Historia de Dos Fracasos, Jesus y El Che[1]

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Bases del Ateismo

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  • HISTORIA DE DOS FRACASOS

    JESS Y EL CHE

    ALDO F. BERTOLI

  • Hecho el depsito que prev la ley 11. 723Impreso en la Argentina 2008 Aldo F. BertoliE-mail: abertoli07@fi bertel.com.arISBN 978-987-02-3170-7

  • PRLOGO

    Cualquiera sea la condicin del lector de este libro, las fi guras de Cristo y Ernesto Che Guevara no le deben ser indiferentes. Sea cat-lico practicante, ateo, judo o musulmn, budista o taosta, cualquiera sea su credo o fi losofa de vida, haya sufrido tortura o cambio de iden-tidad, haya vivido sin sobresaltos o adherido a una utopa o credo en el neoliberalismo de los ochenta, seguramente su vida se ha visto afectada por la presencia u omisin de estos dos protagonistas de la Historia. Los anarquistas, los agnsticos, los nihilistas, los amos de las religiones, los que se burlan de todo y los burlados, los serviles y los gobernantes, democrticos o no, corruptos o no, tampoco se han podido sustraer al conocimiento de esas dos vidas.

    Del primero me atrap la contradiccin entre su prdica y el futuro de su enseanza. No es un libro teolgico o dogmtico; slo me ha inte-resado la prdica de ambos que intent un mundo mejor, imaginando el reino de la justicia y la igualdad. Al mismo tiempo, tan opuestos, pues Jess predic desde la paz y Ernesto, desde la lucha; pero ambos con un fi nal trgico, imbuidos de la razn absoluta, convencidos de poseer la verdad.

    El primero es el aparente creador de un culto universal. Pero, triun-faron sus ideas?, cules eran sus dogmas?, se aplican sus preceptos? El segundo, tambin famoso, es protagonista de un marketing que siempre despreci.

    Al ver el retrato de un Cristo agonizante crucifi cado y el cuadro de Ernesto Guevara Lynch en una fra mesa de morgue con varios impactos de bala, algunos en su rodilla y otros en su trax, me pregunt por qu fracasaron en obtener un mundo ms justo. Uno en nombre de Dios y el

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    otro en nombre del proletariado, ambos creyeron tener la razn absoluta, no dudaron nunca. Ellos lucharon en vano?

    Hoy el Vaticano no ha abandonado la suntuosidad en su ceremo-nial, hoy quieren beatifi car al hombre que llevado por un nacionalismo extremo destruy el equilibrio bipolar, hoy se venera a quien se postr ante el poder imperial olvidando que Cristo enfrent a los poderosos de su tiempo.

    Cuntos cardenales recuerdan las palabras de Jess?: Lc. 12.-22-31: No se inquieten por su vida pensando qu van a comer, ni por su cuer-po pensando con qu se van a vestir. No vale acaso ms la vida que la comida y el cuerpo ms que el vestido? Miren los pjaros del cielo; ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo el Padre que est en el cielo los alimenta. No valen ustedes acaso ms que ellos? Quin de ustedes por mucho que se inquiete puede aadir un solo instante al tiempo de su vida? Y por qu se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cmo van creciendo sin fatigarse, ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomn en el esplendor de su gloria se visti como uno de ellos. Si Dios viste as la hierba de los campos que hoy existe y maana ser arrojada al fuego, cunto ms har por ustedes, hombres de poca fe. No se inquieten diciendo, qu comeremos, qu beberemos o con qu nos vestiremos? No se inquieten por el da de maana, el ma-ana se inquietar por s mismo.

    Dnde est la Amrica unida bajo la bandera del socialismo, libertaria y, sobre todo, fraterna que soaba Ernesto? Qu fue lo que pas?

    Por qu asistimos al derrumbe de todos los smbolos del comu-nismo, se equivocaron tanto los comunistas y todos los que ofrendaron durante tantos aos sus vidas o simplemente olvidaron sus enseanzas y slo se acab transitoriamente su sueo? Sobrevivirn sus ideales y slo es un fracaso momentneo o algn pueblo levantar sus banderas? Mientras tanto sospecho que ambas prdicas, la de Jess y Ernesto, no estn siendo aplicadas y, en cierta manera, ellos han fracasado.

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    He debido recorrer y leer muchos documentos, libros, escuchar opiniones, volver a las fuentes y perderme buscando informacin que se oculta. Espero que me acompaen a ver qu pas; se es el motivo del libro.

  • PRIMER FRACASOJESS DE NAZARET

  • LOS EVANGELIOS

    Mt. 23.16: Ay de ustedes, escribas y fariseos, que dicen: Si se jura por el santuario, el juramento no vale, pero si se jura por el oro del santuario entonces s que vale. Insensatos, qu es ms importante: el oro o el santuario? Pagan el diezmo de la menta, el hinojo y el comino y descuidan lo esencial de la ley, la Justicia, la misericordia y la fi delidad. Guas ciegos que fi ltran el mosquito y se tragan el camello!.

    Aqu comprobamos de qu manera Jess se refi ere a considerar el lugar fsico donde se debe venerar a Dios por sobre los bienes terrenales. Hoy quien visita la baslica de San Pedro puede observar que todo lo do-rado en sus paredes es oro, son piedras de distintos colores con planchas de oro incrustadas. All no sabemos qu veneramos, si las imgenes, si la baslica o las planchas de oro. Sospecho que como la palabra oro se encuentra en el Gnesis, en la tercera pgina, en dos ocasiones, y se debe venerar, tal vez de all provenga la veneracin al metal precioso.

    En la actualidad se quitaron las letras en las puertas de los cadillacs que conducan a los cardenales. Antes lucan una C V (Citt del Vati-cano), que los romanos con el ingenio e irona que los caracteriza, cuando los vean pasar traducan: Se Cristo vedese.

    Mt. 25, 27, 28, 29: Qutenle el talento para drselo al que tiene diez porque a quien tiene se le dar y tendr de ms, pero al que no tiene se le quitara aun lo que tiene.

    Descripcin correcta y actualizada del mundo globalizado; en este versculo no hay ms nada que agregar.

    Mc. 9.36-37: Despus tomando a un nio lo puso en medio de ellos, sus discpulos, y abrazndolo les dijo: El que recibe a uno de estos pe-queos en mi nombre, me recibe a m, y el que me recibe a m, no es a

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    m al que recibe, sino a aquel que me ha enviado. Con respecto a esto, y refi rindose a los abusos infantiles, Lucas dijo: Nada ser oculto, todo lo que susurren ser gritado desde los techos. Esta frase es utilizada en el juicio realizado en Boston contra ms de cien sacerdotes por pedofi lia. Con ms de quinientos juicios, todas las violaciones y abusos reiterados se cometieron en colegios religiosos y por sacerdotes que tenan a su cargo nios. En todo EE.UU. hay ms de dos mil quinientos sacerdotes involucrados en abusos infantiles.

    Si vemos en mi pas, y en los pases latinoamericanos que recorr, la cantidad de pequeos abandonados, muriendo de hambre y durmiendo por las calles, subtes, umbrales y ni hablar de frica y de algunos pa-ses de Asia creo que esa desgraciada vista contesta este versculo.

    Mt. 19.20-24: Maestro dijo un hombre que corri hacia l, qu debo hacer para heredar la vida eterna? Cumplir los mandamientos. Ya los cumpl! Slo te falta una cosa, vende tus pertenencias y dalo a los pobres, as tendrs un tesoro en el cielo; despus ven y sgueme. Al or esto se fue porque tena muchos bienes. Jess dijo a sus discpulos: Qu difcil ser para los ricos entrar en el reino de Dios.

    Mc. 8.34; 9: El que quiere venir detrs de m que renuncie a sus cosas y a s mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida la perder y el que pierda su vida a causa de m la encontrar. De qu le servir al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida y qu podr dar el hombre a cambio de su vida?.

    En ste y otros versculos que fi guran en Hechos, anatemiza a los ricos y poderosos de su poca, anticipndose al socialismo. No sabemos si lo hace por despecho o rencor, debido a su condicin muy humilde. Era una familia de carpinteros, pero de mesas y sillas toscas sin talla-dos; por lo tanto siempre los ingresos que obtuvo su padre Jos fueron muy magros, y debido a esto y a la muerte de su padre, Jess tuvo que alejarse de su familia a edad temprana.

    Mt. 20-28: Ustedes saben que aquellos a quienes se consideran gobernantes dominan a las naciones como si fueran sus dueos y los

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    poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes (se refi ere a sus discpulos) no debe ser as. Al contrario, el que quiera ser grande que se haga servidor de ustedes, y el que quiera ser el primero que se haga servidor de todos, porque el mismo hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud.

    En la primera parte de este versculo describe al imperio norteame-ricano, con la invasin de decenas de pases y la muerte de millones de civiles inocentes, en sus terribles bombardeos hacindoles sentir su autoridad. Slo basta recordar algunos de ellos, como Corea, Vietnam, Santo Domingo, Granada, Panam,. la ex Yugoslavia, Afganistn, Irak, etctera. En la segunda parte, nosotros fi nanciamos los lujos de los car-denales, nosotros los servimos.

    Mt. 10.21-22: El hermano entregar a su hermano para que sea condenado a muerte y el padre a su hijo; los hijos se rebelarn contra sus padres y los matarn, sern odiados por todos a causa de mi nombre.

    Aqu ya comprobamos que ser un movimiento perseguido en el futuro inmediato. Son atacados y asesinados por rebelarse contra la autoridad de la poca, contra el poder, que no es otra cosa que el poder del dinero. Pero, como veremos, los jefes del movimiento rpidamente comprenden que les conviene estar del lado del poderoso, y de religin perseguida pasa a ser religin hostigadora y aliada. Similitud con los siglos XIX y XX, en los cuales la rebelin de otro movimiento contra el imperio de turno origin terribles masacres contra los rebeldes y sus dis-cpulos, y fi nalmente terminaron gracias al oro que pusieron en manos de los dirigentes comunistas del Este europeo, aliados al enemigo.

    Lc. 12.16-21: Les dijo entonces una parbola. Haba un hombre rico cuyas tierras haban producido mucho y se preguntaba a s mismo: Qu voy a hacer si no tengo dnde guardar mi cosecha? Har esto: demoler mis graneros, construir otro ms grande y amontonar all todo mi trigo y mis bienes, y dir a mi alma: Alma ma, tienes bienes almace-nados por muchos aos, descansa, come y bebe y date buena vida. Pero Dios le dijo: Insensato, esta noche vas a morir, para qu ser lo que has

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    amontonado? Esto es lo que le sucede al que acumula riquezas para s y no es rico a los ojos de Dios.

    Lc. 12.33-34: No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consuman; acumulen, en cambio, tesoros en el cielo donde no hay polilla ni herrumbre que los consuman.

    Lc. 16.13: Ningn servidor puede servir a dos seores, porque aborrecer a uno y amar al otro o bien se interesar por el primero y menospreciar al segundo. No se puede servir a Dios y al dinero.

    ste es el principio bsico del capitalismo: la acumulacin de ri-queza; no importa el medio, importa el fi n, y el fi n siempre es servir al dinero.

    Lc. 16.10: El que es fi el en lo poco, tambin es fi el en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco tambin es deshonesto en lo mucho.

    La corrupcin est presente desde algunos presidentes hasta la ma-yora de los funcionarios; de manera que este versculo, tambin como los anteriores, es actual.

    Jn. 2.13: Se acercaba la Pascua de los judos. Jess subi a Jeru-saln y encontr en la entrada del templo a los vendedores de ovejas y palomas, y a los cambistas sentados delante de sus mesas. Hizo un lti-go de cuerdas y los ech a todos del templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparram las monedas de los cambistas, derrib sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: Saquen esto de aqu y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio.

    El que ha tenido la oportunidad de recorrer Italia, ha podido com-probar que cuando se ingresa al templo, se lo hace por una cuerda que hace de vallado y conduce, en general, a una caja registradora que se encuentra, muchas veces (iglesia de Santa Maria Novella en la plaza del mismo nombre, en Florencia), al lado del altar mayor. En otras, como en el Domo de Miln, se comprueba un negocio con vidriera dentro del templo y al lado de los reclinatorios. No afuera del templo como lo vio Jess, sino mucho peor, dentro. En realidad dan ganas de actuar como Jess pero no somos tan violentos.

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    Jn. 16.1.2: Les he dicho esto para que no se escandalicen. Sern echados de las sinagogas. Ms aun, llegar la hora en que los mismos que les den muerte pensarn que tributan culto a Dios.

    Bush, cuando comienza el bombardeo sobre Irak, dice: Yo hago esto porque Dios me lo orden. Igual actitud adoptan los extremistas islmicos, y en la Argentina tenemos ejemplos de sobra. Todos sabemos que Videla era de comunin diaria, y l siempre dijo que deba matar a todos los ateos, porque eran contrarios a Dios y contrarios a su fe.

    Lc. 6.29-30: Con frecuencia han odo la ley del Talin, ojo por ojo y diente por diente. Pero yo les digo: no hagan frente al que les hace mal. Si alguien les da una bofetada en la mejilla derecha, presntenle tambin la otra. Al que quiera hacerte un juicio para quitarte la tnica, djale tambin el manto, y si te exige que lo acompaes un kilmetro, camina dos con l.

    El comportamiento actual de los seguidores de Jess cumple en todo momento con este versculo. Son capaces de robar y explotar a Jess mismo si vuelve, y luego van al templo el domingo para que les perdone sus pecados. De manera tal que, aliviados en sus conciencias, puedan volver el lunes a cometer las mismas fechoras, y luego, al domingo siguiente, repetir la historia.

    En realidad, los judos slo tenan un da al ao para que Dios les perdonara sus pecados. Deban permanecer trescientos sesenta y cinco das con la conciencia intranquila. Esta nueva religin les permiti te-ner el perdn de sus pecados una vez a la semana. Es ms, si queran, todos los das. Es negocio!, exclamaron, y lentamente constituyeron una multitud.

    Lc. 6.27-28 y 32-36: Ustedes han odo: Amars a tu prjimo y odiars a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y rueguen por sus perseguidores. Porque Dios hace caer la lluvia y les da el sol a justos e injustos. Si ustedes aman a quienes los aman solamente, qu recompensa se merecen?.

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    En ambos versculos el Maestro nos ensea a amar. Evidentemente, algo que nunca aprendimos, y menos aprendieron los jerarcas del cris-tianismo, cuyas rdenes de exterminio y asesinato a otros y entre ellos mismos sigue, como ya veremos, inalterable.

    Por supuesto que el nombre de Dios se usa en vano. Detrs, siempre hay una cuestin de intereses, de dinero; pero no deja de cumplirse el versculo.

  • CAPTULO ILA HORA NONA

    Eran nueve horas despus del amanecer, cuando el sol se ocult abruptamente detrs de las nubes; Jess, todava consciente, ya estaba crucifi cado. Acongojadas, varias personas permanecan junto a la cruz, mientras soldados romanos sorteaban las ropas de los reos y algunos curiosos todava esperaban sdicamente a que terminara el espectculo.

    Un caminante de alta estatura una tnica con ricos bordados en oro cubra su cuerpo, sandalias con incrustaciones de piedras preciosas, y un turbante sobre su cabeza, con un gran diamante en el centro avanzaba con paso decidido. Nadie lo conoce, nadie sabe de dnde vino.

    Se acerca a Jos de Arimatea y pregunta en voz alta: Dime, el que est all es el rey de los judos?. Jos no contesta, pero Jess logra abrir sus ojos. Entonces el desconocido le ordena: Mrame, as se vestirn los que te representarn en el futuro, los que dirigirn tu Iglesia. Mira mis ojos y all vers los crmenes, fraudes, robos, violaciones que se cometern en tu nombre. sta es la ocasin de bajarte e irte.

    El tiempo se detiene en ese instante, la gente queda inmovilizada en lo que estaba haciendo. En ese momento de agona, el rey de los judos ve entonces los siglos posteriores y la dramtica historia del cristianismo a travs de los ojos del desconocido que se abren inmensamente. Slo Jess puede verlo, slo est para l y nadie ms.

    Mira a tu apstol Pablo cmo se dirige al pueblo veinte aos despus de tu muerte! Primera carta a Timoteo: Esclavos, obedezcan a sus patrones con temor y respeto, trabajando intensamente, como si sirvieran a Cristo. No con obediencia fi ngida, sino como servidores de Jess. Si sirven a sus amos bien, Dios, el Seor los recompensar hacin-

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    dolos sus herederos. Que los esclavos consideren a sus dueos dignos de todo respeto, para que el nombre de Dios y su doctrina no sea objeto de blasfemia. Y si sus dueos (amos) son creyentes en Jess, ustedes, los esclavos, deben servirles doblemente, porque as benefi cian a hermanos queridos en la fe.

    Ya ves, slo pasaron pocos aos de tu desaparicin fsica y ya los poderosos y gobernantes adhieren a tu nombre porque les permite utilizar a sus trabajadores aun ms, hasta el agotamiento.

    Reconoce a Pedro en el ao 64, el fundador de tu Iglesia: Res-peten a toda autoridad como quiere el Seor; ya sea el rey, porque es el soberano, ya sea a los gobernadores como delegados de Dios para cas-tigar a los que obran el mal y recompensar a los que practican el bien. Servidores, traten a sus amos con el debido respeto; no solamente a los buenos y comprensivos, sino tambin a los malos, porque es una gracia soportar con el pensamiento puesto en Dios las penas que se sufren in-justamente. Porque a pesar de hacer el bien y servir bien, se soporta el sufrimiento. Esto s es una gracia delante de Dios.

    Ellos, tus apstoles preferidos, ya estn dando indicaciones a los gobernantes sobre cmo deben tratar a sus vasallos, guiarlos en sus tareas diarias; todo en nombre tuyo. Deben recibir los azotes con cristiana resignacin, e incluso ser decapitados con cristiana resignacin.

    Las lgrimas fl uan del rostro de Cristo lavando su cuerpo, y la os-curidad creca mientras el extrao visitante no le daba tregua.

    Comenz a soplar un viento ululante, pero el extranjero protegido con su rico manto, prosigui implacable su lacerante descripcin.

  • DE RELIGIN PERSEGUIDA A RELIGIN HOSTIGADORA

    El papa Dmaso I en 380, en el edicto de Tesalnica fi rmado con el emperador Teodosio, declara a tu Iglesia como religin ofi cial del Imperio Romano, y Dmaso I fi rma las bulas correspondientes: El emperador es nombrado por Dios y por lo tanto es dueo y seor de todas las cosas y vidas terrenales, y goza de la infalibilidad como el Papa. Los esclavos y plebeyos deben obedecer a sus amos e incluso dar la vida por ellos.

    Dentro de la estructura romana, los patricios son los enviados del emperador, por lo tanto deben obedecerlos y servirlos. La Iglesia cristiana tiene la prioridad absoluta sobre cualquier otra a las que se considerar, en el futuro, como religiones herejes, y debern ser enjuiciadas y condenadas por el emperador junto con la autoridad eclesial en nombre de nuestro seor Jesucristo. Sibilinamente el visitante exclam: Dime!, t ordenaste eso?

    Cuando Teodosio, conmovido por los incendios de las sinagogas y exterminio de los judos, orden la reconstruccin de los templos he-breos a costa de los cristianos, el obispo Ambrosio de Miln (373-397), prototipo del obispo prncipe, cuyo padre era prefecto de la guardia pretoriana de Galia y gobernador de una enorme extensin de Europa, se opuso afi rmando: El palacio concierne al emperador; las iglesias, al obispo, e impuso el uso de esplndidas vestiduras en los mismos y dems representantes de la Iglesia.

    Acerca del tema del dinero, Ambrosio expresa: El dinero en manos de los cristianos buenos es una virtud. As sent las bases para estable-cer la doctrina econmico-religiosa, fundamental para el futuro. Acept que el clero adinerado realizara donaciones regulares, en lugar de renun-

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    ciar a sus fortunas; lo que fue agradecido por los prelados acaudalados que formaban en exclusiva la jerarqua superior. Ambrosio afi rmaba que estos ltimos deban siempre reclutarse en los sectores sociales privile-giados o gobernantes nicamente.

    El emperador, temeroso de la infl uencia de Ambrosio, fi nalmente se retracta y le entrega los bienes de los paganos y tambin de los judos y de otras religiones por no convertirse al cristianismo, transformando as a la religin cristiana en la mayor potencia econmica de la poca.

    Paralelamente, Constantino, abrumado por las tribus del norte que lo atacaban constantemente, traslada la capital del Imperio Romano a Constantinopla.

    El papa Silvestre aprovecha la ocasin y realiza un engao, por el cual afi rma que Constantino le deja los palacios de Roma, y todas las provincias, plazas y ciudades de Italia y de las regiones de Occidente, y fi rma con el emperador Teodosio, en el 314, el edicto correspondiente, agregando un tem mediante el cual los obispos tienen poderes y fun-ciones de gobernadores civiles.

    Ante semejante imperio econmico, tus obispos toman conciencia de pertenecer a una clase aristocrtica, y por lo tanto de acuerdo a esto se comportarn en el futuro, con lujos y consolidando sus privile-gios. Buena enseanza les dejaste. Sin mencionar a Juan Crisstomo obispo de Constantinopla y gran antisemita, luego de un discurso en 388 sus aclitos quemaron sinagogas con los judos adentro.

    El obispo siguiente de Constantinopla, Gregorio Nacianceno, como era uno de los pocos austeros, produce el siguiente sermn irnico: Ig-noraba que debamos rivalizar con los cnsules, los gobernadores y los generales famosos, que carecen de oportunidad para gastar sus ingresos. O que nuestros estmagos deban ansiar el pan de los pobres, y consumir lo que ellos necesitan en lujos, eructando frente a los altares. No saba que deba cabalgar en hermosos caballos, o viajar en magnfi cos carrua-jes, precedidos por procesiones, mientras todos nos aclaman, y nos abren paso como si furamos bestias salvajes. Lamento estas privaciones. Por

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    lo menos han terminado. Perdonad mi error. Elegid a otro que complazca a la mayora de los obispos.

    Por supuesto, la renuncia de Nacianceno no fue sufi ciente. Lo asesinaron para que sirviera de ejemplo y que ningn otro obispo tuviera la idea de servir y no ser servido.

    A partir de aqu es cuando la Iglesia le impone al Imperio Romano una poltica de intolerancia religiosa. Todo debe estar subordinado a las decisiones de los obispos y, en ltima instancia, del Papa. Cualquier expresin intelectual debe ser considerada por la nica institucin reli-giosa. Establece un sentido a las clases sociales: se debe sufrir en este mundo para gozar en el otro una vida mejor.

    El cristianismo, a diferencia de otras religiones, protege a todas las razas, todas las etnias, todas las tribus. La religin de los judos slo protege al pueblo judo, y de la misma manera se comportaban las dems. Eso estuvo inteligente de tu parte, ms dinero para tu Iglesia.

    En medio de este delirio mstico la ciencia se termina, los grandes pensadores y cientfi cos como Hipcrates, Scrates, Platn, Lucrecio, Cicern y Sneca hasta el contemporneo Galeno son incompatibles con la nueva fe. Se deben rechazar todas las propuestas de estos pensa-dores. Ahora s, el cristianismo no tolera nada: ni paganos ni herejes ni pensadores, porque posee la verdad absoluta.

    Atrasaste la ciencia en varios siglos, en especial, lo referente a la biologa y la medicina. No se podan controlar las pestes, porque era la maldicin de Dios por los pecados de los hombres. No se cumplan las medidas hipocrticas para el control de las enfermedades; en consecuencia, fuiste el responsable de algunos millones de muertos.

    Es en el Concilio de Nicea donde se da la primaca a los obispos de Roma, de Antioqua y de Alejandra; pero prevalece la autoridad del obispo de Roma sobre los otros dos.

    Teodosio, a instancia del papa Siricio, es el primer emperador en matar a los herejes (no cristianos) en el ao 388. Singular manera de

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    imponer tu religin, degollando a la gente. Por supuesto, este Siricio en la actualidad es santo. Debe de ser por la sangre que derram.

    Es el papa Bonifacio I el que prohbe a los esclavos y plebeyos ser ordenados sacerdotes. Esto se realiza a fi n de consolidar el estado aris-tocrtico del cristianismo, pese a las crticas de los fi eles ms pobres por la acumulacin de riqueza de la Iglesia. Bien!, aqu realizaste la peor discriminacin de la historia, la discriminacin social, la que dara inicio a la lucha de clases y que cobrara un precio muy alto en vidas. Este cretino tambin es declarado santo. Vas comprendiendo?

    La epstola de San Pablo, refi rindose a los esclavos, predica: Que se sometan en todo a sus amos, que traten de darles satisfacciones y eviten contradecirlos, que no les roben, sino que aparezcan dignos de toda confi anza. De este modo lograrn que todos admiren la doctrina de Jess, nuestro salvador .

    San Agustn, quien naci en 354 y muri en 430, dirigindose a los esclavos y pobres en general les dijo: Esclavos, obedeced a vuestros amos en la rectitud de vuestro corazn, no slo cuando stos tienen puesta la vista sobre vosotros, sino haciendo vuestro trabajo con amor; porque Jess los ha creado para que os dominen, y a vosotros para que les sirvis. San Agustn contina: Cristo no hizo libres a los esclavos, sino separ esclavos buenos de los esclavos malos. Cunto deben los ricos a Jess que les arregl la casa! Si antes tenan un esclavo infi el, ya no; lo convirti Cristo. Tal vez tu patrn sea inicuo e infi el; t, en cambio, ya eres fi el y justo. Es indigno que el justo y fi el sirvan al inicuo e infi el. Dios hizo al pobre para probar al rico, y cre al rico para pro-barle, entonces, por medio del pobre. Todas las cosas las ha hecho Dios correctamente. Es bueno que nosotros nos sometamos a su sabidura y creamos que hizo bien, aunque no comprendamos por qu lo hizo.

    Agustn se preguntaba: Si el Estado decadente usa al potro, el unci para lacerar se trata de la garra del leopardo europeo llamado unci, planchas al rojo, ltigos con bolas de plomo para sus miserables prop-

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    sitos, por qu la Iglesia no tiene derecho a hacer lo mismo, si sus fi nes son ms elevados?. Esto lo impone Agustn y recita en su defensa el texto de Lucas 14.23: Oblgalos a venir, emplea la fuerza. Esto va a ser mantenido a travs de todos los siglos venideros por los cris-tianos y se llamar Santa Inquisicin.

    As en el ao 385 se ejecuta al obispo de vila, Prisciliano, y a to-dos sus partidarios, que eran ascetas como sinnimo de austeridad. Los acusan de practicar brujera, siendo estas las primeras muertes por la Inquisicin, y usando los argumentos de San Agustn.

    Este ltimo, cooperando activamente con el Estado, destruye los templos paganos y estimula y arenga a las turbas para terminar defi ni-tivamente con ellos, cosa que obtiene en Cartago en 399.

    San Agustn tambin arenga para cuestionar el papel de la mujer en la sociedad, diciendo que la serpiente tienta al ms dbil de los dos, al ms fcil de seducir, tienta a la mujer. Y va ms all, le da al pecado original una connotacin sexual: la mujer tentar siempre al hombre, lo provocar hasta el fi n de los tiempos, dejando ver sus senos, sus hom-bros, y, cuando puede, dejando ver sus piernas; eso es lo que ofrece, sus genitales, no la manzana. Est en nosotros, los hombres, aceptar o no la provocacin, aceptar pecar o no.

    Continuaba diciendo: Si vas a amar a tu esposa hazlo como un acto de caridad; amarla de otro modo ser un acto lascivo, un vicio repug-nante, una locura, y por lo tanto contrario a Dios. La compaa de una mujer no tiene inters alguno.

    San Jernimo, al igual que Juan Crisstomo, contina con el pen-samiento de Agustn con respecto a la mujer diciendo que: La belleza femenina no es ms que un cesto que oculta slo basura. Si se pudiera ver debajo de la piel, resultara para los hombres algo nauseabundo. La belleza de la mujer slo sirve para arrastrar a los hombres al demonio.

    T que ests viendo, hablaste as de las mujeres? Siempre las trataste con dulzura, con respeto, y no importa si llevaban una vida sexual activa o no.

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    El cuestionador de Agustn era Pelagio, el que caera fi nalmente debido a los sobornos del primero, quien enviaba dinero y esclavos de frica a Italia, distribuyndolos a los comandantes imperiales para que difundieran la gracia de Dios y la palabra de Agustn, que deca: Los pelagianos son perturbadores de la paz pblica, peligrosos innovadores que despojan a los ricos y lo redistribuyen a los pobres. Los comandan-tes, como buenos mercenarios de los nobles, aniquilan a los pelagianos en Britania, Espaa, Sicilia, Italia y Palestina.

    San Juan Crisstomo dice en su homila: Qu perdn y qu defensa tienes si vienes a condenar inicuamente el orden universal por la aparente anomala de la riqueza y la pobreza?. La pobreza y la riqueza demuestran claramente la providencia de Jess. Suprimamos la pobreza y habremos destruido la vida por su base; la vida entera quedar aniquilada.

    Esta tesis es el basamento terico de la accin de un futuro papa del siglo XX llamado Karol Wojtyla para convertirse en agente del imperio de los ricos y destruir los gobiernos obreros en el mundo; colaborando con alzamientos pagos, distribuyendo dinero entre algunos traidores, jefes en esos estados, exigiendo absurdos en su pas natal, como la jornada laboral de seis horas, y no trabajar el sbado, ya que no haba otra cosa que pedir. No importaba que en el resto del mundo segua la esclavitud laboral con jornadas de catorce y diecisis horas.

    Este seguidor tuyo, que contribuy a comprar a muchos mili-tares en Amrica para matar a los polticos progresistas de estas naciones subdesarrolladas y catlicas, colabor de esta manera a destruir el equilibrio nuclear imperante en la poca, y a dejar un solo imperio, el de las fi nanzas, para que destruyera y aniquilara a cuanta nacin se le opusiera. Este papa cnicamente pidi perdn en tres oportunidades por todos los crmenes de la Iglesia Catlica.

    En el Concilio de Granges se comprueba la posicin de la Iglesia con respecto a la esclavitud: Si alguien bajo pretexto de piedad indu-jese al esclavo a despreciar a su amo y abandonar su servicio en vez de sometrsele de buen grado y con toda reverencia, se ser anatema.

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    Los emperadores cristianos no mejoraron la situacin de los es-clavos. Al contrario, la empeoraron; ya tenan la autoridad de Jess para asesinarlos si se rebelaban.

    Ya en el siglo VI y VII los esclavos se equiparan a los animales, o ganado, se les niega la humanidad y se reglamentan sus castigos, muti-laciones y muerte.

    Esta prctica tu Iglesia la mantendr con respecto a los esclavos todo el tiempo que pueda, ms all del siglo XVIII, sin variar para nada su postura criminal.

    Finalmente, con respecto al derecho de asilo de los esclavos, que la Iglesia consigui que le brindara el Imperio Romano, se arrepinti, y por miedo a enemistarse con el emperador de turno, el papa Gelasio decreta lo siguiente refi rindose a los esclavos y plebeyos: Hay que acabar absolutamente con esta prctica perniciosa para que no parezca lo que no es, que la institucin cristiana invade la propiedad ajena o resulta subversiva del orden pblico. Y ya en el Concilio de Orleans, en 511, se exiga que se devolvieran los esclavos a sus amos si stos juraban no matarlos. S, podan torturarlos y mutilarlos.

    Tu Iglesia no slo admita y controlaba la esclavitud, sino que a mediados del siglo V la Iglesia cristiana era la mayor poseedora de esclavos. En realidad, se compraba con los enormes bienes materia-les un promedio de diez esclavos por sacerdote y, en algunos casos como los obispos, llegaron a tener hasta cien esclavos.

    Tratando de suavizar los maltratos de estos pobres infelices que posea la Iglesia, en el Concilio de Toledo en el ao 675 se prohibi a los obispos mutilar a los siervos de Jess. Gerardo de Aurillac, nombrado santo, tena un centenar de esclavos y no dudaba en un arrebato de ira en mutilar alguno.

    Ac nacen las rdenes que se ubican en monasterios, que signifi ca comunidad de produccin. Ejemplo de ello es la Orden de los Benedic-tinos. En principio, una organizacin comunitaria que aparece en 529 fundada por Benito, que se extiende por toda Europa; tambin la Orden

  • 28 ALDO F. BERTOLI

    de Cliniz, en Borgoa. Esto se lleva a cabo en un intento desesperado de retornar al mensaje de pobreza y austeridad primitivo del cristianismo, pero terminan en verdaderos seores feudales. Se intenta con los frailes mendicantes, los franciscanos. Ellos intentan lavar la mala imagen de las otras rdenes que estaban corrompidas por la jerarqua eclesistica, y sta, a su vez, ve que puede usar a estas rdenes nuevas mendicantes para demostrar que no toda la Iglesia es poderosamente rica.

    Este doble discurso lo va a usar en forma permanente la jerar-qua poderosa de tu Iglesia. Tomar todas las decisiones en forma exclusiva, manteniendo a su vez a un sector de la misma (que no toma ningn tipo de determinaciones) fi el a su voto de humildad y sacrifi cio, y que siempre estar junto a los pobres del pueblo.

    En los monasterios de las distintas rdenes existan monjes que es-tudiaban las siguientes disciplinas: matemticas, teologa, astronoma, la Biblia y, en especial, el Nuevo Testamento. Estos monjes eran terrate-nientes, mientras que otro grupo de hermanos legos, jvenes analfabetos, eran utilizados para labrar la tierra. Si bien en los monasterios se ofreca la seguridad total de la salvacin eterna, slo podan acceder a ella los miembros procedentes de la nobleza.

    Este sistema de esclavitud encubierta porque estos monjes iletrados, jvenes analfabetos no tenan salario ni familia que man-tener va a permanecer para siempre. Hay rdenes que en el siglo XX y XXI mantienen esta tradicin y preparan a ciertos sectores humildes de la sociedad para ser utilizados como personal domstico o para realizar tareas de pen de campo en familias adineradas. Un ejemplo de estas rdenes es el Opus Dei.

    Ya el cristianismo primitivo barre con la antigua civilizacin de pensadores, intelectuales y cientfi cos. El monopolio intelectual le corresponde a los curas y stos imponen los dogmas, y mediante la Biblia aplican la jurisprudencia y la poltica a seguir por parte de todos los gobiernos del mundo conocido. Todo era sometido a los principios teolgicos.

  • 29HISTORIA DE DOS FRACASOS. JESS Y EL CHE

    En el siglo V se le entrega Roma a los papas, aumentando su presti-gio y legitimando su poder porque se une defi nitivamente el prestigio de Roma al cristianismo. Se llamara a partir de ese momento Santa Iglesia Catlica Romana.

    Cuando el emperador de Constantinopla, Imperio Romano de Oriente, asume, considera indispensable su coronacin por el obispo de Constantinopla, llamado de este momento en adelante Patriarca. Ves, esto legitima las monarquas por derecho divino, y establece a tu Iglesia como fuente de toda autoridad.

    Es la Iglesia Catlica la que a partir de ese momento compar-te el poder imperial. No solamente el poder poltico, sino el poder econmico, y lo hace mediante una representacin mstica, simb-lica, abstracta, que no se puede ver, salvo por sus cuantiosos bienes terrenales. Apenas ha nacido y ya ostenta un gigantesco poder, que mantendr por los siglos de los siglos, amn.

    El palacio de Letrn, en Roma, fue un obsequio de Constantino I el Grande, quien se lo regal al papa Silvestre en el ao 335, que orden la construccin de la Baslica de Letrn. Este palacio se convertira en re-sidencia papal por ms de mil aos. En el siglo X, Sergio III lo restaur tras un incendio y fue embellecido por Inocencio III. En una habitacin monumental, con once bsides, se realizaron en todo ese tiempo los concilios. Este hermoso palacio ser motivo del prximo captulo.

    El ltimo emperador en Roma fue Rmulo Augusto (475-476). Lo depuso Odo, un brbaro germano, y reconoci al emperador de Oriente como seor supremo. Roma queda para el Papa, y los obispos de Ale-jandra y Antioqua permanecen en sus puestos, pero subordinados a las decisiones de Roma. El largo brazo de tu Iglesia ya se extiende por todo el mundo conocido, y las luchas por el poder en ella se tornan terriblemente sangrientas.

    El papa Liberio construye en una de las siete colinas de Roma la Esquilina, una baslica; la baslica de la colina Esquilina. Al termi-nar Liberio en 366, dos obispos se disputan el poder: Dmaso, que es

  • 30 ALDO F. BERTOLI

    dicono de Liberio, y Ursino, que es nombrado obispo de Roma. Pero Dmaso cuenta con un ejrcito importante, y acorrala a ciento setenta partidarios de Ursino. El ejrcito de Dmaso destruye las puertas del templo Esquilina que haban sido trabadas por la parte de adentro con bancos y maderas quitadas de los altares. Luego de varias horas de lucha y donde algunos partidarios de Dmaso reciben desde el campanario algunos proyectiles, stos fi nalmente pueden entrar, y logran apualar y desmembrar con sus espadas a los partidarios de Ursino, siendo entonces nombrado papa Dmaso.

    A partir de aqu utiliza la violencia para erradicar a los herejes de Roma: el arrianismo, el priscilianismo, apolinaristas y macedonios a quienes combate furiosamente.

    Este Papa tambin alcanza la beatifi cacin y luego lo declara tu Iglesia santo. Esta actitud de nombrar santo a un peligroso sujeto, que asesin a mucha gente, lo vers tambin en otros papas. Es decir, cuanto ms criminal, ms posibilidades de alcanzar el cetro.

    Es Sixto III quien pocos aos despus trata de cubrir esta masacre, construyendo sobre las ruinas del templo ordenado incendiar la iglesia de Maria la Maggiore.

    Esto que ests viendo slo son escaramuzas de inocentes compa-rado con lo que vas a ver en luchas y guerras.

    Qu parecera la Iglesia de Roma en esos das? Cunta infamia! Solamente las todopoderosas cortesanas gobernando Letrn! Fueron ellas las que dieron, intercambiaron y tomaron obispados. Y es horrible relatarlo, ellas tomaron como amantes a los falsos papas y los pusieron en el trono de San Pedro. Esto lo dijo el cardenal Baronio.

  • PALACIO DE LETRN

    Aqu est el papa Bonifacio III, quien en 607, ante ochenta obis-pos promulga un decreto para prohibir, bajo pena de excomunin, cualquier discusin de parte de persona alguna sobre la sucesin del Papa. Luch contra Rocus, obispo de Constantinopla. En este siglo nace la mayor religin que se opone al cristianismo: la musulmana, con Mahoma a la cabeza. Como vers, ser una religin casi exter-minada en nombre de Jess.

    A continuacin el papa Juan VI ataca a funcionarios ambiciosos de Roma mediante una banda alquilada (que se mantiene y acrecienta en forma permanente como Ejrcito de la Santa Iglesia Catlica Apostlica Romana), que luego de matarlos se queda con la fortuna de stos que pasan a engrosar las arcas del Obispado. Finalmente, Juan VI fue acu-chillado por el marido de su amante mientras haca el amor en Letrn.

    Es ya con este papa que se da comienzo a la poca que menciona el cardenal Baronio, poca en que los sucesores de Pedro se dedican ms a ser pederastas, pedfi los y tener sus amantes viviendo en palacio.

    El duque italiano Tato de Meji piensa que su hermano puede ocupar el lugar vacante del sumo pontfi ce, y decide ordenarlo el mismo da clrigo-subdicono-dicono-sacerdote, obispo y papa. Tras un corto reinado con el nombre de Constantino II es asesinado.

    Finalmente Filipo, el sucesor de Tato de Meji, se hace nombrar duque por el papa que l impone, que es Esteban II el Terrible. Nueve papas con este nombre tendrn pontifi cados realmente nefastos. Cuando a Esteban V le pregunta el emperador: Qu hacemos con los ciudadanos de Beziers, el Papa contesta con la misma frase que usaron algunos militares latinoamericanos en el siglo XX para

  • 32 ALDO F. BERTOLI

    asesinar a sus propios compatriotas: Matnlos a todos; Jess sabe cules son los suyos.

    Luego de una sucesin de papas que parecen un calco uno de otro y siendo la situacin de Letrn siempre igual, asume como papa un obispo, Adriano II, que no tena demasiado carcter. Pero como dejaba hacer, se mantuvo en el poder con sus concubinas de las cuales tuvo hijos, y se le metieron en palacio hasta las suegras.

    Como la madre y la hija, esposa de Adriano II, siguieron vivien-do en Letrn aun siendo papa Juan VIII, que fue el que lo sucedi a Adriano II, un secretario del Papa, Eleuterio, enfurecido por la actitud adoptada por ambas, rapta a la hija de Adriano, y luego de violarla la asesina junto a la madre.

    Mira, al mismo tiempo que esto ocurra, el emperador Lotario II se encuentra con el Papa, y ste antes de coronarlo lo interroga, pues-to que los sucesores de Pedro decidan la suerte de los emperadores.

    Juan VIII, afecto a las relaciones homosexuales, traer a sus circuns-tanciales amantes al palacio. Tal acontecimiento no fue tolerado por los miembros de su guardia, quienes lo mataron a martillazos en ocasin de sorprenderlo con dos hombres en el aposento papal.

    El papa Esteban V corona a Guido de Spoleto. Ms tarde el papa Formoso renueva su coronacin y realiza lo mismo con su hijo Lamber-to. A pesar de esto, los Spoleto se enfrentan con el Papa, quien con la ayuda de Arnulfo de Baviera derrota a Spoleto, coronando Formoso a Arnulfo como emperador.

    A la misteriosa muerte de Formoso, le sucede Bonifacio VI. Este papa haba sido suspendido cuando era obispo en varias oportunidades, ya que sus trapisondas eran mayores que las cometidas en Letrn. A los quince das de haber asumido es asesinado, tambin por el apoyo a terminar la dinasta de los Spoleto.

    La venganza de los Spoleto sobre Formoso, por haber cortado la l-nea sucesoria con Arnulfo, no se hace esperar, y a Bonifacio VI le suce-de Esteban VI, vinculado a los Spoleto. En el ao 896, el odio enfermizo

  • 33HISTORIA DE DOS FRACASOS. JESS Y EL CHE

    de este papa contra Formoso es de tal magnitud que ordena desenterrar a Formoso seis meses despus, y llama a un gigantesco snodo de obispos para someter a juicio al cadver. Lo atan al banquillo de los acusados en avanzado estado de putrefaccin, con los ropajes correspondientes a su investidura papal. El repulsivo hedor provocaba que muchos obispos se desmayaran. Las terribles acusaciones a que fue sometido, no pudie-ron ser respondidas por los labios que ya no existan ni por la expre-sin de sus ojos, que slo eran dos cavernas sin fondo. Fue declarado culpable por haber admitido plenamente los cargos en su contra, ya que no respondi a ninguno. Le cortaron entonces los tres dedos con los que bendeca, lo arrastraron por el palacio, desmembraron entre todos los obispos el cadver y lo tiraron al ro Tber. Luego continu el snodo y le aplicaron la norma damnatio memoriae, que consiste en borrar todas las decisiones tomadas por Formoso.

    Cuando los servicios de Esteban VI ya no eran necesarios para los Spoleto, lo mandaron estrangular. Segn ves en mis ojos, no de-beras llamarlos papas, porque signifi ca en latn sucesor del apstol Pedro, y stos ms bien seran sucesores de Lucifer.

    En 903 asume el papa Len V, pero al poco tiempo es encarcelado por el papa siguiente, de nombre Cristbal, que permanece pocas horas en el cargo para hacerle compaa al papa anterior. Ambos fueron de-gollados por quien se convertira en Sergio III.

    Como el papa Sergio haba sido buen amigo del desequilibrado Esteban VI, presionado por los Spoleto y en un descuido por un viaje pierde circunstancialmente la silla de Pedro, que es ocupada por Juan IX, quien ya haba sido papa anteriormente.

    A su regreso Sergio asume defi nitivamente luego de cortarle el cuello a Juan IX y pasearlo un rato sin cabeza por las callejuelas de la ciudad.

    Ya instalado Sergio III, entonces s defi nitivamente con sus amantes, Teodora la mayor, esposa del duque Teofi lacto, y sus hijas Teodora la joven y Marozia esta ltima queda embarazada del Papa y da a luz a quien sera luego Juan XI.

  • 34 ALDO F. BERTOLI

    A Sergio III lo sucede Anastasio III, quien intenta poner freno a los das de lujuria y placer de Letrn, pero no puede y es envenenado con el clsico y conocido t.

    Teodora, una mujer entrada en aos, se enamora del obispo Juan de Tosignano. Desarrolla sus infl uencias y hace que este atractivo joven sea elegido con el nombre de Juan X. Este valeroso papa toma la espada y encabezando su ejrcito mata a cuanto sarraceno se le cruza. Por supuesto y como siempre, en tu nombre.

    Fallecida Teodora, Juan X queda expuesto a Marozia, una de las hijas de Teodora, que como no le agradaba, y ya tena sus propios hijos de diferentes padres, lo hace encarcelar y ordena asfi xiarlo con una al-mohada. As termina Juan X.

    El prximo papa, Len VI, intenta complacer a Marozia realizando fastuosas fi estas en el Palacio de Letrn; pero eso no la conforma e igual lo asesina.

    Los representantes de tu Iglesia se revuelcan en sbanas de seda, en lujosos palacios de oro, con cuanta mujer o nio les presenten. Acaso a esto te referas cuando decas: Dejad que los nios vengan a m? Felices los nios decan los papas. Claro, segn ellos, cmo no iban a ser felices si les enseaban los placeres carnales a temprana edad.

    A Len VI le sigue Esteban VII. No realiza nada distinto a su ante-cesor y, por supuesto, termina igual, apualado.

    Por fi n para Marozia, llega al trono de Letrn un hijo de ella y de Sergio III, con el nombre de Juan XI, quien contina con los placeres de sus antecesores. Hasta que Alberico II, prncipe de todos los romanos, encarcela a Marozia y, fastidiado por tanto libertinaje, termina con la vida del papa Juan.

    De aqu en ms, todos los que le siguen en la sucesin de Pedro Len VII, Esteban VIII, Marino II y Agapito II, todos con un com-portamiento similar de degradacin y corrupcin. En realidad se dispu-

  • 35HISTORIA DE DOS FRACASOS. JESS Y EL CHE

    taban quin era ms libertino. El que se lleva los laureles es el sucesor de todos ellos, Juan XII (955-963), quien es papa a los dieciocho aos. Es hermano de Alberico y no lo sucede como prncipe de los romanos. S, en cambio, como papa Juan XII.

    ste no se conform con ser un pederasta y un lascivo, sino que invit a la santa sede pontifi cia, a disfrutar de los placeres carnales y del lujoso entorno, a toda la nobleza de Roma, con pantagrulicas comidas y bebidas y con las ms hermosas mujeres y nias. Tambin en algunos salones del palacio, Juan XII se dedicaba al juego con jugosas apuestas, y el resto del tiempo libre, a la caza y a los caba-llos. Claro, ste interpret muy bien lo de distribuir y en verdad que lo hizo.

    El cardenal Liutprando de Cremona, refi ere que el Papa estaba ena-morado de una de sus concubinas, a la que le obsequi las cruces y la capa de oro de San Pedro.

    Por fortuna no estar all en esa poca. Si no, el muy cretino regalara mi tnica de oro, mis sandalias adornadas con brillantes y mi turbante de seda con el diamante en el centro.

    El propio obispo de Cremona aclara que Juan XII no tena escrpu-los y se encargaba de mujeres casadas, viudas o vrgenes solteras. Segu-ro eran desfl oradas por l, e incluso le gustaba hacer sexo sobre la tumba de los santos apstoles Pedro y Pablo. Tambin violaba a peregrinas en la propia baslica de Letrn.

    Insisto, por suerte no estar all; de lo contrario, aparte de qui-tarme mis vestimentas para regalarlas a la primera prostituta, me sometera a vejmenes y luego en recompensa me dara un obispado, como solan hacer con frecuencia cuando les gustaba el comporta-miento en la cama de algn muchacho.

    Con la espada no tuvo mucho xito, de manera que tuvo que recurrir a la ayuda del germano Oton el Grande para poder derrotar a Berenga-rio. Obtenido esto, nombra a Oton como emperador del Sacro Imperio Romano.

  • 36 ALDO F. BERTOLI

    Luego de un tiempo, cambia de parecer y termina combatiendo al lado de Berengario para asesinar a su anterior aliado. Oton se entera y regresa a Roma, convoca a un gran snodo de ochenta obispos, des-tierran a Juan y nombran al papa Len VIII. Oton se retira satisfecho. Regresa Juan XII, quien con algunos partidarios depone a Len VIII. ste logra escapar y el papa Juan debe conformarse con algunos obispos que votaron en el snodo en su contra, a los cuales los tortura y los mata. Otra vez en el silln de Pedro, contina con sus hbitos licenciosos. Fi-nalmente un marido celoso ingresa a los aposentos papales y sorprende a su esposa con Juan XII. Lo golpea y fi nalmente lo mata arrojndolo del balcn.

    Los romanos, con su irona a fl or de labios, dijeron que a la habi-tacin del Papa ingres el diablo, por los cuernos. Creo que si tuviera que escribir una novela, no encontrara un argumento con semejante intriga. Ni siquiera me acercara a esta terrible realidad.

    Luego de Juan XII, le sigue Benedicto V. Luego ocupa el sacro trono Juan XIII, hijo de Teodora, hermana de Marozia, esposa de Teofi lacto.

    Como sigui la conducta deplorable del otro Juan, tuvo que huir de Roma, perseguido por los habitantes, hartos de tanto gasto en Letrn con las festicholas realizadas.

    El hermano de Juan XIII, Crescencio, haba sido nombrado duque e infl uy para que su amante, el dicono Franco, llegara al Vaticano. Encontr la ocasin con la muerte de Oton el Grande. Secuestr a Benedicto VI, que fue el papa siguiente a Juan XIII, lo mat y liber el camino para Franco, que lleg con el nombre de Bonifacio VII. Sus infernales tropelas duraron poco. Los romanos lo echaron, pero volvera por la venganza desde Constantinopla.

    El obispo de Sutri y conde de Tusculo llega al pontifi cio con el nombre de Benedicto VII. A ste lo sucede Pedro de Capanora, con el nombre de Juan XIV; un papa dbil, situacin que aprovecha Bonifacio VII, el papa que estaba prfugo en Constantinopla, para tomar nueva-mente el cargo de sucesor de Pedro, asesinando a quien estaba como

  • 37HISTORIA DE DOS FRACASOS. JESS Y EL CHE

    sumo pontfi ce, encarcelndolo y dejndolo sin proporcionarle ningn alimento.

    Gracias al ingenio de estas eminencias que siempre se preocupan de establecer nuevas formas de muerte, morir por inanicin es una interesante innovacin.

    Finalmente muere como todos sus predecesores inmediatos, asesi-nado, y su cuerpo es arrastrado por toda Roma.

    Otro tipo de papa fue Juan XV, quien sucedi a Bonifacio VII, pon-tfi ce guerrero; pero caracteriz su paso por Roma por su codicia y su favoritismo hacia familiares y amigos.

    Como ests viendo, hay gran variedad entre los jefes de tu Iglesia. ste, por lo menos, no es tan cruel; tal vez con el tiempo lo nombren santo.

    Sucesor de Juan XV es Gregorio V, el cual es depuesto. El em-perador germano Oton III, cuando se entera de que Gregorio fue depuesto por un grupo de nobles y que coronaron a Juan XVI como papa, regresa a Roma, decapita a stos y busca a Juan XVI, lo cap-tura, le arranca la nariz y los ojos por instigador, y en ese estado se lo lleva a quien lo pidi, Gregorio V. ste lo pasea con un burro por toda la ciudad. Como ests viendo, Gregorio no contaba ni con la piedad ni con la clemencia que t predicas.

    Gregorio V termina envenenado en 999. Lo sucede Silvestre II, co-nocido como el Papa Mago o el Hijo de Satans. Era un erudito, experto en astronoma, y el que introduce por sus conocimientos los nmeros rabes debido a sus viajes a Espaa, donde estaban los moros.

    Luego de varios papas que se terminan matando entre ellos, llega-mos a 1024, cuando retornando del pasado llegan los descendientes de la despreciable familia Teofi lacto-Marozia, y con el nombre de Juan XIX se sienta en el trono de Pedro un laico llamado Romano, hermano del papa Benedicto VIII, y al igual que Constantino II y Len VIII, se le otorgan todos los cargos en un solo da.

  • 38 ALDO F. BERTOLI

    Como esto le cost mucho dinero, despus lo recuper con creces vendiendo los cargos eclesisticos, y se dedic al juego, a la prosti-tucin y a festejos diversos. A tal punto que a los asuntos de la reli-gin se dedic el emperador Conrado II, que por suerte en asuntos litrgicos pareca saber demasiado.

    Fue tanta la vergenza que provocaron este pontfi ce y los anteriores que a partir de aqu el patriarca de Constantinopla dej de incluir a los papas de Occidente en los dpticos, separando defi nitivamente las dos iglesias.

    A Juan XIX le sigue Teofi lacto, con el nombre de Benedicto IX; sobrino de Romano.

    Si t pensabas que con Juan XII ya se haba logrado toda la depravacin, la expresin ms baja del ser humano, tanta vileza y ruindad, este papa lo super ampliamente. No slo se dedic a tener varias amantes, sino a matar a todos los que criticaban sus andanzas sexuales. Entre ellos, intenta matar a un futuro papa y cronista de la poca, Desiderio de Montecassino, quien a pesar de los comenta-rios tan vergonzantes que realiza, salva su cuello milagrosamente y se convierte en Vctor II. Esto resulta festivo, hasta grotesco, el cristianismo siempre va a actuar con pacatera con respecto al sexo, cuando muchos de sus papas y obispos se dedicaban a las ms atro-ces prcticas sexuales.

    Benedicto IX, fi nalmente luego de varios aos de libertinaje, y enamorado de una joven, decide retirarse ya cansado de tantos aos de papa. Por lo tanto, vende la tiara por mil quinientas libras de oro. La compra Giovanni Gratiano, arcipreste de San Juan, quien toma el nombre de Gregorio VI. Un hombre sin carcter, a tal punto que no se mueve de all.

    Los romanos nombran por su cuenta a Silvestre III. Adivinas? Un libertino como los anteriores, sin ninguna intencin de ocuparse de la Iglesia de Jess. Algo normal, algo comn a todos.

  • 39HISTORIA DE DOS FRACASOS. JESS Y EL CHE

    Adems, ya cansado de vivir en las montaas con la joven, Bene-dicto IX regresa a la Ciudad Eterna. Ahora se encuentran tres papas en el silln de San Pedro: Gregorio VI en San Juan, Silvestre III y Benedicto IX en Roma. Cansado de esta situacin, el emperador Enrique III nombra a un colaborador de su gobierno, quien asume como Clemente II; pero en cuanto Enrique se retira, otra vez Bene-dicto IX se hace cargo, permaneciendo por ocho meses en el papado, hasta que fi nalmente lo vende nuevamente y huye con otra mujer. Nunca se supo como termin, ste s era un supermacho Homo ero-ticus. Pero la historia de tres papas simultneos la vers otra vez.

  • PRIMER HOLOCAUSTO: LAS CRUZADAS

    El papa Urbano II (1088-1099) es quien llama a combatir a los se-guidores de Mahoma, con las siguientes palabras: Aquellos que com-batieron contra los fi eles en guerras privadas, combatan ahora contra los infi eles y con dureza hasta la victoria la guerra que debi haber comenzado hace mucho tiempo. De un lado estarn los miserables y del otro, los verdaderos ricos; de una parte los enemigos de Cristo y de la otra, sus amigos. Enrolaos sin demora. Deus volt.

    Con estas textuales palabras, mil aos despus de estas cruza-das, otro emperador desatar una nueva guerra contra el Islam en nombre de Cristo; en nombre tuyo, como vers luego.

    En el Concilio de Clermont se reuni con todos los obispos y con los nobles para dar comienzo a esta guerra, y aprovech el pedido de ayuda del emperador bizantino Miguel VII a slo veinte aos de haberse alejado de Roma con la Iglesia Ortodoxa.

    A efectos de entrenarse y antes de emprender la aventura de ul-tramar, asesinaron a miles de judos para probar las armas; en toda Europa, en especial en las ciudades de Colonia, Maguncia y Spira, y continuaron con Edesa, Antioqua y Trpoli. Qu obsesin tiene tu Iglesia de matar judos; a esta altura me estn convenciendo a m tambin, algo habrn hecho.

    Los cruzados, en su paso por territorios hngaros, se encontraron con aldeas que posean bienes, y adems tenan aspecto de rabes. Fue-ron exterminados sus habitantes, matando a ms de cuatro mil en slo un par de das.

    En 1097, tropas francesas, alemanas, normandas, sicilianas, proven-zales y otras confl uyeron en Constantinopla. Finalmente, en 1099 Godo-

  • 42 ALDO F. BERTOLI

    fredo de Boullion ingresa a Jerusaln, realizando una terrible masacre; matando sin misericordia y sin distinguir a musulmanes de judos, ni a gente armada o desarmada, ni mujeres ni nios. Todos fueron degolla-dos. El obispo de las tropas normandas dijo: Es un da de gloria para la cristiandad; los caballos resbalan en toda Jerusaln por la sangre de los infi eles. Me parece que no es slo con los judos, es con todos los semitas. Segn Occidente es una raza despreciable; es ms, creo que descartable.

    Los musulmanes fueron abiertos, destripados, para comprobar que no tuvieran oro oculto en sus vsceras. Otros fueron torturados y que-mados en hogueras, y otros fueron asados y comidos; sobre todo nios, ya que sus carnes eran ms tiernas.

    Por supuesto que tu obispo Urbano II bendijo jubilosamente esta salvajada, y les dio la indulgencia a sus autores, solicitando a Godofredo le enviara algunos nios musulmanes asados a efectos de comprobar personalmente esta exquisitez. No se consum; no haba manera de enviarlos.

    Esto me parece que no es la victoria de un amable y dulce Jess, sino una venganza y una crueldad sin precedentes; un nuevo invento de tus seguidores.

    Esta extica gastronoma cristiana de comerse a los nios por ser ms tiernos, ya fue realizada antes, en Marat (Siria), en donde demostraron ser excelentes gourmets preparando esta especialidad. Urbano continu repartiendo indulgencias, y fi nalmente la Iglesia de Cristo lo nombr Santo. Yo lo llamara santo demonio.

    Sin embargo, la matanza ms importante la lleva a cabo el papa Inocencio. La realiz en Francia y Lombarda contra los ctaros (gns-ticos) por herejes. Es decir, para recordar su signifi cado: fuera DE LA RELIGIN CRISTIANA; eso es ser hereje.

    Los ctaros defendan dos alternativas: el bien, creador de los espritus y el mal, creador de todos los bienes materiales. No po-dan guerrear o usar violencia ni jurar. Crean que Jesucristo era

  • 43HISTORIA DE DOS FRACASOS. JESS Y EL CHE

    un ngel y, por lo tanto, no poda morir ni resucitar. Como ves, se parecen a ti, y consideraban sin equivocarse que la Iglesia Catlica y su poder temporal, con sus arcas repletas de oro, su poder para realizar guerras y Letrn como un gran prostbulo, era lo opuesto al cristianismo. La llamaban la Babilonia moderna.

    El papa Calixto II en el Concilio de Toulouse decidi comandar l mismo el ataque contra los ctaros, exterminndolos a casi todos.

    Los papas que le siguieron, Eugenio III y Alejandro III, no pudieron con ellos. Tuvo que llegar a Roma Inocencio III, de la mano del papa Clemente III, quien le arrebat el trono papal a Celestino III, matndolo y nombrando a su hijo (sobrino) Inocencio, quien llam a una cruzada contra los ctaros en 1209, matando a cuarenta mil. Algunos en hogue-ras gigantescas y llamando al lugar Camp des Cremats, campo de los quemados, en Montsegur.

    Los cristianos se encontraron en la Segunda Cruzada con Saladino, quien en 1187 recupera Jerusaln para el Islam.

    La Tercera Cruzada tambin fracas, porque adems pierden Antio-qua y Tripoli con la derrota de los templarios.

    Si bien en la la prctica la dictadura religiosa cristiana ya exista desde varios siglos, ahora Inocencio III la establece por escrito mediante una bula llamada De Contemptu Mundi, que dice: El Papa tiene poder sobre emperadores, reyes, nobles y plebeyos, y puede coronarlos o no a su antojo. l llev adelante la Cuarta Cruzada (1202-1204), pero estas tropas desviaron su itinerario y atac Constantinopla, la capital del Im-perio Romano de Oriente, provocando una gran masacre sobre la Iglesia Cristiana Ortodoxa.

    A Inocencio III le agrad esto por provocar la unin de ambas iglesias y obtener el oro de Oriente. Sobre todo, esto ltimo, de ma-nera de acrecentar las arcas del palaprostbulo de Letrn.

  • SEGUNDO HOLOCAUSTO: LA INQUISICIN

    La Inquisicin en sus comienzos, en el siglo X, es una Inquisicin slo de castigos no corporales y de penitencias: hacer ayunos, cumplir con alguna orden dada por un fraile, etctera.

    Lo primero que encontramos como algo fi rme, es decir, algo escrito, se refi ere al ao 1184 en Languedoc, Francia, y se establece por bula papal como Inquisitio haereticae pravitatis Sanctum Offi cium. De all se extiende rpidamente a Espaa. Es el Papa Lucio III, mediante la bula Ad abolendam, y la Inquir episcopal, quien permite a los obispos locales reaccionar con penas severas o no de acuerdo con su estado de nimo.

    En realidad, la hoguera, el smbolo de la Santa Inquisicin, se encien-de en Europa a comienzos del siglo XIII. Ms precisamente en Espaa en 1210, en donde el comisario inquisitorial Raimundo de Piafort y el ya conocido papa Inocencio III designan un tribunal mixto, secular y clerical. Pero son los obispos los que deben disponer de lo necesario para realizar la Inquisicin en su dicesis y son responsables directos; la propiedad de los herejes debe ser confi scada, los que reincidan deben ser relajados (pena capital). Pero es recin unos aos despus que, en el Concilio de Toulo-use, el mismo Papa dicta la bula Ille humani generis, mediante la cual se entrega la Santa Inquisicin a los monjes dominicos.

    stos se toman en forma tan violenta las torturas y el fuego de las hogueras (quemaban a los herejes con lea verde para que se incinera-ran lentamente y la vctima sufriera ms) que el propio papa Gregorio IX, unos aos despus, horrorizado, decide que al lado de cada monje dominico se coloque un franciscano. Sin embargo, mediante la bula Excomunicamus autoriza la tortura para obtener la confesin de los supuestos herejes.

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    stos se van de bula en bula. Con esto pretenden ordenar una tirana defi nitiva, en donde todo pase por sus manos, incluso la tor-tura y la muerte. Esto ms que una bula es una burla a tus conceptos de amor al prjimo.

    Pero quien hace ms sofi sticada la tortura mediante la bula Ad ex-tirpanda es el papa Inocencio IV.

    Cuando el obispo local llega al supuesto sitio donde se cometi la brujera aplica el primer edicto: el edicto de la fe, obligando a los fi e-les a denunciar a los herejes y luego, el de gracia, mediante el cual el hereje poda confesar su culpabilidad.

    En realidad, la persecucin y tortura comenz mucho antes. Debe-mos recordar a San Agustn y San Ambrosio, con su alabanza a la escla-vitud como orden impuesto por Jess. Concomitante con ello aprobaron el castigo fsico contra los herejes. En 1252 el papa Inocencio V autoriza, mediante bula, la prctica de la tortura para extraer la verdad de los sospechosos. Hasta este momento la tortura era de aplicacin exclusiva del Estado por sugerencia del clero.

    En este siglo, en los snodos eclesisticos se menciona a los mdicos judos. Es el propio Papa quien llega a decir: Al cristiano ms le vale morir que deber la vida a un judo. Y como ests viendo, en la peste que azota a Espaa, Italia, Francia, Alemania y Pases Bajos tambin se acu-sa a los judos de provocarla y se los persigue con un obispo franciscano a la cabeza, Alonso de Espina, quien informa al pueblo que el olor a ajo y cebolla delata a los judos conversos. Por lo tanto fueron aniquilados. Amor al prjimo, tolerancia y misericordia; eso lo has dicho t.

    Volviendo al papa Inocencio III, en el IV Concilio de Letrn, se le ocurre la original idea, copiada varios siglos despus por un dictador alemn, de colocarles a todos los judos un trozo de tela amarilla para identifi carlos y no matar por error a un no judo. Adems es el primero en declarar herejes a los ctaros, arrianos, albigenses y valdenses matn-dolos con un ejrcito formidable. En una de las ciudades, la de Beziers, extermina a sus sesenta mil habitantes, incluyendo mujeres y nios.

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    En Carcasona tambin se quemaron algunos miles de habitantes en tu nombre. Ms tarde, en Toulouse, con otra masacre como ests viendo ahora.

    Los jueces de estos tribunales siempre eran eclesisticos. En cambio el fi scal y un tasador de bienes podan o no ser religiosos.

    El papa Bonifacio VIII contina con la conducta de los anteriores, pero interpreta que las propiedades de la Iglesia son propiedades de l por ser el jefe y, por lo tanto, las reparte entre sus familiares, amigos y, como siempre, alguna amante o varias.

    Ante la protesta de los terratenientes, protesta muy intensa debido a que estos propietarios queran luchar por un familiar en la cabeza de Roma, el Papa no duda y los cerca con destacamentos militares ponti-fi cios. Y ante la acusacin de asesinato de Celestino V, lanza la bula In excelso throno. Con esto se termina la discusin y se excomulga a todas las familias que se le oponen, acusndolas de herejes. Al hacer esto por bula, inmediatamente esos bienes pasan a manos de la Inquisicin, y el tribunal quema a los dueos, incautndoles la tierra, llevndose todas sus cosas e indicando que eran pruebas. Todo esto en nombre de Jess.

    Pero no slo los terratenientes mueren en la hoguera, tambin los campesinos que trabajan esas tierras. A los que se escaparon, los engaa prometiendo clemencia; pero cuando vuelven, las tropas pontifi cias los matan y as se queda con las propiedades y bienes.

    ste s que cumpli tu palabra: Entrega tu riqueza a los pobres y sgueme. Les rob las riquezas a otros y la reparti para s y para su familia. La benefi cencia bien entendida empieza por casa. En su deli-rio, Bonifacio VIII se ve como emperador del mundo y lanza la bula Clericis laicos, que prohiba a la Iglesia de Cristo pagar impuestos.

    No conforme con lo que rob, al ao 1300 lo declar ao santo secular y les rob a los peregrinos que de a miles acudan a Roma, co-brndoles el diezmo y cobrando las indulgencias, llenando sus bolsillos, lo remat con la bula Unam sanctam, en la que exiga que toda criatura humana deba someterse totalmente en cuerpo y bienes al sumo pont-

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    fi ce para salvar su alma. Sinceramente, t nunca pediste que pusieran la plata en tu bolsillo para que les perdonases los pecados.

    El Dante en su libro La Divina Comedia se refi ere a Bonifacio VIII como la Bestia Negra, y ubica a esta fi gura en el infi erno. Si es que existe el infi erno, y si no, deberan inventarlo para estos demo-nios atroces.

    El siguiente tramo lo cubre Clemente V, que para complacer a Fe-lipe IV de Francia traslad la sede papal a Avin. All instiga a que la Inquisicin arreste a los templarios, que eran monjes guerreros que intervinieron en las Cruzadas. Son juzgados en tribunales pblicos y torturados a fi n de confesar sus herejas. En total, cuatro mil; algunos murieron en prisin y otros, en la hoguera.

    Es para esta poca que el Dante pasa por Roma y llama a Letrn el alcantarillado de la corrupcin, y coloca al papa Bonifacio VIII, junto a Nicols IV y Clemente V, en el infi erno.

    Clemente V lanza la bula Pastoralis praeminentiare por la que ordena a los monarcas arrestar y matar, confi scando los bienes a todos los templarios; y con Vox clamantis y Christi vicar se termina defi nitivamente la orden, porque esas bulas se refi eren a los respon-sables de la orden. Con el maestre Jacques de Molay a la cabeza, se ejecuta en una gigantesca hoguera enfrente de Ntre-Dame, en Pars, a todos los jefes templarios. El lugar se conoce, por ser usado anteriormente contra los ctaros, como Campo de los Quemados.

    El sucesor fue Juan XXII. Se lo conoci tambin como el ven-dedor de Avin, ya que se dedic a vender ttulos clericales e in-dulgencias. Lleg a vender hasta las penitencias, algo que realmente resulta imposible hasta para los judos de la poca, que eran consi-derados unos estupendos comerciantes. Si hubiera sido un apstol, te hubiera vendido el Nuevo Testamento como una creacin suya.

    Luego, Benedicto XII, quien aprovechando el hecho de encontrarse en Francia se dedic a mejorar el palacio papal. Como era alcohlico, presentaba una personalidad bipolar. Por instantes pareca lcido, con

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    proyectos faranicos, y por instantes violento y colrico, realizando pantagrulicos banquetes, en donde abundaban el vino y las mujeres.

    El papa siguiente, Clemente VI, no quiso ser menos y se mantuvo con la misma consigna. No vale la pena ni tan siquiera considerarlo, ya que sigui con ms mujeres y ms vino. Como ests viendo, el vino que t repartiste, aqu no lo consideran tu sangre. De cualquier manera, seran capaces de tomarse la que t ests derramando aho-ra, con tal de tomar algo.

    S, al fi n! Gregorio XI, el siguiente a Clemente VI, regresa a casa, a Roma. Pero no tuvo en cuenta que el pueblo quera un papa romano, y l era de Avin. Entonces los cardenales, en su mayora franceses, nombran a Clemente VII en reemplazo; un papa de la Toscana, ms especfi co de Florencia.

    Los romanos nombran a Urbano VI. Ahora tenemos dos papas; claro, la vida licenciosa, disipada, libidinosa les gusta a todos los obispos, por eso quieren todos el cetro de Pedro.

    Urbano VI intenta tambin quedarse con la ciudad de Npoles, pero el pueblo lo expulsa por inmoral. Enfurecido, este papa termi-na con los cardenales franceses opositores a l. A algunos los mata con torturas y a los que sobreviven, los arroja en bolsas al mar en Gnova. Esto lo vi en el siglo XX en Amrica Latina; supongo que de aqu sacaron la idea seis siglos despus.

    A la muerte de Urbano VI, le sigue Bonifacio IX. Con el falleci-miento del papa de Avin, Gregorio, pareca terminado el cisma, pero los pocos cardenales franceses nombraron sucesor a Benedicto XIII en Avin, y Gregorio XII en Roma. Los cardenales, no con-formes ni con uno ni con otro, nombran al papa Alejandro V como nico sucesor de Pedro, pero ya hay tres papas. Yo creo que lo mejor ya que todos quieren esta vida fcil es que todos los cardenales se nombren papa, y se soluciona el confl icto.

    Finalmente, se termina el cisma en 1415, pero es cuando se hace ms fuerte la Inquisicin. Algunos monjes se hacen famosos por su crueldad;

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    como Vicente Ferrer, quien recorra las calles de Castilla haciendo tronar sus botas y con otros frailes entraban en los templos judos, en medio de los servicios religiosos, y con una cruz en la mano expulsaban a todos y consagraban la sinagoga como templo catlico.

    Como este procedimiento les gust, continuaron en toda Europa aplicando tormentos como el asiento de Judas. Era un asiento con un hierro alto en el medio. La vctima muere empalada; eso con suerte, cuando no destripada.

    Ahora tambin te muestro el potro. Se ata a la vctima y con una rueda se estira el cuerpo hasta descuartizarlo, o tambin desmembrarlo; los brazos por un lado y las piernas por el otro. Lo bueno de este procedimiento es la muerte en el momento del arran-camiento.

    Ahora ves las tenazas. El acusado es atado de las manos y slo las puntas de los pies apoyan en el suelo. Con las tenazas eran total-mente desgarrados; las tenazas eran enormes y les iban arrancando de a pedazos, hasta que moran por dolor y hemorragias masivas.

    La pera era lo mismo, pero introduciendo tenazas ms pe-queas en los orifi cios naturales y luego las abran desgarrando internamente. Aqu ya se refi naron, les pareca ms interesante desde el punto de vista anatmico: como la mayora eran mujeres, se consideraban gineclogos.

    La jaula colgante, en que se introduce al supuesto hereje con un Jess crucifi cado adentro, para que se muera de inanicin. Eso s, se va muriendo mientras te ve y de paso te maldice.

    Tambin ves la rueda. Es una rueda gigante: se ata al infeliz, y con cada pasada las pas en el suelo lo van desgarrando. ste me parece que combina la tenaza que va desgarrando con la rueda del agua; en vez de agua, usan pas.

    Tambin la sierra, que se usa en Francia. Se cuelga a los infelices y se les pasa la sierra entre las piernas separndolos en dos y obligando a los que siguen en el tormento y muerte a ver lo que les espera.

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    En Alemania, en cambio, se usa ms la garra del gato: un hierro con ocho garras que pasan por delante y por detrs.

    Tambin, en toda Europa, la doncella de hierro: un sarcfago con pas de metal. Se cerraba con el prisionero adentro y lo atra-vesaban en todo el cuerpo. Y otras maquinitas que ni vale la pena mostrrtelas, son peores.

    Pero si todo fue terrible y bochornoso, te falta ver algo ms, el Renacimiento, donde fueron tan grandes el desquicio, las orgas, las guerras y las intrigas que provocaron el cisma defi nitivo con Lutero, quien llega a Roma besando el suelo y se va maldiciendo la ciudad y toda su lujuria y provocando, ahora s, el cisma defi nitivo llamado por esos monjes el cisma de la vergenza romana.

    Sixto IV proclam el sptimo Jubileo, nombr cardenales a sus her-manos y sus sobrinos, en realidad, sus hijos, y les consigui abultadas asignaciones mensuales. Intent quedarse con Florencia, atacando con regular resultado a los Medicis.

    Fue el que estableci una bula para que los Reyes Catlicos implantaran la Inquisicin en forma defi nitiva. En 1483, con otra bula, declara a Torque-mada inquisidor general. Este inquisidor quem en la hoguera a nueve mil trescientas cincuenta personas, y otros seis mil murieron en la crcel.

    Pero quien se esmer en esto de condenar al fuego, fue Inocencio VIII, que con la bula Summis desiderantis affectibus reimplanta la caza de brujas y se convierte en bula de cabecera de los monjes dominicos. Sirve para llevar a la hoguera a miles y miles de personas; en especial, mujeres, hasta bien entrado el siglo XVIII.

    El papa Alejandro VI es el nefasto Borgia, Rodrigo de Borja. Sus ropas de seda, bordadas en oro y plata con esmeraldas incrustadas, eran de mayor esplendor que las ropas de un rey. Las monturas de sus caba-llos tambin eran de oro y plata.

    El da de su coronacin como sucesor de Pedro realiz una fi esta tan fastuosa que desde la ltima coronacin de un emperador romano no se haba visto algo as. Favoreci a sus numerosos hijos, que tuvo con

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    varias mujeres. Entre los hijos de este papa estaba Csar Borgia, quien se encarg de matar a su hermanastro Juan a instancia de Alejandro VI. Luego de esto, lo nombr capitn general de las tropas pontifi cias.

    Un fraile llamado Savonarola criticaba desde Florencia la vida lujuriosa y ostentosa de Alejandro, quien, cansado de estas crticas, orden su muerte y luego, que sus cenizas fueran arrojadas a un arroyo inmundo, es decir, que recoge aguas servidas, y de esta misma forma fue eliminando a sus enemigos.

    El cuantioso ejrcito que el Papa y su hijo Csar armaron, les per-miti hacerse de enormes botines y territorios.

    El papa Po II dijo del obispo Borja en 1458: Durante cuatro das te entregaste a varias damas de Siena en los jardines de Giovanni de Bi-chis, no eludiendo ninguna de las estrategias amorosas. Mostraste toda tu lujuria y lascivia, y no dejaste entrar a los maridos de esas mucha-chas. Con una de estas mujeres tuvo un hijo que se llam Juan Borgia. Este Papa ya de chiquito mostraba lo que la mayora de los obispos consideraban como de derecho propio al ceirse el cetro de Pedro: la prostitucin, la pedofi lia, los banquetes, apropiarse de los bienes ajenos mediante la muerte del dueo, y apropiarse de las tierras para repartirlas entre sus hijos y parientes.

    Al papa siguiente, Julio II, se lo conoce como el Terrible. Este papa cedi la venta de las indulgencias, cansado de tanto trabajo, directamente a la banca en 1504.

    Qu te parece! Banqueriz el sistema, algo que a muchos go-biernos les llev aos. Mont una estructura monumental; ste s que utiliz muy bien los recursos de tu Iglesia; lo realiz en tiempo rcord.

    Luciendo una brillante armadura y al frente de un formidable ejr-cito, Julio blandi su espada para matar a los que defendan las ciudades de Bolonia, Perugia, Romaa, apropindose del territorio y de las mu-jeres que lo habitaban.

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    Mira a Giovanni de Medici, sucesor de Julio. Su padre, Lorenzo, lo prepar, y a los ocho aos era abad de Fount-Douce; a los catorce, cardenal. Mejor carrera que la tuya de lejos. Es ms, el da de su coronacin como papa, en exceso de lujo y despilfarro se gast un dcimo de la fortuna del Vaticano con esta rima: Disfrutemos del papado, si Jess me lo ha dado. T, tambin, das cada cosa y a cada despreciable individuo!

    De aqu en ms, el Medici, papa Len X, fue incontrolable; incorpor la caza como deporte ms importante del Vaticano. Su corte era de setecien-tas personas. Es decir, setecientos empleados exclusivos para servirlo a l. Creo que t dijiste: Vinimos para servir y el primero debe ser el que sirve a todos. Len tuvo tantas mujeres, caprichos y fi estas inter-minables de lujos y excentricidades que se olvid de dirigir la Iglesia de Jess. Ya te dije que este Medici era muy olvidadizo, y de lo que no se olvid fue de su familia; le concedi muy buenos cargos a todos.

    Aqu por primera vez los Medici se vinculan con una familia real, al casar por orden del Papa a su hermano Giuliano con una princesa francesa. Por supuesto, la fastuosa fi esta corri por cuenta tuya con doscientos mil ducados de oro.

    Ante una conspiracin para matarlo de algunos cardenales menos ambiciosos, se enter Len y mand prender al cabecilla y torturarlo hasta confesar los nombres de los cardenales Petrucci, Riario, Adrin de Coneto, Sorderini y De Saulis. Y no querrs ver cmo murieron, porque esto ya es demasiado hasta para tus ojos.

    En Roma, el papa Pablo III la emprende contra el protestantis-mo, llevndolos a la hoguera mediante el Santo Ofi cio. El salvajismo de tus seguidores se observa en la hipocresa de Juan Pablo II, un papa del siglo XX, quien propuso entre otras pavadas reabrir el proceso contra un sujeto llamado Galileo, quien demostr rotunda-mente que el Sol era el centro del sistema.

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    Pero en 1992, el ex nazi cardenal Ratzinger, prefecto de la Congre-gacin para la Doctrina de la Fe, continuacin de la Inquisicin, expres: La Iglesia fue ms fi el a la razn que el propio Galileo; el proceso con-tra Galileo fue justo y razonable. Quinientos aos despus se aplaude la tortura de la Inquisicin. Este Ratzinger, quien admite haber perte-necido a la juventud hitlerista y colaborado en un campo de exterminio para asesinar judos obligado, segn l, ya lo vers como papa. Era lgico, los displicentes y colmados de maldad siempre terminan siendo jefes de tu Iglesia.

    Luego de cinco papas, todos con iguales caractersticas, mira qu papa le sigue. Pablo IV, el despiadado y enjuto individuo del cual Hitler tom para su obra. Su nombre? Pietro Caraffa, el gran perseguidor de los judos. Mira cmo los mata: primero los marca con aceite y alquitrn. Otra vez te salvaste por no vivir all. Y no slo eso, se molest en avivar el fuego de las hogueras en Inglate-rra y Espaa que estaban casi extinguidas por la poca voluntad de tus frailes. Finalmente, recal en Italia, donde va a establecer otra sede y presidir el Santo Tribunal de la Inquisicin. Cre para los judos los guetos, y adems orden que llevaran un sombrero ama-rillo. Cmo te ves con un trozo de tela amarilla, una estrella y un sombrero, todos del mismo tono, solamente por ser judo? Seras la mejor representacin de un payasito.

    En Aragn es fray Ferrant Martnez el encargado de convertir o exterminar a los judos. En Sevilla, el fraile Vicente Ferrer. Las con-versiones que se lograban eran por torturas, que por supuesto siguieron hasta el siglo XIX. Estos conversos son llamados marranos o cristianos nuevos. Muchos de estos judos nuevos eran denunciados por los catli-cos lindos o viejos y eran exterminados.

    Por supuesto, el Vaticano jams quiso abrir sus archivos relaciona-dos con esa sangra. Publica un libro tratando de minimizar los hechos diciendo que en Alemania slo se mataron mil personas en el fuego.

  • TERCER HOLOCAUSTO: LA INQUISICIN EN AMRICA

    Desde los comienzos de la dominacin espaola en Amrica, se crean los obispados de Mxico y Lima. Es fi nalmente en 1569, el 25 de enero, que se crean los Tribunales de la Inquisicin.

    En la prctica ya funcionaban en la poca de Hernn Corts en Mxico, y de Pizarro en Per. Personalmente, creo que ya funcio-naban desde el momento del desembarco de Cristbal Coln, ya que todos los cuadros muestran al almirante con un fraile sosteniendo una gran cruz, y Coln a su lado con la espada desenvainada como diciendo: el que no acepta la cruz, ser sometido a la espada.

    Ahora s vers cmo el brazo clerical y tambin secular se ex-tiende hasta este nuevo continente para el exterminio en tu nombre de muchos infelices. Para lo cual dividen en dos estas nuevas tierras: una zona surea y otra nortea.

    Obispado de Lima

    En Lima, el tribunal comprende los obispados de Panam, Quito, Cuzco, Las Charcas, Ro de La Plata, Tucumn, Concepcin, Santiago de Chile y todo el Per.

    Primer inquisidor: Cerezuela, quien procuraba la evangelizacin de los indios, y si no la obtena estaba autorizado por los Reyes Catlicos a su tortura y, de mantenerse la negativa, a su muerte.

    Es para esta poca, mediados del siglo XVI, que por orden de su majestad los Reyes Catlicos se establece la Inquisicin en Amrica, mediante el siguiente edicto: Prender cualquier hereje o sospechosos de la fe, deseando entonces mediante esta santa institucin, la propagacin

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    de nuestra fe cristiana por el Nuevo Mundo, para que las provincias por nuestro Seor Jess a nos encomendadas, sean libres de toda hereja y preservadas de la contaminacin de sectas locales, que para eso fueron pobladas de nuestros sbditos y naturales no sospechosos, y no se puede contener esta contaminacin si no es con los ofi cios de los santos frailes ya establecidos en sus sanciones cannicas, castigando con el mximo rigor cualquier desvo.

    Leste! Este bando fue, como ests viendo, distribuido en toda Amrica del Sur. Ahora comienza el exterminio de los nativos del mundo descubierto por los navegantes espaoles. A muchos, a la mayora, se los mata con trabajos forzados, buscando oro y plata, trabajando en las minas, o realizando tareas agotadoras, sin comida o con escasa alimentacin.

    A otros se los mata por negarse a rendirte pleitesa, por negarse a construir tu imagen en oro o plata o slo porque a alguno de tus obispos no le cay en gracia tal o cual nativo, o no obtuvo los favores sexuales de algn aborigen. Este chiste tuyo le cost a Amrica cincuenta millones de muertos en cuatro siglos. Tambin te los puedes cargar a tu nombre.

    En la ciudad de Lima se establece la base operativa del poder in-quisitorial y abre el juego con el siguiente edicto, que se lee en todo el Obispado de Lima, y para que nadie pueda decir que lo desconoce.

    Nos los inquisidores contra la hereja y apostasa en la Ciudad de los Reyes y su Arzobispado, con los obispados de Panam, Quito, el Cuzco, Las Charcas, Ro de La Plata, Tucumn, Concepcin y Santiago de Chile y de todos los reinos, estados y seoros de la Provincia del Per y su virreinato y gobernacin y distrito que residen por autoridad apostlica, deben saber que el ilustrsimo cardenal don Diego de Espino-sa, presidente del Consejo de su Majestad y gran inquisidor apostlico en todos los reinos mencionados para aumento y consideracin de nuestra santa fe catlica y religin cristiana, y viendo los ataques sufridos, deci-dimos promover la inquisicin para punir y castigar a quienes se hallen culpables a fi n de ensalzar y aumentar nuestra fe.

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    Por lo tanto, si alguno de vos supieredes, hubieredes visto u odo de-cir de alguna persona viva o muerta alguna cosa que sea contra nuestra religin, contra la ley evanglica, contra las bulas, concilios, y doctrina o contra la enseanza de la Santa Iglesia Catlica Romana o que prediquen la ley muerta de Moiss de los judos, o la ley malvada de Mahoma o de la secta de Martn Lutero y sus secuaces....

    Y como ests viendo, mil recomendaciones ms que son intermi-nables. Y todo este mamotreto al solo efecto de que algn aborigen, cansado y agotado del trabajo de esclavo al que eran todos someti-dos, denunciara a otros ante la Santa Inquisicin.

    Contempla estas tierras! Extensas regiones de selvas cuyos seres originarios vivieron con sus familias, con sus creencias; equivocadas o no, qu importa! Lo que importa realmente es cmo terminaron; y en verdad os digo, lo que le hacis al ms humilde, me lo hacis a m.

    La excusa principal utilizada por los obispos fue: Las supersticio-nes que los indios infundan a la gente hacindoles creer en las maravi-llas de sus hechizos, de la coca y de otras costumbres nativas.

    Se acus a los indios de decir que las enseanzas de los sacerdotes cristianos eran falsas, que no eran de este mundo. Eran de los dioses malvados y pretendan su desaparicin fsica.

    El tiempo les dio la razn. No se equivocaron en nada; los pocos que eran conversos fueron utilizados en tareas de campo como cul-tivo, construccin, y las mujeres, para algunas tareas agrcolas y de empleadas domsticas, en el mejor de los casos.

    El padre agustino fray Juan de Bivero, en carta al rey Felipe II, le deca: Lo espiritual y lo concerniente al cristianismo est muy cado en estos reinos por los malos ejemplos de los indios.

    Fray Pedro de la Pea, obispo de Quito (1568), solicita aplicar una inquisicin ms que ordinaria, extraordinaria, con gran juego de torturas y ejecuciones, contra todos aquellos nativos que discu-tan la fe; y lo solicita al rey Felipe II, dirigindose a l como y por nuestro seor Jesucristo que le dio a su travesa mano en todo.

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    Adelante! Sigue ayudando a estos criminales, que no vacilan en mencionar tu nombre permanentemente en todas sus fechoras. Lo que no s es por qu les diste una mano en todo. A esta altura me parece que t ests complacido con lo realizado hasta ahora.

    Felipe responde enviando a un fantico catlico llamado don Fran-cisco de Toledo, quien adopta las funestas normas de la Santa Inquisi-cin para los obispados de Mxico y Per. Fantico como para llevar a su propio hijo a la hoguera, establece lo siguiente: Con real cdula de fecha 25 de enero de 1529, se refunda en Mxico y Per la Santa Inquisi-cin para que fi eles y catlicos hijos de la Santa Iglesia Catlica Romana con nuestro real y catlico celo procuren por todos los medios posibles que nuestra santa fe sea ensalzada por todo el mundo y aquellos que obstinados en sus errores y falsas opiniones y herejas no se conviertan deben ser castigados con todo rigor para evitar que con su charlatanera perviertan a los buenos cristianos.

    No alcanzan las horas del da para poner en prctica las tortu-ras y la muerte de los que no sostenan tu fe. Es decir que muchos confesaban ser herejes para evitar la muerte o los trabajos forzados. Bien, ests haciendo los deberes.

    Establecidos los tribunales en toda Latinoamrica, la Santa Inquisicin trabaja las veinticuatro horas sin ninguna comodidad para los inquisidores y menos an para los acusados. Los tribunales y las crceles eran siniestras. En el siglo XVI no haba nada; hay que destacar que los azotes, la prisin o la muerte eran ledos en las iglesias. Alguna vez te imaginaste que los templos construidos en tu nombre iban a servir para mandar a tantos nativos a la muerte?

    En realidad, tanto Toledo como fray Pedro de la Pea, obispo de Quito, se aduean de la Inquisicin en Amrica, estableciendo ciertos bandos que deban cumplirse en forma terminante. No importaba la condicin, si era judo o cristiano convertido, si era amigo del acusado, si el testigo era el padre, hijo, hermano, mujer, etctera. Lo importan-te era la denuncia ante el Santo Tribunal. All el juez comenzaba por

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    hacerle rezar el padrenuestro, credo y otras oraciones hasta que el reo titubeaba, o se equivocaba en lo ms mnimo. Era un indicio gravsimo; en ese momento el tribunal le indicaba al presunto hereje que admitiera la culpabilidad a fi n de mejorar su condena.

    El tribunal esconda a dos testigos para que escucharan la falsa confesin del infeliz. Tambin utilizaban como tormento el potro, las vueltas de mancuerda, la garrucha, y el agua que se echaba por la boca. Siempre usaban mordaza y grillos. No se los sacaban ni para dormir y siempre eran trasladados a Lima o Mxico, segn el lugar ms prximo. All eran declarados De levi, y si eran sospechosos de algo grave: De vehementi, y siempre repetan el mismo texto.

    Los reos daban su nombre y otros datos personales, admitiendo ante los inquisidores su culpabilidad, jurando sobre la cruz y los Evangelios abjurar, detestar y anatematizar toda especie de hereja que se levantara contra la santa fe catlica y la Iglesia Romana. En especial, aquella de la que era acusado, y declarab