Ilustración

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Ilustración y modernidad En el proceso de constitución, desarrollo y consumación de lo que convencional-mente desde Cellario (1638-1705) llamamos Modernidad (1492-1789) intervienen complejos y variados factores que arropan y explican el advenimiento posterior de la Ilustración. En primer lugar el saber -patrimonio casi exclusivo en la Edad Media de clérigos, monjes y frailes- se va a extender a la aristocracia, a la burguesía y al pueblo; abriéndose camino el ideal de una difusión universal de la educación como derecho insoslayable del hombre. Idea que alcanzará su culminación teórica, tras la Revolución francesa de 1789, con la llamada constitucio-nalización política de la educación. En segundo lugar cabe apuntar que en los ámbitos socio-político y religioso se consuma en gran medida - ya en el siglo XVII - la ruptura de la unidad política, sociológica y religiosa medieval, con la consolidación de las monarquías absolutas, la reforma protestante y las guerras de religión. La fe cristiana, que había sido durante siglos fer-mento de unidad, se presenta en la Modernidad como fuente de separación, de en-frentamientos y de luchas, lo cual llevaba -de modo espontáneo- a buscar factores de concordia y unidad al margen de la fe, En el proceso de constitución, desarrollo y consumación de lo que convencional-mente desde Cellario (1638-1705) llamamos Modernidad (1492-1789) intervienen complejos y variados factores que arropan y explican el advenimiento posterior de la Ilustración. En primer lugar el saber -patrimonio casi exclusivo en la Edad Media de clérigos, monjes y frailes- se va a extender a la aristocracia, a la burguesía y al pueblo; abriéndose camino el ideal de una difusión universal de la educación como derecho insoslayable del hombre. Idea que alcanzará su culminación teórica, tras la Revolución francesa de 1789, con la llamada constitucio-nalización política de la educación. En segundo lugar cabe apuntar que en los ámbitos socio-político y religioso se consuma en gran medida - ya en el siglo XVII - la ruptura de la unidad política, sociológica y religiosa medieval, con la consolidación de las monarquías absolutas, la reforma protestante y las guerras de religión. La fe cristiana, que había sido durante siglos fer-mento de unidad, se presenta en la Modernidad como fuente de separación, de en-frentamientos y de luchas, lo cual llevaba -de modo espontáneo- a buscar factores de concordia y unidad al margen de la fe.

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La educación en la Ilustración

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Page 1: Ilustración

Ilustración y modernidad

En el proceso de constitución, desarrollo y consumación de lo que convencional­mente desde Cellario (1638-1705) llamamos

Modernidad (1492-1789) intervienen complejos y variados factores que arropan y explican el advenimiento posterior de la

Ilustración.

En primer lugar

el saber -patrimonio casi exclusivo en la Edad Media de clérigos, monjes y frailes- se va a extender a la aristocracia, a la

burguesía y al pueblo; abriéndose camino el ideal de una difusión universal de la educación como derecho insoslayable del

hombre.

Idea que alcanzará su culminación teórica, tras la Revolución francesa de 1789, con la llamada constitucio­nalización política

de la educación.

En segundo lugar cabe apuntar que en los ámbitos socio-político y religioso se consuma en gran medida - ya en el siglo XVII -

la ruptura de la unidad política, sociológica y religiosa medieval, con la consolidación de las monarquías absolutas, la reforma

protestante y las guerras de religión.

La fe cristiana, que había sido durante siglos fer­mento de unidad, se presenta en la Modernidad como fuente de

separación, de en­frentamientos y de luchas, lo cual llevaba -de modo espontáneo- a buscar factores de concordia y unidad al

margen de la fe,

En el proceso de constitución, desarrollo y consumación de lo que

convencional­mente desde Cellario (1638-1705) llamamos Modernidad

(1492-1789) intervienen complejos y variados factores que arropan y

explican el advenimiento posterior de la Ilustración.

En primer lugar

el saber -patrimonio casi exclusivo en la Edad Media de clérigos, monjes y

frailes- se va a extender a la aristocracia, a la burguesía y al pueblo;

abriéndose camino el ideal de una difusión universal de la educación como

derecho insoslayable del hombre.

Idea que alcanzará su culminación teórica, tras la Revolución francesa de

1789, con la llamada constitucio­nalización política de la educación.

En segundo lugar cabe apuntar que en los ámbitos socio-político y religioso

se consuma en gran medida - ya en el siglo XVII - la ruptura de la unidad

política, sociológica y religiosa medieval, con la consolidación de las

monarquías absolutas, la reforma protestante y las guerras de religión.

La fe cristiana, que había sido durante siglos fer­mento de unidad, se

presenta en la Modernidad como fuente de separación, de en­frentamientos

y de luchas, lo cual llevaba -de modo espontáneo- a buscar factores de

concordia y unidad al margen de la fe.

Page 2: Ilustración

En el plano político,

tres frentes alentaron sobremanera un clima de notable inestabilidad: en primer lugar, la Guerra de los Treinta Años (1618-1648)

en segundo lugar, la con­frontación de los emergentes Estados independientes y soberanos se hizo más patente al enfrentar entre sí sus

afanes imperialistas y religiosos; por último, las tensiones suscitadas por el fenómeno absolutismo monárquico versus contractualismo

abrió un

intenso debate que marcó considerablemente el devenir político de la Ilustración

La primera terminó con la ejecución de Carlos r; la segunda, con el advenimiento de la dinastía de los Orange. El resultado fue la

aparición de la primera monarquía constitucional europea, que supuso incorporar a su modelo político una mayor tolerancia ideológica y

reli­giosa. Tolerancia que el siglo XVIII buscaría acrecentar con el Espíritu de las leyes de Montesquieu (1748) y el Contrato social de

Rousseau (1762).

la ciencia -en el sentido "moderno" - adquirió su fisonomía definitiva, abandonando los cánones de la física aristotélica para constituirse

como saber experimental y físico-matemático, con grandes repercusiones en el desarrollo de la técnica.

Este nuevo desarrollo científico se inicia simbólicamente en el campo de la as­tronomía con los descubrimientos iniciales de Kepler

(1571-1630) y Galileo (1564­1642).

En el plano político, tres frentes alentaron sobremanera un clima de notable

inestabilidad: en primer lugar, la Guerra de los Treinta Años (1618-1648)

en segundo lugar, la con­frontación de los emergentes Estados

independientes y soberanos se hizo más patente al enfrentar entre sí sus

afanes imperialistas y religiosos; por último, las tensiones suscitadas por el

fenómeno absolutismo monárquico versus contractualismo abrió un

intenso debate que marcó considerablemente el devenir político de la

Ilustración

La primera terminó con la ejecución de Carlos r; la segunda, con el

advenimiento de la dinastía de los Orange. El resultado fue la aparición de la

primera monarquía constitucional europea, que supuso incorporar a su modelo

político una mayor tolerancia ideológica y reli­giosa. Tolerancia que el siglo

XVIII buscaría acrecentar con el Espíritu de las leyes de Montesquieu (1748) y

el Contrato social de Rousseau (1762).

La ciencia -en el sentido "moderno" - adquirió su fisonomía

definitiva, abandonando los cánones de la física aristotélica para constituirse

como saber experimental y físico-matemático, con grandes repercusiones en

el desarrollo de la técnica.

Este nuevo desarrollo científico se inicia simbólicamente en el campo de la

as­tronomía con los descubrimientos iniciales de Kepler (1571-1630) y Galileo

(1564­1642).

Page 3: Ilustración

El otro movimiento importante fue el empirismo de Cherbury (t 1648), Hobbes (t 1679), Grocio (t 1645), Locke (t 1704), Boyle (tl691), etc.

que, aliado con el racionalismo cartesiano, puso en discusión la fe cristiana

Las nuevas ideas trascendieron con mucho lo concreto de la ciencia para abrir un nuevo orden o hermenéutica en el plano de la cultura y

la religión. Dos movimientos intelectuales tuvieron especial importancia en este proceso. En primer lugar, el racio­nalismo de Descartes

(t 1650) Y Spinoza (t 1677) para quienes sólo podía aceptarse como verdadero aquello que se presentase a la mente con absoluta

nitidez y eviden­cia.

En paralelo a la nueva hermenéutica científica, y en relación muy directa con ella, cabe señalar un cuarto bloque que marcará

significativamente el horizonte histórico y cultural de la Modernidad: la trascendencia de los descubrimientos geográficos, con la

consiguiente colonización y contacto con otras culturas.

. Son particularmente expresivas las narraciones del jesuita Matteo Ricci sobre China o de Escalante sobre Japón, que permitieron

abrirse a nuevas culturas y tener puntos de referencia cultural y étnicos desconocidos hasta entonces. No menos importante fue el

descubrimiento de América

el contacto con Oriente y Asia

El quinto y último de los factores condicionantes de la Modernidad, yespecial­mente de la Ilustración, puede cifrarse en el nacimiento del

capitalismo moderno y más concretamente de la burguesía.

El otro movimiento importante fue el empirismo de Cherbury (t 1648), Hobbes

(t 1679), Grocio (t 1645), Locke (t 1704), Boyle (tl691), etc. que, aliado con el

racionalismo cartesiano, puso en discusión la fe cristiana

Las nuevas ideas trascendieron con mucho lo concreto de la ciencia para

abrir un nuevo orden o hermenéutica en el plano de la cultura y la religión.

Dos movimientos intelectuales tuvieron especial importancia en este proceso.

En primer lugar, el racio­nalismo de Descartes (t 1650) Y Spinoza (t 1677)

para quienes sólo podía aceptarse como verdadero aquello que se

presentase a la mente con absoluta nitidez y eviden­cia.

En paralelo a la nueva hermenéutica científica, y en relación muy directa con

ella, cabe señalar un cuarto bloque que marcará significativamente el

horizonte histórico y cultural de la Modernidad: la trascendencia de los

descubrimientos geográficos, con la consiguiente colonización y contacto con

otras culturas.

. Son particularmente expresivas las narraciones del jesuita Matteo Ricci

sobre China o de Escalante sobre Japón, que permitieron abrirse a nuevas

culturas y tener puntos de referencia cultural y étnicos desconocidos hasta

entonces. No menos importante fue el descubrimiento de América

el contacto con Oriente y Asia

El quinto y último de los factores condicionantes de la

Modernidad, yespecial­mente de la Ilustración, puede cifrarse en el

nacimiento del capitalismo moderno y más concretamente de la burguesía.

Page 4: Ilustración

Concepto de Ilustración

Ilustración es bastante poli­sémico, aunque sus varias acepciones tienen un denominador

común, derivado de la palabra latina que lo fundamenta: ilustrare, deriva a su vez de

lustrare, que genéri­camente viene a significar búsqueda de nitidez, limpieza, luz, etc.

Este movimiento

constituye el último eslabón o fase de una compleja modernidad

iniciada con el Renacimiento humanista y en cierto modo culminada en 1789 con la

Revolución francesa. Dentro de este espacio cronológico cabe distinguir tres fases de

desarrollo: el Humanismo renacentista (ss. XV-XVI), el reformismo cultural y religioso del

Barroco (s. XVII) y la Ilustración propiamente dicha, que sería heredera y conse­cuencia de las

dos anteriores.

Ilustración es bastante poli­sémico, aunque sus varias acepciones tienen un

denominador común, derivado de la palabra latina que lo fundamenta:

ilustrare, deriva a su vez de lustrare, que genéri­camente viene a significar

búsqueda de nitidez, limpieza, luz, etc.

Este movimiento

constituye el último eslabón o fase de una compleja modernidad

iniciada con el Renacimiento humanista y en cierto modo culminada en 1789

con la Revolución francesa. Dentro de este espacio cronológico cabe

distinguir tres fases de desarrollo: el Humanismo renacentista (ss. XV-XVI), el

reformismo cultural y religioso del Barroco (s. XVII) y la Ilustración

propiamente dicha, que sería heredera y conse­cuencia de las dos anteriores.

Page 5: Ilustración

Singularidad geográfica

Geográficamente suele considerarse a Inglaterra pionera de la Ilustración al do­minar tempranamente en ese país

cuatro características que habrían de marcar so­bremanera el devenir posterior de la cultura ilustrada europea. En

primer lugar cabe hacer referencia a un reformismo religioso antropocéntrico y racionalista (Deísmo) caracterizado

por sustituir la religión revelada por una religión natural

En segundo lugar cabe significar la existencia de una tradición científica de sesgo empírico, que entiende la certeza

en términos exclusivos de experimentación fáctica. Bacon, Locke, Berkeley, Newton, Hume, etc.

La tercera de las características pone su énfasis en la sublimación de una moral sensista que habría de marcar

buena parte de la moral ilustrada europea.

. La cuarta de las características sería la apuesta por un reformismo político que puso en tela de juicio la soberanía

regia en favor de una mayor tolerancia y parlamentarismo político

En principio, el siglo XVIII español tiene en común con el europeo, básicamente, el cambio de las es­tructuras

sociales y la preparación de la transformación política. Difiere en el tiempo en que se realiza (1715-1833): después

de Inglaterra, Francia y los Países Bajos.

el rasgo diferencial más característico de la Ilustración es­pañola radica en que sigue siendo especialmente cristiana

frente al carácter deísta de la Ilustración francesa e inglesa.

Cronológicamente, en la Ilustración española, cabe distinguir dos etapas: una, hasta 1770, centrada en la discusión

sobre temas relacionados con la filosofía de la natura­leza

la otra etapa abarca hasta comienzos del siglo XIX, y se caracteriza por la recepción generalizada y dominante de las

doctrinas francesas e inglesas

c) la modernidad tradicional,

b) la antimodernista,

En esta segunda etapa cabe distinguir tres corrientes ideológicas, con sus correspondientes actitudes prácticas: a) la

sensista

Geográficamente suele considerarse a Inglaterra pionera de la Ilustración al

do­minar tempranamente en ese país cuatro características que habrían de

marcar so­bremanera el devenir posterior de la cultura ilustrada europea. En

primer lugar cabe hacer referencia a un reformismo religioso antropocéntrico y

racionalista (Deísmo) caracterizado por sustituir la religión revelada por una

religión natural

En segundo lugar cabe significar la existencia de una tradición científica de

sesgo empírico, que entiende la certeza en términos exclusivos de

experimentación fáctica. Bacon, Locke, Berkeley, Newton, Hume, etc.

La tercera de las características pone su énfasis en la sublimación de una moral

sensista que habría de marcar buena parte de la moral ilustrada europea.

. La cuarta de las características sería la apuesta por un reformismo político que

puso en tela de juicio la soberanía regia en favor de una mayor tolerancia y

parlamentarismo político

Page 6: Ilustración

En principio, el siglo XVIII español tiene en común con el

europeo, básicamente, el cambio de las es­tructuras sociales y la

preparación de la transformación política. Difiere en el tiempo en que se

realiza (1715-1833): después de Inglaterra, Francia y los Países Bajos.

el rasgo diferencial más característico de la Ilustración es­pañola radica en

que sigue siendo especialmente cristiana frente al carácter deísta de la

Ilustración francesa e inglesa.

Cronológicamente, en la Ilustración española, cabe distinguir dos etapas:

una, hasta 1770, centrada en la discusión sobre temas relacionados con la

filosofía de la natura­leza

la otra etapa abarca hasta comienzos del siglo XIX, y se caracteriza por la

recepción generalizada y dominante de las doctrinas francesas e inglesas

En esta segunda etapa cabe distinguir tres corrientes ideológicas, con sus

correspondientes actitudes prácticas: a) la sensista; b) la antimodernista;

c) la modernidad tradicional,

Page 7: Ilustración

Características del Racionalismo

En primer lugar, merece especial atención citar el peso que los ilustrados conce­dieron a la

razón biológica e individual del hombre. Una categoría que sublimaron hasta el extremo de

considerarla fuente y principio único e insoslayable de verdad. Se acuñaba así el principal

rasgo que habría de definir el espíritu de la Ilustración: el racionalismo.

El hombre de la Ilustración es aquel que aspira a vivir fuera de las servidumbres de la

tradición, que pone en tela de juicio el consentimiento universal, la autoridad, los

dogmas, la verdad histórica; en definitiva, aquel que aspira y se atreve a pensar por sí

mismo

Por último cabe citar el influjo directo ejercido por el racionalismo empírico de Bacon (1551-

1626), Hobbes (1558-1679), Locke (1632-1704), Newton (1642-1727), para quienes el

úni­co modo posible de conocimiento sigue siendo la idea humana, aunque con una

dife­rencia fundamental respecto al racionalismo cartesiano. Para los empiristas, el punto

de partida no son las deducciones producidas por las ideas innatas, es la conciencia vacía

o tabla rasa que reflexiona a partir de los efectos producidos en la mente por la sensación y

experimentación individual sobre la realidad.

Los ilustrados del XVIII optarán por una síntesis de las corrientes anteriores, engarzando el

rigor deductivo del racionalismo cartesiano con el racionalismo em­pírico.

En primer lugar, merece especial atención citar el peso que los ilustrados

conce­dieron a la razón biológica e individual del hombre. Una categoría que

sublimaron hasta el extremo de considerarla fuente y principio único e

insoslayable de verdad. Se acuñaba así el principal rasgo que habría de

definir el espíritu de la Ilustración: el racionalismo.

El hombre de la Ilustración es aquel que aspira a vivir fuera de las

servidumbres de la tradición, que pone en tela de juicio el consentimiento

universal, la autoridad, los dogmas, la verdad histórica; en definitiva, aquel

que aspira y se atreve a pensar por sí mismo

Por último cabe citar el influjo directo ejercido por el racionalismo empírico

de Bacon (1551-1626), Hobbes (1558-1679), Locke (1632-1704), Newton

(1642-1727), para quienes el úni­co modo posible de conocimiento sigue

siendo la idea humana, aunque con una dife­rencia fundamental respecto al

racionalismo cartesiano. Para los empiristas, el punto de partida no son las

deducciones producidas por las ideas innatas, es la conciencia vacía o tabla

rasa que reflexiona a partir de los efectos producidos en la mente por la

sensación y experimentación individual sobre la realidad.

Los ilustrados del XVIII optarán por una síntesis de las corrientes

anteriores, engarzando el rigor deductivo del racionalismo cartesiano con el

racionalismo em­pírico.

Page 8: Ilustración

El Naturalismo

El segundo de los rasgos que define el espíritu ilustrado es la adopción de un "nuevo"

concepto de naturaleza, caracterizado por su perfil inmanentista - no tras­cendente-

, denominado comúnmente naturalismo. Estamos ante un concepto viejo y recurrente;

un concepto que se caracteriza fundamentalmente por una idea básica: considerar la

naturaleza como principio único y absoluto de 10 real. Esta tesis tiene sus precedentes

remotos en el epicureismo y estoicismo de la Grecia clásica y sus precedentes

inmediatos en el humanismo naturalista de Leonardo (1452-1519)

El segundo de los rasgos que define el espíritu ilustrado es la adopción de

un "nuevo" concepto de naturaleza, caracterizado por su perfil inmanentista

- no tras­cendente-, denominado comúnmente naturalismo. Estamos ante

un concepto viejo y recurrente; un concepto que se caracteriza

fundamentalmente por una idea básica: considerar la naturaleza como

principio único y absoluto de 10 real. Esta tesis tiene sus precedentes

remotos en el epicureismo y estoicismo de la Grecia clásica y sus

precedentes inmediatos en el humanismo naturalista de Leonardo (1452-

1519)

Page 9: Ilustración

La Felicidad y el mito del

progreso

En relación muy directa con los nuevos modelos antropológicos aparece una

tercera característica de la Modernidad ilustrada: el anhelo de felicidad

inmanente y material.

la cultura ilustrada se tiñe de un tinte eminentemente secular y aspira a

concretar la felicidad en un estado de placer

sensible, objetivo, práctico, funcional e inmediato

Los ilustrados veían el pasado como una sucesión de etapas en las que

indefectible y reiteradamente se daban los mismos hechos:

guerras, violencia, ignorancia, enfermedades, catástrofes, etc., contingencias

cuyas causas habría que buscar - no en el pecado original o en la limitación

ontológica del hombre- sino en el dominio y persistencia contumaz de valores

irraciona­les: superstición, irracionalidad

religiosa, ignorancia, enfermedad, intolerancia

En relación muy directa con los nuevos modelos antropológicos aparece una

tercera característica de la Modernidad ilustrada: el anhelo de felicidad

inmanente y material.

la cultura ilustrada se tiñe de un tinte eminentemente secular y aspira a

concretar la felicidad en un estado de placer

sensible, objetivo, práctico, funcional e inmediato

Los ilustrados veían el pasado como una sucesión de etapas en las que

indefectible y reiteradamente se daban los mismos hechos:

guerras, violencia, ignorancia, enfermedades, catástrofes, etc., contingencias

cuyas causas habría que buscar - no en el pecado original o en la limitación

ontológica del hombre- sino en el dominio y persistencia contumaz de valores

irraciona­les: superstición, irracionalidad

religiosa, ignorancia, enfermedad, intolerancia.

Page 10: Ilustración

La Religión natural

En consonancia con las variables anteriores, y alentada por los muchos proble­mas religiosos e

ideológicos de la Modernidad, va a nacer una cuarta característica de la cultura ilustrada: la defensa

y opción por una religión natural.

En ese marco, los ilustrados aceptaron la naturaleza como emanación, creación o producto infinito y

potencial de Dios.

La religión natural, al igual que el resto de características de la Ilustración, no tuvo una manifestación

delimitada y cerrada, adoptó múltiples variantes o formas, según países o influjos culturales, a veces

rayanos en el antagonismo o contradicción. En cualquier caso, al ser la razón el instrumento

conformador de la naturaleza, la li­bertad de pensamiento o libertad de espíritu se convirtió en la

exigencia insoslayable de la religión natural. Al revisionismo antropológico y religioso de la

Ilustración cabe añadir otra ca­racterística que habría de marcar sobremanera la modernidad

ilustrada: la seculari­zación de la cultura.

En la modernidad se mantuvieron estas acepciones, pero la secularización adqui­rió una

connotación eminentemente socio-política. Su punto de partida puede datarse en 1648 con el

Tratado de Westfalia (1648) que puso fin a la Guerra de los Treinta años.

En consonancia con las variables anteriores, y alentada por los muchos

proble­mas religiosos e ideológicos de la Modernidad, va a nacer una cuarta

característica de la cultura ilustrada: la defensa y opción por una religión

natural.

En ese marco, los ilustrados aceptaron la naturaleza como emanación, creación

o producto infinito y potencial de Dios.

La religión natural, al igual que el resto de características de la Ilustración, no

tuvo una manifestación delimitada y cerrada, adoptó múltiples variantes o

formas, según países o influjos culturales, a veces rayanos en el antagonismo o

contradicción. En cualquier caso, al ser la razón el instrumento conformador de

la naturaleza, la li­bertad de pensamiento o libertad de espíritu se convirtió en la

exigencia insoslayable de la religión natural.

La secularización de la cultura

Al revisionismo antropológico y religioso de la Ilustración cabe añadir otra

característica que habría de marcar sobremanera la modernidad ilustrada: la

seculari­zación de la cultura.

En la modernidad se mantuvieron estas acepciones, pero la secularización

adqui­rió una connotación eminentemente socio-política. Su punto de partida

puede datarse en 1648 con el Tratado de Westfalia (1648) que puso fin a la

Guerra de los Treinta años.

Page 11: Ilustración

La educación

Una tercera característica debe ponerse en su perfil utilitario. Al ser la

educación la fuente de la felicidad y sustanciarse ésta en el

progreso, bienestar y dominio mate­rial de la naturaleza se deduce que la

instrucción o educación se habría de caracterizar sobremanera por su

dimensión funcional.

Una segunda idea que define la pedagogía ilustrada fue la consideración de

la educación como vía insoslayable de progreso individual y social.

Uno de los aciertos fundamentales de la Ilustración fue haber considerado la

educaCión uno de los derechos fundamentales e inalienables de la

condición humana. Kant, en su Tratado de pedagogía (1784), ya recalcó el

viejo principio clásico de que sólo se llega a ser hombre por la

educación, afirmando que en ella radica el "gran secreto de la perfección de

la naturaleza humana

Una tercera característica debe ponerse en su perfil utilitario. Al ser la

educación la fuente de la felicidad y sustanciarse ésta en el

progreso, bienestar y dominio mate­rial de la naturaleza se deduce que la

instrucción o educación se habría de caracterizar sobremanera por su

dimensión funcional.

Una segunda idea que define la pedagogía ilustrada fue la consideración de

la educación como vía insoslayable de progreso individual y social.

Uno de los aciertos fundamentales de la Ilustración fue haber considerado la

educación uno de los derechos fundamentales e inalienables de la condición

humana. Kant, en su Tratado de pedagogía (1784), ya recalcó el viejo

principio clásico de que sólo se llega a ser hombre por la

educación, afirmando que en ella radica el "gran secreto de la perfección de

la naturaleza humana.

La última de las características que presidió la educación ilustrada fue su

carácter nacional, universal, obligatorio, uniforme, cívico.