ISSN 1669-9122 DICIEMBRE DE 2015 $ 25

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Revista Mensual ISSN 1669-9122 DICIEMBRE DE 2015 $ 25 Los números no cierran y la “necesidad/incapacidad” de exportar la crisis es cada vez más la guerra Sin oxígeno Entre los zarpazos de un imperialismo que se resite a morir y la urgente tarea de los pueblos de controlar las fuerzas que él encarna Sembrando el terror La disputa entre modelos económicos como materia de debate popular en Latinoamérica El enfrentamiento en suelo propio ¡Vencedores vencidos! El programa económico de los monopolios y las tareas de la fuerza social nacional y popular Antagónicos Triunfo electoral de la fuerza imperial-oligárquica en la Argentina De batallas y guerras por la liberación nacional

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Revista Mensual ISSN 1669-9122

DICIEMBRE DE 2015 $ 25

Los números no cierran y la “necesidad/incapacidad” de exportar la crisis es cada vez más la guerra

Sin oxígeno

Entre los zarpazos de un imperialismo que se resite a morir y la urgente tarea de los pueblos de controlar las fuerzas que él encarna

Sembrando el terror

La disputa entre modelos económicos como materia de debate popular en Latinoamérica

El enfrentamiento en suelo propio

¡Vencedores vencidos!

El programa económico de los monopolios y las tareas de la fuerza social nacional y popular

Antagónicos

Triunfo electoral de la fuerza imperial-oligárquica en la Argentina

De batallas y guerras por la liberación nacional

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Los números no cierran y la “necesidad/incapacidad” de

exportar la crisis es cada vez más la guerra Sin oxígeno ................................................ 3

Sin respiro…crisis ........................................................... 3

Asfixiando al trabajo… ................................................... 4

Sofocando a los emergentes.......................................... 6

Aires de esperanza ......................................................... 8

Entre los zarpazos de un imperialismo que se resite a morir y la

urgente tarea de los pueblos de controlar las fuerzas que él

encarna Sembrando el terror ................................ 11

“No soy yo, sos vos”: la crisis en el centro ................... 11

Sin refugio .................................................................... 13

Rusia e Irán: la Alianza Rebelde ................................... 14

La paciencia del Oso .................................................... 15

La estrategia china para la paz..................................... 17

El momento armado de la paz ..................................... 17

Levantando temperatura… .......................................... 18

La disputa entre modelos económicos como materia de debate

popular en Latinoamérica El enfrentamiento en suelo propio .......... 19

“Negocios son negocios” ............................................. 19

Una Alianza no muy “pacífica” .................................... 21

De mamaos, sustos y despertares ............................... 23

¡VENCEDORES VENCIDOS! ....................... 25

Durmiendo con el enemigo ......................................... 25

Una ayudita para ganar ............................................... 26

“Una bofetada para despertar”................................... 28

Hablo de cambiar esta, nuestra casa .......................... 28

Las calles son nuestras, aunque el tiempo diga lo

contrario ...................................................................... 30

El programa económico de los monopolios y las tareas de la

fuerza social nacional y popular Antagónicos............................................. 32

La vuelta “al mundo” ................................................... 32

Equipo concentrado .................................................... 34

La maratón cambiaria.................................................. 34

El federalismo de los unitarios .................................... 36

Entre la resistencia y la ofensiva ................................. 37

Triunfo electoral de la fuerza imperial-oligárquica en la

Argentina De batallas y guerras por la liberación nacional ................................................... 39

La alegría no es sólo brasilera, también es patronal ... 39

Felices por esa “torcida idea de la libertad” ............... 40

“Dream Team” del coloniaje ....................................... 41

Les traigo paz............................................................... 41

Jueces muy imparciales ............................................... 42

Militares muy honorables ........................................... 43

Diplomáticos muy profesionales ................................. 43

Partidos muy consolidados ......................................... 44

Hechos muy malditos .................................................. 45

Contraofensiva fallida ................................................. 45

Comprender y reorganizar .......................................... 47

Fuentes consultadas: EE.UU.: Wall Street Journal (WSJ). Gran Bretaña: The Economist (TE).

Alemania: Deutsche Welle (DW) China: Xinhua (XH). Rusia: Russia Today (RT). Irán: HispanTV (HTV).

Venezuela: Telesur (TS). Cuba: Cubadebate (CD). Colombia: El Tiempo (ET). Argentina: Clarín (CL); Crónica (CA); Cronista Comercial (CR); La Nación (LN);

Miradas al Sur (MS); Página 12 (P12); Tiempo Argentino (TA).

Números anteriores disponibles en www.analisisdecoyuntura.com.ar

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Los números no cierran y la “necesidad/incapacidad” de exportar la crisis es cada vez más la guerra

Sin oxígeno

“Parece ser, que ya no puedes ver,

ni lo blanco, ni lo negro, ni lo que te sucede”

(Sin hilo – Las pelotas)

Llegando al fin del año, el aire para las economías de las

potencias es un bien escaso. La crisis no deja de agudizarse y

mostrarse en todo su esplendor. Las “burbujas” continúan

expandiéndose en todas las esferas en que los desenfrenados

capitales logran introducirse. La clave es exportar la crisis pa-

ra que, robando “oxígeno”del resto del mundo, el pulmotor

del decadente capitalismo mundial continúe funcionando. La

concentración y centralización del capital sigue dando saltos

abismales con mega-fusiones que batieron el récord de 2007

–aquél fatídico año que anticipó la crisis final. Estos capitales

buscan borrar con su avance cualquier atisbo de “barrera”

que se ponga en su camino hacia obtener las mayores pro-

porciones de riqueza mundial, lo cual les permitiría respirar

un poco más, antes de ser finalmente absorbidos por sus

competidores. A la cabeza está EEUU, que busca reeditar su

alicaída hegemonía por medio de acuerdos que sólo auguran

más penurias para sus “socios”. Frente a ello, las fuerzas de la

“paz” encabezadas por China y Rusia, proponen nuevas alian-

zas que ante todo impliquen el beneficio mutuo y la coopera-

ción. Estas alianzas se extienden a escala global forzando in-

cluso a EEUU a ser parte de ellas. El desafío entonces es

enorme, controlar las fuerzas de la irracionalidad o perecer

ante ellas.

Sin respiro crisis

No resulta ninguna novedad, luego de siete años de rece-

sión, la insistencia en la profunda crisis a la que ha arribado el

sistema capitalista, encarnada en la decadencia de las otrora

“economías centrales” occidentales, EEUU y la Unión Euro-

pea (UE). La esencia de la crisis se encuentra en aquello que

Marx anunciaba hace más de un siglo y medio como el rol

fundamental de la burguesía y el núcleo del sistema capitalis-

ta: “La burguesía no puede existir sino a condición de revolu-

cionar incesantemente los instrumentos de producción y, por

consiguiente, las relaciones de producción, y con ello todas

las relaciones sociales”.

Esta crisis del núcleo del sistema capitalista adquiere desde

2008 rasgos cada vez más evidentes, a partir de la decaden-

cia de las otrora “economías centrales”. La recesión a la que

han abordado puso de manifiesto el grado de descomposi-

ción del sistema, lo cual entre otras múltiples manifestacio-

nes se hace evidente en los obscenos niveles de especulación

alcanzados, que han dado lugar a múltiples burbujas, una de

las cuales estalló en 2008, pero que han continuado su ex-

pansión aún luego de la crisis.

Hemos reseñado anteriormente cómo una de las vías

adoptadas por los países centrales para “capear” dicho ahogo

que produjo la recesión pos-crisis ha sido el “apalancamien-

to” por medio de la emisión constante y sonante de miles de

millones de dólares y euros por parte de la Reserva Federal

norteamericana (FED) y el Banco Central Europeo (BCE), con

el objetivo de fomentar y sostener los niveles de consumo e

inversión. Como bien han mostrado los números, lejos de

arribar a puerto firme, dichas políticas han exhacerbado los

niveles de especulación y endeudamiento, sin incrementar el

consumo y la inversión “productiva”.

Así, la recesión unida a los niveles altísimos de endeuda-

miento a la que hemos abordado conforman un combo ex-

plosivo entre no-crecimiento y mayor deuda, cada vez más

difícil de pagar debido al estancamiento de las economía eu-

ropea y norteamericana. Los altos niveles de endeudamiento,

no son un elemento nuevo, por el contrario la crisis de 2008

los hizo evidentes, siendo los primeros países en caer los de-

nominados PIGS (“cerdos” en inglés: Portugal, Italia, Grecia y

España). La enorme proporción entre deuda/PBI de estos

países –al que rápidamente se sumaron otros– fue la punta

del iceberg de la monumental crisis que se aproximaba. A

partir de entonces la FED, el BCE, así como la Comisión Euro-

pea (CE) y el Fondo Monetario internacional (FMI), exigieron

la reducción de los altos niveles de endeudamiento, emer-

giendo los primeros clamores de “austeridad”. El objetivo,

impulsado desde Berlín, Bruselas y Washington era reducir

los “déficit” y “recomponer” las cuentas públicas de los esla-

bones más débiles del primer mundo, para evitar tanto la

caída del euro, como la fractura de la UE, así como el “de-

fault” con el cual coqueteara Washington en múltiples opor-

tunidades.

Pues bien, luego de 7 años de austeridad, default de Gre-

cia, ajustes fiscales, flexibilización laboral en todas sus for-

mas, etc., el saldo de la cuenta corriente de la mayoría de los

países centrales sigue estando al rojo vivo. De acuerdo al BIS

(Banco Internacional de Pagos), desde 2007 a nuestros días la

deuda mundial aumento 57 billones, es decir, 5,3% anual,

contrariando el objetivo de algunas economías desarrollados

que se habían comprometido a reducir el “déficit” entre un 3-

4% anual, se endeudaron muy por encima de sus ingresos. En

este sentido, según un estudio de finanzas públicas de la OC-

DE, 14 de los 34 países miembro necesitarían un ajuste fiscal

superior al 4,5% del PBI para “equilibrar” nuevamente las

cuentas. La esencia de este alto endeudamiento luego de la

crisis fue la abundancia de dinero barato impulsado tanto por

la FED como el BCE que “permitieron” a países virtualmente

en “quiebra” como España, continuar endeudándose a tasas

irrisorias de entre el 2-4%. Un ejemplo de ello, es que nue-

vamente la deuda de la administración pública española su-

peró en el tercer trimestre del año el objetivo previsto para

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4 Sin oxígeno

DICIEMBRE DE 2015

todo el 2015 (1,062 millones de euros) según el Banco de Es-

paña, llegando al 99,4% del PIB del país (información publi-

cada en RT 2/11 y DW 6 y 17/11).

Peor aún, como mencionábamos en el Análisis… previo, en

el caso de EEUU los niveles de deuda estipulados por el pre-

supuesto –y aprobados por el Congreso– han sido largamen-

te superado en 2015, por lo que nuevamente el Parlamento

norteamericano debió aprobar durante octubre un aumento

de la deuda de forma tal de cubrir los gastos mínimos para

que el gobierno norteamericano “llegue a fin de año”. En es-

te sentido, el exdirector de la Oficina General de Contabilidad

de EEUU, Dave Walker, desnudó aún más la gravedad del en-

deudamiento de la primera economía del mundo, afirmando

que la deuda real asciende a casi el triple, si a los datos oficia-

les se añaden las obligaciones no garantizadas del país: “Si

sumamos alrededor de 18,5 billones de dólares de pensiones

civiles y militares no garantizadas, las pensiones de salud,

compromisos sociales no financiados, Medicare y todas otras

obligaciones, la deuda nacional será de alrededor de 65 billo-

nes de dólares” (RT 10/11).

Este oscuro panorama para las economías centrales fue re-

conocido sin más en un comunicado lanzado por el propio

G20 durante la reunión que tuvo lugar en noviembre, en el

que reconocía: “El crecimiento económico mundial está des-

equilibrado y continúa sin alcanzar nuestras expectativas, a

pesar de la previsión positiva de algunas de las principales

economías. Los riesgos y las incertidumbres permanecen en

los mercados financieros, y los retos geopolíticos se están

convirtiendo cada vez más en una preocupación global” (XH

17/11). Estos “riesgos” e “incertidumbres” latentes hoy, que

manifiestan las veinte principales economías del mundo, no

es más que la propia inestabilidad que la crisis de dichas eco-

nomías transfieren al conjunto de la economía mundial. Una

síntesis del estado catastrófico de las economías centrales

fue admitido por el propio premio Nobel de economía, Paul

Krugman, en el cual además de reseñar las penosas conse-

cuencias de las erráticas decisiones asumidas por la FED, el

BCE, el FMI, la Casa Blanca y la CE –como ser el excesivo

“apalancamiento” o las “tasas cero”–, denuncia el trágico

rumbo que la “austeridad” ha tomado y exigido las principa-

les economías, pasando por alto los preocupantes niveles de

desocupación y “paro” aún vigentes en dichos países. Así

Krugman clamaba: “Cuando la crisis económica llegó en 2008,

los funcionarios oficiales en general hicieron lo correcto. La

Reserva Federal y otros bancos centrales advirtieron que sos-

tener el sistema financiero tenía prioridad por sobre las no-

ciones convencionales de la prudencia monetaria. La adminis-

tración de Obama y sus contrapartes comprendieron que en

una economía en baja los déficits fiscales eran una ayuda y

no causaban daño. Y la emisión de dinero y el endeudamiento

funcionaron: se evitó la repetición de la Gran Depresión, que

parecía totalmente posible. Pero todo salió mal. Y los efectos

del giro equivocado que dimos se ven peores ahora que lo que

jamás imaginaron los críticos más duros que sostenían ver-

dades consabidas. Para los que no recuerdan: en 2010, de

manera más o menos repentina, la elite política a ambos la-

dos del Atlántico decidió dejar la preocupación por el desem-

pleo y comenzar a preocuparse en cambio por los déficits pre-

supuestarios (…) ahora se ve que las políticas de austeridad

no sólo impusieron pérdidas a corto plazo de empleos y del

producto, sino que también han causado grave daño al cre-

cimiento a largo plazo (…) los gobiernos que recortaron el

gasto frente a la depresión causaron daño a sus economías y

por tanto su futura recaudación, tanto así que sus deudas se-

rán más elevadas de lo que hubiera sucedido sin los recortes.

Y la dura paradoja de esta historia es que esta política catas-

trófica fue impuesta en nombre de la responsabilidad de lar-

go plazo” (LN 15/11). Es decir, no sólo no han conseguido la

“reactivación” esperada con la enorme inyección y extrema

“liquidez” de dólares y euros, sino que las políticas de “auste-

ridad” han acabado con el empleo y el producto debido a los

sensibles recortes y flexibilización laboral que la “responsabi-

lidad fiscal” ha impuesto, es decir, que al igual que todas las

crisis la variable de ajuste en definitiva ha sido el trabajo.

Asfixiando al trabajo

En este sentido, los números son ilustrativos de los “efec-

tos” que la crisis ha generado sobre los trabajadores a escala

global, pero centralmente en el primer mundo. Hemos expli-

cado en múltiples oportunidades que bajo la desenfrenada

“competencia” entre los capitales concentrados para conti-

nuar reproduciéndose en escala ampliada, dos elementos

centrales son: por un lado, hacerse con el control “total” de

los “mercados” de forma tal de asegurar su hegemonía de-

biendo “eliminar” la competencia –por medio de la concen-

tración y centralización del capital– de forma tal de poder fi-

jar los precios a escala global y; por otro lado, reducir

“costos” tales como el transporte –por medio de la confor-

mación de “cadenas” globales de producción– así como el

trabajo –principal “costo” productivo– por medio de su re-

emplazo por “robots”, es decir, revolucionando incesante-

mente los medios de producción. Pues bien, hemos mencio-

nado un estudio realizado por los economistas ingleses Carl

Frey y Michael Osborne, ambos de la Universidad de Oxford,

en 2013 que proyectaba que en dos décadas se consolidaría

el reemplazo del 47% de la mano de obra por medio de la au-

tomatización, esos plazos –dos años después de publicado–

el estudio se han reducido por lo menos a 10 años sino me-

nos. Es decir, que en casi una década los robots habrán de

suplantar la mitad de los trabajos que hoy realizan millones

de trabajadores a escala planetaria. En este sentido, los últi-

mos datos muestran que el “costo” que hoy implica para la

manufactura a escala global sostener el empleo es de US$ 6

billones. De acuerdo a la misma información si la fuerza de

trabajo disminuye 25% en la próxima década en el mundo

avanzado, como consecuencia de la robotización generaliza-

da, el impacto económico es US$ 1,2 billones anuales a partir

de 2015. McKinsey estima que el número de robots alcanza-

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Análisis de Coyuntura 5

DICIEMBRE DE 2015

ría a 25 millones en 2025 (hoy son 15 millones), un creci-

miento de 25% anual, el doble que en los 20 años previos; y

este incremento requiere una inversión de US$1,2 billones en

10 años (información publicada en CL 1/11). Es decir, que el

costo de la inversión durante diez años en reemplazo de

mano de obra, permite el “ahorro” de 10 veces lo invertido,

eso quiere decir que ganarán 10 veces más si invierten lo ne-

cesario para empujar el vertiginoso salto tecnológico que im-

plica la automatización del trabajo. Un negocio redondo al

parecer!, pero como hemos visto, son los trabajadores los

únicos capaces de producir valorpor encima de su propio cos-

to, por lo cual la reducción de las ganancias está estrecha-

mente vinculada a la reducción del valor globalmente produ-

cido. Peor aún, los trabajadores son los únicos capaces de

consumir, siendo que los robots son herramientas de los

mismos, por lo cual este monumental incremento cuantitati-

vo de los bienens producidos implicará mayor abarrotamien-

to de stocks si cada vez mayores trabajadores son excluidos

del sistema.

Este complejo proceso que desata la sanguinaria

competencia entre los capitales concentrados, encuen-

tra su núcleo en el corazón del sistema, EEUU, en donde

los calamitosos efectos de la crisis sobre el trabajo han

sido más evidentes. Un eje central de la automatización

de mano de obra es lograr el aumento de la productivi-

dad del trabajo, es decir, lograr que los trabajadores

produzcan más en igual o menor tiempo. Según la in-

formación, la productividad en EEUU aumentó 0,3% en-

tre el 1° trimestre de 2015 e igual período del año ante-

rior, en los últimos cinco años ha crecido en un promedio de

apenas 0,5% anual, frente al 1,9% de 2005 a 2010, y un 3,2%

en los cinco años antes de eso. Un factor “fundamental”

para la decadencia de la “productividad” es de acuerdo

al analista internacional, Jorge Castro, la reducción de la

fuerza de trabajo debido al retiro de 10.000 babyboo-

mers (nacidos entre 1945 y 1960, quienes representan

el 60% de la fuerza laboral norteamericana), un recorte

de 4,6 millones de trabajadores por año (información

publicada en CL 1/11 y TE 14/11). Este dato que aporta

Castro, se ve reflejado en el crudo número arrojado por

el Financial Times, que afirma que ya en 2014 el 12% –

cerca de uno de cada ocho individuos– de los hombres

estadounidenses entre las edades de 25 y 54 años ni es-

taba trabajando ni estaba en busca de un empleo, arri-

bando al 26% en el caso de las mujeres. Es decir, que en

promedio casi el 20% de la población en edad producti-

va en EEUU no ingresa al mercado laboral, imposibili-

tándose el “recambio” generacional. La preguna clave

es ¿por qué? La precariedad del mercado laboral norte-

americano es denunciada por el propio matutino finan-

ciero “Las comodidades de la ociosidad no pueden ser

una explicación plausible debido a que EEUU tiene el sis-

tema de bienestar social menos generoso de los países

de altos ingresos (…). De acuerdo con la Organización

para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE),

los salarios mínimos estadounidenses estaban un 20%

por debajo de los niveles de los del Reino Unido en tér-

minos reales en 2014 y aún más por debajo de los gene-

rosos niveles en Francia. Además, EEUU todavía tiene el

mercado laboral menos regulado de la OCDE (…). Los

bajos salarios mínimos y los altos costos de transporte

para los trabajadores que viven en las crecientes conur-

baciones estadounidenses también podrían hacer que el

trabajo de bajos salarios no fuera rentable. Por último,

¿es importante la disminución de la participación de los

adultos en edad productiva? Sí, debe serlo: sí importa si

un gran número de personas cree que no pueden ganar

lo suficiente en el mercado laboral para mantener una

familia; y sí importa si las madres pierden su conexión

con el mercado laboral. El implacable descenso en la

proporción de adultos estadounidenses en edad produc-

tiva en el mercado laboral indica una disfunción signifi-

cativa” (CR 9/11). Es decir, esa “disfunción significativa” que

reconoce el Financial Times, refleja un mercado altamente

flexibilizado, con niveles de precariedad enormes y con bajos

niveles salariales que expulsa mano de obra en edad produc-

tiva, reemplazada con altas tasas de participación de perso-

nas de entre 15 y 24 años y mayores de 65 años. La participa-

ción de los trabajadores de la “tercera edad” se ha elevado

de un 13% en el año 2000 a un 19% en el 2014, lo cual pone

aún más en evidencia la “disfunción” del mercado laboral

norteamericano. Sugestivamente el diagnóstico del matutino

londinense, The Economist, coincide en poner en el centro de

la atención, la precariedad del trabajador norteamericano:

“Fue un signo de la época cuando, el 6 de noviembre, los ex-

pertos celebraron la noticia de que el pago por hora había

crecido un 2,5% en el año hasta octubre. Siendo una enormi-

dad para el estándar actual, ese ritmo se mantiene muy por

debajo del 3,8% alcanzado a mediados de 2007, antes de la

crisis financiera (…). Las personas inactivas actúan como un

freno para el crecimiento de los salarios si mejores perspecti-

vas los tentara entrar de nuevo en la fuerza laboral (…). Si se

mantiene el repunte del crecimiento salarial que apareció en

los datos de octubre, no será suficiente para mantener el au-

mento en el nivel de vida (…). A raíz de la recesión, el creci-

miento de la productividad del trabajo se redujo a la par del

crecimiento de los salarios” (TE 14/11). En suma, lo que deta-

lla The Economist termina de completar el panorama de la

realidad del trabajador norteamericano: la celebrada tasa de

desempleo del 5,1% oculta que el 12% de hombres en edad

productiva –siendo 26% para las mujeres– no ingresan al

mercado por efecto del desaliento ante la formidable preca-

riedad laboral y los bajos salarios. Peor aún, este amplio

“ejército de reserva” es el que permite mantener bajos los

niveles salariales.

En definitiva, es la precariedad laboral norteamericana la

que favorece una correlación negativa salario/inflación para

los trabajadores cuyos ingresos aumentan en menor medida

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6 Sin oxígeno

DICIEMBRE DE 2015

que los precios. Una muestra pequeña del estado de situa-

ción fueron las múltiples protestas que llevaron adelante los

trabajadores de comercios de comidas –entre ellos de Mc

Donalds– en simultáneo en 270 ciudades reclamando 15 dó-

lares la hora, reclamo al que se sumaron barrenderos, traba-

jadores de los hogares de ancianos y mensajeros (informa-

ción publicada en RT 11/11).

Equivalente situación sobrevienen los trabajadores euro-

peos, cuya situación parece adquirir aun mayor complejidad

combinada con la denominada “crisis inmigratoria”. Tome-

mos el ejemplo de la nave insignia europea, Alemania, en

donde de acuerdo a los datos en octubre, 2,65 millones de

personas estaban registradas oficialmente como desemplea-

das, siendo esta la menor tasa de desempleo desde 1991. Es-

te auguroso dato sin embargo contrasta con otro que refleja

que uno de cada cinco empleados –el 20,6% aún gana “muy

poco”, lo cual se evidencia en que alrededor de 3,1 millones

de personas con trabajo percibían a finales de 2013 ingresos

que los situaban al borde de la pobreza. Otra señal de la cre-

ciente precariedad del mercado laboral es la tendencia regre-

siva en los convenios colectivos, que muestra que el 52% de

los empleados en el este del país trabajan sin el amparo de

un convenio colectivo. Aún más, entre 2011-2014 ha aumen-

tado considerablemente –llegando a 13%– el número de per-

sonas que necesitan dos empleos para sobrevivir, siendo dos

millones de personas las que ganan menos de 450 euros al

mes debiendo buscar un segundo empleo. Esto ha llevado a

que el 9,3 % de los residentes en Alemania precisara –a fina-

les de 2014– ayudas públicas para alcanzar los ingresos mí-

nimos para su situación vital. Contra el imaginario de la glo-

riosa economía germana, el grueso de aquellos que demanda

ayuda estatal son las personas que aún se encuentran des-

empleadas, frente a los 363 mil refugiados que residen allí.

También en el caso de Alemania el rol de los trabajadores

más longevos ha ido en ascenso, siendo que cada vez más

ancianos desempeñan trabajos precarizados (minijobs)

904.000 mayores a 65 años en marzo de 2015 frente a los

533.000 en 2003 (información publicada en DW 19/10 y

27/11). En el caso de Gran Bretaña la edad de los que aún

trabajan asciende a 70 y 74 años, sin embargo, el dato más

triste no es la imposibilidad de los ancianos de “disfrutar” el

ocio luego de años de haber aportado al sistema productivo,

sino la respuesta que frente a esta precarización ha dado el

propio Ministerio de Trabajo inglés que afirmaba: “mucha

gente de mayor edad quiere continuar trabajando, motivo

por el cual el Gobierno abolió la edad de jubilación obligato-

ria. Ahora los ciudadanos pueden elegir hasta cuando quieren

trabajar, y eso es bueno”; frente a ello los sindicatos confron-

taban la triste realidad que “la tendencia a una mayor longe-

vidad coincide con un recorte de las pensiones de jubilación

por parte de las empresas” (DW 7/11).

El panorama se ensombrece cuando aparece el “uso”que

los países europeos pretenden hacer de los inmigrantes afri-

canos y de Medio Oriente que huyen de los múltiples conflic-

tos que el propio bloque EEUU-UE ha generado en sus res-

pectivos países. De acuerdo a la OCDE, durante los últimos 10

años, los inmigrantes representaron el 47% del aumento de

la fuerza laboral en EEUU y el 70% en Europa. Es decir, que

son los migrantes los que han podido en muchos casos palear

el estancamiento de la tasa de natalidad y el consiguiente

envejecimiento de la mano de obra europea. De acuerdo a la

CE se esperan 3 millones de refugiados para 2017, lo que

aumentará la fuerza laboral en un 0,1% hasta fin de año y de

0,3% hasta 2017. Ello implicará que el PBI aumentará entre

0,2 y 0,3% al 2017 y el impacto será mayor en los países de

acogida (información publicada en DW 5/11). El ingreso de

esta masa de trabajadores inmigrantes no sólo puede “resol-

ver” los graves problemas de natalidad y envejecimiento de

la población que aquejan a los europeos, sino que pueden

suplir la carencia de trabajadores calificados que sufre la

economía alemana, por ejemplo. Pero fundamentalmente la

impresionante suma de 800.000 trabajadores inmigrantes a

los cuales la canciller alemana Angela Merkel les ofreció “asi-

lo”, permitirán expandir los márgenes de un mercado laboral

estrecho que presiona sobre los salarios. La mayoría de inmi-

grantes sirios y de Europa del este que ingresaron a Europa,

son jóvenes y poseen altos niveles de capacitación, en este

sentido, según un estudio de la Federación de Industrias

Alemanas, “La falta de mano de obra cualificada sería hoy

mucho mayor si, en años recientes, Alemania no se hubiera

beneficiado tanto de la inmigración” (DW 15/11). Se afronta

así la carencia de mano de obra calificada, ejército de reserva

para presionar hacia abajo los salarios, a la vez que esto per-

mite empujar la flexibilización laboral de la mayor parte de

los trabajadores europeos, que enfrentan la “competencia”

del inmigrante.

Sofocando a los emergentes

Está claro entonces que la feroz disputa entre los capitales

no sólo genera peores condiciones para los trabajadores a

escala global sino que a la vez que profundiza la concentra-

ción y centralización del capital, enfrenta con mayor violencia

cualquier “traba” a su expansión y desarrollo: centralmente

los Estados Nación en su forma actual. Las “áreas de libre”

como el TPP, el TTIP, el TISA, el ALCA, la Alianza para el Pacífi-

co, etc., promovidas por EEUU, expresan esas necesidades de

los sectores más desarrollados de la economía mundial, de

continuar reproduciéndose en escala ampliada en tanto eli-

minan las barreras “artificiales”que limitan la “libre” circula-

ción de los principales medios de producción capital, trabajo

y el libre “uso” de las fuerzas de la naturaleza.

La forma que adopta la lucha entre los capitales no sólo

implica esta creciente subordinación de los “mercados” a la

ley del más fuerte -o sea la de EEUU- sino que la condición

excluyente para lograrlo es “asfixiar” cualquier alternativa

que pueda enfrentar la hegemonía del bloque EEUU-UE. Así

los ataques a los emergentes adquirien contornos y se múlti-

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Análisis de Coyuntura 7

DICIEMBRE DE 2015

plican, fundamentalmente contra aquellos que encabezan el

BRICS, y sus principales aliados.

Las economías de estos países lograron expandirse durante

los últimos años al compas del “auge de los commoditties”

así como del petróleo, pero sostenidas fundamentalmente

bajo la profunda transformación de la economía China duran-

te las últimas dos décadas y su influencia creciente en la eco-

nomía mundial. Es así como la guerra contra estos países que

empezaron a crecer a la par que disputaban la tradicional he-

gemonía de las economías centrales, tomó forma en el ata-

que mediante la manipulación de los precios de dichos pro-

ductos en los mercados internacionales, controlados

precisamente por las grandes potencias y los grupos econó-

micos concentrados a escala planetaria. El objetivo es evitar

la transferencia de recursos hacia esos países, manipulando

los términos del intercambio en detrimento de los países

“opositores”.

Desde 2014 elataque al precio del petróleo ha sido feno-

menal, reduciéndose el mismo desde los US$ 140 el barril

hasta los actuales US$ 35-40 (información publicada RT 16/11

y LN 18/11). Esta disputa fue empujada por EEUU quién co-

menzó a inundar los mercados con crudo y gas extraído me-

diante el polémico meto de fracking (fractura hidráulica). Es-

te proceso fue acompañado por Arabia Saudita que,

buscando mantener las cuotas de mercado, continuó bom-

beando millones de barriles a pesar de que el precio conti-

nuara descendiendo. Ello generó una enorme controversia al

interior de la Organización Países Exportadores de Petróleo

(OPEP), donde el resto de los grandes producotres petroleros

comenzaron a clamar por una re-organización del mercado

de crudo. Rápidamente quedó al desnudo que la ofensiva

norteamericana contra el petróleo tenía como centro atacar

el poder que la OPEP mantiene desde 1973 en la determina-

ción del precio del petróleo. Este ataque tenía como objetivo

desequilibrar centralmente a Venezuela e Irán, dos países

que se opusieron por medio de procesos revolucionarios a la

histórica injerencia norteamericana y, fundamentalmente

Rusia, que si bien no forma parte de la OPEP configura un ac-

tor central del “mercado de petróleo”. Frente al caos genera-

do por EEUU, fue sobre todo Venezuela la que ha empujado

la discusión al interior de la OPEP respecto a cómo controlar

y defenderse del “ataque” a los precios del petróleo. Así, el

ministro de Petróleo de Venezuela Eulogio del Pino afirmaba:

“La OPEP no puede permitir una guerra de precios del petró-

leo y debe adoptar medidas pronto para estabilizar el merca-

do” (LN 23/11). El 21 de octubre, Venezuela presentó una

propuesta en Viena sobre un precio de equilibrio de US$ 88

el barril.

Sin embargo como hemosvisto en Análisis… anteriores, es-

ta guerra por el control del precio del petróleo resulta insos-

tenible para grandes fracciones de las petroleras norteameri-

canas que iniciaron desenfrenadamente la explotación del

fracking así como las multinacionales que históricamente co-

trolaron la explotación de gas y petróleo a escala global. En

este sentido, de acuerdo a la última información, las empre-

sas petroleras en EEUU redujeron la cantidad de plataformas

perforadoras en activo, lo que representa el nivel más bajo

desde junio de 2010, llegando a 555, lo que significa que en

las últimas 13 semanas un total de 12 perforadoras fueron

paralizadas. Sintomático de ello son las pérdidas percibidas

por la Royal Dutch Shell, quien anunció un rojo de US$ 7.400

millones sólo en el último trimestre de 2015 que contrasta

con los US$ 4.500 millones de ganancia del mismo período

del año pasado. Ello ha llevado a la empresa a cancelar pro-

yectos que ya no tienen “sentido económico” en el entorno

actual de precios (información publicada en CL 1/11 y CD

25/11).

Este proceso de decadencia de las empresas petroleras,

otrora vanguardia de la “revolución del shale”, muestra el

grado de crisis que contiene la guerra que han empujado

contra los emergentes, pero que a su vez no pueden frenar.

Ante semejante panorame durante noviembre se conoció la

noticia que la Casa Blanca y el Congreso de EEUU acordaron

vender el 8 % de las reservas estratégicas de petróleo del país

–que estaban destinadas solo a situaciones de emergencia–

que ascienden a 695 millones de barriles. Según la informa-

ción, sólo se venderán en el período 2018-2023 58 millones

de barriles, mientras que los ingresos que obtengan por los

casi 60 millones de barriles en 2025 serán transferidos al fon-

do general del Departamento de Tesoro, destinados a “esta-

bilizar el presupuesto”. En este sentido el diario alemán 'Die

Welt', reproducido por el portal RussiaToday, se preguntaba

con suspicacia “¿Por qué Washington anuncia estos planes

cuando los precios están tan bajos? Tal vez porque no sólo se

trata de dinero, sino de política. Esta decisión pretende pre-

sionar al mercado de manera artificial para debilitar a todos

los países para los que la producción de petróleo es el princi-

pal medio de equilibrar el presupuesto” (RT 4/11). Esta suges-

tiva pregunta pone en evidencia que la “crisis” del petróleo

no es más que una de las formas que ha adoptado la monu-

mental disputa de fuerzas a escala global, en donde la crisis

en la que se encuentran sumidas los países del bloque occi-

dental EEUU-UE se ven forzados a “descargar” la crisis al res-

to del mundo –sobre todo a los emergentes– con la mayor

violencia posible de forma tal de “darle un respiro” a las pro-

pias fuerzas. Sin embargo cada día está más claro que el gra-

do de virulencia de la guerra hacia los emergentes expresa

más que nunca la conciencia de que la crisis está en la médu-

la de sus cuerpos y resulta imposible desembarazarse de la

misma, sin abandonar el sistema capitalista, es decir, decre-

tando su propia muerte.

Frente a ello, un actor central en materia energética ha si-

do Irán, alineado con Rusia y China, que luego del acuerdo

del 5+1 ha conseguido profundizar los acuerdos con el mun-

do pudiendo desembarazarse del bloqueo impulsado desde

EEUU por décadas. En este sentido, el presidente de Irán

Rohani, afirmaba el rumbo hacia adelante disputando a capa

y espada las cuotas de mercado así como nuevos mercados, a

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8 Sin oxígeno

DICIEMBRE DE 2015

pesar del alicaído precio: “A día de hoy producimos 600 mil

metros cúbicos de gas, intentamos llegar dentro de dos años

a una producción diaria de un millón de metros cúbicos de

gas” (HTV 23/11). Con dicho objetivo Irán anunció un contra-

to con 13 mega empresas petoleras (British Petroleum, la

francesa Total, la noruega Statoil, la china Sinopec, Royal

Dutch Shell, la italiana Eni y la española Repsol) bajo el cual

cederá los procesos de exploración, desarrollo y producción

de sus campos petroleros exclusivamente a los contratistas

extranjeros, establecerá ciertas operaciones comerciales para

la producción de gas y crudo iraní con la inversión de empre-

sas internacionales, las cuales serán pagadas con una parte

de los ingresos de la producción, los nuevos contratos requie-

ren que las empresas extranjeras de energía se asocien con

compañías locales en la prestación de servicios, construcción

de oleoductos y campos de perforación (información publi-

cada en HTV 28/11). De igual forma, el viceministro iraní del

Petróleo, AbásKazemi, afirmaba que con la voluntad de “im-

pulsar las exportaciones de petróleo, debemos crear nueva

demanda fuera del país para poder garantizar la venta a lar-

go plazo del petróleo crudo de nuestro país (…) Irán ha co-

menzado ya negociaciones, de acuerdo con este plan, con al-

gunos países de Asia y de Europa, entre ellos España, para la

compra de refinerías” (HTV 11/11).

La claridad con la que Irán enfrenta los embates de EEUU

refleja los años de lucha que su pueblo ha llevado adelante,

con profunda conciencia no sólo de las fuerzas que a las que

se enfrenta y de la comprensión de la necesidad de avanzar a

pesar de los embates. Así Rohani reafirmaba: “El acuerdo nu-

clear es una cosa y nuestras relaciones con Estados Unidos,

otra. Los problemas que tenemos son antiguos y se remontan

a la victoria de la Revolución Islámica. Aun existen fricciones

(…). El compromiso necesario es que no se apliquen nuevas

sanciones por parte del G5+1. Todos tenemos que respetar

los acuerdos alcanzados, pero si EE.UU. o cualquiera de los

países deciden no cumplir con su parte, nosotros tampoco

tendremos motivo para hacer lo propio” (HTV 13/11).

Este despliegue de Irán como actor central en el nuevo es-

cenario mundial, pos acuerdo, es fundamentalmente empu-

jado por China y Rusia. En este sentido, durante noviembre

Rusia contribuyó significativamente a la “reinserción” iraní.

En primer lugar, el presidente ruso, levantó mediante un de-

creto los embargos y prohibiciones de suministros y compra-

venta de mercancias con la industria iraní, pudiendo todas las

instituciones financieras y comerciales rusas comerciar con

Irán. Más aun, Teherán y Moscú han firmado varios acuerdos

de cooperación en distintos ámbitos estratégicos, con los que

Rusia espera multiplicar cinco veces el volumen del comercio

bilateral. Así la cooperación económica bilateral crecería de

1600 millones a 10 mil millones de dólares. Uno de estos

acuerdos implica que Rusia concederá 5.000 millones de dó-

lares que se sumarán a los 2.000 millones que la nación persa

recibirá del Banco Ruso de Desarrollo. Los fondos se destina-

rán a proyectos de infraestructura (información publicada en

RT 12/11 y HTV 13 y 23/11).

Aires de esperanza

La creciente alianza entre China y Rusia, así como la pro-

fundización del BRICS y demás acuerdos con Irán, América La-

tina y África han logrado consolidar como bloque al conjunto

de países históricamente “no alineados”. Lo cual se evidencia

en la creciente violencia con la que EEUU ha avanzado en su

contra. En este sentido, como veíamos en el anterior Análi-

sis… el fundamento último del TPP es arrebatarle el lugar

preponderante que China tiene en la región Asia-Pacífico, y

era el propio Barack Obama el que lo afirmaba sin disimulos:

“Cuando el 95% de tus potenciales consumidores viven fron-

teras afuera uno no puede dejar que sea China el que siente

las bases de la economía” (LN 6/10). La disputa es clara, el

problema no es sólo “refundar” la hegemonía del bloque oc-

cidental sobre el resto del mundo reeditando los acuerdos de

“Bretton Woods”, sino que la condición última para asegurar

esa hegemonía es la arrinconar a China y Rusia aislándolas

del resto del mundo, anulando así su influencia.

Justamente el apuro por contenter el avance de este blo-

que, ha empujado a EEUU a forzar a sus aliados a tomar deci-

siones “estúpidas”, como por ejemplo las sanciones impulsa-

das contra Rusia por parte de la Unión Europea, que no sólo

puso en jaque el acceso a recursos energéticos vitales para

los europeos sino que cerró un mercado enorme para las ex-

portaciones europeas.

Sin embargo, lejos de atentar contra las posiciones sino-

rusas y su amplia influencia sobre el mundo, la hostilidad nor-

teamericana les ha permitido afirmar los principios de coope-

ración ganar-ganar con el resto del globo, construyendo rela-

ciones por fuera de las esferas de influencia occidentales.

Centralmente la clave del avance sino-ruso ha sido la incapa-

cidad que EEUU-UE tienen para “sentar a la mesa a todos” a

compartir las riquezas socialmente producidas; contraria-

mente y como se ha afirmado luego del 2008, la crisis cruje

en sus entrañas y no hay lugar para todos en la mesa, los so-

cios europeos son una presa más a devorar. Es por ello que

más que nunca necesitan “exportar” la crisis al resto del

mundo, pero fundamentalmente saben que no tienen más

“aire” por más burbujas que trasladen, inunden el mundo de

dólares, y ataquen los precios de los commoditties y el petró-

leo; ese suspiro durará un segundo e irremediablemente vol-

verá el ahogo.

Con conciencia de la incapacidad del “enemigo” de poder

sostenerse mucho más a flote, nuestras fuerzas avanzan y las

alianzas adquieren nueva profundidad. En este sentido el

presidente Xi Jinping, anunciaba durante la reunión del G20 y

APEC, la decandenciade la economía “tradicional” –el capita-

lismo– y proponía nuevos “aires” para reestablecer la gober-

nanza mundial bajo principios de cooperación mutua: “el im-

pulso generado por la última ronda de la revolución científica

e industrial está desapareciendo, el potencial del modelo de

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Análisis de Coyuntura 9

DICIEMBRE DE 2015

desarrollo y el sistema económico tradicionales está disminu-

yendo, el problema del desarrollo desigual sigue estando lejos

de ser resuelto y las deficiencias de los mecanismos y estruc-

turas de gobernanza económica existentes están saliendo a la

superficie, [por ello debemos] reforzar la comunicación y la

coordinación en políticas macro, a promover la reforma y la

innovación, a construir una economía mundial abierta y a im-

plementar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible” (XH

20/11).

En este sentido, un nuevo objetivo es alcanzar la confor-

mación del Foro de Cooperación Asia-Pacífico (FTAAP, siglas

en inglés), una zona de libre comercio entre los 21 miembros

(Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Chile, China –

República Popular–, Corea del Sur, los Estados Unidos de

América, Filipinas, Hong Kong, Indonesia, Japón, Malasia,

México, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, Perú, Rusia,

Singapur, Tailandia, Taiwán, Vietnam) del APEC, que actual-

mente representan más el 50% del PIB global, el 40% de la

población mundial, y el 44% del comercio mundial. Es decir,

consolidar el TPP más China y Rusia. Es sintomático que a di-

ferencia de este último tratado, el objetivo explícito de China

y Rusia, sea consolidar una alianza que incluya a EEUU for-

zando a éste último a subordinarse a “nuevas reglas” de go-

bernanza mundial. En este sentido era el propio Vladimir Pu-

tin quién argumentaba en favor del desarrollo del APEC, en

una editorial publicada en el portal Xinhua: “Durante mucho

tiempo, el comercio ha sido el motor del crecimiento econó-

mico en la región de Asia-Pacífico y en otras partes del mun-

do. Sin embargo, con el efecto de la liberalización arancelaria

comenzó a desaparecer y se hizo evidente que necesitamos

acuerdos adicionales que cubran los servicios, la inversión, las

barreras no arancelarias, la política que regule la competen-

cia y las subvenciones. Por supuesto, no podemos llegar a

esos acuerdos sin complejas negociaciones y concesiones mu-

tuas. Una mayor integración económica regional nos ofrece

una posible salida a la situación actual. Hoy en día, Rusia y

sus vecinos cercanos –Armenia, Bielorrusia, Kazajstán y Kir-

guistán– han tomado medidas eficaces para desarrollar la

Unión Económica Euroasiática (EAEU). Nuestro proyecto de

integración se basa en principios transparentes, de la OMC,

y está diseñado desde el principio para trabajar en conjunto

con otros países y sus organizaciones (…). Un ejemplo de co-

laboración responsable y transparente es el acuerdo conver-

gente de nuestro proyecto EAEU con la iniciativa del Cinturón

Económico y la Ruta de la Seda de China. Esto nos permitirá

resolver una serie de cuellos de botella en la infraestructura

de transporte y los procedimientos para el movimiento trans-

fronterizo de bienes y servicios. También le dará un gran im-

pulso a la integración efectiva de las economías de Asia-

Pacífico (…). En general, la creación de nuevas zonas de libre

comercio ayudará a crear buenas condiciones para la liberali-

zación de los flujos comerciales y de inversión en la región. Sin

embargo, al mismo tiempo, la forma confidencial en que se

llevaron a cabo las negociaciones de la Asociación Trans-

Pacífico (TPP) no sea probablemente la mejor manera de faci-

litar el crecimiento sostenible en la región Asia-Pacífico.

Creemos que el camino estratégico radica no sólo en aumen-

tar el número de zonas de libre comercio, sino también en el

desarrollo conjunto y la aplicación de las mejores prácticas de

liberalización para todos los miembros de APEC, teniendo en

cuenta las posiciones e intereses de cada uno. En este senti-

do, debemos seguir reforzando el papel de APEC como coor-

dinador de las diversas iniciativas de integración, destinadas

a desarrollar en la región un mercado común y abierto, libre

de discriminación y de barreras. (…) Para lograr el potencial

de desarrollo de las economías de APEC hay que alcanzar un

acuerdo sobre las reglas del juego para los flujos comerciales

de hoy en día. Necesitamos desarrollar los enfoques comunes

para el desarrollo y la regulación de los mercados emergentes

que conforman la base tecnológica de la ‘nueva economía di-

gital’. Tenemos que poner en marcha las instituciones y nor-

mas que contribuyan al desarrollo y crear nuevas oportunida-

des de negocios para nuestros ciudadanos, generando

productos y puestos de trabajo de alta calidad. Rusia, por su

parte, está activa en el trabajo de las nuevas instituciones fi-

nancieras de la región –el Banco BRICS y el BAII. Estoy seguro

de que su trabajo ayudará a desarrollar la región y también

ayudará a que el sistema financiero global sea más fuerte y

estable (…). Un rápido crecimiento económico no es posible

sin la seguridad energética garantizada en la región APEC y la

regulación del justo clima, a largo plazo. Rusia apoya los es-

fuerzos de APEC para establecer buenas condiciones de inver-

sión en el sistema de transporte regional de energía, el desa-

rrollo de los mercados energéticos integrados, el aumento de

la proporción de fuentes ecológicas y en la energía renovable,

asegurando el acceso a las tecnologías de baja emisión de

carbono (…). Son impresionantes la escala y la diversidad de

las tareas de APEC. Creo que vamos a tener éxito en la resolu-

ción de las mismas, si nos atenemos a los principios funda-

mentales de trabajar juntos –como socios– y actuar en inte-

rés de nuestros pueblos, esforzándonos para crear una

familia Asia-Pacífico unida” (XH 20/11).

Está claro que la propuesta de Putin es un mundo con

EEUU adentro, pero también con el resto del globo, propug-

nando por nuevas relaciones en beneficio del conjunto de los

pueblos. De igual forma el presidente chino, Xi Jinping, pedía

en la reunión del APEC, hacer esfuerzos concertados para

impulsar la apertura de la economía de Asia Pacífico y salva-

guardar los sistemas multilaterales de comercio: “Necesita-

mos dedicarnos a la cooperación ganar-ganar, resistir al pro-

teccionismo y facilitar la competencia justa” (XH 18/11).

Unido al APEC, China motiva otras iniciativas de similar te-

nor que tienden a profundizar los lazos, sin rehuir al libre

comercio, sino profundizándolo pero en base a principios

“solidarios” y de “ganar-ganar”. Así mientras se negociaba el

APEC, se juntaban los líderes de China, Corea del Sur y Japón,

acordando una mayor integración económica para concluir

una zona de libre comercio de 16 naciones, la Asociación

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10 Sin oxígeno

DICIEMBRE DE 2015

Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés) la

unión entre el ASEAN (Birmania -Myanmar-, Brunei, Cambo-

ya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y

Vietnam) y los seis países con los que éste tiene Tratados de

Libre Comercio (China, Japón, Nueva Zelanda, Corea del Sur,

India y Australia), que crearía el mayor bloque de libre co-

mercio del mundo con 3.400 millones de personas (informa-

ción publicada en CR 11/02).

Una tercera vía de acuerdos impulsados desde China es la

profundización de los lazos con la Unión Europea. En este

sentido, China quiere enlazar su iniciativa de "la Franja y la

Ruta de la Seda" con el plan de inversión de la Unión Euro-

pea, conocido como “Plan Juncker”, y mejorar la cooperación

con el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo

(BERD). En este sentido, sintómatica de la imposibilidad de

continuar el aislamiento de China y Rusia, es la carta escrita

por el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude

Juncker a Vladimir Putin, en la cual clamaba por un acerca-

miento con la Unión Económica Euroasiática. Al respecto, el

portavoz de la presidencia rusa DmitriPeskov admitía: “Si no

me equivoco, hay un mensaje dirigido a Putin. No voy a decir

nada acerca de su contenido, no solemos hacerlo. La idea de

un diálogo entre la Unión Europea y la Unión Económica Eu-

roasiática existe desde hace mucho tiempo, porque es nece-

saria para la construcción de nuestras relaciones comerciales

y económicas” (RT 20/11).

Hemos desarrollado en múltiples oportunidades que el

“mapa de relaciones sino-ruso” se completa con la vía Lati-

noamericana y Africana que ha asumido centralmente China

por medio de múltiples y millonarios acuerdos con ambos

continentes para el desarrollo fundamentalmente de infraes-

tructura. Un dato importante del grado de internalización

que ha adquirido China, es la incorporación del

yuan/renminbia la “canasta de monedas” reconocidas por el

FMI como divisas de reserva. En su reunión del 30 de no-

viembre, la dirección del FMI anunció que el yuan se conver-

tirá en el quinto miembro de su cesta de monedas de dere-

chos especiales de giro (SDR) y se unirá al dólar

estadounidense, el yen japonés, la libra esterlina y el euro.

Esta decisión entrará en vigor el 1 de octubre de 2016. “La

decisión de incluir el yuan en la cesta de divisas de reserva es

un logro importante a la hora de integrar a la economía china

en el sistema financiero global”, afirmó la directora del FMI,

Christine Lagarde. Según el anuncio, el yuan en la cesta del

DEG será la proporción de 10,92%, el dólar representaba el

41,73%, 30,93% el euro, el yen 8,33%, la libra el 8,09%. Con la

incorporación de la moneda china se reduce el peso que has-

ta ahora tenían el resto de las monedas –fundamentalmente

el euro–, siendo hasta 2010, el dólar en un 41,9%; el euro

37,4%; 11,3% para la libra esterlina; y 9,4% para el yen japo-

nés (información publicada en RT 30/11 y LN 1/12).

La guerra está lanzada y depende de nuestra fuerzas, con-

tral las fuerzas irracionales que la burguesía ha lanzado en su

imperiosa necesidad de “revolucionar” permanentemente los

medios de producción. No solo su irracionalidad ha desplaza-

do a grandes masas de población mundial del “sistema”, sino

que han llevado adelante la mayor depredación de la natura-

leza de la historia de la humanidad. La tarea entonces resulta

monumental, y como veremos en el próximo artículo, su in-

capacidad de continuar reproduciéndose y, por ello, de seguir

subordinando al mundo bajo sus desenfrenada “normalidad”,

ha hecho de la vía militar una de las principales herramientas

para hacer del caos la vía para desorganizar a las fuerzas que

históricamente han luchado en su contra: los trabajadores.

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Entre los zarpazos de un imperialismo que se resite a morir y la urgente tarea de los pueblos de controlar las fuerzas que él encarna

Sembrando el terror

“Andas dando guerra y temblás Gastándote en relámpagos

Tu estómago gruñe como enjaulado” (“Ropa Sucia”, PR)

Veíamos en el artículo anterior cómo el grado de concen-

tración y centralización del capital, junto al desarrollo de la

productividad generado por la competencia, ha llegado a un

punto límite en el que 147 corporaciones mundiales se dispu-

tan el planeta, barriendo en su disputa con los vestigios de la

jurisprudencia y la política cristalizada en Estados-nación. Los

países tal cual los conocemos crujen y tienden a enfrentarse

a ese desafío o a perecer bajo la urgencia y necesidad del ca-

pital imperialista más concentrado. Esa necesidad del capital

trasnacional que se expresa en la búsqueda de construir

acuerdos de libre comercio que sienten una jurisprudencia

supranacional, abarcando extensas zonas geográficas –como

el recientemente firmado TTP o el TTIP que aún negococian

EEUU y la UE– expresa la no correspondencia entre el grado

de desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas y la su-

perestructura jurídica y política, con los Estados-nación como

pieza maestra. Estos estados, que nacieron al calor del ascen-

so de la burguesía y en su momento resultaron funcionales al

desarrollo de las relaciones mercantil capitalistas, hoy se han

convertido en una traba suya.

Esa contradicción está en la base de la crisis política que

atraviesan los estados a lo largo y ancho del globo, a la vez

que enfrenta a los grandes capitales concentrados con frac-

ciones enteras de burguesías nacionales –e incluso conglo-

merados transancionales– que no pueden competir con la

escala alcanzada por éstos y se convierten en parte de la ce-

na que la voracidad imperialista se apresta a devorar.

Sumidos en esa disputa por garantizarse condiciones que

les permitan continuar reproduciéndose, esos capitales

muestran a los ojos de las grandes mayorías su verdadera na-

turaleza: impelidos a actuar, y con el grado de crisis impi-

diéndoles cualquier intento de construir algún grado de con-

senso, recurren a la vía militar en sus diversas

manifestaciones para intentar mantener su dominio. El costo

de tales acciones es claro: cada vez resulta más evidente que,

o la humanidad logra superar el orden mundial vigente, o se

verá arrastrada, bajo la conducción de los monopolios, a su

destrucción.

“No soy yo, sos vos”: la crisis en el centro

Hemos analizado en nuestro artículo anterior la profunda

depresión de la economía norteamericana, que no logra

reactivarse pese a los miles de millones de dólares que la FED

viene inyectándole. Pues bien, tamaña implosión en los ci-

mientos de la sociedad tiene también su expresión en la su-

perestructura política: esos capitales que luchan ferozmente

entre sí para garantizarse la reproducción se expresan en la

esfera política como facciones en lucha.

De este modo, durante el mes que estamos analizando, el

enfrentamiento entre el Congreso norteamericano (coman-

dado por el Partido Republicano) y el presidente demócrata

Barack Obama tenía un nuevo capítulo en la negativa del

Congreso de cerrar la controvertida –e ilegal– cárcel de

Guantánamo, así como en una serie de idas y vueltas en

torno a la aprobación del presupuesto de Defensa para 2016

(RT 6/11, CD 10/11 y HTV 13/11). Por otro lado, la decisión de

un tribunal de apelaciones de Nueva Orleans de avalar la

suspensión efectuada por un juez de Texas de las medidas en

favor de los inmigrantes que había adoptado Obama abriría

otra ventana para contemplar la crisis de la democracia yan-

qui. Las medidas en cuestión buscaban proteger de la depor-

tación a unos 5 millones de indocumentados. Tras concocer-

se la decisión del tribunal, el Departamento de Justicia

anunciaba que apelaría el fallo (RT10/11 y LN 11/11).

Idéntico contenido tienen las innumerables voces que se

alzan desde sectores del establishment norteamericano para

cuestionar –ya sea por derecha o por izquerda– su política en

Medio Oriente. El Instituto Ron Paul para la Prosperidad y la

Paz acusaba al gobierno de Obama de actuar en flagrante

violación de las leyes internacionales y de la propia Constitu-

ción al enviar tropas a Siria, a la par que denunciaba que la

denominada “oposición moderada” no es más que un pro-

ducto de la imaginación de Washington (RT 6/11). Por su par-

te, el precandidato republicano a la presidencia Rick Santo-

rum afirmaba que el EIIL es producto de la decisión de retirar

las tropas de Irak (RT 16/11). Los hechos ponen en evidencia

cómo ante la agudización de la crisis que venimos analizando

mes a mes, los distintos capitales yanquis disputan en todos

los campos las condiciones para su reproducción.

Como nuestro lector ya sabe, en la sociedad norteamerica-

na, la dominación de clase se ha expresado bajo la forma de

la “supremacía blanca”. Por eso, no es casual que el asesinato

hace más de un año, en la localidad de Ferguson, del joven

afrodescendiente Michael Brown, se haya convertido en el

catalizador de un amplio movimiento de rechazo a la violen-

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12 Sembrando el terror

DICIEMBRE DE 2015

cia policial. Podría decirse que millares de blancos estadouni-

denses empiezan a descubrir que –desde la óptica del capital

hiperconcentrado– son tan negros como el que más.

Durante el mes que estamos analizando, el asesinato por

parte de la policía de Mineápolis (Minesota) del joven afro-

americano Jamar Clark, quien fue ultimado según los testigos

con dos tiros en la cabeza estando esposado, volvía a generar

una ola de manifestaciones contra la violencia policial y la

discrimianación racial. En una de ellas, que tuvo lugar frente

a la comisaría de la ciudad, la policía utilizó sustancias tóxicas

para dispersar a los manifestantes, que respondieron arro-

jando ladrillos y piedras a los efectivos (CD 23/11).

En otra de las protestas, cinco activistas del movimiento

Las vidas de los negros importan fueron heridos de bala por

un grupo de supremacistas blancos que se hizo presente en

la movilización (RT 24/11). Finalmente, las movilizaciones sa-

lían de la ciudad donde tuvieron lugar los hechos, con una

concentración de mil manifestantes en el Washington Square

Park (Manhattan), que terminaría con decenas de detenidos

(RT 26/11).

Para terminar de clarificar cuál es la política de los capitales

yanquis para las amplias mayorías de su propia sociedad que

van “despertando” del “sueño (o sopor) americano”, veamos

las cifras que el mismísimo The Washington Post brindaba

sobre la brutalidad policial: en lo que va del año, la policía ha

matado más de mil personas. Según el diario británico The

Guardian, de ese millar de víctimas, 883 murieron por dispa-

ros, 47 producto del shock eléctrico de las pistolas Taser, 33

atropellados por vehículo policial y 36 mientras estaban de-

tenidos (CD 20/11).

Por el lado de Europa, las oleadas de refugiados que la po-

lítica imperialista en Medio Oriente empuja al Viejo Conti-

nente continuaban sacando a flote las profundas fracturas al

interior de la UE. En lo que va del año, llegaron 700.000 per-

sonas en busca de asilo y los cálculos de la Comisión Europea

estiman que llegarán al millón al cerrarse 2015 (LN 6/11). Con

este panorama, cada uno de los países de la Unión intenta

resguardarse a como dé lugar: Austria puso en marcha la

construcción de una valla de 3,7 km en su frontera con Eslo-

venia, quien a su vez inició el vallado de su frontera con

Croacia, lo que se suma a las ya existentes entre Hungría y

Serbia (DW 11/11, HTV 13/11 y RT 28/11). Y como muestra

de esa “solidaridad europea” para afrontar la situación, el

presidente del parlamento europeo daba a conocer que de

los 1.800 millones de euros contemplados para destinar a

África –con el objetivo de detener en sus orígenes el flujo de

refugiados– sólo habían llegado… ¡30 millones!, mientras que

el fondo para Siria, previsto en 500 millones, sólo había reci-

bido 50 (DW 5/11).

Tal como señalábamos respecto de la lucha entre facciones

en la política yanqui, la crisis de refugiados desnuda que la

unidad europea conducida por los grandes capitales se des-

grana al ritmo acelerado de la crisis, que nubla para los gran-

des monopolios el horizonte de su reproducción. En su ocaso,

el capitalismo sigue siendo fiel a sus principios: competencia

a muerte y ley del sálvese quien pueda… aún entre los socios.

Pero las líneas de fractura no se detienen en los límites de

la estrucutra supranacional de la UE. Veíamos el mes pasado

cómo las divisiones afloraban en el corazón del proyecto eu-

ropeo, generando conflictos al interior de la coalición que

gobierna en Alemania. Durante noviembre, el gobierno ale-

mán finalmente cedía en parte a los reclamos de la Unión So-

cialcristiana de Baviera (CSU) –que forma parte del gobierno

junto al Partido Socialdemócrata (SPD) y la Unión Cristiano-

demócrata (CDU) que preside Merkel–, al crear “centros de

acogida especiales” para los solicitantes de asilo. Recordemos

que la CSU había exigido la creación de zonas de tránsito en

la frontera, para permitir que las solicitudes sean evaluadas,

propuesta que fue descartada por el SPD. Los centros de aco-

gida cumplirán funciones similares, pero salvaguardando

ciertas formas, como la posibilidad de que los solicitantes de

asilo tengan libertad de movimiento (DW 6/11).

Por otro lado, los desacuerdos al interior del gobierno sa-

lían a la luz también con la desmentida que la canciller Ángela

Merkel tuvo que realizar respecto de las declaraciones de su

ministro de Interior, quien había anunciado que el gobierno

reduciría la protección a los migrantes provenientes de Siria

(DW 7/11).

Por su parte, las distintas movilizaciones – a favor y en con-

tra de los refugiados– continuaban mostrando las profundas

fracturas al interior de la propia sociedad germana: unas 5

mil personas acudieron a la marcha convocada por Pégida y

el partido Alternativa para Alemania (neonazis) para repudiar

la política de asilo llevada adelante por el Gobierno, mientras

que varios partidos de izquierda organizaron “contramar-

chas” e intentaron bloquear la movilización, generándose en-

frentamientos con la policía (DW 7/11).

Pero para comprender la profundidad de la crisis de los es-

tados nación, verdadero correlato jurídico-político de la crisis

de las relaciones mercantil-capitalistas en la producción, de-

bemos deternenos en el conflicto por las pretensiones inde-

pendentistas de Cataluña.

Durante el mes que estamos analizando, el Parlamento ca-

talán formado a partir de las últimas elecciones aprobaba

una declaración de independencia, que fue luego suspendida

por el Tribunal Constitucional de España. Uno de los proble-

mas que enfrentan las fuerzas independentistas catalanas

conducidas por el conservador Artur Mas es que para formar

gobierno debe lograrse una alianza con fuerzas de izquierda

de carácter anti-capitalista (MS 15/11).

La situación en Cataluña pone en evidencia que los llama-

dos “estados fallidos” no son un fenómeno de la periferia del

orbe. Muy por el contrario, lo que se expresa en la disolución

de los Estados-nación tal como los conocemos es la decrepi-

tud de un orden mundial nacido al calor del ascenso de la

burguesía y que ya ha dado todo lo que tenía para ofrecer a

la humanidad. No es la “ineptitud” de las fracciones de bur-

guesía de los países periféricos lo que hace “fallar” los esta-

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Análisis de Coyuntura 13

DICIEMBRE DE 2015

dos nacionales, sino la no correspondencia de las relaciones

sociales vigentes con el grado de socialización de la produc-

ción. Y si no, ahí está precisamente Cataluña para enseñár-

noslo.

Sin refugio

El 13 de noviembre, en una serie de ataques simultáneos

en Francia –en las ciudades de París y Saint Denis–fueron

asesinadas 129 personas y otras 350 resultaron heridas. Dos

hombres abrieron fuego en el restaurant Le Carillon, con un

saldo inmediato de 11 muertos y 7 heridos. A su vez, en las

inmediaciones del Estadio de Francia, donde la selección gala

enfrentaba a Alemania, con la presencia del presidente fran-

cés Hollande, se registraron 3 explosiones. Finalmente, la

toma de rehenes en el Teatro Bataclan culminaría con unos

100 muertos, mientras que frente al teatro, otro tiroteo de-

jaba 6 cuerpos en el suelo (RT 13/11 y CR 16/11). Al día si-

guiente, el EIIL se atribuía la autoría de los hechos (CD

14/11).

“Francia conoció ayer lo que vivimos en Siria desde hace

cinco años… Las políticas equivocadas de los países occiden-

tales en la región, entre ellos Francia, han contribuido a la

propagación del terrorismo”, sentenciaba, contundente, el

presidente sirio Al Assad, reunido con delegados del gobierno

galo (RT 14/11). Para corroborar la pertinencia de las decla-

raciones, basta recordar que Laurent Fabius, actual ministro

de Exteriores francés, allá por el año 2012, no dudaba en

afirmar: “El Frente Al Nusra [rama siria de Al Qaeda] hace un

buen trabajo en Siria” (RT 14/11).

Los atentados que ensangrentaron Francia no son otra co-

sa que expresión de ese estallido de las relaciones sociales

vigentes que venimos analizando. El terrorismo no es sim-

plemente la política de los grandes capitales concentrados

para continuar la expoliación de las periferias del orbe: es la

forma cruda y dura que toman esos intereses en el ocaso de

su dominio. Ellos son el terrorismo y no pueden ser otra cosa.

En Medio Oriente, en África, en América Latina… y también

en el corazón de Europa o EEUU.

Venimos señalando que ése es precisamente el signo de los

tiempos: la agudización de la crisis implosiona en sus propias

entrañas. El imperialismo es un muerto que se descompone

entre nosotros, enseñaba Lenin a comienzos del siglo pasado.

Pues bien, los hechos que analizamos son precisamente la

manifestación de esa podredumbre que carcome todo el en-

tramado social. Algunos datos pueden ayudar a encuadrar los

hechos en la fragmentación de la propia sociedad francesa:

según el Ministerio del Interior galo, unos 1000 franceses

forman parte de las brigadas internacionales del EIIL, mien-

tras que informes oficiales del gobierno indican que el 60%

de la población carcelaria es musulmana (LN 17/11 y RT

16/11).

La adhesión de amplias capas de las sociedades occidenta-

les al “islamismo extremista” sólo puede explicarse desde la

agudización de las desigualdades sociales, producida por la

concentración económica inherente a las relaciones capitalis-

tas. Esos sectores que se ven imposibilitados de acceder al

prometido ascenso social, sin lograr formular una salida su-

peradora del orden vigente, se vuelcan hacia ideologías que

proponen una “vuelta al pasado” para canalizar su rechazo a

una sociedad que los excluye.

Los hechos desencadenaban una ola de alertas y amenazas

en toda Europa: en Alemania, el partido entre la selección lo-

cal y Holanda se suspendía tras encontrarse una ambulancia

repleta de explosivos en las inmediaciones del estadio de

Hannover, mientras se evacuaba una sala de concierto en la

misma ciudad por amenaza de bomba (RT 17/11). En Turquía,

el avión que transportaba al presidente de la Comisión Euro-

pea y al del Consejo Europeo sufría demoras por razones de

seguridad (RT 16/11) y en Bélgica era evacuado el Palacio de

Justicia de Namur por una amenaza de bomba (RT 20/11).

En este marco, la tendencia a la militarización y el control

de la sociedad encontraba las condiciones ideales para conti-

nuar desarrollándose: al estado de emergencia decretado por

el gobierno francés y el despliegue de 1.500 soldados en la

capital (RT 13/11), se sumaba la “alerta roja” decretada por

Alemania (DW 14/11) y la “alerta máxima” decretada en Bél-

gica, con la completa militarización de su capital ante la inmi-

nencia de ataques terroristas (LN 22/11).

Junto con estas medidas, se daba a conocer el hallazgo de

un pasaporte sirio y otro egipcio entre las pertenencias de los

atacantes suicidas (RT 14/11). Desde los atentados del

11/09/2001 en EEUU, pasando por el más reciente perpetra-

do también en París contra la revista Charlie Hebdo, la pre-

sencia de los pasaportes de los atacantes viene siendo “la

prueba” que permite canalizar la ira de la población hacia las

sociedades que son el blanco de los ataques imperialistas. Al

parecer, terroristas que logran introducir armas y explosivos

en las hiper vigiladas y seguras ciudades occidentales son lo

suficientemente inexpertos como para andar por ahí portan-

do documentos de identidad auténticos. Finalmente, la in-

formación era desmentida: los atacantes provenían de Bélgi-

ca y no habían entrado a Europa como refugiados (CD 15 y

20/11)…

Como era de esperarse, la polarización de las sociedades

europeas en torno al tema refugiados que veíamos más arri-

ba no hizo más que profundizarse: un campo de refugiados

en París era incendiado un día después de los atentados,

mientras que una semana más tarde, la entrada de otro

campamento, esta vez en Holanda, amanecía cubierto de ca-

bezas de cerdo (HTV 14/11 y RT 26/11). En República Checa,

5 mil personas se manifestaban contra la migración, mientras

que en París tuvieron lugar marchas tanto a favor como en

contra de los refugiados (XH 17/11 y RT 22/11). En Alemania,

una movilización de más de 1.500 personas en repudio al

neonazi Partido Nacional Democrático, terminaba con en-

frentamientos con la policía y 125 detenidos (RT 21/11).

Los hechos permiten entender en mayor profundidad las

palabras del presidente galo, quien tras los atentados se diri-

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14 Sembrando el terror

DICIEMBRE DE 2015

gía al pueblo francés en los siguientes términos: “Lo que pasó

ayer en París y en Saint Denis, cerca del estadio Stade de

France, es un acto de guerra. Y ante la guerra el país tiene

que tomar las decisiones adecuadas. Es un acto de guerra

cometido por un ejército yihadista, Daesh [EIIL], contra los

valores que defendemos y contra lo que somos: un país libre.

Es un acto de guerra preparado y planificado desde el exterior

con una complicidad interior que la investigación va a esta-

blecer” (RT 14/11). No es que los capitales concentrados es-

tén en guerra en Medio Oriente. Están en guerra, a secas. Y

eso, sencillamente, porque sólo pueden intentar mantener

las condiciones de su dominio a través de la guerra. Es decir,

ellos son la guerra.

Tal como con las fallidas negociaciones entre la UE y EEUU

para establecer el acuerdo de libre comercio TTIP –que anali-

zamos en nuestro artículo anterior–, la crisis de refugiados

desatada en Europa producto de la intervención imperialista

en Medio Oriente coloca al Viejo Continente en una encruci-

jada: la subordinación a la política yanqui la empuja a ser

punta de lanza en la necesaria confrontación con Rusia, a sa-

biendas de que eso implica convertirse en el teatro de opera-

ciones de esa guerra. Es decir, a sabiendas de que esa guerra

implica su propia fagocitación por parte de los capitales con-

centrados yanquis.

En ese sentido, los atentados terminarían empujando a

Francia hacia la estrategia rusa en Siria. Dos días después de

los mismos, el presidente Hollande aseguraba: "Tenemos que

unir las fuerzas de todas las partes que luchan contra el Esta-

do Islámico en el marco de una gran coalición. En este contex-

to me reuniré en los próximos días con el presidente Obama y

con el presidente Putin para unir nuestras fuerzas y lograr re-

sultados” (RT 16/11). Ya hacia finales de mes, el canciller galo

–el mismo que veíamos más arriba halagar el trabajo del

Frente Al Nusra allá por 2012– señalaba que la derrota del

EIIL supone no sólo ataques aéreos, sino ataques terrestres

que no pueden ser llevados adelante por fuerzas occidenta-

les, sino por “las del Ejército Libre Sirio, las fuerzas árabes su-

nitas, y, por qué no, también las fuerzas del Gobierno (sirio)”

(RT 27/11).

De hecho, un día después de los atentados, tras una nueva

reunión en Viena que contó con la presencia de representan-

tes de 19 delegaciones –entre ellas las de Rusia, EEUU, Arabia

Saudita, Turquía, Irak, Italia, Egipto, el Reino Unido, Alema-

nia, Líbano, Catar, Irán, Francia, China, Emiratos Árabes Uni-

dos, Jordania, así como la alta representante de la UE para

Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Moghe-

rini–, el ministro alemán de Exteriores anunciaba el acuerdo

para el llamado a elecciones en Siria y sinceraba: “Ante la

tragedia de ayer [en París] ha aumentado la determinación

para tener éxito en la resolución de la situación en Siria. Sa-

bemos qué obstáculos todavía tenemos en el camino que tie-

nen que ser eliminados. Pero el proceso comienza” (RT

14/11). Hemos señalado ya que las reuniones en Viena han

sido impulsadas por Rusia, quien se convirtió en el nuevo

“eje” de la región tras la fulminante operación contra el EIIL

en Siria que viene desarrollando en coordinación con el go-

bierno de dicho país e Irán.

Rusia e Irán: la Alianza Rebelde

Señalábamos el mes pasado que el verdadero objetivo de

la política imperialista que se expresa en las hordas terroris-

tas del EIIL son, en verdad, Rusia y China. De hecho, durante

el mes que estamos analizando, el jefe de los servicios secre-

tos rusos daba a conocer los resultados de la investigación

sobre el avión ruso de pasajeros que había caído en Egipto,

cobrándose la vida de 224 personas: “Durante el vuelo, se ac-

tivó un artefacto explosivo artesanal de una potencia equiva-

lente a 1 kilo de TNT… En consecuencia, el avión se desintegró

en el aire” (CD 17/11). Según el informe, el responsable del

atentado es el grupo Valiato del Sinaí, facción egipcia del EIIL

(RT 24/11).

Sumando evidencias al respecto, el Comité Nacional Anti-

terrorista de Rusia informaba que once milicianos de una

banda que había jurado lealtad al EIIL caían en el Cáucaso ru-

so en el marco de un operativo anti-terrorista (RT 22/11). Por

otro lado, en el marco de la cumbre de la ASEAN que se desa-

rrollaba en Malasia, de la que participaban China y EEUU, en-

tre otros países, la policía advertía la presencia de al menos

15 terroristas suicidas del EIIL listos para atacar (RT 20/11).

En este contexto, Rusia profundizaba su ofensiva contra el

terrorismo en Siria, incorporando aliados y colaborando con

el fortalecimiento de las fuerzas nacionales que se aprestan a

la unidad en pos de derrotar al enemigo común. Con el apoyo

de la aviación rusa y la participación de milicias del movi-

miento chií libanés Hezbolá, las tropas del gobierno sirio con-

tinuaron recuperando terreno: en Aleppo reconquistaban el

aeropuerto que estaba hace 2 años bajo control de los terro-

ristas, en Homs y en Lakatia las fuerzas gubernamentales lo-

graban importantes avances, quedando a la puerta de ir por

la provincia de Raqqa, actual bastión del EIIL (RT 3, 5, 6, 24,

26 y 30/11).

Al mismo tiempo, el ministro de Defensa ruso anunciaba

que en diferentes provincias del país la población civil co-

menzaba a armar grupos de autodefensa para colaborar con

las fuerzas del Gobierno (HTV 13/11). Por otro lado, en una

muestra más del proceso de reconstrucción del frente nacio-

nal en marcha, el Estado Mayor ruso anunciaba que la oposi-

ción siria había facilitado información valiosa para llevar ade-

lante dichos bombardeos, especialmente el que permitió

recuperar el aeropuerto de Aleppo (RT 3 y 11/11).

En este marco, durante la reunión del G-20 en Turquía, el

mismísimo Obama se veía obligado a reconocer “la impor-

tancia de los esfuerzos militares” de Rusia en Siria, al dialogar

con el presidente Vladimir Putin, algo que The Wall Street

Journal leía como un verdadero cambio de tono por parte de

Washington (reproducido en RT 16/11).

Por otro lado, tras los atentados perpetrados en Francia

que ya hemos analizado, Hollande viajaba a Moscú para re-

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Análisis de Coyuntura 15

DICIEMBRE DE 2015

unirse con Putin. Ambos líderes acordaron establecer como

prioridad los ataques a los convoyes que transportan el pe-

tróleo que el grupo terrorista comercia en el mercado negro,

para desbaratar su principal fuente de financiación (RT

27/11). En las antípodas, la coalición encabezada por EEUU se

niega a atacar los camiones en los que el EIIL transporta el

crudo, por considerarlos objetivos civiles, de acuerdo a la de-

nuncia de un diputado iraquí (RT 29/11), detalle que como

veíamos el mes pasado, no les impidió atacar un hospital de

Medicos Sin Frontera en Afganistán. Como veremos más ade-

lante, conviene mantener en la memoria este dato.

Por su parte, Irán también continuaba recogiendo el reco-

nocimiento del inocultable papel que juega en la estabiliza-

ción de la región. Reunido con el presidente iraní Rohani, el

primer ministro italiano Renzi destacaba el papel de la nación

persa en la lucha contra el terrorismo, mientras que el ex se-

cretario de estado yanqui, Henry Kissinger, aseguraba que

“Irán posee la capacidad económica y militar más poderosa

en la región”, en el marco de un encuentro organizado por el

Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, en Wa-

shington (HTV 14 y 17/11).

Como era de esperarse, las loas por parte de los persone-

ros de los capitales concentrados no mueven a la República

Islámica “ni tantico así” de su férrea postura antiimperialista.

De hecho, a principios de mes, miles de personas se manifes-

taban en distintas ciudades del país para celebrar el Día Na-

cional contra la Arrogancia Mundial, en el 36° aniversario de

la toma de la embajada yanqui en Teherán, efectuada a po-

cos días de iniciada la Revolución islámica que derrocó al go-

bierno pro-norteamericano del Sha (HTV 4/11).

En ese sentido, el asesor del líder de la Revolución Islámica

para asuntos internacionales, Velayati, destacaba el papel de

la cooperación del eje Irán-Rusia-Hezbolá en los logros del

ejército sirio sobre los terroristas, que ya hemos reseñado

(HTV 4/11). Por otro lado, el subcomandante del Cuerpo de

Guardianes de la Revolución Islámica de Irán aportaba lo su-

yo para comprender el papel de la nación persa en la lucha

antiimperialista de la región (y el mundo): “Gracias a la Revo-

lución Islámica y sus enseñanzas, los palestinos, que en el pa-

sado luchaban lanzando piedras, actualmente disponen de

cohetes. Hezbolá dispone de 100 mil misiles para luchar con-

tra Israel… La historia ha demostrado que ningún país consi-

gue paz, tranquilidad y bienestar retrocediendo ante sus

enemigos. Los países que se apoyan en EEUU y el Occidente y

se rinden ante sus políticas no tienen ninguna señal de pro-

greso y sus sociedades están dominadas por la ignorancia

moderna” (HTV 14/11).

El avance del eje Rusia-Irán-Siria que hemos analizado no

podía tener otro resultado que la profundización del empan-

tanamiento de la política yanqui en la región. Decimos “pro-

fundización” porque en el origen de dicho fracaso está la im-

plosión de la crisis que desgarra a esos capitales por dentro.

Su política, por muy agresiva y peligrosa que sea, no es otra

cosa que expresión de su debilidad.

Tomando nota de esto, el presidente Obama, en el séptimo

aniversario de su llegada al poder, afirmaba que el poderío

estadounidense no debe medirse solamente en territorios

ocupados o misiles lanzados (RT 5/11). Se ve que esos indica-

dores no son capaces de alimentar el sentimiento de “excep-

cionalidad” norteamericana. El problema es que, como nues-

tro lector ya sabe, cualquier índice que tomemos dará el

mismo resultado, porque las cifras de la economía o del bie-

nestar social han de expresar un único contenido: la desapa-

rición de las bases materiales de la hegemonía yanqui.

Otra expresión de esa pérdida de hegemonía la encontra-

mos en la “deserción” de algunos de los aliados árabes en la

coalición anti EIIL. Según el portal Hispan TV, Arabia Saudita y

Emiratos Árabes Unidos privilegian sus ataques en Yemen, en

detrimento de su participación en los bombardeos a Siria

(HTV 8/11). Hemos señalado en numerosas oportunidades

que ante el fracaso de la política yanqui en la región, sus alia-

dos comienzan a “cortarse solos”, buscando por sus propios

medios mantener un statu quo que antes les garantizaba la

subordinación al mandato imperialista.

Por su parte, durante una intervención en la Cámara de

Representantes estadounidense, Anne Patterson, secretaria

de Estado adjunta para asuntos de Oriente Medio, reconocía

que el Frente Al Nusra ha reclutado en sus filas a combatien-

tes que Washington consideraba como parte de la oposición

moderada (RT 5/11), sumándose a la larga lista de pruebas

sobre cuáles son las fuerzas que se enfrentan en Siria y de

qué lado se encuentra EEUU.

La paciencia del Oso

En este escenario cada vez más complicado para los intere-

ses norteamericanos en la región, con Rusia e Irán logrando

acumular parte importante de la fuerza que la voracidad del

capital concentrado expulsa de sus filas, tenía lugar el derribo

de un bombardero ruso Su-24 por parte de Turquía, en la re-

gión siria de Lakatia. El hecho motivaba la interrupción de to-

dos los contactos militares con Turquía por parte de Rusia, así

como la suspensión de la visita del canciller Lavrov al país,

que estaba prevista para el día siguiente (RT 24/11).

El gobierno turco, por su parte, afirmaba que había derri-

bado el avión desconociendo su nacionalidad y debido a que

el mismo había violado el espacio aéreo del país, sin respon-

der a las advertencias lanzadas antes de atacarlo (RT 24/11 y

XH 25/11). Sin embargo, las pruebas aportadas por los regis-

tradores de vuelo sirios demostraban que el bombardero ru-

so nunca invadió el espacio aéreo turco, a la par que servían

para denunciar la presencia de dos F-16 turcos desde las 9

horas y 11 minutos, es decir, 13 minutos antes del horario en

el que, según los propios turcos, el avión ruso habría violado

su espacio aéreo. Esos datos llevaban al comandante de la

Fuerza aérea rusa a afirmar que el derribo “se trató de una

acción previamente planificada y los cazas turcos estaban

dispuestos a ejecutar una emboscada desde su territorio” (RT

27/11).

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16 Sembrando el terror

DICIEMBRE DE 2015

El ataque se completaba con el asesinato a tiros por parte

de terroristas que operan en la región de uno de los pilotos

rusos que se eyectó del avión, mientras que el otro debió ser

rescatado en una difícil operación de 12hs, en la que partici-

paron fuerzas especiales rusas (HTV 25/11).

Contundente, Putin ponía en claro qué intereses asoman

detrás de las acciones turcas: “La pérdida de hoy [del avión]

es como si los cómplices del terrorismo nos hubieran apuña-

lado por la espalda… ¿Quieren poner la OTAN al servicio del

Estado Islámico?... No sé quién necesita lo que se ha sucedi-

do hoy. Nosotros seguro que no” (RT 24/11). Recordemos

que el mes pasado, en declaraciones que más que un análisis

geopolítico parecían una amenaza, el vocero de la Casa Blan-

ca Josh Earnest advertía que la operación anti-terrorista rusa

podía resultar peligrosa para Rusia (XH 1/10). No por nada, el

Pentágono salía a despegarse de los sucesos, aclarando que

el derribo era “un incidente entre los gobiernos ruso y turco”

(XH 24/11).

El canciller sirio, por su parte, sentenciaba: “Turquía lo hi-

zo, derribó el avión militar ruso porque sigue patrocinando a

aquellos terroristas, y también porque las Fuerzas Aeroespa-

ciales rusas en el transcurso de cinco días destruyeron más de

mil tanques de petróleo de contrabando transportado de Siria

a Turquía” (RT 27/11). En la misma dirección, el primer minis-

tro ruso, Dmitri Medvedev, señalaba que no es extraño el ac-

cionar de Ankara, si se tiene en cuenta “la información dispo-

nible sobre los intereses económicos directos que algunos

funcionarios turcos tienen en el suministro de productos deri-

vados del petróleo producidos en empresas pertenecientes al

EI”. De hecho, en las redes sociales se divulgaban fotos de

uno de los hijos del presidente turco Erdogan junto a varios

líderes del EIIL (RT 27/11). Y para terminar de convencer a

cualquier incrédulo, apenas 4 días después del derribo del

avión ruso que combatía al terrorismo, las Fuerzas Armadas

sirias denunciaban que Turquía había abierto fuego contra

posiciones del Ejército de Siria (RT 28/11).

Señalábamos más arriba la determinación de Rusia en des-

truir la infraestructura que permite a los terroristas comer-

ciar el crudo que extraen de las zonas que aún controlan en

Siria. Determinación que, tras los atentados en Francia, era

acompañada por el presidente de dicho país. Esta determina-

ción contrasta bastante, como veíamos, con el accionar de la

coalición encabezada por EEUU, que bajo la excusa de consi-

derar “blancos civiles” dicha infraestructura, se niega a ata-

carla. Y cuando lo hace, destruye por igual los yacimientos

bajo control de los terroristas y aquellos que el gobierno sirio

mantiene bajo su dominio, que constituyen la base funda-

mental de la subsistencia del pueblo de dicho país (HTV

13/11).

Miembro de la OTAN, Turquía ha aspirado largo tiempo a

incorporarse también a la Unión Europea, pero sin éxito. El

estancamiento de las negociaciones para su ingreso había

empujado al gobierno de Erdogan a un acercamiento a Rusia,

manifestado en su negativa a sumarse a las sanciones que

tanto la UE como EEUU impusieron al país que gobierna Pu-

tin, a raíz de la crisis ucraniana y la decisión soberana de la

península de Crimea de separarse de Ucrania tras el golpe

neonazi acaecido en dicho país y de reincorporarse a la Fede-

ración Rusa. De hecho, Rusia y Turquía estaban negociando la

construcción de un gasoducto que permitiera transportar el

gas ruso hacia Europa evitando el –hasta ahora necesario–

paso por Ucrania. Tras el derribo del avión, Rusia anunciaba

la suspensión de las negociaciones para dicho proyecto, junto

con otra serie de sanciones como la prohibición de ciertas

importaciones turcas, la suspensión de la exención de visados

para ciudadanos de dicho país y la cancelación de la coopera-

ción en el área de turismo (RT 28/11 y TS 4/12).

Desde esta perspectiva, la pregunta de Putin acerca de

quién se beneficiaba con el derribo del avión de guerra ruso

pareciera poder contestarse. La ambigua posición que el go-

bierno de Erdogan ha venido sosteniendo, intentando “bene-

ficiarse” de la fractura entre el bloque occidental comandado

por los EEUU y Rusia, “coqueteando” con ambos bandos,

vuela por los aires y Turquía queda ahora a merced de sus

socios occidentales. Claramente, no es a Rusia a quien bene-

ficia este resultado, pero tampoco puede asegurarse tajan-

temente que sea a Turquía…

Mostrando las fisuras al interior del bloque occidental en la

escalada contra Rusia que ya hemos señalado, durante la

reunión efectuada por la OTAN a raíz del derribo del avión

ruso, el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, só-

lo pudo reflejar su punto de vista personal en el discurso,

evidenciándose de esta manera la falta de una postura co-

mún entre los países miembro (RT 25/11). De hecho, apenas

una semana atrás, el propio Stoltenberg, en una rueda de

prensa, había asegurado: “La OTAN apoya las iniciativas y los

nuevos esfuerzos para encontrar una solución política a la cri-

sis en Siria… Rusia puede desempeñar un papel constructivo

en Siria” (RT 17/11).

Por su parte, el presidente estadounidense no dudaba en

afirmar que “Turquía, al igual que cualquier país, tiene dere-

cho a proteger su territorio y su espacio aéreo” (RT 24/11),

aunque apenas unos días después, en el marco de una nueva

reunión bilateral con el presidente ruso Putin, durante la

Cumbre del Clima realizada en París, lamentara el incidente

del derribo del Su-24 ruso (RT 30/11).

Las idas y vueltas en las declaraciones y los desacuerdos

entre socios no son otra cosa que la expresión de la fractura

irreconciliable entre la necesidad de esos capitales hipercon-

centrados y la de las amplias mayorías del planeta. Fractura

que vuelve impresentable a los ojos del mundo la confesión

lisa y llana de dichos intereses, que por otra parte sus perso-

neros no pueden dejar de expresar.

Dando muestras de ello, Ben Hodges, comandante de las

fuerzas de EEUU en Europa, en el marco de los ejercicios mili-

tares Trident Juncture 2015 de la OTAN, afirmaba: “No se tra-

ta sólo de tener potencia militar, sino también de mostrar es-

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Análisis de Coyuntura 17

DICIEMBRE DE 2015

ta potencia a Rusia… Espero que Rusia esté mirando estos

ejercicios” (RT 5/11).

Dejando en claro que Rusia sí mira esos ejercicios, la porta-

voz del Ministerio ruso de Exteriores se preguntaba: “La

OTAN es una organización que declara como su objetivo prin-

cipal la seguridad de los ciudadanos de los países miembros.

(…) ¿Dónde estuvo esta organización, la Alianza del del Atlán-

tico Norte, cuando en París en siete lugares se registraron las

explosiones y tiroteos? Es una situación trágica” (RT 21/11).

¿Será que “la seguridad de los ciudadanos” no es –ni ha sido

nunca– el principal objetivo de la OTAN?

La estrategia china para la paz

La voracidad de los capitales concentrados estadouniden-

ses los obliga a abrir continuamente nuevos frentes de bata-

lla, aún sin tener a la vista cómo se las ingeniarán para salir

de los abiertos anteriormente. La disputa en el Mar Meridio-

nal de China, que analizábamos el mes pasado, no se trata de

un frente menor, ya que China representa en términos es-

tructurales la mayor amenaza al dominio de dichos capitales.

En dicho mar, que forma parte de las aguas territoriales del

gigante asiático, las fuerzas estadounidenses han intensifica-

do el patrullaje marítimo, escudándose en que se trata de

“aguas internacionales” y, por lo tanto, de libre tránsito (RT

03/11). Los chinos, por su parte, respondían a esta intromi-

sión construyendo islas artificiales en dichas aguas, donde

instalan bases militares. Respecto al argumento esgrimido

por los yanquis sobre “el libre tránsito”, en la cumbre de la

ASEAN (donde participan no sólo los países orientales sino

también EEUU), China contestaba: “Más de 100.000 embar-

caciones cruzan el mar de la China Meridional cada año sin

obstáculos, problemas o peligros para ningún país”, senten-

ciando luego que “como no existe ningún problema para na-

veger libremente, este asunto no debe convertirse en objeto

de propaganda ni en un pretexto para realizar provocacio-

nes” (RT 05/11).

Ante este panorama, la estrategia china consiste en inten-

tar saldar las disputas abiertas con los países vecinos por

cuestiones limítrofes, a sabiendas de que el imperialismo no

puede “inventar” contradicciones, sino actuar sobre las exis-

tentes, acicateándolas para aumentar las fisuras y luego in-

tervenir en esas grietas.

En este sentido, China se adelantaba a los posibles frentes

que se le podrían abrir en la región, avanzando en un acuer-

do con Corea del Sur para acercar posiciones en la delimita-

ción de las fronteras marítimas, así como también con Viet-

nam, donde en el marco de la profundización de la

cooperación entre los Partidos Comunistas de ambos países,

se iniciaban las negociaciones para la demarcación en con-

junto de los límites en la desembocadura del golfo de Beibu y

fomentar activamente el desarrollo conjunto de dichas aguas

(XH 06/11).

El hecho más significativo en este sentido serían los avan-

ces logrados con Taiwán, donde desde hace ya siete años se

han obtenido logros importantes, como el incremento de la

cooperación comercial –calculada en 198.000 millones de dó-

lares anuales– y la eliminación de restricciones a la circula-

ción de personas entre el estrecho que separa ambas partes

de China (RT 08/11). La isla de Taiwán, que pertenece a Chi-

na, se declaró independiente al triunfar la revolución de Mao

en 1949, aunque la República Popular China nunca reconoció

dicha independencia. Los logros enumerados en el avance de

las relaciones se dieron estando en el gobierno taiwanés el

partido Kuomintang, más proclive al diálogo con Pekín que el

opositor Partido Democratico Progresista, abiertamente in-

dependentista.

Ante la posibilidad de que dicho partido triunfe en las pró-

ximas elecciones, el gobierno chino decidía redoblar los es-

fuerzos, logrando la primer reunión en 66 años entre Xi

Jinping y la máxima autoridad política de Taiwán, Ma Ying-

jeou (RT 08/11).

Junto con esto, y en el marco de la agudización de las

disputas por el Mar Merdional de China que señalábamos

más arriba, China y EEUU realizaban sus primeras maniobras

navales conjuntas en el Atlántico (HTV 9/11). El hecho puede

resultar desconcertante, ya que venimos analizando mes a

mes la necesidad de los capitales concentrados con asiento

en EEUU de desatar una confrontación bélica con el gigante

asiático. En nuestro Análisis… de octubre, a raíz de la gira del

presidente chino Xi Jinping por EEUU, señalábamos que la

apuesta china consiste precisamente en intentar “contener”

esas fuerzas desbocadas del imperialismo, ofreciéndoles cier-

to margen de realización que, libradas a su propia lógica, sólo

pueden intentar obtener por la vía militar. Los ejercicios mili-

tares conjuntos deben leerse en esta clave: la disputa consis-

te en determinar –de forma práctica– quién es capaz de con-

tener a quién dentro de su plan.

El momento armado de la paz

Como vemos, el grado de crisis es tal que los capitales con-

centrados se ocupan ellos mismos de clarificar su necesidad

de empujar a Rusia y China a una confrontación bélica. Pero

como es sabido, “lo militar” no es más que la continuación de

la política por otros medios… de modo que sería extraño que

“los fierros” expresen algo distinto al empantamiento impe-

rialista que venimos analizando.

De hecho, a principios de mes, el diario estadounidense

The Huftington Post comparaba el poderío militar de la OTAN

y de la Federación Rusa, concluyendo que la superioridad de

la ex URSS puede verificarse en una serie de indicadores cla-

ve: la capacidad rusa de iniciar ejercicios militares de gran es-

cala sin previo aviso, que contrasta con los 2 años que lleva a

la Alianza del Atlántico Norte movilizar sus fuerzas, capacida-

des técnicas como las demostradas en los misiles crucero lan-

zados desde el Mar Caspio a Siria y el potencial ruso para

bloquear el acceso de la OTAN al territorio de algunos países

aliados. Por último, la publicación señala la diferencia de in-

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18 Sembrando el terror

DICIEMBRE DE 2015

tereses entre los países que conforman la Alianza (reproduci-

do en RT 6/11).

La OTAN es una alianza donde dominan los capitales con-

centrados que, como venimos analizando, están obligados a

luchar entre sí para garantizar su reproducción (lo que se ob-

serva por ejemplo en la imposibilidad de llegar a un acuerdo

de libre comercio entre EEUU y la UE, quienes paradojica-

mente son socios en la OTAN). Y esto no puede dejar de ex-

presarse también en el plano militar.

Tras el ataque a las fuerzas rusas que combaten al terro-

rismo en Siria, el país presidido por Putin respondía con la

instalación de sistemas antiaéreos S-400 de ultima genera-

cion en su base de Siria, así como con el traslado del buque

de guerra Yamal –con capacidad para transportar hasta 250

soldados y 10 tanques– hacia el Mediterráneo, a la par que se

equipaba a los bombarderos rusos con misiles aire-aire, que

permiten la defensa en caso de agresión (XH 24/11, RT 26 y

30/11).

La superioridad técnico-militar rusa también puede obser-

varse en la disputa por las riquezas del Ártico, donde Rusia

cuenta con 27 rompehielos, contra sólo uno de los EEUU (RT

12/11). De esta manera, se evidencia que Rusia tiene capaci-

dad de jugar en varios frentes a la vez.

En el mismo sentido, caben destacar los avances rusos en

blindar sus fronteras, a la vez de proteger a sus aliados, como

es el caso del escudo de misiles del sistema S-300 que se ins-

talará en Armenia, Bielorrusia y Kazajistan, en el marco de

aumentar la defensa regional de los territorios (RT 11/11).

Por otro lado, tras el atentado sufrido por el avión ruso de

pasajeros en Egipto, las relaciones de Rusia con dicho país

también se incrementaron, con la negociación para imple-

mentar un escudo aéreo proporcionado por los rusos y una

mayor cooperación en el área de seguridad (HTV 8/11).

Tambien en el Lejano Oriente Rusia avanzaba estrechando

lazos: durante noviembre, concluían los ejercicios militares

conjuntos con la India, desarrollados para estrechar la coope-

ración en la lucha anti-terrorista (RT 21/11), a la par que se

sellaba un acuerdo con Corea del Norte para la prevención de

actividades militares peligrosas (RT 12/11).

Por el lado del gigante asiático, el Ejército Popular de China

comenzaba su mayor reestructuración en los mandos desde

los años 50, con el objetivo de unificar todas las ramas de sus

Fuerzas Armadas bajo un control militar conjunto (RT 28/11).

Por otro lado, acorde con el creciente peso que adquiere el

país en la economía y política mundial, establecía su primer

base militar fuera de su territorio, en Djibouti, país africano

que se emplaza en uno de los márgenes del estrecho de

Mandeb, una de las principales arterias para circulación de

petróleo, donde circulan 3,8 millones de barriles diarios (RT

27/11). A su vez, China recibía por parte de Irán una invita-

ción para realizar ejercicios militares conjuntos, expresión ní-

tida de la proyección global que posee la nación persa en su

rol de estabilizador político-militar y líder antiterrorista, papel

que ya desempeña en Medio Oriente (RT 7/11).

Levantando temperatura

La Cumbre del Clima, que tuvo lugar en París a finales de

mes, constituiría otro de los escenarios donde quedaría en

evidencia la profunda fractura entre los intereses de esos ca-

pitales híper-concentrados, cuya disputa por garantizar su

propia reproducción empuja a toda la humanidad a una gue-

rra mundial, y los de las grandes mayorías del planeta.

Unas 2 mil movilizaciones se organizaron en distintas ciu-

dades del mundo, con epicentro en Londres, Madrid, Barce-

lona, Sydney, México, Río de Janeiro e incluso París, que se

encontraba bajo estado de emergencia tras los atentados

que hemos analizado. En Londres tenía lugar la mayor con-

centración de personas, llegando a los 50 mil manifestantes;

mientras que en París, miles de personas desafiaron el estado

de sitio y culminaron su protesta frente al Teatro Bataclan,

que había sido escenario de uno de los atentados (P12

30/11). Ante la prohibición de la movilización convocada en

la Plaza de la República, se juntaron 15.000 pares de zapatos

que fueron colocados en la plaza, incluídos los enviados por

el Papa Francisco y el secretario general de la ONU Ban- Ki-

Moon (LN 30/11).

Vemos, entonces, que esa desnudez de los grandes capita-

les concentrados empieza a hacerse visible para las grandes

mayorías, que alcanzan a identificar a los mandatarios de las

grandes potencias como los responsables del grado de con-

tradicción con la naturaleza al que las relaciones mercantil-

capitalistas nos han conducido a los hombres y mujeres del

planeta todo.

“El capital se desarrolla sobre la base de destruir los dos pi-

lares sobre los que se asienta: la naturaleza y el hombre”, se-

ñalaba Carlos Marx ya a mediados del siglo XIX. La tarea de la

hora es, por tanto, desarrollar la capacidad de controlar esas

enormes fuerzas productivas, que bajo la lógica de la libre

competencia sólo conducen a la guerra y la destrucción del

planeta. Habiendo recorrido ya los hitos principales en la

marcha de la humanidad hacia el logro de dicha tarea duran-

te el último mes, pasemos a analizar en detalle cómo se

aprestan los trabajadores y pueblos de Nuestramérica a pro-

fundizar su aporte en tamaña empresa.

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La disputa entre modelos económicos como materia de debate popular en Latinoamérica

El enfrentamiento en suelo propio

“Un pueblo no es independiente cuando ha sacudido las cadenas de sus amos;

empieza a serlo cuando se ha arrancado de su ser los vicios de la vencida esclavitud,

y para Patria y vivir nuevos, alza e informa los conceptos de la vida

radicalmente opuestos a la costumbre de servilismo pasado,

a las memorias de debilidad y de lisonja que las dominaciones despóticas

usan como elementos de dominio sobre los pueblos esclavos”

(José Martí)

Cuando este artículo se escribe, ya se han realizado las cru-

ciales elecciones generales en Argentina y Venezuela, dos de

las tres economías más importantes de la Unasur. En Argen-

tina, como analizaremos en detalle en los últimos dos artícu-

los de este mes, ganó el balotaje presidencial por un corto

margen la alianza conservadora y liberal dirigida por el em-

presario Mauricio Macri, abriendo así la conducción de los

principales resortes del aparato estatal a las manos directas

de las principales multinacionales, en alianza con la oligarquía

agro-financiera local. En Venezuela, la elecciones han sido le-

gislativas y el chavismo, dirección del gobierno venezolano

desde 1999, ha sufrido un duro revés que implica haber per-

dido el control total de la Asamblea Popular (Congreso), don-

de la alianza de las distintas fuerzas opositoras ha conquista-

do las mayorías simples, tercia y absoluta (2/3 del recinto),

otorgándoles un amplio margen para la disputa contra las po-

líticas públicas que el chavismo con la conducción del presi-

dente Maduro quiera llevar adelante para profundizar la Re-

volución Bolivariana en los próximos dos años.

Junto con ello, apenas iniciado el mes de diciembre, el pre-

sidente del Senado brasileño ha dado inicio a la posibilidad

cierta de que ese recinto lleve a la investigación y potencial

remoción a la presidenta Dilma Rousseff, bajo la dudosa acu-

sación de manejo espurio de los instrumentos fiscales de la

nación. Con esto, la primera economía de Latinoamérica en-

tra en un terreno de acrentamiento feroz en la disputa por la

dirección gubernamental, llegando hasta la probabilidad cier-

ta de tener que producirse un recambio presidencial no ele-

cionario, luego de 13 años de presidencia de una alianza polí-

tica conducida por el Partido de los Trabajadores. Así, las tres

principales economías del área Unasur se hallan envueltas en

un proceso de enfrentamiento social y político crucial para

los caminos próximos del conjunto de países de nuestra re-

gión y, por extensión, del mundo entero.

En este sentido, dejaremos para el mes próximo el análisis

detallado del proceso electoral venezolano, a la espera de los

resultados definitivos y de escala nacional. Mientras, desarro-

llaremos en el presente artículo algunos de los ejes centrales

de la disputa económica abierta en las entrañas de nuestra

Patria Grande, intentando desembrozar los aspectos políticos

que aún no logran controlar en la matriz económica las fuer-

zas populares que pujan por un cambio en consonacia con las

tareas planteadas a los pueblos a nivel mundial.

“Negocios son negocios”

Promediando el mes de noviembre, en su columna sema-

nal regional reproducida localmente por el centenario perió-

dico de la oligarquía bonaerense-porteña La Nación, el perio-

dista Andrés Oppenheimer, vocero de lo más concentrado de

las multinacionales con presencia en nuestras tierras, com-

partía una serie de cifras elevadas por el Banco Mundial de

cara al inicio de 2016: “El estudio del Banco Mundial titulado

‘Haciendo negocios 2016’ muestra que la mayoría de los go-

biernos de América del Sur ponen más obstáculos para abrir

una empresa, operarla o cerrarla que los gobiernos comunis-

tas de China o Vietnam.

”El informe mide a 189 países según la facilidad que ofre-

cen para hacer negocios, en escala descendiente. China ocupa

el lugar 84 y Vietnam, el 80, mientras que Brasil ocupa el 116;

la Argentina, el 121; Nicaragua, el 125; Bolivia, el 157, y Ve-

nezuela, el 186. (…) En materia de cuántos trámites legales

hacen falta para abrir una empresa, por más pequeña que

sea, en Hong Kong o Nueva Zelanda se requiere apenas un

procedimiento jurídico; en Finlandia, tres, y en Estados Uni-

dos, seis. Por otro lado, se requieren 11 trámites legales en

China continental, 14 en la Argentina, 15 en Bolivia y 17 en

Venezuela. (…) Por suerte, hay excepciones notables: en Chile,

Uruguay, Colombia, Perú y México, el número de procedi-

mientos legales para abrir una empresa se ha reducido a me-

nos de ocho en los últimos años. (…) En materia de facilidades

para importar o exportar, China gana de nuevo. En Hong

Kong, llenar los documentos necesarios para importar bienes

lleva un promedio de una hora, mientras que en China se re-

quiere un promedio de 66 horas; en Perú y Uruguay, 72 ho-

ras; en Bolivia, 96; en Ecuador, 120; en Brasil, 146; en la Ar-

gentina, 336, y (no es una broma) en Venezuela, 1090 horas,

según las cifras del Banco Mundial” (LN 17/11).

La cita deja al menos dos puntos sobre los cuales enfocar

nuestra mirada. En primer lugar, el marco general sobre el

que se articula la información es elocuente acerca del enfo-

que elegido para comparar las políticas económicas de nues-

tros países con un par de naciones asiáticas: facilidades o di-

ficultades para hacer negocios, abrir negocios, “emprender”

negocios. Lo importante, para el organismo multilateral no

es, claro está hace décadas, el desarrollo de los pueblos y su

bienestar, sino el simple y “noble” impulso de –muy pocos–

por hacer negocios. En ese marco ideológico, el vector toma-

do es aún más elocuente por el grado de transparencia elegi-

do: “escala de facilidades” para quienes quieren abrir nego-

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20 El enfrentamiento en suelo propio

DICIEMBRE DE 2015

cios. Es decir, los gobiernos, en este particular caso, nuestros

gobiernos latinoamericanos, deben mensurarse en relación al

grado de entrega que tengan con los “emprendedores” con

el capital acumulado suficiente para ingresar en el cada vez

más acotado “mundo de los negocios”. He aquí en una ram-

pante transparencia la quintaesencia del pensamiento eco-

nómico liberal.

Por otra parte, el segundo dato que nos aporta el vocero

liberal radicado en Miami es que entre nuestras naciones la-

tinoamericanas hay diferencias, y que unos se portan mejor

que otros de cara a los empresarios emprendedores: Mexico,

Chile, Perú, Colombia… son algunos de los que, “en los últi-

mos ocho años”, han “mejorado” para beneficio de los capi-

tales, “no le ponen tantas trabas”. Son buenos alumnos, y en

tiempos en que los “números” macro no son los mejores,

cuando soplan vientos fuertes en la crisis mundial analizada

en los artículos precedentes, nada mejor que “eliminar tra-

bas” al comercio. Un estribillo viejo como la explotación capi-

talista, pero que no por ello ha dejado de “recrearse” cons-

tantemente por parte de los intelectuales orgánicos a lo más

concentrado de los capitalistas a escala planetaria. De aquí

surgen dos nuevos ejes políticos sobre los que repasaremos

la realidad (“terrenalidad”) del planteo efectuado por Op-

penheimer: en lo más simple de observar, es constante la ne-

cesidad de dividir políticamente a nuestras naciones, en la tí-

pica clave hollywoodense de “buenos por un lado, malos por

otro”. De esta manera, las naciones cuyos gobiernos recien-

tes han recorrido un camino más obsecuente con las necesi-

dades de los conglomeados yanquis y europeos, como la fir-

ma del reciente TPP por parte de Perú, Chile y México, son

las nuevas “vedettes” del “éxito” económico. Pero, a contra-

mano de los deseos del periodista “exiliado” en EEUU, dichas

naciones están ahora en serios y crecientes enfretamientos

para la aprobación de las leoninas condiciones legales exigi-

das por el Tratado en los Congresos de dichos países, inten-

tando acallar las voces contrarias que denuncian la fenome-

nal entrega de soberanía que significa en materia de salud,

acceso a medicamentos, investigación científica y soberanía

alimentaria.

Pero esta no es la única dificultad que se presenta para la

“libre circulación” de capitales en nuestras tierras. Hay un

factor crucial y es el de la profundidad de la crisis ante la que

nos hallamos, que demanda fagocitarse a mercados bastante

más vastos que el de naciones individuales; necesitan “inver-

tir”, es decir, apropiarse de los recursos naturales y de las

fuerzas trabajadoras de nuestros pueblos, pero a escala am-

pliada, como analizábamos anteriormente en relación con las

fusiones producidas en algunas ramas de alcance planetario.

Este escollo para el desenvolvimiento de la tendencia con-

centradora del capital en Latinoamerica toma una forma pri-

vilegiada en aquellas tres naciones que mencionábamos al

inicio: la columna vertebral del Mercosur-Unasur, que se ha

posicionado, además, en la última década, como un polo po-

lítico de influencia para el conjunto de países de todo el sub-

continente, incluso para la nación azteca, económica y cultu-

ralmente a veces más aledaña a EEUU que a Latinoamérica, a

pesar de compartir idioma y raíces con los pueblos que se ha-

llan al sur de ella.

Esta dificultad para mostrar al TPP y a las naciones inte-

grantes de la alicaída Alianza del Pacífico como estandarte

indiscutido de existosas políticas económicas no es obviada

por el centenario diario de la familia Mitre, que en boca de

uno de sus principales columnistas señalaba el peligro de in-

tentar avanzar en la ratificación y puesta en funcionamiento

del Tratado Transpacífico sin antes “resolver” las contradic-

ciones que se generarán con los países vecinos: “Aunque re-

sulte paradójico, a medida que distintos países de la región

van diversificando sus nexos de inserción en el mundo a tra-

vés de los tratados internacionales de última generación ca-

talogados como libre comercio (TLC), se renuevan los desafíos

para la integración latinoamericana. Así, por ejemplo, la re-

ciente culminación de las tratativas realizadas por doce paí-

ses de tres continentes para suscribir el Trans-Pacific Part-

nership (TPP) les plantea a los tres países latinoamericanos

intervinientes –Chile, Perú y México– una disyuntiva frente a

otros países de la región. (…) Por un lado se presentan las

mencionadas concesiones otorgadas por países desarrollados

(PD) a determinados países latinoamericanos, cuando estas

concesiones puedan afectar a otros países de la misma re-

gión. Aquí se requiere un consenso para fijar algunos com-

promisos elementales que los países latinoamericanos debe-

rían asumir al formalizar sus TLC con PD, con motivo de la

obtención de concesiones o beneficios que a su vez pudieran

implicar el desplazamiento de mercados en perjuicio de otros

países de la región. Por ejemplo, cabría una fórmula de con-

formidad anticipada para el caso de que los PD oferentes de

las concesiones decidieran extenderlas a favor de otros países

latinoamericanos” (LN 10/11). En criollo, el problema es que

tras la firma de los TLC o de Tratados más ampliados como el

TPP, las contradicciones intraregionales se van a exacerbar.

Un ejemplo cercano es lo dificultoso que sigue siendo para

los miembros del Mercosur arribar a una política común de

exportación agropecuaria a terceros mercados (Europa, por

ejemplo), dada la “superposición” de ramas de producción.

Es decir, dentro de la lógica de la competencia capitalista por

acceso preferencial a mercados, los “hermanos latinoameri-

canos” a lo sumo llegan a ser socios, pero posponiendo hacia

el futuro la posibilidad de acordar en unidad.

Es la esencia de la batalla cultural que recomenzó a emer-

ger con la asunción de Hugo Chávez en Venezuela, Lula Da

Silva en Brasil o Kirchner en nuestro país: el anhelo de la Pa-

tria Grande es mucho más complejo que tener un “espíritu”

común; implica superar la disputa por mercados, lo cual es

imposible si los procesos son conducidos por las denomina-

das “burguesías nacionales”, ya que su esencia es el incre-

mento de la ganancia empresaria, dentro de lo cual, tarde o

temprano, sobran algunos de los “competidores”: “La próxi-

ma cumbre de presidentes del Mercosur, el 21 de diciembre

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Análisis de Coyuntura 21

DICIEMBRE DE 2015

en Asunción, analizará las negociaciones para un acuerdo de

libre comercio con la Unión Europea, dijo el ministro para-

guayo de Relaciones Exteriores, Eladio Loizaga. La UE y el

Mercosur negocian hace casi dos décadas un acuerdo de libre

comercio que ha chocado con numerosos obstáculos en uno y

otro bloque a lo largo del tiempo” (LN 10/11).

Esos “obstáculos” son insalvables en los marcos actuales

de la competencia capitalista por mercados, y he allí uno de

los ejes de la disputa política y cultural que crece en las en-

trañas de nuestras sociedades latinoaméricanas, curtidas en

saber con el sufrimiento de millones a qué conduce la desen-

frenada búsqueda de uno o dos puntos mas de PBI cuando es

a costa de los países vecinos. Por eso el enfrentamiento polí-

tico principal que llevan adelante los conglomerados capita-

listas mundiales en nuestra región, como señalamos mes a

mes en esta publicación, se produce contra el ALBA y tam-

bién contra su impronta en la CELAC. Por eso la OEA es la

contracara de aquella novel instancia de integración ameri-

cana sin EEUU ni Canadá, como la Alianza del Pacífico lo es

del ALBA. Por eso, como hemos afirmado en números ante-

riores, los capitales concentrados en alianza con las oligar-

quías locales deben conseguir torcer el rumbo que ha llevado

el Mercosur en la última década, “volverla” a dirigir hacia lo

que fue su “esencia” impuesta original, en 1994, en paralelo

a la creación del NAFTA en América del Norte y las “relacio-

nes carnales” con EEUU. Esos capitales necesitan, como lo ha

señalado claramente el nuevo presidente argentino Mauricio

Macri, un Mercosur que sea plataforma de negocios con el

mundo, sobre todo con las potencias occidentales, más espe-

cíficamente con sus megaempresas trasnacionales, aunque

eso conlleve un deterioro severo para el desarrollo industrial

local. Recordemos que el Mercosur, a pesar de todas las

“trabas” que denuncian constantemente los multimedios al

servicio de las oligarquías de nuestra región, tiene casi un

30% más de PBI que la Alianza del Pacífico (4.600 millones de

millones de dólares vs 3.500 millones de millones, respecti-

vamente). En la discusión de décadas con la UE, uno de los

debates no resueltos es si un TLC incrementará el PBI de to-

dos los países o será solo en beneficio de algunos de ellos, y

de dentro de estos sólo redituando ganancias a las empresas

más concentradas y con capacidad de exportación.

Una Alianza no muy “pacífica”

En este punto, las discusiones comerciales se llevan pues-

tos a los principales conglomerados de alcance nacional tam-

bién en los países del área más subordinada en lo político al

Imperio del norte, la que baña sus costas en el Océano Pacífi-

co. Por caso, el mayor de sus mercados, el mexicano, que es

también la nación latinoamericana que más años lleva atada

a un TLC con los EEUU, sigue en proceso de desguace en

cuanto a su soberanía energética, luego de que perdió su au-

toabastecimiento alimenticio hace unos años. En el marco del

desmembramiento que viene sufriendo su petrolera estatal,

PEMEX, desde noviembre de 2014, cuando Peña Nieto logró

modificar la constitución en cuanto a la exclusividad de la ex-

tracción y refinamiento de crudo por parte del Estado mexi-

cano, en este noviembre se produjo el hecho de que por pri-

mera vez en décadas PEMEX necesitó importar petroleo para

satisfacer su demanda interna, produciendo un problema

comercial dado que tiene que optar, a causa del tratado

NAFTA, por comprar a sus socios mientras en EEUU rige la

prohibición de exportar petróleo (CL 1/11). Junto con ello, los

otros asociados a la Alianza del Pacífico también vienen mos-

trando serios inconvenientes para mantener las tasas de cre-

cimiento, así como se repite la constante de que están atra-

vesando una etapa de privatización directa o indirecta de sus

recursos energéticos.

En este sentido, bajo el segundo mandato presidencial de

Juan Manuel Santos, la patria del café no logra despegar en el

plano económico y en noviembre se dieron a conocer las ci-

fras nacionales más duras de la última década, escenario so-

bre el cual se profundizan las conversaciones de paz con la

guerilla de las FARC-EP, que como analizaremos en el próxi-

mo artículo lejos de ser un “triunfo” oficialista, muestran has-

ta dónde las codiciones principales de la guerrilla son ineludi-

bles dado el estado de crisis generalizado también en

Colombia: “A sólo 2.867 millones de dólares llegaron las ex-

portaciones de Colombia en septiembre, tras venir de una ci-

fra de 5.069 millones de dólares en el mismo mes del año an-

terior, lo que representó una caída de 43,4 por ciento, según

reveló el Dane [Departamento Nacional de Estadísticas]…

Uno de los impulsores de la descolgada [caída] continúa sien-

do la crisis del precio del petróleo, pues las exportaciones de

combustibles y productos de las industrias extractivas regis-

traron una caída de 58,6 por ciento.” (ET 4/11). Esto no im-

pedía que la agencia “calificadora” Moodys diera a publicar

sus índices de crecimiento para 2016 de Colombia, un 3,5%,

al tiempo que efectuaba una defensa del sistema bancario de

la nación caribeña, sosteniendo que “la banca colombiana se

encuentra bien equipada para enfrentar los desafíos relacio-

nados al debilitamiento de la economía” (ET 4/11).

Pero las opiniones están dividadas, porque el estrecho ca-

mino de los negocios enfrenta a los otrora socios, y casi en

simultaneo la banca europea BBVA emitía un comunicado

donde señalaba que, en contraposición con las proyecciones

de Moody, la economía colombiana seguirá contrayéndose

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22 El enfrentamiento en suelo propio

DICIEMBRE DE 2015

en 2016, pasando a un crecimiento de 2,4%: “La economía

colombiana sufrió un ‘choque muy profundo por la caída de

los precios internacionales del petróleo que se manifestó en

dos etapas’” (P12 11/11). El dato clave, sin embargo, estaba

en los índices más directos de la rama productiva petrolera,

donde Colombia, a caballo de la redoblada presión imperialis-

ta en la región, inició este año un proceso de “desprendi-

miento” (venta, remate) de una parte considerable de la in-

dustria petrolera estatal: Ecopetrol se ha desprendido de la

mayoría de su filial bogotana, Empresa de Energía de Bogota,

por lo cual le han ingresado dólares contantes y sonantes. A

pesar de ello, no logró revertir la tendencia al achique de su

balanza comercial, que el diario conservador El Tiempo calcu-

laba en un apabullante -62,2% para el tercer trimestre de

2015 (ET 17/11).

La caída mundial del precio del petróleo acarrea altos cos-

tos, y no solamente para la Venezuela bolivariana o el Ecua-

dor de la “Revolución Ciudadana” de Rafael Correa. Algo simi-

lar se produce en otros países como Perú o Chile, altamente

dependientes de la exportación de niquel, cobre y otros me-

tales primarios, que en casi su totalidad son exportados hacia

las principales industrias de EEUU, Europa y Asia. Pero la ex-

portación de los recursos primarios sin industrialización es

sólo una parte del problema de nuestras economías, y no el

principal. El principal son los mecanismos variados por medio

de los cuales los principales conglomerados capitalistas y las

naciones del “primer mundo” acogotan a nuestros países y

empobrecen nuestros bolsillos. De lo que se trata, desde la

época de la Colonia, es de descargarnos la crisis que emerge

desde el corazón del capitalismo mundial, justamente en di-

chos países.

Así, otro tanto viene sucediendo en Chile. Para el diario fi-

nanciero Cronista Comercial (subsidiario del Financial Times

de Londres), el “modelo chileno” tendrá que cruzar la línea

roja del endeudamiento, a pesar de haber “saneado” durante

un par de largas décadas su mercado interno, por medio de

la liberación extrema de la economía: “El gobierno de Chile

quizás sea uno de los menos endeudados de la región gracias

al prudente manejo de su macroeconomía y su capacidad de

recoger los frutos de los inmensos recursos nacionales de co-

bre, que son los más grandes del mundo.

“Pero podría verse en la necesidad de recurrir a los merca-

dos de capitales en mayor medida que con anterioridad, de-

bido a que el clima económico es ahora más complicado que

el que viene enfrentando hace muchos años, mientras se

ajusta al fin del denominado ‘súper ciclo’ de las materias pri-

mas. Los precios del cobre cayeron a la mitad desde 2011.” Es

decir, el problema parece ser una vez que “el mundo” (así de

vago el término) no demanda tantas materias primas, y al

caer el precio de las mismas (¿como por arte de magia?)

nuestras economías se achican y entran en zona de ajuste.

Petroleo allá, cobre aquí, gas por ahí, en todas partes el “ci-

clo” se cierra dejándonos la factura sobre nuestra mesa. Pero

hay otros elementos para analizar. Sigamos con la opinión del

diario de finanzas sobre la situación trasandina: “El gobierno

también está recibiendo menores ingresos fiscales como con-

secuencia del menor crecimiento económico. La economía es-

tá sufriendo una caída en la inversión como resultado de una

crisis de confianza en las empresas, que temen las consecuen-

cias del ambicioso programa de reformas de Michelle Bache-

let. Las reformas a las leyes fiscales y laborales provocaron

una particular preocupación en los últimos dos años. Los im-

puestos a las empresas también subieron y los sindicatos es-

tán por recibir más poder. Muchos también temen a los pla-

nes para cambiar la constitución.

”Esteban Jadresic, economista jefe de Moneda Asset Ma-

nagement, señaló que el déficit fiscal del año próximo será le-

vemente mayor a las proyecciones oficiales de 3,2% del PBI

debido a los menores precios del cobre y el inferior crecimien-

to económico. Calcula que el gobierno continuará teniendo

‘déficits significativos’ en los siguientes años. (…)

”Las finanzas estatales también se tensionarán con el plan

de inversión de Codelco, la minera de cobre estatal en pro-

blemas y eje de la economía local, apuntado a mantener su

producción en el largo plazo. El costo del plan está calculado

en más de U$S 20 millones” (CR 30/11).

La opinión del gurú local allí citado, que trabaja, evidente-

mente, para una financiera extranjera pero con “rostro” chi-

leno, añade un poco más de luz y un poco más de sombra.

Suma, al ya expuesto problema de la caída del precio mundial

de los denominados “commoditis”, el problema del déficit

fiscal. Esto es, que el Estado recauda menos de los que gasta.

O que, como analizamos mes a mes en esta revista, hay una

abierta oposición por parte de la totalidad del establishment

financiero a cómo y de dónde se proponen recaudar algunos

de los gobiernos nacional-populares de nuestro subcontinen-

te latinoamericano. En el caso chileno, recordemos que Mi-

chelle Bachelet asumió su segundo mandato presidencial con

mucho menos margen de apoyo popular en caso de no re-

formar a fondo el entramado legal y económico que impuso

el pinochetismo a su salida pactada de 1990. Esto implica, en

el caso de las herramientas fiscales, un aumento de impues-

tos a los sectores más pudientes, que son, no casualmente,

buena parte del empresariado que ocupó de la mano de Pi-

ñera el gobierno previo, y que hoy son la principal oposición

parlamentaria al frente gubernamental que conduce el Parti-

do Socialista.

Por otro parte, la crónica menciona que Codelco, la mayor

productora de cobre mundial y también la mayor industria de

todo Chile, aún de propiedad estatal, aunque bajo un régi-

men de “gerenciamiento” semiprivado, recibirá un perma-

nente plan de “inversiones” por parte del Estado, para lo cual

sólo puede hacerse bajo la alianza política con una parte im-

portante del movimiento sindical chileno. He allí la “descon-

fianza” que tendrían los “inversores” y que estaría “alejando”

(o encareciendo) el financiamiento privado. Y esto, como se-

ñalábamos al inicio del artículo, es uno de los elementos que

más complica la “normal” aplicación de los condicionamien-

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Análisis de Coyuntura 23

DICIEMBRE DE 2015

tos firmados bajo el TLC transpacífico. Y en un país como Chi-

le, que ha “sabido hacer bien los deberes”, durante 20 años,

implica que una buena cantidad de dinero acumulado en las

arcas estatales sea usado para mejorar las enormes diferen-

cias sociales que estructuran al hermano país desde el golpe

militar de 1973, comandado por las agencias de inteligencia

del Departamento de Estado estadounidense. Hoy la presión

social no sólo ha llevado a que el gobierno de Bachelet “apu-

re” las reformas educativas (donde la gratuidad de todos los

niveles es el principal eje de disputa) y anuncie prontamente

el borrador de la nueva Constitución, sino que en ella se re-

tomen los principios de la propiedad estatal de los bienes

primarios y la participación activa, legal y efectiva de las or-

ganizaciones de trabajadores en su gestión.

Este es el horizonte que bajo tanta cháchara de cifras, es-

tadísticas y “proyecciones” se oculta en las preocupaciones

profundas de los principales multimedios y agencias que ope-

ran como brazo financiero de los capitales transnacionales en

nuestra región y que, tal como podemos observar en el caso

de Brasil, Venezuela y Argentina, operan de manera coordi-

nada y con avances pautados. Pero su problema es que nece-

sitan descargar ya la crisis de las economías del “primer

mundo” sobre nuestras espaldas y a costa de nuestros estó-

magos, lo que desata tempestades sociales.

De mamaos, sustos y despertares

Así como en Chile durante 2015 volvimos a tener noticias

del movimiento obrero minero, de la fuerza incrementada

del estudiantado o de las luchas indígenas al sur del conti-

nente, en Brasil la posibilidad real del inicio de un desafuero

a la presidenta Dilma Rousseff obligó a un “despertar” apu-

rado, digamos, de una parte del movimiento sindical y de los

cuadros petistas más ligados a aquel, a la cabeza de lo cual se

halla el mismísimo ex presidente y metalúrgico Lula Da Silva.

Se sucedieron durante noviembre congresos y plenarios para

ir “reconstruyendo” el tejido partidario y frentista, pero lo

fundamental es que se produjo un paro de los trabajadores

de Petrobras por “tiempo indeterminado”, exigiendo que de-

jen de ser puestos en venta “activos” de la megaempresa.

Recordemos que tras el descubrimiento del “petrolao”, es

decir, del mega esquema de sobornos alrededor de la petro-

lera que involucra a sendos funcionarios políticos de todos

los partidos y a los principales CEOs y gerentes de las más

grandes empresas “contratistas” de Brasil, una de las medi-

das del actual gabinete Económico fue la “racionalización” de

la empresa, desprendiéndose de ramas y sectores para inten-

tar volverla “competitiva”. El botin de la abuela, además, son

las reservas submarinas del “presal” y su consiguiente explo-

tación. Con los precios mundiales del crudo a la baja, hoy la

exploración submarina está bastante detenida, pero no po-

demos obviar un dato clave: las movilizaciones populares y

sindicales durante el primer gobierno de Dilma obligaron al

Ejecutivo a dictar leyes que explícitamente reservan el 100%

de las regalías de la extradición de dichas napas a las áreas de

salud y educación, contradiciendo en esencia la matriz de ne-

gocios multinacional que caracteriza a la rama petrolera.

Ya con la victoria por escaso margen con que asumió su se-

gundo mandato, Dilma se vio obligada a designar en las prin-

cipales carteras económicas de su Gabinete a funcionarios de

reconocida experiencia liberal, por no decir de curriculum

empresario. La cara visible, el ministro de Hacienda Joaquim

Levy, puso todo su ahinco por “ajustar” los números deficita-

rios, donde, al igual que vimos antes para el caso chileno, el

“problema” son los fondos destinados a las distintas facetas

que implican la “seguridad social”. Con esta medida, el alcan-

ce de la lucha va superando el umbral de lo meramente sin-

dical-corporativo-salarial para avanzar hacia un planteo de

carácter político, donde se expresa potencialmente una “opi-

nión” fuerte desde el movimiento obrero en relación con las

políticas de Estado y acerca de un bien estratégico como el

petróleo, su procesamiento y la planificación de su uso: “La

paralización que puso en marcha la Federación Única de Pe-

troleros (FUP), la mayor central sindical del sector, prevé que

se reduzca la producción de petróleo y gas en la Cuenca de

Campos, en el norte del estado de Río de Janeiro, que repre-

senta más de 70% de la producción total de Brasil. La FUP nu-

clea 13 sindicatos que concentran 70% de la fuerza laboral de

Petrobras.

”‘Con el actual escenario que vive el sector, con el barril de

petróleo a menos de U$S 50 y una oferta de U$S 1 billón en

activos por el mundo, creemos que no es el momento de ven-

der activos. Si se vende ahora, se venderá barato’, afirmó Jo-

sé Maria Rangel, coordinador general de la FUP” (CR 2/11).

En esta postura expresada en los dirigentes de los gremios

petroleros acerca de la actualidad del precio del barril se jue-

gan por lo menos dos planos que no por iguales en importan-

cia conllevan las mismas enseñanzas de cara a las tareas que

tienen planteadas las masas trabajadoras en todo el planeta.

Por una parte, lo más evidente es que el grado de internacio-

nalización de los mercados nacionales es innegable para

cualquier actor, las tareas son así claramente mundiales y el

margen de “escapar” a esa conciencia se reduce al compás

del proceso permanente de concentración de los capitales.

Lo que sucede en el mundo afecta “mi mundo”, y eso obliga a

tener mucho más presente los condicionantes “externos” an-

te cada movimiento político a realizar.

En segundo término –y más difícil de ver pero definitiva-

mente más necesario y estratégico– comienza a emerger más

claramente la raíz de uno de los problemas que contienen los

países de nuestra región: los bienes primarios que son poten-

cialmente una mina de oro (históricamente explotada por

“otros”) pero que también esclavizan nuestro horizonte,

nuestras conductas y nuestras comodidades. Las rentas ex-

traordinarias que generan el petróleo en países como Vene-

zuela, Ecuador o Colombia, lo que produce el cobre en Chile

u otros minerales en Perú, el gas en Bolivia, etc., etc., son

también una tenaza que sofoca el desarrollo de nuestros

pueblos y golpea fuerte la economía cuando por diversas

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24 El enfrentamiento en suelo propio

DICIEMBRE DE 2015

causas dejan de ingresar las divisas que genera la exportación

de los productos monopólicos. La dependencia absoluta de

un solo bien en el que históricamente nos han encasillado las

necesidades de los capitales concentrados y el desarrollo de

las metrópolis occidentales funcionan como una soga al cue-

llo cuando los números apretan. En épocas de crisis profunda

–cuando las cuentas de “la joda” que se dan con el maxicon-

sumo de las potencias y sus sociedades dibujadas a imagen y

semejanza de la burguesía, hay que pagarlas y eso siempre

intentan que lo hagamos en Latinoamérica, África y Asia–, es

cuando emergen con fuerza las tareas planteadas para el

movimiento popular y de trabajadores organizados.

Una de las formas privilegiadas en que nos intentan des-

cargar los costos de su joda eterna es por medio de “plan-

char” el precio de los bienes primarios, que ellos modifican

industrialmente para luego “colocarlos”, es decir, venderlos a

nuestros pueblos y naciones… pero sin rebajas similares. La

devaluación que conlleva el “revalúo” del dólar imprime un

incremento de costos para nuestras incipientes industrias,

que trasladan así los nuevos costos a precios minoristas, ne-

cesariamente. De esa manera, la tranferencia de dinero y ca-

pital se da por ambas vías pero con una única dirección: hacia

las arcas de los países centrales. Algo de esto señalaba Correa

este mes de noviembre, previamente a viajar a la Cumbre de

Países exportadores de Gas en Irán y a la Cumbre Países Ára-

bes-Latinoamérica en Riad: “El presidente de Ecuador, Rafael

Correa, atribuyó a factores geopolíticos la reticencia de la Or-

ganización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a dis-

minuir su producción, y ayudar así al incremento de los pre-

cios del crudo. Según opinó este sábado el mandatario

durante su tradicional informe semanal de labores a la ciuda-

danía, la situación actual, con el barril de petróleo a menos

de 50 dólares, perjudica mayormente a países rivales de Es-

tados Unidos.

”Ecuador, que produce unos 500 mil barriles de crudo diario

y es uno de los socios más pequeños de la organización, debió

reajustar su presupuesto de 2015 como resultado de la drás-

tica caída de los precios, y de la apreciación del dólar esta-

dounidense, que es la moneda que circula en el país. Al recor-

te de más de dos mil millones de dólares, el gobierno sumó la

aplicación de salvaguardias arancelarias a las importaciones,

entre otras medidas.

”La propuesta presupuestaria para el año próximo enviada

recientemente a la Asamblea Nacional fue elaborada a partir

de un precio base del barril de crudo de 35 dólares, y contem-

pla además una fuerte reducción de las inversiones” (CD

14/11). El ejemplo ecuatoriano es claro de cómo el problema

conlleva acciones en ambos planos de la disputa. Por una

parte, y cómo se vería días después en Riad, en discusión fra-

ternal con los países árabes, Maduro, Evo y Correa llevaban a

Oriente la propuesta de fijar un precio mínimo al barril de pe-

tróleo, que contemple los países productores con costos más

altos, y que condicione el margen de maniobra de las grandes

corporaciones que procesan, refinan y comercializan los deri-

vados –de los cuales las naftas son uno de los más importan-

tes–, en manos de los capitales occidentales (TS y CD 7/11, TS

11/11). El enfrentamiento tiene así por una parte la necesi-

dad de anarquizar los mercados y el comercio mundiales, es-

cenario de ganancia para los que manejan grandes magnitu-

des de capital, y por la otra la imperiosa urgencia por

planificar, controlar y dosificar las fuerzas que desarrolla la

humanidad en la cooperación para el trabajo.

Pero en esta disputa, como señalábamos más arriba, tam-

bién se juega un problema más de fondo, al cual hacía refe-

rencia meses atrás Lula Da Silva de visita en Argentina, en

una suerte de autocrítica acerca de por qué el PT se hallaba

ahora, 13 años de gobierno mediante, en una debilidad cre-

ciente frente a las acechanzas de la oposición. Lula decía:

“Quizás perdimos un poco la utopía”, al tomar los cargos gu-

bernamentales. Y hoy, cuando la crisis profundiza las tensio-

nes y los obreros petroleros se ven obligados a luchar por al-

go más que sus salarios, buena parte de las fuerzas militantes

se hayan enclaustradas en disputas y engranajes de un mun-

do que se cae, porque las tareas del presente demandan que

se construya desde las bases un nuevo aparataje estatal, que

responda a otro comportamiento entre los hombres y de es-

tos con la naturaleza. Como hemos señalado repetidas veces

en esta publicación, los pueblos entrelazados, a conciencia,

en el ALBA son los que marchan adelante en mostrar en la

práctica ese otro comportamiento que a Lula se le representa

como una “utopía”, que –al decir del dicho popular– de mí-

nima sirve para señalar el camino sobre el cual avanzar.

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¡Vencedores vencidos!

“¡Buena suerte! ¡Y más que suerte! (sin alarma)

Me voy corriendo a ver qué escribe en mi pared la tribu de tu calle”

(Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, 1988)

Este mes, a raíz de lo analizado en el artículo anterior,

avanzaremos sobre la situación política que atraviesan los

tres países que tienen un papel estratégico en la región: Ve-

nezuela, Argentina y Brasil, ya que los acontecimientos acae-

cidos son ilustrativos del momento político que vivimos.

Frente a la agudización de la crisis, sólo se vislumbran dos sa-

lidas: el repliegue a las políticas liberales o la profundización

de los procesos populares.

El triunfo de la derecha en las elecciones presidenciales en

la Argentina y en las parlamentarias en Venezuela han enva-

lentonado a la oposición brasilera, que se anima entonces a

declararle el juicio político a la presidenta Dilma Rousseff. El

capital concentrado que conduce a la oposición regional no

tiene margen de maniobra y necesita hacerse cuanto antes

del control de los gobiernos de Estado para seguir reprodu-

ciéndose. Si bien ganar el Poder Ejecutivo de un país no im-

plica poder gobernarlo, estos hechos requieren poder refle-

xionar en torno del camino a seguir por los frentes

nacionales, ya que en los marcos de la crisis la única salida

que tienen los capitales concentrados es un mundo de vio-

lencia y pobreza.

El triunfo electoral de la derecha nos pone de frente con

los propios límites y nos convoca a reflexionar en torno a có-

mo llevar adelante la profundización de lo logrado hasta aquí.

En el caos generado por el imperialismo es donde los frentes

nacionales tienen las condiciones para poder desarrollar

otras relaciones sociales aunque esta no sea una tarea fácil,

ya que requiere disputar la hegemonía y generar desde lo

viejo nuevos procesos que le den una salida a la humanidad.

En este artículo intentaremos analizar esta situación partien-

do de los embates que la oposición aliada a grupos interna-

cionales viene asestando a los gobiernos de Brasil y Venezue-

la para luego analizar desde los propios límites qué salida se

viene planteando desde la región.

Durmiendo con el enemigo

Hace once meses, en Brasil la presidenta Dilma Rousseff se

aseguraba la reelección mediante un ajustado balotaje. Des-

de ese momento, la oposición no ha cesado en atacar de ma-

nera sistemática al gobierno del Partido de los Trabajadores

(PT). Este mes analizado, ocurrieron varios hechos que fueron

parte de la estrategia de los grupos opositores de avanzar

pese a todo y cuanto antes por hacerse del control del Poder

Ejecutivo, más allá de los tiempos establecidos por la demo-

cracia que tanto dicen defender.

En primer lugar, un grupo de dueños de camiones con la

participación de algunos trabajadores, convocados por el

Comando Nacional de Transporte (CNT) –entidad sin ninguna

adhesión de las cámaras o sindicatos representativos del sec-

tor–, organizaron un reclamo que incluyó la paralización de la

actividad y cortes de ruta en 14 de los 26 estados de la Fede-

ración. Argumentando la necesidad de disminuir el precio del

combustible, unificar un criterio salarial para la actividad y

aumentar los servicios del flete, lanzaron su protesta en el di-

fícil clima político que atraviesa el país. Sin embargo, dos da-

tos llaman la atención: en primer lugar, la convocatoria se

realizó a través de las redes sociales, evocando la misma mo-

dalidad de organización que tomaron las anteriores moviliza-

ciones en contra del gobierno del PT convocadas por el mo-

vimiento “Vem pra Rua” (“vengan a las calles”) cuya

demanda principal es el pedido de “impeachment” a la presi-

denta. En segundo lugar, una vez resuelto el conflicto eco-

nómico, los convocados pasaron a exigir la “renuncia de la

presidenta Dilma Rousseff, responsable de la situación eco-

nómica del país” (LN 10/11).

Tan sólo un día después, un grupo autodenominado “Co-

mando Patriótico”, compuesto por militares y policías, retira-

dos y en actividad, se instalaban con una carpa frente al Con-

greso para exigir la inmediata renuncia de la Presidenta.

Frente a la intimación de las fuerzas de seguridad para que

abandonen el campamento, los patrióticos amenazaron con

resistir a los tiros. Como para probar que lo suyo no eran

amenazas vacías, iniciaron una fuerte discusión y dispararon

armas de fuego contra las integrantes de la Marcha de las

Mujeres Negras que por allí pasaron para reunirse con la Pre-

sidenta; hecho que terminó con la intervención de las fuerzas

de seguridad.

Estos dos hechos son parte de la estrategia que se viene

dando la oposición: la movilización callejera de diversos gru-

pos, con impacto económico algunos y meras fuerzas de cho-

que otros, para generar un clima de inestabilidad, desorden,

zozobra, para continuar con la deslegitimación del gobierno

electo. En sí mismos, estos grupos no constituyen un riesgo

real dado que no son representativos de la mayoría, pero

contribuyen su grano de arena al proyecto de los sectores

concentrados de la economía de apurar por todos los medios

la salida del partido gobernante antes de que se cumplan los

tiempos establecidos de su mandato. La delicada situación

política en que éste se encuentra a partir de la denuncia por

el caso “Petrolao” hace que estos hechos aporten al desgaste

del mismo.

Así, este mes, se sumaron dos nuevos elementos que com-

plican aún más la estabilidad del gobierno electo por el voto

popular. En primer lugar, fue arrestado nada menos que el je-

fe de la bancada oficialista en el Senado, Delcidio Amaral, por

supuesta obstrucción a la justicia. Al parecer, el senador ha-

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26 ¡Vencedores vencidos!

DICIEMBRE DE 2015

bría ofrecido una importante suma de dinero a la familia del

arrepentido Néstor Cervero para que desista en ampliar su

testimonio en relación al cobro de sobornos de funcionarios

públicos. A partir de esto, las corporaciones mediáticas arre-

metieron nuevamente con el pedido de juicio político, y el

otrora aliado –hoy opositor– Eduardo Cunha, expresión de la

(endeble) alianza multipartidaria que hoy gobierna Brasil, dio

curso finalmente a uno de los tantos pedidos de juicio políti-

co a la Presidenta.

Ahora bien, la posibilidad real de que ésta operación pros-

pere requiere el voto de las dos terceras partes del Congreso,

lo que implicaría una fractura total de la alianza gobernante

entre el Partido de los Trabajadores (PT) y el Partido del Mo-

vimiento Democrático Brasileño (PMDB), elegida hace tan só-

lo 11 meses. La lucha intestina entre ambas fuerzas políticas

para preservar el control debilita al gobierno y permite el

avance de los sectores concentrados del capital para obtener

políticas favorables a sus intereses y condicionar cada vez

más al Poder Ejecutivo.

Esto se puede observar con claridad en relación a Petro-

bras, ya que durante toda la gestión de Dilma Rousseff se han

revelado “escandalosas” acusaciones a funcionarios públicos

y directivos del gigante petrolero involucrados con desvíos de

fondos y sobornos. No es casual que se ponga en el centro de

la disputa uno de los recursos naturales que es fundamental

para la economía de Brasil y que también es centro de dispu-

ta a nivel mundial. Como veremos para el caso de Venezuela

también, los embates contra los gobiernos populares por par-

te del capital concentrado tienen el fin de controlar este re-

curso y subordinar a las empresas petroleras nacionalizadas

bajo su interés. En este sentido, Estados Unidos ha tenido

una clara política de inteligencia con las escuchas secretas

realizadas a PDVSA y Petrobras.

Pero este mes también se realizaron movilizaciones de

apoyo a la presidenta Rousseff y es significativo que las mis-

mas fueron organizadas por los trabajadores petroleros don-

de una de las demandas principales fue la defensa de la em-

presa estatal petrolera. La Federación Única de Petroleros de

Brasil (FUP) realizó una huelga que se extendió durante más

de dos semanas donde, además de demandar una recompo-

sición salarial, exigían “que se detuviera la venta de activos, la

reanudación del trabajo en las refinerías, que se mantengan

las normas de contenido local y garantías de que Petrobras

seguirá siendo el único operador en el área subsal en aguas

profundas de Brasil” (www.fup.org.br/). Luego de hacer refe-

rencia a los resultados de un estudio publicado por el Minis-

terio de Hacienda de Brasil, según el cual por cada dólar que

Petrobras reduce en su inversión el Producto Interno Bruto

(PIB) del país pierde 2,5 dólares, la FUP planteó que “si ese

plan de negocios de la empresa no es alterado, el país dejará

de generar unos 20 millones de empleos hasta 2019 (…) y que

el recorte de inversiones, la venta de activos, la interrupción

de obras y la paralización de proyectos impactan en el desa-

rrollo del país y en la soberanía nacional” (www.fup.org.br).

Luego de acordar levantar la huelga, en el marco de largas

negociaciones, la FUP, junto con la CUT (principal central

obrera del Brasil que nuclea a 7,5 millones de afiliados, fun-

damentalmente de ramas productivas), el MST y organizacio-

nes sociales y estudiantiles convocaron para el martes 8 de

Diciembre una movilización con la consigna “contra el golpe a

Dilma” y en defensa de una Petrobras Estatal.

Desde un lugar defensivo, las organizaciones que son la ba-

se histórica del PT se manifiestan y le hacen frente a los em-

bates del capital concentrado. Al mismo tiempo, plantean

que las medidas económicas que la conducción del PT plan-

tea como necesarias para afrontar la crisis, no pueden perju-

dicar a los trabajadores, bajando sus salarios y terciarizando

sus condiciones laborales. Las concesiones en el manejo de

ministerios estratégicos al partido aliadoy el hecho de asumir

como propio el plan de ajuste requerido por las grandes cor-

poraciones para sostener la tasa de rentabilidad, sin duda

provocan una tensión interna en la fuerza gobernante. Mien-

tras en la superestructura política se dirime un complejo es-

cenario que aún tiene final reservado, los sectores que supie-

ron ser principal base de sustentación del proyecto petista

comienzan a manifestar su inquietud en relación al rumbo

del gobierno, con la claridad de defenderlo frente al enemigo

común que intenta destituirlo.

Los ataques al proceso popular brasileño se enmarcan en

los sucesos regionales de este mes, donde la derecha ha

triunfado en las elecciones en otros dos países que también

tienen un rol estratégico en la región. Es el caso de la Argen-

tina donde la derecha triunfó en las elecciones presidenciales

y en Venezuela donde lo hizo en la parlamentaria. Si bien el

capital concentrado viene dando golpes económicos en estos

tres países con el fin de desgastar a sus gobiernos y eso es un

elemento que ha aportado de manera significativa a las cam-

pañas electorales de la derecha en la región, también es ne-

cesario reflexionar en torno de los límites de los procesos

populares que en la última década le han sabido dar una dura

pelea al imperialismo. La región hoy más que nunca pone en

juego seriamente el control político de los gobiernos popula-

res y se hace urgente reflexionar en torno al rumbo a seguir,

sabiendo que en el plan del imperialismo no hay chances.

Venezuela, el 6 de Diciembre, vivió otro capítulo más de

esta disputa.

Una ayudita para ganar

Cuando Hugo Chávez ganó las presidenciales en 2013, supo

decir que “derrotamos, no a la oposición, sino a una Coalición

Internacional”. Hemos analizado en artículos anteriores la es-

trecha vinculación entre la oposición política a la Revolución

Bolivariana, los sectores concentrados del capital financiero

internacional y el Departamento de Estado de los EEUU. Ve-

nezuela, para ellos, no sólo implica el control popular por so-

bre las reservas más numerosas de petróleo existentes, sino

una primera línea de pelea y organización contra las políticas

del imperialismo. En 2002, ya explícitamente, dichos sectores

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Análisis de Coyuntura 27

DICIEMBRE DE 2015

le declararon la guerra a la Revolución y su pueblo. Desde ese

momento hemos visto transcurrir bajo numerosas formas la

disputa entre las dos fuerzas sociales atravesando hasta el úl-

timo milímetro de la vida social.

Es de esperar, entonces, que al momento de enfrentarse

electoralmente, aparezcan los alineamientos internacionales

y las “ayudas” que vienen de lejos a aportar a la permanente

campaña de desgaste al gobierno bolivariano. Este mes ocu-

rrieron tres situaciones fundamentales al respecto.

En primer lugar, la DEA norteamericana y autoridades de la

República Dominicana que con ella colaboran arrestaron, en

Estados Unidos, a un ahijado del presidente Nicolás Maduro y

al sobrino de su esposa, Cecilia Flores. Los motivos del arres-

to fueron las acusaciones de practicar el narcotráfico, proba-

do con el hallazgo de 80 kilos de cocaína en una casa de los

imputados en dicho país centroamericano. Abonando la teo-

ría de “narco estado”, la Mesa de Unidad Democrática (MUD)

inmediatamente corrió a la Fiscalía General para pedir que se

investigue cuanto antes el caso, “descubierto” por sus socios

norteamericanos. No tardó en hacerse llegar la respuesta del

presidente de la Asamblea Legislativa de Venezuela, Diosda-

do Cabello, quien fundamentalmente denunció la enorme

acumulación de irregularidades en el arresto, el cual calificó

como “secuestro” y la endeblez de las pruebas acumuladas.

En segundo lugar, el secretario general de la Organización

de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, entregó una

carta a la presidenta de la Comisión Nacional Electoral de Ve-

nezuela asegurando que en el país no existían garantías de

transparencia en las elecciones próximas a realizarse. A pesar

de no pasar desapercibida en el pequeño país ribereño, y de

haber hecho explotar la interna entre los sectores alineados

con José “Pepe” Mujica, próximo a las políticas bolivarianas, y

Tabaré Vázquez, próximo a la moderación regional necesa-

riamente comandada por los EEUU, tal situación abonó al

clima de “fraude” tan insistido por la oposición local.

Por último, pero no menos importante, se dio la insólita si-

tuación de que en Chile el Tribunal Supremo ¡ordenó! a la

presidenta Michelle Bachelet a intervenir en los asuntos in-

ternos venezolanos a favor del guarimbero Leopoldo López,

en prisión por haber incitado la insurrección armada y gene-

rar con ello la muerte de varios ciudadanos. El caso de López

es presentado por la prensa hegemónica como un “preso po-

lítico”, es decir, que por el sólo hecho de ser opositor estaría

cumpliendo pena en la cárcel cuando, en realidad, ha inten-

tado por todos los medios ir contra el mandato que el pueblo

le ha dado al gobierno bolivariano.

Así, “narcotráfico, fraude electoral y persecución de oposi-

tores” contribuyen a abonar la idea de que Venezuela es un

Estado defectuoso y narco, incapaz de gobernarse a sí mis-

mo, comandado por caudillos populistas que sólo buscan el

enriquecimiento personal y la acumulación de poder. Por lo

tanto, Estados Unidos y los organismos internacionales afines

que históricamente han detentado la vara para medir cuán

democráticos son los países de nuestra región e intervenirlos

en caso de ser necesario, han dado este mes nuevas mues-

tras de su disposición a intervenir en los asuntos internos, en

este caso, de los venezolanos.

En primer lugar, un avión norteamericano violó el espacio

aéreo de su mar territorial, en una clara provocación; enten-

damos que estas maniobras militares nunca ocurren “de ca-

sualidad”. Coincidentemente con ella, el portaaviones “Geor-

ge Washington” anunció su reubicación junto con la

imponente flota “San Diego” hacia las inmediaciones del ca-

nal de Panamá, con miras a posibles “eventos destructivos en

Venezuela”. Casualmente, su fecha de arribo se daría “entre

el 5 y 6 de Diciembre”. Imaginemos un escenario donde hu-

biera triunfado el Partido Socialista Unido de Venezuela

(PSUV) por escaso margen, la oposición (local e internacional)

denunciando fraude y al decoroso portaaviones apuntando

su flota hacia allí.

Aparece con claridad en todas estas maniobras los perma-

nentes intentos de deslegitimar las instituciones consolidadas

por la Revolución Bolivariana. Allí solamente se da la parado-

ja de ser uno de los países que más ha consultado a su pue-

blo sobre rumbos a seguir mediante elecciones (casi una por

año), y sin embargo se la califica desde afuera como “dicta-

dura”. De todas esas elecciones, sólo en dos perdió el oficia-

lismo, y en ambas rápidamente reconoció la derrota. Es en el

único lugar donde las delegaciones de Organismos Interna-

cionales, Organizaciones No Gubernamentales, clubes de

“renombrados” ex presidentes y tantas otras se dirigen a

controlar y supervisar la “transparencia” electoral tantas ve-

ces denunciada y nunca probada. Pareciera ser que aquellos

que en 15 años perdieron casi todas las elecciones en las que

participaron, quisieran desde el vamos cuestionar la legitimi-

dad del voto popular, que ocasionalmente puede acompa-

ñarlos, pero se les ha negado durante todo este tiempo.

En Venezuela no solo se disputa, al igual que en Brasil, el

control de un recurso escaso y fundamental como el petró-

leo; también se propone terminar con una experiencia políti-

ca que jugó (y juega) un papel fundamental en la región: en

Centroamérica, a través del CARICOM y los organismos de

cooperación económica del subcontinente; en Sudamérica, al

haber impulsado con fuerza todos los mecanismos de con-

senso y organización política por fuera de la influencia directa

de los EEUU, y en la región en general al lanzar, junto a Cuba,

el ALBA, una alternativa de integración en contra de las pro-

puestas del capital financiero. Al agudizarse la confrontación,

aparece con mayor claridad el carácter internacional de las

oligarquías financieras locales, que se ven amenazadas por el

gobierno que les disputa la riqueza por ellas expropiada, con-

vocando al pueblo a la permanente organización y a la cons-

trucción de un “Socialismo del Siglo XXI”. Quizás sea Vene-

zuela, junto con Bolivia y Cuba, quien más ha explicitado la

necesidad de profundizar la construcción de una sociedad

que acabe con la tiranía del capitalismo mediante la moviliza-

ción constante y la organización en todas las escalas posibles

de los trabajadores y del pueblo en general.

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28 ¡Vencedores vencidos!

DICIEMBRE DE 2015

“Una bofetada para despertar”

Los resultados electorales en Argentina y Venezuela y la si-

tuación inestable en Brasil abren una serie de interrogantes

de cara al futuro que vale la pena explorar.

No son pocas las voces que han hablado este mes, que-

riendo interpretar los resultados e inducir de ello una situa-

ción de “fin de ciclo”.

¿En qué radica su concepción, sus argumentos? Sudaméri-

ca estuvo gobernada durante los últimos 15 años por gobier-

nos populistas que aprovecharon una coyuntura de altos pre-

cios en los commodities, principal fuente de ingresos de

Sudamérica en general, para repartir de forma demagógica el

dinero que ingresaba a las arcas públicas. Puesto como la an-

títesis del ideario liberal y republicano, el populismo viene a

encarnarse a través de figuras asociadas al caudillismo; no se-

ría ya el culto a la república o a las instituciones sino a perso-

nalidades destacadas que, al repartir en forma de dádivas di-

nero que sus políticas no generaron, provocan la adulación

de enormes masas desinformadas e incultas. Estos razona-

mientos inclusive han llegado a cuestionar la legitimidad del

voto popular, en una suerte de nostalgia del voto calificado

de siglos atrás.

Ahora bien, ¿cómo se explican la actual situación? El esce-

nario de crisis mundial plantea, en diversos renglones de la

economía, una súbita detención de los mecanismos que ali-

mentaban el insaciable apetito populista. Sin altos precios de

exportación, sin ingreso masivo de divisas prontas estas a ser

convertidas en instrumento de la demagogia, ¿cómo se sos-

tienen los populismos? Y allí está, las sociedades se han pro-

nunciado por un fin de ciclo. Han evidenciado a estos gobier-

nos como mal administradores de situaciones que ellos no

generan ni controlan.

Estas opiniones, esbozadas en las portadas y contratapas

de los grandes medios de comunicación regionales desnudan

el carácter elitista de quienes dicen defender el igualitarismo

liberal. Los mismos argumentos esbozan los intelectuales

más difundidos de la región, dirigentes de las oposiciones lo-

cales y ex presidentes neoliberales. Su accionar evidencia el

carácter coordinado de su práctica política a escala regional:

el triunfo de Macri en Argentina, fue aplaudido por Julio Ma-

ría Sanguinetti, de Uruguay y Fernando Henrique Cardoso, de

Brasil, augurando la tan deseada finalización de la etapa po-

pulista. La oposición venezolana en bloque asumió el resulta-

do como propio e inclusive envió a la esposa del guarimbero

Leopoldo López al búnker de campaña Pro para mostrarse en

él. Vargas Llosa, de Perú, editoriales de los diarios La Nación

de Argentina, El Tiempo de Colombia y tantos otros salieron

al encuentro de tan ansiada noticia.

Su concepción olvida, fundamentalmente, que los procesos

populares construidos en todos estos años tienen un actor

central que los lleva adelante: el pueblo trabajador. Niegan el

papel del pueblo como constructores de la historia al situar-

los como una uniforme masa inculta que responde a la dádi-

va material, al estímulo económico. La construcción de alter-

nativas al proyecto del capital financiero se encarna en lide-

razgos que el imperialismo se encarga de deslegitimar adu-

ciendo que son “caudillejos”, “democracias truncas”, “go-

biernos autoritarios”, “demagogos”, intentando erosionar la

imagen y legitimidad de los líderes que el proceso erige. Lide-

razgos que por sí mismos no bastan para realizar todas las ta-

reas que ésta pelea demanda, pero que son necesarios para

darla. Las últimas elecciones en los dos países mencionados

donde la derecha logró triunfar nos obligan a reflexionar,

como decíamos antes, acerca del momento en que se en-

cuentran los gobiernos populares. En este sentido, Evo Mora-

les, presidente de Bolivia, además de advertir del peligro de

una restauración conservadora en la región y un contraata-

que del imperialismo, llamó a todas las fuerzas que lo comba-

ten a una “profunda reflexión” en relación a los resultados

electorales (LN 8/12). Su vicepresidente, Álvaro García Linera,

planteó con total contundencia que sólo existen dos alterna-

tivas de cara al futuro: “impulsando las transformaciones, ra-

dicalizando el proceso”, caso contrario se generará un “retro-

ceso, la derecha, el conservadurismo, la regresión” (En Foco

26/11).

Avanzar o retroceder, no hay posibilidad de un equilibrio

moderado. La pregunta que se nos aparece frente a este es-

cenario es ¿por qué no se profundiza (lo suficiente)? O, mejor

dicho, ¿cómo se radicaliza el proceso?

Hablo de cambiar esta, nuestra casa

El proceso de transformación que llevan adelante los go-

biernos populares requirió desde el inicio la reforma de la

Constituciones Nacionales para generar las condiciones polí-

ticas necesarias para realizar los cambios económicos. Esto

ha sido una de las políticas características de los países que

pertenecen a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nues-

tra América (ALBA). Venezuela reformó su constitución en el

año 1999 y sentó las bases para el desarrollo del socialismo

del siglo XXI, Ecuador en 2008 y Bolivia en 2009. Han refor-

mado sus cartas magnas dando las bases para la construcción

de estados plurinacionales enmarcados en el “buen vivir”. El

aspecto central de estas reformas está en reconocer que los

estados latinoamericanos están formados por varias “nacio-

nalidades”, “culturas”, y no solo la criolla, la defensa de los

recursos naturales y de la biodiversidad como bienes precio-

sos de la humanidad para todas las generaciones. El énfasis

está puesto en un marco político institucional opuesto a las

políticas neoliberales de explotación y usufructo en pos de

generar mayores ganancias, sino que están pensadas en so-

ciedades que permitan el desarrollo integral de las personas.

Además se le han hecho enmiendas a las reformas de las

constituciones con el fin de poder extender las posibilidades

de reelección de los presidentes, hecho que ha sido dura-

mente criticado por los partidos e intelectuales de la oposi-

ción aduciendo que la alternancia electoral es lo que permite

una “verdadera democracia”. Ahora bien, la burguesía es he-

gemónica, controla al estado porque domina las relaciones

Page 29: ISSN 1669-9122 DICIEMBRE DE 2015 $ 25

Análisis de Coyuntura 29

DICIEMBRE DE 2015

sociales de producción, por lo que cualquier candidato que

ella proponga es garantía de que va a gobernar defendiendo

su interés e históricamente han logrado, en muchos casos,

subordinar a los gobiernos de signo contrario. Lo gobiernos

actuales han irrumpido en la continuidad de las políticas neo-

liberales, la democracia real no es que se alternen las opcio-

nes partidarias, sino garantizar las condiciones de existencia

para el desarrollo de los pueblos. En este sentido, es signifi-

cativa la reflexión de Alvaro García Linera, vicepresidente de

Bolivia, frente al triunfo de Mauricio Macri en Argentina: “La

primera lección, la importancia decisiva de los liderazgos, es-

tá claro que en Argentina otro habría sido el resultado si la

compañera Cristina iba a las elecciones”. “Los líderes son im-

portantes para los procesos revolucionarios, pese a que éstos

son construidos por los pueblos. El liderazgo del presidente

Evo Morales es decisivo para la continuidad del proceso revo-

lucionario. Sin la continuidad de Evo Morales como líder, el

riesgo de un retroceso es inminente” (En Foco 26/11). Los

presidentes actuales sintetizan el proceso que vienen reali-

zando las masas; llegan a ser presidentes porque el pueblo

los reconoce como conductores. Las oligarquías han desarro-

llado su dominio haciéndose de la riqueza socialmente gene-

rada e imponiendo su política a través de la violencia y del

asesinato de los líderes que se han destacado en las luchas

populares. Por eso, una vez llegados a puestos estratégicos

en el aparato estatal, su continuidad no puede subordinarse

al orden jurídico político de la burguesía que clama por la al-

ternancia partidaria.

En este punto se nos hace imperativo reflexionar en torno

a qué democracia necesitamos construir para poder avanzar

con la “revoluciones democráticas” como las ha denominado

Evo Morales. La reforma constitucional también se presenta

como una necesidad para los países que forman parte de la

Alianza del Pacífico como Chile, donde el gobierno ha llama-

do a una Constituyente, y en Colombia donde el proceso de

paz empuja la reforma de la carta magna no solo para pre-

servar lo acordado sino para darle marco al paso de las FARC-

EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército

del Pueblo) a ser un movimiento político civil. Si bien a prin-

cipios del mes la plenaria del senado negó la posibilidad de

que los integrantes de la guerrilla participen en política una

vez que hayan saldado sus deudas con la justicia, el proceso

del paso a la vida política civil es inminente. Los acuerdos de

paz han contemplado aspectos centrales para las FARC como

la reforma rural integral, la participación política y el tema de

la solución al problema de los cultivos de uso ilícito. Ningún

proceso ha avanzado tanto en tan poco tiempo, por lo que

los resultados de este proceso están lejos de que la guerrilla

desaparezca, sino que, por el contrario, apunta a convertirse

en un movimiento político que pueda salir a disputar a través

de los canales democráticos. Esto es un hecho trascendental

para la política colombiana y de la región, ya que se incorpo-

ran una cantidad importante de referentes y militantes que

estaban en la clandestinidad y se suman las organizaciones

civiles que apoyan a las FARC.

En un comunicado las FARC exigen al menos en dos perío-

dos la asignación directa de representantes en el Congreso

de la República, en Asambleas Departamentales y Concejos

Municipales. Asimismo, plantean “desarrollar economías del

común, de carácter asociativo y comunitario, en los diferentes

campos del proceso económico y articuladas entre sí con el

objetivo de contribuir a la reconstrucción de la base producti-

va del país y al mejoramiento de las condiciones de vida y de

trabajo y al buen vivir de los pobres y desposeídos” (TS 8/11).

Se desprende de este proceso que el acuerdo de paz implica

que la guerrilla deje de existir como brazo armado, pero que

continúe en la vida política, ahora desde los marcos legales.

En este sentido, exigen “el otorgamiento de personería jurídi-

ca incondicional e indefinida. El derecho a movilizaciones en

todo el territorio nacional, la protección de las sedes políti-

cas” (TS 30/11) y el esclarecimiento del paramilitarismo como

“garantía de seguridad”. Plantean que “es imposible concebir

el tránsito de las Farc-EP hacia un movimiento político abier-

to, sin el esclarecimiento previo de los orígenes, la activación,

la reproducción, las modalidades específicas del accionar y las

funciones desempeñadas de estructuras de contrainsurgen-

cia, específicamente de carácter paramilitar” (ET 29/11).

Esta condición tiene su fundamento en la misma historia

reciente de las FARC cuando intentaron negociar la paz e in-

corporarse a la vida cívica política a través de la formación de

la Unión Patriótica (UP) en el año 1985. Este partido se formó

junto al Movimiento de Autodefensa Obrera (ADO) y dos

frentes desmovilizados de las FARC (Simón Bolívar y Antonio

Nariño). También el Partido Comunista Colombiano (PCC)

participó en su formación y organización. La UP fue una he-

rramienta política de grupos guerrilleros frente a la propues-

ta del presidente de ese momento, Belisario Betancur, quien

planteó la necesidad de llegar a un acuerdo para poder iniciar

el proceso de paz y realizar una reforma política que posibili-

tara comenzar a dialogar con las guerrillas para solucionar el

conflicto militar interno. Incluso, impulsó un proyecto de am-

nistía y llegó a suscribirse un acuerdo por una Comisión de

Paz, Diálogo y Verificación, en representación del gobierno, y

por el Estado Mayor de las FARC-EP. Sin embargo, nada de

esto se pudo realizar y el acuerdo terminó convirtiéndose en

una trampa mortal para las FARC, ya que 2 candidatos presi-

denciales, 8 congresistas, 13 diputados, 70 concejales, 11 al-

caldes y alrededor de 5.000 de sus militantes fueron someti-

dos a exterminio físico y sistemático por grupos

paramilitares, miembros de las fuerzas de seguridad del es-

tado (ejército, policía secreta, inteligencia y policía regular).

Es decir, ese mismo estado que desde el plano político plan-

teaba la necesidad de llegar a una tregua, con su brazo mili-

tar se encargaba de aniquilar a los referentes políticos desta-

cados por la guerrilla para asumir responsabilidades en la

vida política del país.

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30 ¡Vencedores vencidos!

DICIEMBRE DE 2015

Los grupos paramilitares han sido la política del Estado co-

lombiano desarrollada con apoyo de los Estados Unidos para

“resolver los problemas” que no puede por la vía política. Es-

to ha sido un plan sistemático que continúa al día de hoy. En

este sentido, son reiteradas las denuncias del Movimiento

Político y Social Marcha Patriótica quien este mes, en voz de

su defensor de Derechos Humanos, Andrés Gil, señaló que en

durante 2015 han sido asesinados 300 líderes campesinos y

otros 7.000 han sido encarcelados por defender sus tierras y

por denunciar la explotación de recursos naturales. Los pa-

ramilitares son el brazo militar que resguarda los intereses de

la oligarquía colombiana. David Flórez, representante de

Marcha Patriótica, denuncia que el paramilitarismo debe

asumirse tanto en Colombia como el resto de América Latina,

como algo que engloba “más de 200 ó 300 hombres arma-

dos”. A su juicio, el paramilitarismo posee un control econó-

mico, social y político, que va desde “el dominio de la mine-

ría, ganadería, contratación pública hasta representantes en

la Cámara de diputados” (TS 16/11). Si bien esto es una clara

necesidad de las organizaciones políticas para poder seguir

existiendo, también es un problema que ahora debe resolver

el gobierno de Juan Manuel Santos para lograr la paz en el

país. Esta es una tarea compleja, ya que son fuerzas de segu-

ridad ilegales a las que se les ha dado vía libre para cometer

cualquier delito y que están vinculadas a los sectores más

descompuestos, ya que son las que hacen el trabajo sucio de

las elites y apañan a los narcotraficantes. En este sentido, la

delegación de paz de las FARC en La Habana propuso la con-

formación de la “Comisión de esclarecimiento del paramilita-

rismo”, integrada por expertos, que deberá elaborar un in-

forme preliminar con recomendaciones “urgentes” al Estado

(TS 29/11).

Las calles son nuestras, aunque el tiempo diga lo

contrario

El caso de las FARC es una expresión más de que los proce-

sos políticos que se desarrollan en la región requieren modi-

ficar el marco jurídico político sobre el que se han desarrolla-

do construido nuestras naciones. El caso de Colombia es

emblemático, ya que los acuerdos de paz generan cambios

fundamentales en el mapa político, el paso de la guerrilla con

sus miles de integrantes de la clandestinidad a poder actuar

legalmente en política, pudiendo organizarse como movi-

miento, competir en el plano electoral, etc., así como la rein-

vención de los paramilitares, son símbolos de un momento

de transformación en la historia de este país. Pensar qué de-

mocracia debe construirse en la región es central para los

países que después de años de luchas comienzan a avizorar

posibles resoluciones a los conflictos, así como para los pro-

cesos que analizamos anteriormente como Argentina, Brasil y

Venezuela que luego de años de crecimiento en todos los

planos comienzan a chocar con límites propios. En este senti-

do son pertinentes los aportes del politólogo cubano Darío

Machado Rodríguez: “Democracia en esencia es participa-

ción, participación real de la ciudadanía. Suponer que el único

modo de alcanzar la democracia es a través de la existencia

de partidos políticos que se disputan el poder, significa multi-

plicar, santificar, la representatividad política en detrimento

de la participación popular real, (…) ya que es elemental que

alrededor del pluripartidismo se agruparán intereses corpora-

tivos exclusivos y excluyentes que no tendrán vocación de ar-

ticular acciones a favor de la sociedad en su conjunto, dado

que si la tuvieran no se agruparían en organizaciones políti-

cas separadas, sino que tendrían la vocación de compartir el

poder con todo el pueblo sin reclamar banderías representa-

tivas específicas.” (CD 2/12). Es decir, la alternancia partidaria

que defienden las elites no es garantía de la participación

popular, ya que para poder desarrollar una sociedad bajo

otras relaciones sociales, es necesaria la participación no solo

en el plano electoral, sino también en la organización barrial,

sindical, social y que eso aporte a la conducción de los fren-

tes nacionales.

Venimos analizando que en Argentina como en Brasil las

conducciones han ceñido su gobierno al aparato estatal, po-

niendo en el centro resolver los problemas de la población

desde la gestión del aparato estatal en los marcos de conce-

bir la posibilidad de un “capitalismo bueno”, es decir, un es-

tado que se encargue de distribuir la riqueza, de “restituir de-

rechos”, donde la participación popular queda delimitada al

voto y a la movilización de las masas para “apoyar” las medi-

das. Algo así como “votame que yo te garantizo mejores con-

diciones de vida”, hecho cierto, pero no suficiente. En este

sentido, es interesante el análisis que realiza Cecilia Lero, en

una nota en Telesur sobre la situación actual del Partido de

los Trabajadores de Brasil: “Algunos de los críticos progresis-

tas más reflexivos rastrean el problema a la reducción del dis-

curso a la interna del Partido y la participación de abajo hacia

arriba, combinado con la caída de nuevos cuadros de base y

la organización tanto del PT como de los Movimientos Socia-

les de Izquierda. Cuando el partido llegó al poder y, en algu-

nos lugares, priorizando asientos sobre la calidad de los can-

didatos en los últimos 15 años, los cuadros del partido fueron

absorbidos dentro del Gobierno, la vida del partido osificada,

si no desaparecida, y los debates ideológicos sobre temas cla-

ve fueron eclipsados por ajustes pragmáticos al capitalismo

como una fuerza reformista. Para algunos, la recuperación de

la identidad y vigor de principios del Partido como una fuerza

anticapitalista, vinculado a un movimiento obrero insurgente

y a una sociedad civil dinámica es la verdadera respuesta a

los problemas del PT” (TS 9/11).

Los problemas que aquejan a nuestros pueblos no se pue-

den resolver desde los marcos del capitalismo, por ende,

tampoco se pueden resolver desde la democracia liberal. Ne-

cesitamos construir una democracia que se organice desde

las bases donde se discuta allí cómo construir una sociedad

sin explotación. La organización de las bases es la que puede

sostener y permitir el avance de las democracias revoluciona-

rias, no es al revés. Venezuela ha logrado avanzar en este

sentido a través de los Consejos Comunales, instancias crea-

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Análisis de Coyuntura 31

DICIEMBRE DE 2015

das desde el gobierno bolivariano, donde los trabajadores

tienen en sus barrios distintas instancias para discutir sus

problemas y, fundamentalmente, tomar cartas en el asunto

mediante la autoorganización, única vía de resolución de

aquellos. En esta línea, Nicolás Maduro luego de la derrota

electoral, donde la derecha obtuvo mayoría parlamentaria,

convocó al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) al

3er Congreso Socialista donde analizó junto a las bases revo-

lucionarias la coyuntura política y las acciones para potenciar

el proceso socialista y para proteger el ideario bolivariano y la

soberanía de la patria. Incluso en Argentina, aunque no se ha

planteado esta reflexión conjunta con las bases, la ex presi-

denta Cristina Fernández de Kirchner ha hecho hincapié en

sus últimos discursos en que “El lugar natural de un militante

no tiene que ser el gobierno, sino junto al pueblo y la gente”

(LN 10/12). En palabras de Nicolás Maduro, la derrota electo-

ral en ambos países ha sido “una bofetada para despertar”

(TS 7/12), el momento que atraviesa la región requiere refle-

xionar en torno de cómo es la profundización de estos proce-

sos. Evo Morales, luego de las elecciones en Venezuela, llamó

a los movimientos sociales afines a que tengan “la mayor

responsabilidad también para cuidar estos procesos y estas

revoluciones democráticas” (LN 8/12).

Nuestros pueblos son cada vez más conscientes de que es

necesario desarrollar otras relaciones donde no prime el inte-

rés de la ganancia ni la lógica de la competencia, y de que

debemos cambiar la manera en que vivimos ya que la huma-

nidad está en riesgo. No es posible darle una salida a la re-

gión si no se convoca a las organizaciones del pueblo a dar la

pelea como protagonistas y no como meros aplaudidores de

medidas. En esta línea nos aportan las reflexiones las asam-

bleas populares de cara al VII Congreso de Organización del

Partido Comunista Cubano (PCC). Machado Ventura, históri-

co miembro del PCC, afirmó que los militantes tienen que

buscarse problemas y no callarse mientras existen la posibili-

dad y la necesidad de denunciar los errores y arremeter con-

tra ellos. La crítica tiene que incluir en igual medida a los

cuadros de dirección, y agregó que los militantes o dirigentes

de base partidistas cuando asisten a determinados análisis

deben hacerlo con la mira puesta en que las cosas se hagan

bien y no para aplaudir lo que allí se diga cuando el caso no lo

merece (CD 7/11). Para generar una democracia popular es

fundamental una participación consciente del pueblo a través

de la formación, el conocimiento, el desarrollo cultural. Darío

Machado Rodríguez, miembro del Instituto Internacional de

Periodismo José Martí, plantea que para profundizar la parti-

cipación en Cuba “la tendencia debe ser en adelante la de

empoderar de modo creciente al pueblo, asegurar una mayor

y más amplia participación en los procesos políticos. El empo-

deramiento de la sociedad en sus diferentes ámbitos y planos

es una tarea política fundamental para un sólido anclaje del

socialismo cubano (…). Al contrario, el partido, hoy más que

nunca debe mantener su política de construcción y organiza-

ción territorial y ramal como formas de asegurarse el contac-

to con el pueblo, su influencia, su representatividad política,

hoy más que nunca es necesario el papel del partido tal cual

lo ha configurado la tradición política más importante de la

historia contemporánea de Cuba” (CD 2/12). El mismo pro-

blema se plantea tanto en los países que han logrado desa-

rrollar políticas socialistas como en los que aún creen que se

puede desde los marcos del capital. La necesidad de profun-

dizar en un proyecto político cooperativo y solidario que

permita el desarrollo integral de las personas requiere un

marco político que contenga a las bases populares en sus de-

cisiones sobre el rumbo político. Es desde la experiencia de

lucha del pueblo organizado desde donde podremos crear

una humanidad que proteja y estime la vida.

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El programa económico de los monopolios y las tareas de la fuerza social nacional y popular

Antagónicos

“Habrá que encontrar un lugar para esconderse, o habrá que entrometerse un poco más (…).

Habrá que alborotar el avispero para hacer más placentero, soportar este aguijón,

o habrá que encomendarnos a esa nada, que dejamos maniatada cuando todo nos salió.

Habrá que barajar y dar de vuelta, sin esperar que nos venga un puto as.”

Las Pastillas del Abuelo

A nivel nacional (y regional, como hemos visto), el triunfo

del candidato de la alianza Cambiemos en el balotaje presi-

dencial, Mauricio Macri, fue, sin lugar a dudas, el eje del mes

de noviembre que nos disponemos a analizar. Los pocos días

finales de noviembre, posteriores a la victoria electoral de la

derecha local (y no tanto), estuvieron plagados de definicio-

nes en materia del programa en disputa entre los distintos

actores económicos y sociales de nuestro país (y de afuera).

Uno de los puntos centrales de este programa fue, como

veremos en este artículo, el cambio en los lineamientos en

materia de política internacional que el nuevo gobierno co-

menzó a delinear. El contexto mundial está, como hemos vis-

to en el segundo artículo del presente Análisis…, signado por

la agudización de la disputa entre el bloque imperialista y el

bloque BRICS, que es como se manifiesta la transición de un

mundo unipolar con eje en Occidente a un orden multipolar

basado en la cooperación entre los pueblos. En este sentido,

es sabido que los 12 años de gobierno de la fuerza social ex-

presada políticamente por el kirchnerismo han posicionado a

nuestro país en el eje BRICS y a nivel regional en la integra-

ción latinoamericana expresada en la UNASUR, distanciándo-

lo del FMI con la política de desendeudamiento y de ruptura

con las recetas del Consenso de Washington. Analizaremos,

en ese marco, los posicionamientos iniciales del flamante go-

bierno electo sobre un acercamiento a las potencias occiden-

tales y los tratados de libre comercio.

En materia de programa económico interno, la devaluación

y el ajuste se mostraban este mes como la punta de lanza de

las medidas que los sectores más concentrados del escenario

nacional, competitivos a escala mundial, necesitan imponer

para intentar asegurar su reproducción, en medio del contex-

to de aceleración y profundización de la concentración y cen-

tralización de la propiedad a nivel global que analizamos en el

primer artículo.

En el entramado empresario mercado-internista, centro de

las políticas industrialistas y de promoción del consumo del

gobierno saliente, se manifestaba este mes el conflicto y la

preocupación por su viabilidad en el programa del capital fi-

nanciero; mientras que en la otra pata de alianza social ex-

presada por el kirchnerismo, el movimiento obrero local, los

resultados electorales mostraban una vez más la falta de uni-

dad ideológica en torno del problema nacional y las tareas

que se derivan de éste.

La vuelta “al mundo”

Como señalábamos más arriba, uno de los pilares en mate-

ria de política internacional del gobierno kirchnerista ha sido

el estrechamiento de las relaciones de cooperación económi-

ca con el eje BRICS, encabezado por Rusia y China.

En este sentido, durante el mes de noviembre se continua-

ban los avances por la construcción de la cuarta central nu-

clear en conjunto con China, a través del banco ICBC y el ase-

soramiento de la compañía estatal China National Nuclear

Corp. (CNNC) (P12 5/11). Estos acuerdos se suman al creci-

miento de la compañía Cnooc (China National Offshore Oil

Corporation) en el mercado petrolero nacional (segunda, de-

trás de YPF), el financiamiento de las represas hidroeléctricas

Kirchner y Cepernic, que aportarán entre 3% y 5% de energía

al parque eléctrico nacional y 15% al que proviene de la hi-

droelectricidad y las inversiones en la central atómica Atucha

III, con un financiamiento de 3.800 millones de dólares, más

el desarrollo de la estación de Espacio Lejano de China en

Neuquén (RT 21/11).

Por su parte, el ministro de Planificación Julio de Vido se

reunía en Turquía con Alexander Novak, ministro de energía

ruso, para avanzar en la construcción de la hidroeléctrica

Chihuido, sobre el Río Neuquén (CL 16/11).

De esta forma, en un contexto en que, como hemos seña-

lado en artículos anteriores, el capital financiero afila los

dientes por nuestros recursos energéticos (con el yacimiento

off-shore Vaca Muerta a la cabeza), la política del gobierno

kirchnerista ha sido una asociación estratégica con las com-

pañías sino-rusas de escala mundial para blindar la riqueza

nacional de la voracidad imperialista.

Venimos analizando el rol clave en materia ideológica de

América Latina en el proceso de transición abierto tras la cri-

sis irresoluble del imperialismo que, asociado a la fortaleza

económica del núcleo de los BRICS, ha logrado construir en

estos años un bloque sólido de oposición a las políticas nor-

teamericanas y del gran capital trasnacional, a la vez que ha

avanzado en la construcción de otra forma de relación entre

los pueblos y sus economías.

En este escenario, Argentina ha jugado un rol destacado en

la defensa de la unidad latinoamericana, constituyendo un

freno a las intentonas golpistas yanquis en la región. Además,

visto desde la importancia económica, nuestro país y Brasil

son el motor del Mercosur. Hemos visto en el artículo ante-

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Análisis de Coyuntura 33

DICIEMBRE DE 2015

rior la ofensiva del gran capital sobre el gobierno petista, que

alcanzaba apenas iniciado diciembre la apertura del proceso

de impeachment a Dilma Rousseff. Las elecciones a nivel lo-

cal tenían, por tanto, para los monopolios trasnacionales la

trascendencia de quebrar el eje Buenos Aires-Brasilia-

Caracas, y volver a alinear a Argentina como paladín de las

políticas yanquis en la región.

En este sentido, la Federación de Industrias del Estado de

San Pablo (FIESP), el sector industrial de la economía brasile-

ra más concentrado y competitivo en el mercado mundial,

festejaba el triunfo de Macri y sus dirigentes declaraban estar

“eufóricos” (LN 24/11). Uno de sus ejecutivos, Thomaz Zanot-

to, señalaba: “El mundo está cada vez más integrado y la

Argentina ha estado bastante ajena a este proceso en los úl-

timos años de gobierno kirchnerista. Ahora podremos traba-

jar para integrar nuestras cadenas de valor y buscar solucio-

nes conjuntas a la caída del precio de las materias primas. Se

inicia una nueva fase, de más racionalidad, más pragmatis-

mo y menos ideología. Francamente estamos cansados de

toda la ideología, que nos hizo tan mal. Macri pertenece a

una generación de políticos argentinos más jóvenes, com-

prometidos con los resultados. Se abre la posibilidad de un

mayor diálogo, de más entendimiento para que el Mercosur

pueda desplegar su potencial original” (LN 30/11).

De esta forma, el sector industrial exportador brasilero ce-

lebraba el triunfo en Argentina de los sectores económicos

más concentrados, para una arremetida conjunta sobre los

posicionamientos del Mercosur: el abandono de la política de

integración regional desde un contenido de cooperación y

beneficio mutuo, y el retorno a un eje Brasil-Argentina en-

ganchado a la Unión Europea y el mercado occidental, donde

la competencia y los valores del mercado rijan las relaciones

entre los pueblos latinoamericanos.

Es decir, un MERCOSUR para la FIESP, la SRA y la Asociación

Empresaria Argentina, donde Uruguay, Paraguay, Chaco, San-

tiago del Estero y demás “regiones inviables” –desde las defi-

niciones del Banco Mundial– se arreglen como puedan. Cabe

recordar que este saludo de la FIESP se da pocos meses des-

pués de la puesta en marcha del TPP, que pretende ser un

freno a la expansión china en el Pacífico y abroquelar a la re-

gión tras el dominio yanqui, y al cual los gobiernos de los gi-

gantes sudamericanos decidieron no adherir.

Desde el empresariado (anti)nacional, el grupo Techint, de

Paolo Rocca (junto con Arcor, una de las dos multinacionales

de origen nativo), se posicionaba contra la alianza estratégica

con China y Rusia. Daniel Novegil, CEO de Ternium, la side-

rúrgica más grande de América Latina y parte del grupo Te-

chint, señalaba que “[un avance de las relaciones con China]

es malo para el tejido industrial del país porque no cumple

con los mínimos requisitos. Por varios motivos: el Estado es

dueño y operador de la actividad económica, define precios

y costos de insumos, productos y servicios, manipula el tipo

de cambio, controla la migración” (LN 3/11). En el mismo

sentido, el director general de Ternium-Siderar, Martín Be-

rardi, cuestionaba que China “no es una economía de mer-

cado” (CL 10/11).

A su vez, la Asociación Latinoamericana del Acero (ALACE-

RO), presidida por Novegil, presentaba un informe en el que

pedía a los gobiernos de la región “diseñar una estrategia in-

tegral frente al reto ‘China’, sobre todo en lo que respecta a

la continuidad de su consideración como economía de no-

mercado en la OMC; contar con operaciones aduaneras efec-

tivas frente a la subfacturación, contrabando y evasión de

cuotas antidumping (…); agilizar el uso de los mecanismos

que ofrece la OMC para combatir el comercio desleal en la

región, en especial por parte de China” (disponible en

www.alacero.org/es/page/prensa/noticias/alacero-presenta-

nuevo-estudio-sobre-cadena-metalmecanica-en-america-

latina).

El candidato triunfante, Mauricio Macri, tomando nota del

pedido del gigante siderúrgico, señalaba: “No vamos a abrir

las importaciones con los chinos que no nos quieren comprar

nada con valor agregado. No voy a quedar en manos de chi-

nos y rusos. Hay que reafirmar las alianzas con Brasil, des-

pués con Europa y Estados Unidos” (LN 12/11).

Ahora bien, si tenemos en cuenta que en Estados Unidos

es la Reserva Federal quien controla si suben o no las tasas

de interés (o sea, el precio del dinero), y mantiene artificial-

mente un dólar cuyo respaldo real el mundo desconoce; las

protecciones a los productos agrícolas de la Unión Europea; y

hasta el propio pedido de ALACERO (que es, centralmente,

Techint) de proteger con diversas estrategias aduaneras la si-

derurgia regional de la competencia china, se evidencia que

de lo que se trata en verdad es de una disputa por el control

de la economía mundial, y no de un cuestionamiento de im-

polutos “libremercadistas” a sucios “proteccionistas” chinos.

El compromiso del candidato de Cambiemos es a proteger al

sector más concentrado de la economía nacional, ya veremos

a costa de qué otros sectores.

En igual sentido las manifestaciones “proteccionistas” de

Macri, inspiradas por la debilidad de Techint frente al com-

plejo siderúrgico chino, no suponen una continuidad de las

políticas proteccionistas en un futuro gobierno del PRO. Si no

que se inscriben, más bien, en la tendencia del TPP que busca

construir un área de libre comercio que excluya a China de

los principales flujos comerciales y de inversión. De esta for-

ma puede apreciarse con más claridad la visita luego de 20

años de representantes de la US Chamber of Commerce –que

aglutina a más de tres millones de firmas estadounidenses,

que representan el 80% de su capacidad de inversión– unos

días antes de las elecciones en las que ya se avizoraba la po-

sibilidad de un cambio político en el rumbo nacional. En ese

marco, Alejandro Díaz, CEO de la Cámara de Comercio de Es-

tados Unidos en la Argentina (AmCham) reflexionaba: “Creo

que en los últimos años faltó la construcción de una agenda

mutua, como sí la hubo con países como Colombia, Perú, Chi-

le o Panamá (…). Nuestro desafío (el de la AmCham) es hacer

docencia sobre la ventaja de la integración de Argentina al

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34 Antagónicos

DICIEMBRE DE 2015

mundo (…). Es impensado un crecimiento sustentable sin in-

tegrarse con el Pacífico”(LN 11/11 y CR 11/11).

Ya conocemos por estos pagos lo que se quiere decir con

“integrarse al mundo”, pero por si todavía nos queda alguna

duda a este respecto a principio de mes la calificadora credi-

ticia Moody's nos recordaba que si queremos salir del default

y volver al mercado de capitales hay que acordar con los

holdouts: “Si el nuevo gobierno se sienta al día siguiente de

asumir y explica que está negociando y le pide al juez una

medida cautelar, uno es el escenario; si, en cambio, explica

que no tiene apuro y que dejará todo para marzo, la situación

será otra” (LN 05/11). Volver a entregar las riendas maestras

del programa económico a quienes el pueblo argentino se las

arrebató tras el 2001. Cabe señalar que tres días después del

triunfo del candidato de los globitos, Moody's subía la califi-

cación de la Argentina de “estable” a “positiva” (LN 25/11).

Los muchachos se mostraban ansiosos.

En el mismo sentido iban las expectativas de Claudio Cesa-

rio, presidente de ABA, la asociación que nuclea a los bancos

extranjeros que operan en el país, quien tras enterarse del

triunfo electoral del PRO y de las designaciones del nuevo

gabinete económico comparaba a este con “el Barcelona”. El

mismo Cesario relató el cambio de clima experimentado por

él en los Estados Unidos “a diferencia de otros años en que

poco o nulo interés despertaba la Argentina (...) hoy somos

buscados y bien atendidos por bancos y organismos multila-

terales. Los bancos de ABA tienen una posición de privilegio

como embajadores del país para promover e intentar conse-

guir las inversiones de capital que el país requiere para su

desarrollo” (LN 27/11). Veamos a continuación quiénes inte-

gran y cómo forma “el Barcelona” de Macri. Atención: poco

currículum y mucho prontuario…

Equipo concentrado

En el Ministerio de Finanzas irá un hombre del JP Morgan,

Alfonso Prat Gay. Lo acompaña como su secretario, otro em-

pleado de la banca internacional ligado al Deutsche Bank y al

JP Morgan, Luis Caputo. La canciller de Macri será la ingenie-

ra eléctrica Susana Malcorra, quien fuera Gerente General de

Telecom Argentina en el 2001 para luego pasar a desempe-

ñarse en el mundo de la alta diplomacia de la ONU. En el

puesto de Presidente del Banco Nación estará el menemista

Carlos Melconian, además responsable de la estatización de

la deuda de los grupos económicos privados en 1986, por un

monto de 6.000 mil millones de dólares de aquellos años

(unos 20.000 millones de dólares actuales). A Producción irá

Francisco Cabreras, quien se desempeñó en Hewlett Packard,

Máxima AFJP y los grupos financieros Roberts y HSBC, ade-

más de la gerencia del diario La Nación. En la Jefatura de Ga-

binete acompaña a Marcos Peña, Gustavo Lopetegui –ex Di-

rectivo de la empresa láctea Milkaut y CEO, luego, de la

aerolínea privada LAN Argentina– y Mario Quintana –titular

del fondo financiero Pegasus, que controla diversas empresas

como Farmacity, Musimundo, y Efectivo Sí, entre otras. El di-

rigente de la Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) Ri-

cardo Buryaile irá al ministerio de Agricultura, donde luchará

por hacer efectiva la promesa de Mauricio de quitar todas las

retenciones al agro. El ex CEO de Shell, Juan José Aranguren,

será el encargado de defender nuestros recursos energéticos

estratégicos al asumir la cartera de Energía y Minería. Para el

ministerio de Transporte el elegido es Guillermo Dietrich, co-

propietario de la mayor red de concesionarios Volkswagen en

el país. Rogelio Frigerio (nieto), funcionario de Roque Fer-

nández durante la segunda presidencia de Carlos Menem y

actual presidente del Banco Ciudad, será el Ministro del Inte-

rior y Jorge Triaca (hijo del célebre Ministro de Trabajo de

Menem y privatizador de SOMISA) irá a la cartera de Trabajo

(MS29/11).

Como puede apreciarse, el futuro gabinete representa la

alianza dentro del capital financiero, entre los grupos eco-

nómicos locales y la banca norteamericana y europea. No es

un dato menor que sean todos cuadros empresariales, pri-

meras líneas y ejecutivos de corporaciones multinacionales

poniendo la cara en el equipo de gestión: todo un signo de la

incapacidad del capital concentrado de aglutinar a otros sec-

tores e incluso de formar cuadros técnicos propios. Sin duda,

estamos ante un equipazo como opina Claudio Cesario. Igual

de claro queda contra qué arco patearán.

La maratón cambiaria

Como parte de la operatoria sin tregua que vienen ases-

tándole al gobierno nacional saliente desde 2008 a esta par-

te, el entente de corporaciones financieras amparadas en el

“partido judicial” libraba este mes la última batalla contra el

gobierno kirchnerista. Desde el resultado de la primera vuel-

ta, los voceros del establishment y la prensa concentrada

empezaron a agitar la necesidad de una devaluación del pe-

so. Por supuesto que, como desarrollaremos más adelante, a

la agitación se le correspondía una corrida cambiaria y una

maniobra de desfinanciación de parte del sector exportador,

negándose a liquidar la producción y dilatando el ingreso de

divisas genuinas a las arcas fiscales.

La respuesta comandada por Alejandro Vanoli, presidente

del BCRA, consistió en el impulso de los contratos de “dólares

a futuro”, como un mecanismo para reforzar las menguadas

reservas de la entidad y, más aún, para condicionar la cotiza-

ción del tipo de cambio en los primeros meses del 2016. De

esta forma, si inmediatamente posterior a la asunción, el go-

bierno macrista efectuara una devaluación, las arcas se vacia-

rían, por la brecha entre el precio del dólar reconocido por el

contrato (el valor actual) al que debería vender los dólares ya

acordados y el valor al que estaría obligado a comprar tras

una devaluación.

La reacción no se hizo esperar y, a cinco días del balotaje,

el siempre resolutivo y bien dispuesto a la investigación de

las causas orquestadas por TN juez federal Claudio Bonadío

efectuó un allanamiento en la mesa de operaciones del Ban-

co Central en plena operatoria cambiaria, en busca de docu-

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Análisis de Coyuntura 35

DICIEMBRE DE 2015

mentación, que ya se le había sido entregada por la venta de

dólares futuro. Al día siguiente, la presidenta afirmaba que se

producía una “corrida cambiaria judicial” (P12 18/11).

Otra de las cruzadas del BCRA contra la corrida, justo un

día antes de las elecciones, consistiría en compeler a los Ban-

cos privados a desprenderse de un porcentaje de sus activos

en dólares, que éstos atesoran con el propósito de benefi-

ciarse en caso de ocurrir una devaluación. El matutino de la

familia Mitre desnudaba para los suyos estas intenciones al

recordar que “este aspecto había quedado desregulada des-

de 2005 hasta el 2014 cuando la devaluación del peso, de fi-

nes de enero, dejó a la vista la impericia oficial: los bancos

habían acaparado bonos en dólares en tal cantidad que se

alzaron con una ganancia que rondó los $ 10.000 millones

sólo en ese mes” (LN 22/11). De más está decir que conocido

el resultado de las elecciones, la Asociación de Bancos Argen-

tinos (Adeba) decidió desconocer la orden, interponiendo

una denuncia contra Vanoli (LN 25/11). Libertad de empresa,

de especulación, de judicialización. ¡Viva el libre mercado!

En el mismo sentido, unas semanas antes de la segunda

vuelta presidencial el futuro Ministro de Finanzas declaró su

deseo de unificar el valor del dólar, en caso de que ganara

Cambiemos: “La propuesta nuestra es unificar todo en un so-

lo precio. Da lo mismo que usted sea productor, consumidor,

ahorrista, turista, inversor o lo que fuera. El precio del dólar

como cualquier otra mercadería es uno (…). Subirá [el] dólar

oficial, que prácticamente no afecta a nadie, y van a bajar

los otros que afectan a la gran mayoría de la población” (LN

06/11).

Curioso razonamiento el del futuro ministro de economía si

consideramos que en lo que va del año el BCRA liquidó dóla-

res a precio oficial por 88.601 millonesde dólares (P12

11/11), es decir que pagó a los exportadores de alimentos a

precio oficial y vendió a los fabricantes que necesitan com-

prar insumos importados a un precio cercano a 10 pesos el

dólar. Si este se fuera a $15 o $16 como pretende Melconian

(P12 04/11) los exportadores de alimentos liquidarían sus co-

sechas a un 50% más de lo que lo estaban haciendo con el

kirchnerismo, lo que sin duda sería un fenomenal aumento

de su rentabilidad (a la cual habría que sumarle, como vere-

mos en breve, la drástica reducción de retenciones… ¡Bin-

go!); por su parte los consumidores internos de alimentos –

nosotros los laburantes– tendríamos que pagar más caro la

comida, porque es razonable en una “economía de libre mer-

cado” que si puedo vender a $15 afuera no venda a $10

adentro; a su vez, los industriales mercado internistas que no

generan dólares, pero sí los necesitan para comprar las ma-

quinarias y los componentes imprescindibles para poner en

funcionamiento sus fábricas –que a causa de nuestra depen-

dencia tecnológica somos incapaces de fabricar en el país–

verían fuertemente incrementados sus costos de producción

y se verían obligados a trasladar dicho costo al producto final,

que son las cosas que consumimos los laburantes. Los aho-

rristas y hasta los turistas también se verían afectados por la

pérdida del poder adquisitivo del peso. Claro está, que una

devaluación solo tiene sentido si los trabajadores no logran

vía paritarias, subsidios (al transporte, servicios públicos, etc.)

y el salario mínimo vital y móvil, equiparar el precio de su sa-

larios el aumento producido en las demás mercancías; así

que es lógico considerar que de la mano de la devaluación

viene un “necesario” ajuste que convierta en eficaz la primer

medida. Cabe preguntarse, entonces, ¿a quién no afectará

una devaluación del tipo de cambio oficial?

Y como explica Prat Gay, el dólar es una mercancía más en-

tre otras, de lo que se sigue que si apreciamos a esa mercan-

cía en relación a todas las otras que se miden en pesos (in-

cluido el salario de los trabajadores) entonces los poseedores

de esa mercancía “ahora más cara” están en mejores condi-

ciones para intercambiarla por un número mayor de otras

mercancías. La disparada del dólar es la contracara de la caí-

da del peso, por lo tanto, el abaratamiento de los activos na-

cionales. Los capitales con capacidad de generar dólares (los

grandes grupos económicos exportadores de nuestro país pe-

ro también el capital extranjero), quedarían en una posición

sumamente ventajosa para comprar “por chaucha y palitos”

el aparato productivo nacional. Esas son las mentadas inver-

siones que espera atraer el nuevo gobierno.

Lo que el capital financiero necesita hacer en el país y en

todo el mundo es “sincerar la economía”, pero esto no es

como dice la propaganda mediática ajustar el dólar al tipo de

“cambio real” si no ajustar la propiedad al nivel real de socia-

lización actual de las fuerzas productivas, esto es que la eco-

nomía se concentre y centralice a un grado monumental,

como hemos visto en el primer artículo, con las fusiones en-

tre colosos de la economía global. El programa del macrismo

es, ante todo, el de ahondar en el desarrollo de la propiedad

privada, y esto implica, en general y de manera singularmen-

te acuciante en estos tiempos, avance de la concentración y

centralización.

Ese corte transversal al interior de cada sector de la bur-

guesía según su capacidad de competir en el mercado mun-

dial, por “quién aguanta más” en el escenario de voracidad

de la tendencia a la concentración en la actualidad, se expre-

saba este mes en las tensiones al interior de una ya fractura-

da Unión Industrial. Frente al escenario inminente de deva-

luación, a la gran burguesía industrial del país le arreciaban

las complicaciones para mantener a su tropa disciplinada. Así

quedaba expresado en el arrebato del director de Aceitera

General Deheza, Miguel Acevedo, amonestando a su par de

la industria gráfica y uno de los secretarios generales de la

UIA, Juan Carlos Sacco por sus declaraciones: “Es importante

que, cuando hagas una declaración política como la que hi-

ciste, no lo hagas en nombre de la entidad”, le dijo. Sacco

había dicho minutos antes que “a Macri le falta un discurso

industrialista. Esperemos que lo tenga, porque no lo veo ha-

blar mucho de las pymes” (LN 4/11).

También Gerardo Venútolo, líder de la Asociación de Indus-

trias Metalúrgicas (Adimra), confesaba tener “dudas sobre

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Macri porque no se expide sobre el sector”. Y Matías Furió, de

la Cámara del Juguete, más explícito agregaba que si ganaba

Cambiemos quedaban “en peligro todas las fuentes de tra-

bajo, como ya pasó en los '90”. El mismo Héctor Méndez,

ponía sus reparos frente a Cambiemos. “A Macri lo veo con

menos vocación industrial, no ha sido cariñoso con nosotros”

(LN 4/11).

El problema de fondo, que enfrenta a los grandes jugado-

res de la Unión Industrial con los medianos y pequeños, es la

distribución de costos frente a una mega devaluación y el

abandono de las políticas proteccionistas. Días antes de la

segunda vuelta electoral, la Confederación General Económi-

ca (CGE), que aglutina a pequeños empresarios mercado-

internistas, señalaba: “En el balotaje se enfrentan dos mode-

los de país, uno que promete continuar con las políticas de

protección y desarrollo de la industria e incentivo del mercado

interno, corrigiendo aquellas políticas que sean necesarias

para garantizar que se respeten los derechos de las mayorías,

y otro que promete liberar importaciones y exportaciones de

manera indiscriminada”.

Por su parte, Pedro Reyna, presidente de la Cámara de la

Industria del Mueble, mostraba sus temores frente a una

apertura indiscriminada de las importaciones: “No se han

ocupado en clarificar lo que significa la administración del

comercio exterior. Para nosotros es relevante y deberíamos

tener alguna evidencia sobre este tema”. Alberto Sellaro, titu-

lar de la Cámara del Calzado manifestaba en forma más posi-

tiva la posición de su sector “Propulsamos seguir con un mo-

delo productivo como éste, que genera 125 millones de pares

de calzado por año, porque es necesario cuidar los puestos de

trabajo, y tener previsibilidad de acuerdo a la inversión en

maquinaria de tecnología aplicada al sector (…). El consumo

que se alcanzó en esta década nace a raíz de los más de 5 mi-

llones de puestos de trabajo que se crearon. Si baja la ocupa-

ción, el mercado interno va a bajar también” (todo en P12

4/11).

Por lo dicho, pareciera que el pequeño y mediano empre-

sariado nacional tiene fresca la lección aprendida de 1976 al

2001, donde desaparecieron más de 100.000 pequeñas y

medianas empresas y están dispuestos a defender de la con-

centración económica a las más de 760.000 pymes existentes

en la actualidad.

El federalismo de los unitarios

No sólo en la industria se manifiesta la tendencia objetiva a

la concentración de la propiedad capitalista. En el agro, según

datos estimados por Coninagro, Confederaciones Rurales Ar-

gentinas y la Sociedad Rural Argentina, desde 2002 fueron

expulsados de la actividad más de 95.000 “productores”

agropecuarios (LN 14/11). Claro está que estas entidades pa-

tronales presentan esas cifras como si ese fuese un fenó-

meno ocasionado por la “mala praxis K” que destruyó al

“campo”. Sin embargo, teniendo en cuenta que en el mismo

periodo aumentó significativamente el volumen total de gra-

nos producidos y la superficie de tierra cultivada, alcanzando

rindes y cosechas récord por doquier, estos datos no pueden

interpretarse sino como un fenomenal proceso de concen-

tración de la propiedad rural, de los cuales los más grandes

socios de esas entidades fueron los principales beneficiarios.

Al igual que en la Unión industrial, en las entidades rurales

también empiezan a manifestarse las diferencias frente al

nuevo escenario político. Entre los sectores más concentra-

dos, vinculados a la Pampa Húmeda, las tierras más ricas y

mejor conectadas al mercado mundial del país, y a las gran-

des extensiones, por ejemplo el flamante presidente de Con-

federaciones Rurales Argentina (CRA) no ocultaba sus espe-

ranzas de cambio: “Estamos en una etapa refundacional,

ante un proceso eleccionario, con la posibilidad de un cambio

político importante. Tenemos esperanzas de que haya una

nueva visión con respecto a la relación con el sector agrope-

cuario, y en general entre lo público y lo privado. Venimos

de doce años de desencuentros. De doce años de no ser aten-

didos, de no haber encontrado el diálogo, de ser culpables de

todo. Hay que recomponer esa situación a partir del diálogo”

(LN 13/11).

De igual manera, Luis Arias, presidente de la Asociación Ar-

gentina de Girasol (Asagir), no disimulaba sus expectativas de

un triunfo del PRO, mientras anunciaba un repunte de la

campaña girasolera 2014/2015 del 53%, frente a lo recolec-

tado durante el ciclo 2013/2014, vinculada al alza internacio-

nal del precio de la oleaginosa y a una mayor demanda de la

industria aceitera. Aunque esto ocurrió durante la era kirch-

nerista –que según nos explican los medios todos los días

“quebró al campo” – el entusiasmo de Arias venía más aso-

ciado al convencimiento de que: “el próximo gobierno modi-

ficará sustancialmente, si no las elimina, las retenciones del

32% sobre el girasol que, desde 2007, vienen oprimiendo a

la cadena de valor” (CR 02/11).

La Cámara de la Industria de la Carne (CICCRA) manifestaba

también su entusiasmo frente a la perspectiva de un cambio.

La entidad dirigida por Miguel Schiariti, planteó que un even-

tual triunfo de la alianza Cambiemos, que lidera Mauricio

Macri, y la concreción de la promesa electoral de quitar las

retenciones a las exportaciones de carne (hoy en 15%): “dis-

minuirá la pérdida en el sector exportador y, si complemen-

tariamente hay una modificación en el tipo de cambio, con

seguridad se podrá aumentar el precio del novillo pesado”

(CR 19/11).

Tan solo dos días después del balotaje, Luis Etchevehere de

SRA sintetizaba las demandas de sus colegas al recordarle a

Mauricio Macri sus promesas de campaña de “eliminar todas

las retenciones” y se preguntaba cínicamente: “¿Qué son las

retenciones al trigo, al maíz y a la carne? Representan un día

de recaudación del Fisco y en el caso de la soja en grano, son

dos días de recaudación” (LN 24/11). Actualmente el sector

cuenta con “reservas” por 8800 millones de dólares, listas pa-

ra ser liquidadas cuando el gobierno de las señales prometi-

das (P12 25/11).

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Análisis de Coyuntura 37

DICIEMBRE DE 2015

Sin embargo, mientras la oligarquía especulaba con una

devaluación y quita de retenciones, los sectores más peque-

ños de la actividad alertaban sobre las futuras consecuencias

de una medida de ese tipo. Pedro Peretti, ex director de la

Federación Agraria y actualmente integrante de la línea in-

terna Grito de Alcorta explicaba: “La propuesta de (Mauricio)

Macri para el sector es una trampa. Sus 13 puntos genera-

rán la integración vertical de empresas, lo que provocará la

expulsión de muchísimos productores. La eliminación indis-

criminada de retenciones redireccionará recursos a la acti-

vidad rentística, con menos chacareros en los campos. Es

una vuelta al neoliberalismo agrario” (P12 10/11). La ten-

dencia es a la profundización de la concentración económica

no a una mayor democratización de la renta en beneficio del

interior del país.

Otra consecuencia inmediata de eliminar retenciones sería

la disminución o desaparición del Fondo Federal Sojero que

surge de retraer el 30% de lo que se recauda en concepto de

retenciones a la soja y que reparte el Estado nacional en for-

ma alícuota, siguiendo los porcentajes de la coparticipación

federal, entre todas las provincias y municipios del país, algu-

nos de los cuales no tienen soja ni a cien kilómetros a la re-

donda (P12 9/11). De esta manera Buenos Aires, Córdoba,

Entre Ríos y Santa Fe, que concentran el 87% de la produc-

ción sojera del país, acapararían recaudaciones fiscales ex-

traordinarias, sin redistribuir su renta diferencial al NOA, o al

NEA. La discusión de las provincias inviables desde la lógica

de obtención de ganancias ampliadas del capital volvía a po-

nerse sobre el tapete, junto al carácter no auto-centrado que

el desarrollo dependiente impuso a la fisonomía de nuestra

estructura económica y social.

A fin de mes la Corte Suprema de Justicia resolvía un fallo

de enormes implicancias en este sentido, declarando incons-

titucional que el Estado nacional se quede con el 15% de la

masa de recursos impositivos coparticipables. Este mecanis-

mo financiaba las prestaciones sociales, entre las que están

las jubilaciones y pensiones, la asignación universal por hijo,

las asignaciones familiares y el seguro de desempleo de todos

los habitantes del país, sin discriminar entre provincias ricas y

pobres, administradas desde ANSeS. El fallo además, obligaba

al Estado nacional a devolverle a las provincias alcanzadas

por la resolución, a valor real, el monto derivado, que ascen-

día a un cálculo de $ 89.246 millones, distribuidos entre Cór-

doba ($ 39.446 millones), Santa Fe ($ 39.800 millones) y San

Luis ($ 10.000 millones) (LN 25 y 26/11).

Es evidente que la versión del federalismo de la Corte va en

la dirección de establecer una “igualdad formal” entre las

provincias reconociendo a cada cual su situación económica

presente, agravando de esta forma las inequidades de origen

fruto de una desigual integración al mercado mundial; des-

armando el mecanismo con que la fuerza social expresada en

el gobierno kirchnerista hizo frente a esa desigualdad, bus-

cando la “igualdad real”, que no es otra cosa que tratar dis-

tinto a los que son distintos, para equilibrar la distribución de

la riqueza.

En resumidas cuentas, puede observarse en los hechos del

mes, previos aún a la asunción del ingeniero Mauricio Macri,

una tendencia a la aceleración de los procesos de concentra-

ción y centralización de la propiedad, estimulados por el

triunfo electoral de la Alianza Cambiemos que otorga predo-

minio en la conducción del Estado al capital financiero más

concentrado a escala global y a la fracción nacional de los

grupos económicos monopólicos con asiento en la zona nú-

cleo del país (Buenos Aires, Córdoba, este de La Pampa, sur

de Santa Fe, sur de Entre Rios), por sobre los intereses del

resto del pueblo. Este movimiento de acumulación hacia un

centro geográfico y económico (aquel en condiciones de vin-

cularse exitosamente con su producción al mundo), tiene su

contracara enla tendencia equivalente pero opuesta hacia la

disgregación de los lazos de solidaridad que ligan a la socie-

dad nacional entre sí.

Como venimos analizando todos los meses en esta publica-

ción es ésta una tendencia objetiva de las leyes intrínsecas

del capitalismo que puede retrasarse o acelerarse, según se

den las correlaciones políticas, pero no detenerse. Sólo la

transformación radical de la propiedad privada en propiedad

social puede detener las fuerzas disgregadoras de la concen-

tración económica, controlar las fuerzas del mercado.

Entre la resistencia y la ofensiva

En las filas del movimiento obrero argentino, el clima de

disputa entre dos proyectos de país presentado en el balota-

je, agitaba las aguas. Los intentos de unidad esbozados el

mes pasado parecían atorarse en la falta de unidad ideológi-

ca y política sobre estas cuestiones en pugna. Quien más lu-

cidamente expresaba el dilema actual era Ricardo Pignanelli

de SMATA: “No puede haber unidad si hay gremios que apo-

yan a proyectos políticos distintos” (TA 5/11). Así llegaba, no

menos dividido que el resto de la sociedad, el movimiento

obrero aposicionarse frente a la contienda electoral.

Mientras que una gran cantidad de sindicatos mostraban

un claro alineamiento en apoyo al candidato del Frente Para

la Victoria (FPV), con la participación de 120 gremios en la

campaña (TA 3/11), otros sectores se mostraron afines a las

candidaturas del frente Cambiemos y otros se mantuvieron

ajenos a la contienda electoral. En todos los casos las elec-

ciones parecieron suscitar preocupación pero no optimismo

entre los trabajadores.

Entre los opositores a la continuidad del kirchnerismo se

encuentra el camionero Hugo Moyano, quien reclamaba

“sincerar” los números de la economía, durante un acto por

el día del militante, en el salón Felipe Vallese de la CGT. Tras

comparar la situación actual con la del 2001 aclaraba: “No es-

toy pidiendo nada, solo digo que así no se puede seguir sino

se sincera la economía. Nadie quiere decir la verdad, pero le

están mintiendo a la gente” (LN 24/11). El Momo Venegas, de

una lealtad más probada a la oligarquía, recibía a fin de mes

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38 Antagónicos

DICIEMBRE DE 2015

un pago por sus servicios prestados al fallar la Corte Supre-

ma, con la firma de Lorenzetti, Fayt y Maqueda, declarando

la inconstitucionalidad del RENATEA, el organismo estatal en-

cargado de fiscalizar el trabajo rural y reinstalando el registro

en jurisdicción de UATRE y las corporaciones patronales (P12

25/11).

Del lado de la CGT Caló, se impulsaban asambleas por fá-

brica para discutir la perspectiva política y la necesidad de

apoyar al candidato oficialista. En tanto el Movimiento Ac-

ción Sindical Argentino (MASA) liderado por Omar Viviani,

sumaba fiscales para el FPV en la elección (CR 19/11).

En tanto, otros dirigentes se mostraban preocupados por el

futuro. Facundo Moyano, líder de los peajistas y diputado del

frente massista UNA –que perdió en la primera vuelta–, no se

identificaba con el candidato del FPV, pero aclaraba, ya con el

triunfo de Macri sobre la mesa: “Soy oposición, voy a hacer

una oposición responsable pero firme, y me parece que no

hay demasiado margen para medidas bruscas que vayan en

contra de los intereses de los sectores más vulnerables” (CL

25/11). Unos días antes, el ferroviario Sergio Sasia opinó

frente a un posible triunfo del PRO: “cualquier gobierno que

atente contra las paritarias libres, la reactivación ferroviaria

y las otras conquistas recuperadas en este tiempo por el

movimiento obrero nos va a tener en la lucha, porque no

vamos a permitir que esto se lleve adelante (…). Nos van a

encontrar en la calle para defender lo conquistado” (TA

12/11).

Si gana el que está menos dividido, como dijera el dirigente

obrero K.Marx, a la luz de la heterogeneidad de posiciona-

mientos al interior del movimiento obrero y de la fuerza so-

cial nacional y popular, es fácil comprender el porqué del re-

sultado electoral. Como puede observarse, las organizaciones

de los trabajadores ingresan a la nueva etapa con una larga

experiencia de lucha acumulada, preparadas para resistir la

agresión neoliberal, pero en momentos donde la crisis de las

relaciones sociales vigentes demanda una superación, un

programa desde los trabajadores. Ese elemento estuvo au-

sente en el debate electoral.

A su vez, la fuerza social triunfante en las elecciones del 22

de noviembre no está exenta de contradicciones. La agudiza-

ción de la disputa por la reproducción en las altas esferas del

capital implica, como vimos, fracturas por doquier. El pro-

grama del macrismo buscará imponer la necesidad de las

fracciones más concentradas a costa de la expropiación de la

masa de trabajadores argentinos y de las fracciones merca-

do-internistas del empresariado local. La unidad en el cambio

parece una meta difícil de alcanzar. Pasemos a ver cómo se

manifestaban en el plano político estas dificultades.

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Triunfo electoral de la fuerza imperial-oligárquica en la Argentina

De batallas y guerras por la liberación nacional

“Una derrota peleada vale más que una victoria casual” (José de San Martín)

Como todos sabemos, el resultado del balotaje fue favora-

ble a la fuerza Cambiemos, identificada abiertamente con los

intereses de los sectores económicos trasnacionales más

concentrados. Este hecho significa que, por primera vez en la

Argentina, la fuerza social conducida por la oligarquía finan-

ciera/terrateniente/pro-imperialista accede al gobierno del

Estado a través de elecciones democráticas, sin proscripcio-

nes de ninguna fuerza y sin contar –al menos de manera

abierta– con el aparato del Partido Justicialista, que había lo-

grado “colonizar” durante la década del 90, a través de la fi-

gura de Carlos Saúl Menem.

El hecho abre un nuevo capítulo en el enfrentamiento en-

tre la fuerza oligárquica y la fuerza nacional popular en la Ar-

gentina, expresada históricamente en el peronismo y, desde

hace doce años, en el kirchnerismo.

Cerrados los comicios nacionales, el Frente Cambiemos

(FC) se hacía de la victoria con 12.988.349 votos, equivalen-

tes a un 51,34%, mientras 12.309.301 votos, equivalentes al

48,66% del electorado nacional, avalaban al candidato del

FPV. El país quedaba divido así en dos mitades. Y esas dos mi-

tades quedaban representadas geográficamente.

En la mayoría de las provincias triunfó el FPV (Buenos Ai-

res, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fue-

go, Santiago del Estero, Corrientes, Chaco, Misiones, Formo-

sa, Salta, Tucumán, Catamarca, San Juan). No obstante, la

minoría de las provincias cuya población optó por el FC es

aquella en la que se concentra el grueso de la población del

país, si se exceptúa la Provincia de Buenos Aires (Córdoba,

Mendoza, Santa Fe y la Capital Federal). Jujuy, San Luis, La

Rioja y La Pampa completaron el mapa de la victoria macris-

ta.

En las provincias del norte –declaradas inviables por el neo-

liberalismo en los 90–, con la excepción de Jujuy, lo mismo

que en las provincias patagónicas, hubo un claro triunfo del

FPV. En contraposición a esto, la mayoría de la población de

las provincias económicamente más desarrolladas acompa-

ñaban con su voto al FC, con la excepción de la provincia de

Bs. As., donde triunfaba el FPV por un escaso margen, basado

en los votos del conurbano bonaerense, hogar de la mayor

parte de la clase trabajadora de la provincia y el país; y donde

se concentra además numerosa población originaria –en

años de migraciones internas a lo largo de todo el siglo XX y

aún hoy– de aquellas provincias “inviables” para el gran capi-

tal.

La abultadísima diferencia registrada en Córdoba, donde el

FC obtuvo el 71% de los sufragios contra el 28% de FPV, signi-

ficó una diferencia de casi 900.000 votos, irremontable para

el resto del país. El resto de los grandes centros urbanos –

donde se concentran los sectores de mayores ingresos, los

puertos y los centros financieros (Capital Federal, Rosario y,

en menor medida, Mendoza), aunque con una diferencia mu-

cho menor en este caso– acompañaron la opción del “cam-

bio”. De nuevo, se divide el país entre las minorías vinculadas

al capital más concentrado a nivel mundial y los sectores que

deben ser expropiados por este capital. No obstante, quedó

evidenciado que dichas minorías han logrado, circunstan-

cialmente, convencer a la mitad de la población de que su

programa era beneficioso para el conjunto.

Vuelven a sonar ecos de la disputa entre unitarios y federa-

les, es decir, entre el interior profundo y la zona portuaria li-

gada al capital foráneo. Se actualiza así una vez más la con-

tradicción principal que arrastra nuestro país desde sus

orígenes: la subordinación de las tierras más fértiles del

mundo a la industria extranjera o la explotación y desarrollo

de estas al servicio de las mayorías del país, ligadas íntima-

mente al destino del conjunto de los territorios que compo-

nen la América Profunda.

Esto se evidenciaba luego de las declaraciones del futuro

ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, quien

cuestionó la validez de dirigentes políticos provenientes de

“provincias con muy pocos habitantes con un currículum

prácticamente desconocido”, mostrando su preocupación so-

bre la posibilidad de que “en el 2020 estemos hablando del

fulano de tal que vino, no sé, de Santiago del Estero, que no lo

conocíamos, apareció de la nada y resulta que se quedó con

todo el poder” (portal mdzol 6/11).

Pero analicemos cómo se posicionaron los diferentes acto-

res en el camino al sufragio, luego de este y los planes que se

preparan.

La alegría no es sólo brasilera, también es

patronal

Ni bien hubo terminado el acto electoral, distintos actores

del establishment mostraban su apoyo y euforia por la victo-

ria de Mauricio Macri y por el conjunto de técnicos y empre-

sarios que anunciaba como parte de su gabinete de ministros

(que analizaremos mas adelante). Decía Adelmo Gabbi, pre-

sidente de la Bolsa de Comercio porteña: “El hartazgo que se

notaba en la ciudadanía se vio en las urnas. Seguramente a

partir de la semana próxima tendremos que estar todos en el

mismo equipo”. Jaime Campos, presidente de la Asociación

Empresaria Argentina (AEA), celebraba: “Es sumamente posi-

tiva la consolidación del sistema republicano de gobierno y

tenemos muy buenas expectativas sobre el período que se

abre hoy”. Un concepto muy similar al de Adrián Kaufmann,

presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) y represen-

tante de la principal empresa alimenticia del país, Arcor: “La

alternancia fortalece a la democracia: esperemos que los fun-

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40 De batallas y guerras por la liberación nacional

DICIEMBRE DE 2015

cionarios que se van les presten colaboración a los que llegan

y se logre una transición ordenada” (LN 23/11). Por esas

mismas fechas nos enterábamos por los diarios que Cristiano

Rattazzi, líder de FCA (Fiat y Chrysler), había oficiado de fiscal

por Cambiemos en La Matanza.

Sintetizaba estas ideas de manera pintoresca y desnudaba

al mismo tiempo el carácter de clase del futuro gobierno,

luego de anunciado el gabinete, Claudio Cesario, presidente

de la asociación que nuclea a los bancos extranjeros que ope-

ran en el país (ABA), cuando opinaba que “por su nivel de

profesionalismo y talento el equipo de Mauricio Macri es el

Barcelona. (…) Vengo de los Estados Unidos (…) y a diferencia

de otros años en que poco o nulo interés despertaba la Ar-

gentina (…) hoy somos buscados y bien atendidos por bancos

y organismos multilaterales. Los bancos de ABA tienen una

posición de privilegio como embajadores del país para pro-

mover e intentar conseguir las inversiones de capital que el

país requiere para su desarrollo” (LN 27/11). La sola idea de

que bancos extranjeros fueran imaginados como “los emba-

jadores del país” para atraer los capitales extranjeros mues-

tra hasta qué punto el nuevo gobierno es parte inseparable

del fortalecimiento del poder del capital extranjero en el te-

rritorio nacional.

Felices por esa “torcida idea de la libertad”

No podemos pensar que la situación estructural de crisis

en que se haya el sistema capitalista a nivel mundial haya

cambiado sustancialmente por el revés electoral de las fuer-

zas nacionales en un país. Más bien todo lo contrario. Pues se

trata de una crisis engendrada por la propia lógica de las re-

laciones en las que se basa este sistema y, por ende, no pue-

de superarse en los marcos del capitalismo. Pero si bien el

capital no está ya en condiciones de resolver su crisis, puede

obtener triunfos parciales que aplacen, dilaten dicha resolu-

ción en el tiempo, profundizando la concentración y centrali-

zación en beneficio de los 147 grupos que manejan el 40% de

la producción y el comercio mundiales y sus subsidiarios. Esto

es, profundizando la expropiación del conjunto de los secto-

res del trabajo y el capital que no son parte de ellos. Lo que

no hace más que empeorar las condiciones de vida del con-

junto de la población, haciendo más y más violenta la crisis a

futuro.

Volver a controlar el gobierno del Estado en países donde

se desarrollan desde hace años procesos –en mayor o menor

medida– contrahegemónicos a las políticas dictadas por el

Imperio se vuelve prioritario para generar las condiciones

económicas, pero sobre todo políticas y culturales, que hagan

posible sus objetivos. Buscan así un alineamiento de todos

los poderes del Estado en función de su necesidad, para en-

contrar esa “libertad” que criticara el general Perón en la dé-

cada del 40, la libertad de imponer sus intereses al conjunto

de la sociedad. Sin embargo, estos intereses atentan contra

las condiciones de vida de las masas trabajadoras. Por lo tan-

to, la posibilidad de alcanzar la gobernabilidad, dada la cono-

cida historia de lucha del pueblo argentino –sobre todo en su

faceta mas reciente, el estallido social del 2001 (que generó

las condiciones para una recomposición de los niveles de vida

para los trabajadores y el pueblo en general)– se vuelve el

problema más inmediato para los sectores concentrados.

El New York Times, vocero de los intereses imperiales, tra-

zaba una hoja de ruta para el nuevo gobierno argentino, po-

niendo el eje en un rápido “acuerdo” con los buitres: “Conse-

guir créditos del exterior para hacer reformas será difícil

hasta que la Argentina logre reestructurar su deuda externa”.

No obstante, alertaba sobre la conflictividad social que la po-

lítica pregonada traerá: “Reformar una economía estancada

será doloroso en el corto plazo”. Y también sobre cómo se

expresará dicha conflictividad en el Poder Legislativo: “Sacar

a la Argentina de su hábito de décadas de gastar más de lo

que gana requerirá destreza, porque los peronistas y otros

partidos de la oposición que dominan el Congreso probable-

mente se interpondrán en el camino de las reformas” (LN

28/11). En síntesis, nos proponía el ajuste y el pago a los fon-

dos buitre, para así permitir al país el “beneficio” de volver a

endeudarse y permitir la llegada de inversiones extranjeras.

Presentaban a sus intereses como los intereses de la nación,

la necesidad de remachar la dependencia financiera y la ex-

tranjerización de la economía nacional.

Léase, una vez más, el clásico argumento sobre la necesi-

dad de tomar deuda por parte de los países periféricos para

saldar sus cuentas y la bondad de los centros financieros al

prestar plata cuando los gobiernos son “previsibles”, es decir,

hacen lo que ellos dicen. Lo que nunca dicen los voceros del

gran capital concentrado es que en realidad es este el necesi-

tado de prestar deuda a altos intereses, vista la plétora de

capital existente que no halla en ninguna rama de la produc-

ción sitio para reproducirse a escala ampliada, por la crisis de

sobreproducción que afecta a la mayoría de las ramas a nivel

mundial. Sin embargo, en la superficie aparece dicho meca-

nismo como una necesidad del que recibe el préstamo. Re-

cordemos las palabras de la ex presidenta Cristina Fernández,

cuando advertía que no había que permitir que vuelvan a en-

deudarnos como durante la dictadura y los años subsiguien-

tes, que esa no era una necesidad de los argentinos…

Pero, a su vez, el matutino neoyorquino advertía quién po-

dría poner en peligro sus intereses: el peronismo y otros par-

tidos de oposición. Saben que sus objetivos implican políticas

antipopulares, por esencia: baja de salarios reales y entrega

de los recursos nacionales. Por ende, se cuidan de las fuerzas

que históricamente se le han opuesto.

Otro de los rasgos de su plan era trazado por el dirigente

radical Terragno: “A la gente le cuesta (y es natural que le

cueste) comprender que la culpa de un ajuste la tiene el que

desajustó. Y que la culpa de una devaluación la tiene el que

sobrevaluó. Hay, en el nuevo gobierno de la Argentina, nece-

sidad de adoptar medidas que no pueden sino provocar reac-

ciones sociales adversas” (CL 29/11). Su estrategia discursiva

será trastocar causas por consecuencias. Si el gobierno de

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Análisis de Coyuntura 41

DICIEMBRE DE 2015

Macri ajusta, será por culpa del gobierno anterior que ex-

pandió las condiciones de consumo de la población. Todo el

argumento se basa en el ocultamiento de los intereses que

están en el fondo diseñando las políticas venideras, negar el

interés de fondo en un futuro ajuste del gasto público o de

una transferencia de ingresos en beneficio de los grupos más

concentrados.

“Dream Team” del coloniaje

Con el objetivo de dar vuelta un conjunto de políticas apli-

cadas en estos años contra sus intereses, se buscó construir

un gabinete de marcado riñón empresario, con el declarado

objetivo de generar “espectativa de buenos negocios” para el

capital trasnacional. Algunos de los nombres más resonantes

del nuevo gabinete son: Alfonso Prat Gay (ex ejecutivo de la

banca JP Morgan, administrador de la fortuna de Amalita

Fortabat –ex dueña de la cementera Loma Negra– y gradua-

do de la Universidad Católica Argentina) como secretario de

Hacienda y Finanzas; Juan José Aranguren (ex CEO de Shell y

actor principal en la corrida cambiaria de enero de 2014 con-

tra el gobierno de Cristina), al frente del área de Energía y

Minería; Ricardo Buryaile (ex presidente de la Sociedad Rural

de Pilcomayo, ex titular de la Confederación de Sociedades

Rurales de Chaco y Formosa, ex vicepresidente segundo de

Confederaciones Rurales Argentinas –con alto grado de ex-

posición durante el conflicto por las retenciones móviles en

2008– y diputado por la UCR) conducirá los destinos de Agri-

cultura, Ganadería y Pesca; Isela Costantini (presidenta de

General Motors), como nueva titular de Aerolíneas Argenti-

nas; Susana Malcorra (asesora de Ban Ki Moon en la ONU y

ex directiva de Telecom e IBM), será la nueva canciller; Parti-

cia Bulrrich (ministra de trabajo del gobierno de Fernando de

la Rúa en tiempos de ajuste a los jubilados y los empleados

del Estado), como ministra de Seguridad; entre otros muchos

nombres.

Los dueños de todo se acomodan en las sillas del Gobierno

para reorganizar la nación en función de sus intereses.

Como una muestra de las políticas por venir, el nuevo mi-

nistro de energía anunciaba un aumento sostenido de las ta-

rifas eléctricas, quitas de impuestos para empresas y se re-

afirmaba la promesa de levantar todas las retensiones, salvo

las de la soja, que sólo sufrirá una rebaja este año (LN 28/11)

(ver artículo 5 de la presente edición). Se auguraba un acer-

camiento a los EEUU y a la Alianza del Pacífico (LN 24/11).

Como indicábamos en el Análisis… anterior, parecía imple-

mentarse el plan “shock de los 100 primeros días”, donde se

realizarían las medidas más impopulares, amparados en el

supuesto crédito dado a todo nuevo gobierno.

Sin embargo, entre la algarabía del triunfo, la voz de

Eduardo Fidanza advertía una vez más: “La sociedad argenti-

na quedó partida casi por mitades, en términos electorales y

políticos”. Y unos días más tarde, gritaba más fuerte aún a la

tropa propia, a ver si escuchaba un poco: “Empresarios que

recomiendan recetas severas de shock –aumento de tarifas,

fin de la flotación administrada del dólar–, agropecuarios que

exigen el cumplimiento perentorio de promesas escritas, edi-

toriales que solicitan revisar las condiciones de detención de

condenados por lesa humanidad. Puede tratarse de deman-

das con una cuota de razón y haberse formulado sin mala in-

tención. Pero se caracterizan más por el apremio que por la

mesura” (LN 23 y 28/11). Fidanza, con su lucidez habitual, re-

conocía que no alcanza con una mayoría circunstancial para

que sus intereses se impongan con el consenso necesario en

la sociedad. Advertía que su fuerza tiene apuro en aplicar las

medidas que necesita, pero que ese apuro choca con la posi-

bilidad de precipitar fuerzas a las que no tiene aún cómo con-

trolar. En criollo, “se incendia el país si pisamos el acelerador,

muchachos”… Con sabiduría, les indicaba mesura. Pero la

prudencia a veces contradice la necesidad, y en especial la

alocada necesidad del capital.

Les traigo paz

Y como no hay tiempo para la prudencia y la mesura, como

el conflicto con los sectores populares se vislumbra inevitable

ante las medidas que urgen al capital concentrado, la estate-

gía discursiva del PRO se concentró en profundizar su aparen-

te ambigüedad ideológica, buscando no confrontar discursi-

vamente y denunciando todo conflicto social como

proveniente de las filas nacional-populares. Así, se buscó –y

se logró en cierta medida– instalar la idea de que la confron-

tación no es fruto de un conflicto económico objetivo, sino

de la mala intención del populismo.

Es así que, desde su semanario The Economist, ya antes de

la elección la city londinense aleccionaba: “PRO, comenzó a la

derecha, pero se ha vuelto más inclusivo. No es peronista (...)

pero tampoco es anti-peronista”. Y reconomendaba al que

sería semanas más tarde su “empleado del mes”: “Para ga-

nar, Macri tendrá que cambiar la percepcion de que es un ca-

pitalista de corazon frío, nacido en cuna de oro” (TE 31/10).

Con clara conciencia de que existe una experiencia popular

que aleja a los sectores trabajadores de los representantes

del capital, mostraba que las trabas para una victoria del ma-

crimo eran de clase.

Y ya con la copa en alza, La Nación editorializaba: “El triun-

fo de Mauricio Macri en las elecciones presidenciales [es] (…)

un testimonio contundente de un largo proceso de hartazgo

de los modos y las formas kirchneristas. Ha sido un basta ro-

tundo al relato que reescribe la historia en beneficio de un

sector determinado, al revanchismo, al populismo (…) y a una

forma de gobernar autoritaria, totalmente sorda e insensible

a la opinión ajena” (LN 24/11). La estrategia es que todo

cuestionamiento a su dominio absoluto debe ser denunciado

como espurio, para prepararse a culpar a los sectores despo-

seídos y sus dirigentes del conflicto social por venir.

Y con su odio habitual, el escriba Jorge Fernandez Díaz

bramaba en la misma Tribuna de Doctrina: “El kirchnerismo

se intoxicó de discurso y se ahogó en su propio charco de pa-

labras”. Para sentenciar: “El Metrobus venció a la lucha de

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42 De batallas y guerras por la liberación nacional

DICIEMBRE DE 2015

clases”. Es decir, la “gestión” triunfaba sobre la “ideología”

(LN 1/11). La versión criolla del “fin de las ideologías”, recar-

gada por la descomposición del capital operada en los últi-

mos años. Ya no existen visiones del mundo confrontadas.

Una, el capitalismo –en su versión neoliberal– ha triunfado y

se ha convertido en un hecho más de la naturaleza de las co-

sas. Oponerse a ello es ir contranatura. Esta mirada sobre las

cosas logró imponerse durante las décadas de los 80 y 90 en

el mundo y en nuestramérica. Ahora, cuando los hechos que

ocurren en todo el mundo no cesan de contradecir dicho

concepto y en numerosas naciones los pueblos luchan y en

muchos casos logran imponer políticas de desarrollo contra-

rias a la lógica de dominación imperial, este Imperio mori-

bundo contraataca y logra alzarse con victorias parciales, co-

mo en Argentina, Venezuela y, hasta cierto punto, Brasil. Y

para sostener su política de “tierra arrasada” tiene que negar

la existencia de voces diferentes a la propia. Es más, tiene

que erradicar del conjunto del pueblo la posibilidad misma de

pensar. Sencillamente. Ese es el fundamento en que se sos-

tiene el planteo de que ya no existen ideologías, ya que no

están en condiciones de decir la verdad y plantear que la úni-

ca ideología válida para el gran capital es aquella que justifica

con la palabra el hecho de la expropiación a gran escala de

todo lo que generan los pueblos con su laboriosidad y de las

riquezas con que la naturaleza dotó a estos. Entonces, la

“ideología” es disfrazada de “sentido común”, como naturali-

zación de este hecho expropiatorio. Tan verdadero es que el

cielo es azul, como el control multinacional de la exportación

de granos, parecen decir. Como nos aleccionaba el Rabi Shan

Kar, gurú de Macri, “si sucede, conviene”.

Sin embargo, los sectores imperialistas no apelan solamen-

te a la estrategia de la confusión, porque saben que no alcan-

za. El pueblo en su lucha saca conclusiones, que lo preparan

para responder no sólo a las mentiras y los golpes discursi-

vos, sino a sus constantes ataques económicos y políticos.

Jueces muy imparciales

Como no alcanzan las palabras para el sostén político del

establishment –dada la nueva relación de fuerzas luego del

levantamiento popular de 2001 y los 12 años de gobierno de

la fuerza nacional-popular–, hay apuro en ordenar todas las

fuerzas del Estado en función de sus intereses. El poder que

más rápidamente prestó su colaboración fue el Poder Judi-

cial, que en los últimos años permitió sostener determinadas

posiciones de poder a la oligarquía y los monopolios frente a

los avances de la alianza social que se expresó en el kirchne-

rismo. La multitud de medidas cautelares que no permitieron

avanzar en muchos planos (ley de medios, ley de subrogan-

cias, expropiación del predio de La Rural, entre otras) consti-

tuyen un ejemplo de ello.

Desde las elecciones generales, donde se afianzaba la posi-

bilidad concreta de que el PRO accediera al control del Poder

Ejecutivo, la Corte Suprema de Justicia avanzó en varios te-

mas que benefician a los grandes grupos empresarios, apro-

vechando la próxima jubilación del juez Fayt, para que pudie-

ra darles la mayoría que necesitaban. La cantidad y calidad de

los fallos muestran la disciplina de la Corte ante los propieta-

rios del país. Veamos la seguidilla.

El 4 de noviembre la Corte Suprema de Justicia declaró la

inconstitucionalidad de la Ley de Subrogancias sancionada

por el Congreso el 10 de junio, que trasladaba al Consejo de

la Magistratura la facultad de nombrar a los jueces suplentes

en los cargos vacantes, regresando así al sistema previo,

donde las Cámaras de Apelaciones y de Casación son las que

manejan las designaciones. Además, anuló los nombramien-

tos de todos los subrogantes que se hicieron con la nueva ley

y la lista de conjueces confeccionada por el Consejo. Esto sig-

nifica dar muchísimas mas facultades a la casta judicial y co-

rrer a todos los conjueces que estaban en funciones hasta

ahora, muchos vinculados al kirchnerismo, accediendo a un

pedido largamente repetido por los editoriales del diario La

Nación.

El 10, benefició al Grupo Clarín con la continuidad de una

medida cautelar que lo exime de adecuarse a la Ley de Servi-

cios de Comunicación Audiovisual y prohíbe al AFSCA avanzar

con una adecuación de hecho. Blindando judicialmente al

monopolio, hasta enero. Es decir, hasta el cambio de autori-

dades.

El mismo 10, le ordenó a la petrolera YPF que haga públicas

las cláusulas secretas del acuerdo firmado con la estadouni-

dense Chevron para la explotación petrolera en Vaca Muerta.

En un fallo que significó darle rienda a los ataques de la opo-

sición en medio de la campaña por el balotaje.

El 24, revocó un fallo de la sala VII de la Cámara Nacional

de Apelaciones del Trabajo que confirmaba la creación del

Registro Nacional de Trabajadores y Empleados Agrarios (Re-

natea) y ordenó el dictado de una nueva sentencia. El Con-

greso había aprobado el registro en diciembre de 2011, a tra-

vés de la ley 26.727, pero el dirigente sindical Gerónimo

“Momo” Venegas, que hasta entonces controlaba ese regis-

tro a través del Renatre, solicitó la declaración de inconstitu-

cionalidad de los artículos 106 y 107, que determinaban el

traspaso de las funciones, personal y patrimonio del ente pú-

blico no estatal al nuevo ente autárquico estatal. De esa ma-

nera, devolvía el control de la obra social y el poder de ins-

pección al ente formado por el Sindicato de peones de

campo y fundamentalmente por la Sociedad Rural Argentina.

De este modo, la SRA continuará autocontrolándose, en una

actividad en la que la informalidad laboral ronde entre el 65%

y el 70%.

Y en el fallo quizá más controvertido –en esta larga lista de

la que aparace como nueva “corte adicta”– también el 24 de-

claró la inconstitucionalidad de la detracción del 15% de la

masa de impuestos coparticipables que realiza el Estado na-

cional desde 1992 para financiar a la ANSES. Situación que

impactará en los beneficios que reciben jubilados, pensiona-

dos y beneficiarios de planes sociales. El fallo parece ser el

inicio de un achicamiento del ANSES, para poder quitarle el

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Análisis de Coyuntura 43

DICIEMBRE DE 2015

protagonismo de estos años en el avance de las condiciones

de vida de amplios sectores y lograr su futura privatización

(P12 29/11).

Todos estos fallos, además de dar más poder a los propie-

tarios, significan una toma de posición sobre el carácter del

Estado. Declarar inconstitucional todos esos avances, signifi-

ca decir que el Estado argentino, en su carta orgánica, es in-

compatible con limitar el poder de los monopolios y la oligar-

quía.

Ademas, el Poder Judicial intentará ser una “arena de

combate” para perseguir a funcionarios del gobierno anterior

y para correr a los funcionarios que ocupan espacios estata-

les con mandatos que superan el 10 de diciembre, como es el

caso del presidente del AFSCA (Martín Sabatella), del presi-

dente del Banco Central (Alejandro Vanoli), la procuradora

general de la nación (Alejandra Gils Carbó) o los designados

en las últimos días Julián Alvarez y Juan Forlón, en la Audito-

ría General de la Nación (P12 9/11).

De este modo, el juez federal Claudio Bonadio ordenaba

allanar la sede del Banco Central de la República Argentina

(BCRA) para investigar a su presidente (LN 18/11) y días más

tarde el AFSCA. Mientras en el Ejecutivo optan por el discurso

de la “paz”, el Poder Judicial se mancha las manos.

Medidas mucho menores hubieran sida tachadas de “per-

secución política” por la siempre perseguida oligarquía. Pero

en este caso son presentadas como parte de “la construcción

de un país normal”.

Militares muy honorables

El proceso de realineamiento de los poderes del Estado en

función del plan oligárquico, a partir del control del ejecutivo,

tiene también su capítulo militar.

La centralidad dada a los planes contra la inseguridad, ex-

presada por todos los intendentes electos del macrismo (LN

1/11) tiene como trasfondo el vínculo que necesita la oligar-

quía con las fuerzas de seguridad, para mantener controlada

una sociedad convulsionada por el desbarajuste de las condi-

ciones de vida de los trabajadores.

La Tribuna de Doctrina oligárquica recibía al nuevo go-

bierno electo con una editorial de antología, donde justifica-

ba el accionar militar en la década del setenta y acusaba al

gobierno kirchnerista de terrorista: “Los trágicos hechos de la

década del setenta han sido tamizados por la izquierda ideo-

lógicamente comprometida con los grupos terroristas que

asesinaron aquí con armas, bombas e integración celular de

la que en nada se diferencian quienes provocaron el viernes

13, en París, la conmoción que sacudió al mundo. Aquella iz-

quierda verbosa, de verdadera configuración fascista antes y

ahora, se apoderó desde comienzos del gobierno de los Kirch-

ner del aparato propagandístico oficial. (…) Ha llegado la ho-

ra de poner las cosas en su lugar. Debatir que quienes sem-

braron la anarquía en el país y destruyeron vidas y bienes no

pueden gozar por más tiempo de un reconocimiento históri-

co” (LN 23/11).

Al día siguiente de la elección, se trataba de una lisa y llana

“marcada de cancha”, dirigida al nuevo gobierno y a todas las

fuerzas políticas de la reacción. El centro no era el reclamo

puntual por los represores detenidos sino hacerle entender a

su fuerza la necesidad de destruir cualquier vínculo positivo

de las generaciones actuales y futuras con la lucha revolucio-

naria de la década del 70. No puede permitirse la derrota cul-

tural que significó para la oligarquía que se haya desenmas-

carado el hilo intrínseco que une el plan sistemático de

represión, tortura y muerte con el plan económico alineado

con los intereses del capital norteamericano y europeo más

concentrado, que tuvo el proceso militar. Toda reivindicación

de los sectores que lucharon contra esos intereses debe ser

disuelta, para que las luchas de hoy no tengan pasado, para

disolver la raigambre histórica de las batallas por venir. La

Nación sale a empujar así a su fuerza contra esa reivindica-

ción del pasado, a pesar de recibir el repudio de múltiples

sectores (como indicaremos enseguida), conciente de que su

fuerza debe dar prioridad a que el movimiento popular no

vuelva a ligar con doctrinas anti-capitalistas, porque será mu-

cho más difícil de vencer. El problema no es entonces la

reivindicación de la juventud por parte del gobierno saliente,

sino la caducidad histórica de la oligarquía y la posibilidad

cierta de que el movimiento obrero se plantee conducir a las

fuerzas populares contra su dominio.

Este editorial fue objeto del repudio de vastos sectores,

funcionarios, muchos de la propia fuerza expresada en el

flamante gobierno electo. Pero, sin dudas, el hecho más sig-

nificativo fue el repudio realizado por los mismos trabajado-

res del diario La Nación.

En el mismo sentido, la oligarquía intentaba frenar la cons-

titución de una comisión bicameral investigadora de la com-

plicidad empresarial con la última dictadura, aprobada en el

Congreso por la gran mayoría de las fuerzas políticas, salvo la

abstención del bloque de PRO y de sus nuevos aliados de la

UCR, que avalaron el proyecto en diputados y se abstuvieron

en el Senado (MS 15/11 y P12 29/11).

Se trata de los primeros pasos de un plan que parece en-

caminarse a construir una fuerza que pueda reprimir cual-

quier ola de protestas sociales, cuando ya no queden ni pala-

bras ni tiempo para urdir alguna forma de consenso ante la

política expropiatoria de amplias capas de la población que

se prepara. Pues el apuro oligárquico calza bota militar y traje

verde oliva.

Diplomáticos muy profesionales

Pero, como ya sabemos, la oligarquía no se mueve por sí

misma. No tiene vida propia, siendo como es, desde su naci-

miento, un peldaño más de los intereses del capital financie-

ro imperialista a nivel global.

Por lo tanto, uno de los objetivos más importantes que tie-

ne el imperialismo en la Argentina es alejar al país del eje bo-

livariano, y la victoria electoral pretende ser el puntapié en

ese sentido. Durante toda la campaña, Macri marcó su inten-

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44 De batallas y guerras por la liberación nacional

DICIEMBRE DE 2015

ción de alejar a la Argentina de Venezuela (TA 11/11). A su

vez, distintas expresiones de la oposición venezolana apoya-

ron abiertamente su candidatura, tal como se vio reflejado

con la presencia de Lilian Tintori, esposa del opositor golpista

Leopoldo Lopez, preso desde hace tiempo por organizar las

“guarimbas” que sucedieron al triunfo electoral de Nicolás

Maduro y que dejaron un saldo de más de 40 muertos en tie-

rra de Bolívar (LN 26/11). La propuesta de suspender la parti-

cipación en el Mercosur del estado Bolivariano, ante el su-

puesto no cumplimiento de la “cláusula democrática”, sonó

fuerte en el debate electoral (TA 17/11).

Centralmente, la intención es convertir a la Argentina en

un ariete del imperialismo, contra los procesos que abierta-

mente se enfrentan a la hegemonía norteamericana en la úl-

tima década. Lo decía el matutino The Wall Street Journal:

“La victoria presidencial del dirigente de centroderecha Mau-

ricio Macri en Argentina marca un giro en la llamada ‘marea

rosa’ de los movimientos políticos populistas que han llevado

hacia la izquierda buena parte de América del Sur en los últi-

mos 15 años. (…) Termina con 12 años del llamado kirchne-

rismo, la marca populista de la política de izquierda consa-

grada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y su

difunto esposo Néstor Kirchner. Ambos nacionalizaron em-

presas, despojaron al banco central de su independencia e in-

tensificaron el gasto y los subsidios en políticas que elevaron

temporalmente los ingresos, pero que perjudicaron las inver-

siones y avivaron la inflación” (LN 24/11).

Otro de los objetivos insinuados por Macri en política exte-

rior fue rerevisar todos los acuerdos con Rusia y China y “re-

vitalizar” las relaciones con EEUU. En ese marco, se presen-

taba a Martín Lousteau –ex rival de PRO en la Ciudad de

Buenos Aires– como nuevo embajador ante el Imperio, publi-

citándolo mediáticamente con el mismo rango de un minis-

tro. También se presentaba a la nueva canciller Susana Mal-

corra, una persona que hace más de 12 años que no vive en

el país, como una figura neutra de la escena internacional,

que venía a hacer simplemente “lo que se debía”. Ella indica-

ba que la tarea era “desideologizar” la política exterior, en-

tendiendo por ello la necesidad de producir lo mas pronto

posible un encuentro con el presidente norteamericano (LN

7/12). Es decir, “desideologizar” la política exterior tiene que

ver con volver a someterse al statu quo intenacional, donde

dominan, aunque en franco retroceso, los intereses norte-

americanos.

La “desidelogización” de la cancillería también significaba,

en el caso de Venezuela, que la clausula democrática iba ser

esgrimida por la argentina “dependiendo de lo que pase en

las elecciones del domingo” (LN 7/12). En criollo, ante una

derrota de la oposición, se profundizarían los ataques inter-

nacionales a Venezuela.

En síntesis, Cambiemos intentará transformar la Argentina

en una ficha en la estrategia yanqui para construir la división

en la gran nación latinoamericana, única posibilidad de triun-

fo del imperialismo.

Partidos muy consolidados

A pesar del avance de los sectores oligárquicos, que co-

mienzan recolonizar el Gobierno, para que todos los poderes

del Estado empujen la constitución de las condiciones que

necesitan para su dominio, los partidos mantienen la debili-

dad que muestran hace años, fruto de expresar las contradic-

ciones en el campo de la burguesía, la lucha por espacios y

mercados.

La alianza electoral que llevó al PRO al gobierno tuvo como

partícipe indispensable a la UCR, pero comenzó a desgajarse

casi inmediatamente. Gerardo Morales, gobernador electo

de Jujuy, que jugara con Massa a pesar del acuerdo nacional

con Cambiemos de su partido y sólo en el balotaje acompañó

definitivamente a Mauricio Macri, indicaba a comienzos de

noviembre: “La posibilidad de que el PRO nos pase por arriba

más que un riesgo es un pronóstico” (P12 1/11). Parte de la

UCR temía un acuerdo espurio entre los negociadores de su

partido y los del PRO. Esto se profundizó con el hecho de que

pocos días después de la elección, el gran negociador, que

representaba ese acuerdo entre ambas fuerzas, Ernesto Sanz,

renunciara a la posibilidad de participar del Gobierno, a la

presidencia del radicalismo y anunciara estrepitosamente su

“retiro” de la política (LN 24/11).

El día 30 de noviembre, Elisa Carrió comenzaba a criticar al

gobierno futuro del ingeniero Macri. Decía esta mujer, sím-

bolo del odio al kirchnerismo y una de las fundadoras de

Cambiemos, que se reuniría con Macri para dialogar sobre al-

gunas cuestiones como la supuesta injerencia del dirigente

de Boca y propietario de bingos, Daniel Angelici, en la rela-

ción con jueces federales, al señalar que “no se puede permi-

tir que vaya a operar en Comodoro Py. (…) No vamos a susti-

tuir a Cristóbal López por Angelici” (CCO 30/11).

Lejos de ser fruto de la enajenación mental de esta mujer o

de los “problemas personales” de Ernesto Sanz, los primeros

crujidos del frente gobernante tienen que ver con cuestiones

mucho mas terrenales. La pelea es para definir a qué sectores

económicos de la gran burguesía beneficiará la política de

Macri, porque en el plan económico previsto no entran todos

los propietarios del país, y mucho menos los que realizan sus

ganancias en el mercado interno. La política es la economía

acelerada y cuando el imperialismo se prepara para empujar

la concentración y centralización económica, los partidos po-

líticos crujen, puesto que representan a diversos sectores,

fracciones nacionales de la burguesía, muchos de los que se

quedarán sin las condiciones que necesitan. Por eso, comba-

ten en la arena política. Sanz, un hombre vinculado a Techint,

y su huida anticipada parecen preanunciar los grandes con-

flictos que presenciaremos en la cúpula de los propietarios

argentinos. Siempre hay que recordar que Techint volvió a la

obra pública gracias a los acuerdos firmados con el gobierno

de la Ciudad de Buenos Aires, luego de seis años de sequía

por el veto que le impuso Néstor Kirchner a los Rocca. Ese ve-

to en su momento le asestó un duro golpe al holding, puesto

que pasó a facturar una décima parte de lo que facturaba en

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Análisis de Coyuntura 45

DICIEMBRE DE 2015

el país. Macri cuestionó siempre que el grupo no apoyara

más decididamente su candidatura luego de ese gesto, que le

significó ganancias millonarias. El grupo Techint había optado

por la candidatura de Sanz a través de su operador Luis Bet-

naza, que luego fue uno de los impulsores del acuerdo con

Macri (portal LaPolíticaOnLine 8/9).

El futuro mediato nos dará más elementos acerca de la re-

lación entre la huída de Sanz y el papel de la multinacional

ítalo-argentina, cuando muchos de los sectores empresarios

hoy invitados a sentarse a la mesa de oligarquía vayan siendo

obligados a treparse a la misma y a exterderse sazonados so-

bre las bandejas.

Hechos muy malditos

Frente a esta coyuntura de crisis de los partidos y en la

asunción de una alianza política muy poderosa en terminos

económicos, pero que arrastra una profunda crisis ideológica,

por no poder expresar a viva voz un plan de combate contra

los sectores económicos que debe subordinar, y que lleva en

su seno contradicciones económicas insalvables, apareceie-

ron en el mes nuevas críticas al peronismo. Como decíamos

en el comienzo de la nota, citando al New York Times, el pe-

ronismo aparece, más aún en la visión internacional, como el

enemigo a derrotar por el imperialismo en el país, por ser un

movimiento político que tendió a oponerse al sometimiento

del mismo.

Es por eso que la voz de varios intelectuales orgánicos a los

grupos concentrados a nivel mundial y local se alzaba para

gritar una vez más que el peronismo es totalitario y populista.

Mario Vargas Llosa llegaba a plantear que era el sistema “es-

tatista e intervencionista –implantado por el peronismo– el

que paralizó el dinamismo de su vida económica [de la Argen-

tina] e introdujo los privilegios y sinecuras partidistas a la vez

que el gigantismo estatal. El empobrecimiento sistemático del

país multiplicó la desigualdad y las fracturas sociales. Lo sor-

prendente es la fidelidad de una enorme masa de argentinos

con un sistema que, a todas luces, sólo favorecía a una no-

menclatura política y a sus aliados del sector económico, una

pequeña oligarquía rentista y privilegiada” (LN 7/12).

Los sectores más concentrados del mundo, los que defien-

den a los invasores de 100 patrias, acusaban al peronismo de

fascista y populista, de oligarquía y plutocracia. Su odio se

basa en que el peronismo se ha opuesto al libre flujo del capi-

tal, por los intereses concretos que defiende. El de los traba-

jadores y el empresariado mercado- internista. El objetivo de

estos intelectuales es aleccionar a la tropa propia para el

combate ideológico contra las clases subalternas. El nudo

central de sus argumentos es construir la idea de que el pe-

ronismo es un hecho estatal, de una minoría funcionarial que

controla el Estado. Negar que el peronismo es la estrategia

de la clase trabajadora, negar el protagonismo del pueblo en

su constitución y sus luchas. Negar la lucha de más de un si-

glo contra la minoría aliada al imperialismo que controla la

renta agraria argentina. Negar que en el proceso de lucha la

clase trabajadora argentina forjó a través del peronismo una

herramienta y una alianza con un sector de la burguesía des-

plazado por el imperialismo, para enfrentar los intereses de

minorías alejadas de las necesidades del pueblo.

De Sarmiento a la actualidad, la intelectualidad oligárquica

sabe que uno de sus papeles centrales es interpretarnos la

historia, para que sea mas dificil procesar por el pensamiento

nuestra lucha concreta y superar las trabas que tenemos para

terminar con el sometimiento del país y de Amércia Latina. Es

así que este mes resonaba el discurso sarmientino de civiliza-

ción y barbarie en las palabras de Alfonso Pray Gay señaladas

al comienzo. Su discurso marcaba la profundidad histórica de

las luchas por venir y el cipayismo de la causa interna de la

dependencia, la oligarquía.

Contraofensiva fallida

En relación al frente nacional –luego de las elecciones ge-

nerales (analizadas en el número del mes pasado), que deja-

ron una diferencia mucho más pequeña a la esperada a favor

de Scioli y de que la mayor parte de las encuestas comenza-

sen a dar ganador a Macri (como terminó ocurriendo final-

mente)–, el candidato a presidente Daniel Scioli y el FPV en

general intentaron endurecer su discurso, buscando explicar

a la población qué significaría una victoria de Macri en las

elecciones.

Pareciera que la toma de conciencia acerca de la posibili-

dad real de una victoria de la derecha hizo menguar –al me-

nos momentáneamente– la multitud de internas en el FPV,

que repasábamos en el Análisis… anterior, para dar paso a un

discurso de denuncia hacia el FC. Decía Scioli: “Ellos, que sólo

son una alianza en contra de algo, tienen que decir cuál es el

cambio que proponen. ¿Devaluar? ¿Hacer un ajuste? Macri

está encubriendo lo que va a hacer y eso es inquietante para

los trabajadores, la clase media y el aparato productivo” (CL

1/11). “Acá contrastan dos modelos de país, dos proyectos de

Argentina. El de la inclusión o el de la exclusión. El de lo na-

cional o el de lo importado. El del mercado interno o el de

priorizar pagarle a los buitres” (P12 1/11). Y sobre la enton-

ces potencial designación de Juan José Aranguren como mi-

nistro de Energía, decía: “Eso significa que no les importa la

soberanía. Bajo la palabra ‘cambio’ nos están ocultando que

quieren volver YPF a manos privadas” (P12 7/11).

Estas y otras muestras de una radicalización en el discurso

marcaron el carácter de la campaña por el balotaje, mostran-

do, por un lado, ciertos rasgos muy reales de la política a im-

plementar por el enemigo y, por otro, el bajísimo nivel de la

discusión sostenida hasta ese momento en la campaña. Al

decir de las encuestas, el candidato del FPV fue acercándose,

desde 8% de diferencia, hasta el definitivo 1,4% (LN 15/11).

La firmeza en ciertas definiciones sirvió para aumentar el

caudal de votos, pero el endurecimiento de último momento

hablaba a las claras de la falta de preparación ideológica de la

fuerza propia. Y esto tiene que ver con la dificultad para defi-

nir con precisión a qué nos referimos cuando hablamos de

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46 De batallas y guerras por la liberación nacional

DICIEMBRE DE 2015

“buitres”, de “monopolios”, de “librecambio” o de “apertura

de la economía”. Trabas que no arrancaron en la campaña

electoral sino que vienen siendo arrastradas desde hace

tiempo por el propio frente nacional y que tienen que ver con

el modo en que se define la etapa histórica en que está vi-

viendo el mundo.

A último momento, como quien en el periodo agudo de

una enfermedad pretende aplicar el tratamiento que hubiera

sido útil meses antes, miles de personas salieron espontá-

neamente a la calle a organizar una campaña movimientista,

avalada sólo en la instancia final por el FPV, que en ningun

caso estuvo a la altura de conducir esos movimientos espon-

táneos, protagonizados por vastos sectores de la población,

desde científicos, hasta sindicatos, pasando por jubilados, or-

ganizaciones sociales y mucha “gente suelta”. La campaña de

denuncia contra el FC, por ser de última hora, por no haber

sido sistemática desde años atrás, fue tachada por los escri-

bas oligárquicos de “campaña del miedo” y poco creíble (LN

11/11). Una parte importante de la población parece haber

sido permeable a estas ideas.

También es cierto que esta profundización en la caracteri-

zación del frente electoral opositor no se trasladó a denun-

ciar en profundidad a los actores económicos que se benefi-

ciarían y que empujan la instauración de las políticas

denunciadas por el FPV. Es así que se criticaba la devaluación,

pero no la necesidad objetiva que tienen de ella la SRA, CRA y

el conjunto de los capitales con capacidad exportadora, o los

monopolios trasnacionales que se preparan para comprar

por 1 lo que valía 10. Se criticaba la falsedad y el ocultamien-

to en la campaña de Macri y la monopolización de la palabra

perpetrada por el grupo Clarín que contribuía a ello, que es la

posibilidad estructural del ocultamiento de Cambiemos. No

obstante, costaba y cuesta vincular a los monopolios con la

objetiva tendencia del capitalismo a constituir los mismos,

dado cierto desarrollo de las fuerzas productivas. Por lo tan-

to, toda la prédica del kirchnerismo contra los monopolios,

expresada por ejemplo en programas como 678, se limitó

siempre a proclamar la necesidad de multiplicar las voces en

los medios de comunicación, frente la negación de las voces

populares por parte del monopolio multimediático, plan-

teando la posibilidad de una “sana convivencia” entre un

Grupo Clarín “desmonopolizado” y las voces que se le opo-

nen. Esta mirada no logra ver que el monopolio es el ser

mismo del grupo, que no existe bajo otra forma. No hay gru-

po Clarín, ni grupo Mastellone, ni grupo Arcor, ni grupo Te-

chint, etc. “achicados”. Pretender que Clarín permita la exis-

tencia de otras voces y respete el derecho a la información es

pedirle que atente contra los intereses mismos del grupo,

contra su reproducción. Pretender que cualquier monopolio

resigne las ganancias extraordinarias que le proporciona su

posición dominante en el mercado es pedirle que renuncie a

la acumulación ampliada de su capital y por lo tanto a conti-

nuar compitiendo en un mercado que se achica cada día más.

En síntesis, pretender un capitalismo sin monopolios (“no

salvaje”, “verde” o como se lo quiera denominar) es negar las

leyes intrínsecas al capital de concentración y centralización,

hecho objetivo ya identificado hace tiempo.

A su vez, en determinados sectores de trabajadores se vio

una tendencia a naturalizar ciertos frutos de la lucha de estos

años. Sin embargo, la permanente caracterización de los de-

rechos recuperados en estos 12 años simplemente como be-

neficios otorgados por el Estado –concepto que desde el go-

bierno de Cristina no cesó de remarcarse pero que se halla

arraigado en el seno de las propias masas trabajadoras– ten-

día a la pasividad de las masas frente a su defensa y a no ra-

cionalizar el proceso de constitución de esos beneficios. Es

decir, comprender qué luchas contienen por detrás de sí y a

qué enemigos perjudican los derechos recuperados.

A pesar de toda esta flaqueza señalada, la salida espontá-

nea de miles de personas ante la posibilidad real de la victo-

ria de Macri mostró algo de las fuerzas que se opondrán a un

futuro plan neoliberal y la rápida toma de conciencia de las

masas en momentos de crisis. Este movimiento espontáneo

hizo rabiar a los escribas oligárquicos, que para criticarlo qui-

sieron disminuirlo a la defensa de privilegios impropios de

funcionarios inmorales. Decían que era la reacción de una

“burocracia política”, de “lúmpenes de toda laya, que han si-

do prohijados por distintos organismos y organizaciones” (LN

8/11). Golpea bien la oligarquía, golpea al frente nacional por

el sector que se comporta cómo ellos le proponen, que tiene

sus gustos e intenta tener su consumo, pero oculta que sus

intereses se enfrentan a los del pueblo argentino, más que a

los de un grupo de burócratas. Y que la lucha contra ellos es

una necesidad de todas las fuerzas populares.

También es destacable que sectores del FPV se embarca-

ron en la aprobación de leyes que intentaban profundizar el

modelo nacional-popular y asentar su defensa en los sectores

trabajadores. El día 17 de noviembre, los diputados Andrés

Larroque y Juan Cabandié presentaron dos proyectos de ley,

elaborados por Héctor Recalde (ex abogado de la CGT), que

obligan a las empresas de telefonía y a las de comunicación

audiovisual a distribuir parte de sus ganancias con sus traba-

jadores (LN 17/11) y declaraban que ese derecho podía am-

pliarse a otras ramas productivas. Sin dudas que ese tipo de

herramientas, útiles solamente si son llevadas como bandera

por el único sector que puede arribar a su cumplimiento real,

el movimiento obrero organizado, eran a esta altura del par-

tido casi el sinceramiento de lo no hecho en momentos de

holgura política. La discusión del proyecto de participación en

las ganancias por parte de los trabajadores, iniciada en el año

2010 –cuyo eje central estaba en la posibilidad de que dele-

gados gremiales se sentasen en la mesa del directorio de las

empresas a discutir la estrategia de las mismas–, fue uno de

los comienzos de la ruptura entre gobierno y CGT, cuando la

dirigencia kirchnerista –y principalmente su conductora– op-

tó por la posición de la Unión Industrial Argentina (UIA) de

“cajonear” dicho proyecto, como síntesis del modo en que se

concebía desde el entonces gobierno nacional el sujeto de

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Análisis de Coyuntura 47

DICIEMBRE DE 2015

cambio y la construcción de la fuerza para pelear contra el

enemigo imperial-oligárquico.

Comprender y reorganizar

En la búsqueda de las razones de la derrota electoral hubo

en el frente nacional múltiples voces que intentaron explicar

lo sucedido. La tendencia a culpar a los medios de comunica-

ción y a los asesores de imagen se verificó en varios analistas

kirchneristas, que de alguna manera daban un carácter deci-

sivo a los golpes de efecto. Se identificaba al poder mediatico

como el gestor de la derrota (TA 2 y 23/11). También se car-

garon las tintas sobre un sector de la población que prioriza-

ba justamente las formas estéticas, frente a los planes de go-

bierno, en un claro desprecio por el voto opositor. Dividiendo

así a la población entre un sector racional y otro irracional,

entre buenos y malos (TA 7/11). Otro de los centros del de-

bate se dio en la fuerza con que incidieran las mezquindades

políticas y ambiciones personales de determinados funciona-

rios y políticos.

La gran mayoría de estas explicaciones pecaban de unilate-

ralidad y no planteaban las situaciones de fondo. ¿Cuál es el

origen de las mezquindades políticas? ¿Cuál el origen de la

falta de claridad en la identificación del enemigo de amplias

capas de la población? Se acercaba a una explicación más ca-

bal el saliente Director de la Biblioteca Nacional, Horacio

González, cuando decía: “El kirchnerismo fue muy lejos y

también se quedaba muy cerca. Constriñó, amonestó, pero

fue menos amenazador que amenazado. Fuerte en simbolo-

gías y punzante en el filo de su lengua, no podía pasar los

umbrales de la Banca Rothschild. Se había declarado dentro

de los márgenes del capitalismo pero extraía de su vocabula-

rio principal acepciones antimonopolistas, anticorporativas y,

por lo tanto, democrático republicanas” (P12 7/11). Creemos

aquí se encierra una de las la llaves de la comprensión de la

derrota. Las mezquindades políticas surgen de la aspiración al

enriquecimiento personal, de la utilización del movimiento

político y las herramientas de gobierno en beneficio propio.

Cuando dirigentes, funcionarios y militantes del frente nacio-

nal adoptan –aunque no sean concientes de ello– los gustos y

modos oligárquicos, se vuelven débiles. Pero este eclecticis-

mo de muchos dirigentes políticos, que temen perder sus lu-

gares de privilegio, no proviene de ninguna esencia individual

de ningún dirigente, sino que es un producto obvio del siste-

ma social capitalista, basado en la propiedad privada y fun-

dado en la apropiación privada del trabajo social. Estas mez-

quindades son sólo superables si se combate esta forma de

reproducción social, si se adoptan nuevos principios y objeti-

vos sociales.

Transcurridos tantos años de lucha, no podemos conside-

rar que el poder de los medios y la hegemonía ideológica de

la clase dominante, que obviamente contribuyó al ajustado

triunfo electoral macrista, son sólo una virtud del enemigo.

Sino que constituyen el fruto de la falta de profundización en

términos teóricos y políticos dentro del campo nacional. En

los límites del capitalismo no se puede derrotar a los mono-

polios, puesto que el empresariado mercado-internista, en

caso de derrotar a las empresas extranjeras que hoy deten-

tan una posición de privilegio (situación difícil de concebir),

tenderá obviamente a ocupar su lugar, quedarse con sus

mercados y por lo tanto, tener sus mismas necesidades.

Cambiar de amos, nunca será liberarse.

La liberación nacional y social en ningún caso puede reali-

zarse sin los trabajadores como actores centrales del proce-

so. Por eso la oligarquía fustiga contra el peronismo, porque

este movimiento surgió como la estrategia de la clase obrera

para influir de manera decisiva en los destinos del país. Es así

que la clave de la derrota del FPV se encuentra en la fractura

del movimiento nacional y de su sector decisivo, el movi-

miento obrero. Desde el kirchnerismo se interpretó que el

movimiento obrero no era el actor central del cambio social.

Y a su vez, este no pudo constituir un plan propio, para poner

en el centro la lucha contra el enemigo principal, sino que se

replegó a la lucha particular de cada rama laboral por arran-

carle mejores condiciones en la venta de la fuerza de trabajo

a los dueños de los medios para producir. Este camino lo lle-

vó a privilegiar contradicciones secundarias, en detrimento

de atacar a fondo la resolución del problema nacional, el

problema del control de la renta de la tierra y la propiedad de

la misma, mientras desde la expresión política del frente se

intentaba dar solución a dicho problema desde el aparato del

Estado, con medidas que si bien contribuían a la distribución

del ingreso –como las retenciones a los productos del agro–

no lograron resolver el problema de fondo.

Este desencuentro entre la conducción del movimiento na-

cional y el sujeto de cambio, sumado a la dificultad en la

identificación del enemigo, llevó a una debilidad que explica

esta derrota circunstancial frente a la oligarquía.