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SOBRE LOS 25 AÑOS DEL CARNAVAL POPULAR POR LA VIDA: Cuando el Carnaval Popular por la Vida nació en 1988, lejos estábamos de presentir la locura de país que nos esperaba. Casi creíamos que nuestros problemas de ese momento, la erradicación del basurero de Gibraltar, sería de las luchas más fuertes que tendríamos que dar, y aunque preveíamos que las cosas no serían tan fáciles, nunca nos imaginamos que 25 años después la realidad de la ciudad y del país sería tan compleja y difícil, que la vida llegará a tener estos estados de crisis, que nos obli- gará a hablar de crisis humanitaria. Tampoco hace 25 años nos imaginamos que la ciudad se normatizaría de una manera tan atroz, que sería prácticamente imposible que las comunidades, sin ser empresas culturales, pudiéramos seguir construyendo el espacio y la vida de lo público desde nuestras acciones culturales y comunitarias. pág. 5 ESPECIAL: BRITALIA 40 AÑOS Britalia - Techotiba - Julio - 2014 Edicíon # 2 Foto: Carmina Conejero. Año 1977

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Los problemas del Agua, los recursos minerales y energéticos, los alimentos y las comunicaciones, son problemas que afectan la supervivencia de la humanidad y deben ser abordados en los diversos análisis sobre los efectos que están teniendo en las comunidades campesinas y urbanas. Por ello es vital reflexionar como los procesos extractivos indiscriminados de oro, petróleo, carbón, entre otros y los monocultivos para agrocombustibles impulsados en los últimos años que han agravado las situaciones ambientales y de sostenibilidad. Por esta y múltiples razones más, algunas organizaciones sociales vemos la necesidad de un medio de comunicación comunitaria, donde se conozcan las diversas visiones y posiciones que hay sobre estos temas, por parte de las personas de la comunidad y de personas que están al frente de estas problemáticas planteadas, y así, entre todos ir buscando caminos de unidad para enfrentar de una manera alternativa y activa estas situaciones. Britalia 40 años

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SOBRE LOS 25 AÑOS DELCARNAVAL POPULAR POR LA VIDA:Cuando el Carnaval Popular por la Vida nació en 1988, lejos estábamos de presentir la locura de país que nos esperaba. Casi creíamos que nuestros problemas de ese momento, la erradicación del basurero de Gibraltar, sería de las luchas más fuertes que tendríamos que dar, y aunque preveíamos que las cosas no serían tan fáciles, nunca nos imaginamos que 25 años después la realidad de la ciudad y del país sería tan compleja y difícil, que la vida llegará a tener estos estados de crisis, que nos obli-gará a hablar de crisis humanitaria. Tampoco hace 25 años nos imaginamos que la ciudad se normatizaría de una manera tan atroz, que sería prácticamente imposible que las comunidades, sin ser empresas culturales, pudiéramos seguir construyendo el espacio y la vida de lo público desde nuestras acciones culturales y comunitarias.

pág. 5

ESPECIAL: BRITALIA 40 AÑOS

Britalia - Techotiba - Julio - 2014 Edicíon # 2

Foto: Carmina Conejero. Año 1977

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El sector de la UPZ Gran Britalia es un territorio que inició su proceso de

urbanización hacia finales de los años sesenta cuando las fa-milias Bernal y Diaz lotean los terrenos ubicados en lo que hoy conocemos como barrio Pastranita, luego surgieron los barrios Clas hacia 1972 y Gran Britalia en 1974.

Estos barrios darían inicio a uno de los procesos de urba-nización mas polémicos de la ciudad, que estuvo en el cen-tro de atención de la opinión pública en la década de los setenta por las denuncias de la comunidad y los debates llevados a cabo en el Concejo de Bogotá y el Congreso de la Republica, por parte de la di-rigencia de izquierda, que es-taban aglutinados en la Unión Nacional de Oposición UNO y la Central Nacional Provi-vienda y que lograron que en 1976 la superintendencia Ban-caria interviniera Inversiones Clemente Chaves Jaimes y en-tregara al Instituto de Crédito Territorial las Urbanizaciones Gran Britalia en Kennedy y Gran Yomasa en Usme.

Así lo afirmó Clemente Cha-ves en una entrevista en 1998 “el Representante a la Cámara por ese movimiento cita en la comisión 6ª de la cámara al Superintendente Bancario y al Gerente del Crédito Territorial donde les van a interrogar el por qué no se me había inter-venido ya que decían que yo no tenía permisos de planea-ción. Es así como el 6 de agosto de 1.976 la Superintendencia Bancaria dicta una resolución en la que me intervienen, me retiran de la administración

Editorialde los bienes y se la entregan al Instituto de Crédito Territo-rial”.

Los primeros habitantes pro-venían de las diversas regiones campesinas y de los barrios del suroriente de la ciudad, donde vivían como inquilinos, mu-chos de ellos motivados por la cercanía a Corabastos. La falta de los servicios públicos bási-cos, generó procesos de orga-nización social entorno a la solución de todos los proble-mas y necesidades que tuvie-ron que sortear los primeros habitantes de este territorio.

Britalia ha sido un ejemplo de ello, gracias al trabajo comu-nitario se lograron la conse-cución de muchos servicios y generar procesos de creación y organización cultural y co-munitaria, los cuales hoy se mantienen activas. Por eso de-cimos con orgullo que somos de los pocos barrios donde hay diversidad de servicios prestados directamente por las organizaciones comunitarias.

En estas cuatro décadas hay muchas cosas que han cambia-do en nuestros barrios, desde su aspecto físico hasta la diver-sidad social y cultural, en Bri-talia se ven reflejadas las po-blaciones, que históricamente han sido víctimas del despla-zamiento, aquí habitamos los hijos y los nietos de los despla-zados de hace cincuenta años de los departamentos centra-les como Boyaca, Santander, Tolima, entre otros y los recién desplazados de los últimos diez años de las zonas de selva y colonización, especialmente de la región pacifica.

De ahí la importancia de vi-sibilizar y reconocer la rica diversidad cultural que vive en nuestros territorios y a la vez reflexionar sobre el grave impacto en la vida de las fu-turas generaciones de nuestro país el hecho que día a día se siga en la política de expul-sión y desplazamiento de un sector estratégico como es el campesinado, pues son ellos los que garantizan el alimen-to de millones de personas. Los problemas del Agua, los recursos minerales y energé-ticos, los alimentos y las co-municaciones, son problemas que afectan la supervivencia de la humanidad y deben ser

Foto familia Grimaldo Velasquez Terreno donde queda Escuela Gran Britalia, sector La Loma, Britalia 1982

abordados en los diversos aná-lisis sobre los efectos que están teniendo en las comunidades campesinas y urbanas. Por ello es vital reflexionar sobre como los procesos extractivos indiscriminados de oro, petró-leo, carbón, entre otros y los monocultivos para agrocom-bustibles impulsados en los últimos años han agravado las situaciones ambientales y de sostenibilidad.

Por esta y múltiples razones más, algunas organizaciones sociales vemos la necesidad de un medio de comunicación comunitaria, donde se conoz-can las diversas visiones y po-

siciones que hay sobre estos temas, por parte de las perso-nas de la comunidad y de las personas que están al frente de estas problemáticas y así entre todos ir buscando caminos de unidad, para enfrentar de una manera alternativa y activa es-tas situaciones.

Que los cuarenta años de exis-tencia del barrio Gran Britalia sean un motivo para reflexio-nar sobre los problemas fun-damentales del país y para resaltar los hechos importan-tes de sus organizaciones, su historia y sus aportes al desa-rrollo social y cultural de la localidad y la ciudad.

COLECTIVA

MAURICIO CASTELLANOSYEIMMY FÉRNANDEZEDGAR SUÁREZMARIA HELENA CESPEDESWILSON PRIETO

AGENCIA TECHOTIBACOLECTIVO CULTURAL NUEVA ESPERANZACENTRO DE PROMOCION Y CULTURANOKANCHIPAPAOLA CÁRDENASHECTOR RODRIGUEZJUAN CARLOS PEÑAAYDE PEÑAALBA NELLY MINABENIGNO SÁNCHEZYUDDY ANDREA FUENTES

ANDRES HERNÁNDEZMARÍA JOSE PÉREZ COLMANJAVIER PRIETOA MEDIA CUADRA

CENTRO DE PROMOCIÓN Y CULTURA

YIMMY CÁRDENAS (AGENCIA TECHOTIBA)

LA REPÚBLICA

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“POBRE DEL PAÍS QUE NO SIEMBRA SU PROPIA COMIDA”

Es por este punto de encuentro que este año Britalia no solo conmemora la riqueza cultural que tiene, sino que reflexiona en torno a los problemas del campesinado colombiano y la tierra colombiana, lo que suce-de con la tierra y su producción.

Nos vemos envueltos en un contexto lleno de retos; por un lado,

el país respiró profundo al es-cuchar la derrota de la ultra derecha. Tenemos claro que no escogimos a un candidato presidencial, por el contrario, no permitimos que subiera a la rama ejecutiva un hombre que en los debates durante la campaña, le puso acento a su visión y practica bélica de la vida, su intención de vigilar y castigar a todo aquellos y aquellas que no estuvieran de acuerdo con un orden que re-crudecería el conflicto arma-do, social y político del país.

Y aunque el apoyo electoral fue plenamente por la paz, a la cual le apostamos muchos y muchas colombianas, este he-cho histórico nos deja a todos los sectores organizados, a todos los campesinos y cam-pesinas, mujeres, hombres y jóvenes con la tarea política de no permitir que la oligarquía colombiana nos vuelva a po-

ner a decidir entre la derecha y la ultra derecha. Es necesario cubrir las candidaturas alter-nativas, siendo imprescindi-ble la formación de nuestras familias, amigos y comunidad frente a su responsabilidad y deberes políticos, pues en últi-mas, esto aportará al cumpli-miento de sus derechos.

En segundo lugar, tenemos la mesa de negociaciones en la Habana para que cese el fuego por parte de las fuerzas arma-das insurgentes y los militares, poniendo a un país que ha vi-vido los marcos del conflicto armado por más de 50 años en el camino para construir la paz: discursos, prácticas y una forma de mantenerla para que las próximas generaciones uti-licen la frase: “más de 50 años en PAZ”.

El camino de la paz tiene retos grandes que ahora recrudecen la realidad del país: la mega minería, la venta de nuestros recursos naturales: agua, tie-rra, oxígeno, petróleo, entre otros, etc. la concesión a gran-des multinacionales para la explotación de nuestro territo-rio; el incremento del despla-zamiento de nuestros campe-sinos y campesinas, producto de la violencia y la falta de in-terés e inversión en el campo

colombiano. Si a esto le su-mamos el incremento del con-trol territorial por parte de los grupos para estatales en zonas urbanas, tenemos como re-sultado un panorama de retos sociales, políticos y culturales a asumir.

En tercer lugar nos encontra-mos con la ruptura del tejido social colombiano: campesi-nos y campesinas fuera de sus tierras buscando la manera de continuar con sus vidas, hijos e hijas de campesinas que des-conocen sus raíces, olvidan su historia y pierden la memoria de sus tradiciones; jóvenes con un abanico de posibilida-des construido en un mundo de pocas opciones: donde su deseo de estudiar dejó de ser una decisión para pasar a ser una imposición de mala ca-lidad, y cómo si fuera poco, están convocados al desem-pleo, al subempleo o al trabajo en las fuerzas armadas legales e ilegales que se pavonean como el futuro prometedor, o peor aún, son reclutados en contra de su voluntad.

Parece que son muchas cosas las que hay por decir de la rea-lidad social de nuestro país, elementos que leídos, así sea de una manera superficial, ge-nerarían desesperanza, pero es

FERIA DE LAS REGIONES BRITALIA 40 AÑOS

en este justo momento don-de hay que traer a la memo-ria los procesos organizativos de las comunidades, donde la esperanza se convierte en la plataforma de resistencia. Mujeres exigiendo sus dere-chos y participando activa-mente de los debates actuales de nuestro país, propiciando escenarios para una vida libre de violencias y la construcción de territorios en paz, hombres replanteando el papel que la sociedad les ha asignado, jóve-nes movilizándose en pro de la educación, trabajando así por una vida en paz.

El CPC, Nueva esperanza, Palenque, Henrique Gros, Madres comunitarias, A recu-perar, Entre redes, la Agencia Techotiba, Escuela Nocanchi-pa, entre muchas otras, son organizaciones presentes en la localidad de Kennedy, donde confluyen muchos hombres, mujeres, niños y niñas del ba-rrio Britalia, territorio que en el presente año 2014 cumple 40 años, de los cuales ha teni-do presencia organizativas por más de treinta y cinco años. Organizaciones conscientes del contexto colombiano, pero aún más consciente de la nece-sidad de formación con la co-munidad, de discusión frente a la realidad que nos rodea y

no solo de nuestro sector más inmediato, aunque esa lectura es necesaria hacerla constante-mente, sino de que sucede en el territorio, visto éste de una manera más amplia.

En la En la década de los 50 la localidad de Kennedy se con-vierte en receptora de cam-pesinos y campesinas despla-zadas no solo por la violencia que dejó el enfrentamiento entre liberales y conservadores en el país, sino también por el plan de desarrollo en el que se mantenía Colombia “palabras más palabras menos, consistía en sacar a los campesinos del campo para volverlos obreros de construcción de la ciudad” , producto de “la mentada ope-ración Colombia” y del mo-delo de desarrollo basado en la sustitución de importaciones que se plantea para América latina. La llegada en masa de persona a la ciudad, obliga a localidades como Kennedy a formar nuevos barrios bajo la figura de ilegalidad, pues están

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Por: Yeimmy Johanna Manrique. Centro de Promoción y Cultura.

FORO: CAMPESINO Y TIERRA EN CUNDINAMARCA. 25 de julio 5 pm salon cumunal Britalia

BRITALIA 40 AÑOS

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Teniendo en frente personas descendientes de tantas regio-nes la pregunta que surge es: ¿Qué nos convoca? Aunque la respuesta tiene que seguir construyéndose, encontramos un primer indicio de aque-llo que nos convoca: primero el territorio nacional colom-biano y en segundo lugar ser campesinos y campesinas o hijos e hijas de campesinos. Somos gente de raíces de cam-po, eso implica que tenemos una problemática en común: lo que pasa con nuestro cam-po, la tierra, la vida de campe-sinos y campesinas.

Es por este punto de encuen-tro que este año Britalia no solo conmemora la riqueza cultural que tiene, sino que re-flexiona en torno a los proble-mas del campesinado colom-biano y la tierra colombiana, lo que sucede con la tierra y su producción.En la necesidad de debatir realizaremos un foro

fuera del aérea límite de la ciu-dad. La ilegalidad puso a los habitantes de sectores como Britalia en riesgo, puesto que no contaban con alcantarilla-do, dejando a la comunidad a merced de las inundaciones por aguas de los caños y po-zos sépticos. No contaban con acueducto, gas luz o teléfono. Las condiciones de salubridad

atentaban contra la vida de niños, madres lactantes y ges-tantes; la búsqueda del agua se traducía en largas caminatas y baldes en los que se almacena-ba el agua.

Un barrio construido en la in-formalidad con inquilinos de diferentes regiones, en pocas palabras:

se encontraron en un mismo sector: variedad de platos típi-cos, danzas, saberes ancestra-les, recetas para los dolores, en sí, la diversidad cultural. En su gran mayoría, durante los primeros años de formación, las gentes llegaban al barrio desde regiones de Santander, Boyacá, Tolima, Huila y Cau-ca.

Ya para la década de los no-venta el Pacífico colombiano se hace presente, afrocolom-bianos del Cauca, choco, Na-riño se mueven hacia las ciu-dades, no de manera gratuita claro está, pues recordemos que en los noventa se inicia el plan Colombia, y estamos en plena apertura económica.

El resultado de este desplaza-miento interno de población de diferentes regiones hace de Britalia un sector con riquezas ancestrales, con tradiciones que necesitamos recordar y avivar con la firme intención de no perder la memoria, de resistir frente a los procesos de desterritorialización que traen consigo el modelo de desarro-llo neoliberal.

donde tomamos la región de Cundinamarca como referen-te geográfico, para reflexionar acerca de la organización cam-pesina, de sus luchas y desa-fíos. Otro elemento sobre el cual es necesario discutir es el problema del alimento, ya que el cambio del uso de la tie-rra ha influido e influye en la mutación de nuestra alimen-tación, y por ende, de nuestra salud; para finalizar discutire-mos en torno a la situación de agro minería en la región.

Dado todo contexto aquí refe-rido, la historia que rodea a los barrios populares de la ciudad, sumado a las raíces y nuestro papel como sujetos sociales parte de un país, nos encon-traremos para discutir, para indignarnos, pero sobre todo, para llenarnos de esperanza en el encuentro entre nosotros y nosotras, es aquí donde se tejen caminos claros para la construcción de una paz real para todos y para todas. ¡Lo que pasa en la tierra se siente en el cuerpo!

LA NECESIDAD DE CONMEMORAR

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Reflexiones para seguir lu-chando…en colectivo

Cuando el Carnaval Popular por la Vida nació en 1988, lejos estábamos de presen-tir la locura de país que nos esperaba. Casi creíamos que nuestros problemas de ese momento, la erradicación del basurero de Gibraltar, sería de las luchas más fuertes que tendríamos que dar y aunque preveíamos que las cosas no serían tan fáciles, nunca nos imaginamos que 25 años des-pués la realidad de la ciudad y del país sería tan compleja y difícil, Que la vida llegará a tener estos estados de crisis, que nos obligará a hablar de crisis humanitaria. Tampoco hace 25 años nos imaginamos que la ciudad se normatizaría de una manera tan atroz que sería prácticamente imposible que las comunidades, sin ser empresas culturales, pudiéra-mos seguir construyendo el espacio y la vida de lo público desde nuestras acciones cultu-rales y comunitarias.

Muchas cosas no nos imagi-nábamos hace 25 años. Y sin embargo el Carnaval Popular por la Vida no ha parado. No ha cesado la solidaridad de tantos y tantos grupos y orga-nizaciones comunitarias, que como cada una de las que nos

SOBRE LOS 25 AÑOS DEL

acompañan, han venido año a año, haciendo posible este espacio de encuentro, vida, resistencia y esperanza, como bien lo decimos siempre en nuestras frases cabeceras de las distintas convocatorias de los Carnavales.

Nunca nos hemos cansado de vocear y de compartir con la comunidad lo que significa que todos y todas como orga-nizaciones construyamos a lo largo del año propuestas para dignificar la vida, para abrir espacios y oportunidades para mujeres y hombres que a pesar de las adversidades, podamos seguir soñando que es posible otro mundo, otro país y otros barrios.

Tampoco nos hemos cansado de gritar a los cuatro vientos que las injusticias, la corrup-ción, la venta, concesión y entrega de los recursos natu-rales, las violencias presentes y mimetizadas y la violación al derecho fundamental: el de-recho a la vida, que es lo que le da nombre a nuestro Car-naval, hay que transformarlo, hay que seguir construyendo la paz como lo viene haciendo mucha gente en este país, una paz que dice no a las armas y que se asume como cons-tructor de sus propias histo-rias. Que nos urgen apuestas

solidarias por la dignidad de campesinos-as, indígenas, población afro, población en condición de desplazamiento, mujeres, jóvenes, niñas-os y en general, todas y todos quie-nes habitamos este extenso y hermoso país.

CARNAVAL POPULAR POR LA VIDA:

María Helena CéspedesCentro de Promoción y Cultura

25 de octubre de 2013

El Carnaval ha sido semillero de procesos artísticos y cultu-rales, fundamentalmente de jóvenes, muchos grupos cre-cieron y se fortalecieron a la luz del Carnaval, pero también las mujeres han fortalecido sus apuestas culturales y escénicas que han sido el trampolín para las denuncias urgentes frente a las múltiples violencias y atro-pellos que viven ellas en el día a día…

El Carnaval ha sido un espacio de articulación entre diversas y diferentes organizaciones y agrupaciones culturales que tienen en sus procesos la clave de la solidaridad y la denuncia de aquellas situaciones que de-terioran la vida en una ciudad

como Bogotá. Cuando orga-nizamos el carnaval en 1988, no nos imaginamos que sería algo así como madre y padre de otros procesos locales y ex-tra locales, pero también refe-rente para otros procesos.

El Carnaval es reconocido en la ciudad como proceso gene-rador y articulador con otros y otras. Me puedo atrever a de-cir, sin temor a equivocarme,

que hay una generación que ha echado raíces en torno al Carnaval, y que si bien es cier-to en todo el año no aparece, el día del Carnaval llegan con sus nuevas familias y expectativas de vida, porque el Carnaval es un lugar de encuentro sagrado para mucha gente.

En el Carnaval se han logrado unas relaciones bien impor-tantes para los tejidos sociales y comunitarios; por un lado, en la puesta del Carnaval se da un encuentro intergeneracio-nal, en donde quienes somos actoras o actores nos escucha-mos, de la misma manera en la relación de los diversos gé-neros musicales, se ha logrado una relación de escucha y de respeto entre los diversos gru-pos artísticos y culturales y sus expresiones.

Uno de los aspectos valiosos, ha sido el que desde las orga-nizaciones comunitarias se ha-yan hecho puestas en escena, hayan construido sus denun-cias y sueños desde lo que son y las constituye.

El Carnaval este año, ha hecho la reflexión política y ha de-nunciado lo que ha sucedido en el país, en la ciudad. Pero este año se suma la realidad que nos atropella, por un lado la legislación frente a eventos masivos, la amenaza de la po-

licía frente al uso de espacios públicos. Por otro lado la si-tuación económica de este año nos ha llevado a replantear el cómo del carnaval. La vida si-gue, las luchas no se acaban, y todas y todos estamos dis-puestas y dispuestos a conti-nuar el camino. La luz no se apaga, y los sueños continúan.

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CARNAVAL POPULAR POR LA VIDA,

Por: María Helena Céspedes Centro de Promoción y Cultura

26 años, abriendo espacios,y acompañando las voces diversas

que resistimos y abrimos horizontesdesde nuestros territorios populares.

El Carnaval Popular por la Vida, que en este 2014 llega a su 26 años, es un espacio cultural, co-

munitario y de resistencia cultural, que a lo largo de su proceso ininterrumpi-do, ha permitido fortalecer y animar la reflexión sociopolítica en nuestra comunidad, así como ha motivado las acciones de tipo cultural alrededor de la temática del respeto a la vida.

El carnaval nace en el año de 1988 como una forma lúdica y de resistencia para llamar la atención sobre la afecta-ción en la salud de las personas, ocasio-nada por el basurero de Gibraltar, que se encontraba en el margen oriental del río Bogotá, y que afectaba el sector de Britalia, porque éste era paso obliga-do de camiones y volquetas y porque el sector se convirtió en depósitos de reciclaje. Como ese primer carnaval tuvo tan positivo impacto organizativo, quiénes convocábamos decidimos re-petir la experiencia. Con el paso de los años, se constituyó en espacio de rei-vindicación de la vida de los y las jóve-nes del sector, pues nuestros territorios vivieron el azote del asesinato de jóve-nes, de ahí surgió su nombre: Carnaval Popular por la Vida. Nuestro Carnaval también suscitó el nacimiento de otros carnavales en la ciudad.

El Carnaval no es un carnaval cual-quiera, es un espacio en donde las organizaciones que habitamos el te-rritorio y otras que se hacen solida-rias en la construcción cultural, nos encontramos y reflexionamos sobre lo que sucede en nuestros barrios, en la ciudad, el país y el mundo, y sobre lo que estamos haciendo entre todas para proteger y defender la vida frente a los panoramas arrasadores que nos amenazan. Confluimos alrededor de 30 organizaciones comunitarias y cul-turales, cada año.

El Carnaval también ha sido platafor-ma para la consolidación de grupos de música, de danza y teatro de la locali-dad, pero también el espacio para que las organizaciones de adultos mayores, de jóvenes, de mujeres, pongan en co-mún sus construcciones artísticas y políticas, así no sean profesionales sino expresiones culturales comunitarias, ello ha significado tener en cuenta las potencialidades presentes en nuestros barrios e impulsarlas.

El Carnaval no cuenta con recursos propios, por ello a lo largo del año, rea-lizamos gestiones y acciones económi-cas para su realización, aunque en los últimos años hemos encontrado orga-nizaciones solidarias con el quehacer cultural y comunitario que se expresa en el Carnaval. Estos 26 años de Carna-val han sido una escuela continua en lo Cultural, político, organizativo y logís-

XXVI CARNAVAL POPULAR POR LA VIDA

2 de noviembre de 2014

PARA NO PERDER LA MEMORIA

tico, a su vez, una escuela de encuentro y desencuentro con las instituciones distritales que normatizan todo e impi-den el verdadero desarrollo cultural de las comunidades organizadas.

Hoy vivimos coyunturas que nos con-vocan a la expresión de los movimien-tos sociales frente a las múltiples pro-blemáticas generadas por el modelo de desarrollo arrasador que domina nuestra cotidianidad y que quiere que cortemos la rama en que se sostiene nuestra vida.

Por ello, espacios como estos, son los que nos permiten mirar y retejer las re-laciones en los barrios y reivindicar el derecho a la vida y a una vida digna, justa y libre de violencias de todo tipo, que nos permita encontrarnos desde las expresiones culturales populares, comunitarias, organizativas y tejer

identidad desde lo que significa amar, construir, disentir, resistir desde la vida misma.

El Carnaval ha sido liderado desde su nacimiento por el Centro de Promo-ción y Cultura, que este 2014 cumple 36 años de existencia, pero ha sido convocado por organizaciones an-tiguas como La Corporación Nueva Esperanza, La asociación de Abuelos Enrique Grosse, Forjar y las nuevas or-ganizaciones que entran a dinamizarla vida de un sector tan complejo como el de Britalia y sus alrededores.

El Carnaval es solidaridad, compromi-so, construcción colectiva, esperanza y resistencia que cada año grita, denun-cia, proclama y anuncia la vida que flo-rece en los sectores populares desde las mujeres, los hombres, las y los jóvenes y niños y niñas que seguimos creyendo que otro mundo sí es posible…

El Carnaval tiene tres expresiones, que ya se han hecho tradicionales:

1. Construcción del sentido político2. El recorrido de comparsas que se desliza por las calles del barrio Gran Britalia.3. Llegada de comparsas y Acto Cul-tural Central

Foto: Cortesia Centro de Promoción y Cultura

CARNAVAL 2012 LA PRIMA VERA SOBRE EL TUNJUELITO

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Por Paola Cárdenas. Al dejar el terruño hogar, siempre es bueno recordar…

-¿A qué no es capaz de pasar con los ojos cerrados? Dijo él, sin conocer el espíritu temerario que orientaba mis tiernos cinco años de paso por el mundo. Yo, que ya había interiorizado aprendizajes culturales básicos de chi-canería y desconfianza, grité con ese tonito que solemos tener los hermanos menores:

-¡Pase usted primero!He visto entonces cómo mi hermano atraviesa ese bordecito de la casa, que sería un andén primitivo y me grita desde el otro lado, frente a la casa de Doña Hilda:-¡Ya pasé! ¡Hágale!

¿Quién dijo miedo entonces? Arran-co con mis oijtos tan cerrados como podía, porque podré ser ingenua pero no tramposa, doy un par de pasos y pum….me voy de rostro en una de esas zanjas (chambas) con aguas negras, verdes y amarillas que por los años ochenta había por doquier en Britalia. En menos de nada, trataba simultá-neamente de nadar (cosa que aun no sé hacer), de quitarme el agua espesa de la nariz para respirar y de llamar a mi mami con uno de mis desesperan-tes pero efectivos gritos. Sospecho que ella, que acudió al instante en mi auxi-lio, tomó su tiempo antes de descubrir que ese especimen negro que salía de una chamba, era yo.

Veinticinco años después aún recuerdo las carcajadas de mi hermano, que solo fueron momentáneamente acalladas por el regaño de mi mamá y que a los pocos minutos volvieron en todo su es-plendor, al ver cómo me bañaban a ta-zadas en la alberca del patio y cómo mi pobre madre hacía sus mejores esfuer-

BRITALIA Y YO

zos, para quitar ese nauseabundo olor a cañería de mi cuerpecito y de toda la casa, que ya estaba impregnada.

Así fue que mi infancia en Britalia em-pezó ligada a los procesos del barrio, que como sabemos, estuvieron inicial-mente relacionados, como en todos los sectores populares, con la consecución de los servicios domiciliarios y comu-nitarios. La década de los noventa, sería de consolidación de procesos or-ganizativos iniciados en la década an-terior, orientados a la transformación de la sociedad por medio del trabajo cultural. Es en este periodo donde su-cede otro hito personal…

Ocurre esta segunda experiencia hacia mis quince años, cuando escucho por perifoneo que hay una presentación de danza en el parque ecológico. Como queda cerca de la casa no fue difícil pe-dir el sacrosanto permiso para asistir. Era la primera vez que veía esa especie

de camiones convertibles en tarima. No recuerdo la danza, pero recuerdo al Flaco de “Nueva Esperanza” con su cachucha (del Ché si no estoy mal) y su chaqueta de jean, invitando “a toda la comunidad de Britalia a participar en los talleres de comparsa que se realiza-rán en el salón comunal como prepa-ración para el Carnaval Popular por la Vida que se llevará a cabo en el puente de octubre, fecha en la que reivindica-mos la existencia milenaria de los pue-blos americanos...”. ¿Comparsa? ¿Car-naval? Era música para mis oídos que pronto se convirtió en estruendo para los padres de esta adolescente: -¿Qué va a hacer por allá? ¡Si no tiene qué ha-cer, aquí le ponemos oficio!

Todo tenía encanto para mí, las reunio-nes de planeación, la construcción de los personajes, el diseño del vestuario y los extensos talleres que tenían hora de inicio (usualmente una hora después de lo pactado) pero no de finalización. Así pasaban las tardes y hasta las no-ches con pan, gaseosa y una muy bue-na dosis de alegría. Al terminar, la fra-ternidad se convertía en valentía para acompañarme a la casa (costumbre que no se pierde) y enfrentar la actitud de pocos amigos de mis padres. Los rega-ños y acuartelamientos en periodo de ensayos, tenían su plena compensación el Día del Carnaval, cuando veía a mis papitos aplaudir la comparsa y señalar con orgullo: -¡La de allá es mi hija! O hacer la infaltable señal de ¡Chao! Que repetían por cuadras y cuadras de des-file.

La crisis familiar pronto tocó otras fi-bras y yo quería cambiar hasta de co-legio porque el de monjas donde estu-diaba, cohibía el espíritu libertario que afloraba en mí. Recuerdo que al discu-tir el asunto con mi mamá. Ella me de-cía en tono de regaño:

-¿Quiere terminar estudiando por allá en el INEM?

Y yo gustosa, porque creer que por fin entendían mis aspiraciones. Dije: -¡Sí! ¡Allá es donde quiero estudiar!

Por aquellos años el INEM tenía fama de ser un colegio que reconocía la au-tonomía y de alguna manera, posibili-taba la organización estudiantil. Final-mente, mi tímida batalla se perdió y me gradué en el Colegio de las Herma-nas del Niño Jesús Pobre, sin conocer en qué consistía la pobreza de aquellos hermanitos.

Los procesos y eventos culturales que se realizaban superaron el tamaño de lo que es posible “hacer con las uñas”. Unos optaron entonces por la contra-tación, otros por la oposición y otros siguen en el dilema. Mientras tanto en el salón de la justicia… se tejía, hacia el año 2002, el Comité por la defensa del patrimonio público y familiar que bus-caba generar una respuesta colectiva frente al descabellado cobro de los ser-vicios domiciliarios. El movimiento, que agrupó a líderes de diversos secto-res, pronto trazó su horizonte hacia la defensa del amplio espectro de lo social y promovió movilizaciones y movidas culturales por la defensa de la educa-ción, de la salud y del derecho a ser con dignidad.

Hoy por hoy el proceso continúa orien-tado a la transformación cultural de la sociedad y es liderado por jóvenes de cédula y de corazón, que han tejido la-zos territoriales y afectivos para, al ca-lor de un cacao o un sancocho, rescatar nuestra herencia indígena, sacarle jugo a la tecnología y construir futuro desde aquí y para la humanidad.

Hoy, más cerca de los Cerros y más lejos de Britalia, no me canso de valo-rar todos los aprendizajes de personas, momentos y procesos, al tiempo que pienso que por más grande que sea la distancia, si no se quiere, jamás se esta-rá lejos del hogar.

Foto: Cortesia Centro de Promoción y Cultura

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BRITALIA YSUS ZONAS PUBLICAS

Uno de los hechos más importantes producto de la intervención de

la Superintendencia Bancaria a los bienes de Clemente Cha-ves en 1976, fue el que obligó a hacer entrega del 19% del total del territorio a urbanizar como zonas de cesión gratuita al distrito, para desarrollar la infraestructura de vías, zonas verdes, parqueaderos y las zo-nas comunales. La entrega se le hizo a la antigua Procuradu-ría de Bienes del Distrito hoy DADEP, por parte del urbani-zador, mediante Acta No 13 de febrero de 1976.

Gracias a ese hecho, hoy en la localidad e inclusive en la ciudad, Britalia es uno de los barrios con más zonas verdes, institucionales y comunales. Actualmente cuenta con: 14 espacios donde hay parques

infantiles y canchas deporti-vas; 9 grandes zonas verdes: y 7 zonas comunales e institucio-nales (Salón Comunal. Iglesia, Casa de los Niños, Centro de Salud, Casa Vecinal, Colegio Manuel cepeda, escuelas Ca-milo Torres y Gran Britalia); y 1 parqueadero.

Los problemas que han tenido algunas de estas zonas, tienen que ver con el uso del suelo y con las invasiones. De las 14 zonas dedicadas actualmente a la recreación y el deporte, 5 están ubicadas en zonas de parqueadero (canchas Camilo Torres y la Amistad, Parque José Antonio Galán, Parque del Cocinol y parque de la Alegría). Estas zonas al en-contrarse abandonadas, des-de que fueron entregadas al distrito, los vecinos de estos sitios, con gestiones comuni-

tarias e inclusive con recursos del estado, que en ese tiempo se llamaban “Auxilios Parla-mentarios”, las adecuaron para la recreación y el deporte, las cuales al día de hoy no han sido legalizadas para poder in-vertir en su arreglo.

Otras zonas verdes, especial-mente las limítrofes con los barrios la María, Villa Nelly, La Esperanza y el Almenar están afectadas por unas vías construidas hace más de vein-ticinco años, debido a que en esa época con el surgimiento de los barrios vecinos se hizo necesario unas vías comunica-ción entre los barrios. Algunas de ellas fueron construidas con recursos de la localidad, como fueron la diagonal 45 y calle 45 sur entre carreras 80 G y carrera 81 C y la carrera 80 I entre calles 45 y 45 a sur-

Zona limítrofe entre Britalia y La María.

Las invasiones siempre han rondado este territorio, algu-nas de las zonas verdes hoy recuperadas fueron por mu-cho tiempo invadidas como parqueaderos promovidos por particulares o por direc-tivas comunales de esa época, quienes hicieron caso omiso al ordenamiento urbanístico del barrio. Actualmente aún quedan zonas verdes invadi-das: Una está invadida por un parqueadero en la zona verde al lado del colegio Manuel Ce-peda en sector sur y las otras, en la franja occidental del barrio, sobre la carrera 85 A entre calles 45 sur y 47 B sur, hay unas zonas verdes invadi-das por particulares y hasta el momento ni la Alcaldía Local ni la Junta de Acción Comunal han hecho algo para recuperar estas zonas. Una de las tantas luchas y trabajos comunitarios, fue el arreglo, adecuación y progra-mación deportiva, recreativa y cultural en los parques. Uno de los primeros organizadores de campeonatos de banqui-tas fue Julio Rey hacia el año 1975, quien adecuo un terre-no del sector la Loma, donde hoy queda la escuela Camilo Torres, para una cancha en tierra, la cual semanalmente le tocaba delinear a punta de pica para realizar los partidos.

Uno de los espacios más re-presentativos del barrio es la Cancha ubicada en el sector aledaño a la iglesia San Justi-no Martir, que se conoció en un inicio como la cancha de la Villa Luz, debido a que ahí al lado quedaba la panadería

Villa Luz de Don Prisciliano, donde por algún tiempo fun-cionó un teléfono mensajero que instalo la ETB. Todo mun-do se enteraba a quien estaban llamando, debido a que por los altavoces se anunciaban las llamadas.

En este espacio se organizaron los primeros campeonatos de microfútbol, que muchas ve-ces tuvieron que realizarse en medio del barro y los charcos, pues lo único pavimentado en el barrio en ese tiempo era esa cancha.

Uno de los organizadores más reconocido en ese tiempo fue el señor Acero, quien tenía una ornamentación en el ba-rrio y los fines de semana se los dedicaba a los campeona-tos.

Por aquellos días además de la lucha por la escrituración, el alcantarillado, el pavimento y los servicios esenciales, en muchos sectores del barrio los vecinos se organizaron para adecuar los espacios públicos que estaban en total abandono por parte del distrito,

Dentro de los procesos más destacados están: El parque que queda al lado de la Casa de los Niños en el sector la Loma, donde confluyeron los vecinos y el centro de promo-ción y cultura hacia 1980; El parque José Antonio Galán, que los vecinos bautizaron en homenaje a los 200 años del le-vantamiento del movimiento comunero en 1981; el parque la Loma impulsado por el co-mité de jóvenes que hoy se co-noce como Colectivo Cultural Nueva Esperanza en conjunto con los vecinos de ese sector

Parque la loma 1978

Parque la loma 2014

Parque La Loma Foto cortesía familia Henao Montes finales de los setenta

Zonas verdes invadidas por particulares carrera 85a entre calles 45 sur y 47 B sur

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en 1987, adecuan una cancha sobre tierra, es de recordar que en este espacio a finales de los setenta hubo canchas de tejo, donde se realizaron los prime-ros torneos de tejo en el barrio. En 1988 en el marco de la reali-zación del Carnaval ecológico y Cultural, Britalia también es capital. Se acordó realizar un concurso de diseño y arreglo de parques en conjunto con la Junta de Acción Comunal, quien sería la encargada del premio al mejor diseño, cues-tión que nunca se cumplió, pero que fue un ejercicio que motivo a recuperar muchas zonas que se mantenían aban-donadas y generando focos de basuras, eran los tiempos del basurero de Gibraltar.En la década de los noventa se convierte en la época de afian-zamiento de las zonas recreati-

vas y deportivas en su adecua-ción y programación.

La Junta de Acción Comunal acoge la propuesta hecha por el comité de jóvenes del sec-tor la Loma de realizar una Olimpiadas Deportivas para todo el barrio y es así como el 13 de mayo de 1990 se inician las “Olimpiadas Britalia 90” con un concierto de la Ban-da de rock Minga Metal de la localidad y la realización de competencias de microfútbol, baloncesto, atletismo y un cir-cuito de ciclismo, participaron en total 72 equipos, una de las características de este even-to es que se utilizaron cuatro canchas simultáneas (San Jus-tino, La Loma, Camilo Torres y José Antonio Galán) durante más de tres meses los fines de semana.

La actividad deportiva de los años noventa estuvo lidera-da por el Colectivo Cultural Nueva Esperanza organizan-do 5 olimpiadas populares e innumerables torneos de Mi-crofútbol y baloncesto, donde se integraban con actividades culturales y comunitarias, generalmente los eventos de premiación fueron al calor de veladas culturales. Hacia el año 1996 se logra una alianza entre las organi-zaciones sociales y culturales del barrio y gracias a una re-glamentación que había emi-tido el ministerio del interior, creando los Consejos Comu-nales como uno de los órga-nos de dirección de las Juntas de Acción Comunal. Se logra ganar las elecciones de la Jun-ta de Acción comunal para el periodo 1996-1998 y se crea un consejo comunal con todos los sectores representativos del barrio, organizando al barrio en cinco sectores territoriales y nueve sociales.

Una de las labores más impor-tantes que realizó el Consejo Comunal fue la recuperación de los parques, se logra ganar más de 70 millones de pesos, en los concursos de obras con saldo pedagógico del Depar-tamento de Acción Comunal y el IDRD, con estos recursos se arreglan la Cancha Central o San Justino, Parque de la Es-cuela Gran Britalia, el Parque

del Sur, Parque La Esperanza, La Loma y El Triunfo. Una de las características para la eje-cución de estas obras, es que la comunidad aporto en dine-ro y fuerza de trabajo.

En ese proceso fue donde la comunidad se enteró que al-gunos parques que se habían presentado al concurso no se les podía ejecutar los recur-sos, por encontrarse en zonas de parqueaderos, hecho que genero frustración, especial-mente en el parque José Anto-nio Galán, donde masivamen-te los vecinos de ese sector habían salido a trabajar para ganar el concurso. Finalmente los recursos de este parque se pudieron ejecutar en el par-que vecino de La Esperanza y en los otros parques que te-

nían afectación, se programó jornadas de arreglo donde el consejo comunal colocaba los materiales y la comunidad la mano de obra, ante la impo-sibilidad de acceder a los pre-supuestos públicos para estos parques.

En esos días hubo una impor-tante recuperación de zonas verdes, especialmente con campañas de arborización y recuperación de espacios en el sector de la Avenida Esco-cia calle 54 sur, liderado por el Consejo Comunal en cabeza de Aureliana Choconta y un grupo del SENA y la recupera-ción de la zona verde ubicada en límites con el barrio Alme-nar en la calle 46 sur con las campañas arborización lide-rada por John reyes en cabeza

Cancha central del barrio, Tercera Olimpiada Popular 1.994

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del Comité de Ambiente del Consejo Comunal.

LAS AFECTACIONES DEL ESPACIO PÚBLICO ACTUALMENTE

Uno de los problemas más graves en relación con el espacio público tiene que ver con los usos del suelo, desde la época de la entrega en 1976, algunas zonas verdes y zonas de parqueadero han tenido un uso diferente y debido a ello la comunidad en varias ocasiones ha tenido que ver frustrada sus anhelos de ver mejoradas las condiciones de al-gunas zonas. La historia de esas frustraciones empie-za en 1996 con la noticia de que mu-chos de los parques que habían sido construidos en la década de los ochenta y que se habían postulado al Concur-so de Obras con Saldo Pedagógico del Departamento de Acción Comunal, es-taban sobre las zonas de parqueadero, por lo cual era imposible invertir dine-ros públicos. Planeación Distrital en 1997 ratifica en visita que hacen a esas zonas, que: “se comprobó además, que varias de las zonas contempladas en el Plano B244/4-01 como zonas de par-queadero en la actualidad presentan otros usos como equipamiento comu-nal e instalaciones deportivas”.

Otro hecho fue el retraso por más de 15 años para la realizar la nueva construc-ción del centro de salud, la cual tuvo problemas por los usos del suelo, pues en un principio era zona de parqueade-ro y se demoró todo este tiempo para lograr que fuera zona institucional. Es de recalcar que el centro de salud existe desde 1979, pero los funcionarios que aprobaron las legalizaciones del barrio en 1982, hicieron caso omiso de la exis-tencia de dicho centro.

Y hoy nuevamente debido a las afecta-ciones de las zonas verdes, la comuni-dad de Britalia y circunvecinos como Almenar, La Esperanza, La Maria Y Villa Nelly, ven con incertidumbre el Proyecto de Mejoramiento Integral de la Secretaria del Habitat y el I.D.R.D, en el marco del programa APIS. para la construcción de un parque, pues el

diseño presentado por las entidades del distrito, no están las vías, las cuales se-gún los funcionarios son ilegales por no estar en los planos.

Frente a esta situación es triste, que a estas alturas las entidades como Pla-neación o el Dadep no hayan hecho nada para regularizar estas situaciones de los usos de una serie de zonas, cono-ciendo esta problemática y lo peor, en el caso de las zonas de parqueadero, pues según certificaciones que entregaron de dichas zonas en el 2008, dicen que estas fueron entregadas en 1987 mediante acta 138, lo que quiere decir que el dis-trito recibió las zonas desconociendo que ya en varias de ellas había parques construidos como el Jose Antonio Ga-lan, Canchas la Amistad Y Camilo To-rres y el Centro de Salud con dineros del distrito.

Lo indignante con el nuevo parque, es que para realizar los estudios de facti-bilidad, al parecer no hicieron las visi-tas técnicas, pues ahí se hubieran dado cuenta, de que en algunas de las franjas de las zonas verdes se habían construi-do vías, lo cual generaría problemas ju-rídicos, pues los usos del suelo son un tema complejo y delicado, en el cual la última voz la tendría el Concejo de Bo-gotá, pues es la única entidad que tiene la competencia de cambiar los usos del suelo según la ley. Además, el problema de comunicación ha sido evidente en-

tre las entidades y la comunidad. Según las entidades, ellos hicieron unas reu-niones con los vecinos, pero tan solo en la última reunión donde tenían que aprobar el diseño del parque, fue cuan-do los vecinos se dieron cuenta de que las vías no estaban contempladas en éste, lo que generó que los vecinos no

firmaran y exigieran la creación de una Mesa de Trabajo entre las entidades y la comunidad. Lo que si dejó claro la comunidad es que la inversión del par-que es necesaria y urgente, pero que es importante que miren los problemas de movilidad.

Diagonal 45 sur - Carrera 80i. Zona verde afectada por vias

Mauricio Castellanos

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Por Yira Castro

Si alguien oye hablar del barrio Gran Britalia de Bogotá, que no se engañe. No se trata de un lugar re-

sidencial de casas amplias, circundadas de jardines y arboledas. Es un humilde barrio de las cercanías de corabastos en donde varias familias han levantado viviendas a medio construir. El aristo-crático nombre es una invención del urbanizador pirata que ha negociado con cuatro mil familias a las cuales les vendió lotes en la hondonada que él mismo bautizo con la valla en la cual, con letras con fondo blanco se ve a mu-cha distancia el nombre de Britalia.

DOMINGO EN EL BARRIO

El bus baja por la carretera que va a Bosa y allí descarga a la gente que si-gue al barrio. Luego hay que caminar por potreros muy oscuros en la noche y encontrar, casi a tientas, la casa. El domingo en que lo visitamos, el barrio estaba muerto a las once de la mañana. La pila del agua estaba seca porque ya lo vecinos se habían abastecido cargan-do el liquido en los tanques que le ser-virían de “acueducto domiciliario” en las próximas 24 horas. En realidad no había nada que hacer fuera de las casas y si mucho que reparar y remendar hoy domingo, único día para avanzar un

POR LOS BARRIOS DE BOGOTA,

poquito en la interminable construc-ción de la vivienda.

NACE PROVIVIENDA

Otras familias mientras tanto se con-gregaban en el sitio donde asomaba una bandera roja y se escuchaban los alto-parlantes. Estaban reunidos con una delegación de Provivienda, con parla-mentarios de la UNO y concejales de la oposición. Escuchando con mucha atención las alternativas que se plan-teaban, las denuncias y orientaciones de quienes desfilaban ante los micrófo-nos. Ese día se constituía en el barrio el Centro de Provivienda, que nacia como producto de la necesidad de dotarse de un instrumento adecuado en la defensa de sus legítimos derechos.

URBANIZADOR PIRATA

Clemente Chavez Jaimes es un urbani-zador pirata como cualquier otro. Su negocio no tiene el más mínimo toque de originalidad ni se diferencia de es-tafas similares que otros barrios en las grandes ciudades cometen otros tantos urbanizadores piratas.

Chavez vendió cuatro mil lotes sin lle-nar ninguno de los requisitos legales.

Ni siquiera estab inscrito en la Superin-tendencia Bancaria. Además el terreno se encontraba hipotecado; por lo tanto no podía realizar ninguna clase de ope-ración comercial con él. Por otra parte, y a pesar de que afirmo lo contrario, el lugar no contaba con vías de acceso ni servicios públicos.

Aseguro que cada lote medía 200 me-tros y la gente recibió a cambio terrenos que tienen 122.50 metros, además a pe-sar de que la liquidar el valor del lote se dijo que cada uno costaba $30.000, al finalizar el pago los compradores resul-tan entregando la cantidad de $35.000. Cinco mil pesos más por familia que se suma al engaño de recibir lotes mucho más pequeños que lo establecido en la promesa de venta.

En numerosas oportunidades hemos denunciado las actividades de estos es-tafadores. En las ciudades proliferan y engañan a la genta con toda la libertad, sin que ninguna alcaldía ni autorida intervenga con energía para frenar sus actividades. La lista es larga y se han ido apoderando de sectores cada vez más amplios de la periferia de Bogotá. Negocian con la escasez de vivienda, la miseria y las necesidades de la creciente población de las grandes ciudades.

UNO DENUNCIA

A nombre de la central Nacional Pro-vivienda el concejal comunista Mario Upegui, el senador de la UNO Hum-berto Criales de la Rosa y el vicepre-sidente de Provivienda Alvaro Rodrí-guez, formularon denuncia ante el Juez penal del circuito de Bogotá contra el urbanizador Clemente Chavez Jaimes por sus negocios ilícitos.

Es la primera medida que toma el Cen-tro de Provivienda recientemente cons-tituido en el barrio. De esta manera el urbanizador pirata que se paseaba in-solente y amenazador encuentr ya una situación distinta. Una tónica diferente en las familias a las que antes trataba de atemorizar con gritos y amenazas.

La única defensa posible para los traba-jadores y destechados. La organización y la lucha. La unidad y la acción belige-rante contra todo género de estafado-res explotadores que proliferan en esta sociedad.

*Artículo de prensa publicado el 14 de agosto de 1.975, por el Semanario Voz Proletaria y escrito por la diri-gente Comunista Yira Castro (QEPD) esposa del inmolado senador de la re-publica Manuel Cepeda y madre del actual senador Ivan Ceperda Castro

EL “GRAN BRITALIA”

FOTO CORTESIA CENTRO DE PROMOCIÓN Y CULTURA

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Durante los últimos 50 años Bo-gotá se ha ido poblando con la diversidad de Colombia, de-

bido a la violencia ejercida a la pobla-ción así como a la falta de condiciones económicas para propiciar una subsis-tencia básica y digna. Por eso esta ciu-dad se ha convertido en las historias de todos esos habitantes que han llegado con su tiempo, habitantes de esa otra Colombia que no aparecen en las no-ticias pero sí en nuestras esquinas, con acentos raros, contando los pasos que los han traído hasta aquí. Todas estas personas, además de su humanidad, han traído costumbres, pueblos y tra-diciones que se han ido mezclando y dando sus frutos con sus respectivos colores.

El barrio Britalia, que desde hace más de cuarenta años se ha ido constru-yendo por sus habitantes, es también la suma de estas historias que por aquí caminan y han caminado en diferentes épocas.

Es por esto que decidimos preguntar a tres vecinos de este barrio, que han sido parte del transcurrir de una comu-nidad en constante transformación, al-gunos apartes de sus historias que nos brindan una mirada de sus pasos en el tiempo.

Yudy Andrea Fuentes: Directora del hogar infantil la casa de los niños y las niñas: Este proceso empieza en los años ochenta ante el problema de que los ni-ños y las niñas se quedaban solos en las casas, pues los padres tenían que salir a trabajar y no había quien se encargara de ellos. Se cuentan casos en donde los hermanos de 5 años cuidaban a los de dos y eran frecuentes las quemadu-ras con las estufas de gasolina, además del abandono generalizado en que se encontraban la mayoría de los niños y niñas del barrio, viendo esto, un grupo

Un diálogo entre tres organizaciones comunitarias de Britalia.

de mujeres se juntan para mirar que hacer y deciden ir a hablar con los de la Junta de acción comunal para buscar un lugar en el cual se pudiera construir un sitio para el cuidado de los meno-res. En ese momento Espacio público contaba con un lote que tenía como destinación ser parqueadero, así que Espacio público y la junta decidieron prestar este lugar para construir esta casa. Este espacio no es de nosotras, es de espacio público y esto es nos ha ge-nerado problemas, pues para espacio público esto es aún un parqueadero. Los vecinos con los que se construyó este espacio se han ido marchando y la gente que ha ido llegando es muy difí-cil comprometerla y que se crean en la importancia de apropiarse de este es-pacio como parte necesaria en la cons-trucción de esta comunidad.

Este espacio se lleva con la ayuda del ICBF, anteriormente la lucha era por las garantías laborales para las ma-dres comunitarias, por los niños siem-pre han respondido. Ahora la lucha es porque nos volvimos muy sistemáticos, todo tiene que ir con una firma, con un papel ya no les importa como los niños se educan, sino que el papel vaya bien y que el informe este excelente.

Alba Nelly Minas Puerto Tejada cau-ca, asociación mujeres negras de Bogo-tá, Grupo de danza y música palenque, Guardería niños del Pacífico:

A nosotros nos pasa igual, en el jardín niños del Pacífico, bienestar quiso ayu-dar dando unos aportes que finalmen-te eran mínimos, pero eso cambió todo, porque ahora los que daban las ordenes eran ellos, así que decidimos decirle que preferíamos seguir sin plata pero con libertad.

En la época que yo llegué no habían muchos afro colombianos. Eso de lle-

gar a Bogotá una ciudad tan grande fue difícil, hacía falta la familia, por eso decidimos encontrarla, buscar a la pri-ma hermana para sentirnos en comu-nidad. Porque es muy difícil venirse de un pueblo pequeño a una ciudad tan grande uno se siente perdido y más cuando el rechazo y la estigmatización

La casa de los niños y las niñas, Asociación Enrique Gross, Asociación mujeres negras de Bogotá.Por Andrés Hernández

es la bienvenida. Así que decidimos or-ganizarnos como Asociación mujeres negras de Bogotá.

Entonces nos organizamos en torno a nuestros derechos, pues la mayoría de las mujeres trabajaban en casa de fami-lia y eran victimas de casos de explo-tación, esta fue otra causa que nos hizo reunir, íbamos con nuestros niños a las reuniones, pues era costumbre de car-garlos para todo lado, ¿Qué le vamos a dar de alimento a nuestros hijos? Em-pezamos a cuestionarnos. Era necesa-

rio y fundamental que se mantuviera la gastronomía nuestra, había mujeres del Choco, del Cauca, de todo lado, esa variedad de comida de tradiciones y culturas se encontraron. Decidimos que los niños debían aprender a comer champú, el pescado, su platanito cosi-do, toda la comida de tierra. Esos niños de la guardería ahora son los niños del grupo cultural palenque y los últimos están en el grupo palenquito, la relación con esos niños no se ha perdido, tengo el honor de decir que de esos niños hay uno que toca en el grupo musical Cho-cquib town. Están Larry, Jhon Eduard, y Juan Carlos, que tocan en diferentes grupos como en mala maña, aluvión y que siguieron en el camino musical. Para nosotros la música es fundamen-tal porque la música es alimento para el alma, los tambores son sagrados, no es bailar por bailar. Siento mucha di-cha porque en el grupo todos son pro-fesionales, usted encuentra ingenieros abogados, de todo lo que usted quiera encuentra allí, no nos quedamos so-lamente bailando, es muy importante bailar, pero eso se complementó con él estudio y eso es lo que se quiere con el grupo palenquito, el que está allí, es porque quiere estudiar, no solamente bailar, y si quieren el arte entonces que

se pongan a estudiar danzas, artes es-cénicas, música, para que se profesio-nalicen y puedan alcanzar sus metas.

Benigno Sánchez trabaja con la Aso-ciación de Enrique Gross: Esta organi-zación empieza por iniciativa del padre Enrique Gross, quien nos empieza a invitar a un grupo de adultos mayores para conformar un espacio en el cual pudiéramos encontrarnos para ocupar el tiempo libre. Esto empieza de la nada.Cuando hubo cambio de párroco, al nuevo padre que entró no le interesa-

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ban los temas de los adultos mayores, entonces con el doctor Germán, que era el de la droguería, nos encontramos y dijimos vamos a trabajar por noso-tros. En el salón comunal propusimos formar la organización jurídicamente constituida, empezamos a trabajar en eso, conseguimos un lotecito alquilado para empezar con un reciclaje y poder conseguir fondos para un lote y fun-cionó, pues en ese momento había bas-tante reciclaje y se pagaba un buen pre-cio por él, así pudimos conseguir para las bases. Llamamos al padre Enrique y le dijimos que ya estábamos legalmente constituidos y que pensábamos com-prar el lotecito para poder organizar-nos, a él le llamó mucho la atención.

Cuando vino nos encontró organizados y se animó y dijo, vamos a conseguir el lote. Pusimos de a doscientos mil y empezamos con la primera cuota para conseguir ese lote y con reciclaje lo pa-gamos, siete millones de pesos costó el lote. Hicimos rifas bazares, el padre Enrique Gross consiguió donaciones y de esta manera obtuvimos la casi-ta. Hoy en día la situación no es fácil, pues ya tenemos la casa, tenemos todo, pero hay grupos de abuelos en todas partes, entonces nos han ido quitando ayudas estatales, prácticamente ya nos quitaron el comedor, la alcaldía ya no aporta. Estamos en una situación bas-tante crítica los gastos de la casa de-mandan unos recursos con los cuales no se cuenta y ante esta situación no sé qué horizontes vamos a tomar.

Seguimos trabajando con el reciclaje, pero eso ya no es como antes.

Yudy Andrea Fuentes: En ese tiempo se tenía una necesidad de trabajar por los niños y las niñas desde su cuida-do en un lugar específico, esto se fue transformando para hablar de los dere-chos de los niños y las niñas, y en estos momentos, estamos hablando de unos deberes que deben tener ellos.

Esto se empezó a construir con una par-te prefabricada, eran cuatro salones, y se comenzó con veinticinco niños en esa época, había cuatro maestras, to-das empíricas, que además eran ma-

dres usuarias. La directora era Gabrie-la Echeverri quien asume ese rol por formalismo con el bienestar familiar porque los aportes que llegaban para pagar sus sueldos se los dividían todas, entonces todas ganaban lo mismo, este proceso se dio durante seis o siete años, cuando el ICBF dijo que había que cualificar a las personas porque ya los niños y las niñas tienen que aprender, que no era solamente tenerlos en un lugar donde solo se les cuida, porque bienestar y el resto del mundo ven a los hogares infantiles como el lugar donde los niños comen, duermen y juegan. El proceso pedagógico lo pierden de vista. Entonces como desde hace diez años, que es más o menos lo que llevo acá, el proceso pedagógico empieza a ser mu-cho más fuerte, ya se empieza a hablar de un proyecto pedagógico, se habla de un modelo pedagógico, de indicado-res que miden a los niños por edades. En ese momento a las maestras se nos plantea la necesidad de entrar a la uni-versidad, muchas compañeras, no de este jardín pero si de otros de Kennedy, se quedaron en este proceso porque no quisieron entrar a la universidad pues decían que simplemente no les parecía justo haber dado 20 o 30 años de su vida, para que en estos momentos se les dijera que tenían que irse porque tienen que cursar la universidad. Estas fueron las luchas que se hicieron con las compañeras.

En este momento tenemos a cargo 100 niños y tengo la ilusión que para más adelante podamos ampliar los cupos y poder decir que tenemos 150 cupos o doscientos, la infraestructura lo da, pero económicamente no se puede porque bienestar dice: únicamente doy solo para cien y el resto no lo podemos cubrir nosotras, porque vivimos con lo que nos da bienestar que es el setenta por ciento, el otro treinta por ciento lo aportan los padres, veinte mil o treinta mil pesos. Una de las dificultades que se han venido presentando es que In-tegración social tiene también jardines, en los cuales todo es gratis, la gente se acostumbra a que todo sea gratis, me parece que no es tan correcto pues mal acostumbra a la gente, la cual no aprecia el servicio y toma estos lugares como el sitio donde le encarta sus hi-jos a otros. Los padres que vienen acá lo hacen en un sentido de conciencia,

también es la conciencia con las madres y los padres de que que en el cuidado y la educación de sus hijos tienen un pa-pel fundamental

El proyecto pedagógico lo plantea Pi-lar García, en este momento se está trabajando un programa de inteligen-cias múltiples, en este proceso se da el aprendizaje a través del juego y en el reconocimiento del entorno que nos rodea.

Alba Nelly Minas Condiciones actua-les de la población Afro

En este momento la población está me-jor ubicada, algunos ya son propieta-rios de sus viviendas, otros tienen res-taurantes aquí mismo en el barrio y se ha visto más inclusión de niños y niñas en las escuelas en los colegios, aunque la discriminación continúa, por eso hay que seguir trabajando.

Acá tenemos un palenque en Britalia, se constituyó como un palenque para la gente, y como uno siempre quiere estar donde están los paisanos, pues la gente sigue llegando.

Hablando de mi caso yo me vine bus-cando oportunidades, yo creo que es el caso de la mayoría, otros salen por la violencia, pero el desplazamiento eco-nómico es una causa que muchas veces no la tenemos en cuenta, pues no hay trabajo en nuestras regiones y Bogotá siempre ha sido una plaza en la que la gente encuentra trabajo, aunque eso era antes, porque ahora se ha puesto la situación mucho más difícil, uno en-cuentra muchos paisanos desemplea-dos.

Benigno Sánchez. La situación del adulto mayor

Las condiciones del adulto mayor han venido mejorando pues cada uno ya tiene su bono por cuenta del gobierno, entonces ya prácticamente están dejan-do la casa de lado , porque ya tienen su bono y porque ya hay otros centros para el adulto, está el de Timiza, el del centro vecinal, ya es muy difícil atraer-los hacia éste, estamos en eso, para que el grupo no se acabe, hay que buscar una nueva forma para seguir convo-cando, a pesar que los comedores se

acabaron, hay que seguir trabajando estamos buscando alianzas para poder seguir.

Yudy Andrea Fuentes: La situación del cuidado de los niños. Por las entre-vistas domiciliarias nos damos cuenta que en cada casa viven hasta 6 familias y la desconfianza es presente entre los ve-cinos, las relaciones de la comunidad, y la construcción que se hacía entre ésta, se ha ido perdiendo con el paso de los años. Otro aspecto es la conformación de familias uní parentales padres, ma-dres solteras, abuelastros, que son los que finalmente se hacen cargo de los niños pues las familias muy jóvenes no suelen asumir la responsabilidad frente al cuidado de sus hijos.

En cuanto al sostenimiento de lo econó-mico, han pasado dos cosas de parte de la institución; la reducción de los pre-supuestos para los hogares infantiles y, además de eso, se han ido disminuyen-do garantías para las maestras, como es el caso de la alimentación para ellas, que desde el primer momento en el que se creó este espacio se tomó en cuen-ta para propiciar una estabilidad a las maestras pues el sueldo que ganamos no es que sea bueno, apenas si nos al-canza, hoy en día ya no se puede, Pues la Institución nos obliga no solo a se-parar la minuta de las educadoras, sino que nos obliga a incrementar el pago de los almuerzos de éstas, generando y au-mentando los problemas económicos del Jardín.

Estábamos participando en las mesas de niñez, creemos que es importante en este momento y por ello nos esta-mos organizando, porque en la locali-dad no hay una postura clara frente a este tema, pues como les acabe de co-mentar son varios los temas que atra-viesan el cuidado, la enseñanza y la crianza de los niños y niñas de nuestros barrios.

Creo que este proceso se ha venido oxi-genando y se ha vuelto mucho más pe-dagógico en el desarrollo integral de las capacidades del niño y las niñas, por-que para mí lo político es lo pedagógico en los niños.

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La sociedad actual se caracteriza por los cambios permanentes en las con-diciones sociales y económicas, debido al proceso de globalización que con su avance tecnológico y la eliminación de las barreras a través del ingreso masivo de tecnologías provenientes de los paí-ses industrializados, ha generado en los países en desarrollo una transforma-ción en los modelos macroeconómicos. Estos cambios han inducido mutacio-nes no solo en las formas de producción sino también en la totalidad de factores sociales. La cultura, el sistema de valo-res, los comportamientos individuales y colectivos, pero sobre todo, cambios en la educación sobre lo que se enseña y lo que en verdad se debería enseñar.

A partir de varios estudios se ha podido establecer que debido al avance tecno-lógico, los estudiantes, además de no poseer hábitos, carecen de niveles de interpretación apropiados para el nivel de escolaridad que poseen. Sus niveles de interpretación de textos escritos, símbolos e imágenes son precarios y bastantes ambiguos.

Colombia no ha escapado a esta ola de cambios en materia educativa, sin em-bargo, estos se alejan de una educación para el desarrollo de la imaginación y

de la creatividad. En las escuelas y co-legios, los contenidos y programas son muy rígidos y solo obedecen a los inte-reses de quienes lo representan en ese momento (sector privado, religioso, publico, etc.) no está de acuerdo a las necesidades y expectativas de los jóve-nes y les impide un desarrollo más in-tegral.

Por otra parte la sociedad educa al hombre de acuerdo a las necesidades del mercado, por eso se ha generado el aumento indiscriminado de institucio-nes de carácter privado de orden técni-co y tecnológico, donde se asiste allí a recibir información y titularse, pero no se enseña a pensar, es decir, no existe construcción del conocimiento, donde se ha llegado al colmo de ofrecer cursos o seminarios adicionales para evitarle al estudiante la difícil tarea de presen-tar un trabajo de investigación y trabajo de tesis.

El sistema de educación en Colom-bia es pobre; atrasado en contenidos, formas y procesos; excluyente; desin-tegrado; ineficiente; no responde a las necesidades sociales e individuales y desconoce a sus principales actores: maestros, estudiantes y sociedad, re-sulta discriminatorio porque a los hi-

jos de quienes ostentan el poder se les instruye y forma para administrar, para gobernar, y a las clases menos favore-cidas, para trabajar, para producir. Es por eso que la formación técnica se le ha entregado a los colegios públicos de secundaria para tener un ejército de ba-chilleres preparados en lo dogmático y capacitados para el trabajo y proporcio-nar al mercado mano de obra barata y calificada.

Por esta razón Colombia ocupó el úl-timo puesto (399 puntos) entre 44 paí-ses en las pruebas Pisa, examen que evalúa a los estudiantes en el mundo y que es fomentado por la Organización de Cooperación y Desarrollo Econó-mico (Ocde), los participantes, 85.000 estudiantes en total, respondieron un test en el que debían resolver proble-mas sacados de situaciones diarias a fin de medir las aptitudes que emplearían ante dificultades reales.

Con respecto a lo anterior, como do-cente, me parece importante una pe-dagogía que desarrolle en los estudian-tes criterios intelectuales, capaces de producir soluciones a los problemas, se requiere de prácticas pedagógicas encaminadas al desarrollo primordial de la comprensión y/o interpretación

del contexto en que se está trabajando, se hace necesario que los estudiantes entiendan el conocimiento como re-sultado de la actividad humana de en-frentarse a los problemas comunes y aprender a resolverlos, de esta manera, adquirirán un arsenal de herramientas para comprender el mundo y su expe-riencia, al igual que orientar su acción de una manera creativa y responsable.

Finalmente hoy el país requiere de una pedagogía que desarrolle la par-te cognitiva del estudiante por medio de contenidos y currículos que sean de su agrado e interés y se deben en-señar a partir de sus propias expecta-tivas y realidades, para que aprenda a cultivarse a través de situaciones de la vida cotidiana que él vive, la misma que aporta experiencias útiles para generar situaciones de aprendizaje, para cons-truir un conocimiento que le permita reflexionar y analizar el mundo en que vive, pero no solo para adaptarse a él, sino para transformarlo.

Héctor Rodríguez UnGatoeneltejado@

SE DEBE ENSEÑAR A PENSAR

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EN BRITALIA 1995

La gran bestia llegó arrasando la vidaMetió en nuestras entrañasEl zarpazo del horrorLlenó de miedo las rendijas De nuestras callesY nuestros amaneceresSe llenaron de miedo congelado.La gran bestia intentó paralizarnosCon sus hermosos colores Y su lengua deslumbrante.Pero nosotras nos hicimos fuertesY rompimos la coraza del olvido,Descubrimos el asombroDe los ojos anhelantes,El calor de la mano compañera.Nuestros pasos se tornaron cautelososY tejieron caminos colectivos.Nuestras voces entonaron plegarias a la vida,Nuestras palabras volvieron a la matriz amada Del agua y de la tierra,Nuestras huellas marcaron los pasos que resisten.La gran bestia quiso jugar con nuestros miedosY nosotras multiplicamos nuestra antorcha.

GUERRA

Se trata aquí de cuerpos y ramas rotas,De las frutas que no llegan a la boca de los niños,De la herida repasada, putrefacta, diluidaQue deja a la montaña en el canto de su abismo,De la incertidumbre, no la duda habitanteY salvada del ritual incansable del sueño,Sino de esta gotera de cuchillos,Que no escatima en espaldas ni en amaneceres,Que quema la tierra y los pájaros de un tiroO de los tiros que le sean necesarios.

Sí, también están los escritorios, las babasEscriturales, los vicios de vigor, la caverna,Las maniobras interminables, los nombres propiosEn su fuego fingido, las cámaras de humo,Las piedras que esconden las manosEn esta fiesta mortífera y cobardeA la que estamos dispuestos despuésDe cada desayuno,Pero eso es solo bisutería para muertos.

De lo que se trata aquí es del rebeldeSusurro que negamos a la noche.

María Helena Céspedes Siabato Edgar Suárez

Estos pasos antiguos que recorren mi barrioEstos vientos antiguos que nos trae el recuerdoMe hablan de un camino en el tiempo:Se nos crecieron los sueñosSe renovaron los rostros,La raíz es la misma.

El Carnaval que nació como una puesta en la callePara soltar al aire las miserias y olvidos,Hoy se prolonga en el tiempo…Miles de rostros han caminado esta luchaMiles de formas han anunciado la vidaMiles de voces han renovado los gritos,Las mujeres siguen en pie,Los abuelos han dejado su historiaLas niñas y los niños crecieron…Las juventudes se siguen preguntando lo mismo:¿dónde está la justicia, dónde los derechosdónde la escuela, dónde la tierra,dónde la memoria, dónde los sueños,dónde las luchas, dónde la aurora, dónde el amor?La realidad se agudizóY lentamente entierra sus colmillosY desde el Carnaval somos milesMujeres y hombresQue caminamos y luchamos en clave de esperanza,Que construimos en clave de resistenciaQue construimos en clave de igualdadQue reímos en clave de lo nuevo y mejor posible.El Carnaval es un gran cuerpo que se despereza en mayoY coge velocidad con los vientos de agosto.El sol siempre nos acompañaY el lucero del surNos alumbra siempre a las cinco y media de la tarde.Las Divinidades nos acompañan amorosamenteY nuestras ancestralidades alientan nuestro ahora.Carnaval, ojos atentos, corazones dispuestos, entrañas palpi-tantes,Calidez humana siempre atenta,La gran bestia siempre nos rondaY entre todos, todas, somos muchas.Veinticinco años no son cuento, son Vida que trasciende.

María Helena Céspedes Siabato.

Aquí la noche está quietaEs solo la tribuna del sueñopero en la otra nocheque es un día tal vezse desbaratan las piedraspor encima de los huesosy todo es miedoy nadie duermey nadie pudo dormir

Aquí escribo tranquiloPero hay otras montañasDonde esperan el fuegoYa calcinado de la peorDe las historias

Yo quisiera hacer másQue escupir estas palabrasInnecesarias y fríasNo dar el brazo a torcerNi las piernasNi los dedosPero me queda lejosEl amor de las cosasTanta sed, tanto hilo rotoY yo aquí con mi cara de mal hermano Mirando la nocheQue parece seguirintacta.

E.S. – Amc

De África señores no llegaron esclavos, ni mucho me-nos esclavas Eran reyes, eran reinas que entre muchos secuestraron Eran hombres y mujeres con sabiduría innata Que formaban estrategias pa´ que muchos escaparanY formaran los palenques que del yugo nos libraran. Hoy existe más de uno, San Basilio Remembranza Y esto hace que en nosotros los palenques perdurenManteniendo los vínculos con nuestra madre ÁfricaRebeldía en cada uno de la diáspora africana.

Por nombrar solo la música Que en el mundo entero germinara Con sus ritmos, melodiosos Instrumentos, adoptará esta hermosaCultura que llevo en mis entrañasTransmitiéndoles a mis niños que son los pencos de hoy y del mañana

Del norte del cauca, si señores,Del Pacífico y de la costa atlántica Porque a pesar que muchos mi cultura es africanaY hoy grito y grito y grito orgullosa que soy afrocolom-bianaHe dicho

Porque a pesar de muchos mi cultura es africana.

CARNAVAL

GAZA

PALENQUE

Alba Nelly

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Britalia

Foro Campesino Viernes 25 de julio

5:00 PMFeria de las Regiones

Domingo 27 de julio Parque Britalia

CRA 81 C # 46 B bis-02 sur 10:00 AM JAC Britaliacra 81 b 47a 16 sur

Feria Foro

40 años

Apoya:

"Beca Transformaciones y Prácticas Culturales en Áreas y Territorios Prioritarios de Intervernción- APIS"

Agencia TechotibaColectivo Cultural Nueva EsperanzaCentro de Promoción y Cultura Britalia

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