Informe Situación de los derechos humanos en el Oriente boliviano en 2010

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INFORME Conflictos agrarios y extractivos Departamentos de Santa Cruz y Tarija EN 2010 SITUACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS EN EL ORIENTE BOLIVIANO

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Informe de drets humans

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  • INFORME

    Conflictos agrarios y extractivos

    Departamentos de Santa Cruz y Tarija

    EN 2010

    SItuacIN dE lOS dEREchOS huMaNOS EN El ORIENtE BOlIVIaNO

  • Situacin de los derechoshumanos en el Oriente bolivianoo en 2010

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    Elaboracin

    Educacin para la Accin CrticaCtedra UNESCO de Sostenibilidad de la Univer-sidad Politcnica de CatalunyaGrupo de Investigacin en Derechos Humanos y Sostenibilidad

    Coordinacin del proyecto: Xavier lvarez del Castillo

    Coordinacin de la investigacin: Arturo Landeros

    Redaccin: Delphine Ortega, Ingvill Breivik, Marco Aparicio y Arturo Landeros

    Misin dE obsErvacin En bolivia 2010

    Alessandro Meluni, Alfons Prez, Andrea Eguren, Arturo Landeros, Delphine Ortega, Diego Alba, Eduard Barrabes, Estel Peix, Jordi Farrs, Marco Aparicio, Marta Vila, Platera Bartlett y Xavier lvarez.

    TranscripcionEs EnTrEvisTas

    Alba Pawlowsky, Alfredo Rodrguez, Carles Sed, Carmen Gutirrez, Cecilia Lorenzo, Clara del Ro, Daniel Buezo, Elisabet Prez, Estrella Pineda, Ieva Giedraityt, Ingvill Breivik, Irene Gonzlez, Jordi Farrs, Manuel Chamorro, Marina Barroso, Marina Domnech, Marta Jofra, Marta Roda, Marta Saura, Marta Vila, Martha Domnguez, Mireia Gallego, Montse Arts, Montse Torrents, Neus Riga, Nria Snchez, Patricia Aguil, Rubn Ortiz, Santiago Bonmat, Sol Corradi, Toms Prez, Valentina Salas, Valeria Linera, Vctor Valerio, Vitor Taveira, Xavi Zulet y Yolanda Quionero.

    Edicin vdEo dEl inforME

    Marta Roda, Diego Alba y Estel Peix

    iMprEsin

    El Tinter SL

    Impreso en papel 100% reciclado

    ISBN 978-84-615-5579-6Diciembre 2011

    licEncia

    Creative Commons http://creativecommons.org/licenses/by-nd/3.0/es/

    ilusTracin porTada

    Paula Laverde http://paulalaverde.wordpress.com/

    Edicin y coMpaginacin

    EdPAC

    conTacTo

    Ctedra Unesco en Sostenibilitat Universidad Politcnica de Catalunya Colom, 1 08222 Terrassa (Espaa)

    EdPAC Sant Pere ms alt, 31, 23 08003 Barcelona (Espaa)

    [email protected] http://investigaccionddhh.wordpress.com

    NdIcE

    1. PRESENTACIN 6

    NATURALEZA Y PROPSITO DE LA MISIN 8

    METODOLOGA 9

    MATERIALES COMPLEMENTARIOS 11

    2. SITUACIN SOCIAL Y AMBIENTAL EN EL ORIENTE BOLIVIANO 12

    2.1 APUNTES PARA UN PROCESO DE CAMBIO 12

    2.1.1 Descolonizacin para refundar el Estado 16

    2.2 CARACTERSTICAS SOCIOECONMICAS, DESIGUALDAD Y DISCRIMINACIN 25

    2.2.1 Persistente desigualdad econmica y social 27

    2.2.2 Democracia y discriminacin en el Proceso de Cambio 37

    2.3 SITUACIN DE LA POBLACIN INDGENA Y ORIGINARIA 44

    2.3.1 Formacin de las organizaciones indgenas-originarias 50

    2.4 ESTRUCTURA AGRARIA Y AVANCE DE LA FRONTERA AGROINDUSTRIAL 64

    2.4.1 Principales instituciones y actores del sector rural 73

    2.4.2 La expansin agroindustrial de la soja en Santa Cruz 74

    2.4.3 Deforestacin por el avance de la Frontera Agrcola 79

    2.5 SECTOR DE LOS HIDROCARBUROS EN BOLIVIA 81

    2.5.1 Impactos socioambientales de la extraccin de gas y petrleo 85

    2.6 PRINCIPALES CONFLICTOS DURANTE 2010 - 2011 89

    2.6.1 Desalojo de las comunidades agroecolgicas Las Trillizas 90

    2.6.2 Desalojo con violencia policial en la comunidad Caranavi 90

    2.6.3 Descalificaciones a la CIDOB por la VII Marcha Indgena 91

    2.6.4 Desatencin del Gobierno en el conflicto en Potos 91

    2.6.5 Levantamiento popular contra el gasolinazo 92

    2.6.6 Proyectos carreteros e hidroelctricos en el marco del IIRSA 93

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    PRlOGO

    Bolivia alberga en sus fronteras singularidades sociales que la distinguen del resto de pases ameri-canos. Su poblacin, mayoritariamente indgena con-serva y defiende sus acervos identitarios con orgullo y dignidad. Dos siglos de racismo republicano - apli-cado por una minora oligarca, blanca y corrupta - no lograron barrer con el sentimiento originario de per-tenencia a una comunidad - si bien lastimaron su au-toestima. A pesar de que, como en todo el planeta, la poblacin se constrie en los cinturones conurba-nos, el campesinado y los pueblos indgenas todava habitan, moldean y conservan el amplio paisaje rural y forestal. En las ciudades, frecuentan los debates en-carnizados sobre la realidad del momento. Existen multitud de micro-sindicatos y organizaciones gre-miales con elevados grados de autoorganizacin y autonoma. El pueblo est vivo.

    En 2005, un referente campesino, aupado por la emergencia de movimientos sociales masivos, alcan-z la presidencia del pas. Es cierto que hubo una notable abduccin y amansamiento de la sociedad organizada, cuyas organizaciones sociales (federa-ciones gremiales, campesinas e indgenas) se involu-craron en un proceso de cambio cuyas expectativas eran revertir la profunda desigualdad que rega el pas andino desde su fundacin. Se refund, no sin con-flicto, la Constitucin Poltica del Estado abriendo las puertas, por fin, al protagonismo de los pueblos en la posesin de derechos bsicos. Se recuper, en apa-riencia, el control nacional sobre algunas empresas y recursos. En el plano internacional, Bolivia enarbol la defensa del planeta y de los pueblos indgenas en los diferentes espacios de discusin.

    Sin embargo, en menos de un lustro fueron aflo-rando las contradicciones de un modelo acuado bajo las seas del industrialismo, incompatibles tal vez con la defensa de la tierra y los pueblos que la habitan. Proyectos carreteros, gasoductos, avance de las fronteras agroindustriales y extractivas... difcil convivencia con los derechos humanos y de la tierra!

    El presente informe de Derechos Humanos de Bolivia es el resultado de un trabajo en equipo de in-vestigadores que traspasaron la - tantas veces infran-queable - lnea acadmica para tocar tierra y realidad. Recorrieron el pas escuchando y procesando entre-

    vistas a un amplio abanico de gente involucrada en el devenir social del pas. Contextualizaron la historia y los rasgos socio-econmicos bolivianos para pre-sentar conclusiones fundamentadas. Y se enlodaron en las fincas rurales recuperadas por los campesinos en Santa Cruz, rescatando del olvido y la impunidad la persecucin que sufrieron los asentamientos de Pueblos Unidos y Las Trillizas. Y caminaron por las polvorientas sendas chaqueas, entre espinosos que-brachales para dar voz a las comunidades del pueblo guaran y weenhayek, cuyos territorios son pisotea-dos y deteriorados por los pozos petroleros y ga-soductos de exportacin, mientras su ro Pilcomayo, cada vez da menos pescado y este est contaminado.

    El 15 de agosto de 2011, emprendi la Marcha Indgena en Defensa del Territorio Indgena Parque Nacional Isiboro Scure. Yurakars, moxeos y chi-manes, arropados por otros pueblos venidos de todo el pas, iniciaron de nuevo un largo camino para que su justa negativa a que una carretera descuartice su mundo sea respetada. Ah afloraron, ms que nun-ca, las contradicciones entre crecimiento econmico y desarrollo humano. Sirva este informe para ayudar a comprenderlas.

    Marc GavaldCollserola, diciembre 2011

    3. CONFLICTOS AGRARIOS Y EXTRACTIVOS EN SANTA CRUZ Y TARIJA 98

    3.1 DEPARTAMENTO DE SANTA CRUZ 98

    3.1.1 Ccomunidad agroecolgica Pueblos Unidos, provincia Guarayos 98

    3.1.2 Desalojo de las comunidades agroecolgicas Trillizas, provincia Velasco 106

    3.1.3 Persecucin, amenazas y lesiones a dirigentes campesinos 117

    3.2 DEPARTAMENTO DE TARIJA 121

    3.2.1 Situacin campesina e indgena en la provincia de Gran Chaco 121

    3.2.2 Impactos socioambientales en pueblos indgenas de Gran Chaco 127

    4. CONCLUSIONES 140

    5. RECOMENDACIONES 142

    6. GLOSARIO 144

    7. BIBLIOGRAFIA CONSULTADA 146

    Anexo 1 ENTREVISTAS REALIZADAS 150

    Anexo 2 COMUNIDADES VISITADAS 151

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    1. Presentacin

    1. PRESENtacIN

    desde otras organizaciones hermanas, campesinas y originarias, que miran a Bolivia desde la ptica andina de las tierras altas del occidente.

    As, el presente informe sobre la situacin de los derechos humanos en el oriente boliviano pretende ser un aporte a la discusin sobre el rumbo tomado por el Proceso de Cambio en Bolivia. El conflicto se narra a travs de los testimonios de las personas en-trevistadas durante la Misin de Observacin que vi-sit el pas durante los meses de verano de 2010. En un ao especialmente complejo, la Misin ha podido observar el trabajo de las organizaciones y la volun-tad de cambio de un pueblo que ha ido construyendo su propio destino desde adentro, desde su autono-ma. Rebelndose ante un sin nmero de barreras ejercidas por el colonialismo interno y externo, el cambio social boliviano se observa imparable, aun a pesar de las muchas contradicciones de su gobierno.

    Barcelona enero de 2012

    Dos son los problemas fundamentales de los mu-chos que los indgenas y originarios de Bolivia viven cotidianamente: el primero es la constante discrimi-nacin cultural, jurdica, social y ambiental hacia sus personas, comunidades y territorios. El segundo es la bsqueda permanente por cambiar esta situacin contando como herramienta fundamental con el marco jurdico existente en cada momento histri-co desde hace ms de 500 aos. Las comunidades y pueblos campesinos, indgenas y originarios bolivia-nos han tratado de ejercer sus derechos apelando desde siempre a lo que sus gobernantes (coloniales, republicanos, revolucionarios o neoliberales) haban legislado. Esto no estuvo exento de constantes re-vueltas y sublevaciones ante las interminables injus-ticias. Los escritos de Guamn Poma de Ayala en La Primera Nueva Crnica y Buen Gobierno, por ejemplo, denuncian ante Felipe III de Espaa los abu-sos cometidos, pero no se agota en ello y describe una visin de lo que debera ser un buen gobierno para los pueblos andinos bajo el reinado espaol.

    Pero es hasta hoy, a partir del Ciclo Rebelde inicia-do a principios del Siglo XXI, cuando los pueblos in-dgenas y originarios han podido construir su propio destino como sujetos histricos de la transformacin social boliviana. El pas se yergue ahora como una na-cin Plural, en un amplio espectro. Es plural la forma de gobierno, la economa y la ocupacin del terri-torio. Se asume como pas plurilinge donde al me-nos 36 etnias tienen sus derechos garantizados por la Nueva Constitucin del Estado, logro fundamental del Proceso de Cambio abierto con las movilizacio-nes en defensa del agua, de los hidrocarburos, de los recursos naturales y una larga lista que envuelve la relacin de los pueblos con la tierra y el territorio, con la pachamama.

    Sin embargo, el gobierno emanado del primer Ci-clo Rebelde, materializado en la figura de Evo Mo-rales, enfrenta grandes contradicciones para poder cumplir con las expectativas de cambio convocadas desde las organizaciones urbanas y rurales, los pue-blos y comunidades, las ONGs nacionales e interna-cionales y un sin nmero de actores que han visto con esperanza la llegada de un gobierno progresista que ha contado, desde su arranque, con una excepcional aceptacin popular, bonanza econmica y contun-

    dente mayora parlamentaria. Geopolticamente Bo-livia se encuentra en el corazn de Sudamrica, paso obligado para conectar el oriente con el occidente de la regin, el Ocano Atlntico con el Pacfico. Espe-cialmente para una potencia emergente como Brasil, gran consumidor de recursos naturales bolivianos, que ha logrado convertirse en el apoyo financiador y poltico ante la retirada de Estados Unidos como medida de presin al eje conformado por los pases del ALBA (Bolivia, Venezuela, Cuba entre otros). El impulso de Brasil a diferentes megaproyectos, hi-droelctricos, petroleros o de carreteras, responde a las necesidades brasileas debido a su potente cre-cimiento econmico. Bolivia, como muchos pases en la regin, recibe financiacin a travs del Banco Nacional de Desarrollo Econmico y Social de Brasil al costo de sacrificar sus compromisos constituciona-les para con las comunidades indgenas, especialmen-te en la turbulenta frontera oriental de Bolivia. Esta regin no slo aporta sus importantes yacimientos gasferos y petroleros, abona adems grandes exten-siones de tierra para cultivos agroindustriales de los que la soja es un componente esencial.

    Con este panorama, no es difcil sealar que el go-bierno boliviano ha cometido importantes violacio-nes de derechos humanos reconocidos por diferen-tes Tratados Internacionales del Sistema de Naciones Unidas. Espacialmente preocupante es la violacin al concierto de acuerdos establecidos por el Estado plurinacional hacia las comunidades ms vulnerables y tnicamente minoritarias, expuestas a la extincin de su territorio y con ello de su cultura.

    Tal es el caso de las comunidades campesinas e indgenas de las tierras bajas del oriente boliviano. Ah las poderosas empresas hidrocarburferas conta-minan y expolian los territorios weehnayek y guaran del Chaco tarijeo.

    Del mismo modo, empresarios bolivianos, brasi-leos y argentinos acaparan las tierras agrcolas de las provincias del departamento de Santa Cruz. Or-ganizaciones como la Asamblea del Pueblo Guaran, el Movimiento de Trabajadores Campesinos e Ind-genas Sin Tierra, y la Organizacin de la Capitana Weehnayek, resisten desde diferentes aristas la falta de apoyo del gobierno y una cierta discriminacin

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    1. Presentacin

    NatuRalEZa Y PROPSItO dE la MISIN

    Durante el mes de agosto de 2010, la Misin vi-sit algunas comunidades del oriente boliviano. Los departamentos visitados y casos presentados en este informe representan casos paradigmticos. Fueron seleccionados por la organizacin campesina bolivia-na que colabor con la Misin de Observacin a lo largo del trabajo de campo. Una segunda visita fue realizada en el mes de mayo de 2011 con el fin de actualizar la informacin de los casos recogidos en el primer viaje.

    La elaboracin del informe se llev a cabo en va-rias etapas:

    Recogida previa de informacin general so-bre el contexto histrico, poltico y social de Bolivia y sobre las organizaciones campesinas e indgenas

    Trabajo de campo y realizacin de entrevis-tas

    Anlisis e investigacin de la informacin re-cabada y redaccin del informe Presentacin del informe en la Oficina del Alto Comisiona-do de Derechos Humanos de la ONU

    Presentacin del informe en Bolivia y en el Estado espaol

    Previamente a la visita de la Misin de Observa-cin se recogieron diversos informes elaborados por otras organizaciones internacionales y nacionales re-lacionados con la situacin del pas.

    Durante el trabajo de campo se realizaron un total de 132 entrevistas. De ellas, 45 fueron con actores que consideramos institucionales: diferentes niveles de gobierno, defensora del pueblo, gremios de pro-ductores, empresarios y acadmicos. Las 87 restan-tes, se hicieron a personas pertenecientes a organi-zaciones campesinas e indgenas, organizaciones no gubernamentales y otros miembros del movimiento social boliviano, en stas se incluyen los testimonios de las personas afectadas.

    Para la recogida de informacin de testimonios de casos individuales de violaciones de derechos huma-nos, se elaboraron dos modelos de entrevista, uno con el objetivo de recabar la informacin imprescin-dible para presentar el caso ante los Relatores Espe-

    ciales de las Naciones Unidas, y otro, para la divulga-cin en este Informe.

    Los casos de testimonios individuales o comu-nitarios- que aparecen en el informe, fueron selec-cionados por las organizaciones campesinas e ind-genas consultadas por la Misin, segn la gravedad del caso o de la situacin vigente en la comunidad. Para acceder a las comunidades y realizar las en-trevistas, la Misin cont con la colaboracin de la Asamblea del Pueblo Guaran (APG), el Movimiento de Trabajadores Campesinos e Indgenas Sin Tierra (MSTB), y la Organizacin de la Capitana Weehna-yek (ORCAWETA), organizaciones que tienen am-plia presencia en el oriente del pas. El MSTB es una organizacin reconocida internacionalmente como miembro de La Va Campesina1 y la Coordinado-ra Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC).

    Las entrevistas institucionales, entre ellas al Minis-terio de Desarrollo Rural y Tierras, Ministerio de Pla-nificacin del Desarrollo, Ministerio Pblico - Fiscala General, Corte Suprema de Justicia, Tribunal Agrario de Tierras, y la Defensora del Pueblo, nos facilita-ron datos del contexto poltico actual y el posicio-namiento del Gobierno boliviano frente al conflicto en el campo. Destacan las entrevistas con la Ministra de Desarrollo Rural y Tierras, Nemesia Achacollo; el Presidente de la Corte Suprema, Julio Ortiz Linares; el entonces Viceministro Planificacin Estratgica, Ral Prada; y el Fiscal General, Mario Uribe Melen-dres.

    Se entrevist a diferentes asociaciones empresa-riales como la Asociacin de Productores de Oleagi-nosas y Trigo (ANAPO), la Asociacin Boliviana de Criadores de Ceb (ASOCEB), y la Federacin de Ganaderos de Santa Cruz (FEGASACRUZ), entre otras.

    1 La Va Campesina es una coalicin de 148 organiza-ciones en 69 pases del mundo que defienden una agricultura familiar y sustentable. Coordina organizaciones campesinas, pe-queos y medianos productores, mujeres rurales, comunidades indgenas, trabajadores agrcolas migrantes, jvenes y sin tierra, en los cinco continentes. Es parte fundamental de la creacin del concepto de soberana alimentaria como el derecho de los pueblos a definir sus polticas agropecuarias y de producir ali-mentos a nivel local.

    El sistema mundial de defensa de los derechos hu-manos se ha concebido con el propsito de amparar todos los derechos que posibiliten que las personas puedan vivir una vida plena, libre, sana y segura. El Pacto Internacional de Derechos Econmicos, Socia-les y Culturales y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos son instrumentos jurdicos interna-cionales que pretenden garantizar el cumplimiento de los derechos humanos.

    El Estado Plurinacional de Bolivia ha ratificado am-bos pactos y por ello adquiere de forma voluntaria la responsabilidad de respetar, proteger y cumplir estos derechos.

    En el ao 2008 nace en Barcelona el Grupo de Derechos Humanos en Investigacin y Sostenibilidad (GIDHS en adelante) conformado por la Ctedra UNESCO de la Universidad Politcnica de Catalunya y por la asociacin Educacin para la Accin Crtica (EdPAC en adelante), que junto a otras organizacio-nes catalanas y con la colaboracin de la Secretara de Derechos Humanos de La Va CampesinaCono Sur, realizaron un primer Informe: Situacin de los derechos humanos en el Noroeste argentino en 2008 que describe los impactos socio ambientales del modelo agroexportador y minero a gran escala sobre la poblacin campesina e indgena argentina.

    En el 2009, la Secretara de Derechos Humanos de La Va Campesina Cono Sur solicit al GIDHS otro informe, esta vez en territorio paraguayo, dada la grave situacin de las comunidades campesinas e indgenas del pas. En 2010 la invitacin de La Va Campesina fue para visitar la regin oriental de Boli-via, zona de numerosos conflictos que han surgido en el contexto del Proceso de Cambio puesto en mar-cha desde el ao 2006.

    El propsito del presente informe es el de recabar la informacin necesaria para verificar el grado de implicacin del estado boliviano en el cumplimiento de sus obligaciones adquiridas en materia de derecho internacional con las ratificaciones del Pacto Interna-cional de Derechos Econmicos, Sociales y Cultu-rales, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos y el Convenio 169 de la Organizacin In-ternacional del Trabajo (OIT) respecto al estado de

    la poblacin rural en el entorno de los proyectos de inversin relacionados con el agronegocio y la indus-tria extractiva e hidrocarburfera. El informe centra la atencin en las comunidades campesinas indgenas y originarias por ser quines se hallan en una situacin de riesgo y vulnerabilidad mayores.

    La Misin se desplaz a Bolivia durante el mes de agosto de 2010 y estuvo conformada por 15 miem-bros; 13 de ellos del grupo de Investigacin de Dere-chos Humanos y Sostenibilidad (Ctedra UNESCO-UPC y Educacin para la Accin Crtica) del Estado espaol y dos de ellos, del Movimiento Nacional campesino e Indgena (MNCI) de la Repblica Ar-gentina. El trabajo de recogida de informacin se llev a cabo con la colaboracin del Movimiento de Trabajadores Campesinos e Indgenas Sin Tierra de Bolivia (MSTB) y otras organizaciones No Guberna-mentales vinculadas a la proteccin de los derechos humanos.

    La Misin obtuvo el mximo de informacin posi-ble a partir de entrevistas a actores institucionales y a testimonios de violaciones de derechos humanos, denuncias y noticias de prensa para elaborar las con-clusiones y recomendaciones con el fin de ser pre-sentadas ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra, Suiza.

    Adems de la presentacin del Informe y la de-nuncia de los casos ms flagrantes de violaciones de derechos humanos ante la ONU, el informe busca dar a conocer la realidad de un pas que vive un in-tenso proceso de refundacin del Estado, a travs de un complejo, y, en ocasiones, contradictorio modelo de desarrollo plural. El Estado boliviano, envuelto en una serie de compromisos regionales para la cons-truccin de megaproyectos de infraestructura, pasa por encima de los derechos fundamentales de los pueblos para autogestionar su territorio. Por otro lado, los compromisos adquiridos para llevar a cabo la reforma agraria integral se ven frenados por la poca o nula dotacin de recursos econmicos y tc-nicos para poder cumplir con las expectativas gene-radas por el gobierno del Presidente Morales. Frente a esto, el modelo agroindustrial de la regin oriental sigue avanzando sobre las comunidades campesinas e indgenas de las tierras bajas.

    MEtOdOlOGa

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    1. Presentacin

    Las entrevistas realizadas a organizaciones socia-les o relacionadas con los derechos humanos, como CEJIS, APDH-B, CBDHDD, CEDLA, CEDIB, CEN-DA, nos aportaron informacin del contexto social del pas y la situacin de la poblacin rural y de al-gunos casos de vctimas. A partir de las entrevistas testimoniales a familiares de las vctimas, dirigentes campesinos o vctimas directas de violaciones de de-rechos, obtuvimos la informacin necesaria para el conocimiento y la reconstruccin de los casos que se presentan. En todas las entrevistas se fue recabando toda la documentacin complementaria: expedien-tes judiciales, denuncias presentadas, prensa, docu-mentos institucionales, boletines, etc.

    Todas las entrevistas se grabaron, en formato au-dio o audiovisual, para transcribirse posteriormente en formato digital, gracias a la colaboracin de un equipo de ms de 25 voluntarios/as. Se consult a todas las personas entrevistadas si autorizaban el uso pblico de su nombre y si era posible realizar la gra-bacin de la entrevista y en el total de los casos, la respuesta fue afirmativa.

    Las entrevistas a actores institucionales, realizadas en La Paz y Sucre, se escogieron bien por su relacin en mayor o menor medida con los temas del infor-me, en funcin de los avances de la investigacin. Se solicitaron las audiencias va telefnica y, en general, se tuvo acceso a todas las personas solicitadas, a ex-cepcin de algunos pocos casos que por diversos motivos no nos pudieron atender.

    El equipo de trabajo en terreno, estuvo compues-to por un total de 15 miembros, 13 de ellos se des-plazaron desde Catalua y pertenecen a diferentes universidades y organizaciones catalanas (Ctedra UNESCO de la Universidad Politcnica de Catalua- UPC, Universidad de Girona, Educacin para la Ac-cin Crtica), as como dos miembros del Movimien-to Nacional Campesino e Indgena de Argentina.

    Para el anlisis de la informacin y los datos ob-tenidos participaron cuatro miembros del Grupo de Investigacin en Derechos Humanos y Sostenibilidad de la Ctedra UNESCO de la UPC (GIDHS), que durante 12 meses examinaron la documentacin y redactaron el presente informe.

    aGRadEcIMIENtOS MatERIalES cOMPlEMENtaRIOS

    La Misin y el Grupo de Investigacin en De-rechos Humanos y Sostenibilidad (GIDHS) agra-decemos a todas las personas, organizaciones e instituciones que colaboraron en la realizacin de las entrevistas y el relevamiento de datos para esta investigacin.

    Agradecemos especialmente al Movimiento de Trabajadores Campesinos e Indgenas Sin Tie-rra (MST-B) y a la Secretara de Derechos Huma-nos de La Va Campesina Regin Sudamrica por su colaboracin y las facilidades otorgadas para recopilar testimonios en las zonas donde se ubi-can sus miembros, a las organizaciones sociales y civiles bolivianas que han realizado investigacio-nes y denuncias entorno a los derechos humanos violentados en las reas de conflicto, especial-mente al oriente del pas.

    Agradecer la atencin de los diferentes niveles de gobierno -jueces, magistrados, funcionarios pblicos del gobierno nacional y departamental- que nos dieron la oportunidad de escuchar la po-sicin del Estado Plurinacional de Bolivia.

    Agradecer a las personas que participaron como grupo de apoyo del GIDHS y que han de-dicado horas de trabajo y cario para la trans-cripcin de las entrevistas y el asesoramiento de diferentes temas metodolgicos.

    Agradecer a las organizaciones campesinas e indgenas, a los hombres, mujeres, nios y nias que han dado su palabra con generosidad y que dan ejemplo de dignidad y justicia por un mun-do mejor y ms justo, pese a ser el blanco de un modelo de desarrollo incompatible con su sub-sistencia.

    Y un agradecimiento especial al Comit Im-pulsor del Juicio de Responsabilidades a Gonzalo Snchez de Lozada y sus colaboradores por las masacres de septiembre y octubre de 2003, por su apoyo a la elaboracin de este Informe.

    A todas y a todos muchas gracias.

    Informe Situacin de los derechos humanos en el Oriente paraguayo en 2009

    http://edpac.cat/docs/Informe_Paraguay_2009.pdf

    Resumen del informe Situacin de los derechos humanos en el Oriente paraguayo en 2009

    http://edpac.cat/docs/resumen-informe-para-guay.pdf

    Vdeo Paraguay: cambio cautivo

    http://vimeo.com/20326728

    Informe Situacin de los derechos humanos en el No-roeste argentino en 2008

    http://edpac.cat/docs/Publicacio_Informe_Ar-gentina.pdf

    Vdeo del informe: Bolivia: recuperar el proceso de cambio http://vimeo.com

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    2. Situacin social y ambiental en el Oriente boliviana

    2. SItuacIN SOcIal Y aMBIENtal EN El ORIENtE BOlIVIaNO

    Entrevista: EI18. Alejandro Almaraz, ex viceministro de Tierras

    Lo que hemos vivido hasta ahora, en el proceso revolucionario, es la implantacin de medidas surgidas en los aos anteriores de las demandas populares, que se enarbolaron en la lucha contra el modelo neoliberal. Deman-das que tuvieron la fuerza y la proyeccin histrica para trocar las acciones de resistencia al modelo. En acciones de contraofensiva [ ] Que primero lo detuvieron, y luego lo desmontaron. Tengamos en cuenta que en Bolivia es donde en el mundo entero se ha aplicado con mayor radicalidad el modelo neoliberal. En muy pocos pases se ha llegado a privatizar las industrias de los hidrocarburos, por lo menos hablando de los pases en el tercer mundo, en los cuales el control de la industria, de las industrias estrategias, sobre todo las energticas, tiene una significa-cin econmica, poltica, simblica, emotiva, fundamental para la construccin, o para la pervivencia del estado nacional. No es lo mismo el control estatal de la industria de hidrocarburos en Espaa que en Bolivia. Porque la privatizacin en Bolivia supone de una manera automtica, como no lo es en el caso espaol y de algn otro pas de Europa y de los EE.UU., desnacionalizacin. Pero adems en Bolivia, los hidrocarburos estn muy fuertes y profundamente asociados a los sentimientos populares de nacin, al sentido colectivo de nacin. El impulso de adquirir propiedad efectiva sobre los hidrocarburos motiv, de una manera especial, la revolucin que ya hubo hace medio siglo atrs, en 52. Y siempre ha sido un elemento particularmente sensibilizador de las luchas popu-lares, el control de las empresas estratgicas.

    2.1 aPuNtES PaRa uN PROcESO dE caMBIO

    El 18 de diciembre de 2005 con casi el 54% de la votacin Juan Evo Morales Ayma fue electo pri-mer presidente indgena del pas. Para el imaginario boliviano este hecho marcaba el cierre de un ciclo rebelde indgena-campesino iniciado con el cambio de siglo. Este comienzo suele sealarse a partir de la Guerra del Agua acontecida entre enero y abril del ao 2000 en la ciudad de Cochabamba. Un amplio movimiento social organizado en contra de la priva-tizacin del abastecimiento y alcantarillado del agua municipal logr revertir el aumento de las tarifas que se haban elevado por encima del 50%. Era una primera batalla que evidenciaba las consecuencias de los muchos aos de implementacin del modelo neoliberal boliviano, que haba sido ejemplar para Amrica Latina, segn varias instituciones financieras internacionales, por lo que se lo conoci como el milagro Boliviano2.

    En los meses siguientes quedara desmontada esa historia. En septiembre de ese mismo ao varias or-ganizaciones rurales, campesinas y de productores de hoja de coca, mantuvieron bloqueos carreteros que paralizaron siete de los nueve departamentos del pas. Las demandas de los campesinos enfoca-ban modificaciones entorno a la Ley del Agua y la Reforma Agraria; los cocaleros buscaban el cese de la persecucin judicial de su actividad, criminalizada bajo presiones de la Drug Enforcement Administra-tion (DEA) estadounidense. Los bloqueos llevados adelante por la Confederacin Sindical nica de Tra-bajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) y los

    2 En este contexto Bolivia vivi como pocos pases perifricos la implementacin de polticas econmicas que des-articularon rpidamente las conquistas sociales sobrevivientes desde la revolucin nacionalista de 1952. A partir de 1985 el neoliberalismo entro al pas aplicando las recetas del FMI y de la mano del economista Jeffrey Sachs quien actualmente es asesor de la ONU sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Se implementaron las medidas que apuntaban a la estabilizacin monetaria, recortes de la produccin destinada al consumo interno, privatizaciones que en el contexto boliviano se denomi-naron capitalizaciones. El llamado milagro boliviano funcion en las estadsticas macroeconmicas que arrojaban unos resul-tados satisfactorios, la moneda se estabiliz, la deuda se redujo. El Producto Nacional Bruto se incremento, pero no se reflejo en una mejora sustancial de la poblacin.

    productores de coca del Chapare eran encabezados por dos dirigentes con fuertes lazos en el mundo in-dgena: Felipe Quispe con los indgenas-campesinos y Evo Morales por los cocaleros.

    Este ciclo rebelde continu con ms bloqueos de caminos en junio de 2001, sigui la revuelta de los cocaleros en febrero de 2002; la movilizacin contra el impuesto al salario que devino en la matanza urba-na de febrero negro en 2003; la Guerra del Gas realizada entre septiembre y octubre de 2003, con un saldo de ms de 60 personas muertas; la movili-zacin de la ciudad de El Alto para expulsar a Aguas del Illimani en enero de 2005; y las movilizaciones de junio de 2005 en lo que algunos autores denominan la segunda Guerra del Gas. En esta cronologa la Guerra del Gas, y en especial los acontecimientos del ao 2003, tienen la importancia de haber arti-culado las demandas de un levantamiento social en expansin: La llamada Agenda de Octubre. Despus de los sangrientos das de octubre del 2003, la socie-dad boliviana gener una Agenda en la que se solicit reconstruir el pas con base en la nacionalizacin e in-dustrializacin de los hidrocarburos, la conformacin de una Asamblea Constituyente y la extradicin del ex presidente Gonzalo Snchez de Lozada, autoexi-liado en Estados Unidos junto a algunos miembros de su gobierno3.

    3 En septiembre de 2011, despus de casi ocho aos de juicio, la Corte emiti sentencia por Genocidio bajo la Modalidad de Masacre Sangrienta a cinco militares y tres ex-ministros. El Comit Impulsor del Juicio de Responsabilidades a Gonzalo Snchez de Lozada y sus colaboradores por las masa-cres de septiembre y octubre de 2003 en Bolivia seala que la lucha contra la Impunidad continuar hasta que los ministros y el expresidente prfugos, Gonzalo Snchez de Lozada, Carlos Snchez Berzan, Jorge Berindoague, Guido Aez Moscoso, Mir-tha Quevedo Acalinovic, Javier Torres Goitia Caballero, Jorge Ernesto Torres Obleas, Dante Napolen Pino Archondo , Hugo Arturo Carvajal Donoso, regresen al pas a pagar sus cuentas pendientes. En el caso del ex ministro Hugo Arturo Carvajal Donoso, la Corte emiti orden de extradicin a Espaa en 2009, sin que el estado espaol haya cumplido el requerimiento. Ver: http://juiciogoniya.org.bo

    Con la Agenda de Octubre como bandera, la am-plia movilizacin social lleg a las elecciones presi-denciales de 2005 con el triunfo del Movimiento al Socialismo (MAS) y de su candidato Evo Morales. El triunfo de el Evo, como popularmente lo conocen en Bolivia, es sealado como producto de las luchas urbanas, campesinas, indgenas, sindicalistas y, en suma, de la clase subalterna en pleno. Este hecho logr abrir el juego electoral eternamente captura-do por las oligarquas tradicionales, mediante la pre-sin desde los de abajo. A su vez, la llegada del MAS al poder, es el resultado de la llamada tesis del Instrumento Poltico por la Soberana de los Pue-blos (IPSP). La idea central es alejarse de los parti-dos polticos tradicionales y crear una herramienta de acceso al poder gubernamental que garantice la coherencia del accionar de la funcin pblica con el mandato ejercido desde las organizaciones de base.

    La historia del IPSP se remonta al ao 1995 en la ciudad de Santa Cruz, donde se celebra el primer congreso titulado: Tierra-Territorio e Instrumento Poltico con la participacin de la CSUTCB, la en-tonces Confederacin Sindical de Colonizadores de Bolivia (CSCB) y la Central Indgena del Oriente Boli-viano (CIDOB). Para el segundo Congreso, realizado en Potos en 1997, se acuerda la participacin en las elecciones de ese ao, obteniendo 4 diputados uni-nominales por Cochabamba, entre ellos Evo Morales,

    con el 70% de los votos, utilizando para ello al MAS que ya contaba con registro como partido poltico desde 1987. Para las elecciones municipales de 1999 el MAS-IPSP logr obtener 81 concejales a nivel na-cional con excepcin de los departamentos de Beni y Pando. En 2001 el objetivo del cuarto Congreso del IPSP fue avanzar en la toma del gobierno nacional. Las elecciones del 2002 obtuvieron un resultado de 35 parlamentarios (27 diputados y ocho senadores) y la expansin de la aceptacin popular del MAS, tanto nacional como internacionalmente, aumentando la fi-gura de Evo Morales como referente fundamental de la suma de organizaciones adherentes al IPSP. En esa eleccin presidencial, Morales alcanz el 20,9% de los votos, 1,6% detrs del vencedor Snchez de Lo-zada, convirtindose en la segunda fuerza parlamen-taria detrs de la alianza del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y el Movimiento Bolivia Libre (MBL). Morales se present tambin a diputado y en esta eleccin gan el escao por su circunscripcin con el 81,3% de los sufragios, en 2005 ganara las pre-sidenciales con mayora absoluta y poniendo fin a un primer e incandescente ciclo rebelde que tuvo en l la suma simblica de un ciclo ms amplio que se haba abierto en Bolivia con la Revolucin inconclusa de 1952. La vieja Revolucin dej una tarea urgen-te e incontrolablemente pendiente: la de la Bolivia Indgena-originaria ancestral.

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    2. Situacin social y ambiental en el Oriente boliviana

    Como seala Raquel Gutirrez: Evo es fruto leg-timo de la movilizacin. Aunque no slo es eso. Re-presenta tambin una posibilidad de estabilizacin de la relacin estatal, en un momento de desborde in-tenso de todo lo instituido [] una manera de con-tener lo que amenazaba con trastocarlo todo: una energa y una creatividad social en ascenso creciente: el Pachakuti4.

    Para los pueblos originarios andinos, Pachakuti es una revuelta del tiempo-espacio. El prefijo pa en aymara y quechua significa par, dual, doble, dos, bis. Cha significa energa. Pacha, por tanto, significa el encuentro de dos energas antagnicas que al com-plementarse producen el espacio-tiempo. Dese esta perspectiva no se puede pensar el tiempo desliga-do del espacio, y tampoco se puede pensar el futuro desligado del pasado. Peridicamente, este espacio-tiempo da un vuelco, una revuelta que el mundo an-dino llama Kuti. Por tanto, Pachakuti, segn Esc-bar (2008), tiene correspondencias profundas que se pueden establecer con el concepto occidental de Revolucin, pero desde un paradigma de la comple-jidad de base sistmica y ecolgica apartada de las revoluciones europeas de la edad moderna.

    La idea del Pachakuti ha infundido en la sociedad indgena el convencimiento de que se ha cumplido un ciclo y ha llegado la hora de un vuelco, una revuelta que recuperar el control sobre el espacio coloniza-do. Esta construccin colectiva de un tiempo distinto ha sido explicada como un movimiento que surge: cuando las oligarquas econmicas y polticas pensa-ban que haban reordenado el pas segn su modelo

    4 GUTIRREZ, R. Los ritmos del Pachakuti, Moviliza-cin y levantamiento indgena-popular en Bolivia desde la pers-pectiva de la emancipacin (2000-2005). Ediciones Yachaywasi. Bolivia, 2008.

    y mando, [] la Bolivia plebeya reemerge poltica-mente y desordena de nuevo el falaz consenso neo-liberal. Quiebra una estrategia y una imagen de pas, que se le impona desde arriba y desde fuera5.

    El cambio de ciclo marca una inflexin que posi-bilita un nuevo pacto social, plural e igualitario, den-tro de una Complementariedad de Opuestos. Esta conceptualizacin, propia del imaginario indgena, se agrupa en la idea del Vivir Bien6, como resultado de categoras y experiencias vigentes en los pueblos andinos y en las tierras bajas bolivianas. Una cosmo-visin que contempla aspectos comunes en el cami-no y el horizonte de la comunidad: implica primero saber vivir y luego convivir. No se puede vivir bien si los dems viven mal, o si se daa a nuestra Madre Tierra. Vivir Bien significa comprender que el dete-rioro de una especie es el deterioro del conjunto, comprender que todas las formas de existencia son importantes para el equilibrio de la vida7.

    Segn el canciller David Choquehuanca: no un vivir mejor a costa del otro, sino un Vivir Bien basa-do en la vivencia de nuestros pueblos. Vivir Bien es vivir en comunidad, en hermandad, y especialmente en complementariedad. Donde no haya explotados, ni explotadores; donde no haya excluidos, ni quienes excluyan; donde no haya marginados ni marginado-res.

    5 GARCA, A. GUTIRREZ, R. PRADA, R. y TAPIA, L. El retorno de la Bolivia plebeya. Muela del Diablo. Bolivia, 2000.

    6 Se utiliza el trmino Vivir Bien como se usa en el Plan de desarrollo econmico y social para el vivir bien, reco-nociendo que el uso Buen Vivir es igualmente valido, princi-palmente en la regin andina ecuatoriana.

    7 HUANACUNI, F. Buen Vivir / Vivir Bien - Filosofa, polticas, estrategias y experiencias regionales. Instituto Internacio-nal de Integracin-Convenio Andrs Bello. Bolivia, 2010.

    Una forma de vivir reflejada en una prctica coti-diana de respeto, armona y equilibrio con todo lo que existe, comprendiendo que en la vida todo est interconectado, es interdependiente y est interre-lacionado. Un paradigma ancestral que se presenta en el momento en que otro paradigma, el de la mo-dernidad occidental, se encuentra en crisis. Una crisis que segn Enrique Leff, es una crisis de la raciona-lidad de la modernidad, de la economa del mundo globalizado [ ] la prdida del sentido de la existen-cia que genera el pensamiento racional en su nega-

    cin de la otredad- por la voluntad homogenizante de la unidad de la ciencia y la unificacin forzada del mercado8. Lo que algunos autores llaman: el pen-samiento colonizado tanto desde el exterior como al interior de los pases perifricos.

    8 LEFF, E. Racionalidad ambiental. La reapropiacin social de la naturaleza. Siglo XXI, Mxico, 2004.

    VIVIR BIEN

    Mentir, robar, atentar contra la naturaleza posiblemente nos permita vivir mejor, pero eso no es Vivir Bien. Al contrario, Vivir Bien significa complementarnos y no competir, compartir y no aprovecharnos del vecino, vivir en armona entre las personas y con la naturaleza. El Vivir Bien no es lo mismo que el vivir mejor, el vivir mejor que el otro. Porque para el vivir mejor, frente al prjimo, se hace necesario explotar, se produce una profunda compe-tencia, se concentra la riqueza en pocas manos. Vivir mejor es egosmo, desinters por los dems, individualismo. El Vivir Bien est reido con el lujo, la opulencia y el derroche, est reido con el consumismo.David Choquehuanca. Hacia la reconstruccin del Vivir Bien. Ponencia sustentada en el Encuentro Latinoamerica-no Pachamama, Pueblos, Liberacin y Sumak Kawsay, Quito, 27 de enero del 2010.

    Imagen 1

    Mural en El Alto. Evo defensor de la Pachamama. Fuente CEADL - Observatorio Boliviano de los Recursos Naturales.

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    2. Situacin social y ambiental en el Oriente boliviana

    2.1.1 dEscolonizacin para rEfundar El EsTado Octubre. Como seala Boaventura de Sousa Santos: No la reforma, no la modernizacin, no el retorno del Estado, sino su refundacin. El Estado de las ve-nas cerradas de Amrica Latina10.

    La materializacin del discurso refundacional se asent con la promulgacin de la Constitucin Polti-ca del Estado (CPE) el 7 de febrero de 2009, tras una largusima historia de confrontacin y polarizacin social. El conflicto era esperado dada la radicalidad de los nuevos paradigmas frente a la histrica din-mica de hegemona entre quienes vean amenazado su status quo, principalmente en la regin Oriental conocida como la Media Luna, donde se concentran poderosos centros oligrquicos ricos en hidrocarbu-ros y agroindustria, y su rechazo a la CPE. Frente a ellos, un amplio movimiento social, campesino e ind-gena convocando a un Pacto de Unidad11 para dotar de contenidos la redaccin de la nueva CPE por la Asamblea Constituyente.

    10 SANTOS, B. Refundacin del Estado en Amrica Lati-na. Perspectivas desde una epistemologa del Sur.. Plural, Bolivia, 2010.

    11 Las organizaciones involucradas en la propuesta del Pacto de Unidad fueron:

    Confederacin Sindical nica de Trabajadores Campesinos de Bolivia;

    Confederacin de Pueblos Indgenas de Bolivia; Confederacin Sindical de Colonizadores de Bolivia; Federacin Nacional de Mujeres Campesinas de Bolivia -

    Bartolina Sisa; Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu; Coordinadora de Pueblos tnicos de Santa Cruz; Movimiento Sin Tierra de Bolivia;Asamblea del Pueblo Guaran; Confederacin de Pueblos

    tnicos Moxeos de Beni.

    Gestado en septiembre de 2006, el Pacto de Uni-dad es una prueba fehaciente respecto de los objeti-vos refundacionales que originariamente planteaba la Asamblea Constituyente, exigida desde Octubre de 2003. En el documento aparece formulada la idea de que el Estado Plurinacional: es un modelo de orga-nizacin poltica para la descolonizacin de nuestras naciones y pueblos, reafirmando, recuperando y for-taleciendo nuestra autonoma territorial.

    En el artculo 1 de la Constitucin, Bolivia se define como un Estado Unitario Social de Derecho Plurina-cional Comunitario, libre, independiente, soberano, democrtico, intercultural, descentralizado y con au-tonomas. Bolivia se funda en la pluralidad y el plura-lismo poltico, econmico, jurdico, cultural y lingsti-co, dentro del proceso integrador del pas. Es decir la constitucin garantiza la libre determinacin de las naciones y pueblos indgenas originarios campesinos preservando la necesaria unidad del Estado. Para ello se tienen tres modelos organizacionales del Estado Plurinacional: Un Modelo de Estado (plurinacional comunitario), un Modelo Territorial Autonmico, vinculado a las cuatro formas de autonoma (depar-tamental, regional, municipal e indgena), y un Mode-lo Econmico Plural (economa estatal, privada, co-munitaria, y social-cooperativa). Del mismo modo, el marco jurdico de estos modelos organizacionales se ven reflejados en sus instrumentos: Ley de Gestin Pblica, Ley Marco de Autonomas y Ley de Econo-ma Plural, entre otras normas rectoras.

    Uno de los pilares fundamentales del Proceso de Cambio boliviano es acabar con el colonialismo interno. El colonialismo interno se da en el terreno econmico, poltico, social y cultural como evolucin del capitalismo a lo largo de la historia de los Esta-dos-nacin perifricos. Se seala que, si bien existi una primera descolonizacin iniciada en el siglo XIX por las colonias espaolas y seguidas en el XX de las colonias inglesas y francesas, sta fue incompleta. Se limit a la independencia jurdico-poltica de los Esta-dos-nacin perifricos. Por lo que, frente a esta con-tinuidad colonial, ahora se presenta la oportunidad de efectuar una segunda descolonizacin de la super-posicin de las mltiples relaciones raciales, tnicas, epistmicas, econmicas y de gnero, que la primera descolonizacin dej intactas. En otras palabras, una matriz del sistema mundo capitalista / patriarcal / moderno / colonial, expresada en tres dimensiones: la colonialidad9 del Poder, del Saber y del Ser.

    La divisin internacional del trabajo entre cen-tros y periferias y la jerarquizacin tnico-racial de los nuevos pases supuestamente independientes, no se vio trastocada en lo fundamental tras las inde-pendencias. Al finalizar dichos periodos de adminis-tracin colonial, el pensamiento occidental continu en la hegemona del Saber cientfico y tecnolgico en contraposicin a otros Saberes. Lo mismo ocurri en el mbito de lo aspiracional en trminos bino-miales (bueno/malo) que nombran el Ser occiden-tal como valor positivo (ser blanco, hombre, joven y rico) frente a formas de Ser consideradas negativas o atrasadas segn el pensamiento colonial/patriarcal, hegemnico. De este modo: Las estructuras de lar-

    9 Segn Nelson Maldonado, Colonialidad no significa lo mismo que colonialismo. Colonialismo denota una relacin poltica y econmica, en la cual la soberana de un pueblo reside en el poder de otro pueblo o nacin, lo que constituye a tal nacin en un imperio. Distinto de esta idea, la colonialidad se refiere a un patrn de poder que emergi como resultado del colonialismo moderno, pero que en vez de estar limitado a una relacin formal de poder entre dos pueblos o naciones, ms bien se refiere a la forma cmo el trabajo, el conocimiento, la autoridad y las relaciones intersubjetivas se articulan entre s, a travs del mercado capitalista mundial y de la idea de raza. As, pues, aunque el colonialismo precede a la colonialidad, la colo-nialidad sobrevive al colonialismo. La misma se mantiene viva en manuales de aprendizaje, en el criterio para el buen trabajo acadmico, en la cultura, el sentido comn, en la auto-imagen de los pueblos, en las aspiraciones de los sujetos, y en tantos otros aspectos de nuestra experiencia moderna.

    ga duracin formadas durante los siglos XVI y XVII continan jugando un rol importante en el presen-te. Hacia finales del siglo XX, en el contexto de la Guerra Fra y la llamada era poscolonial en frica y Asia, la periferia mantuvo una posicin subordinada. En el caso de Latinoamrica, esto fue clave en el pro-ceso de intervencin que vivi el subcontinente bajo presin estadounidense. Polticas como la Doctrina de Seguridad Nacional y de la Alianza para el Pro-greso, conllevaron una racionalidad del colonialismo de la modernidad que al final de La Guerra Fra y con la llegada de las polticas neoliberales, se con-virti en un proceso de neocolonialidad global en la que Bolivia fue enmarcada como rea de prueba y experimento del reajuste econmico del Consenso de Washington.

    El proceso de cambio que hoy emerge desde la visin de los pueblos ancestrales indgenas y origina-rios, seala la necesidad de descolonizar estas esfe-ras de la vida humana, el Ser y el Saber, sustentadas en una forma de Vivir Bien. Descolonizar el poder a travs de la complementariedad de un dilogo de Saberes que libere el Ser personal y comunitario. En todo caso, el objetivo de la descolonizacin sera el Vivir Bien desde una perspectiva comunitaria en todas las esferas humanas. Por ejemplo, cuando se seala el derecho a una vida limpia se habla de des-colonizar la atmsfera, descolonizar la Madre Tierra, limpiando el aire, limpiando la atmsfera. Del mis-mo modo, se habla de descolonizar las relaciones de gnero, de despatriarcalizar para visibilizar, des-estabilizar y erradicar el patriarcado, pero no desde cualquier lugar, sino desde la identidad plurinacional. Dentro del proceso de descolonizacin, la despa-triarcalizacin establece los conceptos de equivalen-cia, complementariedad y armona entre mujeres y varones y la Madre Tierra que constituyen el ajayu (espritu) del Proceso de Cambio.

    Descolonizar significa reconocer la pluralidad cul-tural y jurdica de los diferentes sujetos colectivos que conforman, en este caso, a Bolivia. La principal apuesta del actual proceso boliviano es desarrollar las propias formas de pensar y de ser. Este es el ho-rizonte de sentido que se vislumbra tras el primer ciclo rebelde que en su hacer, en su praxis, exigi la refundacin del Estado a travs de la Agenda de

    Entrevista: EI23 Ral Prada, ex viceministro de Planificacin Estratgica y ex asamblesta constituyente

    Si la tarea de la Constitucin y la tarea que encomienda la Constituyente de los movimientos sociales es la confor-macin de un Estado Plurinacional, en el camino de la descolonizacin, nosotros nos planteamos el tema de qu significa un Estado Plurinacional? Que ya no es un Estado-nacin, que ya no es un Estado moderno, sino que es un Estado Plurinacional, en el sentido de recoger no solamente el plurilingismo, lo pluricultural, ni los cdigos del pluralismo liberal, sino ms bien del sentido de la descolonizacin que se quiere dar. Eso implica incorporar los proyectos civilizatorios y culturales de las naciones y pueblos indgenas.

    El Sistema de Gobierno adoptado, segn lo es-tablecido en el Artculo 11 de la Constitucin, es la forma democrtica participativa, representativa y comunitaria, con equivalencia de condiciones entre hombres y mujeres. Es decir, tiene tres ejes impor-tantes del ejercicio de la democracia: un eje es la democracia directa, el otro es la democracia dele-gada o representativa, a travs del voto universal, y

    la democracia comunitaria de los pueblos indgenas y originarios. De este modo, se trata de ampliar el espacio de lo pblico que, segn Ral Prada: no es lo pblico liberal, sino es lo pblico en el sentido de la participacin directa y de la accin colectiva. El gran esfuerzo era romper con conceptos de gestin libe-ral y sobre todo, romper con la idea de Estado libe-ral, de Estado-nacin, de Estado moderno.

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    2. Situacin social y ambiental en el Oriente boliviana

    La Gestin Pblica Plurinacional, comunitaria, in-tercultural, no es la gestin pblica clsica. Implica transformaciones institucionales para dar forma a un pluralismo institucional que pasa por incorporar las instituciones indgenas en la misma estructura del Estado. De hecho, la Constitucin recoge en su art. 30 II numeral 5 el derecho de los pueblos indgenas originario campesinos a que sus instituciones sean parte de la estructura general del Estado. Eso con-lleva el pluralismo administrativo, jurdico, de gestin y el de las formas democrticas, en el marco de una divisin de funciones en cuatro rganos de gobierno: rganos Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral. Esto tambin comporta empezar a pensar otras for-mas de gestin: la gestin de los recursos naturales como parte de la gestin pblica, la socioambiental, la territorial y la gestin productiva.

    En el caso de la imparticin de justicia, esta plu-ralidad se resuelve por medio de un rgano Judicial que incorpora al menos tres jurisdicciones distintas: 1. La Jurisdiccin Ordinaria, integrada por el Tribunal Supremo de Justicia, los Tribunales Departamentales de Justicia, los Tribunales de Sentencia y los juzgados; 2. La Jurisdiccin Agroambiental, integrada por el Tribunal Agroambiental y los Juzgados Agroambien-tales; 3. La Jurisdiccin Indgena Originaria Campesi-na, integrada por sus propias autoridades, segn sus normas y procedimientos propios. Se hace mencin adems que podrn existir otras Jurisdicciones Espe-ciales, reguladas por ley.

    La pluralidad de jurisdicciones viene a recoger el principio de pluralidad jurdica y cultural que define la forma del Estado (artculo 1 del texto constitucio-nal), y en este sentido se expresa tambin el artculo 179 II constitucional, en virtud del cual la jurisdic-cin ordinaria y la jurisdiccin indgena originario campesina gozarn de igual jerarqua, de manera

    que ninguna de ellas podr revisar las decisiones de la otra. Un problema fundamental ser armonizar las jurisdicciones descritas para que ninguna se aca-be sobreponiendo, en la prctica, a otra. Para ello, la Constitucin se remite a una Ley de Deslinde, en-cargada de delimitar los mbitos de cada una de las jurisdicciones. Esta Ley, ampliamente discutida en su elaboracin por su enorme trascendencia, fue apro-bada finalmente en diciembre de 2010, como Ley n-mero 073. El contenido final de la misma recoge una importante restriccin del alcance de la jurisdiccin indgena originario campesina, ya que, de acuerdo con las previsiones constitucionales, se limita a los conflictos entre miembros de una misma nacin o pueblos indgena originario campesinos, en el marco de relaciones y hechos jurdicos que se realicen o cu-yos efectos se producen dentro de la jurisdiccin de un pueblo indgena originario campesino. Adems, se limita ampliamente, por decisin de la Ley, el alcance material de dicha jurisdiccin, quedando fuera de su mbito, en todo caso, las materias de Derecho labo-ral, tributario, minero, forestal, de hidrocarburos e incluso agrario (a excepcin de la distribucin inter-na de tierras en comunidades que tengan posesin o propiedad colectiva) o delitos como los de asesinato, homicidio, violacin o contra la integridad corporal de menores de edad.

    Entrevista EI19. Ivn Gantier Lemoine, Presidente del Tribunal Agrario Nacional

    La Constitucin Poltica del Estado actualmente ha reconocido a la justicia indgena originaria campesina, con la misma jerarqua que la justicia ordinaria. Entonces al estar reconocida con la misma jerarqua, la justicia ordinaria no puede revisar los fallos de la justicia indgena. Y [ni] la justicia indgena la de la ordinaria. Sin embargo de ello van a haber, a fin de que no haya conflictos, esta ley tiene que tener una normativa que delimite con claridad la competencia territorial, principalmente, la competencia personal, y la competencia material. Esto quiere decir que la justicia indgena tiene que tener su mbito territorial de aplicacin donde va a ser aplicada. Puede ser de que se aplique el principio de la extraterritorialidad cuando se cometan por individuos de la misma comunidad fuera del territorio, pero que atenten derechos colectivos de la comunidad no es cierto? Respecto a lo personal a quin les va a administrar la justicia indgena ordinaria campesina? Lgicamente que tiene que ser a sus miembros. Pero quin determina quienes son miembros de esa comunidad? Y ah s que hay un conflicto, hay comunarios que viven en las ciudades no? Entonces ese es un problema que lo estamos viendo, que lo estamos analizando.

    Entrevista EI20. Julio Ortiz Linares. Presidente de la Corte Suprema de Justicia

    Uno de los rganos que ha merecido mayor atencin de la Asamblea Constituyente, y de la Constitucin, es el Tribunal Agrario que ahora se llama Tribunal Agroambiental. Se le han creado muchas competencias, se le ha otorgado mayor envergadura en su estructura y a sus competencias, ni duda cabe, porque el problema agroam-biental en nuestro pas es muy delicado, es cierto, pero eso no soluciona el problema. Porque mire, cmo vamos a poder delimitar ambas jurisdicciones?, estamos en ese intento, en este momento se est debatiendo en un seminario en Sucre sobre la ley de deslinde, es una ley que limita o trata de limitar la jurisdiccin ordinaria con la jurisdiccin agroambiental. Lo que yo me pregunto y creo que lo que todos se preguntan es cmo podrn vivir ambas jurisdicciones sin que una se sobreponga a la otra?, es decir, como poder determinar o ponerle un lmite en los hechos a una jurisdiccin que va a ser difcil controlarla.

    El Modelo Econmico Plural es complejo porque ha sido pensado como modelo de la economa social y comunitaria. Sin embargo, la Constitucin reconoce la pluralidad en materia econmica de una forma ms amplia, sealando la existencia de economas: estatal, privada-capitalista, comunitaria y social-cooperativa. La complejidad deviene en que estas economas no se encuentran en las mismas condiciones de despe-gue. La economa capitalista es la que tiene prepon-derancia, subordinando a las dems formas de orga-nizacin econmica. Por ello, la Constitucin le da un papel de transicin muy importante al Estado. Es decir, un Estado interventor, regulador e industriali-

    zador de los recursos naturales, por tanto tendiente a una conceptualizacin desarrollista de la economa. Cabe mencionar que el desarrollismo confronta la propiedad legtima de los recursos naturales. En el caso del mundo indgena es fundamental que sus te-rritorios sean respetados y sus pueblos consultados para que su economa, de tipo comunitario, no se vea avasallada por el desarrollismo estatal o el ca-pitalismo voraz. La pregunta aqu es: cmo pueden coexistir estas economas? Cmo hacer para que se articulen de manera integral y complementaria?

    Entrevista EI18. Alejandro Almaraz, ex viceministro de Tierras

    Entendemos por Economa Plural la coexistencia de modos de produccin distintos en nuestro pas. Por un lado, la empresa capitalista, vamos a decir clsica o convencional, como la que tenemos en la agroindustria crucea [Santa Cruz] O en nuestra pequea industria manufacturera, de La Paz, de Cochabamba O en la industria minera. Lo clsico de las relaciones capitalistas. Junto a ello, tenemos un sector estatal que puede ser interpretado como la base de un capitalismo de Estado, pero que dependiendo del contexto y el conjunto de otras estructuras a las que se articule, puede ser el cimiento de otro modelo de desarrollo. Y tenemos tambin un mbito comu-nitario. Una economa y una produccin comunitaria que est tambin reconocido en la Nueva Constitucin Poltica del Estado. Esos tres mbitos tendrn que coexistir, pero si queremos construir un pas suficiente, un otro pas distinto, no podemos considerarlo suficiente [...] Que todo eso no sea para reponer el capitalismo de Estado que ya haba, como producto del 52. Porque sabemos que finalmente no sirve. Si lo queremos es justicia, no morirnos de hambre, no discriminacin, no racismo No nos sirve ese capitalismo de Estado.

    El Modelo Territorial Autonmico propuesto en el Pacto de Unidad define que: La autonoma indgena originaria y campesina es la condicin y el principio de libertad de nuestros pueblos y naciones como ca-tegora fundamental de descolonizacin y autodeter-minacin; est basada en principios fundamentales y generadores que son los motores de la unidad y articulacin social, econmica y poltica al interior de

    nuestros pueblos y naciones y con el conjunto de la sociedad. Se enmarca en la bsqueda incesante de la construccin de la vida plena, bajo formas propias de representacin, administracin y propiedad de nues-tros territorios. Es ste un proceso histrico que determinar la transformacin del Estado, cambian-do el modelo descentralizado y desconcentrado por uno autonmico con cinco tipos de gobierno (nivel

  • Situacin de los derechoshumanos en el Oriente bolivianoo en 2010

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    2. Situacin social y ambiental en el Oriente boliviana

    plurinacional, nivel autnomo departamental, nivel autnomo regional, nivel autnomo indgena y nivel municipal) y cuatro formas de autonoma (depar-tamental, regional, municipal e indgena-originaria-campesina), cada una de ellas con atribuciones para el ejercicio de las facultades legislativa -excepto en el mbito regional-, reglamentaria y ejecutiva.

    Con este Modelo Territorial, Bolivia establecer uno de los modelos de autonoma ms profundos de Amrica Latina. Pero su aplicacin es una tarea difcil porque implica conciliar un nuevo ordenamiento te-rritorial, desde lo plurinacional y autonmico, el re-conocimiento de diferentes tipos de autonoma que pueden entrar en dinmicas de tensin. El tema de la autonoma indgena en la regin andina es delicado porque implica una descolonizacin en el sentido de la reconstitucin de las naciones precoloniales y la reterritorializacin de las comunidades, con la dificul-tad de mantener el actual ordenamiento territorial para evitar disputas departamentales. Para ello se ha propuesto una salida, la autonoma regional. Provin-cias y municipios, pueden formar regiones dentro de los departamentos sin cruzar los lmites departa-mentales. Supone un puente para ir avanzando en el ordenamiento territorial. El otro asunto a tratar es que el territorio indgena no solamente consiste en li-bre determinacin, autogobierno, gestin territorial,

    gestin ambiental, propias normas y procedimientos propios, sino tambin, beneficio exclusivo en los re-cursos naturales renovables y consulta en los recur-sos naturales no renovables. La reciente situacin del TIPNIS (ver apartado 2.6.6.1) da un ejemplo de esta difcil conciliacin.

    Pero quiz uno de los problemas apremiantes sobre la autonoma es el de las diferentes concep-tualizaciones de Tierra y Territorio que se pueden dar al interior de las autonomas indgena-originario-campesinas. La Constitucin seala, a lo largo del ca-ptulo sptimo de la tercera parte, todo lo referente para la consolidacin de esta autonoma comunitaria. El problema viene de las formas productivas agrarias. No son lo mismo las formas tradicionales andinas de produccin individual dentro de la vida comunitaria en un territorio agreste y limitado, que las amplias llanuras donde los pueblos amaznicos o chaqueos han sido nmadas o han vivido una cosmovisin ms vinculada a la pesca o a la recoleccin en regiones poco aptas para la agricultura. Contradicciones que, al interior de las organizaciones, pueden manifestar dificultades en la conceptualizacin de lo que implica descolonizar incluso el imaginario indgena.

    BOLIVIA, ALIADO, SOCIO O PERIFERIA

    ES BRASIL UNA POTENCIA IMPERIALISTA?Pgina 7- 25/09/2011El papel de empresas como Petrobras y OAS, la burguesa de San Pablo y el futuro del Estado plurinacional. Bolivia es a Brasil lo que Mxico a Estados Unidos: el vecino principal con la frontera compartida ms grande. Qu le queda al pas? Evo Morales siempre dice que Bolivia quiere socios y no patrones; desde el oficialismo se propone el trmino de aliado a la potencia estratgica, pero desde sectores crticos se cree que el papel de Bolivia es slo de una periferia del Estado brasileo.Una de las crticas es la sociloga Silvia Rivera, quien conden el sometimiento de las polticas gubernamen-tales a los proyectos del pas vecino: Bolivia sigue al pie los lineamientos y proyectos soados por la burguesa brasilea. Hemos sometido nuestras propias polticas a las necesidades que vienen desde el Brasil y eso tiene un culpable en el Gobierno. La acadmica, que forma parte de la vigilia indgena en solidaridad con la marcha contra la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos, acus a lvaro Garca Linera de cumplir con el proyecto geopolti-co brasileo.No est de ms decir que aquella va es financiada con un crdito del banco brasileo BNDES y ser construida por la empresa OAS, del mismo pas. El ex canciller y estudioso de la integracin regional Gustavo Fernndez es precisamente uno de los que advierte de la fuerza de la avanzada brasilea y recurre a la comparacin con la ex-periencia de Mxico como vecino de Estados Unidos: Mxico siempre tuvo el desafo de conservar su identidad y ahora ese desafo aparece para Bolivia, seal. El ex diplomtico considera que el trmino que suele usar Evo Morales no se ajusta a la realidad, pues Bolivia no podra ser socio de Brasil dadas sus asimetras econmicas. Fernndez seal que la figura de aliado tiene connotaciones ms ideolgicas y no econmicas: Lo ms posible es que Bolivia sea parte de la zona de influencia inmediata de Brasil. La situacin geogrfica siempre fue un problema para Bolivia porque era parte de un espacio geopoltico vaco de Amrica. Ahora, por las necesidades de Brasil de llegar a los mercados del Pacfico, la ubica-cin se vuelve una potencialidad. Bolivia puede ser un puente, seal la ex autoridad.Fernndez, sin embargo, apunta que esta avanzada bandeirante es una amenaza para toda la regin, pues Brasil impone su agenda y sus formas: La proximidad de Bolivia con Brasil es una de las condiciones de nuestro desarrollo. La agenda principal de Bolivia est relacionada con este pas: el narcotrfico, el comercio, los proyec-tos, tienen que ver con Brasil.Julio Mantilla, socilogo, seal que Brasil tiene en la economa de los hidrocarburos a una de sus principales armas para extender su influencia geopoltica en Amrica del Sur y, fundamentalmente, en Bolivia. La influencia del pas vecino en el Ejecutivo se ha hecho patente poco a poco. Ms all del peso especfico de Petrobras en los pozos petroleros, hay otras empresas brasileas que ejecutan importantes papeles en el pas. Entre ellas la cues-tionada OAS, responsable de la carretera que cruzar por el TIPNIS.Desde Bolivia y Brasil se ha advertido que el objetivo del pas vecino es asegurar su trnsito hacia los mercados del Pacfico y Asia, fundamentalmente China. La OAS ejecuta otros proyectos carreteros en el sur del pas y tuvo conflictos en Villazn.Fuente: http://www.paginasiete.bo/2011-09-25/Nacional/Destacados/07ideas-001-0925.aspx

    Entrevista EI23. Ral Prada, ex viceministro de Planificacin Estratgica y ex asamblesta constituyente

    Haba dos concepciones de descolonizacin: una es la de reconstitucin [de la nacin andina-Inca] (Kollasuyo, Tahuantinsuyu, etc.) y la otra, es de interculturalidad, plurinacionalidad [amaznicos y pueblos del Chaco] (Tierras Bajas). No estaba en Tierras Altas la idea de lo plurinacional. Se llega a un acuerdo: somos un estado plurinacio-nal, pero tambin somos comunitarios. Son difciles acuerdos pero que logran un consenso importante como base. Pero despus que termina la Constitucin tienen problemas, pues la mayora de los campesinos estn organizados en la CSUTCB, la mayora, y una minora (no s qu porcentaje, a veces optimistamente digo el 25%, menos el CIDOB). Surgen contradicciones entre las organizaciones. La CSUTCB no ve con buenos ojos las Tierras Comunitarias de Origen (TCO), ya que, dicen: son los nuevos terratenientes.

    En el reciente conflicto por la construccin de una carretera que atravesar el Territorio Indgena y el Parque Nacional Isiboro Scure (TIPNIS), a la cual se opone la Central Indgena del Oriente Boliviano (CIDOB), el secretario ejecutivo de la Confedera-cin Sindical nica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), Roberto Coraite, afirm que la construccin de la carretera por el TIPNIS permitir a los indgenas del lugar salir de su condicin de sal-vajes: Hay que diferenciar cul da ms beneficio a

    nuestros hermanos del territorio (indgena), la carre-tera o mantenerse en la clandestinidad, mantenerse como indigentes, mantenerlos como salvajes. Cul es lo ms importante? Yo creo que esas diferencias hay que admitirlas, si la carretera (se construye) va a llegar posiblemente educacin de manera inmediata, si la carretera [se construye] va a llegar asistencia en salud.

    En resumen, si bien Bolivia protagoniza uno de los ms profundos y creativos procesos de transforma-cin que vive Amrica Latina, la viabilidad de este Proceso de Cambio radica en comprender la per-manencia de rasgos de tipo colonial que demuestran ser ms duraderos y estables que el colonialismo, perdurando como un elemento de la matriz de po-der, en la actualidad mundialmente hegemnico. La descolonizacin del imaginario y el cuestionamiento hacia los saberes occidentales hegemnicos es un re-quisito, no slo para un cambio en las condiciones de subordinacin y exclusin en las cuales vive la mayor parte de la poblacin mundial, sino que constituye

    una condicin sin la cual difcilmente pueda luchar-se por otro(s) modelo(s) civilizatorio(s) que hagan posible la continuidad de la vida en este planeta que todos compartimos provisionalmente.

    Pero se trata sobre todo de la idea de comple-mentariedad y reciprocidad. Sin embargo, en algunos sectores se sigue tendiendo la idea de que descoloni-zar es restituir lo que exista antes del periodo colo-nial y en ese discurso persiste intrnsecamente la idea de colonizar al otro. Descolonizar implica el respeto recproco entre el indio y el blanco, la pluralidad de todos los campos del hacer humano. Es se el fin lti-

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    2. Situacin social y ambiental en el Oriente boliviana

    mo de un proceso que no pretende imponerse sobre los otros, si no que sea el Vivir Bien para y por el bien de todos y todas.

    La esperanza es que Bolivia pueda consolidar su propia va al desarrollo dentro de los mrgenes de la refundacin de su Estado y poner fin a uno de sus ms tristes rcords: el de haber sido el pas latinoa-mericano que ha sufrido ms golpes de Estado: cerca de 200 en menos de 180 aos. El riesgo de la polari-zacin est siempre presente y los hechos ocurridos en 2008 recuerdan que el camino a la pluralidad es sumamente complejo (ver recuadro Crisis poltica de 2008).

    CRISIS POLTICA DE 2008 EL CONFLICTO CON LA MEDIA LUNA

    El movimiento por la autonoma de Santa Cruz se agrupa alrededor del Comit Pro-Santa Cruz junto con el gobierno del departamento, encabezado por Rubn Costas, y el Movimiento Nacin Camba de Liberacin que reivindica la diferenciacin tnico-cultural, el mestizaje europeo-guaran en contraposicin a lo andino aymara-quechua, privilegiando lo blanco sobre lo indgena. En sus reivindicaciones histricas acusan el centralismo andino, desde los tiempos en que el poder se concentraba en la oligarqua pacea, principalmente minera. Con la llegada del gobierno de Evo Morales el discurso se asent en la diferenciacin territorial productiva y tnico-cul-tural en lo que poda ser una reinvencin de la nacin india versus la nacin blanca. Este discurso fue alimentado desde varias esferas en las actitudes despectivas y discriminadoras de los gobiernos de la Media Luna (Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, y para algunos tambin Chuquisaca), y tambin desde el lado indgena por una parte del mo-vimiento que radicaliz su discurso anteponiendo lo Indio en confrontacin con lo Blanco. En este contexto, Santa Cruz organiz un referndum no oficial sobre Autonoma departamental, en mayo de 2008, que fue refrendado por un 82 % de los votantes. En junio de 2008, los otros tres departamentos del Este del pas siguieron el ejemplo y programaron con xito su propio calendario de referndums autonmicos. As, los gobiernos de la Media Luna decidieron dictar estatutos autonomistas, en un proceso conocido como referndum autonmico, desconociendo gran parte de las atribuciones del Presidente y el Congreso nacional. La justicia boliviana sealo que los resultados no eran vlidos a lo que se respondi con la negativa de reconocer la autoridad del gobierno nacional. Ante esta situacin se convoc, como va de resolucin del conflicto, la realiza-cin de un referndum revocatorio de los mandatos tanto del Presidente como de los prefectos departamentales, el cual se realiz el 10 de agosto de 2008. La poblacin confirm por amplia mayora al Presidente Morales, pero tambin a los prefectos opositores, agudizando de ese modo el conflicto ante el fortalecimiento de ambas partes. Nueve das despus del referendo revocatorio, los prefectos opositores de los departamentos de la Media Luna y Chuquisaca, llamaron a un paro cvico por tiempo indeterminado contra el gobierno nacional. El argumento de la oposicin para el mismo fue exigir al gobierno la transferencia a los departamentos de los fondos recaudados por el Impuesto Directo a los Hidrocarburos, que la administracin de Evo Morales haba destinado para financiar un plan de pensiones para personas mayores de 60 aos llamado Renta Dignidad. En algunos lugares la oposi-cin llam a tomar las instalaciones del gobierno nacional, interrumpir el suministro de gas a Argentina y Brasil y las rutas internacionales hacia Argentina y Paraguay. En respuesta el Presidente Evo Morales orden a las fuerzas armadas proteger las instalaciones gasferas y gasoductos y denunci a la oposicin por intentar un golpe de estado civil. El 10 de septiembre un grupo opositor cerr una vlvula de paso del mayor gasoducto, ubicado en Tarija, provocando el estallido del mismo. La escalada de violencia fue acompaada de enfrentamientos callejeros donde la presencia de la Unin Juvenil Cruceista tuvo una participacin primordial y donde tambin se seal la complicidad del embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, quien se habra reunido en secreto con el prefec-to de Santa Cruz.

    Entrevista EI18. Alejandro Almaraz, ex viceministro de Tierras

    Tenemos por un lado la voluntad, abrumadoramente mayoritaria de la sociedad boliviana, de cambiar las cosas a profundidad. El individuo de clase media, que hace pocos aos atrs era enemigo del cambio, porque considera-ba que cualquier intento de cambio pona en riesgo sus pequeos beneficios, la posibilidad de tener su pequeo automvil, su pequea casa propia, una estabilidad laboral, que adems era tributario de los viejos prejuicios, era un individuo que an siendo mestizo, o tendiendo fresca la identidad indgena -su abuela chola o sus abuelos ind-genas- era racista y vea muy mal que un tipo como Evo Morales fuera presidente. Jams hubiera votado por Evo Morales. Ahora, ese individuo de clase media dice: el cambio es inminente, va a ocurrir de todas maneras, que haya no ms ya, de una vez Y mejor que sea as en condiciones pacficas, y porque se ha puesto adems a hurgar ciertas cosas y ha dicho: no, verdad que es injusto que se apoderen de nuestros hidrocarburos y verdad que la mayora en este pas son indios y s, me acuerdo que mi abuela hablaba quechua Se han comenzado a producir esos cambios en niveles importantes, que antes eran bases sociales conservadoras.

    Entrevista EI03 A+B. Miriam Surez Vargas, directora de la Casa de la Mujer.

    Yo veo el panorama con la forma que va adquiriendo este Proceso de Cambio, y la forma, sin lugar a dudas, es muy participativa, muy abierta. Estamos inaugurando una democracia participativa que nunca antes hubo en Bolivia, eso es una de las cosas extraordinarias, nunca nos habamos imaginado que indgenas, con poca o nula escolarizacin, ahora son legisladores, esto es un cambio muy profundo. Se estn dando cambios tremendamente profundos que van a tener su impacto en la vida inmediata del pas. Se puede hablar de Bolivia antes del Evo y despus del Evo, y esos cambios, quiero decir claramente y con todo el respeto al presidente Evo, los cambios se produjeron de forma colectiva. Para m los pueblos indgenas han sido clarividentes polticamente para mirar en perspectiva el pas y plantearse que no puede seguir habiendo ms parches.Los indgenas del Oriente boliviano tuvieron la capacidad de mirar Bolivia en el horizonte, en la perspectiva. Cada vez que se movilizaban los indgenas, los invisibles -porque eso eran, venan de la marginalidad, de la exclusin, desde la invisibilidad- peleaban, marchaban, presionaban por algn derecho, por alguna conquista y si se lograban algunos parches, algunas modificaciones a la constitucin poltica del Estado, creo que el gran logro fue, el gran avance fue, no ms parches no ms pildoritas o aspirinas, queremos un cambio total y profundo y entonces ellos planteaban la refundacin del pas.

    Imagen 2

    Pinta en un muro de La Paz a favor del S a Evo Morales en el referndum revoca-torio de 2008. Foto GIDHS

  • Situacin de los derechoshumanos en el Oriente bolivianoo en 2010

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    2. Situacin social y ambiental en el Oriente boliviana

    El 11 de septiembre 2008 al menos dieciocho campesinos simpatizantes del presidente Morales fueron asesina-dos en un lugar conocido como Porvenir, a 30 km de Cobija, capital del Departamento de Pando, por un grupo de civiles armados. Ante la escalada del conflicto poltico-social en Bolivia, los pases sudamericanos, organizados en la Unin de Naciones Sudamericanas, convocaron a una urgente Cumbre Presidencial donde se manifest el total respaldo al Presidente Morales. Investigaciones realizados por equipos enviados por UNASUR llegaron a la conclusin de que el hecho haba sido planificado y llevado a cabo por personal de la prefectura de Pando y del servicio de Caminos de Bolivia, todos a rdenes del Prefecto del Departamento Leopoldo Fernndez. Estos acon-tecimientos, sumados al amplio apoyo internacional para con el gobierno de Morales, ayud a enfriar la coyuntura de violencia que arroj varias personas asesinadas y una gran cantidad de agravios cometidos a lo largo del pas. La crisis de 2008 trajo como consecuencia la derrota poltica de la Media Luna y ancl el entorno de legitimidad del Presidente Morales. Este bono de confianza posibilit la ruptura del estancamiento del Proceso de Cambio en lo que el vicepresidente Garca-Linera llama Empate Catastrfico donde: las contradicciones que se hicieron presentes enfrentaban antagnicamente e irreversiblemente a dos proyectos de sociedad, de Estado y de econo-ma, portadores de dos voluntades de poder irreconciliables. La ruptura es explicada por el vicepresidente como un punto de bifurcacin donde las contradicciones llegaron a su eptome real. En ese momento, segn Garca-Linera: ya no contaba el discurso sino el potencial de la fuerza, y a partir de esa evaluacin y antes de la confla-gracin, los golpistas prefirieron retroceder y rendirse. Ese fue el punto de bifurcacin, el encuentro de fuerzas que sobre el escenario del combate social dirimieron el control de poder del Estado. La consensuada modificacin congresal de la Constitucin en octubre del 2008 continuara polticamente esta victoria militar y tras el desbara-tamiento del intento contrarrevolucionario del separatismo [ ] el bloque nacional-popular quedara consolidado en el poder con la victoria electoral del Presidente Evo en las elecciones del 2009.La oposicin comenz a desarticularse despus de que sus ms importantes figuras se vieran envueltas en acciones violentas o perdieran su mandato en el referndum revocatorio de mediados del 2008. Los casos ms significativos son el de Leopoldo Fernndez, imputado por la masacre de Porvenir en 2008; Branco Marincovick, lder cvico de Santa Cruz que adems de fraudes agrarios se vio envuelto en el financiamiento a una clula terro-rista que pretenda formar una milicia secesionista; y Manfred Reyes Villa, prefecto de Cochabamba (la regin de los productores de coca que lidera Evo Morales), que huy despus de perder el revocatorio tras verse imputado por malversacin de recursos pblicos.Actualmente el Comit Pro-Santa Cruz considera que las personas detenidas y encarceladas por los hechos de violencia del 2008, como el ex prefecto Leopoldo Fernndez, son presos polticos.

    2.2 caRactERStIcaS SOcIOEcONMIcaS, dESIGualdad Y dIScRIMINacIN

    El Estado Plurinacional de Bolivia se encuentra si-tuado en la parte central de Amrica del Sur. Limita al norte y al este con el Brasil, al sudeste con Paraguay, al sur con Argentina, al oeste con Per y al sudoeste con Chile. La superficie territorial de Bolivia asciende a 1.098.541 Km2 (109.858.100 hectreas), dividin-dose en tres zonas predominantes:

    Zona Andina: Esta regin representa el 28% de la superficie total y abarca los Departamen-tos de Potos, La Paz y Oruro. En esta zona se encuentran las cordilleras oriental y occidental en las cuales estn algunos de los picos ms altos del pas y de Amrica cubiertos por nie-ves perpetuas. Entre estas dos cordilleras se encuentra el Altiplano a una altura promedio de 3.800 m.s.n.m., una temperatura media en-tre 7 y 11 grados centgrados y precipitaciones pluviales entre 300 y 600 milmetros al ao. Al norte est situado el lago Titicaca, siendo el segundo de Sudamrica en extensin y el ms alto del mundo, y al sudoeste se tiene la regin volcnica y de los salares.

    Zona Sub Andina o Valles: En la regin inter-media del pas entre el altiplano y los llanos orientales que abarca los Departamentos de Cochabamba, Chuquisaca y Tarija, lo que re-presenta el 15% de la superficie total del pas. En esta zona se encuentran los valles y yungas (valle subtropical) que presentan una topogra-fa accidentada combinndose con mesetas y terrazas onduladas. La elevacin promedio de esta regin es de 2.500 m.s.n.m. con tempe-raturas promedio entre 15 y 18 grados y una precipitacin pluvial media de 380 a 700 mil-metros anuales.

    Zona de los Llanos: Esta zona abarca un 57% de la superficie total de Bolivia; abarca los De-partamentos de Santa Cruz, Beni y Pando, con una altura promedio de 160 a 500 m.s.n.m. una temperatura promedio de 23 grados cen-tgrados y una precipitacin pluvial de 1100 a 1900 milmetros al ao. Comprende las llanu-ras orientales y extensas selvas ricas en flora y fauna. (Ver Mapa de Regiones de Bolivia).

    Mapa 1

    Bolivia, tres regiones generales: Regin An-dina, regin sub Andina o Valles y regin de los llanos.

    Imagen 3

    Pancarta en La Plaza 24 de sep-tiembre, Santa Cruz de la Sierra. Foto GIDHS

  • Situacin de los derechoshumanos en el Oriente bolivianoo en 2010

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    2. Situacin social y ambiental en el Oriente boliviana

    Otra forma de dividir el territorio es agruparlo en Subregiones a partir de dos divisiones socioam-bientales: Tierras Altas, al occidente; y Tierras Bajas, al oriente. Las tierras altas contienen dos subregio-nes: los valles interandinos y el Altiplano. Mientras que, siendo ms diversas, las tierras bajas del oriente comprenden ocho subregiones:

    Subregin Amazona Norte: departamento de Pando, parte del Bni y La Paz; por donde cruzan los ros Madre de Dios, Manuripi, Ta-huamanu y Beni.

    Subregin Amazona Sur: parte del departa-mento de la Paz (provincias Franz Tamayo, Itu-rralde, Larecaja y Sud Yungas), y una pequea parte de Beni.

    Subregin Chapare-Moxos: rea tropical de Cochabamba, sudoeste del departamento del Beni (provincias de Moxos, Ballivin y Yacuma), y una pequea de Santa Cruz. Est atravesada por ros de la cuenca alta del ro Mamor.

    Subregin Itnez Mamor: ubicada entre los ros Mamor e Itnez, departamento del Beni (provincias Itnez, Mamor, Yacuma, Marbn, etc.) y una mnima parte del departamento de Santa Cruz (Guarayos).

    Subregin Chiquitana: principalmente ubi-cada en Santa Cruz (provincias de uflo de Chvez, Velasco, Chiquitos, Germn Busch y

    ngel Sandoval). Atravesada por el ro Para-gu (cuenca del ro Itnez) y afluentes del ro Paraguay.

    Subregin Chaco: atraviesa los departamen-tos Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija. Es de bosque seco, con pocos ros (Pilcomayo, Pa-rapet y Guapay o Grande).De la superficie to-tal de Bolivia, aproximadamente un 48% (53.1 millones de has) son bosques nativos. El pas tiene 22 reas protegidas, que abarcan 16.7 millones de ha (15% de la superficie nacional), de las que 89% se encuentran en tierras bajas, especialmente en la Chiquitana y el Chaco. Del total de las reas, un tercio (5.5 millones de has) ha sido demandado como territorios indgenas. Como resultado de las titulaciones, 11 reas protegidas se solapan con 17 TIOCs, representando un rea de solapamiento de 3.2 millones de has, que se concentran espe-cialmente en el Parque Eduardo Abaroa (Poto-s); el TIPNIS (Beni y Cochabamba); la Reserva Piln Lajas y el Parque Madidi (Norte amazni-co); y San Matas (Santa Cruz). Destacndose los ecosistemas de los Yungas, la Amazona, el Bosque Chiquitano, el Gran Chaco y los Bos-ques Interandinos. En este espacio geogrfico megadiverso cohabitan una de las reservas sil-vestres ms grandes del mundo.

    Mapa 2

    Subregiones de Bolivia. Tierras Altas: Altiplano y Valles Interandinos. Tierras Bajas: este informe se con-centra en las subregiones orientales de la Chiquitania y el Chaco. Fuente http://www.territorioindigenaygo-bernanza.com

    2.2.1 pErsisTEnTE dEsigualdad EconMica y social

    La diversidad territorial boliviana ha favorecido una economa basada principalmente en la explota-cin de los recursos naturales. Desde los tiempos coloniales Bolivia posea las reservas ms grandes del mundo en oro y plata. La ciudad de Potos, la ms poblada de Amrica en 1574 (120.000 habitantes), se convirti en un gran centro minero por la explota-cin de las minas de plata del Cerro Rico de Potos, lo que la convirti en la mayor productora de plata del mundo para el ao 1611. La ciudad de Sucre, ac-tual capital de Bolivia, debe su fundacin a la cercana con Potos y al mejor clima por la diferencia de altu-ras al pasar de 4.067 a 2.790 msnm. Potos empez su decadencia en las ltimas dcadas del Siglo XVIII con el agotamiento de las vetas ms ricas y de la des-viacin del comercio hacia otros pases.

    Hasta inicios del Siglo XX Bolivia fue el primer productor mundial de estao (1900-1920), metal que sustituy a la plata como principal fuente de divisas. En este perodo ejercieron gran influencia poltica los denominados barones del estao cuyo representante ms notorio fue Simn I. Patio, uno de los hombres ms ricos y poderosos del mundo durante el primer cuarto del siglo pasado. Actual-mente Bolivia es el 4 productor mundial de estao y el 11 de plata.

    En hidrocarburos, Bolivia cuenta con la segunda mayor reserva de gas natural de Amrica del Sur (48 trillones de pies cbicos), concentrada en el oriente y sur del pas, siendo la principal fuente de ingresos econmicos por la exportacin a Brasil y Argentina. Los yacimientos de petrleo se encuentran en me-nor cantidad (16,2 millones de barriles al ao) y abas-tecen principalmente al mercado nacional.

    Bolivia cuenta tambin con amplias llanuras que han aportado productos agropecuarios de exporta-cin desde la colonia. En las ltimas dcadas el oriente del pas vive un dinamismo sin precedente enfocado a la produccin de soja (8 productor mundial), caa de azcar y girasol principalmente. En occidente, se producen productos de consumo interno como la papa, la cebada y productos exportables como qui-nua, haba, cacao y caf. En ganadera se destaca la cra de ganado bovino y porcino en oriente, y la de camlidos, como la alpaca, en occidente, que es de mucha importancia para de la industria textil.

    As la historia del pas ha oscilado entre dos secto-res fundamentales: la extraccin hidrocarburifera-mi-nera y la agroexportadora. Actualmente las tenden-cias de los precios internacionales de commodities, como el gas, los minerales y la soja, han permitido un aumento importante en los ingresos del Sector Pbli-co que se refleja en la sostenibilidad de un supervit fiscal en los ltimos cuatro aos, algo que no pasaba desde 1940. Entre 2006 y 2010 la economa boliviana creci a una tasa promedio de 4,7%. El ao 2009 el crecimiento real de la economa registrado en el pas fue el ms alto de la regin (3,4%). Todo esto debido en gran medida a las polticas de nacionalizacin12 de recursos naturales (hidrocarburos y minera) y otros sectores como telecomunicaciones y energa, que permitieron el aumento de las recaudaciones esta-tales y por consiguiente, una fuerte inversin pblica que en 2010 fue cuatro veces mayor que en los aos anteriores al 2006.

    12 Existen diferentes crticas al modelo de nacionali-zacin de estos sectores. Varios autores han sealado que el papel del Estado en la produccin sigue siendo marginal y se sigue beneficiando a las empresas transnacionales (ver captulo sobre hidrocarburos).

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    2. Situacin social y ambiental en el Oriente boliviana

    Cuadro 1. Principales productos exportados (millones de dlares fob)

    Producto 2007 2008 2009aAzcar 32,3 48,9 17,1Cueros y pieles 36,8 32,9 26,5Gas natural 1.971,2 3.159,1 1.038,8Maderas y sus manufacturas 98,9 96,5 38,9Minerales 1.384,9 1.939,6 744,1Nueces de Brasil 76,7 88,0 27,2Petrleo 267,9 31