 8-10), mientrasque ensalza recuerda el encarama y lengua lisonjera de la lira 3 (vv. 13-14). Todas estascorrespondencias refuerzan la unidad interna de la Oda en forma y contenido.

Lira 7

Despiértenme las avescon su cantar sabroso, no aprendido;no los cuidados gravesde que es siempre seguido

35 el que al ajeno arbitrio está atenido.

Esta lira es una continuación de la 6, cuyo esquema formal se repite, marcando launidad de ambas estrofas. Así, como en aquélla, en los dos primeros versos el poetaexpresa su deseo de gozar de la naturaleza, de la vida retirada, y en los tres últimosrechaza la actitud de los que se pliegan a la voluntad de los poderosos y mundanos.

Lira 8

La lira 8 es la conclusión de lo expuesto en las liras 6 y 7. El poeta, tras analizar lasventajas que le ofrece la vida en el campo, se vuelve sobre sí mismo, hacia su interior, yexpresa su resolución de vivir retirado y en la más absoluta soledad:

Vivir quiero conmigo;gozar quiero del bien que debo al cielo,a solas, sin testigo,libre de amor, de celo,

40 de odio, de esperanzas, de recelo.

Esta estrofa es un canto al intimismo, al retiro y la soledad. Aquí ya no se evoca lanaturaleza; en su lugar sólo queda la vida contemplativa, la vida interior del espíritu. Escomo si el deseo de sosiego, de libertad y de pureza que viene expresado desde la lira 1se haya ido transformando en un movimiento de renuncia absoluta al mundo exterior.

Este sentimiento de renuncia, así como el deseo de soledad, se reiteran en todos lossintagmas de la estrofa: vivir conmigo32, a solas, sin testigo, etc. Además, la serie

32 Francisco Rico ha señalado que el verso Vivir quiero conmigo deriva de una fórmula latina usada pormuchos poetas y que, en última instancia, remonta a Horacio. Se trata del habitare mecum, utilizado porPersio, Séneca y otros autores latinos (Rico, 1981). Sea cual sea su origen, es evidente que este verso expresa el

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asindética libre de amor33, de celo, de odio, de esperanzas, de recelo, queda abierta porla ausencia de conjunción y, por lo tanto, potencialmente infinita. Se sugiere así la ideade ruptura absoluta con el mundo y las humanas pasiones, con el fin de lograr unacompleta libertad.

En varias Odas de fray Luis se han señalado cumbres climáticas; por ejemplo, lasliras 6 y 7 de la Oda III representan, según Dámaso Alonso34, el punto culminante de laOda, porque en ellas el poeta se acerca por un instante al éxtasis místico. En otras Odas,el clímax representa el momento más tenso en la expresión del dolor, el temor o laangustia, ocupando en general una o dos estrofas para descender a la distensión del anti-clímax.

En la Oda que estudiamos, Dámaso Alonso señaló como momento culminante de suclímax la lira 14. Sin embargo, teniendo en cuenta que la Oda está estructurada sobreun eje de dos polos antagónicos, creo que se pueden distinguir dos cumbres climáticas:la de la vida retirada, en la lira 8, y la de la vida mundana, en la 14.

En la lira 8 el poeta, como vimos, exalta la vida retirada y expresa su anhelo desosiego, de soledad, de intimidad y libertad de espíritu. Algunos han dicho que en esalira se aproxima a la actitud de los místicos en su deseo de renunciar al mundocircundante y romper con todas las ligaduras que lo unen a él. En mi opinión, lo quefray Luis expresa en esos versos es un deseo de libertad absoluta para dedicarseenteramente al conocimiento de sí mismo y al cultivo de las cosas espirituales yartísticas, como la poesía y la música.

Creo que los versos de la lira 8 no tienen un sentido místico, por varias razones. Enprimer lugar, la serenidad y la paz de los místicos están muy lejos de lograrse en esa lira,ya que la insistencia del poeta en el verbo “querer” y demás formas volitivas indican queél no tiene esa paz y serenidad anheladas. Por otra parte, el ritmo de sus versos revelauna gran tensión; es el caso de los versos: vivir quiero/gozar quiero, donde la sucesióninmediata de dos sílabas tónicas (la segunda de ellas con acento antirrítmico) revela unespíritu tenso. El poeta puede controlar sus palabras, pero no su estado anímico.

Por último, el segundo verso: gozar quiero del bien que debo al cielo, nos da la clavedel sentido de la lira 8. Los grandes y ya clásicos editores de las obras de fray Luis, comoel P. Vega, el P. García y Oreste Macri, no comentan los versos de esta lira y nada dicendel sentido de ese bien que el poeta debe al cielo35. Incluso estudios específicamentededicados a la Oda I, como los de Antonio Doddis36, Gareth Walters37, F. de Onís38, G.A. Davies39 y Edward Sarmiento40, no señalan el sentido concreto del verso 37, es decir,el referente de ese bien, limitándose a dar textos de Horacio, de Virgilio, de Lucrecio, deSéneca, de Tibulo... como fuentes generales de la Oda I.

deseo que tiene el poeta de renunciar al mundo y a todo lo exterior para dedicarse solamente al cultivo delespíritu.

33 Lázaro Carreter (1996, p. 23) señaló que amor, en sentido latino, vale ‘ambición’.34 Alonso, 1962, p. 156.35 El P. Vega (en su ed. de Poesías de Fray Luis de León) da la variante: «del bien que me da el cielo».36 Doddis, 1964.37 Walters, 1986.38 Onís, 1915.39 Davies, 1964, p. 23.40 Sarmiento, 1970, p. 20.

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No pongo en duda la influencia de los clásicos en ésta y en otras Odas de fray Luis,pero creo que esa influencia, en el caso del verso 37, no pasa del nivel formal. A esterespecto, recordaré un texto de Vossler, cuya interpretación comparten otrosestudiosos41:

No hay duda de que en esta famosísima poesía hay reminiscencias y motivos de Horacio,Virgilio, Lucrecio, de la Segunda Égloga de Garcilaso de la Vega y de los idilios epicúreos ypastorales de la Antigüedad y del humanismo. Pero mientras nos preocupemos de escuchar enella lo que hay de fuentes literarias y sus acordes, nada oiremos del tono fundamental quebrota de la originalidad y profundidad del conjunto: es el antiguo tono religioso de lanostalgia, es el canto bíblico y cristiano del piadoso San Agustín, saliendo de una lira clásica[...]. Del Beatus ille queda únicamente en el poema la apariencia externa que viene a ser comodiscreta envoltura y dilación del motivo religioso42.

Volviendo al verso 37, Woodward43 señala el sentido concreto del bien que el poetadebe al cielo, identificándolo con el huerto del poeta que se describe en las liras 9-12,estrechamente relacionadas, por lo tanto, con la lira 8: «This bien, the huerto, is thesubjet of the next four versos». Por su parte, Celina Sabor de Cortazar opina que el bienque el poeta debe al cielo es la paz44, y lo mismo piensa Alcina en su edición, dondepone una amplia nota a la lira 8 y, por tanto, también al verso 3745. Allí cita textos deHoracio, Séneca y Cicerón, y señala que los versos de fray Luis exponen «ideas desabiduría estoico-epicúrea». Tras esto traduce el texto latino de Cicerón: «Sóloapoyándose en sí mismo “viviendo consigo” [cita de Cicerón] puede el hombre alcanzarel bien [cita de un artículo de F. Rico46]». Y añade: «Fray Luis glosa también esta ideaen Los Nombres de Cristo».

Para Alcina, el bien que el poeta debe al cielo remite a una de las formas de paz quefray Luis expone en De los nombres de Cristo (Cap. Príncipe de paz), en este caso, lapaz del hombre consigo mismo, la paz interior del poeta47.

Yo veo muy difícil que sea ése el sentido del verso 37. Porque el maestro salmantinono tiene paz; en estado de gran tensión, se manifiesta agobiado por la agitada vidamundana (roto casi el navío) y deseoso, eso sí, de encontrar la paz y el descanso, quetanto necesita, en el retiro del campo (el almo reposo), huyendo del mundanal ruido(huyo de aqueste mar tempestuoso). Y porque, en mi opinión, el bien enunciado en elverso 37 es el don de la poesía, el don de la creación poética; de ese don es de lo que frayLuis quiere gozar. La soledad que tanto desea y busca no es de naturaleza mística niestoico-epicúrea, sino una exigencia de su alma de poeta, del artista que precisa lasoledad y el apartamiento de la vida social para crear sus obras:

41 Así, Woodward, 1954, pp. 19 y 26.42 Vossler, 19462, p. 115.43 Woodward, 1954, p. 19.44 Sabor de Cortázar, 1981, p. 33.45 En su ed. de Poesía, 1989, p. 71.46 Rico, 1981. Alcina (en su ed. de Poesía, 1989) cita la página 244, pero, en realidad, el texto de Rico

empieza en la página 245.47 Esta idea de Alcina es seguida por Guillermo Serés (en su ed. de Poesía Completa, pp. 54-55).

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Fray Luis aspiró siempre a realizarse «fuera del mundo». Su voluntad de aislamiento es el ejedeterminante de su vida [...]. El artista necesita como fundamento de su personalidad creadorano una actividad práctica, pragmática, sino una actitud contemplativa, vivencial. Lacontemplación es esencial en la génesis del arte48.

Ésa es, en efecto, la actitud de fray Luis, y veremos, más adelante, que talinterpretación se armoniza perfectamente con el sentido global de la Oda.

Liras 9-12

Pasamos a la lira 9. Aquí, tras el vehemente y exaltado deseo de llevar una vidaretirada y en soledad, viene, como anticlímax, la bucólica y serena descripción delhuerto:

Del monte en la ladera,por mi mano plantado tengo un huerto,que con la primavera,de bella flor cubierto,

45 ya muestra en esperanza el fruto cierto.Y como codiciosapor ver y acrecentar su hermosura,desde la cumbre airosauna fontana pura

50 hasta llegar corriendo se apresura.Y luego, sosegada,el paso entre los árboles torciendo,el suelo, de pasada,de verdura vistiendo

55 y con diversas flores va esparciendo49.El aire el huerto oreay ofrece mil olores al sentido;los árboles meneacon un manso rüido,

60 que del oro y del cetro pone olvido.

Lo primero que llama la atención es la transición brusca de la lira 8 a la 9. Enapariencia, no hay entre ellas nexos de unión semánticos ni formales; por otra parte, laactitud del poeta en la lira 8 contrasta con la que asume en la lira 9. En la 8 expresabavehementemente un deseo de intimidad, de soledad y de renuncia absoluta al mundoexterior; en la 9 se vuelve a la naturaleza y, en un tono plenamente sereno, hace una delas más bellas descripciones paisajísticas de la poesía española.

Al clímax tensivo de la lira 8 le sigue el anti-clímax distensivo de las liras 9-12, y aldeseo de intimismo y de renuncia a todo lo externo le sigue la visión de la belleza delpaisaje natural. De nuevo, fray Luis nos ha dado el resultado de una reflexión, y no la

48 Fernández Leborans, 1973, p. 38.49 Esparcir, del latín espargere, ‘cubrir’,‘regar’. Fray Luis utiliza el término en su sentido latino de ‘regar’.

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reflexión en sí. Porque, pese a las apariencias, hay una lógica y estrecha relación internaentre la lira 8 y las liras 9-12.

Esas cuatro liras nos describen un ameno lugar, en el que la paz y la armonía son lasnotas más destacadas. Con recursos expresivos muy sencillos, el maestro salmantino noscomunica una imagen de la naturaleza llena de vida y de una gran plasticidad: lasformas, los colores, el rumor del aire en los árboles penetran en los sentidos. Todoadquiere vida, como si el huerto del poeta estuviera ante nosotros.

La descripción comienza por un complemento circunstancial de lugar: Del monte enla ladera. Es una manera eficaz de introducir al lector directamente en el paisaje.Notemos, además, que el sintagma no se construye según el orden lógico, sino queempieza por el complemento nominal: Del monte ..., siguiendo con el núcleo delcomplemento circunstancial de lugar: en la ladera, destacándose así el lexema monte alcomienzo de la descripción.

La alteración del orden lineal del primer verso se repite en otros varios: de bella florcubierto (v. 44); y más adelante en los versos de la lira 11 (vv. 52, 54 y 55): el paso entrelos árboles torciendo, de verdura vistiendo, y con diversas flores va esparciendo. Conesto se consigue que los tres gerundios queden en el axis rítmico de la estrofa, rimandoentre sí. La belleza de estos versos reside, en gran medida, en la disposición de laspalabras y en el ritmo sosegado y armonioso de la secuencia.

En los tres últimos versos de la lira 9, describe el poeta el aspecto del huerto enprimavera, y desde el presente actual evoca un prometedor futuro:

que con la primavera,de bella flor cubierto,ya muestra en esperanza el fruto cierto.

Se podría pensar así que fray Luis escribió la Oda I en primavera50. Creo, sinembargo, que la palabra está usada en sentido figurado, como veremos a continuación,y que encaja por tanto en la densa red de metáforas que se crea en la obra.

El sentido del huerto

Este delicioso huerto, plantado por el poeta, ha dado lugar a distintasinterpretaciones. Para unos tiene como referente el paisaje de Yuste; para otros, el de LaFlecha, la finca que tenían los agustinos cerca de Salamanca. Otros ven simplemente unlocus amoenus, con todos los atributos arquetípicos que lo caracterizan: el prado, lasflores, la fuente, los árboles, la suave brisa.

Para el P. Vega51, la Oda de la «Vida retirada» no es una exaltación de la vidarústica, a la manera del Beatus ille:

El mundanal rüido de Fray Luis no es el tráfico de la ciudad ni la pompa y estruendo de losgrandes y poderosos ni los devaneos y diversiones mundanos, pues a todo eso ha renunciado elpoeta y lo ha superado ya desde su juventud. El mundanal rüido del vate salmantino es el

50 Así lo cree William Entwistle, 1927, p. 212.51 En su ed. de Poesías de Fray Luis de León, pp. 25-26.

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continuo ajetreo y bregar de las clases, las luchas y rivalidades de los pretendientes a cátedras,los alborotos y gritos que se promueven en los claustros universitarios [...].

Fray Luis [...] suspira por la libertad y quietud del campo, y piensa en su quinta de LaFlecha, a orillas del Tormes, donde el aire es más puro y sereno, y las aves cantan un «cantarsüave no aprendido»...

Oreste Macri52 coincide con el P. Vega en que el huerto se inspira en La Flecha. Lomismo pensaban Federico de Onís53, Karl Vossler54, el P. García y A. Doddis55.Senabre56, por su parte, relaciona el huerto con el sentido global de la Oda, y másprecisamente con su fuerte simbolismo religioso. El sustantivo monte, a menudo citadoen las Sagradas Escrituras como lugar apto para la meditación y el recogimientoespirituales es, para Senabre, símbolo de Cristo. La fuente y el aire, símbolos respectivosde la Gracia y del Espíritu Santo. A partir de esta simbología, Senabre cree que el huertoes ‘el estado de fe que fray Luis ha alcanzado por su propio esfuerzo’. Por eso, el huertoestá en la ladera del monte, es decir, ‘cerca de Dios’, pero no unido a Él, pues el poetano ha logrado la unión mística con Dios. El sentido global de la Oda se resumiría así enun esquema de tres fases: 1) el poeta anhela alcanzar la unión del alma con Dios; 2)tiene un huerto en la ladera de ese monte, oreado y perfumado, es decir, ha logrado unalto grado de fe; 3) desea descansar allí de yedra y lauro eterno coronado. De estas tresfases, sólo la segunda (la fe alcanzada) representa un estado auténtico del poeta. Por eso,las estrofas que describen el huerto no dependen de formas volitivas ni se expresan comoun deseo, sino como una realidad:

Fray Luis —dice Senabre— ha plantado un huerto en su interior, con su fe; pero desearíaencontrar la escondida senda que conduce a la cumbre del Monte, esto es, al propio Cristo;desea la unión mística con Dios, cuya presencia cercana, aunque inalcanzada, se anunciamediante diversos síntomas: el huerto de la fe, cimentado en la teología especulativa, le parecea Fray Luis insuficiente, y toda la composición se transforma «en la expresión contenida de unanhelo frustrado», aunque sin la amargura de otras Odas de tema similar.

Esta interpretación místico-religiosa del huerto del poeta no es exclusiva de Senabre.Woodward había propuesto ya años atrás una lectura de la Vida retirada en la que elbucólico huerto, con el monte, la fuente y los demás elementos que lo componen, y laescondida senda, son considerados símbolos de Cristo, representando el huerto la unióndel poeta con Cristo57.

Por mi parte, coincido con Senabre en que el huerto de las liras 9-12 es lo único querealmente tiene el poeta. También coincido con Woodward, Senabre y Sabor de

52 En su ed. de Poesías, p. 280.53 Onís, 1915, p. 227.54 Vossler, 19462, p. 115.55 Doddis, 1964. Las semejanzas del huerto con La Flecha son evidentes, pero eso no significa que La

Flecha sea su referente, pues también tiene semejanzas con Yuste y con el modelo literario del locus amoenus.56 Senabre, 1978, pp. 28-36.57 Woodward, 1954 . Celina Sabor de Cortázar, 1981, comparte la misma interpretación, aunque sin la

riqueza de argumentos de Senabre y Woodward.

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Cortázar en que ese huerto es metafórico, y no real. Pero no creo que tenga unsignificado místico, pues esto no encaja en el sentido global de la Oda. El sentidoreligioso y místico se contradice, en efecto, con el contenido y carácter de las liras quesiguen a la descripción del huerto y, muy especialmente, se opone a las dos liras quecierran la Oda, la última de las cuales (17) tiene un evidente tono clásico-pagano, comohan señalado varios estudiosos. Veamos esas liras:

Y mientras miserable-mente se están los otros abrasandocon sed insacïabledel peligroso mando,tendido yo a la sombra esté cantando. A la sombra tendido,de yedra y lauro eterno coronado,puesto el atento oídoal son dulce, acordado,del plectro sabiamente meneado.

En la última estrofa, enlazada con la anterior mediante la repetición en quiasmo deuna parte del último endecasílabo, el poeta declara su deseo de ser coronado de yedra ylauro como los poetas de la Antigüedad clásica; son, por tanto, versos con una claraconnotación pagana58. A estos versos se refería sin duda Karl Vossler cuando afirmabaque «fray Luis no desea nada más que la paz y la liberación del espíritu de toda clase denegocios temporales para ser únicamente poeta y arpista» 59, y subrayaba que laintención y el espíritu del Beatus ille de Horacio nada tienen que ver con la Oda de frayLuis si se tienen en cuenta estos versos finales.

Como es sabido, los últimos versos de un poema son fundamentales para lainterpretación de su sentido, ya que repercuten sobre todo lo anterior y marcanretrospectivamente el sentido del poema. Ahora bien, el carácter clásico y paganizantede la última lira se opone al significado altamente religioso, casi místico, queWoodward, Senabre y Sabor de Cortazar atribuyen al huerto del poeta. Este huerto debetener un sentido que se armonice con el de las últimas liras y, a la vez, con el desarrollode toda la Oda. En otras palabras, es necesario que el significado metafórico que se dé alhuerto sea coherente con el sentido global de la Oda y con cada una de sus partes.

Planteadas así las cosas, creo que el huerto de fray Luis representa sus creacionespoéticas, las de su primera juventud, su primavera de poeta60. Además, la floridaprimavera de su huerto es una promesa de nuevos frutos, de más maduras y elevadaspoesías. Si seguimos analizando los elementos que componen el huerto, comprobamosque todos encajan perfectamente dentro de este valor metafórico-simbólico. Así, lafuente que desciende del monte y riega todo el huerto, cubriéndolo de flores, es la fuentede la que bebe el poeta, la que le suministra los temas, mientras que el aire es el soplo de

58 Véase Macri en su ed. de Poesías, p. 66.59 Vossler, 19462, p. 113.60 Esto apoya la tesis según la cual la Oda I es de la época de juventud.

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la inspiración propiamente dicha, y las flores, las poesías de la juventud que prometen elfruto de la edad madura.

Recordemos, además, que el uso del término huerto como metáfora de la alta culturay, por tanto, también de la poesía, es muy anterior a fray Luis. Lo encontramos en lasegunda mitad del siglo xiii en dos textos latinos: una Bula del Papa Urbano IV, de1263, concediendo a los maestros y escolares de la Universidad de Palencia losprivilegios, indulgencias, libertades e inmunidades de que gozaban los maestros yescolares de la Universidad de París61; y una carta de Honorio IV, escrita en 1286 a laUniversidad de París, con claros ecos de la Bula anterior62. En ambos textos latinos sellama huerto de delicias a la cultura que producen esas Universidades y se hacereferencia a las fuentes y los frutos de ese huerto, como en las liras 9-12 de la Oda queestudiamos.

Por otra parte, la interpretación del huerto del poeta como metáfora de sus juvenilespoesías es absolutamente coherente con las dos últimas liras. En la 17, que cierra laOda, fray Luis alude dos veces a su creación poética. La primera vez lo hace de maneraindirecta, cuando, en el verso 82, declara su deseo de ser coronado de yedra y laurelcomo los poetas clásicos, equiparándose pues, en cierto modo, a éstos. La segunda vez lohace de manera más directa, en los versos 83-85 que cierran la Oda y expresan su deseode estar atento:

al son dulce acordadodel plectro sabiamente meneado.

Aquí el son dulce acordado es el de la música de la poesía, y el plectro, cultismotípico de la nueva lírica horaciana63, es el que produce esa música. Recordemos que lavoz plectro aparece en otra de las Odas de fray Luis refiriéndose también a la creaciónpoética. Se trata de la Oda XI, dedicada a su amigo Juan de Grial, al que insta a crear lagran obra que lo consagrará como poeta inmortal. En la última lira, fray Luis le dice queél no podrá seguirle en la empresa porque las falsas delaciones lo han hundido y no tienefuerzas para cultivar la poesía:

Que yo, de un torbellinotraidor acometido, y derrocadodel medio del caminoal hondo, el plectro amadoy del vuelo las alas he quebrado (vv. 36-40),

donde el plectro amado es, como la púa que hiere la lira, el que produce la musicalpoesía, y las alas del vuelo, su alta inspiración. Para fray Luis, la poesía es quizás el donmás alto y espiritual que Dios concede a los hombres. En su obra De los nombres deCristo se refiere a la poesía con estas palabras:

61 San Martín, 1942, pp. 49-50 y nota 1.62 San Martín, 1942, p. 50 y nota 2.63 Lapesa, 1977, pp. 113-114. El plectro es la púa que hiere la lira y la vihuela, pero, en sentido traslaticio,

también se usa referido a la musicalidad de la poesía. El Diccionario de la RAE, al sentido recto de plectro,añade: «En poesía, inspiración, estilo».

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[La poesía] sin duda la inspiró Dios en los hombres para, con el movimiento y espíritu della,levantarlos al cielo de donde ella procede; porque poesía no es sino una comunicación delaliento celestial y divino64.

El maestro salmantino tenía un concepto tan sumamente elevado de la poesía que noconcebía se empleara en temas que no fuesen altamente espirituales, religiosos omorales.

A la vista de todo esto, me parece indudable que el huerto del poeta es una metáfora,no del estado espiritual alcanzado por fray Luis, sino de su creación poética de juventud;una creación que él consideraba venida del cielo e inspirada por Dios, la creación quefray Luis más apreciaba y admiraba, como él mismo declaraba en la Dedicatoria a DonPedro Portocarrero del manuscrito de sus poesías:

y el que no me conociere por mi nombre, conózcame por esto, que es solamente de lo que meprecio, y lo que, si en mí hay cosa buena, tiene algún valor65.

Entendido así el huerto del poeta, la secuencia de las liras 8-9, a pesar del tonoexaltado de la primera en fuerte contraste con el sosegado de la segunda, resulta ser unasecuencia absolutamente lógica: en la lira 8, cumbre climática del polo positivo de laoposición, fray Luis declara su deseo de retirarse de la vida mundana para gozar del bienque debe al cielo, esto es, para gozar del don de la creación poética. Y ese don lo exponeen las liras 9-12, con la metáfora del florido huerto. Mis interpretaciones del verso 37 yel huerto se armonizan perfectamente, no sólo entre sí, sino también con las liras finales,especialmente con las dos que cierran la composición.

T e r c e r a p a r t e : l i r a s 1 3 - 1 5

Terminada la descripción del metafórico huerto, el poeta abandona las formasobjetivas del modo indicativo y el tono sosegado para volver al tono vehemente delmodo imperativo:

Ténganse su tesorolos que de un falso leño66 se confían;no es mío ver el llorode los que desconfían,

65 cuando el cierzo y el ábrego porfían.

En esta lira reaparece el miembro negativo de la oposición, preludiado en el últimoverso de la lira 12: «que del oro y el cetro pone olvido», verso que enlaza la descripcióndel huerto con la lira 13 y las siguientes. Ese oro y ese cetro, símbolos respectivos de lariqueza y el poder, nos trasladan bruscamente del paisaje idílico, en el que todo es

64 Obras Completas Castellanas, II, pp. 253-254. Véase la nota 378, con los comentarios de A. Guy yOrozco sobre la alta opinión que de la poesía tenía fray Luis.

65 Obras Completas Castellanas, II, p. 741. La cursiva es mía.66 Leño, cultismo por ‘nave’ (cf. Oda XIV, v. 58). Lapesa, 1977, p. 116.

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armonioso, ameno y sosegado, al mundo social de las ambiciones y las luchas67. En estalira 13, los lexemas lloro, desconfían, porfían remiten a un clima de temor, desconfianzay desesperación. Tal como entiendo el sentido de la Oda y la metáfora del huerto, creoque el poeta opone así, virtualmente, el tesoro artístico de su huerto al tesoro materialde los que llevan una vida mundana y conquistan la riqueza y el poder.

Componentes esenciales de esta lira 13 (el miembro negativo de la oposición, elmodo imperativo y el estilo subjetivo con el empleo de los pronombres mi, me)reaparecen en la lira 15. Ambas estrofas quedan así enlazadas, tanto por la forma comopor la actitud que en ellas refleja el poeta:

A mí una pobrecillamesa, de amable paz bien abastadame baste; y la vajillade fino oro labrada,

75 sea de quien la mar no teme airada.

Entre estas dos liras está la 14, que para Dámaso Alonso encierra el clímax de toda laOda (si bien, como ya señalé, creo personalmente que lo es sólo del miembro negativode la oposición). Esa lira es como un paréntesis en el desarrollo del pensamiento delpoeta. De ahí la forma descriptiva y objetiva de presentar la escena, como quiencontempla una catástrofe inevitable y ajena a él. Hasta tal punto es como un paréntesis,que si se suprime no se produce ninguna anomalía. Esto no quiere decir que la lira 14esté de más en la unidad estructural de la Oda. Muy al contrario, la escena del naufragioes fundamental, ya que representa el punto culminante del miembro negativo de laoposición; refleja la triste visión que el poeta agustino tenía del mundo:

La combatida antenacruje, y en ciega noche el claro díase torna; al cielo suenaconfusa vocería,y la mar enriquecen a porfía.

Estos versos describen en presente de indicativo una tormenta marina con elconsiguiente naufragio, en el que perecen los navegantes con todo su haber. Sonmetáforas muy usadas por fray Luis68 para representar los graves peligros de la vidamundana y el hundimiento espiritual.

En suma, según mi lectura de la Oda, lo que fray Luis opone es la vida interior de lacreación poética frente a la vida exterior, mundana; opone y exalta el triunfo delintelecto y el arte frente al triunfo de la riqueza y el poder.

67 El P. Vega interpreta que aquí, como en otros pasajes de la Oda, fray Luis no se refiere al poder yriqueza que buscan con afán los mundanos, sino a las disputas y rencillas de los claustros universitarios. Creoque la mención del oro y el cetro , símbolos de la riqueza y el poder, no deja lugar a dudas sobre el referente deeste verso.

68 Véase Senabre, 1978b. En realidad, el poeta ya había aludido a estas metáforas en la lira 5, con lossintagmas del navío casi roto y el mar tempestuoso.

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URÍA MAQUA, Isabel. «La escondida senda y el huerto del poeta en la Oda I de Luis de León».En Criticón (Toulouse), 105, 2009, pp. 37-57.

Resumen. Este artículo pone de relieve los sentidos, en la primera Oda («Vida retirada») de fray Luis de León,de la escondida senda (vv. 3-4) y el huerto del poeta (liras 9-12). La primera representa la “vía mística” quelleva a la unión del alma con Dios, vía que no ha seguido el autor de la Oda. En cuanto al huerto, es unametáfora de la creación poética: representa las poesías que fray Luis escribió en su juventud, en su primaverade poeta.

Résumé. Étude de la première Ode de Luis de León («Vida retirada») pour élucider le sens de la escondidasenda (vv. 3-4) et du huerto du poète (strophes 9-12). La première expression représente la “voie mystique”qui conduit à l’union de l’âme avec Dieu, voie que n’a pas suivie l’auteur du poème. Quant au huerto, il estune métaphore de la création poétique et figure les poésies écrites par Luis de León pendant sa jeunesse, au“printemps” de son œuvre.

Summary. This article places emphasis, in Fray Luis de León’s first Ode («Vida retirada»), on the hidden path(vv. 3-4) and the poet’s garden (liras 9-12). The first represents the “mystical path” that leads to the union ofthe soul with God, a path that has not been followed by the author of the Ode. As regards the garden, itrepresents a metaphor of poetic creation: it represents the poetry written by Luis de León during his youth, inthe spring of his poetic life.

Palabras clave. Horacio. Huerto. León, fray Luis de. Mística. «Vida retirada».

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