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Informe de lectura sobre el libro 2 del Fedon de Platon

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Escuela Normal Superior N 2

Juan Mara GutirrezProvincial N 35 Rosario

Informe de lectura

Ttulo: La duda en torno a la reflexin filosfica en Fedn

Materia: Antropologa Filosfica

Alumno: Ivn Chomyn

Profesor: Sebastin Llansa

Fecha 5/6/2015

Explicacin del tema selecto

El presente informe pretende dar cuenta de la lectura realizada por el autor sobre el texto fuente Fedn de Platn, de editorial Gredos, especialmente de sus fragmentos 84c-91c. Para ello escogi el tema: La duda en torno a la reflexin filosfica en Fedn, procurando extraer del texto los indicios que parecen sostener un doble aspecto de la misma, sin violentar su sentido original. Adems del texto fuente, el autor echa mano de las versiones del mismo por las casas editoras Colihue y Eudeba, con sus respectivos comentarios.De esta manera se provee de una contextualizacin del fragmento, una exposicin del enfoque propuesto en dos partes, y una conclusin a modo de cierre.

I- Contextualizacin del fragmento 84c-91cFedn es la redaccin del dilogo que Scrates sostuvo con sus camaradas en vsperas de su ejecucin. Entre estos interlocutores se encontraba Fedn, quin debe contarle a Equcrates lo ms preciso que pueda, todo lo que se dijo all. No hemos de olvidarnos que el autor de este dialogo es Platn, y es l quien deliberadamente elige al personaje Fedn para hacerlo el portavoz de lo all ocurrido. Scrates, a raz del dolor que le produjeron los grilletes y su posterior alivio al masajearse, introduce la contaposicin de lo que se suele llamar placer a lo que en verdad lo es. Inmediatamente debe brotar en un contexto de filsofos una explicacin ante el fin, y es as que el filsofo condenado fundamenta su confianza ante la muerte por la realidad del alma inmortal. Esto requiere de una posterior fundamentacin, por esto echa mano de tres argumentos: el de el carcter cclico de la vida (la generacin de opuestos), el argumento de la reminiscencia y el que sostiene que el alma se asemeja a lo divino.Al parecer estos argumentos no son lo suficientemente slidos como para convencer a Simmias y a Cebes, los dos interlocutores que ms participan, y as se da lugar al fragmento en cuestin.

II- Exposicin de los aspectos de la duda en Fedn

1) En su sentido positivo: La duda como herramienta filosficaPlatn, en su tiempo, supo reconocer, en el asombro, una de las invitaciones a filosofar, y sabido es tambin que, venido el asombro, la duda motiva a filosofar preguntando: dnde estar la certeza que escape a toda duda y resista ante toda crtica honrada (Jspers, 1953: 16). En este momento echa mano de aquel recurso, y se puede ver el carcter claramente positivo y pragmtico de la misma en los siguientes usos:

a) Es utilizada para elevar la profundidad del dilogoQu pasa? Acaso alguna argumentacin les parece deficiente? Por cierto que admite an muchas dudas y objeciones, si uno va a examinarla a fondo (84c)Es notable que hasta el momento el dilogo socrtico se viene dando sin interrupcin alguna de argumentos filosficos. Los interlocutores de Scrates no han presentado grandes objeciones a su razonamiento, sino que sus preguntas o participaciones han sido ms semejantes a las que pudiera haber presentado el comn denominador de los hombres, que a la de un filsofo. Sera subestimar la inteligencia de Platn creer que no se ha percatado de esto, y an ms, que no lo ha presentado adrede. El lector lograr percibir por s mismo un cambio en el phatos del dilogo: la duda parece hacer mella en la escena con discpulos que disciernen la debilidad de la argumentacin precedente y la propia insatisfaccin de Scrates, quien qued absorbido1Aqu sigo la traduccin de ed. Eudeba (84c)

en la misma. Vigo, en su comentario al Fedn advierte que Desde el punto de vista de su insercin en el desarrollo dramtico de la obra, el presente pasaje adquiere, sin duda, una significacin y una relevancia mucho mayores que las que por s solas podran tener las nuevas objeciones realizadas por ambos discpulos de Scrates. Platn explota magistralmente este aspecto en su presentacin de la escena (Vigo, 2009: 100). El lector puede estar agradecido a la duda de Simmias y Cebes, dado que sin ellas, el condenado filsofo nunca habra echado a relucir la verdadera argumentacin [...] de la cual los argumentos precedentes no son ms que tinteos preliminares y preparatorios dialcticos del terreno (Eggers Lan, 1971: 148)

b) Es utilizada para perfeccionar los argumentos...con respecto a tales cuestiones es menester realizar una de estas cosas: o bien aprender [de otro] cmo son, o bien descubrirlas [por uno mismo]; o bien, si fuera imposible hacer esto, tomar la mejor y ms irrefutable de las proposiciones humanas (85c)Simias est a punto de elevar su rplica. l ha abordado el tema de forma filosfica y esto agrada a su maestro. No bastaba para proseguir una mera negacin de los argumentos socrticos a favor de la inmortalidad del alma. Eso lo podra haber hecho cualquier mortal, incluso un luntico. Pero previo a la palabra de Simmias, Scrates haba exhortado a la capacidad de razonar de los presentes diciendo que si no podra convencerlos a ellos, menos xito tendra con cualquier otro2Frag. 84e

. De la misma manera que el diamante solo es cortado por el diamante, no cabra la posibilidad de refinar la razn de los argumentos, sino con la misma razn. Reconociendo la complejidad del asunto en cuestin, y la duda abrindole los ojos de que no es posible ser dogmticos en esto, el discpulo ve una esperanza en hallar el argumento menos rebatible. La verdad en este momento no parece ser un absoluto, sino un proceso de refinamiento dialctico gracias a la duda de lo aparentemente certero.La falta de seguridad que le ha arrojado el ltimo argumento de su maestro (a saber: que el alma al parecerse invisible e inmutable, guardara relacin ms estrecha con la idea en s, y por ello sobrevivira al cuerpo, que guarda relacin con lo corruptible), le lleva a contrarrestarlo racionalmente echando mano de una analoga: Lo mismo se podra decir de la armona y la lira. La primera guarda relacin con lo bello e inteligible, mientras que el instrumento, con lo material y efmero. Sin embargo al concebir la armona como el producto de un ajuste del instrumento, no se puede pensar que la armona siga existiendo luego de roto el instrumento. As sucede tambin si el alma es el producto del ajuste perfecto del cuerpo3Tal vez aqu se aluda no a una tesis muy precisa, sino a una idea extendida y sostenida por pensadores diversos, pero entre los que estaran los mdicos hipocrticos (y, tal vez, Filolao, que fu tambin mdico)

.Cebes considerar que el argumento de Scrates conserva el mismo defecto4Aqu sigo la traduccin de ed. Gredos (87a)

aun no pudo fundamentar que el alma sea eterna, sino que lo que ha logrado hasta ahora es demostrar que es preexistente al cuerpo. No estar de acuerdo con Simmias en que el alma no sea ms fuerte y duradera que el cuerpo, pero an as, concedindole el poder sobrevivir a muchos cuerpos, habra forma de asegurar que sta no sufra un desgaste consecuente que le impida sobrevivir al ltimo? Emplea para ello tambin una analoga: la del tejedor de vestidos. El tejedor hace y deshace los vestidos, los usa y los transporta, demostrando ser l ms duradero y sobrevivir a su creacin. Sin embargo, luego de utilizar varios, seguramente morir sin sobrevivir al ltimo. Qu consuelo traera al condenado filsofo que el alma sea superior al cuerpo, pues ha sobrevivido a varios, si desconoce si sobrevivir al mismo?Luego de leer objeciones, el lector estara ansioso por saber cmo responder Scrates a ellas. Si no pudiera responder, la duda fue vlida, pues el argumento era deficiente. Si puede con todo responder satisfactoriamente a ella, la duda ha sido vlida tambin, porque el nuevo argumento super al anterior en su proximidad a la verdad.De esta manera, el interludio entre los argumentos primarios y el ltimo es fundamental. Para que Fedn llegara a su clmax y Scrates pudiera dar su mejor versin, deba ser introducido un personaje silencioso pero molesto: la duda.

2) En su sentido negativo: La duda como socavadora de la rznCuando Simmias y Cebes exponen sus argumentos, y al percibir que eran tan opuestos al formulado por Scrates como vlidos, se produce en los presentes un desconcierto tal que puede el mismo interlocutor de Fedn, Equcrates, irrumpir diciendo:Por los dioses, Fedn, que lo comprendo muy bien![] En qu argumento podemos seguir confiando, si con lo convincente que era el argumento que expuso Scrates, ahora viene a perder todo asidero para la fe? (88d)

No ha de olvidarse el lector que las objeciones propuestas no solo ponen en juego el argumento de Scrates, sino que ponen en juego la realidad a la que ste en poco tiempo se ver al beber la cicuta.Sin embargo, lejos de desesperarse, el sabio ateniense posterga la ulterior argumentacin para atender un asunto ms importante: el peligro al que poda llevarles a sus interlocutores la duda. En esta ocasin no se trata de la duda benigna que perfecciona los razonamientos, la que impulsa a refinar la dialctica. Aqu la duda deja de ser un motor para filosofar, y pone su mira en la herramienta del filsofo para socavarla: la razn. Lo que Scrates les va a advertir es que estn corriendo el peligro de convertirse en mislogos (que odian los razonamientos) y no se puede padecer mayor mal que odiar los razonamientos5Aqu sigo la traduccin de de. Gredos (89d)

. Esto pasa justamente cuando uno confa en un argumento sin la tekne de los argumentos. Vale decir que lo que en el presente pasaje Platn llama 'arte de los discursos' es lo mismo para lo cual en la Repblica acua el trmino ms tcnico de 'dialctica' (Eggers Lan, 1971: 159). De esta manera, quien vea tambalear un argumento que en un momento crey de fiar y no tenga esta tekn, no ser capaz de discernir que el problema est en su impericia, sino que inculpar a los razonamientos por igual, desechndolos y odindolos a todos.Es as que Fedn pudo decir de su maestrojams sent por l mayor aprecio [] nos cur y, como a prfugos y derrotados, nos volvi a convocar y nos impuls a continuar en la brega y a atender conjuntamente al dilogo6Aqu sigo la traduccin de de. Gredos (89a)

III- Conclusin

La bsqueda socrtica de la verdad incluso ante la misma muerte, es el contexto elegido por Platn para hacer reflexionar al lector acerca de la superioridad de la razn ante todo. Pensar en un Platn no ingenuo, implica reconocer en esta obra que la duda nunca se vence, pero debe tomar siempre el carcter de transitoria a los fines de continuar reflexionando. Y es justamente este aspecto el que obliga al filsofo a reflexionar hasta el fin. Incluso ante la muerte: "una vida sin examen no merece ser vivida" (Platn, Apologa, 38a).

BibliografaEggers Lan, C. (1971), El Fedn de Platn. Buenos Aires: EudebaVigo, A. (2009), Platn, Fedn. Buenos Aires: ColihueGarca Gual, C. (1986), Platn, Dilogos, vol.III: Fedn, Banquete, Fedro. Madrid: Gredos Jaspers, K. (1953), La filosofa. D.F: Fondo de cultura econmica