Economía y Cultura

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Introducción e Índice del libro Economía y Cultura

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Economía y CulturaMarissa Reyes Godínez Jorge Linares Ortiz

Coordinadores

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Universidad Nacional Autónoma de México

José Narro Robles Rector Eduardo Bárzana García Secretario General Leopoldo Silva Gutiérrez Secretario Administrativo Francisco José Trigo Tavera Secretario de Desarrollo Institucional Enrique Balp Díaz Secretario de Servicios a la Comunidad Luis Raúl González Pérez Abogado General

Facultad de Economía

Leonardo Lomelí Vanegas Director Eduardo Vega López Secretario General Javier Urbieta Zavala Secretario Administrativo Ricardo Iglesias Flores Coordinador de Publicaciones

Universidad Autónoma de la Ciudad de México

Enrique Dussel Ambrosini Rector Interino Ernesto Aréchiga Córdoba Encargado del despacho de la Secretaría General María del Rayo Ramírez Fierro Coordinadora Académica Miguel Ángel Godínez Gutiérrez Encargado del despacho de la oficina de la Coordinación de Difusión Cultural y Extensión Universitaria Roxana Rodríguez Ortiz Coordinadora del Colegio de Humanidades y Ciencias Sociales Carlos López Jefe de Publicaciones

D.R. © 2013, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Economía, Ciudad Universitaria, 04510, México, D. F.

D.R. © 2013, Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Dr. García Diego, núm. 168, col. Doctores, del. Cuauhtémoc, c.p. 06720, México, D. F.

Primera edición: 6 de septiembre de 2013

ISBN 978-607-02-4693-7, unamISBN 978-607-7798-75-0, uacm

Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales

Impreso y hecho en México/Printed and made in Mexico.

Diseño de portada: Jimena Olguín Blanco, Daniela Linares Ortiz Fotografía de portada: Juan Jaime Anaya Gallardo

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Contenido

Introducción Marissa Reyes Godínez Jorge Linares Ortiz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

Apartado I

Crisis del neoliberalismo y perspectivas de la economía y sociedad del conocimientoSergio Ordóñez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33

La Economía Política de la Comunicación y la Cultura como estrategia de análisis de las Industrias CulturalesCésar Bárcenas Curtis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53

La Economía digital: el siguiente avance de la economíaDavid Alfredo Domínguez Pérez

y María Natalia Pérez Rul . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71

El uso y consumo de los artefactos digitales en la economía “real”: una aproximación a los jóvenes en la cultura de la calleJosé de Jesús Cordero Domínguez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95

El valor de la creatividad: algunas reflexiones en busca de métodoHugo Álvarez Ravelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117

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El diseño en México como ejemplo de Industria CreativaMarco Ferruzca, Christof Göebel y Jorge Rodríguez Martínez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135

Retos y oportunidades de cambio en la cadena productiva de la industria de la música en CubaJohannes Abreu Asin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165

El modelo de bienes públicos culturales y la carencia de atención a la demandaRebeca de Jesús Romo Pineda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187

Apartado II

Internet o la lógica cultural del capitalismo avanzado, 1984-2012Paz Sastre Domínguez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213

Racionalidad económica y pluralismo: una aproximación teórica desde la sociología de la cultura de Pierre BourdieuJosafat Iván Hernández Cervantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237

Problemas en la relación del capital social y el capital cultural: bases para el planteamiento de sus implicaciones en el desarrolloSantiago Niño Morales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261

Economía y Cultura desde una perspectiva materialistaMarco Aurelio García Barrios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277

Informalismo y “poiesis pirata” . Capitalismo Amarillo y la fórmula de la disidencia económicaRafael Pinilla Sánchez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 299

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Políticas públicas en la música folklórica, el patrimonio que escuchamos . Caso marca Folklore BAAna Belén Murúa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 323

Pueblos Mágicos: análisis de la dinámica cultural y económicaMaai Enai Ortíz Sánchez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 341

Turismo en el Centro Histórico de la Ciudad de México: percepciones foráneas y tendencias localesVíctor Delgadillo Polanco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 369

Conclusiones Marissa Reyes Godínez Jorge Linares Ortiz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 393

Autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 399

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Agradecimientos

Este libro fue posible gracias al compromiso intelectual de dos institu-ciones públicas, la uacm y la unam; la invaluable colaboración de Gal-dino Morán, el interés académico y la gestión de la Facultad de Econo-mía de la unam, por medio de Leonardo Lomelí, César Vargas, Eladio Periañez, Ricardo Iglesias y Beatriz Soto . Agradecemos a la uacm, es-pecialmente a Ana María Sacristán, Mario Rojas, Carlos López, Miguel Ángel Godínez y Claudia Garay . Destacamos el entusiasmo de cada uno de los autores por profundizar en la comprensión tan necesaria de las múltiples intersecciones de la Economía y la Cultura . Sirva el pensamiento para lograr un país más justo y más equitativo .

marissa reyes y Jorge Linares

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Introducción

Hasta hace pocos años, referirse a la Economía y la Cultura como términos entrelazados, era algo que difícilmente podría imaginarse . Lejos de pensar algún tipo de relación, la sola idea de que estos dos campos compartieran un mismo escenario, resultaba para muchos controversial, aberrante y has-ta peligroso .1

El estudio de la cultura tiene una extensa lista de contribuciones desde distintas disciplinas; no obstante —y a pesar de que el tema no es tan nue-vo—, la reflexión y análisis desde el ámbito económico no cuenta con una larga tradición .

En el escenario de la economía, la cultura es un asunto sumamente complejo que requiere discutirse . En muchos departamentos académicos el tema sigue siendo incomprensible o pasa desapercibido . Estos síntomas

1 Uno de los grandes temas que se suscitan en el campo de la Economía y la Cultura es el de las Industrias Culturales e Industrias Creativas . En los años cincuenta, Theo-dor W . Adorno y Max Horkheimer, pensadores alemanes pertenecientes la Escuela de Frankfurt, se referían de manera crítica y pesimista al papel de la economía en la cul-tura . A ellos se atribuye el término de Industria Cultural, que en ese tiempo tenía una connotación más cercana al concepto de comunicación de masas . En su obra Dialéctica de la Ilustración �o del Iluminismo según la edición� , dentro del capítulo denominado “Industria Cultural . Ilustración como engaño de masas”, criticaban y denunciaban la estandarización de los bienes y servicios culturales mediante la producción en serie, que se incrementó con los avances tecnológicos . Miraban al cine, la radio, entre otros, como industrias mediante las cuales sus dueños se enriquecían a través de la producción de contenidos que manipulaban a las masas, con una aparente competencia y posibilida-des de elección y sin dar lugar a la espontaneidad y la posibilidad de espacios de réplica frente a dichos contenidos .

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Introducción

son parte de un reflejo de la visión tradicional —por no decir estrecha—, monodisciplinaria, que varios pensadores de la economía, la cultura y otras áreas de estudio tienen sobre un mismo fenómeno . En la práctica, la ma-nera en que se articulan los procesos muestra la inexistencia de líneas divi-sorias —o de la extrema delgadez de éstas— que separan un tema del otro . Por ello es necesario adoptar miradas trans y multidisciplinarias para comprender mejor un mismo objeto de estudio, lo cual está permitiendo plantear un cambio de paradigma en el acercamiento a diversos tópicos asociados al nuevo campo con todas sus intersecciones .

El abordaje de la cultura como objeto de estudio desde la disciplina eco-nómica tuvo iniciativas previas a la generación de un nuevo campo . Como menciona el economista David Throsby (2001: 9-10): “en una primera fase, diversos economistas respetados habían escrito con elocuencia sobre di-versas materias que unían la economía, el arte y la cultura, incluidos John Maynard Keynes, Lionel Robbins, Alan Peacock y Mark Blaug a un lado del Atlántico, John Kenneth Galbraith, William Baumol, Tibor Scitovsky, Ken-neth Boulding y Thorstein Veblen al otro” .

A partir de los años sesenta, comenzaron los primeros acercamientos al tema de manera formal —específicamente en relación con las artes— donde desde la disciplina de la economía se trataban de explicar algunos fenómenos del campo cultural . Uno de los textos a los que recurrentemente se hace referencia es Performing Arts-The Economic Dilemma, escrito por los economistas William J . Baumol y William G . Bowen en 1966 . Estos autores reflexionan en torno a un dilema económico: la pérdida progresiva de la productividad de las artes escénicas y del espectáculo en vivo, respecto del resto de sectores económicos, hecho que explica su encarecimiento progre-sivo . Algunos espectáculos en vivo, que en 1950 ocupaban un determinado tiempo y ciertos recursos humanos, es posible que los sigan necesitando en la actualidad, aun con los avances tecnológicos . De ahí que después se le conozca como “enfermedad de los costos”, propio de las artes escénicas (teatro, ópera, danza), y que llevó a una prescripción de política: el Estado debe subsidiar esas actividades (Palma y Aguado, 2013: 129) .

Como consecuencia de estas iniciativas, se ha posibilitado la consolida-ción paulatina de la Economía de la Cultura como una subdisciplina dentro

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de la jerga temática de investigación en la economía . Ello puede constatarse en el sistema de clasificación del Journal of Economic Literature (JeL),2 donde desde hace varias décadas se encuentra la subdisciplina en la categoría Z1 . JeL se encuentra dividido en 20 categorías, de la letra “A” a la “Z”, cada una con subcategorías de dos dígitos y subsubcategorías de tres dígitos; 18 de esas categorías están dedicadas a temas específicos (de la letra “A” a la “R”), más uno de categorías diversas (letra Y) y el último a “Otros temas especia-les” (letra Z) . Y aunque, como diría Throsby, (2001: 26) “la profesión [la eco-nomía] parece incluso aceptar a regañadientes que la economía cultural es una subdisciplina legítima [y que] la clasificación concedida a la economía cultural en la taxonomía del Journal of Economic Literature [se encuentra] tan lejos en el alfabeto de las ciencias económicas como es posible”, lo cierto es que existe y es un acontecimiento que los economistas, artistas e investi-gadores de otras disciplinas ya no pueden evadir u omitir .

Actualmente, existen diversos estudios en el mundo que dan cuenta de la relación del binomio Economía y Cultura, unos surgidos por iniciativa propia de investigadores de numerosas nacionalidades y otros incentiva-dos por organismos multilaterales como la unesco . Desde la década de los setenta y los ochenta, el repertorio sobre el tema ha crecido y el ámbito económico toma cada vez más un papel protagónico en la investigación en relación a este nuevo campo, donde el desarrollo y el crecimiento económi-co se miran como ejes transversales al nuevo discurso y las políticas de la cultura .

2 La producción de artículos dentro de la ciencia económica, generalmente se clasifican de acuerdo con el sistema del Journal of Economic Literature (JeL), revista publicada por la American Economic Association . Las 20 categorías son: A) General Economics and Teaching, B) History of Economic Thought, Methodology, and Heterodox Approaches, D) Microeconomics, E) Macroeconomics and Monetary Economics, F) International Econo-mics, G) Financial Economics, H) Public Economics, I) Health, Education, and Welfare, J) Labor and Demographic Economics, K) Law and Economics, L) Industrial Organiza-tion, M) Business Administration and Business Economics; Marketing; Accounting, N) Economic History, O) Economic Development, Technological Change, and Growth, P) Economic Systems, Q) Agricultural and Natural Resource Economics; Environmental and Ecological Economics, R) Urban, Rural, Regional, Real Estate, and Transportation Economics, Y) Miscellaneous Categories y Z) Other Special Topics . Ver más en: http://www .aeaweb .org/jel/jel_class_system .php#A

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Introducción

Un órgano de difusión para el estudio concreto del campo, es el Journal of Cultural Economics,3 fundado en 1973 y publicado en cooperación con The Association for Cultural Economics Internacional;4 es la primera revista especializada en el área . Publica artículos originales que versan sobre el análisis económico aplicado a las artes escénicas, el patrimonio, las Indus-trias Culturales y creativas, así como exploraciones sobre la organización del sector cultural, análisis econométricos en el campo de la cultura y los aspectos económicos de la política cultural,5 temas que se encuentran en la intersección entre la Economía y la Cultura .

Asimismo, en 1970 se organiza por primera vez The International Con-ference of Association for Cultural Economics . El evento se lleva a cabo cada dos años y es convocado por instituciones locales relacionadas con la eco-nomía; por ejemplo, la 16 .ª reunión celebrada en junio de 2010 en la Es-cuela de Negocios de Copenhague, Dinamarca, fue promovida por Copen-hagen Business School, Instituto de Innovación y de las Organizaciones y el Departamento de Economía de la Universidad de Copenhague .6 Dos años después, en el mes de junio, se llevó a cabo la 17 .ª Conferencia, en la ciudad de Kyoto, Japón, con 262 trabajos aceptados7 que versan sobre distintas temáticas acerca del entramado de la Economía y la Cultura . Las próximas dos ediciones se llevarán a cabo en 2014 en la Universidad de Québec, Ca-nadá, y en 2016 en la Universidad de Valladolid, España .

En 1976, Mark Blaug publica The Economics of the Arts, y en 1983 William S . Hendon y James L . Shanahan editaron Economics of Cultural De-cisions . A principios de los años noventa (1992), Ruth Towse junto con Ab-dul Khakee y François Abbé-Decarroux contribuyen al campo con su texto Cultural Economics . La economista francesa Françoise Benhamou publica

3 Ver: http://www .springer .com/economics/microeconomics/journal/108244 Para saber más sobre The Association of Cultural Economics Internacional, se puede consultar su sitio web: http://www .culturaleconomics .org/5 Ver: http://www .culturaleconomics .org/journal .html6 Algunos de los temas a discutir en esa Conferencia fueron: arte, mercados y consumo cultural, clusters creativos y desarrollo urbano, cultura empresarial y de negocios, pa-trimonio cultural y turismo cultural, políticas culturales e instituciones, globalización, lenguaje económico del derecho de autor y las Industrias Culturales, economía de mar-keting y promoción de la cultura, entretenimiento y medios de comunicación y economía de Internet y cultura . 7 Ver listado de trabajos aceptados en: http://www .jace .gr .jp/ACEI2012/Accept .pdf

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Economía de la Cultura en 1996, obra de la que se han realizado varias edi-ciones y traducciones a otros idiomas como el español en 1997 por Edicio-nes Trilce . Asimismo, se ha interesado por la excepción cultural, el derecho de autor e investigaciones sobre el Patrimonio Cultural, fruto de esta última es la obra Economía del Patrimonio Cultural publicada en 2012 .

En el año 2000, Bruno Frey aporta la obra titulada Arts and Economics: Analysis and Cultural Policy y Richard E . Caves el documento sobre Creati-ve Industries: Contracts between art and commerce . Un año después, el eco-nomista David Throsby nos ofrece el libro Economía y Cultura, editado por la Universidad de Cambridge . Esta obra se ha convertido en un referente en el campo, ampliando su impacto en varias regiones, sobre todo, desde que se tradujo al español . En el mismo año, la Universidad de Cambridge tam-bién publica The Economics of Art and Culture de James Heilbrun y Charles M . Gray . “Para el 2006 se publicó el primer Handbook of the Economics of Art and Culture, en la serie Handbooks in Economics editada por K . Arrow y M . Intriligator, que presenta los avances más significativos en las distin-tas áreas de la economía” (Palma y Aguado, op. cit ., 134) . Al término de la primera década de este siglo, Ruth Towse suma a sus contribuciones en el campo el documento A Textbook of Cultural Economics (2010) .

En Latinoamérica se dan a conocer importantes aportaciones desde los años ochenta, que empiezan a cristalizarse a partir de la década de los no-venta mediante una serie de publicaciones, encuentros, programas de for-mación e iniciativas desde las políticas públicas locales y regionales como el bloque del Mercado Común del Sur (Mercosur) .

Algunos estudios y actores centrales de la región —sin pretender ser ex-haustivos— se publican en Argentina, como los trabajos de Octavio Getino, director de cine y televisión, investigador de medios de comunicación y cul-tura y autor del primer estudio en ese país sobre Las Industrias Culturales en la Argentina, dimensión económica y las políticas públicas, emprendido alrededor de 1992 y publicado en 1995 . La obra reúne por primera vez da-tos sobre las características y funcionamiento de las Industrias Culturales locales y marca la pauta para un sinnúmero de iniciativas posteriores en el campo . A Getino también se le atribuye la primera investigación que se

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Introducción

realizó sobre el Mercosur y la incidencia de las Industrias Culturales en la economía, el empleo y la integración regional, así como una larga lista de publicaciones en el tema .

Desde los primeros años de la década de los noventa, comienzan a sur-gir trabajos en el área apoyados por el Programa de Participación de la unesco, en el marco institucional de la Dirección Nacional de Estudios e Investigaciones y el Programa de Formación de Administradores Culturales del Instituto Nacional de Administración Pública (inap) . Entre ellos está el Primer Encuentro de la Industria Cultural realizado en el Centro Cultural General San Martín de Buenos Aires a principios de noviembre de 1995, así como una serie de seminarios y cursos . Todas estas iniciativas iban enca-minadas a contribuir a un mejor conocimiento de las Industrias Culturales, “cuya importancia reviste cada vez más un carácter estratégico en los pro-cesos de desarrollo social, así como en los intercambios interculturales y en los proyectos de integración regional” (Getino, 2006:19) .

En noviembre de 1997 se crea el Observatorio Cultural dentro de las instalaciones de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (uba) . La creación de este centro de investigación, dirigido hasta la fecha por Héctor Schargorodsky, daba cuenta de “la necesidad de contar con investigación y formación especializada del sector cultural” (Elia y Schargorodsky, 2007: 10) .8

Estas acciones sirvieron de detonante para que diversos organismos públicos locales, como la Secretaría de Cultura de la Nación con el apoyo de la Organización de los Estados Iberoamericanos (oei), se interesaran en el análisis del sector e impulsaran el estudio de la dimensión económica de la cultura, primordialmente en la región del Mercosur .

Derivado de estos impulsos, se crea el Observatorio de Industrias Cultu-rales —hoy denominado de Industrias Creativas—9 que dirigió desde 2004 y

8 Ver también Carlos M . M . Elia, La formación profesional para la gestión y administra-ción en el sector de la cultura Argentina en Aportes para el debate, p . 110 . Texto disponi-ble en línea en: <http://www .asociacionag .org .ar/pdfaportes/23/09 .pdf> . Consultado en julio de 2013 .9 El Observatorio de Industrias Creativas forma parte de la Dirección de Industrias Creativas y Comercio Exterior de la Ciudad de Buenos Aires . Es una unidad de estudios conformada por un equipo interdisciplinario dedicado a la obtención, el procesamiento

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hasta 2007, Octavio Getino . Asimismo, las iniciativas en la región del Merco-sur estuvieron apoyadas por el Parlamento Cultural del Mercosur (parcum), organismo constituido por senadores y diputados de las Comisiones de Cul-tura de los poderes legislativos de los países del Mercosur10 y asociados .

La Argentina, y sus vínculos estrechos con Uruguay, ha propiciado el trabajo colaborativo entre algunos investigadores interesados en la temáti-ca, como el economista Luis Stolovich con una interesante producción en el ámbito de la Economía y la Cultura, así como Sandra Rapetti, colabora-dora continua de los programas de posgrado en Administración de Artes del Espectáculo generados por el equipo del Observatorio Cultural de la Facultad de Ciencias de la uba . Entre los espacios académicos relevantes está el Encuentro Académico Internacional sobre La Economía de la Cultu-ra, desarrollado en esa misma Facultad en septiembre de 2004 . El evento derivó en una publicación de memorias en 2007 con el nombre de Economía de la cultura . Esta obra, coordinada por Héctor Schargorodsky y Carlos M . M . Elia, compila las ponencias de diversos especialistas nacionales y extranjeros . Entre las aportaciones están las del economista español Lluís Bonet, el francés Xavier Dupuis, los argentinos Carlos Moneta y Octavio Getino, el australiano David Throsby y el colombiano Pedro Quejeratzu, en-tre otros . Estos autores propusieron trazar un estado del arte y las posibles convergencias entre los temas de la gestión cultural, la administración, la economía y las Industrias Culturales para la profesionalización de nuevos actores, guiados por la coyuntura de los cambios en el sector cultural de

y la elaboración de información cuantitativa y cualitativa sobre las Industrias Creativas (ics) . Cuenta con varias publicaciones en formatos impreso y digital como los Anuarios de Industrias Creativas, la Revista Observatorio . Industrias Culturales de la Ciudad de Buenos Aires, el Boletín Electrónico del Observatorio de Industrias Creativas, entre otras . Se encuentra albergado en el Centro Metropolitano de Diseño (cmd) . Ver más en: http://oic .mdebuenosaires .gov .ar/system/contenido .php10 El bloque del Mercosur lo componen Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Venezuela . Estados asociados: Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Guyana y Surinam . Las tareas del parcum comenzaron en la ciudad de Buenos Aires, en octubre de 1996 . Su propósito fundamental es armonizar, intercambiar, promover, investigar y desarrollar todos los temas vinculados con la vida cultural del Mercosur, que tengan lugar en el ámbito parlamentario de la región .

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la Argentina, lo que también derivó en una serie de colaboraciones en Ibe-roamérica .

También es constante la relación de los argentinos con los catalanes Lluís Bonet y Xavier Marcé mediante seminarios y publicaciones . El desa-rrollo en los temas que éstos han impulsado, así como programas pioneros en Gestión Cultural desde las Escuelas de Economía en la Universidad de Barcelona, han permitido el intercambio iberoamericano de experiencias . España, primordialmente la región catalana, se caracteriza por su contribu-ción en diversos temas del sector cultural . En ese país se han desarrollado grupos de investigación sobre Economía y Cultura como el de la Facultad de Economía de la Universidad de Valencia, denominado Área de Investi-gación en Economía de la Cultura y Turismo (econcuLt) . El programa es desarrollado desde el Departamento de Economía Aplicada, dirigido por el economista Pau Rausell Köster .11

Asimismo, existe el Grupo de Investigación en Economía de la Cultura (giec), adscrito a la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales de la Universidad de Valladolid . El grupo es coordinado por el economista Luis César Herrero Prieto y está integrado por investigadores de los Departa-mentos de Economía Aplicada, Economía Financiera y Contabilidad .12 En Sevilla, el grupo de investigación de Análisis Económico y Economía Política (aeep), en colaboración con el Observatorio Andaluz para la Economía de la Cultura y el Desarrollo (oikos), ha organizado varios encuentros sobre Eco-nomía de la Cultura .13 En general, España ha hecho importantes aportes en el tema, como el estudio sobre el valor económico de la cultura en España, por parte del Ministerio de Cultura, entre muchos más .

La Comisión Europea promovió estudios como el Informe sobre la Eco-nomía de la Cultura en Europa, elaborado por kea European Affaire en 2006 y el Libro Verde sobre las Industrias Culturales y Creativas (icc) publicado en 2010 . Asimismo, la Organización de las Naciones Unidas (onu) a tra-

11 Más información sobre Econcult en: http://www .uv .es/econcult/12 El sitio web del giec es: http://giec .blogs .uva .es/13 También editan los Cuadernos de Economía y Cultura . Ver más en: http://www .oikos .org .es/

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vés de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (unctad por sus siglas en inglés) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (pnud) publicaron su primer informe sobre Industrias Creativas en 2008, todos los documentos dan cuenta de la importancia y potencial económico del sector en la generación de empleos, la innovación en diversos sectores, así como el aporte directo de estas industrias al Pro-ducto Interno Bruto (pib) .

En relación con la contribución de las icc al pib se han desarrollado nu-merosos estudios por país para indagar a cuánto asciende la contribución de estas industrias en cada una de las economías . Destacan en esta línea, los análisis en la región latinoamericana impulsados a través del proyecto Economía y Cultura del Convenio Andrés Bello (cab) que desde 1999 se lanzó a través de este organismo intergubernamental nacido en Colombia . Del programa se derivaron varios estudios por país que medían el impacto económico de la cultura en países como Colombia, Chile, Perú, Venezue-la y Bolivia, así como los seminarios denominados Economía y Cultura: la tercera cara de la moneda, llevados a cabo en Colombia, Bogotá (2001) y en Montevideo, Uruguay (2004) de los cuales existen publicaciones de las memorias .

Entre las apuestas del cab se encontraba el funcionar como instru-mento efectivo para la integración latinoamericana a través de intereses en común de los países de la región . Uno de los elementos clave y de ma-yor potencial era el de la cultura, compuesto por una gama inmensa de expresiones y aportes para el mundo desde este lado del continente . Esta misma idea la compartía para la región sur el parcum, que desde 1996 promovió estudios como El Capital de la Cultura: las industrias culturales en Argentina y en la integración Mercosur (2006), editado por la Dirección de Publicaciones de la Secretaría Parlamentaria del Senado de la Argentina . La Comisión Ejecutiva del Parlamento Cultural del Mercosur de ese entonces (2004-2006) estuvo integrado por Diputados y Senadores de varios países latinoamericanos, entre ellos del Senado mexicano . 14

14 Los senadores de México participantes fueron Tomás Vázquez Gil, Óscar Cruz López, Marco Antonio Adame Castillo y Guillermo Herbert Pérez .

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En colaboración con el British Council, Colombia desarrolló una me-todología de Mapeo de las Industrias Creativas . En esa misma línea, Chile está por publicar en 2014 su primer mapeo de Industrias Creativas, con-siderando su caracterización y dimensionamiento . Asimismo, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes desde 2010 realiza anualmente los semi-narios de Cultura y Economía, así como las publicaciones de las memorias derivadas de ellos .

En definitiva son numerosos los nombres de quienes han contribuido a los debates entre Economía y la Cultura desde distintas latitudes, por ello, sería sumamente pretencioso quererlos acotar en este apartado, no obstan-te, es imposible dejar de mencionar a algunos como Jesús Martín Barbero, Daniel Mato, Renato Ortiz, German Rey, George Yúdice, Ramón Zallo, Arjo Klamer, Alan Peacock, Victor Ginsburgh, Michael Hutter, Facundo Solanas, Cristian Antoine, Carlos Casacuberta, Jaron Rowan, Cesar Palmeiro, Omar López, Stella Puente, Cristina Rascón, entre muchos más .

Economía y Cultura en México

A pesar del largo camino y las distintas iniciativas a nivel mundial en torno al estudio de diversas intersecciones entre la Economía y la Cultura, el caso de México presenta un proceso muy lento de inmersión como subdisciplina económica, lo que ha provocado que siga siendo un campo incipiente .

En mayo de 2003 se llevó a cabo el Seminario Internacional sobre Indi-cadores Culturales: su contribución al estudio de la economía y la cultura, en el Centro Nacional de las Artes (Cenart) de la Ciudad de México . En el evento, participaron especialistas nacionales y de diversas latitudes, para discutir y analizar las experiencias sobre las metodologías de construcción de indicadores culturales, la importancia del diseño de estas herramien-tas para el diagnóstico del sector cultural y, por ende, del desarrollo de políticas públicas culturales . Todo ello daba cuenta en ese entonces de la necesidad de contar con información detallada del sector para la construc-ción de estadísticas e indicadores que posibiliten un mejor desarrollo de la cultura .

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En el año 2004 se publicó el libro ¿Cuánto vale la Cultura? Contribución económica de las Industrias Protegidas por el Derecho de Autor (ipda) . Esta obra impulsada por parte de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem) y la Sociedad de Autores y Compositores de México (sacm), que en ese tiempo, dirigían Víctor Hugo Rascón Banda y Roberto Cantoral, respec-tivamente, fue encomendada al economista Ernesto Piedras, quien elaboró el estudio con la finalidad de tener información numérica que mostrara cuál es la aportación de las Industrias Protegidas por el Derecho de Autor al Producto Interno Bruto (pib) mexicano .

Es indudable que el aporte de este documento fue de suma relevancia por ser único en su tipo en nuestro país . Es un texto que emplea la me-todología de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (ompi) y ofrece como dato importante que las ipda aportan un 6 .7%15 al pib de Mé-xico, siendo la industria de la música, una de las de mayor porcentaje en contribución . En definitiva, el estudio representa un parteaguas en México . A partir de éste, diversos actores de la vida política y cultural comenzaron a tratar con mayor interés el tema de la cultura, aunque ahora con una perspectiva rentable de aportación al pib y, con ello, de crecimiento econó-mico (Reyes, 2008) .

El número de notas periodísticas sobre el tema en los diarios de ma-yor circulación nacional reportaban una especie de boom . De pronto, un asunto que durmió por muchos años en México, había “despertado” . A raíz de este acontecimiento, se vislumbró un campo de oportunidad para los economistas, que tenían (tienen) años alejados de la mínima posibilidad de contemplar estos nexos disciplinarios . En el sexenio de Vicente Fox —du-rante el cual se publicó la obra de Piedras—, el tema estuvo presente . En el gobierno de Felipe Calderón se incorporó un capítulo sobre Industrias Culturales dentro del Programa Nacional de Cultura .16

15 En el estudio se considera dentro de este 6 .7 % un 1% estimado de Economía sombra .16 Ver apartado número 8 del Programa Nacional de Cultura 2007-2012, Conaculta, Mé-xico, 2007 . Disponible en http://www .bellasartes .gob .mx/pdf/transparencia/PNC2007_2012 .pdf

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El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, la Secretaría de Rela-ciones Exteriores y la Organización de Estados Iberoamericanos encarga-ron a Paul Tolila un estudio denominado Economía y Cultura (2007) con la finalidad de comprender mejor el funcionamiento del sector en cuestión . En noviembre de 2010 se presentaron en la Sede de las Naciones Unidas en México las publicaciones Cultura y Desarrollo Humano: aportes para la Discusión y Cultura y Economía: Vínculo para el desarrollo, en las que participaron Ernesto Piedras y Eduardo Nivón, en colaboración con la Se-cretaría de Cultura de la Ciudad de México, la Fundación Cultural de la Ciudad de México y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (pnud) . En este mismo mes se llevó a cabo la Tercera Cumbre Mundial de Líderes Locales y Regionales convocada por Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (cgLu) en la Ciudad de México . En ella se declaró a la cultura como el cuarto pilar del desarrollo sostenible, al lado del desarrollo económico, la inclusión social y el cuidado del medio ambiente, y se aprobó el docu-mento de orientación política: “La cultura: el cuarto pilar del desarrollo sostenible" .17 También la Subdirección de Desarrollo y Vinculación Comu-nitaria de la Secretaría de Cultura del DF, apoyado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), organizó el Seminario de Construcción de Indicadores de Desarrollo Cultural . Asimismo, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) realizó la Encuesta Nacional de Hábitos y Consumos, donde incluye un apartado sobre Economía de la Cultura .18

La cultura, sustituida o utilizada como sinónimo por el término crea-tividad, comienza a ser parte del vocabulario de actores de campos dis-tintos al cultural, y que durante muchos años se creían opuestos . Pese al boom descrito, la presencia de los economistas mexicanos ha sido casi nula . Mientras que en escuelas de economía de otros países hace más de 30 años se comenzaron a incluir temas culturales dentro de su frontera de conocimiento, en México, sigue siendo un tópico casi exclusivo de pro-fesionales de otras áreas, primordialmente antropólogos, comunicólogos,

17 Ver Secretaría de Cultura, Memoria Cultural de la Ciudad de México, México, 2012 .18 El apartado de este rubro es el número 14 . El documento completo se puede consul-tar y descargar en formato pdf en: http://www .conaculta .gob .mx/recursos/banners/ENCUESTA_NACIONAL .pdf

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sociólogos, gestores culturales, entre otros, debido en parte, a la nula inte-gración de los temas en los programas de formación de los economistas a nivel licenciatura, posgrado y educación continua, que sin duda, se torna uno de los grandes pendientes en la agenda de nuestras universidades . En este sentido, es importante observar dónde y quiénes tienen la inquietud de consolidar algunas de las iniciativas más importantes en el país . En la Ciudad de México, desde hace unos años, el grupo de antropólogos de la Universidad Autónoma Metropolitana (uam) Unidad Iztapalapa, ha sido muy activo en generar propuestas de revisión de las problemáticas inter-culturales y la políticas culturales, desarrollando lecturas críticas en los procesos de diversidad y diferencia, participando activamente en la recon-ceptualización del concepto de cultura en el sentido antropológico (García Canclini, 2006), en la discusión de los problemas de la cultura en el ámbito emergente y más enfocado de la Gestión Cultural y las Políticas Culturales (Nivón 2006; Nivón y Rosas Mantecón, 2010) .

En diferentes espacios del campo antropológico, sociológico y comu-nicacional han salido a relucir temas sobre los procesos de construcción de la diferencia (multiculturalidad, interculturalidad, globalización) y más, recientemente, sobre el campo de la gestión cultural, las políticas cultura-les y sus tensiones a la manera de la disputa de los bienes culturales, de los accesos y los derechos a la cultura . En este contexto, destaca el aporte sobre propuestas que intentan funcionar como marcos de política pública de la cultura que involucre una participación más activa de la sociedad y menos directiva del Estado bajo el término democracia cultural, así como la definición de indicadores culturales .

Probablemente el tema crucial y también discutido tanto en el grupo académico antropológico como en el de la gestión cultura es el de la rela-ción entre las prácticas culturales con los procesos de desigualdad contem-poráneos . En algunos se vuelve un marco de estudio revisar la literatura de la desigualdad y la diferencia (Bourdieu, 1988; Boltanski y Chiapello, 2002; García Canclini, 2006) .19

19 Luis Reygadas es otro investigador que ha trabajado el tema de forma profunda y diacrónica en el libro titulado La Apropiación. Destejiendo las redes de la Desigualdad (2008) .

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Otra visión es la del Grupo de Reflexión sobre Economía Cultural (grecu) de la uam-Xochimilco, coordinado por el comunicólogo Eduardo Cruz Vázquez . Algunos de los colaboradores son del área económica . Den-tro de sus líneas de acción está la publicación Economía de la cultura para emprendedores: perspectivas, coeditado por la uam y la Universidad Autó-noma de Nuevo León (uanL) .

En el año 2010 surge el proyecto Economía y Cultura en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (uacm), impulsado por un grupo de pro-fesores de la Academia de Arte y Patrimonio Cultural, que estrechó lazos de colaboración con la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam) para comenzar a incidir en las temáticas ya mencionadas . Gracias a la afortunada apertura y recepción del proyecto por los directivos de esa casa de estudios, en 2011 se llevó a cabo el Primer Foro de Economía y Cultura, organizado por la Academia de Arte y Patrimo-nio de la uacm, en colaboración con la Facultad de Economía de la unam . Este hecho convierte al Proyecto Economía y Cultura en el primero en es-tablecer un espacio de reflexión organizado entre una escuela de economía y una del campo cultural, propicio para la deliberación y el desarrollo de líneas temáticas para la docencia, la investigación y la generación de pro-puestas con impacto social y de política públicas en la intersección de la Economía y la Cultura .

El Primer Foro de Economía y Cultura realizado en 2011 tuvo como uno de sus resultados sustanciales el presente texto, fruto de una gran aceptación entre académicos, investigadores, artistas, promotores, gesto-res, emprendedores, funcionarios, estudiantes, nacionales y extranjeros . En adelante, podemos observar en la primera parte una serie de reflexiones marco que dan cuenta de la diacronía entre los sistemas de producción contemporáneos y sus críticas, así como algunos ejemplos concretos vin-culados al diseño, la industria de la música y los bienes culturales .

Sergio Ordóñez caracteriza la expresión de la crisis financiero-produc-tiva global de 2007-2009 del neoliberalismo . Sistema, pero también trama político-ideológica (y cultural) “que permite la máxima expansión del nue-vo capital financiero internacional en detrimento de la nueva base tec-

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nológico-productiva de la economía del conocimiento surgida en los años ochenta” . El marco de crisis es propicio para pensar minuciosamente “las perspectivas de la economía y la sociedad del conocimiento” .

Por su parte, Bárcenas Curtis llama a escena a la Economía Política de la Comunicación y la Cultura, para asirse de una herramienta-marco mul-tidimensional y amplia, “un enfoque histórico-estructural” para analizar variables múltiples en el desarrollo de las Industrias Culturales, como las condiciones de trabajo, las políticas públicas que atañen a los medios de comunicación, los monopolios, así como la convergencia digital .

Si bien hay miradas que utilizan marcos conceptuales amplios para hilar en la complejidad multidimensional, Alfredo Domínguez y Natalia Pérez se centran en el concepto de Economía digital para trazar una dia-cronía de los cambios de lo que llaman “revolución digital” generada por el Internet: “herramientas tecnológicas que se convirtieron en una de las más importantes actividades económicas en la actualidad, mismas que se diversificaron en productos y servicios tales como el software, el hardware y periféricos; que cambiaron los procesos, apoyando a la toma de decisio-nes, modificando las formas del consumo con el comercio electrónico, las transacciones, el entretenimiento”, procesos que situaron a la producción simbólica de distinto carácter en el centro de algunas industrias .

La mirada diacrónica propuesta por Domínguez y Pérez se complemen-ta con el acercamiento sincrónico de José de Jesús Cordero, quien mira los procesos de producción (Economía virtual) de los artefactos digitales y su consumo hiperactivo, propiciando lo que llama una “nueva adicción digital” . Cordero mira punto por punto los efectos de la máquina digital en el sujeto joven —individualmente colectivizado—, adepto al uso cotidiano de las pan-tallas digitales y los reproductores de música, en un libre acceso a la cultu-ra de la calle pero inserto en los procesos objetuales de la Economía digital .

Las Industrias Creativas es otro de los conceptos clave para profun-dizar en una serie de procesos y relaciones contemporáneos de la conver-gencia Economía y Cultura . Álvarez Ravelo reconoce una importancia cre-ciente en el valor de la creatividad: “la aportación de 6 .7% (Piedras, 2004a: 64) que las Industrias Protegidas por los Derechos de Autor (ipda) hicieron

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al Producto Interno Bruto de nuestro país en 1998 y que para 2003 llegó a 7 .3% (Piedras, 2004b)” . Ravelo mira en la creatividad misma el elemento más importante para “determinar su valor en los proyectos, productos o servicios, desde su génesis hasta la realización y explotación de los mis-mos” . Esta premisa le permite trabajar sobre una formulación: la creativi-dad es la capacidad de formular nuevas ideas y su implementación en la generación de productos o servicios, ordenando de una manera diferente a lo existente de la materia y el trabajo humano .

En el apartado que refiere los debates y experiencias concretos, Marco Ferruzca, Christof Göebel y Jorge Rodríguez exponen en El diseño en Mé-xico como ejemplo de Industria Creativa la importancia del diseño como integrador de diferentes disciplinas e intereses: “Una actividad económica que da valor agregado y diferencia productos y servicios” . Los autores tam-bién proponen “una agenda de investigación para elaborar un diagnóstico sobre el papel social y económico del diseño en México” .

Los acercamientos empíricos se fortalecen en las lecturas comparati-vas entre diferentes productos culturales y artísticos, pero también en los distintos contextos . Johannnes Abreu expone los procesos de cambio en la cadena productiva de la industria musical en Cuba, producción reconocida a nivel internacional . Abreu llama a explorar su inserción en las condicio-nes de la economía y los negocios contemporáneos, “sus oportunidades y retos, como anticipación al futuro”, y su reflexión sobre los nuevos modelos de competencia y las estrategias que se proyectan en su cadena producti-va . En este mismo ámbito, Rebeca de Jesús Romo nos llama a recuperar la atención sobre los públicos (la demanda) con modelos de formación como un elemento importante para dar autosustentabilidad al sector cultural .

En la segunda parte del libro también contamos con dos grandes blo-ques . El primero vuelve a los marcos teóricos reflexivos desde los campos de la filosofía, la sociología o la economía política . El segundo busca un equilibrio con la exposición de casos sobre políticas en las áreas del patri-monio y el arte .

La exploración de Paz Sastre desde la lectura del célebre Posmodernism or The Cultural Logic of Late Capitalism de Fredric Jameson, la diacronía

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del Internet y los efectos del “crecimiento exponencial de un nuevo tejido industrial homogéneo, concentrado en el hardware informático” y “provo-cando la conversión de los procesos industriales en información y por tanto en cultura, de una manera original y poco explorada” . Para ello, analiza el papel del software, las bases de datos y las interfaces gráficas de usuario como herramientas del capitalismo cognitivo y la nueva sociedad del cono-cimiento .

En el texto de Hernández Cervantes se desenvuelve una perspectiva crítica sobre la racionalidad económica ortodoxa . En este escrito el autor expone las principales críticas a la concepción de racionalidad económica de la economía ortodoxa . El autor retoma la obra del sociólogo francés, Pie-rre Bourdieu, destacando conceptos como espacio social, campo, habitus y los diversos tipos de capital que existen . La teoría teoría bourdieuana resulta significativa a su vez para otro de nuestros autores, Santiago Niño Morales, quien observa el concepto de capital social como clave en econo-mía . Dicho concepto, aunque con desarrollos relevantes, todavía no cuenta con suficiente centralidad en la corriente principal del pensamiento eco-nómico . El otro concepto clave es el de capital cultural, con trayectoria en la sociología y la pedagogía, y pendiente de interpretarse por la economía .

García Barrios propone la reflexión sobre la noción del valor de uso, perspectiva materialista que alude a obras significativas en la historia de las ideas como las de Aristóteles, Marx y Bolívar Echeverría, y que permite “la comprensión de los vínculos de interioridad entre Economía y Cultura” .

Como indicamos antes, la revisión de casos concretos expresa las dife-rentes intersecciones que se establecen entre la economía, el arte y el patri-monio . Así, Rafael Pinilla Sánchez propone revisar y mirar los alcances de las prácticas artísticas recientes que han abordado el desarrollo del sector informal de la economía y sus posibles implicaciones . Tal es el caso de la revisión del trabajo Capitalismo Amarillo, donde “La economía y el arte han establecido diálogos de todo tipo; al margen de la influencia que pueda te-ner una determinada ‘coyuntura crítica’ en esos diálogos” .

El artículo de Ana Belén Murúa busca reflexionar sobre las políticas públicas en la música folklórica para mirar las relaciones entre los procesos

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económicos y la cultura, la participación de los Estados con acciones y polí-ticas concretas y su vinculación con el sector productivo público y privado . Este tipo de enfoque encuentra semejanzas con el de Maai Enai Ortíz, quien revisa la dinámica cultural y económica (principalmente turística) en el caso de los Pueblos Mágicos con efectos en la población lugareña .

El tema de turismo es frecuente en la relación Cultura y Economía . Víctor Delgadillo analiza las tendencias actuales de turistificación y la opi-nión de turistas sobre el Centro Histórico de la Ciudad de México y de sus servicios turísticos, a partir de los resultados de una encuesta aplicada en 2010 a 123 visitantes . El artículo también propone ciertas definiciones so-bre turismo cultural en los centros históricos: “actividad fundamentalmente económica que se realiza en un territorio urbano definido colectivamente como patrimonio cultural, en función de una serie de valores y atributos culturales y sociales” .

Como se observa, la obra se caracteriza por miradas diversas y comple-mentarias; por lo tanto, este no es un libro que exponga una metodología homogénea entre sus autores, ni una revisión exhaustiva en el campo, sino una serie de aportes desde diferentes disciplinas con preocupaciones entre los cruces de la Economía y Cultura con marcos teóricos diversos, pero que buscan converger en un nuevo campo, que dan cuenta de lo que se está trabajando, y cuáles son algunos de los acercamientos entre las disciplinas .

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