INFLUENCIA CALVINISTA

27
EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA 1 Juan Calvino (1509–64) fue un Refor- mador de segunda generación, edificando sobre el fundamento establecido por Lutero y Zwinglio. Este hecho de ninguna manera significa que era meramente un reproduc- tor y copista. 1 Calvino no solamente hizo una contribución original a la teología, sino también al ámbito de la cultura. De hecho, podría ser llamado el teólogo de la cultura par excellence . A la edad de veintidós años Calvino se estableció en París como un prometedor erudito humanista. Había hecho su debut en el mundo de las letras con su comentario sobre Séneca Tratado sobre la clemencia (1532). Un año después experimentó una súbita conversión. Según el propio testimo- nio de Calvino ya estaba “obstinadamente demasiado dedicado a las supersticiones del papado como para ser liberado fácilmente de ese abismo de fango tan profundo.” Sin embargo, “Dios, por medio de una conver- sión repentina, trajo mi mente a un marco de referencia enseñable, la que estaba más endurecida en tales temas de lo que podría haberse esperado de alguien en mi tem- prano período de vida.” 2 A través de esta experiencia, como Agustín antes que él, Calvino fue transfor- mado en una nueva criatura (II Cor. 5:17). De un buscador de sí mismo se convirtió en un buscador del honor de Dios y de la edifi- cación de la iglesia ( ibid., pp. XLI-XLIX). Pronto Calvino se volvió profundamente consciente de un llamado dual, a decir, al ministerio del Evangelio y al rol de refor- mador. Inmediatamente después de su con- versión, nos cuenta él, muchos acudieron a él por instrucción y miraron a él en busca de liderazgo. Aunque era extremadamente tímido y esquivo por naturaleza, ahora se hallaba repentinamente lanzado al centro de atención. Verdaderamente que el lide- razgo fue impulsado sobre él. Esto fue par- cialmente logrado por las urgentes imprecaciones de Farel, quien en 1536 retuvo a Calvino en Ginebra para la obra de la Reforma. Posteriormente, los magníficos 1. Doumergue, “Calvino: ¿Imitador o Crea- dor?”, Calvino y la Reforma (New York, 1909), pp. 1-55. 2. Prefacio, Comentario sobre el Libro de los Salmos (Grand Rapids, Michigan, 1949), p. XL. CAPÍTULO VII JUAN CALVINO: EL TEÓLOGO CULTURAL Y REFORMADOR DE LA VIDA TOTAL

description

calvinismo

Transcript of INFLUENCIA CALVINISTA

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    1

    Juan Calvino (150964) fue un Refor-mador de segunda generacin, edificandosobre el fundamento establecido por Luteroy Zwinglio. Este hecho de ninguna manerasignifica que era meramente un reproduc-tor y copista. 1 Calvino no solamente hizouna contribucin original a la teologa, sinotambin al mbito de la cultura. De hecho,podra ser llamado el telogo de la culturapar excellence.

    A la edad de veintids aos Calvino seestableci en Pars como un prometedorerudito humanista. Haba hecho su debuten el mundo de las letras con su comentariosobre Sneca Tratado sobre la clemencia(1532). Un ao despus experiment unasbita conversin. Segn el propio testimo-nio de Calvino ya estaba obstinadamentedemasiado dedicado a las supersticiones delpapado como para ser liberado fcilmentede ese abismo de fango tan profundo. Sinembargo, Dios, por medio de una conver-sin repentina, trajo mi mente a un marcode referencia enseable, la que estaba ms

    endurecida en tales temas de lo que podrahaberse esperado de alguien en mi tem-prano perodo de vida.2

    A travs de esta experiencia, comoAgustn antes que l, Calvino fue transfor-mado en una nueva criatura (II Cor. 5:17).De un buscador de s mismo se convirti enun buscador del honor de Dios y de la edifi-cacin de la iglesia (ibid., pp. XLI-XLIX).Pronto Calvino se volvi profundamenteconsciente de un llamado dual, a decir, alministerio del Evangelio y al rol de refor-mador. Inmediatamente despus de su con-versin, nos cuenta l, muchos acudieron al por instruccin y miraron a l en buscade liderazgo. Aunque era extremadamentetmido y esquivo por naturaleza, ahora sehallaba repentinamente lanzado al centrode atencin. Verdaderamente que el lide-razgo fue impulsado sobre l. Esto fue par-cialmente logrado por las urgentesimprecaciones de Farel, quien en 1536retuvo a Calvino en Ginebra para la obra dela Reforma. Posteriormente, los magnficos

    1. Doumergue, Calvino: Imitador o Crea-dor?, Calvino y la Reforma (New York, 1909), pp. 1-55.

    2. Prefacio, Comentario sobre el Libro de los Salmos (Grand Rapids, Michigan, 1949), p. XL.

    CAPTULO VII

    JUAN CALVINO: EL TELOGO CULTURALY REFORMADOR DE LA VIDA TOTAL

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    2

    talentos y el excelente entrenamiento deCalvino se impusieron de manera naturalde manera que sus colegas le aceptaroncomo el primus inter pares y con muchogusto aceptaron su liderazgo.3

    Mientras estaba viviendo en el exiliobajo un nombre ficticio en Basilea, Calvinopublic la primera edicin (1536) de la queiba a convertirse en la obra de su vida, y lams grande obra maestra teolgica Protes-tante en un solo volumen de todos los tiem-pos, La Institucin de la Religin Cristiana.4

    En esta su primera gran aventura literariapara la Reforma, Calvino defendi a suscompatriotas en Francia de las calumniasde Francis I. Este astuto monarca, al tratarde conciliar a los prncipes Germanos,buscaba justificar sus persecuciones hacialos Protestantes Franceses llamndolosanarquistas. Calvino repudi estomostrando que los ciudadanos Reformadosde Francia dispuestos a sujetarse a laautoridad constituida por Dios, pero queellos haban abjurado de su alianza con elpapado. Pero Calvino produjo algo ms queuna apologa. Su obra se convirti en unmanifiesto al mundo de la fe Protestante.Por un lado, sirvi tambin como unadeclaracin doctrinal para unir a las iglesiasProtestantes de Francia duramentepresionadas y al continente en contra deRoma, y contra los Anabaptistas yHumanistas por el otro.

    Est abundantemente atestiguado que

    Calvino rechaz la autoridad del papa y dela jerarqua en asuntos religiosos. Pero esigualmente claro su rechazo de la autono-ma de la razn del hombre como el puntode referencia final en el conocimiento. Portanto es un abuso de lenguaje, si no es queun error atroz, decir que Calvino permane-ci siendo un Humanista toda su vida.Claro, nadie negara que Calvino se habadesarrollado en la atmsfera del saberHumanista en Pars y que haba experimen-tado su fascinante influencia. El Huma-nismo era hijo del Renacimiento. Sustituyla meta medieval de la visin de Dios por elideal pagano del alma hermosa en uncuerpo hermoso, con su nfasis en la vidadel hombre bajo el sol. Fue ms un movi-miento esttico-filolgico que uno filos-fico. Sin embargo, el hombre era la medidade todas las cosas. La forma fue glorificadaen contraste con la esencia o contenido. ElHumanismo tambin careca de seriedadtica. Esto se hizo evidente en su represen-tante ms grande, Erasmo de Rtterdam,que fue irrevocablemente separado de lacausa de la Reforma por el tratado deLutero sobre la esclavitud del alma. Aun-que todos admitirn que Calvino us lasherramientas de su aprendizaje y entrena-miento Humanistas y que apreciaba sus tc-nicas, fue igual de resuelto en rechazar elespritu del Humanismo como Lutero lohaba estado antes de l.5

    Calvino como Telogo de la Palabra

    La Reforma Protestante, dice Warfield,fue la revolucin ms grande del pensa-miento que el espritu humano haya for-jado desde la introduccin del

    3. Ibid ., pp. XLI, XLII, XLIII; cf. Carta a Sadoleto ; Phil. Fritz Bsser, Calvins Urteil Ubre sich selbst (Zurich, 1950), p. 93s.

    4. En espaol se citar para referencia la Institucin producida por la Fundacin Editorial de Literatura Reformada, Felire, 1994.

    5. Institucin, Libro III, Cap. 19, Sobre la Libertad Cristiana; Libro II, Cap. 2.

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    3

    Cristianismo.6 Los contemporneos deCalvino le consideraban El Telogo porva de eminencia, y fue Melanchton, elamigo ntimo de Lutero, quien le dio estettulo. Aunque Lutero, el hroe de Witten-burg, cre el Protestantismo, fue Calvino,como el genio de Ginebra quien lo salv.7

    Calvino ha sido reconocido por la inmensamayora como el organizador sistemtico dela teologa Protestante. Sin embargo, nosiempre se ha apreciado que era tambin unestudiante original de la Escritura, quienhizo algunas contribuciones comodogmtico. El Dr. B. B. Warfield, quien hahecho tanto como cualquiera en los tiemposmodernos para entender la teologa deCalvino y para darle prominencia, dice, lmarc una poca en la historia de ladoctrina de la Trinidad por su insistenciaen la auto-existencia como un atributopropio del Hijo y del Espritu, lo mismo quedel Padre, hizo a un lado los persistenteselementos del subordinacionismo, yasegur para la Iglesia una conciencia msprofunda de la co-igualdad de las Personasdivinas. Introdujo la presentacin de laobra de Cristo bajo la rbrica del oficiotriple como Profeta, Sacerdote y Rey. Crela disciplina total de la tica Cristiana. Pero,por sobre todo, le dio a la Iglesia la doctrinacompleta de la Obra del Espritu Santo,concebida profundamente y elaborada contodo detalle, con sus provechosasdistinciones de gracia comn y graciaeficaz, de los efectos noticos, estticos ytelemticos, un don, nos aventuramos a

    pensar, tan grande, tan cargado debeneficio para la Iglesia como paraasignarle con justicia un lugar al lado deAgustn y Anselmo, y Lutero, como elTelogo del Espritu Santo, siendo ellosrespectivamente el Telogo de la Gracia, dela Expiacin y de la Justificacin (Op. cit.,p. 21).

    Aunque este juicio es verdadero, noobstante uno no necesita negar que Calvinoderiv la mayor parte de su teologa deLutero a travs de Bucer, y que sta no fuesino avivada doctrina Agustiniana de lagracia de Dios. Aunque Calvino es crticode la prolijidad de Agustn, le cita con apro-bacin ms a menudo que todos los otrosPadres de la Iglesia juntos. Pero Calvino fuems all que los otros Reformadores en suadherencia incondicional a la Palabra, en laclaridad y lo incisivo de su pensamiento, ensus aplicaciones prcticas para la vida totaly el fervor y afecto de sus admoniciones.Ha sido bien llamado el telogo del corazn(Warfield, Op. cit., p. 23).

    Esta gran reverencia de Calvino a laPalabra de Dios como la autoridad final,inspirada e infalible para el pensamiento yla accin, llega a expresarse en sus sermo-nes, comentarios y escritos controversia-les. Puede citarse una ilustracin notable deLa Institucin para ilustrar que Calvino noensea la predestinacin debido a lasdemandas de un sistema lgico de pensa-miento. Pues Calvino sostiene que es lasimple enseanza de la Escritura. Y todavano ha aparecido nadie para probar que Cal-vino estaba equivocado en esto.

    Calvino le responde a aquellos quesepultaran toda mencin de la predestina-cin que la Escritura es la escuela del Esp-

    6. B. B. Warfield, Calvino y el Calvinismo (New York, 1931), p. 10.

    7. Doumergue, op. cit ., p. 31, donde repro-duce la opinin de Max Weber en Die protestantische Ethik und der Geist des Kapitalismus, Archiv fr social Wissens-chaft und social Politik , Vol. XX, (1904), y Vol. XXI, (1905).

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    4

    ritu Santo en la cual ni se ha dejado deponer cosa alguna necesaria y til de cono-cer, ni tampoco se ensea ms que lo que espreciso saber. Debemos, pues, guardarnosmucho de impedir que los fieles quieransaber todo cuanto en la Palabra de Dios estconsignado referente a la predestinacin, afin de que no parezca que queremos defrau-darlos o privarles del bien y del beneficioque Dios ha querido comunicarles, o acusaral Espritu Santo de haber manifestadocosas que hubiera sido preferible mantenersecretas. Permitamos, pues, al cristiano queabra sus odos y su entendimiento a todorazonamiento y a las palabras que Dios haquerido decirle, con tal que el cristiano usetal templanza y sobriedad, que tan prontocomo vea que el Seor ha cerrado su bocasagrada, cese l tambin y no lleve adelantesu curiosidad haciendo nuevas preguntas.Tal es el lmite de la sobriedad que hemosde guardar: que al aprender, sigamos aDios, dejndole hablar primero; y si elSeor deja de hablar, tampoco nosotrosqueramos saber ms, ni pasar ms ade-lante. (III, 21, 3). Esta cita contradice deuna vez el argumento de que Calvino eraun telogo especulativo y comprueba suprofundo inters en escuchar la voz de Dioshablando en las Escrituras.

    El mismo pensamiento es poderosa-mente expresado por Calvino al advertir aldemasiado curioso, quien no dejara nin-guno de los secretos Divinos sin escudri-ar o sin explorar. A estos amonesta a noexceder los lmites de la Palabra, no vaya aser que por curiosidad humana vayan aentrar en un laberinto prohibido, del cuales imposible escapar. Y no nos avergonce-mos de ignorar algo, si en ello hay una igno-rancia docta (Ibid., III, 21, 2).

    Sin embargo, los peligros y temoresinvolucrados de la sobre-cautela no debie-sen hacer que la Palabra de Dios fuese deltodo sepultada y jams se hablase de ellapara no perturbar a los corazones tmidospues, bajo qu pretexto, pregunto yo,pueden ocultar su arrogancia cuando indi-rectamente tachan a Dios de loca inconsi-deracin, como si no hubiera visto antes elpeligro, que ellos con su prudencia creenque van a evitar? (Ibid., III, 21, 4).

    Fue en sumisin a la sagrada Escrituraque Calvino ense la justa voluntad deDios como la causa de todas las cosas quellegan a suceder. Y an cuando a vecesnuestras mentes finitas se inquietan por elhecho de la condenacin, constituiraextrema presuncin por parte de la criaturael inquirir en las causas de la voluntaddivina, que es la ms alta regla de justicia.El Dios de Calvino no es un Dios que no seconforme a ley alguna (ex lex) y no le pode-mos atribuir capricho pues l es ley en smismo. Y suponer que existe cualquier cosaantecedente a la voluntad divina es clara-mente impo, pues eso involucra una nega-cin de la perfeccin e infinidad de Dios(cf. Inst. III, 23, 2).

    Debido a que Calvino tena un sentidotan profundo de Dios en su majestad y seentreg a s mismo incondicionalmente avivir ante la presencia de Dios, puede serverdaderamente llamado un hombre intoxi-cado de Dios. Pues con Calvino la doctrinade la predestinacin nunca permanecisola, sino que junto con ella enfatiz la res-ponsabilidad humana en toda su predica-cin. Crea firmemente que la fe de unhombre se hace evidente en sus obras. Cal-vino se regocijaba en la bendita seguridadde que Dios le haba predestinado personal-

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    5

    mente, y este conocimiento le apasionabapara hacer la voluntad de Dios.

    Calvino estaba seguro que Dios lehaba llamado para la tarea de reformar laiglesia en aquellos oscuros das. Su primerarespuesta a ese llamado fue dedicar a laobra su formidable saber y prodigiosapluma. Ms tarde mir claramente queDios le quera en Ginebra, aunque su esp-ritu deseaba la soledad y el reposo. Despusde su regreso del exilio en Estrasburgo,donde su alma se llen de consternacinfrente a la posibilidad de asumir el yugo,que era su cruz, consinti con el juicio desus amigos y concluy, Es la voluntad deDios!8 Como David en la antigedadCalvino pudo decir, A Jehov he puestosiempre delante de m; porque est a midiestra, no ser conmovido. (Sal. 16:8) y,Jehov es mi luz y mi salvacin; de quintemer? (Sal. 27:1). Como resultadoCalvino fue capaz de vencer todo oposicincomo representante de Dios. Qu podahacerle la oposicin, el tumulto o larevolucin a un hombre tal! Sin duda estoexplica el hecho que l, como Pablo y Silasantes de l, fue capaz de trastornar almundo (Hch. 17:6). Este fue el secreto desu xito y la motivacin de su infatigableenerga. Estaba seguro en su alma de queestaba haciendo la obra del Seor enGinebra.

    Calvino nunca fue un Reformadorrgido, nacionalista o sectario; crea quedebamos acercar a todos los hombres aDios para que todos pudieran adorarlo yservirle. Con este fin envi a dos misione-ros Protestantes en 1556 a Brazil, con un

    grupo de colonizadores. Tampoco restrin-gi Calvino su ministracin espiritual a losGinebrinos y a los Franceses, sino que todoel mundo era su parroquia. Cuando susenemigos se mofaron de Calvino y le echa-ron la muerte de su hijo en su cara, Calvinorespondi, Hijos, los tengo por toda la tie-rra, miradas de ellos. En 1552 Calvinoescribi una carta a Cranmer en Inglaterraen la que dijo, En lo que a m respecta, sipuedo brindar algn servicio no voy adudar en cruzar diez mares, si fuese necesa-rio, con tal motivo. Si el brindar una manode ayuda al reino de Inglaterra fuese elnico punto en discusin, ese sera unmotivo suficiente en s mismo para m.Pero ahora, cuando lo que se busca es unacuerdo de hombres educados, consideradocon mucha seriedad y bien estructurado deacuerdo al estndar de la Escritura, por elcual las iglesias que de otra manera estaranmuy separadas las unas de las otras puedanunirse; no considero correcto para m elevadir cualquier trabajo o dificultad.9

    Este no es sino uno de los ms notablesejemplos de su espritu ecumnico, perohay muchas evidencias de que Calvino abo-minaba los cismas. Calvino tambin traba-jaba con celo por la unidad de las iglesiasSuizas y elabor el Consensus Tigurinus(1549)10 con Bullinger, con el cual evituna divisin en segmentos Zwingliano yCalvinista de la Reforma Suiza.

    Pero Calvino fue ms all de eso.

    8. Doumergue, Calvijn als Mensch en Her-vormer, Trad. Helena C. Pos, (mster-dam, 1931), pp. 10-15.

    9. Cartas Originales (1537-1558, II., p. 713), citado en Retratos de la Vida de Juan Calvino; para Jvenes y Adultos, James Good y W. Richards, (Filadelfia, 1909), p. 32.

    10. W. Stanford Reid, Ecumenismo de Lutero, Westminster Theological Jour-nal, XI, 1 (Nov. 1948).

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    6

    Busc nada menos que la unificacin detodas las iglesias evanglicas del Protestan-tismo. Las cartas de Calvino nos dan unarica percepcin de esta celosa lucha por launidad. Convoca a Melanchton y a Bullin-ger para disuadir la apasionada propagandade Lutero en lo concerniente a la Cena delSeor, y pacientemente carg con toda laamarga oposicin que experiment del ladode Lutero. Se regocij como un nio al reci-bir un saludo de parte de Lutero y dijo,An si me vilipendiase y me llamara undemonio no obstante le considerara uno delos destacados siervos de Dios. Calvino leescribi una carta a Lutero solicitndoleuna conferencia, pero Melanchton no tuvoel valor de entregarla. Despus de la muertede Lutero (1546), Calvino continu susesfuerzos por la unidad con Bucer y Melan-chton, pero nada surgi de ello.11 Pero hayuna cosa con la que debemos tener cuidado,el confundir el celo de Calvino por la uni-dad de la Iglesia con el ecumenismomoderno, que no est basado en la Palabra.Sera difcil imaginarse a Calvino, comoMcNeill le representa, teniendo un rol des-tacado en el avivamiento ecumnico denuestro da. 12 Para Calvino la unidad de laiglesia era una cuestin de obediencia a laverdad, pero l no quera una sper iglesiaque estuviese doctrinalmente dividida (Inst.IV, 182). Con esta referencia a su fepersonal y a su actividad eclesisticadebemos concluir nuestros comentariossobre Calvino como telogo de la Palabra.La prueba de su teologa ha de encontrarseen su vida. Calvino era un fantico deCristo, pero el suyo era un entusiasmo bien

    dirigido y concentrado en el cual eraconsumido por la causa de Dios. Fue sudoctrina y ejemplo inmortal lo que pusocoraje en el corazn de los Hugonotestemplando sus nervios hasta la muerte. Fuel quien inspir a Knox en su resistencia ala tirana y en su batalla por ganar Escociapara la Reforma. Y fue la teologa y ejemplode Calvino lo que produjo una culturaCalvinista en Holanda, Inglaterra, Escociay an, en alguna medida, en Amrica, puesnuestros padres Peregrinos y Puritanosestaban inspirados con un sentido demisin y vocacin, los cuales habanheredado de la tradicin Calvinista.

    El Impacto Poltico de Calvino

    La Reforma, en su esencia, no era unasunto de lo perifrico, sino del corazn,del cual brotan los asuntos de la vida. Sediriga a la cuestin de la relacin del hom-bre con Dios, la que es determinante paratodas las otras relaciones de la vida. En estesentido era catlica y universal en suimpacto sobre la vida total de la sociedad.Aunque la restauracin de la verdaderaiglesia era la meta principal, la divina gloriade la obra de Dios en Cristo arroj su luzcon amplitud hacia toda esfera de la vida.

    El impacto de las ideas de Calvino en laesfera poltica inaugur una nueva era,dndole un carcter y una direccin nuevasa la existencia nacional en muchas tierras.El estado Griego haba sido totalitario, en elque la religin serva como un medio paraun fin, a decir, la glorificacin del estado.En la Edad Media los roles fueron reverti-dos de manera que nos encontramos conuna iglesia-estado, con la suprema autori-dad conferida al papa, quien prestaba elpoder temporal al gobernante terrenal para

    11. H. Koffijberg, De Internationale Strek-king van het Calvinisme, (Amsterdam, 1916), pp. 15-21.

    12. John T. McNeill, La Historia y Carcter de Calvino, (New York, 1954), p. 234.

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    7

    el servicio de la iglesia. Calvino mir a laiglesia y al estado como dos entidades inter-dependientes cada una habiendo recibidosu propia autoridad del Dios soberano. Enesta concepcin el estado nunca es secular,ni estn el estado y la iglesia separados en elsentido moderno de la palabra. La democra-cia atea y la soberana popular no puedendecir que Calvino es su padre.

    Segn Calvino, la iglesia y el estadodeben vivir en paz y deben cooperar juntosen sujecin a la Palabra de Dios. Cada unaha de tener su propia jurisdiccin. El estadotiene autoridad en los asuntos puramenteciviles y temporales; la iglesia, en los asun-tos espirituales. Calvino aboli la clusulade la ley cannica del beneficio del clero,colocndose a s mismo y a sus asociadosministeriales en obediencia a los magistra-dos en todos los asuntos civiles. Los magis-trados, por su parte, haban de estar bajo lajurisdiccin del consistorio en las cosasespirituales. Es claro por esto que Calvinopensaba del estado como constituido porciudadanos Cristianos, pues, as como nohubiera sido posible, la vida individualprspera sin moralidad basada en la verda-dera religin, as tambin, sostena Calvino,la vida social y poltica sin verdadera mora-lidad, la que a su vez est basada en la ver-dadera religin, a decir, la Cristiana, esimposible.

    Segn la iglesia medieval el estado erasu sirviente. Los Anabaptistas considera-ban al estado como un siervo de Satans.Pero Calvino sostena que el estado essiervo de Dios, puesto que la poltica civilhace posible la vida entre los hombres alrestringir al malvado de manera que nopuedan perpetrar sus crmenes con impuni-dad. De all que el servicio del estado sea

    santo, que ha de ejercerse en el nombre deDios y para su gloria. Los magistrados sonlos representantes de Dios; si llamado no essolamente legtimo sino en mucho el mssagrado y honorable de la vida humana(Inst., IV, 20, 1), y les debemos obedienciapor causa de la conciencia. As, la vida com-pleta, para Calvino, es librada de la prohibi-cin de la inferioridad profana. La libertadespiritual del Cristiano no suprime los tri-bunales, las leyes o los gobernadores, y esperfectamente consonante con el serviciocivil (Ibid., IV, 20, 1).

    Los gobernantes no tienen derecho dehacer leyes con respecto a la adoracin aDios y a la religin; sin embargo, sus res-ponsabilidades se extienden hacia ambastablas de la ley. Esto es claro por las Escri-turas y por la prctica de los paganos, entrequienes los filsofos hacan de la religin suprimera preocupacin. Por tanto, seraabsurdo para los magistrados Cristianosabandonar las demandas de Dios por losintereses de los hombres (Ibid., IV, 20, 9).Calvino deseaba que el gobierno mantu-viera formas pblicas de religin entre losCristianos y de humanidad entre los hom-bres. Las autoridades civiles, siendo ellasmismas Cristianas, deben guardar la verda-dera religin contenida en la ley de Dios deser violada y contaminada por la blasfemiapblica (Ibid., IV, 20, 3).

    En sus ideas acerca del orden poltico,es determinativo el principio bsico de Cal-vino de la soberana de Dios. Pues estabafuertemente opuesto a toda forma de abso-lutismo estatal, autocracia y monarquaabsoluta. Los reyes y los presidentes debantener su poder limitado por legisladores ypor la ley constitucional. Calvino cita en lasEscrituras el caso concreto de Samuel quien

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    8

    registra los derechos del pueblo en un libropara referencia futura entre ellos y el rey.Esto difiere in toto de la idea del contratosocial de Rousseau, en el que la voluntadcolectiva del pueblo es la norma ms alta.Para Calvino el Dios soberano es legisladorde las naciones hoy lo mismo que en losdas de Samuel, y la soberana popular esun producto de la imaginacin engaadadel hombre cado.

    El estado es tambin electivo en el sen-tido que se requiere la aprobacin del pue-blo para la autoridad legal. Calvino sealaal ejemplo de David, quien no asumi suprerrogativa de gobernar ya sea en Hebrno en Jerusaln, aunque Dios le haba esco-gido para el sagrado oficio, hasta que losancianos del pueblo vinieran y le solicita-ran gobernar sobre ellos. El votar, para Cal-vino, es un asunto serio y sagrado por elcual los magistrados son escogidos popular-mente con el propsito de refrenar la tira-na de los reyes. Esto no es meramente suderecho en virtud de su oficio, sino tambinsu sagrada responsabilidad. De esta manerael gobierno hereditario es eliminado. Losciudadanos privados pueden, en verdad,rehusar obediencia al gobernante cuandomanda cualquier cosa contraria a la Palabrade Dios, pues debemos obedecer a Diosantes que al hombre. Pero un ciudadanoque no tiene oficio no puede rebelarse olevantarse contra la autoridad legalmenteconstituida.

    Al gobierno los ciudadanos debenhonor, obediencia, servicio militar y deotros servicios, pago de impuestos y oracio-nes por el bienestar de los gobernantes. Ymientras gobernantes injustos sean levan-tados por Dios para castigar las iniquidadesdel pueblo, deben ser obedecidos. El nico

    recurso en tales casos es la oracin, paraque Dios juzgue entre las naciones y de suretribucin a aquellos que quitan el derechode la viuda y del pobre (Ibid., IV, 20, 17-32). Aqu se evidencia otra vez el plenoimpacto de la idea de la soberana de Dios.No solamente el gobernante est bajo res-triccin, sino tambin el ciudadano, quienest obligado a cumplir su responsabilidady a cumplir su obligacin divina, por causade Dios. Es verdad que al fin Calvino con-cede que Dios tambin levanta individuospara poner fin a la tirana, o puede enviar aotros gobernantes para vencer a los tiranos,pero esto implica un llamado especial delSeor. El procedimiento normal es que losmagistrados inferiores (i.e., aquellos querepresentan al pueblo y que son elegidospor voto popular) debiesen remover a losgobernantes que tiranizan a su pueblo yviolan la constitucin. Esto ha sido llamadopor los eruditos Calvinistas, el santo dere-cho de la rebelin.13

    Albert Hyma afirma que fue especial-mente la transferencia del sistema de elec-cin usado en la escogencia de ancianos ydiconos en la iglesia Ginebrina hacia laarena poltica lo que hizo posible unimpacto tan tremendo dondequiera que ibael Calvinismo (Repblica Holandesa, Ingla-terra y Escocia, y Amrica).14 El fallecidoWilliston Walker de la Universidad de Yale

    13. Sin embargo, cf. A. A. Van Schelven, Het Heilig Recht Van Opstand, (Kampen, cf. 1919), quien argumenta que la situa-cin histrica ha cambiado tanto que los monarcas constitucionales no tienen oportunidad de tiranizar y que la divi-sin entre gobernante y magistrado infe-rior ya no logra nada. Sin embargo, este pequeo tratado es muy valioso, al ubi-car las fuentes en una larga historia de una cuestin muy debatida.

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    9

    escribi, La influencia del Calvinismo, porms de un siglo despus de la muerte delReformador de Ginebra, fue la fuerza mspotente en Europa en el desarrollo de lalibertad civil. Lo que el mundo moderno ledebe es casi incalculable.15 Un recienteautor Ingls, al contar la historia de cul esel logro del Calvinismo en Amrica, dice,Lo hemos visto modificando las constitu-ciones y formas de vida de pases antigua-mente establecidos en Suiza, Holanda yGran Bretaa, pero aqu lo tenemos ope-rando como un factor principal en crear unnuevo estado. La influencia de los EstadosUnidos en el mundo de hoy hace de sus or-genes un asunto de gran inters. Esos orge-nes revelan uno de los triunfos msespeciales del Calvinismo.16 Esto tambines enfatizado por el Sr. Davies (cf. pie depgina 14) quien afirma que el estado men-tal de los colonizadores Americanos habasido formado antes que la influencia deLocke llegara a expresarse en nuestro ladodel ocano a travs de Jefferson, mientrasque Dakin estima que alrededor de dos delos tres millones de habitantes en Amricaal momento de la guerra Revolucionariapertenecan a las filas Calvinistas.17

    Es discutible si alguien quisiese argu-mentar que Calvino habl la palabra libera-dora, o la ltima palabra, sobre la relacinentre la iglesia y el estado. Por ejemplo,crea que el estado deba proveer para lasnecesidades fsicas de los ministros, que serequera que cuidara de los pobres y prove-yera educacin para los jvenes ciudada-nos. An cuando concedamos que Calvinoprevea un gobierno Cristiano, no obstantecoloc un arma aguda en las manos delgobierno, mediante la cual se vuelve bas-tante simple para un gobierno hostil forzara la iglesia a obedecer sus mandatos.

    Adems, bien podemos cuestionar laposicin de Hyma (Doumergue tambintiene esta opinin) de que una iglesia demo-crtica hizo surgir un estado democrtico.En realidad, la iglesia que Calvino organizno era democrtica en este sentidomoderno, pues el poder y la autoridad lti-mos estaban conferidos a los ancianos,siendo estos delegados a ellos por Cristo.

    Sin embargo, aunque la separacin dela iglesia y el estado no se realiz en Gine-bra durante la vida de Calvino, podemosdecir que se convirti en una realidad hist-rica debido a sus labores al instituir la disci-plina espiritual en la iglesia. La batalla porla jurisdiccin espiritual del consistorio,con el derecho a excomulgar, era el puntofocal de disputa en la larga batalla, dura y aveces amarga, que Calvino pele con el con-cilio de Ginebra. Esto, dice Warfield, fue lacua de entrada, clavada entre la Iglesia yel Estado que tena el propsito de separaral uno del otro (Op. cit., p. 18). Y aunquetodos los hijos espirituales de Calvino no

    14. La Vida de Juan Calvino, (Grand Rapids, Michigan, 1943). Cf. Cap. Camino a la Democracia, pp. 92-102; Vase tambin A. Mervyn Davies, El Fundamento de la Libertad Americana, (New York, 1955), quien sostiene que, Al vencer a la ola emergente de absolu-tismo cuando sta amenazaba devorar toda Europa, ste (i.e., el Calvinismo) hizo posible el surgimiento de una man-comunidad del hombre bajo la soberana de Dios. As pues, fue eso lo que coloc los fundamentos de nuestra libertad, p. 24.

    15. Citado por Hyma, sin ref. op. cit., pp. 96, 97.

    16. A. Dakin, Calvinismo (Filadelfia, 1946), p. 162.

    17. Op. cit., p. 159 donde Dakin acepta el estimado de L. S. Mudge, Enc. Brit. Ed. XIV, Vol. XVIII, p. 447.

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    10

    apreciaron esto suficientemente, l querauna iglesia autnoma en su propia esferaespiritual. Es debido a esta victoria, a saber,la exitosa introduccin y mantenimiento dela disciplina espiritual, dice Warfield, quetoda Iglesia en la Cristiandad Protestanteque disfruta hoy de cualquier libertad, cual-quiera que sta sea, al realizar sus funcio-nes como una Iglesia de Jesucristo, lo debetodo a Juan Calvino (Ibid., p. 19).

    El Impacto de Calvino en la Cultura

    Este juicio de Warfield se confirma porel hecho de que Calvino tambin liber atoda la esfera de la cultura de la tutela de laiglesia. Calvino rechaz el esquema denaturaleza y gracia de Aquino, en el que elmundo est dividido en mitades superior einferior, dadas respectivamente al dominiode la fe y la razn. En esta visin la graciaincluye la religin, la tica, la teologa y laiglesia; pero la naturaleza es el mbito de lacultura, incluyendo todas las actividadesnaturales del hombre. Dndose cuenta de loinadecuado del mbito inferior, en y por smismo, Aquino y la iglesia en pos de lcolocan toda la esfera de la cultura bajo latutela de la iglesia, y sta se convierte ensirvienta de la teologa.

    Guillermo de Occam, el filsofo nomi-nalista, oponindose a este seoro,enfrenta antitticamente a los dos mbitosel uno contra el otro. l, en verdad, libera-ra al arte y a la agricultura, al comercio y ala industria del poder del papa, pero lastransfiere a las manos de duques y reyes.De esta forma se convirti en el padre deuna cultura controlada por el estado, el pri-mer filsofo moderno del totalitarismo.

    Ahora Calvino proclam junto a la

    iglesia y al estado un tercer mbito, un reade la vida que tiene existencia y jurisdic-cin separada. Es llamada la esfera de laadiaphora, las cosas promedio. Este es eltribunal de la conciencia. Ningn papa orey puede dominar en este mbito.

    Esta rea no est restringida a unospocos asuntos insignificantes de gusto yopinin entre individuos, sino que incluyela msica, la arquitectura, el aprendizajetcnico, la ciencia, las festividades sociales,y la cuestin de todos los das, Qu come-remos y qu beberemos o con qu vamos avestirnos? Ahora Calvino proclama lalibertad, tanto de la iglesia como del estado,para esta rea grande y completa de la vidaen su doctrina de la libertad Cristiana,haciendo al hombre responsable de darcuentas solo a Dios en su conciencia. Por lotanto, esta doctrina de la libertad Cristianaes una de las piedras fundamentales de lafilosofa cultural de Calvino.

    La Libertad Cristiana como la Base de la Vocacin Cristiana

    La doctrina de la Libertad Cristiana(Inst. III, 19) forma el apndice de la justifi-cacin, y sin ella no puede haber elcorrecto conocimiento de Cristo, o de laverdad evanglica, o de la paz interna de lamente. Pero cuando se menciona esta doc-trina hay dos reacciones violentas: algunosbajo el pretexto de la libertad, abandonantoda obediencia Dios, y se precipitan en elms desenfrenado libertinaje; y algunos ladesprecian, suponindola subversiva detoda moderacin, orden y distincionesmorales (par. 1). Estas son las reaccionesdel mundano y del asceta. Calvino se oponeigualmente a estos dos males, la mundanali-dad y el escape del mundo. Sin embargo,

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    11

    esto no le convierte en un neutralista en elsentido de uno que quiere su pastel mien-tras se lo come. Calvino no aparentaba estara favor de ambos extremos, sino que subalance es escritural, y va tan lejos como vala Palabra.

    Claro, en su esencia la libertad Cris-tiana es espiritual. Consiste de la libertad dela esclavitud de la ley y restauracin a laobediencia voluntaria a la voluntad deDios. Puesto que estamos libres de la leycomo instrumento para salvacin, respon-demos como hijos al servicio de Dios congozo y prontitud. La libertad es disfrutadaen el camino de la fe y debe animarnos a lavirtud, pero las mentes serviles, quienes lausaran para cumplir las lujurias de lacarne, no tienen parte en ella.

    Puesto que Pablo pone todas las cosasexternas sujetas a nuestra libertad (Rom.14:4), no hay nada impuro en s mismo,con tal que usemos nuestra libertad anteDios y no ante los hombres. Se abusa de losbuenos dones de Dios si son codiciados condemasiado ardor, cuando se alardea de elloscon orgullo, o cuando se colman con lujos.Sin embargo, para el puro todas las cosasson puras, pero todo lo que no es de fe especado, y para los corrompidos e incrdu-los nada les es puro; pues hasta su mente ysu conciencia estn corrompidas. (Tito1:15).

    El Cristiano, quien es el liberto deDios, usa este mundo en fe, es decir, enobediencia a los mandamientos de Diospara su gloria. Debe observar moderacinpara no llegar a abusar de los buenos donesde Dios; debe ser paciente y sumiso cuandose ve privado de bendiciones terrenales. Esllamado a ejercitar el amor y la paciencia en

    el uso de su libertad, para que su prjimopueda ser edificado. Pero puesto que lascosas de este mundo no son pecaminosas ens mismas puede poseerlas, sino que debe,en el proceso, guardarse de ser posedo porellas. La bsqueda de logros culturales y laobtencin de riquezas no son malas en smismas; el disfrute de la comida, la bebida yel lujo no ha de ser despreciado o conde-nado, pero las maldiciones de Dios caensobre los ricos porque estn inmersos en losdeleites sensuales y sus corazones estnembriagados con los placeres presentesmientras buscan perpetuamente asir otrosnuevos (Inst. III, 19, 9 & III, 6-10). En sumeditacin acerca de la vida futura Calvinodice que debemos aprender a despreciareste mundo presente porque nos aparte denuestro llamado. En ese sentido las buenascosas en s mismas se transforman en malespara nosotros; por tanto debemos aprendera mirar por encima de todas las cosas a laluz de la eternidad.

    He aqu el punto crtico del asunto.Este es el asunto decisivo! Para Calvino elesfuerzo cultural de uno es bueno o malo,dependiendo de la fe de uno. Todo lo queno es de fe es pecado. Toda cultura apstataes egosta en la que el hombre se salva a smismo por sus obras y exalta su propia glo-ria. Pero la doctrina de la justificacin porla fe con su apndice de la libertad Cris-tiana hace al hombre libre para servir aDios en su llamado cultural. Abraham Kuy-per, en sus Conferencias Stone, seala estepunto cuando nos recuerda que fue estaliberacin del hombre medieval de la cargade tener que ganar la salvacin por lasobras la que liber la energa e inters queprodujeron nuestro mundo moderno consu ciencia, industria e inventos. Pues, por elnfasis de Calvino sobre el uso apropiado

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    12

    de este mundo, la mirada del creyente fuedirigida a este hermoso cosmos en el queDios nos llama a ser sus agentes culturales,y a tener dominio sobre la tierra, a poblarla,y a cultivar el suelo.18

    Y mientras Agustn haba dicho queel trabajo, aunque til, es en s mismo uncastigo (De civ. Dei, XXII, 22), Calvino sos-tiene que la vocacin de todo hombre le esconcedida por Dios, de la cual se deriva unaconsolacin peculiar, es decir, que no hayobra alguna tan humilde y tan baja, que noresplandezca ante Dios, y sea muy preciosaen su presencia (Inst. III, 10, 6). Con estoen mente consideremos ahora algunas delas contribuciones de Calvino en el campode la economa.

    Calvino y el Mundo de la Economa

    Se llama la ciencia de la economa a lasatisfaccin de las necesidades fsicas y alavance del bienestar material del hombre,tanto como individuo y como sociedad. Cal-vino tiene mucho que decir en todos sucomentarios sobre este amplio tema, mien-tras que sus sermones estn tambin reple-tos de referencias a las necesidades fsicasdel hombre. Lo notable acerca de la predica-cin de Calvino es su carcter existencial.Est dirigida a la situacin concreta. Cal-vino, por ejemplo, no solo condena la men-dicidad, sino que tambin urge a loscreyentes a tratar a los sirvientes amorosa ybondadosamente (Sermones, Deut. 15:11-12; 26:16).19

    Tres temas llaman nuestra atencin sies que vamos a medir el impacto econmico

    de Calvino, a decir, la cuestin de la renta,el concepto de llamado y la idea de comu-nismo.

    La prohibicin contra el tomar rentafue uno de los factores ms importantes enla vida econmica de la edad media (Op.cit., pp. 30, 31). Esta prohibicin estabasustentada por la Escritura (Lucas 6:35;Deut. 23:19; Salmo 15, etc.) y Aristteles,cuya mxima de que el dinero es estril serepeta automtica y universalmente. Anen el siglo diecisis esta era la communisopinio, de la que no se desviaron ni Refor-madores ni Humanistas.

    Sin embargo, Calvino se volvi laexcepcin a la regla. Aunque se dio plenacuenta de los peligros de la usura y de la ile-galidad econmica, el prohibir el intersbajo toda circunstancia es atar la concien-cia ms all de la Palabra. Este era elasunto principal! La autoridad de la Pala-bra y la libertad Cristiana! Los Escolsticosdispusieron que la usura era un pecadomortal, y esta inclua el inters de todos lostipos. Aqu es donde confluye el asunto.Calvino toma los varios textos aducidos ymuestra que han sido malinterpretados.

    Considere Lucas 6:35, el locus classicus,de los telogos escolsticos. Aqu la Palabranos dirige a alimentar a los pobres y a tra-tarles con consideracin y amor. Sinembargo, aplicar las leyes civiles de los

    18. Calvinism: Six Stone Foundation Lectu-res, (Grand Rapids, 1943), pp. 117-30.

    19. P. A. Diepenhorst, Calvijn en de Econo-mie, (Wageningen, 1904). Lo que sigue en el texto es un extracto de esta diserta-cin del Dr. Diepenhorst, quien ha con-sultado las obras de Calvino en el Corpus Reformatorum. Aparte de las referencias en sermones y comentarios la teora de Calvino sobre el inters es presentada en su Consilium.

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    13

    Judos (cf. Deut. 23:19) a los creyentes delNuevo Testamento no es vlido, dice Cal-vino. Una apelacin a la conexin fraternaltal y como esta exista entre los Judos yque ahora existe entre los Cristianos, no esnormativa para las transacciones de nego-cios.20 Es sobre pronunciamientos comoestos que A. Kuyper y sus seguidores hanbasado su doctrina de las esferas desoberana. Hay una distincin entre lasnormas de la moral y el mbito econmico,igual como hay normas para lo jurdico ypara las modalidades analticas de la vida.Con respecto a las otras pruebasescriturales aducidas de los Salmos y de losProfetas, Calvino simplemente las declarairrelevantes puesto que protestan contra elpecado de la usura, el cual Calvino mismotambin abominaba. La conclusin delasunto es que la Biblia no contiene ningunaprohibicin contra el tomar inters sobre eldinero por aventuras de negocios (Cf.Armona del Evangelio, Mat. 8:42).

    Lo que es an ms significativo es elhecho de que Calvino sostiene la producti-vidad del dinero. Se re de la idea de Arist-teles de que el dinero es improductivo yseala su poder productivo en la industria.Pero al pobre debemos prestarle sin esperardevolucin (Comentarios, sobre xodo22:25; Lev. 25:25-28; Deut. 23:19, 20). Enresumen, Calvino distingue entre la caridadCristiana y los negocios, lo que abri laspuertas para grandes aventuras en elcomercio y la industria. Por esto Calvino harecibido su porcin de alabanza de parte demuchos economistas.21 Max Weber,seguido por R. H. Tawney, le da crdito por

    haber dado mpetu al surgimiento del capi-talismo.22 No hay razn para negar odepreciar esta conexin en tanto que recor-demos lo que se quera decir por el espritudel capitalismo y no consideremos a Cal-vino, con su alto sentido tico y su cautelacontra el abuso de la libertad, responsablepor los excesos del duro individualismo delsiglo diecinueve. Pues, como Doumerguenos recuerda, aunque Calvino glorificaba loindividual, fue siempre en relacin conDios y la comunidad de los santos. Nadaera ms social que la comunidad Calvinista.Aunque Calvino era un gran individualistaen el sentido de apreciar y desarrollar lapersonalidad, nadie habl menos del yo ehizo ms por la comunidad, la iglesia y elestado, que l.23 Es ms, Weber usa a losescritores Puritanos como su fuente, pero laidea de ellos de obtener seguridad de lasalvacin por medio de las buenas obras nose encuentra en Calvino. Y los ministros deGinebra inequvocamente se opusieron a laproposicin de los mercaderes en 1580 deestablecer un banco, sobre la base queGinebra sera ms fuerte si permanecapobre.

    En segundo lugar, consideremos elconcepto Calvinista del llamado y delcomercio en particular. Los comerciantes,durante la Edad Media, eran consideradosuna clase estril, mientras que la agricul-tura era exaltada hasta los cielos. Calvinono estima en demasa una a expensas de laotra (Cf. Coments. Sobre Oseas 12:8; Gn.

    20. Cf. Sobre las Similitudes y Diferencias Entre los Dos Testamentos, Inst. II, Cap. 10, 11.

    21. Diepenhorst, op. cit., pp. 139, 153-71.

    22. La tica Protestante y el Espritu del Capitalismo (New York, 1931) 2 vols. La Religin y el Surgimiento del Capita-lismo, Holland Memorial Lectures, 1922, (Penguin Books, Inc. New York).

    23. Calvijn Als Mensch En Hervormer , pp. 122-25.

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    14

    47:19-23; Juan 2:16b; Isa. 23:2). El comer-cio, dice Calvino, no condujo a la cada deTiro, sino el deleite excesivo en las cosasmundanas. Babilonia no fue condenada porla prosperidad y lujo producidos por elcomercio, sino por la arrogancia y el orgullo(Coments. sobre Isa. 47).

    Indudablemente que las ideas de Cal-vino con respecto a la rente se reflejaron ensu evaluacin del comerciante, pero fueespecialmente su fuerte sentido de que todollamado es honorable ante Dios el que yaceen el fundamento de su apreciacin. Desdeque la iglesia hubo glorificado el martirio ypuesto su mirada en los cielos, el trabajohaba sido depreciado como teniendo unanaturaleza inferior, mundana. Como hemosvisto, Agustn advirti contra los males dela holgazanera y prescribi el trabajo paralos monjes, pero solo como un mal necesa-rio, puesto que el trabajo era castigo. Cal-vino, por otro lado, mir el monasticismocomo un mal que llevaba al orgullo, la envi-dia y la disensin. Estaba produciendopereza, libertinaje y un insano dualismoentre la santidad, adquirida en la lucha con-tra el mundo, y las condiciones del laicadocomo encasilladas en la mundanalidad y laconcupiscencia. El sacramento de las rde-nes glorificaba este dualismo, con algunosque escogan el alto camino de la renunciade la carne y del mundo, mientras otros semantenan caminando con paso pesado porel camino inferior del matrimonio y la ocu-pacin terrenal. Se desarroll una morali-dad dual, una para los monjes (vita angelicaet panes angelicus), la otra para los pecado-res ordinarios, el laicado. A esto Calvinofue la excepcin indignante y vehemente(Inst. IV, 13). Mientras que Toms de Kem-pis haba glorificado este dualismo en suImitacin de Cristo, Calvino apareci y lo

    demoli. Toms tena algunas ideas muymrbidas acerca de la cultura, despreciandola filosofa, el aprendizaje y el arte. Para ltodos los placeres sensuales y mentaleseran peligrosos porque ponan en peligro elgozo espiritual. Su santidad llega a expre-sarse al retirarse con un libro en un rincnsolitario (cum libello in angello).24

    Calvino rechazaba todos los votosmonsticos, puesto que estn basados sobrela nocin de que hay una regla de vida msperfecta que aquella que Dios le ha dado ala Iglesia como un todo (Op. cit., IV, 10). Lajerarqua Romana, deca l, hace una sepa-racin antinatural entre lo celestial y loterrenal, pero Dios requiere la perfeccinde todos sus hijos, y ms all de eso nopodemos erigir reglas (Cf. Coments. sobreFil. 3:15; I Juan 3:12). Por lo tanto la per-feccin Cristiana ha de buscarse dentro delllamado Cristiano y no fuera de l. Calvinono rechaza del todo el ayuno, pero sealaque ste degenera fcilmente en la supersti-cin. Esto ocurre cuando lo hacemos unaobra necesaria para la salvacin.

    Calvino tambin lanza invectivas con-tra la prohibicin papal en contra del matri-monio de los sacerdotes (Inst. IV, 12, 23-28) que resulta en un celibato contaminadoen el que la fornicacin se propaga conimpunidad. Dios ha dejado a los hombreslibres, y no podemos violar su libertad(Comm. sobre I Tim. 3:2; y Tito 1:6). Ade-ms, es una seal de apostasa y una pruebade que los impostores han tomado controlde la iglesia, puesto que Cristo compara losanto del matrimonio a la unin de smismo con la iglesia (Comm. II Tim. 4:3). A

    24. Henry J. Van Andel, El Cristiano y la Cultura, The Presbyterian Guardian , (Ene. 1944), p. 17ss.

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    15

    pesar de estos ataques sobre el monasti-cismo, muchos de los crticos de Calvino lehan acusado de ser un asctico. Se dice de lque ha negado el uso de las cosas de estemundo ms all de la necesidad de comer ybeber. Si alguien que todava viva cree ental leyenda, que lea el Comentario de Cal-vino de Ams 6, los sermones de Calvino, yespecialmente, la exposicin sobre el usoapropiado de esta vida presente (Inst . III, 6-10).

    Posteriormente Calvino discute eldeber y la belleza, la vocacin y el pasa-tiempo (da espacio para recreaciones talescomo el golf y el deporte en general), lasarmas o equipo del peregrino y la armaduradel soldado. Aqu Calvino provee unadefensa de la cultura en su sentido msamplio, extendindose desde la agriculturay el comercio a las cosas relacionadas con labelleza y los lujos de la vida. Calvino proveeuna vigorosa defensa del lujo y enunciaciertos principios bsicos, los cuales puedentodava servirnos de gua hoy. Calvinorechaz la cruel e inhumana filosofa de losEstoicos, que despreciaba los placeres sen-suales y mentales ordinarios de la vida.Para l el pecado no resida en la materia,sino que tiene su asiento en el corazn. Elmal no est en el mundo del color, delsonido, de la comida, la bebida y el vestido,sino que consiste del abuso de los buenos deDios en exceso, en el desenfreno y la borra-chera, la juerga y el libertinaje. La santidadno se alcanza por evitar ciertas funcionesfsicas y por rechazar los buenos dones deDios, sino por aceptarlos en fe y usarlospara su gloria y la edificacin de la iglesia(Cf. Sermones sobre Deut. 11:15; 12:15;22:5; tambin cf. Comm. sobre I Sam.25:26-43; Ams 6:4; Santiago 5:5; Isa. 3:16;y mucho ms sobre el mismo tema en la

    Inst. III, 19, 9, 10; III, 10). Sobre el uso delvestuario, Calvino nos recuerda que debe-mos tener en mente el propsito por el cualfue dado y nos advierte contra la extrava-gancia y los cambios excesivos en el estilo,el pavonearse y el hacer alarde. Aqu tam-bin la simplicidad y la moderacin son laclave para el uso correcto de los dones deDios, los cuales no debemos dejar sin usar,no sea que seamos culpables de ingratitud.

    Para hacer justicia a sus crticos, sedebiera aadir que le conceden al Calvi-nismo una influencia social ms alta que alLuteranismo. Troeltsch caracteriza al asce-tismo Calvinista como activo, agresivo;ste transformara al mundo para la honrade Dios... Para alcanzar este fin, racionalizay disciplina la vida total por medio de susteoras ticas y sus disciplinas eclesisti-cas... Este ve en el mero sentimiento(Gefhligkeit und Stimmung) solo inercia yfalta de seriedad; est lleno de un senti-miento fundamental: trabaja para Dios,por el honor de la Iglesia! De esta manera latica Calvinista produce una viva actividad,una severa disciplina, un plan completo, unobjetivo social Cristiano.25 Se concede queeste ascetismo es del tipo del mundointerior (inner-weltliche askese), ajustadopara operar dentro de la sociedad. Pero estoes jugar con las palabras y con lossignificados histricos, y uno podraconceder cualquier cosa a lo opuesto pormedio de este mtodo. Pues este ascetismoCalvinista, segn sus autores, no hace queuno huya de este mundo, sino que participeen l con entusiasmo y con deseos de

    25. Ernst Troeltsch, Die Bedeutung des Pro-testantismus fr die Entstehung der modernen Welt , (1906), p. 27, citado por E. Doumergue, Calvino y la Reforma, pp. 16, 17.

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    16

    adquirir sus bienes con celo para la gloriade Dios. Uno podra bien preguntarse conDoumergue si el sustantivo no es de estamanera consumido por el adjetivo. Hablarde ascetismo Calvinista es ridculo. YCalvino hubiera dicho, Prescindamos,pues, de aquella inhumana filosofa que noconcede al hombre ms uso de las criaturasde Dios que el estrictamente necesario, ynos priva sin razn del lcito fruto de laliberalidad divina, y que solamente puedetener aplicacin despojando al hombre desus sentidos y reducindolo a un pedazo demadera. (Inst. III, 10, 3).

    Finalmente, es apropiada una palabracon respecto a la actitud de Calvino concer-niente al comunismo. Naturalmente que nopodemos leer ni introducir en este trminotodo la concepcin desarrollada por partede los tericos socialistas y comunistas delsiglo diecinueve. En los das de Calvinoencontramos una comunidad de bienesapoyada por algunos Anabaptistas y por losLibertos. Los primeros negaban la graciacomn y la autoridad final de la Palabra.Los Libertos eran una secta pantesta, quesin embargo no ha de identificarse con losenemigos polticos de Calvino en Ginebra.Vivan una vida completamente licenciosa,repudiando la Palabra y viviendo segn lainclinacin del viejo Adn, lo que fue con-vertido en un llamado divino. Bajo el nom-bre de matrimonio espiritualintrodujeron una pollution brutalle (con-taminacin brutal) y una comunidad debienes acompaaba a esta degeneracin delas normas morales.

    Calvino no se ocup de la cuestin dela comunidad de bienes en su tratado con-tra los Anabaptistas, puesto que no todosellos se suscribieron a ella; pero en 1545

    escribi un tratado contra los Libertos en laque provey una refutacin escritural aesta prctica.26 Comienza por sealar larelacin de este error con la pasin brutalde compartir esposas y denuncia labsqueda de riquezas en la que a loshombres no les importan sus congneres.Inmediatamente presenta la enseanzabblica positiva con respecto a los bienesterrenales bajo tres encabezados.

    Primero, no podemos lanzarnos a labsqueda de riquezas con una pasin dema-siado grande sino que debisemos estarsatisfechos con poco, siempre listos pararenunciar a lo que tenemos. Segundo, debe-mos trabajar honestamente para ganarnuestro pan necesario y hacer a un ladotodas las prcticas malvadas. Finalmente,aquel que tenga poco no debe descuidar elagradecer a Dios y comer su pan con con-tentamiento; y el que tiene mucho no debeentregarse a la excesiva indulgencia.

    Despus, Calvino interpreta los textosde la Biblia a los cuales apelaban los comu-nistas de su da. En el caso del joven prn-cipe rico (Mat. 19:21), no podemos concluira partir de un caso particular en un princi-pio universal. Puesto que el joven habahecho alarde de haber guardado todos losmandamientos, el Seor expone su hipocre-sa por esta prueba de cido a su amor. Estosimplemente nos ensea que siempre debe-mos estar listos a dejar todo por Cristo.Especialmente en el caso de los discpulos,quienes tenan todas las cosas en comn(Hch. 4:32), Calvino muestra que esto no esuna recomendacin al comunismo. El sen-tido del texto no es que todos los creyentesen Jerusaln se deshicieron de sus bienes,

    26. Cf. Diepenhorst, op. cit., pp. 250-306.

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    17

    lo que simplemente no era cierto, sino sim-plemente que en el amor fraternal que lesanimaba no toleraban que ninguno pasaranecesidad.

    Esta condena general de las tendenciascomunistas de su da no est aislada y res-tringida al tratado en discusin, sino queuno puede encontrar las mismas opinionesexpresadas en los comentarios que tratancon estos pasajes de la Escritura (Mat.19:20; Hch. 4:23). En un sermn (Lucas3:11) Calvino sostiene que Juan el Bautistano conden la propiedad personal sino queexhort a los hombres a dar de su abundan-cia a aquellos que estn en necesidad,puesto que Dios es el dueo absoluto, ynosotros no somos sino mayordomos denuestras posesiones. Calvino mismo dabaun digno ejemplo al gastar todo su salario,ms all de su propia necesidad, para lospobres y para la provisin hospitalaria delos forasteros. Rehus aceptar un incre-mento en el salario cuando le fue ofrecidopor el concilio sino que les protest acercade los bajos salarios de sus compaeros pre-dicadores, algunos de los cuales tenanhijos pequeos.

    Para concluir estos comentarios acercade la influencia cultural de Calvino en elcampo de la economa, debiese observarseque Calvino estaba profundamente intere-sado en la justicia social. Se ha sugerido quel introdujo el socialismo en Ginebra,puesto que prest el talento de su mente yentrenamiento legal para una codificacinde las leyes de la ciudad, y para el mejorajuste de sus impuestos... La salud de la ciu-dad era la mejor por su ayuda en la cons-truccin de alcantarillas y hospitales. Seinteres en los mtodos de calefaccin y deproteccin contra los incendios; gracias a l

    fue reavivada la industria de la tejedu-ra.27 Doumergue aade, al rehabilitar eltrabajo artesanal y al prescribir laeducacin para todos, Calvino borra, engran medida, las distinciones de clase en lasociedad (Ibid., p. 142). Sin embargo,aunque podemos reconocer que Calvino noestaba opuesto a la legislacin social, seraun abuso de palabras hablar de susesfuerzos para estimular la empresa y lainiciativa privadas como socialismo.Calvino no era un colectivista en ningnsentido de la palabra.

    Los Principios Estticos de Calvino

    Quizs en nada Calvino ha sido msmal juzgado que en la opinin de algunosde que careca de algn sentido esttico. Taldeclaracin no debiera hacerse de un escri-tor tan bueno como l. Los crticos de dife-rentes preferencias religiosas hanconcordado en admiracin a su estilo, tantoen Latn como en Francs. Mientras suspensamientos fluyen, las palabras con lasque las viste son escogidas y analizadas cui-dadosamente con un entrenado sentido dela eficacia artstica. Vemos en sus escritostanto una simplicidad escritural como unaelocuencia digna de Cicern. Hace un granalarde de su rudeza y brevedad: estas noson practicadas a expensas de la elegancia,y tampoco impiden el uso efectivo de laimaginera... Le gusta alabar una expresinapta, usando palabras tales como hermoso,elegante, esplndido... las referencias alos poetas Latinos y Griegos son bastanteabundantes en sus obras, y ama los Salmoscomo poesa... Hay en las obras de Calvinonumerosos pasajes de notable belleza en

    27. Henry Osborn Taylor, Pensamiento y Expresin en el Siglo Diecisis, (New York, 1920), I, pp. 423, 424.

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    18

    aprecio a las formas de la naturaleza.28

    Esta estimacin ms bien reciente porparte de un profesor Americano de historiaes un clamor que est lejano del consensode los Jesuitas, Voltarianos y Protestantesde los das de Doumergue. Para ellos Cal-vino apareca como la personificacin detodo lo que era anti-liberal, anti-artstico yanti-humano.29 Ha sido especialmente atravs de las investigaciones de hombrescomo Doumergue, y, ms recientemente elProf. Leon Wencelius del SwarthmoreCollege, que han demostrado que estasrepresentaciones preenjuiciadas son fal-sas.30 Este ltimo tiene la distincin dehaber producido el estudio ms completohasta la fecha sobre los principios estticosde Calvino.31 Estos principios han sidoaplicados crticamente a la literatura Calvi-nista contempornea en los Pases Bajospor C. Rijnsdorp,32 quien hace un usoextenso de Wencelius.

    Para apreciar la doctrina de Calvinocon respecto a la belleza, debemos recordarque l no era un esclavo fantico de la letra,el sirviente de un dios de papel llamado LaBiblia. Pero Calvino haba visto al Diosviviente y caminaba ante su presencia contemor infantil. Las ideas de Calvino acercade la msica y la escultura, el lenguaje y laforma estn siempre determinadas por unaconciencia que se sobrecoge ante el hechode que nos estamos relacionando con aquelque est sentado sobre el crculo de la tierra(Isa. 40:22), magnfico en santidad, terribleen maravillosas hazaas, hacedor de prodi-gios (Ex. 15:11).

    Para Calvino la belleza no es sino elresplandor de la majestad y gloria de esteDios. Por lo tanto, divorciar la belleza deDios es idolatra. Este fue en realidad elresultado de la cada del hombre, por el cualla creacin perdi su contacto tico conDios; esto es, el hombre ya no ama niconoce a Dios sino que se ha alienado delcorazn del Padre. En este estado miserableel hombre es ciego y ha perdido el sentidode orden y medida apropiados y encuentrasolamente la belleza aparente (beaut appa-rente). El contemplar simplemente labelleza en este mundo no nos conduce auna relacin personal con Dios, aunque labelleza es todava la primera gua haciaDios. Pues la belleza revela sus atributos debondad, sabidura, omnipotencia, justicia ysu cuidado providencial. Por lo tanto, losno creyentes estn sin excusa, puesto queesta belleza de Dios es manifestada univer-salmente.

    Calvino piensa de la historia del hom-bre sobre la tierra como un drama csmico,del cual Dios es al mismo tiempo autor yespectador. La belleza es el brillo divino de

    28. John T. McNeill, op. cit., pp. 231, 232.29. Doumergue, Kunst en Genoel in het Werk

    van Calvijn, 3 conferencias. Trad. D. F. A. Winckel, (Wageningen, 1904), p. 9.

    30. y 31. lEsthetique de Calvin , (Raspail, 1937) debo confesar que no he sido capaz de desarrollar en este estudio de 500 pginas acerca de la Esttica de Cal-vino en su versin original pero he ledo la reproduccin de A. Anema en Holan-ds, y la conferencia de Wencelius sobre La Palabra de Dios y la Cultura en el que trata con las ideas de Calvino refe-rentes al arte.

    31. Idem.32. In Drie Ecappen (Baarn, 1951), p. 17-34.

    Me he apropiado de los materiales dados aqu por Wencelius, puesto que Rijns-dorp tambin ha producido un concepto reducido de los principios estticos de Calvino a travs de los ojos de Wence-lius.

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    19

    la gloria reflejado desde el pensamiento yobra de Dios. Siempre consiste de claridad,medida y perfeccin.

    Hay tres actos en este drama: antes dela cada, en la armona perfecta del cielo yel paraso; entre la cada y la redencin, enel que la belleza es simblica observe eltemplo de Salomn y la preparacin yexpectacin por el Mesas es el tema cen-tral; finalmente, en el tercer perodo, la glo-ria del Seor se vuelve carne en el Hijo. Yaunque no hay en l parecer, ni hermosura;le veremos, mas sin atractivo para que ledeseemos (Isa. 53:2), sin embargo resplan-deca en l una belleza espiritual de maneraque el que me ha visto a m, ha visto alPadre (Juan 14:9), y y vimos su gloria,gloria como del unignito del Padre (Juan1:14).

    Calvino sostiene que debemos ser cola-boradores y co-espectadores con Dios eneste drama. Si nos distraemos durante laobra, la que tiene en juego nuestra metaeterna, sera un craso descuido de nuestraparte. En el centro de este drama csmicoest la iglesia, la que opera en contra delescenario de fondo conformado por la acti-vidad mundana y la historia del mundo. Sinembargo, en la gracia comn de Dios todoslos hombres tienen un llamado sin conside-racin a la predestinacin. Pues todos hanretenido algn aprecio por la belleza y unahabilidad limitada de producir artes. Estose debe a la beneficencia del creador (Inst.II, 2, 15, 16, 17; II, 3).33

    Ahora, la belleza no es un principioimpersonal auto-existente, como en Platn,del cual el artista se vuelve un devoto. Esms bien la luz de una sabidura siempreactiva y una voluntad siempre creadora. La

    contemplacin de la belleza, en vista deltalento natural del hombre, le seduce haciala produccin y comunicacin de stetalento en el arte. Esto cumple el propsitode Dios tal y como se expresa en la creacindel hombre a su imagen, que no ha sido des-truida por el pecado. Sin embargo, elpecado ha cambiado la alianza del hombrede manera que ahora busca a la criaturaantes que al creador, en las cosas creadas.El hombre como pecador Acepta la apa-riencia de la realidad, e incluso hace de ellaun absoluto el cual adora.34 El pecadorbusca una belleza agradable al ojo peroengaosa, que engendra deseo y esacompaada por un gozo falso y conducehacia la tentacin sensual. Esto es vanidady un indicativo de la vacuidad de la vida sinDios.

    Sin embargo, el arte es un don natural,completa y simplemente humano.35 Elartista es el re-creador; l hace su trabajocomo Dios hizo el universo. Como tal per-manece por encima de su objeto comoposeedor del don para ver la belleza de lacreacin mejor que sus semejantes los

    33. Para un tratamiento ms detallado del tema de la gracia comn y la cultura, cf. H. Bavinck, Calvino y la Gracia Comn, Calvino y la Reforma, pp. 117-30, donde Bavinck sostiene que Calvino, a pesar de su conviccin de la majestad y carcter espiritual de la ley moral, es ms generoso en su reconocimiento de lo que es verdadero y bueno, dondequiera que se encuentre, que cualquier otro Reformador p. 120.

    34. Leon G. Wencelius, La Palabra de Dios y la Cultura, La Palabra de Dios y la Fe Reformada, (Grand Rapids, Michigan, 1942), p. 164.

    35. Wencelius, lEsthetique de Calvin , p. 104, une activit terrienne, tuit simple-ment Humaine, citado por Rijnsdorp, p. 30.

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    20

    observadores. Por otro lado, el artista debeestar por debajo de su objeto, como unobservador de la criatura de Dios. Debedesarrollar un sentido del objeto, y la fideli-dad al objeto se vuelve una pasin con Cal-vino. Sin duda que esto puede trazarse, enalguna medida, a su entrenamiento Huma-nista, en el que el retorno a las fuentes delaprendizaje era una pasin. Esto lleg aexpresarse en el estudio de Calvino de laEscritura en los lenguajes originales y sudeseo de hacer accesible el Evangelio a suscompatriotas en su propio idioma.

    El objeto en s mismo debe estar sujetoa las reglas de la simplicidad, sobriedad ymedida. Con respecto al artista Calvino sos-tiene que ha de ser humilde, tomar muchotiempo en la preparacin y no ha de apresu-rarse en la ejecucin, expresndose a smismo con claridad y pureza. El arte sevuelve creativo cuando la actividadhumana se dirige a la actividad creativa deDios. La belleza es el brillo que acompaa atal actividad creativa.

    Solo el creyente puede legtimamentecumplir su rol en el drama del mundo, quedebe estar centrado en el principio religiosode buscar la gloria de Dios en la actividaduniversal dentro del marco del universocreado. Esto es as debido a que la vida delcreyente ha sido corregida en principio. Haexperimentado un cambio de mente en suconversin.

    Dios ha concedido gran libertad y res-ponsabilidad en los hombros del portadorde su imagen para que pueda regir sobre lacreacin en una manera anloga a la formaen que Dios mismo conduce los asuntos delos hombres. De all que Dios no le hayadado al hombre un conjunto de normas y

    reglas artsticas, sino que el hombre descu-bra stas por s mismo. Sin embargo, hay dice Calvino un principio mayor que hade observarse, a decir, el arte mismo debesometerse en el artista a la Palabra y alEspritu. Este es un principio absoluto en laesttica de Calvino.

    Puesto que la naturaleza nos ha sidodada por Dios para nuestra instruccindebemos estar dispuestos a aprender de ellapero no a seguirla servilmente. Sinembargo, nuestra labor debe ser en el esp-ritu y siguiendo el significado de la crea-cin. Tampoco puede el arte buscarse a smismo, que fue la falta de los Griegos, porlo cual se convirti en idolatra. Sinembargo, el arte debiese proveer placer oservir a un propsito pedaggico dentro dela meta comn para toda la humanidadredimida, es decir, la confirmacin delreino de Dios sobre la tierra.

    El arte, como tal, puede ser dividido endos clases, el mecnico y el libre. El primeroest limitado a los materiales con los cualeses producido, tales como la arquitectura ylas artes plsticas; el segundo, la msica, lapintura y la literatura no se hallan limita-das de esta manera. Ningn arte puede sercondenado simplemente porque provee pla-cer ms que utilidad. Sin embargo, su gozonunca puede estar divorciado del servicio ala humanidad y al temor del Seor. Aspues, dentro de los lmites dados por Dios,el arte puede tener su legtimo placer y gozosaludable, pero si infringe esos lmites echaa perder el orden de las cosas. Tal arteirreal, habiendo perdido toda medida, favo-rece las pasiones ms bajas.

    Con respecto a la arquitectura Calvinodice que los paganos sucumbieron a la ten-

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    21

    tacin de exagerar la belleza externa de sustemplos. Sin embargo, la belleza religiosano es tanto asunto de paredes sino de launidad espiritual de los creyentes. Por lotanto es orgullo y vanidad por parte deRoma edificar hermosas iglesias mientrasadora lo contrario a lo prescrito por losmandamientos de Dios.

    No hay prohibicin contra las artesplsticas, pero el artista debe hallar su ins-piracin en la naturaleza y someterse a susleyes. Transformar estas leyes para la cria-tura y darle una especie de divinidad es ido-latra. Sin embargo, no se debe permitir queestas artes se entrometan en la adoracin,puesto que tienen un carcter exclusiva-mente terrenal y no pueden representar lascosas no creadas.

    Aunque Calvino insista en la santidadde la belleza, tena un inters ms directocon la belleza de la santidad. La belleza dela adoracin se halla en su espritu y en ver-dad. El culto debe reflejar la gloria divina,como hace el mundo creado, puesto queDios es central a ambos. La adoracin aDios debiera ser simple, puesto que Dios esuno; pura, porque l es santo; armoniosa,puesto que es l quien ha establecido lamedida para todo.

    La msica es la principal de las artesen su adaptabilidad a la adoracin. Elobjeto de la msica es Dios y su creacin.La gloria de Dios y la elevacin del hombreson su meta, y los Salmos inspirados sonsus medios. Puesto que es la bondad deDios emanando a travs del universo lo quehace a los hombres cantar, Dios debe ser elcentro de los pensamientos y sentimientosdel hombre cuando canta. La seriedad, laarmona y el gozo deben caracterizar nues-

    tros cantos para Dios. Y, aunque Calvinono rechaza el uso de himnos, prefiere usarlos Salmos de David en la adoracinpblica. El canto es un embalse ilimitado depoder, puesto que mueve nuestros corazo-nes a invocar el nombre de Dios ms for-malmente. Por l somos fuertes en latentacin y cuando enfrentamos la persecu-cin (mire a los Hugonotes y a muchosmrtires que fueron cantando a lahoguera), y renueva el alma. Al cantar laiglesia es edificada y sus miembros son uni-dos en el santo vnculo del amor. Calvinono conden la msica secular, es decir,aquella que tena la creacin de Dios comosu objeto, fuera de lugar. Pero lo secularpuede no ser impo; debe servir para glorifi-car a Dios indirectamente a travs de nues-tro gozo y elevacin. Por lo tanto, la msicaque degrada, que corrompe los buenosmodales, que adula a la carne, debe serrechazada. Pues la msica tiene un podersecreto e increble para mover los corazo-nes. Cuando palabras malvadas son acom-paadas con msica, ellas penetran msprofundamente y el veneno entra como elvino a travs de un embudo en la tinaja.36

    Es exactamente en este punto, diceDoumergue, que Calvino hizo una transfor-macin revolucionaria de la cultura por laintroduccin de los Salmos en el servicio deadoracin. Pues el abuso y mal uso de lamsica en la iglesia Catlico Romana eragrotesco y no puede entenderse aparte delcuadro total de extravagancia imprudentede la poca, tal y como es descrita porZwinglio, Lutero y Calvino cuando deplo-ran la moralidad de la iglesia. Doumergue

    36. Calvino, Pensamientos sobre el Salterio, citado por S. Anema, Wat Bracht Ons Wencelius, lEsthetique de Calvin,, pp. 51, 52.

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    22

    cita el hecho de que en un servicio CatlicoRomano el lder de canto comenzara conun Sanctus, mientras que otros, seguidospor la multitud, cantaban las palabras,Robin maime, Trop Ma amour assaillie(Petirrojo, mame; estoy demasiado enamo-rado de l). Hasta los trabajos de Palestrinacontra esta msica lasciva e impura fueronen vano, por dos siglos despus de laReforma las melodas prescritas para elCredo, el Pater Noster y el Ave Maria erantomadas de las canciones contemporneasde amor.37 Calvino ha sido llamado el padredel Salterio. Antes de l las iglesiasReformadas Francesas no conocan el cantocongregacional. En 1537 Calvino ya habapropuesto la introduccin del cantocongregacional en Ginebra, con elpropsito de avivar los corazones froshacia la corazn y moverles a la alabanza.Sin embargo, la primera edicin del Salterioapareci en Estrasburgo en 1539, dondeCalvino se encontraba en el exilio.Contena su propia versin mtrica de losSalmos de David con doce armonizadosms de Marot, que Calvino encontr enEstrasburgo. Ms tarde Calvino elimin supropia poesa y tom la versin de Marot delos Salmos, mientras que las melodasfueron compuestas o arregladas porBourgeois y publicadas en 1562. Estaversin del Salterio goz de veinticincoediciones el ao de su publicacin y untotal de 1400 ediciones (Ibid., p. 20).

    Calvino mismo haba descubierto lafamosa meloda de Greiter, quien era ellder de canto en la catedral de Estrasburgo,y la adapt a su versin del Salmo 36. Mstarde Beza tom esta meloda para su ver-sin del Salmo 68, que ha sido llamado el

    Salmo Protestante de batalla. Como resul-tado del trabajo original y osado de Calvinoen esta fase de la cultura Cristiana, losmaestros Protestantes han cultivado elritmo, el acento y la meloda en los Salmos.De esta forma el sacerdocio de los creyenteslleg a expresarse en los servicios Calvinis-tas. El tono principal de los Salmos es ungozo serio (Joie grave), pero tambin hablade poder y majestad. Fue llamado la Sirenadel Calvinismo, y se convirti en el rivalinvencible de los enemigos de la cruz deCristo mientras le daba un arte universal atodas las iglesias Protestantes. Las ideas deCalvino, que pueden encontrarse en el Pre-facio del Salterio Ginebrino, hicieron el msgrande impacto en la msica sagrada delsiglo y forman la quintaesencia de la est-tica musical de la Reforma.

    El escribir tambin era un arte elevadopara Calvino, y su alto respeto por la Bibliano apag su entusiasmo por la literaturaprofana, la cual tiene un llamado en elmbito de la gracia comn. En lugar de alu-dir a sus esplndidos vicios (Agustn),Calvino sostiene que Dios ha adornado alos paganos con talentos de agudeza y pers-picacia al investigar las cosas terrenales(Inst. II, 2, 15). Es el mismo Espritu quehabita solamente en el fiel, quien suple,acta y revive a todas las criaturas (Ibid.,par. 16). Por lo tanto, Si, pues, Dios haquerido que los infieles nos sirviesen paraentender la fsica, la dialctica, las matem-ticas y otras ciencias, sirvmonos de ellosen esto, temiendo que nuestra negligenciasea castigada si despreciamos los dones deDios doquiera nos fueren ofrecidos (Ibid.).

    Sin embargo, Calvino est siempreconciente del hecho de que los dones natu-rales que quedaron despus de la cada han37. Op. cit., pp. 11, 12.

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    23

    sido corrompidos y producen solamente unconocimiento transitorio (Ibid., II, 2, 16).El Seor realmente les ha permitido uncierto sentido de Su divinidad, a fin de queno pretendiesen ignorancia para excusar suimpiedad; sin embargo, pero las vieron detal manera, que no pudieron encaminarse ala verdad, y cunto menos alcanzarla!(Ibid., II, 2, 18). Esto hace eco de la alegorade Platn de un grupo de hombres sentadosen una caverna, con sus espaldas contra laluz, de manera que no ven sino las sombrasde las imgenes. Aqu la evaluacin de Pla-tn por parte de Calvino es a propsito,quien, aunque el ms religioso y juicioso detodos los filsofos, an as tambin errcon su esfera, haciendo de ella su primeraidea (Ibid., I, 5, 12). Sobre las pocas verda-des que fortuitamente salpican los librosde los paganos, estn manchadas connumerosas y monstruosas falsedades(Ibid.).

    Sin embargo, para Calvino no era sufi-ciente el pensar bien y saber la verdad; unotambin debe escribir bien y diseminar laverdad. Afortunadamente no necesitamossatisfacernos en este punto con teora, puesel genio de Ginebra nos ha dejado una ricaherencia de excelencia literaria, pues porpredileccin Calvino era un hombre deletras. La conversin y el llamado no le qui-taron su entrenamiento y predileccin msde lo que le hayan quitado su condicin dehombre. Si hay algn punto sobre el cuallos crticos de Calvino concuerdan, es en suesplndido estilo como escritor. Aplique-mos aqu un adagio Francs al creador dellenguaje teolgico Francs el estilo es elhombre (Le Style cest Lhomme!). Doumer-gue nos cuenta que el estilo de Calvino eracomn, animado, alegre, simptico ynoble.38

    Ya hemos notado la publicacin de laInstitucin como un evento histrico, perotambin fue un evento literario de primeramagnitud. Brunetire, crtico literarioFrancs y contemporneo de Doumergue,dice que no hay monumento literarioanterior en Francia que pueda comparr-sele. Naturalmente critica la falta dereserva y buen gusto en cuanto a la referen-cia de las personas como burros, peroaade, Ms bien alabemos la concatena-cin de sus ideas. Es de tal tipo, tan fuerte,y tan compacta que no importa de qupasaje tratemos de extraer la doctrina queencontremos, siempre es la mismaconexin, la misma lgica, y la mismadependencia y subordinacin de las par-tes... indudablemente no tenemos en nues-tro lenguaje mejores modelos de aquellavivacidad de razonamiento, o ms bien deargumentacin, o de esa precisin y esapropiedad en el uso de los trminos, o deesa sucinta y reveladora brevedad. Ya nocontamos con ese arte de seguir el pensa-miento y explicarlo todo o parafrasearlo sinperder el punto de vista. La parfrasis deCalvino del Declogo es una de las cosasms bellas en el lenguaje Francs. Brune-tire concluye diciendo que la Institucinfue el primer libro del cual podemos decirque fue un clsico. Es igualmente as... porrazn de la dignidad del plan, y la maneracomo la concepcin del todo determina lanaturaleza y eleccin de los detalles. Es aspor razn del propsito de convencer o con-mover el cual, puesto que es su causa, pro-duce su progreso interno, y el espritu de suatractivo y gracia retrica.39 Esta es una

    38. Calvijn Als Mens En Hervormer , pp. 33-53.

    39. La Obra Literaria de Calvino, The Presbyterian and Reformed Review, XII, (1901), pp. 392-414.

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    24

    elevada alabanza por parte de un hombreque sostena que Calvino no tenaapreciacin artstica.

    El espacio no me permite hablar parti-cularmente de los treinta volmenes decomentarios de Calvino, que se distinguenpor la agudeza filolgica y un sentido infali-ble del lenguaje. Tambin paso por alto losescritos controversiales, que estn en unacategora por s mismos y han contribuido aun gnero especial en las letras Francesas, asaber, la stira Calvinista. Warfield afirmaque ningn polemicista tan efectivo habaantes escrito, y cita la Carta a Sadoletocomo el mejor espcimen de aquel preceptoms excelente para todos los escritores con-troversiales: Suaviter in mode; fortiter in re(Dulce en la manera, fuerte en la mate-ria!).40

    Calvino tambin escribi catecismos,credos, formularios para la adoracin, tra-tados populares para la instruccin, y porltimo, pero no menos importante, cientosde cartas. Por medio de stas llev adelantesus labores pastorales entre todas las igle-sias Reformadas de Europa Occidental. Enellas instruye a los hombres de estado,reprende a los gobernantes, conforta a losenfermos y a los desahuciados, anima a lossantos en resumen, aparece como unautntico pastor de almas. Las cartas deCalvino, aparte de su valor literario, reve-lan su rica vida religiosa, su propsito pro-fundo y noble y su infatigable bsquedahacia el alcance de su propsito y, sobretodo, su profunda simpata humana. Aquvemos a Calvino apoyndose en sus amigoslo mismo que dndose a s mismo a ellos detodo corazn. Ciertamente tena sus fallas

    elevada ira, impaciencia, falla en dejar quelas plenas implicaciones para todo hombrede la libertad espiritual le llevaran a esco-ger, o a ir en contra, de Dios pero, es unvilipendio infame decir que Calvino eraduro, amargado o que no tuviera amor.41

    La Contribucin de Calvino en el Campo de la Educacin

    De lo anterior es claro que Calvinoestaba dispuesto a aceptar los dones de lagracia comn de Dios en el campo de la cul-tura humana y an admiti que los no cre-yentes fuesen nuestros maestros en asuntosde tcnica y de formas artsticas. Sinembargo, nunca pierde vista la anttesis enla cultura, la oposicin entre Cristo y Sata-ns. Esto se torna muy evidente en lamxima obra de Calvino, el establecimientode la Academia en Ginebra. Esta ha sidollamada el seminario de la reforma eclesis-tica.

    Es imposible hacer justicia a los deta-lles tcnicos e histricos de la fundacin dela Academia en este breve resumen.42 Sinembargo, notemos que Calvino hizo de laeducacin de los jvenes una de susprimeras preocupaciones a su llegada aGinebra en 1536. Tambin expres lanecesidad de una institucin de educacinsuperior en 1537 y 1541. Pero no fue sinohasta que Calvino hubo descansado de susenemigos (alrededor de 1555), que Calvinofue capaz de darle a este asunto la atencin

    40. Warfield, Calvino y el Calvinismo., p. 10.

    41. Paul Woolley, Zwinglio y Calvino, The Presbyterian Guardian, (Nov. 1941), p. 122.

    42. Cf. el excelente artculo de W. Stanford Reid, Calvino y la Fundacin de la Aca-demia de Ginebra, Westminster Theol. Jour., XVIII (1955), pp. 1-35.

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    25

    que mereca. El ao siguiente propuso lareorganizacin del sistema escolar alconcilio, pero ese cuerpo no tom unaaccin definitiva hasta 1558, cuandoaprob un lote de terreno, que Calvinohaba escogido por su belleza y utilidad, yacept los planes definitivos. Para financiareste proyecto el mismo Calvino sali asolicitar donaciones, se aceptaroncolecciones, se anim a los testadores ahacer donaciones en sus testamentos, demanera que por pura determinacin yentusiasmo la gente super las limitacionesde su pobreza.

    Aunque el edificio no fue terminadohasta 1563, fue dedicado y puesto en uso en1559. El siempre difcil problema de conse-guir instructores fue resuelto por la rebe-lin del equipo de trabajo de la Academiade Lausana, que renunci en protesta con-tra la atribucin arrogante de Bern de acep-tar la autoridad secular en casos dedisciplina espiritual. El 5 de Junio de 1559,en la Iglesia Catedral, Beza, quien habasido elegido como rector, pronunci unnotable discurso inaugural, en el que feli-cit a Ginebra por haber fundado unaescuela para estudios liberales, libre de lasupersticin. Los estatutos de la escuela,preparados por Calvino, fueron ledos porel secretario, un Sr. Roset. Calvino simple-mente hizo unos pocos comentarios de cie-rre y ofreci una oracin. El desinters deCalvino junto con la verdadera estimacinde sus talentos debiesen observarse en elhecho de que nombr rector a Beza en lugarde a s mismo.

    Consideremos tambin cmo concebaCalvino el rol de la educacin en la reformade la iglesia y en la renovacin de la cul-tura. De su Ordre du College de Geneve es

    claro que el objetivo bsico de la educacinera el conocimiento de Dios y de su crea-cin para el servicio de Dios. Tal conoci-miento poda obtenerse por el estudio de lahistoria, como se presentaba en los clsicos,y de la naturaleza, como se presentaba enlas ciencias naturales. Sin embargo, debidoa la cada, el hombre natural no puede lle-gar al verdadero conocimiento de Dios o desu mundo sin la regeneracin. Solo ellahace posible el captar el significado de larevelacin de Dios en la Escritura, y res-taura al hombre a la perspectiva apropiada(Reid, op. cit., p. 21).

    Esta posicin concuerda con la ense-anza de Calvino en su Comentario sobrePrimera de Corintios, en la que trata dellugar e importancia de la cultura pagana.Calvino rescatara cualquier aprendizajeslido, libre de supersticin, al trasplan-tarlo al marco de una filosofa Cristiana.Pues a menos que veamos la sabidura ycultura del hombre a la luz de Cristo ellasson como humo, convertidas en necedadpor Dios. Pues, el hombre, con toda suagudeza, es tan estpido por obtener por smismo un conocimiento de los misterios deDios, lo mismo que un asno est calificadopara entender las armonas musicales(I:20). El estudio de las artes y las cienciasno es para la alabanza del ingenio humano,o para el deleite de una minora elitista,sino para la mayor gloria de Dios.

    El aprendizaje no es un asunto indivi-dual, sino para la enseanza de otros, yambos procesos han de estar al servicio deDios y de su reino. De hecho, una educa-cin liberal no puede estar divorciada de lameta del hombre en la vida, a saber, enten-der las Escrituras con el propsito de hacerla voluntad de Dios. Los artes y las ciencias

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    26

    liberales no nos dan el verdadero conoci-miento de Dios, a menos que nuestros ojoshayan sido primero abiertos por medio delEspritu. Y el estudio de la filosofa, laciencia y la elocuencia tenan como su pro-psito ltimo la comprensin ms profundadel hombre de aquello que Dios dice pormedio de las Escrituras (Reid, op. cit., pp.19, 20).

    La Academia de Calvino comenz con162 muchachos como asistencia, la mayorade Francia, pero cinco aos ms tarde, a lamuerte de Calvino, la escuela elementaltena 1200 estudiantes y la Academia pro-piamente dicha, schola publica, 300. De estaforma, dice Charles Borgeaud, el historia-dor de la Academia, Calvino realiz sutarea: haba asegurado el futuro de Gine-bra... hacindola a la vez una iglesia, unaescuela y una fortaleza. Fue la primera for-taleza de la libertad de los tiempos moder-nos.43

    Calvino, es cierto, se haba convertidoen una figura ecumnica antes del estable-cimiento de la Academia por medio de suscartas, comentarios, la influencia de la Ins-titucin, y su posicin heroica contra elpapa y la jerarqua en cada recodo delcamino; sin embargo, la Academia fue sumximo logro. De ella eman una corrientede hombres jvenes, entrenados para elministerio del Evangelio, para todas las tie-rras de Europa Occidental. Adems de teo-loga, artes y ciencias, tambin seenseaban en Ginebra leyes y medicina. Lainfluencia cultural del sistema educativocentrado en Dios de Calvino es casi incalcu-lable.

    Al tratar con el impacto de las ideas deCalvino sobre la poltica, la economa, elarte y la educacin, me he limitado a mmismo por causa de la brevedad. Sinembargo, las amplias implicaciones cultura-les son claramente evidentes.

    Conclusin

    En resumen, se debe recordar que Cal-vino como el telogo de la cultura estabainteresado en traerla a la obediencia aCristo por medio de su Palabra. En el reade la cultura el hombre es libre bajo Dios dela iglesia y del estado. Pero no es la libertadde la licencia o la libertad de renunciar almundo como malo. El hombre es justifi-cado por fe y por regeneracin es renovadoa la imagen de Cristo; por tanto, la influen-cia santificadora de la Palabra debe exten-derse a toda la existencia del hombre bajo elsol. Todo hombre tiene un llamado divinopara cumplir el mandato cultural, puestodas las cosas son nuestras, y nosotros deCristo. Sin embargo, debemos ejercer mode-racin, paciencia y fidelidad en nuestravocacin diaria, trabajando como para elSeor ante la mirada de Dios (Coram Deo).

    La concepcin de Calvino de la culturatambin es radicalmente escatolgica. Puesla vida total es una meditacin de la vidapor venir, y todo debe verse a la luz de laeternidad. Por lo tanto, debemos aprender aposeer y no a ser posedos por las cosas deeste mundo, pues el mundo pasa. Para Cal-vino la cultura nunca es un fin en s mismo.Toda la erudicin, todo el arte y el aprendi-zaje, lo mismo que las formas ms humildesde la cultura, han de usarse para el serviciode Dios y ejercidos para la gloria de Dios.De all que se encuentre una dualidad queexiste en la cultura humana, pues la activi-43. Citado por McNeill, op. cit., p. 196.

  • EL CONCEPTO CALVINISTA DE LA CULTURA

    27

    dad del hombre que no est dirigida al ser-vicio y la gloria de Dios es auto-frustrante,es vana y sin significado. Soli Deo Gloria!Solo a Dios la Gloria! Ese era el lema de lavida de Calvino, no solo en la obra de Cristopara salvacin, sino tambin para elesfuerzo cultural del hombre.