H@ritu 38 - Avance

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H ritu @ 38 - avance Especialista en cuestiones de víctimas y reconstrucción del tejido social Lokarri akordioaren eta kontsultaren aldeko herritarren Sarearen aldizkaria Revista on-line de la Red ciudadana por el acuerdo y la consulta Lokarri Carlos Martín Beristain 2011ko iraila “Cuando las condiciones políticas cambian hay que tener creatividad y dar nuevos pasos, y no limitarse a los que se ha ido haciendo en el pasado”.

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Entrevista a Carlos Martín Beristain - Avance del número 38 de la revista H@ritu

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H ritu@38 - avance

Especialista en cuestiones de víctimas y reconstrucción del tejido social

Lokarri akordioaren eta kontsultaren aldeko herritarren Sarearen aldizkaria Revista on-line de la Red ciudadana por el acuerdo y la consulta Lokarri

Carlos Martín Beristain

2011ko iraila

“Cuando las condiciones políticascambian hay que tener creatividad y darnuevos pasos, y no limitarse a los que se

ha ido haciendo en el pasado”.

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En primera persona

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Carlos Martín Beristainespecialista en cuestiones de víctimas y

reconstrucción del tejido social

Gran experto en la reconstrucción del tejido social con personas,organizaciones y comunidades en países como Colombia, ElSalvador, Guatemala, México, Brasil, Perú o Ecuador, Carlos MartínBeristain asegura que para acometer ese trabajo debemosdistanciarnos del discurso de impotencia y resignación que en el casovasco ha estado arraigado durante años. Insiste en que hay quesalirse del marco establecido por la polarización y la politiación ybuscar vías alternas, con mayor perspectiva ahora que “asistimos aun escenario que nos permite emprender proyectos que durantetiempo han sido más difíciles de abordar”.

H@ritu: En este nuevo contexto demayor distensión y normalización política,ausencia de atentados de ETA y desmarquede todo tipo de violencias por parte de laIzquierda Abertzale, comienzan aescucharse voces que abogan por comenzara trabajar los cimientos de la reconciliación.¿Es el momento de empezar a hablar dereconciliación?

Carlos Martín Beristain: En primer lugar,más que de reconciliación, prefiero hablar dereconstrucción del tejido social, porquereconciliación es una palabra que tienediferentes significados. ¿Reconciliación entrequiénes? Puede ocasionar malententendidosy, como vivimos en una sociedad que semuestra hipersensible ante el uso de algunosconceptos o ideas, creo conveniente matizarlos conceptos para aclarar sobre qué estamoshablando. Hay ciertos significados enrelación a la reconciliación que pueden serpositivos. Por ejemplo, reconciliación en elsentido en que la gente pueda vivir sin

miedo, en que haya un espacio departicipación política para todos y en que segeneren unas bases sociales para laconvivencia basada en el respeto a losderechos humanos. Reconciliación en elsentido de una capacidad de discusión con losotros, con quienes mantienen diferentespolíticas.

En un país como el nuestro, que ha sufridomuchos pánicos morales y gran temor ydificultad para poder hablar sobredeterminados temas, es crucial desarrollaruna capacidad de debate sobre problemassociales y políticos sobre la base del respeto.Sin embargo, reconciliación en términos devíctima-perpetrador, por cuanto sabemos dela experiencia de la mayor parte de los paísesy situaciones, aunque sea un fenómeno quepueda darse en algunos casos, en general, noes el modelo en el que tiene que verse unproceso social más amplio. Se trata más biende una reconstrucción de las relacionessociales que posibilite rescatar unas formas de

convivencia colectivas basadas en el respetoa los derechos humanos. Considero queestamos en un momento en el que esimportante dar pasos en ese sentido. Y es que,a menudo, se plantea el interrogante de¿cuándo empezar a trabajar este tipo decuestiones? Nunca es el tiempo de, porquenunca se dan las condiciones óptimas paradesarrollar los procesos, pero hay que irpreparándolos. Hay problemas que hanestado enquistados durante mucho tiempo yes necesario dar pasos en torno a ellos. Senecesita un reconocimiento plural delsufrimiento, de las distintas violaciones dederechos humanos que se han dado en estepaís, sin que eso signifique que cada cual lovea como un ataque a su propia identidad, asu propia ideología. Es necesaria una basecomún de reconocimiento al respeto a losderechos humanos. Se requiere un momentode distensión política, de no amenaza, de noviolencia, porque en un contexto deviolencia esos pasos no se pueden dar.

Texto: Garazi LandaFotos: Manu Vilabrille

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“En este país hay una especie de retórica quelanza el mensaje de que aquí no se puede hacer

nada, de que es muy complicado, y no es cierto.”

Carlos Martín Beristain participó como ponente en el “Itxialdia-Encerrados” organizado por Lokarri en Iruñea - Junio 2009

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En primera persona

“Nunca es el tiempo de, porque nunca sedan las condiciones óptimas para desa-rrollar los procesos, pero hay que irpreparándolos”

H@ritu: ¿Es imprescindible el cese laamenaza de violencia para comenzar a darpasos en la reconstrucción del tejido social?

Carlos Martín Beristain: Hay algunascosas que hay que ir preparando y otras quenecesitarán su tiempo. Como digo, algunashay que ir preparándolas porque si no,nunca van a llegar. Esa idea de que hay queesperar hasta que el conflicto madure o lasituación termine para empezar a dar pasoses bastante distorsionada. Al menos, en lamayor parte de los países en los que hetrabajado ha habido que empezar a trabajarvarias cuestiones incluso en momentos deagudización de la violencia. De todasmaneras, esto no significa justificarsituaciones y decir: no pasa nada porquehaya situaciones de violencia. Se requierenciertas condiciones para poder dardeterminados pasos y cuando la gente estáamenazada, o cuando no tiene capacidad deexpresión política, es muy dificil tansiquiera abrir un espacio de diálogo entorno a algunos temas concretos. Esascondiciones, en los últimos tiempos en elcaso del País Vasco, han mejorado mucho y,en la actualidad, nos hallamos con unhorizonte de finalización de la violenciaarmada de ETA y ojalá también de lasformas de exclusión política que se hanproducido. Asistimos a un escenario máspositivo que nos permite emprenderproyectos que durante tiempo han sido másdifíciles de abordar.

H@ritu: ¿Dentro de la historia delconflicto vasco, estamos en el momento másóptimo para ello?

Carlos Martín Beristain: Es el momentoen el que estamos. Hubo mejores momentos

que se podían haber aprovechado para hacerlas cosas de otra manera, pero no se hizo. Esel momento en el que estamos, el quetenemos entre las manos. Si existe unareflexión en Batasuna sobre la nojustificación de la violencia y las violacionesde derechos humanos, es un elemento clave.Si hay un distanciamiento de ETA y de susacciones, es también un elemento clave. Sihay un espacio de participación política paratodos, incluida la Izquierda Abertzale,tenemos otro un elemento clave. Y si hay unadistensión entre las fuerzas políticas,también. Creo que en la actualidad esascondiciones no es que solamente se esténdando con mayor intensidad -estos escenariosse han repetido cíclicamente-, sino queademás parece que se está produciendo másreflexión, y también más cansancio…También hay factores subjetivos que llevan aque todos estemos convencidos de que sevislumbra un escenario de fin. Por ello, esimportante dirigir la energía y las ideas a esteescenario para desarrollar un procesodiferente. Porque los procesos no se danmotivados por el paso del tiempo. Sedesarrollan si hay energía, creatividad yaudacia por parte de diferentes actorespolíticos, de movimientos sociales… paraponer sobre la mesa elementos que ayuden aempujar en una dirección positiva esareconstrucción de las relaciones que han sidofracturadas en el tejido social dentro del PaísVasco.

H@ritu: ¿Que elementos faltan para esareconstrucción?

Carlos Martín Beristain: Se necesita unmayor distanciamiento de la violencia porparte de la Izquierda Abertzale y hay queelaborar una revisión crítica del pasado perono solamente para que forme parte de la

historia, sino también para que haya unaprendizaje con el fin de llevar a cabo unapolítica diferente. Eso es una asignaturapendiente del mundo de Batasuna engeneral. Hay que dar pasos para elreconocimiento de la violencia que haexistido, de las víctimas. Por parte delmundo de la política española y la políticavasca tampoco han sido sensibles y no hanreconocido los casos de tortura que se hanperpetrado en este país. Tampoco ha habidoreconocimiento de muchas víctimas de laviolencia cometida por agentes del Estadoque han sufrido, que han sido asesinadas enlos tiempos de la Transición, en los añossetenta y ochenta. Y ha habido situacionesde impunidad que han permanecidodurante mucho tiempo después. Tiene quehaber reconocimiento de esos sucesos, sinque ello suponga equilibrar el dolor o hacercomparaciones que traten de balancear.

H@ritu: ¿No es necesario equilibrar labalanza y equiparar el dolor de todas lasvíctimas?

Carlos Martín Beristain: Son dos cosasdiferentes. Una cosa es equiparar en elsentido de que todas las víctimas tengan losmismos derechos. El mismo derecho alreconocimiento del sufrimiento, derecho a lareparación, verdad y justicia. Ese es el pisocomún que nos permite entendernos, porquesi no contamos con los mismos criterios parael mismo tipo de violaciones de derechoshumanos o de formas de violencia,obviamente, se quiebra el consenso mínimoque posibilita el entendimiento. Otra cosa esque eso signifique igualar los mecanismos devictimización, que las causas o losmecanismos que han hecho posible laviolencia sean todos iguales y se diga que

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todo el mundo ha sido violento o todo el mundo ha hecho lo mismo.Entrar en ese tipo de análisis es un terreno más difícil. El terreno en elque se debe adoptar un consenso, y hay que apostar por él, es el delreconocimiento plural de las víctimas. Me estoy refiriendo a lo mismoque hizo Desmond Tutú en la Comisión de la Verdad en Sudáfrica: laigualación moral del sufrimiento, que consiste en mostrar una empatíacompartida hacia todas las víctimas y sus personas allegadas. Lo que nosignifica, sin embargo, la igualación de todos los procesos políticos, lascausas o los victimarios, ni afirmar que todo es igual. Sobre este tema haexistido mucho debate. Vivimos en una sociedad muy polarizada en laque cualquier cosa que digas puede ser utilizada en tu contrainmediatamente, porque puede ser vista por “la otra parte” como unintento de justificación de ciertas cuestiones. En este sentido, hay quemencionar lo que yo llamo “memoria defensiva”. Una memoria muyligada a nuestra identidad a través de la cual reconocemos los aspectospositivos de la gente o el sector con el que nos identificamos yempatizamos y, por contra, tendemos a ver todo lo negativo del otro, aminimizar, justificar o ningunear el dolor y los muertos de esos otros conlos que no nos identificamos. Este es un elemento muy negativo y en elcaso del País Vasco debe cambiar. Tiene que haber una apertura, tieneque haber gente capaz de transmitir empatía. Ya ha habido algunasexperiencias públicas y otras privadas de gente que ha mostrado que escapaz de pasar al otro lado, y se debe seguir por esa vía. Es difícil, perohay más experiencias de las que se conocen publicamente. También haymuchas dificultades, debido al contexto político, para poder llevar acabo esas iniciativas.

H@ritu: ¿Qué dificultades son ésas?

Carlos Martín Beristain: Una de ellas es la existencia de ETA y elriesgo de atentados. Todo apunta a que no los habrá y ojalá sea así, perono está garantizado. Otra es la historia que se ha construido durantetodos estos años y que ha llevado a que haya memorias muy centradasen la propia experiencia, en el grupo de referencia, muy poco abiertas aconsiderar otro tipo de situaciones y experiencias, otras violaciones dederechos humanos. Por ejemplo, ha habido muy poca apertura conrespecto a las violaciones de derechos humanos, a los casos de tortura delos últimos treinta años que muestran los informes de AmnistíaInternacional. Hay maneras de funcionar que se han enquistado durantemucho tiempo y que tienen que cambiar. Otro obstáculo tiene que vercon cómo se utiliza todo en términos del manejo en la comunicación, lamanipulación mediática. Es muy fácil generar pánicos morales y llegar aponer en las voces de todos y todas las opiniones de determinadaspersonas. Aunque se trate de opiniones muy respetables, no todas lasvíctimas tienen por qué compartirlas. Son necesarias más flexibilidad ydiversidad. Hay que dotar de mayor realidad a esos debates y no caer enla politización, en la polarización. Martín-Baró, uno de los jesuitas conquien trabajé en El Salvador el año 89 y que asesinaron junto aEllacuría, decía que en la polarización social lo que predominan son laspreguntas tipificantes sobre las de contenido. Es decir, los interrogantes¿de qué lado está? o ¿quién es? predominan sobre lo que dice la persona.No se discute sobre el contenido, sino sobre quién es quien lo dice. Y enfunción de quién lo dice las cosas se aceptan o no, porque se les atribuyeuna intención, porque hay un proceso de identificación o de rechazo…Eso es parte de lo que hay que cambiar. La política se convierte, enmuchas ocasiones, en un eslogan, en una manera de apuntarse a una

“Es muy fácil generar pánicosmorales y llegar a poner enlas voces de todos lasopiniones de determinadaspersonas.”

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idea y no tanto de analizar losproblemas o buscar soluciones.Los debates hay que llevarlosal contenido como unamanera de salir de esta

situación.

La dinámica de los últimos años, con un impacto dela violencia de ETA en el tejido social y con elcierre del espacio político y de las posibilidades decambio político en el ámbito del Estado español, haido contribuyendo a una polarización que no ayudani siquiera a hablar. Porque si hablas de lasvíctimas del terrorismo, habrá gente que diga

que no estás hablando de las

víctimas del Estado. Y si terefieres a las víctimas de violencia

política, habrá quien diga: usted lo que estáhaciendo es justificar la violencia de ETA.Incluso el lenguaje que utilizamos estásometido a una polarización que nos impidehablar. La alternativa suele ser el silencio,como una forma defensiva, o hablarsolamente con los tuyos o con la gente con laque estás de acuerdo políticamente. Peroninguna de las fórmulas nos sirve. Esos

mecanismos, actitudesy hábitos que en elcaso vasco se handado en los

últimos años en lacuadrilla, en la

familia, en el barrio, en lospartidos políticos, el

Parlamento… Deben cambiar. No esfácil, pero hay que dar pasos.

H@ritu: ¿De quién es la responsabilidad depromover el cambio? ¿Quién puede hacerlo?

Carlos Martín Beristain: Primero, hay quesuperar la retórica de la impotencia. En estepaís hay una especie de retórica que lanza elmensaje de que aquí no se puede hacer, deque es muy complicado, y no es cierto.

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H@ritu: ¿Por qué si en otros países conconflictos mucho más complicados ydificiles de resolver se ha podido?

Carlos Martín Beristain: Entre otrasrazones, porque hemos ido contagiándonos deun discurso, de un mandato de la impotenciaque nos ha impedido salir de la situación debloqueo. Necesitamos una visión amplia, norestringida, y contar con diferentes puntos devista del problema, diferentes sensibilidades, yen eso tiene que ver desde lo personal hasta elpapel de las organizaciones sociales. Cuandolas condiciones políticas cambian hay quetener creatividad y dar nuevos pasos, y nolimitarse a los que se ha ido haciendo en elpasado. En Guatemala, por ejemplo, recuerdomuy bien que cuando se estaba llevando acabo el proceso de paz, las organizacionessociales tuvieron un papel muy importante enla búsqueda de la paz, en la discusión concretade qué era lo que se debía debatir en la agendade la paz. No hay que esperar a que la orden oiniciativa provenga de Lehendakaritza, o quevenga de una mesa de negociación. Eso fueespecialmente negativo en el último procesode paz, en el de 2006, en el que una parte dela sociedad y las asociaciones estuvieronesperando el resultado de ciertos procesos dediálogo y debate en lugar de poner sobre lamesa una agenda paralela y diferente.

H@ritu: La experiencias internacionales,aunque partan de procesos diferentes, ¿nospueden servir de ayuda?

Carlos Martín Beristain: La discusiónsobre las experiencias internacionales es unelemento importante que siempre ha estadopresente en éste y otros países. Obviamente,hay diferentes sectores e intereses políticosque ven en este tema el riesgo de una“internacionalización” del conflicto. Noquieren que haya terceras partes u otroselementos que puedan entrar a la discusiónporque ven el riesgo de que el otro ladomanipule a esa tercera parte para dotar demayores condiciones de legitimidad a lo queplantea el otro lado. Es indudable que la

experiencia internacional y lo que hemosaprendido sobre los procesos de impacto de laviolencia en otros países son claves tambiénen este país. Tenemos que hacer una reflexiónpropia y poner en marcha los mecanismosnecesarios. Las formas de acompañamiento aestos procesos hay que hacerlos de maneraque no generen mayores resistencias y de unaforma cuidadosa, porque nos enfrentamos acontextos en los cuales los intereres políticospueden hacer fracasar iniciativas deacompañamiento que vienen desde el exterioral ser vistas como iniciativas de parte, oporque no se ven como una ayuda, sino comoun obstáculo. Esas cuestiones hay que tenerlaspensadas, ya que es muy probable quesucedan. Yo lo he visto en los países en los quehe trabajado. Previamente hay que pensarcuál es el papel que se va a desempeñar, cómome van a ver y cómo se podría hacer paradisminuir parte de las resistencias que sepueden generar en un determinado contextocon miras a generar una dinámica positiva.Independientemente de la forma que adoptedespués ese proceso, en todos los países y entodas las situaciones que he conocido esaexperiencia ha sido muy importante.

H@ritu: Previamente al proceso dereconociento del dolor y el sufrimiento detodos y todas, ¿habría que desempeñar unalabor de investigación de lo ocurrido?

Carlos Martín Beristain: Debería ser unpaso clave. Ese es el papel que en otros países,en otros conflictos violentos, han llevado acabo las comisiones de la verdad, que handesarrollado una labor de esclarecimiento delas violaciones de derechos humanosproducidas y de las responsabilidades, de losimpactos que esas violaciones han tenido enla sociedad. En nuestro caso, desde el año 98han tenido lugar algunas demandas por crearuna comisión de la verdad que han idopasando de mano en mano. Al principio hubodemandas por parte del partido socialista deEuskadi, pero más tarde pasaron a otro tipo desectores sociales. En el caso del País Vasco,algunos de los sucesos que han ocurrido se

conocen de una forma oficial, explícita,porque ha habido justicia e investigación. Enotros casos, no se conocen de una formaoficial porque no ha habido justicia, no hahabido investigación independiente eincluso, en ocasiones, ha habido impunidad.Que se conozca la verdad es una cuestiónfundamental. La verdad es el núcleofundamental del reconocimiento de ladignidad del otro. Para que lo que ha pasadoforme parte de una historia colectiva, debe serconocido como tal. Además, con respecto amuchas de las situaciones de violencia, alfinal se ha dado cierta institucionalización dela mentira. Que algo sea bueno o no, enocasiones, ha sido decidido en función de losintereses de algunos y no en base a ciertasreglas éticas. En consecuencia, se ha evaluadolo que se podía reconocer o no en función deesas decisiones interesadas. En este país senecesita hacer ese reconocimiento global, esimportante. Contamos con un gran trabajo deconocimiento e investigación, no de todos loscasos pero de la mayoría de los vinculados a laviolencia de ETA sí. Sin embargo, no hahabido mucha investigación y recono-cimiento de otras víctimas de grupos deextrema derecha y de agentes del Estado delos años de la Transición y los años 80. Inclusoalgunos casos de tortura que cuentan consentencias judiciales han sido ninguneados.La tortura es una práctica que se siguenegando y muchas de sus víctimas hanquedado en la cuneta de la historia o han sidoacusadas de mentir. Mientras no se desarrolleuna investigación independiente sobre estascuestiones, esas diferentes realidades van acontinuar viéndose como una amenaza para elotro y no van a ser reconocidas como parte deuna historia colectiva. Deben cesar lasactitudes defensivas frente a la publicación yel reconocimiento de esas situaciones. Esindispinsable un reconocimiento más pluralde que esto ha pasado, esto ha sido real, deque esto ha sido injusto y no tenía que haberocurrido. De ahí puede surgir un impulsorenovado por la prevención de la violencia yla reconstrucción de la convivencia.