La Buena Suerte - Fernando Trias de Bes Mingot Copia

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La Buena Suerte - Fernando Trias de Bes

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  • Fernando Tras de Bes Mingotlex Rovira CelmaNDICEPrimera parte: El encuentroPrimera Regla de la Buena SuerteSegunda parte: La leyenda del TrbolMgicoSegunda Regla de la Buena SuerteTercera Regla de la Buena SuerteCuarta Regla de la Buena SuerteQuinta Regla de la Buena SuerteSexta Regla de la Buena SuerteSptima Regla de la Buena SuerteOctava Regla de la Buena SuerteNovena Regla de la Buena SuerteDcima Regla de la Buena SuerteTercera parte: El reencuentroCuarta parte: Algunas personas queestn de acuerdoQuinta parte: Declogo, sntesis y nuevoorigen de la Buena Suerte

  • Fernando Tras de BesMingot

    La Buena Suerte

  • lex Rovira Celma

    Claves de la prosperidad

    EMPRESA ACTIVA

    Argentina - Chile - Colombia - EspaaEstados Unidos - Mxico - Uruguay - Venezuela

    Para Guillermo Tras de Bes, mipadre, con todo mi amor yagradecimiento, pues l me enselas reglas de la Buena Suerte sinrelatarme ninguna fbula.

    El fue quien me hizo ver que, esencialmente,es una cuestin de fe, generosidad y Amor, conmaysculas.

    2004 by Alex Rovira Celma y Fernando

  • Tras de Bes Mingot de las ilustraciones interiores 2004 by

    Josep Feliu

    A mis hijos, Laia y Pol, y atodos los nios para los que loscuentos son escritos. Tambin al nioque siempre, sea cual sea nuestraedad, llevarnos dentro, porque en lreside la alegra, el anhelo y lapasin por la vida, ingredientesimprescindibles para la BuenaSuerte.

    A mis padres, Gabriel y Carmen,por su amor, su fe y su ejemplo.

    Y a todos los padres cuyo amorpor sus hijos deviene la semilla de laBuena Suerte.

    A mi pareja, Mnica, y a todoslos seres humanos que hacen de suvida una entrega generosa al otro,porque son el ejemplo viviente de quelos cuentos, como la vida, pueden

  • tener un final feliz.lex Rovira Celma

  • NDICE

    Primera parte: El encuentroSegunda parte: La leyenda del Trbol

    MgicoTercera parte: El reencuentroCuarta parte: Algunas personas que estn de

    acuerdoQuinta parte: Declogo, sntesis y nuevo

    origen de la Buena Suerte

  • Primera parte: El encuentroUna hermosa tarde de primavera, Vctor, un

    hombre de aspecto elegante e informal, fue asentarse al que era su banco preferido del mayorparque de aquella gran ciudad. All se senta enpaz, aflojaba el nudo de la corbata y apoyaba lospies descalzos sobre una mullida alfombra detrboles. A Vctor, que tena sesenta y cuatro aosy un pasado lleno de xitos, le gustaba aquellugar.

    Pero esa tarde sera distinta de otras; algoinesperado estaba a punto de ocurrir.

    Se acercaba al mismo banco, con intencinde sentarse, otro hombre, tambin en la sesentena,David. Tena un andar cansado, tal vez abatido. Seintua en l a alguien triste, aunque conservaba, asu manera, un cierto aire de dignidad. David loestaba pasando bastante mal en esos momentos.De hecho, lo haba pasado mal durante losltimos aos.

    David se sent junto a Vctor y sus miradasse cruzaron. Lo extrao fue que tanto uno como

  • otro, los dos al mismo tiempo, pensaron que unvnculo los una, algo conocido muy lejano,pero ntimamente familiar. -T eres Vctor? -pregunt David con precaucin. -Y t David? -contest Vctor, ya seguro de que reconoca enaquella persona a su amigo. -No puede ser! -Nome lo creo, despus de tanto tiempo!

    En ese instante se levantaron, se abrazaron ysoltaron una sonora carcajada.

    Vctor y David haban sido amigos ntimosen la infancia, desde

    los dos hasta los diez aos. Eran vecinos enel modesto barrio donde vivieron sus primerosaos. -Te he reconocido por esos inconfundiblesojos azules! -le explic Vctor.

    - Y yo a ti por esa mirada tan limpia ysincera que tenas hace, hace cincuenta ycuatro aos! No ha cambiado en nada -lerespondi David.

    Recordaron y compartieron entoncesancdotas de la infancia y recuperaron lugares ypersonajes que crean olvidados.

  • Finalmente, Vctor, que distingua en laexpresin de su amigo una sombra de tristeza, ledijo:

    - Viejo amigo, cuntame cmo te ha ido enesta vida

    David se encogi de hombros y suspir.- Mi vida ha sido un conjunto de

    despropsitos. -Por qu?- Recordars que mi familia dej el barrio en

    el que ramos vecinos cuando yo tena diez aos,que desaparecimos un da y nunca ms se supo denosotros. Resulta que mi padre hered unainmensa fortuna de un to lejano que no tenadescendencia. Nos fuimos sin decir nada a nadie.Mis padres no quisieron que se supiera que lasuerte nos haba favorecido. Cambiamos dehogar, de coche, de vecinos, de amigos. En esemomento t y yo perdimos el contacto -Asque fue por eso! -exclam Vctor-. Siempre nospreguntamos qu os haba pasado Tantafortuna recibisteis?

    - S. Adems, una parte importante de lorecibido en herencia fue una gran empresa textil

  • en pleno funcionamiento y con abundantesbeneficios. Mi padre la hizo incluso crecer ms.

    Cuando muri, yo me ocup de ella. Perotuve muy mala suerte.

    Todo fue en mi contra -explic David. -Quepas?

    - Durante mucho tiempo no cambi nada,pues las cosas iban ms o menos bien. Pero depronto empezaron a aparecer competidores portodas partes y las ventas bajaron. Nuestroproducto era el mejor, as que yo tena laesperanza de que los clientes se dieran cuenta deque nuestros competidores no ofrecan la mismacalidad. Pero los clientes no entienden de telas.

    Si de verdad hubieran sabido se habran dadocuenta.

    As que se lanzaron a por los productos delas nuevas marcas que iban saliendo al mercado.

    David tom aliento. Recordar todo aquellono era agradable.

    Vctor permaneca en silencio, sin saber qudecir.

  • - Perd mucho dinero, pero la empresa estabaan saneada.

    Intent reducir los costes tanto como pude,pero cuanto ms lo haca, ms bajaban las ventas.Estuve a punto de crear una marca propia, pero nome atrev. El mercado peda marcas extranjeras.Eso me puso en el lmite. Como ltimo recursopens en abrir una cadena de tiendas propias.Tard en decidirme y, cuando lo hice, no pudehacer frente al coste de los locales, pues lasventas no lo cubran. Empec a fallar en mispagos. As que tuve que responder con losactivos: la fbrica, mis tierras, mi casa, todas mispropiedades Lo tuve todo en mi mano, tuvetodo lo que quise y lo perd. La suerte nunca meacompa. -Qu hiciste entonces? -preguntVctor.

    - Nada. No saba qu poda hacer. Todas laspersonas que antes me haban alabado ahora medaban la espalda. Anduve entre un

    empleo y otro, pero no me adapt o nosupieron entenderme

  • Lleg incluso un momento en que pashambre He sobrevivido durante ms de quinceaos como he podido, ganndome la vida con laspropinas que obtengo haciendo recados e inclusorecibiendo ayuda de buena gente que me conoce,en el barrio en el que ahora vivo. La mala suertesiempre ha estado conmigo.

    David no tena ganas de seguir hablando, asque le pregunt a su amigo de infancia:

    - Y a ti, cmo te ha ido en la vida? Hastenido suerte?

    Vctor esboz una sonrisa.- Como recordars, mis padres eran pobres,

    ms pobres que los tuyos cuando vivais en elbarrio. Mis orgenes son ms que humildes, losabes bien, son precarios. Muchas noches notenamos qu comer. A veces, incluso, tu madrenos traa algo porque saba que en casa las cosasiban mal. Como tambin sabes, no pude ir alcolegio, as que estudi en la universidad de lavida. Empec a trabajar con diez aos,precisamente poco tiempo despus de que tufamilia y t desaparecierais misteriosamente.

  • Empec lavando coches. Despus trabaj en unhotel, de botones. Ms tarde sub de categora ytrabaj como portero de varios hoteles de cincoestrellas Hasta que a los veintids aos me dicuenta de que yo poda tener suerte, si me lopropona. -Cmo lo hiciste? -le pregunt David,con un tono mezcla de curiosidad y escepticismo.

    - Adquir un pequeo taller que estaba apunto de cerrar. Lo compr con un crdito y contodos los ahorros de que dispona.

    Era un taller que fabricaba bolsos de piel. Yohaba visto todo tipo

    de bolsos en restaurantes y en los lujososhoteles en los que trabaj. As que saba lo que lesgustaba a las personas con dinero. No tena msque fabricar lo que tantas veces haba visto llevarcuando trabajaba como mozo, A1 principio, yomismo me ocupaba tanto de fabricar como desalir a vender. Trabaj por las noches y los finesde semana. El primer ao fue muy bien, peroreinvert todo lo que gan en comprar ms gneroy en viajar por todo el pas, para averiguar qu se

  • fabricaba en otras partes. Necesitaba saber msque nadie sobre bolsos de piel. Aprend muchovisitando tiendas.

    Preguntaba a todo el que vea con un bolsoqu le gustaba y qu le disgustaba del suyo

    Vctor recordaba con pasin aquellosprimeros aos. Continu:

    - Las ventas fueron creciendo. Durante diezaos reinvert todo lo que gan. Busquoportunidades all donde pens que podahaberlas. Modifiqu cada ao los modelos de misbolsos que ms se vendan, nunca fueron iguales.Nunca dej un problema del taller para el dasiguiente. Intent ser la causa de todo lo queaconteca a mi alrededor. Fui adquiriendo untaller tras otro, luego llegaron las fbricas.Finalmente, consegu crear un prspero negocio.La verdad es que no fue sencillo, pero el resultadosupera lo que imaginaba cuando empec.

    David le interrumpi en ese punto y matizla ltima apreciacin: -No ser, en realidad, quetuviste mucha suerte? -Eso crees? Realmentecrees que slo tuve suerte? -exclam Vctor,

  • sorprendido.- No he querido molestarte ni menospreciarte

    -explic con un hilo de voz David-. Pero resultadifcil creer que t solo eres el

    motivo de tus xitos. La suerte sonre a quienel destino caprichosamente escoge. A ti te sonriy a m no. Eso es todo, viejo amigo.

    Vctor se qued pensativo. Al cabo de untiempo, le contest:

    - Mira, yo no hered ninguna gran fortuna,pero recib algo mucho mejor de mi abueloConoces la diferencia entre la suerte y la BuenaSuerte, con maysculas?

    - No la conozco -contest David, sin mostrarinters.

    - Aprend la diferencia entre la suerte y laBuena Suerte con un cuento que me explicaba miabuelo cuando viva con nosotros. A menudo hepensado, y an sigo pensando, que ese cuentocambi mi vida. Me ha acompaado en momentosde miedo, de duda, de incertidumbre, deconfusin y tambin en momentos de alegra,

  • felicidad, gratitud Gracias a este cuento decidcomprar el taller con el fruto de seis aos deesfuerzo apasionado y de ahorro. Fue tambineste cuento el detonante de otras muchasdecisiones que luego se han revelado cruciales enmi vida.

    Vctor sigui hablando, mientras David, conla cabeza hundida entre los hombros, diriga lamirada al suelo.

    - Quizs a los sesenta y cuatro aos uno yano est para cuentos, pero nunca es tarde paraor algo que puede ser til.

    Como dice el refrn: Mientras hay vida, hayesperanza. Si lo deseas, puedo explicrtelo.

    David guardaba silencio, as que Vctorprosigui:

    - Es un cuento que ha ayudado a muchaspersonas. Y no solamente a gente del mundo delos negocios, tambin a emprendedores y aprofesionales de todos los campos. Las personasque aprenden y asumen la diferencia entre lasuerte a

  • secas y la Buena Suerte han obtenidoexcelentes resultados en sus trabajos, en lasempresas en las que trabajaban. A otros les haservido incluso para cultivar un amor. Ha servidotambin a deportistas, a artistas, a cientficos einvestigadores Y te lo digo porque lo heobservado de primera mano; tengo ya sesenta ycuatro aos y soy testigo del efecto de la leyendaen muchas de esas personas.

    David se incorpor y habl, quiz movidopor la curiosidad:

    - De acuerdo, dime: Cul es la diferenciaentre la suerte y la Buena Suerte?

    Vctor medit antes de contestar.- Cuando vuestra familia recibi la herencia

    tuvisteis suerte. Pero esa suerte no depende deuno, por eso tampoco dura demasiado.

    Slo tuviste algo de suerte, y sa es la raznde que ahora no tengas nada. Yo, en cambio, medediqu a crear suerte. La suerte, a secas, nodepende de ti. La Buena Suerte, slo depen-de deti. Esta ltima es la verdadera. Mucho me temoque la primera no existe.

  • David no daba crdito a lo que oa. -Meests diciendo que la suerte no existe?

    - De acuerdo Digamos que s que existe,pero es tan improbable que resulta vano esperarque te alcance precisamente a ti, a cualquiera. Y,si al fin llega, no dura demasiado, es pasajera.Sabas que casi el 90 por ciento de las personas alas que les ha tocado la lotera no han tardado msde diez aos en arruinarse o en volver a estarcomo antes estaban?

    En cambio, la Buena Suerte es posiblesiempre que te lo propongas. Por eso se llamaBuena Suerte, porque es la buena, la

    de verdad. -Por qu es la de verdad? Cules la diferencia? -insisti David. Empezaba asentirse muy intrigado por las palabras de suamigo. -Quieres or el cuento?

    David dud unos instantes. Al fin y al cabo,aunque no poda volver atrs, no perda nada porescuchar. Adems, le resultaba agradable que sumejor amigo de la infancia le contase, con sesentay cuatro aos, un cuento. Y no slo eso, haca

  • demasiado tiempo que nadie le contaba algo,como si fuese un nio.

    - De acuerdo, cuntamelo -accedi por fin.

  • Primera Regla de la BuenaSuerte

    La suerte no dura demasiado tiempo, porqueno depende de ti.

    La Buena Suerte la crea uno mismo, por esodura siempre.

  • Segunda parte: La leyendadel Trbol Mgico

    El reto de Merln

    Hace mucho tiempo, en un reino muy lejano,un mago llamado Merln reuni a todos loscaballeros del lugar en los jardines del castilloreal y les dijo:

    - Hace tiempo que muchos de vosotros mepeds un reto.

    Algunos me habis sugerido que organice untorneo entre todos los caballeros del reino. Otroshabis pedido que organice un concurso dedestreza con la lanza y la espada. Sin embargo,voy a proponeros un reto diferente.

    La expectacin entre los caballeros eramxima. Merln continu:

    - He sabido que en nuestro reino, en un plazode siete noches, nacer el Trbol Mgico.

    Hubo entonces un revuelo, murmullos y

  • exclamaciones entre los presentes. Algunos yasaban a qu se refera; otros, no. Merln pusoorden. -Calma, calma! Dejadme que os expliquequ es el Trbol Mgico: es un trbol de cuatrohojas nico, que proporciona al que lo posee unpoder tambin nico: la suerte sin lmites. Sinlmite de tiempo ni lmite de mbito. Proporcionasuerte en el combate, suerte en el comercio,suerte en el amor, suerte en las riquezas suerteilimitada!

    Los caballeros hablaban y hablaban entreellos con gran excitacin. Todos queranencontrar el Trbol Mgico de cuatro hojas.Incluso algunos se pusieron en pie, lanzarongritos de victoria e invocaron a los dioses.

    De nuevo, Merln aplac los murmullos ytom la palabra: -Silencio! An no os lo he dichotodo. El Trbol Mgico de cuatro hojas nacer enel Bosque Encantado, ms all de las docecolinas, detrs del Valle del Olvido. No s en qurincn ser, pero nacer en algn lugar delbosque.

  • Aquella excitacin inicial se vino abajo.Primero se hizo el silencio y, a continuacin, lossuspiros de desnimo resonaron por los jardinesdel castillo. Y es que el Bosque Encantado era tanextenso como la parte del reino que estabahabitada. Se trataba de miles y miles de hectreasde espeso bosque. Cmo encontrar un minsculotrbol de cuatro hojas en tan extenso lugar?Hubiera sido cien mil veces mejor buscar unaaguja en un pajar! Por lo menos, ese sera un retoposible.

    Ante la dificultad de la empresa, la mayorade los caballeros abandonaron el castillo real,mascullando quejidos de protesta y dirigiendomiradas de desaprobacin a Merln cuandopasaban junto a l.

    - Avsame cuando tengas algn reto que sepueda alcanzar -le deca uno.

    - Si hubiera sabido que se trataba de algo as,no me hubiera molestado en venir -aada otro. -Vaya reto!;Por qu no nos has enviado a undesierto a encontrar un grano de arena azul?Hubiera sido ms fcil! -le espetaba otro, con

  • sorna.Uno tras otro, todos los caballeros salieron

    del jardn, se dirigieron a las cuadras y montaronen sus caballos. Slo dos se quedaron con Merln.-Y bien? -pregunt entonces el mago-. Vosotrosno os vais?

    Uno de ellos, que se llamaba Nott y llevabauna capa negra, respondi:

    - Sin duda es difcil. El Bosque Encantado esenorme. Pero s a quin preguntar. Creo quepodr encontrar el trbol que dices. Yo ir abuscar el Trbol Mgico de cuatro hojas. El trbolser para m.

    El otro, que se llamaba Sid y llevaba unacapa blanca, se mantuvo en silencio hasta queMerln le dirigi una mirada escrutadora.Entonces dijo:

    - Si t dices que el Trbol Mgico de cuatrohojas, el trbol de la suerte ilimitada, va a naceren el bosque, significa que as ser.

    Creo en tu palabra. Por eso ir al bosque.As pues, ambos caballeros partieron hacia el

  • Bosque Encantado.Nott, en su caballo negro. Sid, en su caballo

    blanco.

  • Segunda Regla de la BuenaSuerte

    Muchos son los que quieren tener BuenaSuerte, pero pocos los que deciden ir a por ella.

    II

    El Gnomo, Prncipe de la Tierra

    El viaje por el reino hasta el BosqueEncantado era largo, y les llev dos das. Aspues, disponan slo de cinco jornadas para hallarel lugar donde nacera el Trbol Mgico. No habatiempo que perder. A pesar de ello, amboscaballeros decidieron descansar toda la nocheantes de empezar la bsqueda.

    Los dos haban hecho el viaje por separado yno coincidieron en las breves paradas quehicieron para dar de beber a sus respectivoscaballos. As que ninguno saba en qu lugar del

  • bosque se encontraba el otro.El Bosque Encantado era un lugar muy

    oscuro. Oscuro era durante el da, pues losinmensos y tupidos rboles apenas permitan a losrayos del sol alcanzar el suelo. Y oscura fue esanoche, fra y silenciosa, adems. Aunque loshabitantes del Bosque Encantado se habanpercatado ya de la presencia de los nuevosvisitantes.

    A la maana siguiente, muy temprano, Nott,decidido a encontrar el trbol, pens:

    El Trbol Mgico nacer en el suelo.Quin es el que mejor conoce cada palmo detierra del Bosque Encantado? Muy fcil: elPrncipe de la Tierra. Es decir, el Gnomo. ElGnomo vive bajo el suelo y ha construido pasillosy corredores subterrneos por cada uno de losrincones del Bosque Encantado. l me dirdnde nacer el Trbol Mgico de cuatro hojas

  • As pues, Nott, el caballero con caballonegro y negra capa, pregunt dnde poda hallaral Gnomo a todos los extraos seres que encontrpor su camino, hasta que finalmente dio con l. -Qu quieres? -le pregunt el Gnomo-. Me handicho que llevas todo el da buscndome.

    - Efectivamente -afirm Nott mientrasbajaba de su corcel-. He sabido que dentro decinco noches nacer en el bosque el TrbolMgico de cuatro hojas. Un trbol solamentepuede nacer de la tierra, as que t, Prncipe de laTierra, debes saber el lugar donde nacer. T eresel nico que conoce palmo a palmo este inmensobosque por debajo del suelo. T conoces comonadie todas las races de todas las plantas,arbustos y rboles que habitan este bosque. Si elTrbol Mgico de cuatro hojas va a nacer dentrode cinco noches, t debes haber visto ya susraces. Dime dnde est.

    - Hummmmm -medit el Gnomo.- Sabes tan bien como yo -prosigui Nott-

    que el Trbol Mgico proporciona suerte

  • ilimitada solamente a los caballeros, as que notiene ningn valor para ti, que eres un Gnomo, nipara ninguno de los habitantes del BosqueEncantado. Dime dnde nacer. S que t losabes.

    El Gnomo respondi:- Ya conozco los poderes del Trbol Mgico

    de cuatro hojas. Y ya s que su suerte ilimitadaalcanza slo a los caballeros que lo posean,pero no he visto sus races en ningn lugar delbosque.

    Es ms, nunca han nacido trboles en elBosque Encantado. Es imposible que el trbolnazca aqu. Quien te haya dicho eso te haengaado.

    - No sers t quien me engaa? No lehabrs dicho ya al caballero Sid, el caballero conblanco caballo y capa blanca, dnde nacer elTrbol Mgico? -pregunt desafiante Nott. -Nos de qu me ests hablando! No s quin es Sid,y no tengo ni idea de quin te ha dicho semejanteestupidez. En este bosque nunca ha habido un solo

  • trbol, ni tan siquiera de tres hojas:sencillamente, los trboles no crecen en estebosque porque no pueden! As que djame en paz.Llevo ms de ciento cincuenta aos viviendo aquy nunca nadie me haba hecho una pregunta tanestpida. Adis!

    El caballero Nott lo dej por imposible.No es la primera vez que me encuentro con

    alguien que no est a la altura que yo merezco,pens. As que se subi a su caballo, dio mediavuelta y opt por esperar al da siguiente. Despusde todo, tal vez el Gnomo tuviera razn y Merlnse hubiera equivocado de sitio o de fechas.

    A medida que se alejaba del Gnomo,montado sobre su caballo negro, Nottexperiment lo que suelen experimentar aquellosa quienes les dicen que su suerte no es posible:sinti algo de miedo. Pero lo ms fcil erasustituir ese miedo por incredulidad.

    Sencillamente, no puede ser. Eso fuejustamente lo que pens Nott. Por eso, decidiignorar lo que el Gnomo le haba dicho.

    Maana ser otro da y quiz la suerte me

  • aguarde en otro lugar, pens.

    Por su parte, Sid, el caballero de la capablanca, tuvo en la maana de la tercera jornadaexactamente la misma idea que Nott. l tambinsaba que el Gnomo era el ms indicado paraaveriguar en qu lugar brotara el Trbol Mgico.Pas el da intentando dar con su guarida,pregunt a todos los habitantes del bosque con losque se cruz en el camino y, finalmente, encontral Gnomo unos pocos minutos despus de que elcaballero Nott lo hubiera dejado refunfuandofrente a una de las entradas a su caverna deinfinitos pasillos. -Eres t el Gnomo del BosqueEncantado, al que llaman el Prncipe de la Tierra?-pregunt, al tiempo que descenda de su caballo.

    - S, yo soy. Vaya! Otro iluminado! Y tqu es lo que quieres?

    - Vers, he sabido que dentro de cinconoches nacer en el bosque el Trbol Mgico de

  • cuatro hojas y he pensado que -Sid no pudoacabar la frase. El Gnomo se puso rojo como unpimiento y acumul aire en sus pulmones ymofletes como si fuera a estallar. -Pero qupasa con este maldito Trbol Mgico hoy?! -grit,colrico-. Ya se lo he dicho al otro caballero: No-hay-ni-hahabido-nunca-trboles-de-la-suerte-en-este-bosque: sencillamente no pueden nacertrboles aqu. Quien os haya dicho eso estequivocado. O bien os toma el pelo o ha bebidoms pocin etlica de la cuenta. Lo mejor quepodis hacer es regresar a vuestro castillo oacudir en socorro de alguna damisela en peligro.Aqu perdis el tiempo.

    El caballero Sid, se dio entonces cuenta deque algo pasaba:

    segn Merln, en el bosque nacera un TrbolMgico y segn el Gnomo, era imposible que enlas circunstancias actuales naciera all ningntrbol. Los dos decan probablemente la verdad,pero era posible que la verdad de cada uno fueradistinta. As pues, quiz seguir buscando el

  • Trbol Mgico era una prdida de tiempo. Si, taly como haba dicho el Gnomo, en aquellascircunstancias no poda nacer ningn trbol, setrataba entonces de saber qu era lo que hacafalta para que naciera un trbol. De modo que Sidle pregunt, al mismo tiempo que lo calmaba: -Espera, espera! Has dicho que nunca han nacidotrboles en el Bosque Encantado!? -Nunca!Nunca jams! -respondi refunfuando elGnomo, mientras se meta en su casa-madriguera -No te vayas, no te vayas, porfavor! Explcame por qu. Quiero saber por qununca han nacido trboles en el bosque.

    El Gnomo se gir y explic:- Es por la tierra. Naturalmente que es por la

    tierra. Nadie se ha ocupado de renovar nunca estatierra. Los trboles necesitan tierra fresca yesponjosa, y la tierra de este bosque nunca ha sidoremovida ni aireada. Es un suelo duro,apelmazado, cmo quieres que as nazca un solotrbol?

    - Por tanto, Gnomo, Prncipe de la Tierra, siquisiera tener una sola posibilidad, aunque

  • solamente fuera una, de que creciera un nicotrbol en el bosque debera renovar la tierra,cambiarla? -pregunt Sid.

    - Obviamente. No sabes que slo seobtienen cosas nuevas cuando se hacen cosasnuevas? Si la tierra no cambia, seguir pasando lomismo: que no nacer ningn trbol.

    - Y t sabes dnde podra encontrar tierrafrtil?

    El Gnomo estaba ya con medio cuerpodentro de la madriguera y con una mano a puntode cerrar la portezuela de madera. Con todo,contest a Sid:

    - Hay algo de tierra fresca y frtil en elterritorio de las Cowls, a poca distancia de aqu.Es una tierra rica, pues las Cowls, las vacasenanas, amontonan all su estircol. sa s que estierra buena.

    El caballero le dio efusivamente las graciasal Gnomo. Se subi entusiasmado a su blancocaballo y cabalg sin prdida de tiempo hacia elterritorio de las Cowls. Saba que tena muy pocas

  • probabilidades, pero por lo menos ya tena algo.Lleg al territorio de las Cowls cuando ya

    anocheca. Le fue muy fcil encontrar la tierra dela que hablaba el Gnomo. Era realmente tierrafresca, esponjosa y, por supuesto, muy bienabonada. Solamente pudo llenar un par dealforjas, los nicos recipientes que llevaba en sucaballo. Pero era suficiente para una pequeaextensin de terreno.

    A continuacin, el caballero Sid se dirigicon las alforjas de tierra nueva a una zona delbosque tranquila, lejos de cualquier poblado.Encontr un lugar que le pareci adecuado yarranc las hierbas y los matojos que all haba.Despus, removi y quit la tierra vieja, la quenunca se haba renovado, la de siempre. Y por finextendi la tierra nueva en el suelo.

    Cuando hubo acabado, se puso a dormir.Slo tena tierra para unos pocos palmoscuadrados. Sera aqul el lugar escogido paraque brotara el Trbol Mgico? Si haba que serrealista, sera muy improbable tener tanta suerte.Unos pocos palmos entre

  • miles de hectreas era algo as como unaposibilidad entre millones. Sin embargo, una cosaera cierta: haba hecho algo distinto a lo hecho enel bosque hasta el momento. Si no haba habidotrboles, si nadie los haba encontrado nunca, eraporque todos los que lo haban intentado habanhecho las mismas cosas de siempre, las que todoel mundo haca. Como buen caballero, saba quehacer cosas diferentes era el primer paso paralograr algo diferente.

    Aun as, saba que haba muy pocasprobabilidades de que el Trbol Mgico de cuatrohojas brotara precisamente en el lugar que habaescogido para poner la poca tierra frtil de quedispona. Pero, por lo menos, saba ya por qu nohaba trboles.

    Y al da siguiente sabra ms. De eso estabaseguro.

    Sid, tumbado y con la cabeza apoyada en elsuelo, miraba la tierra recin extendida. Pensque el Gnomo deca su verdad.

    Pens tambin que Merln deca la suya.

  • Eran dos verdades aparentemente contradictorias.Pero si se actuaba como l haba hecho, aportandonueva tierra a la tierra de siempre, esa aparentecontradiccin se desvaneca.

    Que en el pasado no hubiera trboles nosignifica necesariamente que en el futuro no lospueda haber, ahora que las condiciones de latierra son distintas, pens.

    Se durmi imaginando que el trbol brotabaentre la tierra nueva que haba esparcido. Soaras le ayudaba a olvidarse de las pocasprobabilidades que haba de que aquel rincnfuera el elegido por el destino para acoger alTrbol Mgico.

    El sol se puso. Solamente quedaban cuatronoches.

  • Tercera Regla de la BuenaSuerte

    Si ahora no tienes Buena Suerte tal vez seaporque las circunstancias son las de siempre.

    Para que la Buena Suerte llegue, esconveniente crear nuevas circunstancias.

    III

    La Dama del Lago

    El cuarto da amaneci ms fro que decostumbre. El canto de los jilgueros, de lospetirrojos, de los mirlos y de los ruiseores ahogpor fin al de los grillos.

  • Nott subi a su caballo despus de comeralgunas bayas. No las tena todas consigo. Lainformacin que le haba dado el Gnomo

    era verdaderamente preocupante. Palabrasliterales: En el bosque no pueden nacertrboles. Es ms, nunca haba nacido un solotrbol en todo el Bosque Encantado. Y el Gnomosaba lo que se deca.

    De todas formas, quizs el Gnomo leengaaba.

    Saba que no poda fiarse de que dijera laverdad. Pensar as no le conduca a ninguna parte,pero le tranquilizaba. Decidi dedicar el da aencontrar a alguien que pudiera desmentir lainformacin que le haba dado el Gnomo. Esopondra de nuevo la suerte en sus manos.

    Despus de cabalgar durante ms de cincohoras, el caballero Nott divis a lo lejos, entre laespesura del bosque, un gran lago.

    Como tena sed e imaginaba que su caballotambin estara sediento, decidi acercarse.

    El lago era muy bello. Estaba lleno de

  • nenfares con flores amarillas y blancas. Bebiun poco y se sent junto a la orilla, mientras sucaballo beba ansiosamente. De pronto, una vozdetrs de l le sobresalt: -Quin eres? -Era unavoz femenina; dulce, pero a la vez profunda;frgil, pero firme; seductora, pero desafiante. Erala Dama del Lago.

    Sobresala entre las aguas del lago de unmodo impresionante, una mujer de hermosura yperfeccin nunca vistas, moldeada con la formadel agua.

    Nott haba odo hablar de ella. Pronto se diocuenta de que de ella podra obtener informacinimportante para su crucial misin.

    - Soy Nott, el caballero de la negra capa. -Qu hacis t y tu negro caballo junto a mi lago?Ya habis

    bebido. Ahora, qu queris? Estisdespertando a mis nenfares.

    Y sta es su hora de sueo. Mis nenfaresduermen por el da y cantan por la noche. Si losdespertis, esta noche no cantarn. Su canto

  • evapora el agua del lago durante la noche. Si losnenfares no cantan, el agua del lago no seevapora; si no se evapora agua, el lago sedesborda, y si el lago se desborda, muchas flores,plantas y rboles morirn ahogados. Cllate,cllate y desaparece! No despiertes a misnenfares! -Alto, alto! --la interrumpi convehemencia-. No me cuentes tu vida. No meinteresan tus problemas. Me ir enseguida.

    Solamente quiero hacerte una pregunta. T,Dama del Lago, t que proporcionas agua a todoel Bosque Encantado, t que riegas todos susrincones. Dime: dnde crecen los trboles eneste bosque?

    La dama comenz a rer. Eran carcajadastristemente burlonas.

    Rea con estruendosa discrecin, una risaaguda, pero tambin con matices graves. Cuandodej de rer, se puso seria y afirm: -En estebosque no pueden crecer trboles! No ves que elagua que reparto desde aqu llega a todas partespor infiltracin?

    No sale de m a travs de arroyos o ros, sino

  • que se filtra por el lecho del lago y llega a todoslos rincones del Bosque Encantado. Acaso hasvisto charcos en alguna parte del bosque? Lostrboles necesitan mucha agua. Precisan unarroyo que se la proporcione continuamente.Jams encontrars un trbol en este bosque.

    La Dama del Lago se sumergi de nuevo.Fue impresionante. El vapor de agua que le dabaforma cay a la superficie en una lluvia de milesde gotas.

    Nott apenas prestaba atencin al maravillosoespectculo que acababa de ocurrir. Estaba hartode or la misma cantinela. Muy seno y pensativose pregunt qu estaba pasando. Empezaba a creerque tal vez a l nunca le llegara la suerte. Eso leprovocaba un miedo ms intenso que el que sintiel da anterior, despus de hablar con el Gnomo.

    Debo encontrar a alguien que me diga locontrario. Debo encontrar a alguien que me digaque la suerte est aqu, que el Trbol Mgicopuede nacer en el Bosque Encantado, deca parasus adentros.

  • Empez a odiar a la suerte. Era algoabominable. Lo ms deseado, y tambin lo msinaccesible del mundo. Y no poda soportar esesentimiento. Esperar la suerte le deprima, peroera lo nico que poda hacer. Porque qualternativa tena?

    As pues, Nott mont en su caballo, cabalgel resto del da y vag sin ton ni son por elBosque Encantado, con la esperanza de tener lasuerte de dar con el Trbol Mgico de cuatrohojas.

    Ese da, el caballero Sid se haba levantadoun poco ms tarde que el da anterior. Habaacabado de renovar la tierra cuando anocheca, asque decidi dormir una hora ms.

    Mientras coma unas manzanas, quecomparti con su caballo blanco, pens qu haraese da.

    Ya tengo la tierra -se dijo-. Ahora necesito

  • saber cunta agua necesita. La probabilidad deque haya escogido el lugar correcto

    es mnima, lo s. Pero si finalmente estefuera el lugar elegido entonces tendr queocuparme de que la tierra reciba la cantidad deagua necesaria.

    No lo dud un instante. Era bien sabido porcualquiera, caballero o no, que la Dama del Lagoera, de todos los habitantes del BosqueEncantado, la nica que dispona de agua.

    Le cost un poco encontrarla. Tuvo quepreguntar aqu y all y consultar con variosanimales parlanchines que encontr por elcamino.

    Lleg al lago justo unos minutos despus deque Nott se hubiera ido de all. Se acerc muy,muy despacio. Sin apenas hacer ruido, aunque sinquerer pis una cscara de nuez, que cruji.Inmediatamente emergi de forma imponente laDama del Lago. sta repiti la misma queja que aNott: -Qu hacis t y tu blanco caballo junto ami lago? Qu queris? Estis despertando a mis

  • nenfares. Y sta es su hora de sueo. Misnenfares duermen por el da y cantan por lanoche. Si los despertis, esta noche no cantarn.Su canto evapora el agua del lago durante lanoche; si no cantan, el agua del lago no seevapora; si no se evapora agua del lago, ste sedesbordar, y si el lago se desborda, muchasflores, plantas y rboles morirn ahogados.Cllate, cllate y desaparece! No despiertes amis nenfares!

    Sid qued apabullado. No solamente por lamagnificencia del espectculo que acababa dever, sino tambin por el problema que le habaexpuesto la Dama del Lago. Sid necesitaba aguapara regar la zona escogida, pero sin dudadespertara a los nenfares si dedicaba todo el daa recogerla con cazos.

    As pues, las cosas se ponan difciles. Nohaba agua en ninguna otra parte del BosqueEncantado. En fin, qu se le iba a hacer?

    Sid era una persona sensible, y por eso, lamezcla de belleza, tristeza y ansiedad de la voz dela Dama del Lago hizo que se interesara por el

  • problema y que buscara el modo de ayudarla.- Y, decidme, seora, por qu no sale agua

    del lago? De todos los lagos sale agua. De todoslos lagos nacen arroyos o ros.

    - Yo yo -por primera vez, la Dama delLago se expres con una voz sin matices, una voztriste. Haba dolor en ella-. Porque en mi lago -prosigui- no hay continuidad. No hay ros quepartan de m. En m, solamente cae agua. Slo larecibo, y ningn arroyo brota de mi seno. Por esotengo que vivir siempre pendiente de que losnenfares duerman para que puedan cantardurante la noche. Durante el da no duermo paravelar su sueo, y durante la noche sus cantos nome dejan dormir. Vivo esclava de mi agua. Porfavor, mrchate y no despiertes a mis nenfares.

    Sid se dio cuenta entonces de que lo que ellago tena en abundancia era, precisamente, lo quea l le haca falta: agua.

    - Yo puedo ayudarte -le propuso Sid-. Perodime una cosa, t sabes cunta agua necesita untrbol?

    La Dama del Lago contest:

  • - Necesita agua en abundancia. Necesitanagua clara, de un arroyo. La tierra en la que nacenlos trboles debe estar siempre hmeda. -Entonces, entonces yo puedo ayudarte a ti y tpuedes ayudarme a m! -Sssshhhhh! No gritestanto, que ya has despertado a un nenfar. Dimecmo.

    - Si me das permiso, abrir un surco en tuorilla para que un arroyo nazca de ti, y lograr asque el agua no se acumule en tu seno. No harningn ruido. Sencillamente abrir un surco en latierra y el agua saldr de tu lago. De esta forma,no tendrs que preocuparte ms por los nenfares.Podrs dormir siempre que lo desees.

    La Dama del Lago se qued pensativa.Despus, accedi:

    - De acuerdo. Pero no hagas ruido-deinmediato, la Dama del Lago desapareci, ante elasombro de Sd.

    Sin esperar un instante, improvis con suespada un arado que colg de la parte trasera desu caballo. Cabalg de nuevo hacia el terrenoescogido. A medida que cabalgaba, la espada

  • labraba un surco, que el agua llenaba, liberando allago de su pesada carga. 1 agua lleg basta latierra fresca y frtil. Sid lo haba conseguido:haba encauzado la tierra y creado un arroyo deagua clara que nunca antes haba existido en elBosque Encantado.

    Se puso a dormir junto al espacio que habacreado. Reflexion sobre lo ocurrido y record loque siempre le haba dicho su maestro: la vida tedevuelve lo que das. Los problemas de los demsson a menudo la mitad de tus soluciones. Sicompartes, siempre ganas ms.

    Era justamente lo que haba pasado: estabadispuesto a renunciar al agua, pero cuandocomenz a entender el problema de la Dama,paradjicamente, se dio cuenta de que los dosnecesitaban lo mismo, y de que con una solaaccin, los dos salan ganando.

    Lo curioso es que Sid se percat de que cadavez le preocupaba menos que aqul fuera o no ellugar destinado a que naciera el Trbol Mgico.Tal vez debera sentirse un poco estpido por

  • trabajar tanto en una zona en la queprobablemente el trbol no iba a nacer. Pero no sesenta as. La certeza de que haca lo que debarestaba importancia al hecho de que hubieratenido suerte o no con la eleccin del lugar. Porqu? No lo saba. Tal vez porque regar era lo quetocaba hacer despus de arar y abonar la tierra.Haca lo que tena que hacer.

    Por supuesto, l saba que era muy pocoprobable que el sitio que haba escogido pararenovar la tierra y regarla fuera justamente elelegido para que brotara el Trbol Mgico decuatro hojas. Pero ya saba dos razones por lasque no haban nacido nunca trboles en el bosque.Y al da siguiente sabra ms. De eso estabaseguro.

    Sid, con la cabeza apoyada en el suelo, puesintentaba conciliar el sueo, miraba conesperanza su porcin de tierra frtil regada por elarroyo. Una noche ms, visualiz cmo el TrbolMgico brotaba y creca. Esa noche, la imagen deltrbol en su mente apareca ms ntida y real quela noche anterior. Eso le haca feliz.

  • La oscuridad lo envolvi. Solamentequedaban tres noches.

  • Cuarta Regla de la BuenaSuerte

    Preparar circunstancias para la Buena Suerteno significa buscar slo el propio beneficio.

    Crear circunstancias para que otros tambinganen atrae a la Buena Suerte.

    IV

    La Secuoya, Reina de los rboles

    A la maana siguiente, Nott, el caballero dela negra capa, se levant bastante desanimado. Sihaca caso a la informacin del Gnomo y de laDama del Lago, estaba, como se dicevulgarmente, perdiendo el tiempo, No sera vano

  • su empeo? El caballero Nott pens en regresar.Sin embargo, el viaje hasta el

    Bosque Encantado haba sido largo y, ya queestaba ah, opt por quedarse hasta el sptimo da.Quiz finalmente encontrara a alguien que ledijera dnde encontrar el Trbol Mgico de cuatrohojas.

    Nott no saba qu hacer. Con quin podahablar en aquel momento? Vag por el bosquemontado en su caballo sin saber adonde ir.Encontr todo tipo de seres extraos, pero no diocon ningn trbol. Y eso que, mientras cabalgaba,miraba continuamente al suelo, buscando algunapista que pudiera indicarle dnde poda nacer.

    De pronto cay en la cuenta de que no habaido a hablar con la Secuoya, el primer habitantedel Bosque Encantado. Ella sabra algo.

    Cabalg hasta el corazn del bosque. Segncontaban, la Secuoya era el primer rbol quehabit el Bosque Encantado, por eso estaba en elcentro. Nott baj de su caballo y se dirigi a ella.

    Saba que en el bosque todos los seres vivos,

  • incluso muchos de los seres inanimados, podanhablar. As que se dirigi a la Secuoya y le dijo:

    - Secuoya, Reina de los rboles. Puedeshablar?

    No obtuvo respuesta. El caballero Nottinsisti.

    - Secuoya, Reina de los rboles. Me estoydirigiendo a ti. Haz el favor de contestarme. Nosabes quin soy? Soy el caballero Nott.

    La Secuoya comenz a mover suimpresionante tronco y contest al caballero:

    - Ya s quin eres. Acaso no sabes queconozco a todos los rboles de este bosque? Nosabes que a travs de nuestras

    hojas todos, absolutamente todos los rbolesde este bosque estamos en contacto fsico unoscon otros? La informacin corre rpido a travsde nuestras ramas. Pregntame algo si quieres,pero despus, vete. Estoy cansada, tengo ms demil aos y hablar me fatiga.

    - Ser breve -contest Nott-. He sabido quees posible que dentro de tres noches crezca en el

  • Bosque Encantado el Trbol Mgico de cuatrohojas, el trbol de la suerte ilimitada. Pero tantoel Gnomo como la Dama del Lago me han dichoque jams ha crecido un solo trbol en el BosqueEncantado. T vives en el bosque desde que steexiste. T sabes todo lo que aqu pasa porquehablas y has hablado con todos los rboles. Mipregunta es muy sencilla: Es cierto que jams hacrecido un trbol en este bosque?

    La Secuoya se tom su tiempo paracontestar. Revis su memoria de mil aos, buscen cada uno de los mil anillos que conformabansu ancho tronco. Eso le tom algo de tiempo. Losminutos pasaban y el caballero Nott seimpacient: -Vamos, contesta! Tengo prisa! -protest.

    - Estoy pensando. Estoy recordando. Eresimpaciente como la mayora de los humanos.Deberais ser como los rboles, que tenemosmucha paciencia.

    Pasaron unos minutos ms. El caballeroNott, muy inquieto, se dio la vuelta, convencidode que la Secuoya no quera contestar. Pero ella

  • arranc a hablar justo cuando Nott se dispona asubirse a su caballo. Como si se tratara de unabibliotecaria que hubiera revisado las mil fichasde los libros de su biblioteca buscando una obraconcreta, la Secuoya contest al fin conseguridad:

    - Es cierto. Nunca ha nacido un trbol en elBosque Encantado. Y an menos un TrbolMgico de cuatro hojas. Nunca en estos mil aos.Nunca.

    El caballero Nott estaba desolado.Probablemente, Merln haba recibido lainformacin errnea. O incluso peor: por sucabeza cruz la idea de que tal vez le habaengaado.

    Nott se sinti verdaderamente deprimido.Era el tercer habitante del bosque que le deca queno habra suerte para l. Estaba tan obsesionadocon tal realidad que no poda ver ms all.

    Realmente, escuchar a otros decir lo que unoya saba no conduca ms que a reafirmarse en lapropia evidencia. Cualquier persona que, como

  • Nott, est obsesionada por saber si hay o notrboles en el bosque no podr pensar ms all deeso. No tomar conciencia de que es necesariohacer algo al respecto.

    Por eso, Nott estaba tan abatido, se sentavctima, se senta utilizado, engaado. Seencontraba en una situacin en la que no veaninguna posibilidad de xito.

    El caballero Sid se levant aquella maanams satisfecho que la anterior. Observ alegretodo lo que llevaba realizado: tierra frtil y aguaabundante. Si el lugar en que deba nacer elTrbol Mgico era aqul, necesitaba saberentonces qu cantidad de sol y de sombranecesitara.

    Sid era un caballero y no un experto enjardinera, as que tendra que hablar con alguiensabio que supiera de plantas y rboles.

  • Pero con quin? De pronto se le ocurri: -Claro! Cmo no! La Secuoya! Es el rbol mssabio del bosque. Ella sabr cunto sol necesitaun trbol!

    Sid cabalg hasta el corazn del BosqueEncantado, Descendi de su corcel y se dirigi alrbol, como poco antes haba hecho Nott.

    - Distinguida Secuoya, Reina de los rboles.Deseas hablar?

    No obtuvo respuesta. El caballero Sidinsisti.

    - Respetada y venerada Secuoya, Reina delos Arboles, s no ests demasiado fatigada,quisiera hacerte una pregunta.

    Aunque, si lo prefieres, puedo volver en otromomento.

    Lo cierto es que la Secuoya haba decididono contestar a otro de aquellos arrogantescaballeros que, impacientes, le hacan preguntas,pero pronto vio que Sid no era un impaciente, niun caballero arrogante. Por la amabilidad de suspalabras y por su respetuoso gesto de inclinacinde cabeza, con la rodilla apoyada en el suelo,

  • dedujo que era distinto. Cuando Sid estaba apunto de marcharse, la Secuoya lo llam.

    - Ciertamente estoy fatigada. Pero, dime,cul es tu pregunta?

    - Gracias por contestarme, Reina de losrboles. Mi pregunta es muy sencilla: cunto solnecesita un trbol para crecer, contando con quetenga tierra nueva y agua suficiente?

    - Hummmmmm -medit la Secuoya. Peroesta vez se tom mucho menos tiempo paracontestar porque saba perfectamente larespuesta-. Necesita igual cantidad de sol que desombra.

    Pero no encontrars ningn lugar as aqu.Este bosque es todo sombra, como habrs podidoobservar. Por eso nunca ha nacido aqu un trbol.sa es la respuesta a tu pregunta. Hasta pronto.

    Pero el caballero Sid no se desanimabafcilmente. -Espera, espera! Slo una preguntams, te lo ruego. T que eres la Reina de losrboles, me permites eliminar algunas ramas dealguno de tus subditos? Tengo tu permiso?

  • La Secuoya contest:- No te hace falta mi permiso. Solamente

    tienes que eliminar las ramas muertas y las hojassecas. Nunca nadie en este bosque se ha dedicadoa despejar las copas de los rboles. Nadie jamsha podado nuestras ramas. Por eso no hay luz enel bosque, sus habitantes son muy vagos. Siempredejan sus obligaciones para maana. Si dedicas unpoco de tiempo, obtendrs luz y sombra por igualbajo cualquier rbol. Bastar con que quites lashojas y las ramas muertas. No necesitas mipermiso. Cualquier rbol al que hagas eso estarencantado.

    Cortar las ramas viejas, liberarse de lo queya no sirve, es siempre un impulso para la vidadel rbol y de lo que le rodea -aadi, esta vezcon voz clida y amable, la Secuoya. -Gracias!Muchas gracias, Majestad! -contest Sid.

    Se incorpor y, sin dar nunca la espalda a lagran Secuoya, retrocedi hasta su caballo.

    El caballero de la capa blanca cabalg raudohasta el lugar donde renov la tierra e hizo llegarel agua. Pero era ya bastante tarde. Y si

  • despejaba las copas de los rboles al dasiguiente? De hecho, ya no le quedaba nada porhacer: tierra, agua y la cantidad justa de sol.

    Poda ahora descansar, y dedicara el ltimoda a podar los rboles. De pronto record lo quele haba dicho la Secuoya: No lo dejes paramaana. Sid re35 cord tambin uno de losconsejos que siempre le haba ido mejor: Actay no postergues. Era cierto que no haba nadams que hacer y que tena todo el da siguientepara eliminar ramas. Pero si lo haca en aquelmomento, dispondra de un da ms, y disponer deun da ms poda ser til. As pues, aprovech laspocas horas de luz que le quedaban para podar lasramas.

    Fiel a sus principios, decidi actuar y nopostergar las cosas que deba realizar.

    Empez a subir entonces a las copas de losrboles que rodeaban su parcela de terreno y seentreg con pasin a la tarea de limpiarlos deramas muertas.

    Los rboles tenan muchos pies de altura ytuvo que escalarlos uno por uno, con la ayuda de

  • una cuerda que guardaba en sus alforjas. Podramas y elimin hojas muertas a fuerza de golpesde espada, sin lastimar para nada el tronco ni elresto de ramas vivas. Dedic buena parte de lanoche a esta labor, como si lo nico queimportara en ese momento, en su aqu y ahora,fuera limpiar copas de rboles. El resultado finalfue excelente.

    Se senta muy contento. Curiosamente, ya nole preocupaba que el lugar que haba escogidopara renovar la tierra, canalizar el agua y limpiarlas ramas fuera el elegido o no para quejustamente naciera en l el Trbol Mgico decuatro hojas. Ahora ya saba todo lo queprecisaba un trbol para arraigar y lo haba hecho.A qu dedicara el da siguiente? Tal vezhubiera algo que aparentemente no fueranecesario, pero s imprescindible!

    Sinti que disfrutaba con lo que estabahaciendo, que se diverta, que se apasionaba y quetodo aquello tena un sentido, fuera cual fuese elresultado final.

  • Una noche ms, Sid visualiz su TrbolMgico. Esta vez lo imagin bellamentearraigado en la tierra hmeda del pequeo espacioque haba creado. Imagin sus cuatro hojas, cadauna con esa forma caracterstica de corazn,abiertas para recibir la luz del sol que se colabaentre las ramas de los rboles gigantes que lorodeaban.

    No poda explicarlo, pero cuanto ms sabaacerca de cmo crear las condiciones para quenaciera un Trbol Mgico, menos le preocupabasi el suyo sera el lugar elegido por el trbol paracrecer.

    Por fin oscureci. Solamente quedaban dosnoches.

  • Quinta Regla de la BuenaSuerte

    Si dejas para maana la preparacin de lascircunstancias, la Buena Suerte quiz nuncallegue.

    Crear circunstancias requiere dar un primerpaso,.. Dalo hoy!

    V

    Ston, la Madre de las Piedras

    Durante el sexto da Nott se dedic a vagarapesadumbrado por el Bosque Encantado.Realmente no pensaba que fuera a encontrarningn trbol, pero tampoco quera volver solo alcastillo real. Puestos a hacer el ridculo, prefera

  • hacerlo en compaa de Sid.Adems, le costaba tanto reconocer sus

    errores o fracasos que optaba por responsabilizarde los mismos a otros. Soy vctima de un error ode un engao de Merln, se deca.

    El sexto da fue el ms aburrido de cuantospas Nott en el bosque. A pesar de que logrcazar bastantes animales raros y top conextraas plantas, no ocurri nada relevante.

    Lo peor era una sensacin que le deprimaenormemente: estaba ya convencido de que l notendra suerte en la vida. De lo contrario, yahabra encontrado el Trbol Mgico. A no ser,claro est, que Merln le hubiera engaado.

    Pero si Merln le haba engaado, por quno volver al castillo? Por qu en el fondo seguaesperando?

    Esperar era darle la razn a Merln, eraconfiar an en la suerte; por otra parte, cuantoms esperaba ms cierto se haca su temor de quela suerte no llegara. Qu estaba haciendo mal?Por qu era tan desgraciado? An no se hacumplido el plazo.

  • Yo merezco la suerte, soy especial, perollevo muchos das aqu y nada indica queencontrar el trbol, se deca Nott.

    As transcurri el da para el caballero delcaballo negro y la negra capa. Como no lequedaba nada ms que hacer, decidi ir a hablarcon Ston, la Madre de las Piedras. Queraconfirmar con alguien ms lo que ya saba: que enel Bosque Encantado no iba a nacer ningn TrbolMgico, que l no era una persona de suerte.

    No era extrao que Nott hiciera eso; se esun rasgo curioso de las personas que piensan queno tienen suerte. Buscan otras personas que lesconfirmen su forma de ver la vida. Ser vctima nole gusta a nadie, pero exime, aparentemente yslo aparentemente, de toda la responsabilidad dela desgracia.

    Ston se hallaba en la cima del Peasco de losPeascos. Una montaa inhspita toda ella hechade piedra. La escalada fue dura. Desde arriba veacasi todo el Bosque Encantado. Pens que legustara encontrar a Sid, para hablar con l y

  • preguntarle si deseaba volver ya al castillo real.En la cima encontr a Ston, la Madre de las

    Piedras, que hablaba con otros pedruscos. Ston sedirigi a l: -Hombre, mira! Uno de loscaballeros que andan buscando trboles. Desdehace cuatro das no se habla de otra cosa en elbosque. Has encontrado al Trbol Mgico? -Yemiti una pequea risita burlona.

    - Ya sabes que no -respondi Nott,visiblemente enfadado-.

    Dime, Ston, verdad que no hay ni habrningn Trbol Mgico de cuatro hojas en estebosque? O quizs hay alguno por aqu, entreestos peascos? No es posible, verdad?

    La Madre de las Piedras se desternillaba derisa. -Pues claro que no! Cmo quieres quecrezcan trboles entre

    las rocas? Se nota que empiezas a estartrastornado despus de tantos das vagando por elBosque Encantado. Deberas tener cuidado sipasas demasiado tiempo aqu acabars loco, comocasi todos los humanos que han deambulado por

  • este bosque sin una meta clara. No, aqu no haytrboles. Los trboles mgicos de cuatro hojas nopueden nacer donde hay piedras.

    Nott descendi despacio el Peasco de losPeascos, y durante todo el descenso oy lascarcajadas de Ston.

    Ya no haba nada que hacer. Su temor sehaba visto finalmente confirmado. No tendrBuena Suerte, pens. Luego se acord de Sid yse alegr con amargura porque ese otro locotampoco encontrar el Trbol Mgico por muchoque se pasee por el bosque. Pensar en el fracasode Sid le tranquilizaba, le consolaba, incluso lealegraba. Si no hay trbol mgico para m,tampoco lo habr para l, dijo en voz alta, conrabia, y convencido.

    Luego mont en su caballo y parti en buscade un lugar en el que dormir.

    Por su parte, Sid comprob al levantarse que

  • el trabajo de la noche anterior haba dado buenosresultados. Vio un espectculo muy bello: laniebla se levantaba y daba paso a unos doradosrayos de sol que iluminaban la tierra que puso elprimer da en el bosque. Comprob entonces, parasu gran satisfaccin, que el sol y la sombrapenetraban por igual en cada uno de los palmos deaquella tierra nueva. Se senta verdaderamenteorgulloso. Estaba feliz. Haba renovado la tierra,haba despejado los rboles para

    que llegara sol, haba humedecido el sueloEra el ltimo da, as que haba que decidir

    bien en qu emplearlo. Ya que haba hecho lo queconsider necesario, lo inteligente era descubrir sifaltaba algo por hacer. Como l deca, el vasoestaba medio lleno. Ahora haba que saber cmollenarlo del todo, por si hubiera acertado con ellugar en el que iba a nacer el Trbol Mgico, tal ycomo haba predicho Merln. Como habapensado la noche anterior, en aquel momento setrataba de descubrir si faltaba algo aparentementeinnecesario, pero que fuera imprescindible.

  • Tierra, agua, sol, pero qu ms podafaltar?

    As pues, se pas el sexto da preguntando atodos los seres que fue encontrando por el bosquequ es lo que poda faltarle a la tierra, adems dela sombra, el sol y el agua, para que naciera untrbol de cuatro hojas. Pero nadie supo decirlequ era lo que faltaba.

    Era ya medioda y no se le ocurra a quinms poda preguntar.

    Necesitaba inspiracin, perspectiva, As quese le ocurri ir al punto ms elevado del bosque,para comprobar si desde all vea algo que lepermitiera saber si le faltaba algo ms por hacer.La perspectiva, la distancia, tener el horizonte enla vista siempre da ideas tiles e inesperadas,pens.

    Todos los caballeros saban que el punto mselevado del bosque era el Peasco de losPeascos, pero al llegar all se dio cuenta de queera altsimo. Quedaba slo medio da para queacabara el plazo que Merln les haba dado.Tena sentido subir? Aunque le llegara la

  • inspiracin, tampoco tendra demasiado tiempopara hacer algo.

    Aun as, decidi subir. Por qu?Sencillamente porque pens en lo que ya habahecho y el trabajo y la dedicacin que habainvertido. Partiendo de lo que ya haba logrado,quiz fuera aconsejable y bueno trabajar hasta elfinal, para saber si an faltaba algo por hacer.

    Escal la montaa. Empez a notar la suavebrisa que llegaba lejos del nivel del suelo, alelevarse. Finalmente alcanz la cima.

    Se sent y empez a otear el horizonte enbusca de inspiracin.

    Nada.De pronto, una voz le sobresalt. Sala de

    de la roca que pisaban sus pies! Era Ston, laMadre de las Piedras. -Me ests aplastando!

    Sid se sobresalt tanto que casi cay peascoabajo. -Una roca que habla? Lo que me faltabapor encontrar!

    - No soy una roca que habla: soy Ston, laMadre de las Piedras -puntualiz, visiblemente

  • molesta-. Supongo que t debes de ser el otrocaballero que anda buscando el ja, ja, ja! elTrbol Mgico. -Eres de veras la Madre de lasPiedras? Entonces no entenders mucho detrboles, verdad?

    - Evidentemente, no entiendo mucho detrboles, pero algo s -le contest-. Ya se lo hedicho al otro caballero, al que vesta de negro:donde haya piedras no pueden crecer los trbolesde cuatro hojas. -Has dicho de cuatro hojas? -replic Sd.

    - S, de cuatro hojas. -Y los de tres hojas? -volvi a preguntar.

    - Los de tres hojas s que pueden nacer en unsuelo con piedras.

    Pero los de cuatro hojas crecen con menosfuerza, por lo que precisan un suelo totalmentelibre de piedras, que no impidan su crecimiento.

    Aquella pequea apreciacin -lo quenecesitaba un trbol de tres hojas y lo quenecesitaba uno de cuatro-, que hubiera parecidobanal para muchos, no lo fue para Sid. l saba

  • que, a menudo, los elementos clave solamente sedescubren en los pequeos detalles. En lo obvio,en lo ya conocido, difcilmente se encontraba larespuesta a lo aparentemente innecesario, peroimprescindible. -Claro! Cmo no me habadado cuenta antes? Mil gracias! Me voy, apenasme queda tiempo.

    Sid baj apresuradamente el Peasco de losPeascos. Tena que correr a toda velocidad hastala zona escogida: No haba quitado las piedras desu parcela de tierra!

    Al llegar, quedaban todava dos horas de luz.Sid quit todas las piedras una a una. De hecho, lazona escogida estaba llena de ellas. Si porcasualidad la zona escogida por l fuera el lugardonde iba a nacer el Trbol Mgico, ste nuncahubiera crecido a causa de las piedras.

    Sid se dio cuenta de lo importante que eravalorar y reconocer lo alcanzado, o lo que ldefina como la parte ya llena del vaso, ascomo concentrarse en lo que pudiera faltar. Esosiempre le haba ayudado a avanzar. Sid tambinse dio cuenta de que en los pequeos detalles se

  • hallaba informacin clave. Aun cuando todopareciera hecho y no quedara ms por hacer, siuno mantena la actitud adecuada, si se estabadispuesto a saber si faltaba algo ms por hacer,siempre se encontraban pistas que

    encauzaban por el buen camino. De hecho,eso era lo que haba pasado. Qu buena decisinno dejar para el da siguiente la poda de lasramas!, de lo contrario nunca hubiera sabido quehaba que retirar las piedras

    Una noche ms se puso a dormir junto alespacio que haba creado. Y una noche ms seimagin al bello Trbol Mgico en todo suesplendor, en el centro de la tierra que l habapreparado, iluminado, regado y limpiado depiedras. Esa noche, adems, imagin cmo lotomaba en sus manos. Sinti su suave textura enel roce con su piel, su intenso color verde, susbellas hojas desplegadas. Le pareci incluso quesenta el agradable olor a clorofila que el TrbolMgico desprenda. Era todo tan real que sintipor primera vez la certeza de que se sera el

  • lugar en el que nacera. Poda imaginarlo, podasentirlo con todo lujo de detalles. Eso le hacasentir muy bien. Un profundo sentimiento dealegra serena y de paz interior le acompaaba.

    De todos modos, al da siguiente lo sabra.De eso tambin estaba seguro.

    Lleg la oscuridad. Solamente quedaba unanoche. La vspera del da en que tena que naceren el Bosque Encantado el Trbol Mgico decuatro hojas, el trbol de la suerte ilimitada.

    VI

    El encuentro de los caballeros en el bosque

  • Sexta Regla de la BuenaSuerte

    Aun bajo las circunstancias aparentementenecesarias, a veces la Buena Suerte no llega.

    Busca en los pequeos detallescircunstancias aparentemente innecesarias,pero imprescindibles!

    La ltima noche, mientras Nott buscaba unsitio para dormir, not que su caballo pisaba untrozo de tierra fresca, regada, sin ninguna piedra,y al mirar hacia arriba descubri un claro abierto

    entre las copas de los rboles. Ms all,

  • observ a Sid echado y su caballo atado a unrbol. -Sid!

    ste se incorpor. An no haba conciliado elsueo. -Nott! -Cmo te va? Has encontrado eltrbol? -pregunt Nott a Sid.

    - No. Bueno, de hecho llevo ya tres das sinbuscarlo. El primer da el Gnomo me dijo que nohaba trboles en todo el bosque, as que deciddejar de buscar

    - Entonces -pregunt Nott-, qu diabloshaces aqu? Por qu no vuelves al castillo?

    Antes de que pudiera responderle, se percatde que Sid tena sus ropas tiznadas del musgo quecreca en el tronco de los rboles, sus botasembarradas y, en general, su indumentariaapareca claramente manchada como resultado delos ltimos cuatro das en el Bosque Encantado.

    - Pero qu es lo que te ha pasado?- Desde que el Gnomo me dijo que no podan

    nacer trboles en el Bosque Encantado, me hededicado a crear este espacio. Fjate! Tiene aguafresca y est bien abonado. Acompame! Teensear el arroyo que he hecho llegar desde el

  • lago donde habita la Dama Y mira, mira! -prosigui Sid, emocionado e ilusionado por podermostrar a alguien lo que haba creado -, stas sontodas las piedras y ramas que he retirado en dosdas, porque no s si sabes que donde haypiedras

    Nott le interrumpi.- Pero te has vuelto loco?! A santo de qu

    te dedicas a montar un huerto de unos cuantospalmos cuando no tienes ni

    remota idea de dnde va a nacer el TrbolMgico? No sabes que este bosque es algo ascomo millones de veces ms extenso que estapequea parcela? Pero eres bobo? No te dascuenta de que no tiene sentido hacer todo lo quehas hecho si nadie te dice dnde demonios hayque hacerlo? Ests mal de la cabeza!

    Ya nos veremos en el castillo real. Yo mevoy a buscar un sitio tranquilo donde pasar lanoche.

    Nott desapareci entre los rboles. Sid se loqued mirando, sorprendido por lo que le haba

  • dicho. Y pens: Merln dijo que podamosencontrar el Trbol Mgico, pero NO DIJO queNO fuera necesario hacer algo.

  • Sptima Regla de la BuenaSuerte

    A los que slo creen en el azar, crearcircunstancias les resulta absurdo.

    A los que se dedican a crear circunstancias,el azar no les preocupa.

    VII

    La Bruja y el Bho visitan a Nott

    La ltima noche poda haber transcurridoplcidamente, pero alguien quiso que no fueraas para ninguno de los dos caballeros

    Mientras Nott dorma -esperaba ansioso el

  • momento del amanecer para regresar a sucastillo-, un ruido le sobresalt de tal manera, quese levant en un segundo y desenvain su espada.

    - Uuuuuuuhhhhhh! -Era el bho de la brujaMorgana; se encontraba de pie, junto a l,parcialmente iluminada por la lumbre del fuegoque el caballero haba encendido haca un ratopara superar el fro.

    - Quin eres? Qu quieres? Ten cuidado,mi espada est afilada!

    - Guarda tu espada. He venido a hacer untrato contigo, Nott, caballero del caballo negro yde la negra capa. -Un trato? Qu trato quiereshacer? No quiero tratos con brujas, y menos ancontigo, Morgana; tienes muy mala fama. -Estsseguro? Es sobre un trbol de cuatro hojas -dijosutilmente la bruja Morgana, mientras mostrabasus negros

    dientes, frotaba sus viejas manos de largasuas y arrugaba su nariz aguilea y afilada en loque pretenda ser una sonrisa amable. El caballero

  • Nott envain su espada y se inclin hacia delante.- Hablemos. Qu sabes?- S dnde nacer el Trbol Mgico de

    cuatro hojas. -Vamos, rpido! Dmelo! -exigi,impaciente, Nott.

    - Te lo dir si antes prometes cumplir tuparte del trato. -Y cul es esa parte del trato quedebo cumplir? -pregunt Nott de inmediato.

    - Quiero que cuando encuentres a Merlnlo mates con tu espada! -Cmo?! Por qu hede matar a Merln?

    - Porque l te ha engaado. l sabe dndenacer el Trbol Mgico, al igual que yo lo s. Elpacto es muy claro: yo te digo dnde encontrar elTrbol Mgico y t matas a Merln. Suerteilimitada para ti, final de mis problemas dehechicera para m.

    Con el final de Merln, t accedes al TrbolMgico y yo elimino a mi principal rival.

    Nott estaba tan desengaado y frustrado ytena tantas ganas de tomarse la revancha y ser lquien hallara el Trbol Mgico que decidiaceptar. Eso no era extrao, cuando una persona

  • ya no tiene fe en que puede crear Buena Suerte, loque hace es comprrsela al primero que se laofrece. De hecho, el que espera encontrar suertecree que es algo fcil y que no requiere trabajo.

    Y eso es lo que le pas a Nott.- Trato hecho. Dime dnde nacer el Trbol

    M gico.- Recuerda que has dado tu palabra. El

    Trbol Mgico nacer

    maana en el jardn del castillo real! Noest ni estar nunca en este bosque, -Cmo?! -exclam Nott, que no daba crdito a lo queacababa de or. -Claro! No te das cuenta?Merln consigui engaar a todos los caballeroscon su estratagema: al plantearles el reto debuscarlo en el Bosque Encantado, todos loscaballeros quedaron emplazados a venir aqu aperder el tiempo. Slo vinisteis dos.

    Merln pensaba que vendran ms. Pero, encualquier caso, logr despistar la atencin deljardn del castillo real. Nadie espera encontrar allel Trbol Mgico. l estar maana all para

  • arrancarlo. Debes apresurarte. Necesitaste dosdas para llegar aqu y tienes solamente una nochepara regresar. Ensilla tu caballo y cabalga raudo,aunque tu negro corcel reviente!

    Nott estaba verdaderamente enfurecido.Pero, por fin todo encajaba.

    Por eso todos y cada uno de los habitantesdel Bosque Encantado me han tomado por unestpido que perda su tiempo buscando un TrbolMgico que nunca haba nacido, ni nacer aquTodo encaja, pens.

    As pues, Nott ensill su caballo ydesapareci enfurecido y a gran velocidad entrelos rboles, camino del reino habitado, condestino al castillo.

  • Octava Regla de la BuenaSuerte

    Nadie puede vender suerte. La Buena Suerteno se vende.

    Desconfa de los vendedores de suerte.

    VIII

    La Bruja y el Bho visitan a Sid

    La bruja solt una ruidosa y malvolacarcajada y se dirigi hacia el norte, donde sabaque Sid pasaba la noche. Sid dormaplcidamente. Tanto, que al bho le tom tresaullidos

    despertarlo. -Uuuuuhhhh! Uuuuuhhhh!

  • Uuuuuhhhh! -Quin va? -pregunt Sid; se pusoen pie y asi con firmeza la empuadura, sinllegar a desenvainar su espada.

    - No temas. Soy Morgana, la bruja. -Sid semantuvo en pie. -Qu es lo que deseas de m?

    La bruja era malvada. Ella quera dos cosas:por una parte, que Nott matara a Merln y, por laotra, persuadir a Sid para que se marchara dellugar. De este modo, ella se quedara con elTrbol Mgico en caso de que al da siguienteste naciera en algn lugar del bosque. Morganaide otra mentira para Sid:

    - El Trbol Mgico nacer maana. PeroMerln te ha mentido. No es un trbol de suerteilimitada.,, es el trbol de la desgracia! Yomisma realic el conjuro: El que lo arranquemorir a los tres das. Pero si nadie lo arranca,entonces Merln morir al caer la noche. Por eso,os ha engaado a ti y al otro caballero. Para quealguno de los dos muera en su lugar. Merlnprecisa que el trbol sea arrancado antes demaana al anochecer. Vuelve al castillo:

    Nott ya est en camino.

  • La bruja haba sido muy astuta: no dejabaopcin a Sid. Si al da siguiente encontraba elTrbol Mgico no sabra qu hacer. Si loarrancaba, morira. Pero y si el que tena raznera Merln? Y si en realidad era el Trbol de laBuena Suerte?

    Lo mejor y lo ms fcil sera hacer comoNott: abandonar el bosque y no enfrentarse a esedilema. Pens durante unos segundos y acontinuacin le dijo a Morgana:

    - Bien. Entonces partir esta misma nocheLa bruja sonri, satisfecha, aunque Sid

    aadi:

    - Pero ir a buscar a Merln. Le pedir quesea l quien arranque el Trbol Mgico. Elhechizo del que me hablas dice que quien loarranque morir a los tres das, pero si quien loarranca es Merln, entonces l no morir. Elconjuro quedar deshecho, ya que el que debemorir si no se arranca y el que ha de morir si searranca son la misma persona. As, Merlnquedar a salvo y despus me dar el trbol.

  • Sid haba sido ms inteligente que la brujaMorgana, que ahora ya no sonrea. Al darsecuenta de que Sid no haba cado en su trampa,dio media vuelta con el bho en su hombro, sesubi a la escoba y parti veloz, cual perro con elrabo entre las piernas, refunfuandoruidosamente.

    Sid reflexion sobre lo sucedido. l sabaque Merln no engaaba a nadie. Cmo podaNott haber credo en algo as o en lo que fuera quele hubiera dicho la bruja? No saba, como buencaballero, que lo verdaderamente importante erano perder la fe en la propia empresa?

    Haba visto a tantos caballeros desesperarsey abandonar cuando la Buena Suerte tardaba enllegar, que haba aprendido lo importante demantener la fe en lo que uno pensaba que era locorrecto.

    Antes de dormirse, pens tambin loimportante que era no cambiar la empresa propiapor la empresa de otro, es decir, la de la bruja porla suya propia. La Buena Suerte le haba llegadosiempre que se haba mantenido fiel a su empresa,

  • a su cometido, a su misin, y a su propiopropsito.

    Por ltimo, record lo que siempre le habadicho su maestro:

    Desconfa del que te propone asuntos en losque se gana mucho

    de forma fcil y rpida. Desconfa del que tevenda suerte.

  • Novena Regla de la BuenaSuerte

    Cuando ya hayas creado todas lascircunstancias, ten paciencia, no abandones.

    Para que la Buena Suerte llegue, confa.

    IX

    El viento, Seor del Destino y de la Suerte

    A la maana siguiente, Sid se levant algoinquieto. Se sent cerca de la tierra que habapreparado y esper. Pasaron las horas, pero nadaocurra.

    El da fue avanzando, pero segua sin suceder

  • nada. Sid pens:Bueno, en cualquier caso, he vivido

    apasionadamente estos das en el BosqueEncantado. He hecho lo que he credo que eracorrecto y necesario.

    En verdad era muy difcil escoger el lugarexacto en el que se supona deba brotar el TrbolMgico de cuatro hojas, el trbol de la suerteilimitada.

    Pero de pronto ocurri algo inesperado.El viento, el Seor del Destino y de la

    Suerte, aquel que en apariencia se mueve al azar,empez a agitar las hojas de los rboles. Y acontinuacin comenzaron a llover unas semillaspequeas, que eran como minsculas pepitas deoro verde. Eran semillas de trboles de cuatrohojas, cada semilla era UN TRBOL DE LASUERTE EN POTENCIA! Y no era una solallovan multitud de semillas de trboles de cuatrohojas.

    Pero lo verdaderamente inaudito es que noslo caan en el lugar donde estaba Sid, sino entodo el Bosque Encantado, ABSOLUTAMENTE

  • EN TODOS Y CADA UNO DE LOS RINCONESdel bosque.

    Y no slo en el Bosque Encantado, sino entodo el reino: llovan semillas de trboles decuatro hojas sobre las cabezas de los caballerosque no aceptaron el reto de Merln; llovan sobretodos los seres del bosque, sobre el Gnomo, sobrela Secuoya, sobre la Dama del Lago, sobreSton; llovan sobre Nott y sobre Morgana.

    Llovan semillas de trboles de cuatrohojas EN TODAS PARTES!

    Los habitantes del Bosque Encantado y delreino habitado no les prestaron atencin. Sabanque una vez al ao, por esas fechas, se daba esalluvia extraa de semillas verde oro que noserva

    para nada. De hecho, cada ao supona unamolestia, pues era una lluvia bastante pringosa

    Al cabo de pocos minutos, dejaron de lloversemillas de trboles de cuatro hojas. Lasminsculas semillas de oro verde se confundieronentonces con el suelo, como pequeas gotas de

  • agua en un ocano, a medida que caan por todoslos rincones del Reino. Sencillamente, se perdancomo las simientes que se arrojan al desierto.

    Y as se desperdiciaron, pues nogerminaran. Millares y millares de ellasmurieron en el suelo gastado, duro y pedregoso deun bosque sombro.

    Todas, excepto unas decenas de ellas quefueron a parar a una pequea extensin de tierrafresca y frtil, en la que luca el sol y refrescabala sombra, en la que haba agua abundante y queestaba libre de piedras.

    sas y solamente esas semillas seconvirtieron al cabo de poco en brotes de trbolesde cuatro hojas, en multitud de brotes deTrboles, Mgicos, un nmero suficientementegrande para tener suerte todo el ao hasta lalluvia del ao siguiente. En otras palabras: suerteilimitada. Sid observ extasiado la Buena Suerteque haba creado. Conmovido y emocionado, searrodill en signo de gratitud y brotaron lgrimasde sus ojos.

    Cuando se dio cuenta de que el viento

  • amainaba quiso despedirse de l y darle lasgracias por haber trado las semillas.

    As que, mirando al cielo, lo invoc:- Viento, Seor del Destino y de la Suerte,

    dnde ests? Quisiera darte las gracias!El viento le respondi:

    - No es necesario que me des las gracias.Cada ao, por estas mismas fechas, repartosemillas de trboles de cuatro hojas por todo elBosque Encantado y por todos los rincones delreino habitado. Soy el Seor del Destino y de laSuerte y entrego, siguiendo un orden firme, lassemillas de la Buena Suerte all por donde paso.En contra de lo que muchos piensan, yo noreparto suerte, sencillamente me ocupo dediseminarla en todas partes por igual. LosTrboles Mgicos nacieron porque t creaste lascondiciones adecuadas para ello. Cualquiera quehubiese hecho lo mismo hubiera creado BuenaSuerte. Yo me limit a hacer lo que siempre hehecho. La Buena Suerte que llevo conmigo estsiempre ah. El problema es que casi todo el

  • mundo cree que no es necesario hacer nada.Y prosigui:- De hecho, daba igual el lugar que hubieras

    elegido. Lo importante era que lo prepararas tal ycomo hiciste. La suerte es la suma de oportunidady preparacin, Pero la oportunidad siempre estah.

    Y as es.Solamente crecieron trboles de cuatro

    hojas, Trboles Mgicos, bajo los pies de Sid,porque l era el nico en todo el reino que habacreado las condiciones para que crecieran.

    Porque, contrariamente a lo que muchoscreen, la Buena Suerte no es algo que pase apocos que no hacen nada.

    La Buena Suerte es aquello que nos puedepasar a todos, si hacemos algo.

    Y ese algo consiste tan slo en crear lascondiciones para que las oportunidades, que estnah para todos por igual, no se nos

    mueran como semillas de trboles de cuatrohojas que caen en tierra estril.

  • Y el viento se alej, a la vez que Sidabandonaba el Bosque Encantado paraencontrarse con Merln.

  • Dcima Regla de la BuenaSuerte

    Crear Buena Suerte es preparar lascircunstancias a la oportunidad.

    Pero la oportunidad no es cuestin de suerteo azar: siempre est ah!

    por tanto:

    Crear Buena Suerte nicamente consisteen

    crear circunstancias!

  • XEl reencuentro con Merln

    Nott cabalg durante toda la noche de lasptima jornada. Al llegar al castillo, su caballonegro tena el lomo y los costados ensangrentadospor los golpes de fusta y los frenticos toques deespuelas. Tena que llegar justo a tiempo paracoger el Trbol Mgico que supona haba brotadoen los jardines del castillo.

    Poco despus, el pobre corcel mora de

  • agotamiento.Nott atraves la puerta del castillo y cada

    uno de sus salones, derribando a golpes y patadastodo cuanto encontr en su camino. Llevaba laespada desenfundada, y su rostro desencajadomostraba unos ojos rojos de ira.

    - Merln! Merln! Dnde ests? No teescondas, porque te encontrar!

    Nott decidi ir al verde y frondoso jardn delcastillo, pues saba que all encontrara a Merln.

    Cuando abri la puerta que conduca alexterior, pudo observar a Merln en el centro deljardn. De pie, firme y sereno, apoyado en sulargo bastn, con el semblante serio. Pero eljardn no era ya un jardn era un patio delosas! Durante las ltimas siete noches, losmaestros de obra del castillo se haban dedicado acubrir la tierra!

    A Nott le cay la espada de la mano. -Porqu lo has hecho? Por qu has cubierto el jardnde losas? -le pregunt a Merln.

    - Porque si no, hubieras intentado matarme.

  • No hubieras atendido a mis explicaciones. Era lanica forma de convencerte de que aqu no habaningn trbol y de que la bruja te enga.

    Yo, Merln el Mago, lo s todo. Saba que labruja te vendera su suerte: la que casi nuncasucede. Saba que vendras hasta aqu paramatarme y slo despus de buscar horas y horasen el jardn te convenceras de que aqu no estabael Trbol Mgico.

    Necesitaba disuadirte antes. No quera lucharvanamente contra ti.

    Nott empez a darse cuenta de su error.Haba elegido el camino fcil. l siempre pensque se mereca la suerte. En aquel precisomomento, en el jardn del castillo, junto a Merln,tom conciencia de que estaba equivocado.Merln prosigui con sus explicaciones:

    - Ahora ya lo sabes: el Trbol Mgico noest aqu. Naci hace

    unas horas en el Bosque Encantado, tal ycomo promet. Haba suficientes TrbolesMgicos, tambin para ti. Pero te abandonaste a ti

  • mismo: no creste en ti. Es ms, esperastesiempre que los dems te regalaran su suerte. Tuvisin de esta empresa era demasiado limitada ycareca de la pasin, el entusiasmo, la entrega, lagenerosidad y la confianza necesarias para llegara obtener cuantos trboles mgicos de la BuenaSuerte hubieras querido.

    Nott dio media vuelta y, sin espada nicaballo, anduvo hasta su castillo, dondepermaneci en negra soledad por muy largotiempo.

    Al da siguiente, Sid lleg a la ciudad. Loprimero que hizo fue ir al castillo para decirle aMerln que haba encontrado el Trbol Mgico, eltrbol de la suerte ilimitada. Quera darle lasgracias. -Merln, Merln! Mira! -y le mostr unpuado de trboles de cuatro hojas, trboles de laBuena Suerte. Fjate, no se trataba de un soloTrbol Mgico: hay tantos como quieras. -Claro,

  • Sid! Porque si uno crea circunstancias, puedegenerar tanta Buena Suerte como quiera. Por eso,la Buena Suerte es suerte ilimitada.

    - Me gustara darte las gracias de algunaforma, Merln. A ti te lo debo. -En absoluto! -Lerespondi Merln-. Yo no hice nada.

    Absolutamente nada. T decidiste ir alBosque Encantado, T

    aceptaste el desafo entre cientos decaballeros, T optaste por renovar la tierra, apesar de que te dijeron que nunca nacera untrbol en el bosque. T decidiste compartir tusuerte con la Dama del Lago. T decidisteperseverar y no postergar la limpieza de lasramas. T te diste cuenta de lo que eraaparentemente innecesario pero imprescindible ycomprendiste la importancia de quitar las piedrascuando pareca que ya lo habas hecho todo. Tdecidiste creer para ver. T creste en lo quehabas hecho, aun cuando te dijeron que te podanvender la suerte.

    Y Merln aadi:

  • - Pero, y esto es lo ms importante, Sid, TDECIDISTE NO

    CONFIAR EN LA CASUALIDAD PARAENCONTRAR EL TRBOL, Y

    PREFERISTE CREAR LAS CIRCUNSTANCIASPARA QUE L VINIERA A

    TI.

    Y sentenci:

    - T DECIDISTE SER LA CAUSA DE TUBUENA SUERTE.

  • El nuevo origen de la Buena Suerte

    Dado que crear Buena Suerte es crearcircunstancias la Buena Suerte solamente

    depende de TI.A partir de hoy, T tambin puedes crear

    Buena Suerte!Sid se despidi de Merln con un firme y

    afectuoso abrazo.Despus subi a su blanco caballo y parti en

    busca de aventuras. Pas el resto de sus dasenseando a otros caballeros y no caballeros,incluso a los nios, las reglas de la Buena Suerte.

    Ahora que saba crear Buena Suerte, nopoda guardar ese secreto solamente para s,

  • porque la Buena Suerte es para compartirla.Y es que Sid pens que si, actuando en

    solitario, haba sido capaz de crear tanta BuenaSuerte en tan slo siete jornadas, de qu no seracapaz todo un Reino, si cada uno de sus habitantesaprendan a crear Buena Suerte el resto de susvidas?

  • Tercera parte: Elreencuentro

    Al acabar el cuento, David tambin estabadescalzo y apoyaba sus pies desnudos sobre losfrescos trboles que haba bajo el banco en el quelos dos amigos se haban sentado.

    Los dos quedaron en silencio, como simeditaran acerca del cuento. As pasaron unosminutos. Los dos estaban pensando en algo. Unalgrima rod por la mejilla de David. El primeroen hablar fue Vctor:

    - S lo que ests pensando, pero no veassegundas intenciones en mis palabras -Porqu? -pregunt David.

    - Supongo que piensas que es solamente unafbula, un cuento no s no quise decir quet yo solamente quera hacerte llegar la BuenaSuerte.

    - Precisamente pensaba en eso, Vctor.

  • Pensaba en la forma en que este cuento ha llegadoa m: la fortuna de un encuentro con mi amigo dela infancia, que no vea desde haca cincuentaaos, ha puesto este cuento en mis manos.

    Vctor reflexion sobre ello, sobre elencuentro casual con David: una tremendacasualidad. Eso haba sido suerte, y no BuenaSuerte. Pens que el cuento de la Buena Suerte lehaba llegado a David por azar. Vaya paradoja!,pens. Le dijo a David:

    - S, es cierto. El cuento de la Buena Suerteha llegado a tus manos por azar. -Eso crees? -leespet David-. Precisamente yo estaba pensandotodo lo contrario. -Lo contrario? -preguntVctor sin comprender a qu se refera David.

    - S, lo contrario. He sido yo el que ha creadolas circunstancias para que este cuento llegara am. Para que la Buena Suerte llegara a mis manos.-T?!

    - S, Vctor. No es casualidad que t y yo noshayamos encontrado. En estos ltimos cuatroaos, los peores que he pasado, mi nicaesperanza era encontrar al nico amigo que he

  • tenido: a ti. En los ltimos aos no hubo un soloda que no buscara tu rostro en cualquiersemblante con el que me cruzara.

    En cada persona que me sala al paso, encada semforo, en las terrazas de los bares, entodos los rincones de la ciudad nunca

    he dejado de mirar a cada cara, con laesperanza de reconocer la tuya. Eres el nicoamigo que tengo y que he tenido. He imaginadomuchas veces que te encontraba. He visualizadomuchas veces nuestro reencuentro, igual que Sidvea crecer su trbol. A veces, incluso he podidosentir el abrazo que nos dimos hace una horaescasa jams dej de creer que sucedera.

    Y aadi:- Te he encontrado porque yo quise

    encontrarte El cuento de la Buena Suerte hallegado a m, porque yo, sin saberlo, lo estababuscando.

    Visiblemente emocionado, Vctor le dijo aDavid:

    - As pues, en realidad piensas que la fbula

  • est en lo cierto- Claro -prosigui David-, pienso que la

    fbula est en lo cierto.No puede ser de otro modo: nuestro

    encuentro me ha demostrado que yo tambinpuedo ser como Sid. Hoy he sido yo el que hacreado Buena Suerte. Yo tambin puedo crearBuena Suerte. No te das cuenta? -Naturalmente!-exclam Vctor. -Podra aadir yo una reglams a tu fbula? -le pregunt entonces su amigo.

    - Por supuesto -dijo Vctor.Y David aadi:

    El cuento de la Buena Suerte

    nunca llega a tus manos por casualidad.

  • Vctor sonri. No haca falta decir nada ms.Entre buenos amigos, las palabras son, muchasveces, innecesarias. Se abrazaron de nuevo.Vctor se fue, pero David se qued sentado en elbanco y volvi a poner sus pies desnudos sobre lafresca hierba del gran parque de la ciudad.

    David not un cosquilleo en el tobillo. Seinclin y, sin mirar, arranc una brizna que lerozaba muy suavemente la piel, que reclamaba suatencin.

    Era un trbol de cuatro hojas.David haba decidido, a sus sesenta y cuatro

    aos, empezar a crear Buena Suerte. Cuntotiempo esperars t?

  • Cuarta parte: Algunaspersonas que estn deacuerdo

    El noventa por ciento del xito se basasimplemente en insistir.

    Woody Alien Circunstancias? Qu sonlas circunstancias? Yo soy las circunstancias!

    Napolen Bonaparte Slo triunfa en elmundo quien se levanta y busca lascircunstancias, y las crea si no las encuentra.

    George Bernard Shaw Muchas personaspiensan que tener talento es una suerte, pocas sinembargo piensan que la suerte puede ser cuestinde talento.

    Jacinto Benavente La suerte favorece slo ala mente preparada.

    Isaac Asimov La suerte ayuda a lososados.

    Virgilio La suerte es el pretexto de los

  • fracasados.Pablo Neruda El fruto de la suerte slo cae

    cuando est maduro.Fredrch von Schilter Creo muchsimo en

    la suerte y descubro que cuanto ms trabajo, mssuerte tengo.

    Stephen Leacock

    Cuanto ms practico, ms suerte tengo.Gary Player Existe una puerta por la que

    puede entrar la Buena Suerte, pero t tienes lallave.

    Proverbio japons De todos los medios queconducen a la suerte, los ms seguros son laperseverancia y el trabajo.

    Marte R. Keybaud La suerte ayuda a losvalientes.

    Publio Terencio La resignacin es unsuicidio cotidiano.

    Honor de Bahac Que la inspiracin llegueno depende de m. Lo nico que yo puedo hacer esocuparme de que me encuentre trabajando.

    Pablo Picasso La suerte del genio es un uno

  • por ciento de inspiracin y un noventa y nuevepor ciento de transpiracin, o sea, sudar.

    Thomas Edison El secreto de un grannegocio consiste en saber algo ms que nadiesabe.

    Aristteles Onassis T eres el motivo decasi todo lo que te sucede.

    Niki Lauda

    La suerte no es ms que la habilidad deaprovechar las ocasiones favorables.

    Orison Sweet Marden Slo aquellos quenada esperan del azar, son dueos del destino.

    Mattbew Arnold El hombre sabio crea msoportunidades que las que encuentra.

    Francis Bacon Un optimista ve laoportunidad en toda calamidad; un pesimista veuna calamidad en toda oportunidad.

    Winston Churchill Y cundo piensasrealizar tu sueo?, le pregunt el Maestro a sudiscpulo. Cuando tenga la oportunidad dehacerlo, respondi ste.

    El Maestro le contest: La oportunidad

  • nunca llega. La oportunidad ya est aqu.Anthony de Mello Dios no juega a los

    dados con el Universo.Albert Einstein

  • Quinta parte: Declogo,sntesis y nuevo origen de laBuena Suerte

    Primera Regla de la Buena SuerteLa suerte no dura demasiado tiempo, porque

    no depende de ti.La Buena Suerte la crea uno mismo, por eso

    dura siempre.

    Segunda Regla de la Buena SuerteMuchos son los que quieren tener Buena

    Suerte, pero pocos los que deciden ir a por ella.

    Tercera Regla de la Buena SuerteSi ahora no tienes Buena Suerte tal vez sea

    porque las circunstancias son las de siempre.Para que la Buena Suerte llegue, es

    conveniente crear nuevas circunstancias.

  • Cuarta Regla de la Buena SuertePreparar circunstancias para la Buena Suerte

    no significa buscar slo el propio beneficio. Crearcircunstancias para que otros tambin ganen atraea la Buena Suerte.

    Quinta Regla de la Buena SuerteSi dejas para maana la preparacin de las

    circunstancias, la Buena Suerte quiz nuncallegue. Crear circunstancias requiere dar unprimer paso Dalo hoy!

    Sexta Regla de la Buena SuerteAun bajo las circunstancias aparentemente

    necesarias, a veces la Buena Suerte no llega.Busca en los pequeos

    detalles circunstancias aparentementeinnecesarias, pero imprescindibles!

    Sptima Regla de la Buena SuerteA los que slo creen en el azar, crear

    circunstancias les resulta absurdo.A los que se dedican a crear circunstancias,

  • el azar no les preocupa.

    Octava Regla de la Buena SuerteNadie puede vender suerte.La Buena Suerte no se vende.Desconfa de los vendedores de suerte.

    Novena Regla de la Buena SuerteCuando ya hayas creado todas las

    circunstancias, ten paciencia, no abandones. Paraque la Buena Suerte llegue, confa.

    Dcima Regla de la Buena Suerte

    Crear Buena Suerte es preparar lascircunstancias a la oportunidad.

    Pero la oportunidad no es cuestin de suerteo azar: siempre esta ah!

    Sntesis

    Crear Buena Suerte nicamente consiste en.Crear

    circunstancias!

  • El nuevo origen de la Buena Suerte dado quecrear Buena Suerte es crear circunstancias

    La Buena Suerte solamente depende de TI.A partir de hoy, T tambin puedes crear

    Buena Suerte!Y recuerda queEl cuento de la Buena Suerteno esta en tus manos por casualidad

    Este libro se escribi en ocho horas, de unsolo tirn.

    Sin embargo, nos llev ms de tres aosidentificar las reglas de La Buena Suerte.

    Algunos slo recordarn lo primero.Otros, slo recordarn lo segundo.Los primeros pensarn que tuvimos suerte.Los otros pensarn que aprendimos y

    trabajamos para crear Buena Suerte.

    Agradecimientos

    A Gregorio Vlastelica, nuestro editor enUrano, que desde el principio crey en el

  • proyecto. Gracias a su sensibilidad y generosidadeste relato tiene sin duda un alcance mayor alprevisto por los autores.

    A todos y cada uno de los profesionales queforman el fantstico equipo de Ediciones Urano.

    A Isabel Monteagudo y Maru de Montserrat,nuestras agentes literarias, por su ilusin yempuje. Por sus cientos de horas dedicadas acontactar con editores de todo el mundo yconseguir que un cuento de dos barceloneses vierala luz simultneamente en tantos pases y entantas lenguas; sin duda, un hecho editorial sinprecedentes.

    A todos los co-agentes de InternationalEditors' Co. y en especial a Laura Dail por sutenacidad y su fe en este pequeo libro.

    Solamente ella poda lograr que La BuenaSuerte se publicara en todos los pases de hablainglesa.

    A Susan R. Williams, nuestra editora enEstados Unidos y en todos los pases de hablainglesa. Susan tuvo el coraje de apostar por ellibro y hacer de l un proyecto mundial.

  • A Philip Kotler, por su hermosa cita, que nosha autorizado a incluir en la portada de todas lasediciones del mundo. Por su inestimable apoyopara que este libro se publicara en los EstadosUnidos de Amrica.

    A Emilio Mayo, con quien compartimosBuena Suerte desde hace siete aos y esperamosseguir compartiendo muchos aos ms.

    A Jordi Nadal, por su talento y amistad. Jordies nuestro Merln particular.

    A Manel Armengol, un verdadero Sid, amigoy compaero: l nos

    anim a partir en busca del trbol.A josep Lpez, porque su experiencia

    editorial es fuente inagotable de inspiracin ymejora.

    A Josep Feliu, por las ilustraciones, con lasque tan amablemente nos obsequi y queacompaan este cuento.

    A Jorge Escribano, por mostrarnos el caminohacia el Bosque Encantado y por crear lascircunstancias para que crezcan trboles.

  • A Montse Serret, por su generosa ayuda,pasin y apoyo desde que vio el primermanuscrito.

    A Adolfo Blanco, sus brillantesobservaciones y aportaciones al primermanuscrito permitieron que todo lo positivo quehay que en l quedara ms patente.

    A nuestros colegas y compaeros en ESADE,a todos los participantes en los diferentesprogramas y seminarios que impartimos. Por serfuente de inspiracin.

    A nuestros diferentes maestros y profesores,porque son la base de nuestro aprendiz