Inflacion Y Salarios

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INFLACION y SALARIOS: EL RECIENTE CASO COLOMBIANO RICARDO MOSQUERA M. * El tema de la inflación se coloca al orden del día y no es difícil encontrar las más variadas opiniones, desde quienes lo tratan con un pretendido aire académico, hasta quienes lo desdeñan por considerarlo una suerte de' "mal necesario". Otros, por considerarse muy prácticos atacan los efectos y poco les interesan las causas proponiendo medidas de corto plazo que se ocupen de la coyuntura económica para reducir un indicador y ganar imagen de buen gobernante o de menos peor que el precedente. De lo que podemos estar seguros, y en ello le damos razón a Keynes, es de que "las ideas de los economistas y los filósofos políticos, tanto cuando son correctas como cuando están equivocadas, son más poderosas de lo que comúnmente se cree. En realidad el mundo está gobernado por poco más que esto. Los hombres prácticos, que se creen exentos de cualquier influencia intelectual, son generalmente esclavos de un economista difunto" l. Una breve mirada retrospectiva nos permite comprender de quiénes son esclavas las interpretaciones que hoy se dan de la inflación y qué bondades tienen para interpretar el caso colombiano. '"Profesor del Departamento de Economía. Universidad Nacional. 1. J. M. Keynes, "Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero". Fondo de Cultura Económica, Méjico, p. 337. -99-

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INFLACION y SALARIOS:EL RECIENTE CASO COLOMBIANO

RICARDO MOSQUERA M. *

El tema de la inflación se coloca al orden del día y no es difícilencontrar las más variadas opiniones, desde quienes lo tratan con unpretendido aire académico, hasta quienes lo desdeñan por considerarlouna suerte de' "mal necesario". Otros, por considerarse muy prácticosatacan los efectos y poco les interesan las causas proponiendo medidas decorto plazo que se ocupen de la coyuntura económica para reducir unindicador y ganar imagen de buen gobernante o de menos peor que elprecedente. De lo que podemos estar seguros, y en ello le damos razón aKeynes, es de que "las ideas de los economistas y los filósofos políticos,tanto cuando son correctas como cuando están equivocadas, son máspoderosas de lo que comúnmente se cree. En realidad el mundo estágobernado por poco más que esto. Los hombres prácticos, que se creenexentos de cualquier influencia intelectual, son generalmente esclavos deun economista difunto" l. Una breve mirada retrospectiva nos permitecomprender de quiénes son esclavas las interpretaciones que hoy se dande la inflación y qué bondades tienen para interpretar el caso colombiano.

'" Profesor del Departamento de Economía. Universidad Nacional.

1. J. M. Keynes, "Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero". Fondo deCultura Económica, Méjico, p. 337.

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Comenzaremos por discrepar de la interpretación que nos llama a conci-liar con la inflación por considerarla inevitable del costo del crecimientode estas economías y nos convoca a hacer vida marital con ella. Ya nos loadvertía el profesor Samuelson: La inflación es la malaria de la economíamixta moderna. "Como la malaria es incómodo vivir con ella y no haymodo de que nos abandone. Pero a diferencia del caso de la malaria,parece que no hay ningún remedio conocido de la inflación solapada quesea mejor que la enfermedad" (P. Samuelson) 2 subrayamos.

La inflación ha encontrado un lugar en la teoría económica, que per-mite explicarla como fenómeno no homogéneo y no fácilmente definidaen todos los períodos y cuyo efecto (alza de precios) ha desconcertado ycausado honda preocupación, aun a los más lúcidos.

Para los economistas clásicos, por ejemplo A. Smith.: el problema sedebía plantear por el lado de la oferta, dado que la riqueza de un paísse mide por la "capacidad de producir bienes y servicios reales" y argu-mentaba, contra la confabulación de los capitalistas para fijar preciosmonopólicos, el libre juego de la oferta y la demanda, de la "mano visi-ble": "raramente la gente del mismo oficio se reúne, siquiera para espar-cimiento y diversión, pero la conspiración acaba en una conspiracióncontra el público y en algún plan para subir precios" 3 •

Los sistemas escritos de los clásicos hacia 1800 desde Ricardo, hastaMarx, se ocupan de la teoría económica respecto de los precios, salarios,beneficios y rentas para explicarse la distribución de la riqueza. Su inter-pretación del papel de los precios, en la desigual distribución de la produc-ción y en el de la asignación de recursos; desde luego, mediada por unaestructura de poder político-económico, ha sido punto de referenciaobligada hasta nuestros días ..El gran mérito de Ricardo estriba, al puntoque analizamos, en haber destruido en sus cimientos el viejo error, tandifundido y retomado hoy por algunos enfoques, de que los "salariosdeterminan los precios". En dura polémica sostenida por Marx, contra elciudadano J. Weston, quien consideraba nocivo el aumento de salariosporque conducía al alza de precios, señalaba en 1867. "El ciudadanoWeston, se olvida de que la sopera de que comen los obreros contienetodo el producto del trabajo nacional y lo que les impide sacar de ellauna ración mayor no es la pequeñez de la sopera ni la escasez de su conte-nido, sino sencillamente el reducido tamaño de sus cucharas", es decirsus salarios 4.

2 Citado por CH. Levison, "Capital, inflación y las multinacionales". EditorialAriel, Méjico, Barcelona, Caracas, p. 8.

3 cn. Levison, op. cit., p. 18.4 C. Marx, "Salario, precio y ganancia". Obras escogidas, Tomo 1, Ed. Progreso,

p. 381.

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Con el surgimiento de las teorías de la utilidad marginal a fines delsiglo XIX y principios del XX:,se quiso sustraer el problema de los preciosy la inf]~ción de una estructura económico-social, de poder al marco pura-mente mecanicista y tecnológico que sólo reflejaba juicios de valor moral.Se pasó del enfoque macroeconómico, que escamoteaba el poder de gruposmonopólicos, imaginando un mercado de concurrencia perfecta donde lasgráficas y curvas tangentes al margen, deciden cómo se forman los preciosy la voluntad del consumidor racional la cuantía del consumo.

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Fue necesario que en pleno siglo XX, con un mercado de competenciaimperfecta, con gran concentración y monopolio no sólo ya del mercadointerior sino exterior, apareciera en la escena el imperialismo, para quese dieran las teorías de E. H. Chamberlain y Joan Robinson que hacia losaños 30 y 40 introducen el análisis del oligopolio. Es así como "importan-tes ramas de la moderna industria basadas en las ciencias que requierenenormes cantidades de capital del que sólo disponen gigantes ya estableci-dos", crean condiciones para sustentar el poder de los precios, que los~oloca más cerca del pleno monopolio que de una concurrencia imperfecta.

Otro elemento que incidió para superar la interpretación micro-económica y moralista, fue la gran depresión de 1930que trajo consigo lallamada revolución keynesiana. Retomar el análisis a partir de los grandesagregados y buscar controles para el problema del desempleo fue su pers-pectiva. El manejo combinado de la política fiscal (impuesto e inversiónpública) sugería que a través de un gasto público, así fuese deficitarioel presupuesto; se estimulaba el crecimiento y se conseguía el plenoempleo, y a través de reducción del gasto público por donde se frenabala inflación. Incluso Keynes recomendaba prudencia por las reaccionesposibles que podría traer la rebaja de salarios brusca: "De hecho, unmovimiento de los patronos para revisar los contratos de trabajo sobrelos salarios nominales con el fin de rebajarlos, encontrará una resistenciamucho mayor que un descenso gradual y automático de los salarios realescomo resultado del alza de precios" 5.

Infortunadamente la vida no le dio la razón, puesto que los márgenesde desempleo se mantuvieron y por el lado de la inflación, aún con.intervención estatal, se fue pasando progresivamente de proporcionesmoderadas, a elevadas, máximas y desbordadas.

Se le criticó porque había sostenido a ultranza el pleno empleo y elcrecimiento, omitiendo el aspecto de la oferta monetaria en punto a lacantidad de dinero y velocidad de su circulación. Una contrarrevoluciónque apunta hacia los keynesianos se instaura comandada por el profesor

5 J. M. Keynes, op, cit., p. 233.

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Milton Friedman y sus discípulos de Chicago. Los monetaristas ante unainflación extendida en los Estados Unidos y el Reino Unido que amena-zaba irradiar a todo el mundo, se lanzan con los extinguidores del controlde la expansión monetaria y control del crédito. Para esta escuela el equi-lihrio (con precios estables y altos niveles de empleo) requiere que laoferta monetaria se ajuste continuamente para contener la expansión ocontracción de la economía.

En la versión más precisa del F. M. l., "la inflación como proceso decorto plazo en el que se genera una capacidad de demanda (deseo decomprar apoyado con dinero) que no encuentra suficiente respuesta en laoferta produciéndose así un alza de precios. Este sería entonces el resulta-do de una capacidad monetaria para realizar adquisiciones que tiende asuperar los bienes, servicios y divisas puestos a disposición a los precioscorrientes en los distintos mercados" 6.

Tanto la interpretación keynesiana como la monetarista concentranen el sector público la solución como variable operativa principal: "Lainversión pública tributaria y fiscal para los keynesianos; control de laoferta monetaria mediante políticas de expansión o contracción para losmonetaristas" .

Incluso se ha intentado dar una propia explicación para los paíseslatinoamericanos como lo supone O. Sunkel en la llamada inflación estruc-tural, o sea aquella que se explicaría por la inelasticidad de la ofertaagrícola, ante las crecientes necesidades urbanas y que conllevan a lasubida de precios. Este sería el costo de la expansión del crecimiento indus-trial y demográfico de las ciudades. Pero lo cierto es que en las propiasdécadas del 60 y 70, ya en los Estados Unidos como en la Gran Bretaña yEuropa, el fenómeno vuelve a aparecer; y se presenta como galopante, quea menudo sobrepasa el 25% en Brasil, Argentina, Colombia e Indonesia'por no decir la catastrófica de Chile. .

Las interpretaciones de inflación monetaria de estirón de la demandao de inflación de empuje de costos y costos salariales ha quedado decisi-vamente debilitada. Con la venia de interpretaciones como la del doctorRodrigo Botero, que en su momento nos invitaba a recordar tres clases deinflación: "11) Por exceso de demanda; 21)Escasez o encarecimiento deproductos, y 31)La de costos por salarios" 7, nos parece que no se puederepetir mecánicamente la historia. Es necesario mirar en la presente épocalos cambios económico-sociales que se presentan, las compañías multma-

6 "El Proceso Eeonémíco del Uruguay", Fondo de Cultura Universitaria. Universi-dad de la República. Montevideo, 1969. p. 202.

7 Ver "Estrategia Económica y Financiera NI? 1", junio del 77.

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cionales que controlan mercados y los criterios para la inversión de capitaly generación por lo tanto de empleo y salarios. ¿Cómo proponer un neo-liberalismo económico que "libere totalmente importaciones y reduzcatemporalmente los aranceles", para combatir la inflación en el corto plazo,en una economía de oligopolio y concentración económica? Ello supone quecon más monopolio y menos empresas en un mercado, los precios tenderána ser inferiores más que superiores. Esto no es más que un castillo en elaire. "Cuanto mayores, más crecen y más elevados son los precios queestablecen para aumentar sus ganancias. Como en el caso de la influenciamarginal de la competencia sobre los precios, no son las necesidades de lasempresas ineficaces lo que determina su política de precios sino su capa-cidad ilimitada para absorber capital".

Hoy los precios de los bienes viajan a ritmos más o menos rápidosen una sola dirección: "hacia arriba". Y continúa Ch. Levison que veni-mos de comentar, señalando: Qué se puede esperar si entre 1.000 Y 2.000empresas controlan el 75% del mundo occidental; si de las 200.000 em-presas norteamericanas, menos de 200 poseen más del 60% del capital delpaís; si 50 empresas del Reino Unido controlan el 75'70 de las exportacio-nes de dicho país; si 6 gigantes industriales japoneses producen la mitaddel P. N .B. de la nación, y si 150 sociedades canadienses representan el 60y el 70% de toda la inversión imperial.

Está claramente advertido que el fenómeno de la inflación es históri-co y remite al tipo de sistema económico que se impulse, bien para trasla-dar a los distintos perceptores de rentas los incrementos de los precios yreasignar recursos, sobreexplotando a los asalariados, o ya para mantenerlas ganancias extraordinarias de los sectores monopólícos sobre niveles deexplotación "tolerables".

Una ojeada a los distintos países con grado de desarrollo y sistemaseconómicos diferentes nos permite responder a los interrogantes: ¿Es lainflación un fenómeno mundial? ¿Es un fenómeno por el cual se reasignanrecursos de un sector a otro? ¿Es un costo inherente al crecimiento eco-nómico? Si tomamos indicadores como el índice de precios del consumo, elíndice de salarios y el índice de empleo, para tres bloques de países, segúnestadísticas de la 0.1. T ., así: a) países latinoamericanos; b) países euro-peos y U.S .A., y e) países de economía planificada (socializada) ,obtenemos:

En los países latinoamericanos se presentan crecimientos tan altos queen Chile el índice alcanza 84.857, Argentina 6.492 para 1976 con relacióna 1970, lo cual arroja crecimientos promedios anuales de 1.212 y 927,4,respectivamente, podremos comprender cómo dichos índices de inflaciónson francamente "subversivos". Y tienen que conducir a una inestabilidad

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social solamente controlada con regímenes militares. Venezuela con 141.9,refleja un promedio anual del 20.3% en el período, aparece como "tolera-ble" y es comparable con la mayoría de los índices de inflaciónpara países europeos. Las perspectivas para 1978-79 de algunos de estospaíses es la de continuar en ascenso sus precios así: Colombia 30% y 34%,Perú 58% y 54%; Brasil, Méjico y Venezuela disminuyen sus tasas deinflación, levemente del 40%, 18% y 10%, respectivamente, en 1978, aniveles del 38%, 14% y 8% en su orden, para 19798•

En los países europeos y U. S.A., pese a que sus tasas de inflaciónaparecen como "tolerables" en relación con las de economías subdesarro-l1adas, no se ven en perspectiva síntomas de disminución. Entre tanto, enlos de economía planificada, la inflación no existe y muchas veces sepresentan decrecimientos en el nivel de precios, o las alzas son insignifi-cantes porque existe una real congelación de los mismos. Es el caso de laeconomía cubana donde hace 20 años todos los precios de los artículos deconsumo básico están congelados.

Si comparamos los crecimientos en precios, con los incrementos eníndices de salarios para el mismo bloque de países, observamos: en loslatinoamericanos, excepto Venezuela y Méjico, el crecimiento de los pri-meros es superior al segundo, es decir los salarios reales disminuyen en elperíodo considerado. En el caso de Colombia los salarios participan en1970 con el 46% del ingreso nacional, mientras que en 1976 sólo alcanzanel 39%, con 10 cual puede evidenciarse la pérdida de importancia de laremuneración al trabajo, frente a los beneficios industriales y rentas delos terratenientes.

En los países europeos y en los EE.UU. los índices de salarios correnun poco adelante de los índices de precios, esto es, se mantiene, por lomenos, la capacidad de compra y en algunos casos mejora. En países deeconomía planificada, los índices de salarios son superiores a los índicesde precios, es decir, el salario real se incrementa y paulatinamente seamplía la efectiva, capacidad de compra.

Los índices de empleo en la industria manufacturera para la mayoríade países europeos y los EE.UU. han decrecido en los últimos siete años, locual en parte se explica por los efectos de la recesión en estas economías,Similar comportamiento arroja Chile; y un cierto' reanimamiento Vene-zuela y Colombia. Este último señala tasas del 1.2% entre 1976/1975 y1.8% entre 1977/1976.

Es de notar que en las economías capitalistas estos índices se presen-tan dentro de una deficiente ocupación de mano de obra, que mantiene

8 Newsweek. "The Newsweek Wefa Foreeast", septemher 25, 1978, p. 48.

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el desempleo, como una necesidad del ejército de reserva. En los regíme-nes socialistas, con plena ocupación de mano de obra y en los cuales noexiste el desempleo, el Índice de ocupación es positivo y, por el contrario,cada vez son requeridos mayor número de trabajadores, lo cual conducea políticas de protección del trabajo y a incentivar la natalidad. Paracorroborar lo antes comentado, ver los cuadros 1, II, III del presenteestudio.

EL GOBIERNO DE LOPEZ

En los últimos cinco años, podemos aproximar un balance de lapolítica económica que guarda una estrecha relación, como es natural, conla interpretación que se le ha dado a la inflación. Esta se enmarca en unou otro de los enfoques comentados, recomendando generalmente medidasde corto plazo, sin plantear algo nuevo que escape a la ortodoxia de lainflación de costos, la inflación de demanda o de inelasticidad de la oferta.Según el criterio definido se acompañará entonces de un tratamiento parti-cular a la política laboral.

Ubicamos cuatro etapas bien definidas:

a) El planteamiento de la política de "ingresos y salarios", en dondeel estado se colocaría como mediador entre patronos y trabajadores parafijar los precios, incluido el de la fuerza de trabajo (salario). Esta "eco-nomía concertada" le permitirá al Gobierno dotarse de un instrumentopara frenar la inflación, controlar la desigual distribución del ingreso,defender el trabajo frente al capital y cerrar la brecha con el 50%máspobre de la población ...

Esta imagen paternalista se proyectó durante la campaña electoral, loque incidió también en los tres millones de votos. Su proyecto económicoiba en otra dirección, pues hacer de Colombia el "Japón de Suramérica",como también lo había prometido, suponía hacer competitiva la produc-ción interna, frente a los productores extranjeros (lo cual exigía disminuirlos costos de producción), eliminar los precios políticos y los subsidios(ello impone trasladar al consumidor directo los mayores precios), lapolítica de liberación de importaciones, la austeridad en el gasto públicoy una política impositiva que a través de la reforma tributaria captararecursos. Desde luego ello suponía mantener mano de obra barata yabundante, pues se requieren "costos y precios competitivos para la indus-trialización", al tiempo que se hace atractiva la economía para la inversiónextranjera.

Este modelo neoliberal, quiere decir, en términos precisos, que laspropias fuerzas del mercado, manejadas por la empresa privada primor-

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dialmente se encarguen de asignar recursos, distribuir ingresos y en gene-ral definir los rumbos de la economía, disminuyendo la ingerencia estatal.

Es convocada la comisión tripartita integrada por empresario, gobier-no y.trabajadores (UTC, CTC, CSTC) el 17 de septiembre del 74, porprimera y última vez; luego de escuchar un informe que daba cuenta de lagravedad en que se encontraba el país que lo llevaban a decretar la "emer-gencia económica" y a disolver dicha comisión pues el Consejo Nacionalde Salarios podía cumplir a cabalidad iguales propósitos.

b) En este segundo período es convocad~ el Consejo de Salarios, el 2de mayo del 75, para discutir un recortado proyecto laboral y poner enpráctica "la economía concertada". Asisten los gremios patronales (SAC-ANDI-ACOPI-ANIF) yen representación de los obreros sólo las centralesUTC-CTC. Se discute el punto del salario rural y el urbano y el alza quepermita cubrir el costo de la canasta familiar. Desde luego los patronosarguyen que el alza en los costos de la mano de obra produce inflacióny desempleo oponiéndose a dicha propuesta. Luego de discusiones más omenos estériles, el 29 de julio del 76 se clausura el Consejo Nacional deSalarios y al día siguiente el Gobierno establece por decreto el saladomínimo, que, según escalas de grupos de trabajadores, pasó de un promediode "$ 1.200 a $ 1.650". Es de anotar que el aumento ha sido gradual yque desde luego el salario mínimo se convierte en el salario máximo delos obreros. Según el DANE, para sólo (Bogotá, Cali, Medellín y Barran-quilla) el 25% de la población ocupada ganaba hasta $ 2.000 en el 77 y amarzo del 77 es el 50% de la población ocupada en este mismo rubro de$ 2.000.00 (ver El Manifiesto NQ39, p. 20).

También por decreto se incrementó el alza del subsidio del transportede $ 55 a $ 105 para salarios hasta de dos veces el salario mínimo.

Otro punto que estuvo presente en este período fue el del salariointegral, que nunca fue definido en términos precisos y que más parecióun globo de ensayo, para probar cómo reaccionaban los asalariados si seles quitaban sus reivindicaciones legales y extralegales.

Como se refirió el propio López en el famoso congreso de economistasde Cúcuta i

"El trabajador colombiano va a tener que decidir, tarde o temprano,entre el interés de verse rodeado de pequeñas prestaciones (avaloríos ychucherías) de difícil cuantificación y el aumento del empleo, en el futuropara los suyos y para su clase en general". Para justificar el desempleoen cabeza de 'los propios trabajadores y no en la capacidad del capitalis-mo de desarrollar y ampliar las fuerzas productivas a más de que la legis-lación económica no es clara para los patronos : "Yo me atrevería a afirmarque ello obedece (el no crecimiento del empleo), en parte no desprecia-

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ble, a la incertidumbre acerca de la Legislación Laboral futura que díaen día y muchas veces sin cálculos actualizados arroja nuevos compromisossobre los patronos", (27 de mayo del 76 "El Tiempo"). Merece destacarseen este período aunque no se haya materializado por la quema prematurade su ponente, el proyecto de reforma laboral que presentó la Ministrade Trabajo, el 4 de agosto del 76 a la Cámara.

En él se condensaban las pretensiones, parcializadas del Gobierno defavorecer las centrales UTC-CTC y de intervenir más directamente en lossindicatos con régimen de sanciones y controles más fuertes.

En efecto, superada la recesión del 75 se está en una fase de recupera-ción industrial, se desarolla la honanza cafetera y cocainera que les dajugosos beneficios a los exportadores y a los sectores financieros, a más deque el proceso inflacionario superaba los límites del 18% de RodrigoBotero, a cifras astronómicas es necesario prevenir cualquier demandasalarial.

e) En el tercer período ya se ha desatado el más escandaloso procesoinflacionario (tasas mensuales del orden del 7.6%) de los últimos 25años; crecimiento en las reservas internacionales, incremento de los mediosde pago, producto de las divisas de la bonanza cafetera, (cocaína, esmeral-das, etc.). Es necesario dejar atrás las recomendaciones de la escuela deChicago y renovar Ministro de Hacienda que encare la inflación.

Con Abdón Espinosa a la cabeza queda atrás todo lo referido en la"política concertada" y ahora todos los caminos conducen a justificar lainflación o a intentar contenerla con medidas monetarias y control delgasto público (reducción de la oferta monetaria, aumento de los encajes,restricción de los cupos de redescuento, aumento del reintegro). Se diceque es un fenómeno mundial, producido por el verano o el invierno, porJos altos precios del café o por los bajos precios, que hay otros paísesdonde es más alta, etc. Jamás se reconocerá el que es inherente a laseconomías capitalistas y el que de ella (la inflación) se beneficia el capitalespeculativo y en general los empresarios y propietarios de l~s mercancíasencarecidas.

Se traza como política salarial los aumentos graduales y por debajodel crecimiento del costo de vida; el 18% decretado para los trabajadoresoficiales y empleados públicos, se convierte en norma para todos losempresarios.

d) Este período es la culminación de las etapas anteriores, y corres-ponde a la respuesta que dan los asalariados en la primera quincena deseptiembre de 1977, con la realización del Paro Cívico Nacional. Es denotar cómo allí coinciden distintas tendencias del movimiento sindical yde sectores populares cuyo objetivo no es sólo el aumento de salarios,

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sino salirle al paso al alto costo de la vida, ciertos impuestos, tarifas ycarencia de servicios elementales. Ello explica la convergencia de lascuatro centrales en el C. N .S. Yla simpatía que despertó en otros sectoressociales. La oferta de los patronos y el Gobierno a las demandas de su"pliego unificado" es la más brutal represión que deja un saldo de más demedio centenar de muertos y un millar de detenidos aproximadamente.El análisis de este período, tal vez el más importante del presente siglo ensus características, requiere de un tratamiento particular, que no incluimosen el presente trabajo.

SALARIO MINIMO E IN}<'LACION: 1974-1978

Un indicador de lo ocurrido en el reciente período del cómo actúael Estado a través de su política laboral, es la regulación del salariomínimo. De acuerdo con el Código Sustantivo del Trabajo, es el que todotrabajador tiene derecho a percibir para atender sus necesidades normalesy las de su familia en el orden material, cultural y moral. Teóricamente,para fijarlo se toman en cuenta el costo de la vida, las diferencias detrabajo, las condiciones de las regiones y la capacidad económica de laempresa. El salario mínimo debiera reflejar la capacidad de compra delos consumos mínimos que calcula el DANE para familias de obreros yempleados en la llamada canasta familiar. No obstante, estas dos variablesno guardan ninguna relación de aproximación, sino que se distancian.Veamos la evolución del salario mínimo urbano entre enero de 1974 ymayo de 1978:

SALARIO MINIMO URBANO

VIGENCIA Remuneración mensual Remuneración diaria

Enero 1974Noviembre 1974Julio ]976Enero 1977Julio 1977Noviembre 1977Mayo 1978

$ 900.001.200.001.560.001. 770.001.860.002.340.002.580.00

$ 30.0040.0052.0059.0062.0078.0086.0Ó

FUENTE: ANDI, (Evolución de la Economía Colombiana, 19i7).

Todas estas medidas se hacen por decreto del Gobiemo y sin mediarnegociación alguna con los asalariados. Esto afecta a la amplia mayoría dela fuerza de trabajo no sindicalizada (80%) Y en mayor grado al sectorrural, dado que los patronos convierten el salario mínimo en el salariomáximo y desde luego no sólo se ajustan a la legalidad laboral, sino que

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obtienen el mayor beneficio, por las características de nuestro mercadolaboral.

La evolución del salario mínimo fue de 187%, mientras que losprecios lo hacían en 167%, durante los últimos cinco años con lo cual sepodría decir que creció el salario mínimo real. No obstante, en términosabsolutos significa pasar de $ 900.00 en enero de 1974 a $ 2.580.00 enmayo de 1978, mientras que el valor de la canasta para obreros lo hace de$ 2.716.00 a $ 7.240.00 en el mismo período. Dicho en otros términosen enero de 1974 el salario mínimo compra el 33% de la canasta familiary en mayo del 78 compra el 35%. ¿A quiénes cubre esta remuneración?Según la Encuesta Nacional de Hogares que realiza el DANE, en marzode 1978, el 38% de los trabajadores de las siete principales ciudades delpaís ganaba el salario mínimo o menos. El 80ro de los trabajadores, menosque la. canasta familiar. Lo anterior es demostrativo de la sobreexplotacióna que es sometida !a fuerza de trabajo, que ya no sólo es la cantidad delingreso mínimo necesario para reproducir sus condiciones materiales deexistencia, sino que se coloca por debajo; habría que agregar, además, queestamos tomando las cifras del DANE, lo cual hace pensar que la situaciónreal es peor.

ESCALAS DE SALARIOS

Al igual que el salario mínimo no atiende las necesidades reales delos trabajadores, las personas que reciben dichos salarios no se encuentrandistribuidos de manera uniforme en las diferentes actividades de la econo-mía, Esto indica cómo existen sectores más desamparados que otros.Desamparados porque no cuentan con una organización sindical que abo-gue por sus intereses. De datos extraídos de la Encuesta Nacional deHogares marzo 1978, DANE, obtenemos:

DISTRIBUCION DE LOS SALARIOS

Sector N~ de personas ~Io de ocupadoscon salario mínimo en el sector

Industria 109.000 17Electricidad 354 2Construcción 32.000 21Comercio 136.000 23Transporte 14.000 9Est. financieros 12.000 7Servicios (l) 308.000 40

(1) Incluye al servicio doméstico que reeibe remuneración en especie.

l"UENTE: DANE. Encuesta Nacional de Hogares, marzo 1978.

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Nótese cómo los sectores industrial y comercial que ocupan la mitadde la población urbana de las principales ciudades del país reúnen el 40%de los trabajadores con ingresos inferiores al salario mínimo. La situaciónes más apremiante para los empleados del comercio, por cuanto no cuentancon organizaciones sindicales fuertes, impidiendo una lucha organizadaen procura de aumentos salariales.

La gran proporción de empleados con ingresos insuficientes hannevado a que las actividades de los sindicatos se centren, primordialmen-te, en la búsqueda de las mejoras salariales. De otro lado, a su vez, loscontroles gubernamentales mantienen el grueso de sus empleados en nive-les cercanos al mínimo y, en aquellos sectores desorganizados, escasamentese registran aumentos cuando se decreta un nuevo salario mínimo, llevandoa la pauperización y degradación de la clase obrera colombiana.

Sobre los efectos de un aumento de salarios en la inflación, se sueleafirmar que aquellos son los responsables al jalonar los precios haciaarriba, con lo cual darían pie a la denominada inflación de costos.

No obstante la simplicidad de este argumento, debemos diferenciarentre el alza autónoma del salario en una economía sin inflación (o contasas "normales") .y el aumento en una economía inflacionaria. Una ele-vación autónoma de los salarios decidida en el marco de una políticatendiente a aumentar su poder adquisitivo, sí acarrearía riesgo de inflación,si el ritmo de producción no se corresponde con aquellos. En este caso escuando se puede hablar de inflación salarial. Por el contrario, en períodosde inflación, parece que antes de causar el aumento de los precios el alzade los salarios es una respuesta a ella, a manera de defensa.

A fin de aclarar la ambivalencia suscitada sobre qué es primero sila inflación o el aumento de los precios, José Consuegra, en su libro Sala-rios, Ingresos e Inflación dice que "la verdad es que la inflación respondea un conjunto de determinantes propias de la estructura capitalista, queen las economías se encuentran localizadas en las características de lainflexibilidad de la oferta" (p. 61). Es cierto que a los empresarios sóloles interesa situar sus inversiones en aquellos campos que les representealtas tasas de utilidad, en detrimento de las necesidades de la comunidad,dando lugar a demandas insatisfechas en sectores donde la rentabilidadno les es atractiva dada la existencia de políticas de control de preciospara artículos de primera necesidad.

"En Colombia se ha discutido mucho el impacto de los sindicatossobre los salarios y sobre el nivel de precios a través de los costos deproducción. El problema se ha considerado de suficiente magnitud paranevar al Gobierno Nacional a proponer una política de salarios que tienen

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como fin limitar los incrementos de salarios obtenidos por medio de lacontratación colectiva, y así lograr una disminución en la tasa de aumen-tos de los precios". (Miguel Urrutia, Historia del Sindicalismo Colom-biano, p. 265). Observamos cómo no sólo se pretende congelar precios demercancías comunes y corrientes, sino también el de la fuerza de trabajo,que es el origen de las utilidades. Es con dicho objetivo como, desde añosatrás, se decreta periódicamente el salario mínimo.

Los controles de precios y salarios parecen ser un remedio directoy de bajo costo para la inflación. Sin embargo, los costos ocultos y delargo plazo son sustancialmente mayores. Mientras más restrictiva sea lapolítica, más probabilidades hay de que se tenga éxito en mantener tem-poralmente baja la tasa de inflación. No obstante, se corre el peligro--costos ocultos y de largo plazo- de tener bajas tasas de crecimientoeconómico en los años posteriores, debiendo tener presente que dichapolítica conlleva a una inmediata baja en la oferta global, así comotambién desempleo y, por último, recesión. La fijación de precios o desalarios por el Gobierno no sustituye a los precios y salarios fijados porel mercado. La experiencia sobre controles de salarios y precios en otrospaíses y en el nuestro evidencian el mito de los controles.

En este marco podemos comprender las afirmaciones del presidentede la ANDI, cuando a tres años del Gobierno de López comentaba:e••••• después de reiteradas promesas sobre grandes inversiones en el camposocial en los años 77 y 78, el balance es muy desalentador... eso haocurrido en Colombia y seguirá ocurriendo en el futuro, sin que nadiepueda sentirse extrañado de esto, pues existe una estructura vigente quepolariza los intereses y condiciona los resultados favorables o desfavora-bles según la posición en que cada grupo o persona se encuentre" (FabioEcheverry -ANDI- 27 de mayo "El Espectador").

En suma, podemos decir que jamás la clase asalariada y popular se viomás golpeada política y económicamente que en este período de Gobierno:ni "política concertada" ni "disminución de la brecha social" ni "controlde la inflación" sino todo lo contrario, el propio López pareciera anticiparuna autocrítica a su gestión:

" ... Nunca ni el Estado, ni el Banco de la República, ni la industriaprivada, ni la agroinduetria, ni los cafeteros habían conocido una prosperi-dad igual, la que por lo descomunal de su propio impacto sobre otrossectores como el de los consumos (asalariados) nos obliga a pensar enquienes no se benefician en igual grado del empuje de nuestra economía".(Jefe del Estado, responde a críticas de la -ANDI- "El Tiempo", 4 dejunio del 77).

-lll-

¿Cuáles serán los nuevos rumhos que tome el tratamiento de la infla-ción? Todo depende del efecto puhlicitario que se quiera conseguir. Delo que podemos estar seguros es de que el fenómeno no se puede resolveren el despacho de un Ministro de Hacienda con medidas de corto plazo,ni se puede esperar para su tratamiento eJ devenir, máxime si él es incier-to. ¿Cómo han resuelto el fenómeno de la inflación quienes no la pade-cen? . .. No se puede esperar la acción de "manos invisihles" que regulenlos precios y mucho menos esperar pacientemente, porque al fin y al cahocomo anota Keynes en el largo plazo todos estaremos muertos.

CU ADRO 1

INDICE GENERAL DE PRECIOS DEL CONSUMO(1970= 100)

a) Países latinoamericanos1970 1971 1972 1973 1974 1976 1976

Argentina 100.0 134.7 213.5 3'12.2 425.0 1.202.2 6.492.2Colombia 100.0 109.0 124.6 152.9 190.3 239.2 276.3Chile 100.0 120.0 213.0 967.0 5.846.0 27.846.0 84.857.0Méjico 100.0 105.4 lIO.7 124.0 153.4 176.4 197.1Venezuela 100.0 103.2 106.2 lIO.6 119.7 132.0 149.9

b) Países europeos y U.s.A.

U.S.A. 100.0 104.3 107.7 114.4 127.0 138.6 146.3Bélgica 100.0 104.3 110.0 117.7 132.6 145.9 162.4Francia 100.0 105.5 112.0 120.2 136.7 152.8 165.6España 100.0 108.2 117.2 130.6 151.1 176.7 208.0Japón 100.0 106.0 110.9 124.0 154.1 172.4 188.1Suiza 100.0 106.6 113.7 123.6 135.7 144.8 146.9Alemania Federal 100.0 105.3 lU.l U8.8 127.1 134.7 141.5

c) Países de economía planificada

Alemania Democrática 100.0 99.8 99.3 98.9 98.3 98.7Checoslovaquia 100.0 99.7 99.5 99.7 100.2 100.8 101.3Polonia 100.0 99.9 99.9 102.7 UO.O U3.3Rumania 100.0 100.6 .100.6 101.3 102.4 102.6URSS 100.0 99.9 99.7 99.7 99.6 99.7

FUENTE: Calculado con base en "Year Book of Labour Statistics" International Labour Office,Génova-1976.

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CUADRO 11

INDICE DE SALARIOS NOMINALESEN LA IDUSTRIA MANUFACTURERA

(BIJse1970:100)

a) Países latinoamericanos

1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976_ ..._------------

Argentina 100.0 137.6 200.6 252.7 453.9 1.231.2Colombia 100.0 112.2 122.2 139.1 165.3 202.8Chile 100.0 142.2 231.2 '697.5 4.394.7 19.273.7Méjico 100.0 110.7 114.8 118.9 165.3 201.0 228.5Venezuela 100.0 1(J6.3 114.0 113.8 134.2 148.3

b) Países europeos (incluye U.S.A.)

U.S.A. 100.0 106.2 113.4 121.'1 131.3 143.1 153.3Bélgica 100.0 113.6 132.4 ]50.9 189.4 218.3Francia 100.0 112.5 126.2 144.8 175.7 202.5España 100.0 113.5 132.2 158.3 199.7 265.3Suiza 100.0 112.8 126.05 141.9 160.0 171.5Alemania Federal 100.0 111.7 121.5 134.8 150.0 162.6

c) Países de economía planificada (Soc.)

Alemania Democrática 100.0 103.9 106.8 110.7 111.8 116.2Checoslovaquia 100.0 103.4 107.5 110.7 114.9 119.5 123.5Polonia 100.0 105.3 110.3 120.3 137.5 156.2 178.8Rumania 100.0 102.0 103.5 108.2 115.9 127.3URSS 100.0 103.3 107.0 110.8 117.5 122.2

FUENTE: Calculado con base en "Year Book of Labonr Statistics" International Labour Office.Génova-1976.

-113--Cuadernos de Economía - 8

CUADROIII

INDICE DE EMPLEOEN LA INDUSTRIA MANUFACTURERA

(Base 1970:100.0)

a) Países latinoamericanos1970 1971 1972 1973 1974 1975 1976

Colombia

Chile

100.0 102.3 106.2 1lI.7100.0 97.0 107.5 114.4100.0 101.1 102.4 106.6

lI6.4107.5lI4.2

lI7.9100.4122.1Venezuela

b) Países europeos y U.S.A.

U.S.A. 100.0 96.0 98.8 103.i 103.6 94.8 98.8Bélgica 100.0 101.1 98.9 100.1 101.2Francia 100.0 105.5 101.2 103.0 103.4 100.4 101.1España 100.0 101.3 105.3 lIO.9 114.8 lI5.1Japón 100.0 101.0 101.0 105.2 105.0 99.4 98.7Suiza: 100.0 98.6 96.1 94.i 94.4 85.9 80.0Alemania Federal 100.0 99.3 97.7 97.7 96.3 90.8

e) Países de economía planificada

Alemania Democrática 100.0 101.3 105.4 106.4 106.6 106.8Checoslovaquia 100.0 109.9 103.3 104.8 105.9 107.1Polonia 100.0 103.1 107.2 110.3 lI3.0 114.6 116.1Rumania 100.0 106.6 112.5 120.3 128.8 135.6URSS 100.0 101.7 103.4 104.9 107.0 109.2

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