HISTORIA DE LAS RELACIONES ÉTNICAS, Arturo Taracena

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HISTORIA DE LAS RELACIONES TNICAS EN LA REPBLICA DE GUATEMALA1

Arturo Taracena UNAM, Mrida y Santiago Bastos CIESAS, Guadalajra La idea de Guatemala como un Estado-nacin tnicamente bipolar compuesta slo por las categoras indgena y ladino no es consustancial a esta sociedad ni ha existido desde siempre. De hecho se ha venido construyendo histricamente a lo largo del perodo republicano, reduciendo la complejidad tnica que la sociedad guatemalteca hered del periodo colonial, y recreando as la subalternidad de lo indgena sobre nuevas bases.

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La formacin de la nacin guatemalteca (1821-1871)

La herencia colonial El nuevo Estado republicano centroamericano creado tras la Independencia de Espaa en 1821 propuso brevemente un ideal ciudadano basado en la igualdad en las garantas individuales y el ejercicio de la ciudadana sin distingos de pertenencia tnica, cultural y religiosa a fin de garantizar la lealtad de los habitantes a la nueva nacin. Pronto, la universalidad ciudadana pregonada fue acotada por el poder criollo aludiendo a criterios de riqueza, etnia y cultura, fundamentados en los estereotipos y prejuicios existentes. Frente a la idea de la igualdad jugaba la divisin tnica heredada de la colonia, que fue actualizada en el nuevo contexto de la nacin liberal. La forma que va a tomar la ideologa de la nacin en Guatemala1

Este texto est basado en el trabajo Historia de la etnicidad en la Repblica de Guatemala realizado por los autores para el Informe Nacional de Desarrollo Humano 2005. Diversidad tnico cultural y desarrollo humano en Guatemala: La ciudadana en un Estado plural, PNUDGuatemala, diciembre de 2005.

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proviene de la forma en que la lite descendiente de los criollos coloniales la imagina. El cambio poltico no les resta poder, sino que siguen definiendo las reglas de la nueva repblica. Siguen manteniendo bastante de su ideologa y comportamiento oligrquicos que la caracteriza. Para ellos, liberales o conservadores, por un lado estaban ellos -ahora identificados como blancos en vez de como espaoles- y por otro el resto de la poblacin. En estos aos, la sociedad guatemalteca se conceba a s misma como formada por tres segmentos. Adems de estos criollos, herederos de la Repblica de Espaoles, los indgenas que vienen de la Repblica de Indios seguirn manteniendo su carcter subordinado y corporativo. Entre medias, las castas, mestizos o ladinos son ya un elemento reconocido y bsico de la sociedad, sobre todo en el rea oriental y en las ciudades. El paso de una sociedad colonial a una nacional les permitir s una mayor presencia y pasar de su status semilegal al de ciudadanos. La necesidad de contar con cierta base que legitime el proyecto nacional y la misma base antiestamental del liberalismo sern aprovechadas por este sector para ir ganando espacios y crear una base ideolgica y legal que permita el aprovechamiento de los recursos, sobre todo en detrimento de los indgenas. Las categoras tnicas En esta dinmica histrica el ladino se ir convirtiendo en el representante idneo de la nacionalidad guatemalteca, mientras que el indgena fue visto como un actor incmodo, en la medida en que se le adjudic una supuesta inferioridad social, sustentada en la idea de una supuesta "degeneracin" cultural e histrica, que lo proyectaba socialmente como un factor de atraso para la modernidad requerida por el pas. Se fueron creando frmulas de participacin ciudadana que mantuvieron el inters por diferenciar a los indgenas de los ladinos, lo cual implic el reconocimiento de la diversidad tnica de manera explcita en la leyes, especialmente durante el perodo conservador (1839-1871). Porejemplo, en aras de extender el dominio territorial de nuevo poder, el Estado guatemalteco busc a

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fortalecer el sistema municipal, el cual implic para los criollos y ladinos un importante trampoln en trminos de poder y fuente de obtencin de recursos. En resumen, en esta nueva dinmica civilizadora, los ladinos se vieron favorecido frente al de los indgenas debido a cuatro razones: Su condicin predominantemente mestiza, lo ubicaba en un estatus intermedio en el sistema de castas heredado de la colonia en 1821. Esta cercana con el ideal criollo se reforzaba por el hecho que la inmensa mayora de sus integrantes dominaba el castellano, aunque fuese esencialmente analfabeta y poseyera rasgos culturales comunes con los indgenas por razn del mestizaje. Adems tenan presencia rural y urbana- en casi todo el territorio del Estado. Y, finalmente, su consolidacin de trabajadores libres y propietarios en el campo y la ciudad, mientras que a los indgenas se les impona el sistema de trabajo forzado republicano ms largo de Amrica Latina, a lo largo del siglo XIX y gran parte del XX. As, los ladinos guatemaltecos se vieron beneficiados como grupo social al ser vistos culturalmente como "no indgenas", gesto que reforz la ilusin de su blanqueamiento en sus vnculos con los criollos y/o los "blancos" extranjeros inmigrantes. Esta dinmica les permiti crear una mayor distancia cultural de sus orgenes indgenas independientemente de los grados de hibridez cultural y de mestizaje biolgico en los diversos sectores tnicos del pas. La poblacin considerada entonces como indios se distribua

geogrficamente de una forma mucho ms amplia que ahora, prcticamente por todo el territorio nacional y buena parte de centroamericano. Siguen siendo el soporte fiscal del nuevo Estado: oficialmente el tributo a la corona deja de existir, pero es sustituido por la capitacin que, aunque con base individual, sigue siendo recolectada de forma comunal. Por razones raciales y culturales, eran el grupo ms alejado del ideal criollo de la nueva nacin, por lo que apenas gozaron de derechos polticos. Se consideraba que tal situacin slo podra superarse en la larga duracin si los asimilaban una serie de factores civilizatorios, concebidos desde las representaciones dominantes post independentistas criolla y ladina. Mientras tanto, se les mantendra socialmente segregados, aunque sujetos a las

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necesidades del inters nacional con un sinfn de leyes secundarias en materia de trabajo, educacin, ciudadana, etc. Pero las medidas tomadas para la asimilacin realmente no afectaron apenas la vida cotidiana de los indgenas. S lo hizo el fin de la situacin especial de las comunidades y sus tierras. Para fortalecer el poder central y por la aplicacin del principio de igualdad de oportunidades, se extinguen las formas indgenas de poder municipal y se favorece la entrada de ladinos a estas esferas. El trabajo forzado colonial es sustituido por una nueva legislacin de obras pblicas con consecuencias similares. No es de extraar, entonces, que esta poca est salpicada por continuos levantamientos y conflictos. Los indgenas se quedaron, entonces, al margen del ideal nacional y se mantuvo el estigma de ubicarlos en un permanente estatuto de minora de edad, lo que implic su tutela cvica, la que los mantuvo en una posicin subordinada, fundamentalmente por razones de orden econmico. Toda esta dinmica dio legitimidad a la formulacin de una ciudadana diferenciada para los indgenas, la que en gran medida result una continuacin de la poltica tutelar de origen colonial. Incluso el rgimen conservador plante la necesidad de aislar a las comunidades indgenas, lo que supuso restituir a los indgenas a su condicin de menor de edad. As no fue posible la creacin de la esperada lealtad cvica a la nacin en las proporciones que esperaban los polticos, con lo cual el reconocimiento de la diversidad tnica no tuvo una correspondencia justa entre lo legal y lo histrico-cultural. Pese a esta situacin de subordinacin, los indgenas participaron en la medida sus posibilidades en los hechos que les afectaron. Por ejemplo, en la derrota del Estado de los Altos fue muy importante la actitud de franca oposicin tomada por las comunidades indgenas, que desde el inicio protagonizaron revueltas y protestas en estas comunidades, centradas en la negativa a pagar los impuestos creados por la nueva administracin y en los perjuicios econmicos que supona para las ms cercanas a la ciudad de Guatemala la creacin de una frontera poltica. Por ello, en las dos campaas militares que condujo contra Los

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Altos, Carrera cont con el apoyo directo o por omisin de estas mismas comunidades. Esta diferenciacin tnica era vivida de forma diferente en las diversa rea del pas. En el altiplano occidental, ladinos e indgenas conviven en mundos separados; los primeros intentando aprovechar la combinacin de viejas estructuras y nueva ideologa para asegurar un control sobre los segundos, que mantienen su vida comunitaria como forma de oponerse a ello. El poder de la oligarqua regional se basaba en el control que mantena sobre las manufacturas textiles que se realizaban en las comunidades indgenas y de las que se apropiaban por medios compulsivos. As, ladinos rurales o criollos urbanos tenan intereses comunes: el indio era el origen de su bienestar, y por ello no es de extraar que este espacio regional la divisin tnica tuviera un significado totalmente diferente al del oriente. En el oriente la identificacin tnica, lo que significaba ser o no ser indgena en el oriente, era muy distinto a lo que ocurra en el altiplano occidental y se estaba caminando hacia un contexto en que el ser indgena o mestizo haba perdido mucho de su razn de ser. Era un rea an mayoritariamente indgena, aunque con una importante presencia de estos mestizos y ladinos. Todos ellos viven el mismo mundo campesino y semiproletario, aunque se les considere tnicamente diferentes. La mestizacin no tuvo un referente racial, sino que se basaba en la asuncin de una cultura nacional y el compartir un mismo lugar en la divisin regional del trabajo. En las ciudades y sobre todo la capital, la ladinididad ir asumindose cada vez ms al contrastarla con el mundo rural que las rodea .

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La Revolucin liberal y la Guatemala bipolar (1871-1944)La Revolucin liberal en 1871 fue respaldada esencialmente por los

sectores cafetaleros, ladinos de occidente. Con su ascenso, la frmula de la bipolaridad tnica se convirti en la forma de comprender el pas y justificar el mantenimiento de una ciudadana limitada que mantuvo un nacionalismo excluyente.

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La diversidad tripartita que rega la relaciones tnicas fue simplificada siguiendo el modelo ya bipolar que se daba en Los Altos. Tras tomar el poder del Estado, los criollos y ladinos altenses buscaron redefinir la sociedad para hacerla coincidir, no slo con sus intereses econmicos, sino tambin con su idiosincrasia de sta, haciendo de la ladinizacin una ideologa concreta a nivel nacional. El depender ms de relaciones de tipo colonial les hizo abrazar una ideologa liberal muy ad-hoc que les aseguraba el control poltico y econmico sobre las comunidades indgenas, pero esta vez teniendo a los ladinos como intermediarios, ya libres de ejercer su derecho al poder como ciudadanos dentro de esas comunidades indgenas-. As, el concepto de ciudadana y el imaginario nacional guatemalteco, centrado en el mbito de lo urbano y en oposicin de lo indgena y lo rural, terminaron por coincidir con el de la identidad ladina. La tierra y la mano de obra indgena El triunfo liberal dio nuevo bros al discurso del progreso, la modernidad y la ciudadana. Los factores que a los ojos de los constructores del nuevo proyecto nacional explicaban la resistencia indgena a estos procesos eran el atraso social, la multiplicidad de idiomas y una estrecha visin de comunidad, que les limitaba al espacio municipal. Por eso se busc imponerle al indgena la salida de una asimilacin "regenerativa", para la que era imprescindible que aceptase el orden jurdico y las reglas del consumo capitalista, las cuales exigan desde un inicio hablar el espaol. Por tanto, los contenidos de la enseanza se centraron en los argumentos de civilizacin como requisito de la conversin ciudadana. Su principal medio sera la castellanizacin, que en primera instancia permitira el traslado de los conocimientos y valores que recreaban el imaginario nacional oficial. Pero independientemente de esta universalidad pregonada con la aspiracin a educacin laica y generalizada, por razones econmicas e ideolgicas no se buscase la escolarizacin masiva de la poblacin y que el acceso a ella slo fuera posible a personas con dominio del idioma espaol, con determinados recursos y ubicada reas urbanas, de donde tericamente se ira expandiendo la cobertura

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educativa hacia las reas rurales. La responsabilidad educativa en el interior del pas fue trasladada a los finqueros, con magros resultados, pues en stos prevaleci el inters por la mano de obra barata y porque adems presentaron la mnima conviccin de realizar esfuerzos educativos para asimilar al indgena, apoyados en la visin racista de la inferioridad de los mismos. Porque paralelamente el Estado liberal consider necesaria la continuidad de los indgenas como ciudadanos pasivos y diferenciados: el impulso de la produccin cafetalera exiga tierras en la zona de la bocacosta y la presencia masiva de una mano de obra estacional para la recoleccin del grano. La tierra y la produccin pasaron a ser asunto de Estado como no lo haba sido hasta entonces y la expansin de la frontera agrcola se concibi en funcin de la produccin agro-exportadora. Para la latifundizacin del pas, pronto desde el Estado se denunci que las comunidades posean importantes extensiones de tierra, y promovi la privatizacin acelerada de la tierra y la ampliacin de nuevas ocupaciones de tierras baldas y comunales. Esto supuso un golpe fuerte a los indgenas, cuya supervivencia histrica haba tenido mucho que ver con esa posesin y con la forma en que haban encarado su accin productiva, hecho que sostena la propiedad comunal. Esa acumulacin acelerada de tierras y la limitacin en la extensin de las correspondientes al campesino provoc el debilitamiento de la propiedad comunitaria y la fragmentacin minifundista, lanzando a miles de campesinos a la condicin de mozos, que combinaban su trabajo temporal con la explotacin de sus parcelas, o de colonos ubicados en las grandes propiedades, un fenmeno que result menos brutal por su sedentarismo para muchos campesinos que vieron as romper el lazo con sus comunidades de origen. En teora, se pretenda que tal mano de obra en las plantaciones de exportacin creara, a travs del salario, los hbitos de consumo necesarios para el requisito civilizatorio de los indgenas. Pero, en la realidad, la exigencia de mano de obra para las fincas se bas en la sujecin de los trabajadores por medio del endeudamiento, la persecucin y la coercin social por parte de un aparato militar

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y civil, que garantizaba las cuotas de trabajo forzado a los finqueros y hacendados. El Reglamento de Jornaleros de 1877 puso las bases para la incorporacin de los minifundistas indgenas al proceso productivo, a travs de la recreacin de figura colonial de la habilitacin. De esta manera, el trabajo obligatorio result ser el principal factor para entender la persistencia y profundidad de las polticas de segregacin existentes en la sociedad y promovidas desde el Estado. A su vez, el Estado guatemalteco se vio necesitado de ampliar los servicios y requerir mano de obra para las obras de infraestructura, con lo cual recurri a mecanismos similares de compulsin laboral. De esa manera, se cerraba el crculo jurdico legal que se ha descrito, pues los indgenas como trabajadores agrcolas forzados tenan limitados el acceso a la educacin, lo que los dejaba siempre inmersos en la visin de incivilidad, por lo que tampoco obtenan el derecho pleno de ciudadana, menos an eran vistos como constructores de la identidad nacional guatemalteca. De ah que el Estado guatemalteco liberal estimase que, mientras los indgenas insistiesen en ser y comportarse como etnia, seran considerados como grupos subordinados y, por lo tanto, susceptibles de ser segregados. Sin embargo, el mismo proceso de desgaste que le provocaba el mantenimiento de este sistema motiv nuevas polmicas polticas y resistencias indgenas, que fueron gradualmente suavizando la legislacin, como en el caso de la supresin del trabajo por deudas en 1934, bajo el rgimen del general Ubico. An as, no se logr superar la presin de los finqueros por mantener la mano de obra obligada, la que a partir de ese ao se manifest por un recrudecimiento del trabajo vial obligatorio y la penalizacin de la vagancia tanto para indgenas como para ladinos. Los ladinos intermediarios Muchos ladinos rurales estuvieron sujetos a la esfera del trabajo forzado en materia de vialidad especialmente en el Oriente del pas-, pero el que apenas

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tuviesen que realizar trabajo forzado en el agro, les sirvi para distinguirse de los indgenas. El camino aculturacin criolla que haban iniciado en las dcadas pasadas les fue abriendo campos de intermediacin entre las comunidades indgenas, el Estado y las fincas. As, se convirtieron en la base de un sistema interrelacionado de funcionarios pblicos, militares, habilitadores y capataces, que tena cada vez mayor presencia en las comunidades indgenas a travs del comercio, el magisterio y las milicias. Tal sistema cerrara el crculo con la disputa por la tierra, que sobre todo estuvo dirigida a obtener el control de la poblacin y su conversin en mano de obra. La implantacin de la economa del caf y la extensin del aparato estatal asociado, hizo de los ladinos los intermediarios en el Altiplano Occidental, ya fuera como enganchadores, pequeos comerciantes, agentes estatales o milicianos, adems de controlar los poderes municipales, con lo que los indios identificaran a los ladinos con el Estado y con los propietarios de la fincas. De forma concomitante, los ladinos empezaron a percibirse y ser percibidos como del mismo lado que los finqueros, porque eran parcialmente blancos y no desafiaban la ideologa tradicional de jerarqua racial al tomar el papel mediador. As es como se fue forjando la bipolaridad tnica que ahora define a Guatemala: la importancia alcanzada por la caficultura entre 1850 y 1871 les permiti crear las condiciones para exigir una mayor participacin en el manejo de los asuntos estatales. La renovacin de la lite La Revolucin liberal la llevaron a cabo los cafetaleros del Occidente,

herederos de los rebeldes de Los Altos, a quienes el caf les dio una dimensin nacional. As, el cultivo del caf hizo que las tradicionales lites de comerciantes criollos asentados en la capital fueron engrosadas por los nuevos propietarios occidentales, ladinos y criollos. Pero el efecto renovador que tuvo este relevo fue en parte neutralizado por la cooptacin de las lites regionales por parte del poder central. La necesidad de regeneracin hace que la oligarqua tradicional tambin

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se convierta en cafetalera; y la necesidad de legitimidad de la nueva lite hace que acabe perdiendo su carcter regional ladino para nacionalizarse y acriollarse. Este proceso se combina con la centralizacin del poder en la Ciudad de Guatemala -aunque sea en manos de quetzaltecos- con lo que es esta ciudad quien ejerce como smbolo de la modernidad. Finalmente, la incorporacin de propietarios y empresarios extranjeros renovaran la clase alta, inyectndola nueva sangre europea que neutralizase la mixta de los ladinos. Bipolaridad y diversidad Producto de esta serie de circunstancias, la diversidad tnica heredada queda reducida una bipolaridad entre unos indgenas rurales atrasados y unos aldinos urbanos civilizados. Con eso se construye una de las peculiaridades del nacionalismo liberal guatemalteco que va marcar las relaciones tnicas de este pas hasta hoy en da: desaparece cualquier mencin al mestizaje como forma de construccin de la nacin, y es sustituido por lo ladino, que supone la negacin de todo lo que tenga que ver con lo indgena. Sin embargo, estos dos grupos en que se ha dividido a la sociedad guatemalteca son muy diferentes en su estructuracin interna. Ambos, en grados diversos de hibridacin, mezcla, mestizacin racial y cultural. Al final de este proceso, los indgenas quedan casi exclusivamente reducidos a los que anteriormente podran denominarse indgenas del Altiplano (incluyendo en ste a las Verapaces), y posteriormente como los Mayas. Comparten un territorio simblica y econmicamente bien delimitado y una historia de relacin interna y con el otro por lo cual siguen siendo indgenas. Dentro de este espacio, evidentemente, existen diferenciaciones internas sub-regionales, que matizan y dan versiones de esta historia comn. Pero esta variedad no es bice para que encontremos en todas ellas elementos suficientemente comunes como para poder admitir que, al menos desde estos momentos, esta categora social que son los indgenas que surgen de la insercin en la economa cafetalera

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comparten una experiencia histrica que les aporta elementos culturales y sociales comunes. A nivel identitario, el cambio ms importante que introduce esta poca es unificar al resto de la sociedad guatemalteca bajo el trmino de ladino, que pierde ahora cualquier referencia a la mezcla de orgenes para tomar un sentido de homogeneidad cultural y poltica. Pese a esta etiqueta comn, a este grupo lo sigue definiendo una gran heterogeneidad en trminos tanto espaciales, como de orgenes tnicos o de culturas regionales y, sobre todo, de poder y riqueza: pese a ser una categora de definicin tnica, no identifica a un grupo social ms all de por negacin a lo indio. Esto es importante, porque, adems, los ahora conocidos como ladinos nunca fueron un grupo socialmente unificado. Desde sus inicios histricos, los entonces conocidos como castas o mestizos fueron definidos por la heterogeneidad y, sobre todo, por la no pertenencia a los dos estamentos oficiales de la colonia. Una de las consecuencias fundamentales de esta visin bipolar fue hacer desaparecer a los criollos del discurso sobre la etnicidad en Guatemala. Oficialmente se considera que con la Revolucin Liberal se les ha expulsado del poder, y que son ahora los ladinos los que gobiernan. Pero las cosas no fueron tan sencillas, permanecieron en el poder, asumindose a s mismos diferentes al resto de los guatemaltecos, y habiendo logrado que su forma de entender la nacin y la diferencia queden en la base de la ideologa tnica hegemnica. Entre el grupo de ladinos que accede a ciertos espacios de poder y, por tanto, se suma en parte a esta ideologa de base criolla, habra que destacar al sector residente en Occidente Mientras, el grupo anteriormente considerado como ladino, esos que no entraban en ninguna de las dos categoras restantes y no detentan poder a niveles importantes, tambin muestra una gran diversidad regional, social, cultural, religiosa, etc-, que va aumentando a lo largo de este periodo. Tambin habra que mencionar a las an minoritarias pero crecientes capas medias urbanas,

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relativamente ilustradas e ideologizadas y concentradas en la capital y otras ciudades del interior Aunque menos afectada por el sistema de trabajo forzado, la creacin de las grandes empresas bananeras tambin trajo cambios en las relaciones intertnicas al aumentar las corrientes inmigratorias de trabajadores negros, chinos, europeos y latinoamericanos, cuyo control buscaba mantener la directriz de las diferencias tnicas.

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La modernizacin capitalista (1944-1978)La crisis de los aos 30 del siglo XX acab llevando a la necesidad poltica

de un cambio rgimen, que la Revolucin de Octubre enfrentara en 1944. Este esfuerzo por modernizar social y polticamente al pas fue abortado tras una dcada, pero muchos de los procesos iniciados ya no pudieron revertirse, dando lugar a los que se hallado La voluntad de transformacin social Los gobiernos del perodo revolucionario se caracterizaron por la voluntad poltica de buscar la modernizacin social y econmica del pas. Con ese fin vieron la transformacin de la estructura tradicional agraria como una prioridad, al considerarla la principal traba para el desarrollo econmico y social de Guatemala. A su juicio, tal transformacin debera incidir en el sector numricamente ms importante de la poblacin rural guatemalteca, el campesinado indgena, quien resultara beneficiado con su incorporacin al proyecto nacional guatemalteco. sta fue su forma de enfrentar el problema indgena: buscando convertirles en ciudadanos del mismo nivel que le resto de los guatemaltecos. Afrontaron el doble reto de intentar redimir al indgena por la va del indigenismo y de resolver las contradicciones acumuladas en la correlacin entre etnia y clase. Esto exiga liberarles a ellos y a los ladinos pobres de cualquier forma de trabajo forzado en el agro y en las ciudades, y realizar una distribucin

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ms justa de la tierra con el fin de romper la dialctica social del latifundiominifundio. Sin duda fue la experiencia de la Reforma Agraria durante el gobierno del coronel Jacobo Arbenz Guzmn la que plante mayores alcances para tratar de resolver el problema de la desigualdad frente a la propiedad y usufructo de la tierra. Sin embargo, su brevedad y la respuesta tan adversa que provoc de parte del sector terrateniente, no permiti la transformacin de la estructura social agraria en el pas. Asimismo, la prohibicin legal de la dinmica propia al trabajo forzado habra de caminar un tortuoso proceso entre 1944 y 1948, y a pesar de lograrlo, en muchos lugares se mantuvo como prctica social hasta la dcada de 1970, con la complicidad del Estado, las autoridades, el ejrcito y los terratenientes guatemaltecos. Adems de la reparticin de tierras, la lucha por la abolicin del trabajo forzado y y extensin en la medida de lo posible- del sistema educativo, se busc la ampliacin de la participacin poltica de todos los guatemaltecos, a travs de la autonoma municipal (desapareci la figura del intendente instaurada durante el rgimen ubiquista), el establecimiento del voto pblico para el analfabeta, y la modernizacin del sistema de partidos polticos. Los esfuerzos antioligrquicos de estos gobiernos, y el impulso a las clases medias sobre todo urbanas- supusieron un reforzamiento de la participacin de los ladinos en el poder, a expensas de los criollos que an seguan participando en el control de las actividad agroexportadora. Sin embargo, el final de la experiencia revolucionaria termin con este impulso, regresando la oligarqua al lugar central que haba mantenido. La falta de un relevo en las lites fue compensado por el hecho de que los no indgenas, tanto urbanos como de oriente u occidente fueron los grandes beneficiados de la modernizacin econmica y la extensin del aparato estatal, formando el ncleo de los sectores medios que se forjan en estos aos. Pero ellos tambin conocern los lmites de esta modernizacin que ha sido considerada como parcial o regresiva: la promesa

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de ascenso social y la democratizacin poltica se cortarn all donde los cambios supongan una amenaza a los intereses de la oligarqua. Las polticas hacia el indgena La fuerza renovadora de los revolucionarios de 1944 se apreciaba en su forma de entender que la segregacin que de hecho haban vivido los indgenas bajo los liberales, deba llegar a su fin, y poner en marcha una verdadera igualdad a partir de la extensin de los derechos ciudadanos a todos por igual. As en la redaccin de una nueva Constitucin hubo que superar la concepcin que los liberales guatemaltecos haban tenido del manejo de las relaciones tnicas. La corriente mayoritaria universalista pele contra una minoritaria que buscaba mantener una actitud tutelar, cuyo espritu permaneci vivo en el artculo de la Constitucin as como en la sucesivas de 1956 y 1965 que delegaba en el presidente de la Repblica la potestad de impulsar polticas en materia de diversidad tnica. Sin embargo, pese a la voluntad de cambio social, la nueva clase poltica mantena una idea liberal de nacin, propia de la experiencia republicana guatemalteca, que no rompa con el patriotismo criollo. De esta forma, la asimilacin de los indgenas a la nacin ahora ladina sigui siendo la idea fundamental para las polticas tnicas. Todo ello se daba bajo los avances en el mbito latinoamericano de la doctrina basada en el indigenismo para el manejo de relaciones intertnicas. Influenciados por la experiencia mexicana y los postulados del Congreso Indigenista de Ptzcuaro, se plante desde el Estado guatemalteco la necesidad de desarrollar una poltica asimilacionista que, a mediano plazo, garantizase el xito del proceso de aculturacin de las comunidades indgenas y, por tanto, el de la homogeneizacin del proyecto nacional. Con el triunfo de la contrarrevolucin de 1954, el Estado adopt la tesis de integracin social, vista como una poltica pblica que, si bien no rea con el objetivo asimilatorio y mantena el nfasis en el proceso histrico de transculturacin, buscaba cierta sobrevivencia de la cultura comunal indgena con

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el apoyo estatal, partiendo del hecho de que sta deba alimentar con sus "mejores rasgos" el proyecto nacional guatemalteco. Se asentaba en la conviccin de la existencia de un proceso de ladinizacin, producto de las polticas modernizadoras desatadas a raz de la cada del rgimen liberal en 1944, pero retomaba la idea que esa dinmica asimilatoria deba darse en el largo plazo con el propsito de evitar procesos dolorosos de desestructuracin en el seno del mundo indgena. Con el impulso dado al pensamiento desarrollista esgrimido por la CEPAL desde inicios de los aos sesenta, la poltica estatal guatemalteca hacia las comunidades indgenas y campesinas en general, comenz a ser replanteada a partir de la idea de que era imprescindible incorporarlos a la economa nacional a fin de garantizar el despegue de Guatemala y favorecer la creacin del mercado interno que necesitaba el recin constituido Mercado Comn Centroamericano. A raz del golpe de estado de marzo de 1963, el gobierno militar asumi el desarrollismo como una doctrina para garantizar la igualdad de todos los guatemaltecos y guatemaltecas, en especial de aquellos y aquellas que se enmarcaban entre los sectores pobres, ya fuesen indgenas o ladinos. Dentro de la Doctrina de Seguridad Nacional que a partir de ese momento gui prcticamente toda la accin estatal, se consider que el desarrollismo y sus diferentes medidas seran preventivas que evitaran que el indgena se viese arrastrado hacia la ideologa de izquierda. Fue visto como una alternativa al planteamiento de la lucha de clases adoptado por las guerrillas latinoamericanas, en medio de la creciente coyuntura mundial de guerra fra, la que en el caso guatemalteco desemboc en el inicio del conflicto armado interno. As, el desarrollismo tendra como principal expresin un lenguaje "campesinista" y "clasista", que vino a respaldar la idea de que lo indgena no poda representar a nacionalidad por ser algo "especfico" y "cultural", relanzando la idea de la posibilidad de una asimilacin de los indgenas en el mediano plazo, como los hechos lo estaban demostrando. El Ejrcito, como encargado de la defensa de la unin nacional", desarroll campaas de alfabetizacin, salubridad,

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colonizacin y cooperativismo y tomando parte activa en las instituciones creadas para tratar directamente la problemtica indgenas, como el Servicio de Fomento Econmico Indgena -SFEI-. Sin embargo, sta no fue la forma principal de plantear la contrainsurgencia, que desde estos momentos fue caracterizndose por el uso de la violencia estatal contra casi cualquier opcin poltica. As sucedi con importantes sectores urbanos y del campesinado del Oriente y la Costa sur. En esas zonas predominantemente ladinas, la respuesta oficial al surgimiento de la primera guerrilla guatemalteca fue quitarle el agua al pez, experiencia que luego se extendera a todo el territorio nacional. La accin anticomunista, vendra a revitalizar por parte de los gobiernos militares el proyecto hegemnico de la oligarqua guatemalteca. Ejrcito y oligarqua estaban unidos en un mismo combate, por lo que se crearon nuevos lazos entre los criollos y un sector de esa clase media ladina en proceso de ascenso, a partir de compartir los beneficios del ejercicio del poder estatal. . Las transformaciones sociales A pesar de no transformar las bases histricas de la estructura social que sigui girando en torno a la agroexportacin sobre todo del caf-, la modernizacin socioeconmica de la segunda mitad del siglo XX s tuvo importantes efectos econmicos, polticos y sociales (precisamente este desajuste fue el que provoc la crisis de los 80). La cierta diversificacin econmica aument la salarizacin y la migracin, y ello ayud la ampliacin de las posibilidades educativas, que hizo que los ladinos dejaran de ser una poblacin mayoritariamente campesina y permiti una cierta movilidad social que cre la clase media en los centros urbanos. El crecimiento poblacional se encontr con la realidad agraria, y la escasez de tierras provoc la migracin interna de muchos guatemaltecos. Para los ladinos, esta movilidad supuso una continuidad del patrn de movilidad geogrfica que histricamente han mostrado, pero para los indgenas implic empezar a poblar reas fuera de los espacios en que haban quedado circunscritos, y crear formas de socializacin fuera de las tradicionales comunidades.

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El grueso de los hogares indgenas siguieron dependiendo del trabajo estacional en la fincas de la costa y bocacosta, pero adems empezaron a ser integrados productivamente en nuevos espacios agrcolas y artesanales. Se abri la posibilidad para que un sector se lanzase econmicamente hacia una expansin productiva y comercial, producto de una relativa mutacin agronmica y comercial, con ampliacin de la frontera agrcola, mejoramiento de las producciones, ampliacin de los mercados y crditos y acumulacin de capital, en parte resultado de los proyectos aplicados al desarrollo comunitario que se impulsaban desde el Estado guatemalteco (ligas campesinas, cooperativas, revolucin verde, etctera). As, a lo largo de las dcadas de los 50 y 60 del siglo XX, la sociedad indgena se iba diversificando geogrfica, social y econmicamente. Todo esto se puede considerar como un producto tpico y predecible de la insercin en una economa capitalista de una forma en que no se haba conocido antes en Guatemala. Adems, el domino cada vez ms extendido del espaol estaba rompiendo las barreras que les impedan integrarse a la sociedad. Dentro de la ideologa dominante, se supona que estos cambios implicaban pasos hacia la asimilacin, la conversin de los indgenas en ciudadanos guatemaltecos en la forma esperada: como ladinos. Sin embargo, esta asimilacin no se dio. El resultado no fue su asimilacin al grupo ladino, sino una forma propia de entender la pertenencia a la nacin basada en la identidad tnica comn. As se aprecia en elementos muy variados, como por ejemplo la participacin poltica indgena de estas dcadas. El fin de las barreras tnicas en el gobierno municipal otorg la posibilidad de disputar este espacio de poder a los ladinos locales, y para finales de los 70, muchas municipalidades ya nos se encontraban bajo el poder de los ladinos locales, sino de representantes de los indgenas. La Constitucin de 65 permiti voto a los analfabetas, y con ello, la participacin electoral de los indgenas se vio reforzada, sobre todo de la mano de la Democracias Cristiana, llegando al Congreso de la Repblica y a las puertas del poder en 1974. De forma paralela fueron surgiendo

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organizaciones variadas, que se pueden ver como el surgimiento de las primeras expresiones polticas mayas.

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Crisis y cambio relativo (1978-2005)

Movilizacin y represin Los efectos sociales y polticos del terremoto de 1976 reforzaron los procesos promovidos en la segunda etapa de la guerra guerrillera, y el cierre de espacios polticos por parte de los Gobiernos militares radicalizaron al amplio movimiento de masas obrero y campesino que emerga. Existe un profundo debate sobre la participacin indgena en el accionar guerrillero y poltico de esos momentos, pero no hay duda de que la movilizacin indgena, ya fuera de forma autnoma o como parte de otras iniciativas, dentro de los lmites del sistema o atacndolo desde la insurgencia, fue uno de los elementos que aceler la crisis y acab provocando a finales de los 70 e inicios de los 80 la desmedida respuesta del Estado que tristemente todos conocemos. Este protagonismo indgena tuvo su respuesta: la estrategia de tierra arrasada dirigida contra la poblacin indgena fueron de tal magnitud cerca de 200.000 muertos y ms de 400 aldeas arrasadas- que la Comisin de Esclarecimiento Histrico -CEH- ha considerado como un acto de genocidio las polticas desplegadas hacia aquellos que apoyaban la "subversin comunista" con el agravante de ser "indios". Pero al mismo tiempo, le plantearon a los militares la necesidad de activar un proceso de inclusin de los indgenas en el proyecto nacional liderado por ellos. De esa forma, con el golpe de estado militar de marzo de 1982, se dej oficialmente de reconocer el modelo nacional basado en la ladinizacin para pasar a considerarlo de alguna manera como pluritnico, sin que por ello se tuviese claro un paradigma de multietnicidad. As se apreci en la participacin de representantes de los denominados "grupos tnicos" en el Consejo de Estado. Sin embargo, esta presencia fue acompaada de la puesta en marcha de una serie de polticas contrasinsurgentes de claro tiente asimilacionista. Las

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estructuras de las Patrullas de Autodefensa Civil PAC, de las aldeas modelo, los polos de desarrollo y las coordinadoras interinstitucionales, estaban basadas en una reedicin de la lgica histrica de segregacin de los indgenas. En estos aos, el pensamiento poltico indgena madura al punto de formular la idea autnoma de un nosotros representada por el Pueblo Maya. Por su parte, la oposicin armada revolucionaria se vio obligada a tomar posicin pblica en torno a la cuestin indgena y el nuevo proyecto de nacin. El resultado fue una polmica que demostr las divergencias y las incongruencias propias a cada de las organizaciones que integraban la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca -URNG-, pero que a su vez tuvo la virtud de lograr incidir en sus miembros, indgenas y no indgenas, y le permiti a la dirigencia maya polemizar abiertamente con sus planteamientos, acusndolos de subordinar el papel conductor de los indgenas. Transicin, proceso de paz y multiculturalidad El nuevo entorno que surge despus de los peores aos de la violencia est marcado por la supuesta transicin hacia una sociedad democrtica y con paz, respuesta estatal al desgaste poltico que el conflicto armado interno conllevaba para los factores de poder institucionalizados. Bajo la omnipresente mirada del Ejrcito, se disea un plan de normalizacin poltica que de alguna manera tiene que dar respuesta a la creciente voz indgena pro una participacin poltica, peor que tampoco quiere reconocerles como tales. Esta ambigedad qued plasmada en la Constitucin de la Repblica de 1985, que trajo el reforzamiento de la impronta castrense sobre el nacionalismo guatemalteco, y evidenci la incapacidad de concebir la unidad de Guatemala a partir de su diversidad. Acepta que las etnias mayas son parte de las etnias que pueblan Guatemala, pero sin especificar cules otras existen,. Pero, despus de una ausencia de ms cien aos, introduce la nocin de tutela por parte del Estado guatemalteco hacia los indgenas, en el captulo intitulado Comunidades Indgenas, que incluye artculos que promueven la proteccin estatal de los

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grupos tnicos, de sus tierras y cooperativas y del traslado de sus habitantes como trabajadores a las fincas, mantenindose con ello la conexin del indgena con el trabajo agrcola. En este contexto de relativa apertura poltica, la reivindicacin de una insercin diferenciada de los mayas a la nacin guatemalteca, toma nuevas fuerzas con el apoyo de un entorno ideolgico internacional proclive a la convivencia democrtica y al multiculturalismo como nueva forma de regir las relaciones entre el Estado y los pueblos indgenas. La larga discusin en torno a la aprobacin del Convenio 169 de la OIT, las conmemoraciones oficiales y privadas del denominado V Centenario del Descubrimiento de Amrica, el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz a Rigoberta Mench, crearon el marco por el que los Derechos e Identidad de los Pueblos Indgenas fueron incluidos en bsqueda de una solucin poltica a la guerra, que dara como resultado la firma de los Acuerdos de Paz Firme y Duradera entre el Gobierno de Guatemala y la URNG en diciembre de 1996. Ese proceso seal los lmites del texto constitucional de 1985 en relacin con la diversidad tnica existente y la comunidad imaginada guatemalteca. El Acuerdo sobre Identidad y Derechos Indgenas plante el reconocimiento oficial de un Estado multicultural, pluritnico y multilinge, con la existencia de tres pueblos indgenas: Maya, Xinka y Garfuna), que deben recibir un tratamiento poltico diferenciado de la poblacin indgena por el hecho de serlo. Sin embargo, se constata una diferencia en la medida que no ste no es concebido desde la afirmacin de su menoridad o invisibilizacin, sino desde la "igualdad" respecto a los no indgenas. O sea, como nuevo paradigma a construir. De esa forma, la intencin estatal no ser ya integrarlos a la economa, a la cultura nacionales, concebidas como ladina y/o no-indgena-, sino considerarlos como parte de una nacin que reconoce que es diversa en materia tnica. La diferencia cultural ha de mantenerse sin que ello suponga que los indgenas no gocen de los mismos derechos que el resto de los guatemaltecos. Pero tambin se peda la intervencin

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del Estado para reforzar los artculos constitucionales que proponen la proteccin tutelar del Estado sobre las tierras comunales. El triunfo del no en la Consulta Popular sobre las Reformas Constitucionales de 1999 reflej la pervivencia del discurso de los sectores econmicos y sociales que se han beneficiado tradicionalmente del sistema de segregacin y de la fuerza de los estereotipos y prejuicios tnicos; pero tambin lo frgil del proceso de paz. Asimismo, mostr la atraccin que en algunos sectores mayas tienen del sistema de tutela por parte del Estado, donde lo local o municipal aparece como innato al sector indgena y lo nacional como propio al sector ladino. Desde ese momento, el Estado guatemalteco ha puesto en marcha o reforzado algunas polticas pblicas basadas en le paradigma multicultural, que sin embargo no cuestionan el hecho de que la accin estatal en general sigue regida por una ideologa asimilacionista que quiz ahora s se base en el universalismo de los derechos. han Diversidad y globalizacin La transicin poltica de Guatemala ha coincidido con las transformaciones econmicas asociadas alas poltica neoliberales y la globalizacin, incidiendo en las dinmicas sociales que venan de la poca previa. As, importantes sectores indgenas refuerzan cotidianamente su identidad por medio de la poltica "juntos pero no revueltos" que llevan a una segregacin positiva de hecho, en unas condiciones en que cada vez es ms fercuente las relaciones intertnicas. Por ello ,y por las mismas tendencias de cambio agudizadas en el nuevo entorno, esa misma identidad se ha diversificado enormemente, tanto entre indgenas como entre quienes no lo son. Quiz la migracin internacional sea el mejor ejemplo de un proceso que cada vez involucra a ms guatemaltecos y guatemaltecas, y que tiene profundas implicaciones en la forma de autopercibirse y de representar la realidad social. Pero tambin es un ejemplo de las tendencias excluyentes del nuevo modelo econmico, que est abriendo ms an la distancia social en un pas

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histricamente muy desigual, y que puede echar por la borda cualquier intento de lograr la igualdad entre sus habitantes, incluyendo la tnica. Incluso, puede ser que reabra viejas tendencias racistas, actualizando la brecha entre unos pocos blancos (o blanqueados) que se han podido sumar a los beneficios de la globalidad, y una mayora de shumos, indgenas o ladinos, que apenas pueden sobrevivir.

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