Juan 19 20 los huesos secos. (Las letras rojas)

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www.descubrelabiblia.org Las letras rojas Juan 19-20 Los huesos secos Para escuchar el audio: https://soundcloud.com/amishav/55-juan-19-20-los-huesos- secos?in=amishav/sets/instituto-b-blico-descubre Para ver el video: https://youtu.be/cYrm32lx_TY?list=PLWD70me4azDLWmophEgwlvTj6HYAYhN58 Autor del comentario: José A. Sánchez Vilchis Transcripción: Humberto Rendón Rojas Revisión: Sara Téllez Girón de Rendón Jerusalén, Israel; Abril 18 del 2015. En Juan capítulo 19 se menciona un lugar llamado “gabata” o “lisóstropos” en griego que significa piedra de pavimento construida por Adriano, y de acuerdo a la tradición, Pilato se sentó en una silla de juicio en el lugar llamado “lisostropos” que en hebreo es “gabata”.

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Juan 19-20

Los huesos secos

Para escuchar el audio: https://soundcloud.com/amishav/55-juan-19-20-los-huesos-secos?in=amishav/sets/instituto-b-blico-descubre Para ver el video: https://youtu.be/cYrm32lx_TY?list=PLWD70me4azDLWmophEgwlvTj6HYAYhN58

Autor del comentario: José A. Sánchez Vilchis

Transcripción: Humberto Rendón Rojas

Revisión: Sara Téllez Girón de Rendón

Jerusalén, Israel; Abril 18 del 2015.

En Juan capítulo 19 se menciona un lugar llamado “gabata” o “lisóstropos” en griego que

significa piedra de pavimento construida por Adriano, y de acuerdo a la tradición, Pilato se

sentó en una silla de juicio en el lugar llamado “lisostropos” que en hebreo es “gabata”.

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Éste es el lugar donde los soldados trajeron a Yeshúa, en ésos momentos en que se había

ya decretado, cuando Pilato lo condena a la muerte es aquí a donde lo traen y comienzan

a burlarse de él, le pusieron un manto púrpura, una corona de espinas, lo golpeaban en la

cabeza, jugueteaban con él y éste piso que vemos aquí incluso muestra las evidencias de

un jueguito que tenían en aquella época que se le llama el juego del rey y que jugaban los

soldados para ver a quien le tocaba el turno de golpear al prisionero que tenían en aquella

época.

Es éste lugar donde Yeshúa es escarnecido, donde se burlan de el doblando la rodilla ante

él y le decían “profetiza quien te golpeó” y poniéndole la corona de espinas se burlaban

haciéndole reverencias como el Rey de los judíos. Y es desde éste lugar también donde

comienza el trayecto rumbo al Gólgota que es conocido como “la vía dolorosa”, cuando

toma la cruz.

Y a éste lugar actualmente se le llama “He aquí el Hombre” es un convento que edificaron

encima de unas ruinas, el nombre que recibe éste convento es en referencia al texto

donde Pilato presenta a Yeshúa para ser crucificado y que dice: “He aquí el hombre”.

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Es en éste lugar donde presentan al Hijo del hombre, la piedra que vendría del cielo para

derribar todos los imperios de éste mundo, no con fuerza, no con ejército, no como lo

hace el ser humano, sino de una manera mucho más elevada; ¡Bendito sea su Nombre!

Para finalizar con éste relato en el evangelio de Juan, en las letras rojas y terminar con

ésta reflexión que estamos haciendo en estos capítulos, aquí está la vía dolorosa:

Después del lugar donde estuvimos, donde presentan a Yeshúa y Pilato dice: “He aquí el

Hombre” y de aquí lo llevan rumbo al Gólgota, así que esto es lo que actualmente ustedes

encontrarán en la vía dolorosa aquí en Jerusalén, esto es en el sector árabe de la ciudad y

aquí vamos a iniciar la caminata rumbo al Gólgota:

En el sector donde se encuentra el Gólgota era un lugar de mucho tránsito y es por ello

que los romanos aprovecharon de crucificar a Yeshúa en el monte de la Calavera como

una advertencia a todos los rebeldes al imperio con el propósito de que nadie se atreviera

a volver a desafiar el poder y dominio romano y en ésta época que era un lugar de tanto

tránsito, lo curioso es que dos mil años después, otra vez es un lugar de mucho tránsito;

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Se aprecian las cuencas de la calavera y encima del monte es un cementerio árabe y lo

curioso es que en el lugar donde fue crucificado, justamente ahí está un cementerio de

huesos secos, de tumbas extranjeras y es curioso que tiene que ver tanto con el evangelio

lo que pasó aquí, pues precisamente él vino a dar su vida no solamente por la nación

como dijo Caifás sino también para congregar en uno a todos los hijos de Dios que

estaban dispersos, así que qué mejor manera de ilustrar lo que sucedió ahí.

Como vemos en la fotografía, se aprecia la misma perspectiva que cualquier habitante de

Judea tuvo de éste terrible acto de ejecución.

Es sorprendente que habiendo tantas construcciones alrededor del monte de la calavera,

éste lugar se mantenga tal cual como estaba en aquel entonces. Es aquí donde pronunció

sus últimas palabras: “Eli, Eli lama sabactani, Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has

desamparado?...”

Les he estado dejando de tarea complementar éstos estudios con el nivel intermedio ya

que como se los he mencionado, aquí solamente nos vamos a enfocar en las letras rojas;

éste capítulo se trata de la muerte y crucifixión de Yeshúa y nos encontramos en éste

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lugar de tanta afluencia como lo hubo en aquella época, en éste monte que tiene ésa

calavera en representación de huesos secos y simplemente simbolizando y representando

la cabeza de esos huesos secos de los que se habla en Ezequiel capítulo 37 y que

representan a todos los hijos de Dios que están dispersos, aquí se está cumpliendo la

profecía de Caifás que dijo que Yeshúa también habría de morir para congregar en uno a

todos los hijos de Dios que estaban dispersos y para poder entender con mayor

profundidad lo que sucedió aquí, es muy importante conocer la profecía de Ezequiel, en

especial el capítulo 37 que habla del valle de los huesos secos y que representan a las

tribus de Israel que se mezclaron, se asimilaron, dejaron de ser pueblo, se hicieron

extranjeros entre las naciones y que un día iban a ser resucitados, un día iba a entrar

espíritu en ellos e iban a vivir.

Juan 19.- 26 Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo… En estos momentos le encarga la custodia de su mamá a uno de sus discípulos a Juan que es de hecho el escritor de éste evangelio; Juan 19.- 27 Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa. 28 Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed… Y aquí hay una gran profundidad en las palabras que dijo: Tengo sed… ya que esto tiene mucho que ver con la bebida de los celos de la que nos habla Números capítulo 5 en lo referente a la ley de los celos en donde se describe que cuando un marido tenía duda y tenía celos cuando pensaba que su mujer le había sido infiel, la tenía que llevar al tabernáculo y le tenían que dar una bebida especial y si la mujer había sido adúltera efectivamente esa bebida causaba que su vientre se hinchara y que hasta que la mujer moría, pero si la mujer no era culpable, ésa misma bebida causaba fertilidad y ésa mujer tendría muchos hijos, así que sin duda vemos que eso es justamente lo que se está representando ya que Yeshúa está tomando la bebida de los celos, la bebida que le correspondía a la esposa, a Gomer, a la mujer adúltera que se menciona en la profecía de Oseas, esa bebida que le correspondía a ella para morir, en éste momento él la está tomando y una vez que la toma y que muere en el lugar de Gomer la esposa adúltera, entonces en los versículos 29 y 30 vamos a ver el desenlace;

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Juan 19.- 29 Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca. 30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es… Ésa expresión, el verbo consumar, acabar, tiene que ver con el nombre precisamente de ésta mujer adúltera de la profecía de Oseas, la mujer adúltera, el nombre “Gomer” significa “Terminar” y es exactamente lo que aquí esta clamando Yeshúa: He terminado, he consumado la obra de reconciliar a esa mujer que en un momento fue divorciada, fue expulsada, fue echada, como está escrito en la profecía de Oseas pero que un día había de ser redimida. Así que aquí Yeshúa muere de amor, muere invocando el nombre de la esposa adúltera pero amada al mismo tiempo y esto es un preámbulo hermosísimo para las letras rojas en el capítulo 20 que analizaremos y con las cuales vamos a cerrar éste estudio. Todo éste preámbulo de dar su vida por la mujer adúltera tiene una íntima conexión con las letras rojas en el capítulo 20. Después de morir por Gomer, la mujer adúltera y después que es él quien toma la culpa, toma la muerte de éstos huesos secos que perdieron toda esperanza de los que se habla en Ezequiel 37, una vez que toma él la condena, el precio del pecado de la esposa y que él bebe ésa copa de ira, ésa copa de celos, es entonces cuando después de haber cumplido su misión, entonces resucita y al resucitar a la primer persona que se le aparece es nada menos que a la mujer adúltera, la prostituta, María Magdalena, la famosa mujer que fue liberada de siete demonios y que sin duda es una ilustración perfecta y exacta de la mujer adúltera de Oseas y en el capítulo 20 nos vamos ir al versículo 15 y ahí simplemente es el momento en que Yeshúa se va a encontrar con María Magdalena que está llorando porque no encuentra el cuerpo y mientras esta llorando no sabe dónde pusieron a su Señor Juan 20.- 15 Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. 16 Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro). 17 Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. 18 Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto al Señor, y que él le había dicho estas cosas. 19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros…

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Concentrémonos en éstas palabras cuando le dice a María Magdalena: No me toques, soy el Sumo Sacerdote que voy a presentarme como una ofrenda pura, voy a presentarme a mí mismo ante el trono de mi Padre donde ha de efectuarse la purificación por ti María y por todos los huesos secos de entre las naciones que han de venir a cobijarse bajo el refugio del Dios de Abraham, Isaac y Yacob… ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios… He cumplido la función del hijo primogénito que da su vida por sus hermanos y que toma la responsabilidad de preservar a sus hermanos y está a punto de manifestarse a sus hermanos para que lleven éste mensaje de vida, de restauración, de perdón, de reconciliación a todas las naciones. Vicky y Omar son los estudiantes que me han acompañado en éste recorrido a través del evangelio de Juan, recorriendo cada uno de los dichos, cada una de las palabras y enseñanzas de Yeshúa en éste maravilloso evangelio que a pesar de que ya he estudiado en otras ocasiones éste evangelio, el haberme enfocado específicamente en las enseñanzas de Yeshúa, de todo corazón les digo que me hizo una persona diferente, me hizo ver cosas que antes no había visto; yo estoy seguro que mi vida es un antes de haber hecho éste evangelio y una después de terminarlo. No hay nada como las letras en rojo, he enfatizado mucho en éste nivel avanzado de las letras en rojo, en todos los evangelios, pero en especial en éste, en el evangelio de Juan son algo, simplemente indescriptible y qué mejor lugar aquí en donde todo inició, la ciudad de David, la ciudad con la que David soñó gobernar al mundo pero no gobernarlo de manera injusta, de manera opresiva, no como el resto de las naciones sino como un Pastor que cuida a sus ovejas, Dios vio en David ese corazón conforme al de él, de juntar a las ovejas y protegerlas y es a éste hombre a quien se le prometió una dinastía eterna, es aquí donde todo comenzó, donde él soñó con un templo que fuese una casa de oración para todas las naciones, es aquí donde se le prometió que su hijo gobernaría por los siglos de los siglos, es aquí donde vamos a terminar con éstas palabras de su Hijo, del Hijo de David, de Yeshúa de Nazaret, donde él se presenta con sus discípulos; Juan 20.- 19 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros… Fíjense en las primeras palabras que le dice Yeshúa a sus discípulos cuando se presenta con ellos, la palabra “paz” en hebreo es la palabra “Shalom” que generalmente se traduce como paz, en realidad ésta palabra “paz - Shalom” tiene un significado mucho más amplio que simplemente paz, ausencia de guerra; lo que significa ésta palabra “Shalom” en

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hebreo implica “que se complete algo” plenitud, todo aquello que les falta a todos los estudiantes que están escuchando esto, fíjense las primeras palabras que Yeshúa les dice a sus discípulos una vez que resucitó, una vez que cumplió el propósito por el cual vino, dijo: “Shalom a ustedes”, que ustedes sean completos, que se complete el propósito, que se llene el vacío que siempre han tenido, todos nosotros tenemos un vacío que solo tiene la forma de Yeshúa, que tiene la forma de aquel por quien todas las cosas fueron hechas, así que una vez que él demuestra su poder y resucita y vence a la muerte dice: “Shalom” que se cumpla el propósito en ustedes, que ustedes lleguen a la plenitud, que se complete, que esté completa la obra en ustedes. Por eso el apóstol Pablo dice: “Vosotros estáis completos en Cristo” Él es la plenitud, quien lo es todo y en todos, están completos en mí, es lo que está diciendo Yeshúa Paz a vosotros… Juan 20.- 20 Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor. 21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros… Otra vez les dice: Paz a vosotros… ustedes están completos en mí, ya se cumplió todo el propósito, ya no necesitan más en la vida, ¿Qué más puedes anhelar que seas mi discípulo, que vencí por ti, que di mi vida por ti, que ahora tengo vida eterna y esa vida eterna te la estoy dando a ti, qué más necesitas? ¿Habrá algo que tu necesites después de esto? Juan 20.- 21… Como me envió el Padre, así también yo os envío… Escuchen esto, en éste nivel avanzado tuve muy claro cómo se va a llamar el siguiente nivel que voy a estar grabando, es más, lo que me dio la pauta para saber el nombre de la siguiente serie de estudios verso por verso, es lo que dice aquí: Como me envió el Padre, así también yo os envío… Así como me envió el Padre a cumplir una función, así yo los envío a ustedes a hacer lo mismo, a hacer lo mismo que yo hice; Juan 20.- 22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.(Ruaj Hakodesh) 23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos… Ustedes ahora tienen potestad para ir a compartir éste mensaje y que los pecados de aquellos a quienes prediquen, sean perdonados;

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Juan 20.- 24 Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. 25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. 26 Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros… Una vez más, el mismo concepto, estén completos, he completado la obra; Juan 20.- 27 Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. 28 Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!... Adoni be Elohai, Señor mío y Dios mío Juan 20.- 29 Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron… Definitivamente creo que Yeshúa notó en nosotros un corazón parecido al de Tomás y nos trajo aquí, nos ha mostrado todas estas cosas porque sabía que necesitábamos esa ayuda para ver, no todos tenemos una confianza tan grande y bastó un poquito de confianza en nosotros para que él nos mostrara aún más y él sabía que estábamos en búsqueda de respuestas y finalmente estuvo dispuesto aún alguien que dudaba tanto a aclararle todas sus dudas, pero termina diciéndole: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron… Dichosos los que sin necesidad de todo esto pueden creer porque les podemos decir con completa confianza, así como Tomás dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!... ¿Con plena confianza qué podemos decir todos aquellos que han recorrido estos estudios, qué podemos decir después de ésta revelación de su bondad, de su gracia y palpar lo que realmente es? ¿Qué quedará en nosotros decir? ¡Señor mío, y Dios mío!... Y si tú al terminar éste estudio y después de conocer todo lo que él hizo, después de comprobar que es real todo lo que dice la escritura, si tu al final de éste estudio puedes decir: ¡Señor mío, y Dios mío!... Entonces eres dichoso, la dicha, si te has preguntado ¿Porqué no soy feliz, que me falta en la vida? Te falta decir estas palabas que dijo Tomás, ¡Señor mío, y Dios mío!... Dichosos los que sin tener que ver todo esto le pueden decir: ¡Señor mío, y Dios mío!... Yo te voy a invitar a ti donde quiera que estés, comenzando por éstos dos testigos que tengo

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aquí y en todos los lugares donde estén tomando este estudio, si tu después de estudiar todas estas historias maravillosas le dices como Tomás: ¡Señor mío, y Dios mío!... si tú eres capaz de decir esto, entonces se habrá cumplido el propósito del libro, se habrá cumplido lo que dice los versos 30 y 31; Juan 20.- 30 Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. 31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre. Si tú en éste momento dices: ¡Señor mío, y Dios mío!... entonces el evangelio de Juan y todo el tiempo que empleó el discípulo amado, habrá cumplido su propósito y yo estoy seguro que así como la lluvia que desciende del cielo y da pan al que come, da semilla al que siembra, yo estoy seguro que éste evangelio no regresará vacío, sino que cumplirá el propósito por el que fue enviado… Te doy gracias Yeshúa por tu misericordia, por haberte manifestado a nuestras vidas de una manera tan poderosa, de una manera tan contundente que no hay manera de dudarlo más, yo te ruego que se cumpla el propósito de éste evangelio de éstas palabras de Juan y que nosotros seamos primicias de muchos otros en el mundo que son ovejas tuyas Yeshúa, que fuiste a rescatar al mundo, que fuiste en búsqueda de la descarriada, que fuiste en búsqueda del hijo pródigo; yo te ruego que el día de hoy se cumpla el propósito de éste evangelio en cada uno de los que vean éste video o escuchen ésta grabación, cumple ése propósito y si tu consideras que se ha cumplido ése propósito en tu vida, entonces dile éstas mismas palabras de Tomás ¡Señor mío, y Dios mío!... Bendito seas Yeshúa, vuelve pronto a éste lugar, amén. Dichosos los que no vieron, que no fueron testigos del comienzo de la restauración del tabernáculo caído de David, del levantamiento del tabernáculo caído de David, dichosos los que no vieron pero que siguen creyendo, que mantienen su fe, su esperanza y que al ver todo esto que está aquí simplemente nos alienta nos da esperanza y nos muestra que ésta tierra que fue destruida, ésta tierra que expulsó a la descendencia de Abraham, Isaac y Jacob, ésta tierra que fue pisada por los gentiles como dijo Yeshúa el Hijo de David, dijo: Jerusalén será pisoteada por las naciones, hasta que el tiempo de los gentiles se cumpla… Éste mismo lugar será escenario una vez más del cumplimiento de todas las promesas dadas a David, de ésa dinastía eterna, de ese reinado que no ha de tener fin, de su Hijo que ha de volver a éste lugar y esa chispa de esperanza se encendió en aquella época y volvió a alumbrar a Tomás, a los once que estaba ahí reunidos porque uno había

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determinado terminar con su vida, a éstos discípulos que presenciaron y de Tomás especialmente que vio la señal de los clavos, que vio esas manos y que metió su mano en el costado y de ahí él creyó, vienen estas palabras en rojo en las que vamos a reflexionar el día de hoy y que al recorrer éstos lugares nos dan la confianza y la seguridad de que efectivamente, Yeshúa es el Hijo de David, él es quien dijo ser y él venció a la muerte y él nos da la esperanza de que esos huesos secos han de resucitar, nos da la esperanza de que esas ovejas que están descarriadas, dispersas van a volver a ser unidas, van a juntarse una vez más y el Buen Pastor que dio su vida por las ovejas como estudiamos en éstos capítulos, cumplirá el pacto dado a David. Y aquí en éste lugar donde todo comenzó, en ésta ciudad de David, en Sión que es la ciudad de David, desde aquí hemos de ver cómo se parte ese monte de los olivos, desde aquí hemos de ver esos pies que fueron traspasados por los pecados de su pueblo, por los pecados del mundo, cómo esos pies regresarán en gloria, restaurados y al pisar ese monte se partirá, y es desde este lugar donde cerraremos éste capítulo 20 en la serie de las letras rojas en el evangelio de Juan, con la esperanza de que el Hijo de David vive y reina por los siglos de los siglos y dichosos somos por creer ésta historia aunque no estuvimos ahí, dichosos somos porque confiamos que si él cumplió, todo lo que se habló de él al principio, también se cumplirá todo lo que anunció acerca de su reino, Bendito seas Yeshúa…