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La CreatividadAlcances y mitosPor Byron Rabe

El concepto de creatividad puede variar según el contexto en el que se aplique, sus límites son indefinidos, lo que para unos es creativo para otros puede no serlo. Al respecto Csikszentmihalyi, (1995), explica la creatividad como una función de tres elementos: campo (lugar o disciplina donde ocurre), persona (quien realiza el acto creativo) y dominio (grupo social de expertos). No hay forma de corroborar la bondad y originalidad de un resultado si antes no se lo somete a la evaluación social y se lo acepta como tal. Define la creatividad como “el estado de conciencia que permite generar una red de relaciones para identificar, plantear, resolver problemas de manera relevante y divergente.” Señala que la creatividad no se produce dentro de la cabeza de alguien, sino en la interacción entre los pensamientos de una persona y un contexto sociocultural. Penagos (2000) enfatiza en que “la creatividad es Integral. La creatividad es un proceso, una característica de la personalidad y un producto que existe en un contexto o campo específico. Las personas que hacen cosas creativas (productos), lo hicieron con determinados procedimientos (procesos) y actuaron de determinada manera (características de personalidad). La situación aquí es que no existen conclusiones suficientes sobre la posibilidad de elementos comunes en todos los creativos.” Marín Ibáñez, propone una concepción de creatividad que traduce como las reglas para el bien hacer, o para resolver los problemas que nos plantea el entorno.

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Tradicionalmente han existidos dos enfoques para explicar o entender el conocimiento humano y que también se aplican a la creatividad. Burrel y Morgan (citados por De Cock: 1991) llamaron a estas tendencias objetivistas y subjetivistas. Las objetivistas buscan la explicación de los fenómenos en los datos, de manera que se puedan generalizar leyes universales e identificar causas y efectos; este paradigma considera que el conocimiento debe ser comprobado por medio de la experiencia sensible y objetiva. El paradigma subjetivista, parte de que el conocimiento depende del sujeto y sus percepciones del mundo. Antes que generar leyes universales, buscan la descripción y la comprensión de escenarios particulares. Cómo cada sujeto percibe en forma diferente, existen diversidad de realidades influídas por las variables culturales, sociales y educativas que afectan la percepción.

Estas formas de percepción podemos observarlas desde Aristóteles con su idea de que el ser humano está constituido por dos áreas fundamentales, la mente y el alma. La mente con su orientación hacia el pensamiento racional, porque discierne y explica y se relaciona con el paradigma objetivista. El alma, entendiéndola como la parte integradora del hombre que abarca los sentimientos y las emociones, es decir la parte subjetiva, que complementa lo racional y permite la fusión que posibilita la creación.

Esto lo aplica Christopher Jones en su propuesta de caja de cristal, que se relaciona con el paradigma objetivo y, la caja negra, que se refiere al paradigma subjetivo. Mas adelante la teoría de los dos cerebros interpreta un planteamiento similar: el lóbulo izquierdo que se refiere a lo lógico racional y el lado derecho que se refiere a lo emotivo y creativo. También lo interpreta Guilford en su postulado sobre pensamiento convergente y divergente, en el que el pensamiento convergente, se define como la capacidad para descubrir una única respuesta correcta orientada hacia lo racional, lo lógico y lo consciente y el pensamiento divergente orientado a descubrir respuestas nuevas y originales, en las que no hay una, sino muchas posibles soluciones concretas, más que conceptos abstractos. Guilford propuso varios factores a considerar en la creatividad pero los tres fundamentales son la fluidez, la flexibilidad y la originalidad. De Bono (1986) con su concepto de pensamiento lateral, establece la posibilidad de desplazarse del camino central que marca el pensamiento lineal, vertical o lógico racional, hacia salidas creativas desde pautas laterales imprevisibles, relacionadas con la perspicacia y el ingenio, que rompen con las viejas ideas.

La teoría de los dos cerebros viene a convertirse en una metáfora para interpretar la parte racional y la parte creativa del cerebro, más que una diferenciación física identificable.

Objetivismo ysubjetivismo

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Visiones del pasadoy náufragos

Serie Visiones mágicas

Hoy se reconoce que no hay una diferenciación entre hemisferio izquierdo y derecho, debido a los estudios de Eric Kandel ganador del premio Nobel en el 2000 por sus investigaciones del nuevo funcionamiento del cerebro. Este modelo integra la intuición y el análisis. Plantea que el funcionamiento del cerebro es integral, lo que se pudo comprobar gracias a las resonacias magnéticas que evidencian que los dos lados del cerebro funcionan al mismo tiempo como un gran mosaico que activa diferentes partes del cerebro para distintas tareas creativas o lógicas.

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No existe necesariamente una relaciónentre inteligencia y creatividad

Aunque cada planteamiento tiene sus propias variantes y todos parten de interpretaciones encontradas (objetivo versus subjetivo), coinciden en que no se trata de sustituir o elegir una por otra, mas bien se persigue una integración entre visiones complementarias. Es obvio que no debe considerarse a la creatividad como un proceso independiente o hasta antagónico de la inteligencia o la razón, puesto que es parte de ella. La mayoría de los autores está de acuerdo en que la creatividad necesita de fundamentos racionales, pero lo que debe evitarse es que estos lleguen a convertirse en obstáculos para crear.Esto nos lleva a discutir sobre la relación entre inteligencia y creatividad. Torrance en 1963, demostró que el 70% de los sujetos considerados como creativos en una muestra, serían excluidos del grupo si se considerara el coeficiente intelectual (CI). Lo mismo plantearon, May (1961), Mac Kinnon (1962) y nuevamente Torrance (1965), quienes encontraron que los estudiantes con coeficiente intelectual alto, no necesariamente tienen un alto nivel de creatividad; y los estudiantes muy creativos puede que no tengan un alto coeficiente intelectual. Es decir que no hay necesariamente una relación entre inteligencia creativa e inteligencia intelectual. En este sentido debe observarse el planteamiento sobre inteligencias múltiples que propone Howard Gardner (1999) quien postula que los seres humanos son capaces de conocer y de aprender de siete maneras diferentes: A través del lenguaje, del análisis lógico-matemático, de la representación espacial, del pensamiento musical, del uso del cuerpo, de una comprensión de los demás y de nosotros mismos. Más adelante Gardner incursionó también en la inteligencia ecológica y la inteligencia espiritual. Por su parte Daniel Goleman (2001)ha estudiado la inteligencia emocional, social y también la ecológica y ha encontrado puntos de convergencia con Gardner. La inteligencia creativa ha sido tratada por diversos autores como Harry Alder (2003) y Jesus Yanes (2006) y está tomando preponderancia, en especial porque poco a poco nos hemos dado cuenta de que se constituye en un recurso de gran relevancia para enfrentar el presente y el futuro. Así mismo es evidente que es necesario estimular la creatividad en la juventud para que vayan encontrando nuevas formas de ver y hacer las cosas en un escenario totalmente impredecible y que demanda originalidad e inventiva.

Afortunadamente no hay un solo tipo de personalidad creativa; Csikszentmihalyi (1998) señala que no importa el tipo de personalidad para ser creativo, las personas creativas son seres complejos, enérgicos y tranquilos, inteligentes e ingenuos, disciplinados e irresponsables,

imaginativos y realistas, orgullosos y humildes, rebeldes y conservadores, extrovertidos o introvertidos, rompen lo establecido pero también pueden ser muy tradicionales. Por eso vemos personajes que han cambiado la historia del mundo, que curiosamente poseen características distintas y que nos demuestran que es imposible establecer un patrón o un estereotipo. Beethoven fue tan diferente a Mozart y este a Chopin. Aristóteles a Platón; Copérnico a Galileo; Leonardo a Rafael; Brunellesqui a Fuller; Einstein a Newton; Gates a Jobs; Spielberg a Del Toro, todos tan diferentes. Algunos conflictivos, algunos malhumorados, algunos prepotentes, otros simpáticos, algunos silentes, otros extrovertidos.

Los creativos pueden tener características muy diferentes en su personalidad y actuación. La creatividad no tiene ni color, ni sexo, ni origen, ni estrato social, ni siquiera podemos decir que la define la preparación académica. Pero hay algo que los seres creativos tienen en común y esto es la pasión y la dedicación que ponen a lo que están haciendo. Lo que es común observar en la persona creativa es que no trabaja por el resultado de lo que hace, no es por la fama, el dinero o los incentivos externos; trabaja por una motivación interna, que les permite actuar de manera divergente, es decir con varias ideas a la vez y con múltiples posibilidades simultáneas, sin perseguir nada más que su autorrealización y comunicación con el medio.

Pero hay otras consideraciones para establecer las posibilidades creativas. Desde el ámbito neurofísico, diversos estudios han establecido que el cerebro emite diferentes ondas cerebrales relacionadas con distintos estados de conciencia. Se han identificado cuatro tipos de ondas cerebrales: Las ondas beta que se relacionan con el estado consciente, con nuestra atención enfocada en el mundo externo con el que nos comunicamos por medio de los sentidos, en este estado la corteza cerebral alcanza su mayor actividad y juega un papel preponderante el lado izquierdo del cerebro, el ámbito racional y lógico. Las ondas alfa se relacionan con el estado de calma y relajación; para este caso el hemisferio derecho toma preponderancia y el izquierdo reduce su actividad. En este estado se alcanzan frecuencias propias del estado creativo. También existen las ondas theta que están más asociadas a un estado de somnolencia y se relacionan con el sueño o la inconsciencia. En este caso existe una paridad entre los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro lo que lleva a una armonía profunda, pero no se tiene consciencia de esta situación. Y por último están las ondas delta que son propias del estado de sueño profundo los cuales son prácticamente imposibles de controlar por medio de la voluntad.

La racionalidad no pelea con la creatividad

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Ondas cerebrales:

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Los creativos pueden tener características muy diferentes en su personalidad y actuación. La creatividad no tiene ni color, ni sexo, ni origen, ni estrato social, ni siquiera podemos decir que la define la preparación académica. Pero hay algo que los seres creativos tienen en común y esto es la pasión y la dedicación que ponen a lo que están haciendo.

Para que la mente creativa se ponga en funcionamiento es necesario que nos desliguemos del pensamiento lógico y esto no es una cuestión de fácil acceso; a pesar de ello, hay quienes pueden entrar sin mayor dificultad al estado alfa, ese estado imperceptible que conduce a una profunda concentración libre que se relaciona directamente en el acto creativo en un nivel de concentración absoluta que para algunos puede convertirse en una especie de trance o flujo. Csikszentmihalyi describe el estado de flujo como un período de desempeño óptimo o dominio durante el cual una persona alcanza niveles de producción y placer en el proceso con poco esfuerzo consciente.La mayoría de las ideas surgen en este estado de calma y relajación, de plenitud y hasta de euforia y generalmente se logran cuando se realiza una actividad placentera. Generalmente el estado de flujo surge cuando la dificultad de una tarea está en equilibrio con la capacidad de la persona para realizarla, no surge cuando estamos presionados por la lógica y la razón.

Muchas veces nos empecinamos en obtener un resultado y, por más esfuerzo que hagamos, no hay respuesta, o lo obtenido no nos satisface, nos parece rígido o forzado y no lleva al estado de bienestar que esperamos. A veces se debe a que no estamos lo suficientemente preparados para enfrentar el reto y es cuando nos percatamos de que debemos fortalecer la parte racional del cerebro por medio de información, análisis y entendimiento. Pero otras veces es hasta que decidimos dejar de esforzarnos y tomamos un descanso, una ducha o una siesta, cuando misteriosamente nos llega la respuesta o la idea central que nos orientará hacia ella. Y esto no es más que la intervención natural de la metáfora del hemisferio derecho que aparece cuando estamos en un estado de relajación y en la disponibilidad de interconectar con el lado izquierdo que provee de información importante y de gran beneficio para el acto creativo. Como vemos la lógica y la creatividad son opuestas pero a la vez son complementarias.

Pongamos a funcionarla mente creativa

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Viento y fuegoDe la serie Antigua

A estas alturas podemos intuir que para ser creativos necesitamos usar el cerebro completo. Debemos esforzarnos en estimular el cerebro de manera integral. Lamentablemente los sistemas educativos se hace énfasis en la educación racional y lógica por lo que se enseña el dominio de lo que se ha conocido como el hemisferio izquierdo, en el que generalmente se sigue un proceso lineal y procedimental que busca una sola respuesta correcta. Son muy contados los casos en los que se tiene como un componente del pensum de estudios el desarrollo de la creatividad en forma holística tratando de desarrollar también el llamado hemisferio derecho del cerebro. Los problemas profesionales y de la vida misma, requieren del trabajo integral del cerebro para encontrar no sólo soluciones lógicas sino repuestas creativas.

Concluyo con una frase de Alder (2003) que resume la visión de la creatividad en nuestros sistemas educativos:

Confesión De la serie Retratos

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Referencias

Alder, Harry. (2003) Inteligencia Creativa. México: Santillana Ediciones.

Csikszenmihalyi, M. (1998). Creatividad. El fluir y la psicología del descubrimiento y la invención. Barcelona: Paidós.

De Bono, E. (1986) EL Pensamiento lateral. Manual de Creatividad, Barcelona Paidós.

De Cock, William. (1991) Investigación Cualitativa y cuantitativa en creatividad, Universidad de  Santiago de Compostela, España.

De la Torre, Saturnino. (2007) Creatividad Aplicada: recursos para una formación creativa. (1ª edición). Buenos Aires: Magisterio del Río de la Plata

Gardner, H. (1999). Inteligencias múltiples, Barcelona: Paidós.

Goleman Daniel. (2001) Inteligencia emocional. Kairós

Guilford, J.P., Strom, R.D. (1978). Creatividad y Educación. Buenos Aires: Paidós.

Papalia, D. & Wendkos, S. (1993). Psicología. Madrid: Mac Graw Hill.

Penagos, Julio Cesar. (2000) Revista Psicología. Edición especial año 2000

Yanes, Jesus. (2006) Inteligencia creativa y desarrollo personal. (1ª edición). Argentina: Ediciones Librería Argentina.

“Por desgracia, la mayoría de las personas no continúan siendo creativas en su vida adulta porque el sistema escolarizado aplasta su imaginación”.

Harry Alder