Hombres-G - Sufre Mamon

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  • SUFRE MAMNLa Banda Sonora de Nuestra JuventudHOMBRES G: La Historia (1983-2002)

  • Cubierta y diseo editorial: Silvia GilAsesora editorial: Sylvia Martnez GallegoMaquetacin: Berta Mrquez

    Fotografas: Hombres G, Javier Len Herrera y Juan y Medio

    Primera edicin: julio, 2002

    SUFRE MAMN. La Banda Sonora de Nuestra Juventud. Javier Len Herrera ride Editorial, 2002Collado Bajo, 1328053 Madrid

    ISBN: 84-89995-54-0Depsito Legal: M-36554-2002Diseo y preimpresin: ride, Diseo GrficoImprime: Campillo Nevado, S.A.

    Queda rigurosamente prohibida la reproduccin, total o parcial, de este librosin la autorizacin escrita del editor. Todos los derechos reservados.

  • Javier Len Herrera

    SUFRE MAMNLa Banda Sonora de Nuestra JuventudHOMBRES G: La Historia (1983-2002)

    ride Editorial

  • AGRADECIMIENTOS

    A Rafa, David, Dani y Javi, por la confianza puesta en m para inmortalizarla historia de Hombres G. Gracias simplemente por ser como sois. En estostiempos y en este mundillo uno agradece encontrar tanta humildad perdidacual oasis en el desierto de un mercantilismo atroz, un divismo grotesco yuna banalidad apabullante. Gracias de verdad. Esta experiencia ser siem-pre para m inolvidable, mucho ms que otro libro en mi currculum.

    A los miembros de la Familia G que me ayudaron desinteresadamente:a Juan y Medio, por acceder a prologar esta obra y por llevar valores comola lealtad y la gratitud a donde se merecen: a Antonio El Esquimal, por sertan autntico; y tambin a Juan Muro, Francis El Capitn, Paco Trinidad,Ricardo de la Morena, Tibu, Luis Vaquero, David Bonilla, Manoln Summers,Pedro Caballero, Martn Rivire, Nano, Augusto Serrano y Paco Martn.

    A Covadonga Racionero, por su colaboracin permanente, agradecimientoque extiendo al personal de DroEastWest y Warner Mxico.

    A Beatriz Pecker, Demin Bichir, Erik Rub, Eduardo Verstegui, HoracioVillalobos, Jess Gallegos, Jorge Van Rankin, Luz Casal, Maribel Verd,Miguel Bos, Mikel Erentxun, Pilar Tabares, Ral Velasco y Rebeca de Albapor su colaboracin en el documental televisivo que complementa esta obra.

    A todo el personal de Dos Mundos TV, desde Pablo hasta Joaqun pasan-do por todos los dems, por apostar por la historia de Hombres G y por sertan buena onda como dicen en Mxico. Da gusto trabajar as.

    A Rubn Barajas, por ser el mejor director de casting de Mxico.A todos los fans, en especial a Gabriela, por prestarme sus documentos.A Carolina, a quien no olvido, como tampoco olvido su Mxico lindo.A mi Ayna, sus gentes y en especial los amigos de la Pea Mircoles-

    Saco... y tantas cosas ms, por ratos que hacen ms llevadera la escritura. Mi agradecimiento destacado al ser que me dio la paz necesaria para con-

    centrarme en la elaboracin de este libro. Al ser que me es agradecido, meguarda lealtad y siempre se alegra al verme. A un ser noble de la creacinque no entiende de odios, mezquindades, intrigas ni convencionalismos socia-les. Gracias a Laika, mi perra abandonada, un animal mucho mejor personaque muchas personas animales. Como dijo Lord Byron, Cuanto ms conoz-co a los hombres, ms quiero a mi perro.

    A ngel y todo el personal de ride, por mimar esta obra.

  • Dedicado a la gente que quiero de verdady a todas las personas honestas dispersas por este mundo; a esas gentes humildes ensalzadas en su da por Machado,

    que viven como pueden y dejan vivir, que son, en el buen sentido de la palabra, buenas.

    Javier

    ...A los que aman y construyen,contra los que odian y destruyen...

    Jos Mart

  • NDICE

    Prlogo. Por Juan y Medio .................................................................... 11Introduccin del autor: Los Beatles Latinos ........................................ 13Captulo 1. El Parque de las Avenidas ................................................. 23Captulo 2. De Residuos a Hombres del Gobierno ............................... 37Captulo 3. Autopista a la Gloria .......................................................... 55Captulo 4. Espaa Tiene un Marcapasos ............................................ 83Captulo 5. Una Vida de Cine ................................................................ 99Captulo 6. Amrica, Amrica ............................................................... 121Captulo 7. A la Salud de Mxico ......................................................... 141Captulo 8. A Miles de Kilmetros: La Evolucin ............................... 163Captulo 9. Su Vida en Blanco y Negro ............................................... 198Captulo 10. Vidas Separadas. El Mito y el Regreso ........................... 215

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  • PRLOGOPor Juan y Medio

    Amigos, Hermanos:

    Javier, el autor, me pide, y yo accedo gustoso, a prologar un libro sobreHombres G. Y lo hago porque est escrito con rigor, es extraordinariamenteameno y porque adems reivindica con justedad su verdadero papel en la msi-ca y en la sociedad de aquellos aos. Por todo ello y porque no puedo dejarpasar la ocasin que se me brinda de que mi nombre siga unido al vuestro.

    El tiempo, como para todo el mundo, ha pasado. Sin embargo, lejos deerosionar ciertos recuerdos, lo que hace es destacarlos y situarlos dondemerecen estar. A tenor de lo que para m supusieron los aos vividos conHombres G, mantengo que fueron los ms felices y decisivos que podr dis-frutar en sta, mi nica vida.

    Gracias a ellos en particular y a todos los que con ellos vivan y traba-jaban en general, mi escala de valores, mis filias y mis fobias, mis inquietu-des y quiz por ello mi carcter es el que es y no otro. Y creo que para bien.Quiero decir que la amistad, la alegra de vivir, el estar por los dems, el sen-tido del humor que lo salpica todo, la lealtad, el ingenio como fuente deentendimiento, la creacin artstica como vocacin que no contamina la vidadiaria incluso si tiene xito, la pasin por los viajes, la piel de la mujer y sussentimientos, la humildad sincera, la nostalgia de nuestro pas y de sus afec-tos, la hermandad con Amrica y su maravillosa gente, el trabajo como herra-mienta que muestra el verdadero talento, y muchas otras cosas ms, me fue-ran mostradas y saboreadas de las manos de todos ellos.

    Cuntas personas y ciudades y pases y hoteles! Y no recuerdo casi nin-gn momento negativo. Si acaso aqullos producto del agotamiento y delexceso de responsabilidad, y siempre de puertas adentro. Nunca vi un malgesto para con un admirador, un trabajador, un periodista o un desconoci-do cualquiera. Hablo siempre de ellos como personas educadas, de buen cora-zn que pasaban por donde lo hicieran con el gesto elegante y sencillo delque no conoce la maldad y por ello no ejerce.

    Recuerdo rostros con la sonrisa pronta y el gesto amable. Personas, antesque elementos indispensables de una industria poderosa.

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  • An encuentro imgenes de aquellos tiempos y me sigo emocionando alvernos: Ms jvenes. Ms desgarbados. Con el alma an sin mediasuelas,pero unidos todos por lo que ms nos emocionaba y nos emociona: la msi-ca. Se puede pedir ms?

    Yo he tenido la suerte de seguir siendo su amigo, su hermano. Sus fami-lias, sus mujeres, sus hijos van unidos a mi existencia hasta que esto no seaposible. Cuanto ms tarde ocurra, mejor, claro.

    Hemos deambulado por la vida y lo nico que hemos hecho todos ha sidosepararnos para coincidir.

    Hay gente que me pregunta si os echo de menos. Yo contesto que no esque yo os recuerde, es que jams os olvido.

    Con la felicidad de ser parte de alguno de vuestros recuerdos ms her-mosos aprovecho estas lneas para proclamar a los cuatro vientos lo quevosotros ya sabis:

    Que os admiro casi tanto como os quiero!Gracias, amigos, hermanos...

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  • INTRODUCCIN DEL AUTOR Los Beatles Latinos

    Nadie muere mientras no se le olvideANNIMO

    A veces, cada cierto tiempo, la vida nos sorprende. Algo o alguien sale dealgn lugar para proponer algo nuevo, distinto. La sacudida de la creativi-dad y el ingenio suele ser muy intensa. Siempre lo fue a lo largo de la his-toria cuando hizo acto de presencia bien fuera en las artes, la ciencia o lashumanidades. Albert Einstein dijo en una ocasin que la imaginacin erams importante que el conocimiento. Acotando la reflexin al campo con-creto de la msica pop-rock contempornea, la onda expansiva de estos fen-menos puntuales afecta a todo el colectivo de su marco de influencia y sedivulga a un nmero mayor o menor de personas en funcin de las limita-ciones culturales que pueda imponer un factor como el del idioma o en fun-cin de la hegemona de su aparato propagandstico. Una vez aflorado, elpoder de seduccin del talento se extiende por todas las capas de la socie-dad. Est por encima de todo y brilla como el sol sin que nadie pueda tapar-lo. Ante la evidencia, cada ser humano y cada sociedad reacciona a tenor desu idiosincrasia. Hay quien ensalza lo suyo con orgullo y lo mima para siem-pre como parte de su vida y de su cultura; hay quien prefiere socavar el terre-no para hundir a los sobresalientes lo antes posible; hay sociedades dondela honestidad de los muchos se impone a la mezquindad de los escasos, yotras en las que el esnobismo de los escasos ayuda a la mezquindad de lospocos para enterrar cuanto antes la honestidad de los muchos.

    Reza un proverbio popular que las grandes obras las suean los genioslocos, las ejecutan los luchadores natos, las disfrutan los felices cuerdos ylas critican los intiles crnicos. A pesar de que la inutilidad castica abun-da en algunos pases y a veces dispone de influyentes estrados desde los quedifundir su negatividad, lo que nadie puede evitar cuando entra en erupcinun volcn de esta naturaleza es lo ms importante: la trascendencia. Estelibro est dedicado a los millones de felices cuerdos unidos por el denomi-nador comn de un idioma grandioso que disfrutaron la msica de cuatrogenios locos y que con su apoyo convirtieron a Hombres G en una bandamtica; a aquellos que apreciaron que el universo latino es capaz de gene-

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  • rar talento en las mismas categoras que lo hace el mundo de habla inglesay que no se acomplejan en defender lo nuestro frente al Goliat que repre-sentaba en el siglo XX y sigue representando en el XXI cualquier productoanglosajn en el terreno del entretenimiento. Gracias a esos millones dehonestos hispanohablantes aficionados a la msica pop-rock, podemos deciren el ao 2002, usando el ttulo de una de sus canciones, que el tiempo enesta ocasin s ha sido su amigo, porque el tiempo ha dejado las cosas en susitio. Hombres G superaron la prueba del tiempo. Los viejos rockeros nuncamueren y los autnticos mitos nunca se olvidan.

    El xito fulminante conseguido por el grupo, atisbado ya en su forma-cin en 1983, es incontestable. Nada ms explotar atrayeron al gran pbli-co y cambiaron la tendencia de un mercado que hasta ese momento copa-ban los grupos anglosajones. Esta veta, que empez a abrir Tequila a fina-les de los 70, fue convertida ya en mina de oro por Hombres G. Por fin ungrupo en espaol se alzaba a lo ms alto de las listas y rompa el elitismo alque haban quedado postergados los grupos de la movida. Este hecho, quebenefici a muchos colegas, les report paradjicamente un rosario de cr-ticas, desprecios y hasta insultos nicamente imputables a la tpica envidiadel carcter espaol, a la que nos referiremos posteriormente. Sin embargo,es evidente que son los autores de la banda sonora de la juventud de millo-nes de personas de habla hispana a ambos lados del Atlntico y protago-nistas de un hito en la historia de la msica latina. Fueron ros de tinta yeternas horas de material audiovisual y ondas hertzianas difciles de con-densar el que generaron estos cuatro muchachos que queran pasar por elmundo de la msica para amenizar lo ms posible sus propias vidas y aca-baron observando que stas cambiaban de la noche a la maana marcadaspor la fuerza de los acontecimientos.

    Muchas de las cosas que sucedieron desde que se dan a conocer con suprimer lbum publicado en marzo de 1985 marcaron el precedente de unhuracn de aire fresco, innovador, exclusivo y sorprendente, con unas dimen-siones sociales ms all del terreno musical. Fue un derroche de creatividadque invadi a la opinin pblica a pasos agigantados, irrumpiendo en laescena musical como un elefante en una cacharrera, sorprendiendo a pro-pios y extraos, pblico y crtica, que no saban definir exactamente qu eralo que estaba pasando, acostumbrados como estaban a los xitos ms mode-rados de los grupos emergentes de la movida madrilea. Apenas dos meses

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  • despus de la publicacin del disco ya generaban aglomeraciones y se eri-gan en el grupo ms odo de la radio espaola, amn de las 90 presenta-ciones de ese verano por toda Espaa. Tras ellos, con mejores infraestructu-ras, coyunturas y apoyos, y con mucha perseverancia, aparecieron otros gru-pos que emularon de algn modo este xito siguiendo la estela de una msi-ca pop sencilla, agradable, alegre, romntica y poseedora de magnficas melo-das ligadas a los mejores recuerdos de muchos. No obstante, el sello quedejan los pioneros se hace imperecedero en el recuerdo colectivo, mximesi esos pioneros no han contado con ms infraestructura y con ms apoyoque su propio carisma.

    Hay muchos factores que hacen nicos a los Hombres G. Nunca antes deellos un grupo de pop-rock hispano haba despertado tales pasiones convir-tiendo a todos sus discos en autnticos hits y provocando delirios en cadauna de las ciudades que visitaban, un paralelismo que automticamenterecordaba a muchos analistas las imgenes que dieron la vuelta al mundo amediados de los aos 60 cuando cuatro muchachos de Liverpool revolucio-naban la vida del pas por donde caan con su msica, su talento y su caris-ma. La fuerza social con la que Hombres G irrumpieron en Espaa y los pa-ses de Amrica Latina era perfectamente comparable al fenmeno beatle, dehecho, de modo espontneo, muchos cronistas de ambos lados del Atlnticorecurrieron ms de una vez al smil como adjetivo para explicar a su pbli-co en pocas palabras lo que llegaron a ver sus ojos.

    El fenmeno presenta dos trayectorias paralelas pero con matices, la vivi-da en Espaa por un lado y en Amrica Latina por otro, que si bien conver-gentes en muchos puntos tienen sus rasgos de diferenciacin. Es en el con-tinente americano donde se usa ms abiertamente el apodo de Los BeatlesLatinos. Valga como muestra el botn de su primer viaje en 1987, concre-tamente a Per, donde su llegada fue tan catica y multitudinaria que hizoque les tuvieran que sacar del aeropuerto en coches blindados sin pasar porinmigracin y que mereci portadas de noticieros de televisin, cosa quesera habitual en todas sus visitas posteriores a ste y otros pases.

    Amrica los adopt como si fueran suyos, los apoy contra quienes lestachaban de irreverentes y los encumbr an mucho ms alto de donde yaestaban (simblica imagen al respecto la foto que se tomaron en Huayna Pichu).En Mxico y otros mercados lderes del continente hermano, Hombres G seconvirtieron en un grupo parteaguas, como dicen en esa tierra, es decir, revo-

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  • lucionario, pionero y lder de una nueva tendencia. Llegaron a penetrar tanhondo en la sociedad que aun al da de hoy todo el mundo los reconoce yentre su pblico se mezclan personas de todas las edades y condicin social.Por ello no es raro que a pesar del transcurrir del tiempo, cientos de perso-nas colapsaran el aeropuerto de la Ciudad de Mxico el histrico 24 de febre-ro de 2002 cuando regresaron los cuatro juntos despus de estos aos y vol-vieran a colapsarlo en su segundo viaje del 30 de marzo, eso sin olvidar las6.000 personas haciendo fila en la Zona Rosa esperando un autgrafo (batie-ron ese da el rcord de pre-venta de discos del Mix Up) o los cientos defans haciendo noche para tener lugar en el programa Otro Rollo o en el pri-mer concierto del Hard Rock Caf. Como tampoco es de extraar que hayancerrado una supergira que abarca desde Per a Estados Unidos, con 13 bolosen este ltimo pas y con ms de 15 conciertos en Mxico, entre los quedestacan las cuatro fechas del Auditorio Nacional de DF que se agotaronen un santiamn.

    Hablar de Hombres G en Amrica es hablar sin reparos de un grupo quemarc historia, que revolucion el pop-rock en nuestra lengua y significun punto de inflexin en la msica contempornea, y por todo ello el para-lelismo latino con los Beatles es pertinente. Los analistas latinoamericanosno slo han recurrido al clebre cuarteto ingls buscando comparacionespara hablar del fenmeno, en alguna ocasin tambin les han recordado porsu descaro y atrevimiento a los Doors. Ellos fueron libertadores para millo-nes de personas en pases como Mxico, donde las masas podan gritar cualrevolucionarios encendidos la palabra mamn en los conciertos o en lasdiscotecas conscientes de protagonizar un cambio social cualitativo msacorde a la mayor permisividad de los nuevos tiempos. El descaro en el len-guaje les provoc involuntariamente problemas con la censura tmidamen-te en Venezuela y en forma de autntico escndalo en Mxico, donde sola-mente la apabullante demanda popular hizo ceder a los gurs televisivos.Camilo Jos Cela, premio Nobel de Literatura, le dijo a Ral Velasco en unaentrevista: No hay que ser cobardes en el uso del lenguaje. La mala pala-bra es para usarla, no para tenerla guardada en un cajn o en un libro. Hayque decir chingadera, por qu no. Viniendo de quien vena la observacin,poco haba que objetar. En el continente americano, dada su propia idiosin-crasia, ms honesto y grato con sus dolos, definitivamente han quedado enel acervo musical para el resto de los tiempos de modo que sus discos no se

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  • han podido descatalogar porque se siguen vendiendo y sus clubs de fans hansido perseverantes mantenindose unidos y en el caso de muchos de elloshaciendo socios a sus hijos recin nacidos.

    Sin lugar a dudas, el mundo global que facilita internet y la constanciade los miles de seguidores activos han hecho mucho ms posible que aquelsueo del reencuentro se hiciera realidad. Por ello, huelga decir que en pa-ses como Mxico, Per, Colombia, Venezuela, Ecuador, Costa Rica, Guatemala,Nicaragua, Honduras, Panam, Chile o el Estados Unidos de habla hispanasigan reconociendo sin reparos la grandeza de este grupo y hayan manteni-do viva una llama que ha permanecido encendida con paciencia en buscadel esperado regreso. Un regreso que se cotiza al alza como se ha podidocomprobar en la gira Peligrosamente Juntos 2002.

    Espaa los vio nacer, los vio triunfar y convertirse en el grupo de msxito de los 80 y primeros 90, pero Espaa digiere malamente el xito abru-mador de nadie, llmese Hombres G, Julio Iglesias, Penlope Cruz o quiensea, por no salir del mbito del entretenimiento. Por ello, la opinin pbli-ca espaola siempre ignor los importantsimos logros de los Hombres G enAmrica. Y es que ya estaban pagando el precio del xito que tuvieron ensu propio pas, donde arrasaron literalmente: nmeros uno en ventas, enradio, en nmero de presentaciones y en poder de convocatoria (en las Fallasde Valencia de 1986 reunieron a 200.000 personas en un concierto gratuitoorganizado por el programa El Gran Musical de la Cadena SER). SolamenteMecano aguant el tirn desde su renacer en 1987 y eso sin olvidar queHombres G grababan con una compaa pequea, independiente, inexper-ta, sin recursos ni infraestructura, mientras Mecano estaban manejados poruna multinacional como CBS, dicho sea sin querer quitar mrito al tro.

    Su desmarque de la llamada movida madrilea no les fue jams perdo-nado por parte de algunos lderes mal llamados progresistas que los ningu-nearon constantemente. Fueron foco de encarnizadas crticas en Espaa,todas ellas injustas, ajenas a la realidad humana y profesional del grupo ybasadas en la tan denostada envidia tan caracterstica del carcter ibrico.Frecuentemente la verdad suele estar lejos de los rumores que circulan acer-ca de los sucesos y las personas, parafraseando a Jean de la Bruyre, un cle-bre moralista francs del siglo XVII. Decenas de grupos que no tenan ni unadcima parte de la trascendencia y las cifras de Hombres G eran ensalzadosdesde algunos foros mediticos mientras a ellos les denostaban, cuando no

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  • les ignoraban directamente. Una falta de respeto no slo al grupo, sino a losmillones de personas que compraban sus discos y asistan a sus multitudi-narios conciertos. Uno de los momentos ms reveladores de lo que supusoen Espaa la enorme concentracin de envidia fue el desafortunado inven-to de uno de esos grupos fugaces que en su afn de expresar odio irracionalles dedicaron una cancin para insultarles directamente. No se daban cuen-ta de que en realidad estaban hacindoles un favor, pues es harto significa-tivo de la importancia y trascendencia de algo o alguien el que sea objetivode una cancin u obra cualquiera aun cuando sea para hablar mal de ellos.Ya lo deca Oscar Wilde, es espantoso que hablen mal de uno, pero hay algopeor, que no hablen. Ello reflejaba a las claras el tremendo calado del gru-po entre la mayora de la juventud espaola. Pero podamos todava encon-trar situaciones ms patticas que la mencionada, y es que algunas crticasprocedan precisamente de los mismos que en 1983 y 1984 haban saltadoen el santuario madrileo de la movida, el Rock Ola, embutidos en su ata-vo de la tribu urbana de turno (lase punk, skin, rocker, o dems surtido)con Marta Tiene un Marcapasos creyendo estar en el xtasis que nicamentepuede gozar una minora de elegidos saboreando lo ms moderno, van-guardista y cool del momento. Pues bien, en 1986, estas mismas gentes sufr-an un repentino ataque de amnesia al escuchar esa misma cancin, la mis-ma acorde por acorde y palabra por palabra, que misteriosamente para susmentes se haba convertido de la noche de 1984 a la maana de 1986 enuna mierda, una cancin pija, moa, facha, pachanguera, etc. y slo aptapara nias tontas de 15 aos, lejos por supuesto de la exclusividad van-guardista que crean representar. No es que sea pattico, es simple esnobis-mo y pura estupidez que afortunadamente a muchas de aquellas gentes sele ha curado con la madurez y el paso de los aos. Otros desafortunadamenteperseveran, pero no han logrado que, aunque de manera pasiva, cientos demiles de espaoles hoy en edades situadas a ambos lados de la frontera delos 30 aos, mantengan en su memoria a Hombres G como un estmulo aso-ciado a pensamientos positivos, sensaciones agradables y un toque de nos-talgia que les evoca los mejores momentos de aquella poca de sus vidas.Les guste a algunos o no, en Espaa tambin fueron los responsables de uncambio en el mundo de la msica, dieron una vuelta de tuerca al pop espa-ol, e introdujeron un concepto diferente del glamour bajndolo a ras desuelo y haciendo que el misterio con el que se vea a los artistas fuera menos

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  • misterio. Rompieron los moldes con sus camisetas desteidas de tanto usar,sus pantalones rotos y sus cmodas zapatillas. Los Hombres G podan ser losvecinos del segundo, y esa normalidad molestaba a los anormales.

    Esto ltimo es quiz tanto o ms importante como los logros artsticos ysociales. La calidad humana sobresala en unos jvenes que aun en lo msalto de su carrera, siendo quienes eran y provocando lo que provocaban alldonde iban, no dejaron de ser las personas sencillas que siempre fueron. Sonel ms claro ejemplo de cmo se puede ser un mito sin tener que estar pen-diente del glamour, el divismo, los delirios de grandeza y los caprichos a losque nos tienen acostumbrados bastantes artistas. Nos demostraron que sepuede actuar en un estadio delante de 40.000 personas y al da siguiente ira tocar gratis para la gente pobre de un suburbio de Bogot. O que se pue-de actuar en Lima con instrumentos prestados de mala calidad cuando lossuyos se han extraviado o no han llegado a tiempo al concierto; o que sepueden ocupar camerinos en malas condiciones cuando hoy en da leemosque fulano quiere un camerino exclusivo o que mengano desea frutas espe-ciales, aguas minerales especiales y sepa Dios que ms veleidades. O tam-bin como se puede ser un dolo de la cancin y viajar en las colas de losaviones mezclados con la clase turista, lejos de cualquier vanidad.

    Eran cuatro jvenes como cualesquiera otros y les gustaba el contactocon la gente. Si llamabas a su casa o a su habitacin de hotel contestabanel telfono, no remitan a nadie a dos o hasta tres filtros para ponerse; mucha-chos que eran nmero uno en Espaa y Amrica y seguan acudiendo alRowland (el mismo bar de su barrio de Madrid que frecuentaban con 15 aos)para tomarse unas cervezas con su amigo Nano y su gente en lugar de acu-dir a los eventos o los locales de moda. Jams olvidaron sus orgenes y supie-ron mantener a su alrededor a un equipo de colaboradores fijos a lo largode los aos porque ms que compaeros de trabajo eran una gran familia,unida como una pia. No hubo una sola persona de las muchas que entre-vist cuando investigu esta historia que no enfatizara este aspecto, con unrostro atrapado entre la nostalgia y la bondad. Ese espritu solidario se hamantenido y en la gira 2002 estarn el saxofonista de siempre, Juan Muro,el teclista de siempre, Jos Carlos Parada, el jefe de seguridad de siempre,Antonio Esquimal, el tcnico de luces, Jos Luis Alegre y el tcnico de soni-do, Antonio Castro, que rpidamente han dejado lo que estaban haciendopara acudir a este regreso. El cario entre ellos no es algo que se diga, es

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  • algo que se ve, y por supuesto atpico en este mundillo lleno de intereses yconveniencias, tan dado a la megalomana, la soberbia y el endiosamientode los cuales tan culpables son quienes ejercen como quienes consienten,divulgan y justifican estos comportamientos.

    Notarn a lo largo de las pginas del libro datos y episodios vividos ygenerados por la G-mana latina de los 80 que nos recuerden a la Beatlemanauniversal de los 60. Amn de la confesada admiracin de David o Dani porel cuarteto de Liverpool y su msica, ms cosas tuvieron en comn respec-to a sus respectivos pblicos: el talento compositor para hacer melodas inol-vidables, sencillas y con pocos acordes; la espontaneidad, la generacin invo-luntaria de locuras colectivas, la incursin en el mundo del cine y la pro-yeccin de sus pelculas en salas abarrotadas ms parecidas a salas de con-ciertos que a salas de cine (en Mxico se prohiba expresamente en los car-teles anunciadores de las pelculas que se bailase o cantase en las salas), elbloqueo de algunos aeropuertos tomados por miles de fans, su aparicinabriendo los noticieros de algunos pases cada vez que llegaban, la apoteo-sis en los conciertos, la frescura y festividad de las canciones en el inicio ysu madurez posterior... Un detallado rosario de analogas que el lector irpercibiendo.

    Muchos nos preguntamos por lo que hubieran sido las cifras de Hombres Gen estos tiempos. Probablemente triplicaran como mnimo sus nmeros.Tengamos en cuenta que en los primeros aos 80, vender 50.000 copias enEspaa, es decir, ser disco de oro, era ya una quimera al alcance de muypocos. No digamos ser platino, es decir, vender 100.000 copias, eso era yatremendo. Los mercados eran ms cerrados, incluso entre pases de hablahispana. No existan posibilidades para el mercado latino ni siquiera dentrode los Estados Unidos, no como ahora, donde el flujo de artistas entre amboslados del Atlntico es mucho ms normal y donde latinos como EnriqueIglesias o Ricky Martn llegan al nmero uno en USA. Sirva como ejemploel caso de Luis Miguel, que hasta el ao 1998 no comenz a vender discosen Espaa. Hombres G, tras su primer ao de presencia en Mxico recibie-ron en 1988 un disco de diamante por haber superado el milln de copiasde sus discos. Tambin hay que tener en cuenta que en esa poca se vend-an muchos singles y los lbumes eran de vinilo. Por ejemplo, en Espaa ungrupo como Radio Futura, en el apogeo de su Escuela de Calor se mova entorno a las 30.000 o 40.000 copias y era uno de los grupos de ms xito en

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  • 1984. No haba discos compactos y no todo el mundo poda comprarse elvinilo ni tena buenos tocadiscos para reproducirlo, no como ahora que esrelativamente barato conseguir una cadena. Finalmente, las limitaciones deuna compaa como Twins eran obvias a la hora de darle la magnitud querealmente poda alcanzar el fenmeno. Sin ir ms lejos, jams se hizo unacampaa en televisin en esos primeros aos de esplendor, en esa poca eratan caro que ni siquiera se lo plantearon. Por eso mismo, los nueve millo-nes estimados de discos vendidos de sus ocho lbumes (sin contar a la pira-tera, por supuesto), ms los millones de personas que les vieron en directoen los ms de 600 conciertos que ofrecieron, con una media de ms de 80presentaciones nacionales al ao y otra media de otras 70 en Amrica Latinaen recintos que llegaban en muchas ocasiones a las 50.000 personas, mslas taquillas cosechadas con sus dos pelculas, nos dan una idea de la inten-sidad de la onda expansiva de esta bomba de talento.

    Me ha tocado el privilegiado papel de ser conocedor y parte de muchosaspectos de esta historia, de tener imborrables recuerdos de juventud al hilode su impronta y sus canciones, de haberlos conocido entonces, haber figu-rado incluso de extra en las aulas del Menesiano durante la filmacin de suprimera pelcula y hasta haber entrevistado en Rowland a David Summersen aquel ao dorado de 1986. Todo ello unido al hecho de poseer la sufi-ciente perspectiva del paso de algunos aos, que me permite gozar ms a lahora de contar esta semblanza. Gracias a mis aos en Amrica conozco tam-bin la idiosincrasia del pblico latinoamericano y doy fe del impacto queel grupo tuvo en alguno de estos pases, como es el caso de Mxico, testigoinicial del reencuentro. He bailado canciones de Hombres G en Amrica cuan-do en Espaa ya haban pasado aos sin que nunca ms se volviera a saber.He sido testigo de la continuidad americana de David Summers como solis-ta ayudado de la cmoda estela del xito del grupo, del mismo modo queesa estela se ha convertido en su pas en un campo de minas, todas ellasengordadas con la plvora de la mezquindad de algunos gurs mediticos.

    No es sta una obra, por consentida y autorizada que sea, que lo es,hecha para abundar en el lado negativo que siempre todo xito trae adhe-rente en los lomos y andar replicando a los injuriosos e insidiosos que ante-riormente llamamos intiles crnicos. No. Ms bien pretendemos a lo lar-go de las pginas venideras enfatizar un fenmeno nico e irrepetible, dara conocer los entresijos de cmo, cuando y porqu ocurri todo, rescatar

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  • algn matiz nostlgico, subrayar la personalidad de cada uno de estos jve-nes hoy en da convertidos en padres de familia en algunos casos, profun-dizar en el universo de Hombres G, y cmo no, ante todo, pasar un ratoagradable, que al fin y al cabo es parte de la esencia del grupo. Este librocuenta la verdadera historia de Hombres G partiendo de los testimonios deDavid, Dani, Javi y Rafa con el apoyo de otras muchas entrevistas que rea-lic a personas que formaron parte de la Familia G como profesionales ocomo amigos. Grabaciones audiovisuales, hemeroteca y el tesoro docu-mental de gran valor de algunos fans han acabado por configurar las fuen-tes de esta obra. Hay pasajes autobiogrficos que se incluyeron en el guinde Sufre Mamn, la primera pelcula del grupo, si bien hay que especificarque la pelcula mezcla episodios reales con otros pertenecientes a la ficcin.Sirva esto de advertencia para futuros tramos de esta biografa que el lec-tor pueda identificar como algo ya visto en la pantalla. Por si qued algu-na duda, ahora podrn saber qu fue real y qu no. Espero disfruten tantoal leer como yo lo hice al escribir.

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  • Captulo 1EL PARQUE DE LAS AVENIDAS

    En la Espaa de los 60 una burguesa cada vez ms pudiente y nume-rosa hace crecer la zona norte del viejo Madrid configurando nuevosbarrios que con el paso del tiempo adquieren personalidad propia. Unode ellos, asentado junto a la vieja plaza de toros de Las Ventas, es el Parquede las Avenidas, donde familias de clase media-alta ven prosperar a los suyosinmersos en el desarrollo constante del pas. Muchas de estas familias, apo-yadas por una buena coyuntura econmica y algunos ahorros, adquierenuna segunda residencia de recreo en la zona de la Sierra de Navacerrada,siempre dentro de la provincia de Madrid. La casa en la sierra, smbolo debienestar de sus dueos, es visitada los fines de semana, puentes y vacacio-nes. Ya entrados los aos 70, el barrio del Parque de las Avenidas es el para-digma de la Espaa ms moderna preparada para afrontar pacficamente losnuevos tiempos que se avecinan. En sus calles, parques, colegios y bares secra parte de una nueva generacin todava en edad infantil pero que vis-lumbra la pubertad y se dispone a alcanzar la adolescencia en la que serprotagonista de toda una poca de cambios polticos y sociales que empie-zan a precipitarse con la muerte de Francisco Franco en noviembre de 1975.

    En uno de los colegios ms emblemticos de este barrio, el Menesiano,regentado por sacerdotes, estudia desde pequeo Francisco Javier MolinaBurgos, hijo de Fernando Molina, director administrativo de la empresa cons-tructora Huarte, y Mercedes Burgos, locutora de radio. Javier nace en elMadrid del baby boom de los 60, concretamente el 16 de junio de 1964. Enlas aulas de este colegio coincide con David Summers Rodrguez, de su mis-ma edad, apenas unos meses mayor, (David vino al mundo de nalgas, porcierto el 26 de febrero de 1964), vecino tambin del Parque de las Avenidasy que pronto se convertir en su inseparable amigo del alma. Ambos estnjuntos desde el jardn de infancia, y ya con 10 aos su amistad es slida.David es conocido entre sus compaeros por ser hijo del famoso dibujante,humorista y cineasta sevillano Manuel Summers, de ascendencia anglosa-jona por parte de padre, y de Consuelo Rodrguez. El bisabuelo de David,

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  • Frank Summers, fue un ingls que vivi en las Filipinas cuando stas esta-ban bajo soberana espaola. Luch en la guerra de Filipinas y una vez queEspaa perdi la colonia viaj hasta la pennsula donde ech races.

    David es un nio tmido y soador bajo su signo de piscis que muestradesde una edad muy temprana un talento especial para crear. Summers sedio cuenta de ello e incentiv siempre en su hijo esta faceta. Perciba en lcierta sensibilidad para las artes, distinto de su hijo mayor Manoln o de suhija pequea Luca. Siempre exhortaba a sus hijos a que le hicieran dibujoso escribieran relatos originales para verlos cuando volviera de trabajar y asrecompensarles con un cochecito, una moneda de cinco duros o cualquierotro regalito. En una ocasin, el pequeo David le mostr un dibujo de Bambiidntico al que haba visto en un libro de Walt Disney que crey iba a ser elorgullo de su padre por lo logrado que estaba. La sorpresa fue que en cuan-to lleg y se lo mostr, ste lo agarr y lo tir a la papelera: Para ese Bambiprefiero el de Disney, lo hace mejor. No le serva por muy bien dibujado queestuviera. No era suyo, no era original. Tena slo seis aos, le pareci cruella reaccin de su padre, pero jams olvid el mensaje: no imitar a nadie.

    David se sinti atrado con gran pasin por la msica jazz y empez aestudiar el clarinete para poder parecerse lo ms posible a Benny Goodman,a quien admiraba. Tambin haca sus pinitos con una armnica. Desde los10 aos comenz con sus clases de solfeo y poco despus empezara a tocarel instrumento. Despus de dos aos de estudio, su sueo fue poder tocaren un grupo. Al margen de la msica, le apasionaba el boxeo, alucinabacon los coches deportivos, especialmente los Porsche, y era seguidor delReal Madrid.

    Javi es un cicln y otro gran apasionado de la msica. Un nio nervio-so, impulsivo, con carisma. No le gusta mucho el ftbol, solamente se hacedel Atltico de Madrid o del Betis para llevar la contraria, pero s le apasio-nan las motos y las emociones fuertes. Con los 14 aos cercanos se sientefcilmente arrastrado por las corrientes transgresoras del movimiento punkque llega de Londres. En los recreos del colegio prefera ahorrar los cincoduros que tena para comprarse el tpico cuerno de chocolate, refrescos ogolosinas y de ese modo juntar lo necesario para comprarse el single de tur-no. Javi ahorraba desde los siete aos todo el dinero que reciba de sus padres,de sus abuelos u otros familiares y lo inverta todo en comprarse discos.Siendo un nio, compra todos los singles que van apareciendo de The Beatles,

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  • Supertramp, Yes, Chicago, Eagles, Deep Purple... y hace una valiossima colec-cin que conserva conforme va creciendo.

    Maana, tarde y noche los dos amigos no paraban de hablar de msica.Era una obsesin que enseguida se hizo clebre entre sus otros compaeros.Eran los locos de la clase que conocan a todos los grupos.

    Mira David, ayer me compr el nuevo single de Yes.Ah, s?, pues yo me compr el LP de Simon & Garfunkel, son la hos-

    tia esos tos. As una y otra vez. Javi le contaba a su amigo del alma que tena otro

    amigo en la sierra, un tal Dani, que era otro fantico de la msica y comoresulta que su madre era inglesa consegua mogolln de discos de importa-cin que los tena siempre antes que nadie. Un da iba a invitar a David a lasierra para presentrselo porque por fuerzas se iban a tener que caer bien.

    Fue un fin de semana cualquiera. David fue invitado por Javi para ircon l a la sierra a su casa de la urbanizacin Retamar en Moralzarzal,donde sus padres haban comprado su casita de recreo. En la presentacin,Javi dijo a Dani que se trataba nada ms ni nada menos que del hijo deManolo Summers, el famoso director de cine. David se sonroj haciendogala de su enorme timidez y le dijo que cortara el rollo. Aquel fin de sema-na hubo muy buena qumica entre los tres con el ftbol, los juegos y sobretodo la msica como punto de encuentro, lo cual infl de orgullo a Javi.Haba hecho ensamblar en buena armona a su mejor amigo de Madrid detoda la vida, David, con su mejor amigo de la sierra, Dani. Y es que porextrao que pareciera, ya que en definitiva todos vivan en Madrid, lo acos-tumbrado era tener dos crculos de amistades totalmente separadas, losamigos de la sierra eran los amigos de la sierra, y los amigos de Madrideran los amigos de Madrid, y normalmente no se mezclaban. El caso esque aquel fin de semana disfrutaron. Todos coincidan en sus fantasasacerca de hacer algn da cosas en la msica, sueos de nios de 12 aossin concrecin alguna, hacer algo, sin saber exactamente qu. Dani los dejboquiabiertos cuando hizo dos o tres acordes con la guitarra. Estudiabasolfeo y guitarra y tena hasta instrumento propio, al menos tena las cosasclaras en el sentido de qu tocar si el da de maana quera formar un gru-po. David era la primera vez que vea un guitarrista tan de cerca. Pero eldomingo regresaron a Madrid y no volveran a coincidir los tres juntoshasta dos aos despus.

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  • Daniel Mezquita Hardy viva en la calle Jorge Juan, en el exclusivo barriode Salamanca, smbolo de la alta burguesa madrilea. Su padre tena un buenpuesto en la compaa area Iberia y tambin haba adquirido en su da unasegunda residencia de recreo en Moralzarzal, a donde solan acudir los finesde semana y los veranos. Es aqu donde desde los siete aos entabla una granamistad con Javi Molina. Sin embargo, solamente se ven los fines de sema-na, nunca llegan a coincidir en Madrid, donde como es costumbre cada unoa su vez tiene su colegio y sus amigos. Daniel es un ao ms joven, nacidoel 10 de junio de 1965, tiene a su vez una madre de nacionalidad inglesa,Gwenda, que le dota de su bilinguismo desde muy pequeo, lo cual le ayu-dar a entender mejor a todos los grupos anglosajones que inundan las pre-ferencias musicales de los jvenes espaoles. Tiene otra ventaja, gracias a laprofesin de su padre, recorre medio mundo con su familia mientras la mayo-ra de sus amigos no haban salido de Espaa. Le encanta el ftbol, es un granseguidor del Real Madrid y admirador de Santillana. Tambin empieza a inte-resarse por la fotografa y conforme avanza sus estudios admira cada vez msa Pablo Picasso, al que considera el mayor genio del siglo XX.

    Dani y su amigo Javi se intercambiaban discos desde los 11 aos. Supasin por la msica era tan grande que en los veranos, cuando coincidanen Moralzarzal, organizaban conciertos figurados en sus casas. Llamaban alas amigas para que les hicieran de pblico y ponan discos de los Beatles yotros grupos cantando sobre ellos y haciendo como que tocaban las guita-rras. Dani tena discos de The Doors, Led Zeppeln, Yes, America... cuandolo normal en sus compaeros de colegio era que escuchasen a Enrique y Ana.

    Por fin lleg el momento de pasar a la accin. David, en principio lla-mado a dedicarse al mundo de la imagen, haba escuchado una entrevistacon John Houston en la que deca que los jvenes que iniciaran una activi-dad deberan seguir haciendo lo que ms les gustase, y estaba claro que legustaba ms la msica que el cine. De ese modo, l fue el primero en dar elpaso. Con su clarinete a hombros, se uni a un grupo de su barrio que se lla-maba Los Reflejos, un grupillo de cinco imberbes que hacan pop en el queestuvo un tiempo sin sentirse nunca a gusto del todo. En Los Reflejos toca-ba el clarinete, pero observ que el que haca siempre las canciones era elguitarrista, por lo que quiso aprender a tocar la guitarra. Lo que quera erahacer canciones. l solo aprendi. Era una manera lenta de aprender, peroaprendi. Con cuatro acordes ya poda componer un tema. Y con cada acor-

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  • de nuevo sala una cancin nueva. Empez a darse cuenta muy pronto desus cualidades para hacer melodas, era ni ms ni menos que un gran com-positor de melodas como suele decirse en el mercado anglosajn. De esemodo empez a componer. Tena apenas 14 aos. A David se le ocurranmelodas mientras se baaba, y rpidamente, todava sin secar, iba corrien-do a la guitarra para darle la vuelta y escribirlas sobre el lomo. Los Reflejosacabaron disolvindose por falta de recursos econmicos.

    En el ao 1979 se va a producir un hecho importante en la vida de DavidSummers que le iba a transformar su mentalidad. En aquel verano fue consu familia a ver a sus abuelos a la ciudad costera de Torremolinos, en la pro-vincia de Mlaga. En uno de los cines de verano proyectaban God Save theQueen, protagonizada por el grupo punk ingls Sex Pistols. David acudicon sus primos sin saber nada de nada de lo que iba la pelcula ni sus pro-tagonistas. Su primo Curro era muy dado al rollo se de la new wave y elpunk. Tal fue el impacto de aquella sesin, que sali de la sala convencidode lo que quera ser en la vida: quera ser como los Sex Pistols.

    Al volver a Madrid ech un vistazo a los discos que haba comprado des-de que tena ocho aos, all estaban los vinilos de Pink Floyd, de Supertramp,Genesis, Bruce Springsteen, de la E.L.O. y el lbum Hotel California de losEagles entre otros. Bandas que l vea inalcanzables, tanto, como la posibili-dad de hacer msica siquiera parecida. Pero los Pistols le haban cambiado suvisin de las cosas, era posible tomar una guitarra, subir a un escenario, hacerruido y ver que las cosas funcionaban y que la gente les segua. David se locuenta todo rpidamente a su amigo Javi, y ste estaba absolutamente deacuerdo. Haba que hacer un grupo. El punk era lo que molaba. Si haba quetocar, cuanto peor, mejor. Esta influencia empieza a notarse en sus adquisi-ciones discogrficas y compran discos de los Sex Pistols, los Ramones y TheClash, al tiempo que se siguen interesando por la msica de los Pretenders oThe Police. Empezaron a frecuentar ambientes de gente punk en el barrio deMalasaa de Madrid. Hicieron amistades y un da David se cit con unos cono-cidos punkys que estaban queriendo formar un grupo y solan ir a ensayar aun local llamado La Isla de Gabi, en la zona de Arturo Soria, donde solancitarse todos los grupillos underground de esa poca. Lgicamente ese da nopensaba ir a clase y Javi pens que si su amigo David no iba a clase, l tam-poco lo hara, as es que decidi acompaarle a aquel local a ver qu pasaba.David llev su clarinete, aunque la verdad una vez all poco pegaba el clari-

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  • nete entre un grupo de punkys radicales, aunque le daba un toque muy suigeneris. En mitad del ensayo se qued mirando a los otros: tambin canto.Y comenz a emitir berridos de incalificable tono y contenido que haca lasgracias de su amigo Javi, partido de risa entre cerveza y cerveza. Aquello niera grupo, ni tena nombre, ni Dios que lo fund, pero le diverta.

    Javi quera unirse a la fiesta pero no saba cmo. Las dudas se le empe-zaron a disipar en el momento que el batera tuvo que ausentarse quien sabesi aburrido de tanto ruido o por alguna fuerza mayor. El resto de sus com-paeros se quedaron medio enojados ante la imposibilidad de continuar conel ensayo. Entonces le preguntaron a Javi si l saba tocar la batera, a lo querespondi que s. La verdad es que no haba visto un tambor en su vida amenos de dos metros de distancia, pero daba lo mismo. Javi se sent a labatera y empez a dar porrazos como un descosido. Los pins de su chupa*de cuero negro se tambaleaban y al minuto y medio de cancin, los parchesde la batera empezaron a romperse. Javi, viendo que aquello se parta, selevant y comenz a darle patadas como un poseso. A los pocos minutos labatera qued destrozada. La hizo polvo ante la incredulidad de los all pre-sentes que no saban si se haba comido un cido o qu demonios le pasaba.David se haba metido en un rincn muerto de la risa y los otros dos seguanasombrados mirando aquello que pareca el final de un concierto de los Who.Un tal Pepe, all presente guitarra en mano, ms punky que ninguno, mir aDavid Summers y a su otro compaero y les dijo solemnemente: ste es elbatera que necesitamos para formar el grupo.

    David Summers quera que entrase su amigo Javier Molina. No porquefuera un virtuoso de la percusin, evidentemente acababa de demostrar queno tena ni puta idea, sino simple y llanamente porque era su amigo y pues-tos a ser punkys Javi era ms gamberro que nadie. No buscaban un batera,buscaban a alguien con quien compartir borracheras, guerras de escupitajosy vaciles a las chicas y con quien pasarlo bien haciendo ruido y destrozan-do cualquier cosa encima de un escenario. ste no poda ser otro que Javi.De los otros dos solamente el tal Pepe decidi seguir en la aventura y trajoa un amigo suyo, un tal Mario. Todos dispuestos a compartir desmadre alldonde se les llamase para tocar. Era el germen de Los Residuos.

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    * En Amrica Latina, chamarra

  • David y Javi compartan absolutamente todo desde muy cros y acaba-ron por compartir disgustos para sus progenitores. El caso es que hasta segun-do de BUP* no haban sido malos estudiantes ni haban tenido problemas encasa con las notas, tampoco es que fueran brillantes, pero ni mucho ni poconi para comerse el coco, parafraseando una de sus clebres canciones. Sinembargo, desde que empezaron a desarrollar su faceta punk y a querer explo-rar su aficin musical desde el otro lado de la barrera, las cosas fueron apeor en rendimiento escolar hasta acabar con la expulsin. Los curas delMenesiano acabaron hartndose de los jaleos que se formaban por su culpay tuvieron que cambiar de colegio dejando muchos recuerdos y muchos ami-gos. Su nuevo colegio, donde continuaron sus estudios, fue el Santa Cristina,cerca de la calle Po XII, ms lejos de sus casas y fuera de su barrio.

    El mundo del Parque de las Avenidas de los primeros aos 80 es un mun-do feliz para los adolescentes, muchos de ellos influenciados por las diferen-tes corrientes de tribus urbanas importadas del Reino Unido que harn mellaen ellos durante unos aos para despus abandonar los disfraces y vestir-se como gente normal segn su propia jerga. Desde muy jvenes empeza-ron a frecuentar un bar en la calle Baviera que se convertira en una especiede santuario para la pandilla. Es un local ms o menos nuevo, pequeo, aco-gedor y coqueto con las paredes pintadas de rojo, el tpico pub de barrio abier-to al anochecer cubierto de psters, fotos y otros fetiches de los Beatles. Loregenta Nano, un tipo que se hace pronto de querer por los chicos del barrio.Es el Rowland, punto de referencia donde se bebe, se escucha buena msica,se lamenta la muerte de John Lennon, se vive y se suea. En Rowland la msi-ca va sonando mientras la cerveza vuela, el humo del tabaco impregna elambiente y se amontona la gente en la cola del bao. Suena Barry White,Deep Purple, U2, Bob Marley, The Beatles, Eddy Grant, The Alan Parson Project,Los Secretos, Pink Floyd, Status Quo, Spandau Ballet, Human League, ThePolice, Tequila, The Knack, Rolling Stones, Radio Futura, Alaska y losPegamoides, Dire Straits, Supertramp, Asfalto, Soft Cell, Queen, Depeche Mode,y por supuesto The Clash, Ramones, Sex Pistols, etc. Las paredes del Rowlandpasan a ser mudo testigo de los proyectos musicales, las trastadas, los amo-ros, las aventuras y desventuras de Javi, David y compaa embutidos en

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    * En Amrica Latina, la enseanza secundaria

  • ropas negras propias de los punkys que queran ser, con sus chapitas (pins),sus zapatos boogies, sus vaqueros rotos y las greas revueltas.

    Otro de los lugares preferidos junto a Rowland era El Antro, un bar den-tro del colegio Menesiano que siempre estaba lleno de gente, en el que pro-gresivamente David, Javi y compaa se iban haciendo cada vez ms cono-cidos por sus extravagancias. Otro ritual de aquellos tiempos era el del litri-llo. Los ocho o nueve amigos se iban a la tienda de Desire, dentro del barrio,compraban 10 litros de cerveza cada uno, y a ver quien beba ms o aga-rraba el pedo antes. David no pasaba de cuatro litros, no poda ms; Javilleg a beberse nueve en ocasiones. Borracheras clsicas, nada de tirarse cua-tro das sin dormir atiborrados de drogas qumicas ni nada de eso. Eran otrostiempos. La cerveza estimulaba la imaginacin y las gamberradas eran con-tinuas. Hubo una poca que iban al barrio de La Moraleja, el ms lujoso detodo Madrid, a colarse en las piscinas de los chals para baarse en cueros.Un da asom un tipo con una escopeta y a poco si lo cuentan.

    David tena en esta poca una novia que adoraba, Inmaculada, o Macu,como la conocan en el barrio. Ella tena que estar en casa a las 10, y l ladejaba para despus irse con sus amigos a emborracharse. El amor de adoles-cente no fue ms fuerte que su propia locura e inmadurez en la vorgine dedesmadres vestido de punky en la que David estaba inmerso. Macu soaba conun novio ms normal, como deca ella, responsable en sus estudios, con voca-cin de labrar un futuro prspero y burgus. Odiaba la pinta de su novio conesas chupas de cuero negro, los pins, los zapatos de Frankenstein como elladeca que le hacan parecer un drogadicto. David la quera pero no se dabapor aludido. Un da, Macu le dej por otro, un tipo formal, bien vestido, conporvenir, sin las fachas habituales que luca David. ste encaj muy mal elgolpe. El adis de Macu con ese nio pijo*, como pens para sus adentros (parasus amigos punkys todo aquel que no era punky era un pijo de mierda), fueun palo sentimental del que le cost recuperarse y que dio lugar a infinitashoras de inspiracin compositora. Estaba herido, destrozado por culpa de unanovia impaciente que se haba ido con un desgraciado al que en esos momen-tos odiaba por encima de todas las cosas. Compuso una cancin que hablabams del odio a ese tipo que del desamor que le inundaba. Quera recuperar a

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    * En Mxico, fresa

  • Macu, por supuesto, pero por encima de todo quera que sufriese ese mamn.Aquella historia dara pie a una de las muchas canciones inolvidables deHombres G. La verdad es que con 15 aos tiene muchos reveses con las chi-cas. Eso le va marcando y le aflora en sus composiciones.

    El microcosmos de su barrio, con el parque, el bar, los amigos y las niasmonas, era todo cuanto necesitaban para ser felices. Se deca que los disc-joc-keys, los camareros y los msicos ligaban ms, y al parecer era cierto, por esoa algunos les dio por poner discos, a otros por servir tragos y a otros por hacergrupos de msica con el ltimo objetivo de poder tener muchas mujeres. Lohaban odo a no s quien. Siendo famoso se liga ms en cantidad que en cali-dad, no se lo tienen que currar y el escenario parece que hace guapo a cual-quiera. El paradigma es Mick Jagger, un to que segn ellos parece una rana yliga ms que nadie. Nadie pens hacerse rico con la msica, pero s en tenermuchas chicas. De hecho, David nunca olvidaba el consejo que le dio su padre,le dijo que si quera tener muchas mujeres lo que tena que hacer era aprendera tocar la guitarra. l lo haba hecho en sus tiempos mozos dentro de una tunainterpretando los xitos de Renato Carosone. Por lo visto, entre Cal y Cacitose le arrimaban bien las mozas, cosa que no pasaba sin guitarra.

    David, al margen de enamorarse a cada rato, y presuntamente como con-secuencia de ello, segua cultivando su enorme talento para componer yhacer melodas. Un talento del que probablemente no era consciente en aque-llos aos vividos a toda velocidad. Ese afn por tener un particular harn esuno de los motivos que le inspiran, porque l en realidad no sabe ligar. Estan tmido que se ve incapaz de decirle a una chica algo para intentar con-quistarla, prefiere hacer canciones, tocar msica o cualquier otra cosa queprovoque que las chicas vayan a l. Es eso mismo lo que quiere reflejar enuna letra que se le acaba de ocurrir: Dejad que las nias se acerquen a m.Escriba infinidad de temas, algunos en las cloacas del punk ms cochino eirrepetible, otros en un surrealismo resultn e ingenioso, y otros en un roman-ticismo clsico que en ltimo extremo son brillantes y enganchan a quieneslos escuchan. El destino se encargara de decir cmo y cando se dara aconocer esta msica al resto del mundo

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    Fotografas: 1, Bautizo de David, apadrinado por su to Guillermo Summers. 2, Davidvestido de futbolista, quien sabe si con la equipacin del Recreativo de Huelva. 3,David en la guardera. 4, Con su hermano Manoln y el boxeador Urtain. 5, En elcolegio, el segundo por la derecha. 6, Tomando la Primera Comunin. 7, David a los13 aos. 8, En Torremolinos con sus hermanos, primos y amigos.

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    Fotografas: 1, Javi Molina, el da de su Primera Comunin. 2 y 3, Javi, arriba, yDani, abajo, de colegiales. 4, Podio con los tres campeones de los juegos infantilesque organizaban en la sierra, el del centro es Charly, el hermano de Dani. Javi esta la derecha del campen segn se mira la foto y Dani a la izquierda 5 y 6, Dani,de beb, arriba y tocando la guitarra, abajo.

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    Fotografa: 1, Dani, vestido igual que su dolo, el delantero centro Carlos Santillana,con el traje del Real Madrid, su equipo.

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