[Ignacio Paricio] La Construccion de La Arquitectu(BookFi.org) (1)

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LA CONSTRUCCIÓN DE LA ARQUITECTURA 3 La composición La estructura Ignacio Paricio

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  • LA CONSTRUCCINDE LA ARQUITECTURA

    3 La composicinLa estructura

    Ignacio Paricio

  • 3NDICEPresentacin 5

    0. Introduccin. Geometra, construccin y arquitectura 7Orden de la composicin y pintoresquismo de la construccin 7

    0.1 La estructura y la composicin arquitectnica 90.1.1 La estructura, nueva protagonista de la composicin 90.1.2 La ambicin de un orden universal: isotropa de la composicin

    arquitectnica 100.1.3 Heterogeneidad y direccionalidad de la estructura porticada 12

    Un precedente faranico 14La sntesis de Gropius en el pabelln de la Werkbund 16

    0.2 El modelo de referencia tradicional: la construccin muraria 170.2.1 De la cpula a la primera flexin 170.2.2 El espacio entre muros y las formas de trascenderlo 19

    Las baslicas sirias paleocristianas 20El gtico cataln 21Composicin con muros perforados 22

    0.3 Las discontinuidades en el diseo 240.3.1 Rincones, esquinas y testeros 240.3.2 Problema al canto 250.3.3 Las tres actitudes. Justificacin del ndice de este estudio 26

    1. El rincn 29

    1.1 La escala del espacio interior y la estructura porticada 291.1.1 Los grandes espacios porticados 30

    La manipulacin expresiva del dintel en Karnak 32La isotropa a la altura de la vista en la mezquita rabe 33

    1.1.2 Las estructuras porticadas istropas 341.1.3 La localizacin del cerramiento 36

    La localizacin del cerramiento en las lonjas catalanas 361.2 Las tres actitudes. La coherencia entre el orden estructural y el orden

    del espacio interior 39La alternativa formal 40La reabsorcin de los elementos estructurales en el orden delos cerramientos 40La alternativa explcita 42Disociacin entre orden estructural y espacio arquitectnico 42La alternativa radical 44La subordinacin de la localizacin de los cerramientos al orden estructural 44

    1.3 Ilustraciones 461.3.1 Wright y las estructuras dctiles a la organizacin espacial 461.3.2 Le Corbusier y los elementos estructurales dctiles a la

    organizacin espacial 50La desaparicin de la jcena 50Los pilares de planta istropa 52La disociacin de la estructura y los cerramientos 53

  • 42. La esquina 55

    2.1 La esquina perfecta y la materialidad de los grosores constructivos 55La esquina drica 56La esquina renacentista 582.1.1 La esquina cncava 61

    Los claustros 622.1.2 La localizacin del cerramiento de fachada 63

    La esquina contempornea 63

    2.2 Las tres actitudes. La composicin 66Problema en la esquina 66La alternativa formal 68Subordinacin del orden estructural al orden del cerramiento 68La alternativa explcita 70La expresin en el cerramiento de la incidencia de los grosores constructivos 70La alternativa radical 72Subordinacin del cerramiento al orden estructural 72

    2.3 Ilustraciones 742.3.1 Las esquinas de Mies 742.3.2 Kahn 78

    3. El testero 83

    3.1 La sucesin de prticos y la fachada del testero 833.1.1 Los grandes prticos 84

    Invernaderos contra hangares 85La autonoma estructural del testero en los aos veinte 86

    3.1.2 Las cubiertas a cuatro aguas 88Los artesonados espaoles sin hastial 89

    3.1.3 Las mallas bidireccionales. Isotropa en un espacio de gran luz 90

    3.2 Las tres actitudes. El tratamiento formal y estructural del testero 93La alternativa formal 94Estructura del testero imitando a la estructura principal 94La alternativa explcita 96Tratamiento del testero como taponamiento 96La alternativa radical 98La isotropa estructural 98

    3.3 Ilustraciones 1003.3.1 Nervi en busca de la isotropa con el hormign 1003.3.2 Mies en busca de la isotropa con el acero 106

    Notas 111

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    Est compuesto [el oficio] de tradicin acumulada, lomantiene vivo el orgullo individual, lo hace exacto laopinin profesional, y, como en las artes ms nobles, loestimula y sostiene el elogio competente, J. Conrad1.

    0. Introduccin. Geometra, construccin y arquitectura

    Hace unos diez aos me compromet en el cumplimiento de un plan para estapequea triloga, segn el cual a este tomo le corresponde una aproximacin alas relaciones entre la composicin arquitectnica y la tcnica constructiva. Elndice vitrubiano encomendaba a este tercer texto la venustas, y por lo tanto nosinteresaremos por las dificultades que plantean las contradicciones entre el rigorgeomtrico de la composicin arquitectnica y la intransigente contundencia for-mal de la buena construccin.

    Lo cierto es que las ideas que se van a exponer aqu no son fruto de la disciplinaen el sistemtico desarrollo del plan preconcebido -algo para lo que me sientototalmente inexperto- sino que han ido resultando de diversas reflexiones al hilodel trabajo profesional o de la actividad acadmica. Slo con esas ideas en avan-zado estado de gestacin se ha hecho evidente la convergencia de intereses ycontenidos con las intenciones del aplazado y prometido tercer tomo de estaserie.

    Tambin es cierto que el campo de estudio era muy amplio y que este librito slose enfrentar con algunos aspectos de uno de los posibles apartados del tema.Al aproximarme a un edificio o sistema constructivo siempre me ha sido til seguirdos recorridos: el de las cargas y el de las aguas. Se trata de acompaar lascargas en su descenso por bvedas, contrafuertes, forjados y pilares... hasta elterreno, o de seguir a las aguas en su a veces laberntico recorrido por ventanas,fayancas, alfizares, guardapolvos y vierteaguas. Tambin para este estudio delas relaciones entre composicin y construccin esta doble aproximacin pareceadecuada. Es decir, que podran tratarse dos grandes temas: la composicin y laestructura por una parte; y la composicin y la estanqueidad, por otra.

    Pues bien, este tomo tratar slo del primero de ellos. As, an queda la puertaabierta, como en los grandes seriales, para un tercer tomo bis que, si sigo contan-do con el favor del lector, estudiara algunos aspectos de la composicin en fun-cin de la conduccin de las aguas.

    Orden de la composicin y pintoresquismo de la construccin

    Antes de entrar en materia quizs debo aclarar cul es en este texto el valor de latradicin. Las ingeniosas interpretaciones de la historiografa del racionalismoconstructivo, desde Viollet a Choisy, ya nos han desvelado el origen constructivode la mayor parte de los elementos compositivos. Lo que tambin sabemos esque esa forma tcnica es insuficiente y que cada poca la ha sublimado con unaelaboracin culta que generalmente tiene sus modelos en la abstraccingeomtrica. As, la arquitectura pintoresca queda en evidencia, a la vez, por sueficacia constructiva y por cierto abigarramiento formal.

    La asimilacin culta de la innovacion tcnica no es inmediata. No me estoy refi-riendo al correcto uso de ciertas tcnicas elementales sino a la asimilacin denovedades tan significativas como la difusin universal de la estructura porticada.

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    Considero que cien aos no es mucho tiempo para la asimilacin compositivadefinitiva de una innovacin tan sustancial.

    Las radicales propuestas del Movimiento Moderno no resolvieron definitivamen-te, como intentaremos demostrar, las relaciones entre estructura y cerramiento.El problema sigue abierto y este texto intentar aportar algn orden a su plantea-miento.

    La velocidad de cambio de la tcnica deja hoy poco campo al consenso en suasimilacin compositiva. Ese proceso de asimilacin sera ms fcil si los arqui-tectos tuvisemos la costumbre de volver sobre nuestros edificios, comprobar elxito de las soluciones utilizadas, por nosotros y nuestros compaeros, y reuniresas soluciones en una ordenada codificacin de recursos. Este proceso es elque durante siglos ha ido decantando el oficio profesional.

    Intentaremos dar una visin del oficio de la arquitectura inserto en el mundo con-temporneo pero consciente de su deuda con la tradicin. Nos dedicaremos alestudio de los temas que a lo largo de la historia han caracterizado los aspectosde oficio en el ejercicio de la profesin de arquitecto: cmo giran las fachadas enlas esquinas, cmo disponer los pilares respecto a los cerramientos, cmo rema-tar los testeros de los edificios...

    La cita de Conrad que abre esta introduccin, aunque referida al oficio del mar,nos puede guiar en la definicin de ese oficio que perdemos. Nuestro oficio tam-bin est hecho de tradicin acumulada aunque a veces nos sea difcil recono-cerlo. En este texto nos volveremos continuamente hacia la historia para enten-der la atemporalidad de los problemas ms importantes de nuestro trabajo.Nuestro oficio tambin se sostiene gracias al orgullo individual, el orgullo del tra-bajo adecuado y preciso, cotejado por la opinn profesional. Opinin a la quedeberamos someternos con ms confianza y que deberamos exponer con mslibertad.

    Pero todo ello hoy slo puede ejercerse desde una tipificacin de conocimientos,desde una reconsideracin ordenada de nuestra experiencia, y esa reconsideracin-feed-back diran los anglosajones- est muy abandonada. A adelantar por estecamino de la ordenacin de la experiencia, de la codificacin de la tradicin va adedicarse este trabajo.

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    0.1 La estructura y la composicin arquitectnica

    La estructura ha sido el catalizador de una arquitectura; pero debe advertirse quela propia estructura se ha convertido en arquitectura, que la arquitectura contem-pornea es casi inconcebible sin ella, C. Rowe2.

    0.1.1 La estructura, nueva protagonista de la composicin

    El gran acontecimiento de la arquitectura..., cuando se fueron los muros y vinie-ron las columnas, L.Kahn3.

    El aspecto que caracteriza a la arquitectura contempornea y la distingue radical-mente de la tradicin constructiva es la diferenciacin de la estructura portanterespecto a los elementos conformadores del espacio. La difusin de las estructu-ras, de acero primero y de hormign despus, provoc a principios de este siglounos problemas proyectuales nuevos que todava no han sido plenamente asimi-lados por la composicin arquitectnica.

    La crtica arquitectnica ha considerado los apartamentos de la calle de Franklin,de Perret, como la primera opcin consciente del papel independiente de la es-tructura porticada en la concepcin del edificio. A partir de ese momento, y en lamejor arquitectura, la estructura es garante del orden y vertebradora de la com-posicin; como seala C. Rowe:....en la arquitectura contempornea, la estructu-ra ha pasado a detentar el papel que en la antigedad clsica y el Renacimientotuvo la columna 4.

    En el mismo sentido y aun ms explcitamente, Moneo afirma que a la estructuravan confiados los parmetros clsicos como la proporcin, la medida; al cerra-miento, la decoracin 5. Pero esta estructura protagonista aporta un orden propio

    Apartamentos en la calle de Raynouard(A. Perret)

    La casa Tugenhadt (Mies van der Rohe)

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    que no se inserta naturalmente en el orden establecido por la composicin arqui-tectnica. Una composicin heredada de, y generada por, la construccin de grue-sos muros, de macizos homogneos en la que los espacios podran imaginarsecomo vaciados en la masa edificada.

    Construccin y composicin se generan y sostienen mutuamente en la arquitec-tura muraria, desde Babilonia hasta los edificios residenciales del XIX, pero susrelaciones se erizan de obstculos cuando los muros son sustituidos por estruc-turas porticadas. Este texto se dedicar a estudiar las tensiones que plantea laconvivencia de ambos rdenes, el de la construccin estructural y el de la compo-sicin arquitectnica.

    0.1.2 La ambicin de un orden universal:isotropa de la composicin arquitectnica

    El marco en el que se mueve este trabajo es el de una arquitectura culta, nopintoresca, cuya caracterstica principal es la voluntad de orden, de control geom-trico de la forma, de referencia a las ms elementales abstracciones; como ob-serva Banham: En esa combinacin entre lo ordinariamente funcional y lo univer-salmente abstracto hay una osada que resulta inquietante. No obstante, es unaosada que constituye la esencia de la sensibilidad moderna 6.

    Este trabajo parte de una hiptesis que se supone aceptable: el orden universal alque aspira la composicin arquitectnica culta a lo largo de la historia tiene uncomponente constante que puede ser resumido en un concepto fsico: la isotropa.El sometimiento de las leyes de generacin de la forma a una interpretacin con-creta, aunque muy libre, de la regularidad y el equilibrio: la concepcin de laplanta a partir de su desarrollo en diversas direcciones -por lo menos dos- demanera homognea y regular y con respecto a las mismas leyes.

    La historia de la arquitectura ha constatado una polaridad de la composicin ar-quitectnica monumental hacia la planta central o, por lo menos, la planta conms de una simetra axial. Este aserto es cierto para todos los tipos monumen-tales de la historia, pero tambin para todos los momentos en los que las formasms elementales de la geometra han sido reinvidicadas como base de la compo-sicin.

    No ser necesario repetir aqu los argumentos expuestos en innumerables textosde crtica arquitectnica que han asociado la planta central, la envolvente cilndri-ca o la construccin cupulada a la concepcin de lo sagrado. Las referencias a laDomus Aurea neroniana como imagen de la bveda celestial 7 o la trascendenciadel Panten de Adriano 8 en la historia de la composicin han sido exhaustivamentetratadas. Nuestra retina conserva los esquemas que resumen estos anlisis, des-de Serlio y Leonardo hasta Wittkover y Frank.

    Pero la isotropa es tambin una caracterstica de las construcciones de granextensin horizontal con estructuras de menor luz que pautan su espacio forman-do una retcula indiferenciada en la planta y en la percepcin del espacio. Tem-plos egipcios, mercados romanos, mezquitas rabes, atarazanas medievales oespacios industriales decimonnicos podran ilustrar esta ordenacin istropa delespacio.

    Plantas de iglesia del s. XVIII, agrupadas porL. Benvolo

    Templos de planta central, segn Serlio

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    Algunas arquitecturas han llevado su isotropa a formas de una perfeccin y ri-queza insospechadas. Por ser menos conocidas citar las maravillas geomtricasde la arquitectura mongol. Durante los siglos XVI y XVII los emperadores timuresconstruyeron, en el actual Afganistn y en el norte de la India, los ms exquisitospalacios con las plantas ms ordenadas e istropas de la arquitectura universal.Si Fatehpur Sikri constituye el momento clsico de esta arquitectura (1550-70), elTaj Mahall (1632-43) ofrece su expresin ms espectacular 9.Cada esfuerzo renovador de la composicin ha reivindicado la isotropa de laplanta y de la imagen exterior del edificio como cualidad asociada a lamonumentalidad. No es necesario citar a los arquitectos iluministas o al ilumina-do Le Corbusier joven para evidenciarlo. Ese orden que se expande en las dosdirecciones de la planta ha sido tambin el objetivo de la mayor parte de losarquitectos que admiramos. Obras de Terragni, Asplund, Wright y tantos otrosirn apareciendo a lo largo de este texto. Algunos, como Foster, parecern evolu-cionar hacia planteamientos istropos clasicistas desde los pintoresquismos deuna high-tech ms exhibicionista. Otros, como Nervi, domearn tcnicas nue-vas para hacer posible una difcil isotropa en hormign. Otros, como Mies vander Rohe, dedicarn toda su vida en busca de la perfeccin istropa de un impo-sible templo de acero y vidrio.

    Se podra deducir una jerarqua de plantas que gradan la pureza istropa segnla monumentalidad deseada: la planta circular es la ms perfecta que pueda ima-ginarse; la cuadrada resulta la inmediatamente preferible desde ese punto devista y la ms adecuada si se introducen otros criterios como el amueblamiento,la capacidad de yuxtaposicin, etc; por fin, la ms convencional es la planta rec-tangular, pero con un orden istropo expresado en la geometra de sus estructu-ras y en la simetra de sus fachadas.

    Primera versin de la planta para la baslica deSan Pedro (D. Bramante)

    Alzado y planta del Taj Mahall

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    Este texto estudiar las tensiones que se generan entre la voluntad por conseguirun espacio istropo y las limitaciones que imponen los sistemas estructuralesdireccionales, los ms frecuentes en la construccin contempornea.

    0.1.3 Heterogeneidad y direccionalidad de laestructura porticada

    Si el orden es el objetivo de esa arquitectura culta en la que nos hemos centrado,tendremos que aceptar que las dificultades se multiplican cuando los elementosque han de ser ordenados se hacen ms y ms heterogneos. A la escasavariedad de elementos de cerramiento que el uso exiga en la arquitectura tradi-cional, muros o tabiques, la construccin contempornea est aadiendo nuevosfactores de heterogeneidad con la diferenciacin de la estructura portante y conel diverso tratamiento constructivo que reciben los distintos tipos de cerramientos.

    Es evidente que el orden de la planta no ofrece el mismo tipo de dificultades enuna villa renacentista realizada con obra de mampostera que en un edificio deestructura porticada con fachadas pesadas, muros cortina y tabiques ligeros. Eneste ltimo cada espacio interior est envuelto por unos cerramientos de diferen-te calidad, espesor y funcin que hacen muy difcil la expresin de su propiocarcter ordenado y su insercin dentro del orden general del edificio.

    El tipo estructural ms utilizado hoy, el porticado, aade, a esas dificultades plan-teadas por la heterogeneidad de calidades, los problemas que se derivan de unanueva heterogeneidad: la direccionalidad geomtrica del prtico. Las estructurasporticadas, que desde el cambio de siglo se han ido imponiendo en la construc-cin, introducen en la organizacin espacial del edificio una radical anisotropa.En la direccin de los prticos, los pilares alargan la seccin de su planta y lasjcenas cuelgan del techo. En la direccin perpendicular, el espacio, alto hastalos techos, queda de alguna manera limitado entre prticos.

    Estos dos aspectos desordenadores que introduce la estructura porticada pue-den ser afrontados con un infinito abanico de actitudes que tiene dos solucionesextremas: la radical expresin del nuevo orden constructivo y la completa sumi-sin de la estructura al orden constructivo tradicional. De la tipificacin de estasactitudes en algunos problemas concretos se va a ocupar el conjunto de estetrabajo.

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    Taller de Confecciones Esders (A. y G. Perret)

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    Un precedente faranico

    El rey Zjoser, fundador de la III Dinasta, con su salomnica sntesis poltica entreel Alto y Bajo Imperio, nos brinda el ms perfecto ejemplo de enfrentamientofsico entre los dos modelos arquitectnicos: la expresin directa de una cons-truccin anistropa, direccional, por una parte; y la imagen elaborada, culta, deuna composicin istropa, por otra.

    Zjoser construy en Saqqara su gran complejo funerario, en el que se emplaza lafamosa pirmide escalonada. Respet la tradicin de Menes, soberano unifica-dor del Alto y Bajo Egipto, que obligaba a construir los edificios pblicos en lanueva capital siguiendo rigurosamente el estilo autctono de ambos pases.Imhotep, su arquitecto, levant, pues, dos edificios funerarios para el Seor delos Dos Pases segn las tradiciones respectivas de cada uno de ellos.

    Los edificios alto-egipcios tienen una estructura que parece originarse en las msprimitivas cabaas de caas. Estas caas se utilizaban entrelazadas, comocaizos, para cerrar paramentos, o atadas, en haces, para formar elementosms resistentes, a modo de nervios. Con las encaizadas se construa la bvedade las cabaas, pero en los testeros los caizos deban reforzarse con hacesverticales a modo de pilastras. La transposicin ptrea de esta construccin daralugar a unos edificios formados por dos gruesos muros paralelos, bvedas reba-jadas de cubierta y testeros de muros delgados apilastrados 10.

    Composicin direccional, segn la tradicin alto-egipcia en Saqqara

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    A esa descripcin responde la capilla funeraria alto-egipcia del Rey Zjoser. Estaconstruccin, radicalmente direccional, tiene una imagen absolutamente cohe-rente con su estructura, y al considerar su testero como un tamponamiento, pre-senta un sorprendente precedente de lo que van a ser las mejores soluciones delos edificios lineales a lo largo de toda la futura historia de la arquitectura.

    Las construcciones bajo-egipcias son absolutamente diferentes. La cubierta esplana y las fachadas no subrayan ninguna direccionalidad preferente: ambas tie-nen exactamente el mismo tratamiento. Su imagen es absolutamente istropa, yla composicin que sugieren es mucho ms elaborada, ms culta y ms abstrac-ta que la de su equivalente alto-egipcio.

    Este tipo de planta puede identificarse en construcciones an ms antiguas,como el templo norte de Tepe Gawra XIII (3500 adC), probablemente la primeramuestra arquitectnica con explcita voluntad de monumentalidad istropa confachadas apilastradas simtricamente en la esquina.

    Lo cierto es que las dos alternativas reunidas por la fundacin de un imperioestn todava hoy vigentes. Las relaciones entre espacio y estructura puedenordenarse formando un continuo de tipos, con mayor o menor tensin entre am-bos, en cuyos extremos estarn las dos soluciones que Zjoser enfrent hacecinco mil aos.

    Tratamiento simtrico de las fachadas, segn latradicin bajo-egipcia en Saqqara

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    La sntesis de Gropius en el pabelln de la Werkbund

    Los edificios que Gropius concibi para la exposicin de la Werkbund de 1914constituyen la expresin moderna de esta atemporal esquizofrenia entre el cultoa la isotropa compositiva y la direccionalidad de la racionalidad tcnica. Gropiusproyect dos edificios; uno de ellos era el hall de exposicin general, que el arqui-tecto trat como un trasunto de la nave industrial. La racionalidad constructiva seimpuso, y la imagen del pabelln es la de un edificio rectangular generado poruna sucesin de prticos que muestra en su testero el grueso de la estructura decubierta: nada disimula la generacin lineal, direccional, del edificio.

    Pero adems esa exposicin consagr el poder de la turbina, el generador de laenerga fabril del siglo. Para su exhibicin, Gropius levant un pequeo edificiotransparente, de cierta altura, que albergaba exclusivamente la emblemtica tur-bina. Para un edificio sagrado el arquitecto dise, una vez ms en la historia, untemplo de planta central: un polgono octogonal, doblemente istropo.

    Entre estos dos edificios paradigmticos existe la misma tensin que entre lasdos construcciones de Zjoser: la fractura entre la primaca de la tcnica o de lacomposicin en la imagen del edificio.

    Dos paradigmas del tratamiento compositivo dela estructura en el Pabelln de la Werkbund(W. Gropius)

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    0.2 El modelo de referencia tradicional: la construccin muraria

    Cuando en los prrafos anteriores se alude a la composicin, en realidad se hacereferencia a una forma de composicin muy concreta: la que se ha heredado desiglos de arquitectura basada en la construccin muraria en la que isotropa yhomogeneidad eran naturales. Los prrafos siguientes recordarn los aspectosprincipales de esta composicin.

    0.2.1 De la cpula a la primera flexin

    El elemento constructivo que hizo realidad el paradigma de la composicin arqui-tectnica es la cpula. Su forma absolutamente istropa y centrpeta concentratodos los desiderata de la arquitectura. Su soporte natural es la construccinconcrecionada, sea de tapial en Sarvistn, de hormign en el Panten, de albai-lera en Santa Maria dei Fiori, o de cantera en El Escorial. Su contexto tcnico esel de la construccin homognea en la que con un nico material se realizabanprcticamente todos los componentes arquitectnicos. Su entorno compositivo,el de la expresin de la tectnica de la construccin muraria.

    En este marco, la coherencia entre las exigencias de la tcnica constructiva y lams rigurosa geometra de la composicin puede ser absoluta, algo que no debesorprendernos puesto que la segunda ha nacido de las primeras.

    Quizs sea la Domus Aurea neroniana el paradigma de esa perfecta simbiosisentre composicin y construccin. Los hormigones romanos parecen tan adecua-dos para moldear esas cpulas y bvedas o para permitir perforaciones de ilumi-nacin, como la composicin parece adecuada para conformar los espacios va-cos en la masa y para dibujar en sus superficies las ltimas consecuencias de unorden centrpeto y riguroso como el poder del Csar.

    Pero esta perfeccin arquitectnica sufre una grave limitacin material: el espa-cio cubierto por la cpula est acotado por la capacidad portante de los materia-les, por la importancia de los empujes que genera y por las dificultades construc-tivas y econmicas de cimbras y cerchas.

    La Domus Aurea, sntesis entre composicin yconstruccin muraria

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    Para incrementar las dimensiones del espacio cubierto se puede recurrir a una delas dos soluciones siguientes:

    - la yuxtaposicin indefinida de pequeas cpulas apoyadas sobre pilares. Estaes una solucin poco utilizada en la arquitectura occidental -citar algunas pisci-nas bizantinas, las lonjas gticas catalanas o los techos de la Sala Hipstila delParque Gell, de Gaud- pero que en Oriente ha dado lugar a soluciones intere-santsimas. La Jami Masjid en Gulbara, de 1367, es todo un ejemplo de este tipode yuxtaposiciones y de la solucin a problemas de jerarqua, de permetro y deesquina.

    - la deformacin y alargamiento del espacio en un solo sentido. En este caso lacubierta puede seguir siendo una forma curva continua comprimida, como unabveda; o puede pasar a ser una estructura flectada discontinua, como una ar-madura triangulada o una viga de gran canto. Pero tanto la viga de madera comola bveda de can seguido exigen dos apoyos longitudinales continuos y hanimpuesto la solucin de muros paralelos como el tipo constructivo ms coherentecon esos techos.

    La Jami Masjid, en Gulbara, India

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    0.2.2 El espacio entre muros y las formas de trascenderlo

    La sucesin de muros portantes ha sido durante siglos el sistema estructural msutilizado en la mayor parte de los tipos edificatorios. El espacio confinado entrelos muros gemelos queda limitado en sus dimensiones a la mxima luz razonablede la viga de madera o de la bveda de can.

    Si los espacios que exigen las funciones de un edificio concreto pueden albergar-se entre dos muros paralelos, es decir, si no exceden la luz de una estructura detechos razonable, esa limitacin no plantear ningun problema especial. Es ms,el orden de los muros paralelos quizs sugerir un orden en la organizacin fun-cional que potencie las relaciones entre espacio y estructura.

    Si, por el contrario, la dimensin mnima del espacio desborda esa luz razonable,la planta sufrir las constricciones de la solucin constructiva. No son extraospues los frecuentes esfuerzos por trascender ese cors dimensional y por conse-guir una espacio interior y una imagen exterior ms istropas.

    Un sistema es la sustitucin del muro por un prtico de pilares y jcenas. Es decir,la introduccin de un segundo elemento flectado, la jcena, de mayor entidad quela vigueta. El espacio fluye bajo esas jcenas, pero queda definitivamente pauta-do por los planos definidos por los prticos que atraviesa. A los problemas que asse generan se dedica el grueso de este libro.

    El sistema ms razonable para superar esas limitaciones de la construccin murariaes la perforacin de los muros paralelos con grandes arcos para as reunirespacialmente varias crujas entre muros. Este tipo constructivo se explota bri-llantemente a lo largo de la historia de la arquitectura ya desde los depsitos deagua cubiertos de la poca romana.

    El inters de estos esfuerzos por trascender la presencia del muro justifica quenos entretengamos en dos momentos interesantes de su historia: las baslicassirias paleocristianas y el gtico civil cataln.

    Edificio del Banco de Espaa en Girona, cons-truido con muros portantes perforados,(Ll. Clotet,I. Paricio)

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    Las baslicas sirias paleocristianas

    Uno de los momentos ms interesantes de la explotacin de este tipo constructi-vo lo forman las baslicas cristianas sirias de los siglos II y III. En ellas el recursoa la perforacin de muros -aunque tiene, segn Creswell11, su origen en la econo-ma constructiva- lleva a soluciones de una gran riqueza espacial.

    En efecto, Creswell justifica esa aparicin en algunas tumbas nabateas de princi-pios de la era cristiana como un sustituto de la bveda de can seguido paraahorrar la madera de las grandes cimbras y reducir stas a un simple, y repetida-mente utilizado, cerchn de arco. Los resultados abren unas posibilidades sor-prendentes en una arquitectura tan humilde.

    La baslica de Chaqqa es una de las primeras que se citan y, a pesar de susencillez, es una de las ms bellas. Dentro de un mbito prcticamente cuadrado,seis muros portantes dividen el espacio en estrechas franjas cubiertas con techoplano, pero cada muro est perforado por un gran arco central y dos pares dearcos laterales superpuestos. Se introduce as el juego de arcos de distinta alturay la superposicin de dos plantas con distintos tipos de perforaciones. La per-meabilidad de los muros no slo aumenta el espacio perceptible sino que esasvistas son controladas para conseguir determinados efectos de perspectiva.

    Sin embargo la planta de Chaqqa nos muestra una disposicin muy elemental delos muros testeros, que no explota la convergencia de perspectivas a travs delas perforaciones. Desde ese punto de vista su planta es tan esquemtica comola de las piscinas romanas. La baslica de Nimreh es mucho ms rica en eseaspecto porque el testero tiene un gran bside y dos locales laterales que justifi-can la focalidad del nuevo espacio.

    La explotacin de este tipo constructivo alcanza una sorprendente riqueza algu-nos siglos ms tarde en el Palacio de Sarvistn, en el que el espacio entre murosse cubre con bvedas de can seguido, dispuestas a distintas alturas y combi-nadas con cpulas esfricas 12.

    Las perforaciones de muros en la baslica deChaqqa

    La baslica de Nimreh, con bside en el testero

    La r iqueza de recursos estructurales ycompositivos del Palacio de Sarvistn

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    El gtico cataln

    El gtico cataln ofrece la ms completa expresin de las posibilidades de laperforacin de muros. La voluntad de conseguir un espacio lo ms unitario posi-ble est presente, como es sabido, en toda la arquitectura gtica catalana. Ensus catedrales, tanto la altura de las naves laterales como la esbeltez de lospilares contribuyen a ese efecto.

    Pero es en el gtico civil donde, con el recurso de la perforacin de muros para-lelos, se llega a los casos ms espectaculares. Muchas salas de importancia delgtico civil, como el Saln del Tinell, estn formadas por una sucesin de arcosque ahuecan muros sobre los que se apoya la viguera. El sistema es inteligenteporque la amplitud del espacio est limitada slo por la luz del arco. Su profundi-dad puede ser cualquiera simplemente aadiendo ms arcos paralelos.

    La Sala de Contrataciones de la Lonja de Barcelona supone el ejemplo con resul-tados arquitectnicos ms impresionantes. Se trata en realidad de un cuerpoformado por la yuxtaposicin de tres amplias crujas de unos 9 metros de anchoy 40 de largo separadas por dos lneas estructurales que dan apoyo a las vigaspolicromadas del techo. Eso que he llamado lnea estructural (porque ya no meatrevo a calificarlo de muro perforado), est formado por tres grandes arcos demedio punto apoyados en el permetro y en dos esbeltsimos pilares. El resultadoes un magnfico espacio nico que rene las tres crujas, ya que los cuatro pilarescentrales apenas obstaculizan la visin y los grandes arcos estn colocados agran altura y casi tangentes al artesonado.

    Esta concepcin espacial alcanza la perfeccin en las Lonjas de Valencia y deMallorca. En ellas los muros han desaparecido por completo, y la nica estructuravertical la forman los altsimos pilares que soportan bvedas absolutamenteistropas, que dan lugar realmente a un espacio unitario y totalmente coherentecon el sistema constructivo.

    La Sala de contrataciones en la Lonja de Mar,en Barcelona

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    Composicin con muros perforados

    Puesto que los muros portantes no son un tipo constructivo excesivamente utili-zado en la actualidad, las consideraciones profesionales sobre sus posibilidadesgeomtricas podrn parecer un poco ajenas a las preocupaciones del arquitecto.A pesar de ello querra hacer unas observaciones que llamaran la atencin sobrealgunas de sus ventajas, que se convertirn en problemas en los prximos cap-tulos.

    - La fcil composicin de sus espacios interiores que, dibujados por elementoshomognos y sin excepcionales piezas de vocacin estrictamente estructural,pueden resolverse con sencillez. El trnsito formal entre elementos portantes yno portantes se resolver con fluidez por tratarse de elementos constructivos conla misma constitucin.

    - La coherencia entre espacio arquitectnico y construccin estructural, querefuerza el carcter de cada unidad espacial y la explica en trminos doblementerazonados.

    - La natural isotropa de las plantas, cuyos elementos giran y se rematan sin queel carcter portante o no de cada paramento introduzca ninguna tensin.

    Un edificio paradigmtico de la explotacin de estas posibilidades es el Depsitode las Aguas del Parque de la Ciudadela de Barcelona. La ambigedad entre el

    El Depsito de las Aguas del Parque de la Ciu-dadela, en Barcelona (J. Fontser)

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    carcter direccional de sus tneles abovedados y la expresin istropa de suspilares y fachadas son los rasgos ms caractersticos del edificio. Las posibilida-des que esta ambigedad sugiere son un elemento central en la intervencin quese realiza para adecuarla como sala de lectura de una biblioteca universitaria.

    Optar por una estructura de muros portantes no es fcil en la construccin actual.Todo parece oponerse a esta opcin, desde la organizacin de los procesos cons-tructivos hasta la flexibilidad funcional exigida por unos usos cambiantes. Sinembargo, considero que las facilidades citadas y el orden que los muros introdu-cen de forma natural en el edificio hacen que esta solucin se mantenga comouna alternativa vlida para algunos edificios concretos. Algunos proyectos con-temporneos, como el Museo de Arte Romano de Mrida, de Rafael Moneo, hanexplotado estas posibilidades de la construccin muraria con un xito universal-mente reconocido.

    Los muros perforados del Museo de Arte Roma-no en Mrida (R. Moneo)

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    0.3 Las discontinuidades en el diseo

    Como ya hemos sealado, la aparicin de la estructura porticada supone la radi-cal heterogeneizacin de una construccin que hasta ese momento poda califi-carse de fundamentalmente homognea. Los edificios tradicionales estn cons-truidos con el recurso a un nico material principal. Todos los elementos vertica-les, y a veces tambin los horizontales, son de mampostera, madera o cermica.Los grosores de los diversos elementos estn ms frecuentemente determinadospor el sistema constructivo que por la funcin final del elemento. Hay que esperarhasta el siglo XIX para que el economicismo constructivo empiece a tipificar di-versos espesores en la construccin de albailera.

    La estructura porticada acaba con esta homogeneidad constructiva. Por una par-te, se introduce a s misma como elemento radicalmente diferenciado de loscerramientos. Los pilares y las jcenas aparecen en el interior de los edificioscomo nuevos elementos constructivos que pautan los espacios interiores. Porotra, los cerramientos, liberados de la funcin portante, se apuran en su espesory aligeran en su composicin. Los tabiques, cada vez ms livianos, se diferenciande los hastiales y medianeras, y stos, a su vez, de las fachadas principales.Estas fachadas se rasgan con grandes huecos o aprovechan las posibilidades delos materiales modernos para reducirse hasta espesores inquietantes o adquirirtransparencias vertiginosas.

    0.3.1 Rincones, esquinas y testeros

    Cada espacio interior, que en la construccin tradicional estaba envuelto por uncontinuo del mismo material, carcter y grosor, est ahora limitado por elementostotalmente diferentes y ocupado por cuerpos extraos, como jcenas y pilares,fragmentos de una estructura cuya comprensin ser imposible desde el local encuestin.

    Si la estructura se acerca fsicamente a los cerramientos para liberar el espaciode cada local, el diseo de cada encuentro entre pilar, tabique, fachada y jcenaentraar una dificultad especial.

    La localizacin del cerramiento se convierte en un elemento fundamental de unaplanta ordenada. La nica solucin universalmente correcta ser la que sitetodos los cerramientos de manera que su imagen interior sea siempre la misma.Por ejemplo, que los tabiques estn a eje de los pilares y que las fachadas estnsituadas de tal manera que su cara interior sobrepase el eje hacia el interior conun espesor igual al grosor de medio tabique. As, en todos los espacios interioresse percibir de manera idntica la relacin pilar-cerramiento. Estos problemas decoordinacin entre el orden estructural y el de los cerramientos en el interior deledificio formarn uno de los tres grandes captulos de este libro agrupados bajo elttulo genrico de El rincn.

    Pero la diferenciacin estructura-cerramiento tiene tambin una gran importanciacuando analizamos las fachadas. La estructura suele plantear su propio ordenmodular, alineando pilares en las proximidades del cerramiento exterior. Este ce-

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    rramiento, segn su grosor y su localizacin, tendr su haz exterior a una deter-minada distancia de la lnea de pilares. El orden del cerramiento y sus huecosdeber ser acordado con el de los pilares. Como veremos ms tarde, al llegar aun cambio de direccin en la fachada los problemas de acuerdo pueden ser muycomplejos. Por eso dedicaremos a este tema el segundo captulo, titulado Laesquina.

    Por fin, la estructura introduce otra especificidad en la composicin, que es surepetidamente citada direccionalidad. Cubrir un espacio supone la introduccinde materiales capaces de soportar flexiones, y para ello los ms adecuados sonpiezas longitudinales, sean viguetas, perfiles de acero, jcenas de hormign, gran-des elementos de madera laminada y encolada o estructuras de cuchillo. Todosesos elementos tienen una caracterstica comn: su linealidad. Todos ellos intro-ducen una direccin de cubrimiento que supone la aparicin de un factor deanisotropa en la estructura del edificio. As, por ejemplo, en una planta cuadradaesta anisotropa supone que los dinteles de dos lados opuestos sern portantes,y los otros dos no. En realidad los lados portantes son muy diferentes de los noportantes y, lgicamente, su expresin arquitectnica y su relacin con el cerra-miento deberan evidenciarlo. A los problemas que surgen entre esa deseadaisotropa del edificio y su anisotropa estructural dedicaremos el tercer captulodel libro con el ttulo de El testero.

    Insisto en que estos tres grupos de problemas, los de los rincones, esquinas ytesteros, los de la difcil relacin entre estructuras porticadas y cerramientos, sonlos campos de trabajo principales del arquitecto, probablemente los que suelenconsumir la mayor parte de su esfuerzo y constituyen una expresin muy directade su jerarqua de prioridades y de los recursos de su oficio. sta es por lo menosla tesis que quiero defender.

    0.3.2 Problema al canto

    Podemos afirmar ya que todos esos problemas guardan alguna relacin con losbordes, extremos y permetros, ya sea porque un prtico -o cualquier otro ele-mento limitado en una direccin- se repite en sentido perpendicular y resulta dif-cil concluir la serie, ya sea porque una fachada portante se encuentra con unaque no lo es, o ya sea simplemente porque un orden compositivo deba cambiarde direccin al llegar a una esquina. Sea como fuere, la mayor parte de los pro-blemas compositivos convergen sobre los extremos y las discontinuidades.

    Slo las plantas absolutamente istropas evitan estos problemas. La adicin decoronas a una planta circular no comporta la aparicin de testeros, ni de esqui-nas, ni de finales de ningn tipo. Las plantas cuadradas, absolutamente modula-das y con cerramientos a eje de la estructura, pueden evitar tambin casi todaslas dificultades compositivas, aunque, como veremos, trasladarn algunas deellas al diseo de los elementos constructivos.

    Los problemas estarn all donde aparezca una discontinuidad, all donde acabeo se transforme un orden o una directriz, aunque slo sea el giro de una moldura;como mi socio profesional, Llus Clotet, insiste en repetir, all tendremos un pro-blema al canto.

    Planta del giro de un sofito(Palladio, quattro libri)

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    0.3.3 Las tres actitudes. Justificacin del ndice de este estudio

    A lo largo de la historia de la arquitectura, y sobre todo durante este siglo, losarquitectos se han esforzado en encontrar la solucin perfecta para esos proble-mas de canto. Y cuanto mayor era el esfuerzo de abstraccin, de conceptualiza-cin del proyecto, ms difcil resultaba resolver esos rincones, esquinas y teste-ros.

    Pero lo que resulta ms sorprendente es que una profesin en la que la culturavisual es fundamental para la formacin del oficio profesional haya hecho tanpocos esfuerzos de tipificacin de las experiencias anteriores para dar soporte alesfuerzo creativo. La historia de la composicin arquitectnica, casi siempre re-dactada por personas ajenas al oficio de proyectar, no se ha ocupado de estostemas tan profesionales.

    Las preocupaciones estilsticas y las consideraciones culturales han dejado pocomargen al estudio de unos temas que, sin embargo, son de la mayor transcen-dencia. Por una parte, porque su anlisis da la clave de la orientacin del trabajodel arquitecto y es, por lo tanto, utilsima para el estudio e interpretacin de suobra. Por otra, porque su tipificacin puede ser el soporte del esfuerzo creativoante el tablero.

    Con la intencin de esbozar unos primeros anlisis en este sentido vamos aacercarnos a los problemas especficos del rincn, la esquina y el testero. Antecada uno de ellos vamos a ensayar una clasificacin de las actitudes del proyec-tista para luego comprobar los resultados, cotejndolos con la experiencia con-creta de algunos maestros de la profesin.

    Como hemos dicho, los problemas que nos ocupan nacen de la difcil compatibi-lidad entre el orden de la estructura y el de la composicin arquitectnica. Supon-dremos que la actitud del arquitecto ante esta difcil compatibilidad puede serincluida en uno de los tres grupos siguientes:

    - dar prioridad a la composicin arquitectnica expresada en los cerramientos yorientada hacia la satisfaccin de las exigencias funcionales, subordinando a esaprioridad el orden propio de los elementos estructurales.

    - expresar ambos rdenes sin intentar subsumir a uno en el otro.

    - dar prioridad al orden estructural sometiendo a los cerramientos a ese criterio.

    Con el nico objetivo de facilitar la comprensin en esta lectura llamaremos for-mal a la primera actitud; a la segunda, explcita; y a la tercera, radical. Estanomenclatura no quiere tener ningn componente moral, ningn animo jerarqui-zador o preferencial.

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    La actitud formal otorga preferencia a las consideraciones compositivas sugeri-das por la funcin o por otros componentes de la forma. El orden impuesto poresas consideraciones a los cerramientos configura la planta, mientras que loselementos estructurales son dispuestos por el arquitecto de la mejor manera po-sible, segn su criterio, pero siempre insertos en ese orden primigenio de loscerramientos. Esta actitud ha dado lugar a productos tan brillantes como las PrairieHouses, de Wright, pero tambin a otros tan poco sugerentes como algunos edi-ficios residenciales contemporneos emplazados en los chaflanes barceloneses.

    La actitud explcita es la abanderada del Movimiento Moderno. Los primeros es-fuerzos por conciliar estructuras y cerramientos acarrearon dificultades y deter-minaron una actitud contundente: la de separar ambos, esto es, la de expresarloscon elementos independientes. En efecto, los famosos esquemas de Le Corbusier,sus primeras villas, y tambin algunas obras de Mies aparecen como paradigmasde esta actitud, cuya dificultad intrnseca es consecuencia precisamente de esalibertad. Esto es as porque las relaciones entre estructura y cerramiento originanun nuevo problema de diseo en la concepcin de cada espacio para asegurar suvalor escultrico de una columna; o en cada local para estudiar las posibilidadesde amueblamiento que esa columna limita; y en fin, en cada punto del proyectodonde un pilar se acerque peligrosamente a un cerramiento.

    La actitud radical convierte el proyecto en una estructura ordenada respecto a lacual se dispondrn los cerramientos de la manera que el proyectista considerems oportuna, pero siempre subordinados al orden estructural. En el lmite deesta actitud la trascendencia formal y temporal de la estructura puede calificar demuebles a los cerramientos. Es un criterio muy prximo a las ms modernasconsideraciones de la flexibilidad y de la high-tech. Desde el rigor de la Casa delFascio, de Terragni, hasta el aeropuerto de Standset, de Foster, la arquitecturamoderna esta tachonada de brillantes contenedores radicales.

    Aeropuerto de Standset (N. Foster)

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    Acerqumonos pues a los rincones, esquinas y testeros para comprobar los re-sultados de estas tres actitudes ante ellos. Nuestro anlisis de cada uno de esostres componentes del edificio va a consistir en una introduccin sobre el plantea-miento tradicional del problema, una exposicin acerca de las consecuencias decada una de las tres actitudes y, por fin, en un recorrido por la obra de algunosmaestros de la arquitectura para identificar en ella las enunciadas actitudes.

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    1. El rincn

    Bajo este ttulo analizaremos los conflictos que aparecen con la segregacin deelementos estructurales especializados en el soporte mecnico del edificio. Lacompartimentacin del espacio interior segn las exigencias del programa y de lacomposicin de los espacios interiores concuerda muy difcilmente con el ordenpropio de la estructura.

    1.1 La escala del espacio interior y la estructura porticada

    Los problemas de relacin entre el espacio interior y la estructura porticada sonmuy diferentes en funcin del tamao del espacio interior y de la frecuencia deelementos portantes. Para facilitar su estudio distinguiremos dos casos extremosmuy diferenciados. Por una parte, los edificios con espacios interiores muycompartimentados en los que las dimensiones de los locales tienen una escaladel mismo orden que la luz de los prticos. Por otra, los edificios con grandesespacios interiores donde la compartimentacin desaparece o se reduce a ele-mentos muebles que no cierran completamente el espacio.

    En los primeros, edificios con programas residenciales, hospitalarios, etc., losconflictos entre los elementos estructurales y los pequeos espacioscompartimentados pueden llegar a ser insolubles. En efecto, la visin de las pie-zas segmentadas, pilares o jcenas, apareciendo en algunos de los locales pue-de resultar imposible de controlar.

    En los segundos, en los que las dimensiones del espacio interior permiten perci-bir una cantidad de elementos estructurales que permite comprender el orden delporticado, ser ineludible el control de la expresin arquitectnica de estos ele-mentos estructurales. En este caso tiene gran importancia la alternativa proyectualque aparece: la bsqueda de una imagen coherente con la anisotropa intrnsecaal porticado o la modificacin de la percepcin de los prticos para sugerir unaimagen ms istropa.

    En primer lugar estudiaremos brevemente esta alternativa que se abre en losedificios con amplios espacios interiores y ms adelante analizaremos con mayordetalle los problemas que plantean los espacios ms reducidos.

    En el estilo internacional no hay fusin entre espacio yestructura y, al final, cada uno contina siendo un com-ponente identificable, mientras que la arquitectura no esconcebida como una confluencia de ambos sino msbien como su oposicin dialctica, como una especiede debate entre ellos, C. Rowe 1.

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    1.1.1 Los grandes espacios porticados

    El carcter de un gran espacio no compartimentado con estructura portante for-mada por jcenas de pequea luz y frecuentes pilares estar definido por el or-den de esa minuciosa estructura. En algunos programas que exigen espacios degran planta, la sucesin de pilares y, sobre todo, la presencia de la jcena impo-nen una direccionalidad que puede ser integrada en la imagen proyectada. Enalgn caso esa direccionalidad ser utilizada para potenciar algunos aspectosarquitectnicos. La preferencia de una directriz sobre su perpendicular para des-tacar un sentido circulatorio, la importancia de un testero o cualquier otra inten-cin proyectual pueden apoyarse en la direccionalidad natural del porticado. Comoveremos en el epgrafe siguiente, la arquitectura egipcia nos brinda ejemplos muyelaborados de esta manipulacin expresiva del porticado.

    Si, por el contrario, la intencin proyectual apunta hacia un espacio ms istropodentro de la estructura porticada, sta puede disearse de manera que esadireccionalidad pierda intensidad. Los recursos para evitar esa presencia indeseadadel porticado direccional han sido muy variados a lo largo de la historia.

    Un grupo de soluciones tiende a reforzar los elementos perpendiculares al prticopara dar a la estructura una apariencia ms istropa. Este objetivo se puedeconseguir reforzando el papel de las riostras de estabilizacin entre prticos. Si lariostra tiene una importancia similar a la de la jcena y los pilares son cuadrados,la estructura parecer bidireccional.

    En la construccin con muros muy perforados este recurso tambin fue utilizadopara desdibujar la direccionalidad del muro perforado principal. sta parece ser larazn principal de la existencia de las arqueras perpendiculares a los murosportantes en las Atarazanas de Barcelona. En este edificio, los pilares cuadradosy el doble orden de arqueras en sentidos perpendiculares fingen perfectamente

    Vista del interior de las Atarazanas de Barcelo-na, en la que se observa su arquera bidireccio-nal

    Axonomtrica de las Atarazanas de Barcelona(dibujo de R. y E. Terradas)

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    una estructura bidireccional. Slo al levantar la vista al techo y observar la impor-tancia de los hastiales de apoyo de las vigas frente a la baja altura de los murosperpendiculares, cuna de las canales en limahoya, se puede entender ladireccionalidad inherente a la estructura original y a la yuxtaposicin de cubiertasa dos aguas.

    Otro grupo de soluciones tiende a enmascarar la direccionalidad de la estructuracubriendo las jcenas con cielos rasos. Si, adems, los pilares se disponen sobreuna malla cuadrada, es decir, si las luces de las jcenas de un mismo prtico soniguales entre s e iguales tambin a la separacin entre prticos, se habr conse-guido una absoluta apariencia de isotropa. Unos pilares circulares o cuadradosacabarn de dibujar una perfecta bidireccionalidad en la imagen perceptible de laestructura porticada. Es el caso de tantas obras de la historia de la arquitectura,y en particular de la capilla del cementerio de Estocolmo, proyectada por Asplund.

    El fingimiento de la isotropa estructural ha llevado muchas veces a construircielos rasos que dibujan falsos elementos estructurales o artesonados decasetones. La arquitectura americana de principios de siglo muestra abundantesejemplos de estos recursos, como el Knikerbocker Trust de Nueva York, de Mckim,Mead & White (1904).Por fin, un tercer grupo de soluciones se conforma con resolver el problema deimagen istropa en la zona de ms importancia para la definicin de la imagen deledificio: a la altura de la vista. Esta solucin puede ser reforzada llamando laatencin sobre esta zona con recursos diversos. Es el caso de muchas mezquitasrabes, como veremos ms adelante.

    Evidentemente la solucin perfecta para ese espacio de gran tamao exige eldiseo de una estructura autnticamente istropa, como veremos en el epgrafefinal de este apartado.

    Artesonado istropo bajo estructura direccionalen el Knikerbocker Trust en Nueva York (Mckim,Mead & White)

    Isotropa bajo el cielo raso de la Capilla del ce-menterio, en Estocolmo (G. Asplund)

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    La manipulacin expresiva del dintel en Karnak

    En la arquitectura egipcia, el orden interno del espacio se organiza a partir de laconstruccin porticada con grandes piezas de piedra. Los prticos granticos delas salas en T de los templos de Keops, de la IV Dinasta, constituyen una claraexpresin de esta organizacin elemental de la estructura. Este tipo constructivodispona los pilares sobre una cuadrcula perfecta, pero los reuna con un dintel,de seccin anloga al pilar, formando un prtico plano. La importancia del dintelimpone una fuerte direccionalidad al espacio interior. Aunque la planta sea istropa,el espacio queda subdividido por esas imponentes jcenas dejando pasillos quecirculan entre los prticos. Dentro de permetros muy simples se forman vasprincipales y secundarias que cambian el sentido del prtico.

    Seti I y Ramss II llevaron los recursos arquitectnicos del porticado a su expre-sin ms monumental en la gran sala hipstila de Karnak. La sala est formadapor un cuerpo central de tres naves sobreelevadas y siete laterales a cada ladode este cuerpo. Las tres crujas centrales estn cubiertas por dinteles dispuestosen el sentido principal del templo, el oeste-este. La diferencia de altura sirve paraintroducir luz en las crujas centrales a travs de unas enormes celosas de pie-dra.

    Los tres pasillos centrales quedaban pues especialmente significados por su altu-ra y por la luz que, descendiendo del techo, deba contrastar intensamente con lapenumbra general de la sala. Los dos grandes espacios laterales estaban organi-zados con prticos perpendiculares que convergan hacia ese espacio central.Sin embargo, los dinteles que marcan la direccionalidad de los pasillos no llega-ban hasta el espacio central. Una cruja antes a direccin de esos dinteles cambiay sugiere un pasillo paralelo a los tres centrales.

    Unos sutiles recursos geomtricos jerarquizaron perfectamente una ordenacinestructural en principio elemental para conseguir una variedad de perspectivas,recorridos y luces que se ordenan para conseguir unos objetivos simblicos yfuncionales 2.

    Disposicin de dos estructuras porticadas per-pendiculares en el templo T de Keops

    Seccin de la gran sala de Karnak

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    La isotropa a la altura de la vista en la mezquita rabe

    En muchos grandes espacios porticados se consigue una isotropa suficiente-mente satisfactoria con recursos elementales que modifican la imagen del porticadoa la altura de la vista. Gracias a la localizacin de los pilares sobre una tramaortogonal simtrica y a la planta cuadrada o circular de los mismos, la percepcindel espacio es ordenada e istropa. La direccionalidad del sistema portante que-da por encima del plano visual y la ficcin es completa si, con recursos diversos,se centra la atencin en los fustes de los pilares.

    Una de las formas constructivas ms utilizadas por las mezquitas rabes es la deprticos paralelos que soportan techos soportados por viguetas o por pequeasarmaduras que forman cubiertas a dos aguas. ste es el caso de la Mezquita deCrdoba. A la altura de la vista, no obstante, el resultado es un bosque de pilaressin direccionalidad evidente. La oscuridad en las partes altas del espacio refuerzaesa imagen istropa.

    Dentro de este juego de enmascaramientos se puede citar una solucin, sencillay eficaz, consistente en una red de luminarias que, en algunas mezquitas, confi-gura una especie de tenue falso techo sobre las cabezas de los fieles y con el quese define un espacio totalmente carente de direccionalidad.

    Como ya hemos sealado, la potenciacin de la riostra es otro de los recursosposibles. La estabilidad de los prticos sugiere la existencia de un elemento es-tructural que los una en sentido perpendicular: en algunas mezquitas slo son lostirantes de los arcos; en otras construcciones, las formas estructurales perpendi-culares a los prticos principales toman mayor importancia y compiten con ellos.

    La repeticin de elementos decorativos llamativos en el fuste istropo de los pila-res, como el revestimiento con alfombras, tambin refuerza la no direccionalidad,la sensacin de bosque istropo del conjunto.

    La imagen istropa de la estructura porticada dela Mezquita de Crdoba

    Las alfombras que pautan la bidireccionalidadde la planta en la Gran Mezquita de El Cairo

    Isotropa bajo las luminarias en la Mezquita deEl Cairo. Proyecto de restauracin

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    1.1.2 Las estructuras porticadas istropas

    En todo este trabajo estamos suponiendo una orientacin direccional del porticadoprovocada por la linealidad de la vigueta. Las viguetas se apoyan en prticos, ystos dibujan en el espacio unos planos virtuales definidos por la jcena y larectangularidad de la planta de los pilares. La yuxtaposicin de los prticos pla-nos paralelos pauta el espacio interior. Esta realidad fsica es muy evidente enestructuras como las de perfiles metlicos, en las que los techos se apoyan sobreesbeltas jcenas.Con el hormign la solucin constructiva puede ser igualmente espectacular sirecurrimos a la jcena de canto con forjado de vigueta apoyado sobre ella. Ladireccionalidad de la planta de los pilares subrayar an ms la anisotropa de laestructura. Sin embargo, la ductilidad formal del hormign abre la puerta a mu-chas soluciones menos contundentemente direccionales. La primera fue la jce-na plana. El atractivo de la absorcin de la jcena en el grueso del forjado provocuna difusin rpida de esta solucin, xito que slo remiti cuando se evidencia-ron las graves consecuencias de la deformabilidad de una pieza de tan pococanto.

    Iglesia de Beln, Mlaga (J.M.G. de Paredes)

    La estructura de grandes capiteles istropos dela Johnson Wax (F. Ll. Wright)

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    La solucin perfecta, la isotropa ms completa, siempre ha estado al alcance dela ductilidad del hormign. Se trata de la losa armada en dos direcciones. Supe-rando la direccionalidad de la vigueta, la losa bidireccional da lugar a plantas deestructura perfectamente istropa. Con pilares de planta cuadrada, o mejor circu-lar, la losa armada en dos direcciones es una solucin perfecta para los grandesespacios porticados.

    Para reducir el canto del forjado sin que el punzonamiento en la cabeza de lospilares alcance niveles peligrosos, es habitual el recurso a capiteles en forma decono invertido. A pesar del coste del encofrado, esta solucin se ha utilizado confrecuencia por ser tan estructuralmente correcta y tan eficaz formalmente . En ellmite de este tipo de estructuras, las formas cnicas u otras soluciones de revo-lucin, pueden crecer y llegar a ocupar toda la cubierta. Es el caso de las famosassetas, unidas por jcenas en dos direcciones, de la sala de trabajo de la JohnsonWax, de Wright.

    Hace veinte aos tuvo entre nosotros un gran xito el forjado reticular, que resol-va con recursos diversos el encofrado de la losa aligerada armada en dos direc-ciones. Por desgracia su difusin se hizo apoyndose en la posibilidad de colocarlibremente los pilares en la planta, lo que condujo a unas aberraciones estructura-les inaceptables. Hoy, limitadas sus expectativas, el recurso a las estructurasbidireccionales en hormign es frecuente y sencillo. Con una estructura ordena-da, unas luces discretas y unos cantos suficientes, esta solucin es perfectamen-te utilizable.

    Techo bidireccional de hormign en el edificiode la Lloyd, en Londres (R. Rogers)

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    1.1.3 La localizacin del cerramiento

    Desde el punto de vista del espacio interior, el problema ms grave que provocala estructura porticada es el de la localizacin del cerramiento respecto a esaestructura. Como veremos ms adelante, disponer los cerramientos interiores oexteriores a eje, a cara o de cualquier otra manera respecto a jcenas o pilares esuna decisin difcil y de gran trascendencia para la percepcin del orden de esoselementos estructurales.

    Para ejemplificar esa importancia comentaremos aqu un caso elemental. Un granespacio vaco, sin tabiquera interior, formado por un orden estructural muy sim-ple: nueve bvedas que se apoyan sobre cuatro pilares centrales y un muroperimetral. Es el caso de algunas lonjas gticas catalanas, que nos servirn paracomprobar la importancia de la localizacin de ese muro perimetral respecto alorden definido por la estructura.

    La localizacin del cerramiento en las lonjas catalanasIncluso en un edificio sin tabiques, como estas lonjas, este problema de relacingeomtrica entre estructura y cerramiento toma gran importancia. Los pilares sesitan sobre una trama ortogonal perfecta que dibuja en el techo la cuadrcula denervios entre bvedas de cantera. La esbeltez de los pilares y la perfecta isotropade las bvedas conforman unos espacios amplios y fluidos y hacen de estasestructuras unas de las arquitecturas ms perfectas de la historia.

    Ese orden tan puro se encuentra en el permetro del edificio con el muro decerramiento. Desde el punto de vista estrictamente geomtrico y estructural pare-ce evidente que el muro de cerramiento debera estar situado con su eje centralcoincidente con la trama definida por los pilares. Slo as parece posible mante-ner un orden general en la composicin de la planta del edificio.

    La retcula de nervios del techo de la Lonja deValencia

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    Sin embargo, si se sigue este ordenado planteamiento, es difcil que el resultadosea correcto desde el punto de vista del orden de la sala. sta fue la solucinadoptada en la Lonja de Mallorca. El muro es ms grueso que los nervios entrebvedas y por lo tanto tambin ms grueso que el nervio perimetral. Es inclusoms grueso que un pilar. En consecuencia, cuando el muro interseca las bvedasdel techo hace desaparecer el nervio perimetral y corta los nervios que le lleganperpendiculares antes de que stos hayan llegado al capitel que debera recoger-los en perfecta geometra. Las bvedas de borde pierden su planta cuadrada yquedan ligeramente rectangulares. Si, para evitar la siempre difcil entrega directade muro a bveda, disponemos de una moldura en su encuentro -a modo denervio- en esa interseccin, el encuentro de ese falso nervio con los nerviosperpendiculares al muro ser casual y complejo. En Mallorca los canteros deci-dieron que esos problemas se mostrasen explcitamente y prolongaron las moldurasdel falso nervio entre las del verdadero.

    Para que los techos queden ordenados, el paramento perimetral deber tener sucara interior en el eje de los pilares. sta es la ventaja de la Lonja de Valenciasobre la de Mallorca. As, las bvedas, en el permetro, quedan perfectamentecuadradas y enmarcadas por medios nervios perimetrales. Esos medios nervios,los perpendiculares al muro, se recogen en medios capiteles. Medios pilares quedescienden rigurosamente hasta el suelo conservando el estricto orden de laplanta.

    La Lonja de Valencia, con la cara de sus murosperimetrales a eje de pilares.

    La Lonja de Mallorca, con el eje de sus murosperimetrales a eje de pilares

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    El espacio perfectamente istropo de la Lonjade Valencia

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    1.2. Las tres actitudes. La coherencia entre el ordenestructural y el orden del espacio interior

    Recordemos que el problema que nos plantebamos bajo el epgrafe de El Rin-cn era el de la compatibilidad formal entre los cerramientos y la estructura cuan-do ambos tenan una escala similar. Es decir, cuando dentro de cada comparti-mento o local aparecen piezas del porticado en situaciones aleatorias; pilares yjcenas que se introducen en los locales habitables y alteran su geometra.Es en los proyectos de tipo residencial en el que estas tensiones han venidoapareciendo con mayor intensidad: paramentos de los dormitorios que se rompencon un pilar absurdo o jcenas que cruzan un cuarto de estar son habituales en laarquitectura ms convencional de los ltimos aos.

    Las estrategias proyectuales que se pueden adoptar para hacer frente a esta faltade coherencia entre orden del porticado y organizacin espacial compartimentadapueden agruparse en las tres actitudes definidas anteriormente: formal, explcitay radical.

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    LA ALTERNATIVA FORMAL

    La reabsorcin de los elementos estructurales en el orden de loscerramientos

    El orden estructural, sometido a las leyes fsicas de la resistencia de materiales,difcilmente puede adecuarse a una organizacin cualquiera de los cerramientos.S que es posible, sin embargo, que en el momento del proyecto se ordenensimultneamente cerramientos y estructura, siempre teniendo en cuenta sus di-ferentes leyes. En estas condiciones, cuanto ms amplios sean los conocimien-tos del proyectista sobre los recursos de la tcnica, ms rico puede ser el resulta-do. Las leyes de la construccin sern a veces lmites a las posibilidades de lacomposicin, pero en otros casos se convertirn en sugerencia y gua para unproyecto ms consistente.

    La prioridad a la composicin espacial y funcional ha brindado resultados tanbrillantes a lo largo de la historia como las Prairie Houses, de F. Ll. Wright, en elque macizos de albailera, cajas del hogar-chimenea y carpinteras parecen co-laborar en el dibujo de una planta que encuentra en esos mismos elementos sussoportes estructurales.

    En el extremo opuesto de esta misma aproximacin se sita el vulgar aplaza-miento de las decisiones estructurales hasta una fase final del proyecto, cuandoya la distribucin en planta est perfectamente definida en funcin de criterios deuso y relacin espacial. En el mejor de los casos, los pilares se colocarn en loslugares menos conflictivos desde el punto de vista formal, procurando disimular-los en ncleos de instalaciones o junto a ventilaciones, introducindolos en arma-rios u otros locales de pequeas dimensiones, o disimulndolos en encuentros odesdoblamientos de los cerramientos. La versin ms pobre de esta propuesta seha convertido en la solucin convencional utilizada en la mayora de los edificiosque hoy se construyen.

    Plantas baja y segunda del Atheneum de NewArmony (R. Meier)

    Esquema de la aproximacin formal

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    En algunos casos la solucin formal surge ante las dificultades que supone elmantenimiento a ultranza de un orden estructural explcito. Richard Meier, enprincipio fiel a la disciplina del Movimento Moderno, plantea una separacin radi-cal de cerramientos y estructuras en sus edificios seminales. Sin embargo, noduda en desdibujar el rigor de la estructura en esos mismos edificios all dondesurgen dificultades en la organizacin de los cerramientos para solucionar proble-mas de programa.

    Utiliza los pilares como elementos escultricos donde le es posible, pero no tieneincoveniente en envolverlos con macizos o sustituirlos por esbeltas pantallas alldonde no contribuyen a ordenar el espacio. Incluso en sus proyectos seminalescomo el Atheneum de New Harmony (1975-79), que parece presentarse comoparadigma de la actitud explcita -que presentaremos en el epgrafe siguiente- locierto es que siempre aparecen elementos portantes ajenos al orden aparente dela estructura, como puede comprobarse en las plantas reproducidas.

    El esquema estructural del Seminario de Hartford (1978 -81)3 es un ejemplo de sueclecticismo en la combinacin de una solucin aparentemente explcita con unaactitud realmente formal, de subordinacin de la estructura al cerramiento. Susproyectos utilizan progresivamente formas estructurales cada vez ms libres yms ajenas al orden estructural. El lmite de esta evolucin es la famosa excrecenciade su proyecto en Barcelona.

    Esquema estructural del Seminario de Hartford,publicado con el proyecto.

    Axonomtrica del Seminario de Hartford(R. Meier)

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    LA ALTERNATIVA EXPLCITA

    Disociacin entre orden estructural y espacio arquitectnico

    Como hemos visto, sta es la solucin propugnada por el Movimiento Moderno.Es una alternativa que slo puede aplicarse para edificios de programas de usomuy poco exigentes, con espacios interiores muy fluidos, en los que loscerramientos son simples mamparas divisorias o elementos que se cierran sobres mismos para conformar una especie de grandes muebles habitables. Evidente-mente exige techos absolutamente planos y pilares de planta istropa.

    La relacin entre cerramientos y estructura es agobiantemente casustica. Poresa razn lo que debera ser una relacin libre y fcil se convierte en un laboriosoestudio de cada caso para asegurar la calidad formal del resultado. La imagen decada pilar debe ser valorada dentro del espacio interior en el que se encuentra.

    Quiero recordar aqu una ancdota sobre el Pabelln Espaol en la Exposicin de1937 en Pars, de Sert y Lacasa. Cuentan sus reconstructores en Barcelona,Espinet y Ubach, que entre los documentos que manejaron para la reconstruc-cin aparecan unas facturas correspondientes al apeo de un pilar. Una miradams atenta a los planos les hizo ver que el orden estricto de la estructura imponaun pilar que hubiera obstaculizado notablemente la contemplacin del Guernicaen el testero del edificio... Hasta en los edificios ms emblemticos es difcil llevarel rigor del orden estructural hasta sus ltimas consecuencias.

    El Pabelln de Espaa en la Exposicin Univer-sal de Pars de 1937. La figura muestra la elimi-nacin del pilar central en el prtico de la izquier-da. (Sert y Lacasa)

    Esquema de la alternativa explcita

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    cnEl Dispensario Antituberculoso de Barcelona, construido en 1932 por Sert, Torres

    y Subirana, es una de las expresiones ms rigurosas y conseguidas de la actitudexplcita en la aproximacin a las relaciones entre estructura y cerramientos; enefecto, en las plantas superiores el orden de los locales favorece ese paralelismo,mientras que en la planta baja los cerramientos se mueven libremente dentro delorden estructural y consiguen relaciones brillantes entre la tersura de las cermi-cas vidriadas ondulantes y la pauta rigurosa de los pilares metlicos 4.

    Axonomtrica del Dispensario Antituberculoso deBarcelona (Sert, Torres y Subirana)

    Pilares y cerramientos en las plantas baja ysegunda del Dispensario Antituberculoso

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    LA ALTERNATIVA RADICAL

    La subordinacin de la localizacin de los cerramientos al ordenestructural

    Algunos programas pueden organizarse dentro de un orden estructural previa-mente establecido por un porticado adecuado. Muchos edificios de oficinas yalgunos de viviendas u hoteleros se resuelven as. Se disea una estructura cu-yas luces sean tales que coincidan con la amplitud de cada local o con la de lasuma de dos de ellos y se sitan los cerramientos en lneas significativas de laestructura: unos sern coincidentes con el plano de los prticos, los perpendicu-lares partirn de los encuentros de stos con los pilares; en el mejor de los casostodos los locales tendrn pilares en sus esquinas.

    Evidentemente los locales no sern absolutamente istropos puesto que loscerramientos tendrn carcter diferente y su relacin con los pilares ser tambindiversa, segn se trate de tabiques, fachadas, etc. La localizacin del cerramientorespecto al eje estructural tomar en este caso una importancia crucial. La posi-bilidad de que el cerramiento tenga un grosor igual o mayor al del pilar puede abrirpaso a soluciones muy interesantes.

    Un caso brillante de utilizacin de esta actitud radical es la Casa del Fascio, deTerragni, un arquitecto clsico preocupado por la exploracin de los valoresatemporales del orden estructural. En toda su obra los cerramientos se sometenal orden de la estructura, pero esta sumisin no supone trauma porque previa-mente el diseo de la estructura, a su vez, se ha hecho, desde el primer momentodel proyecto, de acuerdo con las exigencias genricas del programa de espaciosque conformarn el edificio.

    La Casa del Fascio (1936-43), en Como, se nos presenta como una perfectamalla reticular tridimensional de envolvente prismtica. Este prisma envolvente,de base cuadrada y de altura mitad del lado, est ms definido por la malla es-tructural que por los paramentos de cerramiento, que cambian de composicin encada fachada y casi desaparecen en la principal.

    Fachada principal de la Casa del Fascio(G. Terragni)

    La estructura de la Casa del Fascio

    Esquema de la aproximacin radical

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    Pero esa malla estructural no es homognea. En cada ala del edificio sus lucescambian para adecuarse a los locales que albergan: dobles crujas en tres facha-das y simples en una, apeo de dos pilares que forman una sorprendente retculade jcenas en una de las alas, brochal en un encuentro en esquina entre lucesdiferentes, e incluso jcenas de gran luz en la cobertura del patio.Para que la estructura forme parte de la imagen arquitectnica del edificio esevidente que sta tendr que sufrir algunas violencias, como tambin las habrsufrido el programa para insertarse en ella. As es probable que las riostras queunen los prticos no sean estrictamente necesarias, ni desde luego es lgico quetengan la misma seccin que las jcenas principales, pero contribuyen a la ima-gen de retcula espacial de la estructura en su conjunto. Tampoco es inmediatoque los pilares deban ser cuadrados, cuando es evidente que soportan importan-tes momentos flectores en uno de sus sentidos. Ni que las jcenas de gran luzque cubren el patio estn apoyadas en un pilar tipo sin continuidad para su eleva-do canto.

    stas son las principales imperfecciones de la estructura, que la acercan a laimagen istropa deseada y al uso concreto proyectado. Lo cierto es que el resul-tado consigue ampliamente los objetivos propuestos. La imagen del edificio es lade una malla tridimensional, porque Terragni mueve el plano de fachada entre elexterior y el interior de la estructura. Con ello consigue que la imagen dominantesea la de esta ltima, pues ocupa siempre el plano continuo de referencia. Sesupone tcitamente que tras los grandes paramentos de mrmol la retcula siguemarcando su ley. Y sin embargo no es as: la retcula se modifica en cada fachadacomo hemos dicho al principio. Las esquinas se leen como radicales por esacontinuidad de la trama, pero la realidad es que tras ellas hay complicados cam-bios dimensionales.

    El sueo de la actitud radical podra ser el Paraso del Danteum, que Terragniproyect en 1938. Dentro de una retcula perfecta, unos pilares cilndricos devidrio sostienen unas vigas y lminas de la misma transparencia. No cabe imagi-nar una solucin ms inmaterial y abstracta.

    Perspectiva del Paraso del Danteum

    Patio interior de la Casa del Fascio

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    1.3 Ilustraciones

    Para ilustrar las actitudes del arquitecto pueden sernos tiles dos personalidadesemblemticas: F. Ll. Wright y el joven Le Corbusier. La calidad de las perspectivasentre espacio y estructura del primero contrasta con la forjada construccin delas idealistas abstracciones geomtricas del segundo.

    1.3.1 Wright y las estructuras dctiles a la organizacin espacial

    Como hemos visto, las Prairie Houses constituyen la mejor expresin de la opcinformal en la relacin entre cerramientos y estructura. La disposicin de los ele-mentos portantes de estas viviendas, de madera y acero fundamentalmente, sesubordinan a la organizacin funcional y espacial del edificio.

    Dada la sencillez de los problemas estructurales su solucin nunca es muy forza-da. En general, se trata de cuchillos de madera apoyados en estructuras de ladri-llo, o bien en postes de madera prximos a la tradicional balloon frame. Los mainelesentre ventanas son discretos elementos portantes disimulados tras forros de car-pintera. Cuando la sucesin de ventanas forma un hueco horizontal de anchuraexcesiva, la cubierta se apea con un perfil metlico que lleva la carga hasta losmacizos de albailera ms prximos.

    Axonomtricas del comedor de la Robie House.Disposiciones del cielo raso y de la estructura(segn E. Ford)

    Planta de la Martin House en la que se muestrala organizacin de los macizos portantes subor-dinada a la composicin general de los espa-cios

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    Durante toda esta poca Wrigth no exhibe los elementos estructurales; salvo losmacizos de albailera todos ellos quedan envueltos por forros de madera o porcielos rasos. Pero generalmente estas envolventes recuerdan y explican el ordenestructural 5. Los techos del comedor de la Robie House pueden ejemplificar esteparalelismo entre la organizacin espacial sugerida por el molduraje interior y laorganizacin estructural real.

    En edificios de estructura ms varia, como la Casa Martin (1904) que tiene forja-dos de hormign, ese mimetismo se hace ms complejo. Bajo la cubierta inclina-da de la segunda planta el cielo raso se pauta con un molduraje mimtico de laviguera real. En la planta inferior, en la biblioteca, bajo la losa de hormign, lasmolduras retornan sobre s mismas para dibujar unos espacios istropos.Las figuras siguientes -siempre segn las interpretaciones de E. Ford- muestranesta intencin de ordenacin istropa de los espacios en la citada biblioteca. Ladiferencia de altura de los techos se articula marcando la situacin de las vigasmetlicas, pero subraya un espacio central y otros, de techo ms bajo, en alcoba,que se abren sobre el primero.

    En estas viviendas Wright no se siente obligado a estribar sus soluciones estruc-turales, pero la disposicin de los elementos ornamentales ordena los espaciosde manera que alude y reitera la organizacin portante.

    Diferente tratamiento de los cielos rasos en dosplantas sucesivas de la Martin House (segn E.Ford).

    Estructura y falso techo en la biblioteca de laMartin House (segn E. Ford)

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    Esta voluntad de integracin de la estructura en el proyecto global resulta cadavez ms evidente en sus proyectos de mayor envergadura, proyectos que exigenuna estructura ms importante. Frente a los edificios del Movimiento Moderno,con estructura que tiene su propio proyecto, en Wright difcilmente podrn sepa-rarse ambas intenciones. Edificios tan tempranos como el Larkin, de 1904, sonmodelos de esa integracin completa de estructura, instalaciones y organizacinespacial.

    El Larkin no oculta la organizacin direccional de su planta, pero con la forma delpatio interior, la amplia unin de las alas laterales y la disposicin de las escalerasde esquina dignifica a todo el edificio con una imagen general istropa.

    Treinta y cinco aos despus, Wright se enfrent con unos tipos de edificios deespacio y estructura en los que la estructura exiga mayor atencin: su fidelidad alproyecto unitario es an ms patente. Las oficinas de la Johnson & Son renendos casos ejemplares tipolgicamente muy alejados: la gran sala de administra-cin y la torre de los laboratorios.

    La primera es un espacio de gran superficie cubierto con una estructura porticadade pequea luz. La solucin ms digna, segn lo visto en este captulo, y la queWright adopta, es la de una estructura reticular con jcenas en las dos direccio-nes. Pero, para insistir en la imagen istropa, el arquitecto finge un forjado espe-cial. Los pilares se rematan con unos grandes capiteles fungiformes que ocupancasi todo el techo del edificio. Los espacios entre los crculos ocupados por estoscapiteles se cubren con unas arriesgadas claraboyas planas (que en 1957 tuvie-ron que sustituirse por unos lucernarios inclinados convencionales) 6.

    Disposicin de los elementos estructurales y deinstalaciones en el edificio Larkin(segn E. Ford)

    El patio central del edificio Larkin, con la crujafinal que une las dos alas direccionales

    Planta del edificio Larkin

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    El otro edificio es la torre de laboratorios. Desde 1924 7 se suceden intermitente-mente en la obra de Wright dibujos de rascacielos con una caracterstica comn:la concentracin de los elementos estructurales en el ncleo central, con los as-censores y los servicios.

    Casi paralelamente a como organiza sus Prairie Houses, alrededor de la chime-nea o de otros ncleos verticales, Wright imagina estos rascacielos con una po-derosa estructura central y una fachada de vidrio totalmente libre. En la St. MarksTower, de 1929, la planta muestra cuatro apartamentos separados por unosmuros radiales portantes de todo el edificio. Entre esos muros, los forjados slollegan a la fachada un piso de cada dos.

    En 1930 se repite el esquema, pero esta vez agrupando las torres para formar unverdadero bloque escalonado de viviendas para un proyecto en Chicago, proyec-to que tampoco se construir. En 1940, en sus ideas para el Cristal Heights Hotelreproduce casi indnticamente el esquema original.

    En 1949, Wright construy la torre de los laboratorios segn el modelo de ncleocentral portante y raz pivotante que tantos aos llevaba elaborando. Las armadu-ras de metal desplegado, la soldadura entre redondos, la conduccin central detodos los servicios, los acristalamientos de pirex... son slo algunas de las inno-vaciones que introdujo.Finalmente, en 1952, construy su torre de apartamentos, aunque en esta oca-sin destinada a oficinas: la Price Company Tower. Con ella su imagen de la torreistropa con estructura de ncleo central y ramas radiales se hizo realidad. Vere-mos repetirse en este estudio el esfuerzo continuado de algunos arquitectos a lolargo de toda su vida profesional por decantar su tipo edificatorio, el modelo,sntesis de sus intenciones, que van perfeccionando al hilo de encargos diversos.

    La Price Tower

    La torre de los laboratorios Johnson en cons-truccin

    La planta del proyecto de la St.Marks Tower

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    1.3.2 Le Corbusier y los elementos estructurales dctiles a la organiza-cin espacial

    La sensibilidad de Mies respecto a la creacin del espacio le lleva a imponer elorden estructural con poca inspiracin dirigida hacia lo que el edificio quiereser. Le Corbusier siente lo que el edificio quiere ser, pasa impacientemente atravs del orden y se apresura hacia la forma 8.

    Las relaciones entre la estructura porticada y el espacio interior entran en crisiscon la arquitectura racionalista. Para la arquitectura purista de los maestros delMovimiento Moderno en los aos veinte, la alternativa es radical: plantear unasestructuras ordenadas pero evitar que cada uno de sus elementos participe en laconformacin del espacio y lo trocee excesivamente. Para ello las estrategiasfueron diversas: prctica desaparicin de la jcena, planta istropa del pilar yradical separacin del orden estructural respecto a los cerramientos.

    La desaparicin de la jcenaEl espacio del Estilo Internacional era un sistema que tenda a prohibir que seviesen la vigas y lo ms importante no era que el tejado fuese llano, sino que lofuese el techo interior, y que suelos y techos presentasen planos ininterrumpidos[...] la columna libre difcilmente poda asumir una relacin explcita con las vigasque pudiesen descansar sobre ella sin llevar a una compartimentacin del espa-cio y, por lo tanto, a una cierta violacin de la libertad del plano 9.

    Colin Rowe no puede expresarlo con ms claridad. La jcena es el obstculo msimportante en el camino hacia la libre organizacin del espacio, y por ello desapa-rece reabsorbida en el forjado, convertida en una jcena plana en los edificiosms importantes. As ocurre en el modelo estructural de la Maison Domin ysigue ocurriendo en casi todos los proyectos de los aos veinte de Le Corbussier.Pero tambin fueron concebidos as -aunque con ms dificultades estructurales-los primeros proyectos de Mies: el Pabelln de Barcelona y la Casa Tugenhadt.Incluso con la estructura metlica de la Casa Fansworth, Mies construye unaplaca de viguetas sin jcena diferenciada.

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    La Ville Savoie ofrece un curioso ejemplo de manipulacin de las jcenas. LeCorbusier consigui una imagen casi perfectamente istropa del espacio de plan-ta baja, y sobre todo del perfil inferior del volumen edificado.La estructura esta formada por una sucesin de cinco prticos. En el techo de laplanta baja, las jcenas de esos prticos son planas salvo en tres vanos. Uno,embrochalado, que subraya el acceso y dos ms en los prticos vecinos. Enningn momento las jcenas llegan al borde del techo. As el prisma de la plantapiso se perfila con toda perfeccin.

    En los edificios con programas convencionales esta actitud explcita es ms unparadigma que una solucin prctica aplicable. El mismo Le Corbusier busc laaproximacin de ambos rdenes, cerramientos y estructura, en otros tipos deedificios, como el Clart (1930-32), coetneo de la Ville Savoie (1929-31).

    Vista de la planta baja de la Ville Savoie

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    Los pilares de planta istropa

    En las estructuras porticadas la forma idnea de los pilares es la rectangular, conla dimensin mayor en el sentido del prtico para ofrecer ms canto a los momen-tos flectores que les transmiten las jcenas. Esa direccionalidad de la planta delpilar obstaculiza la neutralidad de la planta del edificio y por ello los grandesmaestros utilizan, en los proyectos seminales de los aos veinte, pilares de plantaistropa. Le Corbusier, con hormign, proyect pilares cuadrados, como en Pessac;o circulares como en la Ville Savoie. Mies, con acero, prefiri la planta cruciforme,como en el Pabelln de Barcelona y en la Casa Tugenhadt.El esquema emblemtico de la separacin entreestructura y cerramientos

    El Pabelln de LEsprit Nouveau, con su escul-trico pilar circular en el centro de una estructu-ra de muros

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    La disociacin de la estructura y los cerramientos

    Las distorsiones que los pilares provocan en la pureza de la geometra de loscerramientos se evitan separando radicalmente ambos elementos constructivos.El emblemtico esquema de Le Corbussier reproducido en la pgina opuesta esel modelo terico de esta radical separacin.

    Lo cierto es que Le Corbusier, considerado como un magnfico propagandista desus ideas, sintetiz su aproximacin a la estructura porticada de hormign enunos brillantes esquemas de enorme fuerza expresiva, pero que tuvieron unaescasa traduccin real en sus proyectos.

    En su famosa comparacin de cuatro composiciones volumtricas califica de fcilla organizacin que correspondera al esquema anterior (la nmero 3). Sin em-bargo, slo utiliza esta composicin en algunas de sus plantas bajas.Otro esquema emblemtico es el de la Maison Domin (1914). Se trata de unmodelo de estructura de hormign, imaginado para construir viviendas seriadas ybasado en un forjado direccional con jcenas planas. La imagen ha tenido ampl-sima difusin en las publicaciones arquitectnicas, pero muy poca influencia comomodelo concreto, tanto en la arquitectura en general como en la propia obra de LeCorbusier.

    Axonomtrica y planta de la Maison Domin

    Las cuatro composiciones segn Le Corbusier

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    Mucho ms trascendente para su obra fue la Maison Citrohan, de 1920; un tipoestructural muy simple, mucho ms cercano a las estructuras de muros que lamenos frtil Maison Domin. Si las plantas de la Maison Citrohan se entiendenmejor como estructuras murarias, su casa unifamiliar en la Weissenhof (1927)evidencia esa duplicidad. La planta baja est ocupada por unos locales de libreorganizacin entre pilares, segn el modelo terico inicial. Las plantas superioresestn construidas prcticamente entre muros, hasta tal punto que la fachada alotro lado de la escalera es literalmente una construccin de muros de bloques dehormign dentro de los que se conforma un pilar armado 10.

    El Pabelln del Esprit Nouveau (1922), el barrio de Pessac, la Maison Cook (1926),la casa en Cartago (1928) se organizan tambin segn este mismo esquema. Elbrillante croquis de la solucin explcita con el que inicibamos este apartado haejerci