La Bendición De Booz (II) Apóstol Sergio G. Enríquez O. Segundo Servicio Guatemala, 30 de abril del Año De La Revelación

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Cuando decimos que somos bendición, podría ser que alguien lo diga y no lo crea por las atmósferas en las que a veces nos movilizamos; un ejemplo lo podemos ver cuando un genio permanece en un grupo de personas que no tiene mayor conocimiento de las cosas; de pronto aquel genio no podrá desarrollar lo que él es y quizá dejaría de fluir como genio por la misma razón. Es por eso que lo primero que necesitamos cambiar cuando llegamos a Cristo, es nuestra forma de pensar, saber que en el mundo estuvimos rodeados de tinieblas y que el diablo fue el que nos estuvo gobernando en base a maldiciones con limitaciones en todo y si avanzábamos, era porque el diablo dejaba que lo hiciéramos; estábamos dominados por él hasta que llegamos a Cristo y entonces todo cambió. A partir de aquel momento somos trasladados de tinieblas a la luz de Cristo, somos llevados de esclavitud a la libertad en el Señor Jesucristo; pero podría ser que nos lleve trabajo asimilar ese cambio de dimensión y entonces no logremos avanzar y alcanzar aquello por lo cual fuimos alcanzados; pero es necesario saber que hemos dejado de ser maldición para ser bendición y entonces caminar espiritualmente hablando, en base a lo que ahora somos, porque somos hijos de Dios. Recordemos que Rut la que es conocida como la moabita, estaba acostumbrada a la maldición estando en tierra de bendición; tuvo que cambiar su forma de pensar y asimilar a lo que Dios la estaba llevando. Lo mismo sucede con nuestra vida, sin importar lo que la gente nos diga, debemos estar convencidos de lo que somos y hacia dónde vamos porque si dejamos que la gente que son vasos de tinieblas, nos convenzan de las maldición que puedan lanzarnos; terminaremos siendo lo que ellos digan, pero si estamos convencidos que somos hijos de Dios y consecuentemente somos bendición; sentiremos la presencia de Dios en todo momento, aunque haya tormenta en nuestra vida, estaremos seguros que con Dios a nuestro favor, lograremos salir vencedores en el nombre de Jesús porque tenemos bendiciones que habrán de cumplirse antes que nos vayamos de la tierra; saber que si estamos siendo probados es porque Dios desea afianzarnos de todo lo que nos ha enseñado para poder subir de nivel espiritual. Es por eso que si hubo gente que pretendió inhabilitarnos para las bendiciones de Dios, debemos aferrarnos de las promesas del Señor porque aunque haya pasado el tiempo y estemos empezando a vernos el cabello blanco; el Señor puede restaurar los años que se haya comido la langosta, el pulgón y el saltón, recordemos que si alguien es especialista en manejar el tiempo, es Dios, El lo hizo y El sabe cómo acomodarlo para bendecirnos, lo único que debemos hacer es confiar en Su poderosa mano. Es por eso que si alguien no ha podido tener hijos; aunque haya pasado el tiempo que los hombres consideran para tener hijos; recordemos que Abraham y Sara eran de edad avanzada y tuvieron a Isaac, el hijo de la promesa, así mismo cumplirá Dios Sus promesas a nuestra vida, pero debemos seguir confiando en el Señor. Salmos 17:8 (LBA) Guárdame como a la niña de tus ojos; escóndeme a la sombra de tus alas… En la primera parte de este estudio, vimos que en la versión de la Biblia KJV dice que Rut se refugio bajo las alas del Señor, ¿qué es lo que estaba sucediendo en ese momento? Dios la cuidaría como a la niña de Sus ojos, nadie la podría tocar con maldad como ahora tampoco lo podrá hacer el enemigo con nosotros, es por eso que aunque no nos enteremos de las veces que

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Dios nos guarda de la muerte, es suficiente con saber que estando bajo Sus alas El nos cuidará de todo mal, Dios nos ha tomado en Su mano de amor y nos está cubriendo con Su mano de poder, ahí estaremos confiados. Zacarías 2:8 (LBA) Porque así dice el SEÑOR de los ejércitos, cuya gloria me ha enviado contra las naciones que os despojaron, porque el que os toca, toca la niña de su ojo: El Apóstol Pablo, fue predestinado desde el vientre de su mamá, sin embargo padeció por mucho mientras desarrollaba la obra de Dios, pero estuvo guardado bajo las alas del Señor. Es por eso que cuando veamos a gente inconversa que están maldiciendo al pueblo de Dios o nos están causando cualquier cantidad de problemas; debemos ponernos delante de Dios para pedirle misericordia para ellos y que les abra los ojos para que no sigan vituperando el nombre del Señor y dañando a Su pueblo, porque lo que pueden padecer en la ira del Señor es indescriptible. Deuteronomio 32:10 (LBA) Lo encontró en tierra desierta, en la horrenda soledad de un desierto; lo rodeó, cuidó de él, lo guardó como a la niña de sus ojos. Dios ha invertido de Su tiempo y muchas cosas para levantarnos del estado en el que nos encontrábamos estando en el mundo, nos ha colmado con Su amor y nos tiene bajo Sus alas; estando ahí el enemigo no se atreverá tocarnos porque somos como la niña de sus ojos. Solamente cuidémonos de no salirnos de Su sombra para que el enemigo no aproveche la ocasión.