Hugo Chávez - Cuentos del Arañero

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    Permtanme siempre estas confiden-cias muy del alma, porque yo hablocon el pueblo, aunque no lo estoy vien-do; yo s que ustedes estn ah, senta-dos por all, por all, oyendo a Hugo,a Hugo el amigo. No al Presidente, al

    amigo, al soldado.As comienza Cuentos del Ara-ero, cual anticipo de este libro quemuestra a Chvez contado por s mismo.

    Ms de 300 ediciones del progr ama Al Presid ente alimentaro n la presentecompilacin; pginas con visos autobiogrficos y la impronta de quien ha mar-cado la historia reciente de Venezuela.

    Son muchas las pasiones que se desbordan en el discurso del lder bolivaria-no: la familia, el bisbol, las Fuerzas Armadas, el cu lto a los prceres, a los hroes,el amor infinito a Venezuela y, sobre todo, a las amplias masas excluidas.

    Es un vi aje que inicia en sus races en Sabaneta de Barinas, en aquella ca-sita de palma y piso de tierra, con el topochal a mano. Pobre, pero feliz. Y laabuela Rosa Ins, la mamavieja, la familia, los amigos de la niez; la vvidaestampa de cientos de miles de hogares humildes de los pueblitos del llano.

    De entonces el Chvez sensible, observador , que absorbe cual esponja, senutre de sus orgenes y carga con ellos a travs de los aos, las vicisitudes yetapas de una vida de batalla.

    Por aquell os das se f ue forjando el apasionam iento por l a historia , que en-rumba desde las leyendas familiares, Maisanta, el ltimo hombre a caballo ysu escapulario ms que centenario.

    Por aqu pas Zamora, deca la abuela, y la imaginacin encandilaba aaquel muchacho que se suba al palo ms alto del patio, oteando un horizonte enel que luego redescubri a Bolvar por los caminos de la Patria.

    Si uno pudiera volver a nacer y pedirdnde, yo le dira a pap Dios: Mndame almismo lugar. A la misma casita de palmasinolvidable, el mismo piso de tierra, lasparedes de barro, un catre de madera y uncolchn hecho entre paja y goma-espuma. Yun patio grande lleno de rboles frutales. Yuna abuela llena de amor y una madre y un

    padre llenos de amor y unos hermanos, y unpueblito campesino a la orilla de un ro.

    Porque Hugo Chvez Fras trajo de regreso a Bolvar, lo despoj de ptrea de las esculturas, lo baj de los pedestales inmviles de las plazmergi junto a l y lo hizo sustancia en el torrente de la gente, que se apnombre, el pensamiento y la obra del Libertador.

    El Pr esidente de Ve nezuela cuenta como nadie la his toria nacionterpreta, la explica, hurga en sus protagonistas, batallas, contradiccio

    una visin de interconexin entre el pasado, el presente y el porvenir,perspectiva t ransformador a.Chvez es un investigador e historiador que trasciende los moldes d

    demia. Y ello no hubiera sido posible sin su paso por el cuartel, cual soldatropas del Ejrcito Libertador de Venezuela, como alguna vez le espet,do respeto, a un gobernador adeco, corrupto.

    Aquel Bachaco o Tribiln lleg a la Academia Militar, en Caracilusin de ser pelotero de Grandes Ligas. Pero, junto al uniforme, los suesancharon catando de las tradiciones, de la disciplina, de la camaraderque todo, de las injusticias vividas y confrontadas en el cumplimiento del

    As lo encontramos de subteniente en 1975, en La Marquesea, Barinantiguas tierras del Marqus de Bocon. Tierras mgicas signadas poros de leyendas, combates, sangre derramada y tambin por lo real marAqu descubr un carro un da entre el monte, un Mercedes Benz negro

    piamos, abrimos el maletero con un destornillador y consegu un poco de Marx, de Lenin; consegu este libro por all, lo le aqu: Tiempo de Zamora, de ese gran revolucionario Federico Brito Figueroa. Aquel subChvez comenz a leer aqu, comenz a hablar con los soldados all.

    Hablar quiere decir forjar conciencias, aunar voluntades, sembrar ldel Movimiento Bolivariano que tuvo su juramento en el Samn de Geretismo de fuego el 4 de febrero de 1992, cuando el Por ahora dio la pauta a

    Chvez dialoga, tutea, narra al detalle, se adelanta a veces, va aperpone h istorias; rompe la lgic a grama tical su jeto-verbo -predicado

    PRLOGO

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    de su estilo, su tcnica narrativa, con la cual mantiene en vilo, ensea, polemiza,pone a pensar y convence. Se trata, sin lugar a dudas, de un fenmeno de lacomunicacin directa, cercana, permanente con su pueblo.

    Llanero de pura cepa, y orgulloso de serlo, Chvez es tambin un fabulador.l asegura que no exagera, pero Fidel Castro, quien lo conoce bien, acua que suamigo venezolano rellena, al menos sobre las historias que involucran a ambos.

    Los rellenos ocurren, sobre todo, cuando la narracin le concierne per-sonalmente. Como la serpiente que, segn sus propias palabras, estuvo a punto dedevorarlo en su cuna, all en la casa de piso de tierra de Sabaneta. A la traga-venado la colgaron del techo y la cola pegaba en el suelo. El grueso era como elde un caucho de carro, rememora para asegurar: estoy vivo de broma.

    O aquel caimn del Arauca, que fue creciendo de cuento en cuento, en mediode la credulidad-incredulidad del auditorio. Cuarenta y cinco metros de largocont yo a pepa de ojo.

    Entonces la nar racin gana en intensi dad po rque el qu e la cuenta lo hacecomo si la estuviera viviendo en tiempo real. As llegan los sonidos: Pac, sue-na cuando su padre bocha la bola criolla; Ass, el silbido de la tragavenado;Uuuh, los fantasmas de Sabaneta; Pum, vuela lejos la chapita; Ta, ta, ta,

    Evo habla que habl a; Ra, ra, ra , meterle a los gri ngos cuatro bata llones por elflanco; Uj u, sorpres a.

    De la mano del sonido estn tambin los corridos, las coplas, las canciones.Yo canto muy mal, confes pblicamente, pero a continuacin acot: como dijoel llanero aquel, Chvez canta mal, pero canta bonito.

    Lo cierto es que resulta difcil encontrar a otro jefe de Estado que entonems en pblico, desde el himno nacional, hasta rancheras, baladas de moda y,sobre todo, las estrofas del cantar folclrico venezolano, del que ha sido cam-

    pen promoto r. Cantor de pueblo, pue s.Y, claro!, el lenguaje. El del presidente, del lder poltico, forjador de con-

    ciencias, educador, del declamador, del poeta. Pero tambin el del ciudadano

    de a pie y ms, del veguero de campo adentro. De ah el uso difano de vque forman parte del habla popular, aunque algn diccionario no los rca: jamaqueo, choreto, jalamecate, firifirito, espatilla'o, espekilo, arrejuntar, entre muchos otros.

    Es cmico?, preguntaba un amigo al conocer de la idea del libro. Chdicharachero, se re de s mismo, celebra el chiste sobre su persona, pero t

    arranca carcajadas del auditorio cuando pone al adversario en el centrcolimador. Ya lo dijo en alguno de sus alocuciones: Revolucin es amor y hPero Cuentos del Araero es tambin algo muy serio. Chvez sufre enginas, le duele el dolor del pueblo, del nio que agoniza sin atencin mdmuere porque el capitalismo y los gobernantes a su servicio se la negaroninfierno aqu!, se lamenta el Presidente, que en los primeros aos de su gse consigue la tragedia por doquier, la nefasta herencia de la IV Repblic

    Como siempre, est la masa del pueblo y yo me echo encima de la mabrazo con ella, sudo con ella, lloro con ella y me consigo. Porque all estma, all est el dolor, y yo quiero sentir ese dolor, porque solo ese dolor, unel amor que uno siente, nos dar fuerzas para luchar mil aos si hubierachar, exclama por aquellos das.

    Desde esos tiempos la amistad c on Fidel, relacin ent raable de unbilidad superior. Sobre ello, y ms, habra mucho que decir. Pero mejo

    cuente Chvez, el araero de Sabaneta.

    Orlando OramaJorge Legaoa AJunio de 2012

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    CONFIDENCIAS

    Permtanme siempre estas confidencias muy delalma, porque yo hablo con el pueblo, aunque nolo estoy viendo; yo s que ustedes estn ah, sen-tados por all, por all, oyendo a Hugo, a Hugo

    el amigo. No al Presidente, al amigo, al soldado.Bueno, ayer fui a visitar la tumba de mi abuelaRosa. No quera ir en alboroto porque siemprehay un alboroto ah, bonito alboroto y la genteen un camin y las boinas rojas. Yo dije: Por fa-vor, yo quiero ir solo con mi padre a visitar a lavieja, a Rosa Ins. All llegamos, y lleg el seor,un hombre joven, con una pala y unos nios, lim-piando tumbas. Ellos viven de eso. Y me dijo elseor, dndole con cario a un pedacito de monteque haba al lado de la tumba de la vieja: Presi-dente, usted la quiso mucho, cada vez la nombra,verdad?. Claro que la quise y la quiero, ellaest por dentro de uno.

    Tambin me dio mucha alegra ver de nuevo,cmo se llama el nio? No recuerdo, un firifi-rito, que hace un ao fui tambin a darle unacorona a mi abuela, y l lleg: Chvez, yo vivolimpiando tumbas y no tengo casa. Ayer medijo, con una sonrisa de oreja a oreja: Chvez,gracias, tengo casa, mira, all se le ve el techo.Tiene techo rojo la casa. El niito tiene casa, her-mano, con su mam y su pap y dos niitos ms,que estn ah, todos limpian tumbas. Esa vez loagarr y le dije: No tienes casa? Claro!, son

    tantos los que no tienen casa Dios mo! Ojaluno pudiera arreglar eso rpido para todos losnios de Venezuela!

    Le ped al general Gonzlez de Len y al go-bernador que se unieran para atender el caso deese nio, porque l me dijo con aquellos ojitos:

    Chvez, no tengo casa. Chvez, yo quiero estu-diar, Chvez, mi mam est pasando hambre,y bueno, me dijo tantas cosas con aquellos ojitosque me prendi el alma. Y les dije, miren, haganun estudio social. Y ya tiene casa el nio y se leve el techo rojo. All est. Chvez, vistame. Yyo le dije: No tengo tiempo pap, pero otro davoy. Ojal pueda visitarlos algn da!

    Ah estuvimos rezando delante de la tumba dela abuela. Yo nac en la casa de esa vieja, de RosaIns Chvez. Era una casa de palma, de piso detierra, pared de tierra, de alerones, de muchos p-jaros que andaban volando por todas partes, unaspalomas blancas. Era un patio de muchos rbo-

    les: de ciruelos, mandarina, mangos, de naranjos,de aguacate, toronjas, de semerucos, de rosales,de maizales. Ah aprend a sembrar maz, a lucharcontra las plagas que daaban el maz, a moler elmaz para hacer las cachapas.

    De ah sala con mi carretilla llena de lecho-sa y de naranjas a venderlas en la barquillera.As se llamaba la heladera, y me daban de apauna barquilla. Era mi premio y una locha paracomprar qu s yo qu cosas. Bueno, de ah ven-go. Cuando yo muera quiero que me lleven all,

    a ese pueblo que es Sabaneta de Barinasconformar con una cosa muy sencilla, cabuela Rosa Ins.

    LAS PROPIAS RACES

    La abuela Rosa Ins deca: Muchachoencarames en esos rboles. Yo me subachico. Haba un matapalo en el patio doncri, era un patio hermoso y uno se subados esos rboles. El matapalo era el msuno buscaba las ramas ms altas porqueunos bejucos y all abajo un topochal. Ylas matas de topocho tienen el tronco blesponjoso, es como un colchn.

    T sabes lo que yo haca? Me lanzamis hermanos y Laurencio Prez, el otrodecamos El Chino. El nico que no seera el Gordo Capn. El Gordo Cap

    poda subirse, era el dueo del nico banica pelota Wilson, as que ese era cuaraunque se ponchara. Uno se lanzaba bbaruu. El hombre de la selva. Yo prefeBar que Tarzn. Bar era africano. Uno espatillaba contra los topochales y mi ta, pobrecita, que en paz descanse, sala manos en la cabeza: Muchacho, te vas abjate de ah, mira que el Diablo anda sue

    A veces a m me daba miedo porqupensaba que el Diablo andaba suelto de v

    HISTORIAS DE FAMILIA

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    CUENTOS DEL ARAERO6

    Claro, Cristo anda suelto tambin y Cristosiempre le gana al Diablo como Florentinole gan al Diablo. Ella nos regaaba mucho,nos bajaba de los rboles, pero en la noche nossentaba en el pretil de la casa de palma, cuandose iba la luz de la planta elctrica de Sabaneta,que quedaba cerquita de la casa. Cuando pasabadon Mauricio Herrera en una bicicleta, unosaba que ya iban a apagar la planta. Ah pas

    don Mauricio, y era como un reloj. l pasabatodas las noches a las ocho en punto. Recuerdoque apagaba una primera vez, ese era el aviso.Era como la retirada, como cuando uno est porall y le tocan la corneta. Despus venan dosapagones, rur, rur, y ya la tercera era que se ibala luz en el pueblo.

    Claro, ya estaban las velas prendidas o laslmparas aquellas de kerosene, y la abuela lis-ta con sus cuentos. Y uno la buscaba: Abuela,chanos los cuentos. Y ella hablaba de un caboZamora y de un Chvez, abuelo de ella, que sefue con el cabo Zamora y no regres ms nunca.Recuerdo que desde nio oa comentarios entre

    las abuelas: Cnchale, que aquel si fue maluco,dej la mujer sola y le dej los hijos.

    El abuelo por los Chvez, el abuelo de mi abue-la se fue con un tal Zamora y no vino ms nunca.Dej los muchachos chiquitos y la mujer se que-d sola con los muchachos vendiendo topocho ypescando en el ro. Tambin oa los comentariosde mis abuelas, las Fras, de que hubo un maluco,un tal Pedro Prez Delgado, quien tambin tuvodos muchachos con Claudina Infante y se fue.Estaban los muchachos chiquiticos y ms nuncavolvi. Entonces yo tena la idea de que eran ma-lucos, pero cuando voy a buscar la historia en los

    libros resulta que no eran ningunos malucos, eranunos soldados. Esas son las leyendas, esos son loscuentos pero que vienen de las propias races.

    YO VENDRA A BUSCARTE

    Mi abuela Rosa Ins nos ense a Adn y a ma leer y a escribir antes de ir a la escuela. Fuenuestra primera maestra. Ella deca: Tienes queaprender, Huguito. Las letras redonditas que ellahaca. Quizs de ah viene mi pasin por la lectu-ra, por la buena escritura, la buena ortografa, nocometer ni un error. Algunos me sufren, porque

    yo soy que si el acentico, la comita, la forma de laprosa incluso, y del verso de cuando en cuando.Ella me deca, ya yo militar: Huguito, usted sl-gase de ah, usted no sirve para eso. Y a m megustaba el Ejrcito, y le preguntaba: Por qu nosirvo para eso, abuela? Usted es muy disposi-cionero, usted inventa mucho. Dgame despus,cuando, ya de teniente, de vacaciones, llegu unda a la casa con otros cadetes; nos sentamos ahy yo puse a Al Primera: Soldado, vuelca el fusilcontra el oligarca. Ella tena esa inteligencia in-

    nata de nuestro pueblo y oa el canto de Al Pri-mera. Se fueron los compaeros y me dijo: Seda cuenta? Usted se va a meter en un lo, porqueyo estoy oyendo esa msica y usted se la ponea sus compaeros, Huguito, Huguito. Ay!, laabuela. Ella me descubri antes de tiempo, meintuy. Muri aquel 2 de enero, la sembramos enmedio de retoos y de amaneceres el ao 1982.Recuerdo que tena guardia el 31 de diciembre en

    Fuerte Tiuna, en la Academia. Me gustaba muchopararme en el Gran Hall,en la puerta grande queda hacia las columnatas, y ver el jolgorio en lasoledad. A las 12 de la noche nos asombamosah el grupo de oficiales a darnos el abrazo, a verlos cohetes de los cerros de El Valle, a or los ru-mores de la alegra y la esperanza de un puebloque se renueva cada 31 de diciembre. El 31 huboreunin de oficiales despidiendo el ao y me diopena pero le dije a mi coronel Tovar: Mi coronel,necesito un permiso, tan pronto regresen los queestn de permiso de segundo turno. Y le expli-qu: Mi abuela, que es mi mam vieja, est muymal y no le quedan muchos das de vida. Me aca-

    bo de despedir de ella hace dos das, un abrazo ylas lgrimas y recuerdo que me dijo: Ay!, Hugui-to, no llores, que quizs con tanta pastilla me voya curar. Pero no, ya no tena cura, sabamos quese iba, ya se estaba yendo. Y el buen coronel medijo: Chvez, vaya. Yo era jefe de deportes y nohaba en ese momento ningn gran compromisodeportivo. Entonces me dijo: Vyase el 5 de ene-ro cuando lleguen los dems. El da primero mevoy a visitar a mi coronel Hugo Enrique Trejo enMacuto. l tena una casita all; ese fue como otropadre mo, orientador, el gran lder militar de losaos 50. Ah estuvimos conversando el primero.

    En la tarde me fui a Villa de Cura a visitar a mita abuela Ana, la hija de Pedro Prez Delgado.Estando all sal a afeitarme, porque estaba muymechudo como decimos, para regresar en latarde a la Academia. Cuando regreso, ya tena lanoticia: Ha muerto la abuela. As que la sembra-mos al da siguiente. Ya yo estaba comprometidocon la Revolucin, por eso le escrib estas lneas:

    Quizs un da mi vieja querida, dirija mispasos hasta tu recinto, con los brazos en altoy como alborozo, colocar en tu tumba unagran corona de verdes laureles: sera mi victo-ria y sera tu victoria y la de tu pueblo, y la de

    tu historia; y entonces por la madrevieja vol-vern las aguas del ro Bocon, como en otrostiempos tus campos reg; y por sus riberas seoir el canto alegre de tu cristofu y el suavetrinar de tus azulejos y la clara risa de tu loroviejo; y entonces en tu casa vieja tus blancaspalomas el vuelo alzarn y bajo el matapaloladrar Guardin, y crecer el almendrojunto al naranjal, tambin el ciruelo junto altopochal, y los mandarinos junto a tu pial,y enrojecer el semeruco junto a tu rosal, y

    crecer la paja bajo tu maizal, y entsonrisa alegre de tu rostro ausente lleluces este llano caliente; y un gran saldr de repente y vendrn los federZamora al frente, y las guerrillas de ta, con toda su gente, y el catire Pez,mil valientes; o quizs nunca, mi viejtanta dicha por este lugar, y entoncmente entonces, al fin de mi vida yo v

    buscarte, mam Rosa ma, llegara a ty la regara con sudor y sangre, y hallsuelo en tu amor de madre, y te contardesengao entre los mortales, y entoabriras tus brazos y me abrazaras cupos de infante, y me arrullaras con tcanto y me llevaras por otros lugares

    LA NEGRA INS

    Yo tuve una abuela que le decan la NegUna negra despampanante, famosa enllano. Han pasado casi cien aos y todav

    cuerdan poetas del llano: la Negra Ins,casa del semeruco, cerca de la iglesia. suena a recuerdo bonito, profundo y leja

    Dicen que la Negra Ins, mi bisabuelade un africano que pas por aquellos llaes que dicen, es que era verdad, porquecien personas dicen lo mismo en un puqueo, es verdad. Aunque quizs yo nunel nombre de aquel abuelo africano, que eMandingas. As que yo termino siendo udinga. La Negra era la madre de mi abueIns Chvez, que naci entre india y negque, mira!, el pap de mi abuela, de Ro

    fue un italiano que se levant a la Negrvivieron un tiempo juntos. Tuvieron a Rosa Ramn Chvez, que lo recuerdo. Yo lo vMuri de un ataque, como decan antes.

    El to Ramn me haca los papagayosmuy enfermo en un chinchorro y me dice:to, aydame a ir al bao, que estaba all excusado, pues. Yo lo llevo y le digo: To, Y no, l sigui y llegamos casi a la cerca. y cay. Sal corriendo a llamar a la abuelaRosa, mam Rosa, mi to, tiene un ataquedo vino un mdico, que consiguieron no sya estaba muerto mi to Ramn Chvez.

    YO ESTOY VIVO DE BROM

    Cuenta mi madre que estoy vivo de bromamita estoy vivo. Un da ella estaba en la cochiquitico, de meses. Adn tena ao y piqestaba en un chinchorro, llorando y mi mdice a Adn: Vaya, mzame al nio. Mlo que oy fue el chillido mo y sali coa ver. Resulta que el chinchorro estaba ponemos en el campo, guindado sobre la

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    HUGOCHVEZ FRAS

    el Adn, que adems era kilo, lo agarr por lacabuyera y hal el chinchorro. l me meci, peroverticalmente, y el pobre niito aquel, que era yo,sali disparado como bala humana. Mi mam meconsigui all orinadito y todo, en la esquina all.Menos mal que las paredes eran de barro, de tie-rra, y el piso tambin. Ese fue Adn.

    Despus a los pocos das cuenta mi mamque ella estaba ah como a medianoche. Todo

    oscuro. Mi pap no haba llegado. Yo estaba enla cuna. Adn estaba con mi abuela en el otrocuarto. Mi mam oye un ruido en la oscuridadque hace: Asss, asss! Ella pela por la linternay alumbra. Cuando ve algo debajo de mi cuna,era una tragavenado, compadre! Mi mam meagarr y sali disparada. Llam a mi to RamnChvez, que en paz descanse, quien mat la cu-lebra con un machete o un palo. A la tragave-nado la colgaron del techo y la cola pegaba enel suelo. El grueso era como el de un caucho decarro. Era una culebra que tena azotada a laconejera de mi abuela. Se haba comido ya va-rias gallinas y andaba buscando un bachaquito,

    fjate. Yo estoy vivo de broma.

    SACA VEINTE O CONSIDRATERASPAO

    Cuando mi padre era mi maestro de cuarto grado,me consta que revisaba mi prueba una y tres veces,con mayor rigor que las otras. Yo a veces reclama-ba justicia, tratamiento igual, pero no, mi padreera ms duro conmigo. As tena que ser. Fue unagran enseanza para m y mis hermanos. Me dijo:Cuando t no saques 20 considrate raspao. Y

    una de las motivaciones que uno tena, el fin desemana, el sbado, era ir a ver Tin Tan, Chucho,El Roto, El guila Negra, todas esas pelculasde aquellos aos en el nico cine que haba por to-dos esos pueblos, el Cine Bolvar de Sabaneta, quecostaba un real. Mi pap nos llevaba, pero cuan-do yo no sacaba veinte, no iba al cine. No olvidoque me perd la pelcula Neutrn, porque no sa-qu 20 en un examen, no s cul. Llor mucho, miabuela me consolaba: Ay, Huguito!.

    EL ARAERO

    Ustedes saben que yo venda araas. Desdenio, ms o menos, tengo nocin de lo que es laeconoma productiva y cmo vender algo, cmocolocarlo en un mercado. Mi abuela terminaba lasaraas y yo sala disparado. Pa dnde iba a co-ger? Pal cementerio? Estara loco. All estabaa lo mejor una seora acomodando una tumba,a lo mejor un entierro. Si haba un entierro en-tonces yo aprovechara verdad? Pero no, padnde? Pal Bolo. Ms de una vez mi pap merega: Qu haces t por aqu? Vendiendo

    araas, pap. Todas las tardes, a las cinco, sevean all los hombres del pueblo. Mi pap ju-gaba bolos porque l es zurdo y lanzaba bien.

    En el bolo yo venda la mitad, y despus palcine. La concentracin, pues, en la Plaza Bolvar.A la salida de la misa estaba yo, mire, con mibichito aqu: Araas calientes, no s qu ms.Y le agregaba coplas: Araas calientes pa lasviejas que no tienen dientes, araas sabrosas,

    pa las muchachas buenamozas, cosas as. Ara-as calientes, araa dulce, pa no s qu. Yo in-ventaba, ya casi se me olvidaron las coplas. A lasmuchachas yo les cantaba. Dgame si sala porah Ernestina Sanetti, ah!, yo le cantaba. Ernes-tina Sanetti, Telma Gonzlez, de las bonitas delpueblo. Entonces venda mis araas ah dondeestaba el mercado y la concentracin.

    Cmo olvidar las fiestas de Sabaneta! Yo eramonaguillo, tocaba las campanas, y haba que to-carlas duro los das de fiesta. Y la abuela: Hugui-to, hay que buscar ms lechosa!. Porque en losdas normales yo venda no ms de veinte araasdulces; eran dos bolvares con un real. En cambio,

    en las fiestas se vendan hasta cien araas dia-rias. Mi abuela se levantaba muy temprano. Yola ayudaba; le coma las paticas a las araas. Y leregalaba una a Hilda, que me gustaba aquella mu-chachita. Me quedaban por lo menos dos lochastodos los das, para montarme en la montaa rusay la vuelta a la luna aquella. Me gustaba ir al circoy ver a las trapecistas bonitas que se lanzaban. Decuando en cuando iba un elefante, un tigre en unajaula, y uno viva las ilusiones del mes de octubre.Dgame en las fiestas patronales. No! Estbamosen emergencia, haba que buscar lechosa no s,hasta all en el ro, porque se venda mucho, y

    adems no tenamos competencia. La nica casadonde se hacan araas en este pueblo era la casade Rosa Ins Chvez. S, un monopolio.

    GENTE HONRADA

    Recuerdo que compraba a veces a crdito. No-sotros vivamos de lo que nos daba mi pap, queera maestro por all en un monte. Imagnense unsueldo de cien bolvares! Mi abuela haca dulces,vendamos araas, tabletas, majarete, dulce decoco, y frutas. Vendamos muchas frutas porque elpatio, donde yo fui un nio feliz, era un patio lleno

    de rboles frutales de todo tipo y de eso vivamos.Haba tiempos difciles cuando la abuelita no

    poda hacer el dulce. Yo le deca a Luis Alfonso,el bodeguero, donde compr toda la vida: LuisAlfonso, vengo a fiar un bolvar de pltano. Y lanotaba ah, porque estbamos pasando por unasituacin difcil. Pero luego me pona las pilas,como decamos. Mi abuela haca doble dulces, yovenda ms rpido y le pagbamos la locha o elbolivita que nos haba dado fiao Luis Alfonso. Lagente humilde es honrada.

    POBRE, PERO FELIZ

    Hace poco estbamos comiendo mangosGobernador en la casa del Rey, all en JaHaba mucho mango. Y entonces le conGobernador que fui un nio pobre, perYo me iba por los montes a comer mangranjas y ciruelas. ramos muy pobres. Aque me daban era una locha diaria para

    ceo; con eso uno se tomaba un fresco y ajor se coma un pedacito de pan.Pero despus, cuando salamos en la

    me iba directo del liceo al estadio La Caren Barinas, donde hoy funciona un estaftbol muy bueno. Eso est rodeado de mamangas y esa era la cena de nosotros, de estbamos practicando. Yo iba con mi mamis guayitos viejos de jugar bisbol: mi gcito viejo, una camiseta, una gorrita. Qu vale!, La manga grandota, y uno agarramaceta y a tumbar manga, camarita, y a De cuando en cuando alcanzaba para un azcar, dulcito, de esos con azuquita.

    LA VIRGEN DE LA SOLEDAD

    Recuerdo mucho a mi abuela Rosa Ins cuangbamos a la casa de palma grande, donde yEra muy fresca. Pero venamos de alguna acalguna visita a los vecinos, y la casa estaba sabuelita abra la puerta y siempre deca: Bdas o buenas noches, Virgen de la Soledadhablaba a la Virgen de la Soledad, que se qcuidando la casa; le encomendaba la casa.

    LOS FANTASMAS DE SABANE

    Estaba recordando a mi compadre Alfredana, en Sabaneta, al Chiche Fras, a PBastidas, Cigarrn Tapia. Yo era un niode diez aos, ellos eran unos zagaletonestorce y quince. En las noches se ponan unna blanca. Yo los vea, porque mi primo CFras era uno de ellos. Despus que MHerrera, que en paz descanse, apagaba laelctrica de mi pueblo, salan con la sbanca por Sabaneta haciendo uuuuuuh!, corpor la plaza, por el cementerio. Eran mal

    viesos. Uno saba que eran ellos, pero yo cEn ese tiempo ms de un fantasma de esocaba una cerca, cuestiones hasta de amore

    Una noche le pusieron una vela, por lde la madrevieja a mi pobre viejita. Creo qmi primo Adrin Fras, era otro que a vedisfrazaba. Pues pusieron una vela en el patcasa vieja de mi abuela. Ella estaba muy asTe das cuenta?, ah estn los muertos!. Tudecirle la verdad: No, abuela, es que los mucquieren llevarse un saco de naranjas, en

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    CUENTOS DEL ARAERO8

    ponen una vela para que la gente se asuste y no seacerquen al patio. Los fantasmas de Sabaneta.

    EL PRIMER DISCURSO

    Recuerdo la primera vez que di un discurso, cuan-do lleg el primer obispo a Sabaneta de Barinas.Estaba en sexto grado y me pusieron a leer unas

    palabras, a darle la bienvenida al obispo Gon-zlez Ramrez, algo as se llamaba. Y ese mismoao, un 12 de marzo de 1966, me correspondileer tambin un discurso en la Plaza Bolvar,de Sabaneta de Barinas, a nombre de los mu-chachos del Colegio Julin Pino, donde hice miprimaria. Nunca se me olvida una frase de esediscurso que escribi mi padre: La banderaque Miranda trajo y que Bolvar condujo congloria. Eso se me grab para siempre.

    OFASA

    Cuentos de familia. Hay que ver cuando nos reu-namos. Ahora casi no tengo tiempo. A veces lafamilia sufre el impacto de todo esto. Desde aquun saludo y un recuerdo a mis hermanos. A An-bal le decamos Bocae bagre. A Nacho, Chu-rro mogotero. Nacho era flaquito y paleto.A m me decan Tribiln o Bachaco. A Adnle decan Macha macha. Al negro Argenis ledecan El Indio o Curicara. Y a mi hermanomenor, Adelis, le decan Ofasa.

    Saben por qu? Ofasa era una cosa interna-cional, una oficina. Creo que era de los yanquis,no estoy seguro. Sospecho que era algo raro,

    porque era una agencia de ayuda humanitariay haba propaganda por radio, all en Barinas:Ofasa lo visitar en su casa, Ofasa atiende ala humanidad. Y Adelis estaba chiquitico. Ten-dra como ocho, nueve aos. l era muy metio yquera estar en todo. Entonces llega una seoraque viva en la calle, una indigente que andabapidiendo ropa y comida por las casas. Adelisestaba por la ventana del cuartico, y mi abuelaRosa ah limpiando. l ve que la seora viene pala casa, y entonces le dice: Mam Rosa, mamRosa, ah viene Ofasa! Porque por radio l oa:Ofasa lo visitar en su casa. Ofasa atiende a lahumanidad. Por eso le decimos Ofasa.

    ASUNTO IDEOLGICO

    Como un amigo nuestro all en los aos 60, enBarinas. Ustedes saben que yo soy feo, l era eltriple de feo que yo. En las fiestas uno tena quehacer esfuerzos. Haba otros que se peinaban demedio lado y no s qu ms. Adems, uno siem-pre con la misma ropita, unas botas de goma ah.Uno tena que hacer un esfuerzo muy grande

    para acercarse a una muchacha y sacarla a bailar,agarrarle la mano, un esfuerzo grande aquel. Peromi amigo, que era el triple de feo que yo, sospe-chaba que las muchachas no iban a bailar con lo aceptarle una conversacin. Tenamos catorceaos, ramos unos nios. Entonces l deca: Yono bailo con ninguna muchacha hasta que no sedefina ideolgicamente. Y l estaba comenzandopor los caminos del marxismo, hijo de un marxis-

    ta muy respetado, un profesor barins.

    EL PENSAMIENTO

    Mi pap empez a dar clases de primaria, por allen Los Rastrojos. Tena sexto grado, no haba li-ceo en Barinas. Luego consigui un puestico demaestro por all en un monte, pues. Ah!, pero en-tonces se inscribi en los cursos de mejoramien-to del magisterio, una cosa buena que haba. Notodo lo pasado fue malo. Eso vena desde muchoantes del ao 1958. Entonces mi pap vena a Ca-racas en agosto y traa libros. Cuando el terremo-

    to de Caracas mi pap estaba aqu y lo lloramosmucho: Se acab Caracas, decan por radio. Ylos rumores all en Sabaneta: Caracas se acab.

    Despus lleg un telegrama al otro da: Es-toy vivo, estoy bien. Y llev una enciclopedia,creo que francesa, Quillet. Me prometi unamigo francs conseguirme una de la poca,porque se perdieron esos libros. El ltimo quevi lo tena mi hermano Adn. Despus no s,al mismo Adn se le perdi en estos huracanesque se llevaron muchas cosas. Pero ah habamuchas recomendaciones: filosofa, matemtica,historia; era como mi Internet entonces.

    Yo era un nio y me beba aquellas pginas. Yuna de las recomendaciones que haba all, quela apliqu toda mi vida, era la siguiente: Ustedpiense, deca alguna pgina de aquellas. Yo loapliqu. Si ests en la maana limpindote losdientes, piensa lo que ests haciendo: Me es-toy limpiando los dientes. No ests ah comosi fueras un rbol, que no piensa. Si ests pit-chando en el bisbol, piensa. Si ests disfru-tando con unos amigos, unas amigas, piensa. Elpensamiento es clave para entender lo que unoest viviendo, para no pasar por este mundo ascomo si fuera una nube que pas.

    QUE NO ME LO MATEN!

    En La Chavera estaba mi padre el 4 de febre-ro de 1992 en la maana, como todos los das,con sus cochinos y cuatro vacas. Lleg alguienen bicicleta a decirle: Mire, don Hugo, que hayuna rebelin militar, que unos militares se al-zaron. Eran unos muchachos, vecinos que te-nan all tambin un ganadito. Ellos me conocendesde hace tiempo, porque yo siempre en vaca-

    ciones iba a La Chavera a jugar bolas a baarnos en el ro. Los muchachos le Don Hugo, usted no cree que Huguito tido en eso?. Ellos ya intuan, porque mcan de tanto hablar en la cancha de bolro, por all en bicicleta, caminando por tas de ros. Mi pap les dijo, lavando la coNo, no, ese no se mete en eso.

    En cambio, cuando Cecilia, la vecina,

    mi mam: Mira Elena, dijeron por Radioque hay una rebelin militar. Mi mama rezar porque ah tiene que estar Huguque son las madres, no? Mientras mi pca: No, tranquilo que ese no se mete de eso, mi mam desde que le dijeron srezar. Que no me lo maten!, porque estra de que ese est ah. Te quiero, mi viejaMuy sabrosa la delicada!, las hallacas y lmorra que me trajiste. Me queda todavaquito, voy poco a poco. No le doy a nadie

    LOS DEDOS DE MI PADRE

    Acabo de hablar con mi padre y a mi padrlo admiro y, adems, lo met en este lo. MHugo de los Reyes Chvez, un maestro jEstaba criando cochinos y gallinas ponedode haca varios aos, hasta el 4 de febremaana. Dej las gallinas, dej los cochincuatro vacas flacas, dej un fundito que toda su vida de maestro y se fue a la batal

    l andaba fundando comits bolivpor los pueblos y buscando firmas para tad, no de su hijo, sino de los soldados. Yprisionero, me enter y lo llor. Incluso es

    poema llamado Los dedos de mi padreperdi porque me allanaron a los pocos llevaron los manuscritos.

    Y perdi tres dedos porque se desla carrucha en esos ros donde no ha llmano del desarrollo y todava se pasan echa, por all en los llanos, en el pie de mocuerdo que hablaba de las manos de mi pmismas que me ensearon a escribir la a, la o, la u. Las mismas que junto a las de my su amor, hicieron posible, por la mano que viniera al mundo junto con mis herm

    EL VIEJO COMO UN GUERRE

    El da jueves en la noche mi padre suaccidente cerebro vascular, cumpliensus labores all de gobernador de Barla pasa por los pueblitos atendiendo a lviviendo con la misma angustia existenvivimos nosotros ante la tragedia de lpesinos, y cumpliendo con sus responsdes. Fue sorprendido, una emboscada dcomo yo la llamo.

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    HUGOCHVEZ FRAS

    El viejo como un guerrero se par, lo trajimosesa madrugada a Caracas y lleg una doctora ahacerle preguntas. Algo importantsimo es quepap nunca perdi la conciencia, y Dios median-te se est recuperando. Pero esa madrugada,como a las cuatro de la maana, lleg la docto-ra. T sabes silbar?, le dijo. Qu quieres quete silbe?. Yo lo vea muy preocupado, pero pordentro con una gran esperanza al verlo con aque-

    lla picarda, ah guapeando. Despus le dice ladoctora: Pero t silbas y cantas tambin?. S,y le cant una cancin, una cancin viejsima.

    Pap fue parrandero. Yo era muy nio y l tenaun amigo llamado John que tena una guitarra yellos cantaban, daban serenatas y a veces los vier-nes llegaba a medianoche. Imagnate t, era maes-tro de escuela y venda carne por los campos enun burro negro. Conoci a mi mam que naci yse cri en un campito ms adentro del pueblo, enlas costas del Cao de Raya, un casero que se lla-ma Los Rastrojos. Ah naci mi mam. En las Fraseran casi puras hembras no?, y buenas mozas.Pap se la trajo en el anca del burro y se casaron.

    Cuando naci Adn, el mayor, pap tenaveinte aos; mi mam diecisiete. Yo nac al aosiguiente. Somos seis varones en fila india. A mipap lo recuerdo, chico, jugaba bisbol; de ahnaci mi pasin por el bisbol. Pap es zurdo,jugaba en el equipo Los Centauros de Saba-neta, en un peladero de chivo, jugando primerabase. Lo recuerdo tambin de bochador de bolascriollas, con la zurda. l sacaba la bola por unlado, pac.

    Y le cant esa vieja cancin a la doctora, alas cuatro de la maana. Es una tonada hermo-sa que termina diciendo: A m me dicen llanero, ay,

    s / y de eso no me quejo / porque traigo mi sombrero /porque traigo mi sombrero de paja y con barboquejo.

    UN PEDAZO DEL ALMA

    Yo fui padre la primera vez a los veintinaos. Naci Rosa Virginia, mi terrn de azcar.Fue creciendo Rosa y vino Mara y despus Hu-guito. Los vea a ellos muy pequeos, pero yo de-ca: Estos no son los nicos nios del mundo.Yo vea que ellos tenan vivienda, que podanir a la escuela. Si se enfermaban, los llevaba alHospital Militar.

    Recuerdo que cuando venamos a Caracas,me paraba en la autopista, en algn borde y lesdeca: Miren, ustedes tienen suerte. Tienen unpadre que puede, ms o menos, proporcionar-les un sustento, porque soy militar profesionaly tenemos un sistema de seguridad social quelos atiende a ustedes. Pero all arriba, en aque-llos cerros, vean cmo andan los nios, muchossin padre, muchos sin atencin de ningn tipo.Es decir, fui preparando a mis hijos para lo quevino despus, que fue muy doloroso.

    Nunca olvidar, como padre, la noche del 3 defebrero de 1992: dejar la casa, dejar los hijos dor-midos, echarles la bendicin, darles un beso, dejarla mujer y salir con un fusil en la oscuridad. Esoes terrible!, porque uno deja un pedazo del alma.

    ROSA VIRGINIA

    Maana 6 de septiembre cumple aos Rosa Vir-ginia Chvez Colmenares, mi nia, la negritaRosa, que Dios me la bendiga. Naci en Mara-cay, yo era teniente apenas. Le dije al Comandan-te de batalln: Deme un permiso que mi mujerva a parir. Y me vine en la maanita a Caracas,a buscar real, porque no tena para pagar el par-to y el seguro no me cubra sino una pequeaparte. Adems fue un parto un poco difcil el deRosa Virginia. Nancy, su madre, mi primera es-posa, a la que recuerdo con mucho cario.

    No tena ni carro. Me lo prest el subtenienteChvez Tovar, un compaero del batalln blinda-do Bravos de Apure. Tena un Fairlane 500, rpido.

    As que me vine, como una bala a Caracas, al ipsfa,con una carta del Comandante para aligerar. Yohaba pedido un crdito personal, seis mil bolva-res para pagar la clnica. Llego y me meto y hastame pararon firme. Haba un coronel ah que no mequera atender o estaba muy ocupado; tuve que pa-rrmele al frente: Atindame que es urgente. Porfin me dieron el cheque, un chequecito, hermano,lo cobr a las 11:30 en el mismo banco del ipsfa.

    Prendo ese carro y llegu Maracay en menosde una hora, directo a la clnica. Cuando voy en-trando por el pasillo largo de la clnica veo al ma-yor Richard Salazar, que era segundo comandante

    del batalln, y un grupo de oficiales. Y lo primeroque me dijo: Perdiste la apuesta. Yo haba apos-tado que era macho, y es ms, le haba compradoun bate de bisbol. Perd una botella de whisky,que en ese tiempo se poda apostar. Claro, quedendeudado. Yo no tena pa pagar esa botella, se latomaron ese mismo da. Bueno, ya estaba la negri-ta Rosa Virginia chillando all felizmente.

    LA BRAZO LOCO

    Mara Gabriela naci en aquella sabana de Bari-nas, y en ese da tan especial siempre bamos en

    su cumpleaos a los desfiles y las cosas del Dade la Bandera. Entonces ella asociaba todo aquelcolorido a su cumpleaos. Un da le dije: Yo teiba a poner Mara Bandera. Pap, te hubie-ra demandado!. Porque Mara sali as, librecomo el viento, como la bandera. Ella ondea as.

    Cuntos recuerdos. Tu infancia ms lejana, tucompaa en los desiertos; nunca fue un desier-to, siempre estaba alguien all. Nunca uno andasolo, incluso Jess siempre anda con nosotros, elde Nazareth. Mara siempre all, con su alegra,

    sus cosas, con sus brincos. Una vez se cun guayabo all en Elorza y se le zaf el Tena como siete aos. Tuve que trarmelcamin, en pleno invierno, hasta Barinas

    Yo con aquella nia por aquellos camitransitables, con aquel brazo que le bailaoperaron en Barinas y le pusieron el brsu sitio. Luego, yo le pichaba a Huguitora quechaba. Ella me lanzaba de regre

    pelota sala hacia los lados. No la lanzabcho. Yo le deca: T eres brazo loco, asdecan la brazo loco.

    NACI HUGUITO

    Recuerdo cuando naci mi hijo Huguito, Hugote ya; est ms alto que yo. Lo vine acer a los tres das porque estaba yo, comopre, entregado a mi vida de soldado. Nancya parir a Barinas y yo andaba en una cocon unos tanques, en maniobra. Por all, dio de un tierrero, unos tanques y unos so

    me lleg el mensaje: Pari macho. Celebrtanques de guerra y entre soldados el nacimSe llamar Hugo Rafael, dije desde allmensaje a la mam y a la abuela, mi mam

    Al tercer da fue que pude salir. Me permiso, lleg otro capitn a relevarme rr un autobs de Carora hasta BarquisAll un primo me llev hasta Barinas. LlBarinas y consigo a la familia triste, pornio naci con el ploro pegado, que esuna vlvula que est al final del esfaglo aprend esa vez. El muchacho chiqulo iban a operar. Por fin no hizo falta, no

    operacin. Despus fue que se le abri el ploro, coma mucho y se puso comBarreto, pareca una pelota blanca, porqblanquito mi muchacho. Que Dios lo bey a todos los muchachos de Venezuela.

    NO LES TENGO MIEDO

    Ah!, entonces, me di cuenta de algo quehaba descubierto: el miedo a los poderes fVean los peridicos. Bueno compadre, a mimporta. A mis hijas les dicen de todo, hams chiquita, pues, se meten con ella, co

    con mi hijo, mis padres. No me importa nellos lo saben. No le tengo miedo al quni al qu harn. Dios me cuide los hijohijos de todos nosotros. Un da les contmis hijos, los grandes, porque empezaron amenazas cuando no tena forma de proteAhora el Estado est obligado a protegeuna obligacin constitucional. Yo andalas calles, y me divorci. Nancy con sumuchachos en Barinas, solos. Yo les mauna platica, y una casita por all que pu

  • 8/13/2019 Hugo Chvez - Cuentos del Araero

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    medio acomodar. Eso fue lo que les dej, notena ms nada. Y me fui por los caminos acumplir con lo que tena que cumplir.

    Un da amenazaron que si yo segua hacien-do lo que estaba haciendo, iban a secuestrar auna de mis hijas. Estaban de doce aos, quinceaos, y esa edad tan difcil. Entonces reun a lasdos mayores, porque Huguito tena diez. Igualles dije: Muchachas, cudense. Porque ya era

    la edad de salir de noche, el novio y la adoles-cencia. Esa poca tan bella, pero tan peligrosaal mismo tiempo. Alguien dijo: El que tiene unhijo tiene todos los miedos del mundo. Y re-cuerdo que a mis dos muchachas grandes lescont algo que le, de algo muy cierto que ocu-rri en la guerra espaola. Un general espaoldefendiendo una plaza, y la fuerza enemiga lecapturan un hijo adolescente. Lo llaman portelfono y el general enemigo le dice: Mire,general, aqu tengo a su hijo preso. Rndase!Si no se rinde, morir su hijo. El general repu-blicano le respondi:

    Est mi hijo ah?. S!, aqu lo tengo, rndase!. Por favor!, pngame a mi hijo!. Aqu est!, igalo. Pap!. Hijo, muere como un hombre!.

    As tenemos que ser los verdaderos revolu-cionarios!

    EL TRAPO ROJO

    Cuando estaba en Yare, Mara me escribi car-

    tas, poemas y cosas muy hermosas, del alma. Esque ella escribe del alma. Y una cosa muy her-mosa, una vez de un trapo rojo. Te acuerdasMara? Porque en la crcel, cuando ellos se iban,yo sacaba un trapo rojo por la ventana. Ella diceque sigue viendo ese trapo rojo. Eso es profun-do, un smbolo.

    Luego un momento muy difcil del Movimien-to Bolivariano, en que yo haba sido detenido unavez y me mandaron a Oriente, andbamos en di-ficultades. El Movimiento se vino abajo y habadesconcierto, persecuciones, mucha vigilancia.Hubo una infiltracin, una traicin de alguienque habl. Entonces, Huguito, una vez que vine

    a la casa, me dice: Pap, escrib esto. Hizo undibujo as como unas rayas, como un ro, y un

    jeep, un carrito as, y abajo una leyenda: El rocorre duro pero es bajito y los jices pasarn. Yole y le dije: Dios mo, muchacho, qu alma, dednde sacas t eso? Fue un mensaje al padre quelleg un poco cabizbajo, cansado. Yo viajaba deMaturn en mi carrito viejo, solo hasta la casa. Enese tiempo andaba como con lepra, nadie se meacercaba. Y despus deca la leyenda: Y saldrncon barro, pero los lavaremos. Fjate t.

    LAS CUENTAS DE ROSINS

    Ustedes saben quin me imita a m, pero per-fecto, Rosins. Se para y saluda: Permiso, micomandante en jefe. Un da, caminando por en-tre unos rboles, andaba vestida de soldado, medijo: Papi, yo quiero ser paracaidista. Por su-puesto la idea no me gusta mucho. La Mara, mihija, fue la que se lanz de un avin. Aqu est

    uno de los culpables, se lanzaron sin avisarme am, chico.Ahora Rosins me dice que quera ser para-

    caidista y ella estaba sacando la cuenta fjate,matemtica. Ella tena como siete aos, empe-zando en la escuela, segundo grado. Yo le dije:Tendrs que esperar a ser mayor de edad, ga-nando tiempo. Tendrs que esperar a que cum-plas dieciocho aos. Se puso a sacar la cuen-ta, la carajita. Seguimos caminando y al rato separa: Papi, o sea que faltan once aos para queyo pueda saltar en paracadas?. Bueno, ms omenos por ah, once aos. Y seguimos cami-nando con unos perros, porque ella tena unos

    perros all. Se para otra vez: Papi, cunto tequeda a ti de presidente?, hasta el 2021?. Yo ledije, no, no, yo no s. Bueno, 2021 ser.

    Sac la cuenta: Oye, te quedan a ti treceaos, o sea que cuando yo cumpla dieciocho a tite quedan como tres de Presidente. Le dije: Yono s, pero eso es la cuenta que t ests sacan-do. Y t podrs saltar?, cuntos aos ten-drs t?, cincuenta, sesenta y pico de aos?.O sea lo que ella estaba pensando era tirarseconmigo de un avin, compadre. No nos tirare-mos de un avin, mi vida, pero podremos jugardomin, a lo mejor, o jugar Qu?. Bolas

    criollas que te gustan tanto.

    31 DE DICIEMBRE EN FAMILIA

    Tena varios aos que no pasaba el 31 con toda lafamilia, y especialmente con los viejos, los her-manos, y aquella sobrinera, los hijos, nietos, et-ctera. Le llegu de sorpresa a mi hermano Adna su casa y estaban, como siempre, jugando do-min. Desde hace quince o veinte aos es la par-tida de domin en la tarde. Yo juego un estilo dedomin que bautizaron all como suicida. Tenavarios aos que no jugaba. Me consegu un viejo

    amigo, hicimos una buena partida, un match, y loganamos aplicando el suicidismo. Mis herma-nos juegan mucho domin. Yo no s jugar. Perouno de mis hermanos, cuando la mano ya llevatres o cuatro vueltas, sabe qu piedras tiene este,qu tiene el otro y el otro. l cuenta cuntas pin-tas han salido y cuntas no han salido.

    Luego estuvimos brindando en la noche del31, por lo que pudo haber sido y no fue; y el brin-dis del futuro, el brindis de lo que va a ser Vene-zuela y ser. El da primero me fui, con los mu-

    chachos tambin, a visitar una pequea que tiene mi padre desde hace ms daos. All echamos una partida de bolas El gobernador de Lara, mi amigo, nuestrReyes Reyes y yo, contra dos de mis hermtambin les ganamos en bolas criollas. Avencedores les metimos el primer zapasiglo, qued escrito all. Tena como cinque no jugaba una partida de bolas cri

    ese sitio tan querido. Yo le deca a Rosa VMira, mi vida, cmo pasa el tiempo! as, como la nieta, cuando t aprendasnar y andabas por este mismo patio quagarrar el mingo. T sabes, los nios seEpa!, quiten los muchachos, aprtenlo

    Jugu unas partidas de chapita tambique ah tambin ganamos! Tuvimos suertepregntale a Adn! Es ms, Adn era econtrario. ramos tres equipos. Hicimos udes all, t pides ac. A m me toc jugarhermano Argenis, mi hermano Adelis y miAnbal, un muchacho de quince aos que ir a la seleccin nacional de bisbol. Clar

    mos tanto tiempo sin jugar. No haba chahijo Hugo y mi sobrino Ernesto las fueronal pueblo de Camiri. Agarramos el palo dcoba de la casa. No me vayan a partir la deca mi mam, como siempre. Por fin, otro palito por all y empez la partida. Pra Adn, para que t veas. Tres en base y myo, paf!, triple. Triple era si la chapita cael techo, si pasaba ms all era jonrn. Njonrones ese da. Ganamos en chapita, ganbolas criollas. Pero perdimos una partida dn la noche del 31. En el da fue que ganam

    Y fuimos a la orilla del ro. Esa orill

    es un bosque muy tupido. Nos fuimos rarlo por un caminito, unos topochales,mos al ro. Ese ya no es el Santo Domel Bocon. Estamos hablando del Pagela va hacia San Cristbal, pero muy cerciudad de Barinas. Claro que yo andabado de pasar como desapercibido. Haba nios bandose, alguno me vio y empChvez! Chvez!. Bueno, tuve que baludarlos con la familia. Porque ah hay umuy bella en el ro Pagey, que desde hchos aos la gente llama La Isla de la FaAh van muchos nios, familias enteraen caravanas de camiones, de carros. L

    lleva chinchorros y pasan todo el Ao Nuorilla del ro, bandose en un agua muyen las aguas del ro Pagey.

    Tena varios aos que no me sentapuedo decirlo? S, lejos del mundanal la orilla de un ro, caminando por un bola mano de mis hijos, de mi nieta, de mide mis hermanos, de amigos y de amigauna magia. Yo me olvid de presidentevid de todo eso y volv a ser el nio amuchacho aquel que anda por dentro.

    CUENTOS DEL ARAERO10

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    BATEAR PAL TOPOCHAL

    A veces uno era palo y palo. Cuando un equipoest perdiendo diez a cero, le entran a palo a to-dos los pitchers;el equipo se desmoraliza. Aque-llos juegos se convertan en una masacre, pues.Por eso pusieron el nocaut, no? En la pelota

    sabanera a veces uno meta 40 carreras. AdrinFras, mi primo, al que llaman el Guache, era elms grande de todos nosotros e impuso la nor-ma de que cuando la pelota se pierde en el to-pochal, pues uno da carrera y carrera hasta queaparezca. Adrin era vivo porque, como es zurdo,bateaba para el lado del topochal.

    Nosotros ramos una pila de carajitos, comode diez y once aos, y ya l era un muchachode catorce. Como yo soy zurdo tambin apro-vech la regla esa. Uno bateaba con una tablitaas, pum!, pal topochal. Una vez anot como12 carreras; no apareca la pelota, haba cado

    encima de una mata de topocho y mi hermanoAdn buscando la pelota. Adn tambin es zur-do, as que tambin bateaba para ese lado deltopochal.

    EL LTIGO CHVEZ

    Nunca olvido que ese fue uno de mis sueos.Detrs del ejemplo del Ltigo Chvez. IsaasChvez, a quien yo admir tanto y que muri el

    ao 1969 cuando iba hacia las Grandes Ligas.El Ltigo tena 23 aos cuando cay aquelavin, all en Ziruma. Era un domingo, me le-vant un poco tarde. A m se me vino el mun-do. Tena, catorce aos y el sueo de ser comoel Ltigo Chvez.

    En ese tiempo uno no vea televisin. Uno

    oa los juegos por un radiecito de pila. Nos po-namos en grupo los vecinos a or el juego. Yole segua la pista al Ltigo en una revista quellamaban Sport Grfico. Al Ltigo Chvez looperaron de una calcificacin en el codo del bra-zo de lanzar, comenzando el 68. As que en esatemporada no jug. Iba al dogouty apareca porah. De vez en cuando trotaba con el equipo Ma-gallanes. As que lo extraamos mucho el ao68, bueno y no volvi. Se fue para siempre.

    Una noche, en 1967, jugando contra el Cara-cas, estbamos ah en la placita Rodrguez Do-mnguez oyendo el juego, caraquistas y magalla-

    neros. Ah estbamos todos, vecinos y amigos.Mi pap pues, furibundo magallanero. Caracastena tres en base sin out.Aquella noche fue degloria para nosotros los magallaneros y es-pecialmente los chavistas. Resulta que traen alLtigo. Era un muchacho, veinte aos tena. Ve-na de un nacional de bisbol donde represent alDistrito Federal, en Margarita. All se gan el apododel Ltigo, porque levantaba muchsimo la pier-na, a lo Juan Marichal. Un seor puertorriqueome dijo: Yo no recuerdo como se llamaba aquel

    muchacho, pero le decamos el Juan Mvenezolano, en Dominicana, en Puerto Rtodo el Caribe.

    Entonces al Ltigo Chvez lo traen a rcreo que en un quinto iningtres en base tCaracas y vena la toletera. Imagnate tDavalillo, Jos Tartabul y Csar Tovar que

    descanse. Ese era el tro. Y el Latiguitoponchado a los tres en fila. Nunca lo olNosotros pegamos gritos aquella noche. namos peleados con los caraquistas en la e

    CAIMANERA EN EL BARRIOCOROMOTO

    Nosotros tenamos el equipo de bisbol dedrguez Domnguez e bamos a jugar los fisemana al barrio Coromoto, ms all del dero. Pero ese era un campo, un pelader

    aquel tierrero compadre, como talco, lafloja. Porque pasaban muchos camionah, roleros.

    Viene un tipo del barrio Coromoto, unte, y batea un rolling.Yo agarro el rollingl sale corriendo arrastrando los pies. esa era la tcnica. Aquel tierrero y uno nla primera base, un desastre. Yo lanc a ra pero l iba corriendo levantando tieprimera base no vio el tiro y la pelota l sigui levantando polvo, y segunda, t

    CRNICAS DE PELOTA

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    CUENTOS DEL ARAERO12

    Lleg a home, anot en carrera. Imagnate t, elbarrio Coromoto. Nunca se me olvidan esas tre-mendas caimaneras. Ah jugbamos todo el dasbado y domingo.

    ANOTEN ESE ZURDO

    Recuerdo cuando decid venirme a la Academia

    Militar a probar suerte en la vida, porque que-ra ser pelotero profesional. Resulta que me vinesin permiso de mi pap. l quera que estudia-ra en la ULA, en Mrida, que era ms cerca deBarinas. Yo quera ser ingeniero tambin. Peroagarr un maletn viejo donde met los spikes,elguante y la camiseta de Magallanes, vieja y radaque me pona de vez en cuando. Y me vine a Ca-racas a buscar a Chicho Romero, un to polticoque estuvo casado muchos aos con una ta ma,hermana de mam. Luego se separaron y l sevino a Caracas pero to se qued para toda lavida. Llegu a buscarlo a La Castellana, la casaestaba sola, as que me qued ah esperando que

    alguien llegara. Lleg mi to como a las cuatrohoras, andaba de chofer. Me dio un abrazo ypregunt que haca por ah. Esa noche dormen el carro de esa familia, en el asiento de atrs,porque no haba habitacin disponible. Me tra-taron muy bien, me dieron comida.

    Al da siguiente Chicho me llev a la AcademiaMilitar y present mi exmen. Sabes a quin co-noc ese da? A Hctor Bentez, que es para m unpadre. Siempre lo veo, estuvo en Cuba en el jue-go que hicimos. Hctor fue, precisamente, quienme anot en una lista ese otro da que Chicho melleva porque yo tena una materia reprobada en

    quinto ao. Venenito ayud a eso, el profesor dequmica. Saqu nueve en el examen final, as queen la Academia no aceptaban con materia ras-pada. Pero nos probaron en el bisbol. HctorBentez era coachde bateo del equipo de la Aca-demia. Yo tuve suerte. Me lanzaron tres rectaspegadas y met tres lneas hacia la banda dere-cha. Recuerdo que Hctor Bentez dijo: Anotenese zurdo. Anotaron al zurdo Hugo Chvez ypor eso entr yo a la Academia Militar de maneratemporal, mientras reparaba la materia.

    JUGANDO CHAPITA

    Yo era recluta, cadete de primer ao. Eso fuecomo en noviembre o diciembre de 1971. Salde permiso un da. Era nuevecito y flaquito.La gorra me quedaba grandota y me tapaba has-ta las orejas. Entonces uno agarraba un libre enEl Valle, donde hoy estn esos edificios. Ah nohaba edificios, eran casas y edificios pequeos.Longaray se llama eso. Por ah pasaban los taxis.Uno se paraba ah vestidito de azul, impecable,con los guantes blanquitos y sacaba la mano al

    primer taxi que pasaba. Y yo perdido en Cara-cas, pero me iba a casa de mi to Chicho Romero,que era chofer de un por puesto, de una camio-neta. Viva con su mujer en la calle Colombia,de Catia, cerca del mercado. En una casita quetena una habitacin, y un cuartico all atrs.Ah llegaba yo. Me iba de azul y le dije al seor:Cunto me lleva hasta Catia en la calle Colom-bia?. Cinco bolvares, vamos, un cachete.

    Uno se montaba atrs, se quitaba los guantes,y mirando hacia los lados, viendo a Caracas. An-daba asustado, era un veguero, pero del monteadentro. Yo vine a sentarme a ver televisin ah,chico, en esos aos. Pues entonces pasaba porel Cementerio General del Sur, miraba la tumbadel Ltigo Chvez, me la imaginaba. El chofer,en vez de tomar la autopista por los tneles, semeti por la avenida Nueva Granada hasta elcine Arauca. El viejo cine Arauca donde yo ibacon una novia que despus tuve por ah, en Pra-do de Mara. Ah no haba elevado, cruzamos ala izquierda. Yo iba ah, mirando hacia los lados,nuevo, perdido, muy curioso.

    De repente veo a un muchacho jugando cha-pita. Y me digo: Yo conozco a ese tipo. Jor-ge Ramrez, mi amigo, cuarto bate de nuestroequipo junioren Barinas, en Nacionales. Zurdo,primera base y se haba graduado conmigo cua-tro meses antes de bachiller. Se vino a Caracasa estudiar creo que Farmacia, estaba esperandocupo. Y le digo al taxista: Seor, usted se pue-de devolver? Dimos la vuelta por detrs de losedificios, ah est la Gran Colombia, pasamosde nuevo y le digo: Prese aqu, por favor. Yme quedo mirando otra vez al muchacho, y medigo: S, ste es Jorge Ramrez, no tengo dudas.

    Seor, usted me puede esperar aqu, pero unminuto. No vaya a durar mucho, nuevo, medijo. Uno era tan nuevo que hasta los choferes ledecan a uno nuevo.

    Le llego a Jorge y me le pongo de frente. lno me conoca, chico. Yo estaba mucho ms fla-co de tanto trotar y hacer educacin fsica, estabahuesudo y con la gorra esa que me tapaba hastalas orejas. Qu me iba a reconocer? Y me diceJorge: Y t, qu quieres?. Jorge, no me co-noces?. Me quito la gorra, y me dice: Hugo!,y nos damos un abrazo. l no saba que yo eracadete. Qu haces?, dnde ests?. No, enla Academia Militar. T de militar?. S, vale,

    es que yo quiero jugar pelota aqu. Yo tambinvale, yo voy a jugar pelota en alguna parte.

    ramos unos fiebruos y estaba jugando chapi-ta. T sabes lo que yo estaba haciendo a los diezminutos? Con un blue jeansque me prest, unasbotas de goma del hijo mayor de Josefa a la queconoc ese da y a su esposo, ta de l, pues jugan-do chapita en el edificio Aroa. Ah pas cuatroaos jugando chapita, saliendo con los amigos, ca-minando hasta la esquina de la panadera, la he-ladera all, la licorera en la esquina que despus

    a los aos mataron al seor para atracarloyendo al Cine Arauca, caminando por esos

    CHAMPION ESTAFADOR

    Una vez en un torneo Interfuerzas quedpionestafador. Fjate t!, me rob como ses en un torneo. Yo era rpido de pierna

    de salir a robar. Mi hija Rosa Virginia estsente el da de las premiaciones. TenienChvez. Salgo yo, y mi hija me preguntaqu es eso de estafador?, explcame!, eso de estafador y no ests preso?. Imt!, tuve que explicarle a mi negrita varihasta que entendi.

    A m me encantaba que Encarnacinme diera sea a robo cuando estaba en base, abriendo bastante ah. Sea de robdo el pitcherlevantaba un poquito el spdisparaba uno para segunda base. Una sola vez me rob el home.Recuerdo quun campeonato nacional. Goyo, recuer

    Barinas, 1976.Jugbamos contra Aragua. Yo era y

    niente; estaba en tercera base y el juegotado. Encarnacin Aponte, el manager,mCoge bastante, Chvez, que el catcherestdescuidado, por no decir otra palabra.que estaba bateando Goyo Morales, erastopde nosotros, buen pelotero. Yo abrote y cuando el pitcherlanza, agarro bastrreno y vuelvo a agarrar terreno. En unacuando el catcherva a devolverle al pitchcae la pelota como a un metro del homevoy disparado para homey me deslizo.

    El catcherbusca la pelota y se lanza taphome.Y hay una foto de ese robo del horece el umpire,que era un amigo que le dEl Ganso, y Goyo Morales est con el con el casco puesto, mirando la jugada. Ydo de la foto, detrs en la tribuna aparecedas mi madre y mi novia Nancy Colmenprimera esposa, madre de mis tres hijos ma la que saludo afectuosamente. Es una como para la vida. Nunca la haba visto hGoyo Morales me la regal un da en Bcomo diez aos despus: Mira, Hugo, equ foto. All la tengo guardada, Goyo,gracias, recuerdo de toda la vida.

    STRIKE!

    Imagnate que el bateador est ah parcuento que yo echo de un mayor. l pitccantaba. A m me ponch una vez all enracaidistas. Una bola por aqu, l mismo strike,y uno reclamaba. Mi mayor cmser eso strike. Strike, capitn, batee si Despus le met un foul.Y en dos strike

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    HUGOCHVEZ FRAS

    conazo, pero todo el mundo vio que pic la bolaantes del home,porque era softbol bombita, ade-ms era caliche. Yo estaba cazndolo para me-terle una lnea entre dos, entre righty centerfield.Pero la pelota pic como medio metro antes delhome,y aquel caballero dijo: Strike,ponchado.Yo coloqu el bate en el medio del homey me re-tir, lo que me provoc una reprimenda. Que esuna falta de respeto, me dijo: Falta de respeto

    es la suya, que usted va a ponchar a uno as. No,usted tiene que esperar, es el rbitro el que tieneque cantar.

    EL GRAN AUSENTE

    Fue unos meses despus del 4 de Febrero. En-tonces pas algo muy bonito. Hubo Juegos In-terfuerzas en agosto del 92. Me enter por elperidico. Y yo, que iba a todos los juegos, es-taba preso. Me dijo mi esposa entonces: Miraque hay unos juegos y me invitaron que fuera.Y le dije: Anda, lleva a los nios, saldalos. Ju-

    garon en Maracay. Y t sabes lo que hicieron?Ese otro domingo lleg corriendo a la crcel mihijo Hugo. Tena como ocho aos. Pap, miralo que te mandaron, una pelota con el trofeoEl gran ausente.

    Yo me puse a llorar de emocin. All tengoesa pelota. Se haba perdido. Saben por qu?,porque el gobierno se enter de la pelota. Mi es-posa se la llev para la casa y andaban buscndo-la. Iban a allanar la casa para llevarse la pelota,para dar de baja a los que firmaron. Eran to-dos los del equipo de softbol. Entonces le dije aNancy: Esconde la pelota. La enterraron, esa

    es una historia. Despus la pelota se perdi.Hace poco por all en Mariara, iba por unacalle en un camin, un poco de gente y una per-sona: Chvez, aqu est la pelota!. La pelotase la llevaron no s para dnde para esconderla.Volvi despus de quince aos.

    POMPEYO DAVALILLO

    Recuerdo a Pompeyo Davalillo, impresionantepelotero. Era el lder ah en el dogout,saba cmomotivar a un equipo a dar la batalla, cmo tras-cender lo individual. Nunca olvido a Pompeyo

    y sus jugadas, su maestra. Me toc la maravi-llosa oportunidad de ser su coachy asistente. Yl me deca: Chvez, si el juego es a las diez dela maana, deben tenerme el equipo a las sieteen el terreno. Uno se acostumbr siempre a unahora antes, dos horas antes, pero tres horas?!Y era para conversar, mirando al adversario.Mira, aquel que va all es el center field, tienebuen brazo; aquel es el primer bate, batea larecta de afuera. Y hablando con el pitchery conel catcher.En una ocasin nos enfrentamos a un

    equipo que era mucho mejor que el nuestro. Me-jor pitcheo, bateo, mejor defensa, as que erauna batalla muy dura.

    Era el juego final de un campeonato militar.Y Pompeyo me dijo: Vamos a ganar este juegoas, chiquitico, con jugadas. Y el catcher,en cadalanzamiento miraba a Pompeyo y era l quien ledeca: Curva. Y seas: Afuera. Se pona lamano en la rodilla, aqu era adentro, all afuera;

    una mano aqu, otra mano por el otro lado. Eraimpresionante, aquel hombre diriga el equipolanzamiento por lanzamiento, y comiendo cara-melos. Llegamos al sptimo ininngcero a cero.Se nos cay la defensa, rollingal short, tiro maloa primera. Un toque de bola, el pitcheragarra,tira mal a segunda. Entonces me dijo Pompeyo:As no se puede ganar. Ms no puedo. Y per-dimos el juego tres a dos. Hicimos despus doscarreras a punto de toque de bola, robo de ba-ses, un hitand run, un squeeze playsuicida, bueno,casi ganamos el juego.

    Jugar contra Pompeyo? Miren, hay queponerse las pilas! Fue manager del equipo de

    bisbol de la UCV durante muchos aos y enla Academia Militar nos toc jugar contra ellos.Cualquier jugada era posible. De repente condos outs,pum!, toque de bola, y todo el mundoquedaba sorprendido. Doble robo, hombres ensegunda y primera, robo retardado. PompeyoDavalillo haca eso, mandaba a hacer el robo re-tardado, y se volva loco todo el mundo. Un damand triple robo retardado. Tres en base, sinout, triple robo, toque de bola, terror!, el otroequipo se aterrorizaba. Con un estratega comoese, ya el otro equipo est temeroso; cuidado, quecualquier cosa puede ocurrir. A veces incluso rom-

    piendo las reglas.Pompeyo Davalillo no quiso ir a la fiesta des-pus del juego de softbol. Quedamos empatadoscontra la Unellez de Barinas, y me dijo: Mira,Chvez, yo lo que quiero es jugar domin, chi-co. Aqu juegan domin tambin? Y se fue porall a jugar domin y perdi hasta la cartera.

    ERROR MENTAL

    Estbamos perdiendo por una, yo estaba entercera con el empate y haba un out.Pompeyo,que es una fiera, me dice: Chvez, anotas aun-

    que sea con un piconazo, cualquier cosa t tevas para home, un rolincito al pitcher, te vaspara home.l me conoce, sabe que las piernasmas se mueven rpido y el homeen softbol estmuy cerca. As que como l me dio esa ordenEl pitcherlanza y yo tres o cuatro pasos, y re-gresaba rpido. Lanzaron dos veces a tercera.Cuidado, quieto en tercera. En una de esas,hermano, yo salgo igual, lanzamiento y agarrotres pasos. Tena mi distancia bien medida pararegresar rpido.

    Resulta que el bateador mete una trelnea hacia el right field, pero corta y de Yo estoy a cuatro pasos cuando veo la lnque regreso a pisar la base para hacer pisiPiso la almohadilla pero, que va, es un movto de devolverse a pisar y volverse atrs; t metas tercera, cuarta, retroceso, le metmocha. Y adems, vena el coronel Maneiestaba en segunda e hizo pisicorre. Vien

    una tromba y nos conseguimos en la terceryo que haba regresado a pisar para hacecorre, Maneiro que vena sin freno, y el base de la Marina que mide como dos metrchoque triple y yo qued debajo de los dono, as que los muchachos que juegan al bcuando estn en tercera base, vean bien.

    LA BANDA CONTRARIA

    Recuerdo que estaba lanzando en el Univea un equipo de Grandes Ligas ya retiradoque me iban a entrar a palos. Estaba Anto

    mas, Vctor Davalillo, se meti Joselo. Le tcurva a Joselo que todava est haciendo cYo le estaba dando no hit no runhasta el quningque viene Remigio y me meti una lnencima de segunda. Te acuerdas? Trat dete pegado, porque s que t eres muy hbbatear la bola afuera hacia la banda contra

    Una de mis debilidades como bateaque nunca aprend a batear hacia la bandtraria. Yo halo la pelota hacia la banda dpero nunca aprend a darle a la recta de afucia tercera base. Entonces Pompeyo Daque es un genio del bisbol, cuando jug

    nosotros contra la UCV, en la Academia Myo vena a batear, Pompeyo me quitaba labase. Pona al tercera base a jugar en el y el short sobre la almohadilla de segula segunda ms ac, o sea cerraban el cuadese lado. Pues, en una ocasin le toqu por tercera y me embas.

    PELOTA EMBOSCADA

    Esa noche venamos juntos en el carro, yo, ya vestidos con el uniforme de bisboparamos en la puerta, bamos a entrar al

    cuando Fidel me dijo: Hasta aqu llega mllerosidad, de aqu en adelante defindetpuedas. l me haba dicho: Mira, Chrecomiendo que hagan carreras en los prinnings.Eso yo lo analizaba y le daba la Qu me querr decir ste con eso? Clana la emboscada preparada en el cuartoPero Fidel se vio obligado a adelantarla.

    Estbamos dndoles batazos por todoy adelant la emboscada para el segundoTe acuerdas de Germn Mesa? Una barb

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    LOS CENICIENTOS

    Uno sala el sbado si pasaba la revista de lalimpieza de armamento. Ay, ya, yai!, Primerolos sbados haba trote a las cinco de la maa-na, a veces al cerro. Los ltimos veinte no salanpara la calle, se quedaban encerrados. Despus

    del trote uno limpiaba el fusil. Uno le meta alfusil un guaralito por el nima, la sacaba por aquy le daba. Y otra vez ra, ra, ras con un poquitode aceite para evitar que la plvora se coma elcan por dentro. Tena que estar brillante comoun espejo. Nuevo, limpie el nima que no sevaya a comer la plvora el can!. Y haba quelimpiar el conjunto mvil, quitarle la corredera.No se te olvide, nuevo, limpiar el guardamano pordentro. Porque por ah te van a pasar revista conun punzn y un algodn. Si sacaba sucio, unono sala para la calle.

    As que despus de pasar el trote, la limpieza

    y la revista del armamento, de los dos fusiles: elFAL, que es el de combate y el FN-30, el de desfi-le. Haba que limpiarlos los dos, aunque el FALes el ms complicado por las piezas modernasque tiene. El FN-30 es mucho ms sencillo. Ha-ba que limpiar el dormitorio y ponerlo brillan-te, haba que limpiar el escaparate y arreglarlo.A uno le pasaban revista de las franelas dobladi-tas, las medias, arreglar los libros. Despus detodo eso, a medioda estaba uno rompiendo lamarcha a la calle.

    Entonces yo agarraba un taxi y me bajaba enla calle Brasil de Catia. Me quitaba el uniforme,unas botas de goma, un blue jeans,una franelita,una gorrita para que no me vieran el corte, quelo conocan a uno por el corte de pelo. Entoncesa jugar chapita en la esquina con los muchachos.De vez en cuando una frita no?, en la tarde del

    sbado. En la noche una rumbita, alguna cositapor all. Pero resulta que a los cadetes las mu-chachas nos llamaban Los Cenicientos. Porqu?, porque tenamos que irnos poco antes dela medianoche, como la Cenicienta. Haba queestar all en la Academia a las doce de la noche,fin del permiso. As que cuando uno estaba co-giendo calor, a las once de la noche, uno: Ay,me voy! Voy a vestirme de azul y a buscar uncarrito y vmonos!.

    LA AREPA DE EL CAVIAR

    Quin se acuerda de aquella arepera? El Caviar!Se acab El Caviar, vale. Ms de una vez tuve quedarle como cien vueltas al patio. Saben por qu?Haba un alfrez en la prevencin que era un in-moral. Uno vena de la calle y con el nico bolvarque le quedaba haba pagado el carrito y llegaba acomer una arepita ah en El Caviar, antes de cru-zar el puente donde se acababa la libertad, antesde entrar a la Academia. Viene un alfrez de la pre-vencin y me dice: Mire, nuevo, arepa al fren...

    A veces uno se llevaba una arepa escen la gorra o por all adentro, t sabes. Vaces pas arepa de contrabando, sobre todo csaba que quien estaba de guardia en la pcin era un alfrez buena gente. Entonhaba lo. Pero si era un alfrez severo, uno llevaba una arepa. Aquel alfrez me

    a que me devolviera y que tena que llevaarepa. Yo no tena una locha, de dnde ibcar yo para comprar arepa, y si hubieratampoco le compro la arepa. Bueno, me a darle la vuelta al patio, como cien vuepor la arepa esa.

    EL RUMOR DE LA MUERTA

    Mire!, este tema de los rumores y comomor y otro bien planificado, de manera pepuede alterar la paz, la tranquilidad de u

    blito, o de un grupo humano o de un papleto. Hay muchos ejemplos que uno ha Yo les voy a contar uno:

    Cuando ramos cadetes haba uno llJos Mara Morales Franco. Le decamoMora, un cadete muy famoso. Yo le guarcho afecto y recuerdos. Coincidimos enlotn, nos hicimos amigos. l era ms anVarias veces salimos por Caracas de permuna fiesta. l cantaba muy bien. All est turn, pidi la baja de teniente. Willy Mo

    DEL CUARTEL

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    CUENTOS DEL ARAERO16

    un personaje. ramos de la sala de peridicos,porque yo dibujaba ms o menos, y me gustsiempre el trabajo de cartelera desde nio. Sa-cbamos un periodiquito con un multgrafo. Megust siempre todo eso: escribir, dibujar, leer,las ideas pues. l era el jefe de la sala de peri-dicos. No dibujaba nada, pero era muy creativo.

    A veces Willy, en las noches, haca brujera enla sala. Jugaba la ouija. Nos llamaba a los nue-

    vos y sala con una capa negra, una capucha ah.Tena su show con la ouija. Willy Mora canta-ba en una discoteca llamada La Cueva del Oso,en Plaza Venezuela. Uno iba de vez en cuando,una novia por ah. Una noche estoy all cuan-do veo a alguien que sale cantando en liquiliqui.Yo estaba de civil sin permiso, porque no dabanpermiso para vestirse de civil. Entonces, WillyMora dice: Le doy un saludo a los brigadieresque estn de civil, all. l cantaba ah los sba-dos y domingos cuando sala de permiso. Canta-ba muy bien, Willy Mora.

    Varias veces estuvo arrestado. Una vez lo pu-sieron a cantar en la clausura de unos juegos inter

    institutos. Sali con una capa y comenz a cantar:Ay Rosa, Rosa dame de tu boca, esa furia locaque mi amor provoca. Ese era Sandro, te acuer-das de Sandro? Ay Rosa, dame todo tu sueo,dueo de tu amor quiero ser, ay dame de tu ayer,las heridas... l bailaba, se mova mucho, y en laescuela militar de aquellos aos la cosa era msrgida. De repente se quita la capa, la lanza al p-blico y le cay encima al general. El general sepuso rojo, colorado. De ah sali para el calabozoWilly Mora. Pero l iba cantando, ese era feliz. Youna vez le dije: Mi teniente, usted se equivoc decarrera. Es verdad, yo creo que me equivoqu

    de carrera, yo no he debido ser militar.Willy Mora un da invent algo. Lleg al pe-lotn una madrugada y se arm un alboroto.Nos levant a dos o tres de nosotros, despusdespert al otro, y al brigadier. Tena cara dehorror. Miren como estoy fro, me acaba de sa-lir la muerta. Vino con un cuento de que unamuerta sala en la reja de la enfermera, dondeyo mont mucha guardia. Luego echaba el cuen-to toda la maana. Lo llamaban los alfereces:Mira, nuevo, cmo es el cuento?. Ademstena una gran capacidad histrinica. l deca:Mire, mi alfrez, yo estaba as con mi fusil ca-minando, pasando revista, y de repente siento

    como un silbido que pasa: pis! Di la vuelta yest bajando una nube blanca. Y me digo: Serque estoy dormido, o ser mi brigadier Izagui-rre Guarisma?. Era un brigadier que se enca-maraba en los techos y pasaba revista. Decaque al que le llegara cerca estaba raspado. Unotena que estar pendiente del techo, porque l, aveces, se vena por el techo.

    Primero uno lo tomaba como un chiste, uncuento, no? Pero l insisti tanto y despuseso corri como plvora. A m me toc mon-

    tar guardia tres das despus en la bendita rejaesa, y les juro que mont guardia electrizadopor el miedo. Porque es una cosa oscura ycomo es la enfermera, parece que ah se murialguien una vez, no de un tiro, se muri de uninfarto. Entonces en la lavandera decan, paraecharle cosas al cuento: No, ah se muri unaseora hace como veinte aos de un infarto,cay muerta, esa debe ser la de la lavande-

    ra, no, que a lo mejor es no s quin. Em-pezaron los cuentos.Aquello gener un estado de pnico en las

    noches. Un nuevo, por all, en el gimnasio leech un tiro a un brigadier que andaba pasan-do revista. El brigadier Rondn andaba pasandorevista por los puestos; el nuevo estaba lleno demiedo y entonces vio, pam!, y le ech un tiro. Alos pocos das lleg corriendo a la prevencin,en la madrugada, otro cadete de segundo ao,sin casco y sin fusil. Dice que vio a la muerta.

    Saben en qu termin todo? Como dos sema-nas despus, un estado de pnico en las noches.Primero dieron la orden de que no se apagaran

    las luces de noche, todas las luces prendidas.Segundo, que nadie montara guardia solo, sinode a dos. El pnico prende como la candela. Noestoy exagerando nada de esto. Y adems detodas estas medidas, y otras que no recuerdo,muchas charlas. Me acuerdo que nos llevaron atodo el batalln a recorrer los pasillos y el cura,viejito ya, adelante echando agua bendita. Todosbamos rezando. Pareca aquello un seminario,parecamos monaguillos o seminaristas. Ah enla reja esa se hizo una misa para que llegara lacalma al batalln de cadetes.

    REBELDE ANTE EL ATROPELLO

    Era un lujo la leche condensada! Recuerdo unavez un superior mo, inmoral, por all en el te-rreno. bamos a comer, abrimos la racin y medijo: Mire, recluta, le cambio este pote delicio-so, exquisito. Era una cosa horrible, tena mu-chas espinacas y toda esa cosa. Le cambio estaexquisita ensalada de espinacas por ese pobrepote de leche condensada. Me negu, la meten el bolsillo. Tendrs que quitrmela. Siem-pre fui rebelde ante los atropellos. Nuevo, ustedest alzao. Alzao no, este es mi derecho, esta

    es mi racin de combate. No me la va a quitarusted. Ah!, me tuvo obstinado como dos meses,hasta que se le olvid. Uno nunca acept atrope-llo, ni nadie debe aceptarlo. De ningn tipo.

    ACTO HEROICO

    Hay un amigo que, siendo un oficial muy joven,hizo un acto heroico. Una vez, una granada demano se le cay a un soldado en el medio de un

    grupo como de cien soldados. Ese muchaba recin graduado de subteniente. Era cde lanzamiento de granadas, un atleta. que hizo el muchacho?, no tena tiempo dla a ningn lado. Agarr la granada, se la mtrs de la pierna, all la apret con las dosse agach, se arrodill, se acuclill y expmuchacho perdi un brazo, una pierna cpleta y hoy da es comandante de un batal

    ne gran espritu de superacin, se sobrepu

    LA SEMILLA

    Aqu en la Academia me gan mi dipcontrainsurgencia, curso de armas de aplificaciones. Vean, vean mi firma en eseUna firmita ah, novedosa. Ah! Aqu esustedes que yo no estoy inventando. Eslos documentos del examen de admisinaqu esta hoja del laboratorio en Barinnisterio de Sanidad y Asistencia Social. de orden: 35. Nombre: Chvez, Hugo Rafae

    nizacin: Rodrguez Domnguez, manzana24. Barinas; diecisiete aos; exmenes dde sangre. Y sal perfecto pues: orina, labexmenes de RX. Aqu est la hoja de personal, la llenaron en agosto, entrandVean ustedes, aqu dice: Profesin: estReligin: catlica. Color: moreno, frentelabios gruesos. No s qu ms, bembn, castao, nariz perfilada, barba escasa, cejlares. Alias o apodo, vean ustedes: TLuego ustedes aqu me pusieron Furiame la pasaba cantando un corro del CPalmarito, el Corro de Furia.

    Aqu estn los equipos de bisbol conjugu en Barinas antes de venir aqu: Clbol Mobil, de la compaa Mobil. Club bol Juvenil IND, Club Deportivo Banco este fue mi ltimo equipo. Por aqu mereferencias. Alejandro Pellechea era unde all de Barinas; Silverio Martnez, ono; Hugo Escalante, amigo de mi padrRosales, Irene!, una compaera de quinYo estuve muy enamorado de Irene. Sangroni era el manager del equipo deObrero. Ah!, vean ustedes esto aqu abtos complementarios: Ha sido usteddo? Pertenece o perteneci a algn

    poltico?, cul?. Fjate, simpatizabbachillerato con el MEP, Movimiento Edel Pueblo; Claro!, mi padre fue de los fres del MEP en Sabaneta, cuando al viejlos adecos le robaron las elecciones inteecharon del partido porque era un revorio. Prieto Figueroa fund el MEP y mfue de los fundadores de aquellas corriemagisterio mepista. As que ya yo tena mllita por ah, pues, pero esa semillita aquRas!, y se hizo un rbol, roble y samn.

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    HUGOCHVEZ FRAS

    LA MARQUESEA

    Por el camino de La Marquesea se fueron, de-ca mi abuela Rosa Ins. Hablaba de los cuentosque le echaba su abuela del general Carae Cu-chillo, que pas por Sabaneta un da, en el mesde mayo de 1859, gritando: Tierras y hombreslibres, elecciones populares y horror a la oli-garqua. Ezequiel Zamora pas por esta misma

    tierra. Este hato debe su nombre a que durante lacolonia eran las tierras antiguas del marqus delBocon. Segn las leyendas, el marqus del Bo-con tena un tnel aqu en La Marquesea, quepasaba por debajo de todos los ros y llegaba a Ba-rinas. Por cierto, el primer cargo de comando queyo tuve, de subteniente, en 1975, fue aqu. Llegual Batalln de Cazadores Cedeo y me mandaronaqu. Esto era un antiguo helipuerto, por ah tro-tbamos montaa arriba, bamos a pescar al ro.Aqu aprend a manejar en una camioneta vieja delEjrcito, de aquellas que parecan una diligencia.

    En La Marquesea los soldados decan que enesta montaita sala un muerto. Aqu funcion

    un teatro antiguerrillero, hubo sitios de tortu-ra. Es posible que en esta montaa haya ms deun enterrado. Al bachiller Rodrguez lo agarra-ron por all por Libertad, lo trajeron para ac yms nunca lo vieron. Es posible que est ente-rrado por aqu, luchadores sociales, lderes es-tudiantiles. Aqu consegu un carro un da entreel monte, un Mercedes Benz negro. Lo limpia-mos, abrimos el maletero con un destornilladory consegu un poco de libros de Marx, de Lenin;consegu este libro por all, lo le aqu: Tiempode Ezequiel Zamora, de ese gran revolucionarioFederico Brito Figueroa.

    Aquel subteniente Chvez comenz a leer aqu,comenz a hablar con los soldados all. Ahorita vilos restos de lo que fue la Plaza Bolvar, un bustode Bolvar. Mi padre estuvo preso una vez en estesitio. Mi mam vino a traerle una arepa, yo vinecon ella. Sospecho que andaba parrandeando unanoche por Barrancas y lo agarraron, creo que conel compadre Juan Gudez, que en paz descanse.Una noche, amaneci aqu. Que tu pap estpreso, lo tienen por guerrillero. Cuando aqu laFuerza Armada era otra cosa, cuando fue utiliza-da por la oligarqua venezolana, por aquellos go-biernos traidores subordinados al imperialismo.

    La primera tarea que me dieron siendo sub-

    teniente, fue venir a custodiar unos equipos enLa Marquesea, pas aqu como seis meses.Cuando me puse a ver el inventario, eran gran-des equipos de comunicaciones. All arriba en elcerro haba otro y aqu haba una sala de comu-nicaciones. Mi jefe vino un da a pasarme revis-ta; era un capitn, oficial de comunicaciones. En-tonces me dijo: Mire, subteniente, tenga muchocuidado con estos equipos de radio eran unosmamotretos gigantescos, que esos no son vene-zolanos, esos equipos son norteamericanos.

    Aqu vinieron los estadounidenses a instalarequipos de comunicaciones, a dirigir torturas,desapariciones. Ahora, para gloria de nuestraFuerza Armada y de nuestras races militares,para gloria de nuestras tradiciones libertadoras,tenemos otra Fuerza Armada, tenemos un Ejr-cito, tenemos una Marina, una Aviacin y unaGuardia Nacional que han vuelto a retomar susraces originarias. Hoy no estn para atropellar

    al pueblo sino para luchar junto al pueblo por laliberacin de Venezuela y por el desarrollo deVenezuela.

    LOS MATARON

    Recuerdo de subteniente una discusin con uncoronel que estaba ya en situacin de retiro,pero era jefe de inteligencia de un rea. Vi conestos ojos como trajeron a dos o tres seoresflaquitos, amarrados. Yo era jefe de un pequeopuesto de comunicaciones, por all en Oriente.Centro de Operaciones Nmero 2 en San Mateo

    de Anzotegui. Ah lleg una noche. Yo no cono-ca a aquel coronel, se identific, y con otros ci-viles de Inteligencia. Vamos a pernoctar aqu.Y yo les doy la bienvenida: Como no, acom-dense aqu, all hay una carpa, vamos a hacerun caf, vamos a darle algo de comer. Despusque nos vamos a descansar, oigo los gritos. Ah,cuando veo, unos seores amarrados. Inclusole dije: Mi coronel, no podr soltar a esos se-ores que estn amarrados, por lo menos paraque coman?. No, que les den la comida en laboca. Me pareci aquello tan inhumano, ve-nan golpeados ya. Y que son?, le pregunt.

    Son guerrilleros. Yo pens en mis adentros:No tienen ninguna pinta de guerrilleros, lo queestn es desnutridos. Los vi flacos, amarillos,plidos, campesinos golpeados, torturados. Yen la noche oigo los gritos. Le estaban dandocon un bate de bisbol envuelto en un trapo.Tuve un lo grande esa noche con aquella gentey, a los pocos das lleg la noticia, que se suici-daron. Le dije entonces a mi comandante: Losmataron.

    EL JURAMENTO

    Habr que recordar a toda Venezuela que JosMart fue un infinito bolivariano. Recogi lasbanderas de Bolvar, las aliment, las actuali-z despus de la cada de Bolvar y del pro-yecto bolivariano. Por eso recuerdo aquel 17 dediciembre de 1982, all en la querida Maracay.Estaba el Regimiento de Paracaidistas en forma-cin para conmemorar el da de la muerte de Bo-lvar, y se le ocurre al coronel Manrique Manei-ro, a quien llambamos cariosamente el TigreManrique, decirme que pronuncie las palabras

    de ese da. ramos capitanes y como no discurso ni nada, me paro frente al escutodo el cuadro de oficiales, todas las tropainspir en Mart aquel medioda. Y repet:as est Bolvar en el cielo de Amrica, viy ceudo, sentado an en la roca de creel inca al lado y el haz de banderas a loas est l, calzadas an las botas de camporque lo que l no dej hecho, sin hac

    hoy; porque Bolvar tiene que hacer en Atodava! Eso lo escribi Mart.Lo repetimos aquel da, y ah comenz

    curso: Cmo no va a tener Bolvar queen Amrica con tanta miseria, con tanta podesigualdad? Por ah me fui. Eso no esbado, lamentablemente, ni lo escrib, stenemos en la memoria muchas cosas. Ctermino las palabras haba un fro expeque paraba los huesos y los pelos. Y dice yor: Chvez, pareces un poltico. Entonta Felipe Acosta Carlez y le responde: Mmayor, ningn poltico es el capitn Chque pasa es que as hablamos los oficiale

    varianos y ustedes se mean en los pantaSe arm una situacin muy tensa. Estbamtodos, y recuerdo que el coronel Manriquejefe, cuando vio que la situacin se poncon los capitanes por aqu, unos mayorac, un teniente coronel por all, entonced silencio y dijo: Que esto no salga de Y agreg algo que no se lo crey ni l mSeores oficiales: todo lo que el capitn Cha dicho yo lo asumo, porque como anodije que hablara hoy, aunque no lo escriblo dijo en mi oficina. Mentira!, qu iba yo diciendo nada! Ah muri aquello, to

    asumieron disciplinadamente.Pero no muri, ms bien ah naci. Mms tarde viene Acosta Carlez, nos invita aNos fuimos al Samn de Gere y lanzajuramento aquel. Esa misma tarde naEjrcito Bolivariano Revolucionario. cuatro: Felipe Acosta Carlez, Jess UrHernndez, Ral Isaas Baduel y este hservidor, slo que era 1982. Diez aos dvino la rebelin bolivariana del 4 de fparte de todo ese proceso que brot delde la tierra y de la historia venezolana; tode Bolvar, de Mart. Y Bolvar, setentantes que Mart!, lanz la profeca, adiv

    imperio. No se vea todava, pero l lo acomo el campesino cuando huele la lluvall del horizonte. Huele a lluvia, deabuela Rosa Ins. Bolvar oli el imperiaImpresionante, slo vamos a recordar laLos Estados Unidos de Norteamrica pdestinados por la providencia para plaAmrica de miserias a nombre de la libEra 1826, vaya qu genio el de Bolvprimer gran antiimperialista, junto con Mtodos aquellos hombres.

  • 8/13/2019 Hugo Chvez - Cuentos del Araero

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    CUENTOS DEL ARAERO18

    SALI BONITO

    Me ha gustado siempre el teatro, el arte. En msde un lo me met por canciones revolucionarias,arpas y coplas. Lo haca adrede porque era par-te del proceso de creacin de un movimien-to revolucionario dentro del Ejrcito. Fue unacosa de lo ms difcil. Con la cultura logramosmuchsimo. Ya de capitn era conocido por de-

    clamador, improvisador y animador de eleccinde reina y todas esas cosas. Me utilizaban paramuchas de esas cosas.

    Un da me llama un general: Chvez presn-tate urgente aqu, a San Juan de los Morros. Yopens que era algn lo, porque ya andaba enla revolucin, haciendo reuniones, conspirando,pensando en el futuro. Me presento, dice: MiraChvez, hay un problema grave. Aqu lleg estadirectiva, hace como seis meses, para formar ungrupo de teatro, seleccionar la mejor obra de tea-tro histrico para un concurso en Caracas. Resultaque aqu se le olvid al coronel, no se hizo nada.Y faltaba como una semana para el concurso na-

    cional. Y, entonces, me dice el general: Yo nos cmo vas a hacer, pero t vas y presentas unaobra de teatro en Caracas dentro de una semana.Seguro, mi general? Bueno, le dije, dme unsubteniente (yo saba que tena mucha habilidad),y unos soldados.

    Escogimos soldados, llaneros todos. Hicimosuna obra, hicimos el guin. Sabes de dnde? DeLas sabanas de Barinas, un libro del capitnVowel, que yo haba ledo. Buscamos en la auto-biografa de Pez, entonces, le metimos de todo.Cmo se llam la obra? El genio y el centauroen Caafstola, cuando se encontraron Bolvar

    y Pez en el Hato Caafstola, 1818. Bolvar, venade Guayana y se encontr con Pez. Hicimos laobra, pero le metimos arpa, y ah en Las saba-nas de Barinas, aparecen algunos de los versosque dice el capitn ingls, quien pele a la ordende Pez y conoci a Bolvar. Escribi sus me-morias despus que se fue a Inglaterra. l diceque las mujeres le cantaban a Bolvar. Nosotrospusimos unas muchachas caraqueas que con-seguimos en el teatro Teresa Carreo, donde tra-baja mi hermano Argenis.

    Vine corriendo aqu y le dije: Aydame. Bus-camos un vestuario, unos fusiles viejos, unaslanzas, un proyector que en una pared refleja-

    ba unas sabanas y unas nubes que se movan. Yunas coplas y sali una muchacha a cantarle aBolvar, que estaba sentado ah, un subteniente,que puse de Bolvar. Yo hice de Pez. Y un pocode soldados ah, muy alegres, llaneros, que yoles hice ejercicio: Reljense, reljense! Vamos,pa Caracas. Un poco de vegueros pa Caracas,compadre! Entonces, deca una muchacha quele cantaba a Bolvar: Mi general Bolvar, tiene enla boca un clavelito encarnado que me provoca.S, y sala otra: Mi general Bolvar, por Dios, te

    pido que de tus oficiales me deis marido. Y salaotra, Mi general Bolvar, tiene en la espada un le-trero grabado: Muera la Espaa! Bueno, aque-llo fue una cosa... y sali bonito. Esa obra fueun impacto. El general me dijo: Chvez, ganastetercer lugar, yo pens que ibas a quedar de lti-mo. No!, tercer lugar de la caballera, le dije.

    EL NUEVO BOBO

    Yo que estudi las comunicaciones militares,hay una cosa que llaman radioescucha. Elenemigo habla por una frecuencia, bien, vamosa or. Uno no entiende normalmente lo que ellosdicen, porque hablan en clave, cdigos. Peroel solo hecho de que la frecuencia de comuni-caciones se incremente en un perodo tal, pon-te t: Oye, las ltimas tres horas stos hanhablado diez veces ms de lo que hablan todoslos das, algo va a pasar, algo est pasando por-que estn hablando demasiado. Entonces unotiene que prender la alerta: Epa!, muvanse!

    Mire, vean, a lo mejor estn preparando un ata-que y estn coordinando mucho, algo est pa-sando que estn hablando tres veces ms de loque hablaron los das anteriores o el promediohistrico; pues todo eso es cientfico. O uno vemucha actividad, prendieron los tanques antesdel amanecer. Oye, cuidado, los tanques estnprendidos! Mira, siempre los prenden a las nuevede la maana para probarlos y estn prendidos alas cuatro de la maana, ay, compadre!.

    Ah bueno, como una vez un nuevo que eraun bobo. Estbamos en una maniobra y el al-frez le dice: Mira, nuevo, pngase all en ese

    cerrito para que cuide. Porque haba enemigosimulado en la zona, que eran cadetes tambin,pero que atacaban, sobre todo con gas lacrim-geno. Entonces buscaban agarrarlo a uno y lequitaban el fusil, las botas. Ah!, a m me gustabamucho ser enemigo, uno gozaba mucho de ene-migo, porque uno capturaba. En cambio, el otrono poda capturar al enemigo, tena que ir poruna ruta; el enemigo estaba libre. Me gustabaser enemigo para montar operaciones noctur-nas, emboscadas y tal.

    Entonces al nuevo bobo lo ponen all arri-ba. bamos a comer