Inmigrantes o Expatriados

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Los complejos afectivos en la migración

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Inmigrantes o expatriados: los complejos afectivos en el proceso migratorioInmigrante o expatriado?

La antropologa ha puesto de manifiesto como la figura del extranjero, del extrao, aquel que es ajeno al grupo familiar; suele estar asociada en diversas culturas, como un elemento potencial de perturbacin del orden social. Desde esta perspectiva, todo extranjero, independientemente de su condicin, se le atribuye una condicin de sospecha, de suspicacia, se le presupone como un potencial rival o enemigo.

De la misma manera se ha evidenciado, que la categora de extranjero, es dinmica, relacional, ambivalente. A partir de las circunstancias apropiadas o gracias a los rituales encaminados para ello, el enemigo puede devenir en husped tolerable o incluso en aliado. Los rituales de hospitalidad hacia al extranjero cumplen la funcin de apaciguar de alguna manera el componente de hostilidad hacia este. Siendo relevante que hospitalidad y hostilidad guarden una misma raz etimolgica.

La caracterstica dinmica y relacional hacia la figura del extranjero, hace que la connotacin de sospecha que se le suele atribuir, vari de acuerdo a ciertas circunstancias. En la cultura capitalista a los extranjeros de pases ricos, se les presupone como fuente de enriquecimiento material y cultural, y se generan toda una serie de facilidades polticas y jurdicas para su movilizacin. En el mbito cotidiano predomina una adecuada receptividad hacia ellos e inclusive algn grado de fascinacin por alguna parte de la poblacin.

En cambio los extranjeros de pases pobres, suelen encontrarse con serias trabas para su movilizacin, se les asocia con condiciones de marginalidad y precariedad. En muchos casos, no se le reconoce como sujeto de derechos, es decir, su condicin de ciudadanos se encuentra en entredicho, y hasta que no cumplen una serie de requisitos, pueden permanecer aos o dcadas en situacin de ilegalidad. Socialmente y por medios de comunicacin se les suele relacionar con actos delincuenciales, primitivismo en las costumbres, y falta de educacin.

Evidentemente entre la fascinacin y la marginacin hacia los extranjeros existen infinidad de matices, que se manifiestan de manera evidente en dos expresiones de uso comn como son la de expatriado e inmigrantes. En el Diccionario de la RAE, dichas palabras son sinnimas y no s les reconoce matices profundos en su significados, se refieren a lo mismo, personas que viven fuera de su patria, que han inmigrado. En el uso comn y en los medios de comunicacin, expatriado, se suele atribuir a personas con formacin cualificada que trabajan en un pas extranjero. Se considera que estn contribuyendo con necesidades de experiencia o conocimiento. Se le asocia con fenmenos como el de la fuga de cerebros.

Por su parte, la palabra inmigrante, se les atribuye a las personas que normalmente ocupan trabajos no cualificados. Los inmigrantes ms que asociarse a una fuga de cerebros se relacionan con una fuga de estmagos. Es decir se les presupone condiciones de precariedad en su lugar de origen, y su proceso migratorio es visto como una bsqueda de una mejora de sus propias condiciones econmicas y sociales.

A los expatriados se les relaciona ms como un movimiento temporal, mientras que los migrantes se les presupone una condicin, al menos en intensin, de carcter ms perdurable. La inmigracin se relaciona con movimientos masivos de poblacin, mientras los expatriados se ve como un fenmenos ms individual. Por las condiciones de marginalidad, a los inmigrantes se les asocia con delincuencia, cierto primitivismo en las costumbres, que se aprovechan de las ayudas sociales y suelen ser el chivo expiatorios de muchas de los problemticas sociales. En ciertos mbitos, se suele modificar las palabras inmigrante por migrado, ya que migrante tiene una condicin de interinidad, como si fuera un vagabundeo interminable, mientras que migrado, denota una estabilidad, con el impacto que esto tiene en su reconocimiento como sujeto de derechos.

Aunque la procedencia de un pas, se puede relacionar con una u otra categora, mas rigurosamente, es la condicin socio-econmica, la que finalmente influye de manera determinante para la consideracin de la condicin de extranjero de primera o segunda categora. Es decir, alguien puede ser proveniente de un pas de tercer mundo, pero si tiene una formacin cualificada y trabaja en su campo pues sera un expatriado, y lo mismo si se es de un pas del primer mundo y a pesar de tener una formacin cualificada, trabaja en un campo que no requiere dicha formacin pues podra considerrsele un inmigrante. De todos modos estas categoras son difusas y ambiguas, y no tienen un uso riguroso.

La manera como somos percibidos en nuestro lugar de acogida, la manera como nos percibimos a nosotros mismos, la presuncin de sospecha hacia los extranjeros, y en muchos casos, situaciones objetivas de discriminacin y explotacin, tienen un impacto en nuestra identidad y autoestima. El proceso migratorio implica adems diversidad de elementos (duelos, transformaciones identitarias, aprendizaje de nuevos cdigos lingsticos y culturales, prdida de estatus) que movilizan complejos o patrones previos de relacin. Los complejos, como veremos posteriormente, puede ser fuente de enriquecimiento o elementos que inhiben una relacin dinmica y fluida con el ambiente.

Los complejos afectivos

Los complejos afectivos son un constructo terico desarrollado por Carl Jung, hace ms de 100 aos, que con el transcurrir del tiempo ha llegado a convertirse en un concepto de uso comn en varios idiomas. Hacen referencia a un conjunto de emociones, imgenes y fantasas inconscientes, que promueven determinadas formas de pensar, sentir y actuar. Pueden entenderse como una especie de subpersonalidades, constitutivas de la psique, que con algn grado de autonoma, perturban la conciencia.

Los complejos se construyen y nutren a partir de experiencias relacionadas, que han dejado huella en nuestra personalidad y se constituyen en modos de relacin para vivencias posteriores. Es decir, el hecho de haber tenido ciertas experiencias por ejemplo en relacin a figuras de autoridad, nos hace relacionarnos de determinada manera cada vez que nos encontramos en una situacin similar. Se han descrito diversos tipos de complejos como el complejo materno, el complejo paterno, complejo de inferioridad o superioridad, el complejo de redentor o de vctima.

Los complejos se activan o constelan, como lo denominaba Jung, bajo ciertas circunstancias internas o externas, conducindonos a actuar de una manera no compatible con nuestro estado de conciencia habitual. Bajo el influjo de un complejo podemos llegar a sentir que hemos actuado en contra de nuestros principios o pensamientos consientes. Pueden ser percibidos tambin, como una fuerza que supera nuestra capacidad de controlar nuestras emociones y comportamientos.

Un indicativo de que estamos actuando bajo el influjo de un complejo es la desproporcin o no correspondencia de nuestras reacciones con respecto a las circunstancias del contexto. Los estados de enamoramiento, de celos, los cambios generados por el alcohol en las personas, emociones profundas sin aparente relacin con situaciones externas, son algunas manifestaciones de los complejos afectivos.

Para Jung, los complejos poseen tambin un ncleo arquetpico, por lo que adems de construirse a partir de las experiencias personales, se relacionan con vivencias y situaciones con las que se ha confrontado la humanidad a lo largo de su historia.

Existen diferentes grados de posesin por un complejo, desde las ms inocuas, como los lapsus lingsticos, los olvidos, los tropezones cotidianos; que son manifestacin de pequeas irrupciones de lo inconsciente. Hasta expresiones ms intensas como las que se presentan en ciertas alteraciones psquicas como los fenmenos de mltiple personalidad, o las alucinaciones y delirios presentes en los episodios psicticos. En estos ltimos casos el avasallamiento del inconsciente es contundente, vindose seriamente afectado l sentido de realidad.

Desde la perspectiva de la psicologa analtica se consideran a los complejos como los arquitectos de los fenmenos onricos. As, los personajes e historias de nuestros sueos son elementos privilegiados para su identificacin. Es por este motivo que para la psicoterapia junguiana es fundamental la interpretacin simblica de los sueos dentro de los procesos teraputicos.

Los complejos son los elementos constitutivos de la psique, por lo tanto no pueden considerarse en s mismo negativos. La constelacin de los complejos genera una activacin psquica, que nos estimula para elaborar maneras de abordarlos e integrarlos. Por lo tanto los complejos son motores para la transformacin y ampliacin de nuestra conciencia.

Lo negativo o patolgico de los complejos es su rigidez, es decir, la imposibilidad de acceder a nuevas experiencias, al estar supeditados o fijados por vivencias anteriores. Jung sola decir que el problema no es tener complejos, sino que los complejos nos tengan a nosotros, es decir, cuando su influjo es de tal magnitud, que nos impide relacionarnos de manera dinmica y adecuada con los requerimientos emergentes del contexto.

El proceso migratorio es un escenario propicio para la activacin de complejos por los mltiples impactos que conlleva para la identidad. Puede reactivar por ejemplo sentimientos de inferioridad, relacionados con situaciones previas donde nos podamos haber sentido humillados o burlados. Dichas situaciones usualmente remiten a la infancia, donde es casi imposible el no haber estado expuesto a vivencias de inferioridad.

El complejo de inferioridad en los procesos migratorios: la identidad nacional exaltada o minusvalorada

Alfred Adler realiz profundos anlisis y descripciones sobre el complejo de inferioridad, y lo catapulto como el ncleo de su teora psicolgica. El psicoterapeuta austriaco, consideraba que un sentimiento de inferioridad con una intensidad adecuada, puede actuar como movilizador para lograr objetivos. Sin embargo, si el sentimiento es demasiado intenso, puede llegar a constituirse en un complejo, manifestndose en un profundo estado de desnimo, que inhibe la capacidad de afrontar las dificultades, y por el contrario, las evita.

Para Adler, ante el sentimiento de inferioridad las personas pueden reaccionar de distintas maneras que van desde la resignacin a diferentes tipos de compensaciones.

La resignacin ante el sentimiento de inferioridad, puede dar lugar a una actitud, de servilismo, inseguridad, inhibicin, modestia y timidez exagerados. La persona resignada se identifica con el sentimiento de minusvala, y asume que no hay nada que pueda hacer para superar el estado de inferioridad. Le parece que las dems personas le superan, no solo en algunos aspectos, sino de manera global. Si nos encontramos resignados ante el sentimiento de inferioridad, pareciera como si viviramos permanentemente disculpndonos por nuestra simple presencia. Nos movemos entre la envidia, la admiracin y la hostilidad en las relaciones con los otros.

Si la persona no se resigna puede optar por tres modos de compensacin que no son excluyentes.

La primera forma de compensacin estara encaminada a suprimir o disminuir la situacin por la que nos sentimos inferiores o sus consecuencias. Por ejemplo, una persona que se siente inferior por su condicin de migrante, procurara adoptar el acento, ciertas maneras de ser o expresiones de las personas de su lugar de acogida, as, piensa de manera inconciente, puede disimular un poco. Estas adopciones pueden ser percibidas por los dems como exageradas o artificiales. Puede ser el caso de algunos latinoamericanos o personas de Marruecos que se convierten de una manera radical al independentismo cataln o a la defensa de la unidad de la nacin espaola. Otro ejemplo es el de una persona que se percibe demasiado baja para la media de las personas del nuevo contexto, y empezara a utilizar plataformas o sombreros que la hicieran verse o al menos sentirse un poco ms alta.

El segundo modo de compensacin planteado por Adler, sera buscar la manera de destacar en un mbito diferente al del que nos sentimos inferiores. Es decir si nos sentimos inferiores en el nuevo contexto, por no conocer sus cogidos y expresiones culturales, se busca por ejemplo, empezar a desarrollar aspectos de nuestra cultura que consideramos nos pueden ayudar a destacar, como cocinar platos tpicos, bailar alguna msica caracterstica, usar ciertas prendas. Hay personas que en vez de adoptar el acento y expresiones de las personas del nuevo contexto como seria el ejemplo de la compensacin anterior, comienzan a enfatizar en el acento o los modismos de su lugar de origen.

Por ltimo estara la compensacin referida un falso sentimiento de superioridad que funcione para ocultar ante otros y ante uno mismo el sentimiento de inferioridad que se tiene. Se forja entonces una imagen idealizada de s mismo, mostrndose arrogante, vanidoso, inflexible, aparentando a simple vista un complejo de superioridad. La persona se muestra, de manera simulada, insensible a las opiniones de los dems, pero en realidad es altamente sensible a ellas y le preocupan demasiado. Puede ser el caso de la exaltacin de nuestro patriotismo y cuando consideramos que todo es mucho mejor en nuestro pas que en el lugar de acogida; despreciando y subvalorando en las mismas proporciones las personas y en general el lugar de acogida Cuanto ms grande es el sentimiento de inferioridad, ms imperiosa y fuerte se hace la necesidad de compensarlo con aires de superioridad.

A veces este tipo de compensaciones pueden tomar la forma, de un complejo de exaltacin de nuestra identidad nacional. As, luego de un tiempo de estar en el nuevo lugar de acogida, y empezar a sentirnos un poco incompetentes ante algunas experiencias, a la vez que emerge la aoranza de nuestro lugar de origen, comenzamos a sentirnos y comportarnos ms argentinos, espaoles o colombianos que nunca. Es comn, en este sentido, que muchas personas comiencen a escuchar intensamente msica originaria de su pas cuando antes a penas la soportaban, o disfrutar y buscar comidas que antes le resultaban sosas, y a interesarse por temticas y habilidades que en nuestro imaginario o en el de los otros, son caractersticos de la gente de nuestro pas. Es el caso de los colombianos que aprenden a bailar y a disfrutar de la salsa en Paris, o los argentinos que comienzan a interesarse y a leer a Cortzar en Barcelona, o los espaoles que aprenden a hacer tortilla de patatas en Dubln.

La identificacin con los atributos de nuestros imaginarios o los imaginarios de las otras personas sobre nuestro pas, da cuenta de cmo las identidades nacionales, son un referente dinmico y relacional. Las identidades nacionales para nada responden a una esencia sino que son una ficcin con mltiples funcionalidades, entre ellas la de permitirnos una identidad colectiva, unos puntos de referencia, elementos que nos permiten sentirnos reconocidos y destacados. A lo anterior alude el concepto acuado por politlogo irlands Benedict Anderson, que sostiene que una nacin es una comunidad imaginada por las personas que se perciben a s mismas como parte de este grupo.

Cuando estamos bajo el influjo del complejo nacional es comn que busquemos compartir mucho tiempo y espacio con nuestros connacionales - que usualmente tambin tienen constelado el mismo complejo- por lo que el tema usual de conversacin, es lo maravilloso y nico que es nuestro pas y su gente, que all somos ms espontneos y alegres, o que nada como la comida de all, o el clima o todo junto. Por su puesto con su contrapartida resaltando y magnificando todo aquello que nos parece negativo de las costumbres y gente del lugar de acogida. La activacin del complejo hace que interpretemos la realidad mediatizados por este complejo y nos lleve a pensar que lo nuestro es lo mejor, superior y nico.

Por el carcter homeosttico de la psique, que tiende siempre a buscar un equilibrio. Los complejos pueden manifestarse tambin en su contrario, en la misma o en otras personas. Atendiendo a lo anterior, el complejo nacional puede manifestarse tambin con una sobre identificacin e idealizacin del lugar de acogida y un aborrecimiento de nuestro lugar de origen. De esta manera las personas que se encuentran en este polo del complejo, buscan distanciarse de cualquier elemento que los vincule o relacione con su lugar de origen, por considerarlo por ejemplo primitivo, poco sofisticado o simplemente como de mal gusto. La degradacin del lugar de origen puede venir acompaada de la exaltacin de las virtudes y bondades del lugar de acogida. Esta sobre identificacin con el lugar de acogida lleva a algunas personas a adoptar artificialmente el acento en el lenguaje de una manera muy marcada, o a comunicarse con muchas palabras del idioma de acogida as se est hablando con alguien de su mismo pas, es que no recuerdo cmo es que se dice esto en espaol.

Sobra decir que los que se encuentran en uno de los polos del complejo no se suelen llevar nada bien con los que se encuentran en el otro. Unos pueden pensar de los otros que son unos regalados, traicioneros esquiroles que si no quieren a su pas no quieren a su madre y los otros con respecto a estos que si todo les parece tan malo aqu y su pas tan encantador porque no se regresan o que si lo que quieren es estar todo el tiempo aorando su pas y estando con gente igual, mas les vala nunca haberse ido de all

Funcionalidad de los complejos

Los complejos son como heridas sin sanar, y es a travs de la confrontacin con nuestras heridas, de donde emerge nuestro genio, es decir la singularidad que podremos aportar a la comunidad, y que cuando la desplegamos nos permite sentirnos realizados.

As, es posible observar que cada polo del complejo puede tener su funcionalidad en determinado momento. La exaltacin e identificacin de elementos propios de nuestra cultura, nos puede ayudar a sobrellevar la aoranza y el sufrimiento que nos sobreviene por estar lejos de lo nuestro y de los nuestros, mientras nos fortalecemos y adquirimos las herramientas para desenvolvernos en el nuevo contexto. Funciona entonces como el objeto transicional, descrito por Winnicott. El objeto transicional es la manta u objeto a la que se encuentran muy apegados algunos bebes, dicha manta se encuentra asociada a su madre, y los alivia de cierta manera de la angustia ante su separacin. Este objeto transicional facilita entonces el paso hacia etapas de mayor autonoma. Como etapa transitoria entonces puede ver vista como positiva y necesaria, lo negativo seria su enquistamiento, es decir cuando el hecho de aferrarnos tanto a los recuerdos idealizados de nuestro pas, paraliza el desarrollo de la personalidad y nos impide ser permeables a las exigencias dinmicas del lugar de acogida. La personalidad como el agua necesita estar en movimiento para estar viva.

Otra lectura posible con respecto a la intensificacin de nuestra nacionalidad, es que es una expresin de nuestro proceso de duelo. Al no estar en nuestro pas, nos identificamos e interiorizamos muchos de sus aspectos, as lo podemos reproducir y llevar internamente.

Por su parte, la exaltacin del lugar de acogida y la infravaloracin de nuestro lugar de origen, puede ser tambin una manera diferente de realizar el proceso de duelo. Es ms fcil distanciarnos si consideramos que lo que dejamos no es tan maravilloso y lo actual es mejor que lo anterior. Tambin nos permite valorar aspectos del nuevo contexto que nos pueden enriquecer y distanciarnos de elemento culturales de nuestro origen con los que ya no nos sintamos cmodos o que consideramos inapropiados.

Para Jung, los complejos no son una simple metfora, son entidades que poseen autonoma y que acaparan energa psquica. Es decir cuando un complejo se constela, quedan disminuidos energticamente otros aspectos de la personalidad. Un complejo activado de manera intensa, mengua la personalidad global y por lo tanto evitar su confrontacin puede ser una fuente de vaco y frustracin.

La energa depositada en obsesiones, paranoias, actos compulsivos, propios de los complejos, una que vez que estos son integrados, queda libre para ser utilizada en accin hacia el mundo y para la actualizacin de la personalidad a travs de la confrontacin con otros complejos.

Para Adler, el sentimiento de inferioridad va ligado a una falta sentimiento de comunidad, y se manifiesta en una actitud que suele darse en un ambiente que se supone hostil: susceptibilidad, impaciencia, temor a la vida, incremento de las emociones, cautela y avidez. La confrontacin e integracin de los complejos de inferioridad y superioridad, conlleva entonces un aumento en el sentimiento de comunidad, una disminucin del egosmo, buscando el bien de uno mismo dentro del bien comn, sin infravalorarnos ni sentirnos con ms derechos o privilegios que los dems.

Jung puso de manifiesto que a medida que se ampla la conciencia y el conocimiento de s mismo, aumenta de manera proporcional el conocimiento de los otros y del contexto. Este conocimiento implica adems una serie de responsabilidades que una vez que se tiene dicho conocimiento, resultan difciles de evadir. De nada sirve integrar nuestros complejos como un ejercicio de exaltacin narcisista. La integracin de los complejos tiene sentido cuando aumenta la capacidad de reconocer y ser sensibles a la condiciones de los otros y a nuestra cuota de responsabilidad en ese contexto.

El vivir y transcender las polaridades del complejo nacional implica soportar la tensin de los opuestos y de la diversidad que en l conviven. Nos permite acceder a una visin ms ecunime, de nuestro lugar de origen y de nuestro lugar de acogida. Con el tiempo nos damos cuenta que ni el uno ni el otro son el infierno o el paraso que imaginamos, y que en cada uno de nosotros habitan ngeles y demonios, duendes y fantasmas, que ahora denominamos complejos.

Daniel Ulloa Quevedo

Psicoterapeuta Junguiano Candidato a Doctor en Antropologa Social-

Psicoterapia Online. Va Skype

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BIBLIOGRAFIA

Anderson, B. R. O. G. (1993). Comunidades imaginadas: Reflexiones sobre el origen y la difusion del nacionalismo. Mexico: FCE.

Adler, A. (1975). Conocimiento del hombre. Madrid: Espasa-Calpe.

Jung, C. G. (1974). Los complejos y el inconsciente. Madrid: Alianza Editorial.

Winnicott, D. W. (1996). La naturaleza humana. Buenos Aires: Paidos.