IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

44

description

CRISTINA DEL CARMEN LÓPEZ –compiladora– Identidades, representación y poder entre el Antiguo Régimen y la Revolución. Tucumán, 1750-1850, Prohistoria Ediciones, 2009, 204 pp. * Las investigaciones que integran la presente compilación tienen un objetivo común: el estudio y análisis de los grupos sociopolíticos y económicos de la “provincia” de Tucumán, para evaluar el reordenamiento de sus identidades, la representación y el poder, desde la expulsión de los jesuitas en 1767, el quiebre producido por la Revolución de mayo de 1810 y los cambios y permanencias de la primera mitad del siglo XIX. El análisis apunta a explorar el alcance de las múltiples relaciones entre los diversos actores del proceso, así como de las disputas para acceder a los recursos económicos, políticos y simbólicos. Cristina del Carmen López es historiadora. Se graduó en la Universidad Nacional de Tucumán, obtuvo su maestría en la Universidad Internacional de La Rábida, Andalucía, y su doctorado en la Universidad Nacional de Tucumán. Es Profesora Adjunta Regular en la cátedra de Historia Argentina (curso general) de la Universidad Nacional de Tucumán. Es Investigadora Independiente del CONICET en el Instituto Superior de Estudios Sociales y Directora de la Carrera de Maestría y Doctorado en Ciencias Sociales (orientación Historia o Geografía) de la UNT. Es autora, entre otros trabajos, de Los dueños de la tierra. Sociedad, economía y poder en Tucumán, 1750-1820 (UNT, Tucumán, 2003).

Transcript of IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

Page 1: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER
Page 2: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER
Page 3: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

Cristina del Carmen Lópezcompiladora

Identidades, representación y poderentre el Antiguo Régimen y la Revolución

Tucumán, 1750-1850

prohistoriaediciones

Page 4: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER
Page 5: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

Rosario, 2009

Cristina del Carmen Lópezcompiladora

Identidades, representación y poderentre el Antiguo Régimen y la Revolución

Tucumán, 1750-1850

prohistoriaediciones

Page 6: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

colección actas – 8ISSN 1668-5369dirigida por Elisa Caselli

Composición y diseño: Liliana AguilarEdición: Prohistoria EdicionesDiseño de Tapa: CarusitaIlustración de tapa: Imagen gentileza del Archivo General de Tucumán

Este libro recibió evaluación académica y su publicación ha sido recomendada por reconocidos especialistasque asesoran a esta editorial en la selección de los materiales.

TODOS LOS DERECHOS REGISTRADOSHECHO EL DEPÓSITO QUE MARCA LA LEY 11723

© Cristina del Carmen López –Tucumán 2253, (S2002JVA) – ROSARIO, Argentina

Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, incluido su diseño tipográfico y de portada, encualquier formato y por cualquier medio, mecánico o electrónico, sin expresa autorización del editor.

Este libro se terminó de imprimir en los talleres de Cromográfica, Rosario, en el mes de junio de 2009.Tirada: 500 ejemplares.

Impreso en la Argentina

ISBN 978-987-1304-34-9

prohistoriaediciones

Cristina del Carmen LópezIdentidades, representación y poder entre el Antiguo Régimen y la Revolución: Tucumán, 1750-1850. -

1a ed. - Rosario: Prohistoria Ediciones, 2009.200 p.; 23x16 cm.

ISBN 978-987-1304-34-9

1. Historia Política Argentina.CDD 320.982

Fecha de catalogación: 05/03/2009

Page 7: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

Índice

Presentación ............................................................................................................... 9

Las disputas por el poder en San Miguel de Tucumán a partir de laexpulsión de los jesuitas ........................................................................................... 17María Lelia García Calderón

El Cabildo “Justicia y Regimiento” de San Miguel de Tucumánante las reformas jurisdiccionales del siglo XVIII .................................................. 45Romina Zamora

Redes sociales y lealtades políticas en conflictos de la elite santiagueña.El estudio de dos casos en Santiago del Estero durante el primerquinquenio de la década revolucionaria ................................................................. 63Pablo Sebastián Iramain

El proceso de militarización durante la Revolución. Tucumán, 1812-1819 .......... 83Marisa Davio

Revolución, libre comercio e importaciones en Tucumán, 1809-1819 ................. 103Cristina del Carmen López

Orígenes, estrategias familiares y reproducción social de las familiasPosse y Nougués, 1830-1930 ................................................................................. 121Francisco Bolsi

Representación y opinión en el Cabildo de Tucumán(desde fines de la Monarquía hasta los comienzos de la Revolución) .................. 141Georgina Abbate

Revolución de Mayo: experiencias y novedad ...................................................... 157Juan José Villalón

La guerra contra Rosas: el gobierno de Tucumán y la Coalicióndel norte (1839-1841). El comportamiento político de la elite localy sus relaciones de poder desde una perspectiva regional ................................... 169Emmanuel Parrado

Page 8: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER
Page 9: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

Presentación

El conocimiento histórico del territorio que hoy constituye el “noroeste” argen-tino ha avanzado significativamente en las últimas dos décadas. Las investiga-ciones atienden a múltiples aspectos relacionados con la historia social, políti-

ca y económica del período colonial y posindependiente. Nuestro propósito es aportara dicho conocimiento desde nuestro espacio físico y académico.

Los trabajos que componen la presente edición son parte del proyecto denomi-nado Identidades sociales, representación y poder en Tucumán y la región (1767-1880), que fue posible mediante los subsidios PIP 5107 (CONICET) y Programa 26H/333-3 (Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de Tucumán).

El objetivo general de la presente propuesta es analizar la conformación de losgrupos sociopolíticos y económicos de la “provincia” de Tucumán1 y la región paraevaluar el reordenamiento de sus identidades, la representación y el poder quedetentaron durante el período comprendido entre la expulsión de los jesuitas en 1767,el quiebre producido por la Revolución de mayo de 1810 y los cambios y permanen-cias de la primera mitad del siglo XIX. El análisis estuvo orientado, además, a explo-rar el alcance de las múltiples relaciones y las disputas entre los diversos sectoressociales para acceder a los recursos económicos, políticos y simbólicos.

Hemos considerado que el estudio debía partir de la existencia de identidadessociales dinámicas y relacionales que nos permitieran analizar la construcción de losespacios de acción y control en el amplio sentido del poder.

La investigación de tan extenso período temporal y espacial cuenta hoy conavances importantes a partir de los estudios que están llevando a cabo los integrantesdel equipo de trabajo a través de tesis de doctorado, algunos de los cuales formanparte de esta compilación.

Todos los trabajos se enmarcan en las nuevas perspectivas historiográficas vi-gentes. Estas propuestas han dirigido las líneas de investigación hacia el encuentroentre la Historia y la Antropología, confluencia que trasladó el análisis social, políticoy económico al terreno de los estudios de familia, las redes familiares y sociales, laparticipación de los sectores populares, la historia de los conceptos. Con el aporte delas herramientas brindadas por las nuevas propuestas, se han articulado las distintasdimensiones y expresiones de la vida de la sociedad tucumana tardocolonial yposindependiente. El trabajo no ha sido fácil pero sí muy fructífero en términos de losaportes que ofrecemos y ponemos a consideración de la comunidad científica.

1 La “provincia” de Tucumán fue creada por el Directorio de Buenos Aires en 1814, a poco de iniciarse laRevolución de Mayo; reunía a Tucumán como capital de provincia y las jurisdicciones de las ciudadesde Catamarca y Santiago del Estero hasta su autonomía definitiva en 1821.

Page 10: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

10 Identidades, representación y poder...

Desde el período colonial la ciudad de Tucumán desempeñó un rol clave entrelas jurisdicciones aledañas y en el conjunto espacial que conformó el Virreinato delRío de la Plata primero, y las Provincias Unidas del Río de la Plata a partir de 1810, ala vez que determinados factores fueron consolidando la relación con Buenos Aires ysu protagonismo como árbitro y mediador. La Revolución de Mayo fue una realidadque se impuso a la sociedad tucumana y de la región sin opción. El proceso afectó atodos los actores sociales, especialmente a aquellos que estaban a cargo de los asuntospolíticos de cada comunidad.

A lo largo del período los principales resultados advierten sobre una marcadaprimacía de actores (y redes familiares) que procedían de los tiempos coloniales, a lavez que se observa una importante hibridación en aspectos relacionados con los usos,prácticas y costumbres, así como en el cambiante significado del lenguaje utilizadopor los mismos protagonistas.

El análisis en la larga duración nos permitió, además, observar cómo se fuereforzando en algunos casos, y transformando en otros, el poder territorial de las co-munidades sociopolíticas de la región, a la vez que los efectos producidos por el cursode los acontecimientos, especialmente aquellos que se iniciaron a partir de 1810, pro-vocaban alianzas y conflictos entre las elites regionales y el poder central de BuenosAires. Desde los intereses familiares, sectoriales y personales la desarticulación delespacio económico colonial tuvo importantes consecuencias que produjeron la quie-bra de algunas fortunas familiares que se habían consolidado tras la aceleración ycrecimiento de la circulación mercantil producida desde mediados del siglo XVIII. Laimplementación de la libertad de comercio generó el reordenamiento de los agenteseconómicos y adecuaciones de las prácticas en términos de producción e intercam-bios cada vez más dependientes de los mercados externos, a la vez que se iba defi-niendo el incipiente “mercado nacional”.

Los estudios específicos permitieron ahondar sobre aspectos de este complejoproceso.

La expulsión de los jesuitas tuvo consecuencias para todos los sectores socialesde Tucumán y engarzó con un importante conflicto que sacudió a la gobernación en ladécada de 1760: el Juicio de Residencia al gobernador Juan Manuel Campero. Estejuicio, que involucró a los principales actores de las elites regionales, reactivó lasdisputas por el poder entre las principales familias tucumanas. A su vez, ambas situa-ciones se entrelazaron con el intento de descentralización y dominación de las princi-pales instituciones americanas impulsado por los Borbones. El trabajo de María LeliaGarcía Calderón analiza la tensión desencadenada entre los grupos de notables deTucumán para la constitución de la Junta de Temporalidades, la defensa de la prima-cía del Cabildo por encima de los fueros especiales de los miembros de la Junta Mu-nicipal y la creciente injerencia en los asuntos locales por parte de la Junta Principalde Buenos Aires.

Page 11: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

11

Íntimamente relacionado con el tema anterior y en el marco de análisis de lacultura social y jurídica de Antiguo Régimen, Romina Zamora observa el reordena-miento de las relaciones que configuraban el espacio socio-político urbano de SanMiguel de Tucumán en las últimas décadas del siglo XVIII y la primera del siglo XIX.La investigación está centrada en el estudio de las características y conformación delcuerpo político de la ciudad (la República) y las relaciones con los diversos sectoressociales.

A partir de la Revolución las disputas y tensiones registradas estuvieron directa-mente relacionadas con el proceso de reordenamiento entre los miembros de la nuevadirigencia política. Desde la documentación analizada puede observarse el recambiogeneracional dentro de las familias principales, así como es posible ver también cómola participación militar abrió espacios para la inserción de los cuadros más jóvenes deesas familias. Igualmente importante es observar nombres que no habían tenido noto-riedad tiempo antes y que surgen cubriendo espacios importantes del nuevo poderpolítico.

Concomitantemente con el proceso anterior, la participación y “visibilidad” delos sectores populares fueron aspectos clave para entender los cambios producidos ylos resultados logrados por las distintas facciones en pugna. La inclusión de los secto-res populares en el espacio público durante esta etapa puede observarse fundamental-mente en su intervención en las milicias y el ejército de línea. A partir de entonces laparticipación en los cuerpos armados fue particularmente significativa en momentosde tensión social y política, lo que se tradujo en enfrentamientos armados entre secto-res del ámbito local y regional. Sólo el esfuerzo de la guerra contra un enemigo co-mún, como lo fue el ejército realista en la primera década revolucionaria, permitiósuperar momentáneamente las diferencias entre los grupos que conformaron ladirigencia política.

En esta línea se inscriben los trabajos de Pablo Iramain y Marisa Davio, quienesa partir del estudio de las comunidades políticas de la región y la militarización de lossectores populares buscan dar respuesta al reordenamiento de los grupos de poder. Enel primer caso, el estudio se propone analizar la relación entre las redes sociales y elaccionar de los sujetos políticos de Santiago del Estero durante los primeros cincoaños del proceso revolucionario, para observar en qué medida tales redes generaronlas lealtades políticas resultantes de las facciones en pugna. El segundo trabajo secentra en el proceso de militarización que se produjo en Tucumán a partir de la Revo-lución, participación que se hizo masiva a partir de la batalla de 1812. El propósitodel estudio es analizar cuáles fueron las herramientas y estrategias utilizadas por laselites para el manejo de la fuerza militar, tanto del Ejército Auxiliar del Perú como delas milicias, teniendo en cuenta la necesidad de reclutamiento permanente de los sec-tores populares una vez desatada la guerra con el español. El estudio se inserta en laspropuestas de análisis que conciben, por un lado, la identificación de las comunidadespolíticas a partir de las lealtades construidas sobre complejas redes de relaciones an-

Presentación

Page 12: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

12 Identidades, representación y poder...

tes que sobre un “ideario” político definido y, por otro lado, la militarización comocanal de participación de los sectores populares en el espacio público y político alservicio de intereses del poder de turno. En todos los casos se considera que el ejerci-cio de la fuerza constituye una condición necesaria pero no suficiente para el poderpolítico. Lo que caracteriza a este poder es la exclusividad en el uso de la fuerzarespecto de todos los demás grupos en un determinado contexto social. La incapaci-dad de lograr dicha exclusividad caracterizó la inestabilidad política de la primeramitad del siglo.2

Junto con el proceso de “militarización de la sociedad” comenzaron a generarsealgunos cambios en la estructura socioeconómica producto, en parte, de las demandasde la guerra y el abastecimiento del aparato militar. Todo ello provocó, coyunturalmente,la escasez de ciertos recursos a nivel provincial y regional (particularmente ganado),a la vez que la reactivación de la producción de otros bienes (tales como alimentos yvestimentas), dando impulso al sector artesanal. Los cambios operados en el medianoy largo plazo alteraron las bases económicas del poder, provocando la “ruralización”y el encumbramiento de los sectores vinculados con la producción agroganadera des-tinada a los mercados de exportación y la amplitud de sectores intermedios de artesa-nos dedicados a las manufacturas de demanda local y regional. El desplazamiento delcapital mercantil hacia los emprendimientos rurales involucró a los más conspicuosactores del comercio de importación de efectos ultramarinos de la plaza tucumana. Apartir de la segunda década revolucionaria se sumaron los gastos propios de las gue-rras interprovinciales y el financiamiento de la nueva burocracia. A su vez, este proce-so no se comprende sólo en el marco de la realidad contextual americana de fines delsiglo XVIII y primera mitad del siglo XIX sino que forma parte del macrosistemaeconómico mundial, caracterizado por el interés de las potencias europeas por lograrmercados de consumo y provisión de materias primas para el creciente proceso deindustrialización.

La investigación de Cristina López indaga el impacto que tuvo la guerra sobre elcomercio de importación de productos ultramarinos para observar las alteracionesproducidas en el volumen y tipo de mercancías que se importaron en la plaza tucumanadurante la primera década revolucionaria, a la vez que sobre los nexos existentes entrelos comerciantes locales, las redes mercantiles extendidas con el puerto de BuenosAires y la ampliación del sector con la presencia de comerciantes de la región obliga-dos por las circunstancias a instalarse en Tucumán.

El trabajo de Francisco Bolsi, por su parte, incursiona sobre las estrategias ma-trimoniales y de reproducción social de la elite mercantil para hacer frente a los cam-bios impuestos por la realidad posrevolucionaria mediante el estudio comparativo de

2 WEBER, Max Economía y Sociedad, FCE, México, 1964. BOBBIO, Norberto; MATTEUCCI, Nicola yPASQUINO, Gianfranco Diccionario de política, Siglo XXI, México, 1998.

Page 13: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

13

dos familias muy reconocidas en el ámbito local, cuyas trayectorias diferentes conflu-yen en su paso relativamente exitoso por las inversiones en la agroindustria azucarera.

Pero como en toda revolución, los cambios operados se llevaron a cabo no sólocon acciones que impusieron los nuevos valores ejercidos mediante el acatamiento ala autoridad de turno y la fuerza pública, sino fundamentalmente a través de las pala-bras y las representaciones que ellas conllevaron. Representaciones a su vez cambian-tes en el tiempo y los espacios, ya que ellas permiten aprehender las experiencias quelos hombres tienen de su tiempo, es decir, cómo viven su presente a partir del pasadoy cómo proyectan sus expectativas.3 A partir de la propuesta teórica y metodológicaque brinda la historia de los conceptos políticos, los trabajos de Juan José Villalón yGeorgina Abbate nos acercan a la gestación de los nuevos lenguajes políticos, asícomo a las mutaciones y solapamiento de significados a lo largo del tiempo.

En el primer caso se trata del estudio sobre las representaciones que el conceptorevolución ha tenido en algunos actores de gran participación en el espacio del Río dela Plata, tales como Cornelio Saavedra, Manuel Belgrano, Martín Rodríguez y TomásGuido. Se parte de las afirmaciones sostenidas por la comunidad científica de histo-riadores según las cuales la Revolución de mayo, iniciada en 1810 en Buenos Aires,fue una respuesta a las tensiones políticas que sufría el sistema político monárquicoespañol y que las perturbaciones provenientes del sistema extrasocial y del intersocialdel ambiente que integraba la Monarquía española antecedían a la misma. En el traba-jo se analizan los discursos y representaciones por los cuales el proceso de la revolu-ción se presenta como una respuesta ante un desafío planteado en territorio europeo,que exigía inmediatas tomas de posición desde este otro lado del Atlántico y que esadecisión tomada en Buenos Aires (no en el resto del territorio del Virreinato que estaciudad encabezaba) pediría la debida obediencia en todo el antiguo espacio colonial.En consonancia con las mismas propuestas teóricas y metodológicas, en el trabajo deGeorgina Abbate se analizan los conceptos de representación y opinión en el usodado por la comunidad política tucumana que, según lo ha considerado la historiografíade estos últimos tiempos, sentaron las bases para la construcción de los nuevos regí-menes que intentaron construirse a partir de la Revolución.

Una vez alejada la Revolución, pero fundamentalmente el Ejército, la relaciónconsenso/disenso con respecto a los grupos de poder cambió drásticamente en el es-pacio tucumano. La disgregación del estado central fue acompañada en algunas deestas provincias por una marcada inestabilidad política reflejada en la falta de

3 KOSELLECK, Reinhart y GADAMER, Hans-Georg Historia y hermenéutica, Paidós, Barcelona, 1993;KOSELLECK, Reinhart Futuro pasado. Para una semántica de los tiempos históricos, Paidós, Barce-lona, 1993; Los estratos del tiempo: estudios sobre la historia, Paidós, Barcelona, 2001 y los nuevosaportes en esta línea de FERNÁNDEZ SEBASTIAN, Javier y FUENTES, Juan Francisco Diccionariohistórico político y social del siglo XIX español, Alianza, Madrid, 2002; PALTI, Elías El tiempo de lapolítica. El siglo XIX reconsiderado, Siglo XXI, Buenos Aires, 2007.

Presentación

Page 14: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

14 Identidades, representación y poder...

gobernabilidad. A la subordinación de las salas de representantes al poder del ejecuti-vo le siguió la inestable manera de acceder a dicho cargo, toda vez que los distintossectores de la elite tradujeron sus diferencias en acciones armadas. Mientras Santiagodel Estero inició su marcha hacia el unanimismo, Tucumán y Catamarca se sumieronen la “anarquía” durante buena parte de los años 1820. Esa lucha denodada entregrupos de familias se mantuvo en Tucumán hasta mediados del siglo XIX (con elasesinato de Bernabé Araoz, Alejandro Heredia y Marcos Paz, entre algunos de losmás conspicuos representantes de la elite local) y provocó resonancias en las jurisdic-ciones vecinas que albergaban a los “sediciosos” de turno, identificados como “trai-dores a la Patria”. Muchas familias, en luchas permanentes contra otras facciones,sufrieron embargos, saqueos, decomisos e incluso el exilio para proteger sus vidas.Por su parte, la lucha entre los grupos de poder catamarqueños, enfrentados entre“capitalinos” y los que se ubicaban en el oeste de la provincia, se tradujo en recurren-tes petitorios de vecinos de Belén, el fuerte de Andalgalá y Santa María para que susjurisdicciones fueran anexadas a Tucumán. En este caso, intereses económicos se con-jugaban con los modelos políticos que separaban a la elite de una misma provincia.

En los años 1830, las cadenas de mando militar construidas al calor de la milita-rización permitieron, en algunos casos, articular los espacios políticos de las jurisdic-ciones vecinas. En este sentido es posible observar a través de las redes sociales cómoaquellos actores promovidos por su participación en el Ejército durante la etapa revo-lucionaria ganaron fuerte injerencia en la política local e interactuaron con otros acto-res de la región. Es el caso de la relación entablada por Heredia con los jefes militarescatamarqueños. Valiéndose de la lealtad de sus vecinos, Heredia logró combatir algobernador salteño La Torre e impedir el ingreso a Tucumán de los “unitarios” quequerían deponerlo. Como premio a la “lealtad” los jefes militares del occidentecatamarqueño consiguieron, aunque de modo temporal, lo que reiteradamente habíanpedido: su anexión a la provincia de Tucumán. El Protectorado consolidó la primacíade Heredia (y de la provincia de Tucumán) en la región apadrinado, aunque no sinresquemores, por el unanimismo rosista.

La década de 1840 comenzó con la fuerte resistencia de las elites políticas de lasprovincias del norte, lideradas también por Tucumán, contra la política de Rosas. Elcontexto fue la Coalición del Norte, de corta vida pero de importantes consecuenciaspolíticas regionales. La investigación que lleva a cabo Emmanuel Parrado analiza elcomportamiento de ciertos actores que promovieron el proyecto, centrado en las for-mas que adquirió la construcción del poder dentro del marco de profunda inestabili-dad política y la reconfiguración de roles de los distintos sujetos. Se señala comohecho fundamental la emergencia de actores que no habían tenido participación en lavida política provincial y regional hasta la década de 1830.

Podemos decir, en síntesis, que el programa revolucionario de mayo implicó nosólo dar respuesta a la ruptura del orden colonial y a la crisis de la legitimidad delpoder, sino a la profundización de los cambios implementados en términos de inser-

Page 15: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

15

ción y demandas en el contexto internacional tanto como comunidad política a la vezque económica. La apertura comercial que en parte se había puesto en marcha un añoantes del movimiento revolucionario como efecto del conflicto atlántico, definió laposición económica del naciente “estado argentino” en la economía mundial y el rolde las economías interiores a lo largo del siglo XIX. A la vez, produjo una transforma-ción de las bases económicas de las elites propietarias, vinculadas fundamentalmentecon el comercio de importación-exportación que encararon el desplazamiento del ca-pital comercial hacia los emprendimientos rurales.

El proceso no se hizo sin dificultades. Los alcances de esas medidas, especial-mente los asociados con la adecuación de las economías interiores en el contextointernacional y la “representación” de los pueblos en las asambleas constituyentespara proponer una organización política acorde con las necesidades económicas, estema poco explorado por los historiadores del “interior” y merece una revisión de lossupuestos sostenidos sistemáticamente por la historiografía decimonónica. Espera-mos aportar algunos elementos de juicio con esta compilación de trabajos.

Quisiera agradecer personalmente el apoyo sistemático de dos personas vinculadascon mi trabajo personal así como con los proyectos académicos, dirección y co-direc-ción de alumnos, tesistas y becarios. Se trata de la Mg. Irene García de Saltor, quiendirige, participa y es gestora directa de muchos de los proyectos en los que hemosparticipado juntas en los últimos años y del Dr. Alfredo Bolsi, que como director delInstituto Superior de Estudios Sociales (y mucho antes que ello también) ha ofrecidosu apoyo personal e institucional para mí y quienes me acompañan en esta tarea. Paraellos, mi profundo reconocimiento.

Presentación

Page 16: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER
Page 17: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

Las disputas por el poder en San Miguel de Tucumána partir de la expulsión de los jesuitas

MARÍA LELIA GARCÍA CALDERÓN

“Los principales vecinos, alcaldes y regi-dores, que por todos no pasarán de veinti-cuatro, son hombres circunspectos y tena-ces en defender sus privilegios…”.1

Esta investigación tiene como objetivo indagar en las repercusiones de la acciónreformista borbónica, especialmente la medida de expulsión de la Compañíade Jesús y su impacto en la sociedad tucumana, partiendo de la hipótesis de

que esta última debió acomodarse a la nueva realidad generando un reordenamientoen el seno de los grupos de poder que buscaban mantener su posición hegemónica.

El alejamiento de los jesuitas provocó cambios en diferentes esferas, pero aten-diendo al aspecto institucional, el extrañamiento planteó la necesidad de crear la Jun-ta Municipal de Temporalidades para la administración de los bienes secuestrados alos expulsos. Esta corporación constituiría un nuevo espacio de decisión cuyos cargosfueron de hecho ocupados por miembros de familias ya tradicionalmente vinculadasal ámbito político de la ciudad, como lo era el Cabildo. Su composición planteó unencadenamiento de tensiones y negociaciones que ponían de manifiesto los mecanis-mos sociales que articulaban verdaderas coaliciones de vecinos para satisfacer lasapetencias de poder de grupos y familias.

Analizada desde otro aspecto, la expulsión originó el remate de los bienes de losjesuitas que constituyó una ocasión sin precedentes para quienes la aprovecharon conel fin de acrecentar sus patrimonios familiares o ampliar y diversificar sus actividadeseconómicas.

Quienes estuvieron involucrados desde el primer momento en el proceso de ex-trañamiento, la posterior administración de los bienes incautados y hasta la mismaformación de la Junta de Temporalidades, pertenecían a redes –basadas en el paren-tesco, la filiación o las alianzas interpersonales– que estratégicamente actuaban parareproducirse como grupo en la posición dominante. Mediante acciones exitosas en laconcreción de ese común objetivo, a lo largo del tiempo e implicando a varias genera-ciones, habían logrado la continuidad de su presencia y su accionar desde muchoantes de la expulsión de la Compañía.

1 CONCOLORCORVO El lazarillo de ciegos caminantes, Emecé, Buenos Aires, 1997, p. 69.

Page 18: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

18 Identidades, representación y poder...

La estrecha imbricación entre lo político y lo social que ha demostrado lahistoriografía de las últimas décadas se manifiesta en el estudio de las dinámicas so-ciales con el acento puesto en lo que los individuos hacen alejándose de los tradicio-nales análisis de categorías sociales estáticas.

En este marco es importante la aplicación del concepto de familia o grupo derelaciones y la utilización de la red social como una herramienta, sin olvidar queexisten otros ángulos desde los cuales explicar la historia social.

Si atendemos a la historiografía tucumana reciente observamos el estudio de lasredes de vínculos entre familias que constituían para los miembros de los grupos do-minantes el recurso mediante el cual organizaban el control de sus negocios y tambiénel funcionamiento de las instituciones políticas.2 Estas relaciones de poder caracteri-zaron la estructura política e institucional a partir de una dinámica resultante de con-flictos, negociaciones, cooperaciones, solidaridades y resistencias –entre otras accio-nes– que establecían los individuos que se vincularon para reorganizarse en el contex-to de las reformas borbónicas y perpetuarse en el estatus de elite.3 Por ello el estudiodel campo social como una estructura de red nos interesa para revelar los comporta-mientos individuales.4

Cristina López ha dedicado gran parte de su producción historiográfica a inda-gar el reordenamiento de las elites en las últimas décadas del siglo XVIII producidopor los efectos de las reformas borbónicas y ha tomado las redes de parentesco comoherramienta analítica para enlazarlas con los objetivos de las familias tucumanas deadaptarse a los cambios. Sostiene que las redes de familias de parientes, amigos yclientes son las unidades pertinentes de análisis del proceso de conformación del po-der y el patrimonio. A partir de la unidad de capital relacional que era la parentela, a laque se sumaban otros vínculos, la autora ha analizado el rol de la familia Alurralde enel avance, defensa y apropiación de los territorios conocidos como la frontera delTucumán colonial.5

2 En las investigaciones de Ana María Bascary se ha caracterizado a la sociedad tucumana de fines de laépoca colonial y se han abordado las estrategias de las familias de los grupos hegemónicos para perma-necer y reproducir su poder. Sus trabajos consideran a la familia como el ámbito privado desde donde seproyecta la participación pública de sus miembros. BASCARY, Ana María Familia y vida cotidiana.Tucumán a fines de la colonia, Facultad de Filosofía y Letras, UNT, Tucumán, 1999.

3 LÓPEZ, Cristina “Negocios familiares: redes mercantiles y redes de parentesco en el Tucumán colo-nial”, en Revista del Departamento de Historia, núm. 7, Facultad de Filosofía y Letras, Tucumán, 1999.

4 Tamar Herzog ha subrayado la importancia de recurrir a las redes como complemento de los estudiossociales basados en categorías formales. HERZOG, Tamar “La vecindad: entre condición formal y nego-ciación continua. Reflexiones en torno a las categorías sociales y redes personales”, en Anuario IEHS,núm. 15, UNICEN, Tandil, 2000, p. 124.

5 LÓPEZ, Cristina “Redes de parentesco y poder en la frontera de Tucumán: la familia Alurralde”, enLÓPEZ, Cristina –compiladora– Familia, parentesco y redes sociales, REHPoS, Instituto de EstudiosGeográficos, Facultad de Filosofía y Letras, UNT, Tucumán, 2003.

Page 19: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

19

Gabriela Tío Vallejo coincide con otras perspectivas al considerar la elitetucumana como una red familiar extensa proyectada hacia actividades económicas enlas cuales hacendados y comerciantes instituyeron un entretejido de vínculos que lespermitieron relacionarse con otras regiones y con otros actores como los inmigrantesespañoles del período.

El grupo hegemónico, desde la institución capitular, logró el control de los me-canismos para el acceso al poder político y acusó una intención de autonomía delgobierno local a expensas del gobierno colonial que es analizado por la autora desdeuna perspectiva judicial-institucional.6

Por su parte, Irene García de Saltor también ha identificado políticamente a laelite tucumana definiéndola como el grupo que ejercía la responsabilidad legal delmando en la ciudad, la que desempeñaba funciones en el Cabildo.7 Señala que en estacorporación los cargos circularon entre muy pocos nombres que se repetíansistemáticamente y que incluían a la elite tradicional y a los peninsulares que llegaronen el siglo XVIII unidos en complejas redes parentales.

Asimismo, Ana María Bascary, en consonancia con la idea de consolidación delos grupos hegemónicos en este período y a partir de otras fuentes, analiza las estrate-gias familiares y sostiene también que el período de 1790 a 1810 fue el de mayorconcentración de poder político y de ampliación patrimonial por parte de la elite.

Las investigaciones mencionadas y otras que están en curso en Tucumán consti-tuyen valiosos aportes historiográficos que nos permiten avanzar en la explicación delas relaciones entre familia y poder a fines del período colonial en un contexto en elque los grupos hegemónicos de la sociedad tucumana acusaban los efectos de lasreformas borbónicas.

En este sentido, el presente trabajo tiene como objetivo avanzar en el estudio deun período relativamente poco observado en San Miguel de Tucumán como es elescenario inmediatamente posterior al extrañamiento jesuita. En ese marco se habríagenerado la necesidad de cubrir funciones en nuevos espacios de decisión que habríanquedado en manos de aquellos que estuvieron desde el primer momento conectadoscon el cumplimiento de la medida de expulsión.

Metodológicamente, frente a la tendencia tradicional de situar estáticamente alos individuos en una posición social determinada y en una situación en que los víncu-los siempre suponían los mismos contenidos y obligaciones, la propuesta instrumen-tal de las redes sociales nos recuerda que las vidas son imprevisibles y dinámicas yque por lo tanto las relaciones entre los actores también son cambiantes. Con el tiem-po cambian los contextos, los fundamentos económicos, sociales y políticos sobre los

6 TÍO VALLEJO, Gabriela Antiguo Régimen y Liberalismo. Tucumán, 1770-1830, Cuadernos Humanitas,núm. 62, Facultad de Filosofía y Letras, UNT, Tucumán, 2001.

7 GARCÍA DE SALTOR, Irene La construcción del espacio político. Tucumán en la primera mitad delsiglo XIX, Facultad de Filosofía y Letras, UNT, Tucumán, 2003.

Las disputas por el poder...

Page 20: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

20 Identidades, representación y poder...

que se asientan los intereses que resguardan los individuos y que rigen sus trayecto-rias personales o grupales.

Es así que en la documentación tucumana del período bajo estudio se percibenrivalidades que interpretamos como el enfrentamiento entre facciones que integrarondistintas redes de vecinos y familias que, ante los efectos de la expulsión de la Com-pañía de Jesús, buscaron reordenarse para no perder sus posiciones de poder.

Por lo antedicho, creemos que para adentrarnos en el estudio de los actores queformaron la Junta Municipal de Temporalidades es importante primeramente exami-nar a las familias y observar en qué medida formaban parte de un determinado grupode relaciones que orientaba las acciones de sus integrantes en beneficio de sus propiosintereses y según la alineación de sus vinculaciones. Al mismo tiempo consideramosla incorporación a la sociedad tucumana de actores nuevos que también lograron par-ticipar de la toma de decisiones políticas y económicas.

Las familias tucumanasCiertamente, las familias desplegaron estrategias con el fin de lograr sus propósitospolíticos, económicos y sociales que influyeron en el proceder y accionar de los gru-pos de poder en el Tucumán a fines de la colonia. De esta manera, hicieron frente a loscambios que se venían produciendo a lo largo del siglo XVIII y se ajustaron a lasnuevas circunstancias cimentando los parentescos y las dependencias personales quearticulaban a unos linajes con otros en vastas redes sociales.

A partir de los aportes de la historiografía explorada hemos comprobado que laspeculiaridades de las familias preponderantes de la sociedad tucumana tardocolonialse relacionaban fundamentalmente con la unión con peninsulares y la vinculación conlos fundadores de la ciudad y con redes sociales. Asimismo, cierto predominio econó-mico y la posesión o proximidad de cargos militares y políticos al servicio de la Coro-na acababan por situar a ciertos grupos en una posición preeminente.

La coyuntura de mediados del siglo XVIII y los recambios generacionales da-rían como resultado una modificación en el grupo de individuos de la sociedad quedetentaban el poder político y económico. La hegemonía pasaría de los vecinos terra-tenientes/encomenderos a los hacendados/comerciantes y fleteros –amparados por lanueva situación de la economía– y finalmente a los grandes comerciantes importadores,facilitando como corolario una autotransformación en el seno de la elite.

Las familias ya arraigadas en el Tucumán acopiaban un conjunto de factoresdevenidos de sus historiales familiares, la tradición de pertenencia a los círculos depoder en la jurisdicción, las gestas a favor de la Corona y la riqueza en bienes materia-les, en tierras o en rentas.

Las funciones capitulares proporcionaban un mecanismo de diferenciación so-cial reconocido en la localidad favoreciendo el acrecentamiento del capital simbólicode una determinada familia al tiempo que se convertían en verdaderos instrumentospara el cuidado de los intereses propios y de su grupo de pertenencia.

Page 21: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

21

Se ha estudiado que, como una de las estrategias para mantener su posiciónpreeminente, las familias tucumanas buscaban asociaciones mediante vínculos de pa-rentesco con los comerciantes llegados a la región en la etapa borbónica. Entre los quearribaron a partir de entonces “…figuraban los Alberdi, los Garmendia, los Muñeca,los Zavaleta y los Zavalía”.8

Como consecuencia de estas relaciones el sector de los comerciantes poseíamiembros tucumanos y peninsulares. De los nombres de los comerciantes matricula-dos en 1804 siete pertenecían a individuos tucumanos mientras que la mayoría eranespañoles.9 Estos eran: D. José Velarde, D. José Ignacio de Garmendia, D. ManuelPose, D. Cayetano Fernández Moure, D. Miguel Laguna, D. Manuel Erazu, D. Ma-nuel Reboredo, D. Francisco Monteagudo y D. Cayetano Rodríguez Moure.

Otros españoles avecindados en San Miguel de Tucumán también dedicados alcomercio, aunque no registrados en esa ocasión, fueron Julián Ruiz de Huidobro,Manuel Antonio Pereyra, Pedro Antonio de Zavalía, José Colombres Thames, José deHuergo, José Millán, Fermín Tejerina y Miguel Viaña.10

Los comerciantes mencionados funcionaron en conjunto como una red con supropia jerarquía de poder ya que entre ellos se manifestaban diferencias como lasdevenidas de la envergadura de sus negocios, los giros comerciales y las inversiones,entre otras, como ya ha sido estudiado. No obstante, existían algunos factores decoincidencia a considerar como el favor de ciertos miembros de sus familias asenta-dos con anterioridad en otras localidades –especialmente en Buenos Aires– al iniciode sus carreras y su posterior relación con los principales proveedores porteños, laimportación de efectos de Castilla y el traslado de estas mercancías hacia regionesaledañas, las inversiones en inmuebles principalmente urbanos, esclavos y préstamosde dinero, y las relaciones de parentesco entabladas con un grupo en particular de lasociedad tucumana que les permitió contar entre sus pertenencias con propiedades enla campaña producto de las dotes de sus esposas o las herencias de sus suegros.11

El ejercicio del poder político dentro de este grupo mercantil estuvo reservado alos comerciantes mayoristas12 –que no eran muchos si se comparan los números con

8 LÓPEZ, Cristina “Redes de parentesco y poder en la ‘frontera’ de Tucumán: la familia Alurralde”, enGARCÍA DE SALTOR, Irene y LÓPEZ, Cristina –compiladoras– Representaciones, sociedad y políticaen los pueblos de la República. Primera mitad del siglo XIX, IPHA, Facultad de Filosofía y Letras,UNT, Tucumán, 2005, p. 148.

9 BASCARY, Ana María Familia y vida cotidiana…, cit., p. 177.10 Datos tomados de LÓPEZ, Cristina “Negocios familiares…”, cit., p. 7.11 LÓPEZ, Cristina “Negocios familiares…”, cit., p. 8.12 Cristina López distingue a los comerciantes mayoristas del resto de los mercaderes minoristas y pulperos

de la región. Siguiendo la documentación de la época se encuentran denominaciones como: “mercadertratante”, “del comercio” y “comerciante” seguidos generalmente de la palabra “residente” hasta 1780cuando muchos de ellos comenzaron a figurar como vecinos. En LÓPEZ, Cristina “Negocios familia-res...”, cit., p. 8.

Las disputas por el poder...

Page 22: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

22 Identidades, representación y poder...

otras regiones– y fue desarrollado esencialmente mediante la intervención en el Ca-bildo, las Cajas Reales o la dirección del Consulado de Comercio.13

Si analizamos la conformación del Cabildo en la primera mitad del siglo XVIIInotamos la participación de un grupo de encomenderos, sus descendientes dedicadosa la ganadería y miembros del sector comerciante y del transporte aún cuando esdifícil separar estos rubros dado que todos participaban en similares actividades eco-nómicas.

Estos propietarios con poder económico y social derivado de las primeras mer-cedes cedidas por la Corona y las alcanzadas posteriormente como recompensa a susservicios en los enfrentamientos contra los naturales acapararon el poder político des-de la función capitular. El pequeño grupo de guipuzcoanos, vizcaínos y navarros quearribaron por entonces en un breve período lograron insertarse en los grupos tradicio-nales y vincularse, y así consolidarse, con los que años antes habían ingresado a laregión –como los Aráoz. El conjunto de todos ellos configuró el grupo hegemónicocapitular; los oficios rotaron constantemente entre los mismos individuos o sus fami-liares.

La historiografía tucumana ha avanzado en el estudio del predominio de estegrupo de linajes en el ayuntamiento concluyendo por ejemplo que:

“…entre 1700 y 1750 el cargo de alcalde provincial fue ejercidopor la familia Peñuecos y Avellaneda, originarios de Beci [Vizca-ya]. Fueron alcalde provinciales D. Simón de Avellaneda, D. To-más de Avellaneda [hijo del anterior] y D. Juan Francisco Dehezay Helguero [español residente en Tucumán desde hacía poco tiem-po].14 Mientras, los cargos de Regidor y Fiel Ejecutor fueron com-prados por la familia Aráoz originarios de Oñate [Guipúzcoa].Las funciones electivas de alcaldes –aún cuando ejercían simultá-neamente otros cargos– fueron patrimonio alternativo de las fami-lias mencionadas,15 sus parientes colaterales o miembros de sufacción, a las que se sumaron los Alurralde, los Urquiola y losArgañaraz y Murguía”.16

13 LÓPEZ, Cristina “Negocios familiares...”, cit., p. 18.14 Don Juan Francisco Deheza y Helguero natural de Burgos se casó en 1731 con Doña Francisca Sánchez

de la Madrid y ya en 1733 ocupaba el cargo de alcalde de segundo voto en el Cabildo tucumano.15 En el caso de la familia Aráoz fueron alcaldes ordinarios: Nicolás Aráoz y Bazán (1700), Bartolomé

Aráoz (1709), Juan Gregorio Aráoz (1718), Diego Aráoz (1730-46) y Miguel Aráoz y Echave (1747).LÓPEZ, Cristina “La sociedad de San Miguel de Tucumán en la primera mitad del siglo XVIII”, enMUÑOZ MORALEDA, Ernesto –compilador– La Ocupación del espacio de San Miguel de Tucumán ysu jurisdicción. 1700 a 1750, Facultad de Filosofía y Letras, UNT, 2001, p. 50.

16 LÓPEZ, Cristina “Redes de parentesco…”, cit., p. 147.

Page 23: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

23

Las familias Aráoz y Sánchez de la Madrid, vinculadas por estrategias matrimoniales,lograron proyectar su poder político en el seno del Cabildo hasta fines del períodocolonial y, vinculados con ellos, también los Villafañe y Guzmán, los Medina yMontalvo y los Fernández Campero.17

Pero a más del espacio capitular, la elite gobernante tucumana también aspiró alos cargos afines a la Real Hacienda, la Renta de Tabacos y Naipes, el Cabildo ecle-siástico, el Vicariato de las órdenes religiosas, la Comandancia de Armas, la Adminis-tración de Correos, entre otros.

En el ramo de la Real Hacienda estas familias tuvieron sus representantes.18 Enel período que estamos describiendo se encontraban concentrados en Jujuy todos losramos relativos a la Real Hacienda a cargo de los Jueces oficiales Reales y en cadaciudad de la Gobernación, sus representantes naturales, los Tenientes Tesoreros a car-go de la Real Caja. En San Miguel de Tucumán algunos de quienes desempeñaronesas funciones fueron D. Francisco Sánchez de La Madrid, el maestre de campo D.Felipe de Alurralde, D. Diego Domínguez, D. Diego de Aráoz, el Sargento mayor D.Pedro de Norry, D. Diego de Robles, entre otros. Muchos de ellos, además, cumplie-ron otras funciones de notoriedad en la sala capitular, como hemos consignado.

Posteriormente, también entre 1750 y 1810 –durante veintiséis años– hombrespertenecientes al linaje Aráoz se desempeñaron como cabildantes. Del mismo modootros actores unidos estrechamente a ellos por lazos de consanguinidad (tíos y sobri-nos) o parientes políticos (yernos, suegros, cuñados) hicieron evidente con su presen-cia capitular la influencia de esta red familiar dominando el ayuntamiento con dos ocuatro cabildantes especialmente en las décadas de 1774 y 1794.

La familia Villafañe, a su vez, emprendió una política similar en relación con loscargos capitulares, logrando estar representada durante 37 de los sesenta años.

En consecuencia, durante la segunda mitad del siglo XVIII localizamos comoregidor a Pedro Antonio Aráoz, hijo de D. Diego Ignacio Aráoz y de Da. Josefa de Pazy Figueroa. Ocupó el cargo de Regidor Fiel Ejecutor en 1776 (y luego desde 1777 a

17 “La relación de la familia Villafañe y Guzmán –una de las más poderosas económicamente– se dio tantocon los Sánchez de la Madrid como los Aráoz. Don Francisco Sánchez estaba casado con Da. MaríaVillafañe, hermana de Diego, casado con Da. María de Aráoz (hija de D. Bartolomé Santos). D. Francis-co Sánchez y D. Diego Villafañe eran concuñados y este último por su mujer quedaba emparentado conlos Aráoz. Los Medina y Montalvo se relacionaron con los Aráoz a través de Baltasar, hijo del Capitán D.Claudio de Medina y Montalvo, vecino feudatario casado Da. Petronila Villafañe y Guzmán. D. Baltasarse casó con Da. María Agustina de Aráoz, hija de D. Ignacio Araoz, hermana de Bartolomé, Juan Gregorioy Diego Aráoz. Baltasar era sobrino de D. Diego Villafañe y ambos estaban casados con dos Aráoz queeran primas hermanas. D. Diego Fernández Campero, vinculado a las principales familias salteñas peroresidente en Tucumán estaba casado con Da. Francisca Lizarralde y Aráoz, hija de D. Nicolás Aráoz yhermana de Bartolomé, Juan Gregorio, Diego e Ignacio”. LÓPEZ, Cristina “La sociedad...”, cit., p. 53.

18 Cfr. GARCÍA CALDERÓN, María Lelia “El control fiscal en San Miguel de Tucumán. 1700-1750.Aportes para su estudio”, en MUÑOZ MORALEDA, Ernesto –compilador– La ocupación…, cit., pp.60 y ss.

Las disputas por el poder...

Page 24: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

24 Identidades, representación y poder...

1784, de 1787 a 1788 y de 1792 a 1805). Simultáneamente, consta entre los capitula-res con otras funciones como fiel ejecutor, alcalde de primer y segundo voto y alcaldede la Santa Hermandad.

Simón Chávez Domínguez figura desde 1776 como regidor y hasta 1790, año enque murió, aparecía como alférez real, alcalde de primer voto y alcalde provincial.Entre el año 1776 y hasta 1809 emergió en el Cabildo el sevillano –dedicado al co-mercio de importación– Juan García Cárdenas, primero como procurador general yluego como regidor veinticuatro. Además, desempeñó funciones de alcalde de la San-ta Hermandad interino, procurador general interino, alcalde de primer voto y alcaldede Monteros. Fue en varias oportunidades rematador de diezmos y estuvo vinculado“…a la facción de poder local que lideraban los Aráoz y los Sánchez de La Madrid”,19

y a la sociedad tucumana mediante el matrimonio. Era concuñado, en segundas nup-cias, del subdelegado de la Real Hacienda D. José Silvestre de Ojeda.

Entre 1776 y 1780 fue regidor veinticuatro José Fermín Puiz Poio (o Poyo), en1783 Francisco Javier Sánchez de la Madrid (regidor fiel ejecutor), de 1778 a 1787Francisco Tejerina y Barreda fue regidor veinticuatro aunque también desempeñó fun-ciones de alguacil mayor, alcalde de primer voto, alcalde de la Santa Hermandad ydefensor de menores. En 1784 José de Ojeda se presentó como regidor veinticuatro,pero desde 1781 a 1790 lo distinguimos cumpliendo funciones de defensor de meno-res y alcalde de primer y segundo voto.

Francisco Javier Sánchez de La Madrid, hijo del general español FranciscoSánchez de La Madrid y de Da. María de Villafañe y Guzmán, se casó con Da. ClaudiaAráoz (hija de D. Bartolomé Santos de Lizarralde y Aráoz y de Da. Catalina Echave).20

Cuando enviudó de su primera esposa se casó con Da. Clara de Paz natural de Santia-go del Estero (hija de D. Domingo de Paz y de Da. Gregoria Aguirre).

A partir de 1767, año en que la expulsión de los jesuitas generó la necesidad decubrir funciones en nuevos espacios de decisión, se produjo en San Miguel –con co-nexiones hacia la región– un reordenamiento de los vecinos alrededor de quienesestuvieron desde el primer momento relacionados con la ejecución de aquella medidaborbónica. La medida de extrañamiento provocó la emergencia de parcialidades a

19 LÓPEZ, Cristina “Evolución de la propiedad rural de la jurisdicción de San Miguel de Tucumán, 1765a 1775”, mimeo, Tucumán, 1994, pp. 28-29.

20 Claudia Aráoz era viuda de Andrés Zorrilla, natural de Burgos (España) con quien se había casado enseptiembre de 1750. Él murió el mismo día de la boda. Cfr. Archivo Histórico de Tucumán (en adelante,AHT), Sección Judicial Civil, caja 13, exp. 4, f. 68v. Sus padrinos en esa oportunidad fueron quienesmás adelante serían sus suegros al casarse con D. Francisco Javier Sánchez de La Madrid (padrinos:general Francisco Sánchez de La Madrid y Da. María de Villafañe y Guzmán, su esposa). Luego, en laboda de Claudia Aráoz con Francisco Javier Sánchez de La Madrid fueron padrinos el maestre de campoDiego de Aráoz y su esposa Da. Josefa de Paz y Figueroa. Cfr. COROMINAS, Jorge Matrimonios de laCatedral de Tucumán, 1725-1765, Fuentes Históricas y Genealógicas argentinas, núm. 138, BuenosAires, 1987, p. 31.

Page 25: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

25

favor o en contra de la Compañía que fueron expresión de verdaderos conflictos entregrupos de poder locales directamente partícipes en contra de las disposiciones reales.

La existencia de una parcialidad conectada directamente con las autoridadessuperiores borbónicas estuvo encabezada por Fermín Vicente Texerina cuya partici-pación en las gestiones de extrañamiento de los jesuitas y en los posteriores sucesosen el proceso de conformación y actuación de la Junta de Temporalidades ha quedadodocumentada.21 Este era hijo de andaluces y se casó en Tucumán con Teresa Domínguez(hija del general Diego Domínguez y de Teresa Rodríguez Viera o Vieyra). Estabaemparentado con el capitán José de Molina, con Juan López Ríos y con FranciscoXavier Villafañe de los cuales fue concuñado.

Su hermano Francisco Texerina y Barreda fue regidor, oficio que investía quienlo detentara de una alta dignidad en el gobierno de la ciudad. A los Texerina se suma-ban un renegado de la familia Aráoz, Juan Antonio Aráoz y Sánchez de la Madrid,Vicente Escobar, Martín Ángel Varón, Manuel Padilla y Joaquín Monzón, entre otros.

Sin embargo, la repercusión en el Cabildo de la expulsión de la Compañía fue elafianzamiento –no sin polémicas– de la facción de las familias tradicionales lideradapor los Aráoz. Se destaca en este período la figura del teniente coronel del 2º regi-miento de milicias D. Pedro Antonio Aráoz y Paz y Figueroa de larga permanencia enfunciones capitulares, su hermano el cura vicario de Monteros Diego Miguel Aráoz yel primo hermano de éstos D. Miguel de Aráoz y Echavez.

Esta camarilla sería liderada hacia los años 1780 por el Regidor y Administradorde Correos D. José Fermín Ruiz Poyo casado con Catalina Aráoz-Echavez y Sánchezde La Madrid.22 Su matrimonio lo vinculaba con Francisco Javier Sánchez de La Madridy una extendida parentela que lo relacionaba con José González Thames, JosefaVillafañe (esposa de José Fermín de Molina y López), José Velarde, José de Figueroay Mendoza y Juan Silvestre Deheza y Helguero.

En las elecciones de 1781 esta parcialidad, a la que se adhería el español JuanGarcía Cárdenas,23 se inclinó en favor de José Miguel Medina (emparentado con elalférez Simón Domínguez y con el fiel ejecutor Pedro Antonio Aráoz). A pesar delvínculo que se demostraba, un grupo de treinta y cinco vecinos apoyó la votación quefue anulada por el gobernador intendente de Salta Andrés Mestre.

21 AHT, Sección Administrativa, Vol. 6, ff. 35 y 36, 37 y 38; AHT, Sección Judicial Civil, caja 25, exp. 29,f. 184v. Luego caja 23, exp. 1, ff. 2 y ss.; PEÑA DE BASCARY, Sara “Jesuitas en Tucumán al filo de laexpulsión”, en Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán, núm. 6, Tucumán, 1994, pp. 117y 118; AHT, Sección Administrativa, Vol. 11, f. 296.

22 Fermín Ruiz Poyo (o Poio) estaba vinculado a los Aráoz y a los Sánchez de la Madrid. Era sobrinopolítico de Francisco Javier Sánchez de la Madrid porque éste y Catalina Sánchez de la Madrid eranhermanos, hijos de Francisco Sánchez de la Madrid y de María de Villafañe y Guzmán. En 1744 Cata-lina contrajo matrimonio con Miguel Aráoz y Echavez. De esa unión había nacido Catalina Aráoz quienfuera la esposa de Fermín Ruiz Poyo.

23 Juan Bautista García Cárdenas representaba a los peninsulares arribados en los últimos tiempos pero yaemparentado con importantes apellidos del medio (Ojeda, Gutiérrez, Pérez Padilla, Rodríguez, Molina).

Las disputas por el poder...

Page 26: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

26 Identidades, representación y poder...

Según asienta Bascary,24 entre 1750 y 1810 las elecciones de capitulares no ofre-cieron conflictos de envergadura, lo que indica la presencia de fuertes lazos de soli-daridad entre los miembros de los grupos hegemónicos. Por lo general, losenfrentamientos se limitaban a conflictos circunstanciales entre las diferentes faccio-nes, aunque –considera la autora– a la luz de la documentación es muy dificultosodiscernir sus causas concretas.

No obstante, se puede inferir que la base de las controversias era el control delCabildo y de la Junta de Temporalidades. De ahí el interés por excluir a los miembrosde la elite política que arriesgaran la hegemonía de algún grupo en particular afirmán-dose en el argumento de la fidelidad a las transformaciones institucionales borbónicas.

Con este fin la dinámica política de los grupos hegemónicos tucumanos rivalizóen la construcción de relaciones de poder y de parentelas solidarias.

En consecuencia, al examinar los apellidos de quienes formaron parte del Cabil-do tucumano desde principios de 1700 hasta 1800, se aprecia la persistencia de algu-nos nombres y la incorporación de otros, hacia la década de 1760 y de 1770, que dealguna manera se enlazan con las familias tradicionales.

La gran mayoría de estos tuvieron algún tipo de vinculación con los asuntos dela expulsión de los jesuitas o con las diligencias que se siguieron posteriormente a finde inventariar, regentear y rematar el patrimonio de los expulsos. Asimismo, muchosde ellos formaron parte de la Junta de Temporalidades y tuvieron la oportunidad dehacerse de propiedades beneficiándose con la venta de las posesiones que habíancorrespondido a la Compañía.

Entre los apellidos con mayor permanencia en la sala capitular hemos encontra-do: Aráoz (Aráoz de Lamadrid), Bazán, Campero, Chávez Domínguez, Deheza yHelguero, García de Valdés, Martínez de Iriarte, Medina, Molina, Norri, Román (RománPastene), Sánchez de Lamadrid, Silva, Villafañe y Zevallos. Después de la mitad delsiglo, emergen nuevos nombres: Escobar, Fernández Moure, García Cárdenas, Ibiri,Ojeda, Paz, Pose, Reboredo, Ruiz de Huidobro, Ruiz Poio, Tejerina, Terri, Zavalía yZavaleta, que en su mayoría corresponden a los ibéricos arribados a la sazón.

En este proceso, las reformas de la dinastía borbónica basadas en la centraliza-ción política y tendientes al fortalecimiento del poder de la Corona no significaron unobstáculo insuperable para los grupos hegemónicos locales. Ese ideal del burócratapeninsular recién llegado, funcionario borbónico idóneo en su cargo e imparcial antelas influencias –magistrado, administrador de rentas, obispo, oficial del ejército per-manente– quien en teoría mantendría ilesa la autoridad de la Corona, debió enfrentar-se en la realidad al poder y los ascendientes de las elites tradicionales.

Tal como hemos considerado, en San Miguel de Tucumán la presencia de nue-vos actores en el espacio capitular hacia mediados de la centuria fue resultado de

24 BASCARY, Ana María Familia y vida cotidiana…, cit., p. 193.

Page 27: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

27

asociaciones basadas en el parentesco practicadas por grupos que disputaron el podera los miembros de una red familiar, enlazada con los Aráoz. Esta red había ocupado lamayor parte de los cargos capitulares durante aproximadamente toda la primera mitaddel siglo.

En otras palabras, alianzas políticas entre cuñados, concuñados, suegros,consuegros, yernos, primos y sobrinos constituyeron clanes colocados en faccionesantagónicas que dinamizaron la vida de la corporación de vecinos con base en tramastransversales de lealtades nacidas del parentesco o pseudo-parentesco. Los conflictosy solidaridades familiares que se expresaron en la conformación de facciones, tendie-ron a la pervivencia de su influencia política hasta los primeros años del siglo XIX.

La flamante Junta Municipal de Temporalidades, con su relevancia en el traspa-so de los bienes jesuitas a manos laicas, constituiría un nuevo reducto de los represen-tantes de estas redes parentales que hemos mencionado.

Conflictos en torno a la formación de la Junta Municipalde Temporalidades de San MiguelLa rivalidad entre adversarios y amigos de los jesuitas traducía la conmoción quehabía provocado en la sociedad del Tucumán el destierro de la Compañía. Este desa-fío se había revelado desde el primer momento generando, por un lado, la destitucióndel gobernador Campero y las discusiones en torno a su autoridad y, por el otro, lapugna por la posibilidad de ocupación de áreas de decisión política y económica,como consecuencia de la ausencia de los Padres, que dieron impulso a las estrategiasde algunas familias para reproducir su predominio y su notoriedad social.

En este contexto se pusieron de relieve en San Miguel de Tucumán los actoresque, vinculados con la administración de las Temporalidades jesuitas, ocuparon car-gos en el reciente ámbito de poder constituido por la Junta de Temporalidades o en eltradicional Cabildo.

En efecto, la medida de expulsión y las instrucciones reales determinaron laaparición de una nueva estructura administrativa para entender directamente sobre losbienes temporales de los Padres de la Compañía en la cual tuvieron injerencia losvecinos que ocupaban cargos capitulares.

Desde el momento de la expulsión hasta que quedó conformada la Junta deTemporalidades y aún después, la acción de las facciones antagónicas se manifestó enlas rencillas entre vecinos y autoridades –y entre vecinos entre sí– que encontraron entorno a la Compañía de Jesús los motivos de controversia.

Existía en el Tucumán una animosidad contra Fernández Campero que se habíaoriginado con anterioridad a la expulsión de la Compañía y se plasmó en las acusacio-nes ante la Audiencia respecto a la discrecionalidad con la que el Gobernador habíamanejado en ramo de la Sisa. El Cabildo de Jujuy lo denunciaría ante el Rey a causa

Las disputas por el poder...

Page 28: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

28 Identidades, representación y poder...

de “…sus tiránicas medidas, su orgullo, protección que prestaba a los oficiales reales[…] de sus robos a la sisa y de que había despachado sumas a Europa…”.25

Luego del extrañamiento continuarían las inculpaciones y denuncias26 de indivi-duos que tuvieron como corolario el levantamiento sedicioso en Jujuy y Salta.27 Estehabría tenido la obvia intención de minar la autoridad de Campero ante la Audienciay el Virrey y obtener la destitución del Gobernador al advertir la disminución de lasinfluencias e intereses económicos del grupo de vecinos con los que los jesuitas ha-bían mantenido relaciones sociales y mercantiles.

Campero decía responder a los mandatos del gobernador de Buenos Aires Fran-cisco de Paula Bucareli y Ursúa –fidelidad que lo posicionó en contra de quienesfueron denominados projesuitas– mientras que los que intentaron deponerlo obrabansegún las directivas de la Audiencia, en especial de su presidente Martínez de Tineoquien se amparaba a su vez en la autoridad del virrey Amat.

Si bien el Cabildo de San Miguel se había mantenido al margen de la sedicióncontra el gobernador Juan Manuel Fernández Campero, las derivaciones de aquélla sehicieron evidentes en el proceso de conformación de la Junta Municipal deTemporalidades, como observaremos a continuación.

La Sanción Pragmática del Rey otorgada el 2 de abril de 1767 ordenaba la ex-pulsión de todos los jesuitas de sus territorios aquende y allende el mar y la expropia-ción de todas sus posesiones. El gobernador de la provincia del Río de la Plata FranciscoBucareli delegó el cumplimiento de la medida en manos de Fernández Campero.

Con el fin de efectuar lo dictaminado, Campero había comisionado en Salta a D.Juan Adrián Fernández Cornejo para dar cumplimiento a las órdenes de expulsión yocupación de las Temporalidades de la provincia. Con este objeto se hizo intervenir amiembros del Cabildo de San Miguel mediante el nombramiento de los alcaldes D.Joseph de Figueroa y D. Fermín de Tejerina, de primer y segundo voto respectivamen-te, y a D. Joseph de Molina que tenía el Gobierno de Armas para que, durante la

25 Del Cabildo al Rey. Jujuy, 1º de octubre de 1767. ACEVEDO, Edberto Oscar La rebelión de 1767 en elTucumán, UNC, Mendoza, 1969, p. 33.

26 En síntesis, las acusaciones contra Campero referían que desde que se había hecho cargo del gobiernono había visitado los fuertes, que había sacado los libros capitulares y los conservaba en su casa, queatemorizaba a los moradores con su guardia personal, que había favorecido a su fiador Tomás de Allendecon una inhibitoria judicial, que se había parcializado con éste, con el Doctor Francisco Tomás deUriarte y otros vecinos en Salta y Jujuy, que sacó dinero de la tesorería de guerra, que tomó 12 mil pesosde la Caja de la Sisa de Salta, etc. En ACEVEDO, Edberto Oscar La rebelión…, cit., pp. 16 y 17. Entrelos denunciantes mencionamos a Blas José Sabando comerciante residente en Jujuy, Alejandro Echeniquealcalde mayor de la ciudad de Córdoba, José Antonio Laje, Ignacio Gorriti acreedor de los jesuitas, JuanAntonio de la Bárcena, José Antonio de Zamalloa, Francisco Villa comerciante de Salta pero residenteen Jujuy, etc. Cfr. ACEVEDO, Edberto Oscar La rebelión…, cit., pp. 52-57.

27 El levantamiento contra Campero fue estudiado por ACEVEDO, Edberto Oscar La rebelión…, cit.También recientemente LORANDI, Ana María Poder central, poder local. Funcionarios borbónicosen el Tucumán colonial. Un estudio de antropología política, Prometeo, Buenos Aires, 2008.

Page 29: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

29

noche, consumaran las providencias de Su Majestad.28 Francisco Tejerina y Barredafue quien efectivamente ejecutó la medida según constata la solicitud de pago quepresentara en su oportunidad.29

“Señor Gobernador y Capitán General:

D. Francisco Texerina y Barreda, vecino rexidor, alguacil mayor,en propiedad de esta ciudad […] parezco y digo: que desde el diaseis de Agosto a la noche en el año de setecientos sesenta y sieteproximo pasado en que se me intimó la comisión librada por Vues-tra Señoría al Coronel de Milicias de la Ciudad de Salta D. JuanAdrian Cornejo, para que se le auxiliase a la expulsión de los re-gulares de la compañía, me ocupé con el desvelo de esa nov, en lacitación del paisanaje y tomar las avenidas del colegio, asta quefue cumplida, la real voluntad, y expulsos los referidos jesuitas,prosiguiendo con el Juez en la ocupación de temporalidades yfacción de ymbentarios que se formaron como consta de los autos[...] servi con amor y voluntad de que resultó se dignase VuestraSeñoría conferirme la intendencia de las haziendas secuestradas[...] y después me destinó Vuestra Señoría para que pasase a laHazienda de Guazan con comision para la entrega de ella y suspotreros [...]

[...] todos los quale servicios con otros muchos extraordinariosque constan a Vuestra Señoría tengo hechos en servicios del Rey,y a veneficio de las temporalidades, sin mas satisfacción, ni remu-neración que lo que consta se medio estando sirviendo la inten-dencia…”.30

La lectura de los documentos prueba que quienes estuvieron desde el primer momentovinculados con las primeras diligencias fueron Fermín Tejerina –quien fuera adminis-trador y alguacil mayor– y Francisco Tejerina –posteriormente nombrado para esta-blecer linderos de las propiedades.31

28 AHT, Sección Administrativa, Vol. 6, ff. 3, 35.29 AHT, Sección Administrativa, Vol. 5, f. 315.30 AHT Documentos coloniales relativos a los Jesuitas, Tomo III, siglos XVI, XVII y XVIII, Serie I, Vol. 9,

Tucumán, 2000, pp. 130-134. Todo lo actuado por Francisco Tejerina fue certificado por el escribanoRafael de Hoyos. En julio de 1769 el gobernador Campero dio orden al Teniente de Oficiales Reales yAdministrador de Temporalidades D. Pedro Collante para que se concretara la remuneración que solici-taba.

31 Nombramiento efectuado el 19 de agosto de 1772 junto a D. Lucas de Córdoba. AHT Documentoscoloniales…, Tomo 1, Serie I, Vol. 7, Tucumán, 1994, pp. 83, 84, 93.

Las disputas por el poder...

Page 30: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

30 Identidades, representación y poder...

Fermín de Tejerina conseguiría a partir de ese momento la permanencia de suinjerencia en las diligencias llevadas a cabo en torno del embargo del patrimoniojesuita y la formación de la Junta de Temporalidades, ya que a ocho días de la expul-sión el coronel de milicias D. Juan Adrián Cornejo, procedió a subdelegarle, ante suregreso a Salta por problemas de salud, la comisión otorgada por el gobernador Cam-pero.32 Consideraba a D. Fermín de Tejerina una persona de su confianza y de acredi-tada conducta.

Era imperioso también acatar lo referido a la administración de los bienes de losexpulsos. Para ello, y con el objeto de evitar arbitrariedades, en marzo de 1769 unaReal Cédula erigía las Juntas Superiores y Subalternas de Temporalidades.33 Entre lasprimeras, se instituyó la Junta Provincial de Buenos Aires, presidida por el Goberna-dor, de la cual dependían las Juntas Subordinadas correspondientes a las provinciasdel Río de la Plata, Cuyo, Paraguay y Tucumán. Esta última con mandato sobre Cór-doba, Santiago del Estero, Tucumán, Catamarca, La Rioja, Salta y Jujuy.34

De esta manera, por primera vez antes de creado el Virreinato del Río de la Platauna institución borbónica extendería su jurisdicción desde Buenos Aires hacia el inte-rior.

En las ciudades mencionadas se formaron las Juntas Municipales cuyas funcio-nes y atribuciones quedaron establecidas en el articulado de la Real Cédula menciona-da. El presidente de cada Junta debía ser el Gobernador o su teniente, y los vocales, unregidor del Cabildo, un diputado eclesiástico nombrado por el obispo y un personerodel común.

Examinar las tasaciones, realizar las nuevas, organizar las ventas de los bienes yhacerlas autorizar por la Junta Provincial –sin menoscabo de retener la iniciativa enestas operaciones– supervisar a los administradores y a los arrendatarios y vigilar elcumplimiento de las cargas, eran algunas de las facultades de las Juntas Municipalesbajo la fiscalización de la Junta Provincial de Buenos Aires.35

32 AHT Documentos Coloniales…, cit, p. 37.33 El Decreto real del 27 de febrero de 1767 daría inicio a un cuerpo de disposiciones referidas al extraña-

miento de los dominios del Rey de España, Indias y Filipinas y a la ocupación de las temporalidades.Éste estaba acompañado de la Pragmática Sanción del 2 de abril y un pliego reservado y, para losdominios de América, se agregó una Instrucción fechada el 1º de mayo destinada a los Presidentes de lostribunales Superiores de las provincias, y una Carta de Remisión reservada. A todo ello se sumaba laReal Cédula del 7 de julio de 1767 que prescribía el modo en que habrían de pagar los pueblos, loscensos, deudas y cánones que anteriormente pagaban a los jesuitas.

34 MOLINA DE MUÑOZ MORALEDA, Stella Maris “El Cabildo de San Miguel de Tucumán en la segun-da mitad del siglo XVIII”, en MUÑOZ MORALEDA, Ernesto –compilador– La ocupación…, cit., p.55.

35 BISIO DE ORLANDO, Raquel “Las Temporalidades de Córdoba del Tucumán”, en Jesuitas, 400 añosen Córdoba, Actas del Congreso Internacional, Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba, 1999, Tomo4, p. 61.

Page 31: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

31

En septiembre del año 1769 Campero fue sucedido por Gerónimo Matorras enel cargo de gobernador, si bien continuó al frente de las Temporalidades hasta sep-tiembre de 1770.36 Ante este hecho, volvieron a manifestarse las discrepancias quedividían a los tucumanos.

El nuevo gobernador no contaba con la simpatía de Bucareli y Ursúa (presidentede la Junta Provincial de Temporalidades en Buenos Aires) quien lo percibía como un“…refuerzo para el bando de los enemigos de Campero”.37 Campero acusaba a Matorrasde haber llegado irregularmente al gobierno sin cumplir con las condiciones estipula-das por la Corona, mientras que el Cabildo tucumano, por su parte, únicamente loreconoció luego de haber consultado a la Real Audiencia de La Plata para constatarque las obligaciones debidas para asumir el cargo ya habían sido cumplidas.

Las diferencias entre Campero y Matorras se plasmaron en los reiterados entre-dichos de quienes estaban bajo sendas esferas de influencia: entre Vicente de Escobar,Francisco Tejerina, el alcalde de primer voto Simón Chaver Domínguez y el escriba-no José Antonio Deheza y Helguero, Diego Aráoz (gobernador de armas nombradopor Matorras y acusado de promover disturbios projesuitas) y luego Pedro AntonioAráoz, su hijo, por un lado (del grupo de Matorras) y el administrador de Temporali-dades Pedro Collante, Antonio Ugarte (cuñado y sustituto de Campero) Fermín dePaz y el escribano Rafael de Hoyos por el otro lado (del grupo de Campero).

Los dichos y actuaciones del nuevo gobernador –Matorras– lo posicionaron comoprotector y protegido del partido de los sublevados contra el gobernador Campero.38

Se declaraba abiertamente partidario de la Compañía: “Sepa vuestra Señoría que per-dería cien gobiernos antes que dejar de confesar que soy amigo de los jesuitas...”.39

Asimismo proclamaba no reconocer otra autoridad que no fuera la del Virrey.Expresaba que “…el gobierno de Buenos Aires no tenía jurisdicción superior sobre laprovincia del Tucumán [y agregaba] y dejémonos de Bucareli que, para mí ha sidopeor que un Mustafá y lo mismo en nombrármelo que nombrar al Demonio [...] pueses el mayor ladronazo que ha venido al reino...”.40

Camperistas y Matorristas se encontrarán varias veces en situación de conflic-to. Uno ellos se originó cuando se discutió la orden del gobernador Matorras paraabrir el camino de Tafí –que permanecía cerrado para no perjudicar a las Tempora-lidades– a lo cual Fernández Campero, como encargado de las Temporalidades, senegaba.

El Cabildo de San Miguel en abril de 1770 había expedido un Auto y Bando porel cual todo comerciante podía transitar libremente por los Potreros de San Xavier,

36 AHT, Sección Administrativa, Vol. 7, f. 10.37 ACEVEDO, Edberto Oscar La rebelión…, cit., p. 135.38 Según dichos de Bucareli. ACEVEDO, Edberto Oscar La rebelión…, cit., p. 136.39 Relato de Campero. ACEVEDO, Edberto Oscar La rebelión…, cit., p. 160.40 De Matorras a Campero. ACEVEDO, Edberto Oscar La rebelión…, cit., pp. 159-161.

Las disputas por el poder...

Page 32: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

32 Identidades, representación y poder...

San Jenuario y Tafí. D. Pedro Collante, tesorero de la Real Hacienda y Administradorde las Temporalidades hizo conocer un exhorto al Cabildo para que se “…contuviesenlas justicias de mezclarse en asuntos de [las] Temporalidades, por ser peculiar y priva-tivo su manejo del Administrador de estas y demás comisionados [...] y por los irrepa-rables perjuicios a las haciendas y ganados mayores y menores, cría de mulas, caba-llos etc. a que se agrega el despotismo con que se quebrantan las leyes que loprohíben...”.41

Este problema se solucionó en febrero de 1771 cuando desde Madrid llegó laorden de que se lo cerrara.42 Vértiz la hizo cumplir en Tucumán, ya en ese momentocon el apoyo de Matorras.43

Pero esta solución arribó luego de un proceso que comenzó cuando Juan ManuelCampero despachó un exhorto solicitando que el Cabildo anulara el permiso de trán-sito por el camino de Tafí. La situación se complicó al conocerse una orden del gober-nador Matorras hacia el Defensor Fiscal y Administrador de Correos, Juan JoséZevallos, de presentarse en Córdoba.

Collante y Zevallos expresaron –con soporte de otros declarantes– que el 12 deabril de 1770 se dirigieron, escoltados de Fermín de Paz, el sargento Agustín Rasal yel escribano Rafael de Hoyos, a comunicar el exhorto y la Real Provisión referida a lacuestión del camino de Tafí al alcalde de segundo voto Vicente de Escobar quien senegó a recibirlos enviándolos a entrevistarse con el alcalde de primer voto SimónChaver Domínguez. En el momento en que estaban exponiendo el documento, segúnlos manifestantes, irrumpió Escobar atropelladamente dando voces de que previa-mente él tenía que notificar a Zevallos del Auto de comparendo en Córdoba a fin deresponder acusaciones en su contra.44

Expresaba D. Pedro Collante en su carácter de “Teniente Tesorero de la RealHazienda y Administrador de las Temporalidades de los expatriados del Orden de laCompañía de esta ciudad [...] con títulos en forma librados por los Señores OficialesReales de esta Provincia y por la Superintendencia General de dichasTemporalidades...” un exhorto y una Real Provisión que debían presentarse ante elCabildo a fin de que:

41 Copia testimonio a pedido del Administrador de Temporalidades sobre la entrega de un exhorto al Alcal-de de 1º voto. San Miguel de Tucumán, 18 de abril de 1770, ff. 496-505v. AHT, Documentos colonia-les…, cit., Serie I, Tomo III, Vol. 9, pp. 181 y 191.

42 AHT, Sección Administrativa, Vol. 6, ff. 4-5.43 AHT, Sección Administrativa, Vol. 6, ff. 76 y 79-80.44 La Real Provisión había sido librada el 14 de diciembre anterior. Esta prohibía con multas y apremios al

Gobernador de la Provincia y a los jueces su participación en el curso de los asuntos de las temporalidadesni aún con el pretexto de apelación al Regio Tribunal. AHT Documentos Coloniales…, Serie I, Vol. 9,cit. Copia testimonio a pedido del Defensor Fiscal de Temporalidades sobre lo sucedido en la entrega deuna Real Provisión, pp. 191-200.

Page 33: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

33

“…se contuvieren las justicias de mesclarse en asumptos de di-chas Temporalidades [...] y para que dicho Ylustre Cavildorebocase el Auto y Bando en que mando pudiese todo comercian-te transitar por los Potreros de san Xavier, San Jenario y Tafí [...]por los daños que causarían en todas las crias de ganados...”.

En el momento en que pretendió efectivizar la diligencia fue interrumpido por Esco-bar quien expresó que “no entendía de rreales Provisiones, ni de Temporalidades…”.45

Escobar alegaba que, antes de comunicarse la Real Provisión, debía quedar no-tificado el Defensor fiscal (y Administrador de Correos) D. Juan José Zevallos, de unAuto de comparendo en la ciudad de Córdoba librado por el gobernador D. GerónimoMatorras. Sin embargo, al dar lectura del documento, salteó la cláusula en que seotorgaba al Fiscal la facultad de nombrar un sustituto mientras duraba su ausencia,porque, en realidad, ya se había nombrado administrador de correos suplente a FermínTejerina (hermano del Alguacil Mayor) haciendo caso omiso de las disposicionessuperiores.

Por su parte, Zevallos criticaba el atropello hacia sus fueros y la inobservanciade las Provisiones Reales al intimarlo a concurrir a Córdoba “…a ser juzgado en otrosterrenos cuando había jueces en su lugar de residencia donde podía hacer sus defensasy probanzas sin desamparar a su familia”.46

La conducta de Escobar fue motivo de un extenso escrito –que finalmente seríaelevado por Juan Manuel Campero a Francisco Bucareli– en el que Collante pedíajusticia y hacía ostensible la existencia de una parcialidad a favor de la expulsadaCompañía de Jesús.

Exponía:

“...como los dos Alcaldes [el de primer voto D. Simón Domínguezy el de segundo voto D. Vicente de Escobar] y D. Diego Aráoz,[Gobernador de Armas de la ciudad] son por una parte deudoresde las Temporalidades por cuia causa uno de ellos pasó preso aBuenos Aires y por otra hermanos de algunos Jesuitas expatriadossoy el objeto con todos los demas comisionados de su odio, ven-ganza y persecución, que no lo extraño a vista de que implacablesen este empeño arrojan a esparcir insolentes y groseras especiesen el bulgo contra los mismos supremos consejeros que decreta-ron la expulcion haciendo publicas rogativas para que se reboque[...] alternan sus disparates a porfía con nuestro sufrimiento apo-yados del Señor gobernador D. Geronimo Matorras que los prote-ge descaradamente [...]

45 AHT Documentos Coloniales…, cit., p. 192.46 AHT Documentos Coloniales…, cit., p. 192.

Las disputas por el poder...

Page 34: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

34 Identidades, representación y poder...

Para hazerse más absolutos y que no podemos respirar estos pa-decimientos, violencias y presiones, tiene ademas de zerrados loscaminos para dar parte a los tribunales superiores, conmovida laProvincia con citaciones de las Milicias y a los Gefes de ellas concuerpos de Guardia a la puerta [...] cosa tan extraña y nunca vistaen esta Provincia, que a la verdad es monstruosa, de modo queaterrados los vecinos y cavildos, se ba estableciendo un Gobiernodespotico y absoluto compuesto de apasionados de los Jesuitas ysentidos de su expulsión y otra reos que en breve conseguiranmandar sobre las leyes [...] y otros han elegido por oficiales dedichas milicias y ciudades a personas delinquentes y relajadas comose verifica en el Sargento mayor D. Esteban Carmona, que ha sidoascendido a este cargo estando prozesado y desterrado por sulizensiosa vida [...] y Gabriel Rubert que a sido elegido Procura-dor de la Ciudad después de haver ejercido el oficio de herrero ycerrajero por haver cazado con sobrina del enunciado D. DiegoAráoz y ser a propósito para que subscriva a nombre de la ciudadquanto conviniere a sus ideas y las de sus parciales [...] permitien-do y tal vez aconsejando a la pleve que hagan sus juntas de nochepor las calles y que [...] griten viva Matorras y muera Campero yCollante...”.47

Es indiscutible en este documento el enfrentamiento de los vecinos de San Miguel ylos apasionamientos que manifestaban en la defensa de sus posiciones.

D. Juan Joseph Zevallos, hacía su descargo agregando:

“...siempre que tiene cargo el dicho D. Diego Aráoz experimentala Republica estas y otras inquietudes y para fomento de ellas criapor Juezes unos sujetos adoptados a su genio como lo practico enlas elecciones de este presente año confirmando a dicho D. VizenteEscobar sin embargo de las protextas de los Rexidores D. JuanPorzelo, D. Juan Xavier Madrid y Alcalde de Segundo voto que loera entonces D. Pedro Collante atropellando la Real Provisión deSu Alteza que manda no se elijan Alcaldes que deban residenciaque se ha tenido presente el año anterior por dicho YlustreCavildo...”.

Y más adelante señalaba:

47 AHT Documentos Coloniales…, cit., p. 192.

Page 35: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

35

“[Los asuntos de las temporalidades] que tan postergados se ha-llan con tantas asechanzas e improperios que experimentamos loscomisionados [...] que reselamos las mas vezes hacer diligenciascon el espiritu que se requiere por lo encogido que nos tienen lostemores, pues experimentalmente se ve en la circunstancia pre-sente lo que padezco de despojo de la Administración de Correosque con titulo en forma exerzo, que por remate publico que en mipersona se hizo, citado y emplasado, al dicho comparendo aCordova sin que mi conducta y ordenado proceder haya dado masdocumento que el empleo de Defensor Fiscal de dichas tempo-ralidades, por las que estoy sacrificado [...] pues parece no tieneotro objeto que la distribución y menoscavo que padecen desde elyngreso del Señor Matorras llegando a tal el desenfreno que dicentener para ello instrucción siendo trascendental este espiritu desedición...”.48

Además, Zevallos sindicaba a Escobar de haber actuado con “…abandono al respetoy acatamiento que se debe a los expedientes del Regio y sabio tribunal de Su Alteza yde los fueros, privilegios y prerrogativas, inmunidades y excepciones” de que gozabapor ser Administrador de Correos del Rey y Defensor Fiscal de Temporalidades. 49

Asimismo se expresaron los demás testigos. Entre ellos Fermín de Paz, Capitánde Reformados, redactó su declaración en apoyo de los anteriores aun cuando señalóser deudo de la mujer de D. Diego Aráoz, Da. Josefa de Paz y Figueroa50 relación queno le impidió testificar en su contra.51

Terminaba Zevallos expresando que en esta provincia estaban todos coligados yque “…hablan y obran lo que dicta el antojo de D. Diego Aráoz, y este por el espíritudel Jefe quien se sacrifica por la esperanza de ser Teniente [...] y lograr por este mediovengar sus inveteradas pasiones...”.52

La situación planteada que no pudo resolverse en la esfera local y debió serremitida a Francisco Bucareli, evidencia el encono entre los vecinos tucumanos antelos conflictos de jurisdicción motivados por la aparición de la estructura de poderimpuesta por la Junta de Temporalidades que se superponía a la del Cabildo. La avi-dez de mantener intacto el poder de los grupos que tradicionalmente eran dominantesen la localidad los llevaron a desafiarse apelando a todo tipo de fundamentos, tanto

48 AHT Documentos Coloniales…, cit., pp. 194-195.49 AHT Documentos Coloniales…, cit., p. 192.50 AHT Documentos Coloniales…, cit., p. 198.51 Ver nota 44.52 AHT Documentos Coloniales…, cit., p. 195.

Las disputas por el poder...

Page 36: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

36 Identidades, representación y poder...

legales como los nacidos del apasionamiento que involucraban aún a funcionarios einstituciones superiores.

La rivalidad volvió a ponerse en evidencia cuando el 9 de octubre de 1770 senotificaba el reemplazo de Francisco de Paula Bucareli por Juan José de Vértiz en elcargo de Gobernador de Buenos Aires y Presidente de la Junta Provincial deTemporalidades. El nuevo funcionario ordenaba en esa oportunidad la formación dela Junta de San Miguel y distinguía como presidente de la misma a Miguel de Aráoz oen su defecto a Vicente de Escobar, dejando al Cabildo la elección de los demásintegrantes.

La carta del Gobernador de Buenos Aires al Cabildo de San Miguel de Tucumándecía:

“...y siendo preciso que essa Ciud. se establezca, ha acordado estaJunta Prov.l se prevenga a V. S. para que desde luego se forme yque atendiendo a las quexas que ha avido contra los mas de loscomisionados de esta Prov.a y por los manejos que han tenido delas temporalidades, se nombren otros, en cuia virtud, y de las fa-cultades que el Rey me comunica, elixo y nombro con acuerdo dela Junta a Dn Mig.l de Aráoz y por su ausencia, o lexitimoimpedim.to el mas idóneo, que ha de concurrir de su cuerpo, conel Proc.r. Gen...”.53

No obstante este claro mandato, en la reunión de los capitulares tucumanos en el mesde noviembre prevaleció la perspectiva del alcalde de segundo voto Vicente de Esco-bar quien exponía que otorgar la presidencia de la Junta a Miguel de Aráoz era procu-rársela a Juan Manuel Campero porque “...entrando con los de aquella parcialidad,que no se havia de hacer ni arreglar cosa que resultase en beneficio del vecindariosino a contemplación del Teniente coronel Juan Manuel Campero...”.54

Por ello, el Cabildo tucumano se inclinó en favor de elegir a Escobar pero remi-tió lo actuado al gobernador Gregorio Matorras para que tomara la decisión definiti-va. Fue así que ya en noviembre de 1770 los capitulares trataron la respuesta delGobernador tucumano consagrando a Vicente de Escobar como Presidente de la Jun-ta, al alguacil mayor Francisco Tejerina y Barreda como diputado por el Cabildo y aGabriel Rubert como Procurador de la ciudad.

Estas diligencias provocaron una reacción del gobernador Vértiz ante el conflic-to de jurisdicciones que planteó la intervención de Matorras.

Decía el Gobernador de Buenos Aires:

53 AHT, Sección Administrativa, Vol. VI, f. 29.54 AHT, Actas Capitulares, Vol. VII, f. 101v.

Page 37: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

37

“... estos pretenden disputarme las facultades con que el Rey metiene autorizado, siendo absolutas y pribatibas, arrogándose a sig-nificar q.e ese Cabildo puede elegir el comisionado, siendo de miimpresión solo el proponer sujetos!

[…] en esta ocasión significo al Gov.or. de esa Provincia DnGerónimo Matorras, se abstenga de intervenir en lo sucesivo enlos asuntos que tengan relacion con las temporalidades [...] quelos gobernadores no perturben el establecimiento de las JuntasMunicipales, ni la autoridad superior que tiene esta Provincial sobreellas [...] prevengo a V., S. que de ningun modo repita recurso niconsulte a su gobernador en estos asuntos...”.55

En este sentido, la misma Audiencia de La Plata comunicaba una Real Provisión a D.Gerónimo Matorras ordenándole que:

“…con ningún motivo ni pretexto impida ni embarace la corres-pondencia de los comisionados de Temporalidades de aquella pro-vincia con la de Buenos Aires, ni otras correspondencias [...] queen el punto de Temporalidades no debe mezclarse ni poner el menoróbice sino [...] sólo [está obligado a] auxiliar y fomentar las Pro-videncias que se diesen por los comisionados siempre que estos lepidan auxilio [...] por tenerse comprendida la privativa jurisdic-ción que por Reales Ordenes compete a los comisionados de esteimportante asunto...”.56

Por el contrario, Gabriel Rubert, el procurador general de la ciudad, patrocinaba laposición rebelde del Cabildo al apoyar la opinión de que el Gobernador de la provin-cia debía entender en todas las decisiones de los capitulares por ser su presidente y deque gozaba de la facultad de intervenir ante los problemas que se habían suscitadoluego de la expulsión de los jesuitas, por ejemplo en torno a la administración de lashaciendas y las reducciones de indios del Chaco.

Exponía: “…estos reparos no pertenecen al Sr. Govern.or de la Prov.a? V.S. nodebe azer pres.te. quanto el Prox le previene como casos q.e. son de perjuicios al viencomun?...”.57

Y agregaba, en tono de crítica, que la indiferencia de Buenos Aires y el modocon que se estaba administrando sólo contribuía al “…extermino de las temporalidades”.

55 AHT, Sección Administrativa, Vol. VI, f. 25.56 AHT, Sección Administrativa, Vol. VI, ff. 237 y ss.57 AHT, Sección Administrativa, Vol. VI, f. 31v.

Las disputas por el poder...

Page 38: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

38 Identidades, representación y poder...

“Muchos son los fundamentos qe. Al Proc. le asisten y muchosson los qe. omite expresar [...] y todos de vien común en qe. seincluie el manejo de temporalidades, ramo de sisa, cruzada y de-más de qe. pr. comisión del Sup. Gov.no de estos Reynos a estadoentendiendo el Sr. Govern.r de la Prov. y como tales la a sidopreciso a su Señ.a dar vista de alg.nos al Pror. con qe. se a imp.t.en aquella parte qe. a reconocido con quanta malicia se han mane-jado estos negocios viniendo en conocim.to de los sujetos en q.nesa recaido el manejo de Temporalidades y sequestro de Reduccio-nes hallándolos no solo insufic.tes p.a. el expendio y providenciasqe. Se deven dar sino mui perjudiciales...”.58

Finalmente, luego de estas diligencias, que transcurrieron desde octubre de 1770 ajunio de 1771, había prevalecido la posición de quienes apoyaban a Matorras, ungrupo de tendencia pro-jesuita. Desde Buenos Aires, Vertiz debió aceptar el nombra-miento de D. Escobar aún cuando escribía: “Este proceder es acreedor al mas seriocastigo [...] que los períodos de sus cartas y escritos del Procurador concidero dicta-dos de la ygnorancia y efecto de la poca ynstrucción y ningun conozimiento que lesasiste de las facultades de esta y mías”.59

La Junta tucumana quedó integrada en julio de 1771 de la siguiente manera:Vicente Escobar como presidente, Francisco Tejerina y Barreda como diputado por elCabildo, Gabriel Rubert como Procurador General de la ciudad y Miguel GerónimoSánchez de La Madrid como diputado eclesiástico. Dos partidarios de Campero semantuvieron en ejercicio por un breve tiempo. Pedro Collante continuaría adminis-trando los bienes de Temporalidades hasta junio de 1771 y Rafael de Hoyos hastaoctubre de 1772, fechas en que hicieron entrega de los mismos ante las nuevas autori-dades mediante inventarios.

A lo largo de la vida de la Junta Municipal de Temporalidades, algunos de losmiembros se renovarían periódicamente –no sin mediar conflictos– como el represen-tante del Cabildo y el Procurador de la ciudad.

En el año 1772 el presidente Escobar impugnaba el elección para Procurador deJosé de Thames por ser teniente de oficiales reales y de José de Figueroa como alcaldepor ser deudor –según su parecer– de las Temporalidades por el arrendamiento deVipos.

Esta circunstancia también puso de manifiesto las apetencias entre los gruposque intervenían –conforme a sus propios dichos– a favor o en contra de Campero.

El Defensor fiscal Gerónimo Román coincidía con Escobar en que los únicosvecinos aptos para ejercer la diputación del Cabildo ante la Junta eran el fiel ejecutor

58 AHT, Sección Administrativa, Vol. VI, ff. 32 y 32v.59 AHT, Sección Administrativa, Vol. VI, f. 28v.

Page 39: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

39

Pedro Antonio Aráoz y el Alguacil Mayor –que la estaba ejerciendo en ese momento–Francisco Tejerina y Barreda puesto que los demás eran partidarios de Campero.

José de Figueroa reclamó a la Junta de Buenos Aires presentando su descargo yconsiguió quedar como alcalde. Pero el problema se enmarañó cuando el diputado delCabildo ante la Junta, Francisco Tejerina y Barreda hubo de ser reemplazado –al en-contrarse ausente– por el alcalde de primer voto Miguel Aráoz, cuñado del diputadoeclesiástico Dr. Miguel Gerónimo Sánchez de La Madrid, quien ya había sido nomi-nado por Vértiz el año anterior para ocupar el cargo de presidente a lo que Escobar sehabía opuesto, como vimos anteriormente:

“En la ciudad de San Miguel de Tucumán, en cuatro días del mesde Abril de mil setecientos setenta y dos años. Los SeñoresPrecidente, Diputado Eclesiástico y Defensor Fiscal aviendo con-currido a esta Real Casa en que se acostumbran hazer los acuer-dos de esta junta [...] dijo el Señor Precidente que por ausenciadel diputado Rexidor y alguacil mayor D. Francisco Texerina larepresentó el Defensor fiscal suspendiese el formar junta y quedieze cuenta, como los individuos del Ayuntamiento a excepcióndel referido diputado y del fiel executor D. Pedro Antonio Aráoz,en los demas avia impedimento para la diputación interina a estareal junta y que inter las resultas fuese suspensa...”.60

A la sazón, sosteniendo a Escobar, el defensor fiscal Gerónimo Román aconsejaba noformar junta hasta aclarar la situación. Así se hizo transcurriendo seis meses hastajunio de 1772 en que finalmente la de Buenos Aires confirmó a Miguel de Aráoz y aJosé de Thames como integrantes de la Municipal aún en contra de la opinión deEscobar.

Entretanto, para poder cumplir con las órdenes superiores y evitar más demorasen la integración de la Junta Municipal, el diputado eclesiástico Sánchez de La Ma-drid proponía:

“…respecto a averse ocurrido sobre este particular a la Junta Pro-vincial se espere su resolución pero que en el inter se cite al nuevodiputado para que concurra a las juntas, mientras no aya otro, por-que el parentesco […] no parece ser obise lexitimo para concurrira esta junta en que no ay facultades decisivas, ni vale la pluralidadde votos ni tampoco alla en el nuevo diputado la tacha que [...] leopone el Defensor fiscal de Amigo y Apasionado de D. Juan Ma-

60 AHT Documentos Coloniales..., Tomo I, Serie I, Vol. 7, p. 32.

Las disputas por el poder...

Page 40: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

40 Identidades, representación y poder...

nuel Campero y que mientras no la justifique debidamente el di-cho Defensor le da por supuesta y meramente voluntaria...”. 61

Estos desacuerdos originaron varias veces la recomendación de Vértiz y del nuevoGobernador tucumano Espinosa quienes exhortaban a los miembros de la Junta tucu-mana a trabajar en conjunto dejando a un lado los resentimientos y las parcialidades.

Por su parte, desde Salta el 25 de noviembre de 1771, D. Joaquín Espinosa yDávalos Teniente Coronel de Infantería de los Reales ejércitos y Gobernador y Capi-tán General de las Provincias del Tucumán requería se tuviera cuidado en hacer elec-ciones “…en los sujetos mas imparciales, que no estén mezclados en las temporalidadesde los expatriados [...] y que sean de [...] honor y celo en el Real Servicio para que deesta suerte se restablezca la paz y la concordia entre los vecinos, sepultando sus sen-timientos cada uno...”.62

En el mismo tenor se había expresado Vértiz:

“En la ciudad de San Miguel de Tucumán, en tres días del mes dejunio de mil setecientos setenta y dos años [...] mando el SeñorPrecidente se leyese [...] la carta de diez y seis de mayo del pre-sente año en la que el Señor D. Juan Joseph de Vertiz comoPrecidente de la Junta Provincial manda, que por el SeñorPrecidente de esta, se amoneste a los Señores Vocales de ella paraque con exactitud, actividad y zelo tengan presente, que se cum-plan las reales intenciones procediendo de acuerdo y comformidada ello separándose de motivos y resentimientos que puedan per-turbarles...”.63

En marzo de 1780 se revela la discordancia entre el Cabildo y la Junta a causa de quelos capitulares denunciaron ante el Virrey los lazos de parentesco que ligaban a losmiembros, la compra de bienes de las Temporalidades realizadas por interpósitas per-sonas a favor de los integrantes de la Junta, entre otras imputaciones, de modo tal quetodo es una Casa.64

Los dos principales inculpados eran el presidente José Fermín Ruiz Poyo y eldiputado por el Cabildo Francisco Javier Sánchez de la Madrid, tío del anterior.65 LaJunta de Buenos Aires decidió que los bienes de los indicados fueran embargados.

61 AHT Documentos Coloniales..., Tomo I, Serie I, Vol. 7, p. 36.62 AHT, Sección Administrativa, Vol. VI, f. 168.63 AHT Documentos Coloniales..., Tomo I, p. 39.64 AHT, Sección Administrativa, Vol. 9, ff. 178-182.65 Francisco Xavier Sánchez de La Madrid y Catalina Sánchez de La Madrid eran hermanos. Hijos del

general Francisco Sánchez de La Madrid y de María de Villafañe y Guzmán. En 1744 Catalina se casócon Miguel Aráoz y Echávez. De esa unión nació Catalina Aráoz que fue la esposa de Fermín Ruiz Poyo.De allí que Ruiz Poyo era sobrino político de Francisco Xavier Sánchez de La Madrid.

Page 41: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

41

El Virrey nombró entonces a José de Figueroa a la cabeza de la Junta bajo lapresidencia de quien se hicieron las investigaciones correspondientes para terminarfinalmente con el levantamiento de los cargos y la restitución del buen nombre de losafectados en 1781.66

La disolución de la Junta tucumana se produjo luego del fallecimiento de suúltimo presidente en 1788, D. José de Figueroa. Con ese objeto se observó la aplica-ción de dos Reales Cédulas, una del año 1784 que permitió la subsistencia de lasMunicipales en caso de ser necesario y la otra de 1789 que subrogaba en su lugar a losgobernadores.67

Posteriormente, para la tutela de los bienes que quedaban en todas las jurisdic-ciones, se designarían administradores subalternos sujetos al administrador principalde Buenos Aires.

Como Comisionado de Temporalidades en Tucumán fue nombrado Fermín deTejerina pero ante su dimisión se hizo cargo Pedro López Cobo en 1791.

Por último el Rey, para facilitar la organización y gobierno de las Temporalidadesde Indias, designó un Director General –por decreto del 5 de diciembre de 1783– paraEspaña e islas adyacentes. Esto se extendió a América en la persona del Secretario deEstado del Despacho Universal de Gracia y Justicia, por resolución fechada el 25 demayo de 1792.

Recibidas las órdenes del Rey de incorporar las Temporalidades a la Real Ha-cienda, se nombró en 1799 como comisionado a Juan Silvestre Deheza y Helgueroque se mantuvo hasta fines del mismo año. En 1800 nuevamente López Cobo se halla-ba al frente de la dirección de las Temporalidades con jurisdicción sobre Tucumán,Jujuy, Catamarca y Santiago del Estero y como Administrador Subalterno de lasTemporalidades hasta 1804.

A modo de conclusiónLas disputas de poder en los grupos dominantes en torno a la formación y gestión dela Junta Municipal de Temporalidades pusieron de manifiesto grandes esferas de con-flicto.

66 En febrero de 1782 el diputado del Cabildo, regidor veinticuatro D. Juan García Cárdenas comunicabaa la Junta local que la Junta Provincial había absuelto a D. José Fermín Ruiz Poyo (que ya había falleci-do) lo cual se hizo saber a su viuda Da. Catalina de Aráoz. Asimismo, se eximió al alcalde mayorprovincial D. Francisco Xavier Sánchez de La Madrid. AHT Documentos coloniales…, Serie I, Vol. 8,Tomo II, pp. 109-110.

67 Real Cédula del 15 de enero de 1789. Archivo General de la Nación, Reales Cédulas, 1786-1794, IX-24-10-2. Las Juntas Municipales se suprimieron por Real Orden del 31 de enero de 1784 y conforme a otraReal Orden del 7 de febrero de 1786 e instrucciones del 4 de noviembre de 1788 se designaron adminis-tradores y subadministradores para evitar extravíos y usurpaciones. Finalmente el 19 de septiembre de1789 las rentas de Temporalidades se incorporarían a la Real Hacienda.

Las disputas por el poder...

Page 42: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

42 Identidades, representación y poder...

Por un lado, el problema suscitado entre el proceso de descentralización de po-der en América y el impulso centralizador borbónico. En otras palabras, la nuevapolítica española intentaría enérgicamente dominar las viejas instituciones locales(Cabildos y Audiencias) pero los grupos hegemónicos locales, lejos de consentir quese perdiera su influencia, buscarían los mecanismos para salvar su espacio político.Prueba de ello es el enfrentamiento entre Bucareli y Fernández Campero –ejemplosde funcionarios borbónicos– y quienes los apoyaron contra la Audiencia, reducto delos avecindados que ya formaban parte de la elite local.

La autoridad metropolitana demostraría la precariedad y las limitaciones quecaracterizaban a la Monarquía española del Antiguo Régimen. Aún cuando la preten-sión del monarca habría sido el absolutismo, sus funcionarios se vieron obligados anegociar para lograr el equilibrio en la realidad política. “El rey tiene más que poder,jurisdicción”.68 Es decir, que en las Indias estaba bien entendido que la jurisdicciónReal estaba por encima de cualquier otra, pero a su vez ésa no pudo ignorar las juris-dicciones corporativas, como era la que ejercían los vecinos en los cabildos locales yque muchas veces activaban mecanismos de resistencia al poder metropolitano endefensa de los intereses de los grupos dominantes.69

Por otro lado, y más allá de la alineación evidente de las autoridades y los veci-nos hacia una u otra facción –anti o pro jesuita– subsiste la cuestión de la puja por elpoder. Es el conflicto de preeminencia de un grupo sobre otro. Cada una en su mo-mento, las facciones tratarían de preservar su espacio, ganar posiciones o desplazar ala otra en las luchas de poder local aún sin cuestionar la autoridad del Virrey ni el po-der político del Gobernador. Les importaba dominar el escenario local por eso actuaban,decidían e influenciaban a fin de imponer su criterio en la realidad en que vivían aúnusando su ascendiente, mediante demandas, en los estamentos político-administrati-vos superiores con el objetivo de alterar a su conveniencia la situación local.

En efecto, el proceso de aplicación de reformas que se había iniciado con lanueva dinastía tuvo como uno de los factores de cambio a la Compañía de Jesús quecon su desaparición originó nuevos espacios para la toma de decisiones de índoledesconocida hasta el momento amén de otras repercusiones en el terreno económico,social, cultural y religioso.

En el período bajo estudio (1767-1804) se ha observado que el virrey Manuel deAmat –primo del Conde de Aranda– ejerció como juez de competencias según lopermitía su jerarquía. Tendría la oportunidad de afianzar su poder al dirimir y arbitrar,como representante del Rey, en cuestiones jurisdiccionales entre el Gobernador deBuenos Aires y el Gobernador del Tucumán, por ejemplo en ocasión en que Matorras–aún declarándose pro jesuita– decía no reconocer otra autoridad que la del Virrey,

68 PEIRE, Jaime “François Xavier Guerra y las nuevas perspectivas en la historia política de AméricaLatina”, en Actores, representaciones e imaginarios, EDUNTREF, Buenos Aires, 2007, p. 22.

69 LORANDI, Ana María Poder central..., cit., p. 33.

Page 43: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER

43

negando al mismo tiempo la jurisdicción de Bucareli como presidente de la JuntaProvincial de Temporalidades.

En el caso del Gobernador de Buenos Aires, de quien dependía la Junta Munici-pal tucumana, su papel en la esfera del poder sería variable ya que en un primer mo-mento existió un efectivo apoyo de Bucareli hacia Campero aún en contra de la fac-ción pro jesuita local, pero más adelante –con la renovación de autoridades– el nuevogobernador de Buenos Aires, Vértiz, debió acatar las decisiones del Gobernador deTucumán –al aceptar el nombramiento de Escobar como presidente de la Junta Muni-cipal avalado por Matorras– no pudiendo así hacer cumplir su mandato de nombrar aD. Miguel de Aráoz ante la resistencia de los grupos de poder locales.

En cuanto a la situación en estos desafíos del Gobernador de Tucumán, depen-dería de qué modo quedara posicionado políticamente con las redes locales ya queactuaría directamente en contacto con ellas. El gobernador Campero, por ejemplo, enejercicio en 1767 fue quien pagó el costo político de la expulsión al ser destituido poruna sedición, mientras que su sustituto Matorras, declarado pro jesuita, se mantuvoporque permitió que redes de poder locales actuaran a su beneficio, aún en contra delos mandatos de Vértiz.

En este proceso las familias estudiadas lograron consolidar su poder, no todas,sino las que activaron los mecanismos para adaptarse y reordenarse ante las circuns-tancias. En otras palabras, perduraron las redes más fuertes, que venían cimentándosedesde tiempo atrás y que consolidaron su hegemonía.

Desde el Cabildo defenderían la jurisdicción real ordinaria ante la injerencia enlos asuntos de derecho general por parte de la Junta de Temporalidades a la que con-sideraban, con sus fueros y su privativa jurisdicción, no sujeta a la ley general. Desdela Junta Municipal resguardarían el cumplimiento de la disposición real de expulsióny recurrirían a las impugnaciones y los recelos en la renovación de los miembros enpos de preservar sus intereses (en el caso de las acusaciones a los capitulares de serdeudores de las Temporalidades) o apelarían a las autoridades superiores cuando en-tendían que existía injerencia de los capitulares y que los intereses de las temporalidadeseran menoscabados (en el caso del camino de Tafí).

El poder de las redes sociales se demuestra a partir de lo expuesto porque con suinfluencia lograron la destitución del gobernador Campero, que el gobernador Matorrasconsintiera sus demandas, que el Gobernador de Buenos Aires no tuviera el poder dehecho sobre la Junta Municipal y por último que el Virrey terminara arbitrando a favorde ellos en los conflictos entre ambos gobernadores, logrando en otro orden consoli-dar su poder patrimonial y su posición social preeminente.

Las disputas por el poder...

Page 44: IDENTIDADES, REPRESENTACIÓN Y PODER