Primera edición, "Los huesos secos"

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Disfruta de nuestra primera edición de la Revista Aliento de Vida, “Los Huesos Secos”

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Revista Aliento de Vida

Aliento de Vida“Los Huesos Secos”

Equipo EditorialPresidente/Editor Principal/Enfoque a la IglesiaDaniel A. Rivera Rosado

Vice-presidente/ Enfoque a los MinisteriosXavier A. Sánchez Morales

Logística/ “La Voz de la Gente”Jane E. Díaz Navarro

Enfoque a la FamiliaMaurim E. Chiclana Andino

Enofque a la Juventud Amós J. Pagán Ríos

Enfoque a la NiñezAndrea C. González Ramírez

Enfoque a la Misiones/Relaciones PúblicasRayziel Santa Morales

“Lápiz y Papel”Yiomarie Ojeda Rodríguez

Relacionista Público/Artista Gráfico/WebmasterJulián J. Torres Chico

Primera edición:

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Año; 2012, lugar; Puerto Rico. ¿Qué vamos hacer? ¿Qué tenemos que hacer? Muchas son las preguntas y en ocasiones pocas respuestas, pero cuando se trata del rumbo de nuestro país y nuestra gente, siempre hay un pueblo que se levanta en pie de lucha, acude a la presencia de nuestro Dios y busca que hacer. Por medio de las páginas siguientes verás la contestación de nuestro Dios, a través de distintos escritos. ¿Pero, que motivó? El corazón de unas personas sedientas por trabajar. En Ezequiel 37:1-14, se nos narra la visión del profeta cuando está frente a un valle de huesos secos, vemos como le cuestiona a Dios que si podrán tomar vida y como Dios le contesta, como es una historia, que todos conocemos, sabemos que los huesos toman vida. ¿Y ya? ¿Cómo magia? ¡No! Tuvo que la mano de Dios interponerse en la materia de esos huesos, soplar, reconstruir esos cuerpos y que pudieran ser llamados; ejército.

Me dice el diccionario que ejército, significa; “colectividad organizada para la realización de un fin”. No se tú, pero que bien estaría tener un ejercito activo lleno del Aliento de Vida de nuestro Dios. Sería igual que los de los tiempos contemporáneos, opcional, con beneficios, pero no existiría un plan de retiro, sería una vida de servicio, eterna. Pero viendo a ver que procesos se pasan en un ejército; está educarse en que consiste ese ejército; esto sería aceptar a Jesús como nuestro Señor y Salvador y por medio del acto redentor, enlistarse para lo que venga. Está la prueba de inteligencia; lo cual podemos comparar con nutrirse de la palabra, orar, ayunar, servir, buscar el rostro de Dios todos los días, en fin, tener hábitos de estudios. Existe también, el examen físico; aquí tendríamos una pequeña prueba de lo que es estar en el servicio del Señor, lo que conlleva y lo que hace en la vida del ser humano; disciplinar, transformar, avivar, bendecir y sobretodo, encaminar hacia una vida eternal con el Padre. Luego, entramos en el campo, esa zona de combate la cual para participar en ella, tenemos que estar sumamente preparados.

En esta zona de combate, todos y todas estamos en primera fila, y estar en primera fila no es como ahora, que sería discriminando, sería porque todos estamos capacitados y capacitadas para la buena batalla. Al nosotros probar ante nuestro Señor, trabajar para Él y querer vivir una vida de servicio íntegra, Dios nos llamaría por nuestro nombre y nos diría; “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor”. (Mt. 25:23) Llegaría entonces, nuestra etapa de educadores de otros, inculcaríamos en los nuestros lo que hemos vivido, como hemos madurado y hasta donde el Señor nos ha traído, para cuando un día, nuestro redentor regrese poder ir a servir como estuvimos destinados a servir, como príncipes y princesas, hijo e hijas, del Dios altísimo.

Luego de haber entendido quienes somos, que queremos hacer y de que somos parte, podemos acudir firmemente ante la presencia de nuestro Dios y rogarle que derrame sobre su pueblo e Isla; ¡ALIENTO DE VIDA! Que al igual que Ezequiel, sepamos que los huesos secos, tomarán vida y que un día todos juntos viviremos rectos, en su nombre. Nuestro deseo como revista en esta edición, es presentar lo que somos y a lo que Dios nos ha llamado a través de los diferentes enfoques. ¡Que nuestro corazón y espíritu estén prestos a recibir palabra!

Dios te bendiga.

PRÓLOGO“Esforzaos todos vosotros los que esperáis en

Jehová, y tome aliento vuestro corazón.”Salmo 31:24

Equipo EditorialPresidente/Editor Principal/Enfoque a la IglesiaDaniel A. Rivera Rosado

Vice-presidente/ Enfoque a los MinisteriosXavier A. Sánchez Morales

Logística/ “La Voz de la Gente”Jane E. Díaz Navarro

Enfoque a la FamiliaMaurim E. Chiclana Andino

Enofque a la Juventud Amós J. Pagán Ríos

Enfoque a la NiñezAndrea C. González Ramírez

Enfoque a la Misiones/Relaciones PúblicasRayziel Santa Morales

“Lápiz y Papel”Yiomarie Ojeda Rodríguez

Relacionista Público/Artista Gráfico/WebmasterJulián J. Torres Chico

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Revista Aliento de Vida

El profeta Ezequiel, recibe esta visión de parte de Dios en los tiempos que el pueblo de Israel está viviendo en el exilio. Es un tiempo en el cual el pueblo de Dios vive en desesperanza, un tiempo oscuro en cual se piensa que no existe salida. En nuestro Puerto Rico, probablemente no se vive un exilio, aunque hay gente que se auto-exilian a otro país, pero eso se llama inmigración. Tristemente, en Puerto Rico se vive un “exilio espiritual” el cual está dejando nuestro país como un valle de huesos secos. La Biblia Reina Valera 1995, en sus notas, nos dice que los huesos secos no sugiere la idea de un cementerio, sino más bien la de un campo de batalla, sobre el que habían quedado tendidos los cadáveres de los caídos en el combate.

Exactamente eso es el Puerto Rico de hoy en día, un campo

de batalla donde existe mucha desesperanza, mucho fracaso y mucha desilusión. Pero, ¿qué estamos haciendo como Iglesia de Dios en medio de estos tiempos? ¿Qué estamos haciendo para traer vida a aquellos que la necesitan, esperanza aquellos desolados y alegría a los desamparados? Es nuestro deber como Iglesia del Señor llenarnos de su Santo Espíritu y hablar sobre la vida de esos huesos secos, profetizar en el nombre de Jesús sobre la vida de este país y ver como el Señor aviva esta tierra.

“La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un campo que estaba lleno de huesos.” (Ez. 37:1) Como Iglesia, el Señor hace tiempo nos está mostrando como nuestro país decae en; espiritualidad, moralidad,

patriotismo y respeto a la vida. Tenemos más que conscientes nuestras mentes de que algo en nuestros alrededores anda mal y nosotros y nosotras, como pueblo de Dios tenemos que retomar la vida de los nuestros en su nombre. Nosotros, al igual que Ezequiel, no podemos dudar cuando el Señor nos pregunte; “Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos?”. Nosotros como un pueblo fiel y un pueblo que ha visto su mano en medio de unas circunstancias aterradoras, contestarle firmemente; ¡Señor tú lo sabes!

Para que nosotros como Iglesia podamos llevar una palabra alentadora a nuestro país y también como motivación, al mismo pueblo cristiano, debemos retirarnos en oración para que así el Espíritu de Dios sea el que nos guie y revele su hermoso propósito con lo que

por Daniel A. Rivera Rosado

“¡Avívanos Oh Dios!”“Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en

medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer, En la ira acuérdate de la misericordia.”

Habacuc 3:2

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ha de hacer. Luego de que nosotros inclinemos nuestras rodillas y hayamos elevado adoración en oración al Señor, palabra vendrá a nuestra vida para este pueblo puertorriqueño que necesita de Dios. “He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis”. Cuando traducimos al hebreo la palabra espíritu, puede significar viento o aliento de vida. Viento en el sentido de que es lo que llena y mueve algo hueco o vacío, y aliento de vida porque es el mismo soplo del nuestro Señor que nos revive y nos hace caminar confiados, nos da vida para disfrutarla juntamente con él y ser co-partícipes de sus bendiciones. Muchas veces como Iglesia del Señor, tomando una pausa de lo que tenemos que hacer por este país, nosotros también debemos orar y buscar su rostros sobre todas las cosas para entonces también nosotros recibir Aliento de Vida si como Iglesia estamos tristes o desanimados, si como Iglesia a veces los proyectos que teníamos en mente no nos salen, si como Iglesia no estamos de lo más complacido con el tiempo que nos ha tocado vivir. Sobre todas esas quejas, válidas humanamente, saber que hay un Dios poderoso que no nos dejará caer Iglesia, que hay un Dios que toma de su tiempo para soplar de su aliento para darnos vida y avivar su obra y revivir cada pastor/ra, cada ministerio, cada junta de oficiales para que entonces impactemos en el nombre de Jesús la congregación que Dios, en su misericordia, nos ha entregado, para que en el nombre de Jesús podamos ministrar palabra de aliento a la comunidad que nos ha tocado servir y para ser de ejemplo a Puerto Rico y al mundo de que hay una Iglesia viva, que reconoce que el dador de la vida es él, Jehová Dios nuestro. ¡Avívanos oh Dios!

He aquí que cuando nosotros como pueblo de Dios vayamos a hablar a los nuestros y a nuestro país, vendrá un temblor, y cuando digo temblor lo digo simbólicamente, no se me aterrorice nadie. Con que vendrá un temblor me refiero a un cambio en nuestras Iglesias, en nuestro país, en nuestro ambiente para la gloria de su nombre. La carne subirá de la tierra y formará en seres humanos; capacitados y llenos de su Santo Espíritu.

“¡Avívanos Oh Dios!”

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Revista Aliento de Vida

¿Eres parte de una familia? ¿De dos familias, de tres, de cuántas? ¿Qué define una familia? ¿El matrimonio, los hijos, la sangre, el “amor”, la convivencia, los gustos? Existe tanto debate en torno al término familia, se ha ampliado tanto el concepto que de una manera u otra todos somos familia. Todos somos una gran familia disfuncional, en busca de amor, de reconocimiento, de consuelo, de esperanza, de paz. Y como familia clamamos al Señor diciendo: “Nuestros huesos se han secado. Ya no tenemos esperanza. ¡Estamos perdidos!” (Ezequiel 37:11 NVI)

La familia puertorriqueña es un archipiélago, islas separadas por un mar de rechazo, de desesperación, de desamor. Vivimos tan preocupados por el futuro que se nos olvida el presente, se nos pasa el

amor. Hace años atrás una himno decía que “La familia es una institución donde el individuo toma formación, y si no formamos un mejor hogar marchar bien no puede nuestra sociedad.” Sucede que nos quedamos en que “la familia es una institución”, se nos olvidó el resto de la canción. Pasamos por alto que la familia es una institución creada por Dios, que es la base de la sociedad, que el cambio comienza en la casa y es extensivo a nuestra comunidad, a nuestro país. La Declaración Universal de los Derechos Humanos lo establece en el Artículo 16 que la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado. Al decir que la familia es una institución no se refiere a un lugar, es más bien un organismo fundamental que desempeña una función

de interés público. Así que si la sociedad fuera pirámide la familia estaría en su base, si fuera círculo la familia sería la línea, de ser árbol la familia sería la semilla, y si fuera mar la familia sería una gota de agua.

Hoy en día una persona puede ser parte de sobre diez familias a la vez, su familia consanguínea, la familia del trabajo, la familia de la fe, la familia de la profesión, la familia de la música, la familia de los cafeteros, la familia del partido, la familia de la pareja, la familia de los amigos, la familia de la familia de la familia, al fin todos llegan a considerarse parte de la misma familia. Bueno el Diccionario de la Real Academia Española en una de sus definiciones plantea que familia es un conjunto de personas que tienen alguna condición, opinión o tendencia común. Así que todos en algún momento hemos sido

Aliento de Vida… para la familiaEstamo’ en Familia

por Maurim E. Chiclana

RevistaAlientodeVida.com

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familia, la familia de los que están a favor de, o en contra de… ser familia. Está definición es muy floja para algo tan esencial como lo es la familia, es una definición que promueve la desunión, la separación y no responde a la función de la familia. Cuántos en algún momento de su vida se preguntaron ¿si mi familia fuera diferente? Porque a través de la convivencia la queja puede ser que precisamente no tenemos nada en común, nos preguntamos el porqué, y si fuera por nosotros tendríamos familias “hechas a la medida”, familias pedidas de un catálogo. Algo maravilloso de la familia es que a pesar de las diferencias, nos podemos respetar y amar, que aprendemos a lidiar con situaciones que luego las enfrentaremos a mayor escala en la comunidad, que aunque estemos en desacuerdo, a la distancia, aunque un hermano sea blanco y el otro negro, somos familia. Porque Dios estableció la familia, a través del matrimonio con un propósito de vida y no la limitó a un grupo con algo en común… para eso están los clubes.

Este fenómeno se está dando con frecuencia por la falta de tolerancia en los hogares, por la falta de un hogar, porque no hay una etapa de crianza, porque… ya no hay esperanza. La familia puertorriqueña clama por amor, esperanza, tolerancia, solidaridad. Estas son cosas que el Departamento de la Familia no puede brindar, por eso levantamos ese clamor a Dios y le decimos: “Nuestros huesos se han secado. Ya no tenemos esperanza. ¡Estamos perdidos!” Y creemos que el Señor abrirá nuestros sepulcros y nos sacará de nuestras sepulturas y pondrá en nosotros Su aliento de vida y viviremos. Nosotros que hemos sido constituidos familia por la sangre redentora de Cristo, somos llamados por nuestro Padre a en amor ir y levantar, consolar, perdonar, ser de fortaleza a nuestras familias, a en amor ir y amar. Seamos familias llenas del Aliento de Vida que nos mueve a fortalecer nuestra comunidad, nuestra sociedad, nuestro país, seamos familias que ejercen su función con dignidad y responsabilidad, y que podamos abrir nuestros ojos y ver una isla llena de familias vivas, comprometidas con su país, con su ambiente, con las generaciones que la componen, familias unidas construyendo el reino de Dios.

“Donde existe el amor, gente unida hallarás; familias de mi Puerto Rico ¡Únanse en el amor a Dios!” Coro del himno: La familia es una institución

“Donde existe el amor, gente unida hallarás; familias de mi Puerto Rico ¡Únanse en el amor a Dios!”

Coro del himno: La familia es una institución

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Revista Aliento de Vida

Primeramente quiero darte la bienvenida a este espacio donde espero que puedas

identificarte y puedas empezar a darle vida a ese furor que puedes tener en tu corazón y esa búsqueda constante de la fe. Basandome en el libro You Lost Me: Why young Christian Are Leaving Church... and Rethinking Faith de David Kinnaman, hago saber que nosotros los jóvenes estamos experimentando eventos en nuestras vidas tanto cotidianos como en las iglesias que nos están marcando grandemente. Dicha situación ha tenido como consecuencia una cercanía y a la misma vez una lejanía a lo que conocemos como “iglesia” y el rol de la misma. Históricamente somos

la generación que más cambios socioculturales ha tenido. Por ende prevalecer en la fe y seguir en los caminos de Dios se hace mas retante y provoca que la misma generación tenga que repensar el decidir si creer o no.

Tiempos desesperantes son éstos que estamos viviendo. Tiempos en los cuales lo único que nos mueve a seguir el día a día es la necesidad de subsistir mas individual que colectivamente. Hay fósiles andantes, hay huesos secos con pesadas cargas encima y hay rostros con un signo de interrogación tratando de descubrir quiénes son y cuál es su propósito en este mundo. Pero no vengo a escribir sobre un evangelio de lamentos,

lo maravilloso está detrás de todo esto. Quisiera compartirte algunos puntos esenciales para nuestra vida como creyentes que podemos extraerlos de Ezequiel 37:1-14. Pero antes recordemos un poco de quién fue este gran hombre. Ezequiel fue un sacerdote y profeta hebreo exiliado a Babilonia y vivió momentos desesperantes durante el cautiverio del pueblo de Israel, siempre en sus predicaciones entraba en las buenas costumbres más allá de la moralidad. Así mismo predicó, en un lugar de idolatría, de controversias y falsas esperanzas. Pero este evento del “Valle de los Huesos Secos” tiene un sentido bien significativo que quiero hacerte saber.

“La predicación según fue la intención de Dios jamás perderá su poder ni su razón de ser. El interés humano cambiará con cada generación, pero los

medios de Dios para dirigirse a la necesidad humana jamás cambiarán.”James Earl Matthew

de esperanza

Una

JUVENTUDcon raíces

por Amós J. Pagán Ríos

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1Una invitación a la preparación que se hace real en tu vida: Conociendo más a fondo sobre Ezequiel, su llamado no fue aislado

pero fue personal. ¿Cómo traemos esto a nuestra realidad? Nosotros como jóvenes ciertamente en ocasiones tendemos a ser muy emocionales y perdemos de perspectiva lo valioso de un encuentro con Él. Naturalmente esperamos a que ocurra algo tan grande en nuestra vida que si no es así entendemos que jamás lo será. Algo grande está ocurriendo, pero estamos en un espacio intentando coger vida. No tenemos que presentar un evangelio como espectáculo sino un evangelio práctico que sea al alcance de todos y todas. Que sea tan real que cada vez más se tenga ganas de seguir buscando de Él y ver como su poder se manifiesta en lo sencillo más que en lo complicado. Se nos ha dado un gran poder 1 Pedro 2:9: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido; para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”.

2¿A cuántos has invitado? El Espíritu Santo te mueve: Ezequiel fue puesto en medio de un campo de batalla donde miles fueron

asesinados. Contempló esa triste escena con dos pensamientos, primero que los huesos estaban secos y segundo que eran muchos. ¿Somos sensibles a lo que está al alcance de nuestros ojos? Estamos tan comprometidos a lo ligero que dejamos a un lado las dolencias de nuestros semejantes. Entonces es en ese momento que tienes que aprender a detenerte y sentir como el Espíritu Santo provoca sensibilidad y empiezas a ver la condición del dolido, del sin esperanza, del raro, del imprudente, del que le falta amor, en fin, del que dejaste en algún momento en el olvido. Hay una promesa poderosa que se te ha dado, Juan 16:13 “Pero cuando el Espíritu de verdad venga, Él os guiará a toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oiga, y os hará saber las cosas que han de venir”.

3Fidelidad en medio de la desesperanza: Es cuesta arriba ser optimista en medio de esta crisis social. La realidad es que en muchas ocasiones dudamos en vez de creer con certeza que

provocaremos un impacto en la vida de alguien. Hay tanto dolor, tanto desaliento y falta de acompañamiento que si pusiéramos todo eso en una mesa no quisiéramos tocar nada de ellos. Pero la invitación sigue exigiendo una respuesta. Ese llamado a que empieces a actuar, a dejarte a usar por Él, que cuando te debilites sepas que te dará fuerzas y que aprendas a esperar en Él. Levántate con un corazón dispuesto y afirma eso que dice en el Salmo 119:90 “Por generación y generación es tu fidelidad; tú afirmaste la tierra, y permanece”.

4Hay una fe y una esperanza hecha: Un texto vital es

Ezequiel 37:14 “ Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová”. Muy claro está, y quiero que entiendan que ya la acción de Dios fue hecha. Contagiemos esta transformación de la que alguna vez sentimos cuando lo aceptamos, pero que sea hecha por convicción más que por experiencia. Que nuestra generación sienta y viva bajo ese poder y misericordia de Dios.Es hora de que salgas

y empieces a hablar de un evangelio práctico, un evangelio que emane en cada lugar que vayas. Es hora de que entiendas el gran poder que se te ha dado en tu vida y que lo uses para dar posibilidades de esperanza, paz, amor, alegría y una razón para seguir luchando en la vida siendo un agente de cambio. Creo en una juventud con ʺRaíces de Esperanzaʺ y con un corazón lleno de amor y pasión por seguir a Dios. Cambiemos la visión de lo que la gente piensa que es la iglesia y no olvidemos que la misma no se hace sola, la construimos a diario. Acerquemos el reino de Dios para los que son tan iguales a nosotros, a esos que parecen huesos secos, a esos y esas que ama nuestro Padre.

Cuatro puntos importantes sobre la transformación que la palabra tiene por medio de este evento:

con raíces

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Ezequiel fue un profeta que vivió en la época del Antiguo Testamento. Dios lo había llamado para que predicara un mensaje de esperanza al pueblo de Israel. Una noche, Ezequiel tuvo un sueño. En el sueño, Ezequiel estaba en un valle lleno de huesos secos. Él comenzó a pasearse por medio del valle, y Dios le preguntó: “¿Crees tú que estos huesos pueden volver a tener vida?”. Ezequiel entonces respondió: “Señor, sólo tú lo sabes.”.

Dios entonces le dijo a Ezequiel: “Habla en mi nombre a estos huesos. Diles: “Huesos secos, escuchen este mensaje del Señor. El Señor les dice: Voy a hacer entrar en ustedes aliento de vida, para que revivan. Les pondré tendones, los rellenaré de carne, los cubriré de piel y les daré aliento de vida para que revivan. Entonces reconocerán ustedes que yo soy el Señor.”

Ezequiel hizo como Dios le había dicho. De repente, ¡ocurrió un

terremoto y Ezequiel vio como los huesos comenzaron a juntarse y como aparecían tendones, carne y su piel! Sin embargo, no tenían aliento de vida.

Entonces, el Señor le dijo a Ezequiel:

“Habla en mi nombre al aliento de vida, y

dile: “Así dice el Señor: Aliento de vida, ven de los cuatro puntos

cardinales y da vida a estos cuerpos muertos.”

El profeta Ezequiel entonces hizo como Dios le había mandado.

Al hacer esto, el aliento de vida entró en los cuerpos, estos revivieron y se pusieron de pie. ¡Eran tantos que podían formar un ejército!

Entonces, el Señor le dijo a Ezequiel: “El pueblo de Israel es como estos huesos. Andan

diciendo: “Nuestros huesos están secos; no tenemos ninguna esperanza, estamos perdidos.” Pues bien, háblales en mi nombre, y diles:

“Esto dice el Señor: Pueblo mío, voy a abrir las tumbas de ustedes; voy a sacarlos de ellas y a hacerlos volver a la

tierra de Israel. Y cuando yo abra sus tumbas y los saque de ellas,

reconocerán ustedes, pueblo mío, que yo soy el Señor. Yo pondré en ustedes mi aliento de

vida, y ustedes revivirán; y los instalaré en su

propia tierra. Entonces sabrán que yo, el Señor,

lo he dicho y lo he hecho. Yo, el Señor, lo afirmo.”

El profeta Ezequiel y el valle de los huesos secos(Ezequiel 37:1-14)por Andrea C. González Ramírez

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¿Qué significaba esta historia?Los israelitas, el pueblo de Dios, vivían un momento muy difícil. Habían sido llevados como cautivos a Babilonia. Habían tenido que dejar su tierra y los babilonios habían destruido la ciudad de Jerusalén, donde vivían.

En este periodo tan difícil de su vida, los israelitas se encontraban muy tristes. Se sentían vacíos y como si estuvieran muertos, sentían que ya no tenían nada por lo cual vivir. Sentían que Dios los había abandonado. Eran como los huesos secos en el valle.

Por eso, Dios le reveló ese sueño al profeta Ezequiel. Dios quería que Ezequiel le llevara un mensaje de esperanza al pueblo de Israel, quería que Ezequiel les recordara que Dios no los había abandonado en ese proceso.

Igual que Dios había levantado los huesos secos en el valle y les había dado vida de nuevo, también sacaría al pueblo de Israel del cautiverio y los llenaría de gozo nuevamente.

Al igual que Dios hizo con los israelitas, en los momentos difíciles de nuestra vida, no importando que esté sucediendo a nuestro alrededor, podemos confiar en que Dios nos bendecirá. Él nos darán nuevas fuerzas para seguir adelante y nos llenará de paz porque nos ama.

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Revista Aliento de Vida

“Los hombres construimos demasiadosmuros, pero, no suficientes puentes”.

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“Los hombres construimos demasiadosmuros, pero, no suficientes puentes”.

Isaac Newton

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Revista Aliento de Vida

En ocasiones recuerdo una mañana de abril, tenía 8 años y recién me habían dejado en la escuela. Había llovido, sin embargo, no tardé en soltar el bulto y hacer lo más que disfrutaba, jugar. La diversión duró hasta el momento en que mis pies quedaron hundidos en un bache de lodo. Me salí como pude, observé mis pies, mire el reloj, quedaban pocos minutos para que sonara el timbre, y mi madre ya se había ido. El tiempo pareció detenerse, mientras allí parada y sin poder moverme, más por la vergüenza que por el fango, pensaba: “¿qué voy a hacer?”. Una mano tocó mi hombro, me di la vuelta, y ahí estaba una compañera de clase; la niña más tímida del salón, que pasaba la mayor parte del tiempo sola y con quien recuerdo haber cruzado pocas palabras hasta ese día. Sostenía en su mano una media. Instintivamente deslicé mí mirada hacia sus pies e inmediatamente noté que solamente traía puesta una media, me dijo: “Es mejor que a ambas nos falte una media, a que sólo a ti te falten las dos”.

Eso no evito las burlas, pero, sin perder tiempo, les dijimos a todos que era un pacto de amistad que estaba de moda, y que estaban muy atrás si no lo sabían. Las burlas… ese detalle ya no podía molestarme, esta niña estuvo dispuesta a acompañarme de modo que yo no las recibiera sola.

De adulta, a veces me doy el permiso de imaginar cómo seria la situación de nuestro país, si fuesen niños quienes estuvieran a cargo de dirigirlo. De igual forma, continuamente nos inundan las opiniones de personas que por todo el país comentan cuán diferentes serían las cosas si aquel hiciera lo que le toca, si hiciere esto o lo otro, si gobernara tal o cual, si se quita esto o se pone aquello. Resulta que en su mayoría, estas opiniones convergen en un mismo punto: que “las cosas siempre serían mejor si otro hiciera algo”.

Lo que me hace cuestionar aún a mi persona, ¿y nuestra posición dentro de todo esto, en dónde queda? ¿Dónde la hemos dejado o colocado tan bien guardada que ya ni la encontramos? ¿Acaso la hemos enmarcado como diploma de graduación universitaria, y se encuentra adornando alguna de las paredes de nuestra vida, quizás de nuestra consciencia?

Puede resultar abrumador pensar qué puedo hacer yo siendo tan sólo uno, ante situaciones tan grandes, adversas y complicadas

que por mucho nos superan. Sin embargo, no podría estar más de acuerdo con las palabras de Madre Teresa de Calcuta al decir: “Cada obra de amor, llevada a cabo con

todo el corazón, siempre logrará acercar a la gente a Dios” Mientras es Santiago 5:13-14 (V.RV) Pablo invita a “…Servir por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en esta palabra se resume: Amaras a tu prójimo como a ti mismo.”

Edith Moreu, una joven de 21 años del pueblo de Manatí, comprendió desde niña que con sólo uno se puede comenzar a marcar una diferencia. Este sentir nació a sus 12 años “Cuando mi madre salió de viaje misionero a Guayaquil, Ecuador; y me dejó con papá y con una bola de cristal en forma del mundo,

con un ángel en el centro. Me dijo: cuando te sientas sola observa esta bola y recuerda que estoy cumpliendo mi llamado. Al ver lo mucho que disfrutaba hacer la voluntad de Dios, comencé a ver lo que Dios también tenia para mí. Cuando regresó y me enseñó las fotos, yo sólo anhelaba que llegara el momento en que pudiera ser yo quien ayude a otros”.

Esto se tradujo en la eventual oportunidad de participar de un viaje misionero en junio del 2009, a Ibarra, Ecuador; como parte de una iniciativa de la pastoral de su iglesia, “con el deseo de ayudar y servir a nuestra hermana iglesia capacitando a la congregación en ministerios de matrimonios, niñez, jóvenes y pantomima”.

“Yo estaba a cargo de ofrecer

La voz de la gentepor Jane E. Díaz Navarro

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talleres de pantomima a jóvenes. Cuando me enseñaron el salón del taller me dije:

“SEÑOR, O ME AYUDAS O ME

AYUDAS” porque estaba lleno de jóvenes ansiosos por aprender. Fue sorprendente ver como muchos ardían de pasión por las artes. Hasta hoy vemos fotos de los jóvenes utilizando los materiales y herramientas que les dejamos”.

“También visitamos hogares, entre ellos, un niño que nació sin movimiento en manos y piernas, para entonces tenía 8 años; pero, escribe mejor que yo y dibuja hermoso. ¿Cómo lo hace? Con su boca. Este niño quizás no tenía movimiento, pero tiene una familia dedicada a él. Aunque carecen de recursos, les caracteriza un corazón lleno de amor. Al llegar, lo vi en la cama jugando con una bola, me puse a su nivel para jugar sin utilizar mis manos y piernas, sólo mi quijada. Aunque él siempre hacia GOL, me decía: al menos lo intentaste, aunque ya sabía que te ganaría, y luego se reía. Ese niño me enseñó que en la vida no hay límites. Cuánto menos hay imposible cuando estamos bajo el propósito de Dios”.

“Antes de salir, pensaba que sólo llevaría mi servicio, pero, me di cuenta de que a cada experiencia,

uno debe siempre ir con dos maletas, una para servir, y otra vacía, por que una maleta no dará abasto para todo lo que vas a aprender y recibir. Lo más que me cautiva es el hecho de amar a personas que apenas conozco. Es hermoso poder sentir lo que Jesús sentía y siente por nosotros”.

Cuando se le pregunto a Edith, ¿qué fue lo mas que te marcó de esta experiencia en particular?, nos comentó que “fue la atención de los hermanos. Aunque fuimos a llevarles, fue más lo que aprendimos de ellos. Un día tuvimos una actividad familiar, y me impactó cómo todas las familias se compartían entre sí la comida que cada cual llevó para su familia. Esto me hizo crecer como ser humano y cristiana, porque son más las veces que pensamos en nuestro propio bien, que en el bienestar común, sobre todo en una sociedad como la nuestra que se ha vuelto cada vez más insensible”.

Edith reconoce que estas acciones llevan aliento de vida a otros.

“Cuando existe alguien que escucha y obedece la voz de Dios y se acerca a quienes necesitan, definitivamente

lleva aliento de vida”.Porque tuve hambre, y me distes de comer; tuve sed, y me distes de beber; fui huésped, y me recogiste;

Desnudo, y me cubriste; enfermo, y me visitaste; estuve en la cárcel, y viniste á mí…

“Quizás para muchos ir de misiones es llevar comida o cosas para curar a la gente, pero, aunque yo no le llevé una predicación a todo el que me rodea, mis actos le valen más. Otros piensan que misión se hace saliendo de PR, pero Dios también envía misioneros a PR, lo que significa que en nuestra Isla hay mucha necesidad”.

“Cada día sigo llevando a cabo la misión de Dios,

pero no una limitada a nociones territoriales o culturales… sino una que como la carta de Pablo a los Filipenses me invita a que “esté en mi, ese sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo…” (Filipenses 2:5-8 V.RV)

Edith es una joven activa en su iglesia, pero más allá de sus paredes, ha encontrado la oportunidad de llevar vida a otros, a través de un estilo de vida que no se concentra en cuestionar lo que otros hacen o dejan de hacer, sino accionando desde su posición, la misión de Dios. Que ella describe como “todo aquello que el Señor me permite e inquieta a hacer al desplazarme de

La voz de la gente “Los hombres construimos demasiadosmuros, pero, no suficientes puentes”.

Isaac Newton

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mi lugar cómodo para servir”

Curiosamente, vivimos en un país lleno de iglesias, pero

cada día parecería que la gente esta más lejos de Dios,

y dudo que sea porque Dios quiera estar lejos de la gente. Más bien, ¿no es a nosotros, al cuerpo de Cristo, a cada uno de nosotros como personas e individuos a quienes nos corresponde esta tarea?

Me uno a las palabras de Edith quien en entrevista nos demostró que hay un mensaje diferente, un mensaje de vida que puede ser llevado a diferencia del mensaje de muerte al que diariamente somos expuestos. “A todos, y a los jóvenes, estas experiencias nos hacen crecer. Si tienes algún llamado o inquietud, te exhorto a que no esperes para ejercerlo. También te digo a ti lector, nuestra misión empieza en nuestro hogar, corazón, pueblo, en nuestra Isla del Encanto. No esperes a que otros hagan cuando Dios te ha dado la posibilidad de hacer, profetiza sobre los huesos, toma acción.

Seamos ejemplo y que nuestra misión sea la MISIÓN DE DIOS”.

Que como San Francisco de Asís, a diario podamos pedir con sinceridad y vivir: “Señor, haz de mí un instrumento de tu paz, donde haya odio, ponga yo amor, donde haya ofensa, ponga yo perdón, donde haya discordia, ponga yo unión, donde haya error, ponga yo verdad, donde haya duda, ponga yo la fe, donde haya desesperación, ponga yo esperanza, donde haya tinieblas, ponga yo luz, donde haya tristeza, ponga yo alegría. Oh, Maestro, que no busque yo tanto ser consolado como consolar, ser comprendido como comprender, ser amado como amar. Porque dando se recibe, olvidando se encuentra, perdonando se es perdonado, y muriendo se resucita a la vida eterna”.

Que podamos ser valientes y metafóricamente quitarnos nuestra media, para acompañar a aquél que tal vez ha perdido una.

Creo firmemente fuera de optimismos utópicos, que la

situación que nos rodea en nuestra casa, hogar, familia, comunidad, escuela, amigos, trabajo… en efecto puede ser diferente, empezando por uno, aunque sea uno solo. No porque dependa de quién gobierna, de aquel, o del otro, sino porque cada uno asumiendo con valentía el lugar que nos ha sido dado y en el que hemos sido colocados, a través de nuestros actos de amor y fe (no como actos aislados sino como nuestro estilo de vida) nos atrevamos a construir menos muros y edificar más puentes que acerquen a Dios a la gente, a la única fuente de vida y verdad que les puede hacer libres. (Juan 8:32)

Y respondiendo el Rey, nos dirá: De cierto os digo: En cuanto lo hicisteis a uno de

estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hiciste.

(Mateo 25:35-36, 40 V.RV)

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El texto, en el libro del profeta Ezequiel, tiene una directa connotación actual, como puede suceder con toda la palabra escrita en la Biblia. Son muchas las personas que separan Antiguo Testamento y Nuevo Testamento como si se trataran de dos mensajes diferentes, pero olvidan cuando Pablo le exhorta a Timoteo que la escritura en su totalidad es apta para enseñar, redargüir e instruir en justicia. Pablo con esto no se está refiriendo solamente al Nuevo Testamento, sino a toda la Palabra. Historias literales, principios espirituales.

La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos(v.1). La mano de Jehová, aquí, representa la presencia y la unción de Dios, en cambio el valle lleno de huesos representa la necesidad y la crisis. A Ezequiel se le muestra un panorama de muerte y desolación. Un panorama donde la mano del hombre no podía hacer absolutamente nada. Cuando la unción de Dios viene sobre mí, no es para llevarme a lugares tranquilos y agradables, sino para introducirme en intrincados laberintos de crisis y necesidad. Porque allí es donde habrá de producirse vida, que es la esencia del evangelio.

Dios le da a entender a Ezequiel lo deplorable del caso, para que se percate de que no había poder en el Universo, fuera del poder de Dios, capaz de hacer algo que remediase, en el menor grado, la situación. Ante la situación podemos ver la respuesta de Ezequiel: "Solo Jehová, tú lo sabes", reconociendo que sólo el poder de Dios sería capaz de levantar aquellos huesos. En otras palabras, él reconocía que sólo Dios podía darles vida.

Esta visión me lleva a pensar en la situación que se encuentra Puerto Rico, donde hay una crisis de valores, altas incidencias de muerte y una crisis económica imparable. Como pueblo de Dios, fuimos escogidos como Ezequiel para llevar el mensaje de vida. Mensaje que traerá consigo restauración. Un mensaje de aliento y refrigerio al alma. Como cristianos y fieles servidores de Cristo, debemos ir al valle de los “huesos secos”, ser los guerreros de Dios y confiar en la palabra que Dios ha puesto en nuestro corazón. Lo que hemos visto y oído no podemos callarlo, Dios ya dio el mandato de dar la palabra. En cierta ocasión escuchaba una predicación donde se le exhortaba al pueblo que ¡ya! era el tiempo de dar por gracia lo que por gracias hemos recibido (Mateo 10.8). No nos unamos al coro de lamentos de este país, por el contrario levantemos una voz con un nuevo cántico de esperanza pues, nosotros somos los portadores de la palabra que pondrá no solo los músculos y la piel a esos huesos, sino que les dará también el aliento de vida. Hay muchas personas en nuestro país secos, hay otros que tienen aún su piel, sin embargo carecen de vida y andan sin consuelo. ¡Por lo tanto hay que soplarles vida!

Te pregunto, ¿cómo hijos del Señor estamos cumpliendo con esa gran encomienda que nos ha dado el Padre? ¿Vivirán estos huesos? Ante esta crisis espiritual en Puerto Rico ¿no podrá Dios restaurar y darle vida a los huesos que se han secado? La situación de Puerto Rico sólo puede cambiar cuando llevemos ese mensaje de esperanza y salvación.

¿VIVIRÁN ESOS HUESOS?

“Entonces el Señor me dijo: «Profetiza sobre estos huesos, y diles: “Huesos secos, oigan la palabra del Señor. Esto es lo que Dios el

Señor les dice: ‘Huesos, voy a hacer que entre en ustedes el espíritu, y ustedes volverán a vivir.’ Voy a poner tendones en ustedes, y

volveré a cubrirlos de carne y de piel; pondré también el espíritu en ustedes, y volverán a

vivir.” Así sabrán que yo soy el Señor.”

Ezequiel 37. 4-6por Yiomarie Ojeda Rodríguez

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¡GRACIAS!

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AGRADECIMIENTOS:

Iglesia Cristiana Discípulos de Cristo, Pueto Rico

Confraternidad de Jóvenes ICDCPR

Julián Javier: Servicios Creativos

¡GRACIAS!