La Cultura y La Economía en La Antropología Para El

7/17/2019 La Cultura y La Economía en La Antropología Para El

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La cultura y la economía en la antropología para el

desarrollo

La cuestión del desarrollo, ni que decir tiene, continúa sin ser resuelta por

ningún modelo social o epistemológico moderno. Con ello me refero no

solamente

a ‘nuestra’ incapacidad (por reerencia al aparato que dicta la política y

el conocimiento especializado moderno para arontar situaciones en !sia,"rica

y !m#rica Latina de modo que conduzcan a una sostenida me$ora social,cultural,

económica y medioam%iental, sino a que los modelos en que nos %asamos

para e&plicar y actuar ya no generan respuestas satisactorias. !dem's, la

)

crisis del desarrollo tam%i#n *ace patente que *an caducado los camposuncionales

con que la modernidad nos *a%ía equipado para ormular nuestras

preocupaciones sociales y políticas relati+as a la naturaleza, la sociedad, la

economía, el estado y la cultura. Las sociedades no son los todos org'nicos con

estructuras y leyes que *a%íamos creído *asta *ace poco, sino entes uidosque

se e&tienden en todas direcciones gracias a las migraciones, a losdesplazamientos

por encima de ronteras y a las uerzas económicas. Las culturas ya

no est'n constre-idas, limitadas y localizadas, sino proundamente

desterritorializadas y su$etas a múltiples *i%ridaciones de un modo parecido, la

naturaleza ya no puede considerarse como un principio esencial y unacategoría

undacional, un campo independiente de +alor y +eracidad intrínsecos, sinocomo el o%$eto de constantes rein+enciones, especialmente aqu#llaspro+ocadas

por procesos tecnocientífcos sin precedentes fnalmente, nadie sa%e dónde

empieza y termina la economía, a pesar de que los economistas, en medio de



la +or'gine neoli%eral y de la aparentemente todopoderosa glo%alización,r'pidamente

se apuntan a la pretensión de reducir a la economía todos los aspectos

de la realidad social, e&tendiendo de este modo la som%ra que la economía

arro$a so%re la +ida y la *istoria.

/s %ien conocido que la teoría y la pr'ctica del desarrollo *an sido moldeadas

en gran parte por economistas neocl'sicos. /n su mirada retrospecti+a a la

antropología para el desarrollo del 0anco 1undial, 1ic*ael Cernea, 2 una de

las fguras m's destacadas en este campo 2 se refrió a las des+iacionesconceptuales

econoc#ntricas y tecnoc#ntricas de las estrategias para el desarrollo,

consider'ndolas ‘proundamente per$udiciales’ (Cernea, 34456 35. 7araCernea,

esta des+iación ‘paradigm'tica’ es una distorsión que los antropólogos para el

desarrollo *an contri%uido en gran parte a corregir. 8u luc*a contra estades+iación

ciertamente *a representado 2 siempre desde el punto de +ista de Cernea

2 un paso importante dentro del proceso por el cual los antropólogos se *an

%uscado un lugar al sol en instituciones tan poderosas y prestigiosas como el

0anco 1undial, si %ien no siempre *a sido así. /l reconocimiento de lacontri%ución

potencial al desarrollo del conocimiento antropológico y sus aplicaciones

se produ$o con lentitud, a pesar de que una +ez que empezó pronto adquirió un

uerte impulso propio. La mayor parte de las e&plicaciones de la e+olución de la

antropología para el desarrollo coinciden en esta +isión de su *istoria6propiciada

por el racaso aparente de los enoques +erticalistas de orientación econó2

mica, empezó a producirse una ree+aluación de los aspectos sociales yculturales

del desarrollo a principios del decenio de los setenta lo cual, para laantropología,

conlle+ó oportunidades insospec*adas. La ‘cultura’, que *asta aquel momento

*a%ía constituido una categoría residual desde el momento en que a las



sociedades ‘tradicionales’ se las considera%a inmersas en el proceso de‘modernización’,

se con+irtió en in*erentemente pro%lem'tica, requiriendo un nue2

+o tipo de proesional capaz de relacionar la cultura con el desarrollo. /sto

marcó el despegue de la antropología desarrollista (9o%en, 34:) 0ennet y

0o;en, eds., 34:: 9oro;itz, 344< Cernea, ed., 34:5 Cernea, 3445. )

Los antropólogos para el desarrollo arguyen que a mediados de los a-os

setenta tu+o lugar una transormación signifcati+a en el concepto dedesarrollo,

trayendo a primer plano la consideración de actores sociales y culturales

en los proyectos de desarrollo. /sta nue+a sensi%ilidad *acia actores sociales

y culturales se produ$o despu#s de reconocer los po%res resultados o%tenidos

mediante las inter+enciones impuestas desde arri%a y %asadas en inyecciones

masi+as de capital y de tecnología. /ste cam%io de rum%o político se maniestó

claramente en el giro que eectuó el 0anco 1undial al adoptar una política de

programas ‘orientados *acia la po%reza’ 2 anunciada por su presidente =o%ert

1ac>amara, en 34? 2 pero tam%i#n se ree$ó en muc*os otros 'm%itos de las

instituciones para el desarrollo, incluyendo la !gencia para el @esarrolloAnternacional

de /stados Bnidos (B8. !A@, así como en algunas ofcinas t#cnicas

de las >aciones Bnidas. Los e&pertos empezaron a aceptar que los po%res 2

especialmente los po%res de las zonas rurales 2 de%ían participar acti+amente

en los programas si se pretendía alcanzar algún resultado positi+o. @e lo quese

trata%a era de ‘dar prioridad a la gente’ (Cernea, ed., 34:5. Los proyectos

de%ían tener contenido social y ser culturalmente adecuados, para lo cualde%ían

tomar en consideración e implicar a los %enefciarios directos de un modo

su%stancial. /stas nue+as preocupaciones crearon una demanda deantropólogos

sin precedentes. !nte la disminución creciente de puestos de tra%a$o dentro del



mundo acad#mico, los antropólogos se acogieron r'pidamente a la oportunidad

de participar en este nue+o proyecto. /n t#rminos a%solutos, esto tu+o como

consecuencia un aumento sostenido en el número de antropólogos queentraron

a tra%a$ar en organizaciones para el desarrollo de +arios tipos. Ancluso en el

0anco 1undial, el %astión del economicismo, la plantilla dedicada a Ciencias

8ociales creció desde un solitario primer antropólogo contratado en 34?< a los

cerca de sesenta que *ay en la actualidad adem's, cientos de antropólogos y

otros científcos sociales de países desarrollados y en +ías de desarrollo son

contratados cada a-o como consultores e&ternos para proyectos puntuales

(Cernea, 3445.

al como a-ade Cernea, ‘m's all' del cam%io en estas ciras, tam%i#n *a

*a%ido un cam%io en proundidad’ (Cernea, 34456 5. La dimensión cultural del

desarrollo se con+irtió en una parte importante de la ela%oración teórica y de la

ela%oración de proyectos, y el papel de los antropólogos aca%ó por

institucionalizarse. ! principio de los oc*enta, 9o%en podía afrmar que ‘los

)

Bn e&amen m's detenido de la antropología para el desarrollo requeriría

considerar la *istoria de la antropología aplicada, lo cual +a m's all' delo%$eti+o

de este artículo. 7ara una e&posición reciente so%re dic*a *istoria y su relación

con la antropología para desarrollo +#anse Dardner y Le;is (344E.

<

antropólogos que tra%a$an para el desarrollo no *an creado una su%disciplina

acad#mica (una ‘!ntropología para el @esarrollo’, puesto que su tra%a$o no se

caracteriza por un cuerpo co*erente y dierenciado de teorías, de conceptos y

de m#todos’ (34:)6 <4. /ste punto de +ista *a sido re+isado en proundidad

en los últimos a-os. 7ara empezar, la antropología para el desarrollo *a dado

lugar a una %ase institucional considera%le en di+ersos países de !m#rica del

>orte y /uropa

. 7or e$emplo, en 344? se *a creado en el =eino Bnido un



‘Comit# de !ntropología para el @esarrollo’, ‘para a+orecer la implicación de

la antropología en el desarrollo del ercer 1undo’ (Drillo, 34:56 ). /n 34?E,

tres antropólogos crearon el Anstituto de !ntropología para el @esarrollo en

0ing*ampton, >ue+a ForG desde sus inicios, este Anstituto *a destacado por

sus tra%a$os teóricos y aplicados en el campo de la antropología para eldesarrollo.

@el mismo modo, la ormación de licenciados en antropología para el

desarrollo +a en continuo aumento en muc*as uni+ersidades, especialmente en

/stados Bnidos e Anglaterra. 7ero la re+isión m's signifcati+a de la posición de

9o%en *a pro+enido de destacados especialistas del decenio de los no+enta,

como Cernea (3445 y 9oro;itz (344<, que consideran que mientras que el

número de antropólogos dedicados al desarrollo toda+ía es insufciente conrelación

al tra%a$o que queda por *acer, la antropología para el desarrollo +a en

camino de con+ertirse en una disciplina %ien consolidada, tanto acad#micacomo

aplicada.

HCu'les son los actores que apoyan el a+al que Cernea y 9oro;itz conceden

a su disciplinaI Lo principal entre ellos 2a pesar del reerente o%+io de un

aumento continuado de antropólogos en el mundo del desarrollo, que se *a

e&tendido en los no+enta a la red creciente de organizaciones nogu%ernamentales,

las J>D2 es su +isión del papel que los antropólogos desempe-an dentro

del desarrollo, de la importancia de este papel para la teoría del desarrollo ensu

con$unto y de su impacto so%re estrategias particulares y proyectos concretos.

8i re+isamos %re+emente estos tres argumentos +eremos que a mediados de

los a-os oc*enta un grupo de antropólogos para el desarrollo lo ormularon así6

la dierencia antropológica es o%+ia en cada ase del proceso de resolución de

pro%lemas6 los antropólogos dise-an programas que uncionan porque son

culturalmente adecuados tam%i#n corrigen las inter+enciones que ya est'n en

marc*a y que a la larga no resultarían económicamente acti%les de%ido a la



oposición de la gente fnalmente, realizan e+aluaciones que proporcionan

indicadores +'lidos de los resultados de los programas. am%i#n orecen los

conocimientos necesarios para los intercam%ios culturales recogen so%re el

terreno datos primarios imprescindi%les para planifcar y defnir políticas a la

+ez que anticipan y encauzan los eectos sociales y culturales de lainter+ención

(Kul y MisGe, eds., 34:?6 3N.

7ara un an'lisis de la antropología para el desarrollo en /uropa +#ase elnúmero

especial de @e+elopment !nt*ropology >et;orG 3N (3, dedicado a este tema.

5

!ctuando como intermediarios culturales entre aqu#llos que dise-an e

implementan el desarrollo por un lado, y las comunidades por otro reca%andola

sa%iduría y los puntos de +ista locales situando las comunidades y losproyectos

locales en conte&tos m's amplios de economía política considerando la

cultura desde un punto de +ista *olístico... odas estas contri%uciones

antropológicas se consideran importantes por no decir esenciales dentro delproceso del desarrollo.

/l resultado es la implantación del desarrollo ‘con m's %enefcios y menos

contrapartidas’ (Cernea 34456 4. /ste eecto reconocido *a sidoparticularmente

importante en algunas 'reas tales como en proyectos de repo%lación,

sistemas de culti+o, desarrollo de cuencas u+iales, gestión de recursosnaturales,

a+orecimiento de economías de sectores inormales, etc#tera. >o o%stante,

los antropólogos para el desarrollo consideran que su papel +a muc*o m's

all' de estos campos concretos. 8u papel se $ustifca por su capacidad deorecer

an'lisis detallados de la organización social que circunscri%e los proyectos



y que su%yace a las actuaciones de la po%lación local, lo cual resultaimprescindi%le

para la in+estigación aplicada. !l actuar así, transcienden la dicotomía

entre in+estigación teórica y aplicada, y mientras que la mayor parte del

tra%a$ocontinúa sometido a las necesidades perentorias de los proyectos en curso, en

algunos casos los antropólogos *an conseguido ser tenidos en cuenta pararealizar

in+estigaciones a m's largo plazo. Osta es la razón por la cual, desde su

punto de +ista, los antropólogos para el desarrollo se est'n con+irtiendo en

actores capitales en el proceso de desarrollo al demostrar que losantropólogos

son especialmente útiles, se *an con+ertido en cola%oradores cada +ez me$oraceptados tanto durante la ase de dise-o como de la realización de losproyectos

(Cernea, 3445 9oro;itz, 344<<

.

Puedan dos aspectos fnales a considerar en relación con el compromiso

entre antropología y desarrollo tal como lo plantea la antropología para eldesarrollo.

7uede decirse que su pr'ctica se %asa en tendencias generalmente aceptadas

tanto del desarrollo como de la antropología y que se *allan relati+amente

inmunes a las se+eras críticas dirigidas a am%as especialmente desde lasegunda

mitad de los a-os oc*enta, críticas que no cuestionan la necesidad general

del desarrollo sino que lo aceptan como un *ec*o ine+ita%le y como unasituación

real ineludi%le. /&isten naturalmente aqu#llos que lle+an este de%ate *asta

el límite dentro del entorno institucional, si %ien para cuestionar radicalmenteel

desarrollo sería necesario apuntarse a las tendencias recientemente aparecidas

<

7odemos aceptar sin m's lo que piensan los antropólogos para el desarrollo desu



contri%ución al desarrollo, si %ien puntualizando que a +eces su punto de +istaes

parcial. Cernea, por e$emplo, reconoce a los científcos sociales del 0anco

1undial algunos de los cam%ios *a%idos en su política de reu%icación de

po%laciones. /n ningún lugar menciona el papel que $ugaron en estos cam%iosla

oposición generalizada y la mo+ilización local contra los planes de reu%icación

en muc*as partes del mundo.

E

dentro de la antropología que ponen en duda su capacidad para deender la

dierencia cultural. La mayor parte de los antropólogos para el desarrollo, no

o%stante, defenden una epistemología realista como la que caracterizó laantropología

cultural y la política económica de los a-os sesenta. al y como

+eremos, estos postulados son precisamente los que la antropología deldesarrollo

pretende poner a prue%a. La disidencia interna so%re estas cuestiones

suele maniestarse cuestionando el mero *ec*o de inter+enir. /n este de%ate,

los antropólogos para el desarrollo se encuentran do%lemente atacados, tanto

por parte de los deensores del desarrollo que los consideran un escollo o unosrom'nticos incura%les como por los antropólogos acad#micos que los critican

desde un punto de +ista moral e intelectual (Do;, 344. Los de%ates so%re el

‘dilema’ de la antropología para el desarrollo 2implicarse o no implicarse2 se

plantean y generalmente se resuel+en en a+or de la implicación, por moti+os

tanto pr'cticos como políticos. Los argumentos m's interesantes a%ogan por

comprometerse a decir las cosas tal como son a los poderosos 2lo cual podría

colocar a los antropólogos en una situación diícil2 o %ien propugnan una+ariedad

de papeles para los antropólogos 2desde el inter+encionismo acti+o *asta el

rec*azo declarado (Drillo, 34:5 8;antz, 34:5. /ste dilema se acentúa alcontraponer

la antropología para el desarrollo a la antropología del desarrollo. >os



ocuparemos a*ora de analizar esta segunda articulación de la relación entre

antropología y desarrollo.

Lengua$e, discurso y antropología del desarrollo

!l fnal de esta sección *a%laremos de los puentes que de%en tenderse

entre la antropología para el desarrollo y la antropología del desarrollo, asícomo

de las críticas que de%en realizarse mutuamente. 9a llegado a*ora el momento

de caracterizar lo que *emos dado en llamar la antropología del desarrollo. al

como quedar' patente, la antropología del desarrollo se %asa en un cuerpo

teórico muy distinto, de origen reciente y en gran medida asociado con laetiqueta

de ‘postestructuralismo’, conducente a una +isión distinta e inesperada

del desarrollo. 1ientras que sería imposi%le resumir aquí los puntos %'sicos del

postestructuralismo, es importante remarcar que, en contraste con las teorías

li%erales %asadas en el indi+iduo y en el mercado y con las teorías mar&istas

%asadas en la producción, el postestructuralismo su%raya el papel del lengua$ey

del signifcado en la constitución de la realidad social. 8egún elpostestructuralismo

el lengua$e y el discurso no se consideran como un ree$o de la realidad social,sino como constituyentes de la misma, deendiendo que es a tra+#s dellengua$e

y del discurso que la realidad social ine+ita%lemente se construye. /l concepto

de discurso permite a los teóricos ir m's all' de los dualismos crónicosin*erentes

a la mayor parte de la teoría social, aqu#llos que separan lo ideal de lo real,

lo sim%ólico de lo material y la producción del signifcado, dado que el discurso

los a%arca a todos. /ste concepto se *a aplicado a un cierto número dedisciplinas

acad#micas en a-os recientes, desde la antropología *asta la geograía

pasando por los estudios culturales y los estudios eministas, entre otros.

?

@esde sus inicios, se *a considerado que ‘el desarrollo’ e&istía en la realidad,



‘por sí mismo’, de un modo sólido y material. /l desarrollo se *a considerado

un instrumento +'lido para descri%ir la realidad, un lengua$e neutral que

puede emplearse inoensi+amente y utilizarse para distintos fnes según laorientación

política y epistemológica que le den sus usuarios. anto en ciencia política

como en sociología, tanto en economía como en economía política, se *a

*a%lado del desarrollo sin cuestionar su estatus ontológico. 9a%i#ndoseidentifcado

como teoría de la modernización o incluso con conceptos como dependencia

o mundialización, y *a%i#ndosele califcado desde ‘desarrollo de mercado

no intrusi+o’, *asta autodirigido, sosteni%le, o ecológico, los sinónimos ycalifcati+os

del t#rmino desarrollo se *an multiplicado sin que el sustanti+o en sí

se *aya considerado %'sicamente pro%lem'tico. /sta tendencia aparentemente

acrítica se *a mantenido a lo largo de la era del desarrollo a pesar del *ec*o de

que un comentarista del estudio de lengua$es del desarrollo lo *a ormulado

recientemente ‘como palestra de estudio y de e&perimentación, uno de losimpulsos

undamentales de aqu#llos que pu%lican artículos acerca del desarrollo

con la intención de defnir, categorizar y estructurar un campo de signifcado*eterog#neo y en continuo crecimiento’ (Crus*, 34456 ). !l margen de que se

*a cuestionado agriamente el signifcado de este t#rmino, la idea %'sica del

desarrollo en sí *a permanecido inalterada, el desarrollo considerado comoprincipio

central organizador de la +ida social, así como el *ec*o de que !sia,

"rica y !m#rica Latina puedan defnirse como su%desarrollados y que sus

po%laciones se *allen irremisi%lemente necesitadas de ‘desarrollo’ 2 sea cual

sea la orma que tome.

La antropología del desarrollo empieza por cuestionar la misma noción de

desarrollo arguyendo que en un am%iente postestructuralista, si pretendemos

entender el desarrollo de%emos e&aminar cómo *a sido entendido a lo largo de

la *istoria, desde qu# perspecti+as, con qu# principios de autoridad y con qu#



consecuencias para qu# grupos de po%lación en particular. HCómo surgió este

modo concreto de entender y de construir el mundo, es decir, el ‘desarrollo’I

HPu# grados de +eracidad, qu# silencios tra$o consigo el lengua$e deldesarrolloI

/n lo que toca a la antropología del desarrollo, por lo tanto, no se trata tanto

de orecer nue+as %ases para me$orarlo, sino de e&aminar los mismosundamentos

so%re los que se construyó el desarrollo como o%$eto de pensamiento y

de pr'ctica. H8u o%$eti+oI @esesta%ilizar aquellas %ases con el fn de modifcar

el orden social que regula el proceso de producción del lengua$e. /l

postestructuralismo proporciona nue+as *erramientas para realizar una tarea

que se situó siempre en el centro de la antropología, aunque en pocasocasiones

ue lle+ada a ca%o6 ‘desamiliarizar’ lo amiliar. al como Crus* lo ormula, ‘el

discurso del desarrollo, el modo en que produce sus argumentos y esta%lece su

autoridad, la manera en que interpreta un mundo, se consideran normalmente

como o%+ios y por lo tanto no merecedores de atención. La intención primaria

Qdel an'lisis discursi+o es intentar *acer que lo o%+io se con+ierta en pro%lem'2

:

tico’ (Crus*, 34456 . Jtro grupo de autores, m's comprometidos con esta

tarea de ‘desamiliarización’, intentaron con+ertir el lengua$e del desarrollo en

impronuncia%le, transormar los modelos %'sicos del discurso del desarrollo 2

mercados, necesidades, po%lación, participación, am%iente, planifcación2 en

‘pala%ras contaminadas’ que los e&pertos no pudieran utilizar con la misma

impunidad con lo que lo *a%ían *ec*o *asta la ec*a’ (8ac*s, ed., 344).

Bn actor importante al plantearse el desarrollo desde una perspecti+a

postestructuralista ue la crítica de las representaciones que los occidentales

*acían de los no europeos, propiciada por el li%ro de /d;ard 8aid, Jrientalism.

8u afrmación inicial toda+ía es +'lida6 ‘mi opinión es que, sin e&aminar el

orientalismo como discurso’ 2escri%ió 8aid2 ‘no podremos nunca comprender la

disciplina terri%lemente sistem'tica mediante la cual la cultura europea pudo



gestionar 2e incluso producir2 el Jriente desde un punto de +ista político,sociológico,

ideológico, científco y creati+o durante el periodo su%siguiente a la Alustración’

(8aid, 34?46 7or el mismo procedimiento el flósoo zaire-o Ralentin

1udim%e podía plantear la cuestión de estudiar ‘el undamento de un discurso

so%re "rica ... Qel modo en queS los mundos aricanos *an sido esta%lecidos

como realidades para ser estudiadas’ (1udim%e, 34::6 &i, mientras queC*andra

1o*anty (3443 interroga%a los te&tos que comenza%an a prolierar so%re ‘las

mu$eres dentro del desarrollo’ durante los a-os setenta y oc*enta conreerencia

al dierencial de poder que ine+ita%lemente promulga%an desde su +isión de

mu$eres del ercer 1undo, implícitamente carentes de lo que sus *omólogas

del 7rimer 1undo *a%ían conseguido. ! partir de estos planteamientos,Merguson

aportó el razonamiento m's poderoso a a+or de la antropología del desarrollo6

Agual que ‘ci+ilización’ en el siglo TAT, ‘desarrollo’ es el t#rmino que descri%e

no sólo un +alor, sino tam%i#n un marco interpretati+o o pro%lem'tico a tra+#s

del cual conocemos las regiones empo%recidas del mundo. @entro de este

marco interpretati+o, adquieren sentido y se *acen inteligi%les una multitudde o%ser+aciones cotidianas (Merguson, 344N6 &iii.

0as'ndose en #stos y otros tra%a$os relacionados, el an'lisis discursi+o del

desarrollo 2 y de la antropología del desarrollo en particular, ya que los

antropólogos *an sido undamentales para esta crítica 2 despegó a fnal de los

oc*enta y *a continuado a lo largo de los no+enta. Los analistas *an orecido

‘nue+os modos de comprender lo que es el desarrollo y lo que *ace’ (Crus*,

34456 <, concretamente lo siguiente56

5

/ntre la primera ‘*ornada’ de li%ros dedicados e&clusi+amente al an'lisis del

desarrollo como discurso teórico con aportaciones antropológicas fguran6



Merguson (344N !pel21arglin y 1arglin (344N 8ac*s, ed. (344) @a*l y

=a%o, eds. (344) /sco%ar (3445 Crus*, ed. (3445. 7ara una %i%liograía m's

completa so%re este tema +#ase /sco%ar (3445. Bn an'lisis relacionado del

desarrollo entendido como campo sem'ntico e institucional puede encontrarse

en 0ar# (34:?. !ctualmente estos an'lisis se est'n multiplicando ydi+ersifcando

en muc*as direcciones, tal como +er' m's a%a$o.

4

7ara empezar, un modo distinto de plantear ‘la cuestión del desarrollo’ en sí

misma. H@e qu# modo ue constituido el ‘ercer 1undo’ como una realidad a

los o$os del conocimiento especializado modernoI HCu'l ue el orden deconocimiento

2 el r#gimen de representación 2 que surgió $unto con el lengua$e del

desarrolloI H9asta qu# punto este lengua$e *a colonizado la realidad socialI

/stas preguntas no podrían plantearse si nos limit'ramos a los paradigmas del

pasado, aqu#llos que da%an por supuesto que el desarrollo constituía uninstrumento

+'lido para descri%ir la realidad.

Bna +isión del desarrollo como in+ención, como e&periencia *istóricamente

singular que no ue ni natural ni ine+ita%le, sino el producto de procesos*istóricos

%ien identifca%les. Ancluso si sus raíces se e&tienden *asta el desarrollo del

capitalismo y de la modernidad 2 el desarrollo se *a considerado parte de un

mito originario proundamente enraizado en la modernidad occidental 2 el fnal

de los a-os cuarenta y el decenio de los cincuenta tra$eron consigo una

glo%alización del desarrollo y una prolieración de instituciones, organizaciones

y ormas de conocimiento relacionadas con el desarrollo. @ecir que eldesarrollo

ue un in+ento no equi+ale a tac*arlo de mentira, mito o conspiración, sino a

declarar su car'cter estrictamente *istórico y, en el tradicional estilo

antropológico, diagnosticarlo como una orma cultural concreta enmarcada en

un con$unto de pr'cticas que pueden estudiarse etnogr'fcamente. Considerar



el desarrollo como una in+ención tam%i#n sugiere que esta in+ención puede

‘desin+entarse’ o rein+entarse de modos muy distintos.

Bn ‘mapa’ del r#gimen discursi+o del desarrollo, o sea, una +isión del aparato

de ormas e instituciones de conocimiento especializado que organizan la

producción de ormas de conocimiento y de estilos de poder, esta%leciendo

relaciones sistem'ticas en su seno y dando como resultado un diagramaconcreto

de poder. /ste es el punto central del an'lisis postestructrualista del discurso

en general6 la organización de la producción simult'nea de conocimiento

y poder. al como Merguson (344N lo ormuló, cartografar el aparato deconocimiento2poder

sacó a la luz aqu#llos que ‘lle+a%an a ca%o el desarrollo’ y su

papel como productores de cultura. @e este modo la mirada del analista se

desplazó desde los llamados %enefciarios u o%$eti+os del desarrollo *acia los

t#cnicos sociales pretendidamente neutrales del aparato +inculado aldesarrollo.

H! qu# se dedican en realidadI H!caso no producen cultura, modos de

comprensión, transormaciones de las relaciones socialesI Le$os de ser neutral,

el tra%a$o del aparato +inculado al desarrollo pretende precisamente conseguir

o%$eti+os muy concretos6 la estatalización y gu%ernamentalización de la

+ida social la despolitización de los grandes temas la implicación de países y

comunidades en las economías mundiales de modos muy concretos latransormación

de las culturas locales en sintonía con los est'ndares y tendencias

modernas, incluyendo la e&tensión a las comunidades del ercer 1undo de

pr'cticas culturales de origen moderno %asadas en nociones de indi+idualidad,

racionalidad, economía, etc. (Merguson, 344N =i%eiro, 344<a.<N

<. am%i#n resultó importante para estos an'lisis la aportación de una +isión

de cómo el discurso del desarrollo *a ido +ariando a tra+#s de los a-os 2desde

su #nasis en el crecimiento económico y la industrialización en los a-oscincuenta



*asta la propuesta de desarrollo sosteni%le en el decenio de losno+entaconsiguiendo,

no o%stante, mantener intacto un cierto núcleo de elementos y de

relaciones. ! medida que el aparato +inculado al desarrollo incorpora%a nue+os

dominios a su 'rea de inuencia, ciertamente i%a suriendo cam%ios, si %ien su

orientación %'sica no llegó nunca a ser cuestionada. Muera cual uera elcalifcati+o

que se le aplicara, el *ec*o del desarrollo en sí nunca se cuestionó de un

modo radical.

5. Minalmente, a la relación e&istente entre los discursos del desarrollo y la

identidad se le est' prestando cada +ez m's atención. H@e qu# modo *acontri%uido

este discurso a moldear las identidades de pue%los de todas partes del

mundoI HPu# dierencias pueden detectarse, en este sentido, entre clases,se&os,

razas y lugaresI Los tra%a$os recientes so%re *i%ridación cultural pueden

interpretarse a la luz de esta consideración (Darcía Canclini, 344N. Jtroaspecto

de la cuestión de la su%$eti+idad que en parte *a reci%ido atención es la

in+estigación antropológica de la circulación de conceptos de desarrollo y de

modernidad en 'm%itos del ercer 1undo. HCómo se usan estos conceptos y

cómo se transormanI HCu'les son sus eectos y su manera de uncionar una

+ez *an penetrado en una localidad del ercer 1undoI HCu'l es su relación

tanto con las *istorias locales como a los procesos glo%alesI HCómo seprocesan

las condiciones glo%ales en 'm%itos locales, incluyendo aqu#llas de desarrollo

y modernidadI H/n qu# modos concretos las utiliza la gente para negociar

sus identidadesI (@a*l y =a%o, eds., 344) 7igg, 344).

/l an'lisis del desarrollo como discurso *a conseguido crear un su%campo,

la antropología del desarrollo, relacionada pero distinta de otros su%campos

inspirados por la economía política, el cam%io cultural u otros marcos dereerencia

aparecidos en los últimos a-os. !l aplicar teorías y m#todos desarrollados



undamentalmente en el 'm%ito de las *umanidades a antiguos pro%lemas

de las ciencias sociales (desarrollo, economía, sociedad, la antropología del

desarrollo *a permitido a los in+estigadores situarse en otros espacios distintos

desde los cuales contemplar la realidad de un modo dierente. !ctualmente se

est' prestando atención a aspectos tales como6 los antecedentes *istóricos del

desarrollo, particularmente la transición desde la situación colonial *asta la de

desarrollo los perfles etnogr'fcos de instituciones de desarrollo concretas(desde

el 0anco 1undial *asta las J>D progresistas, así como de lengua$es y

su%campos la in+estigación de las protestas y resistencias que se oponen a las

inter+enciones ligadas al desarrollo y %iograías y auto%iograías críticas de los

encargados de lle+ar a la pr'ctica el desarrollo. /stas in+estigaciones producen

una +isión m's matizada de la naturaleza y de los modos de uncionar de los

discursos en a+or del desarrollo que los an'lisis de los a-os oc*enta yprincipios

de los no+enta parecían sugerir.

<3

Minalmente la noción de ‘postdesarrollo’ se *a con+ertido en un recurso

*eurístico para reaprender a +er la realidad en comunidades de !sia, "rica y

!m#rica Latina. /l postdesarrollo se refere a la posi%ilidad de disminuir el

dominio de las representaciones del desarrollo cuando se contemplandeterminadas

situaciones en !sia, "rica y !m#rica Latina. HPu# ocurre cuando no

contemplamos esa realidad a tra+#s de los planes de desarrolloI al como

Crus* lo planteó, ‘He&iste algún modo de escri%ir (y de *a%lar y pensar m's

all' del lengua$e del desarrolloI’ (Crus*, 34456 3:. /l postdesarrollo es una

manera de acotar esta posi%ilidad, un intento de a%rir un espacio para otros

pensamientos, para +er otras cosas, para escri%ir en otros lengua$es. al ycomo

+eremos, el postdesarrollo de *ec*o se *alla siempre en construcción en todos

y cada uno de los actos de resistencia cultural ante los discursos y pr'cticas



impositi+as dictadas por el desarrollo y la economía. La ‘desamiliarización’ de

las descripciones del desarrollo so%re la cual se %asa la idea de postdesarrollo

contri%uye a dos procesos distintos6 reafrmar el +alor de las e&perienciasalternati+as

y los modos de conocimiento distintos y des+elar los lugares comunes y

los mecanismos de producción de conocimiento que en este caso se considera

in*erentemente político 2 es decir, como relacionado con el e$ercicio del podery

la creación de modos de +ida. /l corolario de esta in+estigación es cuestionarse

si el conocimiento puede producirse de algún modo distinto. 7ara losantropólogos

y otros e&pertos que reconocen la íntima +inculación del conocimiento

especializadocon el e$ercicio de poder, la situación se plantea del modo siguiente6 HCómo

de%eríamos comportarnos como productores de conocimientoI HCómo searticula

una #tica de conocimiento especializado considerado como pr'ctica políticaI

Rol+eremos so%re esta cuestión a fnal del artículo.

!ntropología y desarrollo6 *acia una nue+a teoría de la

pr'ctica y una nue+a pr'ctica de la teoría

La antropología para el desarrollo y la antropología del desarrollo se ec*an

en cara recíprocamente sus propios deectos y limitaciones podría decirse que

se ríen la una de la otra. Los antropólogos para el desarrollo consideran las

críticas postestructuralistas moralmente erróneas porque a su entenderconducen

a la alta de compromiso en un mundo que necesita desesperadamente la

aportación de la antropología (9oro;itz, 344<. 8e considera que centrarse en

el discurso es pasar por alto cuestiones que tienen que +er con el poder, yaque

la po%reza, el su%desarrollo, y la opresión no son cuestiones de lengua$e sino

cuestiones *istóricas, políticas y económicas. /sta interpretación de laantropología

del desarrollo pro+iene claramente de una alta de comprensión del enoque



postestructuralista, el cual 2 tal como sus deensores alegan 2 trata de las

condiciones materiales del poder, de la *istoria, de la cultura y de la identidad.

!%undando en este razonamiento, los antropólogos para el desarrollo aducen

que la crítica postestructuralista es una pirueta intelectual propia de

intelectuales

occidentales que no responde de ningún modo a los pro%lemas intelectuales

o políticos del ercer 1undo (Little y 7ainter, 3445 se pasa por alto intencio2

<)

nadamente el *ec*o de que los acti+istas e intelectuales del ercer 1undo se

*ayan situado a la +anguardia de esta crítica y que un número creciente de

mo+imientos sociales lo encuentren útil para reorzar sus luc*as. 7or su parte,

para los críticos, la antropología para el desarrollo es proundamente pro%lem'2

tica porque su%scri%e un marco de reerencia 2 el desarrollo 2 que *aposi%ilitado

una política cultural de dominio so%re el ercer 1undo. !l *acerlo así,contri%uyen

a e&tender a !sia, "rica y !m#rica Latina un proyecto de transormación

cultural %asado, en líneas generales, en las e&periencias de la modernidad

capitalista. ra%a$ar en general para instituciones como el 0anco 1undial y

para procesos de ‘desarrollo inducido’ representa para los críticos parte del

pro%lema y no parte de la solución (/sco%ar, 3443. La antropología deldesarrollo

saca a la luz la +iolencia silenciosa contenida en el discurso del desarrollo

a la +ez que los antropólogos para el desarrollo, a o$os de sus críticos, nopueden

ser a%sueltos de esta +iolencia.

/stas dierencias son muy signifcati+as ya que mientras que los antropólogos

para el desarrollo se concentran en la e+olución de sus proyectos, en el uso del

conocimiento para ela%orar proyectos a la medida de la situación y de lacultura

de sus %enefciarios, así como en la posi%ilidad de contri%uir a paliar lasnecesidades

de los po%res, los antropólogos del desarrollo centran sus an'lisis en el



aparato institucional, en los +ínculos con el poder que esta%lece elconocimiento

especializado, en el an'lisis etnogr'fco y la crítica de los modelos modernistas,

así como en la posi%ilidad de contri%uir a los proyectos políticos de los

desa+orecidos. Puiz' el punto m's d#%il de la antropología para el desarrollo

sea la ausencia de una teoría de inter+ención que +aya m's all' de lasinter+enciones

retóricas so%re la necesidad de tra%a$ar en a+or de los po%res. @e

modo similar, la antropología para el desarrollo sugiere que el punto m's d#%il

de la antropología del desarrollo no es tan dierente6 estri%a en cómo dar un

sentido político pr'ctico a sus críticas teóricas. La política de la antropología del

desarrollo se %asa en su capacidad para proponer alternati+as, en su sintonía

con las luc*as a a+or del derec*o a la dierencia, en su capacidad parareconocer

ocos de resistencia comunitaria capaces de recrear identidades culturales,

así como en su intento de airear una uente de poder que se *a%ía mantenido

oculta. 7ero nada de ello constituye un programa ela%orado en proundidad con

+istas al ‘desarrollo alternati+o’. Lo que se $uegan las dos tendencias, en última

instancia es, aunque distinto, compara%le6 los antropólogos para el desarrollo

arriesgan sus altas remuneraciones por sus tra%a$os de consultor y su deseo de

contri%uir a un mundo me$or para el antropólogo del desarrollo lo que est' en

$uego son los títulos acad#micos y el prestigio, así como el o%$eti+o político de

contri%uir a transormar el mundo, muc*o me$or si puede ser con$untamente

con los mo+imientos sociales.

! pesar del *ec*o de que estas dos tendencias opuestas 2 necesariamente

simplifcadas dado lo %re+e de este artículo 2 se superponen en parte, no

resultanada 'cil reconciliarlas. /&isten, no o%stante, +arias tendencias que apuntan

<

en esta dirección y *a%laremos de ellas en esta sección del artículo como paso

pre+io *acia el dise-o de una nue+a pr'ctica. Bna serie de estudios so%re los



lengua$es del desarrollo a los que ya nos *emos reerido con anterioridad(Crus*,

3445, por e$emplo, aceptan el reto de analizar los ‘te&tos y pala%ras’ deldesarrollo,

a la +ez que niegan que ‘el lengua$e sea lo único que e&iste’ (Crus*, 344565.

‘1uc*os de los autores que participan en este +olumen’ 2 escri%e el editor en

su introducción 2 ‘proceden de una tradición de economía política que defende

que la política y la economía tienen una e&istencia real que no se puede

reducir al te&to que las descri%e y las representa’ (p. E.

@ic*o autor cree, no o%stante, que el giro te&tual, las teorías postcoloniales

y eministas y las críticas *acia el dominio de los sistemas de conocimiento

occidentales proporcionan cla+es cruciales para entender el desarrollo, ‘nue+os

modos de comprender lo que es y *ace el desarrollo y por qu# parece tan

diícil imaginar un modo de superarlo’ (p. <. La mayor parte de los geógraos

y antropólogos que contri%uyeron al +olumen citado se *allan comprometidos,

en mayor o menor grado, con el an'lisis discursi+o, si %ien la mayor parte de

ellos tam%i#n se mantienen dentro de una tradición de economía políticaacad#2

mica.

/l argumento m's esperanzador y constructi+o con +istas a una con+ergencia

entre la antropología para el desarrollo y la antropología del desarrollo *a

sido propuesto recientemente por parte de dos antropólogos con una grane&periencia

en instituciones para el desarrollo y que a la +ez tienen una comprensión

prounda de la crítica postestructuralista (Dardner y Le;is, 344E. 8u punto

de partida es que tanto la antropología como el desarrollo se enrentan a unacrisis postmoderna, y que es esta crisis lo que puede constituir la %ase paraque

se esta%lezca una relación distinta entre am%as tendencias. ! la +ez queaceptan

la crítica discursi+a como +'lida y esencial para esta nue+a relación, no



de$an de insistir en la posi%ilidad de cam%iar el curso del desarrollo ‘tantoapoyando

la resistencia al desarrollo como tra%a$ando desde dentro del discurso

para desafar y desmontar sus supuestos’ (p. <4. 8u esuerzo se orienta pues a

tender puentes entre la crítica discursi+a por una parte y la planifcaciónconcreta

y las pr'cticas políticas por otra, undamentalmente en aquellos 'm%itos

que creen que orecen m's esperanzas6 la po%reza y las desigualdades por

razón de se&o. /l desmantelamiento de los supuestos y las relaciones de poder

del desarrollo se considera una tarea esencial para los que se dedican a poner

en pr'ctica el desarrollo. 1ientras reconocen que el camino *acia elcompromiso

antropológico en el marco del desarrollo se *alla ‘erizado de difcultades’

(p. ?? y es ‘altamente pro%lem'tico’ (p. 3E3 2 dados los dilemas #ticos, los

riesgos de corrupción y las apresuradas etnograías que a menudo los

antropólogos para el desarrollo de%en ela%orar2 creen no o%stante que los eno2

<<

ques antropológicos son importantes en la planifcación, e$ecución yasesoramiento

de inter+enciones no opresi+as para el desarrollo. =ecordemos cu'lesson sus conclusiones6

! estas alturas de%ería estar claro que la relación de la antropología con el

desarrollo se *alla repleta de contradicciones. ... /n el conte&to postmodernoU

postestructuralista del decenio de los no+enta, no o%stante, los dos enoques(el

postestructuralista y el aplicado parecen *allarse m's distanciados quenunca...

aunque no tiene por qu# ser necesariamente así. Ciertamente, mientras

que es a%solutamente necesario desentra-ar y desmontar ‘el desarrollo’, si los

antropólogos pretenden *acer contri%uciones políticamente signifcati+as a los

mundos en los que tra%a$an de%en continuar manteniendo una cone&ión +ital

entre conocimiento y acción. /llo signifca que el uso de la antropologíaaplicada,



tanto dentro como uera de la industria del desarrollo, de%e continuar $ugando

un papel, aunque de un modo distinto y utilizando paradigmas conceptuales

dierentes de los que se *an utilizado *asta el momento. (Dardner y Le;is,

344E6 35.

8e trata, pues, de una propuesta muy am%iciosa aunque constructi+a para

superar el punto muerto actual. Lo que est' en $uego es una relación entre la

teoría y la pr'ctica 2una nue+a pr'ctica de la teoría y una nue+a teoría de la

pr'ctica. HPu# ‘paradigmas conceptuales distintos’ de%en crearse para que

esta propuesta sea +ia%leI H/&igen estos nue+os paradigmas unatransormación

signifcati+a de la ‘antropología aplicada’, tal como *a ocurrido *asta *oy,

y quiz' incluso una rein+ención radical de la antropología uera del 'm%itoacad#mico

2y las relaciones entre am%as2 que conduzcan a la disolución de la

misma antropología aplicadaI Bn cierto número de antropólogos que tra%a$an

en distintos campos 2 desde la antropología y el transnacionalismo político*asta

las desigualdades por razón de se&o y raza 2 se *an esorzado en alcanzar una

pr'ctica de este tipo desde *ace cierto tiempo. =epasaremos %re+emente el

tra%a$o de cuatro de estos antropólogos a fn de e&traer algunas conclusiones

con +istas a una reno+ada articulación entre antropología y desarrollo, y entre

teoría y pr'ctica, antes de concluir con algunas consideraciones generalesso%re

la antropología de la glo%alización y sus implicaciones para esta disciplina

en su con$unto. /stos antropólogos tra%a$an desde lugares distintos y congrados

de e&periencia y de compromiso que tam%i#n +arían no o%stante, todos

intentan ampliar los límites de nuestro pensamiento respecto a la teoría

antropológica y a la pr'ctica del desarrollo, sugiriendo distintos tipos dean'lisis

de la articulación de la cultura y del desarrollo en el comple$o mundo actual.

Con una e&periencia de tra%a$o que a%arca casi cuatro decenios en la región



de C*iapas al sur de 1#&ico, Vune >as* representa lo me$or de la tradición

antropológica de compromiso a largo plazo con una comunidad y una región en

un conte&to que *a sido testigo de cam%ios espectaculares desde que ellallegó

allí por primera +ez a fnales de los a-os cincuenta. /l capitalismo y el desarro2

<5

llo, así como la resistencia cultural, *an sido actores omnipresentes durante

este periodo, al igual que la preocupación de la antropóloga y su compromiso

creciente con el destino de las comunidades de C*iapas. 8us an'lisis no sólo

*an sido esenciales para comprender la transormación *istórica de esta región

desde los tiempos anteriores a la conquista *asta el presente, sino adem'se&tremadamente

útiles para e&plicar la g#nesis de la reafrmación de la identidad

indígena durante los dos últimos decenios, de los cuales el le+antamientozapatista

de estos últimos a-os constituye solamente su maniestación m's +isi%le yespectacular.

! tra+#s de estos estudios, >as* des+ela una serie de tensiones

%'sicas para la comprensión de la situación actual6 entre el cam%io y elmantenimiento

de la integridad cultural entre la resistencia al desarrollo y la adopción

selecti+a de inno+aciones para mantener un cierto grado de equili%rio culturaly

ecológico entre las pr'cticas culturales compartidas y la *eterogeneidadsignifcati+a

y las $erarquías internas de clase y se&o entre el mantenimiento de

ronteras locales y la creciente necesidad de alianzas regionales y nacionales y

entre la comercialización de la artesanía tradicional y su impacto so%re latransmisión

cultural. /stas tensiones, $unto con otras preocupaciones que +ienen de

antiguo por lo que se refere a las relaciones cam%iantes entre se&os, razas y

grupos lingWísticos en Tiapas y en toda la !m#rica Latina, fguran entre los

aspectos m's destacados del tra%a$o de >as* (>as*, 34?N, 344, 344? >as*,



ed., 344, 3445.

Fa en su primer escrito importante, >as* redefnió el tra%a$o de campo

como ‘o%ser+ación participati+a com%inada con la o%tención masi+a de datos’

(>as*, 34?N6 &&iii. /ste enoque aumentó en comple$idad cuando ella +ol+ió a

C*iapas a principios de los no+enta 2 despu#s de *a%er realizado tra%a$os de

campo en 0oli+ia y 1assac*usetts 2 presagiando en muc*os sentidos lamo+ilización

zapatista de 344<, que la lle+ó a desempe-ar el papel de testimonio

internacional y o%ser+adora de las negociaciones entre go%ierno y zapatistas,

diundiendo acti+amente la inormación so%re este mo+imiento enpu%licaciones

especializadas en temas indígenas (>as*, 3445. 8u interpretación de la

situación de C*iapas sugiere que el desarrollo adquiere un signifcadoalternati+o

cuando los mo+imientos sociales de la región presionan, por un lado, *acia

una com%inación de autonomía cultural y de democracia y, por otro, *acia la

construcción de inraestructuras materiales e institucionales para me$orar las

condiciones de +ida locales. Las ‘identidades situacionales’ emergentes (>as*,

344 son un modo de anunciar despu#s de 5NN a-os de resistencia, la llegada

de un mundo postmoderno esperanzador de e&istencias pluri#tnicas y

pluriculturales (>as*, 344?. /l tra%a$o e$emplar de >as*, antropólogacomprometida

y preocupada por el desarrollo, se complementa con su acti+o papel

consiguiendo %ecas para estudiantes para sus proyectos de tra%a$o de campo,

con la pu%licación de sus artículos en espa-ol y su intento de lle+ar a su país

natal algunas de las preocupaciones acerca de temas relacionados con clase,

se&o y raza en su estudio de los eectos deri+ados de cam%iar pr'cticas empre2<E

sariales en las comunidades locales de 1assac*usetts, entre los cuales fguran

los intentos de desarrollo realizados por la comunidad despu#s de la reducción

generalizada de empleos (>as*, 34:4. am%i#n *an sido de gran importancia



las contri%uciones de >as* a la antropología eminista y a los estudios de clase

y etnicidad en la antropología latinoamericana.

/l inter#s de >as* en conte&tos m's amplios donde las comunidades locales

defenden sus culturas y se replantean el desarrollo adquiere especial

importancia

para el antropólogo %rasile-o Dusta+o Lins =i%eiro. /ntre sus primeros

artículos fgura un estudio donde un tema cl'sico de antropología para eldesarrollo

2 un proyecto *idroel#ctrico a gran escala en una zona po%lada 2 constituye

quiz' el estudio etnogr'fco m's sofsticado de su clase *asta el presente al

re+#s de lo que ocurre en la mayor parte de estudios antropológicos so%re

reu%icación de po%laciones, el estudio de =i%eiro contenía una etnograíasu%stancial

de todos los grupos de inter#s implicados incluyendo, adem's de las

comunidades locales, ur%anizadores, entes e instituciones gu%ernamentales,así

como los marcos de reerencia regionales y transnacionales que losrelaciona%an

a todos entre sí. Con+encido de que, ‘ para comprender en qu# consiste el

drama del desarrollo’ es necesario e&plicar las comple$as relaciones

esta%lecidas

por la interacción de las estructuras locales y supralocales (=i%eiro, 344<a6

&+iii, =i%eiro procedió a e&aminar la naciente ‘condición de transnacionalidad’

así como su impacto so%re los mo+imientos sociales y el de%atemedioam%iental

en general (=i%eiro, 344<% =i%eiro y Little, 344E. @esde su punto de +ista, las

nue+as tecnologías son %'sicas para e&plicar una sociedad cada +ez m's

transnacional que se +e representada en grandes acontecimientosmultitudinarios

tales como conciertos de rocG y conerencias de las >aciones Bnidas del tipo

de la Cum%re de la ierra cele%rada en =ío de Vaneiro en 344), acontecimiento

que para =i%eiro se-aló el reconocimiento pú%lico de la transición defniti+a al



estado transnacional. /ntre otras cosas, =i%eiro muestra cómo elneoli%eralismo

y la glo%alización 2 a la +ez que un campo político comple$o 2 no tienen eectos

ni resultados uniormes, sino que dependen de las negociaciones lle+adas a

ca%o con aqu#llos directamente aectados. Concentr'ndose en la región del

!mazonas, este autor e&amina detalladamente los tipos de institucionesimpulsadas

entre los grupos locales por los nue+os discursos de medioam%ientalismo

y glo%alización (=i%eiro y Little, 344E.

La etnograía de =i%eiro del sector medioam%iental %rasile-o 2 y que a%arca

desde el go%ierno y los militares *asta los mo+imientos sociales y las J>D

tanto locales como transnacionales 2 se centra en las luc*as por el poder enque

se +en ine&trica%lemente enzarzadas las uerzas glo%ales y locales, de modos

tan comple$os que no se pueden e&plicar 'cilmente. Cuestiones relacionadas

con la representación de ‘lo local’ la comprensión, desde un punto de +ista

local, de las uerzas glo%ales la mo+ilización colecti+a, apoyada a menudo por

las nue+as tecnologías, incluyendo Anternet (344? las luc*as de poder y los

nue+os 'm%itos de interacción, in#ditos a todos los eectos entre los

interesados<?

que participan en el de%ate medioam%iental del !mazonas, todo ello adquiere

un nue+o signifcado teórico2pr'ctico a la luz de los an'lisis pioneros de =i%eiro.

/ntre otras cosas, =i%eiro +uel+e so%re su antigua preocupación por mostrar

por qu# las estrategias de desarrollo dominantes y los c'lculos económicos no

uncionan y, +ice+ersa, como los pue%los amazónicos así como otros de!m#rica

Latina pueden constituirse en poderosos protagonistas sociales decididos a

or$ar su destino si se les permite usar y sacar partido de la nue+asoportunidades

que orece la do%le din'mica localUglo%al deri+ada de la condición de

transnacionalidad que se *a a%atido so%re ellos.



/l papel de los discursos y pr'cticas de desarrollo al mediar entre procesos

de transnacionalidad y de cultura local constituye el núcleo del tra%a$o de8tacey

7igg en >epal, que utiliza el tra%a$o de campo y la etnograía como %ase para

realizar una e&ploración teórica continuada so%re cuestiones cla+e como salud,

desarrollo, modernidad, glo%alización e identidad. HPu# e&plica la persistencia

de las dierencias culturales *oy en díaI HPu# con$unto de *istorias y pr'cticas

e&plican la (recreación continua de las dierencias en localidades al parecer

tan remotas como los pue%los del >epalI La e&plicación de la dierencia, según

dice 7igg, no es simple y toma la orma de relato original en el cual losprocesos

de desarrollo, glo%alización y modernidad se *allan entrete$idos de modos muy

comple$os. 7or e$emplo, esta autora demuestra que las nociones contrapuestas

de salud 2 c*am'nica y occidental 2 coadyu+an a las dierencias sociales e

identidades locales. Las ‘creencias’ no se *allan contrapuestas a ‘conocimiento

moderno’ sino que am%as se ragmentan y se cuestionan a medida que la

gente se replantea una cierta +ariedad de nociones y recursos sanitarios. @e

manera parecida, mientras que las nociones de desarrollo se introducen en la

cultura local, 7igg nos muestra de un modo admira%le cómo se *allan su$etas a

una comple$a ‘nepalización’6 a medida que el desarrollo introduce nue+ossignos

de identidad, los *a%itantes de las aldeas se reorientan en este paisa$e m's

complicado que pone en relación su aldea con la nación y con el mundo, y su

etnograía muestra cómo la gente simult'neamente adopta, utiliza, modifca y

cuestiona los lengua$es del desarrollo y de la modernidad. 8e crea pues una

modernidad distinta que tam%i#n altera el signifcado de la glo%alización. /n su

tra%a$o 7igg tam%i#n se-ala la importancia de las consecuencias de su an'lisis

para la educación de los usuarios de la sanidad local, cuyo ‘conocimiento local’

2 normalmente instrumentalizado y de+aluado dentro de los programascon+encionales

de educación para el desarrollo 2 puede tomarse en serio como uerza



din'mica y real que da orma a mundos locales (+#ase 7igg, 344E, 3445a,3445%,

344).

La ecología política 2 *a%lando en general, el estudio de las interrelaciones

entre cultura, am%iente, desarrollo y mo+imientos sociales 2 es uno de los'm%itos

cla+e en que se esta redefniendo el desarrollo. /l tra%a$o de 8oren 9+alGo

con los !s*#niGa de la zona del Dran 7a$onal en el !mazonas peruano resulta

e$emplar desde este punto de +ista. !unque quiz' se le conozca me$or por su

<:

an'lisis critico del tra%a$o realizado por el 8ummer Anstitute o Linguistics, los

estudios de 9+alGo en el !mazonas a%arcan dos d#cadas con un tra%a$o de

campo considera%le y +an desde la etnograía *istórica (9+alGo y Re%er, de

pronta pu%licación *asta los modelos locales de interpretación de lanaturaleza

y del desarrollo (9+alGo, 34:4 pasando por la ecología política entendidacomo

pr'ctica antropológica (en prensa. Ca%e destacar que las inter+enciones de

9+alGo, en coordinación con los !s*#niGa, *an sido muy importantes para

presionar al 0anco 1undial a fn de que interrumpiera su apoyo a ciertos planesde desarrollo en la zona del Dran 7a$onal y se dedicara a fnanciar en su

lugar la ad$udicación colecti+a de tierras a los indígenas (9+alGo, 34:E, así

como para conseguir el apoyo de la Jfcina @anesa para el @esarrolloAnternacional

en a+or de la ad$udicación de tierras entre las comunidades +ecinas al

fnal de los a-os oc*entaE

. /stos proyectos de ad$udicación de tierras ueron

decisi+os para in+ertir la situación de +irtual escla+itud de los pue%losindígenas

a manos de las #lites locales que *a%ían e&istido allí desde siglos atr's,poniendo

en marc*a unos procesos de afrmación cultural indígena y de control político y



económico casi sin precedentes en !m#rica Latina. 9+alGo *a puesto derelie+e

los puntos de +ista contrastados e interacti+os del desarrollo en su dimensión

tanto local como regional por parte de los pue%los indígenas, de los colonos

mestizos y de las instituciones, así como en la conceptualización de laad$udicación

de tierras colecti+as en un conte&to regional como requisito para in+ertir

las políticas geonocidas y las estrategias de desarrollo con+encionales tam%i#n

*a documentado e&*austi+amente las antiguas estrategias que emplea%an los

!s*#niGa para deenderse de los e&plotadores or'neos, desde loscolonizadores

del pasado *asta los militares, los capos de la cocaína, las guerrillas y los

e&pertos en desarrollo de *oy en día y *a a%ierto +ías de di'logo entremundos

dispares (pue%los indígenas, instituciones para el desarrollo, J>D desde la

perspecti+a de las comunidades indígenas.

9aci#ndose eco de los tres antropólogos antes citados, 9+alGo mantiene

que si los antropólogos pretenden mediar entre estos mundos de%en ela%orarun

marco conceptual epistemológico y teórico muy refnado que incluya una

e&plicación

de la unción que de%en tener los protagonistas del desarrollo y de las

instituciones. @e otro modo, la tarea de los antropólogos para el desarrollo y de

las %ienintencionadas J>D 2 que pasan solamente periodos muy cortos con los

grupos locales 2 pro%a%lemente ser' contraproducente para la po%lación local.

La etnograía local y regional tam%i#n resultan %'sicas en este proceso, del

E

Las organizaciones !s*#niGa o%tu+ieron recientemente el preciado galardónantiescla+ismo

otorgado por la organización !nti2/scla+itud Anternacional Q!nti8la+ery

AnternationalS por su plan de ad$udicación colecti+a de tierras, donde

ue decisi+a la aportación de 9+alGo, $unto con el Anternational KorGgroup o

Andgenous !airs QDrupo de ra%a$o Anternacional para !suntos AndígenasS



(AKDA!. 9+alGo y /sco%ar contri%uyen a ela%orar un plan parecido para la

plu+isel+a de la costa colom%iana del 7acífco, en cola%oración con losacti+istas

del mo+imiento social de comunidades negras de la región.

<4

mismo modo que lo son la claridad y el compromiso tanto nacional comopolítico

en relación a las culturas locales. /stos tres elementos 2 un marco conceptual

teórico comple$o, una etnograía rele+ante y un compromiso político 2 pueden

considerarse como constituyentes de una antropología del desarrollo distinta

y entendida como pr'ctica política. /l marco teórico so%repasa la noción que

de realización social tienen los antropólogos para el desarrollo y procede a

conceptualizar las condiciones de modernidad, glo%alización, mo+ilizacióncolecti+a

e identidad6 la etnograía de%e %asarse entonces en el e&amen de las

negociaciones locales so%re las condiciones que +an m's all' del proyecto de

desarrollo y de las situaciones concretas y el compromiso político de%e partirde

la premisa de alentar el desarrollo 2 incluso cuando las consideracionesculturales

pudieran contri%uir a mitigar el impacto del desarrollo 2 *asta alcanzar las

condiciones que coadyu+en al protagonismo cultural y político de los aectados.

H7odría decirse que estos e$emplos apuntan a la e&istencia de elementos de

una nue+a teoría de la pr'ctica y de una nue+a pr'ctica de la teoría en el

compromiso entre antropología y desarrolloI 8i ello es así, Hpodríamos e&traer

de estos elementos una nue+a +isión de la antropología m's all' de lapuramente

acad#mica, a la +ez que un intercam%io m's uido entre teoría y pr'ctica y

entre los mismos antropólogos situados en posiciones distintasI 7arece que

est' naciendo una nue+a generación de antropólogos, en el 'm%ito

medioam%iental sin ir m's le$os, que se *allan dispuestos a teorizar so%re su

pr'ctica proesional en relación a sus posicionamientos a lo largo y a lo anc*o



de los distintos campos de aplicación 2tra%a$os de campo, tra%a$os eninstituciones

acad#micas, en instituciones políticas, en los medios de comunicación, en la

uni+ersidad y en una gran di+ersidad de comunidades 2 y desde los múltiples

papeles y tareas políticas que puedan asumir 2 intermediario, mediador, aliado,

traductor, testimonio, etnógrao, teórico, etc#tera. /l despliegue en estos'm%itos

tan distintos, donde desempe-an papeles tan +ariados, de sus undamentados

discursos sometidos a continuo de%ate, podría considerarse como el inicio

de una nue+a #tica del conocimiento antropológico entendido como pr'ctica

política.

H9acia una antropología de la glo%alización y del

postdesarrolloI

Los distintos an'lisis del desarrollo considerados *asta este momento 2desde

la antropología para el desarrollo *asta la antropología del desarrollo y lo que

pueda surgir a continuación2 sugieren que no todo lo que se *a *allado su$eto a

las acciones protagonizadas por el aparato para el desarrollo se *atransormado

irremedia%lemente en un e$emplo moderno de modelo capitalista. /stos an'2

lisis tam%i#n plantean una pregunta diícil6 H8a%emos lo que *ay ‘so%re elterreno’

despu#s de siglos de capitalismo y cinco decenios de desarrolloI H8a%emos

ni siquiera cómo contemplar la realidad social de modo que nos permitadetectar

la e&istencia de elementos dierenciales que no sean reduci%les a los mode2

5N

los del capitalismo y de la modernidad y que adem's puedan ser+ir como nú2

cleos de articulación de pr'cticas alternati+as sociales y económicasI Ffnalmente,

si se nos permitiera entregarnos a un e$ercicio de imaginación Hpodríamos

alentar e impulsar pr'cticas alternati+asI

al como indican los estudios de >as*, 7igg, =i%eiro y 9+alGo, el papel de



la etnograía puede ser muy importante en este sentido. /n los a-os oc*enta,un

cierto número de etnograías se centraron en la resistencia al capitalismo y a la

modernidad en +arios 'm%itos, inaugurando de este modo la tarea de poner de

relie+e el *ec*o de que el desarrollo en sí mismo encontra%a resistencia acti+a

de modos muy +ariados (8cott, 34:5 Jng, 34:?. La resistencia por sí misma,

no o%stante, solamente es el punto de partida para mostrar cómo la gente *a

continuado creando y reconstruyendo sus modos de +ida de una orma acti+a.

@i+ersos tra%a$os sucesi+os *an descrito los modelos locales de la economía y

del entorno natural que *an continuado siendo mantenidos por parte deagricultores

y de comunidades indígenas, *asta cierto punto im%uidas de conocimiento

y de pr'cticas locales que los etnógraos *an empezado a e&plorar enproundidad

(Dudeman y =i+era, 344N @*al y =a%o, eds., 344) 9o%art, ed., 344

1ilton, ed., 344 @escola y 7'lsson, 344E. Jtra tendencia al parecer ecunda

*a sido la atención que se *a prestado, particularmente en la antropología de

!m#rica Latina, a los procesos de *i%ridación cultural a los que se entregan

necesariamente las comunidades rurales y ur%anas con m's o menos #&ito por

lo que se refere a la afrmación cultural y a la inno+ación social y económica.

La *i%ridación cultural e&pone a la luz pú%lica el encuentro din'mico depr'cticas

distintas que pro+ienen de muc*as matrices culturales y temporales, así

como *asta qu# punto los grupos locales, le$os de mostrarse su$etos pasi+os de

las condiciones impuestas por las transnacionales, moldean de un modo acti+o

el proceso de construcción de identidades, relaciones sociales y pr'cticaseconómicas

(Darcía Canclini, 344N /sco%ar, 3445.

La in+estigación etnogr'fca de este estilo, 2 que ciertamente se continuar'

practicando durante algunos a-os 2 *a sido importante para sacar a la luz los

de%ates so%re las dierencias culturales, sociales y económicas entre lascomunidades



del ercer 1undo en conte&tos de glo%alización y desarrollo. ! pesar

de que toda+ía queda muc*o por *acer al respecto, esta in+estigación yasugiere

di+ersos modos en los que los de%ates y las pr'cticas de la dierencia podrían

utilizarse como %ase para proyectos alternati+os sociales y económicos. /s

cierto, no o%stante, que ni la antropología del desarrollo transormada tal como

se *a contemplado en la primera sección de este artículo, ni los mo+imientos

sociales del ercer 1undo %asados en una política de la dierencia, lograr'n

aca%ar con el desarrollo. H/s posi%le decir, no o%stante, que $untos anuncian

una era del postdesarrollo así como el fn del desarrollo tal como lo *emos

conocido *asta a*ora 2 es decir como un principio organizador e implaca%le de

la +ida social y el 'r%itro en última instancia del pensamiento y de la pr'cticaI

9ay algunas consideraciones fnales que pueden deducirse de esta posi%ilidad

53

relati+a a la relación entre la producción del conocimiento y el postdesarrollo, y

que son presentadas aquí como conclusión del artículo.

Los an'lisis antropológicos del desarrollo *an pro+ocado una crisis de identidad

en el campo de las ciencias sociales. /n este sentido Hno *ay acaso muc*os

mo+imientos sociales del ercer 1undo que e&presan a%ierta y claramenteque la manera en que el desarrollo conci%e el mundo no es la única posi%leI

H>o e&isten numerosas comunidades del ercer 1undo que de$an muy claro a

tra+#s de sus pr'cticas que el capitalismo del desarrollo 2 a pesar de supoderosa

e incluso creciente presencia en esas mismas comunidades 2 no *a conseguido

moldear completamente sus identidades y sus conceptos de naturaleza y

de modelos económicosI H/s posi%le imaginarse una era de postdesarrollo y

aceptar por lo tanto que el postdesarrollo ya se *alla (como siempre se *a

*allado en continua (reconstrucciónI !tre+erse a tomarse en serio estascuestiones

ciertamente supone una manera distinta de analizar por nuestra parte,



con la necesidad concomitante de contri%uir a una pr'ctica distinta derepresentación

de la realidad. ! tra+#s de la política cultural que lle+an a ca%o, muc*os

mo+imientos sociales 2desde las sel+as *úmedas y los zapatistas *asta los

mo+imientos de ocupación ilegal protagonizados por mu$eres 2 parecen *a%er

aceptado este reto.

Lo que este cam%io en la comprensión de la naturaleza, en el alcance y

modos de actuar del desarrollo implica para los estudios so%re desarrollo

antropológico no est' toda+ía claro. Los que tra%a$an en la relación entre el

conocimiento local y los programas de conser+ación o de desarrollo sosteni%le,

por e$emplo, se est'n decantando r'pidamente *acia la propuesta de unreplanteamiento

signifcati+o de la pr'ctica del desarrollo, insistiendo en que la conser+ación

+ia%le y sosteni%le sólo puede conseguirse so%re la %ase de una cuidadosa

consideración del conocimiento y de las pr'cticas locales so%re la naturaleza,

quiz' en com%inación con ciertas ormas (redefnidas de conocimiento

acad#mico especializado (/sco%ar 344E 0rosius, de pró&ima aparición. 7uede

suceder que en ese proceso los antropólogos y los acti+istas locales ‘aca%en

participando con$untamente en un proyecto de representación y resistencia’ y

que tanto la cultura como la teoría ‘se con+iertan, *asta cierto punto, ennuestro

proyecto con$unto’. ! medida que los *a%itantes locales se acostum%ren autilizar

sím%olos y discursos cosmopolitas, incluido el conocimiento antropológico,

la dimensión política de este conocimiento ser' cada +ez m's indiscuti%le

(ConGlin y Dra*am, 3445.

>o e&iste, naturalmente, ninguna solución m'gica o paradigma alternati+oque pueda orecer una solución defniti+a. 9oy en día parece e&istir unaconciencia

creciente en todo el mundo so%re lo que no unciona, aunque no *ay

tanta unanimidad acerca de lo que podría o de%ería uncionar. 1uc*osmo+imientos



sociales se enrentan de *ec*o con este dilema ya que al mismo tiempo

que se oponen al desarrollo con+encional intentan encontrar caminos alternati2

5)

+os para sus comunidades, a menudo con muc*os actores en contra. /s

necesaria

muc*a e&perimentación, que de *ec*o se est' lle+ando a ca%o en muc*os

lugares, por lo que se refere a %uscar com%inaciones de conocimiento y de

poder, de +eracidad y de pr'ctica, que incorporen a los grupos locales como

productores acti+os de conocimiento. HCómo puede traducirse el conocimiento

local a poder real, y cómo puede este %inomio conocimiento2poder entrar a

ormar parte de proyectos y de programas concretosI HCómo pueden estas

com%inaciones locales de conocimiento y poder tender puentes con ormas de

conocimiento especializadas cuando sea necesario o con+eniente, y cómopueden

ampliar su espacio social de inuencia cuando se las cuestiona, como suele

suceder a menudo, y se las contrapone a las condiciones dominantes locales,

regionales, nacionales y transnacionalesI /stas preguntas son las que unareno+ada

antropología de y para el desarrollo, tendr' que responder.

La antropóloga malasia Kazir Va*an Xarim lo di$o crudamente en un artículo

inspirado so%re antropología, desarrollo y glo%alización desde la perspecti+a

de una antropología del ercer 1undo, y podemos terminar apropiadamente

esta sección del artículo con sus pala%ras6 ‘H8e *a generado el conocimiento

antropológico’ 2 se pregunta esta autora 2 ‘para enriquecer la tradiciónintelectual

occidental o para desposeer a las po%laciones del conocimiento del cual se

apropiaI HPu# reser+a el uturo para el uso del conocimiento social del tipoproducido por la antropologíaI’ (34EE6 3)N. 1ientras que la alternati+a notiene

porqu# ser una disyunti+a e&cluyente, lo que est' en $uego parece %ien claro.

La antropología necesita ocuparse de proyectos de transormación social si no



queremos +ernos ‘sim%ólicamente disociados de los procesos locales dereconstrucción

e in+ención cultural’ (p. 3)<. @esde el punto de +ista de esta

autora, la antropología tiene un papel importante que $ugar en la canalización

del potencial glo%al de los conocimientos locales, lo cual de%e *acerse aconciencia

ya que de otro modo la antropología podría contri%uir a con+ertir el

conocimiento del ercer 1undo en algo toda+ía m's local e in+isi%le. La autora

apela a la reconstrucción de la antropología orient'ndola *acia lasrepresentaciones

y luc*as populares, proyect'ndolas al ni+el de teoría social. @e otro

modo la antropología continuar' siendo una con+ersación en gran parte

irrele+antey pro+incial entre acad#micos del lengua$e de la teoría social occidental.

7ara que la antropología de+enga +erdaderamente uni+ersal, podemos a-adir,

de%er' superar este pro+incialismo, como ya indicamos al principio de este

artículo. 8ólo entonces la antropología ser' +erdaderamente postmoderna,

postindígena y tam%i#n, podríamos a-adir, postdesarrollo.

5

ConclusiónLa idea de desarrollo, al parecer, est' perdiendo parte de su uerza. 8u

incapacidad para cumplir sus promesas, $unto con la resistencia que le oponen

muc*os mo+imientos sociales y muc*as comunidades est'n de%ilitando supoderosa

imagen los autores de estudios críticos intentan a tra+#s de sus an'lisis

dar orma a este de%ilitamiento social y epistemológico del desarrollo. 7odría

argWirse que si el desarrollo est' perdiendo empu$e es de%ido a que ya no es

imprescindi%le para las estrategias de glo%alización del capital, o porque los

países ricos simplemente *an perdido el inter#s. !unque estas e&plicaciones

son ciertas *asta cierto punto no agotan el repertorio de interpretaciones. 8i es

cierto que el postdesarrollo y las ormas no capitalistas y de modernidadalternati+a



se encuentran siempre en proceso de ormación, ca%e la esperanza de

que puedan llegar a constituir nue+os undamentos para su renacimiento ypara

una rearticulación signifcati+a de la su%$eti+idad y de la alteridad en sus

dimensioneseconómica, cultural y ecológica. /n muc*as partes del mundo estamos

presenciando un mo+imiento *istórico sin precedentes en la +ida económica,

cultural y ecológica. /s necesario pensar acerca de las transormaciones polí2

ticas y económicas que podrían con+ertir este mo+imiento en unacontecimiento

sin precedentes en la *istoria social de las culturas, de las economías y de las

ecologías. anto en la teoría como en la pr'ctica 2 y naturalmente en am%as a

la +ez 2 la antropología tiene una importante aportación que *acer a estee$ercicio

de imaginación.

7ara que la antropología cumpla con su papel de%e replantearse enproundidad

su compromiso con el mundo del desarrollo. @e%e identifcar aquellos

casos en que se manifesta la dierencia de un modo socialmente signifcati+o y

que pueden actuar como puntos de apoyo para la articulación de alternati+as,

y

de%e tam%i#n sacar a la luz los marcos locales de producción de culturas y de

identidades, de pr'cticas económicas y ecológicas, que no cesan de emerger

en comunidades de todo el mundo. H9asta qu# punto todo ello plantea retos

importantes y quiz' originales a las modernidades capitalistas y euroc#ntricasI

H@e qu# modo se pueden *i%ridizar las pr'cticas locales con las uerzas

transnacionales y qu# tipos de *í%ridos parecen tener m's posi%ilidades

políticasen lo que se refere a impulsar la autonomía cultural y económicaI /stas

son cuestiones importantes para unas estrategias de producción deconocimiento

que pretendan plantearse de un modo autoconsciente sus posi%ilidades



de contri%uir a traer a un primer plano y a posi%ilitar modos de +ida yconstrucciones

de identidades alternati+as, marginales y disidentes. /n este proceso,

quiz' el ‘desarrollo’ de$ar' de e&istir como el o%$eti+o incuestionado que *a

sido*asta el presente.

La Cultura y La Economía en La Antropología Para El

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