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Es noticia, in- cluso en me- d i o s nacionales, que una per- sona ejemplar haya devuelto en Grado un sobre con di- nero que había encontrado. Pero no es noticiable aquí, ni en ningún otro lugar, que cada fin de semana se destroce el mobiliario urbano. Es una pena que las buenas accio- nes sean noticia por inhabituales y,por el contrario, las gamberradas ya no lo sean precisamente por ser demasiado cotidianas. ¿Qué es y qué no es noticia? Los medios de comunicación no tie- nen nada fácil seleccionarla infor- mación, peromuchas veces son muy peculiares los criterios que se aplican. Las referencias a Grau en la prensa pueden desaparecer du- rante días si el corresponsal de esta zona está de vacaciones. En El Comercio sólo hay sitio para nuestro concejo en el suplemento de los domingos y en algunas pá- ginas sobre Grao de Internet, donde no se distingue la informa- ción de la opinión, el periodista se empeña en ser protagonista sa- liendo siempre en todas las fotos… A veces no me sorprende tanto el qué es noticia, sino el cuándo. Resulta que estalla ahora la controversia Grao versus Grau cuando la toponimia oficial de nuestro concejo se aprobó hace nada menos que 11 años mediante Decreto 7/2007 de la Consejería de Cultura del Principado de As- turias (BOPA 27-02-2007) y pre- vio acuerdo entre el ayuntamiento moscón y la Xunta Asesora de Toponimia. No voy a entrar en lo que yo opino sobre este asunto, pues ya lo expuse en esta misma columna de La Mosquitera publi- cada en el número de junio de 2016 y con el título de “Grado- Grao- Grau, batalla perdida”. Que no se me malinterprete, no digo que me parezca mal que surja este debate, lo que no entiendo es que nadie dijera nada en 2007 y 11 años después se escuchen y lean comentarios confusos y erróneos como que es la Academia de la Llingua Asturiana la que decide la toponimia o que no se sepa que ya se aprobó hace más de una década en pleno el topónimo Grau en as- turiano o que, una vez más, se mezcle de mala manera informa- ción con opinión. A las tres de la tarde, cada día, pro- cedentes de la calle Párroco Ser- vando Menendez Cabo, vemos avanzar, lentamente, enlazados por un abrazo cariñoso a Gemma y a su padre. Se dirigen al café Express. A la entrada Gemma despide con un beso a su juvenil padre que está a punto de cumplir los noventa abri- les. Hace una parada obligada para saludar con un “qué hay, chavales” a los habituales tertulianos de la barra: el que suscribe, Manolo Llano, Herminio el de la Cruz, Pe- drito del Bético, Florín y Benigno Hevia. Le respondo, “qué hay , guaje”. Y sonríe, un “guaje” de no- venta tacos. José Luis Barna Fernández (cono- cido por “Sevilla”, sobrenombre que heredó de su padre) nace en 1928 en Gibara (Cuba). Cuando tenía dos años sus padres, de San Pelayo, regresan a España y se ins- talan en las Calles Nuevas. Pepe “Sevilla” ve truncada la cele- bración de su sexto aniversario con el sobresalto infantil al oír sonar, junto a su casa, los estruendos de los disparos de los revolucionarios as- turianos que pretendían asaltar el cuartel de la Guardia Civil ubicado, por aquellas fechas revolucionarias de 1934, en el Horrín. Con su madre, atemorizada por los acontecimientos, huye hacia San Pelayo atravesando el puente de La Mata y bajando por la veiga. Per- manecen allí refugiados hasta que la llama revolucionaria fue apagada con un elevado coste de vidas hu- manas. Dos años más tarde en su casa de Vistalegre, donde se habían trasla- dado meses antes, un nuevo sobre- salto bélico hace que su madre, con fundados temores motivados por el acoso de las tropas rebeldes a la Re- pública que bombardeaban Grao constantemente, se traslade con sus vástagos a Aces. Allí permanecieron hasta que las columnas gallegas to- maron Grao. Recuerda esta estancia con nostalgia, a pesar de su corta edad. “No pasamos necesidades pues había de todo, menos pan blanco y azúcar, pero había “bo- roña”, huevos, verduras, patatas, carne y mucha leche aunque no me gustaba”. Los avatares de su lon- geva vida comienzan cuando, en su estancia en el pueblo de nuestro concejo vecino, fallece repentina- mente un hermano de un año de edad. El dueño de la casa donde vi- vían le hizo un pequeño ataúd de madera y al amanecer lo fue a ente- rrar al cementerio. “Sevilla”, con ocho años, palpó la tragedia de cerca por primera vez en su vida y ya no le abandonaría en muchos años. El matrimonio “Sevilla” y Fifí tuvo cinco hijos, tres varones y dos mujeres. La desgracia le persi- gue y ve cómo, con veinte años, fa- llece de un derrame cerebral, en el instituto de Grao, aquel joven cor- dial y jovial Jose Luis. Es el tercer mazazo que Sevilla recibe en sus carnes (antes había visto fallecer también a edad temprana a su padre). Pocos años después un ac- cidente de tráfico, al regresar de lle- var a su novia a Salas, a la altura de Cornellana, siega la vida de su otro hijo Casimiro, gran deportista espe- cialmente del Tenis; con 32 años. La pérdida prematura de sus hijos fue una bomba en el corazón de aquella madre, Fifí, quien arrastró ese dolor hasta su muerte. No se cansa el ángel exterminador de visitar a la familia. Hace poco más de tres años Alberto, a sus 59, fallece en Avilés. Su vida laboral comienza a la tem- prana edad de catorce años, en 1942, en el Ayuntamiento de Grado, en la oficina de “Abastos”. Ganaba ocho duros al mes. Poco después es trasladado a la oficina de “Cosechas” a las órdenes de Luis Gonía y Beto Bitita. En 1952, finaliza el racionamiento y “Sevi- lla”, deja de hacer cartillas y padro- nes. En 1970 pasa a formar parte de la plantilla de la Cooperativa Cu- nalpinar. Pero lo que le hizo popular fue su dedicación en la hermandad de Santiago y Santa Ana y a la Biblio- teca Pública de Grao, de la que se empieza a encargar desde 1953, hasta el año 1998 cuando entró en funcionamiento la actual en la casa de Cultura. Cuarenta y cinco años expidiendo y cobrando los recibos de socio de aquel nido cultural; con lo recaudado, Sevilla tenía que comprar la prensa diaria. Cuarenta y cinco años limpiando el recinto en compañía de su esposa Fifí. Cuarenta y cinco años aguantando pacientemente las travesuras de aquellos niños de lectura del TBO, a los jóvenes de Roberto Alcázar y Pedrín, quienes, aprovechando los descuidos de “Sevilla”, hacían las mayores diabluras típicas de la edad, en vez de cultivar la mente. Cuarenta y cinco años colocando y clasificando libros sumido en sus páginas, mimando a Cervantes, Lope de Vega, Góngora, Shakes- peare, Cabrera Infante (nacido tam- bién Gibara) y otros. ‘Sevilla’, en el Express GUSTAVO A. FERNÁNDEZ [LA MOSQUITERA] Graou es noticia José Luis Barna, ‘Sevilla’ La contra MOSCONA www.lavozdeltrubia.es Número 28. Abril de 2018 PRIMAVERA DE 2018 PAISAJES Y PAISANAJES DE GRADO POR NANDO F. ARIAS Residencial San Esteban - Sograndio 17 D - OVIEDO TELFS.: 985 906 840 - 622 057 751- 699 482 829 Instalaciones nuevas - Enfermería - Terapia ocupacional - Fisioterapia - Peluquería - Cocina casera - Nutricionista - Mobiliario adaptado - Habitaciones individuales y dobles - Musicoterapia - 5.000 m2 en plena naturaleza Un lugar tranquilo y acogedor, donde el trato profesional, cercano y familiar hacen que la estancia en nuestro centro sea diferente EL FOLIXERU

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Es noticia, in-cluso en me-d i o snacionales ,que una per-sona ejemplarhaya devueltoen Grado unsobre con di-nero que había encontrado. Perono es noticiable aquí, ni en ningúnotro lugar, que cada fin de semanase destroce el mobiliario urbano.Es una pena que las buenas accio-nes sean noticia por inhabitualesy,por el contrario, las gamberradasya no lo sean precisamente por serdemasiado cotidianas.¿Qué es y qué no es noticia? Losmedios de comunicación no tie-nen nada fácil seleccionarla infor-mación, peromuchas veces sonmuy peculiares los criterios que seaplican. Las referencias a Grau enla prensa pueden desaparecer du-rante días si el corresponsal deesta zona está de vacaciones. EnEl Comercio sólo hay sitio paranuestro concejo en el suplementode los domingos y en algunas pá-ginas sobre Grao de Internet,donde no se distingue la informa-ción de la opinión, el periodista seempeña en ser protagonista sa-liendo siempre en todas lasfotos… A veces no me sorprendetanto el qué es noticia, sino elcuándo. Resulta que estalla ahorala controversia Grao versus Graucuando la toponimia oficial denuestro concejo se aprobó hacenada menos que 11 años medianteDecreto 7/2007 de la Consejeríade Cultura del Principado de As-turias (BOPA 27-02-2007) y pre-vio acuerdo entre el ayuntamientomoscón y la Xunta Asesora deToponimia. No voy a entrar en loque yo opino sobre este asunto,pues ya lo expuse en esta mismacolumna de La Mosquitera publi-cada en el número de junio de2016 y con el título de “Grado-Grao- Grau, batalla perdida”. Queno se me malinterprete, no digoque me parezca mal que surja estedebate, lo que no entiendo es quenadie dijera nada en 2007 y 11años después se escuchen y leancomentarios confusos y erróneoscomo que es la Academia de laLlingua Asturiana la que decide latoponimia o que no se sepa que yase aprobó hace más de una décadaen pleno el topónimo Grau en as-turiano o que, una vez más, semezcle de mala manera informa-ción con opinión.

A las tres de la tarde, cada día, pro-cedentes de la calle Párroco Ser-vando Menendez Cabo, vemosavanzar, lentamente, enlazados porun abrazo cariñoso a Gemma y a supadre. Se dirigen al café Express. Ala entrada Gemma despide con unbeso a su juvenil padre que está apunto de cumplir los noventa abri-les. Hace una parada obligada parasaludar con un “qué hay, chavales”a los habituales tertulianos de labarra: el que suscribe, ManoloLlano, Herminio el de la Cruz, Pe-drito del Bético, Florín y BenignoHevia. Le respondo, “qué hay ,guaje”. Y sonríe, un “guaje” de no-venta tacos. José Luis Barna Fernández (cono-cido por “Sevilla”, sobrenombreque heredó de su padre) nace en1928 en Gibara (Cuba). Cuandotenía dos años sus padres, de SanPelayo, regresan a España y se ins-talan en las Calles Nuevas. Pepe “Sevilla” ve truncada la cele-bración de su sexto aniversario conel sobresalto infantil al oír sonar,junto a su casa, los estruendos de losdisparos de los revolucionarios as-turianos que pretendían asaltar elcuartel de la Guardia Civil ubicado,por aquellas fechas revolucionariasde 1934, en el Horrín. Con su madre, atemorizada por losacontecimientos, huye hacia SanPelayo atravesando el puente de LaMata y bajando por la veiga. Per-manecen allí refugiados hasta quela llama revolucionaria fue apagadacon un elevado coste de vidas hu-manas. Dos años más tarde en su casa de

Vistalegre, donde se habían trasla-dado meses antes, un nuevo sobre-salto bélico hace que su madre, confundados temores motivados por elacoso de las tropas rebeldes a la Re-pública que bombardeaban Graoconstantemente, se traslade con susvástagos a Aces. Allí permanecieronhasta que las columnas gallegas to-maron Grao. Recuerda esta estanciacon nostalgia, a pesar de su cortaedad. “No pasamos necesidadespues había de todo, menos panblanco y azúcar, pero había “bo-roña”, huevos, verduras, patatas,carne y mucha leche aunque no megustaba”. Los avatares de su lon-geva vida comienzan cuando, en suestancia en el pueblo de nuestroconcejo vecino, fallece repentina-mente un hermano de un año deedad. El dueño de la casa donde vi-vían le hizo un pequeño ataúd demadera y al amanecer lo fue a ente-rrar al cementerio. “Sevilla”, con

ocho años, palpó la tragedia decerca por primera vez en su vida yya no le abandonaría en muchosaños. El matrimonio “Sevilla” yFifí tuvo cinco hijos, tres varones ydos mujeres. La desgracia le persi-gue y ve cómo, con veinte años, fa-llece de un derrame cerebral, en elinstituto de Grao, aquel joven cor-dial y jovial Jose Luis. Es el tercermazazo que Sevilla recibe en suscarnes (antes había visto fallecertambién a edad temprana a supadre). Pocos años después un ac-cidente de tráfico, al regresar de lle-var a su novia a Salas, a la altura deCornellana, siega la vida de su otrohijo Casimiro, gran deportista espe-cialmente del Tenis; con 32 años.La pérdida prematura de sus hijosfue una bomba en el corazón deaquella madre, Fifí, quien arrastróese dolor hasta su muerte.No se cansa el ángel exterminadorde visitar a la familia. Hace poco

más de tres años Alberto, a sus 59,fallece en Avilés. Su vida laboral comienza a la tem-prana edad de catorce años, en1942, en el Ayuntamiento deGrado, en la oficina de “Abastos”.Ganaba ocho duros al mes. Pocodespués es trasladado a la oficinade “Cosechas” a las órdenes deLuis Gonía y Beto Bitita. En 1952,finaliza el racionamiento y “Sevi-lla”, deja de hacer cartillas y padro-nes. En 1970 pasa a formar parte dela plantilla de la Cooperativa Cu-nalpinar. Pero lo que le hizo popular fue sudedicación en la hermandad deSantiago y Santa Ana y a la Biblio-teca Pública de Grao, de la que seempieza a encargar desde 1953,hasta el año 1998 cuando entró enfuncionamiento la actual en la casade Cultura. Cuarenta y cinco añosexpidiendo y cobrando los recibosde socio de aquel nido cultural; conlo recaudado, Sevilla tenía quecomprar la prensa diaria. Cuarentay cinco años limpiando el recintoen compañía de su esposa Fifí.Cuarenta y cinco años aguantandopacientemente las travesuras deaquellos niños de lectura del TBO,a los jóvenes de Roberto Alcázar yPedrín, quienes, aprovechando losdescuidos de “Sevilla”, hacían lasmayores diabluras típicas de laedad, en vez de cultivar la mente.Cuarenta y cinco años colocando yclasificando libros sumido en suspáginas, mimando a Cervantes,Lope de Vega, Góngora, Shakes-peare, Cabrera Infante (nacido tam-bién Gibara) y otros.

‘Sevilla’, en el Express

GUSTAVO A. FERNÁNDEZ[LA MOSQUITERA]

Graou es noticia

José Luis Barna, ‘Sevilla’

La contra MOSCONAwww.lavozdeltrubia.es

Número 28. Abril de 2018 PRIMAVERA DE 2018

PAISAJES Y PAISANAJES DE GRADO POR NANDO F. ARIAS

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EL FOLIXERU