Juan Antonio Ramírez - Cómo escribir sobre arte y arquitectura

95
\-i r ;j¡ \ FFT

Transcript of Juan Antonio Ramírez - Cómo escribir sobre arte y arquitectura

  • \-ir;j\

    FFT

  • El--

    lndice

    YNxo3(b, lntrdrcdoffi=-ffi l. Alguo.3 prqunlas inlcller2. Sobae qu cscrlbr y

  • nrlH5 H hJ H

    a

    tr 1'Llntroduccin: qu hay en este libro

    y para qun 3e ha escrlto aaal;Ii,TITTITIIIItI

    Si i, ledora o ledor, escribes ya asiduamenic so-bre ane y arqultectura, y lo haces ben, domlnan-do todos los trucos del oficio, no debes lee estpginas. Tampoco debes hacerlo si crees que sobrceste asunto son lntils los consejos o cualquler ln-tento de trans[tir la expriencia ajena. En ealldd,lo que sigue cst escrito pensando en los prlncl.piantes. Mc dlrl.lo especialmenle a esosJvenes en-tusiastas que quiren ser historladoes o crltlco dcarte, y lienen slnceros (y candorosos) descos dcaprender. Qu profesiones son sas?. se pr"guntna vces intrlgados. Para dedicarse a ellas, qu hr.bilidades se rluicren?

    Aqu hay al8unas respuestas. Es un llbo mo.deslo, pero rmpoco quiero ocultar que mc pro.pongo abordar cuestiones muy trasctndentales prrrquienes aspiran a consagrarse (o y: lo han hecho)al estudio del ane y * la arqulteoura. Doy orlcn-laciones gendcas y algunas normas preclss3 praelaborar buenos textos, lo cual s importanie cndisciplinas humanfsicas como las nucstrs. Y crque, si bien empleamos o(asionalmente convcn.ciones grlicas y otras smbolizaciones de orlgcnmatemtico, lo cierto es que nucstros saberes redespliegan en y con el lenguaje. Lo habitual cs h.cer discursos, generalmente escrltos, destlnados sectores de pblico determinados. Me parcc nor-mal que nos phnteemm cmo mejoraf es lrab.Jo.

    Poseo, pucs, la frmula mgica que garantlu.r l xito literario a quien se la aprenda? De nln-guna manera. Una (06 tal no xiste y todo el mun-do sabe que es sicmprc muy difcil escriblr bien.Al8nos creen. Incluso, en la inutilidad de inlenbr

  • - --- -- lE q-t --F --ltf-3IaaaaaaIaaII{lIIaIaaaaaili

    ensear algo semejane: o se tiene tlento o no setiene. En cl primer caso seran innecesarios los con-sejos, y cn el rgundo no serviran d nada. Estaidea proede de convicciones como las xprsadasen estol tfmlnos pof una experlmentda lratads-ta contempornea: (El poceso creativo no puedeni debe rtXlrse por unas normas precisas; l mlsmo,autnomo, impondr sus propias leyes, difcrentesy nlcas, El creador sabr muy bien intuirlas y res-pelarlasrl'.

    Es clcno que los bucnos escrltores srrelcn con-ravenir Ias exlrativas, romplendo muchas con-venciono. Pero tambin elkrs han pasado por unaprendlzaJc. El talnro se debc cultivar, pues de locontrrlo cs dlfcil que pueda gcnerar productos

    suscepdblcs de llegar a los dems. Conviene recor-dar, adems, que una oosa es la escritura crrariv yotra los gneros acadmicos. No cabe duda de quees ms fful dar pautas para escibir un ancrlo o unapropuest de exposcinJemporal que ensear acomg)ner un poema con rima libre.

    Dos ldcas campean, pues, sohre estas pginas. tprimcra cs de carder eplstcmolgico, y podrfamossintetizrrla diciendo que nos representamos a lahisloria del an como un conjunlo de sabres des-plegadoe en escritos (eventualmente ilustrados) dedifereffc nuraleza. No es una o'?roi en sentido cs-lricto slno un campo del saber que se cuhiva prac-licando varios gneros. Ya matizaremos eslo unfroco ms, pem podemos anlicipar que, en trminosgenerales, la relacin entre el expelo artstico (elescrltor) y el pblim receptor de su trabaio no essiempre tan resinglda como en las ciencias fsico-matmdcas (cuyos anculos especializados slo losleen otms c{entficos), nl normalmene ian ampliarmo la del novelisra o el ^-riodisa. Y una cosa sest clara: hacer historia dcl ane o de la arquitec-rura impllca adoptar una o varias cstralegias ltcra'rias. dependiendo del lugar rlonde se vaya a Publi'

    car el discurso en cuestin. Los gneros tienen mu-cho que ver con las expectativas y con el nivel hi-pottico de los presuntos leoores-

    I olra idea es qtle algo de todo esto puede en-searse. Muchos profesionales han llcgado a escri-bir bien tras largas dticadas dc azrosr) aprcn(lizaic,sacando lecclones de los errores cometdos y to-mando nota de los acleos propios o ajenos. Esroyconvencido de que su bagaje profesional pucde srrmuy til para los dems. Un buen consejo evita pa-sos en falsr, prdi

  • iE f- !r-ll-

    Eq El*ltJ

    *11kHB HE/fdtslrat-JbJ u r 1r

    se picnsa hoy sobre las prcricas propias dc la dis-ciplina. Aunque hay nruchos imrortntes crlicos clistrriadorcs auscntcs de estas rginas (csle lihr( roes cn atrsolutt un .quin cs quin, de la pro[e-sirin), s pucdo afirmar quI: todas las elrcucstas re-cibidas pertcnecen a escrilores de ane y arqui(ecturade gran relevancia en la Espaa actual. por eso meha parccido interesarrte que mis lectores supieranalgo de los opinantes y qu rostro tienen: las bre-ves semblanzas bio-bibliogrlicas que tiguran entreestas pginas (ms las fotografas que he podirloconseguir) pretenden satisfacer la natural curiosi-dad respecto a los ncoautores, de este librito.

    Aqu tienes, en [in, lector benevolente, una es-pecie de manual (o se Irata de un ensayo?) sobrelos gneros dc la histtria y Ia crtica artstico-ar-qtitecttrica; tambin es el prinrer intanto, hastadtrnde alcanzo saberlo, de elaborar un libro de es-,i/o para nuestro oficio. Como en otros casos simi-lares (libros de estilo de los periridicos, por ejemplo)se aade subreptcamente un esbozo de cdigo de-onkrlgico. No hablo de leyes de cumplimiento ine-ludible sino de exhonacitnes ticas. Moralina seu-dorrcligiosa? Ya vers que estas cosas, para m, sercdrccn ms bien a corrscjos tcnicos: debes con-prender que cl conlporiamiento vnal genera con-fusi(in intelectual, y no es fcil .escribir bien cuan-do unrr dice barbaridades o pretcnde disinrular laverdad de las cosas.

    Quicro acabar esta irlroduccin dcsligarrdo alos colegas y anrigos que han apoyado este proyec-to (sobre todo a quienes respondieron las pregun-las que les envi) de todos mis errores y limitacio.res. S(r qrrc es muy avenlurado por rni rane latrzaral pblico este tratadito, como si yo no fuera tam-bin un aprendiz que libra cada da encamizadas ba-tallas con cl lenguaje, intcntando escribir con cla-ridad y sensatez. Tanpoco son culpables de estaosada los estudiantcs de mis cursos y talleres de

    escritura histrico-arrstica, impartidos en distintasocasiones en la Universidad Aurnonra de Madrid.Pero s debo decir quc el c()ntacto cen estos alurrr-nos me ha estlmrlado. ns que ninguna otf (or,a poncr por escrilo ideas qtre han ido su]gicnd(,,c

  • Primera parte: cuestiones generales

    Por qu esarlblmos?

    "Se esoibc para tatar dcentender mejor lo quc noest tan *ro omo dien".

    ise?

    Al hilo de estas cuestiones aparecen otras sohrelas que iremos hablando en las pginas sucesivas,pero Io mejor es empezar respondicndo a la msacuciante de todas: Por qu o para qu se escribc?Tomo prestadas, de momento, las palabras de rrnagran escritor como Carmen Mafln Gale: rSc -cIibe para lanzar al a --ternlmpr los asetos ajenos, para lratar de enlrn-der meio. lo que no est ran claro c(rmo dcett. P.1ra-

    concepcin global de laTi?l-a IiIET?iffiiTrrp!4!s!!4!3J muy especialmenrr: A quin sc (li-

    Doner en tela de iuicio incluso lo oue uno mismoffi-.,@parece... Un escritor... (scrhe ... lorquc crce qlr(.l[qu-e va a dqcir no lo.ha

  • l.J l-/ l-./ V1 - E -dido afirmativamerrte. Me parcce imprescindible-a[irma Gonzalo B()rrs- tener en cuenta el desti-natario dc la escrtura. Es obvio que !g_g!]g_q!s-nro ur p()nencia para un conPrcso cicrrlfirrr oucui-liEru defffiiaEmbia la eslructura na.rffirprevi-mente su destino: dnde va a ser editado ypara qu tipo de leaor. No ne sirve la acltud de 'mepongo a escribir y luego ya ver dnde lo publico'.En cualquier caso siempre tengo como refernte aun lecror inteligente, lo que no significa informadosobre el tema, Nunca doy nada por supueslo; talvez sea una de[onnacin doccnte".

    Jaimc Brihuesa afirma; .Debemos nensar cn elespeoro del oblco oue va.r'@.un"comunicacin dialctica, ya que de los contraros,de Ia autoidentificacin opicea del ledor, se ocu-pan algunos prceres, la televisi[ y otros mcdiosde comunicacin masiv,.

    Transcribo, linalmente, pafa no hacer inlerm.nable este elenco de opiniones coincidentes, Ias ma-tizaciones aponadas por Valeriano Bozal: .Cuandoescribimos. lo ha(emos dentro de un qneildei;mirad_e-qug tene lectores concretos. No es lo mis:

    b l-r

    - - - latt b itt i t tat !]rl tats st1 -tisfilc tottt dcuudt so-

    El pblico al que nosdirigimos

    en otra clave cstilstica. Ya vercnros a qurr secloresdlll prl)lc() se (lirigc cada urro dc los grirreros de laIristoria rlel rtc- CUeDta, cvidrn te nrctr tc, e /tr.rrrriortlc allareccr cl cscril

  • ,aaaIaaai.la:IJjI

    dla bondad fu un,cxto lic.nc mucho quc w con lascircTlnstancias de su hipo-ttica capcin".

    Aapcclo3 moralct (dlczmandmlentos. o ms,

    u_!1lrfS if!4l!sq!!!!!. un ancr,ln re divul-Saltrt-!!!-@(y,

    menle juicbs de valor ms o nrrnos ap(xlctcos, ytmbin ofrece muchas oportunidades dc l()nrarpanido sobre distintos asuntos polticos o cullura-les. El escritor debe buscar la verdad de las cosas 1,exfrtnerla de tl m(do qu(' s{. (h'slnqu(.rr sir.tnprc rrrsconclusiones ms relevantes.

    2. Puede que el gnero a praclicar no nos pqr-miraffiadeaEnfn?o, pelere---grai,c corr[undir las rve rr,tuales exigencias de concisin con la onrisin dcdalos o conclusiones esenciales para el argumcntoque qucremos desarrollar.

    f. No es adecuadr atribuir a otr(, es('ritor l(, (u(.&Ie$Ldice, o tergiversarkr gravcnrcntr rr favr-Fdcnuestras tesis,

    4, No debemos aproparnos, sirr mencionar laf uenrilTe-r-ZiilElI?iii-osespccialescnconlra-dos por otros. Es una grave equivocacin sltponcrque slo debe menconarsc la procedencia de I)sdatos.

    5. En relacin con lo anlerio est claro quc rle -bemoffi,,,-utores, y no aludir a sus hallazgo: nrenores para di-simular, tal vez, que se les ha robado algo imfx)nanlcy no lo hemos reconocido.

    e .Ls UqS!9iilqrnrnm.gqgales, quc nu!-tos leitrxes Duedan dsrinluir enirt-Il nformi-.l9lfs$hetaeg! r i con '-.a, -lF.lsr r; s tlc-drrcciones o iuicios dc valor.

    7. Tampoco cs rrlc(, (rcultar sillcml icarnLl[l('nuestro pu;to de virtu, pr"ii,nn .iGEEl[ rn---o6iiiidlliii-Giiioso y (ra rtt

  • " lil escrttor est obligadoa upresar seryre lo quel cre l-a VerdLtd".

    8- No basta corr cscribir bien en utt sentido ru-r..,m",iii.liiriiilluilililsedad y la inntora-lrtlrl t[' ttt l( x lrr () (l(' tttt crt'iltlr cslrrrlltillt illcvi'tablencrrte cl rcstltado (l(, cual. dich() sca dc paso,rro se puetle filrnlular al conlrario, pues no es nc-(esrianrcnte buerto todo lcxlo quc sea titalncn-te impecble).

    9. t-,kr *e dt'!9gul.i4rn-phliro cariorsty no cs}-aaiflido con c5 abrumadpras o con unlegj.rAe;t rilso. La erudicin que oculta la laltade idcas es una subespecie perniciosa de la menti-ra acadmica.

    I 0. Tgnrlgs= !:iebaacer-dcd-u(ciooei qrre n(rse-suslq er.eo. inlorrDcons y en datos razona-blerncnte contrastados. La ignorancia y la superfi-cialidad pueden generar la peor modalidd de arro-gancia intelectual.

    P(xlramos sintctizrl() todo con una regla de oro;el cscriror est obligado a expresar sierlg-quelcrcc' Lo Verdad (con mayscula y en abstracto) aun-que slpa que sta se ve obligada a manifesurse siem-pr< nxt verosiutlitud. ll)s tcxtos y sus convencionesvarias fnatirn lo que creemos saber de las cosas. Nodebr ser falso kr que decimos sobre Borromini erlun rarual escolaf ni tamxro lo que aparezca en unersayo univesitario, aunque csl claro, rmo ya lre-mrs dicho, que esos dos discursos tengan un conte-nido y un tono claramentc diferentes. Lo bueno esque anr[r(rs textos contribuyan a enrquecer nuestravisi

  • ,IaIaaaaaaaaaa1a4aila{{

    "S aurntico siempe althpir luste as d. trdbajo.P O nO 'e Cienes anle lasposiblcs raDluciones del co-nocimi?no .

    tnicos? No esrar mal. pues, rabajar sobre FridaKahlo, pem ser bueno que el escritor o escrirora co-nozca el riesgo de caer en los trillados estereotiposfeminisias y surfealizantes.

    Es diffcll cvocar todos los casos que esta proble-mtica puede suscitar, pero sf podemos dar un con-sejo, especialmente a kr ms jvenes: s autntlcosicmpre al clegir tus temas de trahajo, pero no tecierres ante las posibles revoluciones del conoci-miento. Tb dfnes por lo que estudias, pero al es-t\dia camblas y eso te permite ir ms all de ti mis-mo. No te falsees eligiendo cosas y orentacionesinteleduales que no te interesan srlo xrrque su-pongas que eso puede ser profesionalmente opor-rrrno, pem dcbes hacr gala de tu capacldad de apren-dizaie. Lo que no te gsla hoy prrede interesanemutho maana.

    Lo anterlor vale en trminos gencrales, pucs al-gunos pmfeslonales deben ser capaces de escribir mnaceptable correccln sobre muchos asuntos hete-rogneos. Un crtlco de ane, por ejemplo, no siem-pre puede permitirse el lujo {e sele'ccionar aqucllosacontecimlcnlos de acrualidad sobre los cualcs hade ocuparsc. Tbmbin podemos aplicarlo a muchosprofesores en dierentes niveles de enseanza, obli-gadrx como estn a desarrollar temas nruy variadrx.

    fn cua'iquier_caso, es imprescindiblc documen'ers La vaguedail y EmemiaAAT?scriioilg-norante puede y debe evitarse. En esto s se puedetener xio.Ibl vez no seamos capaces de adqtririrel taleno lhcrarlo pero s sabemos cmo se solu-cionan las deflclencias de informacin ante un temadeterminado. A eso se le llama sencillamente es-tudio y, en algunos casos, invesliSacin.

    Si ienes claro cul cs el tenra mhrt' el ttte vasa esctibir es porque ya conocrs algo dcl nrisro: hasledo algtin libro o alculo, has vilo una exposlcin

    (Debes ihtentar conoeer to-dos los datos I opinionesque puedan scr relevantespara el asunto elegido,.

    Fuentes prlmalas

    Fuentes secundarlas

    sobre el periodo o arist qrc te irtcrss, tc ha inr-presionado alguna obra aislatia, etc. In[orm.rrte t.rprolundizar lo que sabrs o crees saber. Debe: in-tentar conocer to

  • fd y lJ L Ld f'd fd f'J l- L' . ) l- f U l-JhH iH

    "Quiz fio t.a ty opera-tiva, ett la praca, esto dis-tilcitl et rc,lisriflhs tposLle fuertes: ttdo wle si sir-r'a d tuttsuos proltitos".

    Libreras y bibllotecas

    rtrer las ttlcnicas de alaque enlpleadas por k ma-rinos de la poca, la evolucirilr de la artillcra, el al-cncc le los nrorlcros, etc. EslaS cosas pttedo arren-derlas en los textos de otros historiadorescs[rcializrdos cn asuntts llictx, de mtdo que yo in-tcntar profundizar (en los archivos y en Ia bibliografaespecializrda) sobre aquellos aspctos propos de micspecialidad no examinados por krs otros tipos dehistoriadores: planos, disposiciones espaciales, con-sideraciones tcnicas y estticas. autores de los pro-yeoos, etc.

    Quiz no sea muy operatva, en la prica, estadisrincin entre distintos tipos de fuentes: todo valesi sirve a nuestros propsit

  • ItIItItIIttItiltf,trtTt;t

    4Hemos anlfado en unanwru cra, y cs mty dificilque searnos capaces de co'nocer todo lo Pxblicddo so'brc nt lema antcs d? po'trnus a escribir.

    pcnorios combina el azar con discrrtibles criterios,vagamente eltlstas. FiSura casi todo Io publicado enEstados Unidos y en algunos pases europeos (sobretodo tnglaera, Francia, Alemania e llalia); las re-vistas espaolas no estn lan ben representadascomo debieran; finalmentc, penas hay natla deAtn(rrica tdna, Africa y Asla. crn iodo, esl(,s ill-ventafios son realment impresionantes, y au'menlan conslantemente de ao en ao. Cada vezse publlcan ms cosas, y es prcticamcnte imposi-blc que lodqallo est recogido o rcgistrado en altt-na naJte. Ni slquiera es posible leer y digerir, en lamayor pane de los casrx, lodo lo qtte o)ntinen lasbuenas bibltotecas sobre algunos asuntos deternli-nados. Quln puede jactarse, por ejemplo, de co-nrcer a fondo la bibliograffa d Picasso? Cuntoslibro! y anfculos se le habrn dedicado en todos lospascs de los clnco continente?

    Hemos ertrado en una nucva cra, y es mtly di-fcil que seamos capaces de conocer lodo lo publi-cado sobre un lema antes de ponemos a escritrir.Qu nivel de informacin le+*'res, '"es. no56'er? ,'Exsle un punr. al Po-d..nr -nrld"atnot r :-u

    pregunta deia al estttdioso en tlna situaci(ir inc(')'moda, aunque todos los experttx constltatlts res-ponden casi de la misma manera. Anlonio BonetCorrea dice: .se debe siempre asPirar al mximo ni-vel de informacin prxible. Ahora bien, existe un l-mite para saber detenerse. La documenacin ex-cesiva acaba sitnd rcncliliv r' innecclfiJ I).rs('cuenla en dnde se encuentra la fronlera qrtc separala insuficiencia de la srrperabundancia de datos esun signo de la madurcz intrlccttal d(rl invcstilia-dor,.

    Jaime BrihueE aade las siStlicnles Preci5on('5:"Por supuesto qtre hay tln nmbral, tna 'nlasa cr-tica'de conocimienros, a partir de los qtte se hacr:rrsible generar el bmqrrejo inicial de un trabaio. I)checho, esre bosquejo es ya la maqueta de un c

  • a--U IH t"H E hJ H IH'f

    HShlr- hi Ih.tJ L l& L. r

    Mtodos paaalmacenar lalnformacin

    Flchas o papelctas

    As es como nos hacemos con un criterio pcrsonaltue ha de pareccrle convincenle al lcclor nrediodc nuestro trabajo. El tcnla debe estar en sr pun-to, por utilizar una nrctf(,ra culinaria: ni muycrudo ni delnasiado cocido. Pcrder un liempo ex-ccsivo con la documentacn previa puede ser tanparalizante y tan letal como una inconsciente pre-cipitaci(n.

    3- Organizacin del nnterialLa informacin que adquirimos para llegar a es-

    cribir sobre algo puede guardarse en la memoriapersonal. pero este procedimiento vale slo paraalgunos gneros breves como elartculo periodsti-co o la crtica. Y ni aun as merece la pena relenerideas o datos cuando podemos apunarlos, archi-varlos y utilizarlos en muchas ocasiones sin nin-gn esfuerzo especial. En la mayer parte de los ca-sos es imprescindible desarrollar un mrodo lgicoque prmta registrar y procesar toda la informacinque adquirmos en el curso de nuestro trabajo.

    Esto es ms importanle de lo que paece. Sonmuchos los que fracasan en sus empeos investi-gadores por no tomnelo en serio desde el princi-pio. Practicar los gneros acadmicos no es igualque escribir una novela, y por eso o recomiendoanotar en cuadernos las distintas noticias, ideas ycitas que uno va recogiendo para elaborar un trabjode cierta complejidad. Con ese sistema es muy dif-cil llevar krs datos de tn lado a otro y ordenarlospara la redaccin. El procedimienro clsico que se hart'vcladr ms eficaz consisle en hccf fichas o rra-lx,l(.t! de rrretliarr lnrarr. tt,, liiitescan de crtulina y yo recomiendo, de hecho, las del)l)cl: rn [oli(, dcl tamao Dir A4 dividido en cua-tro parles proporciona otros tantos papelillos rec-tangulares de un tamao ideal (l 5 x 0.5 centime-tros), bratos, asequibles, poco engorrosos, y muy

    "Cada icha debc enple -arse slo para una idea,notida o cilo ancreta.

    Flchas bblotrllcar

    fciles de guardar y nranipular. Pueden arclvarse enfichers convencionales o en simplcs cajas de zap'tos, c(nl separaciores dc Grtultra, rotuladas o n(), se-gtin lo requlera la temtica de nueslra investiSa-ci(r. Yo he confccciorrado nru(has de esas fichas ntlos folios desechatlos de antiguos borradores, em-pleando la pane trasera, en blanco, para mis anota-ciones. Esto s econmico, desde luego, pero tam'bin ecolgico; no hay por qu derrochar parelcuando est en juego la destruccin de los bosques.

    El sisema requere seguir inflexiblmentc unprincipio bico:,cada ficha debe emnearsc .qdlo fraua idea, nolci'aFta concreta. Tales papeilloscohiben muy poco y es mejor anotar algo que lal vcznecesitemos, aunque no estemo completamcnleseguros de ello, que tirar luego algunos si se reve-lan innecesarios en e curso de la investi8acirr. Ertodas estas papeletas debemos indicar la fuente; au-too ttulo y pBina de la obra, si es una cita o un datoextrado de olro autor; archivo, legajo y Iolio si sctrata de un dato no publicado; cicunstancias con-cretas dc la noticia dn el caso de informaciones ora-les, etc. Slo af podremos reflejar en nueslro escritofinal la proccdencilconcreta de nuestras inlorma-ciones, cumpliendo honestamente con esa impor-tanle obi8adn intclcctual.

    Puede octrrrir que hagamos m!Ig!:!iSbsj.un misfro Ubro o artculo. En este caso no s ne-cesario repeair en todas ellas los datos cd-p-l-etosde la obra en cuestin, bastando una indicacin so-mera y la gina. Por ejemplo, la anotacin .JoaqunyajJ,, Forrrrat arlbticas..., p.78,, colocada bajo unacita concreta, remite a una entrada especfica denuestro fichero bibliogrfico donde s constar lareferencia completa de la obra:

    YARZA LUACES, JoaqunFormas ansticas de lo imaginaioEditorial Anthropos, Barcelona I987.

    d

    I

  • etptptttaaailailr:+trrilililr'..!tri

    " L uos habln,lo de wtfitht.t persttu,tl, u fiu-ciht l uno o varios tro-h.i,s rspfi s. r, lo dt'llut: sc tlabort ttt trttt lti-bliorect priblk,t".

    Otros procedlmcntosde talajo

    Podemos aadir en estas fichas bibliogrficas r-das las observaciones que puedan sernos tiles,como por cjemplo, escrito al dorso de la canulinaanleror: rColeccin de ensayos, mry sul.!cslivos,sobre distlntos aspectos de la (on(ll]rafa nlieval,iluslradt con fitos cn blanco y negro, rlc. Cabcnolras anoaciones, como siglas de bibliccas ase-quibles donde se encu(ntra el libro en cucrtn. lotras cosas anecd(')ticas que sirvan de recordatorioal usuaro. No olvidemos qte cstanros habland(, deln fichero personal, en funci(rn r.le uno r r,ariostrabajos especficos, y no del que se clabora cn unalihliotcca pblica. Reconriendo par cstas ficl)asrtilizar calulinas nrs pcqucas que las dc las ra-pclctas de anotackrnes. Un hucn lrao ruerlc serel estndar de 12', x 7'5 cenrmetros.

    a

    Cmo recoger las citas dc lrn tc\to clsco dclque exista ms d una edicin? Vara mucho, segnla organizacin de la obra. pero un critrio razona-ble puede ser mencionar el libm y captulr unto ala pgina de la edicin que se est manejando. As,ror ejemplo, Pacheco, lib. l, cap. Vl. BonaventuraBssegoda, p. l4l, ndicar que nuestra refercn-cia proccde del captrlo Vl dcl libro I rle El ott! i lapitura de Francisco Pacheco, y quc la hcnos c()-piado de la pgina l4l de la cdicin preparada porBonaventua Basse8oda i Hugas (Edciones Ctedra,Madrid t990). Esfos ltmos datos slo figurarrren nuestro fichero bblogrfico, pues ya hemos di-cho que no es necesario copiark)s c(la vez que to-nlamr)s una anolcin de esc lr!'r.

    Todo esto son pequ(os cons('jos rara la or-ga-nizacin lntfna del material y no irrdican cmodct|emos dtar a pie de pgina, cuando escribinros eltcxto dcfinitivo. Dc rlLl lrablareros nrs.r(lclanle.

    El proctdiicDto que he descrito aqu srtrcra-nrcnte no es nruy distinto tlcl que cntpleu ()tros co-l()cdos historiad()rcs y crlcos dc artc, aurr(Ir(' hay

    inlresanf es vafiantes r.rrticrrl.rrcs: l.ri\ l:('rlr(l( /Galiano guarda en tna,j carlcts rra()rl('s. lol(,(r)pias y noticias relali\.as a lo5 lenlas dc srA euid,Ilsarlculos de anlisis 1,crtica ar(luirrcrrinic. La r('.daccin de cacla uno tlc ellos csti precrdida, prrcr,por ura especie dt rlossier inlr)rrlativo ltili/.-rl)l(.rrestttrritrlt,rncntc, p()r (lralllricr ()lr r( r\()r)r, .lr-tes y drspus dc quc se haya escrilo el tr\l() quc rx)-liv sr confeccin. Sc narcccn trn xrco a csto las r,rr.petas dcl profesor Anlonir) Il()nct Corrca, trrc cxrlirau sislcma de la sillri('rl('mancr.r: uA I lrgr dc krrars, en lccUr.-s difcr('nles, \,())' ton.rlrIr rrfs rr-hre emas qtc mc alraen c nlcr( san. Sit,rnprt'cojoel rapel nrs ccrcan(): rra clr.rrlill:r tn blrrco. tlrecorlc. de un folio. cl rcvs dr un. l.rclrrra o rlt'una invitacin... Eslas "fichas r nP.pclcas" dcdislintos lamaos las nrcto en carretar, rrrr rr'l.rgeneral dc'pequeo [(rrmalo. P.rra clsificarla\,.r \vez las rrdc'no denlrr tlc Jrlicos hlarr

  • rdBtEEIdHHaidlry/I

    "El ,ntodo d( trabaJo debestr settcillo. lcco etryorroso flcxible".

    Procedimientoslnformlcos

    " lon ldlr, titt olyidtr quetl objttit'o [itdl t es acu-rular datos porque s sinoara procesar los, elabo.ratLlLl te\tos ori!ndks )' 'lt

    " Pers(nalr{:nte rlrgattizo el Iratcrial dc tln nodo[)aslanle rudirnentario. Para la bitrliografa utilizttfichs crilicas personales; a cada lcclura le atrrr sucorrespondiente ficlra de autrr, drnde anolo las te':ris bsicas del mismo y mis impresioncs crticas;este procedimiento nre evila muchas relecluras.Para el trabajo dc canpo sigo el sistema rle cuadcr'

    ,rs, notando todas las rlbtr'rvci(ll)es nin situ,aconrpaadas cuando es necesario de crt>quis 1'di-bujos a nrano alzada; este sistema evita tcner quevolvcr ms de una vez al lugar correspondiente.Para la investigacin dc archivo sigo el sistera do-cumental de fichas. de pequeo formato, que faci-lita mucho su uso; solarnente cuando un d()cu-n)ento es muy iorportantc y va a ser editado enapndice recurro, con posterioridad, a la transcrip-cirirr ntcgra,.

    De estos resrinonios ()'de otros qri nu.npir-rrros atu para no reiterar en exceso las ideas fun-lamcnlales) se dcsprende una intccsarle conclu-sin: el mrdo de trabajo debe ser sencillo, pococngorroso y flexible; h de permitir recoger y guar-Jar dalos muy variados y. sobre todo, puede sernruy diferente segn el tipo de trabajo que se ela-bore, Esto nos pente aludir ya a los procedimientosinlormtic()s. Los ordenadores porttiles hacen po-sit)lc el lrabajo dirccto en el centr

  • aaartttf,lrItlllf,f,llrl|lr,tt{t{rt

    rCon caalquier mquinafotogrfiu quc uxmos, de-bemos poder @ntrolar a-nualmente el mfoque y losparmctros luminosos".

    Sl haces fotos de libros y revistas, o quieres re-producir planos, postales, pequeos dibujos, copiarotras fotografas, etc., necesltars un objetivo ,nao,que permite acercar la cmara a deralles muy pe-queos. Ms baratas, aunque igualmente eflcaces,sonhs lent* dc aproximacln que se colocan delan-te de lm objetlvos ordinarios permireodo las mis-mas prstaciones que con un macro, Las tiendasspeclallzadas de fotografa suminisrran informa-cin sucienc sobre estos y oros mareriales. Insisroen quc no necesitas ser un especialish y por esorenunclo a dar aqu informacin detallada sobrelos muchos tipos de cmaras, y la casl infinita va-riedad de accesorios fotogrficrrs disponibles en elmerctdo. El materlal imprescindible no es tan carocomo algunos suponen, y no olvides que algunosesablecimienos venden excelentes produclos desegunda mano, garanlizados, cuyas prestacionespuedcn ser tan buenas como las de las ltimas nvedades del comerclo-

    A propsito dc esto, tlcbe: saber quc al histo-riador del ane no le convicnen las cnraras supe-rautomticas, de modo que algunos ntodhs apa-rentcmenle anlcuados pueden ser excelcnles paranuerlro rabajo. Con cualquier mquna lotogrfi-ca que usemos. debemos poder controlar m.nual-mente el enfoque y los parmeros luminosos: casisiempre (sobre todo en frtos de arquitectura) esbueno aumenlar la exposicin con respecio a loque marca el fotmetro automtico.

    Entre los accesorios, es indispensable roscer untrpode y un disparador manual. Ello rc rrmitir fo-to8rallar y esludiar cosas muy oscuras, casi invisi-bles para la mirada ordinaria. Muy conyenienle eslamtln un tahlero repr(xir(tor. quc sirve p.rra fi-jar la cmara cuando se hacen fotos de libros, o ra-peles varios, aunqtre tal vez esto re(luiera un Fra-rlo de cspcclalizacln nrayor (casi todos losprofeslonales espaoles se srven de los ableros re-

    Tlpos dc pelfcula ycmaras espla

    claslficacln de laslmtenes

    productores que hay en krs depanamcnlos rrnivcr-sitarios).

    Con todo lo anterior ndrs emplear pelculas desensiblidad muy baja, de 100 ASA o men()s, puesestas tienen el grano muy fino y reprodrcen con ma-yor fdelidad t(xlos krs detallcs. Alrra lricn, hs lrir-toriadores del arre y de la arquitectura hacen mu-chas fotm tiles, desde el punto de vista profesional,en el cuso de viajes mprovisad(rs, () cn circuns-tancias muy adversas. A veces no podem()s trans-porlar una cmara pcsada, con sus acces()rios, ytampoco estamos seguros de que vamos a encon-trarnos, por sorpresa, con algo imporlanre paranuestro rabajo. Es convenienie por eso llevar siem-pre una cmara pequea, lipo respa,, aunque deun formato estndar de l5 mm (no recomiendo lasque necstan pelculas de pequeo fornralo, comlas de I 10, pues la oferta de este material en el mer-cado es muy limtada). Esa segunda cmara s pue-de ser automtica y dcber cargarse normalmenlecoo pclcula dc alta scnsibilidarl (2o0 ri 4oo ^S^)para hacer sin trpodc alunas tornas qrre,'altlranoscuras o movidas con las pelculas ortlinarias.

    Sea como luere, el escritor de ane y arquitecturaacaba hacindose siempre con un repenorio de im-genes fundamenales para su trabio. A lo quc ob-iene con su cmara hay que sumar otras fologra-fas, postales o diaposivas, compradas en nruseosu otras intiuciones cuhurales; recones de rridicoso revistas; fotocopias (aceprables cuando se tratade imgenes lineales); dibujos y esqucmas de ela-boracin propia o ajena, elc. Cmo clasfica, guar-da y reutiliza todo ese material?

    El mtodo de las carpetas puede valcr, cn cir-cunstancias normales, tal como kr emplea cl profc-sor Bonct Corea (vase el capltlo antcri()r). P(r{)no cabe duda de que cs difcil, fsicametrtc, archivary manejar varios cenenarts o milcs de intgerres ltc-

    o

  • IHHH ld LrJ h fr fr

    Irrogcrrcas, algo que puede ser irevitable en traba-jos l)ist(irico-artsticos de cierta cotnplejidad. Por esosorrros tttuclxrs kls que rrcorlctdnos crrl)lijar csiexclusivamerle diaxrsitivas, en blanco y rregro o ercolor, sr'gn lo rcquicra cl asuDto a esludiar. Lasdiapositivas cuestan nrenos dinero que las fotogra-fas sobre papel, abultan poco, sor mrry lcilcs dearchivar y de manipular, y dan una calidad de re-produccin superior a las [otografas ordirarias.Uno prede estudiar cualquier problema con ellas uti-lizando un visor-ampliador de mesa. Sirven tambinpara ilustrar las conferencias o las clases, y los edi-tores las prc{ieren cuando hemos de publicar algu-na inragen. Se pueden guardar miles dc diaposti-rs, pcrfectmcnte (lasficadas, en un pcqueomtctrlc construido alefecto. Cmo ptxlramos ha-ccr lo nismo con otras tantas fotografas, recorles,fot()copias, y olros materales vari()finlos?

    Irnrorta mucho rotularlas bicn, po[icndo en clnar(lu(o lod(rs los datos relevantes: autor de laobra, fecha, krcalizacin, procedrncia dc la imagen,y ao en quc se ha hecho esa diapositiva. Cuandocste nrarco sca de plstico (es dccit casi sietnpre) es-cribirelnos estos datos empleando un rotulador es-pecial, para superficics lisas, de punta nuy fina. Laclasificacin ulterior de estas dapositivas es muyfacil, pucs pucdcn ordenarse en cajoner. con guascspccialcs, igual que se hace c

  • {aa{faaa{{a{at{ailIaJ

    Ia

    aTambin los pldnos. md.pas y olros ncurros grf6s,ns complcjos sc haccnahora @n poctdirnientosinfonndticos, .

    - hlsrorl dcl arte yla produccldn dc

    lmtencs (obJetlYas

    rAhoa es cil llublicaraxelentes imgenes en co-lor a tn precio nuy razo-nabk.

    !:i".ftr . -'1 ,-'-.--rrarfl.*L

    miento. No olvidemos que muchos programas ase-quibles de ordenador permitn elaborar con facili-dad muchos grflcos eshdsricos. Tambin los pla-nos, npas y oros recursos grficos ms complejosse hactn ahora con procedimientos informticos.Pero no podemm aspirar a que el escritor de ane do-mine todas estas tcnicas modemas, ni tampoco lasms atcsanales del dibujo tradicional. Ser buenoque busque, cuando lo oecesite, el auxilio de al-gn profesional (grafisra. delineanre, programa-dor...) pero asegurndose el conlrol inielectual delresultado. Eslo es importanre. pues s los disea-dores no rciben n$ru(ones muy precisas puedennlaaiar aspedos lrrelvantes, sin olvidar el riesgod quc sacdfquen Ia claridad conceptual en layordc su peculiar concepto de Ia esttica.a

    5. Dcnchos de rcpmduccinEl dcsarrollo de la historia del ane y de la ar-

    qulectura ha esrado limilado, histricamente, porlas dichades tcnicas para reproducir imgenes.L lmprena de caracteres mviles permiti demo-crafizar los textot alcanzndose as un desarolloprodigfoso de la lileratura, la filosofa, y de cienasramas de la ciencia. Algunos de esos impresos lle-varon lmgenes, pro eran grabados con lacos demadera o planchas de cobre, hechos con proedi-mientos anesanales, caros y de escaso rendimien-to. L hlstoria del arle como disciplina acadmica al-canz su madurez a finalr del siglo XIX, cuando sepudieron comparar muchas imgenes lotogrficasde obras de ane alejadas en el espacio y en el tiem-po, y oando se hizo laible publicar los esultadosy las prucbas visuales objerivas de las investigacio-nes reallzadas.

    La rcprodrrccin masiva de fotografas se ha idoabaraundo a lo largo del siglo XX. Ahora es fcil pu-blicar excelentes imgenes en color a un precio

    Dcrcchos dc lasfotograflas y dcrechos

    de reprodu ccln

    muy razonable, a lo cual lray que aarlir las in,mensas posbilidades para la hisroria del ane dc al-gunos sopores magnticos como el vdeo y el CD-ROM. Por fin parece posible concebir el discursoartstico como un verdadero relato icnico-verbal,sin que sea obligado remitrnos a imgenes impl-citas que el leOor debe recordar o crnsultar en otrrlugar.

    Pero un obstculo inesperado ha surgido en estcdesarrollo prometedor: los derechos de reproduc-cin. Is ,otografas de anc han sido hechas por al-guien, y esa persona, o sus herederos, fene dere-cho a cobra un canon por el uso de esa imagen. Aesto se pueden aadir las condiciones resrrictiyasimpuestas por los propietarios privados o institu-cionales de la obra original sobre la que se ha he-cho la fotografa en cuestin. y por si esro luerapoco, est el anista mismo, autor de ese original, yque puede rbrar .derechos de reproduccin, aun-que no sea ya Iegalmentc dueo dlj su obra (esrosderechos se tanfieren a los herederos, com(, cual-quier ora propiedad).

    Claro que hay muchas excepciones y situacio-nes particulares. Pocas veces es clarr a quirin scdebe pedir permiso o pagar un canon. pero no hayduda de que la maraa legal en torno a csla cues-tin, junto a las elevadas regalas quc pidcn algu-nos, impide publicar muchas imgenes y esr diti-cultando gravemene el desarrollo de la hisroria delane y de la arquileoura. Muchas cosas se repro-ducen sin aclara bien esla cuestin. asumiendo al-gunos ficsg()s: si sc s(rlicitaran por cscril(, t(xl(r! k,permisos y se abonaran siempre todos los dercchosque parece exigir la ley, Ia produccin edirorial re-sultara tan cara que apenas si existira prodrrccirinhistrico-a nstica digna dc mcntirirr.

    Recomierdo, de lrxirs lntdr, estrrrliar la lcgis-lacin. Y ojo con algunos casos: de Picasso, por

  • t- L. I-I '--1 -] t.4 -a h.ET

    o k)s srrrrealistas, las grandiosas exi8encias (olec-tiv.rr. Lrs soflanr,\ rrtr hrs itlt(r(.sr( Ineqrinosdc la sociead burgrrrsa, caduca y lili:tea.Qrr r.rro, nada de cllo sc encuentra c estc escri-lo, A juzgar por b put licado (vasc E/ Par, I dr di-cienrtrre de l99l) parcce quc nos hallamos antcun ejemplo perfecto de prosa sindical-funciona-ial, cuyos catorce puntos (pcliciones, manda-mienlos) podran resunrirse del modo siguiente:elartista debe seguir siendo t:l dueo ms que mo-ral de su obra, aunque la haya vendido, y debe co-brar ror cada cventual reproduccin o transaccinque pueda hacerse de la misma; y el Estado debegarantizar esos derechos de propiedad, para ellosy para sus hcrederos, hasta setenta aos despusde fallecido cl creador.Parece evidentc que han denominado rzanrfesto aunas reindlcaciones legles corporativas con im-portantes secuelas econmicas. Quisiera dejar cla-ro que me lErece muy encomiable el deseo de pro-teger a los ardsfas, qe son seres, segn labras deGordillo, "des'validos y dbiles, algunos dc ellosverdaderos hroes, que trabajan con dificultadesbestialcs. Pcro es nruy poco pr()bablc que se re-medie su situacin ediante esra clase de recl-mciones-

    ' Los catorce puntrs del texto strr bastante cando-rosos. Es llamativo que no reconozcan el distintocarcte de las rbras de arte visual ni tanrroco lanaluralcza ndemoniadamente variada de su hi-pottic reproduccin. No puedc equpararse unleo de Antonlo Lpez a un comic de Mariscal: loprimero es un objeto nico y sus reproduccionesdebern entenderse, normlmente, como recor-datorios o cltas de la obra original; el comic, encrrbio, ha sld(, ct)tx'('bido y.l para srt rcproduc-cin fotomecnica, y su copia es como la de una no-vela. Est claro que ambos tpos de obras no pue-den corsiderarse de la nisma mancra cuando sehabla de ndecchos de auror,. Y qu decir de losmodos, de lor

  • 'aaaaaaaaaaaaaaaft)aaaa'aaa

    una postal con la hlpoica pintura de AnronioLpez no es igual que cproducirla como pane deuna arSumenhcln en un anfculo crtico, en unahistorra dc la pintura espaola contempornea, oen un manual cscolar. Lo mismo podra decirse demuchas fotografas y dlseos grficos, cyas faci-lidades rcricas de reproduccin son mrcho ma-yor6. Es todo ello plrat(a econmica o.y inre-lccrual?Una cosa cs la innoblc crplotacin econmica delos ceadorcs y otra el derccho socil al debate y aldlsfrurc de los produoos culuralcs. Is asimila-cioncs lherales cntrc los dr'rechos de los msicm ocscrltores y los dc todos los anistas plsti(os pue-dc cnducl a Sravcs dsrosiones de la realidad.Pagar por la rcproduccin fotogrfica de una es-culmra cn un libro hisdco.anstico, equivaldaa crdgt una cuota cconmic por la parfrasis o re-sumcn de un pocma, con alguna cIa lieral, enuna hlorla dc la lheratura.No saqucmos las cosas de quido. Una obra es ar-lfstlca cundo ha rccibido la sancln crrica y esconslderada como tal cn los medios especlatiza-dos. El lor es slo uno de los agenres implicadosen l no

  • l-:-iublhIbH rdi

    lr{i

    tr.l hT

    6. PhrniicacirtpreviaSilron8aos quc ya llevatntls utr tellpo razo-

    rat)le d(runrentndonos sobre nuestro letna, hemosac(Dido matcrialcs dc dislinta naturaleza, y llcgael monerlr de empczar a escribir. Curdo exac-tanrenle xrdemos dccidirnos a elb? O dicho de otraranera: .cs neccsario lencr muy claras las ideasanles de elaborar el texto propiamentc diclto? Lasrespursts que nos han dado algunos eminentcsprofesionales indican que no existe sobre esto un cri-terio uriformc. La posicirin nrs radical es la deAntonio Borret Correa: "No se debe escribir ni unsola lirea hasta el monerlo cn el cual, por fin y dercpentc, sc ve con claridad lo que se quicre decir'.

    Ms rnatizada es la postura de Gonzalo Borrs:.Para escribir cualquier texlo es flecesario tenerpreviarrente nuy claro qu se quiere dccir. Lo quesuccde es que en el rroceso misnro de la escriturauno llega a tlesvclar aspectos quc no tena pensa-dos dc antcmano. De nrodo que furmular 1x)r escdlolducc a pr()[undizar cn cl llensanriento y hay ideasque surgcn cn el acl de la cscrilura. Escribir sobrehistoria del ane es un acto creador en cierta medi-da. Uno nunca sabe con seguridad en qu ruede ter-rrrinar trn original, aunque haya sido diseriado pre-vianrente en totlos sus cpgrafes,.

    Y en un cxtrcmo casi (rpucsto al de Burel Correasc sita la respucsta de Valeriano Bozal: .En k quea m respeoa, no tengo muy claras todas las ideasantcs dc cnrrczar a cscribir, pcro s lengo nrental-nrenle (y, por lo general, tambin sobre cl papel unconjunto de ideas que deben aparecer en lo quevoy a escribir. Err algrrnas ocasiones, lrbitin len-go en la cabeza elorden y sucesin de ideas. Ahorabien, a nredida que voy escribiendo, muchas ideascambian y el orden sc transforma, dc tal maneraque todo ello no cs sino un punto de panida. Escribires urra fornra de pensar y una necesidad para po-

    5I

    IJ lr.

    I escitura comomea redaccln

    j l-{t- lr ='?F!L-J L,, L-f tdcr prnsar. ver las ideas escritas, leerlas, me Permiteadverlir aspeclos que dc olro modo pasaran desa-pcrcbidos.

    EsLr rclativa divcrsidad rle opinions si8nifica, errrcalidad, que hay varias a(1itudcs anie el acto de es-cribir. No se trata lanto de caracterizar a difernlcsclases de aulores como dc mostrar al menos dosmodos de aproxinrarse a la pgina (o a la pantalladel ordenador) en blanco:

    l. Pucde ocurrir que anles de empezar lo ten-Bamos tdo muy pcnsado y no quepa ningn res'quicio para la lnrprovisacin o cl sorpresivo hallaz-go inteleoual. Ne!-!!!4!g-91 qlglsgsj tr&14Siano muV ctaro qura ningn Juicio de valor. Puede que no experi-mentemos muchas emociones en el momento dcponer palabras concretas a nuesiras muy elabora'das ideas, pero eso no tiene por qu afeclar a la ca-lidad del resultado: el texto puede ser bueno o makr,resultar convlncente o dejar nsatsfechos a los lec-torcs.

    2. Los conceptos ? el desarrollo argumental es-n semielaborados en la mente delautor. Sabemosaproximadamente lo que queremos decir y tenemosalguna idca del orden expositivo as como de losingredientes eruditos a rtilizar, pcro no estn deci-didos algunm desarrollos ni tamtxro todos los gol-pes de electo, Pueden faltarnos informacionescomplementarls que esperamos procurarnos so-bre la mrcha. Escribir, en est caso, es dar formaa un pensamiento que no exista con anterioridad.Tampoco aqu las emociones del escritor, even-tualnrelrte exaltado ctn sus descubrinrientos, pre-juzgan la calidad de los resultados.

    Entre estas dos posiciones catren, obviamente,otras intermedias. Cualquiera de ellas puede ser le-gtima, y es bueno que conozcanros cul de ellas se

    Delren estar clarastodas las ideas antes

    de escribir?

    " Ett al /.roaaso ,'ris to deld escnturd nrc llegd a des-vtlar usptL'tos quc uo ten-.tptnsddos tlc dlenano ".

    " Esr rrl,i es wtLt litrn dtl1:lSnr I lttltl ttt'tSidadlltt t.t l Ll I r ltut L- .

    Esclblr como mdode pensar

    1,1III;lr1

  • aaa

    arr--I.

    aatalJJar-)

    ----il,-'---il-ilr

    Erquema prelmlna

    "Un csq,rel o argxrnen-tal, algo bsico para quellJt t.xtos no se deshagan.n divagaciones incohe-rcnlet.

    ordenacln de Iaspapeltas

    adpta meJor a nuetra persooalidad. Tambin con-viene saber que los gneros ms cientficos, (te-sis doooral comunicacin de congreso y anculo es-pecializado) nos tnvitan ms a cdada (en el senridocomentado) que otros textos ms u!iterarios,. Parala crfica de ane o el anculo-ensayo, por tjcmJrlo,prredc scr bueno no tenerlo todo claro, y dcjar quela escrltua misma vaya eslirando y configurando lasideas prellmlnares.

    En lodos los casos es casi obligatorio haccr un es-qucma dc los puntos a traar. Puedc ser un ndcecompleJo, sl trabajam

  • -.-,]I r H E H Bl H ba H Y tJ h- lJ|,,J 5 LJ 1 t-r II

    I

    lcncio frenre a los ruidos cotidianos del entorno,. j bien ls ideas que tengo? Sacar el mejor partidoJairlc BrihueSa utiliza un sistema nrs peripatti-co que dcscribc dcl siguicnte ttrodo:

    nEr ttda ni vida s(ilo hc logrado vctrcer o dis-lrular cse miedo a la pgina en blanco dc una for-nra: un larSo paseo solitario que tcrmina en la bu-lli( iosa rnesa de un caf, ante trn papel er blarco;crrtrnces debo cscribir la pritnera pgina (o su si-mulacro). Despus de este acto, que para tn lienerrn verdatlenr sentido catriico, todo vrelvc a larrrrnalidad. Ya s que es un hbito hijo de los mstriviales .picos lilerarios o cinematogrficos, peroes as, y a m re funciona,

    Tnrbin t'stran er l misnra lnra otrrrs prtre-dirricnlos bastante extendidos. como encender uncigarrilkr, o la pipa, servirse ura (o \rias) copas,rtc. No falan los que nccesitan otras drogas msfucrtes para desinhibirse y poder lanzarse a la ta-r(. Yo no recomicndo a los princil)ia[t(s qu( seIabiten a cstas cosas. El bloqueo inicial provienedc que el escritor en cierncs se sienle abrunrado xrrla rcsponsabilidad y la trascendcncia dc lo que va aproducir. Y si no estoy a la altura de las circuns-tancias?, parecer decirse continuamente. Expresar

    Lo nt(ir $ lwcer ejeci- -. de mi irfornracir?. Lo mejor, qnronccs. es hacercios u.tial$ lrdrd rtbo.iar tjercicios menales para rcbajar la Irasccndencia dela trascendencia de nuts- nuestra funcin. Debemos convencernos de quelra fun.in. argumentar sobre ane o arquiteou ra no es como es-

    cribfu Las nores del mal o El Quote. Hacer un iextocorredo se parece a fabricar una herramienta, esdecir, debe ser l en un momento o eo un contexodeterminado. Y del mismo nodo que no imagina-mos al herero yacilando 1o drogndose) antes dedar el prmer maillazo, tampoco debiramos sen-tirnos nosotros cohibidos antes de hilvanar las pri-meras fases dc un escrito,

    Ayuda mucho el trabajo constante. Todos loslextos se lvanl.an poco a poco, y eso requiere pa-ciencia. El ordenador es un instrumento muy id.neo para vencet muchas resistencias: las enormesIacilidades para borar fases o cambiarlas de posi-cin desmitilican a la famosa blancura de la pginainhcta. En la pantalla todo es provisional, nada esindeleble, y por eso da menos pereza empzar, cam-biar, aadir o reorganizar.

    De aqu se deduce ;a el consejo claro de no es-cribi a mano. Me dirijo. obviamente, a quienes notienen todava el hbito prolesional de la escrirura,pues ya sabemos qu cienos comportamientos, unavez arraigados. son muy dilciles de desterrar: Tomwolle necesia, scgn parece, senrir el ruido de Iavieja mquina de escribir nranual. Luis FernandezGaliano essibe sus anculos con gran limpieza, al-piz (yo dira quc los dibuja), y orras personas se lopasan al ordenador. Yo mismo escrib mis primerosIibros con plurn estilogrfica y tinta de color ma.rrn, pucs no me inspiraba etonces el ctlor azulhabitual. No desdeemos, pues, ningn procedi-miento si ste conduce al resultado apetecido, peroes mejor habituarse a un sislema econmico y pro-ductivo que a otro engorroso o poco eficaz.

    VcntaJas delordenadr,

    ,aime ERIHUEGA SIaRRA

    Nac e Mdrd ( I 947) donde relE estudlos d histor| del rte Delde1974 ha elercrdo l do(en(, urvrslar. prm,o en lot colegro!urvertlos de Toledo y Ciud.i Re|. y luego e l UnverridadComplutere, de la (ual e5 (lualmente I(ulr de Hlo del Arte [1987'8a lue SuMtredor 6eneral de Bener Muebles del |nstrluto deConserv(n y Reslura(io de 8en6 Culturlei, puesto que bdonpr o(up.r e de oifector Generl de EellarA es del Mrrsteno deCullur. tn lebrero de l99l fue ce5ado de 6te cargo por hber firmadouna c( oponndoe la pafll(|p(n espoh n I 6ur delGdloH srdo ponenle y (onlere(!te rduo en numero5as unrve6dde5esp^ola' y exlran er5 Comrsrio de lgunt eposr(De9 rmportantea,es un erlor vqorogo que h (uhivdogneror muy veriados [ntre susIrbo5 derla

  • ,I),I]IIIIIIttI .i.

    !rIli

    verdadero, claro clnteresnte

    Lavacldad a una ana-lidad &t r,,iaot, ?cro sulmpodancia para los g-

    Escibc, pues, diredamente en el ordenador.utilizando un buen programa de ratamiento detxto6. Ellge uno que te numere automticamentelas noas a ple de pgina, algo lmxrnante para losescrltos acadmlcos. Tl "borrador, ser, con lasopounas correcciones, el artfculo o libro dcfinl-vo. Si ha(ts esro te ahorrars la engorrosa (y cara)tarea dc pasar a limplo el rabajo. La experiencidemuestn, por lo dems, que el uso del ordenadorha conrlbuido a mejorar el estilo de muchos pro-fesionalcs de la escrltura, sin que se hayan c1mpli-do algunos temores sobre el porvenir de lo litera-rio que allmentbamos hace unos aos.

    E., Fra* I pnafosHay muchos modos de escriblr l:ien, y tambin

    de hacedo mal. Es imposible como ya hemrs dicho,encontilr un recetario de aplicacln universal quens permlta evitar las lnconsistencias y debilidadesexpreslvas. Pero aun as, siempre es faoible refle-xionar sobre nuestro trabajo: estamos ya hilva-nando lat palabras, lnformando y argumentando;presentmos, tal vez, lo que otros han dicho, en-leverado con nuesros punlos de visa; conduci-mos a nucstros lectores de un asunto a otro, si-guiendo estrateglas narrativas ms o menossofistcadas. En todos los casos el lexto que cscribi-mo6 intentar cercarse a la perfeccin ideal, lo cualquiere dcdr que se le podrn aplicar tres adjetivosemtlemlcos: verdadero, claro e interesante.

    Vcnladco o veldla prredc asimilarse, ya lo he-mos menclonado antes, a ttoslmil. El lecor debeconvencErse de que no omitlmos, por desconoci-miento o Ignorancia. nlngn dato relevante parael asunto a desarrollar. Repilamos algunas cosas:la veracldad es una cualidad del escritor, pcro suinrponancia para los gneros cicntticos (o acar.l-micos) cs lan grande que se acaba convirtienclo cn

    ncros acadrniros as tangrandc que se acaba on.rirtiendo en algo pura-mente tcnico.

    Si podemos anar la mis-ma cosa de varios modos,pot qu no vamos a ele-gir el que rcsulu ms per-suasivo o menos aburidopara cl lector ideal?"

    algo puramenle rcnico. Difcilmente rpreciarcmoscomo bueno un escrito que nos prezca totalmen-te imentiroso,.

    Claro es lo que puede entender el lector a quie nnos dirigimos sin exigir dc l un esftrerzo strrlc-mcntarir dcrivarlt dc nucslra l()rpcza o tlc nrrcstrapedanterfa al trabajar con el lenguaje. Aconsejo alescritor o escriiora que huya como de la peste de lafalsa profundidd seudometafsica quc cstropca atantos escritos de ne. Eliminad los adjetivos inn-necesarios y buscad sietnpre la expresin ms ade-cttada para la idea que ntentis transmirir. En arrey arquitectura hay mltiples rrminos especializa-dos, con significacin muy precisa, y conviene ut-lizarlos sin errores ni ambigedades. No quiero de-cir con esto que estemos obligados a manejar unIenguaJe seco y desabrido, pues es bueno rambinque nuesto exto trape o seduzca al lector con ajus-tados recursos expresivos: un vocablo puede tenerun sonldo especialmente evocador y ser por ellomuy adecuado para lransmitir mejor rna idea o unsentimento.

    No olvidemos, finalmenie, nuesrra obligacinde hacer algo intercsanrr. Si podemos contar la mis-ma cosa de varios modos. por qu no vamos a ele-gir el que resulta ms persuasivo o menos aburri-do para el lector ideal? Aspiramos a que nrcreselo que decimos, cieno, y de ah la importancia enor-me de la calidad de las argumenlaciones. Pero delmismo modo que la veacidad es una vinud del cs-crtor que impregna su texto, el inters es algo ascomo la cualidad del discurso proyeclada en la re-accin del leoor.

    Cuando hablamos de rxro nos referimos a la to-talidad de un escrito de cierta complcjidad: artcu-lo. crtica de ane. recensin, o incluso un lbro cn-tcro- En todos los casos. cs obvir. kr formamt confrases y prrafos, que son las unidades de sentid dcFases y prrafos

  • 't-lhH --E B lhl ry H LsJ H l 7-/ t-J 1-J lr t :r

    I

    I

    {Ll

    un mtxtl naiural, etndosc que el texto parezca uncorrjullo inconcxo clr sentcrrcis indclrndientes.

    Conyienc evitr la repetici(rn tle palabras dru-lro de la misma lrase o prralo, para lo cual nos ve-remos obligados a buscar snnimos o a transformarpor completo el orden de una senencia. Pero tam-bin aqu debemos rccordar que no hay, al escribir,casi ninguna regla de aplicacin universal. Observa.por ejemplo, cmo Ia abusva repericin de la pa-labra .columna, en ese rexto de Alrjo Carpentiertene, frente a lo que cabra espera un hermosoefccto expresivo, muy acorde con el argumento dellibrito al que pcnenecc:

    .As, en mu(hos vieios palacios habaneros, tnalgunas ricas manliones que an han conseryadosu traza oriilnal la columna es elemento de deco-racin nrerlor, lujo y adorno, antes de los das dels8lo XIX, cn que la columna se arrojar a la calley crear -.aun cn das de decadcncia arquildni-ca evidenac- una de las ms singulares constaDtesde cstilo bbanero: la increble profusin de co-lumnas, en una ciudad que es emporio de colunr-nas, selva de colu rna, columnata infinta, limaurbe en tcncr columnas en tal demasa; columnasque, por lodenrs. al haber salido de los patios ori-ginales, han do frazando una hisroria de la deca-dencia de la columra a travs dr las edades,t.

    No es fcil, desde luego, delimitar la fronieraentre varias frases conectadas y un prrafo. puesoque cada periodo forma una unidad de senrido,cundo debemos colocar un punto y seguido, ycundo un punlo y apare? La respuesta es que de-pende de la concalclacin argumnal, s decir delmodo como yayamos presentando las deas e n-formaciones. El prrafo deber tener una indepen-denca mayor, corno si fuera un minitexto o mi-niatculo, con su comienzo, su desarrollo y sudesenlace. Pero no siempre tiene que ser as, Creo

    !- ..r

    "Un p.furalo sobrio s ne-jor quc otro raorcido y llc-no dt rldjttivos ti,ubot t-bnts, -

    .l:jcntarc cn lo ns Lli[-cil: la sobriedad y la bre-

    mcrr(rr enlidad con las que trabajamos. La calidadde ftr qLre hagantos depende en gran parle del riSorcorr el quc arliquenrls ulr t)rincipi() bsict: cadalrasc debe tcner un signilicado claro, y estar ade-cuadamctc concatenada cor las olras frascs o p-rra[os dcl escrito.

    Entre ur punto y ()tro (o ur punlo y coma) dcbehaber un l)ensamienlo, una idea o informacinconrpleta y acabada en s mism. Las frases son lrexro como krs ladrillos a ur edifcio: si no estnbien construidas no se puede levantar nada queposea una cierta solidez intelectual. Atencin, pues,

    r a las reglas de su construcci(in, y mucho respeto aIa elemental ordenacir (casi siempre eficaz) desujeto, verbo y rredicado, Cuidado rn las subor-dinadas y con la verborrea inil. Un prrafo so-brio es mejor que otro retorcido y llcno de adjeti-vos rimbombantes. Is frases excesivas, enganchadaspor partculas numerosas, producen una impresinde oscuridad, como si el lector se encontrara anteel lollaje de una selva intrincada. No es mala cosaejercitarse en partir frases, iniroduciendo puntosdondc antes haba comas, conjunciones o preposi-cioncs. Aconsejo vivamente a los principantes tra-bajar con periodos coordinados y periodos subor-dinados cortos (y no olvidis que todos los escritoresllegau a adquirir sin querer un estlo personal qucles perr1te violentar con elegancia este y otros con-sejos de los libros de cstilo), En cualquier caso, elexanren de muchos escritos histrico-artsticos de-ruruestra que es nrs fcil aprender a recargar que ap()dar. Ejercratc, rues, en lo nrs difcil: la sobrie-dad y la brevcdad.

    Pcro no caiSas en cl estik) lelegranla . Una cosaes eliinar lo intil y otra nruy distinta prcscindir dek) n(esario. Uno o varios adjetvos pueden ser muyadecuados paa dcscribir una obra de arte o el sen-limiento que produce en el espe(ador. Por qu nortilizarlos? Las frases deben engarzarse entre s dc

    Repetlcloncs depalabras

    De l frase al prr.[o

  • tpu{I

    que la dlvlsin entre los pnafos ha de tener encuent su extensin: no deben ser demasiado lar.gos ni lampoo demasiado conos, salvo que sea ne-csarlo, cn algn caso aislado, por razones expre.sivas. Conene evitar que tdos los prrafos poseanla mlsma longitud, pues daran al rexto una sens-cn lndefinible de solemne monotona.

    Par acefar en este asunto tan sutil pued serbueno concebir nuestro trabajo como una compo-sicin visual: cada prrafo es un bloque gris entrelneas blancas. El escanciamlento cquilibrado y ar-monloso de .manchas, de distinto tamao produ-ct m@r efe'co que una distribucin aburrlda de ma-sas unlformes. Naturalmente, lo ideal es que estosbloques mntengan autnicas unidadcs argumen-ales, sabiamente concatenadas, pero no olvidemosnunca que en todo lexto puede ser inetable sa-crlllcar algn detalle rara conseguir un buen efec-to dc cDnjunto,. O sea, que prrdr panirse un pnafo,ms o menos artificialmente, o undirse con otro,buscando epa distribucin armnica que hemos re-comendado- Se trata de una cuestir de tcto y degusto, y es dilcil aadir a esto mayores precisio-nes.

    9. Rlofio, .ttito y tonoAl hablar de la extensin y concatenacin de

    frascs o prrafos, nos estamos introduciendo en esefasclnante erritorio hfurido en el que los sgnifica-dos sc funden con la sonoridad del lenguaje. Todoerrlto. en efecto, posee una msica secreta. Ademsdel sonldo de las palabras, con sus eventuales ali-teradones y rimas escondidas, est el e[ecto de lossignos de puntuacin: la coma implica una dcten-cin y una li8era subida de la voz; el punto. los dospuntos y el punto y coma, hacen bajar la entona-cir cierran el prrafo. No hay apenas distincin fo-ndca enlre estos ltimos signos de punruacin, de

    &niane etitdr qua todoslu pnafos poscan la mis-ma longitnd, pucs daranal tco una smsacin in-dliniblc de solemne ,fl|-nolona".

    I sonorldad dellenguaJe

    Interrogacln yadmlfacln

    T, aconsejo que seds rd.onable m el uso de la in-terrogacin y muy coedi-do an la admiracin."

    modo que el empleo de uno u oro estar determi-ado slo por razones argumentales. El punto yapare se interpreta fonticamente como una pau-sa ligera en el tiempo de leura.

    La musicalidad armoniosa de un texro puedcmcjorarse introdtrciendr otrrs rccursrs cmo la in-terrogacin y la admiracin. La pregunta, ms omenos retrica, suele ser un arma eficaz para im-plicar a nuestro lector. Ojo, pues, a este lruc(, sutildel escritor, pues es muy diferente al que se poneen prctca con los signos admirativos: s preguntoe inyito a que respondas, pero si a[irmo algo conexclamaciones te comunico, smptemente, mi cn-tusiasmo desbodado o mi gran perplcjdad. Ambascosas pueden ser muy adccuadas para mejorar clritmo del texto, pero producen efeclos inteleclua-les bastante diferentes.

    Te aconseJo, pues, que seas razonable en el usode la interrogacin y muy comedido con la admi-racin. Hay un modo kisch dc escritura histririco-anstica segn el cual todo es maravilloso y provo-ca emociones inenarrables que slo puedentransmitirse mediante numerosos signos dc excla"macin. Los urilizar yo ahora: No sigas ese cami-nol Debemos huir de la cursilera, un vicio lamcn-table, muy exrendido entre los amateurs de nucstrogremio. No digo que evtes referirte a los senl-mientos sino que los expreses de un modo apro-piado, cuando venga a cuento. No me cansar de ad-vertirte contra esta debilidad, pues no basla conomitir Ios signos de admiracin para conjurar au-tomicamente la curslerla. Los epttos intiles omuy trillados suelen contribuir bastanre: evilarslo mismo escribir ro cielo o/no hielo, como hermosapintura (para un lienzo de Matissel o impresionon-,s monaste o (si hablamos de El Escorial).

    Lo mejor, para empezar, es leer mucho a losbuenos crticos e historiadores del arte, fijndonos

    @

  • f.J - r lr - r L i.. r l-J .l- ,l- h l-J L

    que ur resumen, con esa oxrrlunsima coma detrsdcl nonrtrre del arquiteclo, creando un ascenso, unaespccie de monba lonrttica que dcscicnde en la pa-labra.narr.

    La orbusier, de la nieve al ma/Le Corbusier. el arquilccto que nos prometi m-quinas de habitar, termin construyendo mqui-nas de emocionar. El ms influyente -y caf) l msgrande- de los arquitcoos de estc siglo fue, antcodo, un desmesurado anista plstico, un crea-dorde [ormas polifnico y protcico, un orquesladormagistral del escalofro en la retina."Lo imponante es mirar, reiteraba el que defini

  • IIII{{{T{{af55{I

    Polernlsta y visionario, escribi varias deccnas delibrot para convenlr a sus coeneos al credo mo-demoi sus palabras han envcjecido ms que susformas, pero Hacia una arqui cttura, publicado en192r, * recordado como el manifiesto ms im-ponanc del siglo. Con un (,io n el prescnte y otrocn la hlstoria, supervis la edicir''n de su obra ar-qultcctnica completa en ocho volmencs im-prcsclndibles que hlcieron girar la disciplina sobre

    'Ur Sotmes y que son a un tienrpo catlogo razo-

    nado, btogralia auorizada y autorretrato apolog-tlco.Una dcada larga dc lnveigacin en los Archivosde la Fundactn l.e Cobusier --abienos a prindplosdc loa aos sctcnla- ha pcrmitldo a historiadoresy crfdcos ampllar ese rerato, desdibuJandr los as'

    ' gos que el arqulteao se atribuy a r mismo y a 5uobra. El fik,sofo y demiurgo aparcce hoy como unartist lnseguro e lntenso, un bus(dor hiPcrsen-slblc cn las fuenls osoras de Io iracional, unamirada permeable y esponjosa ante los mcnsajes ci-lrados de la foma. Su obra purista temprana des'picnr ms admircln por su sintaxls que por sulgica; cn su cxpresionismo tardo se escuchan vo'ccs atraicas y ecos surreales,Qul las nucva: Fcrspecrivar ctticas, que v.rlo'ran ms al poeu que al rcformador, no haan sinorcproduclr lardamene el mlsmo camino qut elarqultecto transit en su prolongada peripecia vl-]al. Irs 78 aos que rparan su nacimiento en LaChax-de-Fonds de su mu('rte en el Medicrrneorcprcsenun, a n de cuentas, un itincrario de co'noclmlenlo que llcv a Le Corbtrsier del funda-mentallsmo a la scnsrlidad, de las cetezas a lascmodones. de las ldeas a las formas. de Ia nicve almaf.

    Lo dlcho hasta ahora iene algo que ver con elesrilo titearlo propiamente dicho. A un autot enqfecto, sc le puede re)nocet por el ritmo intemode su pmsa, aunque no basle con eso. Es verdad

    Dos estllos dlstlntos

    que casi todos los escritores profesonales sc expre-san de un modo personal: repten certas palabras orecursos sintoicos, ltulos, argumentos, etc. A pro-p6ito de esra cuestin el profesor Gonzalo Borrsdice lo siguiente: Alcanzar un egilo literario penonales una meta irrenunciable para un historiador y,por lo anlo, para un hist()riador del arle. He lcdomucho por el mero placer qrre pnrporcir)na ltna cx-presn forml bella. Ya desde joven Onega me in-leresba ms por Ia lorma de decir quc por el con-tenido- Lo mismo me ocurra con Azorn. La lormade escribir configura un perfecto autorrctrato.

    Es reconocible la personalidad individual, des-de lue8o, en casi todos los profesionales de la his-toria del ane. Veamos unos fragmentos, muy bre-ves, extados de dos ohras comparables por sutemtica, exensin y melodologa, aunque sepa-radas en el ticmpo prlr unas dos dtrcarlas: cl prinrc-ro procede del volumen Xv de /rs HJpaniae, escri-to por Diego Angulo lguez, y el otro lo hemosextrado de Pintura barroca en Espaa, l600-1750.cuyo auto es Alfonso E. Prez Snchrz. Ambos ha-blan del mismo lienzo de Ribera, aunqrre sin dere-nsrsc mucho cn trl. Es rbvio rtrc cl cstikr rlc Arrgrrkres ms seco en su mero intento dcscriptvo que clde su discpulo Prez snchcz, dc adjctivacin msabundante, precisa y acerada.

    ila ota lobra con modelo *patol(i8ico"lcs laBarbosa de los Abruzos ( l6r l ), de la Fr,Indacin dela Duques de Lerma, en T()ledo. Tal ve? pintada pororden surrior, y no por popia iniciativa, )n el finde conservar a Ia posleridad tl caso erlraordinrk)de la fettatada, el hecho es que nt)s presenta a unamu.ier que con sus largas barbas merlio cttbe elpecho que da a su hiio, mientras el marido apare'cc en segundo lrmino, todo ell() intcrpretado c()nel ms agudo realismo,T"Ribera deja en estos lienzos [encargados por elduque de Alcall quizs las ms dranrilicas inler-

    El 6lllo llt.tarlopcrronal

  • " L,l stllo nulttidual que teha dt cr.tceri?ar llc:ldr.t ld prctica reikrada de

    El ton()

    "l.a irolitl et url rCCurSO \t art r. id dor que pueri tolliarc tuclus vces cott

    preta(i()nes del naturalismo radical: modelos dcrrna vulgaridad casi hiriente, lradlrcid()s con unaalucirrante scveridad. El relralo dc la dcsvcntura-da Barbuda. portando en brazos al nio, aconrpa-ada dc su esposo, asustado y dolorido, es -a pe.sar dcl desagrado fsico que imponc y dc suintencitin analtica, cas de ilusrracin de rratado pa-tol8c(F una otrra macslra de intensidad inigua'lada en su gnero,3.

    Pero l,o creo que no debes preocuparte por cstacuestin cuando te pongas a escribir. El sello indi-vidual qut, te ha de caracterizar llegar con la prc-tica rciterada dc la escrilura, sin que puedas evi-larkl. No intenles cultivar arificialnente un esfilotrrtrio r1q 35 ,rreocu racin inlroducir un elc-rrrento perturbador cn tu ()bjelivo prioritario questilo pucdc ser cl siguietle: cmo escrltir lo quedeseas de un modo claro, convincente y hermoso.

    Tcndrs quc perrsar en el ,orro, eso s, kr cual esligeranrente diferente a lo del estilo personal. Setrala del cspritu o are qre ha de presidir el texto(o cl fragmcnto del msmo) quc ests elaborando ent:sc m()mento: Neutralmente expositivo o sardnico1, mordaz? lrnico? Melanc(rlico? Rpido comouna crnica periodstica o grave y profundo comouna reflexin filos(itica? Hay muchos tonos, casi(anlos conl() escritos, pero est claro que puedenreducirse unos cuantos grupos, y que estos tienenrnuclro quc ver con los distintos gneros literarios.

    El lcnBuaje coloquial sr'rlo cs atlecuado paracirrtas crticas de arte o para artculos ensaysticos.La r,na cs un recurso distanciador qur puedearlirarsc rrruchas vc(cs c()r provech(r, aunquc nosc debc at)usar de ella en los escritos puratnentecentficos (nculos csp(cializados. comunicacio-rres dc congreso, ctc. ) o en los informes, y debe es-tr cor)pletamente ausenle en (,iros casos (porqcnrplo, al redactr las fichas descriptivas dc un ca-

    L person

    " Aconsejo utiliatr la terce-ra persona y canbiar ou-tionalmente a la prineracuando se quiera e itirura opinin personal di-[erente al sentir conn".

    tlo8o). Parece obvio que esta cuestn se rela-ciora tarnbir con los lt'rs, como nos lo ha rc-cordado Jaime Brihuega al ser preguniado sobreesto:

    La naturaleza de los asuntos a tratar requiere,prr regla general, una etapa de elaboracin (previaa la escritura) muy diferente; ello acaba irnplicarr-do una escritura neresariamenle esxcfica. Sin em-bargo, algunos temas permiten, incluso reclaman,mezclar distintas formas de expresin escrita deldscurso. Un claro ejemplo son los temas de artecontemporneo, en los que lo cient[ico, lo propia-mente erudito, lo crtico, lo ideolgico, lo tilosfi-co, lo semitico..., difcilmente pueden excluirseentre s aunque se rate de perspectivas de nlisisque convergen con discursos, incluso'estilos Iite-rarios'. muy espcficos,-

    Todo lo anterior est muy relacionado con lapersona utilizada Wr el fscritor. Sabenros que es unindivduo concreto el que nos cuenta las cosas (unautor), pero no sicmpre es adecuado que aparezcaen el lexto su ),o. En certas crticas de arte o crni-cas esa ms jusriflcada esl evidente presencia sub-jetiva de quien esdibe que en anculos cientficos,lichas de ctlogo o ponencias de congreso.Aconsejo como no[na general, utilizar la tercerapersona y cambiar ocasionalmente a la primeracuando se quiera cmtir una opinin pcrsonal di-Ierenle al sentir comn. Sera ridculo poner: yocreo que Uiguel ngel fue un gran escukor'. perolo sera nrenos si alguien escribiera: "Yo afirmo quese ha exagerado mucho la importancia de Tizianoen la historia de la pintura. Es obvio que en el pri-mer caso el cscritor repite urra idea trillada y notene mucho sentido la primera persona; en cuan-to al seBundo ejemplo, es tan clxrante la idea de queTiziano pueda haber sido un pintor menos impor-tante de lo que se piensa, que parece convenienteafirmarlo desde la propia suhjrri!,idad del autor.

    #rff

  • ,El ,ftulo y los subtltulosson etcncialcs. si se acie-ta con la porlada e liencganado da anteano allcaor posiblc" .

    Esta es, pues, una cuestin sutil qut ilo pue-de resolverse bien ponderando cuidadosamente lasconvenclones del gnero, el tono del escrito. y elcontexto )ncreto en el que se sita la peniona ver-bal.

    Io. L6 tltuloslbdo escrilo empleza siemprc con un tftulo, algo

    que, en prlncipio, mucha gente va a leer. Puede setun libm y su portada se ver, al vez, en un esca-paralc; o un anculo de revsta cuyo encabeza-rmiento se pecibr al hojear sus pginas, o en el n-dlce. Et tftulo general y Ios epfgrafes o enunciados

    ,de los captulos sorr, pues, mucho ms imponntesde lo que parece. Antonio Bonet Cofrea dice deello: Bn un trabajo, el ttulo y los subttulos sonesenclales. sl se acina con la portada se tiene ga-nado de amemano al ledor po6ible. l,o6 epgrafes ha-cen quc el contenido del rexto resulte ms claropan aquellos que se interesan por el tema. En el casode los cscritos didcticos son indispensables,.

    Ya vemos que un buen ttulo debe informa cla-ramentc del contenido del escrio y hacerlo de talmodo qu araiga podeosamente la atencin del lec-tor. No es fcil esa doble area: titular bien es un anen el que debemos ejercitarnos continuamente.

    A vcces un texto surSe porque uno tiene unbuen tftulo. Personalmente confieso que he elabo'rado atgunos anculos lras haber encontrado, mso menos casualmente, una frase sintica con Iaque encabezarlo. Lo normal, sin embargo, es otracosa: uno posee un argumenlo ms una dosis rele'vane de informacin y trabaja con un ttulo pro'vislonal. Luego cuando el escrito est acabado, sebusc cl tlulo definitivo. Antes de la eleccin finalpuede ser conveniente escribir las variantes qtle senos ocurran en un papel apane y compar.rrlas has'

    ta enconlrar la formulacin ms convincente. Aqunos pueden ayudar los amigos o lectores de con_fianza, y muy especialmenre los ediroes de nues-to trabajo. Estos ltimos conocen mejor las moti-vaclones del prlblico al que nos dirigimos: nodesdeemos, pues, sus consejos o sugerencias.

    Relacln .ntrc ttulo y Quislera contribuir ahora con una receta prcri-3ubtftulo ca: lntenta que tus trabajos tengan un tttdo y rn sub-frllo; el trulo puede ser breve y muy sugeslivo, encuyo caso el subtulo ser ms descriprivo y exten-so. Asf evitars tanto los aburidos encabezamien-tos tradicionales como la peligrosa proliferacin deenunciados ambiguot a la cual se efiere ValerianoBozal cuando dice: "Considero importantes los ttu-los y subttulos, y me parece que dehen ser precisosy claros, dar cuenta de aquello de lo que se habla.Cada vez estoy ms en contra de los ttulos metaf-ricos y sugesdvos que pueden aplicarse ranto a un tra-bajo de historia del arte como a un texto potico osimplemente retrico, ltulos de los que hay en laactualidad una considerable inl'lacin,.

    Medita ahora sobre algunos ejemplos dc csra' p.oica y comprueba cmo se han invertido a ve-ces, sutilmente, las funciones evocadora e infor-maliva del ttulo y el subtrulo:

    GIEDION, S.i Espacio, tiempo y qrquitectura. (Eluturo de una nueea tradicin). Ed. Dossar S. A., Madrid1978 (quinra edicin).

    FRANCASTEL, P. I La figura y el lugar (El ordenvisual del Quattrocento), Montc Avila cds., Caracas1969.

    PANOFSKY, E. : "l primi /ami: la pinrrrra delTtecento italiano y su impacto sobrc cl rcstr dtEuropa,. En Renacimiento y renacimientos en el arteoccidental. Alianza Edirorial, Madrid 1975.

    @

  • "--l

    Ll fl fr.d f. ftl

    E relaci(io c()n los lltlos sc ctcuttrlral k)5 ep-grafcs. Sc trata dc frascs o palabras que encabczatrfrgrDcrrlos del lcxto (unos xrcts prra[

  • lo razonable, o terminaremos odindolo, lo cualtampocp es bueno si queremos mejorarlo. Yo ten-go, pues, unos plazos de reposo algo ms breves: unoo dos dlas para los anculos periodsticos, una se-man para lextos rclentficos. y un mes para loslibro6. Se ennde que ste es un promedio muy va-riablc pues la correccin de un texto contina has-ta las pruebas de imprena.

    Adopta los riempos qre se adapten meior a turmpcramento, y no deJes de someter Embn tusescritos, s puedes, a la opinin de uno o varios"lectorcs de conanza

    r. Conene que stos sean co-nocdors de la mteria, aunque puede ser ms im'ponante que, aun sin ser especialistas, esln al tan-io de tu trayecroria inkectual y puedan calibrar lo

    . que pHendes consegua. Hc aqu un asunto muy de-licado: Hasta qu punto has de seguir los consejosde esos lectores?

    Crco que debes atender a todas las observacio-nes formales que te puedan hacer: repeticiones depalabras, frases poc! claras, adjetivos inadecuados'Ltc. Pero no tienes por qu aceptar igualmente lasobjeciones de carcter metodolgico o ideolgico'lmpola mucho saber quin te dice lo que te dice'El ldor de confianza no puede ser annimo, comoocurre con las observaciones al autor procdentesde algunas editoriates y revislas. Yo conlieso haberadquirldo mayor seguridad en alguno de mis escri-tos despus de conoctr la opinin conralia de cier'tos colegas concretos. Uno puede sacaf esla con'clusinr rsi Fulnito(a) opina que mi escrito esbueno slgnifica que voy bien encaminado'' Perohmbtn puede valer lo contario: r.Si piensa queno debe sir as, es que es muy bien lo que digo'

    Exlste en el mundo intelectual una endencianatural a encasillar a los estudiosos en un lema de'lermlnado o en una nica orientacin intelectualLos dems esperan que hagas algo en Ia lnea de lo

    "Acepu humildemmte losbunos consejos, pero la -poco dirnilas de tus propiasposiciones cuando sedn elrcsulado de una toma departido bien meditada".

    que ya has hecho antes. No confes, pues, en la in-mediam comprensin de tus lectores de confianzasi te atreves a saline de lo que esperan de ti. No es-toy diciendo que te encaslilles en la soberbia inre-leclual: acepta humildemente los buenos conscjos,pero tampoco dimitas de tus propias nosiconescuando sean el resultado de una trma de partidobien meditada. T eres el autor o autora tlel escri-lo; agradecr, pues, las observaciones ajenas, pero sinabandonar tu personalidad individual.

    Un caso especial de la complejidad de caminosque siguen las ideas antes de convenirse en textosacabados es el de Valeriano Bozal, cuyo proceso delrabajo, descrito por l mismo, transcribo a conti-nuacin. Su caso, como puede apreciarse, hace in-necesaria la tarea del nlector de conlianza: Los tex-tos sobre los que trabajo -

  • !: I

    Debemos lnervenlren el ldoma?

    llusLluuto\ lds expreso-es.ultas d?l .lioa. talaorrk' sle es t el nrctrl-to !- en (l lultor dode $-

    El habla coloquial

    culG, bicn porque no tcngar prblico previsto oposible). En este caso, Irabajo por series: suelo en-tregar e text(, que se me ha encargado, pero lo nor-rnal es quc ste suscite olros, crco que nrejores, almenos ms complejos, hasta formar una serie de va-riacioncs que, finalmente, pueden convertirse enel caplulo de un libro.

    12. Nonas de eslilo

    No es ste el lugar para debatir la compleja cues-tin de si hemos de intervenir, o hasta qu punlo,sobre el dioma. El habla cvoluciona obedeciendoa cusas muy c(,mpleias, y sabcnros que no sicmprese sguen eo estas transfornrciones las reglas gr-malicalcs y las convenciones idiomticas de las cla-sss cullivadas. Lo incorrecr, desdc r*purto de vs-ta *acadrDico, puede dejar de serlo cuando ungrupo sigrificativo de hablantes lo ha convertidorn norma. Sigamos, pues, esta rcgla dc oro: la pro-sa historico-artstica debe ser considerada inteligi-ble y crrrrccta por los lectores a quenes nos dirigi-rxrs. 13usqrrcnros las exrrcsi0nes culias del idionra,tal como ste es en el momnto y en el lugar don-de escribinros. Ser lgico, por lo tanto, emplear al-gunos modismos espaoles, argentinos, mexicanos,etc., segn sca la nacionalidad dc nuestro pblico.

    Pero no hay que abusar de ello. La lengua esun instrunrrnto de comunicacin tanto ms pode-roso cuanlo mayor es el nnlero de sus usuarios.Escribanos, pues, para todos los lectores del idiomay rro srilo rara un puado dc connacionales: el.c(l(rquialisnro, slo es reconendable en pocastrasiorrcs y en algunos greros especficos, como ve-ren()s ns adclante. Lo razonablc es recurrir al s-pariol nornatit'o, tal corno lo vienen fijando las aca-demias de la lengua, y muy especialmente la RcalAcademia Espaola, sin mostrar tampoco una ad-hesin ciega a todas sus normas y definicones.

    -l tr t- :L-

    Aunque el idioma es, afortultadamente, algo rico ycambianle que nunca se reduce por completo a lasreglas acadmicas, hay dos obras de referencia que

    l ototraffa no podemos soslayar la ortograla y el Diccionario.Las rglas de onografa han evolucionado ligera-mente desde los primercs inlentos de fijacin nor-mativa en el siglo XVIII hasta los retoques de lasltimas dcadas. Consulta siempre, para las dudas,la ltima edicin de la Onograla de la RAE, o algunode los muchos manuales sobre el asunto existentesen el mercado.

    Los dlcclonarios El ionario delaRAE ha sido publicado por nen formato de bolsillo', a un precio asequible, dmodo que es posible ya para cualquier escritor enciernes tabajar con este instrumcnto de consulawfinanenlemenle a mano. Lo normal e5 que todslas ediciones futuras de este imronante nstrumrnlode consulta se slgan editando en este formato ma-nejable: compra, pues, la ltima, y manjala con laidea dc que no se trara del nrejor diccionario delespaol sino de aquel que define la norma acad-mica. Es aconsejable utilizar adems otros, como elmuy repulado de Maa Molinerro o las ltinas edi-ciones del VOX. I

    Pero al escribir surgen numerosas dudas, cosasno definids en las nortttls, y sobre las cuales po-demos optar entrc diversas srluciones. Esto no tie-ne demasiada importancia en trminos globales,pero puede crear confusin en aquellos lugaresdonde Ia escritura se utiliza de un modo prolesio-

    Libros de estio nal. Por eso han pmlilerado ltimamente los (librosde estilo', editados generalmente por los principa-les medios de comunicacin. En estas obras se com-binan las indicadones mracnte tcnicas (orto-grficas) con otras relatvas al modo de presenr lainformacin o de aludir a las fuentes, importanciaatribuible al rumof, etc. No queremos llegar aqu tanlejos. Aunque es lmposible soslayar del todo estaspretensiones (no nos cansaremos de repetir que el

    1- L.JIl-

  • {'a{aa{aattil4'ilff,ililrtililililtilta

    No lar mayscul.arbltrarlas

    acto de esoibh posee Jrenp implicaciones mora-les y esttios), vamos a proponer ahora solamen.te unas pocas orientaciones ortogrficas, en un pri-mer intento de sisematizar cosas ampliamenteconsensuadas entre los escriores de ane. Se tratade un catlogo parcial de recomendaciones dirigi-das a los estudiantes que deseen acrrcame a los usosde ! escritura profesional.

    Convienc que nuestros escrtos no tengan unaproliferacin excesva (y un ranto arbitraria) de le-as mayscrrlas. No las emplearemos, pues, paralos estilos anfsticos pero s para los acontecimien-tos histricos: romnico, ba:roo, art rleco, etc,, irncon minscula, pero se pondr mayscula en elRenaclmiento', .la Rcvolucin Rusa'' (en las dospaltbras) o Ia (Crccla Clsica,.

    Llevarn mayscula los artculos que formenpaneileapeldosl-an6SEique-iayprecedidrxporu;;-6m-6-r: Van CoBh (o bien vincent van cogh);Van der Roh (o Mies van der Rohe).

    Tambin los dlrlgentes nlrs, pero no krs ge-niGl iFfiEiiI-idividuo concrero: o(lEmperador. (pero escribirem()s el emperadorCarlos V,), rel Rey (o el rey Felipe II), el Papa(y (el papa Urbano vul'), etc. I-a misma n(,rmaseguiremos con los premios y condecoraciones: elPremio de las Artes Prncipe de Asturias (o AntoniTpies, prernlo Pncipe de Asturias). Y tambin:medalla de oro, primera medalla, frente a lMedalla de Oro lue para el plnlor x.

    Se debc-oe--oa!sculas en los nombresge{er!:gldel9gg!9] sf. n algunos casos muyconsagrados, como {tres Picassosr, ndosZurbaranesr, rvarios Manets,,, elc. Dejaremos li-benad, no'obstante, en esta cuestin, no sin reco-mnbar hactr una parfrasis en el caso de que el es-critor se vea paralizado por una duda hamletiana:

    r.vaias obras de Manet,, por ejenrpkr, es una so-Iucin.

    EdglS.lBenbres propios de liccin, inclu idoslos de animales, deben ir con mayscula: SanchoPanza,_Don Quijoe, Monadelo y Filemn, clc., perotamt in Rocinanre y Mckey Mousc.

    Llevarn mayscula las disciplinas acadmicascoao dano.air""in da a a,o rnyetigadofes: Depnamento de l{istoria del Artede la Univeridad Aurnoma de Barcelona. EscuelaTcnica Sufrerior de Arquirectura de Sevilla. pero encambio: los progresos de la hisroria del ate en losltimos diez aos...; ola arquitectura anclaluza des.pus de la Expo..., s6.

    L-o*[email protected]!g1rehern ponerscsegun tas normas dc mayscrrlas y minrircular rlt.lidioma correspondiente, Recurdese que en ale_mn todos los nombres (no slo los propios llevanmayscula inicial, y que en ingls la llevan ram-bin todas las palabras de un rtulo, excepto las par-Iculas. As, respecto al ctrlt'brc lihrr dc S. Cictlkrn,escribiremos Space, Time and Architedurc, pcro en suversin espaola ser Espacio, tiempo y arquircctura(slo mayscula en la primera lerra del tlulo).

    Los nombres deben escribirse siempre Ial comoestn consagrados en Ia norma usual del idiomaque utilizamos. Colonia (no Kln), Florencia (noFirenze) o Pars (con tlde), puesto que no nos es-tamirs expresando en alemn, italiano o francs.Po la misma razn escribiremos Catalta o Terrelen un texlo en catellano (seran Catalunya o Terolsi lo hiciramos en caraln).

    Los nombres de lugares o personas que no Ien-gan una lorma propia en nuestro doma se escri-birn como se haga en el idioma local correspon-diente. Slo en casos especiales, y cuand

  • L| t-. lJ t

    que" y msr) sino a ()tfos, aparentenrente nenosncorrecos, en los que,se escribe C. Real en vez deCiudad Real, Pr. dc Alcntara (por Puente deAlcnkra), A. de Bar (Arco de Bar), etc. Ojo; sloson aceptables en la escritura profesional aquellasabrcviaturas ian consagradas por el uso que ya nose consideran tales, como loto (por fotograla), cine

    - (ror ciuernatgrafo) u otras similares.Es recomendable escribir usted en vez de Vd.,

    don en vez de D, (salvo en la correspondencia co-mercial), pero no me parece mal emplear S. M. envez de Su Majestad,.

    Evitemos siempre las letras voladitas y escriba.mos Jos Mara de Azcrate en vez de Jos M., oAnlono Lpez en vez de Anr" Lpez (tampoco es-cribas uAntoito al referirte a este pinior, salvoen contexlos muy pre(isos en los que tal diminu-ivo sea necesarlo por razones expresivas).

    Ten presente, en cualquier caso, que las pala-bras abreviadas, si las empleas, deben llevar ma-yscula: Admn. (con rild), pra. (puena), Ayro.(ayunlaminto), gl. (illcsia), Pal. (palacio), eic.

    En las siglas seguiremos la formulacin ms co-mnmenre adlllda: as GATEpAC, ADLAN, ONU,etc. van escritas con maysculas, sin puntos inter-mdios entre cad una de las letras. En ningn casovan en cursva, a no ser que fornren pane de un p-rrafo que lo requlera (como en el trulo de un libro,por ejemplo). I primera vez que las siglas aparez-can en un escrito debeda ponerse entre parntesisel signiticado de las misrnas, a menos que el contextolo haga absolutamente innecesario: en un manualo en una crnic periodstica, por ejemplo, debe-remos especificar que GATEPAC significa "Grupo deArtistas y Tcnicos Espaoles para la ArquitecturaContemprnea, (ponemos letra mayscula a cadauna de las palabras que forman la sigla), pero tal cosa

    de evitar confusiones, e ulilizar la versin que ta-les nonrbres pucdan tenet eventualmente, en otraslcnguas europcas (piinsese en la toponimia checao hrrgara, prlr cjcmpll, y en sus vi(js vcrsioncs enalemn ).

    Para los nonrbres que proceden de idiomas concaractcres no lalinos se seguir la transcripcir'rn mscomnmente aceptad en la literatura ordinaria oespecializada: Mahoma (no Muhammad), Lenin (yn() Lenine, que procede de antiguas transcripcio.ncs del ruso al francs), Tcl el Amarna, Karnak,etc. Cuando surjan dudas puede hacerse una trans-cripcin fontica, con algunas simplificaciones: YuPltjnov y no Plckhanov pues el sonido .jora" delruso s se puede transcribir bien en espaolcon unalctr, a tiifcrccia dcl ngls. Tambi(tn escrbiremosJannr, pcro no cst tatr claro quc rlbaruos cscri-bir Jorsabad o Ajenaton sin que el lect()r sc sienta(lcsconccrtado tras haber visk muchas vcces cscri-los esos nonbres como Khorsabad o Akhenaton {eincluso Akenatn).

    Crrviene recordar que dc todos los allabctosno latnos hay normas de transcripcin ms o me-nos oliciales que debern tenerse en cuenta si lairdole especializada del trabajo lo requiere: no es lonrisnr escribir una hist()ria de la pintura china o unartculo acadmico sobre arquitectura islmica quehacer alguna rencin a estos aspectos en una obragrncral. Quiz sea necesario, en el primer caso, in-Ionrar al lector, nrediante una nota, sobre culeshan sido los criterios de transcripcin seguidos enese trabajo especlico.

    El ncfasto sistca universtario que concedc unpapel muy relevante a los (apuntes de clase es elprincipal responsable, seguranrente, del ernpleoabusivo por parte de nuestros estudiantes de lasabrcviaturas de vagancia; no me refiero slo a esostrxlos e los que venros q. o + (en vez de

    ;

    Abeviaturas y siglas

    I

  • )'a)aaaaaaa-aa)aa-)aa-)

    -a-

    currlva y comlllas.l-as clls

    serla supcllua en un congreso dedicado al ane es-paol del slglo xx.

    Las sl8las por parejas llevarn un espacio de se-paracln entre los dos grupos de letras: RR CC, EEUU, etc.

    Los puntos s se

  • r h{ rr L d Lr rd lJ LuUna lonalidad fragrncnlaria parece pues ser la

    ltima palabra de GiulLno da SanSallo. Es signili-cativo qrrt, la alnrtis[era crcarla por Ia serie crrtcra rleslrs proyecl()s para Sarr Lrlrenzo sea afn a la qucr:nvuelve algunas dc las llinturas de SandroBollicelli, en las que la unirin cnrre escena narra_da y arquilecluras 'animadas'es tan prxina a la ex_llcritncnlci(ir dt'Girliarro, qrrc hace sotchar suresronsabilidad en su ideacin " rr.

    La paabra uaninradas, (con dobles comillas enel original) lleva aqu cornillas simples por ir den-tro de un prrafo entrecomillado. Obsrvese que Iadoble comilla dcl linal va antes del purto, puesaunque ste es u aspccto controvertido, yo ieco-miendo hacerkr as en todos los casos. pero no sepondr punto tras las comillas cuando la fase aca-bc con signo de inlerrogacin, admiratin, punrossuspensivos o punto de abreviarura (km., Apdo..etc.). El rmero de la llamada a la nota (del fnal ode pe de pgina). cuando exisra, ir inrDediara-mente despus de las comllas de cierre, sin nin-8n espacio de separacirin, y anres del punto.

    ls crrillas no se emplean para los ttulos de loslibros, de las pelculas o de las obras de ane (ya he_nros dicho quc van cn cursiv), pero s para los ar-tculos 0 los carlulos dr libros. Esla convencir,bastante extendida, tro es uiversal, como veretnosa continuacitr. por ser un asunto ineludible en casitorlos los gneros acadmicos, proporcionar aho_ra un par de ejenrplos con modelos de licha biblio-grfica. Ambos son correctos y gozan de ampliaaceptacin entre krs estudiosos de las universidadcshispnicas. Recuerda: lo nico verdaderamente im-fx)rtante en una rcfcrencia bibliogrfica es que con-tenga de un modo ordenado y claro rodos los darosque permitan a nuestros lectores denficar y lo-calizar correctamente la publicacin a la que nosremitimos.

    !l-J l- iL* -.i El-J . / E-1L.J

    Fichas bbllogrlcas

    LAIIUERTA, Juan Jo: Atttotti Gttud. /,852'192.Arquilclur, ideolog.t l'frrl,lk,l. Electa Espaira, t\tadridt992.

    Esta rcfercncia adutte alStlnas varinlcs: cl llc-llido pucde escribirse ctn mittsculas; despus rlclnonlbr es admlsible una coma en vez de los dospuntos (conto lo estoy haciendo en las notas dc estelibro); la editorial debe figurar siempre, aunqtlcpuede F)nerse tambin despus de la ciudad (no sorraceptables en nuestros Iiempos esas menciones bi-blk4rficas en las que slo figuran Ia ciudad y el aode edicin). Despus de esto, si procede, sc aadl'r, tras una coma, la pgina concreta donde se erl-cuentra la cita o idea cofresPondiente.

    Ms extendido en otras ciencias socialcs quc cnla historia del ane est el denominado .sislemaHarvard,, muy defendido en Espaa por el profe-sor Alcina. Recomiendo su libro Aprad?r a inwsli'gar lvase la bliografa) a quienes deseen conocertodos os detalles y convenciones del procedim-mieno. He aqu un ejemplo, procedente de esaobra (observa bicn l(x signos de puntuacin y los es-pacios): ,Alcina Franch, Jos |

    1970-71 Nalurales y nahualislr)o en Oaxca: si-Blo xvll. Anuario del ltstituao dtAnfiopologa e Histori. Tomos VII-Vltl:2r-ro. Fcultad de llumanidades yEducacin: Universidad Ceniral deVenezuela. Caracas.

    En el sistema lradicional, ms comn entre no-sosiros (es el qu yo suelo utilizar), la referencia aeste artculo se pondra de la siguienle manera:

    ALCINA FRANCH, Jos, oNahuales y nahualismoen Oaxaca: siglo XVII. Anuario del lnsliluto deAn,ropologa e Histori. Facultad de Humanidades y

  • )tfLtft{{f{aafafffff{ffaa-

    Mr preclsloner sobrclas cltas

    Educacin, Unlverridad Cental de Venezuela.Caracas. :rt,mos VfI-Vlll, l97O-71, pp.2t4O.

    Creo que lo mejor es adoptar el procedimientoqu te paEzca ms apto para el trabajo concretoque esls calizando. Lo nlco indispensable es qrretambin quf seas mnsGorcnte y no uses a Ia vez va-ios de ellos en el inlerlor del mismo texto. Nada im-pide, por cjemplo. que te srvas del rsistemaHarvard' Cn un libro o en tu tesis doctoral, y te in-clines por cl rradicional en otro libro o en un an-culo espedallzado.

    Convlen aadir todava algunas precisionessobre las dlas. Cuando se reproduce un exto ori-ginal elimlnando fragmentos que consideramosirrdevantes, se hace notar eta ausencia colocan-do puntos suspcnsivos, con espacios de separa-cin antes y despus de los mismtx. No recomiendocoloca estos puntm entre parntesis n enfe cor-chetes, pues eso podra hcer pensr al lecror queel fraBmento suprlmido se encuentre en el txtooriginal entre hles signos de puntuacin. En estecaso no sc clcrran las comlllas antes y despus deesos puntos, como puede verse en el siguienteejemplo:

    (Consagfado ya por el uso el trmino mudjar... no resulta ahora oponuno nl fcil sustituirlo poroaro ... Pero (onviene recordar que la palabra mu-dJar, referida al ane, hoy dla esr rotalmeme des-pojada del conlenido tnioc y sr-,cial de su raz eli-molgica ... Edenlemente el ane mudjar arrancade la peMvcncia del ane musulmn, una vez de-saparecido cl dominio polltlco, pero en conractocon el ane occldenhl europeor rt.

    Los prlmeros puntos suspensivos de esta cit in-dican qu sc h suprimido un fragmento en el in-rior de una frase, y nr eso la letra siguiente va conminscrla. Ls siguients supresiones afectan a

    puntos y por eso son maysculas las lelras qtte vie-nen a continuacin.

    Todo Io anterior se refiere a la cita direda y Ii'teral. Exste lambin la referen