Kenneth Rexroth

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Kenneth Rexroth De "Actos sacramentales" 2005 Gadir Editorial, S.L. Versiones de Carlos Manzano Andrée Rexroth Han pasado los años. Es primavera otra Vez. Pronto aparecerán Saturno Y Marte por el Oeste, en el crepúsculo. Ahora el sol del atardecer forma Yácenas brumosas sobre Steep Ravine Y las cascadas. Las aves llegadas En el invierno de Oregón, petirrojos y Diversos tordos, se ceban con Las bayas maduras de toyón y madroño. Los petirrojos cantan mientras cae La densa luz. Aquí se esparcieron tus cenizas. Aquí te escribí un poema de despedida Y hace mucho tiempo otro, un poema de paz y Amor, de la fatiga de un largo atardecer Primaveral en la juventud. Ahora hace ya casi Diez años que viniste a morar aquí. Una vez más los sauces que brotan después De Año Nuevo en estas remotas tierras Están en flor. Hay huellas de ciervos y mapaches En los mismos lugares. Nuevos bancos de Arena y lechos de cantos han aparecido donde la Erosión ha roído a fondo las colinas. Los ciclos de la vida son breves. Guerra y paz Han pasado como espectros. La raza Humana se hunde en el olvido. Un avetoro grita desde los mismos juncos donde tú oíste

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Poesía

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Kenneth Rexroth

De "Actos sacramentales" 2005 Gadir Editorial, S.L.Versiones de Carlos Manzano

Andrée Rexroth

Han pasado los años. Es primavera otraVez. Pronto aparecerán SaturnoY Marte por el Oeste, en el crepúsculo.Ahora el sol del atardecer formaYácenas brumosas sobre Steep RavineY las cascadas. Las aves llegadasEn el invierno de Oregón, petirrojos yDiversos tordos, se ceban conLas bayas maduras de toyón y madroño.Los petirrojos cantan mientras caeLa densa luz. Aquí se esparcieron tus cenizas.Aquí te escribí un poema de despedidaY hace mucho tiempo otro, un poema de paz yAmor, de la fatiga de un largo atardecerPrimaveral en la juventud. Ahora hace ya casiDiez años que viniste a morar aquí.Una vez más los sauces que brotan despuésDe Año Nuevo en estas remotas tierrasEstán en flor. Hay huellas de ciervos y mapachesEn los mismos lugares. Nuevos bancos deArena y lechos de cantos han aparecido donde laErosión ha roído a fondo las colinas.

Los ciclos de la vida son breves. Guerra y pazHan pasado como espectros. La razaHumana se hunde en el olvido. Un avetoro gritadesde los mismos juncos donde tú oísteUno en nuestro primer año en el Oeste y dondeYo oí otro un año después de tu muerte.

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Confusión de los sentidos

La luz de la luna inunda los laurelesComo música. El aire iluminado por la lunaEstá en calma. Tu blanca cara se acercaA la mía. La pena voluptuosa nos abraza comoUna telaraña, una canción, un perfume,Luz de luna. Tu pelo cae y nos envuelve laCara. Tus labios culebrean entreLos míos. Tu lengua penetra en mi boca.Un murciélago vuela a la luz deLa luna. La luz de la luna te inunda losOjos, que no tienen iris ni pupilas,Son sólo globos de fuego frío como losDe los ciervos que pasan juntoA nosotros por el bosque desierto. TuEsbelto cuerpo se estremece y hueleA algas marinas. Yacemos y escuchamosNuestra respiración a la luz deLa luna. ¿Oyes? Respiramos. Estamos vivos.

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Fugitiva

Traes destellos de lluvia en los cabellosBrillantes que te cubren la frente;Tienes húmedos los ojos, los labios mojadosY gélidas y rígidas las mejillas delFrío. ¿Por qué has estado ausente tanto tiempo?¿Por qué no has venido a mí hasta lasTantas de la noche, tras caminar durante horasContra viento y lluvia? Quítate el vestidoy las medias, siéntate en este sillón profundoJunto al fuego. Te voy a calentar losPies en mis manos. Te voy a calentar senos yMuslos a besos. Ojalá pudiese encenderUn fuego en tu interior que nunca se extinguiese.Ojalá pudiera estar seguro de que llevasBien dentro un imán que siempre te traerá a casa.

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Otras ventajas de la cultura

Un día en la biblioteca,Perplejo y distraído,Hojeando un libro tedioso, meEncontré con una fotoDe la vasija en que reposanLos restos de Buda.Sentí un escalofrío. Me desasosegóEse mínimo contacto conUna calma que no puedo conocer,La apertura a ese parajeRecargado de un mundo mejor.

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Vacío solo

Tiempo como cristalEspacio como cristalMe siento en silencioEn cualquier parte cualquier cosaSucedeMuda sonora apacible turbulentaLa serpiente se enroscaSobre sí mismaTodas las cosas translúcidasDespués transparentesLuego volátilesSólo vacíoSin límitesSólo la canción infinitamenteApagadaDe la mente enroscándoseSólo

De "Actos sacramentales" 2005 Gadir Editorial, S.L.Versiones de Carlos Manzano

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De "La señal de todas las cosas" 2004Editorial Universitaria S.A. Santiago de ChileVersión de Marcelo Pellegrini y Armando Roa Vidal

El cometa Halley

Cuando en tu madurezEl gran cometa venga nuevamenteRecuérdame: un niño despiertoUna noche de verano,Junto a mi pequeña cama Mirando esa estrella de pelo largo Hace ya muchos años. Ve hacia la oscuridad y mira Su penacho sobre el agua Derramándose en la noche líquida,Y piensa que la vida y la gloriaSe agitaron alguna vez en mi sangre,Al igual que para los que se fueronAntes que yo, pequeñas gotas De ese río de billones de años de largo Que fluye ahora por tus venas.

Versión de Marcelo Pellegrini y Armando Roa Vidal

Ellos dicen que esto no es un poema

El orden en el universoEs sólo el reflejo

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De la voluntad y la razón humanas.Todo ser es contingente,Ningún ser subsiste por sí mismo.Todos los objetos son movidos por otros objetos.Ningún objeto se mueve por sí mismo.Todos los seres tienen origen en otros seres.Ningún ser lleva en sí su propia causa.No hay ser que sea perfecto.El ser ignora la economía.Los seres se multiplicanSin una necesidad. No poseenPrincipio de razón suficiente.El único orden de la naturalezaEs la relación armónicaDe una persona con otra.Las relaciones que abjuran de la personaSon por esencia caóticas.Las relaciones entre las personasSon el modelo a través del cual vemosEn la naturaleza un sistema.Desde Homero, todos los hombres sensiblesNos han exhortado una y otra vezAcerca de que el universo yLos grandes principios y fuerzasQue mueven el mundo, poseen armoníaSólo como reflejosDel coraje, la lealtad,El amor y la honestidad de los hombres.Dejados a su suerte, esos principios son cruelesY completamente superfluos.El hombre que claudica ante ellos acaba en la locura,Mata a sus hijos, su mujer o sus amigosY muere sumergido en el polvo sangriento,Habiendo destruido el trabajoAtesorado por las manos de otros hombresSólo quien es más listo que ellos logra sobrevivirY encuentra un hogar donde envejecer.

Versión de Marcelo Pellegrini y Armando Roa Vidal

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Entre dos guerras

¿Recuerdas ese desayuno un día de noviembre:Uvas negras heladas oliendo vagamenteAl corcho en el que estaban envueltas,Pan frío con carne caliente y blanca,Y chocolate espeso endulzado con miel?¿Y las fiestas nocturnas; el gin y los tangos?¿Las rotas rejillas para el pelo, las perdidas cremalleras?¿A dónde se ha ido todo,Las hermosas mujeres, las horas sin rumbo?Nos decían que estábamos perdidos, que éramos locos e inmoralesY que interferíamos en los planes de los que tenían el poder. Y hoy día, millones y millones, encerrados vivosEn los ataúdes de la circunstancia,Golpeando en la tapa de los féretrosApiñados en los sótanos de las ruinas, y disputandoSu propia carne destrozada.

Versión de Marcelo Pellegrini y Armando Roa Vidal

Entre yo y la muerte

para la música de Jimmy Blanton: SOPHISTICATED LADY; BODY AND SOUL

Un fervor te abrasa a veces,Y tú te inclinas ante él, silenciosa,Cruel y tímida, y a vecesEstás loca de miedoY tu desesperación es contagiosa.La mayor parte del tiempo nos escondemos en nuestros refugios,Protegiendo nuestros espleens, pretendiendoQue nuestros vendajes son nuestras heridas.Pero a veces la rueda del cambio se detiene; La ilusión se desvanece en paz; Y de pronto el orgullo ilumina tu carne -

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Lúcida como el diamante, sabia como la perla -Y tu cara, remota, absoluta,Perfecta y final como la de una bestia.Es maravilloso mirarte,Una mujer viva en una habitaciónLlena de gente frenética y estéril,Y pensar en tu encorvado traseroBajo tu vestido de terciopelo,Y el hermoso fuego expandiéndoseDesde tu sexo, quemando la carne y el hueso,Los increíblemente complejosTejidos de tu cerebro vivosBajo tu rizado, espléndido pelo.

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Me gusta imaginarte desnuda.Pongo tu cuerpo desnudoEntre yo y la muerte.Si me pongo a pensarY prendo fuego a tus dulces pezonesHasta los tendones bajo tus rodillas,Puedo ver muy lejos a través de tu cuerpo.Lo que miro está vacío,Pero al menos está iluminado.

Sé cómo tus hombros relucen,Cómo tu rostro cae en trance,Y tus ojos se ponen como los de un sonámbulo,Y tus labios de mujerQue es cruel consigo misma. Me gustaImaginarte vestida, tu cuerpoCerrado al mundo y contenido, Su maravillosa arrogancia Que hace que todas las mujeres te envidien. Puedo recordar cada vestido, Cada uno más orgulloso que una monja desnuda. Cuando me voy a dormir mis ojosSe cierran en una red de memoria.Su nube de íntimo olorSueña en vez de mí.

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Versión de Marcelo Pellegrini y Armando Roa Vidal

Sólo esta noche

[Eric Satie: Gymnopédie # 1]

La luz de la luna ahora sobre MalibúLa noche invernal las pocas estrellasLejos a millones de kilómetros de distanciaEl mar moviéndose Desde siempre alrededor de la tierra Lejos, tan lejos como cercanos están tus labiosLlenos de la misma luz que tus ojosAmor mío amor mío amor mío El futuro se ha ido muy lejos Y el pasado nunca sucederá. Sólo tenemos estoNuestro para siempre Tan pequeño tan infinito Tan breve tan vastoInmortal como nuestras manos que se tocan Vivaces como el vino iluminado que bebemosTodopoderoso como este único besoQue no tiene comienzoY que nuncaNunca Terminará

Versión de Marcelo Pellegrini y Armando Roa Vidal

Tranquilamente

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Tendido tranquilamente junto a ti,Mi mejilla contra tu firme, quieto muslo,La callada música de BoccheriniBañándonos en la quietud,Mientras el sol abandona los altos de la casa y se aleja Por el Pacífico, en calma -Tan calmado se mueve el sol sobre nosotros, Tan calmado como siempre, Tan calmados, nuestros cuerpos, agotadosPor el tiempo y las penitencias del amor, nuestros Cerebros ovillados, quietos en sus conchas, adormecidos,Nuestros corazones lentos, tranquilos, confiadosEn sus ritmos entrelazados, el pulsoEn tu muslo acariciando mi mejilla. Tranquilo.

Versión de Marcelo Pellegrini y Armando Roa Vidal

Un diálogo de observar

Permíteme celebrarte. JamásHe conocido a nadieTan bella como tú. Yo,Caminado a tu lado, observando Cómo te acercas a mí, contemplando La apacible gracia de tu mano y tu muslo,Observando a tu rostro cambiar con aquello Que callas, mirando tus Ojos solemnes cuando se vuelven a míO hacia ellos mismos henchidos de conocimiento, Lentos o veloces, observando tus labios Rebosantes, partidos o meditabundos,Observando tu delicada cintura, Tus orgullosas nalgas llenas de gracia, como unCisne en travesía, un animalLibre, tu ser más íntimo,Indómito aunqueAbandonado, como yo lo estoy en ti,Escuchando por casualidad el perfecto

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Lenguaje de tu movimiento, amorConfianza y seguridad mientrasAlimentas o juegas con nuestros hijos.Jamás he conocido a nadieTan bella como tú.

Versión de Marcelo Pellegrini y Armando Roa Vidal

Los poemas de amor de Marichiko (selección)

Versión de Pablo BoullosaEd. Verdehalago julio de 2005

para Kenneth Rexroth Marichiko

para Marichiko Kenneth Rexroth

IVMe preguntas en qué pensabaAntes de que fuéramos amantes.La respuesta es fácil.Antes de conocerteNo tenía nada en qué pensar.

VISólo nosotros.En nuestra pequeña casaLejos de todos,Lejos del mundo,Sólo el sonido del agua sobre la piedra.Y entonces te digo:"Escucha: el viento pasa entre los árboles".

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VIIHacer el amor contigoEs como beber agua de mar.Mientras más beboMás sedienta me pongo,Hasta que nada puede saciar mi sedSino beberme todo el océano.

IXMe despiertas,Apartas mis muslos, y me besas.Te regalo el rocíoDe la primera mañana del mundo.

XIIITendida sobre la paradera, abierta a tiBajo el sol de la tarde,Una vaga neblina esconde a mediasMis pétalos de rosa.

XVPorque sueñoContigo cada noche,Mis días de soledadson sólo sueños.

XVIIIEl fuegoQuema mi corazón.No levanta ningún humo.Nadie lo sabe.

XX¿Quién está ahí? Yo.¿Quién yo? Yo soy yo. Tú eres tú.Tomas mi pronombre,Y somos nosotros.

XXVTu lengua borda y se deslizaDentro de mí,Y me vuelvo sorda y resplandezcoCon una luz inestablecomo el interior

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De una expansivaY dilatada perla.

XLIICuántas vidas haceque nadé por vez primera en el torrente del amor,Para descubrir al finQue la orilla es inalcanzable.Y sin embargo séQue voy a seguir nadando y nadando.

XLIVEl desorden de mi peloSe debe a mi almohada insomne y solitaria.Mis ojos hundidos y mi rostro demacradoSon tu culpa.

LEn el parque un cuervo despiertaY se lamenta bajo la luna llena.Y yo me despierto y lloroPor los años que se han ido.

LI¿Me hiciste tuya porque me amabas?¿Me hiciste tuya sin haberme amado?¿O solamente me hiciste tuyapara poner a prueba mi corazón?

De "Los poemas de amor de Marichiko" 1978Versión de Pablo BoullosaEd. Verdehalago julio de 2005