Haya de La Torre, Víctor Raúl - Qué Es El Apra

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''Vrc-ior l2aül v4ayQ cÍ€ )c« Tori^e. 0 b /a ^ Corrí pI ^^ |_¡^ ^ :íüCm H^ j ^ ía &c/ca^ l<^9S, é"-V Je? r ” r ce? JLoíí'í^'CtPU^l CCi WO CAPITULO i ¿QUE ES EL APRA? La organización de. la lucha antimperialista en la América Latina, por medio de un Frente Unico internacional de tra- bajadores manuales e intelectuales (obreros, estudiantes, cam- pesinos, intelectuales, etcétera), con un programa común de ac- ción política eso es el A.P.R.A. (Alianza Popular Revolucio- naria Americana) d SU PROGRAMA M.AXIMO El programa máximo internacional del A.P.R.A. consta de cinco puntos generales, que servirán de base para los pro- gramas de las secciones nacionales ,de cada país latinoameri- cano. Los cinco puntos generales son los siguientes; 1-—Acción contra el imperialismo yanqui.- * The Labour Moníhly. A Magazine of International Labour. ¿what is íhe A. P. R. A.-. Haya de la Torre, Vol. 8, December, 1926. N« 12, pág. 756. . ; ^ Como se verá más adelante, en el texto, este postulado ha . quedado convertido en sólo “Acción contra el ipiperialismo” entendién- ... dose que el Apra combate contra lodos los imperialismos. ’ j_. Vale advertir que el texto de este postulado — como lo enuncian V',-- claréen te los capítulos siguientes— , no implica que la lucha an- . - uinpenalista del Apra lesté circunscrita a combatir el imperialismo y no a otros imperialismos como e l' británico, por ejemplo. tTí Aj} que habiéndose formulado los cinco lemas del Apra por pri- 'É?- “ 1 i . V

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Explicación de qué es el APRA, por Víctor Raúl Haya de la Torre

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  • ''Vrc-ior l2a l v4ayQ c )c Tori^e.0 b / a ^ C o rr p I ^ ^ | _ ^ ^

    : C m H ^ j ^a & c /c a ^ l

  • 2?Por la unidad poltica de la Amrica Latina.

    39_Por la nacionalizacin de tierras e industrias.

    4?Por la internacionalizacin del Canal de Panam.

    5?_Por la solidaridad con todos los pueblos y clases oprimidos del mundo.

    VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE '

    SU ORGANIZACION

    El A.P.R.A. que viene a ser el Partido Revolucionario Antimperzalsta Latinoamericano es una nueva organizacin formada por la joven generacin de trabajadores manuales e intelectuales de varios pases de la Amrica Latina. Fue fundada en diciembre de 1924, cuando los cinco puntos generales de su programa fueron enunciados y en dos aos ha logrado ya organizar algunas secciones nacionales, no muy numerosas todava por el breve tiempo transcurrido. A . P.R.A. cuenta ya con una vasta seccin en'el Per y clulas en Mxico, la Pmpbiica Argentina, Amrica Central, etctera V con una seccin en Europa, cuj'o centio actual es Pars, donde se halla organizada una clula bastante numerosa de estudiantes y obreros con subsecciones en-.Alemania Espaa e Inglaterra! El Comit Ejecutivo interino ha residido hasta hov en Londres.

    EL ANTIMPERIALISMO Y EL AFRA

    EL FRENTE UNICO

    7 5

    mera vez en Mxico en 1924, su inmediata propagacin se inicia en el -. |sector de pueblos .ndoamericanos del Caribe, ^ en los que predomina agresivamente el imperialismo de los Estados Lnidos. Por eso se agrego | nra mavor objetividad el vocablo "yanqui al primero de los postu- lados apristas. As se mantuvo el lema por algn uempo, pero como los comunistas criollos se prendieran de l para afirrnar que la pala- bra "yanqui era, en el programa aprista, cbala siniestra de^ miste- riosas concomitancias del Apra con el imperialismo britani.co, mee mu- t .... chas veces la aclaracin, y en todos mis libros especialmente en Impresiones de la Inglaterra Imperialista y de la Rusia Sovitica (rsue- nos Aires, 1932) , la posicin aprista queda bien esclarecida. Ademas, para la mayora de nuestros pueblos, "e l imperialismo yanqui" es el y:|ri: imperialismo capitalista moderno por antonomasia. Porque no solo es el que hegemoniza y amenaza cada dia en Indoamrica, smo tambin el que ha hecho del "monrosmo su doctrina y del "panamericamsino,su poltica. Por ende, es el imperialismo en su m s tpica y completa . . . . , , ,expresin contempornea. Pero el Apra tiene bien planteada su po- AmA ue las relacion es p o lticas y esicin de beligerancia antimperialista sin distinciones. Latina y los Estados Unidos, especi

    El A.P.R.A. organiza el gran Frente Unico antimperi- lista y trabaja por unir en ese frente a todas las fuerzas que, en una forma u otra, han luchado o estn luchando contra el peligro de la conquista que amenaza a nuestra Amrica. Hasta 1923, ese peligro fue presentido o interpretado diversamente. Para unos era un conflicto de razas (sajones y latinos); para otros, un conflicto de culturas o una cuestin de nacionali.smo. De las Universidades Populares Gonzlez Prada, del Per, surgi una nueva interpretacin del problema, y especialmente de la form a de acometeiio. Se haba ya enunciado el hecho econmico del imperialismo, pero no sus caractersticas de clases y la tctica de lucha para defendemos de l. De las Universidades Populares Gonzlez Prada se lanza la primera voz en este sentido, en 1923, invocando la unin de la juventud de trabajadores manuales e intelectuales para una accin revolucionaria contra el imperialismo. (Vase la revista Crdoba, primera semana de febrero de 1924). En el ao de 1924 la Prirnera Liga Antimperialista Panamericana fue fundada en Mxico, y en 1925 la Unin Latinoamericana en Buenos Aires. La Liga Antimperialista fue el primer paso concreto hacia la formacin del Frente Unico de obreros, campesinos y estu- dMtes proclamado por las Universidades Populares Gonzlez Prada, del Per, y bautizado con sangre en la masacre de Lima del 23 de mayo de 1923, por el gobierno del Per, made in U. S . A . " La Unin Latinoamericana de Buenos Ai

    res fue fundada como el Frente Unico de los intelectuales antimperialistas. Pero la Liga Antimperialista Panamericana no enunci un programa poltico sino de resistencia al impe- nasmo, y la Unin Latinoamericana se limit a fines de accin mtelectual. Cuando a fines de 1924 se enuncia el progra- ma el A.P.R.A. , presenta ya un plan revolucionario de ac- * n poltica, y de llamamiento a todas las fuerzas dispersas

    a unirse en un solo Frente Unico.

    LUCHA DE CLASES Y EL IMPERIALISMO YANQUI EN AMERICA LATINA

    econmicas entre especialmente la expe-

  • 7 VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE EL ANTIMPERIALISMO Y EL APU.A 77rienda de la revolucin mexicana, nos lleva a las siguientes conclusiones:

    1?__Las clases gobernantes de los pases latinoamericanos, grandes terratenientes, grandes comerciantes y las incipientes burguesas nacionales son aliadas del imperialismo.

    2'__Estas clases tienen en sus manos al gobierno de nuestros pases a cambio de una poltica de concesiones, emprstitos u otras operaciones que los latifundistas, burgueses, grandes comerciantes y los grupos o caudillos polticos de esas clases negocian o participan con el imperialismo.

    39_ C o m o un resultado de esta alianza de clases, las riquezas naturales de nuestros pases son hipotecadas o vendidas la poltica financiera de nuestros gobiernos se reduce a un loca sucesin de grandes emprstitos, y nuestras clases tm- bajadoras, que tienen que producir para los amos, son brutalmente explotadas.

    4"__El progresivo sometimiento econmico de nuestrospases al im.perialismo deviene sometimiento poltico, Pfrdida de la soberana nacional, invasiones armadas de los soldados V marineros, del imperialismo, compra de caudillos criollos, etc. Panam, Nicaragua, Cuba, Santo Domingo, Haixi son verdaderas colonias o protectorados yanquis como consecuencia de la poltica de penetracin del imperialismo.

    LA LUCHA IMTERM ACION AL CONTRA EL IMPERIALISMO YANQUI EN AMERICA LATINA

    Como el problema es comn a todos los pases latinoamericanos, en ios que las clases gobernantes son nerialismo y explotan unidas a nuestras clases trabajadoras, S rse t i t a , pues de una aislada cuestin nacional sino de un gran problema internacional para tonas las repblicas ^ ^ rica Latina. Sin embargo, la poltica de las clases gobernante*^ nue coopera en todos los planes imperialistas de los Esta dos ^Unidos, agita los pequeos nacionalismos, mantien

    r Z Impresiones de laconJapto Is ampliado a toda^

    potencia imperialista.

    divididos o alejados a nuestros pases unos de otros v evita la posibilidad de la unin poltica de Amrica Latina, que formara un vasto pas de ocho millones de millas cuadradas y rnas o menos, noventa millones de habitantes.'^ Pero las clases gobernantes cumplen muy bien los planes divisionis- tas nel imperialismo y agitan "causas patriticas ; Per contra Chile, Brasil contra Argentina, Colombia y Ecuador contra el Per, etctera. Caaa vez que Estados Unidos interviene como amigable componedor o 'arbitro" de grandes cuestiones internacionales latinoaiericanas, su tctica actual es fingir pacifismo, pero deja siempre la manzana de la discordia. La reciente cuestin de Tacna y Arica, entre Per y Chile es la mas clara demostracin de esta poltica del imperialismo. Nadie sabe mejor que la burguesa yanqui que, terminada definitivamente la cuestin peruano-chilena, en cualquier forma, estara derribado el obstculo de ms importancia para la unin de la Amrica Latina, y un gran paso hacia el frente unido de nuestros pueblos contra el imperialismo, se habra dado. Por eso el imperialismo' prefiere apa- recer como fracasado en su cuestin sobre Tacna y Arica y perder su autondad diplomtica como rbitro internacional en America Latina. Por eso ha dejado la cuestin ms agita-

    Pojica de divisionismo ha tenido como V 1 cnc ^ 1 ^ subditos del imperialismo que gobiernan Chile y a sus esclavos que gobiernan el Per.

    PUEDE SER AFRONTADO SIN UNA POLITICA DE UNIDAD LATINOAMERICANA

    : experiencia histrica en Amrica Latina, y espe- 'derS S tr ^ aportante y contempornea de Mxico, nos

    ^Y- ' nr,S ^ que el inmenso poder del imperialismo yanqui no afrontado sin la unidad de los pueblos iatinoameri-

    ClltmSiamente ^ t^a unidad conspiran, ayudndosest awd, gobernantes y el imperialismo, y

    del poder P(^tico garantiza el mantenimiento^'^clase snbrJ* nt Estado, instrumento de opresin de una

    sobre otra, deviene aimia de nuestras clases gobeman

    ^ Latina-en 1970 ser de 282 millonestotes)4 ' fuentes estadsticas de CEPAL. (Nota de ios::

  • P,n VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE/O

    tes nacionales y anna del imperialismo, para explotar a nuestras clases productoras y mantener divididos a nuestros pueblos. Consecuent(5mente, la lucha contra nuestras clases gobernantes es indispensable; el poder poltico debe ser capturado por los productores; la produccin debe socializarse y America Latina debe constituir una Federacin de Estados. Este es el nico camino hacia la victoria sobre el imperialismo y el objetivo del A.P.R.A. como Partido Revolucionario Internacional Antimperialista.

    LA NACIONALIZACION DE LA TIERRA Y COMO EL UNICO MEDIO ECONOMICO DE COMBATIR Y

    VENCER AL IMPERIALISMO

    Dentro del sistema capitalista y de acuerdo con la dialctica de su proceso histrico, la Amrica Latina devendr seguramente una colonia yanqui. Los Estados Unidos son oy dueos econmicos del mundo, The New YorK Times el 27 de junio de 1926, publica las siguientes cifras de inversiones norteamericanas en el mundo, sin incluir las enormes deudas de guerra.

    Los Estados Unidos tiene invertidos en:

    sia .......................................... 5 1 .000.000.000E u ropa........................................ 2.000.000.000Australia..................................... 2.500.000.000Amrica L atin a .......................... 4.100.000.000 ( )

    (*) INVERSIONES DE E E .U U . EN AMERICA LATINA (En millones de dlares)

    Cuba . . . Mxico . Chile . . Argentina

    1912

    200800

    1550

    1928

    1,4001.288

    451388

    Cifras calculadas por Evans Clarck que demuestran la ofensiva . capitalista yanqui de 1912 a 1928. New York Times. Enero de 1

    EL ANTIMPERIALISMO Y EL AFRA y g

    i introduccin de capitales en Amrica Latina crece> da a da. De junio a octubre de ha invertido ms de 50 millones de dlares sobre la suma arriba copiada. Los recien-; tes conflictos entre Mxico y los Estados Unidos del NorteI nos demuestran que Mxico no ha podido, a pesar de sus es- fuerzos, nacionalizar su petrleo hasta hoy y que pesa sobrej l la amenaza de una invasin militar yanqui que tratara de

    defender los intereses de la poderos^. Standard Oil Company. I (El capital petrolero yanqui en Mxico es de pesos 614.847.263).r La Enmienda Platt de la Constitucin de Cuba y los casosI de Panam, Nicaragua, Santo Domingo, Honduras, Hait nosI prueban que la soberana nacional se pierde en Amrica La-I tina proporcionalmente al aumento de las inversiones del ca-I pitalismo yanqui en nuestros pases. La nacionalizacin de la I tierra .y de la industria y la organizacin de nuestra econo- I sobre las bases socialistas de la produccin es nuestraI alternativa. Del otro lado est el camino del coloniaieI poltico y de la brutal esclavitud econmica.

    I 5? S

    I Bohvia .................................... 10 86

    i ; : Honduras ......................................... 3 n-I? 4 Guatemala ....................................... 20vfeyc- El Salvador ............................. 3 JrM . : . : Panam .................................... 5iLV y-; Ecuador .................. " in ik

    H ait.......................................................4Santo Domingo .......................... 70Nicaragua ....................... 3 "Paraguay ...................................... 4

    KS.w Guayanas ............................. 5 8

    DE INVERSIONES DE EE.UU. EN EL EXTRANJERO ' (En millones de dlares en 1928)

    E S S f . h ' . .................................... a ? ,. Canad ............................. 4.300

    China, iapn y Filipinas . ' j ! ^700Diversos ........... gg

    B rH ^ 9 .37^ m iS n e en Amric?* Latina eran196 (Noi^d?Tos E^toreJ .

    Ti'- t -

    r n S m

  • 80VICTOR RAUL HAYA DE L.A TRRE

    LA UNION POLITICA DE AMERICA LATINA PRESUPONE LA INTERNACIONALIZACION DEL CANAL DE PANAMA

    El Canal de Panam en noder de los Estados Unidos del Norte es uno de los ms graves peligros para la soberana de Amrica Latina. El programa internacional del A.P.R.A. proclama francamente la internacionalizacin del Cana de Panam como objetivo poltico continental. El doctor Alberto Ulloa, profesor de derecho internacioal de la Universidaa Mayor de San Marcos, de Lima, Per, escribe, apoyado en esta tesis:' El Canal de Panam debe ser internacionalizado. No es posible permitir a los Estados Unidos el ej^cicio del gobierno supremo de Panam . (Carta abierta al Presidente de la Federacin de Estudiantes de Panama, .jumo de 1926). La internacionalizacin del Canal de Panam, c o ^ aspiracin de los pueblos latinoamericanos, ha sido uno de los puntos polticos del programa del A.P.R.A. , de mayor trascendencia .

    TOTAL DE INVERSIONES DEL CAPITAL EXTRANJERO EN AMERICA LATINA

    (En millones de dlares en 1928)

    Estados Unidos ................... ................................

    .......................................................Otras naciones .........................................................

    INTERCAMBIO COMERCIAL DE feE.UU. CON AMERICA LATINA

    (Millones de dlares por ao)

    Exportaciones Importaciones

    1910-1914 () 302.2 435.41921-1925 (^ '41 .6 435.6IQ? ^ m 834.0 1.4U1.U1 9 8) 3,510.0 3.300.01%6 () 3 870.0 4.170.0

    (6) Commerce Year Book - 1 9 ^ . 1 io n r.tr lAO(D . Acta de la III Conferencia Comercial Panamericana, 1927, PM. .160. (8) Estudio Econmico de Amrica Laltina, Naciones Unidas- ^ ^ Dcmio Tercer Perodo de Sesionas. Lima, Peni, Abnl de 1969.

    (Nota de los Editores).

    I't.

    .15

    EL ANTIMPERIALISMO Y EL AFRA

    CONCLUSON

    SI

    _ El A.P.R.A. representa, consecuentemente, una organizacin poltica en lucha contra el imperialismo y en lucha contra las clases gobernantes latinoamericanas, que son auxiliares y cmplices de aqul. El A.P.R.A. es el Partido Revolucionario Anmperialista Latinoamericano que organiza el Gran Frente Unico de trabajadores manuares e intelectuales de Amenca Latina, unin de los obreros, campesinos, indgenas, etcetera, con los estudiantes intelectuales de vanguardia maestros de^ escuela, etctera para defender la soberana de nuestros pases'. El A.P.R.A. es un movimiento autnomo latinoamericano, sin ninguna intervencin o influencia extran- jera. _s el resultado de un espontneo anlielo de nuestros pueblos, para defender unidos su libertad, venciendo a los enemigos de dentro y a los de fuera. Las experiencias de Mxico p e r ic a (Central, Panam y las Antillas y la presente, situacin del imperialismo se deja sentir fuertemente, han determinado la Organizacin del A.P.R.A. sobre bases completamente nuevas y propugnando mtodos de accin realistas y eficaces

    d i de'' la

  • (g)

    /

    CAPITULO II

    EL AFRA COMO PARTIDO

    'L

    El artculo que forma el captulo anterior fue escrito originalmente en ingls para la revista de doctrina poltica The Labor Monthly de Londres, que lo public en diciembre de. 1926. Se ha reproducido muchas veces en revistas y peridicos europeos y norteamericanos. Por ser, pues, muy conocido me sirve como'punto de partida para este somero anlisis de las normas del Apra. Mas como fue pensado y escrito en lengua extranjera y usando la terminologa accesible, al pblico europeo, debo, al presentarlo en nuestro idioma, explicar y ampliar la significacin de alguno de sus puntos principales, especialmente los que se refieren al concepto aprista .del ,.Estado.' Ms adelante el lector habr de reconocer la importancia i esta advertencia inicial.

    Tambin es necesario referirse al artculo de The Labour Monthly para historiar un poco la actitud de los comumstas liaia el Apra, bastante ineonexa y contradictoria n verdad Es interesante, porque mi ms sincero propsito ah escribir estas pginas, es orientar la polmica ideolgica que los comunistas hah provocado con sus crticas negativas, cuidando que la, discusin no se desve de su lnea dialctica. Para referir- rri a la posidin comunista, ha sido necesario tambin incluir en este libro la traduccin del articul "Qu es el A. P. R. A. ? .

    Desde l primer momento, eF5llLpaiapareG como "un mor vimientO; autnomo latinoamerican, sin ninguna iiitervenciri c influencia xtranjeraL orno se dice claramente en el artcu-

  • 84 VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE EL ANTIMPERI.ALISMO Y EL AFRA 85

    lo Esta declaracin significaba, sin lugar a dudas, que la nueva organizacin no estaba sometida ni iba a someterse nunca a la Tercera o Segunda o a cualquier otra internacional poltica con sede en Europa; y defina as su fisonoma de movimiento nacionalista y antimperialista indoamericano.

    Y aqu un poco de historia. A principios del otoo europeo de 1926 y hallndome en Oxford, recib una amistosa carta deLozowsky, el Presidente de la Internacional Sindical Roja o Profintern, quien me comunicaba que despus de haber ledo el artculo de The Lahour Monthly traducido al ruso por una revista de Mosc, "daba la bienvenida al nuevo organismo . Lozowsky, con quien haba conversado sobre los_ problemas sociales y econmicos americanos durante mi visita a Kusia en el verano de 1924, no opona en su carta objecin alguna a la declaracin expresa del Apra para constituirse en Partido, ni a su carcter autnomo, tan ntidamente enunciado - en las lneas que copio arriba. Se concret a exp icarrne que disenta de nuestro plan de incorporar a los intelectuales de ambas Amricas en el movimiento y especialmente a los norteamericanos. sosteniendo que los aliados antimperiahstas que los pu^ blos indoamericanos deberan tener en los Estados Unidos, no deberan ser los intelectuales burgueses o pequeno-burgueses, sino los obreros. La carta de Lozowsky era, pues, bastante yaga Y repeta las conocidas frases hechas de la ortodoxia marxista. Conviene advertir que Lozowsky me escriba en ingles, lengua que recin comandaba bajo la direccin de una profesora norteamericana, quien sirvi de intermediaria durante toda esta correspondencia.

    Respond a Lozowsky extensamente y le ratifiqu algunos puntos ya enunciados durante nuestra charla en Mosc; las caractersticas muy peculiares de Amrica, social, economi y polticamente; su completa diferencia de la realidad eur^ pea; la necesidad de enfocar los problemas americanos y _ P cialmente los indo o latinoamericanos en su total extensin y complejidad. Le reiter mi conviccin sincera de que no es posible dar desde Europa recetas mgicas para la solucin de tales problemas, expresndole que as como admiraba el cono- cimifentp due:i(}s dirigentes de la nueva Rusia tienen de la ma lidad de su pas, anotaba su palmaria carencia de informa cin cientfica acerca de la realidad de America. Le advert , adems, "que estas opiniones, ya emitidas personalmente en

    charlas con Lunacharsky, Frunze, Trotsky y otros dirigentes rusos, me determinaron, despus de una serena- y muy minu-

    .a^ gran pas de los Soviets, a no ingresar al Partido Comunista, por creer, como creo, que no ser la III Internacional la que ha de resolver los graves y complicadsimos problemas de Indoamrica. Luego, respond a sus objeciones sobre la participacin de los intelectuales en la lucha antim- perialista y le expuse mis puntos de vista sobre la misin de las clases medias y sobre la participacin de los obreros norteamericanos en la lucha antimperialista, cuestiones que tratare en los ltimos captulos de este libro. Plante a Lozowsky a gunos puntos sobre el conflicto de los imperialismos y sus proj'ecciones en la lucha liberatriz antimperialista de los pueblos indoamericanos. Por este lado que aluda al Japn e interesaba mas a Lozowsky se desvi ia polmica epistolar que ceso un buen aia. Alguna de aquellas cartas circul impresa durante el Congreso Mundial de la Internacional Sindical Roja de noviembre de 1927 y figura en las versiones oficiales publicadas por el Congreso. En ellas consta que Lozowsky refutando mis ideas, y lamentando que no militara yo en las tilas comunistas, aludi con generosidad a mi capacidad para enfocar los problemas de Amrica y a mi sinceridad poltica Aparecen, asimismo, las palabras de Lozovsky declarando su Oposicin a que la circulacin de esa carta en el Congreso diera lugar a paliaciones personales por parte de ciertos comunis- as criollos. Entonces, el delegado peruano Portocarrero hizo

    de mi una enrgica defensa. (Versin inglesa y espaola del Coj^greso Mundial de la Internacional Sindical Roja de Mosc,

    referencias cuyos detalles han sido imprescin- oioies, demuestran que despus de la carta de Lozowsky portadora de una franca enhorabuena por la fundacin del Apra t^opmion cambi. Entiendo yo que convencidos de que nues-

    declarpin proclamando al Apra coma "un movimiento auionomo latinoamericano, sin ninguna intervencin e influen-

    extranjera , los comunistas perdieron totalmente sus es-organismo. El Apra, as, no poda

    ; . instrumento al Comunismo.

    m! actitud aprista se defini adems poco despus deLozowsky, en el Congreso Antimpe-

    Mundial que se celebr en febrero de 1927 en el Pala-

  • 86VICTOR RAUL HAYA DE L.A TORRE EL,ANTIMPERIALISMO Y EL APRA 87

    c o de Egmont, de Bruselas. El Apra no fue oficialmente invitada pero, individualmente, fuimos especialmente llamados los auristas con algunos prominentes intelectuales mdoamen-

    La influencia y contralor del Partido Comunista resultaron inocultables en aquella asamblea, que ilustres fisuras del izquierdismo mundial. A pesar de la tuerte presin comunista y del ambiente de fcilte en tales asambleas, mantuvimos muestra posicin id^log^ y el carcter del Apra como organismo poltico autonomo tendiente a constituirse en Partido. De nuevo ^Labour Monthly' se ley y comento.simos a quedar incluidos bajo el comando de la Liga Antim perialista Mundial que, sabamos, era un organizacin com patamente controlada por la III Internacional, no p ^ a e- rs de la lucha antimperialista, sino paranismo. Empero, cooperamos sinceramente a los mejores resultados constructivos. Rechazado unam midad un proyecto de resolucin presentado por Xulio Antonio Mella fui encargado de presentar otro. Asi lo hice y foe ai^o- bado en toda su parte expositiva. En el punto neurlgico sobre la participacin-de las burguesas y de las pequeas burguesas en k lucha antimperialista, opusimos nosotros las objeciones del Apra a las consignas comunistas. Fue entonces cuando se produjo la ms dramtica polmica del Congreso, a deleg - cin latinoamericana debi sesionar reservadamente durante cinco o seis horas para convencernos.nuestras reservas. Dejando constancia de ellas, firmainos las conclusiones del Congreso; y as aparecen en sus documentos oficiales publicados en todos los idiomas conocidos.

    9 El Primer Congreso ^tim perialista Mupdial se ?n Bnge-

    ca de su i^ueblo. Bajo los auspicios del gobierno socialista b e l^ . q oresida M Vandervelde, la asamblea tuvo solemnidad T varios centenares 4e polticos e telecti^les de i z q ^ los nueblos del globo y sus sesiones, que se prqtongaron imame

    ellid S g rS f foo v S c td a f po Era?es uSados de muchos lugares de Europa y America. El Congreso ae

    Eraselas defini, pues, la lnea terica aprista y plante bien claramente nuestras diferencias con el comunism? Eracrt?c?s"acerb?f bSnco Scriticas acerbas. Para el Comunismo no puede existir otropartido ae izquierda que no sea el oficial de la III Internacio-nal de Mosc, de ortodoxia stalinista. Toda organizacin pol-tica que no comanda Mosc debe ser execrada y combatidaDespus del Congreso de Bruselas de 1927, lo fue el Apra

    Analicemos ahora algunas de las crticas ms interesantes y mas repetidas que se nos hacen, a fin de refutarlas metdicamente. Las mas importantes, como es de suponer se dirigen especialmente contra el .Apra como "partido poltico".

    A p r a liS m S lm en te del

    t i m W P^^bdo Revolucionario An-Latinoamericano , es una nueva organizacin

    ^ generacin de trabajadores manuales ^intelectuales de vanos pases de la Am.rica Latina".

    .adelante para la organizacin de la

    M kjt u ^ Carlos Dcambrosis Martins, Carlos Ouiiano TnlnS c i S de especialmente obTe?^

    ces secretario de nuestrasecctn'^*de^P e.\Pulsado del Apra y entonta en el Concreso AI defendimos la posicin anris-solucin desDue.; formulacin de un texto d re-scnt la ' ' t e - ; ! ? r e c h a z a a o el proyecto presentado por Mella ure-

    L te s L b"foS T d o"" ""^ imperialista ,7ue o^ cosde Pars fue pues a S a d ^ n tn apnsta de Pars. Mi discurso

    .puede verse oVfrnrnfi^a^ alteracin alguna comoM ^ r f c T u ^ n a ^ ^ ^^EmanlS^acinde U la resolucin 'adoptada tome para darlo al Congreso,

    dDr. Carlos redactar las conclusiones, el urucuavn:tndmo del A n r 7 ^'^i?dujo variaciones de forma. Pero el proc^arna

    -Discrepamos en cuanm T r e n t e mera resstenL a^^^ cuanto a limitar nuestra accin

    J^attido Coraunit7b a ^ o^ n v 7d irlr j~ -^ '^ ^ 7 i? *" i^egcrancia poltica ^ de las' fallid^^H t ^ debera quedar sometida el

    se desarrolla en el Cap IV "cuatro secto-

  • Y ms adelante en el prrafo de conclusin:

    VICTOF. P-.MIL HAYA DE LA TORPEE83

    El Apra representa, consecuentemente, una nueva organizacin poltica de lucha contra el imperialismo y de lucha contra las clases gobernantes latinoamericanas que son au^i S r S y p i c e s h e aqul. El Apra as al Partido Revolucio^ nano Antimperialista Latinoamericano que orgo^niza el ^ran Frente Unico de trabajadores manuales e intelectuales d Atmrica Latina, unin de los obreros, campesinos, indgenas, ato. con estudiantes, intelectuales de vanguardia, maestros de escuela, etc., para defender la soberana de nuestros paise .

    ;Por qu debe ser el Apra un Partido Poltico? La respuesta la hallamos sumariamente en el mismo articulo.

    el Estado, instrumento de opresin de una clase sobre otra deviene arma de nuestras clases gobernantes nacionales Tarm a del^mnerialismo para explotar a nuestras clases prq- ^uctoras v mantener divididos a nuestros pueolos. Consecuentemente, la lucha contra nuestras clases gobernantes es indi^ nensabl El poder poltico debe ser capturado por los pr dStores; la Produccin debe socializarse Y Amer^^ , debe constituir una Federacin de Estados. s es e .camino hacia la victoria sobre el imperialismo y_ el objetivo poltico final del Apra, partido revolucionario nacional antimperialista .

    Ahora bien, las objeciones tericas de los comunistas pueden sintetizarse as:

    11 El nra como Frente Unico Antimperialista est dems porque de*serripea los mismos fines que la Liga Antimpena- S Panamericana o de las Amricas: fines de resistencia alimperialismo; y

    propone

    Examinemos ambas, objeciones:

    EL ANTIMPERIALISMO Y EL APRA 89tencia contra el imperialismo. Pero resistir no basta. Protestar contra los avances del soldado yanqui en Nicaragua o en cualquier otro de os pases agredidos de Indoamrica, es slo un aspecto de la lucha contra el imperialismo. El imperialismo es esencialmente, un fenmeno econmipo que se despla- ^ al plano poltico para afirmarse. En Europa el imperialismo es la ultima etapa del capitalismo" vale decir, la culminacin de una sucesin de etapas capitalistas , que se carac- tenza por la emigracin o exportacin de capitales y la conquista de mercados y de zonas productoras de materias primas hacia pases de economa incipiente. Pero en Indoamrica lo que es en Europa la ltima etapa del capitalismo resulta la pnmera. Para nuestros pueblos el capital inmigrado o importado, plantea la etapa inicial de su edad capitalista moderna.rl ^ historia econmi-ca y social de Europa. En estos pases la primera forma del capitalismo moderno es la del capital extranjero imperialista Si examinamos la historia econmica indoamericana, descubriremos esta general caracterstica: Con el capital inmigrado

    ^ pueblos agrcola-mineros la era capitalista Y es Inglaterra donde el capitalismo define ms pronto su fisonoma contemjpornsa-, la nacin que infcTla epor tacion de capitales. Comparadas con las de otros pases las cubrnv"^^ britnicas'han actuado como pioneros 'en el 'des- C K Hobs ^ nuevos campos de desarrollo" dice

    2) Como partido tambin est dems, porque ya existen los Partidos Comunistas para, cumplir la tarea pohtica que se

    el Apra.

    Que producido, pues, en nuestros pases la evolucinSue fnrtil burguesas inglesa, francesa o alemana

    ' 3 r c e w econmicas, en un largo perodo ^ batS S por hn el poder poltico y lo arre-

    i '; ' . del feudaIism^^F^ violentamente a las clases representativas 'de crear En Indoamrica no hemos tenido an tiempo

    - cin. ona burguesa nacional autnoma y poderosa sufi-para desplazar a las clases latifundistas

    colomal espa ol-, que en lari'V; revolucin de la colonial espaol , que en la^VrPoltico-econmlr-??^?"^^"^^^' .emanciparon de la sujecin

    dominio deT PO-A, bPrgtTsiaT 'c T p lL E5>on como las races adventicias de nuestras clases latifun-

    E1 Frente Unico de las Ligas Antimperialistas dependientes de la III Internacional slo enuncia un programa de resi

    ^bson, The Expon of Capital. Constable, London 1914

    fe- '

  • 90VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE EL ANTIMPERIAUSMO Y EL AFRA

    distas se les injerta desde su origen el imperialismo, dominan- S ' En todos nuestros pases, antes de que aparezca mas o menos definitivamente una burguesa nacional, se presenta el capitalismo inmigrante, el imperialismo .

    Es bien sabido que en el proceso econmico moderno de alaunos pueblos indoamericanos es difcil distinguir, a pnme- in vista, el capital nacional del capital extranjero y sus lineas de separacin originarias. Empero, si buscamos en todos ellos los comienzos del fenmeno capitalista, encontraremos casi siempre al capital ingls o al yanqui, en oposicin o en alianza entre s ms frecuentemente en oposicin ; y en torno de uno y otro, formas embrionarias o pequeos intentos de un verdadero capital nacional.

    Nuestras clases gobernantes y el Estado su instrumento poltico de dominio , en sus formas elementales o relativa mente avanzadas de organizacin expresan dalidad indoamericana del capitalismo que coexiste en la gran

    91

    fa e q d i f s 'a 182S scrib 'S S I ' c 5.OM.OOO, noram ales^ifraIntoSies de consideracin para la refaccin ech os aVeinticuatro millones de libras aparecan como p ir?')* Coios nuevos Estados de Amrica. Chile contrat 1-000^000 en 1822 ^ ombia 2.000.000, en el mismo ano; Y 750.000 en 1824 el Fem

    450.000 en 1822 750.000 en 1824, y 616.000 en 182d, Buenos lures 1 OO OO en 1824; el Brasil, 3.200.000; otro tanto en 1825 y ^ ^ 200 000 en 1824, y la m sma cantidad en 182a, Guaen 1829; Mxico, ^ tipo iba del 58% que aceptE S e n 8 2 al s V que'oblu^o en 182^ 5 el mismo pas El f l u S b entr el,5 Y Princip^^^^^ ^ S e ^ H e ^ ^ ^ .S a y . ^ Fiys 'y Chapman, Gold-

    schrmdt^^ inters del capitalismo y del comercio I'.,indoamericanos fue muy grande, historiador anota -fependencia tuvo el ms tranco apoyo en Ing aterra^ reuSioneVen varias f que Los comerciantes ingleses Rabian celebrado reumones en ciudades del Reino Unido en el verano de 1823, a fin vi- ino el nombramiento de cnsules en los Pars 011en d orfcS X . , r 1 T e c 1 .S P ' - farmas el triunfo total de la Revolucin en Ayacucho. ,js3

    V

    ^ y o r a de nuestros pases con el podero an invicto del lati-

    contra el imperialismo en Indoamrica no es sloresistirle con gritos o protestas cada vez que el soldado extranjero, autonzado o no por los poderes del Estado intervenido e impotente, viola la soberbia de acuerdo con la clase o con una .traccin de la clase dorninante. Si examinamos la historia del mpenalismo norteamericano, por ejemplo en el buen libro de Freeman y Nearing, The Dallar Diplomacy se ver que siem- pre que los soldados yanquis han invadido nuestro suelo lo han hecho en apo3Po de un tratado, de un convenio o de una invitacin formal de los representantes del Estado invadido.

    representantes, por cualquier circunstancia, han sido hostiles a las medidas adoptadas por el ivasor fueron automticamente relevados del contralor de los neeocis pblicos, reemplpandolos con elementos ms dciles. 'N q g necesario repetir pues todos los indoamericanos lo sabemos bien--, que las dos terceras partes de la fuerza del poder imp--

    en_ nuestros pases radica en el dominio aue l ejerce,sobre los poderes del Estado como

    instrumento poltico de dominacin.

    imperialismo en Indoamrica no es resistencia, de algazara de comi-

    Iucb;< n n ? v p a p e l e s rojos. La lucha es, ante todo, unainstrumento de dominacin im-

    SdTrnm o"" s O menos def-' fundado? f poder Parafraseando ai' tas inrlriQ internacional, nosotros los antimperialis-

    debemos sostener que la cuestin funda- tn del podel^^^^ Indoamrica es la cues-

    y .' Panamericana o de las Amricas,

    de simple resistencia o propaganda antimpe- rlxer'tnnTTin S e sm o de limitada eficacia. Debemos en pri- |% 'kh arrebatar el poder_.de nuestros pueblos al impe-

    f * * * s ^ & Joseph Freeman, The Dollar DiplomacyNew York. Traducida al castellano por

  • 92 VICTOR RAUL HAYA DE LA TORREEL ANTIMPERIALISMO Y EL AFRA 93

    Tialismo V para eso necesitamos un partido poltico. Las Ligas Antimperialistas por incompletas estn demas explica oh aciertos del instinto popular! que casi han desaparecido .

    La respuesta a nuestras crticas sobre el papel innocuo de las Li^as no se da en pblico por razones tcticas secreto a voces, pero se sintetiza as: las Ligas no tienen accin po i- tica porque la tiene el Partido Comunista.

    Y queda en pie la segunda objecin: el Apra como Partido est dems, porque ya existen los Partidos Comunistas que llenarn las finalidades polticas del Api a.

    Tambin es fcil rebatir este argumento que han sostenido especialmente los comunistas oficiales argentinos, 1^ m^s ortodoxos en su argumentacin de todos los que, ya objetando o va cayendo y levantando en el lodo de las injurias, han recibido al Apra con ademanes hostiles. Respondemos:

    El Partido Comunista es, ante todo, un partido de clase. El Partido o uno de los Partidos - n o olvidemos a los socialistas- de la- clase proletaria, Y el Partido Comunista ademas de ser un partido de clase, exclusivo, cuyo origen ha sido determinado por las condiciones econmicas de Europa, muy diversa ^ de las nuestras, es un partido nico, mundial no una federacin de Partidos , cuyo gobierno supremo y enrgico se ejerce absoluta y centralizadamente desde Mosc.

    Los pases de Indoamrica no son pases industriales. La economa de estos pueblos es bsicamente agraria agncola- mdnera. Examnense las estadsticas. El proletariado esta en minora, en completa minora, constituyendo una clase naciem te. Son las masas campesinas las que predominan, dando u fisonoma feudal o casi feudal a nuestras colectmdades n clnales, Un partido de clase proletaria umcamente, es un partido sin poSbilidades de xito poltico en estos pueblos. No S e r n o s ll experiencia histrica. En los tres o cuatro de nuestros pases donde se han formado partidos comunistas, encontramos casos parecidos al de la Argentina, donde la s e - cin de la III Internacional, una de las mas antiguas se h ^ dividido en dos.fracciones mconcihables, cuya l^cM eslen y enconada: el comunismo ''oficial y el comunismo obre

    ro" Hay ms, el comunismo argentino se ha dividido antes de haber alcanzado una sola representacin en el Parlamento de Buenos Aires en tantos aos.

    n S mayora de nuestros pases, la poca importancia del Partido Conmmsta no necesita exagerarse para reconocer oue es mnima. En Chile y Uruguay el Partido Comunista ha logrado llevar representantes al .Congreso, aunque la' situacin de esas repblicas, especialmente la de Chile, nos revela hasta ahora el fracaso_ de la influencia de la III Internacional. La razn es econmica. Slo en los pases donde la industria pre- domina_ relativamente, es posible descubrir alguna dbil manifestacin de las posibilidades del comunismo. No en los demas pueblos ms definidamente' agrarios por razn tambin econmica.

    -Es en los pases agrarios donde la joven y reducida clase proletaria necesita aliados para tomar posiciones. "La alianza OTn los campesinos es suficiente , suelen decir algunos opti- rnntas rej^tiendo la salmodia leninista europea, pero, sin referirnos a la experiencia histrica indoamericana, por obvia recordemos que, a pesar de su poder numrico, los campesinos en nuestros pases tambin necesitan aliados. Otros alia-

    ^ obrera. Y entonces, forzoso es abanta n P a r t i d o de clase, exclusivamente comunis- Doltfrn la necesidad de un diferente tipo de partidodase Partido deciase, smo ae Frente Unico.

    vista'*"^^ ^ '^^elante, detengmonos en otro punto den d L m ? ^ '' ^ progreso del Partido Comunista en

    ie s tS ia rT a observador atento descubredad de poltica rusa es la extraordinaria capaci-tual ve ] preparacin y solvencia intelec-E1 Sran problema de su pas

    es definitivo. En nuestras

    ria '5 Al Gorki, "bohemia revoluciona-L ' _ corbaton y sombrero de anchas alas del anarquis-

    y Revolucin. Ed. castellana. M. Aguilar, Ma-iits comunistas criollos formando facio-1%.-, ^ roskys/fls, han debilitado ms an al comunismo en

  • intelectual contra todo y contra todos nuestro rebelde profSional ha sucedido otra arrogancia menos pintoresca y menos esttica, pero no menos exhibicionista del comtmoide fanfarrn e inculto. Freud encontrara mucho que estudiar y, S s S r k L esta devocin del alarde externo de nuestros improvisados reformadores del universo! Entre ellos^ tenemos va el tipo bastante conocido del nuevo burcrata revolucio- n L fo ??ou e ha conseguido una Secretara de Partido a sueldo, posicin que defiende con frases-ticos V dogmatismo simplista, mientras abulta la cuma e la feIiciLd:'^del vientre orondo y burgus y mira desdeosamente al "hombre-masa" que llegue hasta el.

    Es ese falso liderismo de los comunistas criollos el que ha contribuido en mucho al rpido naufragio del barco holcheyi- oue en nuestros mares. Entretanto,proletariado indoamericano no han vanado sus rumbos. Nes tra clase obrera, a medida que va definiendo mas y ms su con- Senda d f clase, adquiere con mayor justeza el sentido de la realidad El proletariado consciente de Indoameiica ye con simpata, con admiracin y con curiosidad el gran fenmeno social de la Revolucin Rusa, pero intuye las_ grandes cias de medio, de raza y de condiciones histricas entre el gran continente eslavo y nuestros pueblos. Adivina, adems, las hom das diferencias ticas y mentales que separan a los conduct^ res de la obra sovitica de la mayor parte de los aupados din- gentes del comunismo criollo. Por eso mira a estos con sincera repugnancia y no los sigue.

    Ese contraste, que es intuicin casi ^proletariado, se percibe claro, rotundo, desconsolador, en Rusia L sm a . De l se puede tener tambin una menos exacta, conversando con los obreros o sinceramente revolucionarios, o visitado Mosc, libres de alucinaciones Cabe pues, at rmar nue amn de las condiciones de nuestra realidad , el par do comunista no ha progresado ni relativamente entre la clases obreras de stos pases debido a la evidente incapacidad

    S ! f d \ S l o s S S f c o n conocido lxico insultante de nes- tra politiquera personalista tradicional.

    VICTOR RAUL HAYA DE TORRE94

    EL ANTIMPERIALISMO Y EL AFRA q -95de sus lideres._ Porque aunque histricamente no se pueda aceptar la proximidad de una dominacin comunista europea

    inteligente d ir e c c i n ,^ ? Parte de las masas proletarias que hoy militan en los partidos socialistas laboristas y radicales de Mxico, Argentina Chile etc., en alianza con las clases medias, pudieron ser captadas

    temporalmente por el comunismo. Pero ni los paitidos de izquierda no comunistas, han disminuido sus masas obreras, ni las poderosas organizaciones sindicales apolticas que agrupan buen nmero de trabajadores han mermado sus filas. Los partidos de obreros y campesinS de artesanos y clase media, y las filas sindicalistas s i e n tan

    M B u e n o s Aires, Santiago, Ro de^aneiro

    reras sigun a los socialistas o sindicalistas por estupidez o Ignorancia! Libremos a las masas obreras de s e m e S S '

    coriesponden mas bien a los lderes comunistasortodoxos . Son ellos, paralticamente

    confirman el apotegma indiscutible: No hay puM o o masa buenos o malos: slo haf dirigeres buenosto

    P.rtl^ y icta organizacin centralizada delPartido Comunista no permite a sus dirigentes de Mosc undreste^tema Problemas lejanos de Amrica. Hablando cn f durante el Congreso Antimperialisa de Bruselasd^ e s L lm b f formaron la aplastante mayoraae esa asamblea, me refino que, al tratarse del entonces nosi-

    Sovitica por e f 5 r a y , a oficialmente en Mosc la conveniencia de design ivideo representante diplomtico en Mxico y Monte-quien'd^r^PI pases prximos". ComoEs exnlSw y Guatemala o Hait y Santo Domingo

    ^ P'' los lderes rusos no puedanEl x it o T e 1 S iv T /r ^ ^ problemas del mundo.

    disauKla 1^ ^ comunistas en Francia se debe al in-les en la irel^tual de los lderes franceses. Basta or-^Capacidad Diputados de Pars para apreciar su gran

    f m discu^le sentido realista. El fraraso ;,.yr- Inglaterra se debe, tambin, a que la III

  • 96 VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE EL ANTIMPERIALISMO Y EL AFRA 97

    Internacional no cuenta con adeptos de importancia que logren arrancar a las masas de la direccin de los laboristas. De lo primero que yo me convenc en Mosc fue del desconocimiento casi total, que se tena en Rusia de Indoamrica. Tuve oportunidad de leer algunos originales informes y conversar con varios lderes sobre la situacin poltica }' social de nuestros "pases Repito: el desconocimiento era casi absoluto. En el discurso del Presidente de la Tercera Internacional,- Zinoviev, durante el V Congreso Comunista Mundial, e el verano de 1924, despus de una breve referencia a los movimientos de Argentina y Chile, dijo ms o menos estas palabras; "poco o nada sabemos de la Amrica Latina . Y ante una objecin del delegado de Mxico, Bertram D. Wolfe, intelectual yanqm, quien critic esa ignorancia, el entonces dolo y hoy proscrito jefe del comunismo,.respondi; "no es nuestra culpa, es que no se nos informa". Este dilogo lo escuch desde la tribuna de los periodistas.

    La ignorancia de nuestros problemas en Mosc es debida no slo a los comunistas de Rusia. Exaninese el programa de 1-Ds partidos o grupos comunistas de Amrica y vase si existe alguna referencia concreta al Imperialismo yanqui en nuestros pases, antes de 1923. En 1924, durante las elecciones presidenciales pG los Estados Unidos del Norte, el Workers Party of America o Partido Comunista, present como candidato a la presidencia de la repblica, al lder Foster.^ El candidato enunci un programa de reivindicaciones. Fcil era que ese programa abarcara todos los puntos que puede contener el de un candidato que slo tiene que ofrecer. Empero, ni una sola palabra sobre imperialismo estaba escrita en l. ^ en aouella poca ya nuestro movimiento antimperialista se hallaba en marcha. Es el Worker Party que ha exigido, despus, el'contralor de las Ligas Animperialistas y el que an las con-

    por el distrito londinense de Battersea. Sakiatvala y la 'Sja de 26 ran didatos comunistas perdieron las votaciones en 1929 y hasta 1935 no hay representacin de la III Internacional en la Casa de Ips Cornunes. tn F r W ia el nmero de representantes comunistas ha disminuido en la. elecciones generales de 1932,. pero an figura en lagrupo. No obstante, la disminucin de la influencia del ParUdo-Cornu nista en Francia es evidente. La escisin en stalimstas y tromkystas na influido en mucho a amenguar su prestigio en las inasas obreras, qu aumentan, en cambio, las filas de otros partidos de izquierda especialmente el socialista (S .F .I .O .) , cuyo jefe es Len Blum .

    trola bajo el supremo comando de Mistar Manuel Gmez desde Nueva York! 'L

    Mientras tanto, el imperialismo ha avanzado triunfalmente, hasta convertirse en un peligro inmediato para todos nuestros pueblos. Vamos a esperar que los lderes del comunismo criollo se capaciten, estudien o se transformen y descu- bran al final nuestra realidad, para que entonces nos dirijan con bien?, O vamos a repetir con ellos la historia de su etapa anterior de tanteos o intentonas que no se han acercado ni remotamente al xito?

    Ser el Partido Comunista con sede y gobierno indelegable en Mosc el que conduzca a Indoamrica a su victoria contra el imperialismo? Reflexionemos, sobre un mapa del mundo, ante una historia de nuestros pueblos y con honrada conciencia de nuestra realidad! La respuesta, aun la de los mismos comunistas capaces de los pocos realistas tildados despectivamente por lo dems como derechistas", "intelectuales", pequeos burgueses , etc. , es negativa. El Partido Comunista en Indoamrica carece de fuerza y de autoridad para conducir la lucha antimperialista. Ni el nombre de la III Internacional, ni el nombre de su. Liga Antimperialista Panamericana o de las Amricas, condenada al fracaso, podr nada. La tuerza de la corriente antimperialista es, en nuestros pueblos, ms antigua que la III Internacional y ms vasta que los exclusivismos de su partido de clase. Para que una clase social eq Indoamrica fuera capaz de dirigir victoriosamente por s sola a nuestros pueblos en la lucha antimperialista, tendra

    a las condiciones que Marx seala para la efectividad del comando clasista en una revolucin: "Para que la emancipacin de un pueblo coincida con la emancipacin de una Clase dada dentro de una sociedad burguesa, es necesario que esa clase-como tal, represente ai total de la sociedad" Y ste, justamente, no es el caso de nuestra naciente clase proletaria y menos aun del endeble Partido Comunista en Indoamrica, que ni siquiera la representa. El movimiento antimperialista,

    toio fuu el Gmez es un norteamricano de nombre latino. En *18^5 bolchevique de las fracasadas Ligas Antimperialistas.

    Marx, Hegehflt Philosophy of Right, Selection Ensays. Pg i f ^ J- H- Steiming, International Publishers, New York,

  • 98VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE

    sobra.Oiiprlan as refutadas y destruidas las dos objeciones cn

    trale? defcom unm o criollo contra el rol del Apra como Frente Unico y como Partido Antimperialista en Indoamenca.

    CAPITULO

    QUE CLASE DE PARTIDO Y PARTIDO DE QUE CLASE ES EL PRA

    Un partido antimperialista indoamericano con sentido de nuestra realidad social, no puede ser un partido exclusivo de clase. Menos, un partido de remedo o calco europeo. Y menos, todava, un partido sometido a direccin extranjera.

    Tres razones en contra de la objecin comunista analizada en el captulo anterior.

    Y un partido antirhperialista indoamericano, con sentido de nuestra realidad social, debe ser un partido nacional de Frente Unico, que agrupe todas las clases sociales amenazadas por el imperialismo. Debe ser, tambin, un partido con programa y tcticas propias, realistas y eficientes y con comando nacional.

    , Tres razones en favor de la organizacin del Apra comoPartido.

    Detngamonos un poco en estos enunciados:

    ; El imperialismo no slo amenaza a la clase proletaria. El ^L.^Perialismo que implica en todos nuestros pases el adveni-

    de la era capitalista industrial, bajo formas caracte- sticas de penetracin, trae consigo los fenmenos econmi-

  • OO VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE EL ANTIMPERIALISMO Y EL AFRA 101

    eos y sociales que produce el capitalismo en los pases donde aparece originariamente: la gran concentracin industrial y aercola; el monopolio de la produccin y circulacin de _la rfeueza; la progresiva destruccin o absorcin del pequeo capi'al de la pequea manufactura, de la pequea propiedad y dei pequeo comercio, y la formacin de una verdadera clase proletaria industrial.

    Es necesario, pues, anotar que la clase que primero sufre con el empuje del imperialismo capitalista en nuestros pai^s, no es la incipiente clase obrera, ni la clase campesina pobie o indgena. El obrero de pequea industria y el artesano mue- pendiente, al ser captados por una nueva forma de produccin con grandes capitales, reciben un salario seguro y mas alto, devienen temporalmente mejorados, se incorporan con cierta ventaja a la categora de proletario industrial. Venden su trabajo en condiciones ms provechosas. As ocurre tambin con el campesino pobre, con el pen y con el siervo indgena. Al proletarizarse dentro de una gran empresa manufacturera, minera o agrcola, disfrutan casi siempre de un. bienestar temporal. Cambian su miserable salario de centavos o de especies, por uno ms elevado, que paga el amo extranjero, siempre mas poderoso y,rico que el amo nacional. Es as cmo el imperialismo en los pases de elemental desarrollo econmico es tactor determinante de la formacin y robustecimiento de una aenuina clase proletaria moderna. Este fenmeno social de estructuracin clasista de nuestro proletariado esta sujeto a un proceso especial, como hemos de anotar ms adelante. Tiene sus caractersticas limitaciones, determinadas por las condiciones 5^ peculiaridades de la expansin imperialista sobre i r i ses retrasados. El proletariado industrial que va formando, es, pues, una clase nueva, joven, dbil, fascinada por ventajas inmediatas, cuya conciencia colectiva slo aparece al confion- tar ms tarde el rigor implacable de la explotacin dentro dei nuevo sistema

    Pomo el gran negocio del imperialismo est fundamentalmente en la mano de obra barata, el salario que paga al nuevo obrero es mayor que el que ste reciba bajo las condiciones de ti abajo anteriores, pero menor que el que percibe un obrero en los pases industriales. Al llegar el capital imperialista a nuestros pases, viene como los catequistas de salvajes ensenando lentejuelas y espejos que atraen a los oprimidos con fascinacin transitoria. As, va formndose la clase proletaria industrial durante la primera etapa del proceso de penetracin imperialista, pero siempre en inferioridad de condiciones econmicas respecto de los proletariados avanzados.

    Por eso, adems de determinar el gran capitalismo una etapa econmica superior a la precedente del pequeo capital, como la industrial es una etapa superior a la feudal, las masas trabajadoras que se transforman en proletariado moderno no perciben la violencia de la explotacin del imperialisrno hasta mucho ms_ tarde. El tipo del imperialismo moderno, especial- mente del impenalismo norteamericano tan avanzado y refi- nado en sus mtodos, slo ofrece ventajas 3' progreso en su iniciacin. Antes de ahora ya he estudiado algunas de estas contradicciones caractersticas del moderno imperialismo, cujeas vastas 3' temibles nroporciones no percibe inicialment' el naciente proletariado

    Pero el monopolio que el imperialismo impone, no puede evitar la destruccin, el estagnamiento o la regresin de la que lamamos genricamente la ciase media. As como el capita- ismo industrial al aparecer en los pases de ms alto desarrollo

    econmico, reduce, absorbe y proletariza a la pequea burguesa que slo en nfima parte se convierte en clase dominante; as dentro de peculiaridades an ms intensas que ya anotaremos , el imperialismo sojuzga o destruye econmicamente a las clases inedias de los pases retrasados que penetra.

    I pequeo capitalista, el pequeo industrial, el pequeo pro

    s Recordemos esta frase de Engels: "En tanto una fortua de produccin se encuentra, por decirlo asi, en la ^^ma ascendente d^ lucin, la acogen con entusiasmo los mismos que han sufrir ^ dtrfpafticin correspondiente; tal fue.la actitud e los obreros mgl^ ses al advenimiento de la gran industria. Mas aun, en de produccin sigue siendo el modo social normal j-qsuma, con la reparticin, y salen entonces las protestas. . . del seno

    r . ' ^ ^ dominante (Saint Simn, Fourier. Owen), sin que trabajadora (und sindet beider

    I V . Herm pf/ai . Anklang)" Friedrich Engels.PoIificrhiSAV JJmwalzung der Wissenschaft, Zweiter Abschnitt-

    R H Gegenstand und methode, op. cit. (Subrayado

    t^ Gleirpr n ^ Emancipacin de Amrica Latina. Edit.Buenos Aires, 1927.

  • 102VICTOR RAUL HAYA DE LA TORE.E BL ANTIMPERIALISMO Y EL AFRA 103

    nietario rural y urbano, el pequeo minero, el pequeo comerciante, el intelectual, el empleado, etc., forman lardase inedia cuyos intereses ataca el imperialismo. Mnima parte ae esa clase media se ala con l y obtiene ventajas de su domimo, deviniendo su instrumento coadyuvante y personero nacional. Baio las leyes de la competencia y del monopolio que ngen la existencia misma del capitalismo, la forma imperialista, su exnresin culminante, destruye a los capitalistas y propietarias incipientes, los subyuga, los abate o los encierra entre os tentculos de los grandes trusts, cuando no bajo el yugo de los crditos e hipotecas bancarios. Las clases medias en nuestros pases, a medida que el imperialismo avanza, ^ ven ms restrin- (Tdos los lmites de su posible progreso econmico. Son clases sbditas cuyas expectativas de transformacin en clases dominantes se detienen ante la barrera imperialista que ya es por s misma la expresin de una clase dominante que no tolera rivales. Tambin en los pases imperialistas y en Estados Unidos especialmente, este fenmeno de paralizacin del progreso de las clases medias es evidente. No obstante que ellas curn- plen una funcin econmica de circulacin y aistribui^wn de la riqueza, por el pequeo comercio, y que constituyen, a la vez, un amplio sector de mercado de consumo nacional, el impulso de las clases medias en los grandes pases est circunscrito a un crculo vicioso. Ha perdido ya la posibilidad de superar su poder econmico y convertirse en clase burguesa. A medida que el capitalismo se perfecciona y concentra, la pequea burguesa define y hace infranqueables sus fronteras de clase dependiente .

    En los pases de retrasado desenvolvimiento econmico las clases medias tienen mayor campo de accin. Aliadas o en

    21 George Bemard Shaw avizora, para el caso de una nacionalizacin socializada de las fuerzas de la,produccin en Inglaterra, cierto papel interesante de "circulacin y distnbucin de pequeos comerciantes de las clases medias, cuando escribe. Mientras vamos nacionalizando las grandes industrias y los grandes negocios de venta al por mayor, podremos dejar a un buen numero de ores no oficiales la labor de pequea oistnbucion, tal como lo hacen hoy da, pero con. la diferencia de que podremos controlarl^ en ra tera de precios como hacen los trusts En tanto, les Permitiremo^ mejores condiciones de vida que las que los terratenientes y capital stas les permiten y los libraremos del continuo miedo a las quiebras, ns| parable del presente sistema . G. B . C o n ste le (L Cq Lonitom - pg.- 386. (Est traducido al castellano por la Editorial M. Aguilar, deM adrid).

    guerra con las clases latifundistas, las clases medias saben que suyo es el po^enir. Por eso vemos que al producirse la revo- hicicm de la Independencia de Espaa que dio el contralor del Estado a los grandes terratenientes nacionales , las ca- ses medias indoamericanas descubren pronto el camino de la dominacin y avanzan hacia los planos de una definida burguesa nacional. Empero, mucho antes que culmine esa total transformacin, es detenida por el imperialismo. La conquista de nuestios campos econmicos viene de fuera, bajo un sistema ultramoderno y topoderoso. AI llegar, hiere intereses plantea irresistible competencia; absorbe, rinde y se impone. ^ ipistttfss la penetracin imperialista produce en nuestros pueblos un movimiento ascendente de las masas trabajadoras que pasan de la semiesclavitud y servidumbre o de las formas elementales de trabajo libre a su definicin proletaria, las clases medias sufren la primera embestida. Su organismo econmico cae bajo el freno imperialista. Pronto lo perciben, y pronto insurge de ellas la reaccin y la protesta.

    As puede explicarse econmicamente que las primeras admoniciones contra el imperialismo en nuestros pases hayan surgido de las clases medias, que son tambin las ms cultas. Bajo formas sentimentales y puramente lricas, los precursores de la protesta antimperialista de Indoamrica han sido representativos genuinos de las clases medias. De sus filas apa-

    primeros agitadores y los ms decididos y heroicos soldados de las etapas iniciales del antimperialismo.

    Sera vano pretender explicar el hecho histrico de que las clases trabajadoras indoamericanas no hayan orientado sus movimientos de protesta social contra el imperialismo, simul- taneamente con los de las clases medias, por falta de pugna- ciaaq. babido es que los movimientos de rebelda de obreros V campesinos en Indoamrica han sido frecuentes y tienen ya larga historia entre nosotros. Pero sus protestas han estado

    durante muchos aos contra el exolotador visible, Lontra el instrumento de opresin inmediato,- el amo feudal,

    patrn, el gerente, el cacique, el caporal o el gobierno quey ya cuando la explotacin

    imperialista deja sentir toda su fuerza implacable que nues-verro.5 trabajadoras comprenden el peligro y descubren ef 'sin econmico. Y es entonces cuando la opre-, on el imperialismo se siente bajo la forma de opresin na-

  • 104VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE EL ANTIMPERIALISMO Y EL AFRA 105

    cional a travs de los emprstitos, concesiones, entregas de la riqueza pblica o de sujecin poltica intervenciones, amenazas, etc. , que la realidad les demuestra la necesidad de unir sus fuerzas con las clases medias, a las que corresponde histricamente la iniciativa en la lucha antimpenalista.

    ; Sera realista, entonces, desechar la alianza de las clases medias con las clases obreras y campesinas para la lucha antim- perialista? No, sin duda. Y sera posible que formada tai alianza se limitara a protestas retricas, a una mera labor de resistencia; o a agitaciones estruendosas sin un plan realista y poltico?

    La negativa e.s obvia. Una alianza meramente formal devendra estril. Las clases medias pueden desempear una valiosa funcin poltica como lo prueba su accin en los partidos socialistas de Argentina, Mxico, Brasil y otros de nuestros pases bajo cuya direccin trabajan bien. Adems, las clases medias que sufren la agresin imperialista a cosa de su propia existencia, tienen inters en dar a su protesta un contenido verdaderamente defensivo. Cuando los comunistas proponen vincularlas al movimiento antimperialista dentro de las Ligas, ero para que no hagan sino protestar, prohibindoles toda accin poltica, hay derecho y fundamento para condenar a muerte pronta a las famosas ligas. Las clases medias solo sacaran as las castaas del fuego. Y hay mucha gente inteligente y culta en esas clases, capaz de descubrir y desdear, con justicia, tan ingenua tctica! Ella puede ser muy comunista, muy europea y muy bien aprendida en libros bien traducidos. . . , pero es muy necia.

    Las clases medias oprimidas y desplazadas por el imperialismo ansian luchar contra l, pero ansian luchar con el imperialismo polticamente desde las filas de un partido que de reivindicarlas tambin. La tarea histrica de un partido antimperialista consiste, en primer trmino, en afirmar la so berana nacional librndose de los opresores de la nacin y capturando el poder, para cumplir su propsito libertador, i Difcil y larga tarea en la que la ayuda de las clases medias, beneficiadas por este movimiento libertador, se hace nece sarial .

    En varias oportunidades he aludido a la semejanza del

    f-II

    rnovimiento antimperialista chino con el movimiento antimpe- rialista nuestro. En un discurso pronunciado durante la cena conmemorativa de la revolucin china en Londres, el 1 1 de ocubre de 1926, hice hincapi en que "el nico Frente Antim- perialista semejante en su origen al chino, es el indoamerica- no, y el nico Partido Antimperialista del tipo que tuvo el Kuo- Min-Tang al fundarse, es el Apra . Insisto en el paralelo, a pesar de necesarias distinciones especficas, recordando que la traduccin literal de las tres palabras que dominan el pode- roso organismo poltico chino significan en nuestra lengua Partido Popular Nacional. Los vocablos popular" y "nacio- nai , que expresan claramente la tendencia de frente nico del Kuo-Min-Tang, pertenecen a la denominacin aprista tambin.

    El Kuo-Min-Tang no fue fundado como partido de clase sino como un bloque o Frente Unico de obreros, campesinos, clases medias, organizado bajo la forma y disciplina de partido, con programa y accin poltica concretos y propios. Sun- Yat-Sen, uno de los ms ilustres espris creadores de nuestros tiempos, vio_ bien claro en su poca que no era posibe establecer en China un partido puramente de clase socia- A exclusivamente comunista ms tarde. Lo admirable de la concepcin poltica de Sun-Yat-Sen estuvo en su realismo genial; tan genial como el realismo de Lenin lo fue para Rusia. Uno y otro crearon para sus respectivos pases las fuerzas polticas que eran necesarias a sus medios propios. Y uno y otro aconsejaron, ms tarde por la proximidad geogrfica y por las semejanzas psicolgicas ms o menos notabfes entre grandes sectores de sus pueblos , que esas fuerzas se aliaran, vero ni el Kuo-Min-Tang ni el partido bolchevique ruso per- leron nunca sus propios rumbos por tal alianza cuando sta

    se produjo temporalmente. Perderlos habra sido confundir ^usia con China y entregarse ah enemigo, que era, en ambos casos, en el de China como en el de Rusia, el imperialismo europeo y sus cmplices de clase en cada pas h

    POi" los caracteres verdaderamente complicados uei tenomeno imperialista, sino por la ignorancia de las ma-

  • 106VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE EL ANTIMPERIALISMO Y EL AFRA 10'

    sas trabajadoras, en los pases retrasados ignorancia determinada por el tipo agrario o feudal de su economa es necesaria la alianza con los intelectuales al servicio del movimiento antimperialista. Los intelectuales en ios pueblos agrarios pertenecen casi todos a la clase media. En la historia revolucionaria de China y Rusia, ellos han desempeado funcin decisiva. Los jefes de las revoluciones rusa y china fueron intelectuales, profesores, economistas o literatos. Sera necio negar la influencia intelectual, del universitario de izquierda, prote- sor, profesional o estudiante, en la obra libertadora del mundo moderno. Especialmente en el caso de China, pas agrario, los intelectuales han cumplido y estn cumpliendo una tarea memorable en la lucha contra el imperialismo. En los pases de Indoamrica, la funcin de los intelectuales ha sido y es deti- nitiva para la lucha antimperialista. Muchos pueden haber doblegado sus conciencias ante el imperialismo y la reaccin, pero intelectuales de clase media han sido los precursores de nuestra organizacin actual, como Jos Enrique Rodo y Manuel ligarte, Jos Vasconcelos, Alfredo Palacios y Jos nieros el fundador de la Unin Latinoamericana, hoy adherida al pra, uno de los orientadores ms egregios que nuestra causa haya tenido, a pesar de ser contemporneo de muchos demaaogos profesionales de la revolucin social. En toda nuestra Amrica, la obra de agitacin y de encauzamiento de las corrientes antimperialistas se debe, pues, indudablemente, a la nueva generacin de intelectuales que, procedentes de la clase media, han visto con claridad el problema tremenao y han sealado los rumbos ms certeros para afrontarlo.

    Candor y lamentable candor es el de aquellos propagandistas de los sistemas y tcticas revolucionarios europeos, como panacea para nuestros pueblos, que creen que las falanges de intelectuales antimperialistas de Indoamrica van a aceptar Ligas de paliativo, sabiendo bien que al imperialismo, fenmeno econmico defendido por armas polticas, hay que combatirlo tambin econmica y polticamente. O que, para com- batirlo as, haya que afiliarse velis- nolis al Partido Coraunista,. cuyos recientes enunciados de lucha antimperialista constitu- ven uno de los tantos aspectos de su programa de accin mundial No Para nosotros la lucha contra el imperialismo es cuestin de vida o muerte; peligro cercano, amenaza ineludible Las lecciones del comunismo europeo nos vienen tarde, ensendonos mtodos de defensa primitivos y extraos. A

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    nuestros intelectuales de vanguardia puede faltarles orienta- cin y mtodo, pero no les falta claridad y espritu realista para saber qu clase de disciplina necesitamos. Un poco de observacin de nuestros medios intelectuales me libra de extenderme mayormente para amparar un argumento que es irrebatible.

    El Apra corno Partido de Frente Unico ha incorporado desde su fundacin al intelectual antimperialista. Como ha incorporado al pequeo, propietario, al pequeo capitalista, al pequeo comerciante, al pequeo minero, al artesano, al empleado, ha incorporado a la inteligencia , ai estudiante, al profesor, al literato, al_ artista y al maestro de escuela. Los ha incorporado sin resistencia ni distingos, como aliados de la lucha del^ obrero y del campesino, como a "trabajadores intelectuales . Mientras el Estado sea el instrumento de dominio del imperialismo en nuestros pases y mientras el poder sea el sancionador de la opresin y de la explotacin nacionales, por el capitalismo imperialista extranjero, todos los que sufren opresin y explotacin deben unirse para vencer al enemigo comn. El programa mximo del Apra en sus cinco ,-mas fundamentales, seala las etapas de la magna lucha y

    las distingue previendo y evitando tanto como puede pr- verse y evitarse en la historia oportunismo y confusionismo.

    Examinemos, una vez ms, el programa. Nuestro primer Jema, contra el imperialismo", incorpora, como ya lo hemos demostrado anteriormente, a la clase media en su plan de ^cha Nuestro segundo lema, por la unidad poltica y econ-

    los pueblos de Indoamrica", no la excluye tampoco, ^ b o s postulados implican la toma del poder poltico para c ^ p irse Demostrado est que no vamos a obtener victoria posible^sobre el imperialismo sin capturar el poder poltico, doy instrumento de opresin, convertible por e Apra en arma rNcio accin poltica de derrocamiento de las1. oligarquas, que son agentes v cmplices del imperia-

    pases, necesitamos imperativamente la ac- tira rfa nico. Y la unificacin o confederacin pol-

    ninguna clase aisladamente podra frent^ -kt" ayuda de las otras requiere la organizacin de ese nmir olvidemos la realidad! La unificacin gradual, eco- difcil despus, o total de sbito caso ms

    > P o no por eso menos anhelado, tendr que reali-

  • ! ! L La primera actitud d e = n f" a iS

    alienes la trabajen y ^ontialor del Estado Defensa t r ? l ' i i r d ? l n S t o cooperavitmo ^ (Vase el Cap.

    VE) ^ He ah el ideal.

    VICTOR RA'JrHAcYA DE LA TORRE

    EL ANTIMPERIALISMO Y EL APRA 111

    Cul es la feccin histrica R / a X t'o.aSS, C triunfo del -c ia llsm o mariusmcapitalismo? Ni lo ^ yiarx y Engels, para communismo y basm verdad- han declarado mprender cun seguros estn etc la

    I S t a s i l i f ! i g

    deYpeni contraer nuevo "celebrar tercer emprstito^_

    I f . f ,1827). Edit. America, MaOna, i.- 7. _

    veces que Rusia no es todava un pas donde impera el socialismo.-^ Todos admiten que Rusia va hacia el socialismo. Est en marcha desde hace diez aos de gigantesca faena revolucionaria, en la que hay que admirar tanto el realismo para rectificar como la maravillosa tenacidad para persistir. Mientras Rusia nos anuncia el advenimiento total del socialismo, vinculado a la transformacin social de toda Europa, nos da ya una leccin clara, innegable: Rusia es el primer pas del mundo que ha derrotado al capitalismo en su forma imperialista. Es sa su nica victoria completa hasta ahora y su nica inobjetable experiencia histrica para el mundo.

    Hace diez aos que el pueblo ruso, bajo las banderas del partido bolchevique, derroc los restos del rgimen del zar y el inestable gobierno de Kerensky, instrumentos del imperialismo extranjero en Rusia y de las clases nacionales aliadas a l. La primera tarea ha sido, pues, de liberacin nacional, bajo la gida de un poderoso y disciplinado partido revolucionario de las clases obreras y campesinas dirigido por intelectuales. Rememorando la situacin de Rusia al producirse la revolucin de 197. Trosky la precisaba muy bien en uno de sus discursos: o descender definitivamente al nivel de una colonia o resurgir bajo la forma socialista, tal es la alternativa de nuestro pas . El Partido Comunista ruso realiz victoriosamente su primera tarea nacionalista revolucionaria: capturar el Estado, instrumento del imperialismo extranjero y de la burguesa y de la clase feudal nacionales, sus aliados, y limpiar el suelo sovitico de todos los rastros imperialistas.

    La segunda tarea de los comunistas rusos fue la de nacionalizar y estatizar la riqueza. El programa mximo no pudo cumplirse y se intent un programa mnimo; La primera parte

    . de la nacionalizacin antimperialista se realiz, declarando a la nacin duea nica, y al Estado, contralor exclusivo de la ri-

    ..queza nacional. La segunda parte de la nacionalizacin la entrega total de la produccin a los productores y la elimina-

    ,pn absoluta de la pequea burguesa y de la pequea propie- dad, no puede cumplirse totalmente todava. La Nueva

    Sin duda estamos muy lejos de la victoria completa del socia- puede hacer m s". Lenin. La Revolucin prole-

    Renegado Kautsky. Edit. La Internacional, Buenos Aires, Pg. 76.

  • 112VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE EL ANTIMPERMLISMO Y EL AFRA i i ;

    Pritica Econmica NEP de Lenin detuvo, con genial oportunismo el programa mximo sobre tierras e mdustnas. L luan.a conmica con 'a .W u e s fa desposada o d po^ tirn marc una rectificacin necesaria. Rusia, liore ja a.^ L_nu p e r ia S o . ha mantenido el sistema de la NEP PhP Da llegar en que el socialismo impere en f ' " ftanto ha de. ser necesario nn largo proceso Capta^^mo oe pttado oue suprima, progresivamente, la NEP ^ t ^ j mislto W striS de industrializar el pas, tarea que la pesada burguesa rusa no alcanz sino a iniciar.

    Y esto es lo que ensea la moderna Rusia: el pas s^ e ha liberado del imperialismo por la nacionalizacin de la industria, por el monopolio estatal del comercio ,7 P ' r!pl inirreso de capitales extranjeros. La . forma somaiism est an lejana. Pero la victoria sobre el imperialismo prcticamente s i ha cumpUdo de acuerdo con las necesidades de nuevo Estado proletario.

    Indoamrica debe aprovechar la f ria sin caer en la imitacin servil. La realidad ^eo ratica, S c a econmica y poltica de Rusia es muy diferente de la nuestra. Empero, hay hechos de valor universal lecciones y ejemplos para todas las latitudes ^pocas. Y Rusia ofrece al mundo el primer caso de hhera S m i c a antimperialista de la historia Y "todas las caractersticas de una autentica revolucin social j acSnal Para cumplirla, el Partido Socialista debi eman-ciparse de la Segunda Internacional y tomar n ^ r e de^ propia lengua -B o lch ev ism o-, cuyo significado literal, corno es sabido, carece de sentido marxista o europeo antes de la revolucin de 1917. Los dirigentes rusos comprndela bien el imperativo nacional de su gran revolucin aunque nologa sea extranjera para nosotros, no lo es para el pueblo ruso; la revolucin toma formas nacionales y crea su lexico

    25 T PTiin escriba en 1919: Los Soviets son la forma m sa de la dic-

    No faltan quienes en nuestras tierras aprendan devotamente ei lxico y lo repitan arrogantes. Ignoran que lo que hace falta es comprender el hecho histricor adentrarse en la experkm ca. .. y olvidar el I.xico para crear uno propio.

    Estableciendo las diferencias profundas y numerosas y anotndo las semejanzas de tesis general entre los casos de Rusia y China y el de indoamrica, el Apra sostiene el principio de la accin autnoma de nuestros pueblos en su lucha contra el imperialismo. Aprovecha las experiencias de la his- toiia, las verifica en nuestro suelo, y desechando crticas absurdas se afirma realistamente en la dialctica de los hechos^. Por eso, el Partido Antimperialista de frente nico que propugna el Apra crea un vasto movimiento nacional indoamericano que ationte realistamente la obra de nuestra emancipacin del impezaalismo.

    .-Z-; .un todo.^ F n e ^ s m ^revol^unf^h^ Poder con los campesinos como s III - i^jucha de cia-

    r S ^ o m S n i s ^ a 'S S

    nuestra ^vducin K f revolucin peqSezdbuVesaPobre^esto organizacin de los Comits de c a n m S sSiderable un ^^18, fue en grad cmi