IX

CUBOS DE ORDEÑO

Debe ordeñarse la leche en recipientes metáli-cos, de hierro esmaltzdo, por ejemplo, bien esta-ñados y fáciles de limpiar, no haciéndolo nuncaen vasijas de mad^era, en las cuales quedan fácil-mente, entre los intersticios, residuas de leche, q^:e,al poblarse de microorganismos, al alterarse, sonel punto de partida para que se modifiquen des-favorablemente las propiedades del produeto quemediante el ordeño se recoja en ellos. Los cubosdeben ser de boca relativamente estrecha para evi-tar+que caigan pajas, pelos o cualquier otro cuer-po extrlño.

Un cubo de ordeño es tanto mejor cuantos menosrincones y soldaduras presenta, es decir, cuantomás fácil de realizar sea su IimpieTa, su desinfec-ción concienzuda.

Un recipiente destinado a este objeto no puededecirse que esté limpio a fondo mientras no hayadesaparecido por completo todo resto de leche y^de gras^. Es claro que esto no se consigue con unsimple lavado, empleando únicamente agua, puesla grasa volvería, una vez terminado el ]avado,

a qu^•dar adherida a l^ s Paredes de la vasija, Paraec^nsefiuir una limhieza eficaz es necesarir^ ^rin-ci{^almente :

Prímera posición de la mauo en cl urdeiio a pellizco.

i° I_avar intcnsamc•ute con agua fría.2." Lavar cou agua birviendo, a la quc se aña-

dirá una pedueiia cantidad de sosa o de carbona-to sódico, con el fin cle que se saponific^ue la grasa e

iml>edir la formación de lactato cálcico. Se pres-tará especi-il cuidado a quc el agua, así alcalini-zacla, llegue a toclos los rincones y jur^turas.

3." Por últimu, se aclararán las ^^asijas con

lin buen vayuero no debe urdeñar nunca así. I,a mezcladel urdcñu a pulAar y a pellizco no da nunca nsultado^

satisfactorios.

agua piira, llegando inclu:o a cscaldarlas, de ^nodoyue no quede en ellas el menor residuo de sos^.

Una vez hecho esto se pon<lrán los cubos a es-currir al aire y al sol sin necesidacl de enjugarloscon paC^os, lnies con niucha frccuenci,i se infectanotra vez con los n^icrobios que éstos centienen.Es muy conveniente que el sol llegue al interior

de ]as vasijas, así comn el evitar que caiga polvodentro de las mismas.

t'na vez linthi^^s, no c; incliferente dej-,r estc^s

I,a leche del final del urdei^o es la más rica eu grasa.He ayuí a un caquero agotando la ubre.

cach-irros en un sitio u otro. I:n nuestras gran-des explotaciones lecheras quecla fá^cilmente re-sueao ©ste prohlema, pues no es raro encontrar

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en ellas tma habitación clara, limpia, ventilada eincluso parcialm^ntc recuhierta cle aztilejc>s, de-dicacla a estns o parecidos menesteres, en la cualsin peligro alguno cle infección pueden conservar-se rtntaros v cubos. 1?I peclueño ganaclero ha de

Pastor manchego disponiéndose a realizar cl ordeño.Véase la facilidad con que pneden caer las deyecciones

en el cubo donde ha de recoger la leche.

lushar, para encontrar sitio aclecu^do, con mil di-ficultades que con buena voluntad logrará vencer,^^a que no es un problema insoluble encontrar unrincún aireado, al cual Ilegue e1 sol siqu'era unashoras, cloncle disponer los cuhos de ordeño. Cual-<luier snlución es huen^; consiste todo el• problemaen evitar clue las vasijas limpias se coloquen enhabitaciones llenas de suciedad, i en los mismos

estab'.os hemos llegado a verlas!, junto a otras queya no se utilir.an o sobre banquillos ]lenos de mu-gre.

Para tenninar, deseamos I^acer constar que de-ben desterrarse, en absoluto, l^s cubcs y recipien-tes en gener ^^l que por haber perdido ^l esmaltcestén oxidados, pues la le^cbc toma .un desagra-dab'e sabor metáli^co, aparte de que pueden cons-tituirse en estos sitios nidos o depósitos de mi-crobios que den al traste con todos los cuidadoshastl entonces prestados.